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Avergonzados
dII Cuando la
iglesia se vuelve
semejante al mundo
.

evangelio
Jobo f. MacArtbur

~
EDITORIAL PORTAVOZ
Título del original: Ashamed ofthe Gospel, © 1993 por Iohn F. MacArthur,
Ir. y publicado por Crossway Books, una división de Good News Publishers,
Wheaton, Illinois 60187.

Edición en castellano: Avergonzados del evangelio, © 2001 por Iohn F.


MacArthur, Ir. y publicado por Editorial Portavoz, Grand Rapids, Michigan
49501. Todos los derechos reservados.

Ninguna parte de esta publicación podrá reproducirse de cualquier forma


sin permiso escrito previo de los editores, con la excepción de citas breves
en revistas o reseñas.

Traducción: Iohn Alfredo Bernal López

EDITORIAL PORTAVOZ
P.O. Box 2607
Grand Rapids, Michigan 49501 USA

Visítenos en: www.portavoz.com

ISBN 0-8254-1530-6

2 3 4 5 6 edición I año 06 05 04 03 02

Impreso en los Estados Unidos de América


Printed in the United States ofAmerica
Dedicado a Rick Draa, mi amigo fiel y amado,
siervo del Señor para mi bien, quien durante
más de veinte años ha realizado la grabación
de mi voz y la ha difundido a lo largo y ancho
del planeta
Porque no me avergüenzo del evangelio, por-
que es poder de Dios para salvación a todo aquel
que cree; al judío primeramente, y también al
griego.
-Romanos 1: 16

Por tanto, no te avergüences de dar testimonio


de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino par-
ticipa de las aflicciones por el evangelio según
el poder de Dios... Por lo cual asimismo padez-
co esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé a
quién he creído, y estoy seguro que es poderoso
para guardar mi depósito para aquel día.
-2 Timoteo 1:8, 12

Porque el que se avergonzare de mí y de mis


palabras en esta generación adúltera y pecado-
ra, el Hijo del Hombre se avergonzará también
de él, cuando venga en la gloria de su Padre
con los santos ángeles.
-Marcos 8:38
,
1I
INDICE 11

Prólogo 9
1 El cristianismo cuesta abajo 21
2 ¿La iglesia al gusto del consumidor? 49
3 i Quiero religión de entretenimiento! 73
4 Todas las cosas para todos los hombres 99
5 La locura de Dios 119
6 El poder de Dios para salvación 137
7 Pablo en el Areópago 159
8 La soberanía de Dios en la salvación 177
9 Yo edificaré mi iglesia 201
10 Epilogo 221
Apéndice 1: Spurgeon y la controversia del declive 229
Apéndice 2: Carlos Finney y el pragmatismo
evangélico norteamericano 261
Apéndice 3: Sabiduría carnal frente a sabiduría
espiritual 273
Índice de temas 283
,
11
PROLOGO 11

"Hay apatía en todas partes. A nadie le preocupa saber si lo que


se predica es verdad o mentira. Un sermón es un sermón, sin
importar su tema; pero eso sí, entre más corto sea, mejor".

Carlos H. Spurgeon l

Esas palabras de Spurgeon fueron escritas hace más de cien años, pero
el gran predicador podría estar describiendo con ellas la condición de la
iglesia evangélica a comienzos del siglo veintiuno.
El verano pasado estuve parado frente a su tumba en Londres, una
pesada bóveda de piedra que se confunde con las demás tumbas en el
cementerio, entre una calle y una enorme edificación. De no haber sido
guiado allí por otra persona, no la habría encontrado. Los nombres de
Spurgeon y su esposa están tallados en piedra, pero no hay información
en la tumba misma acerca de quién fue este hombre. El visitante casual
podría pasar por alto la bóveda de piedra (hay otras más grandes y
vistosas alrededor), o al verla no darse cuenta de que se trata de la
sepultura de un hombre que en su tiempo fue quizás mejor conocido y
más influyente que el primer ministro inglés.
Estando allí de pie al lado de la tumba de Spurgeon, no pude más
que pensar en cuánto necesita la iglesia de hombres como él en la
actualidad. Spurgeon no tenía miedo de sostenerse con brío a favor de
la verdad, así ello significara quedar solo. Predicar la Palabra de Dios
fue su única pasión. Creía que la transigencia de la iglesia con la
predicación estaba empezando a decaer, mientras algunos ministros
experimentaban con métodos alternativos y mensajes abreviados. Para
él había un gran peligro en ello, y su preocupación le involucró en una
10 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

batalla que condujo en últimas a su muerte. Había sido dejado en esa


tumba cien años antes de mi visita.
Contrastemos la actitud de Spurgeon hacia la predicación con la
opinión prevaleciente de nuestros tiempos. De hecho, el lamento de
Spurgeon es diametralmente opuesto a la perspectiva expresada en un
artículo que apareció hace algunos años en una revista cristiana bastante
popular. Cierto predicador conocido estaba ventilando su propia
repulsión hacia los sermones prolongados. Como se acercaba el primero
de enero, tenía resuelto mejorar el año que venía. "Eso significa
desperdiciar menos tiempo escuchando sermones largos y pasando
mucho más tiempo en la preparación de sermones cortos", escribió.
"He descubierto que la gente está dispuesta incluso a perdonar una
teología deficiente con tal que puedan salir antes del mediodía".2
Lo triste de la situación es que esta es una síntesis perfecta de la
actitud predominante que existe en gran parte de los ministerios
modernos. La mala doctrina es más tolerable que un sermón extenso.
Esperar el momento de la bendición final es más importante para el
parroquiano promedio que escuchar el contenido del sermón. Llenar
los estómagos con el almuerzo dominical tiene precedencia sobre la
alimentación de nuestras almas con el estudio bíblico. Hablar por mucho
tiempo desde el púlpito se ha convertido en un pecado más grande que
la herejía.
La iglesia se ha bebido la filosofía mundana del pragmatismo, y
apenas estamos empezando a probar los resultados amargos.

¿QUÉ ES PRAGMATISMO?
El pragmatismo es la noción de que el significado o valor de algo viene
determinado por consecuencias prácticas. Se acerca bastante al
utilitarismo, la creencia de que la utilidad es la medida de 10 que es
bueno. Para una persona pragmática o utilitaria, si una técnica o curso
de acción tiene el efecto deseado, es bueno. Si no parece funcionar
debe ser errado.
El pragmatismo como filosofía fue desarrollado y popularizado a
finales del siglo diecinueve por el filósofo William James, al lado de
otros intelectuales de renombre como John Dewey y George Santayana.
Fue James quien dio a la nueva filosofía su nombre y carácter. En 1907
publicó una colección de clases magistrales titulada Pragmatismo: un
Prólogo 11

nombre nuevo para una vieja manera de pensar. Así definió una nueva
fonna de abordar los temas de la verdad y la vida.
El pragmatismo tiene sus raíces en el darwinismo y el humanismo
secular. Posee un relativismo inherente que rechaza la noción de lo
correcto y lo incorrecto, el bien y el mal, la verdad y el error en sentido
absoluto. En últimas el pragmatismo define como verdadero todo aquello
que es útil, lucrativo y ventajoso. Las ideas que no parezcan viables o
relevantes son rechazadas como falsas.
¿Qué problema hay con el pragmatismo? Después de todo, el sentido
común incluye cierta medida de pragmatismo legítimo, ¿no es cierto?
Por ejemplo, si un grifo que goteaba funciona bien después de reemplazar
los empaques, es razonable suponer que el problema había sido
empaques dañados. Si la medicina que su médico prescribe produce
efectos secundarios adversos o no tiene efecto en absoluto, usted necesita
preguntar si existe un remedio que funcione. Esas realidades pragmáticas
simples por lo general son tan obvias que no requieren justificación.
Por otro lado, cuando el pragmatismo se utiliza para emitir juicios
acerca de lo correcto y lo incorrecto, o cuando se convierte en una
filosofía que orienta la vida, la teología y el ministerio, resulta inevitable
su choque frontal con las Escrituras. La verdad bíblica y espiritual no
se determina a partir de una prueba empírica de lo que "funciona" y lo
que no. Sabemos basándose en las Escrituras, por ejemplo, que el
evangelio muchas veces no genera una respuesta positiva (1 Co. 1:22,
23; 2: 14). Por otra parte, las mentiras y el engaño de Satanás pueden
tener bastante eficacia (Mt. 24:23, 24:2; 2 Co. 4:3, 4). La reacción de
las mayorías no constituye una prueba de validez (cp. Mt. 7: 13, 14), y
la prosperidad no es una medida de honestidad (cp. Job 12:6). El
pragmatismo como filosofía orientadora del ministerio tiene carencias
intrínsecas insuperables, y como examen de la verdad no es más que un
artificio satánico.
A pesar de esto, hay un torrente recio de pragmatismo recalcitrante
que está tratando de arrastrar a la iglesia evangélica. La metodología
tradicional, y la predicación como el caso más notable, está siendo
descartada o arrinconada para favorecer medios novedosos como el
drama, la danza, la comedia, la amenidad, el histrionismo, la
espectacularidad, la psicología popular y muchas otras formas de
entretenimiento. Se supone que los métodos nuevos son más "eficaces",
12 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

es decir, atraen a las muchedumbres. Puesto que para muchos el criterio


esencial para medir el éxito de una iglesia viene dictado por las
estadísticas de asistencia, todo lo que sirva para captar la mayor cantidad
de público es aceptado sin análisis crítico como bueno. Eso es
pragmatismo.
Tal vez los síntomas más visibles del pragmatismo en la iglesia se
pueden ver en los cambios agitados que han revolucionado los cultos
de adoración en la última década. Algunas de las iglesias más grandes e
influyentes se jactan de tener cultos diseñados a propósito para ser más
rimbombantes que reverentes.
Todavía peor, la teología ahora va en el asiento trasero de la
metodología. Un autor escribió: "En otros tiempos una declaración
doctrinal representaba la razón de ser de una denominación. Hoy día, la
metodología es el pegamento que mantiene unidas a las iglesias. Una
declaración de ministerio es lo que las define como tales sin
consideración alguna de diferencias denominacionales".3 Es increíble
que muchos crean que esta es una tendencia positiva y un gran avance
para la iglesia contemporánea.
Es evidente que algunos líderes eclesiásticos piensan que las cuatro
prioridades de la iglesia primitiva, a saber, la enseñanza de los apóstoles,
la comunión fraternal, el partimiento del pan y la oración (Hch. 2:42),
son una agenda bastante raquítica para la iglesia en los tiempos actuales.
Las iglesias permiten ahora que los dramas, la música, la recreación, el
entretenimiento, los programas de auto superación y otras actividades
similares eclipsen la adoración y el compañerismo tradicionales. De
hecho, todas las cosas parecen estar de moda en la iglesia actual excepto
la predicación bíblica. El nuevo pragmatismo ve la predicación, y en
particular la predicación expositiva, como un vestigio anacrónico.
Declarar con sencillez la verdad de la Palabra de Dios se considera algo
burdo, ofensivo y por completo improductivo. Ahora nos dicen que
podemos obtener mejores resultados amenizando primero a la gente o
dándoles psicología popular y sugerencias para el éxito, porque todo
eso les embelesa y así se animan a entrar al redil. Después de sentirse
cómodos allí, estarán listos para recibir la verdad bíblica en dosis
pequeñas y muy diluidas.
Los pastores acuden a libros sobre métodos de mercadeo en busca
de nuevas técnicas para hacer que sus iglesias crezcan. Muchos
Prólogo 13

seminarios han cambiado la capacitación pastoral basada en los estudios


bíblicos y la teología por técnicas de consejería y métodos de
iglecrecimiento. Todas estas tendencias reflejan el compromiso creciente
de la iglesia con el pragmatismo.
Como Martyn Lloyd-Jones advirtió:

Estas propuestas según las cuales deberíamos predicar menos y hacer una
gran diversidad de otras cosas, por supuesto que no son nuevas. La gente
parece pensar que todo esto es bastante nuevo y que uno de los rasgos
distintivos de la modernidad es denunciar o despreciar la predicación del
evangelio y atribuir mayor importancia a otras cosas. La respuesta simple a
esto es que no es nuevo en absoluto. La fonna actual puede ser nueva, pero el
principio no es novedoso aunque sea el énfasis particular del siglo presente. 4

¿ES EL PRAGMATISMO UNA AMENAZA SERIA EN


REALIDAD?
Estoy convencido que el pragmatismo presenta la misma amenaza sutil
a la iglesia en nuestro tiempo que la planteada por el modernismo un
siglo atrás. El modernismo fue un movimiento que acogió la alta crítica
(una manera de tratar las Escrituras que descarta la noción de la Biblia
como la Palabra de Dios) y la teología liberal, así como la negación de
casi todos los aspectos sobrenaturales del cristianismo. Sin embargo, el
modernismo no salió a la superficie en un principio como un ataque
abierto contra la ortodoxia doctrinal. Los primeros modernistas parecían
estar interesados ante todo en la unidad entre las diferentes
denominaciones. Estaban dispuestos a sacrificar la doctrina por esa meta
debido a que creían que la doctrina en sí creaba divisiones y que una
iglesia fragmentada se volvería irrelevante en la era moderna. Para
promover la importancia del cristianismo, los modernistas procuraron
integrar las enseñanzas cristianas con los últimos avances en ciencia,
filosofía y crítica literaria. El modernismo empezó como una
metodología pero en poco tiempo se transformó en una teología única.
Los modernistas veían la doctrina como un asunto secundario.
Insistían en la importancia de la hermandad y la experiencia individual,
por lo cual desestimaron el alcance de las diferencias doctrinales. Creían
que la doctrina debería ser flexible y adaptable porque en últimas no
era algo por lo que valiera la pena luchar. En 1935 John Murray presentó
esta apreciación del modernista típico:
14 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

El modernista se enorgullece con mucha frecuencia al dar por sentado que


su foco de interés es la vida, los principios de conducta y la puesta en práctica
de los principios de Jesús en todos los compartimientos de la vida individual,
social, eclesiástica, industrial y política. La frase que lo identifica ha sido
que el cristianismo es vida y no doctrina, y piensa que el cristiano ortodoxo
o fundamentalista, como le gusta llamarle, solo está preocupado por la
conservación y perpetuación de dogmas desgastados de creencia doctrinal,
una preocupación que hace, en su opinión, de la ortodoxia una petrificación
fría y exánime del cristianismo. 5

Cuando los precursores del modernismo empezaron a aparecer a


finales del siglo diecinueve, pocos cristianos fueron perturbados. Las
controversias más inflamadas en aquellos días eran pequeñas refriegas
contra hombres como Carlos Spurgeon, hombres que estaban tratando
de advertir a la iglesia sobre la amenaza y el peligro inminente. La
mayoría de los cristianos, en particular los líderes en las iglesias, no
fueron receptivos a tales advertencias. Después de todo, no era como si
unos forasteros estuvieran imponiendo nuevas enseñanzas a la iglesia;
era gente dentro de las denominaciones y además de todo, eruditos
bíblicos. Era impensable que tuvieran algún interés personal en
menoscabar la teología ortodoxa en su esencia o atacar el corazón mismo
del cristianismo. Las divisiones y los cismas parecían peligros mucho
más grandes que la apostasía.
Sin importar cuáles hayan sido los motivos de los modernistas al
principio, sus ideas sí representan una amenaza grave a la ortodoxia,
como lo ha corroborado la historia. El movimiento engendró enseñanzas
que diezmaron casi todas las denominaciones principales en la primera
mitad del siglo veinte. Al restar importancia a la doctrina, el modernismo
abrió la puerta al liberalismo teológico, el relativismo moral y el
descreimiento mezquino. La mayoría de los evangélicos hoy día tienden
a equiparar la palabra "modernismo" con negación total de la fe. Con
frecuencia se olvida que el objetivo de los primeros modernistas era tan
solo hacer a la iglesia más "moderna", más unificada, más relevante y
más aceptable para un nuevo mundo moderno y escéptico.
Tal como sucede en la actualidad con los pragmatistas.
Al igual que la iglesia cien años atrás, vivimos en un mundo de
cambios rápidos con grandes avances en ciencia, tecnología, política
mundial y educación. Como los hermanos de aquella generación, los
Pr6logo 15

cristianos hoy están abiertos al cambio en la iglesia y aun ansiosos frente


a las posibilidades. Al igual que ellos, anhelamos la unidad entre los
fieles y somos sensibles a la hostilidad de un mundo incrédulo.
Es lamentable que exista al menos otro paralelo entre la iglesia actual
y la iglesia a finales del siglo diecinueve: muchos cristianos parecen no
estar al tanto, si acaso no quieren ver y darse cuenta, de los peligros
serios que amenazan a la iglesia desde su interior. Si hay algo que nos
pueda enseñar la historia de la iglesia, es que los ataques más
devastadores contra la fe siempre han empezado como errores sutiles
que surgen dentro del cuerpo mismo.
Al estar viviendo en una era de tanta inestabilidad, la iglesia no
puede darse el lujo de fluctuar. Estamos ministrando a personas
desesperadas que buscan respuestas, y no podemos ablandar la verdad
ni desmenuzar el evangelio. Si nos hacemos amigos del mundo, nos
constituimos enemigos de Dios. El mismo instante que confiamos en
artilugios humanos estamos renunciando al poder del Espíritu Santo.
Estas verdades son afirmadas de forma reiterada en las Escrituras:
"¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad
contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se
constituye enemigo de Dios" (Stg. 4:4). "No améis al mundo, ni las
cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del
Padre no está en él" (l Jn. 2: 15).
"El rey no se salva por la multitud del ejército, ni escapa el valiente
por la mucha fuerza. Vano para salvarse es el caballo; la grandeza de su
fuerza a nadie podrá librar" (Sal. 33: 16, 17). "¡Ay de los que descienden
a Egipto por ayuda, y confían en caballos; y su esperanza ponen en
carros, porque son muchos, y en jinetes, porque son valientes; y no
miran al Santo de Israel, ni buscan a Jehová!" (Is. 31: 1). "No con ejército,
ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos"
(Zac.4:6).
La idea de que Israel fuese luz para el mundo (Is. 42:6; 49:6) tenía
que ver con que el pueblo escogido fuera del todo diferente. Recibieron
la prohibición explícita de imitar las costumbres de los gentiles en cuanto
a vestuario, casamiento, alimentación, religión y demás aspectos de la
cultura. Dios les dijo: "No haréis como hacen en la tierra de Egipto, en
la cual morasteis; ni haréis como hacen en la tierra de Canaán, a la cual
yo os conduzco, ni andaréis en sus estatutos" (Lv. 18:3). Como Martyn
16 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

Lloyd-Jones señaló: "Nuestro Señor atrajo a pecadores porque Él era


diferente. Captó su atención y les acercó a Él porque sintieron que había
algo diferente en Jesús ... y el mundo siempre espera que seamos
diferentes. Esta idea de que podemos ganar a los incrédulos para Cristo
mostrándoles que al final de cuentas somos bastante parecidos a ellos,
es un error teológico y psicológico de gran profundidad".6

¿LA MUNDANALIDAD SIGUE SIENDO PECADO?


Rara vez se menciona la mundanalidad en nuestro tiempo, mucho menos
se identifica como lo que es. La palabra misma está empezando a sonar
anticuada. La mundanalidad es el pecado de permitir que los apetitos,
ambiciones o conductas individuales sean moldeados de acuerdo a
valores terrenales. "Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de
la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene
del Padre, sino del mundo. y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que
hace la voluntad de Dios permanece para siempre" (1 Jn. 2:16, 17).
A pesar de este hecho, ante nuestros ojos tenemos el espectáculo
extraordinario de programas eclesiásticos diseñados con el objetivo
explícito de proveer para los gustos carnales, los apetitos sensuales y el
orgullo humano: "los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la
vanagloria de la vida". Para obtener este atractivo mundano, algunas
actividades de las iglesia van más allá de la mera frivolidad. Durante
varios años un colega mío ha estado compilando un "archivo de horror"
con recortes en los que se informa sobre la manera como las iglesias
están empleando diversas innovaciones para evitar que los cultos de
adoración se vuelvan aburridos. En la década pasada, algunas de las
iglesias evangélicas más grandes han utilizado artificios mundanos de
distracción como teatro cómico y payasos, espectáculos musicales,
exhibiciones de lucha libre y hasta juegos irreverentes para amenizar
las reuniones dominicales. Parece que ningún tipo de truco y bufonada
es demasiado descabellado como para no ser introducida en el santuario.
El histrionismo burlesco se está convirtiendo con rapidez en la liturgia
de la iglesia pragmática.
Encima de todo, muchos en la iglesia creen que esta es la única
manera como podremos alcanzar al mundo. Nos han dicho que las
multitudes que no asisten a la iglesia no quieren escuchar predicación
bíblica y por eso debemos darles lo que quieren. Cientos de iglesias han
Prólogo 17

seguido esa teoría con fiel precisión y hasta se toman el trabajo de


averiguar por medio de encuestas qué se requiere para que los incrédulos
decidan convertirse en asistentes regulares.
De manera sutil la meta imperante ha venido a ser asistencia a los
cultos y aceptabilidad por parte del mundo, no la transformación de vidas.
Predicar la Palabra y confrontar el pecado con denuedo son cosas vistas
como medios arcaicos e ineficaces para ganar al mundo. Después de todo,
lo cierto es que tales cosas en realidad alejan a la gente. ¿Por qué no
embelesar a la gente para que entre al redil ofreciéndoles lo que quieren,
creando un ambiente amistoso y cómodo, alimentando los deseos que
constituyen sus impulsos más fuertes? Es como si pudiéramos hacer que
acepten a Jesús presentándole de alguna forma como un ser más encantador
o modificando su mensaje para que les resulte menos ofensivo.
Esa manera de pensar pervierte la misión de la iglesia. La gran
comisión no es un manifiesto de mercadeo. El evangelismo no requiere
vendedores sino profetas. Es la Palabra de Dios, no un embeleso terrenal,
lo que siembra la semilla para el nuevo nacimiento (1 P. 1:23). No
ganamos más que el desagrado de Dios si procuramos quitar la ofensa
de la cruz (cp. Gá. 5: 11).

¿TODA INNOVACIÓN ES ERRÓNEA?


Por favor, que no se entienda mal mi preocupación. No me opongo
a la innovación. Reconozco que los estilos de adoración se mantienen
en movimiento constante y también soy consciente de que si el purita-
no típico del siglo diecisiete entrase a la iglesia "Comunidad de Gra-
cia" (donde sirvo como pastor), podría quedar asombrado por nuestra
música, es probable que se sintiera muy perturbado al ver hombres y
mujeres sentados juntos, y bastante aturdido por nuestro uso de siste-
mas de amplificación. Spurgeon mismo no apreciaría mucho nuestro
órgano. Lo cierto es que no estoy a favor de una iglesia adormecida, y
no estoy suscrito a un estilo musical o litúrgico en particular. Esas co-
sas en sí mismas no son cuestiones que las Escrituras siquiera traten
como un problema relevante. Tampoco pienso que mis propias prefe-
rencias personales en tales asuntos sean superiores a los gustos y prefe-
rencias de los demás. No tengo deseo alguno de confeccionar unas cuan-
tas reglas arbitrarias que gobiernen lo que sea o no aceptable en las
iglesias. Hacer tal cosa es la esencia dellegalismo.
18 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

Mi protesta tiene que ver con una filosofía que relega a Dios y su
Palabra a un papel subordinado en la iglesia. Creo que es contrario a la
Palabra de Dios colocar el entretenimiento por encima de la predicación
y la adoración bíblicas en la iglesia. Me mantengo en firme oposición
frente a los que creen que el profesionalismo en las ventas puede traer
personas al reino con más eficacia que un Dios soberano. Esa filosofía
ha abierto la puerta para la mundanalidad en la iglesia.
"No me avergüenzo del evangelio", escribió el apóstol Pablo (Ro.
1: 16). Lo triste es que "me avergüenzo del evangelio" parece ser una
descripción más correcta de la actitud manifestada por las iglesias más
visibles e influyentes de nuestros tiempos.
Veo paralelos marcados entre 10 que está sucediendo en la iglesia
hoy día y lo que sucedió un siglo atrás. Cuanto más leo acerca de esa
época, se hace más fuerte mi convicción de que estamos viendo cómo
la historia se repite a sí misma. A través de este libro destacaré las
características de la iglesia evangélica de finales del siglo diecinueve
que corresponden a la situación contemporánea. En particular me voy a
enfocar en un episodio de la vida de Spurgeon que llegó a ser conocido
como "La controversia del declive7*". En estas cuestiones incluyo
diversas citas de los escritos de Spurgeon.
Tengo por 10 menos dos cosas en común con Carlos Spurgeon: ambos
nacimos el 19 de junio, y al igual que yo, él pastoreó una congregación
durante casi todo su ministerio. Entre más conozco sus escritos y
predicaciones, más siento una afinidad de espíritu.
Sin embargo, de ninguna manera me veo como un igual de Spurgeon.
Con toda seguridad ningún predicador en la historia de la lengua inglesa
ha tenido la facilidad de palabra de Spurgeon, su habilidad para transmitir
la autoridad del mensaje divino, su pasión por la verdad o su maestría
en la predicación combinada con un vasto conocimiento teológico.
También fue un dirigente eclesiástico por excelencia y recibió cualidades
innatas para el liderazgo. Fue pastor en tiempos calamitosos y varias
veces a la semana Spurgeon llenaba su auditorio de 5.500 asientos. La
estima que recibió de su propio rebaño permaneció sin disminuir hasta
su muerte. Yo estoy sentado a sus pies, no a su lado.
Por cierto, no es mi deseo prender la llama de un altercado semejante
al que Spurgeon protagonizó en la controversia del declive. Spurgeon
mismo atribuyó su propia muerte al conflicto. Al partir en 1891 hacia la
Prólogo 19

costa francesa del Mediterráneo para un tiempo de descanso, dijo a sus


amigos: "La pelea me está matando"8. Tres meses después llegó un
mensaje de Francia diciendo que Spurgeon había muerto. Este hombre
no se había propuesto encontrar un pleito, pero al negarse a ceder con el
mundo en sus convicciones bíblicas le fue imposible evitar la
controversia resultante.
Soy franco al decir que la controversia es algo que no me apetece en
lo absoluto. Quienes me conocen de cerca pueden afirmar que no disfruto
las disputas de ninguna clase. A pesar de ello, hay un fuego en mis
huesos que me constriñe a hablar con claridad y firmeza sobre mis
convicciones bíblicas. No puedo quedarme en silencio cuando hay tanto
en juego.
Es en ese espíritu que ofrezco este libro. Espero que nadie lo perciba
como un ataque en contra de cualquier persona o ministerio en particular.
No 10 es. Más bien es una súplica a la iglesia entera con relación a
cuestiones de principio, no sobre diversidad de personalidades. Aunque
tengo esperado un desacuerdo bastante difundido frente a muchas de
las cosas que digo, he tratado de escribir sin fomentar los cismas y las
desavenencias.
Estos son asuntos acerca de los cuales muchas personas tienen
convicciones profundas. Al poner estas cuestiones sobre la mesa, y en
particular cuando se expresan opiniones contrarias con franqueza, las
personas pueden enojarse con facilidad. Yo no escribo motivado por el
enojo, y solicito de manera comedida a los lectores que reciban lo que
escribo con el espíritu en el cual es ofrecido.
Mi oración es que este libro se constituya en un reto para su
pensamiento de tal manera que usted se acerque a las Escrituras "para
ver si estas cosas [son] así" (cp. Hch. 17: 11). Oro también para que el
Señor libre a su iglesia de la misma clase de resbalón y caída cuesta
abajo hacia la mundanalidad y el descreimiento que devoró a la iglesia
y agotó su entereza espiritual poco más de cien años atrás.
20 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

1. Prólogo en The Sword and the Trowel [La espada y el palustre] (1888, volumen
completo), p. iü.
2. Jamie Buckingham, ''Tiempo desperdiciado", revista Charisma (diciembre
de 1988), p. 98.
3. Elmer L. Towns, An Inside Look at 10 ofToday 's Most Innovative Churches
[Una mirada al interior de las diez iglesias más innovadoras de la actualidad]
(Ventura, Calif.: Regal, 1990), p. 249.
4. Preaching and Preachers [Prédicas y predicadores] (Grand Rapids, Mich.:
Zondervan, 1971), p. 33.
5. "La santidad de la ley moral" en Collected Writings ofJohn Mu"ay [Colección
de escritos de John Murray], 4 volúmenes (Edimburgo: Banner ofTruth, 1976),
1:193.
6. Preaching and Preachers [Prédicas y predicadores], p. 140.
7. Se conoce en inglés como "The Down-Grade Controversy".
8. Iain Murray, The Forgotten Spurgeon [El Spurgeon olvidado] (Edimburgo:
Banner ofTruth, 1966), p. 163.
1I
1 11

EL CRISTIANISMO
CUESTA ABAJO
¿ Será que ama a su Señor aquel hombre que estaría dispuesto a ver a Jesús con
una corona de espinas mientras él mismo apetece una presea de laureles? Des-
pués que Jesús ascendió a su trono por la cruz, ¿ acaso esperamos ser llevados
allí sobre los hombros de una multitud que nos aplaude? No seamos tan vanos
en nuestra imaginación. Cada uno de nosotros debe calcular el costo, y si al-
guien no está dispuesto a llevar la cruz de Cristo, que se devuelva a su granja
ya sus mercancías, y sáqueles todo el provecho que pueda; tan solo permítame
susurrar esto en su oído: "¿ qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mun-
do, y perdiere su alma?"

Carlos Spurgeon I

Si usted está familiarizado con la vida de Carlos H. Spurgeon, es proba-


ble que haya oído acerca de "la controversia del declive". Spurgeon
pasó los últimos cuatro años de su vida en franca lid contra las tenden-
cias del modernismo original, el movimiento que vio de manera acerta-
da como una amenaza al cristianismo bíblico.
El nombre por el cual la historia recuerda la controversia proviene
del título de una serie de artículos que Spurgeon publicó en su revista
mensual llamada La espada y el palustre ("The Sword and the Trowel";
véase en el Apéndice una recapitulación de los artículos sobre el declive
o "Down-grade" para obtener información más completa sobre la
controversia generada). Spurgeon quería apercibir a su congregación
sobre los peligros de apartarse de las posturas históricas del cristianismo
bíblico. La verdad bíblica es como la cúspide de una montaña empinada
y resbaladiza, como sugirió Spurgeon. Un paso en falso es todo lo que
22 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

se necesita para rodar cuesta abajo. Tan pronto una iglesia o individuo
cristiano se coloca en el sendero hacia la decadencia, dijo Spurgeon, el
arrastre es inevitable. Es bastante inusual la recuperación y solo ocurre
cuando los cristianos se "trepan" a la rampa de ascenso por medio del
avivamiento espiritual.
En la controversia que sobrevino, Spurgeon renunció a su posición
en la Unión Bautista y más adelante fue sujeto a censura oficial por
parte de la Unión. En pocos años la Unión Bautista fue conquistada del
todo por la nueva teología y Spurgeon había fallecido. En 1900 la esposa
de Spurgeon, Susana, escribió:

En 10 que concierne a la Unión Bautista, fueron muy pequeños los logros


obtenidos mediante el testimonio y la dimisión del señor Spurgeon... Pero
en otras cuestiones, cuento con pruebas abundantes de que la protesta no fue
en vano. Muchos que ya habían descendido bastante por el precipicio de la
decadencia, fueron detenidos en su declive mortal y por la gracia de Dios
fueron devueltos al ascenso espiritual; otros que sin darse cuenta se estaban
deslizando cuesta abajo, fueron guiados a puerto seguro y a mantenerse firmes
sobre la Roca; al menos por un tiempo, en todas las iglesias, se predicaron
las doctrinas del evangelio con una claridad y un vigor que habían hecho
falta por largo tiempo.2

Ella creyó que el Señor haría ver a todos con claridad cuánta razón
tuvo su esposo al "protestar contra la doctrina falsa y la mundanalidad".3
Hasta el día de hoy, los historiadores eclesiásticos debaten entre
ellos acerca de si Spurgeon hizo lo correcto al salir de la Unión. Muchos
creen que debió permanecer allí para conservar su ortodoxia. Spurgeon
consideró esa opción pero concluyó que habría sido inútil. Me siento
inclinado a creer que estuvo en lo correcto al dimitir, pero sea que nos
parezca correcto o no su curso de acción, debemos reconocer que la
historia sí ha demostrado la validez de las advertencias de Spurgeon
sobre el declive espiritual y teológico de la iglesia. En la primera parte
del siglo veinte, la "doctrina falsa y mundanalidad" en la forma de
liberalismo teológico y modernismo que se difundieron por el mundo,
devastaron el cristianismo denominacional en todas partes. La mayoría
de las principales denominaciones quedaron alteradas por estas
influencias de manera violenta si acaso no fatal. El resultado en la propia
Inglaterra de Spurgeon fue una gran desolación. Cien años después que
Spurgeon hizo sonar la alarma, gran parte de la educación teológica en
El cristianismo cuesta abajo 23

Inglaterra es del todo liberal y secular. La concurrencia eclesiástica es


apenas una fracción de lo había sido entonces. Los evangélicos son la
escasa minoría, la predicación bíblica verdadera está en desuso hasta
en las iglesias donde se supone que se cree en la Biblia, y el movimiento
evangélico ha sido susceptible casi que a todas las modas teológicas
nocivas que se exportan desde los Estados Unidos. En pocas palabras,
la iglesia evangélica en Inglaterra nunca se recuperó del ataque
modernista y liberal que empezó un siglo atrás.
Cien años más tarde estamos viendo cómo la historia se repite a sí
misma. La iglesia evangélica se ha vuelto mundana, y no solo mundana
por negligencia sino con deliberado propósito. Se están levantando todo
el tiempo vientos de indulgencia doctrinal.
"Doctrina falsa y mundanalidad", las mismas dos influencias
atacadas por Spurgeon, siempre van de la mano pero la mundanalidad
va un paso adelante. Los cristianos tienden a olvidar hoy día que el
modernismo no fue al principio una innovación teológica sino una
metodológica. Los primeros modernistas no intentaban destruir la fe
bíblica sino tan solo hacer el cristianismo más apetecible al gusto de un
mundo lleno de cinismo.
Ese mismo espíritu está presente en la iglesia actual. Estoy
convencido de que la mayoría de quienes vienen detrás de usted no
tienen la intención deliberada de menoscabar el cristianismo bíblico.
No obstante, han introducido en la iglesia una filosofía de pragmatismo
y un espíritu de mundanalidad que si no son controlados, tarde o
temprano traerán la misma cosecha amarga que trajo consigo el
modernismo un siglo atrás.

¿EL MINISTERIO IMPULSADO POR EL MERCADO?


La nueva filosofía es bastante simple y directa: la iglesia está en
competencia con el mundo. El mundo es bastante bueno para captar la
atención y el afecto de las personas. Por otro lado, la iglesia tiende a ser
muy deficiente en la "promoción y venta" de su producto. Por lo tanto,
el evangelismo debería ser visto como un reto de mercadeo y la iglesia
debería mercadear el evangelio de la misma manera que todos los ne-
gocios modernos venden sus productos. Esto hace necesario introducir
algunos cambios fundamentales. La meta en todo esfuerzo de merca-
deo es "dejar satisfechos tanto al productor como al consumidor",4 de
24 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

modo que se debe prescindir de todo lo que tiende a dejar insatisfecho


al "consumidor". La predicación, en particular la predicación acerca
del pecado, la justicia y el juicio, crea demasiada confrontación como
para ser satisfactoria de verdad. La iglesia debe aprender a acolchar la
verdad para que pueda cumplir su función de divertir y entretener.
Cierto escritor de libros con éxitos de ventas expresó: "Creo que el
desarrollo de una orientación a la mercadotecnia es exactamente lo que
la iglesia necesita hacer si es que vamos a influir en la salud espiritual
de esta nación de aquí en adelante".5 Añade: "Mi argumento, basado en
el estudio detenido de los datos y las actividades de las iglesias
norteamericanas, es que el problema principal de la iglesia es que ha
fracasado en acoger una orientación hacia el mercado en un ambiente
que ha llegado a ser dominado por el mercado".6
Todo esto puede sonar muy moderno y avisado, pero no es bíblico.
Además le ha dado a la iglesia un empujón bastante fuerte en su descenso.
Los principios de mercadotecnia se están convirtiendo en árbitros de la
verdad. Aquellos elementos del mensaje que no cuadran con el plan de
promoción se omiten. La pericia mercantilista demanda que la ofensa
de la cruz pase a un segundo plano. La estrategia de ventas requiere que
temas negativos como la ira divina sean evitados por completo.
Satisfacción del consumidor significa que la norma de justicia no puede
ser demasiado elevada. Así se siembran las semillas de un evangelio
aguado, en una filosofía que dicta la operación de muchos ministerios
en la actualidad.
No debemos engañamos, la nueva filosofía está alterando el mensaje
que la iglesia transmite al mundo, aunque muchos de los que proponen
estas ideas piensan que son leales a la doctrina bíblica.
El cristianismo otra vez va en descenso.
, ,
HACIA UNA FILOSOFIA BmLICA DEL MINISTERIO
¿ Cómo se puede comparar un ministerio orientado hacia el merca-
do con el modelo bíblico? ¿Cómo le habría ido a Timoteo bajo la tutela
. de Pablo si hubiese seguido los consejos de los mercadotecnistas del
siglo veintiuno?
Contamos con una respuesta completa a esa pregunta en las dos
epístolas que Pablo escribió a Timoteo en el Nuevo Testamento. Pablo
había actuado como mentor personal del joven pastor, pero Timoteo se
El cristianismo cuesta abajo 25

encontró con pruebas severas al recibir la tarea de dirigir la iglesia en


Éfeso para sacarla del pecado y el error. Luchó con el temor y la debilidad
humana. Es evidente que se vio tentado a suavizar su predicación ante
la amenaza de persecución. En ocasiones pareció sentir vergüenza del
evangelio. Pablo tuvo que recordarle que se mantuviera firme en la fe
con denuedo, aun si ello significaba sufrimiento: "Por tanto, no te
avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo,
sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios"
(2 Ti. 1:8). Las dos epístolas de Pablo a Timoteo contribuyen a definir
una filosofía de ministerio que se opone a la sabiduría humana que
prevalece hoy día.

Pablo instruyó a Timoteo que debía:

• Corregir a los que enseñan doctrina falsa y llamarles a tener un


corazón puro, buena conciencia y fe sincera (1 Ti. 1:3-5).
• Luchar por la verdad divina y por los propósitos de Dios,
manteniendo su propia fe y una conciencia limpia (1:18, 19).
• Orar por los perdidos y dirigir a los hombres de la iglesia a hacer lo
mismo (2: 1-8).
• Llamar a las mujeres en la iglesia a cumplir su papel dado por Dios
en sumisión, para criar hijos piadosos y dar ejemplo de fe, amor y
santidad con modestia (2:9-15).
• Seleccionar con cuidado a líderes espirituales para la iglesia
basándose en sus dones, piedad y virtud (3:1-13).
• Reconocer la fuente del error y a quienes lo enseñan; mostrar estas
cosas al resto de la iglesia (4:1-6).
• Alimentarse con tesón de las palabras de las Escrituras y su sana
doctrina, evitando todos los mitos y doctrinas falsas (4:6).
• Disciplinarse a sí mismo con el propósito de vivir en santa piedad
(4:7-11).
• Enseñar la verdad de la Palabra de Dios y demandar su obediencia
con denuedo (4:12).
• Ser un modelo de virtud espiritual que todos puedan seguir (4:12).
• Ser fiel en la lectura, explicación y aplicación de las Escrituras en
público (4:13, 14).
• Avanzar hacia la semejanza de Cristo en su propia vida (4:15, 16).
26 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

• Tener gracia y amabilidad en la confrontación del pecado en su


congregación (5:1, 2).
• Dar cuidado y consideración especial a las viudas (5:3-16).
• Honrar a los líderes fieles en la iglesia que trabajan duro (5:17-21).
• Elegir con cuidado a los líderes de la iglesia, asegurándose de que
sean maduros y aprobados (5:22).
• Cuidar su condición física a fin de tener fortaleza para servir (5:23).
• Enseñarypredicarprincipios de piedad verdadera, ayudando alas personas
a discernir entre piedad verdadera y mera hipocresía (5:24-6:6).
• Huir del amor al dinero (6:7-11).
• Seguir la justicia, la piedad la fe, el amor, la perseverancia y la
mansedumbre (6:11).
• Pelear por la fe contra todos los enemigos y todo ataque (6:12).
• Guardar todos los mandamientos del Señor (6:13-16).
• Instruir a los ricos que hagan el bien, a ser ricos en buenas obras y a
ser generosos (6:17-19).
• Defender la Palabra de Dios como un depósito y tesoro sagrado
(6:20,21).

En su segunda epístola, Pablo recordó a Timoteo:

• Mantener fresco y útil el don de Dios que había en él (2 Ti. 1:6).


• No ser tímido sino lleno de poder y denuedo (l :7).
• Nunca avergonzarse de Cristo o de cualquier persona que sirve a
Cristo 1:8-11).
• Aferrarse con firmeza a la verdad y defenderla (l: 12-14).
• Ser fuerte en su carácter (2:1).
• Ser un maestro de la verdad apostólica para reproducirse a sí mismo
en otros hombres fieles (2:2).
• Sufrir dificultad y persecución de buena voluntad al aplicar su
esfuerzo máximo por la causa de Cristo (2:3-7).
• Mantener su mirada fija en Cristo en todo momento (2:8-13).
• Dirigir con autoridad (2:14).
• Interpretar y aplicar las Escrituras con precisión (2: 15).
• Evitar conversaciones inútiles que solo llevan a la impiedad (2: 16).
• Ser un instrumento de honra, apartado del pecado y útil para el Señor
(2:20,21).
El cristianismo cuesta abajo 27

• Huir de las pasiones juveniles y procurar vivir en justicia, fe y amor


(2:22).
• No dejarse atrapar en contiendas filosóficas y teológicas (2:23).
• No ser disputador sino amable, paciente y dispuesto a ser enseñado
por otros aun cuando ha sido ofendido (2:24-26).
• Enfrentar tiempos peligrosos con un conocimiento profundo de la
Palabra de Dios (3:1-15).
• Entender que la Palabra de Dios es la base y el contenido de todo
ministerio legítimo (3: 16, 17).
• Predicar la Palabra, a tiempo y fuera de tiempo con amonestaciones,
reprensiones y exhortaciones en un espíritu paciente y didáctico
(4:1,2).
• Ser sobrio en todas las cosas (4:5).
• Soportar aflicciones y penalidades (4:5).
• Hacer la obra de un evangelista (4:5).

En esta lista no hay un solo elemento que sugiera la aplicación de


una filosofía de orientación al mercado. En realidad, resulta imposible
armonizar la mayoría de estos mandatos con las teorías que son tan
populares hoy día. Para resumir todo en cinco categorías, Pablo mandó
a Timoteo: 1) ser fiel en su predicación de la verdad bíblica; 2) tener
denuedo en la exposición y refutación del error; 3) ser un ejemplo de
piedad para el rebaño; 4) ser diligente y trabajar duro en el ministerio; y
5) estar dispuesto a sufrir aflicción y persecución en su servicio para el
Señor.
Por supuesto, la importancia práctica de esto va más allá de quienes
trabajan como pastores. Todo cristiano está llamado a una vida ministerial
productiva y debe seguir el ejemplo de los pastores (1 Ti. 4:11-12). Por
eso las instrucciones de Pablo a Timoteo contienen principios que se
aplican a todos los creyentes en todos los campos de ministerio. Cuando
la iglesia va cuesta abajo, significa que multitudes de individuos se
encuentran al mismo tiempo en un declive espiritual. "Doctrina falsa y
mundanalidad" son cosas que de estar presentes en la iglesia infectan a
todos los miembros del cuerpo. Las instrucciones de Pablo a Timoteo
de ninguna manera están dirigidas tan solo a una "élite" en el liderazgo
cristiano o en el ministerio profesional. Quiero decir que la filosofía de
ministerio, incluso los asuntos que se tratan en este libro, deben ser
28 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

objeto de interés y preocupación para todos los cristianos; estas


cuestiones no son en modo alguno el dominio exclusivo de funcionarios
eclesiásticos profesionales.
Hace poco pasé un tiempo leyendo más de diez de los últimos libros
publicados sobre ministerio e iglecrecimiento. La mayoría de estos libros
tenían largas secciones dedicadas a la definición de una filosofía de
ministerio. Ni siquiera uno de ellos hizo referencia a las instrucciones
que Pablo dio con tanto esmero a Timoteo. De hecho, para la definición
de su filosofía ministerial, ¡ninguno de ellos extrajo algún elemento de
las epístolas pastorales del Nuevo Testamento! La mayoría tomaban
prestados los principios de administración moderna de negocios, técnicas
de mercadeo, teoría de gerencia, psicología y otras fuentes similares.
Algunos trataban de ilustrar sus propósitos con el uso de anécdotas
bíblicas, pero ninguno de ellos sacó su filosofía de las Escrituras, ¡aunque
gran parte del Nuevo Testamento se escribió con el fin explícito de
instruir a iglesias y pastores sobre estas cuestiones!

QUÉ SIGNIFICA MINISTRARA UNA GENERACIÓN


CON COMEZÓN DE OÍR
Lo desafortunado es que la filosofía de ministerio orientada al mer-
cado apela a la peor tendencia anímica de nuestra era. Le da gusto a
personas cuyo primer amor son ellos mismos y a quienes no les impor-
ta Dios de no ser porque puedan tenerle sin que intervenga en sus esti-
los de vida egoístas. Si a esa clase de personas se le promete una reli-
gión que les permitirá seguir con comodidad en su materialismo y amor
a sí mismos, van a responder en manada a la invitación.
Pablo previó la llegada de un tiempo así. Casi al final de su segunda
epístola a Timoteo, tras exponer los principios que ya hemos listado,
Pablo condensó sus consejos a Timoteo en este versículo conocido:
"que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo;
redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina" (2 Ti. 4:2).
Luego el apóstol añadió esta advertencia profética: "Porque vendrá
tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón
de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias,
y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas" (4:3,4).
Es claro que en la filosofía de ministerio de Pablo no había lugar
para la teoría de dar a las personas lo que quieren, que prevalece tanto
El cristianismo cuesta abajo 29

en la actualidad. El apóstol no instó a Timoteo para que tomara una


encuesta para averiguar qué querían recibir las personas, ni sugirió que
estudiara datos demográficos o que realizara una investigación sobre
las "necesidades percibidas" de la congregación. Más bien le mandó a
predicar la Palabra de una manera fiel, sistemática, edificante,
exhortadora y paciente, de tal manera que ella confrontara con su pleno
poder al espíritu de la época.
, ,
¿COMO DEFINIMOS EL EXITO?
Notemos que Pablo no dijo algo a Timoteo sobre las posibles reac-
ciones de las personas. No le dio instrucciones acerca del tamaño de su
iglesia, la cantidad de dinero que manejaba o cuanta influencia tenía en
la sociedad. No sugirió que el mundo tuviera que admirar, estimar o
siquiera aceptar a Timoteo. De hecho, Pablo no dijo una sola palabra
acerca de tener prestigio externo en el ministerio porque su foco de
atención era el compromiso, no el éxito.
La filosofía contemporánea del ministerio se ha envanecido por su
apego a normas mundanas del éxito. Las iglesias que se consideran
"exitosas" son grandes tanto en número de asistentes como en
instalaciones costosas, gimnasios y sauna, canchas deportivas, servicio
de cuidado de niños, y otras cosas por el estilo. Lo cierto es que ni
siquiera una iglesia entre mil cae dentro de esa categoría, yeso significa
una de dos cosas: la mayoría de las iglesias son fracasos dignos de
conmiseración, o la medida del éxito en el ministerio debe ser algo más
que la prosperidad material.
La respuesta es obvia para cualquiera que conoce las Escrituras.
Criterios externos tales como propiedades, números, dinero o acogida
del mundo, nunca han sido la media bíblica del éxito en el ministerio.
Fidelidad, piedad y compromiso espiritual son las virtudes estimadas
por Dios, y tales cualidades deberían ser los bloques básicos para
construir cualquier filosofía ministerial. Esto es cierto en iglesias
pequeñas y grandes por igual. El tamaño no es un índice de la bendición
de Dios y la popularidad no es un barómetro del éxito. De hecho, puede
ser razón para la condenación. Dios dijo a Jeremías: "Cosa espantosa y
fea es hecha en la tierra; los profetas profetizaron mentira, y los
sacerdotes dirigían por manos de ellos; y mi pueblo así lo quiso. ¿Qué,
pues, haréis cuando llegue el fin?" (Jer. 5:30, 31).
30 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

Considere una vez más las instrucciones de Pablo a Timoteo. En


lugar de urgir a Timoteo para fOljar un ministerio que le permitiera
obtener todos los reconocimientos del mundo, le advirtió acerca del
sufrimiento y las penalidades, algo que no corresponde mucho a las
aspiraciones de los expertos modernos en iglecrecimiento. En las
Escrituras el éxito externo nunca es una meta válida. Pablo no estaba
contando a Timoteo la manera de ser "exitoso", sino que le estaba
animando a seguir y procurar la norma divina.
Por supuesto, esto es lo que define el éxito verdadero. El éxito real
no consiste en obtener resultados a cualquier costo. No es prosperidad,
poder, preeminencia, popularidad o cualquier otra noción mundana de
éxito. El éxito real es hacer la voluntad de Dios sin importar las
consecuencias.
O, para utilizar los términos como el mundo los emplea con
frecuencia, la meta apropiada no es el éxito, sino la excelencia. 7 Pablo
estaba animando a Timoteo para que fuese todo lo que Dios le había
llamado a ser con los dones que le había dado. No estaba dando consejos
a Timoteo sobre cómo alcanzar el éxito, le estaba instando a buscar la
excelencia.

EL FUNDAMENTO DE UN MINISTERIO EXCELENTE


Miremos más de cerca estos versículos al principio de 2 Timoteo 4:

Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos
y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra;
que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda
paciencia y doctrina. Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana
doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros
conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y
se volverán a las fábulas. Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones,
haz obra de evangelista, cumple tu ministerio.

Ese pasaje breve define el ministerio bíblico. Incluye nueve


principios para recordar que Pablo dio a Timoteo y que ningún ministro
debe atreverse a omitir. Quienes se descuidan en el cumplimiento de
estos deberes están en el declive ministerial, bien sea que estén o no
conscientes de ello.
El cristianismo cuesta abajo 31

RECUERDA TU LlAMADO
"Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a
los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino"; así empie-
za Pablo esta sección final de la última epístola inspirada que escribió.
En ese momento era un prisionero y se acercaba el fin de su vida, por lo
cual anticipaba su propia ejecución (v. 16). Sabía que pronto tendría
que presentarse ante Dios para rendirle cuentas. Estos pensamientos
ocupaban su mente y por eso recordó a Timoteo la seriedad de la comi-
sión dada al joven pastor.
El apóstol aconsejó a Timoteo que viviera y trabajara ante la realidad
de un juicio inminente. Era necesario que Timoteo se preocupara por lo
que Dios pensaba de su ministerio y no por lo que pensara la gente.
Nótese que Pablo invoca la presencia divina ("delante de Dios y del
Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos"). Quería que
Timoteo entendiera que Aquel quien le juzgaría es Aquel en cuya
presencia estaba ejerciendo el ministerio. Dios juzga por sus propios
criterios y no conforme a lo que piensa la gente.
En otro lugar Pablo dice: "todos compareceremos ante el tribunal
de Cristo... De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de
sí" (Ro. 14:10, 12). Ese es el punto que quiere esclarecer a Timoteo,
porque él no debe ministrar para agradar a los hombres sino para agradar
a Dios.

PREDICA LA PAlABRA
¿Qué clase de ministerio agrada a Dios? Pablo dice a Timoteo "que
prediques la palabra" (v. 2). La obediencia a ese mandato sencillo debe
ser la parte central de toda filosofía bíblica y verdadera del ministerio.
La tarea del predicador consiste en proclamar las Escrituras y ponerle
sentido (cp. Neh. 8:8). Cualquier otro contenido es algo extraño y per-
judicial.
Mi padre es pastor, y cuando le dije por primera vez hace años que
creía que Dios me había llamado al ministerio, él me dio una Biblia en
la que había escrito: "Querido Johnny: Predica la Palabra. 2 Timoteo
4:2". Esa simple declaración se convirtió en el estímulo que impulsó mi
corazón desde entonces. Nunca he olvidado esa sencilla instrucción
bíblica de mi padre: predica la Palabra. ¿Acaso hay algo más para
predicar?
32 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

Predicar la Palabra no siempre es fácil. El mensaje que se nos


requiere proclamar con frecuencia es ofensivo para las personas. Cristo
mismo es una piedra de tropiezo y una roca de caída (Ro. 9:33; 1 P.
2:8). El mensaje de la cruz es tropezadero para algunos (1 Co. 1:23; Gá.
5:11) y nada más que locura para otros (1 Co. 1:23). "El hombre natural
no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son
locura, y no las puede entender, porque se han de discernir
espiritualmente" (1 Co. 2:14). Por esa razón Pablo escribió "no me
avergüenzo del evangelio" (Ro. 1: 16), porque seguro hay muchos
cristianos que sí se avergüenzan del mismo mensaje que Dios nos ha
mandado proclamar.
Como hemos advertido, es evidente que Timoteo luchó con la
tentación de sentirse avergonzado. Pablo le amonestó diciendo: "no te
avergüences de dar testimonio de nuestro Señor", y que tampoco se
avergonzara de Pablo (2 Ti. 1:8). Timoteo parece que se hubiera
convertido en un alma tímida que exhibía un "espíritu de cobardía",
nada semejante al carácter fuerte y valiente del apóstol Pablo. Era joven
y algunas personas lo menospreciaban por ello (1 Ti. 4:12). Sabía muy
bien que el simple hecho de estar asociado con Pablo era peligroso para
él. Proclamar en público la verdad de Dios le podría llevar a la cárcel
igual que a Pablo, y por lo menos podía tener la seguridad de ser objeto
de hostilidad y debates por parte de los judíos que se oponían al
evangelio.
Encima de todo, parece que Timoteo luchaba con los impulsos
propios de las pasiones juveniles (2:22) y tal vez sentía que no era todo
lo que debería ser.
Estas eran algunas razones de peso para que Timoteo silenciara su
proclamación. De modo que cuando Pablo lo mandó a predicar, estaba
exigiendo que fuera en contra de sus propias inclinaciones e inhibiciones.
¿Cuál era la "palabra" que Timoteo debía predicar? Pablo lo deja en
claro al final del capítulo 3: "Toda la Escritura es inspirada por Dios, y
útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia"
(2 Ti. 3:16, cursivas añadidas). Esta es la Palabra que debe ser predicada:
todo el consejo de Dios (cp. Hch. 20:27). En el capítulo 1 Pablo había
dicho a Timoteo: "Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste"
(v. 13). Estaba hablando de las palabras reveladas de las Escrituras, en
toda su extensión. Urgió a Timoteo: "Guarda el buen depósito por el
El cristianismo cuesta abajo 33

Espíritu Santo que mora en nosotros" (v. 14). Luego le dijo en el capítulo
2 que estudiara la Palabra y la usara bien (2: 15). Ahora le está diciendo
que la proclame, de modo que las actividades y la tarea del ministerio
fiel giran alrededor de la Palabra de Dios: para guardarla, estudiarla y
proclamarla.
En Colosenses 1 el apóstol Pablo, al describir su propia filosofía de
ministerio, escribe: "[ .. .la iglesia;] de la cual fui hecho ministro, según
la administración de Dios que me fue dada para con vosotros, para que
anuncie cumplidamente la palabra de Dios" (v. 25, cursivas añadidas).
En 1 Corintios da un paso más adelante: "Así que, hermanos, cuando
fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con
excelencia de palabras o de sabiduría. Pues me propuse no saber entre
vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado" (1 Co. 2:1,
2). En otras palabras, su meta como predicador no era entretener a la
gente con su estilo retórico ni amenizarlos con su pericia, humor,
opiniones sazonadas o metodología complicada; tan solo predicó a Cristo
crucificado.
Siempre ha habido personas que desde un estrado han aglomerado
a su alrededor grandes multitudes como resultado de sus dotes de
oratoria, las historias interesantes que pueden contar, su habilidad para
entretener con la palabra hablada, su personalidad dinámica o su
sagacidad para manipular a las muchedumbres con discursos
conmovedores y locuaces, bien sea como políticos populares,
académicos expertos o simples parlanchines. Esa clase de predicación
puede ser popular, pero no es poderosa en sí. Nadie puede predicar con
poder sobrenatural si no predica la Palabra de Dios, y ningún predicador
fiel disuelve o ignora todo el consejo de Dios. Proclamar la Palabra de
Dios en toda su extensión es el llamado del pastor.
Por eso la predicación de la Palabra debe estar en el corazón mismo
de nuestra filosofía ministerial. Cualquier otra filosofía reemplaza la
voz de Dios con sabiduría humana. La filosofía, la política, el humor, la
psicología, los consejos hogareños y la opinión humana jamás pueden
llevar a cabo lo que hace la Palabra de Dios. Esas cosas pueden ser
interesantes, informativas, entretenidas y algunas veces hasta útiles, pero
no tienen poder de transformación espiritual y no son parte del quehacer
de la iglesia. La labor del predicador no debe ser un canal para la
transmisión de sabiduría humana porque él es la voz que Dios usa para
34 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

hablar a la congregación. Ningún mensaje humano cuenta con el sello


de la autoridad divina, solo la Palabra de Dios. Soy franco al decir que
no entiendo a los predicadores que están dispuestos a abdicar este
privilegio solemne. Las conferencias morales y las charlas de motivación
no pueden sustituir la Palabra de Dios. ¿Por qué deberíamos proclamar
la sabiduría de los hombres cuando tenemos el privilegio de predicar la
Palabra de Dios?

SER FIEL A TIEMPO Y FUERA DE TIEMPO


Pablo pasa a continuación a recordarle a Timoteo que este deber es
una labor inacabable. No solo debe predicar la Palabra, también lo debe
hacer sin consideración alguna por el ambiente de opinión que le rodea.
Debe ser fiel cuando la predicación del evangelio es tolerada, pero tam-
bién cuando no lo es.
Enfrentémoslo: ahora mismo predicar la Palabra está algo fuera de
tiempo para el mundo. La humanidad está experimentando la ira de
Dios a medida que Él abandona a las personas a las consecuencias de
sus decisiones y acciones pecaminosas (Ro. 1:24,26, 28), "la retribución
debida a su extravío". La sociedad está sintiendo este abandono divino
en nuestros tiempos más que nunca antes, y el declive de la predicación
en la iglesia en realidad contribuye al sentido de indefensión y
desesperanza de las personas. Martyn Lloyd-Jones argumentaba que
"en muchos sentidos es el alejamiento de la iglesia frente a la predicación
lo que se debe responsabilizar en gran medida por la condición de la
sociedad moderna ... La iglesia, al abandonar su labor y función real, ha
dejado a la humanidad abandonada a sus propios recursos y suerte".8
Es indudable que ahora no es el tiempo para hombres débiles,
mensajes débiles y ministerios débiles. Lo que se necesita es fortaleza
y valentía moral, así como una proclamación irrebatible de la verdad
que pueda poner en libertad a las personas. "Lejos de decir que debemos
tener menos predicación y recurrir cada vez más a otros recursos y
procedimientos, digo que tenemos ante nosotros una oportunidad dada
por el cielo para predicar a la raza humana".9
Por otro lado, la filosofía de orientación al mercado que está en
boga dice que la declaración directa y simple de la verdad bíblica es
inoperante e insuficiente. La teología y la exposición bíblicas son vistas
como anticuadas e irrelevantes. Esta filosofía dice: "los que van a la
El cristianismo cuesta abajo 35

iglesia ya no quieren que se les predique. Ellos no tienen ganas de


sentarse en una banca mientras alguien predica un sermón al frente.
Son el producto de una generación manejada por los medios y necesitan
una experiencia eclesiástica que les satisfaga en sus propios términos".
Pablo dice frente a esto que el ministro excelente debe ser fiel en
predicar la Palabra incluso cuando su labor no sea apetecida por la moda
del momento. La expresión que emplea es "estar listo". El término griego
(ephistemi) tiene el significado literal de "ponerse al lado de". Se
empleaba con frecuencia para describir a un guardia militar que siempre
está en su lugar asignado y preparado para cumplir su deber. Pablo
estaba hablando de una disposición explosiva para predicar con ganas,
como la que tuvo Jeremías, quien dijo que la Palabra de Dios era como
fuego en sus huesos. Eso es lo que el apóstol demanda a Timoteo. Nada
de vacilación sino apresto constante. Nada de titubeos sino ausencia
total de temor. Nada de zalamería sino el fuego de la Palabra de Dios.

REDARGÜIR, REPRENDER Y EXHORTAR


Pablo también da instrucciones a Timoteo acerca del tono de su
predicación. Utiliza dos palabras de connotación negativa y una de con-
notación positiva: redargüir, reprender y exhortar (2 Ti. 4:2). Todo mi-
nisterio válido debe tener un equilibrio entre elementos positivos y ne-
gativos. El predicador que no redarguye ni reprende está incumpliendo
su comisión.
Hace poco escuché una entrevista radial con un predicador que evita
cualquier mención al pecado en su predicación porque siente que las
personas de todas maneras están cargadas con demasiada culpa. El
entrevistador preguntó cómo podía justificar esa política y el pastor
contestó que había tomado la decisión de concentrarse en las necesidades
de las personas, no en atacar su pecado.
Lo cierto es que la necesidad más profunda de las personas es
confesar su pecado y vencerlo, de manera que toda predicación que no
confronta y corrige el pecado a través de la Palabra de Dios no satisface
las necesidades de las personas. Es posible que les haga sentirse bien, y
que ellos respondan con entusiasmo al predicador, pero eso no significa
que esa clase de predicación satisfaga sus necesidades reales.
Redargüir, reprender y exhortar es predicar la Palabra ya que esos
son los mismos ministerios cumplidos por las Escrituras: "Toda la
36 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para
corregir, para instruir en justicia" (2 Ti. 3: 16). Nótese el mismo equilibrio
de tono entre elementos positivos y negativos. Redargüir y corregir son
negativos; enseñar e instruir son positivos.
El tono positivo también es crucial. La palabra "exhortar"
(parakaleo) significa "animar". El predicador excelente confronta el
pecado y luego alienta a los pecadores arrepentidos a que se comporten
con justicia. Debe hacer esto "con toda paciencia y doctrina" (4:2). En
1 Tesalonicenses 2: 11, Pablo habla acerca "de qué modo, como el padre
a sus hijos, exhortábamos y consolábamos a cada uno de vosotros".
Esto requiere muchas veces de gran paciencia y mucha doctrina, pero
el ministro excelente no puede descuidar estos aspectos de su llamado.

NO CEDER EN TIEMPOS DIFÍCILES


Hay cierta urgencia en el encargo de Pablo al joven Timoteo: "Por-
que vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que tenien-
do comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias
concupiscencias" (2 Ti. 4:3). Esta es una profecía que hace eco de las
que también se encuentran en 2 Timoteo 3:1 ("También debes saber
esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos") y en 1
Timoteo 4: 1 ("Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros
tiempos algunos apostatarán de la fe"). Esta es la tercera advertencia
profética de Pablo a Timoteo acerca de los tiempos difíciles que se ave-
cinan. Notemos la progresión: la primera advertencia dice que vendrá
un tiempo cuando muchos se apartarán de la fe. La segunda advirtió a
Timoteo que se aproximaban tiempos peligrosos para la iglesia. La ter-
cera sugiere ahora que vendrá el tiempo cuando quienes están en la
iglesia no soportarán la sana doctrina, sino que van a desear que al-
guien calme su comezón de oír.
La predicación sin temor es necesaria con mayor razón en tiempos
peligrosos. El tiempo en que las personas no están dispuestas a tolerar
la verdad es cuando se hace más necesario que los predicadores valientes
y arrojados la proclamen.
¿Por qué las personas no están dispuestas a tolerar la sana doctrina?
Es porque aman el pecado. Como hemos visto, la predicación de la
doctrina sana confronta y reprende el pecado, y las personas
engolosinadas con sus estilos de vida pecaminosos no están dispuestas
El cristianismo cuesta abajo 37

a tolerar esa clase de enseñanza. Solo quieren que alguien les calme su
comezón de oír (v. 3).
Pablo también emplea la expresión "sana doctrina" en 1 Timoteo 1.
En los versículos 9 y 10 de ese capítulo habla de "los transgresores y
desobedientes ... los impíos y pecadores ... los irreverentes y profanos ...
los parricidas y matricidas ... los homicidas ... los fornicarios ... los
sodomitas ... los secuestradores ... los mentirosos y perjuros, [todo aquel
que] se oponga a la sana doctrina" (cursivas añadidas). Una sociedad
atestada e influenciada por mentirosos, perjuros, homicidas y
homosexuales de ninguna manera tolera la predicación de sana doctrina.
Note que Pablo no sugiere que la manera de alcanzar una sociedad
de ese tipo sea ablandar el mensaje para que tales personas se sientan a
gusto con su contenido. Lo cierto es todo lo contrario. Esa comezón de
oír es algo abominable, y Pablo urge a Timoteo a que esté dispuesto a
sufrir por causa de la verdad, y que siga predicando la Palabra fielmente.
Esa es la única forma como las personas intolerantes pueden ser
expuestas a la verdad, y esto es lo único que puede ablandar sus
corazones.
Como algo secundario, la polémica interpretativa alrededor de este
pasaje tiene que ver con establecer de quiénes se está hablando en el
versículo 3. ¿Se está haciendo referencia al mundo o a la iglesia? Es
seguro que incluye al mundo, porque las personas no regeneradas rara
vez están dispuestas a tolerar la sana doctrina. No obstante, Pablo está
hablando aquí de personas a quienes Timoteo predica. Esto parece
referirse a las personas en la iglesia. Sugiere que vendría un tiempo
cuando los cristianos de profesión en Éfeso no recibirían con agrado la
enseñanza de la sana doctrina.
¿Acaso no es también esa la condición de la iglesia en nuestra
sociedad actual? De hecho, es justamente lo que están señalando los
expertos en mercadeo a los líderes de las iglesias. Toda la base de tu
filosofía es que las personas no quieren escuchar la verdad proclamada,
solo quieren ser entretenidos. El plan de mercadeo eclesiástico dice
que se les debe dar lo que quieren. Las Escrituras dicen algo muy distinto.
Hay miles de iglesias alrededor del mundo que se supone son
evangélicas y que no les sienta bien la sana doctrina porque no la quieren
digerir. No estarían dispuestas a tolerar dos semanas de enseñanza bíblica
fuerte que refute su error doctrinal, confronte su pecado, les convenza
38 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

de ello y les llame a obedecer la verdad. No quieren escuchar una


enseñanza saludable. ¿Por qué? Porque las personas en la iglesia quieren
poseer a Dios sin tener que renunciar a estilos de vida pecaminosos, y
no van a soportar a una persona que les diga lo que la Palabra de Dios
dice al respecto.
¿ Qué es lo que sí quieren escuchar? El pasaje dice que esas personas,
"teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus
propias concupiscencias" (v. 3). Lo irónico del asunto es que van a
buscarse maestros. De hecho se amontonarán numerosos maestros
siempre y cuando no enseñan la sana doctrina. Van a escoger a todos
los maestros que les digan lo que ellos tienen deseos de oír. Quieren lo
que aplaque la comezón de sus oídos y sacie sus antojos. Quieren lo
que les haga sentirse bien consigo mismos. Los predicadores que les
ofenden son rechazados por ellos, y optan por acumular una masa de
maestros que alimenten sus apetitos egoístas insaciables. Aquel
predicador que trae el mensaje que más necesitan oír es al que menos
les gusta oír.
Es lamentable que abundan los predicadores con mensajes diseñados
para satisfacer la comezón de oír y están disponibles en todas partes.
"En períodos de fe inestable, escepticismo y mera especulación por
curiosidad en cuestiones de religión, pululan maestros de todo tipo como
las moscas en Egipto. La demanda crea la oferta. Los oidores invitan y
moldean a sus propios predicadores. Si las personas desean un becerro
para rendirle culto, se encuentran con facilidad un ministro especializado
en la confección de becerros".lO
Este apetito de predicación para la comezón de oír tiene un fin
terrible. El versículo 4 dice que estas personas en últimas "apartarán de
la verdad el oído y se volverán a las fábulas". Se convierten en víctimas
de su propia negación a escuchar la verdad. La frase "apartarán" está en
voz activa porque las personas optan por actuar así de manera voluntaria,
en cambio "se volverán a las fábulas" está en la voz pasiva porque
describe lo que les sucede. Tras apartarse de la verdad se hacen víctimas
del engaño. Tan pronto se apartan de la verdad, se convierten en peones
del diablo. La ausencia de luz es tinieblas.
Esto sucede hoy mismo en la iglesia evangélica, porque ha perdido
su tolerancia hacia la predicación que confronta. Ahora la iglesia
coquetea con errores doctrinales serios. Los cristianos buscan con
El cristianismo cuesta abajo 39

desespero revelaciones ajenas a la Biblia en forma de profecías y sueños.


Los predicadores niegan o ignoran la realidad del infierno. El evangelio
moderno promete un cielo donde no se necesita la santidad. Las iglesias
ignoran la enseñanza bíblica sobre las funciones de la mujer, la
condenación de la homosexualidad y otros temas con cierta carga
política. El intermediario humano ha tomado precedencia sobre el
mensaje divino. Esto es evidencia de un debilitamiento doctrinal serio.
Si la iglesia no se arrepiente y vuelve al sendero que asciende cuesta
arriba (como diría Spurgeon), estos errores y otros parecidos llegarán a
ser epidémicos.
Miremos otra vez la frase clave en el versículo 3: "teniendo comezón
de oír". ¿Por qué no están siquiera dispuestos a tolerar la sana doctrina?
¿Por qué se amontonan para sí maestros de mentira? ¿Por qué se apartan
de la verdad? Porque en lo profundo de su ser lo único que apetecen es
saciar su comezón de oír. No quieren ser confrontados. No quieren ser
convencidos de pecado. Solo quieren ser entretenidos, quieren una
predicación que produzca sensaciones placenteras. Quieren sentirse bien,
desean que les hagan cosquillas con anécdotas, humor, psicología,
charlas para aumentar la motivación y la seguridad del futuro,
pensamiento positivo, elogios y masajes para el ego, conversaciones
superficiales e incontrovertibles.
Por otro lado, la verdad de Dios no fricciona de manera servil para
calmar la comezón de oír, sino que conecta puñetazos a izquierda y
derecha, también es como un fuego que consume lo que encuentra a su
paso. Primero redarguye, reprende y convence. Luego exhorta y anima
a seguir. Los predicadores de la Palabra deben ser cuidadosos en
mantener ese equilibrio.
En Juan 6, después que Jesús pronunció un mensaje contundente en
particular, la Biblia nos dice que "desde entonces muchos de sus
discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él" (v. 66). Al dispersarse
la multitud, nuestro Señor se volvió a sus discípulos y preguntó:
"¿Queréis acaso iros también vosotros?" (v. 67). La respuesta de Pedro
en nombre de los doce es significativa: "Señor, ¿a quién iremos? Tú
tienes palabras de vida eterna" (v. 68). Esa fue la respuesta correcta y
reveló a todos la diferencia entre discípulos verdaderos y meros
simpatizantes: su hambre por la Palabra. Jesús dijo: "Si vosotros
permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos"
40 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

(Jn. 8:31). Las personas que buscan ser entretenidas o mantenidas, los
curiosos que no se quieren comprometer y los que se limitan a ir donde
va la multitud, no son discípulos verdaderos en absoluto. Los verdaderos
seguidores de Cristo son los que aman la Palabra. Ellos nunca desearán
que se les predique para calmar la comezón de oír.

SER SOBRIO EN TODO


La actitud del ministro excelente debe ser una de sobriedad y pru-
dencia. "Sé sobrio en todo" (v. 5) no es una mera advertencia contra la
ebriedad. Tampoco sugiere Pablo que Timoteo debía ser ceñudo, adus-
to, lánguido o desabrido. Más bien describe un estado de alerta mental
y control de las facultades individuales.
El ministro excelente es una persona sólida, una persona estable,
semejante a un atleta que ha puesto bajo control total todas sus pasiones,
apetitos y energías para tener un desempeño al nivel máximo. Este mismo
mandato en sentido negativo implica que un predicador no debe ser
quebradizo ni amoldable, no debe seguir los dictados de la moda ni ser
complaciente con los antojos de las personas. Enfrentados a un mundo
cambiante, en medio de una iglesia vacilante y en el contexto de una
sociedad que da tumbos repentinos y zigzagueantes, más vale que los
ministros estén bien arraigados en la Palabra y que se mantengan
constantes y firmes sobre la roca. No podemos ceder terreno ante la
presión externa.
La iglesia ya ha tenido bastantes predicadores erráticos,
extravagantes y veleidosos cuyo estilo depende del estado de ánimo del
populacho. Lo que más se necesita ahora son predicadores que siempre
permanecen afianzados en un mundo inestable y ante todo conocen y
respetan sus prioridades. Necesitamos ministros cuyas mentes estén
libres de engaño, falsas enseñanzas y nociones ajenas a la ortodoxia.
Necesitamos predicadores que declaren con valentía todo espiritual
consejo de Dios. ¡Cuán agobiante debe ser para Dios escuchar la
verborrea anodina e insípida que sale de los púlpitos con la pretensión
caprichosa de reemplazar su Palabra inspirada!
El predicador noble es equilibrado, congruente y sólido. Es inerme
e inamovible ante los reclamos y súplicas de los que solo quieren calmar
su comezón de oír.
El cristianismo cuesta abajo 41

SOPORTAR LAS AFLICCIONES


Es obvio que los ministros excelentes no pueden ser los que anhe-
lan recibir aplausos terrenales. Tampoco pueden ser amadores de la
comodidad sobre esta tierra. La vida del ministro no es una vida de
molicie. Era necesario que Timoteo estuviese dispuesto a soportar las
aflicciones (v. 5). No podía tener la clase de ministerio que Dios desea-
ba de él a no ser que estuviera dispuesto a pasar por alguna medida de
sufrimiento.
Ningún ministerio de valor ha llegado a existir sin dolor. Con
frecuencia encuentro a jóvenes que aspiran al ministerio y procuran
tener una iglesia sin problemas, un ministerio sin retos, una congregación
que les haga fácil la vida. No existe un lugar así para el predicador fiel
de la Palabra. La noción de que el ministerio puede ser eficaz e indoloro
al mismo tiempo es una mentira. Es inevitable tener aflicciones si se
predica la Palabra sin adulteración, y cuando golpea la adversidad solo
se tienen dos opciones: soportar y mantenerse firme y fiel, o negociar y
ceder terreno. El ministro fiel siempre guarda sin fluctuación la línea
que separa la verdad de la mentira, y esto es algo que no se puede hacer
al mismo tiempo que se escapa del sufrimiento: "todos los que quieren
vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución" (2 Ti. 3: 12).
De modo que la fidelidad y la penalidad van de la mano.
Este es un tema reiterado en 2 Timoteo. Pablo escribió en 2: 1,3: ''Tú,
pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús ... Tú, pues,
sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo". Ahora recuerda de
nuevo a Timoteo que el sufrimiento es parte del deber del ministro fiel
tanto como lo es cualquier otro aspecto de la obra ministerial.
¿Siguió Timoteo el consejo de Pablo? Es evidente que así lo hizo.
Hebreos 13:23, un versículo breve y un tanto relegado, dice: "Sabed
que está en libertad nuestro hermano Timoteo, con el cual, si viniere
pronto, iré a veros". Es obvio que el escritor de Hebreos conocía bien a
Timoteo y le amaba, por eso cuenta a los hebreos que Timoteo había
sido puesto "en libertad" ¿De qué fue libertado? La palabra griega
empleada allí sugiere que Timoteo había sido liberado de la prisión.
Podemos suponer que cuando llegó el sufrimiento, Timoteo lo soportó
y no cedió ante la presión. Permaneció fiel aunque es evidente que ello
le significó ser encarcelado. No trató de salir bien librado sin pagar el
precio de proclamar la verdad.
42 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

HACER OBRA DE EVANGEUSTA


A primera vista podría parecer que el mandato "haz obra de evan-
gelista" es un cambio abrupto de dirección, pero no lo es. Pablo estaba
alentando a Timoteo para que alcanzara más allá de la esfera cómoda
de su propio rebaño y proclamara con denuedo la Palabra a los incrédu-
los. Pablo no estaba sugiriendo que el oficio de Timoteo fuera el de un
evangelista, sino que le quería decir que parte de su deber como pastor
era evangelizar a no creyentes.
De nuevo, Pablo estaba mandando a Timoteo a que declarara la
verdad con denuedo. Es posible que Timoteo se hubiera visto tentado a
buscar refugio en la comodidad del rebaño. En lugar de ello, Pablo le
instó a ministrar al frente en la línea de combate. Quería que Timoteo
se decidiera a encarar el mundo con valentía y predicar a Cristo
crucificado. Quería que hiciera proclamación pública de pecado,justicia,
juicio y la ley de Dios. Quería que declarara la depravación, no la
dignidad de la raza humana. Quería que fuese un heraldo de la segunda
venida que advertía a todos sobre el juicio eterno. Quería que magnificara
la cruz, la resurrección, la expiación, la gracia y la fe. Estaba urgiendo
a Timoteo a ser solemne y persuasivo en la confrontación de la falta de
fe y obediencia.

CUMPUR EL MINISTERIO
El breve encargo de Pablo a Timoteo termina con un imperativo
final: "cumple tu ministerio" (v. 5). "Cumple" significa completar, obrar
al máximo, finiquitar, hacerlo todo. Es como si hubiera dicho: "No sir-
vas a Dios con mediocridad, hazlo con todas tus fuerzas". Pablo estaba
llegando al término de su propia vida y estaba en capacidad de decir:
"Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está
cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guarda-
do la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual
me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también
a todos los que aman su venida" (4:6-8). Quería que Timoteo llegara a
ese mismo punto algún día.
Debemos recordar que este encargo de Pablo a Timoteo tiene
implicaciones para cada cristiano. Todos nosotros debemos ser ministros
en alguna esfera de servicio. Bien sea usted una madre que ministra a
sus propios hijos o el pastor de una gran congregación, estos principios
El cristianismo cuesta abajo 43

se aplican a su vida. No hay una sola excusa para bajar la guardia. No


hay lugar para la cobardía y el apocamiento. No hay tiempo que perder
ni necesidad de temer. Llene hasta el tope la medida de su servicio para
el Señor, cumpla todo lo que ha sido llamado y llamada por Dios a
cumplir. Esto es algo posible solo si el ministerio se lleva a cabo de la
manera correcta.

AFERRADOS A LA FE
En el punto culminante de la controversia del declive, dos semanas
después de haber sido censurado por la Unión Bautista, Spurgeon pre-
dicó un mensaje titulado "Firmes en la fe", en el cual dijo:

Nunca debemos esconder nuestros colores. Llegan tiempos en los que


debemos pasar al frente y responder a la iniciativa de combate, cuando vemos
que el honor de nuestro Capitán lo demanda. Nunca debemos sentir vergüenza
ni temor. Nuestro Señor Jesús merece que nos rindamos como sacrificios
voluntarios en defensa de su fe. Comodidad, reputación y hasta la vida misma
deben capitular al nombre y la fe de Jesús. Si en el ardor de la batalla nuestro
buen nombre o nuestra vida deben arriesgarse para ganar la victoria, digamos
entonces: "En esta batalla algunos de nosotros deben caer, ¿por qué no?
Estoy dispuesto a tomar parte y fortuna con mi Maestro y a soportar el
vituperio por su causa". Los soldados valientes son los únicos dignos de
nuestro gran Señor. Los que se esconden en la retaguardia para estar cómodos
todo el tiempo, no son dignos del reino.
Hermanos, debemos estar dispuestos a ser ridiculizados por causa de
Cristo, incluso la clase peculiar de ridículo envenenado que tanto le gusta a
"los cultos" verter sobre nosotros. Debemos estar dispuestos a ser
considerados como grandes tontos por causa de Jesús ... Por mi parte, yo
estoy dispuesto a ser diez mil veces tonto por mi amado Señor y Maestro, y
cuento como el honor más elevado que se me puede conceder el ser despojado
de toda honra y ser cargado con todas las censuras por la causa de la antigua
y gloriosa verdad que está escrita para siempre en mi corazón ...
Antes que yo pueda renunciar a mi fe ... voy a tener que ser pulverizado,
y todos los átomos que queden deberán ser transmutados.!!

Spurgeon terminó con estas palabras:

Todos admiran a Lutero, sí, claro; pero nadie quiere que alguien más haga lo
mismo el día de hoy. Los que van al jardín zoológico admiran al oso, pero,
¿le gustaría tenerlo suelto en su casa o deambulando por las calles? Algo tan
"osado" le resultaría insoportable a cualquiera.
44 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

De modo que admiramos a un hombre que se mantuvo firme en la fe


hace unos cuatrocientos años; el pasado es para él como una especie de fosa
o jaula de hierro que le mantiene asegurado tras las rejas como al oso en el
zoológico; tener a un hombre así en la actualidad sería una gran molestia y
todos estarían a favor de la captura y encierro de ese fanático recalcitrante y
obcecado o un apelativo todavía peor que se pueda pensar. No obstante,
imaginemos por un instante que en el pasado, Lutero, Zwinglio, Calvino y
sus camaradas hubieran dicho: ''El mundo está en desorden total, pero si
tratamos de arreglarlo solo crearemos perturbación, vamos a quedar mal con
la gente y caeremos en la deshonra. Mejor vamos a nuestras recámaras y nos
ponemos a dormir durante los tiempos malos; quizás al despertar hayan
mejorado un poco las cosas".
Tal conducta por parte de ellos nos habría dejado un legado de errores.
Cada generación caería cada vez más bajo en los barrancos infernales y los
fangales pestilentes del error nos habrían tragado a todos. Estos hombres amaban
la fe y el nombre de Jesús en demasía y no estuvieron dispuestos a contemplar
cómo eran pisoteados. Estamos obligados a reconocer lo que debemos a ellos,
y pagar a nuestros hijos la deuda que tenemos con nuestros padres.
Hoy sucede lo mismo que en los días de la Reforma. Se necesita un
espíritu resuelto y decidido. Ha llegado el día para el hombre; ¿dónde está el
hombre para el día? Más nos vale a nosotros, a quienes el evangelio ha sido
transmitido por manos de mártires, que no lo tratemos con trivialidad ni nos
quedemos ahí sentados oyendo a traidores negarlo mientras aparentan amarlo
cuando por dentro aborrecen todas sus palabras. La fe a la que estoy aferrado
está marcada con la sangre de mis antepasados. ¿Acaso voy a negar su fe,
por la cual fueron forasteros en este mundo? ¿Acaso vamos a arrojar por la
borda el tesoro que nos fue entregado a través de rejas de cárceles o que
llegó pasado por las llamas de Smithfield?
En lo personal, cuando mis huesos han sido torturados con reumatismo
he recordado a Job Spurgeon, sin duda alguna de mi propia simiente, a quien
le fue permitido en la cárcel de Clemsford tener una silla, puesto que no se
podía acostar debido al intenso dolor reumático. Los sufrimientos de ese
cuáquero fueron mayores que los míos, pero no lamento haber heredado su
reumatismo si también poseo su fe obstinada, la cual no me dejará ceder una
sola sílaba de la verdad de Dios.
Al pensar en cuánto han sufrido otros por la fe, una desatención o injuria
menor parece baladí y no es algo digno de mención. Una estirpe de ancestros
amantes de la fe debería ser motivo suficiente para permanecer en la
obediencia al Señor Dios de nuestros padres y la fe en la cual ellos vivieron.
En cuanto a mí, debo aferrarme al antiguo evangelio: no puedo hacer otra
cosa. Con la ayuda de Dios soportaré todas las consecuencias de lo que según
los hombres es pura obstinación.
Caballeros, miren esto con cuidado: quedan generaciones por venir.
Si el Señor no aparece en la nuestra, vendrá otra generación, y otra después
El cristianismo cuesta abajo 45

de ella, y todas estas generaciones serán peIjudicadas y dañadas si no somos


fieles a Dios y a su verdad hoy mismo. Hemos llegado a un punto decisivo
en el camino. Si volteamos a la derecha, puede ser que nuestros hijos y los
hijos de nuestros hijos irán por ese camino; pero si volteamos a la izquierda,
generaciones que ni siquiera han nacido maldecirán nuestros nombres por
haber sido infieles a Dios y a su Palabra. Yo les encargo con solemnidad,
no solo por nuestros ancestros sino también por la posteridad, que procuren
ganar los elogios de su Maestro, que a pesar de vivir en medio del lugar
donde mora Satanás, se aferren al nombre del Señor Jesús y no nieguen su
fe. ¡Que Dios nos conceda ser fieles por causa de las almas que nos rodean!
¿Cómo se va a salvar el mundo si la iglesia es falsa con su Señor? ¿Cómo
vamos a levantar a las masas si carecemos de medios para ejercer influencia?
Si nuestro evangelio es incierto, solo quedan miseria y desesperanza.
Manténganse firmes, amados míos, ¡en el nombre de Dios! Yo, su hermano
en Cristo, les ruego que permanezcan en la verdad. Condúzcanse como
hombres y sean fuertes. Que el Señor les sustente por amor de Jesús. Amén. 12

Spurgeon hizo su parte. Pasó la batuta a la generación siguiente, y


ellos la pasaron a una nueva. Terminaron la carrera guardando la fe y
ahora es nuestro tumo. ¿Guardaremos la fe? ¿Cumpliremos nuestro
ministerio? ¿Estamos dispuestos a sufrir aflicción por ser fieles?
¿Estamos comprometidos con un ministerio bíblico en el cual se predica
la Palabra sin vergüenza?
Los que amamos al Señor y su iglesia no debemos quedamos allí
sentados mientras la iglesia se arrastra con mayor impulso hacia el
declive de la mundanalidad y la mediocridad. Hombres y mujeres antes
de nosotros han pagado con su sangre para transmitimos la fe intacta.
Ahora es nuestro tumo de guardar la verdad. Es una labor que requiere
valentía sin concesiones, y es una responsabilidad que exige devoción
constante para el cumplimiento de un propósito específico.
En el mismo sermón que he venido citando, Spurgeon incluyó este
recordatorio:

Amados amigos, este nombre, esta fe, este es nuestro mensaje. Nuestra única
ocupación aquí abajo es proclamar a voz en cuello: "He aquí el Cordero".
¿Acaso alguno de ustedes ha sido enviado por Dios con otro mensaje? No
puede ser. El único mensaje que Dios ha mandado proclamar a su pueblo es
salvación a través del Cordero, salvación por la sangre de Jesús ... Hablar de
Jesús es nuestra ocupación y no tenemos algo que decir que no esté
comprendido en la revelación de Dios en Jesucristo para nosotros. Aquel
quien es nuestro consuelo es el único tema de nuestra vida" .21
46 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

Esto hace eco de las palabras de Pablo a Timoteo: "Predica la


palabra". No tenemos otra cosa para decir que sea digna de mención.
No hay otro mensaje. No hay otro ministerio válido. Hasta que la iglesia
recupere el lugar central de esa verdad y ese compromiso sin
distracciones a nuestro llamado, la iglesia evangélica seguirá siendo
arrastrada a empellones cuesta abajo.

1. "Aferrado a la fe", The Metropolitan Tabernacle Pulpit, vol. 34 (Londres:


Passmore and Alabaster, 1888),78. Este sermón fue predicado e15 de febrero
de 1888 en el punto más álgido de la controversia del declive, justo después
que Spurgeon fue censurado por la Unión Bautista (véase Apéndice).
2. The Autobiography of Charles H. Spurgeon [La autobiografía de Carlos
Spurgeon], 4 vols. (Londres: Passmore andAlabaster, 1897),4:255.
3. Ibíd., 4:257.
4. George Barna, Marketing the Church [Cómo mercadear la iglesia] (Colorado
Springs, Colo.: NavPress, 1988), p. 41.
5. Ibíd., p. 13.
6. Ibíd., p. 23.
7. Se puede hallar un contraste útil entre éxito y excelencia en el libro de Jon
Johnston, Christian Excellence: Alternative to Success [La excelencia cristiana:
alternativa frente al éxito] (Grand Rapids, Mich.: Baker, 1985).
8. Preaching and Preachers [Prédicas y predicadores] (Grand Rapids: Zondervan,
1971), p. 35.
9. Ibíd., p. 42.
10. Marvin R. Vincent, Word Studies in the New Testament [Estudios etimológicos
en el Nuevo Testamento], 4 vols. (Nueva York: Scribner's, 1900),4:321.
11. "Holding Fast the Faith" ["Aferrado a la fe"], pp. 78, 83.
12. Ibíd., pp. 83-84.
13. Ibíd., p. 81.
11
2 11

¿LA IGLESIA AL GUSTO


DEL CONSUMIDOR?
En cierta reunión de ministros y funcionarios eclesiásticos, uno
tras otro negaron el valor de las reuniones de oración; todos con-
fesaron que la asistencia era muy escasa, y varios reconocieron
sin la más leve compunción que ya se habían dado por vencidos.
¿ Qué significa esto? ¿ Están las iglesias en buena condición al
tener solo una reunión semanal de oración, la cual de todas ma-
neras no es más que un esqueleto?

Carlos H. Spurgeon l

La iglesia contemporánea está experimentando una revolución sin pre-


cedentes desde la Reforma protestante en cuanto a estilos de adoración.
El ministerio se ha enlazado con la filosofía del mercadeo y esta revo-
lución ha sido la prole monstruosa de tal unión. Consiste en un esfuerzo
calculado y meticuloso para cambiar la manera como el mundo percibe
a la iglesia. El ministerio en la iglesia es objeto de retoques y modifica-
ciones en un intento de hacerlo más llamativo para los no creyentes.
Los expertos ahora nos dicen que los pastores y líderes eclesiásticos
que quieran ser exitosos, deben concentrar sus energías en esta nueva
dirección. Se debe suministrar a los no cristianos un ambiente agradable
y no ofensivo. Hay que darles libertad, tolerancia y anonimato. Siempre
hay que ser positivo y benévolo. Si resulta necesario tener un sermón,
debe ser breve y entretenido. Al predicarlo no debe sonar mandón o
autoritario. Por encima de todo, que la gente se divierta y pase un buen
48 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

tiempo. Se ha asegurado que las iglesias que siguen este patrón verán
crecimiento numérico, y aquellas que lo ignoran están condenadas al
fracaso.
Los diferentes tipos de innovación que se están tratando de introducir
son extraordinarios y hasta radicales. Por ejemplo, algunas iglesias
ofrecen ahora sus cultos de mayor asistencia el viernes o el sábado por
la noche en lugar del domingo en la mañana. Estos cultos por lo general
tienen bastante música y entretenimiento, de modo que ofrecen a las
personas una alternativa frente al teatro, el cine o las reuniones sociales.
Así los miembros de la iglesia arreglan el problema de tener que ir a la
iglesia y pueden pasar el resto del fin de semana como más les guste.
Un asistente a la iglesia los sábados explicó por qué estos cultos
alternativos son tan importantes en Estados Unidos: "Si uno va a la
Escuela Dominical a las nueve de la mañana, después al culto de las
once de la mañana para salir a eso de la una de la tarde, el día queda
prácticamente arruinado".2
A juzgar por las cifras de asistencia, son muchos los miembros de
iglesia que tienen la sensación de que pasar el día del Señor en la iglesia
equivale a perder todo el día. En muchas iglesias los cultos alternativos
en días diferentes al domingo tienen mayor asistencia que el culto
dominical.
Eso no es todo. Muchos de estos cultos no ofrecen predicación de
ninguna clase, en lugar de ello se dedican a la música, los dramas y
otros medios de comunicación para transmitir el mensaje. "Esta es una
generación que creció con la televisión", dijo un pastor a la revista Time.
"Uno tiene que presentarles la religión de una manera creativa y visual".
Algunas iglesias están llevando esa filosofía un paso más adelante y
también eliminan la predicación los domingos por la mañana.
Incluso la música y los dramas son preparados con mucho cuidado
para hacer sentir cómodos a los no creyentes. Casi todo se considera
apropiado: clásicos del rack' n' roll, éxitos de todas las décadas, rock
pesado, rap, música bailable y de discoteca, comedia, payasos, mimos
y hasta actos de magia, son cosas que se han convertido en parte del
repertorio ministerial evangélico. De hecho, una de las pocas cosas que
se juzga como fuera de lugar en la iglesia estos días es la predicación
clara y vehemente.
Según ellos el objetivo es poner la iglesia al alcance del usuario o al
¿ La iglesia al gusto del consumidor? 49

"gusto del consumidor", una noción que se ha tomado prestada de la


industria de las computadoras. Se empleó para describir los programas
y sistemas cuya operación es fácil para los principiantes. Al aplicarse a
la iglesia sirve para describir un ministerio que es complaciente y que
no presenta retos significativos a quienes presta sus servicios. En la
práctica se ha convertido en una excusa que permite introducir en la
iglesia pasatiempos y diversiones mundanas para tratar de atraer a
"indagadores" incrédulos o personas que no asisten a la iglesia, apelando
a sus intereses carnales. La consecuencia obvia de esta preocupación
por los que no asisten a la iglesia es un descuido correspondiente de los
que sí conforman la iglesia verdadera. Las necesidades espirituales de
los creyentes se ignoran con mucha frecuencia y el cuerpo se debilita y
lastima.

PUÑETAZOS SOBRE EL PÚLPITO


Esto no significa que la predicación se haya abandonado del todo.
Algunas de las iglesias al gusto del consumidor ofrecen por 10 menos
un culto a la semana, que a veces tiene lugar en la mitad de la semana y
en el cual se da un mensaje como parte central de la reunión. Sin em-
bargo, en esas reuniones el estilo corresponde más a una charla psico-
lógica de motivación que a la exposición bíblica. Por encima de todo se
recalca la importancia del gusto y la accesibilidad de los usuarios. Hace
poco leí un montón de artículos de periódicos y revistas acerca del fe-
nómeno y alcancé a notar un hilo común. Incluyo aquí algunas citas de
recortes en los que se describe el estilo de predicación en las iglesias al
alcance del usuario:

• "Aquí no hay fuego y azufre. No se le dan palmadas a la Biblia, solo


se dan mensajes prácticos e ingeniosos".
• "Los cultos en [la iglesia presentada en el artículo] tienen un aire de
informalidad. No va a escuchar que se amenace a los asistentes con
el infierno o que se haga referencia a ellos como pecadores. La
meta es hacerles sentir bienvenidos, no espantarlos".
• "Como sucede con todos los ministros, la respuesta de [este pastor]
es Dios; pero él solo hace mención de esa respuesta al final, y al
presentarla con cuidado no se vuelve pesado. Nada de gritos e
increpaciones. Nada de fuego y azufre. Ni siquiera utiliza la palabra
50 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

infierno. Llámele evangelio liviano. Ofrece la misma salvación que


la religión de viejos tiempos pero con la mitad de los sentimientos
de culpa".
• "Los sermones son relevantes, positivos y lo mejor de todo, breves.
U sted no escuchará que se predique mucho sobre pecado,
condenación y fuego en el infierno. Aquí la predicación no suena
como si le estuvieran predicando. Es una charla cortés y amistosa
que rompe todos los estereotipos".
• "[El pastor] predica un mensaje muy positivo... es un mensaje de
salvación, pero la idea no es tanto salvarse de las llamas del infierno,
más bien salvarse de la falta de sentido y dirección en esta vida. Es
algo más fácil de vender, y también de comprar".
• "La idea, según dice [el pastor], es que las personas tan pronto entran
por la puerta puedan ver la manera como ya se ha superado el
estereotipo de aquel tipo de predicador que se suelta la corbata y
suda mientras da manotazos a la Biblia y grita a todo volumen, para
aterrar a sus oyentes con la posibilidad de quemarse en el infierno
por la eternidad".

Las nuevas reglas del juego pueden resumirse así: sea perspicaz,
ameno, informal, positivo, breve y amigable. Nunca se afloje la corbata.
Nunca permita que le vean sudar, y nunca jamás utilice la palabra
infierno.
La mayoría de las citas anteriores representan lo que observadores
externos de los medios seculares han dicho acerca de las iglesias al
alcance del usuario, no de la manera como estas iglesias definen sus
propios ministerios. Muchas de ellas negarían con resolución que
disminuyan la importancia o nieguen cualquier punto de la doctrina
evangélica. De hecho, el libro de George Barna con gran éxito de ventas
titulado Iglesias al alcance del usuario incluye esta aclaración en dos
lugares: "Ninguna de las iglesias exitosas que se describen en este libro
está interesada en ponerse al alcance del usuario en el sentido de
comprometer el evangelio o la fe histórica de la iglesia tan solo para
entablar amistad con el mundo incrédulo",3
No obstante, el hecho es que sí se está comprometiendo la verdad
de las Escrituras tan pronto es descentrada para forjar una amistad con
el mundo evitando las verdades difíciles de aceptar, y esto se hace
¿La iglesia al gusto del consumidor? 51

reemplazando la sana doctrina con diversiones insípidas y malabares


semánticos para evitar toda mención a las verdades duras de las
Escrituras. Si el objetivo final es hacer que el indagador se sienta cómodo,
¿no resulta algo incompa- tibIe con la enseñanza bíblica sobre pecado,
juicio, infierno y otros tópicos de gran importancia? Como resultado
inevitable, el mensaje bíblico es distorsionado por la filosofía. ¿Qué va
a pasar con el creyente que necesita ser alimentado?
Por favor entienda que no estoy sugiriendo que los predicadores
tengan que ser sermoneadores gritones, desarreglados y sudorosos que
dan puñetazos al púlpito y agitan la Biblia en el aire. Seamos sensatos,
a excepción de algunas facciones fundamentalistas ultraconservadoras
esa clase de predicadores no abunda estos días. La imagen de los
agitadores de Biblia se ha convertido en un estereotipo de fácil acceso
que se utiliza muchas veces en contra de los que creen con llaneza que
la proclamación directa y sencilla de la verdad es más importante que
hacer sentir cómodos a los que están de visita en la iglesia.
La debilidad actual del púlpito no se debe a la supuesta influencia
de parlanchines frenéticos que arengan sobre el infierno, sino que es el
resultado de hombres que dan el brazo a torcer y temen hablar la Palabra
de Dios con poder y convicción. La iglesia nunca sufre por abundancia
excesiva de predicadores templados, más bien tiene un exceso de
hombres que buscan agradar a los hombres (cp. Gá. 1: 10).

EL CLIENTE ES SOBERANO
En el corazón de la iglesia orientada al mercado y al gusto del con-
sumidor está la meta de dar a la gente lo que quiere. Los defensores de
la filosofía son bastante francos al respecto. Hice notar en el capítulo 1
que la satisfacción del consumidor es la meta declarada de la nueva
filosofía. Un recurso clave en el ministerio orientado al mercado dice:
"En esto consiste el mercadeo de la iglesia: suministrar nuestro produc-
to (relaciones) como una solución a la necesidad percibida de la gen-
te" .4
De este modo, las "necesidades percibidas" determinan el mapa del
recorrido en el plan de mercadeo de la iglesia moderna. La idea es un
principio básico de ventas: se satisface un deseo existente en lugar de
persuadir a las personas a comprar algo que no quieren.
Por lo tanto, la medida precisa de las necesidades percibidas de las
52 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

personas es una de las claves en la teoría moderna de iglecrecimiento.


Se aconseja a los líderes de iglesia que apliquen encuestas a "clientes"
en potencia para averiguar qué están buscando en una iglesia, y proceder
a ofrecerlo. Información demográfica, estudios comunitarios, encuestas
puerta a puerta y cuestionarios en la congregación forman parte de las
nuevas herramientas ministeriales. La información recolectada en esas
fuentes se considera esencial para diseñar un plan viable de mercadeo.
Se ha dicho a los ministerios en la actualidad que no pueden alcanzar
de una manera eficaz a las personas sin estos recursos.
Lo peor de todo es que parece que las "necesidades emocionales
percibidas" de las personas se toman más en serio que las deficiencias
reales tratadas en las Escrituras y que por alguna razón no se quieren
"percibir". Estas supuestas necesidades tienen que ver con áreas como
la soledad, el temor al fracaso, la dependencia excesiva de otros,
autoimagen deficiente, depresión, enojo, resentimiento y otras carencias
individuales similares. Algunas de estas son reales y otras son fabricadas
con la oferta del producto psicológico que se quiere vender. Nos dicen
que estos problemas son la causa real de la drogadicción, la adicción al
sexo y muchos otros problemas y síndromes, cuando el problema real y
la raíz de todos los demás problemas, es la depravación humana, un
asunto que con cuidado evaden (aunque casi nunca niegan en público)
los que están encargados de la enseñanza en las iglesias típicas que
existen para beneficio exclusivo del consumidor.
Los pastores ya no son capacitados para declarar a las personas lo
que Dios demanda de ellos. En lugar de esto, les aconsejan que averigüen
cuáles son las exigencias de las personas y que hagan todo lo que sea
necesario para cumplir con ellas. Se considera a los oyentes como
"soberanos", y el predicador sabio "está dispuesto a moldear su manera
de comunicarse de acuerdo a las necesidades de ellos, con el fin de
recibir la respuesta que procura obtener".5
El efecto de esa clase de filosofía es evidente: los púlpitos de
nuestras iglesias se llenan cada vez más de hombres que buscan agradar
a los hombres. Además se está imponiendo el plan de mercadeo como
la guía autorizada para el ministerio, ¡por encima de las Escrituras!
Un libro de texto sobre mercadotecnia eclesiástica incluye esta
afirmación: "El plan de mercadeo es la Biblia en el juego de mercado;
todo lo que sucede en la vida del producto ocurre porque así lo
¿La iglesia al gusto del consumidor? 53

determina el plan".6 Esto aplicado al ministerio de la iglesia significa


que una estrategia humana, y no la Palabra de Dios, se convierte en la
fuente para todas las actividades de la iglesia, y la norma por la cual
se mide el ministerio.
Es tan evidente la confusión intrínseca de esa manerade abordar el
ministerio, al igual que su carácter del todo ajeno a la Biblia, que me
sorprende encontrar a tantos pastores influenciados por ella. No obstante,
el hecho es que se ha convertido en una filosofía en extremo influyente.
Miles de iglesias se han sometido a sus dictados para cambiar el rumbo
y la acción de sus ministerios, de tal manera que ahora su objetivo
principal es darle gusto a las masas.
De hecho, el movimiento de la iglesia al gusto del consumidor se ha
expandido tanto que muchas publicaciones seculares han empezado a
notar la tendencia. Un artículo en el periódico Los Angeles Times
describía el crecimiento explosivo de una iglesia gigante basándose en
una encuesta puerta a puerta para un "estudio de mercadeo" que se
realizó antes que la iglesia siquiera se formara. El título del artículo era
"La encuesta de opinión que generó una iglesia", y es bastante acertado.
La historia contaba cómo el pastor "ajustó el programa de la iglesia a
las necesidades y sugerencias que la gente mencionó en su encuesta
puerta a puerta".7 Por supuesto, el artículo decía que sus mensajes eran
breves, amortiguados, positivos y sobre temas actuales, con títulos como
"Cambios recientes en el sueño norteamericano". Sus pequeños
sermones son salpimentados con citas de revistas de noticias y finanzas.
Otro periódico del sur de California publicó un artículo titulado:
"Cómo mercadear al Creador". Describe a varias iglesias locales que
han empleado la filosofía de orientación al mercado y parecen estar
creciendo a pasos agigantados. Cierta iglesia "pagó para transmitir avisos
en emisoras de rock clásico con mensajes variados que sonaban más
como la promoción de un club social que una invitación para unirse a la
iglesia. Además, los anuncios en los diarios se colocaban en la sección
de entretenimiento, no en la de religión".8
Por supuesto, no tiene nada de malo que una iglesia coloque sus
avisos en la sección de entretenimiento, pero está mal que una iglesia
prometa (y entregue) un "culto" que no es más que una alternativa de
entretenimiento. Eso es lo que muchas de estas iglesias están haciendo.
"Una celebración, no un culto", es la manera como esta iglesia en
54 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

particular promueve sus reuniones, las cuales se llevan a cabo en una


sala de cine, lo cual en realidad resulta apropiado.
Una "iglesia" ha llevado ese concepto a su conclusión lógica: "El
nuestro es un culto de iglesia creado para el medio televisivo. Nuestro
santuario no tiene bancas ... nuestro santuario es el aparato receptor de
nuestros televidentes".9 El programa "Adoración" es un "culto de 24
horas al día y siete días a la semana" que fue creado por el fundador de
una cadena de ventas por televisión. Uno se pregunta: ¿cómo puede
una "iglesia" de ese tipo ofrecer algún grado de comunión fraternal?
Los directores de "adoración" consideran que tienen cubierta esa área.
"En el programa el compañerismo también es una parte importante de
cada culto, pero se maneja de una manera exclusiva mediante
herramientas modernas de comunicación... Adoración utiliza la última
tecnología en equipos de telefonía digital para permitir a los televidentes
en todo el país que se conecten de manera inmediata con cualquier
afiliado de la comunidad". 10
De esta manera el "cliente" alcanza el máximo grado de soberanía.
Si no le gusta lo que ve, tan solo tiene que apagar el televisor. Si no
disfruta del "compañerismo" puede colgar el teléfono.
,
LA TE ORlA DEL IGLECRECIMIENTO PATAS
ARRIBA
La Biblia dice que los primeros cristianos "trastornaron el mundo
entero" (cp. Hch. 17 :6). En nuestra generación el mundo es el que está
trastornando a la iglesia entera. La enseñanza bíblica es que el sobera-
no es Dios y no la gente que está por fuera de la iglesia. Se supone que
es la Biblia y no un plan de mercadeo, el único patrón a seguir y la
autoridad final para todo ministerio en la iglesia. El ministerio debe
satisfacer las necesidades reales de las personas y no transigir en el
egoísmo de ellas. El Señor de la iglesia es Cristo, no un televidente
veleidoso con el control remoto en su mano.
Siempre que escucho la expresión "iglesia al gusto del consumidor"
pienso en Hechos 5 y el episodio de Ananías y Safira. Lo que sucedió
allí contradice por completo la teoría contemporánea de iglecrecimiento.
Por cierto que la iglesia de Jerusalén no era al gusto del consumidor. De
hecho era todo lo opuesto; Lucas nos cuenta que este episodio generó
"gran temor sobre toda la iglesia, y sobre todos los que oyeron estas
¿La iglesia al gusto del consumidor? 55

cosas" (v. 11). La actividad de la iglesia era tan perturbadora en ese


entonces que ninguno de los que no tenían parte con los creyentes "se
atrevía a juntarse con ellos". Tan solo pensar en asistir a una iglesia así
llenaba de terror sus corazones, a pesar de que "el pueblo los alababa
grandemente" (Hch. 5: 13). La primera iglesia cristiana en definitiva no
era un lugar donde los pecadores se podían sentir cómodos, i era un
lugar aterrador para ellos!
Vamos a mirar este pasaje con detenimiento y a tratar de entenderlo
en el contexto apropiado. Para hacerlo tenemos que regresar a Hechos
4. Recordemos que la iglesia acababa de nacer y gozaba de la frescura
y vitalidad de su belleza prístina. Aún estaba libre de toda mancha de
pecado o desperfecto humano. Las personas estaban dedicadas al estudio
de la doctrina de los apóstoles. Aquellos primeros días en la historia de
la iglesia fueron días brillantes y felices, llenos de amor y compañerismo
real. El gozo era desbordante y el amor era profundo y sin exclusivismo;
en consecuencia, el testimonio de los creyentes era claro y sonoro. Como
resultado, en contadas semanas unas quince a veinte mil personas
llegaron a la fe en Jesucristo. Satanás ya había intentado estropear el
propósito de la iglesia mediante persecución, pero no hizo diferencia
alguna; los creyentes tan solo oraban pidiendo más denuedo. Dios
contestó esa oración y se salvaron todavía más personas. Dios era muy
real, Cristo estaba muy vivo entre ellos y el Espíritu Santo se manifestaba
con gran poder en aquellos días.
No obstante, Satanás se encontraba tramando un ataque más
peligroso. Si no podía destruir a la iglesia con asaltos externos y
persecución, trataría un ataque más sutil desde adentro, yeso es lo que
sucedió con exactitud.

PECADO EN EL CAMPAMENTO
Esta es la primera ocasión en la que se registra pecado en la iglesia.
De todas las cosas que suceden por vez primera en el libro de Hechos,
esta es la más triste. La estrategia de Satanás para infiltrar la iglesia
empezó en ese momento y continúa en la actualidad.
Todo este relato es un ejemplo claro de la honestidad total de la
Biblia. Dios pudo habernos dado un cuadro borroso de la iglesia para
esconder todas sus imperfecciones, pero las Escrituras nunca dejan la
verdad de los hechos por fuera, incluso cuando estos son dolorosos y
56 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

deslucidos. La iglesia no es perfecta y jamás lo ha sido. Algunas personas


utilizan esto como excusa para mantenerse alejados: "Yo iría a la iglesia,
pero es que hay demasiados hipócritas"; y pienso: No hay problema,
tenemos lugar para uno más. La objeción misma es hipócrita. Por
supuesto que hay hipócritas en la iglesia. Esa es una de las verdades
que encontramos en el relato de Hechos 5. De modo que en cierto sentido
un pasaje como este puede servir para animar. No es que aliente el
pecado, más bien nos anima saber que la iglesia en sus comienzos tuvo
que enfrentarse a la misma clase de problemas que tenemos en la
actualidad.
Hasta el apóstol Pablo debió desanimarse algunas veces por los
problemas que encontraba en las iglesias. En 2 Corintios 11 :24-27 dio
una lista de todas las clases de pruebas y persecución que había
soportado:

De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno. Tres veces
he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he padecido
naufragio; una noche y un día he estado como náufrago en alta mar; en
caminos muchas veces; en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de
los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en
el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hennanos; en trabajo y
fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en
desnudez.

Luego añade en conclusión la prueba más grande de todas: ''y además


de otras cosas, lo que sobre mí se agolpa cada día, la preocupación por
todas las iglesias" (v. 28). No estaba hablando de cuestiones
administrativas, sino de la batalla de llevar a los creyentes a la madurez
en Cristo.
Comenzando por este incidente en Hechos 5, los pecados de los
santos se volvieron un problema perpetuo para la iglesia. Todas y cada
una de las epístolas que Pablo escribió en el Nuevo Testamento
incluyeron algo de mayor consecuencia sobre el pecado específico en
la iglesia. En Romanos 16:17, 18 escribió: "Mas os ruego, hermanos,
que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la
doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos. Porque
tales personas no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus propios
vientres, y con suaves palabras y lisonjas engañan los corazones de los
¿La iglesia al gusto del consumidor? 57

ingenuos". La iglesia de los corintios estaba atestada de problemas:


divisiones, contiendas, inmoralidad, abuso de los dones espirituales y
así por el estilo. Los gálatas eran tolerantes con la doctrina falsa y el
legalismo (cp. Gá. 3:1-4). Pablo tuvo que rogar a los efesios que se
comportaran de una manera digna de su llamamiento, a ser humildes y
amables, pacientes para soportarse unos a otros en amor y también a ser
diligentes en conservar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz
(4: 1-4). Tuvo que urgir a los filipenses a ser de un solo sentir, unidos en
la paz y en un mismo propósito (2: 1, 2). Incluso nombró a dos mujeres,
Evodia y Síntique, para rogarles que tuvieran una buena relación y un
mismo sentir (4:2,3). En Colosenses 3 Pablo repite una lista entera de
deficiencias espirituales y termina con un mandato para que los
colosenses limpien sus vidas. El apóstol libró una guerra sin tregua
contra el pecado en la iglesia.

UNA COMUNIDAD GENEROSA


La iglesia había empezado como una comunidad en la que todos
participaban de todas las cosas. Hechos 4:32-37 dice:

y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno


decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas
en común. Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección
del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos. Así que no había
entre ellos ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades o
casas, las vendían, y traían el precio de lo vendido, y lo ponían a los pies de
los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad. Entonces José, a
quien los apóstoles pusieron por sobrenombre Bemabé (que traducido es,
Hijo de consolación), levita, natural de Chipre, como tenía una heredad, la
vendió y trajo el precio y lo puso a los pies de los apóstoles.

TENÍAN UNIDAD ESPIRITUAL VERDADERA


La congregación ya había germinado y florecido para incluir a mi-
les de personas, y su multiplicación era continua. No obstante, todos
eran "de un corazón y un alma". No solo era como si pertenecieran a la
misma organización, sino que tenían una verdadera unidad espiritual.
Creían como uno. Pensaban como uno. En el sentido más verdadero de
la palabra eran un cuerpo, un solo organismo con un latido y un alma
Ccp. Fil. 1:27). Se preocupaban los unos por los otros y por quienes
58 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

habrían de ganar para Cristo en el mundo. Estaban demasiado ocupa-


dos con esas prioridades como para preocuparse por ellos mismos. To-
dos cuidaban de todos, de manera que las necesidades de todos eran
satisfechas. Por ende, el egoísmo era del todo innecesario. ¡Qué pre-
ocupación más hermosa era esa! ¡Cuán exuberante y dulce debió haber
sido su comunión fraternal!

PARTICIPABAN DE TODAS SUS POSESIONES


Muchos entienden mal este pasaje. ''Tenían todas las cosas en co-
mún" no significa que estas personas vivieran en una comuna. Recor-
demos que en Pentecostés Jerusalén se llenó de peregrinos que vinie-
ron para la fiesta. Durante los festivales religiosos cerca de un millón
de personas acudían a Jerusalén. Es obvio que necesitaban vivienda y
alimentación, y no había suficientes mesones y albergues para acomo-
dar a toda la gente. Era acostum- brado que los creyentes abrieran sus
hogares y dejaran que los peregrinos vivieran con ellos. De repente, en
el Pentecostés de ese año en particular, cientos de estas personas reci-
bieron a Cristo y empezaron a ganar a sus amigos y familias para Él. De
seguro muchos de ellos se quedaron en Jerusalén para recibir la ense-
ñanza de los apóstoles.
Las presiones económicas de estas personas y sus anfitriones
debieron ser tremendas. Además, había demasiada gente pobre en
Jerusalén y el ingreso de algunos creyentes pudo verse reducido a causa
de dar testimonio de su fe en Cristo. Para resolver estas cuestiones,
todos los creyentes estuvieron dispuestos a repartir entre todos lo que
tenían.
N o se trataba de una comuna porque las personas no se evadieron
de la sociedad ni renunciaron a sus trabajos, tampoco pusieron todo su
dinero en una bolsa ni vivieron en un campamento comunitario. Hechos
2:44-46 describe lo que estaban haciendo:

Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las
cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la
necesidad de cada uno. y perseverando unánimes cada día en el templo, y
partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón,
alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. y el Señor añadía cada
día a la iglesia los que habían de ser salvos.
Era una comunidad espiritual, no un claustro religioso. Los cristianos
¿La iglesia al gusto del consumidor? 59

seguían siendo dueños de sus propias casas, ya que continuaban


"partiendo el pan en las casas" (v. 46). Es decir, partían el pan o tenían
comunión, en hogares privados. "Vendían" y "repartían" en el versículo
45 están en tiempo verbal presente, 10 cual sugiere que la venta y
repartición de bienes eran actividades que se realizaban todo el tiempo.
Es decir, no hubo un momento específico en que la comunidad de
creyentes vendió todo 10 que poseía y los fondos fueron colocados en
una bolsa común. Tenía lugar un proceso continuo en el que las personas
que tenían recursos los estaban poniendo a disposición de los creyentes
que no los tenían. No vivían en un refugio comunitario ni construyeron
galpones para acomodar a toda la gente. Eso habría menoscabado la
prioridad ordenada por Dios de la unidad familiar, la cual Dios diseñó
para que fuera independiente y funcionara como la base de la sociedad
y el medio para transmitir la verdad y la justicia de generación en
generación.
Las personas estaban vendiendo posesiones tales como terrenos e
inmuebles, y repartiendo el dinero a medida que se enteraban de las
necesidades de otros hermanos. Pablo mandó que siempre se debe dar en
este mismo espíritu. Instó a los corintios a que fuesen generosos en la
provisión para las necesidades de los santos en Macedonia, "para que en
este tiempo, con igualdad, la abundancia vuestra supla la escasez de ellos,
para que también la abundancia de ellos supla la necesidad vuestra, para
que haya igualdad" (2 Co. 8:14). ¿Acaso es diferente de 10 que hacemos
hoy día? No debería serlo si nuestras iglesias son saludables. Los cristianos
que ven a un hermano o hermana en necesidad deberían tener el deseo
natural de proveer para la necesidad (cp. 1 Jn. 3: 16). Eso es 10 que estaban
haciendo estos primeros cristianos, y los que vendían propiedades lo hacían
por completo de manera voluntaria. Este es un punto crucial cuando
examinamos el pecado de Ananías y Safira.

ERAN ALIMENTADOS POR UNA PREDICACIÓN PODEROSA


"Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrec-
ción del Señor Jesús" (Hch. 4:33). La predicación era denodada y po-
derosa. Ellos no estaban avergonzados del evangelio a pesar de la
cruenta persecución de aquel tiempo. De hecho, dice de manera especí-
fica que estaban predicando acerca de la resurrección. Esa es la verdad
que más los metía en problemas con los incrédulos. Al principio del
60 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

mismo capítulo nos enteramos que los sacerdotes, el jefe de la guardia


del templo y los saduceos, "resentidos de que enseñasen al pueblo, y
anunciasen en Jesús la resurrección de entre los muertos" (v. 2), arres-
taron a Pedro y Juan y los pusieron en la cárcel. Pedro y Juan no esta-
ban tratando de ganar la aprobación de los saduceos y sacerdotes predi-
cando un mensaje que les gustara oír a ellos, sino que proclamaron con
denuedo lo que más les ofendía. Se negaron a bajar de tono las grandes
doctrinas de la Palabra de Dios para eliminar la ofensa. Nunca supri-
mieron el mensaje bíblico en vista de que alguien pudiera sentirse ofen-
dido, sino todo lo contrario.
El ministerio de predicación de los apóstoles abarcaba tanto
enseñanza como evangelismo. Hechos 2:42 dice que quienes creían
"perseveraban en la doctrina de los apóstoles". Era un rebaño bien
alimentado pero que siempre andaba de buen apetito.
La iglesia de Jerusalén debió haber sido un lugar maravilloso para
el compañerismo cristiano. No se regían por alguna de las técnicas de
mercadeo contemporáneas para darle gusto al consumidor, sino que su
comunión fraternal era acogedora y real. Con amor mutuo satisfacían
las necesidades reales de cada uno, y contaban con una enseñanza amplia
y completa. Hechos 2:42 nos dice que todos ellos "perseveraban en la
doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el
partimiento del pan y en las oraciones". Ni una sola de esas cosas estaba
diseñada para atraer a los incrédulos. No obstante, todo el tiempo
entraban a la congregación nuevos creyentes porque el Señor día tras
día continuaba añadiendo a la iglesia a quienes habían de ser salvos (v.
47).

UN MODELO POSITIVO DE CONDUCTA


Lucas registra la manera como los recursos eran repartidos entre
los creyentes necesitados. Los que tenían superávit de propiedades las
vendían y colocaban el producto de la venta a los pies de los apóstoles
(4:34, 35). Los apóstoles distribuían los fondos a los que tenían necesi-
dades. Por medio de ese sistema tan sencillo, todas las necesidades eran
satisfechas (v. 34). En esencia es el mismo sistema que utilizamos en la
actualidad cuando se recoge una ofrenda en la iglesia. El dinero va a un
fondo común de cuya administración son responsables los líderes de la
iglesia como parte de su mayordomía.
¿La iglesia al gusto del consumidor? 61

Bernabé es el ejemplo específico que Lucas eligió para mostrar un


modelo de conducta espiritual. Bernabé era un sobrenombre que
significaba "hijo de consolación". Parece que este hombre llamado José,
"levita, natural de Chipre", tenía un don especial para la exhortación,
así que el apelativo era apropiado para él. Bemabé acompañó más tarde
al apóstol Pablo en su primer viaje misionero.
Bernabé era un levita, miembro de la tribu sacerdotal de Israel. Es
improbable que él siendo sacerdote haya sido un hombre muy
acaudalado, pero de alguna manera había adquirido cierta propiedad.
Decidió venderla y así lo hizo. Luego trajo el dinero a los apóstoles
para su distribución. Este hombre no pidió un reconocimiento ni trató
de controlar la manera como se utilizó el dinero, solo se limitó a ponerlo
a disposición de los creyentes. Lo que resulta claro a partir de Hechos
capítulo 4 es que Bernabé dio motivado por amor y con un corazón
puro, tan solo por la bienaventuranza de dar. También podemos suponer
que muchos otros creyentes en la iglesia de Jerusalén hicieron la misma
cosa con el mismo sentir.

UN MODELO NEGATIVO DE CONDUCTA


El problema es que así no sucedió con todos. La historia que sigue
a continuación establece un contraste pasmoso frente a lo que se ha
narrado en Hechos 4. Es muy inquietante ver un pecado de esta clase en
esta iglesia. Resulta aterrador ver la falsedad desfachatada que Ananías
y Safira habían conspirado para engañar a la comunidad. Sobre todo
resulta estremecedor ver la manera tan severa como el Señor trató con
su pecado:

Pero cierto hombre llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una heredad,
y sustrajo del precio, sabiéndolo también su mujer; y trayendo sólo una parte,
la puso a los pies de los apóstoles. y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó
Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del
precio de la heredad? Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no
estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a
los hombres, sino a Dios. Al oír Ananías estas palabras, cayó y expiró. Y
vino un gran temor sobre todos los que lo oyeron. Y levantándose los jóvenes,
lo envolvieron, y sacándolo, lo sepultaron. Pasado un lapso como de tres
horas, sucedió que entró su mujer, no sabiendo lo que había acontecido.
Entonces Pedro le dijo: Dime, ¿vendisteis en tanto la heredad? y ella dijo:
Sí, en tanto. Y Pedro le dijo: ¿Por qué convinisteis en tentar al Espíritu del
62 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

Señor? He aquí a la puerta los pies de los que han sepultado a tu marido, y te
sacarán a ti. Al instante ella cayó a los pies de él, y expiró; y cuando entraron
los jóvenes, la hallaron muerta; y la sacaron, y la sepultaron junto a su marido.
y vino gran temor sobre toda la iglesia, y sobre todos los que oyeron estas
cosas (Hch. 5:1-11).

Aunque los santos en Jerusalén eran generosos, sacrificados y


abnegados como, había una excepción a la norma. El pecado de Ananías
germinó a partir de las semillas de la codicia y el engaño. Es en el libro
de Hechos lo que el pecado de Acán representó en el libro de Josué. Los
dos fueron actos que se caracterizaron por el engaño, la mezquindad y
el egoísmo, los cuales interrumpieron el progreso victorioso del pueblo
de Dios y trajeron pecado al campamento en la cima del triunfo.
Los santos en Jerusalén estaban dando con un corazón lleno del
Espíritu. El pecado de Ananías reveló un corazón lleno de Satanás (v.
3). A duras penas podría ser más dramático el contraste entre el final
del capítulo cuarto y el comienzo del quinto.
El nombre de Ananías significa "el Señor es lleno de gracia"; Safira
significa "hermosa". Su acto no se caracterizó por la gracia ni la belleza.
Al ver que otros estaban vendiendo propiedades y dando el dinero a los
apóstoles, ellos se comprometieron a hacer lo mismo. El versículo 2
nos dice que al llegar el momento de dar lo que les correspondía, ellos
sustrajeron del precio total y trajeron "sólo una parte". Es claro que
ambos habían tramado hacer lo mismo.

LA LEVADURA DE LOS FARISEOS


¿Cuál fue su motivo? Querían cierta cantidad de prestigio espiri-
tual. Querían presentar la apariencia de ser dadores sacrificados, pero
decidieron quedarse con parte del dinero para su propio disfrute. Esto
sugiere que tenían amor al dinero, y la "raíz de todos los males es el
amor al dinero", escribió Pablo a Timoteo; "el cual codiciando algunos,
se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores" (1 Ti.
6: 10). Sin duda alguna esto fue cierto acerca de Ananías y Safira. El
libro de Hebreos dice: "Sean vuestras costumbres sin avaricia, conten-
tos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te
dejaré" (13:5).
Aquí se encontraban dos personajes que estaban tan dominados por
¿La iglesia al gusto del consumidor? 63

el amor al dinero que estuvieron dispuestos a conspirar juntos para


cometer hipocresía pública. Vendieron su propiedad, pero en lugar de
dar el dinero al Señor como habían prometido, solo dieron una porción
al Señor tratando de hacer creer que se trataba del precio completo.
Debieron haber pensado que podrían ganar estima espiritual y recursos
monetarios con el chasco.
Su pecado no consistió en abstenerse de dar todo el producto de la
venta. No había requisito divino alguno para que lo diesen todo, ellos ni
siquiera tenían que vender su propiedad. Todo era voluntario, al igual
que todas las veces que se habla de dar en el Nuevo Testamento.
El pecado fue su mentira. Es evidente que habían hecho un voto
público al Espíritu Santo frente a la congregación. Mintieron a la
congregación entera, pero peor todavía: mintieron a Dios (Hch. 5:4).
Quizás pensaron que iba a ser un pecado secreto, pero no quedó en
secreto por mucho tiempo. Dios mismo lo expuso ante toda la
congregación.
Ahora seamos honestos. Esta clase de hipocresía no es un pecado
que no sea en particular bastante común. Tampoco es la clase de acto de
maldad que estemos inclinados a considerar abominable. Muchos dan
dinero con motivos incorrectos y apariencias falsas. Es el equivalente
moral del hombre que enrolla unos cuantos billetes para que otros crean
que está colocando una gran cantidad de dinero en el plato de la ofrenda,
o la mujer que deposita con parsimonia un sobre con un supuesto cheque,
pero en su interior solo hay un billete o una moneda de baja
denominación. Es como los fariseos que hacían sonar una trompeta en
las sinagogas y en las calles cada vez que daban limosna, para que todos
se dieran cuenta de ello (Mt. 6:2).
Jesús dice de tales personas que "ya tienen su recompensa" (Mt.
6:2,5, 16). Quieren que otros vean su exhibición de buenas obras, que
los demás se percaten de ello. Esa es su recompensa. Buscan gloria de
la gente y no de Dios, así que el reconocimiento humano es la única
recompensa que van a recibir. "Mas cuando tú des limosna, no sepa tu
izquierda lo que hace tu derecha, para que sea tu limosna en secreto; y
tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público" (6:3, 4). Este
pecado nos puede parecer ínfimo, pero no lo es para Dios. Jesús lo
llamó "la levadura de los fariseos" (Lc. 12:1).
Ahora esta levadura estaba amenazando infectar a la iglesia recién
64 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

nacida. Dios trataría ese pecado con dureza e inmediatamente como


una señal para todos acerca de la seriedad de la manera de vivir y
conducirse en la iglesia.

LA RESPUESTA DE PEDRO
Pedro, bajo la inspiración del Espíritu de Dios, vio con claridad su
hipocresía. Tratemos de imaginar la sorpresa tan grande que se llevó
Ananías. Este hombre vino ante los apóstoles, puso el dinero ante sus
pies y les dijo complacido que era todo el dinero que había obtenido de
su venta de la propiedad. Es probable que se haya quedado de pie por
un momento, disponiéndose a disfrutar la aprobación que esperaba re-
cibir de ellos. Debió suponer que le estaban viendo como un ejemplo
espiritual para la congregación, un hombre generoso y piadoso.
De repente Pedro le dijo: "Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón
para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la
heredad?" (Hch. 5:3). Esta es una confrontación que a muchos les suena
como algo que no tendría cabida en una iglesia.
En muchas iglesias Ananías habría recibido la aprobación que
buscaba sin importar cuáles hubieran sido sus motivos. Un líder
pragmático en alguna iglesia podría razonar: Después de todo es una
cantidad substancial de dinero. Está bien, sus motivos no son puros
pero vamos al grano, el hecho es que no es un mal tipo y el dinero nos
va a servir mucho. No podemos hacerle quedar mal frente a toda la
congregación. Si lo hacemos nunca vamos a recibir un centavo más de
él.
Pedro no trató así el asunto sino que confrontó el pecado sin
vacilación. "¿Por qué llenó Satanás tu ·corazón... ?" Nótese que Pedro
atribuyó la culpa de todo a Ananías y no a Satanás. Le preguntó "¿por
qué?", al igual que en el versículo 4: "¿Por qué pusiste esto en tu
corazón?"
Pedro dejó en claro que el pecado fue la hipocresía de Satanás, no
el hecho de haberse quedado con parte del dinero: "Reteniéndola, ¿no
se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder?" (v. 4). Ananías
pudo haber hecho lo que quisiera con el dinero y pudo haberse quedado
con la propiedad. No había requisito alguno por parte de Dios o la iglesia
para hacer algo diferente. No habría sido pecaminoso que Ananías dijera:
"Vendí mi propiedad y he venido a entregarles parte del dinero". Tenía
¿La iglesia al gusto del consumidor? 65

todo el derecho de dar tanto como quisiera, fuese mucho o poco, pero
pecó al afirmar que estaba entregando todo cuando en realidad se había
quedado con una parte.
Además mintió a Dios y no solo a los hombres. En sentido específico
fue una mentira insolente al Espíritu Santo.!1 ¿Cómo había mentido al
Espíritu Santo? Había hecho un voto solemne para dar el valor completo
de su propiedad y no cumplió con su palabra. El sabio del Antiguo
Testamento escribió: "Cuando a Dios haces promesa, no tardes en
cumplirla; porque él no se complace en los insensatos. Cumple lo que
prometes. Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas"
(Ec. 5:4, 5). La ley mosaica contenía una advertencia similar: "Cuando
haces voto a Jehová tu Dios, no tardes en pagarlo; porque ciertamente
lo demandará Jehová tu Dios de ti, y sería pecado en ti. Mas cuando te
abstengas de prometer, no habrá en ti pecado. Pero lo que hubiere salido
de tus labios, lo guardarás y lo cumplirás, conforme lo prometiste a
Jehová tu Dios, pagando la ofrenda voluntaria que prometiste con tu
boca" (Dt. 23:21-23).

EL JUICIO DE DIOS
La respuesta de Dios a la situación fue inmediata, severa y definiti-
va. Hizo morir a Ananías en ese mismo instante y lugar. "Al oír Ananías
estas palabras, cayó y expiró" (Hch. 5:5). Fue un acto judicial del Dios
Santísimo. Quizás el corazón de Ananías dejó de palpitar de puro te-
rror, frente a toda la iglesia.
¿Al gusto del consumidor? Yo diría que no. De hecho, el efecto fue
que "vino un gran temor sobre todos los que lo oyeron" (v. 5). Dios
había hecho de Ananías un ejemplo para los demás que pudieran sentirse
tentados a tomarle a la ligera o a degradar la pureza de la iglesia.
¿Acaso Dios siempre juzga el pecado de esta forma? Es obvio que
no, pero al igual que Nadab y Abiú (Lv. 10), Coré (Nm. 16), Acán (Jos.
7), Herodes (Hch. 12) y otros en las Escrituras, Ananías fue juzgado de
inmediato por su pecado y lo pagó con su vida. Dios en su soberanía
eligió someterle a muerte instantánea, y de ese modo se convirtió en
ejemplo para todos. La verdad es que Dios podría juzgar todo pecado de
esta manera. "La paga del pecado es muerte" (Ro. 6:23). Solo es gracias
a la misericordia infinita del Señor que no todos somos consumidos (Lm.
3:22). Algunas veces Dios sí opta por juzgar el pecado con la muerte
66 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

física. Pablo escribió a los corintios que estaban perturbando y profanando


la mesa del Señor: "Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir
el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí. Por lo cual hay muchos
enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen" (l Co. 11:29,
30). "Duermen" en ese versículo se refiere a la muerte física. En efecto,
Dios estaba juzgando a aquellos corintios irreverentes mediante
enfermedades y algunos de ellos estaban muriendo a causa de su pecado.

EL PECADO DE SAFIRA
El recuento bíblico dice: "Y levantándose los jóvenes, lo envolvie-
ron, y sacándolo, lo sepultaron" (Hch. 5:6). Safira no estaba presente
cuando su esposo murió. "Pasado un lapso como de tres horas, sucedió
que entró su mujer, no sabiendo lo que había acontecido" (v. 7). Safira
ignoraba lo ocurrido a su esposo, quizá pensó que ya era hora de hacer
su entrada triunfal para que todos la admirasen por el gran acto de ge-
nerosidad que había realizado junto a su esposo.
Pedro la confrontó de inmediato: "Dime, ¿vendisteis en tanto la
heredad? Y ella dijo: Sí, en tanto" (v. 8). Esta fue una mentira deliberada
con la cual probó que ella y su esposo habían conspirado juntos para
cometer un acto premeditado de hipocresía.
Pedro fue tan directo como lo había sido con Ananías: "¿Por qué
convinisteis en tentar al Espíritu del Señor? He aquí a la puerta los pies
de los que han sepultado a tu marido, y te sacarán a ti" (v. 9). Ella nunca
tuvo siquiera la oportunidad de responder. "Al instante ella cayó a los
pies de él, y expiró; y cuando entraron los jóvenes, la hallaron muerta;
y la sacaron, y la sepultaron junto a su marido" (v. 10).

EL JUICIO DEBE EMPEZAR POR LA CASA DE DIOS


Dios es muy serio en cuanto a la pureza de la iglesia. Esta fue una
lección temprana e inolvidable sobre la manera como Dios ve el peca-
do entre la comunidad de creyentes. En esencia Dios quería decir: "Yo
no estoy jugando a tener iglesia. No voy a tratar con liviandad a los
pecadores. No estoy interesado en darle gusto a todos y a satisfacer sus
antojos. Lo que deseo es justicia, verdad y corazones sinceros". De esa
manera notificó a todos que es serio, hasta la muerte. La iglesia no es
un club social.
¿Cuál fue el resultado de este episodio? De nuevo, "vino gran temor
¿La iglesia al gusto del consumidor? 67

sobre toda la iglesia, y sobre todos los que oyeron estas cosas" (5:11).
Se puede tener certeza de que muchos examinaron en la iglesia de
Jerusalén aquel día cómo estaban viviendo. Dios quería que su pueblo
tomara el pecado en serio; quería desalentar los compromisos
superficiales; quería que los suyos le tuvieran temor y reverencia. La
iglesia se reúne para adorar a Dios yeso demanda la confrontación del
pecado. Aquí el Señor nos da el modelo básico de reunión de la iglesia
con uno de sus objetivos principales: tratar con fiereza y vigor el pecado.
No importa qué piensan los creyentes acerca de tal severidad, sino lo
que Dios piensa acerca de tal iniquidad.
Es seguro que en la Jerusalén del primer siglo había pecadores mucho
más ignominiosos que Ananías y Safira. Herodes, por ejemplo. ¿Por
qué Dios no le hizo caer muerto al instante? Lo cierto es que también
hizo lo mismo más adelante (cp. Hch. 12:18-23). No obstante, el caso
es que sucede aquello escrito por Pedro: "Porque es tiempo de que el
juicio comience por la casa de Dios" (1 P. 4: 17). Dios juzga a su propio
pueblo antes de dirigir su ira a los paganos.
¿Puede la iglesia evitar el juicio de Dios? Sí, pero solo mediante su
propia purificación. Después de advertir a los corintios que Dios ya
estaba juzgando con enfermedad y muerte a los miembros de la iglesia
que vivían en pecado, Pablo les dijo: "Si, pues, nos examinásemos a
nosotros mismos, no seríamos juzgados" (1 Co. 11:31). En otras
palabras, es labor que corresponde a los miembros fieles de la iglesia
mantener la pureza de la iglesia. Siendo francos, esto habla con mucho
más poder a los incrédulos sobre la realidad de las cosas que una charla
blanda que se da con el fin de hacerles sentir bienvenidos y aceptados.
Esto hace saber al no creyente que la iglesia es un pueblo santo y que
no es para pecadores no arrepentidos, sino para los redimidos que aman
la justicia.
Mantenemos la pureza siguiendo el proceso que Jesús delineó en el
capítulo 18 de Mateo: "Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y
repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano.
Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de
dos o tres testigos conste toda palabra. Si no los oyere a ellos, dilo a la
iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano" (vv. 15-17,
cursivas añadidas). Nos referimos a este proceso como "disciplina
eclesiástica". Puede que no sea un concepto que guste mucho al
68 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

consumidor, pero es lo que Dios manda. Su designio es purificar a la


iglesia y de esa manera bendecir a su pueblo y protegerlo de su juicio
santo. Pablo escribió: "mas siendo juzgados, somos castigados por el
Señor, para que no seamos condenados con el mundo" (1 Co. 11 :32).
Jesús continuó diciendo: "De cierto os digo que todo 10 que atéis en
la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será
desatado en el cielo. Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren
de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será
hecho por mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o
tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos" (Mt.
18:18-20). Recordemos que en este contexto el Señor estaba
describiendo la manera de tratar el pecado en la comunidad de la fe. El
punto es que Cristo cumple su propia voluntad en la iglesia mediante el
proceso de disciplina. "Allí estoy yo en medio de ellos" significa que
Él obra de manera personal en y a través de los creyentes para purificar
a su iglesia a medida que ellos siguen los pasos dados por Él. El efecto
es que los creyentes que se arrepienten son restaurados (son "desatados"
de la carga de su pecado), y los pecadores duros de corazón son expuestos
y sacados de la comunión fraternal (su pecado les es "atado"). Si no
seguimos este proceso para mantener pura la iglesia, Él intervendrá con
juicio (1 Co. 11 :30).

CONOCIENDO EL TEMOR DEL SEÑOR, PERSUA-


DIMOS A LOS HOMBRES
Aquí se encuentra el punto saliente que corresponde al tema de este
libro en particular: el juicio de Dios contra el pecado de Ananías y Safira
tuvo un efecto más allá de la comunidad de los creyentes: "vino gran
temor sobre toda la iglesia, y sobre todos los que oyeron estas cosas"
(Hch. 5:11, cursivas añadidas). El versículo 13 dice que los incrédulos
no se atrevían a asociarse con ellos, y esto es todo lo opuesto a la filoso-
fía que buscar darle gusto a la gente y que es tan popular hoy día. En
lugar de halagar y atraer a las personas para ir a la iglesia haciendo que
se sientan cómodos y seguros, Dios utilizó el temor para mantener por
fuera a los incrédulos.
El temor del Señor fue una doctrina central en la iglesia primitiva,
así como en el Antiguo Testamento. Incrédulos y creyentes por igual
eran instruidos a temerle. Nadie excepto un completo necio se atrevía a
¿La iglesia al gusto del consumidor? 69

tratar a Dios con frivolidad. Era ese mismo temor el que empujaba a las
personas hacia la salvación y les mantenía obedientes. La salvación no
viene por el deseo de unirse a la diversión y terminar el dolor emocional,
sino porque el corazón clama con ansias por su liberación del pecado.
El movimiento contemporáneo de iglesias al gusto del consumidor
apunta a todo lo contrario. En lugar de despertar el temor a Dios intenta
presentarle como un ser divertido, jovial, transigente, sin complicaciones,
y hasta permisivo. Los pecadores arrogantes que deberían acercarse a
Dios con terror (cp. Le. 18: 13), se envalentonan y presumen de su gracia.
Ahora los pecadores no oyen una sola mención a la ira divina. Esto es
algo tan erróneo como predicar herejías abiertas.
Al aprender sobre el carácter de Dios basándose en lo sucedido a
Ananías y Safira, llegamos a la conclusión de que la ira de Dios no debe
tomarse a la ligera. Pedro escribió: "si primero comienza [el juicio] por
nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de
Dios?" (l P. 4: 17). Pablo habló acerca de la ira divina como una de las
motivaciones primordiales para el evangelismo: "Conociendo, pues, el
temor del Señor, persuadimos a los hombres" (2 Co. 5:11).

¿A DÓNDE LLEGA LA IGLESIA QUE DA GUSTO AL


CONSUMIDOR?
La filosofía religiosa de dar gusto al consumidor y estar al alcance del
usuario común y corriente es un giro brusco en bajada por un sendero
erróneo para la iglesia de Cristo. Estoy convencido de que el declive en
la adoración, la predicación bíblica y la teología traerá en últimas
concesiones doctrinales bastante graves. De hecho, es posible que ya
esté sucediendo. Líderes cristianos que se identifican como evangélicos
están empezando a cuestionar doctrinas cardinales como el infierno y
la depravación humana.
Uno de los movimientos más populares en la actualidad acoge una
doctrina conocida como "inmortalidad condicional", que es semejante
a la idea de aniquilación. 12 Es la idea de que los pecadores no redimidos
son desarraigados de la existencia en lugar de pasar una eternidad en el
infierno. Esta visión tiene un ajuste perfecto con la filosofía de darle
gusto al consumidor porque enseña que un Dios de misericordia no
podría consignar a seres creados por Él al tormento eterno. En lugar de
eso, los borra por completo.
70 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

Las ideas de inmortalidad condicional y aniquilación no son nuevas.


No obstante, la historia muestra que la mayoría de las personas y los
movimientos que adoptan tales nociones dejan de ser ortodoxos. Negar
la eternidad del infierno es lo mismo que dar el primer paso para empezar
a rodar cuesta abajo.
Spurgeon atacó la inmortalidad condicional como uno de los grandes
errores que llevaron al declive de la iglesia en el siglo diecinueve. Dijo
que quienes niegan el carácter eterno del infierno "casi que han obliterado
la esperanza de un cielo eterno como el que hemos esperado todo este
tiempo. Por supuesto, la recompensa de los justos no debería tener una
continuidad diferente al castigo de los malvados, puesto que ambas cosas
se describen como 'eternas' en el mismo versículo [Mt. 25:46], con
palabras pronunciadas por los mismos labios sagrados; si el 'castigo'
solo dura cierta cantidad de tiempo, la 'vida' tendría que durar lo
mismo".J3
La Biblia dice: "Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago
de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán
atormentados día y noche por los siglos de los siglos" (Ap. 20: 10).
Jesús habló del hombre rico que "en el Hades alzó sus ojos, estando en
tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Entonces
él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a
Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua;
porque estoy atormentado en esta llama" (Lc. 16:23,24). También fue
Jesús quien dijo: "Y si tu ojo te fuere ocasión de caer, sácalo; mejor te
es entrar en el reino de Dios con un ojo, que teniendo dos ojos ser
echado al infierno, donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca
se apaga" (Mr. 9:47, 48). Además, Apocalipsis 14: 11 describe la
condición eterna de los que siguen al anticristo en la tribulación: "el
humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tienen
reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni
nadie que reciba la marca de su nombre". El maestro más prolífico
sobre el infierno en todas las Escrituras fue el mismo Señor Jesús. Él
tuvo más que decir sobre el tema que todos los apóstoles, profetas y
evangelistas juntos.
Toda predicación que atenúa o disminuye la ira de Dios no contribuye
al evangelismo sino que 10 menoscaba. La urgencia del evangelio se
pierde por completo cuando el predicador niega la realidad o severidad
¿La iglesia al gusto del consumidor? 71

del castigo eterno. La autoridad de las Escrituras se desacredita cada


vez que se niega o confunde la enseñanza clara de Cristo. La seriedad
del pecado es reducida por esta enseñanza y con su propagación se
subvierte la esencia misma del evangelio.
¿Cuán profundo ha sido el alcance de esta tendencia a negar el
infierno en la iglesia evangélica? Una encuesta aplicada a estudiantes
de seminarios evangélicos reveló que cerca de la mitad (el 46 por ciento)
consideraban que predicar sobre el infierno a los incrédulos es "de mal
gusto" .14 Peor todavía, tres de cada diez personas indagadas que profesan
ser "nacidas de nuevo" creen que la gente "buena" va a ir al cielo al
morir, incluso si nunca han depositado su confianza en Cristo.I 5 Uno de
cada diez evangélicos dicen que el concepto tradicional de pecado está
mandado a recoger.
Demasiadas personas que han acogido la tendencia de dar gusto al
consumidor no se han detenido a pensar cuán incompatible es con la
teología bíblica verdadera. En su corazón mismo es una perspectiva
pragmática y no bíblica. Se basa en una manera de pensar que está
demoliendo la doctrina ortodoxa y está llevando a la iglesia evangélica
a un nuevo modernismo y a un declive todavía más acelerado que el
observado en otros tiempos.
La respuesta, por supuesto, no se encuentra en una iglesia que se
proponga no tratar bien a las personas, sino más bien en una comunidad
vibrante de creyentes amorosos, honestos y comprometidos que adoran
a Dios de corazón y se ministran unos a otros como la iglesia descrita
en Hechos capítulo 4. Una iglesia que se mantiene alejada del pecado,
donde todos dan cuenta de sí a los demás y proclaman con denuedo
toda la verdad de las Escrituras. Puede ser que los que carecen de amor
por las cosas de Dios encuentren que un lugar así no es de su agrado ni
está a su alcance, pero la bendición de Dios vendrá sobre la comunión
de los creyentes verdaderos porque Él ordenó que la iglesia fuera así.
Además, es Él quien añadirá personas a la iglesia, tal como lo prometió.
72 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

1. "Otro comentario sobre el declive de la iglesia" ["Another Word Concerning


the Down-Grade", en The Sword and the Trowel (agosto de 1887), pp. 397-98.
2. Citado en el artículo de John Dart, "Las iglesias protestantes se suman al
rebaño y ahora llenan las bancas con cultos nocturnos el sábado", en Los
Angeles Times (15 de septiembre de 1991), sección B, p. 3.
3. User-Friendly Churches (Ventura, Callf.: Regal, 1991), pp. 1, 15-16.
4. George Barna, Marketing the Church [Cómo mercadear la iglesia] (Colorado
Springs, Colo.: NavPress, 1988), p. 51.
5. Ibíd., p. 33.
6. Ibíd., p. 45.
7. Russell Chandler (11 de diciembre de 1989), sección A, p. 1.
8. Mike McIntyre, The San Diego Union (6 de noviembre de 1988), sección D,
p.8.
9. "Designio del Espíritu Santo para cambiar la televisión cristiana para siempre"
(aviso publicitario), Religious Broadcasting (octubre de 1992), pp. 4-5.
10. "En espíritu yen verdad", Religious Broadcasting (diciembre de 1992), p. 12.
11. Este pasaje es una de las pruebas de la deidad y personalidad del Espíritu
Santo. En el versículo 3 Pedro dijo que Ananías había mentido al Espíritu
Santo. En el versículo 4 dice a Ananías: "No has mentido a los hombres, sino a
Dios". El Espíritu Santo es Dios. Al mentir a los apóstoles sobre lo que estaba
haciendo, Ananías cometió una ofensa todavía mayor contra el Espíritu Santo.
12. La doctrina falsa de inmortalidad condicional enseña que las almas humanas
no son inmortales en sí mismas; por esa razón los condenados en el juicio
dejan de existir, mientras que a los justos se les concede la inmortalidad. La
noción de aniquilación consiste en que todas las almas son inmortales pero los
malvados pierden su inmortalidad en el juicio.
13. "Teología progresiva", The Sword and the Trowel (1888), p. 158.
14. James Davison Hunter, Evangelicalism: The Coming Generation [La nueva
generación en la iglesia evangélica] (Chicago: University of Chicago, 1987),
p.40.
15. George Barna, The Barna Report [El informe de Barna] (Ventura, Calif.:Regal,
1992), p. 52.
11
3 11

,
¡QUIERO RELIGION DE
ENTRETENIMIENTO!
El hecho es que a muchos les gustaría unir iglesia y candilejas,
cartas y oración, baile y sacramentos. Si no tenemos poder sufi-
ciente para obstaculizar esta corriente, por lo menos podemos
advertir a los hombres de su existencia y rogarles que se alejen de
ella. Si desapareciera la fe antigua y se extinguiera el entusiasmo
por el evangelio, no sorprendería que la gente buscara algo más
para su deleite y esparcimiento. Al faltarles el pan se alimentan
con cenizas; al rechazar el camino del Señor corren con afán por
el sendero de la necedad.

Carlos H. Spurgeon l

"Hacia finales del siglo diecinueve ... la era de la exposición se empezó


a desvanecer, y ya se podían discernir las primeras señales de su reem-
plazo, el cual habría de ser la era de los espectáculos y la farándula". 2
Mientras Carlos Spurgeon batallaba en la controversia del declive
empezaba a surgir una tendencia mundial que definiría el rumbo de la
actividad humana durante todo el siglo veinte. Fue el surgimiento del
entretenimiento en el centro mismo de la vida familiar y cultural. Esta
tendencia vio el ocaso de lo que Neil Postman llama "la era de la
exposición" que se caracterizó por el intercambio educado de ideas por
medios impresos y verbales (predicación, debates y conferencias). Cedió
lugar a "la era de los espectáculos y la farándula", en la cual las
74 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

diversiones y el entretenimiento se han convertido en los aspectos más


importantes y que consumen la mayor cantidad de tiempo en la vida
humana. El drama, el cine y por último la televisión, han colocado la
industria del entretenimiento en el centro de nuestra vida y nuestro hogar.
En el negocio de los espectáculos la verdad es algo irrelevante. Lo
que importa en realidad es que seamos entretenidos. La sustancia cuenta
muy poco; el estilo lo es todo. En las palabras de Marshall MacLuhan,
el medio es el mensaje. Lo más triste es que esa manera de pensar rige
ahora en la iglesia tanto como en el mundo.
A. W. Tozer escribió estas palabras en 1955:

Durante siglos la iglesia se mantuvo finne en contra de toda modalidad de


entretenimiento mundano al reconocerlo tal como era: un mecanismo para
fomentar el desperdicio de tiempo, un refugio frente a la voz perturbadora
de la conciencia, un artilugio para distraer la atención de la responsabilidad
moral. Por esa razón fue atacada sin clemencia por los hijos de este mundo.
Sin embargo, en los últimos tiempos se ha cansado de ser atacada y ha
abdicado de la lucha. Parece haber decidido que si no puede conquistar al
gran dios del entretenimiento, le va a ir mejor unirse a él y utilizar sus poderes
cuanto más pueda. De modo que tenemos hoy ante nosotros el espectáculo
chocante en que se vierten millones de dólares para realizar el trabajo nada
santo de suministrar entretenimiento terrenal para los llamados hijos del cielo.
El entretenimiento religioso en muchos lugares está suplantando con rapidez
las cosas serias de Dios. Muchas iglesias estos días se han convertido en
poco más que teatros de mala muerte donde "productores" de quinta categoría
tratan de rebuscárselas con sus ofertas mediocres, ya que cuentan con la
aprobación plena de líderes evangélicos que hasta son capaces de citar algún
texto bíblico para defender su delincuencia. A duras penas algún hombre se
atreve a levantar su voz contra tal atrocidad.3

Si tenemos en cuenta las normas actuales de diversión, las cuestiones


que inflamaban a tal punto la vehemencia de Tozer parecen baladíes.
Por ejemplo, las iglesias trataban de atraer personas a los cultos del
domingo en la noche presentando películas cristianas. Las campañas
de jóvenes incluían música con ritmo y conferenciantes cuya
especialidad era el humor. Los juegos y las actividades energéticas
empezaban a ejercer una función importante en el ministerio de jóvenes
de la iglesia. Al ver en retrospectiva, parece difícil entender qué era lo
que tanto perturbaba a Tozer. Casi nadie en estos días se molesta o
preocupa por cualquiera de los métodos que parecían ser innovaciones
¡Quiero religión de entretenimiento! 75

en exceso radicales durante la década de los cincuenta. Hoy día la


mayoría son considerados por lo general como herramientas
convencionales.
Sin embargo, Tozer no estaba condenando los juegos, los estilos
musicales o las películas en sí mismos. Estaba preocupado por la filosofía
subyacente que motivaba y trataba de justificar lo que estaba sucediendo
en la iglesia. Estaba haciendo sonar una alarma acerca de un cambio
mortífero de enfoque. Vio que los evangélicos utilizaban el
entretenimiento como una herramienta para el crecimiento de la iglesia,
y creyó que eso era subvertir las prioridades de la iglesia. Su temor era
que las diversiones frívolas y los pasatiempos carnales en la iglesia
tarde o temprano destruirían el apetito de las personas por la adoración
real y la predicación de la Palabra de Dios.
Tuvo mucha razón al respecto. De hecho, la amonestación de Tozer
es más apropiada que nunca ahora que la iglesia emprende el camino
de un nuevo siglo. Tanto él como Spurgeon antes que él, estaban
identificando una tendencia que se ha manifestado a plenitud en nuestra
generación. Las cosas con que la iglesia flirteaba en el tiempo de
Spurgeon se volvieron afición en el de Tozer. Ahora son una obsesión.
Peor todavía, las formas de entretenimiento que se utilizan hoy en la
iglesia en muchos casos son por completo seculares y carecen de
cualquier contenido cristiano.
Un artículo en el diario The Wall Street Journal describía la oferta
que una conocida iglesia estaba presentando "para aumentar la asistencia
a los cultos dominicales nocturnos". La iglesia "coloca en escena un
combate de lucha libre en la que los contendientes son empleados de la
iglesia. A fin de prepararse para el acontecimiento, diez de los empleados
recibieron lecciones de Remolque Taylor, un luchador profesional
retirado que les enseñó a tirar del pelo, patear las extremidades y lanzar
cuerpos por el aire sin causar daños reales".4 Quizás ningún daño para
los miembros de la nómina, pero ¿cuál es el efecto de una exhibición de
ese tipo a favor del mensaje de la iglesia? ¿Acaso el evangelio mismo
no queda oscurecido y caricaturizado con esa clase de rufianería? ¿Se
puede imaginar lo que Spurgeon o Tozer habrían pensado de algo así en
la iglesia?
Esa exhibición de lucha libre no es un ejemplo rebuscado de alguna
iglesia excéntrica o al borde de la demencia. Tuvo lugar un domingo
76 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

por la noche en una de las cinco iglesias más grandes de los Estados
Unidos. Ejemplos similares pueden hallarse en muchas de las iglesias
evangélicas principales que se supone son ortodoxas.
Algunos sostienen que siempre y cuando se presenten principios
bíblicos no importa el medio por el cual se transmitan. Este es un
contrasentido. Si un medio de entretenimiento es la clave para ganar a
las personas, ¿por qué no utilizar todos los recursos disponibles? En
ese caso se podría tener un "carnaval bíblico" y contratar a un acróbata
con tatuajes que grita versículos bíblicos desde una cuerda floja mientras
hace maromas. Seguro que eso atraería muchedumbres y el contenido
del mensaje seguiría siendo bíblico. Es una situación extravagante pero
ilustra la manera como el medio puede abaratar y corromper el mensaje.
Además, lo triste es que esto no se diferencia mucho de lo que se
hace con frecuencia en los templos de algunas iglesias. Parece que no
hay un límite a lo que están dispuestos a hacer los líderes modernos
para cautivar a la gente que no está interesada en la adoración y la
predicación. Hay demasiados que se han creído la noción de que la
iglesia debe ganar a las personas ofreciendo una forma alternativa de
entretenimiento.
¿Qué tan lejos va a llegar la iglesia para tratar de competir con
Hollywood? Una iglesia grande al sudoeste de los Estados Unidos ha
instalado un sistema de efectos especiales de medio millón de dólares
que puede producir humo, fuegos artificiales, centellas y luces láser en
el anfiteatro. La iglesia envió a miembros del personal para que
estudiaran los efectos especiales de los espectáculos en vivo que tienen
lugar en un famoso casino de Las Vegas. El pastor terminó uno de los
cultos ascendiendo al "cielo" por medio de cables invisibles que lo
hicieron perder de vista mientras el coro y la orquesta añadían un
acompañamiento musical al despliegue de luces, humo y fuegos
artificiales. 5 Para el pastor solo se había tratado de un espectáculo típico
de domingo: "Este hombre se asegura de tener un salón repleto con la
utilización de efectos especiales ... por ejemplo enciende una sierra
eléctrica y derriba un árbol para ilustrar un punto... ellos realizan los
fuegos artificiales más ostentosos de la ciudad para celebrar el día de la
independencia y la fiesta navideña con alquiler de elefantes, canguros y
cebras. El espectáculo navideño incluye cien payasos con regalos para
los niños de la congregación".6
¡Quiero religión de entretenimiento! 77

Trucos de esa clase habrían sido parte de las peores pesadillas de


Spurgeon, y ni siquiera Tozer podría haber visto por adelantado los
extremos a que llegarían los evangélicos para rendir tributo al gran dios
del entretenimiento.

IMPULSADOS POR EL PRAGMATISMO


No se puede negar que estos tejemanejes parecen funcionar, es de-
cir, logran atraer a multitudes. Muchas iglesias que han experimentado
con tales métodos informan sobre mayores cifras de asistencia. Un pu-
ñado de iglesias gigantes, aquellas que tienen los medios para pagar
producciones, efectos e instalaciones de primera clase, han sido capa-
ces de estimular un crecimiento numérico enorme. Algunas de ellas
llenan recintos descomunales con miles de personas varias veces a la
semana.
Algunas de estas iglesias gigantes se asemejan a clubes elegantes y
hoteles o centros de convenciones de elevada categoría. Cuentan con
instalaciones impresionantes con pistas de patinaje y boliche, salas de
cine, saunas, restaurantes, salones de baile y gimnasios ultramodernos
para la práctica de varios deportes. La recreación y el entretenimiento
son los aspectos más visibles de estas grandes corporaciones. Tales
iglesias se han convertido en lugares obligados de peregrinación para
los estudiantes de técnicas de iglecrecimiento.
Ahora los evangélicos en todas partes se han embarcado en la
búsqueda frenética de nuevas técnicas y nuevas formas de
entretenimiento para atraer a las personas. Al líder eclesiástico promedio
de la actualidad no parece importarle mucho si un método es bíblico o
no. ¿ Funciona, sí o no? Esa es la nueva prueba de legitimidad. De esa
manera el pragmatismo puro se ha convertido en la fuerza propulsora
para gran parte de la iglesia de profesión.

¡LLEGÓ LA HORA DEL ESPECTÁCULO!


Desde el momento en que Carlos Spurgeon advirtió acerca de "los
que les gustaría unir iglesia y candilejas, cartas y oración, baile y sacra-
mentos", fue desdeñado como un alarmista. No obstante, la profecía de
Spurgeon se ha cumplido ante nuestros ojos. Los edificios modernos
que albergan a las iglesias se construyen como teatros (que Spurgeon
llamaba "casas de juego"). En lugar de un púlpito toda la atención se
78 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

centra en el escenario. Las iglesias están contratando de tiempo com-


pleto a especialistas en medios, consultores de programación, directo-
res de teatro y coreografía y expertos en efectos especiales.
Todo esto es la extensión natural de una filosofía de iglesia orientada
al mercado. Si la iglesia solo se debe ocupar en la promoción de un
producto, más vale que los líderes de la iglesia presten atención a los
métodos de la industria publicitaria. Después de todo, la competencia
principal de la iglesia es un mundo lleno de diversiones seculares y un
sinnúmero de bienes y servicios mundanos. Por lo tanto, los expertos
en mercadotecnia dicen que nunca ganaremos a las personas hasta que
desarrollemos formas alternativas y eficaces de entretenimiento para
captar la atención y lealtad de ellas frente a las ofertas que reciben del
mundo. Esa meta define la naturaleza de la campaña de mercadeo.
¿Qué tiene eso de malo? Para empezar, la iglesia no debe ocuparse
en mercadear su ministerio como una alternativa frente al entretenimiento
secular (1 Ts. 3:2-6). Eso corrompe y desvaloriza la misión real de la
iglesia. No somos vocingleros de carnaval, vendedores de autos usados
ni presentadores de comerciales. Somos los embajadores de Cristo (2
Co. 5:20): conocemos el temor del Señor (v. 11), estamos constreñidos
y motivados por el amor de Cristo (v. 14), hemos sido renovados por
completo en Él (v. 17) y por ende rogamos a los pecadores que sean
reconciliados con Dios (v. 20).
Además, en lugar de confrontar al mundo con la verdad de Cristo, las
iglesias gigantes impulsadas por el mercado promueven con entusiasmo
las peores tendencias de la cultura secular. Alimentar el apetito de
entretenimiento de la gente solo exacerba los problemas emocionales, la
apatía y el materialismo. Para ser francos, resulta difícil concebir una
filosofía de ministerio que contradiga más el patrón que el Señor nos dio.
Proclamar y explicar la Palabra para la madurez y la santidad de los
creyentes debería ser el corazón del ministerio de toda iglesia. Si el
mundo mira la iglesia y ve un centro de entretenimiento, estamos
enviando el mensaje erróneo. Si los cristianos ven la iglesia como un
salón de entretenimiento o un parque de diversiones, la iglesia morirá.
Cierta mujer estimada que luchaba en una iglesia que había acogido
todas las modas modernas, se quejó hace poco diciendo: "¿Cuándo será
que la iglesia va a dejar de entretener a los cabritos para volver a alimentar
a las ovejas?"
¡Quiero religión de entretenimiento! 79

No hay una sola cosa en las Escrituras en la que se indique que la


iglesia deba atraer la gente a Cristo presentando el cristianismo como
una opción atractiva. Nada en el evangelio es opcional: "Yen ningún
otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los
hombres, en que podamos ser salvos" (Hch. 4: 12). El evangelio tampoco
tiene que ser atractivo en el sentido del mercadeo moderno. Como hemos
advertido, el mensaje del evangelio es con frecuencia "piedra de tropiezo
y roca de caída" (Ro. 9:33; 1 P. 2:8). Es perturbador y genera malestar,
confrontación, convicción y ofensa para el orgullo humano. No hay
forma de "promover y mercadear" eso. Los que tratan de borrar su ofensa
presentándola como algo que entretiene, de forma inevitable corrompen
y oscurecen los aspectos cruciales del mensaje. La iglesia debe darse
cuenta de que su misión nunca ha sido las relaciones públicas o las
ventas; estamos llamados a vivir vidas santas y a declarar toda la verdad
de Dios sin rodeos a un mundo incrédulo. Con amor pero sin
concesiones.

¿EL CRECIMIENTO NUMÉRICO ES UNA META


LEGÍTIMA?
Quizás debo decir que no me opongo a las iglesias grandes o al
iglecrecimiento como tales. La iglesia "Comunidad de Gracia" donde
soy pastor fue fundada hace más de treinta y cinco años y ha experi-
mentado un crecimiento tremendo a lo largo de la mayor parte de su
historia. En un domingo típico asisten a nuestros cultos unas diez mil
personas. Hemos experimentado ciclos de crecimiento seguidos por
períodos estables. En el presente estamos pasando por otra fase de cre-
cimiento fuerte.
A lo que me opongo es al pragmatismo que tanto defienden los
especialistas en iglecrecimiento que elevan el crecimiento numérico
sobre el crecimiento espiritual y quienes creen que pueden inducir ese
crecimiento numérico siguiendo las técnicas del momento que parezcan
funcionar. La imposición de modas alimentada por esa filosofía esta
cada vez más fuera de control. Se está distrayendo a la gente de las
iglesias bíblicas y a las iglesias de las prioridades bíblicas, al mismo
tiempo que se produce un puñado de iglesias gigantes cuyo crecimiento
depende de su capacidad de anticipación y respuesta frente a la tendencia
cultural del momento. La iglesia ha sido alejada del avivamiento
80 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

verdadero y está siendo seducida por quienes defienden la


popularización del cristianismo. Lo trágico es que la mayoría de los
cristianos parecen ignorar el problema, satisfechos con un cristianismo
que está a la moda y tiene apariencia de vitalidad.
¿Es el crecimiento numérico una meta legítima en el ministerio de
la iglesia? Es seguro que ningún líder respetable en la iglesia
argumentaría con seriedad que el crecimiento numérico es algo
indeseable en sí mismo. Además, nadie cree que deba procurarse el
estancamiento o el decrecimiento numérico. No obstante, esto no quiere
decir que el crecimiento numérico sea la mejor medida de la salud de
una iglesia.
Estoy de acuerdo con George Peters, quien escribió:

El crecimiento cuantitativo... puede ser engañoso. Es posible que no sea más


que el agrandamiento de un movimiento psicológico o social a partir de una
instigación mecánica, una cuenta numérica, una aglomeración de individuos
o grupos, un aumento de masa y volumen sin el desarrollo de músculos y
órganos vitales. Puede ser cristiandad en expansión pero no cristianismo con
transformación. Muchos movimientos de masas del pasado y movimientos
comunitarios y tribales han sido tan solo eso. Encontramos un ejemplo en
las agregaciones de territorio en Europa, sobre todo en Francia y Rusia, cuando
muchos eran obligados a bautizarse e incorporados a la iglesia, trayendo
como resultado grandes masas que profesaban su pertenencia oficial a la
cristiandad pero no su participación voluntaria en una iglesia de Jesucristo
dinámica, vibrante, creciente y responsable... Debe admitirse que en una
gran medida esta expansión de la forma, la profesión y el nombre de la
cristiandad en nada se parece al cristianismo definido en el Nuevo Testamento
y la iglesia mostrada en el libro de los Hechos.
En muchos sentidos la expansión de la cristiandad se ha dado a costa de
la pureza del evangelio y del orden y la vida de verdaderos cristianos. La
iglesia quedó infestada de creencias y prácticas paganas, y su teología se
caracteriza por el sincretismo... grandes segmentos de población han adoptado
una mezcla peligrosa de cristianismo y paganismo.?

En las Escrituras nada nos indica que los líderes de la iglesia deban
establecer metas numéricas para el crecimiento de la iglesia. 8 Esta es la
forma como el apóstol Pablo describe el proceso de iglecrecimiento:
"Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. Así que
ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento"
(1 Co. 3:6, 7, cursivas añadidas).
¡Quiero religión de entretenimiento! 81

Si nos ocupamos en la profundidad de nuestro ministerio, Dios se


hará cargo de la amplitud del mismo. Si ministramos para el crecimiento
espiritual, el crecimiento numérico será tal como Dios disponga que
sea.
Después de todo, ¿de qué sirve la expansión numérica si no está
arraigada en el compromiso firme con el señorío de Cristo? Si las
personas asisten a la iglesia debido en primer lugar a que les parece una
buena opción de entretenimiento, lo más seguro es que saldrán de allí
tan pronto dejen de ser entretenidos o se presente alguna cosa que les
interese más. La iglesia queda así reducida a un ciclo desesperanzador
en el cual debe tratar todo el tiempo de eclipsar cada espectáculo y
nueva función con algo más grande, llamativo y mejor.
, ,
RAICES PRAGMATICAS DEL MOVIMIENTO DE
IGLECRECIMIENTO
El pragmatismo como filosofía de ministerio ha recibido ímpetu
del movimiento de iglecrecimiento que se ha abierto paso durante los
últimos cincuenta años. Donald McGavran, el padre del movimiento
moderno de iglecrecimiento, fue un pragmatista sin pretextos. Esta es
una cita de sus escritos:

Nosotros concebimos métodos y políticas misioneras a la luz de lo que Dios


ha bendecido, teniendo también en cuenta lo que es obvio que no ha
bendecido. La industria llama a esto "modificar la operación con una mirada
retrospectiva a la experiencia pasada". Nada hace tanto daño a las misiones
internacionales como los métodos, instituciones y políticas que deberían traer
a hombres y mujeres a Cristo pero no lo hacen; aquellas cosas que deberían
multiplicar las iglesias, pero no lo hacen. Enseñamos a los hombres a que
sean implacables con respecto al método. Si hay algo que no funciona para
la gloria de Dios y la expansión de la iglesia de Cristo, hay que echar eso a la
basura y conseguir algo que funcione. En cuanto a métodos, somos
pragmáticos fieros; la doctrina es cuento aparte.9

Como misionero joven en la India e hijo de padres misioneros,


McGavran había notado que no es inusual que las organizaciones
misioneras trabajen en la India durante años y tengan escaso o ningún
fruto que mostrar a cambio. La agencia misionera del propio McGavran
había plantado tan solo veinte o treinta iglesias pequeñas en varias
82 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

décadas de labor misionera. lO McGavran estaba determinado a diseñar


una estrategia de misiones que diferenciara entre los métodos que
parecían funcionar y los que no. "Como declaró en el prólogo de un
libro que escribió con otro autor en la década de los treinta, se había
dedicado a 'descartar teorías de iglecrecimiento que no funcionaban, y
a aprender y practicar los modelos productivos'''.ll
Parece que el pragmatismo de McGavran fue suscitado en un
principio por un interés legítimo en la buena mayordomía. Estaba
"alarmado al ver demasiados recursos de Dios, tanto en personal como
en finanzas, utilizados sin hacerse la pregunta de si estaba o no avanzando
el reino de Dios por medio de los programas que estaban sosteniendo" .12
No obstante, el pragmatismo se convirtió en la base filosófica de casi
todo lo enseñado por McGavran, y esto a su vez definió el esquema
operativo de todo el movimiento de iglecrecimiento.
McGavran fundó el "Instituto de Iglecrecimiento", que en 1965 se
unió con la Escuela Fuller de Misiones Mundiales. Desde allí los
preceptos pragmáticos del movimiento de iglecrecimiento han alcanzado
casi todos los campos misioneros del mundo.
C. Peter Wagner, profesor de iglecrecimiento en la escuela misionera
Fuller, es el estudiante mejor conocido de Donald McGavran. Wagner
es el vocero más prolífico, si no el más influyente, en el movimiento
actual de iglecrecimiento. Escribe lo siguiente acerca del pragmatismo
inherente del movimiento:

El movimiento de iglecrecimiento siempre ha subrayado la importancia del


pragmatismo, y lo sigue siendo a pesar de las críticas de muchos. No es la
clase de pragmatismo que está dispuesto a hacer concesiones doctrinales o
éticas, ni del tipo que deshumaniza a las personas al utilizarlas como medios
para un fin. Sin embargo, es la clase de pragmatismo consagrado que examina
de manera implacable las metodologías y los programas tradicionales
haciendo las preguntas más duras. Si alguna variedad de ministerio en la
iglesia no está alcanzando las metas propuestas, el pragmatismo consagrado
dice que algo anda mal y es necesario corregirlo. l3

Wagner, al igual que la mayoría de quienes están involucrados en el


movimiento de iglecrecimiento, afirma que el "pragmatismo
consagrado" que defiende no permite las concesiones doctrinales o
éticas. "La Biblia no nos permite pecar para que la gracia pueda abundar,
¡Quiero religión de entretenimiento! 83

ni a utilizar algún medio prohibido por Dios con el fin de obtener los
fines recomendados por Él", advierte de manera correcta. 14
"Ahora, teniendo en cuenta esta condición estipulada", Wagner
continúa, "deberíamos ver con claridad que el fin sí justifica los medios.
¿ Qué otra cosa podría justificar más los medios? Si el método que estoy
empleando logra la meta a la que estoy apuntando, por esa misma razón
se trata de un buen método. Si, por otra parte, mi método no está logrando
la meta, ¿cómo me puedo justificar por su uso continuado?"15
¿Esto es verdad? Por cierto que no. En especial si "la meta a la que
estoy apuntando" es crecimiento numérico sin respaldo bíblico, o si
"mi método" que "no está logrando la meta" es la predicación clara de
la Palabra de Dios. Esta es precisamente la manera de pensar que está
arrancando la exposición bíblica del ministerio cristiano a fin de
reemplazarla con espectáculos y ambiente teatral.
Un libro reciente con éxito de ventas va más lejos todavía:

Resulta crítico que tengamos en mente un principio fundamental de


comunicación cristiana: los oyentes son soberanos, no el mensaje. Si nuestra
publicidad va a lograr detener a la gente en medio de sus agendas apretadas
y sus vidas ajetreadas para hacerles pensar en lo que estamos diciendo,
nuestro mensaje tiene que adaptarse a las necesidades de los oyentes.
Cuando producimos publicidad que se basa en una proposición de "tómelo
o déjelo" y no en la sensibilidad y respuesta a las necesidades de las
personas, el resultado invariable será el rechazo de nuestro mensaje por
parte del público. 16

¿ Qué habría pasado si los profetas del Antiguo Testamento se


hubieran suscrito a esa filosofía? Jeremías, por ejemplo, predicó cuarenta
años sin buscar alguna respuesta positiva. Por el contrario, sus
coterráneos amenazaron matarle si no dejaba de profetizar (Jer. 11: 19-
23); su propia familia y amigos se confabularon en su contra (12:6); no
se le permitió casarse y por eso tuvo que padecer soledad (16:2); se
urdieron planes para matarle en secreto (18:20-23); fue golpeado y
colocado en el cepo (20:1, 2); fue espiado por amigos que buscaban
venganza (v. 10); fue consumido por la tristeza y la vergüenza, al punto
de maldecir el día en que nació (vv. 14-18); por último, debido a la
acusación falsa de ser un traidor a la nación (37:13, 14), Jeremías fue
golpeado, arrojado a la cárcel y sometido al hambre durante muchos
84 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

días (vv. 15-21). Si un gentil etíope no hubiese intercedido en su favor,


Jeremías habría muerto allí. Al final de todo, según la tradición estuvo
exiliado en Egipto, donde fue apedreado hasta morir por su propio
pueblo. No hubo muchas personas convertidas como prueba de su
ministerio y servicio al Señor durante toda una vida.
Supongamos que Jeremías hubiera asistido a un seminario sobre
iglecrecimiento para aprender una filosofía pragmática del ministerio.
¿Cree usted que habría cambiado su estilo ministerial de confrontación?
¿Le puede imaginar montando un espectáculo variado o utilizando la
comedia para tratar de ganar los afectos de la gente? Quizás habría
aprendido a reunir una multitud que reconociera sus talentos, pero de
seguro no habría tenido el ministerio al que Dios le llamó.
El apóstol Pablo tampoco utilizó un sistema basado en la habilidad
publicitaria, aunque algunos expertos en su propia opinión han tratado
de presentarle como modelo del nuevo pragmatismo. Un defensor de la
técnica de mercadeo afirma: "Pablo fue uno de los mejores estrategas
de todos los tiempos. Todo el tiempo estudiaba estrategias y tácticas
para identificar las que le permitieran atraer la mayor cantidad de
'candidatos' y obtener el número máximo de conversiones".1 6 Por
supuesto, la Biblia no dice algo semejante. Por el contrario, el apóstol
Pablo eludía los métodos astutos y las maniobras sutiles para hacer
proselitismo y llevar a las personas a conversiones falsas mediante la
persuasión camal. Pablo mismo escribió:

Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de


Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. Pues me propuse no
saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado. Y
estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; y ni mi palabra
ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino
con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada
en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios (1 Co. 2: 1-5).

El apóstol recordó a la iglesia en Tesalónica:

Porque nuestra exhortación no procedió de error ni de impureza, ni fue por


engaño, sino que según fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase
el evangelio, así hablamos; no como para agradar a los hombres, sino a Dios,
que prueba nuestros corazones. Porque nunca usamos de palabras lisonjeras,
como sabéis, ni encubrimos avaricia; Dios es testigo; ni buscamos gloria de
¡Quiero religión de entretenimiento! 85

los hombres; ni de vosotros, ni de otros, aunque podíamos seros carga como


apóstoles de Cristo (1 Ts. 2:3-6).

La corrección bíblica es el único marco de referencia por el cual


debemos evaluar todos los métodos del ministerio.
Cualquier filosofía de ministerio en la que el fin justifica los medios
llevará de forma inevitable a las concesiones doctrinales, a pesar de
cualquier condición estipulada que parezca asegurar lo contrario. Si
hacemos de la eficacia el criterio para medir la rectitud y el error, ¿cómo
se puede evitar que esto tiña nuestra doctrina? En últimas la noción de
verdad del pragmático se deja moldear por todo lo que parezca eficaz y
no por la revelación objetiva de las Escrituras.
Una mirada a la metodología del movimiento de iglecrecimiento
muestra cómo sucede esto. El movimiento estudia todas las iglesia con
crecimiento, incluidas aquellas que tienen doctrinas falsas como parte
de su enseñanza. Iglesias de denominaciones liberales, sectas
carismáticas extremistas y dictaduras religiosas fundamentalistas y
militantes, son colocadas por igual bajo el escrutinio de los especialistas
en iglecrecimiento. Algunas veces se extraen principios de crecimiento
hasta de las asambleas mormonas y los salones del reino de los testigos
de Jehová. El experto en iglecrecimiento busca las características
comunes a todas las iglesias en crecimiento y defiende todos los métodos
que parezcan funcionar. La cuestión fundamental detrás de todo es
siempre el crecimiento numérico.
¿Acaso hemos de creer que el crecimiento en congregaciones no
cristianas es prueba de que Dios está obrando allí? ¿Por qué estaríamos
dispuestos a duplicar la metodología de grupos religiosos que corrompen
el evangelio? ¿No es apenas justo preguntarse si cualquier crecimiento
que resulte de la aplicación de tales métodos es ilegítimo y fabricado
por medios carnales? Después de todo, si un método funciona tan bien
para una secta como para el pueblo de Dios, no hay razón para suponer
que los resultados positivos sean un indicio de la bendición de Dios.
Algo que falta por completo en la mayoría de los libros sobre
iglecrecimiento es un análisis crítico de la plataforma doctrinal anómala
sobre la cual se construye gran parte del iglecrecimiento contemporáneo.
Un escritor ha dicho acerca de Peter Wagner:
Wagner no presenta evaluaciones negativas de tan siquiera un grupo. Su
86 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

carrera ha consistido en hallar lo que es bueno en las iglesias que crecen y


afirmar su validez sin hacer muchas preguntas críticas. Esto le permite
establecer como modelos de vida de iglesia grupos tan diversos como la
Viña de Wimber, la Catedral de Cristal de Schuller, la denominación entera
de los Bautistas del Sur, y cualquier otra iglesia que evidencie crecimiento
numérico. l7

El hecho de que una iglesia esté creciendo se percibe muchas veces


como una sanción divina. Después de todo, según razona la gente, ¿por
qué se debe criticar cualquier enseñanza que Dios esté bendiciendo con
crecimiento numérico? ¿Acaso no es mejor tolerar las faltas doctrinales
y los deslices en la ortodoxia para bien del crecimiento y la unidad? De
esa manera el pragmatismo moldea y perpetúa la perspectiva doctrinal
de las personas.
Wagner mismo, por ejemplo, quien antes no había sido carismático,
cambió su perspectiva doctrinal para acoger las señales y prodigios del
movimiento de la tercera ola, por razones que en gran medida son
pragmáticas. Su admisión al respecto es bastante cándida:

Estoy orgulloso de contarme entre los que están defendiendo el evangelismo


de poder como una herramienta importante para el cumplimiento de la gran
comisión en nuestros días. Una de las razones por las que estoy tan
entusiasmado es que está funcionando. En todos los grupos existentes, el
evangelismo más eficaz en el mundo actual está acompañado por
manifestaciones sobrenaturales de poder.l 8

En conclusión, resulta obvio que la perspectiva pragmática de Wagner


es lo que ha definido su doctrina, y no a la inversa.
Wagner concede este punto y dice que la metodología del
movimiento de iglecrecimiento es "fenomenológica", no teológica. Esa
perspectiva "puede parecerle demasiado subjetiva a muchos teólogos
tradicionales", según admite.1 9 Continúa diciendo: "Como punto de
partida, el iglecrecimiento casi siempre mira las cosas como son y no
como deberían ser... Lo que los cristianos experimentan en lo relacionado
con la obra de Dios en el mundo y en sus vidas no siempre va precedido
por racionalizaciones teológicas minuciosas. Muchas veces la secuencia
va en la dirección opuesta: la teología es definida por la experiencia
cristiana" .20
Siendo así las cosas, ¿acaso no pierde todo sentido la afirmación de
¡Quiero religión de entretenimiento! 87

Wagner según la cual su pragmatismo "no es del [tipo] que hace


concesiones doctrinales"? 21 Después de todo, si la experiencia sugiere
que señales y prodigios son herramientas eficaces para el
iglecrecimiento, y si es legítimo permitir que nuestra experiencia moldee
nuestra teología, resulta bastante lógico enmendar la doctrina (como
Wagner mismo lo hizo) para acomodar alguna observación pragmática
y heurística. Uno solo tiene que encontrar la manera de interpretar de
nuevo o adaptar las Escrituras para que se ajusten a cualquier esquema
doctrinal dictado por el pragmatismo.
Es necio pensar que se puede ser pragmático y bíblico al mismo
tiempo. El pragmatista quiere saber qué funciona ahora mismo. Al
pensador bíblico solo le interesa saber qué manda hacer la Biblia. Las
dos filosofías se oponen entre sí en el nivel más básico.

LA ERA DEL PRAGMATISMO


A pesar de todo esto, el pragmatismo filosófico nunca ha sido más
popular en las iglesias evangélicas. El movimiento de iglecrecimiento,
que durante años fue un componente principal de la actividad misione-
ra mundial, ahora tiene una influencia enorme en los cuarteles genera-
les de la iglesia evangélica occidental. Los polluelos del pragmatismo
ahora regresan a casa cantando como gallos de pelea. Las iglesias nor-
teamericanas están experimentando con metodologías pragmáticas, y
el resultado ha sido una explosión de interés en técnicas innovadoras de
iglecrecimiento. El movimiento de iglecrecimiento ha formado una alian-
za no oficial con quienes creen que el evangelismo es antes que nada
una empresa de mercadeo y publicidad.
El pragmatismo en la iglesia refleja el espíritu de nuestra época.
Libros con títulos como Aprenda a mercadear su ministerio,
Mercadotecnia eclesiástica y Desarrollo de estrategias eficaces de
mercadeo y comunicación para iglesias, están en furor de venta. La
industria de publicaciones cristianas está produciendo cada vez más
materiales de asesoría para líderes eclesiásticos, provenientes de campos
seculares de estudio: psicología, mercadotecnia, publicidad, gerencia,
política, entretenimiento y negocios; al mismo tiempo ha declinado la
distribución de comentarios, ayudas para el estudio bíblico y libros sobre
cuestiones bíblicas.
El modelo de acción y conducta para los pastores contemporáneos
88 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

no es el profeta o el pastor sino el ejecutivo, el empresario, el político o


lo peor de todo, el anfitrión de programas de opinión. Gran parte de la
iglesia contemporánea tiene una preocupación desmedida en niveles de
audiencia, encuestas de popularidad, imagen como grupo, crecimiento
estadístico, utilidades financieras, sondeos de opinión, tablas
demográficas, cifras de censo, tendencias en la moda, prestigio y
celebridad, su lugar en las listas de los mejores y otras cuestiones
pragmáticas. Se está desvaneciendo con rapidez la pasión de la iglesia
por la pureza y la verdad. A nadie parece importarle siempre y cuando
la respuesta del público sea entusiasta.
Tozer advirtió que el pragmatismo también se había introducido en
la iglesia de su tiempo. Escribió: "Digo sin vacilación que una parte,
una gran parte de las actividades que se llevan a cabo hoy día en círculos
evangélicos, no solo están influenciadas por el pragmatismo sino que
además son controladas casi del todo por sus dictados" .22 Tozer describió
el peligro que el pragmatismo representaba para la iglesia, aun el llamado
"pragmatismo consagrado":

La filosofía pragmática... no hace preguntas embarazosas acerca de la


sabiduría de lo que estemos haciendo o siquiera de su moralidad. Acepta
nuestros fines elegidos como correctos y buenos, y parte en busca de medios
y procedimientos eficientes para alcanzarlos. Tan pronto descubre algo que
funciona busca un texto para justificarlo, "consagra" el método al Señor y
avanza sin reservas. A continuación se escribe un artículo acerca del método
en alguna revista, luego un libro y por último se otorga a su inventor un
grado honorífico. Después de esto cualquier duda sobre la autoridad bíblica
de las cosas o tan siquiera su validez moral es rechazada por completo. No
se puede discutir con el éxito. El método funciona, luego tiene que ser bueno. 23

UNA FILOSOFÍA EN BANCARROTA


¿Puede ver cómo es por necesidad lógica que la nueva filosofía
menoscaba la sana doctrina? Descarta los propios métodos de Jesús, la
predicación y la enseñanza, como los medios primarios del ministerio.
Los reemplaza con metodologías que carecen por completo de sustan-
cia y su existencia es independiente de cualquier credo o canon. De
hecho, evita las convicciones fuertes porque se consideran divisorias,
indecorosas o inapropiadas. Rechaza la doctrina como algo académico,
abstracto, estéril, amenazador o simplemente impracticable. En lugar
¡Quiero religión de entretenimiento! 89

de enseñar el error o negar la verdad hace algo más sutil pero eficaz
desde el punto de vista del enemigo: elimina toda carga de contenido.
En lugar de emprender un ataque frontal contra la ortodoxia, sirve a la
verdad de labios para afuera al mismo tiempo que menoscaba callada-
mente los fundamentos de doctrina. En lugar de exaltar a Dios denigra
las cosas que son preciosas para ÉL En ese respecto, el pragmatismo
representa un peligro más sutil que el liberalismo que amenazó a la
iglesia en la primera mitad del siglo.
El liberalismo atacó la predicación bíblica. Una de las figuras
principales del liberalismo a principios del siglo veinte en los Estados
Unidos fue Harry Emerson Fosdick, quien escribió: "Los predicadores
que sacan textos de la Biblia y luego proceden a explicar su situación
histórica, su significado lógico en el contexto, su lugar en la teología
del escritor, con unas cuantas reflexiones prácticas al final, están
haciendo un uso muy desatinado de la Biblia".24 Fosdick fue empujado
a su aversión hacia la exposición bíblica por el mismo interés pragmático
que ha invadido a la iglesia evangélica actual:

¿Podría algún procedimiento estar predestinado con mayor seguridad al


fastidio y la futilidad? ¿Quién es serio en suponer que haya al menos uno por
cada cien de la congregación que se interese, para empezar, en lo que Moisés,
Isaías, Pablo o Juan quisieron decir en esos versículos especiales, o quién
vino a la iglesia con un interés profundo en ello? Nadie que habla al público
supone que sea de interés vital para la gente el significado de unas palabras
que fueron dichas dos mil años atrás. 25

Lo que Fosdick sugería es que los predicadores empiecen por las


necesidades percibidas de los oyentes: "Que no terminen sino que
empiecen pensando en las necesidades vitales de los oyentes, y que a
partir de ello el sermón se organice alrededor de sus esfuerzos
constructivos para satisfacer esas necesidades" .26
"De todo lo que se trata es sentido común y buena filosofía", escribió
Fosdick, apelando al pragmatismo como su justificación. "Todo el
mundo lo está utilizando, desde los maestros de primera clase hasta los
publicistas de primer orden. ¿Por qué tantos predicadores lo ignoran y
siguen tan atrasados en los estilos que están en boga?"27
Esa es una representación exacta de la sabiduría convencional de la
filosofía orientada al mercado, que está al alcance del usuario y que da
90 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

gusto al consumidor. Empieza con las necesidades percibidas y los


atiende con mensajes temáticos. Si se emplean las Escrituras en absoluto,
solo es con fines ilustrativos, tal como Fosdick lo proponía. Es pura
acomodación a una sociedad adicta al amor propio y al entretenimiento,
solo que ahora esos consejos provienen del interior de la iglesia
evangélica. Sigue lo que está de moda pero revela poco interés en lo
que es verdadero. Se ajusta muy bien al liberalismo del cual provino,
pero está en todo sentido fuera de lugar entre cristianos que profesan
creer que la Biblia es la Palabra inspirada de Dios.
Cierto libro evangélico con éxito de ventas advierte a los lectores
que deben mantenerse en guardia contra los predicadores que recalcan
la interpretación de las Escrituras por encima de su aplicación. Espere
un minuto. ¿Es ese un consejo sabio? No lo es en absoluto. No existe
peligro alguno de doctrina irrelevante; la amenaza real es una pretensión
de relevancia no doctrinal. El núcleo de todo lo que en verdad es práctico
se halla en la enseñanza de las Escrituras. No somos nosotros quienes
hacemos relevante la Biblia; ella lo es de forma inherente, por la sencilla
razón de que es la Palabra de Dios. Además, al fin de cuentas, ¿cómo
puede ser irrelevante cualquier cosa dicha por Dios (2 Ti. 3: 16, 17)?

LA IGLESIA COMO UNA CAFETERÍA


El pragmatismo radical de la escuela de "darle gusto al cliente"
despoja a la iglesia de su papel profético. Hace de la iglesia una organi-
zación popular en la que se incorporan miembros nuevos suministrán-
doles una atmósfera agradable y amistosa en la que pueden comer, be-
ber y ser entretenidos. La iglesia funciona más como una cantina que
como una casa de oración y adoración.
Esta no es una exageración. Un libro reciente con éxito de ventas en
el que se defienden ideas pragmáticas de iglecrecimiento incluía esta
sugerencia:

¿Recuerda usted que la taberna de la esquina solía ser el sitio donde los
hombres del vecindario se congregaban para ver la transmisión de grandes
acontecimientos deportivos como la serie mundial de béisbol o los
campeonatos de boxeo? Aunque los tiempos han cambiado, ese mismo
concepto aún puede ser utilizado por la iglesia con gran efecto. La mayoría
de las iglesias tienen un salón o auditorio grande que podría utilizarse para
reuniones especiales alrededor de grandes acontecimientos seculares en los
¡Quiero religión de entretenimiento! 91

medios: deportes, debates políticos, grandes espectáculos y otros por el


estilo. 2B

Todo este escenario se construye sobre una serie de presuposiciones


cuyo carácter no bíblico es patente. La iglesia no es una logia en la que
se reclutan miembros nuevos. No es una cafetería para el vecindario.
No es una fraternidad que recolecta compromisos de apoyo. No es un
centro comunitario donde se celebran fiestas. No es un club privado
para las masas. No es una asamblea cívica donde se tratan problemas
de la comunidad. No es un tribunal donde se rectifican las injusticias de
la sociedad. No es un foro abierto ni una convención política, ni siquiera
una campaña evangelística.
La iglesia es el cuerpo de Cristo (l Co. 12:27), y las reuniones de la
iglesia son para la adoración como grupo y la instrucción doctrinal. La
única meta legítima de la iglesia es "perfeccionar a los santos para la
obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo" (Ef. 4: 12).
Crecimiento vital, no mera expansión numérica.
La noción de que las reuniones de la iglesia deberían utilizarse para
atraer o deslumbrar a no cristianos es algo que se desarrolló en tiempos
recientes. En las Escrituras no se encuentra algo semejante; de hecho,
el apóstol Pablo habló sobre la entrada de incrédulos a la asamblea
como un acontecimiento excepcional (1 Co. 14:23). Hebreos 10:24 y
25 indica que los cultos en la iglesia son para el beneficio de los creyentes
y no de los incrédulos: "Y considerémonos unos a otros para
estimulamos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregamos,
como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más,
cuanto veis que aquel día se acerca".
Hechos 2:42 nos muestra el patrón seguido por la iglesia primitiva
en sus tiempos de reunión: "Y perseveraban en la doctrina de los
apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y
en las oraciones". Nótese que las prioridades de la iglesia fueron desde
un principio la adoración a Dios y la edificación de los hermanos. La
iglesia se reunía para adoración y crecimiento espiritual, y se dispersaba
para evangelizar al mundo.
Nuestro Señor comisionó a sus discípulos para realizar la obra de
evangelismo en estos términos: "id, y haced discípulos a todas las
naciones" (Mt. 28: 19). Cristo deja en claro que la iglesia no debe esperar
92 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

que el mundo llegue a sus reuniones y ni siquiera invitarle a asistir, sino


que debe ir al mundo. Esa es la responsabilidad de todo creyente. Me
temo que una perspectiva en la que se destaca una presentación pasable
del evangelio dentro de los muros de la iglesia absuelve al creyente
individual de su obligación personal de ser luz en el mundo (Mt. 5: 16).
Insisto de nuevo en que la proclamación de la Palabra de Dios debe
ser central en la iglesia (1 Co. 1:23; 9:16; 2 Co. 4:5; 1 Ti. 6:2; 2 Ti. 4:2).
"A tiempo y fuera de tiempo", la labor de los ministros de Dios consiste
en redargüir, reprender y exhortar "con toda paciencia y doctrina" (2
Ti. 4:2). El pastor que pone el entretenimiento por encima de la
predicación bíblica vigorosa está abdicando frente a la responsabilidad
primordial de un anciano: ser "retenedor de la palabra fiel tal como ha
sido enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y
convencer a los que contradicen" (Tit. 1:9).
La estrategia de la iglesia nunca ha sido apelar al mundo en los
términos dictados por el mundo. No se supone que las iglesias deban
competir por el consumidor al mismo nivel de los canales de televisión
y las agencias de publicidad. No podemos estimular un crecimiento
auténtico mediante persuasión sagaz o técnicas innovadoras. Es el Señor
quien añade personas a la iglesia (Hch. 2:47). Las metodologías humanas
no pueden acelerar el proceso divino ni adelantarlo. Cualquier
crecimiento adicional que produzcan es una imitación infructuosa.
El crecimiento artificial, no natural, en el reino biológico puede
ocasionar malformaciones, o peor todavía, cáncer. El crecimiento
sintético en el reino espiritual tampoco es saludable en absoluto.

¿BUENA TÉCNICA? NO, MALA TEOLOGÍA


La filosofía que acopla técnicas de mercadeo con teoría de
iglecrecimiento es el resultado de una mala teología. Parte de la presunción
de que si uno envuelve el evangelio con el empaque correcto, la gente va a
ser salva. Está arraigado en el anninianismo, que hace de la voluntad hu-
mana y no un Dios soberano, el factor decisivo en la salvación. Habla de la
conversión como una "decisión por Cristo". Esa clase de lenguaje y doctri-
na ha empezado a pigmentar el ministerio moderno. La meta del ministerio
orientado al mercado es una decisión humana instantánea antes que una
transformación radical del corazón por obra del Dios todopoderoso me-
diante la convicción del Espíritu Santo y la verdad de su Palabra. Una creen-
¡Quiero religión de entretenimiento! 93

cia honesta en la soberanía de Dios pondría fin en gran medida a la insen-


satez que tanto abunda en la iglesia hoy día.
Además, esta manera de entender la iglesia desde el punto de vista
de una agencia publicitaria corrompe el cristianismo y da gusto a los
deseos carnales que forman parte esencial del sistema de este mundo (1
Jn. 2:16). Tenemos una sociedad llena de personas que quieren lo que
quieren cuando lo quieren. Están obsesionadas con su propio estilo de
vida, su recreación y su entretenimiento. Quieren comodidad, felicidad
y éxito. Cuando las iglesias apelan a esos deseos egoístas, tan solo
exacerban las pasiones que impiden la piedad verdadera.
La iglesia se ha acomodado a nuestra cultura con el diseño de una
variedad de cristianismo en el que tomar la cruz es opcional o incluso
extravagante e impropio. Sin duda alguna muchos creyentes en la iglesia
del mundo occidental suponen que pueden servir mejor a Dios
presentando la menor confrontación posible al mundo que les rodea.
Tras haber absorbido los valores del mundo, el cristianismo en
nuestra sociedad ahora está muriendo. De manera sutil pero segura, la
mundanalidad y la indulgencia egoísta están royendo el corazón de la
iglesia. El evangelio que se proclama hoyes tan rebuscado que ofrece
creer en Cristo como un simple medio para obtener satisfacción y
prosperidad en esta vida. La ofensa de la cruz (cp. Gá. 5:11) ha sido
extirpada de manera sistemática con el fin de que el mensaje sea más
aceptable para los incrédulos. De alguna manera a la iglesia se le ocurrió
la idea de que podía declarar paz con los enemigos de Dios.
Cuando encima de todo eso hay grupos de punk y rack, ventn10cuos,
payasos, lanzadores de cuchillos, luchadores profesionales, levantadores
de pesas, comediantes, bailarines, malabaristas, equilibristas, raperos,
actores y celebridades de la farándula que toman el lugar del predicador,
el mensaje del evangelio recibe un golpe catastrófico. "¿Y cómo oirán
sin haber quién les predique?" (Ro. 10:14).
Yo sí creo que podemos ser innovadores y creativos en la manera
como presentamos el evangelio, pero debemos ser cuidadosos en
armonizar nuestros métodos con la profunda verdad espiritual que
estamos tratando de transmitir. Es demasiado fácil caer en la trampa de
tratar con trivialidad el mensaje sagrado. También debemos hacer que
el mensaje y no el medio, sea el corazón de 10 que queremos transmitir
a los oyentes.
94 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

No se apresure a acoger las tendencias de las iglesias gigantes con


tecnología complicada y tampoco menosprecie la adoración y
predicación convencionales. No necesitamos métodos astutos para lograr
que la gente se salve (1 Co. 1:21). Tan solo necesitamos volver a predicar
la verdad y plantar la semilla. Si somos fieles en ello, el terreno que
Dios ha preparado dará fruto.
Por otro lado, si la iglesia en Norteamérica no regresa al cristianismo
bíblico, pronto veremos el fin de su influencia para Cristo. Todos se
sorprenden al ver con cuánta rapidez cambia el aspecto del mundo
moderno. En cambio, son muy pocos los cristianos que logran darse
cuenta del declive penoso por el cual también desciende la iglesia a
ritmo acelerado. Es posible que seamos testigos de los últimos días del
movimiento evangélico bíblico como una fuerza significativa en nuestra
nación. En realidad no es exagerado imaginar que de aquí a veinte años,
misioneros de Europa oriental vengan a evangelizar en Norteamérica.
La realidad de esa posibilidad me sobresalta en gran manera. Quienes
conocemos y amamos la verdad debemos ser la voz profética de nuestro
Dios y afirmar la santidad de su nombre. Debemos demandar que
cualquier esfuerzo en el nombre de nuestro Señor haga manifiesta la
integridad de su naturaleza. Él es "santo, santo, santo" (Is. 6:3) y debe
ser representado de igual manera. Cualquier cosa por debajo de esto no
es digna de la majestad, la grandeza y la santidad de nuestro Señor.

EL DAÑO OCULTO DE UNA LEPRA


Spurgeon vio esta misma tendencia de introducir cosas divertidas a
la iglesia hacia finales del siglo diecinueve. Con los embates de la con-
troversia del declive en 1889, la salud de Spurgeon estaba colgando de
un hilo y tuvo que abstenerse de predicar muchos domingos; pero cier-
to jueves por la noche en abril dio un mensaje en el Tabernáculo y dijo
entre otras cosas:

Confío que no esté encontrando fallas donde no las hay, pero no puedo abrir
mis ojos sin ver cosas que se hacen en nuestras iglesias, las cuales hace
treinta años ni siquiera se habrían podido soñar. En el asunto de las diversiones,
los profesores han ido demasiado lejos por la senda de la laxitud. Lo que es
peor todavía, las iglesias ahora han concebido la idea de que es deber suyo
entretener a la gente. Los que antes disentían y protestaban en contra de ir al
teatro, ahora han hecho que el teatro venga a ellos. ¿No se debería exigir
¡Quiero religión de entretenimiento! 95

licencia de teatro a muchas iglesias? Si alguien tuviera que asegurar el


cumplimiento rígido de la ley, ¿no estarían obligados a conseguir un permiso
oficial para la presentación de espectáculos?
No me atrevo a hablar de lo que se ha hecho en bazares y ferias
organizados por varias iglesias. Si gente decente del mundo se hubiera
encargado de realizarlas quizás no habrían llegado tan lejos. ¿Qué necedad
les ha faltado probar a las iglesias? ¿Qué disparate ha sido demasiado grande
para las conciencias de los que profesan ser los hijos de Dios, quienes no son
del mundo sino llamados a andar con Dios en una vida separada y santa?
El mundo juzga como hipocresía las pretensiones elevadas de tales
hombres y en verdad no sé de otro calificativo para ellos. ¡Pensar en los que
disfrutan de comunión con Dios haciendo el papel de tontos con disfraz y
todo! Hablan de luchar con el Señor en oración secreta, pero hacen malabares
con el mundo y le apuestan a escondidas. ¿Acaso puede esto ser correcto?
¿Han canjeado posiciones el bien y el mal, lo correcto y lo errado? Con
seguridad existe una clase de conducta sobria que es congruente con una
obra de la gracia en el corazón, y existe una liviandad que hace evidente la
supremacía de un espíritu de maldad.
¡Ah, señores! Puede ser que hubo un tiempo cuando los cristianos eran
demasiado escrupulosos, pero seguro no ha sido en mi tiempo. Es posible
que haya existido una cosa tan espeluznante como la rigidez puritana, pero
jamás la he visto. Hemos pasado de la libertad al libertinaje. Hemos ido más
allá de lo dudoso a lo peligroso, y nadie puede profetizar dónde vamos a
parar. ¿A qué lugar se ha ido la santidad de la iglesia de Dios? .. Se ha
esfumado como la hierba seca y ahora es objeto de burla antes que de
reverencia.
¿Acaso no puede medirse la influencia de una iglesia por su santidad?
Si la gran hueste de cristianos de profesión fueran santificados por el Espíritu,
tanto en su vida doméstica como en los quehaceres de la vida, la iglesia se
convertiría en una gran potencia en el mundo. Los santos de Dios hacen
lloro y lamentación junto a Jerusalén cuando ven la espiritualidad y la santidad
tan débiles y en bajamar. Otros pueden considerar esto como un asunto sin
mayor consecuencia; pero nosotros lo vemos como el esparcimiento de una
lepra. 29

El reto para la iglesia de Cristo es el siguiente: "Así que, amados,


puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación
de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios"
(2 Co. 7:1).30 No es la sagacidad de nuestros métodos, las técnicas de
nuestro ministerio o el ingenio de nuestros sermones lo que da poder a
nuestro testimonio. Es la obediencia a un Dios santo y la fidelidad para
conformarnos a sus demandas de justicia en nuestra vida diaria.
96 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

Debemos despertar ahora mismo. El declive espiritual es un estado


muy peligroso para quedarse en él. No podemos darnos el lujo de ser
indiferentes. No podemos continuar nuestra búsqueda alocada de placer
y gratificación egoísta. Estamos llamados a pelear una batalla espiritual,
y no podemos ganar mitigando al enemigo. Es necesario que una iglesia
débil se fortalezca y un mundo necesitado sea confrontado con el mensaje
de salvación; es posible que nos quede poco tiempo. Como Pablo escribió
a la iglesia en Roma: "Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de
levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra
salvación que cuando creímos. La noche está avanzada, y se acerca el
día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas
de la luz" (Ro. 13:11, 12).

1. "Un comentario adicional sobre el declive de la iglesia", The Sword and the
Trowel (agosto de 1887), p. 398.
2. Neil Postman, Amusing Ourselves to Death [Nos vamos a matar de la risa]
(Nueva York: Penguin, 1985), p. 63.
3. The Root ofthe Righteous [La raíz de los justos] (Harrisburg, Peno.: Christian
Publications, 1955), pp. 32-33.
4. R. Gustav Niebuhr, "Mighty Fortresses: Megachurches Strive to Be All Things
to AH Parishioners" ("Castillos fuertes: las iglesias gigantes se esfuerzan en
hacer todo tipo de cosas para todo tipo de parroquianos"), The Wall Street
Journal (13 de mayo de 1991), p. 6, sección A.
5. Robert Johnson, "Heavenly Gifts: Preaching a Gospel of Acquisitiveness, a
Showy Sect Prospers" ("Dones celestiales: con la predicación de un evangelio
de opulencia, una secta rimbombante prospera, The Wall Street Journal (11 de
diciembre de 1990), pp. 1-8, sección A.
6. Ibíd., p. 8, sección A.
7. A Theology of Church Growth [Teología del crecimiento de la iglesia] (Grand
Rapids, Mich.: Zondervan, 1981), pp. 23-24.
8. Cp. C. Peter Wagner, ed., Donald A. McGavran, Understanding Church Growth
[Entendamos el iglecrecimiento] tercera edición (Grand Rapids, Mich.: Eerdmans,
1990), pp. 265-281. AquíWagner y McGavran arguyen que la definición de
metas numéricas es una parte esencial de la manera bíblica de abordar el iglecre-
cimiento: "Establecer metas para tener cierta cantidad de miembros nuevos es
algo que se hace de conformidad con el propósito eterno de Dios. La definición
de metas para el cumplimiento de la gran comisión es algo que agrada a Dios ...
¡Quiero religión de entretenimiento! 97

La Biblia tiene argumentos sólidos a favor de la planeación meticulosa del


crecimiento de la iglesia" (p. 270). No obstante, el único pasaje bíblico que citan
para respaldar esa declaración es Hechos 18:4,5,9, en el cual no se habla acerca
del establecimiento de metas, sea numéricas o de cualquier otro tipo.
9. "For Such a Time as This" ("Para un tiempo como este") (discurso no publicado,
1970), citado en C. Peter Wagner, "Pragmatic Strategy for Tomorrow's Mission"
("Estrategia pragmática para la misión en el futuro"), en A. R. Tippet, ed., God,
Man and Church Growth [Dios, el hombre y el crecimiento de la iglesia] (Grand
Rapids, Mich.: Eerdmans, 1973), p. 147.
10. Wagner, ed., Understanding Church Growth, pp. viii-ix.
11. Ibíd., p. ix.
12. Ibíd.
13. Leading Your Church to Growth [Lleve su iglesia al crecimiento] (Ventura, Calif.:
Regal, 1984), p. 201.
14. Your Church Can Grow [Su iglesia puede crecer] (Ventura, Calif.: Regal, 1976),
pp. 160-61.
15. Ibíd., p. 161 (cursivas en el original).
16. Barna, Marketing the Church [Cómo mercadear la iglesia], p. 145 (cursivas
añadidas).
17. Ibíd., pp. 31-32.
18. Tim Stafford, ''Testing the Wine from John Wimber's Vineyard" ("Hay que poner a
prueba el vino del viñedo de John Wimber", revista Christianity Today (8 de
agosto de 1986), p. 18.
19. The Third Wave of the Holy Spirit [La tercera ola del Espíritu Santo] (Ann Arbor,
Mich.: Vine, 1988), p. 87.
20. Church Growth: State ofthe Art [Iglesia: estado del arte] (Wheaton, Ill.: Tyndale,
1986), p. 33.
21. Ibíd.
22. Leading Your Church to Growth [Lleve su iglesia al crecimiento], p. 201.
23. God Tells the Man Who Cares [Dios habla con el hombre al que le importa]
. (Harrisburg, Penn.: Christian Publications, 1970), p. 71.
24. Ibíd., p. 70.
25. "What is the Matter with Preaching?" ("¿Qué está pasando con la predicación?)
Harpers Magazine (julio de 1928), p. 135.
26. Ibíd.
27. Ibíd.
28. Ibíd., p. 136.
29. George Barna, The Frog in the Kettle [La rana en el perol] (Ventura, Calif.: Regal,
1990), pp. 94-95.
30. "A Dirge for the Down-Grade, and a Song for Faith" ("Un lamento fúnebre por
el declive y un cántico por la fe"), The Metropolitan Tabemacle Pulpit, vol. 35
(Londres: Passmore and Alabaster, 1889), pp. 267-68.
11
4 11

TODASLASCOSASPARA
TODOS LOS HOMBRES
El grado a que se han llevado lafrivolidad desfachatada y la
entretención vacua en algunos lugares de adoración es algo que
casi excede los límites de lo creíble... No puede haber duda que se
han introducido toda clase de entretenimientos bastante parecidos
a espectáculos teatrales en diferentes lugares de adoración, los
cuales gozan del favor de muchos en el presente. ¿ Pueden estas
cosas promover la santidad o contribuir a la comunión con Dios?
¿ Pueden los hombres participar de tales actividades y sentirse
motivados a rogar a Dios por la salvación de los pecadores y la
santificación de los creyentes? Detestamos tocar ese tema
ignominioso porque está muy lejos del andar de fe y el talante de
la comunión celestial. En algunos casos las necedades que
impugnamos rebajan la dignidad humana y son más apropiadas
para los imbéciles que para hombres con alguna capacidad de
pensamiento.
Carlos H. Spurgeon 1

Dudo que haya existido alguien como la hermana Paula en toda la his-
toria del cristianismo. Ella se describe a sí misma como "una cristiana
abiertamente transexual que predica el evangelio ... a las cinco de la
tarde me empieza a salir otra vez la barba". 2 La hermana Paula nació
con el nombre Larry Nielsen, y supuestamente se convirtió al cristia-
nismo "en 1950, siendo un muchacho de doce años, afeminado por
nacimiento". Después que Larry se convirtió en Paula mediante una
100 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

operación de cambio de sexo hace algunos años, cierta mujer pentecostal


que dirigía un programa evangelístico por televisión apoyó a Larryl
Paula para que tuviera su propio ministerio televisivo. La revista People
informó que la hermana Paula tenía cincuenta y tres años, un metro y
ochenta centímetros de estatura, "con la complexión de un jugador de
fútbol".3
¿Puede usted imaginar algo más incongruente o más profano que
un evangelista que se siente orgulloso de ser transexual? Sin embargo,
la hermana Paula cree que puede tener un ministerio más eficaz entre
las personas de nuestra generación que el cristiano típico "normal" que
solo se limita a usar el evangelio. La filosofía de ministerio de la hermana
Paula es en lo fundamental la misma estrategia defendida por los expertos
en mercadeo eclesiástico, así ninguno de ellos estuviera dispuesto a
llevarla a esos extremos.
La noción de que la iglesia debe ser como el mundo para ganar al
mundo ha caído como una tormenta incontenible sobre la iglesia
evangélica. Casi todas las atracciones mundanas de la actualidad tienen
algún equivalente "cristiano". Tenemos pandillas cristianas de
motociclismo, equipos cristianos para hacer ejercicios físicos, clubes
cristianos de baile, parques de diversiones cristianos, e incluso leí acerca
de una colonia nudista para cristianos.
¿De dónde sacaron los cristianos la idea de que podíamos ganar al
mundo imitándolo? ¿Hay un solo fragmento de justificación bíblica
para esa manera de pensar? Muchos especialistas en mercadotecnia
eclesiástica afirman que lo hay, y se han encargado de convencer a
millares de pastores. Lo irónico es que por lo general citan al apóstol
Pablo como un hombre que defendió la adaptación del evangelio a los
gustos de la audiencia. Uno de ellos escribió: "Pablo suministró lo que
yo considero quizás la perspectiva más esclarecedora y persuasiva sobre
comunicaciones y mercadotecnia, el principio que llamamos
contextualización (1 Co. 9:19-23). Pablo... estuvo dispuesto a moldear
su manera de comunicarse de acuerdo a las necesidades de sus oyentes,
con el fin de recibir la respuesta que buscaba".4 Otro autor hace eco de
lo mismo y dice: "El primer experto en mercadotecnia fue el apóstol
Pablo".5
Después de todo, se debe tener en cuenta que el apóstol escribió:
"Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me
Todas las cosas para todos los hombres 101

he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos. y esto hago
por causa del evangelio, para hacerme copartícipe de él" (1 Co. 9:22,
23). ¿Acaso esta declaración es un mandato a ser pragmáticos en el
ministerio? ¿Estaba sugiriendo el apóstol Pablo que el mensaje del
evangelio puede hacerse atractivo a la gente complaciendo sus gustos
por ciertas diversiones o accediendo a sus antojos viciosos? ¿Qué tan
lejos supone usted que él habría estado dispuesto a llegar con el principio
de "contextualización"?

LO QUE NO SE PUEDE NEGOCIAR


Por lo menos esto es bastante claro: el apóstol Pablo no era compla-
ciente con la gente. Escribió: "Pues, ¿busco ahora el favor de los hom-
bres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía
agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo" (Gá. 1:10). Pablo no
enmendó ni abrevió su mensaje para contentar a alguien. Jamás estuvo
dispuesto a quitar la ofensa del evangelio (Gá. 5:11). No utilizó
metodologías que se ajustaran a los deseos de sus oyentes. Ciertamente
no siguió la filosofía pragmática de los ministerios modernos orienta-
dos hacia el mercado.
Lo que hacía eficaz a Pablo no era su pericia en los negocios sino
una devoción empeñada a la verdad. Era el embajador de Cristo, no su
secretario de prensa. La verdad era algo que debía declararse, jamás
negociarse. Pablo no se avergonzaba del evangelio (Ro. 1:16). Sufrió
con disposición voluntaria por causa de la verdad (2 Co. 11 :23-28). No
retrocedió ante la oposición o el rechazo. No hizo concesiones a los
incrédulos ni entabló amistad con los enemigos de Dios.
El mensaje de Pablo siempre fue no negociable. En el mismo capítulo
donde habló de estar dispuesto a ser todas las cosas para todos los
hombres, Pablo escribió: "Pues si anuncio el evangelio, no tengo por
qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y i ay de mí si no
anunciare el evangelio!" (1 Co. 9:16). Su ministerio era realizado en
respuesta a un mandato divino. Dios le había llamado y comisionado.
Pablo predicó el evangelio tal como lo había recibido del Señor, y
siempre transmitía el mensaje "primeramente" (1 Co. 15:3). No era un
vendedor ni un mercader sino un emisario divino. Jamás estuvo
"dispuesto a moldear su manera de comunicarse" para acomodarse a la
inclinación de sus oyentes o para producir una respuesta deseada. El
102 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

hecho de que fue apedreado y dejado por muerto (Hch. 14: 19), azotado,
encarcelado y por último, muerto por causa de la verdad, debería ser
suficiente para demostrar que no adaptó el mensaje para hacerlo
agradable a sus oyentes. Además, el sufrimiento personal que padeció a
causa de su ministerio no era indicativo de algún error en su proceder,
sino de que todo había sido hecho bien.
¿Qué quiso decir Pablo cuando escribió: "a todos me he hecho de
todo, para que de todos modos salve a algunos. Y esto hago por causa
del evangelio"? Como siempre, el contexto aclara su significado.

RENUNCIAR PARA GANAR


Miremos de nuevo lo que Pablo está diciendo realmente en estos
versículos:

Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar a
mayor número. Me he hecho a los judíos como judío, para ganar a los judíos;
a los que están sujetos a la ley (aunque yo no esté sujeto a la ley) como sujeto
a la ley, para ganar a los que están sujetos a la ley; a los que están sin ley,
como si yo estuviera sin ley (no estando yo sin ley de Dios, sino bajo la ley
de Cristo), para ganar a los que están sin ley. Me he hecho débil a los débiles,
para ganar a los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos
modos salve a algunos. y esto hago por causa del evangelio, para hacerme
copartícipe de él (1 Co.9:19-23).

La primera frase en este pasaje muestra con claridad de qué estaba hablando
Pablo. No estaba describiendo su disposición a sacrificar el mensaje, sino a
sacrificarse él mismo por la predicación del mensaje. Estaba dispuesto a
renunciar a todo y aun a ser "siervo de todos" si al hacerlo avanzaba la
propagación del evangelio no adulterado. Su deseo de ganar almas es la
médula de este texto, y 10 repite en varias ocasiones: "para ganar a mayor
número"; "para ganar a los judíos"; "para ganar a los que están sujetos a la
ley"; "para ganar a los que están sin ley"; "para ganar a los débiles"; "para
que de todos modos salve a algunos". De modo que ganar personas para
Cristo era su único objetivo, y con el fin de alcanzarlo Pablo estaba dispuesto
a renunciar a todos sus derechos y privilegios, su posición, su rango, sus
medios de subsistencia, su libertad, y en últimas su propia vida. Si de algo
servía para la extensión del evangelio, Pablo no reclamaría derechos, ni
haría demandas ni insistiría en privilegios.
Todas las cosas para todos los hombres 103

Esa es la manera exacta como Pablo vivió y ministró. No modificó


el mensaje para ajustarlo al mundo, sino que se comportaba de tal manera
que jamás se convirtiera en obstáculo para nadie que necesitara escuchar
y entender el mensaje de Cristo. En este pasaje estaba describiendo una
actitud de sacrificio personal, no de disposición a la negociación y a
hacer concesiones doctrinales. Jamás habría estado dispuesto a alterar
el llamado claro al arrepentimiento y la fe.
Pablo estaba insistiendo en que la libertad cristiana debe ser
circunscrita por el amor. Ese es el tema de los capítulos octavo al décimo
de 1 Corintios. Es el contexto en que se encuentran estos versículos. Es
evidente que los corintios estaban debatiendo acerca de la naturaleza y
el alcance de la libertad cristiana. Algunos querían usar su libertad para
hacer todo lo que deseaban. Otros se inclinaban hacia el legalismo y
envidiaban a quienes disfrutaban de su libertad en Cristo. Pablo estaba
recordando a ambos grupos que la libertad cristiana debe emplearse
para glorificar a Dios y servir a los demás, no por razones egoístas.
Aquí tenemos un ejemplo de la manera como se aplica ese principio.
Parece que algunos de los corintios habían preguntado a Pablo si estaban
o no en libertad de comer carne ofrecida a ídolos (8:1). Esa carne se
recolectaba en los templos paganos y se vendía en la plaza de mercado
a precio rebajado. Pablo les dijo que no había pecado inherente en el
consumo de esa carne, pero si comer de ella se convertía en piedra de
tropiezo para alguien, la falta contra esa persona era pecaminosa. Pablo
condensó su respuesta en estas palabras: "Si, pues, coméis o bebéis, o
hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios. No seáis tropiezo
ni a judíos, ni a gentiles, ni a la iglesia de Dios; como también yo en
todas las cosas agrado a todos, no procurando mi propio beneficio, sino
el de muchos, para que sean salvos" (10:31-33).
¿Cómo usó Pablo su propia libertad en Cristo? "Por lo cual, siendo
libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar a mayor número"
(9:19). Vio su libertad personal y sus derechos humanos como algo que
debía usarse para la gloria de Dios, no para su propia complacencia. Si
pudiera canjear su propia libertad por una oportunidad para proclamar
el evangelio y así poner a otros en libertad, estaba dispuesto a hacerlo
de buena voluntad.
104 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

LmERTAD EN CRISTO
Es crucial que entendamos la naturaleza de la libertad cristiana. N o
estamos bajo la ley sino bajo la gracia (Ro. 6:14). La libertad de la ley
no significa por cierto que los principios de justicia revelados en la ley
del Antiguo Testamento hayan quedado anulados. No significa que los
diez mandamientos no se apliquen a nuestra vida en el presente. No
significa que podemos someter las normas de santidad de Dios a nues-
tras preferencias personales. Es obvio que no significa que seamos li-
bres de toda exigencia moral.
¿Qué significa? Significa que los cristianos no están obligados a
observar la ley ritual del Antiguo Testamento. No tenemos que sacrificar
animales, cumplir las leyes de limpieza ceremonial y celebrar todas las
lunas nuevas y fiestas religiosas con sus sacrificios respectivos. No
tenemos que seguir las leyes alimentarias dadas a Israel por medio de
Moisés. Somos libres de todas esas cosas.
Como es obvio, también somos libres de toda ceremonia religiosa y
superstición de los gentiles. Sin importar cuál haya sido nuestro trasfondo
o legado religioso, en Cristo somos libres de todas las cosas relacionadas
con esas tradiciones. Ahora vivimos por la gracia de Dios, la cual posee
de forma inherente el principio de justicia verdadera.
En otras palabras, nuestra vida espiritual no es gobernada por un
mero código externo sino por la gracia de Dios, la cual opera en nosotros
para cumplir las demandas justas de la ley (Ro. 8:4). La gracia nos
enseña a negar la impiedad y los deseos mundanos y a vivir con sensatez,
justicia y piedad (Tit. 2: 12). Además, la gracia nos da poder para llevar
una vida santa.
Esta grandiosa libertad es uno de los aspectos más sobresalientes
de la vida cristiana. No tenemos necesidad de sometemos a costumbres,
ceremonias ni opiniones humanas. No necesitamos sacerdotes terrenales
que intercedan por nosotros ante Dios: "Porque hay un solo Dios, y un
solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre" (1 Ti. 2:5).
No necesitamos hacer peregrinación a algún templo para adorar allí;
nuestros propios cuerpos son templos del Espíritu Santo (1 Co. 6:19).
Podemos adorar a Dios en espíritu y en verdad a cualquier hora, en
cualquier lugar (Jn. 4:23, 24). Todo lo que pidamos en el nombre de
Jesús, Él lo hará (Jn. 14:13, 14). El Espíritu Santo nos ha sido dado
como nuestro abogado y consolador (vv. 16,26). Todas las cosas nos
Todas las cosas para todos los hombres 105

pertenecen y nosotros pertenecemos a Cristo, y Cristo a Dios (1 Co.


3:21-23).

SIERVOS DE UN NUEVO PACTO


Al mismo tiempo, existe una paradoja que contrapesa esta verdad.
Aunque libres, todos los cristianos son siervos. Se trata de una nueva
clase de servidumbre: somos "ministros competentes de un nuevo pac-
to, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu
vivifica" (2 Co. 3:6). Como siervos dispuestos, debemos restringir por
voluntad propia nuestra libertad por el bien de los demás. ¿No es esto lo
que Jesús mismo enseñó? "Si alguno quiere ser el primero, será el pos-
trero de todos, y el servidor de todos" (Mr. 9:35). Pablo aplicó el prin-
cipio de servidumbre voluntaria al evangelismo. Se hizo a sí mismo
siervo de todos, incluido el pagano más crudo, despreciable y reproba-
ble. Siendo libre, él no obstante accedió con gozo a la servidumbre por
causa del evangelio.
Este principio de esclavitud voluntaria fue presentado en términos
gráficos en la ley del Antiguo Testamento. Éxodo 21:5 y 6 describe el
proceso por el cual una persona podía optar por hacerse sierva de otra:
"Y si el siervo dijere: Yo amo a mi señor, a mi mujer ya mis hijos, no
saldré libre; entonces su amo lo llevará ante los jueces, y le hará estar
junto a la puerta o al poste; y su amo le horadará la oreja con lezna, y
será su siervo para siempre". Los israelitas tenían permitido mantener a
compatriotas judíos como esclavos solo durante seis años. En el séptimo
año debían ser puestos en libertad, pero si una persona elegía de fonna
voluntaria seguir sirviendo como esclavo, su amo le colocaba junto a la
puerta o al poste, tomaba una lezna o punzón y le perforaba la oreja. El
orificio en la oreja del siervo era una señal para todos de que estaba
sirviendo por amor y no por obligación. Pablo quería decir que había
renunciado a su libertad por su propia voluntad con el propósito de
servir a todos los hombres. En un sentido espiritual, Pablo había
horadado su oreja para beneficio de los no salvos. "Por lo cual, siendo
libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar a mayor número"
(l Co. 9: 19).
La palabra que se traduce "hecho siervo" es el verbo griego douloo,
que significa "esclavizar". Es una expresión bastante fuerte y es la misma
palabra que se emplea en 1 Corintios 7: 15 con relación al vínculo
106 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

matrimonial. Describe una ligadura en extremo segura. Pablo se habia


negado a sí mismo en el sentido más verdadero al colocarse bajo un
yugo tal para servicio de todos los demás.
La frase "para ganar a mayor número" no se refiere a la obtención
de recompensas terrenales o celestiales. Pablo estaba hablando de ganar
a los perdidos para Cristo. Tan grande era el interés de Pablo en las
almas perdidas, que a pesar de ser un hombre libre en Cristo, estaba
dispuesto a hacerse siervo de la gente si ello le daba una oportunidad
para proclamar el evangelio. También expresó un compromiso similar
en 2 Timoteo 2: 10: "Por tanto, todo lo soporto por amor de los escogidos,
para que ellos también obtengan la salvación que es en Cristo Jesús con
gloria eterna".
Consideremos por un momento todas las cosas que Pablo sufrió por
causa del evangelio. Fue prisionero y estuvo mucho tiempo en la cárcel.
Fue golpeado, azotado, apedreado y naufragó. Todo el tiempo puso a
un lado su propia comodidad. En últimas fue sometido a muerte por el
testimonio del evangelio. De ser posible habría ido más lejos. Pablo
escribió estas palabras estremecedoras la iglesia en Roma: "Verdad digo
en Cristo, no miento, y mi conciencia me da testimonio en el Espíritu
Santo, que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón. Porque
deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis
hermanos, los que son mis parientes según la carne" (Ro. 9:1-3). En
otras palabras, sentía en lo más profundo de su ser la disposición de
renunciar a su propia salvación si pudiera, de tal modo que sus hermanos
judíos pudieran ser salvos.
En contraste, los corintios estaban exigiendo sus derechos. Abusaban
de su libertad a expensas de los demás. Los hermanos más débiles
estaban tropezando, y es muy probable que los incrédulos sintieran
repulsión frente al egoísmo y el espíritu de pugna que dominaba en la
congregación de los corintios, como Pablo relata con tantos detalles en
su primera carta a ellos.
Pablo quería que más bien decidieran seguir su ejemplo: "Sed
imitadores de mí, así como yo de Cristo" (1 Co. 11:1). ¿Cuál había sido
su ejemplo? Vayamos al versículo anterior, el último de 1 Corintios 10:
"como también yo en todas las cosas agrado a todos, no procurando mi
propio beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos". De modo
que el único sentido en que nosotros como creyentes debemos procurar
Todas las cosas para todos los hombres 107

agradar a los hombres es "no mirando cada uno por lo suyo propio, sino
cada cual también por lo de los otros" (Fil. 2:4).
Esa es la idea que Pablo estaba comunicando aquí. No estaba
defendiendo un plan de mercadeo ni proponiendo una
"contextualización" del mensaje de salvación. No estaba sugiriendo que
el mensaje se hiciera más aceptable a los hombres o que se reemplazara
la predicación con psicología, dramas y entretenimiento mundano.
Estaba llamando a la negación de uno mismo y al sacrificio por causa
de la proclamación de la verdad no adulterada del evangelio a quienes
no conocen a Cristo.

A LOS JUDÍOS COMO JUDÍO


¿De qué manera aplicó Pablo este principio? En 1 Corintios 9:20
describe la puesta en práctica de la negación de uno mismo: "Me he
hecho a los judíos como judío ... a los que están sujetos a la ley... como
sujeto a la ley". Esto describe un sacrificio abnegado de la libertad per-
sonal de Pablo: "aunque yo no esté sujeto a la ley", él se sometió de
buena voluntad a los requerimientos rituales de la ley a fin de ganar a
los que estaban bajo la ley. En otras palabras, adoptó sus costumbres.
Todo lo que dictara su ley ceremonial, él estaba dispuesto a hacerlo. Si
era importante para ellos abstenerse de comer cerdo, él se abstenía. Si
la sensibilidad de ellos demandaba la observancia de cierta festividad,
él la observaba. ¿Por qué? No para ablandar el orgullo de ellos ni para
afirmar su religión, sino con el propósito de abrir una puerta de oportu-
nidad que le permitiese predicar la verdad sin concesiones, de tal modo
que pudiese ganarles para Jesucristo.
Juan Calvino entendió este pasaje:

[Pablo] adoptó la manera de vivir de los judíos estando en compañía de los


judíos, pero no delante de todos; esto debido a que muchos de ellos eran
obstinados, y estando bajo la influencia del fariseísmo, el orgullo o la malicia,
les habría gustado ver suprimida por completo la libertad cristiana. Pablo
nunca habría deferido al mismo grado que esa clase de personas, porque
Cristo no quiere que nos preocupemos por sus opiniones. Nuestro Señor
dice: "Dejadlos; son ciegos guías de ciegos; y si el ciego guiare al ciego,
ambos caerán en el hoyo" (Mt. 15.14). Por lo tanto, debemos adaptarnos a
los débiles pero no a los obstinados. El propósito del apóstol era traerles a
Cristo, no adelantar sus propios intereses o conservar su benevolencia.
.. .Están en grave error las personas cuya preocupación principal consiste
108 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

en mantener sus vidas libres de problemas, y quienes por esa razón se cuidan
de no ofender a la gente, es decir, a los malvados primero que a los débiles.
Además, los que no distinguen entre cosas que son neutrales y cosas que
están prohibidas están en un doble error. Puesto que no hacen esa distinción,
no vacilan en hacer cosas que Dios ha prohibido con el fin de agradar a los
hombres. Pero su pecado más grande es que hacen uso incorrecto de esta
frase de Pablo, con el fin de tener una excusa para su propia e inicua
hipocresía.6

Pablo estaba dispuesto a condescender sin hacer concesiones de la


verdad. Sacrificó con sencillez sus libertades y preferencias personales,
quitando toda distracción o excusa innecesaria que pudiera estropear la
oportunidad para declarar el evangelio poderoso de salvación a sus
oyentes.
Pablo no estaba sugiriendo que el evangelio pueda hacerse más
poderoso mediante su adaptación a un contexto cultural. No estaba
hablando de acomodar el mensaje. Tan solo quería decir que no estaba
dispuesto a poner en peligro su capacidad para predicar el mensaje con
cosas innecesarias que podían ofender a la gente. Si el mensaje en sí era
una ofensa, que así lo fuera: "nosotros predicamos a Cristo crucificado,
para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura" (1
Co. 1:23). Sin embargo, Pablo nunca permitiría ser él mismo una piedra
de tropiezo para los incrédulos: "No seáis tropiezo ni a judíos, ni a
gentiles, ni a la iglesia de Dios" (10:32).
Se pueden hallar varias ilustraciones de esto en el Nuevo Testamento.
En el capítulo 15 de Hechos se relata lo sucedido en el primer concilio
de la iglesia que se reunió en Jerusalén para determinar la manera como
la iglesia debía asimilar a los convertidos de entre los gentiles. Muchos
de los creyentes judíos estaban tan afincados en la tradición judía que
eran escépticos acerca de los gentiles que estaban creyendo en Cristo.
Después algunos hombres procedentes de Judea empezaron a enseñar a
los cristianos: "Si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés, no
podéis ser salvos" (Hch. 15:1). En otras palabras, estaban afirmando
que los gentiles no podían convertirse en cristianos a no ser que primero
se volvieran judíos. La iglesia quedó envuelta en una gran confusión.
El concilio de Jerusalén fue convocado para discutir el asunto. La
Biblia dice que se debatió bastante al respecto (v. 7). En cierto punto
Pedro testificó que había estado presente cuando los gentiles recibieron
Todas las cosas para todos los hombres 109

por primera vez al Espíritu Santo, y toda la evidencia demostraba que


Dios había dado su aprobación (vv. 7-22). Por último, Jacobo como
líder del encuentro decretó esta ordenanza: "Por lo cual yo juzgo que
no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios" (v. 19).
Esto arregló el asunto. La iglesia empezaría a aceptar a los gentiles
tal como eran, sin imponerles un sometimiento a la ley ceremonial judía.
Nótese en todo caso el versículo siguiente. Jacobo prosiguió a añadir
esto sobre la instrucción de los creyentes gentiles: "que se les escriba
que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de
ahogado y de sangre". Hizo mención de cuatro cosas de las cuales debían
mantenerse alejados los gentiles. En primer lugar, "las contaminaciones
de los ídolos" relacionadas con los alimentos ofrecidos a ídolos. Ese es
el mismo asunto que había ocasionado problemas entre los corintios.
Comer alimentos ofrecidos a ídolos paganos era una ofensa grave para
los judíos. Ellos aborrecían la idolatría pagana, pero como Pablo indicó,
no es malo en sí mismo comer algo que haya sido ofrecido a los ídolos.
Al fin de cuentas, ¿qué es un ídolo? "Acerca, pues, de las viandas que
se sacrifican a los ídolos, sabemos que un ídolo nada es en el mundo, y
que no hay más que un Dios" (1 Co. 8:4). De todas maneras, el concilio
de Jerusalén añadió esta advertencia para que se mantuvieran alejados
de las cosas contaminadas por ídolos, con el fin de no incurrir en ofensas
innecesarias contra los judíos.
En segundo lugar, los gentiles debían alejarse de la fornicación.
Esto no solo significa que no debían cometer fornicación, lo cual es
obvio. Aquí no hay confusión ni excepciones. La enseñanza apostólica
incluía muchas prohibiciones de toda forma de fornicación o pecado
sexual. De modo que apartarse de fornicación en este contexto es mucho
más que un mandato en contra de actos específicos de fornicación. Puesto
que las religiones gentiles incluían ritos sexuales, prostitutas de templo
y cultos orgiásticos, Jacobo quería decir que los creyentes gentiles no
debían tener parte alguna en sus antiguas costumbres religiosas. No
debían asistir a ceremonias donde tuvieran lugar ese tipo de cosas, y
tenían que cortar todos sus vínculos con estilos paganos de adoración
que también eran repulsivos para los judíos.
En tercer lugar, debían abstenerse de consumir carne de animales
ahogados, y en cuarto lugar debían abstenerse de sangre. La carne de
los animales ahogados retiene mucha sangre, y la ley judía exigía que
110 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

la carne de todos los animales para el consumo humano debía estar


libre de toda la sangre. Para los judíos la ingestión de sangre era una de
las prácticas más ofensivas de los gentiles. Por ende, el concilio de
Jerusalén mandó a los creyentes gentiles que se abstuvieran de todas
esas prácticas.
Entendamos la importancia y el significado de esto. La decisión del
concilio de Jerusalén fue una condenación explícita dellegalismo. El
concilio rehusó someter a los gentiles bajo la ley mosaica. ¿Por qué les
impusieron entonces estas cuatro prohibiciones? La razón se expresa
con claridad en Hechos 15 :21: "Porque Moisés desde tiempos antiguos
tiene en cada ciudad quien 10 predique en las sinagogas, donde es leído
cada día de reposo".
En otras palabras, debían abstenerse de esas cuatro cosas para no
ofender a los judíos no creyentes. Si los cristianos seguían practicando
los rituales gentiles más ofensivos, los judíos no creyentes se verían
más inclinados a apartarse del evangelio sin siquiera escucharlo.
Hechos capítulo dieciséis incluye una ilustración similar. Es la
primera vez en las Escrituras que encontramos a Timoteo. Lucas escribe
que era "hijo de una mujer judía creyente, pero de padre griego" (v. 1).
Los judíos le habrían considerado un gentil porque su padre era gentil.
De hecho, la madre de Timoteo habría sido juzgada como traidora por
casarse con un gentil.
No obstante, Lucas nos dice acerca de Timoteo que "daban buen
testimonio de él los hermanos que estaban en Listra y en Iconio. Quiso
Pablo que éste fuese con él; y tomándole, le circuncidó" (vv. 2, 3).
Espere un minuto. ¿Por qué hizo eso el apóstol? Sin lugar a dudas
Pablo no creía que los gentiles necesitaban circuncidarse para ser salvos.
De hecho, Pablo se negó a permitir que Tito fuese circuncidado cuando
los legalistas de Jerusalén 10 demandaron (Gá. 2: 1-5). Es más, Pablo se
opuso en cierta ocasión a Pedro "cara a cara" porque había cedido ante
la presión de los legalistas (Gá. 2:11-14). El apóstol preguntó a Pedro:
"Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por qué
obligas a los gentiles a judaizar?" (v. 14). En vista de ello, ¿por qué
razón Pablo hizo circuncidar a Timoteo? ¿Estaba haciendo concesiones
y demostrando su inconsecuencia?
No. Timoteo no lo estaba haciendo para obtener la salvación. Es
obvio que no había sido sometido a la circuncisión cuando se salvó, y
Todas las cosas para todos los hombres 111

no lo estaba haciendo para complacer a los legalistas encallecidos ni


para bajar de tono la ofensa y el tropiezo del evangelio. Tan solo quería
identificarse con los judíos para tener cabida entre ellos y predicarles el
evangelio. Pablo y Timoteo no lo hicieron con la expectativa de apaciguar
a los falsos cristianos legalistas, para mantener una apariencia favorable
o para mitigar el evangelio en cualquier modo. Tan solo querían mantener
abiertas las líneas de comunicación con los judíos a quienes se habían
propuesto predicar el evangelio. No fue un acto de negociación ni una
concesión para agradar a los hombres. Fue un sacrificio abnegado,
amoroso y en realidad de gran padecimiento físico, realizado por amor
a los perdidos.
Dondequiera que pudiese reconocer la tradición religiosa fuerte de
un pueblo y no ofender su susceptibilidad, Pablo lo hacía de buena
gana, siempre y cuando no transgrediera la Palabra de Dios ni afectara
la comunicación del evangelio. Sin embargo, el apóstol nunca adaptó
su ministerio para complacer deseos pecaminosos, mundanos y egoístas.

ME HE HECHO GENTIL POR LOS GENTILES


Si regresamos al capítulo noveno de 1 Corintios, leemos en el versí-
culo 21: "a los que están sin ley, [me he hecho] como si yo estuviera sin
ley (no estando yo sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo), para
ganar a los que están sin ley". "Los que están sin ley" son los gentiles.
Nótese la aclaración insertada por Pablo. Declaró de manera específi-
ca, "no estando yo sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo". Fue claro
en afirmar que no estaba faltando a la ley moral para agradar a los que
aborrecen la justicia verdadera.
Aunque se había hecho como uno que "estuviera sin ley" en el
sentido ritual o ceremonial, no estaba viviendo de manera licenciosa ni
se comportaba faltando a la justicia y la rectitud. No se identificaría
jamás con los antinomianos, quienes creen que toda la ley fue abolida
para los cristianos y están exentos de obedecerla. "Sin ley" no es una
referencia a la ley moral. Pablo no está implicando que la estaba pasando
de lo lindo y haciendo lo que le placía para ganarse la admiración de los
gentiles. El apóstol no alentaba a las personas a pensar que se podían
convertir en cristianos y seguir aferrados a un estilo de vida mundano.
De nuevo, estaba hablando acerca de la ley ceremonial del Antiguo
Testamento. Cuando ministraba a gentiles Pablo dejaba a un lado todas
112 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

sus tradiciones judías no morales. Cada vez que Pablo estaba con los
gentiles, seguía las costumbres gentiles y su cultura mientras ello no
entrara en conflicto con la ley de Cristo. De esa manera evitaba incurrir
en cualquier ofensa innecesaria a los gentiles.
Por ejemplo, cuando Pablo estuvo en Jerusalén, siguió las costumbres
religiosas judías. Observó las fiestas y los días de reposo y acató las
leyes alimentarias de los judíos. No obstante, cuando fue a Antioquía,
comió con los gentiles a pesar de que esto iba en contra de su propia
tradición y crianza. Pedro fue a Antioquía y también comió con los
gentiles hasta que llegaron algunos judaizantes. En ese momento Pedro
y otros creyentes se apartaron y no participaban de la comunión fraternal
(Gá. 2:12). Pablo dice que "en su simulación participaban también los
otros judíos, de tal manera que aun Bernabé fue también arrastrado por
la hipocresía de ellos" (v. 13). En ese momento Pablo reprendió a Pedro
cara a cara y frente a los demás.
Nótese la razón por la cual Pablo arrostró a Pedro: "vi que no andaban
rectamente conforme a la verdad del evangelio" (v. 14). Pablo estaba
dispuesto a ser todas las cosas para todos los hombres pero no con el fin
de introducir el evangelio a escondidas. Por el contrario, lo hacía para
proclamar sin estorbo alguno la verdad del evangelio y de la manera
más directa y relevante posible. Quería remover todo tropiezo personal
y circunstancial para que solo quedara el tropiezo inherente del
evangelio. Pablo vio la aquiescencia de Pedro como algo que
menoscababa la claridad y la fuerza del evangelio, y por esa razón lo
confrontó sin titubeos.

ME HE HECHO DÉBIL A LOS DÉBILES


Si volvemos a 1 Corintios 9 notaremos que Pablo menciona un ter-
cer grupo: "Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles"
(v. 22). ¿Quiénes son los débiles? En teología paulina esta expresión se
refiere a cristianos con demasiados escrúpulos, creyentes inmaduros
que no entienden su libertad. En la comunidad judía, por ejemplo, algu-
nos cristianos nuevos todavía querían observar los días de reposo, asis-
tir a las sinagogas, acatar las leyes alimentarias y mantener todas las
fiestas y ceremonias de la ley del Antiguo Testamento. Algunos en la
comunidad cristiana tenían conciencias débiles y consideraban que esas
cosas seguían siendo obligatorias. Acababan de salir del judaísmo y
Todas las cosas para todos los hombres 113

seguían aferrados a la tradición porque sentían que sus conciencias les


impulsaban a hacer todo lo que se había convertido en hábito y que
estaba asociado con el Dios verdadero y las Escrituras del Antiguo Tes-
tamento.
Por otra parte, muchos entre los gentiles antes de alcanzar la
salvación habían practicado la idolatría y ahora tenían gran aprensión
de tener algo que ver con alimentos ofrecidos a ídolos. Quizás algunos
seguían creyendo en antiguas supersticiones y temían a los demonios
de los ídolos, simplemente no querían tener relación alguna con todo lo
que les recordara su pasada manera de vivir.
Por supuesto, Pablo estaba libre de tales temores y supersticiones al
igual que frente a la ley ceremonial del Antiguo Testamento. La ley de
Cristo gobernaba en su vida. Aunque se sentía libre de hacer cosas que
las conciencias de otras personas no les permitían hacer, cuando Pablo
estaba con hermanos más débiles era cuidadoso en no vulnerar su
sensibilidad. Adaptaba su conducta para no ser causa de tropiezo en sus
vidas. Renunciaba a sus preferencias por amor para no ofender a un
hermano más débil.
¿Cómo lo hizo? En cierta ocasión tomó un voto nazareo para acallar
un rumor falso entre los judíos creyentes de Jerusalén en el sentido de
que estaba predicando en contra de Moisés e instando a los judíos a no
circuncidar a sus hijos (Hch. 21:17-26). Lo irónico es que fue el
cumplimiento de ese voto lo que condujo en últimas a su arresto y
encarcelamiento. Los judíos incrédulos aborrecían el mensaje del
evangelio, así que se lanzaron a destruir al mensajero. El problema es
que no tenían alguna queja legítima contra Pablo como persona, ya que
había hecho grandes sacrificios para ser un judío entre los judíos, un
gentil entre los gentiles y un hermano débil entre los débiles en la fe.
Surge de nuevo la pregunta: ¿por qué Pablo se sometió a todo esto?
En 1 Corintios 9:22 y 23 dice: "para que de todos modos salve a algunos.
y esto hago por causa del evangelio". "De todos modos" podría sonar
en un principio como un eco del pragmatismo, pero no se debe olvidar
que Pablo está hablando aquí de deferencia y no de concesión. ¿Cuál es
la diferencia? Deferir significa quitar las ofensas innecesarias a la
conciencia religiosa de la gente, dejando de lado cierta medida de libertad
personal y opcional. Conceder es poner de lado una verdad esencial y
por esa vía alterar o debilitar el mensaje del evangelio.
114 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

Pablo se diferenció con claridad de los que negociaban con la verdad


y hacían concesiones en 2 Corintios 2: 17: "Pues no somos como muchos,
que medran falsificando la palabra de Dios, sino que con sinceridad,
como de parte de Dios, y delante de Dios, hablamos en Cristo". El que
hace concesiones vende un evangelio barato y trata dehacerlo atractivo
quitando el tropiezo de la cruz de Cristo. Pablo tan solo quería asegurarse
de no ser él mismo un obstáculo o una piedra de tropiezo para la
conciencia de las personas, a fin de que el mensaje no adulterado pudiera
penetrar los corazones y llevar a cabo la obra divina. Si alguien se ofendía
por el mensaje, Pablo no trataba de remover la ofensa del evangelio o
eliminar el tropiezo de la cruz, y tampoco estaba dispuesto a tolerar a
quienes lo hicieran (cp. Gá. 5:11). Sin embargo, estaba dispuesto a
practicar la abnegación y la deferencia si ello le abría oportunidades
para predicar.
, ,
LA "CONTEXTUALIZACION" y LA CORRUPCION
DE LA IGLESIA
Debería quedar en claro que los mercaderes modernos de la iglesia
no pueden buscar aprobación de su metodología en el apóstol Pablo ni
reclamarle como el padre de su filosofía. Aunque Pablo ministró a los
paganos más inicuos en todo el Imperio Romano, nunca adaptó la igle-
sia a los gustos de la sociedad secular. No habría considerado siquiera
la posibilidad de alterar el mensaje o la naturaleza de la iglesia. Cada
una de las iglesias que fundó tenía su propia personalidad y su serie de
problemas únicos, pero la enseñanza de Pablo, su estrategia y por enci-
ma de todo su mensaje permanecieron iguales a lo largo de su ministe-
rio. Su medio para la realización del ministerio, como veremos en el
capítulo siguiente, siempre fue la predicación: la proclamación directa
y sencilla de la verdad bíblica.
A diferencia de ello, la "contextualización" del evangelio hoy día
ha infectado a la iglesia con el espíritu de la época. Ha abierto del todo
las puertas de la iglesia a la mundanalidad, la superficialidad y en algunos
casos una atmósfera de fiesta inexcusable. Ahora el mundo está dictando
la agenda de la iglesia.
Esto se demuestra con claridad en un libro de James Davison Hunter,
un profesor de sociología en la Universidad de Virginia. Hunter realizó
un sondeo entre estudiantes de universidades y seminarios evangélicos,
Todas las cosas para todos los hombres 115

y llegó a la conclusión de que el cristianismo evangélico ha


experimentado cambios dramáticos en las últimas tres décadas.
Descubrió que los jóvenes evangélicos se han vuelto mucho más
tolerantes hacia actividades antes vistas como mundanas o inmorales,
incluyendo fumar, consumir marihuana, ver películas restringidas para
adultos y tener relaciones sexuales antes del matrimonio. Hunter escribió:

Las fronteras simbólicas que antes definían la circunspección moral para el


protestantismo conservador han perdido cierto grado de claridad. Muchas
de las distinciones que separan la conducta cristiana de la "conducta mundana"
han sido cuestionadas si no eliminadas del todo. Incluso las palabras mundano
y mundanalidad han perdido, en el espacio de una sola generación, gran
parte de su significado tradicional... El significado tradicional de
mundanalidad sin lugar a dudas ha perdido su relevancia para la próxima
generación de evangélicos.?

Lo que Hunter notó entre estudiantes evangélicos es un reflejo de lo


que ha ocurrido en la iglesia evangélica en general. Muchos cristianos de
profesión parecen estar mucho más preocupados por la opinión del mundo
que interesados en la de Dios. Las iglesias se han obsesionado tanto con
tratar de agradar a los no cristianos que muchos han olvidado su deber
prioritario de agradar a Dios (2 Co. 5:9). La iglesia se ha adaptado en tal
medida al contexto que se ha dejado corromper por el mundo.

PARA QUE DE TODOS MODOS SALVE A ALGUNOS


La única meta de Pablo al hacerse siervo de todos era que pudieran
salvarse. No estaba tratando de ganar un concurso de popularidad. No
estaba procurando hacer del evangelio o de sí mismo un producto atrac-
tivo para los no creyentes. Todo su propósito siempre fue evangelístico.
C. H. Spurgeon, al predicar sobre este pasaje dijo lo siguiente:
Temo que hay algunos que predican teniendo en la mira divertir a los hombres,
y para ellos siempre que haya personas dispuestas a conglomerarse en
multitudes motivadas por su comezón de oír, que después se puedan retirar
complacidas con lo que han oído, es razón de más para que el orador se
sienta campante, se frote las manos de contento y se devuelva por donde
vino satisfecho consigo mismo. En cambio, Pablo no se dispuso jamás a
complacer al público y a mantener distraída a la multitud. Si no era para
llevarles a la salvación, de nada le servía ganar su atención e interés. A menos
que la verdad atravesara sus corazones, afectara sus vidas y les convirtiera
en nuevas criaturas, Pablo regresaría desconsolado a su casa exclamando:
116 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

"¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿Y sobre quién se ha manifestado el


brazo de Jehová?"
Ahora observen esto hermanos: si yo o ustedes, o cualquiera de nosotros,
o todos nosotros hemos pasado nuestra vida nada más que divirtiendo a los
hombres, o educando a los hombres, o moralizando a los hombres, cuando
tengamos que rendir cuentas en el último y gran día, vamos a estar en una
condición muy lamentable y solo vamos a poder presentar un informe muy
deplorable; al fin de cuentas, ¿de qué le sirve a un hombre ser educado si va
a terminar en condenación? ¿Qué servicio le prestará el haber sido entretenido
cuando suene la trompeta, cuando tiemblen el cielo y la tierra y el abismo
abra sus fauces de fuego para atragantarse con las almas de los no salvos?
¿De qué servirá haber moralizado a un hombre si todavía está a la izquierda
del juez y será contado entre los destinatarios de las horrendas palabras
"Apartaos de mí, malditos"? 8

Esa es la misma preocupación que yo tengo con respecto a las


estrategias pragmáticas de iglecrecimiento en la actualidad. Están
diseñadas para atraer a los que no asisten a la iglesia. ¿Para qué? ¿Para
entretenerlos? ¿Para hacer que asistan con regularidad a las reuniones
de la iglesia? El simple hecho de "meter" en las actividades de la iglesia
a los que no pertenecen a ella no constituye un logro de valor eterno en
lo más mínimo. Sin embargo, con demasiada frecuencia es allí donde la
estrategia deja de funcionar y a partir de ese momento se combina con
un evangelio aguado que asegura de manera errónea a los pecadores
que una "decisión" positiva por Cristo tiene el mismo valor que la
conversión verdadera. Grandes multitudes compuestas por personas que
no son cristianos auténticos ahora se identifican con la iglesia. De esa
manera la iglesia ha sido invadida por los valores del mundo, los intereses
del mundo y los ciudadanos del mundo.
Debemos procurar en lo posible y "de todos modos" la salvación de
los perdidos. Debemos ser siervos de todos y tener deferencia hacia
todo tipo de personas. Para los judíos debemos ser judíos; para los
gentiles debemos ser como gentiles; para los niños debemos ser como
niños; y de igual manera con todas las personas y grupos humanos. Sin
embargo, no podemos atrevemos a pasar por alto el principal medio de
evangelismo: la proclamación directa y centrada en Cristo de la Palabra
de Dios no adulterada. Los que canjean la Palabra por diversiones o
trucos descubrirán que no tienen medios eficaces para alcanzar a las
personas con la verdad de Cristo.
Todas las cosas para todos los hombres 117

1. "Restoration of Truth and Revival" ("Restauración de la verdad y el avivamiento"),


The Sword and the Trowel (diciembre de 1887), p. 606.
2. Revista People (16 de marzo de 1992), p. 68.
3. Ibíd.
4. George Barna, Marketing the Church [Cómo mercadear la iglesia] (Colorado
Springs, Colo.: NavPress, 1988), p. 33.
5. Citado en Mike McIntyre, "Cómo mercadear al Creador", The San Diego Union
(6 de noviembre de 1988), sección D, p. 8.
6. John W. Fraser, traductor, The First Epistle of Paul to the Corinthians [La
primera epístola de Pablo a los Corintios] (Grand Rapids, Mich.: Eerdmans,
1960), p. 196, cursivas añadidas.
7. Evangelicalism: The Coming Generation [La próxima generación de evangélicos]
(Chicago: University of Chicago, 1987), p. 63.
8. "Soul Saving Our One Business" ("Salvemos el alma de nuestra única ocupación"),
The Metropolitan Tabemacle Pulpit, vol. 25 (Londres: Passmore and Alabaster,
1879), pp. 674-76.
11
5 1I

LA LOCURA DE DIOS

Orar sin cesar y predicar la Palabra fiel en términos más claros


que nunca antes: tal es el curso de acción que a algunos se les
antoja como quedarse quieto sin hacer algo concreto, pero de lo
que se trata en verdad es que por esa vía se introduce a Dios en la
batalla; y lo que sucede es que cuando Él venga para combatir
por su pacto, no va a tardar mucho en obtener la victoria. "¡Le-
vántate, oh Señor, por tu gloria defiende tu causa!"
Carlos H. Spurgeon I

Las tendencias al declive han sido continuas y no intermitentes en el


transcurso de la historia eclesiástica. Nunca ha habido un tiempo en
que el cristianismo bíblico no se haya visto amenazado con
mundanalidad y doctrina falsa. La iglesia evangélica de este siglo ofre-
ce un ejemplo en extremo penoso de ello. La historia del movimiento
evangélico a escala mundial en los siglos pasados ha sido una de lucha
prolongada y frustrada contra las influencias de la teología liberal y las
componendas con el mundo. Empezando hace más de cien años con
Spurgeon y la controversia del declive, el movimiento evangélico ha
sido trastornado y deshecho una y otra vez por las mismas cuestiones
que agobiaban a Spurgeon.
Las primeras advertencias de Spurgeon en contra del modernismo
y el declive de la iglesia fueron ignoradas en gran parte, pero en la
primera década del siglo veinte ya era evidente que el protestantismo
ortodoxo estaba perdiendo la batalla contra el liberalismo. A partir de
120 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

1909, un grupo internacional de líderes cristianos comprometidos con


la verdad bíblica, empezó a escribir y publicar una serie de artículos
conocidos como Los fundamentos. A. C. Dixon, pastor de la Iglesia
Moody Memorial en Chicago, fue el editor principal de la serie con la
asistencia de R. A. Torrey y Louis Meyer. En 1911 Dixon fue llamado a
pastorear El Tabernáculo Metropolitano en Londres, la famosa iglesia
donde Spurgeon fue pastor. De modo que los cuarteles generales en la
batalla contra el declive regresaron por fin al lugar donde había empezado
a librarse.
Los artículos de Los fundamentos fueron compilados en doce
volúmenes y la serie se completó en 1915. Con a financiación de dos
empresarios cristianos de California, cerca de tres millones de copias
de los libros fueron distribuidas sin costo alguno a obreros cristianos
alrededor del mundo. El material suministraba una defensa bíblica sólida
de cada una de las doctrinas esenciales que se encontraban entonces
bajo el ataque de los teólogos liberales y los librepensadores que
opinaban sobre temas religiosos. Los artículos condenaban la "alta
crítica", que se caracterizaba por imponer presuposiciones humanistas
al conocimiento bíblico y casi siempre llevaba al descreimiento total.
Defendían la inerrancia y autoridad de la Biblia, la historicidad de las
Escrituras, la inspiración verbal, la deidad de Cristo, la doctrina de la
expiación substitutiva y otras cuestiones bíblicas cruciales. Entre los
contribuyentes conocidos a la serie se encontraban B. B. Warfield, J. C.
Ryle, G. Campbell Morgan, C. I. Scofield, James M. Gray (presidente
del Instituto Bíblico Moody), A. T. Pierson (otro de los sucesores de
Spurgeon en el Tabernáculo), y Tomás Spurgeon, hijo de Carlos.
Aquellos libros marcaron el ascenso del movimiento conocido como
fundamentalismo. En 1919 ya se reconocía la fuerza del movimiento;
en el mes de mayo se celebró la Conferencia Mundial sobre Fundamentos
Cristianos en la ciudad de Filadelfia, Estados U nidos, y asistieron a ella
más de seis mil cristianos de una variedad de trasfondos
denominacionales. El fundamentalismo parecía tener un futuro brillante,
pero esa primera reunión oficial se convertiría en el punto máximo del
movimiento fundamentalista. En poco tiempo la palabra
"fundamentalista" se convirtió en un término despectivo que se aplicaba
con mayor frecuencia a líderes truculentos del islamismo que a
verdaderos hombres de Dios. El movimiento fundamentalista ahora está
La locura de Dios 121

fragmentado y subdividido en bandos diminutos. Además, como hemos


visto, un nuevo tipo de modernismo está empujando a los cristianos
cuesta abajo.
¿Qué sucedió? ¿Por qué ha sido tan vulnerable el cristianismo bíblico
en tiempos modernos a las concesiones doctrinales y la influencia
mundanal?
Un recuento histórico fascinante del movimiento evangélico
fundamentalista a partir de una muestra en microcosmos, se encuentra
en un libro escrito por George Marsden. 2 Allí se presenta el desarrollo
histórico de una institución educativa influyente, y el autor relata en
detalle la manera como el seminario Fuller hizo concesiones y en últimas
abandonó su compromiso con la inerrancia bíblica. La escuela se fundó
originalmente para suministrar capacitación bíblica conservadora
después que los seminarios denominacionales acogieron el liberalismo
o abandonaron la fe de otro modo. No obstante, en unas cuantas décadas
el seminario Fuller también capituló en el punto de la inerrancia bíblica.
¿Por qué? La exposición de Marsden revela que muchos de los
fundadores de Fuller y los primeros profesores estaban obsesionados
con la noción de respetabilidad intelectual y académica. Querían que el
seminario Fuller fuese visto en la comunidad académica elitista con la
misma estima que las escuelas liberales de las denominaciones
mayoritarias. Desdichadamente, el clima intelectual de la época
simpatizaba casi de manera unánime con el escepticismo, el liberalismo,
el humanismo y el racionalismo subcristiano. La misma comunidad de
la cual procuraron ganar su aprobación los hombres de Fuller estaba en
franca lid con la teología que el seminario Fuller fue fundado para
defender. Con el fin de alcanzar la altura y el reconocimiento que
buscaban, los hombres de Fuller estuvieron dispuestos a hacer
concesiones doctrinales. Por eso la historia de la escuela suena muchas
veces como una crónica triste de controversias y declinación doctrinal.

CUANDO LO INSENSATO ES SABIO


¿Acaso la respetabilidad intelectual y académica es una meta digna
de alcanzar? No cuando el mundo establece las normas que determinan
qué es aceptable y qué no lo es. "Nadie se engañe a sí mismo; si alguno
entre vosotros se cree sabio en este siglo, hágase ignorante, para que
llegue a ser sabio. Porque la sabiduría de este mundo es insensatez
122 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

para con Dios; pues escrito está: El prende a los sabios en la astucia de
ellos" (1 Co. 3:18, 19, cursivas añadidas). Es una insensatez buscar
aprobación de la sabiduría humana; la meta misma es incompatible con
la integridad bíblica.
El apóstol Pablo trató este asunto con detalle en su primera epístola
a los corintios. Al darse cuenta de que la verdad bíblica casi siempre es
vista por el mundo como insensatez total, Pablo escribió: "lo insensato
de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte
que los hombres" (1 Co. 1:25). El hecho mismo de hablar de "lo insensato
de Dios" resulta perturbador, pero Pablo estaba utilizando la expresión
para que sus lectores enfocaran con claridad el conflicto entre la filosofía
humana y la verdad bíblica. La sabiduría divina no siempre parece sabia
cuando es sometida a la evaluación humana. En una era pragmática
como la nuestra, lo que es verdadero puede ser incompatible con lo que
funciona, y lo que es correcto puede tener diferencias profundas con lo
que es aceptable a juicio del mundo. De hecho, casi siempre este es el
caso; pero eso no demuestra que el evangelio tenga algún defecto, más
bien subraya la deficiencia de la sabiduría humana.
Pablo defendió el evangelio contra la acusación de que es inferior a
la sabiduría de este mundo. No trató de argumentar que el mensaje de
Cristo sea erudito en un sentido intelectual humano, y tampoco buscó
apreciación o estima de los llamados sabios de este mundo. En lugar de
ello, admitió que el evangelio es una insensatez completa a los ojos de
la sabiduría humana y escribió lo siguiente:

Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con


sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo. Porque la
palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan,
esto es, a nosotros, es poder de Dios. Pues está escrito: Destruiré la sabiduría
de los sabios, y desecharé el entendimiento de los entendidos. ¿Dónde está
el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo?
¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? Pues ya que en la sabiduría
de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios
salvar a los creyentes por la locura de la predicación. Porque los judíos piden
señales, y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo
crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura;
mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y
sabiduría de Dios. Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres,
y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.
La locura de Dios 123

Pues mirad, hennanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios


según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que 10 necio
del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y 10 débil del mundo
escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y 10 vil del mundo y lo
menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer 10 que es, a fin de
que nadie se jacte en su presencia. Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús,
el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y
redención; para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor.
Así que, hennanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio
de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. Pues me propuse
no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado. y
estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; y ni mi palabra
ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino
con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada
en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.

LA INFERIORIDAD DE LA SABIDURÍA HUMANA


Recordemos que Pablo estaba ministrando en una civilización que ha-
bía sido llevada a la cúspide de la civilización bajo el Imperio Griego y
ahora disfrutaba el auge de una cultura encumbrada bajo el gobierno roma-
no. Los griegos antiguos veían la filosofía como el más sublime de los
logros humanos, y construyeron toda su sociedad alrededor de ella. Los
griegos educados tomaban muy en serio su filosofía. Había por lo menos
cuarenta sistemas filosóficos distintos que competían entre sí por influen-
cia y aceptación entre la gente. Muchos de ellos eran de contenido abierta-
mente religioso y explicaban el origen del hombre, la moralidad, las rela-
ciones sociales y el destino humano en términos de las iniciativas y activi-
dades de un atiborrado panteón de dioses paganos. Estas filosofías griegas
eran muy complicadas y se constituyeron en la base de todas las relaciones
sociales, económicas, políticas y educativas. La mayoría, si no todas ellas,
eran del todo incompatibles con la verdad revelada en las EscritUras.
En pocas palabras, la sociedad griega rendía culto a la sabiduría
humana. La misma palabrafilosofía significa "amor a la sabiduría". Lo
triste es que algunos de los convertidos al cristianismo en Corinto seguían
aferrados a su amor por la sabiduría humana y trataron de introducirlo
en la iglesia. Es evidente que tenían la idea de que la sabiduría humana
podía complementar y expandir la revelación divina, o añadir algo a lo
que ya tenían en Cristo. Pablo se dispuso a corregirlos al respecto en el
pasaje citado.
124 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

El apóstol incluyó una admonición similar en su epístola a los


Colosenses: "Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas
sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los
rudimentos del mundo, y no según Cristo" (2:8). Su punto era que los
cristianos no tienen una sola razón válida para ocuparse en procurar la
sabiduría humana. No es de provecho espiritual para los no salvos, y no
puede contribuir a la edificación del creyente. De hecho, la sabiduría
humana no tiene para ofrecer más que confusión y división.
Es importante advertir que el argumento de Pablo no estaba dirigido
en contra del conocimiento de los hechos naturales o de la verdad racional.
No estaba asumiendo una postura irracional en contra del uso de las
facultades humanas. Por el contrario, Pablo mismo apeló a las mentes de
sus discípulos: "transformaos por medio de la renovación de vuestro
entendimiento" (Ro. 12:2); "renovaos en el espíritu de vuestra mente"
(Ef. 4:23); "que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda
sabiduría e inteligencia espiritual" (Col. 1:9); etc. Pablo no era hostil a las
ideas o actividades intelectuales. Para Pablo toda verdad era objetiva, fija
y había sido revelada de manera infalible por Dios a través de su Palabra.
Conocer la verdad requería de estudio y diligencia (2 Ti. 2:15). Era una
cuestión de entendimiento y no de emoción (1 Co. 14:14-20). La verdad,
como él insistía, es algo que debe entenderse de manera racional y no se
puede discernir por intuición mística (cp. Job 38:36; Le. 24:45). No hay
razón alguna para creer que Pablo desestimaba la importancia de la mente.
Pablo tampoco estaba a la ofensiva en contra de la tecnología y la
ciencia. La medicina, la arquitectura, la ingeniería, la matemática y otras
ciencias habían tenido grandes avances en el tiempo de Pablo, tal como
sucede en nuestro tiempo. Pablo no estaba condenando alguno de estos
campos del conocimiento humano en sí. No se oponía al aprendizaje y
la aplicación de los beneficios de las disciplinas científicas que Dios
había concedido a la humanidad. Tampoco se habría opuesto a áreas
nuevas de aprendizaje como la electrónica o la mecánica automotriz.
Los cristianos pueden y deben dar gracias a Dios por las bendiciones
que disfrutamos como resultado del desarrollo de estas ciencias. Siempre
y cuando se utilicen para fines buenos y mientras no se conviertan en
base para la especulación acerca de Dios, el bien y el mal, lo correcto y
lo erróneo o el significado espiritual de la vida, las ciencias verdaderas
no representan una amenaza para la verdad del evangelio.
La locura de Dios 125

A lo que Pablo se oponía era la sabiduría humana sobre la cual se


apoya la filosofía mundana: "Porque nuestra gloria es esta: el testimonio
de nuestra conciencia, que con sencillez y sinceridad de Dios, no con
sabiduría humana, sino con la gracia de Dios, nos hemos conducido
en el mundo, y mucho más con vosotros" (2 Co. 1: 12, cursivas añadidas).
A diferencia de Pablo, muchos evangélicos contemporáneos han
elevado a un lugar inmerecido la opinión humana y la sabiduría mundana
y carnal. Durante gran parte de los siglos pasados, la teología evangélica
se ha hincado en el santuario de la academia secular para tratar de
asimilar su teología, filosofía, política, psicología, relativismo moral,
teoría evolutiva y todas las demás modas especulativas. Al descubrir
que esas cosas son incompatibles con la Biblia y la sencillez del
evangelio, los cristianos muchas veces han estado dispuestos a torcer y
moldear la verdad divina para hacer que encaje. De esa manera grandes
multitudes se han alejado de la devoción exclusiva a la doctrina bíblica
para acogerse a la sabiduría humana.
Es indudable que el deseo de aceptabilidad intelectual ha hecho
rodar cuesta abajo a más líderes e instituciones cristianas que cualquier
otra fuerza singular. En la búsqueda de esa meta desviada, la iglesia
mundana se ha asegurado con esmero de ir uno o dos pasos detrás del
mundo en sus modas y manera de pensar. Por ende, los evangélicos que
creen en la Biblia han tenido que librar una guerra continua en contra
de las opiniones humanas del momento.
Puede ser que la voluntad firme para perseverar en esa batalla se
esté desvaneciendo a medida que más y más iglesias se conforman al
mundo. Ahora es práctica regular entre los evangélicos tomar prestadas
la psicología y la metodología del mundo. Algunos piensan que pueden
añadir a la Biblia sin mayor problema todo tipo de opiniones humanas,
y creen que así bautizan la sabiduría humana para hacerla "cristiana".
Por otro lado, Pablo no estaba dispuesto en lo más mínimo a
incorporar la sabiduría humana en la iglesia. Más bien la atacaba sin
reservas como un enemigo infame: "no me envió Cristo a bautizar, sino
a predicar el evangelio; no con sabiduría de palabras, para que no se
haga vana la cruz de Cristo" (1 Co. 1: 17). La tarea de Pablo era predicar
la Palabra de Dios, no la sabiduría dellÍombre.
En este punto puede ser procedente preguntar si siempre ha sido un
error apelar a la sabiduría humana, incluso en contextos evangelísticos.
126 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

Después de todo, si nuestra tarea es alcanzar al mundo con el evangelio,


¿por qué no tratar de expresarlo en maneras que se acerquen a la mente
humana? Pablo responde esa pregunta diciendo que esa metodología
anula la cruz de Cristo. Hay dos razones por las que esto es así. Primero
que todo, el mensaje de la cruz "es locura a los que se pierden" (v. 18).
No hay forma de convertirlo en otra cosa sin ser infieles al mensaje. En
segundo lugar, es imposible elevar la sabiduría humana sin rebajar la
verdad de Dios. La sabiduría humana complace la voluntad egoísta, el
orgullo intelectual y social, los deseos carnales y el deseo de
independencia de Dios. La sabiduría humana y el evangelio son
incompatibles por constitución y esencia propias. Pablo insiste en que
todo intento de combinarlos anula el contenido del evangelio.
La razón por la que a muchos les encanta la religión complicada y
la moral intelectual es que esas cosas apelan al ego humano. Al mismo
tiempo, la sabiduría mundana hace mofa del evangelio por el hecho
mismo de que confronta el engreimiento humano. El evangelio demanda
que las personas reconozcan su pecado y su impotencia espiritual. Les
humilla, les convence de culpa y les llama pecadores. Además, ofrece
salvación como una obra de la gracia de Dios y no algo que puedan
alcanzar por sus propios esfuerzos. En todo sentido la cruz aplasta el
orgullo humano.

LA SUPERIORIDAD DE LA SABIDURÍA DE DIOS


La sabiduría humana descarta la verdad de Dios como "locura" (v.
18). Los que son sabios según este mundo emplean con frecuencia epí-
tetos como "simplista", "irrelevante", "ingenuo", "rústico" y hasta "dis-
paratado" para describir el evangelio, y así es como les parece. Después
de todo, ¿cómo es posible que tenga alguna relevancia para la humani-
dad moderna o el destino de la civilización humana el hecho de que
Jesús haya sido clavado a un pedazo de madera sobre una colina remota
en un lugar agreste del mundo hace miles de años? ¿Acaso no hay cabi-
da en realidad para los logros personales, la bondad humana, la bene-
volencia natural o el mérito religioso? ¿Es Dios tan severo que en efec-
to está dispuesto a castigar a los pecadores? ¿Somos de verdad pecado-
res indignos al fin de cuentas? Así razona la mente del hombre caído.
De ese modo, la palabra de la cruz es locura para los que se pierden.
Cuando Pablo habla de "la palabra de la cruz", tiene en mente todo
La locura de Dios 127

el mensaje del evangelio. La cruz es central para todo lo que creemos y


proclamamos. Recordemos que antes que las personas empezaran a
ponerse cruces en piezas de joyería y a llevarlas como adorno, la cruz
era una instrumento ignominioso de ejecución. Era un lugar donde los
criminales más ruines eran torturados y muertos. ¿Qué podría ser más
despreciable que eso? La fuerza del argumento de Pablo es que no solo
incluye la parte del mensaje que tiene que ver con la cruz, sino todo el
conjunto de la verdad salvadora de Dios. La cruz está en el corazón de
la revelación de Dios y es el blanco central del desprecio humano,
mientras que la verdad revelada por Dios en su conjunto es juzgada
como "locura" por el mundo y es objeto del escarnio de la sabiduría de
este mundo.
Pablo había confrontado la sabiduría humana en el Areópago de
Atenas justo antes de llegar a Corinto (Hch. 17: 18-21; véase capítulo 7
de este libro). Los intelectuales atenienses se burlaron de él cuando
mencionó la resurrección de los muertos (v. 32). El apóstol sabía que
iba a enfrentar más de lo mismo en Corinto, una ciudad conocida por su
devoción a la filosofía mundana, los placeres terrenales y los apetitos
de la carne. Un experto en mercadeo podría haber sugerido a Pablo que
cambiara su metodología, adaptara el mensaje, suavizara las
declaraciones que podrían ofender a las personas y les hablara de cosas
que parecieran tener más relevancia inmediata para sus vidas e intereses.
Pablo respondería sin titubeos: "me propuse no saber entre [ellos] cosa
alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado" (1 Co. 2:2). El apóstol no
iba a cambiar su mensaje para amoldarse a los corintios. Ellos ya tenían
bastante opinión humana y filosofía terrenal sin que Pablo añadiera la
suya. Lo que necesitaban era el profundo pero sencillo mensaje de la
cruz.

LA SABIDURÍA HUMANA FRENTE A LA LOCURA


DE DIOS
Aunque la mente natural percibe la cruz como ofensa y locura, "a
los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios" (v. 18). La cruz
es la cúspide de la sabiduría divina y la demostración innegable de su
superioridad. La sabiduría de Dios derroca a la sabiduría humana en
muchos sentidos.
128 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

La sabiduría humana es temporal; la sabiduría divina es eterna


"Destruiré la sabiduría de los sabios, y desecharé el entendimiento
de los entendidos" (v. 19), es una cita de Isaías 29:14. En 1 Corintios
Pablo lanza una serie de preguntas que silencian la sabiduría humana:
"¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputa-
dor de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo?"
(v. 20). En esencia está preguntando: "¿Dónde están los que han refina-
do la sabiduría humana a tal grado que pueden alegar ser superiores a
Dios?" ¿Acaso la sabiduría humana ha eliminado la guerra, el hambre,
el crimen, la pobreza o la inmoralidad? ¿A dónde han llevado a la hu-
manidad todos los argumentos ingeniosos y la retórica deslumbrante?
¿Están los seres humanos en mejores condiciones de vida gracias a
ellos, o tan solo se han vuelto más complacientes y satisfechos consigo
mismos? La sabiduría humana no ha cambiado una sola cosa. La vida
está llena de los mismos problemas y los mismos dilemas que siempre
han aquejado a la raza humana.
Las opiniones humanas muchas veces son contradictorias, siempre
están cambiando y algunas veces pasan de moda tan solo para reaparecer
maquilladas en otra generación. Tras haber rechazado la autoridad divina,
la sabiduría reciclada de este mundo no tiene un ancla que la mantenga
firme y estable.

La sabiduría humana es impotente; la sabiduría divina es poderosa


Pablo señala en los versículos 21-25 que la sabiduría mundana no
es eficaz en el campo espiritual. No puede mejorar la naturaleza huma-
na ni acercar la gente a Dios.
La iglesia contemporánea necesita con desesperación ver esta verdad.
La suma de todos los filósofos, intelectuales, sociólogos, antropólogos,
psicólogos, políticos y demás personas sabias en toda la historia humana,
jamás han encontrado una solución al problema del pecado ni han
acercado la humanidad a Dios un solo centímetro. De hecho, la condición
espiritual de nuestra especie es peor en la actualidad que nunca antes,
con mayores cifras de suicidio, la amenaza constante de una guerra
nuclear y los niveles epidémicos de frustración, confusión, depresión y
alcoholismo. La sabiduría humana en nuestro tiempo está en la misma
bancarrota que todas las filosofías en la antigua Grecia y en Corinto, o
es posible que mucho peor todavía.
La locura de Dios 129

La verdad es que la sabiduría humana y la filosofía humana tienden


a empeorar la condición de la humanidad, no a mejorarla. Problemas
contemporáneos tales como guerra, racismo, alcoholismo, crimen,
divorcio, abuso de sustancias alucinógenas y pobreza lo atestiguan. Estas
cosas son diagnosticadas en todo el mundo como males, pero exhiben
un crecimiento continuo en todas partes y no se encuentra una cura.
Cuanto más dependa el mundo de la sabiduría humana, estos problemas
van a empeorar aun más.
¿Existe una solución? Sin duda alguna: "agradó a Dios salvar a los
creyentes por la locura de la predicación" (v. 21). "La predicación" es
una palabra en el texto griego: kerugma. Destaca tanto el mensaje como
el método a través del cual Dios eligió comunicar a las personas su
mensaje de salvación: la proclamación directa y simple del evangelio.
Este es el método que "agradó a Dios", así el mundo lo considere una
locura. Los que quieren reemplazar la predicación con dramas, música
y medios más sutiles, harían bien en considerar lo siguiente: Dios eligió
a propósito un mensaje y una metodología que la sabiduría del mundo
juzga como locura. La palabra griega para "locura" es moria, de la cual
se derivan palabras como morondanga (inutilidad, trivialidad, tontería).
El medio de salvación provisto por Dios es literalmente una tontería a
los ojos de la sabiduría humana, pero es la única estrategia de Dios para
impartir el mensaje.
''A los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios" (v. 18).
Los que abandonan la sabiduría humana por la locura divina reciben vida
eterna. Esta "locura" es la única esperanza de toda persona. En conclusión,
el evangelio simple suministra todo lo que la sabiduría humana compleja
siempre ha buscado. "Si alguno entre vosotros se cree sabio en este siglo,
hágase ignorante, para que llegue a ser sabio" (3:18).
Nótese que Dios no espera que las personas lleguen a tener un
conocimiento de la verdad por medio de la inteligencia humana. Él
escogió la locura de la predicación. Nadie puede encontrar su camino a
Dios por la razón ni llegar a Él mediante manipulación. El caso sigue
siendo que "agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la
predicación" (v. 21). Ese es su plan, y ha sido ordenado "en la sabiduría
de Dios".
Pablo no estaba defendiendo la predicación loca o insensata, sino
que solo estaba explicando que la predicación del evangelio de una
130 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

locura según la sabiduría del mundo. Los que promueven principios de


mercadotecnia en el ministerio de la iglesia sugieren que si las personas
no quieren predicación, debemos darles lo que quieran tener. ¿Cuál fue
la perspectiva de Pablo al respecto?
Pablo fue inequívoco: "los judíos piden señales, y los griegos buscan
sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos
ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura" (vv. 22, 23, cursivas
añadidas). Los judíos quieren una señal; ¿por qué no darles una? Los
griegos aman la filosofía; ¿por qué no enmarcar el mensaje en un diálogo
filosófico? Después de todo, ¿no es este el mismo apóstol que dijo "a
todos me he hecho de todo"? Pero aquí vemos de nuevo que a pesar de
que Pablo estaba dispuesto a hacerse siervo de todos, no estaba dispuesto
a modificar el evangelio o alterar el designio de Dios para su predicación.
No iba a darle gusto a las preferencias de la sabiduría humana, haciendo
señales milagrosas para los que exigían algo sensacional, o poniendo el
mensaje en términos filosóficos rebuscados para los que tenían gustos
más cerebrales. En lugar de eso Pablo predicó a Cristo crucificado, una
piedra de tropiezo para los judíos incrédulos y una locura para los griegos
filosóficos.
Los judíos querían ver poder; los griegos querían oír sabiduría. Solo
los que respondían a la locura del mensaje predicado encontraban ambas
cosas: "mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de
Dios, y sabiduría de Dios" (v. 24, cursivas añadidas). Lo irónico y trágico
del asunto es que preciso aquello que la sabiduría humana considera
débil e insensato es la expresión más clara posible del poder y la sabiduría
de Dios. "Porque lo [que se llama] insensato de Dios es más sabio que
los hombres, y lo [supuestamente] débil de Dios es más fuerte que los
hombres" (v. 25).
La sabiduría humana es para la élite; la sabiduría divina es para todos
Pablo conocía muy bien a los miembros de la iglesia corintia, así
que les recordó que muy pocos de ellos habían obtenido alguna noto-
riedad en el mundo: "Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no
sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos
nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a
los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo
fuerte" (vv. 26, 27). Para dar continuidad al contraste doble entre neciol
sabio y débil/fuerte, Pablo señaló que muy pocos cristianos en Corinto
La locura de Dios 131

tenían buena educación o eran poderosos, ricos o famosos. Además,


quienes tuvieron eso en el mundo ya habrían perdido gran parte de su
prestigio al convertirse en cristianos.
El poder de Dios se perfecciona en la debilidad humana (2 Co. 12:9).
Su sabiduría parece locura según las normas humanas, pero Él de todas
maneras utiliza la necedad de este mundo para avergonzar a quienes
son sabios; las cosas débiles para avergonzar a quienes son fuertes, lo
vil y menospreciado del mundo para avergonzar a los que están en
eminencia (1 Co. 1:27, 28). Estamos inclinados a pensar que Dios debe
usar a intelectuales para ganar a otros intelectuales, pero el hecho es
que nadie es ganado para Cristo por el nervio o el refinamiento intelectual
de otra persona. Quienes buscan ser impresionados en lo intelectual
van a considerar el mensaje de salvación como locura y necedad. Por
otra parte, los que han escudriñado las profundidades de la sabiduría
mundana para descubrir su vacuidad, no necesitan ser impresionados
por un argumento para convencerse del evangelio. Conozco a doctores
y profesores universitarios que fueron ganados para Cristo por porteros,
vigilantes y obreros sin títulos académicos. El Señor diseñó el evangelio
de esa manera "a fin de que nadie se jacte en su presencia" (v. 29).

La sabiduría humana exalta al hombre; la sabiduría divina glorifica a


Dios
"Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido he-
cho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; para
que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor" (1:30,
31). La salvación es por entero la obra de Dios. "Porque por gracia sois
salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no
por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya" (Ef.
2:8-10). "¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál
ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe. Concluimos, pues,
que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley" (Ro. 3:27,
28). "Mas el que se gloría, gloríese en el Señor" (2 Co. 10: 17).
La sabiduría humana quiere ingeniarse un camino de salvación donde
la gente reciba el mérito. Si no pueden tener todo el mérito, se conforman
con parte del mismo. Pero en el diseño de Dios ninguno que se salva
tiene por qué jactarse. Esto se debe a que Dios hace todo en lugar y a
favor de aquellos a quienes salva. Los que se salvan no contribuyen en
132 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

lo más mínimo. Él los escoge, los llama, los atrae y les capacita para
creer. Su voluntad soberana, no la resolución o la decisión humana, es
lo que determina incluso quiénes se salvan. Todo es por iniciativa y
obra divina. Ningún aspecto de la salvación depende de algo bueno que
haya en los creyentes, sino que estamos "en Cristo Jesús, el cual nos ha
sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención"
(1 Co. 1:30).
En el capítulo 8 vamos a examinar más de cerca el papel soberano
de Dios en la salvación. Nótese aquí, sin embargo, que la esencia de la
obra salvadora de Dios puede verse en nuestra unión con Cristo. Dios
no se limita a darnos sabiduría, justificación, santificación y redención.
Lo que hace mas bien es colocarnos "en Cristo Jesús, el cual nos ha
sido hecho ... sabiduría,justificación, santificación y redención" (v. 30).
Dios en su soberanía nos une con Cristo, de tal manera que todo lo que
Él es llegue a ser nuestro.
Nótese también la suficiencia perfecta de la obra de salvación de
Dios. Sabiduría, justificación, santificación y redención; ¿acaso hay algo
más que necesitemos fuera de lo que nos ha sido dado en Cristo? Por
cierto que no. De hecho, cualquier intento de añadir a lo que Dios ha
hecho a nuestro favor equivale a anular su gracia (cp. Gá. 2:21).
Cualquier esfuerzo para aumentar su don perfecto tan solo lo disminuye
(Stg. 1: 17). Cualquier iniciativa para ampliar la sabiduría divina con
opiniones terrenales solo empaña su perfección absoluta. ¿Cómo
podríamos mejorar en la vida por encima de Cristo y su Palabra?
A diferencia de la sabiduría humana que exalta al pecador, la
sabiduría divina glorifica a Dios. "Como está escrito: el que se gloría,
gloríese en el Señor" (1 Co. 1:31). En otro lugar Pablo escribió: "Lejos
esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por
quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo"" (Gá. 6:14).
No es sorpresa que Pablo estuviera determinado a no saber nada
más entre los creyentes que de Jesucristo crucificado (1 Co. 2:2). ¿Por
qué razón deberíamos discutir filosofía o sapiencia humana? Esas cosas
no tienen para ofrecer algo de valor eterno, en cambio Jesucristo, el
Salvador crucificado, resucitado y redentor, ofrece la única esperanza
verdadera para el mundo. El predicador fiel, y sin duda alguna todo
discípulo verdadero, debe mantener en alto a Jesucristo frente a un
mundo incrédulo como el único camino, la única verdad y la única vida
La locura de Dios 133

verdadera (cp. In. 14:6). Si tratamos de ganarles con entretenimiento,


argumentos inteligentes, credenciales escolásticas o sabiduría mundana,
vamos a fallar y en últimas les desviaremos del camino a la verdad.
Pablo dijo a los corintios: "ni mi palabra ni mi predicación fue con
palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del
Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría
de los hombres, sino en el poder de Dios" (1 Co. 2:4, 5). Si les hubiese
ganado por medio de la erudición, las palabras sagaces o los discursos
dinámicos, la confianza de ellos habría estado depositada en el lugar
incorrecto.
Recordemos que Pablo llegó a Corinto después de haber sido azotado
y encarcelado en Filipos, perseguido y desalojado de Tesalónica y Berea,
y escarnecido en Atenas (Hch. 16:22-24; 17:10, 13, 14,32). El apóstol
sabía que Corinto era una ciudad plagada de corrupción moral, un centro
de prostitución y vida licenciosa. La ciudad era la epítome del estilo de
vida pagano. Pablo pudo haberse visto tentado a ser menos directo y
abstenerse de cualquier confrontación, presentando su ministerio en un
empaque diferente y tal vez suavizando la ofensa de la cruz. En lugar
de eso, él dice de manera explícita que había optado por la determinación
consciente de no hacer una sola de esas cosas. Su mensaje y su
"predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría" (1 Co.
2:4). No estaba interesado en cambiar la mente de las personas; quería
que Dios cambiara sus vidas. No tenía un mensaje propio que predicar;
fue llamado a proclamar el evangelio de Dios, yeso fue lo que hizo tan
poderoso su ministerio.
En un sermón de 1871, Carlos Spurgeon dijo:

Jesucristo ha sido hecho por Dios sabiduría para nosotros. No buscamos


más la sabiduría en los pensamientos que brotan de la mente humana, sino
en Cristo mismo; no esperamos que la sabiduría nos llegue a través de la
cultura que es del hombre, sino que esperamos ser hechos sabios mediante el
acto de sentarnos a los pies de nuestro Maestro y aceptarle como sabiduría
de Dios mismo.

Luego añadió esta observación al parecer discordante que anticipaba


los años conflictivos que pasaría más tarde en la controversia del declive:

Ahora, como sucedió en los días del apóstol ocurre casi lo mismo en la
134 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

actualidad. Hay unos que consideran que el evangelio, el evangelio sencillo


tal como fue predicado por Juan Bunyan o George Whitefield, o Wesley y
otros, fue algo bueno para las mayorías, y sobre todo en los tiempos de
tinieblas en que vivieron, ya que por medio suyo las grandes masas de la
humanidad recibirían ayuda y mejorarían sus condiciones; pero lo cierto es
que se necesita, según los sabihondos de este siglo de luces tan intensas, una
teología más progresista, mucho más avanzada del evangelismo que ya es
objeto de una ridiculización generalizada. Los hombres de mente y los
caballeros de pensamiento profundo nos deben enseñar doctrinas que fueron
desconocidas para nuestros ancestros; debemos proseguir en la mejora de
nuestro conocimiento de la verdad divina hasta que dejemos rezagados a
Pedro, Pablo y los demás dogmáticos de antaño. Nadie sabe con certeza
cuán sabios llegaremos a ser.
Hermanos, nuestros pensamientos aborrecen esta idea; detestamos este
canturreo acerca del progreso y el pensamiento profundo; lo cierto es que
nuestro único deseo es que pudiésemos conocer tanto de Cristo como los
predicadores de antaño. Tememos que en lugar de introducirnos a una luz
mayor mediante los pensamientos de los hombres, las especulaciones y
contemplaciones de los escribas ancianos y modernos, y los descubrimientos
de los intelectuales y eclécticos, lo que se ha hecho es empeorar las tinieblas
y suprimir parte de la luz que ya estaba en el mundo. De nuevo se ha cumplido
la profecía divina: "Destruiré la sabiduría de los sabios, y desecharé el
entendimiento de los entendidos. ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el
escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios
la sabiduría del mundo?" 3

Dios una y otra vez ha enloquecido la sabiduría del mundo. Sin


embargo, la iglesia se ha dejado engatusar una y otra vez por la noción
de que la sabiduría mundana tiene algo de valor o algo útil en lo cual
debemos ser expertos para poder ministrar con eficiencia. Pablo sabía
que esto no era cierto. Los hombres de Dios a lo largo de los siglos
siempre han sabido esto y también cómo es que funcionan las cosas de
verdad. Nuestra fe no puede cimentarse sobre la sabiduría de los hom-
bres sino sobre el poder de Dios (1 Co. 2:5).
La locura de Dios 135

1. "Restoration of Truth and Revival" ("Restauración de la verdad y el avivamiento",


The Sword and the Trowel (diciembre de 1887), p. 607.
2. Reforming Fundamentalism: Fuller Seminary and the New Evangelicalism [La
reforma del fundamentalismo: el seminario Fuller y el nuevo movimiento evangéli-
co] (Grand Rapids, Mich.: Eerdmans, 1987).
3. "The Fourfold Treasure" ("El tesoro cuádruple") The Metropolitan Tabernacle
Pulpit, vol. 17 (Londres: Passmore and Alabaster, 1871), p. 281.
1I
6 11

EL PODER DE DIOS
PARA SALVACIÓN

Donde se predica el evangelio con poder y en toda su plenitud


gracias a que el Espíritu Santo baja del cielo, nuestras iglesias no
tienen que seguir con los mismos miembros, sino que siempre ga-
nan nuevas almas. Pero cuando desaparece aquello que constitu-
ye su fortaleza, es decir, cuando el evangelio es encubierto y se
menosprecia la vida de oración, todo el asunto se convierte en
mera forma y ficción. Por esta causa nuestro corazón está acon-
gojado en gran manera.

Carlos H. Spurgeon I

Un libro reciente en el género de "ministerios al gusto del consumidor"


incluye una sección titulada "Tiempos diferentes requieren mensajes
diferentes". Ese título me llamó la atención, así que empecé a leer. Este
autor, el cual pastorea una iglesia de gran tamaño que da gusto a sus
usuarios, dice que los tiempos modernos han destrozado tanto la
autoestima, que en realidad las personas necesitan oír un mensaje dife-
rente del que era apropiado cien años atrás. Este hombre escribe:

En tiempos pasados el espíritu humano era mucho más robusto de lo que es


ahora. La modernidad ha dejado grandes pérdidas para el espíritu humano,
tal como lo ha hecho el elevado costo del sueño norteamericano. El estrés de
138 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

la vida moderna ha tenido un efecto bastante negativo sobre la autoestima


del hombre moderno.
En consecuencia, existe un elevado grado de fragilidad en el ego humano
moderno. Esta generación en particular ha sido fragmentada y despedazada
por el paso acelerado del desarrollo en tiempos modernos. Esa es la razón
por la que nuestros jóvenes adultos se encuentran hoy día en una condición
muy frágil.
¿Alguna vez se ha tomado el tiempo que se requiere para leer los mensajes
de algunos de los grandes predicadores del siglo diecinueve... ? Si lo ha
hecho, es probable que haya notado que [los hombres de esa época] se estaban
dirigiendo a una multitud bastante diferente de la que atendemos en la
actualidad, y les hablaban de una manera muy ajena a nosotros. A causa de
esas profundas diferencias, no estoy de acuerdo con quienes dicen que tales
mensajes son apropiados para nuestro tiempo.
Debemos darnos cuenta de que las personas en nuestra cultura de verdad
han experimentado rupturas y heridas profundas. Necesitan con desesperación
ser sanadas y restauradas, pero yo creo que el proceso de sanidad es diferente
para cada época y para cada generación, incluida la nuestra.
Sí, los tiempos diferentes requieren mensajes diferentes.2

Ese autor tiene una franqueza inusual para declarar su perspectiva.


Admite con cierto candor su convicción de que la predicación debería
acomodarse al espíritu de la época. (Su libro también incluye los reco-
nocimientos y el patrocinio incondicional de los más importantes diri-
gentes del movimiento de iglecrecimiento y mercadotecnia eclesiásti-
ca). ¿De qué manera piensa este pastor que deberíamos determinar cuál
es el mensaje apropiado para nuestro tiempo? Esta es la lista de suge-
rencias que ofrece a los predicadores:

1 Visite la sección de manuales y técnicas en sus librerías locales.


2 Organice un grupo que le entregue de forma regular una lista con los retos
más grandes que deben enfrentar en sus hogares y trabajos.
3 De manera similar, haga un inventario de las necesidades que tienen las
personas no creyentes de su comunidad.
4 Examine con cierta periodicidad las revistas de noticias como Times y
Newsweek, ya que estas publicaciones tienden a llevar la delantera en la
determinación de las necesidades percibidas y los temores que las perso-
nas enfrentan a diario.
5 Aplique y cumpla metas prácticas para cada estudio, mensaje o programa
en su iglesia.
6 Practique la composición de títulos prácticos y fáciles de recordar para
sus mensajes (sermones) basados en diversos textos bíblicos.
El poder de Dios para salvación 139

7 Limite su predicación a unos 20 minutos porque los de nuestra genera-


ción no tienen mucho tiempo sobrante, y no olvide mantener sus mensa-
jes ligeros, informales y fáciles de digerir; salpíquelos con dosis genero-
sas de humor y anécdotas personales. 3

Esa lista es una receta para la predicación débil e insípida. También


se opone diametralmente al ministerio bíblico.
En una crítica soberbia del movimiento de mercadotecnia
eclesiástica, Douglas D. Webster compara la predicación bíblica con
los métodos al alcance del usuario:

La predicación bíblica estaba centrada en Dios, exponía el pecado, convencía


al individuo y retaba la manera de vivir, todo lo opuesto a los sermones
livianos e informales de la actualidad que pretenden cristianizar la
autosuperación y entretener más que convencer de pecado.
Hay tantas ilustraciones en los sermones actuales orientados a satisfacer
las necesidades del mercado religioso, que el oyente olvida la verdad bíblica
que se supone está siendo ilustrada; hay tantas anécdotas personales que el
oyente conoce mejor al pastor que a Cristo; tantas historias de interés humano
que escuchar el sermón es más fácil que leer el periódico; es tan práctico que
casi no queda algo concreto para poner en práctica.
No es de sorprenderse que los cristianos nominales salgan de la iglesia
sintiéndose bien consigo mismos. Su autoestima ha quedado intacta y solo
hay lugar para el optimismo. Sus mentes y corazones han sido arrullados y
pacificados con bocados de teología superficial, máximas cristianas y algunas
instrucciones sobre la autoestima, los hijos o el trabajo. Después de todo
sigue sin responderse la pregunta: ¿se ha proclamado con eficacia y fidelidad
la Palabra de Dios, irrumpiendo con la verdad de Jesucristo en las áreas
confortables en la vida de las personas y en el cobertizo de la satisfacción
individual? 4

La realidad simple es que uno no puede seguir una estrategia de


orientación al mercado y seguir siendo fiel a las Escrituras. Los
predicadores que se preocupan por mantenerse al alcance y gusto del
consumidor, no pueden predicar sin temor todo el consejo de Dios. Los
que aspiran a predicar en el momento oportuno un mensaje perecedero
van a descubrir que han entrado en conflicto con la verdad imperecedera
de la Biblia. Los ministros que se dejan guiar por las revistas y los
programas de opinión antes que por la Palabra de Dios, descubrirán
pronto que el mensaje que pareció tan relevante la semana pasada no es
más que una noticia rancia. La predicación que encubre el evangelio
140 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

inalterable y lo esconde tras los acontecimientos pasajeros de nuestro


tiempo elimina la fuerza que hace de la predicación buena algo poderoso
de verdad. Después de todo, el "poder de Dios para salvación" (Ro.
1: 16) no está en nuestras anécdotas, aplicaciones, fórmulas, chistes,
títulos llamativos, bosquejos ingeniosos u otros dispositivos que
inventemos, sino que es el evangelio eterno.

APARTADO PARA EL EVANGELIO


La epístola de Pablo a los romanos es una exposición del evangelio
casi que punto por punto. En el primer versículo de la epístola, Pablo se
describe como un hombre que ha sido "apartado para el evangelio". El
evangelio fue el fundamento del ministerio de Pablo, y en Romanos el
apóstol hace una presentación clara y completa del mismo. Escribe acer-
ca de la ira de Dios y el pecado humano (capítulos 1-3), la justificación
y la justicia imputada (3-5), la santificación y la justicia práctica (6-8),
la elección y el rechazo de Israel hacia Cristo (9-11), para terminar con
aplicaciones prácticas de varias verdades del evangelio desde el capítu-
lo doce hasta el final. El evangelio es su tema en toda la epístola, y una
de las razones de Pablo para escribir Romanos parece haber sido de-
mostrar el carácter central del evangelio en toda la vida y el ministerio
cristiano.
Cuando hablamos sobre "el evangelio" tendemos a pensar en un
mensaje evangelístico, y seguro que el evangelio lo es; pero no solo se
trata de un bosquejo de cuatro o cinco puntos con verdades sobre la
salvación. El evangelio en el sentido en que Pablo y los apóstoles
emplearon la palabra, incluye toda la verdad revelada acerca de Cristo
(cp.Ro.1:1-6; 1 Co.15:3-11).Nosedetieneenelpuntodelaconversión
y la justificación por fe, sino que abarca todos los demás aspectos de la
salvación, desde la santificación hasta la glorificación. Por ende, la
importancia del evangelio no se acaba en el momento cuando ocurre el
nuevo nacimiento, porque el evangelio se aplica a toda la experiencia
cristiana. Siempre que Pablo y los demás escritores del Nuevo
Testamento hablaron de "predicar el evangelio", no se estaban refiriendo
tan solo a predicar a los no creyentes (cp. v. 15).
Todo el ministerio en los comienzos de la iglesia giraba alrededor
del evangelio. Allí nadie habría sugerido la realización de un debate
sobre política secular, un programa para la pérdida de peso, un acto
El poder de Dios para salvación 141

cómico, un espectáculo musical, una obra de teatro, un seminario sobre


el cuidado de niños en edad de gatear o cualquier otra actividad con el
fin de aumentar la cantidad de miembros de la iglesia. La iglesia y
todos sus ministerios estaban comprometidos sin distracción alguna con
la tarea singular de fortalecer a los creyentes para el avance del evangelio
en el mundo.
El compromiso personal de Pablo con el evangelio como el corazón
de todo ministerio se puede ver con claridad en el capítulo inicial de
Romanos, donde expresa su deseo de ir a Roma y ministrar a los santos
del lugar. El apóstol quería con desesperación llegar a Roma, pero no
con el fin de reanudar viejas relaciones personales aunque tenía muchos
buenos amigos que formaban parte de esa iglesia. Tampoco estaba
interesado en ministrar en una de sus propias iglesias, ya que Pablo no
plantó la iglesia en Roma. No era para escapar de la persecución en
otro lugar, puesto que tenía certeza de que se convertiría en blanco de
ataques furiosos en una ciudad con oposición militante al cristianismo.
Más bien, la pasión de Pablo por predicar el evangelio era tan grande,
que le costaba esperar para hacerlo en Roma, el centro del mundo
civilizado.

SIRVO EN MI ESPÍRITU EN EL EVANGELIO


Pablo escribe: "Primeramente doy gracias a mi Dios mediante Je-
sucristo con respecto a todos vosotros, de que vuestra fe se divulga
por todo el mundo. Porque testigo me es Dios, a quien sirvo en mi
espíritu en el evangelio de su Hijo, de que sin cesar hago mención de
vosotros siempre en mis oraciones, rogando que de alguna manera ten-
ga al fin, por la voluntad de Dios, un próspero viaje para ir a vosotros"
(Ro. 1:8-10). En estos breves versículos hay una gran riqueza de verdad
espiritual acerca del ministerio bíblico, y en otro libro he comentado
este texto con detalle. 5 Aquí quiero empezar con el enfoque en una cor-
ta frase en el versículo 9: "sirvo [a Dios] en mi espíritu en el evangelio
de su Hijo".
Para Pablo, predicar el evangelio era un acto espiritual de adoración.
La palabra griega que se traduce "sirvo" es latreuo, que significa rendir
culto o adorar y es la misma palabra que se traduce "servimos" en
Filipenses 3:3: "los que en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en
Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne". Pablo servía o adoraba
142 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

a Dios en su espíritu mediante la predicación del evangelio. En otras


palabras, Pablo veía su ministerio como el de un sacerdote que rinde
culto a Dios como un deber sublime y santo: "si anuncio el evangelio,
no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y i ay de
mí si no anunciare el evangelio!" (1 Co. 9:16). Sin embargo, no solo se
trataba de un deber o una necesidad impuesta, también era un privilegio
inmenso: "pronto estoy a anunciaros el evangelio también a vosotros"
(Ro. 1:15).
La prontitud y deseo de Pablo para servir a Dios empezó a brotar de
su espíritu desde el momento de su salvación. Su primera pregunta como
cristianos fue: "¿Qué haré, Señor?" (Hch. 22:10). Su corazón y sus
energías estaban fijados en predicar el evangelio, y él lo hacía con toda
su alma.
Notemos que el interés de Pablo era el bienestar espiritual de quienes
él ministraba: "Porque deseo veros, para comunicaros algún don
espiritual, a fin de que seáis confirmados" (Ro. 1: 11). No tenía el antojo
de visitar Roma como un turista. No estaba interesado en el mero
entretenimiento de los creyentes romanos o en ver cuántas personas
nuevas era capaz de traer a sus reuniones. No estaba pensando en sus
propias recompensas, reputación o remuneración. Quería dar de sí mismo
para el beneficio espiritual de sus hermanos en la fe.
¿Qué "don espiritual" quería impartir Pablo a los romanos? Por
supuesto, no estaba hablando acerca de dones espirituales como los
descritos en 1 Corintios 12 y Romanos 12. Esos dones son impartidos
por el Espíritu Santo a todo creyente (1 Co. 12:7-11), no son pasados de
mano en mano entre las personas. Pablo estaba hablando acerca de un
don de valor espiritual, algo que les ayudaría a ser "confirmados" en
sus vidas cristianas. Lo que tenía en mente involucraba predicarles (cp.
Ro. 1:15). Quería darles ánimo con la plenitud de las riquezas de la
verdad del evangelio, y a su vez ser animado por la fe de ellos en esa
verdad: "esto es, para ser mutuamente confortados por la fe que nos es
común a vosotros y a mI'" (v. 12).
De modo que la carga de Pablo por la iglesia en Roma tenía una
relación profunda con su deseo de servirles mediante la predicación y la
ministración del evangelio. En últimas Pablo llegó a Roma, pero no antes
de pagar un elevado precio. Fue llevado en cadenas, atado a guardias
romanos. No obstante, así él hubiera sabido al escribir esta epístola lo
El poder de Dios para salvación 143

que le costaría llegar a Roma, el deseo de Pablo de predicar el evangelio


en Roma no se habría reducido en lo más mínimo. Después de todo, fue
a Jerusalén aunque sabía que allí sería detenido y encarcelado (cp. Hch.
21:10-15). Cuando los hermanos trataron de disuadirle por todos los
medios de ir a Jerusalén, él contestó: "¿Qué hacéis llorando y
quebrantándome el corazón? Porque yo estoy dispuesto no sólo a ser
atado, mas aun a morir en Jerusalén por el nombre del Señor Jesús" (Hch.
21:13). Pablo habría ido a Roma de buena voluntad bajo las mismas
circunstancias, y en últimas lo hizo. El apóstol escribió a los filipenses
desde Roma: "Todos los santos os saludan, y especialmente los de la casa
de César" (FiL 4:22). Pablo estaba bajo arresto domiciliario al escribir
esas palabras, a la espera del veredicto del tribunal imperiaL Aun en esas
circunstancias difíciles se mantuvo fiel predicando el evangelio. Es
evidente que incluso había sido usado por Dios para conducir a personas
de la propia casa de César a un conocimiento salvador de Cristo.
Resulta obvio que la proclamación del evangelio era una necesidad
imperiosa para Pablo. Esa es la razón por la que habló de sí mismo
como alguien "apartado para el evangelio" (1: 1). N o conocía cualquier
otra clase de ministerio.

SOY DEUDOR A TODOS LOS PERDIDOS


Pablo escribió: "A griegos yana griegos, a sabios y a no sabios soy
deudor" (Ro. 1: 14, cursivas añadidas). Pablo no predicaba el evangelio
solo por razones personales o porque el llamado pareciera atractivo,
sino que se consideraba bajo una obligación ineludible.
En el tiempo de su conversión, Pablo era el opositor más resuelto de
la iglesia. Odiaba a Cristo y a todos los cristianos. Cuando Esteban, el
primer mártir, fue apedreado hasta morir, Pablo estaba allí y "consentía
en su muerte" (Hch. 8: 1). Después de su salvación, el celo de Pablo por
Cristo era mayor que su celo anterior para perseguir a los cristianos.
Este versículo nos da una idea de por qué fue así. La perspectiva de
Pablo era que como Dios había escogido y llamado a un enemigo como
él, en sus propias palabras "[de entre] los pecadores, de los cuales yo
soy el primero" (1 Ti. 1: 15), Pablo había adquirido una obligación
inmensa para con los demás pecadores de predicarles el evangelio. Sabía
que por soberanía divina había sido designado para esa función, y estaba
en la obligación de cumplirla.
144 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

Todos los que hemos creído el evangelio estamos bajo esa misma
clase de obligación. En primer lugar, como notamos antes, Cristo mismo
nos manda predicar el evangelio (Mr. 16: 15). En segundo lugar, los que
conocemos el camino de la vida eterna estamos obligados con los
incrédulos en el mismo sentido en que tendríamos la responsabilidad
de advertir a alguien que hay un incendio en su casa, y el deber moral
de dar agua a alguien que está muriendo de sed.
Pablo se consideraba deudor a judíos y a gentiles por igual, a personas
sabias y a incultas sin discriminación. No se concentraba en los jóvenes,
en los que tenían posibilidades de ascenso social y en la gente con
educación, ignorando a los esclavos y los excluidos de la sociedad.
Predicó el evangelio a todos ellos por su obligación como deudor a
todos ellos y "porque no hay acepción de personas para con Dios" (Ro.
2: 11). Pablo no discriminaba entre las personas ni tenía parcialidad hacia
unos u otros.
A diferencia de esto, en el movimiento de las iglesias al alcance del
consumidor un elemento clave es apuntar la estrategia de mercadeo a
una población específica. George Barna ha escrito:

Para mercadear su producto de manera exitosa, tiene que identificar el


mercado donde va a ser consumido. La clave para la identificación de
mercados es ser lo más específicos posibles en la selección del público al
cual se va a ofrecer el producto. Al ajustar las características de su producto
a los intereses y necesidades de segmentos específicos de la población, usted
se puede concentrar en llevar el producto a los mejores destinatarios sin
desperdiciar recursos en personas que no tienen necesidad o interés en su
producto... Si se conoce el mercado del producto, se puede desarrollar el
producto mismo para atender las necesidades especiales de ese segmento, y
se puede diseñar todo el esfuerzo de mercadeo con garantía de eficacia
máxima. 6

En otras palabras, decida a quiénes va a ministrar, modele el "producto"


para que se ajuste a las expectativas de esa población y no "desperdicie
recursos" en personas que estén por fuera del grupo que está en la mira.
¿Por qué razón casi todas las iglesias al alcance del usuario
identifican como su "mercado objetivo" los profesionales que viven en
los suburbios y otros grupos de personas adineradas? ¿Por qué muy
pocas iglesias de este tipo dirigen sus esfuerzos a atender las necesidades
de la gente pobre o de grupos compuestos por personas de todas las
El poder de Dios para salvación 145

clases? La respuesta puede ser obvia. Cierto pastor que encabeza el


movimiento dice: "Cualquier pastor puede definir la composición del
grupo de oyentes que quiere alcanzar, si determina con quién le gustaría
pasar vacaciones o una tarde amena". Es difícil imaginar una filosofía
de ministerio que sea más incompatible con la Palabra de Dios que
esta. ¿Acaso no dice la Biblia: "Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro
glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas" (Stg. 2:1)?
También dice: "Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios a los
pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reino
que ha prometido a los que le aman?... pero si hacéis acepción de
personas, cometéis pecado, y quedáis convictos por la ley como
transgresores" (vv. 5, 9).
Los que circunscriben su ministerio a una "audiencia objetivo"
selecta, seguro que no están ministrando en el mismo espíritu de Pablo,
quien se consideró deudor a todos y ministró a todos por igual.

PRONTO ESTOY PARA ANUNCIAR EL EVANGELIO


Al decir que debía predicar el evangelio debido a que era "deudor",
Pablo no estaba implicando en modo alguno que fuese un testigo de
Cristo a regañadientes. El apóstol deja esto en claro: "en cuanto a mí,
pronto estoy a anunciaros el evangelio también a vosotros que estáis en
Roma" (Ro. 1:15). No solo estaba dispuesto sino también deseoso y
determinado a predicar el evangelio.
Pablo deseaba con todas las fuerzas de sus ser predicar el evangelio
en Roma. No habría podido entender a los predicadores que teniendo a
disposición el privilegio de predicar el evangelio, optan por entretener
a la gente, contar anécdotas o dar charlas sobre la autoestima. El apóstol
estaba pronto y dispuesto a sufrir persecución, ser golpeado, ir a la
prisión y aun ser muerto por el privilegio de predicar el evangelio.
C. H. Spurgeon dijo:

El apóstol estaba listo para ir a cualquier parte con el evangelio, pero no lo


estaba para predicar otro evangelio; nadie podría aprestarle para tal cosa.
No estaba listo para esconder el evangelio, no estaba listo para bajarle el
tono, no estaba listo para abreviarlo o alargarlo. Pablo dijo: "no me
avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo
aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego". En cuanto a la
posibilidad de predicar el evangelio, Pablo siempre estuvo listo para
146 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

aprovechar todas las oportunidades; no dejó por fuera una sola de sus
verdades, ni una sola parte de su enseñanza. Incluso cuando le producía
que lo ridiculizaran y despreciaran, así fuera una piedra de tropiezo para
los judíos y locura para los griegos, Pablo siempre diría: "en cuanto a mí,
pronto estoy" para predicar el evangelio a todos ellos por igual. No siempre
se sentía igual de idóneo para la obra, no siempre se abría paso con el
mensaje de la misma forma y no siempre tuvo la misma libertad para hablar,
pero siempre tuvo un espíritu pronto para predicar dondequiera el Señor le
diera oportunidad de hacerlo.?

Al final de su vida, Pablo pudo decir: "He peleado la buena batalla,


he acabado la carrera, he guardado la fe" (2 Ti. 4:7). Esto se debió a que
nunca eludió su llamado, nunca cedió a la tentación de buscar
popularidad, nunca se sentó a negociar con los enemigos del evangelio,
nunca permitió que su ministerio se conformara al mundo y nunca se
prestó para calmar la comezón de oír de las muchedumbres.
Por las apariencias externas, el mundo creía que Pablo era un fracaso.
Fue arrestado, encarcelado durante años y por último ejecutado por
oficiales del Imperio Romano. No obstante, incluso en esas horas
tenebrosas Pablo se mantuvo fiel predicando. Cuando no podía predicar
a multitudes, testificaba a los soldados que habían sido asignados para
vigilarle. Si no podía ministrar en las iglesias, ministraba en las prisiones.
Siempre estaba pronto y en guardia para dar el evangelio, pero nunca
para hacer concesiones.

NO ME AVERGÜENZO DEL EVANGELIO


La siguiente declaración de Pablo podría llamarse la tesis central de
la epístola: "Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder
de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y
también al griego" (Ro. 1: 16). Es una de las declaraciones más potentes
y hondas en todo el Nuevo Testamento. ¡Pablo iguala el evangelio mis-
mo con el poder de Dios todopoderoso! Por eso no es de extrañarse que
dijera sin reservas que no se avergonzaba del evangelio.
El resto de la epístola es una exposición detallada de esta declaración,
para desarrollar en detalles espléndidos la verdad del evangelio y para
mostrar por qué es tan poderoso. Esa es la razón por la que Romanos
ocupa un lugar tan prominente entre las epístolas paulinas. Pablo estaba
tan consagrado al evangelio que en algunas ocasiones se refirió a él
El poder de Dios para salvación 147

como "mi evangelio" (Ro. 2:16; 16:25; 2 Ti. 2:8). Lejos de avergonzarse,
hablaba de él como si fuera su propia posesión preciada.
No obstante, como Pablo bien lo sabía, el precio de llevar el evangelio
en alto podía ser bastante grande. En consecuencia, había demasiados
cristianos que se comportaban como si estuviesen avergonzados del
evangelio.
El escarnio fue un arma clave que utilizaron los primeros enemigos
del cristianismo. Los romanos en especial tendían a mirar el cristianismo
como una religión cruda para ignorantes. Circulaban rumores en la
sociedad romana de que los cristianos eran caníbales por cuanto
participaban de la cena del Señor. Los cristianos eran acusados de
sedición, homicidio y otros crímenes terribles. Algunos enemigos del
evangelio alegaban que los cristianos tenían orgías, y los paganos
atacaban a los cristianos diciendo que eran ateos porque rechazaban a
todos los dioses mitológicos. El precio de seguir a Cristo podía ser
elevado en extremo.
Como hemos notado en repetidas ocasiones, para el mundo el
evangelio es insoportable, discordante y alarmante porque expone el
pecado, condena el orgullo, convence de culpa al corazón incrédulo y
muestra que la justicia humana, aun los aspectos más bondadosos y
agradables de la naturaleza humana, carecen de valor y son como trapos
de inmundicia (cp. Is. 64:6). Afirma que los problemas reales en la vida
solo se deben a nosotros mismos porque somos pecadores caídos con
corazones engañosos, motivos perversos y orgullo absoluto. No podemos
culpar a otros por nuestro fracaso y miseria. Esa no es una forma popular
de ver las cosas, en particular con el ambiente psicológico que caracteriza
a la sociedad actual. Llega como una mala noticia para todos los que
aman el pecado, y muchos que lo escuchan por primera vez reaccionan
con displicencia en contra del mensajero.
No es fácil mantener una postura firme y denodada por el evangelio,
carente por completo de vergüenza. La mayoría de nosotros debemos
confesar que tenemos mucho en común con la debilidad de Pedro, quien
la noche antes de la crucifixión de Jesús negó al Señor tres veces y se
acobardó ante una criada que le reconoció como un seguidor de Cristo
(Lc. 22:56-62).
Por otro lado, no se registra un solo incidente parecido a ese en la
vida de Pablo. Desde el momento de su conversión, Pablo fue un hombre
148 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

con una misión y nunca fluctuó en el cumplimiento de su único


propósito: predicar el evangelio. Conocía el poder asombroso del
evangelio para transformar vidas y anhelaba ser el heraldo que tuviera
el privilegio de proclamarlo. ¿Cómo podría jamás avergonzarse del
evangelio? Tras recibir el evangelio por revelación directa del mismo
Señor resucitado (Hch. 20:24; 1 Co. 11 :23; 15:23), Pablo estaba ansioso
de proclamarlo a todos, sin temor ni vergüenza.

El evangelio es poder de Dios


Es difícil imaginar que alguien que de verdad entienda el poder del
evangelio se pueda sentir avergonzado de proclamarlo, cuando "es po-
der de Dios" (1:16). Dunamis es la palabra griega que se traduce "po-
der". La palabra dinamita se deriva de la misma palabra griega, y dina-
mita no es una expresión exagerada para describir lo que Pablo está
diciendo aquí.
Algo inherente al mensaje del evangelio es el poder de un Dios
omnipotente. Ese solo poder es suficiente para salvar al más vil de los
pecadores y transformar el corazón más endurecido, sin depender de la
intervención de un instrumento humano con sus argumentos,
ilustraciones y ocurrencias.
El profeta Jeremías escribió: "¿Mudará el etíope su piel, y el leopardo
sus manchas? Así también, ¿podréis vosotros hacer bien, estando
habituados a hacer mal?" (Jer. 13:23). La verdad es que las personas
carecen en absoluto de poder para vencer su propio pecado. El pecado
es parte de nuestra naturaleza, como las manchas de un leopardo. No
podemos cambiarnos a nosotros mismos. Las técnicas de autosuperación
y los programas de recuperación pueden ayudar por un tiempo a los
humanos para sentirse mejor consigo mismos, pero no tienen poder
alguno para quitar el pecado o cambiar el corazón humano.
Solo el evangelio puede hacer eso ya que es poder de Dios para
salvación. En otras palabras, la verdad objetiva del evangelio tiene poder
inherente para transformar vidas al ser aplicado por Dios. Pedro habló
de la Palabra de Dios como la semilla que genera vida nueva y un nuevo
nacimiento: "[somos] renacidos, no de simiente corruptible, sino de
incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre"
(1 P. 1:23). Ambos apóstoles querían decir en esencia lo mismo: la
Palabra de Dios, es decir, el mensaje del evangelio, es el vehículo
El poder de Dios para salvación 149

mediante el cual el poder transformador de Dios invade una vida y lleva


a cabo el nuevo nacimiento.
Ya consideramos en un capítulo anterior las palabras similares que
Pablo escribió a los creyentes en Corinto: "la palabra de la cruz es locura
a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es
poder de Dios" (1 Co. 1:18, cursivas añadidas). Además: "nosotros
predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero,
y para los gentiles locura; mas para los llamados, así judíos como griegos,
Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios" (vv. 23, 24). El evangelio es
el único mensaje que Dios usa para salvar. Hay un lugar apropiado para
la persuasión, la ilustración gráfica y la aplicación relevante. Sin duda
alguna todo predicador o evangelista de valor siempre buscará maneras
de estimular el interés de las personas, pero solo para captar y aprestar
sus oídos para escuchar el evangelio. Si la verdad sencilla del evangelio
no penetra el corazón, ninguna cantidad persuasión, apremio y
promoción por parte del evangelista va a llevar a una persona a la
salvación.
Nótese que el evangelio "es poder de Dios para salvación a todo
aquel que cree" (Ro. 1: 16, cursivas añadidas). Algunas personas siguen
sin ser afectadas por el evangelio. Aunque el mensaje es poderoso, no
tienen efecto positivo en los que se apartan de él en incredulidad. Por
supuesto, Pablo experimentó mucho rechazo y escarnio de quienes
repudiaban el evangelio. A pesar de esto rehusó cambiar sus métodos o
adaptar el mensaje a sus gustos. No supuso que el rechazo de los
incrédulos se debiera a una falta de poder en el evangelio. Conocía
demasiado bien el poder inigualable del evangelio para transformar "a
todo aquel que cree".
Cuando Pablo se refiere al evangelio como el "poder de Dios para
salvación", también estaba afirmando que el poder revela el único camino
de salvación. Jesús dijo: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie
viene al Padre, sino por mi'" (Jn. 14:6). Hechos 4:12 dice: "Yen ningún
otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los
hombres, en que podamos ser salvos". Predicación bíblica significa
predicar a Jesucristo (2 Co. 4:5), tanto su persona como su obra. Quizás
la denuncia más seria que se puede hacer en contra de la predicación
contemporánea orientada a la demanda del mercado, es que se caracteriza
por la ausencia de Cristo en su mensaje. Aunque se mencione su nombre
150 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

o algún hecho relacionado con Él, es raro que nuestro Señor ocupe un
lugar central en los estilos modernos de predicación.

El evangelio revela la justicia de Dios


El término "el evangelio" es objeto de gran abuso en estos días. En
otro libro he tratado en detalle algunas de las falacias contemporáneas
con relación al evangelio. 8 Aquí es suficiente señalar que muchos evan-
gélicos han redefinido el evangelio en términos antropocéntricos. En
lugar de proclamar a Cristo crucificado y enfocarse en la justicia de
Dios, hablan acerca de las necesidades humanas. Lo cierto es que el
evangelio es primero que todo un mensaje acerca de la justicia de Dios:
"Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe,
como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá" (Ro. 1: 17).
La palabra justicia al igual que sus derivaciones aparece por lo menos
treinta y cinco veces en Romanos. La justicia divina es el punto de
partida y el tema del mensaje del evangelio. La justicia de Dios rechazada
por la humanidad pecadora, se cumplió a perfección en Cristo encamado.
Es imputada al pecador que se arrepiente y cree en el Señor Jesús, y se
va a desplegar en manifestaciones prácticas en la vida del cristiano.
Esas frases constituyen un resumen del evangelio tal como Pablo lo
desarrolla en el texto de Romanos.
"La justicia de Dios" es un concepto con dos connotaciones. En un
sentido habla del aborrecimiento santo del pecado por parte de Dios. A
principios del siglo dieciséis, Martín Lutero se encontraba en la torre
del claustro de Wittenberg leyendo este versículo. "Esa expresión,
'justicia de Dios' fue como un relámpago que sacudió mi corazón",
dijo Lutero años más tarde. "Odié a Pablo con todo mi corazón cuando
leí que la justicia de Dios es revelada en el evangelio".9 Lutero veía la
justicia de Dios como un obstáculo infranqueable a la vida eterna. Era
un hombre con una conciencia profunda de su propia pecaminosidad, y
sabía que a causa de ello era inaceptable delante de un Dios justo. Por
lo tanto, al leer este versículo se rindió en desesperación.
Por otro lado, hay una segunda connotación del concepto de justicia
en el versículo 17: "como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá".
Esto habla de la justicia perfecta de Cristo cuando es imputada a favor
del pecador que tiene fe en Cristo (Ro. 4:24). Cuando Lutero por fin
logró entender este sentido de la palabra justicia, pudo conocer el
El poder de Dios para salvación 151

significado verdadero del evangelio, y ese descubrimiento trajo como


resultado la Reforma protestante.
Esto se conoce como la doctrina de justificación. Significa que Dios
acredita de forma gratuita toda la justicia perfecta de Cristo en la cuenta
personal del creyente, y cancela toda su deuda por el pecado. Cuando
Dios mira a la persona que cree, .la ve como si fuese tan plena y
perfectamente justa como Cristo mismo. Así es como Dios ''justifica al
impío" (Ro. 4:5). Gracias a que Cristo obró una expiación total por el
pecado mediante su muerte y resurrección, Dios puede justificar a los
pecadores sin traicionar su propia justicia, "a fin de que él sea el justo, y
el que justifica al que es de la fe de Jesús" (Ro. 3:26). Este es el corazón
mismo del evangelio, y la razón por la que el mensaje es de buenas nuevas.

El evangelio revela la ira de Dios


Sin embargo, el mensaje del evangelio no es solo buenas noticias.
De hecho, no son buenas nuevas en absoluto para los que se apartan de
Cristo. Note que el punto de partida para el evangelio de Pablo es la ira
de Dios contra el pecado: "Porque la ira de Dios se revela desde el cielo
contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con in-
justicia la verdad" (v. 18). Pablo procede luego a escribir más de dos
capítulos completos para demostrar de manera sistemática que toda la
humanidad es pecadora y está bajo la ira de Dios.
La ira de Dios está ausente casi por completo de las presentaciones
modernas del evangelio. No es conveniente ni elegante hablar de la ira
de Dios contra el pecado o decirle a las personas que deberían temer a
Dios. La típica presentación actual del evangelio empieza en el extremo
opuesto al que Pablo presentó como punto de partida. El apóstol escribió
acerca de "la ira de Dios... contra toda impiedad e injusticia de los
hombres", en cambio el evangelismo moderno empieza diciendo: "Dios
te ama y quiere hacerte feliz".
Si usted lee la literatura del movimiento que promueve un
cristianismo al alcance del consumidor notará una preocupación
constante por transmitir cada punto del mensaje en un tono positivo.
Un pastor que lidera el movimiento escribe:

Aunque nuestra generación quizás reconozca en privado sus faltas y defectos,


e incluso que son pecadores, es muy poco probable que estén dispuestos a
152 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

sentarse en un lugar público para escuchar a alguien que los describa como
gusanos, depravados, criaturas miserables y caídas, etc.
Como pastor de esta generación, estoy convencido de que necesitan
escuchar la presentación en términos positivos de todos los mensajes,
incluidos los negativos. Debemos filtrar todas las cosas de esa manera porque
si no podemos ser positivos, incluso al hablar acerca de temas negativos
como el pecado, las personas de esta generación no nos van a escuchar.
Por lo tanto, necesitamos tener mucho cuidado con el tono que adoptamos
en nuestros cultos ... Yo he adquirido la práctica deliberada de asegurarme
que los mensajes que dirijo a mis contemporáneos siempre lleven un acento
positivo. 10

Los comentarios de esta naturaleza que aparecen en escritos recientes


sobre iglecrecimiento, casi siempre incluyen aclaraciones en las que se
asegura a los lectores que lo que el autor tiene en mente no es hacer
concesiones doctrinales, y este no es la excepción. El escritor dice a
continuación: "Ahora, no estoy cediendo terreno en cuanto a la premisa
bíblica de que todos nosotros somos pecadores caídos y tenemos la
necesidad angustiosa de ser salvos. Debe admitirse que somos
depravados, pero el evangelio también presenta la premisa según la cual,
debido a que fuimos creados a imagen y semejanza de Dios, Él nos
llegó a considerar lo bastante valiosos como para enviar a su Hijo a
redimimos".l1 También dice después que quienes quieran ministrar con
eficacia en esta generación deben mantener su tono siempre "optimista".
Me permito decir en primer lugar que yo ejerzo el ministerio en una
congregación numerosa y representativa de esta generación, y estoy en
desacuerdo con la generalización injustificada de ese escritor según la
cual todas las personas de hoy hacen oídos sordos frente a las verdades
negativas y las descartan de manera automática. No se puede negar que
quienes en verdad son salvos deben reconocer y aceptar los aspectos
negativos como motivación para arrepentirse. Además, una cosa es decir
que "todos nosotros somos pecadores caídos y tenemos la necesidad
angustiosa de ser salvos", y otra muy diferente es decir, como el apóstol
Pablo, que "la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad
e injusticia de los hombres". Ambas declaraciones son verdaderas, por
supuesto, pero el evangelio no es completo sin los dos lados. Lo que
muchos predicadores dejan por fuera de su mensaje en la actualidad es
el punto de partida de Pablo que es la ira de Dios, no una afirmación
tácita sobre la necesidad humana de salvación.
El poder de Dios para salvaci6n 153

Como se indicó en un capítulo anterior, no hay manera de sintetizar


la verdad acerca de la ira de Dios con una presentación del evangelio
que solo sea positiva. No hay forma de declarar la verdad sobre la ira de
Dios a un pecador incrédulo en un tono "optimista". Como resultado, el
evangelio que se predica en estas iglesias se ve truncado con mucha
frecuencia, y el punto que se censura de manera más deliberada es el
mismo en que Pablo iniciaba su presentación del evangelio: ¡la realidad
de la ira divina!
Los que consideran que deben ser optimistas para siempre se ven
forzados a ignorar partes cruciales de las Escrituras, incluida la carta a
los romanos en gran medida, Lucas 16, todos los pasajes de advertencia
en Hebreos, gran parte de las verdades fundamentales del Antiguo
Testamento, y casi la mitad de toda la enseñanza de Jesús. Así es como
la filosofía humana moldea el mensaje que se transmite.
No se haga la impresión de que estoy a favor de un estilo funesto de
predicación, siempre negativo, opresivo y cruel. Por supuesto que no es
así, pero lo hemos señalado en repetidas ocasiones, debe darse un
equilibrio bíblico entre aspectos negativos y positivos, o de lo contrario
no estamos ministrando de acuerdo con la voluntad de Dios. La estrategia
que está de moda en la actualidad consiste en tratar de estilizar el
evangelio para que sea por entero positivo. Ese no puede ser el mensaje
bíblico, y ciertamente no corresponde al evangelio que es poder de Dios
para salvación.
Para Pablo, la amenaza cierta de la ira eterna de Dios era el primer
punto a tener en cuenta. Estaba determinado a que entendieran la realidad
espantosa de la ira santa de Dios y la depravación angustiosa de la
humanidad. No era una forma positiva de presentar el tema, pero es
como lo abordó Pablo bajo la inspiración del Espíritu Santo.
Entender la ira de Dios es crucial para entender su carácter. Todos
sus atributos existen en un equilibrio divino perfecto. Si Él no tuviera
enojo justo, no sería Dios. Aparte de su ira, el concepto de su amor
carece de sentido: "Has amado la justicia y aborrecido la maldad" (Sal.
45:7). Además, Dios aborrece el pecado con la misma perfección y
totalidad con que ama a los pecadores caídos. Cualquier lado sin el otro
queda en el vacío absoluto.
En la Biblia con frecuencia se recalcan los aspectos inseparables de
ira y misericordia al mismo tiempo: "El que cree en el Hijo tiene vida
154 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira
de Dios está sobre él" (Jn. 3:36). Ese versículo aparece en el mismo
capítulo donde se encuentran las conocidas palabras de Juan 3:16. Si
no se entiende la severidad de la ira de Dios contra el pecado, hasta la
frase "no se pierda" en Juan 3:16 pierde todo significado y relevancia.
La ira de Dios no es un tema secundario en las Escrituras. Se destaca
con vigor a lo largo del Antiguo y el Nuevo Testamento. El Salmo 7: 11,
12 dice: "Dios es juez justo, y Dios está airado contra el impío todos los
días. Si no se arrepiente, él afilará su espada; armado tiene ya su arco, y
lo ha preparado". La frase "se encendió contra Israel el furor de Jehová"
se encuentra en repetidas ocasiones en el Antiguo Testamento (por
ejemplo, Jue. 2: 14,20; 3:8; 10:7; 2 S. 6:7; 24: 1; 2 R. 13:3; Sal. 106:40).
El Nuevo Testamento también está repleto de advertencias sobre la ira
de Dios (por ejemplo, Ro. 2:5; 3:5; 9:22; Ef. 5:6; Col. 3:6; Ap. 14:10).
El escritor de Hebreos dice con llaneza: "nuestro Dios es fuego
consumidor" (He. 12:29; cp. Dt. 4:24; 9:3).
Esas verdades no se supone que tengan que hacemos sentir cómodos
ni confiados. Tienen el propósito de llenarnos de temor y temblor
considerables. Después de todo, "el temor de Jehová es el principio de
la sabiduría" (Pr. 9: 10). Solo cuando el evangelio provoca un terror
santo de Dios puede ser apreciado como las buenas nuevas que es en
verdad. "En el temor de Jehová está la fuerte confianza" (Pr. 14:26);
"El temor de Jehová es manantial de vida" (14:27); "El temor de Jehová
es enseñanza de sabiduría" (15:33); y "El temor de Jehová es para vida,
y con él vivirá lleno de reposo el hombre; no será visitado de mal"
(19:23).

¿UN MENSAJE DIFERENTE PARA UN TIEMPO


DIFERENTE?
El evangelio que debe predicarse hoy día es el mismo mensaje al
que Pablo consagró su vida y proclamación. Su advertencia solemne a
la iglesia fue que no tomara ese evangelio a la ligera ni lo alterara en lo
más mínimo (Gá. 1:6-9). La historia de la iglesia está llena de ejemplos
de personas que pensaron que podían acomodar el mensaje a su propia
época, pero terminaron corrompiendo la verdad y trayendo condena-
ción sobre ellos mismos. La mayoría de quienes procuran hacer de la
iglesia un lugar "al alcance del público" no tienen la intención de per-
El poder de Dios para salvación 155

vertir el evangelio a tal extremo, pero necesitan reconocer que su deseo


de presentar un mensaje más agradable y atractivo es por completo in-
compatible con el evangelio verdadero. Con el avance vertiginoso de su
movimiento, cada vez es más claro que van descendiendo por el mismo
sendero declinante recorrido por los modernistas más de cien años atrás.
Si la historia de la iglesia nos enseña algo, es que tiempos y
sociedades diferentes no requieren mensajes diferentes. Quienes
predican algo que no se~ el evangelio no adulterado abandonan el poder
de Dios en sus ministerios.
Carlos Spurgeon dijo que los modernistas de su tiempo estaban
tratando de inventarse "una fe fabricada para el siglo presente, o quizás
debiéramos decir, para el mes presente".l2 También escribió:

La idea de un evangelio progresista parece haber fascinado a muchos. Para


nosotros esa noción es una especie de cruce canino entre el absurdo y la
blasfemia. Después que el evangelio ha demostrado su eficacia en la salvación
eterna de multitudes incalculables, parece ser un poco tarde para alterarlo; y,
puesto que es la revelación de un Dios inalterable quien todo lo sabe, parece
un tanto audaz tratar de mejorarlo. Cuando vemos en un cuadro en nuestra
mente a los caballeros que se han impuesto la realización de una tarea tan
presuntuosa, nos sentimos medio inclinados a soltar una carcajada; su caso
es semejante a la propuesta de que se puede mejorar la luz del sol prendiendo
velas ...
¿Acaso los hombres creen que en realidad hay un evangelio para cada
siglo de la historia humana? ¿O una religión para estrenar cada cincuenta
añOS?13

Spurgeon entendió con claridad que quienes deseaban ser acogidos como
"relevantes" por un mundo cambiante, no podrían y no estarían
dispuestos a permanecer fieles a la Palabra inalterable de Dios. Citó
con su aprobación una carta escrita por Henry Varley al editor de un
periódico llamado Palabra y obra. Varley escribió: "La revelación, que
nunca cambia, no es lo bastante veloz para una era de la cual puede
decirse que su moda constante es el cambio. Por esa razón resulta mucho
más necesario 'retener la forma de las sanas palabras' y 'contender
ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos"'.l4
Si el cambio era la moda en el siglo diecinueve, ¿cuánto más lo es
en la actualidad? Con mucho mayor celo que todas las generaciones
anteriores de cristianos, nosotros debemos cuidar el tesoro que nos ha
156 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

sido encomendado (2 Ti. 1: 14). No lo canjeemos por las modas y antojos


de un mundo vacilante.
El evangelio debe ser predicado con persuasión, urgencia y claridad.
Es cierto que hay una gran necesidad de predicadores y testigos para
Cristo con dones intelectuales y creativos únicos que puedan aplicar
sus capacidades comunicativas a la presentación esmerada del evangelio.
De ningún modo es incorrecto el deseo de ser vigorosos, dinámicos,
persuasivos e interesantes. Es natural que cualquier predicador que en
realidad siente emoción por el evangelio y tiene un compromiso firme
con él, manifieste esos atributos. No obstante, su enfoque debe
mantenerse fijo en el mensaje, no en el estilo. Debemos hacer del
evangelio nuestro único mensaje al mundo. Después de todo, es el
evangelio, y no la ingeniosidad humana, la capacidad de poner todo "al
alcance del público", las técnicas audaces o la tecnología moderna, lo
que en realidad es poder de Dios para salvación de todos los que creen.

1. "Another Word Concerning de Down-Grade" ("Un comentario adicional sobre


el declive de la iglesia"), The Sword and the Trowel (agosto de 1887), pp. 398-99.
2. Doug Murren, The Baby Boomerang [El rebote generacional] (Ventura, Calif.:
Regal, 1990), pp. 217-18.
3. Ibíd., pp. 102-3.
4. Selling Jesus: What's Wrong with Marketing the Church [El error garrafal de la
mercadotecnia eclesiástica: Jesús no está a la venta] (Downers Grove, Ill.:
InterVarsity, 1992), pp. 83-84.
5. Comentario bíblico MacArthur del Nuevo Testamento, Romanos 1-8 (Grand
Rapids: Editorial Portavoz, 2000).
6. Marketing the Church [Cómo mercadear la iglesia] (Colorado Springs, Colo.:
NavPress, 1988), p. 42-43.
7. "Paul the Ready" ("Pablo, siempre listo"), The Metropolitan Tabernacle Pulpit,
vol. 38 (Londres: Passmore and Alabaster, 1892), p. 578.
8. The Gospel According to Jesus [El evangelio según Jesús], segunda edición
(Grand Rapids, Mich.: Zondervan, 1994); Faith Works: The Gospel According
to the Apostles [La fe obra: el evangelio según los apóstoles] (DalIas, Tex.:
Word, 1993).
9. Table Talk [Charlas en la mesa], Theodore G. Tappert, ed. en Luther's Works
[Las obras de Lutero], 55 volúmenes, Helmut T. Lehmann, editor general
(Filadelfia: Fortress, 1967), vol. 54, pp. 308-9.
10. Murren, pp. 215-217.
El poder de Dios para salvación 157

11. Ibíd.
12. "Attempts at the Impossible" ("Intentos de hacer lo imposible"), The Sword and
the Trowel (diciembre de 1888), p. 619.
13. "Progressive Theology" ("Teología que progresa"), The Sword and the Trowel
(abril de 1888), pp. 157-58.
14. Citado en "Notas", The Sword and the Trowel (agosto de 1888), p. 445. Años atrás,
Varley, un carnicero que se volvió evangelista laico, había sido uno de los hombres
responsables de alentar a D. L. Moody en su primera visita a Inglaterra. Varley y
Spurgeon provenían de tradiciones muy diferentes, ya que Varley pertenecía a
la fraternidad de Plymouth. Durante muchos años Spurgeon había expresado sin
reserva sus cóticas sobre la fraternidad de Plyrnouth y las tendencias exclusivistas que
la caracterizaban. No obstante, la defensa de Spurgeon por parte de Varley en
esta carta extensa y elocuente al editor fue uno de los puntos sobresalientes en
la controversia del declive.
11
7 11

PABLO EN EL AREOPAGO
En días pasados, los predicadores que ya iban en declive tenían el
objetivo de ser considerados por los demás como gente respeta-
ble, prudente, moderada y educada, yen consecuencia abandona-
ron la enseñanza puritana con que habían empezado, y
morigeraron el tono de sus doctrinas. La vida espiritual que había
sido la causa propulsora de su arrojo decayó casi hasta el umbral
de la muerte... Es triste, muchos están volviéndose a las copas
envenenadas que inocularon a aquella generación decadente.
Carlos H. Spurgeon 1

Quienes creen que la "relevancia cultural" es el secreto para tener una


predicación poderosa señalan muchas veces el ministerio de Pablo en
Atenas como un ejemplo cardinal de la manera como el apóstol acomo-
daba su mensaje y su metodología a la cultura en la cual ministraba.
Sugieren que el sermón de Pablo en el Areópago es un paradigma para
el ministerio que se orienta a satisfacer las demandas del público.
A primera vista puede parecer que ellos supieran de qué están
hablando. Es cierto que Pablo estaba predicando en medio de los
miembros de la élite intelectual de la ciudad. Les habló en su propio
idioma y aunque no tuvo tiempo para prepararse incluyó citas de los
poetas y filósofos conocidos por ellos, haciendo uso de su propio método
de discurso, el debate público, como el vehículo a través del cual les
comunicó su mensaje. ¿No sería este un prototipo excelente para la
/
160 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

"contextualización" y la aplicación de metodologías de mercadotecnia


al ministerio?
Hechos 17: 16-33 se convierte así en un texto fundamental para tratar
la problemática del movimiento contemporáneo de mercadotecnia
eclesiástica:

Mientras Pablo los esperaba en Atenas, su espíritu se enardecía viendo la


ciudad entregada a la idolatría. Así que discutía en la sinagoga con los judíos
y piadosos, y en la plaza cada día con los que concurrían. Y algunos filósofos
de los epicúreos y de los estoicos disputaban con él; y unos decían: ¿Qué
querrá decir este palabrero? Y otros: Parece que es predicador de nuevos
dioses; porque les predicaba el evangelio de Jesús, y de la resurrección. Y
tomándole, le trajeron al Areópago, diciendo: ¿Podremos saber qué es esta
nueva enseñanza de que hablas? Pues traes a nuestros oídos cosas extrañas.
Queremos, pues, saber qué quiere decir esto. (Porque todos los atenienses y
los extranjeros residentes allí, en ninguna otra cosa se interesaban sino en
decir o en oír algo nuevo.) Entonces Pablo, puesto en pie en medio del
Areópago, dijo: Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos;
porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el
cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros
adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio. El Dios que hizo el
mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra,
no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos
de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y
aliento y todas las cosas. Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los
hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el
orden de los tiempos, y los límites de su habitación; para que busquen a
Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente
no está lejos de cada uno de nosotros. Porque en él vivimos, y nos movemos,
y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque
linaje suyo somos. Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la
Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de
imaginación de hombres. Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos
de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se
arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo
con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle
levantado de los muertos.
Pero cuando oyeron lo de la resurrección de los muertos, unos se
burlaban, y otros decían: Ya te oiremos acerca de esto otra vez. Y así Pablo
salió de en medio de ellos.

La primera parte de Hechos 17 describe cómo Pablo había sido


desalojado de Tesalónica y Berea. Algunos de los cristianos en Berea
Pablo en el Areópago 161

habían sacado a Pablo en secreto de la ciudad y se encargaron de hacer-


le llegar a Atenas por mar (v. 15). Silas y Timoteo se habían quedado en
Berea, y Pablo mandó a decirles que se reunieran con él en Atenas.
De manera que Pablo estaba solo en Atenas, esperando que llegasen
Timoteo y Silas. Es probable que no haya sido un tiempo difícil para
Pablo, quien también había tenido la sensación de soledad en otros
momentos de su vida (cp. 2 Ti. 4:9-22). El ministerio que le había llevado
a este punto era una crónica extensa de persecución y rechazo. Ahora
estaba solo en una ciudad con una vasta cultura pero también pagana en
extremo.
La Biblia no dice cuáles eran los sentimientos de Pablo en esa
ocasión, pero no hay razón para pensar que tuviera desánimo espiritual.
Sus epístolas dan evidencias asombrosas de la forma como él manejaba
situaciones como esta. El apóstol escribió a los corintios: "estamos
atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no
desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no
destruidos" (2 Co. 4:8, 9). En la misma epístola escribió: "Por lo cual,
por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades,
en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy
fuerte" (12: 10). Pablo, estando en una posición de debilidad, estaba a
punto de ser un canal para que el poder de Dios fuera desatado en Atenas.

UN HOMBRE CONTRA UNA CIUDAD


Recordemos que Pablo fue instruido bajo la disciplina más estricta
de los fariseos, como él mismo testificó: "Yo de cierto soy judío, nacido
en Tarso de Cilicia, pero criado en esta ciudad, instruido a los pies de
Gamaliel, estrictamente conforme a la ley de nuestros padres, celoso de
Dios" (Hch. 22:3); "circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de
la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo"
(Pil. 3:5, 6). También era un ciudadano romano y tenía conocimiento
de asuntos militares y políticos. Tarso, el lugar donde Pablo creció y
fue adiestrado, era una ciudad muy cosmopolita, así que la abundante
educación de Pablo le preparó y aclimató para desenvolverse bien en
cualquier cultura del vasto Imperio Romano incluyendo Atenas, que
durante muchos siglos fue el corazón mismo del mundo intelectual y de
las artes. Pablo estaba muy familiarizado con la cultura, costumbres,
religión, arte y filosofía de los griegos. Era un erudito bien documenta-
162 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

do que además había viajado mucho. Por designio de Dios, todos los
aspectos en la vida de Pablo le habían preparado para situaciones tales
como esta.
En los siglos cuarto y quinto antes de Cristo, la ciudad de Atenas
era considerada por muchos como la más grandiosa del mundo entero.
Algunos aspectos de la cultura ateniense nunca han sido igualados.
Atenas llegó a la cúspide en arte, literatura, arquitectura y filosofía.
Jamás en la historia de la humanidad alguna ciudad ha logrado alcanzar
la altura de esplendor en esos campos como Atenas durante los años
dorados del Imperio Griego. Atenas se encontraba en la provincia de
Acaya, de la cual Corinto era capital, no muy lejos de allí. No obstante,
Atenas seguía siendo el centro del mundo cultural e intelectual, así como
Roma era el centro político. Con frecuencia se hacía referencia a Atenas
como la universidad del mundo. Todas las grandes mentes del mundo
se congregaban allí.
Atenas también acogía 1;>ajo su techo el panteón de dioses propio de
la mitología griega. Cada edificio cívico en Atenas era un santuario
dedicado a algún dios. Por ejemplo, el lugar donde se mantenían
guardados los registros públicos estaba dedicado a la madre de los dioses.
El objeto central del edificio municipal era un ídolo de Apolo. Un refrán
popular decía: "Es más fácil encontrar a un dios en Atenas que a un
hombre". La ciudad era pagana hasta la médula; aunque tenían dioses
para todo, no conocían al único Dios verdadero.
Es interesante notar la manera como Atenas afectó a Pablo. Uno
podría pensar que con su trasfondo cultural y educativo, Pablo habría
sentido fascinación por la ciudad de Atenas, ya que estaba llena de
templos antiguos, bellas obras de arte, edificaciones espléndidas,
esculturas insuperables, oradores elocuentes, filósofos ingeniosos y
vistas espectaculares que podrían cautivar el interés de un estudioso
como Pablo. Además, en el tiempo de Pablo el mármol y el oro todavía
brillaban.
¿Cuál fue la reacción de Pablo ante el espectáculo que Atenas le
ofreció? "Su espíritu se enardecía viendo la ciudad entregada a la
idolatría" (Hch. 17: 16). En lugar de asombrarse por las maravillas del
ingenio humano, Pablo solo vio una ciudad llena de ídolos, y esto le
afligió en gran manera.
Pablo en el Areópago 163

Hay un diccionario bíblico del siglo diecinueve que dice lo siguiente:

Pablo tenía a sus pies el Teseión [un templo espectacular de mánnol cerca de
la plaza de mercado], y a su mano derecha la acrópolis con sus templos
espléndidos e intactos. Tales contornos llenarían de entusiasmo a cualquier
cristiano conocedor de la actualidad. Donde quiera que volviese Pablo la
mirada, sus ojos se habrían posado en obras de arte cautivantes que seguían
adornando la ciudad decadente. Ante él se había dispuesto una mesa con
todos los manjares de antaño cuyas migajas .los humanistas del siglo
diecinueve ahora se esfuerzan en recolectar. Nada de esto resultó atractivo
para la imaginación semita del apóstol Pablo. Para él no era más que oro,
plata o piedra, trabajados y esculpidos por el arte y el ingenio del hombre, el
producto de un período de ignorancia que Dios en su misericordia pasó por
alto. 2

Un escritor que vivió en el tiempo de Pablo visitó Atenas y escribió


seis volúmenes describiendo las glorias de la ciudad. Si Pablo hubiese
venido escribiendo una crónica de sus viajes, tan solo habría dicho:
"Atenas está llena de ídolos". Punto. Es obvio que Pablo no era obtuso
ni insensible, no es que le faltara el conocimiento para apreciar la cultura
ateniense; por el contrario, he aquí un hombre que había recibido la
preparación ideal para ajustarse a la vida en una ciudad así. Pero él
tenía un llamamiento más elevado y asuntos que atender de mayor
importancia y seriedad que el turismo, la curiosidad o la investigación
académica. El apóstol vio a profundidad, más allá de la fachada
deslumbrante de la ciudad y con mayor percepción que los intelectuales
atenienses tan bien vestidos y alimentados. Lo que vio fue gente
condenada a una eternidad sin Cristo.
Atenas hizo estremecer a Pablo en sus emociones. La frase "su
espíritu se enardecía" emplea una palabra griega, paroxuno ("se
enardecía"), que alude a una agitación intensa. La palabra paroxismo se
deriva de este vocablo griego y hace referencia a emociones de
exacerbación, efervescencia, exasperación y por supuesto,
enardecimiento. Pablo estaba entristecido, afligido, indignado y
enfurecido por la idolatría que vio en todas partes. Sabía que estas
personas estaban dando a unos ídolos fabricados por hombres la gloria
que solo pertenece a Dios.
164 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

PABLO EN LA PLAZA
La respuesta de Pablo fue hacer lo que había hecho en todas las
ciudades donde había ministrado por primera vez. Fue a la sinagoga y a
la plaza de mercado y predicó a Cristo. El versículo 17 dice: "Así que
discutía en la sinagoga con los judíos y piadosos, y en la plaza cada día
con los que concurrían". Su método fue un evangelismo directo y fron-
tal. No aplicó una encuesta de opinión ni realizó una investigación de la
comunidad. No trató de reunir un comité de evangelización. Tan solo
fue a la sinagoga y a la plaza y predicó a todo el que estuviera alñ.
La palabra "piadosos" se refiere a gentiles que estaban asociados
con la sinagoga, personas que conocían acerca de Jehová, el Dios del
Antiguo Testamento, y que creían en Él lo suficiente como para temerle.
Pablo estaba ministrando a judíos, gentiles temerosos de Dios y paganos
totales. No se aplicó un enfoque al mercado ni hubo un grupo específico
en la mira. Pablo proclamó la verdad en todo lugar y a toda persona, tal
como lo había hecho por todo el territorio de Asia menor.
La plaza en Atenas se denominaba el Ágora. Era el foco de
actividades en Atenas, situado en el extremo sur de la antigua ciudad y
a la sombra de la colina llamada Areópago. Al sudeste se encontraba la
gran Acrópolis, el punto geográfico más elevado de Atenas, donde
estaban situados los templos más espectaculares, incluido el macizo
Partenón, una estructura opulenta de mármol que ya tenía quinientos
años cuando fue vista por Pablo.
El Ágora era una explanada inmensa en medio de todos los edificios
públicos. Allí, en corredores cubiertos a lo largo de grandes columnas
colocadas en círculo, la gente instalaba sus pequeños toldos y talleres.
Los vendedores ofrecían sus mercancías, los agricultores traían
legumbres y animales para vender, y los comerciantes realizaban alñ
sus negocios. Todo el tiempo era un lugar congestionado. Un equivalente
moderno podría ser la plaza de un pueblo o el área central de un centro
comercial. En la mitad de la plaza los filósofos se reunían y competían
entre sí para ganarse la atención de las personas. Había espacio para
maestros peripatéticos que seguían la tradición de Aristóteles de filosofar
caminando, especialistas en artes curativas, magos, mercachifles y
artistas callejeros de todas las clases; todos por igual tenían acceso a un
foro en el cual podían dedicarse a distraer a las multitudes para obtener
algo a cambio.
Pablo en el Are6pago 165

Pablo también vio que era un lugar ideal para predicar. La Biblia dice
que "discutía... cada día con los que concurrían". ¿Qué aspecto tuvo la
discusión? El versículo 18 dice que predicó el evangelio. Estaba predicando
acerca "de Jesús, y de la resurrección", el ministerio pauHno clásico.
¿Cómo podría un hombre esperar que llegara a tener algún efecto
sobre una ciudad como Atenas? Desde una perspectiva humana Pablo
estaba solo frente a siglos de tradición pagana y de paganismo intelectual.
¿Qué podría tener la expectativa de lograr predicando en la plaza acerca
de Jesús y de la resurrección?
Esas son preguntas que se podría haber hecho un especialista en
mercadotecnia, pero no Pablo. Él no se veía a sí mismo como un hombre
solo en contra de una ciudad entera. Se veía a sí mismo como una voz
por medio de la cual el poder de Dios, es decir el evangelio, podría
desatarse en la metrópolis más grande e influyente de esa parte del
mundo. Tenía la convicción de que puesto allí de pie en el Ágora
proclamando a Cristo, estaba soltando el poder de Dios mismo en la
ciudad de Atenas. El efecto que esto tendría estaba en manos de Dios.
, ,
EL APOSTOL CONTRA LOS FILOSOFOS
No pasó mucho tiempo antes que Pablo se hiciera notar. "Y algunos
filósofos de los epicúreos y de los estoicos disputaban con él". Lejos de
estar impresionados con su grandilocuencia persuasiva y la relevancia
de 10 que decía, algunos se preguntaban: "¿Qué querrá decir este pala-
brero?" (v. 18). La palabra que se traduce "palabrero" es en griego
spermologos, cuyo significado literal es "colector de semillas". Se re-
fería a los pájaros que recogen con el pico semillas y desperdicios de la
calle. Era una alusión despectiva a Pablo y su mensaje. Es claro que los
intelectuales atenienses no quedaron pasmados por la erudición o la
sagacidad de Pablo.
No obstante, Pablo había atraído la atención y despertó el interés de
estos dos grupos de filósofos. Los epicúreos se remontaban cuatro siglos
atrás a su fundador, Epicuro. Creían que todas las cosas suceden por
casualidad y accidente. No tenían un dios que fuese soberano en su
sistema. Por 10 tanto, creían que el desenlace de todo es fortuito y
cuestionable. También creían que la muerte es el fin de la existencia
humana. Por esa razón enseñaban que el placer es la meta natural y el
bien supremo de la vida (aunque insistían en que el placer verdadero
166 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

solo se encuentra en la vida recta, de modo que tenían una moral muy
elevada). Una forma corrupta de epicurianismo se escucha con frecuencia
en el medio publicitario, por ejemplo en la frase que hizo popular un
comercial de cerveza: "Usted solo pasa una vez por aquí, así que atrape
todo el sabor que pueda". El existencialismo moderno a veces no es
más que una variación disipada del epicurianismo.
El otro grupo que reparó en Pablo fue el de los estoicos. Su filosofía
en muchos sentidos contradecía a la de los epicúreos. Eran fatalistas y
panteístas. Creían que hay un dios detrás de todas las cosas y que todo
sucede porque un dios lo quiere así. A diferencia de los epicúreos, tenían
un fuerte humanitarismo. A causa de su panteísmo extremo, trataban a
todo el mundo como dioses. Por ende, su filosofía era muy altruista,
caritativa y magnánima. En la actualidad empleamos la palabra estoico
para hacer referencia a una persona impasible que es capaz de soportar
el sufrimiento sin expresar sus emociones. Esto se debe a que el fatalismo
de los estoicos les llevaba a resignarse a la noción de que todo lo que
acontecía era por voluntad de algún dios.
Como notamos, algunos de estos filósofos paganos estaban haciendo
mofa de Pablo sin escrúpulos al llamarle palabrero, pero hubo otros que
quedaron intrigados por su mensaje: "Parece que es predicador de nuevos
dioses; porque les predicaba el evangelio de Jesús, y de la resurrección"
(v. 18). Por cierto es curioso que hayan utilizado el plural "dioses",
pero parece que habían tenido una confusión con la palabra
"resurrección" que es anastasis en griego. Estaban tan acostumbrados
a personificar todas las cosas como una deidad, que creyeron que Pablo
estaba hablando de una diosa llamada Anastasia. Por ejemplo, ellos
tenían dioses para la piedad, la misericordia y la modestia, así que ¿por
qué no tener una diosa de la resurrección? Es posible que hayan creído
que Pablo estaba promoviendo un culto nuevo con dioses nuevos.
Sin importar cuál fue su presunción, el hecho es que querían oír más.

EL PREDICADOR Y LOS ACADÉMICOS


"Y tomándole, le trajeron al Areópago, diciendo: ¿Podremos saber
qué es esta nueva enseñanza de que hablas? Pues traes a nuestros oídos
cosas extrañas. Queremos, pues, saber qué quiere decir esto" (vv. 19,
20). Esto no quiere decir que estuvieran bajo convicción de pecado.
Para ellos lo que Pablo les estaba contando era una curiosidad filosófi-
Pablo en el Areópago 167

ca, y estaban dispuestos a escucharle como alguien con algo novedoso


que decir. La situación era como un pasatiempo cualquiera, "porque
todos los atenienses y los extranjeros residentes allí, en ninguna otra
cosa se interesaban sino en decir o en oír algo nuevo" (v. 21). Algo
relacionado con Pablo les llamó la atención, así que le llevaron como la
última atracción al Areópago.
El Areópago era el tribunal de los filósofos en Atenas. La palabra
griega areopagus significa "colina de Ares". El nombre romano de Ares
era Marte, así que el nombre latino del lugar donde se reunía ese tribunal
legal es colina de Marte. De modo que cuando el texto dice que Pablo
estaba "puesto en pie en medio del Areópago" (v. 22), es una referencia
al tribunal de los filósofos y no a la colina, aunque es posible que la
audiencia haya tenido lugar allí mismo o en la vecindad. La corte del
Areópago estaba compuesta al menos por treinta hombres que actuaban
como los jueces supremos de Atenas. Tenían jurisdicción sobre casos
civiles y penales, pero más que impartir justicia eran los guardianes de
la filosofía ateniense. Escuchaban a los proponentes de enseñanzas
nuevas para determinar si debían ser vetadas como blasfemia. Es evidente
que los filósofos querían que los jueces escucharan la enseñanza de
Pablo y decidieran si las "deidades extranjeras" que estaba proclamando
podían o no ser añadidas a las ya existentes en el panteón.
¡Qué oportunidad! Estos hombres llevaron a Pablo ante el tribunal
más importante de la ciudad y le pidieron que explicara en detalle lo
que estaba predicando en la plaza pública. Era la clase de situación para
la cual Pablo había sido preparado por Dios, y la aprovechó al máximo.
Por supuesto, este no fue el único sermón de Pablo en Atenas ni
tampoco el primero. El texto no dice por cuántos días había venido
predicando en la sinagoga y en la plaza. Sus sermones en esos lugares
no quedaron registrados para nosotros en las Escrituras, pero este
mensaje ante el Areópago es una vislumbre fascinante de la manera
como Pablo predicaba. Hay algunas características sobresalientes que
hacen de este sermón un modelo único para la predicación del
evangelio.

Pablo fue amable pero rotundo


"Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo: Varo-
nes atenienses, en todo observo que sois muy religiosos" (v. 22). Otras
168 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

versiones traducen esa última frase: "Percibo que en todas las cosas
sois demasiado supersticiosos". Spurgeon dijo acerca de esa traduc-
ción:

El apóstol no dijo "demasiado supersticiosos" como aparece en nuestra


versión, ya que esto habría sido una provocación innecesaria al comienzo de
su intervención. Pablo prosiguió diciendo: " ... Al que vosotros adoráis, pues,
sin conocerle, es a quien yo os anuncio". No dijo: "Al que adoráis en vuestra
ignorancia". Pablo fue muy prudente en su forma de expresarse porque estaba
ante un grupo de hombres pensadores con mentes cultivadas, y tenía en la
mira ganarles mediante la declaración cortés del evangelio.3

Como hemos advertido, sí existe un sentido legítimo en que el apóstol


acopló su estilo a las personas que estaba tratando de ganar para Cristo.
A los judíos se hacía judío. En Atenas se hizo griego. Habló a estos
hombres con gran respeto hacia su posición, y se dirigió a ellos con la
deferencia de un ciudadano respetuoso de la ciudad sobre la cual presi-
dían.
Pablo procedió a explicarles: "porque pasando y mirando vuestros
santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL
DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle,
es a quien yo os anuncio" (v. 23). Nótese el tacto con el cual Pablo les
confronta. Tras percatarse de un altar dedicado a un dios desconocido,
Pablo utilizó esto como una herramienta para ilustrar el hecho
incuestionable de que la religión de ellos era incapaz de darles
conocimiento seguro e irrefutable acerca de cualquier dios, mucho
menos acerca del Dios verdadero. Implicó con gran gentileza que la
existencia de un altar de esa naturaleza era un reconocimiento abierto
de que no conocían la verdad acerca de Dios en absoluto. Fue claro en
considerar la inscripción en el altar como el testimonio que ellos mismos
estaban dando acerca de su ignorancia espiritual.
Pablo enmarcó su mensaje en una: terminología diplomática, cortés
y amistosa ("en todo observo que sois muy religiosos"), pero de todas
maneras fue directo al punto ("Al que vosotros adoráis, pues, sin
conocerle, es a quien yo os anuncio"). Con denuedo el apóstol estableció
de inmediato que iba a declarar la verdad acerca del Dios a quien no
conocían. Sin movimientos estudiados, sin retórica debajo de la manga;
tan solo dijo lo que tenía que decir. Ese estilo dogmático no era más
Pablo en el Areópago 169

típico en la corte del Areópago que en nuestros días. De hecho, es muy


probable que haya tomado por sorpresa a estos hombres que
representaban las mentes más finas de Atenas. Pablo no se retractó, no
perdió su seguridad ni trató de suavizar la autoridad del evangelio. Habló
con tanto denuedo como lo habría tenido en cualquier otro lugar.
¿Cuál era ese altar dedicado a un dios desconocido? Lo cierto es
que en Atenas había muchos de estos altares. Seiscientos años antes
del tiempo de Pablo, Atenas había sido azotada por una plaga terrible.
Había cientos de enfermos y moribundos, y aumentaba la angustia en
la ciudad. Un famoso poeta de la ciudad de Creta llamado Epiménides
ideó un plan para aplacar la ira de los dioses que estaban causando la
plaga, sin importar cuáles fueran. El poeta fue al Areópago y soltó un
rebaño de ovejas. El plan era dejar que las ovejas se pasearan
libremente por la ciudad. Cuando se echaran a dormir, debían ser
ofrecidas en sacrificio al dios del templo más cercano. Se suponía que
los dioses airados eran los que iban a atraer a las ovejas. Sin embargo,
cuando las ovejas fueron soltadas muchas de ellas se echaron en lugares
donde no había templos cercanos. Epiménides decidió que la oveja
debía ser sacrificada de todas formas, y mandó que se erigieran altares
en todos los lugares donde se hiciera el sacrificio, solo para asegurarse
de no pasar por alto a deidades desconocidas. Puesto que se trataba de
dioses sin nombres familiares, la gente erigía altares y santuarios "AL
DIOS NO CONOCIDO". Sin duda este fue uno de los altares que
Pablo observó.
Pablo les dijo con denuedo: "Yo conozco a este Dios no conocido.
Permítanme contarles quién es Él". Luego empezó con gran autoridad
a decirles con claridad y profundidad quién es Dios.

Se identificó con ellos sin comprometer el mensaje


Pablo se lanzó directo a comunicar su mensaje y empezó con la
creación: "El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay,
siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por
manos humanas, ni es honrado por manos de hombres, como si necesi-
tase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas"
(vv. 24, 25). Hay una abundancia de verdad acerca de Dios en esas
palabras, y el concepto era una contradicción directa de las creencias
religiosas griegas. Pablo no se estaba conduciendo con cuidado para no
170 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

herir su susceptibilidad ni evitó decir verdades que tal vez no les gusta-
ría escuchar.
Todos los dioses de ellos habitaban en templos hechos por el hombre,
y eran entidades semejantes a los hombres que en nada se parecían al
Ser Supremo que Pablo estaba describiendo. Los hombres que le
escuchaban eran bien educados, y sin duda estaban familiarizados con
el Dios de los hebreos. Sabían algo sobre su exclusividad ("Jehová
nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu
corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas"; Dt. 6:4, 5). Sabían
que su primer mandamiento era: "No tendrás dioses ajenos delante de
mI'" (Éx. 20:3; Dt. 5:7). Es seguro que tan pronto Pablo empezó a hablar,
estos hombres entendieron que les estaba declarando al mismo Dios
que los hebreos adoraban, y ellos habrían entendido las implicaciones
que ello tenía.
Pablo identificó a Dios como el Creador: Él "hizo el mundo y todas
las cosas que en él hay" (Hch. 17:24). Él es el sustentador de toda vida:
"él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas" (v. 25). Él es
soberano porque es "Señor del cielo y de la tierra" (v. 24) y también
porque "de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que
habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los
tiempos, y los límites de su habitación" (v. 26). Además Él es
omnipresente: "ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros" (v.
27).
Pablo también les dijo que Dios desea que todos los seres humanos
"busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle" (v.
27). El apóstol quería decir a estos filósofos que buscar a Dios es una
obligación moral. Si Él es sin duda el Creador soberano y omnipotente
quien desea que le busquemos, en consecuencia no buscarle es un
pecado. Esa verdad no habría pasado desapercibida para estos filósofos.
Sabían que Pablo estaba exponiendo ante ellos el imperativo universal
claro de que buscaran y adorasen al único Dios verdadero a quien
representaba. En otras palabras, Pablo dijo: "el Dios a quien declaro a
ustedes es supremo sobre todos los demás seres que existen, y Él es
digno de nuestra lealtad y adoración exclusivas. Más les vale buscarle
hasta que le hallen en sus vidas". Tal afirmación era un golpe directo al
sincretismo y el politeísmo que tanto dominaban su sistema de
pensamiento y su forma de vida. No podía quedar duda en sus mentes
Pablo en el Areópago 171

en cuanto a que Pablo definitivamente no les estaba proponiendo que


añadieran su Dios al panteón que tenían. Pablo les estaba instando a
abandonar su religión para que adoraran al Creador eterno de todas las
cosas, el Dios quien hacía evidente la insignificancia y futilidad de todos
los demás dioses.
Nótese la forma inusual como Pablo respalda su defensa del único
Dios verdadero: menciona unas cuantas citas de la poesía griega. "en él
vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios
poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos" (v. 28). Tanto la
frase al principio como la frase al final de ese versículo son citas de
poetas griegos. Epiménides, el mismo poeta que erigió los altares al
Dios desconocido, dijo: "En él vivimos, nos movemos y existimos". Es
probable que haya sido el poeta Aradus quien dijo: "Somos su
descendencia" .
Lo irónico es que cuando Epiménides dijo "en él vivimos, nos
movemos y existimos", se estaba refiriendo a Zeus. ¿Por qué Pablo
estaría dispuesto a citar este panegírico para un ídolo y aplicarlo a Dios?
Porque estaba haciendo una defensa de la fe. Su punto podría ser
parafraseado así: "Sus propios poetas, quienes carecen por completo de
un conocimiento del Dios verdadero, de todas maneras dieron testimonio
del hecho incuestionable de que seguro debe existir un creador soberano
quien da vida a todas las cosas y es omnipotente. Zeus no es conforme
a esa descripción, pero el Dios que les declaro, el cual todavía no
conocen, es el Todopoderoso". El uso que Pablo hace de los poetas
antiguos cumple la función de recalcar la verdad de Romanos 1: 19, 20:
"lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó.
Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen
claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por
medio de las cosas hechas". La mente racional exige una causa eterna
para el efecto de la creación. Por lo tanto, muchos atributos de Dios son
tan obvios que incluso los poetas paganos los entienden, a pesar de que
los arrogan al dios equivocado.
Era un punto de gran importancia y efecto. Pablo estaba aprovechando
al máximo la situación, declarando que el Dios verdadero a quien ellos
no conocen es el Creador, sustentador y soberano del universo, y luego
cita a sus propios poetas como prueba que ese Creador soberano debe
existir. Spurgeon dijo: "Fue bastante atinado de su parte referirse a la
172 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

inscripción que había en el altar que observó, y de igual manera citar a


los propios poetas griegos. Si se estuviera dirigiendo a los judíos no habría
citado a un poeta griego ni se habría referido a un altar pagano: su amor
intenso hacia quienes le escuchaban le enseñó a tener en cuenta sus
peculiaridades para asegurar la atención de sus oyentes".4
Sin embargo, Pablo no se contentó con la mera idea de asegurar la
atención de sus oyentes. No estaba tratando de impresionarles con su
intelecto ni obtener su aprobación de él como persona. No estaba tratando
de ganar el respeto del mundo ni de obtener la aceptación del mundo
como un filósofo. Su única meta era convertir estas personas a Cristo, y
estaba llegando al corazón de su mensaje.

Fue denodado y directo


Las siguientes palabras de Pablo fueron como una descarga nefasta
contra el paganismo ateniense: "Siendo, pues, linaje de Dios, no debe-
mos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra,
escultura de arte y de imaginación de hombres" (Hch. 17:29). En otras
palabras, si Dios nos hizo (como los propios poetas griegos lo habían
indicado), Dios mismo debe ser más grande que cualquier imagen he-
cha por el hombre. Este es un punto muy importante. Es como si Pablo
hubiera tomado un mazo filosófico gigante y hubiera triturado con él
todos sus ídolos. Si Dios es en realidad el ser soberano e infinito que
hasta los poetas paganos reconocían como tal, no podemos conocerle
por medio de un ídolo, un santuario o una imagen.
Pablo va directo al corazón del asunto: "Pero Dios, habiendo pasado
por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres
en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el
cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó,
dando fe a todos con haberle levantado de los muertos" (vv. 30, 31).
Nótese que Pablo predicó el arrepentimiento, como siempre. No trató
de acomodarse a los epicúreos prometiéndoles una vida maravillosa y
llena de placer. Tampoco trató de ganar a los estoicos haciendo que el
evangelio sonara lo más parecido posible a su filosofía. Llamó a ambos
grupos al arrepentimiento, haciendo referencia a los años dorados de la
filosofía griega como "tiempos de esta ignorancia".
La palabra "ignorancia" viene de la misma raíz griega de "no
conocido" en el versículo veintitrés, y la expresión "pasado por alto"
Pablo en el Areópago 173

viene de una palabra que significa "no interferir". N o significa que Dios
desconociera o fuese indiferente hacia la idolatría y el pecado. Significa
que Él eligió no intervenir en juicio justo quitando a Atenas de la faz de
la tierra.
Como Pablo les dijo, no obstante, Dios ha señalado un día en el
cual juzgará al mundo, incluida Atenas, en su justicia perfecta. El agente
de ese juicio será un Hombre a quien ha ordenado y del cual ha dado
testimonio levantándole de los muertos. Sabemos quién es ese Hombre,
por supuesto. Es Jesucristo, a quien Dios ha dado todo el poder y la
autoridad para juzgar (Jn. 5:22).
Sin embargo, Pablo fue interrumpido al llegar a este punto, y es
evidente que no alcanzó siquiera a mencionar el nombre de Cristo. "Pero
cuando oyeron lo de la resurrección de los muertos, unos se burlaban, y
otros decían: Ya te oiremos acerca de esto otra vez. Y así Pablo salió de
en medio de ellos" (Hch. 17:32, 33). Los epicúreos no creían en la
resurrección en absoluto, mientras que los estoicos creían en una
resurrección espiritual pero no en la resurrección del cuerpo. Quizás
irritados por su llamado al arrepentimiento, respondieron de forma
colectiva haciendo mofa de Pablo. De hecho, tan pronto hizo mención
de la resurrección, los escépticos empezaron a burlarse. Es evidente
que algunos habían escuchado suficiente como para rechazar el mensaje
de Pablo sin siquiera escuchar toda su exposición. Otros dijeron que le
escucharían un poco más en otra ocasión, así que Pablo se limitó a
apartarse de ellos.
Por otro lado, no todos dudaron o postergaron su respuesta: "Mas
algunos creyeron, juntándose con él; entre los cuales estaba Dionisio el
areopagita, una mujer llamada Dámaris, y otros con ellos" (v. 34). La
verdad había penetrado lo suficiente en sus corazones y estas personas
siguieron a Pablo para aprender más. Es obvio que Pablo continuó su
sermón para los que querían escuchar, y algunos de ellos se convirtieron.
Uno de los convertidos fue Dionisio, un miembro de la corte del
Areópago. Otra persona que se convirtió fue una mujer llamada Dámaris,
y como no se menciona un título suyo en particular podemos suponer
que este sermón alcanzó a personas en los dos extremos del espectro
social: filósofos y amas de casa, hombres y mujeres, intelectuales y
gente corriente. Este grupo pequeño de convertidos se unió a Pablo y se
convirtieron en los primeros cristianos en Atenas.
174 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

EL CRISTIANO EN LA SOCIEDAD SECULAR


Puede parecer a algunos que Pablo no tuvo mucho efecto en Ate-
nas. Ese puñado de convertidos en Atenas de alguna forma tiene un
aspecto menos espectacular que los avivamientos que Pablo había visto
en Antioquía o Tesalónica. No obstante, lo cierto es que Pablo tuvo un
efecto dramático en la ciudad. Expuso a su tribunal más encumbrado al
conocimiento del Dios verdadero. Este acontecimiento tuvo como re-
sultado el inicio de una iglesia en Atenas y el lanzamiento del ministe-
rio de Pablo en la ciudad cercana de Corinto. Pablo también abrió más
oportunidades para predicar ("Ya te oiremos acerca de esto otra vez").
Aunque la respuesta de la corte de Areópago quizás no fue tan sensa-
cional como lo provocado por la predicación de Pablo en otros lugares,
podemos tener la certeza de que se cumplieron los propósitos de Dios y
que la Palabra no volvió vacía. La respuesta triple de aquel día con los
elementos de desprecio, curiosidad y conversión, es típica en todos los
lugares y tiempos en que se predica el evangelio con fidelidad.
Fue inmediatamente después del incidente en el Areópago que Pablo
fue a Corinto. Años más tarde el apóstol escribió: "Así que, hermanos,
cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con
excelencia de palabras o de sabiduría. Pues me propuse no saber entre
vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado" (1 Co. 2: 1,
2). Algunos intérpretes creen que Pablo estaba renunciando al método
de aproximación que había empleado en el Areópago. Es indudable
que esa opinión resulta de una lectura especulativa del segundo capítulo
de 1 Corintios. Pablo no indica en ninguna parte que hubiera visto su
ministerio en Atenas como un fracaso. Rechazo la noción de que su
sermón en el Areópago se malogró. basándose en todo lo que nos informa
la Biblia, fue del todo coherente con la forma como Pablo abordó el
ministerio en todas partes. No obstante, esto sí queda claro a partir de 1
Corintios 2, así como el resto de las epístolas pastorales del apóstol:
Pablo no creía que el secreto de su ministerio poderoso tuviera algo que
ver con su capacidad para citar a poetas griegos. Jamás se ve a Pablo
aconsejando a Timoteo o a Tito que se apliquen a estudiar la cultura
secular, que aprendan a citar a los clásicos o que estudien filosofía para
que puedan participar en debates con la élite intelectual. Tan solo les
dio el mandato sencillo de predicar la Palabra, a tiempo y fuera de tiempo,
y que estuvieran preparados para enfrentar la hostilidad del mundo si
Pablo en el Areópago 175

eran fieles en el cumplimiento de esa tarea.


Hechos capítulo 17 demuestra que aunque Pablo ajustaba su estilo
de hablar según la situación particular de sus oyentes, jamás adaptó su
mensaje. Lo más importante es que nunca adoptó el espíritu de la época
en su ministerio. Hace algunos años Francis Schaeffer escribió:
"Acomodarse al espíritu del mundo en nuestra era es la forma más
grosera de mundanalidad en la definición propia de la palabra".5 Eso es
precisamente lo que muchos están haciendo el día de hoy, pero Pablo
jamás estuvo dispuesto a hacerlo. Nunca se conformó a sí mismo, y lo
más importante, nunca trató de conformar al Dios a quien declaraba, a
los gustos y expectativas de la gente. Se contentó, como nosotros
debemos hacerlo, con permitir que el poder del evangelio hablase por sí
solo.

1. "Another Word Concerning the Down-Grade" ("Un comentario adicional sobre


el declive de la iglesia"), The Sword and the Trowel (agosto de 1887), p. 398.
2. F. C. Conybeare, "Areópago", A Dictionary ofthe Rible, James Hastings, ed.
(Nueva York: Scribner's, 1898), tomo 1, p. 144.
3. "By All Means Save Sorne" ("De todos modos salvar a algunos"), The
Metropolitan Tabernacle Pulpit, vol. 20 (Londres: Passmore and Alabaster,
1874), p. 248.
4. Ibíd.
5. The Great Evangelical Disaster [El gran desastre evangélico] (Westchester, Ill.:
Crossway, 1984), p. 142. Schaeffer añadió: "Es triste, pero hoy debemos decir
que en general, el establecimiento evangélico se ha venido acomodando a las
formas del espíritu del mundo tal como se expresa en la actualidad. Digo esto
con lágrimas, y no debemos en modo alguno abandonar la esperanza ni dejar
de orar al respecto. Tenemos que recordar con gran pesar que muchos de
aquellos con quienes tenemos un desacuerdo básico sobre estos asuntos de
acomodo contextual son hermanos y hermanas en Cristo. No obstante, en el
sentido más básico de la cuestión, el establecimiento evangélico se ha vuelto
profundamen te mundano" (Ibíd).
11
8 11

,
LA SOBERANIA DE DIOS
EN LA SALVACIÓN
Hijos de Dios, no importa qué les haga falta porque ustedes tie-
nen un Dios en quien se pueden gloriar en gran manera. Teniendo
a Dios ustedes tienen más que si tuvieran todas las cosas, porque
todas las cosas vienen de Él; y si todas las cosas fuesen elimina-
das, Él podría restaurar todas las cosas con un simple acto de su
voluntad. Él habla y es hecho; Él manda y queda establecido. Bien-
aventurado es el hombre que tiene al Dios de Jacob por su con-
fianza, y cuya esperanza es Jehová. En el Señor Jehová tenemos
justicia y fortaleza; confiemos en Él para siempre. Que los tiem-
pos sigan su curso, ellos no pueden afectar a nuestro Dios.

Carlos H. Spurgeon 1

Una de las ideas más ridículas que he visto en mucho tiempo es un


muñeco llamado "Jesús" que los niños pueden accionar como quieran.
El juguete plástico viene vestido con túnica y sandalias. Es solo uno de
los personajes que forman parte de toda una colección de "figurillas de
acción de la Biblia" de cuya fabricación es responsable una empresa en
el estado de Michigan. La serie también incluye a Juan el Bautista,
Pedro, David y Goliat, Daniel y los leones, etc. Para las niñas las alter-
nativas incluyen a María, Rut y Ester. Los padres ocurrentes también
pueden comprar los trajes bíblicos y convertir la muñeca Barbie de su
hija en una "mujer de fe".
178 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

Para no dejarse ganar de la competencia, un fabricante de muñecos


en la Florida ofrece a "Jesusito", un muñeco de trapo bastante costoso
que puede lavarse a máquina. Está diseñado con el objetivo primordial
de "ayudar a los niños a descubrir a Jesús", se supone que el juguete
también "puede suministrar sosiego para los ancianos y los enfermos,
para los que están en programas de rehabilitación y los que están pasando
por tiempos difíciles en su vida emocional. En otras palabras, para todo
el mundo". ¿Qué clase de "sosiego" puede suministrar un juguete de
trapo que el Jesús real no pueda proveer? Según el fabricante del muñeco,
el Jesús de verdad no es tangible lo suficiente: "Es difícil abrazar el
aire".
Se tiene planeado completar la línea con más muñecos de trapo que
el fabricante llama "primeros frutos". Los siguientes dos serán María y
Dios. Al preguntársele qué aspecto tendría un muñeco de trapo que
representara a Dios, el empresario mostró un prototipo. Tiene sesenta
centímetros de alto, pelo blanco y barba blanca, con una túnica larga
que tiene los colores del arco iris, y por supuesto, también se puede
lavar a máquina.
Cuando leí por primera vez acerca del "Jesusito" de trapo y del
muñeco "Jesús" con capacidad de articulación, me parecieron metáforas
apropiadas para describir la manera en que algunos cristianos de
profesión imaginan a nuestro Señor. Hay demasiados que piensan en Él
como un ser maleable que puede ser manipulado de todas las maneras
que se les antoje, y no como el Señor Jehová de la Biblia, un ser de
soberanía absoluta. Lo cierto es que la persona promedio prefiere en
realidad una imagen de tela y algodón que parece benigna, tiene barba
blanca y es pasiva por completo, y no el Dios Todopoderoso revelado
en las Escrituras.

LA SOBERANÍA ABSOLUTA DE DIOS


Ninguna doctrina es más odiada por la mente natural que la verdad
de que Dios es absolutamente soberano. El orgullo humano detesta el
concepto de que Dios ordena todas las cosas, controla todas las cosas y
gobierna sobre todas las cosas. La mente carnal que arde en su enemis-
tad contra Dios, aborrece la enseñanza bíblica de que nada sucede sin
que haya sido conforme a sus decretos eternos. Por encima de todo, la
carne odia la noción de que la salvación es por entero la obra de Dios.
La soberanía de Dios en la salvación 179

Si Dios decidió quiénes habrían de ser salvos, y si su elección quedó


establecida antes de la fundación del mundo, los creyentes no merecen
mérito alguno por un solo aspecto de su propia salvación.
No obstante, eso es precisamente lo que enseñan las Escrituras
después de todo. Incluso la fe es el don que Dios da en su gracia a sus
elegidos. Jesús insistió en ello: "Por eso os he dicho que ninguno puede
venir a mí, si no le fuere dado del Padre" (Jn. 6:65). "Todas las cosas
me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el
Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo
quiera revelar" (Mt. 11 :27). Por lo tanto, nadie que se salva tiene de qué
jactarse (cp. Ef. 2:8,9). "La salvación es de Jehová" (Jon. 2:9).
La doctrina de elección divina es enseñada de manera explícita en
toda la Biblia. Por ejemplo, tan solo a partir de las epístolas del Nuevo
Testamento, aprendemos que todos los creyentes son "los escogidos de
Dios" (Tit. 1:1). Fuimos "predestinados conforme al propósito del que
hace todas las cosas según el designio de su voluntad' (Ef. 1: 11, cursivas
añadidas). "[Dios] nos escogió en él antes de la fundación del mundo ...
en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por
medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad" (vv. 4, 5).
Somos aquellos "que conforme a su propósito son llamados. Porque a
los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos
conformes a la imagen de su Hijo ... y a los que predestinó, a éstos
también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que
justificó, a éstos también glorificó" (Ro. 8:28-30).
Cuando Pedro escribió que nosotros fuimos "elegidos según la
presciencia de Dios Padre" (1 P. 1: 1, 2), no empleó la palabra "presciencia"
dando a entender que Dios sabía de antemano quiénes iban a creer y por
ende les escogió a causa de haber visto por adelantado la fe que tendrían
en Él. Más bien, Pedro quiso decir que Dios determinó antes que el tiempo
existiera, conocerles, amarles y salvarles; además les escogió sin tener en
cuenta las cosas buenas o malas que podrían hacer. Vamos a regresar de
nuevo a este punto, pero por ahora, nótese que esos versículos declaran
de manera explícita que la elección soberana de Dios se realiza "según el
puro afecto de su voluntad" y conforme "al propósito del que hace todas
las cosas según el designio de su voluntad"; es decir, no por una razón
externa a Él mismo. Ciertamente, no eligió a ciertos pecadores para
salvación debido a algo digno de alabanza que poseyeren en sí mismos, o
180 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

a causa de haber visto por adelantado quiénes le elegirían a Él. Les escogió
por la razón única y exclusiva de que le agradó hacerlo. Dios declara:
"[Yo] anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo
que aún no era hecho; que digo: Mi consejo pennanecerá, y haré todo lo
que quiero" (ls. 46: 10). Él no está sujeto a las decisiones de otros. Sus
propósitos para escoger a algunos y rechazar a otros están escondidos en
los consejos secretos de su propia voluntad.
Además, todo lo que existe en el universo existe porque Dios lo
permitió, lo decretó y lo llamó a existencia. "Nuestro Dios está en los
cielos; todo lo que quiso ha hecho" (Sal. 115:3). "Todo lo que Jehová
quiere, lo hace, en los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los
abismos" (Sal. 135:6). Él es quien "hace todas las cosas según el designio
de su voluntad" (Ef. 1: 11). "Porque de él, y por él, y para él, son todas
las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén" (Ro. 11 :36). "Sólo
hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros
somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las
cosas, y nosotros por medio de él" (1 Co. 8:6).
¿Qué hay del pecado? Dios no es el autor del pecado, pero es
indudable que lo permitió, es algo integral en su decreto eterno. Dios
tiene un propósito para permitirlo. No puede ser inculpado de maldad
ni manchado por la existencia del mal (1 S. 2:2: "No hay santo como
Jehová"). No obstante, Él no fue tomado por sorpresa ni fue incapaz de
detenerlo cuando el pecado entró al universo. No conocemos sus
propósitos para permitir el pecado. Si no fue para otra cosa, lo permitió
con el fin de destruir para siempre la maldad. Además, Dios algunas
veces utiliza el mal para hacer el bien (Gn. 45:5-8; 50:20; Ro. 8:28).
¿Cómo puede ser esto? La Biblia no responde todas las preguntas que
tenemos, pero sabemos basándose en su Palabra que Dios es soberano
por completo. Él es perfectamente santo, y Él es absolutamente justo.
Hay que admitir que esas verdades son difíciles de captar para la
mente humana, pero las Escrituras no dan lugar a equívocos. Dios
controla todas las cosas, incluyendo su elección de quienes serán salvos.
Pablo expresa la doctrina en términos ineludibles en el capítulo noveno
de Romanos, mostrando que Dios escogió a J acob y rechazó a su
hennano Esaú a pesar de que "no habían aún nacido, ni habían hecho
aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios confonne a la elección
pennaneciese, no por las obras sino por el que llama" (v. 11). Unos
La soberanía de Dios en la salvación 181

versículos más adelante Pablo añade esto: "Pues a Moisés dice: Tendré
misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que
yo me compadezca. Así que no depende del que quiere, ni del que corre,
sino de Dios que tiene misericordia" (vv. 15, 16).
Pablo anticipó el argumento que se presentaría en contra de la
soberanía divina: "Pero me dirás: ¿Por qué, pues, inculpa? porque ¿quién
ha resistido a su voluntad?" (v. 19). En otras palabras, ¿acaso la soberanía
de Dios no abroga la responsabilidad humana? En lugar de ofrecer una
respuesta filosófica o un argumento metafísico detallado, Pablo reprende
a los escépticos: "Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que
alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me
has hecho así? ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para
hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra?" (vv.
20,21).
La Biblia afirma tanto la soberanía divina como la responsabilidad
humana. Debemos aceptar ambos lados de la verdad, así no entendamos
cómo se relacionan entre sí. Las personas son responsables por lo que
hacen con el evangelio, o por lo que hacen con la luz espiritual a la que
hayan tenido acceso (Ro. 2: 19, 20), de modo que el castigo es justo si
rechazan la luz, ya que lo hacen por voluntad propia. Jesús se lamentó
así por quienes rechazan la luz: "no queréis venir a mí para que tengáis
vida" (Jn. 5:40). Dijo a los incrédulos: "Por eso os dije que moriréis en
vuestros pecados; porque si no creéis que yo soy, en vuestros pecados
moriréis" (Jn. 8:24). En Juan capítulo 6, nuestro Señor combinó
soberanía divina y responsabilidad humana cuando dijo: "Todo lo que
el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera" (v.
37); "Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que
ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día
postrero" (v. 40); "Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió
no le trajere" (v. 44); "De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí,
tiene vida eterna" (v. 47); y "Por eso os he dicho que ninguno puede
venir a mí, si no le fuere dado del Padre" (v. 65). La manera como esas
dos realidades son verdaderas al mismo tiempo no puede ser entendida
por la mente humana, solo por Dios.
Por encima de todo, no debemos concluir que Dios sea injusto porque
elige conceder gracia a algunos pero no a todos. Dios nunca debe ser
medido por lo que parezca justo y razonable según el juicio humano.
182 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

¿Acaso vamos a ser tan insensatos como para presumir que nosotros,
quienes somos criaturas caídas y pecadoras, tenemos una norma más
elevada de lo que es correcto que un Dios santo, eterno, infinito y libre
de pecado? ¿Qué clase de orgullo es ese? En el Salmo 50:21 Dios dice:
"Estas cosas hiciste, y yo he callado; pensabas que de cierto sería yo
como tú; pero te reprenderé, y las pondré delante de tus ojos". Dios no
es como nosotros y no puede ser evaluado con normas humanas. "Porque
mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos
mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra,
así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos
más que vuestros pensamientos" (Is. 55:8, 9).
Nos salimos de límites siempre que llegamos a la conclusión de que
algo hecho por Dios es injusto. En Romanos el apóstol escribe: "¡Oh
profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios!
¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! Porque
¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero?" (Ro.
11:33,34).

SOBERANÍA DIVINA FRENTE A PRAGMATISMO


¿Qué tiene que ver la soberanía de Dios con el tema de este libro?
Todo. La razón misma por la que muchas iglesias contemporáneas se
acogen a la metodología pragmática es que carecen de cualquier enten-
dimiento del lugar que ocupa la soberanía de Dios en la salvación de
los elegidos. Pierden confianza en el poder de Dios para usar el evange-
lio predicado para alcanzar a incrédulos endurecidos. Esa es la razón
por la que abordan el evangelismo como un problema de mercadeo. Su
metodología se define de conformidad con esa suposición.
Hace más de treinta años, J.I. Packer escribió:

Si olvidamos que es prerrogativa de Dios el dar resultados cuando el evangelio


es predicado, vamos a empezar a pensar que es responsabilidad nuestra
asegurarlos. Además, si olvidamos que solo Dios puede dar fe, vamos a
empezar a creer que el hecho de que alguien se convierta no depende de
Dios, sino en últimas de nosotros, y que el factor decisivo es la manera como
evangelizamos. Esta línea de pensamiento, si se sigue hasta sus últimas
consecuencias, nos desviará por completo del camino.
Vamos a tratar el asunto. Si considerásemos como nuestro trabajo no
solo presentar a Cristo sino en efecto producir conversiones, es decir:
evangelizar de una manera no solo fiel sino también exitosa, nuestra manera
La soberanía de Dios en la salvación 183

de abordar el evangelismo se volvería pragmática y calculadora. Llegaríamos


a la conclusión de que necesitamos una herramienta doble, tanto para el trato
personal como para la predicación pública: un entendimiento claro del
significado y la aplicación del evangelio, y una técnica irresistible para inducir
una respuesta positiva. Por lo tanto, deberíamos ocupamos en tratar de
desarrollar una técnica que produzca esos resultados, y deberíamos evaluar
el evangelismo, tanto el nuestro como el de otras personas, conforme a un
criterio que no solo considere el mensaje que se predicó sino también los
resultados visibles. Si nuestros esfuerzos propios no dan los frutos esperados,
debemos concluir que nuestra técnica todavía requiere mejoras. Si estamos
dando frutos, debemos concluir que esto justificó la técnica aplicada. En
consecuencia, deberíamos considerar el evangelismo como una actividad
que involucra una batalla de voluntades entre nosotros y las personas a quienes
presentamos el evangelio, una batalla en la cual la victoria depende de que
lancemos una descarga pesada y contundente de metodología que sea lo
bastante irresistible como para generar los efectos calculados. 2

Packer estaba haciendo una advertencia en contra de la misma ma-


nera de pensar que ha hecho surgir la iglesia orientada a la satisfacción
del consumidor y su filosofía pragmática de mercadeo.
En realidad, la visión pragmática del ministerio no es nueva. Tiene
raíces profundas en la historia de la iglesia en Norteamérica. La
contribución principal no vino de Harry Emerson Fosdick, Norman
Vincent Peale, Robert Schuller, o cualquier otro defensor contemporáneo
del pragmatismo. Ellos, al lado de muchos otros, han seguido la
influencia de otro hombre, el evangelista del siglo diecinueve Carlos G.
Finney.
Carlos Finney empezó con el pie que no era cuando despreció la
visión ortodoxa de elección divina diciendo que era "un ejercicio de
soberanía arbitraria".3 Rechazó la doctrina de que la conversión es por
entero una obra de Dios. Enseñó en cambio que la fe es en lo fundamental
una decisión humana y que la salvación está asegurada por el movimiento
del pecador hacia Dios por iniciativa propia.
Aunque el error teológico fundamental de Finney fue su rechazo de
la soberanía de Dios, fue inevitable que condujera a otros errores en su
enseñanza. Concluyó que las personas son pecadoras por preferencia
personal y decisión propia, no por naturaleza. Creía que el propósito
del evangelismo era convencer a las personas de optar por algo diferente,
o como muchos dirían hoy: de "tomar una decisión por Cristo". Por lo
184 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

tanto, la elección del pecador y no la de Dios, se convirtió en el factor


determinante en la conversión. En la opinión de Finney, el medio para
salir de la oscuridad y entrar en la luz no era más que un simple acto de
la voluntad humana. La labor del predicador consiste en asegurar una
decisión de fe, aplicando todos los medios que demostraran ser útiles.
Finney introdujo "nuevas medidas" (metodología no convencional) a
su ministerio, mediante el empleo frecuente de técnicas que estaban
diseñadas con el fin exclusivo de impresionar e intrigar a la gente apática
que iba a las iglesias. Estaba dispuesto a implementar cualquier medio
que produjera la respuesta deseada en sus oyentes.
La visión del ministerio introducida por Carlos Finney sentó las
bases y fue la precursora del pragmatismo moderno. Su enseñanza y
sus métodos han matizado gran parte del evangelismo norteamericano
durante más de siglo y medio. Podría ser llamado el padre del
pragmatismo evangélico. El ministerio moderno de orientación al
mercado no es más que el punto culminante del movimiento iniciado
por Finney (véase Apéndice 2). Podría esperarse que quienes rechazan
la doctrina bíblica de la sabiduría de Dios sigan a Finney, pero no quienes
dicen que la afirman. Su pragmatismo es una negación de su teología, y
cuando insisten en lo contrario desarrollan una especie de esquizofrenia
espiritual.

LA SALVACIÓN ES DEL SEÑOR


Spurgeon libró la batalla generada por la controversia del declive
varios años después del auge de Finney. Sin embargo, la influencia de
Finney se seguía sintieqdo, incluso en Londres.4 La teología reformista
estaba en una condición de profundo deterioro. La metodología prag-
mática estaba en furor. Spurgeon fue muchas veces una voz solitaria, en
particular sobre la doctrina de la soberanía de Dios. Uno de los contem-
poráneos de Spurgeon, R. W. Dale, escribió en 1881 que "el señor
Spurgeon queda solo entre los líderes modernos del inconformismo
evangélico en su fidelidad al antiguo credo calvinista".5
Spurgeon vio con mucha claridad que esa pérdida desastrosa de
confianza en la soberanía de Dios podría hacer rodar cuesta abajo a las
iglesias. Estaba por completo de acuerdo con una carta publicada en el
diario The Christian Age, dirigida al editor por el doctor David Brown,
director del Free Church College en Aberdeen: ''Todas nuestras iglesias
La soberanía de Dios en la salvaci6n 185

están agujereadas por todos lados con la tendencia malévola a minimizar


todas las características del evangelio que el hombre natural no puede
recibir. No es sorpresa, ya que su objetivo parece ser atraer la mente
natural. Dondequiera este es el caso, la espiritualidad del púlpito
desaparece y el Espíritu mismo está ausente".6
Spurgeon consideró la soberanía divina como "la clave para la verdad
de Dios".? Veía esta doctrina en el corazón del evangelio mismo: "Yo
tengo mi propia opinión privada de que no puede existir algo que se
llame predicar a Cristo crucificado, a no ser que prediquemos lo que se
conoce hoy día como calvinismo... No creo que podamos predicar el
evangelio si no predicamos la justificación por fe, sin obras; tampoco, a
no ser que prediquemos la soberanía de Dios en su dispensación de
gracia". 8
Spurgeon citó de Jonás 2:9, "La salvación es de Jehová", y a
continuación comentó:

Esa es un epítome del calvinismo, es la suma y sustancia de su contenido. Si


alguien me pregunta qué quiero decir con el término calvinista, debo
responder: "Es una persona que dice: la salvación es de Jehová". No puedo
hallar en la Biblia una doctrina diferente a esta. Es la esencia de la Biblia.
"Él solamente es mi roca y mi salvación". Si alguien me dice algo contrario
a esta verdad, se trata de una herejía cuya esencia encuentro aquí, en el hecho
de que se ha apartado de esta verdad fundamental y grandiosa: "Dios es mi
roca y mi salvaci6n". ¿Cuál es la herejía de Roma, si no es la adici6n de algo
a los méritos perfectos de Jesucristo, la inclusi6n de las obras de la carne,
para asistir en nuestrajustificaci6n? ¿Cuál es la herejía del arminianismo, si
no es la adición de algo a la obra del Redentor? Toda herejía se descubre
como tal cuando se compara con esta verdad. 9

LAS ESCRITURAS y LA SOBERANÍA DE DIOS


¿Es la salvación por entero la obra del Señor? 0, ¿será que Él ya ha
hecho todo lo que puede hacer, y ahora aguarda la decisión del peca-
dor? Las Escrituras son claras al respecto. Si la salvación dependiera de
la iniciativa del pecador, nadie se salvaría. "No hay quien entienda. No
hay quien busque a Dios" (Ro. 3:11). "Ninguno puede venir a mí, si el
Padre que me envió no le trajere" (Jn. 6:44). Dios mismo suscita la fe
en quienes ha ordenado para vida eterna (Hch. 13:48). Después de esta
iniciativa divina empi~za la búsqueda, como en Isaías 55:6, 7: "Buscad
a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cerca-
186 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

no. Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y


vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro,
el cual será amplio en perdonar". Ese texto es seguido por una afirma-
ción de la soberanía de Dios en las palabras clásicas del versículo 11:
"así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino
que hará 10 que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la
envié". Si esto resulta confuso, los versículos 8 y 9 ayudan a explicarlo:
"Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros
caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que
la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis
pensamientos más que vuestros pensamientos".
Dios manda a todos que se arrepientan (Hch. 17:30), pero en últimas Él
es quien concede el arrepentimiento (Hch. 5:31; 11: 18; 2 Ti. 2:25). Aunque
Dios demanda la respuesta de fe, Él debe motivar esa respuesta con su
gracia y poder en los corazones de los elegidos (Hch. 18:27). El corazón
humano es tan depravado, que dejados a nosotros mismos, ninguno estaría
dispuesto a creer. Si pudiéramos generar fe por iniciativa propia, por cierto
tendríamos algo de qué jactarnos; pero la Palabra de Dios dice: "Porque
por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don
de Dios; no por obras, para que nadie se glorie. Porque somos hechura
suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de
antemano para que anduviésemos en ellas" (Ef. 2:8-10).
Estas verdades no están escondidas en pasajes aislados de las
Escrituras, sino como 10 indicó Spurgeon, son "la esencia de la Biblia",
afirmada en toda la extensión del texto sagrado. Sin embargo, quiero
enfocarme en un pasaje breve que tiene una claridad particular con
respecto a la soberanía de Dios en la salvación, y es 1 Pedro 1:1-5:

Pedro, apóstol de Jesucristo, a los expatriados de la dispersión en el Ponto,


Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, elegidos según la presciencia de Dios
Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre
de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas. Bendito el Dios y Padre de
nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer
para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos,
para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en
los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios mediante la
fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el
tiempo postrero.
La soberanía de Dios en la salvación 187

ESCOGIDOS POR DIOS


Por supuesto, este es solamente el saludo introductorio de la carta
de Pedro. El apóstol se zambulle en las profundidades teológicas desde
el principio. Muchos predicadores, incluso algunos que afirmarían la
doctrina, evitan hacer cualquier mención de la elección en su enseñan-
za pública, porque el tema ha sido objeto de malentendidos y abusos de
toda clase. Por otro lado, Pedro empezó su primera epístola con una
afirmación clara e inequívoca de la doctrina. Entra en materia antes de
terminar la primera frase.
Recordemos que Pablo estaba escribiendo a creyentes perseguidos
en todos los niveles de madurez espiritual, esparcidos a 10 largo y ancho
de Asia menor. En medio de su persecución, cuando quizás estuvieran
empezando a tener dudas sobre la soberanía de Dios o su cuidado de
ellos, Pedro estaba deseoso de recordarles que eran los escogidos de
Dios. La palabra griega que se traduce "escogidos" es eklektos, del verbo
kaleo que significa "llamar" y la preposición ek "afuera". Su significado
literal es "los llamados a salir". El término se emplea con frecuencia en
el Nuevo Testamento como sinónimo de la palabra cristianos (por
ejemplo, Col. 3:12; 2 Ti. 2:10; Tit. 1:1).
La expresión "los llamados a salir" subraya el hecho de que los
salvos somos redimidos a causa de la elección de Dios, no la nuestra.
Jesús dijo a sus discípulos: "No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo
os elegí a vosotros" (Jn. 15: 16). En otras palabras, si usted es cristiano,
se debe en últimas a que fue escogido por Dios mismo, no a alguna
cosa que usted hizo para lograr la entrada al reino de Dios. Como
Spurgeon escribió:

Cuando vine a Cristo pensé que lo estaba haciendo por mi cuenta, y creí que
había buscado al Señor con suficiente anhelo, pero no tenía ni idea que el
Señor me estaba buscando ... [Entonces] me sobrevino el pensamiento: ¿ Cómo
llegaste a ser cristiano? Busqué al Señor. Pero, ¿cómo llegaste a buscar al
Señor? La verdad pasó por mi mente en un instante: no le habría buscado a
no ser que hubiese alguna influencia anterior en mi mente que me hiciera
buscarle... Vi que Dios estaba en el fondo de toda la situación, y que Él es el
autor de mi fe. De ese modo quedó expuesta ante mí toda la doctrina de la
gracia... Deseo hacer esta confesión permanente: "Atribuyo mi cambio por
entero a Dios". 10
188 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

En 1 Pedro 2:9, Pedro ratifica el tema de la elección soberana de


Dios en estos términos: "Mas vosotros sois linaje escogido, real
sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis
las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable".
¿Está Dios tratando de salvar al mundo entero? No, está llamando a
salir de él a su pueblo para la gloria de su nombre (cp. Hch. 15:14). En
Juan 17:9, Jesús está orando por los elegidos: "Yo ruego por ellos; no
ruego por el mundo, sino por los que me diste".
Antes que empezara el mundo, en el pasado eterno y carente en
absoluto de temporalidad, el Padre escogió a un pueblo para su nombre.
Efesios 1:4, 5 dice: "nos escogió en él antes de la fundación del mundo,
para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor
habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de
Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad". Quienes somos salvos
estuvimos en su mente antes del principio del tiempo. Antes que el
mundo empezara, fuimos escogidos. Siempre hemos sido escogidos.
Ese es un pensamiento insondable y a la vez de una intensidad
conmovedora y emocionante.
Él "nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras
obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en
Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos" (2 Ti. 1:9, cursivas
añadidas). Así es como nuestros nombres pueden estar "escritos en el
libro de la vida del Cordero que fue inmolado, desde el principio del
mundo" (Ap. 13:8). El apóstol Pablo afirmó con claridad que predicaba
como "apóstol de Jesucristo, conforme a la fe de los escogidos de Dios"
(Tit. 1: 1). Sabía que cuando predicaba el evangelio, Dios habría de salvar
a los elegidos mediante la verdad predicada (cp. Hch. 18:9-11). Su tarea
consistía en predicar la verdad salvadora de tal manera que el Espíritu
de Dios pudiera usarla para activar la fe de los elegidos.
Si usted lucha con estas verdades, tenga la certeza de que no está
solo. Son difíciles de recibir, imposibles de comprender, y hasta
repugnantes para nuestra susceptibilidad como seres finitos. La mente
humana caída tiende a pensar que es injusto de parte de Dios que escoja
a unos y no a todos, como si nosotros tuviéramos el derecho de exigir
su gracia inmerecida. "¡Eso no es justo!", es la respuesta típica. Lo
cierto es que no se supone que deba ser justo. No nos debería interesar
que fuera justo, por nuestro propio bien. "Justo", significaría que todos
La soberanía de Dios en la salvación 189

se condenarían por la eternidad. Dios en su gracia salva a muchas


personas que solo merecen ser objetos de su ira. Si Él elige manifestar
su ira a otros, eso en ningún sentido menoscaba su justicia e integridad
(Ro. 9:21-23).
Sin embargo, no es inusual que las personas respondan con enojo a
la soberanía de Dios. El cuarto capítulo de Lucas describe un incidente
en que Jesús tocó el tema de la doctrina de elección, y la multitud tomó
una actitud hostil. Estaba enseñando en la sinagoga de Nazaret, justo
después de haber comenzado su ministerio público. Al principio "todos
daban buen testimonio de él, y estaban maravillados de las palabras de
gracia que salían de su boca" (4:22). Habían oído hablar de los grandes
milagros que había hecho en Capemaum y querían ver algunos milagros
similares en N azaret. Estaban admirados y también un poco escépticos,
frente al hecho de que alguien de su propia comunidad tuviese el poder
para realizar tales señales y prodigios.
Por otro lado, no era parte del plan soberano de Dios para Él que
obrase milagros en Nazaret. Anticipándose a lo que la gente quería,
Jesús dijo:

"Sin duda me diréis este refrán: Médico, cúrate a ti mismo; de tantas cosas
que hemos oído que se han hecho en Capemaum, haz también aquí en tu
tierra. y añadió: De cierto os digo, que ningún profeta es acepto en su propia
tierra. y en verdad os digo que muchas viudas había en Israel en los días de
Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses, y hubo una gran
hambre en toda la tierra; pero a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a
una mujer viuda en Sarepta de Sidón. y muchos leprosos había en Israel en
tiempo del profeta Eliseo; pero ninguno de ellos fue limpiado, sino Naamán
el sirio" (vv. 23-27).

En otras palabras, Dios es soberano en cuanto a cómo, cuándo y


dónde manifiesta y concede su gracia. Jesús no hacía espectáculo de
milagros a petición del público.
¿Cuál fue la respuesta de la multitud? Los mismos que habían
parecido apreciarle contados instantes atrás, "se llenaron de ira; y
levantándose, le echaron fuera de la ciudad, y le llevaron hasta la cumbre
del monte sobre el cual estaba edificada la ciudad de ellos, para
despeñarle" (vv. 28, 29). No querían escuchar la verdad porque la
aborrecían, y descargaron su odio contra Él. "Mas él pasó por en medio
190 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

de ellos, y se fue" (v. 30). El milagro que querían ver sucedió y ellos ni
siquiera se dieron cuenta: tan solo caminó por en medio de ellos y escapó
de forma sobrenatural de la turba enfurecida.
La elección soberana es una de esas verdades que constituye una
prueba irrefutable de que la Biblia es la Palabra inspirada de Dios. No
es una verdad que la razón humana podría inventar, aun si quisiera. La
única razón por la que una persona la cree, es que está revelada con
claridad ineludible en la Palabra de Dios. No la podemos comprender
con nuestras facultades limitadas; debemos recibirla con sencillez por
fe. Eso sí, debemos recibirla. De otro modo no estamos dando a Dios la
gloria que le es debida como el Señor soberano, perfecto y omnisciente
quien nos escogió. Además, si no la recibimos vamos a terminar
atribuyéndonos mérito por algo que en realidad es la obra exclusiva de
Dios en nosotros.

VIVIR COMO EXPATRIADOS


Nótese otra expresión en 1 Pedro 1:1 que Pedro utiliza para descri-
bir a sus destinatarios: "expatriados". Pedro estaba escribiendo a cre-
yentes judíos que habían sido dispersados por toda Asia menor en una
serie terrible de persecuciones. Sin embargo, tenía en mente mucho
más que su condición de extranjeros en una nación terrenal. Les estaba
recordando que como los escogidos de Dios "eran extranjeros y pere-
grinos sobre la tierra" (He. 11:13), forasteros en este mundo.
Como cristianos, pertenecemos al reino de los cielos, no a este
mundo. No debemos amar al mundo (1 In. 2: 15). No debemos ser amigos
del mundo (Stg. 4:4). Debemos ser embajadores de Cristo (2 Co. 5:20).
Somos gente extranjera que vive conforme a una norma suprema.
Estamos en el mundo, pero no somos del mundo (cp. In. 17:11-16).
Pedro quería que aquellos creyentes dispersados y perseguidos
entendieran que aunque el mundo les había rechazado, Dios mismo les
había escogido. Sabía que iban a ser animados y fortalecidos al saber
que aunque eran forasteros y desheredados en este mundo, eran
ciudadanos escogidos en el reino de Dios.

CONOCIDOS DESDE LA ETERNIDAD


Examinemos la frase "según la presciencia de Dios Padre" (1 P.
La soberanía de Dios en la salvación 191

1:2). Es similar al lenguaje que Pablo empleó en Romanos 8:29: "a los
que antes conoció, también los predestinó". Dios nos escogió según su
presciencia. Como advertimos antes, esto no significa que Dios tuvo
una observación pasiva en la eternidad y supo antes que existiera el
tiempo lo que íbamos a hacer, así que eligió a quienes vio de antemano
que habrían de tomar la decisión de creer. Esto haría soberanos a los
seres humanos e implicaría que Dios se sujeta a la elección de los hom-
bres. Después de todo, el punto que Pedro está estableciendo es que
Dios nos eligió, no que nosotros le elegimos a Él.
La palabra "presciencia" se deriva del término griego prognosis. Pedro
emplea una forma diferente de la misma palabra más adelante en este
capítulo. El versículo 20 dice que Cristo mismo fue "destinado-desde
antes de la fundación del mundo". ¿Acaso "destinado" en ese versículo
podría referirse a la simple omnisciencia previa de Dios? Es obvio que
no. Dios no se adelantó para ver en el futuro qué haría Cristo. En este
contexto el significado claro es que Dios el Padre conoció a Cristo mismo
de manera íntima y personal antes de la fundación del mundo.
Pedro también aludió al concepto de "presciencia" en su sermón de
Pentecostés. En Hechos 2:23, hablando de Jesús dice: "a éste, entregado
por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios,
prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole". Pedro no
estaba dando a entender que Dios vio de antemano la crucifixión y
decidió sacarle el mejor provecho posible. No, este fue su plan o consejo
"determinado". Él lo sabía de antemano porque Él lo decretó. Él lo
planeó. Él lo determinó. La crucifixión fue el foco de su designio eterno
para la redención. Aquí "presciencia" o "conocimiento anticipado" alude
con claridad a la idea de una preordenación deliberada.
(Nótese, a propósito, la verdad correspondiente: "[a quien vosotros]
prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole". Los que
habían gritado "crucifícale" no quedaron absueltos de su responsabilidad
horrible solo porque sus acciones fueron parte del plan eterno de Dios.
Pedro les dijo con claridad que ellos habían hecho estas cosas. Ellos
eran culpables. Eran responsables por sus acciones aunque esas acciones
concordaban a perfección con el plan eterno de Dios. La soberanía divina
no niega la responsabilidad humana. El hecho de que Dios predeterminó
y conoció de antemano la muerte de Cristo no absolvió a quienes le
asesinaron, ni les libró de culpa condenatoria.)
192 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

En ese caso, ¿cómo debemos entender el término presciencia?


Hemos visto que puede significar conocimiento personal e íntimo.
Además puede significar elección deliberada. Al combinar esas dos ideas
se obtiene el sentido pleno de la palabra.
Esta clase de presciencia era un concepto familiar para los lectores
judíos de Pedro. Expresiones similares habían sido empleadas en el
Antiguo Testamento para hablar del amor eterno de Dios hacia sus
elegidos. Por ejemplo, Dios dijo a Jeremías: "Antes que te formase en
el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta
a las naciones" (Jer. 1:5). En Amós 3:2 Dios dice a Israel: "A vosotros .
solamente he conocido de todas las familias de la tierra". Él dijo a
Moisés: ''También haré esto que has dicho, por cuanto has hallado gracia
en mis ojos, y te he conocido por tu nombre" (Éx. 33: 17). Todos esos
pasajes hablan acerca de una relación íntima. La palabra hebrea yada
("conocer") tenía esta connotación en un sentido tan intenso, que se
empleaba con frecuencia como eufemismo para aludir a las relaciones
sexuales: "Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió" (Gn. 4: 1,
cursivas añadidas).
El Nuevo Testamento también utiliza la palabra conocer para
describir la relación personal estrecha de nuestro Señor con sus elegidos.
Jesús dijo: "Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen"
(Jn. 10:27). Quienes carecen de esa relación son condenados. A los
tales Él dirá en el juicio: "Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores
de maldad" (Mt. 7:23, cursivas añadidas).
Cuando las Escrituras dicen que la elección de Dios es de acuerdo
con su presciencia, significa que Él conoció a sus elegidos de manera
íntima desde antes de la fundación del mundo. Él predeterminó en su
plan eterno depositar su amor sobre ciertas personas, y ellas forman
parte del pueblo que escogió para su gloria. En otras palabras, Él
estableció su relación amorosa con ellos incluso antes que empezara el
tiempo, y es en ese sentido que tuvo una presciencia o conocimiento
anticipado de ellos por la eternidad. Por eso el escritor de Hebreos
denomina este plan divino el "pacto eterno" (13:20). Pablo dijo a Tito
que este plan de salvación fue prometido por Dios "desde antes del
principio de los siglos", una frase que significa antes que el tiempo
existiese (1 :2).
La soberanía de Dios en la salvación 193

LLAMADOS A SANTIFICACIÓN
Elección no es lo mismo que salvación. Los creyentes son escogi-
dos desde la eternidad, pero en un punto específico en el tiempo pasan
de muerte a vida. Todos los que son elegidos con certeza absoluta serán
salvos, pero Dios no les salva aparte de los medios que Él ha determi-
nado: la Palabra de Dios, la convicción de pecado, el arrepentimiento,
la fe y la santificación. Los elegidos de Dios deben creer para ser sal-
vos. Esta es la manera como el decreto divino y eterno se convierte en
un hecho histórico.
Pedro destaca esta verdad con la frase "elegidos ... en santificación
del Espíritu" (1 P. 1:2). Aquí emplea el término santificación, no en el
sentido técnico y doctrinal sino como un término amplio que incluye
todos los aspectos de la experiencia de salvación: arrepentimiento, fe,
regeneración, obediencia, santificación y todo lo que el Espíritu Santo
produce en los elegidos.
Nótese que es la "santificación del Espíritu". Esta es la obra del
Espíritu, apartarnos del pecado, consagrarnos y hacemos santos como
Él. Nos está conformando a la imagen de Cristo. En 2 Tesalonicenses
2: 13 el apóstol emplea un lenguaje similar: "Dios os [ha] escogido desde
el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y
la fe en la verdad". En otras palabras, los tres miembros de la Trinidad
intervienen en el proceso. Dios planeó nuestra salvación. Cristo compró
nuestra salvación. El Espíritu Santo efectúa nuestra salvación.
Santificación no significa perfección. Significa separación. Se refiere
a que somos separados del pecado y apartados para Dios. Todo cristiano
es santificado. Por esa razón Pablo podía escribir aun a la apurada iglesia
de los corintios: "ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya
habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu
de nuestro Dios" (1 Co. 6: 11). La separación del pecado es ahora la
dirección de nuestra vida, y algún día será laperfección de nuestra vida.
La santificación es al mismo tiempo un acontecimiento y un proceso
de toda la vida. Hemos sido separados del pecado y conformados a la
imagen de Cristo, pero también lo seguimos siendo. No alcanzaremos
santificación o perfección definitiva hasta que la muerte o la segunda
venida nos hagan estar cara a cara con Él: "cuando él se manifieste,
seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es" (1 Jn. 3:2).
Ningún creyente falla en ese proceso (cp. Jn. 6:39,40 y Ro. 8:30-39).
194 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

Como lo indica el lenguaje de Pedro, la santificación tiene una


relación tan estrecha con la elección que las dos son inseparables. Por
eso afirma que ninguno que en verdad es un elegido de Dios puede
evadir el proceso de santificación. Somos predestinados "para que
[seamos] hechos conformes a la imagen de su Hijo" (Ro. 8:29). Sería
una contradicción decir que Dios escogió a una persona para estar en
Cristo y que no' da comienzo al proceso para hacerla santa. Sin embargo,
hay miles hoy que creen que son cristianos pero nunca han visto cambio
alguno en sus vidas. A tales personas más les vale "hacer firme [su]
vocación y elección" (2 P. 1:10).
La elección soberana de Dios abarca todos los aspectos de nuestra
salvación de principio a fin. Él es el autor y perfeccionador de nuestra
fe (He. 12:2). Salvarnos es su obra por completo, puesto que incluye
presciencia, elección, regeneración (Stg. 1: 18), arrepentimiento (Hch.
11:18), fe (Jn. 6:44; Ro. 12:3), justificación (Ro. 3:24), santificación
(He. 2:11), en absoluto todas las cosas desde nuestra predestinación
hasta nuestra glorificación final (Ro. 8:30). Los que son elegidos no
solo son escogidos por Dios para ir al cielo, sino para tener parte en
todas las fases de su obra de salvación. No nos atrevamos a ver la
santificación como algo opcional: "Seguid... la santidad, sin la cual nadie
verá al Señor" (He. 12:14).

ORDENADOS PARA OBEDIENCIA


Pedro lleva esto un paso más adelante. Dice que somos escogidos
"para obedecer" a Jesucristo. Aquí volvemos a Efesios 2: 10 que dice:
"Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras,
las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas".
De modo que hasta nuestras buenas obras fueron preordenadas por un
Dios soberano.
Jesús dijo: "No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a
vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto" (Jn. 15:16,
cursivas añadidas).
Por cierto, las buenas obras no son la causa de nuestra elección. No
son razones para la justificación. En ningún sentido son la base para
nuestra salvación. No obstante, son la evidencia inevitable de nuestra
salvación. Si en verdad somos "hechura suya", si Él nos escogió y en su
soberanía ha preparado buenas obras para que andemos en ellas, no es
La soberanía de Dios en la salvación 195

posible que los elegidos de Dios lleven una vida terrenal carente de
obediencia a Cristo. La mera suposición hipotética de esa posibilidad
es un ataque a la soberanía y omnipotencia de quien nos escogió a fin
de que pudiésemos obedecer a Jesucristo.

ROCIADOSCONSUSANGRE
Pedro continúa: también somos elegidos para "ser rociados con la
sangre de Jesucristo" (v. 2, cursivas añadidas). ¿A qué se refiere esto?
En el Antiguo Testamento, la sangre de los sacrificios era rociada
muchas veces sobre objetos inanimados. En la Pascua era rociada sobre
las puertas y dinteles. En relación con algunas de las ofrendas por el
pecado, era rociada sobre el altar y alrededor del tabernáculo. Hebreos
9:22 dice: "casi todo es purificado, según la ley, con sangre".
No obstante, muy rara vez en el Antiguo Testamento se rociaba a
las personas con sangre. De hecho, solo se hacía una aplicación directa
de la sangre sobre personas en dos casos de la ley levítica. Uno era la
limpieza simbólica de un leproso (Lv. 14:7, 14). El otro era cuando los
levitas eran consagrados al sacerdocio (Éx. 29:20, 21; Lv. 8:24, 30).
Primera Pedro capítulo dos no está hablando acerca de la limpieza
de leprosos o la consagración de sacerdotes, así que recurrimos al único
otro incidente en las Escrituras donde personas fueron rociadas con
sangre. Fue algo que sucedió una sola vez, cuando Moisés roció a los
israelitas (Éx. 24:8).
La sangre que Moisés roció sobre los israelitas fue llamada "la sangre
del pacto". Después que Moisés proclamó la Palabra de Dios al pueblo,
ellos respondieron varias veces con una promesa para obedecerla. Ese
fue el pacto. La sangre rociada simbolizaba su obediencia. Era la señal
externa de su promesa de obedecer. Moisés construyó un altar y ofreció
un sacrificio de dos becerros. Tomó la mitad de la sangre de esos
sacrificios y la roció sobre el altar como un símbolo de la promesa de
Dios de salvar y bendecir. El resto de la sangre la roció sobre el pueblo
diciendo: "He aquí la sangre del pacto que Jehová ha hecho con vosotros
sobre todas estas cosas" (Éx. 24:8); esto simbolizó la promesa de
obediencia que había hecho el pueblo. La sangre fue requerida para
sellar el pacto: "De donde ni aun el primer pacto fue instituido sin sangre.
Porque habiendo anunciado Moisés todos los mandamientos de la ley a
todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos,
196 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

con agua, lana escarlata e hisopo, y roció el mismo libro y también a


todo el pueblo" (He. 9: 18, 19).
Es este rociamiento simbólico de la sangre de Jesucristo sobre los
creyentes el que Pedro tenía en mente al escribir: "elegidos ... para
obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo" (1 P. 1:1,2). Esto
significa que los elegidos al recibir su salvación se comprometieron a
obedecer al Señor, quien ya había provisto salvación y bendición para
ellos. Pedro está diciendo que Dios nos hizo partícipes de este pacto al
escogemos, antes de la fundación del mundo.
¿Puede usted ver la extensión total en que la soberanía de Dios cubre
nuestra salvación? Él nos escogió antes que el tiempo empezara. Él nos
amó con un amor eterno (Jer. 31:3). Él nos salvó. Él nos llamó a
santificación. Él nos ordenó para obediencia. Él estableció su pacto con
nosotros. En verdad somos hechura suya en todo el sentido de la palabra
(Ef.2:1O).

APLICACIÓN DE LA DOCTRINA DE SOBERANÍA


DIVINA
La doctrina de la soberanía de Dios es objeto de abuso frecuente,
y no se entiende ni se aplica bien en muchos casos. Muchos cristianos
se hacen la idea de que es demasiado profunda, demasiado difícil de
entender, o demasiado ofensiva. Lo cierto es que no deberíamos re-
huirle, sino por el contrario, debemos recurrir a ella. No debemos
tenerle miedo sino regocijamos en ella. Esta doctrina aplasta el orgu-
llo humano, exalta a Dios y fortalece la fe del creyente. ¿ Qué podría
ser más alentador que saber que Dios tiene el control soberano de
toda su creación? El universo no está sujeto a acciones arbitrarias ni
accidentes fortuitos. No existe la más remota posibilidad de que los
planes de Dios fallen. "Y sabemos que a los que aman a Dios, todas
las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito
son llamados" (Ro. 8:28). Esa es la promesa mejor conocida y más
amada en todas las Escrituras, y se fundamenta en la doctrina de la
soberanía de Dios.
Además, la doctrina de la soberanía de Dios debería ser una
motivación para el evangelismo. Sabemos que cuando testificamos o
predicamos Dios tiene a sus escogidos en mente, los que van a dar una
respuesta positiva, yeso nos debe animar a ser fieles en la proclamación
La soberanía de Dios en la salvación 197

del evangelio. La elección no es una excusa para la inactividad. Quienes


piensan que pueden quedarse de brazos cruzados y dejarle a Dios la
tarea de salvar a los elegidos por medio de algún artificio místico, no
entienden las Escrituras. Los elegidos no se salvan aparte del
evangelismo: "¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído?
¿y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin
haber quién les predique?" (Ro. 10:14).
Esa es la razón por la que debemos proclamar el evangelio a toda
persona (Mr. 16:15; Le. 24:47). Y lo podemos hacer con la confianza y
la seguridad absoluta de que "todo aquel que en él cree, no se [pierde],
mas [tiene]vida eterna" (Jn. 3: 16).
Algo central para el tema de este libro, es que nuestra confianza en
la soberanía de Dios nos llevará a determinar el cómo debemos predicar.
Nuestros métodos del ministerio se van a transformar por completo si
estamos dispuestos a examinarlos a la luz de la soberanía de Dios. En el
maravilloso libro de J. l. Packer titulado El evangelismo y la soberanía
de Dios, él discute estos mismos asuntos con mucha percepción y
sabiduría. Packer incluye una sección de gran valor titulada "¿Por qué
medios y métodos debería practicarse el evangelismo" ? Allí escribe lo
siguiente:

Solo existe un método de evangelismo: a saber, la explicación y aplicación


fieles del mensaje del evangelio. A partir de ahí se puede concluir, y este es
el principio clave que estamos buscando, que cualquier estrategia, técnica o
estilo propuesto de acción evangelística debe someterse a esta prueba: ¿sirve
o no sirve en efecto a la Palabra? ¿Está calculado para ser un medio de
explicación verdadera y completa del evangelio, así como de su aplicación
profunda y exacta? En la medida en que haya sido calculado con tal propósito,
el medio es legítimo y correcto; en la medida en que tienda a aderezar y
oscurecer las realidades del mensaje y a quitar el filo tajante de su aplicación,
es profano y erróneo.! 1

Packer sugiere una serie de preguntas que debemos formular acerca


de cada nueva forma de ministerio: "¿Esta forma de presentar a Cristo
está calculada para infundir en la gente que se trata de una palabra de
parte de Dios?"; "¿Esta forma de presentar a Cristo tiene sabor a saga-
cidad y espectacularidad humanas? ¿Tiende por esa razón a exaltar al
hombre?"; "¿Está calculada esta forma de presentar a Cristo para pro-
mover o impedir la obra de la Palabra en las mentes de los hombres?
198 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

¿Va a hacer claro el significado del evangelio o lo va a presentar como


un mensaje enigmático y oscuro?"; "¿Esta forma de presentar a Cristo
está calculada para transmitir a las personas la doctrina del evangelio y
no solo una parte de su contenido?"; "¿Esta forma de presentar a Cristo
ha sido calculada para comunicar la aplicación del evangelio? .. Por
ejemplo, ¿dejará o no a las personas sin saber que tienen una obligación
inmediata de responder a Cristo?"; "Esta forma de presentar a Cristo
está calculada para transmitir la verdad del evangelio en un tono apro-
piado de seriedad? ¿Está calculada para hacer sentir que sin duda algu-
na se encuentran ante una cuestión de vida o muerte? .. ¿Les ayudará a
darse cuenta de que es una cosa horrenda caer en las manos del Dios
vivo? O, ¿esta forma de presentar a Cristo es tan ligera y casual, tan
cómoda y jovial que a los oyentes les queda difícil sentir que el evange-
lio es una cuestión de alguna consecuencia inmediata en sus vidas?"12
La fe en la soberanía absoluta de Dios libraría a la iglesia del declive
del pragmatismo y la mundanalidad. Nos haría regresar por fin a la
predicación bíblica. Si los predicadores solo tuvieran confianza en el
poder de Dios y la Palabra de Dios, no considerarían necesario maquillar,
ajustar ni bajar de tono el mensaje. No sentirían la necesidad de utilizar
medios artificiales para inducir a mas personas a salvarse. No verían el
evangelismo como un problema de mercadotecnia, sino que lo verían
como lo que es: la proclamación de revelación divina como el único
medio por el cual Dios llama a los elegidos a Él mismo. Se apoyarían
más en el evangelio, el "poder de Dios para salvación". También
abandonarían los tejemanejes mundanos que empujan a la iglesia cuesta
abajo con mayor velocidad.
Escuchemos la Palabra inspirada por Dios:

"Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante


el Espíritu, ... siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de
incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.
Porque: Toda carne es como hierba, y toda la gloria del hombre como flor de
la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae; mas la palabra del Señor
permanece para siempre. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido
anunciada"
(1 P. 1:22-25, cursivas añadidas).
La soberanía de Dios en la salvación 199

1. HA Sermon for the Time Present" ("Sermón para el tiempo presente"),


The Metropolitan Tabemacle Pulpit, vol. 33 (Londres: Passmore and
Alabaster, 1887), pp. 605-6. Este sennón fue predicado el 30 de octubre de
1887.
2. Evangelism and the Sovereignty of God [El evangelismo y la soberanía de Dios]
(Downers Grove, Ill.: InterVarsity, 1961), pp. 27-28.
3. Charles G. Finney, Systematic Theology [Teología sistemática] (Whittier, Calif.:
Colporter Kemp, 1944, reimpresión), p. 489.
4. Finney tuvo una prolongada campaña en Londres entre 1849 y 1851, Y regresó a
ministrar en las islas británicas entre 1859 y 1860. Dejó huellas perdurables en
algunos segmentos de la iglesia evangélica inglesa. Su libro titulado Teología
sistemática fue publicado en Inglaterra en 1851. Todavía se estaban imprimiendo
ediciones del libro en Inglaterra hasta en el año 1878, menos de diez años antes
que estallara la controversia del declive.
5. Citado en lan Murray, The Forgotten Spurgeon [El Spurgeon olvidado] (Edimburgo:
Banner of Truth, 1966), p. 176.
6. Citado por Spurgeon en "The Case Proved" ("Demostración del caso"), The
Sword and the Trowel (octubre de 1887), p. 512.
7. C. H. Spurgeon 's Autobiography [Autobiografía de C. H. Spurgeon], 4
vols. (Londres: Passmore and Alabaster, 1889), vol. 1, p. 167.
8. Ibíd., vol. 1, p. 172.
9. Ibíd.
10. Ibíd., vol. 1, pp. 168-69.
11. Packer, Evangelism and the Sovereignty of God, p. 86.
12. Ibíd., pp. 87-90.
11
9 11

YO EDIFICARÉ MI IGLESIA

Ni siquiera en sueños vayan a creer que un capricho súbito se ha


metido a nuestras cabezas y que hemos escrito con precipitación
injustificada: hemos esperado mucho tiempo, quizás demasiado,
y hemos sido tardos para hablar. Que tampoco suponga alguno
que fabricamos nuestras declaraciones basándose en unos cuan-
tos hechos aislados... No hemos tenido otro motivo que el progre-
so general de la causa de la verdad, y la gloria de Dios.

Carlos H. Spurgeon 1

Hace algunos años un periodista que se encontraba escribiendo un artí-


culo sobre iglesias y congregaciones de gran tamaño, vino para
entrevistarme acerca de la iglesia "Comunidad de Gracia", donde soy
pastor. En cierto punto casi al final de nuestra conversación, él pregun-
tó: "¿Ha sido usted siempre impulsado por el deseo de edificar una
iglesia grande?"
Fue una pregunta inesperada, pero respondí de inmediato: "No tengo
deseo alguno de edificar la iglesia. Ninguno en absoluto".
Me dio una mirada inquisitiva y dijo: "No entiendo eso".
Le expliqué: "Jesucristo dijo que Él edificaría su iglesia, y yo no
quiero estar en competencia con Él".
No lo dije en broma. Esta es mi perspectiva exacta de la iglesia. Con
frecuencia en conferencias para pastores y seminarios de liderazgo me
202 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

preguntan cuál es el secreto para hacer crecer una iglesia y mantener su


gran tamaño. Tengo que confesar que si uno desea ser fiel a Cristo y su
Palabra, no existe una sola técnica o sistema que garantice una iglesia
grande. El crecimiento en el campo espiritual es como el crecimiento en
el campo físico. Puede ser nutrido y alentado. Podemos hacer cosas para
asegurar un crecimiento saludable, pero no podemos generar crecimiento
verdadero. Nada puede hacer que un arbusto en miniatura crezca con las
mismas proporciones de un pino gigante. Si pudiera desarrollarse alguna
tecnología genética para hacerlo, el resultado sería una monstruosidad.
Lo mismo es cierto en el campo espiritual. "Si Jehová no edificare la
casa, en vano trabajan los que la edifican" (Sal. 127:1).
Debo atribuir el crecimiento numérico y espiritual de nuestra iglesia
a la voluntad de nuestro Dios soberano. No existen técnicas de mercadeo
o métodos modernos que lo puedan explicar. Tampoco nos apoyaríamos
en esas tácticas porque no queremos un crecimiento fabricado por
fórmulas, programas y artificios humanos. Nos contentamos con
mantener el enfoque en el ministerio bíblico agresivo y dejamos al Señor
la obra de añadir personas a su iglesia (Hch. 2:47). Nuestra tarea consiste
en ser fieles en aquello que Él nos ha ordenado hacer.
Volvemos otra vez al principio del Dios omnipotente y soberano.
No debemos olvidar que edificar la iglesia es su obra. La nuestra consiste
en ir por todo el mundo y predicar el evangelio a toda criatura (Mr.
16:15). Apenas empezamos a pensar en nosotros mismos como los
arquitectos y constructores de la iglesia, usurpamos la función propia y
exclusiva de Dios, y cambiamos la definición de nuestros objetivos en
términos de éxito, números, tamaño y otras normas artificiales. Una
iglesia edificada solo sobre esa filosofía puede florecer por un tiempo,
pero está condenada en últimas al fracaso espiritual.
El texto bíblico clave para esta verdad se encuentra en Mateo 16: 18-
20. Jesús dijo a Pedro: "Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre
esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán
contra ella. Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que
atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la
tierra será desatado en los cielos".
Ese pasaje ha sido una fuente de controversia entre la iglesia católica
romana y las iglesias protestantes durante siglos. Es cierto que presenta
algunos problemas para el intérprete, pero en su corazón mismo contiene
Yo edificaré mi iglesia 203

una verdad simple, profunda, exuberante y gloriosa acerca de la iglesia


que Cristo está edificando. También constituye una culminación perfecta
para nuestro estudio.

EL FUNDAMENTO DE LA IGLESIA: "SOBRE ESTA


ROCA"
Establezcamos el contexto del pasaje. Jesús pronunció estas pala-
bras justo a continuación de la gran confesión de Pedro: "Tú eres el
Cristo, el Hijo del Dios viviente" (Mt. 16: 16). El Señor respondió con
estas palabras: "Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no
te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos" (v.
17). De esta manera, destacó la soberanía de Dios al conducir a Pedro a
la verdad y la fe.
Las siguientes palabras de Jesús introducen el asunto que ha
generado tanta controversia entre católicos y protestantes: "tú eres Pedro,
y sobre esta roca edificaré mi iglesia". Sobre la base de esa afirmación,
la iglesia católica romana enseña que la iglesia está edificada sobre
Pedro, y esto le convierte en el primer Papa, establece la sucesión papal
y hace del papado el alma y el corazón mismos de la autoridad divina
sobre la tierra.
Por otro lado, la mayoría de los protestantes toman la frase "sobre esta
roca" como un juego de palabras. El nombre Pedro (lit., "piedra pequeña")
es un contraste con "esta roca" (lit., "piedra grande"). Ellos creen que la
"roca" se refiere a la confesión de Pedro, no a Pedro mismo. La paráfrasis
que hacen del significado del texto sería: "aunque tú eres una piedra pequeña,
yo edificaré mi iglesia sobre la roca sólida de la verdad que has confesado".
También señalan que las Escrituras enseñan con claridad que Cristo es la
cabeza de la iglesia (Ef. 5:23; Col. 1: 18), y nada en la Biblia hace referencia
a un relevo de autoridad divina sobre un hombre o a un suplente terrenal
que encabeza a la iglesia en el lugar de Cristo.
Esa perspectiva es una interpretación viable del texto y es más
consecuente con la verdad bíblica que la interpretación católica.
Ciertamente, Jesús no estaba convirtiendo a Pedro en un Papa ni se
había propuesto establecer una línea de sucesión papal en este pasaje.
Después de todo, contados versículos más adelante leemos que el Señor
reprendió a Pedro y le llamó "Satanás" (v. 23).
204 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

Sin embargo, una interpretación más natural de esta frase es que Jesús
se estaba dirigiendo a Pedro como el líder y representante de los doce
apóstoles. La Biblia sí dice que la iglesia está edificada "sobre el
fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del
ángulo Jesucristo mismo" (Ef. 2:20). De manera que en un sentido bíblico,
Pedro y todos los apóstoles constituyeron el fundamento sobre el cual se
construyó la iglesia. La iglesia que Cristo está edificando se levanta sobre
el fundamento seguro de la doctrina y el ministerio de los apóstoles. Lucas
registra que los miembros de la iglesia desde un comienzo "perseveraban
en la doctrina de los apóstoles" (Hch. 2:42), y en su obra de edificación
sobre ese fundamento, "el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían
de ser salvos" (v. 47). En todo el resto del libro de Hechos, la enseñanza
y el ministerio apostólicos siguen siendo el fundamento sobre el cual se
edifican todas y cada una de las congregaciones locales (por ejemplo,
4:31; 32; 8:12, 35-40; 10:34-48; 12:24,25; 13:44-49).
La iglesia es un edificio compuesto por "piedras vivas ... edificados
como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios
espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo" (1 P. 2:5). En
otras palabras, todo cristiano es una piedra en la estructura. Pedro y los
apóstoles fueron las piedras de fundación, pero Cristo mismo, y no Pedro
o cualquier otro ser humano, es la principal piedra del ángulo.

LA SOLIDEZ DE LA IGLESIA: "YO EDIFICARÉ MI


IGLESIA"
La declaración de Jesús "edificaré mi iglesia" es la clave para en-
tender e interpretar este pasaje. Todo lo demás en estos versículos es un
desarrollo de esas palabras que tanto se relacionan con nuestro tema.
Ante todo fue una promesa que tenía el propósito inmediato de
animar a los discípulos. Todos iban caminando por los senderos
polvorientos de las aldeas de Cesarea de Filipo, lejos de Jerusalén en el
extremo norte de Israel y cerca a las montañas del Líbano. En esencia
se encontraban en el exilio. Jesús había sido rechazado por Israel, tanto
en Judea (la región del sur) como en Galilea (la región del norte). Los
líderes religiosos y políticos tenían a Jesús en la mira y estaban
determinados a verle muerto. El pueblo estaba buscando un Mesías
político, militar y económico que los libertara del yugo romano, pero
Jesús ya había deshecho esas esperanzas. Las multitudes que antes le
Yo edificaré mi iglesia 205

habían seguido se volvieron atrás tan pronto se vieron retadas por su


enseñanza (Jn. 6:66). Además, los expertos en profecías mesiánicas,
los escribas y fariseos por igual, eran los más perniciosos y encarnizados
de todos los que estaban en contra de ÉL
¿Quién podría censurar a los discípulos por sentirse desanimados?
Todo el concepto del reino como lo habían entendido los discípulos
parecía estar por completo fuera de alcance. Sus gloriosas expectativas
mesiánicas, con Jesús sobre un trono terrenal, su dominio centrado en
Israel y su reino abarcando todo el orbe, no parecían estarse cumpliendo
en lo más mínimo. Por el contrario, eran una partida de desconocidos,
con preparación deficiente, rechazados por las mayorías y según parecía,
sin rumbo fijo. Se habían retirado a un lugar remoto donde había más
gentiles que judíos, para hallar descanso y seguridad en privado. Los
discípulos debieron estarse preguntando si el plan de actividades iba
según lo programado. Seguro les parecía como si todo estuviera saliendo
contrario a sus propios planes.
Como si todo ello no fuera bastante desolador, "desde entonces
comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a
Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes
y de los escribas; y ser muerto" (v. 21). Pedro se alteró tanto por la
posibilidad de que las cosas tomaran ese rumbo, que "tomándolo aparte,
comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna
manera esto te acontezca" (v. 22).
La confianza de todos estaba por el suelo. Su esperanza iba
decayendo. Muchos indicios ominosos les amenazaban. Es indudable
que también estaban muy confundidos y preocupados. Fue en el contexto
de todas estas emociones que Jesús les aseguró: "edificaré mi iglesia".
Él quería hacerles saber que no había desviación alguna del plan original.
Nada se había perdido y el programa no había cambiado.
Podemos obtener consuelo de estas palabras para nuestro propio
tiempo. Sin importar cuán acosada, perseguida, martirizada, rechazada,
calumniada, pobre o deshonrada pueda parecer la iglesia verdadera. El
Señor no abandonará a sus escogidos. Cuando el pueblo de Dios parezca
haber llegado a su punto de debilidad máxima, debemos mirar de nuevo
la realidad. Jesús todavía está edificando su iglesia. El plan original
sigue en operación. Los tiempos modernos no constituyen una amenaza
para sus propósitos soberanos. Las circunstancias de nuestro mundo
206 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

atribulado no alteran su designio eterno, y sin importar cuán corrupta y


mundana haya sido o pueda llegar a ser la iglesia visible, Jesucristo
todavía está edificando su iglesia sobre el fundamento original y seguro
de la enseñanza y el ministerio apostólicos.
Cuando Jesús dijo "[Yo] edificaré mi iglesia", dio la garantía más fuerte
posible del éxito final de la iglesia Si la edificación se dejara en manos del
pueblo de Dios, la iglesia hace mucho tiempo se habría desplomado por
completo. La historia de la iglesia está llena de evidencias de fi"acaso humano,
conupciónmundana, infidelidad, desviación doctrinal, indulgencia y debilidad.
No obstante, el Señor es quien sigue construyendo la iglesia Sin importar qué
apariencia externa tenga la iglesia, en sus tuétanos todavía existe un cuerpo que
Cristo mismo está edificando, compuesto por los elegidos de Dios, y ese cuerpo
crece con fortaleza y fidelidad. Hasta en los tiempos más asoladores, siempre
''ha quedado un remanente escogido por gracia" (Ro. 11 :5).
Pablo escribió al final de su vida y ministerio: "me abandonaron
todos los que están en Asia" (2 Ti. 1: 15), y: "En mi primera defensa
ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon" (4:16). El
apóstol Juan casi al final de su vida, se encontraba exiliado en la isla de
Patmos cuando el Señor le dio la tarea de transcribir las cartas a las
siete iglesias de Asia menor (Ap. 2-3). Cinco de las siete tenían
problemas graves que amenazaban su misma existencia.
No obstante, Cristo continúa edificando su iglesia, y de manera
personal se encarga de proteger la pureza del remanente de creyentes.
Efesios 5:25-27 dice: "Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo
por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del
agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa,
que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa
y sin mancha". La iglesia que Cristo está edificando será santa y sin
mancha, y Él se presentará a sí mismo una iglesia gloriosa. En otras
palabras, la iglesia está diseñada por Dios como un vehículo a través
del cual Cristo puede manifestar su propia gloria por toda la eternidad.
Esa es la razón por la que nos oponemos a la sabiduría humana,
pero también es la razón por la que la mundanalidad, la carnalidad, la
ineptitud, la indiferencia y la apostasía no pueden detener a la iglesia
que Cristo está construyendo. Es posible que detengan a una
congregación, pero la iglesia seguirá adelante. Cristo ciertamente
edificará su iglesia. Si Él es por nosotros, ¿quién contra nosotros?
Yo edificaré mi iglesia 207

LA INTIMIDAD DE LA IGLESIA: "EDIFICARÉ MI


IGLESIA"
Las palabras de Jesús también hablan de una intimidad sagrada.
Edificar la iglesia no es una empresa impersonal para Él. La iglesia es
su propia posesión preciosa. Hechos 20:28 habla de "la iglesia del Se-
ñor, la cual él ganó por su propia sangre".
La Biblia incluso habla de la iglesia como su cuerpo (Col. 1:24).
Estamos ligados de forma inseparable con Él en unión santa.
Recordemos cuando Saulo de Tarso estaba persiguiendo a la iglesia.
Cristo le arrestó en el camino a Damasco y preguntó: "Saulo, Saulo,
¿por qué me persigues?" (Hch. 9:4, cursivas añadidas). Quienes atacan
a la iglesia atacan a Cristo mismo. "el que se une al Señor, un espíritu es
con él" (1 Co. 6: 17).
Existe un paralelo de esta verdad en el Antiguo Testamento. Zacarías
dijo a la nación de Israel: "el que os toca, toca a la niña de su ojo" (Zac.
2:8). "La niña de su ojo" se refiere a la pupila. Dios quería decir que
quienes persiguen a Israel es como si estuvieran metiendo el dedo en su
propio ojo. Esa es la misma clase de relación que Cristo tiene con la
iglesia. Su ira es seria en contra de cualquiera que ofenda a sus escogidos
(cp. Mt. 18:6, 10).

EL CARÁCTER INVENCIBLE DE LA IGLESIA:


"LAS PUERTAS DEL HADES NO PREVALECERÁN
CONTRA ELLA"
La iglesia que Cristo edifica es invencible. "Las puertas del Hades
no prevalecerán contra ella" (v. 18). A veces no se entiende bien la
imagen presentada en este pasaje. Jesús no estaba dando a entender que
la iglesia quedaría impertérrita ante los ataques del infierno. La palabra
"puertas" no alude a un embate ofensivo. Las puertas no son armas sino
barricadas. Jesús estaba presentando el Hades como una prisión, indi-
cando que sus puertas no serían capaces de contener o aprisionar a la
iglesia.
El "Hades" es la residencia de los muertos. Es el equivalente griego
de la palabra hebrea Seol (cp. Sal. 6:5). Jesús no hizo aquí una alusión
al tormento eterno en el infierno, sino que quería decir que la muerte no
puede retener a los elegidos. Las puertas de la muerte no pudieron retener
208 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

a Jesucristo, y tampoco pueden dejar cautivos a los cristianos. "¿Dónde


está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?" (1 Co.
15:55).
De hecho, "las puertas del Hades no prevalecerán contra ella" es una
promesa de resurrección. El lenguaje de muerte y resurrección se estaba
volviendo una característica común de los temas en la enseñanza de Jesús.
Él sabía que sus discípulos estaban enfrentando días difíciles y peligrosos,
y todos ellos (a excepción de Juan) terminarían dando sus vidas terrenales
como mártires por su causa. El Señor iba a decirles un poco más adelante:
"todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida
por causa de mí, la hallará" (Mt. 16:25), pero primero les dijo que la
tumba nunca podría retener a los elegidos.
Este tema es común a todo el Nuevo Testamento. Desde que Cristo
conquistó la muerte, los cristianos no tienen que temerle en absoluto.
"Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no
se enseñorea más de él" (Ro. 6:9), y tampoco puede enseñorearse de
quienes están unidos a Él por la fe . Jesús prometió: "porque yo vivo,
vosotros también viviréis" (Jn. 14: 19). En la visión apocalíptica de Juan,
Jesús le dijo: "No temas; yo soy el primero y el último; y el que vivo, y
estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén.
y tengo las llaves de la muerte y del Hades" (Ap. 1: 17, 18). Jesucristo
destruyó "al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, [para]
librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la
vida sujetos a servidumbre" (He. 2:14, 15). Él arrebató las llaves de la
muerte y el Hades, y ahora el sepulcro no puede contener a sus elegidos.
Estos discípulos un día estarían en el fragor de la batalla, y el Espíritu
Santo traería a sus mentes esta promesa. Seguro les dio gran ánimo y
renovó su vigor. Sabían que en últimas eran invencibles. Serían
perseguidos y hasta morirían por su fe, pero tenían la garantía final de
salir victoriosos, ya que al morir, las puertas del Hades no podrían
prevalecer contra ellos.

LA AUTORIDAD DE LA IGLESIA: "TE DARÉ LAS


LLAVES DEL REINO DE LOS CIELOS"
Luego Jesús dijo a Pedro: "a ti te daré las llaves del reino de los
cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo
que desatares en la tierra será desatado en los cielos" (Mt. 16: 19).
Yo edificaré mi iglesia 209

La interpretación de esa frase también ha sido una materia de


discusión y desacuerdos entre protestantes y católicos. La teología
católica enseña que Cristo estaba instituyendo el rito de la absolución
con esta promesa.
Se debe admitir que Jesús parece estar concediendo una cantidad
inmensurable de autoridad celestial a Pedro con esta declaración. No
obstante, antes de conceder que esto haya hecho de Pedro el primer
Papa, nótese que después de su resurrección, en Juan 20:23, Jesús dio
una autoridad similar a todos los apóstoles. Les dijo: "A quienes
remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis,
les son retenidos". De nuevo, parece que en Mateo capítulo 16 nuestro
Señor estaba hablando a Pedro como representante de todos los
apóstoles.
Sin embargo, nótese que Jesús hizo una declaración similar acerca
de "atar y desatar" en el contexto de sus instrucciones sobre disciplina
eclesiástica en Mateo 18: 15-20, un pasaje que se consideró de pasada
en el capítulo 2. Recordará usted que Jesús dijo a los discípulos que si
un creyente que había pecado se negaba a arrepentirse después de una
confrontación en privado, una segunda advertencia con uno o dos
testigos, y luego la amonestación pública frente a la congregación entera,
la persona debía ser tenida "por gentil y publicano" (v. 17). A
continuación Jesús les dijo: "De cierto os digo que todo lo que atéis en
la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será
desatado en el cielo" (v. 18).
Se deben notar varias verdades a partir de ese pasaje. En primer
lugar, la enseñanza no solo se aplica a Pedro. Ni siquiera está limitada a
los discípulos. Estas son instrucciones para todos los creyentes.
En segundo lugar, "atar y desatar" no tiene que ver con la manera
como se debe manejar a espíritus malignos. El versículo 19 ("si dos de
vosotros se pusieren de acuerdo ... les será hecho"), no es una enseñanza
sobre la forma de obtener respuestas a la oración. Jesús estaba dando
instrucciones sobre la manera de tratar el pecado en la asamblea de los
redimidos. Lo que se "ata" es el pecado de la persona no arrepentida, y
lo que se "desata" es la culpa de esa persona cuando se arrepiente.
Cualquier creyente puede afirmar esas dos posibilidades basándose en
la forma en que alguien responde al llamado de arrepentimiento. La
cuestión sobre la cual "dos de vosotros se [ponen] de acuerdo" es la
210 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

manera como se va a tratar al miembro del rebaño que ha pecado. Jesús


quería decir que la autoridad para tratar el pecado se concede desde lo
alto a cualquier asamblea, incluso de tan solo "dos o tres congregados
en mi nombre" (v. 20) .
La tercera verdad es que la fuente de esa autoridad es Cristo, no un
vicario terrenal: "allí estoy yo en medio de ellos" (v. 20). Él da su
veredicto por mediación personal a través de la comunidad de creyentes
que actúan de conformidad con sus principios.
En cuarto lugar, nada de esto implica una autoridad aislada de la
Palabra de Dios. Jesús no estaba autorizando a un dirigente humano para
promulgar edictos ex catedra. No estaba dando autoridad para atar y
desatar a otros en sentido literal. Por cierto no estaba nombrando a Pedro
cabeza de la iglesia. La autoridad de la cual habló pertenece a todo creyente,
y esa autoridad radica en el hecho de que tenemos revelación y palabra
del cielo sobre "todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad [las
cuales] nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento
de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia" (2 P. 1:3). Jesús estaba
dando a Pedro y a los otros discípulos la comisión de hacer que el mensaje
del reino, la Palabra de Dios, ejerciera su autoridad en la vida de las
personas. En ese sentido les entregó las llaves del reino.
Las llaves del reino son una encomienda sagrada de Cristo a su
iglesia. Esas llaves simbolizan la custodia de la entrada misma al cielo.
Él ha puesto a la iglesia en el mundo y nos ha mandado predicar el
evangelio para que nos sostengamos como un faro que señala y alumbra
el camino para ir a ese reino. Si desacreditamos su Palabra o camuflamos
el evangelio, dejamos de ser ese faro y perdemos la única autoridad que
tenemos para usar las llaves del reino.
Cuando la iglesia es fiel a Dios y su Palabra, por otro lado, en efecto
estamos ejecutando las decisiones del cielo aquí en la tierra. Podemos
hablar con autoridad a un mundo incrédulo. Cuando el cielo está en
acuerdo total con nosotros, los asuntos se definen de conformidad con
la autoridad más elevada posible, pero si comprometemos la Palabra de
Dios, perdemos la fuente de nuestra autoridad. Por esa razón es tan
importante que la iglesia trate a Dios con seriedad, que maneje su Palabra
con integridad, y que se mantenga separada del mundo. Eso es lo que
queremos decir al orar: "Hágase tu voluntad, como en el cielo, así
también en la tierra" (Mt. 6: 10).
Yo edificaré mi iglesia 211

SEÑALES DE UNA IGLESIA EFICAZ


Debe quedar claro que la iglesia es una obra sobrenatural. Es Cristo
mismo, no la aplicación del conocimiento de mercadotecnia, la astucia
humana o las técnicas de iglecrecimiento, quien añade personas a la
iglesia, genera su crecimiento genuino y la bendice con salud y vitali-
dad.
El crecimiento numérico por sí solo no asegura que se tenga una
iglesia saludable. El crecimiento es una de las señales de vida, pero
como hemos visto, el tamaño no es prueba tácita de la bendición de
Dios o de la salud espiritual de una iglesia.
¿Cuáles son las señales de una iglesia saludable? ¿Qué metas son
válidas y dignas para una iglesia una vez dejamos que el Señor edifique
la iglesia a su modo? Para terminar, me permito indicar algunas de las
marcas que caracterizan a una iglesia saludable. Sobre este tema he
escrito con mayor extensión en otro libro,2 pero quizás resulte
beneficioso este breve resumen para los que buscan algo más que
principios de mercadeo para ayudar a una iglesia que lucha por mantener
la mira en Cristo. Creo que estos son los principios bíblicos básicos que
suministran un modelo para la iglesia que es edificada por Cristo:

LÍDERES PIADOSOS
El propio ministerio terrenal de Jesús fue invertido en primera me-
dida en once hombres que habrían de convertirse en el núcleo del
liderazgo para la iglesia primitiva. El liderazgo es primordial, y el re-
quisito principal para los líderes de la iglesia es que deben ser maestros
idóneos de la Palabra de Dios, que además sean irreprensibles.
Me atrevo a decir que la deficiencia principal en la mayoría de las
iglesias en la actualidad está en el área de liderazgo. Hay demasiadas
iglesias que ignoran los requisitos espirituales para los líderes, y optan
sin dudarlo por hombres que demuestran ser líderes por naturaleza o
expertos en motivación, que tienen éxito en los negocios, o que tienen
dinero o influencia. No obstante, todo líder en la iglesia por encima de
todo debe ser un maestro temeroso de Dios, "retenedor de la palabra
fiel tal como ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con
sana enseñanza y convencer a los que contradicen" (Tit. 1:9).
Primera Timoteo 3:1-7 y Tito 1:5-9 contienen el perfil que Pablo
212 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

presenta de la clase de personas que deberían ejercer el liderazgo en la


iglesia. Al juntar esos dos pasajes obtenemos una lista completa de
cualidades espirituales que deben poseer pastores y ancianos por igual.
El líder piadoso es irreprensible, fiel a su esposa, moderado, prudente,
amable, respetable,justo, devoto, hospitalario, amante de 10 bueno, capaz
de enseñar, no egocéntrico ni voluntarioso, no irascible ni belicoso, no
contencioso ni polemista, libre del amor al dinero, buen administrador
de su propio hogar, con buena reputación entre los incrédulos, y además
creyentes maduros, no conversos recientes. Basándose en esa plataforma
de ejemplo de piedad, pueden enseñar las Escrituras y encaminar a su
congregación hacia la semejanza de Cristo.
¿Acaso parecen normas demasiado elevadas? Sin embargo, esas son
las cualidades y condiciones establecidas por las Escrituras. Las iglesias
que ignoran esas pautas van en contra del designio de Dios y pierden su
bendición. Hacer concesiones en la cuestión del liderazgo es, como
diría Carlos Spurgeon, "el acto más suicida que puede cometer una
iglesia" .3
Sin lugar a dudas uno de los desastres trágicos de la iglesia evangélica
norteamericana en nuestra generación, es la facilidad con la que un
hombre puede ser restaurado en el liderazgo tras haberse descalificado
para ejercer el ministerio en su vida espiritual y moral. No es poco
común que los líderes cristianos ocasionen graves perjuicios para la
iglesia mediante sus notorias caídas morales, y que después vuelvan al
liderazgo casi antes que se disipe la publicidad del escándalo. Esta es
una concesión fatal de la norma bíblica. Es uno de los resultados más
nefastos del pragmatismo moderno.
¿Estoy diciendo que no debería ofrecerse restauración a un líder
que falla en su vida moral y se arrepiente de verdad? Con toda certeza
debe hacerse restauración al compañerismo fraternal, pero no al ejercicio
de las funciones de un anciano o pastor. Las iglesias no pueden abandonar
las normas bíblicas para acomodar el pecado de sus líderes. Los
requisitos bíblicos para líderes están a esa altura con un propósito, debido
a que el liderazgo tiene que ejercerse mediante el ejemplo. Los que
generan escándalos para la iglesia no son irreprensibles y están
descalificados para el liderazgo mientras permanezca el motivo de
reprensión. En casos que involucran el escándalo o la infidelidad sexual,
ello puede significar una descalificación permanente (Pr. 6:32, 33). El
Yo edificaré mi iglesia 211

SEÑALES DE UNA IGLESIA EFICAZ


Debe quedar claro que la iglesia es una obra sobrenatural. Es Cristo
mismo, no la aplicación del conocimiento de mercadotecnia, la astucia
humana o las técnicas de iglecrecimiento, quien añade personas a la
iglesia, genera su crecimiento genuino y la bendice con salud y vitali-
dad.
El crecimiento numérico por sí solo no asegura que se tenga una
iglesia saludable. El crecimiento es una de las señales de vida, pero
como hemos visto, el tamaño no es prueba tácita de la bendición de
Dios o de la salud espiritual de una iglesia.
¿Cuáles son las señales de una iglesia saludable? ¿Qué metas son
válidas y dignas para una iglesia una vez dejamos que el Señor edifique
la iglesia a su modo? Para terminar, me permito indicar algunas de las
marcas que caracterizan a una iglesia saludable. Sobre este tema he
escrito con mayor extensión en otro libro,2 pero quizás resulte
beneficioso este breve resumen para los que buscan algo más que
principios de mercadeo para ayudar a una iglesia que lucha por mantener
la mira en Cristo. Creo que estos son los principios bíblicos básicos que
suministran un modelo para la iglesia que es edificada por Cristo:

LÍDERES PIADOSOS
El propio ministerio terrenal de Jesús fue invertido en primera me-
dida en once hombres que habrían de convertirse en el núcleo del
liderazgo para la iglesia primitiva. El liderazgo es primordial, y el re-
quisito principal para los líderes de la iglesia es que deben ser maestros
idóneos de la Palabra de Dios, que además sean irreprensibles.
Me atrevo a decir que la deficiencia principal en la mayoría de las
iglesias en la actualidad está en el área de liderazgo. Hay demasiadas
iglesias que ignoran los requisitos espirituales para los líderes, y optan
sin dudarlo por hombres que demuestran ser líderes por naturaleza o
expertos en motivación, que tienen éxito en los negocios, o que tienen
dinero o influencia. No obstante, todo líder en la iglesia por encima de
todo debe ser un maestro temeroso de Dios, "retenedor de la palabra
fiel tal como ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con
sana enseñanza y convencer a los que contradicen" (Tit. 1:9).
Primera Timoteo 3: 1-7 y Tito 1:5-9 contienen el perfil que Pablo
212 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

presenta de la clase de personas que deberían ejercer el liderazgo en la


iglesia. Al juntar esos dos pasajes obtenemos una lista completa de
cualidades espirituales que deben poseer pastores y ancianos por igual.
El líder piadoso es irreprensible, fiel a su esposa, moderado, prudente,
amable, respetable,justo, devoto, hospitalario, amante de lo bueno, capaz
de enseñar, no egocéntrico ni voluntarioso, no irascible ni belicoso, no
contencioso ni polemista, libre del amor al dinero, buen administrador
de su propio hogar, con buena reputación entre los incrédulos, y además
creyentes maduros, no conversos recientes. Basándose en esa plataforma
de ejemplo de piedad, pueden enseñar las Escrituras y encaminar a su
congregación hacia la semejanza de Cristo.
¿Acaso parecen normas demasiado elevadas? Sin embargo, esas son
las cualidades y condiciones establecidas por las Escrituras. Las iglesias
que ignoran esas pautas van en contra del designio de Dios y pierden su
bendición. Hacer concesiones en la cuestión del liderazgo es, como
diría Carlos Spurgeon, "el acto más suicida que puede cometer una
iglesia".3
Sin lugar a dudas uno de los desastres trágicos de la iglesia evangélica
norteamericana en nuestra generación, es la facilidad con la que un
hombre puede ser restaurado en el liderazgo tras haberse descalificado
para ejercer el ministerio en su vida espiritual y moral. No es poco
común que los líderes cristianos ocasionen graves perjuicios para la
iglesia mediante sus notorias caídas morales, y que después vuelvan al
liderazgo casi antes que se disipe la publicidad del escándalo. Esta es
una concesión fatal de la norma bíblica. Es uno de los resultados más
nefastos del pragmatismo moderno.
¿Estoy diciendo que no debería ofrecerse restauración a un líder
que falla en su vida moral y se arrepiente de verdad? Con toda certeza
debe hacerse restauración al compañerismo fraternal, pero no al ejercicio
de las funciones de un anciano o pastor. Las iglesias no pueden abandonar
las normas bíblicas para acomodar el pecado de sus líderes. Los
requisitos bíblicos para líderes están a esa altura con un propósito, debido
a que el liderazgo tiene que ejercerse mediante el ejemplo. Los que
generan escándalos para la iglesia no son irreprensibles y están
descalificados para el liderazgo mientras permanezca el motivo de
reprensión. En casos que involucran el escándalo o la infidelidad sexual,
ello puede significar una descalificación permanente (Pr. 6:32, 33). El
Yo edificaré mi iglesia 213

apóstol Pablo reconoció esa posibilidad y escribió: "golpeo mi cuerpo,


y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros,
yo mismo venga a ser eliminado" (1 Co. 9:27).
Si los líderes de una iglesia fracasan en su santidad personal, la
iglesia misma recibe el descrédito, sin importar cuán ortodoxa sea su
confesión de fe. Los que ignoran los requisitos previos para los líderes
en la iglesia están construyendo una estructura con materiales inservibles
y no de acuerdo con el fundamento verdadero (cp. 1 Co. 3:10, 11). No
importa con cuánto vigor hagamos llamados a la verdad y la justicia, si
las vidas de nuestros líderes no respaldan esos esfuerzos, muchos
rechazarán sus enseñanzas como hipócritas, o llegarán a la conclusión
de que la piedad genuina es algo opcional.

METAS BÍBLICAS
No está mal en absoluto que una iglesia se fije metas. De hecho,
una iglesia debe tener algunas metas funcionales o de lo contrario care-
cerá de dirección.
Nuestras metas para la iglesia deben ser btblicas. Las metas erróneas
fijan un rumbo erróneo, yeso es tan malo como tener ninguna dirección,
quizás peor. ¿Cuáles son las metas bíblicas? Incluyen adoración,
compañerismo, crecimiento espiritual y evangelismo. Estas deberían ser
metas primordiales. Metas más específicas como fortalecimiento de la
familia, consejería bíblica disponible para todos, educación para los niños
y propósitos similares, deben ser vistos a la luz de la manera como
contribuyan a alcanzar las metas primordiales. Por ejemplo, una iglesia
puede tener un ministerio de música estupendo o una escuela cristiana de
primaria. Si solo tiene estas cosas para aumentar las cifras de asistencia o
para hacer dinero, estas metas no son válidas. En cambio, si la iglesia ve
el ministerio como un medio para fortalecer a la congregación en su vida
espiritual o para ampliar el alcance del evangelio, se trata de metas
legítimas. Si podemos evaluar cada ministerio de la iglesia determinando
de qué manera contribuye a las metas primordiales, esa perspectiva ayudará
a mantener enfocada a la iglesia.

DISCIPULADO
La iglesia no es una arena donde un ministro profesional es anima-
do y aplaudido por laicos que no son más que espectadores. La iglesia
214 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

debe discipular y capacitar a los cristianos para el ministerio. Todos los


miembros de la iglesia deben ministrar, no solo los que forman parte
del personal. Ese es el punto de Efesios 4:12, 12. Apóstol, profetas,
evangelistas y pastores-maestros son dados a la iglesia para preparar a
los santos para hacer la obra del ministerio.
Todo esto viene como resultado del discipulado. El discipulado es
el ministerio que consiste en desarrollar amistades con gran profundidad
espiritual, enfocadas en la enseñanza de verdad bíblica, la aplicación
de las Escrituras a la vida, y por ese medio el aprender a resolver
problemas con herramientas y perspectiva bíblicas. Debe reforzarse con
un ejemplo de piedad y no tan solo transmitirse como una serie de
preceptos académicos. Por lo tanto, el discipulado supone la inversión
de tiempo y recursos, así como el establecimiento de relaciones
personales. El ministerio terrenal de Jesús a sus propios discípulos es el
modelo bíblico del discipulado. La iglesia debe suministrar un ambiente
que estimule esa clase de discipulado en todos los niveles, desde el
pastor hasta el recién convertido.

EXTENSIÓN AL MUNDO
La iglesia edificada por Cristo dará gran importancia al evangelismo,
empezando en su propia comunidad y extendiéndose hasta los lugares
más lejanos de la tierra. La iglesia primitiva trastornó al mundo con su
vida y su mensaje (Hch. 17:6). Los líderes judíos dijeron a los cristia-
nos: "ahora habéis llenado a Jerusalén de vuestra doctrina" (Hch. 5:28).
En poco tiempo su mensaje invadió la comunidad entera.
Demasiados cristianos piensan que cumplen su responsabilidad de
ser testigos cada vez que van a la iglesia con un automóvil que tiene
atrás un pez u otros avisos adheridos. Las iglesias eficaces recalcan la
importancia de alcanzar a otras personas mediante relaciones personales
a todo nivel.
Nuestra iglesia ha sido tildada de no evangelística en algunos
círculos, pero nosotros tenemos un culto de bautismo para creyentes
nuevos casi todos los domingos en la noche. Al bautizarse, estas personas
dan sus testimonios ante toda la congregación. ¿Sabe usted qué lleva a
la mayoría de estas personas a un conocimiento de Cristo para salvación?
Su contacto personal con cristianos fieles. Las personas en nuestra iglesia
dan testimonio a sus vecinos, sus compañeros de trabajo, en reuniones
Yo edificaré mi iglesia 215

de padres de familia en las escuelas, a las personas en los supennercados


y las tiendas, a sus médicos, sus abogados y a todos los que encuentran
en su camino. Todos estos años, el Señor ha bendecido esa actividad
evangelística "uno a uno" de tal manera, que ha servido para traer más
personas a la fe en Cristo que cualquier culto, programa, servicio o
acontecimiento que hayamos realizado o patrocinado.
Si una iglesia carece de este énfasis en la extensión a los no
alcanzados, está condenada a la atrofia, el declive y en últimas al fracaso.
El medio que Cristo usa para edificar su iglesia es el testimonio fiel de
los cristianos en su nombre.

CUIDADO MUTUO
En la iglesia que Cristo está edificando, todos sus miembros están
involucrados en las vidas de unos y otros. La iglesia no es un teatro
donde la gente llega a observar qué sucede. No se supone que las perso-
nas entren, se sienten y salgan otra vez sin participar en el compañeris-
mo fraternal. No debemos alentar el anonimato y la falta de participa-
ción. En lugar de esto, tenemos el mandato claro: "considerémonos
unos a otros para estimulamos al amor ya las buenas obras; no dejando
de congregamos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortán-
donos" (He. 10:24, 25).
"Unos a otros" es una expresión reiterada en las instrucciones a la
iglesia en el Nuevo Testamento. Aquí encontramos una muestra de
algunos de estos mandatos bíblicos:
• "Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra,
prefiriéndoos los unos a los otros" (Ro. 12: 10).
• "Unánimes entre vosotros" (Ro. 12: 16).
• "Ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidid
no poner tropiezo u ocasión de caer al hennano" (Ro. 14:13).
• "Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos
recibió, para gloria de Dios" (Ro. 15:7).
• "... estáis llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, de tal
manera que podéis amonestaros los unos a los otros" (Ro. 15:14).
• "Servíos por amor los unos a los otros" (Gá. 5:13).
• " ... con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia
los unos a los otros en amor" (Ef. 4:2).
• "Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos
216 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo"


(Ef.4:32).
• "Someteos unos a otros en el temor de Dios" (Ef. 5:21).
• " ... antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como
superiores a él mismo" (Fil. 2:3).
• "No mintáis los unos a los otros" (Col. 3:9).
• " ... soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno
tuviere queja contra otro" (Col. 3: 13).
• "Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así
como lo hacéis" (1 Ts. 5:11).
• "Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros"
(Stg.5:16).
• " ...amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro" (1 P. 1:22).
• "Hospedaos los unos a los otros sin murmuraciones" (1 P.4:9).
• "Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros ... "
(1 P.4:10).
• " ... todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad" (1 P.5:5).

Esa simple lista por sí sola tiene mucho más valor que todos los
libros que se hayan escrito jamás sobre técnicas de mercadeo y ministe-
rios al alcance del usuario. Estas son las cualidades de la iglesia que
Cristo está edificando. Al igual que el edificador mismo, la iglesia que
pone en práctica esos "unos a otros" será una iglesia sensible y llena de
amor y cuidado para todos sus miembros. Si añadimos a esto el ejerci-
cio adecuado de los dones espirituales (Ro. 12:3-8; 1 Co. 12:4-11; y 1
P. 4: 10, 11), el producto resultante será una comunidad conformada a la
imagen misma de Cristo, que por supuesto nunca se conformará al
mundo ni con el mundo.

UN COMPROMISO FIRME CON lA FAMIliA


La sociedad moderna ha desatado una campaña de exterminio sin
precedentes en contra de la familia. La mayoría de los principales te-
mas de controversia en las noticias actuales, tales como la homosexua-
lidad, el aborto, el feminismo, el divorcio, las pandillas, etc., son ata-
ques directos contra la familia. Las familias ya no pueden contar con
quienes afirmaban su lealtad a ella. Son pocas las familias que funcio-
nan como unidades. Esta fragmentación de la familia ha menoscabado
Yo edificaré mi iglesia 217

la moralidad y la estabilidad en todos los sectores de la sociedad.


La iglesia no puede tolerar esta devastación ni acomodarse a ella.
Debe confrontar y corregir a sus familias, para luego proceder a
educarlas. Las familias fuertes son la columna vertebral de la iglesia,
entre otras cosas porque producen individuos fuertes. Tendremos que
pagar un precio muy elevado si no hacemos de la familia una prioridad.
Eso significa que debemos ayudar a los nuestros a desarrollar
matrimonios sólidos y familias robustas enseñando a los esposos a amar
y dirigir a sus esposas (Ef. 5:25), a las esposas a sujetarse a sus esposos
(5:22), a los hijos a obedecer a sus padres (6:1), y a los padres a no
exasperar a los hijos sino a nutrirles y levantarles en el Señor (6:4).

ENSEÑANZA y PREDICACIÓN BÍBLICAS


Ninguna iglesia puede mantenerse saludable por largo tiempo si el
púlpito no tiene la fuerza adecuada, y ningún púlpito es fuerte en ver-
dad si la Biblia no es la base de la predicación. Por supuesto, este ha
sido el mensaje central de este libro, pero vale la pena subrayarlo de
nuevo. Como escribió el doctor Martyn Lloyd-Jones:

El mismo instante en que usted empieza a apartarse de la predicación para


emplear otros medios, va a experimentar una serie constante de cambios.
Una de las ventajas de ser viejo es que se tiene experiencia, así que cuando
surge algo nuevo y se ve a la gente muy emocionada al respecto, uno se
encuentra en la posición adecuada para recordar una emoción similar que se
tuvo hace quizás cuarenta años. Uno ha visto pasar modas, novedades y
embelecos uno detrás de otro por la iglesia. Cada uno genera gran emoción
y entusiasmo al ser anunciado con bombos y platillos como la cosa que va a
llenar la iglesia, la cosa que va a resolver el problema. Han dicho eso mismo
sobre cada uno de ellos, pero en pocos años ha sido olvidado por completo y
llega otro embeleco, otra idea nueva; alguien descubre la supuesta única
cosa necesaria, o afirma tener una manera revolucionaria de entender la
psicología del hombre moderno. La cosa novedosa se pone al alcance de las
personas y todas la quieren tener, pero en poco tiempo mengua y desaparece,
y algo nuevo toma su lugar.
Con toda seguridad esta es una condición muy triste y lamentable como
para que la iglesia cristiana se quede allí, imitando al mundo con estos cambios
constantes de moda. En ese estado carece de la estabilidad, la solidez y la
permanencia del mensaje eterno que ha sido por siempre la gloria de la iglesia
cristiana. 4
218 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

La predicación bíblica no puede ajustarse a la satisfacción de las


necesidades percibidas, la solución de problemas psicológicos, el
esparcimiento de los oyentes, la meta de hacer sentir bien a las personas
consigo mismas o cualquier otra de las modas pasajeras y superficiales
que han maniobrado a los púlpitos en esta era orientada al
entretenimiento. La predicación bíblica debe proclamar la verdad de
Dios y demandar que sea oída y acatada. Queda espacio suficiente para
la innovación y la creatividad dentro de esos parámetros, pero el mensaje
mismo no puede ser alterado o simplificado en modo alguno sin degradar
la responsabilidad de la iglesia. La verdad proclamada con poder y
autoridad a partir de las Escrituras es la condición esencial y la
característica imprescindible de la iglesia. Cualquier otra clase de
predicación no es digna de la iglesia que Cristo está edificando.

DISPOSICIÓN A CAMBIAR
Las iglesias saludables deben estar dispuestas al cambio.
¡Espere un minuto!, alguien dirá: ¿Acaso no está haciendo usted un
llamado al tradicionalismo en las iglesias? No. La tradición humana
no tiene un ápice de carácter sagrado. No estoy a favor del formalismo
anquilosado o las costumbres trilladas. Estoy de acuerdo con quienes
advierten que el estancamiento puede ser fatal para una iglesia. Es solo
que no creo que la iglesia necesite abandonar su afirmación del lugar
central que ocupa la Palabra de Dios, la primacía de la predicación y los
fundamentos de la verdad bíblica con el fin de ser renovadora y creativa.
Alguien ha dicho que las últimas seis palabras de una iglesia antes
de morir son: "Nunca 10 hemos hecho así antes". Una actitud inflexible
es la causa de la ruina para una iglesia sana. Debemos estar dispuestos
a crecer, adaptarnos y tratar cosas nuevas, pero nunca a expensas de la
verdad bíblica, y nunca en detrimento del mensaje del evangelio.

ADORACIÓN
Dejé la adoración para el final, no porque tenga menor importancia,
sino más bien porque resume todas las demás marcas de la iglesia salu-
dable. Hace algunos años escribí un libro sobre adoración titulado La
prioridad última.5 Creo que la adoración es la prioridad suprema de la
iglesia y del cristiano individual. La adoración verdadera abarca y cumple
todas las demás características de la iglesia que Cristo edifica. La igle-
Yo edificaré mi iglesia 219

sia que se enfoca en Dios verá cómo todas las demás cosas por natura-
leza quedan en su lugar apropiado.
He aquí el problema que tienen las metodologías ministeriales
pragmáticas, orientadas al mercado y a la satisfacción del consumidor:
están centradas en el hombre y no en Dios. Su preocupación principal
está en los deseos de las personas, no en lo que Señor demanda. Ve la
iglesia como una entidad que existe por causa de la gente y no por
causa de Dios. Funciona a partir de un modelo defectuoso y no cumple
el plan del Maestro constructor.
Es probable que las iglesias pragmáticas al alcance del consumidor,
orientadas al entretenimiento y enfocadas en el mercado, sigan
floreciendo por algún tiempo. Sin embargo, todo el movimiento está
basado en las modas actuales y por esa razón no puede durar mucho.
Cuando los vientos caprichosos cambien de dirección, es factible que
suceda una de tres cosas. Estas iglesias saldrán de moda y van a
desaparecer; o van a optar por cambiar con el espíritu de la época y es
probable que abandonen cualquier parecido que aún tengan con el
cristianismo bíblico; o verán la necesidad de volver a construir sobre
un fundamento verdadero y más seguro. Por supuesto, mi oración es
que tomarán el tercer curso de acción y que no van a esperar hasta que
la mundanalidad y las concesiones impregnen tanto sus congregaciones
que resulte imposible cambiar.
Carlos Spurgeon escribió: "Es difícil sacar levadura de la masa y
muy fácil meterla ... Oh, que los vivos espirituales en las iglesias puedan
encargarse de hacerlo, iY que el Señor mismo confunda al adversario!"6

1. "Qur Reply to Sundry Critics and Enquirers" (Nuestra respuesta a toda clase de
críticos e indagadores", The Sword and the Trowel (septiembre de 1887), p. 463.
2. Véase The Master's Planfor the Church [El plan del Maestro para la iglesia]
(Chicago: Moody, 1991).
3. "This Must Be a Soldier's Battle" ("Esta batalla es para soldados"), The Sword
and the Trowel (diciembre de 1889), p. 634.
4. Preaching and Preachers [De prédicas y predicadores] (Grand Rapids, Mich.:
Zondervan, 1971).
5. The Ultimate Priority (Chicago: Moody, 1983).
6. "Notas", The Sword and the Trowel (octubre de 1888). Reimpreso en The "Down-
Grade Controversy" [La controversia del declive] (Pasadena, Tex.: Pilgrim, s.f.), p. 67.
11
10 11

EPILOGO

El tren viaja muy rápido cuando va "cuesta abajo" y ya ha pasa-


do otra estación en su declive. ¿Qué sigue ahora? ¿Y qué viene
después?

Carlos H. Spurgeon 1

¿Cuál es el futuro de la iglesia evangélica? En una serie lúcida de artí-


culos sobre el movimiento de iglecrecimiento, Os Guinness señala que
los evangélicos tradicionales no solo resistieron las influencias munda-
nas, sino que también ejercieron presión mediante el "desafío cognitivo"
al espíritu del mundo. Históricamente, los evangélicos han entendido
que su llamado es estar en el mundo sin ser del mundo. Ahora, sin
embargo, "cuando arde el sol canicular de la modernidad, el mundo ha
llegado a ser tan poderoso, amplio y fascinante, que la postura tradicio-
nal de desafío cognitivo se ha convertido en algo desusado y casi im-
pensable". 2 En algún lugar de la línea divisoria los evangélicos decidie-
ron entablar amistad con el mundo.
Guinness señala que aunque hemos sido llamados a estar en el mundo
sin ser del mundo (Jn. 17:14-18), muchos cristianos han invertido la
fórmula, de tal modo que llegan a ser del mundo sin tener que estar en
el mundo. Lo han hecho al permitir que la televisión por cable, las
películas, la radio, el Internet y otras formas de comunicación inyecten
valores mundanos en su pensamiento, al mismo tiempo que se aíslan de
222 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

cualquier vinculación personal con la gente del mundo que necesita


más del evangelio.
"Los evangélicos ahora están superando a los liberales como los
supremos modernizadores religiosos de la actualidad, y también como
los especuladores que hacen las mayores concesiones en el terreno
doctrinal", escribe Guinness.3 Además sugiere que la filosofía de
orientación al mercado que es tan popular entre los evangélicos
modernos, no es más que "un reciclaje del error propagado por el
liberalismo clásico". 4
Notamos antes que la razón por la que la mayoría de los evangélicos
fueron tomados por sorpresa por el modernismo más de cien años atrás,
es que los liberales salieron de las mismas filas de los evangélicos,
emplearon el vocabulario evangélico y ganaron aceptación mediante
sus llamados incansables a la paz y la tolerancia. El nuevo modernismo
está siguiendo ese mismo curso, y es probable que esa táctica tome de
nuevo por sorpresa a los evangélicos.
La mayoría de las iglesias gigantes orientadas a satisfacer la demanda
del mercado insisten en que jamás harían concesiones doctrinales. Son
atractivas para los evangélicos debido a que alegan ser ortodoxas en su
doctrina en la misma medida en que no son ortodoxas en su metodología.
Hay multitudes que derivan una seguridad suficiente de esas promesas
y están listas para abandonar sus facultades críticas, aumentando así su
vulnerabilidad. Es triste, pero el discernimiento real es casi inexistente
entre los<evangélicos modernos.
La verdad es que no importaría mucho saber qué postura doctrinal
han tomado algunas de estas iglesias, ya que en su opinión la doctrina
es una cuestión por poco irrelevante. Un amigo mío quería aprender
cómo integran la doctrina en sus ministerios las iglesias que se ponen al
alcance del usuario. Seleccionó una de las iglesias más grandes y mejor
conocidas en el movimiento y realizó un pedido de varias grabaciones
de su ministerio de mensajes grabados. Pidió mensajes que se enfocaran
en la doctrina bíblica y le enviaron varias cintas y un catálogo. Una
revisión del catálogo reveló que los sermones predicados en la iglesia,
en una proporción de más de treinta a uno, tenían que ver por lo general
con tópicos contemporáneos, asuntos psicológicos (depresión,
desórdenes en la dieta, autoimagen), relaciones personales, motivación
personal y laboral, y otros temas de moda. Los mensajes que trataban
Epílogo 223

doctrina, incluso los sermones basados en algún texto bíblico, eran


demasiado escasos. Una cinta titulada "El costo del compromiso" no
tenía que ver con el compromiso con Cristo, sino con el sacrificio
personal requerido para establecer relaciones personales sólidas con
otros. Tras escuchar varias horas de grabación con mensajes de este
pastor, mi amigo llegó a la conclusión de que era imposible decir cuál
era la postura de este hombre sobre asuntos doctrinales básicos. La
mayoría de los mensajes se habrían podido transferir de inmediato y
con facilidad a cualquier contexto: una convención de vendedores, una
asamblea escolar o un almuerzo de negocios. En conclusión, evitaban
por completo hasta la más mínima referencia a asuntos doctrinales o
bíblicos, utilizando las Escrituras nada más que con fines ilustrativos, y
reservando las escasas alusiones bíblicas para el final, cuando las había.
Como los modernistas de un siglo atrás, las iglesias en el movimiento
de darle gusto al consumidor han decidido que la doctrina crea divisiones
y que la paz es más importante que la sana doctrina. Con su deseo de
ser atrayentes en una era moderna, tratan de enmarcar su mensaje como
un diálogo amistoso, relevante, conciliatorio y que promueva los
acuerdos. Lo desafortunado es que casi siempre los tópicos más
"relevantes" son aquellos sobre los cuales la iglesia jamás podrá ponerse
de acuerdo con el mundo. Las doctrinas mimadas de nuestra era moderna
tales como el radicalismo, el aborto, el feminismo, la homosexualidad
y otros asuntos con mucho contenido político, plantean los problemas
más obvios para las iglesias que quieren darle gusto a su clientela. Su
teología indefinida y su filosofía sensible a las necesidades de los
indagadores, no les permite tomar una postura bíblica firme sobre tales
asuntos, porque tan pronto se enfrenten al espíritu de la era perderán su
atractivo en la sociedad de consumo. Por lo tanto, se ven forzadas a
guardar silencio o a capitular. En cualquier caso traen descrédito a la
verdad.
Si una iglesia ni siquiera está dispuesta a mantener una postura firme
contra el aborto, ¿cómo podrá enfrentar esa iglesia el ataque contra una
doctrina crucial? Si una iglesia carece del discernimiento suficiente para
condenar errores tan abiertos como la homosexualidad o el feminismo,
¿cómo manejará un ataque sutil contra la integridad doctrinal?
El contorno del movimiento evangélico está experimentando
cambios vertiginosos. El ejemplar del 19 de febrero de 1990 de la revista
224 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

Cristianismo hoy incluyó un artículo de Robert Brow titulado "Cambios


enormes en la iglesia evangélica", en el cual informó acerca de una ola
reciente de pensamiento radical entre varios teólogos evangélicos. El
"nuevo modelo" de iglesia evangélica, como el artículo llamó al
movimiento, resulta no ser más que el "viejo modelo" de liberalismo.
Mediante la nueva definición de términos esenciales, este nuevo modelo
teológico busca diseñar un cristianismo más afable y más gentil, ¡quizás
en todo el sentido de la palabra!
Por ejemplo, el nuevo modelo de teología evangélica presenta una nueva
definición de la palabra infierno. ''Es imposible que haya alguien en el
infierno que prefiriera estar en el cielo", afinna la nueva ideología.5 De
manera que ya no se piensa en el infierno como un lugar de tormento eterno.
En lugar de eso, se trata de un refugio exclusivo de la presencia de Dios,
abierto únicamente a quienes estén determinados a ir y quedarse allá.
Hay más:

En el nuevo modelo de teología... la ira, y en sentido específico la ira de


Dios, también significa algo diferente de lo que se entendía en el viejo modelo.
La ira no connota el castigo divino impetuoso sino las consecuencias malas
que Dios retribuye, como cualquier padre amoroso lo haría, en respuesta al
comportamiento destructivo o errado de los seres humanos. La palabra ira
como se emplea en el Antiguo Testamento, según ellos argumentan, no es en
principio un término judicial. Nunca significa enviar personas a un infierno
eterno. De hecho, puede traducirse simplemente como "malas consecuencias",
las malas consecuencias de pestilencia, sequía y hambre, o ataques de
animales salvajes y ejércitos invasores, todo lo cual es experimentado en el
aquí y el ahora. 6

Eso no es todo. "Pecado, también es una palabra que cambia de


significado... En el viejo modelo de teología, hasta un solo pecado sería
suficiente para condenamos al infierno. Los evangélicos del nuevo
modelo, por otra parte, no pueden pensar en un concepto de pecado sin
referencia al cuidado paternal de Dios. Para los padres amorosos, la
conducta mala o pecaminosa requiere disciplina y corrección, teniendo
en la mira ayudar a que el niño cambie; pero el propósito nunca es
excluir al niño del hogar ni expulsarle de la casa". 7 Es decir, Dios jamás
citaría el pecado como una razón para enviar a algún ser humano al
infierno.
En el nuevo modelo de teología, el atributo principal de Dios es la
Epilogo 225

benevolencia, ya que rebasa y prevalece sobre su santidad, justicia, ira


y soberanía. El nuevo modelo de Dios es un juez solo en el sentido de
ser un "defensor de su pueblo". Su único interés es "la libertad y paz
del pueblo".8 Además, el nuevo modelo de iglesia es llamado no a
confrontar el mundo, sino "dar a conocer el amor de Dios y decir a
todos 'tus pecados te son perdonados', como lo hizo Jesús, y ofrecer
los recursos del Espíritu a todos los que quieran aprender cómo amar y
disfrutar su relación con Dios y con su prójimo".9
Si alguna vez ha existido una teología al gusto del consumidor, tiene
que ser esta. El problema es que no es bíblica, y en realidad tampoco es
una novedad. Estos son los mismos argumentos y las mismas enseñanzas
que los liberales han promovido durante muchos años, solo que ahora
se denominan "evangélicas". No se deje engañar por el empaque o la
etiqueta del producto. Spurgeon escribió: "No es más que parlería
hipócrita exclamar: 'somos evangélicos, todos somos evangélicos', sin
siquiera atreverse a decir qué significa ser evangélicos".I 0 "Usted puede
creer cualquier cosa, todas las cosas o ninguna cosa, y no obstante estar
enrolado en el ejército 'evangélico', según dicen ellos. ¿No se van a
levantar los evangélicos honestos y manifiestos entre los inconformistas
para sacar a la luz y repudiar esta actitud de tolerancia doctrinal y
avenencia con elliberalismo?"ll
Según el nuevo modelo de teología, "la cruz no fue un pago judicial,
sino la expresión visible en un cuerpo espacio-temporal de su naturaleza
eterna como Hijo".I 2 Esto no es más que una nueva manera de afirmar
el precepto central de la teología liberal: que la obra salvadora de Cristo
no fue una expiación substitutiva sino el habemos dado su ejemplo moral.
Es un ataque a la verdad central de la teología evangélica y demuestra
sin lugar a dudas que algunos a quienes les gusta ser vistos como
evangélicos ya han pasado los avisos de advertencia y se han desbocado
cuesta abajo sin acatar el apercibimiento.
Las iglesias al gusto del consumidor carecen de medios de defensa
contra tendencias como el nuevo modelo de teología. Su filosofía de
orientación al mercado no les permite con facilidad tomar posturas
doctrinales lo bastante fuertes para hacer oposición a estas enseñanzas.
Su visión del liderazgo les lleva a contratar expertos en mercadeo que
puedan vender, en lugar de pastores con idoneidad bíblica que puedan
enseñar. Su concepto del ministerio carece tanto de la doctrina bíblica
226 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

que no les sirve para educar a su congregación en contra de errores


sutiles. Su repulsión a la controversia les coloca en una posición en la
que no pueden oponerse a doctrinas falsas que se disfrazan de verdades
evangélicas. De hecho, el nuevo modelo de teología parece tener un
ajuste ideal con la filosofía de poner las cosas al alcance del usuario.
¿Por qué razón estaría dispuesta a oponerse a tales doctrinas la iglesia
al alcance del usuario?
No obstante, es nuestro deber hacerles oposición si es que vamos a
permanecer fieles a la Palabra de Dios y a mantener un testimonio
verdadero del evangelio. El pragmatismo no tiene respuestas para los
peligros que acechan al cristianismo bíblico. El pragmatismo es sabiduría
camal y como tal es contrario a la Palabra de Dios. (Véase Apéndice 3,
un contraste del siglo dieciocho entre la sabiduría camal y la espiritual
que se aplica muy bien al pragmatismo del presente siglo en particular.)
Las técnicas de mercadeo no ofrecen más que la promesa de
popularidad y aprobación del mundo. De seguro no ofrecen
salvaguardias contra los peligros del declive espiritual.
La única esperanza es volver a las Escrituras y a la sana doctrina.
Nosotros los evangélicos tenemos la necesidad imperante y angustiosa
de recuperar nuestra determinación a permanecer bíblicos, nuestra
negativa a obedecer los dictados del mundo, nuestra disposición a
defender 10 que creemos, y nuestra valentía para combatir la doctrina
falsa. A no ser que nos despertemos del sueño colectivo para ver los
peligros actuales que amenazan nuestra fe, el adversario nos atacará
desde adentro, y no seremos capaces de resistir y vencer. La historia se
repetirá y el mismo desastre que arrasó a la iglesia cien años atrás también
herirá de muerte a nuestra generación.

No obstante, seguro debe haber alguien que esté dispuesto a echar


fuera el amor pérfido a la paz mentirosa, ya hablar con denuedo
por la causa de nuestro Señor y por su verdad. Un espíritu cobar-
de está sobre muchos, y sus lenguas están paralizadas. ¡Oh, cuán-
ta falta hace un estallido de fe verdadera y celo santo!

(Carlos H. Spurgeon)13
Epílogo 227

1. "Notas", The Sword and the Trowel (mayo de 1889). Reimpreso en The "Down-
Grade Controversy" [La controversia del declive] (Pasadena, Tex.: Pilgrim, s.f.), p. 76.
2. "Recycling the Comprornise of Liberalism" ("El reciclaje de las concesiones al
liberalismo"), Tabletalk (mayo de 1992), p. 51.
3. Ibíd.
4. Ibíd., p. 51.
5. "Evangelical Megashift", Christianity Today, p. 13.
6. Ibíd.
7. Ibíd.
8. Ibíd.
9. Ibíd., p. 14.
10. "Notas", The Sword and the Trowel (octubre de 1888). Reimpreso en The "Down-
Grade Controversy" [La controversia del declive] p. 66.
11. "Notas", The Sword and the Trowel, (enero de 1889), p. 40.
12. "Evangelical Megashift", p. 14.
13. "Notas", The Sword and the Trowel (mayo de 1889). Reimpreso en The "Down-
Grade Controversy" [La controversia del declive] p. 76.
11
APÉNDICE 1 11

SPURGEON y LA
CONTROVERSIA DEL
DECLIVE

[Al final de la era puritana] por uno u otro medio, primero los
ministros y luego las iglesias, se subieron al tren del declive y
empezaron a rodar cuesta abajo. En algunos casos el descenso
fue rápido y en todos los casos, muy desastroso. En la misma pro-
porción en que los ministros cortaron vínculos con la piedad puri-
tana de vida y la antigua forma calvinista de doctrina, se volvie-
ron por lo general menos urgentes y menos sencillos en su predi-
cación, más especulativos y menos espirituales en los temas de
sus discursos, y más apetecieron concentrarse en las enseñanzas
morales del Nuevo Testamento que en las grandes verdades cen-
trales de la revelación divina. La teología natural con frecuencia
tomó el lugar que las grandes verdades del evangelio deben ocu-
par por derecho propio, y los sermones fueron perdiendo cada vez
más menciones de Cristo. Resultados correspondientes en el ca-
rácter y la vida, primero de los predicadores y luego de la gente,
se hicieron demasiado evidentes como para ignorar.

La espada y el palustre!
230 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

En marzo de 1887, Carlos Spurgeon publicó el primero de dos artí-


culos titulados "El declive" en su revista mensual La espada y el palus-
tre. Los artículos fueron publicados de forma anónima, pero el autor
fue Robert Shindler, el amigo cercano de Spurgeon y como él, un pas-
tor bautista. Shindler escribió los artículos con aportes de Spurgeon,
quien escribió su respaldo personal al autor en una nota del primer artí-
culo: "Se requiere de atención solícita a este documento porque esta-
mos rodando cuesta abajo a una velocidad nefasta".2
Haciendo un recorrido histórico de la condición de la iglesia evan-
gélica desde la era puritana hasta sus propios días, Shindler notó que
cada avivamiento de la fe evangélica verdadera había sido seguido al
término de una o dos generaciones por un alejamiento gradual de la
sana doctrina, que llevaba en últimas a la apostasía indiscriminada.
Asemejó este alejamiento de la verdad a un descenso cuesta abajo, por
esa razón lo denominó "el declive".

DECLIVE 1
En ese primer artículo Shindler hizo un recuento de la historia de
las denominaciones protestantes principales en Inglaterra desde que el
puritanismo comenzó a menguar en 1662. Notó que en la primera ge-
neración después de la era puritana, casi todas las denominaciones no
conformistas (protestantes no anglicanas) en Inglaterra, se alejaron de
la ortodoxia hacia una forma antigua de liberalismo teológico denomi-
nado socinianismo (el cual niega el pecado original y la deidad de Cris-
to). Shindler describió cómo cientos de iglesias de tradición puritana
habían abandonado la sana doctrina en favor del escepticismo racional,
los credos unitarios y otras creencias liberales. El declive empezaba
con lentitud por lo general y casi era imperceptible. Con frecuencia las
denominaciones empezaban su descenso tan pronto abandonaban el
calvinismo (que destaca la soberanía de Dios en la salvación) para fa-
vorecer el arminianismo (que hace de la voluntad humana el factor de-
cisivo). Otros grupos acogieron el arrianismo (que niega la deidad ple-
na de Cristo). Otros todavía simplemente quedaron fascinados con la
erudición y la sabiduría mundana; en consecuencia, perdieron su celo
por la verdad.
"Los presbiterianos fueron los primeros en treparse al desnivel",
escribió Shindler. Tomaron la ruta de la sabiduría mundana: "Prestaron
Apéndice 1 231

más atención a los logros del clasicismo y otras ramas del estudio
humano ... Por ende, prestar mayor atención a los logros académicos en
sus ministerios y menos en las cualidades espirituales fue un paso que
dieron con mucha facilidad en la dirección errónea; también les resultó
fácil asignar un valor mayor a la erudición y la oratoria que al celo
evangelístico y la capacidad para usar bien la palabra de verdad".3
Shindler declaró además:

Como es habitual entre quienes descienden, algunos que empezaron a "rodar


cuesta abajo" fueron más lejos de lo que se habían propuesto, lo cual
demuestra que es más fácil entrar que salir de la pendiente, y que si no hay
con qué frenar es muy difícil parar. Los que se apartaron del calvinismo
quizás no imaginaron jamás que terminarían negando la deidad del Hijo de
Dios, renunciando a la fe en su muerte expiatoria y su rectitud justificante, y
denunciando la doctrina de depravación humana, la necesidad de renovación
divina y la precisión de la obra de gracia del Espíritu Santo a fin de que los
hombres puedan convertirse en nuevas criaturas; pero, sea que lo hayan
imaginado o no, este resultado se convirtió en la cruda realidad. 4

Algunos que abandonaron la fe lo hicieron de forma abierta, dijo


Shindler. Pero muchos disimulaban a propósito su escepticismo y here-
jía, prefiriendo plantar semillas de duda mientras aparentaban ser cre-
yentes ortodoxos. "Estos hombres hicieron más honda su propia con-
denación y promovieron la ruina de muchos de sus seguidores median-
te su hipocresía y engaño [cp. Mt. 23: 15]; profesando ser los embajado-
res de Cristo y los heraldos de su evangelio glorioso, su plan era ignorar
sus afirmaciones, negarle sus derechos, degradar su carácter, romper
sus vestiduras de justicia y salvación, y pisotear su corona en el pol-
VO".5
Muchos de los que siguieron fieles a la verdad y a la fe, de todas
maneras no estuvieron dispuestos a luchar por lo que creían. Su
predicación del evangelio era fría y sin vida, e incluso los que mantenían
la sana doctrina eran descuidados en lo referente a trazar líneas divisorias
en sus asociaciones con otros: "Quienes en realidad eran ortodoxos en
sus sentimientos con demasiada frecuencia eran laxos e infieles en cuanto
a permitir la intromisión de ministros herejes en sus púlpitos, bien fuese
como asistentes o como predicadores ocasionales. De esta manera se
introdujeron las herejías de arrianos y socinianos en las congregaciones
presbiterianas en la ciudad de Exeter".6
232 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

Así que en el transcurso de unas cuantas décadas, el fervor puritano


que tanto había cautivado el alma de Inglaterra dio paso a enseñanzas
estériles, desabridas y ante todo, apóstatas. Las iglesias se volvieron
laxas en el otorgamiento de privilegios de miembros a los no regenerados.
En palabras de Shindler, personas que eran "ajenas a la obra renovadora
de la gracia", no obstante alegaban ser cristianos y eran admitidos como
miembros en las iglesias e incluso en posiciones de liderazgo. Estas
personas "elegían a pastores conforme a sus propios corazones y gustos,
hombres que pudieran y quisieran exclamar 'Paz, paz' , cuando el único
camino hacia la paz era ignorado o negado".7
Shindler concluyó ese primer documento sobre "el declive" con
estas palabras: "Estos hechos constituyen una lección para los tiempos
presentes, cuando en algunos casos resulta demasiado evidente que los
hombres están dispuestos a abandonar lo antiguo por causa de lo nuevo.
No obstante, lo que se descubre una y otra vez en la teología es que
aquello que es verdadero no es nuevo, y aquello que es nuevo no es
verdadero".8

DECLIVEll
En abril, La espada y el palustre incluyó un segundo artículo titula-
do "El declive". En él, Robert Shindler continuó su revisión de la histo-
ria del ocaso del puritanismo. Atribuyó la culpa del deslizamiento cues-
ta abajo a los líderes de las iglesias. Incluso los que eran ortodoxos en
su enseñanza no estaban contendiendo ardientemente (Jud. 3), sino que
eran débiles en la defensa de la fe, según dijo Shindler. Como un ejem-
plo citó a Philip Doddridge (1702-1751), mejor conocido en la actuali-
dad como el compositor de himnos que escribió la letra de "Día feliz" y
"Gracia, cuán dulce el sonar". Doddridge, según Shindler, "era tan cuer-
do como amistoso, pero tal vez no siempre hizo uso del buen juicio; o
es probable que haya confiado demasiado en su buen juicio y por eso
no fue lo bastante denodado y decidido".9
Doddridge había sido director de la academia donde asistían la
mayoría de los ministros no conformistas para recibir capacitación a
mediados del siglo dieciocho. Según el criterio de Shindler, "la
disposición amigable de Doddridge le permitía hacer lo que hombres
más estrictos nunca estarían dispuestos a hacer. En algunas ocasiones
fraternizaba con hombres cuya ortodoxia estaba en entredicho, y hasta
Apéndice 1 233

intercambiaba el púlpito con ellos. Esto tuvo un efecto en muchos de


los jóvenes y contribuyó a que las personas vieran como algo normal la
divergencia creciente de sentimientos y opiniones". 10 En otras palabras,
Shindler consideró que la tolerancia de Doddridge hacia los maestros
no ortodoxos ocultó de la vista de sus estudiantes ministeriales la realidad
tremenda de que estos hombres eran culpables de serios errores
doctrinales, y dejó a los estudiantes expuestos a los efectos mortíferos
de su herejía. Sin embargo, Shindler se apresuró a añadir, nadie podía
"insinuar siquiera la sospecha de herejía" contra Doddridge mismo.
A causa de la actitud de tolerancia implantada por Doddridge, la
academia terminó sucumbiendo al socinianismo y luego se disolvió en
la generación siguiente al fallecimiento de Doddridge. 11
Shindler hizo la siguiente paráfrasis de Oseas 4:9: "De tal sacerdote,
tal pueblo", y escribió: "Pocas cosas buenas pueden esperarse de los
tales ministros, y queda muy poca esperanza para los oyentes que
aprueban sus opiniones" .12 Advirtió en contra de esa tolerancia y sugirió
que es mejor errar por el lado de la precaución extremada que por la
imprudencia:

En demasiados casos la temeridad escéptica parece haber tomado el lugar


del celo evangélico, y el tamo inútil de las especulaciones teológicas es
preferido al pan saludable de la verdad del evangelio. Con algunos parece
que sus esfuerzos no se dirigen a asegurar que puedan andar con firmeza y
fidelidad en la verdad, sino a ver qué tan lejos pueden apartarse de ella. Para
ellos la verdad divina es como un león o un tigre del cual toca mantenerse a
"una distancia prudente". Nuestro consejo es: no se acerquen demasiado al
precipicio; podrían resbalar y caer. Permanezcan allí donde el suelo es firme
y no se arriesguen a caminar sobre la capa de hielo.!3

Shindler dio ejemplos específicos de la manera como la tolerancia


ha llevado al desastre, indicando que "el renacuajo del darwinismo fue
incubado ... [en una banca] de la antigua capilla en la calle alta de
Shrewsbury", donde Carlos Darwin había sido introducido por primera
vez al escepticismo gracias a la influencia de un pastor que se había
dejado fascinar por el socinianismo. También la capilla antes pastoreada
por Matthew Henry, autor del famoso comentario de toda la Biblia, por
algunos años había venido enseñando 'socinianismo pleno"'.14
Los bautistas, señaló Shindler, habían tenido su parte de iglesias en
234 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

pleno declive. Nombró varias iglesias en el condado de Kent que habían


acogido el socinianismo: las de Dover, Deal, Wingham y Yalding.
No obstante, añadió que hubo unas cuantas excepciones notables a
la norma. Aquellas iglesias que estuvieron dispuestas a luchar por la fe
y mantener en alto las doctrinas de la gracia y la soberanía de Dios, se
las arreglaron para evitar el destino de las que iban cuesta abajo. Eran
ilustraciones singulares del ascenso cuesta arriba, como dijo Shindler,
y con su simple existencia mostraban por contraste el cariz pavoroso
del declive.
¿Cómo es posible que se extraviaran tantas iglesias que afirmaban
su creencia en la Biblia? Además, ¿por qué sucede esto una y otra vez
en la historia humana? Shindler planteó estas preguntas:

En el caso de todo curso erróneo siempre hay un primer paso errado. Si


podemos establecer la ubicación de ese paso en falso, tal vez podamos evitarlo
junto a sus resultados desastrosos. ¿Dónde, entonces, se encuentra el punto
de divergencia que nos empieza a alejar de "el camino de la verdad del Rey"?
¿Cuál es el primer paso hacia el extravío? ¿Es el momento en que se duda de
esta doctrina, o cuando se cuestiona aquel sentimiento, o al ser escépticos
con relación a aquel otro artículo de la creencia ortodoxa? Pensamos que no.
Estas dudas y este escepticismo son el resultado de algo que viene de antes. 15

¿ Qué era ese "algo"? ¿Cuál era el denominador común entre todos
los que empezaban a deslizarse hacia el declive?

El primer paso extraviado es la pretensión de tener una fe adecuada en la


inspiración divina de las Sagradas Escrituras. Mientras un hombre permanezca
sumiso a la autoridad de la Palabra de Dios, no va a entretener un solo
sentimiento contrario a su enseñanza. "¡A la ley y al testimonio!", es su
llamada en lo concerniente a toda doctrina. Tiene en mucha estima la Santa
Biblia en lo que dice sobre todas las cosas y lo considera correcto; por lo
tanto, detesta todo camino de falsedad. No obstante, permita usted que un
hombre cuestione o entretenga dudas u opiniones bajas sobre la inspiración
y autoridad de la Biblia, y queda sin un mapa del camino para guiarse, y sin
un ancla que le mantenga firme.
Al observar con detenimiento la historia de los tiempos y el movimiento
de los tiempos, acerca de lo cual hemos escrito con brevedad, este hecho
resulta patente: que allí donde los ministros y las iglesias cristianas se han
asido con fuerza a la verdad de que las santas Escrituras han sido dadas por
Dios como fuente de autoridad y norma infalible de fe y práctica, nunca han
experimentado desviaciones serias del camino recto. En cambio, por el otro
Apéndice 1 235

lado, cuando la razón humana ha sido exaltada por encima de la revelación


humana y se convierte en la fuente de revelación, el resultado siempre ha
sido toda clase de errores y desvaóos. 16

Shindler notó una correlación entre doctrina calvinista y el aprecio


por las Escrituras, sugiriendo que la gran mayoría de quienes mantenían
firme su compromiso con la autoridad de las Escrituras eran "más o me-
nos calvinistas en cuanto a doctrina".l1 En sección de "Notas" de ese
mismo ejemplar de La espada y el palustre, Spurgeon añadió lo siguien-
te: "Nos preocupan mucho más las verdades centrales del evangelio que
el calvinismo como un sistema, pero creemos que el calvinismo posee
una fuerza de conservación que contribuye a mantener el apego de los
hombres a la verdad vital".18 Lo que Spurgeon y Shindler implican con
claridad aquí es que un elevado concepto de las Escrituras va de la mano
con un elevado concepto de la soberanía divina. Además, Shindler indicó
que las iglesias que se aferraban con firmeza a la sana doctrina seguían
siendo saludables y crecían, mientras que las que acogieron el socinianismo
empezaron a debilitarse y morir de forma inevitable. Shindler citó al re-
verendo Job Orton, un hombre cuyas inclinaciones socinianas eran evi-
dentes, y que a pesar de ello escribió una advertencia a los pastores que
estuvieran flirteando con la teología liberal:

"He descubierto desde hace mucho", dice [Orton], "(y cada año que vivo
aumenta mi convicción al respecto), que cuando los ministros entretienen a
su gente con cosas vivaces y bonitas, se limitan a arengar con generalizaciones,
e insisten ante todo en deberes morales sin reforzarlos en amor conforme a
la motivación del evangelio; al mismo tiempo que descuidan los puntos
esenciales y distintivos del evangelio, nunca o rara vez exponen con claridad
la gracia de Dios y el amor de Cristo en nuestra redención; tampoco la
necesidad de regeneración y santificación mediante la dependencia constante
del Espíritu Santo de Dios para recibir ayuda y fortaleza en el cumplimiento
de los deberes de la vida cristiana, etc., el resultado de ello es que sus
congregaciones se encuentran en un profundo estado de miseria; algunas
están mermando hasta casi desaparecer, como es el caso de varias en este
vecindario, donde ya no hay tantos asistentes como los cientos que solían
acudir a sus lugares de reunión cincuenta años atrás ... Hay una mortandad
nefasta que cubre a la congregación entera. Todos corren 'la carrera de este
mundo' y siguen cualquier clase de necedades que estén de moda, mientras
la piedad familiar y personal parece haberse perdido entre ellos en general.
A duras penas queda alguna apariencia de vida y celo santo".19
236 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

Shindler añadió con algo de ironía: "Es como si Orton se hubiera


dado cuenta de la necedad intrínseca del 'declive', y que estuviera an-
sioso de dar su propio testimonio para detener a otros en su descen-
SO".20
Luego terminó ese artículo con un llamado a mantener el lugar central
de la Palabra de Dios y afirmar su suficiencia absoluta:

Mas ahora dejamos a los hombres y sus opiniones, porque la Palabra del
Señor permanece para siempre; y esa Palabra para todo aquel que emprende
la tarea de ser mensajero de Dios, y de comunicar el mensaje del Señor a su
pueblo, es "como fuego" y "como martillo que quebranta la piedra", al cual
dice el Señor: "aquel a quien fuere mi palabra, cuente mi palabra verdadera.
¿Qué tiene que ver la paja con el trigo?"
Que el Señor nos ayude a todos a ser "firmes y constantes, creciendo en
la obra del Señor siempre, sabiendo que nuestro trabajo en el Señor no es en
vano")!

Con estas palabras terminó la serie de artículos en dos entregas.


Shindler la complementó con un tercer artículo para el ejemplar de
junio de La espada y el palustre. El artículo de junio ofrecía un análisis
de un litigio sobre herejía en los Estados Unidos en el que estaban
involucrados algunos miembros de la facultad en el seminario teológico
de Andover en el estado de Nueva York. Este seminario había sido
fundado menos de cien años antes en respuesta al socinianismo que se
defendía en Harvard. Los fundadores de Andover, escribió Shindler,
"eran calvinistas de sana doctrina al estilo de Cotton Mather, y el
seminario se instituyó con el propósito especial de capacitar en la fe a
futuros ministroS".22 Shindler acusó a "los cinco caballeros que ahora
ocupan los escaños magistrales" de haberse "apartado seriamente de la
fe de los fundadores". Lo hicieron mediante el engaño, según dijo
Shindler. Tras haberse suscrito a la declaración doctrinal de la institución,
ahora la estaban menoscabando por medio de su enseñanza, la cual
había sido denominada "ortodoxia progresista" por algunos. Shindler
emitió su propio juicio al respecto: "Sin duda el progreso es tan
considerable que la 'ortodoxia' se pierde de vista".23 Procedió luego a
describir las herejías enseñadas por estos hombres, las cuales, aunque
se consideraron sutiles a finales del siglo diecinueve, constituyeron sin
lugar a duda un abandono abierto de la fe.
Apéndice 1 237

Shindler vio el desastre de Andover como una lección objetiva sobre


los peligros del declive, y no titubeó para demostrar, haciendo uso de
los bautistas norteamericanos como ilustración del caso, que la Unión
Bautista en Inglaterra se estaba encaminando en el mismo rumbo.
Tres meses más tarde, el mismo Carlos Spurgeon escribiría acerca
del "declive". La controversia apenas empezaba a subir de temperatura.

DECLIVEill
En agosto, La espada y el palustre incluyó un artículo de Spurgeon
titulado "Un comentario adicional acerca del declive". El tono de su
artículo era más urgente que el usado por Shindler hasta el momento.
Es evidente que los primeros artículos habían provocado dos respues-
tas básicas: disgusto por parte de quienes creían que el análisis de
Shindler era demasiado pesimista, y beneplácito por parte de muchos
que también estaban consternados por las tendencias de la iglesia evan-
gélica británica.
Quienes estuvieron de acuerdo con las advertencias de Shindler
respondieron ofreciendo más pruebas de apostasía y transigencia en
iglesias que antes defendían la sana doctrina. Spurgeon leyó estas
respuestas y su indignación aumentó. Un hombre reportó que dos
ministros se habían burlado de él porque pensó que deberíamos orar
pidiendo lluvia. Una mujer contó a Spurgeon que una promesa preciosa
en Isafas que era una fuente de aliento para ella, había sido declarada
como no inspirada por el ministro de su iglesia. 24 La oficina editorial de
La espada y el palustre estaba inundada con relatos similares.
Desde el párrafo inicial, el tono de Spurgeon fue más militante y
más intenso que el de Shindler en los primeros artículos. En las semanas
que siguieron a la publicación de esos dos primeros artículos, es evidente
que Spurgeon había llegado tener la sensación de que La espada y el
palustre había subestimado la gravedad del "declive":

Nuestra convicción solemne es que las cosas están mucho peor en muchas
iglesias que lo indicado por las apariencias, y que propenden con rapidez a
seguir decayendo. Lea los periódicos que representan a la escuela del
disentimiento general, y pregúntese: ¿Cuánto más podrían alejarse de la sana
enseñanza? ¿Qué doctrina falta por ser abandonada? ¿Qué otra verdad queda
para hacerla objeto de escarnio? Se ha dado inicio a una nueva religión, la
cual es tan diferente del cristianismo como la tiza y el queso; y esta religión,
238 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

al carecer por completo de honestidad moral, se hace pasar por medios


fraudulentos como la fe antigua con algunas mejoras, y con esta pretensión
usurpa púlpitos que fueron levantados para la predicación del evangelio. 25

En lugar de la predicación del evangelio, esta variedad "nueva y


mejorada" de cristianismo estaba introduciendo toda clase de diversio-
nes. Spurgeon advirtió que muchos estaban convirtiendo la iglesia en
una "casa de juegos", permitiendo que los valores y las técnicas del
teatro invadieran el santuario del Señor.
Spurgeon notó que muchas iglesias habían dejado de tener reuniones
de oración. El fervor espiritual estaba menguando, las congregaciones
se estaban reduciendo y el entusiasmo por el evangelio se extinguía con
rapidez. "¡Qué tragedia! Muchos están volviendo a las copas
envenenadas de aquella generación decadente [posterior a la era
puritana] ... Demasiados ministros están jugueteando con la cobra
mortífera de 'otro evangelio', en la forma de 'pensamiento modemo"'.26
¿A quién se debía atribuir la culpa por el declive? Spurgeon creía
que los mayores responsables eran los predicadores: "El caso es
lamentable en extremo. Ciertos ministros están haciendo apóstatas en
lugar de nuevos discípulos. Los ateos declarados no son tan peligrosos
como aquellos predicadores que esparcen dudas y apuñalan la fe ...
Alemania quedó convertida en una nación de incrédulos por obra de
sus predicadores, e Inglaterra está siguiendo sus pisadas".27
Spurgeon no se esforzó en ocultar su distancia de los modernistas:
"Estos destructores de nuestras iglesias parecen estar tan contentos con
su obra como los micos con sus travesuras. Se deleitan en las cosas por
las que se habrían lamentado sus padres: la alienación de los pobres y
los sencillos de su ministerio es algo que aceptan como un cumplido, y
consideran la aflicción de las personas espirituales como una evidencia
de su poder".28
Spurgeon escribió a los que pudieran sentirse perturbados por tal
franqueza: "Ahora mismo un poco de claridad en llamar las cosas por
su nombre nos haría bien a todos. Estos caballeros desean que los dejen
en paz. No quieren que se haga ruido. Por supuesto, los ladrones detestan
a los perros guardianes y aman la oscuridad. Ya es hora de que alguien
haga sonar su silbato y llame la atención sobre la forma como Dios está
siendo robado de su gloria, y el hombre de su esperanza" .29
Apéndice 1 239

Al final del artículo, Spurgeon lanzó el disparo que por primera vez
planteó la cuestión que habría de convertirse en el foco de toda la
controversia subsiguiente:

Ahora resulta ser un asunto serio saber a qué distancia deberían fraternizar
los que permanecen en la fe una vez dada a los santos con los que se han
apartado para seguir otro evangelio. El amor cristiano tiene sus razones, y
las divisiones deben eludirse como males nocivos, ¿pero cómo vamos a
justificar nuestra mancomunidad con los que se están apartando de la verdad?
Es una pregunta difícil de contestar a fin de mantener el equilibrio de los
deberes cristianos. Por ahora incumbe a todos los creyentes ser precavidos,
no sea que den su apoyo y su sanción a los traidores del Señor. Una cosa es
cruzar todas las fronteras de restricción denominacional por causa de la
verdad: esperamos que todos los hombres piadosos hagan esto cada vez más.
Es otra poütica muy diferente la que nos presionaría a subordinar la protección
de la verdad a la prosperidad y la unidad denominacional. Grandes números
de personas fáciles de convencer hacen guiños al error siempre y cuando sea
cometido por un hombre astuto y un hermano de buenas maneras que tiene
varias cosas a su favor. Que cada creyente lo juzgue por sí mismo. Nosotros
por nuestra parte, hemos puesto bisagras y tomillos nuevos a nuestras puertas,
y hemos dado la orden de poner cadena y candado; porque, bajo el disfraz de
mendigos que piden la amistad del siervo, hay unos por ahí que tienen en la
mira robar al Maestro. 3o

Spurgeon ahora estaba sugiriendo que los creyentes verdaderos po-


drían tener razón para cortar sus vínculos con quienes estaban promul-
gando la nueva teología. En su apreciación, la verdad de la Palabra
había sido comprometida con tal gravedad que los cristianos verdade-
ros necesitaban considerar la observancia actual del mandato de 2
Corintios 6: 17: "Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y
no toquéis lo inmundo".
Este no era un llamado para organizar una denominación nueva.
Spurgeon era claro en su desconfianza frente a las organizaciones
terrenales:

Tememos que no se puede guardar la esperanza de conformar una sociedad


que sea capaz de mantener fuera de sus linderos a hombres lo bastante viles
como para profesar una cosa y creer otra; pero sería posible establecer una
alianza informal entre todos los que se mantienen aferrados al cristianismo
de sus padres. Así sea muy poco lo que puedan hacer, por lo menos podrían
protestar, y en la medida de lo posible librarse de aquella complicidad implícita
240 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

que viene con una conspiración de silencio. Si por un tiempo los evangélicos
están condenados a desaparecer, entonces que mueran combatiendo, y en la
certidumbre plena de que su evangelio tendrá una resurrección cuando las
invenciones del "pensamiento moderno" sean consumidas con un fuego
inextinguible.3!

Como es de esperarse, el artículo sacudió al mundo evangélico.


Spurgeon, quien por décadas había sido reverenciado por los cristianos
casi en todo el mundo, de repente se vio cercado por críticos dentro del
campamento. Lo que estaba proponiendo se oponía diametralmente a la
iniciativa de consenso propia del pensamiento evangélico de la mayoría.
Todas las tendencias eran hacia la unificación, la armonía, la amalgamación
y la hermandad universal. De súbito apareció una voz solitaria, claro que
la voz más influyente de todas, instando a los creyentes verdaderos a
volverse separatistas. La iglesia no estaba preparada ni dispuesta para
recibir esa clase de admonición, ni siquiera de parte del "príncipe de los
predicadores", como Spurgeon llegó a ser conocido.

DECLIVE DE LA IGLESIA EVANGÉLICA


A pesar de los ruegos de algunos de los hermanos para que suaviza-
ra su retórica o bajara el tono de sus quejas, Spurgeon aumentó la inten-
sidad en un artículo de La espada y el palustre del mes de septiembre.
Spurgeon creía que la respuesta de los lectores a los primeros artículos
vindicaba su posición. Las cartas llegaban por raudales para corroborar
sus alegatos más fuertes. De hecho, ahora se estaba preguntando si ha-
bía hecho sonar la alarma muy poco y demasiado tarde:

De conformidad con nuestra capacidad y mejores esfuerzos, dimos alarma


en Sion en lo concerniente a los males crecientes de los tiempos, y hemos
recibido pruebas abundantes de que no fue en balde ni demasiado pronto.
Cartas de todas las direcciones declaran que la situación de la iglesia en este
momento es todavía peor de lo que pensamos. Parece que, en lugar de ser
culpables de exageración, habríamos tenido justificación en la presentación
de un cuadro mucho más terrible. Este hecho nos ocasiona gran tristeza. De
haber tenido convicción de imprecisión en las declaraciones, nos habríamos
retractado mediante confesiones penitentes y sinceras, y deberíamos haber
estado dichosos al ver la razón de nuestros temores fuera del panorama. No
es motivo de alegría para nosotros el presentar acusaciones; no trae placer a
nuestro corazón el estar en antagonismo con tantos.3 2
Apéndice 1 241

En lugar de responder a las denuncias de Spurgeon, los críticos ha-


bían declarado que eran vagas (aunque lo escrito por Shindler y Spurgeon
no se prestaba para ambigüedades de ningún tipo). Spurgeon ahora es-
taba luchando en lo personal con una aflicción recurrente en los riñones
y había estado ausente del púlpito. Algunos insinuaron que los artícu-
los sobre el declive eran las andanadas de una persona enferma y deses-
perada. Es claro que Spurgeon se entristeció a causa de ese reproche:

Nuestros opositores se han propuesto hacer alusiones burlonas a nuestra


enfennedad. Según ellos todas las cosas solemnes que hemos escrito son
producto de lo que sugiere nuestro dolor, y nos han aconsejado tomar un
descanso prolongado. Con compasión fingida pero con insolencia real,
justifican su detracción de la verdad señalando la fragilidad de sus testigos.
Acerca de esta fruslería tenemos esto que decir: en primer lugar, nuestro
artículo fue escrito cuando gozábamos de una salud vigorosa, y fue impreso
antes que se pudiera descubrir alguna señal de un ataque perentorio. En
segundo lugar, si estuviéramos en un debate con cristianos nos sentiríamos
seguros de que, sin importar cuán exiguos sean sus argumentos, jamás
recurrirían a los ataques personales)3

Sus oponentes le habían atacado en lo personal, aunque él y Shindler


habían tenido un cuidado extremo para evitar que cualquier aspecto
personal se convirtiera en el objeto de sus censuras. Es más, los adver-
sarios de Spurgeon ignoraron por completo la substancia de su criticis-
mo. "Ni uno solo se ha puesto a la tarea de demostrar la falsedad de
nuestro alegato", escribió Spurgeon. 34 Nadie había negado alguna de
sus acusaciones. Sin duda, nadie lo habría podido hacer en su sano
juicio. Aunque pocos querían admitirlo, la iglesia evangélica inglesa
estaba rodando cuesta abajo por el declive denunciado por Shindler y
Spurgeon.
Mediante el empleo de imágenes vívidas, que era un distintivo de la
homilética de Spurgeon, él escribió: "La casa está siendo robada y sus
paredes mismas están siendo erradicadas, pero las buenas personas
siguen en sus camas y están demasiado apegadas a la tibieza de sus
cobijas; además tienen demasiado miedo de terminar con un golpe en
la cabeza si bajan las escaleras para enfrentar a los timadores; hasta se
sienten medio irritados porque un fulano ruidoso que tienen al lado
hace sonar su silbato o grita: '¡Ladrones!'''35
242 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

Spurgeon estaba empezando a pensar con mayor seriedad y a hablar


de manera más explícita acerca del rompimiento del compañerismo con
los que él creía, se estaban oponiendo al evangelio de Dios. Durante
varias décadas Spurgeon había sido el miembro más visible e influyente
de la Unión Bautista. Sin embargo, parece que en esos momentos estaba
considerando muy seriamente su retiro de la Unión como un asunto de
conciencia.

La divergencia se hace cada día más manifiesta. Se está abriendo un cisma


entre los hombres que creen todo lo que sus Biblias dicen y los hombres que
están preparados para emprender un avance sobre las Escrituras. Inspiración y
especulación no son cosas que puedan quedar juntas yen paz por mucho tiempo.
No pueden hacerse concesiones de ninguna clase. No podemos afirmar la
inspiración de la Palabra y al mismo tiempo rechazarla; no podemos creer en
la expiación y luego negarla; no podemos sostener la doctrina de la caída y
después hablar de la evolución de vida espiritual a partir de la naturaleza
humana; no podemos reconocer el castigo de los impenitentes y sin embargo,
acceder a la idea de "esperanza para todos". Debemos ir en una u otra dirección.
El carácter decisivo es la virtud de la ocasión.
Además, a la hora de elegir nuestro camino tampoco se puede contar
con la compañía de quienes optan por el rumbo contrario. 36

Según parece, Spurgeon esperaba que los líderes evangélicos de la


Unión Bautista estuvieran dispuestos a ver las cosas desde su punto de
vista y a optar por la reforma. La Unión nunca había exigido la adhe-
rencia a algún tipo de declaración doctrinal. Desde un principio se ha-
bía mantenido con relativa firmeza la suposición de que los miembros
de la Unión eran todos evangélicos por igual. Por lo tanto, el único
punto de doctrina sobre el cual se requería consenso entre los miem-
bros, tenía que ver con el modo de bautismo. Spurgeon creía que esa
era una protección insuficiente contra la erosión de la verdad, así que
apeló a la Unión Bautista para que se afirmara una estructura nueva que
pudiera asegurar la integridad doctrinal entre sus miembros.
Al tener que escoger entre la posibilidad de perder a Spurgeon y la
seguridad de ver el fraccionamiento de la Unión, los líderes
denominacionales empezaron a buscar un punto medio para negociar
entre ambos bandos.
Pero Spurgeon rehusó hacer concesiones:
Apéndice 1 243

Que quienes van a quedarse en el camino angosto se queden allí y que sufran
por su decisión; pero guardar la esperanza de seguir al mismo tiempo el
camino anchuroso es un absurdo. ¿Qué concordia tiene Cristo con Belial?
Hasta aquí hemos llegado, y ahora nos detenemos en la encrucijada.
Todos cuantos seamos de una misma mente, esperemos en el Señor para
saber qué debiera hacer Israel. Con fe constante tomemos nuestros respectivos
lugares; no con enojo ni en el espíritu de sospecha o de división, sino con un
espíritu vigilante y resuelto. No finjamos un compañerismo que no sentimos,
ni escondamos las convicciones que están ardiendo en nuestros corazones.
Los tiempos son peligrosos, y la responsabilidad de cada creyente individual
es una carga que solo él puede llevar, o probar de lo contrario que es un
traidor. El lugar en que cada hombre debe estar y la dirección en que debe
andar son cosas que el Señor hará saber a cada uno con claridad)?

De esta manera Spurgeon terminó su artículo, empuñó su sable y se


dispuso para el combate. Su mente y su corazón estaban resueltos y no
estaba dispuesto a dejarse mover.

DECLIVE V
El ejemplar de octubre de La espada y el palustre incluía el tercer
artículo de Spurgeon sobre el declive. Este artículo, titulado "Demos-
tración del caso", consistía en su mayor parte de referencias a cartas y
observaciones que Spurgeon había recibido en respuesta a los primeros
artículos. Las referencias caían en dos categorías. La primera era de
lectores que veían el aumento de intensidad en la controversia y desea-
ban intervenir para acallar la tormenta. Spurgeon les caracterizó como
"amigos estimados" que querían "correr a colocarse en medio de los
combatientes y declararles que no hay causa válida para seguir en una
guerra sin sentido, y que nuestro lema debería seguir siendo '¡Paz, paz!"38
Spurgeon acusó a esas personas de ser "tan supremamente amigables
que ven todo color de rosa". 39
La segunda categoría incluía respuestas de personas que ratificaban
el diagnóstico de Spurgeon sobre el estado caótico de las cosas. Muchos
describían ejemplos específicos de transigencia doctrinal y enseñanzas
falsas entre quienes se clasificaban a sí mismos como evangélicos.
De nuevo Spurgeon hizo la pregunta: "¿Están preparados los
hermanos que siguen siendo ortodoxos para convalidar tales opiniones
y permanecer en unión con los que los sostienen y enseñan?" 40 Creyendo
que la Unión Bautista trataría estos asuntos en sus reuniones anuales en
244 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

Sheffield durante el otoño, Spurgeon expuso una vez más su posición


con claridad.

Qué acción debe tomarse es algo que dejamos a quienes puedan ver con más
claridad que nosotros 10 que Israel debería hacer. Una cosa sí es clara para
nosotros: no se puede esperar que nos encontremos con una Unión en la que
se incluye a aquellos cuya enseñanza es, sobre puntos fundamentales, la
antítesis exacta de todo 10 que es substancial para nosotros... Nos parece que
hay muchas cosas sobre las cuales es posible hacer concesiones, pero hay
otras en las cuales sería un acto de alta traición fingir el compañerismo
cristiano. Con profunda tristeza nos abstenemos de reunirnos en asamblea
con aquellos a quienes amamos de corazón y respetamos en el alma, puesto
que ello nos dejaría involucrados en una mancomunidad con quienes no
podemos tener comunión en el Señor.41

El problema es que en Sheffield ni siquiera se hizo mención del


asunto.

RETIRO DE LA UNIÓN
El 28 de octubre de 1887, Spurgeon escribió la siguiente misiva a
Samuel Harris Booth, secretario general de la Unión Bautista:

Querido amigo: Deseo expresarle de manera oficial, como el secretario de la


Unión Bautista, que debo retirarme de la tal sociedad. Hago esto con gran
pesar pero no tengo otra opción. Las razones están expuestas en el ejemplar
de La espada y el palustre del mes de noviembre, y confío que usted me
disculpará por repetirlas aquí. Le ruego que no envíe a alguien a pedir que
reconsidere la situación. Temo que ya la he considerado demasiado tiempo,
y es un hecho que cada hora del día se afianza en mí la convicción de que no
estoy haciendo las cosas con la urgencia suficiente.
También deseo añadir que no ha operado en mí resentimiento alguno en
lo más mínimo. En lo personal he recibido más respeto del que podría desear.
Es basándose en las razones más graves que he decidido dar este paso, y
usted sabe que lo he retrasado mucho a causa de mi esperanza de que las
cosas mejoraran. Siempre cordialmente,
C. H. Spurgeon42

Es evidente que Spurgeon ya había escrito su artículo de noviembre


para La espada y el palustre cuando escribió la carta a Booth. Empezó
su artículo titulado "Fragmentos sobre la controversia del declive" con
Apéndice 1 245

estas palabras: "A estas alturas muchos de nuestros lectores estarán


hastiados de la controversia del declive. Lo cierto es que la controversia
no ha sido para ellos motivo de ni siquiera un décimo del hastío y la
prueba agobiante que ha sido para nosotros".43 La controversia había
consumido los pensamientos y las emociones de Spurgeon mientras
deliberaba entre retirarse o no de la Unión. Spurgeon sintió que no tenía
alternativa. Cortar vínculos con los enemigos del evangelio no era una
opción en lo que a él atañía: "El compañerismo con errores conocidos
y esenciales es participación en el pecado".44 La fuerza de su retórica
nos da una idea de cómo era el corazón de Spurgeon: "Para ser francos,
somos incapaces de llamar estas cosas uniones cristianas, porque ya
empiezan a verse como coaliciones de maldad. Delante de Dios
confesamos que para nosotros no tienen otro aspecto. En lo íntimo de
nuestros corazones esta es una verdad triste que no podemos ignorar".45
Spurgeon no veía razón alguna por la que los cristianos verdaderos
debieran acomodarse a quienes dudaban de la autoridad y la suficiencia
de las Escrituras. "Si estos hombres creen tales cosas, ¡entonces que las
enseñen y que construyan para sí mismos iglesias, uniones y
fraternidades! ¿Por qué tienen que seguir entre nosotros?"46
Sintió que no tenía otra opción además del curso de acción que ya
había emprendido: "Durante el mes pasado muchos nos han formulado
la pregunta ansiosa: '¿Qué debemos hacer?' Para los tales no hemos
tenido una respuesta detallada, excepto que cada uno debe actuar por sí
mismo tras haber buscado la dirección del Señor. En nuestro propio
caso hemos anunciado oficialmente nuestro curso de acción en la
publicación del mes pasado. Nuestro retiro de la Unión Bautista es
definitivo".47
Ese anuncio debió sorprender bastante a muchos lectores. Tan solo
unos cuantos habían creído que Spurgeon haría realidad sus amenazas.
La paz y la unidad eran objeto de estima casi universal como virtudes
cristianas supremas. Era impensable que Carlos H. Spurgeon, el
evangélico británico más visible y popular de su tiempo, terminaría
siendo un cismático. Esa fue la percepción popular de la decisión tomada
por Spurgeon.
SPURGEON y LA UNIÓN BAUTISTA
No obstante, lo cierto es que Spurgeon no se había retirado de ma-
246 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

nera caprichosa o precipitada. El 23 de noviembre escribió desde el sur


de Francia para explicar sus acciones a un colega pastor, el señor Mackey:
"Fue para mí un deber de cumplimiento obligatorio el abandonar la
Unión, puesto que carecieron de efecto mis protestas privadas a oficia-
les y mis apelaciones reiteradas a toda la corporación. Mis acciones
críticas me llevaron a una posición desde la cual, como hombre resuel-
to y coherente, no se presentó ante mí otro curso de acción que no fuese
el retiro voluntario".48
La carta privada a Mackey fue distribuida entre los cien miembros
del concilio de la Unión Bautista. Ochenta de estos hombres se reunieron
el 13 de diciembre para discutir las impugnaciones de Spurgeon. La
mayoría de ellos se indignaron por las acusaciones de Spurgeon y su
subsiguiente separación del grupo. Le acusaron de levantar cargos
basados en información imprecisa, y los oficiales de la Unión negaron
que Spurgeon alguna vez hubiese acudido a ellos para presentar
"protestas privadas" o inquietudes de algún tipo con respecto a la
situación doctrinal de la Unión.
Un oficial en particular, el secretario general Booth, había estado
más al tanto de las cosas. Booth y Spurgeon habían tenido muchas
conversaciones privadas e intercambiaron muchas cartas sobre el estado
deplorable de la Unión. De hecho, Booth mismo había instado a
Spurgeon para que se pronunciara en contra del modernismo que se
había apoderado de la Unión. Es evidente que Booth había presentado
detalles a Spurgeon sobre la transigencia generalizada así como los
nombres de miembros cuya ortodoxia era dudosa. 49 Sin embargo, Booth
creyó que había hecho jurar a Spurgeon que mantendría su
correspondencia en secreto. "Mis cartas a usted no fueron oficiales sino
en confidencia", escribió Booth cuando pensó que Spurgeon estaba a
punto de sonar el silbato. "Como un asunto de honor, usted no las puede
utilizar" .50
Las minutas del concilio muestran que Booth desorientó al concilio
en cuanto a la naturaleza de sus conversaciones con Spurgeon. Les dijo:
"Digo de nuevo que cualquier conversación que haya tenido con el señor
Spurgeon no fueron acerca de formular cargos contra los hermanos a
fin de obligarles a comparecer ante este concilio. Nunca entró a mi
mente que el señor Spurgeon tuviera la intención de traer aquí las cosas
que se mencionaron en conversación privada para formularlas como
Apéndice 1 247

acusaciones".51 Aunque en sentido estricto esto era cierto, estaba lejos


de ser toda la verdad. Booth, después de todo, había acudido primero a
Spurgeon con ciertas inquietudes. Su diálogo sobre los asuntos fue más
que una conversación casual y pasajera. Booth más que nadie sabía, y
según creía Spurgeon participaba, de la preocupación profunda del gran
predicador por el descarrío de la Unión.
Sin embargo, aún cuando el concilio de la Unión Bautista, incluido
Booth mismo, acusó a Spurgeon de hacer una representación falsa de la
verdad, Spurgeon honró los deseos de Booth para mantener la
confidencialidad de su correspondencia. "Spurgeon con mucha facilidad
habría demostrado el alcance de sus consultas previas con oficiales de
la Unión presentando la correspondencia que había recibido de Booth".52
En lugar de ello, soportó el abuso y las acusaciones falsas, incluso cuando
Booth mismo se convirtió en uno de los acusadores.
"Es desconcertante que el doctor Booth haya dicho que nunca me
quejé", Spurgeon escribió a su esposa. "Dios sabe todo al respecto y Él
me hará justicia" .53
Sin embargo, como un biógrafo comentó: "A Spurgeon nunca le
hicieron justicia. La impresión que quedó en muchos lugares sigue siendo
que él hizo acusaciones que no pudo demostrar, y que cuando fue
llamado a presentar evidencias sustanciales, renunció y salió corriendo.
Nada podría estar más lejos de la verdad. Spurgeon pudo haber
presentado las cartas del doctor Booth, para empezar. Yo creo que lo
debió haber hecho".54
El concilio de la Unión Bautista acusó a Spurgeon de haber infringido
las instrucciones de Jesús en Mateo 18 porque no acudió primero en
privado a los causantes de sus agravios. En otra carta a su esposa
Spurgeon respondió a esa acusación: "¡ Qué farsa han montado diciendo
que no me reuní con estos hermanos en privado, de acuerdo a Mateo
18: 15! Por supuesto que vi al secretario y al presidente en varias
ocasiones; luego procedí a presentar mi denuncia por escrito, y dejé la
Unión solo después de ver que no se harían cambios".55
Spurgeon escribió al doctor James Culross, presidente de la Unión:
He seguido paso a paso la mente de nuestro Señor en cuanto a las quejas
privadas, viendo a los presidentes y al secretario en oportunidades pasadas,
y he escrito mis reparos una y otra vez sin recibir respuesta. No he tenido
más recurso que retirarme. No creo que una persona cuerda piense que yo
248 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

debí haber hecho un recorrido dispendioso para tratar con cada individuo
involucrado en el error. No tengo jurisdicción sobre ellos, y debería haberse
considerado como una intrusión ofensiva de mi parte si hubiese acudido a
ellos. Mi querella es con la Unión, y solo con ella he tratado todo el tiempo.56

Al plantear la cuestión de Mateo 18 y acusar a Spurgeon de no


haber presentado sus inquietudes por los conductos adecuados ante los
líderes de la Unión, es claro que el concilio estaba evadiendo los pro-
blemas reales. Propusieron enviar una delegación de cuatro hombres
para confrontar a Spurgeon, y le escribieron para coordinar una visita
mientras el predicador estaba en Francia. Spurgeon no estuvo de acuer-
do y dijo que se reuniría con los hombres a su regreso a Inglaterra.
Spurgeon vio la respuesta del concilio como un intento claro de
convertirle a él en el asunto problemático, y a impedir que siguiera su
curso la controversia sobre la desviación doctrinal de la Unión. Además,
él se había cuidado mucho para no hacer de sus ataques algo personal,
y ahora el concilio utilizaba hasta eso en su contra, afirmando que como
no había mencionado nombres y detalles específicos, sus acusaciones
eran demasiado vagas como para ser susceptibles de consideración seria.
En una carta de defensa que no es característica de su estilo, Spurgeon
envió una carta al editor de la publicación principal de la Unión:

Al editor de "El Bautista".


Estimado señor: No ocuparía sus columnas con un asunto personal si no
fuese de importancia considerable como para hacerlo. En la carta al señor
Mackey escribí: "Fue para mí un deber de cumplimiento obligatorio el
abandonar la Unión, puesto que carecieron de efecto mis protestas privadas
a oficiales y mis apelaciones reiteradas a toda la corporación". Esto no es
incierto ni impreciso. Tras un suceso doloroso en Leicester [en 1883, cuando
se le permitió predicar a un ministro unitario en las reuniones de la Unión
Bautista en ese lugarl, presenté una queja muy seria al secretario, al presidente
(el señor Chown), y otros miembros del concilio. El señor Chown tuvo la
amabilidad de visitarme en el orfanato, y me hizo una patética llamada de
atención para que considerara el problema como un incidente aislado, y
expresó su esperanza de que yo estuviera equivocado. No insistí más en el
asunto, y es posible que por ello sí sea digno de culpa.
Desde entonces he hablado en repetidas ocasiones con el secretario
[Boothl sobre el tema, como él lo admitirá de buena voluntad. Creo que cada
año él o el señor Baynes me han invitado a predicar para la Unión, o a predicar
a quienes prestan servicios misioneros relacionados con las reuniones de la
Unión. En cada ocasión uno u otro ha escuchado mis quejas a tal punto que
Apéndice 1 249

me temo, deben haber quedado fastidiados. Aquí me permito añadir que no


confundo la misión con la Unión, pero sucede que estos buenos secretarios
me llaman cuando están haciendo arreglos para la misma serie de reuniones,
y por eso considero que todo lo que haya dicho a uno de ellos lo dije a
ambos. El hecho es que me he abstenido de toda participación pública en las
reuniones porque no me sentí seguro de no quedar en un apuro de transigencia.
De seguro esta acción habló con mayor contundencia que las palabras. Con
el señor Williams y el doctor Maclaren he mantenido correspondencia
considerable, lo cual es bajo cualquier circunstancia, bastante admirable de
su parte.
Mi amigo el señor Williams dice que mis cartas estaban marcadas con
la palabra "privado", yeso es lo que dije al señor Mackey. Por otro lado, el
señor Booth no consideró que mis comunicaciones con él fueran oficiales, y
tampoco dije yo que lo haya hecho. Sin embargo, las quejas fueron presentadas
por mí a él, mientras yo intentaba arreglar el asunto con mi juicio uniéndome
a la obra y no al habla de la Unión, con el deseo de que se pudiera llegar a
una mediación. No me arriesgo a decir quiénes en el concilio conocían bien
mis opiniones y sentimientos tras oírme decirlos en varias ocasiones, pero sí
fueron más que suficientes para justificar mi manifestación al señor Mackey.
Note por favor que solo está tomando en cuenta la primera parte de la
frase, y se hace creer que tiene mayor importancia que lo afirmado por mí a
continuación, lo cual se deja por fuera: "mis apelaciones reiteradas a toda la
corporación". Mis cartas sobre "el declive" no tienen que ver de forma
exclusiva con la denominación bautista, la cual he admitido que está mucho
menos afectada que cualquier otra; pero tenían tanto que ver con ella que los
artículos en toda su extensión fueron distribuidos en todos los sectores del
ministerio para su consideración. "El órgano de la denominación bautista"
describió el problema como "una miga gigante", y declaró que ciertos
ministros que se dirigían a Sheffield la consideraban como "un gran chiste".
En las reuniones no se hacían menciones públicas excepto para hacerme
quedar mal en lugares donde no tenía oportunidad de explicar la magnitud
del problema. Acerca de otras expresiones de carácter infamante empleadas
por ciertos individuos no escribiré, pero todo en su conjunto me dejó en
claro que nadie consideraba mis llamados dignos de atención. Si alguno de
los hermanos los hubiese juzgado serios, podría haber hecho mención de
ellos al concilio, y exigido que las declaraciones privadas se volvieran
públicas; pero nadie consideró esto prudente. De esto no me estoy quejando,
pero no debe decirse que no he hablado la verdad en las líneas arriba citadas.
El hecho parece ser que la pregunta planteada no fue: "¿Es verdadera
esa afirmación expresada por el señor Spurgeon?", sino que la averiguación
real que se hizo fue: "¿Ha escrito de tal manera que los oficiales se sientan
en la obligación de presentar el asunto ante el concilio?" Esto es algo muy
diferente, como cualquiera puede darse cuenta de ello. Por eso puedo exonerar
a interrogadores y críticos con la teoría de que ellos quisieron decir una cosa
y yo quise decir otra; lo hago aquí de inmediato.
250 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

No obstante, este es un comienzo penoso para una reunión entre


hermanos. La acusación no fue que yo a sabiendas hubiese dicho algo que
no era cierto, sino que dije con buenas intenciones lo que no era verdad,
supongo que debido a alguna anomalía en mis facultades mentales. Lo que
se infiere de ello es que sería un desperdicio de tiempo enviar una comisión
de representantes para deliberar con una persona tan imbécil. Sin embargo,
no voy a derivar esa inferencia. Estoy confiado de no haber descendido a los
ataques personales. Ni siquiera imputo motivos, pero espero que pueda
escribir lo que considero necesario manifestar sin faltar el respeto de los
hermanos honorables que solicitaron una audiencia conmigo. Cordialmente,
C. H. Spurgeon.
Menton, 19 de diciembre. 57

La revista nunca publicó la carta de Spurgeon.

LA CENSURA DE LA UNIÓN BAUTISTA


La reluctancia de Spurgeon para reunirse con la delegación de la
Unión en Francia se debió a su temor de que solo estaban tratando de
hacerle quedar como una persona obstinada e inconciliable. El predica-
dor escribió a Susana: "¡Imagínate a cuatro doctores en teología que
vengan hasta aquí solo para verme! Quedé perplejo y no supe qué con-
testar. No puedo ver bien de qué se trata todo esto. Me estoy quedando
despierto hasta las dos de la madrugada... no es que les tenga miedo a
cuatro doctores, pero creo que es una jugada muy avisada de su parte.
Si significa que van a rendirse, es algo bueno; pero si la intención es
achacarme el oprobio de ser implacable, ya es otra cuestión". 58
El 13 de enero de 1888, Spurgeon estaba de vuelta en Inglaterra y
se reunión con la delegación de la Unión en el Tabernáculo. El grupo
incluía al secretario general Booth, el presidente saliente James Culross,
y el presidente electo John Clifford. Alexander Maclaren, el cuarto
miembro del comité y el que más se habría identificado con Spurgeon,
estaba enfermo y no pudo asistir. 59 Los hombres solicitaron a Spurgeon
que reconsiderara su retiro. Spurgeon propuso que la Unión adoptara
una declaración evangélica de fe. La delegación se rehusó. Ningún bando
sintió que se hubiera logrado algo con la reunión.
Cinco días después el concilio de la Unión Bautista se reunió en
pleno. Esta vez votaron para aceptar la renuncia de Spurgeon. Luego
votaron para censurarle mediante una resolución en la que se condenaban
sus acciones.
Apéndice 1 251

Una sorpresiva mayoría aprobó la censura contra su miembro más


conocido; solo cinco de los casi cien miembros apoyaron a Spurgeon
en el voto. El concilio emitió esta resolución:

El concilio reconoce la gravedad de las acusaciones que el señor Spurgeon


ha traído contra la Unión antes y a partir de su retiro. Considera que la manera
pública y general como se han presentado ha afectado a la corporación entera
y expone a sospecha a hermanos que aman la verdad con la misma pasión
que él. Puesto que el señor Spurgeon se niega a dar los nombres de quienes
tenía la intención de denunciar así como la evidencia que los sustente, esos
cargos no debieron presentarse desde un principio, a juicio del concilio. 60

Un escritor del tiempo, Richard Glover, hizo una tasación precisa


de la situación en la publicación Evangelical Nonconformist:

La política que adoptaron fue tratar que Spurgeon quedara como el


responsable de haber perturbado la paz de la Unión. Tomaron la postura de
que sus acusaciones eran demasiado vagas como para justificar la realización
de investigaciones serias, y que no fue capaz de corroborarlas mencionando
el nombre de alguno de los ministros culpables. Aunque esta medida parece
haber traído beneficios políticos para la corporación, solo puede ser descrita
como una manipulación deshonesta del tema real de la controversia. 61

Como hemos visto, el hecho es que Spurgeon sí pudo haber


mencionado algunos nombres. Habría podido presentar como evidencia
las cartas de Booth, no solo para salir exonerado sino también para
forzar a Booth a convertirse en testigo contra los herejes. Además,
Spurgeon pudo haber citado las obras publicadas por otros bautistas.
"Spurgeon tenía bastante evidencia a su disposición: todas las
declaraciones de hombres conocidos que habían sido publicadas en
órganos de gran difusión como Christian World, The Independent, The
Freeman, el British Weekly y The Baptist. Todavía es posible consultar
los archivos de estas publicaciones entre 1887 y 1888, Y suministran
pruebas fehacientes de la veracidad de las acusaciones generales de
Spurgeon".62
¿Por qué Spurgeon no mencionó por nombre a quienes habían
traicionado la esencia de la iglesia evangélica? Una de las razones es
que no quería protagonizar un escándalo público alrededor de unos
cuantos individuos. Además temía que el debate se degradara hasta
252 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

convertirse en una guerra personal: "Si no estuviéramos empeñados en


evitar los señalamientos personales, podríamos aludir a otras expresiones
de algunos de estos escritores estimados, las cuales darían a conocer al
público 10 que de verdad hay en sus mentes".63 "La guerra se ha vuelto
demasiado personal, y es un hecho que ciertos incidentes en los cuales
no voy a insistir la han hecho demasiado dolorosa como para que yo
sienta deleite alguno por la idea de continuar en ella". 64
La razón más importante es que Spurgeon consideraba que la
mención de nombres no era más que un intento de desviarse del asunto
que en realidad estaba en cuestión: las políticas doctrinales de la Unión
Bautista. Como él señaló, la Unión no tenía una declaración doctrinal y
por lo tanto carecía de autoridad para someter a disciplina a cualquiera
de sus miembros por causa de falsa doctrina: "Nadie puede ser
heterodoxo bajo esta constitución, a no ser que reniegue de su
bautismo".65 De modo que así hubiera mencionado nombres, nada se
podría hacer con respecto a los herejes a no ser que la Unión estuviera
dispuesta a adoptar una declaración evangélica de fe y exigir que todos
sus miembros se acogieran a ella. Eso es lo que la Unión hasta ese
momento se había negado a hacer.
Spurgeon tenía la esperanza sincera de que la controversia del declive
moviera a todos los miembros de la Unión a demandar que el concilio
instituyera esa norma como grupo.
,
LA CONCESION FINAL
"Ningún credo excepto Cristo", era un sentimiento popular entre
los evangélicos en el tiempo de Spurgeon. Muchos consideraban que
los credos y las declaraciones doctrinales de alguna manera desvalori-
zaban el cristianismo. En cierto sentido legítimo sí debemos guardar-
nos en contra de elevar cualquier credo por encima de las Escrituras.
Cuando esto sucede, el credo mismo se puede convertir en un ídolo,
algo que en efecto entorpece la adoración verdadera.
Por otro lado, Spurgeon señaló que si el credo mismo es verdadero,
es decir, si está en armonía con las Escrituras y sujeto a las Escrituras,
no existe tal peligro:

Decir que "un credo se atraviesa entre un hombre y su Dios", es suponer que
no es verdadero, puesto que la verdad, sin importar cómo se declara en
Apéndice 1 253

definitiva, no tiene por qué separar al creyente de su Señor. En lo que a mí


concierne, aquello en lo que creo no me avergüenzo de declararlo en los
términos más inteligibles y sencillos posibles; la verdad a la que estoy aferrado
la defiendo porque creo que es la mente de Dios revelada en su Palabra
infalible. ¿Cómo podría ella apartarme de Dios quien la reveló? Es un medio
para mi comunión con mi Señor, porque así recibo sus palabras tanto como
a Él mismo, y someto mi entendimiento a lo que aprendo de Él. Todo lo que
Él diga yo lo acepto porque Él lo dice, y de ese modo le rindo adoración
humilde en lo más recóndito de mi alma.
Soy incapaz de simpatizar con un hombre que dice no tener un credo,
porque creo que demuestra con sus hechos que está en un error. Es seguro
que tiene un credo. Debe tener uno aunque repudie la noción. Su misma
incredulidad, en un sentido, es su credo.
La objeción a un credo es una manera muy risueña de esconder la
objeción a la disciplina y la apetencia de transigencia liberal. Lo que tanto
desean muchos es una Unión que, como el arca de Noé, ofrezca abrigo a
animales puros e inmundos por igual, a las aves del cielo y también a los
reptiles que se arrastran por la tierra. 66

En el ambiente teológico de Inglaterra a finales del siglo diecinue-


ve, era imposible no darse cuenta de que Spurgeon tenía razón. Incluso
después de su censura a Spurgeon, el concilio de la Unión sabía que
tendría que tratar la cuestión de adoptar un credo en la reunión de la
asamblea general el 23 de abril.
Spurgeon abrigaba la esperanza de que la asamblea general de la
Unión avanzara en esa dirección. En las "Notas" de La espada y el
palustre de abril escribió:

El pueblo de Dios debería estar ofreciendo oraciones continuas en esta hora.


La Unión Bautista se reúne en asamblea plena el 23 de abril, y la gran pregunta
que tendrán que responder será: "¿Esta Unión debe tener un fundamento
evangélico o no?" Confiamos que la pregunta será discutida con buen
temperamento, y que la decisión será de naturaleza recta y adecuada. Sin
lugar a dudas, así como cualquier otra agrupación de cristianos admite su fe
con una declaración abierta y franca, la Unión Bautista debería hacer lo
mismo. Sea cual sea su creencia, que se apropie de ella del todo. 67

Spurgeon hizo un llamado a la claridad por encima de todo. Envió


una carta al editor de El Bautista que decía en parte: "Sin importar qué
haga el concilio, debe cerciorarse por encima de todo que se va a evitar
el uso de lenguaje que pueda tener dos significados legítimos y contrarios
254 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

entre sí. Seamos diáfanos y francos. Existen graves diferencias. Permitan


que sean reconocidas con claridad".68
En las palabras de Iain Murray: "Esta fue casi con precisión total la
política que el concilio optó por no seguir". 69 En una reunión previa a la
asamblea general de la Unión en abril, el concilio preparó una
declaración doctrinal breve, hasta cierto punto vaga pero evangélica en
esencia. No obstante, cuando la declaración fue leída en la reunión de
la asamblea, fue introducida con una aclaración de que la Unión no
reclamaba autoridad alguna para imponer normas doctrinales a sus
miembros. Peor todavía, se había anexado una nota según la cual
"algunos hermanos en la Unión ... no han acogido la interpretación
común" de pasajes que hablaban sobre la resurrección y el juicio final.70
A pesar de esto, muchos evangélicos en las reuniones de la asamblea,
incluido James el hermano de Carlos Spurgeon, creyeron que la
declaración tal como había sido leída representaba una concesión
aceptable y conciliatoria. Quedó claro que la Unión no estaba dispuesta
a dar un solo paso más.
Un proponente de la "nueva teología" llamado Carlos Williams (no
el novelista famoso), hizo una moción para que la asamblea adoptara la
declaración contemporizadora. Williams aprovechó la oportunidad para
entonar una perorata apasionada en defensa de las ideas liberales. James
Spurgeon "secundó la propuesta del señor Williams, pero no su discurso". 71
El Bautista reportó que "la sinceridad, el coraje y la hombría del discurso
del señor Spurgeon dejó una impresión profunda en los oyentes, y
contribuyó en gran parte a la unanimidad substancial del voto
subsecuente".72 La propuesta fue aprobada por 2.000 votos contra 7.
Un hombre llamado Henry Oakley estuvo allí ese día. Años más
tarde recordó así la algarabía desbocada que se desató en el auditorio:

Estuve presente en el templo de la ciudad cuando se propuso, secundó y


convalidó la moción. Es posible que el templo tuviera lleno total, porque
estaba abarrotado. Llegué muy temprano pero solo encontré un "asiento de
pie" en el corredor de la galería en la parte posterior. Escuché los discursos.
El único que recuerdo con claridad es el que pronunció el señor Carlos
Williams. Citó a Tennyson el poeta en favor de una teología liberal y la
justificación de la duda. Llegó el momento de votar. Solo los que se
encontraban en el área estaban calificados para votar como miembros de la
asamblea. Cuando se propuso la moción de censura se levantaron casi todas
las manos. "En contra", dijo el secretario, el doctor Clifford. No vi manos
Apéndice 1 255

levantadas, pero los registros históricos dicen que hubo siete. Sin que se
hubiera anunciado el número de votos, la inmensa asamblea estalló en vivas
estrepitosos y más vivas y más vivas. Algunos hombres de edad dieron rienda
suelta al desahogo de la hostilidad que habían acumulado; muchos de los
jóvenes expresaron su resistencia salvaje contra "todos los aparejos del
oscurantismo", como decían, y se enloquecieron. Fue una escena muy extraña.
La vi casi que con lágrimas en mis ojos. Yo estaba parado cerca de un "fulano
de apellido Spurgeon" que parecía ser estudiante universitario. Estaba fogoso
y casi pude ver regodeo en su expresión mientras era testigo de la censura de
su grande y generoso maestro. Digo que fue una escena extraña, que aquella
vasta asamblea se deleitara con tal arrebato por la condena del más grande y
noble líder de su fe)3

Sin embargo, es casi innegable que la mayoría de los evangélicos


presentes aquel día no vieron las cosas con la misma claridad que Oakley.
No podrían haber entendido el voto como una censura contra Spurgeon.
Por supuesto que James Spurgeon no había tenido la intención de afrontar
a su hermano cuando secundó la moción, pero como la mayoría de los
evangélicos que se encontraban allí aquel día, James estaba tan ansioso
de reconciliación que se dejó convencer de que una declaración doctri-
nal constituía una victoria para la denominación.
Carlos Spurgeon sabía que las cosas eran de otro color y escribió a
un amigo: "Mi hermano piensa que ha ganado una victoria, pero creo
que hemos sido vendidos sin esperanza. Siento el corazón partido. Es
evidente que ha hecho todo lo opuesto a lo que yo habría hecho, pero él
no tiene la culpa porque siguió los dictados de su mejor juicio. Ora por
mí, para que mi fe no desfallezca". 74

LAS SECUELAS
G. Holden Pike escribió: "Como lo demostraron las consecuencias,
la paz ganada [por el voto de la asamblea] no fue aquella paz perma-
nente que muchos habían anticipado. La ruptura con la Unión ... jamás
sería reparada". 75 Tal como Carlos Spurgeon lo había advertido todo el
tiempo, nada se ganaría a cambio de hacer concesiones a los enemigos
del evangelio. Quizás el único cambio notable fue que el declive de la
Unión Bautista aceleró. Quienes acogieron la "nueva teología" se sin-
tieron envalentonados después de la asamblea de la Unión. Ahora lleva-
ban las riendas de la Unión.
Spurgeon escribió:
256 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

La declaración de "fe", con su nota aclaratoria, con la interpretación de su


proponente y la reelección del viejo concilio, representa el máximo esfuerzo
que todos realizarían estando de buen humor. ¿Es satisfactoria? ¿Acaso
alguien la entiende en el mismo sentido que todos los demás? ¿No es la
virtud de la cosa que se las arregla para dar un poquito de gusto a ambos
lados? ¿No es también el vicio y la condenación de la cosa? 76

Spurgeon entendió lo que la mayoría de los evangélicos que votaron


en la asamblea no entendieron: que las modificaciones de último minuto
negaron por completo la razón de ser de una declaración doctrinal.

Los puntos mencionados por cierto era,n lo bastante elementales, y no nos


sorprendió que uno de los hermanos exclamara: "¡Que Dios se apiade de los
que no crean estas cosas! ¿A dónde irán a parar?" Es obvio que no se objetarían
las declaraciones como tales, puesto que la objeción era en contra de una
creencia según la cual esas declaraciones debían hacerse indispensables para
todos los miembros de la Unión. Es como si hubieran dicho: "Sí, creemos en
la deidad del Señor Jesús; pero no estamos dispuestos a expulsar a un hombre
de nuestra comunión fraternal porque él piense que nuestro Señor es un mero
mortal. Creemos en la expiación; pero si otro hombre la rechaza, no debe
ser, en consecuencia, excluido de nuestro conglomerado")7

Spurgeon detestaba los cismas y no quería crear divisiones, pero su


conciencia no le permitía aliarse con los enemigos del evangelio y mucho
menos ceder a sus exigencias. Al final concluyó que separarse de la Unión
era en realidad la mejor manera de promover la unidad verdadera: "Nada
ha fomentado más la unión de lo verdadero que la ruptura con lo falso") 8
Spurgeon vio la separación como una necesidad bíblica para él
mismo. "Bien sea que otros hagan lo mismo o no, yo he sentido el
poder del texto: 'Salid de en medio de ellos, y apartaos'; por eso he
renunciado del todo a la Unión y a la Asociación ... Esto me ha sido
impuesto, no solo por mis convicciones, sino también por la experiencia
de la infructuosidad absoluta de tratar con el mal de otra manera que no
sea cortar todo vínculo y salir de él sin mirar atrás")9
Spurgeon no procuró de manera activa sacar a otros de la Unión,
pero no podía entender por qué personas que querían mantenerse fieles
a las Escrituras estarían dispuestas a seguir perteneciendo a una
organización que estaba rodando cuesta abajo de una manera tan
conspicua:
Apéndice 1 257

Muchos hermanos buenos permanecen de diferentes maneras en


compañerismo con quienes están menoscabando el evangelio; hablan de su
conducta como una acción de amor al prójimo que el Señor aprobará en el
día de su manifestación gloriosa. Nosotros no podemos entenderles. El deber
obligatorio de un creyente verdadero hacia los hombres que profesan ser
cristianos y al mismo tiempo niegan la Palabra del Señor y rechazan los
fundamentos del evangelio, es salir de en medio de ellos y apartarse. Si hay
indicios de que ciertos esfuerzos traerán como resultado la reforma, estamos
de acuerdo con el argumento; pero cuando se sabe que tales esfuerzos serán
en vano, ¿de qué sirve quedarse? Allí donde la asociación permite en su base
el error y casi lo invita, y existe una determinación evidente a no alterar esa
base, nada hay que pueda hacerse desde el interior para prestar algún servicio
radical. La operación de un evangélico en el interior tan solo puede reprimir
y quizás ocultar el mal por un tiempo; pero al mismo tiempo le hace cometer
pecado con la concesión misma, y ningún bien duradero puede venir como
resultado. Quedarse en una comunidad que fraterniza con todas las creencias
con la esperanza de arreglar todos los conflictos, es como Abraham si se
hubiera quedado en Ur o en Harán con la esperanza de convertir a aquellos
de entre los cuales había sido llamado a salir.
La complicidad con el error despojará a los mejores hombres del poder
para levantar cualquier protesta exitosa contra él... Nuestra protesta actual y
penosa no es una cuestión de este o aquel hombre, de este o aquel error; es
ante todo una cuestión de principio. so

La controversia del declive fue motivo de pesadumbre perpetua para


Spurgeon hasta su muerte el 31 de enero de 1892. Amigos cercanos, e
incluso algunos de los estudiantes de su colegio para pastores, se pusieron
en su contra. No obstante, Spurgeon declaró hasta el fin que no se
lamentaba de haber mantenido su posición con firmeza.
Sin duda alguna fue difícil para Spurgeon mismo y aun para sus
primeros biógrafos, establecer el valor de la controversia del declive.
En aquellos últimos días de la vida de Spurgeon, la contienda estuvo
tanto en el primer plano que oscureció para la mayoría de los
observadores la importancia real de la postura tomada y defendida por
Spurgeon. Este predicador fue el primer evangélico de influencia
internacional que declaró la guerra al modernismo. La Unión Bautista
nunca fue la misma, pero la Alianza Evangélica, una confraternidad
interdenominacional, respaldó a Spurgeon y se fortaleció. Las acciones
de Spurgeon contribuyeron a alertar a los evangélicos de todo el mundo
sobre los peligros del modernismo y el declive doctrinal y espiritual.
Robert Shindler, autor de aquellos artículos originales sobre el
258 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

"declive" en La espada y el palustre, escribió una biografía de Spurgeon


que fue publicada el año de la muerte del gran predicador. Haciendo
memoria de una escena de aquellos años finales y tumultuosos cuando
Spurgeon fue invitado a dirigirse a la Alianza Evangélica, Shindler
escribió:

La acogida de los oyentes al señor Spurgeon cuando se levantó para hablar


fue casi abrumadora en su efusión y sinceridad. Estábamos ocupando un
asiento en la plataforma que nos permitió presenciar de cerca las emociones
poderosas que agitaban su alma y las lágrimas que rodaron por sus mejillas
mientras escuchaba a los oradores anteriores; aunque solo estaban presentes
unos cuantos de sus hermanos bautistas, no faltó una manifestación afectuosa
de simpatía que alegró su corazón y confortó su alma. Desde entonces el
tiempo ha revelado muchas cosas, y no hay duda que los meses y años que
vienen harán cada vez más evidente cuán necesaria fue la protesta que por
fidelidad a Dios y al evangelio este hombre no pudo esquivar.
j Que el Señor en su gracia purgue a su iglesia de toda doctrina falsa, de
todo maestro falso y de todos los traidores que haya en el campamento de
Israel! j Que el Espíritu sea derramado de lo alto sobre toda carne, y que
todos los términos de la tierra puedan ver, hacer suya y regocijarse en la
salvación de nuestro Dios!81

l. Robert Shindler, ''The Down Grade" ("El declive"), The Sword and the Trowel
(marzo de 1887), p. 122.
2. Ibíd., nota p. 122.
3. Ibíd., p. 123.
4. Ibíd., p. 124.
5. Ibíd., p. 125.
6. Ibíd.
7. Ibíd., p. 126.
8. Ibíd.
9. ''The Down Grade" (segundo artículo), The Sword and the Trowel (abril de 1887),
p.166.
10. Ibíd., p. 167.
11. Ibíd.
12. Ibíd., p. 168.
13. Ibíd.
14. Ibíd.
15. Ibíd., p. 170.
16. Ibíd.
Apéndice 1 259

17. Ibíd.
18. Ibíd.
19. Ibíd., pp. 171-72.
20. Ibíd., p. 172.
21. Ibíd.
22. Robert Shindler, "Andover Theology" ("Teología de Andover"), The Sword and
the Trowel, vol. 23 Gunio de 1887), p. 274.
23. Ibíd.
24. "Another Word Conceming the Down-Grade" ("Un comentario adicional sobre
el declive de la iglesia"), The Sword and the Trowel (agosto de 1887), p. 399.
25. Ibíd., p. 397.
26. Ibíd., p. 398.
27. Ibíd., p. 399.
28. Ibíd., p. 399-400.
29. Ibíd., p. 400.
30. Ibíd.
31. Ibíd.
32. "Our Reply to Sundry Critics and Enquirers" (Nuestra respuesta a toda clase de
críticos e indagadores", The Sword and the Trowel (septiembre de 1887), p. 461.
33. Ibíd., p. 462.
34. Ibíd., p. 461.
35. Ibíd., p. 465.
36. Ibíd.
37. Ibíd.
38. The Sword and the Trowel (octubre de 1887), p. 509.
39. Ibíd., p. 510.
40. Ibíd., p. 513.
41. Ibíd., p. 515.
42. Citado en G. Holden Pike, The Lije and Work of Charles Haddon Spurgeon [La
vida y obra de Carlos H. Spurgeon], 6 vols. (Londres: Cassell and Company, s.f.),
vol. 6, p. 287.
43. The Sword and the Trowel (noviembre de 1887), p. 557.
44. Ibíd., p. 559.
45. Ibíd., p. 558.
46. Ibíd., p. 559-60.
47. Ibíd., p. 560.
48. Letters ofCharles Haddon Spurgeon [Correspondencia de Carlos H. Spurgeon]
(Edimburgo: Banner ofTruth, 1992), p. 183.
49. Lewis Drurnmond, Spurgeon: Prince of Preachers [Spurgeon: príncipe de los
predicadores] (Grand Rapids, Mich.: Kregel, 1992), p. 671.
50. Ibíd., p. 697.
51. Ibíd.
52. rain Murray, The Forgotten Spurgeon [El Spurgeon olvidado] (Edimburgo: Banner
ofTruth, 1966], p. 145.
260 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

53. Susannah Spurgeon y J. W. Harrald, editores, C. H. Spurgeon's Autobiography


[Autobiografía de C. H. Spurgeon], 4 vols. (Londres: Passmore and Alabaster,
1897), vol. 4, p. 257.
54. J. C. Carlisle, C. H. Spurgeon-An Interpretative Biography [C. H. Spurgeon:
una biografía interpretativa] (Londres: Religious Tract Society, 1933), p. 247.
55. Autobiography, vol. 4, p. 256.
56. Ibíd., vol. 4, p. 263.
57. Citado en Pike, vol. 6, pp. 292-93.
58. Autobiography, vol. 4, p. 257.
59. "Notas breves", The Baptist (febrero de 1888), p. 84.
60. Ibíd., p. 85.
61. Citado en Drurnmond, pp. 700-1.
62. Carlisle, p. 248.
63. "Demostración del caso", p. 27.
64. "La censura de la Unión Bautista", The Sword and the Trowel (febrero de 1888),
p.83.
65. Ibíd., p. 81.
66. Ibíd., p. 82.
67. Ibíd., pp. 197-98.
68. "Notas", The Sword and the Trowel (marzo de 1888), p. 148.
69. The Forgotten Spurgeon [El Spurgeon olvidado], p. 147.
70. Citado en Drurnmond, p. 704.
71. "A Welcome Conclusion" (Una conclusión bien recibida), The Baptist (mayo de
1888), p. 230.
72. Ibíd., p. 231.
73. Citado en Murray, pp. 149-50.
74. Ibíd., p. 148.
75. Pike, p. 302.
76. "Notas", The Sword and the Trowel Gunio de 1888). Reimpreso en The "Down
Grade" Controversy [La controversia del declive] (Pasadena, Tex.: Pilgrim, s.f.),
p.56.
77. "Attempts at the Impossible" (Intentos de hacer lo imposible), The Sword and
the Trowel (diciembre de 1888), p. 618.
78. "Notas", The Sword and the Trowel (mayo de 1888). Reimpreso en The Down
Grade Controversy, p. 55.
79. "Notas", The Sword and the Trowel Gunio de 1888), p. 56.
80. "Notas", The Sword and the Trowel (octubre de 1888). Reimpreso en The Down
Grade Controversy, p. 66.
81. From the Usher's Desk to the Tabernacle Pulpit: The Lije and Labors o/Charles
Haddon Spurgeon [De la mesa de los ujieres al púlpito del Tabernáculo: la vida y
los desvelos de Carlos H. Spurgeon] (Nueva York: A. C. Armstrong and Son,
1892), p. 274.
,
11
APENDICE2 11

CARLOS FINNEY Y EL
PRAGMATISMO
,
EVANGELICO
NORTEAMERICANO

Carlos Finney nació en 1792 en Connecticut pero vivió la mayor parte


de su infancia en el condado Oneida del estado de Nueva York. Sus
padres no fueron cristianos, y Finney creció en casi total ignorancia de
la doctrina cristiana. No recordaba que se hubiera predicado o dado
testimonio del evangelio en esa parte de Nueva York que él llamaba
"inhóspita", aunque los registros históricos indican que por lo menos
había una iglesia evangélica con presencia fuerte en la comunidad. 1
La religión que Finney recordó siendo niño fue, como dijo más
adelante, "del tipo que no había sido diseñado en absoluto para cautivar
mi atención".2 Así describió al único predicador que recordaba de su
juventud:

Me senté en el balcón y observé que el hombre colocó su manuscrito en la


mitad de su Biblia e insertó sus dedos en los lugares donde encontraría con
facilidad los pasajes de las Escrituras que iba a citar en la lectura de su sermón.
Esto hacía necesario que sostuviera la Biblia con ambas manos e hizo
imposible cualquier gesto de comunicación con sus manos. A medida que
iba leyendo los pasajes de la Biblia donde sus dedos estaban insertados,
quitaba uno por uno los dedos hasta que todos quedaron libres, y cuando se
262 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

quedó sin dedos en la Biblia procedió a tenninar el sermón. Su lectura fue


por completo monótona y carente de pasión; aunque las personas fueron
reverentes y prestaron mucha atención a su lectura, debo confesar que para
mí no fue como una predicación de verdad.3

Finney calificó el contenido de 10 dicho por aquel pastor como "una


discusión seca de doctrina" y luego añadió: "aunque se trataba de una
predicación tan buena como todas las que había escuchado en otros
lugares, cualquiera puede darse cuenta si esa predicación había tenido
la intención calculada de instruir o interesar a un joven que no sabía
nada sobre religión ni estaba interesado saberlo".4
Finney decidió estudiar leyes y llegó como aprendiz de derecho a
Adams, Nueva York, donde por primera vez tuvo participación activa
en una iglesia. El pastor presbiteriano de la localidad, George W. Gale,
un joven unos dos años mayor que Finney, se interesó en el estudiante
de leyes, le convirtió en director del coro en la iglesia y empezó a visitarle
en el despacho de los abogados para conversar acerca de cuestiones
espirituales.
Luego Finney empezó a notar referencias a la Biblia en sus libros
de derecho, así que adquirió una Biblia y la empezó a estudiar. Finney
decía, sin embargo, que la predicación seguía siendo una piedra de
tropiezo para él. "[Gale] parecía suponer que sus oyentes eran teólogos,
y por ende que podía dar por sentado todo el cúmulo de doctrinas
fundamentales y profundas del evangelio. Debo decir que me sentí más
desconcertado que edificado por su predicación".5
Finney presionaba al joven pastor con preguntas doctrinales durante
sus conversaciones en el despacho legal: "¿Qué quiso decir con
arrepentimiento? ¿Era un mero sentimiento de tristeza por el pecado?
¿Implicaba un estado de ánimo pasivo, o requería un elemento de fuerza
de voluntad? Si era un cambio de mentalidad, ¿de qué naturaleza
específica era ese cambio de mente?" ,6 y así por el estilo. Por la clase de
preguntas que Finney estaba haciendo, queda la impresión de que la
predicación de Gale no podía haber sido tan tediosa como Finney la
caracterizó después. La evidencia sugiere que el ministerio del pastor
Gale estaba teniendo el efecto deseado sobre la congregación, incluido
el mismo Finney.
Apéndice 2 263

LA CONVERSIÓN DRAMÁTICA DE FINNEY


El hecho es que mientras Finney estuvo en Adams, experimentó
una conversión espectacular. Lo irónico del caso es que, aunque la con-
versión de Finney fue dramática, abrumadora y revolucionaria, él nun-
ca llegó a entender que la conversión es por entero una obra de Dios.
Por la manera como Finney cuenta la historia, es claro que él creyó que
su propia voluntad fue el factor determinante que trajo como resultado
su salvación: "En una noche sabatina del otoño de 1821, decidí en mi
mente que sin mayor dilación resolvería la cuestión de la salvación de
mi alma, y que de ser posible yo me pondría en paz con Dios". 7 Es
evidente que bajo convicción intensa de pecado, Finney fue al bosque
donde hizo la promesa: "daré mi corazón a Dios o moriré en el inten-
to".8
Finney se convirtió allí en medio de los árboles. Al principio pareció
una conversión normal. Finney mismo no estaba seguro de lo que había
ocurrido, excepto que se había rendido del todo al Señor. Su mente
gozaba de "una quietud maravillosa y pacífica". La convicción
irresistible de pecado que había sentido ya había desaparecido por
completo, e incluso él se preguntó si de alguna forma había "entristecido
al Espíritu Santo al punto de hacerle desaparecer de su vida del todo".9
Sin embargo, más tarde en la noche, en el despacho donde estudiaba y
trabajaba, Finney tuvo una experiencia que describió como "un bautismo
poderoso del Espíritu Santo ... El Espíritu Smto descendió sobre mí con
una manifestación que me traspasó en cuerpo y alma. Pude sentir su
impresión poderosa como un torrente de electricidad que me atravesó
una y otra vez". 10
Sin embargo, aún después de todo eso, el estado mental de Finney
esa noche era de tal confusión, que años más tarde escribió: "A pesar
del bautismo que recibí, ... me fui a dormir sin sentirme seguro de estar
en paz con Dios".l1
Ese no es el fin de la historia: de manera súbita y mística, todas las
dudas de Finney se desvanecieron a la mañana siguiente, y más tarde
ese mismo día decidió que Dios quería que él predicara, y que debía
empezar a hacerlo de inmediato. "Tras haber recibido estos bautismos
del Espíritu me encontré bastante dispuesto para predicar el evangelio.
Además descubrí que no estaba dispuesto a hacer otra cosa aparte de
ello. Ya no tenía deseo alguno de practicar la abogacía... Mi mente entera
264 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

estaba colmada con Jesús y su salvación, y el mundo me pareció algo


de poca importancia" .12

¿LLAMADO A PREDICAR?
Yo creo que fue en extremo desafortunado que Finney tomara la
decisión de empezar un ministerio de predicación de manera inmediata
tras su experiencia de conversión. Al haber carecido de alguna influen-
cia cristiana sólida en sus primeros años, era casi por completo igno-
rante de las Escrituras y de la teología bíblica. No obstante, Finney
tenía una mente brillante y siempre había sido capaz de mantener su
posición en un debate teológico, incluso frente a un hombre preparado
como el pastor Gale. Su capacitación legal le había condicionado a pensar
de manera lógica, pero también le mantenía adherido a un sinnúmero
de presuposiciones erróneas. Las nociones que Finney tenía de justicia,
culpa, rectitud, transgresión, perdón, responsabilidad, soberanía y mu-
chos otros términos, habían sido extraídas de sus estudios legales y no
de las Escrituras.
En todos los lugares donde Finney predicaba, las personas
respondían con entusiasmo. Parece que había evidencias inmediatas
de avivamiento a su paso, y con la divulgación de su reputación también
aumentó su influencia. Finney retaba con arrojo la doctrina
convencional y era persuasivo en la promoción de su propia serie algo
novedosa de doctrinas. Finney empezó a predicar en cualquier lugar
donde pudiera congregar a una multitud, y en poco tiempo empezó a
tener un efecto sobre las iglesias establecidas. "Había aparecido en
escena este joven que apenas llevaba dos años de ser ministro pero
cuatro de ser cristiano, sin tradiciones refinadas que le respaldaran y
sin experiencia para predicar salvo como predicador de frontera. De
repente se había convertido en el encauzador y protagonista de un
ataque frontal a las iglesias. Por naturaleza era extravagante en sus
aserciones, imperioso y rígido en su trato; estaba más inclinado a
cautivar con intimidación los sentimientos de los hombres que a
derretirles con llamados tiemos".13
Debe advertirse que cuando Finney apareció en escena muchas
iglesias se habían desviado de la ortodoxia verdadera hacia un
hipercalvinismo frío. Hipercalvinismo es la creencia de que la invitación
del evangelio es única y exclusivamente para los elegidos. Los
Apéndice 2 265

hipercalvinistas no creen que el evangelio deba ser predicado de forma


indiscriminada o que la salvación deba ofrecerse de manera gratuita a
todos. En esencia, se oponen a la idea misma de hacer evangelismo.
Muchas de las iglesias en el tiempo de Finney estaban obstruidas del
todo por tendencias hipercalvinistas. El mismo pastor de Finney, George
Gale, pudo haber tenido sesgos hipercalvinistas. Finney describió así la
predicación de Gale: "Nunca parecía esperar que alguien se convirtiera,
ni siquiera tuvo eso en la mira en ninguno de los sermones que le escuché
predicar" .14
Finney llegó a la conclusión de que la creencia de su pastor en la
depravación humana y la soberanía divina eran incompatibles con el
evangelismo. Escribió: "El hecho es que estos dogmas eran como una
camisa de fuerza para él. Si predicaba sobre arrepentimiento, tenía que
asegurarse de dejar a sus oyentes la impresión de que no se podían
arrepentir. Si les llamaba a creer, debía cerciorarse de haberles informado
que, hasta que su naturaleza fuera cambiada por el Espíritu Santo, la fe
era imposible para ellos. De este modo su ortodoxia fue siempre como
una trampa perfecta para él y para sus oyentes. Yo nunca pude recibir
esto".IS

AVERSIÓN DE FINNEY POR LA ORTODOXIA


Finney no distinguía entre ortodoxia calvinista e hipercalvinismo. 16
En consecuencia, siempre desconfió de la doctrina ortodoxa y rechazó
el calvinismo por completo. Estudió la doctrina tan solo de manera su-
perficial y procedió a inventar un sistema único de teología que satisfa-
cía su propio sentido de la lógica. Aplicó normas propias de la jurispru-
dencia norteamericana del siglo diecinueve a todas las doctrinas bíbli-
cas. "No había leído sobre el tema [de la expiación] excepto en mi Bi-
blia", escribió; "y lo que encontré sobre el tema lo interpreté tal como
habría entendido el mismo pasaje o pasajes similares en un libro de
derecho". 17 Concluyó que la justicia de Dios exigía que Él extendiera la
gracia a todos por igual. Su razonamiento era que Dios siendo justo no
podía considerar culpable a toda la humanidad por la desobediencia de
Adán. En su opinión, un Dios justo jamás estaría dispuesto a condenar
a los seres humanos por ser pecadores por naturaleza: "La Biblia define
el pecado como una transgresión de la ley. ¿Qué ley hemos transgredido
al heredar esta naturaleza [de pecado]? ¿Qué ley nos exige tener una
266 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

naturaleza diferente de aquella que poseemos? ¿Acaso la razón afirma


que somos merecedores de la ira y la maldición de Dios para siempre,
por haber heredado de Adán una naturaleza pecaminosa?"18 De esta
manera, Finney descartó la enseñanza clara de las Escrituras (Ro. 5: 16-
19) en favor de la razón humana
Peor todavía, Finney negó que un Dios santo estuviera dispuesto a
imputar el pecado de los humanos a Cristo o a imputar la justicia de
Cristo a los creyentes. Finney concluyó que esas doctrinas, las cuales
se enseñan con claridad en los capítulos tercero, cuarto y quinto de
Romanos, eran "ficción teológica".19 En esencia, negó la esencia de la
teología evangélica.
El éxito inicial de Finney en la predicación dejó en la sombra las
graves anomalías de su teología. Finney mismo admitió que cuando fue
sometido al examen de su iglesia para recibir la licencia de predicador, el
presbiterio "evitó hacer preguntas que dieran lugar a una colisión natural
entre mis opiniones y las de ellos".20 Es evidente que se sentían intimidados
por la popularidad creciente de Finney como experto en avivamientos.
Sin embargo, uno de los examinadores sí preguntó a Finney si aceptaba
la confesión de fe de Westminster. Finney admitió luego que nunca había
leído la confesión, pero respondió al presbiterio de una forma que dio a
entender la afirmación de sus normas doctrinales. "Contesté que la recibía
como substancia de doctrina, tal como la había entendido" .21 Más adelante,
cuando Finney leyó la confesión, quedó sorprendido al descubrir que
contradecía gran parte de lo que él creía. ''Tan pronto me enteré de cuáles
eran las enseñanzas de la confesión de fe que no se prestaban a
ambigüedades, ... no vacilé en declarar en todas las ocasiones propicias
mi discrepancia total con ellas", escribió. 22
En su rechazo abierto de las tendencias hipercalvinistas, Finney optó
por oscilar con impetuosidad hasta el extremo opuesto. "No hay nada
en la religión que esté por fuera del alcance de los poderes ordinarios
de la naturaleza", escribió. 23 "Un avivamiento no es un milagro, ni es
algo que dependa de un milagro en sentido alguno. Es el puro resultado
filosófico del uso correcto de los medios constituidos para tal fin, de la
misma manera que cualquier otro efecto es producido por la aplicación
de los medios ... Un avivamiento es un resultado natural del uso de medios
así como una cosecha lo es del uso de sus medios apropiados".24
Apéndice 2 267

¿EL FIN JUSTIFICA LOS MEDIOS?


Finney fue el primer evangelista de influencia en sugerir que el :fin
justifica los medios: "El éxito de cualquier medida diseñada para promover
un avivamiento de religión es lo que demuestra su sabiduría... Cuando es
evidente que la bendición sigue a la introducción de la medida misma, la
prueba es incontestable en el sentido de que la medida es sabia. Es profano
decir que tal medida hará más daño que bien. Dios sabe eso muy bien. Su
objetivo es hacer la mayor cantidad de bien que sea posible".25
La influencia de Finney en el movimiento evangélico norteamericano
fue profunda. Este hombre fue el primero en solicitar a los convertidos
"pasar al frente" en las reuniones evangelísticas para indicar su
aceptación de Cristo. Fue el primero en aplicar el término "avivamiento"
a las campañas evangelísticas. Fue Finney quien popularizó la reunión
subsiguiente después del culto con los indagadores que buscaban
salvación. También dejó su huella en el estilo norteamericano de
predicación, alentando a los predicadores jóvenes a ser intempestivos,
improvisadores, anecdóticos, más conversadores y menos doctrinales
que los predicadores tradicionales. Todas esas ideas que hoy día son
elementos corrientes en la iglesia evangélica, eran parte de las "nuevas
medidas" introducidas por Finney.
Por supuesto, no todas las innovaciones de Finney fueron erróneas.
Instó a los predicadores a que dieran mensajes directos, claros,
convincentes, apremiantes y rotundos. Les aconsejó que no hablaran
acerca de los pecadores en tercera persona, sino que se dirigiera a ellos
diciendo "usted amigo", por ejemplo, con el fin de apuntar más directo
a sus conciencias. Recalcó la necesidad de conversiones inmediatas, a
diferencia de la noción prevaleciente de la época, en la cual se aconsejaba
con frecuencia a los pecadores que esperaran en Dios hasta recibir
arrepentimiento y fe. Haciendo eco de las Escrituras y la enseñanza de
Jesús mismo, Finney llamó a los pecadores a arrepentirse y creer, no a
quedarse pasivos esperando que Dios los convirtiese.
El ministerio de Finney estuvo concentrado en la parte occidental
del estado de Nueva York. Incluso en vida de Finney, el área llegó a
conocerse como "el distrito carbonizado" ,26 porque era como si las olas
reiteradas de fervor religioso hubieran abatido cualquier interés real
por el evangelio. De todas maneras, en sus años más jóvenes Finney
siempre pareció capaz de avivar las llamas al menos una vez más.
268 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

No obstante, en poco tiempo la emoción y el fervor del supuesto


"avivamiento" dieron lugar a la dureza de corazón, incredulidad y
agnosticismo generalizado. El "distrito carbonizado" se calcinó una vez
más y quedó más endurecido que nunca. De hecho, desde el tiempo de
Finney nunca se ha experimentado otro avivamiento en esa parte del país.
Uno de los trabajadores que laboró al lado de Finney en los
avivamientos le escribió en 1834:

Miremos los campos donde usted, otros y yo mismo hemos sudado como
ministros del avivamiento; ¿cuál es su condición moral ahora? ¿Cuál fue su
condición tres meses después que salimos de allí? He visitado y vuelto a
visitar muchos de estos campos, y he gemido en el espíritu al ver la condición
triste, fría, carnal y porfiada en que han caído estas iglesias; y cayeron muy
poco después de nuestra primera salida de entre ellos.27

B. B. Warfield escribió:

No hay testimonio más contundente que el de Asa Mahan [amigo de Finney


de mucho tiempo y colaborador persistente], quien nos dice, para ponerlo en
pocas palabras, que todos los que participaron en estos avivamientos sufrieron
algún retroceso o lapso penoso tras la experiencia: la gente quedó como un
tizón apagado que no podía prenderse de nuevo; los pastores fueron
despojados de todo su poder espiritual; y los evangelistas, "entre todos ellos",
dice el testigo, "y yo conocía personalmente casi a todos y cada uno, no
puedo recordar a un solo hombre, a excepción del hermano Finney y el padre
Nash, quien después de unos cuantos años no hubiera perdido su unción y
sido descalificado para el oficio de evangelista o de pastor".
De ese modo los grandes "avivamientos del oeste" cayeron en el
desastre ... Una y otra vez, cuando Finney proponía volver a visitar alguna de
las iglesias, le enviaban delegaciones o se utilizaban otros medios a fin de
evitarle ver y sentir lo que ellos consideraban un motivo de aflicción
innecesaria. 28

"Incluso después de haber pasado una generación", señala Warfield,


"estos hijos quemados habían perdido el gusto por el fuego",29

UN FINAL TRISTE
Finney se desanimó cuando sus métodos fallaron. Aceptó la posi-
ción de pastor de la Iglesia Congregacional del Tabernáculo de Broadway
Apéndice 2 269

en la ciudad de Nueva York, y más adelante la presidencia de la univer-


sidad Oberlin en Ohio. Dedicó sus energías al desarrollo de sus doctri-
nas perfeccionistas y al trabajo de administración académica.
En una evaluación posterior de su carrera evangelística, Finney
escribió: "En muchas ocasiones serví como un instrumento para llevar
cristianos a un estado de gran convicción y de arrepentimiento temporal
y fe ... [pero] a veces fracasé en urgirles a profundizar en el conocimiento
de Cristo hasta el punto en que pudieran permanecer en Él, y por esa
razón volvieron a caer en poco tiempo en su estado anterior" .30 Al darse
cuenta de que su metodología evangelística había fallado, Finney, como
el pragmático que siempre fue, llegó a la conclusión de que sus
enseñanzas perfeccionistas eran la clave real para el ministerio de éxito.
En mirada retrospectiva sintió que habría sido exitoso si hubiera
predicado un mensaje perfeccionista fuerte basado en el temor, pero si
hubiera vivido lo suficiente, habría descubierto que el perfeccionismo
plantaba semillas de un desastre espiritual peor que el producido por el
evangelismo superficial.
Un contemporáneo de Finney dijo:

Durante diez años, se infonnó que cientos y quizás miles de personas, se


convertían cada año por todos lados; pero ahora se admite que los verdaderos
conversos [de Finney] en realidad son muy pocos en comparación. Algo que
hasta él mismo declara, es que "la gran mayoría de ellos son una deshonra
para la religión"; como una consecuencia de estas defecciones, hay males
grandes, terribles e innumerables que han acaecido a la iglesia)!

De modo que la influencia de mayor permanencia y alcance que


tuvo Finney no tiene que ver con multitudes de almas salvadas o peca-
dores alcanzados con el evangelio. Parece que esos efectos fueron por
entero superficiales ya que se desvanecían tan pronto Finney salía de
los pueblos que visitaba. El legado real de Finney es el efecto desastro-
so que tuvo en la teología evangélica norteamericana y en la metodolo-
gía evangelística. La iglesia en nuestra generación todavía está impreg-
nada de la levadura introducida por Finney, y el pragmatismo evangéli-
co moderno es prueba de ello.
270 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

1. B. B. Warfield, Peifectionism, [El perfeccionismo] 2 vols. (Nueva York: Oxford,


1932), vol. 2, p. 10.
2. Charles G. Finney: An Autobiography [Autobiografía de Carlos Finney] (Old
Tappan, N.J.: Revell, s.f.), p. 78.
3. Ibfd., p. 6.
4. Ibfd., pp. 6-7.
5. Ibfd., p. 7.
6. Ibfd., p. 8.
7. Ibfd., p. 12 (cursivas añadidas).
8. Ibfd., p. 16.
9. lbfd., p. 17.
10. Ibfd., p. 20.
11. Ibfd., p. 22.
12. Ibfd., p. 25-26.
13. Warfield, vol. 2, p. 21.
14. Autobiography, p. 59.
15. Ibfd., p. 59-60.
16. Finney escribió: "En todas partes he encontrado que las peculiaridades del hiper-
calvinismo han sido una gran piedra de tropiezo, tanto para la iglesia como para
el mundo. Una naturaleza pecaminosa en sí misma, una incapacidad total para
aceptar a Cristo y para obedecer a Dios, condenación a muerte eterna por el
pecado de Adán y por una naturaleza pecaminosa, y todos los demás dogmas
similares que son el producto de esa escuela peculiar, han sido la piedra de tro-
piezo para los creyentes y la ruina de los pecadores" (Ibfd., pp. 368-69). Sin
embargo, las doctrinas que Finney enumera no son doctrinas únicas y exclusivas
del hipercalvinismo, sino que son ortodoxia calvinista simple, y en la mayoría
de los casos, enseñanzas bíblicas sencillas y claras. Finney las echó todas'por la
borda y de esa manera repudió el corazón de la teología bíblica.
La teología sui géneris que Carlos Finney inventó estaba llena de problemas,
en particular en el área de la santificación. Finney desarrolló una forma radical
de perfeccionismo, lo cual a su vez engendró muchas otras ideas fanáticas entre
sus seguidores. B. B. Warfield escribió una crítica completa y devastadora de la
teología de Finney en su obra en dos volúmenes titulada El perfeccionismo, vol. 2,
pp. 1-215.
Finney se equivocó al no considerar con el esmero suficiente que los avivamientos
más robustos del siglo dieciocho en Norteamérica incluido el denominado "Great
Awakening" o gran despertar, tuvieron su origen en la doctrina calvinista. Jonathan
Edwards, George Whitefield, David Brainerd y los primeros bautistas fueron todos
abanderados de un fuerte calvinismo, pero al mismo tiempo mantuvieron un celo
enérgico y un compromiso activo por el evangelismo. Desafortunadamente, Finney
tenía demasiadas ganas de prescindir de ese legado para proceder a fOIjar su
Apéndice 2 271

propia rúbrica teológica. La perspectiva pragmática que fue parte esencial e in-
separable del sistema de Finney ha perdurado hasta la actualidad, incluso entre
muchos cristianos que deplorarían las innovaciones doctrinales de Finney.
17. Autobiography, p. 42.
18. lbíd., p. 339.
19. lbíd., pp. 56-58.
20. lbíd., p. 51.
21. lbíd., p. 51.
22. lbíd., p. 59.
23. Revivals of Religion [Avivamientos religiosos] (Old Tappan, N.J.: Revell, s.f.),
p.4.
24. lbíd., p. 5.
25. lbíd., p. 211 (cursivas añadidas en el original).
26. Aunque parezca raro, es posible que Finney mismo haya contribuido a acuñar
esta expresión. En sus memorias se refería al área como "un distrito quemado",
a causa de la resistencia que encontró allí a sus propias iniciativas de avivamiento.
Autobiography, p. 78.
Un análisis secular fascinante de la región y su historia de avivamientos ha
sido escrito por Whitney R. Cross, The Burned-Over District: The Social and lntellectual
History of Enthusiastic Religion in Westem New York, 1800-1850 [El distrito
carbonizado: la historia social e intelectual de la religión entusiasta en Nueva
York occidental entre 1800 y 1850] (Nueva York: Harper Torchbooks, 1950).
27. Citado en Warfield, vol. 2, p. 26.
28. lbíd., vol. 2, pp. 26-27.
29. lbíd., vol. 2, pp. 28.
30. Citado en Warfield, p. 24.
31. lbíd., p. 23.
11
APÉNDICE 3 11

,
SABIDURIA CARNAL
,
FRENTE A SABIDURIA
ESPIRITUAL

Este apéndice incluye una selección adaptada del libro "A


Soliloquy on the Art of Man-Fishing" ("Soliloquio sobre el arte
de pescar hombres"), escrito por Thomas Boston en inglés antiguo.
Boston fue un pastor evangélico en Ettrick, Escocia, a principios
del siglo dieciocho. Fue un escritor prolífico en la tradición
puritana, recordado por varias obras importantes, incluidas Hu-
man Nature in Its Fourfold State (La naturaleza humana en su
condición cuádruple), y The Crook in the Lot, or The Sovereignty
and Wisdom of God Displayed in the Afflictions of Men (La
curvatura en el hado, o la soberanía y la sabiduría de Dios
manifestadas en las aflicciones de los hombres). Ambos libros son
impresos y distribuidos en la actualidad. La perdurabilidad de las
obras de Boston es un testimonio elocuente de la naturaleza
imperecedera de las verdades que trató, como se hace evidente de
manera especial en esta selección. Aunque la palabra pragmatismo
no se inventaría hasta unos doscientos años después, Boston
presenta en este escrito un ataque aplastante contra el ejercicio
pragmático del ministerio.
274 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

El mandato de nuestro Señor: "Venid en pos de mí, y os haré pesca-


dores de hombres" (Mt. 4: 19), cursivas añadidas), implica un renunciar
a nuestra propia sabiduría. La sabiduría humana no puede ser nuestra
guía (Mt. 16:24); debemos negarnos a nosotros mismos. Pablo rehusó
predicar con la sabiduría de las palabras humanas (1 Co. 1:17), y tam-
poco siguió las reglas de la sabiduría carnal. Por lo tanto, oh alma mía,
renuncia a tu propia sabiduría. Busca la sabiduría que viene de lo alto;
procura predicar las palabras del Dios vivo y no las tuyas. Una vez que
hayas determinado seguir en esta dirección, orando para no predicar de
acuerdo a tu propia sabiduría y razón natural, recibirás la señal de la
bendición de Dios.
No tomes el sendero de la razón natural ni sigas las reglas de la
sabiduría carnal. Su argumento siempre será: "Sálvate a ti mismo.
Protege tu honor y tu reputación entre los demás. Si hablas con franqueza
te llamarán alborotador y tu predicación será tildada de reaccionaria.
Todas las iglesias tendrán pavor de ti como si fueras un monstruo que
les manda al infierno con su predicación, y por eso no te van a aceptar
en ninguna parte ni podrás establecerte en algún lugar. Nunca vas a ser
del agrado de aquel hombre que tiene gran influencia en la iglesia.
Después de todo, la predicación directa no es la manera de ganarse a las
personas porque los amedrenta desde el mismo comienzo. En lugar de
hacer esto, deberías atraerles poco a poco mediante una gran delicadeza,
por lo menos al principio. Porque esta generación no es capaz de resistir
la doctrina que tú predicas".
Más bien, escucha y sigue las reglas de la sabiduría que viene de lo
alto: "Porque la sabiduría de este mundo es insensatez para con Dios"
(l Co. 3:19). Aquello que es tenido en mucha estima entre los hombres
es nada ante los ojos de Dios. La sabiduría que viene de lo alto nos dice
que debemos negarnos a nosotros mismos (Mt. 16:24; Lc. 14:26). No
podemos buscar honor, reputación, aclamación y otros encantos
terrenales. La sabiduría celestial nos dice que sin importar la manera en
que quiera llamarnos la gente, todavía tenemos que cumplir este deber:
"Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta, y
anuncia a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado" (Is.
58: 1). La sabiduría divina nos dice: "no sois muchos sabios según la
carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles" los que son llamados
(1 Co. 1:26), "sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar
Apéndice 3 275

a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo


fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no
es, para deshacer lo que es" (vv. 27, 28). "Les hablarás, pues, mis
palabras, escuchen o dejen de escuchar; porque son muy rebeldes" (Ez.
2:7). La sabiduría de Dios te mostrará reglas contrarias a las de la
sabiduría carnal. Considera pues lo que dice la sabiduría carnal, y lo
que dice la sabiduría que es de lo alto.
De esta manera puedes ver cómo la sabiduría carnal, aunque habla
de manera convincente y con mucha razón aparente, es bastante contra-
ria a la sabiduría que es de lo alto (cp. Stg. 3:15-18). Promete grandes
ventajas a los que la siguen, pero sus promesas no siempre son cumpli-
das. Amenaza con gran calamidad a quienes la desafían, pero sus ame-
nazas tampoco se hacen realidad todas las veces. Hace de montículos
montañas y de montañas montículos. Por lo tanto, tú rechaza la sabidu-
ría del mundo, porque es insensatez para con Dios.
El precepto carnal nos quiere infundir temor de los que solo pueden
matar el cuerpo, yeso que ni siquiera lo están haciendo mucho en estos
días. La sabiduría mundana también nos precisaría desprendemos del
temor verdadero de Dios, pero recuerda esto y úsalo para fortalecerte:
"El temor del hombre pondrá lazo; mas el que confía en Jehová será
exaltado" (Pr. 29:25). Nunca procures hacerte al lucro temporal poniendo
en peligro tu alma, sino "Espera en Jehová, y guarda su camino, y él te
exaltará para heredar la tierra; cuando sean destruidos los pecadores,

SABIDURÍA CARNAL SABIDURÍA ESPIRITUAL

Tu cuerpo es débil; no lo Tu cuerpo es de Dios al igual que tu


desgastes porque no puede espíritu; no impidas que sea usado
resistir trabajos pesados, trajín para que Dios sea glorificado:
y estrés. Cuida de ti mismo. "Porque habéis sido comprados por
precio; glorificad, pues, a Dios en
vuestro cuerpo" (1 Co. 6:20). Pablo
dijo que había estado "en trabajo y
fatiga, en muchos desvelos, en
hambre y sed, en muchos ayunos, en
frío y en desnudez" (2 Co. 11 :27),
276 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

,
SABIDURÍA CARNAL SABIDURIA ESPIRITUAL

pero Dios "da esfuerzo al cansado,


y multiplica las fuerzas al que no
tiene ninguna" (Is. 40:29). Esto es
algo que tú mismo has experimen-
tado.

Trabaja con diligencia para Cristo te envió "a predicar el


adquirir fluidez y elocuencia evangelio; no con sabiduría de
en tu manera de hablar; el palabras" (1 Co. 1: 17). No prediques
estilo fino es muy atractivo y "con excelencia de palabras o de
sin él todos tendrán en poca sabiduría" (1 Co. 2: 1). Tu mensaje
estima tu predicación. y predicación no deberían "con
palabras persuasivas de humana
sabiduría" (v. 4).

Trata de ser suave y reposado "Clama a voz en cuello, no te


en tu predicación. No ataques detengas; alza tu voz como trompeta,
los pecados particulares del y anuncia a mi pueblo su rebelión, y
medio o de las personas a a la casa de Jacob su pecado" (ls.
quienes predicas. 58:1). "Mejor es reprensión
manifies-ta que amor oculto" (Pr.
27:5). "Procura con diligencia
presen-tarte a Dios aprobado, como
obrero que no tiene de qué
avergonzarse, que usa bien la
palabra de verdad" (2 Ti. 2: 15).

Si no eres sutil, tus oyentes se "El que reprende al hombre, hallará


irritarán contra ti y pueden después mayor gracia que el que
crearte problemas. Sería muy lisonjea con la lengua" (Pr. 28:23).
necio de tu parte que hablaras Esto es algo que he experimentado.
con arrojo a una generación "He aquí yo he hecho tu rostro fuerte
como esta, j que hasta en su contra los rostros de ellos, y tu frente
aspecto exterior es desagra- fuerte contra sus frentes ... no los
dable! temas, ni tengas miedo delante de
Apéndice 3 277

,
SABIDURÍA CARNAL SABIDURIA ESPIRITUAL

ellos, porque son casa rebelde" (Ez.


3:8, 9). La experiencia también
confirma que esto es una realidad.

Corres un riesgo al hablar con "El que camina en integridad anda


franqueza y mencionar proble- confiado" (Pr. 10:9). "El que en
mas específicos: puede haber integridad camina será salvo" (Pr.
en ello más peligro del que 28:18).
supones.

Serás percibido como un " ... si alguno entre vosotros se cree


insensato y como un mons- sabio ... hágase ignorante, para que
truo; serás llamado quejum- llegue a ser sabio" (l Co. 3:18). " ...
broso y perderás tu reputación hemos llegado a ser espectáculo al
y prestigio, lo cual necesitas mundo ... Nosotros somos insen-
preservar. La gente te probará satos por amor de Cristo" (4:9, 10).
y aborrecerá; ¿para qué quedar "El siervo no es mayor que su señor.
expuesto a tales trances? Si a mí me han perseguido, también
a vosotros os perseguirán" (Jn.
15:20). ¿Qué importa lo que la
gente diga de ti? Después de todo,
muchos dijeron de Jesús: "Demonio
tiene, y está fuera de sí" (Jn. 10:20).
Él dijo: "Si alguno quiere venir en
pos de mí, niéguese a sí mismo, y
tome su cruz, y sígame" (Mt.
16:24). "Si el mundo os aborrece,
sabed que a mí me ha aborrecido
antes que a vosotros", dice nuestro
Señor (Jn. 15:18).

En especial, las personas N o haré ahora acepción de


importantes se van a ofender a personas, ni usaré con nadie de
no ser que les hables con títulos lisonjeros. Porque no sé
halagos y aprendas a compla- hablar lisonjas; de otra manera, en
278 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

SABIDURÍA CARNAL SABIDURÍA ESPIRITUAL

cer sus gustos. Además, si breve mi Hacedor me consumiría"


estas personas que son sabias (Job 32: 21, 22). "¿Acaso ha creído
y poderosas te menosprecian, en él alguno de los gobernantes, o
¿qué respeto vas a tener por ti de los fariseos?" (Jn. 7:48); "mirad,
mismo? hermanos, vuestra vocación, que no
sois muchos sabios según la carne,
ni muchos poderosos, ni muchos
nobles" (1 Co. 1:26). "Hablaré de
tus testimonios delante de los reyes,
y no me avergonzaré" (Sal. 119:46);
"si hacéis acepción de personas,
cometéis pecado, y quedáis
convictos por la ley como
transgresores" (Stg. 2:9). "

Nuestro pueblo acaba de salir "Les hablarás, pues, mis palabras,


de la jerarquía opresora de una escuchen o dejen de escuchar;
iglesia estatal. N o es su deseo porque son muy rebeldes" (Ez. 2:7);
que ciertos pecados sean "oirás, pues, tú la palabra de mi
revelados ni que se vuelvan a boca, y los amonestarás de mi parte.
abrir heridas viejas. Tampoco Cuando yo dijere al impío: De cierto
pueden soportar ciertas morirás; y tú no le amonestares ni
doctrinas. Algo mejor para le hablares, para que el impío sea
ellos sería la enseñanza de apercibido de su mal camino a fin
doctrinas más benignas. Evita de que viva, el impío morirá por su
todas las cosas negativas, la maldad, pero su sangre demandaré
doctrina que tenga tales cosas de tu mano" (3:17, 18). "Vive
puede hacerles mucho daño y Jehová, que 10 que Jehová me
nada de bien. hablare, eso diré" (1 R. 22:14).

Si llegas a predicar tales cosas, "Clama a voz en cuello, no te


la prudencia requiere que detengas ... " (Is. 58:1). "Maldito el
hables de ellas con mucha que hiciere indolentemente la obra
cautela. Si la conciencia dice de Jehová" (Jer. 48: 10). "Antes bien
que debes hablar, hazlo de una renunciamos a 10 oculto y
Apéndice 3 279

SABIDURÍA CARNAL SABIDURÍA ESPIRITUAL

manera encubierta, para que vergonzoso, no andando con


no ofendas demasiado a la astucia, ni adulterando la palabra
gente. Esto tiene una impor- de Dios, sino por la manifestación
tancia especial con respecto a de la verdad recomendándonos a
personas que son jóvenes en la toda conciencia humana delante de
fe. Toma todo el tiempo que Dios" (2 Co. 4:2, cursivas añadi-
se requiera para exponerles a das). Pedro, en su predicación a
las verdades duras y suavizar- incrédulos en el primer sermón de
les todo 10 posible; no quieres la era cristiana, dijo a los indaga-
que los creyentes nuevos dores judíos: "a éste [Hombre], ...
salgan corriendo espantados. prendisteis y matasteis por manos
de inicuos, crucificándole" (Hch.
2:23). "Me es necesario hacer las
obras del que me envió, entre tanto
que el día dura; la noche viene,
cuando nadie puede trabajar" (Jn.
9:4).

En especial debes ser agra- "Hacer acepción de personas no es


dable para quienes tienen la bueno; hasta por un bocado de pan
mayor influencia en la iglesia, prevaricará el hombre" (Pr. 28:21).
por 10 menos hasta que estés "Hágase la voluntad del Señor"
bien instalado y asegurado con (Hch. 21: 14, 15). Dios ha "ha
holgura de salario. De otra prefijado el orden de [tus] tiempos,
manera, vas a tener que estar y los límites de [tu] habitación"
buscando empleo todo el (Hch. 46: 10). "Mi consejo
tiempo, porque las iglesias se permanecerá, y haré todo 10 que
van a amilanar contigo y no te quiero" (Is. 46: 10). "Dios hace
van a llamar. ¿De qué vas a habitar en familia a los desam-
vivir entonces? Por 10 tanto, la parados ... mas los rebeldes habitan
predicación franca y directa en tierra seca" (Sal. 68:6). "El
puede ir en detrimento de tu hombre de verdad tendrá muchas
manutención. Un proceder bendiciones; mas el que se
más sutil te asegurará un apresura a enriquecerse no será sin
ministerio más amplio. culpa" (Pr. 28:20). "El temor del
280 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

SABIDURÍA CARNAL SABIDURÍA ESPIRITUAL

hombre pondrá lazo; mas el que


confía en Jehová será exaltado" (Pr.
29:25).

De esta manera puedes ver cómo la sabiduría camal, aunque habla


de manera convincente y cun mucha razón aparente, es bastante contraria
a la sabiduría que es de lo alto (cp. Stg. 3:15-18). Promete grandes
ventajas a los que la siguen, pero sus promesas no siempre son cumplidas.
Amenazad con gran calamidad a quienes la desafían, pero sus amenazas
tampoco se hacen realidad todas las veces. Hace de montículos montañas
y de montaás montículos. Por lo tanto, tú rechazas la sabiduría del
mundo, porque es insensatez para con Dios.
El precepto camal nos quiere infundir temor de los que solo pueden
matar al cuerpo, yeso que ni siquiera lo están haciendo mucho e estos
días. La sabiduría mundana también nos precisaría desprendemos del
temor verdadero de Dios. pero recuerda esto y úsalo con fortalecerte:
"El temor del hombre pondrá lazo; mas el que confía en Jehová será
exaltado" (Pr. 29:25). Nunca procures hacerte al lucro temporal
poniendo en peligro tu alma, sino "Espera en Jehová, y guardar su
camino, y él te exaltará para heredar la tierra; cuando sean destruidos
los pecadores, lo verás" (Sal. 37:34). Su camino es el camino más seguro,
aunque la sabiduría camal diga lo contrario y llame su camino mera
locura. Por encima de todo, recuerda que "lo insensato de Dios es más
sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres"
(1 Co. 1:25).
"Lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y
lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar·a lo fuerte" (v. 27).
"Para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres,
sino en el poder de Dios" (2:5).
"Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a
los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios. Pues está escrito:
Destruiré la sabiduría de los sabios, y desecharé el entendimiento de
los entendidos. ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde
está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría
Apéndice 3 281

del mundo? Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció


a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por
la locura de la predicación" (1 Co. 1:18-21, cursivas añadidas).
"No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy
tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con
la diestra de mi justicia. He aquí que todos los que se enojan contra ti
serán avergonzados y confundidos; serán como nada y perecerán los
que contienden contigo" (Is. 41:10, 11).
~

11
INDICE DE TEMAS 11

A
Aborto, el dilema de las iglesias orientadas al consumidor
con respecto al 219, 225, 228
Absolución, rito de 211
Adoración, estilos diferentes de 18, 49, 56, 111
Ananías y Safira, el pecado de 56, 69, 71
Andover, desviación teológica del seminario teológico de 239
Aniquilación espiritual, creencia en la 71, 72
Arrninianismo 94, 187, 232
Arrianismo 232

B
Barna, George, su aclaración acerca de las concesiones 52, 146
Booth, Samuel Harris, su participación dudosa en
la controversia del declive 246
Brow, Robert, sobre cambios enormes en la iglesia evangélica 226
Brown, Dr. David, sobre la alteración del evangelio 187

e
Calvino, Juan, sobre 1 Corintios 9: 19-23 109
Campañas de avivamiento, origen de las 186, 240, 289, 295
Camalidad 242
Compromiso, mensaje grabado sobre el 48, 69, 108, 123, 143, 248, 257
Comunidad de gracia, crecimiento de la iglesia 19, 81, 203
Comunión fraternal, prioridad de la 14, 70, 114, 258
Concesiones, pecado de hacer 47, 71, 105, 123
Contextualización 162
Crecimiento, preocupación de la iglesia con el 213
Credos 232
Crimen, incapacidad de la sabiduría mundana para tratar el 130
Cristianismo evangélico 117
Cross, Whitney R., sobre el "distrito carbonizado" 271, 272
Cruz, la Véase Evangelio 34
Culross, Dr. James, carta de Spurgeon a 249, 252
Cultos de iglesia los sábados 50

D
Dale, R. w., su respaldo de Spurgeon 186
Darwin, Charles, su exposición al socinianismo 235
Dewey, John, su defensa del pragmatismo 12
284 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

Discipulado, definición del 216


Discoteca, música de, utilizada en iglesias 50
Divorcio, incapacidad de la sabiduría mundana para 131
Dixon, A. e., editor de la obra Los fundamentos 122
Doddridge, Philip, su tolerancia excesiva 234
Drama, su utilización en las iglesias 13

E
Encuestas 102, 109, 204
Entretenimiento, preocupación de los evangélicos con el 220
Epiménides, el poeta 171, 173
Espectáculos musicales en las iglesias 18
Evangelio, la alteración de 19
Evangelismo,bíblico 25, 88
"Evangelista transexual",la 101
Exhibiciones de lucha libre utilizadas en iglesias 18, 77, 78

F
Familia, prioridad de la 215
Feminismo, el dilema de las iglesias al gusto del 219
Fosdick, Harry Emerson, su defensa del pragmatismo 91, 185
Fumar, actitudes cambiantes de los evangélicos acerca de 117
Fundamentalismo, origen del 122

G
Glover, Richard, sobre la controversia del declive 253
Gray, James M., su contribución a Los fundamentos 122
Guerra, incapacidad de la sabiduría humana para tratar con la 130
Guinness, Os, sobre la transigencia evangélica 223

H
Hermana Paula, la "evangelista transexual" 101
Hipercalvinism, valor del 268
Hipocresía, pecado de 28, 65
Homosexualidad, el dilema de las iglesias al gusto del usuario
con la cuestión del 219, 225
Hunter, James Davison, sobre la iglesia evangélica 117

1
Iglesias gigantes 79, 82
Infierno, denigración evangélica contemporánea del 209, 226
Inmorta1idad condicional 71,
Ira de Dios 142, 153

L
La iglesia al alcance del usuario 228
Libertad cristiana 105
Lloyd-Jones, Martyn sobre las propuestas de reduci r la predicación 15, 36, 219
Lutero, Martín, sobre la enseñanza de Pablo acerca de la justicia de Dios 152
Índice de temas 285

M
Mal, existencia del 182
Marihuana, actitudes cambiantes de los evangélicos hacia la 117
Marsden, George, su libro sobre el fundamentalismo 123
McGavran, Donald A., sobre iglecrecimiento 83, 84
Mercadeo, insistencia excesiva de los evangélicos en el 14, 19, 30
Meyer, Louis, como editor de Los fundamentos 122
Modernismo 15
Moody, Instituto Bíblico 122
Moody Memorial, iglesia en Chicago 122
Morgan, G. Campbell, su contribución a Los fundame 122
Mundanalidad, definición de 177, 200, 209
Murray, John, sobre el modernismo 15
Murray, lain, su biografía de Spurgeon 256
Música estilo rap usada en iglesias 50
Música rock usada en iglesias 50, 55, 95

N
Necesidades, reales frente a percibidas 38, 62

o
Oak1ey, Henry 256
Oración, reuniones de 240
Orton, el reverendo Job 237

p
Packer, J. l., sobre el evangelismo y la soberanía de Dios 184, 199
Payasos empleados en iglesias 18, 50, 79
Peale, Norman Vincent, su defensa del pragmatismo 185
Películas restringidas para adultos, actitudes cambiantes de
los evangélicos hacia 117
People, revista de periodismo y opinión 102
Perfeccionismo, refutación de B. B. Warfield del 273
Peters, George, sobre iglecrecimiento 82
Pike, G. Holden, su biografía de Spurgeon 257
Pistas de patinaje y boliche en iglesias 79
Pobreza, incapacidad de la sabiduría mundana para tratar con la 130
Postman, Neil, su libro Amusing Ourselves to Death 75
Predicación, camal frente a espiritual 12
Programas de autosuperación empleados en las iglesias 14

R
Racismo, incapacidad de la sabiduría mundana para 131
Relevancia, preocupación por la 92
Respetabilidad académica, apetecer la 123
Respetabilidad intelectual Véase Respetabilidad académica
Rock pesado, utilización en la iglesia de esta música 50

s
Santayana, George, su defensa del pragmatismo 12
Santificación, definición de la 195
286 AVERGONZADOS DEL EVANGELIO

Schaeffer, Francis, sobre la mundanalidad 177


Schuller, Robert, su defensa del pragmatismo 88, 185
Scofield, C. 1., su contribución a Los fundamentos 122
Shindler, Robert, sobre la controversia del decliv 232, 233
Spurgeon, Carlos H. 16, 20, 75, 136
Spurgeon, James, su afmnación de una declaración doctrinal décil 256, 257
Sucesión papal 205

T
Taberna, la iglesia vista como una 92
Televisión, cultos de iglesias por 50, 102
Time, revista informativa y de opinión 50
Tolerancia excesiva del error 41
Torrey, R. A., como editor de Los fundamentos 122
Tozer, A. W., sobre el pragmatismo 76

u
Unión Bautista 24

v
Varley, Henry, Spurgeon y 157
Vincent, Marvin R., sobre los ministros que confeccionando
los becerros al gusto de la gente 185

w
Wagner, C. Peter, sobre iglecrecimiento 84
Wall Street Joumal, The 77
Warfield, B. B., su contribución a Los fundamentos sobre Carlos Finley
y el perfeccionamiento 122
Webster, Douglas D., su crítica del mercadeo de la iglesia 141
I

L
ISBN 0 - 8254 - 1530- 6

111 111
9 780825 415302

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