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Idea Central: El evangelio de Tomas: relación y diferencias con los evangelios sinópticos.
Portada.
Introducción – 1 hoja.
En 1897, dos investigadores británicos, Bernard P. Grenfell y Arthur S. Hunt, realizaron una
excavación en un antiguo vertedero de basura en el yacimiento de la ciudad
grecorromana de Oxirrinco en Egipto (la moderna el-Bahnasa) y descubrieron el mayor
alijo de antiguos papiros encontrado jamás en lugar alguno. La publicación de estos
papiros comenzó en 1897 y aún sigue su curso. El primero en publicarse, conocido como
P. Oxy. 1, consiste en una sola hoja de un códice de papiro datable en una fecha tan
temprana como el siglo II y tiene inscripciones en griego en ambas caras, que contenían lo
que Grenfell y Hunt calificaron de «Dichos de Nuestro Señor». Otro fragmento de papiro
con «nuevos dichos [adicionales] de Jesús» se publicó en 1904 junto con ocho pequeños
fragmentos de «un evangelio perdido». Los estudiosos repararon, como era de esperar, en
estos papiros, muy fragmentarios, y aparecieron incluidos en colecciones de escritos
«apócrifos» del Nuevo Testamento. Sin embargo y a pesar de la magnitud del
descubrimiento no genero gran expectativa.
Todo ello cambió en 1945, cuando unos granjeros egipcios estaban cavando en el desierto
en busca de nitratos fertilizantes a los pies de una enorme roca a unos diez kilómetros de
la moderna ciudad de Nag Hammadi. Desenterraron una gran jarra de arcilla que contenía
doce códices en papiro encuadernados en piel y parte de un decimotercero, todos ellos
escritos en copto, la forma más reciente de la antigua lengua de los faraones. Se trata de
un alfabeto griego modificado e incluye en su vocabulario numerosas palabras griegas.
Estos libros del siglo IV, que contienen cuarenta y seis tratados diferentes de diversa
extensión, la mayoría de ellos hasta entonces desconocidos, conforman lo que
actualmente se denomina la Biblioteca Nag Hammadi. La mayoría son escritos «gnósticos»
tenidos por heréticos por los antiguos padres de la Iglesia. La publicación de estos escritos
comenzó en los años cincuenta.
El segundo tratado del Códice II de Nag Hammadi consiste en una colección completa de
114 dichos atribuidos a Jesús, con el título «El Evangelio según Tomás». La publicación de
este evangelio en 1959 hizo posible que los estudiosos mostraran que los papiros de
Oxirrinco proceden de tres copias griegas diferentes del evangelio de Tomás, cuyo texto
completo se conserva ahora únicamente en la forma de la traducción copta perteneciente
a la colección Nag Hammadi. Este «evangelio perdido» ha suscitado una enorme atención,
no sólo por parte de los estudiosos, sino también del público en general, y se ha traducido
a varios idiomas en todo el mundo
Este “Evangelio de Sabiduría” está compuesto, según una división moderna, por 114 dichos,
sentencias o logia de Jesús dirigidas a Sus discípulos. Casi todos
los logiones o dichos comienzan con la frase «Dijo Jesús esto». En el propio texto se hace
referencia a que ha sido el Apóstol Dídimo Judas Tomás, uno de los Doce, quien escribió
«los dichos secretos de Jesús». La figura de Judas Tomás o Judas el Mellizo es de gran
relevancia en el cristianismo sirio oriental, considerándolo el “Hermano Gemelo”
de Jesús,[11] con la significación trascendente que ello encierra: Judas ha llegado a ser -por
medio de la Sabiduría o, mejor dijérase, de la Gnosis o “Conocimiento Salvador” - como Jesús,
o expresado al modo del Apóstol San Pablo, en Dídimo Judás Tomás “Cristo vive”.
¿Quién es su autor?
Los expertos no están seguros de quién escribió el Evangelio de Santo Tomás. Las primeras
líneas del texto se refieren a "dídimo Judas tomás" como el autor. La palabra griega
"dídimo" significa gemelo, y la palabra aramea "tomás" significa gemelo. Parece que el
nombre del autor era Judas, y su apodo era "el gemelo" (dicho en dos idiomas). Los
evangelios canónicos de la Sagrada Biblia mencionan a un hombre llamado Tomás, a quien
Juan llamó "dídimo tomás." Existen también varias personas llamadas Judas, mencionadas
en el Nuevo Testamento, aparte del conocido Judas Iscariote. No existe mención de un
Judas en el Nuevo Testamento que también fuera apodado Tomás, "el gemelo."
El Evangelio de Tomás se redactó en copto, al contrario que los evangelios canónicos, cuya
lengua original es el griego koiné. Aproximadamente la mitad de los dichos de Jesús se
asemejan a los que se encuentran en los evangelios canónicos, y se especula que el resto
del texto incluye dichos de la tradición gnóstica
El pasaje inicial nos dice algo del contenido de Tomás que, al contrario que otros
evangelios, está integrado únicamente por dichos de Jesús, en este sentido “El Evangelio
de Tomás” es muy distinto a los evangelios canónicos tanto literariamente como en su
estructura. A diferencia de los evangelios canónicos, el Evangelio de Tomás no es una
narración de la vida, ministerio y muerte de Jesús, sino que es una recopilación
de logia(dichos) atribuidos a Jesús, que a veces aparecen en el texto de forma autónoma,
mientras que otras veces se incluyen dentro de diálogos o parábolas. El Evangelio de
Tomás no hace referencia a la crucifixión de Jesús, ni a su resurrección, ni al juicio final, ni
tampoco se extrae de él una visión mesiánica de Jesús.
Entre las singularidades del “Evangelio según Tomás” se halla la constatación de que, aun
presentando los Dichos de Jesús en él reseñados numerosas similitudes y concordancias
con los Evangelios del Nuevo Testamento,[13] “posee fuentes propias”, es decir textos que no
se encuentran en los Evangelios Sinópticos (Marcos, Mateo y Lucas) ni en el Evangelio según
san Juan.[14] Por ello es que una buena parte de los estudiosos contempla la posibilidad
de que, esta colección de dichos del Señor se realizara, en sus primeros estadios, en griego
y tan pronto o muy poco después de la primera mitad del siglo I de nuestra era.
«Empero hablamos sabiduría de Dios entre perfectos; y sabiduría, no de este siglo, ni de los
príncipes de este siglo, que se deshacen: Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría
oculta,…» 1 Corintios, 2: 6 y 7.
Por ello es que podríamos decir que, en verdad, el “Evangelio según Tomás” es un
“Evangelio de la Sabiduría Oculta”, y está Oculta, pues los más, como expresa el logión 28,
«no ven» «pues están ciegos en su corazón».
Aspira pues, este Evangelio Gnóstico del Cristianismo Primitivo, a impulsar que sus lectores o
receptores alcancen a “hacerse con ojos para ver y oídos para oír”,[18] pues en este
Evangelio la búsqueda del Reino de Dios que presenta Jesús, comienza con el propio Ser:
El evangelio más que invitar a seguir la fe en Jesús, es hacerse como él (cristificarse) encarnarse:
Y más allá aún diríase que, este singular Texto de Sobria Espiritualidad del Cristianismo
Gnóstico Primitivo, alienta a encontrar el “tesoro escondido”, oculto, que es “el camino, y la
verdad, y la vida”, dentro de sí mismos, en nuestro Interior. Como señala la Profesora Nicola
Denzey Lewis [el texto entre corchetes es nuestro]:
«...el Jesús del Evangelio de Tomás parece sugerir que un lector que obtiene la gnosis
adecuada [las “Llaves de la Gnosis”] puede convertirse en realidad no en un cristiano sino en
un Cristo[Cristificarse]. En lugar de poner su fe [sólo] en Jesús, se alienta a los lectores a
buscar a su Cristo interior para encontrar la salvación.»
Según algunos autores, como Koester, este evangelio se basa en tradiciones anteriores a
las fechas en que se escribieron los evangelios canónicos. Otros autores señalan que
el Evangelio de Tomás sigue los mismos cambios verbales que Lucas utiliza sobre el texto
de Marcos (Logion 5 de Tomás; Lc 8,17; Mc 4,22). Esto sugiere que los evangelios de Lucas
y Tomás son tardíos o anteriores respecto a Marcos.
De la misma manera al ejercicio anterior presento una lista de las diferencias de algunos dichos del
evangelio de Tomas con los que aparecen en los evangelios sonópticos, con una breve puntuación
sobre la diferencia:
Conclusiones – 2 hojas.