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MALENA LASALA
11
SÓCRATES Y EL ARTE
DE LA FUGA
Editorial BU,los
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SÓCRATES Y EL ARTE
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11
MALENA LASALA
11
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r ÍNDICE
1(09 1) Lasala, Malena
LAS Sócrates y el arte de la fuga. - la. ed. - Buenos Aires' .
Blblos, 1 9 9 6 . . .
160 pp.; 20x14 cm. - (Filosofía)
ISBN 950-786-108-4
EL DISCURSO MAL-LOGRADO:
PLATÓN PSICOANALÍTICO
LA ÚLTIMA ESCENA
(Un cuento de filósofos)
[ A 1
10 Malena Lasala
M.L.
'PLATÓN DES-CONTEXTUADO
La fIlosofia vive de una paradojil capaz de ahorrarle la supondría "abrir" los textos, sin encerrarlos de antemano en
muerte. Así como se ha pod~do hablar del fin <le las ideologías, los límites de su propio discurso .
.:¿;. es, quizá, una imposibilidaCl de principio hablar del fin de la He aquí, pues, al final de este rodeo, el lugar en que me
fIlosofia. Justamente por esa paradoja que la constituye: la ubico para que los textos platónicos -testimonio ejemplar
, fIlosofia gust~ de la totalidad, por eso es concepción del de ese clima peligroso y vivificante de la filosofia- ~e ha-
mundo, opinión elevada a sistema; la fIlosofia aborrece la blen:
facilidad, por' eso disuelve todo sistema y pulveriza las
produc~iones, por cierto trabajosas, de su propio gusto. • En el movimiento de su pensamiento, sin preocuparme
;' ,
i,
Como sistema, la fIlosofia exige que nada quede fuera, por encontrar la consistencia de un sistema.
J aplasta la diferencia. En el símil irónico de Adorno, se • En eljuego de resonancias que ese moVimiento desata,
I
comporta como la reina de Blancanieves frente al espejo: no casi como si me situara en el angustioso espacio de la
soporta que exista mujer más bella. Como lo otro del siste- experiencia poética: el de la liberación de un sentido que
ma. la fIlosofia es movimiento de un pensar intransigente en jamás se cierra.
su exigencia de verdad. Exigencia que violenta el íntimo
mecanismo que lo impulsa a cerrarse. Creo que, de este modo, hago justicia á una dimensión
Como movimiento de un pensar que borra siempre la nada banal del pensamiento platónico, esa experiencia fi-
t?t~.ización que busca, la fIlosofia goza de su propia impo- losófica única y sin retorno en el decurso histórico de la
sIbilidad.Goza de lo imposible en dos sentidos. Gusta ha- filosofia misma: el diálogo.
blar de lo que no se puede hablar: cultivar "la paradoja de
decir lo indecible". Y goza en mantener en lejania lo deseado:
es amor,' enthousiasmos. Quizá sea este doble goce la ***
::¡ compensación subjetiva de aquella intransigencia: la oos-
tinación por la verdad, que $e opone a toda "dietética" del ¿A quién va dirigido, fmalmente, este trabajo?
alma. Su titulo revela más bien un desde dónde y tal vez un
Si la fIlosofia se realiza en la liquidación de los sistemas contra qué. Por un lado, se alimenta de una experiencia
que ella misma produce, hay un' aspecto en que las dos psicoanalítica personal e intransferible. Por el otro, quiere
antiguas rivales -filosofia y poesía- se asimilan: si asumir cierta intención crítica' con respecto a la psicología.
arrancamos ciertos textos filosóficos de sus contextos sis- No me refiero a la psicología como práctica que en manos
temáticos, ellos pueden reverberar con ecos imprevisibies nobles produce sin duda efectos saludables. Tampoco al
en recintos que, originariamente, les eran ajenos. poder de este moderno saber del alma que individuos, gru-
Acaso el que quiera "hacerse el oído" para esas viejas pos e instituciones disputan con tanto ahínco. Apunto a lo
voces, deba ejercitarse en la práctica de deS-interpretar. Ello que 'me es más visible desde la filosofia y desde los límites 'de
mi propia experiencia: la psicología como discurso. Como
contrapartida del saber que éste pretende instituir, me pro-
n:
la ejor introducción a la filosofia que para mí pued~ encontrarse. Cf.,
particulannente, t. 1, pp. 43 Y 197.
pongo mostrar la posibilidad de un discurso sobre el alma
16 Malena Lasala UN DISCURSO IRRITANTE
r 171
18
Malena Lasala Un discurso irritante 19
20
Malena Lasala Un discurso irritante 21
De este modo la tera ia' a l' Cuidado de sí mismo y dialogos. Su unión, en realidad,
bastarse a sí mis~a. Es el ~1 1.
lcad~ al. cuerpo no puede no va de suyo. Que el cuidado de sí mismo exija una tecne
grado" debe ser sometido :~ho que pnmero ~ en máximo que lo guíe se explica por la insuficiencia de todo lo que está
-noción básica de Alcib'ad er~pelQ. El CUIdado de sí sujeto al "devenir".7 Pero que esa tecne tenga que ser el
l es- VIene así a convertirse en ' dialogas reclama una mayor reflexión.
6. Sócrates dice haber recibid _ .
discípulo del dios ZalmoXis. o estas ensenanzas de un médico tracio,
7. El ejemplo del cuerpo en República, L. l, 341e, puede aplicarse por
supuesto al hombre, a secas: "Por ejemplo -dije yo- , si me preguntaras
' - - .-,-~-"-
_o_- ,- - .••
--
-
" - .- ,- - ...-
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24 Malena Lasala Un discurso irritante
¿Por qué el otro de la búsqueda común? ¿Por qué el otro aporética de los diálogos juveniles -su interrupción en
del "silencioso diálogodel alma consigo misma"? (Teet. 18ge- el instante en que, agotado el esfuerzo, se compruebada
190a) ¿Por qué el contrapunto de ambos en el cuidado del falta de salida (aporía)- expresa claramente e: fracaso de
alma singular?' ' la búsqueda lógica de definiciones como medlO de trans-
Esta interrogación exige un recorrido desde los diálogos misión de la virtud.
juveniles hasta la famosa imagen de la educación como , La educación, pues, no puede ya Uevar~e _a ~abo ni por
conversión8 de República, VII, 521c: la educación es la tecne ' transmisión del saber de la virtud -no es ldentica a la en-
de ese movimiento de "darse vuelta" del alma "desde un día señanza- ni por "identificación" con aquellos hombres-
sombrío hacia el auténtico día [... ]". arquetipo. . ,
No podría entenderse la densi,dad semántica de esta Platón sacudirá la figura cultural del maestro con una
imagen con sólo recurrir al sentido más corriente de "trans,- audacia que no puede entenderse, quizá, sin su encuentro
formación". La educación es para Platón transformación, en decisivo con Sócrates, su propio maestro. ~~ra educar. se
tanto no es lo que "ciertos hombres pretenden" cuando necesita alguien que guíe, pero esa conducclO~. no lo .UblC~
actúan como si "infundieran visión en ojos ciegos" (Rep., VII, ni en el lugar de un saber que pueda transr:~ll~rse ~ll en e
518c-d). l~gar de un modelo que pueda imitarse. El umco dIscurso
La imagen de la conversión posee, pues, una fuerza crítico- apto para una conducción que, a la vez que se asume como
polémica. Pero, además, detrás de esa oposición platónica tal desmitifica su poder, es el dialogos. '.
al modo corriente de entender la educación, se advierte su 'En uno, de los textos quizá más irónicos de la Apologta
;i
lúcido tránsito a través de una crisis propia de su época: la '(19d-20b), Sócrates niega su calidad de educador y se
"
del ideal humanista de arete. 9 Crisis de los, modelos esta- contrapone a los maestros afamados:
blecidos del hombre "auténticamente tal". Platóri vive y piensa
Claro que a mí me parece hermoso que alguien sea ca~az ,de
desde el va,cío' dejado por esa arete ausente. Si educar es educar hombres. como Gorgias Leontino, Pródico de Ceos e HIpplaS
transmitir -la arete y ésta ya no encuentra ningún modelo de Elis.
firme, la educación no 'puede realizarse por las vías tradi-
cionalmente transitadas: Continúa luego a gusto la ironía:
Sucedió que di con un hombre que había gastado más dinero en
- Por la frecuentación de los hombres portadores de aquella sofistas que todos los demás juntos [... 1 '
perfección: la educación por synousia.
- Por la enseñanza de su noción. A propósito, la estructura Finalmente, promediando su defensa y a propósito d~_ la
misión que, le ha asignado el dios, ?ace la célebre comparaclOn:
si al cuerpo le basta ser cuerpo o sI aún le falta alguna cosa, yo te contes-
taría que sí le falta y que, por esa razón, se ha inventado la medicina, porque . Si me condenan a muerte, n~ hallarán fácilmente a otro como'
el cuerpo enferma y el estado de enfermedad no le conviene". yo -por ridículo que parezca decirlo- puesto en la ciudad por el
8. El "darse vuelta": periagogue. ' ' dios como un tábano sobre un ca~allo gran~~ y noble pero que,
9. Palabra incorrectamente traducida por "virtud". Una traducción más lerdo por su mismo tamaño, neceSIta ser agUIJoneadO., 1)
propia sería "perfección". ya que arete no remite primariamente a un (Apologta, 30e-3 ,
sentido moral sino ontológico.
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26 Malena Lasala Un discurso irritante
I"h
!!, :
. LA ÉTICA DE LA BÚSQUEDA
O CONTRA EL MORALISMO EN LA ÉTICA
.
[oo.) nada nuevo, Critón: no ceséis de
c¿uidaros a vosotros mismos y todo 11"
demás estará bien hecho.
Fedón, ll5b.
previa elección valorativa que establece de entrada diferen- Sé muy bien, Sócrates, que si presto oídos a tus palabras l... ] me
cia~ de valor. El ser y el valor no están escindidos y el valor pasaría lo de siempre: tendría que admitir que, sin tener cuidado de
mí mismo, aun pretendo mezclarme en los asuntos de la poUs.
esta dado por una determinada dirección del devenir del (216a.)
~ma: .~a dirección hacia sí misma que no es otra que la
drrecclOn en el sentido de sus máximas fuerzas (dynameis). Cuando la formulación de contenidos éticos culmina en
Esta unidad de ser y valor funda, a su vez, la identidad una aporía, el máximo valor ético reside en la voluntad de no
que Platón establece, res.pectivamente, entre bien y salud, trasladar este fracaso a la búsqueda misma: -
mal y enfermedad. Ambas parejas son modalidades del alma
que traducen dos formas opuestas de su devenir: la virtud Hay puntos en' mi discurso que no me atrevería a sostener de un
se genera en ese movimiento y no sólo no puede encerrarse modo rotundo. Pero lo que. mediante la palabra y la acción, sosten-
en ningún concepto sino que es imposible aferrar imagen dría incondicionalmente. es que. si estamos convent""idos de que de·
bemos buscar lo que no sabemos, seremos mejores que si creemos
alguna fuera de aquél. que es imposible encontrar lo que no sabemos y que no debemos
En suma: la respuesta a la pregunta por el bien depende buscarlo.
de la respuesta a la pregunta por el ser del hombre y ambas (Menón, 86b.)l°
dependen de ese singular proceso de búsqueda a través del
diaLogos. - 2) Si Platón llega fmalmente a constituir una ética, sus for-
El homb:[~e no es ya, por el solo hecho de existir, lo que es. mulaciones nunca son normas con contenidos positivos. La
Pero, ademas, lo que soy y debería devenir, no Lo sé. Justo virtud es "armonía", "acuerdo consigo mismo", "autodomi-
en este límite, el pensar platónico abre la pregunta que, en nio", "orden" de las fuerzas del alma, resultante de la su-
general, queda obturada cuando se estudia a Platón desde peración de un conflicto que, sin embargo, por el devenir
- su "sistema": eso que soy y debería devenir, ¿acaso puedo irreductible del alma, se renueva siempre.
:aberlo? y SI ese saber fuera posible, ¿es en realidad un No hay, pues, en Platón, contenidos morales. Es la de
saber"? ¿En qué sentido no ló es y jamás podría serlo? Platón la ética de un drama que no puede contar su desenlace,
Que la ética platónica se mueve por entero en el espacio de una historia que puede tan sólo interrumpirse.
de estas preguntas, puede aventurarse a través de dos rasgos Ética de pobres "resultados". Y, por lo mismo, ética en la
que suelen pasar inadvertidos: - que no puede apoyarse moralista alguno.
1) El máximo valor ético del hombre se desplaza de un con-
tenido normativo a realizar, a la búsqueda del propio ser:
-una vida sin "examen" no merece ser vivida. Platón es rotun-
do: quien no lo realice, debería abstenerse-de actuar. Quien
no se cuida a sí mismo "ignora también lo que concierne a
los otros hombres" y, en consecuencia, "ignora lo que se
refi.e:e ~,la p~li~". Un hombre semejante '1amás podrá ser un
pohtico (Alclbrades, 133 d-e). Y el Alcibíades de- Banquete lo
vuelve a decir: 10. El subrayado me pertenece.
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LA FASCINACIÓN ERÓTICA
[ 33]
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Malena Lasala La fascinación erótica 35
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Malena Lasala La fascinación 'erótica 37
- La locpra como hybTis es pura desintegración interior. Platón celebra pues esta locura y se complace en ella .. La
Un impulso ciego busca en ella satisfacción y ésta se opone claramente tanto a la sensatez como a la lo~_ura Sll-:r:-
renueva fatalmente en un ciclo siempre igual que, cada plemente humanas. Por otra parte, toda la reflexlO~ plato- ,
vez, deja el alma vaCía. nica sobre el amor gira alrededor de un único esfuerzo: el de
- La "locura divina" es, en cambi(), ~ros, deseo estimulado mostrar cómo el deseo amdroso trasciende su objeto mme-
por la belleza que se entrega a la visión. Belleza: el ca- diato en una marcha ascendente hacia una belleza ,?-ue ya
rácter más manifiesto y luminoso de las realidades ,sen- no es sensible. Pero si, como se ha visto, el amor retiene el
sibles.13 Visión: la fuerza más aguda que descubre la be- abna en el objeto aÍnado, no se entiende cómo cualquier
-
movimiento del d eseo senai!pOSI 'ble. 15 : pO
lleza. A través de la mirada, el objeto "inunda" el alma
y ésta sale fuera de sí, "poseída" por. aquél. El deseo Platón afirma con la misma fuerza los dos sentidos
érótlco es, así, fascinación por el objeto, encantamiento opuestos del amor: el amor escla~~a, el ~or lib~ra.
que "fija" el alma a lo deseado. Otra vez: enthousiasmos. Más allá de la teoría de la remlI;USCenCIa que dIsuelve la
aparente contradicción,16 ¿qué o~urre si, desde el camino
La defensa y valoración de esta forma de locura ---,en transitado, intentamos articular dl.alogosy eros? Resulta una
desmedro de esa sensatez, moderación o medida que "poco nueva conjetura que permite proseguir la marcha tras los
o ningún begeficio" ha traído a los hombres- insiste una y "rastros" platónicos, . .
otra vez en Fedro: Sin la mutua fascinación de sus sUJetos, el dtalogos no
podría establecerse. En consecuencia, sólo se h~a ~~sible
No dicen verdad esas palabras que afirman que es mejor en- por el eros. Éste, a su vez, liberándose porla medIaClOn del
tregarse al que no ama porque éste es sensato y el que ama, en dialogos, impulsaría al dialogos mismo., . . ._
'cambio, está loco. En efecto, si fuera una verdad sin restricción que El dialogos aparecerá, así, como la tecne de la ,utillzaclOn
la locura es un mal, tendrían razón. Pero lo cierto es que los bienes del amor.
más grandes nos vienen de la locura que, seguramente, nos es
concedida por un don divino. (244a-b,) ,
[391
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de los tres lugares en que el interlocutor pretende "ubicarlo". [... ) lanzó una amarga carcajada y exclamó: he aquí la habitual
ironía de Sócrates. Yo bien lo sabía y les había anticipado que te
rehusarías a responc:1ery que harías cualquier cosa antes que con-
• Ellugci.r del saber. testar [ ... ]lB -
• El lugar del modelo.
• El lugar del amor. La ironía de Sócrates residiría, más que en fingir-algo, en
ese "hacer cualquier cosa antes "que contestar", en poner
otra cosa en el lugar de la respuesta, en la sustitución
LA FUGA DEL SABER -caprichosa para el interlocutor- 19 de la respuesta espe-
rada.
Se ha insistido en el sentido edl,lCativo de la ironía so- Sócrates se rehusa él contestar. La fuente de su ironía es
crática: "[ ... ] la ironía socrática, que finge ignorancia; es una esa negativa inexorable.
obligación impuesta por la misma misión sagrada de abs- Sócrates no simula, en realidad, nada. Cuando dice que
tenerse de la enseñanza dogmática, un imperativo categó- no sabe es porque no sabe:
rico para el verdadero maestro" (R. Mondolfo, Sócrates,
y el reproche que se me hace de que pregunto a los otros pero -
Buenos Aires, Eudeba, Cuad. Nº 8, 1968, pp. 75-76). yo mismo no me manifiesto por no ser en absoluto sabio, es un
Surgen, sin embargo, para mí, dos preguntas: reproche veraz.
(Teeteto, 15c.)
- ¿Es cierto que la ironía socrática consiste en "fingir" ig- Justamente, Sócrates es el primer hombre de Occidente
norancia? que eleva la conciencia de no saber a sabiduría:
- ¿Pretende Sócrates ser un "verdadero" maestro y hay que
entender por ello el simple rechazo a transmitir dogmas? Yo soy más sabio que este hombre: probablemente ninguno de
los dos sabe nada valioso, pero éste cree saber y yo, ni sé ni creo
saber. -
Pienso que la ironía socrática no reside en ninguna si- (A¡;ologia, 21d-e.)
mulación. Pienso, también, que más que en el auténtico
maestro, Sócrates se reconoce en el anti-maestro, figura que Sin embargo, Sócrates conduce el dialogas, por lo tanto
él mismo inaugura. también sabe. Sócrates sabe y no sabe. Habría que desarro-
Sabido es que Sócrates se limita a preguntar. Aun cuan- llar esta aparente contradicción. Dejemos lugar, otra vez, a
do la pregunta contenga una respuesta, la forma interrogativa- los textos:
introduce- la posibilidad del no y transforma la presunta Porque la naturaleza humana es demasiado débil como para
respuesta en una pura conjetura que abre el discurso. que alguien pueda poseer tecne y conducir a otro en aquello que él
mismo no ha experimentado. -
Escuchemos la reacción ofendida de Trasímaco en Re- (Teeteto, 149c.)
pública (1, 337a):
Es inútil que me digas, Hipótales, si tú amas o no. Sé que amas bello pasaje del Zaratustra nietzscheano: ':A c,ada' ?lima le
y que has avanzado mucho en el camino del amor. Para todo lo
demás soy deficiente y pobre. Pero he recibido del dios el saber pertenece un mundo distinto. Par:a cada alma es toda otra
reconocer prontamente al que ama y es amado. alma un trasmundo. Entre las cosas más semejantes es
(Lisis, 204b-c.) precisamente donde la ilusión miente del modo más hermo-
Calicles, si las experiencias, distintas para cada uno no tuvieran so. Pues el abismo más pequeño es el más difteil de salvar'21
algo común, si cada uno de nosotros experimentara algo que nada (Así hablaba'Zaratustra, O.C., Madrid, Aguilar, t. VI, 1,932,
tuviera que ver con lo que experimentan los otros, no sería fácil p. 1~8).
hablar l... ) Pero he observado, y por eso digo esto, que los dos
estamos sintiendo lo mismo, en Ümto que, con relación a objetos
La simulación socrática de la ignorancia es, pues, una
distintos. ambos amamos. incorrecta interpretación de su ironía. Es, tan sólo, la ver-
(6orgias. 481d.) sión.. del interlocutor, el reproche de su de~epción. En el
lugar del saber que espera, encuentra apenas el trazo que lo
Los textos hablan claramente: Sócrates sabe conducir I
porque ha hecho en sí mismo, y vuelve a hacer unay otra vez rehúsa. La ironía socrática es, así, el rastro de esa fuga.
con cada uno, la experiencia de la búsqueda. Experiencia en
que logos yeros juegan su contrapunto original. Sócrates,
LA FUGA DEL MODELO
en efecto, dice saber de una experiencia: la del eros. 20 Y
atribuye al dios el poder reconocerla en otros. ¿Cuál es, en La ironía sOcrática se realiza en el dialogas a través del
.realidad, ese poder? El de volver a recorrerla desde el lagos procedimiento técnico de la refutación. Ésta permite en-
y descubrir así, en el eros, una condición universal. Sin tender por qué el interlocutor reclama de Sócrates el saber
embargo, la universalidad del amor -o del deseo- es, a la y qué es lo que, en realidad, espera al reclamarlo. ,
vez, lo más singular. En cada hombre juega el eros una Como se sabe, la fuerza de la refutación socrática consiste
historia ·distinta, una versión -¿drama o comedia?- irre- en que, efectivamente, paraliza al interlocutor. Si Sócrates
petible y original. Con respecto a ella, ellogos socrático sólo hubiera mostrado la falsedad de la opinión de éste, de-
sabe abrir -mediante un preguntar que exaspera- el es- mostrando la verdad dela suya,22 el interlocutor habría tenido
pacio de la búsqueda común. Este 'sólo' sabe es la única medios de escapar. Siempre se encuentran razones para
"maestría" de Sócrates, tan valorada por él mismo, que darse razón a sí mismo. Pero Sócrates enfrenta al otro con
necesita dar intervención al dios:q¡.
~ su propio desacuerdo a través de la experiencia de la contra-
Querido hijo de CHnias. es imposible que realices sin mi tus dicción: sus respuestas sucesivas lo llevan a la conclusión
proyectos. tan grande es la fuerza de la que creo disponer l ... ) a tal que contradice su propia tesis. Sócrates despoja del apa:ente
punto que ni tu tutor. ni tus f8l1JÍHares ni ningún otro podria,
excepto yo; por supuesto. con la ayuda del dios. saber sin poner nada mejor en su lugar, enfrentando solo al
(Alcibíades. 105-d 106.) vacío. Por este "simple" hecho explica Sócrates el odio de sus
enemigos:
Sócrates tiene razón: la·aridez de la empresa justifica la
alianza paradójica de orgullo y humildad. Recordemos aquel
21. El subrayado me pertenece.
20. En todo lo demás. agrega. es "deficiente y pobre". 22. La antilogía. procedimiento tipico de los sofistas.
44 Malena Lasala Las tres fugas 45
Al examinar a fondo a este hombre -no necesito para nada Por otra parte, la palabra de Sócrates es, para sus oyen-
nombrarlo, era uno de'nuestros políticos- hice, atenienses, la si- tes, como el "canto de las sirenas", irresistible: "Cierro mis
guiente experiencia: examinándolo y en diálogo con él, me pareció
que el hombre parecía sabio a muchos y sobre todo a sí mismo, pero
oídos como contra las sirenas", decía Alcibíades. 23 En este
no lo era. Intenté mostrárselo. Como consecuencia, me hice odioso marco, es tan claro que los discípulos reclamaban el amor
para este hombre y para muchos de los presentes [... ) Me daba de Sócrates como el hecho de que éste se los negaba. A este
cuenta, con pesar y temor, de que me atraía los odios [... ) respecto, es notable cómo Alcibíades relata en Banquete el
(Apología, 20c y ss.)
fracaso de su seducción:
Este célebre momento de la defensa socrática nos muestra Creí que mis palabras eran como flechas que acababa de lanzar
cómo, para Sócrates, la conciencia de la ignoranCia desbarata y que, con ellas, lo había ya, herido. Me levanté, pues, y sin dejarle
la ilusión más profunda que sirve de sostén inconsciente, al decir una palabra más,lo envolví con mi manto -era invierno-, me
propio yo: "Creía ser como en realidad no soy y ya no,puedo metí bajo el suyo, raído, y ceñí con mis dos brazos a este divino y
maravilloso varón. Acostado así,' pasé la noche entera. Todo;:; mis
reconocerme en la imagen que tenía de mí". esfuerzos sólo lograron acrecentar su triunfo. Desdeñó, se burló y
Pero si la refutación socrática desbarata el juego de ilu- afrentó mi juventud, justo aquello por lo que yo creía ser algo.
siones en que se apoya la identidad, es porque, a través de Porque sabed, por dioses y por diosas, que me levanté habiendo
ella, Sócrates deja de ser lo que el discípulo esperaba que dormido con Sócrates como si lo hubiera hecho con padre o hermano
mayor. Después de esto; ¿cuál, creéis, sería mi estado de ánimo?
fuera para él: su modelo. La refut~ción del interlocutor no Por una parte, me sentía despreciado; por la otra, la índole de este
tiene como contrapartida la verificación del saber que Só- hombre me dejaba atónito [... )(219, b-e.)
crates poseería. Ante el vacío que la refutación produce, el
discípulo esperaría encontrar a su maestro en su propio Sócrates no cae en la trampa del elogio y desenmascara
lugar, como modelo. Sócrates realiza acá su segunda ma- su propósito: muestra a Alcibíades cómo permanece ence-
niobra de fuga: se niega a la sustitución e impide que el otro rrado en el círculo de la seducción:
se mantenga en la ilusión del modelo: "Seré como tú crees
Creo, Alcibíades, que no estás para nada borracho. Si lo estu-
que debo, que es como tú mismo eres". vieras, no habrías podido disimular con tal habilidad, tras tantos
circunloquios, el fin a que tendía todo tu discurso [... ) malquistarme
con Agatón para obligarme a amarte sólo ati [... ]
LA FUGA DEL AMOR: LA MAYÉUTICA '(Banquete, 222 e-d.)
Vimos ya que la relación entre este singular anti-:maestro ¿Por qué Sócrates se niega a concretar el amor?
y sus discípulos es la de una mutua fascinación. Sócrates En Teeteto, Sócrates descubre su identidad: es hijo de la
reconoce "perder la cabeza" ante la hermosura de Cármides. partera Fenaretay, como su madre, ejerce él arte de condu-
y Alcibíades nos 10 confirma: cir el parto, de ayudar a alumbrar: maieutike. la tecne de la
partera (maia).
Observad su inclinación amorosa por los bellos, su asiduidad,
cómo éstos lo deslumbran. 23. Sócrates parece constituir una excepción en esa conexión privilegiada
(Banquete, 216d.) que los griegos establecían entre eros y visión; En el amor qu~ suscitaba,
el oído supera a la visión: la fealdad de Sócrates era proverbi81.
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Las tres fugas
46 Malena Lasala
EL TRABAJO DE LA MEMORIA
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51
50 <' Malena Lasala El trabajo de la memoria
el olvido, y existe en él. Lo que olvida no es sólo aquello que gían sus vidas. Resultaba lastimoso, ridículo y extraño ver cómo la
era antes de nacer sino, más radicalmente, el olvido mismo. mayor parte de las veces se elegía aquello alo que se estaba habituado
en la vida anterior [... ) Y después de haber elegido su vida, todas las
Por eso, la palabra "reminiscencia" como traducción de almas se acercaban a Láquesis por el orden mismo que les había
anamnesis es más apropiada que "recuerdo". tocado. Y ella daba a cada una, como guardián de su vida y cum-
Fenomenológicamente hablando, el recuerdo nos remite plidor de su elección, el ha<!o que había escogido. Éste llevaba
a algo que presuntamente fue y ya no es, pero que puede entonces el alma hacia Cloto.y la ponía bajo su mano y bajo el giro
del huso movido por ella. Se sancionaba así el destino que fw.bía
traerse o aún estar en la conciencia. Elrecuerdo nos enfrenta elegido al venirle su tumo. rJespués se la llevaba al hilado de Atropo,
a lo olvidado pero no al olvido. Si nos quedáramos en el plano que hacía irreversible 10 dispuesto. De allí, sin que pudiera volverse,
del recuerdo, no podríamos hacemos la pregunta de si es iba al pie del trono de la Necesidad y, pasando al otro lado [... ) se
posible recordar o en qué medida lo es. encaminaban todos al campo del Olvido, donde hacía un calor as-
fixiante porque estaba desi1Udo de árboles y de todo cuanto produce
La anamnesis, en cambio, se mueve en otro plano: nos la tierra. Al venir la tarde, acampabanjunto al río de la Despreocu-
enfrenta al olvido yeso no significa recordar lo olvidado. Al pación, cuya agua no puede contenerse en vasija alguna [... 1y, al
contrario: la anarnriesis nos enfrentaría al olvido en tanto y beber, cada cual se olvidaba de todas las cosas. Y una vez que se
en cuanto sería imposible el recuerdo: lo olvidado no podría habían acostado y eran las horas de la medianoche, se produjo un
trueno y temblor de tierra y al punto cada uno era elevado por un
recordarse, sólo reinventarse, reconstruirse y Conmemorar- sitio distinto para su nacimiento, deslizándose todos a manera de
se a través de la imagen, en el mito. . estrellas [... 1(L. X, 617e y SS.)25
Platón habla, en Menón 85c-d, de las verdades que "sur-
gen como en sueños". Y este mismo motivo aparece des- A través de un texto como éste, se descubre el abismo
plegado en Político 277d: entre pensamiento y mito. Los mitos soportan admirable-
mente lo que para el pensamiento es una contradicción
Cada uno de nosotros, en efecto, da la impresión como de sa- intolerable. Aun aquel pensamiento que reconoce la contra:-
berlo todo en sueños y luego vuelve a ignorarlo todo al despertar.
dicción como el criterio mismo de lo real, necesita suprimir-
la: la dialéctica inaugurada por Hegel es el esfuerzo más
El "recordar" de la anamnesis sería, pues, bien singular:
gigantesco en tal sentido. Los mitos, en cambio, unen los
reconocer el olvido sin rescatar lo olvidado. El olvido sería
opuestos sin conciliarlos jamás. En ellos no hay síntesis, no
así una condición irreductible reconocida en la·anamnesis.
hay el tercer momento que "supera· conservando". Los
Dejemos hablar al mito que cierra República: 24
opuestos conviven cómodamente en la imagen mítica. Lue-
Esta es la palabra de la virgen Láquesis, hija de la Necesidad: go, si se intenta trasponer la.imagen·al concepto, surge la
Almas efímeras, he aquí que comienza para vosotras una nuev:a contradicción y la compulsión a reducirla: aunque no haya
carrera caduca en condición mortal. No será el Hado quien os elija, compensación del esfuerzo, el pensamiento no descansa en
sino que vosotras elegiréis vuestro Hado [... ) La responsabilidad es el intento de lograrlo. El mito, en cambio, reposa en la con-
del que elige, no hay culpa alguna en la divinidad. Tal-decía- era
aquel interesante espectáculo en que las almas, una por una, esco- tradicción misma. Veamos el mito citado:
La vida de cada hombre -su "devenir", diría Platón~
24. El tema del mito es la peripecia del alma después de su muerte y antes
de .su nuevo nacimiento. 25. Los subrayados me pertenecen.
54
Malena Lasala El trabajo de la memoria 55
est~ ?etermina~a desde antes ... de nacer. Esta predetermi- dialéctica que no es otra cosi;l. que el pensamiento que se
~aclOn es, al ~I~mo tiempo, resultado de la propia elección: mueve entre aquéllas y que se funda en la capacidad "sinóp-
La ~e~p.onsabIlIdad es del que elige, no hay culpa alguna en tica" propia del filósofo. 26
la DIVIDIdad".
Sin embargo, cuando se trata de las Ideas como término
. La libert~d humana es, a la vez, la más inexorable nece- del proceso erótico de la anamnesis, la aproximación a ellas
sIdad, el mas fatal destino. Primero, porque la elección no es mítica.
pu~de revertirse. Pero, más primordialmente, porque la he ¿Qué función tiene aquí el mito? '
o!VI~ado, ~orque cada cual, antes de ser lanzado a su na- , Tanto en Banquete como en Fedro, el amor es abordado
CImIento, olvida todas las cosas". Libertad y necesidad desde el mito. En ambos diálogos, el eros toma su fuerza y
sabery.no sa?er, conviven con la misma fuerza'en la image~ su condición peculiar de su origen. Éste remi~~ a una unidad
del OlVIdo, VInculable a la imagen trágica del destino. El originaria del hombre, "después" perdida, que el ero~ inteIl:ta
saber humano será siempre, a la vez, no saber. La libertad restaurar a través de la unión sexual y de la presencIa de un
humana será siempre, a la vez, fatalidad.
otro-espejo. . .
Cada hist~ria ~umana remite al "momento" inaugural en Los hombres eran al principio "tan fuertes, que qUISIeron
q~e s~ constituyo ese Olvido. Nada podría suprimirlo. La escalar el cielo y encumbrarse sobre los mismos dioses".
hIstOrIa de cada hombre tan sólo puede destejerse a través Zeus divide en dos a cada hombre, con el objeto de debilitar
de la anamnesis, para reconocerlo.
su poder (Banquete, 'Disc. de Aristófanes, 189d - 191d):
[ 57)
"""""------------------------,-"-_...._-- .... _-""- '-'
riencia del conflicto es la base empírica que autoriza a afir- hombre, de modo que quien no pueda ver en su interior, las tome
mar su complejidad: el alma es un campo de lucha, está por un solo ser, es decir, por un hombre.
(Rep., L. IX, 588c-e.)
internamente dominada por la oposición. Platón muestra
los distintos "personajes" que conviven y luchan en el inte-
rior de' un mismo ser: ' . Más adelante, vemos en acción a los tres protagonistas de
la contienda:
Leoncio, hijo de Aglayón, al subir una vez al Pireo por la parte Sostener que es conveniente lajusticia, ¿no equivale a decir que
de afuera del muro del norte, advirtió unos cadáveres tendidos en se debe obrar y hablar de modo que el hombre interior sea el más
el lugar de ~os suplicios y sintió, al mismo tiempo, deseo de verlos fuerte y domine en' lo posible al hombre entero, cuidando de la
y un movimiento de repugnancia, qu~ lo disuadía de ello. Y así criatura pol1céfala al modo del labrador, que cultiva y mejora las
estuvo luchando consigo mismo, cubriéndose el rostro con las manos, plantas útiles e impide que crezca la cizaña? ¿y, para ello, se gane
hasta que al fin, vencido por su deseo, abrió los ojos y, corriendo como aliado al león y cuide a todos a fin de mantener una perfecta
hacia los cadáveres, exclamó: "Aquí los tenéis, malditos, saciáos armonía entre ellos y consigo mismo?
con este hermoso espectáculo". (Rep., L. IX, 589b.)
(Rep., L. IV, 440a.)
En Fedro volvemos a encontrar la complejidad del alma
El resultado del análisis del conflicto es la constitución y su conflicto dentro del mito de la caída:
del alma en tres "formas" o "géneros", en estricto paralelismo
con los tres grupos que estructuran la ciudad: Es, pues, semejante el alma a cierta fuerza natural que mantie-
ne unidos un carro y su cochero sostenidos por alas [... ) En primer
1. Los "impulsos" correspondientes a las tres necesidades lugar, tratándose de nosotros, el cochero guía una pareja de caba-
llos. De los caballos, uno está constituido por elementos de la misma
básicas: el hambre, la se:l, la sexualidad. Lo que Platón índole, el otro está constituido de elementos contrarios y es él mis-
llama epithymia. mo contrario. En consecuencia, en nosotros, resulta dificil y dura
2. El "pensar" (logos o nus) que orienta y guía. -necesariamente-la conducción.
3. La "cólera" (thymos) que, por ser moldeable por ellogos, (Fedro. 246a-b.)
censura y reprime a aquellos impulsos.
Desplacemos ahora la atención desde el conflicto hacia el
El libro IX nos da esta misma "tripartición" a través de la "personaje" que parece generarlo: la criatura policéfala, el
imagen: "Una imagen formada sobre el modelo de aquellos caballo que hace dificil la conducción, esa "parte" que, en el
seres de que hablan.las antiguas tradiciones [... ] que reúnen libro IV de República, Platón ha llamado epithymia.
dive,rsas formas en un solo cuerpo [... ]". Dejemos que el texto Platón utilizará esta palabra en dos sentidos:
continúe:
- Para referirse a los "impulsos primarios".
Imagina un monstruo multiforme y policéfalo que tenga varias - Para referirse al deseo en general.
cabezas de animales, mansos los unos, feroces los otros [... )
[... ) Modela en seguida dos figuras más: la de un león y la de un
hombre, pero es preciso que la del monstruo sea la más grande y la El deseo en el primer sentido -como "parte" del ruma-
del hombre la más pequeña [... ) es descrito en Gorgias a través de una imagen que enfatiza
[.:.) Modela en tomo de ellas la imagen de un solo ser, la de un su aspecto esencial, la insaciabilidad:
60 Malena Lasala El eros transfigurado 61
A esta parte del alma donde residen los deseos, uno de los sible a curar lo que se halla enfermo y a levantar lo que está caído
forjadores de mitos, hombre ingenioso, la comparó a un tonel con l ...) ,
agujeros, por su imposibilidad de ser llenado. Efectivamente -dijo-. es la mejor manera de comportarse en."
(Gorgias,493b.) la adversidad. - y lo mejor de nosotros es lo que de tal manera se
deja guiar por el pensar. -Ya lo que nos trae sin cesar el recuerdo
El deseo en el segundo sentido es un movimiento que de nuestra desdicha y no halla nunca consuelo, ¿vacilaremos en
recorre el alma toda. ' llamarlo irracional? (Rep., L. x.604b-e.)
En República, a cada una de las tres "partes" del alma
corresponderán tres clases distintas de deseo y de placer. Si de República pasamos ahora a Fedón, el alma se
En el alma puede prevalecer una u otra de estas clases de comprende exclusivamente desde el lagos y todos los demás
deseo y ello lleva a las tres formas de vida o alma de cuya aspectos, referidos al cuerpo, funcionan primariamente como
mezcla resultarán todas las otras: la que ama la riqueza, la su obstáclJ.lo. 28 . ,
que ama la fama, la que ama la verdad. O sea, la diferencia Esta confrontación de textos abre el espacio para una
dependerá del deseo, que no es comprendido aquí como una interrogación:
parte sino como algo presente en toda el alma: un movimiento
fundado en la carencia o falta. Los hombres serán distintos - ¿Qué significan esas dos formas de entender el deseo?
no tanto por lo que poseen -llámese aptitud o como se --- ¿Qué significa esa indeterminación en el modo de entender
quiera- sino por lo que sienten que les falta y por lo tanto ia constitución del alma? .
añoran: la riqueza, la superioridad, la verdad. - ¿Habrá que intentar decidirse entre la tripartición, la
En Filebo, este sentido de deseo es retomado a propósito bipartición y la simplicidad?
del problema del origen del placer. Hay que comprender
primero, dice Sócrates, "qué es el deseo y dónde nace" (34d). Por lo pronto. pienso que no hay que intentar resolver
La respuest~ parece bastante simple: lo que está vacio esas "contradicciones". Habríaque habituarse a pensar la
busca llenarse. Y, al llenarse, experimenta placer. El deseo contradicción ,no más y no menos que como dificultad. Eso
sería, así, el movimiento que se produce entre el vacio y la permitiría demorarse en ella sin la coacción a "supf!rarla".
satisfacción. Como resultado, y con respecto al alma, podrían aproximarse
Volvamos una vez más al conflicto. ¿Cuántos son en rea- algunas conjeturas:
lidad sus "personajes"? S1 consideráramos. el alma desde su devenir; la imagen
República empieza hablando de tres y termina hablando espacial de las tres "partes" podría trasponerse en tres for-
de dos: en el ,alma, quienes combaten son el lagos y lo mas distintas de convivir el deseo y ellogos, tres "momen-
irracional (aloguiston): tos"29 de su posible dialécti~a:
La ley dice que lo más bello es conservar la calm,a en la desdicha l. En un primer momento -el momento originario- deseo
y no dej arse arrastrar a la desesperación. pues no sabemos a ciencia
cierta 10 qué hay de bueno o de malo en tales cosas 1... )
1... ) No debemos proceder a la manera de los niños que. cuando 28. ef. Fedón, los textos previos ~ las pruebas de la inmortalidad deJ::jma.
reciben un golpe, se llevan la mano a la parte golpeada y pierden el 29. Utilizo la palabra más como 'imagen que en el sentido técnico preciso
tiempo llorando, sino habituar al alma a acudir lo más pronto po- que tiene en el contexto de la filosofia dialéctica.
62 Malena Lasala El eros transfigurado 63
y pensar funcionarían como opuestos. Sería el momento del del deseo desde la fascinación erótica hasta el amor a la
deseo "reprimido". Como dice Platón en una anticipación verdad? ¿Se colmaría con ello el deseo? Volvamos a insistir:
genial, de los deseos "que surgen durante el sueño": para Platón, no hay plenitud como estado alcanzable.
Quizá, gracias al logos, la ca,lidad del deseo se transforme:
Lo que debemos reconocer es que hay en cada uno de nosotros, deje de ser insaciable para volverse imposible. Lo que el
hasta en los que parecen más moderados, una especie de deseos hombre ganaría en ese tramo casi heroico es el triunfo ima-
terribles, salvajes y sin freno que se hacen patentes en los sueños. ginario del placer sobre el dolor. .
(Rep .• L. IX. 572b.)
[ 65]
66
Malena Lasala El hilo roto de Ariadna 67
El alma se busca a través de ese pensar exasperante que que, desde su literalidad salvaje, abraza todas las metáfo-
~s :1 diálogo y sólo puede reconocerse fugazmente en las ras.
lmagenes del mito. Como ya vimos, cuando se trata del Quizá resida aquí la razón más fuerte de la triple fuga: al
~lma, Platón, o no desborda el plano de la experiencia o huir, el maestro sostiene y libera el camino de otra huida. El
mterrumpe el pensamiento con el mito. En el plano del pen- maestro huye para que se encuentre, no aquello que se
samie~9, tan sólo dice que el alma~'se asemeja a las Ideas busca, sino aquello de que huimos y que, en la huida que es
en un nIvel de parentesco mucho más profundo que el resto la búsqueda, volvemos siempre a encontrar. El dialogas sería,
de las cosas. Con lo cual, tampoco la aborda directamente así, una peculiar versión de el arte de lafuga: dúo y con-
desde el concepto. trapunto de dos fugas, íntima estructura de una persecu-
Los mitos platónicos aparecen siempre, como momentos, ción de la verdad que es huida de la muerte.
en el contexto del diálogo. Y, a la vez, lo desbordan: son Quizá, ya en el final, una cierta incomodidad obligue a
momentos de transición en que, como apunta Adorno, el preguntarse para qué esta fuga a deux. ¿Puro preciosismo?
p~n~aI~:liento estalla. Adorno asimila este procedimiento a la ¿Entretenimiento peligroso? Tal vez ambas cosas y algo más
dlalectica en el sentido que cobra desde Hegel, en la medida que queda como resto. ¿Qué produce esa paradójica evasión
en que el "salto" que la quiebra, en lugar de negarla, la que encuentra aquello mismo de que escapa? Saber que el
confirma: "[ ... ] es propio de la dialéctica no moverse en un Minotauro nos acosa porque, amarrándonos el ser, está
continuo" (op. cit, t. n, p. 212) . dentro de nosotros. Ésa es "toda" la verdad alcanzada.
.Independientemente de la pertinencia de esta asimilación Pero el largo camino de la búsqueda quizá no haga tan
lo ~ierto es que el pensamiento itinerante del diálogo s~ irrisorio el resultado. Ese discurso malogrado, ese discurso
detIene abruptamente e irrumpe el mito. No como una inútil que al tejerse se desteje, actúa a modo de exorcismo:
"ocas~onal excursión a lo sublime" (op. cit., t. lI, p. 213) sino como un canto de sirenas, adormece al monstruo y lo demora.
constituyendo el entramado del pensamiento mismo. El arte de lafuga es así, a la vez,fuga del arte: algo que sólo
En esa búsqueda de sí -sobrevalorada hasta tal punto el arte puede producir. Justamente, el mito que interrumpe
. que en ella se hace consistida dimensión ética del hombre- el pensamiento, ¿no es acaso el mismo pensamiento que
el alma. sólo. puede anclar en la fragilidad de las imágenes. cambia el valor de la discursividad por el valor de la expre-
¿Que sena, en realidad, esa búsqueda de sí? . sión? Cuando el dialogas no puede ya decirnos cómo son las
Podría decirse ~~e no buscaríamos si nq nos huyera lo cosas, se entrega al placer de contarnos un cuento y logra
buscado. Pero, qUlza, estos análisis conduzcan a la necesi- seducirnos con la expresividad de las imágenes. En lugar de
dad de trastornar la "tranquila" relación entre búsqueda y .someterse al vacío, genera el silencio parlante de la expre-
encuentro; Tal vez, sólo buscamos como una forma de huida sión.
de lo que siempre está ya ahí, encontrado: el vacío la ca- La persecución de la verdad -búsqueda y huida- es así,
rencia, la falta que nutre al deseo. Lo que está en ei origen también, la osadía de una lucha: una lucha contra la muerte
y nos espera en el fm. Habría que decir, con sequedad, la que impone la expresión en el vacío de la espera, que sigue
muerte. Esa muerte que procura la evidencia definitiva el hablando donde fracasa el saber.
experimento crucial, de un ser fallido y faltante. Esa mue'rte He aquí los dos términos de, la búsqueda de sí: en un
- - o--_-
.. -
68 Malena Lasala
INTRODUCCIÓN
l. "A muchas partes del extranjero a donde vayas, serás bien recibido. Y
si quieres ir a Tesalia, allí viven amigos míos que te estimarán en mucho
y te darán seguridad ... " (Platón, Gritón., 45c.)
[71 )
72 Malena Lasala Introducción 73
terística de estos tiempos. Para quien, en cambio, ha tran- sino de reconocer una multiplicidad de no-lugares que inte-
sitado el texto platónico, el problema es entender la despreo- rrumpen el sueño de la continuidad histórica: aquellos que .
cupación de Sócrates frente a su muerte y su interés exclusivo son puro vacío, donde, porque nada guardan, no hay restos
en examinar la fuga como tema, diluyéndola como acto en que buscar. Michel Foucault es el paradigma contemporá-
el que, literalmente, le va la vida. Contra toda la evidencia de neo de esta operación metodológica: el presente no es pensado
un Sócrates que, horas antes de morir, se muestrajuguetón ni desde algún hilo de Ariadna del pasado, ni desde la dis-
y quiebra el clima de urgencia introducido por la llegada de tancia ideal de la utopía. Su "diagnóstico" es realizado en las
su amigo, cuesta sin embargo pensar la situación despo- grietas que separan tiempos y mundos sin medida común.
jándose del sentimiento trágico.
El enigma surge de inmediato: ¿qué ha "pasado" entre
Sócrates y nosotros para que un acto pleno de sentido -y INTERROGAR AL NARCISISMO
desde su protagonista, sin conflicto- se vuelva un sinsen- El narcisismo como concepto teórico
tido, pueda adquirir una significación patológica o se le ad-
hiera un matiz heroico y trágico que no poseía en absoluto? Este trabajo toma como punto de referencia el relato mítico
Sin duda, lo que ha "pasado" entre Sócrates y nosotros. para ponerlo en relación cqp. el concepto de narcisismo en la
son veinticinco siglos de historia. La obviedad de esta res- forma en que.es pensado por Arnold Hauser en su obra sobre
puesta parecería descalificar el asombro que retiene la pre- el manierismo como clave del origen del arte moderno. 2
gunta. Sin embargo, es el asombro el que descalifica la ob- El narcisismo moderno corresponde al fenómeno de la
viedad -ésa es su función- y pone en lugar de ella la carga alienación conceptualizado por Marx desde su crítica a la
del enigma. La pregunta quiere pensar aquella distancia fIlosofia hegeliana: la alienación no es la aventura histórica
histórica y mantener juntos los extremos: nosotros y Sócra- de la Idea suprahistórica, sino un fenómeno histórico-cultural
tes. La insisten.cia tiene resultados: termina armando la resultante de la constitución del capitalismo. 3
figura de una relación inesperada. La pregunta proyecta un La alienación, "padecimiento" del cuerpo social que pa-
fenómeno y un campo de visibilidad donde se vuelve per- rece constituir el "destino de la humanidad civilizada", es la
ceptible. Por un lado, en el espacio del "entre" -nosotros y condición de posibilidad del narcisismo como padecimiento
Sócrates- hace emerger el narcisismo, fenómeno que -a
partir de la entronización del yo moderno- constituye es-
tructuralmente al hombre actual. Por el otro; localiza un 2. Origen de la literatura y del arte modernos; t. ¡: El manierismo, crisis del
Renacúniento, Madrid, Guadarrama, 1974.
lugar donde interrogarlo: aquel en que se juega la lucha de 3. Remito al lector a los capítulos especiales que el autor dedica a estos
Sócrates contra Narciso, desde la crisis de esa forma de vida conceptos en el volumen 1 de la obra citada, cap. VII: "La alienación como
social que los griegos se enorgullecían de haber inventado: c1avedel manierismo", y cap. VIII: "El narcisismo como psicología de la
alienación". Dice Hauser al respecto: "La vivencia del aislamiento respecto
la polis democrática de la Atenas clásica.. a los demás y de la retracción a sí mismo sólo se conoce, en sentido mo-
El desarrollo de este ángulo de visión se justifica en el derno, desde el manierismo. Es entonces cuando se tiene por primera vez
convencimiento de que la significación del pasado para el el sentimiento de estar separado de toda comunidad o, al menos, de vivir
. en una época en la que se ha hecho problemática toda comunidad, tanto
presente puede darse por el camino del contraste: que no con el pasado como con el presente, toda conexión tanto con la tradición
depende sólo de la posibilidad de auscultar resurrecciones, como con las convenciones de la propia sociedad" (ap. cit., p. 265 [vol. l.]).
__
· ._--_ ...-_._.. _-----_._.. _.-_._. __. . . ._'---------'---~-~----------'-----
de la psique individual y tipo psicológico dominante: el nar- origina en el arte el manierismo. Este individualismo de
cisismo sería, según esto, "psicología de la alienación". la crisis, resultante del fenómeno de la alienación, se-
Este planteo evoca aquella fuerte correspondencia que la ñalaría el verdadero nacimiento del hombre moderno como
República platónica establecía entre polis y alma: la forma individuo escindido del mundo y de sí mismo.
dt:: vida social sería tan de~erminante de los caracteres indi-
viduales que la "psicología" debe "historizarse" desde la po- Sin embargo, la óptica de este trabajo se separa del en-
lítica: Platón no hablaba en sentido figurado cuando califi- foque hauseriano en dos sentidos: .
caba al. alma de "democrática" o "tl,ránica".4 Por un lado, enfatiza la relación individualismo-narcisis-
Correl objeto de precisar el concepto de narcisismo que mo y la descubre dialéctica: el narcisismo sería un resultado
habrá de utilizarse, el presente trabajo rescata del enfoque necesario del individualismo, momento crítico que 10 vuelve
hauseriano dos elementos principales: problemático. En consecuencia, el individualismo "triun-
fante" sería, por su propia dialéctica, necesariamente fugaz.
- El préstamos que se toma de Freud sobre el carácter Por el otro, no limita esta relación al narcisismo moderno
narcisista: 5 el individuo retrae su libido de las personas y al devenir de sus formas posteriores. Para hacer entrar en
y cosas del mundo exterior y sustituye a éste por una escena al narcisismo antiguo, generaliza el vínculo dialéc-
"ficción en cuyo centro está él mismo": ..... se atrinchera tico entre individualismo y narcisismo y lo muestra en la
y se oculta tras los bastidores del propio yo y se hace oposición individuo-comunidad nacida con los griegos. El
incapaz al fin de salir de su escondrijo". individualismo que juega en esta antítesis -decisiva para la
- El concepto de individualismo. Para Hauser, el individuo disolución de la polis- correspondería a un forma de nar-
propiamente narcisista no sería el del individualismo cisismo donde no cabe hablar de un individuo "que se oculta
triunfante -y efimero- del Renacimiento, sino el de su tras los bastidores de su propio yo". El individualista griego
crisis: momento que Hauser localiza en aquella "conmo- -10 veremos- se separa de la comunidad para convertirla·
ción que sacudió todo Occidente" J;.1acia mediados del en su enemigo. Su punto de anclaje está en el mundo, no
siglo XVI, que produce la disolución del Renacimiento y dentro de sí.
De este modo, se hacen visibles dos grandes formas his-
4. u_¿Y no sabes -pregunté- que hay, necesariamente, tantas formas tóricas del narcisismo: el antiguo o, más propiamente, griego
de gobierno como hay caracteres diversos en los hombres? ¿O crees tú que clásico, y el moderno, cuyos avatares llegan hasta el presen-
las formas de gobierno nacen de una encina o de una .roca y no de las . te. La relación perdida con la comunidad como idea vincu-
costumbres de los ciudadanos que al tomar una' dirección determinada
arrastran tras de sí todo lo demás? lante autorizaría a hablar de "narcisismo" en los dos casos.
"-De suerte que si son cinco las formas de organización de las ciudades, Pero una nueva relación -ausente de los griegos y síntoma
habrá en los individuos cinco formas de alma que correspondan a aqué- de la disolución moderna del nosotros- establece el "corte"
llas ... " (República, L. VIII, 544e).
y continúa, más adelante, en 545b: u_y de igual modo que comenzamos que los separa: la del ,sujeto y el yo.
por examinar el carácter de los regímenes políticos antes que el de los Esta precisión del concepto de narcisismo deslinda, con
individuos, por parecernos que este método era más claro ... ". Hauser, su significado cultural, de la mezcla enmarañada
5. Cf. particularmente las pp. 262-263 Y286-287 de la obra citada. Hauser
remite a dos ensayos de Fr-eud: Introducción al narcisisrrwy Sobre los tipos de significaciones que terminan diluyendo su sentido. Por
libidinales. otra parte, aun cuando se utiliza la idea general de Freud al
Introducción 77
76 Malena Lasala
Laflgura de Narciso
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80 Malena Lasala Hacia una tragedia no escrita 81
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samiento griego clásico, dos personajes de una tragedia no Ella permitirá descubrir el "corte" que vuelve inconmen-
escrita: Sócrates y Narciso. surables el narcisismo griego y el moderno, mostrando que
El personaje de Sócrates ha sido compuesto a partir de este último está entre Sócrates y nosotros porque muy otro
unjuego libre con las textos que Platón le hace decir en sus es el Narciso que está en Sócrates. Se adelantó ya en la in-
diálogos -con excepción de los del último período- y to- troducción en qué nivel se instituye la ruptura: lo que es
mando Gritón como eje que le presta unidad y carnadura. '. impensable en los griegos y surge como fenómeno decisivo
El personaje de Narciso es elaborado desde el mito, desde en el narcisismo moderno es ese yo que configura la sus-
la concepción platónica del amor y, teniendo en cuenta la tancia y el "escondrijo" del sujeto.
relación establecida entre los conceptos de individualismo En consecuencia, la ficción de esta tragedia no escrita
y narcisismo, también desde los diálogos platónicos-Gorgias podría comenzar con un coro que dijese: "Érase una comu-
y República- donde aparecen distintas versiones del indi- nidad en un sujeto ... ". Si, en cambio, inventáramos una
vidualista exacerbado. nueva ficción para contar el narcisismo moderno, deberíamos
¿Cómo habrá de trabajarse esta ficción para que cumpla decir, en el comienzo del relato: "Pero fue un sujeto ocupado
una función filosófica? Primero, se contará la acción de con un yo ... ".
Sócrates tomando de la tragedia griega la idea de peripecia.
Segundo, se comprenderá su inesperado final tomando
también de allí la idea de ceguera trágica. Finalmente, se
considerará el hecho de la muerte como intrínseco al cierre /.
de la estructura trágica. Lo que quedará hasta el fmal como i
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CAPÍTULO PRIMERO
MATERIAL Y PERSONAJES
SÓCRATES, EL FILÓSOFO
8. "[ ... ] Cuando lo oigo me salta el corazón y sus palabras me hacen llorar
ya muchísimos otros les pasa lo mismo [... ) Haciendo violencia sobre mí,
cierro mis oídos como contra las sirenas, escapo y me alejo de ~l, para evitar
envejecer a su lado [... ) y daba a su alrededor vueltas y vueltas, sin encon-
trar salida, esclavizado por él como nunca lo estuvo nadie por ningún otro"
(Platón, Banquete, Discurso de Alcibíades, 215 y ss.).
[85 )
,-----,~------~---..........;..,.--------
<tI
4T';"
86
Malena Lasala Material y personajes 87
si no se comprende qué es la fIlos afia en la época en que nificación de la razón en los griegos y permita diferenciar los
transcurre su vida y en aquélla en que los diálogos platóni- dos momentos mencionados de su desarrollo.
cos lo hicieron hablar. Habrá que dar pues un contenido El logos parecería constituir el carácter diferencial de la
concreto a la "esencia fIlosófica" de Sócrates, intentando cultura griega, de importancia decisiva para 'toda la hi~toria
mostrar qué es la fIlosofia a partir del lugar decisivo que posterior de Occidente. Según señala Francisco Rodn~uez
ocupaba en esa época y que después -ya con Aristóteles- Adrados, 10 sin negar la originalidad y fuerza del pens~mlen
habría de perder. Más adelante, se hará vivir a Sócrates a to oriental, el lagos determinaría una relación con la propia
través de una "peripecia" que sólo puede entenderse desde tradición, que falta en las culturas y sociedades orientales.
su ser-filósofo.
Frente al encuadramiento rígido -propio de estas últimas-
dentro de un sistema tradicional de norrp.as y creencias,
dentro de un orden heredado que se acepta como natural,
LA RAZÓN GRIEGA: RAZÓN POLÍTICA
la sociedad gr~ega establecería, gracias al lagos, una crítica
La razón -el logos- es, para los griegos, un hecho tan de las formas consolidadas que haría posible generar libre-
novedoso como el contexto histórico social de su nacimien- mente un proyecto de sociedad. Siguiendo el modelo de
to: la polis. Como señala Jean-Pierre Vemant, 91a polis y la Schachermeyr en una obra sobre la historia griega, Adrados
modalidad de pensamiento que la expresa constituyen "un aplica las categorías de Bindung (atadura) y Entbindung
comienzo, una verdadera creación": "[ ... ] la vida social y las (ruptura de ataduras) para entender la ~oveda~ de est~
relaciones entre los hombres adquieren una forma nueva, civilización. Partiendo de un estado SOCIal de atadura
cuya originalidad sentirán plenamente los griegos". -"todo está reglado y no existe conciencia del carácter abso-
Pueden reconocerse dos grandes momentos en el desa- lutamente no natural y no necesario de esa regulación"-,
rrollo de la razón griega: 1) el que transcurre desde el adve- los griegos iniciarían una acción de "desatar" (entbinden) ,
nimiento de la polis, en el pasaje de los siglos VIII al VII, hasta gracias a "una nueva dinámica que rompe una a una las
la constitución de la democracia ateniense en el siglo v antes antiguas «ataduras))". Esa nueva dinámica "no es .otra cosa
de Cristo, siglo que ha sido bautizado con el nombre de su que la fuerza de la razón crítica que ahora por pnmera vez
máximo estadista: Pericles; 2) el que corresponde a la crisis entra en la historia a velas desplegadas". Toda la cultura
y abarca la decadencia de la democracia ateniense hasta la occidental es "hele'nocéntrica", concluye.Adrados, en tanto
disolución del marco mismo de la polis. sigue, gracias a la razón inaugurada por los griegos, la dia-
La fIlos afia de la época socrática y platónica y su rival léctica de la Bindung y la Entbindung.
-la sofistica- constituyen dos formas del lagos griego y se De este modo, la significación de la razón es originariamen-
ub~can en el momento de la crisis de la polis. Al mismo te política y social. El discurso del lagos es "político" en .el
,tiempo, ambas señalan el nacimiento de la razón occidental. sentido más fuerte: no sólo dice acerca de la polis, hace la polIs.
' Con el objeto de extraer los rasgos peculiares del lagos Habrá que ver ahora bajo qué formas se va desarrollando
fIlosófico, se hará un rápido bosquejo que destaque la sig- esta razón "política", constructiva y a la vez crítica.
LA RAZÓN AGÓNICA: LA "SABIDURÍA" Apolo. Giorgio COlli12 muestra cómo la "sabiduría" griega
comienza siendo locura adivinatoria, palabra profética y
El primer momento de la razón griega corresponde a una enigmática -que expresa la fractura metafisica entre el
sociedad gobernada por las clases aristocráticas, al comien- hombre y lo divino-, para terminar constituyendo una razón
zo -en la época arcaica- de ese proceso de "desate" de basada en una lucha puramentehumana. Colli señala cuatro
ligaduras tradicionales. Las luchas y conflictos internos llevan pasos en ese proceso de humanización de la sabiduría, de
a progresivas reformas atribuidas a los "Sabios" que ha- "olvido" de su procedencia divina:
brían sido los primeros en pensar conscientemente -a través
de una reflexión moral y política independizada de la tradición - El dios inspira una respuesta en forma de oráculo. En
religiosa-los problemas del mundo humano. Jean-Pierre , consecuencia, el profeta es un simple intérprete de la
Vernant toma un Cuálogo hoy perdido de Aristóteles -Sobre palabra divina;' i? p-_
lafilosofia- para mostrar la función asignada a los Siete - El dios impone al hombre un enigma mortal a través de
Sabios. 11 Aristóteles trata el tema de cómo rehacer la civili- la Esfinge. Si el individuo en cuestión no lo resuelve,
zación después de un cataclismo y describe tres etapas en pierde la vida. El dios decide la muerte y reina sobre los
la obra de los sobrevivientes. En la tercera .:.-cita Vernant- hombres sin rival posible.
"pusieron sus miras en la organización de la pólis e inven- -.-:.. Dos adivinos luchan entre si por resolver un enigma. Es
taron las leyes y todos los demás vínculos que ensamblan una lucha a vida o muerte. En esta etapa permanece aún
entre sí las partes de una ciudad; y'a aquel invento lo deno- el fondo religioso -los dos hombres son adivinos- pero
minaron «sabiduría)); fue de esta sabiduría [... ) de la que interviene un elemento nuevo: la lucha, el agonismo.
estuvieron dotados los Siete Sabios, quienes precisamente - Dos hombres luchan por conquistar el titulo de "sabio":
establecieron las virtudes propias del ciudadano". luchan por el conocimiento. En esta última etapa cae el
¿Qué forma adopta la razón política en esta etapa? ¿Cuál fondo religios() -los dos hombres ya no son adivinos- y
es su significación específica? pasa a primer plano el agonismo.
A través de un análisis del significado del oráculo de
De este modo, la primera razón política nace y florece,
"asperamente", de lapráctica de la discusión en el terreno
11. cr. op. cit•• pp. 54y ss. Dice Vemant: "Sobre este dato tradicional de los purámente humano.
Siete Sabios seña vano apoyar una conclusión histórica: la lista de los Siete
es flotante y Variable; no se atiene ni a la cronología ni a la verosimilitud. Ahora bien, si vinclllamos' ~sta primera forma de razón
Sin embargo. la función politica y social asignada a los Siete Sabios. las con la idea foucaultiana 13 sobre la relación entre verdad y
máximas que se les han atribuido. permiten conciliar recíprocarr¡.ente a discurso en la época griega arcaica, surge la raíz social de
personajes que. en cuanto a lo demás. son enteramente opuestos: un Tales.
que agrega a muchas otras competencias la de ser hombre de Estado; un esa razón agónica: cómo ella responde a una estructura de
Salón l.. ·1. árbitro de las luchas políticas atenienses. que rechaza la tiranía; sociedad "vertical", donde el poder está del lado de las mi-
un Periandro. tirano de Corinto; un Epiménides. el prototipo mismo del norias aristocráticas.
mago inspirado [...1. que se alimenta de malvas [... ) y cuya alma se escapa
del cuerpo a voluntad. A través de una mezcla de datos puramente le-
gendarios. de alusiones históricas. de sentencias políticas y de esquemas 12. El nacimiento de lafúosojía. Barcelona. Tusquets. 1980.
morales. la tradición más o menos mítica de los Siete Sabios pone a nuestro 13. Cf. El orden del discurso. Barcelona. Tusquets. 1987. pp. 16-17. Y La
alcance [... ) un momento de la historia social". ' verdad!J lasformasjurídicas. México. Gedisa. 1986. pp. 59 Y 155-156.
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Malena Lasala Material y personajes 91
¿Cuál era, según Foucault, el discurso verdadero "en el - En tanto la razón sería el patrimonio de "todos", "todos"
más intenso y valorizado sentido de la palabra"? O sea, ¿cuál pueden participar en la elección de la forma de vida social
era el discurso por el cual "se tenía respeto y terror, aquel al
que los vincula. Ello supone, a la vez, que "todos" ti~nen
que era necesario someterse porque reinaba"? "Era el dis- derecho a la participación en el gobierno de la comumdad
curso que decidía la justicia y atribuía a cada uno su parte;
elegida. O sea, la razón conduce necesariamente a la
era el discurso que, profetizando el porvenir, no sólo
democracia.
anunciaba lo que iba a pasar, sino que contribuía a su
- La razÓn es, además, el vehículo o instrumento, tanto de
realización, arrastraba consigo la adhesión de los hombres
la elección de·la organización social como de la partici-
y se engarzaba así con el destino." O sea, era un discurso
pación en su gobierno. 14
"ligado al ejercicio del poder". Un poder que aún no necesita
inventar subterfugios -a no ser el de la sacralización~ para En segundo lugar, este giro igualitario de'larazón produce
ocultar su procedencia. Un poder que ya no es el del dios -necesariamente, lo veremos- dos formas antagónicas del
sino el del hombre. En efecto: en las luchas de la razón
logos: la ffiosofia y la sofistica. . .,
agónica, es precisamente el poder lo que se juega y no la
vida. y no es el dios el que lo quita ... Para visualizar un importante aspecto de su Oposlclon, se
utilizará, una vez más, el análisis citado de Foucault sobre
el discurso y la verdad. Y se mostrará cómo el so~ista
LA RAZÓN PROTAGÓNICA . -amordazado por el ffiósofo durante siglos- renacera en
ciertos aspectos de la concepción foucaultiana del poder.
¿Por qué razón "protagónica'? El término juega con el
motivo del "agonismo" pero agrega algo más al significado de
luchapolítica: el "prot(os)" que antecede al núcleo de sentido LA RAZÓN ESTRATÉGICA: LA SOFÍSTICA
remite a la preeminencia de la lucha, a una lucha que se
pone en "primer" plano porque su cóntexto es la democra- Si la razón conduce a la democracia, es, a su vez, la
tización de la sociedad griega. Con ello, el poder de la razón democracia 10 que hace posible el poder de la razón actua-
se generaliza y pasa al "pro-scenio" de la escena. Como
señala Rodríguez Adrados (op. cit., p. 441), la lucha de la 14. Dice Vernant: "El vinculo del hombre con el homb:e ad~ptará así,
democr~cia en la Atenas del siglo v es un "íntento por dentro del esquema de la ciudad, la forma de ,una.relacion recI~:oca, re-
versible, que reemplazará a las relaciones jerarqUlcas ,de sumislOn y do-
transferIr los valores de la aristocracia a masas populares minación. Todos cuantos participen en el Estado seran definidos como
cada vez más amplias". con una importante diferencia que homoioi-semejantes-y, más adelante [... ) como, isoi-iguales-. A pe~ar
de todo cuanto los contrapone en lo concreto de l~ vida S?Cial, se c~ncIbe
marca justamente la "hOrizontalización" democrática: la a los ciudadanos, en el plano político, como urudades Illterca:nbIable~
sustitución de la creencia aristocrática en la virtud hereda- dentro de un sistema cuyo equilibrio es la ley y cuya norma es la ~gualda~
. da, por la fe en el poder igualador de la educación. (op. cit., p. 47). En el texto que remite a esta nota, he entrecomIllado reI-
teradamente el "todos", en tanto no puede omitirse lo que constituye la
¿Qué diferencia establece esta razón protagóníca respecto reserva básica a la afirmación griega del principio igualitario. No sólo hay
de su momento anterior? ' . que tener en cuenta la desigualdad efecti,::a -"todo lo que .los contrapone
. En ~rimer lugar, se vuelve inherente a la razón el ~rinCi I en lo concreto de la vida social", como senala Vernant- silla el hecho de
plO de Igualdad. y ello en dos sentidos: I que esta idea de comunidad se constituya desde una "ata~ura" tan ~iega
que fue imposible su ruptura: la exclusión de esclavos, extranjeros y mUJeres.
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92 Malena Lasala Material y personajes
lizado en el discurso. 15 Ahora bien, la razón y su principio vendedores de "virtud" política. Arte que hace de la palabra
igualitario fundan en la idea -desde la crítica a la tradi- acción, arte que el filósofo descalifica como tal. 17 .
ción- la unidad de la polis: es la democracia 10 que haría La fuerza de este trabajo que la retórica realiza en el
posible ahora el espíritu comunitario, ya que la idea de los lenguaje será tan explosiva que el objetivo de desarticular su
ciudadanos como iguales permite el lazo de la phili(k el .mecanismo será la obsesión y la astucia del filósofo.
sentimiento de estar unidos por una igual participación en La palabra, constituida en sus distintas dimensiones como
los asuntos comunes. Sin embargo, el poder del discurso no acción, se vuelve una violencia tan sutil que el sometido a
revela tal razón como fuerza vinculante sino, por el contrario, ella dice "sí", adhiere, alaba y aplaude.
una razón que es instrumento de luchas que, basadas en Los sofistas, en verdad, se adelantaron a Foucault, a la
una desigualdad social efectiva, llevan a la dominación y al desocultación que éste produce en el discurso al pensarlo
sometimiento, a la estructuración de relaciones de poder. como juego estratégico y polémico. La estrategia a la manera
El auténtico valor dellogos sofistico es haber reconocido de Foucault18 es -tanto en la guerra como en el juego- un
sin disfraces ~aunque también sin denuncia-la estrecha procedimiento para obtener la victoria y consiste, en con-
ligazón del discurso con la lucha política real. En efecto: esta secuencia, en la elección de soluciones ganadoras. Para ello,
forma de razón se constituye y reconoce como instrumento es necesarto obrar sobre el adversario de modo de pnvarlo
de esa lucha, asumiendo por entero el poder del discurso, de sus medios de combate y obligarlo a renunciar a la ac-
pero, al mismo tiempo, reduciendo el discurso al poder. °
ción. sea, se trata de actuar sobre el enemigo para hacerle
Adhiriéndose, ya al partido aristocrático, ya al democrático, imposible la lucha. .
ella funciona como espejo de la crisis temprana 16 de la de- Juguemos ahora libremente con esta idea de estrategia
mocracia y termina siendo una justificación ideológica del aplicándola al discurso: si el discurso es "estratégico", ¿cómo
individualismo. logra arrebatar al enemigo sus medios de combate y hacerle
¿ Cuál es la estructura de la razón sofistica que revela su imposible la acción? 0, lo que es equivalente, ¿cómo logra el
íntima relación con el ejercicio efectivo del poder? Ella se discurso, de un enemigo eventual, extraer un adepto?
hace visible a través de su producto más cumplido: la retórica., El discurso "estratégico" es una acción sobre las posibili-
el arte que cultivan y enseñan los sofistas, esos maestros dades de pensar del otro. Es el arte de "sitiar" al pensamiento
y estrecharle el espacio de ~u acción: el espacio en que pu.,lj!,da
respirar, moverse, retirarse para ver, detener la mirada,
15. "Todas las cuestiones de interés general [... 1están ahora sometidas al postergar la conclusión, ir y venir por la dificultad, no c:ncon-
arte oratorio y·deberán zanjarse al término de un debate. [... 1El arte político trar la salida, o salir para recobrar fuerzas y volver. AsI, en el
es, en lo esencial, un ejercicio del lenguaje; y ellogos, en su origen; adquiere
conciencia de sí mismo, de sus reglas, de su eficacia, a través de su función
política" (J.-P. Vemant, op. cit., p. 39). 17. La retórica es a la filosofia como la cocina es a la medicina, dice Platón
16. En realidad, la época de esplendor y equilibrio de la democracia es un en Gorgias. O sea, sólo apariencia o remedo de una auténtica tecne,. pura
momento, si no ideal -existente sólo en el pensamiento-, seguramente práctica de seducción que busca producir placer con independenCla del
efimero. Me inclino a pensar, con Hauser, que "la historia de Occidente es bien. Su objetivo: "dominar a los otros en su ciudad" (diálogo citado, 452d-
[... ) una historia de crisis. Las breves fases de tranquilidad llevan siempre e). D .
en si los gérmenes de la disolución subsiguiente; son sólo períodos de 18. Cf. La verdad y lasJonnasjurídicas, op. cit., p. 15. y" eux ess8.1S sur
euforia entre períodos de degradación y de miseria, en los que el hombre le sujet et le pouvoir", en R. Dreyfus y P. Rabinow, Michel Foucault. Un
sufre por causa del mundo y por causa de sí mismo" (op. cit., vol. 1, p. 22). parcours phílosophique, París, Gallimard, 1984.
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Malena Lal?ala Material y personajes 95
mo~ento en qu~ ese lugar que el pensamiento abre para sí político. Denuncia el reinado de la doxa -opinión-, donde
~st~ lleno del d~~curso ajeno, éste asesta el golpe fmal que debena haber episteme -ciencia-, capaz de hacer del go-
ImpIde la reaCClOn: ya no hay espacio de respuesta. En su bernar un arte. Insiste en considerar como ignorancia no
lugar, ~l discurso ha colocado el placer yla seguridad de una consciente de si misma a ese saber sin fundamento, sosteni-
creenCIa. El adversario virtual se ha convertido en adherente. do por la creencia, basado en la "mera experiencia" y obtenido
¿Concede este discurso algún lugar ala verdad? La res- por persuasión, procedimiento propio del orador alumno del
puesta es obviamente negativa. La razón "estratégica" del sofista:· el que reside en con-vencer. Persiste en exigir a los
sofist~ es aj.en~ a la verdad, ésta no le preocupa en absoluto. que "hacen" la ciudad, un saber fruto dellogos: conocer no es
Semejante mdIferencia produce desesperación en el fIlóso- sólo afirmar algo, sino dar razón -didonai logon- de 10 que
fo: o~sedido por la necesidad de la verdad, no puede admitir se afirma. Estima que el verdadero pensar debe resistir esa
un discurso que no la reclame para sí. En cambio, la verdad tensión entre el saber y la verdad, para que'ia verdad pueda
es U? valor tan ausente de este tipo de razón que, cuando -si no habitar el pensamiento- orientar su itinerario.
algw~n afirma que la tiene, ni siquiera hay que tomarse el Nada más adverso allogos estratégico de la sofistica. Lo
trab8.Jo de negarla y oponerle otra distinta: simplemente hay que se pone entre ambos logoi y hace jugar su oposición es
q~e triun~~ sobre ella. Los sofistas establecen discursos y . la verdad. Ésta vuelve imposible cualquier conciliación.
dIscuten, no para llegar a la verdad sino para vencerla" .19 El sofista Protágoras, desde su famosa idea del homo-
" Ver~~os "ahora esta otra forma de razón -opuesta a la mens.ura,21 podría decir que todos "tienen" la razón, con la
estrateglCa , aunque también política- que convierte a la cual queda descalificada toda preocupación por la verdad:
",y'erd~d en el motivo exclusivO"de su fuerza: el logos fIlosófico. porque el que '~tiene" la razón no es el que logra la verdad
Este maugura el orgulloso recorrido -en el presente, humi- sino el que consigue la victoria. Por eso léirazón es atributo
llado-:- de la filosofia occidental. En relación con la razón de cualquiera que obtenga ese lugar.
sofistica, hay algo que se pierde y ~go que se gana. Muy otro es el empeño del fIlósofo. También en él juega
la fuerza de un combate. Sin embargo, en el esfuerzo de
alcanzar la verdad se disuelve el sentido agonista de la lu-
EL LaGOS FILOSÓFICO: LA RAZÓN PUESTA EN LA VERDAD cha: no se trata más de ganar o de perder, de que uno triunfe
y otro sea derrotado. Se trata de una búsqueda común
La fiIosofi~, segunda forma de razón "protagónica", se realizada por el diálogo. Si toda\ia puede pensarse esta
separa consC:Ientemente del ejercicio directo del poder. Só- búsqueda en términos de "lucha", es porque nadie "tiene"
crates va al agora y conversa. Su lugar no es la Asamblea -ni puede "tener"- aquello que se busca: la verdad no es
es la plaza. Allí ejerce su praxis política indirecta: habla co~ un atributo a poseer; es un ideal que· constituye sólo un
sus .pares y les señala la falta de saber en el hacer. Más horizonte: punto de referencia y no llegada.
e~trictamente, inventando un arte opuesto a la retórica -el
dta-logos-,20 les muestra la ausencia de razón en el hacer este mismo volumen. Su tema es, precisamente, la estructura, sentido y
función de ese /ogos -el diálogo- que era considerado por Platón como el
método mismo del pensar. .
19. M. Foucault, La. verdad y lasJormasjuríd.icas op cit p 155 21. "[ ... ) como decía Protágoras, afirmando que el hombre es medida de
pondiente al Apéndice. ' '. .,. , corres-
todas las cosas: así, por tanto, como a mi me parece que sonJas cosas, tales
20. Remito a mi trabajo "El discurso mal-logrado. Platón psicoanalítico", en son para mí: y como a ti te parecen, tales son para ti" (Platón, Cratilo, 385e).
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A partir de esto, caben dos preguntas que pueden res- regla del secreto: 24 el arraigo del discurso en las luchas efec-
ponderse mediante el libre tratamiento de un texto ya refe- tivas yen el ejercicio efectivo del poder. De este modo, como
rido de Foucault. 22 ¿Cómo es posible que nadie "tenga" la señala Foucault, con el lugar dado por la filosofia a la ver-
verdad así como "tiene" la victoria? ¿Cuál es la consecuencia dad, los griegos inician un gran mito de Occidente que recién
que puede extraerse de este hecho? Nietzsche empieza a demoler: el de la separación de saber y
Antes, con la razón "agónica" de la época arcaica, la ver- poder. La República platónica expresa una notable versión
dad podía poseerse porque residía en lo que el discurso era de esta separación que en realidad la oculta. Con la "tercera
o hacía, es decir, en el acto "ritualizado, eficaz y justo" de ola" del libro v de ese diálogo, se invierte la reducción ope-
enunciarlo. Un siglo más tarde, con la razón "protagónica" rada por los sofistas: si éstos reducían el saber al poder,
de la democracia, la verdad -en el caso de que importe Platón, con su famosa idea del gobierno de los filósofos,
determinar su lugar, como en ellogos filosófico- reside en reduce el poder al saber: "En tanto que los filósofos no reinen
lo que el discurso dice: en su sentido y en la relación con su en las ciudades [... ], en tanto que la autoridad política y la
objeto o referencia. Se ha producido un desplazamiento del filosofia no coincidan en el mismo sujeto [... ], no habrán de
acto de enunciar al enunciado mismo: ya no importa quién cesar, Glaucón, los males de las ciudades, ni tampoco, a mi
dice tal cosa, sino qué se dice al decir eso. Al carácter de ideal juicio, los del género humano [... ]" (473e).
inalcanzable que remite a los límites humanos, se
agrega, Pero lo que esta inversión que otorga el poder a la verdad
además, un proceso de despersonalización de la verdad que escamotea es que la verdad no está ubicada en ningún reino
la filosofia toma a su cargo. 23 ' trascendente y suprahistórico: su poder arraiga en un mundo
El desplazamiento acaecido tiene' dos consecuencias social demasiado humano, estructurado por 'relaciones de
recíprocamente vinculadas: por un lado, la separación de lo dominio y sumisión. Así, ellogos filosófico viste y disfraza lo
verdadero y de lo falso y la consiguiente exclusión del dis- que la sofistica había reconocido en su desnudez: la inser-
curso considerado falso. Pero-lo que es aun más importan- ción del discurso en las luchas de poder.
te- esta separación consolida, a la vez, la disociación del . Pero esta razón filosófica seria desde el principio al fin
podery la verdad: al no ser quien habla el que tiene o tiende ideología, si no abriera un camino que el "realismo" sofistico
a la verdad, sino lo que se dice en el discurso, "el discurso no podía siquiera atisbar. La filosofia proyecta el topos del
vetdadero no será más el discurso ligado al ejercicio del ideal, de la u-topía y, con ello, la dimensión de lo posible.
poder". Entre su raíz política -nacida en el terreno de la polis- y
¿Qué ha ocurrido con esta "puesta en la verdad" de la su función política -que busca, fallidamente, la transfor-
razón propia dellogos filosófico? Algo se ha perdido. Lo que mación de la realidad social-, la filosofia extiende el inmen-
era el anclaje de la razón sofistica ha quedado sometido a la so campo de su pensar sin-óptico: 25 retomando el pensar
cosmológico de los filósofos presocráticos, ubica al hombre
22. El orden del discurso, op. cit., p. 16. ' y a la polis en el contexto general del problema del ser y el
23. Esta trascendencia y despersonalización de la verdad es permanente-
mente señalad~ por Sócrates en los diálogos platónicos. El hombre puede 24. "Es posible que sea más dificil destapar el secreto que el inconsciente"
ponerse a traves del pensar en el elemento de la verdad pero ésta siempre (M. Foucault, MkroflSka del poder, Madrid, La Piqueta, 1979).
lo trasciende. Según esto, podría decirse, invirtiendo una expresión ante- 25. Literalmente: que ve en conjunto. Es expresión de Platón para carac-
rior, que la verdad "tiene" -o no "tiene"- al hombre. , terizar la capacidad "dialéctica" propia del fIlósofo.
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deseo reveladora del sentido del amor: del cuerpo bello al Habrá que ver ahora cómo el melancólico Narciso del
alma bella, de ésta a las acciones y a las normas, de éstas 'espejo puede dejar su lugar al arrogante Narciso "inmoralis-
al auténtico conocimiento, y de éste a la Belleza en sí que se ta", el opuesto exacto del filósofo.
identifica con el Bien y cuya "visión" -no posesión- trans-
figura el eros en filosofia: amor a la sabiduría.
Pero, más allá de que pueda ser escalón inicial de la EL NARCISO ANTIFILÓSOFO
dialéctica ascendente, ¿cuál es la significación de ese primer
"otro", de ese objeto amado que desata el deseo amoroso? Una situación histórica concreta -campo privilegiado de
La función de ese "otro", objeto del amor, es la del espejo. experiencia para los griegos de la época- impedirá que
"Está enamorado pero no comprende de qué~', dice Platón Narciso quede esclavizado en el amor. PerQla "libertad" de
(Fedro, 255d). Y agrega: "Es que ha olvidado que, como en Narciso no ha de ocurrir porque éste inicie aquella "dialéc-
un espejo, se ve a sí mismo en su amante". tica ascendente" que el filósofo había pensado como libera-
¿Pero qué produce el espejo -en este caso, el "otro"- al ción de la fascinación amorosa y, a la vez, como amor li-
reflejar la imagen? Retoma Platón (Fedón, 83c-d): el deseo es berador.
"como un clavo" que hunde el alma en el cuerpo y la "fija" a La crisis de la democracia ateniense hará aparecer la
lo deseado. Se ve claramente el sentido de la función del contrafigura de este primer Narciso y revelará otra forma de
espejo: ser sostén o armadura de la propia identidad. .relación con el otro que nada tiene que ver con el amor: ni
¿Qué ocurre con NarCiso,. si pensamos ahora su "castigo" con la "fijación" en el objeto amado, ni con la liberación de
-.&-.desde esta idea del amor? ese "entusiasmo" que esclaviza, ni con una nueva forma de
Por un lado, el amor a sí mismo no equivale a volverse amor, cara al filósofo, que supera su primer objeto y da
hacia alguna especie de ser "interior". Narciso está atrapado "alas" al deseo.
en el espejo, no está dentro de sí. I;>ero, además, si el espejo Para entender a este nuevo Narciso, es preciso narrar lo
no refleja otra imagen que la suya, <¿no es porque se trata del que está ocurriendo en la ciudad. 3I
"otro" en el cual Narciso se ve a sí mismo y que, por reflejar Año 430 antes de Cristo: Pericles, esplendor de la demo-
la imagen, por constituir el espejo, desaparece de él? ' cracia, declaración de la guerra. Comienzo del proceso que
El "Narciso del espejo", armado así desde Platón a partir llevará a Atenas a la guerra total: la guerra contra Esparta,
de las preguntas que el relato mítico provoca, estaría encar- su ya vieja enemiga, durante los treinta últimos años de este
nando el momento originario del amor, el momento que, de siglo. Y la guerra civil, en el interior de la ciudad. Atenas,
no producirse el movimiento que permite traspasar el espejo convertida en la primera potencia económica de Grecia al fin
-cosa de la que sólo es capaz el método socrático- conso- de las guerras médicas, ha creado, desde el triunfo sobre los
lida un amor que termina por destruir la identidad que persas, la Liga que consolida su expansión imperialista, su
originariamente constituye.
dominio sobre el resto de las ciudades griegas. Primera
cómo el dialogas es la tecne de la "utilización" del amor: tecne mediante la 31. Utilizaré la obra ya citada de F. Rodríguez Adrados y los análisis his-
cual se libera y se transforma en liberador -vehículo de esa "dialéctica tóricos de Fran¡;ois Chatelet. en El nacimiento de la historia, Madrid. Siglo
ascendente"- a un amor que. inicialmente y sin la mediación del arte XXI. 1978. Cf. particularmente vol. 2,4: "Los sofistas y la antigua comedia:
socrático, esclaviza. las formas de la antihistoría". pp. 281-343.
-.--..-.. - " ' - .-~'-'.-
paradoja: el imperialismo ateniense es la otra cara de la punto de referencia ideal que señala a los hombres el lugar
democracia. Una "doble moral" se establece en la política de'" 'de su propia humanidad, está ausente, sólo queda el indi-
Atenas: igualitarismo hacia adentro, posible por la explo- viduo como ser "natural": perdida la condición que lo vincula
tación hacia afuera. Sin embargo, también el igualitarismo al conjunto, el hombre sólo aspira a la satisfacción inmediata
resulta una idea irrealizable: está sostenido por el partido de su solo interés. Si la existencia política no es el marco
democrático en una lucha nunca resuelta con la aristocra- obligado de la vida individual, la acción humana sólo tiene
cia. La desigualdad de las riquezas, sólo atenuada por la el sentido de procurar a cada uno 10 que busca. La "política"
explotación imperialista, impide -pese a la progresiva inde- es ahora el campo para que obtenga satisfacción un indivi-
pendencia y poder de las clases populares-la constitución duo "despegado", rebelde a toda forma social que 10 limita.
de una sociedad homogénea. 32 Finalmente, ya en el siglo IV, En este sentido, la pofítica interesa., justamente como ám-
asistimos a la restauración de una democracia conservado- bito del interés particular, tanto o más que antes. Pero antes,
ra, que no saca ningún partido de una crisis que se ahonda desde el anclaje del hombre en la polís, desde su participa-
y precipita la ciudad a su decadencia. La u-topía platónica, j.
ción en una empresa colectiva, el límite a la individualidad
la vigorosa arquitectura que el filósofo crea para transfor- }l
era pensado como condición de realización, interna al propio
mar el estado de cosas existente, no es sino la salvación en ser. Ahora, desde su desarraigo, el límite es concebido como
la idea de un mundo que no podía salvarse en los hechos. La coerción que se opone al individuo desde fuera.
ciudad se moría iriemediablemente y el límite -también El proceso de la razón "estratégica" seguirá palmo a palmo
insuperable- de Platón fue no poder pensar un marco el de los hechos y terminará así convirtiéndose en una
distinto del de la polis. apología del individualismo. Señala Chatelet: 34 "El sentido
Si ésta es la situación de la ciudad, ¿qué ocurre en sus común democrático se ha convertido en su contrario. La
hombres concretos? ¿Cómo son afectadas sus ideas, sus sofistica, dedicada a liberar al hombre de todas las coaccio-
acciones y Stis sueños? Desde un presente que parece sin nes sociales tradicionales, reflejando así la voluntad iso-
salida, diversas actitudes son posibles. Veremos, por ahora, nómica de la mayoría de los atenienses, termina por disolver
sólo la actitud que hace surgir, por mediación del lagos la idea misma de sociedad. Reivindicaba la igualdad política
"estratégico", al nuevo Narciso, hijo del sofista. Como se ha de los ciudadanos; desarrolla ahora la noción de una igualdad
visto, la sofistica saca lecciones exclusivamente de los he- natural de todos los hombres. Insistía en el poder creador
chos. Representa, así,' el sentido común "realista" que se del individuo; acentúa ahora el carácter fundamental de su
clausura en 10 dado. Bajo la presión de los hechos,' señala voluntad de poder. Defendía la nocion de una libertad simi-
Chatelet, "el marco colectivo estalla". 3.3 Ya no puede ser re- lar para todos los miembros del grupo; autoriza ahora a las
conocido como el cumplimiento, para cada hombre, de la grandes personalidades a utilizar esta libertad para esclavi-
condición común que 10 une al semejante. Si la polis, el zar'a. los menos dotados".
I:Ia salido de este :t:TIodo a escena la nueva figura de Narciso.
32. Señala F. RodnguezAdrados: "Aristocracia y pueblo, en franca aproxi- Muy distinta es la forma de relación con el otro que ella
mación bajo Pencles, se divorciaron cada vez más después de su muerte y expresa: ya no será el amor, sino la cruda violencia del poder
terminaron lanzándose a una verdadera guerra civil en los últimos años de
la guerra del Peloponeso y después del término de ésta" (op. cit., p. 442).
33. Op. cit., p. 286. 34. Op. cit., p. 313.
"""""""",n'~---·-----------_·_·_-_· _ _ ···_·_~----_·_-----'---_·· --~"1lB~-----_._----_. __ .-
106
Malena Lasala CAPÍTULO SEGUNDO
LA PERIPECIA SOCRÁTICA
1,
Los sofistas, pues, enseñan pero no educan. Sócrates, sostiene lo que el otro espera. El discípulo supone que para
~,~st~ente p~r eso, se negará a enseñar: no por lo que el saber hay un lugar y espera que el maestro sea ese lugar
tiene la ensenanza del sofista sino por aquello que le falta: donde el saber pueda atesorarse. El maestro, por su parte,
el valor educativo. Pero si el arte del sofista no tiene ese valor, espera que el discípulo espere justamente eso. Cada uno
y si tampoco hay modelos que puedan orientar el proceso funciona para el otro como espejo porque, al enseñar o al
educativo, la educación sólo se cumple si cada cual asume aprender, mantiene la ilusión que hace ser al otro en su
sus propias posibilidades de pensar. papel. De este modo, podría decirse que el espejo "levanta
Para generar esta actitud, Sócrat~s inventará un método las dos figuras sobre sus pies" y las "fija" -cada una bajo la
de cuya singularidad se ha hablado mucho y, sin embargo, mirada de la otra- en sus lugares.
no lo suficiente. Pero sabemos ya que Sócrates no sólo se rechaza como
Sócrates quiere guiar y conducir y, a la vez, no enseñar maestro, sino que se inventa a sí mismo cOIño anti-maestro,
nada. De esta aparente paradoja surgirá toda la astucia de en un nuevo y extraño lugar. Esto lo obliga a un doble e
su arte. Sócrates, hombre "rarísimo", des:..ubicado en extre- insistente movimiento: debe arrasar eUugar que él mismo
mo, a-topo-tatos,38 instituye la figura del anti-maestroque lo insta~a, desbaratar la inicial fascinación a la que también él
coloca extrañamente fuera de lugar. está sujeto, desarmar la doble identidad, la del discípulo y
A partir de aquí, imaginemos una escena: Sócrates diri- la propia. En una palabra: destronar a Narciso, en él y en sus
giendo, a través de sus preguntas, el diálogo con sus dis- discíp:ulos. ¿Cómo lo hace? Es hora de hablar del "arte de la
cípulos. fuga".4o
Si tomamos el momento constitutivo del lazo que se crea, Los tres conocidos aspectos del método socrático -la
advertimos que, tanto Sócrates como sus discípulos, encar- ironía, la refutación y la mayéutica- constituyen tres "fu-
nan la primera figyra de Narciso. Bello como éste, el discípulo gas" del pun.to de encuentro entre el maestro y el discípulo.
encanta por su apariencia. Compensando su fealdad Sócrates no está donde el discípulo lo espera. Sócrates no va
ejemplar, Sócrates deslumbra con sus preguntas. 39 Tanto la a la cita. Reaparece cuando la decepción yá ha hecho sus
i ,
¡a¡visión como el oído, en su captación de dos bellezas diferentes efectos y desaparece cada vez que la ilusión vuelve a cobrar
-del cuerpo y de la palabra-, desatan el deseo. Pero re- . vida. Repasemos las tres direcciones de la huida socrática:
cordemos aquel pasaje de Fedro 255d: elque ama "no sabe
lo que le pasa", ignora por qué la belleza lo trastorna tan - Sócrates pregunta y no responde y esta actitud es lo que
profundamente. La razón parecería ser más simple que lo se ha llamado su ironía. En ella es implacable: no hay
,que hace pensar la opacidad de la experiencia del amor. Es ruego o reproche que pueda conmoverlo. El interlocutor
que, "como en un espejo, se ve a sí mismo en su amante" piensa que simula, y se queja. Lo único seguro es que
explica el fIlósofo. Aplicando esta idea al encantamiento iniCiai
entre discípulo y maestro, vemos constituirse un doble es-
40. En "El discurso mal-logrado" (en este mismo volumen) elaboro la ima-
pejo: cada uno se ve a sí mismo en el otro, en tanto cada uno gen de la "fuga" para aprehender la singularidad de la tecne de conducción
del dialogas, lagos filosófico inaugurado por Sócrates y desarrollado por
Platón. Cf. particularmente, "La fascinación erótica" y "Las tres fugas", pp.
38. Platón, Teeteto, 149a. 33-47. Retomaré ahora lo trabajado en ese texto para poner al servicio del
39. Cf. nota 8. tema del presente escrito una diferente versión del "arte de la fuga".
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41
-simule o n0- Sócrates no da, a través de una res- Uno es el sentido de estas tres "operaciones" del arte de :1
puesta, la opinión que se reclama. la fuga -y valga la palabra que remite al bisturí del ciru-
- Sócrates pregunta y, al preguntar, realiza el "examen" de jano. Las tres "cortan", en efecto, la ilusión que sostiene, :1
las opiniones comunes que artesanos, poetas y políticos tanto en el maestro como en el discípulo, sus identidades jI
hacen suyas. Sócrates pregunta al ciudadano sobre la respectivas: no hay ningún lugar donde el saber se atesore.
justicia y piensa que es elemental, que el político nada Donde la tradición no rige, el maestro no es garantía del J
puede hacer sin, saber acerca de eso. El examen se vuelve saber, porque el saber no es nada de 10 que pueda uno
así refutación; si el interlocutor empieza asegurando "a" disponer: algo que esté ahí, para que se 10 tome, se 10 use, í:
-sea por ejemplo: "la justicia es la conveniencia del más se lo haga rendir y, acrecentado, se lo vuelva a su lugar. ,1
1I
fuerte"- termina -sin advertirlo y debilitado ya por las Nadie tiene el saber. Al saber, en todo caso, hay que hacerlo,
,1
II
preguntas que 10 apartan del camino conocido- diciendo y no hay ninguna garantía de que 10 que se obtenga sea el iI
"
que el que está seguro de saber, no sabe, en realidad, y, otra. Si cualquier de las tres -por concesión al discípulo o
10 que es peor, al no tener la más mínima conciencia, obra por autoconcesión- fallara, arruinarla con ello la "opera-
como si supiera. El saber, entonces, no aparece en ningún ción" completa. Veamos, por ejemplo, la fuga del amor, Si,
lado y menos en Sócrates, que tan sólo pregunta. Lo que concediendo a su propio deseo, el maestro cede al reclamo
sí Sócrates hace aparecer es la ignorancia y su conciencia amoroso, deshace por otra via 10 que ha hecho o, mejor,
de ella. rehace 10 que ha deshecho. El amor, fuente inagotable de
- Finalmente, Sócrates se vuelve inmune a toda seducción. ilusiones; reconstituye prontamente aquella ilusión que
Reconoce que puede "perder la cabeza", por ejemplo, frente sostiene el enseñar y el aprender: el maestro reconquista el
a la belleza de Cármides. 42 Pero se recobra y se vuelve dominio que ha perdido al desmitificar su supuesto saber y
intransigente: se niega a satisfacer el amor del discípulo, vuelve a hacer jugar los dos espejos.
y en esto es más inexorable que cuando se niega a res-
Sócrates disuelve, pues, mediante su arte de la fuga, el
ponder. Hijo de partera, quiere, como su madre, practicar
doble espejo de Narciso. Con ello, realiza su proyecto. ¿Pero
el arte del alumbramiento -la mayéutica-, 43 limitarse a
cuál es su proyecto? Debemos preguntamos en qué consis-
,conducir el parto y no inmiscuirse en esas "cosas del
te, para Sócrates, la auténtica función educativa. Qué debe
amor" que bien conoce: 44 que el discípulo y no él sea quien
engendre. lograr la educación en el clima violentamente conflictivo de
la polis en crisis.
41. En el cap. "Las tres fugas" citado, intento mostrar cómo la presunta
"simulación socrática de la ignorancia es una incorrecta interpretación de
su ironía" (cf. pp. 39-47). ,
42. Cf. Platón, Cármides, 155c-e.
43. Maieutüce, tecne de la partera, maía.
44. Cf. Platón, Lisis, 204b-c: "Es inútil que me digas [oo.) si amas o no. Sé demás soy deficiente y pobre. Pero he recibido del dios el saber reconocer
que amas y que has avanzado mucho en el camino del amor. Para todo lo [oo.) al que ama y es amado".
114
Malena Lasala Acción y desenlace 115
'.--.-,-~'-'.- .
117
116 Malena Lasala Acción y desenlace
No se siente atrapado ni perdido. Estar adentro es por ahora mas que -porque atañen a todos, a la vida de todos- de16en
pura libertad y sólo puede estar perdido aquel que quiere ser pensados. . _ .
llegar a alguna parte o volver a donde estaba, y no sabe Con resrecto a cómo proceder para que el dlSCIpulo SIenta
dónde está. La finalidad del juego es sólo el mismo juego y, cuáles son los problemas que deben pre-ocuparlo, Sócrates
felizmente, el laberinto 10 vuelve interminable. Teseo no quiere no tiene la menor vacilación. La Apología platónica lo dice
nada más. , una y otra vez: 48 "[ ••• ] yo no 10 soltaré en seg,:üda y me ~ar-_
Pero el feliz juego de Teseo se interrumpe. Un nuevo per- charé, sino que habré de interrogarlo y exammarlo. [: .. ], Ir de
sonaje que acechaba a Teseo y presenció -sin que éste 10 un lado al otro persuadiéndolos a ustedes, sean Jovenes o
advirtiera- su entrada al laberinto, 10 siguió. Y ahora lo ancianos [... ]" "[ ... ] me absuelvan o no me absuelvan, no
, habré de hacer otra cosa, ni aunque esté mil veces a punto
toma por la espalda. Es Sócrates. Lleva consigo el hilo de {:
Ariadna, no para salir -pues todo el que entra ya no sale- de morir".
sino para recorrer el laberinto. El hilo detiene el juego que Sócrates da pues sobradas pruebas de que esto es lo
parecía interminable. En el cruce de múltiples caminos, único que le importa despertar en el discípulo: una sensi-
Sócrates dibuja una flecha y, poniéndose a andar, pide a bilidad alerta y vigilante frente alo que tiene sentido pensar.
Teseo que lo siga. Hay pues un camino y una dirección. Algo Para lograrlo, no teme ser monótono, r~i~eratiVO"e ins~s~ente,
espera ser realizado y realizarlo es un deber. Con ello, Teseo y aun aprender de su enemigo y utilizar la magia y la
pierde la inocencia: la invasión socrática del paraíso equiva- "estrategia" del sofista. Si es ése el objetivo, tampoco le pre-
le a una expulsión. "Esto no es juego", musita Sócrates al ocupa morir... . _'_
oído de Teseo. Por eso, ahora más que nunca, el maestro Corresponde comprender entonces que es, para Socra-
debe estar y acompañar. tes, "lo que merece ser interrogado':.
El mito reinventado de este modo ha desplegado en el
orden narratiyo una idea cara a Sócrates: el pensar necesita UNA SOLA FUGA IMPOSIBLE:
ser guiado. Pero guiar es lo contrario de enseñar. Los maes- CRITÓN O LA "CONFESIÓN ÍNTIMA" DE SÓCRATES
tros actúan como si ":int:undieran visión en ojos ciegos", 47
señala el fIlósofo, reiterando su critica a esos profesores de los, Quizá sea Critón el diálogo que Platón quiso legar, para
que,ya tanto se ha hablado en este escrito. El que educa debe que fuera posible acceder a lo más entrañable d~l alma.
hacer todo lo contrario. Prosiguiendo la metáfora de la visión, socrática. Situado en la víspera de li=t muerte de Socrates,
guiar es señalar un objeto a la mirada, Y el discípulo ya ha nos descubre el amor antiguo y secreto de un hombre de
aprendido ~con dolor- que ella es intransferiblemente suya. setenta años que poco había querido saber de enredos
Orientar, guiar o conducir el pensamiento es, pues, lo amorosos. Un amor que él querrá transmitir para que lo~
opuesto al terrorismo intelectual: no es imponer respuestas dem~s'lo, asuman como propio. Un amor que cons~ituir~
o vedar caminos, no es distribuir la verdad y la falsedad, no toda la fuerza de este anciano y, al mismo tiempo, provocara
es decirle al otro cómo tiene que pensar. Educar, para Só- su ceguera.
crates, es hacer ver la importancia vital de aquellos proble- El objeto de ese amor que, para Sócrates, da valor y
47. Cf. Platón, República, VII, 518c-d. 48. Platón, Apología de Sócrates. Cf. particulannente, 29c-30c.
118
Malena Lasala Acción y desenlace 119
ya vimos-, 51 a aquel individuo desligado que no quiere ya te, haciéndose digno de la imagen en la cual se reconoce. 54
la polis sino sólo el poder: que descubre, desde el vínculo Acude a cada uno, "como un padre o hermano mayor, para
roto con la comunidad, que lo que antes realizaba su ser persuadirlo de que se ocupe de su perfección"[ ... ] "¿No te
ahora lo limita. El nuevo Narciso está destruyendo a l~ avergüenzas de preocuparte por tu fortuna, de modo de
ciudad. Y la astucia precede a la violencia: al encarnar a acrecentarla al máximo posible, mientras no te preocupas ni
Narciso, el Minotauro ya no quiere matar a Teseo, lo que reflexionas acerca de tu alma, para que sea mejor?,,55
necesita es seducirlo. Sócrates advierte que, con esta es- En consecuencia, la ",subjetividad" del examen de sí mis-
tratagema, el monstruo ya no es uno sino muchos. mo es para Sócrates el medio de restaurar el vínculo perdido
Lajusticia no está pues en parte alguna; Lo que se expan- con la comunidad y generar ese "nosotros", esa "comunidad
de y multiplica es 1ainjusticia. Sólo cabe emprender una en la alegría y en la pena". 56 ,
luch~ contra ~sta y por aquélla. Sócrates inicia la larga Sócrates ofrece abundantes pruebas de que ése es el
letama de un dlscurso que desearía mover montañas. Nada único camino. La acción política directa, intentada por él en
dice sobre qué sea lajusticia. Sólo dice incansablemente su ocasiones anteriores, está condenada al fracaso: 57 "Porque
importancia, estableciendo una unión escandalosa: frente a no existe hombre que sobreviva si se opone sinceramente
hechos que sólo hablan de una vida que se hace en la vio- [... 1y trata de impedir que llegue ahaber en la ciudad mucha
lencia sutil o declarada, Sócrates se atreve a instituir la irijusticia [... 1." "[ ... 1para quien ha de c<;>mbatir por lajusti-
unidad ontológica ~n el ser- de justicia y vida: la justicia cia, es necesario, si quiere sobrevivir un breve tiempo", ac-
es el "principio mismo" de la vida. Sin ella, la vida se destruye, tuar de otro modo. Sabemos ya en qué consiste ese "otro
pura y simplemente. Porque sólo lo que nombra ese breví- modo": todo el arte socrático constituye un medio de com-
simo sonido "bien" -en griego aun más breve: "eu"- hace bate que se aparta de los carriles políticos corrientes.
posible vivir. Y no sólo porque sea mejor vivir con ese "bien",
sino porque si? él no se puede -a secas- vivir. 52
LA SALVACIÓN DE LA COMUNIDAD:
Lajusticia es, así, el principio superior e interior a la vida. CRIT,ÓN o EL PROCESO A NARCISO '~INMORALISTA"
¿Pero dónde buscarlo? Sócrates está ya seguro de dos cosas:
primero, no puede encontrarlo en la ciudad existente donde En la última parte de Critón., Sócrates sostiene un diálogo
impera, no la comunidad sino el individuo. Segund~, para imaginario con las leyes, en el que declara, sin pudores, su
buscar la justicia, el único camino es ese individuo entroni-
zado y la nueva posibilidad que, paradójicamente, con él
54. La del "tábano sobre un caballo grande y noble [Atenas) pero que, lerdo
queda abierta: la posibilidad del autoexamen, de ese famoso por su mismo tamaño, necesita ser aguijoneado" (Platón, Apología30e - 31).
"cuidado de sí mismo" que Sócl"ates funda con la tecne de su 55. Cf. Apología, 29d-e, 30b-c y 31 b-c.
triple fuga. Sin ese cuidado -"therapeia" es la palabra 56. Cf.. Platón, República, L. v, 462a-d: "¿Y puede haber mayor mal para la
ciudad que aquello que la divide y hace de ella muchas ciudades y mayor
griega-, s~ñ~a Sóc_r~tes, n~diepodría actuar en la po~is y bien que aquello que la une y hace de ella una sola ciudad?" "¿Yla comunidad
ser un autentico pohticO. 53 Socrates insiste hasta lo irritan- de dolores y alegrías no es acaso lo que une, cuando todos los ciudadanos,
en la medida de lo posible, se regocijan o se afligen por los mismos sucesos
venturosos y por las mismas desgracias?" "Y lo que desune, ¿no es la
51. Cf., en este mismo trabajo, "El Narciso antifilósofo". individualidad de tales sentimientos, cuando algunos se afligen y otros se
52. Cf. Critón, 47d-48c y República, L. IV, 445b. alegran por los mismos hechos que afectan a la ciudad [... )?
53. Cf. Platón, Alcibíades 133d-e y Banquete. 216a. 57. Cf. Apología, 31e-33a. '
122
Malena Lasala Acción y desenlace 123
Acción. y desenlace
124 Malena Lasala
Sócrates: También en la época griega la justicia estaba au- ¿acaso lo es su lucha? Penetrada de un intenso e infa.tigable
se?te. ,~m em~argo, l~ idea que. la erigía en el "principio agonismo, su lucha es dramática, pero no trágica, Socrates
mIs~o de l,a vIda habIa podido ser pensada.
se consagra a salvar la poUs, sin adelantar, ni pesimista ni
SI el sosten de la vida es lajusticia, puede también enten- optimista, el resultado. "Que las cosas salgan del modo que
de:se ~o. que para nuestra experiencia resulta igualmente sea grato al dios", apunta a propósito de la suerte que ha de
emgmatico: por qué' la muerte no podía ser, para Sócrates correr su defensa. Sin embargo, como lo ha señalado la
ni her?i~a ni trágica. Concentrada en lajusticia toda la carg~ critica nietzscheana, hay en Sócrates un optimismo básico:
drama.tica, la muerte estaba descargada de toda emoción, la confianza en ellogos filosófico. Otro pasaje de la Apología
so.mbna o gozosa. Por una parte, Sócrates descalifica el (39c-d) así lo testimonia: "Pues bien, señores que me han
mIedo a la muerte mediante razones que, obviamente no condenado a muerte, les diré que recibirán un castigo mu-
pertenecen a la lógica de la emoción: temer a la muert; "es cho más duro que el que me han Infligido al Condenarme. Al
creer ~aber lo que no se sabe. Nadie conoce la muerte, ni hacerlo, creen desembarazarse de tener que someter a prue-
sabe .SI no llega a ser acaso para el hombre el más grande de ba su modo de vida. Pero es muy otra cosa lo que ha de
los bIenes. ~ero se la teme como si supiera que es el mayor resultar. Muchos más serán quienes los sometan a prueba
de los males . Los condenados a muerte, en virtud del temor -yo los he contenido sin que ustedes lo advirtieran- [... j.
hacen demasiado escándalo, porque están convencido~ ¿}
Porque si ustedes creen que condenando a muerte ~ los
-agrega- "de que morir es algo terrible, como si fuesen hombres impedirán que alguno les reproche que no VIven
inmort~es si ustedes no los condenaran a morir". 61 Por otra correctamente, no reflexionan bien".
parte, Socrates nunca juega tanto como cuando habla de la . Llegados a este punto, queda al descubierto la "ceguera
muerte. En la Apología, contempla dos posibilidades: que la trágica" de Sócrates. Ella consiste en todo l~ que Sóc~ate~ r:~
muerte sea un sueño sin sueños o que sea un pasaje a otra vio y que el dramatismo de una lucha apaSIOnada le lmpldIO
m.grada. Ante esta segunda pOSIbilidad, Sócrates extrema a reconocer.
tal punto la ironía que debemos reconocer, contra nuestra Lo que Sócrates no vio fue que Narciso era invencible,
s~nsibilidad, que la muerte realmente no le importa. Convi- porque luchar contra él era querer borrar su propia sombra.
VI~ ~n la ?tra vida con ilustres muertos sería para él "una Según la imagen nietzscheana en relación con Zaratustra,
fehcIdad mconcebible", nos dice. Dialogaría con ellos como . Sócrates no vio al simio pegado a sus espaldas, que saltaba
lo ?ace ahora, con la diferencia de que, por ser aquéllos más y le tiraba del vestido. Es decir, lo que Sócrates no vio fue la
fehces, no lo condenarían a muerte y, de este modo, "sería común significación de dos "excesos": el inmoralismo y su
una .manera maravillosa de pasar el tiempo [... 1".62 propia concepción de la justicia; que él mismo y su enemi~o
SI la muerte no es, para Sócrates, una situación trágica, 63 eran las dos caras de una misma realidad: la de la pohs.
61. Cf. Apología 29a-b y 35a-b. Sócrates no vio que, no sólo desde su evolución histórica
62: Cf. Apología, 40c - 41d. efectiva sino ya desde su idea, la poUs hacía irrealizable la
6~. Este temple de ánimo frente a su propia muerte Supone un desplaza- justicia; que no era posible esa "comunidad en la alegria y
rruen~o del.sentid.~ trágico: así como la única muerte que rechaza es la de el dolor", sustancia del "nosotros", en una sociedad que
l~ polis,. aSl tamblen la auténtica muerte "personal" no es para él'la extin-
c~on fislca sino el des-tierra, el estar fuera de su "tierra" exp 1 d d l excluía del carácter de ciudadanos a tres grupos que forma-
VInculo que lo hace ser. ' u sa °
e
ban parte de ella. De este modo, lo que Sócrates no vio fue
.. ---.-.----
.. -
la fatalidad de su fracaso: que la polis no podía ser salvada, narlo y final que envuelve la vida y la conyierte en misterio:
que ella marchaba irremisiblemente hacia su muerte. ¡'Pero es ya hora de marcharme, yo para rriorir, ustedes para
En una palabra, la ceguera trágica de Sócrates consiste seguir viviendo. Quiénes [ustedes o yo] avanzan hacia una
en no haber visto la tragedia: la imposibilidad de la justicia, realidad mejor, liDes manifiesto a nadie, excepto al dios" .64
la muerte de la polis, reverso y anverso de un hecho trágico
innegable. Sócrates no se equivocó en no hallar lo trágico en
su muerte. Pero su optimismo fIlosófico -o su pasión- lo
volvió ciego.
Llegamos por fin al desenlace. Éste exige transformar la
estructura .trágica pensada. No es la lucha de Sócrates con-
tra "su propia sombra" lo que en realidad se cuenta. Ha
surgido, en el fmal, el personaje más visible y, al mismo
tiempo, más oculto. Estaba desde el priricipio; pero no se lo
veía en su auténtica dimensión trágica. Este personaje es la
polis, el único aspecto no ficcional de la ficción narrada..
Narciso es de entrada una ficción, aun cuando en el presente
-y después de que cada época lo ha retomado a su manera-
es símbolo y enigma de toda la aventura -o desventura-
hurn:ami.. En cuanto a Sócrates, la fIlosofialo vuelve a inventar
una y otra vez, en particular, como en el caso de Nietzsche,
cuando debe mirar críticamente el pasado cultural.
Sócrates y Narciso: los dos son inmortales. Renacen cada
vez de certizas diferentes y su potencial creador es infinito.
Pero la polis tuvo su ciclo y una vez murió y terminó para
siempre. Justamente, su condición mortal es el signo de su
realidad efectiva. Pero además, sin ella, no tendrían esa vida
infinita ni Sócrates ni Narciso. Es por la existencia del ser
social-siempre determinado, con su cultura y con su his-
toria- que ambos resucitan. Es este "suelo", efunero pero
real, el que da nacimiento a la finitud de los hombres concretos
y a la eternidad de sus ficciones.
La nueva estructura trágica invierte así los papeles. El
personaje trágico y protagonista de la historia: la polis. SÓ- .
crates y Narciso: dos comentarios diferentes de la acción de .
aquélla, el contrapunto de dos coros. Convertido en coro,
Sócrates recupera la visión, reconociendo el no-saber origi- 64. Texto final de Apología.
......
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LA ÚLTIMA ESCENA
(Un cuento de filósofos)
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136
Malena Lasala La última escena 137
tendimiento, cultivé con ese libro mi memoria. Podía repetir' sus típicos ronquidos. Tenía el sueño tan pesado que era ya
el discurso de las "tres transformaciones" al modo de un habitual que me quedara alanoche acompañando a Nietzsche
,actor que, en cada función, renueva la aventura. Logré sin que ella 10 advirtiera. Recuerdo que los ojos de mi amigo,
dominar los músculos de la lengua a tal extremo que parecía detenidos sin vida en el lugar de la pared que antes ocupaba
que las palabras se soltaban de mi boca. Me gustaba es- un bello reloj antiguo, se animaban cuando yo comenzaba
pecialmente 10 del niño: "Inocencia y olvido, un empezar de a recitar algún pasaje de su Zaratustra. Nietzsche ignoraba
nuevo, unjuego, una rueda que gira, un primer movimiento, que él era el responsable de mis dotes actorales, fruto de
una santa afirmación". Ensayaba repetirlo en los distintos aquellos prolongados ejercicios musicales de mi juventud.
tempos y colores que una profesora de música me había Era noche cerrada. La triste luna del cuarto menguante,
enseñado allá en mi infancia. A veces era un andante con lejos de aclarar el cielo, Uacía sentir aun más una oprimente
molto sentimento, otras un prestissimo e conjuoco. Practi- oscuridad. Mientras me acercaba hacia la casa, se iba
caba crescendos, diminuendos, dolcissimos, marcatos, apoderando de mí una sensación extraña. No era miedo, no.
sostenutos ... Vaya callar las dolorosas circunstancias en Acababa de reírme de mi propia fantasía: Elisabeth Forster-
las que volví a ver a Nietzsche, después de tantos años. Lo Nietzsche se transformaría seguramente hacia la noche en
cierto es que me converti en su enfermero a despecho de ... el ave de rapiña que aparecfa en su rostro cuando abría 16s
la abominable hermana. Quizá Nietzsche no me perdonaría ojos. Esos ojos que mantenía malignamente entrecerrados
la dificultad que tengo en pronunciE!I su nombre y mi pro- y ese gesto de la boca que hacía desaparecer su~ labios sin
pensión a hablar de ella en términos morales. Tal es el odio carne. De un modo casi natural, esa boca podna ·transfor-
que esa... Elisabeth Forster-Nietzsche me produce. Si no marse en pico. Me reía imaginando cómo sería el ritmo de
fuera por ella, podría entregar al mundo mucho más que sus picotazos y el mapa de sangre que dibujarían en mi piel,
aquella escena en la que Nietzsche, sumido en el silencio, cuando un sonido, amplificado hasta el punto de producir
empezó de pronto a hablar gracias a ese hombre -debo dolor en mis oídos, me detuvo. Parecía provenir de una
decirlo- feísimo, que vino a viSitarlo. Cuando el llamado catedral repentinamente levantada en una tumba. No tardé
, Sócrates se marchó, Nietzsche siguió hablando. Habló y en reconocer aquella voz que me embriagaba en medio de los
hab~ó, tanto en vigilia como en sueños. Quién mejor que yo truenos de la guerra. Sí, no cabía dudas. Sócrates lo había
pod¡a· saberlo. Cuando esa mujer me sacó con cajas des- salvado. Ese hombre a quien la naturaleza había liberado de
templadas de la casa, después de haberme quitado los papeles una apariencia vulgar regalándole una fealdad perfecta, ese
en los que yo estaba registrando la escena paso a paso hombre, al hablar; había producido un auténtico milagro.
decidí volver a la casa para rescatar mi manuscrito. Estab~ Gracias a él, Nietzsche había logrado burlar la prisión de su
dispuesto a todo, hasta a matarla, a ella ya cuanto se in- estrecho cuarto de agonía con los sonidos de una lengua
terpusiera entre yo y aquellos papeles que ahora ocupaban nueva. Era como si esa voz antes callada se hubiera convertido
por entero mi cabeza. Volví ese mismo día. Había preparado en el canto coral de la tragedia. Nietzsche me había contado
una maleta con narcóticos para dormir a los criados que por .., que, en la tragedia griega original, el coro represent:: un
cualquier razón se despertaran o que volvieran tarde de enorme individuo dotado de pulmones colosales. A traves de
alguna correría. En cuanto a Elisabeth, la señal me la darían ese sonido notablemente amplificado, el héroe grita al es-
138
Malena. Lasala La última escena 139
1:
intacta en mi memoria N ocra. eS~Nletzscheseconservaba
en escribirla. No sea qu~ qmertro emorar un minuto más
mue e venga antes a buscarme.
ELlSABETH (empuñando la sombrilla) ¿A qué has venido?
¡lVIárchatel
SÓCRATES (tomando la sombrilla conjUerza) ¡Fueral No podrás
impedir que hable con tu hermano.
Elisabeth lo mira. Sócrates clava sus qjos en ella. Elisabeth
queda tiesa, sin la JTl€nor posibilidad de movimiento.
SÓCRATES (yendo hacia el interior de la casa) ¿No sabes que
. paralizar a los vivos es una de las posibilidades .de los
dialéctica es para mí un vicio contraído para siempre. NIETZSCHE: ¿Dices "injusto" odio? (Meneando la cabeza) No.
(Después de una pausa) Es una profunda gratitud lo que No vamos a entendemos.
me trae. SÓCRATES: Te ruego, no desistas precisamente ahora. Ningún
Nietzsche se ablanda de pronto y lo mira en silencio. filósofo hizo por mí lo que tú hiciste. (Después de una
SÓCRATES: Sólo gracias a ti pude curar una enfermedad peor pausa) Me arrancaste la máscara y, al hacerlo, volviste
que las que asaltan a los vivos. posible lo imposible.
NIETZSCHE (Desdeñosamente, disimulando su interés) ¿Cuál? NIETZSCHE (Sin poder disimular su ansiedad) ¿Pero qué' es lo
SÓCRATES: Querer morir otra vez y no poder. imposible de que hablas?
NIETZSCHE (Con desconfianza) Querer morir otra vez ... ¿por SÓCRATES: Lograste que pudiera contemplar mi propia
qué? . máscara, que fue casi como despegarme _de mi sombra.
SÓCRATES: ¿Recuerdas lo que me hacía grato el pensamiento NIETZSCHE (Sin poder reprimir una sensación dé triunfo) ¿Y qué
de la muerte? fue lo que viste de ti mismo?
NIETZSCHE: ¿De cuál de tus mentiras hablas? , SÓCRATES (Repentinamente temeroso, hablando de un modo
SÓCRATES: No era una mentira. Era un sueño. Yo imaginaba vacilante) Bueno ... claro ... no te enojes ... vi algo distinto
que en el Hades seguiría dialogando. Que ello sería para de 10 que tú viste de mí. .
mí una felicidad. incomparable porque, al ser mis inter- Nietzsche se desploma en la cama, como si alguien lo
locutores más felices, no habría ya acusadores a quienes hubiera golpeado por la espalda. Sócrates, angustiado, se
debiera responder. Sería una maravillosa manera de pasar acerca a él. Se hace unpesado silencio. LafiguradeSchnapps
el tiempo. surge, fantasmal, del cortinado. Nietzsche, porfin, abre los
. Nietzsche sonríe ahora bondadosamente. ojos y mira a Sócrates.
SÓCRATES: Pues bien. Contemplar la historia humana, el
sucederse de los siglos sin que se hubiera cumplido el
menor de mis deseos, hizo que la ~onversación perdiera CUARTO CUADRO
para mí todo sentido. Me volví cada vez más silencioso. Al
principio, los argumentos me provocaban impaciencia, NIETZSCHE (En un hilo de voz) Viniste para humillarme ...
luego me encontraban distraído y no podía enfrentar las hazme el favor ... vete ...
objeciones. Al final, terminaron ·por aburrirme mortal- SÓCRATES (Firme) No, ahora no me iré. Quieres saber para qué
mente. Y entonces callé, dejé de hablar. El diagnóstico de vine y quiero responderte. Por más que te repugne, no
los médicos fue "melancolía". y tú sabes: una melancolía puede evitarse la pregunta por la fmalidad de nuestros
que dura eternamente ... eso es para los muertos el infier- actos, aunque no sea la conciencia sino el instinto el que
no. Hasta que llegaste tú y me abriste el mundo, volvíste deba responderla.
a dar sentido a mi existencia. NIETZSCHE (Con una especie de resignación) Ay, Sócrates ... me
NIETZSCHE (Horrorizado) ¿Qué dices? ¿Dices que fui yo quien llevas gran ventaja. Conoces mi obra palabra por palabra
te hizo amar de nuevo la dialéctica?
y yo sólo estoy cierto del daño que hizo Platón al darte
SÓCRATES: Espera. No te dejes llevar por tu injusto odio a la vida, al permitir que gobernaras su escritura. Has tenido
dialéctica y permíteme seguir hablando.
--,--~-'.-
todo el tiempo para amasar argumentos en mi contra, y, Es Sócrates quien ahora hace silencio, al adivinar en Niet-
COmo el avaro, contarlos uno a uno; instante tras instan- zsche un dolor extremo y contenido.
te. A mí, en cambio, no me estaba pennitido utilizar el SÓCRATES (Hablando. por fin) ¿Te acuerdas? ¿Te acuerdas
tiempo de ese modo. Me reclamaban tareas más urgen- cuando escribiste sobre mí: "Aquel lógico despótico tuvo
tes. Por' eso yo extraje lo mejor del olvido y túlo peor de de cuando en cuando el sentimiento de una oIÍlisión, de
la memoria. una laguna, de un vacío, de un deber quizá incumplid~"?
SÓCRATES (Repentinamente deprimido) Sólo intenté salvar la Pude descubrir gracias a ti el significado de aquel sueno.
obra de mi pueblo. (Animándose) Tú, en cambio, eres el (Nostálgico) Ah, si volviera a nacer, haría caso a aquella
filósofo del porvenir. (Con franca impaciencia) Y de una sombra. Cultivaría la música, sí. .. (Mirando a Nietzsche,
vez por todas he de decirte a qué lJ,e venido. casi desaftanteJ p~ro a través del aforismo.
NIETZSCHE (Con cansancio} Tamb!én me crees tonto ... ¿Acaso Se hace un nuevo y profundo silencio. Luego, Nietzsche y'
piensas que no sé que me harás víctima otra vez de tus Sócrates hablan en voz tan baja que es imposible oírlos. De
rodeos? (Sarcástico) Platón se equivocó. No es una "se- pronto, Nietzsche empieza a reír acarcqjadas.
gundanavegación" lo que habrá de hacernos tocar tierra.
I Navegas en círculos y das vueltas como un ·trompo para
llegar al punto de partida. (Adivinando la reacción de Só- QUINTO CUADRO
crates) Y no te apresures a alegrarte porque quise decir .. .
(Remarcando las palabras) para llegar a ninguna parte .. . Las carcqjadas. de Nietzsche resuenan en el cuarto casi
SÓCRATES (Sin hacer caso al ataque de Nietzsche, sereno}Vine alegremente. Sin entender, pero contento por la reacción del
a rogarte que no permitas que nada te arrebate, ni la enfermo, Schnapps ríe también detrás del c;:ortinado, aso-
muerte, el personaje más. bello cón el que un hombre mándose para disfrutar la escena. Sócrates, en cambio,
puede dar..testimonio de su paso por la vida. (Ante la mirada permanece muy serio y yensativo. t?"
interrogante de Nietzsche) Que no mueras abandonando NIETZSCHE (Ahogándose de risa) ¿Y pretendes que te crea?
la más bella de las máscaras. ¿Tú, tú un pesimista? ¿Tú un trágico? . .
NIETZSCHE (Impacientándose) ¿Pero qué 'pretendes hablando SÓCRATES (Molesto) Si dejas de reír podré explicarlo. En ello
mi lenguaje? ¿Cuál es esa máscara? va tu vida.
SÓCRATES: La que fue construida con la madera del artista y NIETZSCHE: Tu ironía es soportable. Patético y solemne, qué.
del filósofo, aquellos que se aliaron para dartenacimien- quieres ... me das r i s a . ' , .
to ... aquellos que lograron amarse una noche de tregua... Nietzsche ríe otra vez. Luego se interrumpe al ver a Socra-
Nietzsche hace silencio. Mira a Sócrates casi con terror. tes con la cara entre las manos. Se desarma.
SÓCRATES (Suavemente) Debes recobrar la fuerza de tu voz. NIETZSCHE (Suavemente, casi con dulzura} Sócrates, por favor,
No puedes condenarte al silencio ... nitú ni yo podríamos habla.
ser místicos ... SÓCRATES (Sombrío) Por un momento pensé que debía irme,
NIETZSCHE (Con voz ahogada) Es verdad ... pero no me pidas que también esta vez fracasaría.
eso. NIETZSCHE: ¿Tú hablando de fracaso?
147
146 Malena Lasala La última escena
SÓCRATES (Siguiendo el hilo de su pensamiento) Si no hubiera polis. Corría el riesgo de no querer hacer absoh:rtamente
fracasado allá en Atenas, quizá habría sido un hombre nada. Con toda precisión, tú hablaste de nihilismo ...
más alegre, quizá mi estilo juguetón, mi desapego, ha- NIETZSCHE: Ay, Sócrates ... no sé cómo tolero que uses de un
brían sido verdaderos. modo tan poco riguroso mi lenguaje. Nihilismo ... ni tú ni
NIETZSCHE 'rPerdiendo toda animosidad) ¿Pero qué era 'lo que ningún griego podría comprender esa palabra ... lajuven-
querías ocultar? tud se los impide... ,
SÓCRATES: Pregunta más bien qué enfermedad quería com- SÓCRATES (SÚl entenderle) Pero algo vino en mi ayuda final-
batir. Una enfermedad que ganaba cada vez más terreno mente.
en mi interior. NIETZSCHE: ¿Qué?
NIETZSCHE: ¿Cuál? SÓCRATES: Ese peculiar modo de ocupar la ,plaza pública y
SÓCRATES: Piensa en la leyenda que me recordaste acerca de luchar que llamas la dialéctica. La invención del disfraz
lo que Sileno dijo a Midas: "Raza efimera y miserable, hija que más desprecio te produce: el optimismo teórico.
del azar y del dolor", dijo el compañero Dioniso, ¿por qué
lO
(Adelantándose a la reacción de Nietzsche) No digas nada,
me obligas a contestar lo que más te valdría dejar estar ya lo sé. Sé tanto como tú que una ciudad y un hombre
en la ignorancia? Lo que debes preferir a toda cosa es 10 vigorosos necesitan de razones. Pero esas razones re-
totalmente inalcanzable para ti: no haber nacido, no ser, claman realidad, no son argumentos de los que uno pueda
ser nada. Yen segundo lugar, lo que debes preferir es , setvirse para sustituir la acción por esa mentira que los
morir pronto" .. , Habiéndose perdido el pesimismo creador hombres llaman la verdad.
de la tragedia, la sabiduría de Sileno dejaba de ser sabi- NIETZSCHE: No sé a dónde quieres ir parodiando mi rechazo a
duría para transformarse en una peste. Tú lo sabes más tu forma de vida decadente.
que nadie. ¿Cómo soportar el horror de la existencia sin SÓCRATES: Ahacerte comprender que, a pesar de todo, era un
transfigurarlo en creación? ¿Con qué reemplazar la remedio y un invento portentoso, si se tiene en cuenta el
prodigiosa alianza que dices 'que mi"pueblo había logrado' fm que me ayudaría a realizar.
entre Apolo y Dioniso? Me lo hiciste ver con claridad. NIETZSCHE: ¿Y entonces cuál fue tu fracaso?
Muerta la fuerza creadora que sustenté!.ba la tragedia, SÓCRATES: Al no poder cumplir su fin, un instrumento grande
¿qué obra oponer al pesimismo práctico? Un pesimismo se reveló como irrisorio. (Bq.jando los qjos) Todas tus
que tenía dos caminos para desarrollar su enfermedad: criticas son ciertas.
o el individualismo en busca del poder o el individualismo NIETZSCHE (Animándolo) ¿Pero cuál era esa fmalidad que para
en busca de la nada. El que destruiría la ciudad o el que ti hacía tan'grande a la dialéctica?
aniquilaría el corazón. SÓCRATES: Una finalidad tan seria e importante como la que
NIETZSCHE: ¿Qué quieres decir? en tu caso hace grande al aforismo.
SÓCRATES: Yo debía combatir los dos. Pero si no extirpaba NIETZSCHE (Para sí) Este hombre es tan inteligente que, usan-
antes el mal que se había instalado en mí, no podría hacer do mi máscara, me ha obligado a ponerme la suya. Me ha
n~a por mi pueblo. Primero desesperado y fmalmente llevado de la mano, como un niño, sin que yo me diera
hastiado, había comenzado a asistir al hundimiento de la cuenta. Hem~ aquí, totalmente metido en el pensamiento
~-~.-~----~~-~
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~ -~-~----~.
de la fmalidad de la existencia... (A Sócrates) Te advierto delo y un saber y además que los amara. Pero yo era un
Sócrates. Intentas transformarte en mí. Pero, te lo ase~ visitante que se iba en el momento de llegar. Donde era'
, guro, no eres ni serás un actor trágico. . esperado, nunca estaba. Siempre era otro el lugar de la
SÓCRATES (Desanimado) Has vuelto a pensar que nada noble cita.
es lo que me trae. Lo adivino en tu mirada. ¿Cómo hacerte NIETZSCHE (Sin poder disimular el creciente interés que ld ha
entender que lo único que quiero es abrir mi corazón? ganado) ¿Y todo eso para qué?
Nietzsche mira a Sócrates. Al sentirlo sincero, vuelve a Sócrates. se acerca a la ventana y mira hacia eljardín.
ablandarse. Vuelve en una actitud nerviosa, como si le hubiera llegado la
SÓCRATES: Ya te lo dije. Yo quena salvar a mi ciudad. hora de marcharse. .
NIETZSCHE: ¿De qué modo? SÓCRATES: Es muy complejo y largo de explicar ... Yo buscaba
SÓCRATES: Con lo que yo llamo el "arte de la fuga" y tú llamas que cada uno hiciera tan suyo el problema de la polis, que
la dialéctica. la comunidad ocupara su corazón a tal extremo, que no
NIETZSCHE (Mirándolo asombradp) ¿Qué significa esa metáfo- fuera posible en él otro interés.
ra en tu boca? NIETZSCHE: Y para ello inventaste la "conciencia", ese lugar de
SÓCRATES: Desde que te leí ya no soy tan afecto a las com- exilio donde el hombre europeo enloqueció de vanidad ...
paraciones. Prefiero la metáfora. Sabe dar en el blanco al SÓCRATES (Hablando precipitadamente) No había otro reme-
primer tiro. Créeme. Fuiste tú quien lo pensó de un modo dio. En una sociedad en que el verdadero sujeto ya no
insuperable: al divertirse en hundir esa catedral de con- estaba, donde todo vínculo real con el conjunto se había
ceptos que el hombre racional ha erigido en el agua, el roto, sólo era posible convocar al individuo e inventarle
impulso metafórico revela el devenir. un centro. Generarle la ilusión de autonomía. Hacerle
NIETZSCHE: Sigue, Sócrates. Renuncio a destruirte. Después descubrir que el valor supremo estaba dentro suyo ... algo
de todo, no.tengo por qué hacerlo. No eres mi maestro. más importante que la salud del cuerpo, la riqueza y los
SÓCRATES (Mirándolo a los ojos, con tristeza) Vine a hablarte honores. Mostrarle que podía encontrar otro alimento del
porque jamás tendré un amigo como tú ... orgullo ... sólo con saber explorar dentro de sí. .. (Con voz
Nietzsche baja los ojos, conmovido. Luégo se rehace y mira ahogada) Yo quería hacerles sentir que la justicia era la
a Sócrates adustamente.. . vida misma en la plenitud de su poder...
NIETZSCHE: El "arte de la fuga" ... la dialéctica convertida en NIETZSCHE (Con tristeza) Ciertamente, tu fracaso fue total. ..
arte musical. Mira, Sócrates, es tan absurdo que sólo me SÓCRATES: y; sin embargo, después de 'muchos siglos, descubn
testa divertirme. Continúa. gracias a ti que, a pesar de todo, mi arte no carecía de
SÓCRATES: Como sabes, la fuga es en música la más refmada sentido .
. expresión del contrapunto: al surgir, las distintas voces NIETZSCHE (En un impulso totalmente espontáneo) Dime,
no parecen acercarse sino huir. Es lo que yo hacía al amigo, cuál es ese valor.
preguntar. Practicaba una fuga de tres voces: la que huye Sócrates lo mira con asombro, conmovido por lamanerade
de~ saber, la que huye del modelo, la que huye del amor. Nietzsche de llamarlo. Vuelve a sentarse.
Mis discípulos pretendían que les suministrara un mo- SÓCRATES: Hablo del sentido que tiene toda búsqueda de la
150
MaIena LasaIa La última escena 151
verdad, aunque sea una pura ilusión lo que la impulse ... a descubrir tu propia máscara, soy yo el que ahora no
esa ilusión de saber que, en el extremo de su esfuerzo, puede abandonarte sin que vuelvas a mirar dentro de ti.
sólo puede encontrar el saber de la ilusión ... transfor- Sócrates lo mira con repentina ansiedad, como si algo
marse en ironía ... (Poniéndose de pie) Con todas sus extremadamente doloroso se le empezara a revelar en ese
trampas, con toda su impotencia, aun lo peor de aquello instante.
que llamas la dialéctica, aun ese momento en que los NIETZSCHE: Tú no aceptaste la muerte, no te engañes.
argumentos apagan el brillo de la imagen es, al fm y al Sócrates mira a Nietzsche, entregándose indefenSo a su
cabo, un bello hacer. No es sino la expresión lo que juega palabra..' '
y trabaja; .. en este "apartado rincón del universo cente- NIETZSCHE: Tú no supiste callar en el momento de tu muerte:
lleante" ... '
Hiciste como los emigrantes, cuando ,§!u barco está a
NIETZSCHE (Retomando naturalmente su propio discursoj punto de zarpar. Tienen que volver a deéirse unos a otros
hubo una vez un astro en el que animales inteligentes
ti • • •
lo que minutos antes se dijeron. Hablan más que nunca,
inventaron el conocimiento. Fue el minuto más altanero poniendo en escena unay otra vez la despedida. El tiempo
y ... "
apremia. Detrás de ese ruido, el océano y su silencio
SÓCRATES (Impidiéndole proseguir y mirándolo con intención) hueco esperan impacientes, seguros de su presa... No,
"... pero, al fin de cuentas, apenas un minuto ... "
Sócrates, no fue aceptar la muerte tu modo de morir.
NIETZSCHE (Comprendiendo y sonriéndole casi con complici- SÓCRATES (Con profundo malestar) No puedo comprenderte.
dad) "Tras breves respiraciones de la naturaleza, el astro , NIETZSCHE: Si la hubieras aceptado, habrías estado en silencio
se heló y los animales inteligentes perecieron." el último instante de tu vida. Así habrías demostrado que
Los dos hombres se quedan en silencio, con los ojos bqjos, 'la muerte no era sino la vida misma que se afirma. Quien"
pensativos.
afirma la vida, es capaz de entregarse a su horror. Y la
SÓCRATES (Levantando la vista y mirándolo con un dejo melan- única prueba de ello es el silencio ...
cólico) Y la expresión es vida que lucha por sí misma, que
SÓCRATES (Desplomándose en un asiento) Continúa, te lo
sabe de ese silencio final que ;a. derrota ... y lo demora ... ruego ...
Aun en los casos en que se oculta tras la lógica, toda NIETZSCHE (Con dulzura) Tú no aceptaste la muerte, la elegis-
expresión lleva en sí algún vestigio de tragedia. " te ...
Nietzsche ha escuchado a Sócrates atentamente. Se deci-
Nietzsche ha terminado de hablar casi en un susurro. De
de a hablar por fin. aunque se nota que le cuesta, como si pronto. la ventana del cuarto se abre y se cierra con estrépito.
temiera herir a Sócrates. ,
La escena queda a oscuras. El enfermero Schnapps ...
NIETZSCHE: Y sin embargo, Sócrates, cómo te ocultas a ti
mismo a través de estas palabras ... Tu manera de morir
fue quizá el último golpe asestado a la tragedia.
SÓCRATES (Defendiéndose, sorprendido) Pero yo he sido un
maestro en el arte de mOrjr... en aceptar la muerte ... Acá se interrumpe bruscamente el manuscrito de Valerio
NIETZSCHE: No, Sócrates, no te engañes. Si dices que te ayudé Schnapps, el enfermero. Seguramente la razón es que la
hermana, rotó el encantamiento que le impedía el movimiento,
-.----
"-. ..
-
-.----
'-. .. -
pudo entrar al cuarto y encontrar a Schnapps detrás del creyó que era su propia voluntad la que había determinado
cortinado. A los quince días de la muerte de ese hombre a la visita.
quienValerio había consagrado sus cuidados, encontraron -¿Y qué otra cosa si no? -le pregunté.
a éste muerto, se piensa que de un síncope. Estaba en el Borges volvió a reír:
suelo, con los ojos muy abiertos y como custodiando la . -El Eterno Retorno -respondió.
puerta de su casa. Aferraba en la mano los sucios papeles Lo miré interrogante.
en los que había escrito lo que acabo de dar a conocer. Mis -Sí. El Eterno Retorno es el único responsable del en-
superiores me mandaron luego a registrar la casa. Elisabeth cuentro. La ceguera metafisica de Sócrates sumada a su
Forst~r-Nietzsche había denunciado a Valerio Schnapps pasión política y moral le impidió reconocerlo.
acusandolo de robo. Lo que ella exigía de nosotros era en- Al decirlo, Borges entornó un poco más sus ojos ciegos y
contrar los 'manuscritos que contenían todo lo que su her- pareció con ellos divisar la inmensidad. Luego reparó en que
mano había dicho en sus largos días de agonía. Según la yo no comprendía.
versión de la señora Nietzsche, el enfermero los habría -Claro -dijo con una sonrisa levemente maliciosa-o
sustraído el mismo día de la muerte de su hermano. Apro- Que Sócrates creyera que la visita a Nietzsche se deb~ó a su
vechándose de la distracción que el dolor le provocaba, habría pura voluntad fue quizá una astucia del Eterno Retorno.
logrado burlar la Vigilancia y robar los manuscritos. Pero en -Por favor, explíqueme -,-rogué.
la modesta casa de Valerio sólo estaba el relato y la escena Borges no pudo reprimir un gesto de impaciencia. Era
que ustedes ya'conocen y, debajo de la almohada, un libro evidente que acababan de nacerle deseos de escribir. Pero,
que el pobre hombre leía seguramente al acostarse: Así habló al notar mi desconcierto, volvió a poner en juego sus dotes
Zaratustra. ya olvidadas de maestro.
-Escúcheme, entonces -dijo-o El Eterno Retorno es la
Weimar, un día de septiembre del año de 1900. ideametafisica más audaz que las fuerzas humanas pudieron
concebir. Y lo es hasta tal ¡punto que varias veces he e~do
tentado de creer que Nietzsche hablaba en sentido literal al
En algún lugar de Buenos Aires; decir que esa idea le había sido revelada.
ochenta años después. -Pero ya los antiguos la habían inv~ntado -me atrevi a
objetar.
Al terminar de leerle estos escritos que misteriosamente -Se equivoca -respondió-o Usted se refiere simple-
habían llegado hasta sus manos, Borges se quedó un tiempo mente a la concepción cíclica del tiempo-. Borges hizo si-
callado. Luego comenzó a reír. Reía quedamente, como para lencio. Por un momento temí que mi intervención hubiera
sí mismo, ignorando mi presencia. Finalmente dirigió hacia sido inoportuna. Pero enseguida prosiguió:
mí su rostro y dijo: . -Por el Eterno Retorno se logra lo que ninguna historia,
-Si Sócrates volviera a nacer, podría cultivar la música; sea ciencia o ficción, puede alcanzar.
tal parece ser su sueño. Pero es evidente que no podría ser Su gesto pareció atrapar en el aire alguna imagen y dijo,
jamás un metafisico. Dominado por su obsesión de gratitud, con un dejo de nostalgia:
154 La última escena 155
Malena Lasala
-,-El Eterno Retomo logra hacer volver lo diferente. necesita distender el tiempo en distintas dimensiones para
",-",-¿Pero cómo puede ser? ~respondí, elevando involun- poder generar su acto creador.
tariamente el volumen de mi voz-o Yo entiendo que pueda Comprendí que, a pesar de su cansancio, Borges ya no
volver 10 igual, no lo diferente. ¿Cómo pUede algo volver si no deseaba ser interrumpido. Al instante prosiguió:
ocurrió? -El encuentro entre Sócrates y Nietzsche ocurrirá infi-
. -Su pregunta es la trampa o el truco de la concepción nitas veces y será nuevo cada vez. Ambos gestaron con su
lineal del tiempo -dijo, meneando la cabeza-o En ella~ el obra creadora la posibilidad de la infinita diferencia. Por eso
pas~do y el futuro ahogan el presente hasta no dejarlo el Eterno Retomo los'elige y elige que se encuentren. Por eso
respIrar. es esta escena una eterna actualidad.
Borges se dio cuenta de mi incomodidad, de que yo no Contado así por Borges, el Eterno Retomo me había des-
llegaba a comprender su pensamiento. lumbrado. En ese instante era Borges qUién veía, mientras
-Ya al decir "ocurrió" ;por ejemplo, se le otorga al pasado yo sentía que mis ojos concentraban mi propia ceguera y la
un peso ontológico del que carece-dijO-. Decir "lo ocurrido" del mundo. Apreté los párpados y, manteniéndolos así
es .hablar de algo perfectamente asible, es hacer surgir un durante un rato, pensé:
objeto ante los ojos. Tanto la historiografia como la ficción -Entonces fue erEtemo Retomo 10 que condujo a Borges
literaria se reconfortan con ese contorno luminoso que di- a estos manuscritos ...
bujan en la oscuridad insondable de la historia. Dicho de Cuando abrí los ojos; Borges había puesto ante mi una
otro modo: lo que no es su objeto, 10 que no es "lo conocido", hoja en blanco y una pluma. Los tomé. Él comenzó entonces
es lo que para ellas "no ocurrió". En el Eterno Retomo vuelve a dictarme y yo a escribir...
en ca~bio, 10 oculto, 10 invisible, 10 no reconocido, 10 perdido:
lo olvldado desde siempre, lo que jamás llegó al lenguaje. Por
eso vuelve no 10 igual sino 10 diferente.
Borges adivinó en mi rostro el esttiipor. Pensó un momento
y añadió:
-El Eterno Retomo es la doctrina del presente creador.
Lo que pasa y eternamente vuelve en el instante es 10 nuevo
de lo viejo, el futuro del pasado; la diferencia irrepetible;
-:-:-Pero el. pasado es 10 que fue y el futuro es lo que será
-dIJe, en el mtento de desandar un camino que no me sentía
capaz de transitar. Armándose de paciencia, Borges señaló:
-El pasado y el futuro sólo son en el presente. Si conver-
timos al presente en apenas un punto de inserción de dos
segm~ntos de una línea y de este modo separamos el pasado
y el futuro, nos ha ganado la ilusión. En realidad, futuro y
pasado son un "invento" del presente. Es el presente el que