Sei sulla pagina 1di 15

DEBERES DEL ABOGADO

Con el presente se pretende explicar las normas que en concreto deben regular la
conducta del abogado que no quiere ver su nombre mezclado con los apelativos
“incompetente”, “chicanero”, “tranza” y otros más nada agradables.

De estas normas, unas forman parte de algunos artículos de nuestras leyes y su


obligatoriedad es incuestionable; otras son deducciones que se desprenden de los
principios éticos ya vistos en temas anteriores.

Los deberes profesionales que a continuación se señalan, no son independientes al


deber general que es el de respeto a la dignidad de la persona. De ahí que de los
valores universales se llegue al deber en concreto, esto es, de lo general a lo
particular.

SECRETO PROFESIONAL

Cualquier persona que haya obtenido un título universitario tiene la obligación de


guardar el secreto profesional, según establece el artículo 36 de la Ley de
Profesiones; por consiguiente, la mayoría de la gente considera que los abogados
son depositarios de confianza y discreción, ya que por las características propias de
la disciplina que ejercen, casi siempre reciben información confidencial relacionada
con problemas muy particulares o delicados de sus clientes.

Ahora bien, para que un abogado se encuentre en condiciones de ofrecer una


adecuada asesoría o bien de redactar una demanda, antes que nada necesita
escuchar a su cliente, quien le confía el mínimo detalle respecto del caso
correspondiente, pormenores cuyo conocimiento por parte de personas ajenas al
mismo podría dañar la honra de aquél, su reputación o su patrimonio, o la de
quienes estuviesen involucrados en el problema. El abogado, por su lado, estará
consciente de ello antes, durante y aun terminado su intervención, además de que
tanto socios, pasantes, colaboradores y empleados de su despacho deben guardar
una conducta similar.

El secreto profesional contempla dos aspectos:

a) La necesidad del cliente de manifestar a su representante legal ciertas


confidencias con objeto de que los problemas del primero lleguen a resolverse, las
cuales exterioriza para que su abogado cuente con la información suficiente a efecto
de emitir un diagnóstico apropiado.

b) La certeza de que el profesional del derecho no revelará esas confidencias


menos en los casos de excepción.

Así lo señala la Ley de Profesiones:


Art. 36.- Todo profesionista estará obligado a guardar estrictamente el secreto de los
asuntos que se le confíen por sus clientes, salvo los informes que obligatoriamente
establezcan las leyes respectivas.

ETICA DE JUEZ

El sistema de justicia requiere de los mejores juristas para dirigir un juzgado, pues
deberán resolver los conflictos de la sociedad, garantizar los derechos humanos y
consolidar la paz social; decisiones que permitirán fomentar la democracia en un
Estado de derecho.

Las sociedades modernas demandan una justicia pronta y cumplida, de ahí la


necesidad de que el poder judicial tenga personal de excelente calidad, que
garantice efectividad en sus funciones. En ese sentido se apela a que la conducta
de los administradores de justicia se enmarque en cánones de ética, respeto mutuo,
cordialidad y colaboración profesional entre colegas y personal de apoyo para que la
aplicación de la justicia sea eficiente.

Es inaceptable que la columna vertebral de los funcionarios judiciales no sea la


observancia de una cultura ética, toda vez que ésta va contra el comportamiento
corrupto, la falta de vocación, la irresponsabilidad y la ausencia de conciencia social.

La frase de Francisco de Quevedo: “Menos mal hacen los delincuentes que un mal
juez”, puede seguir vigente si le damos la potestad de juzgar a la persona
equivocada. El juez debe velar para que sus actuaciones respondan a normas de
conducta que honren la integridad e independencia de su delicada función y también
fortalezcan el respeto y la confianza en la judicatura, como lo exige el artículo 5 de
las Normas Éticas del Organismo Judicial.

La excelencia en la gestión judicial plantea la obligatoriedad de la conducta ética de


los funcionarios judiciales conforme a valores y principios que cobren vida al
administrar justicia, y se conviertan en hábitos colectivos que otorguen identidad y
credibilidad al sistema judicial. El juez debe ser respetuoso en el trato con las partes
procesales y la ciudadanía, en su relación laboral con sus colegas jueces y
empleados, evitando hacer críticas infundadas que tiendan a menospreciar el
prestigio de los demás.

Es decir, los jueces deben fomentar normas de conducta que se traduzcan en un


comportamiento profesional intachable, creíble y un proceder personal ejemplar en
todos los aspectos de su vida, para fomentar el prestigio del sistema judicial y
administrar justicia con equidad, imparcialidad, honestidad, transparencia y respeto a
la dignidad humana.

TRIBUNAL DE HONOR DEL COLEGIO DE ABOGADOS Y NOTARIOS


El Tribunal de Honor es el órgano disciplinario del Colegio de Abogados y Notarios
de Guatemala, a quienes les corresponde conocer las denuncias, instruir la
averiguación y dictar la resolución, imponiendo las sanciones cuando proceda. El
Tribunal de Honor se integra con 7 miembros titulares: un presidente, un
vicepresidente, un secretario y cuatro vocales, así como 2 miembros suplentes,
quienes durarán en sus cargos 2 años a partir de la fecha en que tomen posesión.

REQUISITOS PARA INTEGRAR EL TRIBUNAL:

Para ser miembro del Tribunal de Honor se requieren los mismos requisitos que para
ser miembro de la Junta Directiva y deberán tener, al menos 5 años como
colegiados activos, no computándose el lapso en que hayan estado inactivos.
Dichos requisitos se verificarán por el Tribunal Electoral al momento de la inscripción
de la planilla.

PERIODO 2017-2019

 Presidente Julio Enrique Dougherty Liekens

 Vicepresidente Rina Eunice Morales Cifuentes

 Secretaria Maria Antonia Escobar Barrios

 Vocal I Henry Giovanni Dubon Ruano

 Vocal II Ricardo Anibal Masaya Gamboa

 Vocal III Carlos Alfredo Jauregui Muñoz

 Vocal IV Rafael Morales Solares

 Vocal Suplente I Roberto Quej Asig

 Vocal Suplente II Carlos Antonio Escoto Martínez

SANCIONES AL NOTARIO

Dentro del Régimen Disciplinario establecido en el Capitulo I, del Titulo IV, de la Ley
de Registro y Notariado, se contempla el caso de las Faltas y Sanciones que le
puedan ser impuestas a los Notarios.
Primeramente, establece el artículo 83, que es competencia de la Dirección Nacional
de Registros y del Notariado ejercer el régimen disciplinario de los Registradores y
Notarios. A tal efecto el Director Nacional podrá designar una Comisión Disciplinaria
que se encargará de la sustanciación de los expedientes disciplinarios, la imposición
de sanciones y la ejecución de las mismas.

Los artículo 84 al 87 de la Ley, señala las sanciones que consistirán en suspensión


del cargo al Notario, desde un mes hasta un maximo de 3 años.

En el caso de suspensiones hasta por un mes, éstas se impondrá a los Notarios, de


acuerdo con la gravedad de la falta, si se dan los siguientes supuestos:

1. Notificados por la Dirección Nacional de Registros y del Notariado actuaren


sin estar al día en la garantía exigida por este Decreto Ley.
2. Actuaren con desapego o falta de interés a los lineamientos, las directrices y
las exigencias de la Dirección.
3. Obstaculicen la exhibición de documentos que tengan carácter de públicos.
4. Incurran en descuido o negligencia en la guarda y conservación de los
documentos o datos informáticos que deben custodiar.
Ahora bien, el notario podrá suspenderse hasta por seis meses, en los siguientes
casos:
1. Atrasen durante más de tres meses y por causa injustificable la tramitación de
cualquier documento.
2. No se ajusten a los aranceles fijados oficialmente para la prestación del
servicio.
3. Autoricen actos o negocios jurídicos ilegales o ineficaces.
4. Transcriban, reproduzcan o expidan documentos sin ajustarse al contenido
del documento transcrito o reproducido.
5. Incumplan alguna disposición, legal o reglamentaria, que les imponga
deberes y obligaciones sobre la forma en que deben ejercer la función
notarial.
Y por ultimo, la suspensión pudiera ir desde seis meses hasta tres años, en los
casos que se encuentren dentro de los siguientes supuestos:
1. Cumplido alguno de los supuestos previstos en el artículo anterior, esto
produzca daños o perjuicios materiales a terceros.
2. Cuando continúen ejerciendo funciones estando suspendidos.

CÓDIGO DE ÉTICA PROFESIONAL


EL COLEGIO DE ABOGADOS Y NOTARIOS DE GUATEMALA,

CONSIDERANDO

Que las profesiones de abogado y notario comprenden múltiples actividades


que deben traducirse en leales, eficientes y honoríficos servicios prestados a la
Comunidad;

CONSIDERANDO

Que el abogado es un auxiliar de la administración de justicia, que, además,


actúa en la sociedad como juez, magistrado, asesor, consultor, funcionario público
y docente, para la fiel comprensión y observancia del derecho;

CONSIDERANDO

Que el notario ejerce su función pública realizando el derecho en la sociedad, lo


cual abarca integralmente el desenvolvimiento de la vida del hombre;

CONSIDERANDO

Que los servicios profesionales, en su diversidad de actividades, deben


dirigirse a conseguir la justa, pacífica, armónica y funcional convivencia, del
conglomerado social, y deben prestarse ajustados a claras normas éticas y
morales, que exigen de cada profesional honor, decoro, rectitud, respeto y
dignidad en todas y cada una de sus actuaciones, dignidad profesional que exige
de cada miembro una conducta recta y ejemplar, pues debe ser un paradigma de
honestidad.

POR TANTO

Con base en el inciso b) del artículo 11 del Decreto número 62-91 del Congreso de
la República. APRUEBA el siguiente Código de Ética Profesional.
CAPÍTULO I
Postulados

1. Probidad. El abogado debe evidenciar siempre rectitud, honradez e integridad


de pensamiento y acción, lo que debe manifestarse especialmente en la lucha
contra los abusos y la corrupción en el ejercicio profesional.

2. Decoro. El abogado debe vivir con dignidad y decencia. Se abstendrá de llevar


una vida licenciosa y evitará vicios y escándalos. A las audiencias y actos de su
ministerio, asistirá decorosamente, y, en toda oportunidad dará a su
profesión el brillo y honor que merece, observando una conducta honesta y
discreta.

3. Prudencia. El abogado debe actuar sin precipitaciones y con juicio sereno


en el ejercicio de su profesión.

4. Lealtad. El abogado debe guardar fidelidad a la justicia y a su cliente, lo cual


conlleva, además la observancia rigurosa del secreto profesional, honorabilidad
en el litigio, respeto y consideración al juez, a la autoridad y al adversario.

5. Independencia. Debe ser una cualidad esencial del abogado la


independencia, la cual debe entenderse en el sentido de que dispone de una
completa libertad en el ejercicio de su Ministerio. Debe estar libre ante el juez o
cualquier autoridad del Estado, así como ante su cliente y el adversario. Nada,
salvo el respeto a las leyes y el orden público, limitarán su libertad de
pensamiento y de acción.

6. Veracidad. En el ejercicio de la profesión el abogado debe evitar


escrupulosamente toda alteración de la verdad.

7. Juridicidad. El abogado debe velar por la más rigurosa legitimidad y justicia


en el ejercicio profesional.

8. Eficiencia. El ejercicio de la abogacía impone los deberes de preparación y


eficiencia. En mérito de ello, corresponde al abogado la obligación de
investigación y estudio permanente del Derecho. Así como de toda disciplina
que contribuya a su mejor formación humanística y técnica.

9. Solidaridad. En las relaciones con sus colegas, el abogado debe guardar la


mayor consideración y respeto. La fraternidad entre colegas, fundada en la
noble misión que los une y los hace partícipes de las mismas preocupaciones e
inquietudes, es una virtud que debe practicarse.
INCUMPLIMIENTO DEL SECRETO PROFESIONAL EN EL EJERCICIO DE LA
ABOGACIA Y EL NOTARIADO.

El abogado está obligado a guardar celosamente los secretos que le ha confiado


su cliente, debiendo entenderse por secreto aquella información que es conocida
únicamente por el cliente, o bien, por un grupo reducido de personas, quienes
tienen interés en que no trascienda a terceros.

Constituye una emanación del principio de reserva que le impone al abogado


callar todo aquello que ha llegado a su conocimiento con ocasión del desempeño
de las tareas profesionales que se le han encomendado, discreción y reserva que
no sólo debe mantener en sus contactos con el cliente sino con sus familiares y
terceros.

A nuestro entender tiene su fundamento en última instancia, en el derecho de


defensa, consagrado constitucionalmente, el cual perdería toda eficacia si el
cliente no tuviese la certeza de que las confidencias que entrega a su abogado,
podría éste divulgarlas impunemente.

Nuestro ordenamiento jurídico protege el respeto del secreto profesional tanto


desde un punto de vista procesal como substancial. Los artículos 360 y 201 del
Código de Procedimiento Civil y Penal, respectivamente, permiten a los abogados
excusarse para prestar testimonios sin perjuicio de su obligación formal de
comparecer ante el tribunal.

Por otro lado, la violación del secreto profesional es sancionada como


prevaricación en la segunda alternativa conductual prevista en el artículo 231 del
Código Penal, cuando con abuso malicioso de su oficio descubriere los secretos
de su cliente.

Incluso más, en los casos en que el descubrimiento de los secretos del cliente se
hiciere por imprudencia, caso en el cual, se estaría fuera del tipo penal citado, en
la medida que la referida falta de discreción haya generado perjuicio al cliente,
éste estaría autorizado para iniciar una acción civil indemnizatoria derivada de la
responsabilidad extracontractual en que habría incurrido el profesional al
ocasionar por su culpa un hecho dañoso.

Este amplio reconocimiento que presta la ley tanto para respetar el secreto
profesional del abogado como para sancionarlo civil y penalmente cuando se
infringe, es aún mayor desde el punto de vista deontológico.

El artículo 10 del Código de Etica Profesional, después de calificar el secreto


profesional como un deber y un derecho del abogado, afirma de manera
categórica que, con relación a los clientes constituye: "un deber que perdura en lo
absoluto, aún después de que les haya dejado de prestar sus servicios"...

El artículo siguiente señala que la obligación de guardar el secreto profesional


abarca las confidencias hechas por terceros al abogado y las que sean
consecuencia de pláticas para realizar una transacción que fracasó cubriendo,
además, las de los colegas.

Nuestra jurisprudencia ha reconocido que el secreto profesional del abogado


ampara no sólo su persona, que no puede ser objeto de apremio, sino también su
estudio profesional donde desarrolla su actividad y guarda los documentos que le
confían sus clientes.

Constituye un acto abusivo la orden de allanamiento y registro del estudio de un


abogado a fin de retirar documentos recibidos de sus clientes y que, por
consiguiente, constituyen parte del secreto profesional que imperativamente está
obligado a guardar.

En opinión de la mayoría de los autores el abogado podría excusar su


responsabilidad legal (civil y penal) en los siguientes casos:

a) Cuando media el consentimiento del confidente. El consentimiento del ofendido


excluiría la ilegitimidad del acto, por lo cual el comportamiento dejaría de ser ilícito,
desapareciendo el fundamento de una eventual responsabilidad penal y/o civil.

b) Daño a un tercero inocente. Cuando la revelación del secreto permite salvar de


una condena a un inocente, sin que ello genere daño al confidente, fundándose en
principios de justicia material, se postula por la extinción de toda responsabilidad
por parte del abogado.

c) Inculpaciones graves al propio abogado. A fin de exonerarse de imputaciones


falsas y graves el abogado cesa en su obligación jurídica de guardar el secreto si
su revelación es la única forma de demostrar su inocencia.

RESPONSABILIDAD DEL ABOGADO EN RELACIÓN A LOS DAÑOS Y


PERJUICIOS DE SUS PATROCINADOS

La responsabilidad civil del Abogado, que como cualquier otro profesional, está
sometido al imperio de la Ley, también responden de los daños que por la posible
culpa y negligencia pudiera ocasionar a su cliente, por su falta de profesionalidad
o pericia en el tratamiento de un determinado pleito.

No obstante, en el caso de estos profesionales, debido a que los planteamientos


jurídicos que puede realizar en la encomienda de gestión de su cliente, están
sometidos no sólo al imperio de la Ley, si no también a la decisión en ciertos casos
subjetiva de terceros, esa responsabilidad no suele estar tan definida.

1. Nexo causal del daño ocasionado

El daño ocasionado en la acción o inacción del Abogado, debe producirse en un


nexo causal con el asunto encomendado, el daño ha de ser evaluable
económicamente e individualizado.

Su misión no se limita a ejecutar fielmente un mandato en el marco de la Ley. En


un estado de derecho, el Abogado debe servir los intereses de la justicia, así como
proclamar y defender los derechos y libertades.

El Abogado como profesional prototípico, se caracteriza por su orientación hacia el


ideal de servicio, que antepone los intereses de su cliente y de la sociedad a los
suyos propios y por su sujeción a los principios deontológicos.

2. Deberes fundamentales del Abogado

El artículo 30 del Estatuto General de la Abogacía Española, indica “El deber


fundamental del Abogado, como partícipe en la función pública de la
Administración de Justicia, es cooperar a ella, asesorando, conciliando y
defendiendo e Derecho los intereses que le sean confiados. En ningún caso la
tutela de tales intereses puede justificar la desviación del fin supremo de Justicia a
que la Abogacía se halla vinculada.”

El Abogado es un elemento esencial para la consecución de la justicia y, al igual


que el juez, es ministro del templo de la justicia.

La excelsa función social del Abogado le impone la sujeción a un aserie de


exigencias éticas que van más allá de las impuestas a los demás ciudadanos
sujetos a la ley general: dignidad, integridad, independencia, desinterés, diligencia,
secreto profesional, etc.

Estas exigencias quedan reflejadas en el juramento que prestan los Abogados de


París, según el Reglamento Interno de la Ordre des Avocats ä la Cour de París:
“Je jure comme avocat d’exercer mes fonctions avec dignité, conscinece,
indépendance, probité et humanité”

TIPO DE RESPONSABILIDAD EN LO QUE UN NOTARIO PUEDE RECAER;


RESPONSABILIDAD CIVIL, PENAL, ADMINISTRATIVA Y DISCIPLINARIA

En principio define Violeta Susana Sierz, la responsabilidad como la obligación de


responder por los actos o abstenciones que ocasionan perjuicio. Es la reparación
del daño causado.

Y agrega que el deber de responder surge toda vez que se haya causado perjuicio
a una persona o sus bienes, y que el mismo le sea imputable al actor. Proviene de
una culpa de un dolo. la conducta por el cual se es responsable, debe haber sido
en algún aspecto al menos, antijurídica o violatoria del orden impuesto.

Para quedar incurso en la reparación deben darse simultáneamente cuatro


hipótesis. antijuridicidad, culpa o dolo y relación de causalidad.

Responsabilidad:

Responder. 16. Dicho de una persona. Estar obligada u obligarse a la pena y


resarcimiento correspondiente al daño causado o a la culpa cometida.

Antijuridicidad:
Elemento esencial del delito: Es formalmente; la contradicción al derecho: Lo que
interesa al jurista es conocer el contenido; la materialidad de ese conflicto entre el
hecho y el derecho:

Culpa: Elemento intencional del cuasidelito, consiste en la omisión de aquellas


diligencias exigidas por la naturaleza de las cosas, para evitar el daño
sobreviviente. Incumplimiento de obligaciones.

Dolo. Es el factor subjetivo de atribución (actitud, intención). El que comete a


sabiendas y con la intención de dañar.

INEFICIENCIA DE LAS NORMAS ETICAS ENTRE PROFESIONALES DEL


DERECHO

En este Capítulo, se desarrolla la conceptualización de la ética del abogado,


partiendo del concepto de abogado, el concepto de ética del abogado, la
aplicación y la importancia de la ética de la abogacía, los deberes del abogado, y
terminando con el secreto profesional.

-Conceptualización de Abogado Se entiende por abogado al profesional acreditado


por un título universitario de licenciado o doctor en derecho, autorizado por
exequátur expedido por el Poder Ejecutivo, debidamente juramentado por la
Suprema Corte de Justicia, y matriculado en el Colegio de Abogados de la
República Dominicana para el ejercicio de la abogacía. En relación con la justicia,
el abogado se define como un auxiliar, colaborar y garante de los fines de la
justicia y del Poder Judicial. En lo referente al derecho como ordenamiento jurídico
del Estado, el abogado se define como un conocedor, promotor y garante de los
principios, derechos y garantías fundamentales establecidos en el marco jurídico
nacional e internacional. En lo que respecta al cliente, el abogado se percibe como
un representante, asesor, consejero, consultor, y defensor de los bienes jurídicos,
intereses, derechos, libertades y prerrogativas de la persona natural o jurídica que
patrocina. Con respecto a la sociedad, el abogado es un servidor social que
defiende los intereses y derechos, con base en la justicia, de los representados
frente a terceros y o frente al poder del Estado. En relación con la ética, el
abogado es un profesional regido por las normativas, principios, valores, deberes y
obligaciones, trazados por los códigos deontológico y el ordenamiento jurídico
nacional e internacional. En cuanto a la formación técnica y profesional, el
abogado es un jurisconsulto, jurisperito, letrado, legista y jurista conocedor del
derecho, de la doctrina, de la jurisprudencia y de la justicia como servicio social
para dirimir los conflictos surgidos entre las personas de derecho privado y/o de
derecho público, con base al derecho. En este tenor, el abogado es un profesional
documentado sobre técnicas de litigación, sobre técnica de manejo y resolución de
diferendos y conflictos, sobre la defensa de los derechos humanos y
sobre oratoria forense. Conforme a la Constitución Política de la República
Dominicana del 2010 (Art.40),el abogado es letrado al cual tiene derecho el
justiciable acudir para que defienda su libertad y seguridad personal cuando se
encuentran restringidas.

El abogado, como ciudadano y como profesional, tiene el deber de respetar los


derechos fundamentales de los demás y el deber de defender las prerrogativas
fundamentales que integran el orden de responsabilidad jurídica y moral que rige
su conducta en la sociedad. Además, el jurista tiene el deber de cumplir y de
cumplir los deberes fundamentales prescritos en el ordenamiento jurídico nacional
e internacional, y respetar a las autoridades establecidas por tal orden legal
(Arts.37-75, Carta Magna 2010).4.2.-Conceptualización de Ética del Abogado Para
el letrado Juan Carlos Ortiz Abreu de la firma de abogados "Ortiz & Comprés"
(2012), "La ética del abogado puede definirse como el conjunto de reglas y
parámetros de conducta admitidos como correctos por la sociedad, que tienden a
regular el comportamiento del profesional del Derecho". En este tenor, el jurista
Julián Serulle sostiene que : "La ética en el abogado debe ser su punta de lanza a
exhibir, razón por la cual, en nuestra oficina buscamos tener por norte alimentar
como norma suprema de nuestra conducta no sólo la ley, sino, también la moral y
la justicia". Ambos juristas concuerdan en que la ética del abogado rige la
conducta del profesional del derecho, sometiéndola a las normas y principios de la
moral. De lo anterior, se desprende que la ética del abogado se concibe como el
conjunto de normas, principios, obligaciones, deberes y valores, que rigen la
conducta y el ejercicio de la abogacía, con el fin de que se adecue a los preceptos
trazados por la moral y el ordenamiento jurídico nacional e internacional.4.3.-
Aplicación e Importancia de la Ética del Abogado La ética del abogado se aplica a
la conducta del profesional del derecho con la finalidad de ajustar a la consecución
del bien supremo y a la evitación del mal. En efecto, la ética del abogado tiene por
objeto establecer los deberes y las obligaciones que debe observar el jurista en el
ejercicio de su profesión. Conforme al ilustre jurista, Juan Carlos Ortiz Abreu
(2012), para su firma de abogado, "…la ética tiene una importancia capital.
Conducir nuestro actuar bajo los preceptos éticos y moralmente correctos nos ha
ayudado a desarrollarnos no solo como profesionales sino como personas.
Además, nuestro apego a la ética, a la moral y las buenas costumbres nos ha
permitido ganar el respeto y la confianza tanto [de] nuestros clientes como de
otros profesionales de las ciencias jurídicas. Consideramos que el apego a la ética
debe ocupar una posición determinante en toda firma de abogados, ya que hacer
lo correcto es lo que posibilita alcanzar el desarrollo profesional y personal". De lo
anterior, se desprende que la importancia de la ética del abogado es capital y se
fundamenta en apegar el actuar de los letrados a los preceptos éticos y
moralmente correctos, ya que eso permite ganar el respeto y la confianza en el
público y contribuye al crecimiento profesional y personal.
SANCIONES EMITIDAS POR EL TRIBUNAL DE HONOR DEL COLEGIO DE
ABOGADOS Y NOTARIOS

ARTICULO 200. Obligaciones. Son obligaciones de los abogados:

1. Guardar lealtad procesal a las partes y al tribunal. Comportarse en su


conducta pública y profesional con decencia, honorabilidad y decoro. Su
vida privada debe ser compatible con tales calificaciones.

2. Alegar por escrito o de palabra, sin faltar a la verdad de los hechos, ni


contra las disposiciones legales.

3. Defender gratuitamente a los declarados pobres y a los procesados que no


nombren defensor. Los jueces cuidarán de distribuir equitativamente, entre
los abogados de su jurisdicción la defensa de los pobres, y tienen facultad
para imponer a aquellos, multas de cinco (Q. 5.00) a veinticinco (Q. 25.00)
quetzales, cuando sin justa causa no cumplan su deber.

ARTICULO 201. Prohibiciones. (Reformado por Decreto 64-90 del Congreso


de la República). Es prohibido a los abogados:

1. Actuar en los juicios en que el juez tuviere que excusarse o pudiera ser
recusado a causa de la intervención del profesional.

2. Invocar leyes supuestas o truncadas.

3. Revelar el secreto de su cliente.

4. Abandonar, sin justa causa, los asuntos que hubiere comenzado a


defender.

5. Interrumpir el discurso o declaración de la parte contraria o de su abogado.

6. Exigir a su cliente honorarios mayores que los concertados o los que fijan
los aranceles.
7. Defender a una parte después de haber principiado la defensa de la otra en
el mismo asunto.

8. (Suprimido por el Decreto 64-90 del Congreso de la República).

9. Faltar al cumplimiento de las demás obligaciones que prescriben las leyes y


reglamentos.

Los tribunales están obligados a proceder conforme a ésta Ley, en los casos de
infracción de éste articulo.

ARTICULO 202. Responsabilidad. Los abogados son responsables de los daños


y perjuicios que sufran sus clientes por su ignorancia, culpa, dolo, descuido,
negligencia o mala fe comprobadas.

ARTICULO 203. Sanciones. Por la interposición de recursos frívolos o


impertinentes que evidentemente tiendan a entorpecer los procedimientos, y por la
presentación de escritos injuriosos o con evidente malicia, será sancionado el
abogado, las dos primeras veces con multa de diez a cien quetzales, y la tercera,
con separación de la dirección y procuración del asunto sin perjuicio de otras
sanciones que pueda imponer el Colegio de Abogados, en aras de la adecuada
disciplina y prestigio del gremio.

Contra la resolución que decreta multas o la separación, cabe el recurso de


apelación, pero si se tratare de Tribunales Colegiados, sólo cabe la reposición. Tal
recurso no interrumpirá el curso del asunto en trámite. Esta cuestión será
tramitada en incidente y en cuerda separada.

ARTICULO 204. Consecuencias de las sanciones. Todas las inhabilitaciones se


decretarán por el tribunal que conozca del asunto, haciéndose saber a la Corte
Suprema de Justicia; ésta lo comunicará a su vez a los demás tribunales y al
Colegio de Abogados, ordenando que se haga la correspondiente anotación en el
Registro de Abogados y que se publique en el Diario Oficial y en la Gaceta de los
Tribunales.

Potrebbero piacerti anche