- Resumir la formación, la conversión, y el ministerio público de Pablo.
Pablo fue uno de los hombres más destacados en la historia de la Iglesia. Su historia es una de las más asombrosas de la humanidad. El libro de los Hechos describe cómo Pablo conoció a Jesús. Los detalles más valiosos de su vida se encuentran en sus cartas a los Corintios, Gálatas, y Filipenses. Pablo fue un judío de la ciudad de Tarso con un alto nivel de preparación. Por muchos años, fue llamado Saulo de Tarso. Consideremos varios detalles acerca del fondo histórico de Pablo. Estudió la ley en Jerusalén con el gran maestro Gamaliel (Hch 22:3) En Gálatas 1:14, dijo que él había llegado a ser un líder de la religión judía. Saulo persiguió tanto a hombres como a mujeres en Jerusalén. Tenía cartas del sumo sacerdote que le daban autoridad para arrestar a los cristianos fuera de Jerusalén. Con estas cartas, Saulo continuó con su trabajo en muchas otras ciudades (Hch 26:10-11). Él creía que estaba ayudándole a Dios a erradicar a los adoradores falsos. Fue entonces que Saulo conoció a Jesús cara a cara en uno de sus viajes de persecución a los creyentes. Este encuentro cambió su vida completamente. Luego, Saulo llegó a ser conocido como el apóstol Pablo. Conversión. Saulo negaba que Jesús fuera el Mesías, el Hijo de Dios. Él no creía que Jesús había resucitado de entre los muertos, como Esteban había dicho. Escuchó cuando Esteban dijo, “He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios” (Hch 7:56). Entonces la muchedumbre comenzó a dar gritos y mientras apedreaban a Esteban, Saulo estaba allí mirando y aprobando su muerte. ¡Entonces un día, algo que Saulo nunca imaginaba de repente sucedió! El Señor Jesús mismo se le apareció en el camino a Damasco. Entonces Saulo se dio cuenta de que Esteban tenía razón. ¡Jesús estaba vivo! Él era el Hijo de Dios. Un poco después, Saulo comenzó a predicar a Cristo como Salvador. El ministerio público de Pablo. La iglesia de Jerusalén envió a Bernabé a enseñar a los creyentes en Antioquía de Siria. Luego Bernabé fue a Tarso por Pablo. Ellos enseñaron juntos por 1 año completo en Antioquía (Hch 11:25-26). Pablo continuó estudiando y enseñando. Un día Pablo, Bernabé y otros estaban alabando y ayunando y el Espíritu Santo habló por uno del grupo, diciendo, “Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado” (Hch 13:2). Bernabé y Saulo sin duda ya tenían una confirmación interior en cuanto a esta obra. El grupo continuó ayunando y orando. Entonces, llegó a ser claro para todos que el Espíritu estaba llamando a Bernabé y Saulo a ser misioneros. Pusieron las manos sobre ellos mientras oraban. Entonces los enviaron para ser los primeros misioneros de la iglesia de Antioquía. Desde los primeros días de la Iglesia, el Espíritu Santo dirigía a los creyentes mientras adoraban y ayunaban. También hoy, Él nos dirige mientras tomamos el tiempo para alabar, ayunar, y orar. Pablo tuvo un gran ministerio entre los judíos y los gentiles durante los siguientes veinte años. Evangelizó las provincias de Galacia, Macedonia, Acaya, y Asia. Comenzó iglesias en todas esas áreas y las fortaleció. - Identificar los cuatro grupos en cada una de las cartas y de los libros de Pablo. Grupo Cartas escritas por Pablo Fecha 4 cartas de *salvación Romanos, Gálatas, 1 y 2 Corintios 49-57 (*soteriología) 4 cartas de la prisión Efesios, Filipenses, Colosenses, 62 (Epístolas de la prisión) Filemón 2 cartas acerca del futuro 1 y 2 Tesalonicenses 51-52 (escatología) 3 cartas a pastores 1 y 2 Timoteo, Tito 65-67 (Epístolas pastorales)
- Relacionar la justificación con las 5 partes de Romanos.
El tema de Romanos es la justificación (Ro 3:22-24). Pablo explicó cinco partes de la justificación en esta carta. Éstas se ven con claridad en el bosquejo del libro. Romanos Subtemas 1-3 Pecado: La necesidad de justicia 4-5 Justificación: La provisión de justicia 6-8 Santificación: El resultado de la justicia 9-11 Rechazo: La amplitud de la justicia 12-15 Servicio: El fruto de la justicia
- Explicar por qué Pablo escribió a las iglesias de gálatas.
En Gálatas, vemos un propósito mayor y un propósito menor. El propósito mayor de la carta a los Gálatas es para enfatizar que somos salvos por Jesús, no por Moisés. Estamos bajo la gracia, no bajo la ley. Esto nos lleva al propósito menor de Pablo. Aunque no estamos bajo la ley, tenemos que vivir vidas santas. La base de nuestra salvación es la fe, no las obras. Aun así, Dios requiere que andemos en el Espíritu, y no en la carne. Pablo enfatiza este tema menor en Gálatas 5:16– 6:1. Allí hace un contraste entre los hechos de la carne y el fruto del Espíritu. Los que satisfacen los malos deseos de la carne no heredarán el reino de Dios (Gá 5:19-21). La gracia nos enseña a vivir vidas piadosas y santas. - Resumir 3 razones que Pablo dio a los gálatas para creer en el evangelio. Pablo da a los gálatas tres razones para creer en el evangelio. 1. La sección personal (Gá 1–2): El evangelio de Pablo lo recibió de Cristo. Pablo recibió su evangelio por medio de revelación del Señor (Gá 1:11-12). No se lo dieron los otros apóstoles, sino que sólo estuvieron de acuerdo con su mensaje y su ministerio (Gá 1:16–2:10). 2. La sección doctrinal (Gá 3–4): El mensaje del evangelio no es completamente nuevo. El Antiguo Testamento enseñó la verdad del evangelio (Gá 3:8). Abraham es el gran ejemplo de justificación por la fe en Dios. Él vivió mucho antes de la ley; por lo consiguiente la ley no lo justificó. El hecho es que la ley no justifica a nadie (Gá 3:9-14). Pablo explicó esta verdad enfocando la diferencia entre un niño adoptado y un hijo (Gá 3:23–4:7). Entonces usó la historia de los dos hijos de Abraham para repetir su declaración sobre la ley (Gá 4:21-23). 3. La sección práctica (Gá 5–6): El evangelio funciona con experiencia personal. Los que aceptan el evangelio reciben libertad de la esclavitud del pecado. Pero los creyentes tienen que mantenerse firmes en la verdad. Pablo amonestó a los gálatas a no volver a la ley. Algunos ya habían cambiado su fe en Cristo por la fe en la ley. Él dijo que estos habían sido separados de Cristo y que habían “caído de la gracia” (Gá 1:6-7; 5:4). Ellos eran como los pámpanos que no permanecieron en Cristo, la vid (Jn 15:4-6). Tales pámpanos son quemados. El Nuevo Testamento suele advertir a los creyentes sobre el peligro de alejarse de Jesús y perder su salvación.