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Charles Baudelaire:
El pintor de la vida moderna.
El término “moderno” significó en esa época
la búsqueda y apuesta por lo nuevo
la transgresión, el cambio
relacionado íntimamente con las transformaciones impetuosas
de las tecnologías y la vida social
en la segunda mitad del siglo XIX
el arte contemporáneo
no se propone como novedad y diferencia
con respecto a lo anterior
más bien se explora
la apropiación, la cita, el collage
reciclando referentes de la historia del arte
e imprimiéndole nuevos significados,
intencionalidades y propósitos a lo apropiado.
Otro rasgo fundamental
del arte contemporáneo
es que comienza a autorreflexionar
de manera sistemática
acerca de sus propios significados, funciones y limitantes
volviéndose lo visual muchas veces secundario
(desmaterialización de la obra de arte)
Por otra parte se produce
una confluencia y superposición
de gran cantidad de estilos y tendencias
tanto que
-según Meyer Shapiro-
se puede hablar de un
“paroxismo de estilos”
Igualmente se ha producido
una llamada “entropía artística”
una dinámica caótica o desordena
con una variedad casi infinita
de tendencias, objetivos e intencionalidades.
Según Danto:
este es un estado de
“perfecta libertad”,
donde “todo está permitido”
y donde la “pluralidad”
se vuelve la norma.
Por eso, según Danto:
El arte contemporáneo
es pos-histórico
porque se ha propuesto como objetivo principal
reflexionar sobre sí mismo
o:
“la vida está por encima del arte”
(Duchamp)