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ÍNDICE

PALABRAS DE BIENVENIDA
PRESENTACIÓN DEL PLAN DE ESTUDIO

1. NUESTRA HERENCIA WESLEYANA DE SANTIDAD


2. NUESTRA IGLESIA GLOBAL
3. NUESTROS VALORES ESENCIALES

4. NUESTRA MISIÓN
5. NUESTRAS CARACTERÍSTICAS NAZARENAS
6. NUESTRA TEOLOGÍA WESLEYANA

7. NUESTROS ARTÍCULOS DE FE
8. NUESTRA ECLESIOLOGÍA
9. NUESTRO GOBIERNO

10. NUESTRA IGLESIA LOCAL, DE DISTRITO Y GENERAL


11. NUESTRA IGLESIA CONECTADA
12. NUESTRO PROYECTO (IGLESIA LOCAL)

“En sus formas más sublimes en el cielo como en la tierra, la iglesia de Dios se reúne, enseña y adora
en unidad, mas todo esto es para ayudar al individuo a llegar a la semejanza de su Hijo”.
–Phineas F. Bresee

Bienvenidos:
El manual de la Iglesia del Nazareno, en el párrafo “107.1.” que dice: “Cuando haya personas que
deseen unirse con la iglesia, el pastor les explicará los privilegios y responsabilidades como miembros de la misma,
los Artículos de Fe, los requisitos de El Pacto de Conducta Cristiana, así como el propósito y misión de la Iglesia del
Nazareno.
Después de consultar con el comité de evangelismo y membresía de la iglesia, el pastor recibirá a los candidatos
calificados a la membresía de la iglesia en un culto público usando el formulario aprobado para la recepción de
miembros”. (21, 28-33, 110-110.4, 228, 704)

Este material ha sido preparado para cumplir lo que este párrafo señala; la condición básica
de las personas que empezaran este proceso es el siguiente: “Después de haber recibido a Jesucristo
como Señor y Salvador, haber recibido el bautismo en agua y ser recibido como miembro de la iglesia del Nazareno
y por la razones que hayan existido, perdieron su membresía en plena comunión y hoy manifiestan el deseo de gozar
de las responsabilidades y privilegios que la iglesia otorga”. Si este es su caso, le animamos a continuar
este proceso.

La Iglesia del Nazareno está en constante cambio; sin embargo ha dejado en claro desde su
proceso de fundación que la única norma absoluta de fe y conducta es la “Palabra de Dios”.

Plan de estudio:
El plan de estudio consta de cinco sesiones, la primera es informativa y presentara un examen
de ubicación; y las siguientes cuatro son de estudio; usted deberá comprometerse a estudiar
el material que semana a semana le proveerá el maestro; y escribirá sus dudas y preguntas,

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para que en la sesión grupal, puedan dialogarlas y encontrar las respuestas mientras
descubrimos las verdades de la Iglesia del Nazareno.
Las cuatro sesiones siguientes son:
Sesión 1
1. Nuestra herencia wesleyana de santidad
2. Nuestra iglesia global
3. Nuestros valores esenciales

Sesión 2
4. Nuestra misión
5. Nuestras características nazarenas
6. Nuestra teología wesleyana
Sesión 3
7. Nuestros artículos de Fe
8. Nuestra eclesiología
9. Nuestro gobierno

Sesión 4
10. Nuestra iglesia local, de distrito y general
11. Nuestra iglesia conectada
12. Nuestro proyecto (iglesia local)

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SESIÓN 1

INTRODUCCIÓN:
En nuestra primera sesión, veremos un resumen de la historia de la Iglesia del Nazareno, desde
nuestra herencia Wesleyana, hasta la conformación y desarrollo de la iglesia a nivel global;
también estudiaremos los tres valores medulares y como estos impactan nuestra vida y la
forma en la que somos iglesia local.
Te animo a estudiar esta sesión con una libreta y pluma, para que anotes tus preguntas o
dudas y podamos dialogarlo en la sesión grupal. Al finalizar el estudio de la sesión usted
deberá responder a las preguntas que se encuentran al final del material de esta sesión.

1.- NUESTRA HERENCIA WESLEYANA DE SANTIDAD


La Iglesia del Nazareno confiesa que es una rama de aquella iglesia de Cristo que es “una,
santa, universal y apostólica”, y que abraza como suya la historia del pueblo de Dios preservada
en el Antiguo y Nuevo Testamento, y la del pueblo de Dios a través de las edades, cualquiera
haya sido la expresión de la iglesia de Cristo en la edad en la que se ha encontrado. Nuestra
Iglesia recibe los credos ecuménicos de los primeros cinco siglos cristianos como expresiones
de su propia fe.
Nos identificamos con la iglesia histórica en la predicación de la Palabra, en la administración
de los sacramentos, en mantener un ministerio apostólico en fe y práctica, y en inculcar las
disciplinas de una vida y servicio a la semejanza de Cristo. Nos unimos a los santos en atender
al llamado bíblico a una vida santa y de devoción entera a Dios, lo cual proclamamos
mediante la teología de la entera santificación.
Nuestra herencia cristiana fue mediada a través de la Reforma Inglesa del siglo XVI y el
avivamiento wesleyano del siglo XVIII. Por medio de la predicación de Juan y Carlos Wesley,
personas por toda Inglaterra, Escocia, Irlanda y Gales se alejaban del pecado y recibían el
poder para servir a Dios.
Este avivamiento se caracterizó por la predicación de los laicos, por los testimonios y la
disciplina, y por los círculos de discípulos vehementes conocidos como “sociedades”, “clases” y
“bandas”. Los hitos teológicos del avivamiento wesleyano incluyeron: la justificación por gracia
mediante la fe; la santificación o la perfección cristiana, también por gracia mediante la fe;
y el testimonio que da el Espíritu a la seguridad de la gracia.
Las contribuciones distintivas de Juan Wesley incluyeron el énfasis en la entera santificación
como provisión de la gracia de Dios para la vida cristiana. Este fue un énfasis que llegó a
esparcirse por todo el mundo. En los Estados Unidos, la Iglesia Metodista Episcopal se organizó
en 1784 “para reformar al continente y para diseminar la santidad bíblica por estas tierras”.
A mediados del siglo XIX se daría el desarrollo de un énfasis renovado en la santidad cristiana.
Timothy Merritt, de Boston, Massachusetts, despertó el interés como editor de la revista Guide
to Christian Perfection (Guía para la perfección cristiana). Phoebe Palmer, de la Ciudad de
Nueva York, y quien dirigía la Reunión de los Martes para la Promoción de la Santidad, se
convirtió en una solicitada oradora, autora y editora. En 1867, los predicadores metodistas J.
A. Wood, John Inskip y otros, en Vineland, Nueva Jersey, iniciaron el primero de una larga serie
de cultos campestres de santidad que renovaron la búsqueda wesleyana de la santidad por
todo el mundo.
La Iglesia Metodista Wesleyana, la Iglesia Metodista Libre, el Ejército de Salvación y algunos
entre los menonitas, Los Hermanos y los cuáqueros también hicieron hincapié en la santidad
cristiana. Los evangelistas llevaron este movimiento a Alemania, el Reino Unido, Escandinavia,
India y Australia.
Se levantaron nuevas iglesias de santidad, incluyendo la Iglesia de Dios (Anderson, Indiana),
como resultado de estos esfuerzos surgieron asociaciones misioneras, misiones urbanas y otras
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congregaciones de santidad. La Iglesia del Nazareno nació como producto del impulso de
unir a muchas de ellas en una iglesia de santidad.

UNIDAD EN SANTIDAD
En 1887, Fred Hillery organizó la Iglesia Evangélica del Pueblo (Providence, Rhode Island). La
Iglesia Misionera (Lynn, Massachusetts) siguió en 1888. En 1890, estas dos, más otras ocho
congregaciones de Nueva Inglaterra formaron la Asociación Central Evangélica de Santidad.
Anna S. Hanscome, ordenada en 1892, fue la primera mujer ordenada al ministerio en el linaje
nazareno.
Entre 1894 y 1895, William Howard Hoople organizó tres congregaciones de santidad en
Brooklyn, Nueva York, que luego formaron la Asociación de Iglesias Pentecostales de América.
“Pentecostal” era sinónimo de “santidad” para estos y otros fundadores nazarenos. Los grupos de
Hillery y Hoople se unieron en 1896 y abrieron obra en la India (1899) y en Cabo Verde (1901).
Hiram Reynolds, su secretario de misiones, también organizó congregaciones en Canadá
(1902). Para 1907, el grupo se extendía desde Nueva Escocia hasta Iowa.
Robert Lee Harris organizó la Iglesia Neotestamentaria de Cristo (Milán, Tennessee) en 1894.
Mary Lee Cagle, su viuda, la llevó hasta el oeste de Texas en 1895. C. B. Jernigan organizó la
primera Iglesia Independiente de Santidad (Van Alstyne, Texas) en 1901. Estas iglesias se
fusionaron en Rising Star, Texas (1904), formando la Iglesia de Cristo de la Santidad. Para 1908,
la Iglesia se extendía desde Georgia hasta Nuevo México, ministrando a los marginados y
necesitados y ayudando a los huérfanos y a las madres solteras y a la vez manteniendo
conexiones con sus obreros en India y Japón.
Phineas F. Bresee y Joseph P. Widney, con cerca de otras 100 personas, organizaron la Iglesia
del Nazareno en Los Ángeles en 1895. La Iglesia mantenía que los cristianos santificados por la
fe debían seguir el ejemplo de Cristo y predicar el evangelio a los pobres. Creían que su tiempo
y dinero debía darse a ministerios que reflejaran a Cristo, a salvar las almas y a ayudar a los
necesitados. La Iglesia del Nazareno se extendió principalmente a lo largo de la costa oeste
de los Estados Unidos, aunque algunas de las congregaciones establecidas llegaban tan lejos
hacia el este como Illinois. La Iglesia también sostenía una misión autóctona en Calcuta, India.
En octubre de 1907, la Asociación de Iglesias Pentecostales de América y la Iglesia del
Nazareno sesionaron conjuntamente en Chicago, Illinois, a fin de formar el gobierno de una
nueva iglesia.
Sería un gobierno que equilibraría la superintendencia con los derechos congregacionales.
Los superintendentes auspiciarían y atenderían a las iglesias establecidas, y fomentarían y
organizarían nuevas iglesias, pero sin interferir con las acciones independientes de una iglesia
plenamente organizada. En la reunión hubo participación de los delegados de la Iglesia de
Cristo de la Santidad.
Ésta, que fue la Primera Asamblea General, adoptó un nombre que provenía de ambas
organizaciones: Iglesia del Nazareno Pentecostal. Bresee y Reynolds fueron electos
superintendentes generales.
En septiembre de 1908, la Conferencia de Pennsylvania de la Iglesia Cristiana de la Santidad
bajo el liderazgo de H. G. Trumbaur se unió a los nazarenos pentecostales. El 13 de octubre
del mismo año, la Segunda Asamblea General se reunió con el Concilio General de la Iglesia
de Cristo de la Santidad, en Pilot Point, Texas, con el fin de unir a las dos iglesias.
Dirigidos por J. O. McClurkan, la Misión Pentecostal fue formada en Nashville en 1898, uniendo
a creyentes de santidad de Tennessee y estados circunvecinos. Esta Misión envió pastores y
maestros a Cuba, Guatemala, México e India. En 1906 George Sharpe fue expulsado de la
Iglesia Congregacional de Parkhead en Glasgow, Escocia, por predicar la doctrina wesleyana
de la santidad cristiana. Como resultado, se formó la Iglesia Pentecostal de Parkhead y
también se organizaron otras congregaciones, lo cual resultó en la fundación de la Iglesia

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Pentecostal de Escocia en 1909. La Misión Pentecostal y la Iglesia Pentecostal de Escocia se
unieron a la Iglesia del Nazareno Pentecostal en 1915.
La Quinta Asamblea General (1919) cambió el nombre oficial de la denominación por el de
Iglesia del Nazareno. La palabra “pentecostal” ya no era sinónimo de la doctrina de santidad
como se le había entendido a finales del siglo XIX, cuando los fundadores originalmente
adoptaron el nombre de la Iglesia. Así, la joven denominación permaneció fiel a su misión
original de predicar el evangelio de plena salvación.

2.- NUESTRA IGLESIA GLOBAL


El carácter esencial de la Iglesia del Nazareno obtuvo su forma de las iglesias fundadoras que
se habían unido hasta 1915. En este carácter había una dimensión internacional. La
denominación ya apoyaba a iglesias plenamente organizadas en Estados Unidos, India, Cabo
Verde, Cuba, Canadá, México, Guatemala, Japón, Argentina, Reino Unido, Suazilandia,
China y Perú. Para 1930, había llegado a Sudáfrica, Siria, Palestina, Mozambique, Barbados y
Trinidad. Para este proceso fueron esenciales líderes nacionales como los superintendentes de
distrito V. G. Santín (México), Hiroshi Kitagawa (Japón) y Samuel Bhujbal (India). El carácter
internacional de la Iglesia se reforzó todavía más con las nuevas adhesiones.
En 1922, J. G. Morrison trajo a nuestra Iglesia a numerosos obreros de la Layman’s Holiness
Association (Asociación Laica de Santidad) y a más de 1,000 de sus miembros, todos
procedentes de las dos Dakotas, de Minnesota y de Montana. Chung Nam Soo (Robert
Chung) trajo una red de pastores y congregaciones coreanas a la Iglesia del Nazareno en la
década de 1930. Las iglesias en Australia, bajo el liderazgo de A. A. E. Berg, se unieron en 1945.
Alfredo del Rosso trajo a las iglesias italianas a la denominación en 1948. La obra sudafricana
de la Hephzibah Faith Missionary Association (Asociación Hefziba Misionera de Fe) y su centro
en Tabor, Iowa, se unieron a los nazarenos alrededor de 1950.
La International Holiness Mission (Misión Internacional de Santidad), fundada en Londres en
1907 por David Thomas, desarrolló un extenso trabajo en el sur de África bajo la dirección de
David Jones.
En 1952, sus iglesias en Inglaterra dirigidas por J. B. Maclagan y su trabajo en África se unieron
a los nazarenos. Maynard James y Jack Ford formaron la Calvary Holiness Church (Iglesia de
Santidad El Calvario) en Bretaña en 1934, y se unieron a los nazarenos en 1955. La Gospel
Workers Church (Iglesia de Obreros del Evangelio), organizada por Frank Goff, en Ontario,
Canadá, en 1918, se unió a la Iglesia del Nazareno en 1958. Hubo nigerianos que formaron
una Iglesia del Nazareno autóctona en los años 1940 y, dirigidos por Jeremiah U. Ekaidem, se
unieron al cuerpo internacional en 1988. Estas diversas adhesiones fortalecieron el carácter
internacional de la Iglesia del Nazareno.
A la luz de estos acontecimientos, los nazarenos estaban desarrollando conscientemente un
modelo de iglesia que difería de la norma protestante. En 1976, se creó una comisión de
estudio para examinar la forma futura de la denominación. Su informe de 1980 recomendaba
que la Asamblea General adoptara deliberadamente una política de internacionalización
basada en dos principios.
Primero, que se reconociera que las iglesias y distritos nazarenos constituían globalmente “una
comunidad mundial de creyentes en la que existe una total aceptación dentro de sus contextos culturales”.
Segundo, se identificara un compromiso común con “la misión distintiva de la Iglesia del Nazareno”, a
saber, la de “diseminar la santidad bíblica… (Como) elemento clave en el núcleo de lo no negociable que
representa la identidad nazarena”.
La Asamblea General de 1980 acogió además la “uniformidad teológica internacional” alrededor de
los Artículos de Fe, afirmó la importancia de la capacitación teológica para todos los ministros,
e hizo un llamado para que hubiera un apoyo adecuado para las instituciones de educación
teológica en todas las áreas del mundo. Convocó igualmente a los nazarenos a la madurez
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como comunidad internacional de santidad dentro de un solo marco relacional en el que la
mentalidad colonial que evaluaba a las personas y naciones en términos de “débiles y fuertes,
donadores y receptores”, diera paso a “una que asuma una forma totalmente diferente de ver el mundo:
reconocer las fortalezas y las igualdades de todos sus miembros”.
La Iglesia del Nazareno ha tenido subsecuentemente un patrón de crecimiento único entre
los protestantes. Para 1998, la mitad de los nazarenos ya no vivía en los Estados Unidos y
Canadá, y el 41 por ciento de los delegados a la Asamblea General de 2001 hablaban inglés
solo como segunda lengua o no lo hablaban. En 2009, el presbítero africano Eugénio R.
Duarte, de Cabo Verde, fue electo como uno de los superintendentes generales de la Iglesia.

PECULIARIDAD DEL MINISTERIO INTERNACIONAL


Los ministerios nazarenos estratégicos se han centrado históricamente en la evangelización,
el ministerio social y la educación. Han florecido gracias a la cooperación entre los misioneros
transculturales y los miles de pastores y obreros laicos que han adaptado los principios
wesleyanos dentro de sus culturas respectivas.
Hiram F. Reynolds jugó un rol estratégico en el establecimiento de los ministerios transculturales
y en el desarrollo del concepto denominacional de evangelización mundial. Durante un
cuarto de siglo como superintendente general, su constante apoyo ayudó a elevar a las
misiones a nivel de prioridad denominacional. Desde 1915, Misiones Nazarenas Internacionales
(originalmente Sociedad Femenil Misionera) ha recaudado fondos y promovido la educación
misionera en las congregaciones alrededor del mundo.
Los primeros nazarenos eran personas compasivas que testificaban de la gracia de Dios
apoyando esfuerzos contra el hambre en la India y estableciendo orfanatorios, casas de
maternidad para jóvenes solteras, y misiones urbanas que ministraban a los adictos y
desamparados. En la década de 1920, las prioridades del ministerio social de la iglesia
cambiaron hacia la medicina, y se construyeron hospitales en China y Suazilandia, y después
en India y Papúa Nueva Guinea. Ahora los médicos profesionales nazarenos cuidaban a los
enfermos, realizaban cirugías, capacitaban enfermeras y patrocinaban clínicas móviles entre
varios de los grupos de personas más pobres del mundo.
También se establecieron clínicas especializadas, tales como una clínica para leprosos en
África. La creación de Ministerios Nazarenos de Compasión en la década de 1980 permitió
una gama mayor de ministerios sociales que permanecen hasta el día de hoy y que incluyen
el patrocinio de niños, la ayuda en casos de desastre, la educación sobre el SIDA, el apoyo a
los huérfanos, y los proyectos de agua y de distribución de alimentos.
Las escuelas dominicales nazarenas y los estudios bíblicos siempre han sido parte de la vida
de nuestras congregaciones y tienen un rol importante en la formación de discípulos
semejantes a Cristo. La iglesia ha invertido en la educación básica y en la alfabetización
desde sus primeros años, como es el caso con la Escuela Hope para niñas en Calcuta,
fundada en 1905. Las escuelas nazarenas preparan a las personas alrededor del mundo para
una participación plena en la vida social, económica y religiosa.
Hasta mediados del siglo XX, la mayoría de las primeras universidades nazarenas en los Estados
Unidos tuvieron escuelas primarias y secundarias anexas a ellas.
Los fundadores nazarenos invirtieron de manera considerable en la educación superior por
creerla esencial para la capacitación de los pastores y otros obreros nazarenos y para la
formación de los laicos. La Junta Internacional de Educación de la denominación cataloga
a las instituciones nazarenas de educación superior alrededor del mundo, lo que incluye
universidades de artes liberales en África, Brasil, Canadá, el Caribe, Corea y los Estados Unidos,
seminarios e institutos bíblicos, escuelas de enfermería en India y Papúa Nueva Guinea, y
escuelas de posgrado en teología en Australia, Costa Rica, Inglaterra, las Filipinas y los Estados
Unidos.

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Con el tiempo, la Iglesia del Nazareno ha pasado de ser una iglesia con presencia
internacional a ser una comunidad global de creyentes. Cimentados en la tradición
wesleyana, los nazarenos se ven como un pueblo cristiano, de santidad y misional, y han
acogido como su declaración de misión, “Hacer discípulos semejantes a Cristo en las naciones”.

3.- NUESTROS VALORES ESENCIALES


1. Somos un Pueblo Cristiano
Como miembros de la iglesia universal, nos unimos a los verdaderos creyentes en la
proclamación del señorío de Jesucristo y en los credos trinitarios históricos de la fe cristiana.
Apreciamos nuestra herencia wesleyana de santidad y la consideramos la manera de
comprender la fe verdadera de acuerdo con la Escritura, la razón, la tradición y la
experiencia.
Nos unimos a todos los creyentes en la proclamación del señorío de Jesucristo. Creemos que,
en el amor divino, Dios ofrece a todas las personas el perdón de los pecados y la
reconciliación. Al ser reconciliados con Dios, somos reconciliados unos con otros, amándonos
unos a otros como Dios nos ha amado, perdonándonos unos a otros como hemos sido
perdonados por Dios. Creemos que nuestra vida en comunidad muestra el carácter de Cristo.
Consideramos la Escritura como la fuente principal de la verdad espiritual confirmada por la
razón, la tradición y la experiencia.
Con todo el pueblo de Dios, confesamos y alabamos a Jesucristo el Señor. Jesucristo es el
Señor de la iglesia, que, como el Credo de los Apóstoles dice, es una iglesia santa, universal y
apostólica. En Jesucristo y a través del Espíritu Santo, Dios el Padre ofrece el perdón de
pecados y la reconciliación a todo el mundo. Quienes responden a la oferta de Dios en fe
vienen a ser el pueblo de Dios. Habiendo sido perdonados y reconciliados en Cristo,
perdonamos y somos reconciliados unos con otros. De esta manera somos la iglesia y el
Cuerpo de Cristo y revelamos la unidad de ese Cuerpo. Como el Cuerpo de Cristo tenemos
“un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo”. Afirmamos la unidad de la iglesia de Cristo y nos esforzamos
por todos los medios para preservarla (Efesios 4:3-5).
2. Somos un Pueblo de Santidad
Dios, quien es santo, nos llama a una vida de santidad. Creemos que el Espíritu Santo desea
efectuar en nosotros una segunda obra de gracia, conocida con varios términos incluyendo
“entera santificación” y “bautismo con el Espíritu Santo” —limpiándonos de todo pecado; renovándonos a
la imagen de Dios; dándonos el poder para amar a Dios con todo nuestro corazón, alma,
mente y fuerza, y a nuestro prójimo como a nosotros mismos; y produciendo en nosotros el
carácter de Cristo. La santidad en la vida de los creyentes se entiende más claramente como
semejanza a Cristo.
La obra del Espíritu Santo nos restaura a la imagen de Dios y produce en nosotros el carácter
de Cristo. Se nos exhorta en las Escrituras y somos atraídos por gracia para adorar y amar a
Dios con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerza, y a nuestro prójimo como a nosotros
mismos. Para este fin nos consagramos plena y completamente a Dios, creyendo que
podemos ser “enteramente santificados”, como una segunda crisis en la experiencia espiritual.
Creemos que el Espíritu Santo nos convence, limpia, llena y da poder a medida que la gracia
de Dios nos transforma día tras día en un pueblo de amor, de disciplina espiritual, pureza ética,
rectitud moral, compasión y justicia. La obra del Espíritu Santo nos restaura a la imagen de Dios
y produce en nosotros el carácter de Cristo. La santidad en la vida de los creyentes se
entiende más claramente como semejanza a Cristo.
Creemos en Dios el Padre, el Creador, que da vida a lo que no existe. En otro tiempo no
éramos, pero Dios nos llamó a ser, nos hizo para sí mismo, y nos formó a su propia imagen.

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Hemos sido comisionados para llevar la imagen de Dios: “Yo soy Jehová, vuestro Dios. Vosotros por tanto os
santificaréis y seréis santos, porque yo soy santo” (Levítico 11:44a).
3. Somos un Pueblo Misional
Somos un “pueblo enviado” que responde al llamado de Cristo y es capacitado por el Espíritu
Santo para ir al mundo, a testificar del señorío de Cristo y participar con Dios en la edificación
de la iglesia y la extensión de su reino (2 Corintios 6:1). Nuestra misión (a) principia en la
adoración, (b) ministra al mundo en el evangelismo y la compasión, (c) ánima a los creyentes
a la madurez cristiana a través del discipulado, y (d) prepara a mujeres y hombres para el
servicio cristiano a través de la educación cristiana superior.
A. Nuestra misión de adoración
La misión de la iglesia en el mundo comienza en la adoración. A medida que nos
reunimos delante de Dios en adoración —cantando, escuchando la lectura pública de
la Biblia, dando nuestros diezmos y ofrendas, orando, escuchando la Palabra
predicada, bautizando y participando en la Santa Cena—, sabemos más claramente
lo que significa ser el pueblo de Dios. Nuestra convicción de que la obra de Dios en el
mundo se logra principalmente a través de congregaciones que adoran, nos lleva a
entender que nuestra misión incluye recibir nuevos miembros en el compañerismo de
la iglesia, y a la organización de nuevas congregaciones que adoren. La adoración es
la expresión más alta de nuestro amor a Dios.
La adoración es la expresión más alta de nuestro amor a Dios. Es una adoración
centrada en Dios que honra a Aquél que en su gracia y misericordia nos redime. El
contexto primario de la adoración es la iglesia local donde el pueblo de Dios se reúne,
no en una experiencia centrada en sí misma o para la autoglorificación, sino como
entrega y ofrecimiento propio. La adoración es la iglesia en servicio de amor y
obediencia a Dios.
B. Nuestra misión de compasión y evangelismo
Como pueblo consagrado a Dios, compartimos su amor por los perdidos y su
compasión por los pobres y afligidos. El Gran Mandamiento (Mateo 22:36-40) y la Gran
Comisión (Mateo 28:19-
20) nos impulsan a enfrentarnos al mundo con evangelismo, compasión y justicia. Para
este fin, nos hemos comprometido a invitar a la fe a todo ser humano, a cuidar de los
necesitados, a oponernos a la injusticia y apoyar al oprimido, a proteger y preservar los
recursos de la creación de Dios, e incluir en nuestro compañerismo a todo aquel que
invoque el nombre del Señor.
A través de esta misión en el mundo, la iglesia demuestra el amor de Dios. La historia de
la Biblia es la historia de Dios reconciliando al mundo consigo mismo, finalmente a través
de Cristo Jesús (2ª Corintios 5:16-21). La iglesia es enviada al mundo para participar con
Dios en este ministerio de amor y reconciliación por medio del evangelismo, la
compasión y la justicia.
C. Nuestra misión de discipulado
Nos hemos comprometido a ser —e invitamos a otros a convertirse en— discípulos de
Jesús. Con esto en mente, nos comprometemos a proveer los medios (escuela
dominical, estudios bíblicos, pequeños grupos de mutua responsabilidad, etc.), a través
de los cuales se anima a los creyentes a crecer en su comprensión de la fe cristiana y
en su relación unos con otros y para con Dios. Entendemos que el discipulado incluye
que nos sometamos a obedecer a Dios y a las disciplinas de la fe. Creemos que
debemos ayudarnos unos a otros para practicar la vida de santidad a través del
compañerismo cristiano, el sostenimiento y la mutua responsabilidad de amor. Wesley
dijo: “Dios nos ha unido los unos con los otros para fortalecer nuestras manos”.

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El discipulado es el medio a través del cual el Espíritu Santo nos lleva gradualmente a la
madurez en Cristo.
El discipulado cristiano es un estilo de vida. Es el proceso de aprender cómo quiere Dios
que vivamos en el mundo. A medida que aprendemos a vivir en obediencia a la
Palabra de Dios, en sumisión a las disciplinas de la fe, y en mutua responsabilidad unos
para con otros, principiamos a entender el verdadero gozo de la vida disciplinada y el
significado cristiano de la libertad.
El discipulado no es un esfuerzo meramente humano; no es el sometimiento a reglas y
reglamentos. Es el medio a través del cual el Espíritu Santo nos lleva gradualmente a la
madurez en Cristo. A través del discipulado llegamos a ser un pueblo con carácter
cristiano. La meta final del discipulado es ser transformados a la semejanza de Jesucristo
(2 Corintios 3:18).
D. Nuestra misión en la educación superior cristiana
Estamos comprometidos con la educación superior cristiana, a través de la cual los
hombres y las mujeres son equipados para vidas de servicio cristiano. En nuestros
seminarios, colegios bíblicos, colegios y universidades, estamos comprometidos con la
búsqueda del conocimiento, el desarrollo del carácter cristiano, y la preparación de
líderes para lograr nuestro llamado divino de servir en la iglesia y en el mundo.
La educación superior cristiana ocupa un lugar central en la misión de la Iglesia del
Nazareno. En los años iniciales de la Iglesia del Nazareno, se organizaron instituciones
de educación superior cristiana con el propósito de preparar a hombres y mujeres de
Dios para el liderazgo y servicio cristiano en el avance global del avivamiento
wesleyano de santidad. Nuestro compromiso continuo con la educación superior
cristiana a través de los años ha producido una red mundial de seminarios, escuelas
bíblicas, colegios y universidades.

CONCLUSIÓN:
Reconocemos que Dios ha sido quien nos ha permitido existir con el propósito definido de
predicar el Evangelio de Salvación y Entera Santificación; que las formas en las que hacemos
la misión varían de iglesia local a iglesia local; y esperamos que cada miembro de nuestra
iglesia colabore para que juntos alcancemos a cumplir nuestra misión “Hacer discípulos semejantes
a Cristo en las naciones”. Empezando en nuestros hogares con nuestras familias, luego yendo a
nuestros vecinos y amigos no creyentes. No tenemos interés en otros cristianos, sino en los no
creyentes por los que vino nuestro Señor Jesús.

TEXTO PARA MEMORIZAR:


“Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido”. Lucas 19:10.

ACTIVIDAD:
1.- Después de leer la breve historia de la denominación, ¿qué aspectos llaman su atención?
¿Qué revelan acerca de la identidad de la Iglesia del Nazareno?

2.- Identifique gente o ministerios en la historia de la Iglesia del Nazareno que estuvieron en su
área o cerca de ella. ¿Qué tan consciente estaba de su conexión con estos ministerios del
pasado?

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3.- ¿De qué manera el alcance del ministerio de la Iglesia del Nazareno da forma a su manera
de ver la denominación como un todo y a su congregación en particular?

4.- ¿Qué queremos decir los nazarenos cuando nos identificamos como pueblo cristiano?

5.- ¿Qué queremos decir los nazarenos cuando nos identificamos a nosotros mismos como un
pueblo de santidad?

6.- ¿Qué queremos decir los nazarenos cuando nos identificamos como un pueblo misional?

7. ¿Cómo ve usted expresados en la historia de la iglesia cada uno de nuestros valores


esenciales?

8. Nuestros valores esenciales están resumidos en nuestra declaración de misión, que es “hacer
discípulos semejantes a Cristo en las naciones”. ¿Cómo ve usted expresado cada uno de esos valores
en nuestra declaración de misión?

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Sesión 2

INTRODUCCIÓN:
En esta sesión estudiaremos nuestra misión, después veremos las características particulares
de la Iglesia del Nazareno y por ultimo nuestra Teología en la tradición Wesleyana.
Recordemos estudiar la sesión con libreta y pluma en mano para poder anotar tus dudas y
preguntas; y responder las preguntas al final del material de esta sesión.

1.- NUESTRA MISIÓN


La misión de la Iglesia del Nazareno es hacer discípulos semejantes a Cristo en las naciones.
Somos una iglesia de la Gran Comisión (Mateo 28:19-20). Como comunidad global de fe, se
nos ha comisionado llevar las buenas nuevas de vida en Cristo Jesús a gente en todas partes
y diseminar el mensaje bíblico de la santidad (vivir a la semejanza de Cristo) en todos los países.
La Iglesia del Nazareno une a personas que han hecho de Jesucristo el Señor de sus vidas, que
comparten en la comunión cristiana, y que buscan fortalecerse mutuamente en el desarrollo
de su fe mediante la adoración, la predicación, la capacitación y el servicio a otros.
Junto a nuestro compromiso personal con una vida semejante a la de Cristo, también nos
esforzamos por expresar la compasión de Jesucristo a todas las personas.
Aunque el motivo principal de la iglesia es glorificar a Dios, también se nos llama a participar
activamente en su misión, a saber, reconciliar al mundo consigo mismo.
La declaración de misión contiene los fundamentos históricos de nuestra misión: evangelismo,
santificación, discipulado, compasión. La esencia de la santidad es la semejanza a Cristo.
Los nazarenos son más y más un pueblo enviado a las casas, a los lugares de trabajo, a las
comunidades y aldeas, y a otras ciudades y países. Ahora enviamos misioneros desde todas
las regiones del mundo.
Dios continúa llamando a personas ordinarias para que hagan cosas extraordinarias, y todo
porque la persona del Espíritu Santo lo hace posible.

2.- NUESTRAS CARACTERÍSTICAS NAZARENAS


En la Asamblea General de 2013, la Junta de Superintendentes Generales develó siete
características de la Iglesia del Nazareno:
1. Adoración significativa.
2. Coherencia teológica.
3. Evangelismo apasionado.
4. Discipulado intencional.
5. Desarrollo de la iglesia.
6. Liderazgo transformacional.
7. Compasión con propósito.
Aunque estos descriptores no sustituyen nuestra misión de “hacer discípulos semejantes a Cristo en las
naciones”, ni tampoco nuestros valores medulares de ser una iglesia “cristiana, de santidad y
misional”, sí describen lo que creemos que debe caracterizar a cada Iglesia del Nazareno y,
en gran medida, lo que debemos reflejar los nazarenos en todas partes. Exhortamos a los
líderes de la iglesia a que enfaticen, y a todos los nazarenos a que encarnen estas
características a medida que seguimos adelante. Exploremos cómo, con el tiempo, se
puedan volver realidades para la iglesia global.
1. ADORACIÓN SIGNIFICATIVA
Un llamado a la adoración: “¡Venid, aclamemos alegremente a Jehová! ¡Cantemos con júbilo a la roca de nuestra salvación!
¡Lleguemos ante su presencia con alabanza! ¡Aclamémosle con cánticos!, porque Jehová es Dios grande, el gran Rey sobre todos los
dioses. En su mano están las profundidades de la tierra y las alturas de los montes son suyas. Suyo también el mar, pues él lo hizo, y

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sus manos formaron la tierra seca. Venid, adoremos y postrémonos; arrodillémonos delante de Jehová, nuestro hacedor. Porque él
es nuestro Dios; nosotros el pueblo de su prado y ovejas de su mano ”. —Salmos 95:1-7a
Podemos decir confiadamente que adorar a Dios es reconocerlo como la Roca de nuestra
salvación, el gran Dios, el gran Rey sobre todos los dioses, el creador de todas las cosas, y el
Pastor que cuida de su pueblo.
A. Los discípulos de Jesús vivieron en su presencia y ministraron a otros como resultado
de su relación.
• Jesús envió a sus discípulos al mundo a ministrar (Mateo 10).
• Después les dijo que necesitaban ser llenos del Espíritu Santo. Esperaron en el
aposento alto y el Espíritu Santo vino tal y como Jesús les había dicho (Hechos 2).
• Una vez que los discípulos empezaron a ministrar al mundo se convirtieron en
embajadores de Dios.
• Llevaron un mensaje de reconciliación junto a su misión de reconciliación (2 Corintios
5:11-21).
• El apóstol Pablo lo dijo mejor: “Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogara por
medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios. Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo
pecado, para que nosotros seamos hechos justicia de Dios en él” (2 Corintios 5:20-21).
B. Jesús desafió a sus seguidores con la Gran Comisión.
• “Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, y enseñándoles que guarden todas las cosas
que os he mandado. Y yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”
(Mateo 28:19-20).
• La iglesia primitiva empezó a cumplir verdaderamente con esta comisión en el mundo
después de un encuentro significativo de adoración en Antioquía (Hechos 13:1-4).
La iglesia primitiva empezó a cumplir verdaderamente con esta comisión en el mundo
después de un encuentro significativo de adoración en Antioquía (Hechos 13:1-4).
C. La adoración significativa se lleva a cabo cuando practicamos las disciplinas del
Espíritu, como lo son el ayuno y la oración.
• El Espíritu Santo luego los envió a ganar a otros para su fe.
• Esto ocurrió en el contexto de la adoración.
• La adoración nos inspira, y libera el poder de Dios en nuestras vidas.
• La adoración reorienta nuestras vidas hacia la de Cristo. Es una disciplina espiritual
imperativa para todos los creyentes, y es usada por Dios para moldearnos a la santa
imagen de Jesús.
• Debemos hacer de la adoración personal y colectiva prácticas constantes en
nuestras vidas.
D. La adoración significativa da tiempo en los servicios colectivos para que Dios se
mueva entre nosotros a su propio modo.
• La iglesia primitiva no trataba los negocios por medio de comités o seminarios.
• En lugar de eso, se reunían frecuentemente para los servicios de adoración en
comunidad y le permitían a Dios obrar con libertad entre ellos.
• Debemos estar dispuestos a dejar nuestras agendas a un lado y darle tiempo a Dios
para que complete su agenda entre nosotros.
E. La adoración significativa le da espacio a Dios para moverse libremente entre tanto
lo esperamos con expectación.
• Debemos darle tiempo a Dios para que se revele y para que convenza, mueva,
toque, salve y santifique a las personas a su manera y a su tiempo.

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• Debemos ir a cada reunión de adoración con la ansiosa anticipación de que Dios
nos encontrará en esa reunión y se moverá entre nosotros.
• Debemos anticipar que Dios se moverá de forma clara y que hará lo que solo Dios
puede hacer cada vez que nos reunamos semanalmente para adorar. No debemos
nunca estar satisfechos con la rutina ordinaria de una reunión habitual.
F. Los hijos de Dios deben reunirse cada semana a fin de ser cautivados poderosamente
por el Espíritu de Dios.
• No hay nada que substituya el que el espíritu humano sea energizado por el Espíritu
divino de Dios.
• Y esto sucede mejor en los momentos de adoración colectiva significativa.
2. COHERENCIA TEOLÓGICA
A. Nuestra voz nazarena deberá escucharse dentro del ámbito más amplio de la iglesia
cristiana.
• Nuestra voz habla de quiénes somos teológicamente.
• Es lo que afirmamos, lo que nos motiva a actuar, y el cómo vivimos nuestras creencias
en la vida diaria.
B. Estas son nuestras fuentes de coherencia teológica.
• Las Escrituras: Creemos que las Sagradas Escrituras son fundacionales y vitales para
formar nuestra identidad en Cristo.
• La tradición cristiana: Celebramos las
enseñanzas ortodoxas de 2,000 años de
historia a través de las diversas tradiciones
cristianas.
• La razón: Creemos que el Espíritu de Dios
obra a través de nuestro intelecto y nos da
discernimiento.
• La experiencia personal: Creemos que Dios
obra en y por medio de las vidas de las
personas y de las comunidades que siguen a
Cristo.
C. Estas creencias nos dan una coherencia teológica.
• Somos cristianos.
1. Afirmamos nuestra creencia en el Dios Trino —Padre, Hijo, y Espíritu Santo.
2. Afirmamos la fe en Jesucristo como el Hijo de Dios.
3. Afirmamos a Cristo como la segunda persona de la Trinidad.
4. Sostenemos los credos y tradiciones ortodoxas de la iglesia cristiana.
• Somos protestantes.
1. Creemos en la justificación por la gracia mediante la fe sola para la salvación.
2. Le damos a las Escrituras una alta autoridad.
3. Creemos en el sacerdocio de todos los creyentes.
4. Afirmamos el sermón como un aspecto central de la experiencia de adoración
y ubicamos al púlpito como el centro de la plataforma de la iglesia.
5. Creemos que los dones del Espíritu son repartidos entre todos los creyentes en el
cuerpo de Cristo.
• Somos evangélicos.
1. Creemos en la posibilidad y necesidad de una relación personal con Jesucristo
mediante el perdón de los pecados y la transformación de nuestro carácter a la
semejanza de Cristo.

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2. Creemos en el testimonio de nuestra fe mediante los cambios de estilos de vida.
• Somos wesleyanos.
1. Creemos en una naturaleza esencial de Dios alrededor de la cual se construye
toda la teología. —“Dios es amor” (1 Juan 4:8).
2. Creemos que los humanos ejercen su libre albedrío para tener una relación
significativa con Dios.
3. Creemos que Dios ejerce su gracia y misericordia para con la humanidad.
4. Creemos que la gracia preveniente de Dios va delante de una persona,
previene que esa persona caiga más en el pecado, y la acerca a Dios.
5. Creemos que la gracia suficiente de Dios que busca, redime, salva y santifica,
obra con una persona para hacerla hija(o) de Dios y le da una victoria continua
en el caminar cristiano.
6. Creemos en el optimismo de la gracia para romper el poder del pecado en la
vida de una persona y transformar a la persona de un pecador a un hijo de Dios
que voluntariamente obedezca al Señor con un corazón de amor.
7. Creemos que la santidad y la santificación son posibilidades reales en esta vida.
• Creemos en el testimonio del Espíritu.
1. Creemos en la seguridad que le permite a una persona saber que sus pecados
son perdonados por Dios, y que le da una consciencia continua de que la sangre
de Jesucristo sigue cubriendo los pecados del pasado, ofreciéndole una victoria
diaria.
2. Creemos en aquella dirección del Espíritu que permite que la persona sea
guiada por Dios en las decisiones diarias de la vida. El Espíritu de Dios puede dirigir
a sus hijos y a sus hijas con avisos y controles que les den un sentido de dirección
en el viaje de la vida.
D. Creemos que hay cuatro aspectos esenciales de una vida santa:
• La semejanza a Cristo —ser transformados diariamente a la imagen de Jesús
mediante la obra del Espíritu Santo al estar disponibles para que Dios trabaje en
nosotros. “Por tanto, si hay algún consuelo en Cristo, si algún estímulo de amor, si alguna comunión del Espíritu, si algún
afecto entrañable, si alguna misericordia, completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes,
sintiendo una misma cosa” (Filipenses 2:1-2).
• El estilo de vida —ser apartados para propósitos santos con el fin de hacer la obra de
Dios en nuestro mundo. “No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como
tampoco yo soy del mundo. Santifícalos en tu verdad: tu palabra es verdad” (Juan 17:15-17).
• La tentación y el poder para elegir —tener la habilidad de no rendirse a las
adicciones, o a las sugerencias de la carne o del maligno, sino tener el poder de Dios
para vivir una vida santa. “Que él alumbre los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza
a la que él os ha llamado, cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos y cuál la extraordinaria grandeza de
su poder para con nosotros los que creemos, según la acción de su fuerza poderosa. Esta fuerza operó en Cristo,
resucitándolo de los muertos y sentándolo a su derecha en los lugares celestiales” (Efesios 1:18-20).
• El fruto del Espíritu —el perfecto amor de Dios que se manifiesta en amor, gozo, paz,
paciencia, bondad, benignidad, fidelidad y autocontrol. “En el amor no hay temor, sino que el
perfecto amor echa fuera el temor, porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el
amor” (1ª Juan 4:18).
E. Creemos en la vía media.
• Intentamos evitar los extremos en un sinnúmero de asuntos, sea de un lado o del otro.
• Siempre que sea posible, nos enfocamos menos en los detalles de los extremos y más
en el equilibrio del punto medio.

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3. EVANGELISMO APASIONADO
El evangelismo apasionado es nuestra respuesta al amor y gracia de Jesús para la humanidad.
La Iglesia del Nazareno empezó con un evangelismo apasionado, y continúa siendo el
corazón de quiénes somos.
En su llamado al evangelismo, Phineas Bresee, el primer superintendente general de la Iglesia
del Nazareno, dijo, “Estamos en deuda con llevar el evangelio a toda [persona] en la misma medida en la que lo
hemos recibido”. Nos enfocamos en ayudar a las personas a descubrir una fe salvífica personal
en Jesucristo.
A. El evangelismo apasionado fue modelado por Jesús:
• “Al ver las multitudes tuvo compasión de ellas, porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen
pastor. Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, más los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies,
que envíe obreros a su mies” (Mateo 9:36–38).
• Jesús dijo, “¿No decís vosotros: ‘Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega?’ Yo os digo: Alzad vuestros ojos y
mirad los campos, porque ya están blancos para la siega” (Juan 4:35).
B. El evangelismo apasionado fue un mandato de Jesús:
• “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” (Marcos 16:15).
• “Y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciera, y resucitara de los muertos al tercer día; y que
se predicara en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén”
(Lucas 24:46-47).
C. El evangelismo apasionado fue dejado libre de trabas por Jesús:
• “Y será predicado este evangelio del Reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el
fin” (Mateo 24:14).
• “El ladrón no viene sino para hurtar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en
abundancia” (Juan 10:10).
D. El evangelismo apasionado es facultado por el Espíritu Santo:
• Él nos potencia individual y colectivamente para vivir la santidad y testificar de ella.
• “Pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me series testigos en Jerusalén, en toda
Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:8).
E. El evangelismo apasionado se produce por el Espíritu Santo:
• Su vida en nosotros es evidente y productiva.
• “Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales
cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu,
andemos también por el Espíritu” (Gálatas 5:22–25).
F. El evangelismo apasionado da nueva vida y nueva energía tanto al individuo como a la
iglesia.
• “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; todas son hechas nuevas” (2
Corintios 5:17).
• “Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos ” (Hechos 2:47b).
G. El evangelismo apasionado es una expresión de nuestra obediencia a Jesús:
• Una de las evidencias más innegables del poder transformador del evangelio es la
vida del apóstol Pablo.
• En uno de sus testimonios, el Apóstol dijo, “A griegos y a no griegos, a sabios y a no sabios soy deudor.
Así que, en cuanto a mí, pronto estoy a anunciaros el evangelio… No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios
para salvación a todo aquel que cree” (Romanos 1:14–16).
H. La pasión por Cristo es nuestro punto de entrada a la Gran Comisión (Mateo 28:19-20) —
nuestra capacitación y equipamiento vienen después:
• De ahí derivamos que todos deberían conocer a Jesucristo.
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• Por lógica, todos, hasta los menos dotados con técnicas o métodos, deberían
responder con pasión y compartir a Cristo con resolución.
I. El evangelismo apasionado nos invita a depender del poder de la Palabra de Dios que nos
empuja a compartir las buenas nuevas de salvación con otros:
• Estudiamos la Biblia con fe; luego les decimos a otros lo que dice la Palabra de Dios.
• El poder del mensaje del evangelio habla a los corazones de hombres y mujeres, y de
niños y niñas que necesitan una restaurada relación con Dios.
• Jesús nos muestra el ejemplo. “Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido”
(Lucas 19:10). “Enseñando Jesús al pueblo en el Templo, y anunciando el evangelio” (Lucas 20:1a).
J. El evangelismo apasionado nos impulsa a conocer a Cristo de manera más completa:
• Expresa quiénes somos, nuestro estilo de vida. Nuestra pasión por la vida no es mayor
que nuestra pasión por la evangelización. Al elegir vivir, elegimos evangelizar.
• Da fe de lo que sabemos. Como el ciego que fue sanado por Jesús, quien
sencillamente testificó, “Una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo ” (Juan 9:25).
• Prueba cuán agradecidos estamos por este privilegio. “De gracia recibisteis, dad de gracia”
(Mateo 10:8b).
K. El evangelismo apasionado nos motiva a discipular:
• A lo largo del viaje de la vida, buscamos influenciar a las personas que conocemos y
a las que no conocemos al compartirles nuestro caminar de fe.
• Todo seguidor de Cristo debe estar lo suficientemente apasionado por su relación
con Dios como para compartir en conversaciones con otros un testimonio personal que
fluya de manera natural.
L. El evangelismo apasionado inspira nuestra creatividad:
• Herramientas —Unos cuantos ejemplos son: Película JESÚS, Balón evangelístico, Cubo
evangelístico.
• Métodos —Muchos métodos, un mensaje.
• Estrategias —Evangelismo masivo, amistad y evangelismo personal, células o grupos
pequeños, ministerios urbanos y muchos más.

“Estamos en deuda con llevar el evangelio a toda [persona] en la misma medida en la que lo hemos recibido”.
— Phineas Bresee

4. DISCIPULADO INTENCIONAL
A. Jesús llamó a la iglesia a hacer discípulos intencionalmente.
• “Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo,
enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado. Y yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fi n del
mundo” (Mateo 28:19-20).
• La iglesia tiene un método intencional para hacer discípulos semejantes a Cristo.
• Los discípulos semejantes a Cristo son personas que moran en Cristo, crecen a
semejanza de Cristo, y hacen lo que Él hace. Se niegan a sí mismos, y aman y obedecen
a Dios con todo su corazón, alma, mente y fuerzas. (Marcos 12:30, Juan 15, Lucas 9).
• El discipulado relacional e intencional ayuda a las personas a desarrollar relaciones
íntimas y de obediencia con Jesús. En estas relaciones, el Espíritu de Cristo transforma
el carácter de las personas a la semejanza de Cristo, y lo hace cambiando los valores
de los nuevos creyentes a los valores del Reino, e involucrándolos en su misión de invertir
en otros, bien sea en sus hogares, en sus iglesias y en el mundo.
B. Empezamos guiando a las personas a una relación personal con Jesucristo.
• El viaje de fe se inicia con la confesión de los pecados y el perdón por gracia
mediante la fe en Jesucristo.
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• Estas nuevas criaturas en Cristo son regeneradas y adoptadas dentro de la familia de
Dios.
• La regeneración produce cambios en los corazones y en los estilos de vida, y también
testimonios de la gracia de Dios a los que los regenerados conocen.
• Inmediatamente nutrimos a estos nuevos creyentes dentro de la comunidad de fe
enseñándoles desde el inicio que han sido salvos no solo para el bien de ellos mismos
sino para el de aquellos a quienes van a influenciar y llevar a Cristo. Se volverán
hacedores de discípulos que discipulan a otros quienes a su vez se volverán hacedores
de discípulos.
• El discipulado incluye ayudar a alguien más a seguir a Jesús más de cerca.
El discipulado relacional e intencional ayuda a las personas a desarrollar relaciones
íntimas y de obediencia con Jesús.
C. Desarrollamos intencionalmente discípulos semejantes a Cristo por medio de un vigoroso
ministerio de púlpito.
• Nuestros pastores predican sermones instruccionales sobre cómo crecer en nuestra fe
en Cristo.
• Nuestros pastores predican sermones con bases bíblicas y alimentan a su pueblo con
miras al crecimiento y a un hambre más profunda por la Biblia.
• Nuestros pastores permiten que la Palabra de Dios se convierta en la base de todos
los esfuerzos del discipulado.
• Nuestros pastores enseñan a su pueblo cómo estudiar la Biblia, y a pensar en lo que
significa la Palabra y la forma de aplicarla a sus vidas.
• Nuestros pastores se esfuerzan por tener una dieta bíblica equilibrada de predicación
a lo largo del año.
• Nuestros pastores dependen del Espíritu Santo de Dios para dinamizar todo lo que
hacen a fin de unirlo de manera equilibrada para formar discípulos semejantes a Cristo.
• Jesús les predicaba a las multitudes, pero a sus discípulos les enseñaba
cuidadosamente en grupos pequeños.
• Jesús no enseñaba sin contar parábolas (historias) para ayudar a las personas a
aprender (Marcos 4:34).
D. Promovemos clases de escuela dominical que alimenten y cultiven el crecimiento de
discípulos semejantes a Cristo.
• Tanto en la exposición de la Palabra como en su aplicación práctica para la vida,
nuestros maestros de escuela dominical presentan lecciones dirigidas a hacer
discípulos semejantes a
Cristo.
• A fin de poder responder a sus preguntas sobre la fe cristiana y alentarlos a crecer en
la gracia de Dios, nuestros maestros de escuela dominical demostrarán siempre un
interés personal en los nuevos creyentes que irá más allá del salón de clases.
• Nuestro sistema de instrucción de escuela dominical ofrece cursos que abarcan
desde los bebés hasta los adultos mayores y provee el alcance y la secuencia de
material que estudia toda la Biblia de forma organizada. “Instruye al niño en su camino, y ni aun de
viejo se apartará de él” (Proverbios 22:6).
E. Desarrollamos grupos pequeños de estudio bíblico que alienten la rendición de cuentas.
• La rendición de cuentas en los grupos pequeños de estudio bíblico para nuevos
creyentes o para los maduros en la fe ocurre a nivel grupal y uno a uno.
• En los grupos pequeños, y a fin de conectarse con los amigos como práctica
acostumbrada de vida, se desarrollan relaciones sanas que van más allá de las
reuniones regulares.
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• Estos grupos de estudio ofrecen una mezcla de estudio bíblico e interacción social
que es esencial para el crecimiento en la gracia.
• Los grupos pequeños de discipulado se desarrollan en sistemas de apoyo para
convivir más allá del tiempo del día de escuela dominical.
F. Alentamos el crecimiento espiritual de los discípulos semejantes a Cristo mediante un
calendario eclesiástico bien planificado.
• Programas de esgrima bíblico juvenil.
• Ministerio infantil de Caravanas.
• Escuelas bíblicas de vacaciones.
• Programas de alcance de Navidad y Semana Santa.
• Esfuerzos de ministerios compasivos.
• Ministerio de discipulado a otros.
• Ministerios para hombres, mujeres, adultos mayores y solteros, y de necesidades
especiales, de equipos deportivos y una variedad de otros grupos afines, todos los
cuales deben considerarse convenientes para ayudar a las personas a establecer la
conexión con Cristo y su iglesia.
G. Exhortamos a los creyentes a usar todos los medios posibles para el crecimiento y el
desarrollo de su fe personal.
• Leamos la Biblia con ayudas de estudio; escuchemos la Biblia en archivos de audio.
• Oremos diariamente.
• Escuchemos música cristiana.
• Leamos literatura cristiana.
• Busquemos socios para la rendición de cuentas que oren todos los días porque
seamos como Cristo.
• Busquemos socios para la rendición de cuentas que nos amen tanto como para
hacernos preguntas difíciles.
• Desarrollemos la disciplina de contarle regularmente a otros lo que Dios está haciendo
en nuestras vidas.
H. Alentamos a los creyentes a aprender a buscar diariamente la presencia de Dios.
• La mejor descripción de la vida cristiana es una relación personal cercana con
nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
• Los discípulos intencionales crecen mejor a la semejanza de Cristo cuando pasan
tiempo con Él.
• Por lo tanto, buscamos diariamente escuchar la voz de Dios; nos alimentamos
diariamente de su Palabra; disfrutamos diariamente su presencia.
• Los discípulos semejantes a Cristo lo buscan intencionalmente y lo comparten de
buena gana con aquellos cuyas vidas tocan.
La oración, el estudio de la Palabra de Dios, y el ayudarse intencionalmente y de forma
mutua a ser más como Jesús, caracteriza el discipulado dinámico en la iglesia.
I. Alentamos a los discípulos a hacer discípulos intencionalmente.
• El Señor nos comisionó y autorizó para hacer discípulos (Mateo 28:19-20).
• En oración, invitamos a los cristianos maduros a que intencionalmente nos discipulen
o que sean nuestros mentores.
• En oración, invitamos a un pequeño grupo de creyentes a ser parte de nuestro grupo
de discipulado.
• Invertimos nuestras vidas en estos discípulos al buscar juntos al Señor.

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• Los métodos de enseñanza de la Biblia centrados en narraciones y dentro de los
grupos pequeños proporcionan una base bíblica sólida para que los discípulos
aprendan la Biblia y pasen su mensaje a sus círculos de influencia.
• La oración, el estudio de la Palabra de Dios, y el ayudarse intencionalmente y de
forma mutua a ser más como Jesús, caracteriza el discipulado dinámico en la iglesia.

5. DESARROLLO DE LA IGLESIA
A. La iglesia cristiana comenzó con Jesucristo; Él comenzó la primera comunidad de fe.
• La comunidad de fe se reunía regularmente para adorar a Dios.
• Después empezó a crecer y a multiplicarse con el surgimiento de nuevas iglesias
durante el primer viaje misionero del apóstol Pablo y su compañero Bernabé (Hechos
13-14).
B. Pablo se lanzó en un segundo viaje misionero y planeaba fundar más iglesias, pero el Espíritu
Santo lo llevó en una dirección diferente a la que él pensaba (Hechos 16).
• Siempre debemos permanecer abiertos a la nueva visión de Dios para su obra, y a
ser guiados por su Espíritu Santo.
• Pablo tuvo una visión. No vino de otras personas o de una encuesta comunitaria.
Venía del corazón de Dios. Nuestra visión para la fundación de nuevas iglesias debe
venir también del corazón de Dios.
• Pablo tuvo una visión de un hombre. No fue una visión de un modelo, una estrategia,
un eslogan, un diagrama de flujo o un programa. La visión de Pablo se centraba en la
humanidad perdida.
Nuestra visión para la fundación de nuevas iglesias debe permanecer claramente
centrada en las personas perdidas y en su necesidad de una relación con Jesucristo.
• Pablo tuvo una visión de una persona de Macedonia. Esta era una persona de una
determinada ubicación, cultura, lengua e historia. Dios también nos dará una visión de
un grupo particular de personas o de una comunidad. Necesitamos descubrir y
obedecer la visión de Dios para nosotros.
• Pablo tuvo una visión de una persona de Macedonia que estaba de pie. Esta persona
no era inferior a Pablo. Tenían que mirarse a los ojos y verse como iguales. La persona
a la que llevo el evangelio es digna de mi respeto.
• Pablo tuvo una visión de una persona de Macedonia que estaba de pie y clamando,
“¡Ven y ayúdanos!” Esta es la visión que nos impulsa. Tenemos que ir a nuestra ciudad, barrio,
clan, tribu y familia. Hay que llevar a Cristo a nuestro mundo.
Hay que llevar a Cristo a nuestro mundo.
C. La visión de Dios incluía un liderazgo divino continuo a medida que Dios le develaba a
Pablo su plan para el desarrollo de la iglesia.
• El hombre de Macedonia resultó ser una mujer. Lidia de Filipos se convirtió en la
persona más receptiva para esta oportunidad de ministerio.
• Pablo encontró a sus oyentes más receptivos entre un grupo de mujeres que estaban
orando a la orilla del río.
• Pablo, en lugar de utilizar la sinagoga judía como anteriormente lo había hecho para
iniciar las nuevas iglesias, comenzó esta obra en una casa.
• Lidia, una comerciante de telas de púrpura muy costosas, dirigió esta iglesia en la
casa.
• Las estrategias para el desarrollo de la iglesia puede que no impliquen patrones
previamente probados.

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D. La fundación de iglesias requiere un gran sacrificio.
• Los esfuerzos de ministerio de Pablo y Silas los llevaron a la cárcel, pero hicieron ese
sacrificio personal de buena gana. Cantaron cantos de alabanza a Dios mientras
sufrían en su nombre (Hechos 16:25).
• Hoy en día, los líderes de la iglesia y los seguidores de Jesús pagan el mismo precio
por iniciar iglesias. Se requiere de muchas horas de oración, lágrimas, esfuerzo, dinero,
y a veces el derramamiento de la propia sangre de uno para comenzar nuevas iglesias.
• A pesar de las dificultades personales de Pablo y Silas, surgió como resultado de todo
el evento una nueva iglesia en una casa, y el carcelero de Filipos quedó a cargo como
su nuevo pastor.
E. A pesar de nuestras circunstancias, debemos vivir en la presencia de Dios con el fin de
mantenernos conscientes de la permanencia de su Espíritu Santo.
• Pablo y Silas no vieron como una pérdida personal la paliza que recibieron ni la noche
en la cárcel. Más bien, sintieron que el Espíritu de Dios les daba la victoria a pesar de
las circunstancias negativas.
• Pablo y Silas sabían que estaban siendo dirigidos por el Espíritu de Dios; sabían que Él
cuidaría personalmente de ellos.
• El terremoto que afectó la cárcel de Filipos nos recuerda que Dios todavía participa
en situaciones como estas (Hechos 16:25-26). Él no nos olvida en los momentos difíciles
de nuestras tareas ministeriales.
• Cuando obedecemos al Señor y hacemos su voluntad, el Señor va a intervenir en el
momento de Dios con su poder majestuoso. Aun cuando el mal se oponga al avance
del reino de Dios, Dios tiene la última palabra.
• No estamos construyendo o llevando adelante el reino de Dios por nosotros mismos;
Dios está construyendo su reino.
F. Las estrategias de desarrollo de la iglesia han cambiado a lo largo de la historia de la iglesia.
• La iglesia cristiana no construyó edificio alguno durante los primeros 400 años de la
historia eclesiástica.
• Los conceptos de edificios dedicados para iglesias, de propiedades y de pastores de
tiempo completo para una congregación, vinieron después.
• En la Iglesia del Nazareno, nuestra definición de iglesia es como sigue: Cualquier
grupo que, bajo un líder identificado, se reúne regularmente en un tiempo y lugar
anunciados, para recibir alimento espiritual, para la adoración o para la instrucción,
puede ser reconocido como una iglesia, y reportado como tal para las estadísticas de
la iglesia de distrito y general, siempre y cuando el grupo se alinee con el mensaje y la
misión de la Iglesia del Nazareno (Junta de Superintendentes Generales). En otras
palabras, una iglesia es un grupo de creyentes, no un edificio o una propiedad.
• El Espíritu Santo ahora está dirigiendo a la iglesia a reproducirse en nuevas formas.
• Se anima a cada iglesia a fundar una iglesia hija.
• Estas iglesias hijas se reúnen en casas u otros sitios disponibles.
• Cada pastor es mentor de un pastor bi-vocacional que esté en formación ministerial.
• Este modelo no requiere financiamiento para iniciar una iglesia hija; los laicos pueden
responder al llamado de Dios para ayudar en el lanzamiento de la nueva iglesia.
• Este modelo le permite a Dios hacer crecer su iglesia en nuevos lugares alrededor del
mundo; Él sólo necesita corazones receptivos que capten la visión, que respondan al
llamado, y que permitan que Dios los guíe.
Cualquier grupo que, bajo un líder identificado, se reúne regularmente en un tiempo y
lugar anunciados, para recibir alimento espiritual, para la adoración o para la
instrucción, puede ser reconocido como una iglesia, y reportado como tal para las

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estadísticas de la iglesia de distrito y general, siempre y cuando el grupo se alinee con
el mensaje y la misión de la Iglesia del Nazareno (Junta de Superintendentes
Generales). En otras palabras, una iglesia es un grupo de creyentes, no un edificio o
una propiedad.
G. El propósito del desarrollo de la iglesia es alcanzar a nuevas personas para Jesucristo.
• Jesús dijo: “Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios, porque para esto he
sido enviado” (Lucas 4:43).
• Somos embajadores del reino de Dios, y dedicamos nuestras vidas al desarrollo de la
iglesia.
• Nuestros esfuerzos no están dirigidos a sostener una organización.
• Queremos que el mayor número posible de personas lleguen al conocimiento
salvador de Jesucristo.
• Queremos discipular a los nuevos creyentes a la imagen de Cristo.
• Jesús dijo: “Yo os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega” (Juan
4:35).
6. LIDERAZGO TRANSFORMACIONAL
A. Buscamos desarrollar líderes a través de un modelo de semejanza a Cristo.
Jesús es nuestro ejemplo. Por lo tanto, un líder transformacional es un líder a la
semejanza de Cristo.
B. Los líderes transformacionales son sumisos y humildes.
• Siguen a Jesucristo, quien se sometió a la voluntad del Padre (Filipenses 2: 5-8).
• Dependen totalmente de Dios para que les conteste sus oraciones y les supla todas
sus necesidades (Juan 15:7).
• Se someten a la autoridad de otros y piensan menos en sí mismos (Efesios 5:21).
Un líder transformacional es un líder a la semejanza de Cristo.
C. Los líderes transformacionales son siervos.
• Siguen el ejemplo de Jesucristo, que no vino a ser servido sino a servir a los demás
(Marcos 10:45; Mateo 20:28).
• Dirigen desde este espíritu y actitud de siervo (Filipenses 2).
D. Los líderes transformacionales son visionarios.
• “Donde no hay visión, el pueblo se extravía ” (Proverbios 29:18, NVI).
• “Y el Señor me respondió: Escribe la visión, y haz que resalte claramente en las tablillas”. (Habacuc 2:2, NVI).
• Jesús pintó una visión del reino de Dios; nosotros debemos hacer lo mismo de manera
que todo el mundo pueda entender claramente.
• Esta característica es un factor distintivo entre seguidores y líderes. Los líderes
visionarios buscan la visión de Dios para la iglesia y las comunidades y lanzan esa visión
a los demás.
E. Los líderes transformacionales piensan estratégicamente.
• Tienen la capacidad de traducir la visión para sus comunidades en instrumentos para
el reino de Dios.
• Entienden las circunstancias de nuestro tiempo y les encuentran respuestas bíblicas,
como lo hicieron los hijos de Isacar (1 Crónicas 12:32).
• Poseen visión para las almas que hay que ganar para el reino de Dios.
• Lanzan la visión en función de pasos de acción que movilicen a los creyentes a los
campos de cosecha.
• Son capaces de poner la visión y la misión en planes del reino que sean sencillos pero
eficaces (Lucas 14: 28-30).

21
F. Los líderes transformacionales son creadores de equipos.
• Jesús es nuestro modelo; creó un equipo y lo empoderó, en lugar de Él hacer todo el
ministerio por sí mismo (Mateo 10).
• Los discípulos de Jesús era gente común, pero pusieron al mundo de cabeza (Hechos
17:6).
• Los líderes transformacionales crean equipos que involucren a todos los miembros de
la iglesia en la obra del reino de Dios.
G. Los líderes transformacionales son compasivamente asertivos.
• Cuando Jesús envió a sus discípulos a la obra de evangelización, les ordenó que
fueran “prudentes como serpientes, y sencillos como palomas ” (Mateo 10:16).
• Los líderes transformacionales deben saber cómo equilibrar la gracia y la ley, y la
justicia y la misericordia, pero todo con santidad.
• Deben ser capaces de tomar decisiones sabias y reafirmarse en ellas como es debido.
• Sin embargo, sus decisiones deben ser atemperadas compasivamente.
• Tienen que hablar la verdad en amor (Efesios 4:15).
H. Los líderes transformacionales se comunican con claridad.
• Durante su ministerio terrenal Jesús dijo a menudo que el que tiene “oídos para oír, oiga”
(Mateo 13:43). Jesús quería que sus seguidores escucharan consistente y
persistentemente.
• Los líderes transformacionales deben tratar de hablar con la misma claridad y
precisión de Jesucristo.
• Los líderes transformacionales entienden la importancia de una comunicación clara,
coherente y convincente: “Y si la trompeta diera un sonido incierto, ¿quién se prepararía para la batalla? ” (1
Corintios 14:8).
I. Los líderes transformacionales facultan a otros a fin de levantar una próxima generación que
dirija el Reino.
• El estilo de liderazgo de Josué no pudo levantar a la siguiente generación de líderes;
lideró sólo para su generación (Jueces 2:10).
• Los líderes transformacionales no construyen imperios para su periodo; capacitan
tanto a las generaciones presentes como a las que siguen.
• Identifican, capacitan y desarrollan mentores que equipen, faculten, y liberen a los
líderes por el bien del reino de Dios.
• Ningún liderazgo tiene éxito sin la sucesión de liderazgo. “Lo que has oído de mí ante muchos
testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros ” (2ª Timoteo 2: 2).
7. COMPASIÓN CON PROPÓSITO
A. La compasión con propósito manifiesta el corazón amoroso de Dios.
• El que Dios enviara a su Hijo al mundo y el que Jesús muriera en beneficio de la
humanidad son las dádivas máximas de amor y compasión de Dios.
• Juan 3:16-17 dice que Dios nos dio a su Hijo de la abundancia de su amor a fin de
que podamos tener vida eterna. Del mismo modo, 1 Juan 3:16-17 nos dice que el amor
de Dios por la humanidad se expresa en actos genuinos de compasión de los creyentes
hacia la creación de Dios.
• La vida, el ministerio, la muerte y la resurrección de Jesús ilustran a un ser que se mueve
en amor por causa de otro y del mundo (Mateo 9:36).
B. La compasión con propósito siempre se hace en el nombre de Jesús.
• Jesús es nuestro modelo de compasión. En los evangelios, Jesús fue conmovido en lo
más profundo de su ser a “sufrir con” la humanidad.

22
• Jesús fue particularmente movido a compasión en el amor y el cuidado de los pobres,
los perdidos, los enfermos, los marginados y los vulnerables.
• Plenamente Dios y plenamente humano, Jesús es nuestro modelo de cómo vivir y de
cómo amar.
• Hacemos cada acto de servicio, de generosidad o de misericordia en el nombre de
Jesús, y ofrecemos esfuerzos que revelen el amor de Jesús (Mateo 10:42).
Hacemos cada acto de servicio, de generosidad o de misericordia en el nombre de
Jesús, y ofrecemos esfuerzos que revelen el amor de Jesús.
C. La compasión con propósito respeta la dignidad de cada persona.
• El pueblo de Dios ofrece esperanza, amor y ayuda en el nombre de Jesús de forma
tal que honre a cada persona como alguien hecho a la imagen de Dios, como
creación de Dios.
• La compasión no tiene otro motivo que no sea extender el amor de Dios en Cristo.
D. La compasión con propósito fluye naturalmente de los creyentes transformados.
• La iglesia está llamada a encarnar el propio amor y compasión de Dios en el mundo.
• El trabajo compasivo nunca se completa solo con la fuerza humana o el activismo
social.
• Como cuerpo de Cristo, nuestro llamado compasivo toca todas las áreas de la vida
de una manera holística, moldeada por la vida de Jesús y la guía del Espíritu Santo.
• El Espíritu Santo transforma los corazones de los creyentes, quienes a su vez trabajan
para lograr la transformación física, social y espiritual de nuestro mundo.
• La compasión pretende ser integral y activa en la vida y ministerio de cada
congregación.
E. La compasión con propósito es nuestra definición wesleyana de la misión integral.
• Somos enviados por Dios el Padre y facultados por el Espíritu Santo para ir al mundo a
amar y a servir al Señor.
• Creemos que el Padre ya está trabajando por el poder del Espíritu Santo en la vida
de cada persona, y estamos llamados a trabajar a su lado en esta buena obra.
• El verdadero evangelismo trae el llamado y el compromiso de entrar y participar en
la vida de los que nos rodean.
• En el nombre de Jesús, nos acercamos al sufrimiento y al quebrantamiento y
buscamos traer sanidad, esperanza, paz y amor a las personas que tienen necesidad,
que están marginados y que son vulnerables.
• Somos atraídos los unos a los otros en amistad amorosa y en comunidad, lo cual trae
consecuencias sociales. Así también es como Dios construye y extiende el cuerpo de
Cristo.
F. La compasión con propósito fluye de nuestra vida como una expresión de nuestro
compromiso con la misión de Dios para redimir a un mundo quebrantado.
• Buscamos ver, oír y responder a una humanidad quebrantada y herida de la misma
manera que Dios lo hace.
• Buscamos invertir todos los recursos disponibles para aliviar el sufrimiento humano y
buscar los planes de restauración, integridad, salvación y paz de Dios en el mundo y
para el mundo.
• Intentamos además reparar los sistemas de sociedades en ciclos que crean las
estructuras de injusticia que contribuyen a la opresión de las personas y al mal sistémico
en nuestro mundo, y lo hacemos en el nombre de Jesús.
• En todo lo que hacemos, buscamos ayudar a cumplir la misión del Señor y dar gloria
a Dios (Miqueas 6: 8).

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3.- NUESTRA TEOLOGÍA WESLEYANA
El milagro de la gracia que transforma
“Gracia que es mayor que todo nuestro pecado”. ¡Qué pensamiento más maravilloso el de este primer
verso de un conocido himno en inglés!
En Jesús, Dios se encarnó y actuó de manera decisiva para reconciliar al mundo consigo
mismo (Juan 3:15-16; Romanos 1:1-16). Cuando aún éramos pecadores, Dios ofreció a su
propio Hijo “como un sacrificio de expiación” por el pecado (Romanos 3:25, NVI). ¡El Señor de toda la
creación llevó sobre sí el pecado del mundo y nos dio salvación a todos!
En Jesucristo, la justicia de Dios—su salvación—se hizo manifiesta (Romanos 3:21). De no haber
sido por esta acción, toda la humanidad estaría separada irremisiblemente de Dios (Efesios
1:5-2:10). Hoy, todos los poderes que nos separaban de Dios están derrotados (Colosenses
2:15). ¡Ahora, “por medio de la fe en Jesucristo” (Romanos 3:22), somos hechos libres (Romanos 8:2)!
El Nuevo Testamento forma un himno continuo de alabanza al Dios que nos da
abundantemente de sus riquezas (Efesios 1:6-10). En Cristo, la plenitud de Dios habita
corporalmente, y los que reciben a Cristo llegarán a la plenitud en Él (Colosenses 2:8-15). El
apóstol Pablo, tras examinar los beneficios de la gracia de Dios, exclamó: “¡Profundidad de las
riquezas, de la sabiduría y del conocimiento de Dios!” (Romanos 11:33). Algunas de esas riquezas son el perdón
de pecados, el Espíritu que mora en nosotros, la formación a la imagen de Cristo, la vida
eterna, la paz con Dios, la santificación, el compañerismo de la iglesia y la esperanza del
regreso del Señor.
Cuando Jesús hablaba, lo que numerosas personas escuchaban era en verdad “buenas nuevas”,
a saber, que Dios reconcilia consigo mismo a los pecadores. Incluso un odiado recolector de
impuestos o una mujer sorprendida en el acto de adulterio que escucha del amor de Dios,
puede arrepentirse, ser perdonado y recibir vida eterna. Dios se da libremente a aquellos que
reconocen su falta de capacidad para hacer algo que amerite el favor de Dios (Lucas 15).
Mucho antes de que nos demos cuenta, el Espíritu Santo ya está trabajando en su intento de
llevarnos a la salvación. El salmista dice que no hay un lugar donde la voz de Dios no se
escuche (Salmo 19:3). Pablo nos dice que, en cada momento, toda la creación depende de
Cristo para su existencia (Colosenses 1:15-17). Juan declara que Cristo alumbra a todo ser
humano (Juan 1:9).
En formas que son igualadas solamente por la creatividad y la fidelidad de Dios, el Espíritu
Santo trabaja en historias personales y sociales que le abren sendas al evangelio. El Espíritu
Santo va con antelación a la proclamación explícita del evangelio y prepara a las personas
para escuchar—y ojalá recibir—las buenas nuevas.
En retrospectiva, todos los cristianos pueden rastrear un patrón por el cual el Espíritu los llevó a
la redención cristiana. A esta dimensión preparatoria de la gracia de Dios le llamamos “Gracia
Preveniente”, o la gracia que se nos adelanta.
Dios está de nuestra parte. Todo lo que Dios hizo por medio de su Hijo, ahora nos lo ofrece por
medio del Espíritu Santo. De hecho, toda la creación se beneficia de la salvación que el Padre
ha llevado a cabo en su Hijo (Romanos 8:19-25).
La justificación es el nombre que le damos al acto de gracia por el cual Dios perdona y
reconcilia a los pecadores consigo mismo. La justificación, el que uno sea devuelto al favor
de Dios, es por gracia mediante la fe sola.
Pero la justificación es solo una dimensión de la obra salvífica de Dios. Hay un segundo
beneficio, y es que el Espíritu de Dios en realidad viene a morar en el pecador que se
arrepiente a fin de establecer en él o ella la vida de Dios. La persona nace de nuevo; es
regenerada por el Espíritu de Dios. El Nuevo Testamento le llama a esta nueva concreción de
la vida espiritual una nueva creación, un nuevo nacimiento, vida eterna, entrar al reino de
Dios, caminar en vida nueva, y vida en el Espíritu.

24
Pero como quiera que se le llame, lo cierto es que por el milagro de la gracia divina el Espíritu
Santo instala verdaderamente su residencia en el cristiano, efectuando una transformación.
Donde antes había muerte, ahora hay vida, paz con Dios donde antes había guerra, y
esperanza donde antes había desesperanza. El Nuevo Testamento anuncia: “Si alguno está en Cristo,
es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo! Todo esto proviene de Dios ” (2ª Corintios 5:17-18a, NVI).
El Nuevo Testamento habla de los cristianos como que ellos están “en Cristo”, y de Cristo como
que Él está en ellos. Por un lado, los cristianos ahora se han reconciliado con Dios porque por
fe están “en Cristo” (Romanos 8:1), en Aquél que reconcilia con el Padre a los pecadores
arrepentidos.
Por otro lado, el Nuevo Testamento habla de Cristo en nosotros como la “esperanza de gloria”.
(Colosenses 1:27). Mediante el Espíritu Santo, el Cristo resucitado imparte su vida a su pueblo;
se imparte a sí mismo. Habita en ellos y cultiva dentro de ellos el fruto del Espíritu (Gálatas 5:22-
23). “Pero,” dirán muchos, “siendo realistas, ¿qué clase de vida espiritual puedo yo esperar como cristiano?
¿Acaso no es cierto que el arrastre de los viejos hábitos pecaminosos sigue estableciendo el patrón de mi vida? ¿O
será que el Espíritu de Dios que ahora mora en mí puede ofrecerme una vida mejor?” El Nuevo Testamento
responde: “El que está en ustedes es más poderoso que el que está en el mundo” (1 Juan 4:4, NVI).
¡El mismo poder que levantó a Jesucristo de los muertos, dándole la victoria sobre la muerte,
el infierno, el pecado y el sepulcro, ahora trabaja en nosotros por el Espíritu Santo (Efesios 1:19)!
En otro tiempo gobernó la antigua ley del pecado y de la muerte. Pero ahora, “la ley del Espíritu
de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte ” (Romanos 8:2).
La norma gozosa para todos los cristianos es que sean llenos del Espíritu Santo, y que vivan, no
de acuerdo a la carne, sino de acuerdo al Espíritu (Romanos 8:1-8). ¿Ha experimentado usted
personalmente en su vida el milagro de la gracia transformadora de Dios?

CONCLUSIÓN:
Hemos visto en esta sesión que la iglesia del nazareno tiene una misión específica que debe
ser adoptada y desarrollada por cada uno de sus miembros, esto es “hacer discípulos semejantes
a Cristo en las naciones”. Lo hacemos a través de diferentes métodos, pero buscando que cada
uno de nosotros y los nuevos miembros manifiesten las características que nos son comunes
como nazarenos. Y buscando que sigamos siendo la expresión en nuestra sociedad de una
comunidad de tradición teológica Wesleyana.

TEXTO PARA MEMORIZAR:


“En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor, porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme,
no ha sido perfeccionado en el amor”. 1ª Juan 4:18.

ACTIVIDAD:
1.- ¿Por qué adoramos a Dios?

2.- Hablen sobre la relación entre adoración y ministerio. ¿Por qué cree que los dos están
irrevocablemente conectados? En otras palabras, ¿por qué sería un error desligar la
adoración del ministerio?

3.- ¿Cuáles son las principales características de la adoración significativa?

4.- ¿Cómo se relaciona la adoración con las disciplinas espirituales?


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5.- ¿Cuáles son las cuatro fuentes de coherencia teológica? ¿Por qué cada una es
importante?

6.- Identifique y resuma brevemente los cuatro aspectos esenciales de una vida santa. ¿Qué
piensa de esta lista? ¿Es diferente a lo que esperaba? Explíquelo.

7.- El acercamiento de la vía media (punto medio) está basado en la idea de que la verdad
usualmente se encuentra en algún lugar entre ideas opuestas. ¿Cuál es el valor de este
acercamiento? ¿Cómo podría esta idea aplicarse de una manera incorrecta?

26
Sesión 3

INTRODUCCIÓN:
En esta sesión, aprenderemos sobre nuestros 16 artículos de fe, estas son las creencias
esenciales de un nazareno; también veremos cuál es nuestra creencia sobre la iglesia, cual es
la razón por la que existimos y por último nuestro tipo de gobierno.
Como usted podrá ver en esta sesión, nuestra misión es “hacer discípulos semejantes a Cristo en las
naciones”, por ello cada miembro de la iglesia debe hacer de esta su prioridad, y sumarse a los
esfuerzos de la iglesia local para cumplir este objetivo.

1.- NUESTROS ARTÍCULOS DE FE.


PREÁMBULO A LA CONSTITUCIÓN DE LA IGLESIA
A fin de que mantengamos nuestra herencia dada por Dios, la fe una vez dada a los santos,
especialmente la doctrina y experiencia de la entera santificación como segunda obra de
gracia, y también para que cooperemos eficazmente con otras ramas de la iglesia de
Jesucristo en expandir el reino de Dios, nosotros, los ministros y los miembros laicos de la Iglesia
del Nazareno en conformidad con los principios de la legislación constitucional establecida
entre nosotros, por la presente ordenamos, adoptamos y publicamos como la ley
fundamental o Constitución de la Iglesia del Nazareno, los Artículos de Fe, El Pacto de
Conducta Cristiana y los Artículos de Organización y Gobierno que aquí siguen, a saber:
ARTÍCULOS DE FE
Las referencias bíblicas son de apoyo de los Artículos de Fe y fueron colocadas aquí por la
acción de la Asamblea General de 1976, pero no deben ser consideradas parte del texto
constitucional.
I. El Dios trino
1. Creemos en un solo Dios eternamente existente e infinito, Creador y Sustentador, Soberano
del universo; que sólo Él es Dios, santo en naturaleza, atributos y propósito. El Dios, quien es
amor santo y luz, es trino en su ser esencial, revelado como Padre, Hijo y Espíritu Santo.
(Génesis 1; Levítico 19:2; Deuteronomio 6:4-5; Isaías 5:16; 6:1-7; 40:18-31; Mateo 3:16-17; 28:19-
20; Juan 14:6-27; 1 Corintios 8:6; 2 Corintios 13:14; Gálatas 4:4-6; Efesios 2:13-18, 1 Juan 1:5; 4:8)
II. Jesucristo
2. Creemos en Jesucristo, la Segunda Persona de la Divina Trinidad; que Él es eternamente uno
con el Padre; que se encarnó por obra del Espíritu Santo y que nació de la virgen María, de
manera que dos naturalezas enteras y perfectas, es decir, la deidad y la humanidad, fueron
unidas en una persona, verdadero Dios y verdadero hombre, el Dios-hombre.
Creemos que Jesucristo murió por nuestros pecados, y que ciertamente se levantó de entre
los muertos y tomó otra vez su cuerpo, junto con todo lo perteneciente a la perfección de la
naturaleza humana, con el cual ascendió al cielo y está allí intercediendo por nosotros.
(Mateo 1:20-25; 16:15-16; Lucas 1:26-35; Juan 1:1-18; Hechos 2:22-36; Romanos 8:3, 32-34;
Gálatas 4:4-5; Filipenses 2:5-11; Colosenses 1:12-22; 1 Timoteo 6:14-16; Hebreos 1:1-5; 7:22-28;
9:24-28; 1 Juan 1:1-3; 4:2-3, 15)
III. El Espíritu Santo
3. Creemos en el Espíritu Santo, la Tercera Persona de la Divina Trinidad, que está siempre
presente y eficazmente activo en la Iglesia de Cristo y juntamente con ella, convenciendo al
mundo de pecado, regenerando a los que se arrepienten y creen, santificando a los
creyentes y guiando a toda verdad la cual está en Jesucristo.
(Juan 7:39; 14:15-18, 26; 16:7-15; Hechos 2:33; 15:8-9; Romanos 8:1-27; Gálatas 3:1-14; 4:6; Efesios
3:14-21; 1 Tesalonicenses 4:7-8; 2 Tesalonicenses 2:13; 1 Pedro 1:2; 1 Juan 3:24; 4:13)

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IV. Las Sagradas Escrituras
4. Creemos en la inspiración plenaria de las Sagradas Escrituras, por las cuales aceptamos los
66 libros del Antiguo y Nuevo Testamentos dados por inspiración divina, revelando
infaliblemente la voluntad de Dios respecto a nosotros en todo lo necesario para nuestra
salvación, de manera que no se debe imponer como Artículo de Fe ninguna enseñanza que
no esté en ellas.
(Lucas 24:44-47; Juan 10:35; 1 Corintios 15:3-4; 2 Timoteo 3:15-17; 1 Pedro 1:10-12; 2 Pedro 1:20-
21)
V. El pecado, original y personal
5. Creemos que el pecado entró en el mundo por la desobediencia de nuestros primeros
padres, y la muerte por el pecado.
Creemos que el pecado es de dos clases: pecado original o depravación y pecado actual o
personal.
5.1. Creemos que el pecado original, o depravación, es aquella corrupción de la naturaleza
de toda la descendencia de Adán, razón por la cual todo ser humano está muy apartado de
la justicia original o estado de pureza de nuestros primeros padres al tiempo de su creación,
es adverso a Dios, no tiene vida espiritual, está inclinado al mal y esto de continuo. Además,
creemos que el pecado original continúa existiendo en la nueva vida del regenerado hasta
que el corazón es totalmente limpiado por el bautismo con el Espíritu Santo.
5.2. Creemos que el pecado original difiere del pecado actual, por cuanto constituye una
propensión heredada al pecado actual de la que nadie es responsable, sino hasta que el
remedio divinamente provisto haya sido menospreciado o rechazado.
5.3. Creemos que el pecado actual o personal es la violación voluntaria de una ley conocida
de Dios cometida por una persona moralmente responsable. Por tanto, no debe ser
confundido con fallas involuntarias o inevitables, debilidades, faltas, errores, fracasos u otras
desviaciones de una norma de conducta perfecta, los cuales son residuos de la caída. Sin
embargo, tales efectos inocentes no incluyen actitudes o respuestas contrarias al Espíritu de
Cristo, las que pueden llamarse propiamente pecados del espíritu. Creemos que el pecado
personal es primordial y esencialmente una violación de la ley del amor y que, en relación
con Cristo, el pecado puede definirse como incredulidad.
(Pecado original: Génesis 3; 6:5; Job 15:14; Salmos 51:5; Jeremías 17:9-10; Marcos 7:21-23;
Romanos 1:18-25; 5:12-14; 7:1—8:9; 1 Corintios 3:1-4; Gálatas 5:16-25; 1 Juan 1:7-8 Pecado
personal: Mateo 22:36-40 [con 1 Juan 3:4]; Juan 8:34-36; 16:8-9; Romanos 3:23; 6:15-23; 8:18-24;
14:23; 1 Juan 1:9—2:4; 3:7-10)
VI. La expiación
6. Creemos que Jesucristo por sus sufrimientos, por el derramamiento de su preciosa sangre y
por su muerte en la cruz hizo una expiación plena por todo el pecado de la humanidad, y
que esta expiación es la única base de la salvación y que es suficiente para todo individuo
de la raza de Adán. La expiación es misericordiosamente eficaz para la salvación de aquellos
incapaces de responsabilidad moral y para los niños en su inocencia, pero para los que llegan
a la edad de responsabilidad es eficaz para su salvación solamente cuando se arrepienten y
creen.
(Isaías 53:5-6, 11; Marcos 10:45; Lucas 24:46-48; Juan 1:29; 3:14-17; Hechos 4:10-12; Romanos
3:21-26; 4:17-25; 5:6-21; 1 Corintios 6:20; 2 Corintios 5:14-21; Gálatas 1:3-4; 3:13-14; Colosenses
1:19-23; 1 Timoteo 2:3-6; Tito 2:11-14; Hebreos 2:9; 9:11-14; 13:12; 1 Pedro 1:18-21; 2:19-25; 1 Juan
2:1-2)
VII. La gracia preveniente
7. Creemos que la gracia de Dios por medio de Jesucristo se concede gratuitamente a todas
las personas, capacitando a todos los que quieran, para volverse del pecado a la justicia,
28
creer en Jesucristo, recibir perdón y limpieza del pecado y seguir las buenas obras agradables
y aceptables ante Él. Creemos también que la creación de la raza humana a la imagen de
Dios incluyó la capacidad de decidir entre el bien y el mal y que, por tanto, los seres humanos
fueron hechos moralmente responsables; que a través de la caída de Adán ellos se
depravaron, de tal modo que ahora por ellos mismos, y por propia capacidad natural y obras,
no pueden volverse a la fe e invocar a Dios.
(Semejanza divina y responsabilidad moral: Génesis 1:26-27; 2:16-17; Deuteronomio 28:1-2;
30:19; Josué 24:15; Salmos 8:3-5; Isaías 1:8-10; Jeremías 31:29-30; Ezequiel 18:1-4; Miqueas 6:8;
Romanos 1:19-20; 2:1-16; 14:7-12; Gálatas 6:7-8. Incapacidad natural: Job 14:4; 15:14; Salmos
14:1-4; 51:5; Juan 3:6a; Romanos 3:10-12; 5:12-14, 20a; 7:14-25. Don de gracia y obras de fe:
Ezequiel 18:25-26; Juan 1:12-13; 3:6b; Hechos 5:31; Romanos 5:6-8, 18; 6:15-16, 23; 10:6-8; 11:22;
1 Corintios 2:9-14; 10:112; 2 Corintios 5:18-19; Gálatas 5:6; Efesios 2:8-10; Filipenses 2:12-13;
Colosenses 1:21-23; 2 Timoteo 4:10a; Tito 2:11-14; Hebreos 2:1-3; 3:12-15; 6:4-6; 10:26-31;
Santiago 2:18-22; 2 Pedro 1:10-11; 2:20-22)
VIII. El arrepentimiento
8. Creemos que el Espíritu de Dios da a todos los que se arrepienten la ayuda bondadosa de
la contrición de corazón y la esperanza de misericordia para que puedan creer a fin de recibir
perdón y vida espiritual. El arrepentimiento, que es un cambio sincero y completo de la mente
respecto al pecado, involucra el reconocimiento de culpa personal y la separación voluntaria
del pecado, se exige de todos los que por acción o propósito pecan contra Dios.
Creemos que todas las personas pueden caer de la gracia y apostatar y, a menos que se
arrepientan de sus pecados, se perderán eternamente sin esperanza. Creemos que los
regenerados no necesitan volver al pecado, sino que podrán vivir en comunión
inquebrantable con Dios a través del poder y la presencia del Espíritu Santo, quien testifica a
su espíritu que son hijos de Dios.
(2 Crónicas 7:14; Salmos 32:5-6; 51:1-17; Isaías 55:6-7; Jeremías 3:12-14; Ezequiel 18:30-32; 33:14-
16; Marcos 1:14-15; Lucas 3:1-14; 13:1-5; 18:9-14; Hechos 2:38; 3:19; 5:31; 17:30-31; 26:16-18;
Romanos 2:4; 2 Corintios 7:8-11; 1 Tesalonicenses 1:9; 2 Pedro 3:9)
IX. Justificación, Regeneración y Adopción
9. Creemos que la justificación es aquel acto benigno y judicial de Dios, por el cual Él concede
pleno perdón de toda culpa, la remisión completa de la pena por los pecados cometidos y
la aceptación como justos de los que creen en Jesucristo y lo reciben como Salvador y Señor.
9.1. Creemos que la regeneración, o nuevo nacimiento, es aquella obra de gracia de Dios,
por la cual la naturaleza moral del creyente arrepentido es vivificada espiritualmente y recibe
una vida distintivamente espiritual, capaz de experimentar fe, amor y obediencia.
9.2. Creemos que la adopción es aquel acto benigno de Dios, por el cual el creyente
justificado y regenerado se constituye en hijo de Dios.
9.3. Creemos que la justificación, la regeneración y la adopción de los que buscan a Dios son
experiencias simultáneas [obtenidas bajo la condición] recibidas por fe, precedidas por el
arrepentimiento, y el Espíritu Santo da testimonio de estas obras y estado de gracia.
(Lucas 18:14; Juan 1:12-13; 3:3-8; 5:24; Hechos 13:39; Romanos
1:17; 3:21-26, 28; 4:5-9, 17-25; 5:1, 16-19; 6:4; 7:6; 8:1, 15-17; 1
Corintios 1:30; 6:11; 2 Corintios 5:17-21; Gálatas 2:16-21; 3:1-14,
26; 4:4-7; Efesios 1:6-7; 2:1, 4-5; Filipenses 3:3-9; Colosenses 2:13;
Tito 3:4-7; 1 Pedro 1:23; 1 Juan 1:9; 3:1-2, 9; 4:7; 5:1, 9-13, 18)
X. Santificación cristiana y Entera Santificación
10. Creemos que la santificación es la obra de Dios por medio de la cual transforma a los
creyentes a la semejanza de Cristo. Ésta es efectuada mediante la gracia de Dios por el
Espíritu Santo en la santificación inicial, o regeneración (simultánea a la justificación), la entera
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santificación y la obra continua de perfeccionamiento del creyente por el Espíritu Santo,
culminando en la glorificación, en la cual somos completamente conformados a la imagen
del Hijo.
Creemos que la entera santificación es el acto de Dios, subsecuente a la regeneración, por
el cual los creyentes son hechos libres del pecado original o depravación, y son llevados a un
estado de entera devoción a Dios y a la santa obediencia de amor hecho perfecto.
Es efectuada por la llenura o el bautismo con el Espíritu Santo; y en una sola experiencia
incluye la limpieza de pecado del corazón y la morada permanente y continua del Espíritu
Santo, capacitando al creyente para la vida y el servicio.
La entera santificación es provista por la sangre de Jesús, efectuada instantáneamente por la
gracia mediante la fe y precedida por la entera consagración. El Espíritu Santo da testimonio
de esta obra y estado de gracia.
Esta experiencia se conoce también con varios nombres que representan sus diferentes fases,
tales como “la perfección cristiana”, “el amor perfecto”, “la pureza de corazón”, “la llenura o
el bautismo con el Espíritu Santo”, “la plenitud de la bendición” y “la santidad cristiana”.
10.1. Creemos que hay una clara distinción entre el corazón puro y el carácter maduro. El
primero se obtiene instantáneamente como resultado de la entera santificación; el segundo
es resultado del crecimiento en la gracia.
Creemos que la gracia de la entera santificación incluye el impulso divino para crecer en
gracia como discípulo semejante a Cristo. Sin embargo, este impulso se debe cultivar
conscientemente, y se debe dar atención cuidadosa a los requisitos y procesos del desarrollo
espiritual y mejoramiento de carácter y personalidad en semejanza a Cristo. Sin ese esfuerzo
con tal propósito, el testimonio de uno puede debilitarse, y la gracia puede entorpecerse y
finalmente perderse.
Al participar en los medios de gracia, especialmente en la comunión cristiana, en las
disciplinas espirituales y en los sacramentos de la iglesia, los creyentes crecen en gracia y en
amor sincero para con Dios y con el prójimo.
(Jeremías 31:31-34; Ezequiel 36:25-27; Malaquías 3:2-3; Mateo 3:11-12; Lucas 3:16-17; Juan 7:37-
39; 14:15-23; 17:6-20; Hechos 1:5; 2:1-4; 15:8-9; Romanos 6:11-13, 19; 8:1-4, 8-14; 12:1-2; 2 Corintios
6:14—7:1; Gálatas 2:20; 5:16-25; Efesios 3:14-21; 5:17-18, 25-27; Filipenses 3:10-15; Colosenses 3:1-
17; 1 Tesalonicenses 5:23-24; Hebreos 4:9-11; 10:10-17; 12:1-2; 13:12; 1 Juan 1:7, 9) “Perfección
cristiana”, “amor perfecto”: Deuteronomio 30:6; Mateo 5:43-48; 22:37-40; Romanos 12:9-21;
13:8-10; 1 Corintios 13; Filipenses 3:10-15; Hebreos 6:1; 1 Juan 4:17-18 “Pureza de corazón”:
Mateo 5:8; Hechos 15:8-9; 1 Pedro 1:22; 1 Juan 3:3 “La llenura o el bautismo con el Espíritu
Santo”: Jeremías 31:31-34; Ezequiel 36:25-27; Malaquías 3:2-3; Mateo 3:11-12; Lucas 3:16-17;
Hechos 1:5; 2:1-4; 15:8-9 “Plenitud de la bendición”: Romanos 15:29 “Santidad cristiana”:
Mateo 5:1—7:29; Juan 15:1-11; Romanos 12:1—15:3; 2 Corintios 7:1; Efesios 4:17—5:20; Filipenses
1:9-11; 3:12-15; Colosenses 2:20—3:17; 1 Tesalonicenses 3:13; 4:7-8; 5:23; 2 Timoteo 2:19-22;
Hebreos 10:19-25; 12:14; 13:20-21; 1 Pedro 1:15-16; 2 Pedro 1:1-11; 3:18; Judas 20-21)
XI. La Iglesia
11. Creemos en la Iglesia, la comunidad que confiesa a Jesucristo como Señor, el pueblo del
pacto de Dios renovado en Cristo, el Cuerpo de Cristo llamado a ser uno por el Espíritu Santo
mediante la Palabra.
Dios llama a la Iglesia a expresar su vida en la unidad y la comunión del Espíritu; en adoración
por medio de la predicación de la Palabra de Dios, en la observancia de los sacramentos y
el ministerio en su nombre; en la obediencia a Cristo, la vida santa y la mutua rendición de
cuentas.
La misión de la Iglesia en el mundo es compartir la obra redentora y el ministerio reconciliador
de Cristo en el poder del Espíritu. La Iglesia cumple su misión haciendo discípulos mediante el

30
evangelismo, la educación, mostrando compasión, trabajando por la justicia y dando
testimonio del reino de Dios.
La Iglesia es una realidad histórica que se organiza en formas culturalmente adaptadas; existe
tanto como congregaciones locales y como cuerpo universal; aparta a personas llamadas
por Dios para ministerios específicos. Dios llama a la Iglesia a vivir bajo su gobierno en
anticipación de la consumación en la venida de nuestro Señor Jesucristo.
(Éxodo 19:3; Jeremías 31:33; Mateo 8:11; 10:7; 16:13-19, 24; 18:15-20; 28:19-20; Juan 17:14-26;
20:21-23; Hechos 1:7-8; 2:32-47; 6:1-2; 13:1; 14:23; Romanos 2:28-29; 4:16; 10:9-15; 11:13-32; 12:1-
8; 15:1-3; 1 Corintios 3:5-9; 7:17; 11:1, 17-33; 12:3, 12-31; 14:26-40; 2 Corintios 5:11—6:1; Gálatas
5:6, 13-14; 6:1-5, 15; Efesios 4:1-17; 5:25-27; Filipenses 2:1-16; 1 Tesalonicenses 4:1-12; 1 Timoteo
4:13; Hebreos 10:19-25; 1 Pedro 1:1-2, 13; 2:4-12, 21; 4:1-2, 10-11; 1 Juan 4:17; Judas 24;
Apocalipsis 5:9-10)
XII. El bautismo
12. Creemos que el bautismo cristiano, ordenado por nuestro Señor, es un sacramento que
significa la aceptación de los beneficios de la expiación e incorporación en el Cuerpo de
Cristo. El bautismo es un medio de gracia que proclama la fe en Jesucristo como Salvador.
Debe ser administrado a los creyentes que indican su disposición total de obediencia en
santidad y justicia.
Como participantes en el nuevo pacto, los niños y los moralmente inocentes podrán ser
bautizados por petición de sus padres o tutores. La iglesia se asegurará de ofrecer instrucción
cristiana. El bautismo puede ser administrado por aspersión, afusión o inmersión.
(Mateo 3:1-7; 28:16-20; Hechos 2:37-41; 8:35-39; 10:44-48; 16:29-34; 19:16; Romanos 6:3-4;
Gálatas 3:26-28; Colosenses 2:12; 1 Pedro 3:18-22)
XIII. La santa cena
13. Creemos que la Santa Cena instituida por nuestro Señor y Salvador Jesucristo es un
sacramento que proclama su vida, sufrimientos, muerte sacrificial, resurrección y la esperanza
de su segunda venida. La Santa Cena es un medio de gracia en el cual Cristo está presente
por el Espíritu. Todos están invitados a participar por la fe en Cristo y ser renovados en vida,
salvación y unidad como Iglesia. Todos deben participar con aprecio reverente de su
significado y por este medio testificar de la muerte del Señor hasta que Él vuelva. Todos los
que tienen fe en Cristo y amor por los santos están invitados por Él a participar tan
frecuentemente como sea posible.
(Éxodo 12:1-14; Mateo 26:26-29; Marcos 14:22-25; Lucas 22:17-20; Juan 6:28-58; 1 Corintios
10:14-21; 11:23-32)
XIV. La sanidad divina
14. Creemos en la doctrina de la sanidad divina e instamos a nuestro pueblo a ofrecer la
oportunidad de hacer la oración de fe para la sanidad de los enfermos. Creemos también
que Dios sana a través de la ciencia médica.
(2 Reyes 5:1-19; Salmos 103:1-5; Mateo 4:23-24; 9:18-35; Juan 4:46-54; Hechos 5:12-16; 9:32-42;
14:8-15; 1 Corintios 12:4-11; 2 Corintios 12:7-10; Santiago 5:13-16)
XV. La segunda venida de Cristo
15. Creemos que el Señor Jesucristo vendrá otra vez; que los que vivamos en el momento de
su venida no precederemos a los que durmieron en Cristo Jesús; más si hemos permanecido
en Él, seremos arrebatados con los santos resucitados para reunirnos con el Señor en el aire, y
estaremos siempre con Él.
(Mateo 25:31-46; Juan 14:1-3; Hechos 1:9-11; Filipenses 3:20-21; 1 Tesalonicenses 4:13-18; Tito
2:11-14; Hebreos 9:26-28; 2 Pedro 3:3-15; Apocalipsis 1:7-8; 22:7-20)

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XVI. La resurrección, el juicio y el destino
16. Creemos en la resurrección de los muertos, que los cuerpos tanto de los justos como de los
injustos serán resucitados y unidos con sus espíritus —“los que hicieron lo bueno, saldrán a
resurrección de vida más los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación”.
16.1. Creemos en el juicio futuro en el cual toda persona comparecerá ante Dios para ser
juzgada según sus hechos en esta vida.
16.2. Creemos que a los que son salvos por creer en Jesucristo nuestro Señor y le siguen en
obediencia se les asegura la vida gloriosa y eterna; y que los que permanezcan impenitentes
hasta el fin, sufrirán eternamente en el infierno.
(Génesis 18:25; 1 Samuel 2:10; Salmos 50:6; Isaías 26:19; Daniel 12:2-3; Mateo 25:31-46; Marcos
9:43-48; Lucas 16:19-31; 20:27-38; Juan 3:16-18; 5:25-29; 11:21-27; Hechos 17:30-31; Romanos 2:1-
16; 14:7-12; 1 Corintios 15:12-58; 2 Corintios 5:10; 2 Tesalonicenses 1:5-10; Apocalipsis 20:11-15;
22:1-15)

2.- NUESTRA ECLESIOLOGÍA


a.- LA SANTA IGLESIA CRISTIANA
Nos identificamos con la historia bíblica del “pueblo de Dios”, y confesamos que formamos parte
de aquella iglesia que es “una, santa, apostólica y universal”. El bautismo en la iglesia de Cristo es
un testimonio personal y corporativo de la gracia preveniente y salvífica de Dios. Nuestros
ministros se ordenan “en la Iglesia de Dios”, y nuestras congregaciones son expresiones concretas
de la iglesia universal. Afirmamos la historia bíblica de la santidad de Dios y de la iglesia de
Dios, elegida como instrumento de gracia divina y llamada a existencia por el Espíritu Santo,
su vida y fuerza, y quien la convierte en el cuerpo viviente de Cristo en el mundo. La iglesia
cristiana testifica la verdad de que la adoración a Dios es el verdadero centro de la vida
humana.
La iglesia llama a los pecadores al arrepentimiento y a enmendar sus vidas, alimenta la vida
santa en los creyentes por medio de una vida congregacional rica, y llama a los creyentes a
una vida santificada.
En su santidad y fidelidad, la iglesia le muestra al mundo el reino de Dios, por lo que ella es, en
un verdadero sentido, la medida de su propio mensaje.
b.- ALINEADA CON LA MISIÓN DE DIOS
La misión de Dios en el mundo es primordial, y la derivamos de Dios, quien formó un universo
de vastas proporciones y, dentro de la naturaleza y de la historia, creó un pueblo para llevar
la imagen divina con el propósito de que el amor divino pudiera florecer. Cuando el pecado
estropeó la creación, la naturaleza redentora de la misión fue revelada, a saber, “la restauración
de toda la creación para el propósito de la creación de Dios”. La restauración de la humanidad es
fundamental.
Juan Wesley definía esto como la santificación, o “la renovación de nuestra alma a imagen de Dios”, la
que es caracterizada como “justicia y verdadera santidad”. La misión de Dios se refleja en el
llamado de Abraham, elegido para bendición a fin de que su descendencia pudiera ser
“bendición para todas las naciones ” (Génesis 12:1-2), lo cual se manifiesta en la historia de los hebreos,
quienes dieron testimonio del único Dios, y cuyo nombre proclamaron a las naciones de la
tierra.
Los cristianos experimentan a Dios como una Santísima Trinidad, en quien Dios se revela más
plenamente en Jesucristo nuestro Señor. El Espíritu Santo invita y faculta nuestra participación
en la misión de Dios. La iglesia entra en ese pacto y sigue bendiciendo y sanando a las
naciones como parte de su vida santificada. Nos unimos a otros cristianos en la misión de Dios,
pero abrazamos una visión que ordena nuestra vida denominacional como una iglesia

32
internacional en la cual las fronteras nacionales no definen las eclesiásticas, ya que Cristo abre
la iglesia a todas las naciones y razas.

c.- MINISTRAR COMO CRISTO EN EL MUNDO


El fundamento del ministerio cristiano es el mandato bíblico de dar testimonio del amor de
Dios en Cristo. Los creyentes afirman su ministerio en el bautismo, que anuncia su intención de
dar testimonio público como discípulos de Cristo. El discipulado fiel es una señal externa de la
gracia interior de Dios en nosotros; asimismo, es la señal de la gracia divina trabajando en el
mundo que “Dios tanto amó”.
Todos los miembros del cuerpo de Cristo están equipados para el servicio, y los llamados al
liderazgo especializado en la iglesia son ordenados como ministros apostólicos. Su llamado se
basa en una convicción personal profunda.
Los ministros y los laicos de la iglesia local y de distrito disciernen y afirman la presencia de los
dones y las gracias necesarias, y, en asamblea de distrito, eligen a los que van a ser ordenados
como ministros.
Los diáconos son ordenados para el servicio vocacional en un ministerio en el que la Palabra
y la Mesa no son responsabilidades principales. En cambio, los presbíteros son ordenados para
moldear el cuerpo de Cristo a través de la predicación del evangelio, la administración de los
sacramentos, el nutrir al pueblo en la adoración, y el ordenamiento de la vida
congregacional.
Los superintendentes son elegidos para un oficio de distrito o general por las asambleas de
laicos y ministros. Los superintendentes de distrito dirigen su liderazgo pastoral y espiritual hacia
las iglesias, los miembros y los ministros de un área definida. Los superintendentes generales
ejercen un ministerio apostólico y pastoral hacia toda la denominación, manteniendo la
unidad de la iglesia en la doctrina y en la santidad, modelando la vida de Cristo a través de
la colegialidad, y lanzando una visión que toda la iglesia pueda acoger.
La posición estratégica de los superintendentes generales debe ser de alcance internacional.
En ellos recae la responsabilidad de articular la visión y la necesidad de recursos para
diferentes partes del cuerpo de la iglesia, participar en la asignación de recursos a las zonas
necesitadas de nuestro ministerio mundial, y unificar a la iglesia en la misión y el mensaje. A
través de la ordenación de ministros en las diversas asambleas de distrito, y de otras maneras,
deben mantener la unidad de una denominación de inmensa diversidad nacional,
económica, racial y lingüística.

3.- NUESTRO GOBIERNO


Los nazarenos siempre han reconocido su iglesia como una expresión de la iglesia universal.
Además, creemos que las Escrituras no revelan un diseño específico de tipo de gobierno, y
que nuestra política puede moldearse por común acuerdo siempre y cuando nada de lo que
acordemos viole las Escrituras.
En esa ecuación creemos que la misión debe moldear a la estructura (Declaración Histórica,
Manual 2013-2017, páginas 17-19).
La Iglesia del Nazareno maneja una versión democrática de la política del episcopado
metodista, la que expandió la voz de los ministros y los laicos e impuso límites al oficio del
episcopado. A continuación presentamos algunos ejemplos básicos de la política nazarena:
a.- Tenemos tres niveles de gobierno:
1. Las congregaciones eligen delegados que los representen en la asamblea anual de
distrito.
2. Las asambleas de distrito eligen delegados que los representen en la asamblea
general que se reúne cada cuatro años.

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3. Las decisiones de la asamblea general son vinculantes para toda la iglesia y todas
sus partes.
• La asamblea general elige a los superintendentes generales que dirigen los ministerios
generales de la denominación y ejercen jurisdicción sobre toda la iglesia. Sirven de una
asamblea general hasta la siguiente, y deben ser reelegidos en cada asamblea. A
cada superintendente general se le asigna una lista de distritos y es responsable de
conducir las asambleas anuales de distrito y ordenar a los nuevos ministros dentro de su
área distrital de responsabilidad. El número de superintendentes generales ha
cambiado a lo largo del tiempo, pero desde 1960 ha permanecido en seis.
Colectivamente, conforman la Junta de Superintendentes Generales, la que se reúne
como junta varias veces cada año.
• La asamblea general elige a la Junta General, la que está compuesta del mismo
número de laicos y ministros. Se reúne anualmente y elige a los oficiales de la iglesia
general y a los directores de sus departamentos. También revisa las políticas, los
presupuestos y las operaciones de los ministerios generales de la iglesia.
• Las iglesias dentro de un área se agrupan en distritos, y las dirige un superintendente
de distrito. La iglesia de distrito se organiza con propósitos misionales y se reúne
anualmente como una asamblea de distrito. La asamblea de distrito elige al
superintendente de distrito, cuya responsabilidad es nutrir a las iglesias y los pastores,
fundar nuevas iglesias y fomentar la salud del distrito.
• Las iglesias llaman a sus propios pastores en consulta con el superintendente de distrito
y con su aprobación; también administran sus propios asuntos financieros y operativos.
• Los distritos nazarenos se agrupan en regiones mundiales (por ej., la Región de África,
la Región de Asia-Pacífico, etc.). Las regiones mundiales son estructuras misionales más
que estructuras gubernamentales.
• Una cláusula de fideicomiso hace que los edificios de iglesias y casas pastorales
dentro de un distrito sean propiedad del distrito.
• Las mujeres y los hombres por igual pueden servir en todos los puestos ministeriales y
laicos de la iglesia.
• A nuestro libro de orden (guía) le llamamos Manual de la Iglesia del Nazareno. La
asamblea general le hace los cambios al Manual.

CONCLUSIÓN:
Dios ha establecido a la Iglesia del Nazareno en diversas partes del mundo para que el
evangelio del Señor Jesús sea predicado, junto a la experiencia de la Entera Santificación;
nuestro enfoque son los perdidos, aquellos que aún no son parte de una iglesia local; también
somos llamados a restaurar a quienes han abandonado la fe. Las estrategias y las expresiones
de adoración varían de iglesia a iglesia local; pero nuestro mensaje y experiencia son las
mismas.

TEXTO PARA MEMORIZAR:


“Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días ”.
Hechos 1:5.

ACTIVIDAD:
1.- Describa qué es el pecado original y personal.

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2.- ¿Difiere esta descripción de pecado de alguna otra definición que haya escuchado? ¿Por
qué es tan importante la definición de pecado?

3.- Describa qué es la gracia preveniente. ¿Por qué es importante?

4. Defina en sus propias palabras lo que es la entera santificación.

5. ¿Por qué es importante que cada cristiano busque un crecimiento mayor en la vida
enteramente santificada?

6. ¿Cómo se relaciona nuestra comprensión del pecado con la santificación?

7.- Investigue sobre los siguientes elementos wesleyanos de nuestra identidad nazarena.
● Misión integral de compasión ● Gracia preveniente
● Énfasis en el amor ● Victoria sobre el pecado
● Rendición de cuentas ● Transformados en gente santa
● Libre albedrío ● Guía del Espíritu Santo
● Gracia para todos ● Seguridad de la salvación
● Discipulado ● Corazones santos, vidas santas

8.- Escriba y comparta con el grupo su experiencia de la entera santificación, y que exprese
cómo dicha experiencia hizo una diferencia en su vida.

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Sesión 4

INTRODUCCIÓN:
Esta es nuestra última sesión de este primer nivel de discipulado para la membresía; en esta
sesión trataremos los temas, los tres niveles de autoridad que tenemos como nazarenos,
segundo analizaremos como la iglesia del nazareno está conectada entre cada iglesia local,
distrito y la iglesia global; y para terminar veremos el proyecto de la iglesia local; este proyecto
se revisara al cumplir con un 80% de las metas y objetivos establecidos, o bien al llegar a las
fechas que se han programado. Ser miembro de la iglesia local implica colaborar en este
proyecto y mejorarlo.

1.- NUESTRA IGLESIA LOCAL, DE DISTRITO Y GENERAL


1.- La iglesia local
La Iglesia del Nazareno quiere que todas las personas experimenten la gracia transformadora
de Dios por medio del perdón de los pecados y la limpieza de corazón en Jesucristo mediante
el poder del Espíritu Santo.
Nuestra misión primordial es “hacer discípulos semejantes a Cristo en las naciones” a fin de
incorporar a los creyentes a la comunión y membresía (congregaciones) y capacitar
(enseñar) a todos los que respondan por fe.
La meta última de la comunidad de fe es presentar perfectos en Cristo Jesús a todos en el día
final (Colosenses 1:28).
Es en la iglesia local donde tiene lugar la salvación, la perfección, la enseñanza y la comisión
de los creyentes. La iglesia local, el cuerpo de Cristo, es la representación de nuestra fe y
nuestra misión.
2.- La iglesia de distrito
Las iglesias locales están agrupadas administrativamente en distritos y regiones.
Un distrito es una entidad conformada por iglesias locales interdependientes, organizadas
para facilitar la misión de cada iglesia local mediante el apoyo mutuo, la compartición de
recursos y la colaboración.
El superintendente de distrito supervisa un distrito particular en conjunto con la junta consultora
de ese distrito.
3.- La iglesia general
Las bases de unidad en la Iglesia del Nazareno son las creencias, política, definiciones y
procedimientos articulados en el Manual de la Iglesia del Nazareno.
El punto medular de esta unidad está plasmado en los Artículos de Fe del Manual. Animamos
a la iglesia en todas las regiones e idiomas a traducir, distribuir ampliamente, y enseñar estas
creencias a nuestros miembros. Este es el hilo dorado que se entreteje en el bordado de todo
lo que los nazarenos somos y hacemos. Un reflejo visible de esta unidad es la asamblea
general, que es “la suprema autoridad de la Iglesia del Nazareno en lo que respecta a la
formulación de doctrinas, legislación, y elección” (Manual, 300). Un segundo reflejo es la junta
general internacional, que representa a toda la iglesia. Un tercer reflejo es la junta de
superintendentes generales, que puede interpretar el Manual, aprobar adaptaciones
culturales, y ordenar al ministerio.
El gobierno de la Iglesia del Nazareno es representativo y, por lo tanto, evita por un lado los
extremos del episcopado y, por otro, el congregacionalismo ilimitado.
La iglesia está más que conectada. Está interconectada. Los lazos que nos unen son más
fuertes que un lazo sencillo que pueda cortarse en cualquier momento.
¿Cuál es la fuente de esta unión común? Es Jesucristo. (Manual de la Iglesia del Nazareno
2013-2017)

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2.- NUESTRA IGLESIA CONECTADA
La Iglesia del Nazareno es una “comunión de santidad” bien conectada. No es una afiliación suelta
de iglesias independientes; la denominación tampoco es solo una asociación de iglesias que
tengan en común una creencia y un propósito sin una relación orgánica real.
a.- La iglesia es conexa, y no pide disculpas por ello.
(Conexa: conectada entre sí)
Con esto queremos decir que somos un cuerpo interdependiente de iglesias locales
organizadas en distritos para llevar a cabo nuestra mutua misión de “hacer discípulos
semejantes a Cristo en las naciones”. Hay un compromiso de rendirse cuentas unos a otros por
el bien de la misión y de mantener la integridad de nuestras creencias comunes.
Como iglesia conectada nosotros:
• Compartimos las creencias.
• Compartimos los valores.
• Compartimos la misión.
• Compartimos las responsabilidades.
Las responsabilidades compartidas incluyen una responsabilidad financiera cooperativa para
financiar la misión a través del Fondo para la Evangelización Mundial y los especiales de
misión.
Desde 1908, los nazarenos han estado haciendo discípulos semejantes a Cristo en las naciones
mediante un ministerio global. Las áreas que se alcanzan para Cristo continúan
expandiéndose y creciendo. Al orar y dar generosamente, usted se une con otros para hacer
más de lo que podría hacer solo. Cada ofrenda que se da a su iglesia local tiene el propósito
de financiar la misión.
La Iglesia del Nazareno sostiene el principio del sacrificio equitativo y no de una ofrenda
equitativa.
Esta es una postura bíblica esencial para una iglesia global que incluye las áreas económicas
del primer mundo y las que están en desarrollo.
El Fondo para la Evangelización Mundial es el plan de financiamiento denominacional.
Algunas veces usted escuchará el término “financiar la misión”. Este término es más amplio
que el de Fondo para la Evangelización Mundial, y es utilizado para reconocer las varias
formas en que la misión se financia en diferentes partes del mundo.
El apoyo a la misión y a los ministerios de la iglesia sigue muy vigente en las regiones de Misión
Mundial. El financiamiento de la misión tiene un gran significado para la iglesia en el sentido
de que, para muchas personas, es ofrendar con sacrificio.
Cuando se observa la cantidad total que se da en el mundo, usted encontrará que un
promedio del 86.1 por ciento se usa para el ministerio de su iglesia local. Los ministerios de
distrito usan cerca del 4.5 por ciento de los fondos. Las universidades nazarenas educan y
discipulan a los estudiantes con cerca del 1.8 por ciento de los fondos. Esto hace que el 7.6
por ciento del dinero de su iglesia vaya al Fondo para la Evangelización Mundial para el sostén
de los misioneros, para los ministerios globales y para otros especiales de misión aprobados.
Usted puede ver que su ofrenda provee de capacitación y de discipulado, y que lleva las
buenas nuevas a niños, jóvenes y adultos. Cuando usted ofrenda, se une a otros nazarenos en
una iglesia conectada, ama a las personas quebrantadas, alcanza a las almas pérdidas
alrededor del mundo, y hace discípulos semejantes a Cristo en las naciones.
El Fondo para la Evangelización Mundial y los especiales de misión son parte de una
responsabilidad compartida y hacen posible que la iglesia envíe misioneros, capacite a los
líderes nacionales y provea educadores para evangelizar, discipular y enseñar a las nuevas
generaciones de nazarenos.

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b.- Cristiana. De Santidad. Misional.
Somos testigos del cumplimiento de la visión de nuestro primer superintendente general,
Phineas F. Bresee. Desde el principio, él hablaba de la Iglesia del Nazareno como un “panorama
divino” que rodearía al mundo con “salvación y santidad al Señor”.
Todo nazareno, dondequiera que esté, participa de la realidad más amplia de esta visión.
Cada vida transformada es un testimonio de la enseñanza wesleyana de santidad de una
salvación plena para todos.
La misión de la iglesia de “hacer discípulos semejantes a Cristo en las naciones” nos recuerda que se
nos ha dado un encargo espiritual, y al mismo tiempo, que debemos ser buenos mayordomos
de todos los recursos proporcionados por el Señor.
La misión viene de Dios, lo que significa que nuestro propósito es del más alto nivel, hecho
posible por el Espíritu Santo que mora en nosotros.
Aun cuando honremos nuestra “excelente herencia”, la iglesia no podrá volver atrás ni tampoco
podrá permanecer donde está. Como seguidores de Jesucristo, debemos seguir avanzando
hacia la ciudad “cuyo arquitecto y constructor es Dios ” (Hebreos 11:10).
¡He aquí, Dios hace nuevas todas las cosas!

3.- NUESTRO PROYECTO. (IGLESIA LOCAL)


PRIMERA IGLESIA DEL NAZARENO EN PUEBLA
“El lugar para encontrarse con Dios, donde aprendemos que amar a Dios es servir al prójimo”
PASAJE CLAVE:
“No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto
permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé”. Juan 15:16.
JUSTIFICACIÓN:
La iglesia del Nazareno como denominación de la que somos parte es una iglesia que ha
declarado su misión como “hacer discípulos en las naciones semejantes a Cristo”; en sus estatutos nos
indica que existe para preservar el mensaje de santidad escritural; pero que también existe
para predicar el mensaje de salvación al irredento; de santificación al salvado y de
restauración a quien ha apostatado de la fe.
Por ello sabemos que, como Primer Iglesia del Nazareno en la ciudad de Puebla, hemos sido
llamados por Dios para extender su Reino en esta ciudad y estado; predicando el evangelio,
haciendo nuevos discípulos para nuestro Señor Jesús, establecer nuevas iglesias que nos
ayuden como una red para cumplir la misión encomendada por Dios a nosotros. Somos
llamados a ser discípulos que se multiplican, líderes que se multiplican, pastores que se
multiplican, iglesias locales que se multiplican.
Para lograr ser lo que Dios ha soñado de nosotros necesitamos consagrarnos a su llamado
para nuestras vidas; por ello proponemos lo siguiente:
Declaración de misión:
Somos una comunidad de discípulos que hacen discípulos semejantes a Jesús
Declaración de visión:
Ser una iglesia saludable que cumple la misión de hacer discípulos semejantes a Jesús, usando
los medios y recursos de forma sabia; formando líderes para el ministerio, estableciendo
nuevas iglesias e impactando a nuestra comunidad.
Valores claves:
1.- Amamos a Dios amando al prójimo.
2.- Servimos a Dios al servir al prójimo.
3.- La Biblia es la guía divina para nuestras vidas.
4.- Valoramos a los no creyentes, como Cristo los valora.

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5.- Hacemos todo con excelencia, como nuestra expresión de adoración a Dios.
6.- Todas las generaciones son bienvenidas, pero construimos una iglesia para la
próxima generación.
7.- Buscamos vivir una vida llena del Espíritu Santo que se manifiesta en una vida santa.
OBJETIVOS GENERALES:
1.- EXTENDER EL REINO DE DIOS A TRAVÉS DEL CRECIMIENTO Y DE LA MULTIPLICACIÓN DE LA
IGLESIA
Estableciendo tres nuevas misiones en los siguientes dos años.
a.- Levantar líderes para las misiones entre los miembros comprometidos de la iglesia
local.
b.- Localizar lugares estratégicos para el establecimiento de dichas misiones.
c.- Seleccionar al núcleo de líderes que establecerá cada una de las misiones.
d.- Tener los recursos básicos para el desarrollo de la misión.

2.- EL CRECIMIENTO INTEGRAL DE LA IGLESIA LOCAL


La iglesia debe crecer en varias facetas de la misma, ellas son: Espiritual, en conocimiento
Bíblico, salud de las personas y familias que conforman la iglesia, numéricamente y en la
multiplicación de la iglesia.
a.- Crecimiento espiritual: La iglesia es un centro de formación de nuevos discípulos de
Cristo; un discípulo es quien ha nacido de nuevo, ha sido bautizado y es parte de una
congregación local. Ha recibido el bautismo del Espíritu Santo y muestra el carácter de
Cristo Jesús. Un discípulo maduro espiritualmente lo muestra en su estilo de vida.
b.- Crecimiento en conocimiento Bíblico: Buscaremos establecer un sistema de
discipulado básico, avanzado y formación para toda la vida; toda la congregación
deberá formar parte de este esfuerzo.
c.- Crecimiento numérico: Nuestra misión es hacer discípulos de Cristo en la ciudad de
puebla, ser discípulo incluye ser miembro en plena comunión de la iglesia local. Por ello
nuestra meta inicial será llegar a ser 90 miembros en plena comunión.
d.- Crecimiento por multiplicación: La mejor forma de crecer es estableciendo nuevas
iglesias, por ello procuraremos establecer de dos a cuatro misiones distribuidas en la
ciudad de Puebla.
e.- Crecimiento financiero: La misión de la iglesia requiere recursos financieros que nos
permitan tener los espacios y equipos necesarios para extender el Reino de Dios; por
ello es necesario tener un sistema de promoción de fondos para la misión, los diezmos,
ofrendas y patrocinadores para la misión nos ayudaran a tener este crecimiento.
3.- METAS A ALCANZAR:
a- 300 miembros en plena comunión.
a.1.- Nuestra meta anual será multiplicarnos por 2. Cada discípulo hace un discípulo en
6 meses.
b.- 400 asistentes.
b.1.- Promover las actividades de la iglesia por todas las vías posibles: Twitter, Facebook,
publicidad impresa, campaña de publicidad en el sector, publicidad con familiares y
amigos.
b.2.- Promover series de sermones que sean relevantes para nuestra sociedad. (Familias
fuertes, Un matrimonio saludable, Crianza sabia, etc.)
b.3.- Tener una reunión de adoración a Dios relevante y dinámica, que atienda a cada
generación representada en la congregación, pero ante todo pensada en que
comunique las verdades bíblicas a nuestro mundo.

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c- 250 en el proceso de discipulado.
c.1.- Nuestro proceso de discipulado:
c.1.a.- Nuevo nacimiento (Discipulado para nuevos creyentes)
c.1.b.- Los Básicos: 4 niveles básicos:
c.1.c.- Discipulado avanzado:
e.- 3 Iglesias hijas.
1.- Atlixco
2.- Cholula
3.- Cuanala
4.- ESTRATEGIA:
a.- Culto de Celebración.
Estableceremos un equipo de producción de cultos; estará conformado por el pastor, los
mayordomos, el director del ministerio de alabanza. Este equipo estará liderado por el pastor,
se anexarán lectores, conductores y actores.
a.1.- Equipo de predicadores: Dentro del equipo de producción, tendremos a un equipo de
predicadores, quienes nos reuniremos cada tres meses a planear y revisar las series de
predicación que se expondrán en los cultos, este equipo deberá tomar los cursos que
corresponden al ministerio de la predicación en la Escuela Bíblica Ministerial.
a.2.- Los ministerios de la iglesia se encargarán de los cultos y actividades que les corresponde;
no habrá rotación de dirección.
b.- Evangelismo y Consolidación.
Este equipo estará conformado por el Pastor, los mayordomos y otros miembros en plena
comunión de la iglesia con interés en el evangelismo y el discipulado.
1. Se organizará cuatro eventos evangelísticos llamados “días de conquista”; y los
terminamos con un “Culto de Cosecha”, un culto evangelístico, de duración de 1 hora y 15
minutos, con una celebración de recepción. (A cada nuevo creyente se le entrega un
Kit de Bienvenida, que consta de un nuevo testamento, una tarjeta de bienvenida que
explique el propósito y horarios de la iglesia, un libro devocional y el libro “Nuevo
nacimiento”).
2. Se planearán dos esfuerzos evangelísticos en la comunidad, que permita que nuestros
vecinos sepan que estamos aquí y cuál es nuestro propósito.
3. Se diseñará un proceso de seguimiento para los nuevos creyentes; con el objetivo de
lograr una mayor retención y desarrollo de los nuevos creyentes en la iglesia local. Este
proceso incluirá llamadas telefónicas, visitas y discipulado intencional (Nuevo
Nacimiento).
c.- GPC.
Buscaremos establecer Grupos Pequeños de Conexión; tendrán un doble propósito, el primero
es crear un proceso de integración y discipulado en los miembros de la congregación; por
ello estos grupos se organizan geográficamente; el segundo será el conectar a los miembros
de la iglesia con los no creyentes, se animará a invitar a los familiares, amigos y vecinos. (La
regla será que debe ser conocido de alguien del GPC)
d.- Misiones.
Nuestra misión no se centra solo en evangelizar, sino en hacer discípulos y nuevas
comunidades de discípulos, estas serán nuestras misiones. Para ello estaremos preparando a
líderes en las áreas esenciales:
1.- Liderazgo. Escuela Bíblica Ministerial.
2.- Predicación. Escuela Bíblica Ministerial.
3.- Enseñanza. Escuela Bíblica Ministerial.

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4.- Doctrina. Escuela Bíblica Ministerial.
5.- Política y Gobierno. Escuela Bíblica Ministerial.
6.- Consejería. Escuela Bíblica Ministerial.
7.- Resolución de Conflictos. Escuela Bíblica Ministerial.
Del grupo de líderes de la iglesia saldrán los encarados de las Misiones, una de sus
características será que tengan el don de pastorado, ya que ellos podrán llegar a ser sus
pastores en un futuro no muy lejano.
e.- Escuela Bíblica Ministerial.
La Escuela Bíblica Ministerial, tiene el propósito de proveer los conocimiento y experiencias
prácticas que nos ayuden a ser efectivos en el ejercicio del ministerio al cual Dios nos ha
llamado, La biblia no limita los ministerios a aquellos que más conocemos; Dios ha creado una
gran diversidad de ministerios; esta escuela buscara que cada uno de sus participantes pueda
desarrollar sus dones, descubrir su ministerio y tener la experiencia. Los temas que desarrollara
serán:
1.- Liderazgo. Escuela Bíblica Ministerial.
2.- Predicación. Escuela Bíblica Ministerial.
3.- Enseñanza. Escuela Bíblica Ministerial.
4.- Doctrina. Escuela Bíblica Ministerial.
5.- Política y Gobierno. Escuela Bíblica Ministerial.
6.- Consejería. Escuela Bíblica Ministerial.
7.- Resolución de Conflictos. Escuela Bíblica Ministerial.
f.- Ministerio de Alabanza.
El ministerio de alabanza congregacional es en nuestro tiempo un ministerio clave, ya que la
música es un elemento clave para la atracción de los no creyentes y de los nuevos creyentes;
también es el ministerio que nos ayuda a exaltar a Dios y preparar nuestros corazones para
recibir la palabra de Dios.
Por ello, he conversado con el Hno. Daniel, director del grupo de alabanza, quien ha
propuesto un reglamento que nos ayude a motivar a los jóvenes integrantes a valorar el
ministerio que desempeñan, aún hay varios detalles que ajustaremos.
1. El ministerio de alabanza deberá caracterizarse por ejecutar su ministerio con
excelencia, pasión y amor a Dios y a la iglesia.
2. Se harán listados de cantos que se entonarán en el tiempo que dure cada serie de
predicaciones.
3. Este ministerio deberá ser uno para todas las generaciones, pero con un enfoque hacia
la siguiente generación.
4. Combinara himnos con cantos contemporáneos, y buscara crecer hasta tener dos o
más grupos de alabanza.
5. Los miembros del ministerio deberán asistir a la Escuela Dominical y estar activos en el
ministerio de JNI.
g.- Bautizos y Santa Cena.
Programaremos cuatro fechas para bautizos, ya que cuando alguien haya cerrado la etapa
del curso “Nueva Vida” deberá proceder al bautismo, para ello deberemos hacer provisión
de lugar, las fechas están calendarizadas. Programaremos cuatro fechas para celebrar la
Santa Cena. Esta propuesta es para evitar los extremos en los que caemos en referencia a
esta celebración; por un lado, se le ve como un elemento místico y algunos solo lo celebran
una vez al año. Por el otro, algunos lo perciben como tradición y se pierde el sentido de
conmemoración por ello la propuesta de celebrarlo cada tres meses aproximadamente, para
darle valor a la celebración y a la vez no permitir que se demerite su significado.

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CONCLUSIÓN:
Como Iglesia del Nazareno, estamos llamados a “hacer discípulos semejantes a Cristo en las
naciones”, empezamos con nuestros familiares y amigos, en nuestra ciudad, estado y nación;
mientras apoyamos las misiones internacionales con nuestras ofrendas, oraciones y enviando
a aquellos que son llamados por Dios. Como iglesia local tenemos nuestro proyecto y nuestras
propias estrategias con la firme intención de cumplir la misión que Dios nos ha encomendado.
Te animo a comprometerte con Dios a ser parte del ejército de hombres y mujeres que
extendemos el Reino de Dios en nuestra ciudad.

TEXTO PARA MEMORIZAR:


“Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar a mayor número”. 1ª Corintios 9:19.

ACTIVIDAD:

1.- ¿Qué ha sido los más instructivo y de mayor ayuda para usted durante este curso? ¿Qué
enseñanzas se llevará consigo?

2.- ¿Qué preguntas adicionales tiene, o qué ideas le gustaría compartir, o qué temas le
gustaría explorar más adelante?

3.- ¿Que necesitamos hacer, de manera individual y como iglesia, para abrazar más
plenamente nuestra identidad nazarena, es decir, nuestros compromisos, valores, creencias y
llamado a ministrar de manera integra a las personas?

4.- Lee los pactos: “El pacto del carácter cristiano” y “El pacto de la conducta cristiana”.

5.- Deberás firmar el pacto de membresía de la Iglesia.

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EL PACTO DE CARÁCTER CRISTIANO
21. Identificarse con la iglesia visible es el privilegio bendito y deber sagrado de todos los que
son salvos de sus pecados y buscan la perfección en Cristo Jesús. Se requiere de todos los que
quieran unirse a la Iglesia del Nazareno y así andar en comunión con nosotros, que muestren
evidencia de salvación de sus pecados mediante una conducta santa y una piedad vital; y
que sean limpios del pecado innato o que sinceramente deseen serlo. Ellos deben dar
evidencia de su entrega a Dios:
21.1. PRIMERO. Haciendo lo que se ordena en la Palabra de Dios, la cual es la regla de fe y
práctica de la iglesia, incluyendo:
(1) Amar a Dios con todo el corazón, alma, mente y fuerzas, y al prójimo como a sí
mismo (Éxodo 20:3-6; Levítico 19:17-18; Deuteronomio 5:7-10; 6:4-5; Marcos 12:28-31; Romanos
13:8-10).
(2) Llamar la atención de los inconversos a las demandas del evangelio, invitarlos a la
casa del Señor y procurar que reciban salvación (Mateo 28:19-20; Hechos 1:8; Romanos
1:14-16; 2 Corintios 5:18-20).
(3) Ser corteses con todas las personas (Efesios 4:32; Tito 3:2; 1 Pedro 2:17; 1 Juan 3:18).
(4) Ser de ayuda a los que también son hermanos en la fe, soportándose los unos a los
otros en amor (Romanos 12:13; Gálatas 6:2, 10; Colosenses 3:12-14).
(5) Ayudar integralmente a las personas; dando de comer al hambriento, vistiendo al
desnudo, visitando a los enfermos y presos, y ministrando a los necesitados, cuando se
presente la oportunidad y se tenga la capacidad para hacerlo. (Mateo 25:35-36; 2
Corintios 9:8-10; Gálatas 2:10; Santiago 2:15-16; 1 Juan 3:17-18).
(6) Contribuir al sostenimiento del ministerio, la iglesia y su obra con diezmos y ofrendas
(Malaquías 3:10; Lucas 6:38; 1 Corintios 9:14; 16:2; 2 Corintios 9:6-10; Filipenses 4:15-19).
(7) Asistir fielmente a todas las ordenanzas de Dios y los medios de gracia, incluyendo
el culto público a Dios (Hebreos 10:25), la ministración de la Palabra (Hechos 2:42), el
sacramento de la Santa Cena (1 Corintios 11:23-30), el escudriñar y meditar en las Escrituras
(Hechos 17:11; 2 Timoteo 2:15; 3:14-16), las devociones privadas y familiares (Deuteronomio 6:6-
7; Mateo 6:6).
21.2. SEGUNDO. Evitando toda clase de mal, lo que incluye:
(1) Tomar el nombre de Dios en vano (Éxodo 20:7; Levítico 19:12; Santiago 5:12).
(2) Profanar el Día del Señor al participar en actividades seculares innecesarias,
dedicándose, por lo tanto, a prácticas que nieguen su santidad (Éxodo 20:8-11; Isaías
58:13-14; Marcos 2:27-28; Hechos 20:7; Apocalipsis 1:10).
(3) Inmoralidad sexual, como relaciones premaritales o extramaritales, relaciones
sexuales entre personas del mismo género, perversión en cualquier forma, libertinaje
sexual, y conducta impropia (Génesis 19:4-11; Éxodo 20:14; Levítico 18:22; 20:13; Mateo 5:27-
32; Romanos 1:26-27; 1 Corintios 6:9-11; Gálatas 5:19; 1 Tesalonicenses 4:3-7; 1 Timoteo 1:10).
(4) Hábitos o prácticas que se sabe son nocivos al bienestar físico y mental. Los cristianos
deben considerarse templos del Espíritu Santo (Proverbios 20:1; 23:1-3; 1 Corintios 6:17-20; 2
Corintios 7:1; Efesios 5:18).
(5) Reñir, devolver mal por mal, chismear, calumniar, diseminar conjeturas injuriosas al
buen nombre de otros (2 Corintios 12:20; Gálatas 5:15; Efesios 4:30-32; Santiago 3:5-18; 1 Pedro
3:9-10).
(6) Defraudar, tomar ventaja al comprar y vender, dar falso testimonio, y semejantes
obras de las tinieblas (Levítico 19:10- 11; Romanos 12:17; 1 Corintios 6:7-10).
(7) Dejarse dominar por el orgullo en el vestir o en la conducta. Nuestra feligresía debe
vestirse con la sencillez y modestia cristianas que convienen a la santidad (Proverbios
29:23; 1 Timoteo 2:8-10; Santiago 4:6; 1 Pedro 3:3-4; 1 Juan 2:15-17).

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(8) Música, literatura y diversiones que deshonran a Dios (1 Corintios 10:31; 2 Corintios 6:14-
17; Santiago 4:4).
21.3. TERCERO. Permaneciendo en comunión sincera con la iglesia, no hablando mal de ella,
sino estando totalmente comprometidos con sus doctrinas y costumbres, e involucrados
activamente en el testimonio y expansión continuos (Efesios 2:18-22; 4:1-3, 11-16; Filipenses 2:1-8;
1 Pedro 2:9-10).

EL PACTO DE CONDUCTA CRISTIANA


1.- LA VIDA CRISTIANA 5.- OFICIALES DE LA IGLESIA
2.- LO SAGRADO DE LA VIDA HUMANA 6.- REGLAS DE ORDEN
3.- LA SEXUALIDAD HUMANA Y EL 7.- ENMIENDAS DEL PACTO DE CONDUCTA
MATRIMONIO CRISTIANA
4.- LA MAYORDOMÍA CRISTIANA
A. LA VIDA CRISTIANA
28. La iglesia proclama gozosamente las buenas nuevas de que podemos ser hechos libres de
todo pecado para tener una nueva vida en Cristo. Por la gracia de Dios, los cristianos
debemos despojarnos “del viejo hombre” —de las antiguas normas de conducta así como de la
antigua mente carnal— y vestirnos “del nuevo hombre” —de una nueva y santa manera de vivir así
como de la mente de Cristo. (Efesios 4:17-24)
28.1. La Iglesia del Nazareno se propone relacionar los principios bíblicos imperecederos con
la sociedad contemporánea, de tal modo que las doctrinas y pactos de la iglesia sean
conocidos y comprendidos en muchos países y en una variedad de culturas. Sostenemos que
los Diez Mandamientos, como fueron reafirmados en el Nuevo Testamento, las enseñanzas de
Jesús, demostrados concisa y plenamente en el Gran Mandamiento y el Sermón del Monte
constituyen la ética cristiana básica.
28.2. Reconocemos, además, que tiene validez el concepto de la conciencia cristiana
colectiva, iluminada y dirigida por el Espíritu Santo. La Iglesia del Nazareno, como expresión
internacional del Cuerpo de Cristo, está consciente de su responsabilidad de buscar maneras
de particularizar la vida cristiana a fin de conducir a la ética de santidad. Las normas éticas
históricas de la iglesia son expresadas, en parte, en los siguientes asuntos.
Éstas deben seguirse cuidadosa y conscientemente como guías y ayudas para la vida santa.
Quienes violan la conciencia de la iglesia, lo hacen para su propia perdición y con ello
manchan el testimonio de la iglesia. Las adaptaciones debido a condiciones culturales
deberán ser referidas a la Junta de Superintendentes Generales y aprobadas por ella.
28.3 La Iglesia del Nazareno cree que la vida cristiana, la nueva y santa manera de vivir,
incluye actos de amor redentor que deben llevarse a cabo para el bien de las personas, su
alma, mente y cuerpo, y además apartarse de prácticas nocivas.
Un ejemplo de amor redentor que Jesús tuvo con los pobres del mundo, y que ordenó
practicar a sus discípulos, es lo que la iglesia debe hacer primero guardándose sencilla y libre
del énfasis en la riqueza y ostentación; y en segundo lugar, entregándose a sí misma al
cuidado, alimentación, vestido y refugio de los pobres y marginados. En la Biblia, en la vida y
el ejemplo de Jesús, Dios se identifica con los pobres, los oprimidos y aquellos de la sociedad
que no pueden hablar por ellos mismos y los ayuda.
Nosotros igualmente somos llamados a identificarnos con los pobres y a ser solidarios con ellos.
Declaramos que el ministerio de compasión a los pobres incluye actos de caridad, así como
el esfuerzo de ofrecer oportunidades, igualdad y justicia.
También afirmamos que la responsabilidad cristiana para con los pobres es un aspecto
esencial de la vida de cada creyente que anhela una fe que obra mediante el amor. Además
creemos que la santidad cristiana es inseparable del ministerio a los pobres puesto que
44
conduce al cristiano a algo más que su perfección individual a la transformación de una
sociedad y un mundo más justo y equitativo. La santidad, lejos de distanciar a los creyentes
de las desesperadas necesidades económicas de las personas en este mundo, nos motiva
para poner al servicio nuestros recursos para aliviar la necesidad y ajustar nuestros deseos
según las necesidades de los demás. (Éxodo 23:11, Deuteronomio 15:7; Salmos 41:1, 82:3, Proverbios
19:17, 21:13, 22:9; Jeremías 22:16; Mateo 19:21; Lucas 12:33, Hechos 20: 35, 2 Corintios 9:6, Gálatas 2:10 )”
28.4. Al enumerar las prácticas que deben evitarse, reconocemos que ninguna lista, por muy
extensa que sea, podría incluir todas las formas de maldad en todo el mundo. Por lo tanto, es
imperativo que nuestra feligresía busque fervientemente la ayuda del Espíritu para cultivar
sensibilidad hacia el mal que trasciende la mera letra de la ley; recordemos la advertencia:
“Examinadlo todo y retened lo bueno. Absteneos de toda especie de mal”. (1 Tesalonicenses 5:21-22)
28.5. Se espera que nuestros dirigentes y pastores, en nuestras publicaciones periódicas y
desde nuestros púlpitos, enseñen y recalquen las verdades bíblicas fundamentales que
desarrollan la facultad de discernimiento entre lo malo y lo bueno.
28.6. La educación es de importancia capital para el bienestar social y espiritual de la
sociedad. Se espera que las organizaciones e instituciones educativas nazarenas como
escuelas dominicales, escuelas (desde recién nacidos hasta secundaria), centros para el
cuidado de niños, centros para el cuidado de adultos, universidades y seminarios, enseñen a
niños, jóvenes y adultos los principios bíblicos y normas éticas en tal forma que nuestras
doctrinas sean conocidas. Esta práctica puede tomar el lugar de las escuelas públicas o ser
una adición a ellas. La educación en instituciones públicas debe complementarse con la
enseñanza de santidad en el hogar. Además, los creyentes deben ser estimulados a trabajar
en instituciones públicas y con ellas, a fin de dar testimonio a estas instituciones e influir sobre
ellas en favor del reino de Dios. (Mateo 5:13-14)
29. Sostenemos específicamente que deben evitarse las siguientes prácticas:
29.1. Diversiones que se opongan a la ética cristiana.
Nuestra feligresía, tanto en forma individual como en unidades familiares, debe regirse por tres
principios. El primero es la mayordomía cristiana del tiempo libre. El segundo principio es el
reconocimiento de la obligación cristiana de aplicar las más altas normas morales de la vida
cristiana. Puesto que vivimos en días de gran confusión moral, en los que nos enfrentamos a
la posible intrusión de los males modernos en el seno sagrado de nuestros hogares por
diferentes medios, tales como literatura actual, radio, televisión, computadoras personales y
la Internet, es esencial proceder con las más rígidas precauciones para evitar que nuestros
hogares sean secularizados y mundanalizados.
Sin embargo, sostenemos que se debe apoyar y fomentar entretenimientos que respalden y
promuevan la vida santa, afirmen los valores bíblicos, y que respalden la santidad del voto
conyugal y la exclusividad del pacto matrimonial. Especialmente animamos a nuestros
jóvenes a usar sus talentos en los medios de comunicación y en las artes para influir
positivamente en esta parte dominante de la cultura. El tercer principio es la obligación de
testificar contra lo que trivializa a Dios o blasfeme contra Él, y también contra males sociales
tales como la violencia, la sensualidad, la pornografía, el lenguaje blasfemo y el ocultismo,
como son presentados por la industria comercial del entretenimiento en sus diversas formas,
así como tratar de bloquear la acción de empresas dedicadas a proveer esta clase de
entretenimiento. Esto incluirá evitar toda clase de entretenimientos y producciones de los
medios de comunicación que producen, promueven o enfocan lo violento, lo sensual, lo
pornográfico, lo profano o el ocultismo, o que presentan o idealizan la filosofía de secularismo,
sensualismo y materialismo del mundo y menoscaban la norma divina de santidad de corazón
y vida.
Esto amerita la enseñanza y la predicación de estas normas morales de vida cristiana, y que
a nuestra feligresía se le enseñe a usar el discernimiento en oración, eligiendo continuamente
45
la norma alta de la vida de santidad. Por tanto, hacemos un llamado a nuestros líderes y
pastores a hacer un fuerte énfasis en nuestras publicaciones periódicas y desde nuestros
púlpitos sobre tales verdades fundamentales, de modo que se desarrolle el principio de
discernimiento entre lo malo y lo bueno que se encuentra en esos medios de comunicación.
Sugerimos que la siguiente norma dada a Juan Wesley por su madre constituya la base de
esta enseñanza de discernimiento: “Todo lo que nuble tu razón, adormezca tu conciencia, oscurezca tu sentido de Dios,
o elimine el sentir de las cosas espirituales, todo lo que incrementa la autoridad de tu cuerpo sobre tu mente, todo ello para ti es
pecado”. (28.2-28.4, 926-931) (Romanos 14:7-13; 1 Corintios 10:31-33; Efesios 5:1-18; Filipenses 4:8-9; 1
Pedro 1:13-17; 2 Pedro 1:3-11)
29.2. Las loterías y otros juegos de azar, ya sean legales o ilegales. La iglesia sostiene que el
resultado final de estas prácticas es nocivo tanto para el individuo como para la sociedad.
(Mateo 6:24-34; 2 Tesalonicenses 3:6-13; 1 Timoteo 6:6-11; Hebreos 13:5-6; 1 Juan 2:15-17)
29.3. La membresía en órdenes o sociedades secretas sujetas a juramento que incluye, pero
no se limita a tales como la masonería. La naturaleza pseudo-religiosa de tales organizaciones
diluye el compromiso del cristiano. El carácter secreto de éstas se contrapone al testimonio
público del cristiano.
Este asunto se trata conjuntamente con el párrafo 112.1 que se refiere a la membresía de la
iglesia (1 Corintios 1:26-31; 2 Corintios 6:14—7:1; Efesios 5:11-16; Santiago 4:4; 1 Juan 2:15-17)
29.4. Todas las formas de baile que desvían del crecimiento espiritual y destruyen las inhibiciones
morales y la reserva apropiadas. (Mateo 22:36-39; Romanos 12:1-2; 1 Corintios 10:31-33; Filipenses 1:9-
11; Colosenses 3:1-17)
29.5. El uso de licores embriagantes como bebida o negociar con ellos; influir o votar para
licenciar lugares para la venta de los mismos; el uso de drogas ilícitas o traficar con ellas; el
uso de tabaco en cualquier forma o negociar con él.
Tomando en cuenta las Sagradas Escrituras y la experiencia humana en lo concerniente a las
consecuencias destructivas del uso de alcohol como bebida, y considerando los hallazgos de
la ciencia médica respecto al efecto dañino del alcohol y el tabaco para el cuerpo y la
mente, como una comunidad de fe comprometida a llevar una vida santa, nuestra posición
y práctica es la abstinencia en vez de la moderación. La Sagrada Escritura enseña que nuestro
cuerpo es el templo del Espíritu Santo.
Con amor y el deseo de cuidar de nosotros mismos y los demás, instamos a nuestra feligresía
a abstenerse de toda bebida embriagante.
Además, nuestra responsabilidad social cristiana nos llama a utilizar todo medio legítimo y
legal para minimizar la disponibilidad de bebidas alcohólicas y tabaco para otras personas.
La extensa incidencia de alcoholismo en nuestro mundo demanda que sostengamos una
posición que sirva como testimonio para los demás. (929-931) (Proverbios 20:1; 23:29—24:2; Oseas
4:10-11; Habacuc 2:5; Romanos 13:8; 14:15-21; 15:1-2; 1 Corintios 3:16-17; 6:9-12, 19-20;
10:31-33; Gálatas 5:13-14, 21; Efesios 5:18) (Sólo jugo de uva sin fermentar deberá usarse en el
sacramento de la Santa Cena.) (515.4, 532.7, 533.2, 534.1, 700)
29.6. El uso de estimulantes, antidepresivos, alucinógenos y otros estupefacientes fuera del
cuidado y la orientación médica apropiada. A la luz de la evidencia médica que describe los
peligros de tales sustancias, junto con las advertencias bíblicas para permanecer en control
responsable de la mente y el cuerpo, optamos por abstenernos de estimulantes,
antidepresivos, alucinógenos y otros estupefacientes sin la asistencia médica adecuada,
independientemente de la legalidad y disponibilidad de tales sustancias. (Mateo 22:37-39;
27:34; Romanos 12:1-2; 1 Corintios 6:19-20; 9:24-27)
B. LO SAGRADO DE LA VIDA HUMANA
30. La Iglesia del Nazareno cree que la vida humana es sagrada y se esfuerza por protegerla
contra el aborto, la investigación de las células madre del embrión humano, la eutanasia y la
negación de cuidado médico razonable a los incapacitados o a los ancianos.
46
30.1. El aborto inducido. La Iglesia del Nazareno afirma lo sagrado de la vida humana como
lo ha establecido Dios el Creador y cree que se extiende al niño que aún no nació. La vida es
un regalo de Dios. Toda vida humana, incluyendo el desarrollo de la vida en la matriz, es
creada por Dios a Su imagen y, por lo tanto, debe ser nutrida, sostenida y protegida. Desde el
momento de la concepción, un niño es un ser humano con todas las características de la vida
humana en desarrollo y esta vida depende de la madre para su desarrollo continuo. Por tanto,
creemos que la vida humana debe ser respetada y protegida desde el momento de la
concepción. Nos oponemos al aborto inducido por todo medio, cuando sea utilizado ya sea
por conveniencia personal o para el control de la población. Nos oponemos a las leyes que
autorizan el aborto. Considerando que se dan raros casos pero reales de condiciones médicas
en las que la madre o el niño aún no nacido, o ambos, corren peligro de no sobrevivir al parto,
la terminación del embarazo deberá realizarse sólo después de asesoría médica competente
y consejo espiritual.
La oposición responsable al aborto demanda nuestro compromiso de iniciar y apoyar
programas designados para proveer cuidado para madres y niños. La crisis de un embarazo
no deseado requiere que la comunidad de creyentes (representada sólo por aquellos que
deban saber de la crisis) provea un ambiente de amor, oración y consejo. En tales casos, el
apoyo puede tomar la forma de centros de orientación, casas de asilo para madres
embarazadas y la creación o utilización de servicios de adopción cristianos.
La Iglesia del Nazareno reconoce que la consideración del aborto como medio para terminar
un embarazo no deseado con frecuencia ocurre porque se han pasado por alto las normas
cristianas de responsabilidad sexual. Por tanto, la iglesia hace un llamado a las personas a
practicar la ética del Nuevo Testamento en lo relacionado con la sexualidad humana y a
tratar el tema del aborto dentro del marco más amplio de los principios bíblicos que
proporcionan dirección para tomar decisiones morales. (Génesis 2:7; 9:6; Éxodo 20:13; 21:12-16,
22-25; Levítico 18:21; Job 31:15; Salmos 22:9; 139:3-16; Isaías 44:2, 24; 49:5; Jeremías 1:5; Lucas 1:15, 23-
25, 36-45; Hechos 17:25; Romanos 12:1-2; 1 Corintios 6:16; 7:1ss.; 1 Tesalonicenses 4:3-6)
La Iglesia del Nazareno también reconoce que muchos han sido afectados por la tragedia
del aborto. Se exhorta a cada congregación local y a cada miembro personalmente a
ofrecer el mensaje del perdón de Dios para cada persona que ha experimentado un aborto.
Nuestras congregaciones locales están para ser comunidades de redención y esperanza para
todos los que sufren el dolor físico, emocional y espiritual como resultado de la interrupción
voluntaria del embarazo. (Romanos 3:22-24; Gálatas 6:1)
30.2. Ingeniería genética y terapia genética. La Iglesia del Nazareno apoya el uso de la
ingeniería genética para lograr una terapia genética. Reconocemos que la terapia genética
puede conducir a la prevención y curación de enfermedades, y a la prevención y curación
de males físicos y mentales. Nos oponemos a cualquier uso de una ingeniería genética que
promueve la injusticia social, que ignore la dignidad de la persona, o que intente lograr la
superioridad racial, intelectual o social sobre otros (eugenesia). Nos oponemos a que se inicien
estudios de ADN cuyos resultados puedan fomentar o apoyar el uso del aborto humano en
vez de permitir el término de la gestación.
En todos los casos la ingeniería y terapia genéticas deben regirse por la humildad, el respeto
por la dignidad inviolable de la vida humana, la igualdad de las personas delante de Dios y
el compromiso de actuar con misericordia y justicia.
30.3 La investigación de la célula madre en el embrión humano y otras intervenciones médicas
/ científicas que destruyen la vida humana después de la concepción. La Iglesia del Nazareno
recomienda firmemente a la comunidad científica a continuar agresivamente los avances en
la tecnología de células madre obtenida de fuentes tales como tejidos humanos de adultos,
de la placenta, de la sangre, del cordón umbilical, de animales y de otras fuentes
embrionarias no humanas.
47
Esto persigue la finalidad legítima de proporcionar salud a muchos, sin violar lo sagrado de la
vida humana. Nuestra posición acerca de la investigación de la célula madre en el embrión
humano se basa en nuestra afirmación que el embrión humano es una persona hecha a la
imagen de Dios. Por lo tanto, nos oponemos al uso de células madre extraídas de embriones
humanos para la investigación, las intervenciones terapéuticas o para cualquier otra finalidad.
A medida que los adelantos científicos futuros ponen a nuestra disposición nuevas
tecnologías, apoyamos firmemente este tipo de investigación, siempre y cuando no viole lo
sagrado de la vida humana u otras leyes morales y bíblicas. Sin embargo, nos oponemos a la
destrucción de embriones humanos para cualquier propósito y cualquier tipo de investigación
que toma la vida de un ser humano después de la concepción. Consistente con este punto
de vista, nos oponemos al uso, para cualquier propósito, del tejido obtenido de fetos humanos
abortados.
30.4. Clonación humana. Nos oponemos a la clonación de un ser humano. El género humano
es valorado por Dios, quien nos creó a Su imagen. La clonación de un ser humano trata a esa
persona como un objeto, negando así la dignidad personal y el valor que nos concedió
nuestro Creador.
30.5. Eutanasia (incluyendo asistencia médica para el suicidio). Creemos que la eutanasia
(terminar intencionalmente la vida de una persona que padezca de una enfermedad fatal o
de una enfermedad debilitadora e incurable, pero que no constituya una amenaza
inmediata para la vida, con el propósito de terminar con el sufrimiento) es incompatible con
la fe cristiana.
Esto se aplica a casos en los que la persona que padezca la enfermedad fatal solicite o
consienta la eutanasia (eutanasia voluntaria) y cuando la persona que padezca la
enfermedad fatal no tenga la capacidad mental para consentir (eutanasia involuntaria).
Creemos que el rechazo histórico de la eutanasia por la iglesia cristiana lo confirman las
convicciones cristianas que se derivan de la Biblia y que son céntricas en la confesión de la
iglesia de su fe en Cristo Jesús como Señor. La eutanasia viola la confianza cristiana en Dios
como Señor soberano de la vida, pues la persona asume la soberanía para sí misma; viola
nuestro papel como mayordomos delante de Dios; contribuye a la erosión del valor que la
Biblia atribuye a la vida humana y a la comunidad; le atribuye demasiada importancia a
ponerle fin al sufrimiento; y refleja la arrogancia humana ante un Dios soberano generoso.
Urgimos al pueblo nazareno a oponerse a todos los esfuerzos por legalizar la eutanasia.
30.6. Permitir la muerte. Cuando la muerte humana es inminente, creemos que se puede
permitir, dentro de la práctica y fe cristiana, retirar los sistemas de mantenimiento de vida
artificial o no someter al enfermo a ellos. Esto se aplica a casos de personas que se encuentran
en estado vegetativo persistente y de aquellas cuya extensión de la vida por la aplicación de
medios extraordinarios no les da ninguna esperanza razonable de volver a gozar de salud.
Creemos que cuando la muerte sea inminente no hay en la fe cristiana requerimiento que
obligue a posponer artificialmente el proceso de la muerte. Como cristianos confiamos en la
fidelidad de Dios y tenemos la esperanza de la vida eterna. Esto hace posible que los cristianos
aceptemos la muerte como expresión de fe en Cristo, quien venció la muerte por nosotros y
le quitó la victoria.
C. LA SEXUALIDAD HUMANA Y EL MATRIMONIO
31. La Iglesia del Nazareno considera la sexualidad humana como una expresión de la
santidad y belleza que diseñó Dios el Creador. Debido a que todos los seres humanos son
creados a la imagen de Dios, ellos tienen inestimable valor y dignidad.
Como resultado, creemos que la sexualidad humana debe incluir más que la experiencia
sensual, y es un regalo de Dios diseñado para reflejar la totalidad de nuestra creación física y
relacional.

48
Como pueblo de santidad, la Iglesia del Nazareno afirma que el cuerpo humano es
importante para Dios. Los cristianos son llamados y habilitados por la obra transformadora y
santificadora del Espíritu Santo para glorificar a Dios en y con sus cuerpos. Nuestros sentidos,
nuestros apetitos sexuales, nuestra capacidad de experimentar placer y nuestro deseo de
relacionarnos han sido formados por el carácter mismo de Dios. Nuestros cuerpos son buenos,
muy buenos.
Afirmamos la creencia en un Dios cuya creación es un acto de amor. Habiendo
experimentado a Dios como amor santo, entendemos que la Trinidad es una unidad de amor
entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Por lo tanto, tenemos el anhelo en lo más profundo
de nuestro ser de relacionarnos con otros. Ese anhelo se cumple finalmente al vivir en una
relación pactada con Dios, la creación y amando al prójimo como a uno mismo.
Nuestra creación como seres sociales es buena y hermosa. Reflejamos la imagen de Dios en
nuestra capacidad de relacionarnos y en el deseo de hacerlo.
El pueblo de Dios es formado como uno en Cristo, una comunidad rica de amor y gracia.
Dentro de esta comunidad, los creyentes son llamados a vivir como miembros fieles del cuerpo
de Cristo. La soltería debe ser valorada entre el pueblo de Dios y apoyada en la riqueza del
compañerismo de la iglesia y la comunión de los santos. Vivir como una persona soltera es
involucrarse, como Jesús lo hizo, en la intimidad de la comunidad, rodeado de amigos, dando
la bienvenida y siendo bienvenido, y expresando un testimonio de fidelidad.
Además, dentro de esta comunidad, afirmamos que algunos creyentes son llamados a
casarse. Como se define en Génesis, “el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y se convertirán
en una sola carne” (Génesis 2:24). El pacto del matrimonio, un reflejo del pacto entre Dios y el pueblo
de Dios, es de fidelidad sexual exclusiva, servicio desinteresado y testimonio social. Una mujer
y un hombre públicamente se rinden devoción el uno hacia el otro como testimonio de la
forma en que Dios ama. La intimidad matrimonial tiene como propósito reflejar la unión de
Cristo y la Iglesia, un misterio de gracia.
También es la intención de Dios que en esta unión sacramental el hombre y la mujer puedan
experimentar el gozo y el placer de la intimidad sexual y como resultado de este acto de amor
íntimo, nueva vida pueda ingresar al mundo y a una comunidad de pacto de cuidado. El
hogar centrado en Cristo debe servir como el principal lugar de formación espiritual. La iglesia
debe prestar gran cuidado en la formación del matrimonio a través de la consejería pre-
matrimonial y en las enseñanzas que denotan lo sagrado del matrimonio.
Sin embargo, la historia bíblica también incluye el triste capítulo de la caída, la corrupción del
deseo humano, que resultó en conductas que engrandecen la auto soberanía, dañando y
cosificando a los demás y entenebreciendo el deseo humano.
Como seres caídos, hemos experimentado esta maldad en cada nivel –personal y
corporativamente. Los principados y poderes en un mundo caído nos han saturado con
mentiras acerca de la sexualidad. Nuestros deseos han sido torcidos por el pecado para
enfocarnos internamente en nosotros mismos. También hemos contribuido a la ruptura de la
creación por nuestro deseo, transgrediendo el amor de Dios y vivir caprichosamente,
apartados de Dios.
Nuestra ruptura en las áreas de la sexualidad toma muchas formas, algunas por decisión
propia y otras llegan a nuestras vidas por medio de un mundo quebrantado. Sin embargo, la
gracia de Dios es suficiente en nuestra debilidad, para traer convicción, transformación y
santificación a nuestras vidas. Por tanto, para evitar el incremento del daño del pecado y
para ser testigos de la belleza y singularidad de los propósitos santos de Dios para nuestros
cuerpos, creemos que los miembros del cuerpo de Cristo, capacitados por el Espíritu, pueden
y deben abstenerse de:
• Relaciones sexuales fuera del matrimonio y cualquier otra forma de unión sexual
inapropiada. Teniendo en cuenta que la intención de Dios es que nuestra sexualidad
49
se viva en la unión del pacto entre un hombre y una mujer, creemos que estas prácticas
a menudo llevan a considerar a la otra persona como un objeto en la relación.
Estas prácticas, en todas sus formas, también tienen el potencial de dañar nuestra
capacidad de participar con todo nuestro ser en la belleza y la santidad del matrimonio
cristiano.
• Relaciones sexuales entre personas del mismo sexo. Ya que creemos que la intención
de Dios es que vivamos en la unión de pacto entre una mujer y un hombre, creemos
que la intimidad sexual entre personas del mismo sexo es contraria a la voluntad de
Dios para la sexualidad humana. Aunque la atracción homosexual o bisexual de una
persona puede tener orígenes diferentes y complejos, y las implicaciones del llamado
a la pureza sexual tienen un alto precio, creemos que la gracia de Dios es suficiente
para este llamado. Reconocemos la responsabilidad compartida del cuerpo de Cristo
de ser una comunidad acogedora, perdonadora, y amorosa en la que la hospitalidad,
ánimo, transformación y rendición de cuentas están a disposición de todas las
personas.
• Relaciones sexuales extra maritales. Dado que creemos que esta conducta es una
ruptura de los votos que hemos hecho delante de Dios y ante el cuerpo de Cristo, el
adulterio es un acto egoísta, una decisión destructora de la familia y una ofensa a Dios
que nos ama pura y devotamente.
• Divorcio. Dado que el matrimonio tiene el propósito de ser un compromiso para toda
la vida, la ruptura del pacto matrimonial, ya sea iniciada personalmente o por decisión
del cónyuge, no cumple con la mejor intención de Dios. Con sabiduría y de ser posible,
la iglesia debe velar por la preservación de la unión matrimonial y ofrecer consejería y
gracia a aquellos heridos por el divorcio.
• Prácticas tales como la poligamia o poliandria. Ya que creemos que el pacto de
fidelidad de Dios se refleja en el compromiso monógamo del esposo y la esposa, estas
prácticas despojan la singularidad y la fidelidad exclusiva diseñada para el matrimonio.
El pecado y la transgresión sexual no solamente es personal sino que también permean
los sistemas y estructuras del mundo.
Por tanto, mientras la iglesia testifica de la realidad de la belleza y la singularidad de los
propósitos santos de Dios, también creemos que debe abstenerse y abogar en contra de:
• La pornografía en todas sus formas, la cual es deseo mal habido. Es la cosificación de
las personas por causa de la gratificación sexual egoísta. Este hábito destruye nuestra
capacidad de amar sin egoísmo.
• Violencia sexual en cualquier forma, incluyendo la violación, agresión sexual,
intimidación sexual, discurso de odio, abuso marital, incesto, tráfico sexual, matrimonio
forzado, mutilación genital femenina, bestialidad, acoso sexual y el abuso de menores
y otros grupos vulnerables. Todas las personas y sistemas que perpetúan la violencia
sexual quebranta el mandamiento de amar y proteger a nuestro prójimo. El cuerpo de
Cristo siempre deberá ser un lugar de justicia, protección y sanidad para aquellos que
son, han sido y continúan siendo afectados por la violencia sexual. Un menor de edad
es cualquier ser humano que tenga menos de 18 años, a menos que la mayoría de
edad se alcance más tarde según la legislación particular de un país o región.
Por tanto afirmamos que:
• Donde abunda el pecado sobreabunda la gracia. Aunque los efectos del pecado
son universales y holísticos, la eficacia de la gracia también es universal y holística. En
Cristo, a través del Espíritu Santo, somos renovados a la imagen de Dios. Lo viejo ha
pasado para dar lugar a lo nuevo. Aunque la formación de nuestras vidas como una

50
nueva creación puede ser un proceso gradual, la sanidad de Dios es efectiva para
enfrentar el quebrantamiento de la humanidad en las áreas de la sexualidad.
• El cuerpo humano es el templo del Espíritu Santo.
Nuestra sexualidad debe ser conforme a la voluntad de Dios. Nuestros cuerpos no nos
pertenecen, sino que han sido comprados por un precio. Por tanto hemos sido llamados
a glorificar a Dios en nuestros cuerpos a través de una vida de obediencia sumisa a Él.
• El pueblo de Dios está marcado por el amor santo.
Sobre todas las virtudes, el pueblo de Dios debe vestirse de amor. El pueblo de Dios
siempre recibe a los quebrantados en sus reuniones. Dicha hospitalidad cristiana ni es
para justificar la desobediencia del individuo, tampoco una negativa para participar
redentoramente en discernir las raíces del quebrantamiento. Restaurar al ser humano
a la semejanza de Cristo requiere confesión, perdón, prácticas transformadoras,
santificación, y consejo de parte de Dios – pero sobre todo, incluye la bienvenida de
amor que invita a la persona quebrantada a la comunidad de gracia conocida como
la iglesia. Si fallamos en confrontar honestamente al pecado y al quebrantamiento,
habremos fracasado en amar. Si fallamos en amar, no participaremos de la sanidad
que proviene de Dios para el quebrantamiento.
La implementación fiel de estas declaraciones por parte de las congregaciones de la iglesia
global, en su tarea de recibir y ministrar a las personas, es compleja por lo que se debe ejercer
con cuidado, humildad, valentía y discernimiento.
D. LA MAYORDOMÍA CRISTIANA
32. Significado de la mayordomía. Las Escrituras enseñan que Dios es el dueño de todas las
personas y de todas las cosas. Por lo tanto, somos sus mayordomos tanto de la vida como de
las posesiones. Debemos reconocer que Dios es el dueño y que nosotros somos los
mayordomos, porque daremos cuenta personalmente a Él por el desempeño de nuestra
mayordomía.
Dios, como un Dios de sistema y de orden en todas sus relaciones, ha establecido un sistema
de contribución que lo reconoce como el dueño sobre todos los recursos y relaciones
humanas.
Con este propósito, todos sus hijos deben diezmar fielmente y dar ofrendas para el
sostenimiento del evangelio. (140) (Malaquías 3:8-12; Mateo 6:24-34; 25:31-46; Marcos 10:17-31;
Lucas 12:13-24; 19:11-27; Juan 15:1-17; Romanos 12:1-13; 1 Corintios 9:7-14; 2 Corintios 8:115; 9:6-15; 1
Timoteo 6:6-19; Hebreos 7:8; Santiago 1:27; 1 Juan 3:16-18)
32.1. Diezmos en el alfolí. Traer los diezmos al alfolí es la costumbre bíblica y práctica de
diezmar fiel y regularmente en la iglesia de la que es miembro la persona. Por tanto, el
sostenimiento de la iglesia se basará en el plan de traer los diezmos al alfolí y la Iglesia del
Nazareno local será considerada por todos sus feligreses como el alfolí. Exhortamos a todos
los que sean parte de la Iglesia del Nazareno a contribuir fielmente una décima parte de todos
sus ingresos como la obligación financiera mínima con el Señor y, además, a que den ofrendas
voluntarias según Dios los prospere, para el sostenimiento de toda la iglesia, local,
educacional, de distrito, regional y general.
El diezmo, entregado a la Iglesia del Nazareno local, será considerado prioridad sobre
cualquier otra oportunidad de dar que Dios ponga en los corazones de sus fieles mayordomos
para el sostenimiento de toda la iglesia.
32.2. Recaudación y distribución de fondos. Dada la enseñanza bíblica en cuanto a la
contribución de diezmos y ofrendas para el sostenimiento del evangelio y para la construcción
de los edificios de la iglesia, ningúna congregación nazarena debe usar método alguno para
recaudar fondos que desvíen de esos principios, que estorben el mensaje del evangelio, que
manchen el nombre de la iglesia, que discriminen a los pobres o que desvíen las energías de

51
las personas en la proclamación del evangelio. Respecto a los desembolsos para cubrir las
necesidades de los programas locales, de distrito, educacionales y generales de la Iglesia del
Nazareno, instamos a las iglesias locales a adoptar y practicar el plan de aporte financiero y
a pagar mensualmente sus asignaciones generales, educacionales y de distrito. (130, 153,
154,154.2, 516.13)
32.3. Sostenimiento del ministerio. “Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio ”
(1 Corintios 9:14). La iglesia está obligada a sostener a sus ministros, quienes han sido llamados
por Dios y quienes, bajo la dirección de la iglesia, se han entregado enteramente al ministerio.
Por tanto, exhortamos a los miembros de la iglesia para que se comprometan voluntariamente
a la tarea de sostener el ministerio, reuniendo el dinero semanalmente para este santo
negocio y que el salario del pastor sea pagado con regularidad cada semana. (115.4, 115.6,
129.8)
32.4. Donativos bajo herencias y donaciones planificadas y diferidas. En el cumplimiento de la
mayordomía cristiana es esencial considerar cuidadosamente lo que se hará con los ingresos
y posesiones de las que el Señor ha hecho mayordomo al cristiano durante su vida. Al
reconocer la necesidad de una mayordomía fiel en esta vida y la visión dada por Dios de
dejar un legado para el futuro, la Iglesia del Nazareno ha establecido la Church of the
Nazarene Foundation para ampliar la mayordomía cristiana a través de ofrendas / donativos
planificados y diferidos. Frecuentemente las leyes civiles no incluyen estipulaciones para
distribuir la herencia en forma tal que glorifique a Dios. Cada cristiano debe preocuparse de
preparar su testamento en forma cuidadosa y legal; y recomendamos que al hacerlo,
considere a la Iglesia del Nazareno y sus diversos ministerios de misiones, evangelismo,
educación y benevolencia, en los niveles local, de distrito, educacional y general.
32.5. Responsabilidad compartida en la misión denominacional. El gobierno de la Iglesia del
Nazareno es representativo.
Cada congregación local apoya la misión global de la iglesia como fue definido por la
Asamblea General e implementado por medio del liderazgo de la Junta de Superintendentes
Generales en la evangelización mundial, la educación, el apoyo ministerial, y los ministerios
del distrito. La Junta de Superintendentes Generales y la Junta General están autorizadas y
facultadas para desarrollar, revisar y mantener un sistema para incrementar el Fondo para la
Evangelización Mundial y establecer metas financieras y responsabilidades para las iglesias
locales por medio de las asambleas de distrito. Supeditados al párrafo 337.1 del Manual, las
juntas nacionales y / o los concilios consultivos regionales están autorizados y facultados para
establecer planes de ahorro para la jubilación ministerial en su región. El reporte de dichos
planes será presentado como está previsto en el párrafo 337.2 del Manual. Las disposiciones
del párrafo 32.5 no se aplicarán a la Junta de Pensiones y Beneficios de EUA.
Las juntas nacionales y / o los concilios consultivos regionales también están autorizados y
facultados para establecer el apoyo a las instituciones de educación superior en su región.
Cada distrito está autorizado y facultado para establecer metas y responsabilidades para las
iglesias locales para recaudar fondos para financiar el ministerio del distrito por medio del
comité de finanzas de la asamblea de distrito. (238.1, 317.10, 345, 346.3)
E.- OFICIALES DE LA IGLESIA.
33. Aconsejamos a nuestras iglesias locales que elijan como oficiales a miembros activos de la
iglesia local quienes profesen la experiencia de la entera santificación y cuyas vidas den
testimonio público de la gracia de Dios que nos llama a una vida santa; que estén en armonía
con las doctrinas, el gobierno y las prácticas de la Iglesia del Nazareno; y que respalden
fielmente a la iglesia local con su asistencia, servicio activo, y sus diezmos y ofrendas. Los
oficiales de la Iglesia deben estar completamente comprometidos en “hacer discípulos
semejantes a Cristo en las naciones.” (113.11; 127; 145-147)

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F. REGLAS DE ORDEN
34. Sujetos a la ley aplicable, al estatuto de la personería jurídica y a los reglamentos de
gobierno del Manual, las sesiones y los negocios de los miembros de la Iglesia del Nazareno a
nivel local, de distrito y general, y los comités de la entidad jurídica serán regulados y
controlados de acuerdo con las Reglas de Orden de Robert (última edición) en lo relacionado
con los procedimientos parlamentarios. (113, 205, 300.3)
G. ENMIENDAS DEL PACTO DE CONDUCTA CRISTIANA
35. Las estipulaciones del pacto de conducta cristiana podrán ser derogadas o enmendadas
por el voto de las dos terceras partes de los miembros presentes y votantes de una Asamblea
General.

INVESTIGACIÓN DE POSIBLE CONDUCTA IMPROPIA Y DISCIPLINA DE LA IGLESIA


600. Los objetivos de la disciplina eclesiástica consisten en sostener la integridad de la Iglesia
del Nazareno, proteger a los inocentes contra daños, proteger la eficacia del testimonio de
la iglesia, advertir y corregir a los negligentes, conducir al culpable hacia la salvación,
rehabilitar al culpable, restaurar al servicio eficaz a los rehabilitados y proteger la reputación
y recursos de la iglesia. Los miembros de la iglesia que violen El Pacto de Carácter Cristiano o
el Pacto de Conducta Cristiana, o que continúen y voluntariamente violen sus votos de
membresía deben ser tratados amable pero fielmente según la gravedad de sus ofensas….
Por tanto, el propósito de la disciplina no es punitivo o de castigo sino que tiene el fin de
alcanzar estos objetivos. El proceso de disciplina también tiene la finalidad de determinar la
categoría y la relación continua con la iglesia.
602.1. En cada iglesia local, es apropiado que la junta de la iglesia prepare una respuesta
para cualquier crisis que pueda surgir; sin embargo, quizá sea necesario responder aun antes
de que se pueda convocar a una reunión de la junta. Es sabio que cada iglesia local cuente
con un plan de emergencia para responder.
605.2. Cuando un laico haya sido expulsado de la membresía de la iglesia local por una junta
de disciplina local, podrá afiliarse nuevamente a la Iglesia del Nazareno en el mismo distrito
sólo si obtiene la aprobación de la junta consultora de distrito. Si le conceden tal aprobación
será recibido en la membresía de esa iglesia local usando la forma aprobada para la
recepción de miembros de la iglesia. (21, 28-33, 112.1-112.4, 704)

53
54
EL PACTO DE CARÁCTER CRISTIANO
Reconozco que Dios me está invitando a ser parte de la 1ª Iglesia
del Nazareno en la ciudad de Puebla, “El lugar para encontrarme con
Dios, donde aprenderé que amar a Dios es servir al prójimo”; y como parte de
la gran Iglesia del Nazareno, me comprometo a observar el pacto de carácter
y el pacto de conducta cristiana.
Identificarse con la iglesia visible es el privilegio bendito y deber sagrado de todos los que son
salvos de sus pecados y buscan la perfección en Cristo Jesús. Se requiere de todos los que
quieran unirse a la Iglesia del Nazareno y así andar en comunión con nosotros, que muestren
evidencia de salvación de sus pecados mediante una conducta santa y una piedad vital; y
que sean limpios del pecado innato o que sinceramente deseen serlo. Ellos deben dar
evidencia de su entrega a Dios:
PRIMERO. Haciendo lo que se ordena en la Palabra de Dios, la cual es la regla de fe y práctica
de la iglesia, incluyendo:
1).- Amar a Dios con todo el corazón, alma, mente y fuerzas, y al prójimo como a sí
mismo (Éxodo 20:3-6; Levítico 19:17-18; Deuteronomio 5:7-10; 6:4-5; Marcos 12:28-31; Romanos
13:8-10).
2).- Llamar la atención de los inconversos a las demandas del evangelio, invitarlos a la
casa del Señor y procurar que reciban salvación (Mateo 28:19-20; Hechos 1:8; Romanos
1:14-16; 2 Corintios 5:18-20).
3).- Ser corteses con todas las personas (Efesios 4:32; Tito 3:2; 1 Pedro 2:17; 1 Juan 3:18).
4).- Ser de ayuda a los que también son hermanos en la fe, soportándose los unos a los
otros en amor (Romanos 12:13; Gálatas 6:2, 10; Colosenses 3:12-14).
5).- Ayudar integralmente a las personas; dando de comer al hambriento, vistiendo al
desnudo, visitando a los enfermos y presos, y ministrando a los necesitados, cuando se
presente la oportunidad y se tenga la capacidad para hacerlo. (Mateo 25:35-36; 2
Corintios 9:8-10; Gálatas 2:10; Santiago 2:15-16; 1 Juan 3:17-18).
6).- Contribuir al sostenimiento del ministerio, la iglesia y su obra con diezmos y ofrendas
(Malaquías 3:10; Lucas 6:38; 1 Corintios 9:14; 16:2; 2 Corintios 9:6-10; Filipenses 4:15-19).
7).- Asistir fielmente a todas las ordenanzas de Dios y los medios de gracia, incluyendo
el culto público a Dios (Hebreos 10:25), la ministración de la Palabra (Hechos 2:42), el
sacramento de la Santa Cena (1 Corintios 11:23-30), el escudriñar y meditar en las Escrituras
(Hechos 17:11; 2 Timoteo 2:15; 3:14-16), las devociones privadas y familiares (Deuteronomio 6:6-
7; Mateo 6:6).
SEGUNDO. Evitando toda clase de mal, lo que incluye:
1).- Tomar el nombre de Dios en vano (Éxodo 20:7; Levítico 19:12; Santiago 5:12).
2).- Profanar el Día del Señor al participar en actividades seculares innecesarias,
dedicándose, por lo tanto, a prácticas que nieguen su santidad (Éxodo 20:8-11; Isaías
58:13-14; Marcos 2:27-28; Hechos 20:7; Apocalipsis 1:10).
3).- Inmoralidad sexual, como relaciones premaritales o extramaritales, relaciones
sexuales entre personas del mismo género, perversión en cualquier forma, libertinaje
sexual, y conducta impropia (Génesis 19:4-11; Éxodo 20:14; Levítico 18:22; 20:13; Mateo 5:27-
32; Romanos 1:26-27; 1 Corintios 6:9-11; Gálatas 5:19; 1 Tesalonicenses 4:3-7; 1 Timoteo 1:10).
4).- Hábitos o prácticas que se sabe son nocivos al bienestar físico y mental. Los
cristianos deben considerarse templos del Espíritu Santo (Proverbios 20:1; 23:1-3; 1 Corintios
6:17-20; 2 Corintios 7:1; Efesios 5:18).
5).- Reñir, devolver mal por mal, chismear, calumniar, diseminar conjeturas injuriosas al
buen nombre de otros (2 Corintios 12:20; Gálatas 5:15; Efesios 4:30-32; Santiago 3:5-18; 1 Pedro
3:9-10).

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6).- Defraudar, tomar ventaja al comprar y vender, dar falso testimonio, y semejantes
obras de las tinieblas (Levítico 19:10- 11; Romanos 12:17; 1 Corintios 6:7-10).
7).- Dejarse dominar por el orgullo en el vestir o en la conducta. Nuestra feligresía debe
vestirse con la sencillez y modestia cristianas que convienen a la santidad (Proverbios
29:23; 1 Timoteo 2:8-10; Santiago 4:6; 1 Pedro 3:3-4; 1 Juan 2:15-17).
8).- Música, literatura y diversiones que deshonran a Dios (1 Corintios 10:31; 2 Corintios 6:14-
17; Santiago 4:4).
21.3. TERCERO. Permaneciendo en comunión sincera con la iglesia, no hablando mal de ella,
sino estando totalmente comprometidos con sus doctrinas y costumbres, e involucrados
activamente en el testimonio y expansión continuos (Efesios 2:18-22; 4:1-3, 11-16; Filipenses 2:1-8;
1 Pedro 2:9-10).

Como parte de mis privilegios y responsabilidades, guardare cada uno de los aspectos de
ambos pactos y si quebrantara alguno de los aspectos que en estos se mencionan; reconozco
que me haré merecedor de una disciplina impuesta por el Pastor con el consejo de la Junta
de la Iglesia, que va desde el cese de mis privilegios, hasta la remoción de mi membresía
según sea el caso.

Nombre: ___________________________________ Firma: ______________________________

Fecha: ________________________________

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