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Volumen 49, Nº 2, 2017.

Páginas 241-250
Chungara, Revista de Antropología Chilena

LA DRAMATIZACIÓN DE LA CULTURA. LOS PROCESOS DE


CONVERSIÓN EVANGÉLICA AYMARA (CHILE)
THE DRAMATIZATION OF CULTURE: THE PROCESSES OF
AYMARA EVANGELICAL CONVERSION (CHILE)
Miguel Mansilla1 y Wilson Muñoz2,3,4

El movimiento evangélico ha penetrado de manera significativa en las poblaciones aymaras del norte de Chile. El objetivo de este
artículo es analizar la relación establecida entre la cultura evangélica y la cultura católica-aymara en Tarapacá, haciendo especial
hincapié en las reconfiguraciones socioculturales generadas por los procesos de conversión religiosa en los pentecostales aymaras.
A partir del análisis de entrevistas realizadas a evangélicos aymaras de la región de Tarapacá, mostraremos cómo se manifiestan
estas reconfiguraciones a nivel personal, grupal y social dentro de esta población.
Palabras claves: cultura, conversión, evangélicos, aymaras.

The evangelical movement has penetrated in a significant way in the Aymara population of the north of Chile. The aim of this article
is to examine the relation between the Evangelical culture and the Catholic-Aymara culture in the Tarapacá region, emphasizing the
sociocultural reconfigurations generated by the processes of religious conversion of the Aymara Pentecostals. From the analysis
of interviews made to evangelical Aymara of this region, we will show how these reconfigurations take place at the personal the
group and social levels within this population
Key words: Culture, conversion, evangelical, Aymara.

El pentecostalismo arribó al altiplano chileno aymaras para poder convertirse a la religión evangélica
andino con don Braulio Mamani en 1957, quien se (González 1980, 1981; Guerrero 1981, 1984, 1994;
transformó en uno de los misioneros protagonistas Tudela 1993; Van Kessel 2005). Los investigadores
de la conversión aymara al pentecostalismo, intentaron comprender el impacto que tuvo el
evangelizando tanto el altiplano chileno como el pentecostalismo en la cultura aymara usando una
boliviano (Monast 1972; Rivière 2004; Sepúlveda lógica de carácter funcionalista, concibiendo la crisis
1996). Desde aquella época hasta la actualidad cultural que atravesaba la cultura aymara como una
la penetración del movimiento evangélico en verdadera hecatombe y/o caos cultural, donde el
la población aymara ha sufrido importantes pentecostalismo simplemente encarnaba al agente más
reconfiguraciones y mutaciones, siendo las más extremo de esta inminente destrucción holocáustica.
destacadas el significativo crecimiento de este Durante esta primera etapa, los investigadores no
movimiento y la creciente diversificación de sus observaron mayor diálogo ni sincretismo entre el
iglesias en la zona. pentecostalismo y la cultura aymara, haciendo eco de
Durante su primera etapa de desarrollo, este una postura ampliamente extendida en América Latina
fenómeno llamó la atención de diversos cientistas que concebía a la diversidad y el pluralismo religioso
sociales. En general el movimiento fue concebido desde la banca de la sospecha y la conspiración
inicialmente como una secta, describiendo a los (Casilla 1996; Giménez 1996). Por lo tanto, se ubica
aymaras primeramente como sectarios y solo a la diversidad religiosa en una posición antagónica a
secundariamente como indígenas, sosteniendo que la cultura, básicamente porque la cultura era pensada
estos debían renunciar totalmente a sus costumbres desde una perspectiva estática, orgánica e integradora.

1 Instituto de Estudios Internacionales (INTE), Universidad Arturo Prat. Av. Prat #2120, Iquique, Chile. mmansilla@unap.cl
2 Universidad de Tarapacá. Av. 18 de septiembre #2222, Arica, Chile. wilsonsocio@gmail.com
3 Grup de Investigacions en Sociologia de la Religio (ISOR), Universidad Autónoma de Barcelona, Barcelona, España.
4 Programa de Doctorado en Antropología social y etnología, Laboratoire d’Anthropologie Sociale, École des Hautes Études
en Sciences Sociales (EHESS), París, Francia.

Recibido: septiembre 2015. Aceptado: diciembre 2016.

http://dx.doi.org/10.4067/S0717-73562017005000014. Publicado en línea: 26-abril-2017.


242 Miguel Mansilla y Wilson Muñoz

Sin desconocer el aporte que realizaron Jesucristo Vive, Iglesia Evangélica Pentecostal
estas investigaciones, desde aquel entonces (Colchane), Iglesia Evangélica (Cariquima),
hasta la actualidad se han generado importantes Evangélica Pentecostal (Camiña), Iglesia Metodista
reconfiguraciones teóricas y socioculturales. Por un de Chile (Alto Hospicio, Iquique), Iglesia Adventista
lado, en las ciencias sociales se desarrolló un giro del Séptimo Día (Camiña), Adventista Séptimo
epistemológico hacia perspectivas más comprensivas Día (Pozo Almonte), Iglesia Adventista (Alto
(hermenéuticas) y que permitían percibir con mayor Hospicio), Iglesia Evangélica Pentecostal (Pozo
sensibilidad una serie de situaciones de interacción Almonte) e Iglesia Evangélica Pentecostal (Alto
cultural, entendidas usualmente como conflictivas y Hospicio). En los templos evangélicos ubicados
dramáticas (Marcus y Fischer 2000). Por otro lado, en las zonas aymaras, como las localidades de
el movimiento evangélico ha seguido penetrando en Cariquima, Colchane y Camiña, todos los creyentes
las poblaciones aymaras del norte de Chile durante y pastores son aymaras. Además, en Cariquima y
las dos últimas décadas, tanto a nivel rural como Camiña los cultos y reuniones semanales (de lunes
urbano. Este crecimiento y desarrollo se ha visto a viernes) se hacen en lengua aymara, mientras que
afectado por la imperante cultura aymara-católica los cultos dominicales se realizan en español, pues
característica de la región, la cual también ha asisten jóvenes que no manejan la lengua aymara,
generado reconfiguraciones socioculturales en el quedando reducido su uso a las conversaciones e
movimiento evangélico. interacciones de adultos mayores. Por otro lado,
Pese a la relevancia de este fenómeno, las en las zonas urbanas observadas no encontramos
especificidades de sus transformaciones recientes iglesias con pastores ni creyentes aymaras. Toda la
no han sido analizadas detalladamente. Este información se codificó con el programa de análisis
artículo busca contribuir en este ámbito específico. cualitativo N-Vivo.10, mientras que para el análisis
Su objetivo es explorar la relación establecida se utilizó la técnica de análisis de discurso (Antaki
entre la cultura evangélica y la cultura aymara en et al. 2003; Santander 2011).
Tarapacá, centrándose concretamente en algunas Finalmente en el texto utilizamos los tres
reconfiguraciones socioculturales generadas por conceptos: evangélicos (para referirnos a pentecostales
los procesos de conversión religiosa en la población y protestantes), pentecostales y protestantes, para
evangélica aymara. cuando hacemos la distinción. Pese a que el mayor
Para abordar este problema concebiremos a impacto lo ha tenido el pentecostalismo, no podemos
la cultura como un proceso dinámico que implica desconocer la importancia que han tenido los
tanto la persistencia (estructura) como el cambio protestantes (principalmente la iglesia Adventista)
(antiestructura) cultural, desplegada muchas veces en Camiña y su conexión con los poblados urbanos.
como un proceso dramático (Turner 1974:32). De
esta manera, entregaremos antecedentes que nos Cultura y Conversión
permitan explorar a la cultura evangélica aymara
en la zona y algunas de sus reconfiguraciones La antropología simbólica suele concebir
actuales. Esto no solo contribuirá al objetivo a la cultura como una suerte de urdiembre y
específico planteado, sino también nos permitirá estructura de significación socialmente establecida
cuestionar un doble supuesto: la existencia de una e históricamente heredada, expresada y transmitida
reproducción acrítica de la cultura evangélica y la en formas simbólicas con las cuales las personas
negación total de la cultura aymara por parte de los se comunican, perpetuando y desarrollando así sus
creyentes evangélicos. conocimientos y actitudes frente a la vida (Geertz
Metodológicamente hemos optado por utilizar 2005:20, 88). Esta noción ha sido criticada por no
un acercamiento cualitativo, pues esta estrategia es explicar de manera suficiente las transformaciones
especialmente sensible para relevar información culturales (Reynoso 1998). Sin bien bajo esta
sobre las prácticas socioculturales y su sentido. Se perspectiva clásica se considerarían los fenómenos
realizaron 26 entrevistas en profundidad a 14 mujeres de cambios socioculturales, el corazón de la
y 12 hombres de origen aymara, pertenecientes tanto crítica apuntaba a los presupuestos teóricos de
a las zonas rurales como urbanas de la Región de esta perspectiva, pues no estarían pensados desde
Tarapacá. Todos ellos pertenecían a alguna de las y para analizar fenómenos de transformación
siguientes iglesias evangélicas: Metodista Evangélica sociocultural.
La dramatización de la cultura. Los procesos de conversión evangélica aymara (Chile) 243

En este artículo utilizaremos una concepción una vez que los cuestionamientos a la religión católica
dinámica y procesual de la cultura. Si bien esta se hicieran patentes en la sociedad. No obstante,
perspectiva posee actualmente muchos representantes, como acabamos de señalar, el problema religioso
aquí rescatamos la propuesta de Turner, especialmente era el indicio de una crisis cultural mayor, donde se
cuando señala que los cambios culturales pueden manifestaba la lucha entre la herencia y la autonomía
adquirir dimensiones liminales y dramáticas, lo religiosa, entre el monopolio y el pluralismo sacro.
que permitiría comprender diversos procesos de Tres hechos se tornaron absolutamente claves en
adaptabilidad social (Turner 1988). Así, consideramos este contexto. Por un lado, durante este periodo
que el conflicto y el dinamismo presente en la se generó una gran migración rural/urbana de los
interacción entre la cultura aymara y la cultura aymaras en la zona. En este nuevo escenario, los
evangélica puede entenderse de mejor manera si templos y redes evangélicas aparecieron en la urbe
consideremos a la cultura evangélica y aymara como verdaderos espacios comunitarios donde se
pentecostal de manera dinámica, un proceso de acogía e integraba a los migrantes aymaras, llegando
continua “producción, actualización y transformación incluso a reemplazar a las familias de origen que
de modelos simbólicos” (Giménez 2005:9). Esta habitaban en la zona rural (González 2002); como
se desplegaría en diversas representaciones, ocurriera también con los mapuches protestantes y
orientaciones y prácticas individuales y sociales, pentecostales (Foerster 1986, 1989). Por otro lado,
las cuales permitirían reproducir y reestructurar la Iglesia Católica se percató de la paulatina pérdida
contextos sociales específicos. de su hegemonía en la zona del altiplano, por lo que
Para comprender esta dimensión procesual comenzó una lucha conflictiva y dramática por re-
y dramática de la cultura aymara, antes debemos captar a muchos de los convertidos al pentecostalismo
señalar qué entenderemos por aymara. Los (principalmente). Finalmente, a fines de la década de
aymara constituyen un grupo étnico culturalmente 1980 se manifiesta explícitamente la reconfiguración
distinguible, tanto por la población no indígena como de un conflicto interno al movimiento evangélico,
también por ellos mismos. La sociedad regional donde la principal disputa no enfrentaba ya a
suele identificar a la población indígena como un evangélicos foráneos y evangélicos aymaras, sino
todo, a través de rasgos como la lengua, la religión, que se trataba más bien de una lucha comunitaria
la organización social y la raza (fenotipo). La interna entre la población aymara de tradición
semejanza de los atributos con los de la población católica-andina y aquellos convertidos a la religión
indígena de los países vecinos (Perú y Bolivia) ha evangélica (Tudela 1993).
permitido la asimilación de este pueblo como un Estos tres hechos sociales se trenzaron hábilmente
segmento extranjero (Gavilán 2005:82). para formar un haz de relaciones sociales donde el
Lo primero que debemos dejar en claro es conflicto fue generativo. Consideramos que en
que la presencia de conflicto en la cultura aymara este escenario la figura del “drama” resulta clave
no comenzó con la llegada del pentecostalismo para interpretar las reconfiguraciones culturales y
(1958). Es importante recordar que, en cierta forma, religiosas que caracterizan a nuestro caso de estudio.
la denominada “crisis cultural aymara” ya estaba Silveira señala que para el caso evangélico, la
instalada desde antaño en la zona, siendo asociada dramatización “es un teatro en donde los pastores,
sobre todo a los efectos que generaron los acelerados obreros y fieles, son actores al participar integralmente
procesos de modernización que caracterizaron a de los dramas cúlticos que sobrepasan las paredes del
la región durante el siglo XX, así como también templo expandiéndose en la vida cotidiana de cada
la posterior crisis del salitre (González 2002). Sin uno de ellos” (Silveira 2000:91). Como destaca el
este antecedente es imposible entender a cabalidad mismo autor, la dramatización finalmente permite
la relación conflictiva que se estableció entre la dejar atrás aquella actitud pasiva, reafirmando la
cultura aymara y el mundo evangélico. En este posibilidad de que cada actor pueda intervenir
sentido, si tuviéramos que otorgarle algún rol al realmente en la vida cotidiana, transformándose
movimiento evangélico dentro de este proceso de en “un eficiente instrumento para remover las
crisis, simplemente podríamos decir que gatilló un dificultades concretas de la existencia” (Silveira
conflicto latente. 2000:58).
El conflicto propiamente religioso se acentuó de No cabe duda de que esta imagen de dramatización
manera mucho más palpable en la década de 1980, ha estado presente en el pentecostalismo y en la
244 Miguel Mansilla y Wilson Muñoz

sociedad aymara. Esto se aprecia de manera ejemplar Pese a su radicalidad, la conversión es siempre
en la conversión al pentecostalismo de parte de la un proceso social relativo. Por más que el actor
población aymara, la cual suele realizarse por motivos quiera o desee negar su pasado, socialización o
altamente dramáticos: ante la presencia de una grave herencia cultural interiorizada, es difícil lograrlo
enfermedad, la muerte de algún familiar, diversas completamente. Nunca será un proceso de total
crisis existenciales, etc. De hecho, nuestra evidencia vaciamiento cultural, sino siempre personal y
empírica muestra que ningún entrevistado se inició socialmente situado, en coherencia con la cultura que
en el pentecostalismo o regreso a él movido solo la sustenta. Si bien esto parece algo relativamente
por una simple y pura decisión personal. Siempre evidente dentro del ámbito de las ciencias sociales,
manifestaron estar constreñidos por circunstancias los investigadores clásicos del pentecostalismo
que evidenciaban claramente la vulnerabilidad aymara en el norte de Chile han tendido a describir
humana, haciendo patente con ello la dimensión el fenómeno de la conversión como un fenómeno
dramática de uno de los momentos más significativos que implica una especie de desaparición de la
dentro de la cultura pentecostal. identidad (católica-andina) anterior, olvidando
Consideramos que la conversión puede ser que la identidad normalmente “permanece en
entendida como una movilidad religiosa dramática forma latente o dormida y se hace visible cuando
que implica un cambio radical en la historia de las circunstancias lo demanden” (Fortuny y Loret
vida del converso (Garma 2004), pues implica una 1998:150). Así, hemos olvidado que si bien un
transformación radical de su identidad y orientación aymara, cuando se convierte en evangélico, podrá
vital. Este proceso supone el tránsito de un universo esforzarse en no ser aymara, difícilmente podrá
discursivo a otro (Prat 1997), donde se construyen desprenderse absolutamente de su cultura, la cual
relatos que ensombrecen el cuadro de los tiempos normalmente ha sido ya internalizada en gran
precedentes, justificando así la nueva adhesión medida. Además, esa especie de negación de la
religiosa (Hervieu-Léger 2004). Lo radical o cultura que se desarrolla en el seno del movimiento
rupturista en este proceso es la intencionalidad y evangélico, luego de ser analizada empíricamente,
el proceso electivo del actor social, más allá de si emerge como una forma específica de vivenciar la
prácticas son ejercidas bajo presión, manipulación cultura aymara ante la presencia de una crisis cultural
o si se ven empujados a ella. Es en la misma y la llegada del pentecostalismo. Consideramos
escenificación pragmática de sus acciones donde que este es el punto más importante a la hora de
se manifiesta esta forma (muchas veces soterrada) analizar la falsa dicotomía entre cultura aymara y
de disrupción. cultura evangélica en el norte de Chile esculpida
La conversión es un proceso dramático en por los estudios clásicos. Las diversas formas de
sí mismo que aumenta o disminuye según los apropiación y reapropiación que los aymaras realizan
contextos históricos. En nuestro caso de estudio, de la cultura evangélica, y viceversa, forman parte
muy pocas personas pueden decir que se han también de esta cultura aymara que constantemente
convertido al pentecostalismo o al protestantismo se ve refundada y reactualizada en nuestros días.
porque simplemente les “atraía” el movimiento. Un ejemplo clave donde se manifiesta esta
Una conversión significa más bien el último paso imbricación es en la reinterpretación cosmológica
dado luego de haber vivido algunas experiencias que realizan los pentecostales convertidos de su
previas especialmente dramáticas por la persona, tradición aymara. En términos muy generales, la
como la enfermedad, el alcoholismo, el desempleo, cosmología aymara distingue la existencia de tres
la muerte o la violencia intrafamiliar, entre otras. espacios en el universo: alaxpacha, akapacha y
Así, podemos admitir que la conversión está manqhapacha. El primero es el mundo de arriba, el
íntimamente relacionada con la crisis. Cuando cielo, un mundo de luz imperceptible a los sentidos.
el proceso de conversión se enfría, el convertido Para los pentecostales el alaxpacha es interpretado
inicia un proceso de redefinición y ponderación de como el cielo, la morada de Dios y de los ángeles.
la renuncia, y la asunción de las nuevas creencias y Es un espacio que posee poder sobre la tierra. Por
prácticas religiosas. Esto se manifiesta de manera su parte el akapacha es el mundo de la tierra, la
diferenciada entre hombres, mujeres y jóvenes morada de los seres humanos, animales y vegetales.
aymaras, además de variar según el entorno Para los pentecostales es la morada de los seres
urbano o rural. humanos, el mundo del trabajo y del sufrimiento.
La dramatización de la cultura. Los procesos de conversión evangélica aymara (Chile) 245

Normalmente se distinguen dos tipos de trabajo: el pentecostalismo tiene más efectividad. Porque los
material y el espiritual, siendo el más importante cultos se suelen constituir en tiempos catárticos,
el trabajo espiritual, el cual está relacionado con donde se hace manifiesta “la formulación de
la predicación, la oración y el culto. Por último, el propuestas simbólico-rituales que ofertan la salida
manqhapacha es el mundo de abajo o el subsuelo, al conflicto social y la afirmación operacional de
donde existen fuerzas poderosas e incontrolables. las vías cohesivas rituales y simbólicas que superan
Para los pentecostales este espacio es el infierno, el conflicto social tanto en la conversión como en
la morada del diablo y sus demonios. Es un mundo la restauración” (Melgar 2001:16). Es por ello que
incontrolable para aquellos que no tienen el Espíritu diversos autores han destacado la importancia de la
Santo. Todos los convertidos y bautizados por el dimensión cúltico-ritual dentro del pentecostalismo
Espíritu Santo tienen poder sobre él, el cual se a nivel global (Anderson 2007; Moulian 2004, 2012;
manifiesta normalmente de manera ritual. Por Muñoz 2011; Robbins 2004, 2009).
ejemplo, mientras que la tradición aymara-católica Debemos recordar que a nivel latinoamericano el
puede señalar que el diablo y sus demonios producen pentecostalismo ha sido una religión de los pobres,
las enfermedades, las malas cosechas o la muerte indígenas, campesinos, hombres y mujeres populares.
de los animales; los pentecostales manifiestan un Su desarrollo ha sido el correlato (muchas veces
poder para exorcizar el mal y sus consecuencias indeseado) de grandes y acelerados procesos de
luego de su conversión. Poder simbólico, que no modernización que han traído aparejados importantes
solo está en el pastor, sino en cada creyente. procesos de reconfiguración sociocultural (Míguez
1998, 2000). En este escenario, diversos autores
Crisis y Recursos Simbólico-Rituales han señalado que el crecimiento y el éxito del
pentecostalismo latinoamericano se ha debido a
La nueva religión evangélica quiso constituirse que este movimiento ha ofrecido y ofrece maneras
en una especie de re-fundacionalismo cultural, alternativas y efectivas para comprender y superar las
operando de manera predilecta por el fenómeno crisis sociales, culturales y personales, por las cuales
de la conversión. Ello implica que a través de la atravesarían especialmente las capas sociales menos
conversión la religión es situada y la cultura se vuelve favorecidas de nuestras sociedades (Bastian 1997;
dinámica. Así, la religión es situada culturalmente, D’Espinay 2009; Mansilla 2009; Orellana 2008).
proporcionado además “los marcos de acción y guía Es en este contexto que se ha señalado que el
al individuo para la elección de cursos de acción movimiento evangélico es una religión de la crisis,
específica” (Amparán 1999:45). pues “ofrece sentido de vida; crea lazos de identidad
Este re-fundacionalismo y dinamización individual y social; brinda soluciones a problemas
cultural que opera durante el proceso de conversión, inmediatos; crea redes de instituciones sociales;
se escenifica y reproduce de manera especial en posibilita procesos de movilidad social ascendente;
todas las ritualidades cúlticas que caracterizan a y permite percibir nuevas formas de participación
la tradición pentecostal, las cuales luego suelen ser política en el futuro” (Pereira 1996:8). Pero si bien
producidas, reproducidas y aplicadas en la esfera el pentecostalismo puede ofrecer una particular
de la cotidianeidad. En este punto recordamos que cosmología cristiana que permite explicar estos
Turner destaca que todo proceso de conversión procesos de transformación y crisis a nivel societal,
implica procesos rituales muy significativos tanto parecería ser que el pentecostalismo se muestra
para el actor social directamente involucrado como más eficaz en situaciones que pueden enfrentarse
para el grupo en general (Turner 1974, 1988). En individualmente, donde son “los mecanismos de
el rito, la conversión puede adquirir incluso cierto fortalecimiento psíquico a través de la consolidación
nivel de politización con la finalidad de construir de la autoestima y las redes solidarias” los que
la diferencia y superioridad del grupo actual con finalmente resultan efectivos para superar las crisis
relación a la anterior. De esta forma se podrá mostrar personales (biográficas) coyunturales (Miguez
una mayor eficacia de los ritos o de las plegarias. 2001:84). En otras palabras, y de manera algo más
Es por ello que los procesos dramáticos concreta, la capacidad resolutiva de los evangélicos no
devienen en espectacularidad, acompañados de se despliega tanto en el plano social, de hecho suelen
una diversificación de ritualidades, sobre todo ser criticados muchas veces por cierta pasividad en
las aflictivas. Y es en estas ritualidades donde el este orden (Parker y Fediavoka 2009), sino más
246 Miguel Mansilla y Wilson Muñoz

bien en el ámbito de transformación personal que son usadas por el cristianismo. Sin embargo, lo
generan la incorporación de una nueva concepción que es característico del pentecostalismo es su
de la vida. utilización para enfatizar una visión dramática
Normalmente esta concepción e interpretación de la vida. Además, estas imágenes parecieran
de la vida suele tener ribetes dramáticos. De hecho, acomodarse de buena manera al paisaje andino,
nuestro análisis empírico muestra que los aymaras donde el desierto, la altitud, la extrema oscilación
se convierten al pentecostalismo por las mismas térmica y los escarpados caminos, conforman un
razones que otros chilenos u otros indígenas entorno duro y agreste que encuentra eco en estas
latinoamericanos. La diferencia no reside en la metáforas, siendo reapropiadas con pertinencia
demanda ni en la oferta religiosa (según las teorías cultural por los aymaras evangélicos.
de la rational choice) ni en un plano netamente A través de las metáforas, los individuos suelen
funcional, sino en los códigos culturales locales que seleccionar, enfatizar y suprimir rasgos de las
ofrece la tradición aymara y que son reinterpretados relaciones sociales en relación con la naturaleza
y utilizados pragmáticamente por los pentecostales. (Turner 1974:31). Y en todas las experiencias que
Lo característico de los evangélicos aymara es el suelen rodear al proceso de conversión religiosa
uso de recursos simbólicos y rituales específicos relatadas por los evangélicos aymaras, aparece
para interpretar las crisis personales y sociales, y en una primera instancia un individuo inerme y
expresarlas dramáticamente. abandonado frente a una naturaleza (sociedad)
En términos más concretos, las crisis, las rupturas abúlica, la cual se resuelve cuando aparece Jesús
y los dramas suelen ser comprendidos y enfatizados como un redentor personal. Y aunque el problema
a través del uso simbólico de metáforas particulares, concreto que posee el individuo no se resuelve
las cuales brindan al creyente y al converso aymara necesaria ni obligatoriamente, al menos se siente
una serie de símbolos con determinados significados capacitado para salir de esta situación crítica. Aunque,
que el afectado puede recepcionar activamente y paradójicamente, jamás se logre salir enteramente
llenar de contenido. Las metáforas evangélicas de esta situación en vida, entre otras cosas por la
aymaras que nos transmiten visiones de vida comprensión trágica y dramática que se posee de
marcadas por las figuras de la crisis y el drama, la misma, la cual será revertida solo cuando llegue
podemos encontrarlas de manera sobreabundante el fin de los tiempos.
en los diversos testimonios, prédicas y cantos que Esta concepción dramática de la vida expresada
se despliegan en las representaciones cúlticas que en diversas metáforas, finalmente le otorga a los
caracterizan a este movimiento. evangélicos los símbolos necesarios para expresar los
Luego de realizar nuestro análisis empírico, problemas y pesares que los aquejan cotidianamente.
pudimos apreciar que las metáforas más utilizadas De alguna forma, así los evangélicos aymaras
por los evangélicos aymaras remiten a imágenes han logrado adaptarse a las nuevas demandas y
climáticas, geográficas, marinas y fáunicas. Algunos necesidades de los feligreses, logrando mantener su
ejemplos concretos de ellas se pueden apreciar membresía (pese a que su crecimiento ha disminuido
en las siguientes frases utilizadas cotidianamente en los últimos años).
durante la realización de actividades cúlticas: Pero más allá del uso de recursos metafóricos
(1) metáforas climáticas: “rodeados de nubes que ofrece la comunidad pentecostal para dotar de
sin ver el sol”, “sombras que no permiten la sentido a una existencia teñida de crisis personales
calidez”, “oscuridad que no permiten caminar”, y sociales, en el seno del movimiento se despliegan
etc.; (2)  metáforas geográficas: “pasar por el otros recursos rituales que permiten enrolar de
desierto”, “andar por caminos angostos”, “caminar manera sostenida a los neófitos e integrantes de
por cerros encumbrados”; (3) metáforas del la comunidad a la iglesia, por un lado, y entregar
pescador: “una frágil barca enfrentando terribles diversas herramientas prácticas para replantear y
marejadas”; “un barco sin timón”, “un pescador, conllevar las crisis personales y sociales que afectan
que a pesar de su esfuerzo, no ha pescado ningún a sus integrantes, por otro lado. De esta manera,
pez”; (4) metáforas fáunicas: “una pequeña ave los diversos rituales ofrecen verdaderas cadenas de
en las fauces de un felino”, “una oveja herida”, interacción que les permiten seguir reproduciéndose
“un animal neonato abandonado”, etc. Todas estas a sí mismos de manera dramática, al mismo tiempo
metáforas se alimentan del imaginario bíblico y que ofrecen una energía emocional que emerge
La dramatización de la cultura. Los procesos de conversión evangélica aymara (Chile) 247

socialmente en estas ritualidades (Robbins 2009). iglesia (como ocurre en algunas congregaciones).
En este escenario el rol de la comunidad es clave. Este proceso requiere de un tiempo determinado y
Los autores que investigaron inicialmente al de formas adecuadas de comunicación que hacen
pentecostalismo aymara resaltaron su capacidad de posible el establecimiento de relaciones afectivas
acción comunitaria conjunta sobre los feligreses, y relativamente discretas, basadas sobre todo en
subrayando que se trataba de uno de los elementos la confianza interpersonal cultivada en el seno de
más significativos del pentecostalismo (González la comunidad.
1981; Guerrero 1984) y protestantismo aymara Es importante mencionar aquí un factor de
(Tudela 1993). En Chile se evidenció una crisis del género, pues son las mujeres quienes son concebidas
sueño igualitarista de las comunidades pentecostales como las más adecuadas y propicias para establecer
en la década de los sesenta (Mansilla 2014), estas relaciones. De hecho, las iglesias son visitadas
manifestándose posteriormente en una crisis de la fundamental y primariamente por mujeres. Son
propuesta de comunidad pentecostal en el mundo ellas quienes finalmente buscan más ayuda y que
urbano, donde las personas toleraban cada vez menos también la ofrecen en los diversos templos que
la excesiva exigencia de la comunidad religiosa. No pueblan los Andes. Finalmente, existen diversos
obstante, justo cuando esta propuesta de comunidad aspectos que la religión evangélica define y legitima
entra en crisis en la urbe, al mismo tiempo comienza como femeninos, como por ejemplo: hablar, buscar,
a desarrollarse vigorosamente en el mundo aymara aceptar y brindar ayuda, llorar, entre muchos otros;
(1957) en un contexto de crisis cultural. y es por ello que suelen ser las mujeres quienes
Esta forma de operar comunitaria posee operan como personas que poseen una sensibilidad,
un correlato concreto en una serie de prácticas conocimiento y prácticas distintivas que les permiten
rituales que permiten integrar a los actores a la ser las más adecuadas (expertas) para otorgar esta
comunidad evangélica aymara, a la vez que le ayuda simbólico-ritual de compensación emocional.
ofrecen mecanismos que permitan replantear y/o Una situación que está en clara concordancia con
sobrellevar las crisis personales y sociales que suelen la tradición aymara, donde el rol de la mujer suele
aquejarlos. A partir del análisis empírico hemos tener estas asignaciones.
podido identificar tres grandes mecanismos que Una segunda manifestación concreta de
operan de manera ritualizada y suelen ser efectivos este acompañamiento personal y social, emerge
ante estas situaciones. cuando alguien de la comunidad se enferma o
La primera forma utilizada por parte de los pasa por problemas graves de diversa índole. En
evangélicos para resolver estos problemas son la este escenario, la comunidad suele realizar un
acogida y el acompañamiento personal y social que trabajo “de apoyo para activar y movilizar recursos,
se le ofrece a todo neófito. La acogida está asociada capacidades, potencialidades de las personas y de
al contacto afectivo que la comunidad le otorga al su entorno” (Pérez 2004:11). Este acompañamiento
visitante. La comunidad considera que el primer es característico dentro de la tradición evangélica
contacto que establecen los hermanos cristianos y vienen practicándolo desde sus orígenes. Se
con la persona que visita recientemente un templo trata de una labor que normalmente suelen llevar
es un asunto extremadamente importante, pues se a cabo los líderes de las iglesias y también las
trata de la primera instancia donde el neófito toma mujeres, aunque pueden desarrollarlo todos los
contacto con esta nueva comunidad. El afecto, las feligreses. Es un “trabajo de relación personal
muestras de cariño, abrazos y el ofrecimiento de continuada, relativamente duradera, de comprender
oración que normalmente son desplegados en este a las personas para contribuir a que ellas mismas
primer encuentro, suelen hacer manifiesto el afecto entiendan y empiecen a dominar su situación y
e interés por la persona recién llegada. Pero además, las claves de sus dificultades” (Pérez 2004:11).
se debe hacer explícita la muestra de desinterés Esta labor de acompañamiento permitiría que la
para que la persona que realiza su primera visita compensación (religiosa-ritual) sea capaz tanto de
no se sienta utilizada, y experimente que existe un manipular como de restaurar las crisis que afectan
interés genuino por su persona y sus problemas. al individuo y/o la comunidad. En términos más
Es decir, que la ayuda ofrecida no se haga solo concretos implica llevar a cabo prácticas rituales
por el interés en la conversión, el bautismo o un como orar (oraciones cúlticas, intercesoras, etc.),
posterior aporte económico que deba realizarse a la realizar ayunos, ungimiento con aceite, practicar
248 Miguel Mansilla y Wilson Muñoz

la imposición de manos (taumaturgia). Tanto ritual quizás sea el punto de mayor diferencia con la
este acompañamiento personal y social, como la tradición aymara, pues no existen prácticas análogas
dimensión ritual que lo acompaña, posee ciertas con este nivel de especificación ni intensidad.
analogías con la tradición aymara. En general, consideramos que dado que esta
Durante el desarrollo de cada una de estas serie de prácticas de acogida, acompañamiento y
ritualidades, las personas suelen percibir el interés convencimiento, suelen ser ejecutadas de manera
que poseen los integrantes de la comunidad hacia ritualizada y reiterada en el contexto aymara
su persona y sus problemas, los que generalmente pentecostal, finalmente permiten que se establezca
nunca se solucionan del todo, pero al menos, gracias una estructura de interacción comunicativa ritual
a ritualidades como las recién mencionadas donde duradera en el tiempo. Quizás esta sea una de las
el acompañamiento es clave, pueden sobrellevar de características más distintivas a nivel organizacional
una manera más razonable, tanto a nivel cognitivo del pentecostalismo (Robbins 2004, 2009). La
como emocional y social. La persona ya no se presencia de verdaderas cadenas de interacción
siente sola y sabe que sus problemas pueden ser ritual (Collins 2004), permiten establecer vínculos
comprendidos y sobrellevados por otros, pues específicos entre los integrantes de la comunidad
finalmente lo más importante para la comunidad y los neófitos, a través del mantenimiento de una
es que esta persona también pueda ayudar a otros efervescencia emotiva que suele recrearse día a día en
a conllevar sus problemas a través de la práctica los encuentros. Finalmente, esta energía emotiva suele
de rituales. operar como un factor simbólico de coordinación que
Finalmente también es importante recordar que seduce y motiva a los participantes. En este punto, lo
cuando algún congregante decide irse de la iglesia, distintivo del evangélico aymara serían los códigos
la comunidad utiliza estrategias específicas para culturales específicos que se utilizan para llevar a
convencer y disuadir al creyente de lo contrario. cabo a estos procesos simbólicos y rituales. En ese
En términos rituales, se trataría de una especie de sentido, los evangélicos, más allá de las aparentes
fase potencialmente reparadora generada por el oposiciones con la tradición aymara, parecieran
alejamiento del creyente. Esto sucede de manera haber visto en ella un terreno simbólico y ritual
especial en el pentecostalismo, aunque también extremadamente rico, el cual es reinterpretado y
en el protestantismo, pues se trata de tradiciones reutilizado de manera contextual por sus conversos.
cristianas caracterizadas por la práctica del De esta forma, la efervescente tradición ritual del
proselitismo; mientras que la Iglesia Católica, al pentecostalismo se ve nutrida por la rica tradición
menos actualmente, no posee mayores estrategias o ritual aymara. De ahí su importancia para toda la
mecanismos para disuadir a sus creyentes para que comunidad de evangélicos aymaras.
retornen al redil. Al parecer, esta especie de falencia
ritual del catolicismo institucional (a diferencia del Consideraciones Finales
catolicismo popular), estaría relacionada con el
sentimiento de abandono y desvalorización por el A lo largo de este artículo hemos tratado de
lado de la nueva religión. De igual forma, cuando poner en evidencia algunas reconfiguraciones
algún creyente se va de las iglesias pentecostales o culturales que se han producido en el mundo
protestantes, estas comunidades elaboran una serie evangélico aymara en el norte de Chile, poniendo
de acciones de desagravios, activando mecanismos especial atención en el fenómeno de la conversión
de ajustes y reparación. Por ejemplo, las constantes religiosa. Hemos intentado poner en cuestión aquellos
visitas que se realizan a la casa del rebelde converso supuestos funcionalistas presentes en diversos
para poder reintegrarlo finalmente al redil. Aquí estudios que tienden a dibujar a la cultura aymara y
la expresión redil y sus individualidades fáunicas, evangélica como mundos totalmente contrapuestos
adquieren un ribete real, que los aymaras logran y antagónicos, donde tanto los indígenas como
comprender ¿Cuáles son los riesgos de un ovino los creyentes suelen ser conceptualizados como
que se aleja del redil? ¿Cómo logrará enfrentar actores pasivos, y donde los conflictos y las crisis
la sociedad interpretada como noches, desierto o son vistos como fenómenos meramente negativos
quebrada rodeados de caninos? Por ello la búsqueda, y no productivos socialmente.
la salida y el encuentro con el descarriado son rituales Por un lado, hemos mostrado que la conversión
llenos de simbolismos. Este último mecanismo que realizan los aymaras a la religión evangélica
La dramatización de la cultura. Los procesos de conversión evangélica aymara (Chile) 249

normalmente es un proceso relacionado con las de metáforas plurales que brindan al creyente
crisis personales, grupales y sociales que estos y al converso aymara diversos símbolos que el
experimentan. Según los testimonios analizados, afectado puede recepcionar activamente y llenar
una conversión suele ser el último paso luego de de contenido. Además, en el seno del movimiento
haber vivido experiencias previas especialmente se despliegan múltiples recursos rituales que
dramáticas, como la enfermedad, el alcoholismo, permiten enrolar de manera sostenida a los
el desempleo, la muerte o la violencia intrafamiliar. neófitos y entregar herramientas prácticas para
Así, podemos admitir que la conversión está replantear y conllevar sus crisis. Se trata de una
íntimamente relacionada con la crisis. En este serie de prácticas de acogida, acompañamiento y
escenario, las diversas formas de apropiación y convencimiento, ejecutadas de manera ritualizada
reapropiación que los aymaras realizan de la cultura y reiterada en el contexto aymara pentecostal, y
evangélica, forman parte de esta tradición aymara que finalmente permiten que se establezcan una
que constantemente se ve refundada y reactualizada. estructura de interacción comunicativa ritual
Incluso esa especie de negación de la cultura que se duradera en el tiempo. En general, estas prácticas
desarrolla en el seno del movimiento evangélico, rituales que pueden ser fácilmente identificables
emerge como una forma específica de vivenciarla. como parte de la tradición pentecostal y suelen
Esto es especialmente importante para derrocar la poseer claras analogías con la tradición aymara. Esto
falsa dicotomía esculpida por los estudios clásicos permite establecer vínculos específicos entre los
entre cultura aymara y evangélica. integrantes de la comunidad y los neófitos a través
Por otro lado, debemos comprender que la del mantenimiento de determinada efervescencia
nueva religión evangélica vino a constituirse en emotiva que suele recrearse en cada encuentro ritual.
una especie de re-fundacionalismo cultural (aunque Finalmente, esta energía emotiva suele operar como
nunca total) en el contexto aymara, operando un factor simbólico de coordinación que seduce
de manera predilecta a través del fenómeno de y motiva de manera especial a los participantes,
la conversión. Esta re-dinamización cultural se lo que lo convierte en un factor relevante para la
escenifica y reproduce de manera especial en las comunidad aymara pentecostal.
ritualidades cúlticas que caracterizan a la tradición
pentecostal, las cuales luego suelen ser producidas, Agradecimientos: Este artículo es resultado del
reproducidas y aplicadas localmente. Es en estas proyecto FONDECYT Nº  3120162 (CONICYT-
ritualidades donde el pentecostalismo se torna Chile). El coautor es becario CONICYT (programa
más efectivo a la hora de pensar, comprender y Becas Chile). De igual modo agradecemos los
resolver los problemas y crisis personales. En comentarios y sugerencias de los evaluadores que
este escenario, los evangélicos ofrecen una serie permitieron mejorar este artículo.

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