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Resonancia magnética (IRM): qué es,

cómo funciona, causas y riesgos


La IRM o imagen por resonancia magnética permite tener una visión
global precisa del interior del cuerpo. Pero, ¿de qué se trata
exactamente? Y, ¿cómo se desarrolla un examen? Explicaciones.

Resonancia magnética: ¿qué es?

La IRM o imagen por resonancia magnética es una de las técnicas de


imaginería médica más recientes. Fiable y precisa, permite obtener
visiones generales en dos y en tres dimensiones del interior del cuerpo.
De esta manera, se muestra particularmente útil para detectar
enfermedades o trastornos internos que los exámenes clásicos no han
conseguido identificar.

Hoy en día, la IRM se puede utilizar para observar diferentes tejidos:


órganos como el corazón o el cerebro, así como músculos y tumores de
los que proporcionará un análisis muy detallado. Por lo tanto, los
campos de aplicación son amplios y la IRM se puede realizar para
explorar patologías óseas cerebrales, craneales, raquídeas, cardíacas,
digestivas, ginecológicas, vasculares o incluso cualquier otra parte del
cuerpo, como la columna, la zona lumbar, abdominal o la rodilla.

Resonancia magnética: ¿cómo funciona?

La IRM proporciona imágenes en partes del organismo. A diferencia del


escáner que utiliza los rayos X, las imágenes obtenidas por resonancia
magnética son el resultado de la interacción entre un campo magnético
creado por la máquina y los átomos de hidrógeno contenidos en el
organismo del paciente.

De hecho, el aparato está equipado de un imán muy potente y envía


las ondas que harán vibrar los núcleos de hidrógeno contenidos en los
tejidos orgánicos. El retorno de estos núcleos de hidrógeno a su estado
de equilibrio dará como resultado la formación de una señal en una
antena receptora. Son estas modificaciones las que se utilizarán para
crear las imágenes en la pantalla.

Resonancia magnética: duración y explicación

Por lo general, el examen dura de 15 a 30 minutos. Pero la duración


puede llegar hasta una hora para un examen más completo. Después de
quitarse la ropa, el paciente se acuesta en una cama. Entonces, el
aparato se coloca sobre la zona que hay que examinar, a continuación,
la cama se desliza suavemente en el mini túnel. Es en el interior de
este mini túnel donde se produce el campo magnético.
Durante el examen, el paciente tiene que permanecer completamente
inmóvil pero dispone, si algo no va bien, de un timbre para avisar al
manipulador. El examen es totalmente indoloro y no invasivo. El único
inconveniente es el ruido de la máquina y la sensación de encierro que
puede molestar a algunos pacientes. Una vez que se han tomado las
imágenes, serán interpretadas por un radiólogo.

¿Cúales son los riesgos de una resonancia magnética?

El examen por resonancia magnética es totalmente indoloro y no


presenta ningún riesgo para el paciente. Sin embargo, este tiene que
haberse quitado absolutamente todos los objetos metálicos (relojes,
cinturón, joyas, etc.). También tiene que indicarle a su médico si lleva un
marcapasos, una válvula o una prótesis que podrían perturbar el
desarrollo del examen y presentar riesgos para el paciente.

Generalmente bien tolerada, la IRM puede a veces conllevar reacciones


alérgicas sin gravedad (urticaria). De manera más excepcional, las
reacciones más graves se pueden anticipar durante una consulta previa.

IRM: ¿ Cúales son sus contraindicaciones?

Debido al fuerte campo magnético, algunos factores pueden constituir


contraindicaciones en una IRM. Puede tratarse de la presencia en el
cuerpo de dispositivos médicos o de metales susceptibles de moverse
(marcapasos, válvulas cardíacas, clips vasculares, prótesis, etc.). El
estado del paciente también puede ser una fuente de contraindicaciones,
si éste tiene incapacidad para acostarse, permanecer inmóvil o si es
claustrofóbico.

En general, no conviene hacer resonancias magnéticas si:

- se tiene alergia al contraste que se utiliza. En tal caso los


profesionales médicos buscarán un contraste distinto u optarán por otra
prueba.

- se tiene en el cuerpo cualquier resto de material metálico: tornillos,


placas, marcapasos, metralla, etc. Dentro de la máquina en la que se
realiza la prueba se genera un fuerte campo magnético que atrae estos
objetos, por lo que puede ser muy peligroso.

- si se tiene algunos tipos de dispositivos intrauterinos (DIU), ya que


están compuestos de cobre, una sustancia metálica.

- si se padece claustrofobia. En tal caso se puede optar por una IRM


abierta.

- si se padece obesidad mórbida y no se cabe en la máquina con


facilidad.
- si se padece insuficiencia renal, pues el contraste puede agravar el
cuadro.

- en casos de pacientes cuya gravedad sea extrema y puede que


necesiten ser reanimados. El habitáculo de la IRM es demasiado
pequeño como para garantizar una atención inmediata.

Embarazo o lactancia

En el caso del embarazo no se recomienda la realización de una IRM no


tanto por la resonancia en sí, sino por el contraste que se ha de inocular
a la madre.

Dicha sustancia atraviesa la placenta y sus efectos en el feto son tan


desconocidos como imprevisibles.

En caso de que fuera imprescindible realizarlo, se suele proceder sólo


cuando la madre es plenamente consciente del riesgo posible y si no hay
alternativas.

En el caso de la lactancia, hay opiniones enfrentadas:

- los fabricantes de los contrastes no ocultan que efectivamente dichas


sustancias son tóxicas para el bebé. Por ello, recomiendan esperar
entre 24 y 48h antes de dar de mamar tras una IRM.

- por su parte, agencias europeas y estadounidenses de


radiología afirman que la cantidad de sustancia que puede llegar a la
leche es ínfima, prácticamente inofensiva para el lactante.

De cualquier manera, nunca está de más ser precavido y por supuesto seguir la
opinión de los expertos en la materia.

Una prueba con años de experiencia

A pesar de las numerosas precauciones que se recomienda tomar para hacer esta
prueba, es importante recordar que lleva mucho tiempo formando parte de
la Medicina.

Fue en el año 1971 cuando el doctor Raymond Damadian demostró a la


comunidad científica que la resonancia magnética tenía una potente aplicación en
el ámbito médico.

Para ello tuvo que demostrar que los distintos tipos de tejidos actúan también como
emisores de señales de duración variable en respuesta a un campo magnético.

Así, en 1942 presentó el primer equipo de resonancia magnética que empezó a


aplicarse unos meses después. Su aplicación en el campo de la oncología ha
sido decisiva desde entonces.
https://www.esgentside.com/resonancia-magnetica/resonancia-magnetica-irm-que-es-como-
funciona-causas-y-riesgos_art5155.html

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