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OrJIA (coord.

II JORNADAS DE JÓVENES EN
INVESTIGACIÓN ARQUEOLÓGICA
(Madrid, 6, 7 y 8 de mayo de 2009)

TOMO II
LIBROS PÓRTICO
EDITORES CIENTÍFICOS

OrJIA: Pedro R. Moya Maleno, Cristina Charro Lobato, Núria Gallego Lletjós, David González
Álvarez, Iván González García, Fernando Gutiérrez Martín, Sandra Lozano Rubio, Beatriz
Marín Aguilera, Lucía Moragón Martínez, Paloma de la Peña Alonso, Manuel Sánchez-Elipe
Lorente, José María Señorán Martín.

FICHA CATALOGRÁFICA

OrJIA (eds.)
Actas de las II Jornadas de Jóvenes en Investigación Arqueológica
(Madrid, 6, 7 y 8 de mayo de 2009). JIA 2009, Tomo II.

pp. 444; il. escala de grises.

902/904(063), 903/904(460)(063)

I.S.B.N. 978-84-7956-094-2 (vol. 2)


D.L.: NA-2918/2011

© Textos e imágenes de los/as autores/ras

EDITAN: Libros Pórtico


Organización de Jóvenes en Investigación Arqueológica (OrJIA)
Departamento de Prehistoria, Facultad de Geografía e Historia, Universidad Complutense de Madrid
c/ Prof. Aranguren s/n (Ciudad Universitaria), ES-28040. Madrid (España)
orjia_arqueologia@yahoo.es

DISTRIBUYE: Pórtico Librerías, S. A.


Muñoz Seca, 6 · 50005 Zaragoza (España)
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www.porticolibrerias.es

COLABORAN:

Departamento de Prehistoria
Facultad de Geografía e Historia Facultad de Geografía e Historia
Universidad Complutense de Madrid Universidad Complutense de Madrid

COMPOSICIÓN DE LOS TEXTOS Y MAQUETACIÓN: OrJIA

I.S.B.N. 978-84-7956-092-8 (de la obra completa)


I.S.B.N. 978-84-7956-093-5 (del Tomo I)
I.S.B.N. 978-84-7956-094-2 (del Tomo II)

Deposito legal: NA-2918/2011

IMPRIME
Ulzama Digital
31194.- Arre. Navarra
info@ulzama.com

Impreso en España-Printed in Spain

IMAGEN CUBIERTA: Arqueología experimental, de Javier Hernández. Foto fi nalista II Concurso de Fotografía Arqueológica JIA’09.
Actas de las II Jornadas de Jóvenes en Investigación Arqueológica. Tomo II

ÍNDICE

411 sesión 6: LA CONSTRUCCIÓN DE LOS PAISAJES EN ARQUEOLOGÍA

413 Introducción: “A vueltas con el paisaje: balance y perspectivas de futuro”


FERNANDO ALONSO, CRISTITNA CHARRO Y JESÚS GARCÍA SÁNCHEZ

417 ALEXANDRA VIEIRA “A construção da Paisagem na Bacia Hidrográfica do Douro durante a Pré-Historia Recente : que
caminho(s) seguir?”

423 DANIEL JESÚS MARTÍN ARROYO-SÁNCHEZ “Ager diuisus et adsignatus. Propuesta metodológica para la recostrucción de
un paisaje de la colonización cesariana-augustea”

431 HELENA JIMÉNEZ VIALÁS “Una ciudad en las columnas de Hércules el paisaje antiguo de carteia”
407
439 ARMANDO EZQUERRO CORDÓN “El valle del Cárdenas (La Rioja). Evolución del paisaje desde la antigüedad tardía hasta
la alta edad media. Una propuesta metodológica”

447 JUAN PABLO LÓPEZ GARCÍA “Paisaje y arquitectura. Propuesta metodológica para el conocimiento de las sociedades
protohistóricas. La casa C de la mesa de Miranda”

455 MARCOS GARCÍA GARCÍA “Metodología para un análisis locacional: el entorno de “el Casetón de la Era II” (Villalba de
los Alcores, Valladolid)”

463 BEATRIZ DEL MAZO FERNÁNDEZ “Identidad, paisaje urbano y fotografía”

469 JOSÉ PAULO FRANCISCO “A construção da paisagem cultural dos caçadores-recolectores do Vale do Côa”

475 SANDRA BAÑULS-CARDONA y JUAN MANUEL LÓPEZ-GARCÍA “Analisis de los cambios paleoambientales del pleistoceno
superior final-Holoceno a partir del estudio de micromamíferos en la cova volomera (San Esteve de la Sarga. Lleida)

479 ANDRÉS A. FERNÁNDEZ GÓMEZ “La Ciellina: un caso práctico de acercamiento al pasado desde el paisaje”

483 sesión 7: EXPERIMENTACIÓN EN ARQUEOLOGÍA

485 Introducción: “Experimentación en Arqeuología”


FERNANDO GUTIÉRREZ, IGNACION MARTÍN y PALOMA DE LA PEÑA

487 MARTA ROCA GARCÍA, DANIEL RUBIO GIL y FELIPE CUARTERO MONTEAGUDO “El contraste experimental como método
comparativo en la elaboración de raederas tipo quina”

493 MIREIA ACHE DELGADO “Actividad economica en piedra: un enfoque diacrónico del análisis geológico, funcional y
espacial de los artefactos macrolíticos”

501 FERNANDO GUTIERREZ MARTÍN “Arqueología experimental y los comienzos de la agricultura”

509 FRANCISCO MARTÍNEZ SEVILLA y CARLOS MAESO TAVIRO “Experimentación aplicada a un problema arqueológico:
tecnología de los brazaletes de sección plana en el neolítico del sur de la Península Ibérica”

517 MARIANA PINTO LEITÃO OEREIRA “ Weaving in the III millenium B.C.- Contribution for a future archaeological
experiment”
523 TERESA PALOMAR SANZ, JAVIER PEÑA-POZA y JUAN FÉLIX CONDE MORENO “Cuentas de vidrio prerromanas en la Península
Ibérica y su estudio arqueométrico”

531 sesión 8: ARQUEOLOGÍA FUNERARIA

533 Introducción: “Arqueología funeraria”


SUSANA ABAD MIR, JUAN F. MARTÍNEZ CORBÍ y LUCÍA MORAGÓN MARTÍNEZ

535 TERESA FERNÁNDEZ CRESPO y CRISTINA TEJEDOR RODRÍGUEZ “El registro funerario como reflejo del cambio”

543 NURIA GALLEGO LLETJÓS “Primeros apuntes sobre identidad y registro funerario en el mesolítico peninsular”

551 CLAUDIA PAU “El analisis de la continuidad en el uso de las tumbas megalíticas del río Gor a partir de los elementos de
adorno”

557 JUAN FRANCISCO M. CORBÍ “Algunas miradas de futuro sobre las necrópolis de cremación de las áreas Celtibérica y
Vettona”

565 SUSANA ABAD MIR “El uso de la memoria social y el culto a los muertos en las comunidades humanas de la antigüedad
408 tardía: las tumbas privilegiadas del nordeste peninsular”

571 MARTA CRESPO FERNÁNDEZ y ROSA MARÍA FUERTES GARCÍA “Acercamiento a la investigación de las necrópolis excavadas
en roca del suroeste de la comunidad de Madrid: hacia un modelo explicativo del poblamiento medieval”

579 Mª ELISA DÍAZ GONZÁLEZ “Agricultura y hambre en los siglos XVII y XVIII: la necrópolis de armas de Santiago, Jerez
de la frontera (Cádiz)”

587 DOMINGO CARLOS SALAZAR GARCÍA “Interrogando a los muertos mediante isótopos estables”

595 RICARDO TORRES MARZO y FRANCISCA LORENZO MORA “Patrones de enterramiento en la ciudad maya de La Blanca,
Petén, Guatemala. Intervención arqueológica y tratamientos de conservación en clima subtropical”

603 sesión 9: SOCIEDADES JERÁRQUICAS, ESPACIOS Y TERRITORIOS: NUEVAS PERSPECTIVAS DE


LA PREHISTORIA RECIENTE EN EL CENTRO DE LA PENÍNSULA IBÉRICA

605 Introducción: “Sociedades jerárquicas, espacios y territorios de la Prehistoria Reciente en el centro de la Península Ibérica”
PEDRO R. MOYA MALENO y ÁLVARO SÁNCHEZ CLIMENT

607 RAQUEL ALIAGA ALMELA “El mundo funerario del III milenio a.C.en la región central de la Península Ibérica: Madrid”

615 FERNANDO PEREZ LAMBÁN “Sistema de Poblamiento en la Baja Huerva (Zaragoza) durante el Bronce Antiguo y medio”.

623 MARTA LAPUENTE MARTÍN “Características biológicas de la población de “El Cerro de la Encantada” (Granátula de
Calatrava, Ciudad Real II milenio a.C.)

631 DAVID RODRÍGUEZ GONZÁLEZ “Aportacion al conocimiento de los asentamientos den llano de la cultura del Bronce de la
Mancha”

637 ÁLVARO SÁNCHEZ CLIMENT “El Bronce final en la provincia de Ciudad Real: yacimientos y nuevas perspectivas”

643 PEDRO R. MOYA MALENO “¿Caminante no hay camino…? Arqueología de la edad del Bronce del Campo de Montiel y
pasos tradicionales entre la Meseta Sur y la Alta Andalucía”

651 REBECA LENGUAZCO GONZÁLEZ “SCA en el bronce de la Mancha Motilla de Santa María del Guadiana y Motilla del
Retamar”
655 sesión 10: EL “ESTILO” EN ARQUEOLOGÍA

657 Introducción: “Resucitando una vieja discusión: el estilo en Arqueología. Concepto, caracterización y posibles vias de
aproximación”
OLGA GÓMEZ PÉREZ

659 JUDIT LOPEZ DE HEREDIA MARTÍNEZ DE SABARTE “Cerámica y estilo, ensayo de un estudio estilístico para la edad del
hierro”

665 CLAUDIA PAU y ANTONIO RUIZ PARRONDO “Evolución en el estilo de los objetos de ornamento en la Prehistoria”

673 MARÍA BORAO ÁLVAREZ “Las azagayas monobiseladas con decoración en espiga: un rasgo estilístico de amplia difusión
en el inicio del magdaleniense”

681 ADRIANA SOTO SEBASTIÁN “¿Dónde está el estilo? Una reflexión sobre la identificación de rasgos estilísticos en la
industria lítica”

689 TRINIDAD MARTÍNEZ I RUBIO “El cambio social a través de las representaciones rupestres. Propuesta de seriación
estilística del arte rupestre levantino en el Masssis del Caroig (Valencia)”

697 IRENE GARCÍA ROVIRA “¿Qué tendrá que ver el estilo con el mar? Estilo en teoría arqueológica: una breve introducción” 409
705 OLGA GÓMEZ PÉREZ “Reinterpretando mapas arqueológicos mediante el análisis de estilo de la cerámica neolítica”

713 AZUCENA MARTÍN FERNÁNDEZ “Definiendo estilos de talla: la gestión de las materias líticas en el yacimiento de las
Choperas (Santas Martas, León)”

717 sesión 11: ARQUEOLOGÍA DE LA IDENTIDAD ¿QUIÉNES ERAN?

719 Introducción: “Arqueología de la identidad ¿quiénes eran?


MANUEL ALBERTO FERNÁNDEZ GOTZ y SANDRA LOZANO RUBIO

721 MANUEL ALBERTO FERNÁNDEZ GOTZ “Del esencialismo al posmodernismo; las interpretaciones étnicas en arqueología”

729 EVA ALARCÓN GARCÍA “Reconstruyendo identidades a través de la preparación de alimentos”

737 ROSSEND ROVIRA MORGADO “Etnias e identidades barriales en la ciudad prehispánica de Teotihuacan (México)”

745 BEATRIZ MARÍN AGUILERA “Tanto tienes tanto vales. Matrimonio y posición social en Etruria”

753 JORGE DE TORRES RODRÍGUEZ “Territorio, etnicidad y sociedad en el valle medio del Tajo”

759 ÁLVARO FALQUINA APARICIO “Identidad, Hegemonía y cambio cultural en la sierra de Gredos: una aproximación
arqueológica a un proceso contemporáneo”

767 PALOMA DE LA PEÑA ALONSO “Discusión en torno a la identidad cultural gravetiense”

775 DAVID GONZÁLEZ ÁLVAREZ “Casas nuevas para nuevos tiempos. Cambio cultural y materialidad en las brañas-pueblo de
Somiedu (Asturias)”

783 JOANA ALVES FERREIRA “The Neolithic, the fantasy of the origins”

789 SANDRA LOZANO RUBIO “Interseccionalidad ¿una nueva herramienta teórica para la arqueología?”

795 sesión 12: POSTERS LIBRES

797 ALBERTO ROMERO MOLERO “D. Francisco Collantes de Terán y Delorme (1899-1977). Un ejemplo de arqueología en la
posguerra”
801 ESTER MORENO GARCÍA y FERNANDO CIRUJANO PONTES “El triado ¿necesario? El caso de Camino de las yeseria (San
Fernando de Henares, Madrid)”

805 ANA GRACÍ CASTAÑEDA y JAVIER PARRA CAMACHO “Herramientas informáticas para el estudio de la mujer en el mundo
ibérico: bases de datos y página web”

811 ANA DEL OLMO CALVIN y ROSA CALERO CORDEIRO “Problemática del hallazgo de cantos trabajados en el yacimiento de
La Motilla de Santa María del Retamar”

815 ANDREA MARTINS “Arte esquemática em Portugal: um pprojecto em construção”

819 JESÚS RODRÍGUEZ HERNÁNDEZ “Herramientas de cantería aparecidas en yacimientos vettones”

825 MERCEDES MURILLO-BARROSOS “Nuevos artefactos en viejas estructuras: el tesorillo del dolmen de Palacio III (Almadén
de la Plata, Sevilla) resultados preliminares”

831 JORGE DE TORRES RODRÍGUEZ, CRISTINA CHARRO LOBATO, JAIME ALMANSA SÁNCHEZ y CARLOS CAÑETE “Arqueología de los
jesuitas en Etiopia. Misiones jesuitas ibéricas del siglo XVII en la region del lago Tana”

837 MARÍA GARCÍA VELASCO y EVA FERRERO INFESTAS “Estudio antropológico de los restos óseos hallados en la excavación
410 arqueológica del alto de San Pedro (Quintanilla-Vivar, Burgos)”

841 ANDRÉS FERNÁNDEZ GÓMEZ “La Ciellina: industria a medio camino entre el Achelense y el Paleolítico Medio”

845 GRUPO DE INVESTIGACIÓN PROYECTO CARRACALLEJA “Proyecto Arqueológico Carracalleja. Conciencia social de un entorno
rural en recesión con el Patrimonio Arqueológico Segoviano”
Las azagayas monobiseladas con decoración en espiga:
un rasgo estilístico de amplia difusión en el inicio del
magdaleniense
MARIA BORAO ÁLVAREZ
maiboal@alumni.uv.es
Departamento de Arqueología y Prehistoria. Universidad de Valencia

Resumen
El estudio de estilo en este trabajo, se centra en un conjunto de azagayas monobiseladas con decoración en espiga procedentes del yacimiento del Parpa-
lló (Gandía, Valencia) que son producidas durante el Magdaleniense Inicial o Antiguo. Este estilo decorativo sobre azagayas de bisel simple, no es único
y propio de este yacimiento, sino que se extiende a lo largo de toda la cornisa franco-cantábrica y de manera más aislada en el Parpalló, documentándose
inicialmente en el yacimiento de Le Placard (Francia) que da nombre a dicha tipología estilística.
Palabras Clave: Industria ósea, Azagaya, Espiga, Magdaleniense Antiguo, Parpalló.

Abstract 673
The study of style in this paper works about a group of bone points with simple bevel and a ear of wheat decoration on it from the archaeological site of
Parpalló (Gandía, Valencia). These characteristic bone points were produced during the Ancient Magdalenian. This decorative style does not appear
only in Parpalló’s Cave, but it exist in the north coast of the peninsula and in France, in Le Placad’s cave where this decorative style was documented
firstly and appoint de name of this decorative style.
Keywords: Worked bone, Bone point, Ear of wheat, Ancient Magdalenian, Parpalló.

1. SITUACIÓN DE LA CUEVA DEL PARPALLÓ


La cueva del Parpalló se encuentra en la provincia de Valencia, en la comarca de La Safor y más concretamente en el término
municipal de Gandía, de la que se encuentra a una distancia de doce kilómetros, pese a su cercanía al pueblo de Barx, a tan solo dos ki-
lómetros. La cueva se emplaza en la vertiente meridional del Mondúber, en un valle que desciende hacia la costa formando un barranco
abrupto que desemboca en la Marchuquera. Se trata de un amplio macizo calcáreo que forma un saliente rocoso donde se ubica la cueva
a 450 metros sobre el nivel del mar.

2. HISTORIOGRAFÍA
Las primeras noticias sobre la existencia de la cueva del Parpalló vienen de la mano del arqueólogo Joan Vilanova i Piera y más tarde
por H. Breuil quien visitó la cueva con la intención de llevar a cabo una serie de excavaciones. Sin embargo con el comienzo de la Guerra
Mundial, tuvo que desistir en su intento. Finalmente fue el Dr. Luís Pericot García junto con el Servei d’Investigació Prehistórica de la
Diputación de Valencia quien llevó a cabo la excavación del yacimiento entre 1929 y 1931 en tres campañas, dando lugar a interesantes
descubrimientos de gran relevancia en el contexto de la prehistoria de Europa Occidental mostrando a su vez cierta evolución regional
de facies Ibérica.

3. DELIMITACIÓN DE CAPAS Y SECTORES


La excavación se llevó a cabo, durante las dos primeras campañas, en la sala principal y en las galerías, mientras que la última cam-
paña se dedicó a la excavación del Talud- testigo de la sala principal, por motivos de conservación.
Durante las dos primeras campañas, la cueva fue dividida en sectores y excavada por capas artificiales de 20 cm., mientras que el talud,
fue excavado siguiendo la estratigrafía del corte, por capas naturales. Para la delimitación de capas y sectores en los que estas piezas fue-
ron excavadas cabe mencionar los diferentes límites que se han establecido por los investigadores a la hora de marcar la separación entre
un periodo y otro. En primer lugar, Pericot (1942) basándose en las características de la industria lítica y en la cada vez más desarrollada
industria ósea, estableció que entre los 4’50 y 4 metros de profundidad se hallaba una industria de características Solutreo- Auriñacien-
ses. Este conjunto se caracteriza en lo lítico por puntas de muesca y hojas de dorso rebajado típicas del Solutrense y casi una absoluta
desaparición de la punta solutrense que nos indica la transición al periodo siguiente. Por otra parte, la industria ósea, según Pericot,
preludia el Magdaleniense, y es que en el sector CO, a una profundidad de 4-4’25 metros, fueron halladas dos azagayas de bisel simple
con decoración en espiga y una decorada con dos líneas longitudinales en el bisel y que se extienden hasta el comienzo del fuste, todas
ellas tipo Le Placard.

JIA 2009, pp. 673-679


ISBN: 978-84-7956-094-2
Fullola Pericot (1979), incluye esta secuencia en un tramo más amplio que abarca los 4’75-4 metros de profundidad y los atribuye al
periodo cultural Solutreogravetiense de estilo Parpallense.

Fortea (1985), y Fortea y Jordá (1976), consideran que el tramo perteneciente a 4’50-4 metros de profundidad se corresponde con el Solu-
trense Evolucionado III, mientras que V. Villaverde (1984) y V. Villaverde y J.L. Peña (1981) lo relacionan con el Solutreogravetiense II.

F. Jordá (1986) unifica todo el Solutreogravetiense en el tramo de 4’75-4 metros de profundidad, para volver a ser ampliado y dividi-
do por M. J. Rodrigo (1988) ocupando una profundidad de 4’75-4’50 metros el I, y 4’50-3 metros el II.

Para finalizar, E. Aura (1988) y V. Villaverde (1994), a partir de un estudio exhaustivo de la excavación del Talud-testigo, han esta-
blecido el límite del Solutrense Evolucionado III en una profundidad que abarca los 4’25-3’50 metros.

Todos los límites indicados marcan el final de una cultura de influencia Solutrense en transición a la cultura Magdaleniense. Así
pues, con la interpretación actual, según la cual nos regimos, todas las piezas de estilo Le Placard se sitúan en el periodo Solutrense Evo-
lucionado III, puesto que abarcan una profundidad comprendida entre 4’25 y 3’50 metros, a excepción de dos piezas que se encuentran
en el tramo 3’50-3 metros del sector NE (rincón).

En cuanto a la distribución de sectores, todas las piezas han sido encontradas en la sala central, en los sectores P (3 piezas), L (7 pie-
zas), CO (6 piezas), EE (1 pieza) y NE (1 pieza), como se indica en la tabla.
674
Profundidad (metros) Nº Piezas Sector y nº de piezas
3-3’25 1 NE (rincón)
3’5-3’75 10 L (5), P (2), CO(3)
3’75-4 4 L (2), P(1), EE (1)
4-4’25 3 CO (3)

Tabla 1. Relación de piezas, sectores y capas.

En el sector del Talud, que fue excavado de forma separada y por capas naturales, no se encontró ninguna pieza con dicho estilo
decorativo.

La ubicación cultural de las piezas en el tránsito Solutreogravetiense al Magdaleniense, puede indicarnos una posible aculturación
Magdaleniense sobre la mitad del XVII milenio BP (J. Aura, 1988, 1989). Además, debido al sistema de excavación del momento, no fueron
señalados muchos factores a partir de los cuales se podían haber detectado fluctuaciones a diferentes profundidades según sectores que
hacen difícil proponer una cota de profundidad general para todo el yacimiento (J. Aura, 1995).
En cualquier caso, la industria ósea compuesta por azagayas de bisel simple con decoración en espiga tipo Le Placard, queda suscrita a una
estratigrafía perteneciente al periodo cultural Solutrense Evolucionado III, con una profundidad de 4’25-3’5 metros, tramo que al finalizar
da comienzo al Magdaleniense Antiguo o Inicial del cual según H. Breuil (1913) estas azagayas son “Fósil director” en los yacimientos fran-
ceses, lo cual indica una posible aculturación de la Cueva del Parpalló en diferentes pulsaciones, consecuencia de las cuales obtenemos esta
distribución secuencial con aires Badegulienses que la vinculan al área francesa y pirenaica.

4. CARACTERÍSTICAS DE LOS CONJUNTOS


A la hora de describir las características de los conjuntos de industria ósea con decoración en espiga tipo o estilo Le Placard, resulta
interesante en primer lugar dar una definición general de las azagayas: Son puntas constituidas por una baguette enteramente facetada
que ofrece al menos un plano de simetría. La parte distal es aguda, pudiéndose presentar apuntada o afilada, con un fuste liso de sección
variable, sin ruptura de ángulo de la extremidad distal a la proximal. La parte proximal presenta un acondicionamiento en bisel simple
(Camps-Fabrer, 1988).

Centrándonos ya en las piezas óseas de la Cueva del Parpalló cuyo estilo decorativo es de estilo Placard, cabe decir en primer lugar
que se trata de azagayas de bisel simple. En segundo lugar y haciendo una descripción más exhaustiva, la parte distal es generalmente
apuntada en el caso de que esta se conserve. La sección de estas azagayas varía desde la circular, ovalada o aplanada que se extiende
por el fuste hasta llegar a la parte proximal donde se produce una ruptura de perfil por la concavidad del bisel, a excepción de algunos
casos que a continuación veremos cuyo bisel no presenta esta concavidad. La parte proximal está formada por un bisel ancho en forma
de lengüeta u hoja, la base suele ser amplia, aunque también las hay con forma ojival apuntada. La sección del bisel es aplanada y este
ocupa algo más de un tercio de la longitud de la pieza (H. Breuil, 1913; L. Pericot, 1942; I. Barandiarán, 1967 y 1969). Algunas azagayas
presentan una ligera curvatura.
Tanto H. Breuil (1913) como I. Barandiarán (1967 y 1969) apuntan a que estas características son debidas a una posible continuidad
de la tradición de industrias óseas del Solutrense Superior Final como nexo de unión.

E. Aura (1988) y V. Villaverde (1994), coinciden con este origen, y como he dicho anteriormente, van más allá, situando las azagayas
de estilo Placard en el Solutrense Evolucionado III.

A continuación procederé a la descripción morfométrica de cada pieza:

1. Sector CO, profundidad 4-4’25 metros:


1.1. Azagaya de bisel simple (fig. 1) En su parte distal el borde es convergente, tiene la sección circular y su extremo es apuntado. La
parte mesial tiene los bordes convergentes y una sección ovalada. La parte proximal tiene el bisel ligeramente cóncavo con forma
ojival, sección aplanada y simetría convexa. La longitud total es de 6’4 cm., 3’8 cm. de fuste y 2’6 cm. de bisel. La anchura máxima
es de 0’8 cm.
1.2. Azagaya de bisel simple ligeramente curvada (fig. 2). La parte distal tiene los bordes convergentes, la sección es aplanada y la
forma de la punta apuntada. La parte mesial tiene los bordes convergentes y la sección aplanada. La parte proximal, con un bisel
cóncavo con forma ojival, la sección es aplanada y la simetría convexa. La longitud total es de 10’08 cm., ocupando el bisel 4’2 cm. y
el fuste 6’6 cm. La anchura máxima es de 1’01 cm.
1.3. Azagaya de bisel simple (fig. 3). La pieza no se ha conservado en su totalidad, tan solo el bisel y una pequeña parte del fuste. La des-
cripción de la parte distal no puede darse debido a esta circunstancia, mientras que la mesial a partir del pequeño tramo conservado
se puede decir que tiene bordes convergentes y una sección circular. La parte proximal consta de un bisel cóncavo con forma ojival, 675
sección aplanada y simetría convexa. La longitud total de la parte conservada es de 2’9 cm,. de los cuales 2’4 conforman el bisel y 0’5
el fragmento de fuste. El ancho máximo es de 0’6.
2. En el sector P, profundidad 3’75-4 metros:
2.1. Azagaya de bisel simple (fig. 4). Azagaya de la que se conserva la parte proximal y mesial, no así la distal. Así pues, podemos decir
que la arte mesial consta de bordes convergentes y una sección ovalada, mientras que la proximal de un bisel cóncavo con forma oji-
val, de sección aplanada y se intuye una simetría convexa pese a la erosión de la base. La longitud total del fragmento conservado es
de 5’8 cm., de los que 2’2 cm. formal el bisel y 3’6 cm. el fuste conservado. La anchura máxima es de 0’7 cm.
3. En el sector L, profundidad 3’75-4 metros:
3.1. Azagaya de bisel simple ligeramente arqueada (fig. 5). La parte distal tiene bordes convergentes, sección aplanada y la forma de la
punta es apuntada. La parte mesial tiene los bordes convergentes y sección aplanada. La parte proximal tiene una forma casi aplana-
da, ligeramente cóncava, la sección es aplanada y la simetría convexa. La longitud total de la pieza es de 4’5 cm, el bisel ocupa 2’5 cm
y el resto 2 cm. La anchura máxima es de 0’7 cm.
3.2. Azagaya de bisel simple incompleta en la parte distal ya que solo se conserva el bisel y la mitad inferior del fuste (fig. 6). La parte me-
sial consta de bordes convergentes y sección aplanada. La proximal, está formada por un bisel ojival de forma ligeramente cóncava,
sección aplanada y simetría convexa. La longitud total es de 3’3 cm, con un bisel de 2’5 cm y el fuste 0’8 cm. El ancho máximo es de
0’7 cm.
4. Sector EE, profundidad 3’75-4 metros:
4.1. Azagaya de bisel simple (fig. 7), de la cual solo se conserva el extremo proximal del bisel, del cual, lo único que se puede decir es que
tiene forma ojival, sección aplanada y simetría convexa. La longitud del fragmento es de 1’7 cm. y la anchura máxima de 0’7 cm.
5. Sector P, profundidad 3’5-3’75 metros:
5.1. Azagaya de bisel simple (fig. 8) fragmentada. Se conserva el bisel completo y un pequeño fragmento del fuste. La parte mesial tiene
los bordes paralelos y la sección aplanada. La parte proximal por su parte, consta de un bisel algo cóncavo y con forma ojival, sección
aplanada y simetría convexa. La longitud total es de 3’8 cm., de la cual 3’1 cm. forman el bisel y 0’7 cm. el fuste conservado. La an-
chura máxima es de 0’8 cm.
6. Sector L, profundidad 3’5-3’75 metros:
6.1. Azagaya de bisel simple (fig. 9) de cuyo bisel solo se conservan dos tercios, mientras que el resto de la pieza está completa. La parte
distal tiene bordes convergentes, la sección es circular y la forma de la punta es apuntada. La parte mesial tiene los bordes conver-
gentes y conserva la sección circular. La parte proximal consta de un bisel con forma ojival, fracturado en el tercio inferior, y sección
aplanada. El perfil del bisel es cóncavo. La longitud total de la pieza es de 5’5 cm., el bisel 1’8 cm. y un fuste de 3’7 cm. El ancho
máximo es de 0’6 cm.
6.2. Azagaya de bisel simple (fig. 10), de la que se han perdido dos tercios del bisel. La parte distal tiene los bordes convergentes, la sección
circular y la punta roma. En cuanto a la parte mesial, los bordes son convergentes y la sección oval. Del bisel tan solo se puede decir
que es cóncavo y de sección aplanada. La longitud total es de 4’7 cm., el fuste 4 cm. y el fragmento del bisel 0’7 cm. El ancho máximo
es de 0’6 cm.
6.3. Azagaya de bisel simple (fig. 11) fragmentada en su parte distal y proximal, por lo que se conserva una porción bastante grande del
fuste y un tercio del bisel. La parte mesial está formada por bordes convergentes y sección ovalada. De la parte proximal podemos
decir que el bisel es cóncavo y de sección aplanada. La longitud total es de 3’9 cm., 3 cm. de fuste y 0’9 cm. de bisel. El ancho máximo
de la pieza es de 0’7 cm.
6.4. Azagaya de bisel simple (fig. 12) con una fractura distal por lo que carece de punta. La parte mesial tiene bordes convergentes y sec-
ción circular. La parte proximal consta de un bisel cóncavo, de sección aplanada y simetría convexa. La longitud máxima es de 5’1
cm., el bisel de 2’5 cm. y el fuste de 2’6 cm. El ancho máximo es de 0’6 cm.
7. Sector CO, profundidad de 3’5- 3’75 metros:
7.1. Azagaya de bisel simple (fig. 13) con fractura en el extremo distal, careciendo así de punta, aunque se intuye una sección circular y
bordes convergentes que desembocan en una punta apuntada. La parte mesial tiene bordes convergentes y una sección aplanada. La
parte proximal tiene una forma ojival muy amplia con una sección aplanada y simetría convexa. El bisel es cóncavo, aunque sin caída
brusca. La longitud total es de 6 cm., el bisel 3’3 cm. y el fuste de 2’7 cm. La anchura máxima es de 1’2 cm.
7.2. Azagaya de bisel simple (fig. 14) con fractura en el extremo distal, careciendo de punta. Las características de esta azagaya son las
más próximas al tipo Placard aunque con unas dimensiones mucho más reducidas. De la parte distal, tan solo se puede decir que la
sección es circular y los bordes convergentes. La parte mesial tiene los bordes convergentes y la sección aplanada. Y la parte proximal
tiene forma ojival, sección aplanada y simetría convexa. El bisel es convexo por lo que se va aplanando la pieza sin ruptura del perfil,
característica propia de las azagayas de Placard. La longitud máxima es de 6’4 cm, de los que el bisel mide 2’9 cm. y el fuste 3’5 cm.
El ancho máximo es de 0’9 cm.
7.3. Azagaya de bisel simple (fig. 15) de la que solo se conserva el bisel de sección oval aplanada y simetría convexa. La longitud del bisel
es de 4 cm. y su anchura máxima de 0’9 cm.
8. Sector NE (rincón), profundidad de 3’25- 3’5 metros:
8.1. Azagaya de bisel simple (fig. 16) con fractura distal. La parte mesial tiene los bordes convergentes y la sección ovalada. La parte
proximal, con forma ojival, tiene la sección aplanada y una simetría convexa. La longitud total de la pieza es de 4’7 cm., de los cuales
676 2’4 cm. corresponden al bisel y 2’3 cm. al fuste conservado. El ancho máximo es de 0’7 cm.
9. Sector NE (rincón), profundidad 3’25-3 metros:
9.1. Azagaya de bisel simple (fig. 17) de la que solo se conserva la parte proximal del bisel de forma convexa y sección aplanada.

Como hemos visto, de las diecisiete piezas, tan solo tres se han conservado completas. Las partes distales son las más afectadas ya
que solo se conservan cuatro completas. Sin embargo, en cuanto a los biseles, son trece los completos.

A partir de las medidas calculadas de estas azagayas, hemos obtenido la media de la longitud del conjunto que es de 7’23 cm. Ade-
más podemos contrastarlo con la media obtenida sobre los fustes recuperados completos que es de 4’525 cm.; y con las longitudes de los
biseles completos, obteniendo un resultado de 2’85 cm., dando un resultado de 7’375 cm., resultado que cuadra con la media extraída a
partir de las azagayas completas. Los biseles por su parte, constatan lo anteriormente mencionado ya que su media es superior a un tercio
de la longitud total (2’45 cm. es igual a un tercio, y los biseles miden una media de 2’85 cm.).

5. DESCRIPCIÓN DE LA DECORACIÓN ESTILO PLACARD


La decoración sobre las azagayas de bisel simple tipo Le Placard, consiste en dos líneas onduladas centrales que están dispuestas
sobre el bisel desde la parte proximal hasta la distal del mismo y que en ocasiones ocupa parte del fuste. Estas líneas onduladas sirven de
apéndice al haz que sobre el bisel adoptan la disposición de estriado en espiga o abanico (I. Barandiarán 1967 y 1969). La variabilidad de
esta decoración es amplia pues no siempre aparecen todos los elementos juntos o en la misma disposición.

En la cueva del Parpalló encontramos la siguiente disposición de la decoración en las piezas recuperadas:
1. Sector CO, profundidad 4-4’25 metros:
1.1. Azagaya con decoración en espiga en el bisel (fig. 1). Esta espiga está formada por haces ascendentes hacia la derecha y algo
curvos que se encuentran en la mitad izquierda del bisel, y del mismo modo pero descendentes en la mitad derecha. Estos haces
se aproximan entre sí sin llegar a entrecruzarse. Por otra parte se disponen cuatro líneas verticales curvas a lo largo del fuste, en
la cara del bisel, aunque independientes de la decoración en espiga. La extensión de la decoración es de 4’7 cm., sobre un total de
6’4 cm.
1.2. Azagaya con decoración compuesta por dos líneas curvas que nacen en el extremo proximal del bisel y que mueren en el tránsito
del bisel al fuste alcanzando parte de éste (fig. 2). Carece de espiga, aunque las dos líneas onduladas conforman el apéndice del
haz sobre el que, en un supuesto, se desarrollaría la espiga. La decoración ocupa una extensión de 4 cm. sobre 10’8 que mide la
azagaya.
1.3. Azagaya con decoración en espiga en el bisel (fig. 3). La decoración en este caso está compuesta por líneas onduladas ascendentes
hacia la derecha, cortadas por una línea que va en sentido contrario, indicándonos la disposición decorativa en espiga. La exten-
sión del tramo decorado es de 2 cm. sobre los 2’9 cm. recuperados.
2. Sector P, profundidad 3’75-4 metros:
2.1. Azagaya con decoración en espiga (fig. 4). Los trazos ascendentes curvos y descendentes se distribuyen por el bisel de manera
heterogénea, llegándose a cruzar entre ellos en un caso. La decoración alcanza una extensión de 1’8 cm. sobre un total de 5’8 cm.
que se conservan de la azagaya.
677

Lámina 1: Figuras 1-10, descritas en el texto, pertenecientes a la Cueva de Parpalló.

3. Sector L, profundidad 3’75-4 metros:


3.1. Azagaya con decoración enmarcada dentro del bisel (fig. 5), que contiene una serie de estrías que forman el motivo en espiga algo
desordenado. La decoración abarca un espacio de 2’2 cm. sobre 4’5 que mide la azagaya completa.
3.2. Azagaya con decoración en espiga completa pues muestra todos los elementos conjugados (fig. 6). En primer lugar encontramos
en la parte central del bisel dos trazos ondulados verticales, que se extienden en la mitad inferior del mismo. En torno a estos dos
trazos, se despliega la decoración en espiga ascendente en la mitad izquierda y descendente en la derecha. El tercio superior del
bisel queda sin decoración. La decoración tiene una extensión de 1’9 cm. sobre el bisel de 2’5 cm., y 3’3 cm. del total de la pieza
conservada.
4. Sector EE, profundidad 3’75-4 metros:
4.1. Azagaya con decoración en bisel (fig. 7) del que solo se conserva una parte y en el que se observan los haces ascendentes y
descendentes próximos a los bordes del bisel y dejando un espacio central. La extensión es de 1’2 cm. sobre 1’7 cm. que mide el
fragmento de bisel.
5. Sector P, profundidad 3’5- 3’75 metros:
5.1. Azagaya con decoración en espiga completa (fig. 8). Ésta consta de dos líneas onduladas verticales, centradas, que abarcan todo el
bisel. Estas dos líneas están rodeadas por haces ascendentes y descendentes a ambos lados y ceñidos a los bordes que conforman
el motivo en espiga. La azagaya no está completa pero se aprecia cómo las dos líneas centrales se extienden por el fuste hasta la
fractura. La decoración ocupa toda la extensión recuperada.
6. Sector L, profundidad 3’5-3’75 metros:
6.1. Azagaya con decoración en el centro del bisel (fig. 9), que insinúa una espiga a través de cuatro líneas onduladas, dos en la mitad
izquierda y dos en la derecha. Esta decoración ocupa 4’4 cm. sobre 4’7 cm. de la pieza fragmentada.
6.2. Azagaya con decoración de haces ascendentes (fig. 10), cortos que se prolongan de manera desigual por el fuste. Ocupa una exten-
sión de 4’4 cm. sobre 4’7 cm. del total recuperado.
6.3. Azagaya de la que se conserva un tercio del bisel y dos tercios del fuste (fig. 11), tiene una decoración en espiga compuesta por
cuatro haces, dos ascendentes hacia la izquierda y dos descendentes que se unen en el centro. La decoración se limita al bisel,
ocupando 0’7 cm. sobre los 3’9 cm. que mide la azagaya incompleta.
6.4. Azagaya con decoración formada por haces cortos que se distribuyen por los bordes del bisel dejando un espacio central (fig. 12).
Esta decoración tiene una extensión de 2’3 cm. sobre 2’5 cm. que mide el bisel y 5’1 cm. que mide la azagaya incompleta.
7. Sector CO, profundidad 3’5-3’75 metros:
7.1. Azagaya con decoración en espiga (fig. 13) limitada al bisel donde se observan las líneas ascendentes de gran longitud desde
ambos lados y en menor número. Además se observan dos líneas cortas paralelas en sentido horizontal en el fuste. Toda esta de-
coración es cubierta por una serie de trazos zigzagueantes con una finalidad utilitaria (enmangue). La decoración abarca 3’7 cm.
sobre los 6 cm. que mide la azagaya.
7.2. Azagaya estilo Placard con todos los elementos (fig. 14). Por una parte las dos líneas verticales onduladas que parten de la base y
se extienden por el fuste aumentando su número hasta tres. En torno a estas líneas onduladas y solo en la parte del bisel, se dispo-
nen los haces ascendentes y descendentes cruzándose con las dos líneas verticales en algunos casos. La extensión de la decoración
ocupa 5’7 cm. sobre los 6’4 cm. que tiene la azagaya.
7.3. Azagaya con decoración en espiga en bisel formada por los trazos ascendentes y descendentes ceñidos a los bordes. Ocupa la
totalidad del bisel de 4 cm, que es lo único conservado de la azagaya (fig. 15).
8. Sector NE (rincón), profundidad de 3’25- 3’75 metros:
8.1. Azagaya decorada con dos trazos ascendentes curvos que parten del extremo proximal y que se extienden por el bisel y el fuste
casi en la totalidad de la parte conservada, 4’2 cm. de los 4’7 cm. (fig. 16).
9. Sector NE (rincón), profundidad 3-3’25 metros:
9.1. Fragmento proximal de bisel de azagaya cuya decoración esta formada por haces ascendentes y descendente en los bordes del
bisel (fig. 17). Ocupan estos haces una extensión de 2’1 cm. sobre los 2’5 cm. conservados.

Así pues, podemos observar una amplia variabilidad a la vez que uniformidad, pues todas las azagayas constan de uno o varios de
estos elementos: haces ascendentes más o menos cortos, más o menos ceñidos a los bordes, que se cruzan o no; dos líneas verticales
onduladas, continuas o cortadas, que se extienden por el fuste o no. En el caso de los haces, éstos siempre quedan suscritos al bisel, nunca
lo superan.

678 6. PARALELOS
H. Breuil (1913) fue el primero en elaborar la secuencia del Magdaleniense. La cueva de Le Placard fue la que brindó la oportunidad
de secuenciar las tres primeras fases del Magdaleniense, de ahí que el estilo decorativo en espiga, abanico o espina de pez, fuera bauti-
zado con el nombre de “estilo Le Placard”. Breuil caracterizó el Magdaleniense I por poseer azagayas monobiseladas, cuyo bisel ancho
y aplanado tenía una decoración de este estilo. La cueva de Le Placard, pues supone el primer paralelo a las azagayas tipo Le Placard
halladas en Parpalló. Tomaremos como ejemplo dos azagayas de Placard. La primera (fig. 18), es una azagaya de bisel simple en el que
se observa la yuxtaposición de líneas ascendentes y descendentes a izquierda y derecha respectivamente, divididas por una línea vertical
longitudinal que acaba al final del bisel y continua de manera entrecortada y doble a lo largo del fuste. La segunda pieza (fig. 19) también
alberga en el bisel las aspas ascendentes y descendentes dentro del bisel, y extiende dos líneas paralelas longitudinales que se curvan y
entrecortan a lo largo del fuste en tres secciones.

Lámina 2: Figuras 11-27 descritas en el texto, pertenecientes a la Cueva


de Parpalló, Le Placard, Rascaño, Castillo, Paloma, Lumentxa y Cueto
de Mina. Las medidas reales de las azagayas vienen descritas en el texto.
En muchos yacimientos españoles, este tipo de decoración también ha sido detectada, y cabe destacar el yacimiento del Rascaño
(Santander), donde se recuperaron dos azagayas de bisel simple con forma de lanceta y decoración en espiga: La primera de ellas en el
nivel 5 (fig.20) tiene una fractura distal a mitad del fuste. La sección de éste es oval y tiene una longitud de 9 cm. de largo sobre los 16
cm. que González Echegaray y Barandiarán (1981) calcularon que debía medir. El bisel mide 5’6 cm., constituyendo en torno a un tercio
de la longitud total. En cuanto a la decoración, se observan en el bisel las típicas marcas de la decoración en espiga, a los que se suman
una serie de trazos cortos ceñidos a los bordes del bisel. No se encuentran presentes las dos líneas centrales en el bisel como en otros
ejemplares. En el fuste hay una serie de trazos cortos pseudoexcisos que se yuxtaponen formando un motivo longitudinal. En el nivel 5
(fig. 21) se encontró otra azagaya también fracturada en la parte distal con sección circular que mide de largo 5’6 cm., 3’7 cm. de bisel y
0’8 cm. de diámetro. El bisel ocupa algo más de un tercio del total de la azagaya. El bisel está decorado en espiga sin pasar al fuste pues
carece de las dos líneas centrales.

Otros ejemplares se han encontrado en diferentes yacimientos de la cornisa cantábrica como: Castillo (fig. 22 y 23), Paloma (fig. 24),
Lumentxa (fig. 25), Cueto de la Mina (fig.26) y El Río (fig.27).

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