Sei sulla pagina 1di 15

Título: “Cuestión de actitud”

Autora: Silvina Carrasco

4 Personajes:

1. Elena: Joven mujer de unos 26 años. Tiene una actitud verdaderamente positiva
ante la vida (siempre elige ver lo positivo).
2. José: Trabaja hace tiempo en la oficina en la que empieza a trabajar Elena. Es
quién le da la bienvenida a la joven a su nuevo trabajo.
3. Luján: También es una antigua empleada de la oficina.
4. Mario: El jefe. Hombre de apariencia ruda y hostil a quién sus empleados temen.

ACTO I.

Personajes que intervienen en este acto: Elena y José.

Escenario: Una oficina con escritorios, ordenadores, papeles por todas partes,
lapiceros con bolígrafos y lápices, ficheros y una taza de café.

José está trabajando en su computadora. Se acerca Elena.

–Elena: Hola, soy Elena Pérez. Me indicaron que venga a esta oficina.

–José: Ah, tu eres la nueva compañera. Mucho gusto, mi nombre es José,


vamos a trabajar juntos.

(Se saludan)

–José: (Le indica un ordenador) Tú puedes trabajar aquí. Para empezar,


tendrías que llenar estas planillas con estos datos, imprimir lo que está en esta
carpeta, ordenar por fechas y archivar. Cuando termines me avisas.

–Elena: (Se sienta en su puesto) Muy bien.

–José: (En tono más confidencial) Hay algunas cosas que deberías saber desde
el principio. Aquella es la oficina de Mario, el jefe. Como verás está cerca, así
que no está permitido hacer ruido cuando él está por aquí: no tolera los ruidos,
ni el más mínimo ruido.
–Elena: Entiendo, algunas personas necesitan silencio para poder concentrarse
totalmente en las tareas que realizan.

–José: (Intentando ser solidario con la nueva compañera y advirtiéndole) Tienes


que saber que si quieres permanecer en este trabajo te conviene no contradecirlo
en nada aunque sepas que está equivocado, él siempre cree tener la razón.

–Elena: Ok, ha de ser un hombre muy seguro de sí mismo. Se necesita mucha


seguridad y compromiso para ser responsable del trabajo de tantas personas.

–José: Yo diría muy severo y suele tener mal humor. ¡Ha!, y no cuentes tus
problemas personales porque no le interesan; solo espera de sus empleados
que hagan funcionar la empresa.

–Elena: ¡Qué admirable! ¡Se nota que su trabajo lo apasiona!

–José: (Sorprendido por la actitud de su compañera) Parece que no me estás


entendiendo. Si te digo todo esto es para que conserves tu trabajo y lo sufras lo
menos posible.

–Elena: Y te lo agradezco, pero no es mi modo de enfrentar la vida.

–José: Mario es realmente duro con sus empleados; aquí todos le tememos.
Cuando él aparece, no vuela ni una mosca, y así es desde siempre. Además
¿Cómo puede parecerte tan admirable si aún no lo conoces?

–Elena: Mira José, que alguien o algo me guste o me caiga bien no depende de
su aspecto o su aparente forma de ser, sino de mi disposición para que me guste.
Todos tenemos características positivas y negativas en igual medida y la gente
se comporta según como se la trate.

ACTO II

Personajes que intervienen en este acto: Elena, Luján, José y Mario.

Escenario: La misma oficina del Acto I.

Elena, José y Luján trabajan y conversan amenamente.


–José: ¡Tengo hambre!

–Luján: Sí, ¡que llegue rápido la hora de almorzar! ¿Qué van a cocinar a la
noche?

–Elena: Yo voy a cocinar algo liviano.

–José: Yo voy a comer lo que traiga el delivery.

–Luján: Yo voy a hacer una ¡estupenda lasagna! (pronuncia la exclamación con


tono italiano)

(Los tres compañeros ríen)

(En un instante se cortan las risas y el ambiente se tensa. Entra Mario con su
habitual seriedad. José y Luján se ponen serios y quietos y saludan al unísono)

–José: Buen día don Mario.

–Luján: Buen día don Mario.

–Mario: (Sin responder al saludo) Luján, los balances, como siempre, tienen
errores. Los necesito perfectos antes del fin de semana.

–Luján: (Nerviosa) Si… es que, tuve… poco tiempo y…

–Mario: (La interrumpe) Los necesito perfectos antes del fin de semana.

(Mario sigue su camino rumbo a su oficina. Se detiene y regresa)

–Mario: Elena, ¿sigues aquí?

–Elena: Si don Mario, quería terminar con esto pero ya me voy, el horario de
visita está por empezar.

–Mario: Bueno, espero que esté todo bien con tu madre. No hay inconveniente
con que cambies tu día de descanso para mañana si lo necesitas. (Se va a su
oficina.)

–Elena: Gracias don Mario.


(José y Luján se miran desconcertados por la amabilidad de Mario.)

–Elena: (Entendiendo el asombro de sus compañeros) Es que mi madre está en


observación en el hospital. Nada grave, pero por precaución la han dejado unos
días más.

–Luján: ¿Y Mario te ha dejado salir en horario de trabajo para ir a verla?

–Elena: Sí… Solo le expliqué la situación y como cualquier persona comprensiva


me dio permiso.

–José: Es que con nosotros nunca ha sido comprensivo…

–Elena: Es que aquí todos siempre le han tenido miedo. Lo han tratado con
desconfianza y él ha respondido de la misma manera. Yo por mi parte, siempre
lo he tratado con respeto y cordialidad y él me ha respondido de igual modo. Solo
es cuestión de cómo uno enfrente las situaciones. (Se va.)

FIN

Recuperado de:
Pérez, C. (2019), Obra sobre la actitud positiva (4 personajes). Obras cortas.
Recuperado de: https://www.obrascortas.com/obra-sobre-actitud-positiva/
Título: ¿Dónde está mi libro diario?

Autor: María Gabriela Méndez

Tema: Confusión de libro diario perdido en el salón de clases. Género: Drama

Personajes:

1. Narrador 1 (Voz Femenina)


2. Ana
3. Miguel
4. Extras (estudiantes en el salón de clases)

Nota: Entre paréntesis () se encuentran sugerencias de expresiones no


verbales, (Acotaciones)

Ambiente

En dos ambientes para dos actos.

Ambiente 1: El salón de clases con pupitres organizados y algunos bolsos.


Una chica busca su libro diario y no lo encuentra. Está desesperada porque
este libro contiene información privada acerca de sus sentimientos hacia otro
chico del salón. Sospecha de alguien y cuando entra al salón le acusa muy
segura, mientras éste se defiende diciendo que no lo hizo. Durante este acto la
chica tiene un momento de monólogo, y luego el encuentro con el sospechoso
de robo de su libro diario.

Ambiente 2: Esta chica llega a su casa y se da cuenta de que su diario


siempre estuvo allí, por lo que tiene mucha vergüenza con su amigo por
haberlo acusado injustamente.

Narrador: – Ana tiene un amigo, su confidente secreto, a quien le cuenta hasta


sus sentimientos más ocultos, es un tesoro para ella… (pausa) es su diario.

Acto 1.

Ana: (llega al salón de clases preocupada, directamente a buscar su bolso


(maletín, cartera, bolsa), piensa en voz alta) – Mi diario, debo resguardarlo,
nadie puede verlo. (Busca y busca pero no lo encuentra)

Ana: – Ok, alguien tuvo que haberlo tomado (se muestra reflexiva y mira a
todos lados) – Ya sé, tiene que ser Miguel, que fastidio, él no me gusta, solo
disfruto que seamos amigos, pero no puede ser otro, él tomó mi diario… Oh no,
ahora debe estar leyendo acerca de lo que siento por su mejor amigo.
Miguel: (Se acerca a Ana, muy amigable y cortés, pero al mismo tiempo trae
una sonrisa que hace que Ana confirme su sospecha) – Hola, cómo has
estado?, todo bien?, pareces preocupada.

Ana: – Tú sabes, tomaste mi diario, no debiste hacerlo, necesito que me lo


devuelvas YA.

Miguel: – Yo no tomé tu diario, ¿qué te pasa?, yo no haría eso.

Ana: – Claro que sí lo harías, siempre me estás preguntando cosas, y yo no te


he querido responder, la curiosidad te atormenta. Debes devolverme mi diario,
y espero que lo que leíste, lo lleves a tu tumba, ok?

Miguel: Ya te dije que no tomé tu diario, y mucho menos leerlo… No sé qué te


pasa, debes haber confesado un crimen ahí, porque de verdad que exageras.
No agarré tu diario y es la última vez que te lo digo. (Se va de la escena
molesto)

Ana: (sigue buscando en su bolsa (morral, cartera, maletín escolar), y se


sienta, observa a todos lados, su diario no aparece, esto es realmente
perturbador para ella)

Acto 2.

Narrador: el día terminó en el colegio, Ana finalmente llega su casa después


de un largo día de incertidumbre. Si Miguel no tiene su diario… ¿quién lo
podría tener? Su vida está en manos de otras de personas, sus secretos, sus
sentimientos.

Ana: (Apenas entra en su casa, en su habitación, ve su diario colocado frente a


sus ojos en la mesa de noche… No lo había perdido, estaba en su habitación,
todo fue una confusión. Rápidamente corre a buscarlo, lo toma, lo abraza, se
acuesta en su cama muy aliviada de que su diario esté finalmente en su
manos, nadie ha irrumpido en su privacidad, por lo que piensa en voz alta) –
Qué alivio, estás aquí.

Ana: – Ahora, qué pena con Miguel, tendré que disculparme, no tengo cara
para decirle que realmente mi diario estaba aquí.

Narrador 1: Ana entiende que su reacción fue producto de la incertidumbre de


no saber en qué manos estarían sus secretos, pero al llegar a casa entiende
que toda su escena frente a Miguel fue solo un acto impulsivo, ahora debe
resolver este nuevo asunto, porque él es su amigo, y ella fue muy rápida en
acusarlo. Es importante tener cuidado con lo que hacemos producto de la
ansiedad o la incertidumbre, mejor verificamos antes de hacerle daño a alguien
con nuestras dudas.

Pérez, C. (2019), Obra sobre la actitud positiva (4 personajes). Obras cortas.


Recuperado de: https://www.obrascortas.com/obra-sobre-reacciones-impulsivas/
Título: “La domestica metiche”
Autora: Clara Pérez

4 personajes:

1. Yuri: Domestica metiche


2. Orlando: Dueño de la casa.
3. Felicidad: Dueña de la casa.
4. Zaida: Hija del matrimonio.

ACTO ÚNICO

Ambientación: Casa de la familia.

Introducción: Yuri limpiaba los muebles de la casa cuando Orlando llega a


pedirle un café.

Orlando: Buenos días Yuri, tráeme un café por favor.

Yuri: Buenos días señor, le traeré un té, la cafeína hace daño.

Orlando: Yuri, no quiero té, te pedí un café.

Yuri: Por eso, pero como el café es dañino para la salud, yo le traeré un té, es
más saludable. No se hable más, ya vengo con su té.

Orlando (molestándose): Yuri no quiero un té, ve a la cocina y tráeme un café.

Yuri (haciéndose la ofendida): Ok, no se altere, le traigo su café, pero cuando


empiece a sentirse mal, no diga que no se lo advertí. Uno aquí trata de ayudar
pero…

Orlando (interrumpiendo molesto): Yuri ¡el café!

Yuri: Ya voy, ya voy, que falta de paciencia.

Yuri sale a buscar el café y Felicidad entra aun sacando la pereza de su cuerpo
y bostezando.

Felicidad: Buenos días amor ¿Cómo dormiste?

Orlando (irónico): No muy bien roncaste toda la noche.


Felicidad (ofendida): ¿Yo roncando? Orlando pero si yo no ronco.

Yuri entra con el café en la mano y se lo entrega a Orlando sin ningún cuidado
para meterse en la conversación.

Yuri: ¿Qué no ronca dice? Señora si usted duerme en ese cuarto y uno cree
que hay un oso dentro.

Felicidad: Yuri ¿A ti quien te preguntó?

Yuri: Nadie, pero como soy testigo, opino

Orlando: Yuri ¿por qué no vas a ver si estacione bien el auto? y si no es así,
ponlo en un buen lugar.

Yuri: Señor, yo no sé manejar

Orlando: No importa, has lo que te digo y sal de aquí por favor.

Yuri (caminando hacia la salida): No agradecen, uno los quiere como si son de
su familia y ellos mal agradecidos, no agradecen.

Yuri sale del lugar y felicidad toma la taza de café de Orlando y comienza a
tomársela, mientras este la mira sin parpadear.

Felicidad: ¿Y Zaida aún no se ha levantado?

Orlando: No, Zaida siempre ha sido muy perezosa, pero últimamente duerme
mucho más que de costumbre.

Felicidad: ¿Estará enferma?

En ese momento aparece Zaida

Zaida (lanzándose en un sofá con cara de sueño): ¿preguntaban por mí?

Felicidad: Hija ¿estas enferma? Duermes mucho.

Zaida: No mamá no estoy enferma, es normal, estoy cansada.

Yuri que había estado escuchando entra de nuevo.

Yuri: Claro que es normal, en su estado se duerme mucho.

Orlando: ¿Cuál estado?


Yuri: Ah ¿pero es que no saben?

Zaida (Algo nerviosa): Yuri cierra la boca que nadie está hablando contigo.

Felicidad: Orlando te pregunto ¿qué estado, Yuri?

Yuri: Señorita Zaida y ¿para cuando va a dejar la noticia? Sus padres tienen
derecho a saber que serán abuelos.

Orlando y Felicita (a la vez): ¡¿Qué seremos qué?!

Zaida se levanta del sofá y sale rápidamente, mientras sus padres van detrás
de ella ordenándole que se detenga y explique, Yuri se queda sola en el salón
hablando en voz alta.

Yuri: A mí no me gusta el chisme, ni meterme donde no me llaman, soy muy


discreta, pero esa niña tenía que hablar.

FIN

Pérez, C. (2019), Obra sobre la actitud positiva (4 personajes). Obras cortas.


Recuperado de: https://www.obrascortas.com/obra-los-chismes/
Título: “Exigiendo mis derechos”
Autora: Clara Pérez

4 personajes:

1. Empleada: Encargada del cobro e información.


2. Cliente 1: Tranquilo, sumiso y callado.
3. Cliente 2: Violenta y altanera.
4. Cliente 3: Asertiva y capaz de exigir lo que merece.

Ambientación: Oficina de cobro y reclamos.

Introducción: 3 clientes esperan en una oficina para hacer el reclamo por mal
servicio y la empleada responde a cada uno según su comportamiento.

Cliente 1 (acercándose tímidamente a la empleada): Buenos días señorita, hace


más de un mes que nuestro servicio de internet no funciona, a mí me apena
muchísimo tener que molestarla, pero me gustaría saber ¿Qué pasó? ¿Y cuándo
van a solucionarlo?

Empleada (respondiendo de manera grosera): Esta es la cuarta vez que repito


lo mismo; yo no sé señor, hay problemas y los técnicos están trabajando en eso,
tienen que esperar, no podemos solucionarle eso hoy, y que vengan aquí a cada
rato entorpece, no ayuda.

Cliente 2 (siendo tan altanera como la empleada): ¿Y tienes que gritar para decir
eso? Aquí los que pagamos somos nosotros, así que tu baja la voz, que si tú
sabes gritar yo también. Me vas explicando que es lo que pasa con el servicio
que para eso te pagan, no para que te comas a la gente por venir a preguntar.

Empleada: Baje la voz señora, que así no puedo atenderla, yo no estoy aquí
para escuchar gritos y lamentos, así que salga que ya les dije que no los puedo
ayudar.

Cliente 2: Yo no voy a salir de aquí hasta que tu no me des una solución, y grito
lo que me dé la gana, a ti te pagan para atenderme, a mí no me pagan para
aguantarte, así que ubícate.

Empleada: Bueno, a mi nadie me va a venir a gritar, no puedo atender a nadie


más gracias a la señora altanera, no hay más información. El que va a cancelar
que lo haga y los reclamos para otro día.

Cliente 3 (hablando de manera seria, pero sin gritos): Hazme el favor, esto es
una oficina de reclamos y tu deber es dar la información…

Empleada (gritando): Señora ya dije…


Cliente 3: Baja la voz que te escucho sin gritos. Vamos a sacar la educación a
flote ¿te parece? Entiendo, si no estás capacitada para dar la información, es
difícil que puedas solucionarlo, entonces debe existir alguien más capacitado
supongo. Me llamas por favor a tu superior para que nos explique el problema
del servicio y de una vez nos diga porque ponen a atender a un empleado que
no sabe cómo solucionar.

Empleada (bajando el tono): Si estoy capacitada para solucionar señora, no


necesitamos llamar a un superior.

Cliente 3: Que bueno, entonces, si estas capacitada, tu cumples tu deber de


informar y yo mi derecho de ser informada, así aligeramos y la fila no se hace
más larga, nos dejas satisfechos a los tres y no tenemos que ir a instancias
mayores ¿es posible?

Empleada (abochornada y hablando de manera más amable, aunque forzada):


Estamos presentando problemas con el cableado, se está trabajando en eso, por
ahora no podremos decirles exactamente cuanto tiempo se llevará eso.

Cliente 3: Muy bien, y siendo que no están prestando el servicio ¿debemos


seguir pagando?

Empleada: Si llena el formulario de reclamo, le suspenden el pago hasta


restablecer el servicio.

Cliente 3: ¿y no podías decir eso? ¿Ibas a cobrar el mes sabiendo que no se


debe?, ¿nos das los formularios para evitar el pago de la manera legal por favor?

Empleada (extendiendo el formulario a cada uno de los clientes): Si señora

Los clientes llenan el formulario y lo entregan

Cliente 3: ¿Ves que no es tan difícil cumplir con tu deber? Los clientes tienen
derechos y hay quienes si saben exigirlos, gracias por tu atención.

La empleada se queda sin responder mientras mira la cliente 3 salir de la oficina.

FIN

Pérez, C. (2019), Obra sobre la actitud positiva (4 personajes). Obras cortas.


https://www.obrascortas.com/obra-teatro-los-derechos/
Título: “¿Te puedo ayudar?”
Autora: Clara Pérez

4 personajes

Santiago: Chico amable y de buen carácter.

Amigo: De actitud egoísta y despreocupado por los demás.

Alma: Mujer que sufre un percance.

Enfermera: Encargada de dar noticias a Santiago.

ACTO I

Ambientación: Entrada de un hospital.

Introducción: Santiago y su amigo se encuentran en la entrada de un hospital


cuando de lejos ven una mujer que se acerca herida y golpeada.

Santiago (Impresionado al ver la mujer): Mira ¿Qué le habrá sucedido a esa


mujer?

Amigo (despreocupado): ¿Quién sabe? Pero la pobre se ve muy mal, trata de


llegar aquí y viene tan lento que llegará mañana.

Santiago (preocupado): Vamos a ayudarla

Amigo (con gesto de obstinación): No amigo, que ganas de meterte en


problemas; no sabes que le paso a esa mujer ni en los líos en que puedes meterte,
deja que se arregle sola.

Santiago (Molesto): Eres un burro amigo, quédate yo iré a ayudarla.

Santiago camina apresurado a donde se encuentra la mujer recostada de una


pared tomando fuerzas para intentar llegar al hospital, llega hasta ella y
tomándola del brazo le habla.

Santiago (amablemente): ¿Te puedo ayudar?

Alma (hablando entre quejidos): Si gracias, acaban de asaltarme, me han


golpeado, se llevaron todo, mi auto, mis documentos, dinero, teléfono ¡todo!
Santiago (tratando de apoyarla sobre él): No te preocupes, si tienes que llamar
a alguien te presto mi teléfono, pero déjame llevarte hasta el hospital te ves muy
mal; mi madre está hospitalizada ahí y podré acompañarte hasta que logres que
alguien venga por ti.

Alma (apoyándose en él y tratando de caminar): Gracias, hoy en día la gente es


muy insensible, por miedo a meterse en problemas evita ayudar a los demás, ya
no existe la amabilidad.

ACTO II

Ambientación: Sala de espera del hospital

Introducción: Santiago y Alma llegan a la sala de espera del hospital Santiago


logra sentar a Alma y llama la atención de la enfermera.

Santiago (dirigiéndose a la enfermera): Señorita disculpe, esa mujer fue


asaltada y se siente muy mal; la golpearon y está herida ¿Puede hacer que la
atiendan por favor?

Enfermera: Si espere un momento voy a avisarle al médico y ya vengo por ella.

Santiago (acercándose a Alma): Ya vienen por ti para atenderte, puedes llamar


a tu familia, toma mi teléfono.

Alma (extendiendo la mano para tomar el teléfono): Gracias, eres muy amable…

Santiago (dándose cuenta que aún no se había presentado): Santiago, así me


llamo

Alma (tratando de sonreír un poco): Gracias Santiago, soy Alma.

Alma logra conseguir qué respondan su llamada y Santiago se aleja mientras


ella habla, una vez que finaliza, regresa al lado de la mujer, mientras la
enfermera se acerca junto al amigo.

Amigo (señalando a Santiago): Es él señorita.

Santiago (intrigado): ¿Soy qué? ¿Van a atender a la señora?

Enfermera (extendiendo una hoja): Si en un momento el médico la va a atender.


Esta es la cuenta de los gastos de su madre en una hora más o menos la daremos
de alta, debe ir cancelando.

Santiago (abriendo la cuenta y levantándose de la silla pasando su mano por la


cabeza en señal de preocupación): Dios ¿y ahora?
Amigo (acercándose y tomando el papel): ¿Qué pasa?

Santiago (preocupado): Mira el monto, no tengo tanto dinero, y solo una hora
para conseguirlo ¿ahora qué hago?

Enfermera (Acercándose nuevamente y dirigiéndose a Alma): Sra.


Acompáñeme, el médico va a atenderla.

Alma se levanta y va detrás de la enfermera volteando y sonriendo a Santiago


quien a pesar de la preocupación le devuelve la sonrisa.

Amigo (intrigado): ¿Qué vas a hacer? Es mucho dinero y si no lo tienes no podrás


sacar a tu mamá de aquí y la cuenta ira aumentando.

Santiago (golpeando la pared): Lo sé y no tengo idea de que puedo hacer, vamos


a ver a quien llamo o como consigo ese dinero.

Santiago sale de la sala de espera y su amigo lo sigue.

ACTO III

Ambientación: Sala de espera del hospital.

Introducción: Santiago y su amigo regresan con la misma preocupación con la


que habían salido antes del lugar.

Santiago (Molesto y desesperado): Nadie, nadie puede ayudarme.

Amigo (Tratando de calmarlo): ¿Y si pides que te den un crédito, pagar por


partes o algo así?

Santiago (pensando un momento): ¿Crees que me dejen hacer eso? sería la


solución.

Enfermera (acercándose nuevamente con una hoja en su mano): Disculpe, la


Sra. Del asalto salió con intenciones de despedirse pero ustedes no estaban aquí,
su esposo vino por ella, le dejó esta nota.

Santiago (tomando la nota): Por un momento pensé que era otra factura, gracias
señorita.

La enfermera se aleja y Santiago lee la nota, una sonrisa aparece en sus labios.

Amigo (Curioso): ¿Que pasa amigo?

Santiago (leyendo la nota a su amigo): Escucha: “¿Te puedo ayudar? Gracias por
tu solidaridad y amabilidad, ya me revisó el médico y afortunadamente todo está
bien, ojala hubiese más gente como tú en el mundo, te agradezco tu ayuda. Ah lo
olvidaba, la cuenta de los gastos de tu mamá ya están pagos, corren por mi cuenta,
gracias y mucha suerte. Alma”

Amigo (sorprendido): Amigo, pago la cuenta, es increíble y todo porque la


ayudaste a llegar al hospital.

Santiago (Sonriendo): Dios le pague este favor. No seas bobo, me ayudo porque
yo la ayude a ella ¿captas que ser amable y solidario si da frutos?

Amigo (molesto por el regaño): Bueno ya, tienes razón, hiciste bien en ayudarla.

Santiago (caminando hacia la salida): Vamos por mi mamá y salgamos ya de


este hospital antes que nos cobren por respirar.

Ambos amigos salen sonrientes en busca de la mamá de Santiago

FIN

Pérez, C. (2019), Obra sobre la actitud positiva (4 personajes). Obras cortas.


https://www.obrascortas.com/obra-sobre-la-amabilidad/

Potrebbero piacerti anche