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El descubrimiento y la asimilación del conocimiento matemático a partir de la


discusión heurística. Otra manera de presentar las matemáticas

Mauricio Penagos1
Aquellos que iniciamos nuestra educación básica en la década de los 70´s, y, seguramente,
quienes la iniciaron antes, fuimos educados bajo el dogma de que las matemáticas son
sinónimo de certeza absoluta e indiscutible; que los resultados matemáticos son producto de
hombres y mujeres iluminados, seres de otro planeta, distintos al resto de los mortales.
Hasta se llegaba a escuchar, de diferentes personas, que uno podía nacer con o sin
habilidades para la matemática; notemos que, esto último da un toque elitista a las
matemáticas

En aquel tiempo, los libros de matemáticas (a blanco y negro y hojas de papel periódico)
estaban plagados de fórmulas abstrusas y razonamientos que había que memorizar y recitar
(tragárselos, a veces, sin digerir). En ocasiones, podían observarse también algunas figuras
geométricas u otras ilustraciones gráficas que apoyaban, por los laditos, la teoría en
discusión. Reinaba en el ambiente escolar la premisa de que el conocimiento matemático lo
poseían los libros y los profesores; y a uno le tocaba beber, lo que pudiera, de ese
conocimiento; pocas veces lograba uno saciarse, la mayoría de ellas quedaba con sed o a
medias. El maestro recitaba los resultados matemáticos, incluyendo las demostraciones, y
después de eso, cuando llegaba la hora de presentar la lección, ¡sálvese quien pueda!

Para la época, la enseñanza de la matemática aún manifestaba rasgos (o rezagos) de las


escuelas formalistas y logicistas, las cuales aseveraban que el método axiomático, así como
el método lógico deductivo, eran la panacea para la fundamentación de las matemáticas.
David Hilbert (1862-1943), padre del formalismo, en su momento postuló que, para
asegurar una matemática libre de contradicciones, se requerían únicamente pruebas de
consistencia rigurosas. Para él, las pruebas logradas por interpretación (intuitiva) no eran
satisfactorias; y la consistencia se aseguraba sólo si se fundamentaba en una prueba formal.

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Estudiante de Educación Matemática Universidad Antonio Nariño, Bogotá. Docente Universidad
Surcolombiana (USCO), Neiva - Huila
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En resumen, para Hilbert, los procesos demostrativos y lógico-deductivos soportarían todo


resultado que fuera discutido en cualquier ámbito, particularmente en la clase.

Tal como mencionaba en el ensayo, de mi autoría, “Escuela Formalista de la


Matemática” (2017), El formalismo hizo su aparición a comienzos del siglo XX como
propuesta para conseguir una fundamentación de la matemática que se basara en la
aritmética sin recurrir a la teoría de conjuntos, la cual en ese momento era fuertemente
criticada por encontrarse plagada de antinomias. El propósito era lograr la consistencia de
la aritmética y, a partir de ésta, lograr la solidez de la matemática. Por lo anterior, en los
70’s aún se sentía en el ambiente del aula de matemáticas la postura teórica de Hilbert,
basada en una combinación de métodos axiomáticos y logísticos. Para Hilbert, la
fundamentación de las matemáticas tendría éxito al combinar conceptos y procesos
matemáticos de la lógica mediante un simbolismo apropiado (lógica simbólica), utilizando
reglas de inferencia adecuadas para manipular símbolos que representan términos técnicos
y relaciones; en otras palabras, combinando un sistema como el del cálculo de predicados
con axiomas. Con esta lógica moderna, las pruebas se convierten en cálculos formales que
se pueden verificar mecánicamente, de modo que el proceso sea puramente constructivista.

Una manera “alternativa” de presentar, discutir y enseñar la matemática, más


explícitamente, un modelo metodológico diferente de enseñanza-aprendizaje de esta
ciencia, es presentada en el libro Pruebas y Refutaciones. La Lógica del Descubrimiento
Matemático, del matemático húngaro Imre Lakatos (1922-1974). Lakatos presenta su
posición epistemológica de la matemática, en el escenario de una discusión entre un
profesor y sus alumnos (de nivel avanzado, según se percibe en el libro) en una clase de
matemáticas donde se discute de forma heurística el Teorema de Euler sobre poliedros,
expresado en la fórmula C − V + A = 2 (el número de caras C, menos el número de vértices
V, más el número de aristas A, de un poliedro es siempre igual a 2). El profesor presenta el
teorema como una conjetura, ésta es validada por sus estudiantes para los llamados
poliedros platónicos (tetraedro, cubo, octaedro, dodecaedro e icosaedro); posteriormente,
inicia la discusión sobre la prueba de este resultado. Uno de los estudiantes propone un
contraejemplo para la conjetura, el maestro insiste en mantener la prueba, aún a sabiendas
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de que no puede ser correcta. Así, se inicia una acalorada discusión entre los estudiantes, en
la cual el profesor hace las veces de moderador.

Lakatos quiere poner en evidencia que, ningún resultado matemático es definitivo ni


perfecto, tampoco incuestionable; es cuestión de buscar contraejemplos que contradigan o
refuten tales resultados. Una vez aparezcan los contraejemplos, la teoría deberá
reformularse, ampliando o reduciendo su campo de validez. El progreso del conocimiento
matemático se logra a través de pruebas y refutaciones.

Lakatos, cuyo verdadero nombre fue Imre Lipchitz, fue un reconocido epistemólogo que
estudió Matemática, Física y Filosofía en la Universidad de Debrecen, Hungría, donde se
gradúo en 1944. Su madre y su abuela murieron en Auschwitz. Después de la segunda
guerra mundial se volvió comunista activo y ocupó un alto cargo en el Ministerio de
Educación de su país. Debido a problemas con el gobierno ruso, en 1950 fue condenado a
tres años de cárcel donde se dedicó a la traducción al húngaro de libros de matemáticas;
allí, traduce el libro de Pólya How to Solve it. Finalmente, en 1956 logró huir a Inglaterra
donde cursó su doctorado en filosofía en la universidad de Cambridge. Sus estudios
estuvieron influenciados por las ideas de Karl Popper (quien fuera su tutor de tesis) y
George Pólya. En 1961, presenta su tesis doctoral “Ensayos sobre la lógica del
descubrimiento matemático”; el tema de la tesis, fue sugerido por Pólya (la historia de la
fórmula de Euler-Descartes, V - A + C = 2). En 1960, Lakatos es nombrado docente en la
London School of Economics, donde enseñó durante 14 años, hasta su deceso en 1974.

Pruebas y Refutaciones es una obra a partir de su tesis doctoral, en la cual Lakatos


expone su manera de pensar en torno a la epistemología de la matemática. La obra de
Lakatos es un profundo ataque al formalismo, pues según él, esta escuela “dogmática”
desconoce la verdadera forma en que han evolucionado las matemáticas, que considera
únicamente como abstracción formal, y para la cual la filosofía de la matemática se reduce
a la metamatemática. De acuerdo a Davis (1988),

[…] lo que se propone Lakatos es “desarrollar y elaborar la tesis de que las matemáticas
informales, cuasiempíricas propuestas no crecen bajo el acumulo monótono de teoremas
indubitablemente establecidos, sino a merced de la incesante mejora de conjeturas mediante la
especulación y la crítica, mediante la lógica de demostraciones y refutación. (pp. 255-256)
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Para Lakatos, la manera tradicional de presentar la matemática, mediante un proceso


dogmático fundado en el formalismo, no permite la creatividad. Así, Cuesta (2015) afirma
que,

[…] no transmite su verdadera esencia y, sobre todo, no enseña a pensar de forma matemática.
Uno puede deducir teoremas a partir de los postulados y de proposiciones previas, pero eso no
deja de ser una tarea rutinaria: no se crea nueva matemática con ello. … Lakatos defiende que la
matemática progresa gracias a un proceso mucho más complejo y rico basado en la elaboración
de conjeturas y pruebas heurísticas y el análisis de sus refutaciones mediante contraejemplos.

A su vez, Bağçe (2009), refiere que

[…] la exposición de Lakatos de la fórmula de Euler es un relato "reconstruido racionalmente",


que difiere de la historia real en algunos aspectos (según Lakatos, en la introducción a las
relaciones públicas). Su obra se centra en una nueva propuesta, "informal", que llamó
matemática cuasi-empírica, la cual no crece a través de un aumento monótono del número de
teoremas establecidos, sino a través de la mejora incesante de las conjeturas por la especulación
y la crítica, por la lógica de las pruebas y las refutaciones2. (p. 1)

En palabras de Davis (1998),

[…]… En lugar de presentar símbolos y reglas de combinación, Lakatos presenta a seres


humanos, un profesor y sus alumnos. En lugar de mostrar un sistema construido a partir de
primeros principios, ofrece un choque de opiniones y razonamientos y refutaciones. En lugar de
una matemática esqueletizada y fosilizada presenta el desarrollo de una idea matemática a partir
de un problema y una conjetura, al tiempo que ante nuestros ojos va adquiriendo forma una
teoría, en el calor del debate y el desacuerdo, y la duda va cediendo el paso a la certeza, y la
certeza, a la duda renovada. (p. 252)

En la “matemática informal” que propone Lakatos, realizar una prueba tiene un


significado diferente: no es un procedimiento mecánico que parte de las hipótesis y
mediante una cadena de verdades lleva a las conclusiones de manera infalible. Por el
contrario, probar significa hacer indagaciones, lanzar contraejemplos, ofrecer
explicaciones, justificaciones y construcciones que permitan hacer la conjetura más
plausible, más convincente. Parafraseando a Davis (1988), cada paso de una prueba es

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Traducción del autor.
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criticable, tal crítica puede ser solo escepticismo o puede dar lugar a un contraejemplo local
o global. Lakatos llama contraejemplos locales a aquellos que refutan la prueba, es decir,
los pasos concretos del razonamiento. Por otro lado, los contraejemplos globales
contradicen no el razonamiento sino la conjetura inicial.

Lakatos define prueba como un experimento mental (cuasi-experimento) que implica


descomponer una conjetura inicial en subconjeturas o lemas, que pueden ser refutadas. Una
prueba no garantiza una verdad, tal sería el caso de una “demostración”, que es una palabra
más contundente, que indica que ya no quedan dudas sobre la validez de un resultado
matemático. Lakatos también afirma que las pruebas, no siempre prueban lo que pretendían
probar, es por esto que a menudo son refutadas. Parafraseando a Lakatos (1978), el análisis
de la prueba es “el proceso creativo para encontrar caminos que permitan superar las
dificultades planteadas por los contraejemplos”.

En el desarrollo de su libro, Lakatos pone en evidencia que es necesario analizar la


prueba en busca de los “puntos débiles” y las hipótesis o lemas ocultos que asumimos sin
explicitar. Debemos buscar en ellos las restricciones que se debe imponer a la conjetura; en
palabras de Cuesta (2015),

[…] así como las definiciones más apropiadas de los términos que hemos introducido de forma
heurística (como el de poliedro, que nunca hemos definido). Al final del proceso emerge el
teorema con todas sus prescripciones correctamente delimitadas, pero también se perfilan los
conceptos heurísticos que no habíamos definido (incluida la propia noción de poliedro).

Ya definidos algunos conceptos fundamentales planteados en el libro Pruebas y


Refutaciones de Imre Lakatos, se procederá a realizar un análisis del mismo, según las
cinco reglas heurísticas que se enuncian en él (páginas 68, 76 y 95) y los denominados
estadios que constituyen la parte esencial del análisis de la demostración (pág. 149-150,
apéndice 1 del libro).

Como ya se mencionó antes, en el libro se discute la prueba del Teorema de Euler sobre
poliedros, expresado en la fórmula C − V + A = 2 que es formulada como un problema por
el maestro, y que llamaremos conjetura primitiva o inicial. El maestro propone la prueba
(experimento mental) que se detalla en los siguientes pasos, que constituyen en adelante los
lemas de la conjetura inicial de Lakatos (1978):
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i. Pensemos que el poliedro es hueco, con una superficie hecha de goma fina. Si se
recorta una de las caras se puede estirar lo restante del poliedro, sobre una superficie
plana sin romperlo. A pesar de la deformación, V y A no se alteran, pero al faltar una
cara, V - A + C = 1
ii. Se triangula el mapa obtenido, trazando diagonales sobre los polígonos obtenidos
(posiblemente curvilíneos). Con esto, aumentan ambos A y C en uno, de modo que el
total de V - A + C no se altera.
iii. Se eliminan los triángulos. Esto puede hacerse de dos formas: ó se elimina una arista,
con lo que desaparece una cara y una arista, ó se eliminan dos aristas y un vértice, con
lo que desaparece una cara, dos aristas y un vértice. Al final de este proceso
obtenemos un solo triángulo, en cuyo caso V - A + C = 1. Por tanto, concluye el
maestro, hemos probado nuestra conjetura.
El maestro manifiesta que la descomposición de la conjetura en estos tres lemas es una
oportunidad de mejorarla, pues serán los “blancos” de la crítica para formular
contraejemplos. La primera duda que manifiestan los alumnos es si los tres lemas son
válidos para cualquier poliedro. Así, los primeros contraejemplos que surgieron en la clase
están dirigidos a los lemas, es decir, son contraejemplos locales, pero no globales, ya que
no atacan a la conjetura principal. Explícitamente, un contraejemplo que es local pero no
global critica la prueba y no la conjetura.
Contraejemplo 1: consideremos como poliedro un cubo. Luego de realizar los pasos (i) y
(ii) de la prueba, para eliminar un triángulo del interior del mapa triangulado que se
obtiene, es posible hacerlo sin eliminar ninguna arista o vértice. Esta no es una de las dos
únicas maneras de hacerlo, según el lema (iii); esto prueba que el lema es falso. Notemos,
sin embargo, que la conjetura de Euler es válida para el cubo. Así, vemos que este
contraejemplo es local pues no refuta la conjetura principal, sino un lema constituyente de
su prueba. En respuesta a esto, se propone una modificación de lema (iii) que mejore la
prueba sin refutar el contraejemplo: (iii) Eliminar cualquier triángulo de la frontera
siguiendo exactamente las condiciones del tercer lema. Este contraejemplo obliga a
formular una manera de eliminar los triángulos de la red triangulada del cubo para que la
prueba tenga éxito; por tanto, se trata de una heurística positiva que facilita la prueba.
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Por parte de los estudiantes surge un nuevo Contraejemplo 2. Se trata de un par de cubos
anidados: un sistema compuesto de dos cubos, uno está dentro, aunque sin tocar el otro. Es
un contraejemplo para el primer lema, ya que al eliminar una cara el cubo interno, el
poliedro no puede ser estirado sobre un plano; lo mismo ocurre si se elimina una cara del
cubo exterior. Además, para cada cubo (por separado) se tiene que V - A + C = 2, pero para
el sistema tenemos V - A + C = 4, lo cual contradice la conjetura inicial. Así, este es un
contraejemplo global pero también local.

Los estudiantes quedan en un estado de incertidumbre, pues no están seguros si el


sistema de cubos anidados es o no un poliedro. Uno de los estudiantes manifiesta: “una
mujer con un niño en su vientre no constituye un contraejemplo de la tesis de que los seres
humanos poseen sólo una cabeza”. A continuación, se propone el llamado método de
exclusión de monstruos con el fin de rechazar los casos “patológicos” que aparecen en la
prueba, no los contraejemplos. Se consideró que era necesario proponer definiciones
modificadas de lo que es un poliedro para salvar la conjetura. Estas son (Lakatos 1978):

Def. 1. Un poliedro es un sólido cuya superficie consta de caras poligonales.

Def. 2. Un poliedro es una superficie formada por un sistema de polígonos.

De acuerdo a Bagçe (2009),

[…] desde el punto de vista heurístico, estas definiciones deben clasificarse como heurísticas
negativas, ya que excluyen algunas formas de objetos geométricos que corresponden a las dos
definiciones dadas y, por lo tanto, limitan la clase de objetos a los que se aplican. Obsérvese que
esta revisión de las definiciones parece ser ad hoc. Después de cada contraejemplo, podría ser
necesario revisar las definiciones para excluir a los monstruos…3. (p. 9)

Aparecen dos nuevos contraejemplos a las definiciones anteriores: los estudiantes


proponen los llamados “poliedros gemelos”. Estos son: Contraejemplo 2(a). Un par de
tetraedros que tienen una arista común y Contraejemplo 2(b) Un par de dos tetraedros que
tienen un vértice. Ambos contraejemplos satisfacen las definiciones, y también para ambos

3
Traducción del autor
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sistemas se tiene que V - E + F = 3. Para excluir estos contraejemplos, se formuló una


nueva definición de Lakatos (1978):

Def. 3. Un poliedro es un sistema de polígonos dispuestos de modo que: (1) en cada


arista se encuentran exactamente dos polígonos y (2) es posible ir desde el interior de un
polígono al interior de otro a través de un camino que nunca cruce ninguna una arista por
un vértice.

A lo anterior, el maestro precisa que siempre es necesario ponerse de acuerdo en el


significado de los términos (conceptos), los cuales deben ser precisos para evitar la
aparición de monstruos; en otras palabras, no se debe suponer la familiaridad con el
concepto; es necesario precisar lo que es un poliedro de lo que no lo es. Para eliminar los
monstruos anteriores, el resultado fue la siguiente “definición perfecta”:

Def. P. Un poliedro es un sistema de polígonos que cumple la ecuación V - A + C = 2

Para Bagce (2009),

Lakatos incluye en su obra esta Definición para mostrar las falacias de la tradición matemática
euclidiana. Con esta estrecha definición, la conjetura de Euler es trivialmente satisfecha ya que
redujo la Eulernidad del poliedro a una sola fórmula, V -E + F = 2, pero no hizo nada para
explicar las propiedades globales de la Eulernidad. Debe mencionarse además que esta
definición fue generada por la prueba. La definición P parece ser un concepto deductivo, sin
embargo, como la Definición P es generada, no es una noción deductiva. Éste movimiento fue
un logro significativo de Lakatos: convirtió un concepto de aspecto deductivo en una prueba
generada por la revisión de la presentación heurística4. (p. 10)

Contraejemplo 3: el erizo de Kepler: un dodecaedro estrellado que satisface la definición


3, pero para el cual V - A + C = -6. Se afirmaba que las caras del erizo son polígonos
estrellados. Esta interpretación dio lugar a la observación de que el erizo es un poliedro
Euleriano. En el calor de la discusión, finalmente, se concluyó que no es poliedro porque
falla en la definición de polígono, pues un pentágono estrellado no es un polígono. Se
propone otra nueva definición de Lakatos (1978):

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Traducción del autor
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Def. 4. Un polígono es un sistema de aristas dispuestas de modo tal que (1) en cada
vértice se encuentran exactamente dos aristas, y (2) las aristas no tienen puntos en común
excepto los vértices.

Con esta definición 4, se excluyó el erizo ya en este, las aristas tienen puntos comunes
más allá de los vértices. A la definición 4 se le eliminó la segunda condición por considerar
que, con la primera era suficiente, obteniéndose la nueva

Def. 4´. Un polígono es un sistema de bordes dispuestos de tal manera que exactamente
dos bordes se encuentran en cada vértice.

De acuerdo a la propuesta de Lakatos, la Def. 4´ es el producto de una heurística


negativa, ya que excluye una condición de la Def. 4, al restringir el concepto de polígono.

Contraejemplo 4 es el marco de cuadro. Se propone como un contraejemplo de las


Definiciones 4 y 4´. Para este hipotético poliedro se tiene que V - A + C = 0. Se explica que
el marco no se puede inflar en una esfera o un plano. Este retorcido caso da origen a una
nueva definición “implícita” de poliedros:

Def. 5. En el caso de un poliedro genuino, por un punto arbitrario en el espacio, habrá al


menos un plano cuya sección transversal con el poliedro consiste en un solo polígono.

Enfatiza Lakatos (1978) de la siguiente manera

En el caso de los poliedros convexos, todos los planos cumplirán este requisito, sea cual sea el
lugar en que tomemos el punto. En el caso de los poliedros cóncavos ordinarios, algunos planos
tendrán más intersecciones, aunque siempre habrá algunas que sólo tengan una. En el caso de
este marco de cuadro, si tomamos el punto en el túnel, todos los planos tendrán dos secciones,
¿cómo puede usted entonces llamar a esto un poliedro? (p.37)

Contraejemplo 5: El Cilindro, un poliedro que tiene 3 caras (la tapadera, el fondo y la


cubierta) y ningún vértice, pero para el cual V - A + C = 1. La polémica indicó que el
cilindro no es un contraejemplo de las definiciones de poliedro, ya que no era coherente con
la definición de arista. Como resultado, se propuso una nueva definición de arista:

Def. 6. Una arista posee dos vértices.


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Con esta definición, el cilindro fue excluido de los poliedros. Esta definición se puede
considerar un producto de la heurística positiva. Lakatos demostró que heurística negativa
puede ser seguida por una heurística positiva que, generaría un nuevo concepto.

El cilindro es un contraejemplo global pero no local, ya que refuta el teorema, pero no


los lemas. Es un contraejemplo tanto para la conjetura ingenua como para el teorema. El
problema aparece cuando se intenta inflar el cilindro en un plano quitando la cara lateral. Se
requiere que el cilindro satisfaga otro lema: la red plana resultante necesita ser conexa. Pero
esta es una suposición oculta. El cilindro tampoco satisface el lema (ii): cualquier cara
diseccionada por una diagonal se divide en dos partes. El contraargumento que siguió
inmediatamente fue la observación de que, puesto que uno no puede dibujar una diagonal
en las caras circulares, el cilindro debe satisfacer el lema. Se observó, entonces, que esta
interpretación de la diagonalización no se derivaba de la prueba debido a que era imposible
llegar a una red triangular y concluir la prueba.

En cuanto a la exclusión de monstruos, arguye Lakatos (1978) “[…] con este método se
puede eliminar cualquier contraejemplo de la conjetura original, mediante una hábil,
aunque siempre ad hoc redefinición de poliedro, de sus términos definitorios o de los
términos definitorios de sus términos definitorios” (p. 39).

Al respecto, Bagce (2009) afirma que

[…] con la eliminación de monstruos, teóricamente podemos redefinir los términos


recursivamente, es decir, primero empezamos con los términos y los definimos, y luego
definimos los términos que definieron el término original y así sucesivamente. Así, el proceso de
definición se vuelve ad hoc, y es posible que necesitemos otra herramienta para salir de este
círculo vicioso. Este método no necesariamente produce heurística positiva, debido a que, puede
ser utilizado para evitar los contraejemplos o también para mejorar la conjetura mejorando los
términos definitorios5. (p. 11)

Contraejemplo 6: el cubo con cresta. Se trata de un cubo con otro cubo más pequeño
encima. Este poliedro satisface todas las definiciones propuestas hasta ahora, también es
simple, puesto que puede ser estirado sobre un plano. Sin embargo, la característica de

5
Traducción del autor
11

Euler estipula que V - A + C = 3 y, por tanto, no es Euleriano. Este poliedro constituye un


contraejemplo global de la conjetura mejorada y se sospecha que el segundo lema debe
mejorarse. En este caso concreto, los lados del cubo con cresta se interpretaron como caras
en forma de anillo, por lo que la condición de simplemente conexo lo excluía
inmediatamente. Se concluyó que el cubo con cresta es un verdadero contraejemplo de la
conjetura de Euler. De estas discusiones surgió una nueva formulación del teorema: Todos
los poliedros son Eulerianos, si: (a) son simples, (b) todas sus caras son simplemente
conexas, y (c) son tales que los triángulos en la red triangular plana, resultantes del estirado
y triangulación, pueden ser numerados de tal manera que, al eliminarlos en el orden
correcto, V - A + C no cambia hasta llegar al último triángulo. Con esta formulación los
lemas se han convertido en condiciones del teorema (método de incorporación de lemas).

Para finalizar, es importante tener en cuenta que, las matemáticas informales permiten
un proceso de crecimiento y descubrimiento compartido del conocimiento matemático. Es
la metodología que se reclama en las aulas de clase con el fin de que nuestros estudiantes
logren un aprendizaje significativo. Así, las matemáticas se convierten en una ciencia que
se desarrolla a través de un proceso de crítica y sucesivo refinamiento de las teorías y del
avance de teorías nuevas que compiten entre sí. En palabras de Ramírez (1999), “Las
matemáticas formalizadas, a las cuales se ha dedicado tanto esfuerzo filosófico en años
recientes, a duras penas podrán ser halladas por mucho que rebusquemos en cielos y tierra,
salvo en los libros y revistas de lógica simbólica” (p.127).

Lakatos propone que toda teoría informal es modificable, y la decisión que se debe
tomar es siempre compleja y controvertida. Para esto, pone en evidencia el contraste entre
las teorías fundacionistas tradicionales de las matemáticas que se encerraron en el elitismo
de la forma que la matemática se justifica a sí misma, frente a las teorías “cuasiempiristas”
que consideran que las matemáticas son intrínsecamente conjeturales y falibles.
Desafortunadamente, a muchos de los que fuimos educados bajo el dogmatismo
fundacionista se nos incrustó su metodología hasta los tuétanos, y lo peor es que aún
podríamos estar replicándolo en nuestra labor docente. Ojalá el análisis de la obra de
Lakatos nos permita reflexionar y enfrentar nuestros demonios para hacernos
multiplicadores de su método de pruebas y refutaciones.
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Referencias

Bağçe, S., y Baskent, C. (2009). An Examination of Counterexamples in Proof and


Refutations. Philosopia Scientiae, 13(2), 3-20. Recuperado de
http://www.canbaskent.net/logic/proofs.pdf

Cuesta, J. (10 de septiembre de 2015). Opiniones de un bar de un grupo de lectores acerca


de libros que han leído [Mensaje en un blog]. Recuperado de
https://lacuestademoyano.blogspot.com.co/2015/09/pruebas-y-refutaciones-de-imre-
lakatos.html

Davis, P. J., y Hersh, R. (1988). Experiencia Matemática. Madrid, España: Editorial Labor
S.A.

Lakatos, I. (1978). Pruebas y Refutaciones. La lógica del Descubrimiento Matemático.


Introducción y selección de John Worral y Ellis Zahar. Madrid, España: Alianza
Editorial S.A.

Ramírez, A. (1999). Un Ataque al Formalismo. Revista Suma 30. Pp. 125-130. Recuperado
de https://revistasuma.es/IMG/pdf/30/225-130.pdf

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