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P E R I ÓD I C O D E L I B R O S

Lecturas C r í t i c a s

El rey y el pueblo: La historia política hoy.


Cesar Miguel Rondón: El libro de la salsa.
Germán Espinosa, Antonio Samudio, Héctor Abad Faciolince,
Jorge Franco Ramos, Raúl Gómez Jattin,
Pemán-R, Luis Fayad, Carlos Arturo Truque, Ciro Guerra.
Año 2 - Número 2 - Abril - Junio de 2005 - ISSN: 1657-0650 - Periódico trimestral de distribución gratuita
Director: Carlos Andrés Almeyda Gómez Darío Ortiz Robledo (Ibague, Colombia, 1968). Uno de los
artistas contemporaneos más destacados a nivel internacional.
Editor: Juan Carlos Gonzalez Franco Autodidacta, expuso desde la edad de quince años su pintura
Coordinadores: ha sido expuesta en paises como Italia, japón, Estados Unidos,
Ciencias políticas: Hollman Lozano García
Francia, Austria, Suiza y México. Su obra se encuentra en im-
Antropología: Ariel José James
Poesía: Juan Manuel Roca portantes colecciones públicas y privadas como el Museo de
Literatura colombiana: Sebastián Pineda Arte Latinoamericano de Los Angeles, el Latinoamericano de
Literatura extranjera: Sophia Vazquez Ramón Miami, el Civico de Abano Terme de padova, Italia, el Museo
Artes plasticas y fotografía: Juan Carlos Gonzalez Franco de Antioquia y el Museo de arte contemporaneo de Bogotá.
Diseño y diagramación: Héctor Suárez Castro Las obras publicadas en esta edición fueron autorizadas
Preprensa: Petroleum Digital Ltda.. gentilmente por su autor. Rendimos además un homenaje a la
memoria de Darío Ortiz Vidales -padre del artista y artista
Periódico de libros. Lecturas Críticas tambien-, destacado jurista, historiador, periodista y político.
Para efectos de recibo editorial, favor enviar un correo a cualquiera
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Carrera 35 A No. 59-54 Telefax(571) 221 9264. Bogotá, Col. Héctor Abad Faciolince
ISSN: 1657 –0650
Tarifa postal reducida No. 1172 Vence Dic. De 2005 6 Paraíso Travel
Participan en esta edición:
Jorge Franco Ramos
Franco Galería-editora, Grupo Santillana de publicaciones,
Cámara colombiana del libro, Ediciones B, Random House Mondadori,
Emisora HJCK, Emisora HJUD, Planeta colombiana editorial, 8 Perfiles de mi generación.
Editorial Norma, Banco de la Republica -Biblioteca Luis Angel Arango, Homenaje a Germán Espinosa
Corferias, Instituto de cultura Brasil-Colombia, Escuela de cine Black-María,
Editorial El Malpensante, Corporación Revista Número. 8 Rubén Dario
y la sacerdotiza de Amón
Periódico trimestral de distribución gratuita
No. 2 Abril-Junio de 2005 Germán Espinosa
Criterios editoriales y de selección competen exclusivamente al periódico.
Colaboración solicitada. Los juicios emitidos en la presente edición son 9 Vivan Los compañeros
responsabilidad de sus autores y no comprometen la opinión Carlos Arturo Truque
de Lecturas Críticas.
10 Testamento de un hombre
de negocios
Luis Fayad

MÚSICA 12 EL libro de la salsa


César Miguel Rondón

CINE 13 La sombra del caminante


Ciro Guerra

PINTURA 14 Libraco Porno


Antonio Samudio

POLÍTICA 15 La historia política hoy


Editor: César Augusto Ayala
Certificación y avaluo CRÓNICA 18 Cuatro maestros
de Obras de Arte Ricardo Sánchez.

Departamento de Restauración POESÍA 20 Antología poética


Raúl Gómez Jattin
Departamento de curaduría
Departamento de Artes Gráficas CRÍTICA EN-CUBIERTA 21 Noam Chomsky, Celedonio
- Diseño y Diagramación Orjuela, Eckhardt Van den Hoogen,
- Preprensa William Ospina, Javier Rocha,
- Impresión Monica Triana, Mineko Iwasaki,
Guillermo Cabrera Infante,
Carrera 35A No. 59 - 54 Edward Said, Palabra de América.
Teléfono: (571) 221 9264
Celular: 310 765 4225 Nuestra cáratula .
artfranco8@yahoo.com Darío Ortiz Robledo
Rony Desempleado. Oleo/Lienzo 110X90 Cm. 2002

2 Abril - Junio 2005. No. 2 Lecturas Críticas


L i t e r a t u r a c o l o m b i a n a

¿Mapa o calco?
Por Rodrigo Pérez Gil

libro por la mitad y se lo acercó a la


Angosta cara. Él, “harto de lirismo y de
Héctor Abad Faciolince literatura, quería leer algo sin
Planeta- Seix Barral huellas de ficción, sin
Bogotá, 2003, 374 páginas. amaneramientos ni adornos, y
por eso había agarrado el libro,

M ás allá de su leve comien en un arranque de curiosidad, en


zo, esta novela evoca a un el mismo momento en que salía
vendedor de pararrayos, el que de la librería sin despedirse de
anuncia las tormentas, cargado nadie” (pág. 13). Escrito en el es-
con los fierros que exhibe con tilo “llano y exhaustivo de los
ostentación, el augur no viene profesores”, el libro que toma
detrás de las tempestades sino Jacobo de su librería La Cuña,
que las tempestades vienen de- es un “breve tratado sobre la
trás de él, o así lo quiere hacer geografía de Angosta, escrito
creer entrando al pueblo donde por un oscuro académico ale-
lo esperan los chicos y grandes mán” (pág. 12). En la cubierta
ansiosos de aventuras, resuelto a del libro aparece una acuarela del
trazar mapas de tormentas y Salto del Tequendama y el títu-
huracanes, corriendo delante de lo; en la carátula de la novela de
ellos y llevando en los puños sus Abad, una reproducción de un
bastones de hierro. grabado del Salto, a partir de
boceto de Humboldt, y el mis-
Ocurre que el escritor de ve- mo título Angosta. Jacobo lee,
ras, el poeta, es una especie de detiene su lectura un momento,
chivo expiatorio, a la vez un rayo se levanta y mira por la ventana:
y un pararrayos, una esponja ab- “Está lloviendo afuera, como en
sorbente de los males y desgra- el libro” (pág. 15). Leyendo el
cias de la época, abraza aquello tratado se siente “ausente de este
que abrasa a la desgracia, que la mundo”, pues, “aunque habla
seca, de cierta manera, con su es- de su ciudad, no es en este mo-
critura singular y a través de la mento su ciudad, sino otra cosa
herida que se extiende como una Con ese rostro. Mixta / papel. 70 x 50 cm. 2003 más manejable, unas palabras
grieta en su cuerpo, transmuta la que intentan representarla” (pág.
desgracia y hace valer, mediante 15). La novela, larga, y el trata-
con rabia por un ambiente rico tante ansioso de crack con na-
su expresión, una posición de do, breve, se hacen valer, la una
que lo intimida. En el otro polo, vaja en la mano,/ una mendiga
deseo y una afirmación de vida, por el otro, éste dentro de aque-
en Tierra Caliente, come con su de llagas supurantes,/ niños que
aún tartamudeante, aún lla, la novela es una efectuación
invitada Candela: “Había en ella combaten en las mil guerras de
trastabillante. del tratado, el mapa desplegado
algo más que a él le repugnaba ahora,/ leprosos, viejos aban-
Jacobo Lince, en la novela de [...]: la manera de hablar. Usaba, donados [...]” (pág. 221), poe- que resulta ser a su vez una co-
Abad, oscila entre dos polos, el por ejemplo casi siempre el ver- ma del que va a hacer eco el jo- pia, una representación, un re-
polo de su cuenta en divisas, que bo colocar, como si algún tabú se ven Andrés Zuleta en la cima del flejo del mundo, el libro como
supera el límite para ser socio del hubiera impuesto contra el ver- Salto, “Hay un muerto flotando imagen del mundo, clisé. Es ver-
club Paradiso, un millón de dóla- bo poner [...] También usaba la en este río [...]” (pág. 309), pre- dad que Angosta se quiere hacer
res: “Podría vivir en Tierra Fría, palabra diferente, nunca distinto” via su caída fatal. valer también como un reloj que
si quisiera”, y el polo de Tierra (pág. 152). Más adelante, lo van se adelanta, la nueva Jerusalém de
Caliente, del Sur y del Tercer a dejar en cueros en esta misma Angosta va configurando su los portadores del signo distintivo
Mundo, y he aquí que ambos Tierra Caliente, a él, tan distin- mapa a partir del “breve trata- que se nos augura en el neo-Es-
afectos jalan de él, presa de un guido, Jacobo, “los ojos cazado- do de geografía” que el perso- tado-ecuménico-militaro-indus-
miedo apenas temperado por el res, verdes, felinos, sobre la piel naje Jacobo Lince agarra -como trial, sólo que aquello que la no-
sexo, miedo abierto en Tierra muy oscura, quemada por el sol si algún tabú se hubiera impues- vela proyecta, la proliferación de
Caliente, o moderado en Tierra (o por un ancestro africano, vaya to contra el verbo coger- en su los Check Points, los muros visi-
Fría, donde es el profe de inglés uno a saber)” (pág. 55), corrien- librería La Cuña, y alrededor del bles en la ciudad, en el país y en
de la dama hija del don: “Nice do desnudo por el sektor C con yo que ostenta en su retrato de el mundo, resulta ser una repro-
to meet you, I’m Jacob. What is un aviso del Fin del Mundo como media página, dado por el au- ducción calcada de lo ya dema-
your name?, dijo Jacobo con una hoja de parra: “Entre el clochard tor en nota al pie luego de la siado visible. Ha caído el muro
voz que le temblaba” (pág. 168), y el teporocho,/ el joven asal- primera frase del libro: Abrió el de Berlín y se han levantado

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otros, con vallas sofisticadas y a deres bien identificados nativos de ser exterminio de bienes y de 237) que no les permitía desha-
través de las porterías, los guar- de la propia ciudad: por un lado, seres, es una empresa de cerse de las sobras de la noche a
dias, las colas en la embajada pi- algunos de los grupos terroris- desrealización: destruye lo real y la mañana. Si a ustedes les pre-
diendo visa y las colas en las ter- tas más feroces y despiadados lo reorganiza para engañar. Así ocupa la miseria, le dice Jacobo
minales del aeropuerto de los de la tierra; guerrilleros que la copia, el reflejo de la herida, a su interlocutor, abran las puer-
países del Norte, y he aquí que polpotianos sin hígados[...] Y resulta ser tan irrisoria como las tas, que aquí con lo que a uste-
los personajes de Angosta bus- por el otro lado los grupos alia- llagas que ostentan los indigentes des les sobra podrían vivir mi-
can una entrada, más bien que dos del establecimiento, igual- en Tier ra Templada: “llagas llones de segundones (de Tierra
una salida, en esta vieja ciudad mente crueles” (pág. 309). He purulentas, pedazos desmem- Templada) y de tercerones (de
siempre sitiada, pues en el ori- aquí, pues, el diagnóstico del tra- brados del cuerpo, bolsas con Tierra Caliente). “Era triste e in-
gen de la ciudad hay una máqui- tado de geografía y de la nove- drenaje de heces o de sangre” útil, seguir discutiendo, se con-
na de guerra y no un simple lu- la, contenido en esta idea cara a (pág. 28), siendo entonces este fiesa Jacobo. Si se negaba la
gar de comercio o de encuen- los medios, clisé, presunto diag- mundo de la representación en igualdad de las personas, enton-
tro, o la lengua que nos es co- nóstico que es ya un síntoma de la novela el mismo mundo del ces se volvía a un período
mún, como se dice en el tratado la guerra real, presente y pasada espectáculo, el montaje del ho- premoderno de la concepción
de geografía y como cree An- en este territorio, cuyos agentes rror cotidiano de las noticias de del ser humano, y lo único que
drés Zuleta. Sobreabunda el cli- actuales, nativos de la propia ciudad, medio día en la tele, las sobras podía esperarse eran guerras y
sé en Angosta: no es el espíritu ni son apenas el primer plano que del banquete de los ricos con las violencia, opresión y furor: pre-
es el deseo el que sopla donde- oculta y no deja ver a las verda- que, según Andrés, se podrían cisamente lo que desde hace
quiera en esta novela y en su per- deras potencias diabólicas, alimentar muchos: “Y el atenta- años venía sucediendo” (pág.
sonaje Jacobo (pág. 11), sino las foráneas y nativas, que se bene- do contra la libertad no es sola- 245). Esta idea trasnochada acer-
ganas. Clisé es el interrogatorio fician de la guerra, incluídas las mente que no te dejen salir [...] ca de la igualdad de las perso-
en el Check Point a la entrada del guerrillas, los principales medios sino que no te dejen entrar, como nas: Está prohibido a ricos y pobres
joven poeta Andrés a Tierra Fría de información -aún cierta lite- hacen los potentes de hoy [...] vivir bajo los puentes, como la de la
(pág. 20), y las reuniones de los ratura cortesana e inofensiva- y herméticamente encerrados en paz -A los mejores defensores de la
Siete Sabios, los Verdugos de la ciu- el establecimiento. Vaya usted a sus castillos y fortalezas, donde paz se les da de comer el cordero que
dad, y las conversaciones inter- Bolivia, a Ecuador, a El Salva- gozan, con todo el egoísmo de bala-, ideas éstas sobre las que
minables, tanto como “el inter- dor o a Honduras, y aprecie las que son capaces, de sus enormes se acumulan montañas de cadá-
medio jocoso”, el exhaustivo miserias de esta misma guerra - riquezas, sabiendo que a muchos veres, hacen parte del mundo
cotilleo en la librería de viejos de o de esta misma política que, nos bastarían las sobras del ban- trucado y falseado, precisamen-
Jacobo... para estos países colonizados, es quete para ser más felices” (pág. te merced a la guerra, y envuel-
En el tratado de geografía, leemos la continuación de la guerra por 191), ideas estas ventiladas tam- ve las mentes de estos persona-
con Camila: “Mientras la reali- otros medios- sin guerrillas. Uno bién por Jacobo en una discu- jes aspirados por la altura en un
dad siga siendo esa lacra, esta huele la sangre seca en los códi- sión con el marido de su ex-es- arribismo irrefrenable, que
terrible herida histórica [se refiere gos. En efecto, la guerra, antes posa, este egoísmo de los dones (pág. Jacobo pretende conjurar jun-
en particular a la partición de la tándose con Candela, a quien en-
ciudad en tres sektores, de modo cuentra en Tierra Caliente, y con
que el sektor de Tierra Fría sea quien se liga, igual que con An-
como un club exclusivo para los drés de Tierra Templada, dán-
ricos], lo constructivo [y que, doles dinero de entrada, crean-
dice el tratado, hacen los poetas y do una falsa conexión con ellos
pensadores más dignos de Angosta] no y con los sektores que éstos re-
es inventar una fábula rosa ni presentan, a falta de flujos vita-
hacer un falso encomio del te- les, dinámicos, persisten el dine-
rruño, sino seguir reflejando la he- ro y el yo de Jacobo, a través de
rida” (pág. 308, la cursiva es mía). los cuales se engendran falsas
La herida no supura por la ca- relaciones, como puede apre-
rencia de salidas de vida para los ciarse por el destino fatal de An-
desposeídos de la tierra, sino por drés, propiciado a su vez por
la ausencia de entradas, en la Jacobo, que lo conecta con
cuenta bancaria, y de puertas a Camila, la moza del celoso Se-
través de las cuales entrar a ñor de las Apuestas, y como se
Paradiso (el sektor de Tierra aprecia en el carácter de la rela-
Fría), y la herida consiste tam- ción final de Jacobo con Can-
bién en la carnicería cotidiana dela, el acuerdo donde él es el
operada en la villa que es protector, el beneficiario, a falta
Medellín, o en el país que es Co- de un genuino afecto comparti-
lombia, “y lo más serio: esta car- do, “No me vas a echar culpas,
nicería [precisa el autor del tra- abuelo, le dice Candela, si te dejo
tado] no la comete un enemigo tirado y más solo que un perro”
externo ni se puede culpar de ella (pág. 365).
a un antagonista extranjero o a El expediente usado por Abad
un enemigo étnico o religioso, en su novela, el tratado de geo-
sino que es perpetrada por po- Una figura muy femenina. Carboncillo y pastel / Papel. 50 x 70 cm. 2000. grafía Angosta, escrito por un os-

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curo académico alemán, crea de Jacobo, herido, por el mismo
entrada un distanciamiento pro- Andrés que llegaba justo enton-
picio al desenfado, al tono de ces al Hotel la Comedia que am-
bonhomía que quisiera hacer va- bos comparten, el rico Jacobo
ler el autor en el arranque de la y el pobre Andrés. La amenaza
novela. Sin embargo, la hermo- que le deja el Señor de las
sa descripción de Colombia que Apuestas: Si vuelve a salir con
comenzamos a leer con Jacobo Camila, aunque sea para tomarse un
en el tratado, ya termina mal: tinto, va a conocer la base del Salto,
“Este territorio, desde hace un esta amenaza la transfiere
par de siglos, es conocido con Jacobo al joven Andrés al jun-
el nombre que, si la historia del tarlo con Camila, pues al mero
mundo no fuera una cadena de Salto llegan los sicarios del ru-
absurdas casualidades, debiera fián la noche del trabajo de cam-
llevar toda América: Colombia” po de Andrés, rufián que había
(pág. 12). Lección de historia pa- sido advertido por la misma
tria: Cristóforo Colombo, tam- Camila, el ángel de la muerte,
bién llamado Colón, es un hé- de su paradero esta noche, pi-
roe y hasta una especie de santo, llada con Andrés, el ángel caí-
El bueno y el malo. Oleo / tela. 50 x 60 cm. 1998
este mismo Colón embaucador do, que deja un último poema
y precursor del secuestro en Co- tan irrisorio como su destino:
lombia: Si se acaba el oro, cambia- el atracadorcito de ruana en Tie- gosta comparte el mismo pro- “Hay un muerto flotando en
remos esclavos por oro, escribe en rra Caliente que obliga a Jacobo ceso regresivo y el mismo des- este río/ y hay otro muerto más
carta a sus Altezas, que se a vestirlo con sus propias ro- tino fatal del joven y sentimen- flotando aquí/ Esta es la hora
embolsilló los diez mil maravedís pas de riquito, incluso Candela, tal poeta Andrés Zuleta, quien, en que los grandes símbolos/
prometidos por la Corona a salvo el personaje Dan del Ho- buscando una entrada, es decir, huyen despavoridos: mira el
quien primero viese Tierra, y que tel la Comedia, el matemaniático, una salida a su aspiración arri- agua/ Hay otro muerto más
sin duda correspondían al mari- que desprecia a los arribistas y bista que lo lleva a Tierra Fría, flotando aquí/ Alguien corre
nero Rodrigo de Triana, el cual parece moverse, igual que la encontró la Boca del Infierno gritando un nombre en llamas
abjuró del cristianismo y se hizo novela, según la lógica del chis- en la base del Salto, el “botade- [...]” (pág. 309). Mientras tanto,
mahometano por el desacato te que cuenta a Jacobo: el ma- ro de muertos”, adonde es con- Jacobo sostiene el contacto con
del cristiano. En la página si- temático es como el borracho ducido desde Tierra Fría vía la su cuenta en divisas en el Ban-
guiente del tratado, leemos el que pierde por la noche sus lla- Fundación H, promotora de los co, cuenta que consulta en su
juicio y la condena de Angosta: ves en la calle y las busca sólo “derechos humanos”, entidad computador al principio de la
Salvo el clima, que es perfecto, todo en en el círculo de luz que hace la que le da empleo a Andrés y le novela (pág.17), justo luego de
Angosta está mal. Podría ser el pa- lámpara, siendo que, más bien, encomienda un informe sobre leer en el tratado de geografía
raíso, pero se ha convertido en un in- el matemático es como un cie- la acción perpetrada por fuerzas la descripción de la base del
fierno (pág. 14), cantinela que go que busca a un gato negro oscuras que medran en Angosta Salto, antiguo destino de suici-
vuelve una y otra vez a lo largo en un cuarto oscuro donde no y tiran sus víctimas Salto abajo, das, y adonde, según piensa, él
de la novela, como las fases en hay ningún gato, y si se sale con este destino sellado aquí no no iría, pues, en este caso, “Me
el delirio ciclotímico del manía- la suya, Eureka, da a luz, pinta exactamente por cuestiones pegaría un tiro. O, mejor que
co depresivo, mal propiamente al gato negro, o al menos la son- políticas, sino por haber sido eso, me haría pegar un tiro, que
platónico de ascensos y caídas, risa sin gato de Alicia en el país Andrés mal acompañado a este aquí es mucho más fácil y más
Tierra Fría, Paradiso o sektor F, y de las maravillas. trabajo de campo, incauto como barato. Pondría un aviso en el
Tierra Caliente, o sektor C, en la Uno como lector hace un ex- es, necesitando un fotógrafo y periódico: ‘Busco un sicario que
base del Salto, Boca del infierno, perimento con Angosta, y ya que habiendo seguido el consejo de me quiera matar. Honrosa (o
estribillo que vuelve también al ésta apela a una representación Jacobo, el cual, rascándose la jugosa, o al menos decorosa)
final cuando, en la huída, del horror y el espectáculo en cabeza, le sugirió que su amiga recompensa’ ”(pág.17). Justo en
sobrevolando en el avión, rum- un Teatro de la Comedia, la Camila podía servirle para tal este punto, presa del ojo del
bo a la Patagonia, los estragos novela nos sumerge en las aguas efecto, esta Camila moza del Se- huracán del miedo, Jacobo
dejados abajo, Jacobo toma el cenagosas de una regresión de- ñor de las Apuestas, cuyo poder “siente la apremiante necesidad
tratado, “Abrió una página al recho al hueco negro, en lugar ya había sufrido Jacobo en car- de confirmar algo”, el monto
azar [...] reconoció una frase que de pintar el grito, lo cual nos per- ne propia luego de su salida con de su cuenta en divisas, la he-
ya había leído, meses atrás [...] mitiría afrontar las fuerzas invi- Camila a tomar ron con coca- rencia que le dejó su madre Rosa
Salvo el clima, que es perfecto, sibles, las potencias invisibles cola y bailar boleros en el sitio la difunta al morir, cuenta que
todo en Angosta está mal. Po- que hacen gritar, siendo que los Lengua de Trapo -este nombre, vuelve a consultar al final, tam-
dría ser el paraíso, pero se ha poderes visibles, que son las ¿es por la intemperancia del bién presa de la tristeza y del
convertido en un infierno” (pág. guerrillas y el establecimiento, personaje, o por la incontinen- miedo, cuenta intacta, y por la
372). Dead End: Callejón sin Sa- tanto como los mayores me- cia del autor?: ¡374 páginas en cual le reza “una oración de
lida. Los personajes principales dios de información, ocupan- Biblioteca Breve de Seix Barral!-, agradecimiento a su madre [...]
de esta novela, más bien que do el primer plano, demasiado encuentro al que iba a seguir la que en últimas le había conce-
buscar una salida, buscan todos visibles, nos desvían y despo- golpiza ordenada por el rufián dido quizá el mayor de los fa-
ellos una entrada: Jacobo, pen- jan de nuestras fuerzas, deján- Señor de las Apuestas, habien- vores: no lo había vuelto rico,
diente de su cuenta en divisas, donos exhaustos. Así pues, An- do sido recogido de la calle, sino algo mucho más importan-

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L i t e r a t u r a c o l o m b i a n a

te: lo había hecho libre, sin atar-


lo a una fortuna y sin dejarlo De Rosario Tijeras a Paraíso Travel
amarrado a la pobreza” (pág.
363). Jacobo, quien tampoco bus- Por Johann Rodríguez-Bravo
caba una salida sino la libertad con
una entrada, pareciera encontrarla
en el exilio, “en un país que no pi-
diera visa todavía”, en Argentina, Jorge Franco –queriéndolo o atención por asumir una actitud
y allí decide irse luego de que las Paraíso Travel no– inventó un personaje que aventurera frente a la vida. A mí,
fuerzas oscuras incendian su librería Jorge Franco Ramos con los años se convertirá en su como lector, me gusta el truco
como en los tiempos de Farenheit Seix Barral sombra, una mujer que es dos de poner en labios de un “per-
451, cincuenta años después, Bogotá, 2002 veces hombre, una invención fe- dedor” la historia de una derro-
“pero sólo con Virginia [Cande- 175 páginas menina de Medellín: Rosario Ti- ta y una resurrección, el típico
la], no sin ella [...] se sentía más jeras. Por bien servido debe dar- fenómeno Clark Ken. De todas
monógamo y fiel que nunca en su se el autor porque hace muy formas hay que decir que si en
vida; quería que Candela lo acom- poco se me hizo ver a Rosario la primera novela le sirvió, en la
pañara esta vez y siempre, con
todo su deseo y con todas sus
S i Jorge Franco hubiera recor
dado ese bello texto de Au-
gusto Monterroso en el que un
entrando a un cine y sé de al-
guien que incluso se acostó con
segunda se le cayó. En Paraíso
Travel, en las primeras páginas,
fuerzas. Había perdido la librería ella en un motelucho de Envi- el narrador se vuelve insoporta-
zorro se abstiene de seguir pu-
y la seguridad; quería algo firme.” gado. Es por esto que me atre- ble. El amor, en sus labios, se
blicando tras el éxito de su úni-
Sentía que “había llegado el mo- vo a dar un comienzo tan deso- hace el más empalagoso de los
co libro, de seguro no hubiera
mento de envejecer en paz, amar lador para hablar de su último sentimientos y eso en la vida es
publicado Paraíso Travel. “Lo
la rutina y despertarse sin sed y sin libro, pues de Rosario ya se ha normal y hasta deseable, pero en
que quieren es que escriba un li-
ansias mirando siempre el mis- dado mucha lata y es casi la literatura no, pues con ello se
bro malo” – dice el Zorro.
mo rostro y las mismas ojeras a Perogrullo decir que es lo me- corre el riesgo de volver soso
su lado. Pensó en declarar todo Desde la literatura hay dos for-
esto que se le ocurría (estaba dé- mas mediante las cuales un escri-
bil, sin duda, por dentro y por tor puede ganar espacio en la
fuera), pero cuando Virginia lle- memoria colectiva de un pueblo:
gó, al fin, por la noche [...]” (pág. una es redactando frases memo-
364). ¿Libre? rables, comienzos impolutos o
El clisé -recuerdos que carecen de sentencias exquisitas; y la otra,
raíz emocional o intuitiva, y que a inventando un personaje que lo
la postre lo obligan a uno a no supere. Ejemplos de lo prime-
ver nada nuevo- es el enemigo ro abundan: quien no recuerda
mortal del artista auténtico y de la aforismos como «hay más en la
imaginación viviente. Se quiere, tal tierra y en el cielo, Horacio, de
vez sí, una representación, pero lo que sueña tu filosofía» u ora-
más fiel a la vida, esto es, explorar ciones de la talla de «de cuyo
y conocer el lado oculto de la luna, nombre no quiero acodarme»;
conocer la manzana por todos los estas frases, con vida propia, han
lados y no sólo por su frente. El salido de casa para aventurase en
ojo sólo ve frentes, y la mente, en el mundo por su cuenta, casi
general, se conforma con frentes, como un hijo que se va. Asimis-
pero la imaginación necesita el al- mo, muchos autores han creado
rededor, proyecta una curva ha- personajes tan vívidos que la
cia el otro lado, hacia el atrás de la gente cree reconocerlos al cru-
apariencia presentada, así como el zar una calle o haberlos visto en
instinto necesita el interior de las una fiesta. Sherlock Holmes, por
ejemplo, es más famoso que jor que se ha inventado última- un relato que había comenzado
cosas. Nos parece que Angosta está
Arthur Conan Doyle, su autor; mente. En Paraíso Travel, Franco bien. Rosario peca de lo mismo,
plagada de clisés y es quizá por-
Efraín y María más conocidos inventa una buena historia, al pero la vida turbulenta de la pro-
que no hemos salido de la tenaza
que Isaacs, Drácula más po- menos divertida. Es, incluso, tagonista es la virtud literaria que
del miedo, a sabiendas de que si
pular que Bram Stoker y el mejor que Rosario Tijeras, más lla- rescata del abismo una historia
no emigramos del norte (en un
Chapulín más recordado que mativa como elaboración narra- que a veces tambalea en las re-
devenir-menor que es como so-
Roberto Gómez Bolaños. Nin- tiva de un argumento, aunque flexiones del narrador, un ser
ñar en sentido contrario, no aspi-
guna de estas dos alternativas de menos como producto estético. proscrito del amor. No me ima-
rando subir sino dejándonos ir
posteridad es menos importan- En Rosario, el autor inventa una gino cómo habría sido de mala
hacia abajo como a nuestro pe-
te que la otra, ambas compren- fórmula que luego repite des- la novela si Rosario hubiera sido
sar), jamás sabremos cómo es el
den el verdadero éxito de una mejorada en el otro libro: un hombre. Es inevitable hablar de
sur.
obra literaria, intervenir en la personaje –masculino– que se las dos novelas de Jorge Fran-
Rodrigo Pérez Gil es escritor y co- cotidianidad con el mismo rit- describe a sí mismo como fra- co; Rosario con su gran éxito edi-
mentarista de libros. Autor de la nove- mo del viento que aún siendo casado, anda a la zaga de un per- torial se ha convertido en para-
la Redada. invisible es implacable. sonaje –femenino– que llama la digma de la literatura contem-

6 Abril - Junio 2005. No. 2 Lecturas Críticas


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poránea en Colombia y Améri- mejor; cosa distinta habría sido lidad exagerada y misteriosa. El
ca Latina, tanto así que críticos si los libros se hubiesen publica- libro la rescata al final, pero la
tan prestigiosos como Gregory do en el orden contrario, pues hunde y eso es lo bueno. Franco
Rabbasa la catalogan de ser la de esa manera los argumentos sabe hacer una jugarreta que de
verdadera ruptura con el realis- de este ensayo deberían ser para otra manera hubiera sido imper-
mo mágico del “boom”, el saludar el progreso. No quiero donable; algo así como el gol
mejor libro de la generación que se entiendan mis palabras que mete el equipo a último mi-
McOndo a la que pertenece el como una diatriba en contra de nuto y empata el partido.
chileno Alberto Fuguet (Tinta la obra del escritor antioqueño, Marlon Cruz, el narrador, en una
Roja), el argentino Rodrigo de hecho me gusta lo que escri- panorámica, podría parecer un
Fresán (Mantra), el mexicano be, aunque en su columna de personaje de Cortazar que salta
Jorge Volpi (El Fin de la Locura) Soho a veces cometa algunos de Colombia a Estados Unidos
y los colombianos Santiago disparates. Mi tarea es contar lo y viceversa, así como los perso-
Gamboa (Los Impostores) y Mario que encontré en mi lectura. najes del escritor argentino que
Mendoza (Satanás) entre otros. La historia de Paraíso Travel es van y vienen de París a Buenos
Por otra parte, Paraíso Travel es mejor que la de Rosario Tijeras Aires. Y aunque toca en la me-
el primer intento desde su obra eso ya lo dije; juzgue el lector. moria del lector esos pasajes ate-
maestra, es por eso que vale la Dos personajes deciden dejar rradores del libro El Hueco de
comparación. García Márquez, Medellín y viajar a Nueva York Germán Castro Caycedo, su fic-
en muchas entrevistas, cuenta por el hueco. En la primera no- ción no se compara con la cru-
sobre las noches de insomnio che, en la Gran Manzana, uno deza de las crónicas del perio-
pensando en cómo cambiar su de los personajes sale a fumar dista colombiano. En Paraíso
estilo para no repetir el tono de después de una discusión con el Travel las palabras del narrador
Cien años de soledad; tras algunos otro y es sorprendido por un humanizan el relato, le dan iden-
ensayos – dice el escritor – policeman al botar la colilla del tidad, no dejan a la deriva la cru-
deza de las crónicas y la tragedia
de los latinoamericanos que ven-
den su vida en sus países para
buscar algo en el país de Micky
Mouse y el Soldado Ryan.
En lo personal, no me gustan las
obras que pretenden dejar una
moraleja. Sé que no es el objeto
del libro de Franco hablar de los
indocumentados en Estados
Unidos, la tragedia del corazón
se superpone a la tragedia de la
realidad; no obstante, hilando
delgadito, uno podría pensar lo
contrario. El título es una clave:
Paraíso (algo mejor, el más allá,
la tierra prometida) y Travel
(viaje). No creo que ese fondo
de la vida de los ilegales sea de
mucho valor en la novela; en al-
gunos pasajes coadyuvan para in-
El ocaso del Cartucho (Detalle). Oleo/tabla. 90x120 cm. 2002 tensificar el dolor de Marlon,
pero no son muy relevantes. Me
quedo con la historia de la trai-
pudo dar con el estilo preciso cigarrillo al suelo; entonces se ción, el desamor, el engaño, la
para escribir El Otoño del Patriar- echa a correr por las calles hasta locura cegatona del olvido que
ca que, aunque al principio de- perderse para siempre en las fau- hay en la novela y eso bien pue-
cepcionó a más de un seguidor, ces de la ciudad. La historia se de pasar en Nueva York, en
con el tiempo se ha convertido entreteje en las palabras del na- Miami o en Popayán.
en una de sus obras más estu- rrador mientras cuenta cómo
Pero quién soy yo para darle tres
diadas y esto demuestra, una vez hace para buscar a su novia que
más, el magistral dominio del se quedó esperándolo en el cuar-
estrellas a un libro. A Franco Autores
también deberían filmarle esta
oficio que tiene el Nobel. to. Esta novia es Reina, una mu-
novela, podría mejorar en la de peso para
Jorge Franco repitió las triqui- jer con dos ojos diferentes, una
ñuelas literarias y ese es su peca- metáfora para describir su dua-
adaptación. un proyecto
lidad de mujer-macho, casi, pero
do. La novela no se defiende sola
no tanto, como Rosario Tijeras Johann Rodríguez-Bravo es
plural
al ser revisada con quietud, so-
bre todo porque ya se tiene el que es mitad beso y mitad bala. reseñista de libros de la Revista Nú-
patrón de comparación y este es Su pasado es brumoso, su vita- mero, cuentista y ensayista.

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Perfiles de mi generación
Por Óscar Collazos

T iene algo de antiguo pero, en


verdad, es un cartacachaco,
un cartagenero de buen hablar y
jores relatos breves de nuestra na-
rrativa. Y en sus ensayos, Espino-
sa regresa adonde siempre ha es-
lefueran retirados, Germán sería
una nave a la deriva.
No hay otro escritor colombia-
de Indias, Roberto frecuenta los
patios traseros de su memoria de
barrio, Manga y Lo Amador, es-
mejor escribir. Algún día le dije tado: a un academicismo sin Aca- no que, como él, haya tenido los cenarios de sus relatos juveniles.
que había nacido “viejo.” La ver- demia, a un lugar en el que la per- ojos abiertos y deslumbrados en Como muchos escritores que
dad es que quise decirle que, des- fección lingüística se convierte en el siglo XVIII del Caribe colom- decidieron vivir de lo que escri-
de que tengo memoria de su per- clase de retórica y estilo-como biano, de la Cartagena donde se ben, Espinosa lleva la vida digna
fil, lo vi acompañado por gran- decían los antiguos. Si la Acade- resiste a vivir, acaso porque si vol- de un hombre sin dinero ni po-
des figuras de la pintura y las ar- mia Colombiana de la Lengua viera a vivir en la ciudad donde sesiones. El único lujo que se per-
tes, mucho mayores que él. Era quisiera tener otro miembro ilus- nació, se vería envuelto en las me- mite es la infaltable botella de
el único muchacho que frecuen- tre, Germán ocuparía con méri- diocridades cotidianas de una so- whisky, además de la exigencia de
taba el Café Automático como tos un sillón vacío. ciedad que se sigue pareciendo a ser invitado a todas partes y even-
si fuera contemporáneo de León Correcto en la amistad, suscepti- los poemas de Luis Carlos López. to con su esposa Josefina. Se per-
de Greiff, Arturo Camacho ble en la crítica, menos irascible a Las grandes novelas de Espino- mite otro lujo: ir contra la corrien-
Ramírez y Marco Ospina. medida que los años le han dado sa son contrabando de lujo del te de las modas, pareciendo a ve-
Ningún escritor de mi generación reposo y fama, Espinosa no se siglo XVIII en las aduanas frági- ces un poeta modernista o
habla un castellano tan castizo ni separa de los dos bastones que lo les del XX y XXI. simbolista, un cartagenero de an-
escribe con una corrección clásica guían por la vida: el verdadero, de tes, cuando Eduardo Lemaitre,
Sólo otro cartagenero, menor que
que, sin embargo, le ha permitido fina madera pulida, y Josefina, es- Tito de Zubiría, Ibarra Merlano,
él-Roberto Burgos Cantor- ex-
crear dos de las novelas mayores posa y madre de sus hijos. No se Donaldo Bossa y Roberto
hibe esa clase de corrección que
Burgos Ojeda impusieron un es-
de la literatura colombiana: La te- separa tampoco del whisky-su oscila entre la prudencia y una es-
tilo de cultura y de vida.
jedora de coronas y Los cortejos del dia- ruina-, ni siquiera cuando en la merada educación. Pero, a dife-
blo. En Noticias de un convento frente mesa le sirven un buen vino. Si el rencia de Germán, que parece Oscar Collazos es escritor y profesor
al mar se encuentra uno de los me- bastón, Josefina y el whisky haber frecuentado los Archivos universitario.

El eterno retorno de Rubén Darío


Por Sebastián Pineda Buitrago

ro proyectil. La pólvora que con- contar la narración durante los contrarse agitado, excitado. Rubén
Germán Espinosa
tiene tal proyectil para causar una días que se hospedan en la quinta Darío y la sacerdotisa de Amón, ¡cui-
Rubén Darío
veraz explosión final es, pues, un de un aristócrata francés. Corren dado!, novela no apta para car-
y la sacerdotisa de Amón.
despliegue asombroso de cultu- los primeros años del siglo XX, díacos. El juego de invocación a
Editorial Norma,
ra: música, literatura, química, más o menos 1910, 1912, y la co- seres de ultratumba, la idea de la
Colección Literatura
geografía, historia, esoterismo, rriente del impresionismo está en reencarnación, la música de un
y muerte.
en encendida comunión con la pleno furor. Al cenar esa noche piano cercano, la belleza de una
Bogotá, 2003. 150 páginas.
trama y el desenlace. en casa del misterioso aristócra- poetisa francesa, un egiptólogo
Conocedor de las técnicas narra- ta, la música impresionista de italiano, la sublime poesía de

D os cosas me sorprendieron tivas para atrapar al lector a las Debussy ameniza la velada. Esen- Rubén Darío, a la postre se apo-
cuando releí Rubén Darío y primeras páginas, Germán Es- cias musicales, olores de un es- deran de la novela. Se invoca a
la sacerdotisa de Amón, lnovela del pinosa comienza su novela ex- tanque de nenúfares, perfumes de Víctor Hugo y de pronto surge
maestro Germán Espinosa: la primiendo, a través de un cuen- damiselas sensuales -al estilo de la espada de Alejandro Magno;
primera, que se trata de una tra- tagotas, en pequeñas dosis, esen- aquel otro impresionista, Marcel Debussy, afirman, es la reencar-
ma perfectamente policíaca, al cias de un perfume que se ex- Proust-, humedecen y vuelven na- nación de Chopin; el egiptólogo
mejor estilo de las novelas de pande por toda nuestra lectura. vegable la veloz lectura que nos italiano practica arcaicas costum-
Agatha Christie; la segunda, aca- La niebla, mezclada con el ro- procura esta novela policíaca. bres descritas por Heródoto; los
so un poco extraña, con respec- cío de la madrugada, se levanta Cuando la trama asoma, amena- versos del poema “La princesa
to al argumento. Pero, como ingrávida-mente del Canal de la zante, es cosa de agarrarse del Eulalia, ríe, ríe, ríe,” se repiten
novela policíaca que es, contar Mancha, sí, en el norte de Fran- asiento. La prosa de Germán como un eco secreto, como
el argumento significaría calum- cia, una mañana en que el poeta Espinosa adquiere inaudita agili- epitomes de la poetisa francesa.
nia, traición. En la trama policial Rubén Darío arriba en un tren dad, y al cabo de unos minutos, Y así, llena de matices, la novela
todo queda regido bajo un sis- desde París. Al sumo sacerdote sin darnos cuenta, nos encontra- va resolviendo sus acertijos, len-
tema autoritario: un blanco es- del Modernismo lo acompaña mos más allá de la mitad de la tamente.
pecífico al cual se dirige, lanza un imaginario escritor argentino, novela. Eso sí, inevitablemente, Al parecer, el viaje que Darío
en ristre, sin desviarse, un certe- a quien Espinosa encarga de nuestro pulso cardíaco ha de en- realiza por esos tiempos a la

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L i t e r a t u r a c o l o m b i a n a

costa bretona en el Canal de la


Mancha, en efecto, figura en sus La metáfora como imagen
biografías. Sólo que sus biógra-
fos ignoran las razones qué mo- Por Luis Fayad
tivaron al inmenso poeta nica-
ragüense para asistir a la quinta
de un aristócrata francés dedi-
entre los otros. La representación que por esa propiedad y no por
cado, efectivamente, al estudio
Vivan los compañeros de una sociedad que cambia con su prosa poética es un poema.
de las ciencias ocultas. Germán
Universidad del Valle el crecimiento urbano: “sólo con- Hay un cuento para niños, La aven-
Espinosa aprovecha, de esta
Programa Editorial, servarían el viejo olor a maderas, tura de tío conejo, cuento y fábula
manera, semejante sombra para
Cali, 2004. 190 páginas. a todas las maderas de la Tierra, de ingenio sin moralejas. En El
poblarla con su luz, con su
pulidas y labradas, olor perdido misterio se representa un realismo
magnifica prosa. La novela, tam-
en la calle por el asfalto intruso y
bién, es un homenaje eufemístico
a Rubén Darío, al hombre que
cambió el ritmo de la poesía en
U n título que vuelve, que no
se deja olvidar, Vivan los
compañeros, de Carlos Arturo Tru-
la bencina”, una muestra de las
nuevas necesidades y aspiraciones,
entre hechos que todos creen
inexplicables, el misterio del men-
digo cojo que una mañana entra
la compra de un carro no mejo- al templo caminando sin muletas
lengua española, al hombre que que. El mundo de un escritor en
ra siempre el estado de una fa- y coloca a las plantas de la ima-
abrió a Hispanoamérica hacia la veinticinco cuentos, reunidos por
milia, y de unas palabras que na- gen de la Virgen el collar de es-
literatura universal. Homenaje primera vez en un solo volumen
cen de un ambiente nuevo: “era meraldas que había sido robado.
eufemístico, sí, porque se trata que divulga el Programa Edito-
como una cinta de película repe- También la Metafísica pasa por
de una novela; porque ya en su rial de la Universidad del Valle.
tida hasta el cansancio”. No es po- alguna de las etapas de los per-
ensayo El Modernismo: la apertura Los datos del autor que señala
sible hacer un resumen para defi- sonajes como un aspecto abstrac-
de Hispanoamérica a la universalidad, Fabio Martínez en su introduc-
nir el libro en una sola dirección, to que los hace crecer y en oca-
Germán Espinosa traza un ho- ción, en muchos momentos de
pero en todos los cuentos están siones los sobrepasa. El cuento
menaje más jalado, directo, al su vida, lo sitúan en su época,
muy presentes las relaciones entre La fuga interpreta ese paso que se
principal poeta del más impor- 1927, y en su lugar, Condoto,
los individuos tratadas con inten- da después de la física como la
tante movimiento literario del Chocó. Murió en Bogotá en
sidad, en situaciones y desenlaces llegada a otra realidad, la decisión
continente. Bienvenido, pues, 1970. Esas dos fechas abarcan un
diversos. Los finales son los que del que “se escapa en línea recta
Rubén Darío como personaje li- trabajo de diversas corrientes y
desea el lector o los que no espe- por los caminos de la locura”.
terario: y aún no terminamos de preocupaciones literarias que tras-
raba o los que tiene que aceptar.
zanjar nuestra deuda para con él. cienden el ámbito de la existen- La metáfora como imagen final
Alguno de los argumentos recuer-
cia del autor, de unas circunstan- da a Hawthorne en La letra escar- del cuento y a veces como con-
Por lo demás, siendo las
cias nada halagüeñas en su niñez, lata o a otros autores, mientras una clusión, “porque así era la gen-
reencarnaciones uno de los te-
como no pueden serlo las de parte carece de un desenlace clási- te”, también aparece enriquecida
mas de la novela, me pregunto por un lenguaje que viene de otros
muchos niños en el Chocó. Car- co porque la culminación se dio
que pensaría Rubén Darío si de aires. Las primeras imágenes sen-
los Arturo Truque no las olvida, en ese encuentro de los persona-
pronto resucitara y leyera una sitivas del autor, de tantos años
pero cuando aparecen están mo- jes, y después, sin agravar más el
historia, cuyo protagonista fue- atrás, le traen la palabra que le da
dificadas por una vocación artís- acontecimiento, otro día sigue. El
se él mismo. Quizá le agradaría. curso al relato con nuevos soni-
tica. Sus temas son los de la lite- final es todo el diálogo y lo que
Sobre todo si supiera que el au- dos y deja algo atrás: “regustando
ratura universal. En el primer sucede desde el principio, como
tor de La tejedora de coronas, del el ritmo picante desgranado por
cuento, Vivan los compañeros, situa- en la anécdota del empleado me-
El signo del pez, entre otras estu- los guasás, así, moviéndose en cír-
do en la época actual, un mori- dio que ya en las últimas líneas sale
pendas novelas, ha continuado culos, como sobre un tambor”.
bundo, afiliado a un grupo de re- de su casa huyendo de los repro-
sus principios: asimilación de te- “Tampoco resistía la sabrosura de
beldes armados que en un mo- ches de su esposa y va a buscar a
mas universales, preocupación coco fresco de la risa de Guiller-
mento de apuro temen “nunca los amigos para hablar de algo
por el estilo; una incorruptible mina”. “Con la oreja abierta al
más ver el cotidiano milagro de distinto a la falta de plata. En este
aristocracia mental, lejana de ritmo de los patacorés”.
la primera luz”, alcanza a verlo mundo diverso hay sitio para los
dogmatismos, de exotismos, de
antes de morir y a sentir la ilu- finales felices, hay, dentro de la Palabras sacadas de su medio, de
la chatura estética, de la mulatez
sión de un triunfo final. En el úl- violencia, una salida llena de fe, los libros, del análisis y del oído
intelectual que, tristemente, toda- para conciliar el lenguaje en el ras-
timo cuento, Longinos, que se re- más que de esperanza. En gene-
vía puebla nuestra literatura. ral sus finales, como pensaba treo y la sugerencia de la frase.
monta al día en que Jesús arras-
Creo encontrar sólo dos nove- Borges que debía ser, vienen de El cuento avanza con sus descrip-
tra la cruz en su calvario, se des-
listas hispanoamericanos que han la preparación de una expectati- ciones de tiempo, “las sirenas que
cribe el ansia de un hombre que
asimilado como ninguno los va o de un asombro y no son la decían adiós a la noche alocada
quiere ver de cerca al martiriza-
fundamentos del Modernismo: sorpresa de estilo barroco ni el de San Silvestre”, de ambiente y
do, aquel hombre del común es
Manuel Mujica Lainez y final imprevisto. de apariencias físicas, “el momen-
el personaje de la narración y no
Germán Espinosa to en que un gallo con su pico
el Mesías ni un rey sino el otro, el Las formas cambian para aco-
que da la visión de quien pocas modarse al tema, uno de los llegó a las crestas del alba”, “El
Sebastián Pineda Buitrago es estu- veces había aparecido en la lite- cuentos es un soliloquio, o, como cuchillo certero ascendía encendio
diante de literatura. Director de la red ratura. Hay cuentos que se iden- aparece en la nomenclatura de las por el sol”, con sus descripcio-
nacional de estudiantes de literatura y tifican en sus circunstancias exte- técnicas, un monólogo con soli- nes de tonos, “Desde allí volvió
colaborador permantente de varias re- riores y en sus tonos de narra- loquios. Otro es una breve narra- la frase, inquieta como maripo-
vistas alrededor del país. ción y crean un mundo propio ción, la reseña de una sensación sa”, “sintió sus pasos rotundos”,

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L i t e r a t u r a c o l o m b i a n a
y sus descripciones del pensa- pañar a su jefe a pasar la noche es aprender a leer, ya que el otro pañaba”. Míster Jim se quedaba
miento, “vivió un momento igual de Navidad en un prostíbulo, tampoco sabe. La situación de mirando al mar, recordando, has-
al presente, un momento de esos mientras en su casa lo esperan su nuevos anhelos pertenece a una ta cuando nada le quedaba en la
que hacen un futuro al revés; de mujer y sus hijos. Martín, el em- mentalidad que ha cambiado y memoria. Entonces se alejaba de
esos futuros que enlazan los tres pleado, pasa por momentos de que es aprovechada para hacer la orilla e iba a lugares de parran-
tiempos y los convierten en un hastío, estados de ánimo que no más variados los temas. En Pun- da, entre hombres y mujeres con
todo confuso”. A esa libertad tienen vínculos con el arrepenti- tales para mi casa, con el triunfante piel de color diferente al suyo y
para buscar sus voces y la forma miento ni con otros lugares co- movimiento feminista como sím- diferente a aquellos que él recor-
de su estilo, se agrega una liber- munes, ni con la indigencia sino bolo del mundo contemporáneo: daba allá lejos con nostalgia. Las
tad de conciencia. Las confesio- con la falta de afecto propio. O “Mis desventuras empezaron mujeres de este rincón en el que
nes que completan las caracterís- con la ausencia de un conocimien- después, mucho después de ha- se encontraba: “No le desperta-
ticas de los protagonistas sin tras- to de la buena calidad de vida, berse aprobado el voto femeni- ban el ansia que se le había dor-
cender a otros extremos. Como como en el cuento El collar, en el no. Para mí eso ha traído una mido pensando en la última tren-
el personaje que lee algunos que una anciana paupérrima cuel- transformación radical: mi mu- za rubia que tuvieron sus manos”.
versículos de la Biblia: “pero al ga en el cuello de la imagen de la jer ya no es mi mujer, es simple- Hasta que una noche, después de
hacerlo no tenía en la mente nada Virgen un largo collar de oro con mente la ciudadana que vive con- muchas, cuando una mujer del
religioso, sino el pensamiento de gruesas pepas, regalo suyo, y en- migo”. Más adelante el hombre lugar entró a su cuarto y se sentó
gozar un rato”. Y cuando excla- seguida cae al suelo. Ha muerto piensa: “Mi mujer, pues, va a ser a su lado, él vio lo que está des-
ma: “¡Si hasta cada vez que se de hambre, no por la pobreza representante a la Cámara. Yo, crito como su sonrisa blanda,
acordaba de Dios lo odiaba sin sino víctima de una tergiversación por carambola, candidato a di- pechos ariscos, la piel cobriza y
comprender”. Una libertad con- de sentimientos religiosos. Es uno funto”. Y para finalizar el cuen- brillante y la carne que vibraba
cedida por la falta de malicia que de los problemas humanos que to: “Mi ciudadana odia la mate- como los tambores, y de pronto
le da a la frase el tono de un rue- en el libro pasan por diversas fa- ras, pero yo las amo. Ella no sabe toda- vio: “cómo la trenza rubia iba
go y reseña un momento del per- ses. En El Pingüita se da el doble vía que fueron puntales para una casa cambiando de color, como si hu-
sonaje. Con una estructura senci- drama del niño huérfano de ma- que ya estaba en el suelo”. biera anochecido sobre ella”.
lla que recuerda los cuentos de dre, desconocedor de la identi- De cómo Jim empezó a olvidar es una Míster Jim se da cuenta del cam-
Juan Rulfo, Felisberto Hernández, dad de su padre y objeto de abu- bella prosa de cuarenta renglo- bio en su interior y con un tono
Horacio Quiroga, Juan Bosch, sos del jefe de la pandilla del ba- nes que recoge un instante, el des- que al lector le suena a melanco-
conseguida con un duro trabajo rrio. Pero con un humor sacado enlace, en la vida de Míster Jim, lía alegre, piensa: “Por fin, Jim,
y cuya complejidad no está en la de la gracia natural de los perso- de quien nadie supo de dónde ni ya has comenzado a olvidar”.
confusión, amplió los temas y las najes, el niño reconoce al padre cuándo vino: “ni en qué parte los
vías para interpretar viejos argu- en cada hombre que ve e idea horizontes le semicerraron los Luis Fayad es escritor y porfesor
mentos. En Martín encuentra dos venganzas contra el grandulón de ojos y le grabaron el gesto de universitarío. Premio Lenin de litera-
razones un empleado debe acom- la pandilla. Una de las venganzas ansiedad que siempre lo acom- tura.

La saga de Fayad
Por Pemán-R.

trabajo de escritor como una fun- Sus trabajos, se sabe, tienen la cosmovisión literaria de nuestra
Testamento de un ción estética y como un deber hondura de la verdad interior diversidad transformante, para-
Hombre de Negocios social que atiende explícitamente expuesta para el escrutinio del dójica y a veces cruel en sus cu-
Luis Fayad necesidades testimoniales de las entorno social sobre el cual se riosas modernidades.
Arango Editores propias percepciones en torno a desplaza. En este sentido, Fayad Hace un año, en el marco de la
vivencias estrechamente unidas es un escritor colombiano -bo- Feria Internacional del Libro de
280pág.
al entorno social al que se debe gotano- con claras misiones de Bogotá y luego de varios años,
Bogotá, 2005 el escritor y que desde las lejanías universalidad humana ante el tuvimos la oportunidad de con-
de su diáspora, procura recons- mundo y así lo han entendido versar con el novelista Luis Fayad,
truir todos los días. A excepción quienes asumen con seriedad el saber de sus quehaceres literarios
Para un escritor disciplinado y de los primeros trabajos publi- estudio de su obra en los varia- y periodísticos en Berlín y los pro-
exigente como Luis Fayad, los cados en Colombia, la vida edi- dos frentes del ejercicio crítico en yectos de los cuales se ocupa ac-
silencios literarios son presagio de torial de Fayad ha sido en Euro- Europa y Latinoamérica. tualmente. Vino a Colombia
nuevas y prometedoras sorpre- pa donde reside hace más de Por tales razones el anuncio, hace como invitado especial a la Feria
sas. Y ello es así por cuanto él, treinta años. Y a lo largo del tiem- un año de su nueva novela: «Tes- que el año pasado tuvo como
desde sus primeros libros (Los po ha ganado la audiencia in- tamento de un Hombre de Ne- emblema, el papel del escritor
Sonidos del Fuego,1968; Los Parien- ternacional para su obra que iden- gocios», abrió las expectativas colombiano en el exilio.
tes de Ester, 1978; Compañeros de tifica fuertes ligaduras raizales y imaginables para que esta novela Nuestra conversación entonces,
Viaje, 1991,para no recordar sino un alma observadora y crítica que fuese punto culminante en el pro- saltó por entre los años y las geo-
los más reconocidos por la críti- jamás depuso las realidades pro- ceso gestativo de una obra que a grafías para indagar sobre su
ca internacional), ha asumido su pias para la definición artística. manera de saga se integra a la mundo interior, su potencial

10 Abril - Junio 2005. No. 2 Lecturas Críticas


L i t e r a t u r a c o l o m b i a n a
creativo, su fidelidad estética y doce densos capítulos distribui- para adentrarse en el laberinto Lección de Vida, Las Cartas del Fu-
social en ese prolongado tránsito dos en 280 páginas correctamente ordinario de lo humano, sus ele- turo, El Regreso de los Ecos y Compa-
por el viejo continente. Apreciar impresas y limpiamente revisadas, mentos simples, los escenarios ñeros de Viaje).
por sus palabras el papel difusor con tapa semidura ilustrada con comunes bien reconocidos, las Y con la misma dimensión de
de la cultura latinoamericana en fotografía de Ramón Giovanni formas familiares, barriales, cul- Saga, coherente con su capacidad
esas latitudes y la recepción, allí, y diseño de Camilo Umaña cuya turales, los valores normales que de indagación, inagotable con sus
de nuestras convulsionadas ver- sobriedad es inequívoca alusión son verdaderos y verosímiles . obsesiones, Luis Fayad reencarna
dades políticas y sicológicas. al entorno familiar del asunto Desde los asuntos que ocupan la en «Testamento de un Hombre
Hubo oportunidad para conocer desde el cual se desata el tormen- vida y suerte de Gregorio Came- de negocios», ese universo pro-
sus opiniones en relación con la toso nudo de la narración. ro (Los Parientes de Ester), pasan- pio para insistir en el actor legíti-
nueva realidad del mundo, ins- do por las indagaciones acerca de mo de las mismas calles, en los
El ritual de los modelos críticos
crita en el apabullante proceso de las vivencias y dramas de un in- mismos entornos familiares con
y las manías catalogadoras dieron
la «globalización» que implica el migrante cirio-libanés o las de el los mismos valores, ahora hipo-
en ubicar hace tiempos a Fayad
peligroso hegemonismo político desplazado de la provincia nati- tecados por el entusiasmo que
como precursor de la novela ur-
ante el cual Latinoamérica ocupa va a la ciudad –Bogotá-, persis- aporta el narcotráfico, imbuido
bana; pero por encima de estas
un lugar nada envidiable. Se do- ten en la narrativa de Luis unos por la violencia de guerrillas y
consideraciones, él es dueño de
lió de la imagen de nuestro ele- mismos valores, una misma ciu- contraguerrillas, sumergido en la
unos valores muy particulares en
mento humano en el mundo, dad y sus escenarios clase-media; traición y el crimen. La novela
los que el ambiente intimista y
construida por distorsiones unas mismas costumbres y senti- hace parte del proceso dialéctico
natural, el mundo de lo cotidia-
mediáticas e intereses ajenos. Y es res morales de esos habitantes y , ético y cultural de la misma so-
no y los personajes de todos los
aquí donde radica la importancia protagonistas. Para toda su obra ciedad que lo ha ocupado como
días, prevalecen sobre otras mu-
del escritor para dar la batalla de persisten esos elementos comu- escritor; observa la subversión
chas circunstancias. Y contra lo
la identidad en este novedoso nes: el mismo edificio circunstan- cultural que la transforma, la sus-
que pudiera pensarse, su proce-
contexto universal, señalar las cri- cial, igual condición económica tituye, la complementa.
so gestativo no obedece a co-
sis de nuestros pueblos en este de sus gentes, las mismas carac- «Acaso sea la primera vez en la
rrientes literarias que hicieron o
nuevo orden que pretende divor- terísticas arquitectónicas del vie- que expresamente hago literatu-
hacen presencia temática o esti-
ciar cultura y estética de valores jo barrio, las mismas tradiciones ra crítica y de compromiso», nos
lística en la narrativa latinoameri-
tales como derechos humanos y y valores que hacen de la totali- había dicho Luis hace un año para
cana de los últimos treinta años.
sociales. Son meditaciones en fun- dad de su obra, una verdadera referirse a los señalamientos so-
Es un proceso natural, propio.
ción creadora. «Reflexiones des- saga, en el sentido natural de la ciales, económicos y políticos
Autónomo y singular a partir de
de allá -me dijo- para hacer lite- acepción y que es lo que desea- implícitos en el texto. Y hace poco
sentir lo cotidiano y cuya origi-
ratura aquí». mos resaltar en estos apuntes.(Una (U.N. Periódico XI-14-04) sos-
nalidad reside en la capacidad
Largas horas sobre asuntos diver- tuvo a sus entrevistadores que
sos para abordar el tema princi- «toda novela tiene ideología y el
pal: su nueva novela. Y Fayad nos no tenerla es tenerla», para signi-
adelantó algunas claves de su re- ficar que si bien el papel del es-
ciente creación que afirman el critor no es enseñársela al lector,
sustento coherente de su estilo li- los hechos mismos la sustentan y
terario, de sus funciones narrati- en el caso que trata Testamento de
vas pero también de su capaci- un hombre de negocios, dadas las rea-
dad innovadora en cuanto esta lidades, las fuentes sociales y po-
nueva novela asume una posición lítico-económicas que la susten-
crítica en relación con todo lo que tan, ello resulta evidente.
pasa en nuestra sociedad y sus Para este trabajo Luis Fayad ela-
causas insertas en procesos eco- bora una técnica literaria que de
nómicos y culturales: suyo indica el dominio lingüísti-
narcotráfico, la nueva violencia, co y la capacidad idiomática y es-
valores morales emergentes, tilística. Hay un narrador omnis-
pragmatismo, indolencia. Y en ciente -Jacinto- en cuyos diálogos
este sentido puede sostenerse que fluyen otros, otras referencias,
se trata de una percepción de otras narraciones que estructuran
cómo afecta la globalidad nues- la escritura, el hilo argumental, el
tras nuevas realidades. Y su visión, asunto. Y el método escogido
desde «allá», tiene el prodigio de permite penetrar con interés el
ser fiel a lo de «acá», sin despre- alma de sus protagonistas, la al-
ciar las minucias del drama hu- mendra social de unos seres rea-
mano de nuestra ciudad que él les que denuncian la crisis de una
tanto conoce en sus esencias so- sociedad que sin nombrarla, se
ciológicas. reconoce.
Testamento de un Hombre de Nego-
cios fue finalmente editada y pre-
sentada en Bogotá por Arango Pemán R. Es periodista cultural, poe-
Editores a finales del año pasa- ta, profesor de literatura.
do. La novela está constituida por La Fidanzata. Oleo / tela. 85 x 60 cm. 1999

Abril - Junio 2005. No. 2 Lecturas Críticas 11


M ú s i c a

Échale salsita
Por Juan Manuel Roca

quien por bueno Chano Pozo ya había sido cele- ritmo antillano.
El libro de la salsa.
no lo estime”. brado por Dizzie Guillespie y en Son buenos y sin alardes los ar-
Crónica de la música
Pero habría que recordarles otra su nombre se abrió una década gumentos que presenta el autor
del Caribe Urbano
canción del mismo Piñeiro, rumbera sin precedentes en el venezolano, basados en hechos y
César Miguel Rondón.
“Échale salsita”, para no dejar nuevo templo de la música que en algunos supuestos que es lo
Ediciones B.
escorar el barco hacia el lado del llevaría el nombre gastronómico propio de las mitologías popula-
Bogotá, 2004. 436 páginas. purismo. de salsa. res.
Imaginen un lugar por el que pa- El hecho, por ejemplo, de que la
e sabe que toda cultura es un “En Catalina me encontré lo no
S cruce de caminos, un fecun-
do mestizaje. De eso da muy
pensado,
la voz de aquel que pregonaba
san Antonio Machín, ese gran
bolerista que aún en España don-
de murió se considera vivo
ductilidad del son cubano sea lo
que permite la alimentación con
otros sonidos, desde aires tan dis-
buena cuenta la música antillana, así: como el cadáver de “El Cid”, tintos como el pop o el boogaloo,
aquella que en lo que tiene que ver Échale salsita, Graciela “la bochinchera”, la aderezados con los sonidos pro-
con la más grande matriz musi- Échale salsita, échale salsita”. explosiva y graciosa hermana de venientes del jazz.
cal del Caribe, Cuba, sufrió el cer- Machito y, entre otras, una voz Así, un legendario sexteto, el de
cenamiento de su lado indígena, Todo esto se agolpa, y muchas pequeña pero más que armo- Joe Cuba (“Con la punta del pié”,
de sus areítos borrados de la his- cosas más, en este libro del niosa, una cadencia que influyó “Quítate de la vía Perico”)
toria por un largo genocidio. musicólogo, cronista e historia- en tantos otros cantantes, desde implementa el sonido del
Eso es algo que no ocurrió de dor de la salsa César Miguel Vitín Avilés y Felipe Pirela hasta vibráfono haciendo de su músi-
manera tan flagrante con la mú- Rondón. Jimmy Savater y Cheo Feliciano. ca un momento exquisito con una
sica popular colombiana, pues si El libro de la salsa es un volumen Lo anunciamos con una fanfa- nueva impronta. Como ocurrió
aguzamos bien el oído como esos que suena, que evoca, que se lee rria: el puetoriqueño renovador con la aparición en la escena de
vagabundos que lo ponen en la con ritmo y, en recuerdo de vie- del bolero, Tito Rodíguez. Ray Barreto, un raro especímen
carrilera del tren para saber si se jas emociones, con la percusión El mismo Tito hacia 1963, dato nacido en Nueva York pero “he-
acerca, podremos oír en las gai- de ese pequeño timbal que en para sabuesos de la salsa y de la cho músico en Alemania, mien-
tas indígenas, por citar un solo lenguaje corriente llamamos co- música colombiana, grabó la for- tras cumplía el servicio militar”.
ejemplo, en las cumbias y en el razón. midable cumbia de Wilson ¡Vaya! Ser militar y no perder el
porro, los acentos de la música Arranca esta suerte de crónica oído es una verdadera gracia, una
Choperena, “La pollera colorá”.
indígena en yunta con los ritmos musical en el año 50, en el prueba de fuego, habría que agre-
Algo que de no ser por Rondón
afros y españoles. Palladium, en una pista de baile gar. Barreto llega a la salsa desde
este reseñador no hubiera sos-
En el caso cubano y su adiós al para mil personas que no se lle- las cabeceras del jazz, como ocu-
pechado.
areíto, que según historiadores naba ni en una cuarta parte para rre con nuestro magistral Joe Ma-
Una virtud más de El libro de la
como Helio Orovio –a quien bailar, según recuerda Rondón, drid, de quien bastaría recordar
salsa: está escrito con mesura,
debemos un buen diccionario de ritmos como el foxtrot, el tan- sus arreglos para Mongo
espiga anécdotas en uno y otro
la música cubana- se acompaña- go y el “viejo swing”, es decir,
lado, pero no cae en el vicio del Santamaría y para Harlow. Para
ba de sonajas, maracas y fotutos, para una lánguida fiesta en un es-
dato y de lo meramente el primero la “Cumbiamba” y
no quedan huellas de esa prehis- pléndido palacio.
cronológico, como sucede con para el segundo su “Cumbia tí-
toria musical, pero sí resulta El administrador del Palladium
otros libros sobre el género. pica”. ¿No lo justificaba ya el he-
rastreable la presencia de los in- decidió entonces cambiar de
Más allá de los tópicos, de los cho de que un gran contrabajista
flujos africanos que desemboca- música y atraer a los latinos con
lugares comunes inevitables en del jazz y del be-bop, Charles
ron en el son, en el danzón y en la mayor entusiasmo. Se puso en
una historia musical, Rondón nos Mingus, hubiera fusionado una
salsa, una música que nació como contacto con Machito, el formi-
arrastra por barrios latinos, que música de alto rango estético, en
hija exiliada de Cuba y Puerto dable Machito (Frank Grillo) y
son iguales en su colorido, en su algo que llamó “Cumbia-jazz-
Rico, especialmente, en la ciudad sus afrocubanos y con Mario
amargura, en esa pobreza que fusion”?
de Nueva York. Bauzá, que fue, de nuevo cito a
desaparece cuando se inicia el En cualquier capítulo que se abra
Todavía hay quienes no se aco- Rondón, quien bautizó el nuevo
baile, en cualquier país donde la de El libro de la salsa, en esta se-
modan al término salsa. Los lugar con el nombre de una
salsa se manifieste. Da lo mis- gunda edición corregida y aumen-
puristas que se oponen a ese so- composición del grande del tam-
mo que sean barrios enclavados tada e irrigada de una buena ico-
nido mixto que por momentos bor, Chano Pozo, quien sería
se volvió un formato comercial, en Nueva York o en el Caribe. nografía, hay algo de interés para
pocos años después asesinado en
evocan a Ignacio Piñeiro y su Fueron los barrios los que, al uní- el enamorado de una música que
Harlem en 1948.
“Suavecito” de 1930, en el que el sono con las disqueras que olfa- ya vivió sus mejores momentos.
El nombre del sitio y de la can-
habanero cantaba así: ción escogidos fue “Blen-blen- tearon el gran filón de una mú- Sí, una música que ya tuvo su es-
blen”, una guaracha que antece- sica que desembocó en el boom plendor y que solo ocasionalmen-
“El son es lo más sublime dió a su popular “Manteca”, ese de la salsa, le dieron a esos rit- te se vigoriza. Unos ritmos a los
para el alma divertir. ritmo que tanto entusiasmara a mos su pasaporte internacional, que ayudó de manera evidente el
Se debiera de morir Charlie Parker. algo así como el esperanto del cine, con películas que exaltaron

12 Abril - Junio 2005. No. 2 Lecturas Críticas


C i n e
el boom de los setentas. Como todos en la diáspora ante la
ocurrió con “Nuestra cosa lati-
na”, el filme de León Gast, que
malformación musical propues-
ta por nuestras disqueras.
La Fábula de la sombra
hizo que a distancia, en los cines Acá figura, entre los grandes, Edy Por Augusto Bernal Jiménez
de barrio, la gente de las ciuda- Martínez, el pianista pastuso que
des vocingleras y musicales del ha tocado con otros de los gran-
continente no lograra acomodar- des de la salsa y a quien debe mu- tos de sí mismos, serenos, resigna-
se en las butacas: los movían de cho de su vigor la orquesta de Ray La sombra del caminante dos y sujetos a “un estado de las
ellas las imágenes y el sonido de Barreto. Ciro Guerra cosas” que les permite sobrevivir
una pléyade de músicos convo- También figuran Héctor dentro de una opción neorrea-lista
Bogotá, 2005
cados por “las estrellas de Martignon y Jairo Varela, el fun- como la del blanco y negro, “por-
Fania”. dador de Niche que ahora resulta El mundo es la totalidad de los que con el blanco y negro te acercas
Esto ocurrió cuando estaba en grabando una lamentable canción hechos, no de las cosas mas a la fotografía y al documental
la cima el fenómeno de la salsa. que pide la reelección de un sor- Wittgenstein histórico”*.
Es una grata historia. Desde do, no sólo a la música (admira a Mañe (Cesar Badillo), recrea su car-
Juanes), sino a los que opinan de ga de resignación en su incapacidad
H
Benny Moré, el lajero sin igual ay algo, particular y
que grabó discos con Dámaso modo diferente a su lesa majes- física, en su caudal de memoria , en
confabulador cuando inicia
Pérez Prado, “un chaparrito con tad (es sintomática su laberintitis). su caracterización de desemplea-
La Sombra del Caminante de Ciro
cara de foca” a quien debemos Se trata de una historia a muchas do, desplazado y marginado por la
Guerra. Su capacidad por fabular
en conjunción con Cachao las voces, de un gran capítulo de la guerra. Su “antagónico”, el Silletero
la realidad, invade y comparte una
delicias del mambo, hasta creatividad musical del continente ( Ignacio Prieto), hombre anónimo,
serie de sentimientos y ambigüe-
Jonhnny Pacheco, es una grata publicada por primera vez hace “cargador de hombres” (apelativo
dades al tiempo que apreciamos una
historia. 25 años, donde el resabido estri- indirecto de la muerte), reduce su
ciudad que despierta al ritmo de la
billo de “quítate tu p’a ponerme vida al espacio que camina, a un en-
Desde Vicentico Valdés hasta el imaginación. Y cuando pregunta-
yo”, ya no resulta tan fácil de ex- torno de ser anónimo, a sus culpas
expresivo y trágico Héctor mos acerca de su facultad por fa-
presar, pues no son muchos ni , a sus muertos y a una bala “perdi-
Lavoe, pasando por un centenar bular, circunstancia aplicable tan solo
muy notables los posibles relevos. da” que lleva en la cabeza.
de compositores e intérpretes, a los poetas y a los llamados “crea-
No tanto porque todo tiempo dores de imaginaciones”, termino Bella y fabuladora analogía que
hay mucha tela por cortar. Mu-
pasado haya sido mejor, como mas utilizable a los autores cinema- parece esconder la película. Es una
cho ritmo por bailar y por can-
por el hecho de que lo que más se tográficos, continuamos intimidados sombra que camina junto a sus es-
tar.
difunde, el espantoso merengue, por su ritmo pausado. pectadores y a la que su director
La primera edición del libro de
el desastroso vallenato de hoy, la agrupa entorno a un sin numero de
César Miguel Rondón de 1979 ¿Dónde está lo intimidante de este
insabora bachata, la anquilosada registros documentales de ciudad
dejó abiertas las puertas, con al- film, que desde un comienzo pa-
nueva trova cubana, que ni es nue- que permiten que ellos subsistan.
gún entusiasmo, al resurgimien- rece no alejarse de un sentido cuasi
va ni es trova y lamentablemente Sin embargo acude a otro tipo de
to de la salsa, que no se ha dado documental y de registro directo?
es cubana, contribuyan a callar los fabuladores con diferente naturale-
sino a medias. En su propuesta estética por utili-
mejores momentos actuales de un za: la dueña del inquilinato (Ines Prie-
Ahora se agregan algunos nom- zar el blanco y el negro como na-
ritmo al que Chucho y Bebo to), soberbia, serena, digna, repre-
bres que ya eran un porvenir casi rración. Alternativa valida y atrevi-
Valdés, el renovado Irakere con sentando la modestia y la calidad
asegurado y algunos otros que da para una cinematografía que se
su “misa negra”, Cachao y otro actoral con un rol injusto con ella
aparecieron en la escena. Nos regodea por el color y el glamour
puñado de creadores, no dejan misma, al punto de convertirla en
detenemos otra vez en sus elo- como una vía Y sin embargo su
morir. complemento; su hermano, un sar-
gios a Joe Madrid, por una ten- realizador recurre a su memoria, e
Son los que siguen la estela lumi- gento retirado del servicio activo y
dencia a recordar lo bueno que incorpora lo sórdido e “insopor-
nosa del Benny, de Barroso, de del orden publico, por razones
olvidamos en Colombia. Y en table que puede resultar la ciudad”,
Chano Pozo, de Arsenio, de Bauzá, explicables, mas no “reales”. El con-
Justo Almario, el excelente flau- en medio de la imaginación de un
de Portillo, de Jorrín, de Barbarito, flicto es tan solo una fábula. Y la
tista costeño. Los dos músicos hombre que trae el paisaje de Rio
de Puntillita, de Pío Leyva, de policía, anónimo y necesario perso-
colombianos tocaron con de Oro, su ciudad natal, y lo en-
Arcaño, de Laserie, de Chocolate, naje cuyo rol es tan entendible
Mongo Santamaría la ya regis- frenta a ese “otro lugar”, justifica-
de Bola de Nieve, de Chapotín, como el grupo de pandilleros del
trada cumbia de Joe, acompa- do como ciudad para construir su
de Fajardo y de Embale y de las barrio. El equilibrio social perfecto
ñados de tambores llevados de propio imaginario. Así construye
grandes mujeres de la canción, entre libertad y orden o entre casti-
nuestro litoral, en una experien- una fábula de los destinos de dos
Omara, Isolina, Graciela, Celeste, go y beneficio. Su preocupación por
cia musical que Rondón califica hombres acompañados por una
Celia, María Teresa, tantas otras. el país está representa en el Silletero,
sola y entrañable sombra, adheri-
(entretanto la oigo en el viejo Coda: aquel que trajo de Río de Oro, lugar
dos a este país por siglos dentro
disco duro del recuerdo), de donde se crió, y que veía perma-
A Bartolomé Maximiliano Moré, de un conflicto interno, un conflic-
“alternativa distinta” frente al nente cuando cruzaba el río, cargan-
que se hizo el muerto hace 42 años, to armado, y un conflicto cotidia-
cerco comercial. Allí cantaba el do hombres. «..esa imagen no se me
dos meses y cinco días. no. Todos sin ninguna diferencia
virtuoso Justo Betancourt. ha borrado nunca y como siento
son conflictos. Guerra recrea y ubi-
Como esta reseña no es un dis- Juan Manuel Roca es escritor, poe- ca un pasado, su pasado -el de sus que tengo una gran preocupación
co de “larga duración” me bas- ta y periodista. Recientemente publicó personajes- dentro de un marco por lo que pasa en este país, la aso-
ta con señalar que este es un li- su primera novela Esa maldita cos- urbano tan obviocomo justificable, cie con una idea que me obsesiona,
bro que desborda alegría. Y que tumbre de morir, bajo el sello Al- en donde la ciudad se convierte en que es la redención» **
reconfortan las señales de bue- faguara testigo inobje-table de la memoria Esta búsqueda de la redención, se
nos músicos colombianos, casi de estos seres anónimos, proscri- asume como una expiación de cul-

Abril - Junio 2005. No. 2 Lecturas Críticas 13


P l á s t i c a
pas de parte de sus protagonistas. coge lo mejor de sí mismo dentro 1990), himno kitsch a lo estrafalario esta responsabilidad generacional en-
El director la asume con una acti- de una tradición muy del genero - y grotesco, a la manera de una gran torno a un conflicto; aquella que al-
tud tan pasional como insegura. Sus algunos ejemplos: Pasado el Meridia- opera de la noche; Lluvia (Oscar gunos consideran una fabulación de
personajes por momentos no (José Maria Arzuaga, 1964) en la Pinilla, 1984), fresco documental del la realidad. Sin perder ese referente
deambulan, dudan, se ayudan, se uqe su protagonista, portero de una barrio de La Perseverancia, bajo un por real y lo obvio, como dicta su
acompañan, mantienen antes que agencia de publicidad, enfrenta la fondo de lluvia; y La gente de la Uni- compromiso de realizador indepen-
una culpa una necesidad intrínseca muerte de su madre y la tragedia de versal (Felipe Aljure, 1999), el gran diente, se asume y toma postura.
por sobrevivir. ¿Porqué? La reden- la ciudad dentro de un realismo casi “urbano” de fin de siglo-. La espe- Una consecuencia tan solo vista en
ción llevada al extremo sagrado del perfecto; El Cruce (José Maria ra de la moraleja a esa sombra que pocos realizadores dentro de un sen-
pecado pareciera no existir, por el Arzuaga, 1967), film inacabado y camina dentro del film de Guerra tir personal, logrando acercarse a esa
contrario pretende concebir esta re- censurado por la “moral urbana” y parece justificar la fábula de la his- sombra de nuestra propia historia
dención como una forma de exor- que recoge esos personajes olvida- toria nacional, hasta que se torna por nacional que al caminar muchos no
cismo urbano, donde el trabajo y el dos, referenciados en los testigos co- momentos indecisa y pausada, sa- ven, porque nunca serán caminan-
destino de uno y otro se convierten tidianos de un accidente de transito; crificando su carga realista dentro tes con memoria propia.
en solidaridad manifiesta. Protec- Pepos ( Jorge Aldana, 1985), reco- de una expiación de culpas que por Augusto Bernal Jimenez es profesor de
ción de los pandilleros del barrio; rrido obligado por los míticos ba- momentos parece dejar la conclu- cine y director de la escuela Black-María
compañía bajo un cambuche en el rios de la Perseverancia y La sión en manos de los espectadores.
monte, búsqueda de una planta, y *El ojo que piensa Nº 7. Revista virtual
Macarena, donde un par de Sus personajes se confiesan y la re-
de cine iberoamericano. Universidad de
compasión por un hombre que de- “pepos” reviven su propio juego, dención se consume. La sombra del Guadalajara. Entrevista con Ciro Gue-
sea leer. Mas allá de esta interpreta- con la sociedad que los marginó; La caminante, asume su propio riesgo. rra, por Orlando Mora. Marzo 2005.
ción el cine urbano de Guerra re- Mujer del Piso Alto ( Ricardo Coral , Muestra con su tono una parte de **Ibden.

Manual herético del amor


Por Juan Manuel Roca
Lawrence y su historia de una lady teatro en donde una mujer desnu- condidas muchas preguntas.
Libraco Porno con amante guardabosques, se mue- da se va poniendo poco a poco la Como ciertas madonas del arte
Antonio Samudio. ven en las fronteras del deseo y en ropa, en un anti-striptease, hasta que- clásico, de pronto se nos recuerda
Ediciones Arte Dos Gráfico. la exaltación del momento en el que dar completamente vestida. Un lu- la cercanía de Eros en los territo-
80 ejemplares numerados dos seres establecen como altar el gar así es donde se señala que la des- rios de la santidad, aunque nues-
Bogotá, 2004. cuerpo del otro. En el erotismo nudez es inocencia y que no hay nada tro San Antonio no sea patrono
como entrega el amante escribe más pornográfico que el ropaje. Se de las solteronas, ni un casamen-
sobre el cuerpo amado, esculpe, trata de una herejía, de una burla em- tero mayor.
No pudiendo suprimir el amor,
modela, graba o construye y logra prendida como una cruzada contra No está la estética de estos graba-
la Iglesia ha querido, por lo menos,
salir, por esa fisura creada en el tiem- la doble, y a veces triple, moral ca- dos cerca de ese cuadro en el que
desinfectarlo, y ha creado
po, del infierno colectivo. nonizada. He aquí entonces un ma- Courbet pintó un sexo femenino
el matrimonio.
El amor, la única religión cuyo dios nual herético del amor que ataca el de forma naturalista y detallada,
Charles Baudelaire es falible, según la expresión de falso pudor, cobijado bajo la mira- como el ícono de una nueva reli-
Borges, cuando nace el desamor da siempre burlesca de Antonio gión, un óleo al que le dio por tí-
A los viejos debates de Henry
Miller y Lawrence Durrell so-
bre las aproximaciones y distancias
conduce a un retorno a la indivi-
dualidad. Es el gusano enamorado
Samudio. Y en la compañía de una
buena muestra de versos de poetas
colombianos, amorosos unos, obs-
tulo El origen del mundo. Ni se en-
cuentra en las vecindades de esas
de una estrella, diría Edgar Morin. lánguidas muchachas de Balthus
entre la pornografía y la obscenidad, Pero mientras existe como fuerza cenos otros, eróticos o pasionales atravesadas por las saetas de una
se le han agregado muchos nuevos pasional hay una disolución mo- los más. mirada victimaria, esas Lolitas pin-
mamotretos. Y la cosa sigue más o mentánea del yo, un deseo de uni- A propósito de amores heréticos tadas que a veces parecen como
menos igual para los teóricos: lo dad que hace de uno el cielo del bien vale la pena recordar un epi- las del mismo Nabokov, corrup-
obsceno es lo directo, pornográfi- otro. Allí tiene su terreno fecundo el sodio narrado por Charles toras de mayores. Ni festeja tam-
co es lo sinuoso, lo que fetichiza. Ya arte que nace del anhelo de diluir al Baudelaire en Mi corazón al desnudo, poco del “amor loco” que vadea
Denis de Rougemont había dicho: autor en la apreciación del desco- en el que recuerda la doble moral tenues fronteras entre lo sagrado
“¿y qué podríamos temer del de- nocido. del burgués. Evoca el poeta una como fetiche y lo profano como
seo? Pierde su poder absoluto cuan- tarde en la que fue en compañía tal, entreverando la gula de Dios
Con los grabados que Antonio
do dejamos de divinizarlo”. de una joven puta al Louvre, y y la gula del cuerpo. Se trata más
Samudio realizó para el Libraco
Son tantos los rastreos que Porno, que es algo así como un momen- cómo la muchacha se ruborizaba bien de un divertimento, de una
emparentan erotismo y misticismo, to de juego en torno al erotismo, a al ver desnudos que calificaba de forma de restarle solemnidad a
que Casanova y sus Memorias, la obscenidad y a una suerte de ino- obscenos, haciendo toda suerte de Eros, a ese dios que nació del hue-
Apollinaire y sus Once mil vergas, el cente pornografía, nos sentimos mohines, muy a la manera de las vo primordial engendrado por la
rey Salomón cuyo Cantar de los can- más cerca de Pietro Aretino que de “putidoncellas” quevedianas. Es la Noche, y de hacerle guiños a
tares fue condenado por impuro en Gustavo Adolfo Bécquer, más cer- misma doble moral de un viejo Cupido, diosecito burlón que sabe
el Concilio de Constantinopla por ca de Catulo o de Marcial que de verdugo de París que rebanaba ca- muy bien, como lo sabía el poeta
Teodoro de Mopsuesta pues veía Eluard o de Neruda, más cerca del bezas a granel y no podía sopor- y grabador William Blake, que “la
en el poema del magnífico Rey “un burlesco Bocaccio que del tedioso tar que alguien cortara una rosa de desnudez de la mujer es obra de
canto erótico de bodas”, D.H. marqués de Sade. Imagínense un su jardín. En este libraquito hay es- Dios”.

14 Abril - Junio 2005. No. 2 Lecturas Críticas


P o l í t i c a

El rey y el pueblo
Por Rodrigo Pérez Gil

protagonistas del relato. Sin em- que instruirme, sin aumentar mi el profesor Medina; sin embar-
La Historia Política Hoy bargo, hay un claro contraste actividad o vivificarla inmedia- go, nos parece que Colmenares
Editor César Augusto Ayala entre estos dos libros: el de tamente”. Si tales estudios no apunta sobre todo a la idea, que
Universidad Nacional de Colombia, Phelan se puede leer en un solo producen de veras un movimien- vuelve a traer Diana Marcela
y largo aliento, mientras que el to, y se limitan a una reflexión, o a Rojas en su ponencia citada, acer-
Bogotá, 2004, 419 págs.
otro, el fárrago, la hojarasca de una comunicación, a una repetición ca de “la necesidad y la impor-
las ponencias (profesores de la o a un mero trabajo de archive- tancia de una relectura de la his-

N ombro esta reseña invir


tiendo el título del bien es-
crito y documentado libro de
U.Nal. Bog otá, UIS de
Santander, Univalle, CINEP/
Uniandes) hace penosa la lectu-
ro, ¿de qué nos sirven? El título
del texto que reseño evoca el del
libro editado originalmente en
toria política del país desde una
perspectiva internacional” (pág.
328-9), por cierto en mora. Nos
John Phelan, El Pueblo y el Rey. ra y mínimo el provecho. Se tra- 1978 por Mario Arrubla, quien parece valioso el objeto del en-
La revolución Comunera, que apa- ta de una diferencia de estilo y también lo introduce: Colombia sayo de Almario sobre los estu-
rece citado en un capítulo, o po- de objetos de elección, diferen- Hoy, Perspectivas hacia el siglo XXI, dios históricos de Cauca, Nariño,
nencia, de La historia política hoy cia de pasiones, aunque compar- reeditado con prólogo de Jor- Valle, su pretensión de avalar los
presentada al Seminario de his- ten importantes puntos de vista. ge Orlando Melo y con adicio- estudios regionales -dentro de
toria política (mayo 2002) en la Encontramos, de otra parte, im- nes en 1991, escrito a varias una historiografía generalmente
Universidad Nacional por portante la ponencia de Diana manos. Y es preciso volver Hoy centrada en una especie de anti-
Ingrid Johanna Bolívar acerca Marcela Rojas (IEPRI, U.Nal.) a las palabras del mismo Arrubla gua parroquia alrededor del Es-
de la “interacción histórica entre sobre la necesidad de releer la en su ensayo en este libro: “Sín- tado donde la lengua se estan-
política y cultura” (pág. 361). En historia política nacional desde tesis de Historia Política Con- ca-, el estudio de la configura-
la mayoría de las catorce ponen- la perspectiva de las relaciones temporánea” (1978): “el libre ción de los conflictos y las eco-
cias sobre este tema que apare- internacionales, y la de Oscar Al- juego de las ideas políticas tiene nomías de los medios, de las
cen en el libro, y en el mismo mario de la U. Nacional-sede- que presentar gravísimos regiones con sus etnias, hacien-
libro de Phelan, nos parece que Medellín, que recrea las pregun- interrogantes cuando se revele en do así bascular el centro grávi-
el rey encabeza la procesión, un tas de Germán Colmenares, so- gran medida inocuo frente a los do de la mayoría de los estudios
rey desnudo (Hans Christian bre el valor imprescindible de males de la existencia social”. In- de este talante, condenados a
Andersen: los sastres del rey le los estudios regionales y la his- siste al final en que las ideas, “in- repetir la historia de la Construc-
han hecho un intrincado y labo- toria de la constitución, frágil, de capaces de articularse con la rea- ción de la Muralla China (ver el
rioso vestido tejiendo hilos invi- las etnias, los negros en particu- lidad social tienen bloqueado el cuento de Kafka), es decir de la
sibles, y así desnudo lo porta os- lar, en Puerto Tejada, en Cauca, acceso a la seriedad”. No se tra- Soberanía, o del Estado-nación,
tentoso a los ojos del niño asom- en el Valle. Apreciamos también ta para nada del pesimismo del objeto de muchas ponencias en
brado que exclama), un rey des- la ponencia breve de Alberto para qué la poesía en tiempos de este libro: la de Ar mando
nudo va, pues, delante del pue- Bejarano, de la Universidad Na- vacas flacas, el nihilismo del para Martínez Garnica de la UIS de
blo y le da sombra, al pueblo cional, sobre un caso de prensa qué la historia política, o si está Santander, la de Fernán González
sujeto, no en el sentido de cons- de oposición en la pluma de muerta, no se trata de idealismo del CINEP, la de Ingrid Johanna
tituido, o por constituirse, sino Pedro Escudriñez, seudónimo tampoco, se trata de otra cosa. Bolívar, del CINEP/Uniandes,
en el sentido de anudado, inves- de columnista del periódico El Sin duda, de resistir. Los ojos del la de Fernando Estrada de la
tido, sojuzgado y borrado, des- Autonomista, y de El Debate, ha- espíritu son un animal que salta, UIS, la de José David Cortés
plazado, empero latente, virtual, cia 1896 y 1898, crítico feroz del y el duende trasiega los bordes de la Nacional sede Bogotá.
en el sentido de no-actual. La régimen impuesto por la Regene- del pozo donde mana la herida. Aún si cada una de éstas tiene su
primera parte, de tres, en este ración de Núñez y Caro, ¡Oh glo- Es superflua, y es vana, la pre- objeto específico, la última, por
interesante libro de Phelan (con ria inmarcesible! Si no fuera por gunta que se hace Oscar Alma- ejemplo, “Lecturas sobre la igle-
prefacio del propio autor escri- estas ponencias, a propósito del rio encabezando su documenta- sia católica como actor en la his-
to en Madison, Universidad de libro que reseño, vuelve por da y bien escrita ponencia, so- toria política colombiana”, el
Wisconsin en 1975, habiendo fuerza la cuestión de Nietzsche- bre el suroccidente de Colom- Real Tema de estos ensayos es
muerte de repente poco antes de Goethe en la Segunda Considera- bia: “Si la Historia Política ha la cuestión de la construcción del
ver editada su obra en 1978 por ción Intempestiva (1874), la cual muerto o está de vuelta es algo Estado-Nación, condensado en
la misma Universidad), está de- arranca el filósofo con la cita del que debemos discutir amplia- los procesos dados lugar, por
dicada a Carlos III, la interme- poeta , y que se aplica casi ente- mente [...]” (pág. 117). Teófilo ejemplo, entre la Iglesia y el Es-
dia al criollo del Socorro Juan ramente a este libro editado por Medina, en la primera ponencia tado, en el caso de esta última
Francisco Berbeo, jefe de la ex- la Universidad Nacional, con del libro acerca de la Historia ponencia del profesor Cortés, en
pedición comunera, y la última mínima instrucción y mucha eru- Comparada, cita a Colmenares la llamada Regeneración. Son en-
a Antonio Caballero y Góngora, dición, cuántas citas, y en cam- cuando se refiere al ensimismamien- sayos que recaen en un ensimis-
arzobispo-virrey de Nueva Gra- bio, estas mismas palabras no le to de casi todos los historiado- mamiento, lo cual nos hace pen-
nada, firmante, con los comu- cuadran al de Phelan. Dice res (pág. 17). Sin duda, en el sen- sar en la antigua prohibición co-
neros, y abjurante de las capitu- Goethe: “Por lo demás, yo de- tido de que hace falta la “Histo- lonial de impedir el acceso a es-
laciones de Zipaquirá. Son los testo todo lo que no hace más ria Comparada”, como relieva tas colonias ensimismadas de

Abril - Junio 2005. No. 2 Lecturas Críticas 15


P o l í t i c a

cualquier extranjero, menos con fue un gran logro para casi to- en Nueva York, consiguió en la mesa, mientras que los fran-
la pretensión de trazar mapas. dos los sectores que componían tiquete de ida y vuelta, aunque ceses tienen la buena mesa, aun-
Con todas las citas de textos es- los concernidos por las reformas lo devolvieron ya muerto, inau- que este mismo francés decía que
critos por autores extranjeros, las económicas de Carlos III, los gurando, o casi, la aviación en si él no fuera francés, sería un
ideas que a través de casi todos viejos y nuevos monopolios, tie- 1928, el poeta, luego de traer, inglés, a lo que el inglés, obsti-
ellos traen el grueso de estas rras, tabaco, sal, y aguardiente, con su novela, un viento de afue- nado, insular, igual que Botero y
ponencias, en rigor, no vienen de aún bajando los precios, luego ra, murió ahí, donde estuvo a Gabo, dice: “Si yo no fuera un
afuera, no traen aire que respirar, de consolidar su monopolio, y menudo, en sitios de frontera, inglés, sería un inglés”. ¿Inco-
no son novedosas y no son per- de esta forma recaudar más y concernido por el asunto de los rruptibles hasta el sol crepuscu-
tinentes a la hora de hacer un mejor dinero en las arcas reales mapas, siendo funcionario del lar de hoy, en el ojo del huracán
diagnóstico de la problemática para las fracasadas guerras de Estado, y sobre todo cuando del corazón de las tinieblas?
colombiana, ventilan el mismo España, con Inglaterra, con creó su obra narrativa, la cual Tenemos de otra parte, sin em-
reducto en torno a las “debili- Francia, en las mismas colonias. vuelve a inventar una lengua den- bargo, acerca de este mito de la
dades de Estado”, salvo ciertas El profesor Medina, por su tro de otra lengua, un viento vivo violencia, que el mismo Daniel
luces ocasionales, los autores parte, en su ponencia sobre la y temible de afuera, esta vez del Pécaut, citado por Medina en su
norteamericanos, por ejemplo, Historia Comparada, declara corazón de la selva ecuatorial, ensayo, escribe, en Orden y violen-
sobre la delincuencia urbana que “en Colombia la construc- vortex, vértigo que atrae a cia: “La violencia es consustan-
(1930-50) que cita Adolfo León ción del mito nacional ha toma- Arturo Cova y los personajes de cial al ejercicio de una democra-
Atehortúa (Univalle), en su po- do una forma paradójica” (pág. esta obra, ahí donde pulula la cia, que lejos de referirse a la ho-
nencia La historia política a través 25). Cita a Norbert Elias (autor cruzada de tambochas, a la hora mogeneidad de los ciudadanos,
de sus actores, salvo ciertas apre- recurrente en estas ponencias), del lobo que es la hora más os- reposa en la preservación de sus
ciaciones de Daniel Pécaut. To- que se refiere a una utopía alimen- cura de la noche. Utopía, literal- diferencias “naturales” [...] y que,
davía seguimos siendo xenófobos, tada “por la imaginación colec- mente, del griego U-topos, quie-
en cuanto está prohibido a los tiva”, una “representación re decir, No-lugar, Nowhere,
extranjeros trazar mapas de la na- fantasiosa” de la sociedad. Es- En ninguna parte. Se refiere a
ción -fue el caso de Bolívar y de cribe Medina: “Yo diría que el algo que no tiene lugar, aunque
Sucre, venezolanos-, prohibido mito nacional colombiano se no sea imposible, algo que no
incluso a un nativo-extranjero- plasma en la utopía-pesadilla de es actual, Nowhere-Hoy, carece
en-su-propia-tierra, como, de la violencia, de su inevitabilidad de memoria y de presente. Pero,
cierta forma, fue el caso de J. E. y persistencia. En este orden de Nowhere también puede leerse
Rivera de Neiva (Huila), quien inquietudes Daniel Pécaut ano- Now-here, así que en Ninguna
logró, pese a la prohibición tó hace ya algunos años: ‘Fue parte es Ahora y aquí. La nove-
imperante hasta el sol de hoy, y a preciso que viniera finalmente la, esta fabulación o delirio del
costa de sí mismo (muere de 40 Gabriel García Márquez para poeta, es el reloj que se adelanta
años en Nueva York), pintar, ofrecer el gran mito de la histo- y es la pura latencia del clima na-
hacia 1924, en una obra intem- ria colombiana: el estallido del cional, el mapa genuino, nada de
pestiva, un mapa vivo y genui- espacio, la inmovilidad del tiem- mitos, es una utopía (Nowhere)
no del país. po, la condena a la repetición’. ahora y aquí (Now here). Pero
Ingrid Johanna Bolívar Con dureza la omnipresencia de ocurre que los árboles impiden
(CINEP/Uniandes), que cita a la violencia no sólo golpea la ver el bosque y no se ve sino el
Phelan en su ponencia La cotidianidad de todos, sino que polvero de la guerra, la violen-
interacción histórica entre política y cul- la pesadilla constituye la atmós- cia, en casi todos los estudiosos
tura, quiere dar un ejemplo, con fera ominosa de inteligibilidad de la historia en Colombia,
el tema de la revolución de los de nuestro pasado” (pág. 26). Ricaurte en san Mateo en áto-
comuneros, de una especie de ¿Mito-utopía-pesadilla, la violen- mos volando (invento de Bolí-
estrabismo común a muchos his- cia? Evocamos las primeras pa- var). Se pierde la trama sutil que
toriadores. ¿Incluso Indalécio labras de la novela de José arma día a día los hilos de la te-
Liévano Aguirre, con sus Conflic- Eustasio Rivera, siempre actual, laraña, el arte de la captura, ¿una
tos Sociales y Económicos de nuestra como acabada de salir del hor- utopía, una “representación
historia, al que cita Phelan, obje- no, de las puertas del Inferno: “An- fantasiosa” la violencia en Co-
tando su postura frente al fiasco, tes de apasionarme por mujer lombia? Gabo y Botero tienen
el fracaso de los comuneros? Se- alguna, jugué mi corazón al azar mucho en común, virtuosos y
gún Liévano, éste ocurrió sobre y me lo ganó la violencia”. Así perversos artistas, pintan la vio-
todo por la defección o traición que ésta, la utopía, el mito, la pe- lencia y de tal manera, que nos
de los patricios, del criollo sadilla de Norbert Elias y de dan -en el caso de Botero, junto
Berbeo y los demás de la Junta Medina, la violencia, también es con su colección de pinturas-, las
y los de Tunja, quienes temieron una novela, La Vorágine, y no su- buenas maneras de escribir, de
el empuje que tomó el movi- cede en los libros sino afuera en pintar, en lugar de darnos la bue-
miento en un momento dado. el mundo, en la vida corriente, na escritura y la buena pintura.
Phelan asegura que no hubo tal incluídas las fantasías y las fiebres Sucede, para mejor captar la di-
fiasco, y que el movimiento co- del genial Rivera, quien, con ella ferencia, como en el caso del
munero, de carácter más bien bajo el brazo, para promover su francés cuando dice que los in-
“tradicional” que revolucionario, traducción al inglés y una edición gleses tienen las buenas maneras
Seducción

16 Abril - Junio 2005. No. 2 Lecturas Críticas


P o l í t i c a

lejos de aspirar a institucionalizarsis de Giorgio Agamben acerca do al margen de los centros Nemocón, expropiadas por el
las relaciones de fuerza que irri- de la Soberanía y sobre la frac- chibchas, a distancia del impe- fisco real.
gan la sociedad, hace de ellas el tura de la tríada Estado-nación- rio inca, nómadas, salvajes y Que, con la cruda sentencia
resorte de su continuidad”. Nos territorio, en su obra Medios sin libertarios en mucha parte del te- aplicada a Galán, la Audiencia
parece que estos ensayos referi- fin. Notas sobre la política (1996). rritorio colombiano? El mismo hizo de él un mito, sostiene
dos, centrando sus análisis alre- Acerca de la soberanía del Esta- libro de Phelan narra los tumul- Phelan. Ingrid Johanna, por su
dedor del tema del Estado-Na- do: “el poder no tiene hoy otra tos provocados por los incas y parte, en su ponencia, asevera:
ción, igual que la mayoría de los forma de legitimación que la si- Túpac Amaru en Perú justo por “La política ni en ese entonces
estudios sobre la violencia, no tuación de peligro grave a la que apela este mismo tiempo, y trae la pro- ni ahora implica escoger entre lo
dan en el punto, cogen el rába- en todas partes de forma per- clama de éste, “Acta de la Inde- bueno y lo malo, sino entre lo
no por las hojas, ensimismados, manente y que al mismo tiempo pendencia de la corona españo- malo y lo menos malo”
no ven sino el polvero, confun- se esfuerza en producir secreta- la” (como diría Bolívar de la car- (pág.381). Qué esperanzas. Ha-
den el efecto con la causa, el sín- mente (¿cómo no pensar que un ta de Lope de Aguirre al rey, Pri- cia el final del libro, escribe
toma con la enfermedad, la parte sistema que que ya sólo puede mer acta), reproducida, con sus Phelan: “El movimiento de in-
y el todo. Hay en el aire de la funcionar sobre la base de una propias palabras, muy pronto dependencia fue esencialmente
guerra actual una trama situación tal no va a seguir tam- por los indios del Cocuy en el aristocrático e intelectual. No fue
molecular que no se deja captar, bién interesado en mantenerla a norte de Boyacá y por los indios el levantamiento de las masas la-
parece invisible igual que el traje cualquier precio?)”. Así también, de Silos en Santander, en mayo- boriosas y oprimidas”. Expresa
del Emperador, evasiva, imper- los refugiados y los desplazados junio de 1781 (Galán es cazado además: “Ni Carlos III ni sus
ceptible, pese al Ruido, es preci- revelan la crisis, la fractura del en septiembre) llevando leña al leales vasallos en la Nueva Gra-
so captar al rey desnudo. Y para Estado-Nación-Territorio: “En fuego de la sublevación comu- nada lograron sus utopías. Las
ello sirve traer a cuento los análi-la decadencia del Estado-nación nera. Los capitanes del Cocuy es- utopías tienen la costumbre de
y corrosión general de las cate- criben a los indios de Támara, esfumarse cuando nos acerca-
gorías jurídico-políticas tradicio- Ten y Manare en los llanos, lee- mos a ellas” (la negrilla es mía).
nales, el refugiado [el desplaza- mos en el libro de Phelan, “Les Leamos esta afirmación junto
do] es quizás la única figura participamos cómo hay corona- con las últimas palabras del libro:
pensable del pueblo en nuestro do Rey nuevo en las Indias, y se “Por mucho que los patriotas co-
tiempo y, al menos mientras no llama el poderoso don Josef lombianos deban respetar el re-
llegue a término el proceso de Francisco Tupa Amaro [...] Les cuerdo y las acciones de Juan
disolución del Estado-nación y participamos que se han levan- Francisco Berbeo y de José An-
de su soberanía, la única catego- tado muchos lugares: ciudad de tonio Galán, los comuneros, en
ría en la que hoy nos es dado Vélez, villa de San Gil, el Cocuy, última instancia, eran voceros de
entrever las formas y los límites Mogotes, Santa Rosa y otros”. un mundo que pronto habría de
de la comunidad política por Ingrid Bolívar cita a Phelan, esfumarse en el pasado. Fue Ca-
venir”, declara Agamben. cuando dice que con las capitu- ballero y Góngora quien, sin dar-
En el prefacio a su libro El laciones de Zipaquirá [repudia- se cuenta, abrió la puerta que
Pueblo y el Rey, John Phelan escri- das por las autoridades] casi daba la futuro”. Se refiere, parti-
be: “En la Nueva Granada de todo el mundo obtuvo un be- cularmente, a las acciones del vi-
1781 era impensable un mundo neficio, “ricos y pobres, patricios rrey tendientes a liberalizar la edu-
sin monarquía. Podría pensarse y plebeyos, blancos, indios y ne- cación e impulsar la producción
sí en una radical transferencia de gros libres. Sólo quedaron por de sus vasallos, sobre todo en el
poder de los españoles a los fuera los esclavos negros” (pág. Socorro y villas aledañas, San Gil
criollos, bajo el manto protec- 381). ¿En que clase está Galán, y demás, cuna de las sublevacio-
tor de la legitimidad monárqui- hijo de español pobre y de mes- nes. La propiedad del notable
ca. [...] Ni Carlos III [con sus tiza o mulata, ahorcado, dego- texto de Phelan, es que trae
reformas tributarias radicales] ni llado y descuartizado, esparcidos entreveradas y muy precisas, las
sus leales vasallos en La Nueva sus miembros, un brazo en pruebas que demuestran algo
Granada lograron sus utopías. Guaduas, cuna de Pola, ese más bien contrario a su tesis ma-
Las utopías tienen la costumbra “hombre de oscurísimo naci- nifiesta, como una especie de cu-
de esfumarse cuando nos acer- miento”-con sangre mulata, igual lebra que se muerde o se come
camos a ellas. [...] Sin repudiar que Bolívar-, en palabras del ar- por la cola, pues la escitura viva
jamás su lealtad a la corona, zobispo Caballero y Góngora, secreta.
Galán no tenía ninguna idea el Pacificador del momento? Con el libro editado por la U.N.,
consciente, ni siquiera en em- Hay que ver cuáles fueron las uno aprende algo, aún si termina
brión, sobre la conveniencia de “concesiones significativas”, lue- remal, con la ponencia de Fernan-
darle un nuevo orden a la socie- go de reestablecer el orden co- do Estrada de la UIS, acerca del
dad”. ¿Ni siquiera en embrión? lonial, ya repudiadas las capitu- provechoso expediente que pueden
¿Por obra de Cronos (Saturno) laciones de Zipaquirá, que hizo ser las metonimias y las metáfo-
devorando a su criatura, culebra el virrey a las comunidades. Hay ras para comprender la naturale-
que se come, o se muerde, por que ver qué pasó en verdad con za del conflicto político-social y
la cola? ¿Era impensable un los indios, con sus resguardos y ayudar a sus soluciones parciales.
mundo sin monarquías, en los sus pueblos “a son de campa- Uno cree en las metamorfosis, no
y sometimiento. Oleo /Tela. 165 x 130 Cm. 1999 mismos pueblos indios vivien- na”, ahora sin las salinas de en los mitos y en las metáforas.

Abril - Junio 2005. No. 2 Lecturas Críticas 17


C r ó n i c a

El Compañero de viaje y sus maestros


Por Ricardo Sánchez

testimonio en su acepción com- gruesas de la república y su pro- igual que periodista en Alerta el
Cuatro maestros binada, subjetiva y objetiva.Por ceso socio-político en que actua- órgano oficial de la ANAPO y
Pemán-R.. todas estas razones es que po- ron los Maestros a que se refie- en Mayorías el periódico del
Augusto Ibañez Editor demos hablar del libro de Pe- ren estas crónicas, un esbozo su- Frente de los Trabajadores que
216 páginas dro Manuel Rincón Cuatro Maes- gestivo y acertado. El autor de seguía las orientaciones de An-
Bogotá, 2005 tros como un libro de crónicas, este conjunto de Crónicas, Cua- tonio García. Colaboró en el su-
donde se da cuenta de las sem- tro Maestros Pedro Manuel Rin- plemento cultural de La Repúbli-

L a crónica literaria es un gé
nero mestizo que va del pe-
riodismo a la literatura, a la his-
blanzas personales e ideológicas
de cuatro protagonistas de pri-
mer orden del quehacer intelec-
cón estudió derecho en la Uni-
versidad Libre y ejerció desde
temprana juventud el liderato de
ca bajo la dirección de Darío
Samper, fue jefe de redacción de
la revista Consigna y fundador y
toria, la política, a la crítica so- tual y universitario de vanguar- la protesta universitaria y luego colaborador de otras publica-
cial y artística. No la define su dia ilustrada y moderna, además fue dirigente nacional de las ju- ciones. Participó de la forma-
brevedad, a la manera de las que de luchadores por la democra- ventudes anapistas hasta llegar al ción del movimiento Alianza
escribiera con aire de artista Luis cia real, el pluralismo ideológi- Congreso de la República en ca- Democrática M-19 y ha sido un
Tejada y que recogidas en libro, co y el por venir socialista: lidad de vocero de la oposición. verdadero inconforme y rebel-
decidió titularlo, precisamente Gerardo Molina, Antonio Como líder desarrolló labor de en la búsqueda de nuevas
Libro de Crónicas. Ni tampoco su García, Darío Samper y Luis empecinada de educación polí- fuerzas y esquemas políticos a fa-
copioso paginaje como la que Vidales. El libro tiene un preám- tica en barrios populares de Bo- vor de Colombia. Pedro Manuel
escribiera en varios tomos, con bulo donde se ubican las líneas gotá y otras ciudades del país, al Rincón es un verdadero conju-
incorregible vanidad y narcisis- rado por la amnistía a los pre-
mo, el memorialista Carlos sos y perseguidos políticos, por
Lleras Restrepo, con el título la paz digna, realista y posible.
Crónica de mi Propia Vida. No Un alentador de tertulias y un
obstante ambos libros son bohemio que encuentra en el
lmprescindibles para la historia oficio de escritor el tránsito de
del siglo XX colombiano. la prosa a la poesía. En todos
Lo que distingue a la crónica, in- estos rasgos de su personalidad,
dependiente de sus usos y con- además de fervoroso lector es-
tenidos es su carácter popular y tán las claves para entender la
que le permite la inmensa acep- madurez de esta cosecha de las
tación de los lectores, escapan- Crónicas sobre estos Maestros
do a los compartimentos estan- de la buena política, la que des-
cos de los géneros como clasifi- cansa en el doble movimiento de
cación acartonada de las acade- la utopía social y la dignidad
mias. Además es de naturaleza humana.
esencialmente libre y suele des- El libro recoge las vivencias del
doblarse en un mismo texto, autor en relación a estas carac-
accediendo a lo transversal y dis- terizadas personalidades de iz-
perso. Es ágil y asume el traje de quierda humanista quienes su-
la levedad en la acepción de Italo pieron vivir con dignidad y lu-
Calvino, como opuesto a lo pe- char con entusiasmo, arrojo y
sado, aplastante. Se trata de la valor civil permanente contra
gravedad sin peso que se cons- las violencias del régimen
tituye en virtud del oficio del oligárquico y proponer solucio-
escritor. nes concretas de reformas que
El primado de la crónica es la evitaran el vergonzoso someti-
levedad y el subjetivismo sobre miento de la nación a los dicta-
la manera de contar los episo- dos de la potencia imperial nor-
dios, los sucesos que merecen ser teamericana, al mismo tiempo
narrados por el autor. Y que que se alertaba sobre la preci-
siendo reales, se convierten en pitada caída de Colombia, en
verosímiles, escapando a las la crisis destructora y disolven-
comprobaciones fácticas y al es- te que vivimos en profundidad
tablecimiento de verdades. Es el Estudio de descendimiento. Mixta/ Papel. 70 x 50 cm. 2003 desde el 9 de abril de 1948, con

18 Abril - Junio 2005. No. 2 Lecturas Críticas


C r ó n i c a

breves momentos de renacer


democrático. Sin que nos haya
sido posible contrariar los sig-
nos negativos de criminalización
y barbarie sobre las mayorías
nacionales y la consolidación de
un aberrante sistema de privi-
legios, de atornillamiento del
gran Capital y sus propietarios,
en un contexto de maquillajes
republicanos y de democracia
de papel.
Molina, García, Samper y
Vidales fueron líderes morales y
políticos que oteaban el futuro
preñado de desgracias y clama-
ron sobre la importancia de la
unidad del pueblo, sus organi-
zaciones sociales, partidos y di-
rigentes para mantener viva la
presencia de las libertades y los
espacios de la democracia, la
demanda por los derechos so-
ciales y las reformas económi- El pintor y la modelo. Oleo/ Lienzo. 90 x 130 cm. 2003
cas al servicio de la nación y del
pueblo. Aunque con matices y
énfasis diferentes y a veces con- Luis Vidales comunista y poeta que le dan nuevos sentidos y va- brega, tras el benévolo empu-
tradictorios, pero que estaban en de vanguardia con renombre ju- loraciones a lo establecido so- jón dado por el escritor con la
venil cenital y perenne. Investi- bre estos personajes. Así de An- empuñadura de su acero. Sus pe-
la perspectiva emancipadora.
gador de la estética con el pris- tonio García, su jefe político e ríodos escritos imponían al ad-
No es mera casualidad que los
ma social y cultor de las estadís- ideólogo en la ANAPO socia- versario un pánico de ratas en
cuatro maestros fueran del esta-
ticas, temas sobre los cuales dejó lista, por boca del mentor de naufragio. Alguna vez le oí decir
do mayor de Jorge Eliécer
importantes libros. Piedra y Cielo Jorge Rojas y de sobre el particular a Antonio Ro-
Gaitán y su movimiento.
Son los viejos Maestros del es- Carlos Martín ensayista y poeta, cha, entonces rector del Colegio
Científicos sociales de primer critor Pedro Manuel Rincón sabemos que el tercer cuaderno Mayor del Rosario, con un «dul-
orden Antonio García y quien ha sacado del jardín de su del movimiento eran poemas de ce escepticismo de los viejos» de que
Gerardo Molina cuya labor memoria racional y sentimental, García, quien ya los había dado hablara Montaigne y que con
profesoral en las Universidades de sus papeles y escritos testimo- a conocer a tan calificados lec- frecuencia recordara Samper,
Nacional y Libre y en otros cen- niales sus impresiones y lecturas. tores, con el revés de nunca en- que éste - Darío -, era, después
tros populares-educativos dejó Para establecer un notable fres- tregarlos. De Luis Vidales reco- de Vargas Vila, el más incisivo
huella imborrable, constituyén- co literario e histórico de aveza- ge la traducción, de alta calidad, panfletista que ha tenido el pe-
dose en verdaderos clásicos del do Cronista, sobre estos perso- de La Balada de la Gorda Margot riodismo colombiano, (p. 131)
pensamiento colombiano y la- najes y su periplo vivido, el que de Francois Villón. De su esti-
De todos ellos logra retratos fie-
tinoamericano. Los libros de les correspondió ejercer al lado mado Maestro de juventud,
les en finas pinceladas, acompa-
García y Molina tienen el rigor de su testigo y actor, el autor de Darío Samper, el autor señala en
ñado de abundantes anécdotas
y la seriedad investigativa nece- este breviario lleno de ternura, este párrafo una característica de
degustadas en licor y vino como
sarias. reconocimiento, manejo de los su personalidad, que no contra-
en e! caso del poeta Luis Vidales.
temas y análisis de sus persona- dice pero si complementa la
Darío Samper fue catedrático de Al igual que síntesis de sus pen-
jes. El Molina, el García, el conocida de su afabilidad y ca-
reconocida prestancia y dedica- samientos y sus significados más
Samper, el Vidales aquí retrata- ballerosidad. En la mejor prosa
ción, que combinó la sapiencia valiosos. Es el rescate de su pro-
dos y la valoración del sentido modernista dice Rincón:
con la elegancia y la amenidad pio periplo como discípulo, con-
de sus obras son de propiedad Cuando Darío escribía para dar tertulio y camarada de lides in-
como valores pedagógicos
y creación de su autor. Son de una batalla, su mandoble asom- telectuales y políticas. Un autén-
insustituibles. Es de los cuatro el
Pedro Manuel Rincón y sin em-
más dedicado periodista políti- brosamente bruñido al calor del tico compañero de viaje.
bargo así eran en la vida, eso es
co, llegando a ser director de Jor- verbo ígneo, en el fogón del ad-
lo que significan, el sentido que
nada, el diario del movimiento jetivo incandescente, en la capa- Ricardo Sánchez es Profesor
les atribuye Pedro Manuel es el
gaitanista, además de parlamen- cidad de desnudar el alma del Asociado de la Universidad Nacio-
acertado.
tario y rector universitario. Y contrincante con una frase, daba nal de Colombia. Profesor Titular de
consumado poeta social y polí- Como verdadero cronista, en la golpes tales que su polemista, la Universidad Externado de Co-
tico que figura con derecho pro- mejor tradición Pedro Manuel luego de pender indefenso de la lombia yProfesor del Depto de Filo-
pio en los anales de la república no sólo cuenta, encuentra aspec- punta de su espada escrita, caía sofía del Derecho de la Universidad
de las letras. tos desconocidos u olvidados ruidosamente a un lado de la Libre.

Abril - Junio 2005. No. 2 Lecturas Críticas 19


P o e s í a

Jattin revisitado
Por Juan Carlos Gonzalez Franco

palmo y en cada extinción apare- y leía a Stefan Zweig algo de la miel de poeta que, tras cada nueva
Amanecer en el valle del cía un entrañable texto como epi- [estas novelas flagelación, iba siendo destrozado
Sinú, tafio de su propia existencia. Su sin clemencia por sus propios
sele adhirió como una máscara y una
Antología poética. poesía es teatralidad y exultante “cadaveres exquisitos”. La herida
s[eñal... (La imaginación: La loca
simbolismo, tragedía que puede infringida por esa poética sensual
Raúl Gómez Jattin. de la casa)
verse contenida en la noción grie- que, casi como una diosa blanca,
Selección y prólogo: Carlos Monsiváis. ga de un destino del que nunca se Encontramos en esta antología lo condujo de la locura a la
Colección Tierra firme puede huir, así como uno de sus una selección de poesía que sin desfiguración, hasta llegada esa
versos más conocidos, “la poesía duda recoge el espíri.tu de su muerte tan extraña.
Fondo de Cultura Económica, 2004
es la única compañera, acostum- autor, donde los Retratos, el
Bogotá, 209 páginas. brate a sus cuchillos que es la úni- Antes de devorarle su entraña pensativa
Amanecer en el Valle del Sinú, los
ca”. Más adelante, él mismo asu- Hijos del tiempo, el Esplendor de la Antes de ofenderlo de gesto y de palabra

El vehemente. Tempera/ Papel, 17 x 70 cm. 2003

Nos muestra este libro, antolo- me su destierro como un desig- mariposa y Del Amor, nos enseñan Antes de derribarlo
gía de la obra de Raúl Gómez nio de su musa inquietante, “tran- esa escalofriante integración en- Valorad al loco
Jattin, la visión sin prejuicios del quilos, que solo a mí suelo hacer tre el poeta y su vida. Acaso verle
escritor mexicano Carlos daño”. Lo afirma Monsiváis “A Su indiscutible propensión a la poesía
desde la optica de poeta maldito
Monsiváis sobre la obra de uno Gómez Jattin le importa, de local, aleje a muchos lectores de Su árbol que le crece por la boca
de los poetas más indescifrables modo casi literal, internarse en sus la realidad misma de un espiritu Con raíces enredadas en el cielo Él nos
de la literatura colombiana actual, textos, adoptar la identidad que que va más allá de la simple representa ante el mundo
precisamente por que la compi- estos le conceden.( ...) Jattin vive postura de “loco”, dado que en
lación no involucró esa idea que en su cuerpo como un condena- Con su sensibilidad dolorosa como un
esta revisión del Fondo de parto.
de Jattin se han formado sus lec- do, aquel cuerpo que se vive en la Cultura Economica, la tarea cen-
tores gracias a los avatares de su condenación y que prevalece a tra- tral tiene que ver con la Este poema, Me defiendo, puede
vida y de su muerte, aun en en- vés de la leve huida que implica el desmitificación de un autor con ser otra de sus lapidas, otro
tredicho. Monsiváis se introduce condenarse y la leve presunción de una “triste y asombrosa historia” cuchillo algunas veces surrealista
en la obra de Raúl, descubriendo la vida austera y, al mismo tiem- otras expresionista, con el cual las
sobredimensionada precisamente
una poesía que adopta la vida po, de la soledad”. palabras se vuelven ese fatidico
sobre la parte de su vida menos
como una cruzada hacia el en- Psiquiatra él y además escritor oraculo ante el que ni el propio
relevante a la hora de sacar
cuentro con sigo mismo, en un de temas folklóricos adivino ha de escapar, la suma de
conclusiones.
“canje de realidades” que mira todos los males y su pierrot más
ingenuo a toda prueba Monsivais no escatima, sin em-
con óptica descarnada aquellos patético e inclemente.
dos mundos que encierra la crea- padece raptos líricos que no sofrena. bargo, en darle prelación a los
ción poética Anteayer rasgos que hicieron de Jattin un Juan Carlos Gonzalez
Gómez Jattin admitió el éxtasis de un muchachote simpático y casi raro especimen dentro de la Franco es gestor cultural, curador
su desintegración, de su [inteligente mojigata literatura colombiana, de arte y pintor. Director de Franco
autodestrucción, vivió muriéndo- que tenía novias prosaicas y amores una suerte de “paria de sí mismo”, Galería-Editora y de la revista
se, se mató cada instante, cada [prohibidos si se me permite el termino, y un Artificios.

20 Abril - Junio 2005. No. 2 Lecturas Críticas


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Nuevas crónicas palestinas un libro digno de atención y la dejando el trasfondo mismo de puestas en escena sean viejas pe-
segunda, que tras su carácter de su historia en el papel de dato lículas y acetatos descuidados.
El fin del proceso de paz
texto no público, puedan los lec- accesorio a un libro de memo- Aunque un cuento nos lleve por
Nueva edición revisada y ampliada tores convertir en un fetiche algo rias. La tradición de las geishas el relato medido hasta caer en el
(1995-2002) que no pasa de lo meramente sobrevive aún en el Japón, con- dato y la charla de cafetín. Se lee
Mondadori, Arena abierta anecdótico. Con Alfonso Reyes centrada en su mayoría en un an- con cierto gusto, incluso la risa es
Trad de Francisco Ramos y Pedro Henríquez Ureña pasa tiguo distrito de Kyoto, capital una de sus cualidades, luego no
Barcelona 2002 algo extraño, los conocedores de del Japón hasta entrado el siglo sabemos si debe incluir una bi-
351 páginas su obra esperan ver explayados VI. Mineko Iwasaki sabe bien el bliografía o si debemos correr al
una infinidad de temas y encuen- tema que trata y lo hace lejos de cine para darle coherencia a lo que
Muchos de los artículos recogi- tran que la realidad es otra. ¿Que esa ingravidez que esperan algu- se nos dice como si supiéramos
dos en el presente libro, si no la más pueden hacer un par de nos lectores ante cuestiones como de ello. Su estilo es vertiginoso,
totalidad, hacen parte de las co- amigos intelectuales en sus cartas estas, el resto habrá que buscarlo otras osado y siempre queda la
lumnas de opinión que el escri- aparte de enunciar superficial- en otra parte. sensación de un aprendizaje in-
tor y crítico Edward Said con- mente algo que los dos conocen voluntario junto a una marea in-
de sobra? Para lectores novatos Piratas y emperadores terminable de personas descono-
signara en diferentes diarios alre-
el problema será el íntertexto, Noam Chomsky cidas. Del kinetoscopio vamos a
dedor de las vejaciones y proble-
mas que ha tenido que sobrelle- todo aquello que en la lectura nos Terrorismo internacional lo anecdótico y de ahí a cualquier
var el pueblo palestino en más de queda velado cuando dos desco- en el mundo de hoy parte. Bien sabrán sus lectores
cuarenta años de persecuciones y nocidos hablan sobre otra canti- Trad. Jordi Vidal saber de qué habla y si no que
conflicto territorial con Israel. dad considerable de desconoci- averigüen aunque ya no haya for-
Byblos
dos, mencionando apenas casual- ma de preguntarle directamente.
Said es un eminente académico Barcelona, 2004. 373 Pág.,
mente hechos que de seguro es-
que no deja ningún aspecto sin
tarán expuestos más detallada- Medio Siglo de plástica
revisar y sus artículos pueden dar Con Noam Chomsky ocurre algo
mente en las obras reunidas colombiana
luz sobre un problema que los parecido a lo que ocurre con la
(También del Fondo de Cultura
medios de comunicación han historia reciente del mundo. Siem- Fernando Botero, Luis Caballero,
Económica) de dos titanes del
manipulado para su provecho. pre se repite. Sus artículos no ca- Enrique Grau, Edgar Negret
mundo intelectual en nuestra
“La más formidable y temible recen de importancia por ello. Al David Manzur, Ana Mercedes
América. Queda, eso sí, una bi-
maquinaria de propaganda ha contrario, cada día cobran más Hoyos,Alejandro Obregón, Eduardo
bliografía impresionante y la tris-
logrado la monstruosa transfor- especial vigencia. En este libro, Ramírez Villamizar, Omar Rayo,
te sensación de no tener dos vi-
mación de un pueblo entero en Piratas y emperadores, el tema del Juan Antonio Roda, Armando
das para poder leerla toda.
poca cosa más que ‘militantes’ y poderío estadounidense sigue Villegas y Guillermo Wiedemann.
‘terroristas’”. Pasado ya un tiem- siendo el asunto principal y de él Curador de la exposición:
Vida de una Geisha
po de la muerte de Said y recru- resulta una muy interesante mo- Juan Ignacio Pujol.
decido el panorama sobre lo que Mineko Iwasaki
raleja: La opresión sigue siendo Edición de Art Editions
occidente tiene por “derecho” En colaboración con Rande Brown Bogotá, 2004. 104 págs.
la misma a través de la historia,
sobre oriente próximo, las críti- Byblos aunque los verdugos cambien de
cas de Said al proceso de paz – Trad: Maria Eugenia Ciocchini nombre y cada día la ley tenga El escritor William Ospina y el
apenas una mascarada sin mayor Barcelona 2004 nuevos pretextos para justificar crítico de arte Fausto Panesso ela-
trascendencia militar-, y sus ve- sus crímenes. boran en Medio Siglo de plástica
366 pág.
hementes acusaciones contra esa colombiana, un muy necesario ho-
suerte de “sionismo norteameri- La idea que occidente se ha he- Todo está hecho menaje a varios de los más im-
cano”, mantienen su estatus de cho de la cultura oriental trae a con espejos portantes maestros de la plástica
actualidad pese a los intentos por cuento un problema de apropia- Cuentos casi completos colombiana presentes en infinidad
liberar a Palestina de ese eterno ción demasiado complejo. Como de galerías y exposiciones alrede-
Guillermo Cabrera Infante
Deja vu en que se ha convertido occidentales hemos visto la cari- dor del mundo. El trabajo de
su pugna territorial. “Los resul- Alfaguara,.
catura de un mundo mitificado curaduría de Juan Ignacio Pujol
tados seguirán siendo los mis- por samuráis y prostitutas edu- Bogotá, 1999. 248 páginas. merece, a través de la excelente
mos: la catástrofe y el descrédito cadas en medio de extrañas salas Revisar los cuentos de Cabrera edición de un libro que no deja
para nosotros como árabes”. de papel y madera, ceremonias Infante trae a cuento uno de los fuera ningún dato ni especifica-
de té y una industria robótica cer- problemas más visibles del dis- ción de rigor, verse de manera
Correspondencia (1907-1914) cana a la ficción. La idea del mun- curso literario, aquel que hace del global dado que su selección obe-
Alfonso Reyes, do oriental ha estado condicio- ínter texto un problema a la hora dece a los iconos de una historia
Pedro Henríquez Ureña nada por el cine de Hollywood y de enfrentarse a un autor lleno de plástica que ha hecho de nuestro
una avalancha desproporcionada citas y de gustos musicales, lite- país un muy apropiado lugar
Biblioteca americana
de anime y comic hentai. Uno de rarios y cinematográficos que para desarrollar el oficio, adop-
Edición de José Luis Martínez los iconos de la cultura japonesa, contagian sus escritos hasta hacer- tando incluso, y para su prove-
México, 2004. el mundo de las geishas, es uno nos perder en su elocuencia y cho, artistas de otras nacionalida-
620 pág. de esos temas tabú que merecen emocionada perorata. Cabrera des que han visto en Colombia
ser especialmente revisados. Vida Infante sabe de cine –nos lo di- el lugar adecuado para desarro-
De una correspondencia pueden de una geisha es, no obstante, una cen sus libros Puro Humo y Cine o llar su obra, como es el caso del
decirse muchas cosas, primero suerte de diario que a título de sardinas-, es un escritor con un maestro Roda, recientemente
que un editor cree ver en ella un best-seller ofrece una visión muy sentido de la imagen bastante bien desaparecido. Esa plástica que ha
motivo suficiente para publicar apocada al escrutinio occidental, elaborado aunque a ratos sus tenido momentos enormes y que
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hoy por hoy disfruta de un lugar Los veintisiete capitulos que com- América mestiza na pasa lo que con las vanguar-
ventajoso dentro de la cultura pic- ponen esta novela, tienen un aire dias de cualquier género que
William Ospina
tórica en el mundo, haciendo que de nostalgia que los hace pequeñas pretenda elevarse más allá de los
Aguilar sofismas temporales, lleva en sí
sea ésta una de nuestras historias fichas de una melodía incompleta:
particulares que más ameritan ser Celedonio recoge en ella, todas sus 230 páginas una suerte de alienación maléfica
compiladas y homenajeadas en utopias e impresiones sobre una Bogotá, 2005 que hace creer que esa literatu-
libros como este. ciudad plagada por el farrago de ra tan reciente es más antigua
las ausencias y por las quimeras que Las inquietudes intelectuales que que los bardos de la literatura
Árboles de viaje fueron detonantes de toda una ge- siempre han asediado a ospina universal. Muchos críticos y pe-
Mónica Triana neración perdida de la que él hace pueden clasificarse a partir de dos riodistas han tratado de nomi-
parte. La música, como bien lo rasgos muy caracteristicos en su nar generaciones que quizá solo
Editorial Domingo Atrasado
dice Blades, no es más que un pre- prosa. El primero de ellos su ta- lo sean por asuntos meramente
Bogotá 2004, 64 páginas. texto. Pretexto para adentrarse en cronológicos, autores que com-
lante oratorio que lo lleva a con-
una historia ajena, llena de imagenes jugar de manera risible toda suer- parten una edad similar y tal vez,
La revelación interior se da en polvorosas y gente latinoamerica- en algunos casos, inquietudes si-
te de iconos culturales, geográfi-
Árboles de viaje gracias al encuen- na corriendo hacía su destino in- milares dada su naturaleza de
cos, demográficos, históricos y
tro con la naturaleza. Su lenguaje eluctable o de danzones improvi- “jóvenes autores”. Hablar de
sociales con sus lecturas de cabe-
sencillo, directo y cargado de sados en medio de borracheras esa literatura llevó a muchos a
cera, esto es, Neruda. La segun-
contemplación, permite escribir abismales y bombillas tenues que clasificarles dentro de supues-
da, su necesidad de decirnos algo
una poesía sin anquilosamientos apenás descifran un cuerpo de que sobrepase el hecho meramen- tos “Post-boom”, extensiones
estilisticos ni arrebatos retoricos mujer en mitad de una saudades te académico, como queriendo mas post-modernas de el archí
innecesarios. Puede parecer osa- repleta de amigos y noches bajo el salvarnos de algo. «Nerudito» conocido “boom” y patadas de
do escribir desde una optica fe- estrago de las copas.. A medida que como lo llaman algunos de sus ahogado frente al “realismo
menina sin jugar al intimismo o a Orjuela propone una lectura del menos cercanos colegas y autor mágico”. Quizá sea algo irres-
la alocución emocional, sin em- desgarramiento y el recuerdo, la que se repite hasta el colmo, como ponsable decir que nuestra lite-
bargo, y dado que la poesía joven hermosa canción de Fiol se repite buen ejemplo de ese mal de los ratura occidental –de segunda
que se escribe hoy día en nuestro una y otra vez, con la patética me- intelectuales que les lleva a hablar mano-, que nuestra literatura de
país sigue sufriendo de los males lodía que jamás finaliza, esa melo- sin pausa y de todo cuanto se les vanguardias tecnológicas, cine e
de la soledad y el vacío en las gran- día que no está completa. ponga en frente y de quienes, Internet, son resultante de mu-
des urbes, una poética que se su-
como lo sentencia Auden, sólo chas necesarias transformacio-
merja en otras inquietudes debe El ABC de la música clasica son rescatables sus citas y no sus nes de esa retórica ampulosa de
tener un lugar privilegiado, más
Todo lo que hay que saber comentarios personales. A ospina vieja data, pero en realidad tal
aún si se escribe desde el misticis-
Eckhardt Van den Hoogen la suerte le ha dado renombre como lo confirma ese carácter
mo sin abusar de lo psicológico o
pero la literatura a veces se le es- de novela breve y su sincre-
de las imágenes oníricas que di- Taurus
conde. tismo temático e idiomático,
cho ejercicio requiere. 424 pág.
son sólo el fruto inevitable de
Bogota, 2005 Palabra de América una nueva literatura que asume
Circo por cárcel
Este libro merece una suerte que Varios autores sus roles urbanos y su afición a
Javier Rocha
otros del mismo tipo jamás lle- la crisis del hombre moderno
Editorial Domingo Atrasado Prologo de Guillermo
gan a tener. Merece, sobretodo, sabiéndose una ocurrente narra-
Cabrera Infante
Bogotá 2004, 80 páginas. ser guardado en un lugar accesi- tiva apta para el caos del que
Seix Barral abrevan a menudo dichos au-
ble, no por ser un ensayo de ri-
En los cuentos de Javier Rocha gor sobre el género sino por su 130 páginas. Barcelona 2004 tores. La hibridez y la belleza li-
confluyen imágenes y resonancias brevedad y por el práctico dic- teraria no riñen, y esto se sabe
de expresiones y formas de la cionario sobre los más destaca- A la fecha de esta nota, dos de por autores como Fresán,
sociedad moderna. Relatos que dos exponentes de la música los implicados en el libro rese- Bolaño, Iwasaki y no por otros
pretenden resaltar el enigma de clasica y contar además con un ñado han muerto, el primero, que en su lectura no aportan más
la existencia, con el reflejo de dis- muy util glosario de terminos Roberto Bolaño, quien murió que lugares comunes, como es el
tintas conciencias a través del sen- músicales. Acompaña el libro, una apenas unos meses después de caso de Mario Mendoza o Fran-
tir humano. En algunos de ellos selección músical con más de 22 haber participado en el encuen- co Ramos. Alguna vez, hablan-
es perceptible la tradición narra- registros sonoros que dan cuenta tro de escritores por el que se do con Edmundo Paz y Alber-
tiva de Poe, Bukowsky o Rubem del trabajo compilatorio al que compilaron las conferencias in- to Fuguet entendí algo que mu-
Fonseca. Circo por Cárcel es una se dio su autor. Faltarían algunas cluidas, el otro, Cabrera Infan- chos escritores niegan pero que
fusión entre vida y literatura, en la selecciones extras, como obras de te, fallecido a principios del pre- en sueños deslumbran con algo
que el autor pone al servicio de ésta Satie o algún capriccio de Paganini sente año y quien realizó su pró- de vergüenza egocéntrica, me
su quehacer cotidiano: la jurispru- y quizá extenderse más al hablar logo. La validez de Palabra de refiero a los grupos, las gene-
dencia. de músicos que la posteridad no América va más allá de aquel epí- raciones. Palabra de América es
cobijó de la misma forma que a teto de novedad, por lo que precisamente eso: memoria de
Dónde estará la melodía Beethoven o al enorme Bach, esta corta alusión quedaría fue- un grupo de “jóvenes”escritores
por ejemplo. Por lo demás, ese ra de lugar. Sin embargo su va- que no parecen tener mucho en
Celedonio Orjuela Duarte
epíteto de «todo lo que hay que lor amerita hablar de él aún a común, aparte de vivir en el
Biblioteca libanense de cultura saber» podría pasar por cierto pesar del mal que le acompaña. mismo planeta y tener de su par-
Bogotá 2005, 132 páginas pese a las falencias anotadas. Con la literatura latinoamerica- te algunos afectos editoriales.

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Juan Carlos Gonzalez Franco
Director

OBRAS ORIGINALES Y CERTIFICADAS


CERTIFICACIÓN Y AVALÚO DE OBRAS DE ARTE
OBRA GRÁFICA LATINOAMERICANA

Audino Díaz (México)


Ángel Ramírez (Cuba)
José Omar Torres (Cuba)
Horacio Centonzio (Chile)
Nerio Quintero (Venezuela)
Pablo Borges (Cuba)
Enrique Millares-Tente (Cuba)
Eduardo Roca-Choco (Cuba)
Shalo Smith (Venezuela)
Roger Aguilar (Cuba)
Adolfo Díaz
Jairo Miranda
Jorge Duque
Duvan López
Hermes Pinto
Abiezer Agudelo
Luis Rincón Lersundy
Jaime Diaz
Ángel Bernal Esquivel
Cristina Melgarejo
Johnny Ochoa
Patricia Corzo
Enrique Calle - Kat
Hugo Díaz Gutiérrez

ARTE LATINOAMERICANO CONTEMPORÁNEO


Carrera 35 a No. 59 – 54 • Telefax (57-1) 221 9264 • artfranco8@ yahoo.com
Bogotá, D. C. Colombia - Suramérica

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EL ARTE DE HACER LICOR
Goza la vida, vive la cultura, compartela con
aguardiente Llanero y Ron San Martín-Añejo.
Se disfrutan... como la vida.
El exceso de alcohol es perjudicial para la salud - Prohibida la venta a menores de edad

Autor: Patricia Corzo • Obra: La Madona • Técnica: Óleo sobre Lienzo

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