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CUENTO VIEJO

Por Daniel Soria

Esta obra se encuentra recuperada desde archivos familiares en el libro ¨ Daniel Soria, In illo
tempore¨ de María Inés Soria de Neder.

PRIMERA Publicación del ¨Cuento Viejo ¨(1928) en EL LIBERAL

Gentileza de Librería Dimensión (2016)


¨In illo tempore¨, cuando las langostas volaban derechas y el cangrejo caminaba para adelante.
Cuando con menos hitos, ¨San Francisco¨ y menos punas, vivíamos en paz con nuestros hermanos,
los chilenos .Cuando con menos fuerzas de línea estaban mejor resguardadas las fronteras. Cuando
se cobraban menos impuestos se pagaban los sueldos en moneda nacional y con más puntualidad.
Cuando con menos tratados internacionales éramos tratados y respetados. Cuando los jueces
cumplían perfectamente con sus deberes. Cuando con menos ministros nacionales estaba mejor
servida la administración nacional. Teníamos menos intervención de hecho. Cuando con menos
economías teníamos Corte de Justicia, Banda de Música, Municipalidad. Cuando no teníamos
comisiones¨ langosticidas¨ las que perjudican más que las propias langostas.

Cuando nuestras calles no estaban convertidas en foco de infección. Cuando faltaban los
empleados honrados. Buscábamos hombres de reputación intachable para ocupar los puestos.
Cuando a los cuatreros y asesinos se les conservaba en la prisión hasta que purgase su culpa.
Cuando se elegía lo más aventajado de los Partidos políticos para llevar a las Cámaras.

Cuando se consultaba la Constitución nacional o provincial para nombrar a los Magistrados.


Cuando las autoridades de campaña no¨ estaban de acuerdo con los cuatreros¨. Cuando, en familia
no se hacían otras cositas peores.

Había en Copo I, un prelado digno de toda consideración y respeto por sus virtudes cristianas,
(cosa rara).

El venerable sacerdote tuvo que guardar cama a consecuencia de un resfriado que lo atacó. El
buen prelado había criado un niño, que era un verdadero adoquín por su dureza (cosa más rara
todavía) habiendo sido criado por un sacerdote.

Llega el día domingo, día en que concurren todos los fieles. Algunos de casi diez leguas a la
redonda, a presenciar el Santo Evangelio de la Misa. Pero el que debía decirla no pudo por la razón
apuntada.

- Entonces llama al desgraciado Cleto, que así se llamaba, el acólito, y le dice:


-¨Toca las campanas para que vengan los fieles al templo y una vez concurridos les manifiestas:
que, hoy no hay misa porque no estoy bien. Pero, continúa, con rezar una parte del rosario se
dispensa. Además el jueves es Vigilia por ser el viernes día de San Judas y de San Timoteo.
Prosiguió, el cura- ¨Pedro Martínez y María Jiménez quieren contraer matrimonio y, si hay un
algún impedimento, que lo manifiesten libremente porque esta será la última amonestación¨-.

¨¿Qué hace el desventurado Cleto?¨

Va donde le dijeron. Reúne a los feligreses. Entonces sube al pulpito. Trocando todo. Y con voz de
trueno dice-:

¨Señores hoy no hay misa porque el señor cura esta malo (si dijera misa se pondría bueno).

El jueves y viernes, es vigilia de Pedro Martínez y de María Jiménez. San Judas y San Timoteo
quieren contraer matrimonio. Si hay algún impedimento, con rezar una parte del Rosario se
dispensa porque será la última amonestación¨.-

Fácilmente se comprende la hilaridad que produjo en el auditorio aquel discurso, como igualmente
a mí. Puesto que el cuento ha terminado. Yo también debo hacer aquí punto final.

Tarará, tarará y que

Otro venga a tallar.

Daniel Soria

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