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Manejo de pérdidas y duelo.

Cuando una persona pierde a un ser querido atraviesa el proceso


de duelo como una respuesta natural frente a esta muerte.

Tras la muerte de un ser querido, ya sea por una larga enfermedad o por
una muerte repentina, el doliente comenzará a desandar un camino de
duelo para poco a poco construir un nuevo mundo en donde ya no se
encuentra su ser querido. Comenzará con una etapa de shock hasta
finalmente llegar a un acuerdo con esta pérdida en donde es posible
reubicar sus energías en nuevos proyectos. Durante las primeras
semanas, te sentirás incrédulo ante esta terrible noticia pero luego este
sentimiento se irá sustituyendo por otras emociones como la ira, la
negación, la incertidumbre, etc. hasta finalmente aceptar la pérdida. Nos
sumerge en una gran introspección interior en donde también podemos
encontrar manifestaciones físicas, emocionales y psicológicas como
problemas de concentración, ansiedad, tristeza, falta de apetito,
dificultades para dormir, cansancio, culpa, aislamiento social, entre otras
expresiones.

En este tipo de pérdida se incluye también los casos en los que


un paciente se enfrenta al diagnóstico de una enfermedad terminal que
lo lleva a elaborar y aceptar su propia muerte. En situaciones como estas,
los familiares así como el paciente comenzarán a elaborar un proceso de
duelo anticipado que los ayudará a aceptar en pequeñas dosis la
posibilidad de esta pérdida, permitiendo no sólo el cierre saludable de
esta relación sino también la aceptación de cambios en el contexto
familiar, social y económico.

Se trata de un período en el que el doliente deberá aceptar esta pérdida


reacomodando su vida a una nueva realidad en la que ya no estará el
familiar. Uno de los aspectos principales que debe considerarse a la hora
del concebir al duelo por la muerte de un ser querido es que cada duelo
es único y personal como así también será la forma de expresarlo. Sin
embargo, hay factores que influyen en la intensidad y duración del duelo
como, por ejemplo, las circunstancias de la muerte, el tipo de relación
que tenía con la persona fallecida, la personalidad e historia de vida del
doliente, la contención social y familiar, la posibilidad ver el cuerpo antes
de su despedida, entre otros.

Es muy importante permitirse expresar estos sentimientos para sanar


este dolor ya que al principio puede parecer fácil y hasta útil distanciarse
de esta pena pero no debemos evitarla. Es primordial resolver estos
sentimientos para así no producir enfermedades físicas o emocionales que
nos dañen. La muerte de un ser querido es siempre difícil pero con
paciencia y esfuerzo se podrá canalizar estas energías empleadas en el
difunto hacia un nuevo presente y futuro

Las 5 fases del duelo


A lo largo de los años, han ido apareciendo algunas teorías sobre las
fases por las que pasa una persona que está en un periodo de
duelo. Una de las más conocidas es la de psiquiatra Elisabeth Kübler-
Ross, publicada en el año 1969 en el libro On death and dying.
Su idea se basa en que existen 5 etapas del duelo. Ahora bien, estas
cinco fases no siempre se van sucediendo con la misma colocación y de
forma secuencial, es decir, no todas las personas en fase de duelo
tienen por qué atravesar las 5 etapas. Además, cuando las
atraviesan no tienen porqué aparecer siempre en el mismo orden.

1. Negación
La primera de las fases es la negación, que se caracteriza porque la
persona no acepta la realidad (de forma consciente o inconsciente). Esto
ocurre como mecanismo de defensa y es perfectamente normal. De esta
manera, el individuo reduce la ansiedad del momento.

2. Cólera o ira
La tristeza puede llevar a una persona sufrir ira y rabia y a buscar
culpables. Esta ira puede manifestarse de diferentes maneras,
culpándose a uno mismo o culpando a los demás, y puede proyectarse
contra animales y objetos.
3 - Negociación
En esta etapa, el dolor lleva a buscar una negociación ficticia. De hecho,
muchas personas que se enfrentan a la muerte tratan de negociar
incluso con una fuerza divina.

4 - Depresión
El impacto de la pérdida de alguien cercano puede llevar a una persona
a una situación muy dolorosa, que viene acompañada de una enorme
tristeza y una crisis existencial, al darse cuenta de que esa persona
desaparece de su vida.

5 - Aceptación
Esta etapa sucede cuando se ha aceptado esta situación dolorosa
y depende de los recursos de cada uno el aceptarla antes o después. No
es una etapa que represente alegría, sino más bien desapego emocional
y comprensión de lo que puede haber sucedido. Si la persona pasa
mucho tiempo en proceso de duelo y no acepta la situación, es
necesario que busque ayuda psicológica para superarlo.

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