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CONSTRUCCION

B. A. K1ICEJIEB

CTPOHTEJIbHAH

MEXAHHKA

CTPOnil3AAT
MocKBa
V. A. KISELIOV

MECANICA
DE
CONSTRUCCION

TOMO II

Segunda edición

E d ito r ia l M i r • M oscú
Traducido d e l ruso por e l ingeniero JULIO JUAN MANUEL

Impreso en la URSS. 1976

© T raducción al español. E ditorial M ir. 1970

Ha ucnancKOM »i;ti.ine
INDICE

CÁLCULO DE SISTEMAS ESTÁTICAMENTE INDETERMINADOS


O H P E R ESTÁTICOS

CAPITULO X II I * SISTEMAS ESTATICAMENTE


IN D E T E R M IN A D O S Y METODOS BASICOS DE SU CALCULO 10

ti 12 0 . Sistemas estáticamente indeterminados .................................... 10


B 121. Noción sobre los métodos básicos de cálculo de sistemas
estáticamente in d e te rm in a d o s ........................................................ 13

CAPITULO X IV * T E O R IA G E N E R A L D E L METODO
DE FUERZAS Y CALCULO DE PORTICOS PLANOS
ESTATICAMENTE IN D E T E R M IN A D O S O H IPEREST AT ICOS 18
tí 122. Grado de indeterminación estática .......18
B 123. Ecuaciones canónicas para el cálculo bajo carga fija . . . . 20
B 124. Fuerzas sustituyen tes (internas) debidas a la carga en los
sistemas h iperestáticos y construcción de sus diagramas . . 23
ti 125. Sobre el sistema básico del método de fuerzas ....... 28
B 126 . Construcción de los diagramas de las fuerzas transversales
y lo n g itu d in a le s ................................................................................ ....... 30
ti 127. Ecuaciones canónicas, para el cálculo de la acción de la tem­
peratura y la dislocación de los apoyos ....... 32
0 I 2 7 . Desplazamientos en los sistemas h iperestáticos .................... ....... 34
ti 12 9 . Verificación del cálculo ....... 37
1 3 0 . Algunas simplificaciones en el método de fuerzas ....... 40
1 3 1 . Valores iniciales de los momentos de inercia y las áreas de
las secciones ............................................................................................52
1 3 2 . Principio del trabajo mínimo ........53
1 3 3 . Deducción de las ecuaciones canónicas por el teorema de la
reciprocidad de los trabajos ........................................................ ........56
1 3 4 . Procedimientos especiales de resolución de las ecuaciones
c a n ó n ic a s .................................................................................................... 57
1 3 5 . Empleo de los diagramas ortogonales ....... 72
1 3 6 . Incógnitas y diagramas colectivos ....... 74
1 3 7 . Simplificaciones durante el cálculo de sistemas simétricos 77
1 3 8 . Método estático de construcción de las líneas de influencia 83
1 3 9 . Método cinemático de construcción de las líneas de influencia 87
140. Cálculo de pórticos complejos .................................................... 90
141. Cálculo de pórticos bajo varias cargas accidentales . . . . 91
142. Conclusiones sobre el cálculo de p ó r t i c o s ......................................... 93

CAPITULO XV . CALCULO DE V IG A S CONTINUAS POR EL


METODO DE FU ERZA S 94
8 143. Nociones g e n e ra le s ............................................................................ 94
8 144. Sistema básico ................................................................................ 95
g 145. Ecuación de los tres momentos ................................................ 96
g 14 6. Particularidades del empleo de la ecuación de los tres mo
mentos ................................................................................................ 100
R 14 7. Expresiones del momento flector y de la fuerza transversal
en el tramo de una v i g a .................................................................... 101
8 148. Método de los puntos focales de los momentos .................... 103
8 140. Cálculo de vigas continuas sobre apoyos elásticos ................ 111
g 15 0. Diagramas envolventes teóricos de los momentos flectores 112
g 15 1 . Método estático de construcción de las líneas de influencia
de los momentos de a p o y o ................................................................ 114
8 152. Empleo de la simetría en el método estático de construcción de
las líneas de influencia de los momentos de a p o y o ................. 124
g 1 5 8. Método cinemático de construcción de las líneas de influen
cia de los momentos de apoyo .................................................... 128
8 154. Líneas de influencia de M y Q en el t r a m o ............................. 132
8 155. Líneas de influencia de las reacciones de a p o y o .................... 134
8 15 6. Cálculo de vigas continuas de sección v a r ia b le ........................ 134
8 157. Formas de las líneas de influencia de M , Q y R y posiciones
teóricas o de cálculo de la carga uniformemente distribuida 150

CAPITULO XVI • CALCULO DE A RM AD U RAS ARTICULADAS


PLANAS H I PERESTATICAS Y DE SISTEMAS COM BINADOS POR
EL METODO DE FU ERZA S 151
8 158. Grado de indeterminación estática y sistema básico . . . . 151
8 1 5 0 . Ecuaciones c a n ó n ic a s ........................................................................ 152
8 1 6 0 . Influencia del área de la sección de una barra superfiua
sobre las fuerzas y tensiones longitudinales ............................ 154
8 1 6 1 . Armadura de resistencia uniforme ............................................ 156
8 1 6 2. Dos procedimientos para calcular armaduras hiperestáticas 157
8 1 6 3 . Método de tensiones .................................................................... 159
8 1 6 4 . Valores posibles de la incógnita básica en una armadura
monohiperestatica ............................................................................ 161
8 1 6 5 . Volumen teórico de una armadura ............................................ 163
8 1 6 6 . Tensiones debidas a la acción de la temperatura, dislocación
de los apoyos y tracción de las barras de longitud incorrecta 165

6
g 16 7. Líneas de influencia de las fuerzas longitudinales ... . . 165
g 168. Cálculo aproximado de sistemas combinados ........................ 166

CAPITULO X V II * CALCULO DE ARCOS H I PERESTATICOS P O R


EL METODO DE FUERZAS 169
g 169. Clasificación y forma de los arcos ............................................ 169
8 170. Observaciones para el cálculo de arcos ................................... 171
g 171. Sistemas básicos para arcos sin articulaciones .......................... 173
g 172. Cálculo de arcos sin articulaciones bajo carga fija ............... 174
g 173 . Cálculo do arcos sin articulaciones a la acción de la tempe
ratura ................................................................................................... 179
g I74-. Cálculo de los arcos sin articulaciones al desplazamiento
de los v ín c u l o s ................................................................................... 180
g 175. Cálculo de los arcos sin articulaciones con el eje a lo largo
de la curva de presión en el arco tria r tic u la d o ........................ 182
g 176 . Sobre el arco no articulado sin momentos ................................ 183
177. Regulación de las tensiones en los arcos sin articulaciones 184
I 7 8 . Cálculo de arcos sin articulaciones sobre apoyos elásticos . . 186
179 . Líneas de influencia de las incógnitas básicas, de los mo
mentos flectores y de las fuerzas longitudinales y transver
sales en el arco sin articulaciones................................................... 189
1 8 0 . Método gráfico— analítico de construcción de las líneas de
influencia de las incógnitas básicas en el arco sin articula
ciones ................................................................................................... 195
g 181. Líneas de influencia de las incógnitas básicas para los arcos
sin articulaciones de configuración e sp e c ia l............................... 198
g 192. Noción sobre cálculo de bóvedas de puente con superestruc
tura ....................................................................................................... 205
1 8 3 . Cálculo de arcos biarticulados bajo carga fija ....................... 205
1 8 4 . Cálculo de arcos biarticulados a la acción de la temperatura
y dislocación de los a p o y o s ............................................................ 208
g 185. Líneas de influencia del empuje, los momentos flectores y
las fuerzas transversales en el arco b ia rtic u la d o ........................ 209
1 8 6 . Método gráfico— analítico de construcción de las líneas de
influencia del empuje en el arco b ia rtic u la d o ........................... 212
1 8 7. Cálculo de arcos biarticulados con el eje a lo largo de la curva
de presión en el arco tria r t ic u l a d o ................................................ 213
1 8 8 . Cálculo de coronas circulares ....................................................... 214

CAPITULO X V III * CALCULO DE SISTEMAS H I PERESTATICOS


PLANOS POR EL METODO DE DESPLAZAM IENTOS 216
1 8 9 . Grado de indeterminación c in e m á tic a ..... 216
1 9 0 . Ecuaciones canónicas para el cálculo bajo carga f i j a ..... 219
1 9 1 . Diagramas de momentos flectores en los elementos del siste
ma básico con el número completo de v ín c u lo s ..... 220

7
1 9 2. Determinación de los desplazamientos relativos de los extre
mos de las barras, durante los desplazamientos progresivos
de los nudos ................................................................................... ..... 222
§ 19 3 . Coeficientes y términos independientes de las ecuaciones ca
nónicas ..... 225
ti 194. Método estático de determinación de los coeficientes y térmi
nos independientes de las ecuaciones c a n ó n ic a s ..... 228
§ 1 9 5 , Observaciones sobre la determinación de los coeficientes y
términos independientes de las ecuaciones c a n ó n ic a s............... ..... 233
.
§ 19 6 Construcción y verificación del diagrama de los momentos
flectores debidos a la c a r g a ........................................................... ..... 235
ti 19 7. Cálculo do refuerzos de apoyo ................................................... ..... 238
$ 19 8 . Cálculo de pórticos, cuyos nudos no tienen desplazamientos
progresivos bajo carga n o d a l ........................................................... ..... 240
1 9 9 , Empleo de la s im e tr ía ................................................................... ..... 241
g 2 0 0 . Método estático de construcción de líneas «le influencia . . 242
ti 2 0 1 . Método cinemático de construcción de las líneas de influen
cia de los desplazamientos angulares y progresivos de los
nudos ................................................................................................... .....254
ti 2 0 2 . Cálculo de la acción de la temperatura y los dislocamientos
de los a p o y o s.............................................................................................255
§ 2 0 3 . Interpretación estática de la resolución de las ecuaciones
Canónicas por el método de aproximaciones sucesivas . . . . 203
ti 2 0 4 . Simplificaciones en el método de desplazam ientos..................... 265
ti 2 0 5 . Noción sobre el método de los elementos f i n it o s ................... ..... 267

CAPITULO X IX * CALCULO DE SISTEMAS H IPEREST A T ICO S


PLANOS POR LOS METODOS M IXT O Y COM BINADO..........................272
ti 2 0 6 . Comparación de los métodos de fuerzas y de desplazamien
tos y elección del método de c á lc u lo ............................................ ..... 272
ti 2 0 7 . Método m i x t o ................................................................................... ..... 275
ti 2 0 8 . Método c o m b in a d o ........................................................................... ......278
ti 2 0 0 . Método combinado de cálculo de sistemas simétricos . . . . 279

CAPITULO X X * METODOS A P R O X IM A D O S Y MECANISMOS


P A RA CALCULAR SISTEMAS H IPE RE ST A T ICO S PLANOS 280
ti 210. Finalidad de los métodos a p rox im ad os....................................... ......280
ti 211. Cálculo aproximado de pórticos bajo cargas verticales . . . . 281
ti 212. Cálculo aproximado de pórticos bajo cargas horizontales . . 283
ti 213. Métodos mecánicos de c á lc u lo ............................................................. 284
ti 214-. Modelado para los métodos mecánicos de cálculo ......................... 291

CAPITULO X X I * CARGAS LIM ITES DE LOS SISTEMAS


H IPE RE ST A T IC O S PLANOS 296
ti 2 1 5 . Estados límites de los sistemas por su capacidad portante . . 296
ti 2 1 6 . Cálculo de vigas de un tramo do sección c o n s ta n te ............... ......297
ti 2 1 7 . Cálculo de vigas de un sólo tramo con sección variable . . . 300

8
8 2 1 8 . Cálculo de vigas continuas de sección constante en tramos
s u e lt o s .................................................................................................. .....301
g 2 1 9 . Cálculo de vigas continuas de sección v a r ia b le .............................308
8 2 2 0 . Cálculo de pórticos y a r c o s ....................................................................30£
¡J 2 2 1 . Cálculo de a rm a d u ra s ............................................................................324
8 2 2 2 . Descarga y tensiones y deformaciones rem anentes................... .....326
8 2 2 » . Influencia de elasticidad y las dislocaciones de los apoyos
en el valor de la carga l i m i t e ....................................................... .....333
8 224. Cálculo de diferentes cargas repelidas y a lte rn a d a s ............... .....334

CAPITULO X X I I * CALCULO DE SISTEMAS ESPACIALES


H1PERESTAT IC0S 336
8 2 2 5. Observaciones generales................................................................... .....336
8 2 2 6 . Cálculo de sistemas espaciales por el método de fuerzas . . 336
8 2 2 7 . Cálculo de pórticos planos bajo carga espacial por el método
de f u e r z a s ................................ .......................................................... .....340
8 2 2 8 . Cálculo de pórticos espaciales por el método de desplaza­
mientos .....344

CAPITULO X X II I * CALCULO DE SISTEMAS PLANOS POR


EL ESTADO D EFO RM A D O .................................................................................347
8 2 2 9 . Particularidades del cálculo por el estado deformado . . . . .....347
8 2 3 0 . Cálculo exacto por el estado deformado .........................................348
8 23 1 . Cálculo de vigas continuas ........................................................... .....352
8 2 3 2. Cálculo por el estado deformado por el procedimiento de
aproximaciones sucesivas ................................................................ ..... 363
8 2 3 3 . Cálculo de pórticos por el estado deformado por medio de
aproximaciones s u c e s iv a s ............................................................... ..... 366
8 2 3 4 . Observaciones al cálculo por el estado d e fo rm a d o ................... ..... 367
C A L C U L O D E S IS T E M A S E S T A T IC A M E N T E

IN D E T E R M IN A D O S O H IP E R E S T A T IC O S

C A P IT U L O X I I I * S IS T E M A S E S T A T IC A M E N T E

IN D E T E R M IN A D O S Y M E T O D O S R A S IC O S D E S U

C A L C U L O

§ 120. SISTEMAS ESTATICAMENTE INDETERM INADOS.


Se llaman sistemas estáticamente indeterminados a aquellos, en los
que no todas las reacciones y fuerzas internas, determinadas por el
estado indeformado del sistema, pueden ser halladas de las ecuacio
nes de equilibrio.
Estos sistemas contienen vínculos superfinos, que vienen a ser
su signo cinemático.
Se llama grado de indeterminación estática al número de vínculos
superfinos cuya eliminación transforma al sistema en estáticamente
determinado.
Las reacciones y fuerzas internas en los sistemas estáticamente
indeterminados sólo pueden ser halladas empleando junto con las
■ecuaciones de equilibrio las ecuaciones complementarias despren­
didas del estado deformado del sistema. Los valores de las reacciones
y fuerzas internas de los sistemas estáticamente indeterminados de­
penden del estado en que se encuentra la construcción, es decir, de si
el material de la estructura trabaja hasta el límite de proporcionali­
dad o fuera de éste.
Si el material de la estructura trabaja dentro del límite de propor­
cionalidad, entonces, las reacciones y las fuerzas internas se deter­
minan en la fase elástica de trabajo de la estructura, esto es, por el
cálculo «elástico».
Los sistemas estáticamente indeterminados poseen las siguientes
propiedades:
1. En un sistema estáticamente indeterminado, las fuerzas inter­
nas dependen de la cantidad y calidad (rigidez) de los vínculos super­
finos. Esto se puede poner en claro examinando los sistemas estáti­
camente determinados simples, transformados en sistemas estática­
mente indeterminados por medio de los vínculos superfinos ab y cd
(fig. 254). Está claro que el sistema trabaja de distinta manera con
un vínculo superfino, por ejemplo, la barra ab, que con dos. Pero el
trabajo del sistema dependerá también de la rigidez de estos vínculos.
Supongamos que los elementos delgados ab y cd (fig. 254) eslán
hechos de goma. Es fácil convencerse de que a pesar de que los siste­
mas con estos vínculos son estáticamente indeterminados no obstan­
te, las fuerzas internas en estos sistemas se diferencian poco de las
10
fuerzas internas en los sistemas estáticamente determinados, sin
estos vínculos.
2. Los desplazamientos de los sistemas estáticamente indeter­
minados, como norma, son menores que los de los sistemas estática­
mente determinados invariantes, de los cuales ellos pueden ser obte­
nidos. Esto se explica, con que todo vínculo superfino que trabaja
e leva la rigidez del sistema, ya que obstaculiza el desplazamiento
por su dirección. Si para una carga dada, ninguno de los vínculos com­
plementarios introducidos en el sistema estáticamente determinado

F ig . 254

trabaja, entonces, los desplazamientos de los sistemas estáticamente


indeterminado y estáticamente determinado son idénticos. Si para
la carga dada, en un sistema estáticamente indeterminado con n
vínculos superfinos, n vínculos no trabajan, entonces, excluyéndolos.

(Fig. 255

se puede obtener un sistema estáticamente determinado con las mis­


mas fuerzas internas y desplazamientos que en el sistema estática­
mente indeterminado (fig. 255).
3. En los sistemas estáticamente indeterminados surgen fuerzas
internas complementarias provocadas por las variaciones de tempe­
ratura. Aclaramos esto con un ejemplo simple. Supongamos que la
temperatura de la viga de dos tramos de la fig. 256, a, aumentó,
arriba, en y, abajo, en t2, después de lo cual, el eje de la viga ocu­
pará una nueva posición abc. Si no existiera el apoyo intermedio,
la posición del eje sería otra, la ab1c (fig. 256, b). Para levantar
el punto b1 a la posición b, es necesario aplicar, en el apoyo del
medio, la fuerza X1.
4. En los sistemas estáticamente indeterminados, como norma,
surgen fuerzas internas complementarias, debidas a la dislocación
de ios apoyos (fig. 256, c). Efectivamente, si no existiera el apoyo
intermedio, la viga, debido a la dislocación del apoyo izquierdo, gi-

11
F ig. 256
a)
t,b

b)
raría sin flexionarse rcon respecto al S r
apoyo derecho c (fig. 25(5, ¿l). Para
levantar el punto 6, de la viga hasta c) I *t
la posición b, es necesario aplicar la T
fuerza X\ en el apoyo del medio. At a

5. En los sistemas estáticamente 1 °*'


indeterminados se originan fuerzas in­ ) f
ternas debido a la tensión en los ele­ di
mentos fabricados con inexactitud.
Así, por ejemplo, si la barra be tiene
una longitud insuficiente (fig. 257). 11 ' " ‘
entonces, para unirla al nudo c es
necesario estirarla y deformar, además, la parte restante del sistema,,
con dos fuerzas que originan fuerzas internas en las demás barras del
sistema.
6. En los sistemas estáticamente indeterminados, las fuerzas
internas debidas a la carga, dependen de la correlación de la rigidez
de las secciones de las barras, esto es, de la correlación de los produc­
tos de las características geométricas de las secciones por el corres­
pondiente módulo de elasticidad, y, las debidas a la temperatura
y asiento de los apoyos, de los propios valores de las rigideces.

Fig. 257 Fig. 258

7. Los sistemas estáticamente indeterminados ofrecen mayor resis­


tencia a la rotura que los sistemas estáticamente determinados.
El sistema estáticamente determinado posee sólo los vínculo»
indispensables para su invariación. I’or eso, la eliminación de aunque
sólo sea uno de sus vínculos, lo torna variante, el cual, hablando en
general, sólo puede estar en equilibrio en el caso de una carga de tipo
particular. Así, por ejemplo, al eliminar una barra en la armadura
estáticamente determinada de la figura 258, a, lleva a su derrumba­
miento.

12
La exclusión de un vínculo superfluo de un sistema estáticamen­
te indeterminado no lo transforma en variante. Por eso, la rotura de
una barra de una armadura sobre tres apoyos (fig. 258, b) aún 110
determina su destrucción, por cuanto ella permanece invariante. Su
derrumbamiento ocurrirá sólo al romperse otra barra más.
Ciertas propiedades de los sistemas estáticamente indeterminados,
por ejemplo, la sensibilidad a la variación de la temperatura, a la
dislocación de los apoyos y a la fabricación incorrecta, se manifiestan
de diferente manera, dependiendo de la fase de trabajo —elástica
o elasticoplástica— en que se Italia la estructura.
Así, por ejemplo, en el instante cuando en el sistema se forma una
cantidad tal de articulaciones plásticas que el sistema se torna varian­
te todas estas influencias secundarias desaparecen y la carga límite
110 depende ni de la temperatura, ni del desplazamiento de los
apoyos, ni de los defectos de construcción.
Todo lo dicho más arriba, se refiere también a los sistemas espa­
ciales.

.
S 1 2 1 NOCION SOBRE LOS METODOS BASICOS DE CALCULO
DE SISTEMAS ESTATICAMENTE INDET ERM IN ADOS. Como
métodos básicos de cálculo de los sistemas estáticamente indeter­
minados se consideran oí método de fuerzas, cuando por incógnitas
se toman las fuerzas y, el método de desplazamientos, cuando como
incógnitas se toman los desplazamientos angulares y lineales de los
nudos del sistema.
Ambos métodos están ligados por una idea común, que consiste en
que el cálculo se efectúa sobre un sistema básico obtenido del dado.
En el método de fuerzas, el sistema básico se obtiene excluyendo
todos o parte de los vínculos superfluos, de tal modo que el sistema
obtenido resulte simple y accesible para determinar en él los esfuer­
zos y desplazamientos por los métodos estudiados anteriormente.
Ante todo, tal sistema será el sistema estáticamente determinado
(fig. 259).
Por cuanto, en las condiciones dadas, «superfluos» se pueden
considerar distintos vínculos, entonces, el sistema básico, en el
método de fuerzas, no es uno sólo que pueden ser varios, por lo gene­
ral, diferentes uno de otro (fig. 259. b, c, d). La eliminación del siste­
ma sólo a los vínculos superfluos deberá conducir siempre a un siste­
ma invariante, lo que significa que. el sistema básico, por el método
de fuerzas, será invariante.
Al sistema básico, además de la carga dada, a cambio de los víncu­
los eliminados, se le aplican aún las reacciones incógnitas de los
mismos X ,, . . .. A'„, sujetas a determinación, las cuales se llaman
incógnitas básicas del método do fuerzas (fig. 259).
Los valores de las reacciones A-,. . . ., X„ deberán ser tales, que
los desplazamientos por sus direcciones, en el sistema básico, sean
iguales a los respectivos desplazamientos en el sistema dado, donde
éstas, en el caso de vínculos rígidos, 110 son posibles y, para vínculos

13
Fig. 259

flexibles, son limitadas. En estas con­


diciones el sistema básico no se diferen­
ciará del dado. Ip
Si los vínculos eliminados son rígidos,
entonces, los desplazamientos por sus
direcciones en el sistema dado son iguales
Xn-2
a cero, lo que se puede escribir de la si­
guiente manera:
A j í * , , X . .......... X n . P) — 1 2 X [n-t

An(X|. X», , Xn, P) = 0. J (13J)

Si los vínculos eliminados son flexi­ t :


bles, (deformables), entonces, los despla­
zamientos por sus direcciones en el sistema
dado no son iguales a cero y se determinan
por las deformaciones de los vínculos. Sin
embargo, también en este caso, las ecua­
ciones (13.1) pueden ser empleadas si el K ln .
vínculo flexible no se elimina, sino que /i
se corta y, sus reacciones incógnitas se
aplican en el corte en forma de dos fuerzas.
En este caso, el desplazamiento por la
dirección de la incógnita será el desplazamiento recíproco de
las parles seccionadas del vínculo, que es siempre igual a cero.
(13.1) son las ecuaciones básicas del método de fuerzas, válidas
para cualquiera de las fases de trabajo di* la estructura e idéntica­
mente empleables tanto, para los sistemas (pie se someten al principio
de independencia de acción de las fuerzas, como para los que no se
someten a él.
I'or el método de desplazamientos, el sistema básico se obtiene
introduciendo nuevos vínculos complementarios que obstaculicen los
desplazamientos angulares y lineales de los nudos del sistema dado,
y de modo que el sistema básico obtenido sea simple y accesible para
determinar en él los esfuerzos y desplazamientos.
La introducción de nuevos vínculos dentro del sistema dado debe­
rá ser compensada con solicitaciones externas complementarias sobre
el sistema básico y, precisamente, con los desplazamientos por la
dirección de los vínculos introducidos. Con otras palabras, sobre el
sistema dado están aplicadas solo las acciones dadas y, sobre el básico
aún los desplazamientos buscados de los vínculos introducidos.
Como es sabido, los desplazamientos de una barra pueden ser
expresados por medio de los desplazamientos angulares y progresivos

14
Nudo,

Fit?. 260 Fig. 261

de sus extremos (a, p, A„ y A,,) y de la carga (fig. 260, a). Efecti


vamente, colocando el origen de las coordenadas en el punto a,,
podemos, por ejemplo, por el método de los parámetros iniciales,
componer la ecuación del eje de una barra encorvada. Los parámetros
iniciales incógnitos M„ y Q0 se determinan por las condiciones sobre
el extremo derecho de la barra, donde y — Ai, — Aa y ^ = p.
Si la ecuación del eje de una barra recta encorvada ha sido com­
puesta, entonces, diferenciándola en forma sucesiva, se pueden deter­
minar los momentos flectores (M — E Jy") y las fuerzas transver­
sales (Q —E J lD y después, las fuerzas longitudinales.
Los desplazamientos de los extremos de una barra se determinan
por los desplazamientos de los nudos del sistema con los que ella linda.
De ahí la necesidad de conocer sus traslaciones angulares y progresi­
vas. Estos desplazamientos angulares y progresivos de los nudos del sis­
tema son, precisamente, las incógnitas fundamentales del método de des­
plazamientos.
En correspondencia con las incógnitas fundamentales del método
de desplazamientos, los vínculos introducidos en el sistema básico
deberán ser de dos tipos:
vínculo de momento (angular) impuesto al nudo, que obstaculiza
sólo su rotación y que es capaz de crear únicamente un momento reac­
tivo; en la fig. 261, b se exponen dos variantes de representación sim­
bólica de tal vínculo;
vínculo de fuerza (progresivo) impuesto al sistema, que obstaculi­
za sólo el desplazamiento progresivo de los nudos y que es capaz
de crear únicamente una fuerza reactiva por la dirección de este víncu­
lo; tal vínculo se representa en la fig. 261, c.
Los vínculos de momento se imponen corrientemente a todos los
nudos rígidos del sistema y los de fuerza, allí, donde hay desplaza­
mientos progresivos independientes (fig. 201). El sistema obtenido
de tal modo se llama básico con el número de vínculos completo y está
compuesto de elementos estandard: vigas empotradas en los dos ex­
tremos y vigas empotradas por uno de sus extremos, con el otro sobre
un apoyo articulado. Estas vigas estandard deberán ser previamente
estudiadas a la acción de la carga y a la dislocación de sus extremos
(véase el § 189).
De lo dicho se desprende que el sistema básico del método de despla­
zamientos con el número de vínculos completo, de hecho, puede ser obte­
nido de una sola manera.
Para la obtención de las ecuaciones canónicas por el método de
desplazamientos, se desplaza cada vínculo impuesto al sistema bási­
co, esto es, el vínculo de momento, se gira en el correspondiente ángu­
lo de giro del sistema dado y, al vínculo de fuerza, se le imprime un
movimiento de traslación, dentro del sistema dado, en el valor de
este desplazamiento. Estos desplazamientos los designamos por
Zlt Z„, . . ., Zn. Escribimos las expresiones de las reacciones de los
vínculos introducidos, originadas por los desplazamientos de los víncu­
los y por la carga. Examinamos cualquier vínculo k. Su reacción
Sifthi. z* • • •> z», p ) es función de los desplazamientos Zl , Z„, . . ., Z„
y de la carga J>. Esta reacción deberá ser igual a cero, por cuanto,
en el sistema, dado, este vínculo no existe. Sólo entonces el sistema
básico, con los vínculos impuestos, será equivalente al sistema dado
que no posee estos vínculos. Por consiguiente:
z2...........zn , i > ) = 0 (1 3 .2 )

Suponiendo que k = 1, 2, . . ., n, obtenemos el número indispen­


sable de ecuaciones:
Z . ........... Zn. />>= 1
.................................... > (13.3)
R n ( Z i, Z ............ Z n . P ) = 0 . J

(13.3) son las ecuaciones básicas del método de desplazamientos


y, lo mismo que las (13.1), son válidas para todos los estados de
trabajo de la estructura e idénticamente empleables tanto, para los
sistemas que se someten al principio de independencia de acción de
las fuerzas, como para los que no se someten a él.
En conclusión, señalamos que el método de fuerzas se puede em­
plear para calcular cualquier sistema y, el de desplazamientos, fun­
damentalmente, para el cálculo do pórticos y vigas continuas. Como
veremos más adelante, el trabajo preliminar para el método de despla­
zamientos, también se efectúa basándose en el método de fuerzas.
Por eso, el método de fuerzas es el más general.
En la forma matriz de cálculo de los pórticos isostáticos por el
método de fuerzas a veces es cómodo sustituir la carga efectiva
16
Fig. 262

sobre todo si es compleja) perpendicular a los elementos del pórtico,


)or la equivalente nodal.
El sentido de tal sustitución se puede seguir basándose en los
siguientes razonamientos:
1) El pórtico dado (fig. 262, a) se convierte con ayuda de los vínculos
lispuestos en los nudos en pórtico con nudos fijos (fig. 202 , b).
2) Construimos el diagrama de los momentos Hedores en los
ilementos del pórtico donde hay carga (fig. 262, c).
3) Recortamos del pórtico los elementos en el estado deformado
>r sustituimos su efecto sobre él por momentos y fuerzas de corte
fig. 262, d).
4) Convertimos los momentos y fuerzas de corte en cargas nodales
externas (fig. 262, e).
5) Introducimos nuevamente elementos no deformados en] lu-
iar de los quitados (fig. 262, /).
6) Quitamos los vínculos introducidos en la fig. 262, / y el pórtico
jueda sólo bajo el efecto de la carga nodal.
En este caso es necesario recordar que al diagrama de momentos
>n el pórtico debidos sólo a la carga nodal es necesario agregar los
iiagramas de momentos en las barras, debidos a la carga que actúa
directamente sobre ellas (fig. 262, c).
01191 17
C A P IT U L O X IV * T E O R IA G E N E R A L D E L

M E T O D O D E F U E R Z A S Y C A L C U L O D E P O R T IC O S

P L A N O S E S T A T IC A M E N T E IN D E T E R M IN A D O S

O 1IIP E R E S T A T IC O S

S 122. G RA D O DE INDETERMINACION) ESTATICA. El grado


de indeterminación estática se determina análogamente a la fórmula
(2.9).
n = B + 2 A + 3S + Vap.- 3 D . (14.1)
Donde D es el número de discos estáticamente determinados cuales
quiera.
Para la determinación del grado de indeterminación estática, ade­
más de esta fórmula se puede obtener una más simple, a base de los
Y --i
/7“J
Fig. 263

siguientes razonamientos. Cualquier contorno cerrado n°0


(fig. 263) se distingue del abierto en que, en el sitio [_________ ,
del cierre, es como si se hubiera colocado una sóida- 0
dura, o sea, un vínculo estáticamente equivfllente
a tres vínculos del primer tipo. Por consiguiente, n-2
el grado de indeterminación estática del contorno _________ ,
cerrado es igual a tres. Cada articulación intro­
ducida en un circuito cerrado le quita un grado de indetermina­
ción estática. De esta manera tenemos que
n =3C - A (14.2)
donde: C es la cantidad de contornos cerrados en el sistema, sin
contar las articulaciones;
A, la cantidad de articulaciones en los contornos cerrados.
Al emplear esta fórmula la tierra deberá ser considerada
como un disco abierto.
Además de la invariación estática total se distingue la invariación
estática externa e interna. '
El grado de invariación estática externa Nj del sistema, está deter­
minado por el número de vínculos superfluos a tierra y, el grado de
invariación estática interna //2, por el número de vínculos superfluos
dentro del sistema, aislado de la tierra. El grado de invariación está­
tica externa puede ser determinado por la fórmula

n t = V a- 3 - V .u .t ( 1 4 .3 )

18
Fig. 264

V '
donde: F a es el número de víncu­
los de apoyo (no de 7.
TV te A
apoyos);
l^sust. el número de víncu­
los a tierra que sus­ i) A-i
tituyen a los víncu­
los insuficientes den­
tro del sistema. S*l
El número de vínculos sustitu-
yentes so determina analizando el
sistema sin los apoyos. El grado de -----
variación de este sistema es iguaf
al número de vínculos sustituyentes
X '3
Vsust contenidos en los vínculos de
apoyo. -_
E l grado de invariación intenu y "
es igual a
n 2 = n — nx. (14. d) ' A *f '

La magnitud n¡ es el mayor V '


número de vínculos de apoyo y n2,
el número de vínculos internos
que pueden ser excluidos al pasar
al sistema básico estáticament V*-3 V z
determinado. Al mismo tiempc A-l
e)
es conveniente tener en cuenta que K--1
en vez de excluir todos o parte A 'l
de los vínculos de apoyo, se puede
excluir el mismo número de víncu­
los externos complementarios do
n„. La eliminación de un número
de vínculos de apoyo superior a
a cambio de los vínculos internos, es inadmisible, dado que ante
esto se forma un sistema variante.
Ejemplo 28. Determinar el grado de indeterminación estática (fig. 264, a).
Resolución por la fórm ula (14.1)
Desmembramos el sistema de tal manera, que cada parte quede invariante,
y estáticamente determinada (fig. 264, 6). Tenemos: D = 3, B = 0, 5 = 1 ,
I = 2 (articulación múltiple), Va = 11 y n = 2-2 -f 3-1 -f 11 — 3-3 = 9.
Para la determinación del número de barras sustituyentes VSUPt eliminamos
los apoyos (fig. 264, c) y analizamos su variación. En este caso, las partes 2 y 3
están ligadas a la 1 sólo por medio de una articulación, o sea, en forma variable.
Para la invariación faltan las dos barras mostradas con líneas punteadas. Por
consiguiente, Fsust = 2. El grado de indeterminación externa, por (14.3), es

2* 19
n, = t! — 3 — 2 = 6 y, el do indeterminación interna, por (14.4), n2 =
9 - 6 = 3.
Los números n¡ = 6 y nt = 3 demuestran que. al transformar el sistema
dado en estáticamente determinado, no se pueden eliminar más de seis vínculos
a tierra ni más de tres internos.
Si desmembramos el sistema de otra manera (fig. 264, d), aquella parto que
con anterioridad fue considerada como tercer disco, ahora la tomamos como barra.
Entonces, D = 2, fí =. 1, A = 1, S = 1, Fa = 9;
n = 1 .i + 2-1+ 3-1 + 9 — 3 - 2 = 9
Resolución por la fórm ula 114.2)
La tierra es incluida en el número de discos (fig. 264, e). El número de con­
tornos cerrados es C = 5, el número de articulaciones A = 6, y n = 3-5 — 6 =
= 9. Los números n, y nt se calculan como en la resolución por la fórmula (14.1).

§ 128. ECUACIONES CANONICAS PARA EL CALCULO BAJO


CARGA F IJA . En adelante, donde quiera que no hayan especificacio­
nes especiales, examinaremos solamentejlos sistemas capaces de defor­
marse linealmente. Esto significa que, en lo fundamental, considera­
remos el así llamado cálculo «elástico».
Para los sistemas que permiten el empleo de principio de indepen­
dencia de acción de las fuerzas, presentamos la ecuación /c-ésima (13.1)
en la forma siguiente:
ri..t2l ... xnp>= A,,.*,-}- . .. -f A;¡xn + AfcP= 0.

Sustituyendo a continuación
Aft.Yj = fyilXj, • • • * &kXn =~
obtenemos
8*1^1 + 8*2^ 2+ • • • + A*p = 0,

donde f)hm os el desplazamiento unitario dentro del sistema básico


por la dirección de la fuerza X h debido a la fuerza .Ym = 1 y, AhP es
el desplazamiento en el sistema básico por la dirección de Xh debido
a la carga.
Considerando en esta ecuación a A: — i, 2, . . ., n, sucesivamente,
obtenemos tantas ecuaciones cuantas son necesarias para la deter­
minación de las incógnitas X x, X 2, . . ., X n:
^11^1 r ^l2^2-{“ • • • -f- Sln-^n A j p = 0;
^ 21-^ 1 + ^ 22-^2 + ■■• + + ^ 2P = 0 ;
(14.5)

S n l^ J + fin 2 - ^ 2 • • • + n ^ n + A „p = 0.

El sistema de ecuaciones (14.5) se llama sistema de ecuaciones


canónicas del método de fuerzas.
Escribimos este sistema en la forma matriz
D X -i- D „ = 0, (14.6) .

20
donde:
6u ó |2 • • • &ln

1 ) D = ||óhm||= ^21 622 . . . ^2n

«». fin2 • • • 6„„

es la matriz de coeficientes de las ecuaciones canónicas;


2) X = |{X,X 2 ...X „ } | (14.8)

es la matriz de columna (vector) de las incógnitas;


3) D P = |{A1PA2p . . . AnP} | \ (14.9)

es la matriz de columna (vector) de los desplazamientos de carga.


Los desplazamientos propios 8U. ó.,2, . . . , 6nn están dispuestos
en la diagonal principal de la matriz de desplazamientos.
Ahora determinamos los coeficientes y los términos independientes
del sistema de ecuaciones canónicas (14.5). Ante todo, calculamos los
coeficientes 6ftm en la forma general. Para los sistemas con
■'m
barras rectas y de reducida curvatura empleamos, con estejobjeto,
la fórmula general de desplazamientos (11.38) que presentamos en la
forma siguiente:

Dividiendo por X„, tendremos

= ^ J * + 2 Í Ñ k ^ fd s + Ii } =

= ( M k).( M m) + (Ñ h) • (Ñ m) + (Q h) • ((Jm), (14.10)

donde M ^, N * y Qh son los momentos flectores y las fuerzas longi­


tudinales y transversales debidos a la fuerza adimensional X h = 1
en el sistema básico y, las mismas magnitudes M m, N m y Qm debidas
a la fuerza adimensional X m = i.
( M h) (Ñ h) (7jh) y ( M m) (Ñ m) ( Q m) son, respectivamente, los dia­
gramas de los momentos flectores y de las fuerzas longitudinales
V transversales en el sistema básico, debidos a las mismas fuerzas
Xh =1 y Xm =1.
Los coeficientes propios 6hhl se calculan, también por la fórmula
(14.10). Por cuanto, al determinar 8kh, en los integrandos figurarán
los cuadrados de las fuerzas sustituyentes, entonces, el desplazamien­
to propio unitario es positivo y, el suplementario 8)(m puede ser posi­
tivo, negativo o igual a cero, es decir, S,(ft > 0 , ó hm < 0 *

21
El desplazamiento Ahp, se determina por la fórmula de desplaza­
mientos (11.38) para los sistemas planos:

A „ p = 2 j d s + 2 J +

r _ QO __ _ _
+ 2 ] + + (14.11)

donde M S>, Np y Qp son los momentos flectores y las fuerzas longi­


tudinales y transversales debidos a la carga y (M°P), (N%) y ( Q p ),
los respectivos diagramas debidos a la misma en el sistema básico.
En aquellos casos cuando en el sistema hay barras rectas de sección
constante, el cálculo do las integrales (14.10) y (14.11), por estas ba­
rras, puede ser efectuado por el método de multiplicación de diagramas.
El cálculo de óftm y Aj,p se puede efectuar también en la forma
matriz. Mostramos como hacerlo, teniendo en cuenta sólo las defor­
maciones debidas a la flexión. Supongamos que los diagramas unita­
rios y el de carga, en el sistema básico, están divididos en t partes.
Entonces, de acuerdo con (11.59), podemos escribir:

ó*m= || M\kM '2k . . . M h , IM - I . .. M tm) |; (14.12)

AkP=|l M\hM '2h . . . JF'th ||• {3/ \pMzp . . . M°tP}\, (14.13)

donde en dependencia de las condiciones: M |j, por (11.55) o por (11.63)


M im y M iP por (11.57) o por (11.05), A¡ por (11.56) o por (11.64)
y A por (11.00). En correspondencia con esto, la matriz de los coefi­
cientes de las ecuaciones canónicas (14.6) se puede presentar así:

I> = ll 6ftn» \
\= M 'A M =

M i i M 2, . M'tt A, 0 0 . .. 0
m \
2 M'22 • ■ M ’,2 0 a 20 . .. 0
.

M\n 31 2n • ■ M\n 0 0 0 . .. A ,

31 12 • • - 3 f ,n
3*2. 3/ 22 • • • 3/ 2n
X

37 ,2 . . . 3 f (n

n — líneas t — líneas t — líneas


t — colum nas l — colum nas n — colum nas

22
En forma análoga escribimos

D » = M '- A M ° p =

M u M 2, . . . M U A, 0 0 .. 0 M ° iP

m \2 3 /2 2 • • • M ', 2 0 A, 0 .. 0 M zp
(14.15)

M\ n M ín .. M ‘, n M iP

Si el cálculo se efectúa para varias cargas diferentes por separado,


entonces, en (14.15) la matriz de columna de Mp se transforma en una
matriz que contiene tantas columnas, como cargas separadas haya.
Colocando lo obtenido de (14.14) y (14.15) en las ecuaciones canó­
nicas (14.6), las obtenemos en la forma siguiente:
M A M A + M '-A -M ° p = 0. (14.16)

De lo dicho se desprende que, para la determinación de los coefi­


cientes y miembros libres de las ecuaciones canónicas es indispensa­
ble tener las expresiones analíticas de las fuerzas sustituyentes M , N
y Q, para todas las barras del sistema básico o sus diagramas, debidos
a todas las incógnitas X * = 1 y a la carga dada para las barras rectas
de sección constante.
Una vez compuesto el sistema de ecuaciones canónicas en forma
numérica, éste puede ser resuelto con respecto a las incógnitas bási­
cas A o, • • M Xji*

S 124. FUERZAS SUSTITUYENTES (INTERNAS) D EBIDA S A


LA CARGA EN LOS SISTEMAS IIIPERESTATICOS Y CONSTRUC­
CIÓN DE SUS DIAGRAMAS. Como resultado de la resolución del
sistema de ecuaciones canónicas obtenemos el valor de las incógnitas
básicas X i, X 2, . . ., X n. A continuación, las fuerzas sustituyentes
y las reacciones en el sistema dado, que se determinan por el estado
indeformado del sistema y, otras magnitudes que permiten el empleo
del principio de independencia de acción de las fuerzas, pueden ser
hallados por la siguiente expresión:
S = S iX l . . . -t-SnX n (14.17)

donde: S es la magnitud a determinar (la fuerza sustituyente M, N,


Q ; la reacción_/i del apoyo; el desplazamiento A etc.) en el
sistema dado S k esjla magnitud a determinar debida a X¡, =
= 1 en el sistema básico y Sp es la magnitud deh'da a la
carga en el sistema básico.
Los diagramas de las fuerzas sustituyentes y de otras magnitudes,
pueden ser también construidos sobre la base de este principio por
23
Kig. 265
°)

la expresión análoga
(S) = ( 8 i) X i + ( S 2) X 2+ . . .
JL 6m _
b)
. . . + ( S n) X n + (S%), (14.18) IP
donde: (S ) es el diagrama de M , Q o N, de­
bido a la carga en el sistema dado;
(S h) es el diagrama de M h, Q k o ;Vh,
debido a X h = 1 en el sistema básico
y, (<SJ>) es el diagrama de M P, QP o A
debido a la carga, en el sistema
básico.
Al producto (S k) X h lo llamaremos, dia­
w y
grama corregido o simplemente, diagrama de­
bido a X k.
Los diagramas de las fuerzas sustituyentes
se puedon construir, también directamente
sobre el sistema básico, sin recurrir a la suma
de los diagramas corregidos por (14.18). Para
esto es necesario examinar el sistema básico
bajo la acción de la carga y do los valores
hallados de las incógnitas básicas X k.
Por ejemplo, el vector S P de los momentos
flectores para la construcción del diagrama
de NIr. en la forma matriz se escribe así:
M n= M X M íp =
3f?P
M u J / i, Min
x2 -1Í2P
-Ü21 M zz . . . Ñ í2n
II

.V„ M n ■
■ 5fm
M °n P
(14. 9)
Ejemplo 29. Construir el diagrama de los momentos flectores en el pórtico
de la fig. 265, e n la forma corriente y matriz. El sistema es de doble invariación
estática. Las ecuaciones canónicas son:
611-Vi -f-012-^2+ A )p= 0;
621X 1 + 622-^2"1*^ 2/j = 0.
En la fig. 265 se dan todos los diagramas necesarios para el cálculo y las
verificaciones.

24
1. Cálculo corriente
a) Por la fórmula (11.45):

6 ,, = 7íÍ j (°-0 + 4-3.3 + 6-6) + 1r:i^ j (6.6 + 4-6-6+6-6) +

+ 617 (6-6-Í-4.4,5-4,5 + 3-3) = ^ -


Q 4//
^ = T W (0-0 + 4 -3 -3 + 6-6) + 6 l 7 (6-6 + 4 -6' 6 + 6-6 )= £ 7 - :

6I2= — B¿ r (0-6+4.3.6 + 6.6)— g | j(6 .6 + 4 .4 ,5 .6 - (- 6 .3 )= - ^- :

Ai p = (°-6+ 4 ■1,5P.6 + 3 P -6)+

+ - ¿ r .(3P.6 + 4.3P.4,5 + 3P.3)=-^-

^2P— — 6-2EJ (°-3 + 4-l,5P-4,5 + 3 P - 6 )-

- 6 Í r (3P-6 + 4 -3P -6 + 3 P ,6 ) = _ 5 5 l r
Verificaciones: [véase (14.31) y (14.32)].
Suma de coeficientes

6n + 622 + 2Ó,2 = - ¿ - (243 + 144 - 2-135) = 1 £ .

d f s ) . ( 5 8) = - ¿ r ( 0 - 0 + 4 - 3 . 3 + 6 . 6 ) + B 26£ / (6 .6 + 4 - 3 .3 + 0 - 0 ) +

+ 6¿ r (0'0+ 4‘1’5,1’5+3-3)= ^ r
Suma de los miembros de carga

AiP + A2/>= - ¿ r (5 4 P -6 5 ,2 5 P )=

( M p . { \ f s) = -t. ?l :T (0-3 + 4 -l ,5 P .l,5 + 3 P - 0 ) -


Q 44 9f>P
- W (3 P -0 + 4 .3 P .l,5 + 3 P .3 )=
b) Por la fórmula (11.43):
c 6-6 2 6 , 6-6-6 ................ 3-3 /„ . 2 „\ 243
Verificaciones:
IM \iVf x_ 66 2* 1 , 0-6 2 „ 1 3-3 2 1 _ 117
( M s )- (M s )- 3 ‘ 3 6 £ / + 2 ' 3 2E J r 2 ' 3 EJ EJ
_ _ ^D.Q A i 11.25P
d f J , ) . ( J f s) = - 2 ÍL l.J L 3 3p .3 J - ._ J _
2 3 2E J 7 I T EJ '
Las ecuaciones canónicas en cifras, son:
243X 1— 135X2+ 54P = 0;
— 135Xi + 144X2 - 65.25P = 0.
De ellas obtenemos: X j = 0.0615942P, X 2 = 0.5108696P.

Fig. 266

El diagrama de momentos lo componemos por (14.18):


(3fp) = (jtf 1) X 1 + (jtf2) X2+ (.Vn
p).
El diagrama está representado en la fig. 266. Efectuamos su verificación por
.(14.33), empleando (11.45) y considerando en la viga horizontal dos partes:

(0 •0 + 4 • 3 •0,1848P + 6 •0.3696P)+
6E J
3
+ 6-2E J (6-0,3696P — 4 •4,5 •0,39675P — 3 • 1,1631P) +
3
( — 3-1.1631P — 4 1,5-0,4294P + 0-0,3043P) +
6-2E J
3
+ 6E J (0-0,3043P — 4-1,5-0,21195P — 3-0,1196P) =
4.4352P 4,4350P
: 0.
EJ EJ
Lo mismo, empleando (11.43):
- , 0,3696P-6 2 6 . 0.3696P-3 ( 2
( ! ° + y * ) w -

l,1631P-3 1.1631P-3 / 2
2
0.3043P-3 / 1
2 \3 “ ' 3 2E J 2 V3
0,1196P-3 / 1 A , 2 „\ 1 4.4352P 4.4350P
0.
2 EJ EJ

26
2, Cálculo en la forma matriz
Para el cálculo, en la forma matriz, convenimos considerar positivos a los
momentos flectores que en los diagramas están trazados dentro del contorno.
Adoptamos J v = J . Por la fórmula (14.14):
E JD = \\bhm \\EJ=
6 2 1
6E J 1 2 0000
0 —6 —6 —6 —6 —3 6 1 0,5
0 0 0 6 6 6 00 6E J 0,5 1
21
0000
6E J 1 2
0 0 0 0
—6 0 —6 0
-6 0 1 1 — 6 — 12 29 — 9 — 7.5 — 61 -6 0
-6 6 “ EJ •
0 0 3 6 9 91 -6 6
-6 6 -6 6
-3 6 -3 6
1 243 -135
EJ — 135 144
E n otra forma
6 2 1
¿ u = ( M 4).(jtf,) = l|0-6|| i°
6E J 1 2 r 16 +
6 1 0,5 1. 1— 6
+ 11—6 - 6 n-gjy
6E J 0,5 1 1 1 - 6 +
3 2 1 —6 243
+ 1 1 -6 —3 1|
0E J 1 2 —3 EJ
r, 1 0,5
«22= ( 3r 2)-(Ar2)=|| o—c II +
6E J 0,5 1
2 1 6 144
+ 116 6 1|• 3 1
6E J | 1 2 6 EJ
1 0,5
612= ( 3 f 1).(Af2) = || - 6 —6 ll-ggj- 1° +
0,5 1 16
21 135
+ 1 1 -6 —3 1|
tiEJ 1 2 EJ
Por la fórmula (14.15)
3 1 0,51 0
A1P = (AfJJ) .( Jtf,) = || - 6 — 6 1| ^ E J +
0,5 1 | — 3P
;; 21 — 3P 54P
+ 1 1 -6 “3 1|
6E J 1 2 — 3P EJ
3 | 1 0,5 —0
— 3P +
A2P=(i*f}>)-(i«fi) = ||3 6 || CE J
1 0,5 1
— 3P 65.25P
+ 11 6 6 1|■ 3 2 1 |
ÜEJ 1| 1 2 | -3P EJ ’

27
Verificaciones:
6 2 1 0
6ss = (-Ms)-(*/s) = l|0 -611-g^r
6E J 1 2 -6 +

6 1 0,5 1-6
+ | | - 6 0|| +
6E J 0,5 1 o
3 117 „
+ ||0 3 J|- 2 1 1J 0
6É l 1 21 3 “ EJ 1
3 12 1 i 1-3
s) = ll 0 — 3P |
6-2E J 1i 2| 0
3 2 1 11,25P
+ || - 3 P — 3P 1°
6E J 1 2 |3 EJ
El diagrama de momentos lo componemos por la igualdad (14.19)
0 0 0 0

—6 0 0 0,0615942P — 0,3695P
(M ) — M P *= —6 3 0 0,5108696/» 1.1631P
-6 6 -3 P — 0,3043P
—3 6 - 3 — 0.1196P
Aquí las columnas de matrices lian sido obtenidas por los diagramas de los
momentos (M j), ( M 2) y (M% ) para los puntos a, b, r, d y e.
El diagrama de momentos se expone en la fig. 266.
Verificamos el diagrama obtenido:
6 2 1 0
(.» /,.)■ ( J * s ) = II 0 — 6 || +
6E J 1 2 — 0.3696P
3 1 0,5 — 0.3696P
+ ||-6 - 3 | +
6E J 0,5 1 1.1631P
3 1 0,5 1.1631P
+ ||-3 0| +
(iEJ 0,5 1 -0,3043P
3 2 1 — 0,3043P 4.4352P
+ 110 3|
6E J 1 2 — 0.1196P EJ EJ

s 1 2 5 . SOBRE EL SISTEMA BASICO DEL METODO DE


FUERZAS. Sí las operaciones se efectúan con exactitud, para el
cálculo puede ser adoptado cualquier sistema básico invariante,
obtenido del dado (véase la fig. 259). Pero no lodo sistema básico
es cómodo para el cálculo, particularmente si el cálculo se hace a ma­
no o con «poca mecanización» en forma de máquinas de mesa con
teclas.
La invariación del sistema básico es una propiedad imprescin­
dible para darle comodidad al sistema, pero no suficiente. De ahí
la importancia de elegir, de los sistemas básicos, aquél, ante el cual,
el cálculo se efectuaría en la forma más simple.
El cálculo se compone de las siguientes operaciones: de la com­
posición de las expresiones de las fuerzas internas debidas a las incóg­
nitas unitarias y a las cargas en el sistema básico o, la construcción
de sus diagramas sobre las barras rectas de las vigas y los pórticos;

28
de la determinación, por estas expresiones o por los diagramas, de los
coeficientes y miembros libres de las ecuaciones canónicas; de la
resolución de estas últimas y de la composición de las expresiones de
las fuerzas internas o la construcción de los diagramas buscados en el
sistema dado.
La complejidad de la composición de las expresiones de las fuer­
zas internas en el sistema básico y de la construcción de sus diagra­
mas, así como de la construcción de los diagramas buscados en el sis­
tema dado, depende del sistema básico elegido. La complejidad de
la determinación de los coeficientes y miembros libres se determina
por la complejidad de las expresiones, de las fuerzas internas, indis­
pensables para el cálculo, o por la complejidad de sus diagramas en
el sistema básico. Por fin, la complejidad de la resolución de las ecua­
ciones se determina por el número do incógnitas y por el hecho de si
son completas las ecuaciones o no, o sea, de si cada ecuación contiene
todas las incógnitas o ciertos desplazamientos secundarios son igua­
les a cero.
El número de incógnitas básicas es imposible de variar, esté
idéntico para todos los sistemas básicos formados del dado. A veces,
la elección del sistema básico permite reducir a cero los desplaza­
mientos secundarios, lo cual puede simplificar considerablemente
la resolución de las ecuaciones. La sencillez de las expresiones analíti­
cas y de los diagramas de las fuerzas internas debidas a las incógnitas
unitarias y a la carga, también puede lograrse, a veces, con la corres­
pondiente elección del sistema básico.
De lo dicho se desprenden los siguientes requerimentos para un
sistema básico cómodo: 1 ) deberá reducirse a cero el mayor número
posible de desplazamientos secundarios y 2 ) las expresiones de las
fuerzas sustituyentes debidas a las incógnitas unitarias y a la carga,
o a sus diagramas, deberán ser lo más simples posible.
Para elección de un sistema básico cómodo es difícil dar cualquier
tipo de indicaciones determinadas, por cuanto ellas dependen de las
características concretas del sistema hiperestático que se examina.
Se puede señalar que, para la indeterminación externa de un sistema,
la eliminación de vínculos internos en lugar de externos, hablando en
general, da la posibilidad de elegir un sistema más cómodo. En gene­
ral, la cuestión sobre la elección del sistema básico más cómodo se
resuelve sobre la base del análisis de sus variantes posibles.
Por ejemplo, en la fig. 267 se expone la comparación de dos va­
riantes de sistemas básicos. Las segundas variantes son más cómodas
que las primeras por el hecho de que en ellas las fuerzas sustituyentes
debidas a la carga se determinan con más facilidad. En la segunda
variante, el diagrama de los momentos flectores debidos a la carga,
en el pórtico, existirá sólo en un tramo, y será simple, mientras que
en la primera variante en dos tramos y además será complicado. En
la segunda variante del sistema básico de la armadura, las fuerzas
longitudinales debidas a la carga son distintas de cero en tres barras
y, en la primera variante, en casi todas.

29
Guaríanle
Iavanante X,2 9vanarte

Fig. 267

T
l9uaruirte l qvanarte

g 120. CONSTRUCCION 1)E LOS DIAGRAM AS DE LAS


FUERZAS TRANSVERSALES Y LON GITUDINALES. Si en un
sistema hiperesíático compuesto por barras rectas, el diagrama de los
momentos flectores es conocido (fig. 268, a), entonces, los diagra­
mas de Q y N pueden ser construidos con más facilidad que por la
fórmula general (14.18). Al principio so construye el diagrama de Q
por el de M y luego, el diagrama de N por el de Q.
La construcción del diagrama de Q por el de M se basa en el equi­
librio de la barra seccionada del sistema o de partede ella. Al seccionar
una barra es necesario aplicarlo la carga y, a sus extremos, las fuer­
zas transversales y longitudinales incógnitas Q y N y los momentos
Hedores conocidos M , tomados de los diagramas de momentos
(fig. 268, b). A las designaciones de las fuerzas internas las vamos
a acompañar con los dos índices de la barra en que ellas actúan. El
primer índice deberá indicar el extremo de la barra sobre el que actúa
esta fuerza interna.
De la ecuación 2 Mi, = O se determina Qab, después de lo cual,
sobre la barra seccionada, se construye el diagrama de Q, como en
una viga, por medio del trazado de las proyecciones de las fuerzas
izquierdas sobre el eje perpendicular a la barra o por medio de la
composición de la expresión analítica de los momentos flectores
\f y el empleo de la conocida dependencia diferencial Q = ~ .
De acuerdo con esta dependencia diferencial, la fuerza transver­
sal es igual a la tangente del ángulo de inclinación de la línea tangen­
te al diagrama de los momentos flectores. Esta es positiva, si el án­
gulo a < 90° de inclinación de la línea tangente al diagrama de los
momentos M , construido por el lado de la zona traccionada, corres-
30
Fig. 2(58

h )h ;’m mmm ÍÍ

ponde al giro desde el eje de la barra, en sentido de las agujas del


reloj.
Si en cualquier barra o trozo de barra de longitud l, el diagrama
«le momentos flectores es recto, entonces, según las normas adoptadas
corrientemente para los signos, colocando este trozo horizontalmente,
obtenemos:
Q= f (14.20)

donde: M ¿er es el momento flector en el extremo derecho;


M\ zq el momento flector en el extremo izquierdo.
La construcción del diagrama de N por el do Q, se basa en el re­
corte de los nudos del sistema y el examen del equilibrio de estos.
Al nudo recortado es necesario aplicarle, por sus direcciones positi­
vas, las fuerzas incógnitas longitudinales N y transversales Q sin
indicar sus valores numéricos (de tal modo, que las fuerzas transver­
sales Q giren al nudo en sentido de las agujas del reloj), con los índi­
ces que indican las barras sobre las cuales estas fuerzas actúan. A con­
tinuación, de las ecuaciones de equilibrio, en forma de la suma de
31

I
proyecciones de las fuerzas sobre dos ejes, las fuerzas incógnitas lon­
gitudinales se expresan, en general, por medio de las fuerzas conoci­
das Q , después de lo cual se colocan los valores numéricos de Q con
sus respectivos signos. Por cuanto las ecuaciones de equilibrio se
emplean en forma de la suma de las proyecciones de las fuerzas, los
momentos flectores pueden 110 aplicarse a los nudos recortados.
Dado que de las proyecciones de las fuerzas sobre un par de ejes
se pueden hallar sólo dos fuerzas incógnitas N , entonces, su deter­
minación debe iniciarse con el recorte del nudo en el cual convergen
únicamente dos elementos. Luego, se deberá pasar, sucesivamente,
al recorte de aquellos nudos que contengan no más de dos incógnitas.
Por ejemplo, en la fig. 268, es necesario comenzar con el recorte de
los nudosd o e y, después pasar al nudoa o ale. Con los procedimientos
usuales, por la fuerza’./Vda^hallada en el nudo d, se determina N ad.
Después de esto, del recortejdel nudo a, pueden ser halladas las fuer­
zas longitudinales jVal y N ab etc.

g 127. ECUACIONES CANONICAS, PARA EL CALCULO DE


LA ACCION DE LA TEMPERATURA Y LA DISLOCACION
DE LOS APOYOS. Las ecuaciones canónicas, durante el cálculo de
la acción de la temperatura, tienen el aspecto:
+ 5/12^2+ • --+ 8hnX „ + Ak< = 0, (14.21)
donde Ah< es el desplazamiento en el sistema básico por la dirección
de la incógnita X h debido a la acción de la temperatura.
El desplazamiento se determina por la expresión (11.38):

= S j ds,-f- 2 J M hA <p(, (14.22)

donde A dst y A d<p, se hallan por las fórmulas (11.20) y (11.21).


Para los sistemas compuestos do barras rectas, siendo constante
la temperatura a lo largo do la barra, la fórmula (14.22) puede ser
presentada en la forma siguiente:

^ ' = 2 £ < <‘,l2 + í 2/i') QJV,¡+ 2 <14-22')


donde
£2^ y “ m, son ^as respectivas áreas de los diagramas de las fuer­
zas longitudinales y los momentos flectores debidos
a Xn = 1 ;
tl y í 2 son los incrementos de las temperaturas correspon­
dientes a los lados comprimido y traccionado de la
barra (véase la fig. 202 , c);
P es el coeficiente de dilatación lineal térmica.
El diagrama de los momentos flectores, debidos a la acción de la
temperatura, se compone por la expresión (14.18):
(M t) = (M i) X l 4- (-l/2) X 2 + . . . -f-(3/„) X n. (14.23)

32
Durante el cálculo de la dislocación de los apoyos, convenimos
en obtener el sistema básico, sólo seccionando (no, eliminando) los
vínculos e introduciendo articulaciones. Esto da la posibilidad, cuan­
do hay dislocación de los apoyos, de escribir las ecuaciones canónicas
en la siguiente forma:
6fciX, -f-óh2X 2 + • . . + ShnX „ + AhA= 0, (14.24)
donde Aj¡a es el desplazamiento por la dirección de la incógnita
Xk, debido a la dislocación de los mismos apoyos en el
sistema básico.
Este desplazamiento puede ser determinado o sobre la base de
consideraciones puramente geométricas o por la fórmula
AhA= - 2 / T hAm, (14.25)
donde I i h son las reacciones de los apoyos, en el sistema básico,
debidas a X h = 1, y Am, los desplazamientos de los
apoyos, por sus direcciones, en el sistema dado.
Para poner en claro el empleo de la fórmula de los desplazamien­
tos debidos a la dislocación de los apoyos, examinemos una viga de

f ." ¿ - j f e

Jl
bh*,-'___________________
Fig. 2C9 ¿ 21
]'.*/ \
b,*1 R,-t •
™ > '< u ,./

\ ¡ i . , . ¡ t
2

dos tramos, en la que el apoyo izquierdo se desplazó hacia abajo en


un valor A (fig. 269).
E l sistema básico se obtiene por primera vez seccionando el víncu­
lo de apoyo izquierdo (fig. 269, b).
Las reacciones debidas a la fuerza = 1 se muestran en la fi­
gura. Por la fórmula (14.25)
A1A= — ( — 1A) = A.
Pero si el sistema básico se elige seccionando el vínculo de apoyo
del medio (fig. 269, c), entonces, A,a = —V2A = — A .
El diagrama de los momentos flectores debidos a la dislocación
de los apoyos se determina por la expresión
( M &) = ( M i) X i + ( M 2) X 2+ . . . + ( M n) X n. (14.26)
3—01191 33
Por cuanto A h í y A hA no dependen de la rigidez del sistema y los
coeficientes de las ecuaciones canónicas óftm son inversamente pro­
porcionales a las rigideces, entonces, las incógnitas básicas X lt X 2, . .
. . X n, debidas a la acción de la temperatura y a la dislocación de
los apoyos, aumentan con el crecimiento de la rigidez del sistema.

8 128 . DESPLAZAMIENTOS EN LOS SISTEMAS HIPERESTA-


TICOS.
1. DESPLAZAMIENTOS DEBIDOS A LA CARGA
Al deducir la fórmula general de los desplazamientos, fue utilizado
el estado auxiliar del mismo sistema con la fuerza P h = 1 por la
dirección del desplazamiento buscado, independientemente de cómo

Fig. 270

C) d)

7
(*i) (K)
A.
es el propio sistema. Por consiguiente, tal estado auxiliar puede ser
empleado para los sistemas hiperestáticos, y el desplazamiento se
puede hallar por la fórmula
ds. (a)*

No obstante, esto no es cómodo, puesto que el sistema hiperestá-


tico (fig. 270) se tendría que calcular dos veces: bajo la carga, para la
construcción del diagrama de M P y bajo la fuerza P h — 1, para la
construcción del diagrama de M\,.
Esta inconveniencia puedo ser eliminada sobre la base de los
siguientes razonamientos simples: las deformaciones del sistema
hiperestático dado, no varían con la carga, si lo transformamos en un

* Para abreviar la exposición, nos limitaremos a un solo sumando en la


fórmula de los desplazamientos.

34
sistema cualquiera estáticamente determinado aplicándole las reac­
ciones de los vínculos excluidos. En este caso, tenemos la posibilidad
de determinar los desplazamientos en este sistema estáticamente
determinado nuevo obtenido del dado. Esto significa que el estado
auxiliar con la fuerza I\ = 1 no estará en el sistema dado sino, en el
sistema estáticamente determinado, para el que las expresionesy el
diagrama de los momentos M'í se hallan simplemente (fig. 270,
c, d). El desplazamiento buscado es igual a:

A kP = 2 j (b)

Mostremos aún que se puede proceder de otro modo, obtener las

vr
expresiones de los momentos debidos a la carga y su diagrama

--- '
W)
V?,Wi —

en el sistema estáticamente determinado y, las de los debidos a la


fuerza unitaria P h = 1, en el sistema hiperestático dado. Para esto
examinemos el trabajo do la carga, aplicada al sistema hiperestático,
en los desplazamientos debidos a la fuerza P h = 1:

2 p ¿ Pk = 2 \m pjet 03= A^- (c>


Transformemos ahora el sistema dado, en un sistema cualquiera
estáticamente determinado (fig. 271) y apliquémosle la carga que
actuaba sobre el hiperestático. Como resultado do esta carga obte­
nemos el diagrama de M n p. El trabajo de esta carga en los desplaza­
mientos anteriores, no varía, pero su expresión será otra:

2 fiA * = 2 J Mp-TZ-ds. (d)

De las igualdades de los trabajos (c) y (d) y de las otras igualdades


(a) y (b) obtenemos

AhP= y J \M % Jjg.ds= 2 J M h^ d s. (14.27)

De aquí se desprende la siguiente regla: para la determinación


de los desplazamientos debidos a la carga, en los sistemas hiperestáticos,
deberemos aplicar la fuerza auxiliar P k = 1 a cualquier sistema está­
ticamente determinado que puede ser obtenido del sistema dado, o apli­
carla al sistema hiperestático dado y, la carga, a cualquier sistema

3* 35-
estáticamente determinado obtenido de él y, en adelante, determinar
el desplazamiento por la fórmula general de los desplazamientos, en
el orden usual.
Si al calcular las integrales en (14.27), los sistemas permiten el
empleo del procedimiento de multiplicación de diagramas, enton­
ces, esta expresión será:

AftP = ( M P) -(M h) = ( M P) • ( M°h) = ( M °P) . ( M h) (14.27')

En este caso, al determinar los desplazamientos debidos a la car­


ga, uno de los diagramas, debidos a la carga o a la fuerza P h = 1
puede ser tomado en cualquier sistema estáticamente determinado
obtenido del dado y, el otro, indispensablemente, del sistema hiper-
estático dado.
Dado que en un sistema hiperestático, la composición de las
expresiones de las fuerzas internas, o de sus diagramas, debidas a la
fuerza unitaria P h = 1, a veces resulta más simple que las debidas
a la carga dada, entonces, en aquellos casos, cuando esto es posible,
es necesario que tal simplificación sea utilizada.
Si los desplazamientos se determinan por los pesos elásticos, en­
tonces, estos últimos, deben determinarse por el estado auxiliar
(véase la fig. 228, d), en cualquier sistema estáticamente determina­
do obtenido del dado.
Si los desplazamientos se calculan teniendo en cuenta las fuer­
zas longitudinales y transversales, entonces, las demostraciones aná­
logas se pueden efectuar de una manera más general, con el empleo de
los símbolo ( i ) , según (11.41).

2. DESPLAZAMIENTOS DEBIDOS A LA ACCION DE LA TEMPERATURA


Y A LAS DISLOCACIONES DE LOS APOYOS
Los desplazamientos debidos a la acción de la temperatura y a las
dislocaciones de los apoyos de los sistemas hiperestáticos pueden ser
descompuestos en dos sumandos: los debidos a las incógnitas básicas
X j . . ., X„ y los debidos al efecto de la temperatura o a la dislo­
cación de los apoyos, en el sistema estáticamente determinado. Por
eso, para la determinación de los desplazamientos debidos a la acción
de la temperatura o a las dislocaciones o de los apoyos en los sistemas
hiperestáticos, es necesario aplicar la fuerza P h — l a cualquier siste­
ma estáticamente determinado obtenido del sistema dado y, luego, sumar
los desplazamientos de tal sistema estáticamente determinado, debidos
a las incógnitas básicas, a los desplazamientos debidos a la acción de la
temperatura A?,( o a las dislocaciones de los apoyos:

36
donde
M t y M ¿ son los momentos flectores debidos a la acción
de la temperatura y a las dislocaciones de los
apoyos en el sistema estáticamente indeterminado;
A** y A/U los desplazamientos debidos a la acción de la
temperatura y a las dislocaciones de los apoyos
en el sistema estáticamente determinado, al cual
está aplicada la fuerza P k = 1 .
El desplazamiento A?,i se determina por la fórmula (14.22) y, el
A$¡a, por la (14.25).
Para los sistemas que permiten la «multiplicación» de diagramas:
AM= ( J f , H J Í t ) + A*,, A„4 = ( J / a).(M ¡¡) + A£a. (14.28')

§ 129. V ERIFICA CIO N DEL CALCULO. Para evitar inexacti­


tudes y errores, durante el cálculo, es necesario efectuar el control
de todas sus operaciones.
Verificación durante el proceso de cálculo. La base de un cálculo
correcto es la correcta elección del sistema básico, la composición
correcta de las expresiones analíticas o la correcta construcción
del diagrama de las fuerzas internas debidas a las incógnitas unita­
rias y la carga.
Por eso, antes que nada, es necesario verificar el sistema básico
y las expresiones analíticas de las fuerzas sustituyentes (internas)
o sus diagramas y luego, los coeficientes y miembros libres de las
ecuaciones canónicas.
Supongamos, para abreviar la exposición, que el cálculo fue efec­
tuado sólo teniendo en cuenta los momentos flectores en la fórmula
de los desplazamientos. La demostración la vamos a efectuar en base
al producto de los diagramas (M h).(M m) = Aftm, sobreentendiendo,
— M
M h -py ds,
en aquellos casos, cuando la multiplicación de los diagramas es im­
posible. Componemos el diagrama especial de ( 3 / s) por los diagramas
unitarios y el diagrama de carga:
( M s) = (M i) + ( M t) + . . . + ( M n) + (M % )._ (14.29)
Lo multiplicamos por el diagrama unitario de (3/j,) debido
a X„ = 1
Asft = ( M s) ■( M k) = \(M,) + ( M Z) + . . . + ( 3/ „) + (3 f J,)] • ( M „).
Desarrollando por miembros, obtenemos
&sk = (3Í’S) , (3/ j,) = 6hl -f-6ft2+ • • • + + AfeP (14.30)
Esto significa que la suma de los coeficientes y el miembro lc-
ésimo libro de la ecuación canónica deberá ser igual al resultado del
«producto» de tal diagrama especial de ( M s) por el diagrama de
(M h) debido a X* = 1 .
37
SiVeste diagrama especial no contiene el diagrama debido a la
carga, entonces, el resultado de la «multiplicación» de los diagramas
(14.30) no contendrá el miembro AhP. La propia verificación lleva
el nombre de por líneas. El defecto de tal verificación consiste en que
se base, también, en las mismas operaciones que la obtención de los
coeficientes y los miembros libres que se comprueban (multiplicación
de diagramas), lo cual significa que el error puede cometerse también,
en la propia verificación. Por eso, en caso de desigualdad en (14.30),
se desconoce donde fue cometido el error, en los cálculos anteriores
o en la verificación. Por fin, si fuera establecido que el error fue
cometido en los cálculos de óhm, de todos modos, se ignora en cuál
de ellos.
Pero si multiplicamos el diagrama especial de (M s ), llamado
diagrama unitario total, compuesto sólo de diagramas unitarios, por
si mismo, entonces, tendremos que

Ass = ( M e) • ( M s) = [ ( M t) + ( M j ) + . . . + ( M „)] X

X [ ( M 1) + ( 3 / 2) + . . . + ( Í f n)].
Abriendo los paréntesis, obtenemos

&S8= ( M s ) '( M s ) — bhm— i &hh + (14.31)


h = 1, 2, . . ., n hr£m
m= 1, 2........n
El resultado do la multiplicación del diagrama unitario total
por si mismo, es igual a la suma de todos los coeficientes de las ecua­
ciones canónicas o, de otra manera, igual a la suma de los coeficientes
principales y al doble de la suma de los coeficientes secundarios dis­
puestos a un mismo lado de la diagonal principal de la matriz de los
ecuaciones canónicas. Esta verificación se llama universal. Sus defec­
tos son los mismos que los de la verificación por líneas. Por cuanto
el resultado de la multiplicación del diagrama de M s , por si mismo,
es positivo, entonces, de esta verificación universal se desprende la
importante propiedad
S ^hh + ü &km > 0.
I¡4 m

Por fin, si multiplicamos el diagrama unitario total por el dia­


grama de carga M%, entonces,

&s p = (M s)'(M % ) = A,P-f-A2P-(- . . . + A„p. (14.32)


Después de la verificación de los coeficientes y miembros libres,
se efectúa la resolución de las ecuaciones canónicas. Si durante su
resolución, las operaciones no fueron especialmente controladas, en­
tonces, es indispensable colocar los valores encontrados de las in­
cógnitas principales de X ^, en las ecuaciones iniciales, las cuales, si
las incógnitas fueron correctamente halladas, deberán convertirse
en identidades.

38
Si el cálculo se llevó a cabo teniendo en cuenta la influencia de
todas las fuerzas internas M , N y Q sobre los desplazamientos, enton­
ces, en lasexpresiones (14.30—(14.32), es necesario introducir, comple­
mentariamente, los productos de los diagramas de N s, N h, N np,
Q s, Qh y Qp, análogos a los do los diagramas de M s, M h y M%, con­
tenidos en estas fórmulas, o llevar la demostración, en la forma gene­
ral, con el empleo délos símbolos (Ls), (Lt¡) y (Lp), en corresponden­
cia con la fórmula (11.41).
Verificación al final del cálculo. El diagrama de los momentos
flectores será obtenido como resultado del cálculo, por la expresión
(14.18).
( M ¡) = ( M i) X , -j- ( M 2) X 2 -f . . . + ( M „) -f-(Mp).
Si el cálculo fue efectuado teniendo en cuenta únicamente la
influencia de los momentos flectores sobre los desplazamientos,
entonces, es necesario verificar el diagrama obtenido, antes de cons­
truir con su ayuda el diagrama de las fuerzas transversales. M ulti­
pliquemos esto diagrama por un diagrama unitario cualquiera, el
de ( M h), debido a X k = 1 :
( iV P)- (i¥ h) = (( 17, ) * , + ( J / 2) X «+ . . . + ( M n) X n + ( M n
P)]-(M h).
Abriendo los paréntesis, obtendremos que
( M p) • ( M k) ~ &kiXi + fifc2A i + ••• + &hnXn + AhP.
Hemos obtenido el primer miembro de la /c-ésima ecuación ca­
nónica, el cual deberá ser igual a cero. Esto significa que el resultado
de la multiplicación do los diagramas de (M p ) y de (i l / h), también
deberá ser igual a cero. Por consiguiente, obtendremos el mismo resul­
tado multiplicando el diagrama de ( M P) por el diagrama unitario to­
tal de (M s), que contiene parte o todos los diagramas unitarios. Por
eso
(M p ).(M „ ) = ( M P) ( M s) = 0. (14.33)
Por cuanto el cálculo de un sistema hiperestático puede ser efectua­
do para cualquier sistema básico, entonces, los procedimientos de
verificación expuestos, también son empleables para cualquier siste­
ma básico. Todo esto lleva a la regla: el resultado de la multiplicación
del diagrama de (M p ), obtenido durante el cálculo bajo carga, por cual­
quier diagrama unitario de ( M h) o unitario totalizador de (M s ), en
cualquier sistema básico, deberá ser igual a cero.
Si el diagrama de (M) que se verifica se obtuvo del cálculo a la
acción de la temperatura o la dislocación de los apoyos, entonces,
a diferencia del diagrama obtenido en el caso de acción de la carga,
no contiene el sumando M°p. Por eso, el resultado del producto de ta­
les diagramas y del diagrama do M h, lo mismo que antes, es igual
al primer miembro d éla ecuación canónica sin los miembros libres

39
y, el resultado del producto de ellos por el diagrama de M s unitario
total, es la suma de los primeros miembros de las ecuaciones canó­
nicas sin los miembros libres. De esto se desprende que, como resul­
tado de la multiplicación de los diagramas de los momentos flectores,
obtenidos del cálculo del sistema a la acción de la temperatura o a la
dislocación de los apoyos, por el diagrama unitario de los momentos flec­
tores debido a X * = 1 , en cualquier sistema básico se obtendrá el miem­
bro libre Aht o AhA de la k-ésima ecuación canónica, referente al sis­
tema básico adoptado para la verificación, con el signo contrario y, como
resultado de su multiplicación por el diagrama unitario total, en cual­
quier sistema básico, se obtendrá la suma ele todos los miembros libres
Aht o Aft¿, referentes al mismo sistema básico y, también, con signo
contrario.
Si el cálculo fue efectuado teniendo en cuenta la influencia de
M , Q, y N sobre los desplazamientos, entonces, en la verificación
expuesta más arriba, al igual que el diagrama de M se introducen
los diagramas de A^ y Q.
En conclusión, se efectúan las verificaciones estáticas de los dia­
gramas de M , Q y N , obtenidos del cálculo, basadas en el examen
del equilibrio de las partes seccionadas del sistema.
Sin embargo, la sola verificación estática de los diagramas de
M , Q, y N no es suficiente, porque el diagrama de M , que frecuen­
temente sirve de baso para la construcción de los de Q y N , se obtiene
por la expresión (14.18) de los diagramas que satisfacen las verifica­
ciones estáticas, para valores cualesquiera de las incógnitas básicas X h.

8 180. ALGUNAS SIMPLIFICACIONES EN EL METODO DE


FUERZAS. Aquí se exponen los procedimientos, que, en cierta medi­
da, en alguna etapa, simplifican el cálculo a mano o con poca meca­
nización.

1. SISTEMA BASICO IIIPERESTATICO


E l sistema básico en el método de fuerzas, como ya fue dicho,
no deberá ser indispensablemente estáticamente determinado, pero
sí, poseer menor grado de indeterminación estática que el sistema
dado.
El sistema estáticamente determinado, frecuentemente se em­
plea porque, en muchos casos, el sistema básico, elegido con acierto,
es cómodo para la construcción de los diagramas unitarios y de carga,
necesarios para el cálculo.
No obstante, el sistema hiperestático posee sus ventajas, por cuan­
to exige la composición y resolución do menor cantidad do ecuacio­
nes canónicas que el sistema básico estáticamente determinado, lo
cual, para el cálculo a mano y con poca mecanización, es de mucha
importancia. Así, por ejemplo, en el cálculo de un pórtico
(fig. 272, a), el empleo del sistema básico estáticamente deter­
40
minado (fig. 272, b) da cinco incógnitas básicas y, el empleo del sis­
tema básico hiperestático (fig. 272, c), solamente dos.
Pero el sistema básico hiperestático exige su estudio previo, dado
que en él, los diagramas indispensables para el cálculo no pueden
ser construidos con medios simples. No obstante, de todos modos, es
indudable que si se estudia previamente, por lo menos una vez en

o)

- 1—
1

b)
p
A . A
Fig. 272 Fig. 273
X.
n

r ■
V7?. v77.

777/ ^7,

la forma general, bajo diferentes fuerzas, algunos sistemas hiperestá­


ticos que, frecuentemente, entran en los sistemas dados, como, por
ejemplo, los pórticos de la fig. 273, entonces, éstos podrán ser inclui­
dos con éxito en el sistema básico para simplificar el cálculo.
Por eso, si del sistema dado puede ser formado tal sistema básico
hiperestático, el cual, o fue previamente estudiado o los resultados
de sus cálculos se dan en los manuales, por las indicaciones de los
cuales pueden ser fácilmente construidos en él los diagramas unita­
rios y de carga, entonces, tal sistema básico es conveniente emplearlo,
con el fin de simplificar el cálculo del sistema dado.

2. DIAGRAMAS UNITARIOS CONVENCIONALES


Fueron llamados unitarios los diagramas debidos a Xh = 1. Su­
pongamos, ahora, que cada fuerza Xh se mide con otra unidad, espe­
cialmente elegida, igual a Ah, de las unidades anteriores corrientes.
Todos los razonamientos expuestos anteriormente se conservan por
completo. La forma de las ecuaciones canónicas (14.6) tampoco
varía, pero, en ellas los coeficientes adquieren otros valores. Ahora,
los diagramas «unitarios» deben ser construidos por X h = -4fc y las
propias incógnitas básicas X k representan fuerzas medidas con las
41
nuevas unidades. A estos diagramas «unitarios» los llamaremos con­
vencionalmente unitarios. De esta manera, al construir los diagramas
unitarios, no es obligatorio, adoptar Xk = 1 , sino que se puede to­
mar X h =>1*, donde A h es un número cualquiera. Las operaciones
con tales diagramas convencionalmente unitarios son las mismas que
con los unitarios. Todas las fórmulas para las fuerzas internas y sus
diagramas (14.17), (14.18) se conservan por completo.
Esto lo confirmamos con una demostración analítica, para lo
cual, multiplicamos los diagramas unitarios por los números arbitra­
rios A x, A t , . . A n.
A la designación de los diagramas convencionalmenie unitarios
obtenidos la vamos a acompañar con una línea. A sus productos los
designamos así:

Colocando (14.5) en la A:-ésima ecuación canónica, obtenemos

Adoptando, en adelante, en calidad de incógnitas, a Y¡ =


= X tIA { y simplificando por A h 0, tendremos que,

Hemos obtenido una ecuación canónica del mismo tipo que la


anterior cuyos coeficientes y miembros libres se determinan igual
que en la ecuación canónica común, sólo que, ahora, con las incóg­
nitas Y h, menores que Xk en A u A z, . . ., A„ veces, respectiva­
mente. Los diagramas convencionalmente unitarios son tantas veces
mayores que los unitarios. Esto significa que los productos (M h) Xh
y (M'h) Y h, que dan los diagramas corregidos, son iguales entre sí.
Por eso es que el diagrama definitivo también, puedeser compues­
to por los diagramas convencionalmente unitarios, por la expresión
(14.18). Por consiguiente, en el cálculo, se pueden utilizar tanto los
diagramas unitarios como los convencionalmenie unitarios. Al mismo
tiempo no hay necesidad de conocer, los propios números A lf A 2, . . .
. . ., A n sino que es suficiente conocer una ordenada cualquiera del
diagrama convencionalmente unitario.
Los diagramas convencionalmente unitarios son cómodos, por
cuanto la ordenada, que determina al diagrama puede ser dada por
cualquier número adecuado para el cálculo. Por ejemplo, en lugar
del diagrama unitario (fig. 274, a), para el cual sería indispensable
determinar la ordenada angular h sen a, se puede utilizar el diagra­
ma convencionalmente unitario (fig. 274, b), con la ordenada igual a 6 .
Por cuanto el empleo de los diagramas convencionalmente uni­
tarios no se diferencia del de los unitarios, entonces, en adelante,
llamaremos unitarios a unos y otros. Del mismo modo, no haremos
42
diferencia entre las incógnitas básicas Xj, e Y k y, a todas ellas, las
designaremos, idénticamente, por Xh- A todos los coeficientes y miem­
bros libres de las ecuaciones canónicas los designaremos por óhm
y AhP, sin rasgos.
Si durante el cálculo, en las ecuaciones (14.21) y (14.24), se em­
plearon los diagramas convencionalmente unitarios, entonces, para

Fig. 274

determinar A»,, y A/tA, por (14.22) y (14.25), deben utilizarse los


valores N k M h y fíh, correspondientes al diagrama convencional­
mente unitario adoptado.
Ejemplo 30. Construir el diagrama de M en el pórtico de la fig. 275, a.
En la fig. 275, b , c, d se exponen el sistema básico y los diagramas unitarios;
en la 275, e, el diagrama de carga y en la 292, /, el unitario total. Las ecuaciones
canónicas son:
611 X I + Ó 1 2 -V 2 + A jp = 0, 6 2 1X J + 622X 2 + A2p = 0.

Los coeficientes los calculamos multiplicando los diagramas. Tomamos en


consideración sólo M :
2 R 1 6,18 2 18 1 4-
3 2E J
1 12- 4 + 2 12 1464
+ 12-8-12 EJ EJ
2E J 2 1 3
8-18 1 6-8 2 1 288
6l2 = (*M|)-(^2) = 12-
2E J r 2 ' a 18 ~2EJ EJ

< « _ ( . « , 4 , 8 1 i 7- ) 2 = « .
Efectuamos la verificación por lineas multiplicando el diagrama de (A/s)
por los de (M i) y (A/*)*

(i»is)-(Afi) = 5 u + ó 12 = _ 2_ , 3 ’ 2/‘ "2£ 7 ' + 12'8 ^ 2 T eT ^


. 6-18 2 1 ,12-4 2 J ____1176.
+ 2 ’ 3 EJ + 2 ’ 3 EJ EJ ’
__ __ O 40 O
(M s)•(M 2) = Ó21 + «22= :^ • -j 24 -2Ej
1 8-18 / 2(1 c _ l i 2'i_ !_ = ÍZ6
\3 3 ) 2E J EJ ■

43
o)

La verificación universal es:


_ _ q 04 2
( A is ) •( A f s ) = 6 u + 622 + 2 6 ,2 =
2 2 4
3 2£V
1 2 - 8 ( 1 2 — 6) , 1 8 - 8 / 2 1 , 6 - 1 8
1 1
+ J 2 E J 1 2
1 8 -

. 4 - 1 2 2 1 1 7 5 2

‘ — '~ 3 l 2 ~ É T = ~ e T '

Calculamos los términos de carga:

\u ,=(M»p)-(ÁÍi) = | ” 8-89-3-¿-= ;
_ 2 i 192#
A2,, = W ).(Af2) = 3 8.8«7.9w =- ^ .

44
Las ecuaciones canónicas con los coeficientes numéricos son:
1 464 X , — 288.X, + 64? = 0;
- 2 8 8 X , + 864X, + 192? = 0.
De aquí obtenemos que: X , = — 0.09353? y X , = —0,2534?.
En la fig. 275, g se muestran los diagramas corregidos y, en la 275, h, el
diagrama resultante.
Efectuamos la verificación multiplicando el diagrama resultante y el
unitario total de (M s):

( M P)-(M 8) = - ¿ r (-|.8-8g-12-8 ' 5^ 224?.- | 2 4 ) +

+ ^ [ ^ ( 4 , + 4 1 2 )+ i m ^ ( 4 . 6_ 4 12) ] _

1 1,6836?-6 2 1 1,1224?-4 2 92,083? 92,037?


EJ ' 2 ‘ 3 EJ ’ 2 *3 EJ EJ ~
El diagrama en la viga horizontal izquierda, durante la multiplicación, se
consideraba compuesto, por abajo, por un segmento parabólico, cuya ordenada
ql- 8*
mayor era -g- = ?• g- = 8? y, por arriba, por un triángulo y, en la viga horizon­
tal derecha, por dos triángulos, el do arriba con la ordenada 3,4388? y el de
abajo con 1,1224?.

3: INCORPORACION DE FUERZAS CUALESQUIERA A LA


CARGA DADA, POR LA DIRECCION DE LAS INCOGNITAS
BASICAS
Mostremos que durante el cálculo de sistemas hiperestáticos bajo
carga, a esta últim a se le pueden incorporar fuerzas cualesquiera,
por la dirección de las incógnitas básicas X x, . . ., X„.
Supongamos que la incógnita básica se presenta como una suma
de dos sumandos
X , = X? + A X „
donde
X" es cualquier magnitud tomada arbitrariamente,
y AX¡ el complemento incógnito de ella.
En este caso, podemos escribir la ecuación canónica así:
6hi (X "+ AX,) + Sft2 (X® + A X 2) + . . . + 6hn (Xñ + A X n)+ AhP = 0.
La reducimos a la forma:
6/iiAXj + 6j,2AX 2 + . . . + 8knAX„ + AJ/>= 0, (14.36)
donde
Af¡p= AhP-J-óh,X® + 8ft2X" + . . . + 8hnXñ-

La magnitud A¿p es el desplazamiento por la dirección de la fuer­


za X;,, debido a la carga, y por la dirección de las incógnitas básicas
X j, . . ., X „, debido a las fuerzas dadas arbitrariamente.
Hablando en general, las fuerzas dadas X®, . . ., X„, pueden ser
arbitrarias, pero sus valores deben elegirse de tal modo que simplifi­
quen el cálculo. Si los valores de X®, . . ., X J, se eligen cercanos a los

45
Fig. 276
e e t e x h

valores esperados de X ^ . . X „, entonces, /z L


los incrementos A X lt A X 2, . . AX„, serán
magnitudes pequeñas que pueden ser calcu­ l
ladas por las ecuaciones (14.36), con una
exactitud menor de la que exigiría durante
el cálculo de las incógnitas totales
X
A’
j , . . ., X
V
n. En
I
esto consiste una de las sim­
. n . l n Annnlnl n a.nn .1#* 1un n! -
---

plificaciones del cálculo.


Incluso, a veces, los diagramas de carga
debidos a las cargas y a las fuerzas X?, . . .
. . . , Xn, que se le incorporaron, pueden ser
más simples que los debidos solamente a la
carga. Por ejemplo, en la fig. 276, el diagrama (m¡¡)
de carga, con la fuerza X® = ^ agregada a la " „ a£
« X. - «
carga, es más simple que sin ella.
La posibilidad de incorporar fuerzas a la carga por la dirección
de las incógnitas X ,, . . ., X„ se desprende, además, de los siguien­
tes razonamientos. En el sistema básico, las fuerzas X x, . . ., X„
y la carga, son fuerzas externas. A ellas siempre se las puede repre­
sentar en forma de dos componentes, las X?, . . ., X°n, conocidas,
y las incógnitas complementarias A Xlt. . ., AX„. Las fuerzas cono­
cidas X®, . . ., Xn, deben ser referidas a la carga.

4. ELIMINACION DE LOS DESPLAZAMIENTOS SECUNDARIOS


1. TRANSFORMACION DE UN SISTEMA INTRODUCIENDOLE CONSOLAS RIGIDAS

La idea de la transformación radica en sustituir el sistema dado


por uno estáticamente equivalente, del cual, se forma, luego, el
sistema básico. Esta sustitución se basa en la transformación del sis­
tema con la introducción, en él, de consolas absolutamente rígidas.
Por ejemplo, en el pórtico de la fig. 277 se puede seccionar la viga
horizontal, uniéndole luego, a cada parte, una barra rígida de cual­
quier forma, las cuales, a su vez, son unidas, entre sí, de modo
invariante, aunque sea con tres barras, que no se corten en un mismo
punto (fig. 277, b). En sistema básico se obtiene seccionando, a con­
tinuación, las tres barras que unen las consolas rígidas, (fig. 277, c).
También se puede proceder de otra manera, o sea: eliminar el
apoyo izquierdo y unir al extremo izquierdo, una consola rígida, el
extremo de la cual se empotra en cierto punto C (fig. 277, d).
El sentido estático de la introducción de consolas rígidas consiste
en que las fuerzas internas incógnitas, que actúan en el lugar del corte
o las reacciones de los apoyos, so sustituyen por fuerzas estáticamente
equivalentes que, para dar una idea clara, están aplicadas a las con-
46
Fig. 277

solasrígidas. Por cuanto tal sustitución es factibleen distintas varian­


tes, entonces, es necesario emplear esta posibilidad para eliminar
los desplazamientos secundarios, a fin de simplificar el cálculo.
Cómo hacer esto, se expone sobre el ejemplo de^un pórtico en
forma de U, con el que nos encontramos frecuentemente en la práctica

Fig. 278

(fig. 278, a). En la fig. 278, b, c se muestran los sistemas transforma­


do y básico. En la fig. 278, d, e, / están representados los diagramas
unitarios. Do la condición de simetría tenemos que 8t2 = 623 = 0.
2 ~
Para reducir 813 a cero, es necesario hacer c = ~ h. De este modo, en
el sistema básico (fig. 278, c), lodos los desplazamientos secundarios
47
son iguales a cero y las ecuaciones canónicas toman la forma:

f ililí + &íp — o*
822X 2 -}-A2p = 0;
633-^3 4~^3P— 0 .
Una de las ordenadas de los diagramas unitarios puede ser elegida
arbitrariamente, eligiendo, independientemente de las dimensiones
del pórtico, un número cómodo para el cálculo, lo cual se hizo en la
fig. 278, d, e, /. El cálculo expuesto de tal pórtico es el más simple.
2. CENTRO ELASTICO

Corrientemente, la noción de centro elástico se aplica a los siste­


mas cerrados o con los dos extremos empotrados (fig. 279). Examine­
mos el último. En la fig. 280 se muestra el sistema transformado y el

Fig. 279

básico obtenido de él. En este sistema básico habrá tres desplazamien­


tos secundarios 612, 813 y 823. Al trasladar las incógnitas al punto c,
disponemos de dos de sus coordenadas, con cuya correspondiente
elección se pueden reducir a cero dos desplazamientos secundarios.

Fig. 280

Eligiendo la dirección de las fuerzas X , y X ., aplicadas en el punto


c, podemos reducir a cero, también, el tercer desplazamiento secun­
dario. Así, pues, disponemos de tres condiciones, de las cuales hare­
mos huso para reducir a cero los desplazamientos secundarios.
Mostremos como hacer esto. Escribimos la expresión de los mo­
mentos flectores unitarios en el sistema básico (fig. 280, c),

M , = — iy, M z = lz; M 3= 1.

Al principio hacemos 81S = S23 = 0.


48
Considerando que N a = Q3 = 0, podemos escribir:

j M i- jtf- d s * : 2 j ( — y )- l'd v = 0 ;

«23= 2 \m 2 ^ - ü s = 2 ( z* 1' d v = 0,
ds
donde, dv = -pj se llama carga elástica.
En el caso de flección, la carga elástica dv se puede examinar como
el ángulo de giro recíproco de las secciones extremas del elemento ds
que le corresponde a la unidad del momento flector.
Estas condiciones determinan que los momentos estáticos de las
cargas elásticas, con respecto a los ejes ortogonales accidentales
z e y, deberán ser iguales a cero. Esto significa que los ejes z e y
pasan por el centro de gravedad de las cargas elásticas, al que se de­
nomina centro elástico.
Durante la deformación del sistema básico debida al momento
M 3 = 1 , cuando 613 = 6>3 = 0 , el punto c del extremo de la consola
rígida permanecerá en su sitio. Esto significa que, los desplazamien­
tos Sis y 823 serán iguales a coro, independientemente de la dirección
de las incógnitas X j y X 2. Por consiguiente, las ecuaciones canónicas,
para las incógnitas X j, X 2 y X 3 aplicadas en el centro elástico, inde­
pendientemente de la dirección de X x y X 2, adoptan la forma siguien­
te:
6|,X, + 612X 2 + A,P== 0;
8jiX , + 622X^ + A2p = 0; (14. '>7)
633X 3 -f- A 3p = 0 .

La tercera ecuación canónica se hace independiente de X x y X 2.


Ahora hacemos 812 = 0.
Escribimos esta condición sin tener en cuenta las fuerzas longi­
tudinales y transversales.

6,2 = 2 j M i- ^j- d s= 2 j — yzdv = 0.

^ D e ella resulta que, si en la expresión S12 = 0 se desprecia la in­


fluencia de N y Q, entonces, el momento de inercia centrífugo de las
cargas elásticas, con respecto a los ejes z e y, es igual a cero. Lo cual
significa que z e y deberán ser los ejes de inercia principales de las
cargas elásticas.
La posición del centro elástico y la dirección de los ejes principa­
les se determinan por las fórmulas conocidas:

* 2 . — (14.38)
2 i dv 2 S* 1 "
4-01191 49
donde
5o Y Tlo son las coordenadas del centro elástico en el
sistema arbitrario de coordenadas rectangulares
5 y tj;
a es el ángulo de giro de los ejes principales;
| y tj son las coordenadas de las cargas elásticas
Jr\ y J \n los momentos de inercia de las cargas elásticas,
con respecto a los ejes £ y rj.
Es necesario señalar que la determinación del centro elástico no
presenta dificultades. Es mucho más difícil determinar las direc­
ciones de los ejes principales de inercia. Frecuentemente, el resultado
obtenido (6ia = 0) no compensa el tiempo empleado en su determina­
ción. Por eso, señalando la posibilidad, en principio, de reducir a cero
el desplazamiento secundario ó12, si no poseemos algunas razones
especiales, no es aconsejable emplear en el cálculo los ejes de iner­
cia principales, sino, que debemos limitarnos al traslado de las fuer­
zas al centro elástico.
Indudablemente, es necesario utilizar la propiedad de los ejes
principales de inercia en los sistemas simétricos, donde la posición
de los ejes principales es conocida, por cuanto uno de ellos coincide
con el eje de simetría. En este caso, teniendo en cuenta N y Q, el
desplazamiento ó 12 será igual a cero.
La eliminación del desplazamiento secundario 812, también
es posible cambiando la dirección de una sola incógnita, pero esto
no es menos complicado que por medio del giro de los ejes.

Ejemplo 31. Construir el diagrama de los momentos flectores (fig. 281).


El centro elástico, por la condición do simetría, se halla sobre el eje de si­
metría. Los cálculos para la determinación de las cargas elásticas y del centro
elástico con respecto a la viga horizontal inferior, se unificaron en la tabla. 2.

Tabla 2

Designación Resultante de las Momento estático Posición del centro


de la barra cargas clásticas r\en m de las cargas clástico
clásticas

/ 4 8 4
0 0
2E J EJ
8 48
2—3 6
EJ EJ
(> 18 84 o r:
1—2 3
EJ EJ r i o - 24 ~ ’
(i 18
3—4 3
EJ EJ

24 84
B EJ EJ

50
0) 2 J

po

.1
.1' t 1t 1!.
j £• 27 -í
. ftr 5
b)

15 h)

Fig. 281 (*,)


i i i i i

ds
Por cuanto las cargas elásticas dv = j r j , en una sección uniforme de la
barra, están uniformemente repartidos por su longitud, entonces, su resultante
os igual a:
s
V eT -
En la fig. 281, b, e, d, e, /, están representados el sistema básico y los diagra­
mas unitarios y de carga. Las ecuaciones canónicas son:
filial + A1Í>= 0;
622X2+ A2p = 0;
833^3 + A3p = 0.
Sus coeficientes y miembros libres:
* ,7 7 ^ ,7 7 , 15-8-15 , 21-8-21 ,
Oii = (A/1)-(jM,) = —Y j— H E2J
>.->f +
, / 15-2,5 l . , , 2 1 ^ 5 _2^ „, \__2_ 4968.
+ l 2 ’ 3 15+ 2 ' 3 / E J ~ EJ '

4* f)l
/W 2 6^4 _2 \

A1P= (jtfjJ).(5 ' 1) = 8,8? - ^ r = ~ ^ r ; A2P=(jtf{i).(5' 2)=o;

Las ecuaciones canónicas con coeficientes numéricos son:


4968*, — 448? = 0 288X, + 0 = 0 ;

2 4 X , ~ y 5 = 0.

, . 56q „ 8
De estas obtenemos: X , = ; X* = 0 y X 3 = -g-q.
Los diagramas corregidos y el definitivo se exponen en la fig. 281, g, h, i.
La verificación del diagrama se lleva a cabo, multiplicándolo por el diagrama
de { M J .

32g.8-l (192g-32g) 6-1 " 192g.8-l 2_„ 1


( J f p ) . ( J f 3) = . 69£/ + 69 2 . £y ¿+ 6g£2y 3 8 *8? £ 2 7 " = 0 -

g 181. VALORES IN IC IA LES DE LOS MOMENTOS DE; IN E R ­


CIA Y LAS AREAS DE LAS SECCIONES. Para componer las ecua­
ciones canónicas en forma numérica, es indispensable disponer de los
valores iniciales de las características geométricas de las secciones
transversales.
Antes que nada, pongamos en claro, qué es lo que se necesita
conocer para efectuar el cálculo de la carga. Designamos al momento
de inercia y al área de una sección cualquiera por J 0 y F 0. Suponga­
mos que los momentos de inercia y las áreas de las secciones restantes
están dados con los respectivos coeficientes correctores k¡ y m¡ en la
forma siguiente: J t = & |/0 y F¡ = m¡F0.
Al considerar las deformaciones debidas a los momentos flectores
y las fuerzas longitudinales y transversales, los coeficientes de las
ecuaciones canónicas 6hm y los miembros libres AkP pueden ser pre­
sentados así:

A *p - T T ¿ ( AhP + Bhp + C *p ^ )

donde ahm, bhm, chm, -í4hP, B hP, y ChP son números independientes
de las dimensiones de las secciones; ahm y A hP sólo dependen de los
coeficientes kt\bhm y BhPl de m¡; chm y ChP, de n¡ y m,.

52
Colocando estasexpresionescn la/c-ésiina ecuación canónica (14.5),
obtenemos

£77 t 0*' + bhi + Ch‘ ) Xi +

+ ~ ¿f; + + ChlW % ) X z +

+ •••+■TT0 ( flhn + & h n ^ + C h n !^ - ) * n +

+ - ¿ ¡ ( A» + B » T Í + C ’» i í t ) - 0 - <b >

La magnitud E J 0 en la ecuación canónica, puede ser simplificada.


Por consiguiente, durante el cálculo, no es obligatorio conocer esta
magnitud. Sólo es indispensable conocer los coeficientes k¡, mt y n,
y la relación
Si el cálculo se efectúa teniendo en cuenta sólo las deformaciones
debidas al momento flector, entonces, es necesario conocer solamente
los coeficientes k¡.
De la ecuación canónica (b) se ve que el cálculo no varía solamente
cuando J 0 y F 0 varían proporcionalmente. Si el cálculo se lleva a cabo
teniendo en cuenta sólo las deformaciones debidas al momento flector
entonces, cualesquiera que sean las variaciones de J 0 y F 0, no modifi­
carán sus resultados.
Si el cálculo se efectúa a la acción de la temperatura o a la dislo­
cación de los apoyos, entonces, ya no es posible simplificar la magni­
tud E J 0 en las ecuaciones canónicas (b), dado que los miembros libres
Afet y AfcA no la contienen. Por eso que aquí, además de las magni­
tudes imprescindibles para el cálculo de la carga, es necesario cono­
cer aún el valor numérico de E J 0. En este caso, se ve fácilmente que,
con el aumento de E J 0, también aumentarán las incógnitas básicas

g 1 8 2 . P R IN C IP IO DEL T RA BAJO M INIM O. Representémo­


nos una viga de varios tramos sobre apoyos elásticos (fig. 282, a).
Para los razonamientos, empleamos un sistema básico en forma de
una viga sobre los dos apoyos extremos para lo cual, seccionamos los
apoyos elásticos del sistema dado (fig. 282, b). Componemos la expre­
sión de la energía potencial U de la deformación del sistema. Ella
es función de la carga P y las incógnitas básicas X i, . . X „, esto es,
u = / ( X lt X 2..........X „, P).
Componemos las derivadas parciales de la energía potencial de la
deformación del sistema con relación a las incógnitas básicas:
dU dU dU
óX, ' dXz ’ ' ••’ dXn '

53
Según el teorema de Castellano, estas derivadas parciales son
iguales a los desplazamientos por la dirección de las fuerzas X lt . . .
. . ., X„ y, por consiguiente, en el sistema dado son iguales a cero:

* L = o, * L = 0
dXi ’ 0X2
dU
dX„
0. (14.39)

Desarrollando estas ecuaciones, llegamos a la forma conocida de


las ecuaciones canónicas.

Fig. 282
t)
s
0)

T r

A
y
m77/.
I
I
nihl ¥
Las ecuaciones (14.39) determinan las condiciones de máximo
o mínimo de la energía potencial U como función de muchas variables
X x..........X n.
Dado que al aumentar ilimitadamente las incógnitas Xj, la ener­
gía potencial aumenta, no puede haber máximo. Esto significa,
que las incógnitas X lf . . ., X„ adquieren tales valores, para los cua­
les la energía potencial de la deformación del sistema es mínima. Por
cuanto la energía potencial de la deformación es igual al trabajo de
las fuerzas externas, entonces, estas últimas, deformando al sistema,
también realizan un trabajo mínimo. En esto precisamente reside
el principio del trabajo mínimo.
La condición de mínimo de la energía potencial de la deformación
también se puede establecer matemáticamente. Compongamos las
segundas derivadas parciales de la energía potencial de deforma­
ción con relación a las incógnitas X¡, . . ., X n:
d2U dA*
= &kh > O- (14.40)
dX i dXh

Esta es, precisamente, la condición de mínimo de la función.


Proseguimos con nuestros razonamientos. De la ecuación (14.40)
obtenemos el valor de las incógnitas básicas X j, . . ., X n. Suponga­
mos que todas ellas son diferentes de cero. Si hacemos, ahora, X„ = 0 ,
entonces, descubrimos que las condiciones (14.39) no serán cumplidas
54
y que no hay un mínimo de energía potencial. Si X n = 0, el nuevo
valor de la energía potencial será mayor que el anterior.
Examinemos ahora el nuevo sistema sin el vínculo n (fig. 283),
con la energía potencial de deformación Ux = j x (X x, . . .
•• X n - i, P). .
Las nuevas condiciones para el mínimo son:
au.
Í£ í- =
a x t
0
u ’ dX n- i
= 0.

De estas condiciones hallaremos los nuevos valores de X t, . . .


. . ., Xn-i que determina el mínimo de la energía potencial Ult min
para el sistema con (« — 1) incógnitas. Si a este sistema le agregamos

Fig. 283

A
m t

la fuerza X n = 0, entonces, la magnitud de la energía potencial


Ul no varía. Pero anteriormente, para el sistema con n incógnitas
fue hallado que, cuando X n = 0, la magnitud de la energía poten­
cial, siendo las fuerzas restantes . . ., X „_x diferentes de cero,
es mayor que Z7mtn-
Esto significa que, en el sistema con un vínculo excluido, la
energía potencial tiene su mínimo, pero él es mayor que el mínimo
de la energía potencial del sistema con un número completo de víncu­
los, es decir,
U l, mln Um\
n. (14.41)
Sólo en el caso particular, cuando en el sistema con el número
completo de vínculos resulta, circunstancialmente, que X n = 0,
estos valores de la energía potencial serán iguales.
Por consiguiente, al eliminar un vínculo, las fuerzas externas
realizarán mayor trabajo que antes, o sea, el sistema se hace menos
rígido. Esto significa que la introducción de vínculos eleva la rigidez
del sistema y, la eliminación, si el vínculo trabaja, la disminuye, pero,
si no trabaja, no la varía.
Esta conclusión corresponde a la tesis establecida anteriormente
de que cualquier vínculo que trabaja, dificultando lo^desplazamien-
tos por su dirección, disminuye los desplazamientos del sistema, esto
es, eleva su rigidez.
Para concluir, examinemos la gráfica de la variación de la ener­
gía potencial de deformación de la viga en función de la variación
55
del momento M (fig. 284). El mínimo de la energía potencial será
cuando M = — q
-^. Esto se desprende de la ecuación

• /i/2
El valor de M = — ^ corresponde al caso de empotramiento
del extremo de la viga.

§ 1 3 » . DEDUCCION DE LAS ECUACIONES CANONICAS POR


EL TEOREMA DE LA R EC IPRO CID A D DE LOS TRABAJOS.
Al sistema básico con la carga y las incógnitas básicas X n>
aplicadas a él (fig. 285, a), lo llamaremos estado real. Sobre la figura

EJU

Fiff. 284 Fig. 285

con punteado so muestra la configuración aproximada de la línea


elástica de la viga. Examinemos el estado auxiliar con la fuerza
= 1 (fig. 285, b). Sobre la base del teorema de la reciprocidad de
los trabajos de las fuerzas de los estados real y auxiliar, hallaremos
que
X Aft + X 2^2)1+ • • • + Xn^nh + P&Pk = •0 -f-1 •0 -f Dh • 0 = 0 .
liemos obtenido la ecuación canónica del teorema de los trabajos
recíprocos. Considerando que la fuerza X /, = 1 tiene dimensión
física, cada uno de sus sumandos es un trabajo de la fuerza real en el
56
desplazamiento del estado auxiliar. Esta forma de escribir las ecua­
ciones canónicas no tiene ventajas particulares. Es cómoda sola­
mente durante el cálculo de los sistemas a la dislocación délos apoyos.

8 184 . PROCEDIM IENTOS ESPECIALES DE RESOLUCION


DE LAS ECUACIONES CANONICAS. La resolución de las ecuacio­
nes canónicas por medio de máquinas computadoras aritméticas elec­
trónicas (ETzVN) no presenta ninguna dificultad. En la actualidad,
se han elaborado programas estandart especiales para la resolu­
ción de ecuaciones con muchas incógnitas. Pero, en los cálculos a ma­
no o con el empleo de lo que se denomina «poca mecanización» de las
ecuaciones canónicas, con tres o más incógnitas, representa una parte
muy trabajosa del cálculo. Por eso es importante conocer los proce­
dimientos de resolución que, conduciendo al objetivo por las vías
más cortas, excluyerán la aparición de errores y su acumulación.
Estos mismos métodos son también aplicables con las ETzVM.
1. FORMA C.ENKRAL DE RESOLUCION DE ECUACIONES POR MEDIO
DE LOS COEFICIENTES DE INFLUENCIA
Escribimos las ecuaciones canónicas:
6 ..X . + 6)2^2 + • • +6lfcXfe + • • 4"
4 . . . + 6, n%n 4" Aip = 0.

&k t Xt . . .

(14.42)
+ fytn^n 4" A*p = 0;

6 -.X , + fin2-^2+ • • • T + 4~ m+
+ • • • + 6„r X n + A np = o . ,
Presentamos la resolución de las ecuaciones canónicas en la forma:
X i = PnAip-f- pt2A2/>+ • • • + P u A íp +
+ • • • + PifcAj,p -J- . . • + PinA „p;

— P¡iAjp-(- P¡2A2p4- • • + PiíA¡P -|-


+ • • • + PiftA/,p+ . . • + P in A np;
(14.43)
X h— PhlAiP + Ph2A2p-|- • • +Ph¡A|p +
+ • • • + PMiAhp4- . . 4- PftnAnp!

X n = PiiiAip-h Pn2A2p + • • + Pn|A/p-f-


+ • • • 4~PnfeAfcp-|- • • 4" Pnn Anp

57
Los coeficientes de la clase {J^, llevan el nombre de coeficientes
o números de influencia del miembro libre AhP = 1 sobre el valor
de la incógnita X¡.
Escribimos (14.13) en la forma matriz de la siguiente manera:
X = IiD p ,
Pu Pl2 • • Plk • • ■ Pin

donde B = || || = P21 P22 • • Pal» • • • p2n

Pnl Pn2 • • Pnft • • • Pnn


es la matriz de los coeficientes de influencia.
Mostremos que los coeficientes de influencia pueden conside­
rarse como reacciones de los vínculos i, debidas a los desplazamientos
unitarios de los vínculos k, en el sistema dado. Para ello al sistema
dado le imprimimos un desplazamiento igual a la unidad, por la
dirección del vínculo k (por la dirección de la fuerza X*) y hallamos
todas las incógnitas X lt . . ., X n. A estas incógnitas las tomamos
en calidad de carga sobre el sistema básico. Evidentemente, que para
esta carga sólo &hP = 1 y, todas las restantes A¿P = 0. Entonces,
de (14.43) obtenemos que X¡ = pih.
La dimensión de los coeficientes |Jift se desprende de su determi­
nación como fuerzas correspondientes a la unidad de los desplaza­
mientos, es decir,
,. ., j o dimensión do la reacción del vínculo i
d im en sió n de p ; k = - r -------- — m ¡---------- ;— :— n — -— i— r -
1 1 dimensión del — desplazamiento del vinculo k
Los coeficientes de influencia poseen la propiedad de recipro­
cidad píh = phi, lo cual ya es conocido del teorema de la reciprocidad
de' las reacciones unitarias.
Demostremos que la matriz de los coeficientes de influencia
II Pih II representa la matriz inversa de los coeficientes de las ecua­
ciones canónicas ||8 |j, ||, con signo contrario.
Para esto colocamos la expresión (14.44) en la (14.G)
D H D p + D P = 0.
Después de las simplificaciones
D I t = — JE. (14.45)
Por cuanto D I ) - 1 = £ , obtenemos que
B = — D~i . (14.46)
Por consiguiente, la determinación de la matriz de los coefi­
cientes de influencia, de hecho, es una transformación de la matriz
de los coeficientes de las ecuaciones canónicas. Esto significa que los
coeficientes de influencia dependen solamente de los coeficientes de
las ecuaciones canónicas y no de sus miembros libres.

58
Sobre la base de la expresión (14.16) podemos escribir la regla de
la verificación de los coeficientes de influencia.
El producto de la línea do la matriz ||8¡h || por la columna (o lí­
nea) del mismo nombre de la matriz || pf)l ||es igual a la unidad nega­
tiva y, su producto por cualquier columna (o línea) de nombre dis­
tinto, es igual a cero. Así, por ejemplo, multiplicando la matriz
II 8/it II P °r la /c-ésima columna de la matriz || p¡h ||, obtenemos:

6llPlh + 8,2^2^ + • • + 6 1),P h h + • -r8i„Pnk + 0 = 0; '


6 2 1 P 1I1 + 8 2 2 0 2 * + • • + 8 2ftPhh-f- • + ó 2n P n h + 0 = 0;

SfciPih + « u f o + • • • + 6fchpfch + . . . + 8h„pnh + 1 = 0 ; ^ ¿L%

6ntPlh + 6„2p2fe + • • • + SnftPhft + . . . + 6nnpnh + 0 — 0.

La presentación de las incógnitas, en la forma general, por medio


d© los coeficientes de influencia y miembros libres, es particularmen­
te cómoda cuando el cálculo de un sistema hiperestático se lleva a cabo
para varias cargas alternadas, lo que usualmente tiene lugar en la
práctica, o bien para una carga rodante, al construirlas líneas de
influencia. Si los coeficientes de influencia fueron determinados, en­
tonces, para cada nueva carga, el cálculo se reduce a la determina­
ción de AhP debido a esta carta y al cálculo de las incógnites X t, . . .
•• X„.
Los coeficientes p(ÍI se determinan con distintos procedimientos,
los que también se emplean para la resolución directa de las ecua­
ciones canónicas.

2. RESOLUCION DE LAS ECUACIONES CANONICAS Y CALCULO DE


LOS COEFICIENTES DE INFLUENCIA CON AYUDA
DE DETERMINANTES
Cualquier incógnita se determina por la fórmula
X , = D ,:D , (14.48)
donde columna i

811 812 . . . 8„ .. 8,n 611 812 •. A,p .. 8|„


621 822 . . . 6¿i .. 82^ 82, 822 .. A2P .. 82n
D= , D¡ = -
Shi 8ft2 . . . 8hi • • 8fcn 8fc! 6fe2 • • AhP .. 8ftn

6fJl 8n2 . . . 8n( .. 8„n 8nl 8„2 • • A„p . . • 8„„

Se puede demostrar que el determinante D es siempre mayor que


cero.
59
La fórmula para p/h se obtiene de la expresión (14.48), haciendo
en ella AfcP = 1, todos los restantes A(P = 0.

6)2 • . 0 • • Sin
^21 ó22 . . 0 • • Sin
: D = ( — i) <i+k±1) E lh .. (14/.9)
6fe2 • . 1 • • 6)in

6nl 6n2 • . 0 • • 6*n

El determinante D ¡h se obtiene del determinante básico D , ex­


cluyendo la i-ésima línea y la /c-ésima columna o la /c-ésima línea y la
í-ésima columna.
El procedimiento de los determinantes posee los siguientes defec­
tos:
1 ) los determinantes se calculan de manera simple sólo hasta el
tercer orden, esto es, cuando el número de incógnitas no es mayor
de tres;
2) el resultado en el numerador y denominador de (14.48) y
(14.49)se obtiene, frecuentemente, como la diferencia de números
grandes próximos, lo cual requiere cálculos exactos, de lo contra­
rio, en el resultado habrá un error grande.
El procedimiento merece atención cuando el número de incóg­
nitas es pequeño.
Kjemplo 32. Resolver un sistema de ecuaciones canónicas por medio de
los determinantes:
4Xt — 2X, + 2X, — 6 = 0;

- 2 X , + 6X2 + 2X , - 16 = 0;
2Xj + 2X, + 4X3 — 18 = 0.

Los determinantes son:

4 —2 2 -6 —2 2
Z>= -2 6 2 = 24; D i= - — 16 6 2
2 2 4 — 18 2 4

4 —6 2 4 —2 -6
Z>2= - — 2 — 16 2 = 48; ZJ3= - -2 6 — 16
2 -18 2 2 2 — 18

Las incógnitas son:


Por la fórmula (14.49), para D = 24, los coeficientes de influencia son:
6 —2 2
2 I
2 *1 _ 2 4 1
P n = ( - l ) <1+1+1>
24 6 Pi2 = (—i)‘1+2+1» 24
—2 6 14 2
2 2 2 12 4 t
P i3 = ( - 1 ) (,+S+1) P 22 = ( - i ) <2+2+t>
24 3 24 2
14 - 2 4 —2
12 2 1 —2 6 _5
P*3 = ( — 1 ) '2+3+1 > p3J = ( - l ) <3+3+‘ >
24 24 6 '

La verificación de los coeficientes obtenidos se efectúa por la fórmula (14.47)


para k = 1, 2, 3, empleando la línea subrayada:

< ( - 4 ) + <- 2> ( - t ) + 24 + ‘ - *

- 2 ( - t ) + , ( - t ) + 24 + í - *

2 .4 + 2 4 + 4 ( - 4 ) + i- o .

3. RESOLUCION DE LAS ECUACIONES Y CALCULO DE LOS


COEFICIENTES DE INFLUENCIA, POR EL PROCEDIMIENTO
DE GAUSS
El procedimiento de Gauss es el método de la exclusión sucesiva
de las incógnitas en un orden determinado, lo que permite cumplir
la verificación de control durante el proceso de la resolución.
A l principio, de la primera ecuación del sistema dado se ex­
presa por medio de todas las demás incógnitas X t, . . ., X n y se co­
loca en las ecuaciones restantes. Luego, de la primera ecuación del
nuevo sistema, X 2 se expresa por medio de las restantes incógnitas
y se coloca en las ecuaciones que quedan. Y así sucesivamente.
Después, do cada grupo do ecuaciones obtenidas, se examinan
sólo las primeras ecuaciones, lo que conduce a un sistema de ecua­
ciones con una matriz triangular de la forma siguiente:
I 4* + 6)3^3 4 " --- 4" 6lkX h 4­
4- • • • 4-8inX/» + A ,p = 0 ; (1)

^ 2)^2 + 6(2V X 3+ . . . + 6(2VXh +


4- . . . -f-fi^X n 4- A2p = 0; (2(1))
S $ x 3+ . . . + ^ X h+ . . . +6&>X„4-A$ = 0; (3<2>) (1450>

« i!" ‘’X , 4- 8\ih~l)X h + . . . + ó £ r 1}X n 4- Ajp” ” = 0 ; (i*5-1*)

6 < r 1)X „ 4 - A S r 1) = 0; (« < "- » ) )

61
La resolución de este sistema de ecuaciones se efectúa en orden
inverso, desde abajo hacia arriba:
A(n-1)
np
X„ = '¿(n - l) ’

a(n-2)
X —n Y fl(n-l)P
n—1 — c(n-2)
(n—1) (n-1)

A f l r 1» . (14.51)
6 ÍP > ’

X , = oc12X 24 -a 13X 3-f a u X t -4- . . . + ot,„Xn— ^ >

donde ahm = — filV *: 6** *, siendo m = (A:+l),


(&-f-2 ), . . n.
La obtención de las ecuaciones con la matriz triangular de los
coeficientes se llama ciclo directo y, a la resolución de estas ecuacio­
nes, ciclo inverso.
Las ecuaciones (14.50) pueden ser obtenidas, así como las ecua­
ciones canónicas, para diferentes sistemas básicos.
Examinemos un sistema hiperestático y el sistema básico, para
éste (fig. 286, a). Compongamos para él la primera ecuación del tipo
de la ecuación (1) en (14.50).
Ahora, introducimos un vínculo por la dirección de X t y tomamos
el sistema monohiperestático obtenido como básico (fig. 286, b).
Escribimos, para él, la primera ecuación canónica que comenzará
con X 2 y, en (14.50), será la ecuación (2a *). Ahora queda en claro
el sentido del índice superior en las expresiones (14.50) y (14.51),
que señala el grado de indeterminación estática del sistema básico.
De este modo se revela el sentido mecánico de los coeficientes
Ó2ft como desplazamientos unitarios por la dirección de la fuerza X 2,
debidos a las demás incógnitas X fc en el sistema monohiperestático.
Una vez escrita la ecuación (2a>), introducimos otro vínculo más
en el sistema básico, por la dirección de la fuerza X 4 (fig. 286, c) y es­
cribimos, nuevamente, sólo la primera ecuación, lo que nos‘ dará la
tercera ecuación (3(2)) en (14.50). El índice superior en el número de
la ecuación y en sus coeficientes muestra que esta ecuación se refiere
a un sistema básico de doble indeterminación estática. Sus coefi­
cientes ó'f/í son los desplazamientos unitarios por la dirección de la
fuerza X 3 debidos a las restantes incógnitas X/, en este sistema básico,
etc.
El último sistema básico es un sistema (n — 1) veces hiperestático
obtenido con la introducción sucesiva de vínculos. Generalizando,
se puede decir que el índice (i — 1 ), en el signo ¿<i-1> de la ecuación
62
(14.50), señala el grado de indeterminación estática del sistema bási­
co y, los coeficientes S^T1, de la ecuación ¿<i_1),son los desplazamientos
unitarios por la dirección de la fuerza X¡, debidos a las demás fuer­
zas X h en este sistema básico (i — 1 ) veces estáticamente indetermi­
nado.
Por cuanto las ecuaciones (14.50) pueden ser interpretadas como
ecuaciones canónicas para los diferentes sistemas básicos empleados

63
sumultáneamente entonces, sus coeficientes pueden ser obtenidos
no sólo por vía aritmética sino, también, sobre la base de la teo­
ría de los desplazamientos.
Examinemos este segundo procedimiento, que al mismo tiempo
nos brindará informes complementarios. Nos damos la tarea de de­
terminar los coeficientes de la ecuación (2 a>), esto es, los coeficien­
tes del tipo 6$ . Por el teorema de la reciprocidad 8$ = 8$ , donde
8$ es el desplazamiento unitario por dirección de cualquier fuerza
k, debido a la fuerza X 2 y correspondiente a la unidad de esta fuerza.
Por consiguiente, la carga, sobre el sistema básico será la fuerza
X , = 1 (fig. 286, d) que da el diagrama de Este sistema es
monoliiperestático. Adoptamos para él, en calidad de básico, el
sistema isostático inicial (fig. 286, d). La ecuación canónica 6,,Zj -f-
-1- 812 = 0 , de donde Zx = — ^ — a 12.
Por consiguiente a 12 es la reacción del vínculo introducido en
el sistema monohiperestático básico debida a X 2 = 1 .
Una interpretación análoga como reacciones debidas a las fuer­
zas Xh = 1 * reciben, también, los restantes coeficientes del tipo
a¡h- Después de esto, podemos decir, que el diagrama de estará
compuesto de dos diagramas
( 5 f ^ )) = (]Mr2) + a 12. ( M 1). (14.52)
Para la determinación del desplazamiento 6*lJ, al sistema isostá­
tico básico se le aplica la fuerza auxiliar X h = 1 (fig- 286, e), lo que
determina al diagrama de M Ahora hallamos 6$
8a2) = f>2* = ( - M h ) 'l( ^ 2) + a i2
i)) = 62fc+ ctl26lh. (a)
La expresión obtenida muestra que la ecuación (2(1)) puede ser
obtenida por la fórmula simbólica siguiente:
2(,)= 2+ a 12-1. (14.53)
De esta expresión se ve que los coeficientes de la ecuación (2(1)),
pueden ser obtenidos eliminando la incógnita X , do las dos primeras
ecuaciones de (14.42).
Pasamos a la determinación de los coeficientes 83* = 8 *3. Como
carga sobre el sistema básico para 6$ participará la fuerza X s = 1
(fig.í 286, /). Con esta fuerza obtenemos el diagrama de (A/s*’). Efec­
tuamos la resolución del sistema de doble indeterminación estático
en forma sucesiva. Al principio, empleamos el sistema básico sin
el vínculo por la dirección de X 2 (fig. 286, g). La ecuación canónica es
g(i)
H" 6ÍV = 0, de donde Z 2 = — —jy = ct2j.
®22
En base a esto, cualquier coeficiente del tipo a 2h es la reacción
del vínculo 2 debida a la fuerza X ft = 1 en un sistema básico mono­
hiperestático.

64
Al obtener la fuerza Zt , a la que ahora consideraremos como carga,
pasamos al sistema básico isostático (fig. 286, h):

611Z t 4-613+ a_ 36|2 = 0, de donde Z ,= — —


[6lo ,
— ®23 — a 13 “t“ a 23a 12-

Esto significa que (J/-)*’) estará compuesto de los siguientes dia­


gramas:
('M {32>) = ( M 3)+ (a 13 + a 25a 12) { M 1) + a ,3( l í 2). (14.54)
Para la determinación de 638, aplicando la fuerza X h = 1 al
sistema isostático, formamos un estado auxiliar (fig. 286, e). El
desplazamiento 83* se expresa así:
b 'ik — 6*3 — I ( M 3) + (®|3 + a 2Ja l2 ) ( - W i) + a 23 • ( 2) 1 • ( M h ),
o
Ü (3 k = 83h + ( a i 3 ' T a 2.ia l2) + ^23^2*1 = & 3k + ®lj6lft + <*23! ( a 12^1fe + ^2h) =

= &3k + OC|3 8 ifc+ <*2 3 6 ^ • (14.55)


Por consiguiente, la ecuación (3ta>) puede ser obtenida por la
expresión simbólica
3<2, = 3-f a 13l + a 2j.2 (1). (14.56)
Confrontando (14.53) y (14.56) obtenemos la ecuación simbólica
4<3) = 4 + o lt • 1 + <x24•2(1) = a M• 3(2J. (14.57)
La ley de la formación de tales expresiones simbólicas está clara.
Su empleo permite componer la tabla 3 para la composición de las
ecuaciones incompletas (14.50). La fórmula general de a h¡ tiene la
forma:

a * i= — * (14'58)

En la primera línea de la tabla 3 se escribe la primera de las ecua­


ciones dadas de (14.42) y se determina la suma, inscripta en la última
columna de la tabla, de los coeficientes de esta línea, en la que se
pueden incluir, también, los miembros de carga libres.
En la línea 2 se calculan los coeficientes «,&. Luego para la obten­
ción de la ecuación (2(1)), según (14.53), en ia línea 3 se escribe la
segunda de las ecuaciones dadas en (14.42) y también se determina
la suma de sus coeficientes, inscripta en la última columna de la ta­
bla. En el renglón 4, se escribe, nuevamente, según (14.53), la prime­
ra ecuación de (14.42) multiplicada por a,'»- En la columna de
esta línea ponemos puntos, por cuanto en la ecuación (2 a >), el coefi­
ciente de X j es igual a cero. Sumando por (14.53) las líneas 3 y 4 de
la tabla, en la línea 5 obtenemos la ecuación (2 a>).

s—01191 65
Tabla 3
Incógnitas
Al! de Mt de la ecuación Miembros libres Suma de los
linca y coeficientes coeficientes
X, •Vj A'n Xn AiP

1 ( 1) 6ti Ójo í>13 411n A „. *1

2 Ó|2 „ - 6,3 _ 6in


«11, a i 2— — 7“ - «13“ — T— •
Oll *11 *" "677"

3 (2) í>21 ^22 ^'23 6»n A2/< f2

4 ( 1) 12^12 *12613 * 1261,, « 12^1 /, « 12*1

5 (2“ >) Ailí


0*2 6'in — 41*
6Vj

6kV 615,’
t¡ « 21, • *2 " 53TT
*-'2¿

7 (3) *31 632 633 63» &31- *3

8 • • «13613 “ 136111 a| 3A|/. *13st

9 0t*3-(2«l >) • « 236ÍV *236(í1,Í *23 Ai»/, «23'á*’

1
1U (3<») • ó«* 6JSÍ . .Sg2)

Componemos, en calidad de control, la suma de los coeficientes
por la línea 5 y por las líneas 3 y 4, en la columna, es la suma de los
coeficientes s¡.
Si estas sumas por la horizontal y por la vertical, coinciden, los
cálculos han sido efectuados correctamente y, por lo tanto, se puede
continuar el cálculo.
Después de la obtención de la ecuación (2'1'), en la línea (i de la
tabla se calculan los coeficientes a 2h. Luego, en correspondencia con
(14.56), en la línea 7 escribimos la tercera ecuación dada, en la 8 , la
ecuación (1 ) multiplicada po ra l3 y, en la 9, la ecuación obtenida (2 (1>)
m ultiplicada por a 23. Como antes, conociendo que en la ecuación
(3'*’) los coeficientes de X¡ y X 2 son iguales a cero, en sus columnas
ponemos puntos. Sumando las líneas 7, 8 y U, en la 10 obtenemos los
coeficientes de la ecuación (3<S|)- Luego, efectuamos el control de la
suma ile los Ó por la línea 10 y por las 7, 8 y V) de la columna s¡.
En la línea 11 (si existe) calculamos los coeficientes a 3fc, etc.
Así se compondrá el sistema de ecuaciones (14.50) o, dicho de
otra manera se cumplirá el ciclo directo de la resolución (desde arriba
hacia abajo). El cálculo de las incógnitas lo efectuamos cumpliendo
la marcha inversa (de abajo hacia arriba), por las expresiones (14.51).
Si el sistema dado se vuelve a calcular bajo otra carga, entonces,
la parte básica de los cálculos de ciclo directo se conserva, pero, en
las columnas A¡P y s, habrán otros números.
Señalemos en conclusión que, si el sistema (14.42) contiene ecua­
ciones incompletas, entonces, la cantidad de cálculos de los ciclos
directo e inverso depende de la numeración de las incógnitas.
Por cuanto los coeficientos del tipo a,», -= — ^ h por los que lue­
go se m ultiplican las respectivas ecuaciones, se calculan en el segun­
do renglón de la tabla, resulta cómodo, que ellos sean iguales a cero,
lo cual ocurre sólo cuando también los desplazamientos secundarios
6,/, son iguales a cero. De aquí se desprende la siguiente regla: como
primera incógnita conviene tomar a aquella incógnita X *, por la nume­
ración previa de las incógnitas, para la cual la mayoría de los desplaza­
mientos secundarios que contienen el índice k. son iguales a cero.
La segunda regla que se desprende de que el coeficiente a 12 se
multiplica por un número mayor de multiplicandos que el a is
y, éste, a su vez, por un mayor número que el a l4, etc., es de menor
importancia. Conviene tomar como incógnitas X X 3, . . ., X „,
a aquéllas para las cuales ó , 2 = 613 0.
Después de la composición de las ecuaciones canónicas, la renu­
meración de las incógnitas no presenta grandes dificultades, pero,
puede simplificar notablemente la resolución de las ecuaciones por
el procedimiento de Gauss. Los pormenores están expuestos en Í7I.
Si el cálculo se hace aproximado, la suma de los coeficientes por
líneas y columnas, no serán estrictamente iguales. Pero debido a que
los errores pueden ir acumulándose, entonces, el cálculo deberá efec­
tuarse con mucha precisión.

5* 67
El procedimiento de Gauss puede ser recomendado para un núme­
ro de incógnitas no mayor de 10-15.
Ahora, examinemos el cálculo de los coeficientes de influencia
phi. Para esto, hagamos A>,p = 1 y los restantes A¡p = 0. No es di­
fícil convencerse de que A^V'* = 1 y, que los Akr restantes, coloca­
dos en (14.51) más abajo, son iguales a cero (esto es, que Aji f 2) =
= Aap"3> = AÁp-4) — . . . = Afcp = 0 ) . Entonces, por (14.43) —
(14.51), componemos la tabla 4.
Tabla 4

De las ecuaciones
(14.43) De las ecuaciones (14.51)

X i= Pth
x 2= Pth

X|= filk «¡(1 +1 ) P(¡+l>fc+ ••• +


X(+i= P</+l>k + «/nPnh
... • ah(ft+l)P(ft+l)/i +
Xk= Pftl¡ -i-afe(/t+2 >P<ft+S>A+
xft+,= PlIt+lXi + ... + «fcnP»in—
|
Xn= Pnfc C - 4)

De la tabla 4 obtenemos las fórmulas para los coeficientes de in­


fluencia
1
Pfcft = — l(h-U (ft+1 )?(<•+1)k + ' • • + a fenPnfct (14.59)
hk
(último término)
en este caso a nJl = 0 .
Plfc = a i(i+l)P(i+l)fc + • • • + ®inpnh- (14.60)
(último término)

En estas fórmulas, los índices k e i toman los siguientes valores.


Primera operación: suponiendo, en este caso, que a nn -0, para
la fórmula (14.59) k = re; para la (14.60) k = re, i = re — 1, i =
= re — 2 , . . i = 1.
Segunda operación: para la fórmula (14.59) k — (n — 1); para
la (14.60) k = (re — 1), i = (re - 2), i = (re - 3).......... i = 1.
Las siguientes operaciones son claras. Los coeficientes a se toman
de la tabla del ciclo directo.
Ejemplo 33. Resolver el sistema de ecuaciones examinado en el ejemplo 32:
- 2X, + 2 X 3 - 6 = 0;
—2X, + 6Xa + 2X3 — 16 = 0;
2Xi + 2X, + 4X , - 18 = 0.

68
Componemos la tabla 5. En las líneas 1, 5 y 10 fueron escritas las ecuaciones
incompletas. Sus resoluciones, por (14.51), son:

V
a<3*>
P
- 45 r>.

v - v 3 o -19 0.
A 2 _ a 23A 3 — t f i T - 5 ’

X i = a )2X 2-f-a 13X 3— = y 2 ^--3 ^- = 1.

Por las fórmulas (14.59) y (14.60) hallamos los coeficientes de influencia:


primera operación: para la fórmula (14.59) k = 3, para la (14.60) i = 3 e i =
= 2,1:
p 1 1 5 .

6$33 ” T6 “ 6 ’
3 / 5 \ 1
p23= ------- 5 - ( --- 6 ~ ) = T ’

P13 = a lsP23 + a 13P,13 ~ ~ 2 ' ~ 2 2 ( ir ) ~ "3 "


segunda operación: para la fórmula (14.59) k = 2’, para la (14.60) k — 2 e i = 1:
1 .

p2í= _ “ó W + a23fÍ32 = _ T _ 4 ' T = ' 2 '

o „ . n 1 / 1\ 1 1 1 »
2 *
tercera operación: para la fórmula (14.59) k — 1:
1 2
2 ' 3 r>
4. PROCEDIMIENTO DE LAS APROXIMACIONES SUCESIVAS
A la incógnita con el coeficiente ó;th de cada ecuación (14.42),
la expresamos por los demás coeficientes en la forma siguiente:

X j = ------ + ^12 ^ 2 + c 13^3 + • • • -f" c i n X „ ' t

Xfc = — + ¿JilX| + c*2^ 2 + • • • + ck (/i+1)^k +í+ • • • + chnXn\

........................................ ...................................................................................................¡.......................

Xn= — + CnlX i + CnZX 2-\


- . . . -t-Cn ( , ^ . i ) X n_|,
°»n
donde
_ ««.i
h ,~ 6hh '
69
Tabla 5
Incógnitas
N° de fi° de la ecuación y
linea coeficientes a
Xt xt x3 A/i /• S

1 (1) 4 -2 +2 —G _ o

2 1 1
*¡k *I2= — «13=“

(2) _ 2 +6 i o — 1 <> -10


3
4 Ot 12 •( 1 ) -1 i -3 -1
i
5 <2<») . 5 3 -19 — -11

3
6 C£o. Cío-, = -- —
9

7 (3) 2 2 4 -18 -10

8 • • -1 + 3 + 1

9 57 33
9 ct23-(2«‘>)
“ 5 5 5

1
6 18 12
lil (3‘2>) •
5 5 -*■ 5
Durante el cálculo de los valores de la incógnita X h por la i-ésima
aproximación, emplearemos los últimos valores de las incógnitas
restantes, hallados de las aproximaciones anteriores, es decir, efec­
tuaremos el cálculo por el siguiente esquema:

A1= AIP l .. v(¡


2 -O "ii ^13Av<i_1>
--- J-- r f )2A 3 T1_ ■ . ■ !T f l n A n > '
0|l

X/,— — + 0,1 A | + ChzX'i -f- . . . -j-f/i (A - l)A /,_ i -f-

+ Ch(k+l)^»t,+ l ) + • • ■+ 0 , „ A ‘(I *•

A ñ = --~hcniX i + c112^2 + • • • fn(n- l)^n- 1 ,


Onn

donde el índice superior indica el orden de aproximación.


Para determinar el valor de la incógnita X k en la primera apro­
ximación, los valores de las incógnitas A*+l, X¡!+2, . . ., A°„ en la
aproximación inicial pueden ser dados arbitrariamente, por ejemplo,
iguales a cero.
Kstá demostrado que para las ecuaciones del tipo de las ecuaciones
canónicas del método de fuerzas (y del do desplazamientos, véase
el capítulo 18), el proceso de aproximación expuesto, siempre es
coincidente.
Los valores de las incógnitas por aproximaciones, al principio
del proceso no es indispensable determinarlos con exactitud, pudién­
dose efectuar el cálculo con la regla de cálculo. Solamente al final
se debe pasar a un cálculo más preciso. Es interesante señalar que,
en un proceso coincidente, el error cometido en los cálculos desapa­
rece gradualmente y no se refleja en el resultado definitivo, pero, de­
bido al error, el proceso de las aproximaciones se alarga un poco.

Ejemolo 3'». Resolver este sistema de ecuaciones por el método de las apro­
ximaciones sucesivas:
8.Y, - A* + X 3 — 18 = 0;
- X , + 4,Y, + X 3 - 10 = ();
X , + .V2 4- 8.Y, — 36 = 0.

l ’or el esquema (14.01):


Los valores de las incógnitas, en la primera aproximación, siendo X* — 0,
X!| = 0 son:

Í0 1 18 _ 49
*“ 4 ' 4 ' 8 ~ 16

, 3 6 ___1_ J 8____ 1_ 49^ 491


* 8 8 ‘ 8 8 ‘ 16 128

Y así sucesivamente. Los valores de las incógnitas, por la tercera aproxi­


mación, son: A', = 2,013, X « = 2,011 y X , = 3,996. Sus valores exactos son
X, = 2, X . = 2 y X 3 = 4.

g 18."». EM PLEO DE LOS DIAGRAM AS ORTOGONALES.


La sucesiva modificación del sistema básico para la obtención de
las ecuaciones del ciclo inverso (14.50), permite tener, en el sistema
básico k-1 veces hiperestático, el diagrama de A I debido
a Xh = 1 , el cual, siendo i < k, es ortogonal para todos los diagra­
mas de A/(j_1) debidos a X¡ = 1, obtenidos en los sistemas básicos

i — 1 veces hiperestáticos. Esto significa que la 2 [M (j j —ds


por todo el sistema, deberá ser igual a cero, lo mismo que el producto
de los dos diagramas ortogonales •(ilíft*-1)), si es que la
«multiplicación» de éstos es posible.
Efectivamente, la fuerza X h = 1, aplicada al sistema básico
k —1 veces hiperestático, no origina desplazamientos por la dirección
de las incógnitas cuyo índice es menor, por cuanto en este sistema se
han introducido vínculos por sus direcciones.
A los propios diagramas ortogonales los podemos examinar como
diagramas colectivos o agrupados en el sistema básico isostático, debi­
dos a la fuerza X h = 1 y a todas las reacciones originadas por ella
en los vínculos superfluos del sistema k-l veces hiperestático.
í /J ^
Por cuantoen un sistema hiperestático básico, a la 2: J AI\ — — ds
se la puede examinar como un desplazamiento en grupo o colectivo
debido a las fuerzas originadas por las incógnitas X h = 1 , por la
dirección de las fuerzas provocadas por X¡ = 1 , en los correspon­
dientes sistemas k — 1 y i — 1 veces hiperestáticos, entonces, el resul­
tado no es difícil de adivinar. El es igual a cero, por cuanto las
componentes del desplazamiento colectivo, es decir, los despla­
zamientos por la dirección de cada fuerza, originada por la fuerza
X¡ = 1 , son iguales a cero. Por consiguiente,

72
Los diagramas ortogonales colectivos pueden ser obtenidos de Ios-
simples por el siguiente esquema:
e s o - ® );
® 1>) = ( ^ 2) + a 12( M 1);
(JÜj,2) = ( M 3) + o „ ( M t) + o » ( M i 1) .
O en la forma general:
(Ü / f ~i)) = ( M k) + a ik ( Af,) + ota ( l í ^ ) + . . . + a(h_j) k (17íf-i2))
(14.62).
para fc = 1 , 2 , . . re.
Los coeficientes a se calculan por la tabla 3 del ciclo directo de
resolución de ecuaciones por el método de Gauss.
Ahora, en calidad de incógnitas, tomamos no las fuerzas simples
X k, sino, las generalizadas. Supongamos que Y k es una fuerza gene­
ralizada del fc-ésimo grupo de fuerzas, aplicada al sistema básico
isostático y originada por la fuerza Xh 1 en el sistema básico k-l
veces hiperestático. Entonces, el diagrama de (M Í ~ 1*) puede ser
examinado como diagrama unitario de la fuerza generalizada Y h = 1.
El desplazamiento generalizado, correspondiente a y h, será un des­
plazamiento colectivo compuesto por los desplazamientos en direc­
ción de las incógnitas anteriores X t, X 2, • • •, X k.
La ortogonalidad de los diagramas permite escribir las ecua­
ciones canónicas en la siguiente forma:
t + Ajp = 0 ;
622 y s+ = 0;

6nn'1V l, + A<"p‘ ,) = 0. (14.63)


Los desplazamientos 8U, ó'*\ . . ., Sñn-1’ son contenidos en la
tabla de ciclo directo, por la cual se calcularon los coeficientes a.
Si en esta misma tabla llenamos también la columna AfcP, entonces,
en ella tendremos a todos los miembros libres A1P, A¿V>, • • •> Aifp1’
de las ecuaciones (14.63).
Además, por cuanto en el sistema básico isostático, los despla­
zamientos generalizados del tipo y A/Jp1 son iguales a los des­
plazamientos simples en el sistema básico k — 1 veces hiperestático
y, los últimos pueden ser determinados, en el sistema isostático, por
medio del estado auxiliar, entonces, podemos escribir:
T/(fc—1)
2 j (14.64)

73-
Teniendo en cuenta la expresión de los momentos M\[' " , por
(14.02) obtenemos:
1) = 6kJk + a !k6«+«2hf>->y+ . . . - f 0C(fc-„h6{ft_í)A; (14.64')
k(i)
A*i> 0 - a lhA1P+ ®2hA!¡!p+ • • • ( 1 4 . 6 5 ' )
La resolución de las ecuaciones (14.63) no presenta dificultades,
lili el sistema dado, el diagrama buscado de AÍP será:
< m p) = ( 3 /,) v , + ( m V ) y , 4- ( m ? ) y y + . . .
. . . 4- ( l f ? _l)) Y n 4- ( M p). (14.66)

S 13 ». INCOGNITAS Y DIAGRAMAS COLECTIVOS. En el


§ 134, ya hemos examinado la fórmula particular de las incógnitas
y los diagramas colectivas. Aquí examinaremos esta cuestión en
forma general.
La sustitución de las incógnitas X j, . . ., A'„ simples por las
. . ., Y n nuevas, lo efectuamos por medio de las proporciones:

= t l n ^ i 4~Tli 2^ 2 4- • • • 4-Ti*^ ) !+ • •• 4-*li»} »;

Xh = *1* 1^ i 4- ' 1)12^ 2+ • • • 4" h 4” • • • 4- 1lhn^ n! (14.67)

Xn = 1ln 1^ l4- 1ln2^ 2 4- • • • 4“ h4” • • • 4~ n.


donde Y¡ son las incógnitas nuevas y r)¡(l ciertos coeficientes arbitra­
rios, parte de los cuales pueden ser iguales a cero,
l'ara que exista la posibilidad de tal sustitución, o sea, para que
las incógnitas nuevas y viejas sean recíprocamente determinables,
es indispensable que el determinante de los coeficientes i) no sea igual
a cero, esto es, que
1lll’ll 2 • • • nin
D = %í*lk2 • • ’lfcr. # 0. (14.68)

’lm 'W • *•
Por eso es que ninguna columna del determinante (14.68) y nin­
guna de sus líneas pueden estar compuestas sólo de ceros. Por consi­
guiente, el número mínimo de i), distinto de coro, es igual al número
n de incógnitas.
Aclaramos, ahora, el sentido estático de las nuevas incógnitas.
De la expresión (16.67) se ve que Yh es el multiplicador común del
grupo de fuerzas aplicadas por la dirección de todas las fuerzas A'
(fig. 287, b), y que puede ser tomado como fuerza generalizada de
este grupo. En la fig. 287, c se muestra el grupo de fuerzas que corres­
ponde a la unidad de la fuerza generalizada Y h. Los diagramas del
74
grupo de fuerzas representan en sí diagramas colectivos, compuestos
por los diagramas unitarios debidos a las incógnitas simples. Estos
diagramas colectivos de M Í, se determinan por las expresiones:
(M 1) = • (M ,) + % , •( M 2) -h • • • + tinl • (3/ „);

( M ?) = 11.2 • ( M .) + '122• ( Jlz) + • • • + ■( m „);

( M I) = •( M J + tij* • ( M ¿ + . . . + r\
nh ■( 5T„); (14.69)

( M Í) = il.„ •( S i ) + n2n •( JTs) + • • • + 1|„« ( M n).


Las líneas de la matriz de los coeficientes de i] las expresiones
(14.69) son las columnas de la matriz de los coeficientes i] de las ex-
O)

Fig. 287

presiones(14.67). La composición x, / V a
de los diagramas colectivos pol­
las expresiones (14.69), puede ser
efectuada independientemente de
las transformaciones de (14.67),
con la condición de que el deter­
minante de los coeficientes (14.6'J) ¿ í l *
sea diferente de cero. -
Los diagramas simples de M h Y/,
son algunos casos particulares de
tales diagramas colectivos.
Si designamos con la letra c)
al desplazamiento generali­
zado correspondiente a la fuerza
generaliza Y h debida a la fuerza ^ kk
generalizada como desplaza­
miento correspondiente a la uni­ I ül/ j V 3*
tynk
dad de esta última (desplazamien­
to unitario) y. por \hP, al des­ *ZA
plazamiento generalizado corres­
pondiente a la fuerza generalizada Y h debida a la carga entonces,
las ecuaciones canónicas se pueden escribir de la siguiente manera
&kiY t + 6h2Y 2+ 6 *3 ^ 3 + . . . + 8 h„ r ,l + Ahp = 0. (14.70)
El segundo miembro de las ecuaciones canónicas es igual a cero,
porque el desplazamiento generalizado on el sistema dado también
lo es, debido a que él es una combinación lineal de desplazamientos
simples y, estos últimos, son iguales a cero.
75
Los desplazamientos generalizados se determinan por las fór­
mulas corrientes:

6*m = 2 5

&hp= 2 j ■ EJ

Para abreviar la exposición, omitiremos las integrales con N y


Q. No obstante, en las expresiones expuestas, las fuerzas internas d&
los estados unitarios se determinan, no de las fuerzas simples, sino,
de las colectivas.
Los diagramas definitivos se componen por la expresión (14.18).
Por ejemplo, el diagrama de los momentos flectores es

(M P) = (M *) Y , + ( M *) Y ,+ . . . + ( Jf*)¡V n + ( M°P). (14.71)


Así, en lugar de las incógnitas simples se pueden emplear la»
colectivas, expresadas por las fuerzas generalizadas y, en lugar de

0) C)
----
r— i 1

it 4
m
|
—i y— r~'--
m
Fig. 288 T. T*

b) H I—

— 1,1
(« 2)
—I »— -II--- 1
(M')

los diagramas simples, los colectivos. En este caso, para las incógni­
tas simples, todo el orden del cálculo se conserva también aquí.
Con otras palabras, en el cálculo se pueden utilizar como diagra­
mas unitarios comunes, por la expresión (14.69), los unitarios colec­
tivos, compuestos por los unitarios simples, sólo que las incógnitas
no serán ya las usuales, sino fuerzas generalizadas.
Por cuanto las ecuaciones canónicas (14.70) en el caso de incógni­
tas colectivas (de diagramas colectivos), por su forma, no se diferen­
cian de las ecuaciones canónicas corrientes, entonces, la simple susti-
76
tución de unas incógnitas X por otras no tendría sentido. Tal sustitu­
ción es necesario emplearla para simplificar el cálculo.
Es necesario componer los diagramas de tal modo, que posean la
propiedad de ortogonalidad con respecto a todos los diagramas restantes
o a la mayor parte posible de ellos. En la fig. 288, d, se expone el
diagrama colectivo de (A i*), igual a la diferencia de los dos diagra­
mas de (A/i) y (A/2) y que es ortogonal al diagrama de (A/3).
La cuestión sobre la construcción de los diagramas ortogonales se resuelve,
analíticamente, sobre la base do tales razonamientos. El lím ite de las simplifica­
ciones posibles de las ecuaciones canónicas será, cuando todos los desplazamientos
secundarios so reduzcan a cero. Entonces, cada ecuación contendrá una sola in­
cógnita. Para esto, es necesario reducir a cero, teniendo en cuenta la reciprocidad
do los coeficientes, ~ ~ 2 ---- desplazamientos secundarios, lo que permite com­

poner la misma cantidad de ecuaciones para la determinación do —— jj----


coeficientes r ^ .
El número total de coeficientes r| es igual a n1. Por consiguiente, el número
m de coeficientes >] que pueden sor fijados arbitrariamente se determina por la
., „ » (« — 1 ) » (» + 1 ) , • ,
expresión ra = n~ — --- ^--- = ---- jj--- • k l numero mas cómodo y simple

es el cero. Por eso, es conveniente liacer todos los — jp-—- coeficientes iguales
a cero. Por esto es imposible, puesto que o el determinante de (Í4.68) se anula

Fig. 289

o reducir a cero —— t,--- desplazamientos secundarios no


es factible.
_ . n (n — 1 ) . .
Corrientemente, lo s --- 5--- coeficientes, ubicados mas
arriba o más abajo do la diagonal principal de la matriz
<14.69), se toman iguales a cero y, todos los que pertenecen
a ella, iguales a la unidad, es decir,

(14.72)

<-»/*) = mn ( Vi) + 12,, (Mi) + ... +(.«■„).


En este caso, se obtienen los mismos diagramas ortogo­
nales que con la resolución de las ecuaciones canónicas por
el procedimiento de Gauss (véase el § 134.)

g 187. SIM PLIFICACIONES DURANTE EL


CALCULO DE SISTEMAS SIMETRICOS. Los siste­
mas pueden ser simétricos con respecto a un eje
(fig. 280, a), a dos, (fig. 289, b), y a muchos (fig. 289,c).
O) Ip
0

A * ____ y |/_ P j s
P ^ T 4 lr

Fig. 290 ,1 Iff

&

í
-f ^
'4 k

Para la simplificación del cálculo, el sistema básico deberá ser


simétrico o convencionalmente simétrico. Si el sistema dado es
simétrico con respecto a un eje, entonces, el sistema básico también
deberá serlo con respecto a él (fig. 200, a). Pero si el sistema dado es
simétrico con respecto a dos ejes, entonces, el básico, cuando esta
es posible, también deberá ser simétrico a estos dos ejes (fig. 290, b)
y, cuando esto no es posible deberá ser simétrico respecto a uno de
estos ejes (fig. 290, e).
I. SISTEMAS CON UN EJE DE SIMETRIA
(PROCEDIMIENTO DE LAS INCOGNITAS PARES)

Examinemos cierto sistema básico (fig. 291) que contiene las


incógnitas . . ., X t . Supongamos que las fuerzas X t y X g dis­
puestas simétricamente (pero no iguales), están compuestas por dos
fuerzas e Y 2, a condición de que X\ Y ¡ -f- Y 2 y X 3 = Y\ — Y z
V, las fuerzas X 2 y X 4, por las fuerzas Y a e V'4, siendo X« = X 3 + Y 4
y x A = y 3 - Y a.
Tomamos los grupos de fuerzas Y x, . . ., YAen calidad de nuevas
incógnitas pares.
Los grupos e Y 3 son simétricos y, los Y 2 e >'4, inversamente
simétricos. A las magnitudes de las incógnitas pares Y t, . . ., Y t
las consideraremos, para ellos, como fuerzas generalizadas. Los
desplazamientos unitarios generalizados 6 que corresponden a estos
grupos, estarán compuestos de la suma o diferencia de dos desplaza
mientos simples por la dirección de cada grupo de fuerzas.
Escribimos las ecuaciones canónicas para las fuerzas generaliza­
das. Por cuanto en el sistema dado, los desplazamientos simples son

78
iguales a cero, entonces, también serán iguales a cero los desplaza­
mientos generalizados, l'or eso, las ecuaciones canónicas tienen la
forma usual:
811) i + 8i2) 2 + 6,3) 3+ 614) 4+ A)p = 0 ;
621) 1 + 822^ 2 + 823) 3 + 624} 4+ A2p = 0 ;
(a)
831) 1 + 632) 2 + 633) 3 + 634) 4+ A3p = 0 ;
64,) ( ; 6t2)' 2 + 643) 3 + 644) 4 + At;>= 0.
Es sabido que un grupo de fuerzas simétrico al actuar sobre un
sistema simétrico no origina desplazamientos de simetría inversa \
\

Fig. 291

viceversa. Esto significa que el trabajo de un grupo de fuerzas simé­


trico (de simetría inversa) en los desplazamientos debidos a los
grupos de fuerzas de simetría inversa (simétricos) es igual a cero.
Por consiguiente, los desplazamientos generalizados debidos al
grupo do fuerzas simétrico (de simetría inversa), correspondientes
a la fuerza generalizada del grupo de fuerzas de simetría inversa
(simétrico), también, serán iguales a cero. Por eso, los desplaza­
mientos secundarios 8,.,, 8)4, f>.,3 y 634 son iguales a cero y, las ecua­
ciones canónicas se simplifican:

6 ||) i + 6 ,3 ) 3 + A)P= 0; ^
622^2 + 624) 4 A2 p = 0 ; ^
6 3 1 ) 1 + 6 3 3 ) 3 + A3p = 0; 1

842^ 2 + 644) 4+ AtP= 0. ,


Las ecuaciones primera y tercera contienen sólo a las fuerzas
generalizadas de los grupos simétricos de incógnitas pares (incógni­
tas simétricas) y, las segunda y cuarta, a las de los grupos de sime­
tría inversa do incógnitas pares (incógnitas inversamente simétricas).
Con otras palabras, el sistema de ecuaciones canónicas (a) se
dividió en dos sistemas independientes.
Así será para cualquier sistema simétrico. El número total de
incógnitas básicas se conserva, pero, con incógnitas pares, las ecua­
ciones canónicas se dividen en dos sistemas independientes: uno
con incógnitas simétricas y, el otro, con incógnitas inversamente
simétricas.
Esto significa una gran simplificación. Resolver dos sistemas de
ecuaciones con menor número de incógnitas en cada uno, es mucho

Fig. 292

más simple que resolver un solo sistema con el número total de


incógnitas. Claro está que, incluso, cuando los sistemas poseen un
número par de incógnitas, las ecuaciones canónicas no siempre se
dividirán en dos sistemas con igual número de incógnitas. Pero
siempre un sistema contendrá incógnitas simétricas y el otro, incógni­
tas inversamente simétricas.
Las reacciones de los vínculos eliminados simétricamente distri­
buidas en el sistema básico, se agrupan en incógnitas pares. Si las
incógnitas están ubicadas en el eje de simetría (fig. 292), entonces,
o de hecho, ya son incógnitas pares (Z lt X¡¡ y X 3 en la fig. 292, a)
o representan'incógnitas ya simétricas (.X^ en la fig. 292, b) o de
simetría inversa, a las que no es necesario agrupar.
Todos los razonamientos fueron efectuados independientemente
del tipo y la magnitud do la carga. Esto significa que todas las deduc­
ciones son correctas cualquiera que sea la carga que actúe sobre
un sistema simétrico. Por cuanto, no obstante, cualquier carga puede
ser representada como la suma de dos cargas, una simétrica y la otra
de simetría inversa, entonces, los miembros colectivos debidos a la
carga pueden ser escritos así:
A*p = Aftp-(- Ai'p', (14.74)

donde A*{P es el desplazamiento correspondiente a la fuerza genera­


lizada Y h debida a la carga simétrica y, A/íp' ídem, poro debido a la
carga de simetría inversa.
En los sistemas simétricos, la carga simétrica no origina desplaza­
mientos de simetría inversa y, la carga de simetría inversa no provoca
80
desplazamientos simétricos. Esto significa que si Y h es una incógnita
simétrica, entonces, A^p = 0 , pero si Y k es una incógnita de sime­
tría inversa, entonces, A®> = 0.
Si la carga efectiva es simétrica, entonces, todas las Ahp = 0,
significando esto, que las ecuaciones canónicas que contienen incógni­
tas de simetría inversa, no tienen términos libres y todas las incóg­
nitas son iguales a cero. Por consiguiente, en el caso de carga simétrica,
todas las incógnitas de simetría inversa son iguales a cero. Con tales
razonamientos se puede demostrar que para una carga de simetría
inversa, todas las incógnitas simétricas son también iguales a cero.
Esta circunstancia permite emplear diferentes sistemas básicos
para el cálculo de cargas simétricas o de simetría inversa.
El cálculo de los sistemas simétricos se puede seguir simplifi­
cando si, dentro de los límites de cada categoría de incógnitas, se
utilizan las distintas simplificaciones expuestas anteriormente, en
particular, los diagramas ortogonales colectivos.
2. SISTEMAS CON DOS EJES DE SIMETRIA
En los sistemas básicos con dos ejes de simetría es necesario
agrupar las incógnitas en los siguientes grupos (fig. 293): simétricas
con respecto a los dos ejes (fig. 293, a); simétricos sólo con respecto

I I

al eje z e inversamente simétricos cou respecto al eje y (fig. 293, fe);


simétricos con respecto al eje y e inversamente simétricos con respec­
to al eje z (fig. 293, c) y, de simetría inversa con respecto a ambos
ejes (fig. 293, d).
En correspondencia con tal agrupamiento, las ecuaciones canó­
nicas se descompondrán en cuatro sistemas independientes, cada
uno de los cuales contendrá sólo incógnitas de una de las cuatro
categorías.
6 —01191 84
Fig. 2í»4

Si dividimos también las cargas en


las mismas cuatro categorías, entonces,
cada categoría de carga originará sola­
mente incógnitas de su categoría. Las
incógnitas de las oirás tres categorías de
carga serán iguales a cero. Por ejemplo,
una carga simétrica con respecto a los
dos ejes origina sólo incógnitas del pri­
mer grupo.
Si en un sistema básico, simétrico
solamente con respecto a un eje, hay
cuatro incógnitas ubicadas simétricamen­
te con respecto a los dos ejes de simetría
del sistema dado, entonces, su agrupamien-
lo por la fig. 21)3, puede conducir, s3P
frecuentemente, a que se liquiden algu­ u

nos desplazamientos secundarios. K )


l-'jeniplo 35. Construir el diagrama do los V?. vrz
momentos flectores en el pórtico de la fig. 294.
Kl sistema básico con incógnitas pares, fiP
los diagramas unitarios debidos a ellas y el
diagrama do carga, se exponen en la fig. 294.
Las ecuaciones canónicas son:
filial-i- Ai/> —0;
Ó22V 2 -f-Aop = 0.
Los coeficientes y términos libres son:
2_ 6 36
3 4E J ) 2 = F J

Ai P=(iV £)•(■»/,)= ■ 3P-3 5 45P


2 ‘ 4E J* SEJ
42-4-12 «12
622 = 611+ EJ EJ '

A2P= (Jlf").(S/2) = - ^ . 3AM-12 1197


P.
AEJ EJ =8E J
Las ecuaciones canónicas con los coeficientes numéricos son:

3 6 y ,- ^ P = 0;
1197
612VV P = 0.
de donde
y _ 133 n
Y* - b ü p -
82
El diagrama de los momentos flectores está representado en la fig. 294, /.
Lo verificamos multiplicándolo por los diagramas unitarios:
,,, > . 3 p 6 _3____ 324 „ 6 2^ 6 288 p„ A6 2 6
„___
( M p ) - ( M i) - 2 P 2 -4 E J 544 P 2 3 \EJ
2‘ ' '544 2 ' 3 '4 E J '
/ w ü | _A p 6 3 _324 _ 6_ 2_ 6 288 6 2 6
( M p)-(M i) — 2 2 \EJ v-/!
544 o
2 •*
3 4/?/ 544 2 ' 3 ' \EJ
36P-4 12
= 0.
544 EJ

g 188. METODO ESTATICO DE CONSTRUCCION DE LAS


LINEAS DE INFLUENCIA. Al construir las líneas de influencia
por el método estático, ante todo se construyen las líneas de influen­
cia de las incógnitas básicas X lt . . ., X „, a las cuales, en adelante,
las llamaremos l.i. básicas, por cuanto por medio de ellas pueden ser
representadas las líneas de influencia de otras magnitudes.
Las líneas de influencia básicas se obtienen por las ecuacio­
nes (14.43):
l.i. de X, = pi262p-f-. . . -(-PmónPi

1.1. de Xh — Pfcl^lP + Pfc262p4- • • • + PhnfinPÍ (14.75)

1.1. de X n = P„ió1P ■+ Pn2Ó2p+- • • • +Pnnfyip.


Los términos de carga del tipo f>hp son funciones de la posición
del peso P = 1, esto es, las expresiones analíticas de las líneas de
influencia de los desplazamientos 6hr>o, por el teorema de la recipro­
cidad de los desplazamientos unitarios, las expresiones analíticas
de los desplazamientos de la línea de carga 6Ph por la dirección
del peso móvil unitario, debidas, en el sistema básico, a las fuerzas
unitarias Xh = 1 .
Esto mismo, pero en la forma matriz, es
Pl »Pl2 • • • Pin Ó,p
P21P22 • ■P2n ó2p
l.i. de X = I i D p = • (14.76)

PnlPn2 • •• P„„ SnP


Si se considera, no la ecuación de la línea de influencia, sino,
sólo el cálculo de las ordenadas de dicha línea de influencia, en pun­
tos aislados de aplicación del peso, entonces, es necesario transfor­
mar la matriz de columna D P =|| 6iP|| en matriz completa, cuyas
columnas determinan D P, en dependencia del punto concreto de
aplicación del peso.
Las líneas de influencia de las fuerzas internas Al, Q y A^ y de
otras magnitudes que permiten el empleo del principio de indepen­
dencia de acción de las fuerzas, se expresan a través de las líneas

6* 83
Fig. 295

de influencia básicas, por la expresión


general (14.17). En este caso, es nece­
sario tener en cuenta que, para la sec­
ción dada, las magnitudes S t, . . ., S n
son constantes y, las X ,, . . ., X„ y S°,
son variables. Esto significa que la l.i.
de S se obtiene sumando las l.i. de
X lt . . ., X „,_ multiplicadas por los
coeficientes S¡ y, las líneas de influen­
cia de la misma magnitud Sp, en el sis­
tema básico. Esto se puede representar,
en la forma general, con la siguiente
expresión simbólica:
l.i. do S = (l.i. de X,)*?".-!-
-f-(l.i. de X 2) <$2 + . . . +
-j- (l.i. de X n)5 „ + l.i. de S°. (14.77)
En aquellos casos cuando no se
requieren las ecuaciones de las líneas
de influencia o su obtención es difícil, para construirlas se puede
emplear la forma matriz D P por (14.15), colocando sucesiva­
mente la carga P = 1 en los sitios donde se calculan las ordenadas
de las líneas de influencia.
En este caso, la matriz M p en (14.15) estará compuesta de tantas
columnas cuantos sean los puntos (incluidos los de los extremos)
en que se calculan las ordenadas de las líneas de influencia, como
esto tiene lugar al calcular a cargas aisladas independientes un
sistema.
Con otras palabras, al construir las líneas de influencia de las
incógnitas básicas es como si se efectuara su determinación por
separado para cada posición de la carga móvil.
Si el sistema es simétrico, es necesario emplear incógnitas pares.
En tales casos, las líneas de influencia de las incógnitas pares son
al mismo tiempo las líneas de influencia básicas. La expresión (14.77)
conserva su vigor, sólo que aquí, S)¡ es la magnitud correspondiente
a las fuerzas unitarias pares.
Ejemplo 36. Construir las lincas de influencia de M y Q en la sección de
un pórtico (fig. 295). En la fig. 295, 6, c, d y e se exponen el sistema básico y
los diagramas unitarios y de carga. Las ecuaciones canónicas son:
iXi-f- 6 12 X 2 + 8 ip = 0 ;
6 2 1 X 1 -J-6 2 2 X4 -f-6 2 p = 0 .
84
Los coeficientes y términos libres de ellas son:
A 6-6 22 afi 1
- Í/f, 6'6 1 . 6-12 22 „1, 1 \ . 288
6 u_- ,(üAwf i ¥
) ->( A ) - • 3 6 E J +i 6-12
2 3 6 2 E J)\ ,288.
EJ ’

c w , ,S7-, / 6 ,12 1 1 \o 12
612 — (J« fi)- (lf 2) — ( 2 ’ 3 ' 2£ V / *E J

= ( 4 I2 -|l 2= - ^ .

Cuando el peso está dispuesto en el el primer tramo:


fi /ir . - * ( 12 -*) « 1 <24-i)
6iP = (3fP)-(.W,) — 2 ‘ 12 ’ 3 ' 2£ / ’

Ó2P - ( * £ ) • ( * » ) = * (12¿- f) . 1 . 1 . (12+ ») ,


o
EJ6\p= —/i (*); EJ&2P —h (*).
, * (12— *) (24 — *) .
donde M * ) = ----- ^ ----- ;
x (144 — í 2)
/2 144---
Las ecuaciones canónicas con sus coeficientes numéricos, son:
2 8 8 X ,- 1 2 X 1+ £ 7 ó ip = 0;
- 1 2 ^ 1 + 4X 2 + £ / 62P = 0.
Presentemos las ecuaciones de las lineas de influencia, por (14.75), así:
1.1. de X , = p M£ ;/ó ,p + P, 2£-J62p;
1.1. do
Los coeficientes de influencia pueden ser determinados por (14.49):

H - « “ ' “ I - 100* h» - < - » " +,+" t4 8 - - r a s •

Los verilicamos por (14.47)

■iOT288- r a 5 ' - 12'+ , -°-


12 , 288-4 , , A
1008 ( —12>
' --íT üifl + 1 = °-
1008
Cuando el peso está en el primer tramo, las ecuaciones de las líneas de in­
fluencia son:
4 12

;
l.i. de = J 008 ÍOÜS^2 ^ ’
(b)
1• 1 v ^2 , . . 288 .
l.i. de 2 1008 1008
Por la condición do simetría podemos decir que con estas mismas ecuaciones
se determinan las líneas de influencia en el segundo tramo, siendo solamente
necesario, contar la abeisa z a partir del apoyo derecho.

85

I
I
I I I I
I I
I I
I U.de A
I I
es- «a
i— q—
& i? S 55
Fig. 296 I I
1«í «s '
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I
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l l.de M °

r ^ r ¡ i

*
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* £ , l.l.d 'M ,

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^
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i
§■
É
<sr
_______ :

l
«*•

Las líneas do influencia X i y X t , representadas en la fig. 296, a, b, han sido


calculadas por las ecuaciones (b). _
Construimos la línea do influencia do la componente vertical de la reacción
do apoyo izquierda A.
Por (14.77) tenemos que

1.1. de A = (1.1. de XO Ax+ ( l .1. de X 2)/12 +


1
+ (1.1. de ¿ 0) = (l.i. de X t) y + ( l . i . de

La línea do influencia de A se da en la fig. 296, c.

86
Las ecuaciones de la línea de influencia del momento flector y de la fuerza
transversal en la sección k, por (14.77), son:

1.1. de J f h = (l.i. de X,) ( — 3) + (l.i. do X2)-^- + l.¡. de .tf£);

1.1. de <?* = (l.i. do X t) y + ( 1 .í. de X 2) l + l.i. de Qn


h.

Las líneas de influencia de Mn y Qk, en el sistema básico están expuestas en


la fig. 296, c y, en el sistema dado, en la fig. 296, e

8 18 ». METODO CINEMATICO DE CONSTRUCCION DE LAS


LINEAS DE INFLUENCIA. En los sistemas hiperestáticos, las líneas
de influencia se construyen por el método cinemático sobre la base
de las mismas ideas que en los sistemas isostáticos. Se elimina del
sistema aquel vínculo, la línea de influencia de cuya reacción se
determina y su eliminación se compensa con la aplicación de la
reacción buscada. Luego, se investiga el sistema transformado bajo
la acción del peso P = 1, por el principio de los desplazamientos
posibles.
En los sistemas isostáticos, que después de la eliminación de
1111 vínculo se transformaban en sistemas monovariantes, los posibles
desplazamientos no iban acompañados con deformaciones del sistema.
En los sistemas hiperestáticos, que después de la eliminación
de un vínculo quedan invariantes, los desplazamientos, sin deforma­
ciones del sistema, son imposibles. Por eso es que, en ellos, los
desplazamientos posibles pueden ser solamente desplazamientos
acompañados con deformaciones del sistema. En estos desplazamien­
tos realizarán trabajo, no sólo la fuerza externa P == 1 y las reaccio­
nes del vínculo eliminado sino, también, las fuerzas internas. En los
sistemas isostáticos, al eliminar un vínculo el desplazamiento era
único. En los sistemas hiperestáticos, desplazamientos posibles,
acompañados con deformaciones del sistema, pueden haber tanlos
como se quiera.
No obstante, para conservar la analogía con los sistemas isostá­
ticos, de la gran variedad de desplazamientos posibles, examinare­
mos solamente los desplazamientos elásticos, por la dirección del víncu­
lo eliminado, debidos a la reacción unitaria.
Por ejemplo, durante la construcción de la línea de influencia del
momento flector en la sección dada del pórtico de la fig. 297, intro­
ducimos una articulación en dicha sección y compensamos su in­
troducción con los momentos incógnitos X x (fig. 297, b). La ecuación
de los trabajos de las fuerzas externas e internas del estado real en
los desplazamientos debidos a la reacción unitaria del vínculo eli­
minado, es

+ M p ^ d s + 2 ) N P£ ds +

+ s J ^ I h s’ (a>
87
donde M P, A’P y QP son las fuerzas internas en el estado real
(fig. 297, a, b) y M x, A', y en el estado unitario (fig. 297, c).
El segundo miembro de la expresión (a), según la fórmula general
de los desplazamientos, determina, a la derecha y a la izquierda de
la articulación, el ángulo do giro recíproco de las secciones debido
a P = 1 , pero, dado que él es igual a cero, el segundo miembro (a),
también, es igual a cero. Precisamente, en esto consiste el sentido
particular del desplazamiento adoptado por nosotros, de que el
trabajo de las fuerzas internas, realizado en este desplazamiento
siempre es igual a cero. Por eso,
X , 6U4 -1 -6P, = 0. (b)
La igualdad (b) se puede obtener, más simplemente, del teorema
de la reciprocidad de los trabajos aplicado en la fig. 297 para los
estados b y c, pero, entonces, desaparece la generalización de la
exposición del método cinemático de construcción de las líneas de
influencia en los sistemas estáticos e hiperestáticos.
De la igualdad (b) obtenemos que
l.i. de X ,= , (14.78)
Olí
es decir llegamos a la misma expresión que para los sistemas isostá-
ticos. Esto significa que el diagrama de los desplazamientos verticales
de la línea de carga, debidos a una fuerza unitaria por la dirección
del vínculo excluido, determina la forma de la línea de influencia de la
reacción de dicho vínculo excluido. Para la obtención de la propia línea
de influencia es necesario dividir el diagrama de desplazamientos
de la línea de carga por 6U y cambiarle el signo, como se hace para
los sistemas isostáticos, por el contrario.

88
La regla expuesta, igual que para los sistemas isostálicos, es
particularmente efectiva al determinar la forma de la línea de in­
fluencia, dado que la forma del diagrama de desplazamientos de la
línea de carga, en muchos casos, puede ser claramente representada.
Para la construcción de la línea de influencia es necesario calcular
el sistema hiperestático, bajo la carga debida a la fuerza X i = 1 ,
con el grado de indeterminación estática en una unidad menor que el
dado y, luego, construir el diagrama de los desplazamientos 8Pl.
Si se exigiera, aún, construir otra línea de influencia cualquiera,
por ejemplo, la l.i. de la fuerza transversal en la misma sección,
entonces, se debe excluir otro vínculo y emplear otro diagrama de
desplazamientos (fig. 297, d). Esto significa que para construir la
línea de influencia de Q no puede ser utilizado el mismo sistema
básico que se empleó, anteriormente, para construir la l.i. de AI.
Esta es la desventaja del método cinemático al construir un gran
número de distintas líneas de influencia. Por eso es que el método
cinemático de construcción de las l.i. debe considerarse, ante todo,
como a un método que permite representarnos figuradamente la
forma (el modelo) de las líneas de influencia. En este sentido, para
los fines de control, el método cinemático es insustituible.
La insuficiencia señalada del método cinemático en el caso de
múltiples construcciones de diferentes lineas de influencia, que
consiste en que para cada línea de influencia se emplea un sistema
básico particular en el que se determina 8 P, debido a X t = 1 , puede
ser eliminada de la siguiente manera. Vamos a variar la magnitud
de la fuerza X¡ en la fig. 297, c. Debido a tal variación se modificarán
el numerador y el denominador de (14.78), permaneciendo constante
el valor del quebrado. Variemos la magnitud de X j hasta el valor
X¡ = A , para el cual, el denominador de (14.78) se reduce a la
unidad.
Entonces X x = — 8 P1. El diagrama de ÓP1 (fig. 297, e) puede
ser examinado como el diagrama de los desplazamientos debido a una
dislocación obligatoria, en una unidad, por la dirección del vínculo
eliminado. Esto significa quo el diagrama de los desplazamientos
verticales de la linea de carga debidos a la'dislocación obligatoria en el
sistema con un vínculo eliminado, por su dirección, igual a la unidad,
es la línea de influencia de la reacción del vínculo eliminado, con
el signo contrario. _
El diagrama de los desplazamientos 8Pl debidos a = A,
evidentemente, no cambia, si después del desplazamiento del siste­
ma se cierra la articulación (fig. 297, /). Después de esto, en el siste­
ma no habrán fuerzas externas, sino, solamente, el desplazamiento
obligado del sistema dado A(p = 1, por la dirección del vínculo ante­
riormente eliminado. Así será, para una dislocación obligada, por
la dirección de cualquier vínculo en el sistema dado. Por consiguien­
te, la parte general del cálculo, ligada con la obtención de los coe­
ficientes de influencia p(/¡, puede ser efectuada para cualquier siste­
ma básico, uno para todas las líneas de influencia, obtenido del
89
Fig. 298

sistema dado. Pero tal sistema básico general tendrá una incógnita
más, que el básico particular, para cada línea de influencia.
Si el sistema es sólo monohiperestático, entonces, la elimina­
ción de cualquier vínculo lo convierte en isostático, y, en este caso,
no tiene sentido utilizar, en el sistema dado, los desplazamientos
obligados, por cuanto la variedad de los sistemas isostáticos no puede
ser una gran dificultad para la construcción del diagrama do bPl.

g 1 4 0 . CALCULO DE PORTICOS COMPLEJOS. Al calcular


pórticos complejos, es particularmente importante la eliminación
del mayor número posible de desplazamientos secundarios. Junto
con los procedimientos de la eliminación de dichos desplazamientos,
señalados anteriormente, por medio del traslado de las incógnitas,
el agrupamiento de diagramas y la utilización de la simetría, se
pueden indicar, también, algunos procedimientos de elección de los
sistemas básicos, que facilitan su destrucción. Antes que nada, es
indispensable tender a que el sistema básico esté compuesto de la mayor
cantidad posible de partes independientes, dicho de otro modo, que los
diagramas unitarios de las fuerzas internas, debidos a cualquier, X — 1,
tengan carácter local, es decir, que no se extienden por todo el sistema
o por la mayoría de sus partes. En tales casos, en el pórtico, los dia­
gramas unitarios sueltos no se superpondrán y algunos desplaza­
mientos secundarios se reducirán a cero. Por ejemplo, en un pórtico
de varios tramos y un piso (fig. 298, a), tal sistema básico puede ser
obtenido con el seccionamiento de vigas de armadura (fig. 298, tí)
90
o la introducción de articulaciones (fig. 298, c). La deformación del
sistema básico, debida a cualquier X = 1 , ocurre dentro de los
límites del contorno del tramo dado. Por esta razón los desplaza­
mientos tendrán lugar sólo en tres tramos: en aquél donde está
aplicada la fuerza X ft = 1 y en los contiguos de su derecha e iz­
quierda. En el sistema básico de la fig. 298, b, los desplazamientos
secundarios ó71, . . 615i1, debidos a X i = 1 , son iguales a cero.

Fig. 299

Además, conviene utilizar el traslado de fuerzas y el agrupamiento


de diagramas unitarios, lo cual reduce a cero a unos cuantos despla­
zamientos secundarios más. Complementariamente, en la fig. 298, d,
se reducen a cero los desplazamientos 641, 6fil, 8gl y otros.
Al hacer los cálculos de un pórtico de un tramo y varios pisos
(fig. 299, a) y de un pórtico simétrico de varios tramos y dos pisos
(fig. 299, b), el sistema básico se elige análogamente. En un pórtico
simétrico es indispensable emplear incógnitas pares.
No se debe pensar que los sistemas básicos señalados son los
mejores. Estos ejemplos muestran sólo los procedimientos de obten­
ción de sistemas básicos cómodos.

8 1 4 1 . CALCULO DE PORTICOS BAJO V ARIA S CARGAS


ACCIDENTALES. En la práctica de los cálculos de pórticos, como
norma, nos vemos obligados a efectuar su cálculo bajo varios tipos,
o distintas disposiciones, de cargas accidentales que pueden actuar
sobre la construcción, tanto simultáneamente, como por separado.
En estos casos surge la cuestión de elegir la combinación de éstas,
en cada sección transversal del pórtico, menos favorable para la
resistencia del material.
S i para las cargas teóricas, el material se halla en estado elástico y,
el diagrama de tensiones normales es rectilíneo por toda la sección,
entonces, la combinación de cargas más desfavorable se determina,
corrientemente, por las mayores tensiones de borde. En este caso, si el
material ofrece igual resistencia a la tracción y a la compresión,
entonces, por la mayor tensión de borde en valor absoluto, pero, si
la resistencia del material a la tracción y a la compresión es distinta,
entonces, por una de las mayores tensiones de borde en valor absolu­
to, menos favorable para la resistencia del material.
91
La cuestión sobre los mayores valores de las tensiones de borde
puede ser resuelta, de modo más completo y exacto, por medio de sus
líneas de influencia o las de los momentos nucleares. Estas líneas
de influencia son combinaciones lineales de las de M y N, según
las fórmulas (fig. 300):
, . , _ , l.i. de N l.i. de M
l.i. de o = ± ---Pf---±- W '
1.1. de Aíj?“c,= l.i. de M - ( l . i . de N )e¿ ' (14.79)

1.1. de M "“cl = 1.i de Aí + (l.i. de N) e2\

Sin embargo, tal vía resulta complicada. Frecuentemente, la


mayoría se lim ita a calcular los pórticos bajo cada carga accidental

Fig. 300

teórica por separado, eligiendo He ellas las mayores tensiones de


borde que presentan interés. Las tensiones de borde se determinan
por las expresiones:

+ Océlc = ag -+
■¿j ( + Od)* — ®cálc = ^<7+ ( — °d). (14.80)
donde: a9
es el valor algebraico de la tensión debida a la
carga constante; «•
-^-od son las tensiones positivas debidas a las diferentes
cargas de cálculo accidentales;
—a d las tensiones negativas debidas a estas mismas cargas.
Se puede proceder de otra manera, o sea: construir los diagramas
envolventes de los momentos nucleares debidos a las cargas acciden­
tales de cálculo. Para esto, al principio, es necesario construir los
diagramas de los momentos nucleares por los diagramas de M y N,
empleando las expresiones (14.79)

(M r 1) = (M ) ~ m eú ( M r 1) = W + ( * ) e2.
A continuación se deben construir los diagramas envolventes de
los momentos nucleares por las fórmulas

+ « co, = < UCI+ 2 ( + A / r 1) ; - A C T c1 = A C C1+ 2 ( - A / r 1) ,

(14.81)

92
donde: A/¡jUCI es el momento nuclear debido a la carga constante,
con su signo;
son los momentos nucleares positivos debidos a las
diferentes cargas de cálculo accidentales;
—7W3,1C1 los momentos nucleares negativos debidos a estas
mismas cargas.

§ 1 4 2 . CONCLUSIONES SOBRE EL CALCULO DE PORTICOS.


Como norma, algunos elementos de los sistemas de pórticos trabajan
a la flexocompresión o flexotracción, o sea, se encuentran en condi­
ciones de flexión axiotransversal. Como es sabido, en estado de
deformación, en el caso de flexión axiotransversal, teniendo en
cuenta la influencia de las fuerzas axiles sobre los momentos Recto­
res y si también la fuerza axil varía junto con la carga, las fuerzas
internas, las tensiones y los desplazamientos no son proporcionales
a las cargas. Esto es, justamente, lo que tiene lugar al calcular pórti­
cos hiperestáticos. En el caso de flexocompresión, las fuerzas inter­
nas, las tensiones y los desplazamientos, crecen con más rapidez
que las cargas y, en el caso de flexotracción, con más lentitud.
Por cuanto, para determinadas condiciones, las fuerzas longitu­
dinales comprimentes influyen considerablemente sobre el estado
deformado dol sistema, aumentando los desplazamientos trans­
versales, el cálculo de los pórticos se debería hacer por el esquema
de deformación. Pero tal cálculo resulta complicado, dado que aquí
no es utilizable el principio de independencia de acción de las fuer­
zas. Las ecuaciones de los desplazamientos (13.1) ya no pueden ser
desarrolladas en una forma tan cómoda de las ecuaciones canóni­
cas (14.5).
Por eso, durante el cálculo de pórticos, con el fin de simplificar
el cálculo, corrientemente se desprecia la influencia de las fuerzas
longitudinales sobre la flexión transversal y se emplea el cálculo
usual, tal como fue expuesto, con el empleo del principio de inde­
pendencia de acción de las fuerzas y las ecuaciones canónicas que
se desprenden de él (14.5).
Por consiguiente, tal cálculo no es exacto y, como norma, el error
no entra en el margen de resistencia, cosa que no se debe olvidar.
El grado de exactitud de tal cálculo, por lo visto, depende de en
cuanto las fuerzas longitudinales comprimentes, en las barras del
pórtico, se diferencian de sus valores críticos.
Durante la determinación de los desplazamientos, a fines de
simplificar el cálculo, corrientemente, se desprecian las deforma­
ciones debidas a la tracción o compresión y al desplazamiento en
comparación con las debidas a la flexión, es decir en la fórmula gene­
ral de los desplazamientos, se desprecian las fuerzas N y Q. Frecuente­
mente, pero no siempre, habiendo flexión, la influencia de estas fuer­
zas es pequeña. En los casos, cuando en la fórmula de los desplaza­
mientos los sumandos que contienen fuerzas longitudinales y trans­
versales dan magnitudes equiparables a los sumandos con momentos

93
fleclores, ya no es posible despreciar estos sumandos y deben consi­
derarse. Por ejemplo, en las armaduras con nudos rígidos y en los
tirantes se deben tener en cuenta, obligatoriamente, las fuerzas
longitudinales N.

CAPITULO XV.CALCULO D'E VIGAS


CONTINUAS POR EL METODO DE FUERZAS
§ 1451. NOCIONES GENERALES. Se llama continua a la viga
hiperestática de alma llena, y con nnás de dos apoyos y que, por
consiguiente, cubre no menos de dos tiramos (fig. 301). Si los extremos
de la viga descansan sobre apoyos artiiculados, ésta se llama continua

F ír . 301

C)uJ

simple (fig. 301, a); si tiene voladizos! (fig. 301, b), continua voladiza
o salediza y, por fin, si en los extremos tiene empotramientos
(fig. 301, c), continua con uno o dos empotramientos.
El grado de indeterminación estática puede ser hallado por las
reglas generales. Sin embargo, parai las vigas continuas, es más
cómoda la fórmula especial
n = Vap — 3, (15.1)
donde, VnP es el número de vínculos: de apoyo (no de ; poyos).
Si la viga posee más de un apoyo ffijo, entonces, para carga verti­
cal y momentos externos concentrados, cuando las fuerzas internas
se determinan por el estado indeformado, las reacciones horizontales
de los apoyos fijos son iguales a cero. En estos casos, el número de
incógnitas básicas, diferentes de cero, es igual a:
n* = i4Int -\-E' < n, (15.2)

donde: A lnt es la cantidad de apoyos intermedios articulados (no


de vínculos) y E, el núimero de empotramientos fijos
o rodantes en los extrennos de la viga.
La fórmula (15.1) da el número d© incógnitas diferentes de cero,
en el caso de carga vertical y momemtos concentrados, sólo en caso
de que la viga tenga un apoyo articulado o, un empotramiento
fijo con los restantes apoyos y el segundo empotramiento rodantes.
94
Si introducimos articulaciones en la viga (fig. 302), entonces,
cada una de éstas disminuye el grado de indeterminación en una
unidad.

Fig. 302

g 14-4 . SISTEMA BASICO. El sistema básico para la viga con­


tinua expuesta en la fig. 303 a, puede ser obtenido eliminando todos
los vínculos intermedios y tomando en calidad de incógnitas básicas
las reacciones de apoyo (fig. 303, b) o, introduciendo articulaciones
sobre los apoyos y adoptando como incógnitas básicas los momentos
flectores de apoyo (fig. 303. c).

a)
£ J¡J
1
9.
c)
IX, rL - L . 1rx t ix„
• t é ------- f — ( g p —
Fig 303 W- 7Z’’, 7% wfr.

=5
h i
i* -i
4
\Mr-1
k é i
r a r a

Convengamos en numerar los tramos de la viga dada de izquierda


a derecha. Al apoyo derecho de cada tramo y al momento de apoyo
incógnito, sobre él, los designaremos con la letra M y los índices
de este tramo.
No es difícil convencerse de que, en el primer sistema básico,
cualquier fuerza X¡ = 1 origina desplazamientos por la dirección
de todas las incógnitas restantes (fig. 303, d) y, en el segundo, cual­
quier momento M¡ = 1 deforma, únicamente, a los dos tramos con­
tiguos a ambos lados del apoyo donde él está aplicado (fig. 303, e)
y sólo origina desplazamientos por la dirección de las incógnitas
básicas M¡ y M¡+,.
Por consiguiente, en el primer sistema básico, cada desplaza­
miento secundario no es igual a cero y las ecuaciones canónicas
serán completas y, en el segundo, un gran número de desplazamientos
secundarios son iguales a cero y las ecuaciones canónicas serán in-

95
completas. Por cuanto el segundo sisttema básico es más racional
que el primero, entonces, precisamentee él será examinado en ade­
lante.

§ 145. ECUACION DE LOS TRES MOMENTOS. Examinemos


dos tramos contiguos, el t-ésimo y eM (t -f- l)-ésimo del sistema
básico (fig. 304, a). Escribamos la i-éésima ecuación canónica del

Kír . 304

r '

método de fuerzas. No es difícil convencerse de que los momentos


M t- 2 y M ¡+2 n0 deforman tramos exaaminados de la viga y, por
consiguiente, no originan desplazamientos por la dirección del
momento M¡. Por eso, la ecuación cranónica tiene la forma
(15.3)
Los coeficientes de esta ecuación y eel miembro libre representan
los ángulos de giro recíprocos de la seccción por la dirección de la
acción del momento de apoyo M t, la dirrección positiva de los cuales
coincide con la dirección positiva de este momento.
Supongamos que la viga posee una ísección escalonada variable,
con un momento de inercia constante em cada tramo.
Al determinar los coeficiente? y mie;mbros libres despreciaremos
las fuerzas transversales en la fórmuila de los desplazamientos.
En la fig. 304, b, c, d, e, se han consttruido los diagramas de los

96
momentos imprescindibles para la determinación de los coeficientes
y miembros libres.
Hallamos los coeficientes, multiplicando los diagramas uni­
tarios:

6t(i - i ) = ( m i-1)• ( m i )= • ~¡¡ri = inh~l ’

Ui

i h+fl 2 1 h i *<+i
*r 2 ’ 3 ‘ E J U i ~ 3 E J l ~t 3 E Jl+i ’
Ahora, la ecuación canónica toma la forma
( l> 1 ll+l
\¿tJ¡ 1 3E J m

Multiplicándola por el valor arbitrario 6E J 0 obtenemos, defini­


tivamente, que
k¡Af /_j -f-2 + A,|+i) Ai¡ + Xj+1M /+1 -j-f}EJnA¡,3 = 0, (15.4)

donde es la longitud reducida del í-ésimo tramo.


La ecuación canónica (15.4) se llama ecuación de los tres momen­
tos, por cuanto ella liga a tres momentos incógnitos de apoyo suce­
sivos.
Hallemos, ahora, el miembro libre.
Acción de la carga. Multiplicando los diagramas de carga por
el diagrama unitario (fig. 304) obtenemos
A _ P, — wlal i <0i+ibl*i /ir. c\
A|p-Pi + « w ,|£/(+ lu ,EJu , ' (ld -5)
donde: co( es el área del diagrama de carga de los momentos flectores
en el i-ésimo tramo y, a)í+1, en el (i + l)-ésimo; a y b,
son las distancias desde el centro de gravedad del dia­
grama hasta los apoyos izquierdo y derecho.
A veces, los miembros libres de la ecuación de los tres momentos
se expresan por medio de las reacciones convencionales de apoyo
en el sistema básico
(0 ¡ h i A * „ M i°t _ D*
— = Ai y -7 ¡- = B i .

Dislocación de los apoyos o su distribución, cuando no se en­


cuentran en una misma recta. La dislocación de los apoyos, en el
sistema básico, se expone en la fig. 304, e.
De esta figura se desprende que
Af+< — A/ . A;_|
= <xÍTl + p, = + *l=iZZ*L (15.6)
li+i1
*1+ "i- 1ll
7—01191 97
Tabla 6

Si
O*

M . Me-
Mc-dz=--p c¡ u>,= «i = y c;
«— -?■* 21

« i l Diagramad i » W = A/ {\■c) ; Cú2 =


Sí (l— c)1
~ ^ Tn~f¡I'ii11i!l1
^ !111!H!1!I" •'! 21 02 * - i x
X (/- c )

¡* = 5 1 ,- 3 1 1 ; __ .
6 C¿ ’ V ü 2 ’
-l/ 0= 0 O
?o - ql-.•
= -g

n 13 i
Q' / ' =z~mqL

<?f/2-24 ,,; qp_ 8/_ _7/_


24 15 15
ql2 „ 11 ,
•^max — Q± r ~ w gl''
91/3 41

" j L , - i a sP; ? ,= - 4
• í.
La ecuación de Ioí. (res momentos, después de transformar el
miembro libre, toma la forma
M f + 2 (K + XM ) M t + W / l+l + 6 ( ü ^ g + ^ ^ 1 ^ 0 ) +

/A|+i —Aj

<

<
7
l
+ 6£7„ (- ) = 0 . (15.7)

-1
\ h+t 1 h
Si la viga es de sección constante, entonces, se debe tomar J 0 = J .
En este caso, las longitudes reducidas de los tramos son iguales a las
dadas y la ecuación de los tres momentos se escribe así:

í-i 4- 2 (¡i 4- /j+i) M i + Im M j+14-6 (— 4— 7,+t ' )

4- 6E J ( A<V ~ Aí 4- ) = 0. (15.8)

Los valores de algunas magnitudes, indispensables para el cálcu­


lo de vigas continuas, se dan en la tabla 6.

S 1 4 0 . PARTICULARIDADES DEL EMPLEO DE LA ECUA-


CIEN DE LOS TRES MOMENTOS. El empleo de la ecuación de los
tres momentos depende de las condiciones en los extremos de la
viga.
Si la viga posee en los extremos apoyos articulados, éntonces,
en la ecuación de los tres momentos, el índice i toma, sucesivamente,
los valores 1, 2, . . ., m — 1, donde rn es el número del último

o)
P,

x X
b)
Re,
4 x
Fig. 305
* A
X X
d)

l,~0

tramo. Eu este caso, el número de ecuaciones es suficiente para la


determinación de todas las incógnitas básicas. Si la viga posee
voladizos (fig. 305, a), entonces, al principio, se pueden eliminar,

100
sustituyendo su acción por fuerzas (fig. 305/6) y componiendo,
luego, las ecuaciones de los tres momentos para una viga, cuyos
extremos descansan sobre articulaciones.
Si la viga posee empotramientos (fig. 305, c), entonces, es nece­
sario sustituirlos, mentalmente, por tramos complementarios infi­
nitesimales equivalentes a los empotramientos (fig. 305, d) y, a con­
tinuación, componer, también, las ecuaciones de los tres momento?
para una viga, cuyos extremos descansan sobre articulaciones.
La ecuación de los tres momentos y todos sus resultados pueden
ser empleados, también, para el cálculo de vigas biperestáticas de
un tramo.

8 147. E XP RE SIO N E S DEL MOMENTO FLECTOR Y DE LA


FUERZA TRANSVERSAL EN EL TRAMO DE UNA VIGA.
Cada tramo de una viga continua puede ser examinado como una

viga simplemente apoyada bajo la carga dada sobre este tramo y los
momentos de apoyo bailados de las ecuaciones de los tres momentos.
Las direcciones positivas de los momentos de apoyo se muestran
en la fig. 300.
El momento flector en cualquier sección puede escribirse por la
fórmula (14.19)
M z = M VS + £j=¡- ( l , - z ) + ^ ± z , (15.9)
donde M j le es el momento de una viga simplemente apoyada
debido a la carga dada.
Hallamos la fuerza transversal diferenciando la expresión del
momento flector
+ t (15.10)
donde es la fuerza transversal en una viga simplemente apoya­
da, debida a la carga dada.
De la expresión de las fuerzas transversales es fácil hallar las
reacciones de apoyo (fig. 307)
f l i = l<?í+. U o - ( C > i U / i . (1 5 .1 1 )

101
Ejemplo 37. Construir el diagrama de los momentos (lectores en la viga
continua de la fig. 308, a. Seccionamos el voladizo izquierdo y sustituimos el

°)

r ,* “ ! L < T r m
0 ü 1 'X--0.8J '

«*

1
U4m

%
Zm f

«
ro
1/21 4
$ 2t/ L Mo=-Z t *>'?. ,Afe=?>

Fig. 308
21
l,=IOm
j 2/n,
¿2=5/77
IX
ü) (Mi)

empotramiento por el tramo infinitesimal 0 (fig. 308, 6). Adoptamos / „ =


= / . Las longitudes reducidas de los tramos son:
aj
A.,=I, = 1 0 m: X2 = Tg J = 1 0 m.
Las ecuaciones de los tres momentos son:

X iM o + 2 (X 1 + X 2) A f 1 + X2A / 2 + 6 / + ¿ § § 7 ) = 0;

^2AÍ i + 2 (X,a+ X3) M2+ Xj.W3+ 6/ ^ "t" 1 j ) =


Los diagramas de los momentos (lectores en una viga simplemente apoyada
están representados en la fig. 308, e.
Hallamos que:
M|— 12 -8(10 — 8) = 9 6 tfm ,

а, = -i-(0+ 8+ 10) = 6 m;

б, = -i- (0+ 10+ 2) = 4 m.


9/3 6-83
M' = '24_ 128lfm 1
8 a 64 .
fl2= Í5 Í5 m’
56
62= I5 8 =1^151
U1-
102
Ahora podemos escribir las ecuaciones de los tres momentos, con los coefi­
cientes numéricos, para M 0 = —2 tfm.

-10-2-f2(10+ 10);W , + 10AI2 + 6 +

10A/,+ 2(10 + 0) A/ 2 + 0 + 6 =0.

40Ai, + 10A/2+ 6 (57,6 + 74,67) — 20 = 0;


10A/ ( + 20A/ 2 + 6 (85,33 + 0) = 0,

de donde obtenemos que


A/ 2 = — 18,205 tfm, A/, = — 14,789 tfm.

Efectuamos la construcción del diagrama de momentos flectores por la fór­


mula (14.18). Al principio, trazamos en cada tramo una línea punteada que
represente al diagrama de los momentos flectores debidos a los momentos de
apoyo hallados (fig. 308, d) y, luego, a esta recta le «colgamos» el diagrama de
los momentos flectores debidos a la carga dada en este tramo, como en una viga
sobre dos apoyos.

§ 1 4 8 . METODO DE LOS PUNTOS FOCALES DE LOS MO­


MENTOS. Representémonos una viga continua de varios tramos,
cargada en todos o en algunos de los tramos situados a la derecha del
examinado (fig. 309, a).
Seccionemos la viga a la distancia dz, a la derecha del i-ésimo
apoyo, y sustituyamos la acción de la parte derecha eliminada sobre
la izquierda que queda, por la fuerza transversal (?u+i>o y el momen­
to flector M i (fig. 309, b). Los momentos flectores sobre todos los
tramos izquierdos los origina sólo el momento M¡, y la fuerza trans­
versal <?,i+1,o es recibida por el i-ésimo apoyo extremo sin originar
flexión.
E l diagrama de los momentos flectores en los tramos izquierdos
está representado en la fig. 309, b. En cada tramo izquierdo el dia­
grama de momentos flectores corta a la viga en un punto determina­
do, señalado en la figura con una estrellita. La posición de estos
puntos no depende de la magnitud del momento M¡ y, por consi­
guiente, tampoco de la carga de cualesquiera de los otros tramos a la
derecha del i-ésimo tramo. A tales puntos se los denomina puntos
focales izquierdos o focos de momento izquierdos, por cuanto en ellos,
al cargar todos o algunos de los tramos de la viga continua a la
derecha del examinado, los momentos flectores son iguales a cero.
Al cargar todos o algunos de los tramos de la viga continua a la
izquierda del examinado, los puntos focales derechos so determinan
análogamente.
Así pues, cada tramo de viga continua posee dos focos de momen­
to, el izquierdo y el derecho (fig. 309, c), la posición de los cuales
no depende de la carga, sino, solamente, de las dimensiones y rigidez
de la viga. El punto focal izquierdo es el punto, en el cual, si la carga

103
° y ' ! i i

&
tito
V~,
, . -/ ,y
W' .
i 3T"¡li>< Jk*’
.y ,

Fig. 309

está ubicada a la derecha del tramo examinado, el momento flector es


igual a cero y, el punto focal derecho es el punto, en el cual, si la carga
está ubicada a la izquierda del tramo examinado, el momento flector
es igual a cero, lin tales casos, en los focos la linca elástica tiene el
pinito de inflexión. Las relaciones entre el mayor, en valor absoluto,
momento de apoyo del tramo no cargado y el menor, tomadas con
el signo contrario, se llaman relaciones focales.
Relación focal izquierda

k t= = - w r r - ( 1 5 -1 2 >
Relación focal derecha

k i= — 107" ‘ <1513>
Las relaciones focales permiten establecer con medios simples
la posición de los focos y determinar uno de los momentos de apoyo
si es conocido el otro.
Representemos ahora una viga cargada sólo en un tramo
(fig. 309, d). Supongamos que se conocen los momentos de apoyo
de este tramo cargado y las relaciones focales para toda la viga.
Lntonces, los momentos de apoyo de los tramos izquierdos y dere­
chos no cargados se determinan por las expresiones:
para los tramos izquierdos no cargados
^l*q — (15.14)
para los tramos derechos no cargados
Izq
-Wder = (15.15)
k‘
104
donde A/|,q y M ¿eT son *os momentos izquierdo y derecho del
tramo no cargado.
Por cuanto en los tramos no cargados de la viga el diagrama
de momentos es rectilíneo, entonces él, en cada tramo, se construye
por los momentos de apoyo calculados.
El i-ésimo tramo cargado se puede examinar como una viga simple,
de doble apoyo, bajo la carga dada y los momentos de apoyo A/;_,
y M ¡. Por eso, al construir los diagramas do momentos en este tramo,
es necesario «colgarla» (aplicarle) a la línea punteada de los momen­
tos de apoyo el diagrama de los momentos de la viga simplemente
apoyada, debidos a la carga dada. Si la viga se calcula cargada en
varios tramos, entonces, es indispensable examinar la carga de cada
tramo por separado y, luego, sobre la base del principio de indepen­
dencia de acción de las fuerzas, sumar todos los diagramas.
Como se ve de lo dicho, para el cálculo por el método do los
focos, es necesario conocer las relaciones focales y el valor de los
momentos de apoyo del tramo cargado.

1. DETERMINACION DE LAS RELACIONES FOCALES


Examinemos dos tramos adyacentes i e i — 1, suponiendo que la
carga está aplicada a la derecha de éstos (fig. 310). Escribamos para’

F ír . 310

estos tramos la ecuación de los tres momentos


/_ 2 + 2 (Xj_i -f-A,j) M -f-\iMi = 0 .

Dividiéndola por M ¡_x, hallamos, que

A-i-i ~ jj~ + 2 (k*-* + ^i) + 1 7 = 0.

Sustituyendo las relaciones de los momentos flectores por la.t


relaciones focales, obtenemos

— jg - + ^
2 (*i-i + h ) — k,X, - °.

De donde obtenemos la fórmula de la relación focal siguiente,


expresada por medio de la anterior

*'=2+i s r ( 2-/é7)- <15-16>


10ñ

I
Análogamente, la fórmula para las relaciones focales derechas,
tiene la forma:

« - 2 + T f ( 2 - i ¿ r ) - « 5 -, 7 >

Para la determinación de las relaciones focales izquierdas es


necesario conocer la relación focal izquierda del primer tramo y,
para las derechas, la derecha del último.
Mostremos cómo determinarlas, según el tipo de los apoyos
extremos.
Efectuaremos los razonamientos para las relaciones focales
izquierdas del primer tramo y, los resultados, los empleamos también

M.-0

b)
Fig. 311

para las derechas del último. Si el apoyo izquierdo del primer tramo
(fig. 311, a) es articulado, entonces, la relación focal izquierda
será k1 = — ~ = oo. Si el apoyo izquierdo del primer tramo es
un empotramiento (fig. 311, b), entonces, sustituyéndolo por un
tramo infinitesimal (fig. 311, c), tendremos que para él, k0 =

Después de esto, por (15.16) hallamos que ^ = 2 + ? X

X ( 2 — — J = 2, dado que X 0 = 0.
Por consiguiente, para un apoyo articulado en el extremo del
primer (último) tramo, la relación focal izquierda (derecha) es igual
al infinito, pero, para un empotramiento en él, la relación focal iz­
quierda (derecha), es igual a dos.
Cada tramo de viga continua puede ser examinado como elástica­
mente empotrado es decir, que ocupa una posición intermedia entre
una viga con apoyos articulados y otra, con apoyos empotrados.
Por esta razón las relaciones focales satisfacen a las desigualdades
2 < k < oo.

106
2. DETERMINACION DE LOS MOMENTOS FLECTORES
DE UN TRAMO CARGADO (FIG. 312)

Escribamos la ecuación de los tres momentos, al principio para


los tramos i — 1 e i y, luego, para los i e i + 1 :

Xj.jAf 2 + 2 (X/.j + h¡) i-i -f-X/A/1 -f-6E J oA(j_ ,) P = 0;


i-i + 2 (Xj + XÍ+1) M i + X¡+1A//+t + ü E J0A¡P = 0 .

En estas ecuaciones hay cuatro momentos de apoyo incógnitos:


M ¡-2, M i-i, M i y M¡+x. Por medio de las relaciones focales, dos

Fig. 312

de ellos, M¡-2 y M f+n pueden ser expresados a través de los otros


dos M i _! y M t:
AÍ/-I
— *<-r.
AÍ/-2
Mi _
M uí — Ki+l-

Después de esto, las ecuaciones adquieren la forma:

— 77-^- M + 2 (A.|_i + A./) M + A¡M i + 6E J 0A(¡ _ p = 0;


1
* , , A f + 2 (X, + Xí+1) M , - XJ+I +-6£yoAÍP = 0
* í +i
o bien

w - [ 2 + i i r ( 2 - T 7 T ) ] + A f‘ + 6£ y " ^ f f - 0:

M , . , + W , [ 2 + ^ l ( 2 - - ¿ - ) ] + 6É / „ ^ - ° .

Teniendo en cuenta (15.16) y (15.17), tendremos definitiva­


mente:
M + A f ,= — 6£ / „ ;

i_,-f-Af¿A:Í = - 6 £ / 0 4 ^ -
A*|
107
*¡ k¡ki— 1

Los desplazamientos A(P y A,i-1)P se expresan así: a) habiendo


carga, por (15.5)

h) en el caso de dislocamiento de los apoyos, por (15.6),


Aj — Af_i \

(15.20)
Af- i- A j f
i. * J

Las fórmulas de los momentos de apoyos habiendo carga son

a* _ 6®f t>¡ki— a, .
,_i — /¡
^ — k¡ki—
n?—T 1 ’
(15.21)
A /i= _
¿i k ,k i- i
Si los apoyos extremos de una viga continua son articulados y, por
consiguiente, las relaciones focales para los tramos extremos son
iguales al infinito, entonces, una de las expresiones de (15.21) con­
tendrá una indeterminación. Desarrollándola, obtenemos:
a) el momento de apoyo derecho del primer tramo

M ‘ = - 7 r*1- pki- ; (15-22>

b) el momento de apoyo izquierdo del último m-ésimo tramo

(15.23)
Km
Las fórmulas (15.21)—(15.23) son válidas, también, para las
vigas de sección constante, varían sólo los valores de las relaciones
focales (15.16)—(15.17):

* í = 2 + i i ü ( 2 — *— ) . (1 5 .2 5 )
\ fci+1 /
De este modo, el cálculo deberá efectuarse en el siguiente orden:
1) por las fórmulas (15.16) y (15.17) o por las (15.24)—(15.25)
se determinan las relaciones focales;
2) por las fórmulas (15.18)—(15.23) se determinan los momentos
de apoyo del tramo cargado;
3) por las fórmulas (15.14) y (15.15) se calculan los momentos
<le apoyo de los tramos no cargados.
Rjemplo 38. Construir los momentos flectorcs en la viga de la fig. 313, a
por el método de los puntos focales. Para /„ = J , las longitudes reducidas de

FlCT L»
°)
1,5J
l^8m ■~w U-IZm

los tramos son


127
X, = 8 ra, = 7-^7 = 8 m, Xs = 8 m, X4 = 8 m.

Determinamos las relaciones focales por las fórmulas (15.10) y (15.17)

*>-2+4(2~ )-*•

Las relaciones focales derechas se determinan de las condiciones


de simetría:
k¡ = 1 ^ = 4, kt = 00.

Los momentos de apoyo del tramo cargado se determinan por las


fórmulas (15.21):
0/3
(i>3=-j7j-= 144q\ 03 = 03= 6 m;
0-144<7 (6-4-fi)
A/- = - = — 7,714<j tfm;
122

6-144? ( « ¥ - « )
A /,= = — 7,072q tfm.
' 122 ‘
¥ ‘ -<
109
Los momentos de apoyo de los tramos no cargados se determinan
por las fórmulas (15.14) y (15.15):

El diagrama de momentos se expone en la fig. 313, b.


Ejemplo 38a . Determinar los momentos de apoyo en una viga continua
de tres tramos iguales, debidos a que el primer apoyo intermedio se lia asenta­
do d cm
Las relaciones focales por (15.24) son: Kx = oo; Kt = 4; K , = 15/4.
E l asentamiento del primer tramo por (15.20) es:
a _ A i— A0 d
= i =T
Al — A0 d
Qja*- ,

Los momentos de apoyo por (15.18) son:


./ £¿ 115
5 , d\
d
C>EJ '\/ A l )
Aío=
l 15
°° T
A a 0A ( d \
6E J tA Kt 6EJ\ l ) E Jd
M .=
l „. \ l 15/4 ’ Í2

u M\ n , E Jd
K2 = - ° ’A 12-
El asentamiento del segundo tramo es:
0—d _d_
A ia = -
l ~ l
0— d d
A2A: l ~ l
Los momentos de apoyo son

,, 6E J \ l l I 2E Jd
M* = -- i----- 4 1 = 1 --

— ¡—
6E J (4«+í)
\l l )
ñ i r -
2E Jd
— ir
Los momentos de apoyo totales son:
„ , „ E Jd . 2EJd „ „ E Jd
Af, = 1,6 ~l = , Jz~
„ „ , E Jd 2E Jd n , E Jd
2= 0,4 — ---- ¡ 2 - = - 2 / . —

110
§ 14». CALCULO DE VIGAS CONTINUAS SOBRE APOYOS
ELASTICOS. Se llaman vigas continuas sobre apoyos elásticos
a aquéllas, cuyos puntos de apoyo, bajo carga, pueden desplazarse
perpendicularmente al eje de la viga. Como ejemplo puede servir
una viga continua sobre puntales largos (fig. 314, a). Considerare­
mos como apoyos elásticos a los capaces de deformarse linealmente.

o)
JT ti Ltí

A p
Fig. 314

* ^ 4 - é . . . U

U¡.

S b.

para los cuales, los desplazamientos de los puntos de apoyo de la


viga son proporcionales a las reacciones de dichos apoyos
ym = c mf ím, (15.26)
donde cm es el coeficiente de compresibilidad del m-ésimo apoyo
en cm/kg.
Tal viga puede ser representada esquemáticamente con los
apoyos en forma de muelles (fig. 314, b). El sistema básico se elige
con las articulaciones sobre los apoyos (fig. 314, c). En el caso gene­
ral, las ecuaciones canónicas para una viga continua sobre apoyos
elásticos serán de cinco miembros y no de tres, como para la viga
sobre apoyos rígidos. Esto es fácil de comprender, por cuanto, debido
a la elasticidad de los apoyos, los desplazamientos originados por los
momentos de apoyo Aí¡, ahora, se extienden sobro dos tramos a la
derecha y sobre otros dos a la izquierda del apoyo i (fig. 315, a).
La ecuación canónica de los desplazamientos, por la dirección del
momento de apoyo del medio tiene la forma:
8|<i-2>^i-a+ ¡ + Í'íu+dA/i+i -f-
+ 8i<i+2>Mm + A/p = 0. (15.27)
Esta ecuación so llama ecuación de los cinco momentos. Sus coefi­
cientes y miembros libres se determinan por las fórmulas:

J M , - ^ - d s + 'Z c mR mtR mh; (15.28)

A ,p - 2 j M (15.29)

111
Fig. 315

donde: M , son los momentos en la viga, debidos a M¡ = 1 ; M h los


momentos en la viga, debidos a M h = 1 ;
M P, los momentos debidos a la carga dada; R m¡ es la reac­
ción del apoyo m debida a M¡ = 1 ; f í mk, la reacción
del apoyo m debida a M h = 1 ;
l i mP la reacción del apoyo m debida a la carga;
cm el coeficiente de compresibilidad del apoyo m.
Por ejemplo, según](15.28), el desplazamiento es igual
a (fig. 315, b):

Si los apoyos son absolutamente rígidos, entonces, para ellos,


cm = 0 y la ecuación de los cinco momentos so transforma en una
de tres.

§ 150. DIAGRAM AS ENVOLVENTES TEORICOS DE LOS


MOMENTOS FLECTORES. Al elegir las secciones transversales de
las vigas continuas, como también, de otras cualesquiera, las medi­
das de las secciones se determinan, principalmente, por los momen­
tos flectores. De ahí la necesidad de calcular sus valores máximos.
Si la viga continua se calcula sólo bajo una carga, para una sola
posición de ésta, y si en el estado límite la viga se encuentra en la
fase elástica, entonces, el diagrama de momentos debido a esta
carga, construido por la ecuación de los tres o cinco momentos o por
el método de los focos será el diagrama de cálculo, por el cual se

112
efectúa la elección de las secciones de la viga o la verificación de su
resistencia.
Pero, si además de la carga permanente, como corrientemente
sucede, sobre la viga van a actuar diferentes cargas accidentales,
las cuales pueden encontrarse sobre ella, tanto juntas como separa­
das, en diferentes combinaciones, entonces, es imprescindible elegir,
para cada sección de la viga, tal combinación de cargas, para la cual,
en esta sección, apareciera el mayor momento flector.
Esta cuestión se resuelve de la manera más completa y exacta
con la construcción de las líneas de influencia de los momentos
flectores en algunas secciones de la viga. Pero tal vía es, también,
bastante complicada.
Si se considera que la carga accidental, deutro de los límites de
cada tramo, es fija y que actúa simultáneamente a lo largo de todo
el tramo, entonces, esta cuestión se puede resolver, de una manera
más simple, por medio de la determinación de los mayores valores
teóricos de los momentos flectores en cada sección, cargando, por
separado, cada tramo de la viga continua.
A fin de simplificar los razonamientos, examinemos cargas uni­
formemente repartidas, la permanente q y la accidental p, siendo
que la última se reparte a todo lo largo del tramo y se dispone sobre
uno o varios tramos simultáneamente. Construimos el diagrama
de los momentos flectores debidos a las cargas dadas, permanente
y accidental, ubicando esla \iltima, sucesivamente, en cada tramo de
la viga. Luego, componemos las expresione *■ de los valores más
altos, en valor absoluto, de los momentos flectores positivos y nega­
tivos, por las fórmulas:

donde: M q es el momento flector debido a la carga permanente


en la sección dada.
-\-Mp son los momentos flectores debidos a las cargas acci­
dentales que originan en la sección un momento
positivo.
—M p los momentos flectores debidos a las cargas acciden­
tales que originan en la sección un momento nega­
tivo.
El aspecto aproximado del diagrama de cálculo de los momentos
flectores se muestra en la fig. 316. Tal diagrama envolvente de los
momentos de cálculo es particularmente cómodo al diseñar vigas
de sección variable, por ejemplo, vigas soldadas o roblonadas con las
chapas de las tablas cortadas. En este caso, no se debe olvidar que
si el diagrama envolvente fue construido sin tener en cuenta la
variación de las secciones de la viga, entonces, él refleja al diagrama
real para la viga de sección variable, sólo aproximadamente. Por eso,
8-01)91 113
si es necesario tener un cálculo preciso, entonces, este diagrama
deberá ser reconstruido, teniendo en cuenta la variabilidad de la
sección de la viga.

-Mcái
Fig. 316

g 1 5 1 . METODO ESTATICO DE CONSTRUCCION DE LAS


LIN EAS DE INFLUENCIA DE LOS MOMENTOS DE APOYO.
t. EMPLEO DE LOS COEFICIENTES DE INFLUENCIA
Presentamos la ecuación de los tres momentos, para P = 1, en la
forma canónica
6?(«- i-t + ¡ -(-8*(i+i)A/ ¡+1 -f- 8?p= 0, (15.31)
donde

8?(i-i, = Xí; 8?1 = 2 (XI + X,+1); 6?(1+t)= A .,,,; K = 1j ¡ L ;

8*p = b E J06¡P= t)EJ0 ( ■j con el peso en el tramo i;

ft*P = 6 E J 0f)i P = 6 E J 0 (
) con el peso en el tramo i + 1 ;
\í;+1/'•J , i /
Las ecuaciones de las líneas de influencia de los momentos de
apoyo se expresan, por medio de los coeficientes de influencia, de
la siguiente manera:
l.i. de M t = Pií6*p+ P1262P + • • • •+• Piri8*/*;

1.1. de M h = P jii 6íp + Pfc2fi*p+ . . . + Pfcr.6ñp: (15.32)

1.1. de A/n = Pnl8*p-f-Pn26*p + ■• • + P/in6)5p.


Los coeficientes de influencia pueden ser hallados por medio de
los determinantes por la fórmula (14.49) o, por el procedimiento de
Gauss, por las (14.59) y (14.(50) o, por el procedimiento de los
momentos focales por la fórmula

= < 1 5 -3 3 >

donde M uí son l°s momentos de apoyo debidos a M u 1 (fig. 317);


k¡ ¡/ k¡ las relaciones focales en el tramo i; k = 1, 2, 3...:
i , - —' n .
X

114
El diagrama de los momentos flectores debidos a M u = 1
(fig. 317) se debe construir por el método de los focos de momentos.

Jrv IMf Ñ(L,,)


"«oí ^rT ííííílüK ' y ,
.......T
7W ^7? tÍJ "^77 77/7/
i-2 ¿.♦2

Fig. 317

Los coeficientes de influencia se verifican por la expresión (14.47).


Para la determinación de 6*f_1>P y Ó*P, examinemos el trama
i cargado con la fuerza P = 1 (fig. 318).

Fig. 318

En este caso:

b, = ± (2 lt - z ) .

Según (15.31):j
* <0,6, z(li —z)(2li —z)^
71^77-----*
x _ “ <“/ _ 2 (*»— *) (*i + *)
, p— 7¡e j ~ [~ -----------
01¡EJ¡
Por consiguiente:
8f1_1)P= 6 £ M <. , )p = Z ? A / | (u); (15.34)

6?p==GE/06ÍP = /?-£ -/,(« ), (15.35)



donde
fi (u) = u (1 — u) (2 — h); / 2 (u) = u (1 — u2);

1,'
Los valores de estas funciones se dan en la tabla 7.

8* 115
Tabla 7

u 0 0.1 0,2 0,25 0,3 0,4 0,5 1

/l <«) 0 0,1710 0,2880 0,3281 0,3570 0,3840 0,3750 0


/ 2 <“ ) 0 0,0990 0,192(1 0,2344 0,2730 0,3360 0,375(1 0

u 0 0,6 0,7 0,75 0 ,8 0.9 1

/ i( « ) 0 0,3360 0,2730 0,2344 0,1920 0,0990 0


/ * ( “) 0 0,3840 0,3570 0,3281 0,2880 0,1710 0

Tomando en (15.34) y (15.35) los diferentes valores del índice


i = 1 , 2 , . . ., obtenemos los miembros libres de las ecuaciones
(15.31) en dependencia do la posición del peso en uno u otro tramo.
Colocándolos en las ecuaciones (15.32), obtenemos las ecuaciones de
las líneas de influencia de los momentos de apoyo para la posición
del peso en el tramo correspondiente.
Por ejemplo, cuando el peso se halla en el primer tramo

8? p - z ; A / j ( „ ).

Cuando el peso se encuentra en el primer tramo, las ecuaciones


de las líneas de influencia, según (15.32), serán:

M t = M i 77 h (U);

J1
Si la viga tiene en el apoyo izquierdo, un voladizo de longitud c,
entonces, las líneas de influencia de los momentos de apoyo, sobre
la parte voladiza se representan tangentes a las líneas de influencia
del apoyo izquierdo. Esto desprende del método cinemático de
construcción de las líneas de influencia, por el cual, la forma de
éstas se determina por el diagrama de los desplazamientos verticales
de la línea de carga. El diagrama de los desplazamientos verticales
del voladizo es una recta, tangente al diagrama de los desplazamien­
tos del apoyo extremo.
Para calcular las ordenadas de las líneas de influencia en el
extremo del voladizo es necesario emplear la fórmula

M t= -c V
( ^az- )/ para 2=0 = [~T~L
\ du ' idz
r )/ para ti=0„• (15-36)

116
Cuando el peso está en el segundo tramo, las ecuaciones de las
líneas de influencia son:

6Íp = ¿Í- £ / ,( « ) . 65p = í ; - £ / 2 (u);

M t= A /, (u) + p12ZJ A / , (u);

M k = fW Í A /«(«) + £ 1* (“);

M n - pnlZl U («) + Pn2¿í £ h («)

etc.
Escribamos las igualdades (15.32) en la forma matriz:

Pn P 12 • • • P in Ó *p

P 21 P 22 • • p 2n ó*p
M = li Dp = •
( 1 5 .3 2 ')

Pnl Pn2 • •• Pnn Kp


Todo lo dicho con respecto a (14.7G) es válido aquí.
2. EMPLEO DEL METODO DE LOS FOCOS
El empleo del método de los focos, consiste en utilizar las fór­
mulas de los momentos de apoyo del tramo cargado (15.21), para
la fuerza P = 1:

ü i (l¡ — z) y * 21* - * ) * ! — y (h + *) '


™ l-l“ /2 • 2 k;k\- 1

■ 2 •

Después de las transformaciones necesarias, obtenemos las


ecuaciones de las líneas de influencia de los momentos de apoyo
del tramo cargado t:
,, . /1 (“) *í —/2 («*) ,.c
-- kík’
TI7—i — 1i-- I (15-37>
h W k i - f t(u)
M i=-l (15.38)
ktk\-l

donde/, (u) y f t (u) son las funciones anteriores de (15.34)—(15.35).


Si la viga tiene apoyos articulados en los extremos, entonces,
las expresiones (15.37) y (15.38) poseen indeterminación, desarro-
117
liando la cual, obtenemos:

A / j= — /, para el peso en el primer tramo; (15.39)


*i
= — lm ^ para el peso en el último m-ésimo tramo. (15.40)
«m

Para la posición del peso en el tramo i, las líneas de influencia


de los demás momentos de apoyo se determinan por las ecuaciones
de las líneas de influencia de los momentos de apoyo y Mt
de este tramo cargado: las líneas de influencia de los momentos de
apoyo izquierdos son:
1.1. de ;le *«- «;
1.1. de W , . (15 -41)
1.1. de -----r--- — etc.;

las líneas de influencia de los momentos de apoyo derechos son:

■ . i ■« ¡l.i. do M/
l.i. de M l¥t = ---- tt--- - ;
*i+i
* . * ■# l.i. tic (15.42)
l.i. de M /+2= ---- —-- — etc.
í+2

Una vez construidas todas las líneas de influencia con el peso


P = 1 en el tramo i, este peso se pasa al tramo siguiente y se repite
la operación.
Ejemplo 39. Construir las líneas de influencia de los momentos de apoyo
<fig. 319) siendo / „ = / , = / .
Las longitudes reducidas de los tramos son:

Xt = 10 m, K2 = 1 2 t ^ j= 1 0 m, X3= 10 m, Xt = 12-Í- = 10 m.
* 1 ,z
Las ecuaciones de los tres momentos, por (15.31) son:

2A/,(10+10) + A/210+ + ó * p = 0;
M i 10 + 2M2 (10+ 10) + M310 + 6$p = 0;
M 210 + 2,W3 (10+ 10) + 6*p = 0.
La resolución de estas ecuaciones o de las ecuaciones de las lineas de
influencia, por (15.32), es:

1.1. de A/^p.^p+p.oóSp+P.sóSp; -j
1.1. de M2 = p,,Ó*p + p226Jp + P23Ó5P; > (a)
1.1. de M3 = p31ófp + p32ó$p + p33ó*p. J
Los coeficientes de influencia pjft se determinan por dos procedimientos.
/ . Determinación de p;/, por el />rocedimienlo de Gauss. Aportamos la tabla 8
del desarrollo directo.

118
1.23
w 12m n #
i» i
i
LideMjM )

L i d e H l(M)\ § ■ § ■ § - §• |

0 I
S S g “f |
1 S l l l

Fig. 319

Tabla 8

i N° del N° de la ecuación s¡
1 renglón y coeficiente a Mi «1 Mj

1 (1) 40 10 0 50

1
2 «1 h • « 12= — ;4 «13 = 0

3 (2) 10 40 10 60

4 «12 (l) • - 2 ,5 0 — 12,5

5 <2“ >) 37,5 10


— 47,5

4
G «sfc • •
a 23= _ l 5

7 (3) 0 10 40 50

8 «13 (1) • • 0

40 190
9 «23 (2<,)) • •
15 15

i
10 (3<2>) 560 561)
‘ 15 ’ 15
Calculamos los coeficientes de influencia por las fórmulas (14.50) y (14.60).
Primera operación: a) para la fórmula (14.59) k = 3; b) para la fórmula
(14.60) Ar = 3, i - 2,1:

« _ 1 _ 15 .
33~ 560’

P32 - <*23033 - ( 15 ) ( s e o ) “ 560 1

P31 = a 12p32+ « . 3P33 = ( “ T ) 56Ü = “ 5gÓ *

Segunda operación: a) para la fórmula (14.59) k = 2; bl para la fórmula


(14.60) k = 2, i = 1:

P 2 2 = _ 6Ür + a -3P32= ( _ í s ) 560 ^ _ 560 '


2

P 21 -« 1 2 & 2 2 + «13023 = = 5^ 3 .

Tercera operación: a) para la fórmula (14.59) k = 1:

P i i = _ 67r _h0t,2P2l+ct*3P3i = —¿ - 4-*5sg=

2. Determinación de los coe/¡denles Pjj empleando los determinantes de (14.49).


El determinante de los coeficientes es
40 10 0
D= 10 40 10 = 56000.
0 10 40

Al calcular los coeficientes pi(, excluimos del determinante D la t-ésima


línea y la &-ésima columna, o bien la fc-ésima línea y la í-ésima columna:

40 10
P M -(-l)Ct*l*l,
10 40 15
56 000 560’
10 10
0 40 4
Pi2 = ( - l) <1+2+1> 56 (XX) — 560'

1 10 40
1 o 10 1
P l 3 = ( - l ) <1+3+ 1>
56 000 560’
40 0
0 40 16
p22= ( - i ) (2+2+1> 56 (XX
560’
40 10
P23 = ( - l ) (2+3+1> : 5» 0 0 0 - A ;
0 10
40 10
P33 = ( - l ) <3+3+1> 56000.
10 40
120
Verificamos los coeficientes por (14.47)

1; seo10 5«l/'0 + 56010 l;


__ — 0+ — 10— — 40= —1 .
560 560 500
Las igualdades necesarias lian sido satisfechas.
Las ecuaciones (a), con los coeficientes numéricos, son:

l.i. de - 5ü q Ó * p + 5Ü O 6 2 p - 5 6 0 6* p :

16 4
l.i. de ,l/ 2 — 56ü 6*p (b>
560 62P^"ftfin
Sfio 560 6SP;
U . de A/3= - ¿ ó ? p + A 6Sp _ * 5 « s p.

Determinamos los valores de los términos de carga por las fórmulas (15.34)
y (15.35).
Gl peso se halla en el primer tramo

6fp = l l 7 ^ /*(«»>- 10*M«0-


El peso se halla en el segundo tramo

6*P = *2 7 7 h (“ ) = 122 -¿J fl (u) = 120/1 (tt):

6* p = li 77 f2 (“ ) = 122 - ¿ 7 h (“ ) = 120/z (U).


El peso se halla en el tercer tramo

6!p = ,37 7 / i( “) = 10°/t(“):

6*p= , 3 7 ; fz{u) = 100/2 (u)-


El peso se halla en el cuarto tramo

«3P=*4 y-
*4
/«(«) = 12°/i (“)•
Componemos las ecuaciones de las líneas de influencia según (b).
En el primer tramo
1.1.de A/, = —2,68/j (u)u); ]
1.1.de M t = 0,714/2 (u)0; ¡>
1.1.de M 3 = —0,1785/a (u) J
i (“)•
Determinamos la ordenada de la l.i.de A/, en el extremo de un voladizo de
2 m de longitud, suponiendo a la viga voladiza:
M i= - 2 [ - 2,68/; (u) -j- j u=u = - 2 [ - 2,68 (1 —
• 3u2) 1 = 0,536 m.
1 0 j u=o
En el segundo tramo
1.1.de A/, = —3,23/, (u) + 0,857/, (u);
1.1.de A/, = -0,857/, (u) — 3,429/a (u) (d>
1.1.de M , = -0,2142/, (») -}- 0,857/,, (u) ■}
121
.P--1
[50 1.50
a)
~w -JT 12m t t 12m
i r
b) —H
Sp i
LidelHfM)
I I tI í
Qf « Ca-
/i s s a
c ^ í ) Q c3 «=i>
<£>■¿¿' S* Sr I w <5í L l deM2¡M) ®I «C3- C5 CyC5' .
<j) | I
^ Qd r^.
' a § ^ 1 I§ ¡§
c=r cprc^e-r
5>J

cá*
Fig. 320

En el tercer tramo
l.i.de A/, == 0,714/, (u) — 0,1785/, (u);(«); -|
1.1.de A/,, = - 2 ,8 5 7 /, (u) + 0,714/, (u); } (e)
1.1.de Ai,, = 0,714/, (M) - 2,68/, (»). J
En el cuarto tramo
l.i.de
1.1.de A/, = —
—0,2142/,
0,2142/, (u); 1
1.1.de M t = 0,857/, («); l
1.1.de M 3 = — 3,23/, (u). J
Las líneas de influencia de Ai, y A/, se exponen en la fig. 319, b, c.
Ejemplo 40 Construir las líneas de influencia do los momentos de apoyo
de la viga continua de la fig. 320 por el método de focos. Para J 0= J , las longitu­
des reducidas de los tramos son = X, = X, = X 4 = 8m.
Las relaciones focales, por (15.16) y (15.17), son:

Correspondí en temen te:


,, ,, . . ,15 ,, 56
kt >
—oo, A j_ 4 ; A, — ; ¿r,—

E l peso se halla en el primer tramo: por (15.39)


Vi 1s
l.i. de Ai, = — 8/2 (u) : J3 = — y M « )-

Si la viga tuviera voladizo izquierdo, entonces, la ordenada de la l.i. en el


extremo del voladizo podría ser determinada por la expresión (15-36). Mostremos

122
esto, suponiendo que la longitud del voladizo es igual a 2 m.

La ordenada de la l.i. en el extremo del voladizo, es A/, = —0.268 (— 2) =


= 0,536 m.
Las ecuaciones de las líneas de influencia de los demás momentos de apoyo
en la zona del primer tramo, se hallan por (15.42):
, . , „ l.i. de Afj 4 . . .
1 .1. de A/2= ----- £7-- L = y / 2 («).
i • j ,/ l.i. de M 2 1 . , .
1.1. de M 3= ----- - -- * = y / 2 (u).

E l peso se halla en el segundo tramo: las ecuaciones de las lineas de influencia


de los momentos de apoyo en la zona del segundo tramo su hallan por las expre­
siones (15.37) y (15.38):

/ i( u ) ^ - / 2(«) 45
M ‘ = —12------ ^ / i (u) + y /2(u);
4T - i

y /2 (u )+ | /t <„);
4^-1 7 7
4
. . . .. l.i. de M j 6 3 .
l.i. de A/s= ----- p -- !t = y / í ( “ ) - ^ / i ( « ) .

Las ecuaciones obtenidas son suficientes para construir las lincas de influen­
cia en el tercero y cuarto tramo por las condiciones de simetría de la viga.
No obstante, hallemos directamente estas ecuaciones, sin emplear las con­
diciones de simetría.
E l peso se halla en el tercer tramo: por las mismas expresiones tendremos:

- 1 2 U (U¿ — /f (U> - - y / i («) + y h (u);


T 4 -1

M « 0 “ - /l< « 0 45 6
A/3= —12 --- --------- = - g / 2 ( « * ) + y / i («);
T 4 -1

1 .1. de M t = — 1‘i ‘ j¡?

E l peso se halla en el cuarto tramo: por la expresión (15.40)

O / i ( “) 15
Las ecuaciones de las l.i. de los momentos de apoyo restantes, en el cuarto
tramo, son:
, . , „ l.i. de A/ 3 4 . , .
1.1. de .l/2= ----- r---- = -=-/i(u),
"3 •
. . . ,, l.i. de yi/o 1
1 .1. de .1/ , = ----- —-- - = - y /( (u).

Las lineas de influcucia de la fig. 320, b, c, se construyeron por las ecuacio­


nes obtenidas.

8 152. EMPLEO DE LA SIM ET RIA EN EL METODO ESTA­


TICO DE CONSTRUCCION DE LAS LINEAS DE INFLUENCIA
DE LOS MOMENTOS DE APOYO. La construcción de las líneas
de influencia de los momentos do apoyo en las vigas simétricas,
puede ser simplificada empleando incógnitas pares. Aquí, examina­
remos otras simplificaciones de la construcción de las líneas de
influencia de los momentos de apoyo, que se desprenden de la esencia
de los procedimientos expuestos anteriormente.
i. SIMPLIFICACIONES CON EL EMPLEO DE LOS COEFICIENTES
DE INFLUENCIA
Descomponemos la fuerza P = 1 (fig. 321, a) en componentes
simétricas e inversamente simétricas (fig. 321, b, c). En el caso de
fuerzas simétricas, los momentos de apoyo ubicados simétricamente

I
Fig. 321 d)

son iguales, pero, si las fuerzas son inversamente simétricas, dichos


momentos son iguales en valor absoluto y de signo contrario.
Esto permite plantear las ecuaciones de tres momentos no,
para toda la viga, sino, sólo para su parte hasta el eje de simetría
o hasta el primer apoyo tras de este eje. En este caso es necesario
diferenciar dos casos.

124
Vigas con un número par de tramos (fig. 321).
Si m es el número de tramos de la viga, entonces, podemos escri­
bir que
MS
m/2-l = M ’ ,/2+1, Afíi/12 = 0. (15.43)
En este caso, las ecuaciones de tres momentos para fuerzas simé­
tricas, se componen hasta que la última ecuación contenga el primer
momento de apoyo después del eje de simetría y, en el caso de fuerzas
inversamente simétricas, el momento de apoyo sobre el eje de sime­
tría. Esto significa que, en la ecuación de tres momentos (15.31),
el índice i toma sucesivamente los valores desde 1 hasta i = ^ ,

en el caso de fuerzas simétricas y, hasta i — 1 , si las fuerzas


son inversamente simétricas.
En ambos casos deben tenerse en cuenta las expresiones (15.43).
Para pesos apareados, los términos independientes de (15.34)
y (15.35) son iguales a:
f 2
ó ? i- D P = 2 7 7 ^ / , (u), ó !p = ^ - / , / 2 (u ). (15.44)

Estas expresiones son válidas para todos los tramos hasta el


apoyo intermedio, tanto para los pesos simétricos como para los
de simetría inversa.
Las líneas de influencia de los momentos de apoyo debidos a los
pesos apareados se construyen hasta el eje do simetría y, en la se­
gunda mitad de la viga, se construyen sobre la base de dicha sime­
tría. Las líneas de influencia de los posos simétricos son simétricas

F'" 322 r v a ?------------- r - T T -------------- f v ? ’

(fig. 321, d) y, las de los inversamente simétricos, de simetría inversa


(fig. 321, e). La ordenada que determina el momento de apoyo, de­
bido a las mitades de los pesos apareados, se coloca debajo del peso
J\ = 1/2. Las líneas de influencia de los momentos de apoyo debi­
dos al peso P = 1 se obtienen con la suma de las líneas de influencia
debidas a las mitades de los pesos simétricos y do simetría inversa
(fig. 321,/).
Vigas con número impar de tramos (fig. 322). En este caso

M sm_ , = M ' U . . M lm- 1 = — A /m + i. (15.45)


2 2 2 2

Las ecuaciones de tres momentos, para pesos simétricos e inversa­


mente simétricos, se componen hasta que en la últim a ecuación entre
el primer momento de apoyo tras el eje de simetría. En otras pala-

125
Fig. 323

bras, el índico i en (15.31), toma, sucesivamente, los valores desde


i = 1 basta i = —■
Como antes, los términos independientes 5¡P se determinan por
la expresión (15.44), encontrándose los pesos en todos los tramos de
la mitad izquierda, excluyendo el del medio. Cuando los pesos están
ubicados en el tramo del medio (fig. 323) las expresiones 8 ¡p serán
otras y, se obtienen empleando la fórmula general de los desplaza­
mientos:

wi = ( ‘•r 2 "2") 2 4-y (¿med — 2z) = y (/med— z);


.. _ 1 Jmed „(ímcd —2 z)_ z ,,
2— T 2 2 2/me,i ~ T (ímed ~~¿z>'

z |
*S = a»2C -2 = -g- (/|ni<d 2z) y (¿mcd — Z) 2.

Multiplicando los diagramas correspondientes, debidos a las


cargas por los diagramas debidos a M n/i . 1/2 = 1 y M n/2+i/2 = 1 ,

120
obtenemos:
1
8 2
fyn/2-l/2)P = fyn/2+l/2)P = j j 7 j ^ j !

«i.s * 1i. s •Sr‘ mfld


í-
<\n/2-l/2)P = — 0(n/2+l/2)P= E J mcd
o bien

6(n/2-l/2)P = 6(t»/2+1/2)P — 12£V^ed (U)+ /2 (U)l* (15.46)

6 ( ñ / 2 - l / 2 ) P = ~ 6 (n/S2 + l / 2 ) P = ^¿V ^cd I / l ( U ) ~ /2 ( U )l~ ( í 5 -47)

De este modo:

6(*n/2-l/2)P= — &*n/2+1/2)P — T/mi-d ^ e i [/i («) + íz («)]! (15.48)

6(n/28-1/2JP = — fi(n/2+1/2)P ^med [/i («) — fz (“))• (15.49)

2. SIMPLIFICACION CON EL EMPLEO DEL METODO DE FOCOS


Las líneas de influencia de los momentos de apoyo ubicados
simétricamente representan, con respecto al eje de simetría, una
imagen especular reciprocamente simétrica. Esto permite efectuar
la construcción de las líneas de influencia de todos los momentos de
apoyo sobre una mitad, por ejemplo, la izquierda, sólo hasta el eje
de simetría y, más allá de él, se construyen aprovechando que las
líneas de influencia do los momentos de apoyo simétricamente
distribuidos coinciden al girar 180° una de ellas alrededor del eje
de simetría. En este caso, está claro que, en las expresiones analíticas
de las líneas de influencia, la coordenada u, a la derecha del eje
de simetría deberá contarse en sentido contrario, de derecha a iz­
quierda.
Ejemplo 41. Construir la línea de influencia del momento de apoyo u tili­
zando la simetría (fig. 324).
La ecuación de tres momentos, cuando J 0 — J , para pesos simétricos, es

2(8 + 12M/®+ 12.1/®+ ój£, = 0; (a)


para pesos inversamente simétricos, es
2 (8+ 12) M\ * - 12M\•+ó*ji *= 0. (b)
E l peso se halla en el primer tramo: por (15.44)

ó - = ó ; ‘-’ = 4 /2 (u)=32/2(U).

Las ecuaciones de las líneas de influencia, por (a) y (b), son

l . i . d e J W * = _ A / 2 (u ), l . i . d e j f 2 (u ) . ( c )

127
Fig. 324

E l peso se halla en el segundo (en el del medio) tramo: por (15.48) y (15.49).

*?P— X - l/t («*)+ / 2 («*)];

(«)-/• («))•
La ecuación de la l.i., por (a), es

l.i. de A/^ = - j | ( / , ( u ) + /.(tt)l. (d)


La ecuación de la l.i., por (b), es
18,
l.i. de Af‘,-8= — y [ / i ( u ) - / ,( u ) l (e)
Las lineas de influencia debidas a los pesos simétricos e inversamente simét­
ricos están representadas en la fig. 324, b, c, y, la línea de influencia sumaria del
momento de apoyo A/j, en la fig. 324, d.

s 158. METODO CINEMATICO DE CONSTRUCCION DE LAS


LIN EA S DE INFLUENCIA DE LOS MOMENTOS DE APOYO.
Durante la construcción de las líneas de influencia del momento
de apoyo M¡ por el método cinemático, se debe introducir una articu­
lación en el i'-ésimo apoyo y, allí, aplicar el momento M¡ = 1
(fig. 325, a). Luego, construir el diagrama de desplazamientos verti­
cales 8<A-1), debido a tal carga, y determinar el desplazamiento 8¡"-1).

128
La ecuación de la línea de influencia de M¡ es
fifi-1’
l.i. de M , = 6--1, (i 5.50)

Los valores Óp¡ 11 y ó¡” " se delerminan del diagrama de momen­


tos flectores debido a M ¡ — 1. Para su construcción empleamos el
método de los focos (fig. 325, b). El valor puede ser obtenido

0)
r — r

b)
Fiir. 325

i
r— a
i r Ub.

multiplicando el diagrama por si mismo. Pero tal multiplicación


resulta complicada. Mejor es construir en la viga isostálica el se­
gundo diagrama unitario debido a M t = i (fig. 325, c).
Multiplicando los diagramas tendremos que

c(n-l)__M £ ( 1 1 _ 1 M 1 i /2 i 1___ ______ 1 _


" 2 \á 3 ' kt
k¡ I) E J li ’r 2 V3 3 ’ A¡+1 I E J h i '

O, definitivamente, en dos formas


/ (V A<n-1) X, M i- 1 Xi+1 *i+i*í+t — 1
U J0Qu = — • — (15.51)
i ü *Í+I
De esta igualdad se desprende una posible verificación de las
relaciones focales
k¡k\ - 1
W+i (15.52)
h *í+l

Para la determinación de 8p¡ " , en cualquier tramo k, empleamos


la fórmula general de los desplazamientos. Durante la deducción
de la expresión ApT" consideraremos que los momentos de apoyo
son positivos (fig. 326). Multiplicando los diagramas, obtenemos
Z(lh—Z
i
) í ^ /O í -\ i ^‘ ki t /; i _\ |
jp í
2É J r\ ~ ------"3 (2Z*------) + — * T ( /fc+ Z) J -
9 -01191 129
Después de simples transformaciones, obtenemos, definitiva­
mente, 6pj-1) para el peso en el tramo k

6/"¡l>= \M(k-iu/t (u) + M h¡/z (u)|, (15.53)

donde ¡x (u) = u (1 — u) (2 — u) y / 2 (//) u (1 — u2), son las


funciones (15.35) obtenidas anteriormente.
La ecuación de las líneas de influencia del momento de apoyo M¡
en el tramo k, es

M - (lc M ‘ = - w f - 1 ) Ia/<»-»»i/.(“ ) + M »,/ 8(u)|. (15.54)

El empleo de la simetría, consiste en utilizar incógnitas pares


simétricas y de simetría inversa. La construcción de sus l.i. se efec­
túa de la misma manera que la de la l.i. de una incógnita simple.

Fig. 320

Los diagramas unitarios debidos a incógnitas pares es cómodo obte­


nerlos sumando los diagramas unitarios debidos a incógnitas sim­
ples. Los últimos se construyen simplemente, por el método de los
focos.
Ejemplo \1. Construir la línea de influencia del momento de apoyo M t
(fig. 327).
Las relaciones focales son
ÁTj= oo,

El diagrama de momentos debido a M t = 1 se da en la fig. 327, b.


La ecuación de la línea de influencia de Af,, en cualquier tramo k, por
(15.54), es

l.i. de M = - (u )+ M k ift (“)!•

130
0) jL
3= const
sr 8m IZm ~W 8m " S j?
2 T
F¡r . 327 M,l

Para A-, = ow, fila contiene indeterminación. I.a desarrollamos dividiendo


el numerador y denominador por A,, después de lo cua!, obtenemos

l.i. de 3 f1= - ^ - [ A f tt_ „ 1/,(y )+ J lfJk,/1 (u)J.

E l peso se halla en el primer tramo: M 0\= 0, M n = 1

8-8
l.i. de M t = M « ) = - 1 ,7 5 8 2 / 2 (u).
R91

E l peso st halla en el secundo tramo: M n = 1, M n = — 7q

12-12 r . . . . 3
l.i. de M\ = ■ [ 1/| (“ ) - ^ > / 2 (“ ) j = 3,956 I/, (u)— 0,3/2 <■)].
8^
20

E l peso se halla tn el tercer tramo: ,1/n = — ^ , \f3¡ = 0

l.i. de A/1 = _ i ^ - [ _ ^ / l( u ) + o J .
O ^
20

Las ordenadas de las líneas de influencia calculadas por estas expresiones


son iguales a las obtenidas anteriormente (véase la fig. 324, d).
Kjeniplti 43. Construir la línea de influencia del memento de apoyo M ,
(fig. 328, a).

\p--r
O) i 1,23
JP ' I0m •#. _ nm 10m 12m
' .. ni i7777: u?-r .......... ^
£

Fig. 328

Las longitudes reducidas de los tramos, para Jo = J , son:

>., = X., = Xx = i .4 = tO'm-

9* 131
Las relaciones focales izquierdas son

* i - 2 +TCÍ2 —
fi)*
Las relaciones focales derechas, por simetría, son
.. 56 15
i —Í5 ’ í —'4'» s— 4 00•
En la fig. 328, 6 se expone el diagrama de los momentos debidos a M 2 = 1.
La ecuación de la línea de influencia, por (15.54), es

l.i. d e A / j ---------- . I % i > ¡ f i ( » ) + A y 2 (»)l.


10

E l peso se halla en el primer tramo : A/oa = 0, M u = — -g

l.i. de A/2= _ l l 0. 10 [ 0— 1 /2 ( u ) ] = A / 2 (u).

E l peso se halla en el segundo tramo: = — “j , M 2t = 1

l.i. de A # ,= - l 12-10[ ~ / 1( « ) + / í (u )] .

1
E l peso se halla en el tercer tramo: = 1, M 31 — — ■y

l.i. de A / ,= - ¿ 10-10 [ /, ( u ) - i / 2 (u )J.

El peso se halla en el cuarto tramo : A/ 32 = — T i jW « = 0

l.i. de A/ 2 = -il2.10[— /, (u) + 0 j = y /,(« ).

Las ordenadas de la línea de influencia calculadas son iguales a las obtenidas


anteriormente por otro procedimiento (véase la fig. 319, e).

8 154. LIN EAS DE INFLUENCIA DE M Y Q EN EL TRAMO.


Las líneas de influencia de M y Q en cualquier sección zk de cual­
quier tramo k de una viga continua, se determinan por la expresión
general (14.77), que, en este caso, toma la forma:
l.i. de M Zfc= l.i. de M j*-!-(l.i. de M h_t) + de M k) ;
(15.55)

l.i. de <?Zk = l.i. de $ 2 * + (l.i. de M fc- l . i . de . (15.56)

132 <!
O) 1,2J I.2J
'__ _ / ___
w~ lOw 12m ~w lOm ~w tZm

ti Jg CS,
- * Csj
« L. L de M°(m)

\8
- s - H

;X % S ^ \ í/ e Q 0
U-S ..¡j
^ CJ- «5a
N ^^
«Cb »»
§o
o O, * 1 I L. L de M(m)
^ ^5 ^«O Q
^-rrrrjT^rrp^v ? Qf
S I S I » c^r cá*
=fcmrb rfc
§ 3 ¡Q fe ^ ^ ^
CSJ -<J ^ i ^ t
<sr cá* cá* I Cb os- es* car
d)
L l de S
Cj tf) v>
u n
. u n
i cf Cí w fe 'f Cí §• § ' §- 1=4
—i --111‘ rf=
§ § re 5¡ £ £
fc: ?% fe § fe S
es- cy ca* <5>- <5>“ Cf
Fig. 329

La línea de influencia del momento flector en la sección zh del


tramo k , se compone de la línea de influencia del momento en esta
misma sección del sistema básico isostático, o sea, de una viga
simplemente apoyada de la línea de influencia del momento

de apoyo izquierdo A/*_, multiplicada por lk x* y, de la línea


*fc
de influencia del momento derecho M h multiplicada por p- . La línea
•A
de influencia de la fuerza transversal se compone de su línea de
influencia Qjj* en una viga simplemente apoyada y de la diferencia
de las líneas de influencia de los momentos de apoyo M h y
dividida por la longitud del tramo.

Ejemplo 44. Construir las líneas de influencia de M y Q en la sección del


segundo tramo de la viga examinada en el ejemplo 43 (fig. 329, o), para zt =
= 4,8 m.
Las ecuaciones de las líneas de influencia, por (15.55) y (15.56), son:

l.i. de A/ = l.i. de A /J* + (l.i. de Ai,) (l.i. de A/2) - £ =


«2 *2

= l.i. de A f f t + f l . i . de A/t) 12 ~ 4 , 8+(l-i- de A/z)

133
1.1. de O =*l.i. de de M 2— l.i. de M\>-4- =
‘2 *í 42

= l.i. de ^ 4'^ + (l.i. de A/j — l.i. de M

En la fig. 329, b, lian sido construidas las líneas de influencia de A/vlK y


y, en la fig. 329, c, d, las de M y Q buscadas.

g 1 5 5 . LIN EA S DE INFLUENCIA DE LAS REACCIONES


DE APOYO. Las ecuaciones de las líneas de influencia de las
reacciones de apoyo se obtienen de las expresiones (14.77) y (15.11).

1.1. de R¡ = l.i. de ¿ I f t + l.i. de «T‘e +


I 'l.i. de M u i — 1-i.de M¡ l.i. do M¡ — l.i. de ;W¡_|
*i+t •/
La línea de influencia de la reacción de apoyo /?, puede ser
construida sumando: 1 ) las líneas de influencia de la reacción iz­
quierda A 7+i del tramo i -f- 1 y las de la reacción derecha f if 1*
del tramo i, para las vigas sobre dos apoyos; 2 ) la diferencia de las
líneas de influencia de los momentos de apoyo Mt+t y M¡ dividida
por la longitud del tramo Z¡+1; 3) la diferencia de las líneas «le in­
fluencia de los momentos de apoyo M¡ y M dividida por la longi­
tud del tramo l¡, tomada con el signo contrario.

g 150 . CALCULO DE VIGAS CONTINUAS DE SECCION


V A R IA B L E. Nos referimos a las vigas cuya sección varía en forma
continua a lo largo de lodo el tramo (fig. 330).

—~
Kig. 330
l --- '* ~~~T----------
¿2»96m l3-60m

Vamos a examinar sólo aquellos casos en que las secciones do la


viga varían a lo largo de los tramos sin mucha brusquedad, conside­
rando en este caso que el eje curvilíneo de la viga es aproximadamente
recto.

1. CALCULO BAJO CARGA PERMANENTE

El cálculo de las vigas continuas de sección variable se efectúa


sobre la base de las mismas ecuaciones canónicas (15.3) y (15.27)
que el cálculo de las vigas con tramos de sección constante.
¡Multiplicamos la ecuación (15.3) por E J 0, la rigidez de cualquier
sección de la viga:
a u M t -}-a¡(l+uM i+1 A llt = 0, (15.58)
134
donde

a, , , . , , -6 , J (15.59)

- ouq + fl¡f = 6uqEJ0+ 6Vi'EJ0=


l¡ 't*i

- J ( * ) * & * + i " 5 -6 0 >


0 o
*1+1
(15.61)
j i t C - T fr ) T - f w 1-

A¡P= AlPEJ0= 2 J M ip P T?z)dz- (15.62)


Frecuentemente, las integrales en (15.59)—(15.62) no se toman
en forma cerrada y, por lo común, se calculan con aproximación
por las fórmulas (11.48), (11.49) o, en la forma matriz, por (11.58).
I
d u. dn-d
Fiu- 331
o, n

Cuando los momentos flectores y de inercia varían continuamen­


te por el Iranio, la matriz .4 se puede construir dividiendo el tramo en
un número par de parios de igual longitud d (fig. 331). en la forma
siguiente:
a00 0 0 0 0 0 0
0 4a, 0 0 0 0 0 0
0 0 2^2 0 0 0 0 0
A= 0 0 0 4a3 0 0 0 0 (15.63)
3AV0

0 0 0 0 0 0 /,an -i 0
0 0 0 0 0 0 0
2. CONSTRUCCION DE LAS LINEAS DE INFLUENCIA
DE LOS MOMENTOS DE APOYO
En este caso, las ecuaciones canónicas serán:
a Hi-t>Mi-i + a u M ¡ + a i(J+1)A/ i+, + a /P = 0. (15.64)
Es cómodo efectuar su resolución por medio de los coeficientes
de la matriz inversa
1.1. de M i = ${laip-\-fiiZa2p-}- . . . + P ina np
(15.65)
1.1. de M n ^Pniflip + Pn2a 2P
135
Aparte de las fórmulas (15.59)—(15.62), aquí, es cómodo calcular
los coeficientes y términos independientes por medio de la carga
convencional q — . Para esto examinamos dos tramos veci-
, . '*) .
nos: el i-ésimo y el (i -f- l)-ésimo (fig. 332). Componemos la carga
convencional q por los tramos y cargamos con ella las vigas conven­
cionales que, en este caso, serán las mismas que las del sistema
básico (fig. 332, b).

i i _
Fig. 332

Recordamos que, en la viga convencional, los momentos flectores


debidos a la carga convencional determinan a a¡P = a Pl y, las
reacciones de apoyo, los ángulos de giro en los extremos de la viga,
aumentados en E J n veces.
Para el peso en el i'-ésimo tramo, los valores de a Pi se determinan
por la ecuación diferencial

t t — ir <15'66>
Las constantes arbitrarias do integración se determinan por las
condiciones límites:
1 ) para 2 = 0 aPi — 0 .
2 ) para z = l¡ a P¡ = 0 .
De la expresión de aP¡ (z) obtenida, tenemos al mismo tiempo que
daPi (0)
— dT~— At —

^ - B , — «í¡«. (15.07)
Para el peso en el (¿ -f l)-ésimo tramo, los valores de a PI se
determinan por la ecuación diferencial
Jo _ !. * \ Jo
También aquí, obtenemos
dap¡ (0 ) A _ „der. d a P i (h + t)

~ Ti--- A M —-üa ’ d z
B i+, = — fl|¡+i)i- (15.6'J)

En aquellos casos, cuando las ecuaciones diferenciales (15.66)—


(15.68) no son integrables, para el cálculo de a P¡ es necesario emplear
cargas clásticas, o efectuar la construcción de las líneas de influencia
empleando la forma matriz.
Si se dividen los tramos en partes iguales, entonces, las matrices
de las cargas elásticas Wq se pueden escribir por (11.107) u (11.108) y,
la matriz de W M por (11.114). La forma matriz de a P¡ será

a Pi = I i • H'q*q, (iP¡ — /< • H jif • J í {• (15.70)


Cuando se construyen las líneas de influencia empleando la
forma matriz podemos regirnos por el siguiente orden:
1) Si es indispensable disponer de las ordenadas de las líneas
de influencia en los (n¡ -f 1 ) puntos de una viga, incluidos los de
apoyo extremos, de cada tramo l¡, entonces es necesario dividir
cada l¡ en 2 n¡ partes iguales, cada una de longitud d¡ = l¡: 2 n¡ y nu­
merarlas de izquierda a derecha 0 , 1 , 2 , . . .
El número n¡ puede ser para cada tramo el suyo.
2) Para cada tramo l¡ componer las matrices:
a) de los momentos flectores debidos a las incógnitas unitarias
de los momentos de apoyo

AI 0(¡-i> — 2 /ij M 0t = 0
M m-i) = 1
2 /1/
A/2ni ( ¿ - l ) = 0 A^2nj = 2 n(
(15.71)

En estas matrices, en M¡a-v >' primer símbolo del índice


señala la cantidad de tramos de la viga y el segundo, el número’ de la
incógnita unitaria, y en las columnas, en Mh<t~v y M h¡ respectiva­
mente, el primer símbolo k del índice es el número de la sección y,
el segundo, el del momento unitario,
b) de ductilidad

a0 0 0 0 0
0 \a, 0 0 0
>
—ti 'i 0 0
, ___ 2dt_ 0 0
(15.72)
' — 6AVn
0 0 0 'ia<2nf_ d a°
0 0 0 0 fl2n,

137

i
00/0,6
Duigrama M

248, 684 q

Fig. 333
L i de M,

Z —— 0 l/é 1/2 3/4 L l


Exacto 0 -4,03603 -6.29112 -5,26187 0
¡Aproximado 0 -¿04388 -6.3009 -5,2664 0
1 Idem 0 -403935 -6.2963 -S,t66?0 0

c) de los momentos flectores debidos a la carga rodante P = 1,


•colocada sólo en los puntos pares de la división del tramo: 0 , 2 , . . .

M 00= 0 0 0 0
M , o= 0 M ik M l(2ri|) = 0
H uípil» (15.73)

M (2nf)0 = 0 M (2n,)2 A/(2n/)(2n<) = 0

F.jeinplo 45. Construir el diagrama de los momentos debidos a la carga


uniforme en el primer tramo do la viga continua de la fig. 333 y la línea de
influencia del momento de apoyo si, para el primer, tramo,

donde b = —4 (1 — ti) = — 1,6; n = J¡, : J n = 0,6; y J n es el momento de


inercia de la viga, en el apoyo.

138
/, Construcción del diagrama de momentos
La ecuación canónica es al l M 1 + A IP — 0. Por las fórmulas (15.60) y
(15.02)

T - J ( Í ) J 0 + T Í T r » - ' 1 ( í + f o ) = ( , 5 -7 4 >
ü

j¡ JL.f-»,-.) [.+» (JL)2]*_„{ (¿+ ¿¡) . (15.75,


0
Para nuestro caso,

a, „ - , w > ( ± - Í £ ) - k w ,.

El valor del momento de apoyo es A/j = — 7560? : 30,4 = —248,6842?.


Efectuemos la resolución en la forma matriz y comparemos los resultados.
Para simplificar, dividimos el tramo de la viga en sólo cuatro partes y,
para el cálculo de alt y AiP, empleamos la fórmula (11,59), uniendo cada dos
parles en una y tomando la matriz de .4 por (11.60) y la de A¡ por (11.5B):
_ _ _ _ 0(1
,1,1 = E J 0b u — E J0 || AÍ¡,A/;, ||A | |= ||0 0,25 0,50 0,50 0,75 1 ||^ x

1 0 0 0 0 0 0
0 3,9 0 0 0 0 0,25
0 0 0,9 0 0 0 0,50
0 0 0 0,9 0 0 0,50
0 0 0 0 3,1 0 0,75
0 Q 0 0 0 0,6 1,03

Desarrollamos la igualdad matriz de izquierda a derecha:


a tl = 5 ||0 0,975 0,45 0,45 2,325 0,6 ¡|-| (0 0,25 0,50 0,50 0,75 1} |;
a ,, = 5 (0 + 0,24375 + 0,2250 -|-0,2250 -f-1,74375 -f-0,6) = 5• 3,0375 = 15,1875

(el valor exacto es 15,2).

Al P = E J 0±l P = E J 0 \
\ ¿ | { j r IP ir tp } | .

O, teniendo en cuenta, al bacerol cálculo do an , el resultado de la m ultiplica­


ción de la matriz de línea por la matriz de A, obtenemos:
¿,p = .5 | | 0 0,975 0,45 0,45 2,325 0,6 ||-| (0 337,5? 450? 450? 337,5? 0}| =
= 5 (0 + 329,0525 + 2J2,5 -(-202,5 + 784,6875) ? = 7593,75?

El valor del momento de apoyo es M l = — 7593,75? : 30.375 — — 250?


(el valor exacto es M x = — 248,6842?!.
A pesar de los buenos resultados del cálculo aproximado, en el caso parti­
cular dado, obtenidos dividiendo el tramo en cuatro partes, de todos modos, en
la práctica de cálculo, es necesario dividir el tramo en un número de partes
mayor, en 8-12, por lo menos.

139
2. Construcción de la linea de influencia del momento de apoyo M t
Componemos la ecuación diferencial (15.66):

(Pap¡ M\Jo z /, , 6 z2
dz2 J\(*)

La integramos dos veces:

d<*Pi
di — t ( '! T + T ' í t ) + c-

« p i - — ¿y- ( ' ! - V + T r ) + c ,,+ í> 1 '

Determinamos las constantes de integración por las condiciones:-


1) para z = 0 aP1 — 0"i , lo que determina D¡ = 0 y
2) para z = i, ar , = 0 /

C i = + l'
6 ‘ 80
Ahora podemos escribir
aPi = li [/i (“) + &/* (u)], (15.76)
donde,

/l ( u) = - l (« - « 3 ) .

/2 (“) = - ¿ ( « - “5).

Componemos la derivada de (15.76)

daPl
di

Para z = í, y u = 1,

a„ = <fapi Ul)
dz

Esta expresión coincide con (15.74).


Para nuestro caso,
aPi — 602 [/i (u) — 1,6/j (u)J.

La ecuación de la línea de influencia del momento de apoyo es

aPI 3600[/, («)— 1.6/2 (u)|


l.i. de Mi-
« ti 30,4

Por esta expresión fueron calculadas las ordenadas de la línea de influencia cons­
truida en la fig. 333, c. Construimos, ahora, la línea de influencia del momento
de apoyo, por medio de los pesos elásticos. La forma matriz, por (11.120), es:

api = EJ qB-Wm -Mí .


140
■Calculamos, al principio, el vector de los pesos elásticos, utilizando la matriz
(11.114):
2 0,975 0 0 0 0
i 3,90 0,90 0 0 1/4
15
WmM 1 = 0 0,975 3,60 0,775 0 . 1/2
UEJ0
0 0 0,90 3,10 0,60 3/4
0 0 0 0,775 1,20 1

1
— 0,009375
EJ o
1
— 3,5625
EJ0
1
-6,5625
EJ o
1
-8,4375

1
-4,453125
EJ o
La liga convencional con pesos elásticos se expone en la fig. 334.

I
«O £
s
«
Si
oo

Fig. 334 r?
k» I?
77Í7?
l, m60m
14,953125

Aliora calculamos ap i. La matriz de influencia do los posos elásticos, se


toma considerando quo los pesos elásticos positivos están dirigidos hacia arriba:

0 0 0 0 0 — 0,609375
0 3 2 1 0 — 3,5625
aPi = 6piEJ0= —00/16 0 2 4 2 0 • — 6.5625
0 t 2 3 0 -8,4375
0 0 0 0 0 — 4,453125

= |{0 120,9375 188,4375 157,5 0} |.

Calculamos an l 2, en la forma matriz, por medio de los pesos clásticos, como la


reacción del apoyo derecho en la viga convencional, debida a dichos pesos:
4 U!2 = O U = -|| 0 1/4 1/2 3/4 11|-| {-0,609375 - 3,5025 - 6,5625 -
— 8,4375 — 4,453125} | = 14,953125 (el valor exacto es 15, 20)

141

I
Las ordenadas de la l.i. de M. = — calculadas, están inscriptas en
au ,
la fig. 333, e. Calculamos los pesos elásticos por la matriz (11.118), que es más
exacta:
3,5 2,925 — 0,45 0 0 0
1 9.75 0,90 0 0 1/4
15
0 0,975 9 0,775 0 - 1/2
12
0 0 — 0,90 7,750 0,6 3/4
0 0 — 0,45 2,325 2,10 1
1
-0,6328125
E J0
1
— 3,609375
KJo
1
-6,656250­
E J0
1
-8,578125 -
E J0
1_
-4,5234375
EJo
calculamos a p, = 6n,h'J„
0 0 0 0 0 — 0,6328125 0
0 3 2 1 0 — 3,609375 122,6953125
15 — 6,656250
a P i — --- T 0 2 4 2 0 191,25
0 12 3 0 -8,578125 159,96(19375
0 0 0 0 0 — 4,5234375 0
calculamos an ¡2 , como fuerza reacción en el apoyo izquierdo del sistema básico

y- = -||0 0,25 0,5 0,75 1 ||-|{-0,6328125 -3,609375 — 6,65625 —


-8,578125 -4,5234375)1 = 15,1875 (el valor exacto es 15,20).
En la fig. 333, c. se exponen las ordenadas de la l.i. de

«11
Ejemplo 46. Construir las líneas de influencia de los momentos de apoyo en
la viga continua de la fig. 330, al variar los momentos de inercia según las leyes:
el primer tramo J (z) = J 0 : (” 1 -f-6 ( 27“ ) J I

en el segundo tramo J (z) = /„ : — z ) ]*

6 = 4(n— 1), n = 7—- = 0,5.


■'np
Efectuamos la resolución aproximada por los pesos elásticos en la forma
matriz empleando la simetría de la viga. El sistema básico y el agrupamiento
de los momentos de apoyo incógnitos se exponen en la fig. 335. Las ecuaciones

142
p

P=1
M Í S-

£ w ■ymfr77.

Fig. 335

canónicas son:
« i í ^ í + « Í p = 0; (a)
a*l'*JVf 0. (b)
Resolución exacta

1. La incógnita simétrica M\
I er tramo
La ecuación diferencial (15.66) es

dz2 ""u <¿z2 ''7 7 W 60

Su integración nos da

« « - - w I t - 0-5 i á ¡ j r ) + c 'z + D<

Determinando las constantes arbitrarias por las condiciones, de que cuando


Z = 0, a;), = 0 y para Z = apl = 0, obtenemos

8 23 . 25
°P 1 6-60 40-603

Respectivamente
H5 22
4Olí 4I1. *8 -H
24
dz 120 O3

143
. flll
La componente de la magnitud -¡c en el primer tramo es

°n ( dapi \ 14
2 V dz /z-=<i
Igualmente por la fórmula (15.74)

2« tramo
La ecuación diferencial es
<*Si rf~-6Pi M jJp /fte , Z Z i \
dz~ 0 d:± J z (Z) ~ \' ' 48 2-48-48 / '

Su resolución, dando determinados valores a las constantes arbitrarias, es


/(V7 0,5Z2 Z3 ( Z*
api = 4 0 Z --- g---- 1T48 + 24-48-48
Kespectivamente

dz ' 90 1 6-48-48

fln
La componente — en el segundo tramo es

4LL =40
¿ \ dz /.-=«
El valor total de a „ será
<2,1 = 2(14— 40) = 108.

Las ecuaciones de las líneas de influencia son:


En el primer tramo
U . d . M ! = _ - ii r ( 8 , 5 Z - 1¡5 _ + _ 5 Í - r )

En el segundo tramo
i • .í 1 /,„ 0.5Z2 Z3 , v
L‘- de = Í08- ( 32---1T48-+ÍOT48)
Las ordenadas calculadas se muestran en la fig. 336, c.
Las ordenadas del tercer tramo fueron escritas por la condición de simetría.
2. La incógnita de simetría oblicua M l ° (fig. 337, a). Análogamente
obtenemos:
a*t = 2 (14 + 11,2) = 50,4.
En el primer tramo

En el segundo tramo
, , . ,.« o i Z* Z3 , Z* Z* \
l.i. de M.. - 5Ü 4 ( l l ,2 Z 4 6.96 +
(¡-96 ' 8-482 40. 48»

144


Las ordenadas so exponen en la fig. 337, c
Kn el tercer tramo las ordenadas se muestran de la condición de simetría
oblicua.
Las ordenadas de la l.i. del momento de apoyo M¡ = M\ -f M% ° se dan
en la fig. 338
Construcción de l.i. empleando la forma matriz.
Dividimos cada tramo en 8 partes, lo que nos permite determinar las orde­
nadas de la l.i. en tres puntos ae cada tramo, sin contar las de apoyo.
1. La incógnita simétrica
1er tramo

.(.>- 1- 0,5 (-£■) =


La matriz de columna a es
|| a ||=[|{ i 0,9921875 0,96875 0,9296875 0,875 0,8046875
0,71875 0,6171875 0,50000}|
La matriz de ductilidad (15.63) es
1 0 0 0 0 0 0
0 3,96875 0
0 0 1,9375 0
0 0 3,71875 0 (ceros)
0 0 1,75 0
0 0 3,21875 0
0 1,4375 0
(ceros) 0 2,46875 0
0 0,5
En el primer tramo
Á?j = l/8| (0 1 2 3 4 5 6 7 8} |.
0 0 0 0 0
0 3 2 1 0
0 6 4 2 0
0 5 6 3 0
0 4 8 4 0
0 3 6 5 0
0 2 4 6 0
0 1 2 3 0
0 0 0 0 0

= E J 0 -^r~ E J 0M\A\M\ ^ 13,9990234375 (exactamente 14)


¿á
a\p = EJ<fiip = M [Ai M 0
}>= |{0 118,212890625 118,8125 150,732421875 0}|
2o tramo
aS ( Z ) 1 — 0,5 ( 1 ÍL-) 2

||a ||= |{0,5 0,71875 0,875 0,96875 0,875 0,71875 0,5} |

10-01191 145

I
La matriz de ductilidad (15.63) es
0,5 0 0 0 0 0 0 0 0
0 2,875 0
0 0 1,75 0
0 0 3,875 0
24
At — 0 0 2 0 (ceros)
6A7n
0 (ceros) 0 3,875 0
0 0 1,75 0
0 0 2,875 0
0 0 0,5
En el segundo tramo
M¡ |{1 1 1 1 1 1 1 1 1}|
0 0 0 0 0
0 3 2 1 0
0 6 4 2 0
0 5 6 3 0
.1/0 = — 0 4 8 4 0
• 'p 8
0 3 6 5 0
0 2 4 6 0
0 1 2 3 0
0 0 0 0 0

- ^ - = í'y 0Wíi4t Á / j^ 4 0 (exactamente)

aip = E J 0Tfl A2\l*=\{0 774 1056 774 0} |

Las ordenadas de la l.i. de M = — se muestran en la fig. 336, c.


°n
2. La incógnita de simetría oblicua
l*r tramo
. #22 U11
En el primer tramo = y y «2p = alp

2o tramo
En el segundo tramo

5/, = i- | {4 3 2 1 0 — 1 — 2 - 3 -4}|
a22 E J0M 2 = 22,375 (exactamente 22,4)
a ip ^ E Jo jÜ ÍA tM p = |{ 0 117 0 — 117 0 }|
oM = 2 (13,9990234374) + 22,375 = 50,373046875
Las ordenadas do la l.i. de A/, = — ^ se muestran en la fig. 337, c
“ 22
Construcción de las líneas de influencia por las cargas elásticas.
Para abreviar los cálculos dividimos cada tramo de la viga sólo en cuatro
partes (se recomiendan 8-12). Componemos las matrices de los poyos elásticos por
la fórmula (11.118)*

14G
l'Jtay
— ^ D iag ram a ap¡=EJ0Spt

. r*. . .

¡Si ... . i
55 Í5 §
&
& ?> *í

3 Í9
a s 5 s
Ca s ^ 5>
V c
cg"'^' 1 11 1 iK
i i i i
Fig. 336

1. La incógnita simétrica M[ (fig- 336).


La matriz de pesos elásticos en el primer tramo es
3,5 2,90625 — 0,4375 0 0 0
1 9,6875 0,875 0 0 1
1
E J 0W = -- 0 0,96875 8,75 0,71875 0 •~Hr 2
0 0 0,875 7,1875 0,5 3
0 0 — 0,4375 2,15625 1,75 4
0,634765625
3,57421875
6,4453125 • A
7,91015625
i|r. v.i 3,935546875

10* 147
Determinamos el sumando del desplazamiento -v,' para el primer tramo como
reacción de la viga en el apoyo derecho de este tramo, debida a los pesos elásticos

- ^ i- = 13,984375 (exactamente 14,0)

La matriz de los pesos elásticos en el segundo tramo es


1,75 2,625 -0,50 0 0 1 7,75
0,5 8,75 1 0 0 1 20,50
tt-
, 24 0,875 0
E J0\V= — 0 0,875 10 • 1 = — 23,50
12
0 0 1 8,75 0,5 1 20,50
0 0 - 0 ,5 2,625 1,75 1 7,75

Por el segundo tramo — ■= 40


El valor total es
a,, = 2 (13,984375 + 40) = 107,90875 (exactamente 108)
Determinamos las ordenadas de los diagramas de los desplazamientos
ap. = E J 06p como los momentos [lectores para una viga simplemente apoyada
debidos a los pesos elásticos (fig. 336, b)
En el primer tramo
0 0 0 0 0 0,634765625 0
0 3 2 1 0 3,57421875 118,212890625
60
“pi = ± 16
0 2 4 2 0 6,4453125 = 182,8125
0 12 3 0 7,91015625 150,73241875
0 0 0 0 0 3,935546875 0
En el segundo tramo
0 0 0 0 0( 7,75 0
0 3 2 1 0 20,50 774
96
“pi = ± 0 2 4 2 0 23,50 = 1056
16
0 12 0 3 20,50 774
0 0 0 0 0, 7,75 0
flp,
Las ordenadas de la l.i. de M í = — -í— se muestran en la fig. 336, c.
2. La incógnita de simetría oblicua A/Í ° y el diagrama.
Los pesos elásticos ap2 en el primer tramo serán los mismos que para obtener
la l.i. de .Wj. Igualmente = ~y-
La matriz de los pesos elásticos en el segundo tramo es

1,75 2,625 -0,50 0 0 1 6,125


0,5 8,75 1 0 0 0,5 9,75
0 0,875 10 0,875 0 • o, —. — 0
0 0 1 8,75 0,5 — 0,5 - 9 ,7 5
0 0 — 0,5 2,625 1,75 —1 — 6,125

148
!?«»

-55

H s &
í % * *
| * *

Fig. 337

El valor de -y en el segundo tramo lo determinamos como la reacción de


los «poyos debida a los pesos elásticos

El valor total es
« 2, = 2 (13,984375 + 11,0) = 49,90875 (exactamente 50,4)

149
23 § 5 PM "5
I I <o & N § §
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$»' s-* 3 l
I i I
£

Fig. 338

Las ordenadas de la l.i. de A/|'° = —


Ojo se muestran en la fig. 337, c.
Las ordenadas de la l.i. del momento de apovo M, = A/í 4- A/I’1' se dan en
la fig. 338,
En esta misma figura, con punteado, se muestra la l.i. para una viga de
sección constante.

§ 1 5 7 . FORMAS DE LAS LINEAS DE INFLUENCIA DE


M , Q y R Y POSICIONES TEORICAS O DE CALCULO DE LA
CARGA UNIFORM EM ENTE D IST R IB U ID A . La forma de las
lineas de influencia puede ser hallada, en muchos casos, por el
método cinemático. En la fig. 339 se han trazado las configuraciones
aproximadas de las líneas de influencia de los momentos flectores,
las fuerzas transversales y las reacciones de apoyo.
Las líneas de influencia de los momentos flectores pueden ser
de tres tipos: para las secciones entre los focos (fig. 339; a); para
las secciones en los focos (las izquierdas en la fig. 339, b) y para
las secciones entre los apoyos y los focos (fig. 339, c).
150
^ a n n n n n i ^ ________________ ..lP_______________ m A m i

Fig. 339

En la fig. 339, d se han trazado las líneas do influencia do las


fuerzas transversales y, en la 339, e, las de las reacciones de apoyo.
Para la obtención de los valores de cálculo positivos de M . Q
y /f, es necesario colocar la carga P sobre las partes positivas de las
líneas de influencia y, para la obtención de los negativos, sobre las
partes negativas.
Por ejemplo, para la obtención del valor de cálculo positivo de
la reacción /?, la carga deberá ser ubicada en correspondencia con
la fig. 339, / y, para la del negativo, en correspondencia con la
339, g.

CAPITULO XVI * CALCULO DE ARMADURAS


ARTICULADAS PLANAS HIPERESTATICAS Y
DE SISTEMAS COMBINADOS POR EL METODO
DE FUERZAS
§ 15 8. G RA D O DE IND ET ERM IN ACIO N ESTATICA Y SIS­
TEMA BASICO. Las barras y los vínculos de apoyo de las armaduras
hiperestáticas se dividen en: imprescindibles, cuya eliminación

151
torna al sistema inestable, y superfluas, todas las restantes. Como
es sabido, las fuerzas longitudinales de las barras imprescindibles
y las reacciones de los vínculos de apoyo imprescindible, son isostá-
ticas.
El grado de indeterminación estática de las armaduras articula­
das se determina por la fórmula deducida de (2.9):
n = B + Vap- 2 N . ( 10 . 1)
Al sistema básico para el cálculo de armaduras lo formaremos
sólo con el seccionamiento (no con la eliminación) de las barras
superfluas y la eliminación de los vínculos do apoyo. También

seccionaremos los vínculos de apoyo al calcular la dislocación de los


apoyos. En las barras seccionadas de la armadura consideraremos
que las fuerzas longitudinales incógnitas son positivas, si son de
tracción.
E l sistema básico obtenido únicamente con el seccionamiento
de las barras de la armadura, en muchos casos, resulta más cómodo
que el obtenido eliminando los vínculos de apoyo. Por ejemplo, el
primer sistema básico (fig. 340. a) es más cómodo que el segundo
(fig. 340. b) porque en él, en muchas barras, las fuerzas longitudina­
les debidas a la carga son iguales a cero, lo que no sucede, en el
segundo. Además, en el primer sistema básico, en algunas barras,
las fuerzas longitudinales debidas a X¡ 1 , también, son iguales
a cero. Por eso, por ejemplo, el desplazamiento ó 13 0. Todo esto,
al hacer el cálculo de una armadura por la primera variante del siste­
ma básico, disminuye la cantidad de cálculos.

§ 150. ECUACIONES CANONICAS. Para el cálculo de una arma­


dura a la carga, a la acción de la temperatura, a la dislocación de los
apoyos y a la tracción de las barras de longitud incorrecta, la A-ésima
ecuación canónica general, según (14.5) tiene la forma
i -f- $12X 2 -f* • • • + 8hnX „ -f- Ahp-f- Ahj -j- A*a — 0. (10.2)
donde,

152
Aaa = Ik&sim 2 ^h^m,

donde Asim es la diferencia entre las longitudes real y necesaria


de la t-ésima barra.
La ecuación (10.2), a base de (11.39), se puede escribir así:

A* = 2 ^ r í , + A 'l < + A * A = 0 , (1 63 >

donde
N tP = iVjjX, + Ñ tiX t + . . . + N * iP (16.4)

Expresemos esta ecuación en función de la tensión a¡ en cual­


quier i-ésima barra de la armadura:

2 “ + Aj,/ + Aaa = 0. (16.5)

La suma se efectúa por todas las barras de la armadura.


Si un sistema básico, formado únicamente con el seccionarme rito
de las barras, con el calentamiento o enfriamiento uniforme, per­
manece semejante a sí mismo, entonces, todos los desplazamientos
A»,i — 0 y. las tensiones térmicas en las barras de la armadura,
son, también iguales a cero. Por consiguiente, para tales armaduras,
tiene lugar la identidad

Ejemplo 47. Determinar la fuerza longitudinal en la barra 2-4 do la armadura


do la fig. 341.

Fig. 341

La ecuación canónica es 6 ,,-Y, 4- A1P = 0.


Los cálculos preliminares se dan en la tabla 9.
De la tabla obtenemos que:

V a ip 77748,0-2 lonn A t
X ,“ S I T - 1819,74-2 = 48’° ° t f -

153
Tabla 9

1 li n H N lP
1to­ '/ F¡ en N¡p
rras en m! w¡. *¡í N u y .i
m m-l en tf iP
7 7 "
en m-i en tf
tf/m

1-2 5 0,0070 714,290 0,625 0,390625 279,02 — 100 -62 ,5 —44643,0


2-3 5 0,0130 384,615 —0,625 0,390625 150,24 — 100 62,5 24038,4
1-3 8 0,0056 142,860 —0,500 0,250000 357,15 80 —40,0 —57144,0
8
2-1 0,0048 833,333 1,000 1,000000 833,33 0 0 0
2

V para la mitad de la estructura 1019,74 m-1 — 77748,0 tf/m

$ 1 «0 . INFLUENCIA DEL AREA DE LA SECCION DE UNA


B A R R A SUPERFLUA SOBRE LAS FUERZAS Y TENSIONES
LON GITUDINALES. Al actuar una carga, las fuerzas y tensiones
longitudinales en las barras superfluas de las armaduras hiperestáti-
cas dependen de las relaciones de las áreas de todas las barras super­
fluas de la armadura y, bajo la acción de la temperatura y las dis­
locaciones de los apoyos, dependen, de las magnitudes de las áreas
de las secciones de estas barras. De ahí la importancia de conocer
cómo variarán las fuerzas y tensiones longitudinales, al variar las
áreas de las secciones de algunas barras.
Aceptemos que n sea el grado de indeterminación estática de la
armadura y m el número de sus barras. Aclaremos como variará la
fuerza longitudinal en la barra k en dependencia de la variación
del área de la sección de esta barra. Seccionando la barra k , en la
que el área de la sección es variable, formamos el sistema básico
n — 1 veces hiperestático.
La ecuación canónica es

ó&- l)X h + A&T« + Air 0 + A*V 0 = o.


Presentamos la magnitud 6j&— como la suma de dos sumandos
m- 1 «72 i
*<n-l) V« »AÍ I a f lk
¿ E ,F t + E „F h - A + EhFh
i
Por consiguiente:
A<n —1)_1_ A<n - O_1_ A<n _ *)
---*p + . *A---- . (16.6)
lk
A+W h
En la barra seccionada k , la fuerza longitudinal debida a la
carga es igual a cero, por eso, ni el desplazamiento A^Jr1* ni los
desplazamientos Afc"_1> y Aia_1> dependen del área de la sección F h
de esta fc-ésima barra. De ahí, que

154
1) con el aumento del área de la sección F h, de la barra k exa­
minada, aumenta la fuerza longitudinal, en ella, y con la disminu­
ción, disminuye;
2 ) el aumento y la disminución de la fuerza longitudinal posee
límites:

para Ft - > 0 X k ->-0; para Fh oo X h

3) por cuanto ó**- 0 y, por consiguiente, también, el denomina­


dor (16.6), son siempre positivos, entonces, el signo de la fuerza
longitudinal X h depende sólo del signo del numerador (16.6)
Aap- 0 + -f A*a-1) y, éste, no depende del área de la sec­
ción F k. Esto significa que la variación del área de la sección Fh
no influye sobre el signo de la fuerza longitudinal en esta barra. Con
otras palabras, si las áreas de las secciones de todas las barras res­
tantes son conocidas y la barra dada es traccionada o comprimida,
entonces, con la variación del área de la sección de esta sola barra,
no podemos cambiar el signo de la fuerza longitudinal.
La tensión en la barra examinada k es igual a:

„ xi a ; v i ’ + a ' " - " + 4 ' >v 11

* Fh F k A + Jt '

Para Fh ~*~0, ak —

para F k —*~ oo, ok = 0.


De esta manera:
1) al aumentar el área de la sección F h disminuye la tensión en
la barra y, cuando F k = oo ella es igual a cero;
2 ) al disminuir el área de la sección de la barra hasta cero, la
tensión aumenta hasta el valor

° k = --------
lk ’
3) el signo de la tensión, como también el de la fuerza longitu­
dinal, no depende del área Fh.
La variación del área de la sección de una barra k, trae consigo
la variación de las fuerzas longitudinales de todas las barras restan­
tes de la armadura.
Para investigar la fuerza longitudinal en cualquier i-ésima
barra de una armadura, una al variar el área de la sección de la
/c-ésima barra, escribimos la fuerza longitudinal N ¡P en la siguiente
forma:
Ar, P = iV<
ir 1 )X fc+ M p " 1),
siendo que y A rí p ~ 1) no dependen del área Fh.
155
Por esta razón, al aumentar el área Fk, aumentará en valor absoluto
el primer sumando N ¡P, y al disminuirla disminuirá también el pri­
mer sumando. Si el signo del primer sumando iVj* X* es contrario
al del segundo sumando, entonces, en algunos casos aislados, varian­
do el área de la sección de la Ar-ésima barra se puede lograr que la
fuerza longitudinal en la i-ésima barra cambie de signo. Pero si los
signos son iguales, entonces, no es posible cambiar el signo de la
fuerza longitudinal de la i-ésima barra variando el área de la Ar-ésima
barra.

g 161. ARMADURA DE RESISTENCIA UNIFORME


Se llama armadura de resistencia uniforme a aquélla, en la que, al aumentar
la carga del tipo dado, el estado lím ite o extremo comienza en todas las barras
simultáneamente. Kn cada barra de tal armadura el material será utilizado
plenamente, o sea, en ella, las tensiones serán extremas.
En una armadura isostática, las fuerzas longitudinales no dependen del
área de las secciones y, por eso, las armaduras isostáticas pueden ser de resisten­
cia uniforme eu todos los casos. En una armadura hiperestática, el asunto es
diferente. En ella, las fuerzas longitudinales dependen de las áreas de las seccio­
nes. Por eso, la armadura hiperestática, sólo en casos raros puede ser de resisten­
cia uniforme.
Efectivamente, si en todas las barras no seccionadas, de cierto sistema básico
(fig. 340, a), las tensiones son iguales a los límites (ai), entonces, los disloca-
mientos recíprocos de los nudos a y 6, c y d. y otros, serán totalmente determina­
dos. Por eso, los alargamientos elásticos relativos de las barras ab, cd y otras y,
por consiguiente, las tensiones en ellas, son también absolutamente determina­
das. Ellas sólo dependen del esquema de la armadura y de los alargamientos
(tensiones) de las barras no seccionadas del sistema básico y, como norma, no
son iguales a las tensiones límites para sus barras seccionadas.
_ Sólo en casos exclusivos, los alargamientos relativos de las barras ab y cd
serán tales que, también en ellas, las tensiones serán limites.
Los razonamientos expuestos se desprenden, también de las ecuaciones
canónicas (16.5), las cuales, para tensiones extremas (a¡) deberán transformarse
en una identidad.

2 — A = 0» (16.7)

Estas identidades son las condiciones de la uniformidad de resistencia de


las armaduras; Por ellas se ve que las armaduras de resistencia uniforme se
determinan sólo por el esquema de la armadura y las tensiones límites.
La armadura que se expone en la fig. 341 será de resistencia uniforme si
las tensiones límites, para las barras traccionadas y comprimidas, son iguales
en valor absoluto. Para esta armadura,

2 jV T 7 ' 5 - T w 8— T <-•> 5+ 1 W 4 ] -°-


La condición (16.7) se cumple, lo que significa que, con tales datos, esta
armadura puede ser de resistencia uniforme.
La armadura expuesta en la fig. 342, si las tensiones límites, de tracción
y compresión, son iguales entre sí, también puede ser de resistencia uniforme.
Para ella tenemos que

^ Ñ,i i (°i) ¡t = — §- (a) 5 +1 (a) 6,25 — (o) 5 = 0.

156
Si es imposible obtener una armadura de resistencia uniformo con las ten
siones límites en todas las barras, entonces, en una o varias de éstas es necesario
disminuir las tensiones en valor absoluto, a fin de que se cumpla la igualdad
(16.7).
Mostremos como se hace esto en una armadura monohiperestatica, para la
cual, deberá cumplirse la igualdad

% •Y,lg <)i<+A»+A1A= 0. (1G.8)


Aceptemos que, para las tensiones límites fijadas, sea

S + a .« + a . a # 0 .

Los sumandos bajo el signo de suma pueden ser positivos o negativos. Sea
que en s barras las expresiones N¡t (a¡) l¡ son positivas y en las restantes (m — s),
negativas
8 _ m - s __
2 2 + A .I + A, A 5 0. (16.9)

Si el primer miembro de (16.9) es mayor de cero, entonces, en una o varias


barras de la cantidad s es necesario disminuir la tensión, en valor absoluto, de

Fig. 342

modo que la desigualdad (16.9) se convierta en la igualdad (16.8). Pero si el


primer miembro es menor de cero, entonces, es nocesario bacer lo mismo, poro
para las barras de la cantidad (m — *).
De tal modo, siempre es posiblo hallar una armadura calculada bajo una
carga, a la acción de la temperatura, a la dislocación de los apoyos y a la tensión
de Tas barras de longitud incorrecta, en la cual, para las condiciones dadas, las
tensiones en una o varias do sus barras, sean menores que las límites.
En las armaduras de doble indeterminación, en el caso general, se lian de
reducir las tensiones en no menos de dos barras. En este caso, la disminución de
la tensión en las dos barras se halla por las dos ecuaciones del tipo (16.9).

§ 162. DOS PROCEDIMIENTOS PARA CALCULAR ARMA­


DURAS HIPERESTATICAS. El cálculo de armaduras tiene por
finalidad determinar o las tensiones en las barras (cálculo de con­
trol) o las medidas de sus secciones (cálculo de las dimensiones).
En ambos casos es necesario conocer las fuerzas longitudinales en
todas las barras de la armadura. Para el cálculo de control, deberán
ser conocidas las secciones transversales de las barras y, para el de
las dimensiones, las tensiones que pueden ser admitidas en ellas.

157
es decir, las resistencias teóricas fí¡ (tensiones admisibles). La deter­
minación de las tensiones y la elección de las secciones se efectúa
por medio de las fórmulas conocidas

De esta manera, si la armadura tiene B barras, entonces, para


el cálculo completo es indispensable conocer 2 B -f- Vap de diferen­
tes magnitudes: las B de las fuerzas longitudinales, las B de las
áreas o tensiones y los F ap, de las reacciones de apoyo.
En las armaduras isostáticas, si se desprecia el peso propio o se
tiene en cuenta aproximadamente, las fuerzas longitudinales no
dependen del área de las secciones de las barras. Por eso, las fuerzas
longitudinales en todas las B barras de la armadura y todas las reac­
ciones de apoyo F ap, pueden ser determinadas por las ecuaciones
de la estática. Esto significa que deben ser conocidas o las áreas de
las secciones de todas las B barras o las resistencias teóricas o unas
y otras al mismo tiempo, pero, con la cantidad general B.
En las armaduras hiperestáticas, donde las fuerzas longitudinales
dependen de las áreas de las secciones, la cuestión es diferente.
Veamos cuáles ecuaciones pueden ser empleadas en el cálculo de una
armadura n veces hiperestática.
1. Las ecuaciones de equilibrio, en cantidad B — n -f- F ap,
que contienen solamente fuerzas.
2. Las ecuaciones canónicas de los desplazamientos, en canti­
dad n , que contienen las fuerzas X t, . . y las áreas de las
secciones de todas las barras (16.2) o las tensiones en ellas (16.5).
De esta manera, las B -f- F ap ecuaciones son insuficientes para
determinar todas las 2B -j- F ap magnitudes incógnitas, y el pro­
blema es indeterminable. Para su resolución es imprescindible
tener B ecuaciones complementarias.
Si prefijamos las áreas de las secciones de todas las B barras de
la armadura, entonces, las ecuaciones canónicas contendrán sólo
fuerzas longitudinales. Entonces, las B + F ap ecuaciones determi­
narán a B -f- F ap fuerzas longitudinales en las barras de la armadura
y reacciones de apoyo y, el problema se torna determinable. Después
de haber determinado las incógnitas básicas X u . . ., X„ por las
ecuaciones canónicas, las fuerzas longitudinales en las barras restan­
tes pueden ser halladas por la expresión (16.4). Hemos llegado a la
forma usual del método de fuerzas.
Pero si fijamos, arbitrariamente, las tensiones en todas las
B barras de la armadura, entonces, en primer lugar, las ecuaciones
canónicas (16.5) pueden no ser satisfechas y, en segundo lugar,
incluso, si lo son, de todas maneras, las fuerzas longitudinales de las
barras de la armadura no podrán ser halladas, dado que las ecuacio­
nes de la estática son insuficientes para ello. Por consiguiente, tam­
poco podrán ser halladas las áreas de las secciones de las barras.
Por eso, es indispensable darse los n valores de las fuerzas longitudi­

158-
nales en las barras superfluas (comúnmente seccionadas) de la arma­
dura, a fin de que las ecuaciones de la estática sean suficientes
para la determinación de las restantes fuerzas longitudinales y reac­
ciones de apoyo incógnitas. Además, es indispensable fijar B — n
valores de las tensiones en las restantes barras de la armadura, para
que de las ecuaciones canónicas (16.5) sea posible determinar las
tensiones en las n barras, donde nos hemos dado las fuerzas longitu­
dinales.
Tal forma de cálculo, por cuanto las ecuaciones canónicas con­
tendrán las tensiones incógnitas, se llama método de tensiones. Si al
problema se le agregan cualesquiera condiciones complementarias,
por ejemplo, la del mínimo volumen de armadura, las cuales se
expresan con ecuaciones complementarias, entonces, el número de
magnitudes independientes que nos damos disminuye.

§ 1(551. METODO DE TENSIONES. Las ecuaciones (16.5) son,


para todos los valores de k, ecuaciones canónicas del método de
tensiones, útiles, en principio, para cualquier sistema básico. Pero
ellas son cómodas, únicamente, cuando el sistema básico ha sido
escogido teccionando sólo las barras superfluas de la armadura. En tales
casos, las ecuaciones canónicas serán sueltas, o sea, cada una de
ellas contendrá, sólo, una tensión incógnita en la barra seccionada.
De esto nos podemos convencer, presentando la ecuación canó­
nica (16.5) en una nueva forma, que emplearemos, en adelante,
sacando del signo de suma el sumando relacionado con la fc-ésima
barra seccionada:

2 4 f o ,/' + ± ! r - +Ah' + A h* = 0 ’ (16-10>


no ace

donde a k es la tensión buscada en la fc-ésima barra seccionada y,


A'ifc, las fuerzas longitudinales unitarias en la i-ésima barra no
seccionada del sistema básico, debidas a la fuerza de tracción X * = 1 .
Por cuanto en las barras seccionadas del sistema básico, las
fuerzas longitudinales debidas a X h = 1 son iguales a cero, enton­
ces, la suma se efectúa por las barras no seccionadas de dicho sistema
y, bajo el signo de suma, se contendrán sólo las tensiones prefijadas
i*n las barras no seccionadas del sistema básico. Por eso, cada ecua­
ción de (16.10) contiene sólo una incógnita. En esto consiste la
particular ventaja del método de tensiones.
Con el objeto de fijar correctamente el signo de la tensión en las
barras no seccionadas del sistema básico, es indispensable conocer
los signos de las fuerzas longitudinales. Para ello deben ser dadas
las fuerzas longitudinales en las n barras seccionadas del sistema
básico. Las tensiones dadas en las B — n barras no seccionadas del
sistema básico es deseable suponerlas iguales a las resistencias teó­
ricas.

159
Sin embargo, esto no siempre es posible. El asunto estriba en
que los desplazamientos recíprocos de los dos nudos del sistema
básico, con los cuales lindan las barras seccionadas, por la dirección
de estas barras y, para tensiones prefijadas en las barras restantes
del sistema básico, serán absolutamente determinadas, dependiendo
sólo del esquema de la armadura. Esto significa que los alargamien­
tos relativos y las tensiones de las barras seccionadas que dependen
de la dislocación de los nudos con los cuales ellas lindan, pueden
resultar mayores que las resistencias teóricas, lo cual, naturalmente,
es inadmisible. En tales casos, es necesario resolver el problema
por medio de repetidos intentos y, ésta os la desventaja del método.
El orden de cálculo, por el método de las tensiones, es el si­
guiente:
1 ) según el carácter del trabajo de la armadura, se fijan las
fuerzas longitudinales en las barras seccionadas X t, . . X n dentro
de los límites de los valores posibles, determinados aproximada­
mente o sobre la base de consideraciones teóricas (§ 163);
2) las fuerzas longitudinales N iP, en todas las barras del siste­
ma básico, se determinan por la fórmula (16.4).
3) de acuerdo con el signo de la fuerza longitudinal N tP, se
establecen el valor y el signo de las tensiones teóricas en todas las
barras no seccionadas del sistema básico.
4) las tensiones en todas las barras seccionadas se determinan
por las ecuaciones canónicas (1ti. 10). Los signos de estas tensiones
deberán corresponder a los signos de las fuerzas longitudinales
anteriormente prefijadas en estas barras y, sus valores, a la condi­
ción de solidez o estabilidad.
l’ero, si no se cumple aunque sólo sea una de las condiciones
enumeradas en el p. 4, entonces, el cálculo no sirve. Es necesario
cambiar o. las tensiones en algunas barras del sistema básico o,
algunas fuerzas longitudinales X lt . . ., X„ o, unas y otras y efec­
tuar nuevamente el cálculo.
Prestamos la atención sobre una interesante propiedad de las
armaduras hiperestáticas. Si la armadura puede ser diseñada, cuales­
quiera que sean las fuerzas longitudinales prefijadas X lt . . ., A'„
en las barras seccionadas del sistema básico y las tensiones dadas
en las barras no seccionadas, entonces, ella puede ser diseñada,
también, con otras fuerzas + A X ,, . . X n -f AA'„, para las
mismas tensiones que antes, pero, con la condición de que se conser­
ve el signo de la fuerza longitudinal en cada barra (teorema de Levi).
Esto es fácil de comprender, por cuanto, para tensiones invariables,
el estado deformado de la armadura es único. De las ecuaciones canó­
nicas (16.10) se ve, igualmente, que para nuevos valores de las fuerzas
longitudinales, las tensiones en las barras seccionadas no varían.
Si sobre la armadura actúa solamente la carga y las ecuaciones
canónicas (16.10) son satisfechas, entonces, éstas también serán
satisfechas al variar proporcionalmente todas las tensiones. En este
caso es necesario tener en cuenta que el aumento de las tensiones

160
trae consigo la disminución de las áreas de las secciones de las barras,
o sea, la disminución del peso y del volumen de la armadura.
Todos los razonamientos expuestos se refieren al cálculo de una
armadura sometida a una sola solicitación cualquiera, aislada
o conjunta: la carga, el dislocamiento de los apoyos, la acción de
la temperatura y al tensado de las barras de longitud incorrecta.
151 cálculo bajo la acción de varias solicitaciones sueltas aquí no
se examina.

S 104. VALORES POSIBLES DE LA INCOGNITA 13ASICA


EN UNA ARMADURA M ONOHIPERESTATICA. Al emplear el
método de tensiones, es necesario prefijar los valores de las fuerzas
longitudinales en las barras superfluas, siendo que estos valores no
pueden ser completamente arbitrarios. Mostremos que para ellos
existen límites, tras los cuales, cualesquiera que sean las tensiones,
incluso, aunque sobrepasen los límites de resistencia, las ecuaciones
canónicas no pueden ser satisfechas. Dentro de estos límites, para los
posibles valores de las incógnitas básicas X existen fronteras, aún,
más estrechas, en las cuales, las tensiones en las barras de la armadu­
ra no superan a las resistencias teóricas.
Sin examinar esta cuestión en la forma general, nos limitaremos
al cálculo de una armadura monohiperestática bajo una carga.
Escribimos la ecuación canónica en la forma:

v ñ .í = 4 - f / , = 0 - (a)
Si los productos N tlN¡p son simples para todas las barras enton­
ces, esta ecuación no puede ser satisfecha.
Estudiemos para cuáles condiciones estos productos son simples.
Para esto, hallemos el valor de X ,, para el cual, en cualquier i-ésima
barra de la armadura, la fuerza longitudinal es igual a cero:

Ñ ltX . + Ar?P = 0 , de donde =

Sea que, al reducirse a cero la fuerza longitudinal en la barra a,


X a es el mayor valor positivo de A\ y, al reducirse a cero la fuerza
longitudinal en la barra b, A e l menor valor negativo de X ,.
Demostremos al principio que, para A-! — X a + AX„, donde
AA'a ^ O, los productos N (1N¡P son positivos. Para X¡ < X„,
las fuerzas longitudinales en las otras barras se reducen a coro.
Supongamos que ellas se reducen a cero siendo X , = X a — A X j,
donde AX¡ es una magnitud positiva. Para ellas es válida la
igualdad
N lp = Ñ l i (Xa - A X l) + N°iP= 0 . (b)
Hallemos ahora la fuerza longitudinal N IP para X j = X„ -f- AX„
teniendo en cuenta (b)
N ir = Ñ , . (Xa + AXa) + N aiP - Ñ , , (AXa + AX,). (c)
11-01191 161
El producto NiiN ¡p = M*x (AX„ -f A X i ) > 0 , o sea, es posi­
tivo.
De este modo, queda demostrado que, para X , = A'a + AA'„
y A X a ^ 0 , los productos N n N ¡P son positivos y que, cualesquiera
que sean las tensiones, la ecuación canónica no podrá ser satisfecha.
Algunos sumandos pueden ser negativos en la ecuación canónica (a)
y ésta satisfecha, solo, para X¡ - X a + AX„ y AX„ < 0. Análoga­
mente, se puede mostrar que para X¡ = Xj, — A X b y A X h > 0,
los productos N tlNtp son negativos. Por eso, si las tensiones pudiesen
ser fijadas sin limitaciones algunas, los valores de X j, para los cuales
la ecuación canónica (a) puede ser satisfecha, satisfacen la desigualdad
X b < X , < X a. (1(5.11)
Dentro de estos límites existen márgenes más estrechos para los
valores de X lt con los cuales las tensiones en la barra seccionada no
superan la resistencia teórica.
Si la fuerza longitudinal N ¡P en cualquier j-ésima barra de la
armadura, para el valor fijado de X¡ X c, resulta igual a cero,
entonces, como norma, la armadura hiperestática irrealizable.
E l asunto estriba en que la divergencia entre los nudos a los cuales
eslá unida esta barra, con N ¡P = 0 , con raras excepciones, no es
igual a cero. Por consiguiente, en esta barra de la armadura hiper­
estática, la tensión y la fuerza longitudinal no pueden ser iguales
a cero, lo que contradice a las ecuaciones de la estática. Si suponemos
que el área de la sección de esta barra es igual a cero, entonces, la
armadura s§ torna isostática. Para conservar por cualquier motivo
la indeterminación estática de la armadura con la fuerza longitudinal
en la ¿-ésima barra igual a cero, es necesario que su longitud, en el
estado indeformado, sea igual a la distancia entre los nudos de la
armadura, que se encuentra en estado deformado, a los cuales eslá
unida esta barra.
Ejemplo 48. Hallar algunos de los posibles valores de A', para la armadura
de la fig. 341.
Ilallrmos los valores do .Y,, para los cuales las fucr/as longitudinales en las
barras do la armadura son iguales a cero:
iV, . 2 = - | x , — 100=0, de donde, .Y| = 160lf ;

A'2_3= —-5-X j — 100=0, de donde. A i = — 160tf:

Ar, . 3 = — -i-A, + 80 = 0, de donde A , = 160tf;

Ar2_4 = l- X i = 0, de donde A ( = 0.
Por consiguiente, — 160 tf < X¡ < 160 tf.
I.as armaduras isostáticas para A, = 160 tf. A, = 0 y Ai = — 160 tf,
so representan en la fig. 343, donde, con líneas punteadas, se representan las
barras y apoyos con las fuerzas longitudinales y reacciones iguales a cero. Exa­
minemos dentro de los límites señalados algún valor de A i, por ejemplo, A j =

102
= —80 tf. Las fuerzas longitudinales en las barras son: A',_2 = — 150 tf,
A 2_3 = — 50 tf, jV,_3 = 120 tf y = —80 tf. En correspondencia con el
signo de la fuerza longitudinal designamos las tensiones límites para las barras
traccionadas (-f-o) y para las comprimidas (— o)- La ecuación canónica (Ki.lO) es

y¡ ÁFiiíj^i + O ili = [-§-(— 1


a ) 5 — 1-(— 0 ) 5 — -|-(+ a)8+ l-ff, y j 2 = 0 .
no sec

Por consiguiente, o, = (+ o), lo que contradice al signo aceptado de la in-

Fig. 343

cógnita básica X, = —80 tf. Esto significa


que, para tales tensiones, el valor tomado
X, = -80 tf no es viable.
Si a la barra 2-3 le asignamos la tensión
89
(— 95 entonces, 0, (— o) y, el valor
adoptado X¡ = — 80 tf se bace posible.
Examinemos aún el valor X , = + 48 tf.
Las fuerzas longitudinales en las barras
son: = - 7 0 tf. A',-, = — 130 tf, A , . s = 56 tf y jV ..4 = 4b tf. La
ecuación canónica (16.10) es

[ | ( - o ) 5 - | - ( - o ) 5 - l ( + o ) 8+ 1 -ai § ] 2 = 0,

de donde o, = (+ 0)- El signo do la tensión o, coincide con el de la fueran lon­


gitudinal Jada. Por consiguiente, para tales tensiones, el valor X j 48 tf
adoptado es posible.

S 105. VOLUM EN T E O R IC O DE UNA A RM A D U RA . Se llama volumen


teórico de una armadura el volumen de sus barras, calculado sobre la base de
sus longitudes teóricas y las áreas de las secciones netas f n,.,i0 de las barros trac­
cionadas, sin tener en cuenta las uniones nodales. El volumen (y el peso) efectivo
de la armadura se obtiene con el producto del volumen (peso) teórico por el
coeficiente constructivo, mayor que la unidad. El volumen teórico es el índice
de racionalidad del esquema de la armadura y, el coeficiente constructivo, el de
racionalidad de su construcción.
El volumen teórico de la armadura n veces hiperestática puede ser expresado
por la fórmula

m no scc scc
E l primer signo de suma se extiende sobre las barras de la armadura básica
no seccionadas y, el segundo, sobre las seccionadas.
Examinemos una armadura bajo la acción de cualquier carga concreta.
Sea que las incógnitas X ,, . . ., X„ satisfacen a las ecuaciones canónicas del mé­
todo de tensiones (16.10). El volumen de la armadura construida de un solo

11* 163
material, por (1(5.12), teniendo en cuenta a (10.4) y (10.10), será

V NihOili '
no sec scc
no scc
Presentemos esta expresión en la forma

1'» = ^ + }] DkXk, (16.13)

Nihaih
no sec
No es dificil de convencerse de que A y B no tienen relación con X /,• Esto
significa que el volumen teórico de la armadura depende linealmente de cada una
de las fuerzas X t ......... X n. es decir, aumenta o disminuye según la variación de
cada X/,. El menor valor de la función l'„ (10.13), para las tensiones dadas, se
encontrará en el lím ite de su zona de determinación. Este lím ite se determina con
la variación del signo de la fuerza longitudinal, aunque sólo sea en una de las
barras de la armadura, al variar las magnitudes X , ......... X n , por cuanto, como
resultado de la variación ulterior de estas magnitudes varía el signo de la tensión
en esta barra y, por lo tanto, variará la propia dependencia funcional (10.13).
Recordamos que si en una armadura liiperestática, que se halla bajo la
acción de alguna carga determinada, se hallaron las secciones de las barras con las
tensiones prefijadas, para las fuerzas X¡, . . X„ dadas pn las barras seccionadas
del sistema básico, entonces, pueden ser halladas nuevas secciones de las barras
con las mismas tensiones, pero para otras fuerzas X , + A X ,, . . ., X„ + \X„,
si con estas fuerzas se conserva el .signo de las fuerzas longitudinales en todas las
barras de la armadura.
Basándonos oír lo dicho, variaremos una incógnita cualquiera X /, o, varias
do ellas simultáneamente, cada una, en aquella dirección, por donde el volumen
de la urinadura disminuya hasta que en alguna barra a la fuerza longitudinal .Y„
se reduzca a cero. Al variar ulteriormente las incógnitas X ,, . . ., X „, en la misma
dirección, la fuerza longitudinal Na cambia de signo. Esto significa que el volu­
men Vn de la armadura, para las tensiones dadas en sus barras y cierta variación
de las fuerzas X ,, . . ., X„, será mínimo, cuando la fuerza longitudinal en alguna
de estas barras se reduzca a cero.
Si excluimos a esta barra de la armadura, entonces, esta últim a se hace
n — 1 veces hiperestática, con un volumen menor que el de la armadura prim iti­
va n veces hiperestática e, igual a él, si las incógnitas X , para el orden y la ley
dados de sus variaciones, toman valores, para los cuales, la fuerza longitudinal
Nc es igual a cero, es decir, cuando
(16.14)
Por cuanto el paso a la armadura n — 1 veces indeterminable está ligado
con la ley de variación de las incógnitas X al disminuir el volumen de la arma­
dura, entonces, estas armaduras n — 1 veces indeterminables pueden ser no una,
sino varias. Para las tensiones dadas en las barras, todas ellas satisfacen la desi­
gualdad (16.14). En el caso de cierta variación de las incógnitas X , las fuerzas
longitudinales pueden reducirse a cero simultáneamente en varias barras de la
armadura; la eliminación de estas barras de la armadura hace que esta últim a
disminuya aún más su grado de indeterminación estático. Por ejemplo, en las
armaduras simétricas, en el caso de carga simétrica, las fuerzas longitudinales
en las barras simétricas se reducen a cero simultáneamente. En este caso, si la
armadura es monoindeterminable, para que ella permanezca invariante, deberá
ser conservada una barra.

164
Razonando del mismo modo, se puede pasar do la armadura n — 1 veces
indeterminable a l a n — 2 veces, llegando, al fin y al cabo, a la isostática. Esto
significa que el volumen teórico do cualquier armadura isostática, obtenida
eliminando barras de la armadura hiperestatica dada, habiendo sido fijadas de
antemano las tensiones, es menor que el volumen de la armadura hiperestática
original o, en últim o caso es igual a él. Por consiguiente, las armaduras de volu­
men mínimo, cuyas tensiones han sido fijadas de antemano, son las isostáticas,
obtenidas eliminando n barras de la hiperestática dada. Dentro de estas armadu­
ras de volumen mínimo está incluida la de menor volumen mínimo.

8 1 « « . TENSIONES D EB ID A S A LA ACCION DE LA TEM­


PERATURA, DISLOCACION DE LOS APOYOS Y TRACCION
DE LAS BARRAS DE LONGITUD INCORRECTA. Los coeficien­
tes de la ecuación canónica (10 .2)
+ 8haA2+ •••-}- -{-Ah/ -f AhA = 0
pueden ser escritos en la forma

= ~Fo ¿ J — T,— 1 7 7 / ^
donde F 0 es la superficie de una barra cualquiera de la armadura.
Los términos independientes Aht y A)(a no dependen de F 0 y,
por eso

X* = 4 r = AhF0, N¡ = TVi.X, + 3V,aX* + . . . + Ñ lnX n = B,F0,

donde D y D h son determinantes y A k y U¡ ciertos números cons­


tantes.
La tensión en cualquier barra de la armadura es igual a a¡
V F
= ‘-!r- H¡ ~ . Como se ve, la tensión depende de la relación
t¡ ri
p
adoptada ~ y no de la magnitud F 0. Por eso, al variar proporcional­
*j
mente las áreas de las secciones de todas las barras de la armadura,
las tensiones debidas a la acción de la temperatura, dislocación
de apoyos y tracción en las barras de longitud incorrecta, no varían.

8 1 0 7 . LIN EAS DE INFLUENCIA DE LAS FUERZAS! L O N G I­


TUDIN ALES. Nos limitaremos a examinar el método estático de
construcción de las líneas de influencia. Las líneas de influencia de
las incógnitas básicas X ,, . . ., X„ las expresamos por medio de los
coeficientes de influencia:
1.1 de X, = Pnfip!-f-P,26p2 "j
• ...................................................................... \ (16.15)
1.1 de X„ = pnt6p i-(-Pn26pj-|-...-}-Pnn6pn. )
La gráfica de los valores do 6 P|, es el diagrama de los desplaza­
mientos verticales del cordón de carga debidos a X* = 1 (fig. 344).
Por consiguiente, las líneas de influencia de las incógnitas X ,, . . .
. . ., A'n están formadas con los diagramas de los desplazamientos
165
8Ph multiplicados por los coeficientes de influencia. Es cómodo
construir el diagrama de los desplazamientos 8 Pfc por medio de los
pesos elásticos. Para la determinación del peso elástico del w-ésimo
nudo es necesario aplicar, en este nudo, el grupo unitario de fuerzas
(fig. 344, c) y, determinar de él, las fuerzas longitudinales N ¡n
en las barras del sistema básico. La magnitud del peso elástico se
determina por la fórmula (11.79)

^n* = 2 (16.16)
El diagrama de los momentos flectores en una viga simplemente
apoyada, debidos a los pesos elásticos (fig. 344, c), es el diagrama
nodal de 8Ph.
Si el sistema básico tiene varios tramos (véase la fig. 340, a),
entonces, el diagrama de los momentos flectores debidos a los pesos
plásticos se construye en la cadena de vigas de un tramo. Las líneas
de influencia de las fuerzas longitudinales en las barras de las arma­
duras pueden ser construidas por la expresión general (14.77), que
en este caso, tiene la forma
l.i. de WJP= ( l . i . de l.i de X 2)Ar¡24-
+ • • • 4 ' (1-i. de X „) N ¡n 4- l.i. de N¡p. (16.17)

g 1H8. CALCULO A PR O X IM A D O DE SISTEMAS COM BINA­


DOS.
t. VIGAS O ARMADURAS REFORZADAS CON UNA
CADENA ARTICULADA
Los puentes colgantes es el tipo más extendido de sistemas com­
binados. Examinemos, para generalizar, un sistema con presión
horizontal soportado por una viga (fig. 345). Este sistema es de
triple indeterminación estática.
En calidad de sistema básico es cómodo tomar el sistema hiperes-
tático obtenido, seccionando la cadena (fig. 345, b). En el caso exa­
minado, el sistema básico es dos veces indeterminado.
La ecuación canónica tiene la forma
SJJ’X, =0. (16.18)

Para determinar ó',*1 y 6 es necesario hallar, en la cadena y las


suspensiones, las fuerzas longitudinales N tl y construir, en la viga

Fin. 345

continua, el diagrama de los momentos flectores M x debidos a X¡


— 1. El desplazamiento ÓJJ' se determina por la fórmula

2 - S r + <*■ >• < * ■ > + m ¿ t . viga • « 6 , ! »

El diagrama de los momentos flectores A/j se construye por la


ecuación de tres momentos. Si la cadena está ligada a la viga excén­
tricamente, entonces, en dicha viga, es necesario considerar los
momentos flectores debidos a la fuerza horizontal aplicada excén­
tricamente.
La expresión 6lP ó,,, determina el diagrama de los desplaza­
mientos verticales del eje de la viga continua, en el sistema básico,
debidos a X j - 1 , el cual puede ser hallado utilizando distintos
procedimientos, por ejemplo, el de la ecuación general del eje de una
viga curva, si la viga continua es de sección constante o, por los
pesos elásticos (método semigráfico), si es de sección variable.
Las líneas de influencia de M y Q en la viga y las fuerzas longi­
tudinales en las suspensiones y la cadena, se determinan por la
167

I
expresión general (14.77):
1.1. de M = (l.i. de X ,) M¡ -}-l.i. de M°; 1
1.1. de Q — (l.i de X ,) ( ? j+ l.i. de Q°; > (1 (>.20)
l.i. de ^Vj = (l.i de X t) N it. J
Aquí, la l.i. de M° y la l.i. de son las líneas de influencia de estas
magnitudes en la viga continua de tres tramos.
En el sistema que recibe presión horizontal, las líneas de influen­
cia de las tensiones de borde se construyen por medio de las l.i. do
X j y M por la fórmula
, . , _ . l.i. do X t . l.i. do M
l.i. de O|,or(j — ± -p--- ± jp:--- . (H>.2 1 )
En el procedimiento de cálculo expuesto, las fuerzas internas se
determinaron por el estado indeformado del sistema. Por eso es que,

Fig. 340

en la deformación del sistema, no se tuvieron en cuenta las varia­


ciones de las fuerzas longitudinales en la cadena y los momentos
Hedores de la viga. Tampoco fueron considerados los momentos
complementarios en la viga deformada como resultado de la presión
horizontal recibida, lo que so admite sólo en los sistemas en que, en
comparación con la fuerza crítica para la viga continua, el empuje
de la cadena X x es pequeño.
Por cuanto las deformaciones de tal sistema, particularmente para
grandes luces, ejercen sustancial influencia en la magnitud de las
fuerzas internas, entonces, en estos casos, el cálculo citado necesita
ser más exacto, lo que se puede lograr por medio de aproximaciones
sucesivas.
Un cálculo preciso por las líneas de influencia es imposible,
ya que al considerar el estado de deformación se infringe el principio
de independencia de acción de las fuerzas.
Si el sistema no recibe presión horizontal (fig. 346), entonces,
lodo lo expuesto más arriba es aplicable, también, para él, supo­
niendo que la fuerza longitudinal en la viga es igual a cero. El cálculo
de tal sistema por el estado indeformado es más preciso que el de
aquél que recibe presión horizontal.
Al calcular un sistema combinado en forma de armadura con­
tinua reforzada con una cadena, es más cómodo emplear en calidad
de sistema básico, un sistema isostático, obtenido con el seccionado
de la cadena y dos barras de la armadura sobre los apoyos. Los
coeficientes de tipo ófcm se determinan por la fórmula (16.2). Los
diagramas de los desplazamientos ó PI, 6Ps y ó Pa se construyen por
168
los pesos elásticos (10.1(5). Las líneas de influencia de las incógni­
tas se determinan por las expresiones (10.15) y, las de las fuerzas
longitudinales en las barras de la cadena v la armadura, por las
(10.17).
2. VIGAS O ARMADURAS REFORZADAS CON UN ARCO
ARTICULADO (FIG. 347)
El cálculo se efectúa sobre la base de las mismas consideraciones
que fueron expuestas durante el cálculo de las vigas o armaduras
reforzadas con una cadena articulada. Como sistema básico so toma

también a la viga continua de tres tramos (fig. 347, b), conservando


las expresiones (10.18)—(10.20). Por cuanto el tramo del medio de la
viga trabajará a la flexión con la fuerza longitudinal que se trasmite
a ella desde el arco, entonces, en las secciones de este tramo, es nece­
sario construir las líneas de influencia de los momentos nucleares o las
de las tensiones de borde. En los tramos extremos se construyen las
líneas de influencia de los momentos centrales.
Dado que en el tramo central de la viga reforzada con un arco
articulado, la fuerza longitudinal puede tener diferentes signos
según la posición de la carga, entonces, la inexactitud del cálculo,
lo mismo que en la viga reforzada con una cadena, consiste, antes
que nada, en que no se tienen un cuenta ni la influencia que ejercen
las fuerzas longitudinales que comprimen la viga sobre sus momen­
tos flectores en el estado deformado, ni la variación de estas fuerzas
en el arco articulado y los momentos flectores en la viga, ligados a la
variación del sistema durante su deformación.
Las instrucciones para el cálculo de las armaduras reforzadas con
una cadena articulada se mantienen invariables, también, para las
armaduras reforzadas con un arco articulado.

C A P I T U L O X V I I * C A L C U L O D E A K C O S

1 1 IP E H E S T A T IC O S P O H E L M E T O D O D E F U E R Z A S

g 1 GO. CLASIFICACION Y FORMA DE LOS ARCOS. Los arcos


hiperestáticos suelen ser biarticulados (fig. 348, a), inarticulados
(fig. 348, b) y, además aunque de uso poco frecuente, uniarticulados
169

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