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Acercamiento (preliminar) a una interpretación del cuento El dinosaurio, de Augusto

Monterroso desde los presupuestos del materialismo filosófico como teoría de la literatura

Edwin Cuperes Vélez

Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí

En el cuento El dinosaurio, de Augusto Monterroso, se dan dos entimemas separados por

una coma: “Cuando despertó”, que implica “quien despertó estaba dormido”, y “el dinosaurio

todavía estaba a allí”, que implica que “el dinosaurio había estado antes y ha sido reconocido por

el que despierta”. La pregunta es si ese “había estado antes” sustenta un “antes de estar dormido”

o “el dinosaurio que estaba en su sueño”, digamos pesadilla, pues cuando se duerme se sueña, y

el sueño es una confrontación de la mente con irrealidades e imaginaciones varias, una de las

cuales puede ser el enfrentamiento de un ser humano (Homo sapiens) con un dinosaurio, algo

imposible en la realidad, pues es sabido que entre los Homo sapiens y los dinosaurios hay un

trecho temporal de al menos 65 millones de años. De uno u otro modo, es una imposibilidad que

la ficción literaria puede zanjar en lo que el materialismo filosófico como teoría de la literatura

llama literatura sofisticada o reconstructivista, en la que se dan relaciones ideales entre términos

reales. Puede suceder que interpretemos que quien despierta sea otro saurio contemporáneo de

los dinosaurios, por lo que la relación que se daría sería real entre términos reales, una literatura

crítica o indicativa. Pero ya el término “dinosaurio” descarta esa interpretación, porque el

cronotopos de su acepción nos coloca en una fecha posterior a 1842, cuando el inglés Richard

Owen lo acuña en su obra, History of British Fossil Reptiles, publicada en 1849.

A primera vista, un lector leerá el cuento y se maravillará de la disposición truculenta de

este cuento, difícil de interpretar dada la gran elipsis que presenta. Ya delimitamos la naturaleza

de humano del que despierta y la relación imposible de ese humano con un dinosaurio. Ahora es

necesario zanjar la disputa entre si el dinosaurio estaba antes de que el humano se echara a
dormir o si emerge de una pesadilla y se presenta en el terreno de la realidad, haciendo de este

cuento un imposible cercano a la literatura fantástica. Aquí surge otro dilema: ¿se trata de una

metáfora? Alguien ha dicho que “dinosaurio” refiere aquí al Partido Revolucionario

Institucional de México, país al que llega Augusto Monterroso en 1944, lo que convertiría el

cuento en una literatura programática e imperativa, gremial, racional en cuanto a que ya el

dinosaurio no es un término ideal, sino interpretado como ideal por el crítico, que lo materializa

operatoriamente al identificarlo con el PRI. Acuso que con ello se salta prematuramente de la

teoría de la literatura a la crítica literaria, se estudian las ideas objetivadas en el material literario

sin haber acabado el estudio de los conceptos, cuya jefatura todavía no ha delimitado bastante

para hacer el cuento inteligible.

Es aquí cuando la figura del autor nos permite codificar el signo como referente. El

dinosaurio aparece en su primer libro, Obra Completa y otros cuentos, en 1959, cuando el PRI

llevaba apenas 30 años de fundado, por lo que el mote de “dinosaurio” sería una metáfora

arriesgada. Una mirada al libro nos revela en su contenido los inicios de Monterroso en una

literatura sofisticada o reconstructivista que abarcará su obra con dejo aforista: holocaustos

exterminadores, gigantes de cristal, profecías, toda esa inquieta realidad que desborda en

sorpresa y que en Movimiento perpetuo, su tercer libro, reclama como cuota creativa debida a

Borges. En efecto, en Beneficios y maleficios de Jorge Luis Borges, Monterroso se detiene en el

prólogo de Borges a La metamorfosis, de Kafka, cuya traducción al español, de manos de

Borges, se subraya en su comienzo: “Al despertar, Gregorio Samsa…”. Cuento que se presenta

como nota biográfica, Monterroso se detiene precisamente en ese “Al despertar” de Gregorio

Samsa, en el que vislumbro el verdadero génesis y significación última de El dinosaurio. Nos

bastarán tres citas del autor para apuntalar mi razonamiento. La primera alude a la imaginación y
a la inutilidad de la literatura para establecer cambios sociales: “Nos trae también al tema de que

si la literatura sirve para algo. Y, bueno, sí sirve mucho la literatura, por ejemplo, para despertar

la imaginación, para mantener ocupada la mente, para muchas cosas, pero no para cambiar al

hombre”.1 La segunda destruye la teoría de una a crítica social en la obra de Monterroso: “La

política como tema a mí no me ha interesado”2.

El principio de discontinuidad que nos brinda la symploqué de los cuatro materiales

literarios, autor, obra, lector, intérprete, no deja dudas: el dinosaurio de Monterroso ha escapado

de su sustancialidad formal y operatoria del sueño del que despierta y emerge como ente

operatorio en la realidad del despertado. Se trata de un cuento acorde con la obra literaria de su

primer libro, que atisba ya una literatura sofisticada o reconstructivista cercana a sus admirados

Kafka y Borges. La crítica literaria, que establece relaciones a partir de relaciones, puede abarcar

un campo más amplio, pero si se divorcia de la concepción lógica de la que se supone debe estar

anclada, su derrotero idealista la convertirá en sofisma. Para mí la interpretación de El

dinosaurio es una. Añado la tercera cita de Monterroso: “En esta otra literatura de la brevedad se

trata de que el lector experimente cierta curiosidad por lo que no se dijo, por lo que solo está

insinuado”.3 Circunscritas estas palabras a las de Richard Owen cuando dijo que al explicar el

concepto de dinosaurio quiso decir que lagarto terrible no era tanto lo terrible o peligroso del

lagarto, sino el temor que se experimenta ante él, sostengo, ya como crítico, que se trata de un

dinosaurio incorpóreo, inoperante en la realidad, que el sujeto operatorio sustenta desde su

imaginación, todavía hirviente por la pesadilla reciente, y cuya factura de terror pervive

materialmente, al despertar, como fenómeno aberrante.

1
“Augusto Monterosso, UDG”. YouTube, publicado por redtvIES, en 22 ago. 2013, 19:50.
www.youtube.com/watch?v=hKAtss4H2so&t=1195s.
2
Augusto Monterroso - Palabra Mayor (1992) YouTube, publicado por Helse Berkal, en 16 feb, 2016, 32:18.
www.youtube.com/watch?v=TwUVoqQTTpM.
3
UDG 15:14.

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