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Pero Bateson tiene más que decir al respecto. A pesar de que no era
religioso, William Bateson señaló durante la "Asociación Británica para el
Avance de la Ciencia" que en la terminología genética convenía usar la
palabra "simiente" (en hebreo: "gen", proveniente del Libro de Génesis, en la
Biblia Hebrea), para referirse a los "factores hereditarios" de los que habló
Mendel. En sus propias palabras, hacer esto le daba una mayor precisión a
la esencia de la terminología genética:
"Ascendencia" se usa para describir en términos de sangre. Nociones más
verdaderas de la fisiología genética están dadas por la expresión hebrea
"simiente" [="gen" o "semilla"].
Si decimos que un hombre tiene "sangre real," pensamos a la vez en la
"dilución plebeya" y nos preguntamos que tanto fluido real es probable que
se encuentre "en sus venas";
Pero si decimos que se es "de la simiente de Abraham," sentimos algo de la
permanencia e indestructibilidad de ese germen [gameto] que puede ser
dividido y dispersado entre las naciones, pero sigue siendo reconocible en
su tipo y en su característica después de 4.000 años" [The Chemical News
and Journal of Industrial Science: (1914:July-Dec.), Volumen 110, p. 86][10]
[También disponible en "Annual report of the Board of Regents of the
Smithsonian Institution" (1916), p. 361]
Respecto, a las variaciones dentro de una misma especie, y al problema de
la definición de especie, Bateson era bastante consciente, y en su libro,
"Problemas en la Genética", señaló:
"En la segunda mitad del siglo diecisiete, [John] Ray muestra un grado de
interés en este tema. En la introducción de "Historia Plantarum" (1686), él
discute algunas de las dificultades y sienta el principio de que las variedades
que pueden ser producidas de la misma semilla de la misma planta, deben
ser consideradas pertenecientes a la misma especie; siendo él, creo yo, el
primero en sugerir esta definición." [Bateson, en Problems of Genetics
(1913), Cambridge University Press. Edición revisada de 2012, p. 6]
Desde el principio, Bateson señaló que la genética se hallaba en
contradicción con la teoría gradualista de Charles Darwin. Bateson creía que
las variaciones entre especies eran resultado de cambios abruptos
conocidos como "mutaciones". Por el contrario, Darwin creía que las
variaciones entre especies eran resultados de una evolución gradual.
Si por axioma se toman las diferencias entre especies como algo indefinido,
se debería suponer que las diferencias entre las variedades serían mucho
menos definidas. Por lo tanto, la conclusión de que la evolución procedería
como por medio de una transformación insensible de masas de individuos
se ha convertido en un dogma establecido. . ." [W. Bateson, Mendel's
Principles of Heredity, 1909, Cambridge University Press, p. 3]
Bateson era consciente de los errores que Darwin había hecho sobre la
transmisión hereditaria: la pangénesis y la herencia mezclada, (ideas que
Darwin había tomado de Lamarck, y que los darwinistas defendían, fueron
criticadas por Bateson:
"De las aportaciones realizadas durante el período ensayista... Weismann
merece ser mencionado por su trabajo útil para pedir la prueba de que los
"caracteres adquiridos" o, para hablar con mayor precisión, la experiencia
de los padres, realmente pueden transmitirse a la descendencia. La
ocurrencia de una adaptación progresiva que es transmitida por efectos de
uso [o desuso] le había parecido tan natural a Darwin y a sus
contemporáneos que no pensaron que ninguna prueba de la realidad
fisiológica del fenómeno fuera necesaria. El problema de [Wallace]
Weismann reveló la insuficiencia absoluta de las pruebas en que se basaron
tales creencias. Eran, sin duda, observaciones asiladas que pueden ser
interpretadas como que favorables a la creencia en tales transmisiones, pero
este tipo de indicaciones escasas como son en realidad, se admite por
consenso general que son demasiado leves para servir en el intento de
comprender cómo surgieron mecanismos adaptativos de lo más complejos."
[W. Bateson, Mendel's Principles of Heredity, 1909, Cambridge University
Press, p. 5]
En su libro "Problemas En la Genética" (1913), Bateson escribió sobre la
estabilidad de las especies, siguiendo la tradición Mendeliana:
"Conforme se iniciaba la investigación sistemática de los hechos naturales
se encontró a la vez que las ideas aceptadas de variación estaban
infundadas. La variación fue vista entonces con mucha frecuencia como un
fenómeno definido y específico, que afecta a las diferentes formas de vida de
diferentes maneras, pero en toda su diversidad muestra indicios múltiples y,
a menudo evidentes de la regularidad. Esta observación no era novedosa en
esencia. Varios ejemplos de variación definida habían sido conocidos por
Darwin y otros, pero, muchos, sobre todo el propio Darwin en sus últimos
años, se habían dispuesto a despreciar la importancia de tales hechos. Ellos,
por consiguiente luego cayeron en descrédito general. Tras la consulta más
cuidadosa la abundancia de tales fenómenos resultó ser mucho mayor de lo
que se supone actualmente, y una discusión de su naturaleza llevó a la
prominencia de una consideración de mayor peso, a saber, que las
diferencias por las cuales estas variaciones discontinuas o definidas se
constituyen una y otra vez, se aproximan a, y son comparables con, la clase
de diferencias por la cual las especies se distinguen unas de otras..."
Aseguró que en la genética no había lugar para justificar la especulación
evolucionista sobre los orígenes históricos de la vida:
"Pocos de los que están familiarizados con los hechos que la investigación
genética ha revelado están inclinados a especular ahora en cuanto a la
manera en que el proceso [por el cual las especies han venido a existir] se
ha logrado. Nuestro conocimiento de la naturaleza y de las propiedades de
los seres vivos es demasiado escaso como para justificar cualquier intento. .
."
Y señaló la falta de pensamiento crítico de aquellos que tomaban a Darwin
como su guíainfalible, ignorando los problemas subyacentes de los
resultados experimentales:
"Soy bastante consciente de que algunos sistematistas consideran que todo
el problema está resuelto. Sostienen que Darwin hizo que la diversidad
específica no tuviera ninguna fundación fisiológica o casualidad fuera de la
adaptación, y que las especies son grupos no permanentes, cuyas
limitaciones se determinadas en última instancia por exigencia ambiental o
"aptitud...."
En la práctica, los que comparten estas opiniones están entre los
"dividendos," como podría esperarse, en lugar de entre los "divisores." En
su trabajo, sin duda, la teoría darwiniana se sigue en realidad como principio
rector; intergradaciones de todo tipo, que no son analizadas, son aceptadas
como si impugnaran la integridad de las especies; el problema fisiológico
subyacente se olvida, mientras que a los resultados casi no se les da valor
como contribución a la investigación biológica. Casi podría suponer que
esto no ayuda mucho en los avances de otras ramas de nuestra ciencia."
Un dato curioso es que en una ocasión, después de haber dado una
conferencia, Bateson describió brevemente cómo unos hombres religiosos
se acercaron a él haciendo una gran pregunta:
"Los hombres de la educación religiosa. me preguntaron después de la
conferencia si un hombre podría descender de los monos y si fuera así
¿cómo podría tenerse un alma inmortal?
Génesis [1:27] también dice: "Y creó Dios al hombre a su imagen," y ¿cómo
podríamos suponer que Dios fuera como un mono en apariencia?" [22, 12,
1916, William Bateson, F. R. S., Naturalist: His Essays & Addresses, Together
with a Short Account of His Life (1928), Beatrice (Durham) Bateson, p. 131]
Con esta anécdota, sin embargo, podemos, pues, reflexionar que está muy
claro que el "darwinismo teísta," como lo explica Stephen Meyer, no es más
que un oximorón que engloba dos ideas contrarias.