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Falacias: Definición, Tipos y

Ejemplos
Por
Santiago Contreras

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Las falacias son un tipo de razonamiento engañoso aunque parezca


verdadero, basado en argumentos con poca solidez, que intentan
convencer a otra persona de manera intencional o involuntaria. Estas
creencias erróneas derivan de un razonamiento lógicamente incorrecto
que le resta validez al argumento.

Debido a que no hay acuerdo sobre cómo definir y clasificar las falacias,
existen diversas definiciones acerca del término. La más aceptada define
las falacias como argumentos deductivamente inválidos o muy débiles,
desde el punto de vista inductivo.

La mentira o engaño subyace en el argumento, ya que este contiene una


premisa falsa injustificada. Algunas falacias son construidas exprofeso o
deliberadamente con la intención de persuadir a los demás; otras veces,
son engaños que se cometen involuntariamente, ya sea por ignorancia o
simple descuido.

El primero en clasificar las falacias fue Aristóteles. Desde entonces se


pueden enumerar por cientos solo los tipos de falacias conocidos, porque
su número puede ser infinito. Generalmente las falacias incluyen
definiciones, explicaciones u otros elementos del razonamiento.

El término falacia se emplea comúnmente como sinónimo de mentira o


falsa creencia. Sin embargo, la mayoría de las falacias involucran errores
que se cometen durante una discusión informal y cotidiana. Las falacias
no son de interés solo para la lógica, sino también para otras disciplinas y
campos del saber.

Están presentes en la vida diaria y se manifiestan en el lenguaje común y


en otros ámbitos como el discurso político, el periodismo, la publicidad, el
derecho y en cualquier otro campo del saber que requiera de la
argumentación y la persuasión.

Índice [Ocultar]
 1 Definición de falacia
o 1.1 Buenos argumentos
o 1.2 Otras teorías
 2 Tipos de falacias y ejemplos
o 2.1 Falacias formales
o 2.2 Falacias informales
 3 Artículos de interés
 4 Referencias

Definición de falacia
La palabra falacia proviene del latín fallacia que significa “engaño”. Se
define como un argumento inválido desde el punto de vista deductivo o
inductivamente muy débil.
Esta argumentación falaz puede también contener una premisa
injustificada o ignorar por completo la evidencia relevante disponible, la
cual debería ser conocida por quien argumenta.

Las falacias pueden cometerse intencionalmente con el fin de persuadir o


manipular a otra persona, pero hay otro tipo de falacias que son
involuntarias o sin intención y se cometen por ignorancia o descuido.

Algunas veces resulta difícil detectarlas por ser muy persuasivas y sutiles;
por ello hay que prestar mucha atención para desenmascararlas.

Buenos argumentos

Los buenos argumentos son aquellos deductivamente válidos o también


inductivamente fuertes. Estos solo contienen premisas verdaderas y
sólidas, las cuales no son solo peticiones.

El problema con esta definición es que conduce a descartar el


conocimiento científico no convencional y a etiquetarlo como falso. Sucede
por ejemplo cuando surge un nuevo descubrimiento.

Esto conduce a un razonamiento científico falaz, porque se parte de la


premisa de falso impuesta anteriormente, aunque algún investigador
podría argumentar que todas las premisas deben ser verdaderas para así
poner fin a la discusión.

Otras teorías

Otra teoría sostiene que la falacia parte de la falta de una prueba adecuada
que avale una creencia, y esa carencia es disfrazada para hacer parecer
la prueba como adecuada.

Algunos autores recomiendan que la falacia sea caracterizada


expresamente como una violación de las normas del buen razonamiento,
la discusión crítica, la comunicación adecuada y la resolución de
disputas. El problema de este enfoque es el desacuerdo que existe sobre
la forma de caracterizar tales normas.

En opinión de algunos investigadores, todas estas definiciones anteriores,


son muy amplias y no hacen distinción entre falacias reales, los errores
más serios y las meras equivocaciones.

Por ello, se cree que debería buscarse llegar a una teoría general de las
falacias que contribuya a distinguir entre el razonamiento falaz y el
razonamiento no falaz.

Tipos de falacias y ejemplos


Desde Aristóteles, las falacias se han clasificado de distintas maneras. El
filósofo griego las clasificó en verbales y no verbales o relativas a las
cosas.

Existen muchas maneras de clasificarlas, pero por lo general la


clasificación que más se utiliza es la categorización de formales e
informales.

Falacias formales

La falacia formal (deductiva) se detecta mediante la examinación crítica


del razonamiento lógico. Es decir, no hay concatenación entre la
conclusión y la premisa, aunque el patrón de razonamiento tiene visos de
ser lógico, es siempre incorrecto.

El patrón que sigue este tipo de falacias es:

Los gatos tienen cuatro patas.

Silvestre es un gato.

Por lo tanto: Silvestre tiene cuatro patas.


Las falacias formales puede detectarse mediante la sustitución de los
elementos que integran las premisas por símbolos, y luego ver si el
razonamiento está ajustado a las reglas de la lógica. Algunos subtipos de
las falacias formales son:

-Apelar a la probabilidad

Con la probabilidad y el conocimiento previo se da por sentado lo que


parece lógico, debido a que es bastante probable.

Ejemplo

Hay nubes oscuras en el cielo.

Las nubes oscuras significan que va a llover.

Entonces hoy lloverá.

– Negación del antecedente

Esta falacia está determinada por un elemento condicional.

Ejemplo

Si brindo a mis amigos, ellos me querrán más.

Esto conduce a una inferencia errónea al negarlo: “Si no brindo a mis


amigos, ellos no me querrán”.

– Falacia de malas razones

Se le conoce igualmente como Argumentum ad Logicam. Aquí se parte del


supuesto de que la conclusión es mala, ya que los argumentos también
son malos.

Ejemplo

Su nuevo novio tiene un automóvil viejo.


Quiere decir que es pobre.

Ella no debería estar con él.

– Falacia del hombre enmascarado

Se le llama también falacia intencional e implica sustituir una de las


partes. Así, cuando las dos cosas intercambiadas son idénticas, se asume
que el argumento es válido.

Ejemplo

La policía informó que el ladrón que robó en casa de Jesús tenía barba.

El vecino de Jesús usa barba.

Por lo tanto, el ladrón es el vecino de Jesús.

– Término medio no distribuido

El término medio del silogismo no cubre en sus premisas a todos los


miembros del conjunto o categoría

Ejemplo

Todo mexicano es latinoamericano.

Un panameño es latinoamericano.

Por lo tanto, algún panameño es mexicano.

Falacias informales

Las falacias informales (inductivas) dependen del contenido propiamente


y tal vez del propósito del razonamiento. Se encuentran más a menudo
que las falacias formales y sus diversos tipos son casi infinitos.
Algunos autores las clasifican en subcategorías, precisamente por lo
extenso de su variedad:

– Falacias de la presunción

Cuando existe la presunción de verdad pero no hay evidencia de ella, se


puede provocar un razonamiento falaz. Dos de estas estas falacias son:

– Falacia de pregunta compleja, que implica llegar a suposiciones


cuestionables.

Ejemplo

“¿Vas a admitir que eso no sirve?” Si se responde afirmativamente queda


demostrada la presunción, pero si se responde no, significa que la
afirmación es cierta pero no se quiere admitir.

– Falacia de generalización apresurada, basada en una situación anormal


única. Es lo contrario a la falacia de generalización.

Ejemplo

“Hitler era vegetariano. Entonces, los vegetarianos no son de confiar”.

– Falacias de relevancia

Este tipo de falacias busca persuadir a una persona con información


irrelevante, a través de la apelación a las emociones y no a la lógica. Aquí
se incluyen:

– Apelación a la autoridad, conocida como Argumentum ad Verecundia; es


decir, argumento de la modestia. La veracidad del argumento está
vinculado con la autoridad o prestigio de quien lo defiende. Es una falacia
lógica porque no depende de la persona que hace la afirmación.

Ejemplo
“Los astronautas creen en Dios. Entonces Dios existe, ¿o crees que sabes
más que ellos?”.

– Apelación a la opinión popular, en la que se sigue la opinión de la


mayoría y se da por cierta una creencia o idea solo porque la opinión
pública la avala.

Ejemplo

“Todos compran esa marca de zapatos, debe ser muy cómoda”.

– Atacar a la persona, también llamada Ad Hominem. Su uso es muy


frecuente en el debate político, pues se sustituyen los argumentos
objetivos por la descalificación personal.

Ejemplo

“Qué puede saber ese diputado acerca del sufrimiento de la gente, si es


un hijo de papá y mamá”.

– Falacia bandwagon, referida a aquellas que contienen argumentos que


resultan atractivos por su popularidad y tendencias sociales.

Ejemplo

“La alimentación verde previene muchas enfermedades. Comeré solo


alimentos no procesados para no enfermarme”.

– Falacias de la ambigüedad

La falta de claridad y un simple malentendido pueden provocar diversos


tipos de estas falacias:

– Falacias de acento, las que ocurren cuando el modo en el cual se enfatiza


una palabra no está claro o genera confusión.

Ejemplo
“A” dice: “Defenderemos los derechos de los hombres hasta sus últimas
consecuencias”.

“B” responde: “Está claro que no defenderán los de las mujeres entonces”.

O el clásico ejemplo de la oración “No tomé el examen ayer”, que se presta


a diversas interpretaciones.

– Falacias de equivocación, que suceden cuando las palabras que se usan


tienen distintos significados.

Ejemplo

Tener fe en la ciencia y tener fe en Dios.

– Falacias del hombre paja, que se refieren a tergiversaciones que se


introducen para que hacer parecer débil un argumento.

Ejemplo

Político 1: “La deuda es muy alta, no deberíamos gastar más en Defensa”.

Político 2: “¡Usted propone dejar al país desprotegido contra los enemigos


externos!”.

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