Sei sulla pagina 1di 6

Atracción y seducción en la adolescencia

Influencia del atractivo físico en el desarrollo de la


autoestima
Javier González García
Dpto. Ciencias de la Educación - Universidad de Burgos

Este proyecto de investigación ha sido diseñado con el objetivo de


conocer cual es la influencia que el atractivo físico tiene en el desarrollo
de la autoestima y en el aprendizaje de la conducta de seducción. Para
ello se pasará una bateía de escalas y un cuestionario semiestructurado a
una muestra de adolescentes de Salamanca, pertenecientes a entidades
juveniles, con la idea de encontrar que la autoestima está influeciada por
la valoración sbjetiva del atractivo físico en el aprendizaje de la conducta
de seducción. Otros resultados que esperamos son los siguientes: La
valoración subjetiva del propio atractivo, el mejor predictor de la
frecuencia e intensidad de la conducta de atracción sexual en la
adolescencia; Los mejores predictores de la autoestima son la valoración
subjetiva del atractivo facial y el grado de evitación social debida a la
preocupación por la apariencia; La promoción y desarrollo de Asertividad
contribuye a elevar el nivel de autoestima y la posterior conducta de
afrontamiento de un mayor número de situaciones relacionales; Existen
diferencias entre los diferentes sexos (varón y mujer) en cuanto a la
valoración subjetiva que se hace del atractivo físico en el aprendizaje de
la conducta de seducción; Se preveen cambios en función de la edad,
principalmente en la importancia dada a la valoración del atractivo físico.

Pretendemos conocer cuál es la influencia tiene el atractivo físico en el desarrollo de la


autoestima y en el aprendizaje de la conducta de seducción.

Los factores que inciden en la elaboración de la imagen corporal se pueden categorizar en


tres niveles:

- Nivel social: los medios de comunicación social. Estos juegan un papel preponderante,
lanzando e imponiendo de forma continua un ideal estético, a través de la utilización de
personajes y modelos que responden a las expectativas de un canon de belleza corporal
determinado (Brow, Childers y Waxzak, 1990; Lemonchek y cols. 1994; Shaw, 1995; Martín y
Gentry, 1997; Wade y Abetz, 1997; Kalondner, 1997).

- Nivel interpersonal: Las habilidades de expresión y el control emocional. La sensibilidad a


los elogios o críticas que los demás dispensan sobre su cuerpo es tal, que la actitud que
muestran las personas significativas del entorno determina directamente la imagen corporal
de los adolescentes (Wojciszke, 1994; Burleson, 1994).

- Nivel individual: La autoestima. La valoración que se hace del propio atractivo físico influye
de gran manera en como un adolescente mantiene sus primeras interacciones (Thornton y
Ryckman, 1991; Page, 1992; Martín y Gentry, 1997; Wade y Abetz, 1997), y la implicación en
las relaciones sexuales (Alonge, 1991; Moore y cols. 1994; Burlenson, 1994; Wiederman y
Hurts, 1998).

A su vez, del grado de autoestima, dependerá el grado de evitación social, es decir, la


insatisfacción con el propio cuerpo influirá en las relaciones que se produzcan con el grupo
de iguales y en la búsqueda de pareja. La valoración del atractivo facial y el grado de
evitación social debida a la imagen, han sido considerados como los mejores predictores de
la autoestima sexual. Con poca relación, en cambio con la apariencia física, el tamaño, la
forma y la insatisfacción corporal. (Wiederman y Hurst, 1998).

Cuando se da una discrepancia entre lo que los jóvenes sienten sobre su propio cuerpo, su
atractivo físico, es decir sobre lo perceptual de su cuerpo, y las actitudes que se tiene,
afectos y pensamientos, influye en tener una baja autoestima y por tanto una imagen
negativa de sí mismos.

Esta discrepancia es estudiada por la teoría de la comparación social, estudiando las


implicaciones de la moda sobre los jóvenes, siendo la inconsistencia entre los modelos
presentados por la publicidad y por los educadores el máximo desajustador. En función del
motivo de comparación afectará o no a la autoestima y a la autoimagen. (Martin y Gentry,
1992).

Los sentimientos de no atractivo aumentan la necesidad de autoestima, iniciándose una


búsqueda mayor de refuerzo externo. (Page, 1992). La literatura sugiere programas de
intervención que recojan un desarrollo paralelo de otros recursos, características que
compensen la baja autoestima corporal con otros aspectos, además de hacer disminuir la
obsesión por la imagen y el grado de evitación social asociada.

Los adolescentes son muy sensibles a los defectos físicos y a las situaciones humillantes, la
comparación con personas poco atrayentes puede fomentar un alto grado de sentimiento de
inferioridad. (Wiederman y Hurst, 1998; Page, 1992)

En las primeras relaciones o interacciones sexuales (lo que los ingleses han llamado
“dating”), el atractivo físico juega un papel muy importante para nuestros adolescentes.
Dentro de las habilidades que los adolescentes utilizan para acercarse a los/as chicos/as de
cara a comenzar a tener relaciones (lo que se ha venido a llamar “ligar”), los chicos suelen
dar mucha importancia al atractivo físico ( Muehenhard y cols. 1981; Reis, Neslek y Wheeler,
1982). Entre otras características las que en el primer contacto, ante un intento de relación, el
aspecto físico agradable, el ser extrovertido e independiente, son las características más
valoradas entre los adolescentes.

Nuestro objetivo general por tanto será el de analizar la influencia de la autoestima corporal
en el aprendizaje de los modelos sociales de atracción. Especificándolo más concretamente
en:

 Valoración de los predictores más importantes de la autoestima corporal.


 Definición operativa de la conducta de atracción sexual en la adolescencia.
 Observación en contextos controlados.

Las variables, tanto de criterio como predictoras, van a ser las siguientes:

Definimos la autoestima corporal como la representación, valoración y grado de satisfacción


produce la figura corporal en cuanto posible objeto de exposición de atracción sexual. 1)
Representación de sí mismo: ¿qué digo de mí, acerca de mi imagen corporal? 2) Valoración
en términos de comparación o medida. Criterios que acabamos haciendo nuestros en
diferentes interacciones, en el ámbito social los medios de comunicación con la T.V a la
cabeza, en el ámbito interpersonal las relaciones familiares y especialmente con el grupo de
pares. 3) Carga afectiva o significado emocional, producto de los dos anteriores, medido en
forma de grado de satisfacción/ insatisfacción

Otra variable criterio que tendremos en cuenta es el atractivo físico, definido como la
percepción que se hace del cuerpo en relación a su cara, la apariencia general del cuerpo y
de diferentes partes del cuerpo como son pecho, cintura, ojos, boca, mano, pelos, etc.
Una tercera variable a tener en cuenta es la ansiedad y la evitación social definida como
“repetidos castigos por no aceptarse, conjunto de conductas inducidas”, motivación negativa
en la búsqueda de contactos sociales. La sensibilidad a los elogios y críticas que los demás
dispensan sobre su atractivo físico, determinando la imagen corporal. (Wogciszke, 1994 y
Burleson, 1994). La valoración interpersonal de las experiencias de atracción/ seducción,
siendo el núcleo fundamental el feedback de los iguales más significativos, correlacionan
significativamente con el grado de insatisfacción corporal y de evitación social provocada por
ella.

Otra variable que detallamos, es la asertividad sexual, definida como grado de comunicación
eficiente, afirmación constructiva de la propia personalidad, basadas en un reconocimiento y
expresión adecuados de todo estado afectivo. Nacida de una autoaceptación que respeta el
intercambio emocional con el otro.

Y por último tendremos en cuenta como variables a la edad: Las edades de la muestra
variarán (12-18 años). Dividas en tres segmentos de edad: de 12 – 13 años, 14 – 15 años y
16 a 18 años. Y el sexo (división entre varones y mujeres por su sexo biológico).

Nuestras hipótesis surgen como resultado de investigaciones anteriores, nacidas de una


revisión bibliográfica, a la vez que son Inducidas, es decir partimos de supuestas relaciones
entre variables. La hipótesis principal a confirmar la definimos de la siguiente manera: “La
autoestima está influencia por la valoración subjetiva que se hace del propio atractivo físico
en el aprendizaje de la conducta de seducción”. Y a su vez pretendemos confirmar las
siguientes hipótesis secundarias: La valoración subjetiva del propio atractivo, el mejor
predictor de la frecuencia e intensidad de la conducta de atracción sexual en la adolescencia;
los mejores predictores de la autoestima son la valoración subjetiva del atractivo facial y el
grado de evitación social debida a la preocupación por la apariencia; la promoción y
desarrollo de Asertividad contribuye a elevar el nivel de autoestima y la posterior conducta de
afrontamiento de un mayor número de situaciones relacionales; existen diferencias entre los
diferentes sexos (varón y mujer) en cuanto a la valoración subjetiva que se hace del atractivo
físico en el aprendizaje de la conducta de seducción; y se preveen cambios en función de la
edad, principalmente en la importancia dada a la valoración del atractivo físico.

A partir de este momento daremos una pautas de cómo se pretende realizar nuestra
investigación:

Nuestra muestra estará formada por adolescentes de ambos sexos, con un intervalo de edad
(12-18 años). Pertenecientes a diferentes asociaciones juveniles, hemos tomado como
referencia la Guía de Asociaciones Juveniles que el Consejo de la Juventud Provincial de
Salamanca ha realizado hace poco tiempo, ya que es la guía más actualizad. Se han tomado
un total de 29 entidades juveniles, aquellas que en la edad de sus socios cuenta con chicos y
chicas del intervalo de edad que hemos escogido. Además esperamos una amplia
representatividad, a nivel de estatus socioeconómico y cultural. Nuestra muestra es más
heterogénea que la dada en la educación formal de centros de secundaria.

El número total de adolescentes que tendría la población que hemos elegido (29 entidades
juveniles de Salamanca) es de, aproximadamente, 2.400. Nuestra muestra tendría un total de
220 chicos, elegidos al azar, a través de un muestreo simple entre las entidades juveniles.
Realizaremos dos grandes grupos, unos de chicos (n = 160) y otro de chicas (n = 160). A su
vez dividiremos estos dos grupos en otros tres intervalos abiertos dependiendo de la edad:
grupo de 12 a 14 años, grupo de 14 a 16 años y grupo de 16 a 18 años.

Las escalas que vamos a utilizar para poder medir las variables anteriormente descritas son
las siguientes:

Para la autoestima corporal se realizarán una evaluación cualitativa a través de un


cuestionario temático abierto, donde se valoren los posibles indicadores y fuentes de
elaboración de la autoestima corporal y una evalución cuantitativa, donde se aplicarán las
siguientes escalas: - Body Esteem Scale (BES) de Cecil y Stanley, 1997. Evaluación de las
sensaciones de autoestima y condición física

A contrastar con otras variables que son medidas por: - Objectified Body Conscious-ness
(OBC) de McKinley y Hyde (1996) con tres subescalas que miden: a) Visión corporal como
observador externo b) Sentimiento de culpa c) Creencias de control sobre la apariencia. -
Social Physique Anxiety Scale (SPAS) de Joereskog y cols (1989) y Eklund y cols. (1996),
que evalua el grado de ansiedad debida a la imagen corporal y autoestima.

El atractivo físico se medirá a través del The visual process method de Hassebrauck (1998)
en el que se presentan al sujeto una serie de caras y partes del cuerpo de personas en una
pantalla de ordenador y este ha de evaluar cuales son para el/ella más atractivo y que partes
son las más atractivas.

La ansiedad y evitación social por medio de Social Physique Anxiety Scale (SPAS) de
Joereskog y cols (1989) y Eklund y cols. (1996), que define evitación social como el grado de
ansiedad mientras otros observan y evalúan mi físico. Evaluación de la ansiedad en la
conducta de autopresentación debida a la imagen corporal. Ansiedad corporal medida
estableciendo relación entre la preocupación por el propio cuerpo, la masa corporal y la
autoestima corporal.

La asertividad social se medidará con Scale for interpersonal behaviour (SIB), donde el estilo
asertivo y posibilidad de atracción en una respuesta asertiva específica, que discurre en un
continuo entre dos polos evitación-afrontamiento (actuación).

Estamos planteando un estudio que se puede clasificar como cuasiexperimental, trabajamos


con variable predictoras, por tanto no podremos establecer relaciones de causa – efecto, tan
solo hablar de tendencias.

Nuestro estudio lo podemos denominar como un estudio con dos variables criterio y cuatro
variables predictoras (Multivariado 2 X 2 X 3 X 2 Univariado).

Pretendemos sean los propios monitores y responsables de las entidades juveniles que
forman la muestra los que observen la conducta y apliquen las pruebas, con lo que pueda
contrastarse información de distinta naturaleza. Es lo que hemos llamado Observadores
participantes adiestrados. Además de esperar un mayor alcance de respuesta dada a
personas dentro del entorno de la muestra, que a otros que vienen de fuera. Para ello será
necesario adiestrar a estas personas en el conocimiento del como funcionan las pruebas y
que es lo que realmente pretendemos investigar para que recojan solo la información que se
pide. Con ello creemos tener controlado el hecho de sentirse medido por parte de una
persona que no le es conocida y en un contexto de laboratorio.

Una vez recogido los datos realizaremos el análisis de los resultados obtenidos, pera ello nos
basaremos en dos tipos de análisis:

q Cuantitativo: Se realizarán los análisis y pruebas estadísticas que requieran nuestra


estudio, un análisis de varianza. q Cualitativo: Utilizando la metodología cualitativa
realizaremos un análisis de los cuestionarios abiertos que han rellenados los observadores
participantes adiestrados, categorizando las respuestas y analizándolas, a la vez que
contrastándolas con ellos/as mismos.

Finalmente se hará una exhaustiva revisión de las pruebas estadísticas y extracción de la


conclusión de resultados, confirmando o no nuestras hipótesis.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

ALONGE, M. (1991) Determinants of sexual behaviour among in-school adolescents:


Implications for counselling. En Nigerian-Journal-of-Guidance-and-Counselling. Jul; Vol 4(1-
2): 79-86 BROWN, J.; CHILDETS, K., y WASZAK, C. (1990). Televisión and adolescent
sexuality. En Jorunal of Adolesecent Health Care. Jan. Val. 11(1); 62 – 70

BURLESON, B. (1994) Friendship and similarities in social-cognitive and communication


abilities: Social skill bases of interpersonal attraction in childhood. En Personal-Relationships.
Dec; Vol 1(4): 371-389 CECIL, H. y STANLEY, M. (1997) Reliability and validity of
adolescents' scores on the Body Esteem Scale. En Educational-and-Psychological-
Measurement. Apr; Vol 57(2): 340-356

EKLUND, R.; KELLEY, B; y WILSON, PH. (1997) The Social Physique Anxiety Scale: Men,
women, and the effects of modifying Item 2. En Journal-of-Sport-and-Exercise-Psychology.
Jun; Vol 19(2): 188-196

HASSEBRAUCK, M. (1998). The visual process method: A new method to study physical
attractiveness. En Evolution-and-Human-Behavior. Mar; Vol 19(2): 111-123

HEART, E.; LEARY, M y REJESKI, W. (1989). The measurement of social physique anxiety.
En Jorunal of Sport and Exercise Psychology. Mar. Vol 11(1), 94 – 104.

KALODNER, C. (1997). Media influences on male and female non eating disordered college
estudents: A significant issue. En Eating Disorders: The Journal of Treatment and Prevention.
Spr; vol 5 (1): 47 – 57.

LEMONCHECK, L.; CHAPKIS, W.; RICHARDS, J.; DWORKIN, A.; SCHMIDT, C.; WOLF, N.;
GALLER, R.; MORGAN, K.; y WALKER, A. (1994). Presenting women: Fashion and beauty.
En Jaggar, A.M. (Ed); y cols. Living with contradictions: Controversies in feminist social ethics.
(PP. 199 – 261). Boulder, CO. USA: Westview Press. XXII. 698 pp.

MARTIN, K.; REJESKI, W.; LEARY, M.; MCAULEY, E; y BANE, S. (1997) Is the Social
Physique Anxiety Scale really multidimensional? Conceptual and statistical arguments for a
unidimensional model. En Journal-of-Sport-and-Exercise-Psychology. Dec; Vol 19(4): 359-367

MARTIN, M. y GENTRY, J. (1997) Stuck in the model trap: The effects of beautiful models in
ads on female pre-adolescents and adolescents. En Journal-of-Advertising. Sum; Vol 26(2):
19-33

MCKINLEY, N. y HYDE, J. (1996). The objectified body consciousness scale: Development


and validation. En Psychology-of-Women-Quarterly. Jun; Vol 20(2): 181-215

MOORE, CH.; WUENSCH, K.; HEDGES, R. y CASTELLOW, W. (1994). The effects of


physical attractiveness and social desirability on judgments regarding a sexual harassment
case. En Journal-of-Social-Behavior-and-Personality. Dec; Vol 9(4): 715-730

PAGE, R. (1992). Feelings of physical unattractiveness and hopelessness among high school
students. En High-School-Journal. Feb-Mar; Vol 75(3): 150-155

PETRIE, T; DIEHL, N; ROGERS, R. y JOHNSON, C. (1996). The Social Physique Anxiety


Scale: Reliability and construct validity. En Journal-of-Sport-and-Exercise-Psychology. Dec;
Vol 18(4): 420-425

SHAW, J. (1995)Effects of fashion magazines on body dissatisfaction and eating


psychopathology in adolescent and adult females. En European Eating Disorders Review.
Mar. Vol 3 (1): 15 –23

SHERMAN, D.; IACONO, W. y DONNELLY, J. (1995). Development and validation of body


rating scales for adolescent females. En International-Journal-of-Eating-Disorders. Dec; Vol
18(4): 327-333
THORNTON, B; y RYCKMAN, R. (1991). Relationship between physical attractiveness,
physical effectiveness, and self-esteem: A cross-sectional analysis among adolescente. En
Journal-of- Adolescence. Mar.; vol 14 (1); 85 – 98.

VERON G. y WILLIAMSON, D. (1996) . Development of a body image assessment procedure


for children and preadolescents. En International-Journal-of-Eating-Disorders. Nov; Vol 20(3):
287-293

WADE, T. y ABETZ, H. (1997). Social cognition and evolutionary psychology: Physical


attractiveness and contrast effects on women's self-perceived body image. En International-
Journal-of-Psychology. Vol 32(1): 35-42

WIEDERMAN, M. y HURST, S. (1998). Body size, physical attractiveness, and body image
among young adult women: Relationships to sexual experience and sexual esteem. En
Journal-of-Sex-Research. Aug; Vol 35(3): 272-281

WOJCISZKE, B. (1994). Inferring interpersonal attitudes: Hypotheses and the information-


gathering process. En European-Journal-of-Social-Psychology. May-Jun; Vol 24(3): 383-401

Potrebbero piacerti anche