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MANUAL PARA TÉCNICOS DE BASE

EN

AERÓBIC Y FITNESS

IGNACIO CARRASCO
CAPÍTULO 2

FISIOLOGÍA HUMANA
Y
DEL EJERCICIO
CAPÍTULO 2. FISIOLOGÍA HUMANA Y DEL EJERCICIO

2.1. Órganos y Sistemas del Cuerpo Humano


2.1.1. Sistema Nervioso
2.1.1.1. Estructura y Funcionamiento
2.1.1.2. Beneficios del Ejercicio en el Sistema Nervioso
2.1.2. Aparato Circulatorio
2.1.2.1. Estructura y Funcionamiento
2.1.2.2. Beneficios del Ejercicio en el Aparato Circulatorio
2.1.2.3. Conceptos Importantes
2.1.3. Aparato Respiratorio
2.1.3.1. Estructura y Funcionamiento
2.1.3.2. Beneficios del Ejercicio en el Aparato Respiratorio
2.1.3.3. Conceptos Importantes
2.1.3.4. La Importancia de la Respiración
2.1.4. Sistema Musculoesquelético
2.1.4.1. Estructura y funcionamiento
2.1.4.2. Beneficios del Ejercicio en el Aparato Musculoesquelético
2.1.4.3. Conceptos Importantes
2.2. El Metabolismo
2.3. Fuentes de Energía
2.3.1. Moléculas Energéticas
2.4. Sistemas Productores de Energía
2.4.1. Sistema de los Fosfágenos
2.4.3. Sistema Aeróbico
2.4.2. Sistema Anaeróbico Láctico
2.5. La Termorregulación
2.5.1. Mecanismos que Producen Calor
2.5.2. Mecanismos que Eliminan Calor
2.5.3. Mecanismos Termorreguladores
2.5.4. La Hidratación
2.6. Test de Autoevaluación
CAPÍTULO 2. FISIOLOGÍA HUMANA Y DEL EJERCICIO

Al hablar de fisiología nos estamos refiriendo a la ciencia que estudia el


funcionamiento de los seres vivos.
En este capítulo vamos a echar un vistazo a dicho mecanismo a través
del estudio de los diferentes sistemas corporales, poniéndolos en función de la
actividad física, comprobando así la importancia de mantenerlos sanos y
mejorar su rendimiento en lo que nos sea posible.

2.1. ÓRGANOS Y SISTEMAS DEL CUERPO HUMANO


2.1.1. Sistema Nervioso
El sistema nervioso es el responsable de coordinar todas las funciones
de los distintos órganos y sistemas corporales. Está presente en todas y cada
una de nuestras acciones y además, nos posibilita la relación con el medio que
nos rodea, es decir, recibe e interpreta los mensajes y estímulos del exterior.

2.1.1.1. Estructura y Funcionamiento

La célula básica del tejido nervioso es la neurona, cuya misión es


conducir las señales o impulsos nerviosos por todo nuestro organismo.
Como puedes observar en el dibujo, los impulsos nerviosos llegan en
forma de corriente eléctrica (flechas de color rojo) a través de las dendritas
hasta el cuerpo de la neurona y salen hacia otras neuronas o hacia el órgano
diana, donde quiere hacer efecto, por esa parte más alargada de ella
denominada axón.
El punto de contacto existente entre una célula nerviosa y otra se llama
sinapsis. A través de la sinapsis el impulso nervioso va pasando de una a otra
hasta llegar al órgano receptor donde producirá la acción deseada.
El sistema nervioso del ser humano está dividido en lo que
denominamos Sistema Nervioso Central compuesto por el encéfalo
(cerebro, cerebelo y bulbo raquídeo), y la médula espinal y el llamado
Sistema Nervioso Periférico compuesto por una gran red de nervios que se
distribuyen por todo nuestro organismo.
A su vez, se caracteriza por la capacidad de permitirnos tomar el control
para que almacenemos información en nuestra memoria, generemos
pensamientos y emociones y coordinemos nuestros movimientos a voluntad
(Sistema Nervioso Voluntario) o bien, trabajar de forma independiente o
autónoma regulando las funciones de los órganos internos sin que ni siquiera
nos demos cuenta de ello (Sistema Nervioso Involuntario o Vegetativo),
como la respiración, el latido cardiaco, oído, gusto, olfato, etc.

Veamos ahora brevemente de qué modo actúan los nervios para


provocar la contracción muscular.
Todos los músculos esqueléticos están controlados por fibras nerviosas
que se originan en la médula espinal y llegan hasta ellos. La parte final de cada
fibra nerviosa se ramifica y cada una de estas ramas se conecta con una fibra
muscular. La unión entre la terminación nerviosa y la fibra muscular de
denomina Unidad Motora.
El proceso de contracción muscular se inicia en el sistema nervioso
central, que envía una señal en forma de estímulo eléctrico que viaja hasta la
unidad motora. En función de si dicha unidad motora está inervando pocas o
muchas fibras musculares, los movimientos producidos serán finos y precisos o
menos coordinativos pero de mayor fuerza y amplitud respectivamente.
2.1.1.2. Beneficios del Ejercicio en el Sistema Nervioso
A continuación te detallamos una serie de efectos beneficiosos que el
ejercicio provoca sobre nuestro sistema nervioso y que una vez más justifican
la importancia de su práctica:

• Mayor velocidad del Sistema Nervioso Central para recibir una


percepción, transformarla en orden motora y conducirla a los músculos.
• Disminución del estrés y aumento de la sensación de bienestar por la
intervención de los neurotransmisores.
• Activación de unidades motoras poco estimuladas con entrenamientos
de fuerza donde se implican muchas fibras musculares.
• Mejora trastornos depresivos.
• Estados psicológicos en general mejorados por el refuerzo social y la
mejor percepción de uno mismo entre los practicantes de la actividad
física.
• El ejercicio proporciona distracción y diversión que evitan en gran
medida los pensamientos perniciosos y mejoran los hábitos de
conductas saludables.

2.1.2. Aparato Circulatorio

El aparato circulatorio es el encargado de hacer llegar a todas las células


del organismo los nutrientes y el oxígeno necesario para su buen
funcionamiento. A su vez, facilita la eliminación de los desechos que podrían
ser prejudiciales para ellas

2.1.2.1. Estructura y Funcionamiento

El aparato circulatorio está compuesto por dos sistemas: Por un lado el


Sistema Cardiovascular, con el corazón como órgano principal y los vasos
sanguíneos (arterias, venas y capilares) por cuyo interior circula la sangre.
Por otro lado encontramos el Sistema Linfático compuesto por ganglios
y vasos linfáticos en los que se recoge y transporta el líquido acumulado en los
tejidos y es llevado hasta el torrente sanguíneo.
El corazón se sitúa en el tórax
entre los dos pulmones y es el
encargado de propulsar la sangre para
que ésta circule correctamente por en
interior de los vasos sanguíneos. Esto
es posible gracias a los movimientos
de contracción o sístole y de
relajación o diástole. Dichos
movimientos se complementan, así
cuando las aurículas están contraídas
(sístole auricular) los ventrículos están
relajados (diástole ventricular) y
viceversa. El conjunto de estos dos
movimientos constituye el latido
cardiaco.
La sangre es impulsada por el corazón hacia todo el cuerpo con el fin de
que llegue oxígeno y elementos nutrientes hasta la zona más recóndita y a su
vez, recoge las sustancias de desecho (lípidos digeridos, toxinas, etc.), muchas
de ellas aportadas por los capilares linfáticos que, como ya hemos dicho,
conectan con el torrente sanguíneo. Este proceso es conocido como
Circulación Mayor.
La sangre vuelve al
corazón por las venas y es
enviada a los pulmones
para purificarse y
recomenzar el ciclo. A este
otro proceso se le conoce
como Circulación Menor.

En el corazón del deportista entrenado se pueden observar diferencias


respecto al de alguien que no lo es. El tamaño y el peso estarán aumentados
debido a la adaptación al esfuerzo y las pulsaciones en reposo serán inferiores
a la media.
2.1.2.2. Beneficios del Ejercicio en el Aparato Circulatorio
• Mejor oxigenación de los tejidos y aporte de nutrientes por aumento de
la capilarización.
• Mejor distribución de la sangre en el músculo.
• Disminución de la tensión arterial.
• Prevención de enfermedades cardiovasculares (ateroesclerosis por
colesterol aumentado, arteriosclerosis, etc.).
• Mejor eliminación de toxinas por activación del sistema linfático.

2.1.2.3. Conceptos Importantes

Una vez vistos tanto la estructura como el funcionamiento del aparato


circulatorio, podemos entender con mayor facilidad una serie de conceptos que
nos serán muy útiles a la hora de hacer ejercicio:

• Frecuencia Cardíaca: es el número de veces que el corazón late en un


minuto.
• Frecuencia Cardíaca en Reposo: es la que tenemos recién levantados;
debe tomarse varias veces en diferentes días y hacer la media. Una
alteración en ella puede indicar enfermedad, descanso inadecuado,
sobreentrenamiento, etc.
• Frecuencia Cardíaca Máxima: se la define como 220 – edad del sujeto.
Esto es así porque 220 es más o menos la frecuencia cardíaca de un
recién nacido y ésta va disminuyendo con la edad.
• Presión Arterial: es la fuerza que ejerce la sangre sobre la pared de los
vasos sanguíneos. Después de una contracción cardíaca (sístole) la
presión se incrementa y se llama presión sistólica, disminuyendo ésta en
la relajación (diástole) denominándose entonces presión diastólica. En
lenguaje coloquial es lo que conocemos al tomarnos la tensión como la
máxima y la mínima.
• Gasto Cardíaco: es la cantidad de sangre que sale del corazón por
minuto. Éste depende de la capacidad del corazón para impulsar sangre
en una sístole (volumen sistólico) y de la cantidad de veces que lo hace
en un minuto (frecuencia cardíaca).

Fórmula Æ GC = Volumen sistólico x Frecuencia cardíaca

2.1.3. Aparato Respiratorio

El oxígeno es imprescindible para la vida del ser humano. No nos basta


con alimentarnos, una vez digeridos los alimentos tienen que ser utilizados al
llegar a la célula, para lo cual, deben combinarse con el oxígeno (oxidación) y
liberar así energía, que será empleada por el organismo para realizar sus
funciones vitales.
Dichas oxidaciones conforman la esencia de la función respiratoria,
donde el aparato respiratorio es el encargado de captar el oxígeno necesario y
expulsar el dióxido de carbono resultante de este proceso.
2.1.3.1. Estructura y Funcionamiento

El aparato respiratorio está constituido por una serie de conductos


llamados vías aéreas o respiratorias y dos órganos esponjosos de color
rosado llamados pulmones, envueltos por una doble membrana, la pleura.
Las encargadas de conducir el aire desde el exterior a los pulmones son
las vías aéreas, que se clasifican de la siguiente manera:
Vías Altas o Superiores si hablamos de: las fosas nasales (calientan
y humedecen el aire), la faringe (espacio común entre el aparato respiratorio y
el digestivo), la laringe (considerada el órgano de la expresión hablada por
contener a las cuerdas vocales) y la tráquea (conducto rígido cuya primera
porción se encuentra a continuación de la laringe y su parte final se divide en
dos dando lugar a los bronquios).

Como se aprecia en el dibujo, el cuerpo evita de forma muy hábil que el


alimento pueda pasar a los pulmones, colocando una especie de tapadera
llamada epiglotis sobre la tráquea. Así queda cerrada mientras el alimento cae
por el esófago directo al estómago. Este mecanismo se activa
automáticamente por el reflejo de la deglución, que se produce al tragar el
alimento.
Vías Bajas o inferiores cuando nos referimos a: los bronquios (dos
ramas que nacen de la tráquea y penetran en los pulmones), y a las vías
pulmonares, que son los bronquiolos (ramificaciones más pequeñas de los
bronquios) y los alvéolos (estructuras en forma de saco donde se produce el
intercambio gaseoso entre los pulmones y la sangre).

Los pulmones son elásticos por lo que en función de los movimientos


respiratorios se encontrarán distendidos (durante la inspiración) o retornando
a su volumen normal (durante la espiración).
Más adelante en este capítulo veremos la importancia de controlar y
trabajar los movimientos respiratorios para conseguir una oxigenación eficaz,
ya que de ello dependerá, que puedas generar la energía necesaria para
mantener el nivel de esfuerzo exigido en el entrenamiento.
2.1.3.2. Beneficios del Ejercicio en el Aparato Respiratorio

La práctica del ejercicio aportará sin duda mejoras a nuestro aparato


respiratorio, como viene ocurriendo con el resto, veamos unas cuantas:

• Pulmones más potentes y voluminosos, lo cual nos permitirá mantener


una respiración de mejor calidad y una mayor capacidad pulmonar.
• Habrá más alvéolos pulmonares en funcionamiento, lo que nos dará un
intercambio gaseoso más efectivo.
• Mejor difusión de oxígeno y dióxido de carbono a través de la membrana
alvéolo-capilar, favoreciendo así la retirada de productos de desecho.

2.1.3.3. Conceptos Importantes

• Frecuencia Respiratoria: es el número de veces que se efectúan los


movimientos respiratorios en un minuto.
• Ventilación Pulmonar: es el aire que pasa por los pulmones hacia el
interior y hacia el exterior de ellos con cada respiración.
• Capacidad inspiratoria: es la cantidad de aire que un individuo puede
hacer entrar en sus pulmones en el movimiento de inspiración.

2.1.3.4. La importancia de la Respiración

Los ejercicios aeróbicos son sin duda una elección adecuada para
mejorar nuestra forma física. Su finalidad es aumentar nuestra capacidad para
absorber y utilizar el oxígeno, que como ya hemos dicho anteriormente es
fundamental para poder convertir en energía los nutrientes.
El sistema respiratorio está ligado al circulatorio en gran medida, ya que
una demanda de oxígeno elevada por parte de nuestros músculos al hacer
ejercicio, obliga al corazón a aumentar su frecuencia cardíaca, consiguiendo
que el transporte de este combustible, por parte de la sangre, sea más rápido y
eficaz.
Si se desea alcanzar una buena capacidad aeróbica, es imprescindible
tener unos pulmones sanos y un corazón fuerte que nos permitan realizar con
eficacia el esfuerzo que el ejercicio exige. Nuestros músculos consumirán y
demandarán más oxígeno, y que lo consigan, dependerá de una buena
capacidad respiratoria y de los hábitos correctos en la respiración.
Podemos distinguir dos tipos de respiración, la abdominal u horizontal y
la torácica o vertical. En la respiración abdominal expandimos el abdomen
haciendo llegar hasta él el aire procedente de la fase de inspiración, subiendo
lentamente hasta llenar del todo el tórax, para luego expulsarlo de la misma
manera, primero contraemos el abdomen, luego sacamos el aire del pecho
para terminar contrayendo de nuevo el abdomen. Esta respiración horizontal
ayudará a mantener cierto grado beneficioso de flexibilidad a nivel de las
vértebras lumbares y los músculos de los hombros y la espalda permanecerán
relajados, liberando así a la columna de tensiones musculares.
Otro modo de respirar en contraposición con el que acabamos de ver es
la respiración torácica. Aquí implicaremos el pecho expandiéndolo y los
hombros elevándolos, lo cual no resulta muy beneficioso para nuestro cuerpo
porque provoca rigidez y tensión muscular a nivel de la columna, perdiendo así
flexibilidad y parte de su movilidad.
Dicho esto no estaría mal que siguieras los siguientes consejos.

• Procura mantener las vías respiratorias libres siempre y sobre todo


durante el ejercicio.
• Respira preferiblemente por la nariz para conseguir un aire más puro,
tibio y húmedo.
• Haz inspiraciones largas y profundas, rompe el hábito de las
respiraciones superficiales e irregulares.
• Una respiración que se mueva entre las 14 y 16 veces por minuto
estaría dentro de lo que consideramos desde el punto de vista de la
salud, el camino hacia la erradicación de problemas emocionales,
estrés, ansiedad, etc.

Es curioso comprobar cómo en los primeros minutos del ejercicio, sobre


todo si es intenso, se produce frecuentemente una sensación de malestar
caracterizada por la falta de aliento y sensación de que nuestro entrenamiento
es extremadamente difícil.
Posteriormente el malestar desaparece, afirmándose entonces que el
individuo está en el “segundo aliento”. Se cree que es un reflejo causado por la
transición del reposo a la actividad donde el transporte de oxígeno al principio
es inadecuado y va mejorando poco a poco a medida que aumentamos nuestro
gasto cardíaco y se van dilatando los vasos sanguíneos con la actividad.
Dicho esto, y siempre que no se identifiquen signos evidentes de alarma,
no desfallezcáis a priori ante el entrenamiento y no dejéis que vuestros
alumnos lo hagan, explicadles este proceso adaptativo y animadlos en su
continuidad con la actividad.

2.1.4. Sistema Musculoesquelético

Como hemos visto ampliamente en el capítulo uno del manual dedicado


a la anatomía del cuerpo humano, la acción conjunta de nuestras principales
estructuras anatómicas (huesos, músculos y articulaciones) propicia el
movimiento. Estas estructuras tienen como motor a los músculos, por lo que
podemos afirmar que cualquier movimiento del cuerpo, involucra al sistema
musculoesquelético.

2.1.4.1. Estructura y Funcionamiento

Desde el punto de vista funcional el cuerpo tiene tres tipos de músculos:


el músculo cardíaco, el liso y el estriado o esquelético. Este último, por su
capacidad de contraerse, es el órgano activo del movimiento y en el que nos
vamos a centrar en este apartado.
Como se ha visto en el capítulo anterior, cada músculo estriado está
compuesto por decenas de millares de fibras musculares paralelas que se
extienden por toda la longitud del músculo. A su vez, cada fibra muscular
contiene varios cientos de miles de miofibrillas paralelas compuestas por
filamentos de actina y miosina, que no son otra cosa que cadenas de
proteínas con esa forma alargada.
La distribución alterna de estas miofibrillas, unas más gruesas (miosina)
y las otras más finas (actina) es la causa de que veamos el músculo con ese
aspecto estriado.
Los extremos de estos filamentos están en contacto y al deslizarse los
de actina sobre los de miosina, provocan la contracción muscular.

¿Sencillo verdad? En el apartado conceptos importantes veremos


algunos cuyas definiciones te ayudarán a entender mejor todo lo que hemos
dicho sobre el músculo esquelético.

2.1.4.2. Beneficios del Ejercicio en el Sistema Musculoesquelético

Entre los muchos beneficios que hacer ejercicio aporta al sistema


musculoesquelético destacamos los siguientes:

• El músculo adquiere la capacidad de utilizar mejor los sustratos


energéticos, es decir, sus fuentes de energía y a su vez elimina mucho
mejor los productos de desecho que se generan durante su esfuerzo.
• Mejora la recuperación postejercicio, si dejas de entrenar por una
temporada lo notarás en cuanto reanudes la actividad física.
• Disminuye la predisposición a sufrir lesiones ¿por qué?:
o Aumenta la resistencia de los ligamentos, reforzándose así las
articulaciones.
o Aumenta la resistencia de los tendones
o Aumenta la masa y la resistencia ósea debido a la estimulación
constante que sufren los huesos frente a la tracción de los
músculos durante el ejercicio.
• Aumenta el tono muscular mejorando la funcionalidad del músculo y por
tanto, la calidad de vida a la hora de enfrentarnos a actividades
cotidianas.

2.1.4.3. Conceptos Importantes

• Tono Muscular: aunque los músculos no estén sometidos a estímulos,


mantienen siempre un cierto grado de tensión que nos permite mantener
la postura. A ese efecto de origen reflejo es a lo que llamamos tono
muscular.
• Elasticidad Muscular: es la propiedad que poseen los músculos de
recuperar su posición y tamaño inicial después de haber sido sometidos
a una fuerza.
• Músculo Agonista: llamamos así al músculo principal (“protagonista”)
que realiza un movimiento en cuestión. Por ejemplo, en la flexión de
codo, el agonista sería el bíceps braquial.
• Músculo Antagonista: llamamos así al músculo cuya contracción
produciría el movimiento articular contrario al que está ejecutando el
agonista. El antagonista del bíceps braquial mientras hace la flexión de
codo sería el tríceps braquial, ya que si éste se contrajera provocaría el
movimiento contrario, es decir, la extensión de codo.
• Contracción Muscular: es un cambio en la forma del músculo debido,
como ya se ha explicado, al deslizamiento de los filamentos de actina
sobre los de miosina, lo que provoca un cambio en el grosor del mismo.
La contracción muscular suele ir asociada a la imagen mental de
acortamiento y ganancia de grosor del músculo (a todos se nos viene a
la cabeza el forzudo sacando bíceps y diciendo “¡¡toca, toca!!”), sin
embargo esto no siempre es así. Dependiendo del comportamiento de
las miofibrillas existen diferentes tipos de contracción. Nosotros veremos
estas tres:
o Contracción Concéntrica: cuando el deslizamiento de las
miofibrillas produce acortamiento y engrosamiento del músculo.
o Contracción Excéntrica: cuando el deslizamiento de las
miofibrillas producen un alargamiento del músculo con tensión en
el mismo, evitando así que se produzca un movimiento
descontrolado o balístico.
o Contracción Isométrica: se produce cuando la resistencia que
queremos mover es mucho mayor que la fuerza que podemos
ejercer y no se produce variación alguna en el músculo. un buen
ejemplo ilustrativo sería intentar mover una pared, existe tensión
en las fibras, por tanto contracción, pero no conseguimos
desplazar el muro ni un milímetro.
• Fatiga Muscular: este estado se alcanza cuando se produce una
contracción prolongada y potente sobre la musculatura.

Como ves, hemos aprendido muchas cosas sobre algunos órganos y


nuestros sistemas y aparatos corporales. Antes de continuar te recomendamos
que vuelvas a hacer un recorrido por ellos, repasando con especial interés los
apartados de beneficios del ejercicio y conceptos importantes.
2.2 EL METABOLISMO
Ya nos ha quedado claro en los puntos anteriores de este capítulo, que
el músculo puede ser considerado como una máquina compleja y, como tal, su
capacidad para ponerse en marcha y funcionar dependerá de que haya
disponible una fuente de energía. Esto mismo puede aplicarse, no sólo al
movimiento. El organismo necesita energía de forma continua, incluso en los
momentos de reposo.
Si examinas cualquier producto que tengas en la nevera podrás ver un
mensaje parecido a este que te mostramos a continuación:

Contenido en 100 grs. de producto:

- Energía: 55 Kcal.
- Proteínas: 3,30 grs.
- Hidratos de Carbono: 5,20 grs.
- Grasas: 2,15 grs.

Todos los alimentos que


ingerimos tienen una parte que se
puede metabolizar (digerir) y una
parte de desecho, no por ello
menos útil, para muestra la fibra,
de inclusión obligatoria en la “dieta
saludable” por su efecto regulador
a nivel intestinal.

La parte aprovechable está constituida por sustancias que podemos


clasificar en dos grandes grupos:

• Sustancias no energéticas: imprescindibles para la vida pero que no


aportan energía en su degradación. Son las vitaminas, los minerales y el
agua.
• Sustancias energéticas: entre otras cosas, proporcionan la energía
que precisa el organismo para realizar sus funciones. Se clasifican en
tres grandes grupos: Glúcidos (azúcares), Lípidos (grasas) y Prótidos
(proteínas), conocidos como Principios Inmediatos.

Centrémonos en las sustancias energéticas para poder hablar de los


sistemas de producción de energía. Nuestro organismo transforma a través del
metabolismo, los glúcidos, las grasas y las proteínas captadas de los alimentos
en sustancias que podamos aprovechar para hacer frente a las necesidades
corporales.
El metabolismo es un proceso de destrucción (catabolismo) de ciertas
sustancias, para elaborar (anabolismo) posteriormente otras distintas.
El Catabolismo es un proceso en el que las sustancias complejas que
ingerimos se transforman en otras más sencillas (ácido láctico, amoníaco, urea,
etc.), desprendiéndose de ello energía química que el organismo usará como
combustible.
En cambio, el Anabolismo es un proceso constructivo que utiliza las
sustancias simples y la energía creadas durante el catabolismo, para formar
componentes celulares de nuestro cuerpo.
Por tanto podemos deducir que la formación y el mantenimiento de
nuestro organismo es posible gracias a los alimentos que ingerimos, de ahí lo
de “somos lo que comemos”.
Siempre estamos degradando sustancias y creando estructuras, es
decir, catabolismo y anabolismo se dan simultáneamente, la vida en sí es un
proceso continuo de renovación.

2.3. FUENTES DE ENERGÍA


La demanda permanente de energía que nuestro cuerpo tiene, ha
provocado que éste se guarde un as en la manga y haya creado una serie de
almacenes donde envía aquellos productos que no necesita de forma
inmediata. Así siempre tendrá a su disposición las sustancias que precise.
En la naturaleza hay multitud de sustancias, casi todas formadas a partir
de otras más elementales. Las sustancias más simples, que no son mezcla de
otras, reciben el nombre de elementos químicos y son conocidas por todos ¿a
que sí? (Oxígeno, Carbono, Hidrógeno, Fósforo…). La unión de dos o más
sustancias simples o elementos forman una sustancia compuesta, que tendrá
unas propiedades especiales y únicas.
A la parte más pequeña en que se puede dividir una sustancia sin que
pierda esas propiedades o características que son sus señas de identidad, se
le llama molécula. Veámoslo con dos ejemplos:

• El agua es una molécula formada por dos


elementos químicos, hidrógeno y
oxígeno, concretamente dos partes de
hidrógeno y una de oxígeno 2:1, de ahí
que la escribamos así, H2 O.

• La sal común también es otra molécula


formada por dos elementos químicos
cloro y sodio, solo que esta vez en proporciones iguales 1:1, así que la
escribimos así, Na Cl.
En los dibujos puedes ver una representación de las moléculas de estas
dos sustancias. Si partiésemos cualquiera de estas moléculas se perderían las
proporciones de los elementos que las forman y sus propiedades como
moléculas, es decir, dejarían de ser agua y sal común para convertirse en
elementos químicos aislados.

2.3.1. Moléculas Energéticas

Algunas moléculas tienen la particularidad de funcionar como depósitos


temporales de energía, que se libera cuando éstas se rompen para dar
moléculas más pequeñas. En pocas palabras: la ruptura de una molécula
energética origina otras moléculas NO energéticas y en el proceso se
libera ENERGÍA.
En los dibujos del apartado anterior veíamos representada la molécula
de forma tridimensional, regordeta en forma de esferas. Si la tuviésemos que
dibujar en plano, pondríamos la letra de los elementos que la forman enlazadas
o unidas por un guión, por ejemplo:

AGUA (H2 O): H ~ O ~ H

SAL COMÚN (Na Cl): Na ~ Cl

Pues bien, dicho esto, estamos listos para conocer dos sustancias muy
importantes desde el punto de vista de la obtención de energía, que se
almacenan en nuestras células musculares: el ATP y la Fosfocreatina, esta
última la veremos más adelante.
El ATP es una sustancia que resulta del metabolismo de los principios
inmediatos, es decir, glúcidos, lípidos y proteínas, se almacena en el músculo y
al romperse libera energía. Esta energía es la que utilizan nuestras células para
sus funciones. Pero ¿por qué ese nombre?, muy sencillo, fíjate y verás:

A de Adenosín (que es una molécula base de nuestro organismo)


T de Tres (sí, sí, el número tres)
P de Fósforo (cada elemento químico se representa con una o dos letras:
Carbono: C, Cloro: Cl, Sodio: Na, pues el fósforo se representa con la letra P).

Sabiendo esto, al igual que hacíamos antes con el agua y la sal, también
podemos representar esta molécula sobre el plano de la siguiente manera:

Adenosín ~ P ~ P ~ P

Los enlaces entre los Fósforos (~) son energéticos, de forma que
cuando la molécula de ATP se rompe por uno de ellos, se libera Energía :

Adenosín ~ P ~ P ~ P Æ Adenosín ~ P ~ P P
E

De este modo, podemos considerar la molécula de ATP como nuestra


“moneda energética”, que gastaremos cuando necesitemos energía en
función de nuestras necesidades.
A ver, recapitulemos. Hasta ahora ya sabemos cómo obtener energía
a partir de una molécula energética llamada ATP, que nuestro organismo es
capaz de crear metabolizando los principios inmediatos (glúcidos, lípidos y
proteínas) encontrados en los alimentos que ingerimos.
Podemos concretar entonces que ante una demanda de energía, como
puede ser una contracción muscular, nuestras células se ponen en marcha y
procesan (metabolizan) los alimentos, consiguen crear una molécula de alta
energía química llamada ATP, de la que se puede extraer dicha energía y
transformarla en energía mecánica para que se produzca el movimiento
deseado.

DEMANDA DE ENERGÍA (Contracción muscular)



INGERIMOS ALIMENTOS

METABOLIZAMOS LOS ALIMENTOS A PRINCIPIOS INMEDIATOS
(Glúcidos, lípidos y proteínas)

FORMACIÓN DE MOLÉCULAS ENERGÉTICAS DE ATP

RUPTURA DE LOS ENLACES DE LAS MOLÉCULAS DE ATP

ENERGÍA

Dicho y hecho, no ha sido tan difícil de entender ¿verdad? Vuelve a


repasar este apartado antes de continuar con el tema.

2.4. Sistemas Productores de Energía

Si repasamos brevemente algunos conceptos ya mencionados,


podemos afirmar que nuestros músculos esqueléticos satisfacen sus
necesidades energéticas durante el ejercicio, metabolizando sustancias de
reserva que tenemos en el organismo, o los nutrientes de la ingesta diaria.
Los alimentos contienen principios inmediatos (glúcidos, lípidos y
proteínas) que la célula no sabe utilizar directamente, por lo que inicia una serie
de reacciones metabólicas para conseguir un compuesto de alta energía
llamado ATP y poder así transformar esa energía química en mecánica para
moverse. Esto ya lo hemos entendido sobradamente, pero como se ha dicho al
inicio de este punto, estamos repasando.
Pues bien, los sistemas encargados de producir ATP a partir de la
energía química almacenada en los alimentos, son los denominados sistemas
energéticos o sistemas productores de energía.
El objetivo de cualquiera de los sistemas productores de energía que
posee el cuerpo humano es generar ATP, y se activan dependiendo de la
duración e intensidad del ejercicio. Además, nunca funcionan por separado
sino que predomina uno sobre otro.
Podemos decir que los Glúcidos y las Grasas son los principios
inmediatos que toman mayor protagonismo en el suministro de energía,
aunque las proteínas también pueden ser utilizadas en algunos tipos de
ejercicio

2.4.1. Sistema de los Fosfágenos

Este sistema proporciona la energía necesaria para la contracción


muscular al inicio del ejercicio y durante ejercicios de muy alta intensidad y
corta duración, como levantamiento de peso, salto, carrera de 100 m lisos, etc.
Como ya hemos visto en el punto anterior, la cantidad de ATP
almacenado en las células musculares es tan pequeña, que sólo permite la
realización de un trabajo determinado durante pocos segundos. Por esto, el
ATP debe ser reciclado constantemente en las células.
En el apartado anterior de este capítulo te hemos hablado de otra
sustancia o molécula energética de nuestro organismo, la Fosfocreatina.
¿Qué pasa con ella?, ¿Los elementos químicos que la componen son los
mismos que los del ATP?, ¿Actúa de la misma forma? No te impacientes, todo
a su tiempo.
Si te has fijado bien en la forma esquemática de la molécula de ATP
cuando se rompe perdiendo un enlace (~) y desprendiendo energía , se
generan “residuos”, porque sí, muy bien, nosotros hemos conseguido lo que
queríamos, hemos obtenido energía, pero qué pasa con las sobras de la
molécula. Se nos han quedado sueltos el adenosín enlazado a dos fósforos
(Adenosín ~ P ~ P) y un elemento fósforo libre (P) por ahí ¿verdad que sí?

Adenosín ~ P ~ P ~ P Æ Adenosín ~ P ~ P P

Teniendo en cuenta que en el nombre ATP, la T dijimos que significaba


Tres, qué os parece si llamamos al Adenosín residual ADP, es decir, Adenosín
con “DOS” fósforos enlazados a él:

Adenosín ~ P ~ P

También es obvio si os fijáis bien, que ATP y ADP sólo se diferencian en


un enlace de alta energía y el elemento químico fósforo, en uno de más o en
otro de menos, en la dirección que queráis verlo.

ATP = Adenosín ~ P ~ P ~ P

ADP = Adenosín ~ P ~ P
Pues bien, ¿sería posible darle la vuelta a todo esto que hemos
explicado y así aprovechar los residuos que hemos mencionado para crear
ATP a partir de ellos? Es decir, ¿podríamos utilizar energía para volver a juntar
el fósforo libre con el ADP y obtener de nuevo ATP?

Adenosín ~ P ~ P + ENERGÍA + P Æ Adenosín ~ P ~ P ~ P

ADP + ENERGÍA +P = ATP

La respuesta es SÍ, pero para ello necesitaríamos disponer de un


agente rico en energía capaz de inyectársela al ADP y reconstruir así el ATP.
Ese agente existe, y es la molécula de fosfocreatina.
La fosfocreatina es un almacén de energía importante que tenemos en el
músculo, al que se recurre cuando se realizan contracciones musculares de
intensidad máxima durante un periodo corto de tiempo.
El músculo sólo puede almacenar pequeñas cantidades de ATP que,
como ya sabemos, proviene del catabolismo (destrucción, degradación) de los
principios inmediatos. Pero esta forma de producir ATP es relativamente lenta y
no puede cubrir las necesidades energéticas de nuestra musculatura cuando la
sometemos a intensidades de trabajo muy altas, que exigen gran cantidad de
ATP en poco tiempo.
En consecuencia, el organismo ha creado un dispositivo que no sólo es
capaz de almacenar energía, sino que puede liberarla de forma muy rápida
cuando la intensidad del ejercicio lo requiera: La Molécula de Fosfocreatina.
Al igual que hemos definido el adenosín como una molécula básica que
se encuentra en el organismo, sin entrar en analizarla desde el punto de vista
bioquímico, con la Creatina haremos lo mismo, decir que es una sustancia
básica (compuesta por aminoácidos) que podemos encontrar especialmente en
los músculos. Y pensareis ¿pero no estábamos hablando de la fosfocreatina?,
efectivamente, la molécula de fosfocreatina consta de un bloque central de
creatina al que se le ha unido un fósforo mediante un enlace altamente
energético, veamos su representación esquemática:

Creatina ~ P

Ya sabemos cómo es estructuralmente, pero ¿cómo funciona la


fosfocreatina? Es bien sencillo, la fosfocreatina cede el elemento fósforo con su
correspondiente enlace rico en energía al ADP para formar ATP, quedando ella
reducida a creatina libre:

Creatina ~ P + (ADP) Adenosín ~ P ~ P Æ (ATP) Adenosín ~ P ~ P ~ P

Fosfocreatina + ADP = ATP


Seguro que has visto con claridad la reacción química que ha sucedido
en nuestro músculo. la fosfocreatina cede su grupo energético de fósforo y
enlace al ADP, proporcionándole los dos elementos necesarios (fósforo y
energía) para formar ATP, que utilizaremos como moneda de cambio, es decir,
gastaremos, romperemos, para conseguir que se desprenda energía y así
poder llevar a cabo la contracción muscular.
Una de las características más interesantes de la fosfocreatina es su
elevado rendimiento, es decir, su capacidad para proporcionar cantidades
notables de ATP en poco tiempo, ya que el ATP disponible para afrontar un
esfuerzo se consume rápidamente (en unos 20 segundos hemos agotado el
ATP disponible). Por esta razón, el músculo recurre a la fosfocreatina como
fuente energética cuando necesita gran cantidad de energía por unidad de
tiempo, es decir, cuando tiene que trabajar a intensidades máximas.

En este punto, ya conocemos:

• Para qué sirve el ATP Æ para crear energía


• Qué es lo que sobra del ATP una vez roto Æ ADP
• Cómo lo podemos aprovechar para crear más ATP Æ mediante la
fosfocreatina

Pero ¿qué pasa con la creatina que se ha quedado sola tras su


bondadoso acto de ceder su grupo energético? Es bien sencillo, aunque algo
paradójico, ¡el ATP, le inyecta uno de sus grupos fósforo para que vuelva a ser
fosfocreatina! Ahora sí que tenemos un buen lío ¿no os parece?
A priori no es muy razonable que la fosfocreatina se destruya para
formar ATP y que el ATP haga lo mismo para formar de nuevo fosfocreatina.
¿Qué sentido tiene romper una cosa para volver a formarla con sus propios
pedazos? ¿No es un círculo sin sentido? Además, ¿la fosfocreatina se
agotará? No os preocupéis, no os estáis volviendo locos.
Todo cobra sentido si os digo que para construir la fosfocreatina, la
creatina también puede usar ATP procedente de otras fuentes energéticas: el
ATP creado a partir del metabolismo de los principios inmediatos, que es
un proceso continuo.
Incluso cuando dormimos estamos metabolizando sustancias, no
olvidéis que nuestras células necesitan energía para vivir, en menor proporción
que cuando realizamos un esfuerzo muscular, pero igualmente necesaria. Sin
embargo, para hacer frente a un trabajo de intensidad, el organismo aumentará
sus recursos metabólicos sin dudarlo y pondrá en marcha todos sus sistemas
productores de energía, que seguimos viendo en los siguientes puntos de este
capítulo.

2.4.2. Sistema Aeróbico u Oxidativo

Este sistema es el que se utiliza en ejercicios desde 2 minutos,


aproximadamente, hasta un tiempo ilimitado. Un ejemplo de ello sería un
maratón, carrera campo a través, etc.
Las sustancias energéticas que utiliza para la obtención de energía son,
de un lado, el Glucógeno, que es una macromolécula formada por un cúmulo
de moléculas de glucosa. La Glucosa, que ingerimos a través de la
alimentación, adopta esta forma para que el organismo pueda guardarla en el
hígado y en el músculo y usarla cuando la necesite. Este proceso es reversible,
es decir, el glucógeno puede volver a convertirse en glucosa.
¿Os acordáis de lo que ocurría cuando se rompía la molécula de ATP?,
que quedaban residuos (ADP Y P). Algo parecido ocurre cuando se rompe la
de glucosa, quedan como resultantes dos moléculas de una sustancia llamada
Ácido Pirúvico.
Si el organismo opta por la destrucción de glucosa para obtener energía,
en un proceso conocido con el nombre de Glucólisis (lisis = disolución,
destrucción), y aparecen estas dos moléculas de Ácido Pirúvico, se
introducen en la pequeña fábrica que hay dentro de la célula llamada
mitocondria y con la intervención del oxígeno (que se usa como combustible
para “quemar”), de ahí el nombre del sistema aeróbico, logramos obtener 38
moléculas de ATP, todo un lujo energético.
Además, este sistema de producción de energía utiliza las grasas y en
algunos casos menos frecuentes las proteínas.
Cuando empezamos con un ejercicio de baja intensidad y larga
duración predomina la utilización de las grasas. Si aumentamos la intensidad
del ejercicio y disminuimos la duración, el glucógeno será el sustrato elegido
por el cuerpo para que aporte energía.
Si atendemos a esto último, podemos deducir que las grasas dan más
energía, pero de forma más lenta.
Así pues, vemos que el sistema de producción de energía de los
fosfágenos que vimos antes, es el que el organismo emplea para los ejercicios
explosivos, intensos y de corta duración, mientras que para la actividad física
prolongada, emplea éste, el sistema aeróbico u oxidativo.

2.4.3. Sistema Anaeróbico Láctico

Este sistema, como ocurría con el de los fosfágenos, también puede


ayudarnos con una actividad muscular máxima de intensidad alta, durante un
margen de 50 a 80 segundos, además de los 20 que ya hemos dicho que
ofrece el sistema de los fosfágenos.
Después de los primeros segundos de un ejercicio intenso, el organismo
comienza a utilizar la glucosa ingerida y el glucógeno almacenado, para
fabricar energía.
Como ya hemos visto, la destrucción de glucosa para obtener energía es
un proceso conocido con el nombre de Glucólisis.
Si el aporte de oxígeno durante el ejercicio es bueno y nuestro sistema
cardiovascular funciona correctamente suministrándolo de manera eficaz a
todos los rincones del organismo a través de la sangre, este ácido se mete en
la mitocondria de la célula y producirá ATP por el sistema aeróbico, prueba
superada, hemos conseguido lo que queríamos.
Si por el contrario, el suministro de oxígeno es insuficiente y no se puede
metabolizar el ácido pirúvico en el interior de la célula, éste fermenta, y se
convierte en el famoso Ácido Láctico más energía.
El ácido láctico NO es un desecho, el cuerpo puede volver a utilizarlo,
pero si lo producimos en grandes cantidades, los mecanismos de eliminación
no dan abasto y se acumulará en el músculo.
Cuando la cantidad de ácido láctico alcanza ciertos límites, esta forma
de producir energía se bloquea y el resultado es la sensación de que las
fuerzas nos abandonan de forma repentina.

REPASEMOS CÓMO SE PUEDE


LLEGAR A ESTA SITUACIÓN

La intensidad del ejercicio es tanta que nuestro sistema cardio-


respiratorio no da abasto para satisfacer las necesidades de
oxígeno que necesitamos para usarlo como combustible y romper
los glúcidos por la vía aeróbica.

Los glúcidos para los que “no llega” el oxígeno, es decir, no se


pueden quemar, toman el otro camino posible: fermentan y se
convierten en ácido láctico, que el organismo sigue metabolizando
(destruyendo) para conseguir ATP.

Agotada la vía aeróbica u oxidativa, es decir, quemar los glúcidos


usando oxígeno, y saturado el músculo de ácido láctico que ya es
incapaz de metabolizar, sobreviene el agotamiento inmediato o la
extenuación.

No obstante, lo que tiene que quedar claro es que no se utiliza primero


un sistema y luego otro, sino que los tres sistemas energéticos que estamos
viendo están siempre presentes en nuestras acciones, funcionando a la vez. Lo
que ocurre es que dependiendo de la intensidad, la duración, el tipo de ejercicio
y los sustratos disponibles (si hay o no glucosa, cantidad de ATP, grasas, etc.)
predominará un sistema u otro.

Vistas las tres vías por las cuales el organismo puede conseguir ATP
para hacer frente a sus funciones básicas, al ejercicio y a las actividades de la
vida diaria, podemos concluir metafóricamente afirmando lo siguiente:

La actividad física tiene sus costes. Cuando uno compra una vivienda,
sabe que le va a generar una serie de gastos, incluso sin habitarla (cuota de
comunidad, impuestos, etc.). Pero si se utiliza a pleno rendimiento para vivir,
estos gastos se verán incrementados (luz, agua, gas, etc.)
Nuestro organismo, por el hecho de existir, también nos cuesta una
cantidad, solo que no se mide en euros sino en energía. Y al igual que ocurre
con la vivienda, por el hecho de darle actividad, el precio se dispara.
La moneda orgánica ya sabemos que se llama ATP, con ella podremos
hacer gasto, invertir en actividad física, y siempre tendremos como fuente de
ingresos para cubrir los gastos energéticos a los principios inmediatos
procedentes de los alimentos. Nuestro organismo los metabolizará, los
gestionará con tiento y acierto, como el mejor economista, bien para
convertirlos en energía o en sustancias capaces de proporcionarla.
2.5. La Termorregulación

Llevamos páginas hablando de energía, de moléculas energéticas, del


ATP, pero lo que no hemos dicho aún, es que la mayor parte de la energía
liberada por el metabolismo de los nutrientes es en forma de calor.
Casi toda esta energía, que
se dedica a la producción de trabajo
muscular mediante la contracción,
se convierte también en calor
corporal.
Esto debe hacernos
reflexionar sobre la cantidad enorme
de calor que se produce en los
tejidos corporales durante los
eventos deportivos y si tomamos las
medidas adecuadas para evitar que
esto se convierta en un problema.
Cuando practicamos deportes
de resistencia, incluso en
condiciones normales, la temperatura corporal puede elevarse desde 1º C
hasta 4º C. por encima de los 36.5 º C que consideramos normales, pudiendo
llegar a subir 2ª C más si no se usa la ropa adecuada.
Esta temperatura es destructiva para las células, en especial para las
neuronas. Cuando ocurre esto, pueden aparecer ciertos signos y síntomas
característicos como debilidad, agotamiento, mareos, náuseas, dolor de cabeza
e incluso confusión y pérdida de conocimiento.
Ante cualquiera de ellos debe suspenderse inmediatamente la actividad
para que comience a bajar la temperatura, algo que no ocurre
espontáneamente, tardará un buen rato.
La manera más práctica para reducir la temperatura corporal lo más
rápido posible es quitar toda la ropa, humedecer el cuerpo del sujeto
continuamente y darle aire.
El modo de prevenir esta situación tan peligrosa es moderando la
actividad física en los días calurosos, beber líquidos en abundancia para
compensar las pérdidas por sudor y, como promotores de salud que somos,
vigilar a los deportistas a nuestro cargo por si apareciera cualquiera de los
signos y síntomas comentados.
La capacidad de ejercicio se reduce durante la exposición al calor, y esta
reducción no tiene nada que ver con el agotamiento de los sustratos
energéticos de nuestro organismo. Por tanto, factores como la deshidratación y
el fallo en los procesos de termorregulación serán responsables de la
disminución de nuestra capacidad de entrenamiento físico en ambientes
calurosos.
2.5.1. Mecanismos que Producen Calor

Nuestro organismo es capaz de generar calor de múltiples formas,


veámoslo:

• Metabolismo Basal: hablamos de metabolismo basal al referirnos a las


reacciones químicas orgánicas necesarias para mantener nuestras
funciones vitales en reposo. La mayor parte de estas reacciones
químicas desprenden energía en forma de calor.
• Hormonas: algunas hormonas, principalmente la adrenalina y las
tiroideas T3 y T4, median en reacciones de catabolismo (destrucción de
sustratos) que tienen como resultado energía calorífica.
• Digestión de los Alimentos: el calor irá en función del tipo de alimento
ingerido, aunque sube claramente con la digestión de las proteínas.
• Actividad Muscular: como hemos visto en el apartado anterior, la
práctica deportiva conlleva un aumento de la actividad muscular y con
ello una mayor tasa metabólica para obtener más energía. De toda la
energía generada durante la actividad física, sólo se aprovecha el 25%,
el resto se elimina en forma de calor.

2.5.2. Mecanismos que Eliminan Calor

Nuestro organismo si se siente amenazado por una elevación anormal


de la temperatura, se defiende eliminando el exceso de calor por conducción
(a través del tacto a objetos a menor temperatura), radiación (transmitiendo el
calor por ondas electromagnéticas, como el sol), convección (como un
radiador, pasando el calor al aire que se eleva al estar más caliente, enfriando
así el ambiente) y por transpiración (a través del sudor, que enfría nuestra
piel).

2.5.3. Mecanismos Termorreguladores

Veamos qué elementos intervienen en la regulación de nuestro medio


interno:

• Termorreceptores: se encuentran a nivel de la piel, sobre todo en las


zonas más distales, y nos informan de los cambios de temperatura.
• Centros Térmicos: se sitúan a nivel cerebral y reciben información
periférica a través de una red de nervios especializados en traducir
señales térmicas.
• Sistema Nervioso Periférico: que provoca vasoconstricción para que
los vasos sanguíneos disminuyan su diámetro y el flujo sanguíneo sea
menor, así como la conducción de calor a través de la sangre. O
provoca reacciones llamadas extrapiramidales que van a dar lugar a
“escalofríos”, que no son otra cosa que contracciones musculares con el
fin de producir calor.
• Efectores: los efectores son aquellas partes corporales que van a
actuar cuando lo ordenen los centros térmicos. Son los músculos, los
vasos sanguíneos superficiales y las glándulas sudoríparas.
2.5.4. La Hidratación

Ya hemos visto que el cuerpo reacciona frente a los aumentos de


temperatura interna con una serie de mecanismos que eliminan calor, de los
que el más importante es la transpiración.
Este mecanismo genera una pérdida de agua que debemos ir
reponiendo si no queremos experimentar una disminución del rendimiento e
incluso ponernos en peligro.
Sabiendo que hay que hidratarse, veamos cómo y con qué, observa el
siguiente cuadro:

¿QUÉ BEBER?
Hay que beber poco y a menudo, aumentando el volumen a más
calor, pero no es conveniente sobrepasar los 800 cc a la hora, que
es la velocidad de vaciado del estómago. Esto desde el comienzo
del ejercicio.

Este tipo de entrenamiento estomacal puede hacer que seamos


capaces de asimilar cantidades más recomendables de líquido. A
veces no bebemos porque no tenemos hábito.

Lo importante es el agua, el resto es accesorio.

No obstante, si el ejercicio va a ser prolongado, se le puede añadir


algo de azúcar, no más de 20 g/l. cuando haga mucho calor.

Cuanto más fría sea la temperatura exterior, más puedo aumentar la


concentración de azúcar.

Las bebidas isotónicas incluyen en su composición bajas dosis de


sodio (Na), normalmente en forma de sal (Na Cl), glucosa y
habitualmente potasio (K) y otros minerales. Estos componentes
ayudan a la absorción del agua, que es vital para el buen
funcionamiento del organismo y quedan repuestos cuando se han
perdido en exceso durante el ejercicio.

No confundir nunca las bebidas isotónicas con bebidas


energizantes o estimulantes porque no contienen sustancias de
este tipo, su misión es reponer y ayudar a hidratar, nada más.
2.6. TEST DE AUTOEVALUACIÓN
Rodea con un círculo la respuesta correcta. Sólo una opción es válida.

1. La unión entre la terminación nerviosa y la fibra muscular de denomina:

a) Neurona
b) Unidad motora
c) Dendrita
d) Axón

2. El proceso de contracción muscular se inicia en:

a) En la neurona
b) El sistema nervioso periférico
c) El sistema nervioso central
d) Ninguna es correcta

3. El movimiento de contracción del corazón se denomina:

a) Latido cardíaco
b) Diástole
c) Sístole
d) Arritmia

4. Cuando la sangre es impulsada por el corazón hacia todo el cuerpo con


el fin de que le llegue oxígeno y elementos nutrientes, hablamos de:

a) Latido cardíaco
b) Circulación menor
c) Tensión arterial
d) Circulación mayor

5. La cantidad de sangre que sale del corazón por minuto es:

a) La frecuencia cardíaca
b) La frecuencia cardíaca máxima
c) La frecuencia cardíaca en reposo
d) El gasto cardíaco

6. Hablamos de oxidación cuando:

a) Mezclamos un nutriente con otro que lleva hierro


b) Una vez digeridos los alimentos tienen que ser utilizados al llegar a la
célula, para lo cual, deben combinarse con el oxígeno
c) Combinamos oxígeno con hidrógeno para formar agua
d) Todas son correctas
7. La misión de las fosas nasales es:

a) Calentar, filtrar y humedecer el aire


b) Evitar que entre dióxido de carbono
c) No tienen función específica
d) Detectar posibles infecciones de contagio aéreo

8. Las cuerdas vocales están:

a) En la epiglotis
b) En la laringe
c) En la tráquea
d) En la faringe

9. El cuerpo tiene tres tipos de músculos:

a) Liso, cardiópata y estriado


b) Liso, esquelético y funcional
c) Liso, esquelético y cardíaco
d) b y c son ciertas

10. Los extremos de los filamentos de actina y miosina están en contacto


y al deslizarse los de actina sobre los de miosina, provocan:

a) Acortamiento muscular
b) Calor en las miofibrillas
c) El estiramiento del músculo
d) La contracción muscular

11. El músculo principal implicado en un movimiento es llamado:

a) Agonista
b) Antagonista
c) Isotónico
d) Ninguna es correcta

12. Una contracción isométrica:

a) Se produce cuando el deslizamiento de las miofibrillas provoca


acortamiento y engrosamiento del músculo
b) Se produce a la vez que la concéntrica
c) Se produce cuando la resistencia que queremos mover es mucho mayor
que la fuerza que podemos ejercer y no se produce variación alguna en
el músculo
d) Se produce en oposición a la contracción excéntrica
13. Las vitaminas son:

a) Sustancias energéticas
b) Principios inmediatos
c) Minerales
d) Ninguna es correcta

14. El metabolismo es:

a) Un proceso de destrucción y elaboración de sustancias


b) Un proceso de destrucción de sustancias
c) Un proceso de elaboración de sustancias
d) Ninguna es correcta

15. El agua es:

a) Un elemento químico
b) Una molécula
c) Un principio inmediato
d) Todas son correctas

16. El ATP es:

a) Una sustancia que resulta del metabolismo de los principios inmediatos


b) Una molécula energética
c) Una molécula de adenosín unida por enlaces energéticos a tres fosfatos
d) Todas son correctas

17. Al romperse la molécula de ATP:

a) Se produce energía
b) Se produce otra molécula residual también llamada ATP
c) Se consume energía
d) Ninguna es correcta

18. La fosfocreatina:

a) Posee la capacidad de crear ATP


b) Está formada por creatina y fósforo
c) Carga al ADP con un enlace energético
d) Todas son ciertas

19. El glucógeno es:

a) Una molécula de azúcar


b) Una molécula de glucosa
c) La forma que adopta la glucosa para poder ser almacenada
d) Un lípido
20. El sistema energético aeróbico:

a) Utiliza la oxidación para fabricar energía


b) Trabaja a la vez que los otros dos sistemas
c) Es el más usado por el organismo para ejercicios de intensidad
moderada y larga duración
d) Todas son ciertas

21. El sistema de producción de energía de los fosfágenos:

a) Es el que el organismo emplea para los ejercicios explosivos, intensos y


de corta duración
b) Se utiliza para esfuerzos de larga duración
c) Usa el ATP para crear a partir de él nutrientes
d) Convierte la creatina en ácido láctico

22. El ácido láctico es:

a) Producto de la fermentación
b) Si se acumula en el músculo en demasía aumenta su fuerza
c) Se mete en la mitocondria de la célula para oxidarse y formar ATP
d) Todas son ciertas

23. La destrucción de glucosa para obtener energía es un proceso


conocido con el nombre de:

a) Glucogénesis
b) Glucólisis
c) Oxidación
d) Sistema de los fosfágenos

24. El exceso de calor es destructivo para las células, especialmente para:

a) Los lípidos
b) Las neuronas
c) Los glóbulos rojos
d) Las células musculares
25. Entre los mecanismos que producen calor están:

a) Conducción
b) El metabolismo basal
c) Los termorreceptores
d) Efectores

Una vez más cerramos un capítulo de este manual. Vuelve a repasar


todos los conceptos que has aprendido y tus respuestas del test de
autoevaluación para asegurarte de que no has cometido ningún error.

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