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UNIVERSIDAD LATINOAMERICANA Y DEL CARIBE

MAESTRÍA EN INTEGRACIÓN REGIONAL


SEDE VALENCIA

LA COMUNICACIÓN Y LA INTEGRACIÓN REGIONAL

PROF. FRANKLIN MACHADO.


Unidad Curricular: La Comunicación y la Integración Regional.

 RAFAEL ANTONIO RAMÍREZ CASTRO, C. I. V – 7.348.514.


 BENITO ALBERTO PRIETO MÉNDEZ, C. I. V – 8.086.399
 JUAN RAFAEL CARRASQUEL SOLÓRZANO, C. I. V - 7.123.742

VALENCIA, AGOSTO 2.013


Los crecientes desafíos que América Latina enfrenta el siglo XXI tienen un
escenario privilegiado: los medios de comunicación. No sólo que esos medios
reseñan en sus espacios informativos los procesos que vive la región, sino que
aquellos mismos experimentan en su estructura propietaria, su tecnología y su
papel social, cambios que provienen de los conflictos de la sociedad y la
tecnología del nuevo milenio, mientras se preparan, a veces en medio de la
polémica, a entrar en el tercer milenio.

Todos los observadores coinciden en que el mundo entero está sufriendo


una mutación drástica en esta década final del segundo milenio y muchos creen
que se trata de un cambio de época, es decir de una transformación tan profunda
que dará origen a una sociedad distinta y a paradigmas enteramente nuevos.
Cuánto de eso se realice, aún está por descubrirse.

Pero hay evidencia suficiente de que estamos en una nueva etapa en la


periodización de la historia mundial. Hemos vivido, como lo llama Eric Hobsbawn
en su último libro (2), un "corto Siglo XX", un siglo que, en términos históricos, solo
se inició en 1914 y terminó tempranamente en 1991. Hoy estamos ya en un nuevo
período histórico, cuyo alcance no vislumbramos a plenitud pero que será la
montura en la que cabalgaremos hacia el próximo milenio y hacia esa próxima
sociedad que está surgiendo por doquier.

De los múltiples rasgos que pudiesen tomarse para caracterizar la época


que vivimos, hay uno que sobresale: la globalización, término muy usado y, con
frecuencia, poco preciso, pero que permite, si se lo define adecuadamente,
entender la coyuntura del fin de siglo.

En efecto, la globalización no significa que se haya pasado por el mismo


molde a los países. No hay una homogenización entre continentes ni la hay entre
regiones ni entre naciones ni siquiera entre zonas al interior de los países: en
todos ellos, y especialmente entre los países del Sur, hay todavía una gran
variedad de situaciones sociales, de manifestaciones culturales, de ritmos
económicos distintos.

La globalización no es, por tanto, homogeneización ni en la economía, ni en


la cultura ni en la política. Al contrario, aunque hay países que han avanzado del
Tercer Mundo al Primero, hay otros que se han Hundido más en la pobreza.

¿Qué puede entenderse entonces por globalización? A nuestro parecer,


cinco son los rasgos definitorios de la globalización, cinco fenómenos cuya
intensidad no tiene precedentes en la historia de la humanidad:

a. El alcance, cobertura, calidad y velocidad de las comunicaciones.


b. La abundancia, eficiencia y contundencia de las conexiones
económicas entre unos sectores y otros, entre unos países y otros, aparentemente
distantes entre sí (capítulo que incluye pero no se limita a los flujos mundiales de
capital a través de transferencias electrónicas de fondo).
c. La cobertura planetaria de la operación de las multinacionales.
d. El concomitante debilitamiento del papel de los Estados-nacionales,
sobre todo los países subdesarrollados.
e. La existencia de problemas y causas comunes en toda la humanidad,
en especial el medio ambiente.

Otros de los rasgos de la situación actual es que al mismo tiempo que


algunos países del Sur están ingresando al club de países desarrollados, es decir
que el Norte ya está en algunos lugares del Sur, también es cierto que en el Norte
hay un proceso de exclusión económica creciente para un inmenso sector de la
población, que permite hablar de la presencia creciente de un Sur en un Norte.

Las diversas actividades relacionadas con los medios de comunicación


masivos han comprobado que existe en los periodistas y medios de la subregión
una actitud favorable y una disposición a aumentar la cobertura de noticias sobre
la integración andina, siempre que se mejoren los canales de distribución de la
información y la oportunidad de la misma. El apoyo político expresado por los
Presidentes del cono sur al proceso, entre otros aspectos, viabiliza esa posibilidad.

La necesidad de una política deliberada de informaciones que tienda a


generar y apoyar permanentemente la movilización de los diferentes sectores
sociales de la subregión detrás de los ideales integracionistas es fundamental.
Como hemos señalado, el tema de la integración por sí solo no es un tema que
levante noticia ni interés permanente, salvo en momentos específicos como en
ocasión de las reuniones de Presidentes, de Ministros de Relaciones Exteriores,
de las Comisiones u otras instancias; o por aspectos puntuales relacionados con
informes sobre el desempeño de la integración regional o la adopción de
Decisiones de importancia trascendental.

La integración económica es un proceso mediante el cual dos o más países


toman la decisión de estrechar sus relaciones comerciales y políticas, y
concederse ventajas que normalmente estarán fuera del alcance de quienes no
pertenecen a este cerrado círculo de amigos. El escalonamiento de dichas
relaciones debe llevar a que, poco a poco, se llegue a la conformación de un
bloque relativamente homogéneo, con capacidades para competir en un mundo
cada vez más abierto y agresivo en la toma de mercados. La realidad de un
mundo con menos fronteras ha llevado a que los países se organicen en bloques
económicos, los cuales están determinando la nueva distribución global de
fuerzas.

Es normal que todo comience con un acuerdo de libre comercio,


permitiendo que el intercambio de bienes fluya sin las trabas normales y en
condiciones favorables en términos de tarifas, aranceles y cuotas. Lo anterior es
vigilado, por supuesto, por tribunales de arbitramento, que dictaminan si el
transcurrir del proceso se ajusta a las reglas convenidas. México, Venezuela y
Colombia recientemente firmaron un tratado de estas características, conocido
como el G-3, casi que como un puente entre el Grupo Andino y los miembros del
también Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá.

La nueva interdependencia requiere también la armonización de algunas


políticas, por lo cual hay compromisos de homologar las barreras y, así, se logra la
denominada unión aduanera. En el papel, el Acuerdo de Cartagena, que reúne a
los países bolivarianos, pretendía llegar a ese punto en 1975, años después de la
ansiada meta, los resultados son bastante desalentadores. Con la constante
invocatoria de las cláusulas de salvaguardia y de condiciones especiales para los
miembros, son más las excepciones que las reglas, porque tampoco ha existido la
voluntad política para avanzar en la implementación del Acuerdo.

Basados en una relación más madura, los participantes deberán entonces


proceder al diseño y a la creación de organismos decisorios de carácter
supranacional, en cuyo seno se entrega soberanía en aras del mayor
acercamiento. Lo normal en esta etapa, es que también se autorice la libre
movilización de los factores de producción para que estos desarrollen su potencial
en donde mejor les convenga de acuerdo con sus propias capacidades y
expectativas.

Así, pues, el cumplimiento efectivo de los pasos de la integración no es


posible sin la voluntad de los países miembros. La educación y la difusión de los
beneficios del acercamiento no se logran en recintos cerrados, reservados a la
academia, a los políticos y, por supuesto, a los opositores de la libre competencia
y de la apertura. La masificación de dichos conceptos se logra a través de los
medios de comunicación y es en este campo donde están llamados a cumplir una
misión decisiva.

En un mundo cada vez más interconectado, la fluidez de la información es


el elemento más importante que define nuestras ventajas comparativas como
medios de comunicación. Y la información, además, es la materia prima con la que
cuentan nuestros usuarios para anticiparse a los hechos en los mercados donde
están interviniendo.

Nuestro público ya no se conforma con el periódico al día siguiente ni con la


transmisión televisada de las noticias en horas vespertinas. Empresarios,
autoridades públicas, académicos, o simples espectadores de los acontecimientos
que definen nuestras relaciones comerciales, quieren información completa y
oportuna que les permita tomar las decisiones correctas.

Y la oportunidad está dada por la velocidad con que podamos llegar a ellos.
En este sentido, es nuestro compromiso y nuestra responsabilidad, crear los
canales de transmisión necesarios para estar allí primero. Pero del afán sólo
queda el cansancio. Además de llegar primero, hay que llegar a salvo.

No se puede comprometer nuestra credibilidad y hay fuentes que,


conscientes de que nuestra información no refleja los mercados sino que los
mueve, pretenderán que su versión sea la que efectivamente se publique, para su
propio beneficio. Sobra entonces decir que hay que consultar a los mercados y a
sus agentes en los mismos centros donde se forman los precios; tanto mejor si el
mecanismo de transacción es electrónico, no sólo por la exactitud sino también
por la velocidad de procesamiento.

Hay otro grave obstáculo cultural en el acceso a la información adecuada, y


es el temor de los agentes del mercado, como comisionistas, corredores, traders y
las mismas bolsas, a entregar hechos y precios de su actividad. Hay nichos en los
mercados de capitales y cambiarios, principalmente, que son protegidos por
legislación o por costumbre y que permiten que la formación de precios sea
secreta y que los resultados de las jornadas sean publicados en forma parcial en
momentos en que ya es tarde para intervenir.
Igual ocurre con algunas autoridades gubernamentales, que se escudan en
falsas reservas, para evitar que sean difundidos disposiciones o debates de
interés público. La integración no puede prosperar si las reglas de juego no son
claras, si no hay participación de la comunidad empresarial en su discusión, y si
no existen mecanismos eficientes para su divulgación.

Finalmente, cabrá agregar que la responsabilidad de los medios de


comunicación en un proceso de integración va más allá de la simple transmisión
de hechos. Debemos entender que la integración, casi que por definición, se
realiza entre países vecinos, con fronteras comunes, posiblemente con las mismas
creencias y el mismo idioma, aunque ninguno de estos elementos sea
estrictamente esencial. Pero nadie se integra con el enemigo por simple
conveniencia.

En otras palabras, debe ser más fuerte lo que nos une que lo que nos
separa. Así las cosas, siempre estaremos "condenados" a pactar con un
compañero de habitación con quien las relaciones no son siempre las más
cordiales. Y es aquí donde los medios deben evitar que fricciones coyunturales
desemboquen en verdaderos enfrentamientos y contribuir a que los debates
económicos mantengan la altura que les corresponde. Recientemente revivió el
conflicto en la frontera entre Perú y Ecuador y hasta hubo disparos y unos cuantos
muertos.

Igualmente, la crisis política está llevando a la Administración Samper a


desviar la atención de los colombianos hacia la frontera con Venezuela, como
tradicionalmente lo han hecho los políticos venezolanos hacia nosotros en épocas
de problemas. Y cómo olvidar la "guerra del football" entre El Salvador y Honduras
en 1969, conflicto que causó el fracaso del Mercado Común Centroamericano.

Los anteriores son ejemplos de hechos que no deben trascender a la


actividad comercial ni a los planes conjuntos de los empresarios de los países
involucrados en cualquier conflicto. Los medios, más que catalizadores de los
mismos, deben ser canales de información seria e imparcial, que permitan
evitarlos, porque las diferencias son coyunturales pero siempre viviremos los unos
al lado de los otros.

Conscientes de la necesidad de intercambiar rutinariamente información


noticiosa, varios diarios latinoamericanos conformaron lo que se conoce como el
Grupo de Diarios América (GDA). Es nuestra propia zona de libre información y
sus canales de intercambio son bastante eficientes, como quiera que todos los
editores podemos estar interconectados a través de un correo electrónico,
compartiendo no sólo noticias, sino también apreciaciones de hechos y
actividades que nos son comunes.

Son parte del GDA: Reforma de Ciudad de México, El País de Montevideo,


El Comercio de Quito, El Comercio de Lima, El Mercurio de Santiago, La Nación
de Buenos Aires, El Nacional de Caracas, O Globo y Zero Hora de Brasil y El
Tiempo de Bogotá.

A lo largo de los últimos años, el GDA ha desarrollado no sólo una estrecha


relación informativa, sino que también publica en forma conjunta una serie de
productos económicos que ha permitido difundir cifras y hechos de interés común
para todos los lectores de la región, como El Pulso Latinoamericano y una edición
diaria de The Wall Street Journal Americas.

A través de El Pulso Latinoamericano, nuestros lectores han tenido acceso


a información agregada en una página mensual, que recoge no sólo las
principales cifras económicas, en gráficas amenas y de fácil comprensión, sino
también resúmenes de los principales acontecimientos que determinan el diario
transcurrir de los mercados en cada uno de nuestros países. La coordinación del
proceso de recopilación y transmisión corre por cuenta de uno de los miembros,
responsabilidad que se rota periódicamente.
The Wall Street Journal Americas, por otro lado, ha demostrado ser un
instrumento útil para la comprensión de los hechos y noticias de interés en
mercados desarrollados como los Estados Unidos, y en ese sentido se constituye
en lo que hemos denominado nuestra "ventana al mundo", pero también nos ha
servido para conocer las historias de éxito y de fracaso de las empresas
norteamericanas. Igualmente, las páginas de The Wall Street Journal Americas
revelan la percepción que los periodistas y analistas del prestigioso diario de
Nueva York tienen de nuestro devenir económico y político.

Finalmente se agrega que los editores económicos del GDA recientemente


hemos acordado el envío periódico de información de negocios locales, lo cual
redundará en beneficio de nuestros empresarios, en la medida en que tendrán
conocimiento de primera mano de los principales eventos que pueden representar
oportunidades pero también amenazas para el desarrollo de su actividad
productiva.

Pero existen otros proyectos particulares que vienen siendo desarrollados


por los diferentes medios y que, en el mediano plazo, representarán las más
poderosas herramientas en la toma de decisiones. En el caso particular de El
Tiempo, están muy próximos a lanzar un producto en línea llamado ACCESO, que
contará no sólo con información en tiempo real de los mercados, sino también de
los internacionales de dinero, cambiario y de capitales.

Tendrá igualmente un servicio noticioso, con el cual llevaremos a los


usuarios notas sobre eventos informados a nuestros analistas y reporteros, pero
también aquellas de última hora que nos lleguen por los cables internacionales, la
televisión, las ondas radiales o por intermedio de los corresponsales.

Será entonces cosa de segundos transmitir también los estados financieros


de las empresas y las últimas disposiciones legales que determinan de alguna
forma el desempeño económico general.
Y como la señal de ACCESO será internacional, los inversionistas
extranjeros que tengan intereses en México estarán permanentemente enterados
de las cotizaciones, los movimientos y los hechos que de una u otra forma puedan
afectar sus posiciones y su exposición.

Basta, entonces, contar con lo más elemental de la tecnología moderna


para tener acceso a la información económica y de negocios más actualizada.
Esta revolución está transformando nuestros mercados. Hasta hace poco, el
público se lamentaba por la carencia de datos exactos y oportunos para la toma
de decisiones. Hoy podrán sentirse abrumados por la cantidad de cifras y hechos
que les llega en tiempo real y ahora el problema, paradójicamente, será la falta de
tiempo para analizar e interpretar el cúmulo de información.

Después del colapso financiero de México, lo que implicó ajustes en las


economías de Brasil y Argentina, y en plena consolidación del plan de
estabilización en Brasil. Como fruto de la obsesión brasileña por las bajas tasas de
inflación, prioridad número uno de Brasilia, el gobierno resolvió pidió, una
ampliación de su lista de excepciones para incluir adicionalmente, y por un período
limitado de tiempo, productos cuyas tasas deberían ser inferiores a las del Arancel
Externo Común, con la finalidad de evitar una subida de precios y
desabastecimiento del mercado interno.

Ese fue un momento crítico en que el Grupo Mercado Común se reunió en


forma extraordinaria para analizar la solicitud brasileña, sus consecuencias en la
vida interzonal y las repercusiones que la medida podría tener frente a la
comunidad internacional. La preocupación era atender a Brasil, cuya economía es
vital para impulsar el comercio y los negocios en el MERCOSUR, sin pérdida de
credibilidad de las políticas del grupo, una vez que se trataba de ampliar las
excepciones, complicando así el libre comercio.
Los problemas cotidianos son comunes en la administración de una nueva
zona de libre comercio, pero lo que más llamó la atención de la prensa fue el de
las cuotas de importación de automóviles. La nueva política automovilística
brasileña, adoptada en junio, fue el detonante de la crisis y llevó a un desgaste
innecesario en las relaciones entre Brasil y Argentina.

Conforme destacó la "Gaceta Mercantil" en esa ocasión, habría sido más


útil y esclarecedor si el gobierno brasileño no escondiese el juego y dijera que esta
medida automotriz provisoria tenía como objetivo principal colocar a Brasil en
condiciones de igualdad con Argentina en la competencia por inversiones
extranjeras. En lugar de eso, las informaciones que la prensa recibió decían que el
problema principal con Argentina eran las cuotas, lo que no es verdad, de acuerdo
a lo que el mismo gobierno brasileño admitió más tarde.

A continuación, hubo también reclamos de Uruguay sobre las políticas


comerciales de Brasil: reducción de plazos de validez de las guías de importación
y exigencia de importación al contado, de algunos productos. Paraguay también
se quejó de dificultades en la importación de productos brasileños, principalmente
materias primas. Blanco de las críticas, Brasil salió al ataque respondiendo a los
obstáculos aducidos por Uruguay y reclamando la resolución del problema del
ingreso de automóviles brasileños al mercado uruguayo.

Por primera vez, después de una reunión del Grupo Mercado Común,
Itamaraty divulgó una nota a la prensa refutando las críticas de Uruguay y
expresando la posición brasileña. El gesto inusitado de la diplomacia brasileña
irritó al gobierno uruguayo, que pidió explicaciones a Itamaraty. Lo mismo ocurrió
con México, que reaccionó ante otra nota diplomática entregada a la prensa por la
cancillería brasileña, informando sobre las dificultades en las negociaciones
arancelarias de aquel país con el MERCOSUR.
La actitud de Itamaraty me pareció un avance en materia de información, y
el mismo camino debería ser seguido por los demás países como forma de aclarar
sus posiciones y mostrar su disconformidad con lo que dice la otra parte. Gestos
semejantes contribuyen en forma positiva para que el proceso negociador sea
más trasparente.

El papel de la prensa es dar a conocer los hechos con un máximo posible


de imparcialidad, lo que se consigue contando la historia de la forma como ella es
vivida por sus actores.

El MERCOSUR se torna así un grupo dinámico y sus tareas comienzan a


exigir un grado de sofisticación mayor en la elaboración de políticas. La sociedad,
incluyendo los medios de comunicación, los trabajadores, los empresarios, las
organizaciones no gubernamentales, los consumidores, deben ser escuchados y
dar su aporte al perfeccionamiento de la integración.

El MERCOSUR ya creó una masa crítica suficiente para despertar interés


en todos los países del grupo, de América Latina, del NAFTA y de la Unión
Europea. Las noticias sobre el "La Integración Regional y los Medios de
Comunicación: MERCOSUR serán cada vez más frecuentes en los medios de
comunicación, los cuales aumentarán su demanda por informaciones.

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