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ÉTICA PROFESIONAL

PRESENTADO
POR:

Edisson Chaverra Bello

NRC: 42113

Actividad 2 - Actividad evaluativa

PROGRAMA:

ADMINISTRACIÓN EN SALUD OCUPACIONAL

23 DE FEBRERO DE2019

SEMESTRE:

IX

CORPORACIÓN UNIVERSITARIA MINUTO DE DIOS.

APARTADÓ – ANTIOQUIA
ÉTICA:

La ética, dice Aristóteles, tiene como objetivo alcanzar el fin propio del hombre al
que se dirigen todas las actividades humanas, es decir, la felicidad. Mientras que
la ética se encarga de la felicidad de un individuo la política trata de buscar la
felicidad de un conjunto social; a su vez, al ser el hombre un ser sociable por
naturaleza, la felicidad del individuo está indisolublemente unida a la felicidad del
cuerpo social al que pertenece por lo que, Aristóteles concluye que la ética es, en
realidad, una parte de la política y que debe estar supeditada a ella: la felicidad del
conjunto social es más importante que la del individuo.

Piensa Aristóteles que del mismo modo que, por ejemplo, un manzano tiene una
finalidad específica (dar manzanas) el hombre debe tener una finalidad propia y
exclusiva; para descubrir cuál es debemos investigar qué es el hombre y, según el
discípulo de Platón, el hombre es precisamente un ser racional; la racionalidad es
el ser específico del hombre por lo que la felicidad queda definida como “actividad
racional” cuando esta actividad racional esta reglada por la virtud. La actividad
racional es una actividad medida y armónica ya que toda actividad desmedida y
sin armonía carece de razón por esto Aristóteles define que el camino para
alcanzar la felicidad, es, de hecho, la búsqueda de un justo medio entre los
extremos. Aristóteles reconoce que es difícil estipular en donde está el justo medio
ya que la ética no es una ciencia exacta como las matemáticas y que en muchas
ocasiones no es un punto medio simétrico entre los dos extremos (el valiente se
acerca más al temerario que al cobarde).

POLÍTICA:

El primer concepto que se define en la “Política” es el de ciudad entendida como


unidad política suprema. Mientras que todas las asociaciones buscan un fin
específico particular la ciudad busca el fin supremo que implica a la totalidad: la
felicidad de todos los ciudadanos. La polis era para un griego clásico la forma de
organización política acabada mientras que las estructuras estatales extensas
como los imperios no son consideradas aún por Aristóteles como formas de
organización política libres, son demasiado extensas como para que el ciudadano
pueda participar políticamente.

Tras definir la polis y su finalidad Aristóteles se propone analizar su origen y su


necesidad. Todos los hombres buscan asociarse para permanecer vivos, la
primera asociación natural es la familia que es buscada para la procreación;
después las familias se asocian entre sí para asegurar su subsistencia y de estos
clanes de familias surge la ciudad cuando entre los clanes se ponen leyes
comunes para la convivencia. El hombre es un ser social por naturaleza ya que no
puede vivir aislado y sin contacto social; aquel hombre que desprecia la vida en
sociedad sólo puede ser supra humano como un dios o un héroe o infrahumano.
El hombre es un ser social como lo son otros animales gregarios pero Aristóteles
afirma que el hombre lo es en mucha mayor medida que lo son el resto de los
animales ya que el hombre además de ser un animal social es un animal racional;
la razón empuja al hombre a buscar lo justo y la justicia es una virtud social de tal
manera que el ser

humano necesita de la vida social no solo por ser naturalmente un ser social sino
también porque busca la justicia que es algo que sólo puede encontrar en la
sociedad.

Por lo tanto la ciudad no es algo convencional sino que es natural incluso, más
natural que la familia y por supuesto más natural que el individuo ya que aunque la
familia y el individuo sean anteriores en el tiempo la ciudad es autosuficiente, ni el
individuo ni la familia lo son, y, además, cumple el fin total que los individuos y las
familias solo persiguen parcialmente: la felicidad.

Aunque todos los hombres son sociales y racionales no todos los seres humanos
son ciudadanos. En una ciudad se considerarán ciudadanos a aquellos individuos
que participen del gobierno y de la justicia es decir, aquellas personas que
deliberan y deciden en los órganos de gobierno o que participen en los tribunales.
Son excluidos mujeres, esclavos y extranjeros.

El problema fundamental de la polis es la regulación de las desigualdades. Todo el


mundo reclama justicia y si alguien se subleva contra el gobierno de la ciudad es
porque lo considera injusto; también es cierto que todos consideran a la justicia
como una cierta igualdad por lo que si la ciudad ha de buscar la igualdad deberá
saber administrar las desigualdades de sus ciudadanos. La justicia será tratar
igual a los iguales y desigualmente a los desiguales. Existen para Aristóteles tres
clases de desigualdades: la desigualdad económica, la desigualdad en virtud, y la
desigualdad numérica. Junto con estas desigualdades el político debe de tener en
cuenta que existe una igualdad básica entre todos los ciudadanos en cuantos tales
ciudadanos libres; armonizar equitativamente esta igualdad con las citadas
desigualdades es lo que se denomina justicia en la ciudad.

Aristóteles creerá que el mejor sistema político será aquel en donde los mejores
gobiernen pero como es difícil determinar quiénes sean los mejores y encontrar
hombres que destaquen excepcionalmente del resto el discípulo de Platón admite
que un pueblo reunido puede gobernarse bien. La razón es que aun cuando
individualmente las personas sean mediocres reunidas en conjunto pueden llegar
a ser mejores y más sabias que en solitario pues en la deliberación pública podrán
ver los pros y los contras que a un individuo aislado no se le ocurriría y podrán
encontrar soluciones originales que pueden pasar por alto a particular. Sólo en
masas de hombres corruptos es improcedente la deliberación pública. Además
aunque sobre ciertos asuntos delibera mejor el experto que la masa también
admitimos que el que vive en una casa sabe juzgarla mejor que el arquitecto así
que podríamos admitir que los que viven en la ciudad, los ciudadanos, puedan
juzgar los asuntos de la polis.

En todos los sistemas políticos correctos para que la ciudad no se fracture en


facciones de ricos y de pobres debe haber abundancia de clase media. No importa
que existan ricos y pobres siempre que unos y otros sean pocos. La clase media
es la que da estabilidad al sistema político pues es enemiga de las revoluciones.
Otra virtud de la clase media es que en la ciudad en donde todos tengan suficiente
para vivir bien sin lujos excesivos no se producirá la envidia entre los ciudadanos y
reinará la concordia social que permitirá una convivencia pacífica

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