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La Comunicación no verbal

La comunicación humana es altamente compleja; al hablar de comunicación


no verbal nos referimos a un sistema de señales que se asocian a la comunicación
verbal, formando la interpretación del mensaje. La comunicación en sí emplea
varios de los sentidos como la vista, el oído, el tacto y el olfato; los mismos que
permiten la interacción e interpretación simultánea mencionada anteriormente.

El comportamiento no verbal de los seres humanos guarda cierta similitud


con el de los animales, particularmente el de los primates. La diferencia radica en
que el ser humano es capaz de controlar sus gestos y usarlos a su favor al
momento de transmitir mensajes.

Para esta transmisión es fundamental la mirada, que al igual que los gestos
depende del contexto; establecer o no contacto visual puede cambiar por completo
el sentido de una situación. El encuentro visual es la forma más sutil del lenguaje
corporal, y se ve influenciado por la personalidad de cada individuo.

1. CLASIFICACIÓN

1.1. PARALENGUAJE:

Cualidades físicas del sonido y los modificadores fónicos: el tono, el timbre,


la cantidad o la intensidad. Una expresión como “sí, claro”, puede comunicar
acuerdo, desacuerdo, agrado, desagrado, desilusión..., dependiendo del tono con
el que se emita.

Sonidos fisiológicos o emocionales: el llanto, la risa, el suspiro, el


carraspeo, el bostezo, son sonidos que comunican estados de ánimo en general
pero algunos tienen también la función de calificar enunciados o regular la
conversación, como la risa, que además de indicar alegría, miedo o nerviosismo,
la utilizamos para mostrar acuerdo, entendimiento, seguimiento en la conversación
y señalar comienzo o final de turno, entre otros.

Elementos cuasi-léxicos: vocalizaciones y consonantizaciones de escaso


contenido léxico pero con valor funcional, como son las interjecciones (¡Ah!, ¡Ay!,
¡Ooo!...), las onomatopeyas (Glu-glu, Ring-ring, Zas, Ki-quiriquí...), y otros sonidos
(Uff, Hm, Ps, Puaj...). Estos elementos cuasi-léxicos pueden indicar que algo /
alguien te gusta (Uaau); desagrado (Puaj); comprensión en la conversación (Ahá),
etc.
1.2. QUINÉSICA:

Los gestos: movimientos psicomusculares, tanto faciales como corporales,


que comunican. Normalmente encontraremos varios gestos conjuntos como elevar
las cejas, sonreír, abrir más los ojos, levantar el brazo y agitar la mano para
saludar.

Las maneras: formas de moverse para realizar actos comunicativos, como


por ejemplo, la forma que adoptamos al montar en un transporte público, la de
comer, caminar, hacer cola, etc.

Las posturas: son las posiciones estáticas que adopta el cuerpo humano,
como estar sentados con las piernas cruzadas, abiertas, encima de una mesa, con
las manos en la nuca, con el tronco recto y echado un poco hacia delante, etc.

1.3. PROXÉMICA:

Proxémica conceptual: son los hábitos de creencia y comportamiento


relacionados con el concepto del espacio (aquí / ahí / allí; cerca / lejos)

Proxémica social: uso que hacemos del espacio cuando nos relacionamos
con otras personas (por ejemplo, la utilización del transporte público o si dejamos
espacio a la izquierda en las escaleras mecánicas para que otras personas
puedan pasar más rápidamente).

Proxémica interaccional: la distancia que adoptamos para realizar


actividades comunicativas interactivas. Podemos distinguir cuatro distancias
básicas: íntima (para realizar actos más personales y expresivos), personal (es la
distancia básica de la conversación), social (distancia que se mantiene en distintos
actos sociales) y pública (en actos formales, como la que se adopta en una
2. La interpretación de la postura

Para la mayoría de nosotros, la postura es un tema poco agradable


sobre el que nuestra madre solía regañarnos. Pero para un psicoanalista la
postura de un paciente muchas veces constituye una clave de primer orden
sobre la naturaleza de sus problemas. La postura es la clave no verbal más
fácil de descubrir, y observarla puede resultar muy entretenido.

Con sorprendente frecuencia, las personas imitan las actitudes


corporales de los demás. Dos amigos se sientan exactamente de la misma
manera, la pierna derecha cruzada sobre la izquierda, por ejemplo, y las
manos entrelazadas detrás de la cabeza; o bien uno de ellos lo hace a la
inversa, la pierna izquierda cruzada sobre la derecha, como si fuera una
imagen reflejada en un espejo. Se denomina a este fenómeno posturas
congruentes. Se cree que dos personas que comparten un mismo punto de
vista, suelen compartir también una misma postura.

Se ha observado que las personas que no se conocen evitan


cuidadosamente adoptar las mismas posiciones. La importancia de la imitación
puede llegar a ser una de las lecciones más significativas que podemos
aprender, pues es la forma en que los demás nos expresan que coinciden con
nosotros o que les agradamos. También es la forma en que comunicamos a los
demás que realmente nos agradan. Si un jefe desea establecer rápidamente
una buena relación y crear un ambiente tranquilo con un empleado, sólo debe
copiar la postura de éste para lograr sus objetivos. De la misma manera que
las posturas congruentes expresan acuerdo, las no congruentes pueden
utilizarse para establecer distancias psicológicas.

La postura es, como ya hemos dicho, el elemento más fácil de observar


y de interpretar de todo el comportamiento no verbal. En cierto modo, es
preocupante saber que algunos movimientos corporales que teníamos por
arbitrarios son tan circunscritos, predecibles y, a veces, reveladores; pero por
otra parte, es muy agradable saber que todo nuestro cuerpo responde
continuamente al desenvolvimiento de cualquier encuentro humano.
3. LA ENSEÑANZA DE LA COMUNICACIÓN NO VERBAL

La necesidad de aprender los signos no verbales de una lengua viene


determinada por la ruptura o interpretaciones erróneas en la comunicación que
pueden llegar a producir. Pensemos en la necesidad para un español de mantener
el contacto con la mirada durante la interacción, además del contacto corporal al
que suele recurrir; para una cultura de no contacto como la oriental esto puede
crear incomodidad y desagrado por considerarlo invasión de intimidad. Por otro
lado, aunque existen muchos signos no verbales universales que comparten
diferentes culturas, existe un gran número de signos peculiares de cada una. A
continuación mostramos dos fotografías con gestos muy parecidos y significados
diferentes:

CONTEXTO: ESPAÑA CONTEXTO: CHINA

El gesto con el que en España indicamos que “alguien le pone los cuernos
a su pareja” puede ser fácilmente confundido con el que en China usan para
expresar “Te quiero”.

La incorporación de los signos no verbales en la enseñanza de la lengua


debe hacerse de forma gradual, es decir, por niveles, de la misma forma que se
introducen los signos verbales.
4. Expresión facial

Los signos faciales juegan un papel clave en la comunicación. Sólo es


necesario ver cómo en las conversaciones telefónicas la ausencia de estas
expresiones hacen reducir significativamente el nombre de elementos a
disposición del receptor para interpretar los mensajes.

Estas expresiones son, también, los indicios más precisos del estado
emocional de una persona. Así interpretamos la alegría, la tristeza, el miedo, la
rabia, la sorpresa, el asco o el afecto, por la simple observación de los
movimientos de la cara de nuestro interlocutor

Probablemente, el punto más importante de la comunicación facial lo


encontraremos en los ojos, el focus más expresivo de la cara. El contacto
ocular es una señal clave en nuestra comunicación con los demás. Así, la
longitud de la mirada, es decir, la duración del contacto ininterrumpido entre los
ojos, sugiere una unión de mensajes.
5.

En opinión de Poyatos (1994, I: 139-140), existe una diferencia entre los


gestos, las maneras y las posturas.

Los gestos los define movimientos corporales conscientes o inconscientes


que engloban las expresiones faciales (y también la mirada), dependientes o
independientes del lenguaje verbal para lingüístico, alternando con él o al mismo
tiempo y que forman una parte importante de la comunicación. Piénsese en las
sonrisas, en las miradas, etc. (García García 2001: web, en línea). Mientras que
las maneras, para este estudioso “no sólo comprenden las ‘maneras’ o modales
ritualizados en cada cultura, sino la ‘manera’ cómo se realiza un gesto o una
postura según la cultura, el sexo, el nivel social, el estado emocional, etc.”, por
ejemplo, la forma de sonarse la nariz. Por último, Poyatos define las posturas,
igualmente conscientes o inconscientes como los gestos, también ritualizadas, y
García García (2001) las considera menos utilizadas como formas de un repertorio
de comunicación, pero de un gran valor comunicativo interculturalmente,
socialmente y personalmente. Estas tres categorías están vinculadas entre sí y
son interdependientes.

Muchos investigadores han dado varias clasificaciones de los gestos. En


este estudio queremos recordar una, entre tantas, de las más conocidas,
concretamente la de Ekman y Friesen (1969) que diferencian distintas categorías
de gestos según las funciones comunicativas. De todas formas, queremos
subrayar que es muy difícil encontrar un gesto ‘puro’, ya que el límite entre las
categorías es muy lábil.

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