Acción

Católica
Argentina
ACCIÓN CATÓLICA. Don y tarea
CURSO DE FORMACION PARA DIRIGENTES
PARROQUIALES

TALLER 3
Los dirigentes de la
Acción Católica: llamados
a ser corresponsables de
la misión.

Continuamos nuestro camino formativo conociendo más a fondo nuestra

vocación y misión como laicos de Acción Católica.

Iremos desarrollando los siguientes contenidos en este Taller:

El camino de la Acción Católica en la Iglesia. Sus

orígenes, los Papas, el Concilio. La Acción Católica en la
Argentina y en el mundo. La vocación en la Acción
Católica. El dirigente, un servicio evangelizador. Crecer en
santidad. Vivir en la esperanza. La corresponsabilidad. Ser
hombres y mujeres de reconciliación, de comunión,
constructores de unidad, promotores de la maduración
personal de los que dirigimos. Desarrollar el coraje
misionero para el protagonismo eclesial y social, en una
actitud de servicio. Reconocer las posibilidades, limitaciones
y debilidades a la luz de la fe, la esperanza y la caridad.

Para lo cual nos propondremos las siguientes metas:

Conocer y redescubrir el carisma y ministerio de la AC,

desde nuestra historia eclesial.
Reflexionar sobre las exigencias personales del dirigente
de AC, en el camino de nuestra historia como Acción
Católica.
Valorar la importancia de ser dirigentes de otros
discípulos a quienes invitamos a ser dirigentes eclesiales
y sociales (barriales – escolares – sindicales, etc.)
Impulsar el compromiso evangelizador desde una vida que
se hace servicio.
Abrirnos a Jesús
Consejo e imitarlo en ser mansos y humildes
Nacional 1 de
corazón,
Equipo anhelando
Nacional ser Santos como nuestra meta.
de Formación
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Tené presente:
Dedicarle el tiempo a la lectura y realización de las
actividades que te propone el Taller.
Enriquecerlo con tu reflexión, y consulta de lectura
complementaria.
Si es posible, compartirlo con tu grupo.
Recordar también, que podés organizar tu lectura en
varios días, dedicándole a cada parte de este material, el
tiempo que consideres oportuno.

Vamos a comenzar

Miremos juntos la realidad:

 ¿Cuándo y cómo se inició la Acción Católica en tu comunidad?

 ¿Cómo ha sido la vida de la Acción Católica en ella? ¿Conocés a
quiénes han participado y participan en ella?
 ¿Podrías dibujar una línea de tiempo con la historia de tu
comunidad?

Valoremos que nos pide Jesús

Buscá en Mateo 25, 14-30. “La parábola de los talentos”.

El talento, en la época de Jesús, era una moneda de

mucho valor. El talento para nosotros serían los DONES o
CUALIDADES que poseemos...aquellos que Jesús nos da
a cada uno y que tenemos el deber de desarrollar y hacer
crecer. La Acción Católica es un talento, porque es una
vocación y un don.

Invocá al Espíritu Santo para que te ayude en este

tiempo de estudio y reflexión.

Ven, Espíritu Santo, fieles con la luz del Espíritu

Llena los corazones de tus fieles Santo; concédenos que,
y enciende en ellos guiados por el mismo Espíritu,
el fuego de tu amor. sintamos con rectitud y
Envía, Señor, tu Espíritu. gocemos siempre de tu consuelo.
Que renueve la faz de la Tierra. Por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.
Oh Dios,
que llenaste los corazones de tus
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1. Lee lenta y atentamente el pasaje.

2. Hacé un momento de silencio para asimilar el texto leído.
3. Repetí la lectura del texto unas dos o tres veces hasta
asimilarlo y memorizarlo en la medida de lo posible para
descubrir los detalles.
4. Tratar de responder a la pregunta: ¿Qué dice el texto de
Mateo?
5. Si estás en grupo, intercambiá con el resto algunas
impresiones acerca del texto.
6. Hacé un momento de silencio para reconstruir el texto en tu
mente.
7. “Rumiar” o “masticar” el texto tratando de descubrir su
sentido actual en nuestras vidas.
8. Aplicá el texto a la situación que vivimos hoy: ¿qué espera de
mí?
9. Relacioná el texto con algunos otros pasajes bíblicos.
10.En este momento central quedate frente Dios y decile cuánto
lo querés. Expresale el compromiso que te sugiere la lectura.
Resumilo en una idea para llevar adelante.
11. Terminá este momento diciéndole a Jesús:

“Señor, tú me has llamado para ser tu Por eso quiero ser tu colaborador.
dirigente. Sin embargo, después en lo diario,
Me llamaste sin tener en cuenta mi en esa lenta inmolación de cada hora y
flaqueza, mi debilidad, de cada minuto,
pero me dices que a pesar de ello me te voy quitando lo que un día te prometí.
elegiste; Dame el don del entendimiento,
mejor aún: por eso poco que soy, haz que comprenda que esa nota que
para que resplandezca en mí, escribo,
tu fuerza vigorosa, invencible. ese libro que estudio;
No alcanzo a comprender bien del todo, esa sonrisa de saludo, ese llamado
lo que tu llamada significa, Señor. telefónico;
Me entusiasma, me arrastra, me esa tarde de patio; esa persona que se me
enamora; acerca...
y al mismo tiempo, me asusta, Señor, que me dé cuenta que todo eso es
me dan ganas de no tomar tu mano, “cruz” y
de huir lejos, donde tu voz no llegue a “resurrección”, que todo es realizar
mis oídos. la salvación
Me cuesta comprenderte. a la que me llamaste, que todo es
Me invitas a seguirte con la cruz y el dar vida,
sacrificio, a un mundo de hombres sedientos
y siento que me estremezco todo entero. de vida y felicidad.
Pero igual que tú, amo la vida y ser feliz.
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No permitas, Señor, que jamás
caiga en la tentación del desaliento.
Tú sabes como me canso, como
pierdo interés.
Tú sabes con que desesperación
busco el éxito y la aprobación
social.
Cuántas veces me he buscado a mí
mismo.
Pero eso, hoy en tus plantas, te
pido
un corazón lleno de ese impulso que
es la caridad,
dame un corazón grande para saber
amar y luchar,
dame, te ruego, la convicción de
que no soy indispensable
y de que mi verdad no es la que
salva,
sino que soy un simple instrumento
en tus manos.
Como María quiero seguir a mis
compañeros,
dándoles a ellos lo que ella dio al
mundo:
un Jesús, una alegría de
vivir!”Amen

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1. El dirigente de Acción Católica conoce su historia
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¿Por qué queremos realizar en este Taller un repaso sobre nuestra
historia institucional?

Porque si sabemos de donde venimos, es posible tener más claro

hacia dónde vamos.

Porque nos ayuda a sentirnos protagonistas y continuadores de una

historia eclesial e institucional que empezó hace mucho tiempo.

Porque nos ayuda a crecer en el amor a la Institución en la que Dios

nos ha llamado a servirlo, acrecentando así nuestro sentido de
pertenencia a esta gran familia.

Porque nos ayuda a participar de la mística, del espíritu, que anima

nuestra identidad que no es otra que la de servir a Cristo y a la
Iglesia.

Papa Francisco nos recuerda en la Evangelii Gaudium

Tampoco deberíamos entender la novedad de esta misión como un

desarraigo, como un olvido de la historia viva que nos acoge y nos lanza
hacia adelante. La memoria es una dimensión de nuestra fe que podríamos
llamar «deuteronómica», en analogía con la memoria de Israel. (13)

Vayamos leyendo esta síntesis

La Acción Católica en la vida de la

Iglesia

A) Primeras actividades de los laicos en el apostolado. Los orígenes.

Desde los primeros tiempos de la Iglesia, los laicos fueron colaboradores en el

apostolado. Se sabe que algunos acompañaban y servían a Jesús en su obra
evangelizadora, otros que ayudaban a los apóstoles en sus viajes o difundían la
Palabra de Dios por todos los rincones del mundo.

“La pléyade de los laicos –madres, vírgenes, campesinos, artesanos,

intelectuales, reyes, que poblaron el caminar de la Iglesia, habla del compromiso
personal de tantos y tantos fieles que ayudaron con su vida y con su obra a
difundir la Fe y a implantar la Iglesia “ (P.I. Nota 5)

Primeras Asociaciones Laicales

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 En el tiempo de los primeros cristianos se realizaban algunas actividades de
asistencia en el orden social. “Los Apóstoles junto con la acción estrictamente
Acción religiosa ejercitaban también una acción caritativa y de asistencia, primero ellos
Católica mismos y después por medio del colegio de diáconos (...) En el ejercicio de este
Argentina ministerio, los diáconos eran ayudados por los fieles. La beneficencia pública es
desde aquellos tiempos una prerrogativa de la Iglesia y un medio de apostolado
social” (Manual para Militantes, Pág. 11).

Con el edicto de Constantino la Iglesia dejó las catacumbas y surgieron

numerosas instituciones durante la Edad Media y las posteriores, en las que los
laicos participaban activamente.

Hacia mediados del siglo XIX comienzan a aparecer asociaciones que tienden a la
defensa de la Iglesia, dado los avances de revoluciones antirreligiosas, y la
aparición del liberalismo, la masonería, el socialismo y posteriormente, el
comunismo. Surgen así, en casi toda Europa asociaciones canónicas tradicionales
y que los Pontífices señalan como acción de los católicos.

A partir de allí, los Papas verán la necesidad de organizar a los laicos y reconocer
su trabajo en forma oficial, separando las asociaciones con fines políticos de las
estrictamente eclesiales.

B) La Acción Católica en el Magisterio de la Iglesia

Los Papas:

Es mucho el legado de cada uno de nuestros Pontífices a

la Acción Católica, desde Pío IX hasta el actual, no
obstante, nosotros trataremos de recordar algunos de los
aportes más destacados en relación a la conformación y
consolidación de la Institución tal como la conocemos y
vivimos hoy:

Pío IX (1846-1878): Vislumbró la urgencia de organizar a los seglares. Por su

impulso surgieron Uniones de Católicos por todo el mundo. En 1867 surge la
Sociedad de la Juventud Católica Italiana.

León XIII (1878-1903): Proclama la obligación del apostolado de los católicos.

Precisa que la dirección de tal apostolado es función de la jerarquía: Papa, obispo,
párroco. Insiste en la unión de las asociaciones.

San Pío X (1903-1914): Insiste en diferenciar la naturaleza de las asociaciones

apostólicas de laicos de los partidos políticos y dice: “El campo de la acción
católica es anchísimo, pues ella no excluye de suyo absolutamente nada de cuanto
en cualquier modo, directa o indirectamente, pertenece a la divina misión de la
Iglesia”, considerando su parte más importante a la solución de la cuestión social.

Benedictino XV (1914-1922): Durante su papado se organizaron diversas

instituciones italianas bajo la Junta Directiva de la Acción Católica. En 1920 señala
con claridad la distinción entre la “la acción católica propiamente dicha” y otras
actividades que pueden dar lugar a la acción temporal y civil de los católicos.

Pío XI (1922-1939): Considerado el patriarca de la AC, define el concepto y

naturaleza de la Institución, proponiéndola a Cardenales y Obispos; también a
través de encíclicas y cartas nos deja un legado doctrinal voluminoso y riquísimo
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que configura su expansión y crecimiento. “Esta colaboración de los fieles la
hemos definido –no sin divina inspiración- como la participación de los laicos en
el Apostolado Jerárquico de la Iglesia”. (14/02/34).
Es él quien recoge la iniciativa de varios laicos jóvenes que venían trabajando
en Italia, muy cerca de la jerarquía, y propone este modo de organización laical
en la Iglesia.

Pío XII (1939-1958): Reconoce oficialmente a la AC Italiana, demarcando la

diferencia entre los grados de dependencia del apostolado de los seglares
respecto de la jerarquía. Se va consolidando la Acción Católica en todo el mundo
con su estructura parroquial, diocesana y nacional.

Juan XXIII (1958-1963): Primer Asesor de la AC que llega a Papa, deja un

abundante cuerpo doctrinal, destacando principalmente, la penetración en los
ambientes, la importancia de la espiritualidad y de la unidad y la necesidad de
la AC para el Pastor, llamándola “la pupila de sus ojos”.

Pablo VI (1963-1978): Otro Asesor es elegido Pontífice y demuestra su

experiencia y amor a la Institución con un profundo reconocimiento de su
naturaleza y renovación en su concepción y finalidad. Llega a decir que “Ella
pertenece ya al diseño constitucional de la Iglesia” recordando que “es un
órgano integrador de la estructura eclesial” y que “ocupa un lugar no
históricamente contingente, sino teológicamente motivado en la estructura
eclesial”.

Juan Pablo II (1978-2005): La dinámica pastoral de Juan Pablo, su amor por

los laicos, esclarece e ilumina al hombre de hoy, no sólo con su magisterio sino
con su acompañamiento, otorgando al laico un lugar privilegiado en la tarea de
difundir el Evangelio. “La Acción Católica debe tender decididamente hacia la
santidad”. En su largo pontificado dirigió un sin fin de mensajes a la AC
orientando su accionar y redescubriendo su carisma al servicio de la Iglesia y
los distintos ámbitos de la vida laical.

Benedicto XVI (2005 -2013) siguiendo el magisterio de Juan Pablo II, nos
anima a seguir profundizando nuestro carisma y ofrecerlo como don en la vida
social, desde nuestro amor a Jesús y a la Iglesia.

Repasemos algunas de las enseñanzas del Magisterio Pontificio más actual.

Benedicto XVI:

La gracia del Bautismo nos hace desear compartir con muchos otros la
grandeza del Evangelio. Vosotros, hombres y mujeres de Acción Católica,
lleváis a cabo esta tarea en las condiciones ordinarias de la existencia
cotidiana, para que vuestra vida familiar, vuestro compromiso profesional y
civil, el servicio que ofrecéis generosamente a la comunidad cristiana y a la
difusión del Evangelio, contribuyan a hacer de Cristo el corazón del mundo.

La Iglesia cuenta con la presencia generosa, gratuita y competente, de la

Acción Católica para que el Evangelio llegue a los confines de la tierra y sea
fermento de los miembros de toda comunidad y cultura.

Aliento a la Acción Católica a profundizar aún más el compromiso con la

formación, para permitir a sus miembros crecer en la santidad de la vida y la
comunión eclesial, y para que sean testigos creíbles de Jesús Resucitado,
esperanza de la humanidad. Esto será posible si la Acción Católica sigue

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manteniéndose fiel a sus profundas raíces de fe, alimentadas por una
adhesión plena a la palabra de Dios, por un amor incondicional a la Iglesia,
por una participación vigilante en la vida civil y por un constante compromiso
formativo.

Queridos amigos, responded generosamente a esta llamada a la santidad,

según las formas más características de vuestra condición laical. Seguid
dejándoos inspirar por las tres grandes "consignas" que mi venerado
predecesor, el Beato Juan Pablo II, os confió en Loreto en el año 2004:
contemplación, comunión y misión.

La Acción Católica nació como una asociación particular de fieles laicos,

caracterizada por un vínculo especial y directo con el Papa, que muy pronto
se convirtió en una valiosa forma de "cooperación de los laicos en el
apostolado jerárquico", recomendada "encarecidamente" por el Concilio
Vaticano II, que describió sus irrenunciables "notas características" (cf.
Apostolicam actuositatem, 20). Esta vocación sigue siendo válida también
hoy. Por tanto, os animo a proseguir con generosidad en vuestro servicio a la
Iglesia. Asumiendo su fin apostólico general con espíritu de íntima unión con
el Sucesor de Pedro y de corresponsabilidad operante con los pastores,
prestáis un servicio en equilibrio fecundo entre Iglesia universal e Iglesia
local, que os llama a dar una contribución incesante e insustituible a la
comunión.

Vuestras asociaciones son gimnasios de santidad, en la que os entrenáis

con dedicación plena en la causa del Reino de Dios, en un sistema de vida
profundamente evangélica que os caracteriza como laicos creyentes en los
lugares de la vida cotidiana. Esto exige oración intensa, ya sea comunitaria o
personal, la escucha continuada de la Palabra de Dios, y una asidua vida
sacramental. Es necesario hacer del término “santidad” una palabra común,
no excepcional, que no designe sólo a estados heroicos de vida cristiana, sino
que indique en la realidad de todos los días, una respuesta decidida y una
disponibilidad a la acción del Espíritu Santo.

Santidad significa también para vosotros darse al

servicio del bien común según los principios cristianos,
ofreciendo, en la vida de la ciudad, presencias
cualificadas, gratuitas, rigurosas en los
comportamientos, fieles al magisterio eclesial y
orientadas al bien de todos.

La formación en el compromiso cultural y político

representa para vosotros, por tanto, una labor
importante que exige un pensamiento plasmado del
Evangelio, capaz de debatir ideas y propuestas válidas
para los laicos. Este es un compromiso que se cumple
sobre todo, a partir de la vida cotidiana, de madres y
padres que luchan en los desafíos de la educación de los
hijos, de trabajadores y de estudiantes, de centros de
cultura orientados al servicio del crecimiento de todos

“Con ocasión de la VI Asamblea ordinaria del Foro internacional de Acción

Católica, deseo dirigirle un cordial saludo a usted y a todos los que participan en ese
significativo
encuentro, y de modo particular al coordinador del Secretariado, Emilio Inzaurraga, a
los presidentes nacionales y a los consejeros. Saludo en especial al obispo de Iasi,
monseñor Petru Gherghel, y a su diócesis, que acogen este encuentro eclesial durante el
cual estáis llamados a reflexionar sobre la «corresponsabilidad eclesial y social».

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Se trata de un tema de gran importancia para el laicado, que resulta muy oportuno en la
inminencia del Año de la fe y de la Asamblea ordinaria del Sínodo de los obispos sobre la
nueva evangelización. La corresponsabilidad exige un cambio de mentalidad
especialmente respecto al papel de los laicos en la Iglesia, que no se han de considerar
como «colaboradores» del clero, sino como personas realmente «corresponsables» del ser
y del actuar de la Iglesia. Es importante, por tanto, que se consolide un laicado maduro y
comprometido, capaz de dar su contribución específica a la misión eclesial, en el respeto
de los ministerios y de las tareas que cada uno tiene en la vida de la Iglesia y siempre en
comunión cordial con los obispos.” 8 de agosto, 2012

Poder ampliar la lectura en

http://www.accioncatolica.org.
ar/?page_id=61

Francisco (desde marzo 2013): En mayo de

2014 nos ha dirigido su primer mensaje como Papa a la
Institución. Ya lo hemos leído en el primer Taller, pero
repasaremos aquí sus “palabras claves” y recordaremos
también algunas citas del Mensaje, que siendo Cardenal
en Argentina, nos diera en distintas oportunidades.

El Papa Francisco en el encuentro del 3 de mayo con Juan Torreiro presidente Sería genial que pudiéramos
parroquial de Avellaneda Lanus que viajó en representación de las parroquias hacer para nuestros grupos un
de AC y Emilio Inzaurraga presidente del Consejo Nacional y Coordinador cartel o una gigantografía con
Internacional del Foro de Acción Católica estas palabras del Papa

Laicos de la Acción Católica son llamados a

renovar la elección misionera, abierta a los horizontes
que el Espíritu indica a la Iglesia y expresión de una
nueva juventud del apostolado laical. Ésta es
una elección misionera: todo en clave
misionera. Todo. Es el paradigma de la
Acción Católica: el paradigma
misionero. Ésta es la elección que hoy hace la
Acción Católica.
Sobre todo las parroquias, Estas parroquias necesitan de su
entusiasmo apostólico, de su plena disponibilidad y de su servicio
creativo.

Se trata de asumir el dinamismo misionero para llegar a

todos, privilegiando quien se siente lejano y a los estratos
más débiles y olvidados de la población. Se trata de abrir las
puertas y dejar que Jesús pueda salir.

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…la Acción Católica, formada por el laicado diocesano que vive en
estrecha corresponsabilidad con los Pastores. En esto les es de ayuda
la popularidad de su Asociación, que a los compromisos intraeclesiales,
sabe unir aquellos de contribuir a la transformación de la sociedad
para orientarla al bien
He pensado en entregarles tres verbos, tres verbos que pueden constituir,
para todos ustedes, una pista para el camino.

Permanecer: Para ser anunciadores y testigos de Cristo se necesita

permanecer sobre todo cercanos a Él.

Salir: Por favor, jamás una Acción Católica inmóvil. No detenerse:

¡avanzar!
Alegrarse: Alegrarse y exultar siempre en el Señor. Ser personas que
cantan a la vida, que proclaman la fe.

RECORDAMOS AHORA SUS PALABRAS SIENDO CARDENAL, en nuestra patria:

Hermanos, a ustedes yo les pido, métanse entre la

En la Acción Católica
no buscamos de
hacer prosélitos.
Jesús acusaba a los
fariseos de eso,
buscamos llevar una
propuesta, la pro-
puesta que vivimos
adentro a Jesús, el
Salvador, el que te
da sentido a la vida y
llevarlo a todas las
periferias y el modo
de quien lleva una
propuesta es la
mansedumbre.
gente pero sin consensuar ni la persona de Jesús ni
los valores. Métanse en lo que hay de paganos, con la
alegría de quien ofrece un servicio y nuestro servicio
es el mismo que nos ofreció Ella (señalando a la
Virgen), llevar a Jesús. Que Ella, Nuestra Madre, nos
conceda esta gracia. Que así sea” DOMINGO 18, de
agosto de 2002. XXIV Asamblea Federal del la
Acción Católica de Argentina
"¡Cuántos que están hoy en el cielo, podrían decir
que lo alcanzaron gracias a la tenacidad y testimonio
que recibieron de hermanos de la Acción Católica
Argentina! 5 de abril, 2006. Misa de los 75 años
de la ACA

“El hombre y la mujer que quiere vivir su bautismo

tienen que ir a las periferias, periferias geográficas,
periferias culturales, periferias existenciales, tiene
La Acción Católica no que ir con esa propuesta, con esa propuesta
es una multinacional evangélica. Entonces cómo hacer eso de la vida
que tiene que hacer interior, de estar con Jesús amándolo y como estar
un balance todos los con esos que no nos entienden, no nos comprenden
años, a ver cómo o nos odian. Esa es la tensión del cristiano y más de
crece, cómo anda. ustedes. Si viven la Acción Católica con fuerza tienen
No. Es un grupo de que vivir esa tensión, esa tensión entre el adentro,
hombres, mujeres, del encuentro con Jesús que los impulsa hacia afuera
jóvenes, chicos que y les cuestionan todo y volver, ir y volver.
llevan una propuesta
que no es de ellos Consejo Nacional 10
pero están Equipo Nacional de Formación
enamorados de ella,
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y la llevan con
fervor, con gozo, con
mansedumbre.
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Un hombre, una mujer, un joven, una joven, un
chico, una chica de Acción Católica que no aprenda
Acción esta sabiduría espiritual de la tensión, no vive bien,
Católica su apostolado de Acción Católica. A veces uno tiene
Argentina la tentación de quedarse encerrado; y participar en
un círculo, estudiar y quedar ahí encerrado y a ve-
ces, la desbandada, pura salida, pura cosa, sin
oración, sin vida interior, sin formación, no vivir en
tensión entre las dos, eso los constituye en
apóstoles, pero no es una bipolaridad que divide, no.
Es una tensión interior que mismo Cristo quiere y
por eso acá está el tercer pilar que envía al Espíritu
Santo, que lo promete, lo escuchamos en el
Evangelio, “yo rogaré al Padre y el, les dará otro
Paráclito para que esté siempre con ustedes”. El
modo, el Espíritu Santo que nos enseña cómo vivir
esa tensión entre el mensaje que llevamos y la
manera que somos recibidos.
En la Acción Católica no buscamos de hacer
prosélitos. Jesús acusaba a los fariseos de eso,
buscamos llevar una propuesta, la propuesta que
vivimos adentro a Jesús, el Salvador, el que te da
sentido a la vida y llevarlo a todas las periferias y el
modo de quien lleva una propuesta es la
mansedumbre.
La Acción Católica no es una multinacional que tiene
que hacer un balance todos los años, a ver cómo
crece, cómo anda. No. Es un grupo de hombres,
mujeres, jóvenes, chicos que llevan una propuesta
que no es de ellos pero están enamorados de ella, y
la llevan con fervor, con gozo, con mansedumbre.
Estos tres pilares quizás los iluminen el día de hoy
para dar gracias, por los 80 años; ¡cuánto camino
andado, cuánta huella hecha! y de ahí tomar impulso
para vivir este carisma, tan tensionante entre la vida
interior y las periferias. Este carisma que nos lleva
no a ser prosélitos sino con toda humildad a llevar
una propuesta, la propuesta que vivimos en Jesús, el
Salvador; dar razón de lo que creemos y esperamos
y eso con mansedumbre, con gozo.
Que este gozo, que es fruto del Espíritu Santo, los
acompañe en esta celebración de estos 80 años y los
haga cada vez más fecundos en la vivencia de Cristo
resucitado, en el anuncio de Cristo resucitado y la
mansedumbre, en el modo de cómo hacen ese
anuncio. 80 años de la ACA, 29 de mayo 2011,

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C)El Concilio Vaticano II

PARA SABER DE QUÉ ESTAMOS HABLANDO…

¿Qué es un Concilio?
Cuando el Papa quiere tomar una decisión que abarca a toda la
cristiandad - proclamar un dogma, modificar la organización de la Iglesia
o condenar una herejía -, puede convocar un Concilio.

Los obispos del mundo entero son llamados a Roma (o a la ciudad que
el Pontífice haya escogido). Su presencia es obligatoria, salvo en caso
de fuerza mayor. Los superiores de órdenes religiosas, los abades
generales, los prelados nullius (es decir, que no tienen jurisdicción en
una diócesis propiamente dicha) y los cardenales son admitidos a
participar en el Concilio o Sínodo ecuménico. Tienen voz deliberativa.
Otras personalidades son admitidas a participar en los trabajos del
Concilio, y tienen voz consultiva. Son los representantes de obispos
ausentes, los príncipes católicos o sus embajadores y ciertos clérigos o
laicos convocados a títulos diversos.

A la apertura de los debates, todos los asistentes prestan juramento. Juran que
permanecerán fieles al Santo Padre y a la Iglesia.

No podemos dejar de tratar este punto como tema especial, ya que el

Concilio Vaticano II significó para la Iglesia una gracia extraordinaria,
en la que los Obispos del mundo, junto a Juan XXIII y luego Pablo VI,
reflexionaron sobre el Misterio de la Iglesia en medio del mundo
contemporáneo.
Como no todos tal vez, sepan de qué se trata tan grande acontecimiento, haremos un sintético repaso: El
Concilio constó de cuatro sesiones: la primera de ellas fue presidida el Papa Juan XXII en el otoño de 1962, él lo
había convocado para sorpresa de todos en el año 1959 pero no pudo concluir este Concilio ya que falleció un
año después, (el 3 de junio de 1963). Las otras tres etapas fueron convocadas y presididas por su sucesor, el
Papa Pablo VI, hasta su clausura en 1965. La lengua oficial del Concilio fue el latín, idioma oficial de la Iglesia
que se utilizaba y si utiliza en muchas ocasiones como un signo común, aunque ahora es mucho más común el
uso de los idiomas particulares (italiano, ingles, alemán, español, francés, etc.…) y en particular en cada Iglesia
local el uso del idioma propio. Fue el Concilio que contó con más representación de todos, con una media de
asistencia de unos dos mil padres conciliares (es decir los Obispos) procedentes de todas las partes del mundo
y de una gran diversidad de lenguas y razas. Asistieron además miembros de otras confesiones religiosas
cristianas. Una particularidad que queremos contarte de este Concilio que fue la primera vez que se invitó a
participar a los laicos como “auditores” y tuvimos la gracia que dos dirigentes de Acción Católica Argentina
formaran parte de este grupo reducido de laicos, y es más, uno de ellos, Juan Vázquez habló a todos los
Obispos del mundo en nombre de los laicos, lo acompañó Margarita Moyano LLerens

En cuanto a la Acción Católica, el Concilio

recoge todo el Magisterio anterior e
impulsa el ser de la Acción Católica en este
nuevo tiempo de la Iglesia

El Concilio menciona a la Acción Católica en cuatro (4) documentos

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Lumen Gentium
Christus Dominus
Ad Gentes
Apostolican Actuositatem

Ver el Power point

en el Aula Virtual.
La Acción Católica y
el Concilio Vaticano
II

En el documento sobre los Laicos- APOSTOLICAN ACTUOSITATEN- (como

verás está titulado en latín y en español quiere decir la Actuación del apostolado
de los laicos) donde, recogiendo toda la riqueza desde nuestra fundación, se
define a la Acción Católica:

AA 20: “Entre estas y otras instituciones semejantes más antiguas hay que
recordar, sobre todo, las que, aún siendo diversos sus sistemas de obrar, ESTA
CARACTERISTICAS
produjeron sin embargo, ubérrimos frutos para el Reino de Cristo, y que los CONSTITUYEN
sumos pontífices y muchos obispos recomendaron y promovieron NUESTRO ADN!!!!
justamente y llamaron Acción Católica. La definían de ordinario como la
cooperación de los seglares en el apostolado jerárquico.”

Estas formas de apostolado, ya se llamen AC, ya de otra forma, que desarrollan en

nuestros tiempos un apostolado preciso, se constituyen por la conjunta aceptación de
todas las notas siguientes:

a) El fin inmediato de estas organizaciones es el fin apostólico de la Iglesia,

es decir, en el orden de evangelizar y de santificar a los hombres, y de formar
cristianamente su conciencia de manera que puedan saturar del espíritu del
Evangelio las diversas comunidades y los diversos ambientes.
b) Los seglares(es decir laicos), cooperando, según su condición, con la
jerarquía, ofrecen su experiencia y asumen la responsabilidad en la dirección de
estas organizaciones, en el examen diligente de las condiciones en que ha de
ejercerse la acción pastoral de la Iglesia y en la elaboración y desarrollo del método
de acción.
c) Los seglares trabajan a la manera de un cuerpo orgánico de forma que se
manifieste mejor la comunidad de la Iglesia y resulte más eficaz el apostolado.
d) Los seglares, ofreciéndose espontáneamente, e invitados a la acción y directa
cooperación en el apostolado jerárquico trabajan bajo la dirección
superior de la misma jerarquía que puede sancionar esta cooperación incluso con un
mandato explícito. (+)”

Te invitamos a ver el Power Point sobre

Apostolicam Actuasitatem en el Aula
Virtual.

(+) Mandato explícito: Es el llamado a una estrecha

vinculación con la jerarquía, la que asume para con
nosotros “una responsabilidad especial” sin que por
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Católica
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ello se prive a los laicos de obrar espontáneamente, y
que tanto los laicos como la jerarquía conservan la
naturaleza propia y la distinción entre ambas. (AA
40).

En nuestro país nuestro mandato fue dado el 28 de abril de 1970

reafirmado el 5 abril de 1981.

Este mandato no es un privilegio o superioridad,

sino una responsabilidad, un servicio, dentro de la
misión y vida de la Iglesia. (Leer en el punto 4.5
del Proyecto Institucional)

También en el Concilio, en el Documento Ad Gentes

sobre la actividad misionera de la Iglesia, en el punto
15 dice:

“Ahora bien, para la implantación de la Iglesia y el

desarrollo de la comunidad cristiana son necesarios
varios ministerios que todos deben favorecer y cultivar
diligentemente, con la vocación divina suscitada de
entre la misma congregación de los fieles, entre los que
se encuentran las funciones de los sacerdotes, de los
diáconos, de los catequistas y de la Acción Católica”.

La Acción Católica y el
Sínodo de los Obispos sobre
la Vocación y Misión de los
laicos en la Iglesia y en el
mundo (1987,
Roma)CHRISTIFIDELES
LAICI

Parece oportuno mencionar aquí algunas líneas importantes destinadas a la AC

en el Sínodo de los Obispos sobre los laicos, que renovó la reflexión sobre
nuestro ser y hacer en la vida de la Iglesia.

¿Qué es un Sínodo? el Sínodo de los Obispos es una institución

permanente, creada por el Papa Pablo VI (15 de septiembre de
1965), en respuesta a los deseos de los Padres del Concilio
Vaticano II para mantener vivo el espíritu de colegialidad nacido de
la experiencia conciliar.

Etimológicamente hablando la palabra "sínodo", derivada de los términos griegos syn (que
significa "juntos") y hodos (que significa "camino"), expresa la idea de "caminar juntos". Un
Sínodo es un encuentro religioso o asamblea en la que unos obispos, reunidos con el
Santo Padre, tienen la oportunidad de intercambiarse mutuamente información y compartir
experiencias, con el objetivo común de buscar soluciones pastorales que tengan validez y
aplicación universal

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En el Decreto Sinodal Christifidelis laicis (Los fieles Laicos) en el punto 31, el

Papa Juan Pablo II, a partir de lo trabajado por los padres sinodales (obispos)
recuerda:

“Entre las diversas formas apostólicas de los laicos que tienen una
particular relación con la jerarquía, los Padres Sinodales han recordado
explícitamente diversos movimientos y asociaciones de Acción
los laicos se asocian libremente de
Católica, en las cuales
modo orgánico y con los sacerdotes para poder servir, con
fidelidad y laboriosidad, según el modo que es propio a su vocación y con
al crecimiento de toda la comunidad
un método particular,
cristiana, a los proyectos pastorales y a la
animación evangélica de todos los ámbitos de la
vida”.

Actividad:

Cómo se viven en tu Acción Católica parroquial estas tres

dimensiones de nuestro servicio.

Antes de cerrar este punto, te invitamos a leer la lectura

complementaria: la Acción Católica en la Argentina y en el mundo.
(Ir al aula virtual)

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