Paradero 19 1/2 La Florida
Santa Inés 2372
 descuidos, en el nombre de Jesús. Amén.”
Culto de Adoración
Domingos 12h. 

07DIAS Llamados a Servir
Devocionales
Actitudes
DIA01 en desuso
“… el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a
Dios… sino que se despojó a sí mismo…”. (Filipenses 2:5-11)
La sociedad en la que vivimos ha hecho de nosotros
personas rehenes de nosotros mismos, donde actitudes y
valores como la humildad, el servicio y la obediencia están en
desuso, donde pensar en el otro es una actitud
“extraordinaria” a nuestra cotidianidad, algo que necesitamos
felicitar porque es escaso en nuestra práctica cristiana. Por eso,
es urgente volver a revisar lo que la Palabra tiene para
decirnos.
En Filipenses 2:5-11 vemos que Jesús se torna el punto de
referencia de lo que Dios quiere hacer en nuestras vidas: “… el
cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios… sino
que se despojó a sí mismo…”. Una condición en la que Él podría
haber reclamado sus derechos, sin embargo salió de su espacio
de comodidad para brindarse en servicio y salvación para
nosotros.
Como cristianos no podemos vivir sólo en función de
nuestros intereses, ¿es tan difícil pensar en el otro?, ¿se da
cuenta que somos más producto de esta sociedad que del ideal
bíblico del Reino de Dios? Debemos vivir un cristianismo que
nos invite a la transformación constante de nuestro corazón y
de nuestra mente en beneficio de aquellos que hoy necesitan
de la Gracia de Dios.
Oración: “Dios, ayúdame a tener la misma actitud de
Cristo, en el nombre de Jesús. Amén.”
Oración: “Señor, que ayúdame a ganarle a los pequeños
crecimiento para un futuro mejor para nosotros.
nos permita encontrar la posibilidad del cambio y
nos ayuden a ganarle a los pequeños descuidos y que Dios
Que las decisiones que tomemos de ahora en adelante,
conocemos.
producimos aquella cadena de sinsabores que también ya
amargura y rencor, y al cruzar los brazos de la intolerancia,
dormir la necesidad del perdón, al permitir la acumulación
ejemplo, nuestras relaciones interpersonales, al dejar
para que se sienta en todo el cuerpo. Descuidar, por
Basta descuidar un aspecto de nuestro servicio a Dios
es una realidad que se constata a menudo en nuestra vida.
situaciones, cuyas consecuencias se agravan cada vez más,
falta de una batalla, se perdió el reino”. Esta cadena de
perdió el jinete; por falta del jinete, se perdió la batalla; por
herradura, se perdió el caballo; por falta de un caballo, se
de un clavo, se perdió la herradura; por falta de una
importancia de las pequeñas. Ya decía un dicho: “Por falta
cosas grandes e importantes, desmerecemos la
Existe la tendencia de que al preocuparnos por las
y tu pobreza como hombre armado” (Proverbios 6:10-11).
las manos para reposo; así vendrá tu necesidad como caminante,
“Un poco de sueño, un poco de dormitar, y cruzar por un poco
descuidos
Pequeños
DIA07
Fe y servicio
DIA02
“Más bienaventurado es dar que recibir” (Hechos 20:35)
La fe alimenta la esperanza. Nuestra perspectiva
cambia; nuestra visión se aclara; empezamos a buscar lo
mejor, y no lo peor. Adquirimos un sentido más profundo
del propósito y del significado de la vida; la desesperación
da paso al regocijo. Aquella fe es un don del cielo, y debe
cultivarse. Ella se fortalece cuando se ejerce, a medida que
vivimos y actuamos consecuentemente con lo que decimos
creer.
Por lo tanto, progresamos cuando servimos. El servicio
desinteresado es un antídoto maravilloso para los males que
brotan de la epidemia mundial de la satisfacción personal.
La dicha está en ayudar a solucionar los problemas de
los que nos rodean, y no solamente los nuestros; en vivir
para aligerar las cargas, aun cuando nosotros mismos nos
sintamos abrumados; en poner el hombro en vez de
quejarnos de que las oportunidades de la vida parecen
esfumarse.
El ofrecer nuestra vida al servicio de los demás nos
ayuda a superar las angustias, las preocupaciones y los
desafíos. A medida que concentramos nuestras energías en
aliviar las cargas de los demás, ocurre algo milagroso:
nuestras propias cargas disminuyen, llegamos a ser más
felices y nuestra vida adquiere mayor significado.
Oración: “Señor, que la fe me lleve a ofrecer mi ayuda a los
demás, en el nombre de Jesús. Amén.”
DIA03 La Palabra implantada
en nuestra vida
“acepten con humildad la Palabra que Dios les ha sembrado en el
corazón” (Santiago 1:21)
El Apóstol Santiago nos habla acerca de la acción de la
Palabra en nuestra vida y nuestra actitud frente a ella. En
primer lugar, nos invita a la acción, nos advierte que si
descuidamos escuchar el mensaje de Dios, nos engañamos a
nosotros mismos (v.22). La fe cristiana siempre nos desafía a
la acción y se encuentra en marcado contraste con otras
religiones que practican la meditación y una inactividad
generalizada.
En segundo lugar, nos invita a la transformación, cuando
nos muestra a una persona que se mira en el espejo para ver
el pobre reflejo de sí mismo, hace ajustes de su apariencia
exterior, para luego marcharse (v.23-24); comparándolo a
aquel que oye la predicación del evangelio, hace algunos
ajustes menores y prosigue su camino. El evangelio no
alcanza a penetrar en su corazón y no llega a cambiar la
disposición interna de este hombre orgulloso.
El tercer lugar, nos invita a la libertad, porque dentro de
los límites de la ley perfecta de Dios el hombre es libre (v.25),
porque allí vive en el ambiente que Dios le ha designado.
Cuando cruza esa frontera, se transforma en un esclavo del
pecado.
La Palabra de Dios nos desafía a tener esta experiencia
con la Palabra asumiendo el desafío de la acción, de la
transformación y la felicidad.
Oración: “Padre, ayúdame a aceptar la Palabra que has
sembrado en mi vida, en el nombre de Jesús. Amén.”
DIA05 La mejor y
mayor alegría
“para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he
corrido en vano, ni en vano he trabajado” (Filipenses 2:16-18)
El apóstol Pablo nos muestra la alegría que hay por
detrás del servicio y el desprendimiento. Primero,
constatando que su mayor recompensa era que otros
vivieran en carne propia el cristianismo que tanto se
esmeraba en predicar y vivir.
Segundo, vemos su mejor disposición de desprenderse
de su comodidad, de su propia vida en beneficio de otros.
Su servicio obediente ya era un sacrificio a Dios y si le
tocaba morir por Cristo, estaba dispuesto y contento de
que su vida se entregue de esta manera.
Por último, el apóstol Pablo mismo nos hace una
invitación a vivir y experimentar esta forma de
cristianismo radical y más humano. La mejor y mayor
decisión que podemos tomar es buscar la felicidad en la
alegría de los otros. En una cultura ensimismada que
busca saciar su sed de alegría a toda costa, este deseo,
puede ser nuestro aliado a la hora de conducir a las
personas a Dios.
Pero, ¿qué es lo que hizo al apóstol Pablo entender que
la mejor y mayor alegría es la alegría de los otros? Fue lo
que vio en Jesús, Su Salvador, que se despojó de sus
derechos para darnos a nosotros la satisfacción de la vida.
Oración: “Señor, que mi alegría cada día sea hacer felices a
otros, en el nombre de Jesús. Amén.”
DIA04 ¿Qué debemos integrar
a nuestra vida?
“Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro” (Mateo 26:36-46)
Para ser cristiano debemos integrar a nuestra vida una
espiritualidad capaz de hacer que la vida sea una expresión
natural de la misión de Dios ejercida en nosotros y a través de
nosotros.
Primero, debemos integrar a Dios a nuestra vida (v.36).
Jesús es la referencia máxima de esta práctica, en especial
cuando hablamos de integrar a Dios a nuestra vida por medio
de la oración. No nos referimos a un mero ejercicio de
repetición de formulas preestablecidas, sino de hablar con
transparencia y sumisión delante de Dios.
Segundo, debemos integrar al otro a nuestra vida (v.37-38).
Jesús esta a punto de vivir un momento muy íntimo con el
Padre y se da cuenta que no quiere vivir esto individualmente
o aisladamente, sino que quiere comunión con otros. Y para
que la comunión sea una experiencia consistente, no debe ser
marcada por un mero sentimentalismo, sino que precisa ser
compuesta por autenticidad y compasión.
Por último, debemos integrar actitud a nuestra vida (v.
45-46). Jesús nos enseña también que no debemos ser personas
apáticas delante de la vida. Es necesario que seamos asertivos
en nuestras acciones y firmes en nuestras decisiones. Si
confiamos en Dios los desafíos de la vida deben encontrarnos
de pie.
Oración: “Dios, inspírame para integrar lo que necesito a
mi vida, en el nombre de Jesús. Amén.”
DIA06 Un cristianismo auténtico
“no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual
también por lo de los otros” (Filipenses 2:4)
El sacrificio de Cristo es la causa por asumir de
nuestro servicio a Dios. Este sacrificio, este consuelo de
amor, esta comunión, este afecto, esta misericordia hace
posible que seamos humildes.
Por esta misma razón el apóstol nos interpone el
objetivo por cumplir (“…completad mi gozo, sintiendo lo
mismo…”). Pero, ¿cómo vamos a sentir lo mismo, y tener
el mismo amor, si primero no nos escuchamos? Así como
el comienzo de nuestro amor por Dios consiste en
escuchar su Palabra, así también el comienzo del amor al
prójimo consiste en escucharlos.
Y esto crea el escenario por comprender (“… antes
bien con humildad, estimando cada uno a los demás
como superiores a él mismo…”). Si mi pecado, al
compararlo con el de los otros, me sigue pareciendo de
algún modo menos grave y menos condenable, es que mi
desconocimiento de él es absoluto. Por esto mismo,
¿cómo podría servir a mi hermano con humildad si su
pecado me parece mucho más grave que el mío?
Alguien decía: «No pienses que has hecho algún
progreso en tanto no te creas inferior a todos los demás».
El cristianismo auténtico que inspira el servicio a otros es
más cotidiano de lo que imaginamos.
Oración: “Jesús, enseñame a mirar, a escuchar y a servir
como tú, en tu nombre. Amén.”