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Informe de lectura n°1 En base al texto del autor Néstor García Canclini

El texto elegido es parte de un seminario cuyo título dice: “la formación docente en los actuales escenarios: desafíos,
debates y perspectivas”, realizado en el año 2006 y escrito por Néstor García Canclini. Dicho texto recorre seis hipótesis,
de las cuales, según la tarea solicitada, haré mención a tres de ellas. La primera habla acerca de que estamos frente a un
cambio cultural, y, ajenos a esa cultura, debemos hacer un análisis mucho más complejo que sólo utilizar las herramientas
que la median. El autor dice que para comprenderlas, o se nace en ellas (caso de los jóvenes) o se aprende su lengua y el
sentido de sus interacciones (lo que deberíamos intentar nosotros). También se pregunta si está bien hablar de las culturas
juveniles como “otra cultura”, si bien está dentro de la misma sociedad y de nuestra propia lengua, debemos ver las
diferencias, hacer comparaciones y ver contrastes que hay en esa cultura para tener una mirada amplia y comprender que
existen diferencias que le dan su propia identidad. Además el autor describe cómo los jóvenes buscan diferenciarse, auto
referenciarse, tener espacios propios, y que tienen una mayor independencia. Dice “hay que hacerse cargo de las
rupturas” y creo que es un primer paso para tomar otro posicionamiento desde como los vemos hasta cómo enseñamos.
Finalmente dice el autor “si aceptamos que los niños y jóvenes forman su capital cultural también fuera de la escuela, y
aún en espacios propios, relativamente autónomos, la escuela no puede ya concebirse como único lugar legítimo para
transmitir un capital simbólico pre establecido. Debe ser más bien un lugar de interacción entre diversos caudales de
saberes, experiencias y modos de adquirirlos.” Creo que poder tomar los saberes previos, la riqueza de las vivencias
propias, la diversidad cultural, lo que los jóvenes nos pueden enseñar, sería el inicio de una nueva mirada sobre la escuela
y su rol, tal cual lo describe el autor. La segunda hipótesis, sumamente interesante, plantea cómo la escuela puede
apropiarse de las nuevas formas de entretenimiento, comunicación, e información que consumen los jóvenes para
resignificarlo, hacerlo parte del análisis, de la discusión, situarlo y referenciarlo, tomar todo ese caudal de información y
saberes que reciben y poder hacerlo parte de la enseñanza- aprendizaje. Así poder formar consumidores digitales
concientes, como también ciudadanos plenos en el uso de la información y las redes digitales. Creo que este punto es
sumamente importante sobre todo en poder discernir la veracidad de la información que consumen a diario, poder tomar
una postura crítica con el uso de redes sociales, la imagen y su mensaje, etc.

Para finalizar nos vamos a la sexta hipótesis, donde el autor plantea que si bien leer es aún hoy una tarea estratégica, su
eficacia radica en adecuar la manera en que los estudiantes leen. Y describe dos problemas: por un lado la producción y
distribución de los libros están en pocas mega editoriales trasnacionales. Hoy los libros no ofrecen la diversidad ni la
identidad de antes. Creo yo, que estamos ante un monopolio cultural, donde hay poco espacio para editoriales o cine
independientes, y que tal vez la era digital les abrió una puerta alternativa. Por otro García analiza el modo en que
consumimos textos y habla del uso de las fotocopias para los estudiantes, las cuales a veces ni siquiera son rotulados para
saber autor, libro etc. Lo que de alguna manera fracciona el saber y que lo demás está sumergido en el mundo digital, el
zapping y la interactividad electrónica. Creo que los libros han dejado de ser una prioridad. Son caros, inaccesibles para
las clases medias y bajas, y ya no es habitual ver librerías en las pequeñas ciudades. Tal vez, el libro digital puede de alguna
manera achicar esa brecha por su gratuidad, si distribución y su portabilidad. Estamos ante un desafío que busca darle un
lugar a las nuevas formas de leer y escribir. Dotarlas del mismo significado que representaba el libro, en su aporte a la
cultura democrática, la historia, etc. Y el autor concluye “la escuela debe ofrecer, más que un saber pre establecido,
aquello que el mercado y el dominio de la cultura audiovisual no está dando y quizás no puede ofrecer: una organización
significativa de las experiencias sensibles proliferantes y dispersas en la vida social, un entrenamiento para razonar su
sentido, modo de concebir democráticamente las diferencias y desigualdades interculturales. No solo convertir las
experiencias e informaciones en conocimiento, también aprender a saber con los otros, con la diversidad que puede
enriquecernos y también con la otredad que nos fastidia. Volver al mundo menos frágil y peligroso al construir maneras,
muchas maneras, razonadas de convivir.”

Finalmente, quisiera relacionar lo anterior con el concepto de brecha digital. Una nueva forma de enseñar y aprender esta
ante nuestros ojos. La conectividad y el acceso a las redes y dispositivos es sólo una parte de la brecha digital. Además se
han abierto nuevas dimensiones dada la complejidad y cómo estamos parados como actores sociales frente a este cambio.
Entonces también debemos hablar como dice el texto del módulo uno, de la sustentabilidad en el acceso del conocimiento
y uso significativo de las tics, su apropiación individual y social, e intercambios informacionales con valor agregado a partir
de la generación local de conocimiento. La escuela debe tomar la posta en la alfabetización informacional, pero para ello
debemos dar el debate entre aquellos que tenemos la obligación de ser un puente…como dice García “los docentes deben
ser más que transmisores de conocimiento, cruzadores de fronteras.”

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