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Gloria, Minotauro,
por el demérito de tus logros,
por perseguir tus pesadillas.
Según Vattimo, el valor representa la más importante urdimbre del edificio filosófico,
que una vez habiendo sido revisado –tarea llevada a cabo ya por Nietzsche y Heidegger–, no
posmodernidad son los nombres con los que se asocia a este ánimo por la catástrofe.
hasta disolver los valores supremos con los que había trabajado durante milenios, con algunos
cortes pero por lapsos prolongados. Esta red de conceptos, supremacía del pensamiento,
sobrevive siempre en la oscuridad hasta que alguien de cuenta de ellos, haga visibles su
Es en ese tenor que el nihilismo surge como una postura natural. Va más allá de la
hermenéutica, pone en tela de juicio los principios de unidad y coherencia del pensamiento
–aún aquellos de carácter negativo–, hace tambalear nuestro saber en torno a los procesos
ordinarios –es todo lo que sabemos. El vacío del que tanto aplauden al nihilismo, es más bien
una postura ideológica, ni tampoco una doctrina literaria; es una reforma paradigmática con
respecto a nuestra condición como seres humanos. Esto quiere decir que del nihilismo
metafísico, y es aún más común quienes rechazan el orden de lo moral por considerarlo
exclusivo del discurso de la filosofía primera. No obstante, la pasión, este pathos o carácter
del hombre –nuevo hombre– del nihilismo, es la muestra de una fortaleza aún más sólida e
infranqueable, que aquella, que hasta antes de él había mantenido unido al espíritu humano
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(ahora completamente deshecho)1. “Creo que nuestra posición frente al nihilismo (lo cual
significa nuestra colocación frente al proceso del nihilismo) se puede definir recurriendo a
una expresión que aparece a menudo en los textos de Nietzsche, la expresión “nihilismo
(única) chance.”3
nuestra llamada condición. Pero no se confunda esto con una imagen pasiva e infértil.
decir, la terquedad de contrariar sin más. De hecho, la manera primordial con que el nihilismo
pone en crisis al concepto de nuestra condición es negando que tenga que ser como una u
otra doctrina, idea o teoría han dicho que debe ser. Hace visible el carácter discursivo del
éxitos comienzan a superar a otros. El nihilismo es encontrar a la mujer debajo del sombrero.
1
Todo pensamiento metafísico es un discurso y como tal debe ser interpretado. En tanto que discurso, es
posible abordarlo de manera genealógica, buscar las condiciones de su origen y separarle con precisión de
otros tipos de discursos con los que se le asocia, como la doctrina, la dictadura y la religión, del mismo modo
como la haríamos con la epistemología y el pensamiento filosófico.
2
Ibid. P.23
3
Ibid. P. 23
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el destino de la humanidad.
Apunta Nietzsche su primordial interés por hacer andar al ser humano hacia un nuevo
nombre, distante de aquella condición en la que confió ciegamente y la que ahora es piel
verdad y su pathos no son más que una ilusión provocada por esta confianza, y por el
prolongado tiempo en que permitimos que esta relación, vacía, determinara el rumbo y papel
de nuestro porvenir.
demonios), teóricos (ser, intelectus agens, cogito), estéticos (éxtasis, poesía), etc–, aún lo
4
Rodríguez, Silvio, Mujer sin Sombrero, en “Exposición de Mujer con Sombrero”, 1970.
5
Ibidem.
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adentrarse, justamente, en las aguas de esta ilusión. De ese modo ha sido posible la
transmutación de los fines, las rupturas y revoluciones que han dado lugar a cada uno de los
Tener la existencia en menor estima cada vez, recuperar las aspiraciones socráticas,
la ironía, hacer brotar, desde las entrañas, una risotada solemne ante la historia y el
pensamiento.
catástrofe transformadora.
6
Nietzsche, Friederich. “Cinco Prólogos para Cinco Libros No Escritos”. Ed. Arena Libros, Madrid, 2010. P. 18
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Sin embargo, pienso, Nietzsche es lejano al encomio del suicidio espiritual. Hay en
de Esopo.
Antes de morir, Sócrates anuncia el fin del ser filósofo, su thelos: la muerte.
grandilocuencia del verdadero filósofo. En general, decía, si es verdad que buscamos las
cosas como tal y que en esta condición estamos imposibilitados, debemos dejar toda forma
Heidegger.
la muerte, sino con respecto a la vida. El aniquilamiento de esta forma existente es también
el andamiaje hacia la vida plena. ¿Por qué otra razón agradaría al hombre estar muerto?
No es éste, por tanto, el inicio de una nueva época o de nuevas contexturas culturales,
precisa, de aquello que ha movido a la humanidad. Estamos en las postrimerías del idealismo.
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La dialéctica idealista, sobre todo la de Hegel, llevaba in situ la semilla del nihilismo.
La única crítica que desde Nietzsche me atrevo a hacer al texto de Vattimo, es que el
nihilismo, según Nietzsche, no es nada nuevo para la cultura, si bien es novedoso señalarlo
Y con todo, despiertan siempre de nuevo unos cuantos que, con la vista puesta en esa
grandeza, se sienten tan llenos de dicha que la vida humana se les aparece como una cosa magnifica y
les aparece obligado que el más bello fruto de esta amarga planta sea saber que una vez huno uno que
altivo y estoico paso por esta existencia, que otro lo hizo cavilosamente, y que un tercero con
compasión, pero todos dejando como legado una sola enseñanza: que vive la existencia de la más bella
de las manera aquel que la tiene a poco.7
como aquellos que le dan ordenamiento a las cosas, por valores de cambio, aquellos
Difiero.
ostentar el nombre de posmodernos. Muy pocos han consumado el nihilismo, que es nuestro
destino y deber-ser-nada.
No nos engañemos.
catástrofe.
7
Ibid. P. 15
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