·.

Principios Epistemológicos
. de la Sociología .
María Villegas Mujica

Ediciones de la UniversidadEzequiel Zamora .1

Colección Docencia Universitaria 1111
 DEDICATORIA

A todos los que me han permitido conjugar los verbos

amar y compartir.

A mis alumnos que me han permitido conjugar los

verbos enseñar y aprender.

A mi amigo Alvaro Martínez Arcaya. A su recuerdo

como ser excepcional.

e UNIVERSIDAD EZEQUIEL ZAMORA

Colección: Docencia Universitaria
Barinas- Venezuela, 1998
DEPOSITO LEGAL If 45519983003144
ISBN 980-248-096-7

Diagramador: Jorge Sandoval

Diseño de Portada: Mario Arias

3
 CAPITULO I

El Ser Humano como Ser que Conoce

ÍNDICE

1.1 Introducción 15

1.2 El Conocimiento 16

1.3 La Percepción 19

1.4 Sentido Común y Conocimiento 23

1.5 El Conocimiento como relación Sujeto-objeto............ 27

1.6 La Posibilidad de Conocer 35

1.7 Los Criterios de la Verdad 37

1.8 El Origen del Conocimiento 39

1.9 El Estudio del Conocimiento 42

1.10 Recapitulación........... 43

1.11 Bibliografia 47

13
 Los hombres no han esperado el surgimiento
de la ciencia para formarse una idea del dere-
cho, la moral, lafamilia,el Estado y aún la socie-
dad pues les eran imprescindibles para vivir.
EMILIO DURKHEIM.

1.1 - INTRODUCCIÓN AL CAPITULO I -

Partiendo de la concepción del ser humano como un ente pensante y
creador, que desarrolla sus potencialidades en la medida que vive en
sociedad con otros semejantes y construye una cultura, este primer capí-
tulo se orienta hacia la discusión de lo que ha significado para el ser
humano ese proceso complejo que representa la forma como se relacio-
na con el mundo donde vive y con sus semejantes. Se proyecta analizar
la realidad del hombre como ser capaz de conocer; capacidad ésta que le
permite captar el mundo exterior y ejercer sobre ese mundo una acción
transformadora. Pensamos que estos son aspectos de singular relevancia
para la discusión de los factores involucrados en la conformación de una
disciplina que como la sociología se interesa por la vida de los seres
humanos en sociedad. Considerar al conocimiento como un proceso indiso-
luble de una cultura y de una sociedad, nos lleva a la indagación acerca de las
formas de conocer que los hombres han desarrollado en su historia sobre el
planeta tierra, en diferentes épocas y en diferentes espacios geográficos.

La consideración de las múltiples presencias del concer nos produjo

una gran interrogante~Óué es realmente conocer? En el intento de
buscar una respuesta a la misma, se incluyeron en esta discusión los
siguientes diez puntos: Después de la introducción, en segundo lugar, nos
ocupamos de lo relativo al conocimiento tanto en sus definiciones, como
en su devenir histórico. En tercer lugar, se presenta lo relacionado con la
percepción, tratando de establecer aquellos aspectos que de una u otra
forma condicionan este fenómeno humano, así como su forma de produ-
cirse. En cuarto lugar discutimos lo relativo al llamado "Sentido Común"
como una de las formas de perpetuarse verdades inmutables estableci-
das en las sociedades mediante las cuales se determina el consenso en
las significaciones, que van a propiciar la convivencia de los grupos

15
sociales, así como el desarrollo de "axiomas", que a su vez servirán como
principal fundamento de los planteamientos científicos. El quinto punto se
dirige hacia la discusión relativa al conocimiento como relación sujeto-
objeto considerando las posiciones de Hessen, Edgar MoTÍn y la visión
desde el punto de vista dialéctico de Hegel, Marx y Karel Kosik. En el
sexto y séptimo puntos se plantean los aspectos relativos a dos inte-rrogantes
trascendentales que se han intentando responder en diferentes propuestas
relativas al conocimiento; estas interrogantes se refieren a la posibilidad del
conocer y los criterios de la verdad. En el octavo punto se analiza lo relativo
al origen del conocimiento. En el noveno punto de este primer capítulo
examinamos la forma como en el discurrir del pensamiento humano, desde
la ontología y la gnoseología, hasta la teoría del conocimiento y la fenome-
nología del conocimiento, se ha venido estudiando este fenómeno.
1. 2 - EL CONOCIMIENTO.-
Conocer es tener la idea o la noción de algo o de alguien, es poder
distinguir o reconocer; pero del mismo modo es un proceso que permite
establecer una relación entre un yo interior cognoscente y un exterior
cognoscible. En cada proceso de conocimiento se establece entre estos
dos factores una relación que va a dar como resultado los conceptos,
juicios, raciocinios que luego se concretarán y culminarán en el conoci-
miento, como conjunto de ideas e imágenes. Dicho conocimiento podrá
ser expresado a través del lenguaje, el cual es el que le da forma a los
conceptos y juicios originados. "oo. el resultado del conocimiento, al ser
expresado en el lenguaje hablado o escrito, adquiere una cierta realidad
espacio-temporal, que hace que pueda constituir parte del mundo exterior
y ser susceptible de conocimiento como tal". (Sierra Bravo, 1984, pp 17).
"El proceso de orientación del hombre en el mundo no com-
prende solamente la asociación dé imágenes como en los ani-
males. Comprende ante todo pensamiento lenguaje, es decir,
la posibilidad del acto de conocer a través de la praxis, por
medio de la cual el hombre es capaz de transformar la reali-
dad... Ese proceso de orientación en el mundo no puede ser
entendido como un acontecimiento puramente subjetivo. Ni
tampoco como un acontecimiento objetivo y mecánico(Freire,
1975, pp, 8).
16
Cuando Freire hace estos planteamientos quiere dejar bien estableci-
do que el sujeto pensante elabora su pensamiento-lenguaje en la relación
dialéctica que establece con su realidad histórica y cultural concreta: A
través de esta relación el individuo elabora una imagen mental más o
menos estructurada de su entorno. Satisfaciendo una de las necesidades
más íntimas de la naturaleza humana, se elaboran imágenes que respon-
den al conocimiento de una situación dada. Estas imágenes presentan por
lo menos dos dimensiones: una dimensión prescriptiva y otra descriptiva,
apareciendo ambas unidas por cuanto el hombre no se contenta con la
satisfacción orgánica, sino que juzga al mundo en relación consigo mismo
y con sus semejantes. En la dimensión prescriptiva la imagen del mundo
asume una valoración de todo lo que alcanza a percibir la conciencia del
individuo. A su vez los valores afectan la propia vida y la conducta frente
a-los demás.
En la medida que las sociedades se hacen más complejas se van en-
tremezclando diferentes nociones del mundo, por cuanto la necesidad de
una imagen significativa subsiste. La multiplicidad de esas concepciones
que prevalecen en las sociedades, a pesar de los diferentes procesos que
se desarrollan y las afectan, son algunas de carácter consuetudinario y
otras ideológicas, elaboradas mediante el esfuerzo crítico y se encuen-
tran estrechamente interrelacionadas con la intensidad del cambio, las
variedades de la estratificación social, los conflictos que se presentan y la
dinámica de los procesos económicos, además de algunos otros factores
que entran en juego.
Aprehender el mundo y subordinarlo a las necesidades humanas pa-
rece haber guiado el proceso cognoscitivo desde etapas muy tempranas
del quehacer de los seres humanos. Pero toda forma de conocimiento se
construye a partir de un enfrentamiento de fuerzas que se contraponen,
por lo cual el conocimiento y los procesos que éste implica aparecen
como productos de un conjunto de estrategias y luchas que nada tienen
de ingenuas, tal y como plantea Michel Foucault. En tal sentido el conoci-
miento puede ser visto como uno de los más antiguos problemas de la
humanidad que se complejiza con el surgimiento de las "prácticas sociales".
Los griegos trataron problemas gnoseológicos subordinándolos a cues-
tiones que luego serían llamadas "ontológicas". La pregunta sobre lo que
17
 es el conocimiento, aparece en estrecha relación con la inquietud sobre
¿qué es la realidad?, la cual se mantuvo de forma similar en la filosofia
medie~a~. No obstante, sin que esto quiera decir que el problema del
conocimiento nunca fue tratado anteriormente con profundidad, es sólo
en la edad moderna, con los escritores y filósofos del Renacimiento
interesados en el método tales como Descartes, Malebranche, Leibniz,
Locke, Berkeley, Hume y otros, que el problema del conocimiento se
convierte en un problema central, aun cuando no el único del pensa-
miento filosófico. ' social y en cada individuo depende del grado de desarrollo alcanzado por
Como supuestos básicos para considerar el conocimiento es preciso
establecer la existencia de un mundo interior íntimo y profundo del hom-
bre, que se supone como mundo de la razón y de la conciencia así como
sus manifestaciones en especial el pensar y las ideas. Asimismo corres-
ponde a e~te mun?o inter~or todo aquello que subyace a la conciencia y
~u~ constituye el inconsciente en todo su amplio sentido, pero no es este
último el aspecto que en esta discusión nos interesa resaltar.
Como contrapartida al mundo interior, se encuentra el mundo de la
realidad espacio-temporal que existe por fuera del pensamiento. Ambos
mundos son diferentes entre sí, pero se encuentran estrechamente rela-
cionados a través del proceso del conocimiento que permite al mundo
interior reflejar .en su relación con el mundo exterior las cosas y los obje-
tos que en el existen, para luego elaborar una imagen mental de las mis-
mas y de sus características.
Sergio Bagú dice que
"Conocer es un proceso de la materia viva. La posibilidad de
conocer como conoce el hombre - es decir de construir una
teoría del conocimiento - depende entre otras condiciones
históricas, de como vaya progresando la investigación sobre la
materia viva ... Conocer es como proceso fisiológico, una fun-
ción del sistema nervioso".
(Bagú, 1987, pp 160-161).
En dicho proceso, el conocimiento se realiza en una sucesión de eta-
pas de creciente complejidad organizativa en la historia de la materia, lo
18
cual se relaciona tanto con los estímulos externos, como con las condi-
ciones en que se encuentra el medio interno. En los seres humanos la
capacidad de captación de los estímulos que le n~jgan qe~l'medio exterior
se encuentra considerablemente desarrollada.
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La
rel~~iÓn 'que se 'esta~
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blece entre el universo del conocimiento y el de lo social-cultural al inci-
•• _ [ , •. . .•.'. l' ¡) ..•..• ,~ l.
dir sobre la base biológica preexistente va modificando la capacidad de
conocer, a la c4al Bagú llama "aptitud gnoseológica". pic~a aptitud la
conforman tant~'Úna cÍetermiñaciün personal como -Un~ determi~ació~
la totalidad biológica organizada y unificada por la corteza cerebral y los
estímulos que continuamente la alteran y la hacen más compleja. Esto
nos lleva al próximo punto a tratar, el de la percepción.
1.3 - LA PERCEPCIÓN. -
Percibimos todo aquello que entra por los sentidos. Por tanto, toda
percepción es el resultado de un complejo proceso sensorial que a través
de diferentes pasos implica la interacción entre los estímulos que excitan
los sentidos, (organizados a partir de la vista, el tacto, el olfato, el oído y el
movimiento) y el aparato interpretativo de los sentidos. La percepción
que pone en funcionamiento la actividad mental y neuronal, no debe ser
vista como simple relación de estímulo respuesta, sino como algo que
exige una elaboración interpretativa y una construcción. Percibir implica
lo sensorial: vemos, oímos, tocamos, sentimos y el estímulo pone en mar-
cha la capacidad mental cerebral y neuronal que poseemos. Esa capaci-
dad está ubicada en la parte biológica que al desarrollarse permitió al
hombre humanizarse y está constituida por el sistema nervioso y particu-
larmente por la corteza cerebral. En la medida que se intensificó el con-
tacto con otros miembros de su misma especie el hombre se fue haciendo
capaz de descubrir las conexiones entre diferentes fenómenos y fue de-
sarrollando símbolos que le permitieron comunicarse cada día a niveles
más complejos y a crecientes distancias en espacio y tiempo. Fue así
como pudo hacer historia y desarrollar una cultura. Alcanza tal magnitud
la potencialidad de desarrollo de la capacidad mental en la historia perso-
nal de cada ser humano normal, que la etapa formativa dependiente que
se establece entre el nacimiento y la edad adulta es más prolongada que
la de cualquier otro ser vivo, precisando una constante interacción con
otros seres humanos.
19
 En los seres humanos la capacidad de captación de estímulos tanto
del exterior como del interior se ha desarrollado de una forma bastante
considerable. Sin embargo, de acuerdo a estimaciones hechas, al siste-
ma nervioso central llegan aproximadamente un millón de impulsos ner-
viosos cada segundo y por una actividad selectiva llegan sólo unos pocos
al cerebro, de estos últimos son muchos menos los que llegan a participar
en la construcción de imágenes e ideas. Es decir que la percepción es
selectiva y que no vemos, oímos ni sentimos todo lo que nos rodea. Por
otra parte, los datos que los sentidos reciben son reconstruidos en el mis-
mo momento de recibirlos de acuerdo a un aprendizaje prolongado que se
va dando como parte de la socialización (proceso que permite que los
nuevos miembros de la sociedad se incorporen al grupo social del cual
forman parte). Sobre la percepción se puede entonces decir que se re-
fiere a darse cuenta de una sensación en el sentido global. En un sentido
más específico y de índole interna del ser humano, la percepción es
concientizar los objetos, las circunstancias o los sucesos de la vida pro-
pia, de manera intuitiva en una vivencia global compleja que se encuentra
determinada por sensaciones, estados de ánimo y esperanzas. Cada indi-
viduo posee su propia percepción, y por más que dos personas interactuen
en un mismo momento y en un mismo espacio, visual izando una misma
actividad u objeto, la percepción de cada uno va a ser totalmente diferen-
te, porque cada uno tendrá su propia forma de ver las cosas y su PJogia
interpretación. La percepción será entonces el sentido real que se~en
base a un aprendizaje o experiencia de las cosas. El conocimiento por su
parte será lo que se capte en la conciencia y conforme una idea o una
imagen del objeto. Pero, lo que se llama conocer primario y fundamental
es la intuición sensible, entendiendo por tal lo que percibimos y sentimos.
En la percepción se constituye el mundo exterior, en cambio en las sensa-
ciones no hay proyección espacial y lo que conozco es interior. En tal
sentido se puede afirmar que el animal percibe y siente guiado por su
instinto, pero ese sentir no llega a transformarse en símbolos verbales o
•en lenguaje convencional hablado y pensado. Tampoco llega el animal a
interpretar lo que oye, ve, siente y quiere en forma de mitos, magia, reli-
gión, filosofia o ciencia. Sólo el hombre construye con su experiencia
sensible un mundo significante de cosas y sólo el hombre es quien hace
abstracciones que le permiten representar aspectos y cualidades me-
diante el uso de nombres, palabras y sistemas conceptuales. El percibir y
sentir del hombre se fundamenta en el lenguaje, el cual como constructo
20
social humano le permite establecer la comunicación a través del espa-
cio y del tiempo. El animal por el contrario no persigue significaciones
sino estímulos y no elabora un lenguaje construido a base de conceptos.
De acuerdo a Gadamer:
El lenguaje no es sólo una de las dotaciones de que está pertre-
chado el hombre tal como está en el mundo, sino que en él se
basa y se representa el que los hombres simplemente tengan
un mundo. Para el hombre el mundo está ahí como mundo, en
una forma bajo la cual no tiene existencia para ningún otro ser
vivo puesto en él. (Gadamer, 1977, pp 531)
Es decir, que el mundo tal y como lo concebimos se hace presente por
medio de símbolos que representan mediante el lenguaje la imagen que
construimos después que percibimos la realidad. Lo que expresamos por
tanto, son los símbolos y no la realidad como tal.
Al discutir la percepción resulta conveniente referimos a los fenóme-
nos psíquicos que se encuentran involucrados en este proceso. General-
mente se clasifican los fenómenos psíquicos en tres grandes grupos: los
de sensibilidad, los afectivo s, de actividad o voluntad; y los del conoci-
miento o representaciones. Este tipo de distinción ha sido bastante criti-
cada por numerosos psicólogos, planteándose que en todos los estados de
conciencia se deben considerar los tres aspectos antes mencionados pues
todo momento de la vida psíquica es al mismo tiempo afectivo, cognoscitivo
y voluntario.
La realidad es que la percepción, constituye un todo orgánico bastan-
te complejo, en el que un estímulo fisico se dirige a un ser que posee
experiencia, hábitos, recuerdos, ideas, etc. Se llama entonces percepción
a la captación de los objetos y de los hechos sensibles, donde al dato que
representa dichos objetos o hechos sensibles se le agregan siempre re-
cuerdos e imágenes previamente formadas, cuyo conjunto constituye un
objeto que comprendemos. Si no se agregan estos elementos, estaremos
hablando de sensaciones y no de percepciones.
Se ha dado en llamar sensaciones a todas aquellas percepciones en
21
las que se hace abstracción de las condiciones subjetivas. La sensación
se encuentra determinada por un agente: el excitante que provoca la ex-
citación, que puede ser de tipo mecánico, fisico o químico. En todas las
sensaciones existen umbrales absolutos de intensidad y las condiciones
fisicas son condiciones indirectas puesto que las excitaciones no detenni-
nan sensaciones más que por medio de ciertas modificaciones orgánicas
llamadas impresiones. La calidad de las sensaciones depende directa-
mente del órgano que recibe la impresión y no del excitante, por lo tanto
el valor intelectual cognoscitivo de la sensación está sujeto a toda una
interpretación, que constituye una elaboración para poder llegar a conoci-
mientos independientes del estado del ser vivo y perceptivo.
Por su parte la percepción implica dos operaciones fundamentales: la
percepción del espacio que determina las condiciones fisiológicas y
psicológicas donde se establece la percepción y la propia percepción de
los objetos, es decir, del conjunto o grupo de propiedades dotados cada
uno de una unidad y de estabilidad. El discernimiento de los objetos es
impuesto por la necesidad de la práctica y se desarrolla por la actividad
independiente que manifiestan ciertos grupos de cualidades sensibles. Todo
ello conduce a la representación de un mundo de objetos exteriores sepa-
rados unos de los otros y localizados en el espacio. En tal sentido es
importante destacar el papel que juega la memoria en la adquisición de
una experiencia cada vez más enriquecida, lo cual no puede dejar de
influir en la percepción de los objetos, puesto que permite reconocer los
objetos ya percibidos anteriormente y comparar la imagen con el objeto
real percibido.
Desde el planteamiento kantiano la concepción de la percepción éxi-
ge la preexistencia de un sujeto capaz de decidir y de interpretar lo que
aparece ante sus ojos. Es así como la percepción transforma al conoci-
miento en un problema de selección particular donde las prácticas socia-
les pierden fuerza. Se trata entonces de un sujeto autónomo que obviando
la misma percepción puede guiar y manipular desde la conciencia del
individuo. Para Kant, la percepción puede ser considerada como un me-
canismo de acercamiento a objetos exteriores desde nuestra intemalidad.
Esto significa que ocurre un procedimiento personal que individualiza la
observación de cualquier objeto y lo hace aparecer con características
diferentes ante cada hombre.
22
La sociedad actúa sobre el individuo como agente determinante de su
aptitud gnoseológica, pero no como totalidad objetivada. Al encon!rarse
el individuo inmerso en su realidad diaria, la necesidad de comprenderla
se l~ va presentando como problemas de diferentes niveies de importan:
cia y bajo aspectos disímiles. Puede tener una experiencia inmediata de
lo social con apariencia de conjunto, pero ese conjunto no se corresponde
necesariamente con la sociedad. Esto ocurre así por cuanto en la existen-
cia individual, lo social inmediato es visto desde los ángulos muy precisos
del conjunto funcional de acuerdo a la posición que se ocupa, al grupo al
cual se pertenece y especialmente a la función que se cumple.
.Por todo lo anteriormente señalado, la historia del hombre puede en-
señarse de muy diferentes maneras no sólo de acuerdo a la ubicación
social de los individuos y a su nivel cultural, sino también de acuerdo a la
etapa que vive la sociedad. Por otra parte, el tipo de conflictos que vive el
individuo actúa sobre su capacidad de percibir, por cuanto la intensidad
con la que se viven algunos conflictos puede contribuir a agudizar o a
trastocar la capacidad cognoscitiva.
En síntesis podemos decir que la sensación pura no existe puesto que
toda percepción implica una elaboración, una interpretación y construc-
ción del sujeto. En tal sentido, el conocimiento no es la simple copia de las
cosas, sino su construcción interior, por lo tanto constituye un proceso
más complejo que la simple percepción. No se puede entender entonces
que el saber humano como producto del conocimiento, es todo aquello
que entra por los sentidos, ni tampoco que es un simple subproducto
neurofisiológico. Por el contrario el saber es constituido como producto
de la cultura, como producción específica del hombre, entendiendo a la
cultura como actividad creadora de sentido que abarca todos los aspec-
tos de la vida material y espiritual del hombre. Es así como se desarrolla
y se mantiene el llamado sentido común. r f
1.4 - SENTIDO COMÚN Y CONOCIMIENTO.-
Entendiendo el sentido común, en el sentido gramsciano, como ideolo-
gía que se encuentra en una sociedad, aportando una colección de signi-
ficados y llenando ciertas funciones sociales que permiten que los indivi-
duos se adapten a la sociedad, se plantea que el sentido común es lo que
23
 permite que los nuevos inventos y descubrimiento sean adoptados por el
común de la gente en el desarrollo de su vida diaria. Se estima que esto es
así, por cuanto el sentido común facilita los significados y se convierte en
fundamento central para la configuración del lenguaje y de las pautas
ideológicas.
De acuerdo aG .. Moore:
"El sentido común admite con certeza la existencia en el Uni-
verso de dos tipos de cosas, a saber, objetos materiales y actos
de consciencia. Los primeros, por descontado, podrían existir-
y de hecho existen y presumiblemente existirán -, aunque no-
sotros no seamos conscientes de que lo hacen, si bien - dadas
las adecuadas circunstancias de tiempo y lugar será posible, al
menos en principio, que alguien cobre conciencia de los mis-
mos. Sobre la base de este puñado de creencias del sentido
común, que nadie se atrevería a negar ni acaso a enunciar en
virtud de su obvia condición de perogrulladas, se levantan los
edificios de las ciencias especiales encargados de incrementar
nuestra información sobre determinadas áreas de uno u otro
de aquellos dos grandes géneros de cosas sean físicas o
psíquicas."(Moore, 1989,pp, 16).
En el entorno cultural nos tropezamos constantemente con proposi-
ciones que nos resultan tan obvias que pareciera que no merecen la pena
mencionarlas. A nuestro criterio son proposiciones cuya verdad está fue-
ra de toda discusión. Estos criterios que permiten establecer esa verdad
indiscutible, al ser compartidos por el grupo pasan a formar parte del
sentido común. De tal forma la realidad resulta ser simplemente el orden
aceptado por consenso.
Es así como la ubicación en el espacio y en el tiempo se hace posible
• en función de un marco espacio-temporal desarrollado por el sentido co-
mún, con el propósito de darle sentido a las operaciones de la vida diaria
de los seres humanos. Este planteamiento asume la existencia de una
imagen establecida por el sentido común y derivada de la experiencia
común. Pero, la realidad es que la imagen de espacio y tiempo que tene-
mos actualmente son una creación de la ciencia moderna, en especial de
la fisica del siglo XVII y se refieren a una forma de pensar relativa que se
24
establece en un determinado período de tiempo y de espacio, como
elemento del desarrollo conceptual. Los seres humanos al tener una base
experiencial común desarrollan una forma común de ver el mundo,
por tanto el desarrollo del llamado sentido común estará siempre en
estrecha referencia al marco cultural y económico-social de su
acontecer. En tal sentido, el espacio y el tiempo para una sociedad donde
exista una visión dominante de lo magico-religioso, estará concebido de
tal forma que lo mágico pueda tener lugar. De igual forma, en una
sociedad donce lo fundamental sea su forma de producción agrícola, el
espacio y el tiempo estarán en función de esa actividad. Cuando la
sociedad se hace más compleja y se desarrollan procesos de mayor
abstracción es cuando se construyen nociones y constructos espacio
temporales que se apoyan más .en la especulación filosófica y en el
pensamiento crítico.
El desarrollo de concepciones estimadas como inevitables y definiti-
vas, que prevalecen, conduce a que se establezcan "axiomas", enten-
diendo por tal a: una idea, principio o sentencia que no requiere explica-
ción ni comprobación. Se la entiende entonces como algo evidente e in-
contestable. Los "axiomas" sirven como fundamento básico para la cons-
trucción del conocimiento científico. Es mediante los mismos como pudo
construirse intelectualmente lo que se ha llamado el espacio-tiempo clási-
co newtoniano. Cuando se agrego la noción de ocupación se hizo posible
el concepto cartesiano de la materia. Las clásicas contradicciones a que
da lugar la concepción de espacio, tiempo y materia en conjunto constitui-
rán el punto de vista del sentido común en lo que se refiere a los tres
conceptos. El sentido común lleva a la comprensión común como punto
de partida básico, esta comprensión también puede cambiar por los efec-
tos de cambios producidos en la comprensión científica y en los usos
científicos de la observación.
Las actividades de la vida cotidiana ofrecen un rico material y tienen
referencias a modos comunes de conocer que permanecen sin articular,
pero resultan de una importancia inmediata para el desarrollo de la expe-
riencia y la práctica humana. Estos modos de conocer se mueven en el
terreno del sentido común. En este orden de ideas, el sentido común pue-
de evolucionar superando los entorno s de la práctica cotidiana corriente
y general, de acuerdo a las exigencias de la curiosidad y la imaginación, o
25
 cuando las necesidades de la tecnología superan los límites P~la práctica 1.5 - EL CONOCIMIENTO COMO RELACIÓN SUJETO-
y de la comprensión comunes.
OBJETO.-
Entendiendo al conocimiento como proceso, se establecen dos ele-
En buena medida nuestros conocimientos constituyen parte del saber
mentos esenciales que se correlacionan entre sí estrechamente. Dichos
práctico, pues se aprende con el ejemplo y con la experiencia como hay
elementos son el sujeto capaz de conocer y el objeto capaz de ser cono-
que hacer las cosas y como se debe actuar en determinadas situ~fio~t:;s
cido. Como tercer elemento surge el producto del proceso que viene a
y circunstancias qu!<corrientemente se viven. Este saber corresp~p4e al
ser la imagen.
sentido común, porq'ue lo iIormal y de esperar es que todo el mundo lo
posea, puesto que está constituido por un bagaje de verdades que no
J. Hessen(I.983) explica éste fenómeno así: "el conocimiento se esta-
suelen ser sometidas a la reflexión crítica por lo frecuentes que son y por
blece como proceso entre dos elementos donde la relación es a la vez una
cuanto al formar parte del acervo cultural moral de los pueblos son admi-
correlación" (pp 24). El sujeto es sólo sujeto para un objeto, y el objeto es
tidas sin mayor discusión ni análisis. Son aceptadas entonces como
sólo objeto para un sujeto. Esta correlación no es reversi~l~, pues ~er
obvias y tácitas y por lo general se encuentran incorporadas en el
sujeto es algo completamente diferente a ser objeto. La función del SUj~-
lenguaje ordinario como tradición oral que se transmite en forma de di-
to consiste en aprehender al objeto y la del objeto es la de ser aprehendi-
chos, refranes y proverbios; o bien entremezclado en el lenguaje corrien-
do por el sujeto. Visto desde el sujeto esta aprehensión se presenta como
te como modismo s o expresiones verbales característicos de una lengua.
una salida del sujeto fuera de su propia esfera, pero el objeto no es tras-
ladado hacia el interior de la esfera del sujeto, sino que permanece tras-
Esas formas expresivas del sentido común no pueden considerarse
cendente a él, no en el sentido de sólo estar fuera, sino en el se~tido de
como algo sistemático ni se establece como cuerpo consistente de verda-
ser algo que surge en el sujeto y que asume algunas de las propiedades
des, pero como elemento de la propiedad común de una cultura configura
del objeto. Es decir, que en el sujeto se elabora una imagen del objeto:
un conjunto de previsiones y de certezas que permiten establecer lo que
todos debieran saber para que pueda desarrollarse las actividades bási-
Visto desde el objeto el conocimiento se presenta como una transfe-
cas y corrientes de la vida cotidiana. Al ofrecer formas de previsión se-
rencia de las propiedades del objeto al sujeto. Al trascender del objeto a
guras hace posible que la vida social se desarrolle estableciendo lo
la esfera del sujeto corresponde un trascender del sujeto a la esfera del
esperable y condicionando por tanto la acción.
objeto. El objeto es el determinante, el sujeto el det~rminado. Per.o lo
determinado no es el sujeto pura y simplemente, sino la Imagen del objeto.
Por último, lo que si hay que dejar muy en claro es que a pesar de
encontrarse siempre presente en todos los grupos humanos el sentido Esta imagen es objetiva en cuanto a que lleva en sí ras~os del obj~to,
común no es invariable ni universal en el sentido de ser igual en todos los siendo distinta del objeto se halla en cierto modo entre el sujeto y el objeto
tiempos y lugares, sino que cambia de acuerdo a los ambientes y períodos y constituye la forma como la conciencia cognoscente aprehende al objeto.
históricos. Los nuevos conocimientos desarrollados por la ciencia pasan
a formar parte del saber colectivo dentro de un proceso de asimilación
progresivo, por lo tanto la evolución del conocimiento científico incide en EL PLANTEAMIENTO DE EDGAR MORÍN
la evolución del sentido común, así como el sentido común incide decisi- Para el sociólogo Edgar Morín (1978), si bien es cierto que no existen
vamente en el conocimiento científico. hechos puros, sino datos filtrados por los sentidos, traducidos por la
percepción, moldeados por los patrones del entendimien~o e integr~dos
en patrones de inteligibilidad; hay que ir más allá porque dichos ~en~Idos,
dichas percepciones, esas formas, cuadros, categorías del entendimiento,
esos modelos y patrones de inteligibilidad no pueden ser separados del
26
27
 aparato biológico que es el cerebro y del dispositivo sociológico que es la
cultura. Este dispositivo constituye el producto de una larga evolución de
cambios en cuya raíz se ubica el problema biológico del conocimiento.
Partiendo de estas consideraciones Morín plantea un supuesto de par-
tida que servirá para iniciar una discusión de la relación sujeto-objeto. En
este supuesto establece que:
El sujeto existencial pensante y consciente (cognoscente,
teorizante, epistemolófaciente ...) y el objeto considerado como
cosa, conjunto de cosas, en el límite del universo como reali-
dad independiente de la existencia del espíritu del sujeto, son
las dos emergencias últimas (inseparablemente ligadas preci-
samente en su disyunción), a los niveles humano, socio-cultu-
ral, científico de la relación entre el ser vivo y su ambiente.
(Morin, 1989, pp, 239).
En este orden de ideas el objeto es para Morín:
... una entidad empírica aislable de su ambiente, así como de
toda relación exterior y, por supuesto, de todo sujeto observa-
dor. Esta entidad dispone de cualidades o propiedades que le
son propias, tales como masa, la velocidad y la posición, en los
objetos más elementales. Los objetos son pues, entidades inde-
pendientes y cerradas que pueden establecer o experimentar
relaciones con otras entidades, pero estas relaciones en tanto
no transformen la naturaleza del objeto para hacer de él un
nuevo objeto, no alteran la naturaleza independiente y cerrada
del mismo (IBID, pp, 241).
En lo que al sujeto se refiere en su carácter autorreferencial en lo
antropológico, sociológico y cultural, para Morín está constituido por un
espíritu que observa, conceptúa y piensa, como derivación de la naturale-
za organizativa de su ser biológico y de su cerebro pensante. Pero, esto
no sólo tiene que ver con las ataduras autorreferenciales antes mencio-
. nadas, sino que sus percepciones también tienen estrecha referencia con
las particulares ataduras individuales tales como: la familia, la clase so-
cial, la cultura y la sociedad en general; todas las cuales tienden a condi-
28
cionar su particular visión del mundo.
Anota Morin que el dualismo cartesiano formula la disyunción entre el
sujeto y el objeto escindiendo en dos campos rigurosamente delimitado
las formas del conocimiento. Tanto la metafisica como la ciencia quedan
así justificadas y delimitadas ejerciendo cada una la soberanía absoluta
sobre su territorio. Con el positivismo se intenta deslastrar defmitivamen-
te a la ciencia de todo vestigio metafisico, manteniendo con vigencia ex-
clusivamente a todo lo que resulte lógicamente operacional. Esto provoca
el desconocimiento del sujeto y su virtual desaparición, a pesar de ser
precisamente el sujeto el único que puede conocer. Al pretender que se
puede aprehender la realidad con todas sus complejas características para
transformarlas en dato objetivo se concibe una objetividad independiente
del sujeto que la reproduce y hace posible. Ahora bien, si se toma en
cuenta que los objetos se conforman dentro de una doble relación con el
ambiente y con el sujeto que capta y conceptual iza, no se puede sino
llegar a la conclusión de que la objetividad sólo puede ser concebida en y
por la comunidad, así como por la comunicación intersubjetiva. Esto se
establece así, por cuanto el ser del sujeto se determina a partir de un
conjunto de autorreferencias que provienen de su familia, su cultura y su
sociedad. En tal sentido la visión que este sujeto puede tener del mundo
estará construida a través de los filtros particulares autorreferidos desde
lo antropológico, lo sociológico y lo cultural de un ser que observa, con-
ceptúa y piensa.
La ciencia clásica al establecer las exigencias de la objetividad cientí-
fica postula que es posible y necesario observar y explicar una realidad
objetivizada desligándola del sujeto, se ignoran así las categorías menta-
les y las formas de organización que se corresponden con una realidad
objetiva del sujeto, el cual a través de su subjetividad filtra, traduce y
organiza dicha realidad en sus representaciones.
Al ser excluida del mundo objetivo, la subjetividad pasa a ser identifi-
cada como algo que viene del más allá y así el sujeto trascendental se
apropia del universo exhibiéndose en el mundo de la ciencia oculta, un
mundo donde asume para sí todo lo desconocido: el misterio, la incerti-
dumbre; llegando a representar desde el punto de vista moral a todo tipo
de ética.
29
 Morín considera que la noción de objetividad no puede ser más que
subjetiva, de la misma manera que la noción de subjetividad no puede ser
sino objetiva. Ninguna de las dos puede desligarse de la otra sin arruinar-
se a sí misma, mientras que unidas en una comunicación permanente
garantizan la vida del conocimiento. Pero, al mismo tiempo esta
complementaridad genera una oposición irreductible, puesto que de todas
maneras lo subjetivo es lo que impide y anula lo objetivo, y a la inversa lo
objetivo es lo que no reconoce y niega lo subjetivo.
Simmel (Cit. Por Nisbet, 1.966, P. 178), ya había planteado algo sobre
esta relación ambivalente, destacando que el desarrollo general de la cul-
tura era una manifestación de la preponderancia de lo que llamó "espíritu
objetivo", sobre lo que llamó "espíritu subjetivo». Esta preponderancia
hace cada vez más difícil al individuo conocerse así mismo, provocando
que cada vez más se le vea como una simple parte de la cultura externa
objetiva. Se transforma así del ser sensible que es, en un engranaje más
de una enorme organización de cosas y potencias que le arrebatan toda
forma de progreso en cuanto a espiritualidad y valor para convertirlo, a
partir de su forma subjetiva original, en una forma puramente objetiva.
Para Morín: "la complejidad es el principio según el cual el conoci-
miento intenta abordar sus condiciones de producción" (Morín 1989, pp
237). El principio de la complejidad constituido por el orden, el desorden y
la organización da cuenta de los procesos de producción del conocimien-
to. Al rescatar tanto al sujeto como a las condiciones socio-históricas en
ese juego de lo complejo, Morín promueve la reintroducción del sujeto
para superar el desfase de la ciencia clásica, pero concebido no sólo en
la dimensión psicológica del sujeto que capta y produce conocimientos,
sino incluyendo también las dimensiones cerebrales-biológicas que lo de-
terminan como sujeto cognoscente y productor de conocimientos.
Sobre la determinación socio-cultural del conocimiento Morin expre-
sa: "Toda ciencia construye su objeto en un contexto socio cultural. Así el
concepto de energía es el punto de una larga elaboración que coincide
modo no fortuito, con la revolución industrial y con el desarrollo de las
maquinas técnicas" (Morin, 1978, P 110).
En tal sentido, el sujeto resulta para Morín el ser exo-auto referente
30
que se coloca en el centro del mundo. Sin embargo, se cuida de caer en
sujetocentrismo, pues considera que es necesario distinguir, más no diso-
ciar al observador (conceptuador), del objeto observado o concebido. Para
Morín la dualidad entre sujeto y objeto aparece por primera vez en el
pensamiento del Sapiens y todas las subsiguientes religiones y filosofías
intentarán superar o profundizar a través de distintos caminos ese irrom-
pible vínculo, esa insuperable ruptura. "Descubrimos pues que imagen y
mito, rito y magia son fenómenos fundamentales vinculados con la apari-
ción del hombre imaginario ...A la aparición en escena del hombre imagi-
nario cabe asociar indisolublemente la del hombre que imagina". (Ibid.
P. 115).
El sujeto que observa, internaliza, conceptúa y construye imágenes,
indiscutiblemente forma parte del proceso de conocimiento y este proce-
so es indisoluble de una cultura y de una sociedad por cuanto el sujeto que
observa, piensa y construye lo hace en una dimensión antropo-social, lo
cual determina que "La categoría más objetiva del conocimiento sea la
del que conoce y sin embargo es esta la categoría que ninguna ciencia ha
querido conocer" (Ibid P. 116 ).
LA POSICIÓN MARXISTA
Carlos Marx asume la idea de un sujeto activo y creador de conoci-
miento, manteniendo así una idea que tuvo gran vigencia en la filosofía
clásica alemana incluyendo a Hegel, pero sin aceptar el idealismo filosó-
fico que se presentaba consustanciado con esta idea. Como consecuen-
cia de dicha separación la idea de un sujeto activo se presenta con un
contenido totalmente nuevo. Marx también acepta la premisa fundamen-
tal del realismo que concibe el logro final del proceso del conocimiento,
mas tampoco acepta las premisas empiristas de las que surge esta idea.
Con este último rechazo la idea del logro del conocimiento adquirirá un
nuevo contenido: Si el sujeto logra reconstituir de forma adecuada lo exis-
tente sus estructuras propias no son ni innatas ni rígidas. Esto significa
que su formación y su actividad deberán explicarse por una relación es-
pecial y una interacción permanente con lo existente. En lo que se refiere
al significado final del proceso de conocimiento. Es decir, aja relación
entre lo existente y el objeto, al no ser el sujeto algo en lo que la realidad
se imprime, sino por el contrario ser algo que posee sus propias estructu-
31
ras, ya no se puede hablar de una total coincidencia entre el objeto y lo
existente y, por tanto se debe abandonar como punto de partida de la
teoría del conocimiento a la percepción y a la sensibilidad, reernplazándo-
las por la actividad y por la praxis.
Asumiendo la dialéctica hegeliana de la ausencia y la apariencia,
Marx demuestra que el proceso del conocimiento es una objetivación
permanente y que por tanto la objetividad del conocimiento no es un dato
fijo, sino un movimiento ascendente, una conquista. Todo esto implica que
el conocimiento constituye un esfuerzo continuo del sujeto y que su pro-
pia estructura no se inscribe en el error, sino en la verdad.
Para Marx la abstracción es el único medio de acercarse a lo real,
pero a la vez dicha abstracción empobrece lo real por ser unilateral. En
Marx se revela entonces una nueva e inesperada dimensión del pensa-
miento al establecer la estrecha dependencia del contexto social y de las
finalidades e intereses sociales con las relaciones entre las clases socia-
les y con su lucha. Pero, va mucho más allá cuando establece la depen-
dencia del modo de producción y de la práxis entera. De tal forma, el
pensamiento se asume como una función de las variables del conjunto
social y de su propio poder.
Desde la inversión marxista de la dialéctica de Hegel, se establece
que la dialéctica ha de servir para la interpretación y transformación de la
realidad, o se convertirá en una especie de metafísica concretada en la
teoría del conocimiento, la cual resulta inútil puesto que no sirve ni para
conocer ni para transformar. Sólo con la reinversión hacia la práctica se
puede cumplir una de las categorías fundamentales de la dialecticidad de
todo lo real. Considera Marx que esto es así, porque únicamente tras la
reflexión primaria de la realidad se puede tener conciencia de esa reali-
dad. Aun cuando también es posible que la realidad reflejada no sea
concientizada por el sujeto y se mantenga como pura ideología, o como
cualquier otro tipo de proceso superestructural distorsionante que sea
vivido en el subconsciente. Establecer la conexión con el todo restante
en la conciencia - ahora sujeto de la realidad en conexión con la realidad
restante -, constituye una inferencia obligada de la unidad de todo lo real.
La conciencia deviene entonces, o puede devenir praxis transfonnadora.
32
Para la corriente marxista las categorías dialécticas son categorías
generales que sirven como límite al conocimiento. Es decir, constituyen
fronteras, pasadas las cuales se entraría en el ámbito de la pura especu-
lación. Dentro de tales categorías un problema concreto debe ser abor-
dado bajo premisas metodológicas especiales y particulares, pero sin de-
jar de tomar en cuenta que tal particularidad ha de contar con la materia-
lidad de la realidad a la cual se enfrenta.
De acuerdo a Eduardo V ázquez después de Hegel es Carlos Marx el
más grande pensador que plantea los problemas fundamentales del cono-
cimiento en la época contemporánea" El problema del sujeto, el proble-
ma de la historicidad del hombre, de si tiene esencia o no, de las catego-
rías del ser social, se encuentran en su filosofía" (V ázquez, 1995, pp 1-2)
La dialéctica concebida por Hegel es cualitativamente diferente a las
filosofías positivistas donde se inscriben en nombre del sistema. Pues la
fuerza que Hegel irradia es la fuerza de la contradicción, volviéndose
contra la idea del saber absoluto y contra sí misma. Para el sistema
hegeliano resulta necesario presuponer la identidad del sujeto y del objeto
y, con ello la primacía del espíritu que intenta demostrar, pero que al
desplegarse por completo niega la identidad que le adjudica a la totalidad
Para Hegel si bien es cierto que hay un sujeto que hace la historia, la
razón se encuentra en ese sujeto puesto que sólo él tiene fines. La liber-
tad entonces se puede realizar en el mundo moderno porque se ha
objetivado la finalidad de la razón. Cuando los hombres descubren que la
razón única, impersonal y universal no es diferente de la propia razón, se
identifican con ella y forman una unidad. Esto los llevará a superar la
situación de irracionalidad que como subhwnanos caracteriza su vida en
la naturaleza y dejan así de obedecer a los instintos, a sus caprichos y
arbitrariedades. En Hegel este cambio no ocurre por acuerdo voluntario,
ni por ningún tipo de pacto, sino por la relación de lucha entre el amo y el
esclavo, donde el primero en superar el estado de naturaleza se convierte
en amo y esclaviza a los demás bajo la amenaza de la muerte. Amo y
esclavo poseen el mismo poder, pero el esclavo "no utiliza esa fuerza
negativa que es propia de cada hombre" (Ibídem.). Entiende Hegel que
el trabajo educa y forma al hombre por el hecho de ser el producto de
deseos reprimidos. La dialéctica concibe entonces a la naturaleza como a
33
 un todo articulado y único, donde los fenómenos y los objetos se encuen-
tran orgánicamente vinculados unos con los otros, y se condicionan entre
sí. En términos de Gramsci el pensamiento dialéctico se enfrenta al vul-
gar sentido común, que se estima como dogmático y ávido de certidum-
bres perentorias y que tiene como expresión a la lógica formal.
Como es evidente el materialismo filosófico marxista lejos de toda
actitudcontemplativa se orienta hacia el conocimiento ligado a la activi-
dad práctica, dicha actividad resulta ser específicamente la de la produc-
ción. En este orden de ideas, como principios fundamentales del materia-
lismo filosófico marxista se pueden mencionar: La realidad del mundo es
material y su desarrollo ocurre de acuerdo a las leyes del movimiento de
la materia. Esas leyes son cognoscibles y las verdades SOnobjetivas, por
cuanto la materia aparece antes que la conciencia.
De acuerdo a los planteamientos esenciales de Marx, Engels y Lenin
que se encuentran en el Diccionario Filosófico Abreviado de Rosental e
Iudin, para el materialismo dialéctico las categorías fundamentales de la
concepción dialéctica y materialista del mundo son: La materia, el movi-
miento, el tiempo, el espacio, la calidad, la cantidad, la reciprocidad, la
contradicción, la causalidad, la necesidad, la forma y el contenido. En
cuanto a las categorías del materialismo histórico, se encuentran: el modo
de producción, la formación económico-social, las fuerzas productivas,
las relaciones de producción, la base, la superestructura" la clase social,
la lucha de clases y la revolución.
Entiende el materialismo marxista que la práctica humana representa
una prueba decisiva de la verdad de nuestros conocimientos y que no
existen cosas ni objetos que no puedan ser conocidos por la ciencia y
constituirse por tanto, en el objeto de la praxis humana.
Gravitando en la teoría marxista, Karel Kosik discute el mundo de la
"pseudoconcreción" o mundo de la praxis fetichizada unilateral, donde
los hombres son objeto de la manipulación. A este mundo se halla ligada
una visión peculiar de las cosas: La falsa conciencia, el realismo ingenuo,
la ideología.
La cosa misma no se manifiesta inmediatamente al hombre.
34
Para captarla se requiere no sólo hacer un esfuerzo, sino tam-
bién dar un rodeo. Por esta razón, el pensamiento dialéctico
distingue entre representación y concepto de las cosas, y por
ello entiende no sólo dos formas y grados de conocimiento de
la realidad, sino dos cualidades de la praxis humana. (Kosik,
1967, pp 25).
Solamente la destrucción de este mundo permitirá que el conocimien-
to verdadero pueda captar la realidad y es la dialéctica en combinación
con una praxis verdadera y revolucionaria lo que puede permitir el cono-
cimiento auténtico y la reproducción espiritual de la realidad. "El hombre
sólo conoce en cuanto crea la realidad humano-social". Con esta afirma-
ción, Kosik rechaza la concepción gnoseológica que se apoya en la cate-
goría marxista de praxis.
En estrecha relación con lo anteriormente planteado Kosik retoma la
categoría de "totalidad concreta", en una concepción dialéctica que apli-
ca a la realidad social, en especial a las relaciones entre el hombre y el
sistema, estableciendo que el hombre concreto se halla por encima del
sistema y no puede por tanto ser reducido a él. En la totalidad de la
realidad se encuentra el hombre habitando la naturaleza y la historia don-
de se desarrolla su praxis, como ser que conoce y crea. En tal sentido, la
praxis en lugar de reducir al hombre a su subjetividad, constituye una vía
que permite superarla, puesto que es allí donde al crear una realidad hu-
mana, posibilita su apertura al ser y a la comprensión de la realidad en
general.
1.6 - LA POSIBILIDAD DE CONOCER. -
Para Cassirer la inquietud acerca de lo que realmente es y de donde
nace el conocimiento no surge como un producto tardío de la especula-
ción filosófica pues aparece entre los grandes problemas que han inquie-
tado a la humanidad, sin que se pueda establecer exactamente su punto
de partida, por perderse su rastro en el pensamiento mítico-religioso.
Introducirse en la discusión de la dimensión filosófica del conocimiento
exige tener presente las diferentes posiciones que a través del tiempo han
concurrido en este interés común. De igual forma supone distinguir entre
las perspectivas que se han adoptado respecto a los problemas ontológicos
35
 En lo que se relaciona con la gran inquietud sobre la posibilidad del 1. 7 - LOS CRITERIOS DE LA VERDAD. -
conocimiento se han planteado respuestas radicales que van desde el El hombre ha sentido una profunda necesidad de conocer y de expli-
dogmatismo, que plantea un conocimiento posible y que las cosas se pue- carse el por qué? de las cosas, y en la búsqueda de la verdad ha inventa-
den conocer tal y como se presentan, por consiguiente la verdad puede do diferentes formas de conocer, entre ellas una que ha denominado cien-
ser lograda; hasta el escepticismo según el cual el conocimiento no es en cia. De acuerdo a los positivistas el método científico permite demostrar
ninguna forma posible de lograr. Entre estas dos posiciones extremas se que la verdad puede ser encontrada y se la logra alcanzar mediante el
presentan diferentes posiciones que esquemáticamente se pueden pre- intelecto. Los dogmáticos agregan a esta posibilidad la experiencia de los
sentar de la siguiente manera: sentidos. Por su parte los escépticos niegan la precisión de todo dogma y
sostienen que la verdad nunca puede ser alcanzada, o que al menos nun-
ca podremos saber que la hemos alcanzado. Ahora bien, podemos ver
que el principal problema que afecta a la verdad es que está es una crea-
ción humana. "Verdad y falsedad son atributos del lenguaje y no de las
Subjetivismo cosas", como dijera Hobbes en el Leviathan. Es decir, que el mundo no
Dogmatismo Escepticismo Criticismo
Relativismo Pragmatismo es verdadero ni falso, simplemente el mundo es. Asumiendo una posición
distinta Hessen entiende que:
Si es posible No esposibleel Es posible el Esposiblecono- Elconocimien-
alcanzar un conocimiento conocimiento cer lo útil y to es probable
conocimiento epistemologíaa pero es relati- valioso. hasta que no El concepto de la verdad está íntimamente ligado con la esen-
cierto la deriva-mera vo. se demuestre cia del conocimiento. Conocimiento verdadero sólo es el cono-
opinión. locontrario. cimiento cierto. Un «conocimiento falso» no es un conocimiento
en el sentido propio, sino error o ilusión. Pero, ¿qué es lo que
El sujeto El sujeto no La validezdel El conocimien- Actitud re-
constituye la verdad del conocimiento? Si atendemos a lo ex-
puede apre- puede apre- conocimiento to se identifica flexivay críti-
puesto, debemos encontrarla en la concordancia de la «ima-
hender el henderel obje- se limita al por la con- ca frente a
objeto. to. sujeto y de- gruencia de los todo. El su- gen» con el objeto. Un conocimiento es verdadero cuando su
pende del pensamientos jeto constru- contenido concuerda con el objeto representado. Según esto el
espacio y del con los fines ye la imagen concepto de la verdad es el concepto de una relación. Mani-
tiempo. prácticos. del objeto. fiesta una relación, la relación con el objeto del contenido del
pensamiento de la imagen. Pero, el objeto no puede ser ni
Alcanzar la Alcanzar la La verdad es La verdad no Hay verdad
verdadero, ni falso: en cierto modo se encuentra más allá de la
verdad uni- verdad es im- relativa, no es un valor teó- hasta que no
verdad y de la falsedad. Por el contrario, una representación
versal es po- posible o por hay verdad rico sino prag- se demues-
sible. lo menos no universal. mático. tre lo contra- defectuosa puede ser absolutamente verdadera. En efecto
podemos sa- rio. aunque sea incompleta puede ser exacta si las notas que
ber que la he- contiene están realmente presentes en el objeto. (Hessen, 1983),
mos alcanza- pp. 27).
do.
Este «concepto trascendente» de la verdad surge de la consideración
fenomenológica del conocimiento y resulta de utilidad tanto para la
conciencia ingenua, como para la científica, por cuanto las dos asumen la
concordancia de la imagen con el objeto como la verdad. Pero, no queda

36 37
claro como es que se puede adquirir la certeza de lo verdadero, planteán-
dose entonces la cuestión relativa a los criterios de la verdad, los cuales
se establecen de acuerdo a los tres elementos esenciales que conforman
el proceso del conocimiento: sujeto, imagen y objeto. De acuerdo a cada
uno de ellos corresponde a un campo diferente el estudio del fenómeno,
bien sea la psicología, la lógica o la ontología.
En el pensamiento marxista se establece como categoría fundamental
del conocimiento a la «praxis». Kolakowski distingue en este campo dos
diferentes posiciones. Cuando discute la definición clásica de la verdad a
partir de la teoría de Carlos Marx, llama «el marxismo de orientación
positivista» a la posición expuesta en los escritos filosóficos de Engels
donde este recurre a «la efIcacia de la actividad humana como criterio
que hace posible y legitima la verificación de los conocimientos que se
consideran verdaderos al emprender una actividad cualquiera».
(Kolakowski, 1.992 ,P. 49). Como una propuesta que se diferencia de la
anterior, a pesar de que igualmente toma como una de las importantes
categorías la actividad práctica del hombre, Kolakowski habla de una
segunda teoría bastante descuidada desde el punto de vista de la exacti-
tud, refiriéndose a la propuesta donde William James introduce la noción
de «utilidad práctica como constitutiva de la definición de verdad», utili-
dad esta que no se concibe como instrumento para comprobar la verdad
de un conocimiento independiente del hombre, sino como aquello que
produce la verdad. Se entiende entonces que la verdad es relativa y esta
determinada por su manejo en la vida cotidiana. Es decir, que la primera
propuesta concibe la verdad como una relación entre el juicio o la propo-
sición y la realidad con la que estos se relacionan; se demuestra entonces
su presencia con la actividad práctica. Entendida de este modo es posible
aceptar la relatividad de la verdad y es este concepto el que se va a
aplicar al progreso del conocimiento humano en tanto y cuanto dicho
conocimiento no puede formular con total precisión la generalización cien-
tífica con relación a su validez o a su aplicabilidad.
La segunda propuesta no limita sus funciones a la comprobación de la
coincidencia entre el conocimiento humano y el modelo primario, sino que
también incluye la noción de verdad misma, proyectándose hasta la dife-
renciación entre la verdad y la no verdad.
38
1.8 - EL ORIGEN DEL CONOCIMIENTO. -
La inquietud acerca del origen del conocimiento se presenta como
uno de los grandes problemas de la humanidad que se ha intentado resol-
ver desde el pensamiento mítico-religioso, hasta las diferentes corrientes
filosóficas que con diferentes posiciones, contemporáneamente se ocu-
pan de este problema.
Algunos han intentado descubrir un fundamento para el conocimiento
como algo sin límites ni supuestos, como es el caso de Descartes al pro-
poner su "cogito ergo sum" y el de Kant cuando establece lo que denomi-
na el "plano trascendental". En el primer caso conocer es partir de una
proposición evidente que a la vez es el resultado de una intuición básica.
En el segundo caso conocer es sobre todo constitutivo. Es decir, consti-
tuir el objeto en cuanto objeto del conocimiento. Para otros pensadores el
origen del conocimiento es siempre la realidad o la cosa misma. Sin em-
bargo, el concepto de la realidad no es de ningún modo unívoco, ya que
se puede diferenciar la "realidad sensible" de la "realidad inteligible". Y
no resulta igual afirmar que el fundamento del conocimiento se encuentra
en la "realidad sensible", constituida por las impresiones, percepciones
sensibles, etc., como lo han hecho muchos empirístas; que decir que tal
fundamento se encuentra en la "realidad inteligible", concebida como las
ideas en el sentido platónico, tal y como han dicho muchos racionalistas.
El empirísmo radical sostiene que el conocimiento de la realidad sen-
sible no es el único que está fundado en impresiones, sino que también lo
está el conocimiento de las realidades no sensibles tales como los núme-
ros, las figuras geométricas y en general todas las ideas y todas las abs-
tracciones. En tanto que para el empirísmo considerado como moderado,
el fundamento del conocimiento se halla en las impresiones sensibles, las
cuales sólo proporcionan la base primaria del conocer, una base sobre la
cual se montan las ideas generales. Aquellos que se apegan al empirísmo
llamado total rehusan ceñirse a las impresiones sensibles por considerar
que estas son sólo una parte y no la más importante de la experiencia. La
experiencia no es únicamente experiencia sensible, puede ser de igual
forma experiencia intelectual, experiencia interior o experiencia histórica,
o todas ellas a un tiempo. Así mismo se puede adoptar una forma de
empirísmo que no deriva el conocimiento de las estructuras lógicas y
matemáticas de las impresiones sensibles, justamente porque se estima
39
que tales estructuras no son ni empíricas ni racionales. Por el contrario, le también se pueden distinguir tipos de conocimientos de acuerdo con
se las considera como estructuras puramente formales, sin contenido. algunas divisiones concebidas en la misma realidad y en el modo como
Entre los que así piensan se encuentra Hume y algunos otros represen- se la considera. En este sentido se ha propuesto una delimitación entre el
tantes del Neopositivismo. Otra forma de empirísmo parte del material conocimiento de la naturaleza y el conocimiento del espíritu. Rickert y
dado a las impresiones sensibles, pero admite la posibilidad de abstraer de Windelband, pensadores neokantianos insistieron con particular énfasis
ellas algunas formas, este es el caso de los seguidores del empirísmo de en esa distinción que hoy día no es aceptada portodos los epistemólogos.
corte aristotélico. En este orden de ideas hay que destacar que el problema de las formas
que asume el conocer se encuentra en este caso relacionado con el pro-
El Racionalismo ha adoptado de igual manera muchas formas en fun- blema de la clasificación de los saberes.
ción de los significados que les ha dado a la "realidad inteligible". Consi-
deran los racionalistas que si bien el conocimiento se funda en la razón, Resumiendo podemos hacer una esquematización de algunos plantea-
no es a una realidad inteligible a lo que se refiere, sino a un conjunto de mientos sobre el origen del conocimiento:
supuestos o evidencias.
Racionalismo Empirismo Intelectualismo Apriorismo
Otras posiciones asumidas con relación al origen del conocimiento
son las que se conocen como Realismo e Idealismo. Lo característico de
El único princi- La única causa Media entre el Es otra interme-
cada una de estas posiciones es su insistencia en tomar un punto de par-
pio del cono- del conocimiento racionalismo y el diación que inte-
tida en el sujeto o en el objeto respectivamente. Sin embargo, no resulta
miento reside en es la experiencia. , empirismo inte- gra la razón con
fácil clarificar sus significados auténticos en virtud de los múltiples signi-
la razón y el Se origina en los grando el pensa- la experiencia.
ficados que adquieren en cada uno los términos objeto y sujeto. La natu-
pensamiento. hechos concre- miento con la ex- El conocimiento
raleza de la concepción adoptada depende en gran parte de si se entiende
al sujeto como un sujeto psicológico, como un sujeto trascendental en el Se orienta por el tos. Entiende que periencia como posee elementos
sentido kantiano, o como un sujeto metafí~ico. conocimiento el espíritu huma- origen del conoci- a priori que pro-
ideal. Los con- no es una tábula miento. La con- vienen del enten-
Respecto a la forma de conocimiento, bien sea este sensible o 'inteli- ceptos son rasa que se ciencia lee en la dimiento, de la
gible, en muchos casos se admite que ambas formas de conocimiento son patrimonio a desarrolla por la experiencia. razón. El enten-
intuitivas, pero a veces se propone que el conocimiento intuitivo es dife- priori de la experiencia. Nada existe en el dimiento asume
rente de las demás formas de conocimiento. Esto ocurre cuando se en- razón. conteni- entendimiento conducta activa
tiende la intuición como una vía de acceso a la realidad absoluta. La dosreales. que no haya es- y espontánea.
clasificación de las formas del conocimiento propuesta por Nicolas de tado antes en el
Cusa distingue cuatro formas de conocer: la de los sentidos que propor- sentido. El factor
ciona imágenes confusas, la de la razón que las diversifica y ordena, la racional se deriva
del intelecto o razón especulativa que las unifica y la de la contemplación del empírico
intuitiva que al llevar el alma a la presencia de Dios alcanza el conoci- Entendimiento
miento de la unidad de los contrarios.
asume una con-
ducta receptiva y
Con frecuencia se habla de otras formas de conocimiento tales como
pasiva.
el conocimiento a priori y a posteriori, (antes de y después de). Finalmen-

40 41
1.9 - EL ESTUDIO DEL CONOCIMIENTO. -
Como ramas que se desprenden del quehacer filosófico ocupándose
del conocimiento surgen además de la Ontología y la Gnoseología, la
Fenomenología y en forma más especializada la Teoría del Conocimiento.
Como modelo particular para el estudio específico del conocimiento cien-
tífico se desarrolla la Epistemología.
La Ontología como teoría del ser trata de conocer al ente Se ocupa
del ser en general, del ser en la más vasta y amplia acepción de la
palabra, planteándose las preguntas qué es el ser? Y quien es el ser? .
Por su parte la gnoseología es el estudio de una relación entre sujeto
cognoscente y objeto conocido. Las maneras como se enfoca el proble-
ma de los orígenes, condiciones, desarrollo y esencia de esa relación
determina las diferentes teorías gnoseológicas que han aparecido en la
historia de la filosofía.
En tanto que el término fenomenología significa en un sentido muy
general, "la pura descripción de lo que aparece". La fenomenonología del
conocimiento se propone describir el proceso de conocer como tal. Es
decir, independientemente de, y previamente a cualquier explicación que
pueda darse de las causas del conocer. Por tanto la fenomenología del
conocimiento no es una descripción genética y de hecho, sino una
descripción "pura". Lo único que tal fenomenologia aspira a poner en
claro es lo que significa ser objeto del conocimiento, ser sujeto cognoscente,
aprehender el objeto, etc. ' objeto es necesario examinar cuidadosamente tal objeto, puesto que la
Conocer es lo que tiene lugar cuando un sujeto aprehende a un objeto,
como hemos visto en los puntos anteriores de este capitulo. Sin embargo, el
resultado de este proceso no es ni tan simple ni tan obvio. La pura descrip-
ción del conocer pone de relieve la indispensable coexistencia, copresencia y,
en cierto modo cooperación de los dos elementos que son concebidos con
diferentes grados de importancia en las diferentes corrientes filosóficas. Para
algunos la primacía la tiene el sujeto (realismo en general), otros creen en la
equiparación neutral, en tanto que para otros, se le asigna la mayor im-
portancia al objeto. La fenomenología del conocimiento no reduce ni equi-
para, sino que reconoce la necesidad del sujeto y el objeto, sin precisar en
que consiste cada uno de ellos. Es decir sin detenerse a averiguar sobre
su naturaleza o sobre cualquier supuesta realidad previa a ellos.
42
En cuanto a la Teoría del Conocimiento, desde Platón y Aristóteles ya
se percibe una forma de reflexión sobre el conocer que aún no puede ser
reconocida como Teoría del Conocimiento por su marcada carga meta-
flsica. Es recién en la Edad Moderna cuando propiamente se puede ha-
blar de una disciplina autónoma conocida como tal, considerándose como
su autentico fundador a Enmanuel Kant en su obra «La Crítica de la
Razón Pura» publicada en 1.781. A pesar de que ya algunos pensadores
habían hecho algunas propuestas que pueden ser catalogadas como ante-
cedentes, es Kant quien trata de ofrecer una fundamentación crítica al
conocimiento científico de la naturaleza. Siguiendo a Kant, Fitche le va a
dar el nombre de «Teoría de la Ciencia» a la naciente disciplina, pero de
acuerdo a Hessen, sin llegar a establecer una clara diferencia entre dicha
teoría y la metafísica.
Entendiendo a la Teoría del Conocimiento como doctrina filosófica se
la ha concebido como conocimiento parcial de una realidad que constitu-
ye el objeto total de la filosofía. Es decir que la ciencia se ocupa de
conocer pequeñas porciones de una realidad integral que es estudiada en
su totalidad por la filosofía. Al considerar que el conocimiento científico
es el único que se puede entender como conocimiento, se consideran a la
epistemología y a la Teoría del Conocimiento como sinónimos. Pero, la
Teoría del Conocimiento, de acuerdo a su nombre ha sido también enten-
dida corno una especulación, es decir, como la interpretación y explica-
ción del conocimiento humano. Sin embargo, antes de especular sobre un
observación y la descripción precisa del objeto deben anteponerse a cual-
quier forma de explicación o interpretación.
La epistemología será discutida en el siguiente capítulo, cuando hable-
mos del conocimiento científico y su forma de estudio.
1.10- RECAPITULACIÓN.-
Se puede establecer una clara diferencia entre percibir y conocer, a
partir de estas diferencias se establecen importantes divergencias entre
el hombre y los demás miembros de la escala zoológica, al as.egurarle al
hombre mente y conciencia como productos cerebrales específicamente
humanos. Es en esta perspectiva donde entra en juego la cultura y sus
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 cada una de estas posiciones es su insistencia en tomar un punto de par-
relaciones con la conciencia. por cuanto el hombre no conoce desde su
tida en el sujeto o en el objeto respectivamente.
identidad biológica. sino desde la cultura de su grupo. del nivel de desarro-
110 alca~zado y desde el nivel técnico de producción. De tal forma que la
Entre los estudiosos que se han ocupado del conocimiento como un
cultura Impregna todos los niveles del conocimiento.
proceso que relaciona a un sujeto y a un objeto, es posible encontrar otra
forma de diferenciar posiciones que entienden el conocimiento como la
Ahora bien, conocer constituye una de las capacidades fundamenta-
elaboración de una imagen del objeto en el sujeto (Hessen). Para Morín
les del hombre y constituye un hecho originario del cual no se ha dado esta elaboración de imágenes se desarrolla en el contexto de los
una razón explicativa que pueda ser considerada como definitiva. Pero,
condicionamientos cimentados en la estructura biológica del sujeto, C0111-
se ha podido establecer que como experiencia primaria y fundamental el plementados con las ataduras autorreferenciales establecidas por la cul-
con~c:r se inicia .con la intuición sensible, entendiendo por tal lo que tura, la sociedad y la familia. El pensamiento marxista va a añadir la
percibimos y sentunos. En este orden de ideas, el término conocimiento relevancia de la praxis y la actividad como elementos fundamentales del
puede significar tanto el acto de conocer como el resultado del conoci-
conocimiento.
miento, puesto que lo que conocemos es la intuición sensible que es rete-
n~da de algún modo. Por ello conocer constituye siempre en alguna me- Lo indiscutible es que aprehender el mundo y subordinarlo a las nece-
dida un ~pr~ndizaje ca~az de modificar la conducta en el sentido de que sidades humanas parece haber guiado, el proceso cognoscitivo desde eta-
el conocinuento permite elevar a conciencia reproductiva una realidad
pas muy tempranas del quehacer de los seres humanos. Pero toda forma
ya de por sí existente, ordenada y estructurada.
de conocimiento se construye a partir de un enfrentamiento de fuerzas
que se contraponen, por lo cual el conocimiento y los procesos que este
La dimensión filosófica del conocimiento han permitido distinguir di-
implica aparecen como productos de un conjunto de estrategias y luchas
ferentes perspectivas que se han adoptado respecto a los problemas
que nada tienen de ingenuas, tal y como plantea Michel Foucault (1981).
ontológicos.¿Es qué realmente podemos conocer?, ¿ Podemos llegar a la
El problema de las formas que asume el conocer se encuentra en este
verdad? Si esto de hecho es posible ¿como se produce el conocimien-
caso relacionado con el problema de la clasificación de los saberes. Es en
to?, ¿ cual es su origen? Ante tales inquietudes se han ofrecido respues-
este sentido que se instaura una clasificación de los conocimientos que en
tas que van desde los dogmáticos que piensan en una verdad absoluta-
función de las estructuras de poder establecen su validez.
mente posible de alcanzar; hasta los escépticos, para quienes en ninguna
forma es posible llegar a la verdad, o por lo menos no podemos saber que En síntesis podemos decir que para los seres humanos la sensación
la hemos alcanzado. En posición intennedia se encuentran el Relativismo pura no existe puesto que toda percepción implica una elaboración, una
el Subjetivismo y el Criticismo. '
interpretación y construcción del sujeto. En tal sentido, el conocimiento
no es la simple copia de las cosas, sino su construcción interior, por 10
Desde el pensamiento mítico-religioso, igualmente se ha intentado dar
tanto constituye un proceso más complejo que la simple percepción. El
r~spuesta a la inquietud acerca del origen del conocimiento, apareciendo
saber humano como producto del conocimiento no es entonces aquello
dlferent~s corrientes filosóficas que se ocupan de este problema. Algu-
que entra por los sentidos, ni es un simple subproducto neurofisiológico.
nos han mtentado descubrir un fundamento para el conocimiento como
Por el contrario está constituido como producción específica del hombre,
algo sin límites ni supuestos. Mientras que el Empirismo establece el ori-
como un producto de la cultura; entendiendo a la cultura como actividad
gen del conocimiento en la experiencia fundamentada en la razón el
creadora de sentido que abarca todos los aspectos de la vida material y
~acionalismo ha adoptado también muchas formas en función de los ~ig-
espiritual del hombre. .
nificados que les ha dado a la "realidad inteligible". Otras posiciones son
las que se conocen como Realismo e Idealismo. Lo característico de

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