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UNIVERSIDAD DE

GUAYAQUIL
FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS
CARRERA MEDICINA

ARTÍCULO CIENTÍFICO:
FACTORES DE RIESGO PARA EL DESARROLLO
DE LA TUBERCULOSIS EN NIÑOS Y
ADOLESCENTES

TERCER SEMESTRE

CICLO II
AÑO LECTIVO
2018-2019

Resumen:
La tuberculosis es una enfermedad infecciosa provocada por una bacteria denominada
Mycobacterium tuberculosis, la cual se contagia a través del aire, de persona a persona, por
medio de la eliminación de los bacilos cuando ésta tose o estornuda, afectando a cualquier
parte de nuestro cuerpo, pero sobre todo a los pulmones.

La TB fue una de las peores enfermedades del siglo XIX, no obstante, a medida que
evolucionó la gestión y atención médica, disminuyó la incidencia de la tuberculosis. Sin
embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que en la actualidad el 30 por
ciento de la población mundial tiene tuberculosis latente; siendo la segunda causa de muerte
por enfermedad infecciosa en las Américas (después del VIH/sida).

Este artículo científico tiene como objetivo la recolección, organización e interpretación de


información verídica acerca de los factores de riesgo de la tuberculosis en niños y
adolescentes, guiándonos de diferentes fuentes como revistas médicas, informes médicos,
Google académico, entre otros.

Introducción:
El 24 de marzo de 1882, el Dr. Robert Koch anunció el descubrimiento de Mycobacterium
tuberculosis, la bacteria que causa la tuberculosis (TB). En esa época, la tuberculosis causaba
la muerte a una de cada siete personas que vivían en los Estados Unidos y Europa. El
descubrimiento del Dr. Koch fue el paso más importante que se haya dado para el control y
la eliminación de esta mortal enfermedad.

En 1982, un siglo después del informe del Dr. Koch, la Organización Mundial de la Salud
(OMS) y la Unión Internacional contra la Tuberculosis y las Enfermedades Pulmonares
(IUATLD, por sus siglas en inglés) patrocinaron el primer Día Mundial de la Tuberculosis. El
objetivo de ese acontecimiento fue educar al público sobre las devastadoras consecuencias
económicas y para la salud que causa la tuberculosis, su efecto en los países en desarrollo y
su impacto continuo y trágico en la salud global.
La tuberculosis es una enfermedad infecciosa, causada por la bacteria ya indicada;
Mycobacterium Tuberculosis. Es una enfermedad frecuente que ocasiona la muerte de
millones de personas en todo el mundo. Ésta puede afectar a cualquier parte de nuestro
cuerpo, teniendo una clara predilección hacia el aparato respiratorio (pulmones, bronquios,
laringe), estas formas son, además, las más infecciosas, desde ahí puede irrumpir otras
partes del organismo: riñones, huesos o médula, intestino, meninges, ganglios, ovarios o
útero.

La forma de contraer la infección es por medio del aire cuando las bacterias se liberan al
momento en que una persona con enfermedad de tuberculosis de los pulmones o de la
garganta tose, estornuda, habla o canta. Las personas que se localicen de manera cercana
pueden inhalar estas bacterias e infectarse.

Es poco probable que alguien se infecte por un contacto transitorio y en áreas abiertas con
personas enfermas de tuberculosis. La tuberculosis no se transmite por estrechar las manos,
compartir comida, utensilios, toallas o por las relaciones sexuales. Ahora bien, aquellas
personas que conviven o trabajan todos los días con alguien enfermo, con lesiones
pulmonares y no tratado, tienen mayor probabilidad de contagio.

No obstante se trata de una infección prevenible, es aún la segunda enfermedad infecciosa


más significativa a nivel mundial (después del SIDA) y una de las que más muertes origina, a
pesar de los progresos en el diagnóstico y la eficacia de los tratamientos. Según datos de la
Organización Mundial de la Salud (OMS), se calcula que en 2013 enfermaron de tuberculosis
más de 8 millones de personas –al menos 500.000 eran niños–, de los cuales murieron como
resultado de la enfermedad 1,2 millones de individuos. La mayoría de estas cifras pertenecen
a países escaso desarrollados y de patrimonio necesitado.

Sin embargo, se estima que en torno al 95% de las muertes por tuberculosis tiene lugar en
países en vías de desarrollo, siendo una de las principales causas de fallecimiento entre las
mujeres de entre 15 y 44 años. 22 países aglutinan el 80% de casos nuevos cada año (sobre
todo del África Subsahariana y sur-sudeste de Asia), según la OMS, y ningún país del mundo
ha conseguido erradicar por completo la enfermedad.

Marco teórico:
FACTORES DE RIESGO:

Algunas personas presentan enfermedad de tuberculosis poco después de contraer la


infección (en las semanas siguientes), antes de que su sistema inmunitario pueda combatir
a las bacterias de la tuberculosis. Otras personas se pueden enfermar años después, cuando
su sistema inmunitario se debilita por otra razón.

Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), durante el año 2015 hubo
un aumento de casos nuevos a 10.4 millones en el mundo, siendo los casos infantiles
(menores de 15 años), 1 millón y de estos murieron alrededor de 170000.

La TB se transmite al niño por contacto con un adulto enfermo, siendo un centinela de


transmisión reciente en la comunidad, los niños simbolizan una población especialmente
dispuesto por presentar un riesgo muy superior al de los adultos de evolucionar de infectado
a enfermo, sobre todo si se asocia malnutrición, inmunodepresión, primoinfección reciente
o es un niño de corta edad, estimándose que hasta el 50% de los menores de un año
desarrollarán enfermedad activa tras la primoinfección. Debemos considerar también que el
riesgo de padecer formas graves, como la TB miliar o la meningoencefalitis, es mucho mayor
en niños pequeños que en escolares o adolescentes.

Cuando un niño enferma, casi siempre es sinónimo de infección reciente, por lo tanto, es
decisivo tratar de hallar al caso el índice que lo contagió, siendo éste, generalmente un
contacto cercano intradomiciliario o en su ambiente escolar.

El diagnóstico de la TBC en el niño es difícil, considerando que en general las lesiones son
paucibacilares y cerradas, por lo tanto, el estándar de oro es la bacteriología positiva.

Dentro de los factores de riesgo principales están: la edad, siendo los lactantes el grupo
etario de mayor riesgo de enfermedad grave (30-40% TBC pulmonar y 10-20% TBC
diseminada) e inmunodeficiencias, especialmente en pacientes portadores de VIH. Esta
progresión a enfermedad puede ser muy poco manifiesta.

Mientras que los adolescentes, a pesar de exhibir la tuberculosis en un menor índice,


también constituyen un porcentaje considerable del desarrollo de la enfermedad debido a
los siguientes factores:

 Infección por el VIH: Puesto que los adolescentes inician su vida sexual, existe el
riesgo del contagio del Virus de Inmunodeficiencia Humana; el cual corresponde a
uno de los factores más determinantes para que se de el progreso activo de la
tuberculosis, puesto que debilita el sistema inmunitario, lo que acrecienta el riesgo
de TB entre las personas con el VIH.

La infección por el VIH y la TB se conoce como infección simultánea o coinfección


por el VIH/TB. La TB latente tiene más posibilidad de convertirse en enfermedad
tuberculosa entre las entes que tienen el VIH que entre las que no lo tienen. La
enfermedad tuberculosa podría también empeorar el VIH.

 Abuso de sustancias nocivas: El consumo de drogas debilita el sistema inmune, por


ende, admite más susceptibilidad a contraer la tuberculosis, además es sustancial
destacar que los pacientes que abusan de sustancias narcóticas tienen menos
posibilidades de someterse a un cribado de tuberculosis, o de comenzar y completar
la terapia tanto para la infección latente como para la enfermedad activa. Como se
retarda el análisis y la enfermedad progresa, los pacientes tienden a ser más
contagiosos.

Una de las causas del fracaso terapéutico es que los fármacos para tratar la
tuberculosis, además de requerir una pauta algo extensa, regularmente son
metabolizados por el hígado, que suele estar dañado por el dispendio abusivo de
sustancias nocivas.

 Alcohol: El alcoholismo ha sido señalado como una condición predisponente para el


padecimiento de la infección tuberculosa. Su asociación con el deterioro
inmunológico o la desnutrición, o con dualidades, interviene en la predisposición de
estos pacientes a contraer la enfermedad. Las medidas provisorias del consumo de
alcohol exceden, evidentemente, las del control de la TB, pero sí deben ser objeto de
atención en los servicios de asistencia social por la mayor tendencia al
incumplimiento terapéutico en esto pacientes.

 Diabetes mellitus: La diabetes mellitus (DM) es una enfermedad metabólica crónica,


caracterizada por hiperglicemia y por variaciones en el metabolismo de los
carbohidratos, lípidos y proteínas. Diversos aspectos de la inmunidad se localizan
alterados en los pacientes con DM. La inmunidad celular innata parece ser la más
afectada. La función de los leucocitos PMN está deprimida, además la adherencia, la
quimiotaxis, la fagocitosis y la destrucción intracelular están disminuidas. La
inmunidad celular adaptativa también se ve afectada en los pacientes diabéticos, con
una disminución de la respuesta proliferativa linfocítica a estímulos y a algunos
patógenos.

Estas variaciones inmunes determinan que algunas infecciones como la TBC tiendan
a ser más comunes o más severas en pacientes diabéticos y que otras ocurran casi
exclusivamente en ellos, aumentando el riesgo de complicaciones y mortandad en
estos pacientes.
 Bajo peso corporal: La asociación entre la tuberculosis y la desnutrición es conocida;
en desnutrición se afecta la inmunidad celular incrementándose el riesgo de que la
TB latente se convierta en activa. Es muy difícil determinar el estado nutricional de
las personas con TBC antes de la enfermedad, por lo que es imposible determinar si
la malnutrición llevó al avance de la enfermedad o si TB activa condujo a la
desnutrición.

El tratamiento de TB mejora el estado nutricional, pero no es suficiente en pacientes


con inseguridad alimentaria. La mejora se evidencia en un incremento de masa grasa
antes que muscular y puede deberse a la ascenso del apetito, la ingesta de alimentos,
la escasa demanda de energía/nutrientes o la mejora de la eficacia metabólica.

 Trasplante de órganos: Los pacientes receptores de trasplantes constituyen un grupo


de riesgo para enfermar de tuberculosis (TBC) y enfrentan grandes dilemas
diagnósticos y terapéuticos; su presentación clínica es atípica y la sensibilidad de las
técnicas de diagnóstico disponibles es baja. Por otro lado, los fármacos anti TBC
poseen alta toxicidad e interacciones con los antineoplásicos, lo que obstaculiza el
manejo de esta enfermedad.

La mayoría de los casos de TBC en pacientes sometidos a trasplantes acaecen por


reactivación de una infección latente luego de la inmunosupresión. Existen casos
documentados de infección a través del injerto y adquisición nosocomial, pero son
extraños.

El padecimiento, en términos usuales, se produce con más costumbre dentro del


primer año post-trasplante, ocasionando quebranto del injerto y en algunos casos la
muerte. En trasplante de órganos sólidos (TOS), dos tercios de los casos de TBC activa
se presentan en el primer año posttrasplante y es común su manifestación extra
pulmonar y diseminada (30-50% de los casos).

 Viajar: Los pacientes que tienen TBC activa que se abstengan de viajar, además de
anunciar a los mandos sanitarios de cualquier paciente que sepan que proyecte
viajar a pesar de la recomendación de no hacerlo. La autoridad sanitaria informará a
la línea aérea para que se niegue al pasajero la posibilidad de abordar el vuelo. El
problema es que en la mayoría de los casos las personas no fueron diagnosticadas al
momento de viajar.

Habrá que notificar a los pasajeros que viajaron en un avión en caso de que haya
habido un caso activo de TBC no tratada, estimada contagiosa al instante del vuelo;
en cuestión de exposición prolongada (más de 8 horas); a los pasajeros sentados más
cercanos a la persona con TBC activa, así como a los miembros de la tripulación.

Las medidas para reducir el riesgo de transmisión de TBC en estas situaciones


encierran la ventilación de la cabina de pasajeros, y las medidas para reducir la
exposición a pasajeros que infecten.

Un factor de riesgo muy importante, tanto para los niños como para los adolescentes es el
factor socioeconómico, vivir en lugares con un evidente déficit de higiene y salubridad (en la
calle o poblados chabolistas) o con hacinamiento de personas aumenta el riesgo de contagio.

Puede llamarse “la enfermedad de los pobres”. Los habitantes de los países en vías de
desarrollo son los que más la sufren: la falta de alimento o las malas condiciones higiénicas
hacen que las bacterias lo tengan fácil a la hora de atacar.

El medico español José Caminero explica que esta enfermedad se transmite al toser y “en
ambientes hacinados donde vive mucha gente, se contagia a más personas”, pero cuando
un país incrementa su nivel de vida, “vive menos gente dentro de las casas” y eso hace que
el número de posibles contagios sea inferior.

Prevención:
La tuberculosis (TB) es una de las principales causas de mortalidad en el mundo. Según
el Global Tuberculosis Report 2017, se estima que hay unos 1700 millones de infectados, de
los cuales el 5-10 % desarrollarán una TB activa a lo largo de su vida. En 2016, se estima que
10,4 millones de personas desarrollaron la enfermedad, con 1,7 millones de muertes (de
estas, unas 250·000 en niños).

Los planes de control de la TB descansan en tres pilares:

1. Cuidados, prevención y tratamiento centrados en los pacientes; incluye la detección y


tratamiento de casos, y la prevención en poblaciones de riesgo.
2. Refuerzo de la capacidad social y sanitaria en la prevención de la infección.
3. Intensificación de la investigación.
La vacunación con BCG, al nacimiento o tan pronto como sea posible, es una de las claves
del punto primero de los anteriores.

VACUNA BCG
La vacuna BCG (bacilo Calmette-Guérin) es una vacuna viva atenuada derivada
de Mycobacterium bovis, disponiéndose de productos comercializados elaborados a partir
de distintas cepas en el mundo. La vacuna BCG comenzó a utilizarse en 1921 y es
probablemente la vacuna más utilizada en el mundo a lo largo de la historia.

EFECTIVIDAD

 Probada efectividad frente a la TB, aunque la protección conferida es variable según las
formas clínicas y los grupos de edad.
 Protección frente a la TB pulmonar: elevada con la vacunación neonatal y moderada con la
vacunación posterior en niños tuberculin-negativos.

SEGURIDAD
 Reacción local en el 95 %, duración de 2-5 meses, con escara y cicatriz final.
 Riesgo de BCG diseminada; 1,56-4,29 casos/millón y hasta el 1 % en niños con infección por
virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).

RECOMENDACIONES DE USO
 Recomendada en regiones con alta incidencia de TB o elevado impacto de la lepra o de la
úlcera de Buruli.
 Los países con baja incidencia pueden seleccionar para vacunar a los recién nacidos con
riesgo elevado.
 Los países con incidencia elevada, pero en descenso, pueden valorar pasar de la vacunación
universal a la vacunación de grupos seleccionados.
 Pauta: una única dosis al nacimiento o en la primera ocasión que sea posible.
 Coadministración segura con las demás vacunas del recién nacido o lactante.
 No son necesarias dosis de refuerzo. La revacunación no está recomendada incluso en
individuos tuberculina/IGRA negativos.

DOSIS Y VÍA DE ADMINISTRACIÓN


 Una única dosis.
 Dosis estándar, por vía intradérmica: 0,05 ml en los menores de 1 año de edad, y 0,1 ml en
los mayores de esta edad.

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