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Desafios del pluralismo religioso

a la teologia de la liberación

4 ' .

E TE» OSYT
DELTERCERMUN
POR LOS MUCHOS CAMINOS PE DIOS

DESAFIOS DEL PLURALISMO

RELIGIOSO A LA TEOLOGÌA

DE LA LIBERACIÓN
ÌNDICE

Pròlogo. Pedro Casaldàliga


Presentación.
Comisión Teològica de la ASETT
La pluralidad religiosa actual en el mundo
y en America Latina. Franz Damen

Colección Intolerancia religiosa contra el pluralismo


TIEMPO AXIAL religioso en la historia latinoamericana.
Armando Lampe
(DIR. JOSÉ MARIA VIGIL)
Pluralismo religioso y teologias indias.
I Reubicación teològica en la fé indigena.
POR LOS MUCHOS CAMINOS DE DIOS Diego Irarràzaual
Es propiedad del Centro Biblico Verbo Divino, Padre Damiàn
Pluralismo religioso y tradiciones religiosas
N30-71 y Obispo Diaz de la Madrid (Barrio Las Casas Altas)
Telf. (02) 256.63.18, Fax: (02) 256.61.50
afroamericanas. Antonio Aparecido da Silva
Quito-Ecuador
Pluralismo religioso y teologia feminista de
Apdo. 17-03-252
E-mail: ventas@verbodivino-ecu.org
la liberación. Luiza E. Tornita
http://www.verbodivino-ecu.org
Un diàlogo necesario: entre la teologia de la
Priniera Edición
liberación y la teologia del pluralismo.
PaulKnitter
© Centro Biblico Verbo Divino,
Quito (Ecuador), 2003 El desafio del pluralismo religioso a la
© ASETT, Asociación Ecumènica de Teólogos/as teologia latinoamericana. Faustino Teixeira 1
del Tercer Mundo, Comisión Teològica para
America Latina Espiritualidad del pluralismo religioso: una
experiencia espiritual emergente.
ISBN-9978-979-36-0 José Maria Vigil 1

Impreso por Graficas Iberia Pluralismo cultural y religioso: eje de la teologia


Printed in Ecuador de la liberación. Marcelo Barros 1
PRÒLOGO

POR LOS MUCHOS CAMINOS DE DIOS

Todas las personas creyentes estamos mas o me-


nos de acuerdo en que, creyendo, nos referimos a un
solo Ser supremo. Muchos estaremos de acuerdo tam-
bién en que nos referimos al mismo Dios, solo que in-
vocado con diferentes nombres: "El Dios de todos los
nombres" lo proclamamos en el I Encuentro Macroe-
cuménico de la APD, Asamblea del Pueblo de Dios, en
las alturas de Quito.
Pero a la hora de sistematizar y organizar intelec-
tual, cultual y moralmente las relaciones o religaciones
-la Religión- con ese Dios ùnico, nos dividimos, nos
distanciamos y fàcilmente nos enfrentamos; corno ene-
migos; y en nombre de Dios. Dios uniria, la Religión
nos separa.
Recientemente -después de muchos siglos de dis-
tancias y rinas- se viene despertando en ciertos secto-
res de la Humanidad religiosa la conciencia, culpada
por acción y por omisión, de ese mal que aqueja a las
religiones. Y surge, corno una vocación humana y divi-
na, la voluntad inquieta, a tientas, pero esperanzada,
de asumir el desafio mundial de transformar en bien
8/ Prólogo
Por los muchos caminos de Dios / 9
de diálogo y colaboración el mal de las incomprensio- número monográfico de revista y nos encontramos,
nes y las guerras religiosas. puestas en pie, las mayores cuestiones de la religión y
Un desafío que afecta prácticamente a todas las de la sociedad; relativizando lo que es relativo y abso-
religiones, pero más concretamente a las Iglesias cris- lutizando lo que es absoluto: Dios es Dios y la huma-
tianas, por su trayectoria de misión, con frecuencia co- nidad es su "problema" y su "sueño". La religión, se
lonizadora, y por su teología, de dogmatismo, tradicio- nos recuerda, es una simple mediación. Michael Ama-
nalmente excluidor. La acusación de "arrogancia cris- ladoss, director actualmente del Instituto por el Diálo-
tiana" que se hace a la teología bíblico-eclesial con res- go entre las Culturas y las Religiones, de Chennay,
pecto a la crisis ecológica, puede hacerse, con dema- Madras (India), insistía recientemente en un axioma
siada frecuencia, desde un ayer que todavía sigue hoy fundamental para la paz interreligiosa: "La religión es
para el ser humano, no el ser humano para la reli-
en muchas cabezas cristianas, con respecto al diálogo
gión".
de las religiones y al pluralismo religioso...
El Concilio Vaticano II, finalmente, llegó a admitir En esta línea, de actualidad y de enfoque, nos llega
la libertad de conciencia, y reconoció en las religiones este libro de ASETT-LA (la Comisión Teológica de la Sec-
espacios de salvación. Empezaba una era de diálogo, ción Latinoamericana de la Asociación de Teólogos/as
no solo intraeclesial o ecuménico sino también entre del Tercer Mundo). Un libro-iniciación, "para abrir el
la(s) Iglesia(s) y las religiones, macroecuménico. Muy apetito". Primero de una serie, en varios países. Provo-
cando básicamente las siguientes reflexiones mayores,
modestamente aún, con muchas reticencias; más en
desde una visión latinoamericana de teología de la libe-
declaraciones genéricas y en gestos solemnes que en
ración:
una connatural convivencia de intercambio fraterno.
- Intolerancia religiosa vs. pluralismo reli-
Aparecieron los teólogos pioneros, a veces incom-
gioso.
prendidos y hasta censurados por las instancias ofi-
ciales, porque las instituciones siempre son reacias a - El pluralismo religioso vivido por las teo-
la libertad y a la novedad. Se vienen multiplicando los logías indias, afroamericanas y feminis-
textos, los encuentros, las declaraciones acerca del te- tas.
ma. El diálogo interreligioso, el macroecumenismo, el - El diálogo entre la teología de la religión
pluralismo religioso han pasado a ser un descubri- y la del pluralismo religioso.
miento o una asignatura reconocida como pendiente. - La liberación de los pobres como criterio
En el entusiasmo matinal o bajo sospecha, el asunto hermenéutico.
está imponiéndose irreversiblemente. Hay quien juzga ^ - La nueva espiritualidad emergente del
incluso que es "el" asunto del día para la reflexión teo- pluralismo religioso.
lógica, por las implicaciones que trae consigo. Porque
- Pluralismo de principio o de derecho y
el asunto es complejo y nuevo y trastorna todos los es-
no solo pluralismo de hecho.
quemas tradicionales. Basta con leer un índice de un
- Un nuevo espíritu misionero...
10/ Prólogo Por los muchos caminos de Dios / 11

Caminar "Hacia una Teología Liberadora de las po de Argel, Henri Tessier- han de someterse al juicio
Religiones", es la pretensión de la serie de libros pro- de la conciencia universal en su esfuerzo por descubrir
gramada por la Comisión Teológica de la ASETT-LA. los derechos humanos y promoverlos".
Me parece elemental y fundamental destacar Comprometido y politizado, por Dios y por sus po-
siempre en el diálogo interreligioso el contenido y el bres, este libro quiere ser eco y voz de un fecundo ca-
objetivo de este diálogo. No se trata de sentar las reli- samiento que empieza a celebrarse entre la teología del
giones en una tertulia para que discutan más pacífica- pluralismo religioso y la teología de la liberación. "Mu-
mente sobre religión, vueltas sobre sí, narcisística- chos pobres, muchas religiones", titulaba José María
mente. El verdadero diálogo interreligioso debe tener Vigil su artículo en un número monográfico de la revis-
como contenido y como objetivo la causa de Dios que ta Éxodo, como apuntando el filón. Esta teología, casa-
es la propia humanidad y el universo. Y en la humani- da, es la adecuada y urgente teología del Tercer Mun-
dad la causa prioritaria es la gran masa empobrecida do, la teología del mundo globalizado para mal y para
y excluida; y en el universo la tierra y el agua y el aire bien, la teología del Dios vivo y vivificador y de nuestra
profanados. La justicia y la ecología, la libertad y la única humanidad perdida y salvada.
paz, ¡la Vida! Poniendo la cabeza y el corazón en el sue-
La verdad es caminante, como las personas, como
lo de la realidad escribe, en su texto, Marcelo Barros:
la historia, como el Dios vivo que nos acompaña. No es
"El camino para la teología del pluralismo cultural y
mía ni tuya, es nuestra o somos de ella, mejor. Anto-
religioso en América Latina es el de la base, de la in-
nio Machado nos advierte: "¿Tu verdad? No, la Ver-
serción y de la solidaridad. Para retomar u n modo de
dad,/y ven conmigo a buscarla..."
hablar común cuando se discute el pluralismo, esta
teología nueva no es cristocéntrica y menos aún ecle- Por los muchos caminos de Dios en que Él se cru-
siocéntrica. Sería 'vidacéntrica', esto es, centrada en el za con la humanidad, creándola, acogiéndola, buscán-
proyecto de Vida para todos". Lo cual no debería saber- dola, avanzamos religiosamente plurales, hijos e hijas
nos como nuevo a quienes intentamos seguir a Aquel del Dios único, hemiarios, hermanas en su familia hu-
que vino "para que todos tengan Vida y Vida plena". La mana. Seamos cada vez más conscientes de esa uni-
religión es para la Vida. El verdadero Dios es justicia y dad fundamental y de la enriquecedora pluralidad con
liberación y amor. que podemos y debemos vivirla, a camino de la común
Casa paternomaternal. Para esa "caminada", este libro
Con Hans Küng se repite oportunamente, hoy más es un guía oportunísimo.
que nunca, que no habrá paz entre las naciones si no
hay paz entre las religiones, y que no habrá paz entre
las religiones si no hay diálogo entre ellas. Debe aña-
Pedro Casaldáliga
dirse que este diálogo será inútil, y hasta hipócrita y
Sao Félix do Araguaia, Mato Grosso, Brasil
hasta blasfemo, si no se vuelca sobre la Vida y sobre
Traducido del portugués por: José María Vigtt
los pobres, sobre los derechos humanos, que son de-
rechos divinos también. "Las religiones -afirma el obis-
PRESENTACIÓN

Este es un libro sobre los dos temas teológicos


más "calientes" de la actualidad: la teología de la libe-
ración (TL) y la teología del pluralismo (TP).
Aunque para algún cardenal latinoamericano la
TL sea una "pieza de museo", para muchos cristianos
(y hasta para muchos no cristianos) sigue siendo, ca-
da vez más, una de las teologías más dignas de ser es-
cuchada. Si no es de/desde/sobre/para la liberación,
la teología ya no interesa. Si lo es, interesa en cual-
quiera de sus ramas.
Por su parte la TP es una teología revolucionaria
(en algún sentido lo es más que la misma TL), que
viene, incontenible, desafiante, amenazando con la
necesidad de reformularlo todo, y que "viene para
quedarse", no para pasar, -como una moda. Los cen-
sores la temen más incluso que a la misma TL, pues
la consideran su sucesora, tal vez de alguna manera
su hija.
Este libro, decimos, no trata de una u otra, sino de
las dos teologías, de su relación, de su diálogo, de su
cruzamiento. Creemos que es el primer libro de esta
temática en el continente latinoamericano. En los años
pasados hemos hecho mucha teología de la liberación,
hasta el punto de que la TL es, hace tiempo, una teo-
logía adulta y con carta de ciudadanía universal, no
14 / Presentación Por los muchos caminos de Dios I 15

simplemente latinoamericana. Y en el m u n d o se h a he- supuesto pluralista'. Toda la TL elaborada


cho ya m u c h a TP. Pero no en América Latina. Y n u n c a hasta hoy ha sido 'inclusivista', y no podía
se h a provocado el diálogo entre las dos teologías. He haber sido de otra manera. Una TL herma-
ahí el propósito novedoso de este libro. nada o casada con la TP está por hacer. Es-
te tercer libro del programa de la ASETT aco-
Es u n libro provocado y organizado por la Comi- meterá ese objetivo por primera vez en el
sión Teológica de la ASETT en América Latina. La continente.
ASETT (Asociación Ecuménica de Teólogos y Teólogas
del Tercer Mundo) tuvo s u última Asamblea en Quito 4. El cuarto libro está pensado como para ser
en 2 0 0 1 , y decidió -entre otras c o s a s - abrir este fren- la elaboración ya orgánica y sistemática de
te de reflexión y acción, y hacer este servicio al Conti- una 'teología cristiana intercontinental del
nente y al m u n d o : hacer teología del pluralismo desde pluralismo religioso'. Óecimos 'cristiana'
las opciones latinoamericanas clásicas, ayudar a reali- porque quiere ser una interpretación del
zar u n a "recepción" latinoamericana de la TP, y posibi- pluralismo específicamene desde la tradición
litar y estimular u n diálogo entre las dos teologías. cristiana. Y decimos 'intercontinental' por-
Aquí, en América Latina, pero ante el m u n d o , en u n que ya no será solo latinoamericana, como
diálogo ya universalizado, como corresponde a los en los anteriores libros: aquí participará la
tiempos. ASETT intercontinental, o para decirlo tal
como es conocida por sus siglas en inglés, la
De estos objetivos, este libro a p e n a s sirve p a r a EATWOT, Ecumenical Association of Third
abrir la p u e r t a y entrar al tema... Se propone solo World Theologians, desde Asia, África y Amé-
plantear "los desafíos del pluralismo religioso a la teo- rica.
logía de la liberación", como reza s u subtítulo. No pre-
tende saberlo todo, ni decirlo todo, sino solo levantar 5. El quinto y por ahora último, contendrá un
las preguntas y los desafios. Ni siquiera quiere d a r res- intento de elaboración de una 'teología inter-
p u e s t a s . Eso vendrá después. Porque son cinco los pa- religiosa del pluralismo religioso'. La libera-
sos -los libros- que esta Comisión Teológica de la ción ya no es latinoamericana, ni africana ni
ASETT para América Latina tiene en s u programa: asiática, ni tampoco de ese 'cuarto mundo'
incrustado dentro del primero, sino ecumé-
1. "Éste que el lector tiene en sus manos, que nica, macroecuménica y mundial. Y un
pretende simplemente 'levantar y plantear' momvimiento de liberación mundial necesi-
los citados desafíos. ta una teología inter-religiosa liberadora
2. Un segundo libro, pensado como un intento también mundial. Porque el mundo no es so-
de 'dar respuestas' ya concretas a esos desa- lo cristiano, ni simplemente religioso, sino
fíos. multi-religioso. Una teología de la liberación
solamente cristiana sería 'un lujo de una mi-
3. Un tercer libro, que querrá ser 'el primer li-
noría cristiana', como nos han recordado los
bro de teología de la liberación desde el pre-
16 / Presentación
Por los muchos caminos de Dios / 17
teólogos asiáticos en una cariñosa correc-
teada pioneramente por Paul KNITTER. Le sigue una
ción fraterna a la TL latinoamericana".
presentación general sintética de los desafíos del plu-
Pero no se espante el lector. Ahora estamos solo ralismo para la teología latinoamericana, por Fustino
con el primer libro, que solo pretende abrir la puerta, TEIXEIRA. José María VIGIL nos presenta la experien-
entrar, ver y sentir los desafíos. Queríamos un libro cia espiritual emergente que se descubre detrás de to-
ágil, manejable, asequible, sin demasiadas páginas. do este movimiento pluralista. Marcelo BARROS con-
Creemos, sin embargo, que no falta ninguna perspec- cluye presentando el pluralismo cultural y religioso co-
tiva esencial. No le ocultaremos al lector que conseguir mo u n nuevo eje de la teología de la liberación en su
este carácter integral nos ha supuesto un buen esfuer- andadura actual.
zo -y una buena dosis de flexibilidad en los plazos- pa-
ra reunir a estos autores. Invitamos al lector a entrar, sin más preámbulos,
en la lectura, que no necesitará ser de principio a fin,
Hemos articulado el contenido en la metodología sino que puede ser acometida por el artículo de prefe-
latinoamericana del "ver-juzgar - actuar". Basta leer rencia del lector.
el índice con detención para comprender su esquema
No podemos terminar sin agradecer públicamente
claro y lógico.
a los autores su servicio generoso y desinteresado, ha-
Tras esta presentación, comienza Franz DAMEN biendo renunciado a todo derecho de autor para que el
presentándonos los datos fundamentales del pluralis- libro haya podido ser puesto al precio más asequible a
mo religioso en el mundo y en América Latina concre- la economía popular, así como a Misereor por su apo-
tamente: es el estado actual de la pluralidad religiosa, yo en el mismo sentido. Y también a todos los que nos
realidad de la cual queremos partir. Pero esa situación han animado a ir adelante con este proyecto, especial-
actual tiene su dimensión temporal: Armando LAMPE mente al Presidente de la ASETT, Diego Irarrázaval.
la despliega ante nuestros ojos con todo realismo.
Una vez "vista" la realidad, pasamos a juzgarla', y Luiza E. Tomita, Marcelo Barros
lo hacemos desde las tres perspectivas teológicas más y José María Vigil
relevantes en el continente: las teologías indias (a car- Comisión Teológica Latinoamericana de la
go de Diego Irarrázaval, las teologías de raíz afroame- Asociación de Teólogos/as del Tercer Mundo
ricana (Antonio Aparecido Da Silva), y la teología femi-
nista (Luiza E. Tomita). Un espectro pues abarcador,
completo.
"Vista y juzgada" la realidad, nos abocamos al ter-
cer y último momento del libro, de cara a la "acción",
con varios abordajes complementarios. En primer lu-
gar, la necesidad del diálogo entre la TL y la TP, plan-
LA PLURALIDAD RELIGIOSA ACTUAL
EN EL MUNDO Y EN AMÉRICA LATINA

1. LAS RELIGIONES EN EL MUNIDO

Número de miembros de las mayores religiones


del mundo en el año 2000, comparado con el del año
1900, y porcentajes respecto a la población mundial
total:
año 1900 año 2 0 0 0
Población total 1619 100 % 6055 100 %
Cristianos 558 34'5 % 1999 33%
Musulmanes 200 12'3 % 1188 19'6 %
Hindúes 203 12'5 % 881 13'4 %
Budistas 127 7'8 % 360 5'9 %
Religiones indígenas 117 7'3 % 228 3'8 %
Judíos 12 0'8 % 14 0'2 %
Nuevas religiones 6 0'4 % 102 17 %
No creyentes 3 0'2 % 778 127 %

Actualmente, la población mundial crece con un


1,2% por año (p.a.). La gran.mayoría (un 85%) de la
población mundial tiene religión. Una tercera parte de
la población mundial es cristiana, con un crecimiento
de 1,4% p.a.. Una quinta parte de la población mun-
dial es musulmana, con una tasa de crecimiento más
fuerte, del 2,1%, p.a. El Hinduismo está creciendo con
un 1,7% p.a..
20 / Franz Damen La pluralidad religiosa actual / 21

En el curso del siglo XX se han producido cambios 2. LAS RELIGIONES EN AMÉRICA LATINA
considerables.
La presencia relativa de los musulmanes ha creci- año 1900 año 2000
do considerablemente, mientras la de los cristianos ha Población total 65 100 % 519 100 %
disminuido ligeramente. Cristianos 62 95'2 % 481 927 %
Musulmanes 0'05 O'l % 1'5 0'3 %
En el propio Cristianismo, que entre tanto se ha Religiones indígenas 2'2 3'5 % 1'2 0'3 %
convertido en la religión más umversalmente presente Judíos 002 O'O % l'l 0'2 %
en la historia, se han producido cambios notables. A Hindúes O'l 0'3 % 0'7 0'2 %
comienzos del siglo XX, solo una tercera parte de los Budistas 0'0005 O'O % 0'6 O'l %
cristianos vivía fuera de Europa y América del Norte, Nuevas religiones 0 O'O % 0'5 O'l %
mientras al comienzo de este siglo XXI, dos terceras
Espiritistas 0'2 0'4 % 12 2'3 %
partes de los cristianos viven en países en el Tercer
No creyentes 03 0'6 % 16 3'1 %
Mundo. De esta manera, el Cristianismo se ha conver-
Ateos O'l O'O % 2'7 0'5 %
tido de religión de los ricos blancos en religión de los
pobres no blancos. Con ello, el Cristianismo no puede
sino convertirse en una religión verdaderamente mul- Mientras en el curso del siglo XX, a nivel mundial,
ticultural. la población mundial ha crecido 3,74 veces, en Améri-
ca Latina se ha multiplicado casi 8 veces.
Hace 100 años, se creía que "dentro de una gene-
ración, toda la población mundial se convertirá al cris- El Cristianismo se ha consolidado como la religión
tianismo". Esto no se ha materializado, sobre todo por- hegemónica, pero ha perdido su pretendido monopo-
que se ha producido un fenómeno inesperado: una de- lio, en favor de otras religiones.
serción fuerte del cristianismo a causa del secularismo Ha habido en América Latina un crecimiento ge-
(en Europa occidental), el comunismo (en Rusia y Eu- neral modesto de la presencia de grandes religiones del
ropa oriental) y el materialismo (en América), lo que ha mundo, como también de las nuevas religiones, del es-
dado como resultado un crecimiento explosivo de la no- piritismo, y de la no-creencia.
creencia, particularmente en el mundo tradicionalmen-
te cristiano. Sin embargo, en las últimas dos décadas, Por otro lado, en las estadísticas se registra una
la no-creencia ha venido disminuyendo ligeramente. reducción muy fuerte de las religiones indígenas -in-
cluidas las religiones afro-americanas-, mucho más
El mundo religioso se ha fragmentado, no solo por
fuerte que a nivel mundial, donde su presencia ha si-
divisiones internas, sino también por el surgimiento y
do reducido del 7,3% en 1900 al 3,8% en 2000.
la proliferación sorprendente de nuevas religiones,
muchas de ellas surgidas a partir de las grandes reli-
giones establecidas. De hecho, en la actualidad existen
unas 10.000 religiones diferentes.
22 / Franz Damen La pluralidad religiosa actual / 23

3 . LOS CRISTIANOS EN AMÉRICA LATINA Llama la atención que en América Latina los cris-
tianos se caracterizan fuertemente por la "doble afilia-
ción" (a más de una comunidad o Iglesia a la vez) en
año 1900 año 2000
un 15'4%, mucho más que en el resto del mundo, don-
Población total 65 100 % 519 100 %
de este fenómeno representa un promedio de 5,1%.
Cristianos 62 95'2 % 481 927 %
Católicos 59 90'1 % 461 88'8 %
Protestantes 0'9 1'4 % 46 9'3 %
FUENTES:
Anglicanos 07 l'l % 1 0'2 %
Ortodoxos 0'006 O'O % 0'5 O'l %
Iglesias independientes 0'03 O'l % 39 77 % D.B. Barret-G.T. Kurian-T.M. Johnson, World
Cristianos marginales 0'003 O'O % 6 1'3 % Christian Encyclopedia, 2nd Ed., Oxford, Oxford Univer-
Evangelicales 07 1'2 % 40'3 7'8 % sity Press, 2001, 2 Vols.
Pentecostales/carismáticos O'Ol 0% 141 27%
Afiliados doblemente 0'3 0'4 % 80 15'5 % "Annual Statistical Table on Global Mission", en:
International Bulletin qf Missionary Research, 1998-
En América Latina, al final del siglo XX, el cristia- 2002.
nismo mantuvo su hegemonía con un 93,7%. Actual- Franz Damen
mente, los analistas distinguen dentro de Cristianismo Bélgica-Bolivia
seis grandes bloques: cuatro tradicionales, que son el
catolicismo, el protestantismo, la ortodoxia y el angli-
canismo; y dos bloques recientes: los "cristianos mar-
ginales" (mormones, testigos de Jehová) y las "Iglesias
independientes" que representan mayormente Iglesias
indígenas no blancas. Todos ellos están presentes en
América Latina.
Dentro del Cristianismo, el catolicismo perdió su
casi monopolio, mayormente a favor del protestantis-
mo y de las Iglesias indígenas independientes que han
crecido fuertemente en las últimas cuatro décadas.
Las estadísticas demuestran también cuan dominante
resulta el evangelicalismo en la presencia protestante
en el continente. Por otra parte, América Latina parti-
cipa de lleno en la corriente pentecostalista/carismáti-
ca que, a nivel mundial, va caracterizando el cristia-
nismo ya con un 27,7%.
Intolerancia religiosa contra el pluralismo religioso I 25

1 . DEFINICIONES

El presente libro tiene como tema fundamental el


pluralismo religioso en América Latina y el Caribe.
INTOLERANCIA RELIGIOSA CONTRA EL
Existen diferentes usos del término pluralismo. En Es-
PLURALISMO RELIGIOSO EN LA tados Unidos se habla del multiculturalismo y Europa
HISTORIA LATINOAMERICANA empezó a definirse como sociedad multicultural2. En
este caso el término se refiere a la existencia de dife-
rentes grupos étnicos en una misma sociedad. Tam-
bién el movimiento indígena en América Latina utiliza
el término pluriculturalismo en su 'lucha por un mayor
El tema es muy amplio y hay diversas maneras respeto a los derechos indígenas. Reivindicar pluralis-
de abordar la problemática. Existe el enfoque jurídi- mo cultural es una forma de resistencia contra el pro-
co: la cuestión, por ejemplo, de la libertad de reli- ceso de globalización que quiere imponer una cultura
gión o falta de libertad de religión en las constitucio- transnacional 3 . Este proceso provoca la contrademan-
nes de los Estados nacionales puede ser u n a mane- da de la diversidad cultural. Hablar de diversidad cul-
ra de analizar el tema. Formalmente, prácticamente tural es referirse a la construcción de múltiples identi-
todos los países conocen el reconocimiento consti- dades dentro de una misma nación. Dentro de este
tucional de la libertad de religión, pero de hecho la discurso, que inclusive forma grupos de presión para
Iglesia Católica goza de un status privilegiado en lograr reformas constitucionales en políticas sociales,
muchos países con la consecuente discriminación educativas y culturales en defensa de los derechos de
de Iglesias protestantes 1 . El presente ensayo, sin las minorías, el pluralismo cultural tiene un sentido
embargo, no va por este camino, más bien aplicare- eminentemente positivo.
mos un enfoque histórico. La historia de las Iglesias
No todo discurso maneja la misma concepción.
cristianas en América Latina y el Caribe es nuestro
Existe una concepción generalizada de que la identi-
objeto de estudio y nuestra pregunta es por qué las
dad nacional necesariamente conduce a la supresión
Iglesias oficiales han revelado u n a actitud de intole-
de la diversidad cultural. Efectivamente, existe un dis-
rancia religiosa que es tan distinta de la actitud de
curso nacionalista que niega la dimensión pluricultu-
la religiosidad popular. ral. Cuando el famoso escritor venezolano, Arturo Us-
lar Retri, escribe: "El que hable de negros o blancos, el

2. D.M. Guss, "Relmaginando la comunidad imaginada", en: D. Mato


(coord.), Teoría y política de la construcción de identidades y diferen-
cias en América Latina y el Caribe, Ed. Nueva Sociedad, Caracas
i. A. Lampe. "Theology of Liberation Facing the Challenge of Free- 1994, 31-45.
dom of Religión in Latin America", en Exchange 71 A. Leiden, 1998, 3. D. Mato, Procesos de construcción de identidades transnacionales
331-341. en América Latina, en: id.. 251-261.
26 / Armando Lampe Intolerancia religiosa contra el pluralismo religioso / 27

que invoque odio racial o privilegio, está negando Ve- llegada de trabajadores asiáticos; así también se esta-
nezuela. En Venezuela, en cuanto a política y sociedad, bleció el Hinduismo). Pero la actitud puede ser de in-
no existen ni blancos ni negros, ni mestizos, ni indios. tolerancia, como fue en toda la época colonial por par-
Solo existen venezolanos", él está negando la diversi- te de las autoridades civiles y religiosas, o de toleran-
dad cultural de Venezuela4. No solo el discurso nacio- cia y solo en el último caso se puede hablar de plura-
nalista, sino también el católico formula la identidad lismo religioso. Pluralismo religioso se refiere a la si-
nacional en términos que excluye lo pluricultural. Un tuación donde existe y se tolera la diversidad religiosa.
cierto discurso católico y romano tiene problemas con Aquí tenemos que hacer una importante distinción
el pluralismo cultural. En la Conferencia de Santo Do- que se refiere al cisma entre la Iglesia institucional y el
mingo (1992) los obispos católicos denuncian en algu- pueblo. La Iglesia Católica institucional ha tenido des-
nas partes agentes que destruyen la identidad cristia- de la época colonial una actitud de intolerancia hacia
na de América Latina "bajo pretexto del pluralismo"5. la diversidad religiosa. Sorprendentemente persiste es-
En otras partes se define la identidad cristiana de ta actitud hasta hoy en día cuando el Papa Juan Pablo
América Latina en términos católicos, que excluye la II canonizó dos indígenas zapotecos (Juan Bautista y
diversidad cultural. La reciente proclamación del pri- Jacinto de los Ángeles) en México por haber delatado
mer santo de Guatemala (Pedro de San José Betan-
en el siglo XVI la práctica de brujería de sus hermanos
court) por J u a n Pablo II o la canonización de J u a n Die-
indígenas. El mensaje es claro: cero tolerancia ante la
go en México emite un mismo mensaje: la nación gua-
religión indígena. No es algo exclusivo de la Iglesia Ca-
temalteca es católica o la cultura mexicana es guadu-
tólica, también Iglesias protestantes en la época colo-
lapana. La Iglesia Católica como institución muestra
nial o las recientes Iglesias pentecostales practican la
así un alto grado de intolerancia religiosa. Tanto para
misma intolerancia: solo Cristo salva -se predica- y se
el poder del Estado nación como para la Iglesia católi-
sataniza la religión del otro. Totalmente diferente ha
ca como institución lo plural representa una amenaza.
sido la actitud del pueblo, que ha sido más tolerante
En este tipo de discurso el pluralismo cultural tiene un
hacia la diversidad religiosa.
sentido peyorativo.
Lo mismo es válido para el término pluralismo re-
ligioso, que puede tener un sentido negativo o positivo. 2. LA RELIGIOSIDAD AFRICANA
Desde la invasión de europeos en el espacio de Améri-
ca Latina y el Caribe existe la diversidad religiosa (re-
ligiones indígenas y africanas vs. Cristianismo, el Is- A base de la reconstrucción histórica de procesos
lam llegó primero con algunos esclavos africanos y inquisitoriales seguidos a negros se puede conocer la
después masivamente en el Caribe del siglo XIX con la actitud intolerante de la Iglesia Católica institucional
en la época colonial. Veamos algunos ejemplos de
4. Citado por D. M. Guss. o.a. 34-35. prácticas religiosas de los negros en la Cartagena del
5. J.M. Aguirre, Génesis y evolución de la identidad de la Iglesia latinoa-
mericana: el conflicto de las representaciones, en D. Matos (coord.). siglo XVII y lo que pasó en el Tribunal de Cartagena.
o.c. 193-202.
Francisca Mejía, una mulata libre, nacida en Extrema-
Intolerancia religiosa contra el pluralismo religioso / 29
28 / Armando Lampe
Otro caso fue el de Mateo Arara, negro esclavo,
dura (España) y residente en Cartagena, fue castigada
quien fue acusado por el Tribunal de Inquisición en
por el Santo Oficio en 1613 por echar suerte de las ha-
1652 de hechicería. Él declaró que curó a un negro en-
bas para conocer el porvenir: "El modo como practica-
fermo de la siguiente manera: "Puso una cruz hecha
ba la suerte de las habas lo describió así: Tomaba can- con palos sobre la puerta del bohío en donde vivía la
tidad de habas en las manos y ponía entre ellas una madre; después hizo traer un pollo. Con el pollo limpió
pelotilla de cera, un poquito de pan, carbón, papel, un el cuerpo del negrito y con la ayuda de su madre que
ochavo de Castilla, sal, alumbre y un pañito colorado; lo sostenía se lo puso en la cabeza; lo encomendó a
con todo junto sacaba dos habas, una para señalar al Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo, rogando a
hombre de quien se quería saber y la otra a la perso- Dios y a la Virgen María que le diesen buena mano pa-
na que lo quería saber; las metía en la boca y tenía las ra curarlo. A esto agregó 'yo quiero muchacho, lleva
demás en la mano con las otras cosas; luego decía: en vos pollo', y esto fue hablando con el diablo pero siem-
el nombre de San Pedro y de San Pablo y del apóstol pre adorando a Dios, y si el pollo moría esto quería de-
Santiago y de San J u a n Bautista y Evangelista y de cir que el negrito viviría y si el pollo vivía el negrito en-
San Fabián y San Sebastián"6. Se trata de una descen- tonces moriría. Después de la curación, el negrito que-
diente africana que practicaba una mezcla de diversas dó sano y el pollo murió; lo mandó a echar a una que-
tradiciones religiosas sin que viera una contradicción brada con otra persona previniéndole no mirar en dón-
entre estas tradiciones. de caía para que se le pegase el mal"8. El esclavo
aprendió este saber curativo en su tierra de África, pe-
En 1676 Antonio de Salinas, negro libre, de pa- ro en el continente americano se mezcló con elementos
dres de Guinea y de oficio pescador fue denunciado cristianos, y para el africano no era ningún problema
ante el Tribunal de Inquisición por sortilegios, malefi- practicar al mismo tiempo diversas tradiciones religio-
cios adivinatorios y supersticiones, y fue encarcelado. sas.
Declaró en audiencia haberle echado agua bendita a
La Iglesia Católica institucional no veía con bue-
las atarrayas de su oficio, rezando tres credos con
nos ojos estas prácticas populares de los negros que
quienes lo acompañaban, esto lo hacía por haberlo ob-
terminaron como acusados en el Tribunal de la Inqui-
servado a los indios de Nicaragua cuando estrenaban
sición. La Iglesia oficial demonizó cualquier "otra"
atarraya; se quitaba el "rosario del pescuezo" antes de práctica religiosa que no fuese la oficial. Muchos de los
salir a pescar y con él hacía la señal de la cruz en el acusados por la Inquisición eran negros y la eterna
agua7. De nuevo tenemos el caso de un negro que po- acusación era de herejía porque practicaban hechice-
día convivir sin ningún problema con diversas tradi- ría y brujería. La brujería medieval se mezcló con la
ciones religiosas. tradición africana, pero lo africano fue lo más impor-
tante en este proceso de mestizaje cultural y así surgió
6. Archivo Histórico Nacional de Madrid, Libro 1020 fls.9v y 46v, citado una nueva cultura religiosa en América Latina y el Ca-
por M.C. Navarrete, Prácticas religiosas de los negros en la colonia.
Cartagena del siglo XVII, Editorial Facultad de Humanidades, Univer-
sidad del Valle, Santiago de Cali 1995, 54. 8. Ibid., 64.
7. Ibid., 56.
30 / Armando Lampe
Intolerancia religiosa contra el pluralismo religioso I 31
ribe. Para poder perseguirla, el Tribunal de la Inquisi-
ción la identificó con la "brujería europea" y con la religioso. Los misioneros moravos alemanes comen-
adoración al Demonio. Uno de los representantes de la zaron en el siglo XIX con una campaña de destruc-
Iglesia oficial más favorable hacia la cuestión negra en ción de los lugares sagrados de brujería de los escla-
la Cartagena del siglo XVII, el mismo san Pedro Claver, vos -la intolerancia religiosa no era pues algo exclu-
utilizaba la violencia física para combatir la religiosi- sivo de la Iglesia católica-. Sorprendentemente, solo
dad africana. Esto nos muestra la situación histórica entonces tuvieron éxito misionero. Los esclavos in-
terpretaron al cristianismo de los moravos como un
de persecución de la religiosidad africana por la Iglesia
rito de limpia de brujería, lo que era usual en la vi-
oficial.
sión religiosa africana. En la religión africana la he-
A pesar de esa persecución el pueblo negro logró chicería provocaba al final de cada ciclo una reac-
expresar su religiosidad a través del Cristianismo eu- ción de destrucción de la hechicería. Los misioneros
ropeo. Esto significa que la aceptación del Cristianis- alemanes interpretaron erróneamente la conversión
mo no significaba necesariamente el abandono de las masiva como abandono de la supuesta idolatría por
creencias africanas. Las Iglesias y los misioneros apo- parte de los esclavos. Escribían cartas de entusias-
yaban a través de su prédica al Cristianismo intoleran- mo desde Surinam a Herrnhut elogiando sus logros
te, pero ésta no es toda la historia del Cristianismo en en destruir el paganismo y en salvar las almas de los
América Latina y el Caribe. El pueblo daba su propia negros. Pero los esclavos, en cambio, interpretaron
interpretación más tolerante del Cristianismo, a veces al cristianismo desde su visión africana. Esto expli-
en contra de las ideas de los misioneros cristianos. En ca el hecho de que poco después los misioneros en-
la historia del Cristianismo en Surinam tenemos el si- viaron cartas de lamentaciones a Herrnhut, queján-
guiente ejemplo9. dose de que los nuevos adeptos seguían creyendo en
la brujería. No entendieron que los esclavos conquis-
La Iglesia morava empezó su labor misionera en taron la religión de los conquistadores, gracias al he-
Surinam desde 1735, pero sin mucho éxito. Solo des- cho de que la religión africana no condena a la otra
pués de 1830 los esclavos ingresaron masivamente a religión. Dentro del alma africano la religiosidad afri-
esta Iglesia. Después del éxito de la Revolución haitia- cana podía coexistir con el Cristianismo.
na se empezó a ver a la cristianización de los esclavos
como una forma para civilizar los potenciales rebeldes. Hasta la actualidad no existe, por ejemplo, para el
En todo el Caribe durante el siglo XIX el status quo pueblo haitiano una contradicción entre el vudú y el
veía con buenos ojos la cristianización de los esclavos, catolicismo. En su vivencia hay santos católicos que
también en Surinam. Pero no se puede interpretar la representan deidades africanas, a pesar de que la Igle-
conversión masiva en Surinam como mera manipula- sia católica ha organizado campanas contra el vudú.
ción; había otros factores que explican este fenómeno Un investigador habla de simbiosis por identificación y
menciona como ejemplos la identificación de santos
9. A. Lampe, Mission or Subm/ss/on? Moravian and Catholic Missionaries católicos con dioses africanos, cantos y oraciones mez-
in the Dutch Caribbean Duríng the 19th Century, Vandenhoeck & Ru-
precht. Gottingen, 2000.
clan nombres africanos y católicos de la misma dei-
dad, la gente identifica un lwa con un santo, las cere-
32 / Armando Lampe Intolerancia religiosa contra el pluralismo religioso / 33

monias del lwa ocurren en la fiesta del santo10. Des- tor religioso no puede decir que aquí soy católico y allá
mangles argumenta que en la época colonial se prohi- soy vuduísta. El pueblo tiene múltiples identidades re-
bió las formas religiosas africanas por temor de que ligiosas que vive en un mismo ambiente. No es que el
inspirara rebeliones. Los esclavos fueron entonces pueblo tenga diferentes identidades en diferentes am-
obligados a aceptar el Cristianismo, pero continuaron bientes, por ejemplo, no es que en un momento es ca-
con su visión religiosa africana. Ellos aceptaron el ca- tólico y en otro es vuduísta. Para la Iglesia oficial, ex-
tolicismo como una estrategia para entrar a una cul- presión de la lógica occidental y de allí viene su intole-
tura nacional neocolonial respetable, detrás de las rancia, uno no puede servir a dos religiones al mismo
imágenes y símbolos católicos seguían las prácticas re- tiempo. La otra lógica, no-occidental, presente en la re-
ligiosas africanas. Los lwa y los santos siguen pertene- ligión popular latinoamericana y caribeña puede dis-
ciendo a dos sistemas religiosos diferentes, más bien frutar al mismo tiempo de diversas tradiciones religio-
se puede decir que el catolicismo fue asimilado por el sas' 2 . En la sección 4 regresaremos a este punto de
vudú. idolatría vs. monoteísmo.
También Bastide ha defendido que civilizaciones
pueden encontrarse y convivir en el mismo espacio sin
que haya influencia mutua". Para Bastide es la yuxta- 3 . LA RELIGIOSIDAD INDÍGENA
posición en tiempo y espacio de prácticas europeas y
africanas: por ejemplo, los fieles asisten a una misa ca- El pueblo tenía una actitud más tolerante: en la
tólica y después asisten a una ceremonia del vudú sin práctica religiosa popular había desde el siglo XVI una
que haya una mezcla entre ambas. Tanto el principio coexistencia de elementos cristianos con otras tradi-
de yuxtaposición de Bastide (en el vudú se añade a los ciones religiosas provenientes de Europa, África y
rituales de iniciación el bautismo católico) como el de América. Con ocasión de la proclamación de J u a n Die-
identificación de Desmangles (los lwa son identificados go, cuya existencia histórica con razón es cuestionada
con los santos) parten del supuesto de que en el mis- por algunos historiadores, como el primer santo indí-
mo tiempo y espacio solo se puede disfrutar de una gena en agosto de 2002, vale la pena presentar el
tradición religiosa. El error de-ambas tendencias es ejemplo de la devoción popular guadalupana. La apa-
que no reconocen la pluralidad de fuentes de la reli- rición del libro Tonantzin Guadalupe. Pensamiento ná-
gión popular en el mismo tiempo y espacio. El pueblo huatl y mensaje cristiano en el "Nican mopohua" de Mi-
haitiano sirve sin problemas dos religiones, no siente guel León-Portillo, publicado a fines del 2000 por el
la necesidad de optar por una de las dos, se dedica a Colegio Nacional y el Fondo de Cultura Económica en
una de las dos religiones pero no de una manera ex- México, nos ayuda a comprender mejor el aconteci-
clusiva. Ambas son relevantes de tal forma que el ac- miento guadalupano. Es importante hacer la distin-
ción entre el Cristianismo de los misioneros y el Cris-
10. L. Desmangles, The Faces of the Gods: Vodou and Román Catholi-
cism in Haití. University of North Carolina Press. Chapel Hill, 1992.
11. R. Bastide, El prójimo. El encuentro de civilizaciones, Amorrurto Edito- 12. C. Parker, Otra lógica en América Latina. Religión popular y moderni-
res. Buenos Aires, 1998, 145-157. zación capitalista, FCE, México D.F., 1993, 32-33.
Intolerancia religiosa contra el pluralismo religioso I 35
34 / Armando Lampe
cación de Guadalupe en Tepeyac, situada al
tianismo de los indígenas y de los negros, u n a cosa es
norte de la antigua capital azteca México-Te-
lo que los misioneros europeos y norteamericanos pre-
nochtitlán y que ahora forma parte de la
dican, otra cosa es cómo los indígenas y los negros se
Ciudad de México, al vidente J u a n Diego, in-
apropiaron de este mensaje. El Cristianismo del colo-
dio náhuatl bautizado, quien transmitió el
nizador y el Cristianismo del colonizado p u e d e n ser
mensaje a Fray J u a n de Zumárraga, primer
t a n diferentes que el uno ya no se reconoce en el otro.
obispo de México, para erigir un templo de-
Esta premisa, a u n q u e no explícita, está presente en la
dicado a ella en el lugar de las apariciones.
última publicación de Miguel León-Portilla, autor de la
famosa obra Visión de los vencidos, que recoge los re- 2. La señal milagrosa de las flores del Tepeyac,
latos indígenas de testigos n á h u a t l de la Conquista en la curación del tío del vidente que estaba en-
Nueva E s p a ñ a . fermo, y el milagro que sucede en presencia
del obispo: la impresión de la imagen de
Existía u n a gran literatura en n á h u a t l y u n o de
Nuestra Señora de Guadalupe en \a tilma de
los tantos relatos es el Nican Mopohua (por las prime-
J u a n Diego.
r a s palabras que significan "Aquí se narra..."). El doc-
tor León-Portilla nos presenta a h o r a u n a nueva tra- El subtítulo de la obra de León-Portilla sugiere que
ducción del Nican Mopohua al castellano (parte III del en el Nican Mopohua y en la devoción a la Virgen de
libro). Lo nuevo de esa traducción es que parte del su- Guadalupe coexisten dos tradiciones, el pensamiento
puesto (parte II) de que es u n texto indígena expresa- n á h u a t l y el mensaje cristiano. El objetivo de los espa-
do en términos del pensamiento y formas de decir las ñoles era de conquistar espiritualmente la religión de
cosas de los tlamatinime o sabios del antiguo m u n d o los vencidos. Las constituciones del primer concilio de
n á h u a t l . El libro contiene a la vez u n a reproducción Lima, reunido en 1552, dicen explícitamente que h a -
del manuscrito conservado en la Biblioteca Pública de bía que edificar u n a Iglesia o poner u n a cruz en los lu-
Nueva York (apéndice II), que según León-Portillo (par- gares donde los indios tenían s u espacio sagrado. El y a
te I) d a t a del siglo XVI de m a n o s de Antonio Valeriano, mencionado S a h a g ú n reconoce que ésta fue la prácti-
quien hacia 1536 ingresó como estudiante del Colegio ca misionera que se aplicó en México, los primeros re-
de S a n t a Cruz de Tlatelolco y tuvo a Fray Bernardino ligiosos decidieron construir u n a iglesia en honor a la
de S a h a g ú n como maestro. Nació entre 1522 y 1526 Virgen de Guadalupe en el lugar donde los indígenas
en Azcapotzalco y murió en 1605 siendo gobernador veneraban a Tonantzin.
de México-Tenochtitlan. Hablaba náhuatl, castellano y
latín y hacia 1556 escribió el Nican Mopohua. Tonantzin era la Diosa Madre de los indios, To-
tahtzin era el Dios Padre, expresiones del principio
Este escrito n a r r a el así llamado acontecimiento dual universal, atributos del dios supremo Ometéol, el
guadalupano: dios de la dualidad. Pues se trata, como señala León-
Portilla, de u n concepto clave en el pensamiento ná-
1. Las cuatro apariciones del 9 al 12 de diciem-
huatl, que p e n s a b a n a la divinidad s u p r e m a como ser
bre de 1531 de la Virgen María bajo la advo-
36 / Armando Lampe
Intolerancia religiosa contra el pluralismo religioso I 37
dual, madre y padre a la vez. Los misioneros trajeron
los indígenas, y los indígenas terminaron sometiendo
de E s p a ñ a la Virgen de Guadalupe, pero los indígenas
al Dios blanco. Triunfó el Dios de los n á h u a t l por me-
se apropiaron de esa imagen y la convirtieron en To-
dio del culto a Tonantzin Guadalupe. Aquí se d a la
nantzin. El mismo S a h a g ú n plantea de que había que
r u p t u r a con el cristianismo occidental, p a r a los misio-
remediar esa situación, porque los indígenas llaman
neros María era u n ser h u m a n o , mientras que p a r a los
Tonantzin a Nuestra Señora de Guadalupe y reconoce
indígenas era u n ser divino. Los misioneros predicaron
que "es evidente que en el fondo de ellos mismos, las
a Mater Dei, y los indígenas interpretaron ese m e n s a -
gentes del pueblo que van allí en peregrinación no son
je como la Diosa Madre de los dioses n á h u a t l .
movidos sino por s u antigua religión"13.
Si bien es cierto que los vencidos crearon u n cris-
La n u e v a traducción del Nican Mopohua por tianismo sin Cristo, sin embargo hay u n elemento de
León-Portilla m u e s t r a m u y bien que los conquista- continuidad entre el guadalupanismo y el mensaje
dos c o n q u i s t a r o n la religión de los conquistadores, profético de u n tal J e s ú s de Nazaret quien anunció la
es decir, convirtieron a María en la Diosa Madre de b u e n a noticia a los pobres. El Dios de los pobres como
los indios: centro del mensaje del nazareno aparece en el Nican
Mopohua, Tonantzin Guadalupe opta preferencial-
"en verdad soy yo
m e n t e por los m á s pobres. J u a n Diego se describe de
la en todo y siempre doncella
esa manera:
Santa María,
su madrecita de él. Dios verdadero "En verdad yo soy un infeliz jornalero,
Dador de la vida, Ipalnemohuani, sólo soy como la cuerda de los cargadores,
Inventor de la gente, Teyocoyani, en verdad soy parihuela,
Dueño del cerca y del junto, Tloque Nahuaque, sólo soy cola, soy ala,
Dueño de los cielos, Ilhuicahua, soy llevado a cuestas, soy una carga"16.
Dueño de la superficie terrestre, Tlalticpaque"14.
León-Portilla señafla que todos los vocablos con
León-Portilla publica u n poema íntegro de los an- que J u a n Diego se describe como u n pobre hombre se
tiguos Cantares mexicanos (Apéndice I, Recuerdo de e n c u e n t r a n en otros huehuehtlahtolli, testimonios de
u n antiguo cantar: "Cuicapeuhcayotl") donde se alude la antigua palabra. Menciona como ejemplo que el pa-
a la divinidad con estos mismos nombres 1 5 . S a n t a Ma- dre al amonestar a s u hijo le dice que es pariguela, o
ría enumeró los principales atributos del Dios que ado- cordel para la carga o le hace notar que es llevado, o es
r a b a n los n á h u a t l . Los misioneros quisieron someter a cargado. Tonantzin Guadalupe se p r e s e n t a como u n a
m a d r e que se preocupa por s u s hijos, especialmente
13. Citado por R. Nebel, Nican Mopohua. Cosmovisión indígena e incul- los m á s pobres, y según León-Portilla no era cosa ex-
turación cristiana, FCE, México 1996, 302.
14. M. Leon-Portilla-T. Guadalupe, Pensamiento náhuatl y mensaje cristia-
t r a ñ a p a r a el m u n d o indígena hablar así de la divini-
no en el "Nican mopohua". El Colegio Nacional-Fondo de Cultura dad. El indígena aceptó u n a práctica católica integrad-
Económica, México, 2000, 100-103.
15. Ibid., 162-171.
lo. Ibid., 112-113.
Intolerancia religiosa contra el pluralismo religioso / 39
38 / Armando Lampe
ra el Diccionario, lo que es calificado como "sincrético"
dola dentro de su visión indígena del mundo. Por lo
aparecería como no puro, sin identidad, artificial; la
tanto, el término mismo de conversión se vuelve pro-
palabra tiene pues un sentido negativo.
blemático, teológicamente hablando la conversión al
Cristianismo significa abandonar lo no cristiano. Para Esta palabra, sincretismo, fue también introdu-
el pueblo indígena, en cambio, la vida es más impor- cida en las ciencias de la religión, para dar cuenta de
tante que el dogma, la espiritualidad más importante la mezcla de diferentes religiones en un espacio reli-
que la institución, y la aceptación del Cristianismo no gioso, se habló de fusión, de reinterpretación, de
significa el abandono de lo no-cristiano. En la sección aculturación, del principio de ruptura. Pero en gene-
5 regresaremos a este tema de la conversión vs. tole- ral el término ha conservado su connotación negati-
rancia religiosa. va. Un investigador del tema escribe que "a pesar de
los efectos peyorativos que prevalecen, el sincretismo
es un fenómeno que existe en todas las religiones,
4 . IDOLATRÍA VERSUS MONOTEÍSMO que está presente en la sociedad brasileña y que de-
be ser analizado nos guste o no"18. Leonardo Boff dio
un paso más al dar un sentido positivo al término
El título de la obra de León-Portilla "Tonantzin sincretismo; él ha afirmado que todas las religiones
Guadalupe" sugiere la coexistencia de dos tradiciones
son sincréticas, ya que toda nueva religión se cons-
religiosas, aunque hábilmente el autor no entra en la
truye a base de elementos de antiguas religiones,
discusión de los que usan el término sincretismo y los
pues la práctica sincrética religiosa se encuentra en
que lo rechazan, ni en la polémica entre los creyentes
todas partes 19 .
guadalupanos y los antiaparicionistas, argumentando
que no concierne a la historia demostrar o rechazar la Pero nuestro análisis debe ir más profundo. Los
existencia de milagros. Otros, como Diego Irarrázaval,
conquistadores no lograron sujetar al dios femenino
hablan del sincretismo indígena en la devoción a Ma-
y masculino de los conquistados. Según el Popol
ría17. El Diccionario de la Real Academia de la Lengua
Vuh, libro de la comunidad maya-quiché, descubier-
Española menciona el origeri griego de la palabra "sin-
to en el siglo XVIII por un fraile dominico, pero que
cretismo" que remite a ser como un cretense, un im-
había sido redactado al iniciarse la conquista, todo
postor, refiriéndose al hecho histórico de la reunión de
proviene de Tzakol (Engendradora) y Bitol (Engen-
varios estados de la isla de Creta contra un enemigo
drador), Alom (Madre) y Qaholom (Padre). Así tam-
común; sería la coalición de dos adversarios contra un
bién en la tradición quechua está presente la repre-
tercero; las individualidades opuestas dejarían de con-
frontarse y aparecerían unas como respetuosas de las sentación femenina y masculina de Dios. El universo
otras. El sincretismo sería pues juntar y fundir doctri- mapuche tiene divinidades complementarias que
nas y elementos culturales, de allí su artificialidad. Pa- 18. S. Ferretti, Repensando o Sincretismo, Universidad de Sao Paulo, Sao
Paulo, 1995,91.
19. L. Boff, Iglesia: Carísma y Poder. Ensayos de eclesiología militante, Ed.
17. D. Irrarázaval, "Sincretismo indígena, negro, mestizo, en la religión ma- Sal Terrae, Santander. '2000, cap. 7.
riana", en: Páginas 116, julio 1992, 77-97.
40 / Armando Lampe
Intolerancia religiosa contra el pluralismo religioso I 41
abarcan las fases de la vida: Chao (Padre) y Nuke
digenización del Cristianismo, no el de la cristianiza-
(Madre), Fucha (Anciano) y Kushe (Anciana), Weche
ción del indígena21.
Wentru (el joven) y Ulcha Domo (la joven). Los que-
chuas y aymarás invocan a sus protectores masculi- Hay una continuidad histórica entre las quejas de
nos (Apu, Huamani) y a la acogedora Pachamama los misioneros contra la idolatría de los indígenas y las
(madre-tierra). Los tarahumaras en México rezan, críticas de los pastores pentecostales contra la adora-
nuestro pobre Padre, nuestra pobre Madre. El Dios ción de imágenes de la Virgen por parte del pueblo:
de los indígenas no es el Dios Abba de Jesús de Na- ambos quieren imponer el único Dios verdadero, pero
zaret, tampoco es el Dios masculino blanco de los masculino. La existencia de la religión mañana es la
misioneros; los indígenas conservaron sus dioses prueba de que nuestros pueblos no han podido ser fie-
masculinos y femeninos dentro de la religión maria- les a un único Dios. Por eso, difiero de una frase, lúci-
na. da por cierto, de un teólogo de liberación (Pablo Ri-
chard): "En el Tercer Mundo la idolatría es más peli-
Para u n estudioso de la religión aymara los ay-
grosa que el ateísmo". Reaparece el término idolatría
marás no practican dos religiones, la religión ayma-
en el sentido peyorativo. Sin embargo, la práctica reli-
ra y el cristianismo, sino que han hecho u n a sínte-
giosa popular ha sido multireligiosa, ha servido a dife-
sis de las dos que se fundamenta en la identidad del
rentes dioses, ha sido idólatra. La intolerancia por par-
pueblo aymara como pueblo agricultor 20 . Es la reli-
te de las Iglesias institucionales es nutrida por la defi-
gión aymara-cristiana, aunque él reconoce que se
nición del cristianismo oficial como monoteísta: solo
dio más bien u n proceso de aymarización del Cristia-
existe un único Dios, verdadero, pues intolerante, al
nismo que de cristianización de la religión aymara.
cual todos los pueblos deben convertirse. El Cristianis-
La pregunta sigue siendo entonces si hubo u n a sín-
mo oficial, por ser misionero, es decir por considerar a
tesis. Personalmente pienso que uno puede ser cris-
los otros dioses como falsos, es en esencia intolerante
tiano sin dejar de ser aymara. El rezar el Dios Padre
con respecto a la práctica religiosa del otro.
Nuestro de J e s ú s de Nazaret es perfectamente com-
patible con la concepción divina de Dios Padre y Ma-
dre de los indígenas. En este sentido se puede decir
que la práctica religosa popular es multireligiosa. 5. CONVERSIÓN VERSUS TOLERANCIA RELIGIOSA
Para el pueblo es Tonantzin que usa la máscara de
Guadalupe. El misionero efectivamente no se reco-
noce en el cristianismo de los indígenas, un Cristia- La conversión no se refiere a un "yo" totalmente
nismo muchas veces sin Cristo, con María como dio- aislado de su tradición cultural o de su contexto social.
sa central en el panteón de los dioses que a veces lle- Puede haber una redefinición de la propia identidad,
van la máscara de un santo. Es el proceso de la in- sin que significara una ruptura total con el pasado. El
término identidad es impreciso, etimológicamente se
20. H. Berg, La tierra no da asínomás. Los ritos agrícolas en la religión de
los aymara-cristianos, Hisbol-UCB/ISET, 1990, 262. 21. Véase E. Langer-R.H. Jackson (eds.), The New Latin American Mission
History, University of Nebraska Press. Lincoln and London, 1995.
Intolerancia religiosa contra el pluralismo religioso I 43
42 / Armando Lampe

deriva de "idem", que significa lo mismo, pero seria un interpretar el proceso evangelizador en la América es-
error pensar en algo anti-dinámico22. Sin embargo hay- pañola desde una perspectiva en la cual el 'Cristianis-
algo que permanece idéntico: son los elementos de mo' y el 'paganismo' se excluyen mutuamente, y don-
continuidad entre las creencias previas y las nuevas de cualquier indicio de supervivencia religiosa autócto-
creencias adoptadas. El modelo intelectualista de con- na se califica inmediatamente como 'sincretismo', en el
versión parte de la premisa de que uno pertenece o a sentido peyorativo de esta palabra, no solo es engaño-
una tradición religiosa o a otra, mientras que nuevos sa, sino fundamentalmente errónea. Lo sorprendente,
estudios muestran que puede haber conversión a cier- entonces, es la tenaz persistencia de dicha tendencia
tas prácticas religiosas sin que esto signifique una en la historiografía moderna"26.
ruptura con la cosmovisión anterior23. Los relatos de
los misioneros presentaban la conversión enfatizando Efectivamente, hasta en los tomos de la Historia Ge-
el cambio radical individual, porque suponían que no neral de la Iglesia en América Latina de CEHILA persis-
se podía servir a dos dioses al mismo tiempo y porque te esta tendencia. Cervantes presenta la siguiente razón
convenía a los intereses de la institución eclesial ha- de por qué esa persistencia: los historiadores manejan
blar de los logros de la conversión. Pero en realidad la una epistemología dualista, de una separación total en-
conversión no significaba un abandono de la práctica tre lo divino y lo humano, entre lo material y lo espiri-
religiosa del pasado. Los indígenas y los negros acep- tual. A mi parecer la razón principal reside en una con-
taron prácticas cristianas integrándolas dentro de su cepción racionalista del proceso de conversión. Los nue-
visión del mundo 24 . Entonces, no se puede hablar de vos conversión studies han mostrado que la conversión
una conquista espiritual del indígena o del negro. es expresión del wishful thinking de la mente teológica,
pero la realidad histórica es más compleja. Los historia-
Otro investigador, Fernando Cervantes, también dores eclesiásticos han visto la conversión como un pro-
cuestiona el concepto de conquista espiritual del indí- ceso intelectual y volitivo, en el cual cada individuo
gena, argumentando que "lo que constatamos no es acepta la verdad del Cristianismo. Este enfoque que es-
tanto la imposición de un nuevo estilo de vida, sino la tudia el fenómeno religioso como un proceso de ense-
manifestación de una nueva fuerza espiritual"25. Y con- ñanza y aceptación de la nueva doctrina es expresión de
cluye: "De lo anterior se desprende que la tendencia a la misma intolerancia eclesiástica. Para la Iglesia oficial
el indígena abandona a Tonantzin para aceptar a Gua-
22. D. Mato, Teoría y política de la construcción de identidades y diferen-
cias en América Latina y el Caribe", en: D. Mato (coord.), o . c 13-28. dalupe; éste es el sentido de la conquista espiritual del
23. R. W. Hefner (ed.). Conversión to Christianity. Historical and An thro- indígena. La idea de conquistar espiritualmente al indí-
pological Perspectives on a Great Transformaron, Unlversity of Ca-
lifornia Press, Berkeley, 1993. gena expresa una visión imperial de sujetar al otro. Con-
24. W.L. Merrill, Conversión and Colonialism in Northern México: the Tara- versión e imperialismo eclesiástico van unidos. La idea
humara Response to the Jesult Mission Program, 1601-1767, en: R.W.
Hefner (ed.), o.c, 129-163. de conversión, predicada por las Iglesias, es en esencia
25. F. Cervantes, Cristianismo o sincretismo? Una reinterpretación de la intolerante con respecto a la práctica religiosa del otro.
'conquista espiritual' en la América española, en: H.J. Prien (ed.), Re-
ligiosidad e Historiografía. La irrupción del pluralismo religioso en Amé-
rica Latina y su elaboración metódica en la historiografía, Vervuert- 26. Ibid., 33.
Iberoamericana, Frankfurt-Madrid, 1998, 21-33, 32.
44 / Armando Lampe
REFLEXIÓN FINAL

El (macro) ecumenismo y la intolerancia religiosa


son dos caras de la misma moneda, es decir son expre-
siones de las Iglesias institucionales y sus teologías PLURALISMO RELIGIOSO
oficiales. El (macro)ecumenismo supone el diálogo en- Y TEOLOGÍAS INDIAS
tre dos sujetos de los cuales cada uno tiene una iden-
tidad religiosa única. En el pasado no se toleraba al
otro y en el presente hay que dialogar con el otro. És-
te no es el caso del haitiano que se considera al mismo
tiempo cristiano y vuduísta. El diálogo supone dos per- REUBICACIÓN TEOLÓGICA EN LA FE INDÍGENA
sonas con dos identidades diferentes; aquí hay una so-
la persona con diferentes identidades religiosas. El En América Latina emergen varios modos de ha-
pueblo vive dentro de sí diferencias religiosas sin nin- cer teología; surgen nuevas voces, símbolos, concep-
gún problema. Por eso el proyecto ecuménico nunca se tos, metodologías. Esto ocurre a partir de espirituali-
ha vuelto un proyecto popular. Efectivamente existe dades atentas a los signos de nuestro tiempo. Resaltan
este proyecto desde hace varias décadas en América los deseos de superar el empobrecimiento, de forjar
Latina y el Caribe, pero sigue siendo un asunto de las una humanidad feliz y en armonía con el medio am-
Iglesias institucionales y sus líderes. biente. Esto impugna el modelo de crecimiento indivi-
dual, consumista, idolátrico; un modelo que nos en-
vuelve y subyuga.
Armando Lampe
Aruba, Caribe En este contexto de engaños y de gritos a favor de
la vida, resaltan los pueblos originarios de nuestra Amé-
rica multicultural. Ellos han sido manipulados como
objetos de programas sociopolíticos, mediáticos, eclesia-
les. Sin embargo, la población originaria continúa rein-
ventando formas de vivir, y tiene sus voces teológicas.
Por eso, la reflexión tiene que reubicarse dentro de fe-
cundas matrices indígenas. Es decir, la pluralista fe de
los pueblos originarios en sí misma conlleva lineamien-
tos eclesiales y teológicos. Estos lincamientos confron-
tan el desorden mundial y se conjugan con alternativas
políticas y económicas para el mundo de hoy.

Se trata de sabidurías enraizadas en la vida coti-


diana y de procesos inculturados en cada región del
46 / Diego Irarrázaval Pluralismo religioso y teologías Indias / 47

continente que se contraponen a objetos del mercado También pregunto qué impacto tiene el pluralismo
cultural. Voy a detenerme en dos tipos de lenguaje, el religioso indígena en la teología latinoamericana con
mito y la utopía* que son portadores del pluralismo re- vocación liberadora. Ella se siente incómoda con el es-
ligioso. Vale recalcar que soy un aprendiz y colabora- quema que pone por un lado la novedad cristiana y por
dor no-indígena, dentro de un dialogo de personas y otro lado pone el afán religioso. El esquema de fe/reli-
comunidades indígenas que son autoras de sus teolo- gión resulta discriminatoria hacia esta última. Desde
gías1. También deseo subrayar que el mito es un tipo sus inicios la teología de liberación ha conjugado espi-
de conocimiento, de ayer y de hoy, que puede dialogar ritualidad con praxis y con análisis crítico; pero poco
con la tradición cristiana (como también lo hacen las ha sopesado las religiones. Recién van siendo recono-
ciencias modernas). cidos valores salvíficos en las espiritualidades indíge-
nas.
La reflexión y acción en torno al pluralismo religio-
so tiene que confrontar golpes del pasado. El colonia- Vale decir, la labor teológica puede replantearse
lismo negó al ser humano, al negar la calidad espiri- desde la fe indígena. ¿Por qué es una "reubicación"? El
tual del indígena. La institución cristiana sistemática- problema ha sido una actitud hegemónica; el Cristia-
mente agredió las religiones originarias (al tratarlas co- nismo asumió el rol de evaluar el mundo "pagano". En
mo animismos, y como míticas y carentes de revela- algunos casos hubo benevolencia hacia semillas de la
ción). La arrogante "civilización cristiana" ha sido cie- verdad. En otros casos hay sintonía con todo lo avan-
ga y sorda ante lo Sagrado presente en nuestros pue- zado en la teología de pueblos originarios, y allí esta-
blos. Sus religiosidades han sido cosiflcadas, como ele- mos reconociendo semillas y ciertamente flores y fru-
mentos pre-modernos. tos de la Verdad. También retomo la clásica articula-
ción entre reflexión y espiritualidad. Por todo esto ca-
Hoy cabe apreciar esa creatividad religiosa, que be postular la reubicación de la teología en la fe indí-
contribuye al porvenir humano polifacético. Puede gena. (Algo similar es hecho en términos afro-america-
ser apreciada como diversos caminos hacia la Vida- nos y mestizos, y en los modos de creer por parte de la
Misterio. Esta es una vivencia indígena que yo com- mujer, de la juventud, de diversos sectores del pueblo
parto. A ello se suma mi lectura cristiana. Pregunto: polifacético, que va trazando nuevas líneas teológicas).
la pluralidad de culturas y religiones ¿en qué sentido A continuación anotaré el sentido de re-ubicarse en los
es obra del Espíritu y manifiesta varios componentes relatos de los orígenes y del porvenir.
del Cuerpo de Cristo? Interesa pues leer estos fenó-
menos de manera que afirmen la trayectoria humana
polifacética. 1. RELATOS DE ORIGEN Y SUEÑOS DE FUTURO

1. Retomo lo vivido y debatido durante el IV Congreso Latinoamerica-


no de Teología India (Paraguay, 2002) cuya temática ha sido "mitos
y utopías". Este evento es fruto de procesos locales, en que comuni- En el escenario latinoamericano predomina la po-
dades cristianas dialogan con el pluralismo religioso indígena. Ver los tencia de felicidad que provee el dinero. Esta fantasía
primeros eventos latinoamericanos: Congreso I (México: CENAMI,
1991), II (México: CENAMI, 1994), III (Cuzco: IPA, 1997). globalizada afecta cada cultura humana. Por ejemplo,
48 / Diego Irarrázaval Pluralismo religioso y teologías indias / 49

la población chilena explícita gran desconfianza hacia pueblo. En los orígenes, según la cosmovisión mapu-
otras personas y una actitud de competir y ganar ma- che, se confronta la destructora serpiente del agua,
terialmente 2 . Ante esto ¿qué significan los pluriformes Kai-Kai, con la salvadora serpiente del cerro, Tren-
mitos y utopías indígenas? Pueden ser confrontados Tren; y mediante un sacrificio humano se logra la con-
con el imaginario moderno, y leídos desde la fe en Cris- vivencia; esta simbología es el trasfondo del actual ri-
to. Hay que estar atentos a los sentidos endógenos, pa- tual mapuche.
ra que una lectura cristiana no tergiverse ni subordi- Muchos mitos muestran por qué hay maldad y vi-
ne el contenido indígena. da. El pan de cada día, que es el maíz, abandona al hi-
Teóricamente suele distinguirse lo mítico -que in- jo que no alimenta a su madre hambrienta (relato
terpreta una realidad- y lo utópico -que sería un pro- ch'ol). El sol sanguinario es transformado por el fielXó-
yecto-. Al examinar relatos indoamericanos 3 uno ve lotl (un perrito) que es feliz y hace feliz a los demás, y
que se refieren a lo existente y a lo deseado. En varias desde entonces el calor solar es una caricia para perso-
maneras se entrecruza lo vivido y lo anhelado; como nas, animales y plantas (relato náhuatl). La amada es-
dice Margot Bremer, el mito forja el futuro desde sus posa que ha muerto es revivida al oler la flor de siete co-
orígenes4. lores (relato mixteco). La serpiente devoradora de niños
es derrotada por la población organizada que le arroja
En la explicación maya de los orígenes hay una piedras calientes en su boca (relato raramuri/tarahu-
simbiosis entre naturaleza y humanidad, y entre pasa- mara). El espíritu de la tierra castiga a quien no traba-
do y futuro. Según el milenario Pop Vuh: Tepew y ja buscando barro para hacer ollas (relato k'iche' de
Q'uq'kumatz han formado a nuestra primera madre y Catarina Ixcoteyac Joj). La divinidad del cerro regala
padre del maíz amarillo y maíz blanco. Hoy los mayas claveles al hermano pobre que así obtiene alimento y
dicen: somos padre-madre pero a la vez somos k'ak'a- ganado, mientras que el hermano rico queda con las
lab\ somos retoño-flor de maíz; los niños representan manos vacías (relato andino).
pues la nueva vida y crecimiento de la comunidad y del
Son diversas maneras de comprender el drama
2. Ver en PNUD. Desarrollo humano en Chile, Santiago: PNUD, 2002, la cósmico y humano. Cada relato tiene sentido dentro de
encuesta a 3600 personas en las 13 regiones del país. Pregunta 120: un específico universo simbólico; pero ellos encaran el
¿Usted diría que en general, se puede confiar en las personas?: -24%,
no se puede confiar -73.7, N/S y N/R -2.3%. Pregunta 107: El mundo meollo del enigma humano ante el mal aterrador y el
actual es como una carrera... ¿qué es lo mejor, intentar ganar y ser el milagro de la vida. El mito suele desentrañar realida-
mejor?: -23.4%, no quedarse atrás -38.7%, Ir a su ritmo -36.3%, N/S y
N/R -1.7%. Pregunta 104: ¿Cómo le gustaría ser recordado, entrega-
des violentas y vías de convivencia justa y armónica.
do a los demás y querido por ellos?: -18.4%, salió adelante contra Lo dicho sobre los orígenes permite confrontar el pre-
viento y marea -23.4%, vivió de acuerdo a lo que se propuso -24.1%,
cumplió con su deber -32.6%, N/S y N/R -1.5%, 331-329.
sente y el porvenir. Me parece que los relatos sacan a
3. Comento relatos mexicanos, mayas, guaraníes, amazónicos, andi- luz la interacción entre fuerzas malignas y benignas.
nos, mapuches, que fueron leídos y teatralizados durante el IV Con- Todo esto es distinto a la moderna ingenuidad ante el
greso.
4. M. Bremer, La Biblia y el Mundo Indígena, Asunción: CONAPI, 1998, 28 progreso y su incapacidad de resolver una maldad sis-
("los mitos son la raíz renovadora que reorienta el sentido de su vida témica.
en una situación límite").
50 / Diego Irarrázaval Pluralismo religioso y teologías indias I 51
Resalta un modo maya de afirmar tradiciones pa- yado el llegar a la parte alta del cerro, que es Xochi-
ra superar la violencia que asoló Guatemala durante tlálpan o Tierra Florida. Representa la tierra del ali-
décadas 5 . Los mitos muestran sueños de los antepasa- mento, de la flor/sabiduría, del encuentro con la Vida.
dos y como soñó Dios la tierra dada a la humanidad; Allí se ha manifestado la divinidad náhuatl, que tiene
luego es impugnada la guerra (llamándola pesadilla un carácter simbiótico con la creencia en María, la
para Dios) y la globalización que hiere el corazón de la Madre de Dios. Otro relato significativo es el de una lí-
Madre Tierra. Luego se anotan las esperanzas de jus- der maya, Xnuc Maní. Habla de una soga muy larga
ticia, reconciliación, organización, y de muertos que que une a los distintos pueblos; de esta soga sale san-
¡miran hacia el sol! y nos preparan ¡la fiesta de recep- gre cada vez que es cortada para que alcance para to-
ción! dos los pueblos.
En todo lo dicho hay sueño de futuro, hay convic- Cada uno de estos lenguajes tiene su ubicación
ción utópica. Esto no es algo instantáneo; brota de los en la historia y en diversas simbologías. No vale una
orígenes; es configurado hoy y mañana. interpretación unlversalizante. Pero sí cabe recalcar el
En Paraguay y zonas aledañas uno es conmocio- rasgo humano de soñar con una realidad nueva.
nado por la práctica nómada y la espiritualidad guara- Al respecto, quiero retomar el vínculo entre el
ní. Su mito/utopía de la Tierra sin Mal" es un cami- lenguaje mítico y el lenguaje ritual y en especial ce-
nar y u n navegar por los ríos. Se ha buscado la pleni- lebrar la vida. El Nguillatún mapuche con su abun-
tud, que es la tierra como cuerpo bello, como economía dante compartir de alimento y bebida y de oracio-
de reciprocidad, como fiesta de dar y recibir. Esto hoy nes a favor de la Vida es como u n a síntesis de todo
plasma la música, canto y danza guaraní. Pocas pala- caminar y aspiración humana. O bien la fiesta me-
bras, y mucho movimiento y bellas melodías, son las xicana con el danzante que ofende a la Virgen; que
que representan la Tierra sin Mal. Constituye un para- muestra la significación de danzar la alegría de
digma, desde el corazón de nuestra América Morena, Dios con su pueblo. O el rito totonaca al espíritu de
para una humanidad hoy sedienta de sueños factibles. la Tierra o Puchina al construir la casa; según Mag-
Otro relato paradigmático proviene de la vivencia dalena García: "las casas de nuestro pueblo se
náhuatl ¡que pasó a ser de todo Méjico! en torno a la quiere que se transforme en la pequeña casa de
Dios, que sea u n a tierra sin males...".
Madre Tonantzin/Guadalupe. Mario Pérez ha subra-

5. El aporte de Guatemala al IV Congreso recoge "mitos de los orígenes


Cada detalle cotidiano, como construir la casa, o
de nuestra Madre Tierra y los hemos confrontado con el Informe Re- como una fiesta, tiene densidad mítica y utópica. Algo
cuperación de la Memoria Histórica (REMHI)" y afirma "la tierra sin similar ocurre hoy en las redes sociales que paciente-
mal que Dios quiere para nosotros" (pg. 1). Añade: "con las masacres
y con los cementerios clandestinos se violó lo más sagrado dé nues- mente construimos, y en eventos como el Foro Social
tra cultura... Se negó a nuestros seres queridos el derecho a seguir vi- Mundial, donde se celebra la esperanza y audazmente
viendo muertos, se les negó el derecho a resucitar" (pg. 6). Es admi-
rable el método teológico: en base al mito del maíz es confrontada gritamos: ¡un mundo diferente es posible! Esta actitud
la reciente violencia en Guatemala. audaz tiene un trasfondo indoamericano.
52 / Diego Irarrázaval Pluralismo religioso y teologías Indias I 53

2. DIÁLOGO CRISTIANO CON LAS RELIGIONES blos discriminados, la comprensión de la salvación <;n
términos de fuerza social y festiva. Con respecto al re-
lato guaraní de la Tierra sin Mal, el lúcido Bartomeu
Es más hondo el dialogo entre la teología latinoa- Meliá anota que la voz no cristiana nos evangeliza.
mericana y las poblaciones indígenas si son encarados Añade: la tierra sin mal es la condición para poder dar
tanto los mitos -vale decir, las raíces de la condición y realizarme dando. Así es inculturado, de modo gua-
humana, cósmica, espiritual- como las utopías -vale raní, el Evangelio de la Gracia, del Don. A la vez, la
decir, los proyectos humanos y la intimidad con Dios-. obra de Cristo y su Espíritu es aportada al mundo
No vale examinar hechos religiosos aislados, ni simple- guaraní, en su historia particular y en su relación al
mente yuxtaponer lo cristiano y lo indígena; tampoco resto de la humanidad.
vale una actitud acrítica y fundamentalista en lo indí-
gena. Más bien interesa que cada persona y cultura la- Al desarrollar el dialogo entre y con las religiones
tinoamericana reasumamos raíces y proyectos de vida, se toma en serio lo que hay en cada interlocutor. Por
con la crítica del mal y con la acción valiente que ca- un lado se manifiesta el sentir, quehacer, saber, creer,
racteriza a mitos en nuestro continente. de una población indígena. En cuanto a los mitos hay
que abordar sus dimensiones de narración (la organi-
En el caso de la voraz serpiente del relato raramu- zación textual), de etiología (la función del mito en la
ri/tarahumara, los portadores del mito han dicho (en sociedad y la religión), de simbología (espacios y ener-
el IV Congreso): la serpiente representa la voracidad gías), de religiosidad (la hierofanía y teofanía represen-
del malo, el invasor de ayer o el sistema neoliberal de tada en el mito)6. Por otro lado tenemos la plural y ri-
hoy, que se fortalece a costa de tragarse la riqueza y la ca tradición de Jesucristo, con sus propias fuentes y
memoria de los pueblos, simbolizado en la vida de los su eclesialidad. Ellas ofrecen u n maravilloso aporte a
pequeños, garantía del futuro de los pueblos indíge- la trayectoria de los pueblos indígenas. Con respecto al
nas. Añaden: la fiesta y el compartir hacen realidad el mito y la utopía, más adelante comentaré la Creación
sueño y la utopía del pueblo tarahumara, en el senti- y la Escatología. Estos puntos forman parte del acon-
do que todos coman y beban, respeten y ayuden. Dios tecimiento de Salvación ofrecido a cada pueblo.
Padre y Madre hace fuerte al pueblo que se organiza
No se trata de un contacto entre entidades religio-
festivamente en defensa de la continuidad de la vida.
sas inmóviles. El dialogo entre diferentes forma parte
Estas y otras reflexiones de indígenas cristianos del movimiento hacia la Tierra Florida. El encuentro
hacen posible el diálogo entre religiones, ya que el diá- fecundo es cuando todas las partes están en búsque-
logo comienza al interior de la condición indígena-cris- da (y no al intentar adueñarse de la verdad). El Cris-
tiana (y no desde una superioridad cristiana en con- tianismo tiende a instalarse y ser sendentario, como lo
tacto con una religión "natural"). Es un intercambio lamentaba Paulo Suess durante el IV Congreso; es en
que enriquece a ambas partes. Gracias a este mito ra-
6. Cf. J. Vidal. "Mito" y "Mitos modernos", en P. Poupard (dir). Dicciona-
ramuri, el imaginario cristiano es enriquecido con las rio de las Religiones, Barcelona: Herder, 1987. 1205-1210, 1224-6. Cf. M.
imágenes de Padre/Madre, la auto-afirmación de pue- Elíade, Traite a"histoire des religions, Paris, 1968.
54 / Diego Irarrázaval Pluralismo religioso y teologías indias I 55
camino donde nos encontramos con Jesús y entre her- cimo de flores diferentes, que se ofrenda a Dios y que
manos y hermanas. compartimos con las hermanas y hermanos de otros
Es una movilización en medio de muchas amena- rincones del universo". Es así como caminamos a la
zas que vienen desde fuera y desde adentro de la vi- Tierra Florida, en sintonía con Tonantzin/Guadalupe
vencia indígena; y con una fe trascendente y concreta. y el náhuatl J u a n Diego que acogió las flores de Ma-
Como la explica Eleazar López: "al tocar nuestros co- ría.
razones adoloridos pero fuertes nos hemos renovado En este sentido, cada comunidad cristiana puede
desde dentro... Con Dios Madre-Padre, con Jesucristo ser parte del itinerario universal hacia Yvymarae'ij, la
nuestro hermano, y con la fuerza del Espíritu, asumi- Tierra sin Mal. Al servicio del bienestar humano se lle-
mos la tarea de mantener el camino hacia la tierra sin va a cabo nuestro testimonio de la salvación en Cristo,
mal, tierra de la flor, tierra que mana leche y miel, que una salvación que el Espíritu'imprime en la creación y
da posibilidad a un nuevo mundo plural y digno para
la humanidad. No es un producto humano. Más bien,
toda la humanidad". El IV Congreso proclamó la plu-
se trata de algo nuevo y diferente a lo que han sido las
ralidad de "lenguas, culturas, espiritualidades y sue-
culturas indígenas. Pero esto no ocurre desde una su-
ños" y en ellas la posibilidad de "la unidad de los pue-
perioridad cristiana que discrimine lo autóctono. Muy
blos..., de juntar nuestras creencias en celebraciones
por el contrario, la novedad del amor en Cristo llega al
ecuménicas que incluyen las diversidades..., para se-
corazón de pueblos originarios que han cultivado mu-
guir tejiendo nuestras historias". Dicho en pocas pala-
chas y bellas flores, y gracias a esta espiritualidad se
bras: articular las diferencias en el camino a la vida
acoge la siempre novedosa Salvación en Cristo.
que nos asegura Dios.
¿Dónde se desenvuelve este proceso? Algunos di-
En toda la reflexión indígena abundan las acciones
cen que en las religiones. Las formas sagradas indíge-
rituales y los lenguajes con flores. Las instituciones
nas serían el camino hacia Dios. A mi modo de ver, lo
cristianas (con sus elaboraciones teológicas) se ven
confrontadas por flores indígenas frágiles y resistentes. religioso es algo simbólico. Tiene las ambivalencias de
Una persona nos decía en Paraguay: "somos como flo- cada fenómeno simbólico. Por ejemplo, el mito de la
res que nos sacan los pétalos; estamos como en un oto- serpiente devoradora de recién nacidos puede ser un
ño" (en medio de la globalización). Abundan las amena- signo de sumisión al destino, o puede (como fue la in-
zas externas e internas, y la pérdida de identidad, en terpretación dada durante el Congreso en Paraguay)
especial en la juventud indígena. Sin embargo, no se impugnar la maldad y vencerla.
apagan las energías internas. Me parece que a los orga- Me parece que el proceso de salvación ocurre en el
nismos cristianos nos cabe dialogar con las religiones caminar concreto de los pueblos'. Con respecto a la po-
indígenas acariciando sus pétalos. Las teologías cristia- blación indígena que es frágil y resistente, hay señales
nas podemos apreciar flores diferentes y ofrecer las muy claras que Cristo le fortalece y su Espíritu le ani-
nuestras, y mancomunadamente alabar al Dios Verda- ma en la búsqueda de la Tierra sin Mal. Así actúa Dios
dero. La delegación mejicana nos decía: "somos un ra- con ella y con toda la humanidad. Ahora bien, como
56 / Diego Irarrázaval Pluralismo religioso y teologías indias I 57

fue dicho en Paraguay, la gente indígena comparte sus Dios de la vida nos convoca a buscar la tierra que ma-
flores "con otros rincones del universo". Ella da testi- na leche y miel, la tierra florida o la tierra sin mal, sue-
monio que la Salvación es siempre concreta y univer- ño de Dios y nuestro propio sueño... reconstruiremos
sal, siempre Encarnada y umversalmente Amorosa. nuestra historia nutriéndonos en la cosmovisión reli-
Por eso las muy particulares flores de la espiritualidad giosa.
y sabiduría indígena contribuyen e interpelan a la Igle-
A continuación anoto rasgos cristianos de la crea-
sia universal y sus teologías.
ción y escatología que contrastan con la espiritualidad
y sabiduría indígena. Entre lo primero y lo segundo no
hay equivalencias; se trata de lenguajes distintos, con
3 . LÍNEAS TEOLÓGICAS INDÍGENAS aspectos contrapuestos, y que se enriquecen al dialo-
gar.
En América Latina, la teología del pluralismo reli- La Biblia habla de la salvación en que esta inscri-
gioso es hecha desde la realidad de los pueblos origi- ta la creación; es decir Dios salva y recrea la realidad
narios, y desde sus propias formas creyentes y teológi- desde fuera de ella. La creación es amada por Dios, y
cas. Es decir, la reflexión abarca no solo hechos reli- ella manifiesta la obra de Dios. Como es una reflexión
giosos sino todo el acontecer indígena, su espirituali- hecha en el exilio, se pone acento en el mal y en la
dad, su elaboración teológica. Otra vía es examinar di- creación que espera ser liberada. Los mitos sobre los
cho pluralismo, sin reconocer al sujeto teológico indí- orígenes permiten releer la presencia creadora de Dios,
gena; éste es un procedimiento discriminatorio. la paradójica condición humana, y el mal y el conflic-
Los pueblos originarios cristianizados tienen sus to. Los ojos indígenas aman una realidad animada por
inculturaciones de la fe. Por eso, la teología brota de la seres sagrados, desde dentro de ella. Además el mun-
fe en plural y no de "una fe" en su forma occidental he- do es considerado sagrado, y participa en Dios. Es
gemónica. Por otra parte, la reflexión hecha por comu- pues una visión cosmo-humana; no es antropocéntri-
nidades indígenas es significativa para ellas, y ellas po- ca. Entonces, por una parte hay un acento en la crea-
nen sus acentos en la fe festiva, en lo corporal y cós- ción buena, salvada por Dios; y por otra parte el acen-
mico, etc.; y también es significativa para otros secto- to es puesto en entender y resolver la maldad y las ca-
res del pueblo de Dios y para todo el quehacer teológi- tástrofes.
co. Este hecho merece ser subrayado, ya que enclaus-
trar lo indígena sería una manera de matarlo. Además, Creo que la visión indígena ayuda a reapreciar lo
se trata de lo humano en sus raíces (los mitos indíge- sacral y salvífico al interior de la creación, a no cosifi-
nas) y en sus potencialidades (las utopías indígenas). car y consumir la realidad sino más bien a interactuar
Muchas voces alaban lo indígena como algo del pasa- con ella, a confrontar realísticamente el mal en el
do (y así lo agreden); lo indígena atañe a lo vivido y a mundo (que resalta en los mitos indoamericanos), y a
nuestro porvenir plenamente humano y cristiano. Lo superar un absoluto científico y técnico que pretende
ha dicho la delegación mejicana (en el IV Congreso): el explicar y manipular todo. Estos problemas han sido
58 / Diego Irarrázaval
Pluralismo religioso y teologías indias / 59
injertados en la conciencia cristiana; ésta puede ser
dor afirma un ya y un todavía no, para cada uno y to-
purificada por la sana relación indígena con el medio
dos los pueblos. No es algo intra-humano, sino que
ambiente. proviene de Dios que nos salva de la maldad y el peca-
Con respecto a la escatología, la tradición bíblica do. Hay pues algo radicalmente nuevo, en el Amor de
espera lo imposible y lo que no vemos, pero por obra Dios que transforma la persona, la historia, la crea-
del Espíritu corporalmente ya vivimos en Cristo Resu- ción.
citado (ver Rom 4,18; 8,10-11). Es pues una escatolo-
Cabe añadir que la fe y sabiduría de los pueblos
gía realista, que se lleva a cabo en el presente y el fu-
originarios dan su aporte a la teología de liberación.
turo. Proviene de Dios y no de u n a omnipotencia hu-
Ésta vuelve a prestar atención a la creación junto a la
mana; se trata de una nueva creación, o de una pas-
escatología, al carácter relacional entre los seres hu-
cua de la creación7. Sin embargó, mucha elaboración manos y con el medio ambiente, a pensar una fe indes-
escatológica ha estado dedicada al destino desmunda- ligable de la esperanza, a retomar la problemática de
nizado del individuo que es salvado o condenado. Hoy la maldad y su redención.
se retoma una esperanza realista.
También redescubrimos plurales imágenes de
En las utopías indígenas el individuo no es divini- Dios, tanto en la creación como en la condición huma-
zado ni hay un escape en el tiempo. Más bien la uto- na y el proceso histórico. El pluralismo de religiones
pía es relacional, y el tiempo presente incluye lo ya vi- conlleva un pluralismo teológico. Hay diversos nom-
vido y el porvenir. Esta densidad temporal es expresa- bres indígenas que son señales hacia lo sagrado y ha-
da en el rito y la fiesta (que constituyen signos de la cia Dios; esto nos motiva a desabsolutizar nuestros
utopía). La meta de la tierra sin mal es una búsqueda lenguajes teológicos a fin de ser fieles al Misterio con
colectiva y constante de una realidad nueva (y no de su riqueza de manifestaciones. Otro punto importante
un humano omnipotente). A esto hoy se suma la uto- es que la escatología vivida desde los sufridos pueblos
pía del progreso. indígenas no concuerda con la ilusión omnipotente del
hombre occidental, sino que favorece la humilde co-
Puede decirse que la utopía indígena y la escato-
rresponsabilidad indígena con la creación divina.
logía cristiana se interpelan una a la otra. La primera
plantea una radical transformación a fin de que la po-
blación agobiada por malestares encuentre plenitud de
vida. Exige pues una escatología encarnada, que no A MODO DE CONCLUSIÓN, ANOTO CUATRO PUNTOS
segrega éste de otro mundo ni cae en otros dualismos.
Por otra parte, la esperanza cuyo eje es Cristo Salva- El imaginario mítico y utópico en la población de
Amerindia es complejo y heterogéneo, y conjuga los
7. J. Ruiz de la Peña, La pascua de la creación. Escatología, BAC. Ma-
drid 2000, 30 y 118: el mundo comienza a ser "nueva creación" por orígenes marcados por el mal con las utopías de felici-
su transformación. Cf. J.B. Libánio - M.C. Bingemer, Escatología Cristia- dad concreta. Esto es relevante para la humanidad
na, Paulinas, Madrid 1985.
moderna, que impugna la globalización uniforme y
60 / Diego Irarrázaval

que forja una esperanza polifacética. A esto contribu-


ye el pluralismo religioso.
Las teologías de liberación, en América Latina y en
otras partes del mundo, encaran preguntas abiertas
por el acontecer indígena, por sus mitos, utopías, ritos PLURALISMO RELIGIOSO Y TRADICIONES
y éticas. Por eso la teología no es delimitada por lo re- RELIGIOSAS AFROAMERICANAS
ligioso sino por toda búsqueda de vida plena con sus
símbolos espirituales.
La reflexión cristiana se reubica en la espirituali-
dad y sabiduría indígena. La fe es la matriz de la teo- El intento de u n a teología cristiana del pluralismo
logía; no solo en las formas de fe de quienes tienen res- religioso pensada desde el contexto (religioso de Améri-
ponsabilidades en la comunidad eclesial; también y ca Latina tiene necesariamente que tener en conside-
prioritariamente en la fe de personas pequeñas (Le ración la realidad afro-religiosa del continente. Son va-
10,21). rias manifestaciones religiosas de origen africana que
todavía permanecen y están vivamente presentes entre
El desenvolvimiento de una solidaridad mundial
nosotros. El Candomblé en Brasil, el Vodú haitiano, la
es inseparable del dinamismo del cosmos y de la cali-
Santería en Cuba, son expresiones mayores de la he-
dad espiritual de los pueblos. En este sentido vale la
rencia religiosa africana en América y el Caribe. Estas
interacción entre comunidades indígenas y otros sec-
manifestaciones más conocidas se multiplican en tan-
tores de la humanidad, y la articulación entre teologías tos otros ritos, más o menos comunes por casi todos
indígenas y otros modos de dar cuenta de la esperan- los países y regiones.
za de Vida.
Diego Irarrázaval Algunas religiones, aun no siendo originalmente
Chucuito, Perú africanas, son muchas veces identificadas como tales
por el hecho de haber asumido elementos de las reli-
giones africanas. Es, por ejemplo, el caso de la Umban-
da en Brasil. Aunque es una religión genuinamente
brasileña, frecuentemente es encasillada entre las re-
ligiones africanas.

La verdad es que la Umbanda es u n a religión asu-


mida sincréticamente. Surgida en él inicio del siglo XX
en Brasil, la Umbanda fue proyectada como religión
del consenso nacional. En un país marcado por la tra-
dición del Catolicismo europeo, aquí resignificado a
través de las prácticas populares; por el espiritismo
62 / Antonio Aparecido da Silva Pluralismo religioso y tradiciones afroamericanas / 63

cardecista (Alan Kardec), aquí difundido desde el im- tantes. Por tanto, eran objeto de ataques. Hoy merecen
perio y recrudecido con la llegada de la República; un respeto por parte de la Iglesia Católica y de las Iglesias
país también fuertemente marcado por las tradiciones históricas protestantes. Pero continúan siendo amena-
religiosas africanas y por algunas herencias indígenas. zadas por los fundamentalistas neo-pentecostales ca-
En este contexto se daba entonces una práctica reli- tólicos y protestantes. Por tanto, una teología cristiana
giosa que pudiese establecer el consenso, o sea, que del pluralismo religioso va a exigir una intensa prepa-
pudiese integrar en una sola religión los elementos sig- ración del terreno. Otro aspecto que se presenta como
nificativos de cada una de ellas. Así surge la Umban- desafío es el hecho del poco diálogo habido hasta el
da. presente momento entre teología cristiana (católica y
protestante) y el universo religioso de las tradiciones
Por tanto, contrariamente al Candomblé, a la San- religiosas africanas. Así como estos dos, son varios los
tería y al vodú, que son religiones tradicionales en el aspectos desafiadores para la efectivación de una rela-
tiempo y en las formas, la Umbanda es una religión ción que permita una reflexión teológica de interés co-
moderna dedicada a atender las necesidades inmedia- mún.
tas de las personas. Tomó del Candomblé la estructu-
ra del ritual, del Espiritismo la relación con los muer- En esta breve reflexión vamos a apuntar algunas
tos, de la herencia indígena las figuras sagradas, y del cuestiones pertinentes a este tema que, sin duda algu-
Catolicismo los santos más populares. na, van a exigir una atención muy particular en la
búsqueda de la realización de una teología cristiana
En cada región geográfica en la que se practican del pluralismo religioso.
los cultos umbandistas, se acentúa más o menos la
característica de una de las religiones que la compo-
nen. En Minas Gerais, por ejemplo, sobresalen en la 1. TEOLOGÍA CRISTIANA Y TEOLOGÍA DE LAS
Umbanda los rasgos del Catolicismo popular; en Rio HERENCIAS RELIGIOSAS AFRICANAS
de Janeiro y en Brasilia, los rasgos del Espiritismo; en
la Amazonia, los elementos de las tradiciones indíge-
nas; y en Bahía, aparecen fuertemente marcados los La subordinación de la teología cristiana a los ma-
rasgos del Candomblé. gisterios eclesiásticos ocasionó un cierre, dando a és-
ta, no pocas veces, u n encuadramiento mucho más de
Volviendo a las tres marcantes religiones africanas doctrina que de sabiduría o ciencia. A la vez que se tor-
diseminadas entre nosotros, a saber, Candomblé, San- nó un cuerpo cerrado, la teología cristiana se legitimó
tería y Vodú, hay que aclarar algunos aspectos a pro- a sí misma y desconsideró las otras posibles teologías.
pósito del tema en cuestión. El primero es que hasta el Todavía hoy causa estrañeza a mucha gente cuando se
momento actual, las teologías cristianas no habían to- habla de teología del Candomblé, del Vodú o de las he-
mado en serio a las religiones afroamericanas. En el rencias religiosas africanas.
pasado reciente eran tratadas como sectas o cultos
diabólicos tanto por los católicos como por los protes- Por otra parte, son auténticas las reivindicaciones
64 / Antonio Aparecido da Silva Pluralismo religioso y tradiciones afroamericanas 165

de las teologías de tales religiones. Jacques Dupuis re- lismo religioso? En los tiempos actuales, el teólogo
cuerda que "la automanifestación personal realizada tiene autonomía para esto? La tentativa de Jacques
por Dios en la historia de las naciones, asume tal for- Dupuis se estrelló contra el brazo fuerte del magis-
ma que permite hablar, en teología, de una verdadera terio eclesiástico 2 . Buenos fueron los tiempos del
revelación divina"1, incluso en contextos no cristianos. Concilio en que Congar osaba hablar de u n magis-
Por tanto, el esfuerzo de elaboración de una teología terio teológico.
cristiana del pluralismo religioso tiene como tarea pri-
mera abrir el espacio teológico a las demás religiones, El necesario diálogo inter-teológico, como condi-
y en este caso, a las religiones afroamericanas, recono- ción de posibilidad para la teología del pluralismo reli-
ciéndoles legitimidad. gioso, por un lado debe descartar la pretensión de en-
cuadrar la sabiduría emanada de las religiones afroa-
Entre nosotros es un hecho' que en la historia de mericanas dentro de patrones racionalizados y meto-
estos quinientos años de América Latina los medios de dológicamente rígidos que predominan en la teología
producción fueron privatizados y mantenidos bajo el cristiana. Por otro lado debe incentivar a la teología
dominio de pocos. Lo mismo ocurrió con los bienes das herencias africanas a la elaboración sistematizada
simbólicos. Así que podemos hablar de verdadera pri- de sus ricas y preciosas experiencias, superando un
vatización de la teología denominada cristiana, en cierto espontaneísmo dispersivo.
cuanto un bien simbólico. Por consiguiente, es preciso
desprivatizarla para que se establezca el diálogo inter- El punto de partida de ambas teologías es, sin du-
teológico. da alguna, la elaboración de la realidad y de las expe-
riencias de las comunidades a la luz de la fe. La comu-
La teología cristiana del pluralismo religioso o se- nidad de los fieles (communitas Jvdelium) es el eje para
rá dialogante, o no será teología del pluralismo religio- la reflexión y sistematización de las reflexiones teológi-
so; sin diálogo abierto será una falsa propuesta. Sin cas. En este caso, para tales teologías la sistematiza-
embargo, incluso en los tiempos actuales, el diálogo ción teológica no es apenas un discurso racional sobre
inter-teológico se encuentra perjudicado e incluso im- Dios, sino la sensibilidad delante de las experiencias
posibilitado por el relacionamiento asimétrico entre las concretas de Dios.
teologías en cuestión. No hay posibilidad de diálogo en
cuanto la teología cristiana sea considerada "la teolo- Todavía hay que aclarar que así como la teología
gía", y la teología de las herencias africanas continúe cristiana reúne una diversidad de denominaciones
siendo considerada "meras creencias populares absur- católicas (romana, ortodoxa), protestantes de varios
das". orígenes, pentecostales y neo-pentecostales, la teolo-
gía de las religiones afroamericanas o de las heren-
A esta altura nos viene necesariamente la pre- cias africanas se caracteriza también por una plura-
gunta: ¿quién será el sujeto de la teología del plura- lidad interna. El Candomblé, la Santería, el Vodú son
1. J. Dupuis, Hacia una teología cristiana del pluralismo religioso. Sal Te- 2. "Notificación a propósito del libro d e Jacques Dupuis". L'Osservatore
rrae, Santander 2000. Romano n. 70,2001, 8-10.
66 / Antonio Aparecido da Silva Pluralismo religioso y tradiciones afroamericanas I 67

conglomerados de cultos y naciones con sus particu- tre ellas puede determinar una nueva vía de conoci-
laridades. Por otra parte, así como, no obstante la va- miento capaz de dar cuenta de la realidad plural que
riedad es posible hablar de teología cristiana en sin- envuelve al ser humano. La subjetividad que caracte-
gular, del mismo modo, la pluralidad que caracteriza riza la sabiduría africana pone en jaque a la racionali-
la teología de las religiones afroamericanas no es obs- dad que distingue el procedimiento occidental; no obs-
táculo para que sea reconocida como unidad. Si la tante se ignoran recíprocamente.
amalgama que permite la unidad de la teología cris-
tiana es la fe de la comunidad en el Dios de Jesucris-
to, el acto unificador de las tradiciones africanas es 2 . LA COMPRENSIÓN DE LA SALVACIÓN
la experiencia centrada en el Dios de la Vida mediati- COMO DESAFÍO
zada por el AXÉ.
En cuanto a los aspectos metodológicos, ambas La teología cristiana del pluralismo religioso ten-
teologías tienen bien definidos sus presupuestos epis- drá que confrontarse necesariamente con la cuestión
temológicos. La teología cristiana tiene sus tentáculos de la salvación ó no salvación en los contextos no cris-
en la filosofía occidental. Con raras excepciones, su tianos. En la teología cristiana uno es el acto creador
iter metodológico siguió siempre al racionalismo idea- y otra es la acción redentora. Aunque ambas acciones,
lista. Incluso en la teología de la liberación, con su creadora y redentora, estén presididas por Dios Padre,
postura revolucionaria, no fue más allá de un hegelia- por su hijo Jesucristo y por la acción del Espíritu San-
nismo de izquierda, en opinión de algunos. La razón to, ellas se diferencian en el tiempo y en el espacio. La
instrumental que presidió el conocimiento en los tiem- Congregación para la Doctrina de la Fe, en la notifica-
pos de la modernidad, afectó también al conocimento ción hecha al teólogo Jacques Dupuis, se refiere al
teológico y lo condicionó. Concilio de Trento: "por la unidad del plan divino de
salvación centrado en Jesucristo, hay que pensar tam-
La teología de las herencias africanas se funda-
bién que la acción salvífica del Verbo se actúa en y por
menta en una concepción de mundo de relaciones más Jesucristo, Hijo encarnado del Padre, como mediador
que dialécticas, verdaderamente analíticas. Lo huma- de la salvación de toda a humanidad" 3 . Esta separa-
no y lo divino conviven en un mismo espacio de tiem- ción o diferencia no es resaltada en la comprensión re-
po y lugar. Es la lógica de la falta de lógica. ¿Qué lógi- ligiosa africana.
ca es capaz de dar cuenta de una realidad donde lo
humano y lo divino transforman la corporeidad en ve- Es posible que la cuestión de la salvación que
hículo que carga a ambos? ¿Qué lógica explica el "es- se plantea como problema entre la teología cristiana
tado de santo"? y la teología de las tradiciones religiosas afroameri-
canas, sea menos u n a cuestión de contenido, y más
Es evidente que los presupuestos del conocimien- u n a cuestión de pedagogía. Afirmar, según la doctri-
to en una y en otra reflexión teológica no siguen los
mismos caminos. Por otra parte, la aproximación en- 3. SEDOC. Volumen 33 n° 286/ mayo-junio 2001. 614.
68 / Antonio Aparecido da Silva Pluralismo religioso y tradiciones afroamericanas I 69

na cristiana, que el acto creador y el acto redentor 3 . C R I S T O L O G Í A / M E S I A N I S M O : CUESTIONES


son acciones de la Trinidad, tal vez sea lo mismo
que decir, como en las tradiciones religiosas africa-
nas, que la creación y la salvación constituyen u n Aun no siendo religiones protagonizadas por figu-
acto único. ras mesiánicas, las tradiciones religiosas afroamerica-
nas no tuvieron mayores dificultades para asumir la
De hecho para la teología de las religiones afroa- categoría cristológica4. En el Candomblé, en la Sante-
mericanas, el acto creador es al mismo tiempo acto ría, como en el Vodú, Jesucristo está integrado en la fe
salvador. Olorum en el Candomblé, o el Gran Señor en de los fieles, sin reservas, sobre todo en los ambientes
el Vodú, crea y salva a la mujer y al hombre, o hasta a populares. Incluso para una cierta intelectualidad de
la familia entera, como aparece en algunas representa- nuevos adeptos de estas tradiciones religiosas, Jesu-
ciones míticas. Creación y salvación son procesos. La cristo no constituye propiamente un problema.
lógica (analéctica) que fundamenta la comprensión
afro, permite tal proceso, en el que creación y salva- La teología de las tradiciones afroamericanas in-
ción se entrecruzan. Dios crea salvando y salva crean- corporaron a Jesucristo en sus esquemas sin ningún
do, y no de otra manera. prejuicio; muy al contrario. La predilección por la fi-
gura de Jesucristo en tales tradiciones no se reduce
Esta convicción hace que, sin perjuicio de los a la economía de la salvación, incluso porque, como
procedimientos éticos, los adeptos a las tradiciones vimos, esto no es preponderante. Jesucristo no se
religiosas afroamericanas no tengan que preocupar- iguala pura y simplemente a las demás manifestacio-
se de la salvación. Ya está dada por Dios en el acto nes divinas expresadas por la gama de Orixás, por
creador; o sea, la salvación es iniciativa gratuitad de ejemplo. Jesucristo comporta una novedad que es
Dios al invitarnos a participar de su vida divina. Por exactamente la capacidad de vencer las aporías
tanto, el compromiso ético, o sea, la práctica del afrontadas en la diáspora, sobre todo la esclavitud.
bien, no apunta en primer lugar a la salvación, sino Forma parte, por tanto, de un nuevo contexto frente
al equilibrio, el buen relacionamiento con las perso- a los nuevos desafios. Asumir a figura de Jesucristo
nas y con la naturaleza, y la fidelidad a la divinidad. en las tradiciones religiosas afroamericanas no es so-
El destino de la mujer y del hombre es necesaria- lamente realizar una vuelta a la sensibilidad origina-
mente la salvación. El mal no es eterno; eterna es la ria africana, o sea, a los presupuestos de culturas
gracia, el amor, el bien. matrilineales, sino, sobre todo, una nueva percepción
La postura das religiones afroamericanas, relativa forjada por la diáspora. Lo que se da en verdad, es
a la salvación, hace que desaparezca en su interior al- una re-creación de la práctica y de la teología de las
go que es muy marcante en las religiones cristianas, a tradiciones africanas. Ciertamente, por eso, asumir a
saber, una verdadera obsesión por la salvación, de tal Jesucristo en África significó romper con las tradicio-
manera que ésta se torna inclusive u n a mercadería de 4. A.A. Da Silva, "Jesucristo, luz y libertador del pueblo afroamerica-
no", en ¿Existe un pensar teológico negro?, Paulinas, Sao Paulo
trueque o de comercio con Dios. 1998, 37,
70 / Antonio Aparecido da Silva Pluralismo religioso y tradiciones afroamericanas I 71

nes religiosas africanas; mientras que en la diáspora, aquí y ahora en medio del pueblo, y la salvación que
Jesucristo y tradiciones religiosas africanas se amal- Él testimonia es don gratuito de Dios.
gamaron en una simbiosis sincrética. La ligación profunda entre tradiciones religiosas
El problema de la comunidad negra en la diáspo- africanas y la categoría cristológica, analizada bajo la
ra no fue y no es con Jesucristo, sino con las Iglesias. óptica de la teología de las herencias afroamericanas,
Sin embargo, incluso bajo el control de la cristología puede sugerir nuevos rumbos para la teología del plu-
por parte de la ortodoxia de las Iglesias, la teología es- ralismo religioso. Así como la categoría cristológica exi-
piritual de las tradiciones africanas en la diáspora, va ge un diálogo abierto, semejante postura va a plantear
a entenderla con absoluta originalidad. Desprivatizan la cuestión mesiánica. En las tradiciones religiosas
africanas no hay figuras mesiánicas personificadas. Lo
la categoría cristológica de los rígidos esquemas doctri-
que allí se podría tomar como categoría mesiánica es
nales y la transforman en devoción popular. Por tanto,
en realidad una fuerza que emana de la comunidad.
Cristo, vivo, crucificado, muerto o resucitado es el
Por eso, la comunidad es mesiánica 6 .
Santo de Dios, es el Santo de los pobres y negros(as)...
Se mutiplican las capillas, iglesias y santuarios en La forma de comprender la acción mesiánica a
nombre del Jesús de tantos nombres: Bonfim, Lapa, partir de la comunidad, como también la salvación,
de los milagros, etc. exime a las religiones africanas de cualquier actitud
proselitista, y hace que ellas estén decididamente
En la teología de las tradiciones religiosas afroa-
abiertas al diálogo ecuménico e inter-religioso. Sin
mericanas, teología caracterizada por la re-creación duda, el mesianismo personificado constituye u n
religiosa frente a las nuevas realidades vividas por la gran desafio para la teología del pluralismo religio-
comunidad negra, Jesucristo está presente de forma so. A fin de cuentas, ser musulmán es ser de Maho-
actuante y su presencia interesa para la vida de las ma; ser cristiano es ser de Jesucristo; semejante
personas, hecha de sufrimientos y esperanzas. En concepción está presente en el Judaismo. Por lo de-
este contexto, es falsa la pregunta: "si el carácter más, el .mismo Concilio de Trento reitera: "Debe
cristiano de la economía de la salvación lleva a con- creerse firmemente que Jesucristo, Hijo de Dios he-
cluir que los miembros de las otras tradiciones reli- cho hombre, crucificado y resucitado, es el único y
giosas se salvan por medio de Cristo, al lado de la universal mediador de la salvación de toda a huma-
tradición religiosa que siguen y practican, o incluso nidad" 7 . Esta polarización alrededor de las figuras
a pesar de esa tradición religiosa? (...). O, al contra- mesiánicas crean enormes dificultades y limitan el
rio, debemos afirmar que ellos se salvan dentro y por relacionamiento inter-religioso. El deseo de u n diá-
medio de esa tradición?" 5 . Tales cuestiones no tie- logo profundo entre estas religiones acaba siempre
nen sentido para las tradiciones religiosas africanas. en el preciosismo de sus figuras mesiánicas. Son re-
La tradición re-creada ha incorporado a Jesucristo, ligiones de exclusiones, o sea, "fuera de ellas no hay
y para los negros/as. Él es la divinidad actuante
6. Cf. Silva, op. cit., 48.
7. SEDOC, op.cn, 613.
5. Dupuis. op. cít.. 421-422.
72 / Antonio Aparecido da Silva Pluralismo religioso y tradiciones afroamericanas I 73
salvación". Las religiones africanas, al contrario, puntos básicos: la alabanza al Santo, el compromiso
son inclusivas, o sea, permiten vivir la fe de forma comunitario y la gratuidad. Todos festejan y comen.
plural, como por ejemplo es el caso de la doble per- Nadie paga. Todo es gratuito.
tenencia.
Al contrario de las tradiciones religiosas africanas,
en las Iglesias las fiestas, incluso las populares, están
marcadas por la acumulación. El objetivo del festejo es
4. IGLESIA/INCULTURACIÓN: DIFICULTADES
juntar dinero. Participa en las subastas y adquieren
los productos las personas que tienen propiedades. No
Si los negros/as no han tenido problemas con Je- pocas veces, en las kermeses de las Iglesias eran su-
sucristo, no se puede decir lo mismo respecto de las bastados hasta esclavos/as. El subastador describía
Iglesias cristianas. Los modelos y las prácticas de las con detalle la "pieza" que estaba siendo subastada: "un
Iglesias no se daban bien con las costumbres religio- negro o una negra de Angola, o incluso una pareja o
sas africanas. Las dificultades eran suavizadas a tra- un par de esclavos". El lance inicial o final, no pocas
vés de la interacción entre el culto a los Santos y a los veces era dado por el hacendado, "muy católico" y
Orixás. Bautizados/as desde el momento en que llega- "bienhechor", que estaba en la mesa sentado al lado
ban a los puertos, era realmente complicado para los del sacerdote.
negros/as comprender por qué entre los miembros de
una misma Iglesia unos eran libres y señores/as, otro- Ciertamente, la práctica ambigua de las Iglesias
s/as esclavos/as. El impedimento al acceso a los de- causaba a los negros/as confusión. Por un lado la
más sacramentos era otro punto que causaba dificul- Iglesia predicaba los valores libertarios del Evangelio,
tades a los negros/as. Venidos de una cultura religio- y por otro lado ella misma era parte del sistema es-
sa abierta, inclusiva, a los negros/as les era difícil en- clavista.
tender las prohibiciones de las Iglesias a la pluri-per-
tenencia. Ante tal situación, a única posibilidad fue el Nos referimos anteriormente al sincretismo afro-
sincretismo. religioso. Sin discutir las particularidades del térmi-
no, es necesario tener presente que la práctica sin-
Causaban también dificultades a los negros y ne- crética por parte de la población negra tuvo dos sen-
gras las dimensiones sociales y económicas de los cul- tidos bien marcados. La represión de las tradiciones
tos y fiestas religiosas. En los orígenes africanos, las religiosas africanas hizo que los negros/as recurrie-
fiestas religiosas tienen por finalidad la eliminación de sen al sincretismo como a una forma de enmascara-
la acumulación financiera, sobre todo. En la fiesta, se miento, o sea, manteniendo por detrás de los Santos
da salida a los excedentes y de esta forma se restable- del catolicismo popular as figuras de los Orixás. Sin
ce el equilibrio, la igualdad entre las personas y los embargo, hay otra dimensión. Con su característica
clanes familiares. Así pues, a través de los festejos re- forma de ser religión inclusiva, los negros y negras
ligiosos se mantiene el equilibrio económico y social. amalgamaron los elementos de los dos universos re-
Por tanto, la fiesta religiosa se fundamenta en tres ligiosos y procesaron una práctica eminentemente
74 / Antonio Aparecido da Silva Pluralismo religioso y tradiciones afroamericanas / 75

inculturada. No se trató solo de "enmascarar" una 5. CONCLUYENDO...

realidad, sino de expresarla a partir del genio pro-


prio de las culturas africanas. Esto ocurrió no solo
Ante el cuadro evidenciado por las tradiciones re-
con los negros y negras de proveniencia nagó/yoru-
ligiosas afroamericanas surgen varias cuestiones como
ba a través del Candomblé, sino también entre los de
desafios para una teología cristiana del pluralismo re-
origen bantú por medio de las fiestas de congadas
ligioso. Tales desafíos van desde la certeza de si verda-
(bailes dramáticos en los que se representa la coro-
deramente se debe hablar de teología cristiana del plu-
nación de u n rey del Congo), reisados (danzas dra- ralismo religioso, lo que ya causa un cierto obstáculo,
máticas populares de la víspera del día de Reyes) y o simplemente decir teología del pluralismo religioso.
de los cultos marianos y cristológicos. De cualquier manera no se trata solo de trabajar las
La simbiosis entre tradiciones religiosas africa- cuestiones emergentes en el detalle, sino de contem-
nas y catolicismo popular, sobre todo, levanta algu- plarlas también en el conjunto, o sea, repensar la
nas cuestiones que siguen siendo actuales para la cuestión teológica de forma sustancial y estructural.
teología cristiana del pluralismo religioso. Una teolo- Sin duda alguna, se trata de una tarea difícil, pe-
gía con tales objetivos deberá ser capaz de, libre de ro necesaria para hacer avanzar el propio diálogo in-
prejuicios, iluminar ciertas realidades que hasta ter-religioso y por medio de él, la aproximación entre
ahora permanecieron ignoradas o relegadas por la personas y pueblos. En definitiva, la humanidad espe-
asimetría de los cultos y sus consecuencias. Tome- ra que las religiones contribuyan a la construcción de
mos, por ejemplo, la relación entre el misterio de la ese otro mundo que decimos que es posible.
Eucaristía en las Iglesias cristianas, y el Estado-de-
Santo en los cultos del Candomblé. Ambas prácticas
evidencian momentos absolutos de la relación de lo
Antonio Aparecido da Silva
humano con lo divino. En la Eucaristía, el pan es la
Sao Paulo, Brasil
materia que mediatiza tal relación; en el Candomblé,
Traducido del portugués por: José María Vigil
la mediación se da en la propia persona, en su cuer-
po. Mirado a partir de la práctica del pluralismo re-
ligioso, es necesario que, como mínimo, se dé al Es-
tado-de-Santo la misma excelencia que se da a la
Eucaristía. De tal manera que ambos momentos
sean tenidos como "sacramentales".
¿Cómo armonizar tales situaciones? Son cosas
que una teología (cristiana) del pluralismo religioso de-
be iluminar para hacer justicia a su propuesta, por lo
menos en lo que se refiere a las tradiciones religiosas
africanas.
Pluralismo religioso y Teología feminista / 11

lismo en la religión, giraron en torno al debate sobre la


pluralidad/pluralismo religioso y a la experiencia de
Dios diferenciada en esas comunidades, así como so-
bre los desafios teológicos que plantean esos temas.
PLURALISMO RELIGIOSO Y TEOLOGÍA Estas aportaciones confirman la práctica del pluralis-
FEMINISTA DE LA LIBERACIÓN mo religioso en la experiencia de estas mujeres:
El tema diversidad/pluralidad, a pesar de
no ser tematizado explícitamente, está evi-
denciado en nuestra participación en el nú-
Este texto pretende ser \xma pequeña aportación cleo en que participo (lyami).
al debate sobre el pluralismo religioso a partir de refle- En Salvador vivimos con la realidad de la
xiones de teólogas y estudiosas de la religión feminis- pluralidad religiosa. Pero vivimos mucho
tas 1 de América Latina. Dialogando con las religiones más en la dimensión de diálogo y apertura,
afro-brasileñas e indígena, las teólogas ya tienen una sin la preocupación de denominación, una
práctica interreligiosa. Gentilmente han aceptado cola- vez que nosotras tenemos contacto y hasta
borar para la elaboración de este texto, a través de res- participación en rituales ligados al Can-
puestas a preguntas formuladas por mí. También la domblé y a las religiones indígenas (San-
teóloga Ivone Gebara, que no necesita presentación, dra).
aceptó contribuir con su valiosa reflexión, principal-
mente en lo que se refiere a los desafíos que la teología En realidad, nuestras reflexiones parten de
feminista2 plantea a la teología del pluralismo. la necesidad de buscar una experiencia re-
ligiosa que vaya más allá de la tradiciónju-
Las preguntas que les formulé, para que nos pu- daico-cñstlana, debido a la doble pertenen-
dieran explicar cómo están vivenciando ellas el plura- cia: Cristianismo y religiones afro-brasile-
ñas (Maricel).
1. Ellas trabajan especialmente en comunidades afro-brasileñas e indí-
genas: M. Mena, doctora en Estudios Bíblicos, del grupo Atabaque; S. En este sentido, la comunidad tiene un papel fun-
Dos Santos Sena, maestrada en Historia de la Religión y participante damental para las religiones afro-brasileñas e indíge-
en el grupo lyami; S. Querino, bachiller en Teología y participante en
el grupo "Atabaque, Cultura Negra y Teología", y L. Altmann, pasto- nas, tanto como comunidad de apoyo como de cura-
ra metodista, maestrada en Ciencias Sociales/Religión/Antropología, ción y celebración. Todo gira en torno a la comunidad
que envió notas sobre su trabajo con la comunidad indígena Kulina,
en la que ha vivido y trabajado durante casi diez años y a la sabiduría que emana de ella. Las religiones tra-
2. Utilizo la expresión feminista en vez de género, por la amplitud del tér- dicionales africanas penetran todos los dominios de la
mino: no solo significando la perspectiva de las relaciones de gene-
ro, sino también la perspectiva de clase social, de raza/etnia y de
vida, no se dirigen al individuo, sino a la comunidad a
otros grupos marginados, por su orientación sexual, por su edad/ge- la que él/ella pertenecen. Es una realidad profunda-
neración, etc. Por otra parte, quiero resaltar la militancia y el compro- mente ligada a la concepción africana del ser humano.
miso a que ese termino se refiere, yendo más allá de una perspecti-
va académica. Ser hombre es pertenecer la una comunidad concreta;
78 / Luiza Tomita Pluralismo religioso y Teología feminista I 79

eso implica u n a participación en las creencias, en las naturaleza, como el axé, la energía vital en
ceremonias, en los ritos y fiestas de la comunidad 3 . la naturaleza (Sonia).

La vida comunitaria tiene un papel funda- E n las religiones africanas no existe el concepto de
mental en las religiones africanas. La co- salvador/a, p u e s la idea de pecado original es extraña
munidad es salvadora, es un sacramento. a s u cultura. E n este contexto, la figura de J e s ú s no
Por eso, se da un gran respeto a las diver- entra en conflicto con las creencias africanas, p u e s
sas etnias y también a las generaciones: a a c a b a entrando en el elenco de dioses y diosas, como
los ancianos/as y niños/as, no solo a los u n importante ancestro, aquel que vino a n t e s , aquel
adultos y jóvenes (Sonia). que comparte la vida en comunidad. La m u e r t e no re-
presenta el final, sino que es un. fuerte elemento de re-
E n la cosmovisión africana se d a u n a gran inte-
sistencia de la comunidad negra, fuera de África: el ri-
gración entre las personas, la creación, la naturaleza.
tual funerario negro tiene ligación con los ancestros y,
y todo está inmerso en la realidad de lo sagrado. No
consecuentemente, con las raíces africanas y la iden-
existe dicotomía entre lo sagrado y lo profano, entre
tidad negra 4 .
seres h u m a n o s y divinidad, cuerpo y espíritu, bien y
mal. Lo sagrado es constantemente materializado de Jesús es nuestro primer ancestro. Tenemos
m u c h a s formas: en el agua, el fuego, los vegetales, las varios ancestros. Ancestro es aquel qué vive
piedras, las oraciones colgadas detrás de las puertas, comunitariamente. "Quien vive cornunitaria-
en las imágenes, etc. mente, no muere. Se convierte en ancestro".
En la cosmovisión africana no se da sepa- Jesús es el ancestro protoüpico (Sonia).
ración entre cultura y religión. Todo lo coti- Las mujeres tienen especial relieve: en la mayoría
diano es una experiencia de lo sagrado. de las comunidades son las mujeres quienes ejercen el
Cuando una mujer cuida de la casa, coci- papel de sacerdotisas, las principales mediadoras de lo
na, los hijos... está haciendo una experien- sagrado. Son llamadas "Madres de Santo" o Yalorixá.
cia de lo sagrado. No existe dicotomía, se-
E n el conjunto de s u s funciones de a n i m a d o r a s , con-
paración, entre lo cotidiano y lo sagrado. Se
sejeras, líderes y m a d r e s de la comunidad, s u princi-
puede decir que la espiritualidad africana
pal función es la de ser evocadoras de los espíritus. La
es hermana de la espiritualidad indígena,
comunidad es, al mismo tiempo, patriarcal y matrili-
en lo que concierne al respeto a la natura-
neal. O sea, en las relaciones son jerárquicas, b a s a d a s
leza, pues existe una gran ligación entre la
en el poder de los varones, pero las mujeres tienen u n
tierra y la comunidad. Se respeta a toda la
papel determinante en relación a lo sagrado. E s inte-
creación. Existe una tela de energía, una
resante percibir también la idea del poder sagrado que
interligación entre los seres humanos y la
es heredado, en u n a línea matrilineal:
3. Cf. H. Frisotti, Passos no Diálogo. Igreja Católica e Religióes Afro-brasi-
leiras. Paulus. Sao Paulo 1996. 4. Cf. E. Soares. Encontró e Solidariedade, Atabaque, 2000.
80 / Luiza Tomita Pluralismo religioso y Teología feminista ¡ 81

En la comunidad matrilineal, la mujer tiene mismo respeto y reverencia: la madre-tierra y la ma-


siempre la última palabra: El padre no es el dre-de-santo.
padre que engendró, sino el hermano de la
madre. Las niñas son reverenciadas desde Nuestra experiencia de lo transcendente se
el nacimiento. Desde que son pequeñas son manifiesta, deforma especial, en los cuer-
consideradas como "madres", porque tie- pos de las mujeres negras. Nuestro cuerpo
nen la potencialidad de la maternidad. La es lugar sagrado de revelación. De la mis-
mujer es sacerdotisa, en un sentido más ma forma que se llama a la divinidad "pa-
amplio que en el Cristianismo. Ella es la dre mío", también es llamada "madre mía".
mediadora de lo sagrado. La fuente de su Creemos en la divinidad como fuente de vi-
poder está en la tierra (= madre tierra), que da y de voluntad (Maricel).
es la fuente de la energía vital. Incluso en
En el "terreiro" existe una relación de mu-
el caso en que el sacerdote sea varón ("ba-
cha proximidad e intimidad. Inicialmente,
balorixá"), son las mujeres, a través de la
esa proximidad me asustaba, pues no esta-
madre pequeña, quienes lideran muchas
ba acostumbrada a habérmelas con lo sa-
decisiones en la comunidad. En la religión
grado tan íntimamente. Es interesante no-
de los orixás, la herencia es pasada para
tar que lo sagrado se confunde en nosotros,
las hijas y nietas mujeres. En las celebra-
al mismo tiempo que se distancia de noso-
ciones, las mujeres tienen un papel prepon-
tros. Esa experiencia está vinculada a la
derante (Sonia).
institución candomblé, pero va más allá de
En lo que se refiere a las relaciones de gé- la institución. En el día a día experimenta-
nero, es preciso decir que las sociedades mos situaciones en las que el elemento mís-
indígenas también son patriarcales, pero tico nos protege y protege a la comunidad.
poseen culturas y perspectivas religiosas Es como una prolongación. En la institución
más inclusivas y más igualitarias. Un ejer- esta experiencia está ligada al trance; en lo
cicio del poder más compartido y más con- cotidiano esa misma experiencia se realiza
trolado por el conjunto de la comunidad (Lo- a través de la superación de las dificulta-
ri). des, de las puertas que se abren. Creo que
no hay contradicción entre estas dos expe-
Lo sagrado se manifiesta en el cuerpo de los varo- riencias (Sandra).
n e s y de las mujeres, en las religiones africanas, en es-
pecial en el cuerpo de las mujeres, p u e s la maternidad E n cuanto a los problemas o desafíos que el plu-
es reverenciada en s u poder creador de vida y en s u ralismo trae p a r a la Teología, las entrevistadas a p u n -
potencial de garantizar la perpetuación de u n determi- t a n a varias cuestiones, comenzando por el papel de-
nado pueblo. Mujer y tierra tienen en c o m ú n el axé, la sempeñado por el cristianismo en la colonización o ca-
energía, la fecundidad; por eso son t r a t a d a s con el tequización de los pueblos. Esta se destacó por su in-
82 / Luiza Tomita Pluralismo religioso y Teología feminista / 83

tolerancia, al rechazar a otras religiones y culturas, Santísima Trinidad. La teología del plura-
considerándolas como "demoníacas", debido a las dife- lismo tiene un gran desafío por delante: li-
rentes cosmovisiones, formas de expresión y rituales diar con el arcabuz teológico de la cristolo-
en los que los cuerpos se manifiestan en ritmos y co- gía, reconstruir la cristología (Sandra).
lores llamativos. Para u n a religión m a r c a d a por el a s -
cetismo, por la racionalidad, por la negación del cuer- El pluralismo religioso conlleva problemas
po, no fue difícil rechazar de forma t a n drástica otras para la Iglesia-institución que cree que so-
formas de expresión religiosa: lamente ella salva y ve a las otras prácti-
cas religiosas no cristianas como demonía-
El Cristianismo, a lo largo de los siglos, in- cas. Pero vale la pena apuntar para los de-
tentó influenciar las diversas culturas y re- safíos, pues trascienden las barreras hege-
ligiones para conseguir su homogeneiza- mónicas de la tradición bíblico-teológica y
ción. Un ejemplo de esto fue el intento de llevan a la superación de los prejuicios, co-
encuadramiento a los pueblos autóctonos y mo el racismo, el sexismo y antisemitismo
africanos en una sola religión, en una mis- que están camuflados en la tradición. La
ma visión del mundo, etc. Participo en un teología del pluralismo reconoce que vivi-
"terreiro" en el que las mujeres y los hom- mos en sociedades atravesadas por rela-
bres han recreado, en Brasil y en especial ciones interculturales y que esa intercultu-
en Salvador, una religión basada en dife- ralidad debe estar marcada por nuevas re-
rentes visiones del mundo. Y al hacerlo, laciones que respeten el derecho de ser y
han respetado las demás. No consideran a de sentir. Así, vemos que la teología oficial
las otras religiones como "del diablo" o "del es llamada a revisar sus conceptos y pre-
mal". Es una religión que no persigue a la supuestos (Maricel).
de nadie, ni hace proselitismo. Pero que re-
conoce su fragilidad. El desafio es la aper- El Cristianismo demonizó la religión de los
tura, el diálogo sincero y respetuoso; el res- orixás, esto es, la transformó en cosa del
peto a la alteridad. Sería demasiado abu- demonio, por los orixás, por la música, por
rrida la universalidad en la que todos fue- el sonido. El rescate de nuestra religión pa-
sen lo mismo. El problema: la visión de un sa por el trabajo de recuperar la auto-esti-
dios salvador. La religión que se basa en la ma. Trabajar el pluralismo religioso signifi-
idea de un salvador es normalmente prose- ca una terapia religiosa para devolver al
litista y intolerante. Quieren que todos/as pueblo su cultura. Creo que el desafio plan-
acepten un dios que salva de los pecados. teado por las mujeres en las comunidades
Se considera que ocupa el centro. Entonces, afro para el debate del pluralismo religioso
¿cómo relativizar al dios salvador? Ahora está en el hecho de que, en estas comuni-
bien, relativizar al salvador (Cristo) signifi-
dades las mujeres son mediadoras de lo
ca meterse con el edificio teológico de la
sagrado, esto es, tienen poder, tienen visi-
84 / Luiza Tomita Pluralismo religioso y Teología feminista I 85

bilidad. El cuerpo de la mujer es sagrado, culturas y religiones indígenas, conlleva


sus ciclos de fertilidad son sagrados. Creo sus implicaciones y hace su aportación pa-
que el desafío está en la reivindicación de ra el cuestionamiento de nuestras formas
espacios sagrados para las mujeres. Nues- culturales de anuncio, y para que se consi-
tra crítica principal al Cristianismo está re- ga una mejor formulación de nuestra fe me-
lacionada a la culpabüización de las muje- diante el encuentro con otras culturas. Así,
res como tentadoras y fuente de pecado. En debemos mantener una actitud de escucha,
las comunidades afro, las mujeres son he- participante. Escuchar atenta y respetuo-
rederas de una tradición antigua, en la que samente, sin juzgar con criterios de otra
no hay espacio para el sexismo. Nuestro cultura o religión. La propuesta es intentar
cuerpo es sagrado porque es el lugar de la profundizar las respectivas tradiciones, pa-
manifestación de lo sagrado. La interacción ra construir espacios de diálogo entre las
de las culturas revela el liderazgo de las diversas expresiones religiosas, e ir en bus-
ca del reconocimiento de un pluralismo reli-
mujeres, a través de su herencia, y es ahí
gioso, en el que nos reconozcamos como
donde se manifiesta el poder de las muje-
iguales y podamos enriquecernos mutua-
res (Sonia).
mente (Lori).
Hasta hace bien poco tiempo todavía en los
libros didácticos se hablaba de creencias El diálogo interreligioso realizado por e s t a s teó-
indígenas, a las que no se les reconocía el logas m u e s t r a q u e el feminismo e s t á en u n proceso
status de religión. Pero la ausencia de re- de s u p e r a c i ó n de las b a r r e r a s p a t r i a r c a l e s de los
presentación de dioses no significa caren- d o g m a s sexistas y, por ese motivo, el diálogo con
cia de religión. Al contrario, la gran mayo- o t r a s religiones es u n a práctica q u e surgió casi es-
ña de las sociedades indígenas están atra- p o n t á n e a m e n t e e n t r e las teólogas feministas. Lo q u e
vesadas por una profunda religiosidad. se b u s c a son elementos, principios, p r á c t i c a s , q u e
Hay un entrelazamiento de las dimensio- s e a n liberadoras no solo p a r a las mujeres, sino t a m -
nes religiosas en la vida social. No existe bién p a r a los g r u p o s m a r g i n a d o s , los p u e b l o s discri-
un límite entre la esfera de lo sagrado y la m i n a d o s , las religiones y c u l t u r a s d e s p r e c i a d a s . To-
de lo profano. Me parece imprescindible te- do ello, teniendo como b a s e u n concepto de divini-
ner una actitud de respeto y de auténtico dad no sexista, n o p a t r i a r c a l , no elitista, n o racista.
diálogo, que incluye reconocer al pueblo co- Por lo d e m á s , a p u n t a n h a c i a la n e c e s i d a d de q u e la
mo "otro" diferente de nosotros, pero en to- Cristología debe s e r t r a n s f o r m a d a en u n mensaje
da su positividad, y reconocer que cada crístico, n o ya c e n t r a d a en u n único individuo, sino
pueblo tiene el derecho de hacer su propia en las relaciones igualitarias d e n t r o de u n a c o m u n i -
historia y autodeterminarse, también des- dad. Ello significa u n a interrelacionalidad e n t r e las
de el punto de vista religioso. La reflexión p e r s o n a s , u n poder c o m p a r t i d o y m á s igualitario no
teológica que surge en la convivencia con solo entre h o m b r e s y mujeres, sino t a m b i é n respeto
86 / Luiza Tomita
Pluralismo religioso y Teología feminista / 87
a los ancianos/as y a los niños/as y la toda la natu-
de cómo casi todas ellas marginaron a las mujeres o las
raleza.
instrumentalizaron según la perspectiva de cada una
No se pretende con esta propuesta echar fuera la de ellas. Las mujeres contaron otra historia de la antro-
persona histórica de Jesús; él debe permanecer como pología religiosa. Rescataron otras experiencias de lo
una figura paradigmática, por su mensaje y su praxis. divino, valiéndose de investigaciones arqueológicas e
La comunidad se vuelve central, pero las personas históricas. Gebara recuerda todo el intenso trabajo de
dentro de ella deben ser modelos de vivencia comuni- las biblistas feministas, de las mujeres musulmanas
taria, de praxis de solidaridad, de fraternidad/sorori- estudiosas del Corán, de las mujeres judías ante la tra-
dad, de lucha contra la desigualdad y la injusticia so- dición de la Torah, de las intelectuales budistas en di-
cial. ferentes partes del mundo, de la conciencia política de
muchas "Máes de Santo" en Brasil, del trabajo de mu-
jeres indígenas que comparten con otras su sabiduría.
ALGUNAS REFLEXIONES HECHAS POR IVONE GEBARA*
Estos esfuerzos de investigación y acción nunca fueron
considerados como un esfuerzo de diálogo interreligio-
so. Y ello porque ya había una especie de estructura de
Ivone Gebara dice estar convencida de que el femi- comprensión masculina de lo que es un diálogo inter-
nismo lanza a las religiones patriarcales desafios dife- religioso. De antemano se da una definición de los lími-
rentes de aquellos propuestos por el diálogo interreli- tes y de los caminos de un diálogo inter-religioso. Si no
gioso desarrollado por la mayoría de los teólogos, pues se hace de esta manera y con estos instrumentos her-
la mayor parte de las religiones patriarcales todavía no menéuticos concretos no se está haciendo diálogo in-
ha abierto espacios públicos para que lo divino sea ex- ter-religioso. Así, hay un absolutismo casi inconsciente
presado de otra manera. Así, son discutidas fórmulas en la manera de abordar esta problemática. Esta forma
del pasado sin percibir los nuevos desafíos del presen- de abordarla tendió a apartar o a ignorar otras formas
te venidos de más de la mitad de la humanidad. Ese de tratamiento de la misma problemática.
diálogo entre las religiones no parece cuestionar los
absolutismos afirmados en el interior de ellas mismas, Gebara cree que el feminismo propone una con-
sino solo los absolutismos en relación a las otras reli- versación previa o hasta concomitante con el diálogo
giones. De forma particular estos absolutismos son sobre el pluralismo religioso. Propone que se verifique
más fuertes en los monoteísmos patriarcales que aca- al interior mismo de cada tradición las exclusiones que
ban de una manera u otra asimilando lo divino a lo se produjeron y, en concreto, la exclusión de las muje-
masculino. res en las formas religiosas oficiales. En ese sentido se
entra de lleno en las interpretaciones antropológicas
Según Ivone, el feminismo intentó contar de otra que son la base de cualquier credo religioso. ¿Cómo se
forma la historia de las religiones y expresar el hecho puede todavía legitimar una trascendencia, sobre todo
si es entendida a partir de su expresión ética, si man-
5. Este texto es parte de la entrevista concedida por correo-e por I. Ge- tenemos una comprensión jerárquica del ser humano?
bara, a la autora, en febrero de 2003.
¿Cómo dar pasos coherentes para el diálogo con los
88 / Luiza Tomita Pluralismo religioso y Teología feminista / 89

otros cuando nos negamos a dialogar en el interior de distancia entre las teologías y la vivencia de las muje-
nuestra propia casa? res.
Las mujeres fueron y todavía son, en algunas Igle- En diferentes artículos y cursos de cristología
sias, excluidas del sacerdocio y hasta de tocar los lla- (más de 10 años de cursos de Cristología en el CESEP)
mados objetos sagrados. No ejercen funciones de po- Gebara ha insistido en la necesidad de salir de una
der público y no representan lo divino con la misma centralidad metafísica de Jesús como el hijo único de
dignidad masculina en muchas Iglesias cristianas y en Dios y único salvador. Y ello por causa de las mujeres
otras comunidades religiosas. Todo ello muestra el an- y del diálogo inter-religioso.
drocentrismo de esas religiones y la ausencia de un
posicionamiento firme de teólogos y/o otros intelec- Tomando América Latina como referencia, cita al-
tuales, para sanar esta distorsión real. Por otra parte, gunos grupos como Con-Spirando, de Chile, y el énfa-
los esfuerzos ecuménicos o los esfuerzos de diálogo en- sis dada en su revista del mismo nombre, a las prácti-
tre los diferentes credos religiosos, aunque presentes cas religiosas de las mujeres de diferentes culturas. En
en las Iglesias, no parecen incluir la perspectiva de las su sede en Santiago muchas veces organizan rituales
mujeres. La perspectiva de las mujeres entendida aquí liderados por mujeres mapuches, mostrando no solo el
como perspectiva feminista aparece así casi totalmen- respeto, sino la riqueza de otras tradiciones. Sucede lo
te ausente en la oficialidad del diálogo inter-religioso mismo con grupos de mujeres en Ecuador (Añorando),
masculino. en Argentina (Católicas), en Uruguay (Caleidoscopio),
en Perú (Thalita Cumi) y muchos otros grupos en dife-
En su libro Longing for running waters (Fortress rentes lugares.
Press, 1999), así como en Teología ecojeminista (Olho
d'Água-1997) ella intenta mostrar los límites de la an- Concluye su reflexión subrayando nuevamente
tropología cristiana y abrir las puertas para otra com- que el problema del pluralismo religioso es abordado
prensión del ser humano. De la misma forma en su li- también de forma plural. Nosotras, mujeres, tenemos
bro Le mal aufémintn (L'Harmattan, 1999) traducido nuestra forma de abordarlo y esta forma, a su forma
por la editorial brasileña Vozes con el título Rompendo de ver, ha sido marginada por aquellos que piensan te-
o silencio (2000), aborda la cuestión del mal y de la sal- ner el privilegio o el monopolio del combate por el diá-
vación la partir de la vivencia concreta de las mujeres. logo inter-religioso. Las feministas, a pesar de sus lí-
Aborda inevitablemente de otra manera la salvación a mites, no se cierran al diálogo. Simplemente consta-
través del testimonio de algunas mujeres: una hin- tan cómo se están cerrando para las mujeres los es-
duista, otras cristianas, otras cristianas sin Iglesia, pacios de decisión en los ambientes e instituciones
otras agnósticas. Desfilaron blancas, negras de dife- religiosas, así como también se cierran los oídos pa-
rentes nacionalidades y clases sociales. Su palabra de- ra aproximaciones analíticas diferentes. Y, si algo se
mostraba una cierta falla de la dogmática tradicional y cierra para ellas, se abren por otra parte otros cam-
en consecuencia también de la cristología o de la sote- pos de actuación para que la dignidad humana -fe-
riología tradicionales. Se vive y se siente una enorme menina y masculina-, así como la dignidad de toda la
90 / Luiza Tomita Pluralismo religioso y Teología feminista / 91

tierra sea respetada. Ivone cree que la cuestión del religiosa que no solo rechazó a las otras religiones co-
pluralismo se debe abrir a otros niveles del pensa- mo "inferiores" y no verdaderas, sino que diezmó cen-
miento y de la actividad humana. Éste es un desafío tenares de pueblos con culturas y religiones diferen-
tes, y asesinó centenas de millares de mujeres y niños,
que pocos tienen el coraje de enfrentar. Pero las mi-
al final de la Edad Media y al inicio de la Edad Moder-
norías que lo hacen, lo hacen con convicción y espe-
na, en nombre de un Dios único.
ranza en u n mundo mejor.

BlBLIOGRAGFÍA
A MANERA DE CONCLUSIÓN

H. Frisotti, Passos no Diálogo. Igreja Católica e Re-


Después de las reflexiones de Ivone Gebara, creo
Ugióes Afro-Brasileiras, Paulus, Sao Paulo 1996.
que poco se podría decir, para concluir. Lo que parece
haber quedado claro es que el diálogo inter-religioso J. Hick, A Metáfora do Deus Encarnado, Vozes, Pe-
tiene muchas caras. No es solo u n debate entre religio- trópolis 2000. (Próximamente publicado en esta colec-
nes hegemónicas, sino principalmente entre las reli- ción).
giones hegemónicas y aquellas consideradas "inferio-
res", ya sea porque se expresan de forma diferente, co- E. Soares, Encontró e Solidariedade: Igreja Católi-
mo la aparente ausencia de la divinidad en las religio- ca e Religióes Afro-brasüeiras no período de 1955-1995,
Atabaque, Sao Paulo 2000.
nes indígenas, o ya sea en la forma antropomórfica de
representar la divinidad como dioses y diosas, como en V.V.A.A., Teología Afro-Americana. II Consulta Ecu-
las religiones africanas. Éste parece resultar u n deba- ménica de Teología e Culturas Afro-Americana e Cari-
te muy desigual, como u n a lucha entre David y Goliat. benha, Atabaque-ASETT, Paulus, Sao Paulo 1997.
De la misma forma, el debate se extiende a las fronte-
ras de género, con bastante desigualdad. No porque
nosotras, mujeres, no tengamos argumentos válidos,
Luiza Tomita
sino porque los argumentos que presentamos derriban
Sao Paulo, Brasil
muchos conceptos y dogmas tradicionalmente consi-
Traducido del portugués por. José María Vigil
derados intocables. Pero ahí es donde el debate parece
"calentarse". Esto ocurre porque los argumentos que
presentamos están bastante próximos a los presenta-
dos por las religiones indígenas y africanas, porque
resbalan hacia el concepto de monoteísmo patriarcal,
hacia la representación de Dios como alguien que reú-
ne todas las cualidades y todos los poderes y además
es varón. Este argumento representó la intolerancia
Un diálogo necesario / 93

NECESIDAD DE UN DIÁLOGO ENTRE LOS TEÓLOGOS


DE LA LIBERACIÓN Y DE LAS RELIGIONES

UN DIÁLOGO NECESARIO: 1. Cada día se hace más claro cuan urgentemen-


ENTRE LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN te la teología de la liberación y la teología de las religio-
nes se necesitan mutuamente. En primer lugar desde
Y LA TEOLOGÍA DEL PLURALISMO
la perspectiva de los que se preocupan por la libera-
ción. La última década ha mostrado la importancia y
el rol tan poderoso que la religión puede ejercer, sea
para bien o para mal, en la transformación de las es-
tructuras socio-políticas. (Como ejemplos diversos, te-
Entre los muchos "signos de los tiempos" que re- nemos el papel del Islam Shiíta en la revolución de
tan hoy a las religiones, hay dos que plantean a los Irán, el de la Mayoría Moral en la instalación y defen-
cristianos exigencias particularmente urgentes: la ex- sa del gobierno de Reagan, el de las comunidades cris-
periencia de los muchos pobres y la experiencia de las tianas de base en la implementación de la revolución
muchas religiones. No es sorprendente, por tanto, que en Nicaragua y la lucha por la misma en El Salvador).
dos de las más creativas y revitalizantes expresiones Algunos incluso llegarían a suscribir la amplia afirma-
de vida y pensamiento cristianos son la teología de las ción filosófico-antropológica de los historiadores Ar-
religiones, que responden al problema del pluralismo, nold Toynbee y Wilfred Cantwell Smith, según la cual
y la teología de la liberación que responde al problema solamente por medio de la visión, la motivación, el po-
mayor y más urgente del sufrimiento y de la injusticia. der derivado de los símbolos y experiencias religiosas
Los defensores de estas teologías, sin embargo, podrá la humanidad vencer su egoísmo innato y lu-
han crecido y siguen viviendo en dos vecindarios de chador: solamente por medio de la esperanza y amor
la Iglesia cristiana. No que existan barreras natura- dispuesto al sacrificio de sí mismo nacido de la expe-
les entre ellos; sencillamente, es que, dadas sus riencia religiosa, los seres humanos "podrán poseer la
múltiples actividades y preocupaciones, no han te- energía, devoción, visión, resolución, capacidad para
nido ni el tiempo ni la oportunidad para conocerse. sobrevivir al desaliento que será necesario -que son ne-
cesarios- para el reto de construir u n mundo mejor y
En los últimos años, sin embargo, ha habido se- más justo" 1 .
ñales de que los viejos territorios están cambiando o se
están extendiendo. Hoy, los miembros de estos dos Lo que eso implica, y especialmente lo que los
campos teológicos deben llegar a conocerse, a apren- teólogos latinoamericanos de la liberación necesitan
der el uno del otro, y a trabajar unidos en sus diferen- ver m á s claramente, es que el movimiento de libera-
tes proyectos. Si pueden hacer esto, creo que podrán ción necesita no solo religión, sino religiones. La li-
contribuir más creativa y eficazmente a la vida de la
1. W. C. Smith, The Faith of Other Mea New York: Harper & Row. 1962.
Iglesia y del mundo. 127.
94 / Paul F. Knitter Un diálogo necesario I 95

beración económica y política, y especialmente la li- na (y sus religiones) es un lujo «Ir l.i mino
beración integral, es demasiado grande para una ría cristiana 3 .
sola nación, cultura o religión. Se necesita una coo- En otras palabras, una teología de la liberación
peración intercultural e inter-religiosa en una pra- solamente cristiana tiene la peligrosa limitación de tlr
xis liberadora, y u n compartir la visión teórica de la sarrollarse hacia dentro, de enriquecerse solamente
liberación. Harvey Cox defiende esto mismo con con una visión exclusiva del Reino. Un encuentro con
gran persuasión en su libro La Religión en la Ciudad el potencial liberador del Budismo y del Hinduismo re-
Secular. Después de mostrar en la mayor parte del velará a los teólogos latinoamericanos, por ejemplo,
mismo que la gran esperanza para la relevancia del que han sido influenciados por los puntos de vista ne-
Cristianismo en la ciudad secular no está en el fun- gativos sobre religión expuestos por dos poderosos
damentalismo, sino en la teología de la liberación, "Kart" de Occidente: Barth, que negaba que la religión
en el último capítulo arguye que la teología de la li- pudiera canalizar la revelación, y Marx, que no logró
beración solamente podrá conseguir lo que preten- entender que la religión pudiera ser vehículo de revo-
de si "se separa de los contornos regionales" del lución. Dos teólogos latinoamericanos de la teología de
Cristianismo occidental y abraza "con mayor serie- la liberación -por ejemplo Segundo y Sobrino- andan
dad no solamente la experiencia religiosa de su po- cerca del "potencial liberador y revolucionario de las
blación indígena, sino también las experiencias de religiones no-cristianas" 4 . Un movimiento mundial de
las religiones del mundo" 2 . liberación necesita un diálogo inter-religioso mundial.

De hecho, si la teología de la liberación quiere 2. Por otra parte, los teólogos de las religiones, en
echar raíces en Asia y no solamente en Latinoamérica, los últimos años, han reconocido -de una manera to-
no le queda otra opción que entrar en diálogo con las davía más clara y menos confortable- no solamente
religiones orientales. Como Aloysius Pieris, de Siri cuánto pueden, sino cuánto deben aprender de la teo-
Lanka, recuerda a sus colegas latinos: logía de la liberación. Un número creciente de teólogos
del Primer Mundo, en el campo de la academia y de las
La irrupción del Tercer Mundo (que Iglesias, se siente sacudido y retado por la opción libe-
clama por la liberación) es asimismo la radora por los pobres y los no-personas. Los teólogos
irrupción del mundo no-cristiano. La ma- del Primer Mundo son muy conscientes de que el diá-
yor parte de los pobres de Dios percibe co- logo inter-religioso entre ellos frecuentemente ha teni-
mo su preocupación fundamental y simbo- do lugar desde las cumbres de las montañas desde las
liza su lucha por la liberación en el idioma que se observan las favelas y los escuadrones de muer-
de las religiones y culturas no-cristianas. te. Gracias a las amonestaciones y al ejemplo de sus
Por tanto, una teología que no se dirige a
3. "The Place of Non-Christian Religions and Cultures ¡n the Evolution of
y por medio de esta humanidad no-cristia- Third World Theology", En Irnipfion of the Third World: Challenge to
Theology. V. Fabella and S. Torres, eds., Orbis Books, Maryknoll, N.Y
2. H. Cox, Religión in the Secular City: Toward a Postmodern Theology, 1983, 113-114.
Simón & Schuster, New York 1984, 223-233. 4. Ibid., 122, also 117-120.
96 / Paul F. Knitter
Un diálogo necesario I 97
vecinos liberacionistas, los teólogos comprometidos en En vista del presente estado de nuestro mundo,
el diálogo se están dando cuenta que no es auténtica por tanto, ambas básicas preocupaciones humani-
una religión que no se dirige, como preocupación pri- tarias, así como la soteriología de la mayor parte de
mordial, a la pobreza y la opresión que infesta a nues- las religiones parecerían imponer que una opción
tro mundo. El diálogo entre religiones inauténticas fá- por los pobres y las no-personas constituye tanto la
cilmente se convierte en mera búsqueda mística o en necesidad como la finalidad primaria del diálogo ín-
un pasatiempo interesante que solamente los místicos ter-religioso. Las religiones deben hablar y actuar
y eruditos del Primer Mundo pueden permitirse el lujo unidas, porque solamente así podrán contribuir de
de desarrollar. Algo esencial falta en tal diálogo ultra- manera decisiva para eliminar la opresión que con-
mundano, o superacadémico. tamina a nuestro planeta. El diálogo, por tanto, no
Los teólogos que toman parte del diálogo religioso es un lujo para las placenteras clases de religión; ni
también están dándose cuenta de los límites y peligros es la "más importante prioridad" después de haber-
que pueden existir en una afirmación demasiado entu- nos ocupado de las cosas esenciales. El diálogo in-
siasta del pluralismo. La tolerancia de mente abierta ter-religioso es esencial a la liberación internacio-
de otros y la ardiente aceptación de la diversidad pue- nal.
de muy fácilmente llevar, tal vez sin darse cuenta, a la
tolerancia de lo que Langdon Gilkey en sus ensayos ha
llamado "lo intolerable". El diálogo y el pluralismo no BASES PARA UN DIÁLOGO PLURALISTA,
deben ser nuestra primera preocupación; ni deben ser NO-RELATIVISTA
el fin en sí mismos. Dorothee Sólle señaló los límites
del pluralismo y la tolerancia: "Los límites de la tole- Los teólogos que defienden que el Cristianismo ne-
rancia se manifiestan en las víctimas de la sociedad. cesita un nuevo modo de relacionarse con las otras re-
Donde los seres humanos están lisiados, privados de ligiones quieren promover un diálogo inter-religioso
su dignidad, destruidos, violados, ahí es donde termi- que sea genuinamente pluralista, es decir, que evite
na la tolerancia"5. Salimos al encuentro de otros -nos posiciones pre-establecidamente absolutistas y defini-
urgirían los teólogos de la liberación- y encontramos tivas, para permitir que todos los participantes tengan
otras religiones, no primariamente para gozar la diver- una voz igualmente válida, y que cada participante es-
sidad y el diálogo, sino para eliminar el sufrimiento y cuche, hasta donde sea posible, lo que los otros están
la opresión: no solo para practicar la caridad, sino, so- exponiendo. Y, sin embargo, los promotores de ese diá-
bre todo, para trabajar en favor de la justicia. La justi- logo pluralista conocen perfectamente el peligro de que
cia, nos dicen, tiene precedencia sobre el pluralismo, esta clase de diálogo pueda fácilmente reducirse a una
sobre el diálogo y hasta sobre la caridad. especie de papilla relativista, en la que "muchos" sig-
nifica "algunos" y en la que nadie puede hacer juicios
5. Strength of the Weak: Toward a Christian Feminist Identity, evaluadores. La teología de la liberación de las religio-
Philadelphia: Westminster, 1984, p. 66.
nes puede ayudar a los teólogos del diálogo de tres ma-
98 / Paul F. Knitter Un diálogo necesario / 99
ñeras para mantener la riqueza del pluralismo sin per- giones, especialmente su base cristológica, ha servido
mitir que se desintegre en una papilla de relativismo. en gran parte para cubrir o condonar un deseo ideoló-
1. Los teólogos de la liberación entran en el cír- gico inconsciente de mantener la superioridad, o para
culo de la hermenéutica -el proceso por el que se in- dominar y controlar, o para devaluar otras tradiciones
terpreta y se escucha la palabra de Dios- con una cultural o religiosamente. ¿Por qué, en realidad, los
"hermenéutica de sospecha". Suspicazmente se re- cristianos han sido tan insistentes en mantener la doc-
cuerdan a sí mismos qué fácilmente, sí, qué inevita- trina según la cual extra ecclesia nidia est sálus ("fue-
ble es que la interpretación de las Escrituras y la for- ra de la Iglesia no hay salvación"), o para proclamar
mulación de la doctrina se conviertan en ideología, o que Cristo tiene que ser la norma definitiva para todas
sea, el modo de promover los intereses propios de las otras religiones? Ciertamente no se puede negar
uno mismo a costa de los de otras personas. Con que en el pasado estas doctrinas y esta cristología han
mucha frecuencia la verdad que presentamos como sido usadas para justificar la subordinación y explota-
"la voluntad de Dios" o como revelación divina son, ción de otras culturas y religiones.
en realidad, nuestros intereses disfrazados subcons-
Aun cuando no sea la intención consciente o
cientemente para mantener el status quo o para pro-
teger nuestro control de la situación o nuestra supe- subconsciente de los cristianos usar ciertas doctri-
rioridad cultural-económica. Tal abuso sutil de la nas para subordinar otras culturas o para violar sus
tradición viva, nos dicen los liberacionistas, es siem- sensibilidades religiosas, sin embargo, si ésos son
pre un peligro que acecha, o tal vez es un hecho ca- los efectos de estas enseñanzas, entonces estas doc-
muflado, en toda doctrina. Por tanto, su primer pa- trinas se encuentran bajo la sospecha hermenéutica
so al emprender la tarea de interpretar la palabra de de los liberacionistas. Las doctrinas "ortodoxas" que
Dios, es sospechar o buscar el rastro de ideologías dan frutos no éticos son, por así decirlo, muy sospe-
que puedan estar actuando en u n determinado con- chosas. Es, principalmente y solamente en el diálo-
texto cristiano. Esto lo hacen basándose en su pra- go, en las voces de otras culturas y religiones, don-
xis liberadora. Las doctrinas y prácticas ideológicas de los cristianos pueden empezar a sentir tales sos-
deben ser detectadas y revisadas primero, para po- pechas. Los teólogos asiáticos del Tercer Mundo, por
der realmente escuchar la voz de Dios, tanto en la ejemplo, nos dicen en términos inconfundibles que
tradición como en el mundo. la cosecha de expansión misionera en culturas no-
europeas produce una abundancia de frutos no es-
Los teólogos de las religiones pueden ganar mu- pecialmente éticos. Señalan cómo los modelos tradi-
cho si adoptan las hermenéuticas de la sospecha. Es- cionales para un entendimiento cristiano de otras
to exigiría de ellos -como primer paso para elaborar religiones - a u n los más inclusivistas ("el cristianis-
una teología cristiana de otras religiones o para acer- mo anónimo" de Rahner 6 ) y los modelos liberales ("el
carse a otros creyentes- ser hermenéuticamente sos-
pechosos de sus asumidas posiciones cristianas res- 6. K. Rahner, "Anonymous Christianity and the Missionary Task of the
Church", en: Theological Investigations, volume 12, Seabury Press,
pecto a los de fuera. La tradicional teología de las reli- New York 1974.
100/ PaulF. Knitter Un diálogo necesario / 101

catalizador crítico" de Küng)- promueven una teolo- para crear nuestro "terreno movedizo" compartido. Para
gía de las religiones "cripto-colonialista" y "un impe- los teólogos de la liberación este contexto común seria la
rialismo cultural de Occidente"7. opción por los pobres y las no-personas, es decir, la op-
ción por trabajar con y por las víctimas de este mundo.
Tales modelos liberales inclusivistas para el diálogo Harvey Cox lo dice con su típica claridad: "Para los teó-
con otras religiones son muy parecidos al modelo de de- logos de la liberación, la base para el diálogo inter-reli-
sarrollo del Primer Mundo para promover el bienestar gioso es la lucha por los pobres"9.
económico del Tercer Mundo. Como han señalado los
teólogos de la liberación, tal "desarrollo", sutil pero efi- La razón por la que la opción por los pobres propor-
cazmente, lleva a una mayor dependencia y subordina- ciona tal base es por su afirmación epistemológica de la
ción económica, más bien qu'e a ( una verdadera libera- teología de la liberación, o sea, con el privilegio herme-
ción. Esto, en verdad, es una forma de colonialismo. Y, néutico de los pobres. "La teología latinoamericana de la
como Tyssa Balasuriya expone con gran franqueza, ha- liberación, la teología negra, la teología feminista, todas
ce que uno sea sospechoso: "¿Puede ser teológicamente ellas afirman que la experiencia de los oprimidos es u n
verdadero el auto-entendimiento de las Iglesias que legi- terreno hermenéutico privilegiado, que la identificación
timan la opresión sexista, racista, clasista y religiosa?"8. con los pobres es lo primero para lograr entender tanto
la Biblia como nuestro mundo actual"10. Y nosotros po-
Precisamente esa "sospecha hermenéutica" sobre dríamos añadir: "el primer paso de los creyentes religio-
la teología cristiana de las religiones, particularmente sos para comprenderse unos a otros". Los liberacionis-
su base cristológica, es la que ha empujado a muchos tas nos están diciendo que, sin un compromiso con los
teólogos cristianos a comenzar la búsqueda de una oprimidos, nuestro conocimiento es deficiente -nuestro
teología pluralística de las religiones. conocimiento de nosotros mismos, de los demás, del Ab-
soluto-. Con esto no quiero implicar que solamente po-
2. Si las hermenéuticas de la sospecha de los teólo- demos llegar a la verdad por medio de tal compromiso,
gos de la liberación pueden ayudar a los teólogos de las sino, más bien, que sin la opción por los pobres, la ver-
religiones a aclarar los obstáculos ideológicos para un dad a la que podemos llegar es, cuando más, incomple-
diálogo más eficaz, otra piedra fundamental de la teolo- ta, deficiente, peligrosa.
gía de la liberación, la opción por los pobres (o el privi-
legio hermenéutico de los pobres), nos puede ayudar. Por razón de su prioridad hermenéutica y su po-
Si no existe un terreno común preestablecido o una tencia, por consiguiente, la opción por los oprimidos
esencia común que podamos establecer antes del diálo- (al menos en el mundo como existe hoy) nos sirve co-
go, tal vez exista un modo común de buscar o un con- mo condición eficaz para la posibilidad del diálogo; ha-
texto común con el que podamos comenzar el diálogo ce posible que las diferentes religiones puedan hablar
entre sí y llegar a entenderse mutuamente. Si las reli-
7. Pieris, "The Place", p. 114. 9. Cox, Religión in the Secular City, p. 230.
8. "A Third World Perspective", en Doing Theology in a Divided World,
10. L. Cormie, "The Hermeneutical Privilege of the Oppressed", Catholic
Virginia Fabella and Sergio Torres, eds., Orbis Books, Maryknoll, N.Y. Theological Society of America Proceedings, 33, 1978, 78.
1985, p. 202.
102/ PaulF. Knitter Un diálogo necesario I 103
giones del mundo, en otras palabras, pueden recono- los creyentes de diferentes procedencias no es sola-
cer la pobreza y la opresión como problema común, si mente lo que Tomás Merton llamó una comunicación
pueden compartir un compromiso común (expresado de experiencia místico-contemplativa'2 sino también y
de diferentes maneras) para acabar con tales males, especialmente una comunicación de la praxis liberado-
habrán hallado la base para superar sus inconmensu- ra. En palabras de M. M. Thomas:
rabilidades y diferencias, en orden a poder escucharse
La respuesta común a los problemas
y, posiblemente, ser transformados en ese proceso. de la humanización de la existencia en el
Si todo esto tiene sentido, creo que podemos dar un mundo moderno, más que cualquier religio-
segundo paso: en lugar de la búsqueda de "un Dios" o sidad común, o sentido común de lo Divino,
"un Absoluto" o "una esencia común" o un "centro mís- es el punto más fructífero de entrada a un
tico" en todas las religiones, podríamos reconocer un lo- encuentro de las religiones en profundidad
cus compartido de experiencia religiosa disponible ahora espiritual en nuestro tiempo13.
para todas las religiones del mundo. Dentro de la lucha Tal propuesta corresponde a la insistencia de los
por la liberación y la justicia con y por los muchos dife- teólogos de la liberación: que teoría y claridad doctrinal
rentes grupos de personas oprimidas, los creyentes de pueden ser conseguidas solamente en y por medio de la
diferentes tradiciones pueden experimentar, unidos, y a praxis liberadora. Por tanto, para entrar en la difícil dis-
la vez diferentemente, lo que da raíces a sus resolucio- cusión sobre si existe una "esencia o terreno común" en
nes, inspira sus esperanzas y guía sus actos para ven- todas las religiones, para llegar a conocer si "Dios" o
cer la injusticia y promover la unidad. Aloysius Pieris "Sunyata" puedan, después de todo, tener algo en co-
sugiere que en nuestro mundo contemporáneo, la lucha mún, debemos no solamente orar y meditar juntos, si-
por la liberación y por la transformación de este mundo no que primero tenemos que actuar juntos con y a favor
de los oprimidos. John Cobb, por tanto, tiene razón: no
proporciona una base transcultural e interreligiosa pa-
podemos conocer lo que es "común" a todas las religio-
ra definir y compartir la experiencia religiosa entre todas
nes antes de comenzar a dialogar; solo que por diálogo
las religiones: "Propongo que el instinto religioso sea de- ahora se entiende no solo conversación u oración com-
finido como una urgencia revolucionaria, un impulso si- partida, sino praxis compartida. "Para los partidarios de
co-social para generar una nueva humanidad... Este la teología de la liberación -dice Harvey Cox usando
nuevo impulso constituye y, por tanto, define la esencia imágenes occidentales- esta realidad no vista (la hipoté-
del homo religiosus"". tica unidad transcendente de las religiones) se encuen-
tra más allá, no abajo o detrás. Es escatológica, no an-
Tal vez, mejor que el monasterio o el monte del
cestral. Requiere amor y servicio fiel, no esotéricas refle-
místico, la lucha por la justicia puede ser el lugar don-
xiones"14.
de hindúes, budistas, cristianos y judíos pueden sen-
tir y comenzar a hablar sobre lo que los une. Lo que 12. Merton, Asían Journal, 309-317.
hace posible una comunicación en la doctrina entre 13. Man and the Universe ofFaiths, citado por Richard Henry Drummond,
Toward a New Age in Christian Theology, Orbis Books, Maryknoll, N.Y.
1985, 129, añadido el énfasis.
11. "The Place", 134. 14. Religión in the secular City, p. 238.
104/ PaulF. Knitter Un diálogo necesario I 105
Este entendimiento del papel de la opción por los teocentrismo de Cobb. Un acercamiento soteriocéntri-
pobres y las no-personas en el diálogo inter-religioso co a otras creencias también parece ser más fiel a los
significa que la evolución en las actitudes cristianas ha- datos de las religiones comparadas, porque aunque las
cia otras religiones que yo describo en mi libro No other religiones del mundo poseen una divergente variedad
ñame? está incompleta. La evolución -me atrevería a de modelos para el Absoluto -teísta, metateísta, poli-
sugerir- está siendo invitada a pasar a un escenario teísta y ateísta- "la confianza mutua, sin embargo si-
más amplio. Si las actitudes cristianas han evolucio- gue siendo soteriológica, siendo la preocupación de la
nado del eclesiocentrismo al cristocentrismo y de éste mayor parte de los seres religiosos la liberación (vimuk-
al teocentrismo, deben evolucionar ahora hacia lo que ti, moksa, nirvana) más que la especulación sobre u n
en símbolos cristianos podría ser llamado "reinocen- hipotético [divino} liberador"16.
trismo", o más umversalmente, "soteriocentrismo". Pa-
ra los cristianos, lo que constituye la base y la meta del John Cobb, sin embargo, en su crítica del primer
diálogo inter-religioso, lo que hace posible (la "condi- borrador de este ensayo, continuaba advirtiendo que
ción de posibilidad" de) el entendimiento y la coopera- "proponer tal condición [a saber, la opción por los po-
ción mutua entre las religiones, lo que une las religio- bres] sobre el diálogo unilateralmente desde el lado
nes en un discurso y praxis común, no es cómo se re- cristiano es una continuación del imperialismo que
lacionan con la Iglesia (invisible a través del "bautismo Knitter rechaza... parece decir que busca el diálogo so-
de deseo"), o cómo se relacionan con Cristo (anónima- lamente con los que comparten su modo de entender
mente [Rahner] o normativamente [Küng]), ni siquiera la salvación". Las advertencias de Cobb son importan-
cómo responden y conciben a Dios, sino más bien has- tes. Nos ayudan a aclarar que la opción por los oprimi-
ta dónde están promoviendo Soteria (en lenguaje cris- dos no se puede imponer como condición absoluta pa-
tiano, la basileia), o sea, hasta qué punto están promo- ra el diálogo inter-religioso; más bien, es ofrecida, o
viendo el bienestar humano y realizando la liberación sugerida, como una invitación a un diálogo más autén-
con y a favor de los pobres y las no-personas. tico y eficaz. No estoy exigiendo que otras religiones
acepten la preocupación por el sufrimiento de las na-
Una teología cristiana de la liberación de las reli- ciones oprimidas como punto de partida para el en-
giones, por tanto, propondrá como terreno "común" cuentro inter-religioso; pero, sospecho, y sugiero, que
(aunque todavía "inseguro") o como punto de partida pueden y querrán hacerlo. Mis sospechas se refuerzan
para el encuentro religioso, no Theos, el misterio ine- por la afirmación de Pieris que las religiones del mun-
fable de lo divino, sino más bien Soteria, "el misterio do tienen muchos más puntos de partida en común en
inefable de la salvación"15. Este acercamiento soterio- sus soteriologías que en sus teologías. También, como
céntrico, parece, está menos inclinado a (aunque nun- se enfatizará en la próxima sección, al proponer la So-
ca inmune del) abuso ideológico, porque no impone teriología como contexto o punto de partida para el diá-
sus propias ideas sobre Dios o el Absoluto en otras tra- logo, ciertamente no implico que exista una sola ma-
diciones; de esta manera responde al criticismo del nera de entender la "salvación", o que mi modo cristia-

15. Pieris, "Speaking of the Son of God", 67. 16. Pieris, "The Place", 133.
106/ PaulF. Knitter Un diálogo necesario / 107

no de entenderlo sea definitivo y normativo. Se empie- cepticismo radical o el relativismo sofocante?, ¿cómo
za en terreno "movedizo" que tiene que hacerse firme puede uno oponerse resueltamente a lo que Langdon
en el diálogo; el punto de partida puede clarificarse o Gükey, califica como "formas intolerables de religión y
se puede corregir después de haber empezado. Sin em- de lo religioso"?18. Hasta ahora, he discutido cómo las di-
bargo, al menos, ya tenemos un punto de partida. ferentes religiones podrían llegar a un entendimiento
mutuo. ¿Hay la posibilidad de que también puedan lle-
3. Harvey Cox resume las ventajas prácticas de u n gar a juzgarse unas a otras? En sus estudios y conver-
acercamiento soteriocéntrico y aporta otra posible con- saciones religiosas, incluso los académicos se están
tribución a la teología de la liberación de las religiones: dando cuenta de que tanto el estado de nuestro mundo
como la naturaleza del espíritu humano (Lonergan dice
A la luz de esta visión "centrada en el el entendimiento no es más que el primer paso hacia el
Reino"... todo el significado de la discusión juicio) exigen de nosotros hacer juicios, aunque solo
entre las personas de diferentes tradiciones sean tentativos, sobre lo que es verdadero o falso, bue-
religiosas cambia. La finalidad de la conver- no o malo -o al menos sobre lo que es preferible-. John
sación es diferente. El diálogo interreligioso Hick dice que no podemos evitar la necesidad de "califi-
no se convierte en meta por sí mismo ni en car por grados a las religiones"19.
una búsqueda estrictamente religiosa, sino
en paso en anticipación de la justicia de Pero pedir tales juicios evaluadores es volver a en-
Dios. Se convierte en praxis. Las similitudes cender los temores del fundamentalismo, el neocolo-
y diferencias que antes parecían importan- nialismo, y el abuso ideológico. ¿Dónde vamos a en-
tes se desvanecen, mientras las diferencias contrar los criterios para juzgar o para "calificar por
reales -entre aquellos cuyas historias sagra- grados" (criterios que tengan una protección interior
das son usadas para perpetuar el dominio y innata contra la posibilidad de que se conviertan he-
aquellos cuya religión los fortalece para lu- rramientas de explotación, y que puedan obtener el
char contra la dominación- emergen más consenso general en el mundo de la academia y en el
campo del encuentro inter-religioso)? Los criterios
claramente17.
doctrinales -sobre las cualidades del Absoluto, o la
"Las diferencias reales emergen más claramente": actividad de un Logos universal, o la presencia de un
Cox está sugiriendo que la opción por los oprimidos po- Cristo o un Buda anónimos- resultan demasiado
dría ayudar a los académicos y a los participantes en el controvertidos y proclives a la ideología. Los criterios
diálogo para habérselas con otro problema en la discu- basados en la experiencia mística -la idea de Merton
sión sobre el pluralismo religioso, a saber: al afirmar la de "comunión antes que comunicación"- ayudan pe-
validez independiente de todas las tradiciones y el peli- ro frecuentemente, al fin de cuentas, son difíciles de
gro de juzgar la verdad de otros según los criterios ina- aplicar.
propiados de uno mismo, ¿cómo se puede evitar el es-
18. Gilkey, "Plurality and Its Theologiacl Implications", en Knitter/Hick, The
Myth of Christian Uniqueness, Orbis, New York 21998, 44.
17. Religión in the Secular City, 238 19. "On Grading Religions", Religions Studies, 17, 1981, 451-467,
108/ PaulF. Knitter Un diálogo necesario I 109

¿Podría una base soteriocéntrica para el diálogo tividad soteriológica", "la ética global," lo humanum...
-la opción por los pobres y las no-personas- proporcio- necesitan referenciarse prioritariamente con los oprimi-
nar los criterios generales que la variedad de religiones dos, los marginados, los privados de poder en el mun-
pueda aceptar para trabajar como base para calificar- do, lo cual significa que estos criterios han sido formu-
se por grados a sí mismas? Hick mismo sugiere un cri- lados y concretizados en la praxis actual de la libera-
terio de "eficacia soteriológica"- aquello que promueva ción de los oprimidos. De otra manera, tales criterios
"la mejor calidad sin límites de la existencia humana, corren el riesgo de hundirse en una teoría ineficaz o en
mejor calidad que se realiza en el paso de estar centra- ideología del Primer Mundo. ¿Pueden las religiones del
do en sí mismo a centrarse en la Realidad"20. Stanley mundo estar de acuerdo en la necesidad y valor de ta-
Samartha defiende que las religiones del mundo pue- les criterios liberadores? La declaración de la Conferen-
den formular una "ética global" o un "consenso de con- cia Mundial sobre Religión y Paz en Kyoto (1970) es una
ciencia" que resultaría ser "una ensalada de frutas re- indicación esperanzadora; entre las convicciones que
ligiosas"... (sino) una serie de principios sobre cómo las religiones "poseían... en común" había "un senti-
compartir poder y recursos tanto con la comunidad miento de obligación de ponerse de parte de los pobres
nacional como entre las naciones de la comunidad glo- y oprimidos contra los ricos y opresores"23.
bal"21. Hans Küng ha propuesto que el primer ingre- Tales criterios soteriocéntricos, aunque se con-
diente en una "criteriología ecuménica" para determi- centran en los pobres y las no-personas, no llevan
nar la "verdadera religión" es lo Humanum, es decir, necesariamente a nueva forma de fundacionalismo o
aquellos "valores y exigencias fundamentales" esencia- a un punto de Arquímedes ético, fuera de la praxis de
les a todo ser humano. "¿No sería posible formular un la liberación y del diálogo. Y como ya se ha subraya-
criterio ético fundamental general que apele a la hu- do, no estamos empezando con absolutos preestable-
manidad común de todos, que tenga su base en lo Hu- cidos. Marjorie Suchocki señala con lucidez la pluri-
manum, lo verdaderamente humano, concretamente formidad compleja y persistente de llegar a u n enten-
en la dignidad humana y en los valores fundamentales dimiento común de la "justicia"24. Los criterios sote-
que le corresponden?"22. riocéntricos, por tanto, son válidos como instrumento
La teología de la liberación de las religiones suscri- heurístico, más que como base definida. Los criterios
b i r á tales sugerencias pero no sin advertirnos que son -qué elementos contribuyen a una liberación plena y
peligrosas por no ser suficientemente específicas. ¿Del auténtica- pueden ser reconocidos solamente en la
Humanum de quién estamos hablando? O, como pre- praxis de la lucha por vencer el sufrimiento y la opre-
guntan persistentemente los teólogos de la liberación: sión, y solamente en la praxis del diálogo. ¿Cuáles
¿Quién es el interlocutor para estos teólogos?. "La efec- son las causas del sufrimiento y de la opresión?
¿Cuál es el mejor modo de eliminarlos? ¿Qué tipo de
20. Ibld. 467, también 461 -464. análisis socio-cultural se necesita? ¿Qué tipo de
21. Courage for Dialogue (Maryknoll. N.Y.:Orbis Books, 1982). 126-167.
22. H. Küng, "What is True Religión? Toward an ecumenical Criteriology",
23. Ibid.
en: L. Swidler (Edit), Toward a Universal Theology of Religión, Orbis
24. Suchocki, In "Search of Justice", en Knitter/Hick, ibidem, pág. 156-160.
Books, Maryknoll, 21988, 231-250.
110/ Paul F. Knitter Un diálogo necesario / 111

transformación o alteración personal de la concienti- céntrico (o budacéntrico, kishnacéntrico, quranocéntri-


zación se requiere? La opción por los pobres no pro- co)27. Cada uno de nosotros tiene puntos de vista pro-
porciona respuestas prefabricadas a estos interro- pios, sus propias perspectivas, o diferentes mediadores.
gantes. Y, sin embargo, el punto de partida para lu- Los criterios según los cuales entendemos el significado
char unidos en busca de respuestas se encuentra en de la liberación o lo que constituye la salvación auténti-
la opción fundamental por los pobres y el compromi- ca o engañosa nos son proveídos por nuestros mediado-
so con los oprimidos. res particulares. Lo Universal, por tanto, ya sea Theos o
Sotena, siempre es experimentado, entendido y seguido
Más aún, como ha indicado Hick, al aplicar los por medio de un símbolo o mediador particular. De nin-
criterios soteriocéntricos de la teología de la libera- guna manera dejamos a Cristo a un lado. Él sigue sien-
ción en el diálogo inter-religioso, no hay que esperar do el camino, la verdad y la vida del cristiano.
que se pueda graduar in globo a toda una religión o
que se puedan categorizar las religiones en una espe- Pero lo que hace que el acercamiento soteriocén-
cie de jerarquía ética25. Como W C Smith ha expues- trico sea diferente del cristocentrismo o del teocentris-
to muy claramente, la realidad de la religión está más mo es el reconocimiento explícito de que antes que el
allá de nuestras ideas racionales, occidentales sobre misterio o Soteria, ningún mediador ni sistema de sím-
la "religión"26. Pero, al aplicar los criterios de la praxis bolos es absoluto. La perspectiva sobre Soteria dada
liberadora, al preguntar, por ejemplo, cómo una por cualquier mediador está siempre abierta a ser cla-
creencia hindú o u n ritual cristiano o una práctica rificada, completada, tal vez corregida por los puntos
budista promueve el bienestar humano y conduce a de vista de los mediadores. Por tanto, de nuevo, el Ab-
soluto, al que todo lo demás está a su servicio y clari-
desterrar la pobreza y a la promoción de la liberación,
ficación, no es la Iglesia, ni Cristo, ni siquiera Dios, si-
se podría llegar a juicios comunes sobre lo que es ver-
no más bien, el reino y su justicia. Y aunque los cris-
dadero o falso -o lo que es preferible- entre las dife-
tianos entienden y se ponen al servicio del reino por
rentes afirmaciones o prácticas religiosas.
medio de Cristo, es precisamente en el buscar primero
Al defender Sotena como fuente de los criterios éti- el reino y su justicia donde todo lo demás se da por
cos para el diálogo inter-religioso, no hay que ser ideo- añadidura, incluyendo u n entendimiento más claro y,
lógicamente ingenuo. Aunque tal vez se esté de acuerdo tal vez, más correcto, del reino y de Cristo.
en general sobre la promoción de la justicia y contra la
opresión, cada religión o tradición entenderá de manera
peculiar qué es lo que Sotena y religión suponen. Aquí, PaulF. Knitter
como Gavin D'Costa ha señalado en su crítica a mi li- Cincinnati, EEUU
bro, cualquier acercamiento teocéntrico o soteriocéntri- Traducido del inglés por: Pedro Rodríguez
co permanece, en cierto modo, inherentemente cristo-
27. Review of No other Ñame? en Modern Theology, 2, 1985. 83-88; cf
también Gavin D'Costa, An Examination of the Pluralistic Paradigm in
25. On Grading Religions, 465-467. the Christian Theology of Religions, en Scottish Journal of Theology, 39,
26. The Meaning and End of Religión. 109-138. 1986,211-224.
El desafío del pluralismo religioso a la teología / 113

sabe, no existe una teología universal del pluralis-


mo religioso, pues toda reflexión teológica implica
una adhesión de fe particular. El camino aquí pro-
puesto se inserta en el horizonte de la reflexión teo-
lógica cristiana, aunque siempre abierto a la pers-
EL DESAFÍO DEL PLURALISMO pectiva global más amplia. En la medida en que tal
RELIGIOSO A LA TEOLOGÍA reflexión viene animada permanentemente por el es-
LATINOAMERICANA píritu dialogal, implica una verdadera simpatía y
empatia por el universo de la alteridad. El ejercicio
de u n a teología cristiana del pluralismo religioso
exige u n a dinámica de acogida de la diferencia, lo
que presupone la conciencia viva de la contingencia
INTRODUCCIÓN y de la vulnerabilidad. El gran desafío del diálogo in-
ter-religioso está en reconocer sin restricción algu-
El pluralismo religioso aparece en este comienzo na el carácter irreductible y irrevocable del otro in-
de siglo como uno de los desafíos más fundamentales terlocutor, con el cual se instaura a búsqueda de u n
para la teología. Se trata de un nuevo paradigma que conocimiento mutuo y de u n recíproco enriqueci-
viene a convocar a la teología a que retome de forma miento.
viva a su dimensión hermenéutica 1 . La conciencia sin- Al situarse bajo el signo del pluralismo religioso,
gular del pluralismo religioso provoca un "nuevo modo la nueva reflexión teológica se ve desafiada a supe-
de hacer teología", ahora contextualizado en una reali- rar una concepción que se restringe al reconocimien-
dad marcada por la dinámica inter-religiosa. La teolo- to del pluralismo de hecho y a avanzar hacia la com-
gía de las religiones pasa a ser comprendida como una prensión de un pluralismo de principio. En esta úl-
"teología hermenéutica inter-religiosa"2. tima dirección, la teología pasa a reconocer y afirmar
En la raíz de esta teología del pluralismo religio- la riqueza y el sentido que la pluralidad de las reli-
giones alcanza en el misterioso plan divino para la
so 3 está la práctica del diálogo inter-religioso. Se
Humanidad. Siguiendo esta línea de reflexión, el
trata de una teología que intenta responder y inter-
pluralismo religioso resulta acogido positivamente,
pretar, en el plano de una elaboración teórica, a la
pues expresa "todas las riquezas de la sabiduría in-
realidad religiosa plural circundante. Pero, como se
finita y multiforme de Dios"4. Antes incluso de que
1. C. Geffré, Croire et interpreten le tournant herméneutique de la théo-
los seres humanos se pusieran a la búsqueda del
logie, Cerf, Paris2001. 9. misterio de Dios, este mismo misterio ya los había
2. J. Dupuis, // cristianesimo y le religioni: dallo scontro aH'incontro, Que- abrazado en su infinita misericordia. La realidad de
riniana Brescia 2001. 34.
3. Este es el término hoy más preciso para tratar el tema, aunque tradi-
cionalmente se ha hablado más de teología de las religiones. En es- 4. Secretariado para os Náo-Cristáps, A Igreja e as otras religióes. Pauli-
te trabajo los dos términos serán adoptados, siendo el segundo apli- nas, Sao Paulo 2001, n. 41 (Documento Diálogo e Missáo).
cado, sobre todo, al exponer la historia de esta reflexión teológica.
114/ Faustino Teixeira
El desafío del pluralismo religioso a la teología / 115
este pluralismo religioso encuentra, así, "su funda-
mento primario en la superabundante riqueza y va- ter Berger mostró cómo la situación pluralista en-
riedad de las auto-manifestaciones de Dios a la hu- gendró no solo la "era del ecumenismo", sino tam-
manidad. La iniciativa divina de auto-comunicación, bién la "era de los redescubrimientos de las heren-
'muchas veces y de modos diversos', y su 'recepción' cias confesionales" 6 . Ante la situación de inseguri-
y codificación en diversas tradiciones, están en el dad provocada por el pluralismo, así como ante el te-
origen de la pluralidad de las religiones"5. mor de relativización que con él se relaciona, se tien-
de en algunos casos a concentrarse en las diferen-
El reconocimiento y la apertura al pluralismo de cias confesionales, como la garantía que mantendría
principio no se dieron sin resistencias ni dificulta- la identidad amenazada. Tal preocupación aparece
des. Sobre todo en estos tiempos de agudizamiento de forma viva en la declaración Dominus lesus, de la
de las identidades y de radicalización etnocéntrica, Congregación para la Doctrina de la Fe7. En la lógica
innumerables obstáculos se contraponen al esfuerzo de la defensa de la identidad encaja perfectamente la
teológico de pensar el pluralismo religioso de una distinción establecida por la declaración entre fe teo-
forma más rica y abierta. El dato del pluralismo pro- logal y creencias (DI 7) y la negación del pluralismo
voca una crisis en las estructuras de plausibilidad religioso de principio (DI 4)8.
que tratan de asegurar el nomos de las identidades
singulares y de las comunidades de sentido. Su inci- En sentido diverso, el camino dialogal propuesto
dencia sobre los sistemas de creencia suscita inse- por la teología del pluralismo religioso implica no solo
guridad intelectual y afectiva, en la medida en que el reconocimiento de la diferencia genuina que marca
rompe los diques de protección territorial y convoca las diversas tradiciones religiosas, sino también su ri-
al ensanchamiento de las fronteras. El recelo de la queza, como realidades verdaderamente preciosas. Hay
relativización y de la desustancialización de los con- que honrar esta alteridad en su especificidad peculiar.
tenidos religiosos acciona el deseo de más seguridad, Y honrar la alteridad es ser capaz de reconocer el valor
de estabilidad y fundamentación, provocando, así, y la plausibilidad de un pluralismo religioso de derecho
reacciones defensivas y / u ofensivas contra el univer- o de principio. Este desafio fue asumido de forma viva
so de la alteridad. por la teología del pluralismo religioso y aparece ahora
como un camino enriquecedor para la ampliación de
Al abordar la cuestión del pluralismo religioso, horizontes de la teología de la liberación.
en una obra clásica de la sociología da religión, Pe-
6. P. Berger, O dossel sagrado, Paulinas, Sao Paulo 1985, 159.
5. J. Dupuis, // crístianesimo... op.cit., 469. Los teólogos asiáticos fueron 7. Congregación para la Doctrina de la Fe. Declaración Dominus lesus,
pioneros en este reconocimiento del pluralismo de principio. En un Paulinas, Sao Paulo 2000 (Aquí siglada cómo DI).
bello documento de los obispos de la India, de 1969, se afirmaba: 8. Según la declaración Dominus lesus, la fe' teologal consiste en la
"Las otras religiones no son muros a atacar o abatir. Constituyen una "aceptación de la verdad revelada por Dios Uno y Trino"; ya la creen-
morada del Espíritu que nosotros todavía no hemos visitado; son re- cia en las otras religiones traduce "la experiencia religiosa todavía a
ceptáculos de la Palabra de Dios que nosotros hemos optado por ig- la búsqueda de la verdad absoluta y todavía sin el asentimento a
norar". F. A. Machado, Diventare un'autentica chiesa lócale: fare Dios que se revela" (DI 7). Se trata de una distinción que viene a con-
teología nell'Asia del Sud. En: Varios, Teología delle religioni: bilancie firmar la adhesión a la teología del acabamiento, que busca marcar
prospettive, Paoline, Milano 2001, 169. de forma nítida la diferencia sustancial entre el Cristianismo y las otras
religiones.
116/ Faustino Teixeira El desafío del pluralismo religioso a la teogía / 117

1. LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN ANTE EL Como se puede ver, la teología de la liberacióíi


PLURALISMO RELIGIOSO confiere un lugar muy importante a la historia como
lugar de la revelación del misterio de Dios, así como
al pobre en cuanto destinatario privilegiado de su
La teología da liberación nace en torno al año acción. No hay cómo negar en la teología de la libe-
1968, buscando una doble fidelidad: al Dios de la vida ración la presencia del mundo del otro 12 , pero este
y al pueblo latinoamericano. Nace como una nueva ma- otro está concentrado en la figura del pobre, del
nera de hacer teología, entendida como una "reflexión oprimido y de las clases explotadas. Escapa del in-
crítica de la praxis histórica a la luz da Palabra"9. La terés inmediato de la teología de la liberación, sobre
atención decisiva de esta teología se dirige al devenir todo en las dos primeras décadas de su afirmación,
histórico de la humanidad, que es situado en el hori- u n a apertura más decisiva para la cuestión de las
zonte salvífico. Se rompe con la idea de dos historias, otras tradiciones religiosas. En su tesis doctoral,
una sagrada y otra profana, que correrían paralelas, y realizada en 1969, el teólogo Leonardo Boff llegó a
se acentúa la unidad de una sola historia cristofinaliza- tratar el tema en uno de los capítulos de su trabajo:
da. Según la teología de la liberación, la acción salvífi- la Iglesia como sacramento y las religiones de la tie-
ca de Dios está presente en todo proceso histórico que rra 13 . Con base en la reflexión de H.R. Schlette, L-
trabaja en favor de la dignificación del ser humano. Boff acentúa la significación salvífica de las religio-
La dinámica reflexiva de la teología de la liberación nes mundiales como "caminos ordinarios" para Dios
es iluminada por la perspectiva del pobre y de su libe- y reconoce la presencia de la gracia en las religiones
ración. Si cada ser humano es el "templo vivo de Dios", concretas. Este autor reconoce las religiones como
es en el encuentro y compromiso con él y su devenir fenómeno histórico-salvífico y destaca la importan-
histórico como se realiza el encuentro con Dios10. Pero cia del pluralismo de las religiones. Tal pluralismo
lo decisivo es el encuentro con el pobre y con el opri- no es visto como expresión de confusión o caída, si-
mido, pues éstos son los privilegiados del Reino de no como signo "de la riqueza del ser humano, de s u s
Dios. Conforme a la visión de la teología da liberación, experiencias y interpretaciones de la realidad, lo
el crecimiento del Reino de Dios acontece mediante el que incluye la religión en cuanto respuesta del ser"
proceso histórico liberador, lo que no significa que es- humano a la iniciativa salvadora de Dios {...). Así,
te proceso agote la realidad del Reino, que es ante to- las religiones son caminos ordinarios de salvación
do un don". en dirección a Dios con base en la historia de la sal-
vación sacramentaría general"14. La reflexión de L.
9. G. Gutiérrez. Teología de la liberación. Perspectivas, Ediciones
Sigúeme, Salamanca l31987, 38.
10. Ibidem, 162. 12. G. Gutiérrez, A torga histórica dos pobres, Vozes, Petrópolis 1981, 69.
11. J. Sobrino, "Jesucristo liberador. Lectura histórico teológica de Jesús 13. L. Boff, Die Kirche ais Sakrament im Horizont der Welterfahrung, Verlag'
de Nazaref. Editorial TROTTA, Madrid 31993. 171. La teología de la Bonifacius-Druckerei, Paderborn 1972. El citado capítulo está siendo
liberación toma muy enserio la dimensión esencialmente histórica del publicado en la revista Numen del programa de pos-graduación en
reino de Dios. Esto significa que no deja su aparición para el Anal de ciencia de la religión d a UFJF, con un post scriptum del mismo autor.
la historia, aunque solo al final se dará su plenitud, sino que insiste en 14. L Boff, A Igreja como sacramento e as religióes da térra, art. cit., mi-
su realización actual en el presente de la historia. meo, 10.
El desafío del pluralismo religioso a la teología / 119
1 1 8 / Faustino Teixeira
de aparecer como lugar exclusivo de salvación. To-
Boff, en esta ocasión, todavía estaba marcada por
da la dinámica eclesial es enmarcada en la referen-
cierta perspectiva eclesiocéntrica. Hay u n reconoci-
cia fundamental al Reino de Dios, y es orientada ha-
miento de la sacramentalidad general en las religio-
cia el compromiso con el ser humano, en particular
nes, pero se reconoce igualmente u n a sacramentali-
con el pobre. La Iglesia es situada, así, en el hori-
dad especial, que traduce la experiencia de la gracia
zonte más amplio de la obra salvífica16. Aun recono-
de forma más cualificada en Israel y en el Cristia-
ciendo que tal planteamiento abrió u n a perspectiva
nismo. Para Boff, el Cristianismo traduciría "de u n
nueva de comprensión eclesiológica, hay que resal-
modo más perfecto la gloria de Dios y su auto-entre-
tar la permanencia de u n a cierta dinámica todavía
ga a los seres humanos en la forma de la grandeza,
eclesiocentrada en textos específicos de teólogos de
de la victoria y del señorío sobre la historia de la no-
la liberación, que puede ser comprendida en cuanto
salvación, y al mismo tiempo én la forma de abaja-
experiencia existencial de fe, celebrada en u n a co-
miento, del poder sufrir y morir, como se mostró en
munidad dada, pero que no puede ser unlversaliza-
J e s ú s de Nazaret"15.
da como experiencia objetivante. En el ámbito de la
Bajo el influjo del Concilio Vaticano II (1962- actual situación de pluralismo religioso se torna
1965), la teología de la liberación acentuará la com- complejo mantener, por ejemplo, u n a terminología
prensión de la Iglesia como sacramento y signo. En que identifica a la Iglesia como el punto casi culmi-
cuanto sacramento de la salvación en el mundo, la nante de la densificación del Reino' 7 .
Iglesia es convocada a vivir en profunda fidelidad al
evangelio, señalando en la historia los valores fun- Al hacer una retrospectiva de la teología de la li-
damentales del Reino de Dios y del sueño de J e s ú s beración en estas últimas tres décadas, se puede
en favor de una sociedad más justa, fraterna y soli- ver cuánta atención preferencial de la reflexión re-
daria. En la teología de la liberación se da una pers- cayó sobre la cuestión del pobre y de su liberación.
pectiva de "descentramiento" de la Iglesia, que deja Estos fueron los temas que le confirieron su especi-
ficidad y su pertinencia. En nombre de esta especi-
15. Ibidem, 9. Esta perspectiva retorna, aunque de forma un poco más ficidad se trató de mantener fidelidad a los caminos
matizada, en otros libros del autor: "La gracia que empapa el mun-
do, alcanzó en Jesucristo y en su comunidad (la Iglesia) su expresión
recorridos, incluso cuando la reflexión teológica
sacramental más densa": Id, A graca libertadora no mundo, Vozes, apuntaba a la necesidad de abrir nuevos horizontes.
Petrópolis 1976, 148; "La Iglesia constituye (...) una élite cognitiva, con
una conciencia más profunda de la realidad salvadora presente en
Con respecto a la teología de la liberación,
el mundo, y afecta a todos": Id, Teología do cativeiro e da libertacáo,
Vozes, Petrópolis 1980, 209. En el post scriptum al capítulo de su tesis
16. G. Gutiérrez, Teología de la liberación, op.cit., 199-226.
doctoral, escrito en 2000, L. Boff reconoce que su visión teológica en
aquel momento era todavía "rehén de la visión católica", o sea, una 17. Ver por ejemplo la reflexión de C. Boff sobre los grados de eclesiali-
visión que "parte de que la Iglesia, como dato indiscutido, tiene, ella d a d . C. Boff, Comunidade eclesial comunidad política, Vozes, Petró-
sola, la plenitud de los medios de salvación. Por eso ella representa la polis 1978, 56. Según C.Boff, es necesaria una significativa densifica-
culminación no sobrepasada ni sobrepasable del designio de Dios". ción del Reino para que la Iglesia merezca plenamente el nombre de
L. Boff lanza una pregunta: en qué medida esta visión tiene algo de Iglesia: una Iglesia madura y entera, aunque no completa y perfec-
narcisismo eclesial, o sea, de una Iglesia que "en los otros solo se ve a ta, d a d o que se encuentra siempre bajo la reserva escato/ógica. Pe-
sí misma". En realidad, concluye, "ella no reconoce la alteridad co- ro esta Iglesia madura -dice- está "pertrechada con la plenitud de
mo alteridad". los medios de salvación": Ibidem, 56.
120 / Faustino Teixeira
El desafío del pluralismo religioso a la teología I 121
hubo muchas resistencias a entrar por
de la liberación 20 . Una tendencia similar tiene lugar
estos nuevos caminos, violentando los temas,
con la preocupación de rescatar el trazo liberador de
reduciéndolos de alguna manera a la cuestión
la religiosidad popular y el ejercicio de "purificarla"
de los pobres. Es la impresión que daba, en de sus elementos "alienadores" u "opresores" 21 . Se
un primer momento, la tentativa de revitalizar trata de una perspectiva que tuvo incidencia direc-
la 'opción por los pobres' con la problemática ta en documentos del episcopado latinoamericano y
del negro, del indio y de la mujer. O, de forma de otros de Iglesias locales. En el Documento de
más explícita, no reconociendo la relevancia Puebla, los obispos latinoamericanos subrayan:
de otras perspectivas aparentemente no libe-
radoras, como la de la modernidad, la de las Por falta de atención de los agentes de
culturas o la de las religiones18. pastoral y por otros factores complejos, la re-
ligión del pueblo muestra en'ciertos casos
Una dificuldad particular se dio en el campo de señales de desgaste y de deformación: apa-
la relación con las religiones. Los autores que se vie- recen sustitutos aberrantes y sincretismos
nen dedicando al tema de la religión popular en la regresivos22.
teología de la liberación, reconocen que faltó u n em-
peño más decisivo en esta área, no solo con respec- La posición prevalente en este campo, funda-
to a la cuestión ecuménica, sino sobre todo en el mentada en la reflexión teológica de ese período,
ámbito del diálogo con el mundo religioso alternati- acentuaba siempre la necesidad de la acogida de los
vo del Continente 19 . Eso no significa que el tema de elementos liberadores de la religiosidad popular.
la religión no haya entrado en el repertorio de la teo- Una posición que se mantenía todavía rehén de u n a
logía de la liberación, pero la reflexión hecha sobre perspectiva de apertura limitada al horizonte de la
el mismo trataba siempre de subrayar sus rasgos de alteridad religiosa. Esta cuestión tal vez mereciese
u n tratamiento teológico más profundo. Las dificul-
ambivalencia. De forma explícita o más matizada,
tades de la teología con la religión son antiguas, pe-
en general, se procuraba contrastar la religiosidad
ro cabe destacar un momento importante, como u n
popular y la fe liberadora. Hay ejemplos de ello, de
punto de referencia de esta cuestión, en el influjo
forma muy evidente, en los pioneros de la teología
del teólogo Karl Barth, que estableció de forma de-
cisiva la oposición entre religión y revelación. Por
18. Puebla. La evangelización en el presente y en el futuro de América intermedio de J e a n Daniélou esta oposición penetró
Latina. Edicione TRÍPODE, Caracas '2000, N° 453. en el campo católico, dando inicio a lo que se vino a
19. D. Irarrázaval, Vertientes teológicas actuales. Balance desde a b a -
jo, adentro, adelante. In: : L.C. Susin (org.), O mar se abriu..., 101. llamar teología del acabamiento (o cumplimiento).
Para Irarrázaval, hay una " d e u d a eclesial" de la teología c o n res-
pecto a la fe del pueblo. Subraya que "la teología d e la liberación
escasamente tomó en serio la compleja y maravillosa trayectoria 20. A. Pieris, El rostro asiático de Cristo, Sigúeme, Salamanca 1991, 100.
religiosa d e nuestros pueblos": Id, Religióes do povo e sua teolo- 21. J. B. Libánio, Teología da libertacáo: roteiro didático para um estudo,
gía. En: Susin, L. Carlos (ed.). El mar se abrió. Treinta años de teolo- Loyola, Sao Paulo 1987, 279.
gía en América Latina, Presencia teológica 111, Santander: Sal Te- 22. III Conferencia General del Episcopado Latino-Americano. La
rrae, 2001. evangelización en el presente y en el futuro de América Latina,
Puebla, 1979, n° 452.
122 / Faustino Teixeira El desafío del pluralismo religioso a la teología / 123

Tal vez podemos señalar u n a dificultad presente en étnica, que no puede ser reducida a la cuestión de
ciertos autores de la teología de liberación, en per- la clase social, o sea, a la percepción de otros pla-
cibir la positividad de las religiones, una cierta he- nos de la opresión social. En sintonía con la refle-
rencia de esta reflexión que hizo y hace todavía es- xión sobre la cuestión indígena, otros teólogos in-
cuela. Cuando la declaración Dominus Iesus esta- trodujeron en la reflexión teológica latinoamericana
blece firmemente la distinción entre fe teologal y la problemática de la inculturación. En la misma
creencia, está manifestando esta herencia y confe- pista abierta por los teólogos que trabajaban tales
sando su dificultad para reconocer el valor de reve- cuestiones, puede ser igualmente mencionado el
lación en otras experiencias religiosas. Pero también aporte traído por los teólogos y pastoralistas que de-
teólogos de la liberación manifiestan una dificultad sarrollaron la problemática de la teología de las re-
semejante al mantener la distinción entre experien- ligiones afro en Brasil24.
cia de fe (teología) y experiencia de lo sagrado (reli-
gión). Mientras la primera experiencia indicaría el El impulso decisivo vino, sin embargo, de los de-
camino de Dios a los seres humanos, la segunda ex- sarrollos de la espiritualidad de la liberación. Con la
presaría el camino de los seres humanos hacia reflexión y, sobre todo, con la práctica de esta espi-
Dios23. Como se puede percibir, el desafío de cómo ritualidad se fortaleció un clima decisivo de apertu-
vivir la eclesialidad en u n a América Latina pluri-re- ra y acogida de la diversidad, de sensibilización a la
ligiosa sigue siendo una tarea abierta. gratuidad y de disponibilidad al don del Dios siem-
pre mayor. Una expresión de este nuevo momento
Es sobre todo a partir de la década de los 90 fue la realización del I Encuentro de la Asamblea del
cuando la teología de la liberación tratará de res- Pueblo de Dios, realizada en Quito (Ecuador), el año
ponder de forma más madura al desafío de la acogi- 1992. En esta importante Asamblea se consagró la
da de la diversidad. La primera incidencia de esa te- idea del "macroecumenismo". Un nuevo término pa-
mática ocurrió a partir de los autores que trabaja- ra expresar la nueva conciencia de u n ecumenismo
ban la cuestión indígena y el tema de la incultura- caracterizado por la universalidad del pueblo de
ción. Nombres importantes como Diego Irarrázaval, Dios: el pueblo de Dios son muchos pueblos. Un
Paulo Suess, Xavier Albo, Bartolomeu Meliá, entre nuevo ecumenismo que se dispone a "abrazar con
otros, fueron pioneros en la afirmación de la singu- muchos más brazos y muchos más corazones al Dios
laridad del indio como otro, de la especificidad de su único y mayor"25. Vale la pena destacar la presencia
experiencia de Dios y de la peculiaridad exigida pa- de experiencias y reflexiones bien abiertas y orienta-
ra el tratamiento de esta cuestión en la teología de das al macroecumenismo hoy en Brasil, que ganan
la liberación. La nueva reflexión ayudó a ampliar la
visión de la teología de la liberación. Se abre, enton- 24. Para mayores detalles cf. F. Teixeira, A interpelacáo do diálogo inter-
religioso para a teología. En: L.C. Susín (org.). Sarga ardente. Paullnas-
ces, espacio para la percepción de la especificidad /SOTER, Sao Paulo 2000. 421-429.
25. Manifiesto del I Encuentro de la Asamblea del Pueblo de Dios. En: F.
23. J. B. Libanio, Religiáo e teología d a libertacáo. En: LC.Susin (org.). Sar- Teixeira. O diálogo ínter-religioso como afirmacáo da vida. Paulinas.
ga ardente. op. cit., 81-85. Sao Paulo 1997, 150.
124 / Faustino Teixeira
El desafío del pluralismo religioso a la teolooh / / 125
expresión viva entre autores como Pedro Casaldáliga
2. LA ACOGIDA DEL PLURALISMO RELIGIOSO EN LA
y Marcelo Barros 26 .
TEOLOGÍA DE LAS RELIGIONES
Con ocasión de la presentación de u n a nueva
edición de su teología de la liberación, el teólogo
La teología de las religiones o del pluralismo re-
Gustavo Gutiérrez escribió u n largo prólogo donde
ligioso constituye u n campo nuevo de reflexión y su
hace un balance de la teología de la liberación. En
estatuto epistemológico va siendo definido progresi-
su visión, en los últimos años, el itinerario de esta
vamente. Se trata de un fenómeno típico de la mo-
teología vino enriquecido por u n a ampliación de la
dernidad plural, que provoca la crisis de las "estruc-
perspectiva. Subraya en particular la importancia
turas cerradas" y convoca a "sistemas abiertos de
del diálogo establecido con 'otras teologías, que ayu-
conocimiento" 29 . La originalidad de esta dinámica
dó a ampliar "la comprensión del mundo del pobre", 'teológica solo comenzó a esbozarse en el siglo XX,
así como a captar, comprender y valorar mejor "as- cuando la teología cristiana asume la perspectiva de
pectos de nuestro pueblo que habían permanecido u n a singular relación con otras religiones. Bajo el
en la oscuridad de u n a teoría poco o nada correla- influjo de las ciencias de la religión, que proporcio-
cionada con la práctica" 27 . Como uno de los desafíos naron preciosos elementos para un análisis más ob-
contemporáneos fundamentales para la teología de jetivo de las religiones, la teología cristiana puede
la liberación, Gutiérrez apunta al pluralismo religio- confrontarse de manera más positiva con la realidad
so y al diálogo inter-religioso. Se trata para él de del pluralismo religioso. La especificidad de una teo-
u n a "cuestión determinante para la fe cristiana" en logía de las religiones se traduce en la búsqueda de
el momento actual. Un desafío que se presenta co- la comprensión del significado del pluralismo reli-
mo delicado y complejo, nuevo y exigente28. gioso en los designios de Dios para la humanidad.
26. P. Casaldáliga. O macroecumenismo e a proclamacáo do Deus da De entre los pioneros que apuntaron a horizon-
vida. En: F. Teixeira, O diálogo inter-religioso como afirmacáo da vida,
op.cit., 31-38; P. Casaldáliga - J.M° Vigil, Espiritualidad de la libera-
tes decisivos para el inicio de una reflexión más po-
ción. Centro Bíblico Verbo Divino, Quito 1992, 233-241. M. Barros, O sitiva del Cristianismo con respecto a las religiones
sonho da paz, Vozes, Petrópolis 1996. Una de las experiencias más
¡novadoras en curso hoy en Brasil en este campo está asociada al
pueden ser destacados los nombres de Paul Tillich
nombre de Marcelo Barros. Se trata de la experiencia de macroecu- (1886-1965) y Karl Rahner (1904-1984). En un am-
menismo vivido y celebrado en el Monasterio de la Anunciación de
Goiás (GO). biente todavía marcado por la fuerte presencia de la
27. G. Gutiérrez, Teología da //bertacáo. Loyola, Sao Paulo 2000, 13 y 19. teología de Karl Barth y de su visión pesimista so-
Ver también: J.l. González Faus, Los.pobres al centro. En: L.C. Susin bre las religiones, el teólogo Paul Tillich, sobre todo
(Org.), Omarseabriu, op.cit., 197.
28. G. Gutiérrez, Situación y tareas de la teología de la liberación. En: en los años finales de su vida, inaugura en el ámbi-
L.C. Susin (org.). Sarga ardente, Paulinas/SOTER, Sao Paulo 2000, 55- to protestante u n a reflexión mucho más positiva so-
57. Para Gutiérrez, el trabajo teológico deberá afrontar este tema,
entendiéndolo como una señal de los tempos, buscando discernir bre el tema. En el desarrollo de u n importante viaje
en él, "a la luz de la fe, el nuevo campo hermenéutico que le es pro- realizado a Japón, Paul Tillich pasa a desarrollar un
porcionado para pensar la fe y para un hablar de Dios que tenga
algo que decir a las personas de nuestro tiempo": ibidem, 52.
29. P. Berger, Rumor de anjos. 2a ed„ Vozes, Petrópolis 1997, 45.
El desafío del pluralismo religioso a la teología / 127
126 / Faustino Teixeira
da por Dios al ser humano en Jesucristo" 33 . En el es-
creativo trabajo teológico a propósito de la cuestión pacio abierto de esta renovación teológica tuvieron
del Cristianismo y el encuentro con las religiones
lugar las primeras tentativas sistemáticas de plan-
mundiales. Este trabajo comienza hacia 1961. En
tear la cuestión de u n a teología de las religiones, co-
un texto sobre el significado de la historia de las re-
mo es el caso del libro de Heinz Robert Schlette, Las
ligiones para el teólogo sistemático 30 , Tillich cuestio-
religiones como tema de la teología, publicado en
na la comprensión barthiana de la religión, que aca-
ba provocando la escisión entre la religión verdade- 1963 34 .
ra (vera religio) y las falsas religiones (religiones fál- La teología de las religiones naciente seguirá u n
sae). Para Barth, solamente el Cristianismo estaría itinerario marcado por u n a gran diversidad de pers-
habitado por u n a auténtica experiencia de revela- pectivas. Se tiende, en general, a sintetizar estas
ción. Las otras religiones expresarían únicamente perspectivas en tres grandes líneas: exclusivismo,
u n a tentativa humana e inconsistente por alcanzar inclusivismo y pluralismo, aunque tal terminología
a Dios. Reaccionando a tal perspectiva, Tillich seña-
encuentre resistencia en determinados autores. No
la que "las experiencias reveladoras son universal-
viene aquí al caso entrar en mayores detalles sobre
mente humanas" y que la dinámica reveladora y sal-
cada una de ellas, lo que ya ha sido realizado exten-
vífica habita en todas las religiones31. En otro texto
samente en la reflexión sobre el tema35. Lo que im-
sobre el diálogo entre cristianos y budistas, Tillich
retoma su argumentación, reforzando la idea de que porta ahora es tratar de captar el movimiento de
el diálogo entre las religiones solo puede darse real- abertura de la reflexión teológica al pluralismo reli-
mente cuando se reconoce el valor de la convicción gioso. La provocación más decisiva vino de la pers-
del otro y que ésta "se funda en u n a experiencia de pectiva pluralista, con J o h n Hick y Paul Knitter, en-
revelación"32. En el ámbito católico, será Karl Rah- tre otros. Ellos reaccionan sobre todo frente a los
ner quien rompa los límites de una reflexión estre- teólogos inclusivistas, que aun reconociendo los va-
cha sobre la relación del Cristianismo con las otras lores espirituales de otras religiones, continúan
religiones. Marcando una diferencia sustantiva con afirmando, aunque sea implícitamente, la superiori-
respecto a la teología del acabamiento, defendida
33. K. Rahner, Cristianesimo e religioni non cristiane. En: Saggi di antropo-
por teólogos como Daniélou y Henri de Lubac, el logía sopranaturall Paolíne, Roma 1975, 545. Esta tesis de Rahner rea-
teólogo Karl Rahner indica que las diversas religio- parecerá en el decreto Ad gentes (n. 9) del Concilio Vaticano II: "Lo
nes no presentan solamente elementos de u n a que de verdad y gracia hay en el corazón y en el espíritu de los hom-
bres o en los ritos y culturas proprias de los puebos, no solo no se pier-
creencia natural en Dios, sino que traen consigo de, sino que es purificado, elevado y consumado para gloria de
"sustanciales trazos sobrenaturales de la gracia da- Dios".
34. Con este autor se introduce en la reflexión la distinción: las religio-
nes c o m o caminos legítimos y ordinarios d e salvación y la Igreja co-
30. P. Tillich, // futuro delle religioni. Queriniana, Brescia 1970. 117-137 (la mo camino extraordinario de salvación. Esta tesis, que encontrará
versión original es d e 1966). Infelizmente, Tillich no tuvo tiempo para viva resistencia en el aula conciliar, será sustancialmente invertida
elaborar una reflexión más sistemática sobre el diálogo inter-religioso, en la exhortación apostólica Evangelü nuntiandl de Paulo VI (cf. EN
pues murió poco después. Su intención era renovar toda su teología n. 80).
sistemática sobre la base de este nuevo desafío. 35. Para una síntesis cf. F. Teixeira, Teología das religióes. Paulinas, Sao
31. Ibidem, 118. Paulo 1995.
32. P. Tillich, Le christianisme et les religions, Aubier, Paris 1968, 133.
128 / Faustino Teixeira
El desafío del pluralismo religioso a la teología / 129
dad final del Cristianismo. Para los inclusivistas, la
salvación, donde quiera que acontezca, es siempre fred (de entre los indios)38. Este nuevo modelo de refle-
salvación cristiana. Sintetizando la postura plura- xión teológica sobre el pluralismo religioso obtiene una
lista, Hick indica que su peculiaridad se encuentra nomenclatura diversificada. Se habla de "inclusivismo
en el reconocimiento de la "validez de todas religio- abierto", "inclusivismo mutuo", "inclusivismo recípro-
nes mundiales como contextos auténticos de salva- co", "pluralismo receptivo", "pluralismo inclusivo", etc.
ción/liberación, los cuales no son secretamente de- Pero en general se comparte la misma convicción so-
pendientes de la cruz de Cristo"36. bre el valor del pluralismo de principio y del carácter
irreductible e irrevocable de las tradiciones religiosas.
Sin desconocer toda la complejidad que rodea el
tema, hay hoy un grupo de teólogos católicos que tra- El desafío dialogal de la acogida de un pluralismo
tan de responder positivamente al desafío de la diver- de principio aparece en inumerables autores de la teo-
sidad de las religiones para el Cristianismo, sin rom- logía de las religiones. Se puede comprobar que este
per radicalmente con el inclusivismo, pero aceptando tema adquirió una expresión más viva donde la tradi-
la interlocución fecundante del pluralismo. De forma ción cristiana se encuentra en situación de minoría
todavía más precisa, se trata de teólogos que expresan cognitiva, como en el caso de la India. Los teólogos
su insatisfacción ante la forma como el tema viene asiáticos fueron pioneros en esta reflexión y su influjo
siendo tratado tanto en el horizonte del inclusivismo se hizo sentir de forma expresiva en los documentos de
cristocéntrico como en el horizonte del pluralismo teo- la Federación de las Conferencias Episcopales Asiáti-
céntrico. De entre los autores más representativos de cas (FABC). De entre los teólogos indios, Raimundo Pa-
esta nueva perspectiva pueden ser elencados: Jacques nikkar ha sido uno de los pioneros en esta evaluación
Dupuis, Christian Duquoc, Claude Geffré, Edward positiva del pluralismo religioso. Ya es de vieja data su
Schillebeeckx, Andrés Torres Queiruga, Joseph A. Di- defensa de un pluralismo de derecho. Para Panikkar,
Noia, John B. Cobb, David Tracy, Michael von Bruck no se puede captar la riqueza de la experiencia huma-
(de entre los europeos y americanos)37; Michael Amala- na minusvalorando o negando la realidad de la diver-
doss, Raimundo Panikkar, Aloysius Pieris, Félix Wil- sidad. Para él, "el pluralismo es una de las experien-
cias más enriquecedoras que la conciencia humana
36. J. Hick, A metáfora do Deus Encarnado, Vozes, Petrópolis 2000, 121.
puede acoger", pues es ella la que favorece la percep-
y continúa: "aquellos de entre nosotros que a b o g a n por esta posi-
ción pluralista lo hacen porque nos parece más realista, en térmi- 38. Hay que resaltar la resistencia impuesta por los teólogos asiáticos al
nos religiosos, que las alternativas más antiguas. Pues vemos que esquema occidental de caracterización de la teología de las religio-
dentro de c a d a una de las grandes tradiciones, en aquello que nes en exclusivista, inclusivista y pluralista. Para ellos, este esquema es
ellas tienen de mejor y más o menos en la misma proporción, se muy simplificado y reductor. Véase por ejemplo la crítica hecha al
realiza la transformación salvífica de la vida humana...": Ibidem, mismo por A. Pieris: Liberación, inculturación, diálogo religioso: un
122. nuevo paradigma desde Asia, Verbo Divino, Estella 2001, 259. Para los
37. Un buen planteamiento sobre los desdoblamientos actuales de la teólogos indios, en particular, el esquema inclusivista que tiende a re-
teología de las religiones puede ser encontrado en la obra de Moni- lacionar el valor salvífico de las religiones con la fe implícita en Jesu-
que Aebischer-Crettol, Vers un oecuménisme interreligieux: jalons cristo no gana gran acogida, ya que no corresponde a la experien-
pour une théologie chrétienne du pluralisme religieux, Cerf, Paris 2001 cia real vivida por los creyentes de otras tradiciones. Cf. Georgo
(sobre todo 317-629). Gispert-Sauch. La teologia indiana dopo il Vaticano II. Rassegna di
Teología, v. 42, n. 1, 2001, 24.
130 / Faustino Teixeira El desafío del pluralismo religioso a la teología / 131

ción de la importancia de la acogida de la contingen- 3 . TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN Y TEOLOGÍA DE LAS


cia39. RELIGIONES: PECULIARIDADES Y CONVERGENCIAS

En el ámbito del magisterio católico, los primeros


movimientos de apertura en esta dirección fueron rea- Uno de los importantes desafios llevados a cabo por
lizados por las reflexiones producidas por la FABC, na- la Asociación Ecuménica de Teólogos/as del Tercer
cida en 1970. Ya en la Primera Asamblea Plenaria de Mundo (EATWOT, o ASETT por su sigla en castellano)
la FABC, realizada en Taiwán en abril de 1974, los fue el establecimiento de una mayor aproximación y
obispos asiáticos subrayaron el valor positivo de las diálogo entre la teología de la liberación y la teología de
otras tradiciones religiosas en el plan divino de la sal- las religiones. De hecho, mientras la teología de la libe-
vación, en cuanto portadoras de un "patrimonio de ex- ración estuvo más centrada en la cuestión de los po-
periencias religiosas". Esta tendencia de apertura será bres, del sufrimiento y de la injusticia, la teología de las
afirmada en los documentos posteriores de esta Fede- religiones buscaba responder al desafio del pluralismo
ración y de sus organismos conexos. Se destaca como religioso. En los primeros diez años de su existencia, es-
preocupación constante de la FABC la apertura al plu- ta Asociación teológica estuvo más bajo el influjo da teo-
ralismo religioso y su articulación con la historia de la logía de la liberación. Merece la pena recordar igual-
salvación. Se habla de "pluralismo receptivo", indican- mente que los teólogos de la liberación tuvieron gran in-
fluencia sobre muchos teólogos de las religiones. La
do la dinámica inter-relacional y de complementaridad
nueva generación de teólogos de India, que ha marcado
que está en vigor entre las religiones en el único plan
el desarrollo de la reflexión sobre el pluralismo religioso,
salvífico. Para el magisterio asiático, la variedad de las
ha recibido un gran influjo tanto del Vaticano II como de
culturas y religiones es vista como "manifestación de
la teología de la liberación. Estos teólogos "acogieron
la infinita riqueza del Dios de todos los seres huma- con particular interés los nuevos modelos de pensa-
nos", que durante toda la historia llenó de atención y miento teológico y de praxis pastoral de América Latina.
cuidado el caminar diversificado de los pueblos. Reto- Inmediatamente después del Concilio, Gustavo Gutié-
mando esta misma sensibilidad, el breve documento rrez se vuelve un nombre familiar y su texto fundamen-
del entonces Secretariado para los No-Cristianos sobre tal sobre la teología de la liberación (1971) encuentra
la Iglesia y las otras religiones (DM-1984) introducirá ávida acogida"40. Durante la década de los 80, habrá un
en el ámbito más oficial este posicionamiento de gran
apertura a la realidad del pluralismo religioso, ponien- 40. G. Gispert-Sauch, La teología indiana dopo ¡I Vaticano II, art. cit., 11.
do de relieve la visión de la inmanencia universal de Para un estudio más detallado sobre el itinerario de la teología india
cf. José Kuttianimattathil. Practice and Theology of Interreligious Dialo-
Dios en mundo. gue. A critica! Study of the Indian Christian attemps since Vatican II,
Kristu Jyoty Publications, Bangalore 1995 (se trata de una tesis doctoral
defendida en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma). Influjo
semejante se dio entre otros teólogos de las religiones, como Paul Knit-
ter: "La teología de la liberación se volvió para m i n o un mero 'nuevo
39. R. Panikkar, Entre Dieu et le cosmos, A. Michel, Paris 1998, 166. Ver tam- método', sino la ocasión para comprender el significado de la religión
bién: Id, Sobre el dialogo intercultural. Editorial San Esteban, Salaman- y del ser fiel discípulo de Jesús": Id, Una térra molte religioni, Cittadella
c a 1990, 17-94. Editrlce, Assisi 1998, 29.
132 / Faustino Teixeira El desafío del pluralismo religioso a la teología I 133

nuevo desarrollo en la EATWOT, con una presencia más la importancia de que la teología de las religiones man-
decisiva de la línea de reflexión de los teólogos asiáticos tenga siempre encendida la opción por los empobreci-
y de su preocupación por la cuestión del pluralismo re- dos y excluidos, tomando en serio la cuestión de la po-
ligioso, de la inculturación y del diálogo entre las religio- breza y de la opresión43. No hay cómo negar la singula-
nes. La teología de la liberación salió enriquecida con es- ridad y la riqueza que animan la reflexión de estas dos
ta nueva presencia. Hoy se percibe con más claridad la teologías. Son expresiones de las más creativas y revita-
singularidad de los acentos específicos que marcan las lizantes que se destacan en el pensamiento teológico
teologías asiática, latinoamericana y africana, pero se contemporáneo, y que buscan responder a una de las
cuestiona una compartimentalización cerrada y rígida cuestiones que más desafian a las Iglesias y religiones
de sus desafios41. en el tiempo actual: la realidad dolorosa de tantos po-
bres, la riqueza de la dinámica cultural multifacética y
Lo que viene siendo constatado en estos últimos la diversidad de las religiones.
años es la urgente necesidad de una mayor interacción
entre la teología de la liberación y la teología de las re- Tal vez la convergencia más profunda que vincula a
ligiones. Como bien acentúa Paul Knitter, la teología de la liberación con la teología cristiana de las
religiones es la misma pasión por el horizonte más am-
los teólogos de la liberación están per- plio del Reino de Dios. Estas teologías no se cansan de
cibiendo que la liberación económica, políti- afirmar su esperanza y su lucha en favor de una diná-
ca y especialmente nuclear es una tarea de- mica reinocéntrica. En la perspectiva de un pluralismo
masiado grande para una única nación, cul- de principio está en vigor la llave hermenéutica de la
tura o religión. Se vuelve necesario compar- presencia universal del Misterio en toda la creación y la
tir, en el ámbito intercultural e inter-religio- historia. La misión eclesial no pierde su lugar, pero vie-
so, la teoría y la praxis de la liberación. Y los ne redefinida en clave reinocéntrica. El testimonio sigue
teólogos de las religiones están percibiendo siendo esencial, pero siempre entendido en la dinámica
que un diálogo entie las religiones que no de un "intercambio de dones". Los cristianos no tienen
promueva el bienestar de toda la humanidad por qué ocultar a los otros su experiencia de encuentro
no es diálogo religioso42. con el Señor, la alegría de este "misterio de amor". Este
Estaba lanzado un doble desafío. De un lado, la im- deseo de compartirlo con los otros debe ser motivado, no
portancia de la ampliación de los confines regionales de obstante, por este mismo amor. El testimonio auténtico
la teología de la liberación y del involucramiento del mo- tiene lugar no en razón de una obligación o "mandato":
vimiento de liberación en otras religiones; por otro lado, 43. Como destacó Knitter, así como la teología de la liberación no puede
relativizar en su método teológico la atención d a d a al contexto cultu-
41. Como destacó G. Gutiérrez, "es preciso evitar la tentación de clasifi- ral y religioso mundial, la teología de las religiones, a su vez, debe estar
cación, que consiste en distribuir tales desafíos a los varios continen- atenta a la común y humana experiencia del sufrimiento como "kairós
tes: el de la modernidad, al mundo occidental; el de la pobreza, a hermenéutico para el encuentro ínter-religioso": Id, Una térra molte re-
América Latina y a África; y el del pluralismo religioso, a Asia": En: L.C. ligión, op.cit., 109 (y también 33, 37 y 146); Id, Per una teologia della li-
Susin (org.), Sarca ardente, op.cit., 77. berazione delle religioni. En: J. Hick & P. Knitter. L'unicitá cristiana: un mi-
to? Per una teología pluralista delle religioni, Cittadella Editrice, Asslsl
42. P. Knitter, "La teología de las religiones en el pensamiento católico",
1994, 314-318.
Concilium 203. 1986, 123-134.
El desafío del pluralismo religioso a la teología / 135
134 / Faustino Teixeira

un testimonio realizado sobre tales bases provoca más millar de nombres salvadores. (...) Todos
bien la crisis y el descrédito de la Iglesia misma. Y lo esos nombres nos hablan de la increíble
fundamental no es la provocación en favor del cambio riqueza de la experiencia religiosa de la
de religión, sino del cambio de perspectiva de vida: de humanidad, que reúne formas de religiosi-
una vida auto-centrada, a una vida centrada en el mis- dad tan abundantes como las flores de
terio de Dios. Ésa es la conversión más profunda con la una floresta. Querer disputar sobre la su-
que nos encamina a todos hacia el misterio de Dios. perioridad de una o de otra de estas flores
no parecerá ni práctico, ni sabio. Verdade-
El camino seguido por sectores importantes de la ramente, el problema de la unicidad de
teología de las religiones no fue el de la exclusión de la Cristo como discusión en la teología hoy
referencia singular a Jesucristo, sino el cuestionamien- aparecerá -para mí-, como un problema
to de un "cristocentrismo que no es cristiano", y que académico de significado menor. (...) En
acaba absolutizando el Cristianismo44. La "experiencia Asia al menos, es Dios (y no Cristo) quien
de Jesús", la presencia viva de su "misterio", que tanto siempre permanece en el centro. Por esto
impactó a sus primeros discípulos, continúa hoy inter- es por lo que, tal vez, los asiáticos no han
pelando a los seres humanos en favor de un horizonte producido notables cristologías, sino mu-
alternativo de afirmación de vida. El teólogo indio, Geor- chas teologías: la verdadera "unicidad" de
ge Soares Prabhu, fallecido muy joven, trabajó de forma Cristo es la unicidad del camino de la so-
admirable la importancia de la experiencia y significado lidaridad y la lucha (un camino que no es
de Jesús para los cristianos en la India, lo que vale sus- ni masculino ni femenino), que J e s ú s
tancialmente también para América Latina. La preocu- mostró como el camino para la Vida. Noso-
pación se concentra sobre el significado de Jesús, y no tros "seguimos" a J e s ú s a lo largo de este
sobre la "estructura de su ser"; sobre el "misterio de Je- camino porque experimentamos el Miste-
sús", y no sobre los "mecanismos" utilizados para expli- rio Absoluto en él y creemos que su cami-
car ese misterio. La cristología tradicional acabó con- no es verdadero camino a la Vida. Invita-
centrándose sobre tales mecanismos y "ahogó" y "embo-
mos a otros a recorrerlo con nosotros y a
tó" el misterio que da vida. La comprensión de Jesús
compartir la experiencia que hemos teni-
que emerge como desafio para el tercer mundo, abierta
do, sin afirmar que es el único camino o el
a la dinámica dialogal, debe estar animada por la dialéc-
mejor45.
tica del Jesús de la fe y el grito por la vida:

J e s ú s es un nombre salvador por el Como desafio todavía en pie está la exigencia de


Misterio Absoluto que él experimentó por u n a acogida m á s decisiva de la simbología inter-religio-
nosotros. Pero el inagotable Misterio Abso- sa del Reino de Dios, entendida como "misterio que pro-
luto tiene, como el Hinduismo enseña, un voca u n a profunda relación entre todas las religiones

44. A. Gesché, O cristianismo e as outras religioes, En: F. Teixeira. Diálogo


45. G. S. Prabhu, The Jesús ofFaith. India (Pune). Mimeo, 27-28.
de pássaros, Paulinas, Sao Paulo 1993, 56-57.
136 / Faustino Teixeira

sin ligarse de manera exclusiva a ninguna de ellas"46. Al


acoger esta simbología, se acoge igualmente la realidad
y el valor de la alteridad, que hace de cada tradición un
misterio de incomensurabilidad que no puede ser redu-
cido en su significado más profundo. Este misterio de la ESPIRITUALIDAD DEL PLURALISMO
diferencia está presente en toda dinámica inter-perso- RELIGIOSO UNA EXPERIENCIA
nal. Como señalaba el poeta Lya Luft, hay un "espacio ESPIRITUAL EMERGENTE
de silencio que no se puede superar ni siquiera en el
más íntimo de los amores"47. Un silencio de incomensu-
rabilidad que preserva igualmente la singularidad de ca-
da tradición religiosa. La presencia y el reconocimiento
de este enigma no obstruyen, sin embargo, el desafío del Pluralismo religioso, diálogo inter-religioso, teolo-
dinamismo dialogal. El otro es alguien único, misterio, gía pluralista de las religiones... son ya "temas de mo-
pero que, igualmente, invita al encuentro y se hace dis- da". De un tiempo a esta parte es incontable el núme-
ponible para el aprendizaje de la diferencia. ro de publicaciones y actividades de diálogo que se
realizan en torno a estos temas. Ya no se puede dar
Esta pasión común por el Reino, que convoca al
cuenta de la actual situación religiosa de la humani-
ejercicio de la alteridad, es también convocación a una
dad sin destacar esta "nueva conciencia" que se ha di-
dinámica radical de compasión, que busca la afirmación
fundido rápidamente por todo el globo. Y como dice
de la vida y la justicia para todos. En favor de una "ecu- John Hick, es una conciencia muy reciente, que ha
mene de la compasión", el teólogo Johann B. Metz ex- emergido completamente en el tiempo de la generación
presó de forma feliz la razón de ser del discurso teológi- que vive actualmente 1 . Viene de ayer mismo, pero ya
co: "el discurso sobre Dios solo puede ser universal, o llena el mundo. Y todo parece indicar que "vino para
sea, significativo para todos los seres humanos, si tra- quedarse"...
duce en su núcleo un discurso sobre un Dios sensible
al sufrimiento de los otros"48. ¿Y qué es lo que produce estos nuevos "estados de
Faustino Teixeira
conciencia" que surgen y se difunden inesperadamen-
te por la humanidad? Se trata, sin duda, de una "nue-
Juiz de Fora, Brasil
va experiencia espiritual". Las grandes corrientes teo-
Traducido del portugués por: José María Vigil
lógicas, los grandes movimientos o transformaciones
culturales no se producen normalmente en respuesta ^^¡L
46. M.M. Quatra, Regno di Dio y missione della Chiesa nel contesto asiá- a una idea ocurrente de algún pensador genial, sino
tico: uno studio sui documenti della FABC (1970-1995). Tesis de docto- que obedecen a nuevas vivencias espirituales a las que
rado en misiología. Faculdad de Misiologia, Pontificia Universidad
Gregoriana. Roma, 1998, 325.
47. L. Luft, Mar dentro. 3 ed. Sao Paulo: ARX, 2002, 30.
48. J. B. Metz, La compasión. Un programa universal del cristianismo en la ln Western Christianity this pluralistic conciousness has only emerged
época de pluralismo cultural y religioso, Revista Latinoamericana de during the lifetime of people now living... God has Many Ñames, -
Teología, 19/55, 2002, 27. Westminster Press, Philadelphia 1980, 7.
138 / José María Vigil
Espiritualidad del pluralismo religioso I 139
la humanidad -o algún sector significativo de ella- se
ve abocada. El Espíritu está detrás de esos fenómenos, das, eran consideradas como una realidad negativa.
alentando, conduciendo, impulsando. Y los espíritus Dios nos había manifestado a los seres humanos su
más despiertos de la humanidad captan esa presencia propia voluntad, su oferta de salvación, tendiéndonos
del viento y despliegan sus velas dejándose llevar... el camino hacia Él, que era "nuestra" religión, pero
ocurría que otros pueblos andaban confundidos con
Hoy estamos viviendo esta nueva experiencia espi- supersticiones religiosas que suplantaban para ellos el
ritual. Hay un Espíritu nuevo, rondándonos, desafián- lugar de la verdadera y única religión, la nuestra.
donos, casi cada día, en multitud de gestos, de refle-
xiones, de nuevas prácticas... Estamos en un momen- Esta visión se daba en todas las religiones. Todas
to de transformación. Históricamente, estamos pasan- ellas se consideraban "la religión", la única, la verda-
do del cristocentrismo al pluralismo. Hay miedo, hay dera, frente a las demás, las "religiones falsas", que
resistencia... y a la vez hay atracción, y claridad, y eran creaciones humanas, "creencias", supersticiones,
hasta una evidencia que se va imponiendo lenta pero o incluso tal vez cultos diabólicos. La pluralidad de re-
irresistiblemente... Es un "kairós", un punto de infle- ligiones era pues un hecho lamentable, un hecho ne-
xión importante, que va a introducir cambios muy pro- gativo; era un pluralismo que se daba "de hecho", pe-
fundos: una nueva época que sucederá a 19 siglos de ro que no era voluntad de Dios, que no era un "plura-
exclusivismo y apenas uno de cristocentrismo... lismo de derecho".

Importa mucho, pues, estar atentos a este kairós. Pues bien, esto es lo que ha cambiado. Un nuevo
Hay que rastrear el espíritu que lo anima, para discer- espíritu se difunde por la humanidad. Los seres huma-
nirlo y para secundarlo. Y eso es lo que pretende este nos tienen ahora otra percepción. Perciben las religio-
breve texto. Quiere ser un simple intento de captar y nes con otra sensibilidad. Como las culturas, las reli-
sistematizar ese Espíritu o "espiritualidad del Pluralis- giones forman parte del capital más preciado de los
mo Religioso" que va creciendo entre nosotros. ¿Cuá- pueblos. Constituyen en cierto modo su identidad, por
les serían pues sus rasgos más importantes? Describi- lo que no puede ser malo que haya muchas religiones.
mos los principales. Ya no parece aceptable pensar que haya una religión
buena y verdadera, y que todas las demás sean malas
y falsas. No: "todas las religiones son verdaderas". Por-
PLURALISMO DE PRINCIPIO FRENTE que Dios ama a todos los pueblos. Dios los ha creado,
AL VIEJO PLURALISMO DE HECHO y cada uno, con su identidad, su religión y su cultura,
es obra de sus manos, destello irrepetible de su luz
multicolor.
Desde siempre, en la vivencia del creyente senci-
llo, las otras religiones no existían. En primer lugar Los creyentes perciben ahora el pluralismo religio-
porque quedaban fuera del alcance de su percepción. so no como un hecho lamentable, sino una voluntad
Y en segundo lugar porque, si llegaban a ser percibi- positiva de Dios. No ya como un pluralismo "de hecho",
como un hecho lamentable, sino como un pluralismo
Espiritualidad del pluralismo religioso / 141
140 / José María Vigil

diendo en el campo teológico también hacia el inclusi-


querido por Dios, de derecho, "de derecho divino".
vismo. Cada vez más creyentes perciben que el inclu-
"Pluralismo de principio" se suele decir en teología.
sivismo no deja de ser una forma de exclusivismo, una
Esto significa un cambio radical de actitud frente forma atemperada y de formas menos prepotentes, pe-
a la pluralidad de las religiones: ahora es una actitud ro exclusivismo al fin y al cabo. Como decía Hans
positiva, de reverencia y respeto, que ve en ellas una Küng sobre la teoría inclusivista de Rahner de los
obra de Dios. Y significa también un cambio de imagen "cristianos anónimos", es una forma muy educada de
de Dios mismo: antes creíamos en un Dios que había conquistar y someter al otro con un abrazo. El inclusi-
escogido a un pueblo y se había desentendido de los vismo, que es todavía la posición oficial, tiene los días
demás...; ahora percibimos la imagen de un Dios más contados ante la irrupción de esta espiritualidad del
universal, menos particular, que no se reduce ni se ata pluralismo religioso.
a un pueblo, sino que está en relación con todos los
pueblos... En este mismo sentido, otra categoría que comien-
za a ser rechazada es la de la "elección". Se trata de
una categoría que es incluso bíblica, arraigada en el
UNA GRAN DESCONFIANZA HACIA LAS ACTITUDES
Primer (Antiguo) Testamento, y hecha propia también
DE PRIVILEGIO O EXCLUSIVIDAD
por el Nuevo Testamento. La "elección" de Abraham, el
Pueblo "elegido"... Todavía hace sólo unos años, el co-
nocido biblista Gerhard Lohfink hacía u n a brillante
Hay una percepción creciente en la conciencia ac- justificación de las razones de "por qué Dios necesita
tual de la humanidad, de que las actitudes de "exclusi- un pueblo propio", y razonaba teológicamente cómo
vismo" religioso son inviables e injustificadas. Cada vez "este pueblo concreto es Israel"2. Toda una "constela-
más, un mayor número de fieles religiosos modernos, ción de magnitudes: lugar conveniente, momento pro-
de cualquier religión, perciben, como por un sexto sen- picio y personas adecuadas" mostraban la profunda
tido, aun sin saber explicar razonadamente el por qué, conveniencia de la elección de Israel por parte de Dios,
que la propia religión no puede ser "la única verdade- elección que "es como un anticipo del misterio de la
ra". O sea: ya no se acepta el viejo exclusivismo que de- encarnación del hijo de Dios en ese pueblo"3.
cía que "fuera de nuestra religión no hay salvación".
En Torres Queiruga, uno de los teólogos que más
Este cambio significa también una transformación se ha destacado en su dedicación al tema del pluralis-
tanto de la imagen que tenemos de nuestra propia re- mo religioso, nos parece observar una evolución signi-
ligión, cuanto de la imagen misma de Dios. De nuestra ficativa: hace diez años todavía hacía intentos por jus-
religión ya no pensamos que sea la única verdadera, y
a Dios ya no lo percibimos como "nuestro", sino de to- 2. ¿Necesita Dios la Iglesia?, San Pablo, Madrid 1999, 48ss; el original es
dos los pueblos y de todas las religiones. de 1998: Braucht Gott die Kirche?
3. Ibidem, 56. Para J. Hick es la encarnación, precisamente, la pieza
El rechazo que a mediados del siglo pasado se hi- clave que explica la conciencia de superioridad que el Cristianismo
tiene: A metáfora do Deus Encarnado, Vozes, Petrópolis 2000.
zo común contra el exclusivismo, hoy se está exten-
142 / José María Vígil
Espiritualidad del pluralismo religioso / 143
tificar teológicamente el concepto de elección; en el úl-
timo texto suyo que conocemos propone el abandono influjo creciente de la espiritualidad oriental sobre
simple y llano de la categoría de elección4. Pero no son nuestro modo de orar o de acoger la presencia de Dios
los teólogos los que nos van a descubrir la inadecua- en la vida. Personalmente nunca agradeceré bastante
ción de este concepto; es más bien la nueva espiritua- el contacto con el jesuíta indio -¿jesuíta hindú?- Anto-
lidad emergente del pluralismo religioso la que hace nio de Meló. Y la acogida de sus obras -y de toda la li-
que percibamos esa inadecuación, y los teólogos son teratura espiritual parecida- muestra que se trata de
los que expresan adecuadamente lo que todos de algu- un fenómeno que va más allá de lo individual"5.
na manera percibimos en nuestro espíritu.
Las religiones se encuentran unas con otras no ya
solo en los libros religiosos que atraviesan las fronteras,
sino en la calle, en los medios de comunicación, en las
UNA GRAN APERTURA A LA COMPLEMENTARIEDAD escaleras de los bloques de viviendas, en los enlaces
E ÍNTER-RELIGIOSIDAD matrimoniales, en las migraciones, en todas partes.
Hoy día, en la sociedad actual, plural e interreligiosa
Todavía están vigentes legalmente muchas prohi- como nunca, "la religión auténtica implica necesaria-
biciones respecto a la participación de los cristianos mente una relación con las otras religiones, y para la
por ejemplo en las celebraciones de otras confesiones persona concreta, ser religioso es ser interreligioso"6.
cristianas, y mucho más respecto a religiones no cris- Ya todos percibimos que la luz de Dios no se en-
tianas. Las normas oficiales de la Iglesia católica toda- cierra en ninguna religión. Cualquier religión, por ser
vía prohiben "comulgar" en cultos ajenos o dar escu- también humana y cultural, es incapaz de encerrar en
cha en los propios a "libros sagrados" que no sean la sí toda la riqueza de Dios, pudiendo encontrar fuera de
Biblia. Pero eso queda en el mundo de las relaciones sí, en otras religiones, otros destellos de la luz de Dios
institucionales; el mundo de las mutuas influencias que en sí misma no ha captado en la misma forma o
religiosas es mucho más variado e incontrolable; no es con la misma intensidad. Así, desde una perspectiva
posible poner puertas al campo. "¿Quién -cristiano o más especializada teológicamente, se puede decir que
no- seriamente preocupado por lo religioso y por su re- la doctrina cristiana de la Trinidad necesita un poco de
percusión en la humanidad no ha sentido alguna vez la insistencia islámica en la unicidad de Dios; que el
la urgencia de enriquecer la vivencia de su tradición vacío impersonal del Budismo necesita de la experien-
con las aportaciones de las demás? Más aún, ¿no so- cia cristiana del Tú divino; que los contenidos proféti-
mos muchos los que experimentamos que nuestra vi- co-prácticos del Judeocristianismo se verían sana-
vencia actual está ya, de hecho, mucho más enrique- mente complementados con la acentuación oriental de
cida de lo que ordinariamente se piensa por el contac- la contemplación y la gratuidad de la acción...7.
to con otras tradiciones? Piénsese, simplemente, en el
5. Q. Torres, El diálogo de las religiones, Sal Terrae 1992, 30.
4. El diálogo de las religiones, en Vaticano III. Cómo lo imaginan 17 6. J. Dupuis, Hacia una teología cristiana del pluralismo religioso, Sal
cristianos y cristianas. Terrae, Santander 2000.
7. P. Knitter, No Other Ñame?, Orbis Books, Maryknoll 2000, 221.
144 / José María Vigil Espiritualidad del pluralismo religioso I I Añ

No se trata de abogar por un eclecticismo confuso ban tradicionalmente a los "paganos"11. Todavía luty
o por la pérdida de las identidades. Se trata, eso sí, de autores que siguen hablando con toda naturalidad (Ir
no sentirse aprisionado por aquellas fronteras rígidas los "paganos" de la actualidad, sin ninguna clase <\c
de desconocimiento y de mutuas excomuniones. Hoy recurso a la metáfora12.
las personas religiosas van a serlo, cada vez más, ín- Cuando una religión supera el exclusivismo -< <>
ter -religiosamente8. mo es el caso del Cristianismo actualmente-, tod.i •
aquellas motivaciones de la misión que estaban funda
das en el exclusivismo caen con él. Y cuando tambicn
UN NUEVO ESPÍRITU MISIONERO el inclusivismo entra en crisis, entra en crisis la misión
renovada que se fundamentaba en él. Hoy sigue te-
niendo sentido la misión, pero solo una misión basada
Uno de los puntos más sensibles del Cristianismo
en una perspectiva pluralista.
que resulta conmovido por la irrupción de este nuevo
espíritu pluralista es el de la misión. Es lógico. En el La misión no va a llevar la salvación a un lugar
Cristianismo por ejemplo, durante 19 siglos la misión que fuese una especie de "vacío soteriológico", ayuno
ha estado fundamentada en el planteamiento exclusi- de salvación, porque tal lugar no existe. Como ha di-
vista: "fuera de la Iglesia no hay salvación". Durante lar- cho con frase célebre la teología de la liberación, "el
gos períodos de la historia de la Iglesia se ha pensado primer misionero siempre llega tarde: el Dios Trinidad
que "ninguno de aquellos que se encuentran fuera de la llegó siempre antes". El misionero no va a llevar la sal-
Iglesia católica, no solo los paganos, sino también los vación como si sin su presencia la salvación no pudie-
judíos, los herejes y los cismáticos, podrán participar en ra llegar o no estuviera ya allí desde siempre. La mi-
la vida eterna. Irán al fuego eterno que ha sido prepa- sión hoy no puede estar orientada -como lo ha estado
rado para el diablo y sus ángeles"9. San Francisco Ja- prácticamente siempre- a implantar la Iglesia como su
vier fue a las Indias Orientales embargado por un celo principal objetivo... Por lo demás, Jesús mismo no tu-
misionero fundamentado en la convicción de que todos vo como objetivo fundar una Iglesia, ni difundirla mi-
los que morían sin conocer a Jesucristo no alcanzaban sioneramente 13 . La Causa de Jesús fue otra.
la salvación... Todavía hace solo 50 años que Pío XII ha-
La Misión tiene sentido, sí, pero otro sentido. En
blaba de los mil millones de seres humanos que "yacen
en las tinieblas y sombras de muerte", como dice el sal- 11. En el mundo protestante, todavía hace 40 años el Congress on World
mo 107, salmo que las encíclicas misioneras10 aplica- Mission de Chicago declaraba: «Desde la última guerra, más de mil
millones de personas han pasado a la eternidad y más de la mitad
han ido al infierno sin conocer a Jesucristo». Cfr. las actas publicadas
8. P. Knitter, Introducing Theologies of Religions, Orbis Books, Maryknoll por J.O.Percy, Eerdmans Publishing Co„ 1961, 9.
2002. x¡. 12. J.A. Sayés por ejemplo, en Cristianismo y religiones, San Pablo, Madrid
9. DS 870 (Unam Sanctam). DS 1351 (Concilio de Florencia). Pío IX lo 2001.
tiene claramente como dogma, afirmado y reafirmado: Sullivan, F.A., 13. Hoy, por ejemplo, hay acuerdo general entre los exégetas en que la
¿Hay salvación fuera de la Iglesia?, Desclée, Bilbao 1999, 136ss. conclusión canónica de Marcos (16, 9-20) no formaba parte del
evangelio escrito por el evangelista. Cfra. Barbalio, Giuseppe &
10. Evangelii Praecones 227; treinta años antes. Benedicto XV, en su
Fabris, Rinaldo, Os Evangelhos (I), Loyola. Sao Paulo 1990, 620-621.
Máximum lllud 7.
144 / José María Vigil Espiritualidad del pluralismo religioso / 145

No se trata de abogar por un eclecticismo confuso ban tradicionalmente a los "paganos"11. Todavía hay
o por la pérdida de las identidades. Se trata, eso sí, de autores que siguen hablando con toda naturalidad de
no sentirse aprisionado por aquellas fronteras rígidas los "paganos" de la actualidad, sin ninguna clase de
de desconocimiento y de mutuas excomuniones. Hoy recurso a la metáfora12.
las personas religiosas van a serlo, cada vez más, ín-
Cuando una religión supera el exclusivismo -co-
ter -religiosamente8.
mo es el caso del Cristianismo actualmente-, todas
aquellas motivaciones de la misión que estaban funda-
das en el exclusivismo caen con él. Y cuando también
UN NUEVO ESPÍRITU MISIONERO el inclusivismo entra en crisis, entra en crisis la misión
renovada que se fundamentaba en él. Hoy sigue te-
Uno de los puntos más sensibles del Cristianismo niendo sentido la misión, pero solo una misión basada
en una perspectiva pluralista.
que resulta conmovido por la irrupción de este nuevo
espíritu pluralista es el de la misión. Es lógico. En el La misión no va a llevar la salvación a un lugar
Cristianismo por ejemplo, durante 19 siglos la misión que fuese una especie de "vacío soteriológico", ayuno
ha estado fundamentada en el planteamiento exclusi- de salvación, porque tal lugar no existe. Como ha di-
vista: "fuera de la Iglesia no hay salvación". Durante lar- cho con frase célebre la teología de la liberación, "el
gos períodos de la historia de la Iglesia se ha pensado primer misionero siempre llega tarde: el Dios Trinidad
que "ninguno de aquellos que se encuentran fuera de la llegó siempre antes". El misionero no va a llevar la sal-
Iglesia católica, no solo los paganos, sino también los vación como si sin su presencia la salvación no pudie-
judíos, los herejes y los cismáticos, podrán participar en ra llegar o no estuviera ya allí desde siempre. La mi-
la vida eterna. Irán al fuego eterno que ha sido prepa- sión hoy no puede estar orientada -como lo ha estado
rado para el diablo y sus ángeles"9. San Francisco Ja- prácticamente siempre- a implantar la Iglesia como su
vier fue a las Indias Orientales embargado por un celo principal objetivo... Por lo demás, Jesús mismo no tu-
misionero fundamentado en la convicción de que todos vo como objetivo fundar una Iglesia, ni difundirla mi-
los que morían sin conocer a Jesucristo no alcanzaban sioneramente 13 . La Causa de Jesús fue otra.
la salvación... Todavía hace solo 50 años que Pío XII ha-
blaba de los mil millones de seres humanos que "yacen La Misión tiene sentido, sí, pero otro sentido. En
en las tinieblas y sombras de muerte", como dice el sal- 11. En el mundo protestante, todavía hace 40 años el Congress on World
mo 107, salmo que las encíclicas misioneras10 aplica- Mission de Chicago declaraba: «Desde la última guerra, más de mil
millones de personas han pasado a la eternidad y más de la mitad
han ido al infierno sin conocer a Jesucristo». Cfr. las actas publicadas
8. P. Knitter, Introducing Theologies of Religions, Orbis Books, Maryknoll por J.O.Percy, Eerdmans Publishing Co., 1961, 9.
2002, x¡. 12. J.A. Sayés por ejemplo, en Cristianismo y religiones, San Pablo, Madrid
9. DS 870 (Unam Sanctam). DS 1351 (Concilio de Florencia). Pío IX lo 2001.
tiene claramente como dogma, afirmado y reafirmado: Sullivan, F.A., 13. Hoy, por ejemplo, hay acuerdo general entre los exégetas en que la
¿Hay salvación fuera de la Iglesia?, Desclée, Bilbao 1999, 136ss. conclusión canónica de Marcos (16, 9-20) no formaba parte del
10. Evangelii Praecones 227; treinta años antes, Benedicto XV, en su evangelio escrito por el evangelista. Cfra. Barbalio, Giuseppe *
Máximum lllud 7. Fabris, Rinaldo, Os Evangelhos (I), Loyola, Sao Paulo 1990, 620-621.
Espiritualidad del pluralismo religioso / 147
146 / José María Vigil
RELECTURA D E LA CRISTOLOGÍA
un contexto de teología y de espiritualidad pluralista,
la misión está centrada en Dios (teocentrismo), en el
Dios del Reino, y en el Reino de Dios. La misión es un Hace ya años que la problemática fundamental de
impulso hacia los demás pueblos y religiones, para la soteriología no es la eclesiología sino la cristología.
compartir con ellos -en ambas direcciones- la búsque- ¿Cuál es el papel de Cristo en la salvación? Evidente-
da religiosa. Para enseñar y para aprender. Para anun- mente se trata de un punto supersensible, debido al
ciar nuestra buena noticia y para escuchar las buenas papel absolutamente central y "absolutamente absolu-
noticias que es seguro que los otros también tienen pa-
tizado" que ha caracterizado la construcción teológico-
ra ofrecernos. Sin ir pensando a priori, que los otros
dogmática en torno a la figura de Cristo.
deberán abandonar su religión y adoptar la nuestra
para poder profundizar su encuentro con Dios. El nuevo espíritu del pluralismo religioso está pro-
duciendo, en varios frentes, un deshielo en las postu-
Hoy sentimos más bien que la conversión -como
ras rígidas y absolutizadas a que estábamos acostum-
cambio de religión- no es necesaria: los otros tienen
brados. En primer lugar se está sometiendo a un nue-
que encontrarse con Dios en principio en el camino en
el que Dios los ha puesto. La conversión que se tiene vo estudio los textos mismos que en el Segundo (Nue-
que dar es otra: la conversión a Dios, al Dios del Rei- vo) Testamento constituyen la base exegética de la
no y al Reino de Dios, esa misma conversión que es dogmática cristológica. Se trata -dicho muy brevemen-
imperativo también para nosotros. Nosotros no quere- te- de textos que están en un lenguaje doxológico, con-
mos que el otro deje de ser budista, musulmán o hin- fesional, y hasta litúrgico y devocional, con el que los
dú, sino que sea mejor budista, mejor musulmán o autores no querían hacer teología ni filosofía ni -mu-
mejor hindú. No se descarta, desde luego, la conver- cho menos- dogmas. Hick lo dice con frase simbólica:
sión de cambio de religión, siempre que cualquiera de "la poesía se tomó como prosa, y la metáfora como me-
las dos partes sienta que por el otro camino puede tafísica"14.
avanzar más hacia su plenitud religiosa, pero no será
ése el camino normal ni lo normativo de la misión. Es Por otra parte está el tema de la historia: ¿qué pa-
cierto que la misión -como diálogo que es- no estará pel han jugado en la historia del Cristianismo estos
completa hasta que de nuestra parte anunciemos a Je- dogmas, qué actitudes han legitimado15? El juicio ac-
sucristo, como no estará completa tampoco hasta que tual hacia la historia del Cristianismo es bastante se-
nos sean anunciadas las buenas noticias religiosas vero: sus invasiones, sus guerras, cruzadas, conquis-
que la otra parte tiene para darnos. tas, colonizaciones, neocoIonizaciones, imperialis-
mos... casi siempre acompañadas de una presencia de
Requiere muchos más matices esta nueva vivencia
de la misión, pero lo dicho es suficiente para compren- 14. L a , especialmente el capítulo 10, 136ss.
der que este nuevo espíritu del pluralismo religioso 15. Ibid., capítulo 8, l l l s s . «Las doctrinas ortodoxas que dan frutos no
éticos son, por decir lo menos, muy sospechosas»: P. Knitter, Toward a
comporta, efectivamente, para la misión, una auténti- Liberation Theology of Religions, in Hick-Knitter, The Myth of Christian
ca sacudida, una transformación de la que resultará Uniqueness. Toward a Pluralistic Theology of Religions, Orbis Books,
Maryknoll 1998, 182.
fortalecida y renovada.
148 / José María Vigil
Espiritualidad del pluralismo religioso / 149
Iglesia que globalmente las legitimó, y de una evange-
lizaron y acción misionera que complementó en el mentó no tiene fundamento hacer afirmaciones gratui-
campo espiritual lo que se hacía en el campo político y tas en un sentido o en otro, sino, simplemente, estar
económico... son examinadas hoy con nueva perspec- abiertos a la reflexión y al discernimiento y saber tener
tiva critica histórico-ideológica. Por referirnos a un so- paciencia histórica. Todos afirmamos el carácter único
lo caso emblemático: en la letra misma del "Requeri- y universal de Cristo; lo que está en discernimiento es
miento", aquel alegato que los conquistadores españo- el carácter rígido que tomaron las afirmaciones clási-
les leían y proclamaban a los indígenas al llegar a cas que se han hecho a propósito de su absoluticidad.
América, para advertirles que todas aquellas tierras
eran suyas porque así se las había donado el Papa a
su rey católico, incluía como pieza clave del argumen- UN NUEVO ESPÍRITU CRÍTICO Y PENITENCIAL
to teológico la mediación de Cristo, Dios Encarnado,
dueño de toda la tierra, de quien era lugarteniente el
Papa. El Cristianismo ha sido la primera gran religión
que ha hecho una relectura de su patrimonio teórico
Otros abordajes de esta problemática son la géne- confrontándolo con la ciencia. En nuestros días se ha
sis misma de la elaboración dogmática durante los pri- generalizado en la mayor parte del pueblo cristiano
meros siglos hasta los decisivos concilios de Nicea y medianamente culto una actitud de la crítica histórica
Calcedonia; o el estudio de la plausibilidad de las ca- sobre la propia tradición cristiana, tanto institucional
tegorías ontológicas mismas implicadas en la dogmáti- como popular.
ca (naturaleza, persona, hipóstasis...); sin desestimar
enfoques más recientes como los de las teologías polí- Los "maestros de la sospecha" y su sentido crítico
ticas europeas del siglo XX, que acusan el papel sexis- forman parte ya, se quiera o no, de la cultura moder-
ta y racista que puede desempeñar y que de hecho ha na occidental, y el Cristianismo no se puede hurtar a
desempeñado una cristología en la que se predica que ello. Hoy ningún creyente se escandaliza por escuchar
la perfección de la humanidad ha sido alcanzada en que la religión con frecuencia es algo diferente de lo
u n ser humano varón y blanco ...'6. que dice ser. Un nuevo espíritu ronda en el ambiente,
y nos hace a todos propensos a sospechar ante lo fácil
Todo hace pensar que la cristología tiene ante sí
unos nuevos retos que afrontar, y que son de tal enver- que es que una doctrina se vuelva "ideología", es decir,
gadura, que hoy día no podemos prever el desarrollo una justificación los propios intereses en contra de in-
que esta evolución va a tomar. Tal vez será un trabajo tereses ajenos. O lo frecuente que puede resultar que
para varias generaciones17. En todo caso en este mo- una doctrina que proponemos como "voluntad de
Dios", o como "revelada", sea en realidad una forma in-
16. T. Driver, Christ in a Changing World. Toward an Ethical Christology. consciente de conseguir o de mantener un estatuto de
Crossroad, New York 1981, 22; Rosemary Ruether, To Change the
World and Cultural Criticism, Crossroad, New York 1981, 4. P. Knitter, No privilegio, un control de la situación o una superiori-
OtherName?, 163. dad cultural o económica. Hoy vemos con claridad que
17. J. Hick, God Has Many Ñames, 125.
la historia está plagada de ejemplos semejantes.
150 / José María Vigil Espiritualidad del pluralismo religioso / 151

Esta "hermenéutica de la sospecha" nos lleva a colonización cultural y religiosa. Es el nuevo talante
cuestionar las afirmaciones teológicas y doctrinales que imprime en los cristianos y en los teólogos este
que están detrás de esas actitudes históricas clara- nuevo espíritu de pluralismo religioso.
mente ideológicas. Ya lo dice el Evangelio: "Por sus fru-
tos los conoceréis". Las doctrinas "ortodoxas" que dan
frutos malos son -por decir lo menos- muy sospecho- UN NUEVO TIPO DE VERDAD

sas18.
Todo esto se aplica también, concretamente, a "La Verdad nos hará libres", dijo J e s ú s . Pilato le
nuestra teología de las religiones, al "mapa" que nos preguntó: "¿Y qué es la Verdad?". La pregunta hoy se
hacemos de la posición de nuestra religión en el con- vuelve a plantear. El modelo de verdad que el Cristia-
junto de las religiones. ¿Será posible que Dios haya he- nismo ha cultivado desde muy al principio de su his-
cho las cosas precisamente poniéndonos a nosotros en toria ha sido el modelo griego. Los cimientos de ese
el centro de todo y en una posición tan privilegiada? modelo están en los principios lógicos y metafísicos
¿No habrán influido en el trazo de ese "mapa" nuestros aristotélicos: el principio de identidad y el principio de
propios intereses y nuestra ideología? "¿Puede ser teo- no contradicción. Una cosa es lo que es, y no puede ser
lógicamente verdadera la autocomprensión de las Igle- otra cosa. Algo no puede ser y no ser a la vez bajo el
sias que han legitimado la opresión sexista, racista, mismo respecto. O es una cosa o es otra, no puede ser
clasista y religiosa?", preguntan desde Asia19. Algo pro- las dos a la vez. Es el modelo de verdad por exclusión:
fundo no anda bien en el exclusivismo y en el inclusi- yo soy yo porque no soy tú. El modelo occidental de
verdad, con el tremendo desarrollo que adquirió la ló-
vismo, cuando les vemos engendrar esas actitudes his-
gica aristotélico-escolástica, fue muy útil para la cons-
tóricas de prepotencia y de falta de respeto hacia las
trucción de sistemas teóricos impecables en cuanto a
demás religiones y culturas, cuando nos inviabilizan
la precisión de sus enunciados, la corrección de sus
dialogar como hermanos, "en paridad" (par cura pari$
argumentaciones y la legitimidad de sus conclusiones,
Es un espíritu de honradez, que no acepta "ocul- basándose en ese modelo de verdad de exclusión, úni-
tar la verdad con la injusticia". Es un espíritu de hu- co que produce la seguridad de las afirmaciones abso-
mildad, que no puede aceptar las propias actitudes de lutas. Occidente, y dentro de él el Cristianismo, han
prepotencia habidas en el pasado y que aún somos hecho gala de la seguridad de sus conclusiones, de sus
empujados a mantener en virtud de estas "teologías afirmaciones absolutas, de su seguridad y convicción
sospechosas". Es un espíritu penitencial, que pide per- frente a los sistemas de verdad -científica, cultural o
dón por nuestra historia de cruzada, de conquista, de religiosa- no occidentales.

18. Knitter, Toward a Liberation Theology of Religions, in Hick-Knitter. The Este modelo de verdad occidental griego aristotéli-
Myth of Christian Uniqueness. Toward a Pluralistic Theology of
Religions, Orbis Books. Maryknoll 1998, c a p . 11, 178.
co hace tiempo que entró en crisis. Y el nuevo espíritu
19. T. Balasuriya. A Third World Perspective, en Doing Theology in a de pluralismo religioso tiene relación precisamente con
Divided World, V. Fabella and S. Torres (eds), Orbis, New York 1985, la emergencia de un modelo distinto de verdad. Hoy
202.
152/ José María Vigil Espiritualidad del pluralismo religioso / 153

corren tiempos de "deshelenización", de "desoccidenta- construcciones teológico-dogmáticas, que han preten-


lización", de apertura a otras aproximaciones a la ver- dido destilar en el laboratorio una verdad perfecta-
dad. "Los católicos, como los cristianos en general, es- mente delimitada en fórmulas controladamente defini-
tán dándose cuenta de que para que algo sea verdade- das, caen ante la evidencia que se impone de que la
ro no necesita ser absoluto"20. Verdad que nos hace libres es, ella misma, libre e ina-
prensible. Las afirmaciones exclusivistas e inclusivis-
Hoy se reconoce crecientemente que la verdad tie- tas, que tienen la pretensión de absoluticidad exclu-
ne un carácter más inclusivo que excluyente, más yente frente a la búsqueda religiosa ancestral de sec-
práctico que teórico, más evolutivo que fixista, históri- tores inmensos de la humanidad, suscitan hoy simple-
co más que físico o natural. La verdad es como la vida: mente una benevolente sonrisa más que un rechazo
está en crecimiento, en desarrollo, en evolución. Nun- airado. El espíritu del pluralismo religioso opta por
ca la tenemos acabadamente, sino que la vamos perci- otro modelo de verdad y por otras actitudes ante la
biendo progresivamente. El avance de la historia per- Verdad: actitudes de escucha incansable, de holismo
mite acceder a nuevos puntos de observación que dan integral, de tolerancia, de complejificación e interrela-
nuevas perspectivas, nuevas visiones, una nueva con- cionalidad... de humildad en fin. Por eso es difícil el
figuración de la verdad, siempre en movimiento. Hoy diálogo con los que están atrapados en el viejo modelo
reconocemos el carácter multi-relacional que todo tie- de verdad.
ne: todo está relacionado con todo, todo lo que existe,
co-existe y está imbricado mutuamente con todo lo
que lo rodea.
LA LIBERACIÓN DE LOS POBRES COMO
En el nivel de las verdades absolutas no se puede CRITERIO HERMENÉUTICO
jugar a la exclusión como con "verdades claras y dis-
tintas". En la profundidad de aquel misterio para el
En varios de los rasgos de este espíritu que ya he-
que creemos necesitar expresiones absolutas, nues-
mos señalado está implicado éste que queremos refle-
tras afirmaciones no pueden encajonar el misterio en
jar ahora: la dimensión liberadora. La buena noticia
afirmaciones matemáticas manejables, perfectamente
para los pobres continúa siendo para los cristianos
delimitadas, mutuamente excluyentes. Las verdades
que se sienten atraídos por este espíritu de pluralismo
profundas no pueden ser manejadas como objetos
religioso, como lo fue para Jesús, la piedra de toque:
controlables: "una verdad profunda se expresa en un
un criterio central que reajusta todo lo anterior y lo su-
enunciado cuyo opuesto también es una verdad pro-
jeta al realismo de la verdad del amor.
funda; una verdad superficial se expresa en un enun-
ciado cuyo opuesto es falso", dice Niels Bohr21. Lo que hemos dicho de la "hermenéutica ética" y
de la actitud crítica tiene que ver con esta dimensión
En este nuevo modelo de verdad, muchas de las
liberadora: no es posible que una verdad religiosa sea
20. Knitter, No Other Ñame ?, 219.
realmente verdad, si no es liberadora, o -menos a ú n -
21. Atomtheorie und Naturbeschreibung, Berlín 1931. 143. si entra en connivencia con un sistema de opresión, de
154 / José María Vigil Espiritualidad del pluralismo religioso / 155

cualquier tipo que sea. La Verdad les hará libres, y les Meersch que marcó a Alfonso Carlos Comín podría ex-
hará libres para liberar. Si la verdad de la religión no presar plásticamente este espíritu que une la Verdad
libera, si no es buena noticia para los pobres, no es re- religiosa y la liberación: "La Verdad, Pilatos, es ésta:
ligión verdadera. ponerse del lado de los humildes y de los que sufren".
Sentencia que podemos poner en paralelo con la pala-
Nos podemos plantear un criterio general: "Una bra de Santiago (1, 27): "La verdadera religión es visi-
religión es verdadera y buena en la medida en que no tar a los huérfanos y a las viudas y mantenerse incon-
oprime ni destruye a la humanidad, sino que la prote- taminado de la corrupción". Podrían citarse aquí innu-
ge y fomenta"22. Estamos aquí en un primer nivel en merables pasajes bíblicos que apuntan lo mismo23. Pa-
que el pobre a liberar es la humanidad misma. En un ra el Judeo-Cristianismo la verdadera religión es el
segundo nivel de mayor concreción, el pobre a liberar amor y la justicia, el compromiso por la construcción
es el prójimo en general, respecto al cual la "ética mí- de un Reinado de Dios que sea "vida, verdad, justicia,
nima" está recogida en la "regla de oro": no hagas a los paz, gracia y amor", para todos, pero en primer lugar
demás lo que no quieres que te hagan a ti. Hoy sabe- para los pobres, que son los injusticiados y los priva-
mos que esta regla de oro está, con muy parecidas pa- dos de sus derechos.
labras, en casi todas las religiones. En un tercer nivel,
esta regla de oro se concretiza en y es el fundamento Otras religiones han encontrado el acceso a Dios a
de la opción por los pobres. través de la naturaleza; otras lo han encontrado en la
experiencia interior subjetiva o intersubjetiva. El J u -
Todo esto no está apoyado en nuevas teorías, sino deo-Cristianismo lo ha encontrado privilegiadamente
en ese espíritu al que venimos refiriéndonos, que crea en encuentro liberador con el pobre (Mt 25, 31ss). Pen-
una sensibilidad y una predisposición de conciencia samos que en el diálogo interreligioso mundial que hoy
que se imponen al sujeto previamente, aun sin que co- día se está expandiendo, ésta puede ser su principal
nozca las argumentaciones teológicas que las justifica- aportación.
rían. Es una intuición más que una teología, un espí-
ritu más que una norma moral. Éstos son solo unos pocos rasgos, de entre los mu-
Al socaire de este aspecto de la liberación de los chos que se podrían señalar, para la caracterización de
pobres como criterio hermenéutico, podríamos engar- esta nueva espiritualidad del pluralismo religioso que
zar aquí una profundización mayor. ¿Qué es en defini- está invadiendo el mundo. Con ello, el diálogo entre las
tiva la religión? ¿Cómo, dónde, realiza el ser humano religiones entra sin duda en una nueva etapa.
lo más profundo del encuentro con Dios, que la reli- José María Vigll
gión dice viabilizar? Los orígenes del Judeo-Cristianis- Panamá
mo son claros en este punto. Una frase de Van der

22. H. Küng, Teología para la posmodernidad. Fundamentación 23. Permítasenos citar solo éste: "Se te ha explicado, oh hombre, lo que
ecuménica. Alianza. Madrid 1989, 187. Cfr. también L. Swindler, The el Señor desea de ti: que defiendas el derecho y ames la lealtad, y
Dialogue Decalogue, en "Journal of Ecumenical Studies" 20/1, que seas humilde con tu Dios": Mq 6, 8.
1983, 10.
Pluralismo cultural y religioso / 157

terpenetran mutuamente. El tema (relación entre teo-


logía de la liberación y teología del pluralismo religio-
so) es nuevo, y demasiado amplio como para que yo in-
tente proponer una síntesis o conclusión. Más bien, a
PLURALISMO CULTURAL Y RELIGIOSO: partir de la experiencia y de la opción latinoamericana,
EJE DE LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN expondré cómo veo la relación entre estas corrientes
teológicas y trataré de delinear posibles perspectivas
para una profundización del tema.

La teología del pluralismo religioso (TPR) es lo que


1. DIFICULTADES ENTRE LA TEOLOGÍA DE LA
existe de más nuevo en el ámbito de la teología cristia-
LIBERACIÓN Y LA DEL PLURALISMO
na. Puede ser una de las bases para la elaboración de
una posible futura "Teología Universal". No es una es-
pecie de "esperanto" religioso, un mínimo común deno- Comecemos por confesar: de hecho, la teología del
minador que no respeta diversidades. En este texto, a pluralismo religioso no parece haber interesado mu-
partir de la realidad latinoamericana y de lo que los cho a los hermanos y hermanas latinoamericanos que
hermanos y hermanas han dicho en los artículos ante- elaboraron, en sus diversas ramas y matices, la teolo-
riores, verifico si podemos considerar a la teología del gía de la liberación.
pluralismo religioso como un paradigma nuevo y adi-
Exponentes históricos de la teología latinoameri-
cional a la teología de la liberación (TL), y hago algunas
cana reconocen que nunca han profundizado el tema
sugerencias para una continuidad del caminar teológi-
del pluralismo. Otros consideran este tema como me-
co y pastoral de nuestras comunidades y movimientos. ramente académico o de interés restringido a los euro-
Por varios motivos, no es fácil tratar este asunto, peos. Otros, hermanos y hermanas comprometidos/as
menos todavía en el espacio limitado del capítulo de con la teología negra, india y feminista, se declaran fa-
un libro. Sobre todo porque no se trata de la relación vorables a la teología del pluralismo religioso, pero
entre dos instancias institucionales y monolíticas. No piensan que ya la viven sin necesitar del diálogo aquí
existe una única teología del pluralismo religioso, ni propuesto. Las comunidades indígenas y de matriz
una única teología de la liberación. Ambos movimien- africana son pluri-culturales y pluri-religiosas, y las
tos teológicos son plurales y conviven con la diversi- teologías que surgen de ellas también lo son. Aunque
el tema del pluralismo no haya sido explicitado como
dad. A partir de la teología de la liberación, resumo al-
lo han hecho teólogos/as en otros continentes, ni se
gunos rasgos que más aparecen en uno y otro movi-
haya profundizado la relación entre esas experiencias
miento. Recorreremos el tema, en la medida de lo po-
latinoamericanas y la teología del pluralismo religioso
sible, con el método latinoamericano del "ver, juzgar y
hecha en otros continentes, esos compañeros/as pien-
actuar", incluso sabiendo que estos tres pasos se in- san que ya saben suficientemente de este asunto.
158/ Marcelo Barros Pluralismo cultural y religioso / 159

Sin querer tener ya una respuesta, expreso aquí eclesial. Los problemas a ser abordados eran de na-
una duda o una propuesta de explicación. Mientras turaleza social y económica. A partir de la década de
otros continentes como Asia, América del Norte e in- los 90, en muchos ambientes de la pastoral y de la
cluso Europa tuvieron que confrontarse antes con el teología de la liberación se acentuó la preocupación
pluralismo cultural y religioso, en América Latina, la por la inculturación de la fe y del lenguaje cristiano,
mayor parte del pueblo es católica (o formada por ca- pero siempre en la perspectiva de que era el mundo
tegorías dominadas por la cultura llamada católica). católico o cristiano el que se adaptaba al mundo in-
La teología de la liberación surgió en el seno de grupos dígena o al negro, y no como el desafío de u n verda-
preocupados por ajustar la misión de la Iglesia al ser- dero pluralismo cultural y religioso que no aparecía
vicio del pueblo, en medio de culturas fuertemente ca- sino en pequeños grupos no verdaderamente popu-
tólicas. Hasta los años 90, ni siquiera la cuestión ecu- lares. Puedo estar equivocado y no quiero criticar a
ménica intereclesial pareció interesar mucho a los teó- nadie, pero incluso en ambientes de pastoral popu-
logos clásicos de la liberación. Cuando se hablaba de lar comprometidos y "liberadores", a veces, siento
"ecumenismo", todos se declaraban favorables y abier- una mentalidad muy eclesiocéntrica. Un eclesiocen-
tos, pero contando con que fueran otros quienes tra- trismo que critica curias y cúpulas clericales y que
bajaran el tema. Y cuando se trataba de organizar un realiza un verdadero servicio al pueblo oprimido, pe-
sector ecuménico en una entidad bíblica o teológica, ro que no deja de ser eclesiocentrismo, ya que el
bastaba encomendarlo a un protestante amigo partici- mundo mental y operacional de sus agentes n u n c a
pante en nuestras actividades. No digo esto para criti- sale del ambiente y de los asuntos eclesiásticos. Ahí
car a compañeros y hermanos a los que admiro y esti- el "otro" -cultural y religiosamente otro- no existe en
mo profundamente. Simplemente, intento comprender realidad. Por eso no hay apertura para el pluralismo
la eclesiología vigente en nuestros ambientes eclesiales cultural y religioso.
incluso populares.

Gracias a Dios, desde la década de los 80, en va-


rios trabajos populares y también en el ambiente teo- 2. ORÍGENES Y PRESUPUESTOS DE LA ACTUAL
lógico latinoamericano, comenzó una convivencia y TEOLOGÍA DEL PLURALISMO RELIGIOSO
una colaboración entre católicos y evangélicos. Es pro-
bable que eso haya ocurrido más a causa de la adhe-
sión de compañeros evangélicos a trabajos y temas Una base de la teología cristiana del pluralismo
que los católicos iniciaron y promovieron (CEBs, CEBI, religioso es la comprensión de que Dios es Amor y Sal-
pastoral de la tierra, pastoral indigenista y otros) que vación universal. No restringe su amor y su proyecto
por una verdadera y efectiva eclesiología ecuménica de de vida a una sola religión o camino espiritual. Algu-
los ambientes teológicos católicos, mayoritarios y au- nos de los padres de la Iglesia hablaban de "antiguos"
to-suficientes. Los teólogos de la liberación siempre se testamentos de otros pueblos. Compararon los filóso-
han mostrado favorables al ecumenismo, pero el pro- fos griegos a los profetas bíblicos. Otros decían que to-
blema les parecía como de menor significado social y das las religiones contienen "semillas del Verbo Divi-
Pluralismo cultural y religioso / 161
160/ Marcelo Barros
ra mí no un 'nuevo método', sino la ocasión de com-
no"1. A partir de la década de los 60, la Iglesia católica,
prender el sentido de la religión y del ser discípulo de
a través de la teología del Concilio Vaticano II, y las
Jesucristo. (...). Para mí, la opción fundamental por los
Iglesias evangélicas históricas, a través del Consejo
oprimidos no es solo una opción. Es exigencia que in-
Mundial de Iglesias, profundizaron más esta valoriza-
fluye en mi modo de hacer teología. No podría hacer
ción teológica de las otras religiones2.
teología de las religiones que no estuviera ligada a la
En Europa y América del Norte, varios teólogos/as teología de la liberación. Así, a mi aportación al libro co-
profundizaron el tema del pluralismo religioso a partir lectivo: 'La unicidad cristiana: ¿un mito?', le di el título
del diálogo con las culturas oprimidas. Jacques Du- de: 'Para una teología de las religiones liberadora'3.
puis dejó Europa para vivir, durante años, en medio de Muchos de los teólogos del pluralismo son asiáti-
los pobres de la India. Raimundo Panikkar también. cos, pobres y comprometidos con la liberación de sus
Paul Knitter, un de los teólogos noríeamericanos de es- pueblos. Varios son, incluso, miembros de la ASETT.
te tema, confiesa: "Desde los años 70, he procurado Ésta realizo su 3 a Asamblea General (EATWOT III) en
seguir los pasos de la teología de la liberación, venida Wennapuwa, Sri Lanka, 1979, con el tema: "La lucha
de América Latina. Al comienzo, mi interés era estar de Asia por la plena humanidad". Allí, habló Aloysius
actualizado respecto al método teológico. Después, en Pieris que después publicó: "Una teología asiática de la
1983, en Cincinnati, encontré dos estudiantes de El liberación"4. En este libro, Aloysius lamenta cierta fal-
Salvador que vivían en el exilio porque se habían ex- ta de diálogo: "La teología latinoamericana de la libera-
presado a favor de los derechos humanos y eran per- ción es, hoy, el único modelo válido de teología en el
seguidos por las autoridades de El Salvador, apoyados Tercer Mundo. Sin embargo, ni siquiera ella tiene una
por el gobierno norteamericano. A partir de aquel en- concepción que comprenda el ideal monástico de las
cuentro, mi vida no fue ya la misma. Yo y mi esposa tradiciones asiáticas" 5 .
comenzamos a participar en el 'Movement Sanctuary',
La teología del pluralismo religioso parte de la crí-
asociación ecuménica de Iglesias y sinagogas que da
tica a la pretensión cristiana de ser la verdad absolu-
asilo y protección a los refugiados de América Central.
ta, y de la valorización de las otras religiones como re-
En los años siguientes, cada verano, visité Nicaragua y velaciones del amor de Dios a la humanidad. La teolo-
El Salvador, donde trabajé con comunidades de base y gía de la liberación no tiene dificultad con el primer
colaboré con Jon Sobrino y el obispo luterano Medar- presupuesto de la TPR: la crítica a la pretensión del
do Gómez. (...) La teología de la liberación se volvió pa- absoluto cristiano, pero la tiene con la segunda -la va-
lorización de las religiones- si ésta no es bien com-
1. Justino de Roma, Apología II, 8 y otros, Irineo de Lyon, Clemente de prendida y correctamente interpretada.
Alexandria Ver Faustino Teixeira, Teología das Religióes, urna visáo
panorámica, Sao Paulo, Paulinas, 1995, 22. 3. P. Knitter, Una Terra, Molti religioni, dialogo interreligioso y responsabili-
2. En la Iglesia católica ver Concilio Vaticano II, Declaración Nostra Ae- táglobale. Assisi, Ed. Cittadella, 1998. 28- 29.
tate, Dignitatis Humanae y Constitución Lumen Gentium, 1, 13, 16; 4. A. Pieris, An Asían Theology of Liberation, Orbis Book, Maryknoll, New
Gaudium etSpes, 22, 92 y otros. En el ámbito protestante, ver diversos York, 1988. Traducción: El rostro asiático de Cristo, Sigúeme, Salaman-
discursos de teólogos y la orientación general de las conferencias del c a 1991.
CMI en 1961 en Vancouver: "Jesucristo, Vida del Mundo", y en 1968, 5. A. Pieris, Ídem, 141.
Upsala: "Hago nuevas todas las cosas".
162 / Marcelo Barros Pluralismo cultural y religioso / 163
3 . PRESUPUESTOS PROPIOS DE LA TEOLOGÍA,
propio Cristianismo, lo que, muchas veces, acabamos
DE LA LIBERACIÓN
no haciendo. Decimos que las religiones son todas de
carácter medio idolátrico, menos el Cristianismo; lo
La teología de la liberación nació en medios que cual inmediatamente coloca a la religión cristiana en un
eran críticos hacia las Iglesias y religiones. En la déca- nivel superior y nuestro discurso se vuelve eclesiocén-
da de los 60, en América Latina, muchos cristianos en- trico. Este fue el equívoco contenido en el documento
traron en movimientos sociales consagrados a la libe- Dominus Jesús, de la Congregación de la Doctrina de la
ración del pueblo. La mayoría de estos grupos y movi- Fe: identificar "la fe que salva" con el Cristianismo. En
mientos tenía una larga historia de conflictos con la je- el Encuentro Ecuménico de Teología, en Sao Paulo, pro-
rarquía eclesiástica. Para unir la fe con una acción li- movido por la ASETT, en 1981, lo que más llamó la
beradora, las comunidades cristianas tuvieron que atención de Aloysius Pieris y de ótrc>s hermanos asiáti-
afrontar el poder eclesiástico y hacer una lectura de la cos, fue cómo los teólogos latinoamericanos criticaban
fe y de la Biblia más histórica y menos religiosa. Por la religión. Gustavo Gutiérrez contrapuso "religiosidad
eso, para quien hace teología de la liberación suena co- popular" y "fe liberadora". El biblista José Porfirio Mi-
mo más próximo y familiar el pensamiento de Karl randa sostenía que: "la religión es un mal que debe ser
Barth que opone fe y religión, que el de teologías que destruido"7. Incluso Jon Sobrino, aunque más modera-
ven las religiones de forma positiva y reconocen en to- do, consideraba la religión como una "degradación de la
da tradición religiosa algo de revelación divina. fe"8. En las décadas de los 70 y 80, varios libros y estu-
dios ligados a la teología de la liberación oponían el Dios
Al comienzo del siglo XX, en el medio protestante, de la Biblia, como Dios de la Justicia comprometido con
Karl Barth interpretaba a palabra del Nuevo Testamen- los pobres, a los dioses de otras religiones, acomodados
to de que solo la fe salva, explicando que toda religión al status-quo de este mundo 9 .
es idolátrica y pecadora. La religión es la relación que
las personas instauran con lo divino por sus propias La teología de la liberación tiene razón en su
fuerzas. Por el contrario, la fe es la relación que Dios crítica a la religión. Sin embargo, debemos situar el
instaura, gratuitamente, con el ser humano. La religión Cristianismo en medio de las religiones y no como si
es obra humana. El Dios que ella representa es siempre fuese la religión purificada que no es. Aparte de eso,
un ídolo. Barth concluye: "Nuestra religión consiste en no debemos aplicar este principio a las religiones
la supresión de toda religión, nuestra fe es la invalida- populares y tradiciones del Oriente. Para los teólo-
ción radical de todo lo que es humano: experiencia, sa- gos asiáticos, la crítica de la TL a la religión es u n
ber, propiedad y actividad"6. Diversas veces, incluso en discurso occidental y puede volverse colonialista,
años más recientes, ya he visto estas palabras repetidas porque la propia noción occidental de religión no se
por teólogos de la liberación. Solo que esta posición pe-
7. Cf. J. P. Miranda, El Ser y el Mesías. Sigúeme, Salamanca, 1976, 47ss.
diría un desplazamiento hermenéutico con relación al 8. Cf. A. Pieris, Ídem, 157-158.
9. Ver, por exemplo: Varios autores, La lucha de los dioses (Los ídolos de
la opresión y la búsqueda del Dios Liberador), DEI, Costa Rica, y Cen-
6. K. Barth, Carta a los romanos, BAC. Madrid 1998.
tro Antonio Valdivieso, Managua, 1980.
164 / Marcelo Barros Pluralismo cultural y religioso / 165

puede aplicar a las religiones asiáticas. Éstas no se aceptar el catolicismo popular latinoamericano. De un
reconocen en esta clasificación10. lado, es verdad que, en América Latina, muchas veces,
los opresores, en convergencia con la jerarquía católica,
persiguieron a los movimientos liberadores, sirviéndose
del catolicismo popular y de las religiones negras e in-
4. DIALOGAR A PARTIR DE LAS RUPTURAS
dígenas para legitimar la opresión. Debemos también
NECESARIAS
reconocer que, muchas veces, el catolicismo popular
desarrolló una espiritualidad de la resignación y acep-
Para hablar del diálogo entre teologías de la libe- tación pasiva de los sufrimientos. Las fiestas tradicio-
ración y teologías del pluralismo religioso, me viene a nales de las comunidades negras e indígenas eran usa-
la mente u n a comparación con los cristianos de los das para reforzar la autoridad de políticos populistas y
primeros siglos. A causa del contexto en que vivían, los coroneles autoritarios. Por otro lado, es verdad también
padres de la Iglesia del siglo II son llamados Padres que por parte de los movimientos cristianos liberadores
Apologetas y no Padres Dialogadores, incluso aunque hubo cierta intransigencia religiosa y política, además
en sus apologías hay elementos de diálogo con otras de una dificultad de convivir con lo culturalmente dife-
religiones y culturas. Del mismo modo, desde que na- rente. Solo al final de la década de los 60, cuando sur-
cieron, los movimientos de base y sectores de las teo- gieron las comunidades de base y los movimientos cris-
logías de la liberación fueron perseguidos por imperios tianos populares, se encontró un camino de reconcilia-
y dictaduras y también por la jerarquía romana. Aun ción entre fe y compromiso social. Solo ahí la teología
no pudiendo considerar a la teología de la liberación de la liberación comenzó a dialogar con la sensibilidad
como u n bloque homogéneo y teniendo también en cultural y religiosa del pueblo pobre. Hizo su experien-
cuenta la extrema diversidad de las teologías del plu- cia teológica de pluralismo cultural y religioso.
ralismo religioso, podemos considerar las teologías la-
tinoamericanas como hermanas de las teologías del Podemos concluir: la teología de la liberación solo
pluralismo religioso, comprometidas con la vida y la se encontró en sintonía con la teología del pluralismo re-
justicia para todos. Ambos movimientos teológicos ligioso, su hermana separada, cuando se insertó en el
surgen de u n a relectura de la imagen de Dios en la Bi- diálogo con las religiones indígenas y negras, como tam-
blia, de un diálogo misionero más abierto y respetuo- bién con las expresiones del catolicismo popular. Solo
so con la humanidad, y de teologías contextúales que, con la apertura amorosa a las religiones populares se
ya en la década de los 60, procuraban tomar en serio profundizan, en el ámbito de la teología latinoamerica-
las implicaciones de la encarnación. na, algunos principios teológicos del pluralismo religio-
Muchas personas y comunidades que, en las déca- so11.
das de los 70 y 80, procuraban unir la fe cristiana con
una acción política liberadora, tuvieron dificultad de 11. Por lo demás, muchos de los teólogos y pensadores de la teología del
pluralismo religioso también desarrollaron su pensamiento en el diálo-
go y la Inserción entre las religiones de los pobres de la tierra, como
las grandes religiones asiáticas.
10. A. Pieris, Ídem, 158.
166/ Marcelo Barros Pluralismo cultural y religioso / 167
5. RAÍCES DEL PLURALISMO RELIGIOSO
yente vive en el propio corazón. Esta síntesis es vivida
EN AMÉRICA LATINA
por grupos y personas católicas y evangélicas. Es el
modo de vivir la fe cristiana a partir de las raíces indí-
En contacto con pueblos indígenas, de las más di- genas y negras. Eleazar López afirma: "El pueblo supo
versas etnias y de regiones, tan diferentes como los de reformular su cultura... en el contexto del sistema"(...)
la Amazonia, el Altiplano andino y el Cerrado del Cen- "Releyeron la religión cristiana para dar continuidad
tro-oeste brasileño, descubrimos elementos comunes en ella a las tradiciones ancestrales de nuestros pue-
que con el contacto entre las comunidades se fueron blos..."12. Diego Irarrázaval explica: "De acuerdo con
integrando con elementos de otros grupos y regiones. las características de cada región, y según procesos lo-
Las Iglesias llamaron a esta'síntesis "sincretismo". cales, los pueblos se han desenvuelto en espacios y
tiempos propios que llamamos policéntricos. No se de-
Los pueblos africanos, traídos como esclavos a jan uniformizar. (...) Tenemos una cantidad de modos
Brasil, a Colombia y al Caribe, tenían religiones dife- de invocar y comprender lo sagrado. Parece u n poli-
rentes. A todos ellos las autoridades coloniales y la teísmo; en verdad se trata de policentrismo humano
Iglesia les prohibieron practicar sus cultos. Se vieron con sus referentes religiosos"13.
así obligados a buscar una forma común de expresar
su fe y sintetizaron sus cultos en troncos religiosos co- En las décadas de los 50 y 60, monjes y teólogos
munes. Para sobrevivir, dialogaron también con las re- europeos como Bede Griffiths, Henri Le Saux, Corne-
ligiones indígenas e incluso con el Cristianismo opre- lius Tollens, Jules Mocharán partieron para la India y
sor, realizando una síntesis en cultos de matriz africa- se insertaron en ashram. Vivieron la fe cristiana como
na, como el Candomblé en Bahia, el Xangó en Recife, creyentes hindúes. Igualmente, en América Latina hu-
o la Casa de Mina en Sao Luiz del Maranháo, la San- bo algunas experiencias de comunión de vida entre
tería en Cuba y los cultos negros en Colombia. Esta cristianos y religiones indígenas, como también entre
síntesis espiritual, muy profunda y sufrida, fue desco- cristianos y cultos de matriz africana. En Brasil, des-
nocida y hasta condenada por la jerarquía católica. Sin de los años 50, en el territorio de la actual prelatura de
embargo, fue la primera experiencia hecha por el pue- Sao Félix do Araguaia, una fraternidad de hermanitas
blo latinoamericano de una teología pluri-religiosa, de- de Jesús viven insertas en la aldea de los Tapirapé en
sarrollada no en libros o tesis intelectuales, sino en la una experiencia que valora la cultura y la religión in-
experiencia sufrida y oculta de mucha gente pobre que dígena. En la década de los 70, durante varios años, el
buscó a Dios uniendo experiencias espirituales dife- padre Bartolomé Meliá vivió con los indios Salumá y
rentes pero capaces de complementarse. participaba de la religión indígena. El padre Francois
Ciertamente, es un elemento complejo y diversifi- 12. E. López, 500 años d e resistencia y de lucha de los pueblos d e Améri-
cado. Tal vez, nuestro continente sea donde más se ve- c a contra la opresión, Chiapas, 1991, mimeo 8, citado por D. Irarráza-
val, Inculturación, amanecer eclesial en América Latina, Puno, Lima,
rifica lo que Raimundo Panikkar llama el "diálogo in- IDEA, CEP, 1998, 180.
tra-religioso", una síntesis del pluralismo que el cre- 13. D. Irarrázaval, Inculturación, amanecer eclesial en América Latina,
Puno, Urna, IDEA, CEP, 1998, 178.
168 / Marcelo Barros Pluralismo cultural y religioso I 169

de l'Espinay, ligado a la teología de la liberación, se hi- turas', es una forma impropia de hablar, porque si se
zo miembro de una comunidad de Candomblé en Ba- enraizó verdaderamente en culturas diferentes de la
hía14. occidental, se enraizará también en tradiciones religio-
sas diversas"15.
En América Latina, desde el inicio de la "caminha-
6 . LOS PLURALISMOS DE LA RESISTENCIA da" popular, hemos tenido que vivir y profundizar cier-
CULTURAL Y RELIGIOSA DEL PUEBLO tas discusiones de la teología del pluralismo sobre la
(El contexto en el que surgieron las universalidad de la salvación, la unicidad de la media-
teologías latinoamericanas) ción de Cristo, la relación entre la revelación bíblica y
otras revelaciones. En 1976, Leonardo Boff fue asesor
En América Latina, más que el pluralismo de ex- de un encuentro entre cristianos y creyentes del Can-
periencias religiosas separadas, la mayor parte del domblé en Bahia. Allí, por primera vez, él defendió el
pueblo vive esta pluralidad de experiencias religiosas sincretismo como expresión de catolicidad de la fe16 y
como una forma original de pertenencia al Cristianis- desarrolló algunas bases teológicas de una teología la-
mo. Hoy, la teología del pluralismo religioso profundi- tinoamericana del pluralismo religioso. En 1982, en
za el sentido de la "doble pertenencia". El teólogo fran- Cuiabá, Mato Grosso, el Consejo Indigenista Misione-
cés Claude Geffré declara: "En la medida en que el ro, CIMI, realizó una asamblea sobre "Biblia y mitos
Cristianismo no hace número con una otra religión, indígenas". Junto con Carlos Mesters, asesoré esta
creo en la posibilidad de una 'doble pertenencia'. Tal asamblea con el tema del pluralismo.
persona, convertida a Jesucristo, bautizada, que vive
A medida que la reflexión teológica deriva de una
realmente del Espíritu de Cristo, me parece que, en el
pastoral que asume un compromiso de servicio y co-
orden espiritual de la disciplina corporal y mental de
munión con todos los indios y no solo con los indios
la ascesis y hasta en el orden de los gestos de adora-
cristianos, con todos los hombres y mujeres de las co-
ción y alabanza, es capaz de continuar asumiendo ele-
munidades negras, y no solo con quien es cristiano, se
mentos extranjeros al Cristianismo histórico.
trata, evidentemente, de una pastoral y u n a teología
Estoy convencido de que esos casos de 'doble per- macro-ecuménica que, desde el principio tuvo que vér-
tenencia' prometen nuevas figuras históricas del Cris- selas con el pluralismo cultural y religioso inherente al
tianismo. La forma que tomó realmente el Cristianis- universo indio, negro y feminista de América Latina.
mo histórico, desde hace 20 siglos, no prejuzga el fu- Las sensibilidades e intuiciones de la práctica pas-
turo y no prohibe la utopía de un verdadero 'Cristia- toral de la liberación se juntan en el respeto y en el diá-
nismo mundial', un Cristianismo que siendo siempre
idéntico a sí mismo, esté verdaderamente enraizado en 15. C. Geffré, Profession Théologien, París, Ed. A. Michel, 1999, 242.
todas las grandes culturas. Decir 'enraizado en las cul- 16. Se trata de la primera redacción del texto que depués se convertiría
en el capítulo 7" del libro Igreja, Carisma e Poder (cfr supra). Tras el en-
cuentro histórico en Salvador, la conferencia d e Leonardo fue publi-
14. F. De L'Espinay, Igreja e Religiáo Africana do Candomblé no Brasil, ¡n c a d a en "Revista de Cultura Vozes". n. 71, 1977, 53- 68.
7?fc'B 47~. Dezembro 1987, 870.
170 / Marcelo Barros Pluralismo cultural y religioso / 171
logo con la pluralidad de Cristianismos posibles en la
unidad cristiana y el diálogo inter-religioso restringido
historia de los pueblos latinoamericanos. Personal-
casi a relaciones diplomáticas entre las cúpulas de las
mente, pienso que, a pesar de ser macro-ecuménicas,
religiones consideradas "nobles" por los prejuicios oc-
por su origen y naturaleza, la evolución del mundo y
cidentales de siempre. El macro-ecumenismo, más
los nuevos desafíos religiosos hacen que estas teolo-
que u n simple diálogo, propone u n camino de unidad
gías necesiten también, tanto como otras, del diálogo
en el servicio y en el testimonio de la solidaridad en de-
con la teología del pluralismo religioso.
fensa de los pueblos oprimidos17.
En este libro encontramos reacciones de algunos
7. MACROECUMENISMO LATINOAMERICANO autores, tanto respecto a un ecumenismo o pluralismo
religioso que no reconozca verdaderamente la diversi-
dad legítima y no católico-romana de las culturas po-
En América Latina, desde 1992, cuando los diver- pulares latinoamericanas 18 como respecto a la infeliz
sos grupos sociales se dividían en las conmemoracio- tendencia de cierta escuela teológica occidental de di-
nes del quinto centenario de la conquista, grupos indí-
vidir a teología en Teología 1 y Teología 2. Esta preten-
genas y de cultura afro-americana aprobaron, en el
sión de universalidad de la teología occidental es toda-
Primer Encuentro Continental de la Asamblea del Pue-
vía colonizadora y poco respetuosa hacia las diferen-
blo de Dios (APD), el término "macro-ecumenismo" pa-
cias. Sin embargo, no venceremos esta tendencia ais-
ra significar un nuevo ecumenismo que fuera más allá
lándonos o dejando de tratar los temas que son desa-
de la unidad entre las Iglesias cristianas oficiales, in-
fíos para todos los cristianos y para nuestros grupos
tegrara el encuentro intercultural en la relación entre
también. Del mismo modo como, en la década de los
religiones, y superara también la llamada "incultura-
70, la teología de la liberación precisó trabajar la Cris-
ción" como estrategia misionera de inserción de la Igle-
sia en los pueblos indígenas y comunidades negras, tología y la Eclesiología a partir de las luchas sociales
consideradas cristianas, aunque de otras culturas. El de los pobres, las actuales teologías indias, negras y fe-
macro-ecumenismo da a la dimensión inter-cultural la ministas necesitan contribuir con la elaboración de
misma importancia de la relación interreligiosa y llama esos temas "nuevos" a partir de su experiencia concre-
a las Iglesias a superar la comprensión de una autoa- ta y del interés de los oprimidos que representamos.
firmación que desconoce al otro como otro y con sus Hasta porque tenemos que dialogar no solamente con
derechos culturales y religiosos autónomos. los indios, negros y mujeres ya incorporados a "grupos
de la caminhada", sino con sectores de indios, negros
Los medios oficiales de Iglesia contestaron la vali- y mujeres empobrecidos en general; con personas de
dez del término "macro-ecumenismo". De hecho, como culturas oprimidas ya comprometidas con la cultura
no existe un "micro-ecumenismo", el término formado
por el prefijo macro no parece feliz. Pero, históricamen- 17. Manifiestos del I o y 2" Encuentros de la Asamblea del Pueblo de Dios.
Ver también M. Barros, OSonho da Paz, Ed. Vozes, 1996. Ver, especial-
te, tal expresión fue necesaria para superar la división mente, el capítulo 3: La Unidad de las Religiones Populares.
artificial entre el ecumenismo como movimiento por la 18. Ver el texto de A. Lampe, Intolerancia religiosa contra el pluralismo re-
ligioso, el segundo capítulo de este mismo libro.
172 / Marcelo Barros Pluralismo cultural y religioso / 173

dominadora del neo-liberalismo. O nos salvamos jun- hoy, superado. Pero contenía los elementos fundamen-
tos o nos perdemos todos. tales de la apertura al pluralismo que los autores y no-
sotros proseguimos. Se llamaba: "'Las etapas pre-cris-
üanas del descubrimiento de Dios"19. En su obra "Teo-
logía abierta para el laico adulto", en diferentes ocasio-
8. E L CAMINAR LATINOAMERICANO Y
nes, J.L. Segundo vuelve al tema de la universalidad
EL PLURALISMO MÁS AMPLIO
de la gracia de Dios y del reconocimiento de la presen-
(Todavía algunos recuerdos mas)
cia y acción divinas más allá de las Iglesias cristia-
nas 20 . Hacia la mitad de los años 80, la colección 'Teo-
La teología latinoamericana creció a partir de ges- logía y Liberación" que, por motivos eclesiales y con-
tos proféticós de obispos que»asumieron posiciones yunturales, continúa incompleta, se propuso ser una
que iban más allá de los escritos, En 1970, Dom Hél- síntesis de toda a teología de la liberación. Desde el ini-
der Cámara participó en la Conferencia de las Religio- cio, se abrió a la dimensión del pluralismo cultural y
nes por la Paz en Kyoto, Japón. ¿Por qué fue invitado? religioso de nuestros pueblos. Tiene u n volumen sobre
¿Acaso su palabra y su gesto no tendría que ver con el "El rostro indio de Dios" e iba a tener uno sobre las re-
camino de la teología de la liberación? Al contrario, su ligiones de matriz africana; antes de concluirlo, el au-
participación en esa asamblea interreligiosa habría si- tor falleció.
do inviable si la TL no hubiese preparado el camino y
hubiese profundizado la misión como construcción de Sobre el pluralismo religioso más amplio, no se
la Paz y de la Justicia. El discurso de Dom Hélder en previo ningún volumen específico, aunque algunos au-
Kyoto se centró en la afirmación: "Las religiones y ca- tores estuviesen abiertos al tema. Julio de Santa Ana
minos espirituales deben dialogar y caminar juntos dio al libro "Ecumenismo y Liberación" el sub-título de
para ser conciencia ética de la humanidad y grito pa- "Reflexiones sobre la relación entre la unidad cristiana
y el Reino de t>iós". El aborda siempre el Ecumenismo
cífico de los empobrecidos".
a partir de la visión más amplia de la unidad del "Pue-
En algunos libros de la teología de la liberación blo de Dios". En el último capítulo, "Desafíos para el
hay alusiones al reconocimiento de la presencia y ac- movimiento ecuménico en América Latina", propone
ción divinas en las religiones populares y en otras re- un diálogo inclusivo y dice: "Las Iglesias deben recor-
ligiones. J u a n Luis Segundo hizo una lectura de la fe dar que el primer país independiente de lo que es hoy
pluralista y abierta al diálogo, no solo con otras religio- a América Latina fue Haití. En la lucha por la libera-
nes, sino con los ateos y toda la humanidad. Todavía ción del pueblo haitiano, el Vudú tuvo una función
en la década de los 60, cuando, en América Latina, es-
te tema no era tratado, J u a n Luis Segundo escribe un 19. J.L. Segundo y P. Sanchis, As etapas pré-cristás da descoberta de
Deus. Petrópolis, Ed. Vozes. 1969.
pequeño libro, junto con Pierre Sanchís, que fue la pri- 20. J. L. Segundo. Teología Abena para o Leigo Adulto, Loyola, 1977. Ver
mera ayuda que yo, todavía joven estudiante de teolo- especialmente en el 2° volumen Graca e Condkpáo Humana, el ca-
gía, recibí para abrirme a las otras religiones y cultu- pítulo: O Vaticano II e a redencáo do mundo. También en la presen-
tación del 3" volumen: A nossa idéia de Dios. Él pregunta: "¿Dios exis-
ras. El título mismo del libro es todavía ambiguo y, te? ¿Qué Dios?".
174 / Marcelo Barros Pluralismo cultural y religioso I 175

preponderante. Cuando una religión tiene esta capaci- sión de la fe cristiana y de la misión de la Iglesia reino-
dad de motivación para la libertad no puede ser deja- céntrica o, traduciendo de forma más concreta, sim-
da de lado por el Evangelio de Cristo, que es poder de plemente centradas en la defensa de la vida del pueblo
liberación"21. y del universo.

Cuando José Luis Caravias y yo escribimos 'Teo-


logía de la Tierra", aunque teníamos pocos datos, pu-
9. INTENTO DE SÍNTESIS
blicamos un apéndice sobre Teología palestina y mu-
sulmana de la Tierra"22.
La teología del pluralismo religioso surgió en Eu-
A pesar de estos y otros testimonios puntuales,
ropa, Asia y América del Norte en u n contexto en el
debemos reconocer que el pluralismo religioso no fue
que el Cristianismo deja de ser la'cultura dominante.
un tema central de la teología de la liberación. En di-
En un mundo en el que uno de los fenómenos que más
versos artículos y libros, Diego Irarrázaval desarrolla
crecen es el fundamentalismo religioso, la teología del
una comprensión de misión respetuosa del pluralis-
pluralismo y del diálogo es esencial para construir un
mo. Para citar un ejemplo: "Otro desafío es la plurifor-
mundo de paz y de justicia.
midad religiosa, con sus acertadas o erróneas búsque-
das de vida plena. Comenzamos a ver que a practican- La teología del pluralismo religioso, ¿es un nuevo
tes de otras religiones les llega el misterio de salvación paradigma para la teología de la liberación? Varios au-
en Jesucristo 'por la acción invisible del Espíritu'23. tores latinoamericanos alertan ante el riesgo de usar la
expresión nuevos paradigmas con tanta facilidad que
Lo que en los ambientes de la teología latinoame-
el término acabe no diciendo nada. Hay quien, en teo-
ricana hay de más lúcido y profundo de teología del
logía, llama "nuevo" a lo que de hecho no es nuevo25.
pluralismo religioso es el trabajo de investigación y Sin embargo, no se puede negar que, actualmente, el
producción de Faustino Teixeira y del grupo que él ani- saber teológico está llamado a basarse no solo en la ra-
ma en el Departamento de Ciencia de las Religiones de cionalidad occidental, y debe incorporar temas nuevos:
la Universidad Federal de Juiz de Fora24. Él sintetiza la la subjetividad, la corporalidad, las cuestiones afecti-
importancia del pluralismo religioso y lo une a una vi- vo-sexuales, la ecología, la paz y la justicia internacio-
nal y el desafío del pluralismo y del diálogo inter-reli-
21. J. de Santa Ana, Ecumenismo e libertando. Reflexoes sobre a rela-
c á o entre a unidade crista e o Reino d e Deus. Vozes, Petrópolis, gioso, entre otros. Ello marca la agenda teológica de
1987, 303. este inicio del milenio e impone nuevos temas y desa-
22. M. Barros, y J. L. Caravias, Teología da Terra, Vozes, 1988, 290- 295.
23. D. Irarrázaval, Inculturación, Ídem, 55. el autor cita el documento fíos a toda la teología cristiana, y por tanto también a
"Diálogo y Anuncio" de la Comisión Pontificia para el Diálogo Interre- la teología de la liberación. El pluralismo cultural y re-
ligioso y Congregación para la Evangelización de los Pueblos, 1991,
n. 29-30. ligioso es nuevo paradigma para la teología de la libe-
24. Cf. F. Teixeira, Diálogo de Pássaros; nos caminhos do diálogo inter-re-
ligioso, Sao Paulo, Ed. Paulinas, 1993. Teología das Religióes, Urna Vi-
sáo Panorámica, Paulinas, 1995. Y muchos artículos en diversas revis- 25. M. Fabri, en Varios autores e autoras, Teología Aberra ao Futuro. So-
tas teológicas brasileñas e internacionales. ter/Loyola, Sao Paulo, 1997, 7.
176 / Marcelo Barros Pluralismo cultural y religioso I 177
ración y para toda la vida cristiana. En cuanto a la teo- lismo cultural que directamente en la cuestión de
logía del pluralismo religioso, ella abre un debate im- las religiones. Es la interpretación que podemos dar
portante, y debe ser tomada en serio, pero no sé si es, a la nota de conclusión del 6fl Encuentro misionero
en sí misma, un paradigma nuevo para la teología de del COMLA en Paraná, Argentina, en la que l o s / a s
la liberación. Varios de sus elementos no son nuevos participantes escriben: "Desde América Latina, pos-
para nuestra práctica y reflexión. En relación a los que tulamos u n encuentro dialogante con las demás re-
son realmente nuevos, hemos de distinguir los que son ligiones y culturas del mundo, donde ya actúa el Es-
universales y los que provienen de otro contexto hu- píritu, y así, introducirlas en la plenitud del Evan-
mano y teológico. gelio" (COMLA-6)26. Esta última consideración "y así
La teología del pluralismo religioso se desarrolló introducirlas en la plenitud del evangelio" deja bien
en Asia, donde el Cristianismo es minoritario y no claro eso. Se trata de u n congreso de la jerarquía de
tiene nada que aportar a la sociedad si no dialoga la Iglesia que sigue las orientaciones del Vaticano y
con otras tradiciones religiosas. La realidad latinoa- del papa, expresadas en encíclicas como Redempto-
mericana es diferente de la de Europa, de la de ris Missio que se abren al pluralismo religioso y al
América del Norte y de la de Asia. También entre no- diálogo con el otro, pero que en el fondo privilegian
sotros, las migraciones y los medios de comunica- más el anuncio de la fe cristiana que el diálogo, y
ción imponen u n a realidad pluricultural y plurireli- consideran el Cristianismo como u n a revelación su-
giosa, pero, aquí, el Cristianismo todavía es mayori- perior que debe ser propuesta a los no cristianos,
tario y hegemónico. Las Iglesias tienen la tentación aunque de u n a forma respetuosa (cf. RM 55).
de aceptar la teología del pluralismo religioso y asu- También en América Latina la mayoría los teólo-
mir el diálogo, allí donde son minoritarias, y de ser gos mantienen esta ambigüedad. Algunos textos re-
menos abiertas allí donde todavía son mayori tartas* cientes y la orientación de la Federación de los Obis-
Eso no ocurre con grupos de la teología de la libera- pos de Asia parecen mucho más abiertas al pluralismo
ción, pero el hecho es que muchos se han abierto religioso que los documentos emanados del episcopa-
más a la teología del pluralismo a partir de los de- do latinoamericano e incluso de algunos de nuestros
safíos de la inculturación de la misión; lo que reve- más queridos teólogos y misiólogos27. Todo eso me ha-
la todavía u n a perspectiva restringida y de cierta ce pensar que la teología del pluralismo cultural y re-
forma eclesiocéntrica, aunque con un eclesiocen- ligioso desafía a la TL a profundizar una nueva eclesio-
trismo aparentemente menos cerrado y colonialista, logía y una nueva misiología.
porque está inculturado. La perspectiva parece ser
menos la de convivir con la diversidad religiosa que
la de aceptarla como diversa de la cultura dominan-
te, pero solo para mejor realizar el anuncio de la fe
cristiana. De cualquier modo, la teología de la libe-
26. Citado por D. Irarrázaval, Ídem. 158.
ración se ha abierto a esta dimensión del pluralismo 27. Ver, por ejemplo el Documento "Lo que el Espirito dice a las Iglesias"
religioso, insistiendo más en la dimensión del plura- de la Federación de los Obispos de la Asia, mayo de 1999. Publicado
en SEDOC. julio de 2000.
178/ Marcelo Barros Pluralismo cultural y religioso / 179

10. ESBOZANDO ALGUNAS PERSPECTIVAS En América Latina, con excepción del estado de
PARA EL CAMINO guerra civil que envuelve a Colombia, no tenemos un
país en guerra, pero varios viven conflictos casi perma-
nentes entre sectores de su población autónoma y el
Por los diversos motivos ya aquí expuestos, en
aparato de represión del Estado. En Ecuador, la CO-
América Latina, la teología del pluralismo religioso ha
NAIE (Confederación de Nacionalidades Indígenas del
de ser, en primer lugar, teología del pluralismo inter-
Ecuador) ya derribó un presidente de la República y,
cultural. Esta ampliación del tema no lo deja inmune.
otras veces, influyó mucho para cambiar la conyuntu-
Lo transforma. Relativiza el aspecto institucional reli-
ra nacional. La realidad de miseria a que la política
gioso y da más importancia al elemento cultural pre-
económica neo-liberal redujo diversos países del conti-
sente en toda religión. Es como si reescribiese o retra-
nente y amenaza a casi todos los demás, y provoca
zase en lugar diferente el corte que divide las diversas
una situación de conflictos que constituye lo que, en
instancias del diálogo. El corte vertical que divide cada
otro momento, los estrategas americanos llamaban
religión en una columna autónoma queda superado
"conflictos permanentes de baja intensidad". En este
porque en la misma columna, o en la misma religión,
contexto, las categorías de trabajadores están desmo-
personas o grupos de culturas diferentes se comportan
vilizadas, los partidos políticos confusos y los sindica-
y tienen problemas que los diferencian de otras perso-
tos sin fuerza. El discurso de las luchas por la libera-
nas y grupos de la misma religión provenientes de
ción que en los años 70 movilizaba tanta gente, no en-
otras culturas.
cuentra apoyo y raíz en las bases de las poblaciones.
Este pluralismo intercultural puede, aquí entre Hemos de encontrar otros discursos y otras estrategias
nosotros, profundizar un diálogo con los humanismos de resistencia y defensa. Así como en África, también
contemporáneos de carácter no religioso o incluso en medio de nuestra población no hay muchos grupos
ateos. Al final de los años 60, teólogos de la liberación con una conciencia antimilitarista, con una percep-
como Hugo Assmann y Franz Hinkelammert, empren- ción clara de lo que en esta región significa el comer-
dieron u n diálogo profundo y positivo con el marxismo. cio de armas, y cómo está ligado al tráfico de drogas.
En los años 80, J u a n Luis Segundo profundizó el diá- En Brasil y en otros países de América Latina, algunos
logo con lo que él llamó "el hombre y a mujer moder- grupos espiritualistas actuales han desarrollado una
nos". El reconocimiento actual de un inmenso plura- mística de la paz sin ligarla suficientemente a la cues-
lismo cultural nos lleva a dialogar con amplias porcio- tión de la justicia y de la solidaridad con los más opri-
nes de la población que, aunque no situadas en ningu- midos. En la mayoría de las veces, la relación con ellos
na tradición religiosa, quieren caminar con nosotros se revela enriquecedora para los dos lados y puede
en la busca de la paz, de la justicia y de la salvaguar- comportar un enfoque nuevo a la cuestión del pluralis-
da del universo. En este sentido, la experiencia de los mo cultural. Incorpora datos de la sicología transper-
encuentros del Foro Social Mundial es una experiencia sonal y de la sabiduría oriental, se abre a una sensibi-
matriz para una nueva teología del pluralismo cultural lidad terapéutica y artística que normalmente no es
y religioso. nuestra experiencia. Y podemos contribuir a llevar esa
180/ Marcelo Barros Pluralismo cultural y religioso /181

riqueza a grupos de base y a trabajos de resistencia del tante y decisiva para a teología del pluralismo religio-
pueblo más pobre. Ciertamente, más que en otras re- so en América Latina es la de insertarse en el modo de
giones del mundo, en América Latina, la teología del ser pluralista del pueblo más pobre y de aprender en la
pluralismo intercultural e interreligioso ha de privile- inserción entre las comunidades de matriz indígena y
giar y profundizar una nueva y crítica teología de la negra el camino espiritual básico para la teología del
paz y de la no violencia activa, en América Latina, po- pluralismo, o sea, su raíz fundamental: una espiritua-
co desarrollada y poco asumida. lidad abierta al otro y verdaderamente altruista. El ca-
mino para la teología del pluralismo cultural y religio-
Considero que uno de los mayores desafíos de la so en América Latina es el de la base, de la inserción y
teología y de la pastoral del pluralismo inter-cultural y de la solidaridad. Para retomar un modo de hablar co-
inter-religioso en América Latina es asumir la herencia mún cuando se discute el pluralismo, esta teología
de algunos pastores de la Iglesia que, en los años 70, nueva no es cristocéntrica y menos'todavía eclesiocén-
a partir de las opciones fundamentales de la teología trica. Sería "vida-céntrica", esto es, centrada en el pro-
de la liberación y de una fuerte intuición profética tu- yecto de vida para todos. Entonces se unirá con toda
vieron en América Latina y para todo el mundo una una sensibilidad que podemos llamar "holismo popu-
palabra original y de apelo espiritual. Su mensaje es lar" que encuentro en el bello poema de uno de los ma-
básico para un nuevo pluralismo cultural y teológico. yores poetas brasileños con el que concluyo esta con-
Es importante recordar a Dom Hélder Cámara con su versación:
"Presión moral liberadora", o su movimiento de "Mino-
rías abrahámicas" y otras propuestas proféticas, al "Más allá de la Tierra, más allá del Cielo / en el
servicio de los pequeños. Del mismo modo, Monseñor trampolín del sinfín de las estrellas, / en el rastro de
Osear Romero, Mons. Leónidas Proaño y otros. Ellos li- los astros, / en la magnolia de las nebulosas. / Más
deraron un movimiento espiritual e inter-cultural por allá, mucho más allá del sistema solar, hasta donde
la paz, justicia y no violencia activa, de un modo lati- alcanzan el pensamiento y el corazón, / ¡vamos! /
noamericano. La teología de la liberación desarrolló Vamos a conjugar el verbo fundamental esencial, / el
una reflexión sobre justicia y solidaridad, sobre la con- verbo transcendente, encima de las gramáticas, y del
flictividad inherente al Reino de Dios, pero no asumió miedo y de la moneda y de la política, / el verbo
estos temas de la paz, de la no violencia, del anti-mili- siempreamar, / el verbo pluriamar, / razón de ser y de
tarismo y otros, hoy urgentes. La teología del pluralis- vivir" (Carlos Drummond de Andrade)29.
mo religioso nos puede llevar de vuelta a estos temas,
al ponernos en contacto con maestros espirituales de
otras religiones y de otros continentes 28 . Marcelo Barros
Golas Velho, Golas, Brasil
Finalmente, para mí, la perspectiva más impor-
Traducido del portugués por. José María Vigil

28. Varios autores, Hélder, O Dom. Vozes, 1999. J. Sobrino, J. M. Barró, R.


Cardenal, La Voz de los sin voz. San Salvador, UCA, 1980. Trad. al por- 29. C. D. De Andrade, Amar se aprende Amando, citado por C. C. Ma-
tugués: A Voz dos Sem Voz. Paulinas, 1987. céelo, \magem do Eterno, Sao Paulo, Ed. Moderna, 1990.
Reseñas sobre los autores /183

ARICANDO LAMPE

Nacido en Aruba, Caribe, en 1958, estudió teología en


la Universidad Católica de Nijmegen y defendió su tesis doc-
toral en 1988 en la Universidad Libre de Amsterdam. Tiene
maestría en sociología de la Universidad Iberoamericana e
hizo el programa de doctorado en Estudios Latinoamerica-
nos en la Universidad Autónoma de México. Actualmente es
RESEÑAS SOBRE LOS AUTORES docente en el Instituto Pedagógico de Aruba. Entre sus pu-
blicaciones se encuentran:
FRANZ L. DAMEN Historia do Cristianismo no Caribe, Ed. Vozes, Petrópo-
lis 1995 (traducido al español: Breve historia del cristianis-
Belga de nacimiento (1944), pasionista, estudió teolo-
gía, indoiogía y antropología cultural. Con una larga estan- mo en el Caribe, Universidad de Quintana Roo, Chetumal,
cia en Bolivia dedicado a la pastoral indígena, a la enseñan- 1997);
za y a la investigación, especialmente de los nuevos movi- Mission or Submission? Moravian and Catholic Missio-
mientos religiosos y las culturas indígenas. Ha publicado, naries in the Dutch Caribbean During the Nineteenth Century,
entre otras obras: Vandenhoeck & Ruprecht, Góttingen 2000;
Crisis and Religious Renewal in the Brahmo Samqj Christianity in the Caribbean. Essays on Church His-
(1860-1884), (Orientalia Lovaniensia Analecta, 9), Leuven- tory, The University of the West Indies Press, Kingston 2001.
New Delhi 1983, 368.
Correo-e: arlampe@yahoo.com
El Desafio de las Sectas, (Fe y Compromiso, 5), La Paz-
Oruro, 1988, 108.
DIEGO IRARRÁZAVAL
Hacia una Teología de la Inculturación CBR, La Paz
1989, 45. Chileno, nacido en 1942. Sacerdote de la Congregación
de Santa Cruz. Colabora en la pastoral indígena en el alti-
La Cuestión de las "Sectas", Oruro-La Paz, 1990, 116p. plano de Perú. Párroco de Chucuito, y director del Instituto
F. Damen y E. Judd (eds,), Cristo Crucificado en los Pue- de Estudios Aymarás (1981-2003). Asesora diversos eventos
blos de América Latina Antología de la Religión popular, Ab- teológicos en América Latina. Autor de: Teología en la fe del
ya-Yala/IPA, Quito-Cusco 1992, 417. pueblo (DEI, Costa Rica); Audacia Evangelizadora (Verbo Di-
vino, Cochabamba, Bolivia); Inculturación (CEP, Lima, Perú),
"Sectas", en: I. Ellacuría y J. Sobrino (eds.), Mysterium entre otros escritos. Presidente de la Asociación Ecuménica
Uberationis. Conceptos fundamentales de la teología de la li- de Teólogos del Tercer Mundo (2001-2006).
beración, Trotta, Madrid 1990, T. 2, 423-445.
La Fiesta de la Pasión en Obrajes, Ed. Abya Yala, Quito
1996, 266.
184 / Reseñas sobre los autores Reseñas sobre los autores I 185

ANTONIO APARECIDO DA SILVA Knitter, que ha hecho siempre una teología muy enrai-
zada en la biografía, ha sido y es un admirador de la teolo-
Maestrado en Teología moral en la la Facultad de teo-
gía de la liberación, a la que se acercó en busca de luces pa-
logía de N.S. de la Asunción, en Sao Paulo, de la que fue di-
ra la metodología científica teológica, pero en la que encon-
rector de 1984 a 1987. Actualmente es profesor de teología
tró una luz para recomprender el cristianismo y el segui-
en Sao Paulo y presidente de Atabaque Cultura Negra y Teo-
miento de Jesús. Knitter viene sosteniendo hace años que es
logía, Sao Paulo. Miembro de la Asociación Ecuménica de
necesario un diálogo y colaboración entre teólogos de la li-
Teólogos del Tercer Mundo.
beración y los teólogos del pluralismo religioso. Este libro es
tal vez la respuesta más explícita de los teólogos latinoame-
LUIZA E. TOMITA ricanos a esa invitación expresada por Knitter en el artículo
que aquí reproducimos con permiso del autor.
Laica, brasileña, natural de Sao Paulo. Maestrada en
Teologia con concentración en Estudios Bíblicos. Doctoran-
da en Teología Feminista por la Facultad Metodista de Sao FAUSTINO TEIXEIRA
Paulo y miembro de NETMAL, Núcleo de Estudios Teológi-
Nacido en Juiz de Fora-MG, Brasil, en 1954, Faustino
cos de la Mujer en A.L. de la misma. Profesora de teología en
Luis Couto Teixeira. Cursó maestrado en teología, en la Pon-
Institutos de Teología de Sao Paulo. Coordinadora Teológica
tificia Universidad Católica de Rio de Janeiro, y doctorado
de la ASETT en América Latina.
en la Pontificia Universidad Gregoriana, Roma. Posterior-
mente, cursó posdoctorado en la misma universidad italia-
na, y pasó a dedicarse al estudio del diálogo interreligioso.
PAUL KNITTER
Actualmente es profesor de Teología en el Departamen-
Uno de los máximos exponentes actuales de la Teología
to de Ciencias de las Religiones de la Universidad Federal de
de las religiones en su formulación pluralista. Profesor
Juiz de Fora, donde coordina el programa de posgraduación
(emérito en 2002) de la Xavier University of Cincinnati,
en ciencias de la religión".
EEUU. Antiguamente misionero del Verbo Divino, fue testi-
go de los cambios de paradigma que en teología de las reli- Ha publicado varios libros, y muchos artículos en revis-
giones se inició precisamente en los tiempos del Concilio Va- tas brasileñas y extranjeras, sobre todo en las revistas de la
ticano II, cuando él estudiaba en Roma. Católico, hizo la te- Editora Vozes, Revista Eclesiástica Brasüeira, Convergencia
sis doctoral en el Departamento de Teología Protestante de y Concúium.
la Universidad de Marburg, Alemania. El libro que le hizo fa- Es asesor en el ISER-Assessoria y ofrece cursos, confe-
moso fue No Other Ñame? rencias, seminarios y asesoramientos en incontables en-
A Critical Survey ofChristianAttitudes Toward the World cuentros y cursos de pastoral.
Religions, todavía no traducido al castellano. Su último libro, Página personal:
Introductng Theologies of Religions (Orbis Books, 2002) pre-
http: / /www.empaz.org/dudu/du_cur.htm#Pessoais
senta una nueva y original presentación del conjunto de los
diversos paradigmas de la teología de las religiones.
186 / Reseñas sobre los autores Reseñas sobre los autores / IM/
JOSÉ MARÍA VIGIL Entré al monasterio benedictino con 18 años. Durante
Nació en Managua, Nicaragua... la segunda vez. La pri- 3 años, viví con hermanos evangélicos (comunidad de Taizé
mera lo trajeron a mundo en Zaragoza, España. Estudió teo- en Olinda) y trabajé con Dom Hélder Cámara para asuntos
logía en Salamanca y Roma, y sicología en Salamanca, Ma- ecuménicos.
drid y Managua. Escribió su primer libro en 1975: "La polí- Me adhería esta comunidad benedictina porque necesi-
tica de la Iglesia apolítica". Fue profesor de teología de la taba una comunidad de monjes en medio del pueblo y con
Universidad Pontificia de Salamanca en su sección del CRE- la opción de la Iglesia de los pobres. Trabajé 14 años en el
TA, y en la UCA de Managua. Acompañó durante trece años secretariado nacional de la Pastoral de la Tierra y, hasta
Nicaragua y actualmente trabaja desde Panamá. Ha publi- hoy, lo que más me gusta es asesorar grupos de labradores
cado más de 200 artículos en revistas teológicas y pastora- y ser llamado para algún encuentro con el MST. También
les, y más de 100 en periódicos. Entre sus últimos libros es- me realizo cuando estoy con grupos negros e indígenas, pe-
tán "Espiritualidad de la liberación", con Pedro Casaldáliga ro mi experiencia ha sido más ser testimonio de la presen-
(19 ediciones en 17 países en 4 idiomas), y "Aunque es de cia de Dios en los "terreiros" de Candomblé que frecuento
noche: hipótesis psicoteológicas sobre la hora espiritual de contemplativa y amorosamente.
América Latina en los 90". Publica anualmente, desde hace Vivo escribiendo: tengo 25 libros escritos y una buena
13 años la "Agenda Latinoamericana" (en 6 idiomas en 18 porción de artículos.
países, http://latinoamericana.org). Ha sido Secretario Eje-
cutivo de la Confederación Claretiana Latinoamericana (CI- http://www.empaz.org/marcelo/marc_conversa.htm
CLA), de cuyo "Diario Bíblico" (http://diariobiblico.org, dis- http://www. empaz. org
tribuido en 15 países) ha sido el iniciador. Pertenece a
ASETT, Asociación de Teólogos del Tercer Mundo, y trabaja
teológicamente en internet desde los "Servicios Koinonía"
(http: / /servicioskoinonia.org).

MARCELO BARROS

Soy Marcelo Barros, monje benedictino de la comunidad


de Goiás y peregrino de Dios, que busca testimoniar su amor
allí donde soy llamado a asesorar grupos de base, coordina-
dores eclesiales y personas que tratan de vivir una espiritua-
lidad ecuménica vinculada a la paz, la-justicia y la comunión
con la naturaleza.
Natural de Camaragibe, Recife, Brasil, nací en una fa-
milia católica de obreros muy pobres y soy el mayor de tres
hermanos y seis hermanas.
Comprometido y politizado, por Dios y por sus Pobres, este libro
quiere ser eco y voz de un fecundo casamiento que empieza a cele-
brarse entre la teología del pluralismo religioso y la teología de la
liberación. Esta teología, casada, es la adecuada y urgente terPñ nni;
del Tercer Mundo, la teología del mundo globalizado para
para bien, la teología del Dios vivo y vivificador y de nuestre
Humanidad perdida y se

La colección es un nuevo lugar de encuen-


tro de la teología latinoamericana, que da cabida a la pro-
ducción de avanzada en las fronteras del pensamiento
teológico latinoamericano y mundial desde las opciones
teológicas peculiares de nuestro Continente*

litro Bíblico
©roo Divino

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