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LAS crisis de identidad

surgen cuando nos hacemos reiteradamente preguntas


transcendentales sobre nuestra vida. En los estudios
longitudinales de psicología se ha encontrado que todos
nosotros pasamos unas cuantas veces en nuestra vida
por las llamadas crisis de identidad. Uno de los
investigadores más ilustres sobre este tipo de procesos
fue el psicólogo Erik Erikson.

Para Erikson las crisis de identidad son momentos en los


cuales el ser humano se analiza a si mismo. La misma
biografía de Erikson explica muy bien por qué su campo
de estudio en la psicología fue el de la identidad. Nacido y
criado en un ambiente judío, pero con un aspecto
externo muy escandinavo, desde muy joven se sintió
como alguien desplazado de ambos grupos. Esto hizo
que en su carrera profesional como psicólogo se
interesase sobre cuáles son los procesos de adquisición
de la identidad.
Uno de sus estudios más esclarecedores fue el que realizó
con los Yurok del norte de Calfornia y los sioux de
Dakota de Sur. Después de una gran cantidad de estudios
de qué es la identidad y como se logra afianzarla en la
personalidad del individuo, Erikson llegó a la conclusión
de que la identidad es -un sentido subjetivo que tiene
continuidad en el tiempo. Además normalmente las
identidades suelen ser compartidas por un grupo social
determinado.

El acceso a nuestra propia identidad es gradual y se


desenvuelve siguiendo los patrones culturales de la
sociedad en la cual vive el individuo. El individuo adquiere
su rol social haciendo una evaluación de aquellos roles
que existen en la sociedad y cuales de ellos pueden ser
adquiridos por el. En este sentido la identidad sería un
intercambio entre lo que la sociedad ofrece y lo que el
individuo elige.

Qué es una fobia social

Una fobia social es un tipo especial de miedo. Todos


tenemos miedos a cosas como las serpientes venenosas,
los perros rabiosos, las infecciones, los accidentes,
aunque este miedo se traduce en un comportamiento de
simple cautela frente a las situaciones de peligro y
además el miedo AYUDA a estar alerta en la vida
cotidiana en vez de INTERFERIR en ella de forma limitante
y negativa.

Hablamos de fobias cuando la intensidad con la que


experimentamos el miedo frente a los distintos peligros
es:
 injustificado por la objetividad del peligro
 inoportuno (no lo sentimos en el momento
apropiado)
 desmesurado (sentimos más de lo que deberíamos)
 interfiere nuestra vida normal de forma innecesaria,
y nos reduce nuestra capacidad de acción y goce

Elementos más importantes de la fobia social:


 Preocupación por llegar a ser el centro de atención
cada vez que nos encontramos con alguien.
 Temor a propósito de que alguien nos mire y
observe lo que estamos haciendo.
 Temor a que nos presenten.
 Temor a propósito de comer o beber en público
 Dificultad para manejarse en comercios y relaciones
administrativas
 Terror a dirigirse a un público o grupo de amigos
 Aversión a realizar llamadas telefónicas y realizar
gestiones
 Dificultad para confrontarse en el trabajo o hacer
reclamaciones (incluso si se tiene la razón y el
derecho de hacerlo)
 Las fiestas y reuniones son una pesadilla y el
comportamiento de la persona que tiene fobia social
consiste en ponerse cerca de la puerta o encargarse
de discretas tareas que le permitan huir de la
situación.
 Tendencia a rehuir espacios cerrados donde hay
gente
 Sensación de que todos nos miran y nos desvalorizan
 Temor a que nuestras intervenciones parezcan
ridículas, pobres o inadecuadas. Miedo a 'quedarnos
en blanco'.

Manias

Yo por ejemplo, cuando vengo de la calle, entro a mi casa,


y dejando la puerta de calle abierta, entro a prender
todas las luces y fijarme que no haya nadie adentro, la
puerta abierta es por si tengo que salir corriendo. Una vez
que prendo las luces, recién la cierro.
Después también pongo mis libros y adornos ordenados
simétricamente, y los cds ordenados por año, y después
por tipo de música.

No puedo dormir si hay algún cajón abierto. Tampoco


puedo dormir si hay alguna araña en el techo. Tengo que
matarla, tengo miedo a que baje.
Y así podría seguir toda la noche.

Depresión y tristeza

Es bastante común que las personas confundamos a la


depresión con la tristeza. Mientras la tristeza es un
sentimiento normal, una emoción del ser humano, la
depresión debe ser considerada como un síntoma o una
enfermedad. Esta confusión es comprensible por las
semejanzas de ambos estados. Pero veamos sus
diferencias:

La tristeza no es un dolor físico, sino psíquico. Cuando


estamos tristes podríamos decir que “nos duele el alma”.
La muerte de un ser querido, una separación o el
despido de un trabajo son circunstancias que a cualquier
persona le causan tristeza. Ante una situación
desafortunada cada individuo puede reaccionar
diferente: convirtiendo la tristeza en otros sentimientos
(rabia o ansiedad, por ejemplo) o simplemente tomando
al estado de tristeza o angustia como “filosofía de vida”,
una visión pesimista de la vida que convierte a cualquier
nueva situación de dolor en algo mucho más tolerable
para él.

Sin embargo, la depresión es generalmente


desencadenada por una situación de tristeza o angustia,
pero este estado de baja autoestima y desesperanza es
mucho más prolongado. La persona deprimida ha bajado
su rendimiento general, se encuentra agotada, le cuesta
concentrarse, no reacciona a los estímulos que antes
eran placenteros y se vuelven incapaces de tomar
cualquier tipo de decisión.
Está claro entonces que la depresión va mucho más allá
de una situación común que nos ponga tristes. La tristeza
que nos provocan situaciones inesperadas y
desafortunadas es un sentimiento normal cuyo proceso
puede concluirse con un reajuste de ideas. Los casos de
depresión, en cambio, deben ser tratados por un
profesional.

Depresión es una palabra que todos han escuchado, o


leído en algún lugar. Muchos hablan de depresión, incluso
muchos creen tenerla. Pero son pocos los que realmente
saben qué es la depresión. Hoy en día se sobre diagnostica
la depresión, o se diagnostica mal, al grado de tratarla en
personas que sólo están tristes.

En psicología la depresión es vista como el resfriado de


las enfermedades mentales, porque suele afectar a mucha
gente a lo largo del curso de una vida. Si uno no la tuvo al
menos en algún grado menor, seguro conoce a alguien que
sí estuvo depresivo.
Si bien algún pequeño sentimiento depresivo es normal en
alguna parte de nuestra vida, una depresión mayor es una
condición seria que debe ser tratada. Es realmente un
problema mental, cuando la vida del afectado es tomada y
afectada en su totalidad por la depresión. Lo peor de todo
es que incluso se lleva las ganas de ir en busca de un
tratamiento.
Generalmente los depresivos terminan acudiendo en busca
de ayuda por algún familiar, y lo más común es que
acudan al médico de la familia, que son pocas las veces
que reconocen los signos de la depresión. Si lo hacen,
enseguida recomiendan ayuda psicológica o psiquiátrica,
pero si no lo hacen la diagnostican mal, y el paciente
puede ir de un lado a otro para descubrir qué le sucede.
Para que no suceda esto, un grupo de investigadores
armaron una lista de los 5 síntomas de la depresión:
1- Humor depresivo (sentimiento de tristeza)
2- Falta de interés (incluso en actividades que antes
disfrutaba)
3- Sentimientos de inutilidad, de falta de valor
4- Falta de concentración
5- Pensamientos de muerte.

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