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Una oración en medio de la soledad, tristeza

y depresión
Ven a mí, Señor, Sé mi escudo y mi roca fuerte,
mi fortaleza en medio de la penumbra, tristeza
y de esta depresión avasallante
Señor mío, en este momento de vacío recurro a
tu poderosa presencia para hacerte saber que
me encuentro sólo, deprimido y pobre en
espíritu.

Mi corazón se siente abatido, acongojado y lleno


de dolor. Ya mis ojos no logran ver ninguna
esperanza que pueda consolarme el alma y
hacerme levantar de esta nube gris

En las horas nocturnas, puedes ver mis


lágrimas y escuchar mi llanto. Ya no quedan
fuerzas dentro de mí. Me ha cubierto una densa
capa de tristeza, oscura y que amenaza con
adueñarse de mi ser.

Señor mío, quiero sentir en este instante que Tu


presencia recorre cada gramo de mi existencia y
me va llenando de tu poder, de tu bondad y de
todo tu amor

Ven a mí, Señor, Sé mi escudo y mi roca fuerte,


mi fortaleza en medio de la penumbra y de esta
depresión avasallante

En estas horas de oscuridad, ven y levántame


victorioso, ven y levanta mi cabeza en alto una
vez más. Confío en que sólo Tú tienes el poder
de animarme a salir y enfrentar esta dura
batalla por mi vida.

Enséñame a ser un triunfador en tu amor.


Robustéceme con el poder de tu preciosísima
Sangre y pon a tono mis habilidades para
hacerle frente a todo tormento, a toda
frustración, a todo deseo de dolor, de pena, de
decaimiento. Llévate todo vestigio de depresión
y tristeza

Sé que, aunque este llanto me esté


atormentando durante la noche, Tú vendrás
sobre mí al despuntar el alba, y con el Espíritu
Santo me traerás la esperanza y la alegría
necesaria para hacer frente a este gran
desánimo que se quiere apoderar de mi vida.
Invoco a toda la Corte celestial, a todo el Coro
de Ángeles, junto con la Santísima Virgen
María, para que vengan en mi auxilio con su
divino poder, y limpien mi corazón de toda
miseria y lo llenen de fe, ánimo y de fuerzas.

Me uno al cántico del Salmista para decir:


"¡Señor, mi Dios y mi salvador, día y noche estoy
clamando ante Ti: que mi plegaria llegue a tu
presencia; inclina tu oído a mi clamor! Porque
estoy saturado de infortunios, y mi vida está al
borde del Abismo" (Salmo 82,2-4)

Ven, Dios de poder y de ternura y convertir mi


lamento en baile, transforma mi depresión y mi
tristeza en alegría y optimismo. Hazme llenar
nuevamente con el gozo de tu Salvación y
revélame las maravillas de tu Reino.

Te seguiré alabando y dándote toda la Gloria,


aun en medio de esta tristeza que siento que me
mata y me corroe el alma

¡Quédate a mi lado!, quiero edificar mi vida


desde tu mirada dulce y compasiva. Háblame al
corazón y dame la fuerza para caminar firme y
seguro. Estoy convencido que, aunque todo el
mundo caiga a mi derecha y a mi izquierda, yo
no quedaré defraudado, porque Tú amor y tu
verdad me sostienen.

Inclina tu oído hacia mí. Ayúdame a no


desanimarme, a veces esta terrible soledad del
alma, a desterrar de mi vida la tristeza y la
depresión.

Cantaré mis alabanzas a Ti y declararé tus


maravillas. Te daré gracias eternamente. Confío
en que, en este momento, me envuelves con tu
amor y me vas sanando todas las heridas del
corazón.

Toda mi vida sea siempre para tu gloria, amado


mío

En el nombre poderoso de Jesús.

¡Amén!
"Pero Tú, Señor, Dios compasivo y bondadoso,
lento para enojarte, rico en amor y fidelidad,
vuelve hacia mí tu rostro y ten piedad de mí;
fortalece a tu servidor, salva al hijo de tu
servidora" (Salmo 86,15

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