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Tema: Oración.

20/05/2018
Título: DIOS ME RECONOCE CUANDO ORO.
Texto: Salmo 3. 1-8.
Versículo para memorizar: Con mi voz clamé a Jehová, y él me respondió desde su monte
santo.

Objetivos:

 Comprender que la oración es el medio más eficiente que se tiene para comunicarse con
Dios y recibir su pronto auxilio en los momentos de S.O.S.
 Reconocer que la oración revela lo que se cree en cuanto a Dios, su poder y su accionar
en favor de los que confían en él.
 Agradecer a Dios por permitirle tener un medio de comunicación directa con él y por
auxiliarle aún en los momentos cuando parece no haber salida.

Incentivación: ¿Qué señales debe enviar o usar una persona o un grupo cuando se encuentra
pedido en algún sitio como una selva o una montaña y enfrenta dificultades para regresar?
¿Qué tipo de S.O.S puede usar? Las señales de humo? ¿Tres fuegos? ¿El uso de la ropa? Y
un creyente ¿Qué señales debe enviar al Señor? Vayamos a la Biblia.

Adquisición:

El Salmo tres está clasificado como un salmo de Súplica o lamentos, se caracteriza porque
su contenido revela que el autor está pasando por una situación difícil, las circunstancias que
rodean su vida no son nada agradable, puede ser una enfermedad, está siendo perseguido, o
calumniado, y en esas circunstancias implora la ayuda del Señor y agradece su ayuda.

En el encabezado del salmo se lee que el autor es David, y las circunstancias cunado compuso
este poema, tuvo lugar cuando huía delante de Absalón, su hijo (2 Samuel 15-17).

Este salmo es una oración que muestra las circunstancias que vive un creyente y revela lo
que él cree acerca de Dios. La oración se muestra como ese medio por el cual el creyente
tiene acceso directo a Dios y por el cual puede pedir auxilio, ayuda en cualquier momento de
su vida con base en lo que se cree de Dios.

Verdad Central: la oración es el medio por el cual Dios reconoce a los fieles que claman y
confían en él y ponen en acción sus recursos para bendecirlos como respuesta a ella. ¿Por
qué?

1. La oración es un recurso disponible en cualquier momento v 1-2, 5: ¡Oh Jehová,


cuanto se han multiplicado mis adversarios! Muchos son los que se levantan contra mí.
Muchos son los que dicen de mí: no hay para él salvación en Dios… Yo me acosté y
dormí, y desperté, porque Jehová me sustentaba. Nicky Gumbel de la iglesia HTB en
Londres hablando de la oración comenta que: la oración tiene lugar en la voz media. La
oración no puede estar en voz activa porque no es una acción que yo controle. Controlar
la oración sería seguir el concepto pagano de la misma: hacer que los dioses realicen lo

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que mandamos por medio de encantos y rituales. La oración tampoco está en voz pasiva,
pues no estoy pasivamente bajo la voluntad impersonal y predeterminada de los dioses y
las diosas. En la oración cristiana, me adentro en una acción que ha sido comenzada por
otro que es mi Señor creador y salvador, y es entonces cuando me encuentro participando
de en los resultados de su acción de gracia.

En un sentido, la oración es el todo de la vida cristiana. Acogemos la mano de la gracia


de Dios en nuestras vidas y participamos en lo que él está haciendo en el mundo. Dios te
hace parte de sus planes. Por supuesto, él podría hacer todo por su cuenta, pero elige
implicarte.

Pero a pesar que no tenemos en control en la oración, si podemos contar con este recurso
de la gracia de Dios y hacer uso de él en cualquier momento o circunstancias que
vivamos.

1.1. En los momentos de pruebas y dificultades v 1: ¡Oh Jehová, cuanto se han


multiplicado mis adversarios! Este verso del salmo muestra que la situación del salmista
no era la mejor, en un momento de su vida, se le multiplicó el número de sus adversarios,
se los opositores. Por el contexto en que es ubicado el salmo. El rey David, experimento
momentos muy difíciles en su reinado, y uno de los más difíciles fue cuando su tercer
hijo Absalón se levantó y conspiro contra él, usurpando el trono. David, sale huyendo de
Jerusalén, en el camino se entera que su consejero Aitofel, también lo traicionó, un siervo
de la casa de Saúl, va por un lado del monte levantado polvo y piedras y acusándolo de
asesino y maldiciéndole y se entera que su hijo saldrá a perseguirlo con todo un ejército
hasta darle muerte. Así que cuando el salmista expresa que muchos se han multiplicado
sus adversarios se siente acorralado.

O pensemos en la situación de Job, cuando recibe las malas noticias, una tras otras, o en
los mementos en que su propia vida, enfrenta más de una circunstancia o se encuentra en
diversas pruebas. O En Jesús al momento de enfrentar la cruz.

En esos precisos momentos el recurso de la oración está a nuestro alcance, llevar a Dios,
hablar con Dios sobre esa situación o situaciones que nos aquejan. La pregunta es
¿Hacemos uso de esos recursos cuando nos sentimos rodeados de situaciones así? Es en
estos momentos donde debemos recordar que Dios tiene el control.

1.2. En los momentos cuando todo parece estar perdido v 2: Muchos son los que dicen de
mí: no hay para él salvación en Dios. Hay ocasiones en la situación no pinta nada bien y
parece ir mal en peor, al punto que se pierde la esperanza. Los que están a nuestro lado
ya piensa que todo está perdido, que no va más. En la historia de Jonás se nos ilustra este
caso, el barco está siendo arrasado por las olas, han hecho todo lo posible, pero el mar se
embravece más y más, el mismo Jonás les da la solución, que lo tiren al mar, y en efecto
el mar se calma, pero, Jonás es tragado por un pez, se espera que ese sea su fin, sin
embargo desde el vientre del pez, que son como las profundidades del abismo, ahí a este
hombre se le ocurre clamara a Dios y Dios le responde: Invoqué en mi angustia a Jehová
y Él me oyó; desde el seno del Seol clamé, y mi voz oíste… Cuando mi alma desfallecía
en mí, me acordé de Jehová, y mi oración llegó hasta ti en tu santo templo.
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La oración pone en acción el poder de Dios en los momentos más oscuros, y más duros,
cuando pensamos que ya no hay esperanza, que no hay nada que hacer.

Como creyente debemos tener presente que Dios siempre estará ahí, especialmente
cuando nos parece que todo ha terminado. Por eso el salmista puede decir: aunque ande
en valle de sombra de muerte, tu vara y tu cayado me infundirán aliento.

1.3. En los momentos de paz y seguridad v 5: Yo me acosté y dormí, y desperté, porque


Jehová me sustentaba. Pero la oración también es ese garante de la paz y la tranquilidad,
cuando oramos en las circunstancias difíciles, la seguridad de Dios invade la vida del
creyente, a pesar de, puede descansar, se levanta con esperanza, confiando en que Dios
tiene el control, confiando en su cuidado y protección.

No podemos hacer ni blanco, ni negro uno de nuestros cabellos, se lo puede pintar, teñir,
y su cabello va seguir creciendo como es, no podemos añadir ni un centímetro a nuestra
estatura, no damos para contar el número de cabellos que tenemos en nuestra cabeza,
pero, el Señor, puede hacer eso y mucho más y la oración es la invitación que hacemos a
Dios para que ponga en acción su poder.

La confianza que pones en Dios por medio de la oración hace que está se convierta en un
sustento para nuestras vidas, ese acercarnos a Dios en oración alimenta la fe, la esperanza
y la seguridad que Dios actuará, hará lo que tenga que hacer a favor de sus hijos, de los
que confían en él.

2. La oración es una confesión de lo que creemos acerca de Dios v 3-6: Mas tú, Jehová,
eres escudo alrededor de mí; mi gloria, y el que levanta mi cabeza. Con mi voz clamé a
Jehová, y él me respondió desde su monte santo. Yo me acosté y dormí, y desperté, porque
Jehová me sustentaba. No temeré a diez millares de gente, que pusieren sitio contra mí.

La oración también tiene sus elementos teológicos, y especialmente revela lo que creemos
del Señor, ella sacamos a luz nuestra confesión de fe. En esta oración el salmista nos dice
mucho de lo que él cree de Dios: su ayudador, su gloria, el que levanta su cabeza o exalta,
el que le oye, el que lo cuida, el que le sustenta, etc. Por eso en la oración confesamos lo
que creemos acerca de Dios.

2.1. Confesamos que Dios es nuestra seguridad v 3: Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor
de mí; mi gloria, y el que levanta mi cabeza. En el caso del salmista mira a Dios como la
fuente de su seguridad. Describe a Dios como un escudo protector y el que lo exalta sobre
sus enemigos. Oramos porque estamos seguros de quién es Dios. Esta metáfora usa por
el salmista habla de Dios como el protector que guarda nuestra integridad. Las
circunstancias adversas pueden ser muchas, los adversarios pueden multiplicarse, pero
no pueden hacernos daños, no pueden traspasar el cerco de protección que Dios tiene para
los que creen en él.

Podemos llegar a vivir situaciones en las que podemos pensar que estamos en el foso de
los leones, pero, Dios es poderosos para cerrar la boca de los leones. Podemos
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experimentar que somos lanzados al horno de fuego, pero Dios es ese escudo que te
protege de la llamas para que no te hagan daño.

Oramos porque estamos seguros y confiados en quién es Dios. ¿Qué revelan sus
oraciones de lo que cree en cuanto a Dios?

2.2. Confesamos que Dios nos reconocer en la oración v 4: Con mi voz clamé a Jehová, y
él me respondió desde su monte santo. La oración revela el grado de intimidad o
conocimiento que tenemos del Señor. En la medida que nos relacionamos con otras
personas, más conocemos de esa persona, sus gustos, y aun lo que puede comunicar su
mirada. En nuestra relación con Dios la voz juegan un papel importante, esencia, son ese
lenguaje expresado que le dice a Dios lo que queremos, deseamos o necesitamos.

Nuestra voz es ese distintivo por el cual Dios nos reconoce. Así como usted puede
reconocer a sus hijos por la voz, a su esposo o esposa o un amigo. Dios reconoce a los
creyentes cuando esto clama a él. Esta es una verdad que se repite a través de las vivencias
que tienen los personajes bíblicos, como el caso de Jonás; en 2 Samuel 22 un salmo de
David y que corresponde al Salmo 18 lo expresa así: v 7: En mi angustia invoqué a
Jehová, y clamé a mi Dios; Él oyó mi voz desde su templo, y mi clamor llegó a sus oídos.
En mi angustia invoqué a Jehová, y clamé a mi Dios. Él oyó mi voz desde su templo y
mi clamor llegó delante de él, a sus oídos.

El reconocimiento de voz habla de la intimidad que tenemos con el Señor por medio de
la oración, nos recuerda que la oración es personal, es única en su esencia para nuestra
relación con Dios. Nos permite conocerlo como ese Dios personal que está atento a
nuestras oraciones.

Este reconocimiento de voz es mutuo, en Juan 10 Jesús usa la metáfora del Buen Pastor
y las ovejas para hablar de la relación que el creyente tiene con él. En el verso 14 dice:
Yo soy el Buen Pastor; y conozco mis ovejas y las mías me conocen… 16: También tengo
otras ovejas que no son de este redil; aquellas también debo traer, y oirán mi voz; y
habrá un rebaño y un pastor…27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen.
Cuanto tenemos una relación con Dios y crecemos en esa relación con él, podemos
conocer cunado él nos habla, llama, y le podemos seguir. A la vez cuando clamamos a
Dios en cualquier circunstancia de la vida buena o mala, el Buen pastor, reconoce el
llamado de sus ovejas.

Lo interesante de todo es que los creyentes no necesitan intermediarios para tener


comunión con Dios, él conoce la voz de cada uno de los que clama a él y viene en nuestro
auxilio. La Biblia nos manda a orar los unos por los otros, pero, nadie puede expresar
mejor la propia situación que uno mismo.

Todos somos conscientes que Dios lo ve y lo sabe todo, pero el salmista usa la imagen
de Dios en su monte, colóquese usted en su lugar, clamando al Señor, y ese momento,
Dios en su Santo Monte, en su morada, podíamos pensar que no está cerca, pero, cuando
Dios escucha la voz suya, la reconocer, y dice mi hijo, mi hija, me está llamando y desde

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su santo monte le responde. Eso es una muestra de lo mucho que Dios nos ama y lo mucho
que está interesado en cada uno de nosotros, cuanto le importamos.

Este verso es una invitación a hacer de la oración ese espació de intimidad, de secreto
entre usted y Dios. Como Jesús nos enseña: entra en tu aposento, y cerrada la puerta ora
a tu Padre que está en secreto; y tu padre que ve en lo secreto te recompensará en
público.

2.3. Confesamos que Dios es nuestra paz v 5: Yo me acosté y dormí, y desperté, porque
Jehová me sustentaba; Fil. 4, 6.7: Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras
peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracia. Y la paz de
Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros
pensamientos en Cristo. En el verso 5 se puede apreciar el resultado de esa confianza en
Dios. La respuesta de Dios sustenta, es decir fortalece, anima, da seguridad, aquieta
cualquier estado de ansiedad.

Cuando observamos las circunstancias en que se encuentra el salmista, perseguido,


traicionado, como sin esperanza, uno se pregunta ¿Cómo puede dormir tranquilo? Pero
es el resultado de la oración, de descansar en Dios, de confiar en lo que Dios puede hacer,
de depender de la gracia del Señor.

La oración es una confesión de que Dios es nuestra paz, hay problemas, hay necesidades,
hay circunstancias difíciles, pero Dios está presente, hay paz y podemos descansar
seguros, algo, el Señor hará.

La oración a Dios nos hace vivir seguro, a pesar, de las adversidades.

3. La oración debe ser específica y llena de agradecimiento v 7-8: Levántate, Jehová;


sálvame, Dios mío; porque tú heriste a todos mis enemigos en la mejilla; los dientes de
los perversos quebraste. La salvación es de Jehová; sobre tu pueblo sea tu bendición. El
salmo también nos muestra que la oración debe tener peticiones específicas y reconocer
a Dios con la fuente de bendición de su pueblo, por lo cual debe ser bendecido.

3.1. Pida a Dios lo que necesita v 7: Levántate, Jehová; sálvame, Dios mío; porque tú
heriste a todos mis enemigos en la mejilla; los dientes de los perversos quebraste; I Jn.
5. 14-15: Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme
a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquier cosa que pidamos,
sabemos que tenemos la petición que le hayamos hecho. En el verso 7 el salmista
manifiesta lo que espera que Dios haga, espera ver al Señor en acción, “Levántate”. Las
peticiones específicas permite ver la obra de Dios a favor del creyente, él le pide que Dios
lo salve de sus enemigos y lo hace con fe confiando en que Dios lo hará.

En la regla de oro de la oración, Jesús enseña que si pedimos recibimos, que si buscamos
hallaremos y si tocamos se nos abrirá. Debemos de ser conscientes que es lo que
deseamos o necesitamos que Dios haga y si lo que pedimos está conforme a la voluntad
del Señor, podemos estar seguro que el Señor lo hará.

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Dios suple todas nuestras necesidades conforme a sus riquezas en gloria.

3.2. Pida con fe creyendo que Dios lo ha hecho v 7: Levántate, Jehová; sálvame, Dios mío;
porque tú heriste a todos mis enemigos en la mejilla; los dientes de los perversos
quebraste; Sat. 1. 6: Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante
a la onda de mar; que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. La oración
ejercita la fe, la acciona. La fe se nos define como la certeza y la convicción. El salmista
muestra esa certeza y convicción cuando afirma que Dios hiere a sus enemigos en la
mejilla, la segunda imagen los dientes de los perversos quebraste, es como si estos
enemigos fuese como fieras, que al quebrar sus dientes quedan destruidos.

La imagen de heridos en la mejilla, es como si fuesen derrotados por completo, un nokao.


Es como cuando dos contrincantes, están dentro de un rin de pelea y uno derriba al otro
de un golpe en la mandíbula. Dios es presentado como ese campeo vencedor sobre
nuestros enemigos. La fe cree que Dios es el vencedor, la fe ve anticipadamente la derrota
de los enemigos, la fe ve anticipadamente la respuesta a nuestras oraciones.

La fe tiene la seguridad que lo que pedimos en nuestras oraciones Dios lo hará, y se


levanta creyendo que está hecho.

3.3. Pida dando gracias a Dios por sus bendiciones v 8: La salvación es de Jehová; sobre
tu pueblo sea tu bendición; Fil. 4. 6c: … con acción de gracia. La misma convicción de
fe debe llevar al creyente a confiar en que Dios es el salvador de su pueblo, y la fuente
de su bendición. El verso 8 es un llamado a agradecer al Señor por ser el salvador y
libertador de su pueblo. Cuando se le cree a Dios le damos gracia por la respuesta que
tienen nuestras oraciones.

La alabanza a Dios es una manifestación de confianza en lo que Dios hace por su pueblo,
es una expresión de agradecimiento por la respuesta a las oraciones que hacemos. La
alabanza en la oración es un reconocimiento de Dios como fuente de salvación y
bendición.

La alabanza también nos permite testificar de la manera como Dios responde nuestra
oraciones e invitar a otros que tenga a Dios como fuente de Salvación y Bendición.

Dios espera que nuestro corazón sea agradecido por las respuestas que él da a nuestras
oraciones. ¿Qué tan agradecidos somos con el Señor?

La oración es el medio más efectivo como señal de S.O.S. y el mejor método de esa señal
es clamar a Dios con nuestra voz, la cual es reconocida por el Señor y nos permite
disfrutar de la respuesta a nuestras oraciones.

En cada circunstancia de nuestras vidas somos llamados a orar y a gradecer a Dios por
todas las bendiciones que de su mano hemos recibido.

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