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La acción de comprar requiere mantener una relación estrecha con los proveedores, siendo la
negociación el puente de unión donde convergen las necesidades de cada parte. Como
responsables del proceso de compras de una empresa debemos de tener en cuenta una serie de
factores y conceptos para definir de manera profesional un plan de negocio sólido.
Cuando hablamos de las necesidades de compra nos estamos refiriendo a los objetivos que
deseamos cumplir en la negociación, estos objetivos van a definir nuestra posición relevante en el
proceso negociador.
Si bien es más que recomendable, integrar cierta flexibilidad, empatía y permeabilidad en nuestra
postura negociadora (facilita la resolución de conflictos), el estudio, análisis de los siguientes
puntos nos darán respuesta a las necesidades de compra específicas para cada momento:
• Características del producto. Obviamente nuestro rol de compradores nos implica comprar un
producto o servicio que responda a una necesidad puntual o progresiva. Por lo tanto, el producto
o servicio que deseamos debe de dar solución eficaz a nuestras necesidades. Así pues, ha de
definirse las exigencias o requerimientos necesarios, subrayando de forma importante aquellas
peculiaridades ineludibles que nos debe aporta el producto en cuestión. Dependiendo del sector
de la empresa, la definición de las características del producto puede ser más o menos complejas,
por ello se recomienda, al menos, fijar aquellas particularidades ineludibles y exclusivas del
producto deseado.
• Calidad. Una vez definido el producto o servicio que necesitamos, la siguiente cuestión es
parametrizar la calidad de este. Es muy común obtener múltiples ofertas de proveedores muy
ventajosas, pero solo la calidad de los productos ejerce como elemento diferenciador de cada uno
de ellos. Debemos de conocer los factores que describen la calidad del producto y proponerlos
como exigencias en la negociación.
• Cuantía o cantidad de la compra. Concepto que va totalmente ligado a la gestión del stock de
nuestra empresa. Estamos seguros que más de una vez se ha quedado material o productos
sobrantes en el almacén, sin poder ofrecer una salida óptima al producto, esto es un clásico error
en la definición de la cantidad de producto que necesitamos. El volumen de compras viene
dictaminado por la necesidad real y actual de ese momento, comprar para futuras necesidades, en
ocasiones, no es una buena decisión.
• Tiempo de entrega. Nuestra relación con los proveedores es un engranaje más como cadena de
suministro, los tiempos de entrega deben de ser seguros y asumibles. En este punto debemos de
determinar la mejor opción: una fecha fija, establecimiento de una fecha inicial de entrega o un
tiempo de entrega a plazos. Existen múltiples combinaciones posibles, la urgencia puede ser un
factor clave para definir esta cuestión.
Conocer nuestras necesidades es clave para afrontar toda negociación, sin un perfil bien definido
nuestras propuestas serán inconclusas, vagas y poco realistas, resultando fatal para la compra final
de productos.