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Mauricio Penagos1
Aquellos que iniciamos nuestra educación básica en la década de los 70´s, y, seguramente,
quienes la iniciaron antes, fuimos educados bajo el dogma de que las matemáticas son
sinónimo de certeza absoluta e indiscutible; que los resultados matemáticos son producto de
hombres y mujeres iluminados, seres de otro planeta, distintos al resto de los mortales.
Hasta se llegaba a escuchar, de diferentes personas, que uno podía nacer con o sin
habilidades para la matemática; notemos que, esto último da un toque elitista a las
matemáticas
En aquel tiempo, los libros de matemáticas (a blanco y negro y hojas de papel periódico)
estaban plagados de fórmulas abstrusas y razonamientos que había que memorizar y recitar
(tragárselos, a veces, sin digerir). En ocasiones, podían observarse también algunas figuras
geométricas u otras ilustraciones gráficas que apoyaban, por los laditos, la teoría en
discusión. Reinaba en el ambiente escolar la premisa de que el conocimiento matemático lo
poseían los libros y los profesores; y a uno le tocaba beber, lo que pudiera, de ese
conocimiento; pocas veces lograba uno saciarse, la mayoría de ellas quedaba con sed o a
medias. El maestro recitaba los resultados matemáticos, incluyendo las demostraciones, y
después de eso, cuando llegaba la hora de presentar la lección, ¡sálvese quien pueda!
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Estudiante de Educación Matemática Universidad Antonio Nariño, Bogotá. Docente Universidad
Surcolombiana (USCO), Neiva - Huila
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de que no puede ser correcta. Así, se inicia una acalorada discusión entre los estudiantes, en
la cual el profesor hace las veces de moderador.
Lakatos, cuyo verdadero nombre fue Imre Lipchitz, fue un reconocido epistemólogo que
estudió Matemática, Física y Filosofía en la Universidad de Debrecen, Hungría, donde se
gradúo en 1944. Su madre y su abuela murieron en Auschwitz. Después de la segunda
guerra mundial se volvió comunista activo y ocupó un alto cargo en el Ministerio de
Educación de su país. Debido a problemas con el gobierno ruso, en 1950 fue condenado a
tres años de cárcel donde se dedicó a la traducción al húngaro de libros de matemáticas;
allí, traduce el libro de Pólya How to Solve it. Finalmente, en 1956 logró huir a Inglaterra
donde cursó su doctorado en filosofía en la universidad de Cambridge. Sus estudios
estuvieron influenciados por las ideas de Karl Popper (quien fuera su tutor de tesis) y
George Pólya. En 1961, presenta su tesis doctoral “Ensayos sobre la lógica del
descubrimiento matemático”; el tema de la tesis, fue sugerido por Pólya (la historia de la
fórmula de Euler-Descartes, V - A + C = 2). En 1960, Lakatos es nombrado docente en la
London School of Economics, donde enseñó durante 14 años, hasta su deceso en 1974.
[…] lo que se propone Lakatos es “desarrollar y elaborar la tesis de que las matemáticas
informales, cuasiempíricas propuestas no crecen bajo el acumulo monótono de teoremas
indubitablemente establecidos, sino a merced de la incesante mejora de conjeturas mediante la
especulación y la crítica, mediante la lógica de demostraciones y refutación. (pp. 255-256)
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[…] no transmite su verdadera esencia y, sobre todo, no enseña a pensar de forma matemática.
Uno puede deducir teoremas a partir de los postulados y de proposiciones previas, pero eso no
deja de ser una tarea rutinaria: no se crea nueva matemática con ello. … Lakatos defiende que la
matemática progresa gracias a un proceso mucho más complejo y rico basado en la elaboración
de conjeturas y pruebas heurísticas y el análisis de sus refutaciones mediante contraejemplos.
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Traducción del autor.
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criticable, tal crítica puede ser solo escepticismo o puede dar lugar a un contraejemplo local
o global. Lakatos llama contraejemplos locales a aquellos que refutan la prueba, es decir,
los pasos concretos del razonamiento. Por otro lado, los contraejemplos globales
contradicen no el razonamiento sino la conjetura inicial.
[…] así como las definiciones más apropiadas de los términos que hemos introducido de forma
heurística (como el de poliedro, que nunca hemos definido). Al final del proceso emerge el
teorema con todas sus prescripciones correctamente delimitadas, pero también se perfilan los
conceptos heurísticos que no habíamos definido (incluida la propia noción de poliedro).
Como ya se mencionó antes, en el libro se discute la prueba del Teorema de Euler sobre
poliedros, expresado en la fórmula C − V + A = 2 que es formulada como un problema por
el maestro, y que llamaremos conjetura primitiva o inicial. El maestro propone la prueba
(experimento mental) que se detalla en los siguientes pasos, que constituyen en adelante los
lemas de la conjetura inicial de Lakatos (1978):
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i. Pensemos que el poliedro es hueco, con una superficie hecha de goma fina. Si se
recorta una de las caras se puede estirar lo restante del poliedro, sobre una superficie
plana sin romperlo. A pesar de la deformación, V y A no se alteran, pero al faltar una
cara, V - A + C = 1
ii. Se triangula el mapa obtenido, trazando diagonales sobre los polígonos obtenidos
(posiblemente curvilíneos). Con esto, aumentan ambos A y C en uno, de modo que el
total de V - A + C no se altera.
iii. Se eliminan los triángulos. Esto puede hacerse de dos formas: ó se elimina una arista,
con lo que desaparece una cara y una arista, ó se eliminan dos aristas y un vértice, con
lo que desaparece una cara, dos aristas y un vértice. Al final de este proceso
obtenemos un solo triángulo, en cuyo caso V - A + C = 1. Por tanto, concluye el
maestro, hemos probado nuestra conjetura.
El maestro manifiesta que la descomposición de la conjetura en estos tres lemas es una
oportunidad de mejorarla, pues serán los “blancos” de la crítica para formular
contraejemplos. La primera duda que manifiestan los alumnos es si los tres lemas son
válidos para cualquier poliedro. Así, los primeros contraejemplos que surgieron en la clase
están dirigidos a los lemas, es decir, son contraejemplos locales, pero no globales, ya que
no atacan a la conjetura principal. Explícitamente, un contraejemplo que es local pero no
global critica la prueba y no la conjetura.
Contraejemplo 1: consideremos como poliedro un cubo. Luego de realizar los pasos (i) y
(ii) de la prueba, para eliminar un triángulo del interior del mapa triangulado que se
obtiene, es posible hacerlo sin eliminar ninguna arista o vértice. Esta no es una de las dos
únicas maneras de hacerlo, según el lema (iii); esto prueba que el lema es falso. Notemos,
sin embargo, que la conjetura de Euler es válida para el cubo. Así, vemos que este
contraejemplo es local pues no refuta la conjetura principal, sino un lema constituyente de
su prueba. En respuesta a esto, se propone una modificación de lema (iii) que mejore la
prueba sin refutar el contraejemplo: (iii) Eliminar cualquier triángulo de la frontera
siguiendo exactamente las condiciones del tercer lema. Este contraejemplo obliga a
formular una manera de eliminar los triángulos de la red triangulada del cubo para que la
prueba tenga éxito; por tanto, se trata de una heurística positiva que facilita la prueba.
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Por parte de los estudiantes surge un nuevo Contraejemplo 2. Se trata de un par de cubos
anidados: un sistema compuesto de dos cubos, uno está dentro, aunque sin tocar el otro. Es
un contraejemplo para el primer lema, ya que al eliminar una cara el cubo interno, el
poliedro no puede ser estirado sobre un plano; lo mismo ocurre si se elimina una cara del
cubo exterior. Además, para cada cubo (por separado) se tiene que V - A + C = 2, pero para
el sistema tenemos V - A + C = 4, lo cual contradice la conjetura inicial. Así, este es un
contraejemplo global pero también local.
[…] desde el punto de vista heurístico, estas definiciones deben clasificarse como heurísticas
negativas, ya que excluyen algunas formas de objetos geométricos que corresponden a las dos
definiciones dadas y, por lo tanto, limitan la clase de objetos a los que se aplican. Obsérvese que
esta revisión de las definiciones parece ser ad hoc. Después de cada contraejemplo, podría ser
necesario revisar las definiciones para excluir a los monstruos…3. (p. 9)
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Traducción del autor
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Lakatos incluye en su obra esta Definición para mostrar las falacias de la tradición matemática
euclidiana. Con esta estrecha definición, la conjetura de Euler es trivialmente satisfecha ya que
redujo la Eulernidad del poliedro a una sola fórmula, V -E + F = 2, pero no hizo nada para
explicar las propiedades globales de la Eulernidad. Debe mencionarse además que esta
definición fue generada por la prueba. La definición P parece ser un concepto deductivo, sin
embargo, como la Definición P es generada, no es una noción deductiva. Éste movimiento fue
un logro significativo de Lakatos: convirtió un concepto de aspecto deductivo en una prueba
generada por la revisión de la presentación heurística4. (p. 10)
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Traducción del autor
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Def. 4. Un polígono es un sistema de aristas dispuestas de modo tal que (1) en cada
vértice se encuentran exactamente dos aristas, y (2) las aristas no tienen puntos en común
excepto los vértices.
Con esta definición 4, se excluyó el erizo ya en este, las aristas tienen puntos comunes
más allá de los vértices. A la definición 4 se le eliminó la segunda condición por considerar
que, con la primera era suficiente, obteniéndose la nueva
Def. 4´. Un polígono es un sistema de bordes dispuestos de tal manera que exactamente
dos bordes se encuentran en cada vértice.
En el caso de los poliedros convexos, todos los planos cumplirán este requisito, sea cual sea el
lugar en que tomemos el punto. En el caso de los poliedros cóncavos ordinarios, algunos planos
tendrán más intersecciones, aunque siempre habrá algunas que sólo tengan una. En el caso de
este marco de cuadro, si tomamos el punto en el túnel, todos los planos tendrán dos secciones,
¿cómo puede usted entonces llamar a esto un poliedro? (p.37)
Con esta definición, el cilindro fue excluido de los poliedros. Esta definición se puede
considerar un producto de la heurística positiva. Lakatos demostró que heurística negativa
puede ser seguida por una heurística positiva que, generaría un nuevo concepto.
En cuanto a la exclusión de monstruos, arguye Lakatos (1978) “[…] con este método se
puede eliminar cualquier contraejemplo de la conjetura original, mediante una hábil,
aunque siempre ad hoc redefinición de poliedro, de sus términos definitorios o de los
términos definitorios de sus términos definitorios” (p. 39).
Contraejemplo 6: el cubo con cresta. Se trata de un cubo con otro cubo más pequeño
encima. Este poliedro satisface todas las definiciones propuestas hasta ahora, también es
simple, puesto que puede ser estirado sobre un plano. Sin embargo, la característica de
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Traducción del autor
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Para finalizar, es importante tener en cuenta que, las matemáticas informales permiten
un proceso de crecimiento y descubrimiento compartido del conocimiento matemático. Es
la metodología que se reclama en las aulas de clase con el fin de que nuestros estudiantes
logren un aprendizaje significativo. Así, las matemáticas se convierten en una ciencia que
se desarrolla a través de un proceso de crítica y sucesivo refinamiento de las teorías y del
avance de teorías nuevas que compiten entre sí. En palabras de Ramírez (1999), “Las
matemáticas formalizadas, a las cuales se ha dedicado tanto esfuerzo filosófico en años
recientes, a duras penas podrán ser halladas por mucho que rebusquemos en cielos y tierra,
salvo en los libros y revistas de lógica simbólica” (p.127).
Lakatos propone que toda teoría informal es modificable, y la decisión que se debe
tomar es siempre compleja y controvertida. Para esto, pone en evidencia el contraste entre
las teorías fundacionistas tradicionales de las matemáticas que se encerraron en el elitismo
de la forma que la matemática se justifica a sí misma, frente a las teorías “cuasiempiristas”
que consideran que las matemáticas son intrínsecamente conjeturales y falibles.
Desafortunadamente, a muchos de los que fuimos educados bajo el dogmatismo
fundacionista se nos incrustó su metodología hasta los tuétanos, y lo peor es que aún
podríamos estar replicándolo en nuestra labor docente. Ojalá el análisis de la obra de
Lakatos nos permita reflexionar y enfrentar nuestros demonios para hacernos
multiplicadores de su método de pruebas y refutaciones.
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Referencias
Davis, P. J., y Hersh, R. (1988). Experiencia Matemática. Madrid, España: Editorial Labor
S.A.
Ramírez, A. (1999). Un Ataque al Formalismo. Revista Suma 30. Pp. 125-130. Recuperado
de https://revistasuma.es/IMG/pdf/30/225-130.pdf