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USO DE ANTICOCCIDIALES Y PROMOTORES DE CRECIMIENTO EN EL


DESARROLLO DE LA SALUD INTESTINAL DEL BROILER

Ing. María Fe Palacios


Marzo, 2009
Lima, Perú

Introducción.

La salud intestinal del broiler o pollo de carne, conocida también como


integridad intestinal es la función optima del tracto digestivo, aspecto primordial en la
crianza de pollos de carne que les permite alcanzar el peso y la conversión alimenticia
esperada para la línea genética en cuestión. Los peligros contra la salud intestinal,
presentes en todas las integraciones avícolas son la coccidia y la enteritis bacteriana.
Es por ello que el uso de anticoccidiales y promotores de crecimiento que nos ayudan
a combatir a la coccidia y a la enteritis bacteriana respectivamente, son de vital
importancia en una explotación avícola.

La coccidiosis es una enfermedad producida por parásitos protozoarios de


tamaño microscópico, llamados coccidios, pertenecientes al género Eimeria. Este
parásito se localiza intracelularmente, ingresando a las células del epitelio intestinal del
animal, causando serios daños a la mucosa y por ende limitando la absorción de
nutrientes. Afecta a la mayoría de los animales criados comercialmente para fines
alimenticios, particularmente a las aves de corral, tales como pollos, pavos, patos y
gallinas y a mamíferos domésticos tales como perros, ovejas, vacas y cerdos.

Hay varias especies Eimeria que causan la enfermedad en pollos de carne,


provocando desde lesiones y pérdidas económicas ligeras hasta pérdidas severas con
alta mortalidad. Todas las especies pueden encontrarse en una misma granja, por esto
la coccidiosis debe ser considerada como una enfermedad compleja lo que hace difícil
el atribuirle a una sola especie de coccidia. Las especies involucradas más
importantes en el pollo de carne son: E. tenella, E. acervulina, E. maxima, E. mitis, E.
necatrix y E. brunetti

Objetivo.
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El objetivo del presente artículo es revisar información que nos ayude a trabajar
en el desarrollo de la salud intestinal del pollo de carne, tomando en cuenta estrategias
de prevención y tratamiento como es el uso de anticoccidiales en el alimento, el uso de
anticcocidiales en el agua, el uso de promotores de crecimiento en el alimento así
como higiene y manejo de la zona de crianza, en particular de la cama ó piso del
galpón.

Estrategias de prevención. Revisión de programas anticoccidiales.

El éxito de un programa anticoccidial depende de muchos factores, siendo en


mi opinión el más importante trabajar con personal calificado en la toma de decisiones
en la elección de un programa en particular, así como el adecuado registro del mismo
(en cuanto a fechas de inicio y término) y el respectivo monitoreo del desempeño del
pollo en campo. Para evitar que la enfermedad desarrolle resistencia a drogas
específicas, es importante contar con un programa de rotación efectivo y es esta
finalmente la clave del éxito.

Los pollos pueden ser infectados por varias especies de Eimeria, siendo los
signos clínicos más importantes por especie los siguientes: E. tenella se conoce a
través de presencia sangre en las heces, E. acervulina presencia de lesiones blancas
en la primera sección del intestino, E. maxima presencia lesiones con puntos rojas en
el intestino medio y E. mitis que no muestra lesiones típicas. Para pollos de más edad
otras dos especies son importantes, llamadas E. necatrix y E. brunetti. Todas estas
especies causan problemas en diferentes partes del intestino de las aves y es
importante reconocer anatómicamente al momento de una evaluación de campo las
siguientes regiones en el intestino: duodeno, yeyuno, íleon y ciegos de los pollos a fin
de localizar cada Eimeria en la porción en la que se suele parasitar.

Basándonos en la revisión de Marien y de Gussem (2008), “el gran problema


con la coccidiosis es que actúa como iceberg: antes que se divise la punta (la
coccidiosis clínica: lesiones, enfermedad y mortalidad), es posible que la parte
sumergida ya haya roto el casco del barco (la coccidiosis subclínica). La coccidiosis
subclínica causa un rendimiento más bajo porque perjudica el funcionamiento
intestinal, seguido de desequilibrios intestinales debido al escape de proteínas
plasmáticas en el intestino y los remanentes de alimento mal digerido disponibles para
estimular el crecimiento bacteriano (enteritis bacterianas por Clostridium perfringens),
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conduciendo probablemente a camas mojadas. Esta es la razón por la cual las


integraciones avícolas de todo el mundo cuentan con la prevención por medio de
herramientas anticoccidiales para limitar este riesgo de daño”.

La prevención se realiza a través del uso de medicamente anticoccidiales en el


alimento. Existen los llamados químicos (producidos por síntesis): clopidol,
decoquinato, diclazuril, nicarbazina, robenidina y zoalene; entre otros y los llamados
ionóforos (producidos por fermentación): lasalocid, maduramicina, monensina,
narasina, salinomicina, y semduramicina.

Sus diferencias se basan en que los productos químicos tienen mayor potencia
de acción y los ionóforos poseen una acción antibacteriana adicional, que les permite
actuar como promotor de crecimiento (Williams, 2005). Además, los ionóforos permiten
que parte de los coccidios escapen a su acción, generando lo que se conoce como
una fuga anticcocidial. Esta es de hecho la verdadera ventaja, ya que permite que el
ave produzca su propia inmunidad, y además el desarrollo de la sensibilidad ó
resistencia en campo es siempre más lento y por ende los productos ionóforos se
rotan con menor frecuencia durante el año.

De acuerdo a Draghi (2002) el uso de drogas químicas debe estar limitado a


dos meses a fin de reducir el riesgo de resistencia. Esta resistencia puede ser muy
estable en el tiempo y durar años. La resistencia a diclazuril y el quiebre del respectivo
programa de campo no puede ser tratado con drogas como toltrazuil al agua, dado
que al tener ambas estructuras químicas similares, lo más probable es que este último
tampoco funcione. En esos casos se debe tratar con sulfaquinoxalina al agua.

Según el mismo autor, para anticoccidiales ionóforos, el periodo de uso debe


estar limitado a un máximo de cuatro meses, ya que si produce resistencia se reduce
la efectividad, aunque se observan mejoras con dosis más altas. Por otro lado, la
resistencia generada es inestable y, ante la ausencia de medicación ó período de
descanso mínimo de un año, los ionóforos pueden recuperar su efectividad. Por su
similitud química y modo de acción, existe también un riesgo de resistencia cruzada
entre los ionóforos monensina, narasina y salinomicina; así como maduramicina y
semduramicina.

Los anticoccidiales ionóforos se les divide en tres clases:


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- Clase Monovalente: monensina, narasina y salinomicina


- Clase Glicósido monovalente: maduramicina y semduramicina
- Clase Divalente: lasalocid.

Las clases provienen del diferente modo de acción de los ionóforos. A


pesar que todos alteran el balance osmótico dentro de los coccidios causándoles la
muerte, cada clase lo hace con cationes diferentes. Mientras que los monovalentes
tienen selectividad más alta por iones de sodio y potasio; los divalentes tienen
selectividad por bario. Se ha demostrado a través de las investigaciones
científicas que existe resistencia cruzada entre ionóforos de la misma clase, por lo
que es importante – al momento de rotar - escoger ionóforos diferentes con la
condición que no pertenezcan a la misma clase. La manera de reducir el riesgo de
desarrollar coccidios resistentes en la granja, es hacer la rotación oportuna a otra
clase de ionóforos (Dobson y colaboradores, 2008).

Los programas duales son los programas de uso de drogas anticoccidiales


más comunes a nuestra realidad. La primera fase de uso va hasta los 14 ó 21 días
de edad combinándolo con una segunda fase desde el día 15 ó 22 hasta el retiro
del producto. Los tipos de programas duales son:
- Primera fase: Químico + Segunda fase: Ionóforo
- Primera fase: Ionóforo + Segunda fase: Químico
- Primera fase: Químico A + Segunda fase: Químico B *
- Primera fase: Ionóforo A + Segunda fase: Ionóforo B.

(*) Los programas químico A + químico B son conocidos como programas de


limpieza y nos permite disminuir la presión de infección causada por alto número
de oocistos en los galpones de crianza. Debido al riesgo de resistencia temprana a
los productos en uso, estos químicos deben de ser utilizados por períodos cortos,
no mayores a un período de crianza completo en todas las granjas de la
integración avícola que se encuentren en un programa tipo Ionoforo A + Ionoforo B
ó no mayor a dos períodos de crianza completos en todas las granjas de la
integración avícola que se encuentren en un programa tipo Químico + Ionoforo
(Vancreyenest y Smith, 2008).

Revisión de productos ionóforos.


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La presente revisión se resume en la tabla 1 (final de esta sección).

Clase Monovalente: monensina, narasina y salinomicina. Son altamente efectivos


contra E. acervulina y menos efectivos contra E. máxima y E. tenella.
- Monensina. La dosis recomendada es de 100 a 120 ppm. Es amplio
espectro anticcocidial y usualmente seguro. En altas dosis reduce consumo
y dificulta el emplume. Es toxico en caballos.
- Narasina. La dosis de narasina recomendada es de 60 a 80 ppm. Se
obtienen buenas ganancias de peso y tienen pocos efectos adversos en el
consumo. Es tóxico en pavos y caballos.
- Salinomicina. La dosis de salinomicina recomendada es de 50 a 70 ppm.
Es de amplio espectro anticoccidial con muy buen control contra E.
acervulina. Es de muy buen rendimiento en crecimiento y de pocos efectos
colaterales. Es tóxico en pavos y caballos.

Clase Glicósido monovalente: maduramicina y semduramicina. Son altamente


efectivos contra E. tenella y menos efectivos contra E. acervulina.
- Maduramicina. La dosis recomendada de maduramicina es 5 a 6 ppm.
Presenta algunos reportes de camas humedas. Su respuesta es variable en
el rendimiento.

Clase Divalente: lasalocid. Es altamente efectivo contra E. máxima y E. tenella y


menos efectivo contra E. acervulina.
- Lasalocid. La dosis recomendada de lasalocid es de 75 a 125 ppm. Mejora
el consumo de agua en situaciones de calor extremo.

Tabla 1. Resumen de productos ionóforos.


Clase Ionóforo Dosis (ppm) Más efectivo Menos efectivo
Monovalente Monensina 100 - 120 E. acervulina E. maxima, E. tenella
Monovalente Narasina 60 – 80 E. acervulina E. maxima, E. tenella
Monovalente Salinomicina 50 – 70 E. acervulina E. maxima, E. tenella
Glicósido Maduramicina 5-6 E. tenella, E. maxima E. acervulina
Divalente Lasalocid 75 - 125 E. tenella, E. maxima E. acervulina

Revisión de productos químicos.


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De acuerdo a López y colaboradores (2008) los productos químicos presentan


las siguientes características: ofrecen una eficacia cercana al 100% en el control de la
coccidia al interrumpir el ciclo del parásito, proporcionan un muy buen control de
lesiones debido a la interrupción del ciclo de vida del parásito, limitan la respuesta
inmune del ave, su uso prolongado permite el desarrollo de la resistencia anticcocidial
y puede ser tóxico o alterar la productividad cuando se le administra a niveles
elevados. A diferencia de los productos ionóforos estas drogas no están organizadas
por clase por lo que al momento de rotarlas ese criterio no es relevante.
- Clopidol. Dosis, 125 ppm.
- Decoquinato. Dosis, 3 ppm.
- Diclazuril. Dosis, 1 ppm.
- Nicarbazina. Dosis, 125 ppm.
- Robenidina. Dosis, 33 ppm.
- Zoalene. Dosis, 125 ppm.

Algunas empresas utilizan roxarsona (50 ppm) además del programa


anticoccidial, dado que esa molécula mejora el desempeño de la aves a la par que
disminuye las lesiones intestinales encontradas al momento de las necropsias. Dobson
y colaboradores (2008) probaron aislamientos de campo de Eimeria en combinación
con lasalocid, monensina y salinomicina. El incremento promedio en el peso vivo al
final de la prueba al usar roxarsona comparado con no utilizarla fue de 14%. Al ver el
detalle de la prueba, la roxarsona fue más efectiva en aislamientos de E. tenella (25%)
en comparación con aislamientos de E. maxima y E. acervulina (7%). En conclusión,
la roxarsona mejora la eficacia del anticoccidial, en mayor grado para cuadros de E.
tenella que en cuadros de E. maxima y E. acervulina.

Estrategias de tratamiento.

Existen otras formas de controlar coccidiosis que no son tan conocidas o


populares como lo son el uso de anticcocidiales ionoforos y/o químicos en el alimento.
Tratamientos como el uso de toltrazuril al agua pueden ser usados días antes que se
presenten signos clínicos de la enfermedad. Sin embargo, es común guardar esta
molécula para el caso de uso terapéutico, es decir posteriormente a la presentación de
los signos clínicos de la enfermedad. La dosis terapéutica es de 7 mg / kg peso vivo y
el período de retiro es de 18 días para pollos de carne.
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Revisión de promotores de crecimiento.


El daño intestinal ocasionado por la coccidia provee de condiciones
anaeróbicas ideales para el crecimiento de Clostridium, bacteria Gram negativa
presente en la mayoría de integraciones avícolas inclusive en aves sanas. La
enfermedad que causa es conocida como enteritis necrótica. En los pollos, la enteritis
necrótica se puede presentar en forma aguda o leve. En el primer caso, las aves
mueren sin haber mostrado ningún signo de la enfermedad. Cuando el problema se
presenta en forma más leve, las aves se reúnen en grupos, muestran el plumaje
erizado, se ven deprimidas y pueden dejar de comer. Si no se administra un
tratamiento, la enfermedad puede durar hasta 12 días. Los brotes se pueden presentar
desde tan sólo 7 días de edad, aun cuando en la mayoría de los casos se observa
hacia los 17 ó 18 días. La mortalidad puede ascender hasta el 40%. En algunos brotes
se puede observar diarrea (Ross Tech, 1999).

Los métodos de control clásicos son el uso de promotores de crecimiento


antibióticos que nos ayudan a disminuir la incidencia de enteritis necrótica así como la
combinación de estos con anticoccidiales ionóforos. El uso de promotores del
crecimiento en las raciones de pollos de engorde ha tenido el efecto colateral positivo
de controlar la incidencia de enteritis necrótica, y este efecto se ha usado en su
prevención y control, lo cual se ha basado en el uso ración de este tipo de productos,
tales como la avilamicina, bacitracina de zinc y virginiamicina. Se ha observado una
disminución gradual en la eficacia cuando se utilizan algunos de estos productos
durante períodos prolongados.

Actualmente, los agentes terapéuticos de elección son los derivados


hidrosolubles de la penicilina. La resistencia a este antibiótico es muy rara. La eficacia
de las penicilinas contra Clostridium perfringens es extremadamente buena. Las
respuestas terapéuticas a estos antibióticos son dramáticas, mostrando mejoramiento
en el desempeño y frenando la mortalidad.

Los métodos de control que se han visto algunas ventajas adicionales al uso de
promotores de crecimiento son:
- uso de enzimas indicadas para polisacáridos no amiláceos (reducción de
viscosidad del alimento en el tracto digestivo)
- omisión de fuentes proteicas de origen animal por su posible contaminación
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- uso de probióticos (ácidos orgánicos, mananooligosacaridos,


fructooligosacaridos y otros) que sirvan como sustrato para bacterias
benéficas (Lactobacillus y otras)
- uso de probióticos y productos de exclusión competitiva (Lactobacillus,
etc.).

Conclusiones.

Debemos ayudar a proteger la integridad intestinal de las aves como objetivo


primordial en la crianza, a fin de evitar pobre eficiencia alimenticia, reducción en el
rendimiento de la canal, mala pigmentación, pérdida de eficacia en la planta de
sacrificio y riesgos de la seguridad alimenticia. Para ello debemos contar con
productos y estrategias que nos permita alcanzar nuestros objetivos, como es la
adopción de buenos programas sanitarios y el manejo adecuado del medio ambiente.

Referencias bibliográficas.

Dobson, K., Marien M., Vancraeynest D. y De Gussem M. 2008. Interpret ASTs and
design anticcocidial programmes. World Poultry. Volumen 24, número 9,
páginas 27 a 29.
Draghi G. 2002. Consideraciones en el uso de anticoccidiales. Página web:
http://www.apavic.com/html/sections/articulo/anticoccidiales.asp.
Revisada: 08/Feb/09
López R., Machado Y. y Serrano H. Página web:
http://www.monografias.com/trabajos40/coccidiosis-aviar/coccidiosis-
aviar2.shtml
Revisada: 24/Feb/09
Marien M. y de Gussem M. 2008. Programas de rotación de coccidiosis en granjas
avícolas. Avicultura Profesional. Volumen 26, número 3, páginas 23 a 25.
Ross Tech 98/36. 1999. La enteritis necrótica y otras condiciones asociadas a ella en
pollo de engorde.
http://www.aviagen.com/docs/Necrotic%20Enteritis%20-%20Spanish.pdf
Revisada: 26/Feb/09
Vancreyenest D. y Smith M. 2008. Benefits of an anticcocidial chemical clean-up
program. World Poultry. Volumen 24, número 6, páginas 33 a 34.
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Williams, R.B. 2005. Intercurrent coccidiosis and necrotic enteritis of chickens: rational,
integrated disease management by maintenance of gut integrity. Avian
Pathology. Volumen 34, número 3, páginas 159 a/ 180.

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