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Capítulo 2
CONSTITUCIÓN
2¿ T ip o s d e c o n s tit u c ió n . P r i n c i p a l e s d o s i f i c a c i o n e s .
3. Métodos de mteipretación.
5» IDeseonstifciicionalización.
REFÜJRMA COHSTITUaONAL
1. Reform a constitucional»
C apitulo 5
4. E l p reám b u do*
C apítulo 6
DERECHOS CIVILES
____
1) derecho a la dignidad humana y sus derivados (libertad de
conciencia, intimidad, etc.);
D brischos civiles
la prosperidad” que estaba en-.el inciso 16 de! anterior art. *67, actual
mente reproducida sin caniBios en el inciso 18 que antecede al' pre
sente.
Esta cláusula también es, en su mayor parte, un .catálogo de
•ilusiones, ya que sus enunciados; en general; no son operativos.
Del extenso texto de sus cuatro párrafos se desprenden objetivos
programáticos, partTno se reconoce ningumTcTerec£o autoejecutivo, sino
q u e iodoB aquéllos "dependen de JIaÍT ey es_'q u e pu^a^diHar"o^ncTel
Congreso,
nosotros sólo tienen operatividad la gratuidad de la educa-
C apitulo 8
DERECHOS PATRIMONIALES
3* Inviolabilidad de la propiedad»
Ijimita^olies'ñ^rechodepiropiedad.
5. Etapas.
6* Abandono de la expropiación*
7* Retrocesión.
8. Expropiación irregular.
9. Requisiciones. Clases.
C apítulo 9
DERECHOS POLÍTICOS
1. Derechos políticos.
tíay"mcapacSades'preBHS^nTasTeyes. electorales.
A diferencia de las causales de pérdida,, previstas en el arfe. 8 de
la ley 346, las suspensiones son siempre transitorias y finalizan
cuando cesa la situación que las ha originado; pueden ser declaradas
de oñcio por el juez, conforme al procedimiento que prevé el ya citado
art. 9 de la ley 346, La rehabilitación se tramita ante el juez electoral
correspondiente al ultimo domicilio del causante en el Begistro Nació-
nal de Electores (art. 14, decreto 3213/84)*
e) Unidad de nacionalidad. Es un principio aceptado en el dere-
jcho ínteruacionSTque un individuo debe tener una sola nacionalidad.
Sin embargo, la aplicación unilateral e indiscriminada del jus soli
jy del jus sanguinis que hace cada país es causa frecuente de que
/determinadas personas tengan doble o múltiple nacionalidad, o que
I—al contrario— no tengan ninguna (apatddia).
Esto provoca desventajas (y ventajas en algunos casos) a los
interesados, quienes pueden verse comprometidos por exigencias de
lealtades distintas y, a veces, hasta contradictorias.
La República Argentina ha solucionado tales problemas con dos
países que son los que contribuyeron* con mayor aporte inmigratorio,
a incrementar nuestra población: España e Italia, mediante sendos
convenios bilaterales de doble nacionalidad.
La ley18.957 aprobó el "Convenio de nacionalidad entre la Bepu-
blica Argentina y España" suscrito en Madrid el 14 de abril de 1969.
Dicho convenio establece —entre otras cosas— que los argentinos
y los españoles de origen podrán adquirir la nacionalidad española y
argentina, respectivamente, en las condiciones y en la forma previstas^
pbr la legislación en vigor en cada una de las partes contratantes,
manteniendo su anterior nacionalidad con suspensión del ejercicio de
los derechos inherentes a esta última.
La ley 20.588, por su parte, aprobó el "Convenio de nacionalidad
entre la Bepública Argentina y la República Italiana”, firmado en
Buenos Aires el 29 de octubre ide 1971.
-Bicho convenio es similar, casi idéntico, al celebrado con el Reino
de España, que mencionamos más arriba.
f) ¿Existe una ciudadanía provincial? De la lectura del art. 8 de
D erechos p o l ít ic o s 171
pero tam bién era injusto, porque otorgaba a la primera lista las^él
de las b a n c a s , cuando quizá el total de sus votos válidos -era
menor q u e los de las otras listas sumados. : * ví$S
4) Representación proporcional: Este sistema tiene diversasi^a^
^antesTW que^s uSKaSTenmie^tro país es el denominado
hombre deTiiíaEemátáco suizo que io inventó). o del"cocx^air&^íee^^^
Se utilizó por primera vez en las elecciones de convencionales consp
tituyenfcas en 1957, y a partir de 1963 para las elecciones n a ciom l^
Desde.allí en adelante, .salvo la excepción parcial de 1973 y* I974$f3fe|j
continuó utilizando hasta la actualidad, **«$1
El mecanismo .del sistema D’Hont es bastante complejo, peroi'
trataremos de resumirlo sin perjuicio de su claridad. *
En cada distrito se divide el total de los votos válidos obtenidos*
por cada partido por 1, por 2, por 3, por 4, etc., basta llegar altota|g
de las bancas que deben cubrirse (en la Capital Federal serían 12®.
Í3, según el año).
Una vez obtenidos los resultados de todas esas, divisiones] vs&-
sncolumna cada cifra, comenzando por la mayor y siguiendo de mayor
a menor, con independencia del partido a que corresponda.
Al lleg^ ^ puesto correspondiente al numero de bancas vacantes
(en la Capital Federal, el duodécimo o decimotercero, según el ano)/
la que corresponde a ese ordinal es la cifra repartidora. Acá hay dos
variantes: o) se divide la cifra repartidora por los votos de cada
partido, y el resultado de cada división será la cantidad de bancas^qüe'
corresponde a cada uno; o h) se cuenta cuántas veces entró .cada
partido ea las cifras eneolumnadas a que hacíamos referencia más
arriba, y ¿l0 esta cuenta saldrá el número de bancas de cada uno.
La ventaja del sistema proporcional se funda en el principio
señalado más arriba en el acápite h. o sea que es el que refleja de
la manera més exacta posible el espectro ideológico del conjunto de
ios ciudadanos (cuerpo electoral). Responde a la idea de Stuarfc Mili.
En cambio, favorece la multiplicación de loa pequeños partidos,
tantos mas cuanto más bajo es el umbral (porcentaje de votos del
padrónelectoral) necesario para obtener una banca, lo cual hace más
difícil ia tarea de- gobernar.
Asimismo, favorece la-integración de las listas por las oligarquías
partidarias, sin intervención del ciudadano común, quien no conoce
—generalmente— a los candidatos que votara (salvo, a veces, a los
primeros de la lista).
g3te defecto puede ser atenuado, como lo era en la época del
sistema de lista incompleta, con lo que se denomina “Voto de prefe-
D esech os políticos 187
Cápetelo 10
DERECHOS SOCIALES
Capítulo 11
Capitulo 21
PODER LEGISLATIVO
dos salas del órgano legislativo tiene en ellos otras connotaciones; por
ejemplo, asegurar la sanción de normas más justas mediante una
segunda lectura de los proyectos, o bien para representar a distintas
clases sociales, etc. Por eso, y no obstante los ejemplos dados, es
perfectamente viable que un Estado unitario tenga un poder legisla
tivo compuesto por una sola cámara.
El bicameralismo con sentido federal nació en las discusiones del
Congreso Continental que elaboró el texto de la Constitución de los
Estados Unidos, sancionada en Filadelfia en 1787.
En aquella oportunidad, los Estados pequeños recelaban de los
grandes- Estos (Virginia, Rhode Island, New Jersey) querían la unión
federal bajo su mando, sometiendo a los otros. Los Estados con menor
población y recursos exigieron que en el Congreso federal se consagra
ra la igualdad de votos para todos los Estados, grandes o pequeños.
Los Estados grandes, por su parte, pretendían que la representación
en el Congreso fuera proporcional a la población de cada Estado, ya
que los más poblados invertían más en el mantenimiento del gobierno
federal y aportaban más tropas. Las discusiones caldearon los ánimos
a punto tal que hicieron peligrar la sanción de la Constitución. Final
mente se impuso una solución transaccional, en la cual se trató de
complacer ambos intereses, estableciendo una cámara con voto igua
litario para todos los Estados (Senado), que favorecía a los Estados
pequeños, y otra con voto proporcional a la población (Representan
tes), que favorecía a los Estados grandes.
Éste es el sentido de composición de intereses contrapuestos que
tiene el bicameralismo en los Estados federales.
El nuevo axfc. 44 (que corresponde al anterior art. 36) ha efectuádo
una pequeña modificación, consistente en la sustitución de la frase
"Capital Federal" por “ciudad dé Buenos Aires”; Esta modificación no
fue votada expresamente por la Convención.
4. Inhabilidades. Dietas.
5. Inmunidades.
6. Desafuero.
común que no sólo los ministros del Poder Ejecutivo, sino también
otros funcionarios de menor nivel, pertenecientes a la administración
pública central, a los entes autárquicos, a las empresas del Estado,
etc., concurran al recinto o incluso a las comisiones internas de las
cámaras, para dar las explicaciones que se les requieran.
:E1-objeto de-ese texto constitucional es no solo facilitar la labor
parlamentaria, sino también ejercérijéLcontroI-Sobre la actmdadoue
desarroJi arrias' distintas oficinas de la administración pública, ya que
en^.casomde';'Tnal'''deg&impeno 'o*-''¿omisión. de delitos-de' alguno~di~To3
rfimcienaiiaá;~c8ixeBp(5n3'e'yk s'éá'éj juicio polítioo (ver parágrafo 8 da
eate^capimloLojm-prpceao penal;~m-no.fuera procedente aquél, según
.-la- jerarquía'' denEuñcionario':ImptSadb.
' "Los ministros deben concurrir personalmente a las cámaras cuan-
do son.llamados, no pudiendo reemplazar su asistencia con un infor
me escrito..-Incluso pueden-participar en el-debate, pero no votar, por
supuesto. -Bl--informe escrito seria procedente si la propia cámara, en
■la resolución respectiva, requiriera tal métodoT Esto sucede —-ace
ces— cuando el requerido es un funcionario de nivel jerárquico infe
rior al ministerial.
..No -existe una sanción para el caso de incumplimiento de esta
-obligación a~'cargo de los ministros o de los funcionarios de ~ñivel
inferior:.'Es' de suponer que si se trata de -un asunto grave, la ausencia
injustificada del ministro requerido podría significar un caso de mal
desempeño, pasible de juicio político.
' Para los funcionarios inferiores podría —en ciertos casos—- origi
narse responsabilidad penal por desobediencia.
b) A diferencia de las competencias comunes, las competencias
privativas específicas de cada cámara difieren de las de la otra.
5.1) De la Cámara de Diputados.
b.l.l)?Iniciativa en materia de leyes impositivas y reclutamiento de
tropas. Á la Cámara de Diputados de la Nación corresponde, conforme
al art. 52 de la Constitución nacional, la iniciativa en todos los
proyectos de leyes que se Teñeran a reclutamiento de tropas y contri
buciones.
El liecho de ser cámara iniciadora en estos proyectos le da a la
Cámara de Diputados ciertas prerrogativas, ya que •—como se expresa
en el parágrafo 14 de este capítulo— a igualdad de mayorias, preva
lece -la voluntad de la cámara iniciadora.
Esta competencia fue tomada de la Constitución de los Estados
Unidos, que a su vez la tomó de la de Inglaterra, donde tiene vigencia
desda el siglo 2U3 el principio según el cual ningún impuesto puede
420 M anual de la C onstitución argentina
exigirsele al pueblo sin que haya sido aprobado por sus representan
tes.
También es cámara iniciadora los proyectos de ley de iniciativa
popular (art. 39).
b.1.2) Eiscal en el juicio político. Los roles de ambas cámaras en
el juicio político serán analizados en el parágrafo 10 de este capítulo.
6.2) Del Senado.
b.2.1) Ácu.erdos-aLPoder Ejecutivo. Además de sus funciones típi
camente legislativas y congresionales, el Senado tiene funciones pro
pias de un Consejo de Estado, de corte político, no legislativas, al
integrar con su voluntad ciertos actos propias del Poder Ejecutivo. Sin
ella éstos serían nulos.
Estos casos son ejemplos típicos de relaciones mterórganos.
Así, el-Senado presta/acuerdo-al-PoderrEjé6ü1avb7pÍra’'declar¿r el'
estado-de-sitío por-ataque-exterior (-art. 23); para la designación de
magistrados judiciales (art. 99, inc. 5); pasaba-.designación--de •los
..oficíales- superiores -de -las-fuerzas armadas; salvo en el campo de
batalla íart. 99, inc. 13); para—la designadón:de~los'-fizncÍGnarios
superiores!del- servicio- exterior-de la-Nación (art. 99, inc. 7);ipara-la •
designación;.- de. ciertos funcionarios superiores- de-laradministración
•pública, ^previstos en las leyes orgánicas respectivas.
Antes del Concordato con la Santa Sede, el Senado también
remitía al Poder Ejecutivo la propuesta en tema para la designación
de obispos.
6.2.2) Jurado-y.,.juez_gn el juicio políticoí Los roles de ambas
cámaras en-el juicio político serán analizados en el parágrafo 10 de
este capítulo.
b.2.3) Cámara iniciadora. A partir de la reforma constitucional de
1994, el Senado pasa a ser Cámara iniciadora en varias clases de
leyes: v.gr. la ley-convenio-sobre coparticipación'federal (inciso 2 del
nuevo ext. 76).
9. Control judicial.
Otra grave falencia es la oscuridad del primer párrafo del art. 71,
que dice;."Ningún proyecto de ley desechado totalmente por una dé
las cámaras podrá repetirse en laa sesiones de aquel año”« El artículo
no aclara qué pasa el año próximo, es decir, si un segundo rechazo
total de la cámara revisora, él año siguiente, podría volver a paralizar
por otro año el proyecto remitido por la cámara iniciadora.
Pensamos que la facultad de suspensión temporaria del proyecto,
atribuida a la cámara revisora, se agota con su ejercicio y no puede
volver a oponerse en el siguiente año parlamentario. Supongamos que
un proyecto de ley fuera desechado totalmente por la cámara revisora
en las sesiones extraordinarias, en el mes de enero. La cámara ini
ciadora podría volver a insistir en dicho proyecto a partir de las
sesiones ordinarias del siguiente período (1 de marzo de ese año), y
la cámara revisora no podría —por segunda vez— ejercer su facultad
de suspensión temporaria.
Varios argumentos de peso avalan esta postura. En primer lugar,
la suspensión temporaria es una facultad de excepción, que contraría
el principio general según el cual lá ley es el producto de la actividad
en colaboración de ambas cámaras legislativas.
Si la suspensión temporaria pudiera renovarse sine die, ello nos
llevaría a una consecuencia no querida por la Constitución, esto, es,
otorgarle a la cámara revisora la prevalecencia absoluta de su volun
tad enervante de' la gestión de gobierno.
Por último, la frase final del primer párrafo del art. 81 (“de aquel
ano") está indicando claramente que el efecto paralizante de tal sus
pensión se limita, a ese año, y no a los siguientes. De otro modo, la
frase referida no debería figurar en él testo constitucional.
la ley queda,
lo aprueba aio
"sanciónida y pasa ai
m odifica do
Poder Ejecutivo
P oder
absoluta o 2¿3 revíiora y va tü Poder Ejecutivo
para su promulgación
legislativo
m ayaría qus !a Ciranra revisan va ni Poder Ejecutivo paní su
promulgación
' promulga
ejep fríam ente
437
_ la veto parcialmente
[ Trám ite de íus dewetoS'l¿ycs
438 M anual de la Constitución ahgentxna
C apítulo 2 2
4. Deuda pública.
7. Navegación, puertos,
8.- Fronteras.
datos con la Santa Sede. Esta disposición está relacionada con el art.
27 de la Constitución y con el art. 99, inc. 11, que establecen los
principias fundamentales de las relaciones internacionales de la Be-
publica.
En primer término, el art. 27, también de neta filiación alberdia-
na, impone al gobierno federal una línea política de buena vecindad
y amistad con todas las naciones y organismos que integran la comu
nidad internacional. Tales relaciones deben basarse en la paz y en el
comercio, que es factor fundamental de integración económica entre
los diversos países y, por consiguiente, facilita el conocimiento recípro
co y el intercambio de todo tipo; en otras palabras, facilita el acerca
miento entre I03 países.
Dicbo artículo prevé que los tratados que se firme deben respetar
los principios de derecbo público expresados en la Constitución. Esta
afirmación es coherente con la escala jerárquica de normas prevista
en el art. 31 de la Constitución nacional.
Como es sabido, nuestro país se halla en pleno proceso de integra
ción con los países del cono sur de América, en especial con Uruguay,
Brasil, Solivia, Paraguay, Chile, entre otros. Existe un sinnúmero de
tratados, convenios y protocolos adicionales que van formando un tu
pido plexo de derecho supranadonal latinoamericano, En un trabajo
nuestro sobre el tema hemos analizado este complejo proceso, que con
avances y retrocesos llevaya muchos años de gestación, pero que se ha
intensificado a partir de la década de los años 80.
El Tratado de Asunción ha creado el Mercado Común del Sur,
integrado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, al cual se ha
ligada, como contratante externo, Chile. El Mercosur está en pleno
proceso de integración.
Teniendo en cuenta el ejemplo viable de integración, que es el de
la Comunidad Europea, para que el proceso latinoamericano siga
avanzando es necesario crear verdaderos órganos supranacionales que
ejerzan los tres poderes clásicos, los cuales formarían algo parecido a
un embrión de Estado federaL Es necesario Tin parlamento que dicte
normas que obliguen directamente alos habitantes de los Estados que
se integren, y un poder judicial que resuelva sus conflictos, para lo
cual se debe trasferir ciertas porciones de soberanía a dichos organis
mos supranacionales.
'Las constituciones latinoamericanas más modernas han previsto,
en varios casos, la posibilidad de tal trasferencia con miras a la
integración; incluso, algunas constituciones centroamericanas se refie
ren a la “nación centroamericana”.
A tribuciones del C ongreso 455
Los reglamentos para las presas son los que regulan el apresa
miento de contrabando de guerra, en caso de guerra internacional.
c) Fijar las fuerzas armadas y dictar normas para el gobierno de
las mismas.
La reforma de 1994 incorporó el inciso 27 del nuevo art. 75 (que
corresponde al anterior inciso 23 del anterior art. 67), suprimió la
frase “de líneas de mar y tierra” para actualizarlo incluyendo a la
fuerza aérea.
También sustituyó la frase "formar, reglamentos y ordenanzas”
por “dictar las -normas para su organización”.
Estas normas son disposiciones legislativas necesarias para ase
gurar no sólo los valores que deben preservar las fuerzas armadas,
sino también su cohesión, la verticalidad de los mandos y su aptitud
profesional. Ejemplo de ellas ea el Código de Justicia Militar, dictado
durante la vigencia de la, Constitución reformada en 1949, razón por
la cual muchas de sus disposiciones son inconstitucionales desde que
dicha reforma quedó sin efecto. El Congreso también ha dictado la ley
orgánica de las fuerzas armadas, leyes de servicio militar obligatorio,
de defensa nacional, etc.
En este inciso se fundó la Corte Suprema de Justicia para con
validar la constitucionalidad de la jurisdicción militar, conforme se
explicó en el capítulo 7. parágrafo 14.
Cuando la Convención-aprobó el texto del actual inciso 23 del art.
75, omitió salvar expresamente el texto anterior del inciso 23. No
obstante esto, en la versión oficial remunerada aparece este texto
vigente —pese a que había sido derogado implícitamente— como
inciso 27.
e) Autorizar la reunión de milicias provinciales y disponer su
organizaciónj armamento y disciplina.
Este inciso fue suprimido por los redactores de la versión oficial
remunerada de la Constitución nacional reformada en 1994. BÍn que
en la Convención Constituyente se hubiera votado expresamente tal
supresión.
Las milicias a que hacía referencia el anterior inc. 24 del art. 67
eran las fuerzas armadas, nc regulares, que convocaba cada provincia
en casos especiales. Fueron denominadas también, aunque impropia
mente, “guardias nacionales*. Eran un resabio de los ejércitos que
cada provincia tenía antes de la organización nacional, los cuales
fueron protagonistas de las guerras civiles que ensangrentaron el
suelo argentino por más de cuarenta años. Como es-sabido, cada
caudillo provincial tenía su ejército propio, mantenido con los ingresos
462 M anual de la Constitución argentina
Capítulo 23
PODER EJECUTIVO
1. Poder Ejecutivo.
Caíítulo 24
2. Jefatura de la administración.
ya que el gobierno est¿ formado por loa tres poderes (ejecutivo, legis
lativo y judicial). El gobierno se limita al gabinete (poder ejecutivo)
sólo en loa sistemas parlamentarios.
A continuación se modifica el texto anterior sustituyéndolo por el
de “responsable político de la administración...”, para hacerlo coheren
te con las atribuciones del jefe de gabinete. Esto, además de una
superposición, ea una tautología.
Es sabido que el jefe de la administración, (no jefe de gobierno,
como incorrectamente se define) sigue áendo el presidente, pese a lo
dispuesto en el inciso 1- del nuevo art. 100.
• En cuanto a los informes a los funcionarios administrativos, el
inciso 17 del nuevo art. 99 (que corresponde al inciso 20 del anterior
art. 86) contiene una sola modificación consistente en incluir al jefe
de gabinete entre losTinncionarios obligados~a dárlhiomies ai presi-
dente. '~ ~ ~ '
5. Nombramientos: clases.
6. El indulto.
8. Poderes financieros.
C apítulo 2 5
PODER JUDICIAL
Ejecutivo'; con acuerdo del Senado de la Nación (art. 99. inc: ‘4. de la
Constitución).
En caso de que el Congreso eaté en receso, es- decir, en el lapsa
que trascurre entre el 1 de diciembre y el 28 de febrero dei año
siguiente, y siempre que el Congreso no estuviera reunido en sesiones
extraordinarias o de prórroga, el presidente puede nombrar' a los
magistrados judiciales, al igual que los restantes cargos que requieren
acuerdo del Senado, por sí solo, dando cuenta a la cámara alta en
cuanto ésta se reúna. Estos nombramientos sin acuerdo del Senado
son denominados “nombramientos en comisión".
En este caso, a tales designaciones se las entiende hechas bajo
condición resolutoria, si el Senado no presta- el acuerdo antes de que
finalice el próximo año parlamentario (sesiones ordinarias, de prórro
ga o extraordinarias, ai las hubiere). Es de hacer notar, a tales
efectos, que el año parlamentario comienza el 1 de marzo de cada año,
y que a las sesiones de prórroga o extraordinarias anteriores a esta
fecha se las considera formando parte del año parlamentario anterior.
Estos nombramientos debieran ser excepcionales, cuando es nece
sario y urgente Henar una vacante imprevista; v.gr., por muerte del
titular. Lamentablemente, ae ha impuesto la corruptela de esperar el
vencimiento del período de sesiones ordinarias del Congreso y luego
efectuar numerosos nombramientos en comisión, poniendo al Senado
ante la fuerza incontrastable de los hechos consumados. A fines de
1990, la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccio
nal de la Capital ae había negado a tomar el juramento de ley a
jueces designados en comisión, fundándose en que la vacante ya
existía en el periodo de sesiones ordinarias del Congreso. La Corte
Suprema de Justicia, ejerciendo funciones de superintendencia, revocó
tal decisión, disponiendo que se tomara el juramento.
Con relación a los jueces designados por gobiernos de facto o a
quienes, habiendo sido designados por gobiernos dejare, continúan en
sus funciones durante un gobierno de hecho, algunos autores sostienen
que tienen estabilidad como si hubieran sido nombrados con acuerdo
del Senado y no pueden ser destituidos, salvo por juicio polítíco.
Nosotros estamos de acuerdo con la Corte Suprema de Justicia en
que todos estos jueses —al haber formado parte de un gobierno de
facto•— han intervertido su título si lo tenían de jure, y mantienen el
carácter de facto si han sido nombrados por na gobierno de tal índole,
no obstante cualquier tecnicismo que se pretenda emplear, que es
fácilmente rebatible.
Reasumido el poder por un gobierno de jure, tales jueces'pueden
534 M an ual de la. Constitución argentina