Sei sulla pagina 1di 13

BALÍSTICA FORENSE

EVOLUCION DE LAS ARMAS DE FUEGO

Las armas de fuego a través de la historia han tenido cambios significativos, se les da
este nombre en el momento que se descubre la pólvora en el año 85 en China.
También tienen importancia fechas como:

• La era de Marco Polo siglo XVII


• La época de Bacón 1214 -1284
• Siglo XVIII en Arabia Saudita
• Año 1340 en España
• 1800, 1810, 1836, 1958 y 1968, año en que se creó el cartucho de
percusión central.

Esperamos entonces, que este compendio de información contribuya de alguna manera


al conocimiento de aquellas personas que realmente están interesadas en la práctica
de la actividad judicial, asegurando el buen desempeño de sus funciones y la
construcción de una verdadera política de autoridad en un futuro.

ARMAS DE FUEGO DESDE EL SIGLO XVII

• LAS ARMAS DE PEDERNAL

Los inconvenientes que llevaba implícitos el uso del arcabuz, comunas a todas las
armas en que la pólvora debía ser inflada mediante una mecha, indujeron a los
constructores y armeros a buscar un procedimiento diferente para efectuar el disparo.
En efecto, ya en 1423 algunos armeros españoles inventaron el serpentín, consistente
en una especie de gatillo, a cuyo extremo iba sujeta la mecha, en forma tal que el
tirador, mientras hacía puntería, con sólo mover una palanquilla aproximaba el fuego a
la pólvora viva y a disparar el arma.
Este procedimiento fue perfeccionado luego mediante la adición de un resorte. Otros
constructores pensaron en el antiquísimo sistema del "yesquero" al fusil; es decir, la
utilización de chispas producidas por la frotación del pedernal con un trozo de hierro.
Un armero alemán fue quien construyó un arcabuz basado en ese sistema de ignición
de la pólvora. Este arcabuz apareció hacia 1515 ó 1517.

• ARMAS DE POLVORA DETONANTE

Esta es la última etapa en la evolución de las armas de fuego: El descubrimiento de


algunas sustancias químicas que tienen la propiedad de encenderse cuando se golpean
con violencia.
Hacia 1800 se pensó, por primera vez, en utilizar estas sustancias para le encendido de
cartucho en las armas.
Así se volverían inútiles las aplicaciones del pedernal; en su lugar bastaba colocar un
martillito.
En 1825 se generalizó el empleo de cápsulas o cebas que contenían en su interior
una pequeña cantidad de esas sustancias.
Golpeadas por el percutor, éstas cebas producían una llamarada que encendía
la pólvora del arma.
De ahí a la idea de reunir pólvora detonante y bala en un cartucho único, hubo
un paso.
Simultáneamente, a mediados del siglo pasado el sistema de carga por el año
era sustituido por el de retrocarga
Había nacido así, la moderna arma de fuego que desde hace un siglo
permanece.
La Historia de las armas de fuego puede resumirse en tres etapas:

• ARMAS DE MECHA: Desde el siglo XV hasta fines del siglo XVII.


• ARMAS DE PEDERNAL O DE CHISPA: Desde el comienzo del siglo
XVI hasta principios del siglo XIX.
• ARMAS DEPOLVORA DETONANTE: Desde comienzos del siglo XIX
hasta nuestros días.

LAS PRIMERAS ARMAS DE FUEGO

El conocimiento de la pólvora se pierde en la noche de los tiempos, ya que es


muy posible se conociese en tiempos de Alejandro Magno, según se deduce de
los escritos de Quinto Curcio; pero su aparición se produce en oriente, entre los
chinos y los dúes. Se supone que fue usada hacia el 668 en el sitio de
Constantinopla, y en el sitio de la Meca en el 690. Posteriormente, se usó en
Tesalónica en 904 por los Sarracenos y por Salomón, Rey de Hungría, en el
sitio de Belgrado en 1073; y en 1147, los Arabes, usaban armas de fuego
contra los españoles.
Al parecer, fueron lo Arabes los que introdujeron la pólvora en Europa. En El
Escorial, hay un tratado sobre pólvora escrito en 1249, del cual aprendió Roger
Bacón la forma de fabricar la pólvora.
La adopción de ésta en Europa Central se calcula que fue alrededor del 1320,
aunque ya se conocía bien en España.

LAS PRIMERAS ARMAS DE FUEGO

El desarrollo de las armas de fuego da comienzo con su introducción en


Europa. Los primeros datos aparecen en 1247 en la defensa de Sevilla, donde
aparecen "cañones arrojando piedras". En 1259, en la defensa de Melilla,
aparece una máquina que, por su descripción, se deduce que es cañón.
Fernando IV de Castilla emplea "máquinas de trueno" en el sitio de Gibraltar en
1308. En1311, Ismail ataca a Baza en Granada con "máquinas que lanzan
balas de fuego con ruido parecido al trueno". De todo esto se deduce que las
armas de fuego nacieron probablemente en España, y se usaron por primera
vez aquí.
Para conocer las armas españolas y su historia, tenemos que dirigirnos,
principalmente a los libros de Alonso Martínez Espinar, caballero de Felipe III,
Felipe IV y Carlos II; y a los de Isidro Soler armero de Carlos III, Carlos IV y
Fernando VII.
Alonso Martínez Espinar, nace en 1594, posiblemente en espinar, al norte de
Madrid, y entra al servicio de Felipe III como paje; posteriormente, fue
"ballestero" de Su Majestad, que poseía dos fusiles rayados y tres escopetas,
fabricadas por Felipe Marcuarte.
A la muerte de Felipe III, le sucede Felipe IV y Alonso Martínez continúa como
Ballestero Mayor al servicio de este rey; continuando como tal con Carlos II,
hasta su muerte, el 14 de mayo de 1682. Su libro "Arte de Ballestería y
Montería" se publicó en Madrid el año1644.
El otro libro mencionado es el de Isidro Soler, " Compendio Histórico de los
Arcabuceros de Madrid" que cuenta exclusivamente los fabricantes de armas
de Madrid. Existen, también, unos inventarios de armas pertenecientes a los
reyes, algunos de ellos con ilustraciones.

NOMBRES DADOS A LAS PRIMERAS ARMAS

De los nombres aparecidos en las crónicas, en las que se habla del empleo en
las armas de fuego, toman su nombre las diversas piezas de 'artillería"(nombre
aparecido en le siglo XV para denominar a un conjunto de doce piezas que
forman un grupo de armas). La primera pieza fue llamada trueno, y fue tomada
a los moros por los españoles, permaneciendo este nombre hasta principio del
siglo XVI.
Hacia 1359, se describen estas máquinas como bombardas, lo mismo las
terrestres como las de la marina. El Marqués de Santillana, en un poema,
compuesto para conmemorar la batalla naval de Ponza en1425 los llama "
Ribadoquines".
Lo que ocurre es que, según el cronista o el lugar, se llama ala misma máquina
con diferentes nombres; así, en granada aparece el nombre de pasavolante, y
en chinchilla, el nombre de lombarda. En la fortaleza de baza, se habla de
culebrinas, y en Málaga hacabuches o sacabuches con sus atacadores. El
Licenciado Vargas, nos habla de espingarda, dando este nombre a pequeños
sacabuches.
De todos estos nombres primitivos se han derivado los nombres de las piezas
de artillería, según los calibres, longitud de tubo y peso de proyectiles.

CLASIFICACION DE PIEZAS DE ARTILLERIA

Piezas de
Piezas grandes Piezas pequeñas Culebrina
trayectoria curva
Bombarda 20 a 30 Pasavolante 7 a 8 Mortero 9 a 16 cm Culebrina 9 a16
cm de calibre. cm de calibre. de calibre. cm de calibre.
Bombardeta 8 a Falconete 5 a 7 Trabuquera 20 a Sacre 7 a 9 cm de
10 cm de calibre. cm de calibre. 30 cm de calibre. calibre.
Cerbatana 5 a 7 Verso 4 a 5 cm de
cm de calibre. calibre.
Ribadoquin 2 a 5 Sacabuche 2 a 6
cm de calibre. cm de calibre.
Esmeril 4 a 5 cm
de calibre.

Posteriormente hay una serie de reformas, clasificando las piezas de artillería;


además de su calibre se tiene en cuenta el material con que ha sido construido
el tubo y el peso del proyectil.
SITUACION DE LAS FABRICAS DE ARMAS

En España hay tres zonas, en las cuales se encuentran enclavadas las fábricas
de armas: la cuenca del río Deva en el País Vasco; Ripoll en Cataluña y muy
posteriormente, Trubia en Asturias, organizada por armeros vascos. En Madrid
también existieron los Armeros Reales, pero estos construían, principalmente,
armas de lujo.
La razón de esta situación es, posiblemente, táctica, debido a la orografía de la
región. En aquellos tiempos resultaba muy difícil acceder a estos lugares, pues
estaban resguardados por montañas y bosques espesos. Las montañas
protegían las forjas armeras de posibles invasores y los bosques
proporcionaban madera para las cajas de las armas y carbón vegetal para las
forjas.
Los ríos, por su cauce corto y empinado, proporcionaban la energía hidráulica
para mover los matxinos de las forjas. Estos accidentes geográficos impiden
tener una agricultura rentable por lo que sus habitantes tienen que ejercer otros
oficios para poder subsistir, desarrollándose principalmente estos oficios
armeros.
En la ciudad de Placencia, llamada actualmente Placencia de las Armas, se
establecen Las Reales Fábricas de Armas. Todo lo que se diga sobre
Placencia es aplicable a otras ciudades del alrededor. En efecto, todo el que
conozca la región apreciará las defensas naturales que posee cada población,
pues los montes y vaguadas que limitan, las convierten en compartimentos
estancos, una respecto de la otra. Placencia de las Armas, es una depresión
geográfica que limita por un lado con Eibar y por otro con Vergara.
A Eibar le sucede lo mismo, encajada entre Málzaga y Olarreaga. Límite con
Vizcava. Otro de los lugares protegidos es Ermua entre Olarrega y el alto de
Areitio, Elgoibar está en un lugar más abierto, pero está protegida por Mázaga
y las hendiduras de Alzola y Mendaro. Estas condiciones fisicogeográficas se
valoran mucho antes porque defendían las fábricas de las invasiones sufridas
en la Península Ibérica.

SISTEMAS DE DISPAROS DE LAS ARMAS PORTÁTILES

Bombarda de mano: Llamada también " palo de fuego" o " de trueno". Era un
tubo de hierro montado en un palo. Se cargaba por la boca y sobre la pólvora
se atacaban trozos de hierro.
Se disparaba entre dos, uno apuntaba y el otro daba fuego al oído con una
mecha. Se localiza a mediados del siglo XIV.
Platina de mecha: Aparece en el siglo XV. Consiste en una chapa de hierro
colocada en la caja junto a la base del tubo, en ella hay una pieza en forma de
S, que se llamaba " serpentín" y llevaba el extremo de la mecha encendida
hasta la cazoleta provocando el disparo. También se llama de " fuego vivo".
Sistema de rueda: A principio del siglo XVI, el alemán Kunfss inventó este
sistema, llamado también de "fuego muerto". Consiste en un terno dentado que
gira al liberarse el muelle que lo retiene sobre un trozo de pirita fijo, aprisionado
por dos mandíbulas en le extremo de un soporte giratorio. Al producirse
chispas se encendía la pólvora situada en la cazoleta, produciéndose el
disparo.
Llave de chispa: Aparece a finales del siglo XVI y se atribuye a los armeros
españoles, debido a que el procedimiento para encender fuego empleado en
España desde los celtíberos, es el del "chisque", o sea, haciendo chocar el
hierro con el pedernal, se producen chispas que sirven para encender la yesca.
Las llaves de chispas fabricadas en la zona armera eran robustas y eficaces,
con el rastrillo de sola pieza, que cubre la cazoleta, evitando que se caiga la
pólvora.
Estas llaves se llaman de miquelete o a la española. Fue usado durante más
de dos siglos, reformándose hasta llegar a conseguir la llave a la francesa, que
tiene la ventaja de tener la mayor parte del mecanismo en el interior.
A principios del siglo XVII se conocía, entre los armeros vascos, el sistema de
repetición de las armas de fuego, pues en esas fechas se fabricaron " cinco
arcabuces ochavados de munición de cada cinco tiros con un solo cañón de
fuego y con poco intervalo de un tiro a otro" que se fabricaron para Su Majestad
en las reales Fábricas de Placencia.
Sistema de percusión: A principios del siglo XIX, con el descubrimiento del
fulminato de mercurio comienza a fabricarse este sistema. Sobre esto se
habían hecho experimentos por varios armeros, el primero, tal vez fuese el
maestro Gutiérrez, que en 1720 hizo pruebas en Sevilla.

FABRICACION DE ARMAS DE FUEGO

No se sabe bien cuando empezó la fabricación de armas de fuego en la zona


armera, pero a partir de 1488 se puede ya saber con seguridad, pues el año en
que le gobierno de Su Majestad envía a Vizcaya a los lombarderos de
Santander, con encargo real de que labrasen las lombardas, y el mismo año
manda pregonar en Vizcaya y Guipúzcoa la orden de que nadie sacase fuera
del reino Bombardas, pasavolantes, cerbatanas y espingardas, armas que se
fabrican en la zona armera. Esto demuestra que se fabricaban allí, sino, no
tendrían razón de ser la prohibición de su exportación.
En el mismo año fue a la zona armera, Sancho Ibáñez de Mellea, a encargar la
fabricación de las armas mencionadas, y se ordenó que se apremiase a los
maestros y fabricantes de esas armas cuando fuesen requeridos por dicho
señor.
Labayru, en la "historia general del Señorío de Vizcaya", da datos que
demuestra que había en la zona materiales suficientes para la fabricación de
armas de fuego y que además se contaba con fabricantes que se dedicaban a
ello.
" El 18 de septiembre de 1495 se publica una pragmática para que los
fabricantes de Vizcaya, Guipúzcoa y Alava, fabriquen armas de fuste, de hierro
y acero y las llevasen a vender a Castilla para que los vasallos de Su Alteza
usaran las armas que en ella se les mandaba, según a la clase a la que
perteneciesen. Se encargaba que los precios fueran moderados".
" Las armas que se señalaron en la pragmática son estas: Los más ricos y
principales, corazas de acero, falda de malla o de launas, armadura de cabeza,
esto es, capacete con su babera o celada con barbote, gocetas o musequíes y
lanza larga que midiera veinticuatro palmos, espada puñal y casquete".
" Los de menor estado o hacienda, corazas, armadura de cabeza, aunque sea
casquete, espada, puñal, lanza, como anteriormente descrita, escudo de los
llamados de Pontevedra Oviedo, y los que a este estado pertenecían, si tenían
condiciones para tirar espingardas o ballestas, seles recomendaba que
tuviesen estas armas en vez de lanza y pavés; y en caso de usar espingardas
tuviese cincuenta pelotas, balas y tres libras de pólvora y aquel a quien sele
mandaba hacer uso de ballesta debería tener consigo dos docenas y media de
pasadores.
" Los de menor estado y hacienda, espada, casquete, lanza de veinticuatro
palmos, y dardo con ella, y de no tener esto, lanza mediana y pavés o escudo
de Pontevedra u Oviedo." (Labayru, Historia General de Vizcaya).
De estas reales provisiones se deduce que las tres provincias vascas surtían
de armas de todas clases a Castilla. El 21 de mayo de 1509, el Rey católico,
dirige una real carta a los corregidores de Vizcaya y Guipúzcoa, ordenando la
entrega de armas al Rey de Portugal, para dotar a su armada que enviaba
contra los moros.
No se limita el envío de armas únicamente de Castilla y Portugal, sino también
a las posesiones más lejanas. En 1511, se envía a la isla española 500
machetes Vitorianos, 3 lombardas gruesas, 2 arcabuces de metal, y 24
escopetas de metal con sus útiles.
Magallanes, para su expedición, compró en Vizcaya, en 1518, 58 culebrinas,
7falconetes, 3 lombardas gruesas, pelotas de piedra para la artillería, 100
corchetes, 60 ballestas, 50 escopetas y 200 rodelas.
Así sucesivamente, se van aportando datos año tras año, de las armas
fabricadas y entregadas para los ejércitos españoles.

EVOLUCION DE LAS ARMAS CORTAS

La palabra pistola significa arma corta de fuego que se maneja con una sola
mano; también nos dicen que pistola es el nombre de una moneda que se
usaba antiguamente en diversos países, principalmente en Francia, en donde
se dio este nombre a un escudo español acuñado en tiempos de Carlos V e
incluso que en Venezuela se usaba como adjetivo peyorativo al referirlo a las
personas.
Pero la verdad es que hay muchas hipótesis sobre el origen de esta palabra en
relación con las armas.
Hay quien afirma que su origen proviene de la ciudad italiana de Pistoya, e
incluso dan nombres como los de Camillo Vetelli de Pistoya o Stefano Enrico
de Pistoya, y hasta citan una fecha, alrededor de 1540, como inicio de tal
denominación, mas ni siquiera hay pruebas fehacientes de la existencia de
estos dos supuestos señores.
Existen otras conjeturas, pero la solución de este enigma no podrá solventarse
hasta que algún documento, si es que existe y tiene la suficiente credibilidad,
aporte los suficientes datos para revelar el misterio.
No existe unidad de criterio en cuanto a la fecha en la que se utilizaron por
primera vez las armas de fuego, algunos autores las sitúan en España entre
1247 y 1311, ya refiriéndose a armas cortas, pero parece ser que el primer
documento auténtico corresponde a un acuerdo firmado en la ciudad de Gante
(Bélgica) fechada en 1313 y en la que se dice que el empleo de estas armas se
aplicó por primera vez en Alemania. En 1350 ya hay una constancia gráfica del
uso de un arma de fuego que un hombre por sí mismo podía manejar y
disparar.

EL CAÑON DE MANO

Estas primeras armas de fuego, ligeras o portátiles, consistían en un tubo


metálico, más o menos elaborado, cerrado por un extremo, llamado 'culata', y
en la parte superior de ésta existía un orificio, el 'fogón', unido por tiras de
cuero o metal a un mango. Por el extremo abierto se introducía la pólvora, el o
los proyectiles y una borra de estopa o papel, se comprimía a golpes de
baqueta y así quedaba cargada el arma. Para disparar se llenaba con pólvora
el fogón y, tras apuntar de manera lo más precisa posible, se acercaba al
pequeño orificio una mecha lenta o un carbón encendido, lo que hacía inflar el
''cebo" y éste comunicaba el fuego al interior del arma produciéndose el
disparo.
Estas armas de fuego primitivo, entre las que se encontraban modelos de
pequeños tamaño, pueden ser consideradas como las antecesoras de las
pistolas, aunque no eran otra cosa que pieza de artillería en miniatura.
Los ejemplares de estas armas son muy escasos y, como ya hemos dicho, no
se ha podido determinar con total precisión dónde y quién comenzó su
fabricación y uso.

LAS ARMAS DE MECHA

El ingenio humano pronto desarrolló un sistema para que esa mecha lenta se
aplicara mediante una procedimiento mecánico, creando así lo que podríamos
denominar el primer sistema de percusión, o más concretamente, el antecesor
de los "martillos" posteriores y actuales.
Las diferencias con el cañón de mano eran mínimas, la cargase efectuaba de
la misma manera y aquí el cebo se colocaba en una pequeña cavidad circular
dispuesta en la culata, en donde se encontraba el fogón. Adosada a un lateral
se situaba una pieza en forma de S o "serpentín" a la que en su parte superior
se sujetaba la mecha por distintos procedimientos. Para esto tiraba hacia atrás
de su parte inferior, descendiendo del otro extremo sobre el fogón, prendiendo
el cebo y produciéndose el disparo.
Este sistema aportó la mejora, con respecto al interior, de facilitar el apunte del
arma, ya que le tirador no debía prestar toda su atención en dirigir con su mano
la mecha al cebo y retirarla rápidamente afín de evitar quemarse con la
llamarada. Es indudable que este sencillo mecanismo representó un notable
progreso; se desarrollaron distintos tipos más o menos mecánicamente
laborados para producir el descenso de la mecha sobre el cebo.

LAS ARMAS DE RUEDA

Es este un sistema más avanzado, más perfeccionado y distinto, al de mecha.


Desde antes de aparecer las armas de fuego era conocido y utilizado los
sistemas de obtener fuego golpeando una piedra dura contra un hierro o
"eslabón" y aprovechar las chispas que se producían para encender una
"Yesca" y comunicar el fuego donde fuera necesario. Lo mismo se consigue si
en vez de piedra, normalmente una variedad de sílex, se frota con un trozo de
pirita, mineral que contiene hierro.
El funcionamiento de estas arma era el siguiente: se hacía girar un anillo,
situado en el lateral, tallado con cortes o rebajes, mediante una llave
independiente; al rodar una pequeña cadena que envolvía el perno de esa
rueda, tiraba por un extremo una parte de un muelle de lámina en forma de V y
quedaba fijada por un diente. Tras la rotación se abatía sobre la rueda una
pieza derivada del serpentín y al que sustituía, la cual llevaba fijada en su
extremo mediante unas mordazas regulables un trozo de pirita. Al tirar del
gatillo se liberaba la rueda que, impulsada por la presión del muelle, giraba
rozándola pirita y produciendo la chispa a la " cazoleta" que, previamente llena
de pólvora, comunicaba por el fogón (ya denominado desde algunos modelos
de armas de mecha, en las que se situaba en un lateral,"Oído") el fuego al
interior del arma.
Las primeras pistolas de rueda fueron utilizadas principalmente por los militares
para los cuerpos de caballería. Su empleo revolucionó la forma de hacer la
guerra y posibilitó nuevas técnicas que hicieran de la caballería, durante un
período, dueña de los campos de batalla, a la vez que fueron posible las
emboscadas y asaltos nocturnos al haber sido eliminada la mecha
constantemente encendida. Estas armas facilitaron un apunte mucho más
preciso, una mejor manejabilidad y un notable aumento de eficacia y seguridad
en cuanto a su uso.
No existen datos exactos acerca de su origen, estudiosos del tema centran su
atención en Alemania, en Nuremberg concretamente, entre los años 1515 y
1517 e incluso el polifacético Leonardo da Vinci, en su Códice Atlántico, dibuja
y explica el mecanismo de un arma de rueda.
El uso progresivo y extensivo de las armas de fuego hacía necesaria una
mayor simplificación en su construcción y empleo.
Las armas de rueda adolecían de un excesivo precio en su realización, así
como de un complicado mecanismo que solamente un experto podía sustituir o
reparar. Hubo de llegarse a soluciones más racionales para que los ejércitos
dotaran a sus tropas y para que los particulares, al margen de la clase alta,
pudieran acceder a las armas de fuego.
La pirita, que en el sistema de ruedas se empleaba para producir las chispas,
era demasiado blanda y se desmenuzaba fácilmente. Se intentó sustituirla por
piedra de sílex, pero era demasiado dura y dañaba la rueda. Alguien debió
pensar que en la forma tradicional de encender fuego bastaba golpear la piedra
con el eslabón para producir la chispa, de ahí al arma de sílex, que luego se ha
denominado simplemente de chispa, había un paso.
Su funcionamiento es simple, al mismo tiempo que más resistente y seguro que
los anteriores, la piedra está sujeta también con mordazas al martillo en el
lateral del arma, este al levantar se comprime un muelle y es sujetado por un
resalte; al oprimir el gatillo, el martillo queda libre e impulsado por la presión del
muelle, da un fuerte golpe contra una pieza de acero, provoca chispas que
inflaman el cebo que reposa en la cazoleta, y lo trasmite a la carga.

ARMAS DE PERCUSIÓN

La consecución de una cápsula de cobre que contenía una pequeña cantidad


de fulminato de mercurio utilizado como iniciador del proceso de combustión,
será un paso de gigante, siendo utilizado hasta la consecución de los cartuchos
de auto-ignición en las armas de retrocarga.
Las armas se simplificaron notablemente al eliminarse elementos como las
cazoletas, rastrillos, portapiedras, etc., cambiándose todo ello por un oído en
relieve que normalmente se enroscaba en la recámara del cañón, hueco en su
interior, llamado " chimenea", en el que se colocaba el pistón y un martillo en el
que, en vez de piedra, existía una superficie plana que golpeaba contra la
chimenea y lanzaba una llamarada hacía la carga de pólvora que contenía la
recámara.

EL SIGLO DE LAS PISTOLAS AUTOMATICAS

Como ya hemos dicho se hacía necesario disponer de un único elemento que


contuviera el fulminante, la carga y los proyectiles.
Lefaucheux, armero francés, fabrica en 1836 armas de caza de doble cañón y
retrocarga e ideó un sistema que aplicó a sus municiones y que le han
convertido en uno de los hombres más importantes en la historia de las armas.
Esto fue algo tan sencillo como la " vaina".
Los cartuchos que este armero francés utilizaba se componían de un tubo de
cartón al que se le había incorporado una base " culote" de cobre o latón que
se cerraba en el otro extremo por el proyectil o una tapa sujeta por un pliegue
en el caso de munición fraccionada; Pero este cartucho carecía de fulminante.
En 1846 Houiller perfeccionó el cartucho de Lefaucheux incorporándolo un
fulminante en su interior, al que una espiga solidaria y semiperpendicular al
culote detonaba al recibir el golpe del martillo.
Estos cartuchos de espiga o aguja pronto se adecuaron a cargas más potentes
al producirse con vaina totalmente metálica, que al mismo tiempo les hacía
más resistentes a la humedad, aunque no más seguros, pues cualquier golpe
en la aguja podía hacerlos explotar.
LA PISTOLA AUTOMATICA

Las primeras armas automáticas se diseñan, como ya hemos dicho, con la


aparición del cartucho metálico y la idea de contar en la propia arma con un
almacén de cartuchos que por medios ajenos al usuario se fueran disponiendo
para ser disparados, era esperanzadora si tenemos en cuenta que hasta
entonces las armas cortas con mayor capacidad de fuego eran los revólveres (
de los que llegaron a existir ejemplares con 18 recámaras y doble cañón) pero,
como es lógico, cuanto mayor era su capacidad más lenta era también su
recarga.
Se considera como la primera pistola automática que alcanzó éxito mundial, la
inventada por Hugo Borchardt, esta arma disponía ya de un cargador separable
alojado en la empuñadura, con capacidad para ocho cartuchos.
En España ha sido utilizada una pistola denominada Bergman Bayard producía
en 1291 la cual disponía de cargador separable delante del guardamonte, con
capacidad para 6 cartuchos calibre 9mm Bergman Bayard.
En 1836 fue sacada al mercado la mauser, una pieza apreciada por cualquier
coleccionista. Esta pistola fue la primera en incorporar el sistema de cartuchos
al tresbolillo en el cargador, siendo éste parte solidaria en el arma.
En España a principio de siglo, el Teniente Coronel del Ejército don Venancio
López de Ceballos y Aguirre Conde de Campo Giro, diseña una pistola
automática de calibre 9mm, es realizada en su modelo 1913-16 por la firma
esperanza y Unceta (Astra) que fue sustituida en 1921 por la Astra mod 400
9mm largo.
En 1911 el ejército norteamericano de diseño Browning en calibre 45 ACP
denominada Colt Governmet Model.
En la primera guerra mundial se incrementaron los proyectos y producciones
en las pistolas automáticas, demostrada su eficacia, así como que las fábricas
de todo el mundo producen innumerables modelos de automáticas de bolsillo.
En la producción mundial de entreguerras se destacan dos pistolas, la Walter
P-38 alemana, esta pistola fue la primera que se incorporó como de ordenanza
con un sistema de doble opción, es decir, que una vez introducida el cartucho
en la recámara, el arma puede dispararse con la sola presión del gatillo.
La pistola G.P-35 que disponía de un cargador sobredimensionado que alojaba
13 cartuchos, lo que confería una enorme potencia de fuego.

LOS PRIMEROS REVOLVERES

• El PEEPERBOX

Los peeperbox tuvieron su éxito y popularidad, principalmente con armas de


defensa para tirar a muy corta distancia, puesto que el cañón giraba al apretar
el gatillo en los de doble acción y por lo tanto carecía de miras, además, si los
cañones hubieran sido largos, sería muy pesada y dejaría de ser manejable.
Estas razones y el precio más ajustado de los revólveres fueron el fin de los
populares peeperbox.
El verdadero revólver como tal se debe a la inventiva americana, el más
antiguo que se conoce es el que patentó Collier el 21 de noviembre de 1818.
La ignición se efectúa por chispa de sílex, golpeando un yunque que vuelve por
resorte a su posición de disparo al montar a mano el martillo, pero tapando una
pequeña cantidad de pólvora de cebo, un diente de escape permite que el
tambor o cilindro del arma gire un punto para alinear una nueva carga con el
cañón.

EL REVOLVER DE CARTUCHO METALICO

Ha existido y existe una interrelación en el desarrollo de las armas entre el


sistema ignición y el cartucho, desde el momento en que se produjo
industrialmente el pistón de fulminante, los técnicos y diseñadores de armas
buscaron nuevas formas de mejorar las armas existentes. Uno de los primeros
pasos fue incorporar los elementos necesarios para cargar el arma en un
cartucho que no se rompiera para poder colocar cada elemento en su sitio.
Entre los primeros cartuchos con todos los elementos estaban los diseños por
Dreyse, Lefaucheux, y el de ignición anular por Flobert y Húllier y con ellos se
inició una nueva era que fue la de las armas de retrocarga.

CONCLUSIÓN

Más de siete siglos nos separan desde que algún soldado empleara por
primera vez su cañón de mano, siete siglos en los que el hombre ha
demostrado un espíritu de superación técnica admirable y en los que, como
hemos visto, algunos cerebros preclaros para la mecánica, o simplemente la
lógica supieron aplicar sus experiencias para beneficio de todos aquellos que
vemos hoy en algo tan simple como una pistola, mucho más que un arma de
fuego, algo que representa más de 700 años de evolución en el hombre.

Potrebbero piacerti anche