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La Autoestima y los Niños

Guía Infantil.com

La autoestima es un tema que despierta a cada día un gran interés, no-solo de psicólogos como
también de madres y padres. Es una preocupación presente en muchas casas y conversaciones. Y eso
se puede entender por la relación que está teniendo la autoestima con problemas como la depresión,
anorexia, timidez, abuso de drogas, y otros. Algunos expertos afirman que una baja autoestima puede
llevar a una persona a tener estos problemas, mientras que una buena autoestima puede hacer con
que una persona tenga confianza en sus capacidades, no se deje manipular por los demás, sea más
sensible a las necesidades del otro, y entre otras cosas, que esté dispuesto a defender sus principios y
valores. Lo ideal sería que los padres no se preocupasen solamente en mantener una buena salud
física a sus hijos, pero que mirasen más por la salud emocional de los mismos. La autoestima es una
pieza fundamental en la construcción de una efectiva infancia y adolescencia.

¿Qué es la autoestima?

Se puede definir la autoestima de diversas formas, pero su contexto continuará siendo el mismo. La
autoestima es la conciencia de una persona de su propio valor, el punto más alto de lo que somos y de
nuestras responsabilidades, con determinados aspectos buenos y otros mejorables, y la sensación
gratificante de querernos y aceptarnos como somos por nosotros mismos y hacia nuestras relaciones.
Es nuestro espejo real, el cual nos enseña cómo somos, qué habilidades tenemos, a través de nuestras
experiencias y expectativas. Es el resultado de la relación entre el temperamento del niño y el ambiente
en el que éste se desarrolla.

La autoestima es un elemento básico en la formación personal de los niños. De eso dependerá su


desarrollo en el aprendizaje, en las buenas relaciones, en las actividades, y por qué no decirlo, en la
construcción de la felicidad. Cuando un niño adquiere una buena autoestima se sentirá competente,
seguro, y valioso. Entenderá que es importante aprender, y no se sentirá disminuido cuando necesite
de ayuda. Será responsable, se comunicará con fluidez, y se relacionará con los demás de una forma
adecuada. Al contrario, el niño con una baja autoestima no confiará en sus propias posibilidades ni de
las de los demás. Se sentirá inferior frente a otras personas, y por lo tanto se comportará de una forma
más tímida, más crítica, con poca creatividad, lo que en muchos casos le podrá llevar a desarrollar
conductas agresivas, y a alejarse de sus compañeros y familiares.

La autoestima no es una asignatura de un currículum escolar. Pero sí debe ser un espacio jamás
ignorado por los padres y profesores. Hay que estar atentos al lado emocional de los niños. Durante la
etapa desde el nacimiento a la adolescencia, por su vulnerabilidad y flexibilidad, busca mejorar la
autoestima de tu hijo. Todo lo que se consigue en este periodo puede sellar su conducta y su postura
hacia la vida, en la edad adulta.

Fomenta la Autoestima en los Niños

La autoestima se construye a través de un proceso de asimilación e interiorización desde el nacimiento


pero que puede modificarse a lo largo de toda la vida. Se genera por la imagen que los otros nos dan
de nosotros mismos y por el valor que demos a esta imagen. Es durante la infancia y adolescencia
donde la autoestima crea una marca profunda, porque es en estas etapas cuando nos encontramos
más vulnerables y flexibles.

Considerando que una buena autoestima hará con que el niño experimente efectos positivos como la
confianza, el ánimo, el interés y el placer de aprender y de realizar sueños, es necesario que sea
edificada desde que el niño sea apenas un bebé. El afecto y el cariño entre el recién nacido y sus
padres, pueden ser considerados una guía de la autoestima. El bebé debe sentirse querido y abrazado
por lo que es. Por eso, en el caso de que tu bebé haya nacido con alguna anomalía o deformación
física, cuide para que él no sienta tu preocupación. Acércate aún más a él. El niño que no siente que es
valorado por sus padres, puede desarrollar el miedo de ser abandonado.
Lo mismo se debe hacer, por ejemplo, cuando el niño, en la escuela, es "rotulado" como el malo, el
trasto, el impertinente, y lo único que hacen, compañeros y alumnos, es dejarle de lado, discriminarle,
haciéndole sentir marginado y rechazado por todos. Esta postura no le ayudará en absoluto. Lo que sí
creará es una baja estima en el niño que, en poco tiempo, podrá llevarle al fracaso escolar.
Como siempre decimos, cada niño es único, y en el caso de que quieras construir una buena
autoestima en tu hijo, debes considerar factores como su temperamento, sus habilidades, debilidades,
mecanismos de defensa, deseos, y su nivel cognitivo.

Para fomentar la autoestima del niño puedes seguir algunos pasos que contamos a seguir:

1- Incentiva el desarrollo de las responsabilidades del niño. De una manera positiva, crea algunos
compromisos y exija, en un clima de participación e interacción, su cumplimiento por parte del niño.

2- Da la oportunidad al niño a que tome decisiones y resuelva algún problema.

3- Refuerza con positivismo las conductas del niño. Por ejemplo, cuando él haga los deberes, o recoja
sus juguetes, o se cambie de ropa solo, dígale con cariño y de forma efusiva ¡qué mayor eres!, ¡Gracias
por ayudarme!, o ¡lo has hecho muy bien!. En algunas casas y colegios, este refuerzo se hace a través
de pequeños premios.

4- Ponga límites claros a tu hijo, enseñándole a prever las consecuencias de su conducta. Ejemplo: "Si
no recoges tus juguetes, no irás al cine". Y que no haya vuelta atrás.

5- Enseña a tu hijo a resolver sus propios problemas y a aprender de sus errores y faltas, de una forma
positiva. Por ejemplo, si el niño no alcanza una buena nota en una asignatura escolar, anímale a
estudiar más y a prepararse para superarse en el próximo examen. De nada adelantará culpabilizarlo.
El niño debe sentir que un error puede ser convertido en un aprendizaje y, consecuentemente, que
podrá arreglarlo si emplea más esfuerzo.

6- Deja de lado las críticas que nada construye. Los insultos no favorecerán a la autoestima del niño.
En lugar, por ejemplo, de decir "eres un desordenado, tienes tu cuarto como una basura", mejor decir
"No me gusta ver tu cuarto tan desordenado, me pone muy triste". Así, estarás demostrando que lo que
a ti te disgusta es el desorden del cuarto, no el niño.

Para Tener una Buena Autoestima

La aceptación y la valoración son ladrillos básicos dentro de la construcción de una buena autoestima.
El niño que se siente aceptado como es, es un niño que aprende a asumir sus errores y,
posteriormente, a convertirlos en mejorías. Los padres deben tener una idea realista y clara de cómo es
su hijo y quererle por todo, lo bueno y lo malo, que es. Y no dejar de asumir delante de todos, y
principalmente dentro de ellos mismos, esta postura.

El respeto es uno de los pilares en el trabajo de construcción de la autoestima. Es necesario valorar las
calidades de los niños y darles fuerzas para que superen sus problemas, e intenten mejorar sus
debilidades, respetando sobre todo su manera de ser, de pensar, de sentir. No se debe intentar cambiar
a nadie. Y sí moldear lo que necesite más atención. Debemos respetar el tiempo de nuestros hijos.
Cada niño evoluciona según su propio ritmo.

Muchas veces los padres imaginan al niño ideal y llegan a aplastar al niño real, que nada tiene que ver
con el que ellos idealizaron. Cuando eso ocurre el desarrollo personal del niño se verá trincado. Si los
padres no pueden ver cómo su hijo es realmente, no le estará ayudando a conocerse a si mismo. Lo
mejor, cuando existen diferencias, es ayudarle a corregir sus defectos de una forma cariñosa, positiva,
fundamentada en la necesidad.

Los límites y la disciplina son también una buena base en esta obra. Los niños necesitan límites firmes,
consistentes, claros, y adecuados. Necesitan de una buena disciplina, y no de que les rotulen de
culpables, miedosos, agresivos,... que son factores que deforman la educación.

Para que tu hijo se sienta con una buena autoestima no existen recetas preconcebidas. Lo que sí
existen son algunas consideraciones que os podrá servir de ayuda:
1- Para que un niño se sienta seguro es necesario que sea aceptado, valorado, y querido por ser como
es. La seguridad hará con que el niño actúe con más libertad.

2- Para que un niño se sienta capacitado para hacer frente a las diferentes situaciones que ocurren
durante su desarrollo, es necesario que sus padres les den la oportunidad de elegir, así como de
equivocarse. Y proporcionarle el estímulo necesario para aceptar responsabilidades y asumir
consecuencias.

3- Para que un niño se sienta integrado a su entorno es necesario que se respete su raza, religión,
clase, cultura, etc.

4- Para que un niño sienta que puede superarse es necesario que algo le motive. Cabe a sus padres
motivarle hacia actividades que beneficien su desarrollo personal, sin olvidarse de sus capacidades.
Antes de adoptar estas consideraciones es necesario que los padres conozcan las carencias de sus
hijos, así como sus calidades. Solamente así podrán evaluar en que etapa se encuentra el niño para
poder echarle una mano.

Problemas de Autoestimas en los Niños

¿Cómo se manifiestan los problemas de autoestima en un niño? ¿Cómo saber si mí hijo tiene
problemas de autoestima? Estas son preguntas que en algún momento los padres hacen a sí mismos.
Para obtener las respuestas, lo mejor es que los padres estén atentos para detectar comportamientos
que sean muestras de baja autoestima. Para eso, es necesario estar con los hijos, charlar con ellos, e
interesarse por sus actividades, dudas, cuestionamientos, etc. Relacionamos aquí algunas señales de
que o todo va bien o de que algo va mal.

Comportamiento de una baja autoestima:

Normalmente, durante su desarrollo los niños suelen presentar muchas alteraciones de conducta. Y eso
es totalmente normal ya que el niño necesitará contrastar distintas situaciones. Pero existen
actuaciones que persisten y se convierten en comportamientos casi crónicos. Por ejemplo, cuando el
niño empieza a evitar actividades intelectuales, deportivas o sociales por miedo al fracaso; cuando
engaña, miente, y echa la culpa a los demás; cuando, por no confiar en sí mismo y en su capacidad, se
hace el pequeño delante de los demás; cuando se vuelve agresivo o violento, y extremadamente
tímido; cuando se niega a todo y se muestra frustrado delante de cualquier situación, o cuando la
opinión ajena domina sus decisiones. Cuando eso ocurra, lo primero es acércate más a tu hijo, tener
conciencia del problema que tiene, e intentar ayudarlo como sea. El apoyo de la familia es fundamental
en el proceso de recuperación. Pero si ves que la situación es más seria y crees que requiere la ayuda
de un especialista, no pienses dos veces antes de acoger a este servicio. Mejor sanar que lamentarse
después.

El papel de la escuela también es importante ya que es la que debe tener habilidad y medios para
identificar el problema y a ayudar al niño en dar una salida a estos sentimientos tan distorsionados que
le causan tantos problemas.

Comportamiento de una buena autoestima:

Por lo general un niño con buena autoestima suele demostrar el deseo de intentar cosas nuevas, de
aprender, de probar nuevas actividades; de ser responsable de sus propios actos; de tener
comportamientos pro-sociales; de tener confianza en sí mismo y en sus capacidades; de colaborar con
los demás; de reconocer sus errores y aprender con ellos. En estos casos, no tienes nada con que
preocuparse. Tu hijo estará construyendo una buena autoestima. Pero no te olvides de que ni él ni
nadie son perfectos.

Efectos de una Baja Autoestima

Constantemente nuestra autoestima se ve afectada por las experiencias y exigencias que recibimos del
mundo exterior. La sociedad exige que nos uniformicemos y que sigamos pautas de comportamiento,
de elecciones, iguales que las de la mayoría. Y si no cumplimos los requisitos exigidos, nuestra
autoestima, aunque positiva, puede verse abalada. Por esta razón, la construcción de una autoestima
positiva debe ser sólida en todos los momentos de la vida de un niño. Solamente así, él no se sentirá
inferior por si lleva un corte de pelo que le guste pero que no agrada a los demás.

Una baja autoestima puede desarrollar en los niños sentimientos como la angustia, el dolor, la
indecisión, el desánimo, la pereza, la vergüenza, y otros malestares. En razón de eso, el mantenimiento
de una autoestima positiva es una tarea fundamental a lo largo del crecimiento de los niños.
Dentro de cada uno de nosotros existen sentimientos ocultos que muchas veces no los percibimos. Los
malos sentimientos, como el dolor, la tristeza, el rencor, y otros, si no son remediados, acaban por
convertirse y ganar formas distintas. Estos sentimientos pueden llevar a una persona no solo a sufrir
depresiones continuas, como también a tener complejo de culpabilidad, cambios repentinos del humor,
crisis de ansiedad, de pánico, reacciones inexplicables, indecisiones, excesiva envidia, miedos,
hipersensibilidad, pesimismo, impotencia, y otros malestares.

Falta de interés y valor propio

Una baja autoestima también puede llevar a una persona a sentirse desvalorada y, en razón de eso, a
estar siempre comparándose con los demás, subrayando las virtudes y las capacidades de los demás.
Los ven como seres superiores a ella. Siente que jamás llegará a rendir como ellos. Esta postura le
puede llevar a no tener objetivos, a no ver sentido en nada, y a convencerse de que es incapaz de
lograr cualquier cosa a que se proponga. Lo que le pasa es que no consigue comprender que todos
somos distintos y únicos, y que nadie es perfecto. Que todos nos equivocamos y volvemos a empezar.

Es dentro del ambiente familiar, principal factor que influye en la autoestima, donde los niños van
creciendo y formando su personalidad. Lo que su familia piensa de él, es de fundamental importancia.
En razón de eso, es recomendable que a los padres no se les escapen los logros que conquistan sus
hijos. Si el bebé empieza a caminar pero los mayores ven la situación como una obligación y no como
una conquista del bebé, la criatura no se sentirá suficientemente estimulada para seguir esforzándose
para conseguir otros logros, para superarse.

Lo importante en todo el proceso de crecimiento de nuestros hijos es que demos a ellos la posibilidad
de ser, de sentirse bien con ellos mismos. Que nuestro esfuerzo esté vinculado al afecto, al cariño, a la
observación, a valorar sus calidades y apoyarle cuando algo va mal. Y para eso es necesario
conocerles cada día, favoreciendo los encuentros, las conversaciones, el contacto físico.

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