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BASES TÉCNICAS

LÍNEA DE ACCIÓN
OFICINAS DE PROTECCIÓN DE DERECHOS
COMUNA DE MELIPILLA
REGIÓN METROPOLITANA

ABRIL 2009
Bases Técnicas
Oficinas de Protección de Derechos

ÍNDICE

I. PRESENTACIÓN 3

1.1 APRENDIZAJES DEL PERÍODO 3

II. OBJETIVOS 7

2.1. OBJETIVO GENERAL 7


2.2. OBJETIVOS ESPECÍFICOS 7
2.3. RESULTADOS ESPERADOS 7
2.4. CONDICIONES MÍNIMAS 8

III. ORIENTACIONES TÉCNICAS ESPECÍFICAS 9

3.1. PRINCIPIOS TRANSVERSALES DE LA OPD 9


3.1.1. ENFOQUE DE DERECHOS 9
3.1.2. ENFOQUE DE GÉNERO 9
3.1.3. ENFOQUE INTERCULTURAL 10
3.1.4. ENFOQUE DE NECESIDADES ESPECIALES 10
3.1.5. ENFOQUE DE CALIDAD 11
3.1.6. TERRITORIALIDAD 11
3.2. SUJETOS INVOLUCRADOS 12
3.3. VÍAS DE INGRESO 12
3.4. FOCALIZACIÓN Y COBERTURA 12
3.5. PRINCIPALES ASPECTOS METODOLÓGICOS 12
3.5.1. COMPONENTE DE GESTIÓN INTERSECTORIAL Y ARTICULACIÓN TERRITORIAL PARA LA
PROTECCIÓN Y PROMOCIÓN DE LOS DERECHOS DE LA INFANCIA: 12
3.5.2. COMPONENTE PROTECCIÓN DE DERECHOS VULNERADOS 14
3.6. EVALUACIÓN PARTICIPATIVA DE RESULTADOS 16

IV. SOBRE EL EQUIPO DE TRABAJO 17

4.1. PERFIL PROFESIONAL 17


4.2. CONFORMACIÓN Y COMPOSICIÓN DE EQUIPOS 17

V. SOBRE EL PRESUPUESTO 18

VI. SOBRE LOS RECURSOS MATERIALES 19

6.1. RESPECTO DEL INMUEBLE DE FUNCIONAMIENTO 19


6.2. RESPECTO DEL EQUIPAMIENTO 19

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I. Presentación

La puesta en marcha de la Ley de Subvenciones Nº 20.032 (en adelante la Ley) estableció la


forma y condiciones en que el Servicio Nacional de Menores, en adelante Sename,
subvencionará a sus colaboradores acreditados.

Asimismo, en sus disposiciones transitorias señala que Sename durante los primeros tres años
de vigencia de la Ley, desarrollará los llamados a licitación, la selección de proyectos y el
consiguiente pago de la subvención de acuerdo a los valores fijados por la Ley. En cuanto al
proceso de instalación de la oferta programática de Sename contenida en las cuatro líneas de
acción, éste se ha llevado a cabo de manera gradual y progresiva, en la siguiente forma: año
2005, para la Línea Centros Residenciales; el año 2006, para la Línea Oficinas de Protección de
Derechos y; el año 2007, para las demás Líneas de Acción1.

La Ley de Subvenciones define a las OPD como una “instancias ambulatorias de carácter
local destinadas a realizar acciones encaminadas a brindar protección integral a los
derechos de niños, niñas y adolescentes, a contribuir a la generación de las condiciones
que favorezcan una cultura de reconocimiento de los derechos de la infancia”.

Durante el año 2008, se realizó el proceso de evaluación al trienio de 101 Oficinas de


Protección de Derechos (ejecutadas durante los años 2006 – 2009). Este proceso arrojó una
evaluación positiva de 85 OPD, las cuales fueron prorrogadas hasta el año 2012; las restantes
16 OPD fueron evaluadas no favorablemente, siendo licitadas durante enero del 2009
focalizándose en los mismos territorios.

En el afán de Sename de seguir apoyando a los gobiernos locales en la instalación del enfoque
de derecho y de los sistemas locales de protección de derechos, es que el presente concurso
tiene como fin ampliar la oferta actual de OPD a nivel nacional.

1.1 Aprendizajes del Período

Si bien la puesta en marcha de las OPD en el marco de la Reforma del Sename, comienza en el
año 2001 como una experiencia piloto que consistió en la instalación de 6 Oficinas de
Protección de Derechos del niño, niña y adolescente. A partir de los procesos de evaluación,
análisis y licitación, se le imprime un nuevo énfasis estratégico a las OPD. Lo anterior, debido
a que se visualizó la necesidad de contar con Políticas Locales de Infancia que otorgaran el
marco de referencia para integrar el enfoque de derecho en las distintas acciones que se
realizan en el ámbito local.

Considerando el período 2006-2009 desde el cual se recogen aprendizajes desarrollados por


las OPD así como estudios e investigaciones, se describen a continuación cinco hitos
importantes que nos permiten re-mirar el quehacer de las OPD:

a) Proyecto Unión Europea “Construyendo Ciudadanía desde la Infancia y Adolescencia”


Durante el año 2006, se comienza a ejecutar un proyecto financiado por fondos de la
Comunidad Europea, destinado a "Contribuir al desarrollo de sistemas locales articulados y
eficientes en las regiones V, VIII y Metropolitana, que protejan los derechos de la infancia-
adolescencia (Sistemas Locales de Protección de Derechos), en 24 Comunas donde existen
Oficinas de Protección de Derechos y Programas de Medidas Reparatorias que faciliten la
integración social de jóvenes en el marco de la justicia restaurativa", donde uno de sus
objetivos era apoyar la creación de planes locales de infancia con participación infantil.
Dentro de los objetivos de este proyecto, se busca “generar planes locales de infancia en
las comunas priorizadas con el involucramiento de niños, niñas y adolescentes”. Las
acciones vinculadas a este objetivo, fueron desarrolladas por ACHNU – Prodeni2 y Sename
durante los años 2007 y 2008.

1
Artículo 3º, Disposiciones Transitorias, Ley de Subvenciones 20.032. Dichas líneas de acción son Diagnóstico y Programas.
2
Este proyecto fue ejecutado por ACHNU – PRODENI y Sename, en las regiones de Valparaíso, del Bío Bío y Metropolitana. Las
comunas con OPD seleccionadas fueron: Valparaíso, San Antonio, Quillota, Los Andes, La Ligua, Petorca, Cabildo, Concepción,
Talcahuano, San Carlos, Cañete, Lota, Coronel, Independencia, Quilicura, Maipú, Lo Prado, Pudahuel, Quinta Normal, San
Bernardo, La Granja, La Pintana y San Miguel.

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Los principales aprendizajes obtenidos de dicho proyecto, dicen relación con los procesos
de participación infantil y la elaboración de planes locales de infancia, destacando:
• La necesidad de una participación más inclusiva de niños y niñas: La participación
infantil supone colaborar, aportar y cooperar para el progreso común, así como generar
en los niños, niñas y jóvenes confianza en sí mismos y un principio de iniciativa.
Además, la participación infantil ubica a los niños y niñas como sujetos sociales con la
capacidad de expresar sus opiniones y decisiones en los asuntos que les competen
directamente en la familia, la escuela y la sociedad en general. Por el contrario, el
proyecto constató que las OPD “trabajan por el niño y niña, pero sin ellos y ellas”3. Lo
anterior significa, que aún persisten ciertas prácticas donde se visualiza al niño/a como
menos capaz, evidenciando un trato cotidiano desde los problemas y no desde las
capacidades y la promoción.
• Para generar planes locales de infancia, se requiere necesariamente, la participación de
todos lo actores comunales, pero fundamentalmente la voluntad política y compromiso
de las autoridades locales con el fin de generar consensos en los ordenamientos
programáticos y propósitos globales, líneas de acción y establecer responsabilidades,
metas, tiempos y recursos.
Cuando se hace referencia de la “participación de todos los actores comunitarios”
hablamos de todos sin excluir a los niños y niñas. La evidencia ha demostrado que
muchos planes locales no han incorporado la participación de niños/as o la participación
de éstos ha sido difícil debido a voluntades políticas como a barreras culturales
impuestas por otros actores de la comunidad.

b) Estudio Modelo de Gestión para el Desarrollo de un Sistema Local de Protección de


Derechos de la Infancia-Adolescencia4:
A finales del año 2006, y en coordinación técnica con la Junta Nacional de Jardines
Infantiles (JUNJI), Ministerio de Planificación y Cooperación (Mideplan), Ministerio del
Trabajo y Previsión Social (Mintrab) y Asociación Chilena de Municipios (ACHM), se inició
una reflexión conjunta en torno a lo que significa contar con un modelo de gestión en el
territorio que permita coordinar los esfuerzos en pos de proteger los derechos infanto-
adolescentes y que al mismo tiempo, permita visualizar mecanismos de detección temprana
de vulneración de derechos que faciliten una intervención precoz de carácter preventiva.

El estudio señala que para generar y hacer viable una política de infancia a escala comunal
se requiere, a lo menos, un nivel mínimo de claridad en los contenidos de ésta, mecanismos
para su construcción —lo conceptual, metodológico y programático—; cierto grado de
legitimidad y autonomía del gobierno local para plantear políticas que interpreten las
necesidades de su población; una institucionalidad normativa y jurídica adecuada; y por
último, recursos suficientes para asegurar inversiones dirigidas a la población infantil, lo que
se traduce en la inclusión de este segmento de población entre las prioridades
presupuestarias del gobierno local.

Por lo anterior, sólo “un programa, no puede por sí mismo y en sí mismo avanzar hacia un
sistema local de protección de derechos” si su condición de oficina —su ubicación formal—
no traspasa los límites administrativos que la constituyen. La dimensión política, en este
caso, se vuelve un requisito sin el cual no se puede regular, normar, orientar e impactar
localmente al conjunto de las instituciones —sobre todo estatales— en lo que se ha
denominado la responsabilización de la garantía de los derechos de los niños/as y
adolescentes de cada comuna en particular y del país en general.

“Si efectivamente existe el compromiso para que la infancia ejerza sus derechos y se
asumen las responsabilidades particulares en este objetivo, se debe avanzar hacia alianzas
técnicas y políticas que permitan acordar y adherir a un concepto ampliado sobre la infancia
que considere su importancia para el conjunto de la sociedad y eso requiere un esfuerzo
que las OPD no pueden asumir en solitario”.

c) Investigación – Acción “Estudio de Alerta Temprana”5:

3
Informe Final Proyecto “Planes Locales de Infancia y Adolescencia con Participación Ciudadana e Infantil” ACHNU – PRODENI,
2008.
4
El estudio fue adjudicado a la Organización No Gubernamental Corporación de Educación y Desarrollo Social- CIDPA, el cual fue
desarrollado entre los meses de diciembre del 2006 y noviembre del año 2007.

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Durante el año 2007 y producto del mandato emanado de la Presidenta Bachelet en cuanto
a “generar redes a nivel local que puedan coordinar oportunamente la información que
proviene de la policía, del Sename y el Municipio”, se llamó a licitación para desarrollar un
modelo intersectorial para la alerta temprana de vulneración de derechos de la infancia-
adolescencia, en el espacio comunal a través de una metodología de investigación acción.
Los resultados de este estudio fueron incorporados en la modalidad Programas de
Prevención Comunitaria, licitados en el año 2008. Aspectos concluyentes del estudio, son:
• Los niños y niñas, deben ser actores claves en los procesos que los involucran, a través
de su participación en el proceso, diseño y ejecución de las acciones asociadas. Lo
anterior implica un desafío en lo referido a las estrategias metodológicas que los equipos
de trabajo utilizan, ya que niños, niñas y adolescentes, demandan formas de trabajo
creativas que logren sorprenderlos y motivarlos a participar.
• Si bien se visualiza el rol protagónico de la comunidad, existe por una parte, una escasa
participación activa en la detección precoz de vulneraciones de derechos, y por otra, la
red institucional, si bien tiene instalado en el discurso la importancia de esta
participación, no ha implementado mecanismos que la faciliten.
• Vinculado a lo anterior, es necesaria la existencia de un correlato entre las políticas
públicas y las distintas realidades territoriales. En ese sentido, es necesario incluir los
saberes que la comunidad ha desarrollado con el fin de nutrir los procesos. Es aquí
donde los equipos (en su rol de intermediarios locales) deben ser capaces de traducir
los lineamientos de las políticas públicas y de sus propios proyectos, a los habitantes de
las distintas realidades territoriales, adecuando de manera pertinente y oportuna los
conocimientos y acciones.
• Es necesario continuar incorporando el enfoque de derechos en distintos sectores e ir
avanzado en un lenguaje común que ayude a permear las planificaciones de cada
sector.
• Urge continuar dotando de herramientas de crianza a los padres y familias, de modo que
en la socialización primaria se incorporen patrones relacionales basados en el buen
trato.
• Es necesario, continuar fortaleciendo en el mundo escolar (socialización secundaria), las
prácticas democráticas entre toda la comunidad educativa.

d) Análisis reflexivo del proceso de diseño, implementación y ejecución de las Oficinas de


Protección de Derechos6.
A partir de la información entregada por los equipos UPRODES de las 14 Direcciones
Regionales que cuentan con Oficinas de Protección de Derechos, se elaboró un documento
donde se señalan los elementos que deberían potenciarse en el quehacer de las OPD. Las
indicaciones son las siguientes:
• Incorporar en el quehacer de las OPD, temáticas emergentes frente al trabajo con
infancia (bulling, grooming, migración, entre otras).
• Elaborar y mantener la producción de material de difusión de manera permanente.
• Elaborar Diagnósticos participativos acotados a las realidades territoriales, oportunos y
actualizados, que sirvan de insumo a las Direcciones Regionales de Sename, para
aportar a la mirada y articulación territorial.
• Incentivar o fortalecer (según la realidad territorial) la coordinación con otras OPD.
• Optimizar la infraestructura, con el fin de que esté adecuada a los requerimientos de los
niños y niñas, promoviendo la apropiación por su parte, de dichos espacios.

e) Informe Final: Sistematización Oficinas de Protección de derechos de la Infancia


Adolescencia:7
En el marco del componente de gestión territorial, los aprendizajes dicen relación con:
• Las OPD son parte de una red o de servicios ya existentes y junto a éstos, puede
articular un SLPD.
• Es importante que las OPD amplíen su mirada, de manera de no verse a sí mismas sólo
como un programa más de los existentes en la respectiva comuna, sino que develen la
5
Esta propuesta se la adjudicó la Fundación León Bloy, quien durante 10 meses ejecutó el proyecto en vinculación con las OPD de
las comunas seleccionadas: Puente Alto, Peñalolén y Talagante. Este proyecto finalizó en abril del año 2008 y los resultados del
estudio se encuentran en www.sename.cl.
6
Documento elaborado por Línea OPD – Área Gestión Programática del Departamento de Protección de Derechos (Deprode),
enero 2009.
7
Documento elaborado por Línea OPD – Área Gestión Programática del Deprode, diciembre 2008. Incorpora dentro del análisis las
principales reflexiones desarrolladas en el Encuentro Nacional OPD, al que fueron convocadas las 105 OPD, siendo realizado en
marzo 2008 en Santiago de Chile.

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importancia de transformarse en los principales articuladores de un sistema de


protección de derechos para la infancia.
• Es de alto impacto en el territorio, generar acciones coordinadas entre ambos
componentes, ya que las implicancias estratégicas de generar condiciones para la
promoción y protección de los derechos infanto-juveniles, permiten que el enfoque de
derechos se instale en distintos ámbitos de acción, de modo que actores públicos y
privados, se responsabilicen por la protección de los derechos de la infancia y no sólo
deleguen a la OPD las acciones referidas a infancia y adolescencia.
• Los equipos OPD necesitan fortalecer la mirada técnica en torno a la planificación
estratégica y el ciclo de proyecto. En ese sentido, una planificación que considere
indicadores, metas y objetivos acordes a la modalidad y a las características del
territorio. Respecto a la lógica de ciclos de proyectos, conocer los requisitos necesarios
para una adecuada implementación de la Oficina como proyecto subvencionado por
Sename.
• Es posible afirmar que las OPD se vinculan realizando actividades conjuntas, con
distintos sectores, instituciones y organizaciones. Sin embargo, sucede que dichas
acciones son contingentes a las necesidades que emergen en lo cotidiano del trabajo.
De este modo, se evidencia la urgencia de diseñar planificaciones estratégicas
conjuntas, con el fin de hacer más efectivas, eficientes y oportunas las acciones,
apuntando hacia el logro del trabajo en red.
• Se resalta la importancia de contar con un diagnóstico participativo que se transforme en
una carta de navegación que oriente los esfuerzos y recursos de manera ordenada.
Además, este diagnóstico debe ser planificado y co-realizado con otros sectores8, ya
que para dichos sectores también es relevante contar con un diagnóstico participativo;
por ejemplo salud.

En el marco del componente de protección de derechos, los aprendizajes dicen relación


con:
• Visualizar a los otros actores en el territorio con el fin de realizar las derivaciones.
• Potenciar la relación con los Tribunales de Familia, con el fin de que éstos conozcan el
trabajo que realiza la OPD y cuáles son sus límites de acción.
• Delimitar la permanencia de los niños/as en este Componente, derivando
oportunamente y/o generando coordinaciones oportunas con Tribunales.

En cuanto al recurso humano:


• Dada las características del trabajo de las OPD, es necesario abrir a otras profesiones el
espacio laboral, con el fin de incorporar nuevas miradas en las formas de intervenir
(educadores sociales, antropólogos/as, matrón/a, enfermera/o y educadores/as, entre
otros. Profesionales y técnicos que en términos generales, posean conocimientos y
experiencias en trabajo comunitario, redes y enfoque de derechos, además de abordajes
terapéuticos pertinentes a la infancia y adolescencia).
• Se ha señalado en diversas instancias la alta rotación de profesionales. Lo anterior,
obedece entre otras causas a la relación contractual que establecen los profesionales y
el municipio, la cual no promueve la estabilidad del recurso humano, ya que gran parte
de ellos se encuentran bajo el sistema de prestación de servicios (Honorarios). Esto
demuestra que los municipios deben desarrollar estrategias para mejorar estas
dificultades, con el fin de resguardar el trabajo que realizan los equipos OPD.
• Es necesario instalar en los equipos de trabajo la lógica de la autocapacitación, con el fin
de mejorar la calidad del trabajo realizado.
• Acrecentar la capacidad técnica de los profesionales, con el objeto de obtener
intervenciones y elaboraciones más eficaces, en donde exista un manejo adecuado de
los fundamentos de esas intervenciones. En este sentido el manejo de conceptos sobre
la doctrina de protección integral, políticas sociales, construcción de indicadores, metas,
objetivos, y en todos aquellos temas que les permitan elaborar y proponer una adecuada
planificación de la política local de infancia.
• Generar y mantener espacios de intercambio técnico entre los equipos OPD.

En cuanto al vínculo con el Municipio:

8
Este punto fue recogido de la exposición de Carlos Haefner (SUBDERE) en el Lanzamiento del Estudio Modelo de Gestión para el
Desarrollo de un Sistema Local de Protección de Derechos y de la Sra. Nora Donoso (MINSAL) en la presentación de los resultados
del Proyecto Construyendo Ciudadanía financiado por la Unión Europea.

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• Involucrar al conjunto de las dependencias municipales en la reflexión y el diseño de


intervenciones, desde un enfoque de derechos.
• Incorporar en las capacitaciones de las OPD a los/as Directores de Desarrollo
Comunitario y/o Alcaldes/a.

En cuanto al vínculo desde Sename:


• Establecer un encuentro anual para compartir experiencias, buenas prácticas
intercambiar y actualizarse respecto de los lineamientos del Servicio.
• Apoyar el proceso de selección de los coordinares/as OPD.
• Desde las Direcciones Regionales, apoyar a las OPD en lo relativo a la relación político
– técnico con el municipio.
• Fortalecer el acercamiento entre las Direcciones Regionales de Sename y las
Municipalidades.
• Reforzar permanentemente a los equipos profesionales de las OPD, ya que se trata de
un programa innovador en cuanto a la modalidad de atención a la infancia y a los
objetivos perseguidos.

Considerando todos los antecedentes antes expuestos, los que han develado aciertos y
desafíos en el proceso de implementación y ejecución de las Oficinas de Protección de
Derechos, se evidencia la necesidad de remirar el modelo OPD y hacer algunas modificaciones
a éste con el fin de incorporar los aprendizajes de los años de desarrollo en los distintos
territorios nacionales.

También es importante señalar que en este proceso se procuró rescatar la experiencia de


trabajo (metodologías, resultados logrados, entre otros) de las Oficinas que aún se encuentran
vigentes y de otros, integrantes de las redes del Servicio.

II. Objetivos

2.1. Objetivo General


Facilitar el desarrollo institucional de sistemas locales de protección de derechos de la infancia y
adolescencia en un territorio determinado abarcando, al menos, el espacio comunal.

2.2. Objetivos Específicos


1. Elaboración participativa de una política local de infancia con enfoque de derechos, que
permita, entre otros aspectos, la integración de éste en los instrumentos de gestión
municipal y en las acciones que emprenden los sectores que se encuentran bajo la
responsabilidad del gobierno comunal, particularmente educación y salud.
2. Fortalecer lazos colaborativos, articulados e integrados en redes, entre sectores y actores
locales vinculados a la infancia que permitan generar un lenguaje común, intercambiar
información, aunar criterios y desarrollar intervenciones comunes.
3. Contribuir al desarrollo de mecanismos eficaces de derivación, desde las redes locales, que
faciliten a niños, niñas, adolescentes y sus familias, el acceso efectivo a los programas,
servicios y recursos disponibles en la comunidad.
4. Incentivar la participación activa de los niños y niñas, la familia y la comunidad en la
promoción, protección y ejercicio de los derechos de la infancia.
5. Ofrecer directamente la protección especial que sea necesaria en caso de vulneración de
derecho, cuando la derivación a un programa no sea posible o cuando dicha derivación
parezca innecesaria por tratarse de una situación que admita una solución relativamente
rápida con los recursos de la propia oficina, del niño/a y/o los que posea el grupo familiar o
adulto responsable del niño/a o adolescente atendido/a.
6. Promover el fortalecimiento de las competencias parentales que corresponden a las
familias, privilegiando aquellas acciones destinadas a evitar la separación del niño, niña o
adolescente de ésta o de las personas encargadas de su cuidado personal.

2.3. Resultados Esperados


Al término del tercer año de funcionamiento, el proyecto deberá haber logrado:

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Objetivo Específico Nº1


1. Generar una Política local de infancia, con la participación de actores9 presentes en la
comuna.
2. Incorporar la temática de infancia en el PLADECO10 u otro instrumento de igual valoración al
interior del Municipio.
3. Diagnóstico participativo territorial de infancia actualizado y difundido11.

Objetivo Específico Nº2


4. Una red de infancia, diseñada, construida, integrada o fortalecida (en caso de ya existir).
5. Capacitar, al menos, al 75% de los/as funcionarios/as municipales en temáticas de infancia.
6. Documento anual de sistematización12 que de cuenta de la experiencia desarrollada y los
aprendizajes incorporados.

Objetivo Específico Nº3


7. 100% de los casos, que así lo requieran, derivados asistidamente13 a programas, servicios u
otros, dependiendo de las necesidades detectadas.
8. A lo menos, una reunión de coordinación, al semestre, con la oferta Sename presente en
el/los territorio/s14 y/o otros actores locales.

Objetivo Específico Nº4


9. Al menos, una iniciativa de participación15 infantil por año, diseñada y ejecutada en conjunto
con niños/as y adolescentes.

Objetivo Específico Nº5


10. 8% de la población convenida destinada a la atención personalizada en caso de vulneración
de derechos.

Objetivo Específico Nº6


11. Al menos, dos iniciativas concretas por año, de promoción de competencias parentales,
realizadas.

2.4. Condiciones mínimas


Independiente de los resultados esperados, el proyecto deberá promover el desarrollo de
condiciones mínimas, tales como:
• Todas las OPD deberán contar con un diagnóstico comunal de infancia, que permita
planificar estratégicamente los tres años de funcionamiento del proyecto.
• Diagnóstico local de infancia difundido y compartido con todos los actores comunales.
• Plan de capacitación para funcionarios municipales en temáticas de infancia, al 1er
semestre.
• Todos los niños, niñas y adolescentes participantes, deberán estar escolarizados, o en caso
de no estarlo, promover su integración a la escuela.
Asimismo, deberán tener acceso a las redes de salud existentes (por ejemplo, estar
inscritos en el consultorio).

9
Al menos debe contar con la participación Dirección de Desarrollo Comunitario, Departamentos de Salud y Educación,
organizaciones comunitarias, otras organizaciones públicas y privadas vinculadas a infancia y adolescencia, niños, niñas y
adolescentes.
10
Resultado solo para aquellas OPD donde el PLADECO se actualiza durante el periodo de ejecución del proyecto 2009-2012.
11
Este diagnóstico participativo debe contener a lo menos, las problemáticas y las potencialidades presentes en el territorio,
considerando para ello fuentes secundarias y primarias.
12
Se entenderá por sistematización: la recuperación de la experiencia en la práctica (de la práctica), como producción de
conocimiento y como forma de empoderar a los sujetos sociales de la práctica. Asimismo, la metodología a utilizar debe considerar
a los usuarios/as (niños/as, adolescentes, adultos responsables, familias, actores locales, etc.), los contextos, la intencionalidad, los
referentes (conceptuales, políticos y culturales), contenidos y resultados. Dicho documento debe ser realizado por personas que
participan o colaboran de la experiencia de trabajo OPD, quienes se formulan preguntas y están interesadas en comprender y
mejorar la práctica.
13
Se entenderá por derivación asistida que los profesionales contactarán al niño/a y/o adolescente y su familias con la instancia en
la cual deberán ser atendidos, trabajarán con ellos la motivación, con el propósito de recibir esta intervención y además la OPD se
asegurará de que el/la niño/a y/o su familia, reciba la atención.
14
Deberá priorizarse en estas coordinaciones los proyectos de Prevención Comunitaria (PPC), Proyectos de Proyectos de
Intervención Breve para la Prevención Focalizada (PIB) y Proyectos de Intervención Especializada (PIE), en caso de estar
presentes en el territorio.
15
Cuando se alude a iniciativas de participación, nos estamos refiriendo a aquellas que promueven el involucramiento de los
niños/as, las familias y la comunidad, en la planificación, ejecución y evaluación de la acción.

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• Todos/as los niños, niñas, adolescentes participantes y sus familias que lo requieran,
deberán ser contactados con los programas sociales existentes en el municipio y en el
territorio.
• Cuando se detecte una vulneración de derechos, ésta debe ser abordada y derivada en
forma asistida a las instancias pertinentes cuando sea posible, lo cual no implica que el
niño/a o adolescente deje de participar del proyecto OPD, es más, dicha participación se
puede constituir en un aporte a su proceso de resignificación de la experiencia vivida. En
este caso, ambos equipos deberán coordinarse para que el niño/a y su familia reciba una
intervención integral, evitando la sobre-intervención.

II. Orientaciones Técnicas Específicas

3.1. Principios transversales de la OPD

3.1.1. Enfoque de Derechos


El Enfoque de Derechos surge en el marco de la interpretación de la Declaración Universal de
los Derechos Humanos16, que crea garantías legales universales para todas las personas.

Los derechos humanos se basan en el respeto a la dignidad y al valor de cada persona como
individuo y como miembro de una comunidad, de un grupo o de la sociedad en su conjunto.
Estos valores incluyen la calidad de vida a la cual todos tienen derecho, independientemente de
su edad, género, raza, religión, nacionalidad o de cualquier otra índole. La responsabilidad de
garantizar el respeto, la protección y el cumplimiento de estos derechos reposa inicialmente en
los gobiernos nacionales, pero también atañe a todos los actores de la sociedad, desde las
instituciones internacionales hasta los miembros individuales de las familias y la comunidad.

En este marco, el accionar de la OPD deberá situar al niño/a como sujeto de derechos y actor
social, reconocer a los padres y familias como los primeros responsables del cuidado y guía de
los/as niños/as, mantener una visión integral sobre los derechos del niño mientras se
seleccionan estrategias y se toman acciones específicas, establecer metas en lo que se refiere
al cumplimiento pleno de derechos, usar enfoques participativos y de empoderamiento en
particular en lo que se refiere a los niños/as, formar asociaciones y alianzas para promover los
derechos del niño y emplear una perspectiva integral que exija una respuesta multisectorial.

Finalmente, si los niños, niñas y adolescentes son poseedores de derechos y tienen la facultad
legal de gozar de garantías sobre éstos, entonces es esencial identificar a aquellos que actúan
como garantes de dichos derechos responsabilizándolos por su cumplimiento. A pesar de que
usualmente se considera a los gobiernos como los garantes principales e, indudablemente, es
su obligación garantizar los mencionados derechos, otros miembros de la sociedad – tanto
individuos como grupos – detentan también dicha responsabilidad.

3.1.2. Enfoque de Género


El concepto de género se entiende como una construcción social que da lugar a un conjunto de
características y expectativas que un grupo social atribuye a mujeres y hombres en función de
su sexo. “El género, por lo tanto, no se refiere simplemente a mujeres u hombres, sino a la
relación entre ellos, y a la forma en que ésta se establece socialmente”17.

El enfoque de género es una forma de observar, analizar e intervenir, en una realidad social
determinada, tomando en consideración dichas construcciones culturales, en vistas de
identificar su incidencia en las vulneraciones de derechos que afectan a niños/as y
adolescentes o su aporte para la definición de áreas de promoción.

De igual manera, deben considerar la incorporación de este enfoque en los informes de avance
e incluir, en el informe de evaluación anual, un análisis de género sobre la base del trabajo
desarrollado a lo largo de un año, que permita dar cuenta, por una parte, de la relación entre el

16
La Convención Internacional sobre los Derechos del Niño tienen sus sustentos en la Declaración Universal de los Derechos
Humanos.
17
“Análisis de Género: Guía para la elaboración de políticas públicas” Servicio Nacional de la Mujer. Santiago de Chile 1998, página
7. Esta publicación fue posible gracias a la Oficina de la Condición de la Mujer de Canadá que autorizó su traducción y reproducción
como un documento de trabajo para el SERNAM.

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tipo de derecho vulnerado, la gravedad del daño y el sexo de las personas afectadas,
evidenciando los diversos cambios experimentados, y por otra, facilite el análisis de
experiencias de promoción y prevención a la luz de la categoría de género.

A continuación se presentan algunas indicaciones:


• Se deberá potenciar el involucramiento de la figura significativa masculina, quien
tradicionalmente ha estado ausente en el rol de crianza, pero que a su vez suele sentirse
poco escuchado y apoyado en el desempeño de dicho papel, al respecto, se sugiere, por
ejemplo, flexibilizar los horarios de las actividades de manera que hombres y mujeres
puedan asistir. Esto, siempre y cuando no afecte el interés superior del niño/a.
• Considerar la opinión de niños, niñas y adolescentes, para la realización de las distintas
actividades que desarrolla la OPD, respetando sus intereses y evitando que los estereotipos
de género coarten la posibilidad de participación de cada sexo.
• Impulsar el desarrollo de planificaciones que respondan a las necesidades prácticas y
estratégicas de niños, niñas y adolescentes18.
• Identificar la presencia de estereotipos de género entre los miembros de la red e incentivar
la reflexión y su análisis.
• Talleres de socialización de roles de género para población infanto-juvenil y adulta.

3.1.3. Enfoque Intercultural


Es importante partir clarificando que se entenderá por Enfoque Intercultural, por lo que es
necesario hacer una distinción entre los conceptos de multiculturalidad e interculturalidad.

Siguiendo a Sylvia Schmelkes19 la multiculturalidad, hace referencia a la coexistencia de grupos


con distintas culturas y no incorpora las relaciones entre ellas, por tanto, un enfoque
multicultural no evita el racismo o la discriminación. En cambio, la interculturalidad alude a las
relaciones basadas en el respeto entre los distintos grupos culturales. “La interculturalidad no
admite asimetrías, es decir, desigualdades entre culturas mediadas por el poder, que benefician
a un grupo cultural por encima de otros. Como aspiración, la interculturalidad forma parte de un
proyecto de nación”.

Es importante que al insertarse en los territorios, el equipo efectúe un reconocimiento de la o las


culturas características de la comunidad, esto le permitirá reconocer si está compuesta por
migrantes, por etnias específicas, pueblos originarios, entre otros. Esto permitirá revisar como
los ciudadanos/as de la comuna conceptualizan los derechos de la infancia y adolescencia
desde su cultura, y por lo tanto, ayudará a determinar en conjunto con ellos las estrategias
preventivas y de promoción de los derechos infanto-adolescentes que cobran sentido desde su
cosmovisión.

El proyecto podrá ser un aporte a la generación de espacios en la comuna, donde emerja el


diálogo intercultural, enriqueciendo así, la convivencia comunitaria, favoreciendo los lazos de
confianza y el respeto por las expresiones propias de cada grupo cultural.

3.1.4. Enfoque de Necesidades Especiales


Cualquier servicio abocado a la protección de derechos de la infancia y la adolescencia ha de
tener incorporada la mirada de las necesidades especiales de atención que pueden presentar
en niños/as y adolescentes durante su proceso de desarrollo.

La discapacidad, cuando se constituye en una situación previsiblemente permanente debe ser


entendida como la define la nueva Convención Internacional sobre los Derechos de las
Personas con Discapacidad20, es decir, “aquellas necesidades especiales (físicas, mentales,
intelectuales, sensoriales) de largo plazo que al interactuar con diversas barreras y actitudes del
entorno impiden la participación plena y efectiva en la sociedad en igualdad de condiciones con

18
Acuñamos el término necesidades prácticas y estratégicas, utilizado por el enfoque de género. Entenderemos por necesidades
estratégicas de niños y niñas, aquellas relacionadas con su participación en la sociedad o aquellas que tienden a generar cambios
culturales en la forma de relacionarse con la infancia. Por su parte, las necesidades prácticas son aquellas relacionadas con las
necesidades básicas o que requieren una pronta solución (acceso a salud, educación, a programas especializados, u otras).
19
En Ponencia “La Interculturalidad en la Educación Básica”, presentada en el contexto de la 2ª Reunión del Comité
Intergubernamental del Proyecto Regional de Educación para América Latina y el Caribe (PRELAC-UNESCO). Santiago, Chile 11 al
13 de mayo 2006.
20
Convención ratificada por el Estado de Chile en agosto del 2008.

10
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los demás”21. Esta definición pone en el centro a este grupo objetivo en el sentido de que debe
ser visibilizado como personas que aportan; ya no es un problema de salud y rehabilitación
radicado en sí mismos, si no un imperativo de equidad social que debe resolverse incorporando
a los niños/as y adolescentes con necesidades especiales (NE) en igualdad de condiciones con
los demás a la vida en sociedad, por ende la responsabilidad de la inclusión ya no es sólo del
sujeto discapacitado/a si no que está basada en una comunidad que lo protege.

El enfoque actual introduce el reconocimiento de la autonomía e independencia individual de los


niños/as y adolescentes con capacidades diferentes, valorando su dignidad intrínseca, sus
aportes y todos sus derechos como los de: preservar su identidad, incluyendo la participación y
toma de decisiones relacionadas con ellos/as mismos, derecho a la educación inclusiva, a la
salud y rehabilitación de calidad, de acceso a la justicia, entre otros, y por supuesto de ser
especialmente protegidos contra todo tipo de explotación, abuso o situación de vulneración.
Esto último, porque se reconoce que este grupo se encuentra más expuesto a ser víctima de
vulneraciones de distinto orden.

El propósito de esta perspectiva se orienta a diseñar y ejecutar acciones mancomunadas con


los distintos actores sociales incorporando “ajustes razonables” cuando sea posible,
entendiendo por tal, el crear las condiciones favorables, remover obstáculos, y/o realizar las
adecuaciones necesarias para garantizar las oportunidades, el disfrute o ejercicio de derechos,
en pie de igualdad con los demás. Los esfuerzos van dirigidos a asegurar que los niños/as y
adolescentes sean protegidos e incluidos dentro de una comunidad sensible, que se abre a la
diversidad sin discriminación y acepta las necesidades especiales como desafíos que forman
parte de su responsabilidad social.

3.1.5. Enfoque de Calidad


El principio de calidad debe entenderse asociado a la rigurosidad de la intervención técnica
basada en evidencias que hacen del servicio prestado y de las iniciativas de intervención, un
complemento acciones pertinentes a los requerimientos del territorio donde se ejecuta la OPD.

Algunos elementos claves de la calidad del programa, se refieren a instalar la autocrítica y


revisión permanente para la mejora continua del mismo, al mismo tiempo, es preciso ir
desarrollando indicadores medibles, basados en datos concretos que reflejen la eficacia del
trabajo realizado. Lo anterior, considerando la participación de todos los actores directos e
indirectos implicados y de los usuarios/as mismos, recogiendo así desde quienes reciben el
servicio sus evaluaciones que permitan retroalimentar la práctica. La calidad de un servicio que
se brinda a usuarios/as requiere que el proyecto constantemente éste revisando su quehacer,
cómo lo hace, cuando lo hace, con quienes lo hace, para quines lo hace, contrastando los
resultados con su misión y objetivo general, favoreciendo la instalación de una gestión de
calidad.

3.1.6. Territorialidad
Implica conocer las condiciones físicas, sociales, económicas y culturales que se presentan en
un territorio determinado, visualizando las principales vulneraciones de derecho y las
oportunidades de promoción del tema infancia, para coordinar y potenciar los recursos
disponibles, resolver necesidades y promover mejores posibilidades de desarrollo para la
infancia y adolescencia.

Al constituirse el territorio en un espacio heterogéneo, es de especial importancia comprender


las interrelaciones que se dan entre los actores comunitarios que lo conforman, sus formas de
organizarse, temas de interés, así como reconocer sus recursos, potencialidades e intereses
vinculados a la infancia y adolescencia, entre otros, para contribuir a la reducción de la
fragmentación sectorial, el fortalecimiento de las capacidades institucionales y la optimización
de los recursos.

21
Preámbulo, inciso e). Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.

11
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3.2. Sujetos involucrados


Los sujetos participantes de las OPD serán niños, niñas y adolescentes, de entre 0 y 17 años
11 meses y 29 días y sus familias, que se encuentren en situación de vulneración de derecho
y/o excluidos del ejercicio de los mismos. Además, otros actores de la comunidad como son:
profesionales y técnicos de servicios públicos; profesionales y técnicos de organizaciones no
gubernamentales sin fines de lucro; personas participantes de organizaciones sociales y de
base; comunidad organizada y no organizada; hombres y mujeres habitantes de un territorio
determinado.

3.3. Vías de ingreso


Principalmente, por demanda espontánea, es decir, cuando el propio niño/a y/o su familia
recurren voluntariamente a la OPD, para resolver una situación de vulneración de derecho y/o
exclusión social. Por derivación de otras instancias públicas, privadas y comunitarias.

Por otro lado, pueden acceder a la OPD, a través de acciones que ésta realiza, conforme a la
planificación elaborada para tal efecto, sobre la base de algún diagnóstico. También se accede
a través de las demandas que los propios niños/as y sus familias soliciten o que los distintos
sectores y/o comunidad realice. Para estos efectos entenderemos como comunidad en un
sentido amplio que incluye a hombre y mujeres que se desempeñan o interactúan en colegios,
consultorios, municipio, empresas y organizaciones que trabajan en el territorio, entre otros
actores vinculados al ámbito local.

3.4. Focalización y Cobertura


Los proyectos a licitar que se enmarquen en este modelo OPD, deben abordar la población
convenida e instalarse en el territorio correspondiente según lo establece el anexo N° 1.

3.5. Principales Aspectos Metodológicos

3.5.1. Componente de Gestión intersectorial y articulación territorial para la protección y


promoción de los derechos de la infancia:
Este componente está destinado fundamentalmente a visibilizar la temática y generar
condiciones para la promoción y protección de los derechos infanto-juveniles en el espacio
local, favoreciendo una cultura de reconocimiento de los mismos.

Se espera que a través de este componente, se desarrollen y/o potencien, al menos, 5 ámbitos,
entre los cuales se destacan: gestiones en torno a una política local, desarrollo de redes,
promoción de un lenguaje común y generación de información, participación infantil, familiar y
comunitaria y promoción de las competencias parentales.

Cabe destacar que todos estos ámbitos, se interrelacionan, potencian y retroalimentan unos a
otros, a través de un intercambio continuo. Por ejemplo, el trabajo que se realice en el
desarrollo de redes, o aquellas acciones que se emprendan para potenciar una política local,
son importantes para generar lenguajes comunes, y a la vez éstos debieran constituirse en las
bases teórico-prácticas, para potenciar las acciones de red y la elaboración de una política
local.

Lo mismo ocurre con la participación infantil, familiar y comunitaria, puesto que le otorga mayor
legitimidad a la política y su vez va generando una mayor autonomía para la detección de
situaciones de vulneración y la promoción de los derechos de niños y niñas en espacios
microterritoriales.

Se espera también que el desarrollo de los cinco ámbitos que a continuación se mencionan,
sean objeto de seguimiento y monitoreo continuo por parte del equipo OPD, de manera que se
puedan evaluar los alcances y dificultades en el logro de los objetivos anuales y proponer
acciones remediales. En este sentido, contribuye una planificación estratégica, por lo menos a
tres años, lo que permite ordenar las prioridades conforme a las características territoriales,
retroalimentar las prácticas y fortalecer el avance de SLPD.

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Desarrollo de los cinco ámbitos:

a. Gestiones en torno a una política local de infancia: esto implica generar acciones para
incentivar, construir y elaborar una política local de infancia, con la participación de distintos
actores locales, que se base en un diagnóstico participativo, que contribuya a la generación
e implementación de planes de infancia y que se exprese preferentemente en los
instrumentos de gestión municipal.
En aquellos territorios en los cuales ya exista una política instalada y validada por distintos
actores, es importante monitorear su implementación y desarrollo, a través de la promoción
y ejecución de planes integrados de infancia u otros instrumentos, enmarcados en la política
propuesta.

b. Desarrollo de redes: implica potenciar el trabajo colaborativo entre diversos actores de un


territorio, tanto intermediarios locales como representantes de organizaciones comunitarias,
sobre la base de principios y objetivos claros y comunes, que otorguen sustentabilidad a los
lazos de cooperación existentes y aquellos en proceso. Se distinguen dos estrategias
complementarias:
• Construcción de flujos de derivación eficaces: implica conocer las principales
vulneraciones de derecho existentes en la o las comunas, identificar los recursos que se
requieren para proteger dichos derechos y generar instancias de encuentro entre los
sectores y actores locales que pudiesen contribuir a la solución de las situaciones
planteadas. Para ello, es importante promover acuerdos de trabajo, o protocolos de
funcionamiento, para generar certezas en torno a lo verbalmente acordado. Estos
acuerdos deben ser monitoreados periódicamente, de manera que efectivamente se
conviertan en un recurso que facilita la derivación de situaciones vinculadas a la
infancia.
La construcción de flujos de derivación, en consonancia con convenios o acuerdos
marcos nacionales, regionales o comunales, responde fundamentalmente al
componente “protección de derechos vulnerados”, en el cual se realiza, generalmente,
intervención en red, para facilitar la conexión entre el niño/a, su familia, y los recursos
que requiere para solucionar su problemática con la oferta pública.
En este contexto, es pertinente considerar los avances intersectoriales logrados entre
Sename y diversos organismos del Estado, los que se traducen en convenios
específicos de colaboración que aportan a la entrega de una atención integral, a través
de la gestión local que realizan las OPD.

• Creación de instancias de intercambio temático: para ello se requiere, además del


reconocimiento de los actores que se vinculan de una u otra manera con la infancia,
motivar su interés por desarrollar temáticas más allá de las necesidades inmediatas de
cada uno de ellos. Es importante entonces compartir diagnósticos, intercambiar
aprendizajes y generar colectivamente las condiciones para proponer, elaborar e
implementar planes de infancia con enfoque derecho, sobre la base del compromiso
asumido por cada actor (complementariedad). La promoción de estas instancias, es
clave y fundamental para la construcción y desarrollo de una política local de infancia, y
a su vez, esta última se constituye en la base y/o sustento de las instancias temáticas.
Esta creación de instancias, responde, de manera estratégica y fundamental a estimular
y desarrollar una práctica de red, para conocer intereses y concertar acciones, en
especial, respecto a intervenciones preventivas y/o de primera acogida, relacionadas
con fenómenos sociales emergentes, entre ellos, peores formas de trabajo infantil22,
víctimas colaterales de delitos violentes (femicidio, testigos de homicidios, entre otras).

c. Promoción de un lenguaje común: es importante que la OPD avance, junto con otros
actores locales, en el manejo de conceptos comunes basados en la Convención de los
derechos del Niño/a, en el conocimiento de las lógicas discursivas y prácticas en torno a la
infancia existentes en el territorio, en la definición de acciones que respondan a la
perspectiva de derecho, entre otros aspectos. Todo lo anterior, permitirá visualizar el grado
de conocimiento que presenta el territorio, en torno al enfoque de derecho y su utilización,
identificando sectores y actores con los que se requiera un mayor trabajo al respecto. Para
ello la construcción de diagnósticos, el intercambio de información, la realización de cuentas
públicas y el fomento de un lenguaje enmarcado en la Convención, es fundamental. Esto
22
A las presentes Bases se adjunta Listado a nivel nacional de Niños y Niñas que Trabajan, según los datos obtenidos del Sistema
Estadístico de la Ficha de Protección Social – Mideplan. Anexo Nº6

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permitirá aunar criterios de intervención y definir ámbitos de trabajo con vistas a generar
prácticas comunes y compartidas, en las que se potencie el ejercicio de los derechos.

d. Participación infantil, familiar y comunitaria: esto se hace visible a través de la


generación de espacios que les permitan a los niños/as ser escuchados y considerados en
las decisiones que les conciernen, tanto en los planes de intervención que se desarrollan en
el componente de “protección de derechos vulnerados”, como en las acciones que se
emprendan en el barrio, la comuna y la región.

También es importante potenciar espacios de encuentro y reflexión con las familias y la


comunidad que permitan abordar la temática de infancia con enfoque de derecho, y generar
las condiciones para que las propias familias y organizaciones comunitarias puedan
elaborar y planificar acciones enmarcadas en la Convención de los derechos del niño/a, así
como también opinar respecto del trabajo realizado por la OPD (por ejemplo, cuentas
públicas).

La generación de espacios adecuados de participación, que les permitan a los niños, niñas
y adolescentes ir adquiriendo mayor grado de autonomía en el ejercicio de sus derechos
ciudadanos, conforme con su desarrollo evolutivo, tendría como efecto un mayor
conocimiento de sus derechos y de los mecanismos existentes para ejercerlos, tanto en los
casos en que éstos se encuentren vulnerados, como en aquellas situaciones que se
requiera un mayor incentivo en la promoción de distintos ámbitos de desarrollo infanto-
juvenil. Esto, junto con una mayor participación de la familia y la comunidad debería traer
como efectos, una pronta detección y disminución de las situaciones de vulneración
ocurridas en el barrio y por otra, la gestación de ideas y actividades de promoción de los
derechos que permitan avanzar en solución de las necesidades estratégicas de niños y
niñas.

e. Promoción de competencias parentales23: con el fin de prevenir vulneraciones de


derecho en el seno familiar, es importante potenciar acciones tendientes a desarrollar
competencias parentales, que permitan a las familias24 contar con la información necesaria y
con el apoyo suficiente para relacionarse con sus hijos/as, en el marco de la Convención de
los Derechos del Niño/a. Esto es vital sobre todo, para prevenir futuras internaciones que
vulneren el derecho de vivir en familia, para lo cual es necesario que los/as adultos/as
significativos/as puedan visualizar los recursos que poseen, y manejar los conflictos como
una oportunidad para crecer y desarrollarse. Las acciones que se emprendan con este fin,
son relevantes tanto para el componente “protección de derechos vulnerados” como para el
componente de “gestión intersectorial y articulación territorial de actores”.

La promoción de estas competencias, cobra mayor relevancia cuando se involucra a otros


actores, como por ejemplo, las escuelas. También es importante incentivar la participación
de mujeres y hombres en las acciones de promoción de competencias parentales, de
manera que ambos se sientan integrados y con las mismas oportunidades de participar.

3.5.2. Componente Protección de derechos vulnerados


Componente que brinda prioritariamente atención legal, psicológica y/o social a los niños, niñas
y sus familias, que presentan una situación de vulneración de derechos y/o de exclusión social.
Debido a que la mayoría de las personas que reciben atención enmarcada en la protección de
derechos, ingresa por demanda espontánea y de manera individual, es importante visualizar la
posibilidad de potenciar las intervenciones grupales con aquellos niños/as y familias que
presentan motivos de consulta similares.

23
De acuerdo a lo que señala Jorge Barudy en su libro “Los Buenos tratos a la Infancia” (2005) se entenderá por Competencias
Parentales las “capacidades prácticas de los padres, madres y/o adultos/as responsables para cuidar, proteger y educar a sus hijos
e hijas, y asegurarles un desarrollo sano en un ambiente nutricio. Investigaciones recientes nos muestran que los buenos tratos y la
atención a las necesidades del desarrollo propias de la infancia y de la adolescencia protegen del stress, de las dificultades
cotidianas y de los trastornos del desarrollo que eventualmente se pudieran presentar”.
24
Familia entendida como “Todo grupo social, unido por vínculos de consanguinidad, filiación (biológica o adoptiva) y de alianzas,
incluyendo las uniones de hecho cuando son estables. Es por ello, que se es miembro de una familia, en la medida que se es padre
o madre, esposo o esposa, hijo o hija, abuelo o abuela, tío o tía, etc.”, Comisión Nacional de la Familia, Sernam (1994).

14
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Es pertinente aclarar, que el modelo OPD está diseñado para atender principalmente
vulneraciones de derecho asociadas a la baja complejidad25, entendida esta última como la
presencia de situaciones y/o conductas que se constituyen en señales de alerta a considerar,
pero que no provocan un daño evidente en niños/as y adolescentes en lo que al ejercicio de sus
derechos se refiere.

En cuanto a la población convenida para este Componente, ésta debe ser el 8% del total
señalado en el Convenio. Lo anterior, con el fin de mantener un número adecuado de
atenciones simultáneas y no sobre cargar a los equipos.

El trabajo de este componente consta de al menos 4 momentos de intervención:

a. Acogida: la realiza el o la profesional o técnico/a respectivo/a, quien en un primer momento


recibe las consultas y requerimientos solicitados a la OPD, además de registrar los
antecedentes generales del niño/a y del o la acompañante. Con esta información, se
determina si la consulta es de competencia de la OPD. De ser así, se pasa al momento de
análisis situacional; de lo contrario, se deriva asistidamente a la red de servicios y/o
organizaciones públicas, privadas o comunitarias, que puedan responder a la demanda
realizada, y que previamente han sido sensibilizados y comprometidos por la OPD para
otorgar una adecuada atención.
Al determinarse que el niño/a es sujeto de atención de la OPD y ha sido derivado para
la realización del análisis situacional, deberá ingresarse a SENAINFO.

b. Análisis Situacional: tiene como objetivo determinar el o los derechos vulnerados, el grado
de la vulneración, el nivel de riesgo en que se encuentra el niño/a, y la identificación de sus
necesidades diferenciadas por género, así como de los recursos con los que se cuenta para
superar la vulneración de derechos (puede ser a nivel individual, familiar y de contexto) para
definir las acciones a seguir, sean éstas una atención por parte de la OPD o la derivación a
un organismo especializado de la red, tanto sectorial como del Sename. Cuando se detecte
una situación de vulneración constitutiva de delito, se deberán realizar las acciones
tendientes a interrumpir dicha situación y a gestionar las medidas legales pertinentes,
poniendo a disposición de los tribunales los antecedentes correspondientes, como también
dar el máximo de información a los adultos responsables del proceso que vivirán, así como
la sintomatología asociada y las acciones que deben realizar con el niño o niña.
Las acciones para lograr el análisis situacional involucran entrevistas con el niño/a, adulto/s
responsable/s, adulto significativo, visitas domiciliarias o las que se estimen pertinentes
dependiendo de la complejidad de la situación. Esta etapa debe tener un promedio de
duración de dos meses.

c. Elaboración y Desarrollo del plan de intervención familiar y comunitario: si en el


análisis se determina que la situación puede ser resuelta en la OPD en un período de 3
meses, promedio, en una acción conjunta con otros actores locales26, o a través de una
derivación a organismos especializados, se elabora un plan de intervención que contemple,
por lo menos, una síntesis de la evaluación de la vulneración, los objetivos, las acciones a
desarrollar con el niño/a, la familia, la comunidad o los actores locales correspondientes, la
identificación de los profesionales del equipo que intervienen y los recursos externos que
necesitan, el tiempo estimado y los/as responsables.

Es importante propiciar que el plan de intervención sea elaborado conjuntamente con el


niño/a y/o adolescente, con la familia y/o con los actores involucrados.

Dentro de las metodologías sugeridas, se espera el trabajo grupal con el fin de generar
aprendizajes colectivos y entrenar a las familias, adultos responsables y niños/as y
adolescentes en fortalecer sus recursos y utilizar sus redes como soporte, compartiendo
espacios comunes de trabajo.

En caso de que la situación se derive asistidamente a otro organismo competente, es


necesario remitir todos los antecedentes contenidos en la respectiva ficha de derivación,
25
La Complejidad corresponde a una manera de ordenar y categorizar las situaciones que se encuentran a la base de las
vulneraciones de derecho que afectan a niños/as y adolescentes, conforme al nivel de especialización que se requiere para
abordarlas. Por lo tanto, no tiene que ver con niveles de importancia, en términos que una vulneración con determinadas
características sea más relevante que otra. Se clasifican en tres niveles: Baja complejidad, Mediana complejidad y Alta complejidad.
26
Al respecto se sugiere revisar convenios de colaboración intersectorial que pueden adaptarse al ámbito local. Ver www.sename.cl

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adicionando copia o fotocopia de aquellos documentos necesarios para una acertada


intervención de la entidad que reciba al niño/a y su familia. Asimismo, se pondrá a
disposición del organismo público o privado la información acerca del estado de tramitación
de la causa, si procediere. El o la profesional deberá contactarse con la entidad pertinente y
verificar tanto la vigencia del servicio requerido, como el cupo solicitado. Para ello, deberá
establecer una relación directa con el o la profesional de la institución a la que se deriva,
para cumplir con los procedimientos administrativos de ésta y aportar todos los
antecedentes que sean útiles para la intervención.

Si la situación derivada corresponde a una grave vulneración de derecho, se recomienda


realizar una entrevista “puente” entre el niño/a, su familia, el o la profesional OPD y el
equipo de la instancia que se encargará de intervenir.

d. Seguimiento: se espera realizar un acompañamiento, tanto a los niños/as y sus familias


que han sido derivados a otros organismos, como a aquellos/as que han sido atendidos por
la OPD directamente. Preferentemente se debe realizar este monitoreo a todos los niños/as
atendidos/as, sin embargo y considerando la carga de trabajo, se podrán seleccionar
aquellas situaciones que presenten vulneraciones de derechos asociadas a situaciones de
mayor complejidad, las que necesariamente requieren de un acompañamiento más cercano
que podrá durar aproximadamente 3 meses.

e. Egreso: se refiere a aquellos niños, niñas y/o adolescentes que fueron efectivamente
derivados, o cumplieron los objetivos propuestos en el plan de intervención familiar y
comunitario, en el caso de que se hayan resuelto directamente en la OPD. En el minuto en
que se determina el egreso, es importante realizar un cierre con el niño/a, la familia y otros
actores que hayan estado involucrados, en donde se expliciten los avances, las dificultades
y los temas a fortalecer, además de recoger los aprendizajes, percepciones de la familia y
los niños/as durante el proceso.
En aquellos casos en que un niño/a o adolescente lleve 3 meses ingresado/a a la OPD
y no se haya realizado ningún contacto con el/ella, su familia o adulto significativo, o
bien éstos han sido fallidos, pero que de acuerdo a antecedentes recopilados a través
de otras fuentes se puede constatar que hay condiciones mínimas de protección,
deberá discutirse la situación con el/la supervisor/a respectivo/a.

3.6. Evaluación participativa de resultados


La evaluación de resultados, consiste en analizar en conjunto con los sujetos participantes
(niños/as, adolescentes, familias, organizaciones de bases, municipio, instituciones pública y
privadas, entre otras) el desempeño del plan de trabajo de cada año, sus principales resultados,
obstáculos y desafíos. Junto con ello es importante que el equipo desarrolle indicadores y
mecanismos que permitan definir los avances en materia de promoción de los derechos de
infancia y adolescencia. Para ello, es relevante contar con una línea base en la planificación,
que debe realizarse el primer año de ejecución del proyecto, para luego poder comparar los
avances obtenidos tras tres años de implementación.

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IV. Sobre el Equipo de Trabajo

4.1. Perfil Profesional


Se requiere equipo técnico con competencias en:
• Políticas públicas, planificación social, diseño y ejecución de proyectos sociales.
• Conocimiento sobre gestión municipal.
• Enfoque de derecho.
• Enfoque intercultural.
• Metodología participativa y/o educación popular.
• Enfoque de género.
• Trabajo en equipo
• Experiencia en trabajo preventivo y de promoción
• Promoción y fortalecimiento de redes sociales.
• Trabajo comunitario.
• Experiencia en capacitación a agentes de la comunidad y organizaciones sociales.
• Experiencia y habilidades para trabajar con niños, niñas y adolescentes.

4.2. Conformación y Composición de Equipos


Dada las exigencias de la OPD se espera contar con un equipo técnico capaz de realizar, tanto
tareas de intervención directa en el ámbito de la protección de derechos, como de generar
condiciones para la promoción y protección de los derechos infanto-juveniles en el espacio
local, favoreciendo una cultura de reconocimiento de los mismos.

La OPD dispondrá de un equipo básico para realizar su labor, el cual podrá variar en el número
de integrantes y jornada de trabajo en razón de las características del territorio que abarca y la
disponibilidad de recursos profesionales del Municipio.

En el caso de las OPD asociativas, se deberá explicitar la jornada de trabajo que semanalmente
deberá cumplir el equipo en cada comuna.

Relación contractual
Se espera que como una buena práctica laboral se propenda a la estabilidad laboral del recurso
humano, considerando que el desarrollo vincular con los/as usuarios/as es de alto impacto en la
intervención.

Coordinador/a: profesional del área de las ciencias sociales, con conocimientos y experiencia
en el trabajo con niños, niñas, adolescentes y familias, en trabajo intersectorial, con un buen
manejo en gestión, y conducción de equipo y con conocimientos y habilidades para promover
acciones de distintos actores en pro de favorecer la integración de sistemas locales de
protección de derechos, a través de incentivar la complementariedad. Deberá promover en el
equipo de trabajo, una mirada de gestión territorial Este/a profesional debe estar a jornada
completa.

Trabajador/a o Asistente Social: debe poseer una alta motivación para el trabajo en el área,
conocimiento y experiencia en infancia, tanto en graves vulneraciones de derecho (maltrato
infantil, abuso sexual), como en la promoción y prevención de dichas vulneraciones a través de
un trabajo intersectorial y comunitario. Por su parte, también deberá contar con habilidades para
la resolución de conflictos y capacidad para trabajar de manera interdisciplinaria, con una
mirada integral.

Psicólogo/a: debe poseer una alta motivación para el trabajo en el área, conocimiento y
experiencia en infancia, tanto en graves vulneraciones de derecho (maltrato infantil, abuso
sexual), como en la promoción y prevención de dichas vulneraciones. Por lo tanto deberá
manejar el ámbito clínico, pero también el comunitario. Deberá contar con habilidades para la
resolución de conflictos, la intervención en crisis y una mirada de gestión territorial.

Abogado/a: se requiere que posea experiencia en el trabajo con infancia, especialmente en


vulneraciones graves de derechos (maltrato grave, abuso sexual), conocer los nuevos marcos
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legales, tanto sus principios como su estructura, (tribunales de familia, ley de responsabilidad
penal adolescente) y capacidad para promover acciones de protección y promoción de los
derechos infanto-juveniles en el territorio. Las horas profesionales de los/las abogados/as
deberán ser acordes con la población convenida y con la demanda prevista por la OPD, en su
territorio.

Educador/a social o profesor especializado, con experiencia en el área de infancia, con


habilidades para la animación sociocultural, con capacidad para gestionar redes, espacios
educativos y de encuentro entre los actores locales y de trabajar en un equipo interdisciplinario
de manera integral.
En el caso de las OPD asociativas, se espera que como parte del aporte del Municipio, sea
contratado/a un profesional asentado en cada una de las comunas, con el fin de generar
presencia en la comuna y de manera permanente, ser el vinculo entre los/las habitantes de ésta
y la coordinación OPD.

Otros/as profesionales: también se podrán integrar al equipo de trabajo, aquellos/as


profesionales que cuenten con conocimientos y experiencia en la temática de infancia con
enfoque de derecho y con las habilidades mencionadas anteriormente. Por ejemplo,
sociólogos/as, antropólogos/as, psicopedagogos/as, orientadores/as familiares, profesores/as,
profesionales de la salud u otros, que tengan las habilidades y conocimientos necesarios para
poder desempeñarse en ambos componentes, sobre todo el relacionado con gestión
intersectorial y articulación territorial.

Para todas las personas que integren el equipo, se enfatiza en la relevancia de contar con la
experiencia mixta entre intervención y/o atención de casos y acciones del tipo comunitario.
Además se valorará positivamente, las habilidades comunicacionales que posea cada
integrante, en pos del buen trato, inter-equipo, actores locales y los/as usuarios/as de la OPD.

Personal administrativo: Toda OPD, deberá contar con una secretaria/o a tiempo completo,
cuyo perfil debe ser coherente con el tipo de tarea que se espera realice una OPD, es decir,
debe poseer habilidades para trabajar en equipos multidisciplinarios, sensibilidad para trabajar
con infanto-adolescentes vulnerados en sus derechos y con sus familias. Al mismo tiempo, se
deberá contar con horas de trabajo a definir en cada OPD, de una/o administrador contable.

Es relevante que tanto el o la coordinador/a, como el equipo profesional y técnico del proyecto
conozcan el contenido de la propuesta presentada a esta licitación -de ser adjudicada- y estén
al tanto de los lineamientos técnicos establecidos por Sename a la Línea OPD. Lo anterior, con
el objetivo de que se reconozcan las metas y actividades comprometidas, las estrategias
formuladas y las observaciones realizadas por Sename durante la evaluación ex – ante, si las
hubiera, incorporando los acuerdos operativos si procede.

V. Sobre el Presupuesto

Para efectos del financiamiento del proyecto, se requiere que el/los Municipio/s a lo menos
destine y mantenga un aporte no inferior al 25% del costo total anual de la OPD. Este aporte
puede corresponder a recursos humanos, infraestructura, equipamiento, movilización,
materiales de oficina, entre otros.

En el caso de las OPD asociativas, si bien Sename firma el convenio con un municipio que hace
de cabecera de la asociación, es responsabilidad de la totalidad de los Municipios asociados
financiar dicho 25%, que puede ser en recursos humanos, oficinas (sedes) en cada una de las
comunas, movilización, materiales de oficina, entre otros. Asimismo, al tratarse de comunas con
un alto porcentaje de población rural, cada Municipio debe asegurar la disponibilidad de
movilización para el traslado del equipo a terreno.

Se deberá explicitar el aporte que realizará el/los Municipio/s para el buen funcionamiento de la
OPD.

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Departamento de Protección de Derechos
Servicio Nacional de Menores
Bases Técnicas
Oficinas de Protección de Derechos

VI. Sobre los Recursos Materiales

6.1. Respecto del inmueble de funcionamiento


El inmueble debe estar ubicado preferentemente en un lugar céntrico y distinto del municipio
cabecera, caracterizado con la imagen visual corporativa de las OPD.
Dicho inmueble incluirá, a lo menos:
• Número de oficinas acordes a la cantidad de profesionales y técnicos/as que trabajen en la
OPD. Estas oficinas deberán ser equipadas con escritorios, sillas, computadores, estante
para guardar materiales, espacios, ornamentación y mobiliario adecuado para el trabajo que
realiza el equipo.
• Al menos una sala amplia para la realización de charlas, talleres u otras actividades,
decoradas especialmente para niños, niñas y adolescentes, con mobiliario acorde.
• Sala de espera confortable y con espacio y mobiliario adecuado para niños, niñas, sus
familias y otros actores de la comunidad.
• Baño para adultos/as y otro para niños/as, acorde, este último, a las características de la
población infantil. Además, del baño para el equipo de trabajo.
• El inmueble deberá contar con las certificaciones de seguridad e higiene al día, otorgadas
por el organismo legal pertinente.
• Stock de materiales de oficina.
• Materiales didácticos y juegos educativos diferenciados para adultos, niños/as y adolescentes.
Si no está disponible, el equipo deberá tener la disposición de crearlo.
• Televisor de 22 o 24 pulgadas.
• DVD.

En cuanto a las OPD asociativas, cada Municipio asociado deberá destinar un espacio
permanente de características similares a las mencionadas anteriormente, donde pueda
desempeñarse el profesional asentado en la comuna, el equipo OPD y sea un espacio
reconocido por la comunidad.

6.2. Respecto del equipamiento


Se requiere la presencia de computadores con las siguientes características:

• Procesador Intel Pentium IV 2.8 MHZ, o equivalente, capacidad de disco duro no inferior a
40 GB, memoria RAM mínimo de 512 MB, unidades de disco de 3 ½ pulgada de alta
densidad y unidad de CD Rom (deseable Grabador de CD), (opciones de multimedia son
deseables por las características del software actual), deseable tarjeta de Red Fast Ethernet
10/100 Mbps, tarjeta fax-modem, Puertos USB 1.1 como mínimo.
• Impresora.
• Sistema operativo Windows 2000 o superior, programas Office 2000 Profesional (Access
incluido). Navegador Internet Explorer 6.0 o superior, Solución Antivirus, Visualizador de
archivos PDF.
• Conexión a Internet: ADSL mínima de 512 Kbps.

El equipo computacional se requiere para el ingreso de datos del proyecto al Sistema de


Registro en Línea de Niños y Niñas de Sename (Senainfo), por tanto es necesario desde el
inicio de su ejecución.

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