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CIF Círculo de Integración Femenina

RECONOCIENDO MIS EMOCIONES

EL MIEDO

Todos, por nacimiento, pertenecemos a nuestra familia de origen. Todos tenemos esa necesidad de sentirnos unidos,
vinculados desde el momento que nos cortan el cordón umbilical y salimos del seno materno, ese “paraíso perdido” en
el que todas nuestras necesidades estaban cubiertas sin ningún esfuerzo, calentitos y seguros, donde estábamos unidos
a mama, sintiéndonos “uno” con ella. Una vez que salimos por el canal del parto y nos cortan el cordón umbilical,
empiezan nuestros problemas y nuestra adaptación a este “mundo raro”. Tenemos que aprender a respirar por nosotros
mismos, sentimos el pellizco del hambre y buscamos la teta de mama. “Yo, hambre y agresión”, sentimos y
experimentamos por primera vez la rabia, el hambre, la carencia y el miedo. Miedo sobre todo a un mundo cambiante,
a tener que esforzarnos para cubrir nuestras propias necesidades, a tomar conciencia de que ya no “somos uno” con
mama, sino que “somos otro”, que tenemos que pedir para que nos den y a veces, no nos dan, que somos seres
separados, nos guste o no y que estamos solos. Miedo a la soledad y al abandono.

Si frente a una amenaza, sentimos Miedo, ¿es el Miedo el problema?.¿Será necesario hacer callar ese miedo?.

Muchos hemos aprendido que el Miedo debemos ocultarlo, hacerlo callar, no mostrarlo..., pues nos pueden calificar
como “cobardes” o “histéricas”. Con este raciocinio tal vez sería recomendable tapar el tablero de nuestro auto y así
no tendríamos ningún indicador que nos señalara que falta bencina, aceite, nada nos indicaría la velocidad a la que
manejamos etc.

El miedo es una valiosa señal que indica una desproporción entre la amenaza y los recursos que poseemos. Nuestra
ignorancia la ha convertido en una “emoción negativa”.

Después de sentir miedo, podemos experimentar vergüenza, humillación, rabia, impotencia etc. por tener miedo.
Tenemos por ende una doble reacción. La respuesta interior del miedo es importante, ya que según su calidad,
atenuará o agravará el miedo original.

Creencias equivocadas:
• Cuando alguien no hace algo por miedo, hay una descalificación, desprecio hacia esa persona.
• Como el miedo es una emoción negativa, hay que buscar recursos para no sentirlo.
• Se recurre a la autosugestión: “Yo no siento miedo. No permitiré que el miedo me perturbe…..”
• Existen frases populares: “¡Hay que vencer el miedo. El miedo es signo de debilidad. No seas cobarde!”.

Una nueva mirada


El miedo es una señal. El miedo no es el problema. El miedo nos indica de que hay un problema.
Frente a un mismo estímulo, la intensidad del miedo es variable en diferentes personas, lo que se debe a que
poseen diferentes recursos en calidad y cantidad.
Anestesiar al Miedo, no escucharlo, encapsularlo, negarlo etc. puede traer consecuencias patológicas para nuestra
salud psicológica.
Debemos agradecer al Miedo y devolverle su dignidad.
No hay miedos injustificados, puede que desconozcamos sus razones pero no por eso son injustificados.
Existe un MIEDO FUNCIONAL que es aquel que actúa como “señal”, que muestra la desproporción entre la amenaza y
los recursos que poseemos; y un MIEDO DISFUNCIONAL es aquel que angustia, inhibe, desorganiza y bloquea la
posibilidad de experiencia y aprendizaje.

Curar el Miedo NO es eliminarlo. Curar el Miedo consiste en transformar el Miedo Disfuncional en Funcional.

Psic. Irma Adriana Alvarado Contreras 1

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