ejército

REVISTAILUSTRADADE
LAS ARMASY SERVICIOS
NUM. 34s NOVIEMBRE
• 1942

SUMARIO.
La Estrategia. y la Astronomía. T. Coronel Díaz de Villegas —

El Pentalón moderno. Capitán García Rivera. — La Escuela Central

de .nfantería italiana. Capitán García Peñalver. Telemetría. T. Co-
• ronel
Méndez Parada. — La Instrucción individual. Sobre el método
pedagógico. Teniente Palacios. — Cosas de antaño. Tipos y costum
bres. General Bermúdez de Castro. La batalla de Polonia. Maniobras
—

de ala. T. Coronel Híjar. — La nota militar en el Museo del Prado.

General Prieto. Disciplina y subordinación. T. Coronel L. de Leto
• tia.—La Artillería en las inoderiias Divisiones de Caballería. Coman
dante Prado. — Ingenieros. Comandante Fernández Gabarrón. — El
casco de acerq. Capitán Médico Domínguez Navarro. — El alcoholis
tno. Teniente Carazo. —Ideas, reflexiones. Información, Bibliográfica.
 • Ph».

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reii,tii iIutriidu TARIFAS DE ANUNCIOS A DISPOSICION DE LOS ANUNCIANTES

Correspondencia sobre coloborociónral DIRECTOR

deJO,4IIiUU/enhf14I4PF• Correrpondencia odministToti
Va, al Comandantede Infonterfa CAMILOVISEDOALBORS

Directors ALFONSO FERNANDSZ edocci6n y Adnrnistración: MA D RIO. AIcaó, 18, 35

Coratiel d. M.
T.lófone 25254 • Correspondencia,Aportado de Carteos 37

E STAcarrera alocada de nuestro pequeño astro por
el espacio infinito tiene, lector, las más trascen
dentales consecuencias. Como es bien sabido por el
hecho de que un .punto del ecuador gire. a la velocidad
inaudita de 1.669 kilómetros por hora — esto es, tres veces
más de prisa que vuela el más rápido avión de caza —, se
suceden las horas tan vertiginosamente, que cuando es el
-mediodía en Madrid, son las siete de la mañana en Nueva
York, las nueve de la noche en Tokio y fina el día en
Nueva Zelanda.
No son, sin embargo, menos trascendentales las conse
cuencias que se derivan de la carrera de la Tierra en tor..
no del Sol, ni las secuelas resultantes de no girar en el
plano del Ecuadoç. Se reemplazan así las estaciones, y,
alternando equinoccios y solsticios, el tiempo meteoroló
gico cambia justamente a fecha fija.
• Estos hechos, que fatalmente se repiten, tienen su na
tural repercusión en las operaciones bélicas. Hay, en efec
to, así, una “Estrategia astronómica” de la que gustan
hablar, en verdad, ciertas propagandas más confiadas
o, al menos, que parecen más confiadas, en el General
Invierno que en los mandos militares propios. Acabamos,
a. este efecto, de superar una fecha: la del equinoccio de
• otoño, y no está muy lejano, por otra parte, tampoco el
solsticio de invierno. He aquí el mal tiempo que llega.
Los “cuarteles de invierno” no son ni una novedad ni
• una antigualla; son, simplemente, una realidad. Las co-
p
Teniente Coronelde E. M. JOSE DIAZ DE VILLEGAS
lumnas de cierta prensa volverán con toda evidencia a
hablarnos en los días próximos del tiempo, de la mala
estación, del General Invierno. Churchill hacía días pasa
dos el saldo de la situación militar presente. No podía,
ciertamente, ser--satisfactorio. Pero el Premier desta
caba el hecho de que el almanaque señalaba ya . una
cierta fecha de septiembre. En América se proclamó el
mismo principio de la “estrategia astronómica” al empe
- zar la buena estación: “IHitler — se gritaba — tiene cien
días para decidir la guerral” Se aludía, es claro, a los cien
días de buen tiempo. Luego, la “raspiititse” primero, la
nieve y el hielo por ültimo, debían frenar la batalla rusa.
Como en tiempo de nuestro gran Felipe II, en efecto, rio
es posible luchar hoy tampoco contra lós elementos. La
propaganda angloamericana está a tal efecto decidida a
asociar así al factor tiempo climatológico a la lista de sus
aliados. ¡Vea el lector si eatas locas revoluciones que
nuestro pequeño planeta realiza sin cesar por el espacio
infinito no tienen consecuencias! Marte obedece al calen
dario. El servicio meteorológico impera sobre el campo
de batalla. Curiosa realidad.esta de hoy, ¡más que nunca
el hombre está supeditado al medio! Todo el mecanismo
- ingente que caracteria a los Ejércitos modernos, toda la
técnica d& los Estados Mayores de hoy, no son más li
bres de la ley abrumadora del clima o del tiempo meteo
rológico que lo fueran las hordas y los mandos militares
de antaño. Parece como si Dios, representado aquí por
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el pod& de las fuerzas naturales, pretendiera advertir a que asuela al presente al múndo es, sin embargo, lector,
los Ejércitos actuales, superarmados, cuán fuerte es la la de su universalidad. Ninguna guerra, ni siquiera la
voluntad del Creador y cuán débiles son, sobre la super de i914-18, con sus 34 naciones beligerantes, adquirió
11cM del suelo, estos Ejércitos terrenos, expresióii magní jamás la extensión de la actual (i). Los campos de batalla
fica de esa realidad, triste según la cual el hombre sigue (i) ‘Combatieron entre 1914 y 1918, Alemania, Austria,
siendo siempre para él hombre un lobo. -

Entre otras, la pritjcipal singularidad de esta guerra Hungría, Bulgaria, y Turquí a de una parte, de otra, Estados

4’
 ‘4b6aie
— - —
alcanzan a todos los continentes y a todos los océanos y
mares. Ningún rincón del mundo se substrae al drama.
Unidos, Rusia, Francia, Inglaterra, Japón, Italia, Bélgica,
Bolivia, Brasil, China, Cuba, Ecuador, Grecia, Guatemala,-
Haití, El Heyadz, Honduras, Liberia, Nicaragua, Panamá;
Perú, Polonia, Portugal, Rumania, :servia Croacia, Eslove
nia, Checoslovaquia y Uruguay.
Se combate así, por consiguiente, en to
dos los climas, en todas las zonas geo
gráficas, en todos los hemisferios. He
aquí una realidad que repercute,. sin
duda, sobre la estrategia astronómica a
la que antes aludiéramos. Así, por ejem
plo, si el General Invierno se dispone a
dirigir la contienda en el hemisferio
norte, ello ocurre porque justamente: di
mite de su mando-en el hemisferio sur.
Así, la pausa que el mal tiempo impon
drá en un lugar, será a costa de que en
otros’ despierte lá actividad. La guerra,
así, lector, se desplaza también como el
Sol mismo se desplazara ante los ojos
de los que supusieran antafio que giraba
en torno de lá Tierra La guerra, en una
palabra, parece seguir así aquel movi
miento aparente que hace desplazar el
ritmo de las estaciones entre uno y otro
i polo.
La batalla rusa.
Veamos las.perspectivas de la batalla
en los próximos meses: de la mala esta
ción, para los hombres nórdicos; del
tiempo bueno, para los meridionales. Co
mencemos por Rusia. El invierno en
Rusia europea es -tan frío en el sur como
en el norte de la U. R. S. S., aumentan
do los rigores desde el sudoeste al nor
oeste. La mínima de enero es de 8 gra
dos bajo- cero a lo largo de la isoterma
que va desde San Peters burgo a Rostov
y Astrakán; de xo grados bajo cero, del
Ladoga alnorte del Caspio y el Aral, y
de i6 grados bajo cero en los Urales. El
mal tiempo paralizará, en consecuencia,
las operaciones activas en el país de los
soviets; sólo en el extremo sur, en el re-
borde del Pónto, será susceptible que la
batalla se prolongue. La invernada an
terior había sido prevista por el Estado
Mayor, y la organización Todt había ter-
minado a tiempo una inmensa línea for
tificada que buscaba el apoyo, entre
otros obstáculos, en las poblaciones. El
dispositivo alemán resistió así con éxito
la dura prueba de un invierno terrible.
Esta vez, en 1942, la previsión fué to
mada coñ más tiempo, y la labor de or
ganizar el terreno para invernar se em
prendió hace varios meses. ¡Duro invier
no el de Rusia, sin dudal Pensando cómó
la nieve había deshecho la Grand Armée
del Emperador, ciertas propagandas
confiaban en que esta vez también el General Invierno
terminaría por aniquilar y disolver a la “Wehrmacht”.
Vana esperanza. El invierno anterior, rudo, ciertamente,
como ninguna. otra campaña para los alemanes — con
forme a lo que el propio Führer declaraba —, no lo fué
tampoco menos para el Ejército rojo. En cuánto a la po
b1ción del interior de la U. R. S. S., se sabe. concreta
5
 tt-iente qué demandas de angustia hizo a la saz6n Stalin barcaciones y de 2.300 vapores, algunos hasta de 12.000
a Churchill .para que aliviara la situación creada por la toneladas. El agro perdido por los soviets es pródigo en
falta de seis millones de toneladas de trigo y dos de azú feracísinias “tierras negras”. Cabe, al efecto, recordar esta
car, así como las llamadas no menos apremiantes para afirmación de Von Ribbentropp: “Las tierras de Ucrania
el envío dé material de guerra que supliera las pérdidas y del Don y el Kuban aseguran no sólo lasnecesidades del
propias y la disminución de la producción industrial rusa, futuro de Alemania e Italia, sino las de toda Europa.”
afectada por la guerra y la retirada. Así se explican aque He auí por qué simultáneantente a la gran batalla mili
llos intentos de convoyes del Artico, terminados tan ca tar que se ha librado en Rusia, la dirección de la guerra
tastróficamente. - germánica ha librado y libra aún otra batálla no menos
Este invierno que se avecina, lector, amenaza ser cruel importante: la batalla de la ‘producción y colonización,
y terrible para Rusia. Maisky, el Embajador rojo en Lon tendiendo por millares de kilómetros las comunicaciones,
- dres, ha asegurado públicamente que los soviets pierden adaptando al ancho europeo el de los ferrocarriles rusos,
diariamente de 6 a 7.000 hombres, lo que representa un construyendo carreteras y levantando granjas, talleres y
volumen inmenso de bajas, entre muertos y heridos. fábricas por doquier. Europa se prepara así para continuar
Por su parte, Willkie, el enviado de Rooseve’lt a Moscú, la guerra indefinidamente.
asegura que las pérdidas diarias de la U.- R. S. S. se En este problema de las comunicaciones rusas — nin
elevan a io,ooo, lo que representa un total de muchos gún país de Europa peor y más míseramente dotado de
millones de bajas anuales. Jamás la Historia conoció ellas que la U. R. S. 5. —‘ el Mar Negro estaba llamado a
un balance semejante. Todas laspérdidas definitivas tener un valor singular. El mar, en efecto, no sólo es un
de- los rusos en la guerra europea pasada no exce camino, sino que es el mejor de los caminos. El primer
dieron, a lo que parece, de dos millones y medio de sol objetivo de la estrategia alemana en 1942 — Adolfo Hitler
dados. - -‘ - lo ha declarado — fué la dominación del Mar Negro.
Pero el desastre rojo puede medirse con módulos dife Para eso se planteó la campaña de ‘Crimea y se libraron
rentes. La población sometida a la tiranía de Stalin se las batallas de Kerch y de Sebastopol. En seguida los ale-
ha mermado en 90 millones de criaturas, liberadas por la inanes reducen la cabeza de puente roja de Voljof y rom
Cruzada eüropea. Esta población equivale a tres veces y pen, en el Dón, mientras que contrarrestan la ofensiva
media la de España; es semejante a la del Reich o a la de soviética de Jarkof, en donde los rojos pierden 75 Divi.
Inglaterra e Italia reunidas. Territorialmente, los rusos siones. La última fase’ de la ¿ampaña estival de 1942 en
-han perdido i.6oo.ooo kilómetros cuadrados; esto es, Rusia corresponde a la gran ofensiva alemana, con fines
alrededor de tres veces la superficie de España o el equi militares, pero con fines económicos a la vez bien desta
valente de la extensión de la Gran Alémania, Francia e ‘cados; he aquí la conquista de lo que restaba principal
Inglaterra juntas. mente del graneró ruso, de las minas de carbón, la apro
• Según datos procedentes de una publicación tan poco ximación incluso a los -yacimientos de petróleo. Es tam-
sospechosa como la revista inglesa. Economisi, ya en julio bién el Volga — la gran arteria del tráfico ruso y el mejor
• del año actual los rusos habían perdido el 6,4 por loo de camino de ronda del frente soviético — el que ha sido
su territorio, el 31 por ioo de la, población, el 36 por ioo ganado y cortado. -

del suelo cultivado, el 33,5 por ioo de la producción tri Én estas condiciones, ¿qué puede esperarse. del Gene
guera, el 37 por ioo de su red ferroviaria, el 55 por loo del ral Invierno? A nuestro entender, la mala estación, siem
carbón y el 6o por loo del hierro, el 30 por ioo de la fabri pre dura allá en Rusia, debe ser fatal para la causa de
• cación de maquinaria, el 6o por loo de la producción de Stalin. Fué durante el invierno de 1916 al ¡7 cuando, a
acero y el 57 por ¡00 de la de hierro laminado.. través de dos etapas victoriosas del General Brussilof, el
frente interior ruso se desplornó. La ofensiva de prima
Económicamente, todavía esta pérdida de territorio vera del año últimamente citado advirtió ya pronto la
ruso merece destacarse, porque representa lo mejor de lo profundfdad el mal revolucionario en la Rusia del Zar.
que pudiéramos llamar la Rusia útil: las comarcas de ¿Pasará ahord la mismo? Willkie lo cree, en efecto, posi
campos más lozanos y agrícolamente más prósperos.
Compárese, por ejemplo, estas estepas meridionales de ble. He aquí una opinión nada sospechosa que advierte
exactamente queRusia puede agotarse al llegar justa
Ucrania o del norte del Caspio, que producen más de
mente la primavera. El americano lo explica: el país se
450 kilogramos de trigo por habitante, con las tierras desangra, faltan víveres y carbón, y “el hambre y el frío
centrales de Moscú, que no producen sino de 150 a 270,
constituyen una combinación — son palabras suyas —
o con los suelos de las altas latitudes de San Fetersburgo,
que apenas cosechan job kilogramos. El désastre econó difícil de resistir”; no ha-y, por otra parte, ropas ni medi..
camen tos... -
mico que para la U. R. S. S. significan los éxitos militares
El General Invierno, ¿a quién va a’ favorecer?
aliados de 1941 3 1942 representan la pérdida del 6o al
75 por roo de la producción de hierro y carbón, el 90
por ioo de la del manganeso, a decir de von Ribbentrop,
mientras que el 90 por ¡00 de la producción petrolífera La batallacaucásica.
soviética esté en peligro gravísimo igualmente en el ins
tan te de escribir. En todo caso, la más densa red de comu La batalla en el mediodía ruso tiene una particularidad
nicaciones soviéticas está ya el servicio de los alemanes. peculiar. Busca un objetivo económico clarísimo: el pe
La ofensiva sobre Stalingrado yugula esa gran arteria de tróleo; pero también busca otro militar, estratégico, posi
tráfico que es el Volga, que representa para -Rusia, según blemente aparte de interrumpir las relaciones rusas con
Hitler, lo que el Elba, el Rin y el Danubio significan para sus aliados por el Irán. La región caucásica es, en efecto,
Alemania.- Téngase en cuenta, en efecto, que la Flota la puerta de Asia. Toda la historia de este istmo monta
fluvial de la “madrecita (matushka) Volga” es la mayor ñoso no hace sino explicar la importancia de este lugar
-marina fluvial de Europa, componiéndosé de xo.ooo em de paso, vieja pista de mercaderes griegos, romanos y

6
 genoveses en el pasado, camino secular de las invasiones
siempre y campo de batalla de Chamil, el caudillo de los
caucasianos coíitra los rusos. Allí, en ésta maraña de
montañas que cuentan al menos con ¡50 picos, que atra
viesan las nubes ‘a 3.000 metros de altura, se han ido
depositando, como estratos geológicos, residuos de pobla
ciones que han valido a la región el nombre exacto de
“Campamento de pueblos” que le diera un geógrafo.
Se cuentan allí los georgianos — kahetias, inmerianos,
mingrelinos, svanos, suanetas y lazos —, los turcos y los
armenios. Sólo en la región del “Daghestan” (el país de
las montañas) se hablan 30 lenguas y dialectos.
- Se exlica perfectamente qué los Soviets concedan,
en, consecuencia, al Cáucaso la importancia enorrhe que
tienen en la carta de la guerra., El año pasado, visto el
sesgo grave de los acontecimientos, Stalin acordó con
Timochenko y Vorochilof un plan: el “Plan D” para la
defensa de tan capital región. Este plan, que apuntaba a
la conservación íntegra de la cuenca petrolífera y de
otras regiones vitales, plasmó en la construcción de un3
gran línea fortificada que, partiendo de Stalingrado,
seguía en parte el Don, se apoyaba en Rostov, mientras
que el frente marítimo lo’jalonaban Novorossisk, Tuapsé
y Baturn. Detrás de esta inmensa línea, el territorio se
organizó también debidamente, dividiendo el país en
dos regiones militares: la Circaucasia, con capital en
Rostov, y la Tránscaucasia, con sede en Tifus. Para la.
defensa de estas regiones se las asignó un gran Ejército,
compuesto por unas ¡8 Divisionés de Infantería, tropas
de montaña en buen número, algunos Cuerpos de Caba
llería y elementos motorizados y mecanizados. En total,
unos 750.000 hombres. He aquí la formidable guardia’
del vellocino de oro: el petróleo caucásico. Aquel colosal
Ejército debía guardar ta línea que aseguraba el libre
disfrute, por parte de los rojos, de los 22 millones ‘de
toneladas de petróleo de Bakú, de los tres o cuatro millo
nes que proporciona Grosny, del millón y medio que sé
obtienen de Maikop.
El lector atento’ sabe perfectamente a qué atenerse .con
respecto a la eficacia del citado “Plan D”. Los alemanes
batieron a los soldados de Timochenko, recuperando
Rostov, al comienzo de las operaciones activas de ¡942;
el Don fué forzado; se alcanzó el Volga incluso, mientras
que Novorossisk se ganó igualmente y profundas flechas
penetraban, Circaucasia adelante, hasta cerca del Caspio.
El propio Elbrus, el gigante de la cadena caucásica, con
sus 5.660 metros de altitud — 8oo y pico más que Monte
Blanco y 2.179 más que nuestro Mulhacén —, era escalado
por la infantería alpina germana. Debajo, al pie del Cáu
caso, entre esta ingente cadena y las montañas armenias
y el pequeño Cáucaso, se abren los valles de los ríos Rioh
y Cuya,’ que corren entre el Negro y el Caspio por un gran
canal de circulación que sigue también un oleoducto, y en.
la que se asienta Tiflis.
El petróleo ha empezado a caer en manos germanas.
Es verdad que los rojos han previsto la destrucción de los
pozos; pero en la batalla por’este carburante importa aún
más que ganar los yacimientos, privar del combustible al
adversario.
Stalin ha previsto esto también: su cuñado, Kagano
vitch, y Jrulev, hombre de toda su confianza, junta
mente recibieron, hace tiempo, orden directa y personal
del Zar.rojo, ‘a fin de preparar reservas. Pero ¿cuánta
gasolina no consume una batalla moderna? Los carros,
la ‘aviación, el automovilismo, principalmente, gastan
millones de toneladas en una ofensiva intensa y prolon
‘gada. En tod9 caso, el aislamiento, de la zona petrolífera,
merced al empuje alemán, acabará ‘por obligar a los
rojos a vivir a expensas del petróleo previamente trans
portado, ‘que no puede ser excesivo, así como de, las
posibilidades, de otras cuencas petrolíferas soviéticas
que, a la postre, no proporcionan más del lo por ¡00
del petróleo ruso; esto es, de tres a cuatro millones de
toneladaá’anuales, lo que no es, ciertamente, demasiado.
Al mismo tiempo, esta ofensiva del sur, que abre el
Negro, pone también en manos alemanas la cuenca del
Kuban, más fértil que la misma Ucrania, en donde radica
el mayor “koljos”, el llamado “Guigant’ esto es, el
“Gigan’te” —, que abarca por sí solo 200.000 hectáreas y
alimenta ¡00.000 cabezas de ganado. El Kuban propor
ciona el i por ioo del trigo ruso, el si por xoo de la cé
bada y el 34 por ioo del maíz. En el Cáucaso existen
también grandes riquezas mineras. Y más allá, en fin, se
abren las altiplanicies iranesas, sobre las cuales, así como
sobre el Irak, montan la guardia dos Ejércitos ingleses,
dispuestos, sin duda, a oponerse a cualquier marcha ale
mana hacia el sur, camino del Canal, o hacia el Este, la
ruta de la India: el camino, en fin, de Alejandro. ¿Piensan
los alemanes, en efecto, darse la mano a través de Asia
Menor con las tropas ítalogermanas de Rommel y Bas
tico, o quizá con los nipones, a través del Indostán in
menso? He aquí lo que no es posible adivinar hoy. Pero,
en todó caso, la vieja Persia, con la Mesopotamia’ y la
Siria, no son teatros hostiles a la campaña de invierno.-
Otra vez la vieja fórmula germánica: “Grang nach osten”1
puede sonar.
La batalla egipcia.
Cuando Hitler’aparece sobre la tribuna del Palacio de
Deportes de Berlín, el día 30 de septiembre último, con
objeto de presidir la asamblea inaugural del Socorro de
Invierno, le acompaña Rommel. El glorioso General ha
llegado de Africa, para donde debe partir otra vez inme
diatamente. Los periodistas aprovechan su presencia en
la capital del Reich para interrogarle. Por dos veces los
ingleses han invadido Libia. En ambas ocasiones han sido
rechazados. Ultimamente mucho más allá de las fronte
ras de Egipto, has’ta apenas un centenar de kilómetros
de Alejandría y de El Cairo. “Tenemos en nuestras manos
las puertas de Egipto”, destaca Rommel. Allá enfrente,
efectivamente, está el Nilo. He aquí el río que da de beber
y de comer a todo Egipto; hasta el punto deque este país,
como advirtiera Herodoto, no es sino un mero presente
de aquél. Para avanzar pór este desierto y ganar las ori
llas del Canal, hay un solo obstáculo: el propio río’ Nilo.
Dueños de este paso, toda la resistencia’ británica se de
rrumbará fatalmente. Fuera de los oasis nilotas, no queda
sino la arena estéril del “erg” inmenso o las pizarras y
guijarros de la “harnmada”. El valor de un río como
obstáculo no es el mismo siempre. Varía en función na
tural de su caudal. Las épocas de crecidas son malos mo
mentos para salvar las lineas fluviales. En ‘cambio, el
estiaje es el régimen propicio para abordarlas.
El caudal del Nilo está influenciádo, como el ‘de todos
los ríos, por la climatología de su’ cuenca. Esa influencia
es singularmente compleja y curiosa en el gran río afri
cano. En su curso alto recorre la zona ecuatorial, y su
régimen depende de las lluvias, máximas en primavera y
en otoño. Luego salva, la zona tropical, obedeciendo aquí
7
 el régimen ‘a lás aportaciones del Nilo Azul, procedente
de Abisinia, con una sola estación de lluvis: el verano.
Por último, el Nilo salva la zona desértica, en donde se
deseca ,n gran parte. En su curso inferior o bajo el régi
men del río señala inundaciones desde julio hasta finales
de noviembre. Las aguas cubren durante ese tiempo
grandes extensiones de las orillas dei río. Pero, pasada
esta última fecha, las aguas descienden pronto y los limos
fertilizantes lo cubren todo.
Es, pues, la estación. invernal la más adecuada para
salvar el río, y cuando la operación de paso exige menos
medios y más escaso material de pontoneros. No deja de
ser ello importante en un Ejército, como el que tiene que
moverse en el desierto, en el que toda economía de ele
.mentos es aconsejable.
Pero el desiefto, lector, ofrece con su clima el mayor
obstáculo a la guerra estival. Es bien sabido que sobre las
fuértes variaciones térmicas diurnas hay que añadir otra
gran diferencia estacional. Así, a una media mensual,-
en- enero, de unos pocos grados, sucede en julio otra ele
vadísima que pasa de los treinta y tantos.
- Deconsuno, pues, el clima desértico — la térmica — y
la ventaja para el paso del Nilo — la hidrografía — acons
sejan en Egipto operar dentro de ese lapso de tiempo que
damos los europeos en llamar malá estación.
¿A quién favorece aquí, en efecto, también el General
- Invierno?
La batalla asiática.
Pero labatalla, insistimos, se libra ahora-sobre el cam
po entero del Universo. Y alcanza en el Viejo Mundo no
sólo a Europa y Africa, sino también a Asia. Allá, en el
extremo meridional de ese continente, se- extiende un
enorme país formado por una inmensa península triangu
lar adosada a la ingente cadena himalaya. He aquí el
“Indian Empire”, que mide, según sus dos ejes mayores,
de ‘3.100 a 3.200 kilómetros. El Indostán abarca, él solo,
- una novena parte de la enorme Asia, y su población
- — equivalente a quincé veces la de España — representa
las siete décimas partes de la que constituye todo el
Imperio Británico. Pero tan enorme bloque ofrece ms
de una grieta que le debilita. Sólo así se explica que unos
- - - - cuantos millares de ingleses puedan dominar a cerca de
400 millones de hombres. Y es que en el Indostán la uni
dad, que da siempre la cohesión, no existe. No hay unidad
- - racial, pues hay pobladores blancos, amarillos ynegros.
Tampoco hay unidad religiosa, pues se profesan allá las
- más opuestas c_reencias. No hay tampoco unidad de civi
- lizaciones, ni de lenguas — se hablan 40 idiomas y 200
- --dialectos, —, y, en consecuencia, los ingleses se han cui
- dado mucho de no crear la unidad política, contándose
- enla India hasta i provincias distintas colocadas bajo
la autoridad directa del Virrey, y nada menos que 695
seudoestados indígenas, vigilados muy de cerca por las
autoridades británicas. -
• Enuna cosa solamente ofrece la India unidad: en ser-
- - - vir toda ella de típica “cólonia de explotación” a la Gran
- Bretaña, que se beneficia así de sus inmensas riquezas;
segundo lugar en el mundo por su producción de algodón
y de arroz; casi el monopolio de la de yute; primer puesto
- por la obtención de productos oleaginosos; gran -riqueza
triguera, ganadera, azucarera, etc. Inglaterrá ha guar
-- dadosiempre consingular celo este magnífico lote de su
- Imperio. En el mar dominaba la Flota; frente al Asia
8
central, el Himalaya montaba su guardia imponent
por el Este vigilaba Singapur; por Occidente, ese bloque
de “Estados-satélites” del Asia Menor que van desde el
Indo y el Beluchistán’ hasta el’Mediterráneo. Aquí, sobre
estas tierras occidentales de Asia, acampan precisamente
ahora dos Ejércitos vigilantes; pero, en cambio, la puerta
oriental de la fortaleza indostánica fué abierta violenta-
mente por los nipones el invierno pasado. La mitad de
Birmania incluso está ya en manos de los amarillos.
Hace unos meses, sin embargo, que las operaciones se
suspendieron. Cóincidió está con la época de lluvias.
Tokio aplazó aquéllas entonces. ¿Para cuándo? Posible
mente para éste invierno. El clima de la India es, en
efecto, singular. - Su régimen es monzónico. En verano
parecé como si Asia aspirara el aire del Indico, húmedo
por consiguiente, que aporta enormes cantidades de llu
vias hasta el punto que en Birmania las familias indíge
nas están obligadas adisponer de canoas para escapara
los riesgos de la inundación. Toda actividad militar es
entonces imposible. En cambio, en invierno es Asía la
que sopla. El viento se torna seco y frío. Es entonces
exactamente la época propicia de las operaciones mili
tares. - - , -.
Durante el pasado paréntesis estival, la cuestión de la
India ha estado en el primer plano- de las preocupaciones
de Londres. Gandhi y Nehru sufren prisión porque se les
teme. Inglaterra no puede ceder a las exigencias hindúes.
Ya hemos visto, efectivamente, hasta qué punto aquel
país constituye el pilar fundamental del gran, edificio
imperial británico. La tesis inglesa parece bien sinteti
zada por el oficioso The Times (10-8-942)’ cuando escribe:
“Para el Gobierno de la India, -aceptar la petición del
Congreso Party significa la traición a los aliados, sean
interiores de la India o exteriores; traición particular
mente a Rusia y a China; traición para-los -ideales, que
con tanto empeño ha aportado al verdadero corazón y
pensamiento de la India, y también, traición a todos
los elementos leales que cooperan con la India, con los
aliados, y que han jugado un papel importante en el des
arrollo de la guerra... El Gobierno británico no podria
perder el tiempé en estos momentos parlamentando.”
La conclusión es clara. Los ingleses no abandonan la
India. Que ‘es exactamente lo que Gandhi ha exigido.
El momento parece oportuno, en consecuencia, para los
nipones. Tokio, que proclama una “Asia para los asiáti
cos”, no ha ocultado sus deseos de arrojar de la India a
los ingleses. El invierno está para llegar. El monzón va a
cambiar. ¿Será éste el instante en que los nipones reanu
den su ofensiva birmaña? Es muy probable. En este
caso, ¿a quién va a favorecer- lo que llamamos los euro
neos la mala estación?
La batallade losantípodas. -
Mas no hemos-abarcado del todo aún el mapa de la gue
rra. Esta se extiendé exactamente hasta los mismos antí
podas nuestros; sobre el Pacífico entero. Allá, en el otro
extremo del diámetro terrestre, hay dos, “Dominios” in
gleses: Australia, y Nueva Zelanda.
Australia es una isla tan inmensa, que se la reconoce
hoy como un verdadero continente, algo menor que
Europa, pero quince veces más extensa que nuestra Es
paña. ‘Su eje mayor no es más pequeño que el máximo de
nuestro Mediterráneo. Sin enibárgo, Australia es un
“continente vacío”. Fuera de las rutas de las comunica-
 ciones ‘históricas; guardando en su interior una grán ex traliano —, disputando la supremacía del estrecho de
tensión de territorios desérticos; iniciada su colonización Torres — el Cánal de la Mancha de Australia —, posible
por los ingleses solamente en fecha muy reciente, Austra mente con ánimo de lanzarse un día a la invasión del
lia entera no tiene ni siquiera la población de Londres. “Continente vacío”. Será también el próximo invierno
Apenas si, por término medio, habita un australiano por • para ello la estación propiciá; es decir, nuestro invierno,
kilómetro cuadrado. •porque entonces será allá verano, ya que ambos Domi
Pero las riquezas de este grán páís son inmensas. nios quedan muy por debajo del Ecuador: Australia,
• Pastan en él más de cien millones de ovejai y cerca de en efecto, teniendo como eje el Trópico de Capricornio;
quince millones de vacas. Recoge tanto trigo como Es Nueva Zelanda, situándose con respecto a aquel gran
paña en época de normalidad; pero consume escasamente círculo simétricamente y a la misma distancia de España.
una cuarta parte del que alimenta a la población espafiola. En un libro que por más de un concepto pudiera pasar
• Sus minas son riquísimas. Australia figura en segundo como profético, debido al Almirante italiano Fioravanzo
lugar del mundo por la producción de plomo, en el — Basi Nauali nel Mondo —, publicado hace doce añoé,
quinto por la de plata. El oro atrajo no pocos aventure mientras se advertía lo factible que había de ser para el
ros, y el hierro no le falta tampoco. Es, por tanto, Aus Japón adueñarse de las Filipinas, se escribía como sigue:
• tralia un país congrandes posibilidades ecónómicas que “... la política japonesa suscita agresión en toda la región
• exporta principalmente lana — el mercado de Sydney es australásica, la cual ofrece amplias posibilidades — sin
el primero del mundo —, carne y trigo. gularmente Australia — para, colocar el exceso •de pobla
Nueva Zelanda, nuestras tierras antípodas exacta ción nipona.” Efectivamente: no es en la India, superpo
mente, no mide, entre sus dos grandes islas, más de la blada — 75 habitantes por kil6metro cuadrado —, ni.
mitad de la superficie de España. Pero el país es muy siquiera en la China, donde el -Japón podrá colocar ese
rico en ganadería. Por ello Nueva Zelanda es el más im • exceso de población. No se olvide que la natalidad japo
portante “país-granja” puesto al servicio del consumo nesa es extraordinaria. Todos los años aumenta el censo
inglés’, ocupando el primer lugar en la producción mun del celeste Imperio cerca de un millón de habitantes.
dial de quesos; el segundo, en la de manteca y carne, y. ¡Y la metrópoli está ya tan superpoblada y sus recursos
el cuarto, en la de la lana. - -
tan explotados!... • -
Estos países se suponían bien guardados gracias al ***•
enorme poder de la-Flota británica’. Las vicisitudes de la
- guerra, singularmente las exigencias de la navegación en - Vea quien amableniente lee cóm6 esto de la actuación
convoy, sobre todo la aparición de un nuevo belige del General Invierno se muestrá no poco complejo.
rante, Japón, han’ cambiado radicalmente los términos Cuando llegue el invierno a Rusia, será verano en el sur
del problema. del Pacífico, y coincidirá, por añadidura, con la estación
- Losjaponeses han ido saltando, isla. tras isla, por ese propicia para ‘las o.péraciones en el sur de Asia y en
dédalo inmenso ‘de los archipiélagos del Pacífico. Mien Egipto. Los alemanes y los ingleses tienen una palabra
tras que los Estados Unidos — el otro nuevo y gran beli •éomún para indicar la mala estación: “Winter”. Una
• gerante — queda a xo.poo millas del mar de la China y palabra común, es verdad; pero ¡qué significado más
.a 6.ooo de Australia o las Aleutianas, los amarillos han diferente! ¿Quién será’ capaz, en efecto, de decir que esta
llegado a’Borneo y Nueva Guinea, saltado a las Salomón, palabra va a jugar del mismo modo-en la estrategia de
combatido en el maz- del Coral — el mar del Norte aus ambos bandos durante los meses próximos?
 J —a.

PrJJTIIWW
0

llNO
‘Capitán de Artilierla
o
CARLOS GARCIA RIVERA

• LA guerra, en todos los tiempos, ha exigido del com

batiente la aportación, en grado sumo, de sus
dimensiones
mínimo exigido
m4ximas (1,10 x 3,50 metros). El peso
es de 71 kilográmos. La particularidad
de esta pruebá, en queesfriba su mayor dificultad, es
- energías físicas y morales. Hoy, más que nuncá,
se precisan, aparte del’dominio dé la técnica de la com que el concursante no puede correrla con su propio
plkada máquina guerrera, una fortaleza física y un caballo. L•a organización de la prueba debe presentar
vigor moral extraordinarios para soportar las diversas un loto de caballos lo más homogéneo posible (clase,
incidencias de la lucha en el aire, en el mar y en la tie grado de doma, entrenamiento, etc.), en número igual
rra, en todas las latitudes, en los más diversos terre al de participantes y asignarlos por sorteo. El caballo
nos y con las más dispares condiciones climatológicas. correspondiente es entregado a su jinete solamente un
El Oficial, educador y constante guía lel soldado, cuarto de hora antes de la salida, a fin de que pueda
debe ser para éste un ejemplo viviente, un modelo entrarle algo en acéión y apreciar, siquiera sea muy
en todo, predicandq. con el ejemplo, que es el supremo ligeramente, sus cualidades. El orden de salida es,
argumento. Salta a la vista la necesidad de una es naturalmente, fijado también por sorteo. La ¿lasifica
merada preparación física por parte del Oficial, a fin ción se hace por los tiempos inverti4os y teniendo en
de que nunca pueda aparecer en estado de inferioridad cuenta que el derribar obstáculo no constituye faltá y
- en este aspecto, y que al propio tiempo le permita lle sí solamente la parada o eLdespiste.
gar a los altos escalones jerárquicos con el remanente - Ya veremos cómo se pasa de las clasificaciones par
ciales a la general, o de conjunto, de las cinco pruebas.
de energías físicas que dichos Mandos requieren en la
dinámica guçrra actual.
El Pentalon moderño, tawbién conocido por Pen ESGRIMA. — A espada y ün solo tocado. Esta es
talon militar, constituye ñn medio magnífico de en la prueba de más difícil y enojosa realización, ya que
cauzar por provechosós derroteros las artividades de: a poco crecido que sea el número de participantes, su
portivas de la Oficialidad. El dcporte, racionalmente pone un número considerable de asaltos a realizar y
aplicado, mejora físicamente aflndividuo y al propio requiere el concurso de iersonat competente, jueces
tiempo desarrolla en él otras cualidades: iniciativa, de campo y jurados numerosos, y disponer de varias
audacia; tenacidad, disciplina,, etc., ‘muy estimables pistas para simultanear en lo posible los asaltos, para
en la noble profesión de las armas. La prueba que.nos no alargar excesivamente la duración de la prueba.
ocupa es una prueba múltiple, integrada por las cinco Se constituyen, mediante sorteo, grupos de 10 tira
siguientes: Equitación, Esgrima, Tiro de Pistola, Na dores. Dentro decada uno de ellos, cáda tirador debe
tación y Carreras a pie. Veamos en lo que consiste cada contender con los nueve restantçs; irá obteniendo re
una de ellas. sultados, victoria o derrota, que le han de servir para
clasificarse dentro del grupo. Los cinco primeros de
EQUITACION. — Recorrido de campo. (dos vueltas cada uno de éstos son los que pasan a la siguiente ‘eh-’
sobre un circuito), con unalongitud total de 5.000 me minatoria, que se organiza en añáloga forma. Un ejem
tros, sobre terreno variado, en el que es preciso salvar plo numérico nos permitirá fijar ideas y haéer un
cálculo del total de asaltos a realizar en cada caso con
— aparte de los obstáculos naturales o accidentes que
el terreno presente — diez obstáculos artificiales de creto. Supongamos 40 participantes; la primera elimi

ló

1
 - natoria nos proporcionará 20 tiradores, que pasan a la por lo tanto, si se quiere aspirar a un buen resultado,
siguiente, y 20 que, eliminados, han de ocupar los no hacer ningún cero, sacrificando un poco, si es nece
20 últimos puestos de la clasificación. Para ello, los surjo, la precisión del tiro, en aras de la seguridad en el
que obtuvieron el lugar 6.° en cada grupo, disputan mismo. Ya expondremos más adelante lo que la ex
entre sí los puestos 21, 22, 23 y 24; los del lagar 7.°, periencia nos ha permitido deducir sobre este par
disputan los puestos 25, 26, 27 y 28 de la clasificación ticular.
general, etc., hasta llegar a los últimos de cada grupo
de 10, a que nos venimos refiriendo, que disputan los NATACION. 300 metros, estilo libre. Poco po
puestos 37, 38, 39 y 40. demos comentar acerca de esta prueba, que no ofrece
La segunda eliminatoria nos proporcionará, análo más particularidad que la de disputarse sobre üna dIs
gamente, los 10 tiradores que han de pasar a la final tancia reglamentaria únicamente en el Pentalon, ya
y los 10 que, eliminados, han de ocupar los puestos que es sabido que los Reglamentos de natación con
— del
11 al 20 de la clasificación. Los. del lugar 6.° dispu. sideran las distancias de 100, 200 y 400 metros, entre
tarán ahora los puestos 11 y 12; los del 7.°, los 13 y 14; otras. ¿Cuál puede haber sido la razón de elegir tal
y así, sucesivamente, los del lugar 10.° disputarán en distancia? Pudiera ser, a nuestro entender, la de adop
tre sí los puestos 19 y 20. Por último, la final nos pro. tar una distancia que rebase las de velocidad pura, que
porcionará los 10 primeros, completando la clasifica terminan en los 200, en lo indispensable para darle el•
ción general de la prueba de esgrima. carácter de un medio fondo, sin alargar más la distan
Por lo que respecta al total de asaltos, se deduce. ia, para no endurecer más de lo que ya es de por sí
como sigue: la prueba del Pentalon.
Ni que decir tiene que, corno en todas las pruebas
Primera eliminatoria.

- 4grupos de lOtiradores a 45 asaltos !j ‘:

natatorias de estilo libre, si quieren obtenerse unos
tiempos açeptablcs, habrá que practicar el “crawl”,
estilo que aventaja considerablemente.a todos los de
más, no sólo en resultado práctico, sino también en el
aspecto estético. Puede afirmarse que produce una,
Segunda elinsinatoria; impresión bastante penosa el ver participar en esta
clase de competiciones a nadadores que, según dicen
• 2 grupos de 10 tiradores a.45 asaltos90
ellos, práctican la “braza india”, la “braza del Pi
5 —2 •_ 1—5 suerga” (?) u otras. cosas por el estilo.
Final. CARRERA A PIE. — A través del campo y sobre la
1 grupo de 10 tiradores45 distancia de 4.000 metros. También aquí podríamos
decir algo análogo a lo dicho en la pruebade natación,
Lo pie supone un total de 350 asaltos, sin contar ya que las distancias usuales en las carreras a pie pa-.
con los asaltos que es preciso repetir para los des san de los 1.500 — distancia intermedia entre las prue
empates, más frecuentes en esta prueba por ser a un
solo tocado y, por tanto, no poder resolverse por pun has de velocidad y las de medio fondo — a los 3.000
y 5.000, si bien estas distancias se disputan sobre pis
tos a. igualdad de victorias.

TIRO DE PISTOLA. — Sobre silueta de hombre en

pie, a 25 metros; 20 disparos n 4 series de 5. Se trata
de tiro de velocidad, ya que la silueta está eipuesta
durante 3 segundos, al cabo de cuales se oculta para
reaparecer a los 10 siguientes. La osición de espera
del tirador ha de ser necesariamente con el arma baja,
de tal modo que la mano esté en contacto con el muslo.
No se exige calibre determinado, solamente no inferior
al 22, y al arma no se le po±le más condición que. su
empuñadura sea normal, no permitiéndose las empu
ñaduras ortopédicas.
La clasificación es por impactos, y a igualdad de
éstos deciden los puntos alcanzados. La silueta es de
• zonas, que puntúan de 1 a 10, según se trate de la pe
riferia o del centro de la misma. De acuerdo eón el
Reglamento de la prueba, será preferible obtener
20 impactos en la zona “uno”, que 19 en la “diez”,
a pesar de que los primeros sumen solamente 20 pun
tos, y, en cambio, sumen 190 los ‘segundos. Es preciso,

A 4..
 la que los resultados alcanzados pueden eronome
-- ta. En los recorridos a tra’&és del campo, o “cróss”,
trarse, con lo que se evidencian los progresos realiza
• hay libertad para elegir la distancia, sin amoldarla a
ningún patrón, y el terreno, que puede set todo lo dos sin lugar a dudas; -

Si se quiere hacer un papel discreto en competicio

variado que se quiera.
nes de esta índole, habrá que procurar —-más que
Las clasificaciones parciales de cada una de estas
tender, a destacar netamente en una o dos pruebas,
dos últimas pruebas citadas, -natación y barrera, se,
- hace, naturalmente, por el jempo invertido. Una vez descuidando algo las restantes —, a “equilibrar” el
conjunto dedicándonos preferentemente a lás pruebas
obtenidas las calificaciones •de las distintas pruebas,
que menos dóniincmos, las que por esta razóñ nos se
sé etabléce en cada una el orden de -prelación y sé
rán segurámente las más “antipáticas”, con’ lo que
• - asigna al primero clasificado un punto; al segundo,
¿os, y así sucesivamente hasta el último, que en el evitaremos el clasificarnos en alguna de ellas én los úl
timos lugares, lo que supone, a poco crecido que sea el
• ejemplo antes citad6 percibiría cuarenta. Se procede
número de participantes, acumular muchos puntos y
• después, a suníar los puntos alcnzado por cada parti el consiguiente retraéo en la calificación general.,
- cipanté en el conjunto de las cinco pruebas, y és pro-
- clamado vencedor el que- obtenga la menor suma; los Lo qúe acabamos de decir está de acuerdo’ con-la
idea que dió origen a está prueba: establecer un índice
puestos siguientes vienen determinados, como es ló
de apiitud deportiva del Oficial y crear un tipo de
gico, por orden creciente de puntúación. Así, por ejem
atleta equilibrado armónico conjunto’ de cualidades
plo, en el caso antes citado de 40 participantes, si el’
medias, resistente y flexible, capaz de adaptarse a las
- concursante A alcanzó los puestos: 1.0 en Equitación,
diversas incidencias del ejercicio de las Armas con
2.° en Esgrima, 4.° en Tiio, 35.° en Natación y 3.° en
- óptimo rendimiento. En este sentido es patente la su-
Carrera, -en el conjunto’ de la prueba obtiene 45 puh
- tos.’ Si el concursante B alcanzó, respectivamePte los - perioridad del pentaloniano sobre el especialista, pues
si bien éste nos daría un gran rendimiento en su espe
- lugares 8.°, i0., 6.°, 11.° y 90, obtiene 44 puntos y-,
cialidad, fuera ‘de ella sería prácticamene nulo.
- - queda clasificado delante del anterior. -
No queremos terminar
Puede ocurrir que haya empate a puntos, en cuyo
este artículo sin iventurar
caso se desempata atendiendo ,al resultado de la ca-
una opinión, muy modésta
- rrera a pie.
desde luego, sobre la ma-’
El Pentalon como prueba múltiple que es, no per
nera de prepararse para esta,
mite obtener resultados que puedan parangoliarse con
prueba, ,que, si tiene algún
los obtenidos por los especialistas de cada una de sus
pruebas, ya que es precíso distribuir el tiem-,
• ‘ po y las energías entre cinco actividades de
tan diversas y aun opuestas características, ‘ -

que puede decirse que cada una de ellas es - -

incompatible con las otras cuatro. Así, por,
ejemplo, - la natación modela un tipo de
utúsculó alargádo y suave, apto para los mo
vimientos rítmicos ,y de perfecta coorciina
ción, necesarios en el agua, al propio tiempo
“ablanda” los tobillos; todo_ello es contrapro
ducente para la carrera a ie y para la esgri
ma, que requieren movimientos rápidos y
potentes y gan,firmeza en el tobillo. Tam
- poco la equitación de campo, violenta en ex-
valor es por estar
- ,tremo, armoniza bien con la natación, y por ‘lo que
- respecta al tiro, es, desde luego, inéompatible con avalada por la pro
pia experiencia.
el dinamismo 4ue requieren las otras pruebas, que
Quien pretenda
se traduce en’ una sensible alteiación del pulso. (La
efectuar su entrena
- psicología del tirador de pistola es bien conocida;
miento con probabi
con su vida reposada, metódica en extremo, con un
lidades de éxito, de
severo régimen alimenticio en las proximidades de la
berá buscar el.aseio
competición, buscando encalmar ,sus nervios y domi
ramiento de personas
harlos.) ¿Cómo, pues, encontrar la fórmula para con
competentes en cada
ciliar tan opuestas actividades? Esta es la mayor ‘difi
prueba; le será indis
cultad con que se tropieza ‘al someterse a un plan de
pensable un ‘profesor
entrenamiento, ya que ocurre don frecuencia que, al
de esgrimn que le en-,
- propió tiempo que se mejora en natación, se empeora
trené; un profesor de
o, al menos, u_o se progresa en la carrera a pie, o al
natáción o, al menos,’
contrario. Nos referimos a estas pruebas, por ser en

12
 A
AT
N ‘meras
- sM
• . . gundo; apuntar y precisar la puntería sobre la zona
un experto aficionado que le oriente y le corrija de
fectos, depurando su estilo; un jinete experto que le
aconseje, etc.; y, sobre todo, hacqrse dirigir por un
profesor de:Educación Física que se encárgue del en
trenaniiento de la carrera y de la dirección del con
junto; función ésta muy importante, garantía de que
el ejercicio no sobrepasa los límites beneficiosos, lími
te que es distinto para cada individuo según sus
condiciones (edad, fortaleza física y grado de entre
namiento), y que obliga .a adaptar el ejercicio al indi
viduo (no al contrario, como algunos hacen, por des
conocimiento, con riésgo de graves perturbaciones
• funcionales), señalándole la dosis correspondiente.
En los casos en que no se pueda disponer de la cons
tante dirección del profesor, habrá que recñrrir a la
propia observación para deducir si el entrenamiento
va o no bien orientado. Como norma general, una vez
pasados los primeros días de acomodación, eFejercicio
realizado cada día no debe dejar huella para el si
guiente. Al comenzar el entrenamiento de cada día,
debe sentirse la sensación de estar descansado, lo 4ue
nos hará acometerlo sin désgana y obtener buen pro
vecho de él. Otro síntoma claro de que el ejercicio so
brepasa la capacidad adaptativa del individuo es el
insomnio, la alteración anormal del pulso, acómpaña
dos a veces de pérdida de apetito y excesiva sed. Si se
persiste en el error, no tarda en aparécer en el indivi
duo un estado especial de ánimo, una tristeza j una
desgana por todo, que no son más que la antesala de
la neurastenié. - .
Fácilmente e comprende que ño háy organismo ca
paz de soportar el intenso desgaste físico que supon
dría efectuar a diario los, entrenamientos de las cinco
• pruebas. Por otra parte, hay pruebas en que es indis
pensable el diario entrenamiento, y otras en que no lo
es tanto. Entre las primeras se,encuentran el tiro y la
natación, y la equitación, la esgrima y la carrera, entre
las segundas. De aqut deducimos el plan a seguir. en
esta forma:
Días impares: Tiro, equitación, esgrima y
natación.
Días pares: Tiro,carrera y natación (sesión in
tensa).
Un día por semána: Descanso absoluto.
El tiro debe efectuarse, en primer lñgar, en lai pri
horas, en que se está -descansado. Debe comen
iarse por tirar @obre blanco reglamentario, sin veloci
dad, para familiarizarse con el arma y corregir defec
tos. Pasar más tarde a tirar sobre la silueta; primero
más velocidad,
rápidamente,acostumbrándose
partiendo de la a posición
apuntar reglamen
cada vez
taria en esta prueba, y, por último, tirar en laS condi
ciones del concirso. Una prudente distribúción del -
tiempo es la siguiente: Encarar el arma, medio se-
10, dos sgundos; Margen de garantía, medio segundo.
No es prudente
precisar más la rebajar
puntería, más
anteeste margen,de por
el temor querer
rebasar los
tres segundos y hacer un cero.
-Eh equitación debe variarse mucho de caballo, pro
curando montarlos de muy diversos tmperamentos y
estado de dorna, a fin de adquirir la flexibilidad y la
intuici6n necesarias para, el día de la prueba, poder
apreciar rápidamente las condiciones dci caballo que
nos corresponda y sacarle el ayor partido. Se ha de
procurar entrar a los obstáculos con bastante impul
sión, ya que su fondo no es pequeño, y que no decaiga
la velocidad en las proximidades del obstáéulo; esto es,
“saltar sobre paso”, única manera_de hacer buenos
tiempos, si se tiene en cuenta que, por lo menos, hay
que salvar 20 obstáculos. -
Por lo que respecta a la eégrima, diremos que la cir
cunstancia de disputarse los asaltos a un solo tocado
nos impone un juego muy sobrio, muy realista, tal
como lo haríamos en un desafío, ya que, como en este
caso; un solo golpe lo decide todo. Hemos, pues, de
mantener una guardia muy cerrada, colocarnos fuera
de distancia, “marchar corto y romper largo”, no des-
cuidarnos nunca y estar atentos al menor descuido del
adversario para aprovecharlo, dirigir los ataques al
brazo, y solamente cuandó no haya otra posibilidad,
arriesgarnos a atacar al cuerpo con toda decisión,
única manera de tener éxito.
En la cartera no es indispensable llegar a cubrir el
total del recorrido en los entrenamientos; la experien
cia muestra que elcorredor que en el çntrenamiento es
capaz de recorrer los de la distancia al “tren” fi
jado, está capacitado para cubrir el total de la dis
tancia el día del concurso. En nuestro caio bastará
llegar, por lo tanto, a los 3 kilómetros. Debe empezarse
por correr 1 kilómetro a una velocidad igual a la que se
ha de desarrollar en lo sucesivo toda la carrera, y pos
teriormenté se repite dos, y por último, tres veces
por sesión. Cuando se observa, en el transcurso de los
días, que se va realizando eón menos esfuerzo cada vez,
puede procedcrse a cortar gradualmente el tiempo de
intervalo entre uno y otro kilómetro, de tal modo que
llegaremos casi insensiblemente a correr los 3 kilóme
 tros seguidos. Es conveniente, una vez cada dos serna
na, sugtituir el entrenamiento habitual por un reco
rrido de 5 ó 6 kilómetros, sin preocuparsé de velQci
dad, con objeto de hacer algo de fondo.
Para concretar sobre la velocidad de la carrera, da
remos una cifrá que sirva de orientación, pero la que
no se debe interpretar don rigidez la propia observa
ción le dirá a cada uno si está o no en sus posibilidades
el alcanzarla o aun el superarla. Un tiempo de 15 mi
nutos en los 4 kilómetros (3 m., 45 s. por kilómetro) es
muy aceptable en esta prueba.
Y, por último, de la prueba de natación diremos que,
análogamente a lo expuesto en la carrera, es preciso
empezar por nadar sobre la distancia de 100 metros,
preocupándose ta4 solamente de lograr suavidad en los
movimientos y, ante todo, acoplar los movimientos
respiratorios al ciclo de brazos e ir pendiente de la co
rrección de los defectos qñe nuestro preparador nos
- señale. A medida que se progresa se pueden repetir
las series de 100 metros simultaneándolas con al
gún recorrido de 200. En último grado, ya se
14
puede cubrir la distancia de 300 metros, y aun es muy
¿onveniente el rebasarla, cubriendo de vez en cuando
los 400.
El totalde metros efectuados no es conveniente sea
superior a los 500 ó 600, los días de sesión más suave,
y de 800 los de sesión intensa.
Una cifra orientadora puede ser la de 5 minutos en
los 300 metros; el rebajarla ya constituye un resultado
digno de ser tenido en cuenta.
La Escuela Central de Educación Física, en su cons
tante afán de impulsar las actividades deportivas de
la Nación, después del obligado paréntesis de nuestra
gloriosa Cruzada, ha reanudadó, entre otras muchas
tareas, la celebración de los campeonatos de Pentalon,
comenzando por disputarlo en el pasado mes de junio
del año en curso, entre los Oficiales de las Academias de
Transformación. No es aventurado suponer que en el
próximo año se celebrç con un carácter más amplio,
que permita — y así es de esperar — una nutrida par
ticipación que ponga de relieve los valores actuales de
esta interesante prueba.
 o

‘Jrj DFINFMTE
ITALIA

los Cónsules, Primeros Señores, Señore y Centurio

Capitán de Infanterra
SAN flACO GARCIA PEÑALVER
de la mIsIón en ItalIa 1941.
ENTRE
tanto lasparavarias escuelas cori que de
la experimentación cuenta
sus Italia,
armas
como para la instrucción profesional de sus Man
dos, se encuentra en. Ciitavecchia la Escuela Cen
tralEstade la lnfanterí.:está dirigida por un General Di
Academia
rector, qie a su vez lo es de las de Tropas Celeres,
de las de Ingenieros, la de Artillería, Guestatoris o
tropas de asalto, Carros de combate de peso medio,
Química, las cuales se encuentran en la misma
- ciudad. . de tiro, compuesto de las máquinas, y a continua-
A varios kilómetros se encueñtra (en Furbara) la
Escuela de tiro, que, aunque está regida por otro
General Director, es donde se realizan algunos ejer
cicios de fuego (sobre todo, de Artillería y de Carros
de combate). - •
- Cada Academia tiene, además, un Comandante,
que es de la categoría de Coronel.
Los cursos de la Escuela Central de Infantería,
en la actualidad, duran dos meses, y a ellos asisten
Tenientes Coroneles, Comandantes y Capitanes de
Complemento del Ejército, así coma de las Milicias
nes (que son equivalentes a Coroneles, Tenientes
Coroneles, Comandantes y Capitanes, respectiva
mente ).
El número total de-alumnos de cada curso es de
unos doscientos, distribuídos en cuatro Secciones:
una de ellas de Cónsules y Primeros Señores (los
Cónsules no hacen los ejercicios y solamente asisten
en calidad de oyentes); otra, de Primeros Señores y
Comandantes de-Complemento, y otras dos, de Ca
pitanes de Complemento y de Centuriones de las
Milicias.
Tienen por objeto estos cursos capacitar a los
Jefes y Oficiales de Complemento y de Milicias para
el mando de Batallones, así como el ponerlos al co
rriente del nuevo
Se puede armamento.
considerar dividido el curso en las si
guientes partes:
Primera. Que comprende el conocimiénto orgá
nico de las diferentes Unidades hasta División, así
como el manejo y conocimiento del armamento.
Para el cónocimiento orgánico de las Unidades pro
ceden práctica y teóricamente de la forma que se
detalla a continuación:
El primer día presentan un Batallón formado con
todos sus elementos, y al mismo tiempo quehacen
desfilar por delante de los alumnos las diversas Uni
dades de que está compuesto, lés explican la compo
sición y misión de cada una de ellas, empezando por
las Unidades inferiores (Escuadra) la formación,
número de hombres y material que cada uno de
ellos llevan, así como su armamento. En ametralla
doras, de igual forma, hacen pasar primero el Grupo
• ción el Grupo de municiones, viendo primero el
portaarma tirador, seguido del portatrípode; des
pués, el de la caja de accesorios; a continuación, los
soldados con las municiones.
Cada Unidad de éstas es explicada por el Capitán
que manda la Compañía, y una vez hecho esto con
las Secciones y una Compañía, el Comandante del
Batallón continúa con éste, deteniéndose en los en
laces (Compañía de mando), ametralladoras y cuan
tos elementos componen el Batallón.
Para el Regimiento, una vez bien enterados de

15
 lo concerniente al Batallón y de su número, les en-’
seflan por el mismo procedimiento los morteros, así
como los cañones antitanques regimentales.
En cuanto a la organización de Unidades supe
riores de Infantería por los respectivos profesores y
en las clases teóricas, que suelen ser por las tardes,
les ponen en la pizarra su composición.
Para las tropas “Celeres”, como hemos dicho que
dicha Escuela se encuentra también en Civitavec
chia, se trasladan las Secciones a dicha Escuela, y
allí, con la Academia formada, les haceñ verde la
forma explicada anteriormente un Batallón ciclista,
uno de Motociclistas y un Escuadrón de Caballería,
así como también una Compañía de Carros ligeros.
En la Aáademia de Artillería les muestrañ las di
ferentes piezas en servicio. y su agrupación en Uni
dades, así como las características de ellas.
- Para el conocimiento de Ingenieros dedican otro
día en esta Escuela, y de una forma un poco más
rápida ven todo el material de que disponen: desde
el de Pontoneros, talleres de campaña, radios, etc
A las tropas de asalto “Guestatoris”, además dé
los éjercicios que presencian en el último período del
curso, en esta primera parte se enteran de su orga
nización y composición, así como de la forma espe
• cial de combatir.
Se comprende que con un solo día para cada una
de estas Escuetas no tengan una idea con mucho
detalle de cada una de las Unidades; pero sirve para
formarse un concepto claro de sus diferencjas con
la organización de la Infantería.
El conocimiento del armamento se empieza en
las çlases teóricas y en las aulas respectivas, des
pués de enterarse de sus características, se dedican
a armar y’ desarmar todo el de Infantería. Principal
atención dedican a los fusiles ametralladores, ame
tralladoras (Fiat y Breda), morteros de 45 y de 8i,
• y al cañón antitanqi.ie.
- También les entregan a su incorporación, a cada
alumno, dos planos: uno de escala 1/25.000 y otro
de escala 1/50.000, de Civitavecchia. y sus alrede
dores. Dedican algunas, sesiones a su lectura, y que
en- lo sucesivo se sirven de ellos para cuantos ejer
cicios se desarrollen.
La segunda parte de este curso consiste en el tiro
y práctica de las armas para su perfecto empleo en
el combate y en resolver ejercicios tácticos desde
Escuadra hasta Compañía.
Para el tiro, tanto en este segundo período como
en el tercero, realizan con fuego real y a diversas
distancias, varios ejercicios con granadas de mano,
fusil ametrallador, morteros de 45 y 8i, ametralla
doras y cañón de Infantería.
En los ejercicios tácticos siguen el procedimiento
de quelas órdenes verbales que cada uno debe dar
las consiguen por escrito, con objeto de que puedan
- ser corregidos todos y que se acostumbren a redac
tarlas en un lenguaje puramente militar y lacónico.
Estas órdenes las extienden en unas hojas de ta
maño folio,, dejando la mitad de la izquierda de
cada hoja en blanco, que es donde los profesores
hacen las anotaciones o correcciones que creen opor
- tunas.
El primer temaes de Escuadra en ofensiva, y so-
16
.bre el terreno.y con la Escuadra al mando de un.
alumno se les explica su, situación y misión.
- Cada uno de ellos redacta su orden y se la entrega
al profesor, pasando seguidamente .a su ejecución
a la orden del designado para el mando.
También cada uno de los alumnos llevará, un cua
derno dedicado nada más que a anotar en cada uno
de los ‘ejercicios que se efectúan las observaciones
que crea del caso. Este cuaderno sé les recoge a la
terminación del curso.
A las clases teóricas asisten con los planos y con
papel y lápices, tanto para tomar apuntes como
para redactar órdenes.
•De la ofensiva-de Escuadra se pasa a la defensiva,
empleando el mismo procedirnientó.
La tercera parte, que es la más importante, con
siste principalmente en la resolución de temas de
Compañía y de Batallón.
Para redactar las órdenes deben tener muy en
cuenta: .
la situación propia y dislocación, sea en mo
—
vimiento, en reposo, lejana o próxima al ad
- versarid;
la situación del enemigo, valuando su fuerza,
número, armamento, condiciones físicas y mo
rales; su distribución, dislocación, posibili
dades; ‘
aprestos defehsivos, medios de información
(observación terrestre y aérea, exploración,
prisioneros, desertores, informadores, habitan
tes, interceptaciones, etc., etc.);
el terreno’:en su forma, dominio relativo, com
—
partimentación; en su hidrografía: forma de
- e
sus ríos, ‘anchura, profundidad, velocidad, si
•
sirven comó comunicación;
la viabilidad del terreno, según sirva para
—
Infantería, Caballería, Artillería, carros arma
dos, autos; las pendientes, los caminos y su
naturaleza, itinerarios, longitud, etc., etc.;
la estación: clima, hora, temperatura; cómo la
lluvia, viento o nieve influyen sobre las con
diciones físicas, visibilidad, practicabilidad del
terreno, de los cursos de agua, de la corrección
del tiro y del empleo de los medios químicos.
,También deben tenerse muy en cuenta los medios
de que se dispone, sean orgánicos o de refuerzo, y la
misión propia y de las Unidades laterales.
Las órdenes que redactan deben comprender, en
líneas generales, los siguientes extremos. En de
fensiva: ‘ -.
i Situación (propia y del enemigo).
a) Propia çn lo que interesa al Batallón y a la
Unidad inmediata superior.
b) Enemiga (limitada encuanto interese al Ba
tallón). ,
2.0 Misiones. ‘ -
a) Del Batallón.
b) De’los Batallones laterales.
c) Lfneas de contacto con estos Batallones late
rales.
 d) Misión de la Unidad inmediata superior. b) Zona del Grupo.
e) Medios extraorgánicos de refuerzo. c) Zona donde el Grupo debe hacer el tiro de
3.° Línea de seguridad. barrera.
.4) Modalidad del fuego.
a) Distribucióñ de la tropa en la zona del sector
regimental. .° - Defensa contráaérea.
b) Línea de repliegue.
9.° Defnsa química.
• 40 Concepto de acción. lo. Puestos de Mando.
a) Dóñde se debe apoyar la defensa; esto es, a II. Observatorios.
• •.cuál porción del sector se quiere conferir mayor. efi
12. Trabajos.
cacia defensiva. 13. Enlaces. -. .
b) Direccicmes de contrasaltó de la Compañía
de reserva. 14. Servicios (médics, municiones, avitualla
5.° Modalidad ejecutiva. miento)..
a) Distribución de las Compañías. Para cada uno de.los temas, la Escuela les. da la
b) Asignación de los medios de refuerzo a las. orden de la Unidad inmediata superior, y durante
Compañías (normal los morteros de 45, eventual - un día y con el plano, marchan al terreno donde se
las ametralladoras). -
desarollará; allí efectúan su reconocimiento y estu
6..° Organización del fuego. dio del mismo, viendo el sitio más adecuado para la
colocación de las Unidades y de las diferentes. armas.
a) Sectores normales y eventuales de’fuego de Hacen los croquis y gráficos, así como el que
cada arma automática y morteros, así como direc quiere saca fotografías panorámicas. Por la tarde.
ciones de esfuerzo. » del mismo día redactan la orden, que lo suelen ha
b) Soldadura de fuego entre los sectores latera cer en. sus casas y la entregan al jefe de clase aque
les y entre las misnías Compañías. lla noche o al día siguiente por la mañana. En esta
7.° Artillería. . mañana se hace el ejercició sobre el mismo terreno
y con tropas, siendo encargados de los mqndos de
a) Grupo de defensa del séctor. las diferentes Unidádes -alumnos del curso. mme-

17
 diatamente después se discute su resoluciórr por el
director del ejercicio, que suele ser ej General direc
tor o bien el Coronel de la Escuela.’
- Se hacen temas diferentes y se busca el terreno
apropiado a cada uno de ellos, trasladándose los
alumnos en autobuses propiedad de la referida Es
cuela Central, o si la escásez de bencina no lo ‘per
mite, por medio de los ferrocarriles ordinarios o tre
nes especiales.
En los que intervienen otras armas asiste a su
discusión un Jefe de la Academia respectiva.
Al. final de cada curso’ hacen temas combinados
de las difei2entes armas, así como asisten a los ejer
Academias de Artillería, Ingenieros y Caballería, se
habla sobre el empleo combinado de estas armas.
Día 8.—Sobre el mismo campo se discute el em
pleo de la Artillería.
Día 9.—Fiesta del Ejército. Por el exceIentísimo
Sr. General director de las Academias,y con asis
tencia de éstas, se coloca una corona en el monu
mento de los caídos.
Día io.—Final del ejercicio, viendo el empleo de
los Ingenieros.
Día .zi—Festivo.
Día 12.—Ejercicio con fuego real de los Guesta
toris. .

cicios de fuego real de los Guestatoris o tropas de
asalto, con la cooperación de la. Artillería y’ la In
fantería.
En Italia, la organización de los Guestatoris fué
primero encomendada a las. tropas. de ingenieros, y
después a la Infantería.
Siemprç que operen, deben hacerlo en combina
ción con laArtillería’ y la Aviación, así como con’ el
apoyo de las armas de acompañamiento de la In
fantería, con objeto de protegerlos en su aproxima
ción a la mínima distancia de las alambradas ene
migas. . ‘
Para atacar una fortificación por estastropas de
asalto, es necesario conocer previamente las obras;
y como regúlarmente son de carácter permanente,
se tendrá noticias de ellas por el servicio de Infor fesor sobre defensiva y entrega de un tema.
mación de antes d la guerra, o bien, en çaso con
trario, por fotografías aéreas y por cuantos medios
se tengan al alcance; pero como norma es que no se
debe atacar una posición por los, Guestatoris sin
.antes conocerla.
Estos soldados son los encargados de abrir bre
chas en las alambradas, así como en las líneas forU
ficadas, para dejar paso al resto de la Infantería.
Su composiciÓn varía con arreglo a las misiones
que tengan que efectuar, componiéndose de los
Grupos de destrucciones para, como su nombre in
dica, destruir las alambradas y los ‘fuertes, y de los Día 14.—Explicaciones sobre el forzamiento’ de
Grupos de apoyo, que llevan morteros ligéros con
granadas fumígenas, ametralladores (fusiles).
Estos soldados son todos voluntarios y grande
mente instruídos en el apróvechamiento del terreno.
Día i3.—Reconocimiento del terreno por los
alumnos para el último ejercicio de un paso de
un río.
-Día r4.—En Tarquina (pueblo donde se realizar
el paso del río) los alumnos estudian el tema.
Día 15.—Realización del ejercicio, tendiendo los
puentes y pasaderas las tropas de Ingenieros.
Día i6.—Ultimo día de campo del curso, donde
se hace una especie de resumen de la ofensiva y de
fensiva, y los alumnos son interrogados.
Día i7.—Despedida por el Coronel de la Escuela,
de los alumnos.
POR LA TARDE
Día 5 de mayo de i9’4i.—Explicaciones del pro
Día 6.—Redacción de la orden por los alumnos
Día 7.—Explicación sobre el empleo de las ármas
Infantería, Caballería, Artillería e Ingenieros.
Día 8.—Clasificación de los ejercicios señalando
algunas correcciones.
Día 9.----Fiesta.
Día io.—Explicación sobre defensiva.
Día’ i,.—Festivo.
Día 12.—COntinuaciófl sobre la defensiva y en
trega de un tema.
Día r3.—Redacción de la orden por los, alumnos.
un curso de agúa.
Día i.—Por efectuarse el ejercicio en Tarquina,
un pueblo distante, se regresa tarde, no habiendo
nada por la tarde. , ‘

A continuación indicamos unos días del final de Día z6.—Recogida. de los cuadernos de los alum
un curso, así como otros del principio del siguiente, nos, así como último día de explicación del profesór.
que permiten darse perfécta cuena del desarrollo’ Día 17.—Final del curso.
del mismo. Día i8.—F’estivo.
Día iç.—Incorporación de los nuevos alumnos.
POR LA MAÑANA Día 20.—Por la mañana. Con un.Batallón for
Día 5 de mayo de 1941. —
mado.se les presenta, explicándoles, su organización.
De 8 a 12. Exp1icaciór Por la tarde,
del tiro, con puntería indirecta, de ametralladoras, en el aula se les enseña la organización
así como su realización, sin efectuar el fuego. de grandes Unidades.
Día 6.—Sobre el terreno, los alumnos reconocen Esto es, a grandes rasgos, la realización de uno
éste y toman los datos para la redacción de la orden. de los-cursos que me proponía exponer, de la Escuela
Día 7.—Sobre el terreno y con asistencia de las Central de Infantería italiana.

18
 Telémetro español de 0,70
de base con trípode -bajo.
Catitel,de
La distancia es la gran incóg
nita del tiro.
GENERALI DADES
• El conocimiento de la distancia al blanco es siem
pre de gran interés en el tiro, pues con ella la preci
sión del mismo, y por lo tanto la eficócia, aumenta
considerablemente, favoreciendo también el factor
sorpresa, sobre cuya innegable importancia tanto
se ha escrito; además de ello, ahorra en grandes pro
porciones el consumo de municiones, y de sobra sa
bemos todos el cúmulo de gastos y sacrificios (trans
portes, acarreos, remociones, almacenamientos, et
cétera) que representa llevar un cartucho o proyec
til desde la fábrica a la línea de fuego; por ello, cuan
tos medios pcidamos arbitrar para economizar éstos,
porcaros que sean, se amortizarán rapidísimamente.
El tiro terrestre y el naval tienen la posibilidad de
poder observar y referir sus disparos -y, con ello,
medios de poder corregir su fuego, y de todos es co
nocido el antiguo adagio de que “el verdadero telé
metro del artillero es el cañón”. Esto es verdad aun
hoy; pero añadiéndole la coletilla que este teléme
tro es de un rendimiento écQnómico deplorable, y
además que como al empezar a funcionar descubre
su existencia, se verá, en muchós casos, inutilizado
antes de poder hacer ninguna labor eficaz. Pero no
olvidemos que hoy existe una modalidad de tiro
que cada vez es de mayor interés, que és el antiaé
reo. En éste no existen las posibilidades de los tiros
terrestre y naval, y aquí sí es indispensable, si se
- no ha permitido en este período de tiempo ocuparse
quiere tenga alguna posibililad de eficacia, el co
nocimiento de la distancia (o, más a menudo, la
altura del vuelo); así, pues, si para el fuego terres
re y naval (aun más para este último) es de una
enorme utilidad el telémetro, para la defensa con-
- tática de base horizontal, como le cupo el de intro
- tra aviones es indispenable. - ducir en nuestro país las fabricaciones de aparatos
1
dPtoRoivI
NDZ? DA,qe/z c
- La construccin de telémetros monostáticos de
base horizontal es una de las fabricaciones de mayor
dificultad de la industria moderna, como se deduce
del solo enunciado de las condiciones que deben
cumplir éstos, pues se exige a dichos instrumentos
una exactitud comparable a la de los más precisos
aparatos de laboratorio y una solidez-que resista al
rudo trato a que forzosamente está sometido el ma
terial de guerra, y ésto en todas las ocasiones y en
todos los tiempos, lo mismo a cubierto que a la in
temperie, con ‘frío o con calor, con tiempo lluvioso
o seco, y si se tiene en cuenta que ‘una parte esen
cial del telémetro es un sistema óptico de gran de
licadeza y fragilidad, aun el más profano comprende
en seguida que una fabricación de esta clase, dadas
las condiciones antes enunciadas, encierra proble
mas técnicos de muy difícil solución, y la realidad
así lo comprueba; pues si se echa una mirada a la
industria mundial de armamentos militares, se ve
en seguida que i son muy numerosas las fábricas
de fusiles, cañones, -pólvoras, armas blancas, etc.,
son, en cambio, muy contadas las que son capaces
de fabricar telémetros que reúnan las condiciones
que requiere un buen-aparato de esta clase, y que
quedan resumidas, como se ha dichoantes, en el
siguieiite lema: “ha dé tener siempre la precisión
- ‘de un aparato de laboratorio y la ‘solidez de ün ariña
de guerra”.
En España, la industria de la óptica, de precisión,
se. ha iniciado hace muy poco tiempo, en relación’
con el preciso para que estas cuestiones tomen ‘arrai
go; además, la pobreza de medios de que se disponía
de “estos problemas, que, repito, son de los más
complejos que tiene la industria moderna. El Taller
de Precisión de Artillería, a quien ha cabido el ho
nor de abordar l problema de la telemetría monos
19
ópticos (ver Memorial de Artillería de i.° de marzo de A (en realidad, no estarán rigurosamente endicho
de 1932,. págs. 259.a 262), le ha dado cima en un plano; pero dado
con respécto a f, que
no seéncomete
la práctica
érrorDalesrazonar
muy grande
sobre
tiempo que, por su brevedad .(unos seis meses), pue
d considerarse como modelo en estos trabajos, rea el plano focal). Del examen de la figura i se tiene:
lizando un aprato para ser empleado en las Unida
des de Infantería y Caballería de las características
siguientes: D =
of OM+YM=B,, of=o’/’=f
Baseo,’o m’m, O’Ma’t’ B_Ia+t’a’,,D_ B/
Aumentoji
Campo real, . . . 50 milésimas.
D —O’/’ D /
—. f a+ — f’ a’
Claridad5,38
Como B, base, y /, focal de los objetivos, son datos,
Como a la hora que. aparecen estas líneas está ya para conocer D bastará medir / a y f’ a’, y, natural
terminado y experimentándose el mencionado telé mente, cuanto mayor sea la precisión con que po
metro, creo de interés hacer un recordatorio elemen damos hacer esta medida, tanto mayor será la exac
tal de la constitución y principio en que se basan titud con que conoceremos -D. El procedimiento
dichos instrumentos. para medir f a y f’ a’, que equivale, según veremos,
a medir el ángulo OA O’, es decir, la paralaje de la
base B con respecto al blanco A (que abreviada
PRINCIPIO mente llamamos paralaje del blanco), ha dado lu
gar a multitud de artificios, y actualmente, según
Si bien la técnica necesaria para la construcción la utilización que se haga del ojo humano, dicha
de telémetros monostáticos es de gran complica medida se lleva a la de apreciar una coincidencia
ción y ha sido preciso que las industrias de óptica de imágenes, lo más frecuente una alineación, o
y mecánica bien a la de establecer un contacto estereoscópico,
lleguen a un lo que da lugar a los telémetros d coincidencia y a
grado
perfeccionade los estereoscópicos.
miento muy
elevado, sin.
embargo, su TELEMETROS DE COINCIDENCIA
principio es
sumamente A la realización de esta clase de aparatos se llega
O sencillo; partiendo del esquema teórico de la figura del. i,

esquemáti siguienté modo: En primer lugar, los objetivos O

camente es y O’ no se colocan en la forma alifindicada, sino
el que sigue: con sus ejes ópticos en prolongación y sus planos
Suponga focales en coincidencia, y con objeto de que puedan
mos (fig. 1) dar una imagen del blanco A, se colocan ante los
dos objeti objetivos dos escuadras ópticas,, E E’, el esquema
vos, O y O’, es el de la figura 2, y la base, B, es la distancia que
de la misma separa las imágenes, O y O’, dadas por los prismas,
af’ a,, a focal, f, con E y E’, a los centros ópticos de los objetivos, O y O’.
Además, por un sisteia de prismas colocado en S,
sus centros
Figura ópticos en
1. llamado sistema separador, se suprime la mitad del
el mismo campo de cada objetivo que no cortiene la imagen
plano y sus ejes paralelos (la separación entre sus de A, y se verá un solo campo formado por la mitad
centros ópticos constituye la base, •B, del teléme de los conservados, con una línea de separación en-
tro), y su
pongamos
1fl punto,
A,cuyadis- 1
tancia, D, a E
dicha base
queremos
determinar.
En los pla
nos focales
de los obje 49’ p,Qp
tivos se for
marán, se
gún las leyes ,1 .
..

de la óptica

geométrica,

dos imáge

.nes, a ya’ , . . Figura 2.

20
 tre ellos, en el que las posiciones de los puñtos a,
/ y /‘ del esquema teórico será la de la figura 3.
Para ver el mecanismo en virtud del cual se hace
la medición, llevándola a una coincidencia de ‘imá
genes, volvamos a la figura i y supongamos que
por medio de un dispositivo Ç hacemos girar el
- Conociendo, pues, la desviación
0 dice. de refracción del vidrio de que esté construido
ra.yo A O’ hasta hacerle tomar la posición A1 O’,
paralela a la A O, es evidente que el giro que se ha
dado al rayo A O’ es el valor del ángulo « paralaje
del blancó. El punto a’ tomará ahora la posición a,
y al hacer coincidir los planos focales en el separa
dor en la forma que antes se
ha dicho., el aspecto será el de
la figura 4, en la que aparecen
confundidos los puntos a y a1,
y en lugar de verse dos imáge
nes de,A, se verá una sola, pro
ducida por la coincidencia de
las dadas, por los dos objeti
vos. Como la medida con los
dos telémetros se hace siempre
a distancias que son muy gran- Figura
3.
des comparadas con la base, el
ángulo de paralaje será muy pequeño y se podrá
sustituir por su tangente, y se tendrá D=b’ a
en la figura i. Así, pues, la resolución del problema
de la medida de D se convierte en el de la medida
de la paralaje a del blanco, y esta, medida ya se ha
vistó anteriormente que se .puede hacer introdu
ciendo un dispositivo C que, haciendo girar el rayo,
que recibe uno de los objetivos, establece la coinci
dencia de imágenes,’ en cuyo
caso el ángulo que dicho dispo
sitivo ha desviado el rayo es
igual a la: expresada paralaje.
que dicho dispositivo es capaz
de producir, se puede conocer
la paralaje del blanco y, con-
ella, la ‘distancia. Los artificios
que se emplean para obtener
el giro del rayo a que se ha Figura 4.
hecho referencia, se llamán des-’ -
viadores, y los más empleados en telemetría son
de, dos tipos, llamados ‘-prisma móvil y días o
-
rámetro.
PRISMA MOVIL
Supongamos un objetivo cuyo plano focal es FF
y un rayo.XX’; si se introduce entre el objetivo X
y el plano focal un prisma-E, éste imprime al rayo
XX’ una desviación a fácilmente calculable’ por las
leyes de la óptica gométrica, si se conocen los ele
mentos de P (ángulo de la arista a. y valor del ín
el priima). Si se hace variar la posición del prisma P
de i a 2, aunque la desviación angular a no varíe,
en cambio, la desviación lineal en el plano focal es
diferente, pues pasa de ser X’X1 para la posición i,
a X’ X8 parala posición 2. Se ve, pues, que la des
viación que en el plano focal de las imágenes’ puede
•variarse, y, por lo tanto, se concibe fácilmente que
con valores apropiados para el prisma se podrá en
un telémetro, según sus diversas posiciones, estable-’
- cer coincidencias de imáge
‘
nes entre la que da el ob-
Telémetro espaflol jetivo, donde va el desvia
de’ 0,70 dispuesto dor, y la del -que lo lleva;
para el transporte. -. y como esta coincidencia de
21
 2
1
-t rO1aOtro
de
5.

distancias
Figura

se po-
conve
_— nientemente
calculada.
- _- elementos
Los que he
— — ---‘‘ descrito
mos son la
• — - parte esencial del telé
-

X2 - de coincidencia,
metro
• sea cualquiera su base
• demás ycaracterísti
— y están represencas;
tados esquémáticamen
te en la figura 2. Su
funcionamiento se re-
- así: lassumeescua
imágenes equivale a medir paralajes o, lo que es lo dras E y E’ envían a los objetivos O y O’ los
mismo, distancias, se podrá ligar el movimiento del rayos que provienen del blanco cuya distancia
prisma desviador a una escala en la que vayan se quiere medir; estos pbjetivos dan dos imá
grabadas las distancias. de dicho
genesblañco en su plano focal, que
está en el sistema S; estas imágenes se ven en
- dicho
plano focal con una cierta separación que
DIASPORAMETRO depende
de la distancia, y entonces, actuando so
bre el desviador, que puede ser el prisma P o el
Si consideramos dos prismas iguales, P y P’, y conjunto P1 P2, se llevan estas dos imágenes a coin
suponemos que sus posicione relativas’ varían des cidir, en cuyo momento se lee la distancia en la es
de la figura 6 a la dé la figura ‘, se ve que el con- cala que sigue el movimiento de P o el giro respec
• junto de ellos actúa tivo de P1 y P2.
AP’ sobre
un rayo XX’ Para que la coinci
de modo muy dif e- dencia de imágenes F
rente, pues cuando pueda juzgarse con
mayor precisión, el
estánlosprismascon
sus bases en el plano focal común
mismo plano (figu de los dos objetivos
ra 6), la desviación donde esta coinci
2 a es el doble de dencia se verifica se
•

la que da separada observa a través de

mente cada prisma, un ocular que sirve
mientras que si las de lupa y que no 7.
Figura 6.
- bases
estan en opo esta representado• eil
sición (fig. 7), el ra la figura 2. La me
yo XX’ no sufre desviación alguna, por actuar dida en los telémetros de coincidencia se efectúa
el conjunto de los dos prismas P y P’ como una haciendo la observación con un solo ojo (visión
lámina de vidrio de caras plano paralelas, que monocular) ,mientras que en los telémetros estereoscó
desplaza el rayo una cantidad h, pero sin des picos es preciso hacer la medida en visión binocular.
viarlo. Como es ló Además de los dis
gico, para las po positivos descritos
siciones intermedias antes, los telémetros
entre las de las fi llegan otros órganos
guras 6 y 7, la des destinados princi
viación del rayo va palmente a los re
riará entre O y 2 a;
por lo tanto, podrá ‘1 glajes que veremos
precisan estos apa
ratos. Como quiera
producir desviaci o
nes y, con ello, mç que dichos órganos
dir paralajes varia de reglaje son comu
bles; o, lo que es lo nes a los telémetros
mismo, distancias. de coincidencia y a
Es, pues, evidente los estereoscópicos,
que el giro de los nos ocuparemçs de
dos prismas P y ellos al tratar de
uno con res- estos últimos.

El telémetro’ en trípode
22 alto- con mira de reglaje.
 Teniente de Artilieria JOSE PALACIOS MUÑOZ

HOY; el combatiénte de determinados Ejércitos es espe
cializado en la acción individual por medio de una ins
trucción particular, puramente práctica, y cuya base es la
repetición de ejercicios individuales que, corregidos a su
tiempo y efectuados en un ambiente de realismo, provocan
en el soldado hábitos adecuados para una sistemática oculta.
Ción, aprovechando del mejor modo los accidentes del te-
rreno, incluso mej orando éstos por medio de un enmascara
miento adecuado; perfecta puntería en el avance, soltura,
seguridad y destreza en el lanzamiento de granadas de mano,
etcétera. Este etcétera abarca una colección de movimientos,
Ilamémoslos físicos (el cuerpo a tierra, la repta.ción, el corte
de alambradas, la ocultación de la máquina). Con esta ins
trucción se ejercita más bien lo que en el hombre hay de ma-

Del 2.° Tercio de la Legión. (Fotos Valmitjana)

 tena, sin que intervenga decididamente la vo
luntad y la inteligencia, tan necesarias. Por esb
dije que provoca, que crea hábitos.
Pero ¿sta instrucción, que no deja de ser su
.mamente útil, es incompleta; mejor dicho’, sólo
será completa si a los movimientos mecánicos
del cuerpo acompañan en ligereza los movi
mientos intelectivos del cerebro.
Sabido és la importancia que tiene la accióó
individual en las batallas, y los hechos de
guerra nos están demostrando que, en deter
minados casos,. factores importantes de una’
victoria o del resultado de una operación se
encuentran en manos de sencillos soldados fun
cionando aisladanen’te, subordinados tan sólo
a su espíritu rector y de aéuerdo, claro es, con
la idea preconcebida por el Mando, .que, de
antemano, les encamina. Esto en determina
dos casos. En geheral, en todas las fases de un
combate moderno, ofensi o o defensivo, el sol
•dado necesita poseer plenamente’la conciencia
de sus actos y’un alto sentido de la responsa
bilidad moral propia: conciencia y responsabili
dad que, a más de hacerle buen elemento de
lucha, le autoriza nsiempre a. laacciónindividual
y, llegado el caso, a la acción de iniciativa.
Pues bien: esta conciencia (intelectual) y esta
responsabilidad (moral), y, en una palabra, la
indispensable y adertada percepción intuitiva y
la eficaz labor .jntelectjva del soldado no pue
den ser conseguidas de ningún modo con la ins
- trucción indicada anteriormente, puraiiiente
mecánica, çino con otra muy distinta, por vía
del entendimiento para que una y otra unidas
originen el perfecto funcionamiento de la tropa.
¿Cómo será esta segunda instrucción intelec
tiva, cómplcmento’de la instrucción individual
mecánicá?
Por ser, pues, naturalmente imortante la
acción indi idual acertada, es más importante
aún la inttrucción y preparación de los indivi
duos a esta acción de iniciativa, lo es, radi
calmente, ‘el método didáctico a seguir en ella.
La instrucción individual, en el punto de vistk
utelectivo, no es una rama determinada y con Una clase del 2. 0 Tercio
creta del Arte militar, como lo es la instrucción
táctica, la técnica, la de tiro, la de fortifica
ción, la logística, que pueden ser más o menos asimiladas, acertadas acciones in’dh’iduales, se dé precisamente para f o-
en virtud de un programa ordenado, preciso y práctico. mentar en el individuo la iniciativa y para enseñarle a ra
No; la instrucción individual, considerada desde aquel punto ciocinar del modo necesario, a fin de que sea su cerebro el
de vista (el intelectivo), no puede estudiarse por esos ejerci que le dictamine en cada caso con la rapidez y seguridad que
cios, porque, como su nombre indica, exclusivamente subje requiere el momento y las contingencias presentes en dicho
tiva, viene a ser el conjunto de todas las instrucciones y instante. Esto es, hay que enseñarle a pensar y a razonar.
“verdade” de la táctica y técnica guerreras, vistas por el Y al hombre se le enseña esto, persiguiendo el desarrollo de
ejecutante en el momento mismo de la ejecución; es el apro su inteligencia.
vechamiento del terreno en el mismo terreno ,de la opera Sentemos, pues, bien esta primera premisa: La accion indi
ción, y es el conocimiento del arma a la vista de la labor a vidual depende de “la inteligencia del operante”, porque ésta
realizar con ella; pero es también, y principalmente, el es — la inteligencia —‘ y no otra cosa, lo que en todo mo
raciocinio rapidísimo del cazado al ver la liebre, y el de la mento resolverá una cuestión puramente peisonal, dentro,
liebre (valga la frase) al momento de sentirse acosada; vigi desde luego, de un marco de colectividad, (Yolvería m repe
lada o perseguida. tir que se parte d’e la base de que los conocimientos del Arte
Por consiguiente y aparte la necesaria habituación al militar le son perfectamente conocidos, al menos en su es
ambiente de guerra —, como la acción individual o de ini fera y especialización.)
ciativa radica precisamente en el sujeto y çlepende del su “La inteligencia del operante”: ésta es la caja de resonan
jeto, lógico será que la instrucción, para conseguir las más cia que hay que pulir y cuidar de que no esté embotada o

24
 1
1 — A
de la Legión.
agrietada, porque si esto ocurre, el violín no tendrá melodio
sos sonidos, por magníficas que sean las cuerdas (la instruc
ción mecánica recibida) y el arco (el mando inmediato y
mediato). . . . -
Decimos que una persona es inteligente cuando está ente
rada e instrufda: posee conocimientos suficientes y necesa
rios para desenvolverse en una esfera má.s o menos limitada,
según el campo que úcupen esos conocimientos, y, en defini
tiva, puede llegar a resolver, gracias a ellos, los problemas.
que se le planteen. Quiere decir esto que una inteligencia se
crea, se ejercita y se desarrolla, en suma, con la adquisición
mediante el .estudio de conocimientos útiles.
Hago eita pqueña divagación porque hay quien cree que
la inteligencia es aJgo así como un don sobrenatural con el
que nacemos o a falta del cual nacemos, y no hay nada más
lejos de la realidad. La inteligencia se crea con el estudio, y
lo mismo que se crea, se puede torcer o des
truir; si naciéramos con ella, no morid a más
que con nosotros mismos.
No digo que en tolos lo hombres las dotes
intelectivas sean las mismas; que la predisposi
ción para adquirir y. conocer ideas sea homogé’
nea, única y definitiva en el género hutano,
porque esto es ya cueséióñ de células, de lisio
logía, y posiblemente o seguramente, de he
rencia. Ni tan siquiera podría decir que las
cualidades intrínsecas de una persona para la
facilidad o dificultad. de adquirir conocimien
tos, de asimilar ideas, sean homólogas a todas
las edades, no. Al hombre, según la edad en
que se le intente desarrollar la inteligencia:, así
hay que aplicar distintos métodos de peda
gogía.
Y hecha esta pequeña, salvedad, podemos.
fijar la segunda premisa de ete sencillo silo
gismo. para sacar inmediatamente la conclu
sión. La inteligencia desarrollada tiene su
asiento en la cultura, y el soldado, para la
acción indfvidual, segura y desenvuelta, nece
sita principalísimamente de la cultura. De la
cultura general. ¿Por qué? Porque la cúltura
ejercita la inteligencia y la predispone eti exce
lentes condiciones pára que, al obrar por sí
sola, lo haga de un modo rápido y certero, dis
cerniendo lo conveniente y lo perjudjcial, e im
poniendo el sacrificio si éste es necesario o
escatimándolo si así es más conveniente al des-
empeño de la misióia encómendada, y porque
una inteligencia firme y bien desarrollada va
jinete sobre las pasiones .del corazón, refrenán
dolas o espoleándolas, ¿uando de uno o de otro
modo lo ha concebido la mente, lo ha decidido
el raciocinio y, por consiguiente lo ha de cum
plir la voluntad.
Hablábamos antes del melodioso sonido del
violín como símil, y decíamos: “indispensable
es el buen estado y acondicionamiento de la
caja de resonancia (la inteligencia), del arco
y de las cuerdas; pero podemos añadir: “más
interesante es aún la mano, el pulso y el gusto
artístico del violinista (del profesor, del pedagogo, del sol
dado), y muy en primer lugar hay que poner también la
composición musical a ejecutar (el método didáctico, como
adulto que es el soldado y vistó el escaso tiempo de que se
dispone).
El método didáctico en las Unidades del Ejército .es el que
desarrollan actualmente las llamadas Academias regimenta
les, hoy por hoy encargadas de ampliar los conocimientos y
de fomentar con el estudio el ejercicio de la inteligencia del
soldado, y en éstas Academias, aparte dé la labor reórganiza
dora que en él aspecto exterior (profesorado, escalafones de
alumnos, etc.) éonvendría hacer, expuesta ya por pluma más
autorizada que la mía, en otro número de esta Revista, es
bozo aqúí la necesidad de una reforma interior de los pro
gramas a seguir durante los diferentes cursos y de los méto
dos expositivos y mnemotécnicos a utilizar para conseguir,
primero, una mayor atención a las explicaciones, y segundo,
una más efectiva fijación de las ideasen los alumnos. En re-
25.
 sumidas cuentas, hay que llegar a, conseguir.un más real y
positivo aprovechamiento de las’ enseñanzas que ahora le
son muy útiles como soldado, pero que mañana tendrán ver
dadera importancia en la vida civil del individuo, como indi
viduo y como miembro que es de la Patrin.
- Hay que abandonar ese manido sisema de enseñanza,
que no tiene en cuenta .para nada si la imaginación y el en
tendimiento del soldadd están preseñtes o dormidos; si está
percibiendo conceptos útiles o sólo palabras vanas. Es nece
sario que el profesor cono±ca la mente del adulto, la volun-
tad, la facilidad o dificultad de asimilar ideas nuevas para
él, y ha de saber, sobre todo, si esa idea nuéva a incolcar
tiene preparado su cimiento firme o va a, caer sobre terreno
pedregoso o movedizo. Lo uno será lo fructífero; la otro ha
brá de ser forzosamente trabajo perdido.
Teniendo en cuenta todas estas cosas y cien más de senci
llísima índole pedagógica, habremos conseguido o consegui
• remos desterrar de una vez para siempre la rutina, ideas re
petidas más o menos al pie de la letra, pero nunca aprendidas,
que da a luz esa apariencia de verbo lucido (vano en reali
• dad) que quiere exteriorizar, con palabras rebuscadas, un
saber que no existe y que no ha encarnado, porque la com
prensión estuvo muy lejos de ser verdadera cuando la’ expli
cación y el estudio del tema tuvieron lugar.
Se necesita, lo primero de todo, de una preparación ade,
• cuadá del alumno, de su atención inequívoca y de una com
prensión tal que determinen a renglón seguido la asimila
ción y la fijación — ésta con ayuda de la práctica — de la
• idea directriz del problema, si no del problema en su to
talidad.
• Y esto que hay que exigir del alumno es lo que ha de dar
el Oficial proíesor con su método de enseñanza, echando
mano, si es necesarid, de ideas nuevas, interesantes y ‘de fácil
comprensión, cogidas al azar de otrás ciencias cualesquiera
que se presten a ello, con lo que además también facilitará
la adquisición de la Cultura general.
Me explicaré eh este último aserto con un ejemplo real y
vivido por el autor:
Tenía a nti cargo las clases de Suboficiales. Era e nies de
junio, en Marruecos y a horas propiaspedagógicas
de la siesta:con(He
las aquí
ya varios inconvenientes y herejías
a menudo se tropieza.) Todo ello motivaba que mis alumnos y
yo, ¿a quémo decirlo?; agobiados por el peso del calor y demás
disposiciones de índole fisiológica que acompañan a esas
horas estivales, reaccionáramos - tardíamente bajo la pa
lanca y se nos hicieran rígidas y nada maleables las ecuacio
nes de primer grado. . -
Un’ buen día de éstos, y en ocasión de que momentos an
tes de la clase me hallara hojeando uní turno de Geografía
Física, pensé, y luego llevé aula práctica, la experiencia si
guiente:
Comenzó la clase con la explicación y preguntas sobre un
determinado tema matemátiéo, que nuestra predisposición
hacía ver como agrio y réácio, aunque en si fuera simplísimo.
Visto queno se me respondía ni se me atendía con interés,
y observado claramente que el entendimiento,, la imagina
ción y, con ellos, la voluntad de aprender-estaban ausentes,
di el golpe: corté por lo sano aquellas ex.phcaciones aulas,
puesto que a nada conducirían ea realidad, y, cambiando
26,,
radicalmente hasla de tuno de voz, les expliqué subrc ci en
‘cerado el ingenioso método con que Eratóstenes determinó
la dimensiones del Globo terráqueo allá por el siglo 1 antes
de Jescucristo.
Llamé y concentré hacia mí la atención e los oyentes, y
en seguida respondió y acudió. Más •que paulatinamente se
fué animando la clase, y llovían las preguntas, los “porqués”
tan necesarios para aprender, y, en resumen, todo lo que
con el tema matemático, agrio y reacio nos era fastidioso,
con éste, matemático también; pero ameno y de fácil com
prensión a más de dtil, se convertía en ágradable, se divor
ciaba del tedio fisiológico latente e ilusionaba de tal modo
la razón, que hasta el.tiempo se acortaba considerablemente
en relación con el lento caminar de otras tardes.
Pues bien: terminada esta sencilla explicación, volvimos
al tenía que anteriormente nos ocupaba. Pero ahora vi ya.
que la predisposición de los órganos intelectivos para adqui
rir conocimientos era muy otra y favorabilísima. De la ex
plicación se pasaba inmediata o casi inmediatamente a la
-comprensión,. a la asimilación y ‘a la fijación por cualquier
regla mnemotécnica de la idea o las ideas expuestas.
¿Qué había ocurrido? Sencillamente, que se había desper
tado el entendimiento, se había conseguido, que la imagina
ción se ejercitase algo y los caminos de la volunitad se habían
abierto al pf o de toda’ clase de conocimientos — “con ci
,mientos” —, sea cual fuere el vehículo que los transportase.
Desde entonces, aquél fué mi método de enseñanza, mi
norma de conducta: una sencilla, provechosa y amena expli
cación o exposición de una idea, más o ,menos gráfica, de
cualquier tema de cultura general —. aunque fuese de urba
nidad —, y luego entrar de lleno en los temas rígidos del
programa trazado. El resultado es infinitamente superior al
‘que se consigue corrientemente.
Además de lo expuesto, y ya pará terminar, he de recordar
que los conocimientos que se adquieren con el estudio de
unas pocas cuestiones aritméticas, de unos conocimientos
de geografía, de casi todas las reglas de la gramática, así
cono de unos principios elementales de Física y Química,
qué
forman, no cabe duda, la cultura; pero es, como si dijéra
mos, la piedra de la construcción que necesita ser cemen
tada .por otros mil conocimientos de todo aspecto, y cuya
presenéia y potencia en el cerebro originarán la estructura
y esqueleto, el sostén de la cultura general,- vasto edificio,
mayor cuanto mejor y más sólida sea la ,base.
Esos otros mil conocimientos ya no se adquieren en aulas
ni ante encerados: hay que buscarlos con la visita a fábricas,
a laboratorios. Se hallan en los films documentales, en los
astros, en los animales, en las organizaciones comerciales;
en una palabra: en la Naturaleza, inclúyendo en ella las
sociedades humanas, con su completísimo y complejo des
arrollo.
- Con este estudio, tan interesante y tan sencillo, se completa
la inteligencia, se atiende a la cultura y se ejercitan las kdeas
y las reflexiones, porque se ha conseguido mediante un ejer
cicio intelectual adecuado.
• Ideas, cultura e inteligencia és lo que siempre necesita el
hombre y de lo que nunca puede carecer un ejército.
 General LUIS BERMUDEZ DE CASTRO

La. esciiadiuiade gastadores

L A
pequeña historia es a la grande lo que los entremeses a las
comidas; el episodio, las figuras de segunda o tercera magni
tud, los orígenes de varios usos inilitaces, el incidente más o
menos alegre, no están mal entre platos de tanta sustancia y alimen
to cual los que contienen las nutritivas ciencias de la guerra, todas
de muy difícil digestión. Estos entremeses agradan al- paladar,
estimulan el apetito de saber, despiertan la curiosidad y suspenden
las vibraciones cerebrales engendradas por el trabajo de pensar.
Es por eso que el viejo veterano firmante se atreve a intercalar
entre las páginas didácticas y sillmirables de la revista EJERCITO
unos esbozos sin hondura ni categoría para colarse en el recinto
augusto de la Historia, sirvióndolos a la antigua española; es decir,
no al principio del yantar, como hogaño, sino en medio, para que
el que quiera picar, pique, y con la esperanza de que no han de
ser pocos los picadores, pese a la pobreza del condimento y la
sosera del aderezo.
Decía el grad poeta, francés y madrileño, Víctor Hugo, que hay
tres espectáculos en movimiento que no se cansan de mirar los
ojos: la mar, las mujeres y los soldados, dejemos la mar a los ma
rinos, las mujeres a la escala activa, y vamos con los soldados, que
no ofrecen peligro. Quien ve pasar soldados, desde una humilde
muda de Cuatro centinelás a una Compañía, Escuadrón o Batería
(y no se diga Unidades mayores), y los mira sin sentir la menor
emoción, es un desgraciado dealma de corcho. Pues pónganme

27
 delante de la tropa el magnífico trío de la Escuadra, la Banda y dores. La patilla reglamentaria debía llegar a una imaginaria
la música, y encájese en Ms hileras la sagrada enseña de la Patria, línea horizontal que pasase tangente al extremo inferior del ló
y a ver si, como dijo el Genéral poeta Leopoldo Cano,, no bulo de la oreja. El cabello llevábalo la tropa al rape, y en la
época rómántica, los Oficiales, largo, con tupé y hacia las sienes,
siénte frío por la espalda sin exageración. Los bigotes tenían que limitarse a ciertas medi
y le late el corazón. das, excepto los de los guardias civiles y ‘carabineros, a quienes
se les permitía el máximo desarrollo, de donde vino la copla po
pular:’
La impresión indefinible de este espéctáculo se aumenta, en el
Ejército español, con un detalle de que carecen todos los Ejércitos A los carabineros
del mondo: la Escuadra de gastadores (o batidores en los Cuerpos no les deis aguo,
montados), que es la tarjeta de presentación del Regimiento y el porque con los bigotes
secreto orgullito del Coronel. -Del sefler Coronel, decíase autigua - rompen
la jorre.
mente; y añadía la Ordenanza dc Carlos III: a cuya voz se descu
brirsín tO(lOs. - Pero no siempre coincidían todos los requisitos reglamentarios -

El Ejército francés, que por ser vecino nuestro solía copiarnos ,en los gastadores: conducta intachable, estatura, robustez y bar-
muchas cosas, tuvo éus gastadores (sepeurs), no Escuadra, sino ha; como esta última condición era la más ardua, existían, secre
Sección en batalla (línea) delante de la banda, y los vistió como tamente, en el almacémi (no van a creerlo los lectores) barbas pos-,
los nuestros, en tiempos del primco y segundo Imperio; le Repú tizas, primorosas, para paradas y desfiles, que a cierta distancia
blica los suprimió. Los gastadores spañoles perduran, y se com paracían naturales.
En los tiempos de la bella Reina Gobernadora, y después en los
-prende su permanencia por el origen y la tradición. Los creó nada
menos que Gonzalo de Córdova, verdadero creador - de la fortifi de su hija la simpatiquísima Isabel II, el pugilato de los Coroneles
cación del campo de batalla, obstáculo opuesto a la soberbia Ca por presentar Escuadras de gastadores asombrosas llegó a extre
ballería francesa, acostumbrada a entrar en el peonaje como Don mar los trucos y mistificaciones.
Quijote en el rebaño de las ovéjas.’ Yo escuché, muchos años ha, de labios de mi Teniente Coronel
Ers costumbre, allá en el’ siglo XV, requisar paisanos que iban ,de Cazadores de Ciudad Rodrigo, D. Diego de los Ríos, que su pa
delante de los ‘Ejércitos gastando el terreno (la voz gestar signifi dre, Coronel de un Regimiento en Madrid, logr4Sormar una Es
caba allanar, quitar tropiezos); gente obligada que, al aparecer el
¿uadra insuperable, invencible, inimitable, que era la desespers,
enemigo, se acogía a las tropas desordenadamente, contagiando ción’ de sus compañeros. Trabajaban en la Corte muchos panade
el pánico a veces y siempre estorbando las maniobras, y en las ros franceses, hombres hechos, barbudos, pesadotes, rubios, y con
derrotas, asesinando heridos para robarles. El Gran Capitán re alguna instrucción por haber servido en su país; contrató Ríos
nuncióal sistema: sacaba de las filas cierto número de soldados sigilosamente dos docenas de los más garbosos, y, previas unas
fuertes, que, manejando alternétivamente el azadón, ‘la pita y la cuantas lecciones, asistían a los actos exteriores mediante una
espada, aplanaban las asperezas de la tierra, cavaban trincheras gratificación; a los Oficiales del ‘Regimiento se les exigió palabra
y las defendían.’ La idea de Gonzalo (en aquella época, los espa de honor de guardar silencio absoluto, promesa que cumplieron
ñoles teníamos la primacía en Re Militan) era demostrar que sus gustosos, por espíritu de Cuerpo, así como la tropa, que adoraba
soldados no nedesitaban de nadie: quitarles la preocupación de •a su Coronel. Cada vez que asistía a alguna parada el Regimiento,
que fuese humillante el uso de la pala y el pico, y eongraeiarse ,sus Escuadras, formidables d,e aspecto y de fornitura, enfurecía
‘con los indígenas no exigiéndoles -servicios tan penosos. a los demás Coroneles y asombraba al público; las conocía todo
Como de alguna manera había de premiar aquel trabajo peli Madrid: lii Reina,los agregados militares y las autoridades.
• groso y duro, y el soldado español’se paga más de diétinciones que Sin embargo, a pesar de la discreción corporativa, un incidente
de provecho, el Gran Capitán les acordó el honór de marchar y estuvo a punto de descubrir el mistério:’el Embajador de Rusia,
desfilar en cabeza de las coronelías, llevando a la espalda el útil que era General en su tierra, quiso visitar en el cuartel al famoso
o herramienta antes aborrecido y luego estimado como un honor. Regimiento, con permiso del Ministro de la Guerra, a la sazón el
Véase, pues, por qué durante cinco siglos sin interrupción for inolvidable General Narváez, hombre avispado y soearrón, como
man’ y marchan las’ Escuadras españolas de gastadores delante andaluz y soldado viejo. Con soiprésa del Coronel, presentáronse
y se eligen para ellas los soldados mejores y más apuestos. juntos ambos personajes, ‘que, a saberlé el Jefe, se habría guar
El apogeo de los gastadorés fué a mediados del siglo XIX; en dado bien de exponer tan cerca de los escrutadores ojos de don
cada Compañía de las seis u ocho de que constaban los Batallo Ramón las célebres Escuadras; ya era imposible retirarlas; el Regi
sies, nombrábanse dos propietarios y un suplente; formaban, pues, miento hallábase formado en linea de parada frente al cuartel,
doce en tres filas, y un cabo, todos de aventajadas e’ iguales esta sito en le acera opuesta a los jardines del Retiro, que llegaban
turas, de buena complexión y con aquel airoso y natural manejo hasta lo que es hoy Palacio de Comunicaciones.
que preeoniza la Ordenanza; eran la flor del Regimiento y la con Después de los saludos y honores de Ordenanza comenzó la re
goja de cocineras, modistillas, menestralas, y también de otras vista, deteniéndose los visitantes un momento a contemplar la
mozas de mal refrenados apetitos. - estupenda Eseuadra de gasiadores del primer Batallón, inmóvil
EL uniforme era imponente: gorra granadera de pelo negro,’ y hierática como estátuas; ante uno de los rubios y fornidormo
dos palmos de alta, éon plumero vertical, blanco (color de la eétones; Narváez preguntóle:
Plano Mayor), ehapa y carrilleras de metal dorado; casaca ,y pan —De dónde eres, muchacho?
talón azulos con vivos rojos; mandil de cuero blanco hasta la ro El francés, ingenuo o asustado, respondió:
dilla; botines blancos bajo el pantal6n; enormes charreteras de —De Besançon. ‘

rojo estambre, y el galón tradicional encarnado, en cuya bisectriz —De dónde? — insistió el General.
se lucía, como hoy, el escudo de ‘gastador en bronce; guantes de Y el Coronel, que iba sobre ascuas, acudió rápido como una
manopla blancos; mochila de piel de cabra rubia, y por arma, centolla:
herramieMas de zapador: sierra, pala, pico y marrazo; sable de —Mi General, dice que de Betanzos; estos gallegos no entran en
ceñir, correaje de charol, y todo refulgente, rico, deslumbrador, la pronunciación castellana.
fantástico; el atuendo les hacía más gigantescos y solemnes. Narváez no desplegó los labios.
Una de las condiciones físicas requeridas para cargo tan espec Sin niás incidentes, y con plácemes calurosos por la, admirable
tacular era la de ser tan bien barbado como aquel Tomé Cecial, presentación del Regimiento, acabó la revista, y, el Coronel, a
vecino de Don Quijote, fingido escudero del bachiller Sansón Ca quien no le había salido el susto del cuerpo, lieenció en el ‘acto a
rrasco. Estaba la peigrafía castrense perfretamente legislada, los comparsas, con amenaza de darles veinticinco palos si vol
que en punto a legislación no nos ha ganado nunca nadie, ni en vían a parecer por el cuartel.
no cumplirla tampoco; hábían de llevar loe gastadores barba en Antes do que el servicio de enlaces fuese tan complicado y di
abanico hasta el segundo botón de la casaca; bigote y pera, los’ fícil, los gastadores, repartidos entre la Plane Mayor y las Com
‘grahaderos; ,bigote solo, los fusileros, y bigote y moíea, los caza- pañías, desempeñaban la misión; en los ejercicios doctrinales ser-

28
 vían de peosfes para marc’ar las líneaa; es decir, que si el Coronel de 5oldados: nunca se veía ninguno en la prevención o el calabozo;
• . mandaba un cambio de frente perpendicular u oblicuo, a la voz perder el galón era la mayor vergüenza. Asf como los soldados de
- pre’eentiva salía el ayudante (a patita) a la carrera con los gas Caballería se compraban espuelas al licenciarse para no entrar en
tadóres, y establecida con dos de ellos la base de alineación, los el pueblo sin aquel adminículo sonante y brillante, los gastadores
• demás se iban colocando en la prolongación, y con frente a ñí base adquirían sus escudos y aun adornaban los galones con pespuntes
permanecían firmes, la culata del fusil ¿poyada en la chapa del y lordados, al objeto de presumir entre sus paisanos y paisanas;
• cinturón y el arma vertical, hasta que, llegadas todas las Com un gastador de cazadores de Manila, depuesto por-una pequeña
pañías, retirábanse a fila exteriora un a señal del sable del ayu falta, se suicidó por no poder resistir la pena de paéar a soldádo
dante. La alineación perfecta de la nueva llnea dependía de la de segunda. El.marchar a la cabeza del Regimiento, dar la guar
• exactitud en cubrirse los gastadores,. que además habían de cono dia en el altar durante el Santo Sacrificio de la misa, rodear y es
cer el número de pasos del frente de sus Compañías, porque los coltar las iñiágenes en las procesiones, estar exentos de servicios
Capitanes conducían las, suyas al lugar en que estaban sus gasta mecánicos y oír las conversaciones de los Jefes, les da mucha im
dores, entre los que ya se habían interpolado al paso ligero los portancia entre el resto de la tropa, qúe por ellos se entera de si
cabos banderines. el s,eñor Coronel, está contento o se ha levantado de mal humor.
Maniobraba nuestra Infantería con una precisión matemática, Cuando hábía varios Capitanes Generales y casi todos residían
y ¡ay del Capitán que se quedara.corto o rebaiara los peánes al en Madrid, a todos ‘se les enviaba un gastador de servicio, que
hacer alto! Tenían que llegar ‘las ‘Unidades a tocar con el pecho el salia del cuairtel vestido como para una boda; no hay que decir
brazo de los gastadores, sin marcar el paso ni acortarlo, y des ‘que este soldadó comía en la casa, recibía un sonoro machacante
cendiendo los fusiles con una uniformidad y ruido impecables; (nombre que los soldados daban a las monedas de cinco pesetas)
para que el estruendo fuese mayor, solían aflojarse las abrazade y se pasaba el día en conversación con las doncellas y la cocinera,
ras y las baquetas: ‘¡qué atrocidad! n,o sin sacar alguna cajetillau otro obsequio de fogón.
Otro de los servicios de los gastadores era montar una especie El Capitán General Martínez Campos, fumador sempiterno a
de guardia personal a la puerta dci domicilio de cada uno de los quien no satisfacían más que las tagarninas de a cuarto (que
Jefes del Regimiento; también llevaban y traían los caballos del dejaba apagar, para que se pusieran más infumables), tenía’ en
diestro, y se les encargnba de ciertos recados oficiales. su mesa buenos habanos destinados a personas de viso; siempre se
En campaña y maniobras sé alojaban los gastadores en casa de equivocaba de cajón, y daba al gastador un buen cigarro, en vez de
los Jefes, y esto les hacía diifrutar de algunas ventajillas, a cambio la tagarnina consabida; pero la verdad era que, aunque él lo decía,
del trabajo de transmitir órdenes, ayudar al asistente, servir la no erraba nunca, sino que, por cariño a la tropa, le obsequiaba
mesa y otros menesteres, porque comían , costa del Jefe y re con lo mejor.
partían con el asistente el tabaco del amo. Los gastadores constituyen un tipo clásico español, como he
Por inveterada tradiçión, todo gastador se consideraba modelo rencia que nos dejó Gonzalo de Córdova, nuestro Gran Capitán.

(Dibs,es de Coroael de Infantería LA CA RDE) - -

1

Teniente Corónel de E. M. J O SÉ ‘H JA R
E L Mariscal Foch ha dicho que “una campaña constituye, en
realidad, una serie de actas estratégicos, que terminan cada uno
en una grísn batalla, reunidos entre sí por un lazo lógico, que
es el objetivo final buscado”.
Este objetivo final no puede ser otro que la destrucción del adver
sario, ya que, conseguido esto, no tendremos nada que se oponga a
los demás fines, políticos o económicos, que nos propongamos.
La batalla, que, como ha dicho Foch, es “el único argumento de
la guerra”, será, pues, la única finalidad a dar a las operaciones es
tratégicas.
El Grupo de Ejércitos es un órgano de Mando que combino éstos-
en tiempo y espacio para desarrollar la maniobra estratégica.
La Unidad estratégica es, pues, el Ejército, que desplaza a su vez
sus Unidades subordinadas, combinando el juego de sus direcciones
y sus esfuerzos sucesivos para realizar su maniobra para la batalla.
A su vez, esas Unidades subordinadas, que son los Cuerpos de
Ejército, resultan Unidades para la batalla dentro del conjunto del
Ejército; por lo que se denominan “Unidades de batalla”, que tienen
capacidad para maniobrar sus fuegos, por la combinación de sus
Divisiones y tropas no divisionarias, pudiendo llevar a cabo una
decisión táctica hasta su resolución.
,Para.seguir adelante, nos conviene dejar sentado lo que erttende.
30
&
mos por estrategia y táctica. Estrategia, que por su etimología es “la
ciencia del General”, podemos concretar algo más, diciendo que es:
“El planeamiento y disposición adecuados de cada una de las batallas
y combates, y la recta aplicación de éstos para el objetivo final, que
es el feliz desenlace de la guerra”, mientras que la táctica “es el cm -
- pleo acertado, de las tropas para el objetivo más inmediato, que es
vencer en la batalla”.
Ya vemos, pues, una primera distinción dentro de la ma
iciobra:
La maniobra estratégica, que es maniobra de desplazamiento de
fuerzas, y maniobra táctica, que aunque lleva consigo movimiento
de fuerzas, es con miras a la concentración de fuegos.
Cada una de éstas puede, a su vez, ser defensiva u ofensiva, y
dentro de ésta, el Mando superior podrá orientar la batalla para
dislocar el dispositivo contrario, bien aplicando el máximum de
medios en un punto del frente, que es la maniobra de ruptura, bien
en un flanco del enemigo, que es la maniobra de ala. Estas son las
farmas esenciales de la maniobra ofensiva y su consecuencia, que es
la batalla ofensiva.
Vamos a exponer la maniobra de ala, por ser la que han seguido
los grandes Capitanes para obtener sus m4s brillantes éxitos.
En los umbrales del siglo actual, decía el conde von Schlieffen
 que ‘el ataque de flanco era el conlenielo más esencial de toda la ESTUDIO DE LA MANIOflRA DESÉOÉDANTÉ DÉ ALÁ
Historia de la guerra”. EN RELA ClON CliN LOS PRINCIPIOS DEL ARTE
El Jefe del Estado Mayor General prusiano razonaba así: MILITAR
“Las armas y el.modo de combatir han variado por completo desde
hace ¿os mil arios. Ya no se llega al cuerpo del enemigo con cortas Esta maniobra, como toda acción de guerra, se basa en una serie
espadas, sino que se dispara desde millares de metros. El arco ha sido de principios del Arte militar que hay neceóidad absoluta de seguir
reemplazado por el caiión de.retrrceso; ¿a honda, por la ametralladora... en su esencia, - adapiáhdolos a la modalidad especial de cada
Sin embargo, han permanecido invariables las normas fundamenta caso.
les de la batalla. Vamos a examinar esta maniobra a la luz de esos prin
El combate de aniquilamiento puede librarse hoy con arreglo a cipios.,
los planes concebidos por Aníbal en los tiempos remotos. El frente
adversario no es el objetivo del ataque principal,., Lo fundamental 1. Toda concepción esteatégica ha de encaminarse a un fin
es aplastar los flancos... El. aniquilamiento se completará con un importante.—Ninguno más importante que el fin general de la
ataque contra la retaguardia enemiga.” guerra, que es la destrucción del enemigo, y de ahí la necesidad de
•No obstante, su plan de campa fía contra Francia fracasó en 1914, dar amplitud a la maniobra.
porque habiendo muerto aquel estratega antes de la Gran Guerra, La maniobra de ala no puede concebirse como una simple prolon
en la ejecución de su plan/olió potencia en el ala derecha del Ejér gación de nuestro dispositivo que e va abatiendo sobre elfianco del
cito de invasión de Francia: se temió por el resto de la línea, para contrario, ya que daría lugar a que éste acudiera allí con reservas y
la que se sacaron. fuerzas de la derecha, y además hubo que acudir prolongara. la línea, pues para ello cuenta con. el óscaionamiento
al socorro del frente oriental. en que habrá ordenado su dispositivo. Hace, falta atacar ese flanco
Después de las teorías de Schlieffen han surgido todavía nuevos en toda su profundidad a la vez.
ingenios y medios de combate, como son: la Aviación, elementos me Para ello, a la masa de maniobra habrá que asignarle una direc
ción general, sensiblemente normal al flanco enemigo, y tendrá que
canizados, la motorización y las tropas paracaidistas y’ trans
portadas por avión, y a pesar de ello, subsisten firmes sus con partir, por lo tanto, de una base excéntrica con relación al frente de
ceptos. la batallo.
Como vamos a ver, los principios del Arte militar continúan in
mutables, habiendo variado solamente los procedimientos con ‘las II. Voluntad de vencer,—Supuesta ésta en el Mando que ha
condiciones de tiempo, espacio y medios que concurran en cada concebido la maniobra, ha de transmitirla a sus subordinados, los
caso.. cual es han de poner en la ejecución una actividad y un afán. de supe
ración continuos.

III. Acción de conjunto—La maniobra de ala, por lo ya ex

‘FORMAS DE LA MANIOBRA DE ALA
puesto, se ve que no es una acción independiente en el tiempo y -el
espacio, sino que, por el contrario, ha de ser coordiruxdacon la acción
frontal; pues si ésta no logra fijar durante todo el tiempo al enemigo
La maniobra clásica puede ser: maniobra de flanco integral,
maniobra parcial y maniobra envolvente. y ¿itraér sus reservas peir su enérgica acción en las zonas importantes,
la maniobra corré el riesgo de fracasar.
I. -En el ataque de flanco integral se lanza la masa de fuerzas a. masa de maniobra, aun partiendo de una base excéntrica y
con misión principal, debe estar sometida srl mismo Mando que
propias sobre el ala contraria. Ejemplo ode ello es lti. batalla de
las fuerzas de la acción frontal, y enlazada con éstas, como luego
Leuthen.
- veremos.
Se trata de una maniobra en la que el éxito se debe a la amenaza
sobre las comunicaciones del enemigo, el cual se halla entonces en IV Sorpresa.—”El hombre desea tener una clara representa
un dispositivo que no es apto para la respuesta. ción dejas cosas para poder acomodar a ella su propio proceder”,
Tiene esto el inconveniente de requerir gran libertad de espácio, ha’ dicho Clausewitz. Si no lo logra, nace la incertidumbre, que
lo cual no es fácil de lograr más que en el caso de que los adversarios frena su voluntad para decidir. Si los hechos que le rodean o le afec
dispusieran de efectivos reducidos, caso que es hoy poco probable, tan se producén de manera eso prevista por él, viene la sorpresa,
y, por otra parte, los ioderosos medios de exploración orientarán a que llega a anular su voluntad. ‘ -

los adversarios, y el choque se producirá frontal.
2 Ataque parcial de flanco.—Mientras la masa principal
marcha para obrar de frente contra el enemigo, se destaca un Cuerpo
que ataque su ala. - -
Si los dos ataques se lanzan a la vez, tenemos el ataque conver
gente, y si se lanza primeramente el frontal para fijar al énemigo
Como esto constituye un factor moral que nos conviene aprove
char, de ahí surge la conveniencia de obtener la sorpresa que en esta
nianiobra se consigue poniendo ante el enemigo medios potentes
sobre su flanco, que es uno de sus puntos más sensibles.
-
Está es cada día más difícil de conseguir, debido a los medios con
que cuenta la información; pero habrá que buscarla. Para ello, al
-

Mando toca durante el planteamiento. guardar el secreto de su in

y gastar sus reservas, es el ataque de frente yflanco. Este sistema ‘fui
tención el mayor tiempo posible, y durante la ejecución del place,
empleado ere ambas formas por Napoleón. exigir los movimientos de noche, restringir y hacer observar la
Tiene el inconveniente de que las fuerzas que hacen el ataque de mayor disciplina en los que se hagan de día y obligar al enmascara
flanco pueden ser batidas aisladamente o verse retenidas largo miento de tropas y material. Las tropas paracaidiitas pueden con
tiempo fuera del campo principal de la batalla, no llegando allí en tribuir a la sorpresa de manera muy especial, al caer de improviso
el momento oportuno. sobre una zona no, prevista por el enemigo, produciendo graves.
trastornos. -

35 Maniobra desbordante.—Va soldada a la acción frontal y Factor muy importante que contribuye a la sorpresa, es la velo
resulta la ,forma más corriente y segura de la maniobra de ala, cidad, tanto en la concentración de la masa de maniobra como en la
porque se tiene la unidad de acción en tiempo y espacio. situación de sus elementos en lcr base de partida, para lanzarla en
Por este procedimienlo se pueden maniobrar los dos alas del la dirección general prevista, antes de que el enemigo logre reunir y
enemigo, consiguiendo así el doble movimiento envolvente, si bien trasladar los elementos necesarios para oponerse. -
requiere gran superioridad de medios sobre el adversario o que éste
Es esto tan interesante, que eh muchas ocasiones convendrá lanzar
manifieste una gran pasividad. - la maniobra tan pronto como se tengan las’ fuerzas suficientes
Esta maniobra es la que nos lleva en el campo de la táctica a la para formar el cuerpo principal, sin esperar las reservas de maniobra
batalla de aniquilamiento que tan sorprendentes resultados ha pro constituidas por - Divisiones normales, las cuales se lanzarán ade
ducido en la actual contienda. ¡ante por tren o camiones en la medida pesible y por carretera a

- 31
 marchas forzadas, orientándolas en’ forma sucesiva sobre las zonas
más convenientes. - generales. Así, habrá que partir de un dispositivo de aproximación
El Jefe contribuirá a la velocidad con la rápida concepción y
puesto en marcha de su plan; los Mandos subordinados, con- su
actividad y amplia iniciativa, para lo cual se les habrán fijado mi
siones y objetivos lejanos; y la tropa, con su ardor y decisión en el
combate.
Hoy día, una vez puesta en marcha la maniobra, las grandes
Unidades acorazadas y motorizadas, que constituirán -el cuerpo
principal de la masa de maniobra, son poderosos auxiliares para
lograr el factor velocidad (1).
Y. Economía de fuerzas.—Esta consiste en dosificar las fuerzas
de manera que se apliquen a cado.finalidad las necesarias; pero so
lamente éstas, haciendo con este criterio lo distribución de las que
disponemos, entre los diversos fines parciales.
Siendo así, tenemos una zcción frontal, a la que habrá que dedicar
un mínimum de fuerzas, pero suficientes para fijar al enemigo, no
por simples acciones -demostrativas, sino por ataques sobre puntos
vitales del mismo, que obliguen’ a éste a no desprenderse’ de sus
reserva? en el frente. Tenemos por otra parte la masa de maniobra.
Esta ha. de ser potente, ya que tiene que realizar el esfuerzo principal
y hade atender por sí misma a nutrir el ataque, venciendo las resis
tencias enemigas en una línea cada vez más profunda, y ha de
atender, a mantener el esfuerzo de sus flancos, que realizan una
acción combativa contra el enemigo, al que paulatinamente van cer
cando. -
VI. Libertad de acción—Para la. reunión de la masa de mani
obra harán falta varios días, durante los cuales irán llegando las
fuerzas sucesivamente. Unas marcharán por sus propios medios
rápidos,- por carretera, mientras que otras serán transportadas por
ferrocarril o carretera, dependiendo, pues, la velocidad de concen
tración de la densidad de estas redes y medios de transporte disponi
bles, teniendo en cuenta que aun las Unidades-motorizadas que dis
ponen de medios propios para el movimiento hay .que calcularles
más de doce horas desde qué inician su movimiento hasta que están
en. condiciones de intervenir en la lucha, suponiendo un desplaza
miento medio de 100 kilómetros. -
Esta concentración hay que cubrirla con Unidades de Caballería
o destacamentos mecanizados, con frentes de acción amplios, sin
temor a los espacios, pues así lo exige el principio de economía de
ficerzas. -Bastará ócupar los puntos esenciales en el orden político,
logístico o táctico.
También habrá que cubrir los flancos. El exterior necesitará tanto
durante la cóncentración como en la- maniobra una gran Unidad-
fuerte, escalonada, para evitar que el enemigo, a su vez, desborde el
flanco de la masa de maniobra. En el costado interior habrá que
atender tanto a la seguridad del dispositivo como a la coordinación
de la acción de la maniobra de ala con la frontal. Esto se logrará
por fuerzas de Caballería- o mecanizadas que ocupen los puntos
importantes del intervalo, y en algún caso incluso por grandes
Unidades.
EJECUCION DE LA MANIOBRA
El disositivo de partida debe ser amplio, para lograr la maniobra
sobre todo elf lanco enemigo y evitar a la vez el propio envolvimiento;
pero como el enemigo tiene todavía alguna libertad, puede ser nece
sario cambiar la dirección del ataque en el curso de su desarrollo,
por la necesidad de buscar en cada momento el espacio libre que
nos dé el desbordamiento. Como por la amplitud del fiente será difí
cil el cambio de dirección de las fuerzas empeñadas, hay la necesidad
de escalonar los elementos en profundidad, para lograr dicho fin
- por la maniobra de las reservas.
(z). No cinta e ka de tenerse e-a cuenta que las G. U. motorizadas neo
podrán desembarcár a menos de 8 ó so kan. del frente de combate, como caso
normal, por la necesidad de ¿ibrarse del fuego de la Artillería de alcance medio, ial con dos Ejércitos (los de Narew y Modlin); defender el pasillo
ya que si bien las posikilidades estratégicas de estas G. U. son grandes en el
orden táctico, tienen un momento de crisis, que es el de su deseanbosque,reo gene- de Pomerania y Posen), y defender el resto de su frontera con tres
- pasión y despliegue.
32
El desencadenamiento de la ofensiva ‘tendrá que ‘seguir las reglas
hasta llegar al contacto, que iti establecerán las Divisiones de van--
guardia., Logrado esto, los Cuerpos de Ejército del primer esialón
se empeñarán para conquistar las- entradas del campo de batalla.
Una vez ya en presencia de una resistencia seria, hay que centralizar
la acción al máximo, y es entonces el Jefe de Ejército, responsable de
la.maniobra, quien decidirá y conducirá el ataque.
Si el enemigo logra sacar del frente las fuerzas necesarias para
prolongar a tiempo su flanco, la maniobra de ala fracasa. Para evi
tarlo, hay que dar velocidad a ésta y fijar al contrario fuertemente
en su frente, para que no pueda desplazar sus reservas. Si aun así
logra prolongar el ala, hay que dar un desarrollo más amplio a la,
maniobra, y surge la carrera de las alas, en la que hay que evitar que
el enemigo llegue al obstáculo en que apoyarse. Tal fui la carrera al
mar en el frenie de Francia en 1914.
Puede ocurrir que el-adversario logre romper el combate a favor
de la noche, valiéndose de las posibilidades que le prestan los medios
mecanizados y’ motorizádos, para ocupar una nueva línea a reja
guardia.’ Entonces la maniobra ha caído en el vacío, lo que nos
obliga a orientar nuevamente los ejes de la maniobra y, lo que es
peor, a prescindir del factor sorpresa. - -
EXPLOTACION DEL ‘EXITO ‘DE LA MANIOBRA
Hasta ahora, el éxito de la maniobra consistía en que el enemigo,
por haber_se dado cuenta tarde o no haber podido llevar a tiempo
las ‘reservas necesarias para resistir el choque y luego prolongar el
frente, rompía el combate en condiciones difíciles y se replegaba.
Venía entonces la explotación del éxito, buscando las comunicaciones
del contrario y desorganizando su dispositivo. En el peor de los
casos, el enemigo sacrificaba algunas Unidades y lograba zafar
otras dé la batalla, las cuales pasaban a oponerse a nuestra acción
en líneas sucesivas. Hoy, la batalla de cerco es ‘más ambiciosa que
todo eso. El fin estratégico de la guerra es el Ejército enemigo, y.
desde el primer momento hay que aniquilar los efectivos que se nos
enfrenten, buscando la resolución del conflicto por La guerra re
lámpago. - - - - -
Paris ello, una vez lograda la zona libre de la retaguardia enemiga,
- las grandes Unidades acorazadas de la masa de mániobra, seguidas,
por las motorizádas, continúan ‘su progresión atendiendo por sí -
mismas a sus flancos y sin preocuparse de su retaguardia, que va
siendo ocupada por las Divisiones normales a marchas foizadas.
Así, va viendo el enemigo sus comunicaciones cortadas sucesiva
mente, y se le obliga a combatir enfrentes invertidos hasta que sobre
viene el cerco total. En ese momento no solamente se ve privado de
refuerzos, sino, lo que es más importante todavía y explica el copo
de gréndes masas constituidas por Ejércitos enteros, le falta el es
pacio necesario para la maniobra más elemental. Además, la moral
de las. tiopas cercadas se deprime por la sensación de ais- -
lamiento. -
Vamos a presentar ahort un ejemplo actual de doble maniobra
desbordante de ala, y su explotación. - -
-
CAMPAÑA GERMANO-POLACA.
PLANES ‘DE OPERACIONES
La frontera entre ambos países teñía una forma de arco envol
vente hacia Polonia que prácticamente se extendía desde el Báltico
hasta-Rumania, más el islote alemán de la Prusia Oriental. (Véase
gráfico núm. 1.) -
Plan polaco. — El plan polaco consistía: en atacar Prusia Orien
de Dantzig y eventualmente invadir- Pomerania con otros dos (los
 Gráfico núm. í.—El despliegue de las fuerzas y el desarrollo de la maniobra alemana.
Ejércitos más (los de Lodz, Cracovia y los Cárpatos; este último
frente a Eslovaquia).
En la zona de Varsovia quedaba el Ej&cito de reserva.
El desarrollo de la frontera de Polonia con Alemania,. incluidas
Prusia Oriental, Eslovaquia y Hungría, era de más de 2.000 kiló
metros en números redondos, y en ella desplegaron los polacos un
total de unas 20 Divisiones y 10 Brigadas independientes, con lo
que resultaba un promedio de 80 a 90 kilómetros por División.
Era, pues, un despliegue que adolecía de debilidad, ya que la reserva
general, que se proyectaba con 15 Divisiones, contaba con muchos
elementos de segunda línea y no se logró movilizar dicho número.
Plan alemán. — Ante este enemigo, los olemanes necesitaban dar
gran rapidez al desarrollo de la campo fía para evitar la guerra en
dos frenteé. Tenía que derrotar o los polacos, antes de que los franco
ingl eses pudiesen desarrollar algún plan ofensivo en el Oeste, para
volverse luego contra éstos con todos sus medios:
Para ello se le presenta al Alto Mando alemán la idea de la doble
maniobra envolvente, siguiendo el espíritu de la maniobra de Hin
denburg en 1915; si bien esto vez obtuvo un éxito que entonces no
consigue, ya que en aquella campaña el enemigo logró zafarse de
cerco en su mayoría.
Veamos cómo se concibió la maniobra.
El curso del alto y medio Vístula, prolongado luego por el IVare u,
era la línea fuerte natural del teatro de Polonia, al oeste y al norte.
de la cual tenían los polacos la inmensa mayoría. de sus fuerzas,
y a ella se ¿scogerían éstos si resultaban arrollados en su primer
despliegue.
Una audaz maniobra consistía, por tanto, en envolver ampliamente
esta línea; pero antes había que hacer desaparecer la solución de
continuidad entre las fuerzas de Pomerania y el islote de la Prusia
Oriental, estrangulando el pasillo de Dantzig, con lo que se llenaba
además un objetivo político de primera importancia, aparte del es
tratégico de aislar a Polonia del mar.
A tal fin se constituyen dos grupos de Ejércitos: uno al norte,
al mondo de von Bock, y otro al sur, al mando de von Rundstedt,
desplegándolos así: (Gráfico núm. 1.)
Grupo del norte:
En Prusia Oriental. III Ejército (Kuchler) con unas 6 Divisio
33
 A la derecha. XIV Ejército (L[st), que, ad’emds
de contar con Divisiones acorazadas, tenía a su de
recha, dependiente del. mismo, un fuerte destacamento
de tropas de montaíla (General Kubler).
El espacio comprendido entre los ¿os Cuerpos de
Ejércitos, frente a Posen, estaba cubierto por ¿esta
camen tos con misión de observación.
Una Flota aérea de 2 Divisiones, aparte de sus
misiones propias independientes, colaboraban con el
grupo del norte, y otra de 3 Divisiones, análoga
mente, con el grupo del sur.

MANIOBRA DESB ORDANTE’

POR EL NORTE

La masa de maniobra la constituía el III Ejér

cito, con base de partida claramente excéntrica con
relación al frente de fijación.
Su primera misión era forzar el paso del Narew
y Bug, y como objetivo lejano se le fija la región
al este de Varsovia, para unirse allí al X Ejército,
procedente del sur.
El IV Ejército tenía a su cargo la fijación del
enemigo con las fuerzas de su ala derecha y el en
lace de esta acción con la del III, para lo cual había
de asegurar lo más rápidamente posible ‘la unión con
el mismo a través del corredor polaco’, y luego seguir
su movimiento desplazándose, mediante una con
versión, a caballo, sobre el Vístula.
El guardaflanco exterior de la masa de maniobra
tenía que hacerlo en un principió el III Ejército con
Gráfico núm. 2.—Esquema de la batalla de Radon. sus fuerzas escalonadas, toda vez que este Ejército
no podía contar en el primer momento más que con
nes normales, reforzadas con dos acorazadas y una Brigada de las fuerzas propias de la Prusia Oriental.
Caballería. Conseguido el corte del pasillo de Dantzig, se le dotaría de una
En Pomerania. IV Ejército’ (Kluge), que, aparte de sus Divisio agrupación con misión de guardaf lanco, sirviendo al mismo tiempo
nes de línea, contaba con las tropas blindadis. del General Guderian. para dar mayor amplitud al movimiento desbordante del III Ejército.
La coordinación de todos estos esfuerzos se lograba dando un mismo
Grupo del sur: - mando a las fuerzas encargadas de ellos (General von Bock).
A la izquierda. Zona de Breslau. VIII Ejército (Blaskowitz),
En el centro. Zona de Oppeln. X Ejército (Reichenau). Unas MANIOBRA DESBORDANTE POR EL SUR
7 Divisiones, más dos Cuerpo blindado (Generales Reinhard
y Holth) Masa de maniobra: el X Ejército, que estaba ampliamente dotado de
elementos mecanizados (Cuerpos de Ejército ReinhardyHoth).
Su posición de partido también resultaba excénLrica con
relación al centro del dispositivo general.
Había de moverse dentro del arco del Vístula para pasar
finalmente este río y colocarse al este de Varsovia, que era
su objetivo lejano, para lograr allí el envolvimiento del ene
migo, en unión del II Ejército, procedente del norte.
La seguridad del flanco interior de este Ejército y enlace
con’ el frente de fijación correría a cargo del VIII Ejército,
que haría la conversión hacia el norte, gemela con la que
hacía el IV Ejército de norte a sur.
La protección del flanco exterior se daba aquí desde un
principio a una gran Unidad, que era el XIV Ejército.
Estas fuerzas partían en su mayoría de Eslovaquia,
ampliando por el sur el movimiento principal desbordante.
La coordinación de la maniobra por el sur se conseguía
par el Mando del grupo de Ejércitos confiado al General
von Rundstedt.
‘Claramente se observa ea esta doble maniobra una cierta
simetría, cuyo eje, como se’ verá en el desarrollo de la
misma, era:
Posea-Kntno- Varsovia- Wloda wa.

‘DESARROLLO DE LA MANIOBRA ALEMANA

La maniobra de cierre del corredor polaco se realizó de

manera que puede cal ificarse’ de fulminante, pues comenzó el
1 de septiembre, y el día 5 fué lograda,’ después de la llegada
Gráfico núm. 3:—Esquema de la batalla de Varsouia-Modlin. del IV Ejército a Kulm y el III a Graudentz.

34 . ‘
 Al mismo tiempo so desarrollaba la doblo maniobro de ala
mencionada.
Esta era difícil en un principio para el III Ejército, que
tanta que arrollar la línea fuerte de M’lawa- Ostroleka y atra
vesar dos ríos como el Nare w y Bug, debiendo atender a la
seguridad de sus dos flancos.
Después de conseguida la unión del III y IV Ejércitos,
pasaron 5 Divisiones de éste a reforzar el flanco izquierdo
del III, dando prueba ‘de una extraordinaria movilidad es
tratégica, ya que estas fuerzas alcanzaron el día 8 el río -
Narew al este de Lomza.
El día 5 se logra dominar Mlawa; el 8 se pasa el Narew
por Rozan y Pulstuk, y el día 10, el ala derecha pasa el Bug
al esté de Serok.
En esta disposición, el III Ejériito está ere condiciones de
- esperar el cierre con el brazo sur de la tenaza, como así sucedió.
Entretanto, el IV Ejército efectúa su conversióh remon
tando el Vístula y alcanzando el día 10 Wloclaweck y Plock
Por el sur, el X Ejército, dotado con Divisiones acoro—
sodas que son seguidas por otras motorizadas, a veces sin
esperar a éstas, y con el apoyo de la Flota aérea, resulta en
manos del General Reichenau el elemento de velocidad y po
tencia necesario para la maniobra que- nos ocupa. . -
Por su izquierda va ligado al VIII Ejército, que avanza según
el eje Sierdz-Lodz, para terminar su conversión en el río Bzu_
ra, y por elflanco exterior lleva el XIV, que con un amplio
movimiento exterior al arco del Vístula, le da la necesaria se
guridad, ya que desde el día 2 se h asegurado los orígenes del
citado río, y el destacamento de montaña pasa los Beshides.
El avance de los Ejércitos del Grupo sur se. hace ya sin parar,
con el X, formando un centro avanzado.
En los combates de los cinco primeros días de septiembre se decide
eltriunfo de este ala. El centro (X Ejérçito) ha llegado abs montes
de Lysa Gora; el ala izquierda (VIII), frente a Sierodz, y la dere
cha (XIV), frente a Cracovia; y aunque los polacos tratan de con
tener al enemigo en los citados montes empleando sus reservas,
éstas son envueltas y. arrólladas,. y comienza en algunos sectores la
retirada desordenada de las tropas polacas, continuamente acosadas
por una Aviación superior.
El día 8, Unidades acorazadas y motorizadas del X Ejército ¡le
gan a 60 kilómetros de Varsovia, y -algunos elementos avanzados, a
los arrabales de la ciudad. Este Ejército se extiende por el sur hasta
Radom, desplegado en un frente de unos 300 kilómetros.
En ocho días, el Alto Mando había cumplido su misión de cons
tituir la tenaza mediante la doble maniobra estrótégica de ala, Oua-
que sus extremos no se cerraron hasta el día 13, y pasaba a primer
plano la acción de los Ejércitos, para apretar la tenaza mediante las
batallas de aniquilamiento, aunque en forma coordinada por el
Mando supremo.
La línea, il día 8 había quedado ‘en la siguiente forma: por el
norte, el Grupo de Ejércitos de von Bock, se extendía.por el Narew
y más al ocste,frenre a Wloklawecky Posen, y el del sur (von Rund
stedt), por Kalisz y frente a Lodz, hasta el sur de Varsovia. Este
-brazo do la tenaza se prolongaba luego por Radón y curso del Vístula
para cruzar éste, llegando a’Tarnow y terminar en los Cárpatos.
EXPLOT4CIOÑ DEL EXJTO
Las batallas de aniquilamiento que se producen momo •xplotaciére
del éxito de esta maniobra son dos:
La de Radoin (gráfico núm. 2), conseguida entre el 9 y 12 de sep
tiembre por el X Ejérçito (Reichenau); las fuerzas mecanizadas del
General Hoth, en su audaz avance, llegan al Vístula antes que los
polacos •del Ejército de Cracovia que se retiran, y el .10, con la ocu
pación de Radom y Zwolen, producen el cerco entre ellas y el. grueso
del Ejército. El día 12 se rinden 60.000 polacos en esta zona.
La del Vístuja, que es lo que acaba con la casi totalidad- del Ejér
cito polaco. Esta se libra en el triángulo Varsovia-Modlin-Kutno,
- y se puede dividir en dos: la de Kutno y la de Varsovió-Modlin;
ya que cuando se ha logrado el cbrco de Kutno (día 12), aun no se
había cerrado el cerco de Varsovia. - tras que’el pensamiento
- La-de Kutno (véase gráfico núrn, 3). Cuando el general pola.;o
Gráfico núm. 4.—Esquema de la batalla de Kutno.
Kutrzeba, que. mandaba el “Ejército ‘de Posen, se da cuenta de su
embolsamiento; trata de abrirse paso hacia Varsovia; pero ya es
tarde, pues las fuerzas del VIII Ejército alemán han cortado sus
líneas de retirada en Kutno y Skierniewi&ze. Intenta abrirse paso
hacia el sur, y conso cuenta con fuerzas que no habían sido batidas,
arremete en duros ataques contra el ala izquierda de dicho Ejército
alemán, poniendo en grave apuro a una de sus Divisiones, entre los -
días 10 al 12. ‘ -
Afortunadamente para el VIII Ejército alemán, el Ejército polaco
- de Lodz había sido batido y se retiraba disperso.
- El Ejército de Pomerania, que manda el polaco ‘Bortnowski, des
ciende mientras tanto, empujado por von Kluge, y frente al río Bzura
se ve detenido, en unión de los de Posen y Lodz, por los Ejércitos ale- -
- manes IV y VIII; los cuales, auxiliados por las fuerzas del X, que
quedaron libres después de la. batalla de Radom, logran establecer el
cerco total y aniquilar el día 19 un total de 150.000 polacos.
La de Varsovia-Modlin (véase gráfico núm. 4). Tropás del X ‘Ejér.’
cito pasan el Vístula el día 9 y avanzan hasta el norte para colocares
el ‘día 13 al este de Varsovia, con lo que queda establecido un nuevo
cerco por los Ejércitos III y X, en el que quedan englobadas la capi
tal de Polonio y la importante plaza feçerte de Modlin. -
El día 22 se logra separar ambos centros mediante ataques de los -
dos -Ejércitos alemanes y se consigue la capitulación de 120.000 hom
bres en Varsovia en-el día 27, y 36.000 en Modlin el día 28.
Entre tanto, las fuerzas que operan en los etremos han descrito
- más amplios arcos, que van: desde el norte, por Bialistock Brest
Litowski a Wlodawa, y por el sur, desde los Cárpatos, por las proxi
midades, de Lemborg a - Wlodawa, donde so logra la conjuneión
ml día 17.
Los jalones que señalan esta campaña rmlámpago son:
Día 1.° do septiémbro. Comienzo deja maniobra.
Día ‘4. El enemigo empieza a rotirarse en desorden en migunom
sectores.
Día 8. Termina - la maniobra estratégica y ompioza la acción
táctica. -
Día 17. Terminan los movimientos complementarios de cerco.
- Día 19. Se ocupa Varsovia.
Estos fueron los brillantes éxitos conseguidos en menos de un mes
con la doble.maniobra de ala en. la campaña de Polonia, que pro
dujeron gran estupefacción en el mundo entero, porque se pensaba
con la mentalidad de 1918, que concebía las acciones ofensivas más
lentas, con intervalos de preparación entre las distintas fases, mien
alemán había sabido adaptar su doctrina
ofensiva a los nuevos medios ‘que la técnica le había proporcionado.
35
 (
1.—NUEVAETAPA ARTISTICO-HISTORICA Marqués de los Balbases en 17’de diciembre de 1621, precisamente
en el transcurso del sitio, que términó el 3 de febrero de 1622.
Iniciado en el número 25 de esta Revista el que pudiera titu La figura principal es la suya, y a su lado aparece D. Diego Mexía
larse Itinerario militar a través de las salas del Museo del Prado, Feipez de Guzmán, pariente próximo del Conde-Duque de Oliva
emprendemos ahora una nueva etapa para el examen de los ocho res, futuro yerno de Spínola, como marido de su bija D. Polixena,
cuadros de carácter bélico, de la rotonda contigua a la entrada y Marqués de Leganés en 1627. Ante los sitiadores desfilan los
prinçipal del mismo. 2.000 - soldados rendidos saliendo de la plaza, situada en medio
Como se dijo entonces, llegaron a pintarse con destino al Salón de un paisaje que no parece reflejar con toda exactitnd el aspecto
de Reinos del Palacio del Retiro, hasta trece lienzos conmemo que tendría ci campo en la época de las operaciones, pues el mejor
rativos de los éxitos logrados por tierra y por mar en los comien biógrafo de Spínola, D. Antonio Rodríguez Villa, dice taxativa
zos del femado de Felipe IV. De ellos, sufrieron extravío dos, cu mente que durante ellas se sufrieron horrorosos fríos y hubo con
yos autores y asuntos son conocidos; y de tales circunstancias se tinuados hielos.
deduce lo sensible de estas pérdidas, ya que uno, pintado por Equivocaron el asunto del cuadro Ceán Bermúdez, Eusebi,
Caxés, representaba la expulsión de los holandeses de la isla de Madrazo y Justi, al tomar a- Juliers por Breda, porque con res
San Martín, en 1633, por D. Lope Díaz de Armendáriz, Marqués pecto al auténtico de esta última, del que nos hemos ocupado
de Cadreita, con la importante colaboración de D. Lbpe de Hoces; con extensión en EJERCITO, de febrero de 1942, había ya dicho
y el otro, de mano de La Corte, con retoques de Velázquez, se re Ponz, por testimonio de Mengs, que la escena representaba al
fería al socorro de Valencia del Po, en 1635, por D. Carlos Coloma, Marqués de Pescara recibiendo las llaves de una plaza (Viaje de
ya en las postrimerías de su gloriosa vida de General, diplomático Espoña, t. 6.°, pág. 49), y el error persiste en la Enciclopedia de
e historiador. Fué primer Marqués del Espinar, y no de la Es Espasa-Calpe (1).
pina, como dijimos en artículo anterior (1). Reanudada la guerra con los rebeldes holandeses al terminarse
la tregua de 1609 a 1621, fué este episodio uno de los del comienzo
IL—LOS OCHO CUADROSDE LA ROTONDA de la nueva etapa, y vino también a constituir uno del período
palatino de la guerra de los Treinta Años (1618-] 648), en la cual
Citándolos por el orden cronológico de los hechos que conme intervenía España ayudando a la rama alemana de la Casa ele
moran, corresponde el primer lugar al número 858. Fué su autor Austria en su lucha con la Unión Protestante o Evangélica, por
José Leonardo, nacido en Calatayud, según unos en 1616, y, según razones políticas,religiosas y de defensa de territorios.
otros en 1605, y fallecido en Zaragoza, loco, en 1656 (2). El cua Ocupada la plaza por las tropas de Mauricio de Nassau, logró
dro ae refiere a la rendición de Juliers al Maestre de Campo Gene Spínola sorprender a éste simulando otras operaciones, para evi
ral D. Ambrosio Spínola y Grimaldo, agraciado con el título de tar así cine acudiese con oportunidad en auxilio de los sitiados.

(t) En el Museo Naval eziste cii cuadro que representa el mismo

(t) En Las cien mejores obras de la pintura española se dice, con refe
suceso del primero de los aludidos, y allí puede conleinplarse lambido
otro del pintor La Corle referente a un combate entre naves españolas rencia a este cuadro, que es la rendición de Juliers por el Duque de So
ria (sic), equivocando la-persona y el titulo, -pues quiso uombrarse, aunque
y turcas.
(z) - El profesor alemán Augusto L. Mayer, en Historia de la Pinlura sin oportunidad, al de Feria. Ya de antiguo venis siendo este personaje
Española (Madrid, 5928), y el Diccionario Thidaue- Beclser-Künsller-Lexikofl motivo de errores, s. asi, Ceáu Bsrmúdez, cii su Diccisearia de e8oo
(temo XXIII, Leipzig, 1929), le asignan para su nacimiento la fbcha 1605, (lomo III, pág. 59), al aludir a 01ro cuadro del Museo (el de Brisacb), le
y admiten que en 1625 pintó ya para la iglesia de Cebreros (Avila). llamaba Duque de Frias. -

36
 poco frío, y a Sánchez Caatón, en el tomo II de Fuentes literarias
para la Historia de? Arte espada?, Madrid, 1933, le parecen sus
pinturas de. más firme dibujo que seductor colorido. Con todo,
creemos que merece el calificativo de ser uno de los pintores des
tacados de su época y autor de obras muy interesantes.
El cuadro menionado alude a la batalla de Fleurús, en Flan
des, reñida n 29 de agosto dg 1622, como episodio de la guerra
de los Treinta Años. Las tropas de 1t Liga Católica que tomaron
parte en elia se hallaban bajo el mando del Maestre de Cámpo
General D. Gonzalo Fernández de Córdova y Cardona, bermano
del sexto Duque de Ses’sa y tataranieto del Gran Capitán (no biz
nieto, como se escribe corrientemente), y sus efectivos consistían
en 2.000 jinetes y 8.000 infantes, con algunas piezas. Las con
trarias, de la Unión Protestante,- constaban de 6.000 jinetes y
de 6.000 -a 7.000 infantes, sin apenas Artillería, y sus Jefes eran
- el bastardo Conde Ernesto de Mansfeld y el Príncipe Cristián de
Brunswick, conocido también por el Obispo rebelde de Hal.
berstadt. Los protestantes fueron batidos primero y perseguidos
después, y auuqué no se malogró su propósito de unirse con los
bolandeses, tuvieron 1.200 muertos y abandonaron muchas ban
deraá y los -pocos cañones que llevaban. Entre aquéllos hubo un
Duque de Sajonia, y entre los heridos, el propio Cristián, con
pérdida de un brazo, y buen número de Jefes de significación. -
‘Los católicos contaron 200 muertos, entre ellos el Maestre de
Campo D. Francisco de Ibarra, autor de un relato de la cam
paña de 1620-1621 en el Palatinado, y 400 heridos. Distinguié
ronse en la acción, además de D. Gonzalo, D. Baltasar de San
tander, Teniente de Maestre de Campo General, equivalente a -

Jefe de Estado Mayor; los Jefes de la Caballería, Gauehier y

D. Felipe de Silva, y el Comandante de la Artillería Ozaita o
Oteiza.
Se ha pretendido, a veces, restar importancia a este combate
de encuentro, y hasta hay autor nacional- de tanta significación
como el General Almirante, que en su Bosquejo de la Historia
Militar de España, Madrid, 1923, ha llegado a decir que nuestro
General “fué malamente derrotado”. Valgan los juicios y citas a
que vamos a aludir, dentro de la obligada concisión, para probar
Estos, al mando de Pytham, se rindieron sin lograr para su salida
los honores máximos de banderas desplegadas, mechas encendidas que la batalla significó lo contrario de un revés para-las armas -
y balas en boca. El Conde Enrique de Berg, a quien correspondió españolas.
parte importante en el suceso, no está incluido en el cuadro, Debe mencionarse, en primer término, la Colección de Documen
acaso por no ser ya persona grata al pintarse, hacia 1634, pórque tos inéditas para la Historia de España, en cuyo tomo LIV (pá
en 1632 se -había pasado a las filas de sus parientes los rebeldes gina 307) se copia el informe suscrito por el propio D. Gonzalo,
de la Casa de Nassau-Orange. El cuadro del Museo número 1.486, que aeepta’y valoriza el Cousejd de Estado en su dictamen de
original de Van-Dyck, es su retrato. 25 de septiembre de aquel año. En dicho documento, que trans
La plaza de Juliers (Jiilich en alemán) era cabeza del ducado cribe a la letra Morel-Fatio en L’Espagne en XVIe et xvIIe sie’c?e,
los pareceres de sus diversos miembros venían a confirmar el del -
de su nombre en el pas rhenano. Debía su importancia a su sig
nificación política y a la situación que ocupaba, viniendo a ser Duque del Infantado, primer informante, - que decía así: “Que
llave de las comunicaciones entre los holandeses y sus- aliados este suceso (por éxito) y rota que D. Gonzalo de Córdova ha dado
los protestantes alemanes, alzados a la sazón contra el Empera a Mausfeld ha sido la mayor cosa en la ocasión presente de cuan
dor Fernando II. Fué conquistada para cederla a nuestro pro tas se podían ofrecer y muy digno de que V. M. haga con él muchas
tegido el Duque Volfgango Guillermo de Neoburgo (abuelo de demostraciones, para que, quedando él bien satisfecho, se animen
- D. María Ana, la segunda esposa de Carlos JI), a quien se la los demás.”
disputaba el Elector Palatino Federico Y, apoyado por Holanda Don Antonio Cánovas del Castillo, en Historia de la Decadencia
de España (edición de 1910), no obstante la nota derrotista del
y por su suegro, Jacobo 1 de- Inglaterra.
libro, rectificada, áfortuuadamente de modo rotundo en otros
Los Tercios viejos españoles, llamados de Flandes, Azores y
- Brabante, que sostuvieron el sitio, fueron originarios de los ac posteriores, hace un detenido relato de la acción y comenta di
tuales Regimientos de Infantería de Galicia, Zamora y Soria. ciendo: “Tal fué la hatalia de Fleurus. (1622), una de las gloriosas
que ganaron los españoles por el esfuerzo con que pelearon yque
Cuadro número 635. — Su autor, Vicente Carducho. -Nació en fué de mucha reputación al joven Caudillo D. Gonzalo Fernández -
-Florencia en 1578; vino a España de pocos años y murió en Ma- de Córdova”; y el propio autor, en Estudios del reinado de Fe
• drid en 1638. Fué pospuesto a Velázquez en concurso acordado lipe IV, 1888 (t. II), transcribe el informe comunicado por el
por Felipe IV para llevar al lienzo la expulsión de los moriscos, Marqués de Bedmar, Embajador en Bruselas, y uua descripción
- - decretada por su padre y antecesor. Escribió un tratado con el anónima, copiando en ambos documentos los originales existen
titulo Diálogos de la Pintura, en el cual se refleja la animadversión tes en la Sección de Manuscritos españoles de la Biblioteca Na
- que sentía por su rival, al cual alude con desdén y sin mencionar cional de Paris, y cuyos textos son favorables para nuestras armas. -

apenas su nombre, Su numerosa producción quedó repartida Si, eu busca de más información, se acude a otros historiadores
- principalmente en Madrid, El Pardo, El Paular, Monasterio de nacionales, partiendo de Céspedes, el cronista de la época, podrá
Guadalupe, Toledo, Alcalá y Valladolid. Fué pintor de Felipe III verse que Lafuente, y últimamente Ballesteros, vienen a confirmar
y de Felipe IV. Entre sus discípulos descollaron Félix Castello los juicios del primero, y que ambos aplican el calificativo de
y Francisco Bizi. Al juzgar su obra se han emitido pareceres muy menrerable-a la acción, que ya en su tiempo hubo también de ser
diversos; D. Pedro de Madrazo, en su catálogo extenso del Museo, celebrada por Lope de Vega en la comedia titulada La nueva
de 1872, decía de él: “Su dibujo es, en general, correcto; su colo victoria de D. Gonzalo de Cárdova. - - -

rido, vigoroso; su tóque, sólido y seguro”; a Mayer le resulta un Al hacer una iflcursión por los historiadores extranjeros, puede

37
 verse que nada hay en los libros del francés Morel Fatio, ni en el y como General, prestó señaladoa servicios en Flandes, el Palt
del alemán Weis, que indúzca -a juicios desfavorables. En la His- - tinado e Italia. Había nacido en Cabra en 1585 y murió en 1ó35
toria del belga Pirenne se dice que el Ejército de Mansfeld, el en Montalbán, de Aragón, cabeza de su Encomienda de San
terrible aventurero, fué destrozado y arrojado en desorden al tiago. Por la-batalls de Fleurús se le concedió el título dePrín
Norte; y el holandés Le Clero, no obstante las simpatías que hay cipe de Maratca, en Italia, con pensión de 3.000 ducados.
- que suponerle, limitase a consignar que ambos bandos se atribu - Parece oportuno recordar que en 1.° de julio de 1690 se libró
yeron la victoria, como dice también el alemán Oncken, sin omi en loa campos de Fletarás otra batalla entre españoles y holande
- tir que los soldados protestantes de aquel Ejército, malamente ses de un lado, bajo la dirección del Príncipe de Waldeck, contra
aguerrido, no cumplieron bien sus deberes. •un Ejército francés mandado por el Mariecal de Luxemburgo.
- La nota• discordante solamente la bemba encontrado en el texto La suerte no nos fué propicia; pero. nuestios Tercios dieron una
inglés Tite Cansbridgs Modern Hislory (edicióñ de 1934), donde vez más pruebas de eu valer. En 16 y 2ó do junio de 1794 hubo
se• admite, sin la debida justificación, que los españoles foeron nuevas acciones, en la segunda de las cuales el francés Jourdán
- derrotados por, el valor del rebelde Brunswick (1). venció definitivamente al alemán Coburgo. En vísperas de Wa
Sin atri bir al hecho de Pleurús una gran importaricia,P’dado-lo terloo, en estos miemos lugares, se libró, en 16 de junio de 1815,
restringido de los contingentes que allí jugaron, sí cabe afirmar la llamada de Ligny, postrera victoria de Napoleón, contra ingle.
que hubo nótas dignas de -mención; tales como el efecto de sor- sea y prusianos; y, en fin, aun cabe agregar que en 22 de agosto
• presa al irrumpir contra el enemigo, sin que éste pudiera preve de 1914 cambia la situación, y ahora, en la batalla del Sambre,
- nirse, y una buena cooperación de las Armas, que fué eficaz con el General von Bülow, con el 2.° Ejército alemán, vence al 5.°
- - el ataque de los infantes, la persecución de los jinetes, prolongada francés de Lanrezac, desarrollándose dentro de la amplia extensión
durante todo el día siguiente al del choque prineipal, y el apoyo -de la lucha episodios localizados en la zona Ligny-Flcurús, en co
de loa cañones. - nexión con los de Cbarlcroy y Ch&telet. Nos encontramos, por con-
De nuestro General puede decirse que, sin llegar a lucir como - siguiente, deátro de un caso típico de determiniimo geográfico.
Caudillo de relieve excepcional, merece ser incluIdo entre loa
notables de segundo orden de aquella época. Deben conaignarse Cuadro número 653. — Pintado por el madrileño Félix Castello,
en sus méritos, aparte de este éxito, otrosL logrados actuando unas nacido en 1602 y muerto en 1656. De su producción se citan las
veces como Jefe independiente y otras en colaboración con Tilly pinturas de los Cnpucbinos y del claustro de Santa Bárbara, en
o Spínola. A los dieciocho años lucbó ya en las galeras del segundo. Madrid, y otras en El Escorial, Alba de Tormes y El Pardo.
Marqués de Santa Cruz, en las expediciones al norte de -Africa; El lienzo se refiere a la defensa de Puerto Ricó, en septiembre-
octubre de 1625, contra el ataque -de una Escuadra holandesa.
(i) Es opinión general qne éste era ono de loa cendollieri más brutales Esta babia formado parte de la que no se decidió al socorro de
- de aquella época. Saqueador de templos, convirtió en thalera de plata loa San Salvador en el Brasil, una vez recuperada la plaza por D. Fa- -
bustos de algunos santos, con la leyenda Amigo de Diea y enemigo del
Papa; y en los que acofió deapoés de Fleorús, aludiendo al brazo perdido, drique de Toledo, en abril del mismo año. Acompañaba a las
• estsmpó uno gen la inscripcíón Aléera restat, naves un Cuerpo de desembarco.

38
 L

BAYAL
LAdLFJ
EUft»Çn’tSofr
( 635)
- Su Gobernador, D. Juan de Haro, con seis piezas de la fortaleza Madrid hacia 1577 y murió en 1634, poco después de terminado.
del Morro, batió a los contrarios, que, -una vez en tierra y dueños - Trabajó principalmente en Madrid, El Pardo, Torrelaguna, Mo
de la torre del Cañuelo y del alto del Calvario, hostifizaban a los nastério.de Guadalnpe y Toledo. Fué pintor de Felipe III y de su
defensores. Intimado a rendirse, contestó: “... Me espanta que hijo, y maestro de José Leonardo. Resultó también vencido por
sabiendo que estoy yo aquí y con trece años en Flandes, donde Velázquez en el aludido concurso.
- - he visto las bravatas de aquella tieéra y saber lo que son sitios, - Se titula Defense de Cádiz centro los inglesés. En él aparece
- se me pidan semejantes partidos. Si V. md. quisiera, o pretendiese D. Fernando Girón, primer Marqués de Sofraga, al rechazar la
alguno, ha de ser entregándome los bajeles que están surtos en expedición de 100 haves y 10.000 hombres que envió Inglaterra
el puerto, que yo les daré uno, o los que hubiesen menester, para contra España, al mando de sir Henry Cécil, Vizconde de
cçue se retiren, que ésta es la orden que tengo de mi Rey y Señor, Wírnhleton, secnndado por el Conde de Essex, hijo del saqueador
y no otra; etc.” Y ante la amenaza de prender fuego a la einda4, de’la plaza en 1596. Los atacantes, en la primera semana de no
replicó: “He visto el papel que se me ha escrito, y si todo el poder viembre de 1625, llegaron a hacerse dueños del fuerte de San
- que queda en Holanda estuviese hoy en Puerto Rico, lo estimaría Lorenzo del Puntal y de la almadraha de Hércules (hoy To
- en mucho, ,porque vieran el valor de los españoles. Si quemaren rregorda); pero hubieitu de embarcar apresuradamente y reti
el lugar, valor tienen los vecinos para hacer otras casas, porque rarse el día 8, después de sufrir grandes pérdidas.
les queda -la madera en el monte y los materiales en la tiezra. Acerca de las figuras del cuadro se da por seguro que el que
Hoy estoy en esta fuerza (castillo) con la gente pie me hasta recibe órdenes de Girón sea el Maestre de Campo D. Diego Ruiz;
- para quemar a toda la suya (Flota), y no se me escriban seme y el que está a su inmediaciósi, ostentando la insignia de San.
jantes papeles, porque no responderé a ellos...” El atacante in tiago, D. Lorenzo Cabrera de la Maestra, eastellano de la -forta
cendió la ciudad; pero después de veintiocho días de un sitio leza de Cádiz, entrado en la Orden el año anterior. Otro santia
infructuoso, se retiró el 22 de octubre. con pérdida de algún navío guista,-desde 1612, D. García de Toledo, Duque de Fernandina,
abandonadó y con 400 bajas. Haro fué secundado eficazmente es, según unos, el que aparece detrás de Girón, y según otros, el
por el Capitán D. Juan de Amézqueta. que se ve en disposición de embarcar. Además de lós citados,
Cuadro número 656. — Su autor, EugenioCaxés, que nació en desempeñaron papel importante: el octavo Duque de Medina

39
 péur Crte& (t°653)

Sidonia, D. Manuel Pérez de Guzmán, que era Capitán General • prisa de tomisr sus esquifes”, testimonio que hay que reputar de
del Océano y Costas de Andalncía; el Maestre de Campo D. Carlos exagerado y aceptar como más verídico el relato de D. Adolfo
Caracciolo, Marqués de Torrecuso; el Almirante D. Roque Cente de Castro en su Historia de Cádiz y su provincia, y como más
no; D. Luis Portocarrero, Corregidor de Jerez, y el General de autorizado, el de D. Cesáreo Fernández Duro, en su eruditísima
mar y tierra D. Pedro Rodríguez de Santisteban, Marqués de obra Armada Española. Para la defensa del conjunto pudo con
Coprani; los dos tíltimos atendiendo a la seguridad de la Isla (hoy tarse con parte de los Tercios vuelt9s del Brasil y con varios mi
San Fernando) y del pnente de Zuazo. llarea de milicianos reclutados en la comarca; pero en el choque
Don Fernando Girón era un viejo soldado de Flandes. Había principal nuestra inferioridad numérica fué indudable. Puede
ido a Cádiz acompañando al Rey, por ser de su Consejo de Estado; afirmarse que, excitado el patriotismo por ver hollado el solar
y una vez allí, presúmiéndose probable el ataque de los ingleses, nacional, él puso en tensión actividades, proporcionó recursos y
quedó para organizar la defensa. A pesar de sus achaques, que le fué el primer factor del éxito. La cooperación de las fuerzas de mar
obligaron a actuar como aparecé en el cuadro, desenvolvió su y tierra, la capacidad de los Mandos y el valor de las tropas con
mando con plena eficacia, y a él correspondió el mérito principal, tribuyeron al mismo, en contraste con el bando inglés, donde
aunque no falta quien se lo dispute, atribuyéndoselo al Duque de nada de eso existió, según los testimonios de The Cam bridge Mo
Medina Sidonia, que, desde luego, se comportó con brillantez y dern Histary.
desvaneció en parte el triste recuerdo dejado por su padre en el Carlos 1 de Inglaterra, al suceder en 1625 a su padre, Jacobo 1,
mando de la desastrosa expedición contra Inglaterra en 1588, quiso vengar el desaire sufrido personalmente al negársele en
Parte de la Escuadra de D. Fadrique de Toledo, enviada al Bra Madrid, en 1623, la mano de la Infanta María; y con ese pretexto
sil, entró de retorno eh Cádiz pocos días antes de la llegada de los organizó una expedición, cuyas fuerzas, sin decidirse al ataque
ingleses, y su cooperación resultó muy útil. En ella vinieron de Lisboa, se presentaron en la había de Cádiz, donde sufrieron
D. Diego Ruiz, Centeno, Torrecuso y Coprani. la derrota representada en el lienzo. Uua comedia de Rodrigo
Según Novoa, uno de los cronistas-de la época, 400 españoles Herrera, titulada La fe no ha menester armas y venida del inglés
lucharon con 12.000 o 14.000 ingleses, que dejaron2.000 hom a Cádiz, se dedicó, asimismo, a su conmemoración.
bres muertos en el campo y ahogados “al reemlsarcarse con la Retirados los ingleses, diérousa a la mar, con propóaito de atacar

40
 ec Acompañaron a D. Fadrique en esta empresa D. Martín de Va
la Flota de Indias; pero ésta logró entrar en Cádiz felizmente, al
mando del Marqués de Cadreita, con un considerable tesoro, y llecilla, como General de la Flota, y D. Antonio de Oquendo,
este resultado se juzgó tan favorablemente, que el Itey ordenó se como Almirante, y en ella actnó también, mandando el galeón
celebrase con festividades religiosas en toda la Nación. Jesús y María, D. Tiburcio de Hedía y Cruzat, curioso persosaje
El historiador inglés Martin Hume, en The Cosen of Philip 1V, pantplonés que en calidad de hombre de mar y de guerra tomó
Spain in decedeuce (Londres, 1907), calificis el ataque de ignomi parte en numerosos hechos de armas navales y terrestres, y ter
;sioso (de biche, en la edición francesa); y el episodio, poco conocido minó su vida en La Guayra, como fraile capuchino. De él hay
en su país, según él, lo juzga para su nación ingloriua. Fernández un notable retrato ea el Museo, de mano de Juan Andrés Rizi.
Duro enumera las responsabilidades pedidas en Inglaterra por que en otra época se atribuyó a Mazo, el yerno de Velázquez, y
este indudable desastre. - que Maycr lo cree más bien del hermano de aquél, Francisco.
Además de las personas anteriormente ‘mencionadas, se citan Esta expedición vino a resultar ineficaz, pues mientras la nu
en algunas relaciones de la época como distinguidos, al mando de trida Flrita española siguió a Puerto Belo y La Habana a recoger
sus Unidades, a Francisco Marrufo, Rodrigo de la Madrid Juan el acostumbrado tesoro, para regresar con él a Sanlúcar y Cádiz,
de Villavicencio y al Jefe de Artillería Juan Estupiñán (1). en agosto de 1630, volvieron a adueñarse de las islas sus anterio
res ocupantes, que, acentuando cada vez más su carácter aventu
Cuadro número 654. — De Félix Castello, y se titula Recupera rero, se amarinaban en asociaciones llamadas los hermanos de la
ción de le isla de San Cristóbal. En él aparece como figura princi costa, que no eran sino S’erdaderas repúblicas, de ladrones; según
pal D. Fadrique de Toledo y Osorio, primer Marqués de Villa calificativo de D. Carlos Percyra, en su historia de la América
nueva de Valdueza, Comendador Mayor de Santiago en Castilla Española. Apoyado el filibusl.erismo en una base triangular, cons
y Capitán General de la Armada en el Océano, el cual, en octubre titulda por las islas de San Cristóbal (anglofraucesa), Tortuga
de. 162.9, expnlsó de las islas de San Eustaquio, San Cristóbal y (francesa) y Jamaica (inglesa), se lanzaba contra las naves de
Nieves del célebre archipiélago de Sotavento, a los ingleses y fran España, que transportaban oro, plata, piedras preciosas, vaini
ceses que las habían ocupado abusivamente en 1627, y desde las lla, . cacao, azúcar y otros productos valiosos. a
que los filibusteros o pechelingues, al amparo de la Compañía de El hecho representado contribuyó a consolidar la fama del prin
Indias, en que estaba interesado Richelieu, primer Ministro de cipal actor, ya célebre por sus anteriores éxitos contra los holan
Luis XIII, se dedicaban a la piratería, en perjuicio de Eipaña En deses en el Mediterráneo y en el Brasil. Don Fadrique había
la isla de Niesies apresó varios buques corsarios, y después des nacido en Nápoles en 1580, y era hijo de D. Pedio, quinto Mar’
embarcó en la de Sisn Cristóbal, donde tomó tres fuertes y cerca qués de Villafranca. Enemistado con el Conde-Duque, sufrió
de 200 cañones, y donde hizo prisioneros a 2.300 ingleses, fran proceso can malta, destierro e inhabilitación, que apresuraron su
ceses y holandeses; todo ello en pocos días y con esdasas péididas. muerte, ocurrida en 10 de diciembre de .1634. Para repasar la
ingratitud y la injusticia se enalteció su memoria y se deeretó la
(s) Como demostración de los errores en que las Historias de los ex anulación de lo actuado; pero para ello “hubo que esperar a la
tranjeros incurren al tratar de España, creemos oportuno consignar que caída de Olivares en 1643 (1).
en ésta de Hume hemos notado los siguientes: Que Feria por tisrra y
Splnola por mar lograron éaitos en la Valtelina y en Génova en atu5, (s) Según la Revista General de Marina, de mareo ée 5945, para vigilar
contundiendo a Spinola ron el Marqués de Santa Crue; que D. Fadrique las entradas al Mar Caribe los norteamericanos instalan no retugio de
de Toledo, el Grande, era hijo do! Duque de Allis; y otros de menor cuan submarinos y nn campo de aviación ea la isla Antigua, del grupo de Sala
cia, rouso suponer al Monasterio de la Encarnación, de Madrid, en la calle
venia, dsscnbierta por Colón en 1493; y más al sur, otras bases en la isla
Mayor, y al rio Bidasoa pasando por San Juan de Lne. Santa Lucía del grupo de Barlavento, ocupada asimismo por aquileo 5502.

41
 5

Los tres cuadios restantes de la rotonda aluden a hechos en los Duque de Saboya y del Condestable de Francia. Nosotros, no obs
cuales la figura principal es la del tercer Duque de Feria, don tante, nos inclinamos por Brisach, liberada en 16 de octubre
Gómez Suárez de Figueroa, General Jefe del Ejército de Milán. de 1633 del sitio a que estaba sometida’ por el Rhingrave protes
Este personaje, de brillante historia política y militar, nació en tante Otto Luis; pues así parece completarse el ciclo de las accio
Guadalajara en 1587 y murió en Munich (el Mónaco de algunas nes correspondientes al cierre del periodo sueco, de la guerra de
crónicas) en 1634. ‘los Treinta Años, que terminó por entonces con la muerte del
En los que llevan loa númeroa 636 y 637, ambos de Carducho, Rey Gustavo Adolfo, ocurrida en noviembre de 1632 en la ba
se alude a, la liberación’ da la plaza de Constanza, en el lago del talla de Lutzen. En él, como en loa dos anteriores (palatino y
mismo nombre, bien caracterizada en el cuadro, del sitio de los danés), nuestra intervención obedecía a motivos de religión, de
suecos mandados por Horn, y a la expugnaciónde Rheinfelden, política internacional y de necesidades militares; estas últimas
sobre el Rhín, en septiembre de 1633 y en fecha próxima del mismo para mantener ‘expeditas las comunicaciones entre el Milanesado
año, respectivamente. y Flandes, una de las cualee discurría por el vislla del Rhín donde
Por fin, el último de la colección, número 859, de Joaé Leonardo, se desarrollaron loa sucesos de esta etapa.
de acentuado mérito artístico, trata, según unoa, de la toma de
Acqui (Italia) en 1625, y según’otros, de la de Briéach, a orillas En 5 y 6 de septiembre de 1634 acaeció la batalla de Nordlin
del Rbín, en 1633. Los primeros pueden apoyarse en la Historia’ de gen, ya en el periodo francés, cuarto y último de aquella guerra,
Don Felipe IV, por Gonzalo de éapedes (Lisboa, 1631, y Barce que finalizó, corno se sabe, en 1648 con ‘la ingrata paz de West
lona3 1634), y en la Historia de las Guerras Cieiles de Francia, falia.
por Caterino Dávila, traducción de Varén (Madrid, 1675); pues Este suceso fué de gran resonancia, puesto que en él quedó des
en ambas se.dice que el Duque partió de Alejandría, y con 25.900 trozado el Ejército sueco del Duque de Weimar, y casi anulada
iufantes, 5.000 caballos ‘y varia& baterías se encaminó hacia la causa protestante. El mérito de la victoria correspondió a don
Acqui, plaza del Monferrato, ante la cual situó su ‘Artillería en Fernando de Austria, hermano menor de Felipe IV. Era cono
los Altos de loa Capuchinos, y logró que se rindieran las tropas del cido por el Cardenal Infante, por ser Cardenal de Santa María in

42
 de
4

Cuadros de Carducho.

637
‘ -—‘---
Portici (Roma), y además poseía las dignidades de Chanciller bien pintadgs; el cuadro de Caxés es el tuás elogiado, y le re
Mayor de Castilla, Administrador perpetuo del Arzobispado de cuerda el arte de Znrharán; y a Leonardo le atribuye colorido
Toledo, y las portuguesas de Gran Prior de Crato y Abad Co uotable, y de su manera dice que es algo teatral. Estudiados por
mendador de Alcobaç.a. Gobernó en los Países Bajos como suce 1). Elías Tormo en su folleto Veldzqteez y el Saldn de Reinos del
sor de la Infanta IsabeL Clara Eugenia, al morir ésta en 1633. Buen Retiro (Madrid, 1912), allí se hace de ellos un cumplido
Desaparecido a los treinta y dos años, en 9 de noviembre de 1641, elogio, y D. Pedro Beroqui, en su I-Iistoria de la Pinacoteca, dice
su fin prematuro, constituyó una pérdida verdaderamente lamefi que, cuino los otros de la colección, son hoy orgullo de nuestro
table por haber sido uno de los Caudillos más brillantes de su incomparable Museo.
época. Aunque el hecho lo merecía, no se dedicó a Nordlingeu Como confirmación de lo insinuado en otro artículó del carác
un cuadro; pcro los pinceles de Velázquez, Van Dyck y Rubens ter de documentos históricos que cabe atribuir a los cuadros,
han dejado huella perdurable de este simpático Príncipe en los hay que decir ahora que precisamente estos ocho de lá rotonda
hermosos retratos de él, que pueden admirarse en el Musco: el fueron citados por la Acadeusia de la Historia en un lusuinoso dic
del primero, con traje de caza; el del segundo, en bosta, con el tamen de 14 de mayo de 1926 sobre tradición y antecedentes del
ostentoso vestido con que entrd en Bruselas, y el del óltimo, a bastón de mando usado por los Generales ces España, y que dicha
caballo, en actitud de dirigir una acción, con cartela alusiva a sus Corporación recomendaba para los Capitanes Generales uno de
éxitos de Nordlingen y Anás, palabra esta última que más bien características análogas al utilizado con el nombre de bengala
debe ser Aire, pues la toma de esta plaza, aunque ocurrida pocOs por los antiguos Caudillos, tal como aparece en los lienzos de
días después de su muerte,- constituye una de sus glorias perso referencia.
nales. - En la gran galería central y en varias salas del Museo existen
más pinturas de carácter béliep, donde se ofrecen al espectador
111.—NÓTAS FINALES
amante del Arte y admirador de las glorias de la Patria escenas -

Los ocho cuadros lrcvcssicnt reseñados acusan los progresos y Capitanes dignos de las noenciones que podrán constituir temas
de escritos posteriores. Para terminar hoy, cabe decir que, sobre
•de la pintura española, y en ellos se nota ya la inflnencia de
todo, las figuras ya diseñadas de Spínola, D. Fadrique de Toledo,
Velázquez. Causau grata impresióñ la arrogancia y buen porte
de los personajes representados y el realismo de las escenas de que el Duque de Feria y el Cardenal Infante, pueden califiearse de so
hresalientes. Consumidas por la guerra en el espacio de breves
son protagonistas. En un local de mejores condiciones, y con citra
años (de 1630 a 1641’,, tras ellas se abrid la crisis de Mandos, que
iluminación, se harían más presentes sus bellezas de dibujo, colo
rido y composición. El profesor aleiuáu Sr. Mayer (1), ya citado, fué una de las causas deternsinantes más señaladas de nuestra
les pone algunos reparos: Carducho le resulta un poco frío; las dos decadencia o, como quieren algunos, de nuestro vencimiento.
La victoria, entonces como siempre, exigía preparación, elemen
obras de Castello las encuentra algo insípidas, aun.que haítante
tos y patriotiseno, y al fallar estos tres fundamentos, por falta
de estímulos o impulsos directivos, la derrota se hizo inevitable.
(1) Reconociendo el ,oerecidó gran prestigio del profesor Mayer, ello
no ha de oponerse a que consigeelnos inodestanseole que en so libro sobre Tal parece ser la conclusión, digna de meditarse, para poder ex
la Pintora española hemos visto, dsntro del limitado sector que conside plicar por qué ya poco después del período analizado no pudieron
ramos, algonos pareceres a los que no podemos conceder noestra confor llevarse- a los heuzos asuntos que siguieran proclamando los trino-.
midad. Tales son: mencionar una Cesqaísfa de .‘lrqui por el Duque de
Soria, saliendo así otra vez a escena este titulo imaginario; suponer que fos de la Monarquía. Regida ésta por un Rey frívolo e indolente
D. Tiburcio de Redío fué General de Artilleria, al confundirlo, din duda, y por un Ministro atrabiliario y envidioso, hadase imprescindible
con el que, teniendo esta categoría, fué retratado por Francisco Riel (nú que ambos pusiesen a contribución bastante más que las buenas
mero z.za7 del Moseoj; finalmente, decir del coadro de San Cristdbal, por
Castello, que es el desembarco en San Salvador, loamaadu esta plaza del intenciones con que piadosamente quieren atenuarse sus dgseui
Brasil lior la isla de aquel nombre en las Antillas. dos y sus flaquezas. -

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Saber venrerse es aprender
a vencer.
MAQUIAVELO.
CUENTAN (y el cuento es viejo) que un muchacho
próximo a casarse ponderaba a un su amigo las ex
celsitudes de la que iba a ser su mujer: le hablaba
de su belleza, distinción y talento, de su fortuna y juven
tud, y el amigo (que a la cuenta debía ser algo socarrón)
iba escribiendo sobre un papel, por cada uno de aquellos
méritos, un cero grande y redondo como nota de dómine
descontento; seguia el novio amontonando virtudes y
excelencias sobre la señora de sus pensamientos, y el exi
gente camarada alargaba la reata de ceros, que eran ya
una cadena capaz de arrastrar al pretendiente a los pro
fundos infiernos, el cual, ya en pleno desconsuelo, acertó
a balbucear apenas: “Pero isi es muy buena” “Muy
buena dijiste? preguntó el amigo —, pues entonces
aquí tienes, traducido en números,, lo que vale la que va
a ser tu mujer.” Requirió el lápiz, colocó a la izquierda
de la fila de ceros un número uno, firme y bien plantado
como asta de bandera, y mostró al boquiabierto enamo
rado una cifra faiitástica, como aquella que sirvió a
Le Varrier para calcular la órbita de Neptuno. ‘ y exacto de la Patria; y de este modo, bajo el influjo de
Pues este experimento matemáticomoral viene también
como anillo al dedo para valorar las virtudes militares de
un Ejército; porque ni el valor, ni la técnica, ni el amor
Teniente Coronel de Caballería
JOSE L. DE LETONA
al oficio, ni la honrada ambición son más que ceros, que
por sí solos nada valen sin esa cifra significativa de la dis
ciplina, que hace ocupar a cada una, de aquellas virtudes
su verdadero lugar y les da un insospechado valor en el
rendimiento útil de la máquina militar.
Y cuenta, lector amigo, que al hablar de la disciplina’
hacemos distinción completa entre ella y la subordina
ción; de ambas vamos a ocuparnos breve y separada
mente.
Para nosotros, es disciplina la educación de la volun
tad; las tendencias de ésta son, en muchas ocasiones,
desordenadas y opuestas a los fines del hombre y de los
grupos sociales; modificar esas tendencias, encauzar esas
voliciones hacia un objeto útil y honesto, es el papel de
la disciplina. Desde nuestro punto de vista castrense, la
voluntad rehuye el peligro, no quiere la muerte; pero arros
trar aquél y sufrir ésta es, en ocasiones, indispensable
para garantizar altos intereses humanos; la voluntad dis
ciplinada nos hace aceptar ambos con la confianza alegre
del que cumple un servicio debido al grupo racial cuyas
aspiraciones compartimos, cuyas tradiciones integran
nuestro pasado, cuya unidad de destino con el nuestro,
dentro de lo universal, es, en definitiva, el concépto claro
la disciplina, ha surgido el,valor. Sigue vivo el amor a la
vida; se ahinca reciamente en. el subconsciente el ins
tinto de conservación, y, sin embargo, por un acto de
45
• voluntad (nunca más libre que en esta ocasión), se relega
el temor a los más oscuros rincones del alma, y con los
oos bien abiertos a todas las bellezas del vivir, el hom
bre pasa ala inmortalidad por el puente de hielo de la
muerte. ¿Qué esfuerzo no habtá sido preciso para inclinar
esa voluntad al sacrifici9? ¿Qué provecho más inmenso y
directo se ha seguido de ese heroísmo a la comunidad
nacional, a la cual aquel hombre pertenece? Pues ésa es
exactamente la importancia de la disciplina.
Del mismo modo, la voluntad, esa indómita bestezuela
de Santa Teresa que es regida por la concipiscencia y el
instinto, nos empuja a la vida muelle, a os medros fáci
les, a sacrificar a los demás a las exigencias de nuestro
egoísmo; pero la disciplina, fundada en la razón, se apo
dera del revoltoso animalejo que todo lo complica, y el
hombre se niega al regalo y se desposa con la pobreza y
se entrega al servicio de los demás hombres; nacen la aus
teridad, el honor y el compañerismo, y van, ocupando su
puesto y haciendo pesar su significado en el número ideal
que cifra la importancia del Ejército como célula esen
cial de la nación. Todo ello ha sido obra de la disciplina,
la unidad que da a los cerás de nuestro.cúento su verda
dero significado y presta valor á las virtudes todas que
son su consecuencia.
Esta.edu’cación de la voluntad, que constituye l dis
ciplina, ha de fundarse en razones que forzosamente han
de ser muy poderosas y firmes para determinar al hom
bre a torcer el rumbo de sus apetitos y a entregarse total
y absolutamente en heroica inmolación; por eso es la
disciplina virtud esencialmente consciente. Es la inte
ligencia la que discierne las razones del heroísmo, y es la
seguridad de que no se equivoca la que da al héroe la
modestia y la firmeza, la calma y la alegría de los bellos
y clásicos modelos, y es támbién esta inclinación de la
voluntad hacia las difíciles empresas, hacia los caminos
ásperos y las metas casi inaccesibles, el mejor y más fe
cundo empleo del libre albedrío, ya que permitiendo éste
al hombre elegir entre lo fácil y lo arduo, entre lo incó
modo y lo agradable, le im.pulsa a aquello que más con
traría a su egoísmo,
en instrumento de laconvierte de. este
razón y hace de modo a la voluntad
la disciplina no un
atributo de voluntades débiles y’ de instintos gregarios
(como pretenden las escuelas demoliberales), sino pátri
monio de varones discretos y plenamente libres.
Con esta sujeción de la voluntad a los dictados de la
razón se ha logrado
la preparación que haun deperfeccionamiento
elevar al hombre indiscutible en
a la dignidad
de soldado; pero hace falta insertar esa pieza, ya templada
por la disciplina, en la complicada máquina marcial
para ello es preciso que el hombre sométa su voluntad a
• la de otros hombres y a la vez imponga la suya a los que
han de obedecerle; hace falta colocar esas piezas bajo un
orden, articularlas en una jerarquía, y surge la necesidad
imprescindible de . la subordinación.
Subordinar quiere decir, etimológica y corrientemente,
• ordenar, establecer una dependencia con vistas a un fin
-. ‘ único; en una.palabra: mandar y obedecer De estos dos
elementos de la subordinación, mando y obediencia, tra
taremos ligeramente de ésta, dejando para otra ocasión
el estudio, del mando; tema por demás atractivo, nervio
y fundamento de las instituciones militares, y al cual, en
estos últimos tiempos, empieza a dársele la importancia
básica que tiene, como rector y exponente de la eficacia
o de la inutilidad de un Ejército.
La obediencia es la proyección fuera del individuo de
la disciplina, es esa misma educación de la voluntad, re
ferida a sujetar la nuestra a la del supérior para la efica
cia de la acción, y debe ser esta obediencia completa
mente consciente, como acabamo de ver lo era la disci
• plina; no ciega en’sus motivos, ni mi.icho menos fundada
en el temor (malparada se ve esa subordinación en los
Ej érci tos cuan do se hace indispensable ,para mantenerla
imponer ‘rigurosos castigos); hay, en una palabra, que
46
saber por qué se obedece, y se obedece porque es preciso
que alguien dirija y que cada uno, con arreglo’a su dispo
sición personal, ocupe su puesto en el complicado-orga
nismo de la guerra, para que en cada lugar y en cada mo
mento del combate haya una voluntad y un cerebro di’s-.
pueétos a llenar allí la misión precisa. Se obedece porque
sabemos que el que manda sabe ‘más qué hosotros de
aquello a que su mando se refiere (aun cuando sepa menos
de otras cosas), y ello lleva’como de-la manó a señalar
como incompatible con la obediencia la murmuración
respecto del superior ni la crítica de sus órdenes; de las
cuales nosotros no conocemos más que una parte, que es
a encomendada a nuestra ejecución, y precisamente por
que ignoramos la reservada a los demás y los motivos de
conjunto que el superior conoce, no podemos enjuiciar
con fundamento, y el hacerlo alegre y despectivamente
es parodiar esa forma de la estulticia que florece pródiga
en torno a las mesas cafeteriles, en virtud de la cual un
español que tiene un lápiz en la mano y un trozo, de már
mol por delante, una taza, una cucharilla y dos terrones
de azúcar, resuelve incontinenti todos los problemas
militares y políticos, económicos y sociales que pueden
suscitársele, y es, en una pieza, Bismarck y Moltke,
Adam Smith y Leroy-Béaulieu, por lo menos para el
ilustre senado que, le jalea, obligándole’ a desbarrar de
lo lindo.
Debe la obediencia, además, ser rotunda, pasiva, ciega
y sorda en lo que se refiere a la consecución del fin; acti
va, despierta, atenta y viva en el modo’ de realizarle, y
esto precisa una ligera explicación.
El fin que el Mando inmediato nos señala forma parte
del plan de conjunto que nos está vedado en todo lo que
no se,refiere a la parte en que debemos cooperar a él; es
preciso que por nosotros el plan no ,se malogre, y para
ello hay que alcanzar el fin que nos señalan de un modo
exacto y preciso, ni más ni menos, aun a costa de la
vida, con lá fatalidad inexorable de una ley física que se
cumple.
Pero en el modo de realizar ese fin entra nuestra indivi
dualidad; somos, es’ verdad, pieza de máquina, pero no
materia inerte: piedra, acero, carbón; sino delicadísima y
espiritual pieza humana, alma y cerebro, corazón y ner
vios,. músculo y moral; no debemos procurar mejorar el
fin que nos señalan (porque acaso con ello perjudicaría
mos el plan del Mando), per.o sí debemos poner en lograr
ese fin toda la cordial emoción de lo humano, salvar de
talles y dificultades que el Mando no pudo prever; con
tribuir con toda nuestra técnica, con todo lo mejor de
nuestra moral, a que cada ametralladora de la línea de
fuego, cada avión y cada tanque, cada cañón y cada co
cina, sean un cerebro y un corazón, altar donde todo se
sacrifique al mejor servicio de la Patria.
Por lo tanto, no sólo hay que saber por qué se obedece,,
sino que es preciso saber obedecer, y es ésta la más altí
sima sabiduría’, que definió hace ya mucho tiempo aquel
viejo y recio Almirante de las luengas barbas flóridas, al
‘dirigirse a los tripulantes de las ilotillas de submarinos
alemanes con estas palabras: “Es mucho saber mandar,
más todavía vale saber morir; pero saber obedecer lo
es todo.”
He aquí cómo la’ voluntad, ese bichejo enemigo nues
tro que continuamente nos acompaña, el cual, cuando le
dejamos campar por sus respetos nos arrastra a las más
abyectas abdicaciones y a los más vituperables egoísmos,
si’ acertamos, en cambio, ‘a dotarle de las alas de oro de
la disciplina y subordinación, vuela libr& y seguro por
los espacios anchos y claros, se remonta hasta el sol, y
participa de su gloria; hace de un hombre un héroe; de un
grupo humano, un Ejército, una Nación y un Imperio;
rectifica el curso de la Historia y asegura la continuidad
de una civilización, acompasando con los viejos cánticos
y las gloriosas memorias el dulce balanceo de las cunas.
Y nada más por hoy.
 • i

Comandante de Artillerla RAMON PRADO MAZA, de la Escuela de Estado Malor.

P bre
UBL ICAD OS en estas columnas diversos estudios so
lo que deben ser las modernas Unidades de Caba.
reiteración de esfuerzos en una sola dirección. Sus acciones
serán audaces, profundas, fiando el éxito en la instantanei
hería, parece necesario revisar y poner igualmente al día la dad y la sorpresa más que en la potencia de sus elementos.
colaboración artihlera con este tipo de Divisiones, que si bien En estas especiales características debemos basarnos para
menores en número respecto a las normales de Infantería, deducir las que debe poseer su artillería orgánica. Es preciso
permiten al Mando, entre otras cosas, aprovechar el fruto conjugar las generales de esta última Arma con las que se
de las acciones llevadas a cabo por las últimas. requieren en este caso; labor difícil, pues si bien la Artillería
Si además tenemos en cuenta que la adopción en nuestra posee gran flexibilidad y rapidez en sus fuegos, no cabe
Patria de las acorazadas o blindadas tropezará con serias duda que ellos requieren una cuidadosa preparación; es de
dificultades, tanto en el orden táctico como en el económico, cir, un lapso de tiempo más o menos largo, opuesto, en prin
es muy probable que en un futuro próximo se tienda más cipio, a la instantaneidad de sus intervenciones, que en la
bien a la constitución de varias Divisiones ligeras, repre mayoría de los casos han de traducirse en actuaciones muy
sentadas hoy en España por nuestra División de Caballe rápidas y violentas, y en una amplia descentralización.
ría, acertada expresión de cómo puede modernizarse el clá La primera condición que ha de poseer esta Artillería es
sico espíritu jinete, adaptándole a los actuales medios de la movilidad en su más alto grado, que le permita trasla
com bate, sin olvidar la subordinación de éstos al terreno en darse rápidamente no sólo por carretera, sino a través de
que han de actuar y a la vialidad de las diversas regiones toda clase de terreno, para asegurar su óportuna entrada en
españolas. acción y la eficacia de sus intervenciones. Esta condición
En estos renglones tratamos de exponer los problemas ar exigé la adopción de calibres inferiores que no sobrepasen
tilleros derivados de las variables situaciones en que las un determinado peso. Los calibres mayores tampoco son ne
Divisiones de Caballería pueden encontrarse, para deducir cesarios por otro concepto, teniendo en cuenta que sus obje.
no sólo la clase y cantidad de material más apropiado, sino tivos serán normalmente tropas no protegidas o, a lo sumo,
también su empleo en relación con dichas situaciones. resguardadas en una forma rudimentaria; es decir, que los
Si relacionamos su composición con sus misiones y for calibres de 75 milímetros serán los más indicados, reser
ma de combatir, podremos señalar como características esen vando el 105 para algunas. acciones que requieran una ma
ciales: gran movilidad, potencia y velocidad media, bas yor potencia. Sus montajes deben poseer una gran solidez
tante vulnerabilidad y facilidad de un desgaste rápido. que permita el empleo continuado, sin necesidad de frecuen
De aquí deducimos que si bien pueden emplearseentodas las tes reparaciones, en terrenos variados y a velocidades mayo
fases de la batalla, están especialmente indicadas para las mi res que las corrientes. En cuanto a su alcance, creemos sufi
siones de exploración y cobertura yen la explotación del éxito. ciente un término medio, cifrado en unos 9 ó lo kilómetros,
En el cumplimiento de esas misiones es indudable que que no le obligue a continuos desplazamientos cuando deba
tendrán que combatir; pero el combate de estas grandes cumplir su misión de apoyo, sin que sea necesario uno ma
Unidades debe concebirse más por la mániobra que por la yor, pues por el aislamiento en que generalmente actúan estas

47
 grandes Unidades, y por la rapidez de sus intervenciones,
conviene que la Artillería trabaje en más próximo contacto
con las restantes fuerzas.
El sistema de arrastre de las Baterías ha de ser tal que,
en relación con su peso, asegure la movilidad indispen.sable
para seguir a las Unidades ligeras, sin que en ningún caso
pueda suponer un obstáculo o un freno en las rápidas accio
nes que caracterizan su empleo.
• Si nuestra División es del tipo mixto, parece lógico que
las Baterías que han de apoyar su maniobra posean uno y
otro sistema de tracción; si bien el hipomóvil, siempre que
se proceda a una acertada selección del tipo de ganado más
a propósito, es el más adecuado para dar a las Unidades
artilleras esa fluidez tan necesaria y acorde con las modali
dades de ejecución. No obstante, como el elemento potente
de la División está mecanizado, la artillería que haya de
contribuir a esa potencia deberá estar motorizada y contar
con abundantes elementos que la independicen de la carre
tera. En resumen: sistemas hipo y auto, según los materia
les; ambos con fuerte dotación de medios de tracción.
Veamos ahora la cantidad de artillería con que deben con
tar estas grandes Unidades. De los diversos tipos actuales
de División de Caballería, la de Francia, con cuatro Regi
mientos a caballo, uno de autoametralladorts y un Batallón
de Dragones, cuenta con tres Grupos de tres Baterías.
En Italia, con dos Regimientos a caballo, uno ciclista, una
Compañía motociclista y un Grupo de carros, se le dota
de tres Grupos a dos Baterías.
Las dotaciones de Artillería en los tipos citados son análo
gas, variando en proporción a los efectivos de las Divisiones,
y sólo estudiaremos, pues, ld conveñiencia de constituir los
Grupos con dos o tres Baterías.
Para ello analizaremos las condiciones en que se desen
vuelve el despliegue de la División en su forma más típica:
la de exploración estratégica. En este caso marchan en pri
mer término un núcleo de fuerzas destacadas, organizado en
partidas de descubierta, seguidas a una determinada distan
cia por las vanguardias, encargadas de proporcionar una
seguridad oróxima al grueso, que, articulado en el sentido
deifrente de la profundidad, marcha en último lugar.
De estos tres escalones, es evidente que la descubierta,
tanto por su misión como por los elementos que ki integran,
• no precisará de ninguna clase de artillería, ya que las pe
queñas resistencias que deban vencer deben serlo por la
maniobra y la infiltración.
En las van guardiás varía este aspecto, pues si han de
asegurar al grueso el tiempo y espacio suficiente para poner
en acción sus medios, es indudable que tendrán que combatir
• y será preciso dotarles, en la mayoría de los casos, de frac
dones artilleros.
Ahora bien: el caso de una sola vanguardia será excep
cional, y lo corriente será contar con dos, por lo menos.
Si tenemos en cuenta que el Grupo, en Artillería, es la
mínima Unidad capaz de desarrollar de una manera com
pleta una misión de fuego, es evidente que necesitaremos,
por lo menos, dos para el apoyo de estas vanguardias.
Si a esto añadimos los que puedan émplearse, como. más
adelante explicaremos, en otras misiones, constituídos todos
a base de las tres Baterías, formarían un Regimiento de
masiado voluminoso para estar afecto orgánicamente a una
gran Unidad de este tipo.
La solución del Grupo de dos Baterías creoque resuelve la
cuestión de una manera satisfactoria;pues, por una parte, la
disminución de piezas queda compensada con lás grandes ca
dencias que permiten los materiales de.pequeño calibre dv
rante un corto.lapso de tiempo, que será suficiente en la gene
ralidad de los casos, ya que esta clase de combates deben tratar
de resolverse por acciones cortas, pero todo lo violentas po
sible. En esta forma se evitaría el fraccionamiento del
Grupo, a que nos veríamos obligados si estuviesen consti
tuídos por tres Baterías, ya que la mayor potencia que con
ellas pusde lograrse no será necesaria en muchas ocasio
nes.
48
Con el grueso marcha el resto de la Artillería, que ha de
apoyar y proteger su acción. Sus misiones son análogas a
las de toda artillería divisionaria, ampliadas por el aisla
miento en que Ja División ligera se mueve.
Será indispensable contar con otros dos Grupos de alguna
mayor potencia, que hacen, en unión de los anteriores, un
total de ocho Baterías; una menos que con la solución de
tres Grupos de a tres; pero, a mi juicio, compensada con una
mayor facilidad de articulación y despliegue y una mayor
ligereza; con la ventaja de evitar, como hemos dicho, elfrac
cionamiento de una Unidad que debe actuar siempre reuni
da, el Grupo, si queremos sacarle todo el rendimiento de que
es capaz.
En resumen: Regimientb de cuatro Grupos, dos .de 75
O 77 y dos de 105/22; los primeros, a caballo; los últimos,
auto; todos de dos Baterías.
Cierto que la potencia de fuegos de este Regimiento es
menor que la de los normales; pero no hay que olvidar que
las misiones encomendadas a la gran Unidad a que está
afecto son distintas, y que el ataque en fuerza no será la co
rriente. En este caso sería preciso reforzarle con otras Uni
dades. Por lo demás, dentro de la División están convenien
temente dosificados los calibres y en una adecuada propor
ción con el total y clase de armas de que está dotado.
Si examinamos .ahora las misiones de ‘sta artillería, no
taremos que en lo fundamental no varían respecto a los otros
tipos de División. Siguen siendo el apoyo y protección, au
mentadas en alguna contra batería. Lo fundamental sub
siste; cambian los matices de ejecución, influenciados por
las características apuntadas al principio; es decir, que la
agilidad y rapidez en las acciones se imponen sobre otros
factores y modifican desde el despliegue •(idea táctica)
hasta los métodos de tiro (ideas técniças) , obligando a elegir
en unos y otros los que mejor sirvan aquellas condiciones.
De propósito no he citado entre las misiones a cargo de
la Artillería el acompañamiento. La razón no es otra que
estar convencido de que debe quedar a cargo de las mismas
Unidades lo que necesitan. En la División de Caballería, la
Brigada a caballo cuenta con cañones anticarro de 45 milí
metros en los Regimientos que pueden y deben ser empleados
en esta misión. Para lo que no es necesario (por ahora)
pensar en ótro material especial, que si bien produciría
mayores efectos, sería a camb/o de restar ligereza al con
junto. Por otra parte, el núñiero de objetivos probables
habrá de ser menor que en la División de Infantería.
En cambio, creemos en la necesidad de dotar a la Brigada
mecanizada de piezas especiales, también mecanizadas, a
las que encomendar tal misión y afectas orgánicamente a
sus Regimientos. El acompañamiento debe desaparecer
como misión artillera, toda vez que es la negación de los
principios fundamentales del Arma, empleo en masa y cen
tralización, según el caso, respondiendo a la idea de ser el
medio en manos del Jefe para hacer sentir su voluntad.
Acabamos de citar, aunque de ligero, la idea del desplie
gue artillero en estas grandes Unidades, y se hace preciso
profundizar algo más sobre el asunto, a fin de formarnos
una idea detallada de cómo ha de realízarse.
El despliegue artillero será función del adoptado por la
gran Unidad, por lo que en el sentido del frente dependerá
de las columnas que se formen, iempre que los alcances no
permitan actuar sobre todo él desde una sola posición, como
ocurrirá en la mayoría de los casos. En profundidad, vendrá
impuesto por la necesidad de prestar apoyo a los diversos
escalones, lo que equivale, dadas las distancias, a una cierta
descentralización parcial.
En cada escalón, la artillería debe situarse avanzada den
tro del conjunto, para lograr el apoyo eficaz en tiempo útil
de los elementos que lo forman, así como para paliar las di
ficultades inherentes a la movilidad de la situación, en lo
referente a observación y transmisiones.
Esta descentralización, admitida en principio y debida a las
circunstancias, debe ir desapareciendo a medida que se vaya
empeñando el combate, operación que será facilitada por las
 o
menores distancias a que actuarán unos elementos de otros.
Como característica digna de ser tenida en cuenta en el
despliegue, conviene seialar el aislamiento en que actúa
la artillería, y que obliga a preocuparse más de su seguridad,
teniendo en cuenta además la. mayor facilidad que encon
trará el enemigo para los ataques repentinos.
Esta seguridad ha de basarse, por parte.de la artillería,
en una adecuada defensa anticarro con las armas de que.
debe estar dotada, y por parte del Mando, con medidas que
garanticen aquélla, no dedicando fuerzas especialmente a
esta misión, sino orientando sus reservas en forma que, lle
gado el caso, puedan cumplir dicho cometido.
La dotación de anticarros ci la Artillería es inácusable,
pues la teoría de que debe bastarse con sus piezas debe des
echarse como norma, ya que ni éstas se construyen para tal
misión, por lo que su rendimiento es inferior a las armas
especiales, y, por otra parte, para atender a su defensa
dejaría a las fuerzas sin el apoyo de su fuego en el momento
más necesario, pues sería absurdo suponer que el enemigo
iba a desaprovechar la ocasión de atacar en el forzoso pe
ríodo de crisis que se produciría.
Los procedimientos de tiro en estas Unidades artilleros
han de distinguirse por su rapidez, y para que ésta no se
traduzca en falta de precisión, será forzoso ganar tiempo
enviando los reconocimientos muy adelantados y eligiendo
posiciones que permitan una muy cercana observación;
La diferencia esencial de estas operaciones con sus aná
logas en Unidades normales, consiste en que, en la mayoría
de los casos, faltará a la División el encuadramiento y estará
expuesto a los ataques de flanco y de revés. En estas condi
ciones, la artillería. no debe pensar en que sus fuegos sola
mente haya que aplicarlos en una determinada dirección,
De la Artillería de las fuerzas militares del Protectorado. (Foto Valmitjana.)
sino en todos los posibles sectores. En su consecuencia, de
ben elegirse los asentamientos en forma que desde ellos pue
dan atenderse todas las eventualidades y dedicar una espe
cialísima atención a los observatorios, ya que será difícil
- conseguir desde uno solo zonas visibles en todos los sectores
que interesen; habrá que recurrir a kz combinación de varios
con un perfecto sistema de enlace.
El cumplimiento de tan especiales condiciones se traduce
en la necesidad (aparte de contar con un personal suma
mente capacitado, desde el Jefe al soldado) de aumentar los
equipos de las Planas Mayores, así como el variado material
con que cuentan, especialmente el de transmisiones, y de dis
poner de abundantes medios de transporte.
Protección antiaérea. Esta, al igual que en las demás
Divisiones, debe impedir las acciones en vuelo bajo, y el
número de armas asignadas creemos aumentarle por el
mayor franccionamiento de la artillería. Pueden ser las
mismas armas anticarro citadas anteriormente, si cuentan
con dispositivos apropiados a tal misión; pero el calibre
debe elegirse para atender a la necesidad de perforar los
blindajes, no de una manera opuesta; es decir, buscando
una ametralladora antiaérea y aplicándola más tarde como
anticarro, lo que octirre con la actual de 20 milímetros, poco
adecuada para esta última misión. El número de armas debe
ser de doce, agrupadas en tres Secciohes, cuyo, conjunto
constituiría una Batería.
No hemos tratado del empleo de la Artillería en el ataque,
porque realmente no existe diferencia con el caso de División
de Infantería. Salvo la variable extensión del frente y el
empleo más o menos general de carros, se siguen las mismas
normas que las ya existentes para el combate en las Un ida-
des normales.
 ÍNGEffl)ERQ
C UANDOdecimos Ingenieros, entendemos todos Za
padores, y tan extendida está esta visión, que al
definir nuestros reglamentos a Ingenieros como el
Arma del Trabajo, seguimos pensando en los- Zapadores,
a pesar de que la característica del trabajo. encierra tan
tas especialidades como variedades de trabajo han de
ejecutar los Ingenieros. Por ello es conveniente hacer al
gunas aclaraciones, para las que procuraremos ir siguiendo
las necesidades a que han de atender los Ingenieros en el
campo de batalla. . - - -
Podemos dividir tales necesidades en tres grandes ra
mas: las inherentes al movimiento, las imprescindibles de
bienestar de las tropas y las correspondientes al enlace;
éstas atendidas por las fuerzas de Transmisiones, y las
•- dos primeras, por las restantes especialidades del Arma.
Comencemos por señalar que la primordial misión de
- los Ingenieros es “facilitar el movimiento -de las tropas
• propis y obstaculizar el de las enemigas”, a la que sigue
la de asegurar el máximo bienestar a las tropas, compati
ble con la situación.
Sentado esto, veamos qué “trabajos” se presentan a
- las fuerzas en contacto; es decir, en la División, que sólo
cuenta con Zapadores. Puesto que la característica sobre-
• saliente de la guerra moderna es la velocidad, el trabajo
primordial será abrir paso a las otras Armas a través de
50
Comandante de Ingenieros
MARIANO FERNANDErGABARRON
cuantos obstáculos se opongan a su marcha, ya sean na
turales, ya sean creados por el enemigo; pero, entendámo
nos bien, he dicho “abrir paso”, no “abrir camino”, a fin
de aclarar que- no se trata de hacer una obra técnica
mente perfecta, sino de hacer una “chapuza” que per
mita realizar el movimiento en el tiempo previsto por el
Mando. No perdamos de vista que el zapador no es un
ingeniero de Caminos; es un militar, y como tal no le in
teresa si alguien, pasado el tiempo, al ver su obra, ex
clama: ¡Esto es un disparatel Debió hacerse así y ásí.
Si consiguió dar paso a tiempo, habrá cumplido con su
deber, que es la mayor satisfacción que cabe a un militar.
Ahora bien: en contraposición a esta misión, surge la
de estorbar el movimiento del enemigo en su ofensiva,
valorizando los obstáculos naturales o creándolos artifi
ciales donde no los ofrezca el terreno; es decir: fortifica
ción, barreamientos, destrucciones. Y para terminar con
la defensiva, recordemos los trabajos encaminados a me
jorar las condiciones de vida, asegurando un determinado
bienestar a las tropas en combate.
Estos trabajos se presentan con una mutación tan rá
pida, que para atenderlos sin aumentar excesivamente
los efectivos y sin dejar nunca parte de éstos sin trabajo,
cosa siempre inadmisible y mucho menos en primera línea,
la única solución es disponer de una tropa instruida en toda
clase de trabajos, que, por eñde, no podrá estar especiali
zada en ninguno de ellos. Esta tropa son los Zapadores.
‘Por lo que se refiere a la forma de llevarse a cabo estos
trabajos, bastará recordar que los Zapadores son consi
derados como mano de obra especializada y que poseen
abundantes y potentes medios. : tivo de las inundaciones provocadas por la rotura de los
De aquí nacen dos conceptos básicos del empleo de los
Zapadores:
1.0 Todas las Armas tienen el deber, la obligación de
ejecutar las obras que directamente les interesan, ‘y ‘no
necesitan mano de obra especializada o medios potentes,
reservándose a los Zapadores las que pór su carácter ge
neral no interesan a nadie en particular, las que necesitan
mano de obra o medios especiales, y la dirección del con
junto para ‘que éste sea’ armónico. Está dirección se lleva
a cabo por medio de instrucciones aprobadas y sanciona
das por el Mándo e incluso por la inspección directa .y
prestación de determinado pérsonal.
2.° Cuando la Infantería en su movimiento tropieza
con un obstáculo que no puede sobrepasar — llámese obra
fortificada, cortadura o río —, una vez agotados sus, pro
pios medios de fuego, y a pesar del empleo de sus seccio
nes de obreros y explosivos, puede afectársele una frac
ción de Zapadores que, reforzándola con sus potentes
medios, coopere con ella a salvar el obstáculo.
No quiero terminar esta exposición sin hacer constar
que, para que los Zapadores puedan’ llenar, su misión de
abrir paso, es indispensable que su puesto en las colum-
nas esté en la vanguardia; de otra forma, llegarían inde
fectiblemente tarde a conseguirlo.
Veamos ahora con qué medios cuentan los Zapadores.
Al hablar de Zapadores, inmediatamente nos representa
mos unos individuos que, armados de süs picos y palas,
se pasan el día cavando. Tal idea hay que desecharla en
absoluto; lo mismo que hoy, salvo rarísimas excepciones,
no vemos en la vida civil que las cosa se hagan a fuerza
de pico y pala, sino que se emplean herramientas mecá
nicas, también los Zapadores las emplean. Y la razón es
obvia, si el aumento de rendimiento del trabájo’ de un
hombre tiene gran importancia’ en la esfera civil por el
factor economía, en la esfera militar la importancia es
aun mayor por la reducción del factor tiempo. En este
orden de ideas se va a la dotación de un motocompresór
ligero por. Sección, más otro pesado por Compañía. El
factor de reducción que se consigue varía entre 2 y 4,.
según las circuñstancias del trabajo y la clase de terreno.
Naturalmente que la dotación de herramienta mecá
nica no quiere decir la exclusión absoluta de la herr
mienta manual que, en pioporción más reducida, siguen
empleando las Compañías’ de Zapadores.
Además de su propia herramienta, el Batallón divisio
nario lleva en la Compañía de Parque que en unión de
tres de Zapadores lo componen, herramienta para un
Batallón én trabajo, más herramienta para tres Batallo
nes de Trabajadores.
También está Cómpañía de’ Parque lleva’ en dotación
un tren de puentes de, vanguardia para cargas de so to
neladas y unos 40 metros de longitud. Hoy se estudia un
tipo de puente que, sin aumentar sensiblemente su peso
y volumen, permite el paso ‘de cargas de 20 toneladas.
Y para terminar este inciso, diré que, con el fin de que
los Zapadores puedan seguir la marcha de las demás
Armas, se preconiza motorizar el Parque y dotar a las
Secciones para el transporte de su material de carrocetas
automóviles, .aptas para circular incluso por los caminos
de montaña, reservándose los mulos en manos 4el Capitán
de,.la Compañía, quien los afectará a la Sección que even
túalmente pudiera necesitarlos.
Uno de los obstáculos más importantes que puede en
contrar un Ejército en movimiento está constituído por
los ríos. Y aquí aparece la contribución de los Pontoneros
en el combate. Pontoneros que no llevan este nombre
por tender puentes, que también los tienden los Zapado-
res, sino poi- emplear pontones, que, cómo de todos es
sabido, son barcazas, sobre las que se apoyan los puen
tes construídos por los ‘Pontoneros. Así, en Noruega, son
los Zapadores’ alemanes quienes facilitan el paso del
Glommen desde el primer momento, y en Holanda, con mo
diques, los Pontoneros alemanes se convierten en mari
neros y resuelven el problema formando trenes de gaba-’
rras remolcadas, en los que transportan columnas ente
ras por todo el país. Como cáso más típico de empleo de
los Pontoneros, puesto que el acabado de relatar es abso
.lutamente excepcional, citaré el paso del Danubio para
alcanzar la frontera griega, emprendido por los alema
nes el 2 de márzo de 1941. El río tiene más de 1 kilómetro
de ancho, con lo que el’ período crítico del paso es muy
considerable, incluso con relación a los ataques aéreos;
en estas condiciones, los Pontoneros alemanes consiguen
construir para cada colunna, sobre las barcazas destina
das a la navegación fluvial, dos puentes metálicos y dos
pasaderas para tropas a pie, obteniendo una capacidad
logística superior a la de la carretera (1).
Además,’ para el paso de ríos, los alemanes dotan a sus
Regimientos de Infantería con botes neumáticos capaces
para tres hombres, y a los Batallones de Zapadores, ‘con
otros de capacidad para doce hombres, a los últimos de
los cuales se puede aplicar el motor fuera de bordas. Este
material’ no figura aún en nuestras dotaciones, aunque es
de esperar que su adquisición y estudio para su construc
ción en España no se retrase. ‘
Hemos’ tratado hasta ahora de los trabajos inherentes’
al combate; ahora bien: tanto si se trata de ofensiva como
de defensiva, será precisó asegurar la llegada de nuevas
fuerzas; en el primer caso, para que el avance pueda con
tinuar; en ‘el segundo, para la intervención de las reservas,
y en ambos asegurar también el juego de los abasteci
mientos y evacuaciones; en resumen, y aun a trueque de
que me llamen pesado, asegurar’ la alimentación del
combate
Aparece así otra clase de trabajos: los de entreteni
miento, méjora y reconstrucción de ‘la red de caminos, y
cuando las circunstancias lo exijan, la ampliación de di
cha red mediante la construcción de nuevos caminos
(‘pistas sin firme o afirmadas, carreteras).’ Estos trabajos
corresponden en la División y Cuerpo de Ejército a ‘los
Zapadores, y a partir de Ejército, al Servicio Militar de
Puentes y Caminos, el cual puede tener Unidades traba
jando en la zona de acción de Cuerpo de Ejército, para
descargar de este trabajo a los Zapadores, ocupados en
otros más ürgentes, pero sin ser puestas a su disposición.
Este Servicio está organizado a báse de personal civil mi
litarizado, aunque siempre bajo ‘el mando de un Jefe de,
Ingenieros. ‘
Saliéndonos ya del marco de la División, ‘la ‘perinanen
cia de determinados trabajos permite una primera espe
cialización, y así vemos aparecer en el Batallón de Za
padores de Cuerpo de Ejército, además de una Compañía
de Zapadores y la de Parque, los Minadores, cuya misión
no se reduce a hacer la guerra de minas, ya que ésta será
siempre eventual y característica de los frentes estabiliza
dos, sino que deben ser considerados corno especialistas en
trabajos en galería de minas y, consecuentemente, aptos
para la construcción de abrigos subterráneos, para agotar
corrientes de agua o construir pequeñas aguadas, para em
pleo de explosivos en canteras o similares; en resumen:
aptos para todos aquellos trabajos que necesariamente se
presentan en la guerra de minas, en la que han sido ms
truídos. Dada la índole de estos trabajos, constituyen una
prolongación de los Zapadores; es decir, son una subrama,
una subespecialización de estos últimos. Y como los repe
tidos trabajos sólo se presentarán circunstancialmente en
lá División y serán frecuentes en el C. E., formán parte de
su Batallón de Zapadores; en caso de necesidad, podrán re
forzar al Batallón de Zapadores de la División que tuvie
51
 ra precisión de ejecutar trabajos. de dicha especialidad.
Los Teleferistas son de empleo muy útil, y a veces in
sustituible, en montaña. El tendido de un telefero, de
fundamento y funcionamiento análogo a un transborda
dor, permite el juego de los abastecimientos y evacua
ciones entre una posición (punto de apoyo, elemento de
resistencia; etc.) situada en un picacho de difícil acceso
y un punto situado en la carretera, por un camino corto
recta haya sido interrumpida. Ásimsrro deben ser capá-
ces para el tendido eventual de líneas aéreas.
Ya en el Cuerpo de Ejército, los medios se refuerzan y
deben atender, cuando sea preciso, al servicio de redes
permanentes y la instalación de semipermanentes.
Y, por último, en el Ejército podrán instalar redes per
manentes y ,dar el servicio con los aparatos especiales
‘usados en las redes civiles. -

y cómodo, en vez de tener que hacerlo por una larga y Para terminar con este aparato, conviene señalar que,
difícil vereda a lomos de mulo y con el consiguiente pe a pesar del concepto -moderno de guerra rápida, ‘estos me
ligro de pérdida de material y ganado, y, lo que es más dios no hañ perdido nada de importancia, ya que las
importante aún, de la vida de los heridos. Por, las mismas grandes Unidades -superiores no se rpoverán nunca con
razones que los Minadores figuran en el C. E. velocidad tal que no permita su empleo, ni tampoco han
Y si pasamos al campo de acción del Ejército, ya la sido desterradas las Divisiones normales.
entidad y permanencia de los trabajos permite una com En cuanto a los ‘medios radio ‘— cuya novedad más in
pleta especialización y aparecen, organizados desde tiem teresante es el teletipo ya mencionado, puesto que el ra
po de paz, los Zapadores ferroviarios, cuya misión es en dioteléfono es sobradamente conocido, aunque si diré que
tretener y dar el servicio de los ferrocarriles situados en hoy se construyen’ en España —, la característica de su
la zona de operaciones e incluso prolongarlos, si ‘fuera empleo responde a la idea de combinar sus ‘enlaces con
preciso, y hacerse cargo de los que pudiera abandonar el arreglo a la Unidad usufructuaria, a fin de permitir el
enemigo, poniéndolos en estado de servicio. Y organiza uso simultáneo de un gran número de estaciones sin que
dos en tiempo de guerra, las Unidades de Aguadas, Cons se produzcan interferencias. Aun así es preciso repartir
trucciones ligeras, Puentes y Caminos,’etc., cuya siñple convenientemente las longitudes de onda en que traba
nomenclatura indica su cometido. - jarán las redes interiores de los Cuerpos, las interiores de
Para terniinar, citemos una especialidad que hoy no las grandes Unidades ylas de éstas-entre sí; de manera
tenemos organizada, pero que lo estuvo antes del Alza-. que al Jefe de Transmisiones corresponderá el reparto de
miento: ‘me refiero a las Unidades de Aérostación, común ondas de su gran Unidad, dentro de la gama de ondas
mente conocidas por Globos, que aun siguen teniendo apli que le haya sido concedida por el Jefe de Transmisiones
cación, tanto para la observación como para la constitu- -
.de la gran ‘Unidad superior.
ción de barreras antiaéreas. En resumen: todo queda reducido a un problema ‘de
Pasemos ahora a las Transmisiones, en cuya importan organización, y como prueba, citaré un caso sucedido el
cia no hay necesidad de insistir, ya que todos sabemos 20 de mayo de 1940. A las tres de, la tarde reciben las es
que constituyen la materialización del enlace, o, dicho taciones francoinglesas el siguiente radio, emitido en len
de otro modo, el medio a través del cual se realiza el guaje claro por una estación alemana:’ “Toda la caza se
enlace. ‘lanzará sobre Arras.” Mientras los Mandos de primera lí
Como dé todos es sabido, se atiende al servicio mediante nea ponen en movimiento el Servicio de Información, re
el tendido de un eje de transmisiones, sobre el que se fija ciben el siguiente radio, contestación al anterior, a diez
la situación de los centros de transmisiones, con los ‘cua minutos escasos de intervalo: “Toda la caza está,en viaje
les hañ de buscar el enlace los Cuerpos con sus propios, para Arras.” Es decir, ,que el mando francoinglés no tuvo
medios. Este ejé o ejes,-en. caso de que por las circunstan tiempo de tomar sus con’tramedidas, y los alemanes pu
cias hubiera más de uno, llega hasta el Regimiento nor dieron prescindir del cifrado,, que tanto embarazaba a sus
malmente, aunque en deteminadas circunstancias pueda enemigos.
llegar hasta el Batallón, y en algún caso hasta las Com Claro que esto no quiere decir que siempre prescinda
• pañías (una cobertura, por ejemplo).’ mos del cifrado; por el contrario, debe exigirse’ una fé
Como medios, cuenta con cables ligero y ordinario de rrea disciplina en la transmisión de los despachos, índice,
campaña y cable múltiple, que, sustancialmente, sólo se por otra parte, de una peçfecta, organización. Como
diferenciad por el número de hilos y, naturalmente, por prueba de ello, y al mismo tiempo de las graves conse
el peso. Se tiende a unificar el tipo de central, aumentan cuencias de una defectuosa organización, podemos citar
dose el número de abonados por el acoplamiento de las el descubrimiénto por el Servicio de Escucha germano-
• centrales que sean precisas. También se han estudiado italiano de la presencia en el norte de Francia de fuerzas
- los tipos de teléfonos, y se ha llegado a conseguir que to retiradas de la línea Maginot por el simple hecho de cam
• das las conexiones vayan sobre uña sola pieza, con lo qué biar una Unidad el lugar de la contraseña de su estación
sefacilita extraordinariamente su reparación y puede in en todos sus despachos.
• cluso cambiarse esta pieza sin necesidad de retirar el Hablemos, por último, de los medios ópticos. Por,lo
aparató completo. indiscreto que es el heliógrafo, se le suprime por çom
‘Como apáratos especiales se usan hoy: Los equipos de pleto de la dotación de los Cuerpos, a los que se dejan
alta frecuencia para telefonía, que, permiten superponer únicamente con persianas y linternas, de más fácil ma
das conversaciones por un mismo par de hilos: una, la nejo y suficiente alcance, reservándose aquéllos para las
normalmente conocida, y otra, por medio de este equipo, Unidades de Transmisiones, y para las de Caballería y
que,funciona como dna radio, pero por hilo en vez de sin Carros de combate, que necesitan más alcance que el de
hilos. El teletipo para telegrafía, que esencialmente es las ,persianas y linternas. Requiere también su empleo
una máquina
receptora; estedeaparato
escribir,puede
cuyo ser
carro está en alauna
acopiado determinadas restricciones, impuestas por su visibilidad
estación
línea
y por el terreno y condiciones atmosféricas.
telegráfica o a una emisora recéptora de radio. No cito el Antes de terminar quiero hacer una aclaración. Al
Morse -de campaña por ser sobradamente conocido. hablar del eje de transmisiones, he citado incidentalmente
En la División, las Unidades de Transmisiones han de los centros de transmisiones, y como no los he vuelto a
estar en condiciones de seguir el avance de las tropas, me citar, conviene anotar que se componen de todos los me-
jorando los tendidos más avanzados a medida que ‘van ‘dios de transmisión — telegráficos, telefónicos, radio, óp
quedando retrasados y recogiendo todo el material que, ticos —, agrupados en un espacio reducido, ,bajo mi
en su avance, pudieran los çuerpos verse precisados a mando, y situados en las inmediaciones, de los puestos
dejar abandonado. En la defensiva mejorarán la red me de mando, a los que sirven, obedeciendo al principio de
diante la construcción de transversales, para asegurar la la superposición de medios, básico en Transhiisiories para
comunicación utilizando líneas indirectas cuando la ‘di- asegurar el enlace, aunque falle alguno de ellos.
 cAÇGO 1

RO

Capitán Médico LEOPOLDO DOMÍNGUEZ NAVARRO de la Academia de S. M.

EL casco es prenda de antiquísimo ábolengo mi: - Caballería tiene cada vez menos que hacer, y el casco
litar. Su uso por los guerreros, antes de la pólvora, está a punto de correr para siempre la suerte de las es
representaba unautilidadpositivacontra lasarmas puelas, cuando un hecho imprevisto lo hace resurgir nue
blancas, únicas de aquellos tiempos caballerescós. vamente. Los hombres mantienen fuera de la trinchera
Constituyó luego un componente más del traje de pe precisamente ‘la cabeza, y lás heridas de ésta aumentan
leár la armadura, que compartían caballo y caballero y en proporción alarmante: más de la mitad de los heridos
protegía casi tanto como se deseó al concebirla; y decimos sonde cráneo.
casi, porque si la robustez de los contendientes permitía Los Estados mayores y el Servicio de Sanidad tratan
que no fuesen excepcionales los casos como el de Godo de poner remedio a la situación; es urgente además en
fredo de Bouillon, que partió de un solo golpe de espada contrarlo, porque los heridos de cráneo son graves; la
en.dos mitades el cuerpo de un sarraceno, de poco servi proporción de no recuperables ‘en estos’ heridos es dema
ría tal acopio de metal en el indumento.-’ siado grande, y es causa aun de mayor dolor comprobar
Más adelante, cuando la distancia a qu tenía lugar la cómo muchos de los que no pueden volver al frente han
lucha se arnplió del radio de acción de la flecha al que • sido heridos por, minúsculos fragmentos de metralla que
permitían el uso progresivo de las armas de fuego, el cas hubieran-’ sido , detenidos probablemente por un “algo”
co fué perdiendo jerarquía y cediendo su puesto.a otras más resistente que la prenda de cabeza en uso, y que,
• prendas más ligeras en los combatientes de a pie, cuyas sin embargo, engastados en el encéfalo, producen una se
armas heríaji a distancia, conservándose, en cambio, en rie de trastornos qüe impiden el servicio activo.
las de Caballería. En efecto: este arma, en sus choques “Hay que proteger el cráneo”, se dice en un bando.
mutuos, reproducía en el campo de batalla un cuadro “Hay que proteger el cráneo, la frente, los ojos, la región
similar al de tiempos pretéritos, manejando fundamen temporal, y la carótida”, dicen en. el otro más ambiciosa
talmente el sable, y, en consecuencia, el casco cumplía mente, víctimas del mismo problema; y el casco surge de
en ella su misión de amortiguar siempre y anular, alguna ñuevo; es menos vistoso que sus antecesores, pero más
vez los efectos de un certero sablazo enemigo. práctico’; su brillante belleza remota, como la del resto
La evolución de los métodos de combate hace tomar del indumento militar, ha desaparecido, pórque en su
nuevos rumbos a la técnica del empleo de los jinetes: confección, se persigue, como en la de aquél, un fin utili
éstos combaten ya lo’mismo a caballo que pie a tierra; la tario, y no ‘la vistosidad de la parada.
carga ya no es su procedimiento exclusivo -de lucha, no Esta nuéva era del ‘casco se inicia, pues, en la guerra
se da tan a menudo; nace todo el complejb método del del 1914-1918. El primer casco es francés, y sucesiva
o
enmascaramiento y el casco brilla mucho; surgen, en fin, mente va apareciendo en el resto de los Ejércitos belige
hechos y razones que justifican la no necesidad de suem rantes; en el Ejército alemán son von Friederich Schwerd
.pleo, y entra en franca decadencia; casi desaparece total ‘y. Augusto Bier, a la sazón cirujano mayor del XVIII
mente cuando los nuevos métodos van a dar un nuevo, • C.uerpo de Ejército, los iniciadores de la idea: Schwerd
giro inesperado a la cuestión. - propone el empleo de un casco de acero cromado al ní
Corren los días de la conflagración del 1914-1918; los - quel, de una sola pieza, y la proposición es aceptada; des
Generales han dejado de manejar a sus hombres en’ cam pués de las primeras pruebas se introduce en el Ejército
po abierto; se han fatigado de maniobras de gran estilo, la ‘nueva prenda, por disposición del General von Wris
- berg, y a fines de 1916 lo lucen y se protegen con él las
‘y comienzan a fijar sus Ejércitos al terreno, enterrándo
los en trincheras: está naciendo la guerra de posición; ya tropas que luchan en Verdun. •

no hay grandes movimientos, sino guerra de topos; la Al terminar la guerra, todos los Ejércitos utilizan el

53
 casco; los modelos varían superficialmente, pero la idea esencial que sea así, pues de lo contrario, y como ya eS
fulamental y los principios qué han regido su.construc sabido, el aire no renovado en el interior del cubrecabezas
ción son idénticos: la protección del cráneo. se calienta y se enrareçe, y al tener éste paredes rígidas,
como sucede en el caso que estamos considerando, hace
***
el efecto de ventosa. (Recuérdese aquel hecho de caracte
• Vamos a considerar nosotros hasta qué punto se ha res anecaóticos del Regitiento de Dragones que al re
• conseguido que se cumpla misión tan importante y, a la greso de unós ejercicios no podía quitarse el casco, por
vez, qué.juicio nos merece desde el punto de vista sanita- que el cuero cabelludo, entumecido, había sido aspirado,
• riouna prenda tan generalizada, que por este solo hecho ocupando en parte. la cavidad de aquél.)
parece ya intangible. - El casco debe repartir su peso por igual sobre el cráneo;
El casco utilizado por los distintos Ejércitos tiene, con su centro de gravedad debe coincidir o aproximarse lo
pequeñas diferencias, las características siguientes pesa más posible a la prolongación de la vertical de la grave
de 900 a 1.500 gramos y.es de una sola pieza; su forma, dad de todo el cuerpo; por sus líneas debe ofrecer poca re
variable eñ el diseñado de sus líneas, es casi la única dife sisteñcia al aire; a la vez que no es excesivamente volu
rencia de un modelo a otro, que le da a la vez personali minoso, para no requerir esfuerzos de equilibrio que au
dad propia en cada país; forma visera anterior y poste menten las molestiás de su uso proloigado; y además no
riorménte, y en algunos modelos esta visera posterior, debe ceñirse al cráneo.
que protege la nuca, representa, por su gran desarrollo, Para evitar esto último, sele ha dotado, como es sa
una dificultad para la práctica del tiro cuerpo a tierra; bido, de un sistema interior de aletas de cuero, en susti
por ello en el Ejército suizo se ensayó un casco con visera tución del fofro, que, tensadas más o menos, a voluntad,
cubrenucas, elevable a voluntad, a fin de obviar este in por un cordón, permiten, al aplicarse directamente al
conveniente; la visera anterior debe ser suficiente para cráúeo, sostener sobre su bóveda todo el peso del casco;
producir una visión cómoda y facilitar con ello la prác es decir, que son estas aletas las que deben ceñirse, y no
tica del tiro. A un ciérto nivel lleva unos orificios encar su cerco, como sucede con las demás prendas de cabeza
gados de asegurar la ventiláción de la cabeza, lo cual se flexibles, y al pender todo el casco de ellas, el reparto del
consigue por el tiro que aquéllos establecen con- la parte peso es automático.
inferior del mismo, mediante el artificio siguiente: Un No estaría de más decir aquí, y a modo de inciso, que
cerco de cuero ciñe a la cabeza él casco; pero dicho cerco el papel asignado a este sistema de aletas de cuero es pre
está unido al metal por otro discontinuo, entre cuyos es ciso hacétselo comprender bien al soldado, para que sepa
pacios puede circular libremente el aire del exterior a la utilizarlo correctamente; pues aquí no sucede como cón
bóveda dela prenda, y de ésta, por los mencionados ori la ventilación, que por ser automática, no requiere dé un
ficios, al exterior nuevamente; es decir, el sistema es. igual modo imprescindible que le ilustremos sobre ella, y todos
al que ya tenía el casco colonial inglés, con cerco. dé cuero hemos visto cómo muchas veces es aflojado y atirantado
apoyado por trozos de coicho a todo el círculo del casco el. cordón caprichosamente ,o con fines diferentes a su
y con orificios de ventilación situados en la caperuza de razón de ser. -

remate; este dispositivo tenía probada . la excelencia de A pesar de háber sido construído cuidadosamente en
lá ventilación conseguida, tanto, que en él los orificios muchos detalles, como los que hemos considerado, el cas
son abiertos o cerrados a voluntad, pues a veces el tiro co sigue teniendo grandes inconvenientes; por ser metá
era tan grande, que se producía un verdadero enfriamiento licó, es un gran conductor del calor y, por lo tanto, trans
del cráneo. La ventilación, pues, está asegurada, y es mite éste a la cabeza, con todos lós peligros que ello en
cierra: en una marcha algo prolongada y
bajo un sol intenso favorecerála insolació.n;
además, pesa mucho, y por ello e causa de
aparición de neuralgias y jaquecas fre
cuentemente, cosa explicable por sus ca
racterísticas, que le hacen tolerable sólo
• • relativamente én muchos casos; estos he
chos no son nuevos precisamente: quien
recuerde una Unidad de lanceros formada
Sa/a de ¡O(/$// al sol en un desfile o revista, recuerda
- •••—-
. PeØ,eftoPra.qfl7efltCde obas.casi siempre haber visto plegarse alguno
. . de obus. de sus hombres sobre su caballo con más
frecuencia que a un cazadár con calpax o
.....Schrapoe a un infante con ros.
/ooo Además de todo lo dicho, está probado
que los cascos, de la clase que sean, son
favorecedores de la calvicie, lo cual, aun
que de menos importancia, tampoco es
qj despreciable.
/p3455793•/O//5 Un primer postulado podríamos sen
Tieapo en seçwndos
tar como consecuencia de la considera
ción de las nociones antedichas, y es
que el casco de acero, considerado desde
el punto de vista higiénico, es una pren
da detestable.

Figura 1.
77oo en
 Figura 3.

Es necesario tener en cuenta que, al ser adoptado, se baja a 5oo entre los 300
prescindió por completo y a sabiendas del factor higié y los 700, y luego a ‘400
nico, en favor del factor proteccióp, que vamos a consi más allá de los 700 me
derar seguidanente; y decirnos que a sabiendas, porque tros, , para ir disminuyen
los conceptos vértidos aquí sobre el particular no son ya do lentamente.
jóvenes, ni mucho menos: eran ya perfectamente cono Su fuerza viva, corres
cidos entonces, pero la fuerza de las circunstancias hizo pondiente a la conocidaS
prescindir dé ellos. fórmula de mvi, re
Veamos ahora qué es lo que se ha conseguido ,con el presentada en ‘kilogra
uso de esta prenda en el sentido protector para el que fué mos, es de 200 kil,os a
éreada: se ha logrado algo, como vamos a ver á continua-’ los roo metros, de ioo a los 5oo, de5o a la de i.ooo y
ción; pero, desde luego, no todas las previsiones teóricas de 25 a la de 2.000.
se vieron cumplidas; algo se logró, de todos modos, y no Pór último, recordemos que la fuerza de penetración
• tan poca cosa como sus detractores obstinados aseguran. de las balas está en rélación con’ su tamaño, forma, es
Cierto es que la contemplación de un casco atravesado tructura, y con las variaciones de su trayectoria, cosa de
de parte a parte por un balazo es un argumento de mucha gran interés para nosotros, como hemos de ver más ade
fuerza de convicción, aparente sobre todo; porque entra lante; y así, aquélla es distinta, según que hieran de re
por los ojos, como vulgarmente se dice, y cori un modo bote, de plano, de culote o con incidencia normal.
simplista de juzgar los hechos,, es demostrativo; y más En la figura i vemos representada la caída de la velo
teniendo en cuenta que su uso es molesto y, por lo tanto, cidad y la pérdida de la energía cinéticá para la bala de
estamos predispuestos a encontrar suficiente cualquier fusil, o sea el poder vulnerante: velocidad inicial, entre
razón que invalide, aunque de un modo falaz, su razón 700 y 8oo;’energía cinética inicial de cerca de 350 kilográ
de •ser, para justificar nuestro desdén; pero analicemos metros. (P. Bertein y ,A. Nimier.)
los hechos detenidamente y sacaremos la consecuencia
SHRAPNELL. — ‘Son balines de plomo esféricos, de, xx
de que no se puede ser exclusivista, sino que aquí en el “gramos de peso, y de los que entran 250 por granada.
eclecticismo está,. como en muchos problemas, la solu Recuerdan en sus efectos vulnerantes a las antiguas balas
ción; y lo que se precisa es una coinpulsa de los hechos de posta de los fusiles pretéritos; son de éscasa velocidad
positivos’ con las necesidades prácticas, para que obten inicial y deformables, y por ello de poco poder de pene
gamos una especie de disciplina o doctrina de su empleo, ‘tración.
que es lo útil; lo que necesitamos, en fin de cuentas, y lo
que nos proponemos en estas mal pergeñadas líneas. CASCOSDE ‘OBU8. Son resultante de la fragmen
Tracemos un bosquejo elemental que nos sirva de li tación de un proyectil rompedor, sea de Artillería, de
gero recuerdo de la acción vulnerante de los proyectiles Aviación o de ramas de trinchera; su velocidad inicial es
y de su dinámica. muy grande, y mayor en el fragnento pequeño que en el
Vamos a considerar sucesivamente las balas en gene gran casco de obús; pero aquélla cae muy rápidamente,
ral, los balines de Shrapnell, el fragmento de obús y los pórque su progresión en el áire es irregular por su forma
proyectiles secundarios, dejando aparte los efectos de la caprichosa, no tersa, y no “animada de un movimiento
onda explosiva, ya que ésta aquí tiene poco interés para rotatório, cualidades que se dan en el proyectil de Infan
nosotros, que consideramos exclusivamente el efecto vul tería; por todo ello, su poder de penetración es mucho
nerante de un agente sobre un cráneo provisto de casco, menor, ya que a lo dicho se une que hiere, por una super
ficie rugosa o roma que se abre paso con mucha mayor
BALA. — La bala de fusil es lanzada por una carga dificultad que la bala y abandonando ápidam’ente la casi
de 2,45 gramos de pólvora de nitrocelulosá o de 3,25 gra totalidad de su energía cinética.
mos de pólvora progresiva para la bala P. Es, como sa En la figura 2, según Bertein y Nimier, está represen
bemos, o de plomo con envuelta de acero, latón, cupro tadá comparativa’mente, la caída de la velocidad en los
níquel, etc., o maciza, toda de acero, sin envuelta; u distintos agentes vulnerantes. Su detenido examen aho
perfil, en general, cilindroojival, y modernamente con rra más comentarios.
tendencia a líneas aerodinámicás; su calibre, variable en
los distintos Ejércitos, va de los 6 a los 8 milímetros, y la
velocidad inicial alcanzada, variable también, según los PROYECTILES SECUNDARIOS
tipos, oscila entre los óoo y los 8oo metros por segundo;
todas ellas (y esto debe ser conocido, para no imputar al Se denominan así todos Íos agentes a los ‘que ‘ponen
adversario, sin razón, el empleo de dun-dun) pueden te en movimiento otros proyectiles directos, y así se con
‘ner efectós explosivos si alcanzan al hombre en los pri vierten en tales las monedas, medallas, chapa del cinto,
meros 200 metros de su recorrido, en que su extraordiná piedras proyectadas en’ la explosión de granadas, etc.
ria velocidad remanente hace que al chocar actúe ‘como Todos los agentes con
un émbolo de gran pote.ncia sobre un medio, como son siderados sucesiamen te
determinadas regiones orgániéas y el encéfalo en nuestro son los que hieren al
caso, prácticamente líquido, reproduciendo el principio combatiente, y contra
de Pascal; aquí, además, el’ hecho está favorecido por la cuyos efectos en el crá
circunstancia de ser el continente ‘(cráneo) no compren neo trató de oponerse
sible. el casco., Una primera
La bala de fusil o ametralladora (ya que es igual la mu premisa podemos sentar,
nición) hiere de o hasta .ooo metros; ‘su velocidad, de deducida de las nocio
unos 8oo metros por segundo ‘en’los 300 primeros, metros, nes que hemos recor

Figura 4..
 Figura 5:

dado sobre la dinámi bien fácil de demostrar, tanto basándonos en hechos de

ca de los proyectiles, observación como en fundamentos teóricos; los metralla- -
y es que, como es na zos de cráneo se parecen tanto más a los balazos cuanto
tural, a distancias muy más pequeño y regular es el fragmento, y, sin embargo,
cortas, el casco nada pue un hecho poco frecuente es que tengan salida; lo co
de contra las balas, que rriente es que la metralla pierda o agote casi toda su
lo incinden normalmente fuerza viva en atravesar la cubierta ósea y penetre ya en
‘por el gran poder de pe - el encéfalo sólo con la suficiente para quedar engastada;.
netración de. éstas; pero pero no para seguir progresando un largo trayecto cjue
puede mostrarse útil con termine atravesañdo de nuevo el cráneo de dentro afuera
tra la metralla,: y triunfante, desde luego, frente a y- acabe por exteriorizarse de nuevo; ello es ‘lógico si re
los proyectiles secundarios. Ello ya es algo digno de córdamos las cualidades dinámicas a que antes nos he
consideración. mos referido; es lógico, pues, que si las cosas son así,
En efecto: a corta distancia, la bala atravesará el cas al añadir a las resistencias naturales una nueva, repre- -
co, el cráneo y hasta el casco de nuevo a su salida, con sentada por el casco, logremos sistemáticamente una me
servando aúñ en muchos casos energía suficiente para joría en el índice de gravedad de estos-heridos; esta me
herir a una segunda víctima; si la bala incinde, no de ma joría estará escalonada desde el caso en -el cual el casco
nera normal, sino de un modo oblicuo o sésgado sobre el haya detenido, aunque abollándose o perforándose, la
casco, puede éste desviarla de su curso, sin producirse la metralla (fig. 3), pasando por aquel en el que ha fractu
penetración, después de haber dejado una muesca o rado el cráneo; pero no ha llegado a ser penetrante (fi
surco como señal de su paso; y la bala que llega de plano gura 4) hasta aquel en que, no habiendo impedido la pe
o de culote por rebote o por haberse invertido en el curso .netración, ésta ha sido poco profunda (fig. 5); pero, indu
de su- trayectoria, cosa no imposible, puede desviarse ‘dablemente, para todas las posibilidades y en su con
- igualmente; sin llegar a penetrar. - junto, el resultado és doble: primero, hay menos heridos,
Para la metralla, las cosas son, en general, más favo y segundo, son menos graves; esto juzgando la cuestión
rables. En primer lugar, en lo que se refiere al Shrapnell, - ensu conjunto, como es natural, y prescindiendo de ca
el casco se muestra útil, desde luego; recordemos cómo. sos particulares, o sea, en definitiva, como es necesario
en los ‘antiguos reglamentos, par-tiendo ya de la base de juzgar las cosas; ya que de lo que se trata es de genera
que el poder de penetración de los balines es escaso, se lizar, y aunque todas las generalizaciones son viciosas,
recomendaba proteger la cabeza en el cuerpo a tierra, aquí es forzada, ya que intentamos juzgar un problema
cubriéndola con la mochila, porque ésta era suficiente en su conjunto. -

pará detener entre su heterogéneo contenido los balines. Decíamos antes que-no sólo teóricamente, sino tam
Frente a los fragmentos de granada rompedora, las co bién de un modo práctico, podíamos probar la utilidad
sas son muy variables ‘y más difíciles de esquematizar, del casco para la metralla, y, en efecto, así vemos cómo
ya que aquí entra en juégo un nuevo factor, que es el ta las primeras estadísticas de su empleo son muy optimis
maño del fragmento. Refirámonos al fragmento mediano tas, demasiado optimistas: proceden de una etapa delu
y pequeño, porque frente alos grandes, de varios kilos cha con predominio de metralla; de un período de guerra
de peso, procedentes de los proyectiles voluminosos de la - de posición con más fragmentos de obús en el aire que
industria pesada, el casco no tiene nada que hacer ni balas de fusil, y los resultados del empleo de la nueva
tendría,
que frentepora ellos
mucho
nadaquepueden.
mejorasen sus condiciones,
blindajes mucho más po ya prenda parecen alentadores. - . -

Pero volvamos sobre la cuestión en la que a las balas

derosos - de fusil se refiere, y nos encontramos variado el cariz, de
En lo que se iefiere al fragmento mediano y pequeño, la cuestión:, ya decíamos que la resistencia que el casco
tiene, en cambio, la cuestión el máimo interés, pues puede ofrecer a estos proyectiles en incidencia normal es,
aquí és donde el casco puede dar su, máximo rendimiento a corta distancia, ,despreciable: el casco es atravesado
útil, y aunque en muchos. casos no se muestre todo lo ihexorablemente; pero alarguemos la distancia, y nos
útil que sería de desear, es indudable que los resultados encontramos con una -cuestión nueva: el casco es atra
que se obtiéñen con su uso en estas circunstancias justi vesado, pero en virtud dé la menor energía o fuerza viva
fican su empleo, como tendremos ocasión de ver. del proyectil, unida a la’ resistencia que ha tenido que
Ya dijimos qúe el casco nació cuando la guerra se tomó vencer, se deforma, penetra en el encéfalo ya deformad
de maniobrera .en estabilizada. Una de las característi- - y se detiéne en su curso, quedando incluido (fig. 7); es de
cas de la guerra de este tipo es, como sabemos, el predo cir, que la bala de fusil ha quedado en cierto modo asi
minio de la metralla sobre las balas, ya que; aunque el milada en su modo de conducirse a la metralla; ha pro
fuego de ametralladora no faltaba nunca, juegan un cons ducido lesiones más- graves de las que le son propias; a’
tante papel morteros, cañones, obuses y las más yariadas causa de,su deformación, ha creado el problema del cuer
armas de esta clase; lds encargados de la asistencia qui po éxtraño incluído, - y
rúrgica de un sector vemos, en definitiva, más heridos de para mayores males, pro-
metralla que de bala en la guerra de posición, y ello, es fundamente situado ge-’
natural, porque la ametralladora o el fusil vigilante hiere neralmerite; ante estos -
en estos frentes al que por necesidad o por imprudencia hechos, ¿podría conclúir = -, .-..‘. ‘.. .

se ha hecho visible estando enfilado; mientras que las se que el casco ha sido
otras armas que castigan repé-tidamen-te una posición, perturbador? La pregun
hieren a todo el que no está absolutamente protegido ta resulta un poco di
(cosa bien difícil), aunque no esté visible. fíéil de contestar; pero .
• .Que el casco es útil frente, a la metralla es un hecho indudable que den

56 Figura 6.
 Figura 7
tro de los heridos de cráneo que hayan de sobre hacerlo: debe pecar más
brevivir, es un factor favorable que la bala haya ténido de grande que de chicó.
salida, tanto como que no se ha deformado; ló primero, El casco, útil
porque deja al herido libre de una serie de eventualida frente a la metralla, no
des (que no son del. caso) para su porvenir, y lo segundo, lo es frente a las balas.
porque las lesiones que produce un proyectil sin defor Esto, en líneas genera
mar en una herida transfixiante, son infinitamente más les como es natural, y
ligeras que las producidas por ese mismo proyectil de salvando los rebotes, im
formado; es decir, que para la metralla no es el casco por pactos oblicuos, etc.,
sí mismo capaz de producir un aumento de sus efectos y los casos especiales.
o
destructores más que en una porción casi .exqepcional de El casco, frente a los disparos de fusil, puede (y
• casos, mientras que frente a las balas, una vez que ésta& de hecho resulta así muchas vecés) perturbar más qu
han tenido energía para atravesarlo, la fórmula es la con proteger, dando así a la herida caracteres de gravedad
traria; en casi todos los casos se agravan las lesiones en que sin casco pudiera no haber tenido.
función de la deformidad, por un laio, que hace asimila 4•a Como derivada de las dos anteriores, el casco debe
ble la bala en sus efectos a la metralla, y la profundidad, ser una - prenda de circunstancias; queremos decir con
por otro; pues además sucede con mucha mayor frecuencia esto que debe figurar en el equipo ni más ni menos que
que en los metrallazos, el cuerpo extraño representado por como figura la máscara contra los agresivos químicos:
• elproyectil se sitúe mucho más profundamente, con los para usarlo cuando se ordene, en virtud de la fse- de la
- . inconvenientes que el hecho representa desde todos los lucha, y del modo, manera, distancia, clase, abundancia
puntós de vista. En resumen: cuando el casco no es sufi o escasez de unos u otros agentes vulnerantes que en el
ciente a impedir la penetración, perturba más que pro momento cónsiderado está empleando el enemigo. Con
tege. Como consecuencia de todo lo dicho, se esbozañ ya este uso discontinuo del casco, le hacemos dar el mismo
las consecuencias prácticas primeras, a las que preten rendimiento Atil, con una mayor tolerancia; evitamos mO
díamos llegar, y que veremos más adelante. lestias y aminoramos sus cualidades antihigiénicas. ¿Qué
¿Qué tipó de casco sería el que cónseguiría una pro- ventaja tiene .que el soldado vaya con su casco puesto
• tección más completa, sabiendo, lo que los modelos ac desde el primer momento, haciendo con él las marchas no
• tuales representan? ya de aproximación, sino hasta las de concentración?
Los cascos que. conocemos son de una sola lámina de A nuestro juicio, ninguna; antes al contrarió, añadimos
acero, lo cual permite- que, dentro de un peso tolerable, una fatiga más, que podemos y debemos evitar perfecta
el grosor de la misma sea bastante aceptable; a pesar de mente, ya que forzoso es reconocer que la prenda es mo
lo cual ya hemos visto lo poco que representa este blm lesta y que puede llegar a ser insoportable si el teatro de
,daje para las balas. ¿Se podría llegar a una miyor dureza la lucha o la estación son calurosos. Bajo el sol africano,
dentro del mismo grosor? Este es un problema que, como
se comprende, es.dél máximo interés, sobre cuya respuesfa por ejemplo, y en verano, cuando los combatientes lu
chan medio désnudos por el calor abrasador que constan
no nos es dable opinar; pero sí, en cambio, recordar a este temente cae sobre ellos, vemos cómo ha tenido que sus
propósito que el casco no tiene que ser necesariamente tituire, y los documentos gráficos que de la actual con
de ua sola lámina y que ya se construyeron cascos de tienda en tales latitudes llegan a nosotros, nos muestrn
dos cha pas metálicas, separadas por un espacio vacío. al soldado cubierto con el antiguo salakof, en lugar del
• Este espacio intermedio podría ser ocupado por un ma casco de acero.
terial ligero y no precisamente duro, sino todo lo contra En lo que se refiere a la clase de guerra,’el casco, como
rio: el corcho, por ejemplo. El proyectil atravesaría así ya decíamos, será prenda más propia de la guerra de posi
sucesivamente antes de impactar en el cr4neo, una capa ción que de la de movimiento, por la supremacía en aqué
dura exterior que debería ser la más resistente (acero al lla de la metralla sobre las balas, frente a la cual ya he
manganeso), una de bajo peso específico que podría hacer- mos visto que se mostraba más útii;y por otra parte,
a modo de cámara de amortiguamiento y contribuir, si porque se tolerará mejor por el soldado, que lo empleará
quiera
el fuese ymuy
proyectil, por ligeramente,
fin, y al salir adeembotar en cierto modo.
ésta, se encontraríasólo durante las horas que dura su servicio de escucha, -
con
centinela, etc., y descansará de él en el resto del tiempo,
una nueva capa resistente y durá. Con ello es posible que durante su permanencia en los abrigos.
se consiguiera una mayor resistencia a la penetración que a En principio, nos inclinamos por el casco de dos
la .que ofrece una sola capa metálica uniforme, aunque láminas, en lugar del de lámina única; sobre su realiza
sea más gruesa. ción no podemos hablar, y sobre el carácter definitivo de
Con este modelo no aumentaríamos en absoluto el peso la conclusión, en lugar de provisional, decidiría el resul
del casco, por gruesa que fuera su capa intermedia, aun tado derivado de su ensayo.
que quizá algo su volumen, cosa de poca monta por otro 6. a El casco podría usarse eúfundado, y en este caso
lado. en tela kaki; de este modo no brilla y delata de lejos a su
Como resumen, pues, de todo lo dicho, y para terminar, portador; el color gris es uno de los colores de menor
la consideración sucesiva de todos los comentarios que visibilidad a distancia; peró para el suelo español, en ge
hemos venido haciendo (aunque muy someramente) nos. neral, el kaki resulta más enmascarador. La funda, ade
conduce a uná serie de conclusiones, provisionales algu más, contribuiría a restarle algo, aunque no fuese mucho,
nas, definitivas a nuestro juicio otras, y que son las si su absorción del calor.
guientes: Estas seis conclusiones, de las cuales las cuatro prime
1•a Hay que perseguir el casco de talla inferior, peque ras las consideramos como definitivas y las dos últimas
ño, que se ciñe a la cabeza con exceso y no puede quedar, como pxovisionales, son la dedcçión de çuantos comen
en cierto modo, suspendido de la bóveda, como debe tarios hemos hecho,

.57

____ —;0]
—
ASI como la existencia del vino data de la más re
.mota antigüedad, la aparición del alcohol hay
que buscarla en épocas relativamente recientes.
Atribúyese su descubrimiento a los investigadores de
la “quinta esencia” en el transcurso de la Edad Media,
y entre los que destaca al naturalista Raimundo Lu
lib, quien lo da a conocer çon los nombres de aquae
vitae’ y consolatio última corporis hurnani, nombres
todos ellos que reflejan las inmediatas reaçciones que
el organismo acusa a su ingestión.
Aunque el alcohol, como producto de destilación,
haya permanecido oculto hasta la época indicada,
el uso de las bebidas fermentadas se remonta a fe.
chas inmemoriales. La literatura mosaica atribuye
a Noé el cultivo de la vid y la elaboración del vino,
llegándonos, junto a esta referencia, la noticia bí
blica del estado ‘de de&adación a que el ahuso al-
58
Dibujo
del pintor alemán
Seckelrnann.;1]
Tonente VALENTIN CARAZO CARNICERO,
del RegImiento 19
eobólico conduce... Ni sus propios hijos respetan al
padre ebrio.
Posteriormente, numerosos escritores hacen tema de
esta bebida y de sus efectos.
Herodoto, Homero y Virgilio hablan de ella como-
panacea sin sucedáneo en las afecciones morales, que
beben los reyes, los guerreros y la gente que se reju
venece; que se derrama en honor de los dióses y que se
acude -a ella en todos los, regocijos públicos, creando
una costumbre que en todo su esplendor perdura,
ya que actualmente, ante cualquier acontecimiento,
tanto familiar como político o deportivo, se acude a1
- lunch y al banquete, en el que juegan parte principa
lísima los vinos y licores.
Salvo casos de prohibición por legisladores religio
sos, o de restricción total o atenuada .por causas mo
rales y.de higiene individual y social, puede aeegurarse
 que todos lo pueblos, por rudimentario que sea su ,en la falta de un hogar acogedor y en la educación in
desenvolvimiento, conocen y emplean las bebidas alco suficiente de la mujer, que no siempre sabe emplear
hólicas. las numerosas dotes que tiene para retener a un hom
Los tártaros hacían fermentar la leche de sus ye bre a su lado. Estas circunstancias resaltan de una ma
guas; los indios, el arroz; los esquimales preparan un nera clara y patente en la maSa rusa, sumida en el
licor alhohólico con determinadas especies venenosas ‘embrutecimiento por el, vodka. Cuando el marido, al
de algas. Los mejiéanos usan un zumo aloético, aparte regresar de’sus ocupaciones, ‘entra en casa y no hallá
del miscal, el tequila y el pulque, obtenidcís de diver hogar..., ¿puede extrañar que, enojado y con disgusto,
sas especies del género “agave”. La flora tropical de lo abandone y emprenda el bamino de la taberna o el
muchas islas del Pacífico suministra a sus habitantes café, donde halla amigos,]uego o, en su defecto, ani
una bebida de óuriosas características. Procede del madas eonvérsaeiones? Daíe, pues, a beber priméro
piper methystichum, cuya raíz se conoce vulgarizada razonablemente; mas si su fuerza de voluntad escasea,
con el nombre de Kawa-Kawa. Esta bebida se obtiene sigue bebiendo, se habitúa e insensiblemente se tórna
• en medio de ceremonias muy singulares. Alrededor de alcoholizado.
una gran vasija de madera se colocan los jefes de fa Los efectos del alcohol en la economía humana va
milia, los invitados y los jóvenes indígenas de ambos rían con el clima, con la edad y sexo de los individuos,
sexos. ‘Unicamente éstos preparan el Kawa. Se laván y, con’las condiciones de pureza que presente En igual
cuidadosaÑente la boca y mastican pedazos de raíz dad de condiciones, las resistencias individuales pue
hasta que, reducidos a bolas filamentosas — con la den también imprimir una variación márcadísima en
saliva como excipiente y seguramente aprovechando sus’ efectos, dándose casos de sujetos que, a pesar de
su fermento — quedan depositadas en el recipiente regalarse con ‘abundantes dosis de alcohol, conservan
de madera. Después de malaxar y separar los fila una salud más o menos intacta durante largos años;
mentos, aparece un líquido turbio, pardoamarillento, pero dejandQ aparte estos casós rarps, estos hechos ex-’
de olor a lila y sabor agradable. Esta bebida, que por cepcionales, que, por cierto, el vulgo se complace en
lo curioso de su ritual preparación describo con más citar como demostración de qtie el. alcohol,carece de
detalle, es favorita de bis indígenás y, comó todo lí inconvenientes funestos, puede asegurarse que el me
quido alcohólico, varía en sus efectos con la cantidad dio ambiente influye de maner’a directa y decisiva en
absorbida. Si a pequeñas dosis es tónica y digestiva, el cuadro sintomático de, los ‘envenenamientos por’ el
a dosis masivas produce una borrachera particular. alcohol, siendo mejor tolerado por los habitantes de
Los individuos que se han excedido en su uso no pue países’fríos que por los meridioñales. En cuanto a los
den hablar alto: se ven atacados de incoordinación de habitantes de países cálidos, la excitación nerviosa por
movimientos, pero conservan íntegra la razón. el alcohol prodúce manifestaciones excesivas, pudiendo
La carencia de vides en algunos países hace qué los afirmarse que el calor del medio modifica, incremén
estragos del alcoholismo sean terribles, por acudir a tándola, la toxicidad del alcohol o disminuye las re
aguardientes de cereales, siempie de inferior calidad, sistencias del individuo a los trastornos de esta bebida;
como el whisky y el wodka. fenómeno éste que la observación demuestra no ser
El alcoholismo es una enfermedad que taxonómica-. ‘privativo del alcohol.’ La mordedura de la víbora e,s
mente hemos de situar entre los envenamieñtos, y tanto más peligrosa cuánto más cálido sea el clima que
tiene por causa la introducción en la economía del al- habite. ‘ ‘

• cohol etílico, biS en forma concentráda, como el En los niños ‘produce siempre manifestaciones lá-,
aguardiente, coñaé, kirs, whisky y otros licores, bin rñentables, apane de los inconvenientes que pae con
más o’ menos diluído, como en el vino, sidra, ceiveza sigo un hábito prpcoz, y la tradicional costumbre en
y. otras bebidas fermentadas. algunas dinastías de obsequiar con vino al recién na
En tesis general, puede sentarse co’mo hecho pro cido, sólo puede cotisiderarse como un antihigiénico’
°bado que el hombre busca en todas partes un excitante rito cortesaño. ‘
especial de su sistena nervioso. Unas veces es el al- El hombre, es más propenso a’caer en el alcoholismo
• cohol, muchas el tabáco, menós el opio, el éter, la co ,que la mujer: Confiesa.fácilmente que bebe .y hasta se
caína, el haschís. Por qué recurre Ø hombre con fre vanagloría de ello. El avance del feminismo haimpor
cuencia a estos excitantes es cuestión difícil de. preci tado una.figura pintoresca de mujer ultramoderna que
sar, en cuanto a las causas que. motivan su iniciáción, acapara tarjetas de fumadoi, practica el deporte hasta
la continuidad en el vicio se justifica por el estado de el descoyuntamiento anatómico, con positivo perjtii
relajación en que queda sumida la voluntad del tóxico cio’ para su integridad física, no creada para tales des
habituado. . . . manes, y compite ‘con el hombre en la banqueta de un
Como causas de la extensión del alcoholismo, pode bar, paladeando cóteles alcohólicos con suficiencia de
mos anotar la multiplicidad de tabernas, bhres y cafés; veádor de vinos.
el contagio del ejemplo; el hábito de no tratar los ne Pensar que el alcohol, al circular por el organismo
gocios sino en estos establedimientos; la interpreta de la madre, puede llegar a embriagar a los niños lac
ción, muy extendida, sobre el valor dietético del alco tantes, da idea de las desastrosas consecuencias del
hol, que es falsa. Los cargadores turcos de los puertos alcoholismo en la mujer.
del mar Negro no prueban el alcohol, y son un alarde Otro factor importantísimo que influye sobrema
de fortaleza. Experiencias sobre animales nós llevan nera en los efectos producidos por el alcohol se halla
a la misma conclusión: que el alcohol no debe conli en sus condiciones propias. Estas dependen de que sea’
derarse como alimento. puro o esté mezclado con otras sustancias, añadidas
Finalmente, pueden citarse también otras causas de unas veeek para modificar, su sabor, halagando el gus
índole más íntima.y compleja, y que pueden resumirse to, y otras fraudulentamente, para obtener mayor

59
 • rendimiento. La mejor manera de evitar los irastor cias ulteriores, más insidiosas, y brutales, debidas, en
nos por el alcoholestá, siñ duda alguna, eñ abstenerse gran parte, a la desastrosa influencia que ejerce el
dé su uso o usarlo moderadamente; pero considerando alcohol sobre el aparato sexual.
esto puramente ilúsorio, todos los esfuerzos de higie Sin hablar de la atrofia de los órganoi, es frecuente
nistas y legisladoresdeben ir encaminados a que el la anafrodisia y la impotencia. Sin embargo, estas con
alcohol destiñado a bebidas se halle perfectamente secuencias no son ‘inmediatas, y el sujeto, en estado
rectificado, y que todos los vihos, aguardientes y lico de embriáguez, esencialmente erótico y lujurioso, pue
res, carezcan de toda sustaucia ajena a su propia éons de engendrar numerosos seres estigmatizados por ta
titueión. ras fisiológicas.
El alcohol obra de muy distinta manera según que La función conyugal por excelencia, al hallarse idea
sea absorbido en grandes dosis por un sujeto que no lizada por sanos sentimientos, tiene por resultado una
se halle habituado a su empleo, o bien qué sea tomado bendición: el hijo; peró la tranquilidad y sosiego del
- continuadamente a’ dosis más o menos grandes. En el hogar requiere algo más: el hijo sano; y ya, enfocado
primer c,aso, produce rápidamente la embriaguez y el el problema en este sentido, puede apreciarse fácil
• enfermo está ebrio; én’la otra forma de empleo no hay mente la importancia del alcoholismo como plaga so
embriaguez, y se dice que el enfermo es un borrácho cial, pensando que la embriaguez del padre en el mo
que está alcoholizado. ‘mento de la concepción, determina un aumento consi
Las dos palabras “ebrio” y “boriaeho” tienen su derable en el número de tarados mentaleé.
etimología en las palabras latinas ebri as y ebriosus, de En la tradición mejicana existe la creencia de que
las cuales la primera indica un estado accidental, y la sólo el abuso del -pulque fué la causa de la ‘decadencia
segunda, un estado habitual. Es así que hay que dis del Imperio de los toltecas cuando por los chichimecas
tinguir el alcoholismo agudo y el alcoholismo erónico fueron arrojados del valle de Méjico.
En la intoxicación aguda por el alcohol, los síntomas Conocidas son las célebres orgías de bacantes en
son más aparatosos, efectistas y alarmantes. De modo.
Roma, atribuyéndose, en parte, al exceso de alcohol
análogo’ a lo que ocurre con la mayoría de los anesté consumido la relajación dé costumbres que se ense
sicos, la fase de calma no se consigue sin una fase an ñorea del Imperio Romano cn sus últimos tiempos,
terior de excitación. Coñ los primeros vasos de bebida cuando’ vemos que ese soberbio Imperio, rector del
el calor se esparce del estómago a lai distintas par mundo donocido, que .tantas glorias había conquis
tes del cuerpo con una sensación, de bienestar. Hay al tado, que nunca halló obstáculo infranqueable a sus
mismo tiempo excitación cerebral; aparecen las ideas conquistas, sucumbe ‘apocado, casi sin defensa, ante
con más rapidez; es más fácil la palabra. Se hace el el ímpetu indomable de unos pueblos jóvenes que, vi
-, sujeto más atrevido, más emprendedor.. Una nueva viendo siempre en contacto directo con la Naturaleza,
dosis de bebida le hace más jovial, más hablador,’me desconocían el ambiente mefítico de la “urbs” romana.
nos serio. Si continúa bebiendo, este período de eufo Hay, pues; que conceder al alcohplismo la impor
ria desaparece y la jovialidad cede el sitio a la cólera, tancia que tiene y evitar por todos los .,medios su ex
al furor, a la gana de injuriar, de pegar y acometer tensión. No hay que desentenderse del alcoholismo
como enfermedad, cuaiidose trate de las transmisibles
hasta que una nueva dosis de alcohol conduce al estu
por, a la dificultad en la palabra, a la pérdida del equi por herencia, bien por las condiciones de inferioridad
librio, niomento peligroso tras el’ que acccha el dcli en que el hijo dól alcoholizado nace, bién por la pre
rium tremcns cón todas sus consecuencias, si la incon disposición al vicio que le acompaña.
tinencia persiste, cuando en ocasión de apuestas est1-
Es prcocnpacióñ constante en estos últimos tiempos
pidas o provo,caciones ineptas e han trasegado can evitar la difusión a que las enfermedades hereditarias,
tidades exorbitantes de alcohol. son tan propensas, anulando la procreación de seres
• Dejando aparte los argumentos que se relacionan defectuosos; difíciles de curar o aliviar, practicando un
con la propia estimación, ¿no será suficiente el peligro drenaje social mediante la selección de progenitores.
en que esta situación coloca al sujeto para impresionar El carácter de plaga social que el alcoholismo re-
su ánimo alejándole de la reincidcnéia? viste ha encaminado los esfuerzos de higienistas, mo
es,Menos patente
sin duda, y menos impresionante
el alcoholismo crónico; es el para vulgo ralistas y legisladores hacia su extinción. Se crearon
de lasel perso
ligas y socie1lades para combatirlo. Se dictaron dispo
nas que, aun habiendo conocido la embriaguez pocas siciones severísimas castigando el abuso del alcohol,
veces, pero en pocas ocasiones premió’cl éxito tales esfuerzos.
• quidos beben diariamente
alcóhólicos, y cuyascantidades excesivas
consecuencias de lí
son igual El impñesto sobre fabricación y consumo, si bien
mente funestas y.. lamentables, ya que, aparte de las perjudica a la industria y al comercio, fué bien reci
afecciones directas que originan, bido por higienistas y moralistas; m’as pronto se res
en condiciones de inferioridad paradeja - el
su propiaorganismo
defensa
pondió con’la creación de destilerías de tipo casero.
ante las enfermedades de tipo infeccioso. Es frase de La ley seca en Estados Unidos no consigue otra cosa
Jaquet’ot que ‘el alcoholismo haceS la cama a la tu que agravar los males que pretendía remediar, creando
berculosis”. Estadísticas cantan que los casos de tu una forma ilegítima de comercio.
Es más ‘bien con métodos de educación, de ense
berculosis pulmonar tienen por origen, en gran nú
mero, el consumo excesivo de líquidos alcohólicos, y ñanza, de publicidad, como ha de combatirse la plaga,
la misma estadística enseña también que la crimina a la vez privada y social, que el alcohol supone, refor
lidad aumenta bajo los éfectos del alcohol. zando en el individuo la voluntad para que pueda re—
- Aparte dé los trastornos anteriormente indicados sistir la tentación ante un vicio que, indudablemente,
de las dos modalidades, que el alcoholismo presenta,- determina en el hombre un manifiesto descenso en la
hay que tener en cuenta la repercusión de consecuen escala zoológica. .

60-
• BIBLIOTECÁMILITAR PARA EL OFICIAL
- . PUBLICAR POR O. DE 20 DE NtVIEMBRE
MANDADA DE 1940. (0. 0. NÚM. 267.)

Aparecen en este mes de Noviembre:

Transmisiones.—Comandante Guiloche.
Defensa antiaérea. Tiro y empleo de las armas.---Capitán Lorenzo. Cuatro obras de la Colección de Tratados Prácticos
Sanidad en campafia.—Teniente Coronel Sancho, Cmpaña,
de del más extraordinarió iiteré,s.
Carros y anticarros. Empleo táctico. — Teniente Coronel Mantilla.

Obras publicadas hasta ahora por esta Biblioteca:

PRIMERA sEccloN (Tratados extensos de téc- Infantería. Normas,para el Combate de Pelotón, 1 La Defensa Pasiva.—Coinandarite Crespo. Precio:
nica militar): Compañía
Sección,
y BalaI!ón.—Coronel Barrue- 9Ptas.
La División. Empleo tático.—Coronel de Infan- co.Precio: 6 Ptas. de RíosPaso
y Restablecimiento de Caminos.—
tena Emilio Torrente Vázquez, del Servicio de 1 Infantería. Combate del Regimiento. — Teniente i Comandante Ruiz López. Precio: 8 Ptas:
Estado Mayor. Precio: 7 Ptas. ‘. 1 Coronel Torrente. Precio: 6 Ptas , 1
El C. E Empleo táctico. — Teniente Coronel de Artillería de Costa.—Com’andante Martíziez Loren- 1 TransmisIones.
6 Ptas. — Comandante Guilnche. Precio:
Estado Mayor Angel González de Mendoza y 1 co (D. Vicente). Precio: 8 Ptas. 1 antióérea. Tiro y empleo de las armas.
Defensa
Doroser. Precio: 8 Ptas.
Telefonía Militar. Capitán Fernández Amigo. 1
Fortificación de Canipaña.—Comandante Villar.
Precio: 8 Ptas.
1
1 Capitán Lorenzo.
‘ SanIdad en campaña. — Teniente Coronel Sancho.
Precio: 12 Ptas.
SEGUNDA SECCT’ON (Colección de Tratados De%nsa Química de las Unidades. — Tóniente Precio: 6 Ptas.
Prácticos de Campaña): • 1 Coronel Castresana. Precio: 6 Ptas. y anticarros. Empleo táctico.
Canos— Teniente
Empleo de Ii Artillería. — General Martínez.de
Campos. Precio: 8 Ptas.
1Intendencia. Servicio de Cámpaña,.—Comandan-
Fuciftos.tePrecio: 6 Ptas.
Coronel Mantilla.
1
TERCERA SECCION (Ilistoria, Biografía, Pslco

Muñiz. Precio: 6 Ptas. , 1

Mando y Estado Ma.yor.—Teniente Coronel López Farmacia. Servicio de Campaña. — Comandante
1 FeOs. Precio: 6 Ptas.
logia, Lelslación, etc):
militares.
Estudios Almirante. (De laColección’de
- Artillería. Tito y su preparación.—Comandante El Servicie de Inlormación en Canipaós.— Coniari- clásicos militares):—En impresión y próxima a
Carmona. Precio: 6 Ptas. dante Mateo Marcos. Precio: OPias. 1 aparecer.

1••

1
 2Ms,7?ffrJ1:s
o o

RECLUTAS VISTOS DESDE EL BOTIQUIN’

ANGEL TELLO’ RUIZ
TenIente Méifico del Regto. mf.’ nCim ji:

EL tipo medio del reeluta español, fijado por las esta

Dato, de estadisticas Nuestro recluta DiferencIa
dísticas desde el punto de vista somático, tiene inte
resantes variaciones, no sólo impuestas por la geo
grafía, sino por el medio (ambiente) en que se desarrolla Talla () 1.640 . 1.626 ¡4
su vida, especialmente en lo que se refiere a alimentación, Perímetro tórax 870 . 857 13
ejercicios yatmósfera afectivo-moral, que, influyendo en Peso (gramos) 6o.oóo 56.750 - 3.250
su psiquis, ha de .repercutir en su organismo, en su Indice robustez 17 ‘ 20,5 3,15
soma.
En él presente trabajo, hecho a base de unas 300 obser Es notoria la diferenciá, marcada especialmente en el
- vaciones, vamos a considerar al recluta que un día llegó•
a nuestro cuartel, la vida que hizo en él y enfermedades peso.
o modificaciones que le ocurrieron durante el primer tri Hay que tener en cuenta tres factores para valorar es
mestre. tas diferencias:
i.° Nuestros datos son particulares, loçales, no corres
pondiendo al volumen total que afluye a las Cajas de Re
CAR&CTERISTICAS DEL RECLUTA A:sU INGRESO chita, pues de se se separan allí para Unidades especia
les (Artillería, por ejempló) los de mejor talla, peso, etc.’
La casi totalidad (el 98 por roo) pertenece a las provin Nuestros datos habría que compulsarlos con los del que
cias de Alicante y Murcia, por lo que geográficamente po pudiera llamarse “Recluta de Infantería”.
démos considerar como honiógénea esta tanda. 2.° Por la particularidad de corresponder todos a una
Tienen de veintiuno a veintidós años, correspondiendo misma zona, éstas serían unas medias regionales, que no
a los reemplazos del 40 y 41 (Zona roja); conocen algo del podemos poner al mismo nivel que las nacionales.
cuartel y acaso no poco de guerra, si bien “aquello” fué 3.° Hay un último factor que ha de tener importancia
completamente diferente de la vida que hoy comienzan. en este menor desarrollo orgánico, que es, sin duda, el
• Aquel paso rápido y desgraciado por los cuarteles hace medio (Zona roja) en qtse estos hombres vivieron desde
que no. les sea completamerte extraño este ambiente, los dieciséis a ‘los dieciocho años, cuya característica no.
aunque después de más de dos años de permanencia en era, ciertamente, un optimismo higiénico, y que-todavía,
sus casas, en sus medios peculiares, casi podemos dar por por circunstancias de sobra conocidas, no ha podido re
borrada aquella huella. mediarse completamente.
La profesión que domina entre elloses la dé trabajador Entre los reclutas incorporados, llega un 2 por 100
del campo. (6 individuos) con enfermedades vénéreas, y otros tantos
Su constitución corporal, siguiendo la nomenclatura con sarna.
de Krestchmer, se reparte así: - Son propuestos por infrtiles ¡2, de los cuales 4 son dados
Asténica20,5 por roo. útiles por el Tribunal, y 8 (un 2,5 por roo de los incorpo
• Asténico-atléticao., . .‘. . . 9,1 rados) inútiles. . -

Atlética36,1 —
El primer paso en el cuartel, controlado por la Higiene,
Pícnica — termina con el duchado, pelado, etc., de los individuos,
y la desinfección en la estufa de las ropas que traían.
Los datos antropométricos medios son:

Talla 1.626 milímetros.

• Perímetro torácico857 —
LA VIDA EN El. CUARTEL
• Peso56,750 gramos.

Indice de robüstez20,5 Comienza en seguida la instrucción de los reclutaS, no

(Este índice de robustez lo calculamos con arreglo a’ la sólo de arte militar, sino de los conocimientos higiénicos
fórmula. de Piquet: talla (perímetro torácico + peso), necesarios; especialmente en lo que se refiere a’ enferme
expresando la tallay el perímetro en centímetros, y el dades venéreas y ectoparásitos.
peso, en kilos. flomo se comprende, este índice será más

bajo cuanto mayor sea la robustez. Se dan como cifras Vacunaciones. — Se procede a las reglamentarias, con
medias normales 20 á 25.)
los espacios de tiempo oportunos. La antivariólica es re
Comparemos estas cifras con las, medias del recluta es petida hasta tres veces en los que no prende, logrando así
pañol proporcionadas por las estadísticas resultados positivos en el 73,3 por loo de los incorporads.

62
 - Éjerckiosy descanso. — Huestro recluta duerme. nue Contusión ‘en gimnasia)‘ . Í
ve horas.(de Retreta a Diana van, diez, pero’ descontamos Enfermedades infecciosas 8
una por las imaginarias); tiene tres horas diarias de ejerci Idem aparatos respiratorio, circulatorio y digestivo. 5
cios físicos — instrucción práctica, gimnasia, marchas, Idem nerviosas y órganos de los sentidos 3
tiro —, y el resto de la jornada es de vida sedentaria Idem genitales no venéreas 5
instrucción teórica, técnica —, a más del tiempo de
aseo, comida, revistas, etc. El paseo dura dos horas. Totali8

Estamos en un clima templado, mediterráneo, y a ori Que’ representan el 6,4 por loo del total de ‘reclutas.

llas del mar.

Enfermos circunstanciales tratados en el Botiquín del

Alimentáción.. La trascendencia higiénká’de este ca Cuartel: ‘

pítulo aumenta con las dificultades adquisitivas del mo Lesiones producidas por el calzado3

mento, lo que exige la,mayor preocupación por parte de Paludismo (recidiva de infección antigua)2
todos para que tal necesidad se siga satisfaciendo cumpli Sarna (contando 6 que se incorporaron ya con ella). so
• damente. Otras enfermedades de la piel. -5

Sometido a un trabajo mediano, con suficientes horas Enfermedades del aparato digestivo54
de reposo y en clima templado, podemos calcular teóri Idem íd. circulatorio y respiratorio4
camente para esté recluta, unas necesidades calóricas por Idem órganos’de los sentidos‘ 2

kilo y por día de 40 a 5o. El mínimum de proteicos (sus

tancias nitrogenadas), de i a 2 gramos por kilo, de los Id e m y e néreas . )Anteriores
Adquiridas incorporación‘
después4 6

cuales, dos tercios a tres quintos han de ser de proceden

Totalso
cia animal (carne,, pescado, huevos, leche), para que in
jiera los aminoácidos imprescindibles. Tanto por zoo del total. reclutas: z6,r.
Durante los dos primeros meses, la ración de nuestro
recluta le proporcionaba 2.400 calorías, y en el último De estos individuos; 4 han estado dos veces enferqios,
mes, 2.500, con 130 gramos de albúmina, de las cuales ‘y 2, tres veces. -
unas 53 eran de procedencia animal. Comparemos estas Algunos más han pasado al hospital, pero de intento no
cifras con las mínimas teóricas: los hemds reseñado ante: se trata dé individuos útiles,

sanos, que tenían un pequeño defecto quirúrgicamente

. Mlnlmo - Nuestro corregible, y que en realidad no se podía considerar que

‘ — Por d a .
‘ teórico recluta enfermaron’en el servicio; antes al contrario, el cuartel los

devolverá a la Nación en mejores condiciones que ingre

‘saron. Estos reclutas, con fimosis, quistes, varicocele,

Calorías 2.300 • 2.450
hernia, etc., que se hospitalizaron después del primer pe
Proteicos totales 8 530
Proteicos animales 52 53
por
ríodo

ciento
de instrucción,

del total de
fueron

reclútas.
x8 - que representan, el 3,8

Contando los hospitalizados por todos conceptos y los

Se ha cübierto e mínimum teórico con arreglo a peso. que estuvieron algún día enfermos en el cuartel, tenemos,

Hay que aiio’tar que estas cifras no alcanzan a las que pues, en el primer trimestre de su vida militar un 27,6

pudiéramos considerar “reglamentarias” en tiempo nor por loo de morbosidad entre dichos reclutas. -.

mal, ni tampoco a las ideales; son tan sólo las de tiempos La endemia del tifus exantemático, que durénte este

difíciles, como los que atravesamos, en que se impone un tiempo ha producido en nuestra localidad una docena’de.

racionamiento restringido. Pero si contrastamos lo que en casos entre la población civil, no ha alcanzado al cuartel.,

estos momentos de escasez tiene nuestro recluta en

guarnición, con lo que en agosto del’ 57 tenía el soldado
alemán como ración normal en campaña, y para tropas EL RECLUTA EN LAACTIJALIDAD

combatientes precisamente, notaremos una buena dife En tres meses, esta vida de disciplina y sacrificio,- or
rencia .en nuestro favor: denada e higiénica, tan distinta del hogar y de “aquello”

que estos hombres conocieron como cuartel, ha modifi

Cabrias . AlbóminaB cado, para beneficiar, las cifras antropométricas de nues- -

(gramos) tro recluta.

(Se considera como normal una pequeña pérdida. de

Nuestro recluta 2.450’ 130 peso

recupera,
en los,

y
primeros

se llega a
tiempos

un aumento
del servicio,

de ‘unos
que

6 milímetros
luego se

Soldado alemán del 17 2.200 84

en la talla — no es cifra de estadísticas españolas’— y dé

2.6 3 centímetros en el perímetro durante el primer año.)

Téngase ‘en cuenta que en campaña debe aumentarse Las cifras medias de nuestro recluta, comparadas con las
medias de su ingreso, son:
el racionado, al menos en un. quinto; que el soldado ale
mán, por tener un peso, medio mayor que el español, tiene
más necesidades calóricas, y que las condiciones ‘climáti Al incorporarse • A Io 3 meses Ganan
cas de Centroeuropa son más duras que las nuestras, ne
cesitándose ración mayor. Talla (%) 1.626 - 5.627 . ‘ 1
Aquellos de nuestros reclutas que estuvieron sometidos Perím. ‘torácico (%). 857 863 6
‘a ejercicios mayores que los ordinarios (patrullas, escala Peso en gramos ... . 56.750 ‘ 59.250 • 2.500
dores, etc.), recibían un plus diario de unas 500 calorías, Indice de robustez. . 20,55 ‘ 17,2 ‘2,95
con o que se eleva su total a unas 3.000.
El contenido vitamínico de la ración ha sido, cuantita
tivaniente y cualitativamente, suficiente. Este, sobre todo, notable aumento de peso no ha sido
alcanzado por todos, sino que: -

Morbosidad. — Durante ‘este trimestre enfermaron y No modificaronso por 100

necesitaron hospitalizarse, por las causas que se reseñan, Perdieronlo . —

los reclutas siguientes: Ganaron.. .‘8o —

63
 liste dato del peso, magnifico exponente de la vida hi
giénica del cuartel, se acerca bastante.a la cifra media del
recluta español. La robustez mejora. notablemente. La
mayoría de los que tenían pequeños defectos corregibles
están ya sin ellos en el cuartel. Muchos han adquirido
hábitos higiénicos que les eran casi desconocidos.
Y hoy este individuo, más robusto, más fuerte, más
apto físicamente para el servicio de la’ Patria, recuperado
de su quizá déficit físico y seguramente moral, ha apren
dido- todo aquello que, con corazón noble, disciplina es
tricta e inmeñso amor a España, le hace, por ser soldado,
el mejor y más efiéaz de los ciudadanos.

o -

ELOFIcIAL EL MANDO JOSE MARTINEZ 6IMENEZ Capitán de Ingenieros.

Mandar es gobernar. Aquel que elude dificultades, “que no quiere ,pega”,

Oficial es aquel que sabe mandar. buscando lo fácil por ahorrarse molestias y sinsabores,

E LOficial es el que “hace” sol’dados; ante ellos personi

convierte su profesión en un “modus vivendi”, pero nada
más; y pierde así todo lo que aquélla tiene de honrqsa,
fica el deber, y misión suya es mantener todas las que es la medula,’ el porqué del oficio.
virtudes de un Ejército. Representante siempre de la Hay que distinguir’, sin embargo, la indiferencia ante
disciplina y el honor, es espejo vivo de los inferiores, a el deber, que es una: cobardiá moral, de la desilusión o
cuya atención nada escapa, y objeto del examen y comen cansancio, por lo que pueda parecer injusto o mal orde
tario de todos. . nado; éstas son debilidades pasajeras de las que uno
La misión del Oficial es el ejercicio del Mando, y re- puede reponerse. -

-quiere, ante todo, intensa preparación. previa, que da El error del Jefe no justifica la falta, del subordinado; -

personalidad moral y la agilidad intelectual necesaria hay que ejercer el Mando en nuestrá Unidad en la forma. -

para convertir en realidad, resueltamente y sin titubeos,: en que desearíamos que se hiciese con nosotros; pero no
lo que se concibe. La confianza en el que manda nace pre hacer con los demás lo que no queramos que nos hagan.
cisamente de su superioridad en ambos aspectos. Los caprichos momentáneos, las genialidades, el sentirse
Dében ser muchas las, cualidades del Oficial: senti “amo y señor” pórque sí, denotan tal carencia de princi
miento del deber, patriotismo, valor, calma y sangre fría, pios firmes en un Oficial, que el que se deje dominar por
resolución, espíritu de continuidad’ y de justicia, tenaci ellos será sólo un portaestrellas que desmoraliza a su
dad en las acciones, desinterés, abnegación, tacto, pers tropa, crea el descontento general y destruye la disci
picacia, etc. Bien aforturido será el que las poséa todas plina.
por naturaleza; los demás habrán de. adquirirlas, y esto La inteligencia se necesita para saber exactamente lo
sólo’ se logra por’ un estudio de sí mismo que, sin pasar que se debehacer, y, una vez-decidido, conviene aplicar
por alto’ las faltas, modifique y perfeccione las facultades a ello de una manera constante el esfuerzo de la voluntad.’
‘innatas; el dominio propio y la fuerza de carácter bien di Cuando falta aquélla o es insuficiente, todo se realiza de
rigida a fines nobles y elevados, es la mejor escuela del un modo maquinal, sujetándose a reglas inmutables; pero
espíritu» Los ejercicios de educación de mando son fre ¡qué grandes problemas se suscitan al intentar cumpli
cuentes, tanto en actos de servicio como en la vida coti mentar una orden que se sale de lo corriente!; se intenta
diana, y en el afán de superación, de enmendar debilida salir del paso con el “papeleo”, y los trámites dilatorios
des propias, forjaremos nuestro temple. ,‘ disfrazan la ineptitud.
Es un aforismo que, para saber mándar, hay, ante El carácter hará que no nos dejemos arrastrar por pre
todo, que saber o’bedecer; pero sería más exacto decir que siones o recomendaciones, que nunca faltan; hay que
hay que saber mandarse a sí mismo. cumplir el deber sin detenerse ante razones de interés
El Mándo no se aprende como las Matemáticás o la personal. Trazarse una norma de conducta y ajustarse a
Astronomía; sus principios no están fijados en reglameri ella dan sensación de seguridad y justicia, que tanto dice
•to alguno; son de cosecha propia, convicciones moralés del que manda.
cuya persistencia’ y responsabilidad vienen prefijadas. Dar,órdenes contrarias o permitir la inobservancia de
Mandar una Unidad es darle el valor que le corresponde, las dictadas son defectos que traen consigo la falta de
gobernarla para que no pierda el orden, moralidad, ms franqueza ante los superiores, él titubeo en la iniciativa
‘trucción...; cualidades que scin sus quilates, las que le dañ - y el desamparo de la autoridad de los subalternos, fuen
precio, y para ello, la acción del Mando ha de ser leal y tes todas de crítica y censurá.
sincera, sin que haya nada. que temer ni que solicitar. Evitar el mando cómodo o caprichoso, intentando con- -

‘La autoridad paternal, y solícita’ no implica debilidad, tentai a todos y ródeándosé de serviles y aduladores; el
bien al contrario; pero no se debe olvidar que la blandura español, orgulloso y altivo, se presta poco a estas condi
excesiva es perjudicial. El castigo es necesario, aunque ciones.
no como medio normal de mando. El deber’ no ha de im Evitar la murmuración siempre, pero más aún en con
ponerse sólo autoritariamente,hay queganar la voluntad vérsaciones coñ inferiores; buscar su simpatía intentando
de los subordinados, hacer que nazca en ellos el’ deseo de aparecer ante ellos como defensor o escudo, es prueba de
cumplir, un espíritu de servicio y sacrificio con el que se poca energía e ineptitud.
podrán realizar todas las empresas. Hay que perseguir la ‘mentira hasta eii los actos más
Los elementos del Mando soñ: ábnegación, inteligencia insignificantes; consentirla es una falta de lealtad en el
.y carácter. La abnegación es el elemento principal. Las servicio. . -

preocupaciones personales:’ amor propio, egoísmo, etc., Vigilar las atribuciones que suelen tomarse los que nos
desvirtúan el Mando, y un afán mal entendido de sobre rodean más inmediatamente, y no disculpar las faltas
salir puede producir efectos contraproducentes. El Ofi por ellos cometidas.
cial no debe desear la’ guerra por sí misma; su ambición Tanta falta es rehuir el mando como rehuir la abe
particular, por elevada que sea, ha de supeditarse a los diencia; amar lá responsabilidad no esquivándola, y me-’
intereses de la Patria, hay que saber vivir para, ella, y nos aúnhaciéndola recáer en los subordinados.-
saber’morir también cuando ella lo exija. Naturalidad en tódos los actos, cortesía y deferencia.

• - 64
 Ño dejar sin contestac6n el saludo que se nos haga, o
venga de quien sea.
No rebajar al inferior: llamarle al orden ante su tropa,
- es herir su autoridad y la nuestra propia. Hay que dejar
les obrar; sus galones les dan responsabilidad y atribu
ciones, y en el ejercicio de ellas está su razón de ser; im
pedírselo es un abuso de autoridad y el abandono, por
otra parte, de una, misión más importante y fundamen
tal. Han de actuar libremente, mandar ellos mismos; la
guerra moderna es guerra de pelotón, y los que les con
duzcan han de saber desenvolverse sin ayuda de nadie,
por iniciativa propia. Ningún momn±o tan opórtunó
como el actual, cuando hay una cantera de ellos con mé
ritos probados para formar cuadros competentes y selec
cionados.
En resumen: un afán continuo de superación, no con
tentándose con hacer precisamente lo estricto de su de
ber y una práctica continua del Mando verdadero de tro
pas,-sin compartiresas actividades con ocupaciones aje
nas a la vida militar y ni aun siquiera con el desempeño
de cargos y destinos especiales, será la Academia finica
de formación de Oficiales que sepan mandar.

HUSA RES Y ULANOS

- Comandante de Caballería N. F. CUESTA
De la DIvisión Española de Voluntarios.

U NOde los más felices momentos de la guerra, que todo

soldado conoce, es el de la llegada del correo de Es-
paña. Naturalmente,notodoslosdíassepuede disfru-
tar de esa satisfacción, y, como es lógico, a miles de kiló-
metros de la patria, las noticias llegan, por medio de cartas
y de la prensa, con un retraso que, como vulgarmente se
dice, “olerían a puchero enfermo” sino fuera porquepara
nosotros son tan “nuevas” como .si en el día anterior hu
biesen sucedido; así,
pues, no es de extra-

J AR K O /fiar “caído’,ahora
manos
Madrid,que
mentario unhaga
Ahabiendo
por Bretrasa
enC,mis
un
do a las fotografías
de
co

• que su portada ilus

tran. De todos mo
dos, retraso es ya no-
haber apostillado an
‘e
tes las actuaciones
del Arma en las caxn
Plan de olaque
pañas de Rusia, pero
de 1,, 10,1,11
“nunca es tarde’...,
y si el final del, refrán
no es exacto, por lo
,ft
IM
toca
que
síloa será
tario, mi comen
por la
buena intención y la
Bgad do onq000 satisfacçión que el
• hablar de la Caballe
ría nos proporciona a
los que á ese Arma
pertenecemos.
Pues bien: en el re
Do,e16nd, CobIl,rl,,
ferido diario, decía,
souiélic, aparecen dos fotogra
fías; en la superior
puede verse cómo el
• rápido galope de un
O - grupo de jinetes (un
OdInf,n,ri
escuadrón
mente) avanza segura
hacia
un objetivo hipotéti
co; - en, la inferior se
‘comenta gráficamen
— te cómo los jinetes
han dejado sus caba
PoftJdn • lbs en una vaguada
del terreno y, al páso
do oof,n,v ligero, suben por una
• loma para conquis
_______ tar una posición ene
miga.
• , No ‘creo fuera tal
tr01050r lo ofendo, misión la asignada
Soviélico
a la fuerza, aunque,

65

don buena intenci6n, al pie de la plana así se con
signe; más bien .galoparía ese escuadrón para montar
rápidamente un servicio de protección de una columna,
o bien se ha visto sorprendido por enemigo y tiene que
recurrir al fuego de sus armas para repeler la agresión, o
desea que una spuesta columna pase tranquilamente
flanqueada; sea lo que fuere, el hecho es qüe, aunque al
mando de un Grupo de Exploración “medio motorizado”,
estoy alejado del frente de combate, donde la Caballería.
italiana (a jinetes italianos se referían las fotografías) des
arrolla esa acción, he sabido así de actuaciones brillantes
de la caballería “a.caballo” rumana, italiana y alemana
en las batallas de Ucrania y avance hacia el Cáucaso.
Desde luego, no puedo informar documentalmente de
sus actuaciones; nos debe bastar con qué fueron emplea
das fuerzas a caballo y se han seguido empleando; luego
• seconsideró su necesidad y eficacia. Mucho mas al norte
del extenso frentey aún en donde no se emplea la caba
llería “como tal”, su eficacia es evidente y ya que quizá
no de absoluta necesidad, opino, por lo que he visto, que
• su empleo hubiese sido en ciertos instantes muy decisi
vo.., “el momento del Arma”...; ni los brillantes ulanos
deben cambiar en absoluto la lanza por la palanca del tan
que, ni los delicados húsares mancharse las manos de grasas
y lubrificantes...; bien está la motorización; bien que el
espíritu que la Caballería posee y las misiones que a dis
tancia deba cumplir, sean aprovechadas para que el
Arma disponga necesariamente de medios muy rápidos
y de. fuegos potentemente ofensivos, así como de seguri
dad, por el aislamiento en que puede quedarse en ocasio,
• nes;pero en la guerra actual y en cuanto al Ejército de
Tierra se refiere, subsisten y son absolutamente necesa
rias las tres Armas “clásicas”: Infantería, Artillería y Ca
ballería.
“Del enernigo,el coiisejo”..., y observemos cómo los
rusos emplean su Caballería, incluso en grandes masas.
Y no se diga que siempre son aniquiladas las Divisiones
de este Arma; ello es cierto, pero también lo son las de
más,. porque, lo tónico del Ejército Rojo es la ‘derrota,
sean cualesquiera los medios que empleen; pero no deja
remos de comprender que el empleo por parte de los bol
cheviques de Divisiones de Caballería nos revela cómo se
considera por quienes conocen méjor que nadie la topo
grafía y característica de su terreno y sus medios de co
municación (que luego han de ser los nuestros, incluso en
peores condiciones), la gran utilidad del empleo del Arma.
En la batalla de Jarkow puede apreciarse, en el adjunto
croquis, cómo la ofensiva soviética estuvo organizada a
base de12 Divisiones de Caballería y 20 Brigadas de tan
ques, amén de las 27 de Infantería. Fué un fracaso en
conjunto;. pero de momento consiguieron un repliegue
• alemán, repliegue que más -tarde sería su tumba. El he-
cho es que hubo empleode Caballería en grandes masas.
Hemos hablado antes del factor terreno, y hemos de
insistir muchísimo en• él. La motorización es utilísima
para avanzar por caminos en buen estado,, y así, el te
rreno a ocupar requiérese que ‘esté cubierto por una ex
tensa red de carreteras; pero’ precisamente Rusia es po
bre en medios de comunicación: las pistas militares no
siempre pueden construirse, y su construcción requiere
un tiempo míñimo aun con los elementos con que el
Ejército alémán cuenta y su pericia reconocida. Por aña
didura, el terreno fangoso y pantanoso hace con frecuen
APARATOS
-PARA DEAMETRALLADORAS
ELTIRO CON’
PUNIERIA
INDIRECTA
• MIGUEL LIS SACRISTAN,
E Noctubre, de 1917, ‘en la batalla de la Malmaison,.el
general francés Maistre asumió el mando de una
agrupación de cuatrocientas amétralladoras para
complementar el fuego de. la Artillería.
66
1
c!a°que’ los tanques se vean “agarrotados en sus avance
las columnas motorizadas, detenidas en sus marchas por
constantes interrupciones, y, en resumen, •venios cómo
los medios hipomóviles son empleados con ventaja, si
no por rapidez, sí por “seguridad en la llegada”; aparte de
que aun no careciendo en absoluto de carburantes IIqui-.
dos, una elemeñtal medida de previsión guerrera acon
seja una prudente distribución y economía de ellos.
En cambio, la Caballería pódria, enmuchas ocasiones,
incluso en estos campos (los peores para ella por panta
nosos), suplir con su velocidad y su aptitud, para toda
clase de terrenos, las lagunas tácticas que se presentan,
llegando antes que nadie (salvo la Aviación) a socorrer
una línea atacada o tapar-una rotura producida.
Multitud de casos (y eso que la División Española de
Voluntarios ha estado más bien a la defensiva) podríamos
citar;pero, desde luego, puedo afirmar que el rastrillé de
bosques, la limpieza de bolsas, etc., si el terreno no per
mitiera en ocasiones que lo efectuase la Caballería, mu
cho menos podría encomendarse a los carros, por muy
ligeros que sean, ni a Escuadrones de motos o bicicletas.
Estos tienen muchos inconvenientes, a no ser que siem
pre encuentren- buenas carreteras, y su velocidad sobre
el caballo no podría ser nunca una compensaçión de la -.
facilidad de adaptación de aquél.
El Grupo de Exploración que tomó parte activísima en
las operaciones de junio último, en el copo de un Ejército
Rojo en la bolsa de Voljov, efectuó un rastrilleo minu
cioso por bosques ypantanos durante ocho horas, ylo hizo
a pie con el agua por encima del tobillo; ignoro si a caba
llo podría. haberlo efectuado; desde luego aseguro que,
motorizado, hubiese fracasado en absoluto en su misión.
Cuando estas líneas lleguen al lector, posiblemente
nuestros Escuadrones ciclistas y motorizados tendrán
asignada misión adecuada y su empleo (muy próximo)
estamos convencidísimos de que será el apropiado; pero
donde los empleen sin caballos, es porque “allí” precisá
mente es donde los caballos poco tendrían que hacer.
Y puestos a hablar de caballos, lo que no deja lugar
a duda, lo.que es absolutamente imprescindible, y esta
guerra nos lo demuestra palpableiiente, es la necesidad
de que un Ejército posee un elevadísimo número de semó
vientes para. sus desplazamientos; así elevadísimo. La
División Española de VQluñtarios fué dotada en sus co
mienzos aproximadamente con seis mil caballos.
Para lograr esto, dicho se está qúe la Cría Caballar
ha de incrementarse tanto, a veces, como la construcción
• de armas pesadas; en estos tiempos de motorización vemos
• los cañones arrástrados por soberbios tiros, e igualmente
las ,piezas de acompañamiento y antitanque; los Bata
llones de InfanterÍa poseen no menos dé ciento veinte a
ciento cincuenta’ caballos, y para proveer de tal ganado a
su Ejército, necesita una Nación que desee tenerloapto
para la guerra, prestar la máxima atención a su produc
ción caballar y asnal; en suma, a la Cría Caballar.
Y como me ful de los Escuadrones, cierro estos comen
tarios y modestas sugerencias a la vista de unas fotogra
fías qúe todós los “míos” hn contemplado) satisfechos
de “esto” aun con nostalgia de “aquello”, y seguro, por
“ciertas experiencias”, qué todo está bien como está.
Manchémonos de grasas y sofoquémonos dentro de un
tanque; pero no envainemos del - todo el sable. . ni ven-
• damos la’ montura a un “valenciano”.
Teniente del Regimiento de Intanteria núm. 56.
El Comandante M: Devouges hace un estudio detalladí
simo en un artículo titulado: “Un caso concreto del empleo
• de grupos de ametralladoras tirando agrandes ditancias”,
• q’ue‘apareció en la Reuae d’Infanterie.de marzo de ¡934.
 No voy a cansar a los lectores copiando los interesan
tes pormenores del artículo, y sólo para el objeto que me
trae aquí copiaré parte del final, que dice así: “Entonces,
Foto r.
con los medios tan rudimentarios con que se contaba para
esta clase de tiro, se obtuvo un éxito rotundo, como se
pudo comprobar por la información y por los datos que
aportaron los prisioneros hechos”; y luego llama la aten
ción acerca del porvenir que esperaba al tiro indirecto
cuando se perfeccionasen los elementos de puntería.
En efecto: los medios dé que hoy disponemos son me
jores, y, por lo que a mí respecta, estoy convencido de
que el tiro con puntería indirecta es eficaz, pero también
estoy convencido de que murió al nacer.
Sin que crea mé dé derecho a opinar la experiencia de
casi doce años n Compañías de ametralladoras (cinco
mandándolas), sí me será permitido decir ‘que, en este
tiempo sólo en caso muy raros he vistohacer o he hecho
esta clase de tiro;. tengo noticias de que alguna vez se
utilizó en Africa, y creo que en la pasada guerra no llegó
a utilizarse.
Todo esto hace pensar que, en lo futuro, esta clase de
tiro quedará relegado a ejercicios, máxime que, con el
armamento de que hoy dispone la Infantería, es más
cómodo y eficaz el tiro de mortero, con el que se consi
guen mejores resultados en casi las mismas circunstancias,
siempre que este material sea de 120 milímetros pues con
el de 8i milímetros, de que están dotados los Regimien
Foto 2.,
tos, nunca podrán supllr el fuego de ametralladoras,
ya que en esta clase de tiro que nos ocupa tiene 1.200,
metros más de .alcarce.
Sólo a título de curiosidad,, y por si pudiera ser ütil, voy
a exponer,unos trabajos que efectuamos los Oficiales de
la Compañía que yo mandaba con motivo de unos concur
sos Regimentales de tiro para Com
pañías de ametralladoras.
Consistiéron dichos trabajos en
la construcción de un nivel (foto z)
montado sobre soporte de madera,
que se adapta perfectamente al ca
ñón, en la forma que se indica en
la foto 2. Consta el tal nivel de un
sector dividido de io en io milési
mas, y de un brazo que lleva sol
dado la caja del nivel, y que se fija
en la división que se desee por me
dio de una tuerca de palomilla. La
mira auxiliar (foto 3) tiene casi las
mismas características de la regla-
Foto 3.
mentaria, y va también montada
sobre
Estosmadera.
dos aparatos están cons
truidos de latón, y fueron cuidado
samente comprobados en 15 ejer
cicios de fuego real, efectuados sin
plano .y con distancias y alturas de
obstáculos bien medidas.
La plancheta topográfica tiene
aún doble función: como tal plan
cheta y como aparato de mando
(foto 4); pues, una vez resuelto el
problema topográfico, se quita la
tapa qúe hace de plancheta y que
dan al descubierto todas las tablas
necesarias para el problema de tiro,
así como una seriede fórmulas que
facilitan la.. operación. Se pueden
• medirdistancias con la indicada
plancheta, por tener goniómetro, y
• alturasy ángulos, por haberse do
tado a la alidada de eclímetro. Se
incluyen también en dicha planche
ta unos problemas resueltos para
el tiro de mortero y su tabla de án
gulos; tablas de alturas y ángulos de seguridad; así como
las fórmúlas correspondientes para el tiro sobre fuerzas
propias.
67
 En el ángulo derecho dela plancheta
van colocadós dos niveles’ para su más
fácil manejo.
También fueron construidas dos cajas,
una por sección (foto 5), para el trans
porte de los niveles y miras, y se adapta
ron sobre las cajas de respetos de las pri
meras máquinas,.
El. coste de este material fué el siguiente:

4 niveles a 9 ‘pesetaS. . 36 pesetas.

8. miras a 432 —

8TaI5520

32 piquetes25 —

x plancheta con trípode 20 —

- 2 cajas30, —

Total. . 263 pesetas.

No se ‘pagó máno de obra.

Todo lo expuesto me lleva a deçir que,

si esta clase de tiro ha de quedar como

ejercicio, ¿por qué se ha de.emplear una

clase de material tan costoso corno es el

reglamentario?

Los cuerpos que ha estuviesen ya dota

dos de él podrían construirse el suyo con

uñ gasto pequeñísimo, como queda de

mostrado, pues, aun pagando la mano de

obra, la economía es grande, ya que el

precio de un nivel y- dos regletas excede

en mucho al ‘de l9s aparatos descritps.

Foto 4.

Foto 5.

6,8
ALMACENES A PRUEBA
Teniente Coronel de !nÚenlerosBALTASÁR MÓNTANEt

L Acan tidad astronómica de material bélico.de consumo existan en la localidad, aunque presenten el inconveniente
que requieren las guerras modernas, obliga a almace.. de que, por regla general, su situación no será la ideal que
narlo, o más bien aparcarlo, al aire libre o en edifi .pudiera desearse.
cios diseminados por todo el territorio de operaciones; Como ejemplo de apovechamiento de cuevas artifi
pero en aquellas zonas que, por su situación geográfica, ciales, vamos a referir uno, efectuado durante la pasada
puedan encontrarse relativamente aisladas, es necesariç guerra de Liberación Nacional, y que por sus proporcio
almacenar en las máximas condiciones de seguridad, al nes y escasisimo coste es un caso notable.
menos, una reserva de material que permita esperar el Tratábase de una antigua cantera, casi desconocida
envío, o fabricación, del necesario para reponer el des- en la localidad, de la que en tiempos remotos se extraje-

A! MACÍN._.•
APIVLA

‘a.

¿JCR,. Gq.pica
o

truldo por el enemigo o consumido por el propio Ejér
cito.
•La construcción de almacenes de gran capaciclad a
• prueba de bombardeos, ha de ‘ser forzosamente de coste
elevadísimo, por lo que es de suma importancia el apro
vechamiento de las cuevas, naturales o artificiales, que
ron sillares de piedra arenisca. Por lo’ que eñ ella se vela,
la explotación se llevó siguiendo un filón de piedra de
mejor calidad que el resto, y por ir este filón penetrando
en el terreno, la explotación se efectuó en cueva y en fQr
ma totalmente caprichosa, al parecer. Es costumbre, en
esta, clase de explotaciones, dejar’ en el interior todos los

69
 planadas en escalones a ambos la-
• dos de los csinincs, mediante mu-
retes y piso de hoirnigón, obede
ciendo la forma irregular que tie
nen algunos de ellos a que el esca
lón que los limita sigue una línea pa
ralela a las curvas de nivel del te
cho, para que no queden alturas
inferiores a 2 metros.
Los muelles que lo permitían se
cerraron mediante muros para guar
dar objetos delicados; el muelle 31
• tiene esta disposición, así como el
conjunto de los 35 a 38. Estos últi
mos, por tener un nivel mucho más
alto que el camino de circulación,
han requerido un ramal para acceso
de los camiones hasta ellos. Tam
bién se construyó otro ramal para
carga de los muelles 32, 29 y 30, que
quédaban demasiado altos o aleja
dos del camino de circulación.
En la foto número i se ven los
muelles números 24, 21 y o a la
izquiérda.
Todos los muelles tienen entrada
a nivel con el camino para facilitar
la remoción por medio de carretillas,
las cuales con llanta de goma dan
Foto z. uñ resultado excelente.
A pesar de la compacidad de la
escombros no utilizables, lo cual hizo que al principio no roca que forma la cueva, para evitar algún posible de
se conociera exactamente más que el techo. rrumbamiento parcial, se construyeron muros o pilares de
Por ser éste de roca muy compacta, y ante el temor de hormigón de un metro de sección, que limitaron las luces
encontrar otra de menos consistencia, se decidió con a lo ó 12 metros como máximo. Para facilitar el servicio
servar el mismo techo rebajando el piso lo que fuera ne en el interior, dadas sus grandes dimensiones, donde ha
cesario. sido posible, se han construido escaleras que enlazan unas
Se construyó un camino de circulación interior para secciones con otras.
camiones, de tres metros de ancho de calzada, compuesta La ausencia absoluta de filtraciones y humedades en
de una capa de hormigón de cemento portland de ro cen el interior, no obligó a tomar ninguna medida especial.
tímetros de grueso y un enlosado de piedra caliza, para Exteriormente el almacén dispone de dos caminos,
evitar el polvo, así como el desgas
te, pues tiene pendientes del 12
por loo.,
Con el único objeto de evitar gol
pes a los camiones, se construyeron
aceras de 50 centímetros de ancho,
formadas por un bordillo de piedra
caliza y piso de hormigón. La foto
número x muestra el camino, una
vez terminado.
Como boca de entrad se utilizó
la misma de la cueva, mediante un
desmonte en trinchera de 6 metros
de altura, que se revistió de mam
postería, y se perforá una de salida,
con el fin de tener circulación en el
interior del almacén únicamente en
un solo sentido. El camino de circu
lación, que tiene forma de lazo, se
une casi por sus extremos por otro
de las mismas características, con
objeto de facilitar, el servicio, en
caso de obstrucción de una de las
bocas.
Para evitar que los camiones per
manecieran estacionados al exte
rior, se construyó un amplio vestí
bulo a la entrada (foto 2). en el que
se instalaron las oficinas, cuadro de
luces y demás servicios necesarios.
El interior de la cueva sehabilitó
én forma de muelles, haciendo ex- Foto 2.

70
 perfectamente enmascarados, naturalmente, que se utili
zan, uno para ida y otro para vuelta, unidos por un ramal,
que permite, si fuera necesario por accidente, utilizar uno
solo. Además de estos caminos se construyeron las edifica
ciones necesarias para el servicio de segutidad del almacén.
La longitud total de caminos interiores es de 460 me
tros, y su superficie, 1.747 metros cuadrados.
La superficie total de muelles es 3.918 m.2
El coste total de la obra fué 467.900 pesetas, resultando,
por tanto, el coste por metro cuadrado de muelle (o sea
superfiçie útil), 120 pesetas, y el coste por metro cua
drado de almacén, de ochenta y tres pesetas;’ o sea que
este almacén, que tiene blindajes que llegan a espesores
de 40 metros de roca, costó más barato que un barracón
de nueva planta con cubierta de uralita.
La duración de la obra fué de diez meses, habiéndose
ejecutado 52.500 metros cúbicos de desmonte en roca are
nisca, extraído 30.000 metros cúbicos de escombros, cons
truído 3.500 metros cúbicos de hormigón y 1.000 de mam
postería.
Al comienzo de la obra se organizaron tres turnos de
trabajo; pero al empezar los desmontes en la parte más
interior, debido a la acumulación de gases del escape de
los motocompresores, hormigoneras y camiones, junto
con los residuos de los barrenos, súbitaménte se presenta
ron intoxicaciones, en el personal.obrero, que obligaron a
suspender un turno e instalar una ventilación por impul
sión de 90 metros cúbicos por minuto, cuyas tuberías se
ven en la foto número 2.
Durante la ejecución de los trabajos se agotó la dina-
mita, teniendo que recurrirse a la’ pólvora, a pesar de que
yá había almácenados en la cueva centenares de bidones
de gasolina, varias toneladas de trilita y varios millares
de bombas de aviación. A punto de agotarse la mecha
ordinaria, se trató de fabricar un sustitutivo, de lo que
se encargó un pirotécnico de la plaza, el que garantizó,
según se le exigía, en ‘la que fabricó con envuelta de pa
pel, una duración mínima de un minuto por metro, sir-.
viéndola en trozos de esa longitud. Presentó varias mues
tras, y todas se comportaron pérfectamente probadas al
aire libre; se trató de probarla cargando un barreno, y al
prenderla fuego se corrió instantáneamente, no matando
a un Capitán de Ingenieros, un ayudante, un capataz y al
inventor, porque la Providencia, que tan propicia nos
fué durante toda la guerra, hizo que fallase el barreno.
Pero aun fué mucho más amable,, pues a los dos días, los
rojos, en una presa, nos proporcionaban 35.000 metros de
la suspirada mecha.
El alumbrado eléctrico se instaló bajo tubo de acero
estirado y con lámparas de seguridad; se organizó en sec
tores que comprendían varios muelles inmediatos y su
trozo de camino adyacente, a más de un balizaje total del
camino, lo cual permite alumbrar sólamente el sector ne
cesario mediante interruptores de palanca, situados en el
cuadro de mando, instalado en un pequeño local del ves
tíbulo y que dispone de un cuadro luminoso con el plano
del almacén, en el que aparece iluminado el sector en
cendido.

-O

A NUESTRA COLABORACIÓN

Las páginas de EJERCITO están abiertas a la colaboración de todos los Oficiales, sea cualquiera
su categoría, escala y situación.’
Remuneramos invariablemente los trabajos que se publiquen con una cantidad no menor de
trescientas pesetas, que puede elevarse hasta setecientas i.i’ncuenta cuando el mérito lo justifique.
El tipo de artículo de Revista no debe excéder de 25 a o cuartillas de 15 renglones. Correspon
dencia para colaboración, al Directorde EJERCITO.

Invitamos a toda la Oficialidad a la colaboración en Guión, revista ilustrada de los Mandos subalternos ‘cje]
Ejército, editada por la Revista EJERCITO, que ha empezado a pulicarse en junio último.
Los autores que nos envien sus trabajos pueden obtener una satisfacción inapreciable utilizando las páginas
de Gut’ó, cuya resonancia se deriva de su gran tirada, para hablar a nuestras laboriosas Clases de Tropa e influir
provechosamente sobre su mora! y cultura. - -

Los trabajos publicados en Guión serán ‘remunerados con una cantidad que- variará de cien go cincuenta a qui
nenras pesetas, según su importancia. . - -

Correspondencia, al Director de Guión.

71
 ¿Cómo nace un cañón?
El artículo que transcribimos a continuación es un ex
tracto de una conferencia pronunciada por el General
austríaco, ingeniero Rudolf Rieder, en la filial vienesa
de la “Sociedad alemana para las Cieñcias y Política Mi
litar”, y cuyo texto nos ha sido cedido amablemente por
su director.
El empleo práctico de los cañones, así como la correcta
utilización táctica de las Baterías y el tiro en sus múlti
ples circunstancias, son cosas conocidas y familiares a
todos los artilleros. La mayor parte de los mismos cono
cen también, más o menos exactamente, la construcción
y disposición de sus cañones; y si bien esto en el siglo pa
sado, con sus sencillos y casi primitivos cañones, consti
tuía un producto corriente en el bagaje científico de todo
Oficial de Artillería, en la actualidad, con el material más
complejo, este conocimiento constituye cada vez más una
ciencia de los especialistas en la materia del armamento.
Solamente unos pocos conocen hoy día el proceso que da
lugar al nacimiento de un cañófi, con los numerosos obs
táculos y dificultades que se presentan en la práctica des
de que se produce el encargo, hasta que se encuentra com
pletamente terminado un nuevo cañón, y después du
rante las pruebas del mismo hasta la completa madurez e
introducción definitiva del nuevo modelo. Aun por las
autóridades militares responsables, muchas veces es- sub
estimado el plazo que se re4uiere para la elaboración de
un nuevo cañón.
El proyectado de un cañón.—Antes de proceder al
proyectado de un nuevo cañón, deberán establecerse los
principios constructivos del mismo. Estos principios han
dé constituir siempre un acuerdo entre las exigencias mi
litares y las posibilidades técnicas. Inversamente, y puesto
que dichas posibilidades técnicas no son invariables y
pueden ser desarrolladas en una cierta dirección, siempre
habrá de procurarse que esta orientación sea dada por las
exigencias militares a que deba satisfacer.
Una mayor facilidad puede conseguirse si las entidades
que han de fijar las exigencias militares del material se
encuentran informadas no solamente del estado actual
de la técnica de armamentos, siño también sobre los futu
- ros progresos previsibles, de manera que las exigencias
que formulen no pequen por modestia ni por insensatas o
desmesuradas. De la misma manera, los técnicos proyec
tistas deberán poseer loá suficientes conocimientos mili
tares para que sus construcciones no -sean correctas úni
camente desde el punto de vista técnico, sino que han de
resultar también utilizables militarmente.
Para darse cuenta de lo esencial que para los puestos
militares competentes resulta el conocimiento no sola-
72
mente del estado actual de la técnica de armamentos, sino
también el de sus próximas y futuras posibilidades, vamos
a mostrar como ejemplo el proceso de creación del
cañón de campaña alemán de 77 milímetrós, modelo 96,
y el del obús de campaña austríaco de 100 milíme
tros, M. 99.
Para la más fácil comprensión entre los lectores no arti
lleros, séame permitido hacer una pequeña excursión por
el restringido campo de la construcción del -material de
Artillería. Aun hasta finales del pasado sigló, los cañones
que se proyectaban consistía principalmente de los dos -
únicos elementos tubo y cureria. El tubo se apoyaba por
sus dos muñones, laterales y horizontales, en las muñone
ras de la cureña, situadas en los bordes superiores de la
misma. La misma cureña se componía esencialmente- de
dos paredes de chapa de acero (gualderas), reforzadas con
angulares de hierro, las cuales recibían en su parte ante
rior el eje de ruedas, por intermedio de sus correspondien
tes bujes, mientras por su parte posterior, conveniente
mente guarnecida (mástil), sé apoyaba en el suelo. Entre
las dos gualderas se encontraba el mecanismo de punte
ría, que se ensarta en la parte posterior del tubo y sirve
para dar a éste las inclinaciones necesarias para conse
guir los distintos alcances. -
Al efectuarse el disparo, los gases de la carga de pro
yección no solamente impulsaban el proyectil hacia ade
lante, sino que también lanzaban a la totalidad del cañón
hacia atrás, puesto que los mencionados gases presiona
ban con una fuerza de varios miles de kilogramos sobre -
el cierre del tubo. Este retroceso del cañón, que en el tiro
con fusil se traduce por el golpe que se experimenta en el
hombro sobre-el que se apoya el. arma, era de intensidad
variable, dependiente de la clase del terreno y de la ele
vación del tubo,’ alcanzando algunos metros. Por esta
causa, después de cada disparo debía colocarse otra vez el
cañón en posición y efectuar de nuevo su puntería. El
intervalo de tiempo transcurrido entre disparo y disparo
era consumido, en su mayor parte, por estas operaciones,
mientras la carga y disparo del proyectil requería una
fracción mínima del mismo. Consiguiendo disminuir el
intervalo mayor de tiempo, se conseguiría también aü
mentar la velocidad de fuego.
Al principio del año 90 ya se intentó el impedir este re
troceso por medio de una reja elástica, que, aunque lo
conseguía en parte, no anulaba la operación de recupe
rado y nueva puntería. La velocidad de fuego conseguida
entonces bajo las circunstancias más favorables, era de
seis disparos por minuto. Fué entonces, hacia el año -1890,
cuando surgió la genial idea de un ingeniero alemán, el
constructor Haussner, de utilizar un freno hidráulico,
como un intermediario elástico entre el tubo y la cureña;
de manera que, al efectuar el disparo, la cureña permane
 cláquieta, y lo único que retrocedía era el tubo. Este era
el principio del “retroceso del tubo”. Las investigaciones
llevadas a cabo por Haussner en 1891, en el campo de
experiencias de la fábrica de Gruson, probaron lo correcto
de su idea,, si bien no le satisficieron al principio y fueron
provisionalmente suspendidas.
Por esta época propuso Alemania reemplazar su anti
guo y viejo cañón de campaña de 90 milímetros, M. 73,
por un nuevo cañón de campaña de tiro rápido. También
en el Ejército austrohüngaro se pensó por entonces susti
tuir su ya anticuado cañón decampaña de 90 milímetros,
75/96, por otro• de fuego rápido, introduciendo al mis-.
mo tiempo un obús ligero de campaña. Todavía era poco
conocido en los organismos militares competentes el in
vento de Haussner, y debido a esto, o quizá a que dichos
órganismos se hallaban demasiado influenciados por el
informe de tiro, hecho por la fábrica Krupp, según él cual
el sistema de, “retroceso del tubo” no era utilizable en
campaña, el caso es que, algunos años después de dicho
invento, todavía se seguían construyendo el 77 de cam
paña alemán, M. 96, y el obús de loo milímetros, M. 99,
‘de campaña, austrohúngaró, con reja elástica, siendo
aventajados por el cañón de campaña frandés de 75 milí
metros, C. 97, que utilizaba el sistema de “retroceso del
tubo”.
¿Cómo se llegó a esta situación?
El Ministerio de la Guerra francés, valiéndose de su
- servicio de espionaje, adquirió.información sobre algunos
detalles constructivos del invento de Haussner. El enton
ces Comandante Deport, que también era famoso cons
tructor de cañones, y que más tarde construyó la primera
cureña bimástil, recibió el encargo de’estudir ese invento,
cuya importancia fué reconocida en seguida, consiguiendo,
al cabo de algunos meses, presentar el proyecto d un
cañón de campaña con gran retroceso de tubo. Era el in
vento alemán complementado con un recuperador neu
mático, el cual garantizaba en toda circunstancia la recu
peración del tuboen su primitiva posición. Vemos, pues,
que dicho sistema de cañones, aunque fué un invento ale
mán, los franceses fueron los primeros en reconocer su
utilidad práctica, introduciéndolo en el Ejército de cam
paña. Como cosa curiosa respecto a la valoración o apre
ciación de sus trabajos, fué la postergación en su ascenso
a Teniente Coronel, por. lo cual hubo de retirarse del Ejér
cito; Ocupándose en la industria privada de armamen
tos, donde, naturalmente,’ fué recibido con los brazos
abiertos. .
La fijación de la curéña al terreno durante el disparo’
permitió no solamente aumentar a 20 disparos — en lu
gar de 6 — por miiuto la velocidad de fuego,’ sino tam
bién pérmitir la posibilidad de construir escudos protec
tores pára los sirvientes de la pieza, así como el conve
niente uso de instrumentos ópticos de puntería. La ven
taja adquirida por la Artillería de campaña francesa con
la’ introducción de tal modelo, condujo a una febril acti
vidad de las fábricas de armamentos, oficiales y priva
das, para introducir tal modelo en todos los Estados
militares. Al íecién construído cañón de calllpaña de 77
alemán se le dotó de una cureña con retroceso de tubo,
dándole la denominación 96/n. A; ‘en Austria-Hungría se
introdujo el cañón de campaña de 8o milímetros M. 5; en.
Rusia, el cañón de campaña de 7,62 centímetros, M. 02,
de la fábrica Putilow; Italia adoptó el cañón de campaña
de 75 milímetros, M. o6, de la fábrica Krupp, siguiendo un
proceder análogo los restantes pequeños países europeos
con sus cañones, y posteriormente con las piezas de mon
taña, obuses de campaña y cañones pesados.
Me he permitido extenderme un poco sobre este capítulo’
de la historia de la construcción de los cañones, para
mostrar un testimonio claro de. la influencia que tienen,
sobre la evolución de dicha construcción, el conocimiento
atento de todos los progresos científicos en los puestos mi
litares responsables. Las mismas consideraciones son apli
cables a todas las ramas militares; es decir, para la cons
trucción de barcos, instrumental, herramientas de inge
nieros, transmisiones, vehículos, etc. -
Las condiciones a que debe satisfacér la construcción
de un cañón no serán ni muy vágas ni muy’ exigentes.
Si se deja al constructor demasiada libertad, entonces se’
corre el riesgo de que si se hace un mínimo, éste corres
ponda defectuosamente con las condiciones exigidas, y si
se ponen demasiadas condiciones, entonces se le pone al
constructor ante el difícil dilema de cuáles de dichas con
.diciones son las que hay que mántener a toda, costa y
cuáles hay que variar y aun sacrificar.
:iQué se entiende por condiciones de construcción?
Si se entiende por construcción de un cañón la deter
minación de la forma y magnitudes del mismo, es evi
dente que las condiciones de construcción de dichas mag
nitudes serán las que determinen o sirvan de fundamento
de las mismas. Entre éstas’ se encuentra, en primer tér
mino, el peso del proyectil que.determina el efecto del
disparo. Este será muy variado, según la misión enco
mendada al cañón.’ Para un proyectil que deba hacer ex
plosión en el interior de un carro de combate después de
haber atravesado el blindaje del mismo, bastará un peso
múy pequeño para inutilizar oponer fuera de combate a
su tripulación, si lo que se pretende es batir objetivos
animados y al aire libre, valiéndose del ‘efecto explosivo
de una granada, entonces se necesitarán varios kilogra
mos de peso; y, finalmente, silo que se intenta es causar
grandes efectos explosivos én recintos y después de atra
vesar fuertes espesores de hormigón, entonces se precisa
rán proyectiles de varios quintales. Vemos, pues, que el
efectó que se pide al cañón como misión’ principal de las
que le están encomendadas, vendrá ‘determinado por el
peso del proyectil.
La segunda magnitud’que determina al cañón es su ‘al
cance; es decir, la distancia, a la cual son todavía efica
ces los efectos ‘del disparo. El alcance está condicionado a
la velocidad inicial con que abandona el proyectil la boca
de la piéza. En muchos casos, este alcance máximo des
empeña un papel subalterno, fijándose entonces esta ve
locidad inicial por la energía remanente que se desee ob
tenér a las distancias más favorables del combate, tal
como sucede, por ejemplo, en los cañones antitanques y
en los de Marina. También en los cañones antiaéreos juega
el alcance máximo un papel subalterno, exigiéndose en
ellos la mayor velocidad inicial pósible para obtener una
menor duración de vuelo del proyectil:
Se puede, por lo tanto, decir que el peso del proyectil y
la. velocidad inicial del mismo representan las condiciones
decisivas para la construcción de un cañón. Todas las
‘restantes magnituçles, como el calibre, longitud del tubo,
volumen de recámara, longitud de la cureña, altura de
rodillera, peso de la pieza, etc., vienen dádas por sí mis
mas al tener en cuenta la tarea a desempeñar por el cañón.
Muchas veces se fija como condición el calibre, en lugar
del peso del proyectil. Ahora bien: puesto que el peso del
proyectil hemos visto que es decisivo para el efecto del
disparo, ‘y dado que para un mismo calibre se pueden
dar distintos pesos de proyectil, no ofrece dudas que es
muy conveniente dar este peso como condición cons
tructiva.
El género o clase de cañón peso del proyectil y veloci
dád inicial son, pues, tres condiciones que bastan para
poder determinar completamente las restantes magnitu
des del mismo. Si además de éstasse fijan otras condicio
nes, entonces el cañón estará sobreestimado y, según la
elección de las mismas, se podrán obtener múltiples solu
ciones. En la práctica se procede, por regla general, a fijar
algunas a.elección durante el transcurso de la elaboración
del proyecto y según se vayan o no excluyendo unas a
otras. Como ejemplo vamos a mostrar un caso sucedido
 con la Artillería norteamericana, después., de la Guerra
Mundial.
Parece ser un hecho poco conocido que cuando entra
ron los Estados Unidos en la mencionada guerra, ‘si bien
consiguieron instruir y equipar un Ejército de un millón
de hombres en el transcurso de un año y medio, no consi
guieron, sin embargo, crear un material de Artillería, a
pesar de contar con una industria muy desarrollada. Las
Unidades norteamericanas tuvieron que servirse de ca
ñones franceses e ingleses, aunque parcialmente construí-
dos en Norteamérica.
Al finalizar la Guerra Mundial, y viéndose en la nece
siclad de construir nuevos cañones para su Ejército, pues
los existentes erañ pocos y anticuados, organizó una gran
Comisión para estudiar en Europa, en los países victorio
sos, los materiales de Artillería, así como las opiniones rei
nantes como producto de las enseñanzas de la campaña,
con el fin de establecer una detallada propuesta. En este
punto surge la cuestión de si no hubiese sido más conve
niente el haber mandado esa Comisión a los países venci
dos, que durante cuatro años y medio que duró la cam
paña, consiguieron mantener intacto su territorio y, aun
más, llevar la guerra a los países enemigos; éxitos debidos,
en gran parte, a su famosa Artillería.
Los resultados de ese viaje de estudios de la Comisión
Westerveldt fu una larga lista de condiciones de cons
trucción para unos de los nuevos tipos de cañones, desde
el cañón de montaña hasta los más pesados de costa y
sobre ferrocarril. Darem,os como características aquellas
establecidas para los de campaña: calibre, 75 milímetros;
alcance, 13 kilómetros; elevación máxima, 8o gradcs; sec
tor lateral de tiro, 360 grados; peso de la pieza, x.5oo
kilogramos; tracción mecánica o hipomóvil con tres pa
rejas.
Por la elección de estas condiciones se deduce que la
intención era el poder emplearlo también como antiaéreo.
Por otra parte, cualquier constructor experto podía pre
ver que un cañón con tales cualidades no podía pesar
r.5oo kilogramos. Estas condiciones fueron, por lo tanto,
rápidamente alteradas: el calibre y el’ alcance permane
cieron los mismos; el sector vertical de tiro hubo de reba
jarse de 8o a 45 grados, y el sector horizontal tuvo que’
contentarse con 6 u 8 grados, en lugar de los 360, puesto
que el cañón solamente disponía de una cureña ordinaria.
Ahora bien: puesto que para ser remolcado por vehículo
automóvil se hacía necesario el empleo de neumáticos,
que también aumentan el peso, es evidente que, a pesar
dé sus simplificaciones, el peso de la pieza tenía que
ser, rebasado. Veinos, pues, que no tiene ningún ob
jeto el sobrecargar la construcción con una serie de
exigencias que no han de poderse cumplir después. Con
el cañón de 30,5 centímetros sucedió también una cosa
parecida.
Partiendo ahora de las condiciones de construcción
anteriormente establecidas, el peso del proyectil y la velo
cidad inicial; y haciendo aplicación de la fórmula de la
energía E = m . 0212,. o lo que es lo mismo, en nuestro
caso, Em = P5 . u o/2 . g, se obtiéne el trabajo originado
en la boca de la pieza o la energía potencial que lleva el
proyectil al abandonar la boca. Esta energía de boca se
suele tomar, cón frecuencia, como un índice o módulo de
la potencia de un cañón, pero no es correcto hacerlo (como
sucede a veces en las personas profanas) con el calibre del
mismo. Ciertamente que un cañón de 150 milímetros ha
de ser más potente que otro de loo; pero cuando se intente
establecer un parangón más serio, ciertamente que el ca
libre no ha de constituir una exacta medida de compara
ción. Existe, por ejemplo, una variada serie de cañones
de 37 milímetros, en los cuales el peso del proyectil oscila
entre 450 y 8oo gramos, y la velocidad inicial, entre 450
y i.00o m.Is. Dichos cañones poseen potencias. muy dife
rentes, si bien tódos ellos’tienen, el mismo calibre. Lo mis-
74
mo sucede con otra variada serie de cañones de montaña
de 75 milímetros, los cuales, poseen distinta velocidad ini
cial, peso del proyectil y alcance, y por hacer referencia
solamente al calibre, ‘muchas. veces suele considerárseles
como de igual potencia. También puedé suceder la inver
sa; es decir, que cañones con la misma potencia posean
calibres diferentes. Así sucedió, por ejemplo, en nuestro
país con ocasión de las investigaciones llevadas a cabo
para la creación del mortero de 305 milímetros, que sir-’
vieron al mismo para tomar la posibilidad de construir un
obús Krupp de 280 milímetros sobre cureña de. ruedas.
Ambos materiales poseían el mismo peso de proyectil y
la misma velocidad inicial; es decir, la misma potencia,
siendo, por lo tanto, falso el considerar como menos po
tente el último, a causa de su menor calibre.
En todos los materiales de.artillería móvil, .y con cual
quier clase de tracción que se emplee, juega un papel de
cisivo el peso de los mismos. La relación entre la potencia
y el peso, A= EmIPg , nos expresará la proporción de po
tencia que corresponde al kilogramo de peso del cañón.
Este coeficiente de potencia específica, es muy variable
según la clase de cañón, siendo diferente en un cañón de
montaña que en uno de áampaña, en uno con cureña mo
nomástil que en otro con cureña bimástil, en uno mon
tado sobre ruedas que en otro montado sobre pivote cen
tral, aunque entre ellos conserven la misma potencia ab
soluta. Ahora bien: dentro de un determinado tipo de
cañón, esta potencia específica nos proporciona un índice
correcto para poder formarnos una idea de la convenien
cia de la construcción. De dos materiales de la misma cla
se, por ejemplo, dos obuses ligeros de campaña, de la
misma potencia, será más conveniente aquella cons
trucción cuya potencia éspecífica o índice de valora
ción sea mayor; es decir, la que, poseyendo la misma
energía en la boca, presente al mismo tiempo el ‘mínimo
de peso. -
También se puede proceder de una manera inversa
para la creación de un cañón; es decir, se puede dar el
peso de la pieza y el índice específico de potencia que co
rresponde al tipo ‘de material que se desea proyectar, en
cuyo caso se calculará la energíá de boca que le corres
ponde y, como consecuencia de ésta, la velocidad inicial
y peso del proyectil que la correspondan y que al mismo
tiempo produzcan el máximo efecto. En la práctica, este
problema puede presentarse de la siguiente manera:
Supongamos que se desea proyectar un cañón pesado, con
la mayor potencia posible pero siendo necesario que su
‘peso no le impida el poder marchar por encima de las
obras de arte y puentes de la región o países donde se in
tente emplear. Este fué el problema que se planteó el ya
fallecido ingeniero de la’ casa Skodá, Rudolf Dirmoser, y
que resolvió, con su obús de 380 milímetros, M. 17, de una
manera maestra.
Vemos, pues, la necesidad de tomar en consideración
todas estas cuestiones y problemas antes de decidirse a
fijar las condiciones de construcción de un nuevo tipo de
cañón.
Confección del proyecto. — Un proyecto de esta índole
es una serie de planos del conjunto, despiece y detalles
acompañado de sus leyendas y descripción, de las cuales
se ha de poder deducir: forma, longitud, disposición exte
rior e interior del tubo, clase de cierre, forma y dimensio
nes de la cureña, disposición del freno y recuperador, lon
gitud del retroceso, compensadores o equilibradores, clase
y ,disposición de los mecanismos de puntería en altura y
dirección, clase y magnitud de las ruedas, escudo protec-.
tor; forma del mástil, de las rejas, freno de marcha, an
chura de vía, dispositivo de enganche del cañón al avan
tren o al vehículo que, lo arrastre; en los cañones con cu
reñade pivote central también se dará el apoyo o zócalo;
en los cañones de montaña, la manera de descomponerlo
 en cargas y el peso de las mismas en los cañones que se tarse de pequeños calibres, los cañones experimentales
descomponen para su marcha: los pesos de los vehículos pueden ser dos o cuatro, mientras que cuando se tráta
-
que transportan sus diferentes partes,- el peso de la pieza de cañones pesados .y dado su elevado coste, solamente
en posición, peso de la parte de la pieza que retrocede se construirá uno. Antes de proceder a la construcción de
durante el disparo; es decir, todos los factores que nos los mismos, deberá detallarse cuidadosamente el pço.
permitan formar una idea sobre el aspecto de la pieza, así yecto; es decir, se detallará cada una de las diferentes
como de sus posibilidades y comportamiento durante la partes constituyentes, excepción hecha- de los tornillos
marcha y el tiro. normalizados, roblones, angulares, etc., estableciendo los
¿Cómo se procede ahora a la confección de ese pro.. planos de obra, que a su vez se reproducirán en cantidad
yecto? suficiente. Estas fichas de fabricación mostrarán el ele..
Del peso delproyectil, mento, la mayor parte de las veces, en dos proyecciones,
y una vez elegida la forma del
mismo, se obtiene el calibre del tubo; de la velocidad ini conteniendo todas las dimensiones necesarias, datos sobre
cial, y una vez fijada la pólvora que se ha de emplear, se -el material, clase de trabajos a que debe someterse y de
determinará la magnitud de la carga de proyeçción y, más datos que sirvan para ejecutar exactamente su ela..
por consiguiente, la magnitud y dimensiones de la recá boración, al mismo tiempo que garanticen un perfecto
mara, así como la longitud de la parte rayada del ánima acoplamiento de los diferentes elementos. El modelador,
que ha de permitirnos (siempre teniendo en cuenta las el forjador, el tornero en el torno, en la taladradora, en la
presiones de.gases admisibles en el interior del ánima) cepilladora o fresadora, todos ellos deberán poseer las
obtener la velocidad inicial demandada. De la presión de fichas de fabricación. También los montadores necesita
gases, admisible en el interior del ánima, se deducirá el rán los planos de conjunto o ensamblaje para el montado
- espesor de las paredes del tubo, el que, una vez colocado de las diferentes partes unas con otras, y constituir defi
el cierre, nos dará la forma exterior, el peso y la situación
nitivamente el cierre, freno, recuperador, mecanismos de
del centro de gravedad del tubo. Conocido el peso del puntería, etc.
tubo, peso del proyectil y velocidad inicial, aplicando el La ejecución de dichos planos de detalle o fichas de fa
principio de la igualdad de las cantidades de movimiento, bricación durará según la clase de cañón y el número de
se obtendrá la velocidad de retroceso del tubo al efectuarseconstructores y dibujantes disponibles, debiéndose calcu
el disparo, y de ésta y el peso del tubo se deducirá la po laren, dos o .tres meses como mínimo. La elaboración de las
tencia de freno necesaria para absorber la energía de re distintas partes elementales del cañón ha de estimarse, por
troceso, ó, lo que es lo mismo, la longitud de retroceso y lo menos, en otro espacio de tiempo igual, de tal manera
recuperador apropiados a la clase de freno que se elija. que hasta medio año después - de habersé encargado su
Con todo lo expuesto se llegará a deducir la forma, dimen
- construcción no podrá disponerse -del cañón o cañones
siones y peso de la cuna; ,después pueden también cono • experimentales- Estas cifras se refieren exclusivamente a
cerse los mecanismos de puntería, la relación de multipli los cañones pequeños o medianos, puesto que los pesados
caciones de las ruedas y piñones de los mismos, los equi y complicados cañones requerirán, por lo menos, un año
libradores o compensadores —necesarios eventualmente— para su elaboración.
para conseguir equilibrar los efectos desfavorables que Al mismo tiempo que el detallado del cañón de pruebas
- pudieran resaltar de la distribución más conveniente de se efectuará también la construcción de la munición y la
- los pesos. De la energía de retroceso y longitud del mismo elaboración de la carga de proyección y proyectiles ta
se obtiene también la presión de frenado actuante sobre rados.
la cureña, qüe a su vez nos representa los esfuerzos a que Durante el período de pruebas, en el cual se acepta el
está sometida la misma durante el disparo, y, por tanto, cañón, se verifica una prueba sistemática de la totalidad
podemos deducir la forma, longitud y sección más conve
niente de la cureña. Por otra parte, puesto que la cureña de la pieza, así como de las diferentes partes constituyen
ha de servir también como vehículo de transporte de la tes de la misma y sus correspondientes municiones, todo
pieza, habrá que tener en cuenta, de la misma manera, ello con arreglo a un -prograna exactamente determinado,
las exigencias que ha de satisfacer en este respecto. cón objeto de encontrar la forma y dimensiones más con
En definitiva, y como acabamos de exponer en grandes venientes, o, lo que es lo mismo, hacer su recomprobación
líneas, habrá que calcular pieza a pieza en sus dimensio para obtener una absoluta confianza en su funcionamien
nes y pesos, con lo que se obtendrá el peso total de la pie to. Este programa de pruebas debe estar bien proyectado,
za y todos los- demás factores de la misma y que antes con objeto de que las mismas se sucedan de una manera
- correlativa y se evite un coñsumo inútil de tiempo y mu
hicimos mención.
niciones, sin desatender por ello la insistencia en aquellos
El proyecto, completamente elaborado, será no sólo casos en que sea preciso tener una certeza absoluta en su
exactamente comprobado, sino que se expondrá a la funcionamiento. - -
consideración de los Mandos militares interesados, para A esta clase de pruebas pertenecerán, entre otras: 1
darles ocasión de que lo estudien y tomen en consdera
ción por su propia cuenta, puesto que de esa forma toda La exacta determinación del peso y clase de pólvora
vía será factible introducir, sin grandes gastos, aquellas que ha de constituir las diferentes cargas de proyección
previstas, valiéndose de las medidas de la velocidad ini
modificaciones que aconsejen las sugestiones emanadas cial y la tensión de los gases. -
de los mismos. - Disparar para someter a los mayores esfuerzos a la cu
Para la confección del proyecto de un nuevo cañón ha reña sobre piso de hormigón.
de contarse, por lo menos, con un intervalo de tiempo de
seis a ocho semanas, y para su comprobación y ajuste Disparar sobre terrenos blandos y sobre terrenos incli
•
nados.
final, según el proceso que se elija, por lo menos otro tanto. -

Caso de que el proyecto haya de sufrir alguñas modifica
ciones fundamentales, habrá que prolongar estos plazos
en el que requieran estas últimas.
Asi llegamos ahóra a la segunda parte de nuestro-es
tudio.
Disparar con todas las posiciones imaginables del tubo,.
tanto en altura como en dirección.
Probar todos los tipos previstos de municiones aerodi
námicas y con todas las cargas a las diferentes distancias,
para con ello determinar definitivamente los fundamentos
para las tablas de tiro, las derivaciones y las zonas de
dispersión. • - - - -•

Pruebasy experiencias. — Basados er el proyecté de.. En la mayoría de los casos se efectuará también una
finitivamente establecido sé encargará la construcción prueba continuada con un gran número de disparos en
del cañón o cañones experimentales. En el caso de ha- - fuego rápido. -

75
 Al mismo tiempo que se efectúan estas pruebas se ve
rificará la construcción del avantrén, carro de municiones
o atalaje para el transporte de las mismas, municiones y
demás artificios especiales (tan pronto como las municio
nes sean definitivamente fijadas en sus dimensiones), así
como la fijación de los accesorios para los cañones experi
mentales.
Además de estas pruebas se efectuarán otras de mar
cha, de descomposición en cargas y su transporte, inclu
yendo, finalmenre, una prueba de marcha permanente,
que generalmente se efectuará en una pista artificial con
diversas clases dé firmes y obstáculos intercalados, con
objeto de poder acortar la duración de las mismas. Tam
bién se suele recomendar la ejecución de pruebas con la
adición de dispositivos que hagañ trepidar al material,
con objeto de establecer condiciones de marcha que se
asemejen lo más posible a las de tiempo de guerra, bien
sea en el transporte sobre baste o sobre vehículo.
En este periodo de pruebas se podrá subsanar rápida
mente (y a poco coste) cualquier falta que se observe.
El material, como ya hemos dicho, una vez efectuadas
estas pruebas, se someterá a la consideración de los pues
tos militares,- con objeto de poder tener todavía en cuenta
cualquier sugerencia que pueda ocurrir; pues, después de
fabricados en masa y distribuidos a las tropas, han de ser
poco menós que imposibles ulteriores modificaciones. Esta
circunstancia justifica, por lo tanto, la prueba sistemá
tica hasta de los más pequeños detalles, con sus dificulta
des consiguientes. Esta parte de las pruebas se puede
calcular, en el caso más favorable, corno de un año de
duración, y esto cuando las pruebas se adapten perfecta
mente a las épocas o estaciones del año que las favorez
can en su ejecución. En el caso, no imposible, de que en el
curso de. las pruebas sufra algún graye deterioro el cañón
experimental, como, por
matura del proyectil en elejemplo,
ánima alguna explosión
o la rotura
de alguna
parte esencial de la cureña, entonces habrá necesidad de
diferirlas hasta la construcción de las nuevas partes que
sustituyan a las deterioradas, a menos de que no se dis
pongá de dos cañones idénticos de pruebas, como había
mos preconizado anteriormente.
Una vez comprobadas todas las peculiaridades del ca
ñón, munición y equipo, entonces solamente faltará so
meterle a la• prueba de tropas o de campaña, la cual nos
suministrará la evidencia définitiva de que corresponde
y satisface a todas las exigencias requeridas para su em
• pleo
por loentanto,
campaña. Esta y clase
el ejercicio de sobre
marchas pruebalargos
comprenderá,
trayectos.
y las más diversas condiciones de tiempo, el transporte
por montaña y otros terrenos, así como tambin los ejer
cicios de tiro de campaña. Durante las mismas se elabo
rarán unas normas provisionales para la instrucción, las
cuales se perfeccionarán como consecuencia de la prác
tica, ganada durante las experiencias. Por consiguiente,
ha de ser de mucha.utilidad para efectuar dichas pruebas
el emplear una Batería completa, cuando esto sea hace
dero, pues de esta manera se presentará la ocasión de
practicar sobre las formaciones, empleo táctico de la Ba
tena, etc. Si se toman en consideración varios tipos de
una clase determinada de material, de entre los cuales
haya que elegir el más conveniente, entonces resultará
imprescindible decidir por comparación en su inclusión
en una Batería.
1_os Oficiales y tropa a quienes se les encomienda tal
clase de pruebas adquieren una gran responsabilidad,
pues se encontrarán en la situación de juzgar no sola
mente el empleo del cañón, con arreglo a las normas y cir
cunstancias de lá campaña, sino que deben también ex
perimentar las normas provisionales para su instrucción
y equipado, proponiendo las modificaciones convenientes,
y eventualmente hasta redactando personalmente dichas
prescripciones. Nosotros mismos hemcís efectuado y apro
vechado las mejores experiencias, durante las pruebas de
76’
algunos de nuestros materiales de antes de la’ Guerra
Mundial, tales como los cañones de montaña, ‘los obuses
ligeros y pesados de campaña, el cañón de 104 milímetros
y. el mortero de 305 milímetros. Las Baterías de pruebas
fueron probadas durante meses enteros, y, según su gé
nero especial, en el llano, en la montaña, en los difíciles
parajes montañosos’ de Hertzegovina y aun en los glacia
res o ventisqueros de las altas montañas. Los Oficiales y
la tropa, trabajaban con extraordinario y afanoso celo.
Los resultados fueron tales que, una vez fabricados en
masa para la Guerra Mundial ‘y entregados a las tropas,
no hubo necesidad de introducir modificación a los
mismos. ‘ ‘
En tiempos de guerra,’ y por la urgencia de las circuns
tancias, se suele seguir otro proceso más rápido’, pero con
detrimento de las garantías ‘necesarias.’ Las pruebas ven-
ficadas en el frente tienen la desventaja de alargar los
programas de las de paz y aun alterar su validez, al no
poder seguir regularmente el programa establecido para
las mismas, que en tiempo de paz se creara artificialmente.
De esta manera se procedió, por ejemplo, en el transcurso
de la guerra del 14, creándose una División de prueba de
los cañones de campaña de 7,65 y 8,35 centímetros, con
una Batería de cada uno de dichos materiales, con objeto
de obtener una comparación. Dicha División fué enviada
al frente de• Rumania, donde fueron muy bien recibidos,
empleándosé en aquellas misiones donde los otros caño
nes no mostraban su completa eficacia, la mayor parte de
las veces en tiros a grandes distancias. Ahora bien: el em
pleo de ambas Baterías en lugares distintos del frente
excluyó, por otra parte, la comparación planteada para
ambos tipos de cañón, y esto abstracción hecha de que
el Comandante de las Baterías carecía de la tranquilidad
y tiempo necesarios para hacer las necesarias observa
ciones sobre su comportamiento.
pre
Si se calcula en. medio año el tiempo necesario para la
preparación de las Baterías para la prueba de tropas o
campaña, lo cual es bastante favorable, entonces se ob
tiene para la totalidad de los trabajos necesarios para la
creación de un cañón, un intervalo de tiempo, de dos años
por’lo menos. En la realidad, sin embargo, jamás se al
canza una tal rapidez; así vemos que para la creación del
cañón de montaña dé 75 milímetros, austríaco, se necesi
taron nueve años; para la de los obuses de roo y io milí
metros, siete años; para el cañón de 104 milímetros, doce
años; para el mortero de 305 milímetros, cuatro años, etc.
Que estos números no constituyen ninguna excepción lo
demuestra, el que ‘los franceses tardaron cinco años para
la creación de sus cañones de campaña, y los norte
americanos, nueve para la de su moderno cañón de
montaña; ejemplos éstos que se podrían multiplicar a
voluntad.
La gran duración de las pruebas es debida casi exclusi
vamente a los múltiples cambiosen las concepciones que
se adoptan para su potencia y demás peculiaridades del
material, circunstancias que conducen al permanente va
riado de sus principios constructivos y a la construcción
de nuevos tipos experimentales — en el cañón de mon
taña austríaco éstos fueron en número de io 6 12 —; así
sucede que un acortamiento del tiempo necesario para la
construcción de un nuevo cañón solamente se conseguirá
—en primer término—cuando los fundamentos construc
tivos hayan sido suficientemente madurados por los pues
tos militares responsables, después de haber tenido, en
cuenta los nuevos y más modernos adelantos de la téc
nica. La sistemática ordenación del programa de pruebas,
en el cual no debe olvidarse ni ahorrarse ningún detalle,
conducirá, indudablemente, a un acortamiento de los pla
zos en que ha de llevarse a cabo, pues nunca como ahora
podrá aplicarse al proverbio de que “las cosas bien hechas,
largo tiempo requieren”.
De una manera análoga, aunque más sencilla, se suele
 proceder cuando se trata de un nuevo cañón presentado
por una casa constructora, el cual ya ha sido comprobado
por la misma en algunos respectos. En este caso la prueba
se limitará a la comprobación de la seguridad del mismo
durante su manejo, así como también a la de aquellas exi
gencias demandadas desde el punto de vista militar.
También en este caso se hará necesaria la ejecución de las
pruebas por las tropas.
La tercera parte del proceso de creación de un nuevo
cañón, y a la cuál nos toca ahora referirnos, es la
Producciónmasivadel nuevomodelode caílón.— Esta
es exclusivamente un puro trabajo de taller. Su diferencia
con aquella que se refiere a la producción de las piezas
de prueba es fundamental, pues más que una reduçción
de los plazos requeridos para su elaboraión, en realidad
lo que se consigue es un considerable aumento de la pro
ducción en los mismos intervalos de tiempo, y esto de-
-: - Problemas de instrucción. Los reglamentos.
- ‘ Existen prejuicios de los que es difícil librarse, casi
siempre expresados con frases hechas, y cuyo absurdo
puede demostrarse con -sólo detenerse a analizar su esen- -
cia-y las consecuencias que de ellos se derivan.
¿Quién no ha oído decir a Oficiales jóvenes, con cierto
tonillo de superioridad: “En el momento supremo ya sa
- bremos salir adelante”, ó bien: “Los reglamentos están
hechos para los que no saben arreglarse por su cuenta”?
¿Dicen esto para justificar su falta de preocupación por
los problemas de instrucción? ¿Es manifestación de con
fianza en sí mismos, o extraordinario optimismo?
- Cualquiera que sea el espíritu con que estas frases se
pronuncian, revelan excesiva credulidad y falta de sen-•
tido de la realidad. Sería muy interesante saber si quien
- tiene tanta confianza en sí mismo para salir airoso del
“momento supremo”, ha tratado alguna vez de saber por
sí mismo cómo se presenta este momento supremo para
las pequeñas Unidades de infantería. . -
Granadas que al estallar proyectan astillas, piedras,
tierra; ráfagas de ametralladoras y disparos aislados que
caen -a su alrededor; estruendo ensordecedor y humo acre
que disminuyen la posibilidad e oír y de hacerse oír, de
ver y de lograr una visión clara y equilibrada de lo que
pasa a la propia Unidad y a las vecinas; heridos que gi
men y hombres que caen; sensación de aislamiento y, es-
• pecialmente para los novicios, exagerada sensación .de in
-ferioridad del hombre frente a la potencia brutal de las
armas. - mayor rapidez el éxito o convertirlo en más amplio y
• Estees el momento supremo en el cual el Çomandante
- - de Escuadra o de Pelotón debe improvisar genialmente,
evaluar la situación, cumplir ¡as órdenes recibidas; y para
ello, decidir lo que debe hacerse, elegir el camino más
apropiado, sacar de sus armas el máximo rendimiento
que cada una puede dar con arreglo a sus especiales ca
racterísticas, y. desarrollar toda la-energía moral necesa
ria para llevar a cabo la decisión tomada y hacerla cum
plir por los hombres que de él dependen.
- Sería más lógico llamar a éste el momento trágico...
En verdad, difícilmente puede el hombre, en el curso
- desu vida, tener- que afrontar más graves dificultades ni
más evidentes peligros que cuando, infante o jefe de in
fantes, debe afrontar al enemigo en el combate a- corta
distancia. -- . -
bido al empleo intensivo de las diferentes instalaiones o
dispositivos de fabricación; tales como las piensas de fór
jado, matrices, etc. Durante -dichá fabricación solamente
se efectuarán las pruebas de materiales consideradas como
indispensables; las pruebas de tiro con los productos semi
elaborados, tales como blindajes, etc. Además habrá que
fijar las condiciones de recepcióñ cuando los nuevos ca
ñones se diferencien esencialmente de los ya construidos.
En este período puede hacerse necesario el efectuar pe
quéñas variaciones, con objeto de no tener que variar
mucho las -considerables instalaciones requeridas; y esto
siempre que dichas modificaciones no afecten a las pro
piedades fundamentales del nuevo modelo.
Las mismas consideraciones son válidas para el resto
de los equipos:- avantrones, bastes, atalajes, municiones,
etcétera, teniendo cuidado de que todos ellos estén listos
al mismo tiempo, con objeto de que la entrega a las Uni.
dades sea rápida y uniforme.—(Traducción del alemán
del Comandante de Artillería Pedro Salvador Elizorzdo.)
‘Es fenómeno- extraño que todavía subsista en algunos
la ilusión de que la improvisación genial o el arrojo per
sonal bastan por sí solos al Jefe de Escuadra o de Pelotón -
-para conducir sus hombres a la victoria.
En el ambiente en que se desarrolla el combate de la
Infantería, es inevitable que las facultades intelectuales
se atenúen, por un complejo de causas morales y materia
les, y que el individuo conserve solamente la capacidad
de.hacer aquello que ha llegado a ser para él un hábito.
- ¿Y qué otra-cosa es el hábito sino el resultado de una
larga y esmerada práctica, o, en otros términos, el fruto de -
una instrucción perfecta? - -
No es una manifestación de desconfianza hacia las más
elevadas facultades humanas, afirmar que en el combate
sepuede contar con la ejecución -enérgica, pronta y per
fecta de aquellos actos que, gracias -a una esmerada ins
trucción, pueden realizarse casi automáticamente, y que
no se puede contar con la genial improvisación, que re- -
quiere un esfuerzo inteleçtual que el hombre más inteli
gente puede ser incapaz de realizar en el combate, a causa
de la gravedad de los factores negativos que influyen en
su actividad intelectual. “No confiar”, es decir, “no con
tar con ello”, no significa que se. prescinda de la posibi
lidad del fuerte de obrar, en las circunstancias más trá
gicas, con una visión genial del hecho y una rápida in
tuición de las necesidades del momentó; la acción de éste
representará “lo más” y -“lo mejor” para conseguir con
decisivo. - - -, . -
Sobre la masa de artistas que, máso menos inteligente
mente, realizan -con el cincel o los pinceles cuanto han
aprendido en la academia o en el estudio, descuella aquel
que con.genialidad ‘combina las formas y los-colores para
crear la obra maestra; pero esta genialidad no hubiera
podido desarrollarse, si no hubiera ‘aprendido la técnica
de dibujo y del color y probado una vez y otra.
Con cuánta mayor razón puede decirse esto respecto al -
Comandante de tropas, que no ha de trabajar en el estu
dio silencioso, sino .en el atnbiente, con frecuencia, terró
rífico de la lucha, y debe manejar armas, medios, hom
bres
¡Hombres! Es suficiente la idea de que de saber o no
saber .desenvolverse el que manda depende la vida, o al
- 77
 menos la integridad física, de los hombres de la Unidad,
para dejar bien sentado lo fuera de lugar que están la ex
cesiva confianza- y el empirismo.
¿No es la misión genérica del Comandante en el com
bate ,tratar de alcanzar el objetivo asignado en el tiempo
indicado y con el mínimo gasto de la sangre de sus sol
dados?
¿Y cómo será posible con improvisaciones alcanzar el
máximo resultado con las mínimas pérdidas? El arrojo
puede dar el éxito; pero sólo la habilidad exquisita en el
aprovéchamiento del terreno, del. fuego de la Artillería y
de las armas de acompañamiento, en el empleo de las
- armas de la propia Unidad, en saber indicar al superior
qué objetivo necesita que sea batido, pueden reducir al
mínimo las pérdidas. Es para ello necesario el conoci
miento de las armas, del terreno de los procedimientos;
en otros términos, la instrucción, cuyo resultado debe ser
- el hábito de que hemos hablado antes.
La Infantería moderna difiere de la del principio de la
guerra. 1914-18, casi como la Infantería armada de fusil
se diferenció de la armada depica y ballesta. El número,
la variedad y la complejidad de las armas que emplea,
hacen necesario dar al infante, y por tanto al que lo man
da, una serie de conocimientos fundamentales, sin los cua
les las armas no serían más que un peso y un estorbo.
• Y es muy probable que aquellos mismos que quieren im
provisar en el “momento supremo”, ignorando mucho de
las armas y los medios que han de emplear, en cuanto tu
vieran una idea clara del complejo armamento de la In
fantería actual, serían menos optimistas sobre la posibi
lidad de improvisarse Comandantes. -
- Allí donde silban las balas y caen las granadas nada se
improvisa: se hace lo que se ha aprendido a hacer muy
bien, casi siempre peor de como se hacía en el campo de
instrucción. De aquí se deriva la necesidad de conseguir,
mediante la instrucción, no sólo que el individuo sepa
cumplir su misión dentro de la Unidad a que pertenece,
sino que lo sepa hacer mejor de lo que deberá hacerlo en
el combate.
Trataremos ahora de deshacer otro prejuicio que, des
dichadamente, es frecuente entre los jóvenes: “los regla-
• mentos exponén la teoría, y la práctica se diferencia mu
cho de lo que se dice en ellos”.
Pero ¿qué son los reglamentos — me refiero particular.
mente a los que tratan del empleo de las pequeñas Uni
- dades — sino el fruto de la práctica?
Del profundo estudio y de la comparación de las expe
• - riencias de unos y de otros se llegan a concretar en los regla
mentos las modalidades de empleo que han demostrado
- ser de mayor rendimiento; teniendo en cuenta los tipos de
armas de que se dispone, de las características de su tiro
y de.sus efectos, se llega a determinar la modalidad más
lógica y oportuna para sacar de la combinación arma-
hombre el máximo rendimiento.
• Lasupuesta teoría contenida en los reglamentos no es
otra cosa que una divulgación de la -práctica; ambas están
tan estrechamente unidas, que no se diferencian de modo
• apreciable. Es evidente que los reglamentos desempeñan
una función de importancia básica, -porque proporcionan
a los que carecen. de práctica personal la síntesis de la
práctica de otros, y porque enseñan a hacer y dicen cómo
se debe obrar en los casos normales.
No es fácil que el combate, especialmente en lo que se
refiere a las más pequeñas Unidades de Infantería, se
desarrolle dos veces en el mismo ambiente topográfico,
igual situación táctica; por ello, los reglamentos no pue
den tratar todos los casos posibles: se refieren a los típi
cos, los casos medios más probables :-
Por estó, cuando la situación es distinta de la consi
derada como típica en el reglamento, se dice que éste no
78
es aplicable a la práctica y que se puede obrar sin tenerle
en cuenta. -
Este es un gravísimo error, en el que caen los que cono
cen superficialmente los reglamentos y no han asimiladó
sus - enseñanzas.
Pongamos un ejemplo: el reglamento considera normal,
en la defensiva, determinadá extensión de frente para
cada Unidád. En el curso de una guerra, una Unidad
puede encontrarse en circunstancias de tener que resistir
en un frente de dos, tres o cuatro veces mayor extensión.
¿Es desechable el reglamento? ¡De ningún modo! .E1
concepto fundamental en el que se basa la resistencia
permanece íntegro: cualquiera que sea el frente, las -bases
de fuego de la posición de resistentia deben estar escalo
nadas en profundidad; no se puede prescindir de organi
zar una zona de seguridad, ni .de tratar de conseguir, en
lo posible, el cruzamiento de fuegos en la línea de resis
tencia, ni de la constitución de sostenes.
La mayor amplitud del frente impondrá soluciones de
continuidad en la línea de resistencia; pero para corres
ponder a estos vacíos se preverán concentraciones de
fuegos y se situarán los sostenes.
Cuanto más se diferencie’ el caso real del típico tratado
en el reglamento, más deben tenerse en cuenta los princi
pios reglamentarios, a fin de que, a pesar de las dificul
tades, puedan• aplicarse los conceptos fundamentales y
lógicos del despliegue de las armas y de los hombres.
Todavía un ejemplo más: el reglamento considera nor
mal que el ataque se desarrolle con el concurso de una
potente acción artillera; supongamos que la artillería de
que disponemos es escasa. No por eso será lícito atacar
áin dar a la Infantería el apoyo de fuego necesario; se li
mitará el sector de ataque determinando su extensión en
función de número de bocas de fuego de que disponemos;
se emplearán, en sustitución de la artillería, los morteros
de 81; se aprovechará la noche para llegar a la proximidad
de los objetivos del ataque en forma de poder limitar la
acción de la artillería a lo indispensable. -
Pero para interpretar el reglamento y aplicarlo, es n
¿esario conocerlo, haber asimilado sus conceptos con un
estudio profundo, llevado a cabo antes de tratar de ser
virse de él en el campo de batalla. -
El Oficial que no ha estudiado en los reglamentos el
empleo de su propia Unidad, se encuentra en las condi
ciones del que quisiera construir un puente sin haber
aprendido la técnica de la construcción.
Los reglamentos tienen todavía otra importantísima
función, para la cual es necesario cónocer y obseçvar sus
principios: crean la unidad de doctrina y la posibilidad
de una estrecha inteligencia entre el superior y el infe
rior, y viceversa. - • -
Una palabra como, por ejemplo, “vanguardia”, “sos
tén”, indica misión y modo de actuar de manera más
clara que una larga frase; la certidumbre de que el infe
rior sabe cómo debe obrar si se le da el mando de una
patrulla de vanguardia o de un sostén, ahorra al superior
largas explicaciones y da la confianza de que el inferior
obrará en forma determinada; esto le permite preocu
parse de otras cuestiones propias de su cargo y que co
rresponden a su peculiar esfera de acción.
Por el contrario, la duda de que el inferior no sepa
cumplir su misión obliga al superior a preocuparse de
ella, a vigilarlo de cerca, a abandonar su propia misión;
esto se traduce en un pésimo funcionamiento del Mando.
El conocimiento de los reglamentos es fundamental,
lo mismo que para un cirujano el conocimiento de la téc
nica operatoria; como no se improvisa un cirujano, no se
improvisa un Comandánte, la preparación del cual es
fruto del estudio y, sobre todo, de una larga y repetida
práctica, y no puede decirse que es satisfactoria hasta
que no ha determinado el hábito de hacer, y hacer bien,
(Alpinus. De “Nazione Militare”.)

U L3UJ
U©L LJ 1
COMENTARLO
sobrela revistamilitarespañola«Eér
cito, revistailustradade las armasy
servicios. Ministeriode la Guerra».
La guerra civil española produjo un
paréntesis en la literatura militar. Con
el primer disparo quedaron suprimidas
las conferencias, las polémicas y las
publicaciones mili.tares y a los estu
diós de gabinete ya las investigaciones
del aula, sucedió la actividad del cam
po de batalla, que forjó la personali
dad real y bien probada de los actua
les Jefes del Ejército español.
Por esto, durante el tiempo que du
raron las operaciones de guerra, quedó
privada esta Biblioteca del valioso
aporte que significaba en su acción
cultural y profesional recibir mensual
mente el resultado de los estudios e
investigaciones del Ejército español,
representado por las revistas militares
siguientes: Memorial de Infantería,
Memorial de Artillería, Memorial de
Ingenieros, Revista de Estudios Mili
tares, Revista Técnica de Intendencia
Militar y Revista General de Marina.
Restablecida la normalidad, tarda
ron algún tiempo las actividades lite
rariomilitares en retómar el ritmo an
terior a la guerra, y esa ausencia de la
valiosa contribución española se hizo
sentir en las actividades de esta Bi
blioteca con mucha frecuencia, por no
poder satisfacer el pedido de los con
currentes a la misma, que deseaban
consultar las opiniones y los escritos de
los caracterizados Jefes españoles so
bre asuntos profesionales.
Hoy, felizmente, ese vacío se ha lle
nado con EJERCITO, revista ilustra
da de las armas y servicios, editada
por el Ministerio de Guerra de Es pa-
ña, cuyo primer número apareció en
febrero de 1940.
Esta Revista, por el prestigio profe
• sional de sus colaboradores, la mayor
parte de gran autoridad, por los cono
cimientos adquiridos en los campos
de batalla, por la importancia y se
lección de los temas tratados, por su
hermosa presentación y los numerosos
y muy costosos grabados en colores,
mapas, esquicios y fotografías con que
ilustra los distintos temas y estudios,
es, sin duda, la mejor que se recibe en
esta Biblioteca, de todas las naciones
de habla latina, y constituye el verda
dero exponente del progreso alcanzado
por el Ejército de nuestra Madre Pa
tria. —(Coronel Ferrari. Círculo Militar
y Biblioteca Nacional Militar. Buenos
Aires, 29 octubre 1941.)
—--
• Artículosde EJERCITOreproducidos de guerra, de urgencia.) H. F. O. Ha
por otrasrevistas. berland. J. F. Lehmanns Verlag, iii
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de Casa González. (“La Science et Taschen halender ide Sclzweizerische FVeJir
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siva.—T. Coronel Médico -Juan Mar Edt. Verlag Huber & Co., A. G.,
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La Escuela Central de Infantería Ita
liana.—Comandante Adrados. (“Mi litar suizo.) Verlag Schweizer Wehr
kalender, Aarau; 2,50 francos suizos.
litar Wochenblatt”. Febrero 5942.)
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zo ¡942.)
Wirschaft als ¡f’issen. lat und We,%r.
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Torjrio 52.—Comandante Adrados. milicia:) Friedrich y. Gottl-Ottlilien
(“Militar-Wocheriblatt”. Berlín, 3 fcld. Junker und Dünnhaupt-Verla,
abril 5942.) BerlIn, 1940; 97 páginas; 3,80 marcos.
Cómo fueron perforados los frentes for Krie&’slehren in Taklischen Beispilen aus
tificados. —Coronel Alvarez Serrano den, lVeflhrieg 5914-rS und aus dem
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mayo 5942.) explicada con ejemplos tácticos de la
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Tagungsbericht dar A rbeitsgemeinscha/t 15 liras.
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reira da Conceiço; ro escudos. Cesan. Edizione Italiana. Roma; Editori Bompiani; 5 liras.
84 páginas; 14 liras.,
Esbo9o da evoluçc7o das ideias militares Dar Kampf gege’n die Wastmachle ini
am Portugal. (Esbozo de evolución Napoleone nel Giudizio di contempora ersten Viarteljahr 1940 und die Ero
cíe las ideas militares en ortugal.) nei e di postari. (Napoleón a juicio berung Norwegans. (La’ camapila
Belisario Pimenta. Coimbra, 1942; de los contemporáneos y los suceso contra las potencias occidentales du
34 páginas res.) D’Alia Antonino. Soc. Editrice rante el primer trimestre de 1940 y
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(Boletín del Archivo Histórico Mili lín, 1941; 4,80 marcos.
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(Hombres bajo las banderas negras. Uber día Historischan Wurzeln das
Cronicas da campanha da Russja,
Zapad ores.) E berhard Klaass. Ver Krie gas. (Sobre las raíces históricas
(Crónicas de la Campaña de Rusia.’
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Verdades amargas sobre a França. (Instrucción de la. Compañía en el Dar dienst des deutschen f’Vehymachta
(Verdades. amargas sobre Francia.) Ejército en campaña.) Teniente Co
pothahers. (El servicio farmacéutico
Louis Levy. Traducción de Pedro ronel Busold. Verlag Mittler & Sobo; en el Ejército alemán.) Paul Zabler.
Paiva. Parceria Antonio María Pe Berlín; 45 páginas; 0,50 marcos. Verlag E. S. Mittler & Sohn; Ber
reira. Lisboa,; lOo páginas. Taschanbuch dar Verniessung. (Manual’ lín, ¡942; 371 páginas; 13,50 marcos.
de Telemetría.) Teniente Coronel
La Division de Jer daus la bataille de Franzosisches tagabuch. 1939 -‘ 1940.
France. (La División de hierro en la K. Rohr. Barbara Verlag Hugo (Las jornadas francesas en 1939-
Meiler; München; 5,60 marcos.
batalla -de Francia.) General Arle ‘940.) Traducido del francés. Alfred
bosse. Charles-Lavazelle et Cie., •Douhet and Aerjaj War/are, (Douhet y Fabre-Luce. Hanseatische Verlagan
editores. París-Limoges-Nancy. ,la guerra aérea.) Louis A. Sigaud.. stalt; 320 páginas; 4,80 marcos.

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