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EL SUPLEMENTO LITERATURA

CULTURAL DE Cuando se ‘empieza’


EL MUNDO a escribir con 60 años
Nº22 DOMINGO ya cumplidos. PÁGS 8/9
24 DE FEBRERO
DE 2019
MÚSICA
La cantaora Rocío
Márquez, nuevo disco
y asombro. PÁGS 14/15

Arco’19
“Vivimos a una
velocidad inadecua-
da para pensar”
Encuentro con
la fotógrafa Isabel Muñoz,
artífice del ‘stand’ de
EL MUNDO en esta edición
de la feria, que reúne a 203
galerías de 30 países y presenta
el arte de Perú como
protagonista invitado
POR ANTONIO LUCAS
FOTOGRAFÍA
ISABEL MUÑOZ
HOJA 2 EL MUNDO. DOMINGO 24 DE FEBRERO DE 2019

FOTO Podríamos em-


art e s

pezar por aquí:


GRA «La cámara es
FÍA un objeto ri-
tual». Habla la fotógrafa Isa-
bel Muñoz (Barcelona, 1951).
Lleva más de 30 años huro-
neando por los pliegues del
planeta para encontrar aque-
llo que solloza, lo que seduce,
la suavísima realidad de hom-
bres y mujeres, su abrupta
verdad en mitad de lo entre-
visto. «Con la fotografía he
aprendido a ser yo. Y algo aún
mejor: he aprendido a no de-
cir no». Y de eso se trata. Mi-
rar, pensar, sentir, retratar, en-
trar al fondo de las vidas por
dentro y por fuera. Porque el
hombre es un secreto guarda-
do por las horas. Y eso lo sabe
esta mujer. Esa sospecha es la
bujía de su trabajo y el bálsa-
mo de sus ideas.
Hay que viajar más adentro
de la vida para entender algu-
nas biografías. Por eso Isabel
Muñoz ha recorrido las mil
distancias que la separan de
otros seres y ha intuido las mil
cercanías que nos emparen-
tan a tantos pueblos. Su traba-
jo tiene en el cuerpo una poé-
tica propia, un filtro de luz,
una búsqueda incesante y un
hallazgo de lo insólito. Pero
no sólo el cuerpo como espec-
táculo, sino el cuerpo como bi-
blia, como idioma, como sur-
co y como destello, como ver-
dad y como origen.
Ha esperado 25 años, des-
pués de tanta senda recorrida,
para recibir la señal de entra-
da en un territorio abisal, ex-
traño, ignoto, en proceso de
desaparición: la danza butoh
de Japón, la más misteriosa
del mundo. Un cuarto de siglo
aguardando el acceso a los
protagonistas de esta expre-
sión corporal que tiene tanto
de enigma como de desafío,
donde los bailarines pintados
de blanco se agitan y son sus
rostros máscaras que ruegan.
Y sus gestos tienen una ardo-
rosa ley sin dios ni amo. Y se
mueven en un espasmo de
extrañeza y desamparo. De
insumisión y de penumbra.
«El ser humano no se agota
nunca», dice Isabel Muñoz. Y
nosotros la creemos. De aquel
trabajo con los bailarines de
butoh deja muestra ahora en Bailarín.
el stand de este periódico en Uno de los
Arco 2019. Un viaje a una ga- retratos de
laxia tan bella como incógni- Isabel
ta que ha llamado Cosmos y Muñoz de
que une expresión corporal y la serie
denuncia. Fotografía y vídeo. ‘Japón’.
Baile y agua. «El butoh no só-
lo es una danza, sino un movi-
miento sociopolítico que nace
alrededor de la II Guerra
Mundial y rompe con todos
los protocolos sociales de Ja-
pón, empezando por las teo-
rías de género, además de in-
tentar contravenir el poder y
HOJA 3

desacatar con ciertas leyes es- canción y su combate. Un lar- La esclavitud sexual de me- generar una expectativa de vi-
trictas que consideraban ina- go plástico que es tutú del nores en el sureste asiático, el da duradera para nosotros y
ceptables en el siglo XX». mar, acorde de luto. Y, princi- siniestro ritual de las maras, para los que vienen. Es un
Los bailarines de butoh fue- palmente, denuncia. «Hace los grandes simios amenaza- asunto gravísimo y no sé si
ron de los primeros en inten- tiempo que buscaba hacer al- dos, los hermosos cuerpos del colectivamente nos estamos
tar zarandear la rigidez moral go en fotografía con bailari- ballet en Cuba, las tribus atá- dando cuenta de su importan-
de la sociedad tradicional ja- nas debajo del agua. Alguien vicas de África. En cualquiera cia y del tiempo que estamos
ponesa a través de la danza, me habló de la invasión de de las series de fotografías perdiendo en intentar poner
con la que lanzaban desafíos plástico en el Mediterráneo y que trabaja Isabel Muñoz hay soluciones eficaces».
como el de mantener sexo en en todos los mares. Y la ame- preguntas y una vocación de Y es que la fotografía, en su
público o el travestismo como naza que eso suponía. El mar interpelarnos hasta lo incó- caso, no es un ponte ahí, sino
reacción natural a los proto- es la memoria de los pueblos modo. La belleza se vincula a un voy a ver. Y voy a ver qué
colos de la vieja tradición ni- y lo estamos arrasando. De la amenaza. Pero cuando uno somos. Por qué somos. Y pa-
pona. Kazuo Ohno fue uno de ahí que una parte de esta se- se asoma a cualquiera de es- ra qué somos. Qué nos empa-
sus mejores intérpretes. Vivió rie de trabajos tenga que ver tas estampas no lo hace ni de renta con el mono y qué nos
104 años y arrancó en el baile con la denuncia de una degra- víctima ni de verdugo. Quien distancia del salvaje. En qué
admirando a Antonia Mercé, dación». Esa figura de mujer se asoma a su obra está en se parecen todas las culturas.
La Argentina. Uno de sus hi- envuelta en un tul de plástico posición del que viene de la Hasta dónde los hombres par-
jos, Yoshito Ono, tomó el tes- bajo el agua es una forma de noche y hacia la noche va. In- ticipamos de una misma tribu
tigo de su aventura. Y a este denunciar, de advertir, de se- dagando el talle humano en alimentada de excepciones.
último sí retrató Muñoz como ñalar. Isabel Muñoz toma po- su vidrio de sangre. En aquello que mira, Isabel
quien intenta revelar la impo- sición en cada uno de los tra- «Me interesa estar dentro Muñoz despliega un amor a
sible verdad de un unicornio. bajos que asume. Pero no só- de esa realidad que te implica, lo que ve. Igual cuando obser-
«Mira qué belleza de cuerpo a lo le basta hoy con la no de aquélla que sucede co- va a un muchacho lleno de
los ochenta y tantos años. fotografía. También busca las mo un hecho ajeno», dice Mu- crimen de las pandillas más
Qué fragilidad y qué contun- posibilidades de la imagen en ñoz. Esa vocación de que ca- peligrosas de Centroamérica
dencia», dice. «Hay algo líqui- movimiento para su aventura. da imagen sea una experien- que cuando se sienta a enten-
do en esa forma de exponer- Varios proyectores darán ac- cia compartida empieza por der la realidad apaleada de

A
RC O’ 19
se, de exhibirse, de moverse. ción a algunas de sus imáge- ella misma. Una fotografía no una adolescente llena de daño
En cada gesto hay un desaca- nes dentro del stand de este es un souvenir, ni un recuer- por la explotación sexual a la
to, una ráfaga de deseo y un periódico. Una experiencia do, ni un trofeo, ni una mer- que está siendo sometida. Lo
eco de memoria de algo muy muy sensitiva en la que una cancía, sino la exclamación de mismo en un guerrero etíope
remoto». Isabel Muñoz conti-
núa fascinada por ese mundo
donde el ser humano tiene al-
go de máscara que ruega y
de sus autómatas se irá reve-
lando para el espectador se-
gún éste se acerque hasta la
pantalla. «Vivimos a una velo-
ISABEL algo que se ha visto de un mo-
do concreto en un tiempo
exacto y en un paisaje preciso.
También desde una mirada
que en una bailarina de pun-
tas imposibles. «Es que yo ne-
cesito amar para lanzarme al
mundo», informa. «Aunque
aúlla. «Este acercamiento me
ha generado un entusiasmo
que aún estoy canalizando.
cidad inadecuada para dete-
nernos a pensar», ataja. De
ahí que junte fotografía con
MUÑOZ que es una habitación propia.
Al menos la fotografía que
ejerce esta creadora. Cuando
eso me ocasione problemas.
No puedo ser imparcial ante
lo que veo. Cualquiera de las
Volveré a ellos, a los bailarines
de butoh, porque además es
vídeo. De ahí esta apuesta por
una nueva reflexión ante la
“El cuerpo es entra a trabajar en una histo-
ria, la cabeza se le llena de vo-
mujeres u hombres que foto-
grafío podría ser yo. Aunque
una tradición que está desa-
pareciendo. Los bailarines de
imagen quieta. «La experien-
cia del que mira alcanza en un vehículo ces. Igual en África que en
Nueva Guinea. Igual en El
rechace a quien tengo delante
de la cámara intento no odiar.
hoy están más conectados
con la danza contemporánea
este proyecto una intensidad
muy especial». para hablar Salvador que en Cuba. Igual
en el taller lleno de gente que
Ni siquiera juzgar. Me limito a
entender, a aprender a enten-
que con el butoh, así que esta-
mos asistiendo a la desapari-
ción de una de las expresio-
Desde que Isabel Muñoz
presentara su primera expo-
sición en Madrid a mediados
de nosotros” en una calle de Madrid.
El blanco y negro es otra
casa más para Isabel Muñoz.
der. Lo que sé del mundo es
un regalo que me ha hecho la
fotografía. Sigo descubriendo
nes corporales más insólitas de la década de los años 80, La fotógrafa despliega Los matices están en las for- cosas y cada día más fascina-
que conocemos» su aventura ha sido una ex- mas imprevistas, en la rique- da por aquello que aún queda
Nació como una danza ploración del cuerpo humano
en el ‘stand’ de EL MUNDO za de grises, en la luz que lo por contar. Es una forma de
muy expresiva, febril e irra- como habitante de la luz y en ARCO sus trabajos sobre absorbe todo. En los oscuro educar y mantener la espe-
cional, que pretendía repre- sus rincones. El cuerpo como la danza ‘butoh’ y Japón que pide entrar más adentro ranza, que es otra de las emo-
sentar un dolor íntimo y es- principio y como meta. El en la espesura. ciones que estamos perdiendo
pasmódico. Era el grito de re- cuerpo como un espacio de La suya no es una obra or- en nuestras sociedades».
chazo al daño de un país vida y un secreto hacia la POR ANTONIO LUCAS namental, sino que desde el Cosmos tiene ese relente
después de los excesos de Hi- muerte. El cuerpo limpio y la origen se instaló en el temblor de fe que prende en los traba-
roshima y Nagasaki. «Pero la anatomía concebida también de la belleza convulsa y en la jos de Isabel Muñoz, con el
realidad social japonesa de como un mapa de experien- exploración de la denuncia cuerpo y su danza como so-
hoy no avanza por la senda cias que quedan sobre la piel precisa. El último espacio de porte. «Creo en las energías.
en la que se fue desarrollando fijadas. Desde los tatuajes de su espanto tiene que ver con Yo sí. Y es algo que también
la emoción devastada que dio las maras de Guatemala a las el cambio climático y sus con- se aprecia en mi trabajo. No
paso a la danza butoh». pieles atravesadas o pintadas secuencias. Pero no sólo. Pre- me refiero a un misticismo,
El taller de Isabel Muñoz, a de algunas tribus africanas. para una serie (submarina) pero sí a a un interés por cap-
esta hora de la mañana, es un «Porque el ser humano es un sobre la huella de la inmigra- tar de los seres aquello que
surtidor de revelaciones. Las enigma inabordable, pero ción en el Mediterráneo. Y a hay más allá de ellos, o más a
fotografías de gran formato nuestros cuerpos y sus movi- la vez quiere explorar el des- dentro. Y que nos impulsa. Y
de esta nueva serie de estam- mientos ayudan a descifrar hielo de los casquetes polares, que nos determina».
pas se reparten en grandes en ocasiones nuestras verda- el naufragio del iceberg, la be- Al asomarse a tantas de las
mesas. Cada platinotipia es des», advierte. El cuerpo es lleza amenazada de las gran- piezas de esta fotógrafa una
estudiada obsesivamente por un vehículo para hablar de des ballenas. «Es algo que me extraña apelación llega al que
la fotógrafa y su equipo. Cin- nosotros. Unas veces hermo- interesa desde hace muchos mira. Algo así como un escu-
co mujeres. Los bailarines de seado, como el de los bailari- años, pero también soy una chad hacia dentro los ecos in-
butoh están fijados en diferen- nes); en otras ocasiones bas- mujer paciente. Al final consi- finitos. Porque es hacia dentro
tes momentos de su trance. tardeado, como en el caso de go las cosas que me propon- como se mira, como se escu-
También bajo el agua. los niños y niñas sometidas a go, pero no las acelero», apun- cha, como se siente, como se
«La fotografía submarina esclavitud sexual. Y en tantas ta. «El asunto más importante arde, como se ama y como se
ha sido una experiencia extra- ocasiones, el cuerpo como que tiene pendiente el hom- muere. También como
ña y maravillosa», dice. Lo fí- vehículo expresivo del hom- bre, si pretende seguir avan- se llega a la fotografía.
e
sico y lo místico se abrazan en bre y sus quebrantos. El cuer- zando, es el de atajar el cam-
unas imágenes donde una po que se mueve en lo que bio climático», exclama. «No Más información en la revista
bailarina hace del plástico su aún no es la noche. se trata de vivir mejor, sino de ‘Fuera de Serie’.
JOSÉ AYMÁ
HOJA 4 EL MUNDO. DOMINGO 24 DE FEBRERO DE 2019

Se avecina AR-
art e s

se pise una galería en lo que su fórmula como tienda a pie


AR CO 2019 y, como queda de año. de calle abierta en horario co-
TES cada año, esta ci- Arco es una feria profesio- mercial –fórmula que sí urge
ta genera cierta nal pero no es de recibo que reexaminar– tampoco va a re-
expectación y efervescencia el amante no sea bienvenido visarse en consecuencia la de
en el tendido social, algo y debe tomarse conciencia ARCO como cónclave. Así
muy curioso para tratarse de del peso simbólico del evento. que pasillo arriba, pasillo aba-
una feria de compra y venta En cualquier caso, a quien jo, si me das a elegir me pasa-
de arte contemporáneo. Para ARCO desea abrazar es a los ría por Hauser & Wirth, que
la edición de este año se des- coleccionistas y directivos de dedica su stand a la obra de
pliegan ofertas de 203 gale- fundaciones, museos y simi- Jenny Holzer y que constituye
rías de 30 países con Perú co- lares. Algo que particulariza una avanzadilla de lo que
mo protagonista invitado. Va- la feria con respecto a otras mostrará en su próxima expo-
mos a escudriñar cómo se ha citas internacionales del mis- sición en el Guggenheim Bil-
encaramado ARCO en el mo corte es la abundancia de bao. De las galerías que se es-
imaginario colectivo de un invitados especialistas y po- trenan este año, visitaría la
país y con qué postura sigue tenciales compradores que alemana Meyer Riegger que
cabalgando hoy a lomos de concurren durante la semana apuesta por la pintora suiza
una sociedad postcapitalista. de su celebración. IFEMA or- Miriam Cahn, una feminista
Este artículo dista de ser ganiza la feria y dispone los con un discurso ajeno a estri-
un texto personalista que se pabellones, con lo cual (al dencias y cercano a lo atmos-
ocupa de defenestrar lo que contrario que Art Basel o Just férico. También merece la pe-
hicieron tales o cuales gesto- Madrid) no se paga alquiler na atisbar la galería turca Ro-
res para reivindicar otros del espacio general. deo. También me dejaría caer
nombres. Hoy nos aunamos Buena parte de las canti- por la brasileña Cavalo al en-
con la sensibilidad popular, dades que se manejan en la cuentro de las pinturas de es-
con ése público que no va a
A gestión de la feria suelen ir tética outsider de Thiago Mar-

RC O’ 19
ARCO y también con el destinadas a invitar profe- tins de Melo, y acabaría el pe-
amante ocasional del arte que sionales de todo el mundo a riplo internacional en la
acude a la feria puntualmen- pasar unos días a Madrid. holandesa Tim van Laere y su
te: en definitiva, con esa ma- ARCO tiene fama de ser una traca de artistas dinamiteros.
yoría que espera algo de AR-
CO.
I was a teenage ARCO lo-
FERIA feria hospitalaria, lo cual de-
riva en una cierta redundan-
cia de cócteles, encuentros,
De entre las galerías españo-
las, me asomaría al stand de
los proteicos y motivados Es-
ver, o lo que es lo mismo, yo
iba a ARCO en mi etapa estu-
diantil. Desde provincias co-
ABIERTA desayunos, fiestas y demás
ceremoniales. Este aroma
del protocolo es sólo un per-
pai Tactel que no decepcionan
jamás, al de los infalibles Es-
pacio Mínimo, y qué duda ca-
gíamos incómodos autobuses
para plantarnos ante el gran
escaparate del arte contempo-
El arte con- fume que flota sobre la fe-
ria, pero que –aún teniendo
sus ventajas– genera cierto
be, al de Galería Alegría para
sentir un poco de ídem entre
tanto paseíllo.
ráneo en España. ARCO era
nuestro Art Basel y nuestra
temporáneo y espejismo rancio.
Así pues, afirmar hoy en
Al referirnos no sólo a Arco
sino a la producción y exhibi-
Bienal de Venecia, sin enten-
der muy bien la diferencia
los amantes 2019 que ARCO «sólo es el
puro y duro comercio del ar-
ción de arte, hay que diferen-
ciar entre Arte y Mercado del
que dista entre unos eventos y
otros, tanto en su gestión co-
insatisfechos te» no tiene nada de desen-
mascaramiento ni de peyora-
arte. Esta dicotomía que pare-
ce evidente es más bien difu-
mo en sus objetivos. Esta ino- tivo. ARCO es una feria bien sa en la conciencia colectiva.
cencia voluntariosa la quiso La feria abre sus puertas el engrasada que da de comer ARCO es un evento profunda-
erradicar con salfumán el pin- próximo jueves con 203 a una porción del sector de mente enraizado en el siste-
tor Eduardo Arroyo con aquel las galerías de arte y sus ar- ma de comercialización profe-
articulo publicado en El País
galerías de 30 países y una tistas. Además de estas rela- sional del arte, pero en parale-
en 2007 titulado ARCO: La ley dinámica muy siglo XX ciones económicas obvias, lo se generan multitud de
de la exclusión. En él se des- ARCO permite que en pocos expresiones artísticas que no
pachaba sobre las «patéticas días se concentren en Ma- participan de este sistema
exposiciones de esculturas al POR MERY CUESTA drid un par de centenas de económico. De hecho, los ar-
aire libre», concluía que la fe- directivos de museos e insti- tistas en el mundo que no es-
ria «nos quita el sueño y nos tuciones internacionales. En tán representados por gale-
pone en un estado de nervios la semana de ARCO se eleva rías suman una cantidad mu-
cercano a las puertas de la significativamente la afluen- chísimo más alta que los que
UVI», y aireaba con furibun- cia de visitas a las exposicio- sí lo están.
dez que «ARCO sólo es el pu- desde su fundación en 1982. conciencia colectiva española. nes de la capital. En definiti- La falta de distinción entre
ro y duro comercio del arte». Es un aldabonazo pionero en ARCO ocupa aún un espacio va, ARCO es un evento co- arte y mercado del arte con-
Esta última declaración, es- lo que se refiere a la presencia privilegiado en el imaginario mercial de gran alcance que funde y a veces ofusca al pú-
grimida con la ferocidad de del arte contemporáneo en de este país, aunque sea des- poco difiere de Construmat o blico que cree que lo que ocu-
quien arranca el antifaz a un España, ya que el Reina Sofía de la confusión de roles que Fitur en su ADN, y que ope- rre en los entornos de inter-
malhechor, aludía a los even- se inaugurará tres años des- presume que la feria deba ra funciones relevantes den- cambio económico del arte es
tos colaterales a la feria rela- pués, y posteriormente irán cumplir las funciones de un tro del ámbito puramente la única realidad del Arte con-
cionados con la moda y la floreciendo diversos museos museo. En cualquier caso, el profesional como plataforma temporáneo. El caso de AR-
gastronomía, pero también a de arte contemporáneo y cen- amante del arte acude año de ojeo, de networking y de CO es peculiar y muy espa-
los flujos de aficionados y es- tros de arte hasta la explosión tras año como parte de un ri- otro montón de cosas más ñol, entendiéndose esta apre-
tudiantes que copaban los pa- definitiva en los 90. Entre las tual que repite aunque quede que se producen tanto en las ciación como sinónimo de
sillos. ARCO es el puro y duro excepciones, la Fundación insatisfecho. El amante vuelve ferias de agricultura ecológi- singularidad. Arco es un
negocio del arte y todo lo de- Joan Miró en Barcelona había porque las dinámicas de con- ca como en las de avances evento esperado por profesio-
más son molestas zarandajas. abierto sus puertas en 1975. sumo de la feria sí son las en odontología. nales y amantes a partes
Qué poca empatía para com- Pero el disparo desde el mismas que las de una Bienal. ¿Qué vamos a ver este año? iguales, útil para los que quie-
prender la situación que ha centro del país, la primera fle- La prensa sigue haciéndose No se esperan importantes ren hacer negocios, insatis-
llevado al público general a cha del amor por el arte con- eco de ARCO como una me- demoliciones del modelo, un factorio para quienes van de
engordar de deseos y expec- temporáneo lanzada al grue- ca, así que allí se concurre y modelo que ha ido recuperán- museos o no se sienten parte
tativas una feria de compra y so de la sociedad española fue se va a pasar el día, aunque dose y dignificándose en los de ese sistema. Pero en cual-
venta para profesionales. ARCO. La feria se erigió así suban el precio de la entrada últimos años. Y no se esperan quier caso, un símbolo al que
El apego a ARCO como como la gran institución del general, aunque sea un en- cambios porque si las propias nos une un largo histo-
institución artística se siembra arte contemporáneo en la torno incómodo, aunque no galerías siguen manteniendo rial de afecto popular.
e
HOJA 5

Izqda., arriba, obra ‘A happy day’, de Reinier


Leyva. A la dcha., ‘Notes for a poem’, de Glenn Ligon.
Abajo, ‘When I used de Word’, ‘Pensamiento rojo’, de
Alfredo Márquez, y ‘Eat the rich’, de Democracia.

Un colibrí que só
lo
puede verse desd
e
varios kilómetro
s de
altura. La parado
ja de
los dibujos de Na
zca,
reducto de la civ
iliza-
ción precolombi
na
que pobló el valle
del
mismo nombre,
sirve
para ilustrar las
encrucijadas del
arte
de Perú, país invit
ado
de esta edición de
ARCO, que
recupera su
PERÚ DE viaje a otras
geografías
CERCA después del
Y DE experimento
temático del
LEJOS año anterior.
Comisariado
por Jorge
POR DARÍO Villacorta, el
PRIETO pabellón
oficial de
Perú evoca
una maloca, la ca
sa
comunitaria ance
stral
de los indígenas
del
Amazonas. Shar
on
Lerner ha sido la
encargada de selec
-
cionar a los 24
artistas del país
andino que parti
cipa-
rán de la zona ‘P
erú
en ARCO’. Adem
ás,
fuera del recinto
ferial habrá un
importante prog
rama
paralelo coordina
do
por la crítica de
arte
Fietta Jarque con
otros 120 creado
res.
En estas actividad
es
paralelas destaca
la
exposición ‘Nasca
.
Buscando huellas
en
el desierto’, que
acoge la Fundació
n
Telefónica y que
está
dedicada a los
dibujos y la enig
máti-
ca cultura que lo
s
creó. El Museo Re
ina
Sofía (con la expo
si-
ción ‘Redes de
vanguardia: Amau
ta y
América Latina,
1926-
1930’), el Prado,
Matadero Madrid
o el
Centro Cultural
Conde Duque so
n
otros de los espa
cios
en los que se podr
á
medir el vigor de
l
arte peruano en
su
intersección entre
lo
conceptual y lo
primigenio, entre
la
ayahuasca y la
tecnología.
HOJA 6 EL MUNDO. DOMINGO 24 DE FEBRERO DE 2019

Desde su primera
art e s

FE edición en 1982,
RIA ARCO ha sido al-
go más que una
feria. En un país cuyo merca-

A
RC O’ 19
do del arte tiene unas dimen-
siones modestas, su principal
feria de arte
contemporá-
Los tres programas
neo no es sólo
un lugar en el
que comprar y
ESPACIOS comisariados de la feria,
‘Opening’, ‘Diálogos’ y ‘Perú en
DE CRUCE
vender. Es, an-
tes que nada, ARCO’, permiten al visitante
un evento cul-
tural con un
acceder a nuevas experiencias y
enorme im-
pacto mediáti-
Comisarios demuestra que “lo político sigue
de moda” en el ámbito del arte
co, un escapa-
rate en el que
para testar POR JUAN ALBARRÁN
conocer las úl-
timas tenden- el mercado
cias y, sobre
todo, un espacio de encuentro
para los agentes del sector, no
sólo galeristas y coleccionis-
tas. Esta realidad no es priva-
tiva del contexto español, si
bien parece potenciarse en un
sistema del arte altamente (1989), Panorama (1993) o
institucionalizado y, en conse- Cutting-Edge (1996). Los
cuencia, muy dependiente de nombres de grandes comisa-
la iniciativa pública que da so- rios tardaron algo más en lle-
porte a las grandes infraes- gar. En 1999, Nicolas Bourri-
tructuras. ARCO, en varios aud, padre de la estética rela-
sentidos, lo es y, en buena ló- cional, comisarió el
gica, era cuestión de tiempo programa francés.
que los comisarios ganaran Un año después, el
protagonismo en la feria. reputado creador
En efecto, las secciones co- de la transvanguar-
misariadas han crecido de dia, Achille Bonito
manera paulatina en las gran- Oliva, seleccionó
des ferias de todo el mundo, una representación
devenidas una especie de italiana que incluía
nuevas bienales. Primero lle- a 24 galerías. En
garon las secciones dedicadas 2006, cuando la fe- ‘Opening’. De
a un medio específico –vídeo, ria cumplía 25 arriba abajo,
fotografía, recientemente años, María Corral ‘Untitled’, de Eva
también performance– o a un comisariaba 16 pro- Juszkiewicz;
área geográfica, aunque éstas yectos de arte espa- ‘The sun’, de A. de Lima (MALI), ha seleccio-
todavía no tenían la dimen- ñol. La figura del Galvani. ‘Do you nado a 23 artistas para Perú
sión discursiva que, se supo- comisario, central believe...?’, de en ARCO, entre ellos, algunos
ne, debe aportar el curador. en el mundo del ar- Martychowiecz, y que trabajan con galerías es-
Fue sobre todo a principios de te actual, solo podía obra de Durrieu. pañolas como Armando An-
los 2000 cuando los directores tender a expandir- drade Tudela, Sandra Gama-
de nuevas ferias como Art Ba- se. En 2018, ARCO rra, Raimond Chaves y Gilda
sel Miami (creada en 2002) y prescindió del país Mantilla. Tiago de Abreu Pin-
Frieze (nacida un año des- invitado, que había to e Ilaria Gianni, por su par-
pués) se percataron de lo que mantenido desde 1994, y otor- te, han confeccionado el pro-
podía aportarles el trabajo de gó más peso a un programa grama Opening, una sección
comisarios de renombre en comisariado por Chus Martí- establecida en 2011 que reúne
términos de prestigio, visibili- nez, Elise Lammer y Rosa a galerías que tienen menos
dad, carácter diferencial con Lleó bajo el lema El futuro no de siete años de vida.
respecto a otras ferias y capa- es lo que va a pasar sino lo Tanto por las trayectorias
cidad de reacción ante las que vamos a hacer. Aunque el de los comisarios como por la
fluctuaciones del mercado; no espacio que éste ocupaba era nómina de artistas, resulta
tanto en lo referido a la soli- relativamente pequeño en el evidente que estos programas
dez intelectual de la propues- conjunto de la feria. tratan de poner el foco en –y
ta curatorial o a las innovacio- En la edición de 2019, AR- fortalecer vínculos con– Amé-
nes en el display, quizás se- CO recupera al país invitado rica Latina, algo que viene re-
cundarias, difíciles de –Perú– e incorpora tres pro- clamándosele a la feria desde
apreciar para el público que gramas comisariados, Diálo- lejos sin demasiado espíritu
acude a una cita de este tipo. gos, Perú en ARCO y Ope- autocrítico. Por otra parte, la
En el caso de ARCO, exis- ning. El primero, a cargo de la fragmentación de una feria
tieron secciones comisariadas colombiana Catalina Lozano como ARCO en varias seccio-
en torno a nuevos medios y el español Agustín Pérez nes, además de diversificar la
desde mediados de los años Rubio, reúne 13 pares de artis- oferta, incrementa el tipo de
80 y sobre áreas geográficas tas, uno histórico y otro de Jotta/Pedro Cabrita Reis. La cas sociopolíticas que resultan ras relaciones al feminismo y experiencias del visitante.
desde la década siguiente: Vi- una generación más joven, selección hace especial énfa- hoy apremiantes: cuestiones a lo queer». Lo político sigue Una visita sin secciones, una
deo Forum International por ejemplo, Carlos Motta/Da- sis en los contextos latino- ecológicas, medioambienta- de moda, incluso en el templo feria de libros y una cafetería
(1986), Video ARCO (1987), vid Wojnarowicz, Marta Ma- americanos «con una clara les, indígenas, lingüísticas, de del mercado. Sharon Lerner, cool podría resultar sim-
Recorridos fotográficos ría Pérez/Liset Castillo o Ana preocupación por problemáti- género y sexualidad con cla- comisaria del Museo de Arte plemente soporífera.
e
EL MUNDO. DOMINGO 24 DE FEBRERO DE 2019 HOJA 7
HOJA 8 EL MUNDO. DOMINGO 24 DE FEBRERO DE 2019

pl ras
a
a b ENSAYO
HISTORIA
CÓMIC
NARRATIVA
POESÍA

Cualquiera que ha- una multitud. Quid pro quo, el manuscrito llegó a Giorgio inusitada: es el caso de José nimo impulso, abandonó la acordarse ni de quién era, en
EN ya impartido un ta- un artefacto muy ingenioso, Bassani que lo publicó en Fel- María Fonollosa, que tuvo que escritura hasta que, cuando un asilo de Nueva York.
SA ller de escritura, ya de estructura perfecta, trinelli, y de ahí hasta hoy esperar a su último año de vi- ya se había olvidado de un Hay otros ejemplos menos
YO en su modalidad de Tommaso y el fotógrafo ciego mismo todo seguido, como da para ver impreso su gran mundo que no se acordaba de legendarios, más modestos
ficción ya en la de no ficción, y Calendas griegas son algu- una de las grandes novelas libro Ciudad del hombre: él, un editor compró un ejem- pero igualmente significati-
ya en verso o en prosa, podrá nos de sus libros posteriores, del siglo XX. Nueva York (Sirmio), luego plar de la novela y quedó im- vos, y sobre todo, actuales. En
confirmarlo: algunos alum- todos ellos rezuman elegancia Naturalmente estos nom- ampliado con Ciudad del presionado. Lo buscó, se en- España, por ejemplo, se han
nos, a veces más de la mitad, compositiva y fuerza narrati- bres son horizontes para los hombre: Barcelona (DVD), contró con un anciano huraño dado a conocer después de
han pasado de los 60 años. va. En un lapso de una déca- alumnos de un taller de escri- que juntos, con otros poemas, al que le daba igual que reedi- cumplir los 60 autores como
Una de las causas, sin duda, da se convirtió en uno de los tura: o sea, puntos de referen- componen el indispensable taran su novela –una obra Iñaki Uriarte, cuyos Diarios
puede ser que el precio de las nombres imprescindibles y cia que se moverán en cuanto Ciudad del hombre (Edhasa), maestra en mi opinión–, pero (tres tomos publicados por
matrículas de los talleres sue- más exportados de la literatu- te acerques a ellos. Los ejem- uno de los libros primordiales se ilusionó con publicar otra Pepitas de Calabaza) acumu-
le elevarse lo suficiente como ra italiana, que vivía por en- plos pueden dispararse en va- de la poesía española del siglo que tenía en mente –Cromos lan ya un ejército de lectores
para ponerse fuera del alcan- tonces una época de singular rias direcciones. Hay casos de XX. Fonollosa tenía 68 años (Seix Barral)–. El autor tenía que disfrutan de la condición
ce de gente más joven, no di- energía gracias a Tabucchi y escritores que empezaron a cuando se publicó su libro. ya más de 80 años cuando sa- envidiable de oblomov del au-
go que no. Otra, que llegada la Daniele del Giudice y otros decir su canción, no fue oída Caso parecido es el de Felipe lieron –primero en inglés, en- tor, cuyas económicas entra-
hora de la jubilación y ateso- autores. por nadie, se callaron durante Alfau, que con sólo 30 años seguida en español– las dos das carecen de precipitación y
radas las experiencias que a Claro que no era el primer años y de repente resurgieron publicó en inglés su novela obras de este singular narra- seducen por su inteligencia y
cada cual le haya sido dado caso en la literatura italiana tardíamente con una energía Locos. Al no recibir el más mí- dor que acabó sus días, sin puntería, y Fernando Castillo,
vivir, al querer extraerlas para de autor jubilado que arreba-
comunicarlas, el alumno se da ta a los lectores: podría citar-
cuenta de que necesita apren- se el caso de G.T. di Lampedu-
der el manejo de algunas he- sa, que empezó a escribir su
rramientas y no basta la mí- Gatopardo justo cuando cum-
mesis aprendida en la lectura. plía los 60. La novela fue re-
Nunca es tarde para empe- chazada por un par de edito-
zar, y como ejemplos hay en riales importantes –Einau-
esta vida para demostrar cual- di, Mondadori–, lo que
quier cosa, también hay ejem- amargó el último año
plos para ilustrar cómo des- de existencia del au-
pués de los 60 años se puede tor, ya diagnostica-
empezar una meteórica carre- do de cáncer. Un
ra literaria. El caso más nota- año después
ble –por la calidad de su obra, de su muerte
por la tersura de su prosa, por
su talento y originalidad– es el
Juegos
de Gesualdo Bufalino. Profe-
sor de secundaria durante to-
da su vida, apenas salió de su
de edad
pueblo, Comiso, y no empren-
dió carrera literaria –enten-
diendo por tal, darse a cono-
tardía
cer, tratar de publicar– hasta Gesualdo Bufalino se
el año 1981, cuando había estrenó como autor
cumplido los 61 años, pero lle-
vaba toda la vida escribiendo. con 61 años,
De hecho, para que se viera Lampedusa empezó
que era un antiguo, se vana-
gloriaba de que lo primero ‘El gatopardo’ a esa
que había escrito era un texto edad, Antònia Vicens
en latín que ganó un premio
cuando era chaval. La novela
con la que se dio a conocer,
EMPE debutó en la poesía
con 68... y la
una obra maestra titulada Pe-
rorata del apestado, la co- ZAR tendencia va a más.
¿Influye en ello los
menzó en el año 50, la toma-
ba y la abandonaba, la acabó
en el año 71 pero no hizo el
A ES talleres literarios?
menor intento por publicarla
hasta 10 años después, cuan- CRIBIR POR JUAN BONILLA

do Leonardo Sciascia le con-


venció de que ya era hora de
que aparcara su mudez. Des-
A LOS
de su publicación, sus cajones
empezaron a surtir de inédi-
tos a sus editores –que dado
su éxito y dado que se le tra-
dujo a muchas lenguas, eran
HOJA 9

que aunque había publicado gún sus propias declaracio- no que se estrena como nove-
algún libro antes de la jubila- nes– abordar un poema. Fue lista: Brian Catling. Conocido
ción –uno sobre Tintín, rees- la necesidad de hacer hablar en el mundo del arte como
crito luego– ha emprendido de su propio duelo por la performer y escultor, hace 10
una meteórica carrera a velo- muerte de su padre la que la años, al cumplir los 60, deci-
cidad de libro por año: Noche puso en la senda de la poesía dió abordar una novela colo-
y niebla en el París ocupado, con el libro Lovely, al que han sal con ecos bíblicos y a la
Los años de Madridgrado, La seguido tres más: en su obra sombra de su maestro Mi-
extraña retaguardia (todos el lirismo dulce envuelve con chael Moorcock. El resultado,
ellos editados por Fórcola). El naturalidad la condición de en tres tomos de los que se ha
más interesante es el último narradora de quien escribe, El escritor italiano Gesualdo Bufalino (1920-1996). MARCELLO MENCARINI / LEEMAGE traducido al español sólo el
porque juega con los límites sus poemas cantan y cuentan, primero (Siruela), es un colo-
de los géneros y ensaya un y son alérgicos a cualquier pu- so que le da una vuelta al gé-
populoso fresco de los habi- rismo o esencialismo. nero en que se inscribe, el de
tantes del Madrid de la Gue- Es el mismo caso de José la novela fantástica. El bosque
rra Civil a la vez que novela Jiménez Lozano, que había infinito está lleno de ángeles y
un estupendo ensayo sobre publicado cuentos, novelas y demonios, guerreros y sacer-
esa cohorte de fantasmas, pí- ensayos –como el espléndido dotes, en un entorno vegetal y
caros, héroes, canallas y retra- Los cementerios civiles–, pero parlanchín –pocas veces se ha
ta la vida de una ciudad en la que sólo después de los 60 puesto con tanto cromatismo
que se iba al frente tomando años comienza una obra poé- la evidencia de que las cosas
un tranvía. Recientemente ha tica –Tantas devastaciones– hablan, de que el mundo es
recopilado ensayos viajeros en la que se han acumulado verborreico, que no se calla
en un muy particular y deli- hasta ahora ocho libros, entre nunca– donde todo es posible:
cioso volumen: Atlas personal ellos El tiempo de Eurídice y para que se hagan una idea,
(Editorial Renacimiento). La estación que gusta al cuco. hay un cíclope que se crió en
Excelente es la primera no- Esta tardanza, naturalmente, una familia de robots y hasta
vela de Gabriel Pérez Gómez, impide a los seleccionadores el inclasificable Raymond
que también dejó atrás los 60 poéticos situar a Jiménez Lo- Roussel tiene su sitio como
años: La confesión de Joaquín zano en cualquier grupo ge- El ‘performer’ y escritor Brian Catling. Antònia Vicens. CATI CLADERA protagonista. En cada página
Grau (Editorial Espuela de neracional, lo que no debe ser se ve que a Catling la dichosa
Plata). En el año 1938 y en un inconveniente para apre- flexibilidad del género no le
Biarritz, un espía del bando ciar la melodía e importancia parece ninguna condena y la
nacional se confiesa ante un de su poesía y lo que, sin du- utiliza a su favor con una pro-
cura porque ha visto cosas da, puede que hasta guste a sa que se gusta. Su taller lite-
que no creeríamos: entre ellas su autor pues subraya una de rario es sin duda el mejor: el
la ejecución del jefe de una sus condiciones evidentes en de la lectura. Se ha bebido a
checa madrileña abierta las nuestro panorama literario: su aquellos a los que considera
24 horas del día. El espía sabe condición de solitario. sus maestros –ha hecho de la
que quien oye su confesión ha Es un caso que se da a me- mímesis un trampolín– y se
huido de la zona nacional: es nudo: el autor que tarda en ha atrevido a dar el salto para
un cura vasco, nacionalista. encontrar su voz, su registro, volver a demostrar que los
La partida de ajedrez ya está su género, pero una vez que mejores maestros son aque-
diseñada. El novelista se las lo encuentra lo dispara verti- llos que se dejan adelantar
arregla para hacerla avanzar ginosamente como alentado por sus discípulos.
con notable pulso y eficacia, por la falta de tiempo. Ahí el Cabe terminar con otro
silueteando el Madridgrado caso más evidente es el de Jo- ejemplo hispano: el de Alber-
donde se cruzan los caminos sé Saramago, que aunque pu- Giuseppe Tomasi di Lampedusa (1896- to Méndez. Otro lector voraz
de tantas criaturas hoy legen- blicó una novela con veintipo- Iñaki Uriarte. MITXI 1957). FONDAZIONE FAMIGLIA PICCOLO DI CALANOVELLA que supo esperar su momen-
darias, casi todos ellos car- cos años, estuvo luego 30 to para darse a la escritura –o
gando un manto de sombra años sin proponerse volver al por lo menos para decidirse a
donde vileza y heroísmo tam- género, dedicado al periodis- mostrar lo que escribía. Los
bién juegan su partida. El au- mo y la crítica cultural y polí- girasoles ciegos fue publica-
tor dedicó su vida al periodis- tica. Cuando le preguntaban a do poco antes de que su au-
mo –rama televisión– y a la qué ese silencio de décadas tor, con 63 años, muriera.
docencia, donde sigue ejer- respondía: no tenía nada que Apenas le dio tiempo a pala-
ciendo. contar. Con casi 60 años da dear su éxito después de una
Y hay que referirse también con su voz en Levantado del vida dedicada a la edición y
a Antònia Vicens, que hace suelo, y en solo una década la distribución de libros.
poco saltaba a las páginas de publica Memorial del conven- Quién sabe si entre las cosas
la prensa por merecer el Pre- to, El año de la muerte de Ri- que ahora mismo se escriben
mio Nacional de Poesía, aun- cardo Reis, La balsa de pie- en los talleres de escritura
que su caso es distinto. Publi- dra, Historia del cerco de Lis- que hay en España, se está
có relatos y novelas –su pri- boa y El evangelio según gestando alguna obra como
mer libro de cuentos data de Jesucristo. esta, donde la experiencia,
1964, cuando ella tenía 23–, Ese hasta ahora no tenía que es lo último que se pier-
pero hasta no cumplidos los nada que contar se lo hemos de, se exprime con tan-
68 años no se le ocurrió –se- oído también al último vetera- El escritor Alberto Méndez (1941-2004). Felipe Alfau (1902-1999). ta pericia y potencia.
e
HOJA 10 EL MUNDO. DOMINGO 24 DE FEBRERO DE 2019

palabras
El valor de los

ANNE detalles. En las


novelas de Anne
Tyler lo que

TYLER aparenta ser


insignificante es
lo que realmente
importa. GERANT
Lo insignifi- LEWIS / CONTACTO

cante es lo
que importa convertida por entonces en
La protagonista de la novela una adolescente rebelde,
cuando ésta le explicará lo
número 22 de la escritora se sucedido. «Nada» será su res-
empeña en no ser como su puesta, una respuesta que
madre, en tener un espacio define, sin ella ser consciente
del todo, el carácter de Willa:
propio, como Virginia Woolf ella no hacía nada, como su
padre, el único que compren-
POR ANNA MARIA IGLESIA de su comportamiento en el
avión, pues ambos han vivido
dejando que las cosas pasen,
dejando que las decisiones
«No conocía a bre bueno que aceptó, por las tomen otros.
NA ninguna otra inercia, por incapacidad o En El baile del reloj, en-
RRA mujer cuyo por inocencia, la vida tal y contramos algunos de los
TIVA principal objeti- como le venía. temas de El viajero acciden-
vo fuera que siempre se su- «Es verdad que no tenía tal: Willa tiene algo de Ma-
piese de antemano lo que ya muchas cosas que me sir- con Leary, el escritor que
cabía esperar de ella». Así vieran de estímulo», recuer- narra los viajes de quienes
se define Willa a sí misma, da Melvin, años después de tienen que viajar por obliga-
la protagonista de El baile la muerte de su mujer, «pe- ción, pues ambos son perso-
del reloj, la novela número ro, por otra parte, había mo- najes aparentemente inca-
22 de Anne Tyler, galardo- mentos sueltos que todavía paces de tomar las riendas
nada en otraa ocasión con el seguían gustándome. Como de su vida, dos personas
Premio Pulitzer. Willa es esa beber la primera taza de ca- que se dejan llevar por los
mujer de la que siempre se fé por la mañana. Trabajar vaivenes de una vida cuyo
sabía de antemano lo que se en algo interesante en el ta- recorrido otros trazan. Am-
podía esperar de ella y es ller. Ver un partido de béis- bos son como los viajeros
que ella siempre había cum- bol en la televisión». Melvin sobre los que escribe Leary:
plido con las expectativas y tuvo que aprender a rehacer están en un constante viaje
las exigencias de los otros. su vida, a crearse una vida que no sólo no desean, sino
«Ella se había esforzado al libre de las ataduras y de la de los que ellos no tienen el
máximo en ser una buena dependencia de su mujer. AJENA AL control. Viajan sin rumbo
madre, lo que para ella sig- En la cocina, espacio cen- RUIDO hasta que, de repente, algo
nificaba ser una madre pre- tral de muchas novelas de cambia. Hay algo de epifáni-
decible. Se había propuesto Tyler, Willa es- DE LOS co en el desper-
que a sus hijos nunca tuvie- cucha a su padre DÍAS tar de Willa, un
ran que preocuparles sus es- ya mayor, ahora Ha ganado el Pulitzer y el National Book íntimo de las personas. Como Alice despertar que
tados de ánimo; que jamás es ella quien se Critics Circle, es autora de 22 novelas y la Munro, Tyler no necesita de grandes se concreta con
tuvieran que mirar por la enfrenta a ese crítica la ha considerado una de las descripciones, los personajes se revelan a la posibilidad de
mañana a hurtadillas en el mismo dilema: autoras más relevantes de la literatura norteamericana través de sus gestos y de los espacios que habitan: «La tener, por fin,
dormitorio de su madre pa- su marido acaba actual. A pesar de ello, Anne Tyler es una mujer habitación de invitados había adquirido el aire de un espacio pro-
ra saber qué tal les iba a ir de fallecer en un discreta. Vive en Baltimore, ciudad en la que sitúa a permanencia, un poco destartalado, del hogar propio». pio –Cheryl le
durante el día». accidente de co- muchos de sus personajes, y ajena al mundo literario. Le basta esta frase para descubrirnos que aquella propondrá
Willa se había preocupa- che, no le hizo Su literatura está hecha de pequeños detalles, de habitación que tenía que ser provisional se está construirse una
do por no ser como su ma- caso cuando ella objetos y gestos que sirven para revelar el aspecto más convirtiendo en el hogar de Willa, en su habitación. pequeña casa
dre, una mujer insatisfecha trató de calmarle en su jardín pa-
que despreciaba a su mari- ante su enfado ra que pueda
do y que no dudaba en con el conductor de delante razada dejó los estudios, a nes y a dejar de estar pen- Las conversaciones con seguir viviendo con ella y
abandonar la casa familiar y trató de convencerle de los que nunca volvió. ¿Fue diente de los deseos o exi- Peter son ejemplares al res- con Denise–, esa habitación
durante días hasta recupe- que adelantarle a una veloci- ese el primer gran gesto de gencias de los demás. En pecto: a pesar de su insisten- propia de la que habló Virgi-
rarse de sus crisis. Su padre, dad excesiva no era la solu- complacencia ante los de- Baltimore, donde viaja cia y enfado por volver a su nia Woolf y que tiene tanto
Melvin, a quien Willa define ción. Él no hizo caso, cuando seos de los otros? No, pero cuando la avisan de que De- vida en Tucson, donde ella que ver con el espacio físico
como un Gandhi, un hom- tenía una idea la quería lle- tampoco fue el último. nise, la antigua novia de su no tenía nada que hacer, na- como con la libertad de to-
bre «siempre bueno» en var a cabo, siempre. Fue así El baile del reloj es la his- hijo, ha sufrido un disparo da de qué ocuparse, Willa se mar las propias decisiones,
comparación con el mundo cómo consiguió convencer a toria de un despertar, el de en la pierna y no tiene a na- mantiene firme, quiere per- de ser dueña del propio
grosero, ruidoso y egocén- Willa para que se casase con Willa, que, ya mayor y casa- die que cuide de Cheryl, su manecer en Baltimore. Esta tiempo y de la propia vida.
trico de su alrededor, tratará él; tenían 23 años y ella algu- da por segunda vez con Pe- hija de 10 años, Willa no só- Willa está muy alejada de la Como siempre en las no-
siempre de comprender a su nos años de estudio por de- ter, un abogado que se resis- lo descubrirá otra ciudad y joven que, en su primer viaje velas de Tyler, son los deta-
incomprensible esposa, de lante, pero la te a jubilarse y otro modo de vida, alejado en avión, junto al que sería lles los que hablan, es en la
justificarla ante la mirada de convenció, a pe- con poco senti- de las comodidades de Tuc- su primer marido, permane- aparentemente insignifican-
sus dos hijas, Willa y la pe- sar de sus reti- do del humor, son, donde se había trasla- ce impertérrita, sin decir na- te vida cotidiana donde se
queña Elaine. Willa se preo- cencias inicia- EL BAILE DEL descubre la po- dado, en parte, por la pasión da, cuando su vecino de producen las grandes revo-
cupará de no ser como su les. Willa se ca- RELOJ sibilidad de co- de Peter por el golf, sino asiento la amenaza diciéndo- luciones, aquellas que llevan
madre, pero, sin darse cuen- só, se marchó ANNE TYLER menzar a vivir también la posibilidad de le que tiene una pistola apun- a una mujer de 61 a adue-
ta, con el paso de los años, con él a la costa Lumen. 344 pags. su propia vida, comenzar una nueva vida, tándola por debajo del asien- ñarse por vez primera de
irá pareciéndose cada vez oeste y cuando 18,95 E. Traductor: a tomar sus esta vez tomando ella mis- to. «¿Y qué hiciste?», le pre- sus deseos y, sobre to-
más a su padre, a ese hom- se quedó emba- J.L. López Muñoz propias decisio- ma sus decisiones. guntará Elaine, su hermana, do, de su vida.
e
EL MUNDO. DOMINGO 24 DE FEBRERO DE 2019 HOJA 11

palabras
EN Una bestia salien-
do del mar con
SA diez cuernos y siete
YO cabezas, ángeles
volando en el cénit llevando la
noticia eterna, «y se entabló
guerra en el cielo», «y vi una
enorme multitud que nadie
puede contar, de todas la ra-
zas, y tribus, y pueblos, y len-
guas, que estaban en pie, ante
el trono y el cordero, vestidos
con ropas blancas y con pal-
mas en las manos», «escribe,
porque estas palabras son fie-
les y veraces»...
Ningún libro de los que
ahorman la Biblia posee tal
misterio y fascinación, ningu-
no sugiere tamaño descon-
cierto. El Apocalipsis atrae
tanto como siembra miedo e
inquietud. Las ilustraciones,
como la de esta página, pinta-
das en el siglo XVI por el ta-
ller de Lucas Cranach el Viejo,
apenas se acercan a unos

TALLER DE LUCAS CRANACH EL VIEJO


planteamientos que resque-
brajan cualquier costura. La
imaginación que sugiere el
texto atribuido al apóstol San
Juan en los años 95 y 96 de
nuestra era en la isla griega
de Patmos desborda cualquier
pesadilla.
Patxi Lanceros, profesor ti-
tular de Filosofía Política y
Teoría de la Cultura de la Uni-
“Y los siete ángeles que tenían las siete trompetas se aprestaron a tocarlas. Y tocó el prime-
versidad de Deusto, ha tradu- ro; y cayó granizo, y fuego, mezclados con sangre, y fueron arrojados sobre la tierra. Y un
cido del griego y escrito un
prólogo de 80 páginas para tercio de la tierra ardió, y un tercio de los árboles ardió, y ardió toda la verde hierba”. (Ap 8, 6-7)
acercarnos en lo posible al úl-
timo libro de la Biblia, que ha

APOCA-
editado Abada bajo el título los evangelios, que son una ta cuya lengua materna no es «una lectura precipitada po-
Apocalipsis o Libro de la Re- recopilación de hechos o di- el griego y perfectamente for- dría conducir a la herejía o al
velación. El Apocalipsis, retra- chos atribuidos a Jesús que mado en la tradición escrita fanatismo. Pese a todo es un
tado también por Durero, El narran los mismos episodios judía. Agrega que no se pue- libro revelado, quizá la reve-
Greco o Max Beckmann, es
una revelación enviada por
Dios mediante su ángel a
LIPSIS en un lenguaje diríase que
sencillo. Pero en ellos late la
convicción de que el fin del
de deducir del texto las condi- lación por antonomasia».
ciones en que se encontraba, Y hace hincapié Patxi
«en Patmos o en cualquier Lanceros en la importancia
Juan, «pues el momento se
acerca». Juan sería algo así El mayor mundo se acerca.
~ El fin de la vida, de los tiem-
otro lugar no lejano», cuando de la imagen sagrada como
escribió la revelación pero sí el procedimiento predomi-
como un escriba iluminado:
«Me arrebató el espíritu en el espectáculo pos, aterra.
~ La eternidad da vértigo, es
que considera que se pueden nante de educación; la esce-
rastrear más de 350 referen- nografía, la palabra y la mú-
día del señor, y escuché tras
de mí una voz potente, como
de trompeta diciendo: ‘Escri-
audiovisual cierto. Pero la finitud que nos
define tampoco se lleva con
tranquilidad. El fin tranquiliza
cias del Antiguo Testamento, sica han funcionado para
que podría ser un anciano y extender una concepción de
que fue testigo (quizá activo) la historia. Aquí impera la
be lo que ves en un libro y en- El filósofo Patxi Lanceros e inquieta. de los disturbios que en los urgencia ante la inminencia
víalo a las siete asambleas: a Lo que Lanceros ofrece, en años 60 del siglo I se exten- del fin. «La verdad de Dios
Éfeso, a Esmirna, a Pérgamo, traduce y desentraña el libro edición bilingüe, es una nueva dieron por la región y que se enfrenta, a muerte, contra
a Tiatira, a Sardes, a Filadelfia más enigmático y fascinante traducción que «pretende lite- destruyeron el la mentira del
y a Laodicea’». ralidad y ser legible en caste- templo de Jeru- mundo, o con-
¿Por qué es tan difícil de en-
de la Biblia, en el que «la llano, que analiza el lugar del salén en el año tra el ejército,
~
tender (o se presta a tantas in- verdad de Dios se enfrenta nacimiento del texto», su con- 70 y la toma y APOCALIPSIS poderoso, de un
terpretaciones) el Apocalipsis? contra el mal que ha hecho torno político y cultural. Ade- masacre de Mas- PATXI LANCEROS agente del mal
~ El Apocalipsis, o revelación, más, se trata de una lectura sada en el 74. 240 págs. Abada que ha hecho
es un libro que está conforma- del mundo injusticia y falsía» realizada «no desde la teolo- Las imágenes editores. 29 E. del mundo in-
do por visiones y oráculos. gía, sino desde la filosofía, la y los símbolos Trad: Patxi Lanceros justicia y fal-
Tanto las figuras que en él POR MANUEL LLORENTE historia, la política y el arte, que aparecen en sía», escribe el
aparecen como los números o que muestra la relevancia que el Apocalipsis filósofo.
series numéricas han dado ha tenido en estos dominios». son muy atractivos. Y no só- «Yo soy el alfa y la omega,
pie a una enorme especula- Considera Patxi Lanceros lo por la conocida alusión al dice el señor, el dios, el que
ción. En la medida en que no hizo para la primera edición cia del Apocalipsis consiste en –que ultima Poder y tiempo, 666: «El que tiene inteligen- es, el que era y el que viene,
se trata tanto de doctrina o de la Biblia de Lutero, se lee, o que vale para muchos presen- un ensayo sobre el Apocalip- cia, que calcule el número de el todopoderoso», se lee en el
concepto, cuanto de un espec- se ve, la crisis del momento: la tes, casi para cada hoy en el sis y su influencia política, la bestia, que es número de Apocalipsis. Y termina así en
táculo audiovisual que tiene bestia aparece con tiara, en que se observen rasgos críti- también para Abada– que el hombre: y su número, 666. el capítulo 22: «Yo testimonio
forma de mito, o que está co- alusión a la Iglesia católica. cos. De hecho, a lo largo de la autor del Apocalipsis es un El libro está ubicado en el a todo el que escuche las pa-
ronado por el mito del comba- ~ ¿Cuál es el ‘mensaje’: la sal- Historia, los movimientos judío creyente en Jesús «co- extremo, en el confín de lo labras de profecía de este li-
te, es posible adaptar la inter- vación en tiempos de penuria apocalípticos, mesiánicos o mo el ungido de Dios, como visible y de lo pensable», di- bro; si alguno pone algo so-
pretación a infinidad de cir- o desconcierto? Si fuera así, milenaristas han proliferado el mesías prometido», segura- ce Patxi Lanceros; el Apoca- bre esto, pondrá el dios sobre
cunstancias. En los grabados eso mismo valdría para hoy... en tiempos de crisis. Nada tie- mente procedente de la re- lipsis llama a una guerra fi- él las plagas descritas
que el taller de Lucas Cranach Ciertamente. La perviven- ne que ver el Apocalipsis con gión de Palestina, un políglo- nal. Y, advierte el filósofo, en este libro».
e
~
HOJA 12 EL MUNDO. DOMINGO 24 DE FEBRERO DE 2019

palabras
MARIANO
PEYROU
Ya sé lo que
nos pasa
Una anécdota, un recuerdo,
un breve diálogo... salpican
aquí y allá los 36 pequeños
capítulos que articulan la
‘Los nombres de las cosas’.
Una novela en la que el
humor apuesta por forzar
una vuelta de tuerca
a la cotidianeidad
POR JUAN MARQUÉS

NA En los mejores novela de hoy (la segunda del


versos de Niños autor tras De los otros y los
RRA enamorados, el cuentos de La tristeza de las
TIVA penúltimo libro fiestas) no sólo suceden cosas
de poemas de Mariano en el interior de los persona-
Peyrou (Buenos Aires, 1971), jes, o en su pasado, sino que,
el narrador del poema ense- como quien no quiere la cosa,
ñaba a su hijo la palabra etcé- sí asistimos a un retrato-robot
tera y, añadía, «nos reíamos generacional, a un escáner
en el autobús con los ejem- social, a un estado de la cues-
plos». Unas páginas antes se tión, a un balance general.
nos ha revelado que «Igual Los nombres de las cosas
que el blanco es la suma/ de se articula a través de 36 pe-
todos los colores,/ el silencio queños capítulos más o me-
es el nombre de/ todo». En las nos monográficos (sobre el son las mismas, trenzadas.
dos citas late ya, por una par- amor, sobre la muerte, sobre Cuando parece, por ejemplo,
te, el juego lingüístico, la juer- el Catastro…) que a su vez es- que una conversación ha de-
ga sin igual de las palabras, tán divididos en secuencias rivado ya claramente hacia el
pero también se insinúa cier- narrativas diminutas: una territorio de lo delirante y se
ta desconfianza ante el len- anécdota, un recuerdo, un va a disolver por puro agota-
guaje, aunque, afortunada- diálogo breve. No es una no- miento, entonces llega la últi-
mente para todos, no es una vela de humor, y sin embargo ma respuesta que explica y
sospecha de estirpe existen- es divertida como pocas que cambia y eleva todo. Y a ve-
cialista, angustiada y angus- haya leído yo en los últimos ces esa explicación no es in-
tiosa, agobiada y agobiante..., años; se conversa en ella so- mediata, sino que culmina
sino nítidamente bienhumo- bre deícticos, sinécdoques, páginas después, a modo de
rada, pasada por el tinte insu- atriciones, etimologías, pelar- ritornelo, o incluso entende-
perable de lo infantil, de lo gonios y contrapropaganda, y mos que se ha adelantado pá-
genuinamente inocente. sin embargo no es en absolu- ginas antes, a través de algu-
La poesía de Peyrou se ca- to una novela pedante (ni lo na prolepsis. Y todo se hace
racteriza por no limitarse a son sus personajes, que sim- con un humor que es eviden-
comunicar al lector el resulta- plemente son listos, ocurren- te pero a la vez está un tanto
do de una meditación, sino tes y cultos, están bien infor- soterrado, además de ser un
que obliga a éste a implicarse mados, se conocen muy bien, poco retorcido y desde luego
en esa cavilación en marcha, se quieren y tienen opiniones exigente, cuando no ambi- ANTONIO HEREDIA
a participar, obligado a en- propias); no se abordan en guo. Un humor, en fin, que tal
contrar un rincón confortable ella temas de excesiva grave- fermedad, la violencia, Mace- mental es la ironía, una ironía vez pueda satisfacer más a acaso no tanto…) muchos
entre las líneas y quedarse a dad, pero desde luego no es donia…), pero Peyrou lo hace en todo caso escurridiza, muy quienes por sistema descon- editores parecen haber con-
ver qué pasa, que en el caso una novela leve, aunque sí li- con ese tono tuyo que tan particular, pero eso no lo ex- fiamos del humor en literatu- cluido que leemos para sufrir,
de este poeta casi siempre es gera, en el sentido de que, en- desconcertante resulta en la plica todo. La extravagancia ra. no para disfrutar, pero aquí
sorprendente o, como míni- tretenidísima, puede perfecta- poesía (incluso en El año del de la literatura de Mariano Mariano Peyrou tiene, sí, están Los nombres de las co-
mo, sugerente. Y ese a ver mente leerse de un tirón a po- cangrejo, su último y mejor li- Peyrou se basa esencialmen- eso que se llama gracia, no sas para demostrar que existe
qué pasa es una co que uno se bro de poemas hasta hoy), y te en el inexplicable hecho de sólo en el sentido del ingenio un modo más lúdico, que no
actitud muy pro- descuide y se que aquí destella de un modo que, sin ningún experimenta- sino en el de la inspiración. Y, frívolo, de explicar lo que nos
pia de la literatu- entregue al pla- más pleno, más desatado, aún lismo, con naturalidad perfec- seguramente sin proponérse- está pasando, y que otra for-
ra de este autor, LOS NOMBRES cer de su lectu- más convincente, aunque ta, consigue superponer lo lo, arremete contra la literatu- ma de denunciar es posible. Y
una vuelta de DE LAS COSAS ra. pueda llegar a dejar al lector absurdo y lo trascendente. No ra mustia, pero también con- está por demostrar que no sea
tuerca a la coti- MARIANO Bien pensado, igual de confundido («¿Quién es que convivan en el libro tra eso que tan machacona- esa vía mucho más eficaz,
dianeidad, una PEYROU sí se tocan te- quiere leer un libro normal?», páginas que apuntan a lo dis- mente viene llamándose aparte de, como buena litera-
serenidad sólo Sexto Piso. 236 mas de enorme se pregunta uno de los perso- paratado y páginas que tien- literatura incómoda. Por al- tura que es, mucho más
relativa: en esta páginas. 17 euros seriedad (la en- najes...). El recurso funda- den a lo sublime, no: es que gún motivo inextricable (o poderosa y duradera.
e
EL MUNDO. DOMINGO 24 DE FEBRERO DE 2019 HOJA 13

panllas
t a CINE
SERIES
VIDEO-
JUEGOS

mergirme directamente en la quiera que contempla la obra


pintura. Prescindir de todo lo de Van Gogh es el propio Van
demás y limitarme a hacer lo Gogh. En un momento dado,
que mejor sé hacer y he he- el color desaparece y, en un
cho toda mi vida: pintar», blanco y negro cerca de la he-
cuenta a modo de prólogo rida, sólo se contempla el po-
Schnabel en Venecia, donde der casi escultórico de unas
se presentó la película en sep- pinceladas labradas en la mis-
tiembre y gracias a la cual Wi- ma piedra. «Se trata», razona

JULIAN llem Dafoe, en la piel del pin- Schnabel, «de conseguir el


tor, conseguiría la Copa Volpi mismo efecto de cuando te le-
como mejor actor. vantas por la mañana perse-

SCHNABEL Y en efecto, de eso trata la guido por un sueño que no sa-


cinta. De colocarse ante ese bes ni nombrar ni describir.
mismo cuadro de dos botas La película se detiene y, en si-

“Vivimos gastadas e intentar atrapar el lencio, se vuelve negra. Que-


sentido mismo de lo inefable, ría conseguir una suerte de

en un de lo no dicho. Con todas las efecto Escalera de Jacob». Y


consecuencias y de la mano llegado a este punto, se niega
de todos los riesgos. La pelí- a dar más explicaciones.
estado cula vive detenida en la nece- Sea como sea, y para que
sidad de huir de cada tópico, quede claro (o perfectamente
de ban- en la obligación de ser dife- confuso), A las puertas de la
rente. Para bien y para todo lo eternidad está rodada en bue-
carrota contrario. «El primer impulso na medida en primera perso-
fue el mismo que me movió a na. Los ojos de Van Gogh son

moral y coger una cámara por prime- los nuestros. «El doctor le di-
ra vez para intentar contar la ce que está confundiendo a la

estética” vida de Basquiat. A Basquiat gente con sus pinturas. A lo


le conocía personalmente y que él contesta: ‘Yo soy mis
estaba convencido de que me- cuadros’. Cuando hice Antes
El pintor lleva al recía ser contado desde den- que anochezca, el mismo
tro de su obra. Veo a Kirk principio movía la vida de Rei-
cine la vida de otro Douglas haciendo de Van naldo Arenas. Él era cada
pintor. ‘A las Gogh en El loco del pelo rojo unos de sus escritos. Y apu-
puertas de la y, aun admirando al que diera rando, yo soy con toda seguri-
vida a Espartaco, me resulta dad mi propia película», expli-
eternidad’ completamente ridículo», di- ca ya casi fuera de sí.
reivindica a Van ce, se toma un segundo y con- Cuenta el director que le
tinúa: «Si te acercas suficien- preocupa la degradación de la
Gogh sin tópicos temente a un cuadro de Van imagen en que vivimos. Lo
Gogh verás que cada una de hace alguien que tuvo la opor-
POR LUIS MARTÍNEZ
las pinceladas o marcas tiene tunidad recientemente de
vida propia. Van Gogh no vio exhibir su propia obra como
nunca en su vida un cuadro pintor en el Museo d’Orsay,
de Goya o Velázquez, pero no lejos de la del propio Van
hay algo que les Gogh. Y habla de
Heidegger, como el une. Y es esa au- Instagram.
CI propio Julian Sch- tonomía particu- «¿Qué sentido
NE nabel (Nueva York, lar de cada uno VAN GOGH, A LAS tiene esa marea
1951), se coloca de- de sus trazos PUERTAS DE LA de autorretratos
lante del cuadro de Van Gogh siempre efectua- ETERNIDAD estúpidos?». Y si-
en el que se representan dos dos rápidamen- JULIAN gue: «Reivindicar
viejas y gastadas botas de te. Es arte abs- SCHNABEL a Van Gogh para
campesino. Y allí acierta a ver tracto». Y ahí, en Con Willem Dafoe. mí es alejarle del
el temor por la seguridad del su genialidad so- turismo brutal
pan, el palpitar ante la llegada breactuada, lo deja. que le hace ser el pintor más
del hijo y, en las grietas que Toda la cinta, que toma su cotizado… Vivimos una abso-
desvelan la certeza del paso nombre de ese último instan- luta bancarrota moral y estéti-
del tiempo, el temblar mismo te justo antes de la misma ca. Y por eso, es más necesa-
ante la inminencia de la muerte, un momento que ria que nunca la reflexión so-
muerte. Al filósofo alemán, igual describe el momento na- bre el significado del arte. Y
como al pintor y cineasta rrado de la biografía del ho- es ahí donde he querido colo-
americano, le importó poco landés como el precipicio de car mi película. No es sobre
que el calzado, como comen- una obra de arte cualquiera; Van Gogh… Es Van Gogh».
tara Paul Gaugin, fuera del toda ella, decíamos, vive en la Heidegger razonaba, siem-
propio Van Gogh que lo usó Julian Schnabel y Willem Dafoe, en el rodaje de ‘A las puertas...’. LILY GAVIN / CBS FILMS superficie misma de la panta- pre delante de las botas aja-
mientras predicaba el evange- lla. Como un lienzo. La rugo- das, que la obra de arte abre a
lio en las fábricas. Fue enton- uno ve exactamente la misma cualquier espectador es su película sobre el pintor… Te- sidad de la piel es su misma su modo el ser del ente. Esta
ces cuando cuidó a un minero pintura, pero siempre diferen- verdadero creador. nía la impresión de que hicie- alma. La imagen se distorsio- apertura, es decir, el desentra-
gravemente enfermo que fi- te. Lo que importa no es tanto Y sobre esta última tesis se ra lo que hiciera era imposible na («la idea la tomé de unas ñar la verdad de lo dado,
nalmente sobrevivió. Para la belleza simple de lo que se levanta Van Gogh, a las puer- escaparse a la enorme canti- viejas gafas bifocales compra- acontece de forma única en el
Van Gogh, las botas represen- contempla como el ejercicio tas de la eternidad, que se es- dad de clichés que rodean a das en un mercadillo», dice) a acto poético de una obra de
taban el milagro de la sana- de verdad, de desvelamiento trena este viernes, la última su figura. Hasta que caí en la la vez que el espectador ocu- arte. El arte, en definitiva, es
ción y, a través de él, la inma- de lo oculto. De alguna mane- película del director de Bas- cuenta de que quizá la forma pa el lugar mismo del prota- el ponerse en operación
nencia del propio Cristo. Cada ra, ante una obra de arte, quiat. «Yo no quería hacer una de enfocar el trabajo era su- gonista. Por un instante, cual- la verdad misma. Y así.
e
HOJA 14 EL MUNDO. DOMINGO 24 DE FEBRERO DE 2019

mc
RECITAL
DISCOS Y

ás ra
SOKOLOV
CONCIER-
TOS PARA Están Pollini, Pires, Kissin, Lang
Lang... Y luego está Sokolov. El
EL FIN DEL

as
maestro ruso no será el más
INVIERNO hablador del mundo, pero cuando
se sienta al piano, las palabras
DEL 24 DE sobran. El 4 de marzo regresa al
FEBRERO AL Auditorio Nacional, dentro del
TEATRO ÓPERA 21 DE MARZO ciclo Grandes Intérpretes de la
DANZA MÚSICAS POR DARÍO Fundación Scherzo, con piezas de
PRIETO Beethoven y Brahms.

MÚ A Rocío Márquez cuadro de tristeza/ arrumbaí- sin tener nada claro lo que otros no deja de ser tradicio-
SI le gusta la vecin-
dad, las voces en
to en la pared».
Para redondear el concep-
queríamos hacer. Estuvimos
enviándonos audios durante
nal. ¿Cuál es la referencia,
qué tomamos como verdad?
CA el patio, el to, la cantaora ha metido en un año, trabajando cancio- La parte tradicional pierde sin Los cantes y
«acompáñame al mercado el proceso creativo al artista nes y desechándolas, hasta la vanguardia, y viceversa. canciones que
que te invito a un botellín» y Manuel León, artífice de la que dimos con la idea de El Desde que se empezó a can-
esos cinco minutos aunque portada, a la fotógrafa Celia Jueves. Se unió Agustín tar se dice que ya no hay can- la han ‘tocado’
sea para tomarte un cafelito, Macías, autora de la foto so- Diassera a la percusión y a te puro. Es difícil poner líneas por dentro los
que te tengo que contar una bre la que dibuja León, al di- la hora de grabar fue rapidí- y no seré yo quien lo haga, ni
cosa. El whasap, si puede señador Ricardo Barquín y simo, porque ya teníamos el para mí ni para nadie. devuelve a la
ser, lo justo, o para inter- al experto en artes visuales disco muy mascado». Visto ~ Hace poco dijo Kiko Vene- memoria
cambiar grabaciones case- Pedro Jiménez. Todo es un en El Jueves tiene un molde no en una entrevista que
ras. «He escuchado esta se- juego de interpretaciones. clásico, voz, guitarra y per- echaba de menos el quejío.
colectiva: éste
rrana que podríamos llevar Los cantes se reinterpretan, cusión, pero la forma busca ~ Creo que la manera de can- es el núcleo
por aquí» o «¿qué te parece las ilustraciones son inter- un camino nuevo. Hasta tar es el resultado del tiempo del nuevo
esta letra por fandangos?». venciones sobre las fotogra- ahora la cantaora había de- que nos toca vivir y de lo que
Así coció a fuego lento esa fías y las tipografías son ti- jado la producción de sus cada uno hemos vivido. Es disco de
maravilla que es Diálogo de pos antiguos encontrados en trabajos en otras manos. Es- evidente que ya no se vive co- Rocío
viejos y nuevos sones (Giral- el mercadillo y digitalizados te es el primer trabajo en el mo en los años 40 ni como en
dillo a la innovación en la por Barquín. Un paso ade- que, además de cantar, lleva los 70. No tenemos las mis- Márquez,
Bienal de Sevilla 2016) con lante pero con la vista atrás, el timón también a nivel mu- mas experiencias. Ni cual- ‘Visto en El
su vecino el violagambista que decía Morente. sical. «Y no te imaginas lo quier tiempo pasado fue me-
Fahmi Alqhai. Y así ha coci- Lo de estarse quieta –crea- orgullosa que estoy», afirma. jor ni lo de ahora no vale na-
Jueves’, que
nado también este Visto en tivamente hablando– Rocío ~ Cuando extiendes en el da. Antes se cantaba hasta las se estrena el
El Jueves, su próximo disco lo lleva regular o mal. Cree suelo de tu casa esos discos siete de la mañana todos los próximo 1 de
que estará disponible el 1 de en esas conexiones artísticas y casetes que has ido com- días. El festival flamenco era
marzo. más o menos azarosas que prando en el mercadillo, el acontecimiento del pueblo marzo. El
En la calle Feria de Sevilla, convergen, o no. Su disco ¿qué mapa sale? y no había otra cosa. Eso ya título hace
donde vivía, cada jueves des- Firmamento surgió de un
de el siglo XIII se monta un cruce con el ensemble de referencia al
mercadillo donde venden to- Proyecto Lorca en el Teatro mercadillo
do tipo de objetos antiguos y Real. Ellos le invitaron a
que se

ROCÍO
de segunda mano. Cervantes acompañar palos clásicos
lo nombra en su Rinconete y con piano, saxo y percusión.
Cortadillo. Hay muebles, ro- Al potaje ella añadió las le-
pa, libros, vajillas, pomos, “No vengo a hacer una
candados y botones. Álbu-
mes de fotos antiguas, mone-
autopsia al cante, sino
a emocionarme y a

MÁRQUEZ
das, llaveros, azulejos con
mensajes, imágenes de san-
tos, cristos y vírgenes. Discos emocionar al público”
de pizarra y de vinilo, casetes
y cedés. Para Rocío el fla-
menco es una manera de despliega
medir el presente a través de cada jueves
ese hilo que engancha con el
pasado. Cada concierto y ca- en la calle
da proyecto es una indaga- tras de mujeres poetas ac- ~ Hay un gran territorio fla- se ha perdido, y tiene sentido Feria de
ción en la memoria. «Este tuales. Aquel lo produjo menco, claro, Paco Toronjo, que se pierda, aunque nos de
ejercicio está presente en to- Raül Refree (Silvia Pérez Marchena, Mairena, Vallejo, pena. Querer conservarlo a la
Sevilla, donde
dos mis discos. Para mí es un Cruz, Rosalía…). ¿Un disco Pepe Pinto, Pastora (La Niña fuerza sería darle un aire fal- entre muebles
proceso de volver a interpre- de flamenco sin guitarra? de los Peines), Fernanda y so, museístico. y botones ella
tar lo que hemos escuchado, Pues sí. «Este nuevo trabajo Bernarda… Pero curiosamen- ~ Has incorporado un poema
lo que hemos sido. Quería re- nace de forma parecida, pe- te también un espacio ocupa- de Antonio Orihuela que dice: buscaba
coger los cantes y canciones ro ahora solo con guitarra y do por la música latinoameri- «Cómo se puede pensar/ en discos de
que me han tocado por den- percusión», explica. «Viene cana: Chabuca Granda, Mer- conversar y en hablar/ si aho-
tro y devolverlos a la memo- de 2015, cuando colaboré cedes Sosa, Atahualpa ra todas las palabras/ son de pizarra y
ria colectiva», dice. Y aquí es con Leonor Leal en su es- Yupanqui… Al ver estos dis- la publicidad…». casetes.
donde la cosa encaja con el pectáculo Naranja amarga, cos y cintas allí reunidos me «...Cómo se puede pensar/
Jueves. Este disco es una re- que presentó en el teatro Vi- he dado cuenta de lo mucho
~
en sobriedad y austeridad/
Pasado y
interpretación musical y vi- llamarta en el Festival de Je- que me atrae esta música. con tanta plata en acción». A presente.
sual de lo visto en el merca- rez. Tocaba la guitarra Cani- ~ ¿Hasta dónde cree que se Antonio también le conocí
dillo. Formas nuevas sobre to. Nunca había cantado con puede tensar la cuerda del fla- en mi barrio, en la calle Fe- POR CÉSAR
viejos fundamentos. Rocío él. Tuvimos una sensación menco tradicional sin romper- ria. Fíjate, otra conexión. Ese SUÁREZ
cita la toná de Agujetas, para tan buena en el escenario la, sin llegar al esperpento? texto es una joya que retrata FOTOGRAFÍA DE
que no le pase a ella lo que que quedamos en vernos Es complejo. Son criterios la actualidad. Yo quería me- JOSÉ AYMÁ
~
canta: «Ya no soy quien era/ con calma y tirar del hilo. de gusto estético. Lo que para ter una letra contundente en
ni quien debía de ser,/ soy un Con el tiempo nos juntamos unos es vanguardia para esto del hablar-cantar, como
HOJA 15

INSTALACIÓN DISCO MÚSICA


DANO LAS ODIO LA CASA AZUL
El revival de la primera Autoficción se llama el Entre La Polinesia meridional (2011) y
década del siglo está aquí. segundo disco de Las La gran esfera (2019) han pasado ocho
Dano –MC, productor, Odio, que se publica el 1 años, pero también otras muchas cosas.
videocreador, miembro del de marzo, justo a tiempo La Casa Azul se ha convertido en uno
colectivo Ziontifik– rinde para el 8-M. Feminismo, de los grandes nombres del pop
tributo a aquellos años en sí, pero también una español y Guille Milkyway, en nuestro
Istmo, proyecto músico- exploración del pop-rock Phil Spector particular. Un genio del
visual con Red Bull como herramienta para sonido que tan pronto da clases en OT
presentado en el Colegio contar la tontería en la como moderniza a Nino Bravo. El viaje
de Arquitectos de Madrid. que estamos inmersas. continúa el 21 de marzo.

hacían Pepe Pinto o Marche- de las redes sociales…, eso cantaba una niña que estaba
na, pero sólo encontraba le- es irracional, yo quiero mirar conmigo en un grupo de can-
tras muy costumbristas. En- a la gente a la cara. to con la profesora Amparo
tonces, leyendo el libro de ~ Dicho así, es el panorama Correa. Yo ya empezaba a ir
Antonio, di con ello y lo cua- opuesto a un mercadillo. por las peñas flamencas.
dré en décimas. La letra de ~ Exactamente. Por eso pro- Cuando escuché cantar Luz
Antonio conecta con todo lo pongo ese paseo por el mer- de luna me quedé helada.
que veo de perjudicial de es- cadillo de segunda mano, de ¡Qué maravilla! (Y canta):
te sistema capitalista. objetos reciclados. Hoy en día «Vengo del ronco tambor de
~ Que es… hay que ser especialmente la luna, en la memoria del pu-
~ El usar y tirar, la rapidez sin crítico para que no te arro- ro animal,/ soy una astilla de
sentido, la sobreestimulación, llen. Pensemos qué parte del tierra que vuelve, hacia su an-
la contaminación… Estamos sistema no nos convence pa- tigua raíz mineral./ Vengo de
perdiendo la costumbre de ra poder decir qué aceptamos dentro del hombre dormido,/
mirarnos a la cara. No pre- y qué no, pero no lo asuma- bajo la tierra gradosa y car-
tendo una revisión canónica mos sin más. Vamos a plan- nal/ rama de sangre, florezco
ni historicista, sino desde el tearnos para qué sirve lo que en el vino, y el amor bárbaro
corazón. Quiero volver a las hacemos, qué tiempo le dedi- del carnaval . Yo quiero luz de
emociones que nos lleven a camos y qué nos aporta cada luna,/ para mi noche triste,/
encontrarnos. cosa. para pensar divina, la ilusión
~ El flamenco siempre ha ~ ¿Le preocupa el resultado que me trajiste/ para sentirte
reivindicado ese sustrato de las últimas elecciones en tu mía, mía tú como ninguna,/
popular. tierra, Andalucía? pues desde que te fuiste, que
~ Quería que ese espíritu de ~ Mucho. Y aún me preocupa no he tenido luz de luna…»,
cante del pueblo estuviera más porque lo que ha ocurri- cantaba El Cabrero. Aquella
muy presente en el disco. do en Andalucía está pasando niña me dijo que la cantaba
Podemos cantar las cosas de a nivel mundial. También es porque se la cantaba su abue-
ahora con las formas de an- cierto que los socialistas lleva- lo, y a mí, al cantarla, me co-
tes. He compuesto una se- ban demasiados años y la ca- necta con el mío, que tenía
rrana que dice: «Me dan, pa- sa hay que airearla. Pienso una taberna donde paraban
ra que me olvide de mi per- que cuando pasa algo así es los cantaores de Huelva.
sona, una vida de imagen, el momento de reflexionar y ~ También cantas ‘Se nos
dinero y gloria… Perdí la lla- rebuscar en la memoria. La rompió el amor’ y ‘Me embru-
ve por aquellos caminos tan historia es un péndulo que jaste’. Parece que la copla in-
delirantes». siste en volver.
~ ¿A qué te refieres? ~ Es que yo siempre he pen-
~ Quiero decir que hoy todo sado que el flamenco y la co-
está volcado hacia afuera y «Desde que pla tienen una relación de
no tenemos tiempo para no- hermanos. Cada uno tiene
sotros mismos. Que a veces se empezó a sus maneras y sus códigos.
nos metemos en una vida de
engaño sin darnos cuenta y
cantar se dice La copla es pa fuera y el fla-
menco pa dentro. Han ido de
eso nos lleva a alejarnos de que ya no hay la mano durante mucho
los demás y a ser infelices. tiempo y luego se han distan-
Damos por asumido que vivir cante puro. Es ciado. O sea, que si hay una
es tener dinero y éxito, pero recuperación de la copla,
no es eso. difícil poner pues bienvenida sea. A ver si
~ ¿Te pasa a ti?
Intento tener mucho cui-
líneas rojas es verdad que empezamos a
difuminar las etiquetas. Esos
~
dado para no caer en la y no seré yo que dicen: «Es que como has
trampa, es una tentación metido un ay donde no es,
muy fuerte. De pronto dices: quien lo haga» entonces ya no es la minera
Pero vamos a ver, ¿no había- como la cantaba no sé
mos quedado que yo lo que quién…». Bueno, ¿y qué más
quería era trabajar para vivir nos lleva y nos devuelve. Pe- da? ¿Hasta qué punto esta-
y no al revés? Ojo, que yo ro de repente se me ha des- mos disfrutando del cante o
amo profundamente lo que pertado algo, una necesidad estamos descuartizándolo
hago y me encuentro a gusto de tomar más conciencia de para analizarlo?
en esta vorágine. A mí el es- las ideas que defiendo, de la ~ Andas guerrera con esto…
cenario no me estresa. Todo tierra que amo y en la que ~ Yo no vengo a hacerle una
pasa tan rápido que nos lo creo. Por eso mi propuesta de autopsia al cante, vengo a
tragamos sin digerirlo. Cuan- incluir temas como Andalu- emocionarme y a tratar de
do te das cuenta estás todo el ces de Jaén o Andalucía. que el público se emocione.
día pegado al móvil, y eso yo ~ Hay otra letra preciosa, Cada vez huyo más de los dis-
no lo quiero. La sociedad te ‘Luz de luna’, que cantaron El cursos absolutistas, de esos
invita continuamente a ven- Cabrero, Chavela Vargas… que hablan de forma tajante.
derte, a llevar la máscara to- ~ La primera vez que la escu- Vamos a mirar hacia
do el día, a estar pendiente ché yo tenía nueve años. La adelante ya de una vez.
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HOJA 16

p
rad a pel
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EL MUNDO. DOMINGO 24 DE FEBRERO DE 2019

mi to ma
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Figuras lejanas, ecos fascinantes


POR Cuando reflexiono sobre lo que consti- terviú, de Warhol. Hasta ese momento era La luna de Madrid, tiempo (que eran también muy buscadas por las coleccionis-
tuyen mis mitos tengo que reconocer de Borja Casani, mi mensual ventana al mundo exterior. tas y mecenas del Nueva York de los años 80, como la mode-
CARLOS que los viajes son los hitos que han Warhol me interesó mucho como personaje. Leí sus diarios, lo Tina Chow). Además de la fascinación que suscita su obra
URROZ marcado mis preferencias. Mis mito- donde relataba todas sus vivencias, desde su vida social a sus fue una sorpresa el descubrimiento de su museo cuando to-
manías están vinculadas a las aportaciones que me propor- gastos diarios; también su diccionario en el que iba definien- davía era un palacio algo polvoriento perdido entre las calle-
cionaba viajar, ya que esta proyección hacia fuera abría mis do, letra a letra, su particular visión del mundo. juelas venecianas. El segundo personaje que me deslumbró
ojos y todos mis sentidos al descubrimiento de personas, rea- Otro viaje, esta vez a Venecia, me hizo descubrir a dos per- fue Peggy Guggenheim: tras haber visto en NuevaYork el mu-
lidades, actitudes, conceptos o modos de expresión que llena- sonajes por los que he sentido absoluta predilección hasta el seo de su progenitor, con esa voluntad de espacio público que
ban mi cabeza de sensaciones nuevas y que agrandaban mi punto de convertirse ambos en protagonistas de mis mitoma- combina compartir con la ciudad sus colecciones de arte del
realidad cercana. Los primeros viajes de mi vida fueron una nías. El primero, Mariano Fortuny: sus creaciones y diseños siglo XX con dar importancia al apellido Guggenheim, el Pa-
manera de escapar de la España gris de los años 70, aprender abarcan un universo que va desde las lámparas a la decora- lazzo Venier Dei Leoni me pareció una puerta abierta a un
otras lenguas era una forma de abrir rutas. A principios de los ción teatral, pasando por sus vestidos y capas, piezas fuera del mundo privado en el que la mecenas mezclaba su pasión por
80, con 16 años, viajé a Nueva ayudar a los artistas y su ímpetu
York con mi familia. El efecto de por seducirlos con la idea de crear
la subyugante metrópoli de la mo- un mundo más allá del lugar y del

GALLEGO
dernidad me atrapó. Allí descubrí tiempo. Este mito me hizo luego

epíl go

&REY
en vivo el universo del arte de buscar otros personajes que hicie-

POR
Warhol, de Basquiat y de Keith o ron de la emoción de coleccionar
Haring. Para mí fue una epifanía la finalidad de su vida: Thyssen-
constatar la sorprendente trayec- Bornemisza, Frick, Isabella
toria de su recorrido, pues esas Stewart Gardner, Pavel Tretiakov,
imágenes coloridas e impactantes Ernst Beyeler, Panza di Buomo...
que comunicaban desde los mu- Fue también Peggy Guggenhe-
ros y tapias de la calle pasaban a im, en sus memorias, Out of This
exponerse en las galerías de arte, Century, lo que me condujo a
y de ahí a los museos. Este dina- otros encuentros con algunos de
mismo entre la creación y su me- los protagonistas descubiertos.
diatización me hizo interesarme Así continué el camino a través de
por el arte del siglo XX y los mu- la lectura de las biografías y auto-
seos dedicados a él. biografías de personajes del siglo
Los grandes nombres –Moma, XX, sobre todo de artistas. En el
Guggenheim– me sedujeron des- tiempo pre internet, leer era la
de el instante en el que los descu- manera de conocer otros mundos
brí. Fue la revelación y el flechazo de forma más pausada que la de
de sus espectaculares espacios lo hoy en día. Los protagonistas de
que me deslumbró. Y no es que algunas de mis lecturas preceden-
fuera ajeno al hábito de visitar tes aparecerían como personajes
museos desde muy pequeño, ya secundarios en las fiestas o inau-
que con mi familia visitábamos guraciones del personaje leído,
regularmente el Museo Sorolla o creando una constelación de per-
el Lázaro Galdiano, próximos a sonajes que deambularon por las
nuestro barrio, o El Prado, que me exposiciones, salones y eventos
cautivó desde la primera visita es- artísticos: Alice B. Toklas y Ger-
colar. Aunque en Madrid no hubo trude Stein, Picasso, Duchamp,
un museo nacional hasta la crea- Kahnweiler, Diaghilev, Beistegui,
ción del Museo Reina Sofia, las Jean Cocteau, Gabrielle Chanel...
exposiciones en la Biblioteca Na- Pero también Truman Capote, y
cional o las que posteriormente con él el Tánger de Paul Bowles y
organizara Carmen Giménez de Jane Bowles o Jack Kerouac.
los grandes artistas del siglo XX Mis mitos son figuras lejanas
anticipaban mi posterior fascina- que han vivido existencias fasci-
ción por los grandes museos. nantes en ciudades que en mi
Fue también en una visita a Es- imaginación se representaban co-
tados Unidos donde caí rendido mo exóticas. Pero otros viajes me
ante la arquitectura industrial y han llevado a muchas de esas ciu-
minimalista que surgió en los dades y en ellas he encontrado a
años 90, y pude completar mi mi- personas que trataron a mis per-
tomanía como seguidor de la vida sonajes idolatrados y que han
y muerte de Keith Haring, en par- añadido datos a lo que yo cono-
ticular de su tienda Pop Shop, cía. He de confesar que, en algún
donde se podía comprar todo tipo caso, se ha rebajado mucho mi
de memorabilia relacionada con fascinación por esas vidas y
su obra y con las primeras cam- obras, haciéndoles caer de
pañas Act Up. Ese mundo me lle- su pedestal de Mito.
e
vó también a la lectura de muchas
publicaciones como la revista In- Carlos Urroz es director de ARCO.

DIRECTOR: ANTONIO LUCAS. REDACTOR JEFE: MANUEL LLORENTE. JEFE DE SECCIÓN: PABLO GIL.
REDACCIÓN: LUIS ALEMANY, LUIS MARTÍNEZ, DARÍO PRIETO, VICENTE ZABALA. PUBLICIDAD: CARLOS.PICCIONI@ELMUNDO.ES

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