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Lecturas C r í t i c a s
¿Mapa o calco?
Por Rodrigo Pérez Gil
Perfiles de mi generación
Por Óscar Collazos
ro proyectil. La pólvora que con- contar la narración durante los contrarse agitado, excitado. Rubén
Germán Espinosa
tiene tal proyectil para causar una días que se hospedan en la quinta Darío y la sacerdotisa de Amón, ¡cui-
Rubén Darío
veraz explosión final es, pues, un de un aristócrata francés. Corren dado!, novela no apta para car-
y la sacerdotisa de Amón.
despliegue asombroso de cultu- los primeros años del siglo XX, díacos. El juego de invocación a
Editorial Norma,
ra: música, literatura, química, más o menos 1910, 1912, y la co- seres de ultratumba, la idea de la
Colección Literatura
geografía, historia, esoterismo, rriente del impresionismo está en reencarnación, la música de un
y muerte.
en encendida comunión con la pleno furor. Al cenar esa noche piano cercano, la belleza de una
Bogotá, 2003. 150 páginas.
trama y el desenlace. en casa del misterioso aristócra- poetisa francesa, un egiptólogo
Conocedor de las técnicas narra- ta, la música impresionista de italiano, la sublime poesía de
D os cosas me sorprendieron tivas para atrapar al lector a las Debussy ameniza la velada. Esen- Rubén Darío, a la postre se apo-
cuando releí Rubén Darío y primeras páginas, Germán Es- cias musicales, olores de un es- deran de la novela. Se invoca a
la sacerdotisa de Amón, lnovela del pinosa comienza su novela ex- tanque de nenúfares, perfumes de Víctor Hugo y de pronto surge
maestro Germán Espinosa: la primiendo, a través de un cuen- damiselas sensuales -al estilo de la espada de Alejandro Magno;
primera, que se trata de una tra- tagotas, en pequeñas dosis, esen- aquel otro impresionista, Marcel Debussy, afirman, es la reencar-
ma perfectamente policíaca, al cias de un perfume que se ex- Proust-, humedecen y vuelven na- nación de Chopin; el egiptólogo
mejor estilo de las novelas de pande por toda nuestra lectura. vegable la veloz lectura que nos italiano practica arcaicas costum-
Agatha Christie; la segunda, aca- La niebla, mezclada con el ro- procura esta novela policíaca. bres descritas por Heródoto; los
so un poco extraña, con respec- cío de la madrugada, se levanta Cuando la trama asoma, amena- versos del poema “La princesa
to al argumento. Pero, como ingrávida-mente del Canal de la zante, es cosa de agarrarse del Eulalia, ríe, ríe, ríe,” se repiten
novela policíaca que es, contar Mancha, sí, en el norte de Fran- asiento. La prosa de Germán como un eco secreto, como
el argumento significaría calum- cia, una mañana en que el poeta Espinosa adquiere inaudita agili- epitomes de la poetisa francesa.
nia, traición. En la trama policial Rubén Darío arriba en un tren dad, y al cabo de unos minutos, Y así, llena de matices, la novela
todo queda regido bajo un sis- desde París. Al sumo sacerdote sin darnos cuenta, nos encontra- va resolviendo sus acertijos, len-
tema autoritario: un blanco es- del Modernismo lo acompaña mos más allá de la mitad de la tamente.
pecífico al cual se dirige, lanza un imaginario escritor argentino, novela. Eso sí, inevitablemente, Al parecer, el viaje que Darío
en ristre, sin desviarse, un certe- a quien Espinosa encarga de nuestro pulso cardíaco ha de en- realiza por esos tiempos a la
La saga de Fayad
Por Pemán-R.
trabajo de escritor como una fun- Sus trabajos, se sabe, tienen la cosmovisión literaria de nuestra
Testamento de un ción estética y como un deber hondura de la verdad interior diversidad transformante, para-
Hombre de Negocios social que atiende explícitamente expuesta para el escrutinio del dójica y a veces cruel en sus cu-
Luis Fayad necesidades testimoniales de las entorno social sobre el cual se riosas modernidades.
Arango Editores propias percepciones en torno a desplaza. En este sentido, Fayad Hace un año, en el marco de la
vivencias estrechamente unidas es un escritor colombiano -bo- Feria Internacional del Libro de
280pág.
al entorno social al que se debe gotano- con claras misiones de Bogotá y luego de varios años,
Bogotá, 2005 el escritor y que desde las lejanías universalidad humana ante el tuvimos la oportunidad de con-
de su diáspora, procura recons- mundo y así lo han entendido versar con el novelista Luis Fayad,
truir todos los días. A excepción quienes asumen con seriedad el saber de sus quehaceres literarios
Para un escritor disciplinado y de los primeros trabajos publi- estudio de su obra en los varia- y periodísticos en Berlín y los pro-
exigente como Luis Fayad, los cados en Colombia, la vida edi- dos frentes del ejercicio crítico en yectos de los cuales se ocupa ac-
silencios literarios son presagio de torial de Fayad ha sido en Euro- Europa y Latinoamérica. tualmente. Vino a Colombia
nuevas y prometedoras sorpre- pa donde reside hace más de Por tales razones el anuncio, hace como invitado especial a la Feria
sas. Y ello es así por cuanto él, treinta años. Y a lo largo del tiem- un año de su nueva novela: «Tes- que el año pasado tuvo como
desde sus primeros libros (Los po ha ganado la audiencia in- tamento de un Hombre de Ne- emblema, el papel del escritor
Sonidos del Fuego,1968; Los Parien- ternacional para su obra que iden- gocios», abrió las expectativas colombiano en el exilio.
tes de Ester, 1978; Compañeros de tifica fuertes ligaduras raizales y imaginables para que esta novela Nuestra conversación entonces,
Viaje, 1991,para no recordar sino un alma observadora y crítica que fuese punto culminante en el pro- saltó por entre los años y las geo-
los más reconocidos por la críti- jamás depuso las realidades pro- ceso gestativo de una obra que a grafías para indagar sobre su
ca internacional), ha asumido su pias para la definición artística. manera de saga se integra a la mundo interior, su potencial
Échale salsita
Por Juan Manuel Roca
quien por bueno Chano Pozo ya había sido cele- ritmo antillano.
El libro de la salsa.
no lo estime”. brado por Dizzie Guillespie y en Son buenos y sin alardes los ar-
Crónica de la música
Pero habría que recordarles otra su nombre se abrió una década gumentos que presenta el autor
del Caribe Urbano
canción del mismo Piñeiro, rumbera sin precedentes en el venezolano, basados en hechos y
César Miguel Rondón.
“Échale salsita”, para no dejar nuevo templo de la música que en algunos supuestos que es lo
Ediciones B.
escorar el barco hacia el lado del llevaría el nombre gastronómico propio de las mitologías popula-
Bogotá, 2004. 436 páginas. purismo. de salsa. res.
Imaginen un lugar por el que pa- El hecho, por ejemplo, de que la
e sabe que toda cultura es un “En Catalina me encontré lo no
S cruce de caminos, un fecun-
do mestizaje. De eso da muy
pensado,
la voz de aquel que pregonaba
san Antonio Machín, ese gran
bolerista que aún en España don-
de murió se considera vivo
ductilidad del son cubano sea lo
que permite la alimentación con
otros sonidos, desde aires tan dis-
buena cuenta la música antillana, así: como el cadáver de “El Cid”, tintos como el pop o el boogaloo,
aquella que en lo que tiene que ver Échale salsita, Graciela “la bochinchera”, la aderezados con los sonidos pro-
con la más grande matriz musi- Échale salsita, échale salsita”. explosiva y graciosa hermana de venientes del jazz.
cal del Caribe, Cuba, sufrió el cer- Machito y, entre otras, una voz Así, un legendario sexteto, el de
cenamiento de su lado indígena, Todo esto se agolpa, y muchas pequeña pero más que armo- Joe Cuba (“Con la punta del pié”,
de sus areítos borrados de la his- cosas más, en este libro del niosa, una cadencia que influyó “Quítate de la vía Perico”)
toria por un largo genocidio. musicólogo, cronista e historia- en tantos otros cantantes, desde implementa el sonido del
Eso es algo que no ocurrió de dor de la salsa César Miguel Vitín Avilés y Felipe Pirela hasta vibráfono haciendo de su músi-
manera tan flagrante con la mú- Rondón. Jimmy Savater y Cheo Feliciano. ca un momento exquisito con una
sica popular colombiana, pues si El libro de la salsa es un volumen Lo anunciamos con una fanfa- nueva impronta. Como ocurrió
aguzamos bien el oído como esos que suena, que evoca, que se lee rria: el puetoriqueño renovador con la aparición en la escena de
vagabundos que lo ponen en la con ritmo y, en recuerdo de vie- del bolero, Tito Rodíguez. Ray Barreto, un raro especímen
carrilera del tren para saber si se jas emociones, con la percusión El mismo Tito hacia 1963, dato nacido en Nueva York pero “he-
acerca, podremos oír en las gai- de ese pequeño timbal que en para sabuesos de la salsa y de la cho músico en Alemania, mien-
tas indígenas, por citar un solo lenguaje corriente llamamos co- música colombiana, grabó la for- tras cumplía el servicio militar”.
ejemplo, en las cumbias y en el razón. midable cumbia de Wilson ¡Vaya! Ser militar y no perder el
porro, los acentos de la música Arranca esta suerte de crónica oído es una verdadera gracia, una
Choperena, “La pollera colorá”.
indígena en yunta con los ritmos musical en el año 50, en el prueba de fuego, habría que agre-
Algo que de no ser por Rondón
afros y españoles. Palladium, en una pista de baile gar. Barreto llega a la salsa desde
este reseñador no hubiera sos-
En el caso cubano y su adiós al para mil personas que no se lle- las cabeceras del jazz, como ocu-
pechado.
areíto, que según historiadores naba ni en una cuarta parte para rre con nuestro magistral Joe Ma-
Una virtud más de El libro de la
como Helio Orovio –a quien bailar, según recuerda Rondón, drid, de quien bastaría recordar
salsa: está escrito con mesura,
debemos un buen diccionario de ritmos como el foxtrot, el tan- sus arreglos para Mongo
espiga anécdotas en uno y otro
la música cubana- se acompaña- go y el “viejo swing”, es decir,
lado, pero no cae en el vicio del Santamaría y para Harlow. Para
ba de sonajas, maracas y fotutos, para una lánguida fiesta en un es-
dato y de lo meramente el primero la “Cumbiamba” y
no quedan huellas de esa prehis- pléndido palacio.
cronológico, como sucede con para el segundo su “Cumbia tí-
toria musical, pero sí resulta El administrador del Palladium
otros libros sobre el género. pica”. ¿No lo justificaba ya el he-
rastreable la presencia de los in- decidió entonces cambiar de
Más allá de los tópicos, de los cho de que un gran contrabajista
flujos africanos que desemboca- música y atraer a los latinos con
lugares comunes inevitables en del jazz y del be-bop, Charles
ron en el son, en el danzón y en la mayor entusiasmo. Se puso en
una historia musical, Rondón nos Mingus, hubiera fusionado una
salsa, una música que nació como contacto con Machito, el formi-
arrastra por barrios latinos, que música de alto rango estético, en
hija exiliada de Cuba y Puerto dable Machito (Frank Grillo) y
son iguales en su colorido, en su algo que llamó “Cumbia-jazz-
Rico, especialmente, en la ciudad sus afrocubanos y con Mario
amargura, en esa pobreza que fusion”?
de Nueva York. Bauzá, que fue, de nuevo cito a
desaparece cuando se inicia el En cualquier capítulo que se abra
Todavía hay quienes no se aco- Rondón, quien bautizó el nuevo
baile, en cualquier país donde la de El libro de la salsa, en esta se-
modan al término salsa. Los lugar con el nombre de una
salsa se manifieste. Da lo mis- gunda edición corregida y aumen-
puristas que se oponen a ese so- composición del grande del tam-
mo que sean barrios enclavados tada e irrigada de una buena ico-
nido mixto que por momentos bor, Chano Pozo, quien sería
se volvió un formato comercial, en Nueva York o en el Caribe. nografía, hay algo de interés para
pocos años después asesinado en
evocan a Ignacio Piñeiro y su Fueron los barrios los que, al uní- el enamorado de una música que
Harlem en 1948.
“Suavecito” de 1930, en el que el sono con las disqueras que olfa- ya vivió sus mejores momentos.
El nombre del sitio y de la can-
habanero cantaba así: ción escogidos fue “Blen-blen- tearon el gran filón de una mú- Sí, una música que ya tuvo su es-
blen”, una guaracha que antece- sica que desembocó en el boom plendor y que solo ocasionalmen-
“El son es lo más sublime dió a su popular “Manteca”, ese de la salsa, le dieron a esos rit- te se vigoriza. Unos ritmos a los
para el alma divertir. ritmo que tanto entusiasmara a mos su pasaporte internacional, que ayudó de manera evidente el
Se debiera de morir Charlie Parker. algo así como el esperanto del cine, con películas que exaltaron
El rey y el pueblo
Por Rodrigo Pérez Gil
protagonistas del relato. Sin em- que instruirme, sin aumentar mi el profesor Medina; sin embar-
La Historia Política Hoy bargo, hay un claro contraste actividad o vivificarla inmedia- go, nos parece que Colmenares
Editor César Augusto Ayala entre estos dos libros: el de tamente”. Si tales estudios no apunta sobre todo a la idea, que
Universidad Nacional de Colombia, Phelan se puede leer en un solo producen de veras un movimien- vuelve a traer Diana Marcela
y largo aliento, mientras que el to, y se limitan a una reflexión, o a Rojas en su ponencia citada, acer-
Bogotá, 2004, 419 págs.
otro, el fárrago, la hojarasca de una comunicación, a una repetición ca de “la necesidad y la impor-
las ponencias (profesores de la o a un mero trabajo de archive- tancia de una relectura de la his-
cualquier extranjero, menos con fue un gran logro para casi to- en Nueva York, consiguió en la mesa, mientras que los fran-
la pretensión de trazar mapas. dos los sectores que componían tiquete de ida y vuelta, aunque ceses tienen la buena mesa, aun-
Con todas las citas de textos es- los concernidos por las reformas lo devolvieron ya muerto, inau- que este mismo francés decía que
critos por autores extranjeros, las económicas de Carlos III, los gurando, o casi, la aviación en si él no fuera francés, sería un
ideas que a través de casi todos viejos y nuevos monopolios, tie- 1928, el poeta, luego de traer, inglés, a lo que el inglés, obsti-
ellos traen el grueso de estas rras, tabaco, sal, y aguardiente, con su novela, un viento de afue- nado, insular, igual que Botero y
ponencias, en rigor, no vienen de aún bajando los precios, luego ra, murió ahí, donde estuvo a Gabo, dice: “Si yo no fuera un
afuera, no traen aire que respirar, de consolidar su monopolio, y menudo, en sitios de frontera, inglés, sería un inglés”. ¿Inco-
no son novedosas y no son per- de esta forma recaudar más y concernido por el asunto de los rruptibles hasta el sol crepuscu-
tinentes a la hora de hacer un mejor dinero en las arcas reales mapas, siendo funcionario del lar de hoy, en el ojo del huracán
diagnóstico de la problemática para las fracasadas guerras de Estado, y sobre todo cuando del corazón de las tinieblas?
colombiana, ventilan el mismo España, con Inglaterra, con creó su obra narrativa, la cual Tenemos de otra parte, sin em-
reducto en torno a las “debili- Francia, en las mismas colonias. vuelve a inventar una lengua den- bargo, acerca de este mito de la
dades de Estado”, salvo ciertas El profesor Medina, por su tro de otra lengua, un viento vivo violencia, que el mismo Daniel
luces ocasionales, los autores parte, en su ponencia sobre la y temible de afuera, esta vez del Pécaut, citado por Medina en su
norteamericanos, por ejemplo, Historia Comparada, declara corazón de la selva ecuatorial, ensayo, escribe, en Orden y violen-
sobre la delincuencia urbana que “en Colombia la construc- vortex, vértigo que atrae a cia: “La violencia es consustan-
(1930-50) que cita Adolfo León ción del mito nacional ha toma- Arturo Cova y los personajes de cial al ejercicio de una democra-
Atehortúa (Univalle), en su po- do una forma paradójica” (pág. esta obra, ahí donde pulula la cia, que lejos de referirse a la ho-
nencia La historia política a través 25). Cita a Norbert Elias (autor cruzada de tambochas, a la hora mogeneidad de los ciudadanos,
de sus actores, salvo ciertas apre- recurrente en estas ponencias), del lobo que es la hora más os- reposa en la preservación de sus
ciaciones de Daniel Pécaut. To- que se refiere a una utopía alimen- cura de la noche. Utopía, literal- diferencias “naturales” [...] y que,
davía seguimos siendo xenófobos, tada “por la imaginación colec- mente, del griego U-topos, quie-
en cuanto está prohibido a los tiva”, una “representación re decir, No-lugar, Nowhere,
extranjeros trazar mapas de la na- fantasiosa” de la sociedad. Es- En ninguna parte. Se refiere a
ción -fue el caso de Bolívar y de cribe Medina: “Yo diría que el algo que no tiene lugar, aunque
Sucre, venezolanos-, prohibido mito nacional colombiano se no sea imposible, algo que no
incluso a un nativo-extranjero- plasma en la utopía-pesadilla de es actual, Nowhere-Hoy, carece
en-su-propia-tierra, como, de la violencia, de su inevitabilidad de memoria y de presente. Pero,
cierta forma, fue el caso de J. E. y persistencia. En este orden de Nowhere también puede leerse
Rivera de Neiva (Huila), quien inquietudes Daniel Pécaut ano- Now-here, así que en Ninguna
logró, pese a la prohibición tó hace ya algunos años: ‘Fue parte es Ahora y aquí. La nove-
imperante hasta el sol de hoy, y a preciso que viniera finalmente la, esta fabulación o delirio del
costa de sí mismo (muere de 40 Gabriel García Márquez para poeta, es el reloj que se adelanta
años en Nueva York), pintar, ofrecer el gran mito de la histo- y es la pura latencia del clima na-
hacia 1924, en una obra intem- ria colombiana: el estallido del cional, el mapa genuino, nada de
pestiva, un mapa vivo y genui- espacio, la inmovilidad del tiem- mitos, es una utopía (Nowhere)
no del país. po, la condena a la repetición’. ahora y aquí (Now here). Pero
Ingrid Johanna Bolívar Con dureza la omnipresencia de ocurre que los árboles impiden
(CINEP/Uniandes), que cita a la violencia no sólo golpea la ver el bosque y no se ve sino el
Phelan en su ponencia La cotidianidad de todos, sino que polvero de la guerra, la violen-
interacción histórica entre política y cul- la pesadilla constituye la atmós- cia, en casi todos los estudiosos
tura, quiere dar un ejemplo, con fera ominosa de inteligibilidad de la historia en Colombia,
el tema de la revolución de los de nuestro pasado” (pág. 26). Ricaurte en san Mateo en áto-
comuneros, de una especie de ¿Mito-utopía-pesadilla, la violen- mos volando (invento de Bolí-
estrabismo común a muchos his- cia? Evocamos las primeras pa- var). Se pierde la trama sutil que
toriadores. ¿Incluso Indalécio labras de la novela de José arma día a día los hilos de la te-
Liévano Aguirre, con sus Conflic- Eustasio Rivera, siempre actual, laraña, el arte de la captura, ¿una
tos Sociales y Económicos de nuestra como acabada de salir del hor- utopía, una “representación
historia, al que cita Phelan, obje- no, de las puertas del Inferno: “An- fantasiosa” la violencia en Co-
tando su postura frente al fiasco, tes de apasionarme por mujer lombia? Gabo y Botero tienen
el fracaso de los comuneros? Se- alguna, jugué mi corazón al azar mucho en común, virtuosos y
gún Liévano, éste ocurrió sobre y me lo ganó la violencia”. Así perversos artistas, pintan la vio-
todo por la defección o traición que ésta, la utopía, el mito, la pe- lencia y de tal manera, que nos
de los patricios, del criollo sadilla de Norbert Elias y de dan -en el caso de Botero, junto
Berbeo y los demás de la Junta Medina, la violencia, también es con su colección de pinturas-, las
y los de Tunja, quienes temieron una novela, La Vorágine, y no su- buenas maneras de escribir, de
el empuje que tomó el movi- cede en los libros sino afuera en pintar, en lugar de darnos la bue-
miento en un momento dado. el mundo, en la vida corriente, na escritura y la buena pintura.
Phelan asegura que no hubo tal incluídas las fantasías y las fiebres Sucede, para mejor captar la di-
fiasco, y que el movimiento co- del genial Rivera, quien, con ella ferencia, como en el caso del
munero, de carácter más bien bajo el brazo, para promover su francés cuando dice que los in-
“tradicional” que revolucionario, traducción al inglés y una edición gleses tienen las buenas maneras
Seducción
lejos de aspirar a institucionalizarsis de Giorgio Agamben acerca do al margen de los centros Nemocón, expropiadas por el
las relaciones de fuerza que irri- de la Soberanía y sobre la frac- chibchas, a distancia del impe- fisco real.
gan la sociedad, hace de ellas el tura de la tríada Estado-nación- rio inca, nómadas, salvajes y Que, con la cruda sentencia
resorte de su continuidad”. Nos territorio, en su obra Medios sin libertarios en mucha parte del te- aplicada a Galán, la Audiencia
parece que estos ensayos referi- fin. Notas sobre la política (1996). rritorio colombiano? El mismo hizo de él un mito, sostiene
dos, centrando sus análisis alre- Acerca de la soberanía del Esta- libro de Phelan narra los tumul- Phelan. Ingrid Johanna, por su
dedor del tema del Estado-Na- do: “el poder no tiene hoy otra tos provocados por los incas y parte, en su ponencia, asevera:
ción, igual que la mayoría de los forma de legitimación que la si- Túpac Amaru en Perú justo por “La política ni en ese entonces
estudios sobre la violencia, no tuación de peligro grave a la que apela este mismo tiempo, y trae la pro- ni ahora implica escoger entre lo
dan en el punto, cogen el rába- en todas partes de forma per- clama de éste, “Acta de la Inde- bueno y lo malo, sino entre lo
no por las hojas, ensimismados, manente y que al mismo tiempo pendencia de la corona españo- malo y lo menos malo”
no ven sino el polvero, confun- se esfuerza en producir secreta- la” (como diría Bolívar de la car- (pág.381). Qué esperanzas. Ha-
den el efecto con la causa, el sín- mente (¿cómo no pensar que un ta de Lope de Aguirre al rey, Pri- cia el final del libro, escribe
toma con la enfermedad, la parte sistema que que ya sólo puede mer acta), reproducida, con sus Phelan: “El movimiento de in-
y el todo. Hay en el aire de la funcionar sobre la base de una propias palabras, muy pronto dependencia fue esencialmente
guerra actual una trama situación tal no va a seguir tam- por los indios del Cocuy en el aristocrático e intelectual. No fue
molecular que no se deja captar, bién interesado en mantenerla a norte de Boyacá y por los indios el levantamiento de las masas la-
parece invisible igual que el traje cualquier precio?)”. Así también, de Silos en Santander, en mayo- boriosas y oprimidas”. Expresa
del Emperador, evasiva, imper- los refugiados y los desplazados junio de 1781 (Galán es cazado además: “Ni Carlos III ni sus
ceptible, pese al Ruido, es preci- revelan la crisis, la fractura del en septiembre) llevando leña al leales vasallos en la Nueva Gra-
so captar al rey desnudo. Y para Estado-Nación-Territorio: “En fuego de la sublevación comu- nada lograron sus utopías. Las
ello sirve traer a cuento los análi-la decadencia del Estado-nación nera. Los capitanes del Cocuy es- utopías tienen la costumbre de
y corrosión general de las cate- criben a los indios de Támara, esfumarse cuando nos acerca-
gorías jurídico-políticas tradicio- Ten y Manare en los llanos, lee- mos a ellas” (la negrilla es mía).
nales, el refugiado [el desplaza- mos en el libro de Phelan, “Les Leamos esta afirmación junto
do] es quizás la única figura participamos cómo hay corona- con las últimas palabras del libro:
pensable del pueblo en nuestro do Rey nuevo en las Indias, y se “Por mucho que los patriotas co-
tiempo y, al menos mientras no llama el poderoso don Josef lombianos deban respetar el re-
llegue a término el proceso de Francisco Tupa Amaro [...] Les cuerdo y las acciones de Juan
disolución del Estado-nación y participamos que se han levan- Francisco Berbeo y de José An-
de su soberanía, la única catego- tado muchos lugares: ciudad de tonio Galán, los comuneros, en
ría en la que hoy nos es dado Vélez, villa de San Gil, el Cocuy, última instancia, eran voceros de
entrever las formas y los límites Mogotes, Santa Rosa y otros”. un mundo que pronto habría de
de la comunidad política por Ingrid Bolívar cita a Phelan, esfumarse en el pasado. Fue Ca-
venir”, declara Agamben. cuando dice que con las capitu- ballero y Góngora quien, sin dar-
En el prefacio a su libro El laciones de Zipaquirá [repudia- se cuenta, abrió la puerta que
Pueblo y el Rey, John Phelan escri- das por las autoridades] casi daba la futuro”. Se refiere, parti-
be: “En la Nueva Granada de todo el mundo obtuvo un be- cularmente, a las acciones del vi-
1781 era impensable un mundo neficio, “ricos y pobres, patricios rrey tendientes a liberalizar la edu-
sin monarquía. Podría pensarse y plebeyos, blancos, indios y ne- cación e impulsar la producción
sí en una radical transferencia de gros libres. Sólo quedaron por de sus vasallos, sobre todo en el
poder de los españoles a los fuera los esclavos negros” (pág. Socorro y villas aledañas, San Gil
criollos, bajo el manto protec- 381). ¿En que clase está Galán, y demás, cuna de las sublevacio-
tor de la legitimidad monárqui- hijo de español pobre y de mes- nes. La propiedad del notable
ca. [...] Ni Carlos III [con sus tiza o mulata, ahorcado, dego- texto de Phelan, es que trae
reformas tributarias radicales] ni llado y descuartizado, esparcidos entreveradas y muy precisas, las
sus leales vasallos en La Nueva sus miembros, un brazo en pruebas que demuestran algo
Granada lograron sus utopías. Guaduas, cuna de Pola, ese más bien contrario a su tesis ma-
Las utopías tienen la costumbra “hombre de oscurísimo naci- nifiesta, como una especie de cu-
de esfumarse cuando nos acer- miento”-con sangre mulata, igual lebra que se muerde o se come
camos a ellas. [...] Sin repudiar que Bolívar-, en palabras del ar- por la cola, pues la escitura viva
jamás su lealtad a la corona, zobispo Caballero y Góngora, secreta.
Galán no tenía ninguna idea el Pacificador del momento? Con el libro editado por la U.N.,
consciente, ni siquiera en em- Hay que ver cuáles fueron las uno aprende algo, aún si termina
brión, sobre la conveniencia de “concesiones significativas”, lue- remal, con la ponencia de Fernan-
darle un nuevo orden a la socie- go de reestablecer el orden co- do Estrada de la UIS, acerca del
dad”. ¿Ni siquiera en embrión? lonial, ya repudiadas las capitu- provechoso expediente que pueden
¿Por obra de Cronos (Saturno) laciones de Zipaquirá, que hizo ser las metonimias y las metáfo-
devorando a su criatura, culebra el virrey a las comunidades. Hay ras para comprender la naturale-
que se come, o se muerde, por que ver qué pasó en verdad con za del conflicto político-social y
la cola? ¿Era impensable un los indios, con sus resguardos y ayudar a sus soluciones parciales.
mundo sin monarquías, en los sus pueblos “a son de campa- Uno cree en las metamorfosis, no
y sometimiento. Oleo /Tela. 165 x 130 Cm. 1999 mismos pueblos indios vivien- na”, ahora sin las salinas de en los mitos y en las metáforas.
testimonio en su acepción com- gruesas de la república y su pro- igual que periodista en Alerta el
Cuatro maestros binada, subjetiva y objetiva.Por ceso socio-político en que actua- órgano oficial de la ANAPO y
Pemán-R.. todas estas razones es que po- ron los Maestros a que se refie- en Mayorías el periódico del
Augusto Ibañez Editor demos hablar del libro de Pe- ren estas crónicas, un esbozo su- Frente de los Trabajadores que
216 páginas dro Manuel Rincón Cuatro Maes- gestivo y acertado. El autor de seguía las orientaciones de An-
Bogotá, 2005 tros como un libro de crónicas, este conjunto de Crónicas, Cua- tonio García. Colaboró en el su-
donde se da cuenta de las sem- tro Maestros Pedro Manuel Rin- plemento cultural de La Repúbli-
L a crónica literaria es un gé
nero mestizo que va del pe-
riodismo a la literatura, a la his-
blanzas personales e ideológicas
de cuatro protagonistas de pri-
mer orden del quehacer intelec-
cón estudió derecho en la Uni-
versidad Libre y ejerció desde
temprana juventud el liderato de
ca bajo la dirección de Darío
Samper, fue jefe de redacción de
la revista Consigna y fundador y
toria, la política, a la crítica so- tual y universitario de vanguar- la protesta universitaria y luego colaborador de otras publica-
cial y artística. No la define su dia ilustrada y moderna, además fue dirigente nacional de las ju- ciones. Participó de la forma-
brevedad, a la manera de las que de luchadores por la democra- ventudes anapistas hasta llegar al ción del movimiento Alianza
escribiera con aire de artista Luis cia real, el pluralismo ideológi- Congreso de la República en ca- Democrática M-19 y ha sido un
Tejada y que recogidas en libro, co y el por venir socialista: lidad de vocero de la oposición. verdadero inconforme y rebel-
decidió titularlo, precisamente Gerardo Molina, Antonio Como líder desarrolló labor de en la búsqueda de nuevas
Libro de Crónicas. Ni tampoco su García, Darío Samper y Luis empecinada de educación polí- fuerzas y esquemas políticos a fa-
copioso paginaje como la que Vidales. El libro tiene un preám- tica en barrios populares de Bo- vor de Colombia. Pedro Manuel
escribiera en varios tomos, con bulo donde se ubican las líneas gotá y otras ciudades del país, al Rincón es un verdadero conju-
incorregible vanidad y narcisis- rado por la amnistía a los pre-
mo, el memorialista Carlos sos y perseguidos políticos, por
Lleras Restrepo, con el título la paz digna, realista y posible.
Crónica de mi Propia Vida. No Un alentador de tertulias y un
obstante ambos libros son bohemio que encuentra en el
lmprescindibles para la historia oficio de escritor el tránsito de
del siglo XX colombiano. la prosa a la poesía. En todos
Lo que distingue a la crónica, in- estos rasgos de su personalidad,
dependiente de sus usos y con- además de fervoroso lector es-
tenidos es su carácter popular y tán las claves para entender la
que le permite la inmensa acep- madurez de esta cosecha de las
tación de los lectores, escapan- Crónicas sobre estos Maestros
do a los compartimentos estan- de la buena política, la que des-
cos de los géneros como clasifi- cansa en el doble movimiento de
cación acartonada de las acade- la utopía social y la dignidad
mias. Además es de naturaleza humana.
esencialmente libre y suele des- El libro recoge las vivencias del
doblarse en un mismo texto, autor en relación a estas carac-
accediendo a lo transversal y dis- terizadas personalidades de iz-
perso. Es ágil y asume el traje de quierda humanista quienes su-
la levedad en la acepción de Italo pieron vivir con dignidad y lu-
Calvino, como opuesto a lo pe- char con entusiasmo, arrojo y
sado, aplastante. Se trata de la valor civil permanente contra
gravedad sin peso que se cons- las violencias del régimen
tituye en virtud del oficio del oligárquico y proponer solucio-
escritor. nes concretas de reformas que
El primado de la crónica es la evitaran el vergonzoso someti-
levedad y el subjetivismo sobre miento de la nación a los dicta-
la manera de contar los episo- dos de la potencia imperial nor-
dios, los sucesos que merecen ser teamericana, al mismo tiempo
narrados por el autor. Y que que se alertaba sobre la preci-
siendo reales, se convierten en pitada caída de Colombia, en
verosímiles, escapando a las la crisis destructora y disolven-
comprobaciones fácticas y al es- te que vivimos en profundidad
tablecimiento de verdades. Es el Estudio de descendimiento. Mixta/ Papel. 70 x 50 cm. 2003 desde el 9 de abril de 1948, con
Jattin revisitado
Por Juan Carlos Gonzalez Franco
palmo y en cada extinción apare- y leía a Stefan Zweig algo de la miel de poeta que, tras cada nueva
Amanecer en el valle del cía un entrañable texto como epi- [estas novelas flagelación, iba siendo destrozado
Sinú, tafio de su propia existencia. Su sin clemencia por sus propios
sele adhirió como una máscara y una
Antología poética. poesía es teatralidad y exultante “cadaveres exquisitos”. La herida
s[eñal... (La imaginación: La loca
simbolismo, tragedía que puede infringida por esa poética sensual
Raúl Gómez Jattin. de la casa)
verse contenida en la noción grie- que, casi como una diosa blanca,
Selección y prólogo: Carlos Monsiváis. ga de un destino del que nunca se Encontramos en esta antología lo condujo de la locura a la
Colección Tierra firme puede huir, así como uno de sus una selección de poesía que sin desfiguración, hasta llegada esa
versos más conocidos, “la poesía duda recoge el espíri.tu de su muerte tan extraña.
Fondo de Cultura Económica, 2004
es la única compañera, acostum- autor, donde los Retratos, el
Bogotá, 209 páginas. brate a sus cuchillos que es la úni- Antes de devorarle su entraña pensativa
Amanecer en el Valle del Sinú, los
ca”. Más adelante, él mismo asu- Hijos del tiempo, el Esplendor de la Antes de ofenderlo de gesto y de palabra
Nos muestra este libro, antolo- me su destierro como un desig- mariposa y Del Amor, nos enseñan Antes de derribarlo
gía de la obra de Raúl Gómez nio de su musa inquietante, “tran- esa escalofriante integración en- Valorad al loco
Jattin, la visión sin prejuicios del quilos, que solo a mí suelo hacer tre el poeta y su vida. Acaso verle
escritor mexicano Carlos daño”. Lo afirma Monsiváis “A Su indiscutible propensión a la poesía
desde la optica de poeta maldito
Monsiváis sobre la obra de uno Gómez Jattin le importa, de local, aleje a muchos lectores de Su árbol que le crece por la boca
de los poetas más indescifrables modo casi literal, internarse en sus la realidad misma de un espiritu Con raíces enredadas en el cielo Él nos
de la literatura colombiana actual, textos, adoptar la identidad que que va más allá de la simple representa ante el mundo
precisamente por que la compi- estos le conceden.( ...) Jattin vive postura de “loco”, dado que en
lación no involucró esa idea que en su cuerpo como un condena- Con su sensibilidad dolorosa como un
esta revisión del Fondo de parto.
de Jattin se han formado sus lec- do, aquel cuerpo que se vive en la Cultura Economica, la tarea cen-
tores gracias a los avatares de su condenación y que prevalece a tra- tral tiene que ver con la Este poema, Me defiendo, puede
vida y de su muerte, aun en en- vés de la leve huida que implica el desmitificación de un autor con ser otra de sus lapidas, otro
tredicho. Monsiváis se introduce condenarse y la leve presunción de una “triste y asombrosa historia” cuchillo algunas veces surrealista
en la obra de Raúl, descubriendo la vida austera y, al mismo tiem- otras expresionista, con el cual las
sobredimensionada precisamente
una poesía que adopta la vida po, de la soledad”. palabras se vuelven ese fatidico
sobre la parte de su vida menos
como una cruzada hacia el en- Psiquiatra él y además escritor oraculo ante el que ni el propio
relevante a la hora de sacar
cuentro con sigo mismo, en un de temas folklóricos adivino ha de escapar, la suma de
conclusiones.
“canje de realidades” que mira todos los males y su pierrot más
ingenuo a toda prueba Monsivais no escatima, sin em-
con óptica descarnada aquellos patético e inclemente.
dos mundos que encierra la crea- padece raptos líricos que no sofrena. bargo, en darle prelación a los
ción poética Anteayer rasgos que hicieron de Jattin un Juan Carlos Gonzalez
Gómez Jattin admitió el éxtasis de un muchachote simpático y casi raro especimen dentro de la Franco es gestor cultural, curador
su desintegración, de su [inteligente mojigata literatura colombiana, de arte y pintor. Director de Franco
autodestrucción, vivió muriéndo- que tenía novias prosaicas y amores una suerte de “paria de sí mismo”, Galería-Editora y de la revista
se, se mató cada instante, cada [prohibidos si se me permite el termino, y un Artificios.
Nuevas crónicas palestinas un libro digno de atención y la dejando el trasfondo mismo de puestas en escena sean viejas pe-
segunda, que tras su carácter de su historia en el papel de dato lículas y acetatos descuidados.
El fin del proceso de paz
texto no público, puedan los lec- accesorio a un libro de memo- Aunque un cuento nos lleve por
Nueva edición revisada y ampliada tores convertir en un fetiche algo rias. La tradición de las geishas el relato medido hasta caer en el
(1995-2002) que no pasa de lo meramente sobrevive aún en el Japón, con- dato y la charla de cafetín. Se lee
Mondadori, Arena abierta anecdótico. Con Alfonso Reyes centrada en su mayoría en un an- con cierto gusto, incluso la risa es
Trad de Francisco Ramos y Pedro Henríquez Ureña pasa tiguo distrito de Kyoto, capital una de sus cualidades, luego no
Barcelona 2002 algo extraño, los conocedores de del Japón hasta entrado el siglo sabemos si debe incluir una bi-
351 páginas su obra esperan ver explayados VI. Mineko Iwasaki sabe bien el bliografía o si debemos correr al
una infinidad de temas y encuen- tema que trata y lo hace lejos de cine para darle coherencia a lo que
Muchos de los artículos recogi- tran que la realidad es otra. ¿Que esa ingravidez que esperan algu- se nos dice como si supiéramos
dos en el presente libro, si no la más pueden hacer un par de nos lectores ante cuestiones como de ello. Su estilo es vertiginoso,
totalidad, hacen parte de las co- amigos intelectuales en sus cartas estas, el resto habrá que buscarlo otras osado y siempre queda la
lumnas de opinión que el escri- aparte de enunciar superficial- en otra parte. sensación de un aprendizaje in-
tor y crítico Edward Said con- mente algo que los dos conocen voluntario junto a una marea in-
de sobra? Para lectores novatos Piratas y emperadores terminable de personas descono-
signara en diferentes diarios alre-
el problema será el íntertexto, Noam Chomsky cidas. Del kinetoscopio vamos a
dedor de las vejaciones y proble-
mas que ha tenido que sobrelle- todo aquello que en la lectura nos Terrorismo internacional lo anecdótico y de ahí a cualquier
var el pueblo palestino en más de queda velado cuando dos desco- en el mundo de hoy parte. Bien sabrán sus lectores
cuarenta años de persecuciones y nocidos hablan sobre otra canti- Trad. Jordi Vidal saber de qué habla y si no que
conflicto territorial con Israel. dad considerable de desconoci- averigüen aunque ya no haya for-
Byblos
dos, mencionando apenas casual- ma de preguntarle directamente.
Said es un eminente académico Barcelona, 2004. 373 Pág.,
mente hechos que de seguro es-
que no deja ningún aspecto sin
tarán expuestos más detallada- Medio Siglo de plástica
revisar y sus artículos pueden dar Con Noam Chomsky ocurre algo
mente en las obras reunidas colombiana
luz sobre un problema que los parecido a lo que ocurre con la
(También del Fondo de Cultura
medios de comunicación han historia reciente del mundo. Siem- Fernando Botero, Luis Caballero,
Económica) de dos titanes del
manipulado para su provecho. pre se repite. Sus artículos no ca- Enrique Grau, Edgar Negret
mundo intelectual en nuestra
“La más formidable y temible recen de importancia por ello. Al David Manzur, Ana Mercedes
América. Queda, eso sí, una bi-
maquinaria de propaganda ha contrario, cada día cobran más Hoyos,Alejandro Obregón, Eduardo
bliografía impresionante y la tris-
logrado la monstruosa transfor- especial vigencia. En este libro, Ramírez Villamizar, Omar Rayo,
te sensación de no tener dos vi-
mación de un pueblo entero en Piratas y emperadores, el tema del Juan Antonio Roda, Armando
das para poder leerla toda.
poca cosa más que ‘militantes’ y poderío estadounidense sigue Villegas y Guillermo Wiedemann.
‘terroristas’”. Pasado ya un tiem- siendo el asunto principal y de él Curador de la exposición:
Vida de una Geisha
po de la muerte de Said y recru- resulta una muy interesante mo- Juan Ignacio Pujol.
decido el panorama sobre lo que Mineko Iwasaki
raleja: La opresión sigue siendo Edición de Art Editions
occidente tiene por “derecho” En colaboración con Rande Brown Bogotá, 2004. 104 págs.
la misma a través de la historia,
sobre oriente próximo, las críti- Byblos aunque los verdugos cambien de
cas de Said al proceso de paz – Trad: Maria Eugenia Ciocchini nombre y cada día la ley tenga El escritor William Ospina y el
apenas una mascarada sin mayor Barcelona 2004 nuevos pretextos para justificar crítico de arte Fausto Panesso ela-
trascendencia militar-, y sus ve- sus crímenes. boran en Medio Siglo de plástica
366 pág.
hementes acusaciones contra esa colombiana, un muy necesario ho-
suerte de “sionismo norteameri- La idea que occidente se ha he- Todo está hecho menaje a varios de los más im-
cano”, mantienen su estatus de cho de la cultura oriental trae a con espejos portantes maestros de la plástica
actualidad pese a los intentos por cuento un problema de apropia- Cuentos casi completos colombiana presentes en infinidad
liberar a Palestina de ese eterno ción demasiado complejo. Como de galerías y exposiciones alrede-
Guillermo Cabrera Infante
Deja vu en que se ha convertido occidentales hemos visto la cari- dor del mundo. El trabajo de
su pugna territorial. “Los resul- Alfaguara,.
catura de un mundo mitificado curaduría de Juan Ignacio Pujol
tados seguirán siendo los mis- por samuráis y prostitutas edu- Bogotá, 1999. 248 páginas. merece, a través de la excelente
mos: la catástrofe y el descrédito cadas en medio de extrañas salas Revisar los cuentos de Cabrera edición de un libro que no deja
para nosotros como árabes”. de papel y madera, ceremonias Infante trae a cuento uno de los fuera ningún dato ni especifica-
de té y una industria robótica cer- problemas más visibles del dis- ción de rigor, verse de manera
Correspondencia (1907-1914) cana a la ficción. La idea del mun- curso literario, aquel que hace del global dado que su selección obe-
Alfonso Reyes, do oriental ha estado condicio- ínter texto un problema a la hora dece a los iconos de una historia
Pedro Henríquez Ureña nada por el cine de Hollywood y de enfrentarse a un autor lleno de plástica que ha hecho de nuestro
una avalancha desproporcionada citas y de gustos musicales, lite- país un muy apropiado lugar
Biblioteca americana
de anime y comic hentai. Uno de rarios y cinematográficos que para desarrollar el oficio, adop-
Edición de José Luis Martínez los iconos de la cultura japonesa, contagian sus escritos hasta hacer- tando incluso, y para su prove-
México, 2004. el mundo de las geishas, es uno nos perder en su elocuencia y cho, artistas de otras nacionalida-
620 pág. de esos temas tabú que merecen emocionada perorata. Cabrera des que han visto en Colombia
ser especialmente revisados. Vida Infante sabe de cine –nos lo di- el lugar adecuado para desarro-
De una correspondencia pueden de una geisha es, no obstante, una cen sus libros Puro Humo y Cine o llar su obra, como es el caso del
decirse muchas cosas, primero suerte de diario que a título de sardinas-, es un escritor con un maestro Roda, recientemente
que un editor cree ver en ella un best-seller ofrece una visión muy sentido de la imagen bastante bien desaparecido. Esa plástica que ha
motivo suficiente para publicar apocada al escrutinio occidental, elaborado aunque a ratos sus tenido momentos enormes y que
Abril - Junio 2005. No. 2 Lecturas Críticas 21
C r í t i c a e n - c u b i e r t a
hoy por hoy disfruta de un lugar Los veintisiete capitulos que com- América mestiza na pasa lo que con las vanguar-
ventajoso dentro de la cultura pic- ponen esta novela, tienen un aire dias de cualquier género que
William Ospina
tórica en el mundo, haciendo que de nostalgia que los hace pequeñas pretenda elevarse más allá de los
Aguilar sofismas temporales, lleva en sí
sea ésta una de nuestras historias fichas de una melodía incompleta:
particulares que más ameritan ser Celedonio recoge en ella, todas sus 230 páginas una suerte de alienación maléfica
compiladas y homenajeadas en utopias e impresiones sobre una Bogotá, 2005 que hace creer que esa literatu-
libros como este. ciudad plagada por el farrago de ra tan reciente es más antigua
las ausencias y por las quimeras que Las inquietudes intelectuales que que los bardos de la literatura
Árboles de viaje fueron detonantes de toda una ge- siempre han asediado a ospina universal. Muchos críticos y pe-
Mónica Triana neración perdida de la que él hace pueden clasificarse a partir de dos riodistas han tratado de nomi-
parte. La música, como bien lo rasgos muy caracteristicos en su nar generaciones que quizá solo
Editorial Domingo Atrasado
dice Blades, no es más que un pre- prosa. El primero de ellos su ta- lo sean por asuntos meramente
Bogotá 2004, 64 páginas. texto. Pretexto para adentrarse en cronológicos, autores que com-
lante oratorio que lo lleva a con-
una historia ajena, llena de imagenes jugar de manera risible toda suer- parten una edad similar y tal vez,
La revelación interior se da en polvorosas y gente latinoamerica- en algunos casos, inquietudes si-
te de iconos culturales, geográfi-
Árboles de viaje gracias al encuen- na corriendo hacía su destino in- milares dada su naturaleza de
cos, demográficos, históricos y
tro con la naturaleza. Su lenguaje eluctable o de danzones improvi- “jóvenes autores”. Hablar de
sociales con sus lecturas de cabe-
sencillo, directo y cargado de sados en medio de borracheras esa literatura llevó a muchos a
cera, esto es, Neruda. La segun-
contemplación, permite escribir abismales y bombillas tenues que clasificarles dentro de supues-
da, su necesidad de decirnos algo
una poesía sin anquilosamientos apenás descifran un cuerpo de que sobrepase el hecho meramen- tos “Post-boom”, extensiones
estilisticos ni arrebatos retoricos mujer en mitad de una saudades te académico, como queriendo mas post-modernas de el archí
innecesarios. Puede parecer osa- repleta de amigos y noches bajo el salvarnos de algo. «Nerudito» conocido “boom” y patadas de
do escribir desde una optica fe- estrago de las copas.. A medida que como lo llaman algunos de sus ahogado frente al “realismo
menina sin jugar al intimismo o a Orjuela propone una lectura del menos cercanos colegas y autor mágico”. Quizá sea algo irres-
la alocución emocional, sin em- desgarramiento y el recuerdo, la que se repite hasta el colmo, como ponsable decir que nuestra lite-
bargo, y dado que la poesía joven hermosa canción de Fiol se repite buen ejemplo de ese mal de los ratura occidental –de segunda
que se escribe hoy día en nuestro una y otra vez, con la patética me- intelectuales que les lleva a hablar mano-, que nuestra literatura de
país sigue sufriendo de los males lodía que jamás finaliza, esa melo- sin pausa y de todo cuanto se les vanguardias tecnológicas, cine e
de la soledad y el vacío en las gran- día que no está completa. ponga en frente y de quienes, Internet, son resultante de mu-
des urbes, una poética que se su-
como lo sentencia Auden, sólo chas necesarias transformacio-
merja en otras inquietudes debe El ABC de la música clasica son rescatables sus citas y no sus nes de esa retórica ampulosa de
tener un lugar privilegiado, más
Todo lo que hay que saber comentarios personales. A ospina vieja data, pero en realidad tal
aún si se escribe desde el misticis-
Eckhardt Van den Hoogen la suerte le ha dado renombre como lo confirma ese carácter
mo sin abusar de lo psicológico o
pero la literatura a veces se le es- de novela breve y su sincre-
de las imágenes oníricas que di- Taurus
conde. tismo temático e idiomático,
cho ejercicio requiere. 424 pág.
son sólo el fruto inevitable de
Bogota, 2005 Palabra de América una nueva literatura que asume
Circo por cárcel
Este libro merece una suerte que Varios autores sus roles urbanos y su afición a
Javier Rocha
otros del mismo tipo jamás lle- la crisis del hombre moderno
Editorial Domingo Atrasado Prologo de Guillermo
gan a tener. Merece, sobretodo, sabiéndose una ocurrente narra-
Cabrera Infante
Bogotá 2004, 80 páginas. ser guardado en un lugar accesi- tiva apta para el caos del que
Seix Barral abrevan a menudo dichos au-
ble, no por ser un ensayo de ri-
En los cuentos de Javier Rocha gor sobre el género sino por su 130 páginas. Barcelona 2004 tores. La hibridez y la belleza li-
confluyen imágenes y resonancias brevedad y por el práctico dic- teraria no riñen, y esto se sabe
de expresiones y formas de la cionario sobre los más destaca- A la fecha de esta nota, dos de por autores como Fresán,
sociedad moderna. Relatos que dos exponentes de la música los implicados en el libro rese- Bolaño, Iwasaki y no por otros
pretenden resaltar el enigma de clasica y contar además con un ñado han muerto, el primero, que en su lectura no aportan más
la existencia, con el reflejo de dis- muy util glosario de terminos Roberto Bolaño, quien murió que lugares comunes, como es el
tintas conciencias a través del sen- músicales. Acompaña el libro, una apenas unos meses después de caso de Mario Mendoza o Fran-
tir humano. En algunos de ellos selección músical con más de 22 haber participado en el encuen- co Ramos. Alguna vez, hablan-
es perceptible la tradición narra- registros sonoros que dan cuenta tro de escritores por el que se do con Edmundo Paz y Alber-
tiva de Poe, Bukowsky o Rubem del trabajo compilatorio al que compilaron las conferencias in- to Fuguet entendí algo que mu-
Fonseca. Circo por Cárcel es una se dio su autor. Faltarían algunas cluidas, el otro, Cabrera Infan- chos escritores niegan pero que
fusión entre vida y literatura, en la selecciones extras, como obras de te, fallecido a principios del pre- en sueños deslumbran con algo
que el autor pone al servicio de ésta Satie o algún capriccio de Paganini sente año y quien realizó su pró- de vergüenza egocéntrica, me
su quehacer cotidiano: la jurispru- y quizá extenderse más al hablar logo. La validez de Palabra de refiero a los grupos, las gene-
dencia. de músicos que la posteridad no América va más allá de aquel epí- raciones. Palabra de América es
cobijó de la misma forma que a teto de novedad, por lo que precisamente eso: memoria de
Dónde estará la melodía Beethoven o al enorme Bach, esta corta alusión quedaría fue- un grupo de “jóvenes”escritores
por ejemplo. Por lo demás, ese ra de lugar. Sin embargo su va- que no parecen tener mucho en
Celedonio Orjuela Duarte
epíteto de «todo lo que hay que lor amerita hablar de él aún a común, aparte de vivir en el
Biblioteca libanense de cultura saber» podría pasar por cierto pesar del mal que le acompaña. mismo planeta y tener de su par-
Bogotá 2005, 132 páginas pese a las falencias anotadas. Con la literatura latinoamerica- te algunos afectos editoriales.