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ACTIVIDAD MENTAL: está compuesta por la actividad intelectual, la actividad afectiva y la actividad
volitiva.
ACTIVIDAD INTELECTUAL
La actividad intelectual o cognitiva permite conectarnos con el medio y con nosotros mismos. Sin ellas son
imposibles los primeros pasos de la actividad mental.
FUNCIONES INTELECTUALES BÁSICAS
ATENCIÓN
Capacidad de focalizarse en un tema, de centrar, poner en el centro un objeto percibido. Puede dirigirse a
fenómenos físicos o a fenómenos psíquicos.
A medida que focalizamos una cosa (atención voluntaria) quedan de lado innumerables estímulos que
dejamos de percibir porque hemos centrado nuestra aºtención y prescindimos de lo que espontáneamente
ingresaría en nuestra conciencia sin este filtro (atención espontánea).
La atención puede estar globalmente descendida (hipoporosexia), inclusive estar ausente (aprosexia).
La primera situación puede observarse en la fatiga, demencia, confusión mental y más severamente en el
delirium. La aprosexia se observa en caso de delirium muy manifestados, demencias avanzadas, retrasos
mentales graves. La atención puede estar globalmente aumentada, en particular en la hipomanía. A este
fenómeno lo llamamos hiperprosexia. La labilidad atentiva es una incapacidad para sostener la atención
sobre un objeto durante un determinado tiempo y fluctúa; se observa en síndromes de agitación, en cuadros
histéricos, en personalidad infantiles y suele aparecer cuando hay fatiga.
Puede ocurrir que un sujeto en un episodio maníaco atienda a innumerables estímulos ambientales sin
poder concentrarse en el interlocutor (predominio de la atención espontánea sobre la voluntaria), o en el caso
de un cuadro de delirio de celos en el que el sujeto está atento a los signos: miradas, gestos; prescindiendo de
otros estímulos. Durante los cuadros depresivos observamos, con frecuencia, preocupaciones somáticas en las
que el paciente se centra y desatiende los demás estímulos.
Por lo tanto tenemos que la atención, función por la que vamos a medir la vigilancia, puede estar
globalmente o cuantitativamente conservada (es decir, cantidad suficiente) pero dirigida a un estímulo y
concentrada en él (cualitativamente predomina la atención voluntaria).
Cuando evaluamos la atención, primero debemos observar su cantidad y recién luego hasta qué
estímulo se dirige.
Cuando la atención está descendida globalmente o en cantidad se impone, con urgencia, descartar
patología orgánica, ya que desde un cuadro febril hasta una encefalitis producen estos síntomas y signos.
ASPECTOS CUANTITATIVOS: Aprosexia, hipoprosexia, euprosexia (atención normal), hiperprosexia.
(Explicado arriba)
ASPECTOS CUALITATIVOS: Predominio de atención voluntaria, predominio de acción espontánea. En la
manía se observa aumentada la atención espontanea en comparación con la voluntaria, la atención es
superficial y salta de un objeto a otro rápidamente. En la melancolía la relación es inversa a la anterior.
En cuadros neuróticos, la atención está sujeta a ciertas ideas fijas u obsesivas que monopolizan la atención,
o a la presencia de ansiedad que ocasionan severos disturbios en la atención imposibilitando la concentración.
PERCEPCIÓN
Percibimos un objeto cuando lo captamos y en un mismo acto nuestra conciencia reconoce que este objeto
percibido es exterior a ella. Lo percibido es ubicado fuera de la conciencia. Se percibe a través de los órganos
de los sentidos, así como el propio cuerpo, su forma y movimiento, y las sensaciones del mismo.
La percepción se presenta como una función mediante la cual la conciencia capta un objeto cuya
realidad conoce como algo que existe fuera de ella. Se presenta con gran nitidez, posee una fijeza que no es
modificable a voluntad, tiene corporeidad y espacialidad y el juico de realidad la reconoce como perteneciente
a un objeto presente y fuera de la conciencia.
La percepción puede estar disminuida en la fatiga, casi ausente en cantidad como en el delirium. En la
demencia se percibe el entorno, pero la percepción está descendida. Los pacientes con un retraso mental
pueden aparentar una buena percepción pero con frecuencia quedan adheridos a un detalle y no a la situación.
Ilusiones: percepción deformada de objetos presentes y reales. Con frecuencia carece de valor patológico (en
el momento de dormir), siendo otras veces expresión de estados emocionales (cuando bajo los efectos del
miedo, percibimos pasos, ruido del reloj). Otras veces son expresiones o signos inequívocos de estados
patológicos. Los pacientes con delirium toman los detalles de un acolchado o las arrugas de las sábanas por
animales.
Alucinaciones: cuando el objeto percibido no existe. Hay alucinaciones tanto del oído como del resto de los
sentidos, de la cenestesia y del movimiento.
Hay que distinguir las alucinaciones que ocurren con la conciencia clara de aquellas que ocurren durante el
delirium. En este último caso, el significado no varía.
Tipos de alucinaciones:
Alucinaciones psicosensoriales
- Auditivas: alucinación que implica la percepción de sonidos, más frecuentemente de voces. El
DSM no distingue si el origen de las voces es percibido dentro o fuera de la cabeza.
- Congruente con el estado de ánimo:
- No congruente con el estado de ánimo:
- Gustativa: alucinación que implica la sensación de sabores, habitualmente desagradables.
- Olfativa: alucinación que implica la percepción de olores, por ejemplo de goma quemada o
pescado podrido.
- Somática: alucinación que implica la percepción de una experiencia física localizada en el
cuerpo, tal como una sensación de electricidad. Debe distinguirse una alucinación somática de
ciertas sensaciones físicas nacidas de una enfermedad médica todavía no diagnosticada, de una
preocupación hipocondríaca con sensaciones físicas normales y de una alucinación táctil.
- Táctiles: alucinación que implica la percepción de ser tocado o de tener algo bajo la propia
piel. Las más frecuentes son sensaciones de descargas eléctricas o de hormigueo (la sensación
de que algo de mueve o repta bajo la piel).
- Visuales: alucinación que implica ver sea imágenes estructuradas como personas, sea
imágenes informales como destellos de luz. Deben distinguirse de las ilusiones.
Alucinaciones psiquícas o pseudoalucinaciones
No tienen espacialidad, no están referidas al mundo externo, ya que no participan los órganos de los sentidos.
Es una percepción directa “dentro de la cabeza” de imágenes o pensamientos.
Se presentan en delirios parafrénicos y cuadros esquizofrénicos. Pueden ser imágenes visuales (alucinación
aperceptiva o abstracta) o acústicas: transmisión o adivinación del pensamiento, voces imperativas que
comentan actos, insultos, etc.
Alucinaciones sensoriales hipmnagónicas y/o hipmnopompicas
Son errores sensoriales que se presentan en un estado de ensueño vigil o de duermevela (momento del
despertar o del dormir) en sujetos que poseen una rica fantasía. Estas percepciones son reconocidas como
erróneas y son rectificadas. Se presentan generalmente en enfermedades tóxicas.
- Diferencias cualitativas
Denominadas paramnesias o criptomnesias, consisten en falsificaciones de los recuerdos, donde se
mezclan el presente con el pasado, la realidad con lo imaginario. Son ilusiones del recuerdo. Entre
ellas se distinguen:
Deja vu: lo percibido por primera vez impresiona como repetición del pasado (falsos reconocimientos)
Deja veçu: lo vivido por primera vez impresiona como un hecho ya vivido
Jamas vu: algo conocido y cotidiano es vivenciado como algo nunca percibido.
Estos trastornos suelen presentarse en epilepsias focales o en grandes crisis de angustia.
IDEACIÓN
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EXPLORACIÓN DEL ESTADO DE CONCIENCIA
La conciencia es el conocimiento de sí mismo y del ambiente. Si una persona puede prestar atención
de manera tal que percibe el entorno, nos percibe a nosotros como interlocutores, responde a nuestros
requerimientos y a nuestras preguntas, decimos que tiene claridad de conciencia.
Cuando no hay prioridad de conciencia, decimos que hay delirium o confusión mental. La persona no
puede prestar atención, percibir el entorno ni usar su memoria.
Puede ocurrir que comprobada la claridad de conciencia las respuestas sean categóricamente erróneas.
Por ejemplo, el paciente refiere tener 20 años cuando en realidad aparenta 60, o bien percibe a otros pacientes
de la sala y manifiesta que estos son compañeros del servicio militar. En este caso hay claridad de conciencia,
ya que el paciente presta atención, pero al evocar (memoria) se producen estos errores. Están conservadas la
atención y la percepción, registrándose la alteración en la memoria. Puede ocurrir que en otro paciente con
conciencia clara, observamos que hay múltiples déficits: de la memoria, de la comprensión, del cálculo, del
lenguaje, del juicio. Si son congénitos o adquiridos se deben a un retraso mental, pero si se han deteriorado,
serán consecuencia de un síndrome demencial. Tanto en uno como en el otro caso hay conciencia clara (no
hay delirium).
Lucidez: todos estos cuadros corresponden a síndromes no lúcidos, pero algunos de ellos cursan con
conciencia clara.
Delirium No hay claridad de conciencia
Síndrome amnésico Claridad de conciencia, déficit de
memoria
Síndrome demencial Claridad de conciencia, déficits múltiples
adquiridos tardíamente
Retraso Mental Claridad de conciencia, déficit
tempranamente adquirido o congénito
Llamamos inconsciente tanto a quien padece delirium como al que padece coma. La palabra consciencia la
usamos también para referirnos a la conciencia de enfermedad. Se refiere al juicio.
El delirium es casi siempre la transición de un estado patológico al otro, aunque la mayor parte de los delirium
no van a llegar nunca al coma. Salvo casos como el TEC, en todo el resto de situaciones se “entra” en coma
lentamente, pasando por estados de obnubilación, torpor y estupor, y se recupera del coma pasando más o
menos en un sentido inverso por estos estados.
Grados de enturbiamiento del campo de la conciencia:
1. Obtusión: estado de enturbiamiento leve, que se produce por fatiga y es semejante al que existe en el
momento de despertar del sueño.
2. Obnubilación: es un enturbiamiento poco profundo, donde pueden aparecer leves alteraciones en la
orientación, y algunas manifestaciones perturbadas de la percepción (ilusiones)
3. Confusión mental: hay obnubilación, consecuencia de una marcada disminución de la claridad de la
conciencia. Hay desorientación témporo-espacial, fallas en la memoria de fijación y falsos
reconocimientos. El paciente se manifiesta en forma incoherente. La conciencia fracasa en su función
reflexiva y es torpe para reconocer lo que en ella sucede. Es muy frecuente el delirio onírico (semejante
el estado de soñar). Hay una rápida sucesión de escenas predominantemente visuales, muy cargadas
emocionalmente, no existiendo principio de contradicción ni orden temporal. Este cuadro puede
acompañarse de facies de tinte terroso, angustiada o aterrorizada; disartria; temblor generalizado;
desigualdad pupilar; sueño entrecortado y cefaleas. Las causas son múltiples: shock emocional,
intoxicación, TEC, tumor cerebral, etc.
4. Coma: es la perdida completa de la conciencia.
En la recuperación del coma, el sujeto al llegar al estado de “conciencia clara” puede desarrollar otros
síndromes. Cuando el estado de conciencia está conservado, el paciente percibe su estado, percibe el ambiente,
se ubica en el tiempo, tiene la sensación de este conocimiento.
Durante el delirium, el paciente no nos percibirá o lo hará de manera muy distorsionada.
La orientación en el tiempo
La orientación en el tiempo implica diferentes aspectos.
Orientarnos en el día/noche, aproximarnos a la hora, sólo se alteran en presencia de delirium. Durante el curso
de una demencia, como la conciencia está clara, estos parámetros están conservados.
Durante el síndrome amnésico también con la conciencia clara, la desorientación en la fecha es la norma, pero
el paciente reconoce perfectamente si es de día o de noche.
Por esto decimos que un paciente está lúcido cuando conserva la atención, la percepción y la memoria,
inclusive aunque esté desorientado.
Orientación en hora Integridad de la conciencia
Orientación día/noche Integridad de la conciencia
Orientación en fecha Integridad de la memoria, información,
interés
Orientación en día de la semana Integridad de la memoria, información,
interés
Orientación en mes y año Integridad de la memoria, información,
interés
La orientación en el espacio
Implica: entorno, lugar y espacio. El entorno es lo que está a nuestro alrededor, depende de la conciencia.
Cada vez que cambio de entorno, instantáneamente me oriento en el nuevo entorno. Implica funcionamiento
de la atención.
Durante el delirium, este tipo de orientación se perturba de modo predominante.
El lugar depende de la memoria. Debo tener información previa, debo conocer. Puede ocurrir que, con claridad
de conciencia, no sepamos en qué ciudad estamos durante un viaje y esto se trate de una falta de información
y no de una alteración cognitiva. Es característica del síndrome amnésico, el síndrome demencial en particular
si se traslada un paciente de un lugar a otro.
El espacio se refiere a lo propiamente dicho: arriba, abajo, derecha, izquierda, tercera dimensión. Es común
al comienzo de la demencia que el paciente con conciencia clara, no pueda regresar a su casa porque se ha
desorientado. El paciente está orientado en el entorno (reconoce claramente que está en una ciudad), está
orientado en el lugar (sabe que es la ciudad de La Plata) pero, no sabe cómo volver, no sabe si su casa queda
hacia un lado o hacia otro. No sabe si se está alejando o acercando.
Orientación en el entorno Integridad de la conciencia
Orientación en el lugar Integridad de la memoria, información
adecuada
Orientación en el espacio Función focal (parietal) del SNC
Una persona con depresión, vivenciará el espacio reducido y el transcurso del tiempo lentificado. Durante un
episodio maniaco, el paciente, invade el espacio de los otros vivenciando que el mundo es de él. En la
esquizofrenia, el paciente permanecerá semanas o meses sin salir de su habitación, sin necesidad de otros
espacios.
La persona con claustrofobia se siente amenazada en los espacios pequeños, y la persona con agarofobia lo
hará en espacios abiertos.
PENSAMIENTO
Actividad psíquica en virtud de la cual las ideas, en un ejercicio de elaboración y construcción, son
seleccionadas y orientadas en pos de una meta, más o menos consiente que actúa como tendencia dominante.
Esta tendencia o intencionalidad del pensamiento se distingue, en semiología, como la idea directriz, la
capacidad de seguirla en la construcción de pensamiento como “curso” y, por último, las ideas seleccionadas
y ordenadas lógicamente como “contenido del pensamiento”.
Las cualidades superiores del pensamiento son la abstracción, la generalización y la síntesis. La mecánica de
pensar implica formar contenido y flujo.
Trastornos formales del pensamiento
Fuga de ideas: la aceleración del curso, con asociaciones rápidas y superficiales, hace que el discurso
derive permanentemente por caminos colaterales y nada logre ser explicado completamente. “la
velocidad del pensamiento sobre pasa la capacidad del paciente para expresarlo verbalmente y el fin
perseguido parece fugarse”. El grado de comprensión depende del grado de excitación. Se observa en
intoxicaciones por alcohol o drogas, cuadros febriles y episodios maniacos.
Inhibición del pensamiento: hay una disminución de representaciones o ideas y una lentificación del
curso, que se acompaña de una penosa vivencia de dificultad y disminución del rendimiento habitual.
Se puede encontrar en neuróticos (tímidos, débiles mentales, confusos, etc); clásicamente se lo
describe en la melancolía, donde el monótono discurso de un pensar con escasas hipolarizadas ideas
está subordinado a un sentimiento de tristeza
Interceptación: hay una brusca detención en el curso asociativo y el pensamiento se interrumpe. El
fenómeno se produce en una conciencia lucida, por lo que el paciente se da cuenta de lo que sucede y,
cuando la idea que sigue no está vinculada a la anterior, ofrece al observador un discurso deshilvanado.
Se observa en esquizofrenia, psicosis de base orgánica, estados de agotamiento, embriaguez y neurosis
obsesiva. En esta ultima la interceptación se produce por la aparición de una “idea parasita” en el curso
de las ideas
Disgregación: la sucesión de interceptaciones convierte al pensamiento en desorganizado y
fragmentado. Se pierde la idea directriz y el discurso se hace incomprensible, impenetrable, no
advirtiéndose un propósito finalista. A diferencia del confuso que se esfuerza en superar la
incoherencia producto de la obnubilación de su conciencia, el paciente no vacila en decir las
incongruencias más grandes con plena lucidez. Es muy común en la esquizofrenia.
Incoherencia: pensamiento anárquico donde se pierde todo orden. Trastorno que es secundario a un
oscurecimiento del campo de la conciencia, tal como se presenta en los cuadros confusionales o en
algunas demencias.
Viscosidad del pensamiento: se caracteriza por la lentitud, perseverancia, nivelación de lo principal
con lo accesorio, detallismo, ampulosidad (falta de sencillez), rebuscamiento y pedantería (persona
que cree que sabe y habla al pedo, carla ruppel), lenguaje pesado donde la síntesis no existe. Se puede
observar en epilepsia.
Perseveración: consiste en la persistencia del mismo pensamiento ante estímulos distintos y
consecutivos. Se observa frecuentemente en cuadros orgánicos cerebrales
Mentismo: aparición reiterativa, incoercible y agotadora de pensamientos, preocupaciones o recuerdos
de acontecimientos vividos que surgen en el contenido de la vida psíquica como una secuencia de
imágenes cinematográficas. No provocan el rechazo total por parte del paciente. Se presenta en estados
de fatiga y en alteraciones orgánicas del SNC.
Desórdenes del flujo de pensamiento
El flujo del pensamiento puede ser:
Normal: eupsiquia
Acelerado: hay ímpetu, el lenguaje surge espontáneamente, rico en variedad y abundancia, con inusual
fluidez y número de asociaciones. También denominado taquipsiquia y/o logorrea (taquipsiquia,
fenómeno interno del pensamiento, logorrea fenómeno del lenguaje hablado), puede observarse en la
hipomanía, la manía, la intoxicación por anfetamina o cocaína.
Pobre o lento: es el otro extremo, la pobreza en el flujo hace que predomine la lentitud, las asociaciones
son escasas o están ausentes, el pensamiento parece moverse con dificultad, lenta y penosamente.
Temática delirante
Paranoide: sinónimo de persecutorio. Cuando el paciente refiere idea de persecución decimos que tiene
idea delirante paranoide. Existe la esquizofrenia paranoide, el trastorno paranoide y la personalidad
paranoide.
La esquizofrenia paranoide cursa con ideas de esta naturaleza y todas las características de la
esquizofrenia. El trastorno paranoide es la formación de ideas delirantes con conservación de la
personalidad.
La personalidad paranoide es un modo de ser, un rasgo, un elemento de la vida psíquica que caracteriza
a una persona. Decimos que una persona es de tal forma, por ejemplo paranoide (siempre reacciona
con desconfianza, suspicacia, etc). En la esquizofrenia o el trastorno paranoide el paciente no es, sino
padece. Se trata de un trastorno mental.
De referencia: cuando el paciente dice que hablan de él o que lo miran. En el primer caso acompaña a
alucinaciones auditivas de voces dialogando que hablan de él.
Grandiosidad: creerse más importante de lo que en realidad es. Acompañan a los cuadros maníacos,
donde se modifican las conductas con estas ideas y concurren a dependencias gubernamentales,
reclaman citas inexistentes o presentan proyectos irrealizables.
Culpa: el paciente suele recordar su pasado y creerse gravemente culpable de hechos triviales. En
ocasiones lleva al paciente a creer que él ha causado una catástrofe natural. En ocasiones no llegan a
ser delirantes, simplemente son ideas sobrevaloradas.
Desvalorización: el no valor nada, el creerse menos de lo que es.
Ruina: parten de la temática depresiva. Condicionan a que el paciente considere que no tiene
propiedades ni posesiones o que es inminente que las va a perder.
Nihilistas: consisten en negar la existencia de partes del cuerpo o funciones hasta negar la vida misma:
“estoy muerto”.
Hipocondríaco: se refieren al cuerpo. Inician con un dolor, un síntoma o un signo cualquiera,
provocando miedo de padecer enfermedades hasta la convicción de que va a morir.
Religiosas: desde la convicción que Dios les ha hablado, hasta la de ser un enviado de El, un santo
reencarnado, un poseído por el demonio, haber recibido poderes divinos de sanación, etc. Presentes en
todos los cuadros que cursan con ideas delirantes.
Celos: pueden estar ancladas en hechos tales como el rechazo por la pareja o impotencia sexual.
Generan conductas homicidas y otros actos de violencia. Frecuentes en el curso de la dependencia al
alcohol.
Sexuales o amorosos: estar convencido de que una persona está enamorada profundamente de él.
Ideas de control: la idea y sensación que el pensamiento, la voz o los actos son dirigidos desde afuera.
Se observa una invasión de lo más íntimo del sujeto, que cree que su pensamiento y sus actos no son
de él.
De difusión: creencia que sus pensamientos son difundidos al exterior por altavoces o algún medio
similar.
Conducta frente a ideas delirantes
En presencia de delusiones (idea falsa fija que presenta resistencia a ser modificada ante datos objetivos)
hay que determinar si el fenómeno ocurrió con claridad o con obnubilación de la conciencia. Si el
fenómeno es o fue con claridad de conciencia, entonces hay que caracterizar lo mejor posible:
Si son primarias o secundarias
Si hay alteraciones sensoperceptivas
Si hay alteraciones del humor que las generen
Duración en el tiempo
Si hay sistematización
Cuál es el contenido o la temática
Cuál es el vigor (hasta donde llega la convicción o si podemos hacerlo dudar)
Con estos datos se caracteriza el fenómeno y se lo encuadra en la patología.
ACTIVIDAD VOLITIVA
La volición puede definirse como la capacidad de tomar una decisión en forma de acto que es consecuencia
de una deliberación. Es el aspecto de la personalidad que impulsa a la acción.
Es la conciencia a los impulsos y los instintos. Los instintos son impulsos organizados por patrones de
conducta congénita que dejan modificar la experiencia, son comunes a todos los seres humanos. El hambre,
la sed, la atención sexual y el sueño son los instintos que nos interesan en psiquiatría. Su satisfacción normal
o su alteración dan cuenta de Salud Mental o ausencia de salud.
El impulso vital está representado por la cantidad de energía psíquica de la que se dispone.
Los objetos despiertan el impulso ya sea de acercarnos para interactuar con ellos o para desperdiciarlos.
Esta decisión está condicionada por la integración de estos cuatro estratos (biológico, psicológico, social,
axiológico).
Todas las personas tendemos a hacer lo placentero y a deshacer lo que nos es displacentero, no puede
desconocerse que la vida cotidiana y nuestras inclinaciones están condicionadas más allá del principio del
placer. Nosotros no creamos el impulso, sino que lo dirigimos.
Alteraciones de los instintos y la voluntad
El médico debe orientar la investigación hacia las causas biológicas, las que biológicamente actúan en las
sustancias que generan el incremento del impulso, habiendo también sustancias que generan andinamia
(disminución del impulso).
En el estado biológico de la voluntad, la acción activadora o inhibidora no puede someterse a reglas simples:
el mismo medicamento puede actuar como activador o como inhibidor según el individuo.
No debe confundirse la alteración morbosa (depresiva psicótica) con la falta de motivación. “Yo” decido una
cosa o la otra de acuerdo a la motivación, los medios, los gustos personales y los valores. Yo no decido la
energía que tengo. En el estrato social, la mayor o menor cantidad de estímulos, el tiempo social al que
pertenecemos, actúan como generadores de impulsos que cada uno orientará según sus valores.
Las alteraciones pueden clasificarse en cuantitativas y cualitativas:
A. Perturbaciones de la acción implícita cuantitativas:
- Hipobulia o abulia: disminución o desaparición de actos volitivos ya sea porque no nacen los impulsos
efectores y no aparece el deseo como se observa en los cuadros catatónicos, melancólicos y de
confusión, o bien, porque se altera la decisión, imposibilitando el pasaje al acto, tal como aparece en
las neurosis obsesivas. En estas son manifiestos los deseos y propósitos, pero la intervención de
fenómenos inhibitorios impiden la decisión, dando paso a una duda permanente.
- Hiperbulia: aumento de la actividad que acompaña a los cuadros maniacos, llevando a la práctica actos
megalomaníacos
Semiología volitiva
Se centra en las anamnesis y la exploración. Algunas alteraciones mínimas de la voluntad sólo pueden
detectarlas si se ve en los pacientes con minuciosidad sus cambios en el humor.
En la exploración observamos desde la actividad hasta los movimientos involuntarios, pero no dejando de
lado la exploración de la marcha. Se realiza la búsqueda de tono muscular para distinguir la flexibilidad de la
rigidez, la hipotonía de la hipertonía.
ACTIVIDAD AFECTIVA
Entendemos por afectividad aquella esfera psíquica que engloba todos los fenómenos que comprenden el
sentir del individuo incluyendo todas las variedades de sentimientos y emociones en cuanto a experiencias o
vivencias en sí. Constituye lo sensible de estas experiencias, pues cada momento tiene una tonalidad afectiva,
más o menos viva, registrada dentro del placer o dolor, la euforia o la angustia. Se distinguen:
Sentimientos ligados al modo de ser: tales como serenidad-turbación, fortaleza-debilidad, decisión-
duda, que se adscriben a la personalidad y la caracterizan.
Sentimientos de estados del yo: tanto agradables (alegría, jubilo, confianza, tranquilidad) como
desagradables (tristeza, preocupación, desamparo, angustia)
Sentimientos valorativos del yo: que pueden estar referidos a sí mismo, tanto afirmativos (orgullo,
vanidad, superioridad) como negativos (vergüenza, culpa, remordimiento, rencor), o que pueden estar
referidos a otros, afirmativos (amor, confianza, respeto, interés, agradecimiento) o negativos (odio,
desconfianza, hostilidad, envidia, celos)
Sentimientos vitales de tristeza: euforia, aburrimiento, sensación de vacío
Síntomas afectivos
Tristeza: se define como un sentimiento displacentero o desagradable.
Euforia: es el polo opuesto a la tristeza. Puede estar referida al plano psíquico (euforia por algo) o al
plano vital (euforia vital). Puede tener características de cualidad normal o patológica.
Angustia: la angustia se define como una opresión que los pacientes ubican en el epigastrio o más
frecuentemente en la región precordial. Tiene siempre implícito el miedo ante lo desconocido, el miedo
a volverse loco o a morir. En crisis de angustia severa el paciente tiene la sensación que el tiempo se
lentifica y hasta se detiene.
Ansiedad: es en cambio, más psíquica. La definimos como sentimiento de expectación penosa o
aprensiva, que algo malo va a ocurrir. La persona refiere una falta de sosiego o de paz interior, pánico.
La falta de aire con suspiros (disnea suspirosa) completa el cuadro de malestar.
Indiferencia afectiva y afectividad inapropiada: estos conceptos son esenciales para la concepción del
trastorno esquizofrénico y sus secuelas. La indiferencia de los pacientes con esquizofrenia puede
observarse en grados extremos superlativos, en la catatonia (estupor) es una postura de ignorar el
entorno y prescindir de él. En general vemos grados menores de indiferencia a veces sutiles, que
solamente se perciben en la dificultad para hacer contacto con el paciente que nunca ingresa con el
interlocutor. Denominamos afectividad inapropiada a aquella en la que el afecto es discordante al
contenido de la ideación. Este tipo de afectividad es característica también en los cuadros
esquizofrénicos.
Alteraciones cuantitativas en la afectividad
1. Hipertimia: exaltación de la afectividad presente en distintos cuadros tales como:
- Manía, donde la alegría y la euforia pueden presentar desde un aumento moderado (hipomanía) hasta
un descontrol absoluto que incluye temor y cólera (furor maníaco)
- Melancolía, con aumento de la tristeza y el aburrimiento
- Cuadros fóbicos, en los cuales el incremento de los miedos centraliza en la sintomatología
- Algunos trastornos de la personalidad, que se acompañan de un aumento de los sentimientos de
desamparo, de vacío, de desvalorización, de remordimiento y de desconfianza
2. Hipotimia: disminución de la tonalidad afectiva que puede ser global, tal como se presenta en las
demencias y en las esquizofrénicas, o referidas a determinados afectos: disminución de la angustia en
la personalidad psicopáticas, del miedo en las conductas contra fóbicas, de la cólera en las
esquizofrenias y melancolías. Se llega a la indiferencia afectiva (atimia) en las catatonias, oligofrenias
profundas y cuadros demenciales.
Alteraciones cualitativas en la afectividad
Son las llamadas paratimias. Se distinguen:
1. Neotimias
- Sentimiento de inexistencia o de estar muerto (síndrome de cotard)
- Clarividencia o éxtasis (delirio místico)
- Desrealización o extrañeza, donde el sujeto percibe el mundo exterior como si no tuviera vida, como
si no fuera real. Es característico de la esquizofrenia.
- Despersonalización: sentimiento de extrañeza referido al YO. El sujeto se siente raro como si estuviera
vacío (esquizofrenia)
2. Sentimientos inadecuados: proceso en el que un estímulo despierta un sentimiento distinto al esperado
lógicamente, de frecuente observación en los trastornos paranoides de la personalidad
3. Ambivalencia: coexistencia de elementos afectivos antagónicos, descriptos como síntomas primarios
en esquizofrenia.
LA ENTREVISTA Y LA HISTORIA CLÍNICA
Obtener la información para determinar el motivo de consulta o internación, la enfermedad
actual y los antecendentes tanto personales como familiares y realizar el diagnóstico.
Comprender a la persona con su enfermedad
Comprender las circunstancias que rodean al paciente
Proveer al paciente la información acerca de su enfermedad, el tratamiento y el pronóstico
Realizar una alianza terapéutica con el paciente
Si una persona presenta signos o síntomas de un trastorno que supone la enfermedad de Alzeheimer es
probable que llegue atemorizada, si ha habido casos en la familia y esta persona observó el progreso y el
deterioro. Es bueno ver primero al paciente solo, luego que nos pueda proporcionar la información y
finalmente juntos.
Si una persona consulta por ansiedad o desosiego sin manifestar la causa habrá que esperar nuevas entrevistas
hasta que se produzca un vínculo tal que permita al paciente ir desentramando los aspectos en relación al
síntoma.
La historia psiquiátrica
Se denomina patobiografía a la historia individual del sujeto, nos da cuenta de quién se trata, sirve para que el
paciente hable de sí mismo, de su constitución o lugar en el mundo. El desarrollo normal de la vida tiene
pérdidas y ganancias en cada etapa.
Además de los síntomas y signos descriptos hay que reconocer la historia individual, es ella la que genera al
sujeto que está frente a mí.
En la historia clínica psiquiátrica, se pondrá el nombre, la dirección del paciente, el nombre del que informa
y su relación con el paciente.
Historia del estado actual
Descripción del problema, detalles de la naturaleza del mismo y la severidad actual de los síntomas,
sistemáticamente requerir otros síntomas y probables problemas importantes, el inicio y curso de los síntomas
y malestares.
Historia familiar
Padres, edad, ocupación, características y relación con el paciente. Situación social, trastornos psiquiátricos
en los otros integrantes de la familia, alcohol, drogas.
Antecedentes personales
Personalidad
Relaciones, actividades de esparcimiento, humor prevalente, carácter, actitudes, hábitos. Alcohol, drogas,
tabaco.
La semiología psiquiátrica abarca el saber manejar la individualidad de un modo respetuoso.
En los hospitales si un paciente concurre con síntomas físicos es muchas veces apropiado estar seguro si no
tiene también problemas psiquiátricos. Para ello, la historia psiquiátrica es demasiado extensa y se requieren
pautas más abreviadas: bienestar, ansiedad, depresión, memoria, alcohol y drogas.
Antes de decir que no responde o está mudo, es importante que el entrevistador tenga presenta hablar el mismo
idioma, esperar un tiempo adecuado para la respuesta, intentar una variedad de tópicos y comprobar si no
puede contestar escribiendo.
Cuando está hiperactivo las preguntas deben ser cortas y referidas a lo más importante, las conclusiones deben
basarse en las observaciones del comportamiento y el lenguaje espontáneo.
Exámenes complementarios
Debe ser conversado con el paciente ya que lo que dice y espera el médico acerca de lo solicitado no siempre
coincide con los aspectos y particularmente ante las fantasías que las personas tienen acerca de los resultados.
Se solicita la realización de test psicométricos y neuropsicológicos a especialistas, cuando se intenta medir,
evaluar, ponderar y controlar déficit o deterioro y su evolución. Los más utilizados son el minimental test,
para medir funciones cognitivas, orientación, lenguaje y praxias.
El test randomizado de la letra A, para déficit atencionales y memoria inmediata.
El test de fluencia categorial consiste en la nominación de objetos-sustantivos por un tiempo dado.
El test de Rostchar, HTP (dibujo de una casa, árbol o persona), el test gesáltico visomotor (Brender) permite
la detección de organización cerebral. Se utilizan para completar el psicodiagnóstico.
Laboratorio, perfil de hormonas, tiroides y función renal. Hemogramas, recuentos y fórmulas leucocitarias.
Diagnóstico por imagen, tomografía computalizada de cerebro ,resonancia magnética nuclear, estudios
encefalográficos. Estudios post mortem.
TRASTORNOS DE LA ANSIEDAD
La ansiedad es la respuesta vivencial, conductual y cognitiva ante una amenaza, caracterizada por un estado
de alerta, de activación generalizada incluyendo la neurovegetativa o autonómica. Esta última, producida por
la liberación de noradrenalina y de adrenalina, consiste en cambios fisiológicos tales como aumento de la
frecuencia cardíaca y respiratoria, de la tensión arterial, vasoconstricción cutánea y vasodilatación muscular
que tienen por objeto posibilitar a adaptarse a través de conductas de huida, lucha o inmovilización a las
situaciones amenazadoras para su integridad.
Puede ser patológica y constituir un trastorno psíquico necesitado de tratamiento debido al sufrimiento
psíquico y físico que puede provocar. La ansiedad se considera enfermedad cuando se produce en ausencia de
motivo o bien cuando la activación cognitiva, autonómica y conductual es desproporcionada en relación al
objeto generador de miedo. Adquiere la condición de trastorno cuando el temor, la elevación del arousal y la
descarga adrenérgica no recuperan los valores normales de reposo una vez suprimido el stressor, lo hacen en
forma demasiado lenta, o no existe habituación. La ansiedad patológica es maladaptativa y deteriora el
funcionamiento familiar y ocupacional.
La confluencia y divergencia de neurocircuitos parecen ser la causa del solapamiento de la sintomatología de
los trastornos de ansiedad.
Trastorno de ansiedad generalizado
Epidemiología: representan el 50% de todos los casos diagnosticados de trastornos de ansiedad, y
suelen ser mujeres.
Etiopatogenia: uno de los argumentos de más peso para diferenciar el trastorno de la ansiedad
generalizada del trastorno de pánico es el genético. Probablemente tres factores intervengan en la
producción de este trastorno: genéticos, stress, personalidad.
Clínica: guarda estrecha relación con el stress ambiental crónico, el paciente experimenta en forma
sostenida múltiple y variada, una sintomatología ansiosa que se instala insidiosamente.
La ansiedad que distingue a este trastorno puede ser definida como “un sentimiento penoso de
expectación que engendra la tendencia a la duda, desde el punto de vista intelectual, la inseguridad
desde el punto de vista afectivo y la irresolución desde el punto de vista volitivo”.
El paciente puede presentar facies ansiosa, que detona la expresión de hiperalerta, midriasis y
sacudidas fibrilares peribucales. Al darle la mano, constatamos su hiperhidrosis palmar. Su discurso
es rápido y abundante, a veces diaslálico. Se observa inquietud psicomotriz, evidenciada por la
abundancia de gestos y ademanes, y a veces por su imposibilidad de permanecer sentado. Puede
quejarse, lo que suele llevarlo a consultar con un médico clínico, de múltiples reacciones somáticas de
ansiedad, entre ellas:
Trastornos musculares: contracturas, temblores, sacudidas fibrilares
Trastornos digestivos y de la alimentación: sequedad de la boca, constipación o diarrea,
hiperorexia o hiporexia (hambre)
Trastornos urinarios: poliuria, polaquiuria
Trastornos genitales y de la sexualidad: eyaculación precoz en el hombre, impotencia y rigidez
en la mujer
Trastornos vasomotores: palidez o rubicundez de la piel
Las manifestaciones psíquicas determinan la dificultad para concentrarse en una tarea y fallas de memoria con
la consecuente disminución del rendimiento intelectual. En la esfera afectiva, el paciente se siente inseguro,
vulnerable, temeroso de que algo malo para sí o para sus seres queridos suceda, y se sobresalta ante cualquier
ruido ambiental, en parte también por su estado de hiperalerta.
Suele tener insomnio de conciliación, sueño discontínuo y/o pesadillas, por lo que se quejan de un sueño no
reparador.
Evolución: es fluctuante con tendencia a la cronicidad. Sin tratamiento, cerca del 80% de los pacientes
aún tiene el trastorno a los tres años de su comienzo.
Son frecuentes los episodios depresivos breves, son comunes los Trastornos mixtos de Ansiedad-
Depresión que están más claramente relacionados con los trastornos del estado de ánimo que con la
ansiedad.
Tratamiento: se utilizan distintas intervenciones psicoterapéuticas y a las benzodiacepinas. Esto
destaca la importancia del factor sugestivo y el efecto placebo positivo que se observa en muchos
pacientes que suelen responder rápidamente a la farmacoterapia. Se deben utilizar con prudencia por
períodos cortos de tiempo con reducción gradual de las dosis diarias, ya que pueden terminar en un
desarrollo de dependencia, con el consecuente síndrome de abstinencia ante su discontinuación brusca.
Es fundamental implementar además psicoterapia.
TRASTORNOS DE PÁNICO
Epidemiología: es doblemente más frecuente en la mujer que en el hombre, y suele manifestarse
alrededor de los 22 años de edad.
Etiopatogenia: la provocación experimental de ataques de pánico con determinadas sustancias condujo
a la hipótesis de un supuesto defecto neurobiológico de esta enfermedad.
La serotonina de acción inhibidora se halla descendida en el plasma de los enfermos, especialmente
en aquellos afectados de agorafobia. Esta disfunción serotoninérgica explica la acción terapéutica de
antidepresivos de perfil serotoninérgico.
Clínica: el trastorno de pánico consiste en la repetición de ataques de pánico, también llamados crisis
de angustia.
Características del ataque de pánico
Aparición temporal y aislada de miedo o malestar intensos, acompañada de cuatro (o más) de los siguientes
síntomas, que se inician bruscamente y alcanzan su máxima expresión en los primeros diez minutos:
A. Palpitaciones, sacudidas del corazón o elevación de la frecuencia cardíaca
B. Sudoración
C. Temblores o sacudidas
D. Sensación de ahogo o falta de aliento
E. Sensación de atragantarse
F. Opresión o malestar torácico
G. Náuseas o molestias abdominales
H. Inestabilidad, mareo o desmayo
I. Desrealización (sensación de realidad) o despersonalización (estar separado de uno mismo)
J. Miedo a perder el control o volverse loco
K. Miedo a morir
L. Parestesias (sensación de entumecimiento u hormigueo)
M. Escalofríos o sofocaciones
Si se reiteran surge como consecuencia:
Una inquietud persistente ante la posibilidad de tener más crisis (ansiedad anticipatoria)
Preocupación por las consecuencias de una crisis
Cambio significativo del comportamiento que puede conducir a la agorafobia
Se puede definir al trastorno de pánico como crisis de angustia que se reiteran, de aparición repentina, sin
desencadenantes, con síntomas múltiples y variados, tanto somáticos como psíquicos, que son expresión de la
ansiedad y que conducen a experimentar la vivencia de muerte inminente, el miedo a perder el control o el
miedo a volverse loco.
Los panicosos tienen mayores temores con respecto a los síntomas físicos de ansiedad que el resto de la
población, suelen pensar por ejemplo que las palpitaciones preceden al infarto. El desarrollo del ataque de
pánico es brusco y suele alcanzar el acmé en diez minutos aproximadamente. Suele ser inesperado, no asociado
con un desencadenante situacional, pero también hay ataques situacionalmente predispuestos. Ataques que
ocurren en determinadas situaciones aunque no necesariamente se presenten en las mismas, y ataques
situacionalmente relacionados, que ocurren casi inmediatamente a la exposición al desencadenante
situacional.
Existen también ataques oligosistemáticos que provocan malestar en el paciente y ataques nocturnos que los
despiertan.
Comorbilidad y destinos
Resolución: se puede producir espontáneamente tras la supresión de circunstancias desfavorables para
el objeto (stress ambiental) o a través del tratamiento.
Agorafobia: reiteración de los ataques, el paciente procura evitar situaciones en las que le resultará
difícil conseguir ayuda o regresar a su hogar en caso de sufrir un ataque.
Fobias: si son relacionados por el paciente con distintas circunstancias que posteriormente comienza a
evitar, se desarrollan fobias.
Ansiedad generalizada: si se acentúa y prolonga la ansiedad anticipatoria, determinada por el miedo a
sufrir un nuevo ataque, esto puedo conducirlo al trastorno de ansiedad generalizada.
Hipocondriasis: puede experimentar ideación hipocondríaca e iniciar un peregrinaje entre distintos
especialistas.
Dependencia al alcohol y a otras sustancias ansiolíticas: puede abusar inicialmente para tornarse
dependiente posteriormente, al alcohol o a las benzodiacepinas.
Depresión: a menudo coexiste con depresión, alrededor de un cuarto de los pacientes panicosos tienen
un episodio depresivo mayor, bien antes o dentro de los 12 meses del ataque inicial.
Tratamiento
Reducir la frecuencia y la gravedad de las crisis para mejorar el funcionamiento diario. Este trastorno es un
desorden psiquiátrico común que suele tener un curso crónico y que puede ser altamente invalidante.
El tratamiento se suele llevar a cabo de manera ambulatoria y sólo raramente requiere la internación.
Es necesario establecer y mantener una buena alianza terapéutica, ya que tanto las recaídas como las respuestas
parciales al tratamiento son frecuentes.
Hay cuatro clases de medicaciones que han demostrado ser eficaces: IRSS (Inhibidores selectivos de la
captación de la serotonina), antidepresivos tricíclicos, los IMAO (Inhibidores de la monoaminoxidasa) y las
benzodiacepinas. Estas últimas no se consideran como de primera elección en el tratamiento del Trastorno de
Pánico debido al riesgo de dependencia, y se utilizan asociadas con el antidepresivo.
Entre las biodiacepinas, tienen efecto antipánico: el clonazepam, el aprozolam y el lorazepam.
ENFERMEDAD DE ALZHEIMER
Es la demencia más importante por su frecuencia.
Causa: es aún desconocida, pero se han identificado lesiones características en el tejido cerebral, y una
disminución de la cantidad de ciertos neurotransmisores, principalmente la acetilcolina. Los factores
de riesgo son el envejecimiento (se duplicada cada cinco años a partir de los 65, de tal manera que el
40% de los mayores de 80 años tienen Alzheimer), los factores genéticos, los factores vasculares, la
hipertensión arterial, la obesidad, la hipercolesterolemia y la diabetes.
También se identifican factores protectores como el nivel educacional, social e intelectualmente activo,
una dieta saludable con antioxidantes como el vino y el ejercicio físico.
El Alzheimer compromete en su inicio determinadas regiones cerebrales y va progresando de manera
característica y predecible. Las primeras manifestaciones clínicas reflejan compromiso de esas
regiones cerebrales. En un principio, las lesiones se sitúan particularmente en los hipocampos,
estructuras cerebrales claves para la capacidad de memorizar nueva información. Los primeros signos
consisten en una pérdida progresiva de la memoria: el paciente confunde el orden temporal en que se
produjeron los eventos, se olvida de detalles importantes, hasta que se be progresivamente impedida
de desarrollar su vida con la misma independencia y soltura que solía hacerlo.
Además de los trastornos en la memoria y otras capacidades intelectuales, se presentan diversos
trastornos del comportamiento a lo largo de la enfermedad, tales como disminución de la capacidad de
tomar iniciativas, sintomatología depresiva, irritabilidad y agresividad, alucinaciones y creencias
falsas.
Con el fin de describir la evolución de la enfermedad se distinguen tres etapas:
Etapa leve: presenta déficits para la memoria reciente, desorientación temporal y dificultades
para realizar tareas complejas. Puede presentar ansiedad, depresión y negación de la
enfermedad. Puede mantener autonomía como para vivir solo sin ayuda o realizar un trabajo
relativamente simple.
Etapa moderada: alteraciones graves en la memoria y en la orientación. Aumentan los
problemas de comunicación y las reacciones emocionales se acentúan. Hay dependencia en
AVD.
Etapa severa: hay desorientación total, severos problemas de comunicación. Los pacientes
presentan agitación, trastornos del sueño, comportamientos repetitivos e incontinencia
esfinteriana. El paciente es dependiente para todas las AVD
Los casos de enfermedad de Alzheimer se pueden clasificar en dos grandes grupos: formas familiares
y esporádicas. Las formas familiares son una forma infrecuente de enfermedad de Alzheimer,
corresponden a menos del 10% de todos los casos. Son de incio precoz, se dan antes de los 65 años y
su causa es la mutación de genes de cromosomas 1, 14 y 21. Tienen un patrón de herencia llamado
autosómico y dominante. El 90% son esporádicas, no heredadas y de inicio tardío. Se desconoce la
causa de la enfermedad de Alzheimer de inicio tardío.
DEMENCIA VASCULAR
Los trastornos de esta enfermedad se deben a una sucesión de múltiples infartos pequeños o a unos pocos
infartos estratégicos. Se asocia predominantemente a hipertensión, diabetes, ateromas carotídeos, fibrilación
auricular.
Es la segunda demencia más frecuente. Se caracteriza por una relativa preservación de la memoria, pero
aparecen dificultades para planificar tareas complejas, como las ninanzas o los viajes. La persona va perdiendo
la iniciativa, hay apatía y puede confundirse con una depresión. Las dificultades intelectuales pueden coexistir
con signos físicos o neurológicos, como dificultades en la marcha, parálisis de un lado del cuerpo o limitación
de un campo visual. Estos dos signos son la manifestación de lesiones vasculares cerebrales de distinto tamaño
y localización.
Frecuentemente también se conoce como deterioro cognitivo de origen vascular (que engloba todas las formas
de deterioro cognitivo de causa vascular isquémica), deterioro cognitivo (déficit o declinación de cualquier
grado de intensidad en cualquier área cognitiva), demencia vascular (causada por la lesión vascular cerebral
isquémica de cualquier tipo), demencia multiinfarto (producida por el cúmulo de infartos grandes corticales),
demencia por infarto estratégico.
DEMENCIA FRONTOTEMPORAL
Es difícil de diagnosticar ya que se confunde con cuadros psiquiátricos. La memoria se conserva en el primer
tiempo de la enfermedad, pero aparecen importantes cambios en la personalidad y la forma de ser del
individuo. El paciente va perdiendo la iniciativa pero también presenta desinhibición, haciendo comentarios
inapropiados, perdiendo el pudor o formulando propuestas inadecuadas de contenido sexual. También pueden
coleccionar objetos, repetir las mismas rutinas o presentar alteraciones en los hábitos alimentarios, cambio de
preferencia por los alimentos o comer siempre lo mismo.
TRASTORNO BIPOLAR I
Se caracteriza por períodos de alteración del estado de ánimo, que puede ser maníaco, depresivo o mixto (es
decir, alternando rápidamente entre manía y depresión). Estos estados de ánimo intensos a menudo conducen
a problemas con el funcionamiento diario, relaciones personales arruinadas e intentos de suicidio. El primer
episodio maníaco, necesario para hacer un diagnóstico de trastorno bipolar I, está con frecuencia precedido
por uno o más episodios depresivos.
Etiología: No se ha identificado causa alguna para el trastorno bipolar, pero los factores
biológicos, psicológicos y sociales se cree que todos contribuyen, dando lugar a cambios
químicos en el cerebro.
Epidemiología: El trastorno bipolar afecta a más de 30 millones de personas en todo el
mundo y está entre las 20 causas principales de discapacidad. El trastorno bipolar I es
igualmente común en hombres y mujeres, y afecta a personas de todos los orígenes sociales
y étnicos. El riesgo de desarrollar un trastorno bipolar es mayor en los adultos jóvenes, con
la mitad de todos los casos, por lo menos, iniciando antes de los 25 años de edad.
Las personas con trastorno bipolar I tienen un riesgo particular de desarrollar otras
enfermedades al mismo tiempo (la tan llamada "co-morbilidad")
Síntomas clínicos: Las personas con trastorno bipolar I pueden experimentar estados
emocionales inusualmente intensos que se producen en períodos distintos llamados
"episodios".
Un estado excesivamente alegre o sobreexcitado se llama un episodio maníaco y se asocia
con aumento de la energía y la actividad. Es una característica definitoria de un trastorno
bipolar I. Los síntomas incluyen la autoestima excesiva y los vuelos de las ideas, la
disminución de la necesidad de dormir, hablar excesivamente, y una tendencia a una
conducta impulsiva e imprudente.
Los episodios maníacos pueden alternarse con episodios prolongados de depresión, durante
los cuales hay un decremento del estado de ánimo y disminución de la energía y la actividad.
También puede haber episodios "mixtos", cuando la manía y la depresión se producen el
mismo día, con rápidos ciclos de la persona entre los dos estados.
Diagnóstico y tratamiento: se le pide al paciente describir sus patrones de síntomas. El
tratamiento para el trastorno bipolar I tiene que ser efectivamente tratado para ambos
episodios: maníacos y depresivos, así como también para el estado de ánimo mixto y estados
con ciclos rápidos. También es importante prevenir que los episodios se repitan. El
tratamiento para el trastorno bipolar I por lo general incluye el uso de medicamentos en
combinación con intervenciones psicosociales, como la terapia cognitiva.
TRASTORNO DISTÍMICO