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MALENA LASALA

11

SÓCRATES Y EL ARTE
DE LA FUGA

Editorial BU,los
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SÓCRATES Y EL ARTE
,DE LA'FUGA
11
MALENA LASALA

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r ÍNDICE
1(09 1) Lasala, Malena
LAS Sócrates y el arte de la fuga. - la. ed. - Buenos Aires' .
Blblos, 1 9 9 6 . . .
160 pp.; 20x14 cm. - (Filosofía)

ISBN 950-786-108-4

I. Título - 1. Filosofía griega


Prólogo ................................................................................... 9

EL DISCURSO MAL-LOGRADO:
PLATÓN PSICOANALÍTICO

Platón des-contextuado ................................ , ...................... 13


Un discurso irritante .. .................. ...... ...................... ........... 17
El cuidado de sí mismo, 21. La conversión, 23.
La ética de la búsqueda o contra el realismo en la ética....... 29
La fascinación erótica.......................................................... 33
Las tres fugas ......................................................... ~ ............ 39
La fuga del saber, 40. La fuga del modelo, 43. La fuga del
amor: la mayéutica, 44.
El trabajo de la memoria...................................................... 49
Anamnesis y olvido, 51. Anamnesis y reconocimiento, 54.
El eros transfigurado ........................................................... 57
El hilo roto de Ariadna ......................................................... 65

SÓCRATES CONTRA SU PROPIA SOMBRA:


UN LUGAR DONDE INTERROGAR AL NARCISISMO MODERNO

Diseño de tapa: 'HiJracio Ossaní. Introducción........................................................................ 71


Armado: Mauricio Poyastro. Interrogar al narcisismo ................... ,.................................. 73
Coordinación: Mónica Urrestarazu. El narcisismo como concepto teórico, 73. La figura de
Narciso, 76.
Hacia una tragedia no escrita.............................................. 79
Érase una comunidad en un sujeto... .................................. 83'
Capítulo primero. Material y personajes .............................. 85
© Editorial Biblos, 1996. Sócrates, el filósofo, 85. La razón griega: razón política, 86.
Pasaje José~ ..Giuffra 318, 1064 Buenos Aires. La razón agónica: la "sabiduría", 88. La razón protagónica,
-l*oc~o .el deposIto que dispone-qa ley 11.723. 90. La razón estratégica: la sofistica, 91. E1logos filosófico:
rohlblda su reproducción total o parcial. la razón puesta en la verdad~ 94. Narciso, 99. El mito, 99.
Impreso en la Argentina. El Narciso del espejo, 101. El Narciso antifilósofo, 103.
PRÓLOGO

Capítulo segundo. Acción y desenlace .


L~ peripecia ~ocrática, 107. El "arte'd~'i~'i~g~::;'i~'di~~iu_107
ClOn del e~peJo de Narciso, 108. La suspensión del arte de
~a fug~: S~cr~t~s y el.~ilo de Ariadna. 114. Una sola fuga
.lmposlbl~._ Cn.ton o la confesión íntima" de Sócrates, 117.
~a salva~lOn ,~e la comunidad: Critón o el proceso a Narciso
mmorahsta . 121. La ceguera trágica. 124.

LA ÚLTIMA ESCENA
(Un cuento de filósofos)

Prim€r cuadro ............................................ 139


Segundo cuadro ...................... .
T ................................................................ 140
ercer cuadro
Cuarto cuadro ................................. .................................. . 141
Quinto cuadro ................................................................... 143
.................................................................... 1·45 Los dos . primeros trabajos que integran el presente libro
fueron publicados yasepáradamente por esta misma editorial..
La unidad que puede descubrirse en ellosjustiftca su reedición
en un único volumen. Ambos corresponden a dos momentos
de una reflexión centrada en unafiguraJilosóftca que, al igual
que ciertos mitos, logra hacer perdurar la novedad en el ya
extenuado devenir del ser humano occidental: frgura perpe-
tuamente fundadora, en efecto, la de Sócrates puesto en
escena por Platón, la de Sócrates convertido por Platón en
personqje, con el objeto de mostrar que lafilosofia puede ser
drama -tragedia o comedia-que, al anudar el pensamiento
a la vida, da vida al pensamiento. El primer trabqjo enfoca la
estructura dialógica y muestra un discursomru-Iogrado cuya
fuerza reside en su ji"acaso": la búsqueda que Sócrates
impulsa permite desandar la ilusión de saber para instaurar
el saber de la ilusión: saber no sólo desmitificador de la
ilusión sino saber que la ilusión genera, saber producido por
un pensar cuyo único anclaje es un trahqjo de expresión que
teje y desteje el discurso al infinito; pensar que, si sabe
liberarse de la obsesión de concluir, se obstina en no sustituir
la verdad por el silencio: ni concluye ni calla.

[ A 1
10 Malena Lasala

El segundo escrito plantea unaficción para entender la


peripeciafilosófica de Sócrates: la lucha deljUósofo contra
Narciso, criatura mítica que simboliza la crisis individualista
de la polis. Estaficción revela a Sócrates como personaje de
'í tragedia y' de~oculta el carácter agónico de aquel pensar en
el que el discurso se "malogra". Justamente, el objeto de ese
discurso no es cualquiera. Expresa la pasión que alimenta la
búsqueda socrática: pasión que estructura hasta tal punto el
ser de Sócrates que éste pretende contagiarla hasta lograr
que todos descubran su identidad a través de ella. El "cuidado
de sí" que Sócrates conduce debe poder encontrar la pasión
por la justicia en el centro del ser de cada uno. Y cada uno
debe descubrir, a través del ejercicio dialógico de la memoria.
EL DISCURSO MAL-LO~RADO:
cómo esa pasión trabaja su querer hasta transformarlo en PIATÓN PSICOANALITICO
pura voluntad hacedora de justicia. La "escena" socrática
puede verse pues como una escena de ilusiones: ilusión de
saber en un caso, ilusión de justicia en el otro. En el primer
,1
1,: caso, Sócrates desmitifica la ilusión. En el segundo, su
.t$9.-eguera trágica le impide f'econocer que la justjpia no es
posible en el marco de la poris y que Narciso está pegado a él
como su sombra. Y sin embargo, a través de la peculiaridad
del proceder dialógico, Sócrates construye un camino gracias.
al cual tanto elpensamiento~onsciente de suprecariedad-
como la voluntad -recobrada su ilusión- asumen sufuerza
creadora. En los dos escritos, ese camino es comprendido a t
través de la imagen de la fuga: del arte de lajuga. .. \
El tercer escrito retoma la misma imagen, pero para
revelar unafuga que Sócrates jamás habría admitido como
suya y que constituye el "otro lado" de su arte de morir. A
I
través de unaficciónfilosófica -W1aescena teatral dentro de
un cuento cuasi fantástico- que relata el encuentro de
Sócrates y Nietzsche, le tocará a este último revelar al griego
su máscara más ciega: ¿acaso una huida de la muerte en su
ejemplar modo de morir? ..

M.L.
'PLATÓN DES-CONTEXTUADO

Una cosa es Platón y otra los platónicos. Otra también los


platonistas. Es propio de todo pensamiento filosófico dejar
rastros que tienen que ver más con su transmisión que con
su íntimo hacerse. Platónicos y platonistas: dos modos con-
solidados de acercarse a este pensamiento. Unos para afe-
rrarse y ~ostenerse en él. Otros para sostenerlo y aferrarlo.
Con-fundirse o distanciarse. Adeptos y eruditos. Unos di-
rán: "Platón tenía razón cuando decía ... ". Otros: "No era eso
lo que Platón realmente quería decir". Ambos apelarán a los
textos y presentarán pruebas.
Este ensayo prefiere asumir los rastros platónicos de otra
manera. Renuncia de entrada a interpretar a Platón -tarea
que requiere la disciplina y el rigor del erudito- o a utilizarlo
para seguridades subjetivas. Se trata de una aproximación
que resulta de un cierto modo de vivir el discurso filosófico,
de una cierta experiencia en "cosas de filosofia". Si tuviera
que hablar de esa experiencia, deslizaría algunas ligerezas'
valiéndome de un pensamiento profundo. 1

l. Cf. las bellísimas lej:!ciones de Theodor W. Adorno publicadas en espa-


ñol en dos tomos con el titulo TennÍ11ologíafuosófica (Madrid. Taurus. 1976).
14 Platón des-contextuado 15
MaIena LasaIa

La fIlosofia vive de una paradojil capaz de ahorrarle la supondría "abrir" los textos, sin encerrarlos de antemano en
muerte. Así como se ha pod~do hablar del fin <le las ideologías, los límites de su propio discurso .
.:¿;. es, quizá, una imposibilidaCl de principio hablar del fin de la He aquí, pues, al final de este rodeo, el lugar en que me
fIlosofia. Justamente por esa paradoja que la constituye: la ubico para que los textos platónicos -testimonio ejemplar
, fIlosofia gust~ de la totalidad, por eso es concepción del de ese clima peligroso y vivificante de la filosofia- ~e ha-
mundo, opinión elevada a sistema; la fIlosofia aborrece la blen:
facilidad, por' eso disuelve todo sistema y pulveriza las
produc~iones, por cierto trabajosas, de su propio gusto. • En el movimiento de su pensamiento, sin preocuparme
;' ,
i,
Como sistema, la fIlosofia exige que nada quede fuera, por encontrar la consistencia de un sistema.
J aplasta la diferencia. En el símil irónico de Adorno, se • En eljuego de resonancias que ese moVimiento desata,
I
comporta como la reina de Blancanieves frente al espejo: no casi como si me situara en el angustioso espacio de la
soporta que exista mujer más bella. Como lo otro del siste- experiencia poética: el de la liberación de un sentido que
ma. la fIlosofia es movimiento de un pensar intransigente en jamás se cierra.
su exigencia de verdad. Exigencia que violenta el íntimo
mecanismo que lo impulsa a cerrarse. Creo que, de este modo, hago justicia á una dimensión
Como movimiento de un pensar que borra siempre la nada banal del pensamiento platónico, esa experiencia fi-
t?t~.ización que busca, la fIlosofia goza de su propia impo- losófica única y sin retorno en el decurso histórico de la
sIbilidad.Goza de lo imposible en dos sentidos. Gusta ha- filosofia misma: el diálogo.
blar de lo que no se puede hablar: cultivar "la paradoja de
decir lo indecible". Y goza en mantener en lejania lo deseado:
es amor,' enthousiasmos. Quizá sea este doble goce la ***
::¡ compensación subjetiva de aquella intransigencia: la oos-
tinación por la verdad, que $e opone a toda "dietética" del ¿A quién va dirigido, fmalmente, este trabajo?
alma. Su titulo revela más bien un desde dónde y tal vez un
Si la fIlosofia se realiza en la liquidación de los sistemas contra qué. Por un lado, se alimenta de una experiencia
que ella misma produce, hay un' aspecto en que las dos psicoanalítica personal e intransferible. Por el otro, quiere
antiguas rivales -filosofia y poesía- se asimilan: si asumir cierta intención crítica' con respecto a la psicología.
arrancamos ciertos textos filosóficos de sus contextos sis- No me refiero a la psicología como práctica que en manos
temáticos, ellos pueden reverberar con ecos imprevisibies nobles produce sin duda efectos saludables. Tampoco al
en recintos que, originariamente, les eran ajenos. poder de este moderno saber del alma que individuos, gru-
Acaso el que quiera "hacerse el oído" para esas viejas pos e instituciones disputan con tanto ahínco. Apunto a lo
voces, deba ejercitarse en la práctica de deS-interpretar. Ello que 'me es más visible desde la filosofia y desde los límites 'de
mi propia experiencia: la psicología como discurso. Como
contrapartida del saber que éste pretende instituir, me pro-
n:
la ejor introducción a la filosofia que para mí pued~ encontrarse. Cf.,
particulannente, t. 1, pp. 43 Y 197.
pongo mostrar la posibilidad de un discurso sobre el alma
16 Malena Lasala UN DISCURSO IRRITANTE

queAse' constituya . . desandando


. la ilusión de sab ero
qUl es preCISO distinguir, aunque el arte de confundo
-verda~era al.quimia de estos tiempos- los haya homol:
gado, pSIC~logIa y psicoanálisis. ¿Acaso el psicoanálisis no
fu?da.~u dIscurso desde la desmitificación más decidida de
la Ilus;on de saber? ¿Y acaso la experiencia psicoanalítica no
~s el aSI::>ero tropiezo con los límites siempre móviles pero
rrreductibles. del saber de sí? Precisamente, este traba'o
saca todo su Impulso de un diálogo secreto entre venerabl~s
textos escu~ha~os con atención irreverente y el psicoanálisis
co~o e:,q>enencJa. Es en este diálogo donde el "conócete a ti
mIsmo -a~uella famosa sentencia oracular- quiere re-
C?bra: la mascara enigmática que las mosofias de la con-
CIen~Ia le ~abían arrancado: el rostro contemporáneo de un No es verdad. que yo intente educar a
Platon pSICoanalítico. los hombres [... 1
Apología. 19d.

Un interlocutor de Sócrates en los diálogos platónicos no se


sentía sorprendido frente al hecho de que el saber más teórico
fuera considerado una tecne- en el mismo y simple sentido
en que lo era el saber del artesano. Para un griego de esa
época era natural que el saber nunca se considerara separado
de alguna forma de acción y, en tal sentido, todo saber era
una tecne y el que lo practicaba un tecnicos. Platón, por su
parte, explicita en Gorgias 465a y en República 341-343 el
concepto filosófico de tecne: acción basada en saber o saber
que-se proyecta en acción. En tanto sab~r, la tecne remonta
el plano de la mera experiencia (empeiria); en tanto acción,
la tecne se ocupa del sujeto necesitado de ella.
Cómo un saber como el matemático puede estar ligado a
la acción así entendida, se explica por la idea de que la

2. Mantendré la palabra griega. La palabra espanola "arte" con que se


traduce comúnmente 'tEX'lJT] (tecne). transmite su sentido tan impropia- -
mente como si tradujéramos "técnica".

r 171
18
Malena Lasala Un discurso irritante 19

transmisión es inseparable del saber mismo: no puede con-


Vitalidad de un Eurípides. Ta~poco
cébirse un saber sin la acción que lo transmite. Así lo apunta ' puede negar la perenne 1 ración del lenguaje realIz~da
Platón en Gorgias, al par que establece uno de los Criterios puede ignorarse la fma e:cr:> o. ¿Acaso no lo Vio Platon?
posibles de diferenciación entre las tecnai: en un extremo, por estos maest:0s de reton~~ Vl~:·viO. Para la sensibilidad
las que ejercen su acción silenciosamente; en el otro, las que Es más clarO, sm embargo, fi qtas es quizá más peligroso
lo hacen a través de los discursos(logoiJ. Entre ambas, las platónica, el poder de los so I~n peligro las exigencias del
diferentes incidencias de palabra y silencio.
aun que el de los poetas: ponde to'n'ca eiercen su acción a
En las primeras, los logoi sustentan implícitamente la A 110s maestros e r e : J . .'
pensar. que. ue ueda enquistado en la opIIDon,
acción: el carpintero fabrica la mesa teniendo como modelo través de un dIscur~o q. q d Platón nos dice que el
en la ~era
su Idea. En las segundas, los logoi son la acción misma, por " " expenencIa. Cuan o
sí mismos producen efectos. Saber hacer y saber que hace. . ncia tal de las cosas humanas que
sofista tiene una expene ' a sobre cualquier cosa, nos
Pero los logoi que Platón privilegia por la fuerza de su puede persuadi~ a cualqUle~o oi- eso es más capaz de
acción son los dirigidos al otro humano. Aquí el discurso dice al mismo tiempo que d' c~rso que se clausura en la
pone en juego el alma. Quien lo actúa y quien lo padece
arriesga su propio ser. pensar sobre e~ alma. TOldO ~s indicativo, en las proposi-
opinión se enCIerra en e mo oesta inmediata. Y así, bajo '
Es con respecto a esta función del discurso que interesa ciones categóricas, en ~a respu, débil puede producir la
determinar si ellogos se articula en una auténtica tecne o en esta forma, el pensamIento mas ,
el remedo que la falsifica. En este punto se concentra uno de
creencia más fuerte. ti la más contundente descali-
El fmal de Te~t~~o con : emedio que ya no consiste en
los prinCipales esfuerzos platónicos: el desenmascaramiento
de las falsas tecnai que utilizan la fuerza dellogos; meras ficación de'la opmlOn porficienCia de su objeto. 3
prácticas de seducción que, como la cocina, son sensibles al proyectar sobre ella la de t "zar la ciencia (episteme) que
En los intent~~ de car:~lee~ finalmente a una defmición
placer con independencia del bien. La persuasión del otro a
través del placer que l~ prod4ce el discurso es el "feliz" re- ocupan todo el dIalogo, s g . t es "opinión verdadera
que parecería irrefuta~~~~~~~~~meta logou)" (30 lc). O ,
sultado de una práctica de dominio. Cuando se le pregunta
1',
.'. . cuál es el efecto de su actiVidad, Gorgias responde (452d-e):
I (alethe doxa) acompan ti lar opiniones verdaderas.
Lo que es, verdaderamente, Sócrates, el bien mayor: lo que al
sea, para conoce~ no ba.:~~s o~: embargo,' esta defmición
mismo tiempo que produce la libertad de quienes lo poseen, permite , Hay que dar razon de . . tra cosa falta para que haya
a éstos dOminar a los otros en su ciudad. también es refutada .. ¿Que ~ . esponde esta pregunta.
y concreta:
ciencia? El diálogo ID f~r~u ~i~~rdel esfuerzo: "Creo que
Dice tan sólo, en la cu ~ma "Éste es el final y ningún
hicimos todo cuanto 'pudII~os ... h:storia: la opinión verda-
Me refiero al hecho de poder persuadir mediante el discurso.
otro diálogo retomara la mIsma 1

Es cierto que la crítica platónica a los sofistas _y más


aun a los poetas- es un ataque de trazos gruesos. Nadie 3 Lo opinable, en tanto objeto. ue la opinión se refiere, es lo que
. , 'gual lo q carece de identidad en el sentido
al que
"deviene", lo que nuncla es 1 po~ tanto le falta ser. '
más fuerte. Aquello a o que, ,
"-,------"-
-
---,----~-',
"\J9i,;:.
'\.:

20
Malena Lasala Un discurso irritante 21

dera acompañada de logos fue t r · .


del conocimiento abordar _ ; a ansItada y la mdagación respuestas lo hace andar. La misma estructura aporética de
embargo intentar a o. os caminos. Podríamos, sin un diálogo como el Teetetoestá expresando ese logos peculiar
sabiendd que nun::~~n:~rr el Wlozo .de película faltante cuya defInición se busca: su discurso, que remonta con
, alguna vez. '. o como o dICho en algún lugar extremo rigor a través de sucesivas refutaciones hasta lo
Si nos detuviéramos en el instant ._ que parece irrefutable, queda sin embargo inmerso en el
interrumpe e insistiéramos 1 _ e en que el dIálogo se vértigo de un movimiento sin anclajes.
aventurar que no hace falt en e VaCI? generado, podríamos Llegamos así a la :I1lédula de esa oposición irreductible:
d
cia. Nada habría que sum~ n~ a f7Ul;S p~a que haya cien- el dialogos instituye una auténtica tecne, la opinión sólo su
mar ello os 1, ' . - . smo, mas bIen, restar: no su- máscara. Los sofistas, esos hábiles psicólogos que saben
La alianz~ en~eap~~::e~~~ a::c:n.~ar l~ o/?inión ~ellogos. cómo obtener el máximo pbder sobre el otro a través de la
impotente al ensa . Y p~lOn, SI bIen posIble, deja opinión, quedan sin embargo fuera de aquello que dominan.
1 P IllIento. ¿Habra alguna otra posibilidad
~a:a. _e pensar que lo vuelva radicalmente extraño a la El dialogos, en cambio -ese discurso mal-logrado-alcanza
pIfion? El final poco exitoso de Teeteto (21 Ob d) d al alma en su ser mismo. Es preciso explorar, pues, esta
pista: . - nos a una , relación.

TEETETO: 1... 1gracias a ti he lleg d d' '


de que soy capaz. a o a eCIr mucho más que aquello
EL cmDAOO DE SÍ MISMO
SÓCRATES: Pero nuestra habilidad ma: é u t i c ' .
cosas no tienen posibilidad d 'd Y a afirmo que todas esas
TEETETO: Sin duda, .. eVI ay que no vale la pena conservarlas, La verdadera originalidad de Cármides -diálogo juve-
SÓCRATES: Entonces, Teeteto si en tr .. . nil- ha sido destacada sólo raramente y, en ningún caso,
concebir nu~vamente tienes'éxit o a ocaSlOn en que trates de llevada hasta sus últimas consecuencias.
tu embrión serán mejores gr . o':fs porque los pensamientos de
permaneces estéril 1... 1tendr:~I:tbuee:~en.que hoy hicimos; y si Cármides es claramente un. diálogo sobre el dialogos y el
de que conoces lo que en realid a d cnteno de no vanaglOriarte problema explícito -la naturaleza de una virtud: la so-
cosa es todo cuanto mi tecne pu dnohconoces, Pues esto y no otra
e e acer.. phrosyne-5 se iluririna de un modo singular si se lo subordina
a aquél. Por lo pronto, la cuestión de la sophrosyneno puede
. Es bastante claro' t 'fi' . ser ya vista como un ejemplo más de un método que exige
l ogos. 4 F ' que es e mal apunta al logos del dlQ.·
rente a la opini - -1 - establecer la definición de la virtud. C6..rmides revela -con
el dialo al on que so o se logra en las respuestas
ab!~6~:~aso~:~e~:1!~~~:~:sLa°'paraulab~~se
mayor transparencia que los otros diálogos tempranos- un
las paso: sentido más complejo de la refutación socrática.
. exp SlOn de sus
El problema de la naturaleza de la sophrosyne concluye
en una aporía: una a una son refutadas por Sócrates las
4: Emplearé "dialogos" toda vez ue s ' distintas, defIniciones. Pero el fracaso en la definición no
sIderaba como el método del pens q . e trate del dIscurso que Platón con-
parareferirme a la obra platÓnica ar ffilS~O, y la palabra española "diálogo"
notar, ~demás, que mantendré el ~~:~~:~~~ su e~Critura. Cabe hacer
use mas a menudo fomias verbales com "d 'al ogo.s .. aU"n ~uando Platón
l
o 1 eguem o drnleguesthaC' . 5. En el lenguaje griego corriente, los distintos aspectos que constituyen
el "saber vivir", o sea, la "sabiduría práctica".
22
Malena Lasala Un discurso irritante 23

anula la posibilidad de ue esta . .


que, intelectualmente, s; queda ,,~Ud. sU,:Ja e~ el alma de1 tecne a través de la noción de therapeia deCánnides. Si
y el epílogo del d'ál . . ,In salIda . La IntroduCción Cármides se cuida a sí mismo, podrá curar su dolor de
" lago permItinan sacar t .,
~'- antiIntelectualista y descub' ál es ,a concluslOn cabeza con phannacoi. De lo contrario, éstos son impoten-:
condiciones para ue se nr cu eS"son,. seg~n Platón, las tes:
capacidad de vivir: genere esa sablduna práctica" o
Con anteriOridad al intento d El error difundido en el presente entre los hombres -decia- es
e eI ' .,
pretender curar el cuerpo separadamente del alma. Y me insistía en
la sophrosyne es Vincu1ada a las . UCldaclOn de su noción,
dad cuyos falsos supuestos . .Ideas de ,salud y enferme- no admitir jamás, por debilidad ante el dinero, la nobleza o la be-
lleza, apartarme de esta regla. (157 b-c.)
., , medicina griega sea una t ImpIden, segun Platón, que la
"
prensión d.e la salud y 1 ;cne. Para una correcta com-
Este cuidado del ,alma se ejerce a través' de la palabra:
1 a enlermedad hay q arto
aseparaciónsinodelaíntima l'd:d uep Ir, nade
Partir del alma como prinCiPioS~;tr~~t~~~~~.uerpo y alma. El remedio del alma, decía, son ciertos encantamientos o en-
salmos. Ellos consisten en l?ellos discursos [... ] (157 a-b.)
Pues todas las cosas -dice-6 1
cuerpo y para el hombre entero depo: ~aleds y los bienes, para el Estos "bellos discursos" se constituyen en un diálogo que
, n en el alma [ ... ] (I56e.)
no es cualquier diálogo sino lenguaje convertido en tecne:
'1
l' A partir de esto, se establ 1 dialogas. Es el dialogas el que conduce ese cuidado de sí
cuidado (therapeia) del cue oese: a CO?dición para que el mismo que va generando la experiencia de la sabiduría
independizarlo de la "fue (d 1 co~~tit~ya como tecne: no práctica;.virtud cuya comprensión tiene ya poco que ver con
n e e mal ubIcable en el alma:
su aprehensión a través de una definición o concepto fijo.
[...1Silos ojos no pueden s . , A esta altura, resulta ya posible poner en inteIjuego tres
cabeza ni la cabeza independi ertcurados independientemente de la
vez, no puede curarse sin el alma.
en emente
( 1y
del cuerpo 1
• ,e cuerpo, a su nociones: el cuidado de sí mismo y el dialogas que lo guía se
impotentes Con respecto a la may ..: d' ~ilos medicos griegos Son integrarán a la idea de paideia cuyo eje fundamental es la
debe a la ignorancia del con' t ona ~ as enfermedades, ello se imagen de la conversión de República.
que, si eltodo está enfermo l~u~ que tienen. que cuidar, de modo
pues que aplicarse, primer~ ~n me. n? puede ser curada [... ] Habría
para asegurar la salud de 1 y b axímogrado, a la fuente del mal,
147a.). a ca eza y del resto del cuerpo. (156e- LA CONVERSIÓN

De este modo la tera ia' a l' Cuidado de sí mismo y dialogos. Su unión, en realidad,
bastarse a sí mis~a. Es el ~1 1.
lcad~ al. cuerpo no puede no va de suyo. Que el cuidado de sí mismo exija una tecne
grado" debe ser sometido :~ho que pnmero ~ en máximo que lo guíe se explica por la insuficiencia de todo lo que está
-noción básica de Alcib'ad er~pelQ. El CUIdado de sí sujeto al "devenir".7 Pero que esa tecne tenga que ser el
l es- VIene así a convertirse en ' dialogas reclama una mayor reflexión.
6. Sócrates dice haber recibid _ .
discípulo del dios ZalmoXis. o estas ensenanzas de un médico tracio,
7. El ejemplo del cuerpo en República, L. l, 341e, puede aplicarse por
supuesto al hombre, a secas: "Por ejemplo -dije yo- , si me preguntaras
' - - .-,-~-"-
_o_- ,- - .••
--
-
" - .- ,- - ...-

25
24 Malena Lasala Un discurso irritante

¿Por qué el otro de la búsqueda común? ¿Por qué el otro aporética de los diálogos juveniles -su interrupción en
del "silencioso diálogodel alma consigo misma"? (Teet. 18ge- el instante en que, agotado el esfuerzo, se compruebada
190a) ¿Por qué el contrapunto de ambos en el cuidado del falta de salida (aporía)- expresa claramente e: fracaso de
alma singular?' ' la búsqueda lógica de definiciones como medlO de trans-
Esta interrogación exige un recorrido desde los diálogos misión de la virtud.
juveniles hasta la famosa imagen de la educación como , La educación, pues, no puede ya Uevar~e _a ~abo ni por
conversión8 de República, VII, 521c: la educación es la tecne ' transmisión del saber de la virtud -no es ldentica a la en-
de ese movimiento de "darse vuelta" del alma "desde un día señanza- ni por "identificación" con aquellos hombres-
sombrío hacia el auténtico día [... ]". arquetipo. . ,
No podría entenderse la densi,dad semántica de esta Platón sacudirá la figura cultural del maestro con una
imagen con sólo recurrir al sentido más corriente de "trans,- audacia que no puede entenderse, quizá, sin su encuentro
formación". La educación es para Platón transformación, en decisivo con Sócrates, su propio maestro. ~~ra educar. se
tanto no es lo que "ciertos hombres pretenden" cuando necesita alguien que guíe, pero esa conducclO~. no lo .UblC~
actúan como si "infundieran visión en ojos ciegos" (Rep., VII, ni en el lugar de un saber que pueda transr:~ll~rse ~ll en e
518c-d). l~gar de un modelo que pueda imitarse. El umco dIscurso
La imagen de la conversión posee, pues, una fuerza crítico- apto para una conducción que, a la vez que se asume como
polémica. Pero, además, detrás de esa oposición platónica tal desmitifica su poder, es el dialogos. '.
al modo corriente de entender la educación, se advierte su 'En uno, de los textos quizá más irónicos de la Apologta
;i
lúcido tránsito a través de una crisis propia de su época: la '(19d-20b), Sócrates niega su calidad de educador y se
"
del ideal humanista de arete. 9 Crisis de los, modelos esta- contrapone a los maestros afamados:
blecidos del hombre "auténticamente tal". Platóri vive y piensa
Claro que a mí me parece hermoso que alguien sea ca~az ,de
desde el va,cío' dejado por esa arete ausente. Si educar es educar hombres. como Gorgias Leontino, Pródico de Ceos e HIpplaS
transmitir -la arete y ésta ya no encuentra ningún modelo de Elis.
firme, la educación no 'puede realizarse por las vías tradi-
cionalmente transitadas: Continúa luego a gusto la ironía:
Sucedió que di con un hombre que había gastado más dinero en
- Por la frecuentación de los hombres portadores de aquella sofistas que todos los demás juntos [... 1 '
perfección: la educación por synousia.
- Por la enseñanza de su noción. A propósito, la estructura Finalmente, promediando su defensa y a propósito d~_ la
misión que, le ha asignado el dios, ?ace la célebre comparaclOn:
si al cuerpo le basta ser cuerpo o sI aún le falta alguna cosa, yo te contes-
taría que sí le falta y que, por esa razón, se ha inventado la medicina, porque . Si me condenan a muerte, n~ hallarán fácilmente a otro como'
el cuerpo enferma y el estado de enfermedad no le conviene". yo -por ridículo que parezca decirlo- puesto en la ciudad por el
8. El "darse vuelta": periagogue. ' ' dios como un tábano sobre un ca~allo gran~~ y noble pero que,
9. Palabra incorrectamente traducida por "virtud". Una traducción más lerdo por su mismo tamaño, neceSIta ser agUIJoneadO., 1)
propia sería "perfección". ya que arete no remite primariamente a un (Apologta, 30e-3 ,
sentido moral sino ontológico.
27
26 Malena Lasala Un discurso irritante

. 'sión mejor. La visión debe


En los diálogos platónicos, el personaje-Sócrates dirige Las sombras. no reqUleren un'~;desarrol1ar toda su fuerza.
efectivamente un discurso irritan.te: lejos de ser una lisa ~irigirse ha~la lo que le Je~~ si una de las condiciones del
superficie tejida en el juego de preguntas y respuestas, el Ese es su objeto adecua ~'. 'de la visión habrá de darse
dialogas no se establece a sí mismo, se desteje una y otra vez ver ~~~ ~~~ ~/~~;~~ ~~~~a fuente misma de luz: la
como si a la par jugara y gozara en la perpetua renovación :~:ntemplación del ser Y de 10 más luminoso del se~. que
del esfuerzo. Si traspusiéramos la forma dialógica al mo-
nólogo, tendríamos un discurso en potencial, jamás lineal,
e imposibilitado por esencia de cerrarse. he~~=~~~e~~~i;;;~:;t~~~~~;:~~r~~~~~~';!:
Este discurso deficiente es, sin embargo, para Platón, el efectiva? Mehatreven~~ ~~eg~ría de la- caverna juega
único capaz de efectuar la conducción del alma. Si la edu- para sospee ar que. 1 e se mueve el ver:
cación es posible, lo es sólo a través de este discurso despo-
jado de eficacia y, a lavez, técnico. Discurso no librado al ~~f:=~=¿~~~!o:,,~~::~:~~E;~S~~~~Sd: ~':::
azar, es posible reconocer, en su deformidad, su arquitec- en de~asíabno lo ~~~;ó::f::éxtmo poder simbólico. Quizá
tura. servaclOn co ra, e n , 1 11 de soportar"
Dialogos y educación, dialogosy conversión. ¿Qué puede esellauténtieodia"enqueela1mlasevue~~~~~de una fIllal
la fuente misma de luz sea e reconoe
significar. en el contexto de una crítica que liquida de raíz
cualquier ingenuidad, la exaltación casi mística que ceguera.
acompaña la imagen de la educación como conversión?
Vivimos inconscientemente encadenados, con la mirada
detenida e inmovilizada en las sombras, nos cuenta la alegoria
de la caverna. La teoría platónica de la reminiscencia nos
permitiría reemplazar: el estar instalado "en 'las sombras" es
estar instalado "en el olvido",:en un olvido a la- segunda
potencia: un olvido del olvido. Independientemente de qué
sea lo que se recuerda, podría decirse que la educación a
través del dialogos permitiría reconocer ese olvido~ Ello exige
"darse vuelta", andar en sentido contrario al de las sombras
y mirar "donde debiera": en la alegoría, la liberación del
prisionero. Pero la palabra "periagogue" no sólo remite al
"darse vuelta" sino al "girar" , al "dar vueltas" , como el trompo,
sobre sí mismo. A un ir que es volver.
La conversión sería, pues, reconocimiento, y el dialogos
que lo guía, entrenamiento de la mirada. En ese perpetuo
regreso, el dialogos guía la mirada y corrige su dirección: si
mis ojos ven sombras, ello es efectivamente un modo de
visión, pero el modo más débil, eI.más próximo a la ceguera.
--,---~-'.- .

I"h
!!, :

. LA ÉTICA DE LA BÚSQUEDA
O CONTRA EL MORALISMO EN LA ÉTICA

.
[oo.) nada nuevo, Critón: no ceséis de
c¿uidaros a vosotros mismos y todo 11"
demás estará bien hecho.
Fedón, ll5b.

La reflexión platónica sobre el hombre es inseparable de la


perspectiva ético-politicay ambos aspectos remiten; en último
término, a una pregunta ontológica. Por eso, la ética en
Platón no puede considerarse desde la 'separación de dis-
ciplinas consolidada en la Modernidad. La pregunta "¿cómo
llegar a ser buenos?' -¿cómo lograr la arete?- toma su
sentido de esta otra: "¿cómo llegar a ser felices?'. Y debe
traducirse en una tercera: "¿cómo llegar a ser lo que so-
mos?'. '
La arete es perfección ontológica: condicion que, de darse,
haría posible el ejercicio de la "función" (ergon) propiamente
humana, porque expresa el devenir del alma hacia el máximo
desarrollo de sus posibles. Los contrarios de la arete son, a
su vez, defectos de ser y expresan la detención o desvío de '
ese devenir: la distancia que ya no intenta recorrerse entre
lo que se es y lo que se podría ser.
La virtud y el mal no son así concebidos a partir de una
30 Malena Lasala La ética de la búsqueda 31

previa elección valorativa que establece de entrada diferen- Sé muy bien, Sócrates, que si presto oídos a tus palabras l... ] me
cia~ de valor. El ser y el valor no están escindidos y el valor pasaría lo de siempre: tendría que admitir que, sin tener cuidado de
mí mismo, aun pretendo mezclarme en los asuntos de la poUs.
esta dado por una determinada dirección del devenir del (216a.)
~ma: .~a dirección hacia sí misma que no es otra que la
drrecclOn en el sentido de sus máximas fuerzas (dynameis). Cuando la formulación de contenidos éticos culmina en
Esta unidad de ser y valor funda, a su vez, la identidad una aporía, el máximo valor ético reside en la voluntad de no
que Platón establece, res.pectivamente, entre bien y salud, trasladar este fracaso a la búsqueda misma: -
mal y enfermedad. Ambas parejas son modalidades del alma
que traducen dos formas opuestas de su devenir: la virtud Hay puntos en' mi discurso que no me atrevería a sostener de un
se genera en ese movimiento y no sólo no puede encerrarse modo rotundo. Pero lo que. mediante la palabra y la acción, sosten-
en ningún concepto sino que es imposible aferrar imagen dría incondicionalmente. es que. si estamos convent""idos de que de·
bemos buscar lo que no sabemos, seremos mejores que si creemos
alguna fuera de aquél. que es imposible encontrar lo que no sabemos y que no debemos
En suma: la respuesta a la pregunta por el bien depende buscarlo.
de la respuesta a la pregunta por el ser del hombre y ambas (Menón, 86b.)l°
dependen de ese singular proceso de búsqueda a través del
diaLogos. - 2) Si Platón llega fmalmente a constituir una ética, sus for-
El homb:[~e no es ya, por el solo hecho de existir, lo que es. mulaciones nunca son normas con contenidos positivos. La
Pero, ademas, lo que soy y debería devenir, no Lo sé. Justo virtud es "armonía", "acuerdo consigo mismo", "autodomi-
en este límite, el pensar platónico abre la pregunta que, en nio", "orden" de las fuerzas del alma, resultante de la su-
general, queda obturada cuando se estudia a Platón desde peración de un conflicto que, sin embargo, por el devenir
- su "sistema": eso que soy y debería devenir, ¿acaso puedo irreductible del alma, se renueva siempre.
:aberlo? y SI ese saber fuera posible, ¿es en realidad un No hay, pues, en Platón, contenidos morales. Es la de
saber"? ¿En qué sentido no ló es y jamás podría serlo? Platón la ética de un drama que no puede contar su desenlace,
Que la ética platónica se mueve por entero en el espacio de una historia que puede tan sólo interrumpirse.
de estas preguntas, puede aventurarse a través de dos rasgos Ética de pobres "resultados". Y, por lo mismo, ética en la
que suelen pasar inadvertidos: - que no puede apoyarse moralista alguno.
1) El máximo valor ético del hombre se desplaza de un con-
tenido normativo a realizar, a la búsqueda del propio ser:
-una vida sin "examen" no merece ser vivida. Platón es rotun-
do: quien no lo realice, debería abstenerse-de actuar. Quien
no se cuida a sí mismo "ignora también lo que concierne a
los otros hombres" y, en consecuencia, "ignora lo que se
refi.e:e ~,la p~li~". Un hombre semejante '1amás podrá ser un
pohtico (Alclbrades, 133 d-e). Y el Alcibíades de- Banquete lo
vuelve a decir: 10. El subrayado me pertenece.
-.
._-.-.
..
.~~.~.-~.-

-~- ... -.
..-_.-.-~.-
.. - .
-.
..~_. .. -.
-~-

LA FASCINACIÓN ERÓTICA

El eros de Platón presenta, en lo que


respecta a sus orígenes, a sus mani-
festaciones y a su relación conel amor
sexual, una perfecta analogía con la
libido del psicoanálisis.
Sigmund Freud.

En lo que se r~.fiere a la "ampliación"


del concepto de sexualidad l ... ] recor-
daré a cuantos contemplan desdeño-
samente el psicoanálisis desde su
enCumbrado punto de vista, qué es-
trechamente coincide la sexualidad
ampliada del psicoanálisis con elEros
del divino Platón.
Sigmund Freud.

Si el' amor platónico fuera, tal como ha pasado al lenguaje


~orriente, ese amor capaz de "purtficarse" y superar sus
componentes sexuales previamente desvalorizados, ¿poúña
haber declarado Freud la inspiración platóriica de su propia
concepción del eros?
Los sentimientos y emociones que acompañan la relación
entre Sócrates y sus discípulos son, sin tener en cuenta la
mediación del dialogos, de carácter inequívocamente eróti-

[ 33]
34
Malena Lasala La fascinación erótica 35

cO'SL;:>s tetxt°fis de los diálogos lo expresan sin eufemismos


ocra es rente a Cánnides:' . . so es descrita de un modo que vale la pena transcribir sin
comentarios o paráfrasis. 12
Cármides tomó asiento entre Criti
empecé a sentirme embar as y yo. En ese momento (oo.) primero siente un estremecimiento y algo de sus. viejos te-
firmeza con la ~ado y nada me quedó de aquella bella
al decirle Criti¿~e, me habla prometido sostener el diálogo. Luego,
rrores la invade sordamente. Después, dirigiendo sus miradas hacia
dirigió hacia m' que y~ estaba en posesión del remedio cuando él, 10 venera como a un dios [lo.) Una vez que lo ha Visto, el estre-
como para inte:r~na m rada indeSCriptible e hizo un mo~miento mecimiento se transforma en un calor y en un sudor desacos-
tumbrados pues, al recibir la emanación de la belleza a través de los'
en círculo alreded!:::~~~ru;~~c!~?~S 10~ aSbistentes se ubicaron ojos, se calienta y, con ello, se reanima la vitalidad de su plumaje
una belleza que me i fl " ,Iras a a ertura de su manto [... ) El alma entera está en ebullición y palpitación; y la misma
un gran maestro en ~m~~~~ddolladcabrtíe~a y pensé que Cydias era sensación que tienen los que están echando los dientes, cuando
a ve a a un amigo a pro ' it
. d e un h ermoso adolescente' "Cabrit f: t ' pos o éstos están a punto de romper: esa picazón e irritación [... )
no acercarte". Me' pareció ~u o ~en ,e a un leon / cuídate de [... ) Así, cuando contempla la belleza del joven y las partículas
semejante. e yo era aVIctima de un encuentro
de ésta afluyen al alma -y, por ello, se llaman "olas de deseo"- ésta
se reanima y calienta, su sufrir:riiento se alivia y experimenta ale-
(Cármides, 155c-e.)
gria. Cuando, por el contrario, está separada de él y se marchita,los
Alcibíades dice de Sócrates: orificios de las plumas se secan todos a la vez y, cerrándose, in-
terceptan el brote de la pluma; pero, al quedar el brote encerrado
juntamente con la ola de deseo, salta con violencia como un pulso
[lO'] Cuando lo oigo me salta el ' agitado y pica en los orificios, de suerte que, aguijoneada por todas
llorar y a muchísimos otros les corazon y sus palabras me hacen
sobre mi, cierro mis oídos comopasatrIO mI ismo [".] Haciendo Violencia partes, el alma enloquece de dolo~ mientras, por otra parte, el re-
d '1 con a as sirenas escapo 1 .1 'cuerdo del amado lallenade alegría. La mezcla de ambos sentimientos
e e, para evitar envejecer a su lado [ ] y d b ymea eJo la atormenta y se enfurece por no poder hallar salida a situación
vueltas y vueltas, sin encontrar s '" a. a a su alrededor
nunca lo estuvo nadie de ningún o:~a, esclaVIzado por él como
para ella tan extraordinaria. En estado de delirio, ni de noche puede
dormir ni de día estarse quieta. Corre, llena de deseo, hacia donde
(Banquete, discurso de Alcibíades, 215 y ss.) cree poder encontrar al bello y cuando lo ha visto y ha encauzado
hacia él la ola de deseo, libera lo obstruido y, con nuevo aliento,
El discípulo "encanta" ' • b '- cesan sus aguijones y dolores y recoge por un instante el placer más
modo singular de su pal b Por su elleza, Socrates por el dulce.
ara. (Fedro, 251-252.)
am~:a~:scriPción de las relaciones evoca la experiencia
~:s~~~~+~.C~;~=~::~:;'ed;~~ e~!:~~~~~ =~~ El barroquismo de las imágenes habla, en verdad, de una
experiencia desmesurada, de la exaltación de la pasión, de
amoroso, el ~l%~l1smat la convi~~te en deseo. En el de~eo una ensoñación delirante. Nada hay en ellas de ese autodo-
miento del vacío e ~s, a. a vez, paslOn y movimiento: padeci- minio que corresponde al ideal que habría encarnado Só-
amado,H poseído ;!U~~~udPura: ser fuera de sí, en el objeto crates.
La experiencia emocional que acompaña el des
. eoamoro-
12. El contexto del pasaje es el mito platónico de la caída del alma en el que
ésta es comparada a "cierta fuerza natural que mantiene unidos un carro
11. Estar-en-el-dios: entusiasmo (enihousiasmos). y su cochero, sostenidos por alas". La fuerza de éstas consiste en "llevar'
hacia arriba lo pesado" (Fedro, 246-247).
-,
"-" -~"-"", -

'-"- , -
-~-",
"-'-~,",'-

-"- , -~"""'. -"

36
Malena Lasala La fascinación 'erótica 37

El contexto general del pasaje distingue, además, dos


[, .. ) que demuestre que el amor no ha sido concedido por los
formas de locura: la de origen divino (theia memia) y la dioses al amante y al amado para su propio bien. N?sotros, por
desmesura o exceso simplemente humanos (hybTis), estilo nuestra parte, demostraremos lo contrario: que los dIOses se pro-
de vida defendido por Calicles en Gorgias: la satisfacción sin , ponen la máximaJelicidad de aquellos a quienes conceden tal locura.
restricción alguna de todo deseo. ' (245 b-c.j14

- La locpra como hybTis es pura desintegración interior. Platón celebra pues esta locura y se complace en ella .. La
Un impulso ciego busca en ella satisfacción y ésta se opone claramente tanto a la sensatez como a la lo~_ura Sll-:r:-
renueva fatalmente en un ciclo siempre igual que, cada plemente humanas. Por otra parte, toda la reflexlO~ plato- ,
vez, deja el alma vaCía. nica sobre el amor gira alrededor de un único esfuerzo: el de
- La "locura divina" es, en cambi(), ~ros, deseo estimulado mostrar cómo el deseo amdroso trasciende su objeto mme-
por la belleza que se entrega a la visión. Belleza: el ca- diato en una marcha ascendente hacia una belleza ,?-ue ya
rácter más manifiesto y luminoso de las realidades ,sen- no es sensible. Pero si, como se ha visto, el amor retiene el
sibles.13 Visión: la fuerza más aguda que descubre la be- abna en el objeto aÍnado, no se entiende cómo cualquier
-
movimiento del d eseo senai!pOSI 'ble. 15 : pO
lleza. A través de la mirada, el objeto "inunda" el alma
y ésta sale fuera de sí, "poseída" por. aquél. El deseo Platón afirma con la misma fuerza los dos sentidos
érótlco es, así, fascinación por el objeto, encantamiento opuestos del amor: el amor escla~~a, el ~or lib~ra.
que "fija" el alma a lo deseado. Otra vez: enthousiasmos. Más allá de la teoría de la remlI;USCenCIa que dIsuelve la
aparente contradicción,16 ¿qué o~urre si, desde el camino
La defensa y valoración de esta forma de locura ---,en transitado, intentamos articular dl.alogosy eros? Resulta una
desmedro de esa sensatez, moderación o medida que "poco nueva conjetura que permite proseguir la marcha tras los
o ningún begeficio" ha traído a los hombres- insiste una y "rastros" platónicos, . .
otra vez en Fedro: Sin la mutua fascinación de sus sUJetos, el dtalogos no
podría establecerse. En consecuencia, sólo se h~a ~~sible
No dicen verdad esas palabras que afirman que es mejor en- por el eros. Éste, a su vez, liberándose porla medIaClOn del
tregarse al que no ama porque éste es sensato y el que ama, en dialogos, impulsaría al dialogos mismo., . . ._
'cambio, está loco. En efecto, si fuera una verdad sin restricción que El dialogos aparecerá, así, como la tecne de la ,utillzaclOn
la locura es un mal, tendrían razón. Pero lo cierto es que los bienes del amor.
más grandes nos vienen de la locura que, seguramente, nos es
concedida por un don divino. (244a-b,) ,

[, .. ) según el testimonio de los antiguos, es más bella la locura


que procede de la divinidad que la cordura que se origina en los
hombres. (244d.)

14. Los subrayados me pertenecen. "...


13. Recordemos que, para el griego, eros-belleza-visión es un trio indiso- 1.5. Cf. también Fedón 83c-d: el deseo es como un clavo que flJa el alma,
luble: supuesto cultural básico del que no puede evadirse esta concepción al cuerpo. 1 b II "bl
del amor. 16. El movimiento del eros es posible por el recuerdo, que a e eza senSl e
del otro-amado desata.
LAS TRES FUGAS

En tanto utilización del amor, el dialogos permitirá que el


eros actúe como liberador y se libere él mismo. ¿Qué pasa
entre dialogos yeros para que eso suceda?
Para explorarlo, hay que desplazar la cuestión desde el
dialogos a su tecnicos, al otro que lo conduce, al lugar en que
se coloca y al que nos 'remite la modalidad de su discurso.
En consecuencia, hay que dirigir la mirada hacia Sócrates
como personqjede los diálogos.'
Si no se dedicara a algo muy "extraño", no habría surgido
la falsa imagen que desencadena su proceso, dice Sócrates
e'nApología20c. En Teeteto 149a, se habla de Sócrates como
de un hombre "extrañísimo": atopotatos, osea, jugando con
el sentido literal de la palabra, extremadamente sin lugar,
fuera de lugar en extremo, desubicadisimo. Sócrates, en
efecto, no se coloca en ningún lugar, en ninguno de los
lugares en que se lo espera.
Desearía mostrar, mediante un análisis de esta desubi-
cación, que los tres conocidos aspectos del método socrático
-la ironía, la refutación y la mayéutica- sonjugas 17 o huidas

17. Llamo la atención sobre la connotación musical de la palabra elegida


ya que, en música, la fuga (cuyas distintas voces, al aparecer, dan la

[391
-.--;.;----

40 Malena Lasala Las tres fugas 41

de los tres lugares en que el interlocutor pretende "ubicarlo". [... ) lanzó una amarga carcajada y exclamó: he aquí la habitual
ironía de Sócrates. Yo bien lo sabía y les había anticipado que te
rehusarías a responc:1ery que harías cualquier cosa antes que con-
• Ellugci.r del saber. testar [ ... ]lB -
• El lugar del modelo.
• El lugar del amor. La ironía de Sócrates residiría, más que en fingir-algo, en
ese "hacer cualquier cosa antes "que contestar", en poner
otra cosa en el lugar de la respuesta, en la sustitución
LA FUGA DEL SABER -caprichosa para el interlocutor- 19 de la respuesta espe-
rada.
Se ha insistido en el sentido edl,lCativo de la ironía so- Sócrates se rehusa él contestar. La fuente de su ironía es
crática: "[ ... ] la ironía socrática, que finge ignorancia; es una esa negativa inexorable.
obligación impuesta por la misma misión sagrada de abs- Sócrates no simula, en realidad, nada. Cuando dice que
tenerse de la enseñanza dogmática, un imperativo categó- no sabe es porque no sabe:
rico para el verdadero maestro" (R. Mondolfo, Sócrates,
y el reproche que se me hace de que pregunto a los otros pero -
Buenos Aires, Eudeba, Cuad. Nº 8, 1968, pp. 75-76). yo mismo no me manifiesto por no ser en absoluto sabio, es un
Surgen, sin embargo, para mí, dos preguntas: reproche veraz.
(Teeteto, 15c.)
- ¿Es cierto que la ironía socrática consiste en "fingir" ig- Justamente, Sócrates es el primer hombre de Occidente
norancia? que eleva la conciencia de no saber a sabiduría:
- ¿Pretende Sócrates ser un "verdadero" maestro y hay que
entender por ello el simple rechazo a transmitir dogmas? Yo soy más sabio que este hombre: probablemente ninguno de
los dos sabe nada valioso, pero éste cree saber y yo, ni sé ni creo
saber. -
Pienso que la ironía socrática no reside en ninguna si- (A¡;ologia, 21d-e.)
mulación. Pienso, también, que más que en el auténtico
maestro, Sócrates se reconoce en el anti-maestro, figura que Sin embargo, Sócrates conduce el dialogas, por lo tanto
él mismo inaugura. también sabe. Sócrates sabe y no sabe. Habría que desarro-
Sabido es que Sócrates se limita a preguntar. Aun cuan- llar esta aparente contradicción. Dejemos lugar, otra vez, a
do la pregunta contenga una respuesta, la forma interrogativa- los textos:
introduce- la posibilidad del no y transforma la presunta Porque la naturaleza humana es demasiado débil como para
respuesta en una pura conjetura que abre el discurso. que alguien pueda poseer tecne y conducir a otro en aquello que él
mismo no ha experimentado. -
Escuchemos la reacción ofendida de Trasímaco en Re- (Teeteto, 149c.)
pública (1, 337a):

18. El subrayado me pertenece.


impresión de huida) es la expresión más refinada del estilo contrapuntis- 19. "Entre ironías y juegos gasta toda su vida entre los hombres" (Banquete,
tico, lo que nos trae oqa vez, directamente, al dialogas. 216e).
42 Las tres fugas
Malena Lasala 43

Es inútil que me digas, Hipótales, si tú amas o no. Sé que amas bello pasaje del Zaratustra nietzscheano: ':A c,ada' ?lima le
y que has avanzado mucho en el camino del amor. Para todo lo
demás soy deficiente y pobre. Pero he recibido del dios el saber pertenece un mundo distinto. Par:a cada alma es toda otra
reconocer prontamente al que ama y es amado. alma un trasmundo. Entre las cosas más semejantes es
(Lisis, 204b-c.) precisamente donde la ilusión miente del modo más hermo-
Calicles, si las experiencias, distintas para cada uno no tuvieran so. Pues el abismo más pequeño es el más difteil de salvar'21
algo común, si cada uno de nosotros experimentara algo que nada (Así hablaba'Zaratustra, O.C., Madrid, Aguilar, t. VI, 1,932,
tuviera que ver con lo que experimentan los otros, no sería fácil p. 1~8).
hablar l... ) Pero he observado, y por eso digo esto, que los dos
estamos sintiendo lo mismo, en Ümto que, con relación a objetos
La simulación socrática de la ignorancia es, pues, una
distintos. ambos amamos. incorrecta interpretación de su ironía. Es, tan sólo, la ver-
(6orgias. 481d.) sión.. del interlocutor, el reproche de su de~epción. En el
lugar del saber que espera, encuentra apenas el trazo que lo
Los textos hablan claramente: Sócrates sabe conducir I

porque ha hecho en sí mismo, y vuelve a hacer unay otra vez rehúsa. La ironía socrática es, así, el rastro de esa fuga.
con cada uno, la experiencia de la búsqueda. Experiencia en
que logos yeros juegan su contrapunto original. Sócrates,
LA FUGA DEL MODELO
en efecto, dice saber de una experiencia: la del eros. 20 Y
atribuye al dios el poder reconocerla en otros. ¿Cuál es, en La ironía sOcrática se realiza en el dialogas a través del
.realidad, ese poder? El de volver a recorrerla desde el lagos procedimiento técnico de la refutación. Ésta permite en-
y descubrir así, en el eros, una condición universal. Sin tender por qué el interlocutor reclama de Sócrates el saber
embargo, la universalidad del amor -o del deseo- es, a la y qué es lo que, en realidad, espera al reclamarlo. ,
vez, lo más singular. En cada hombre juega el eros una Como se sabe, la fuerza de la refutación socrática consiste
historia ·distinta, una versión -¿drama o comedia?- irre- en que, efectivamente, paraliza al interlocutor. Si Sócrates
petible y original. Con respecto a ella, ellogos socrático sólo hubiera mostrado la falsedad de la opinión de éste, de-
sabe abrir -mediante un preguntar que exaspera- el es- mostrando la verdad dela suya,22 el interlocutor habría tenido
pacio de la búsqueda común. Este 'sólo' sabe es la única medios de escapar. Siempre se encuentran razones para
"maestría" de Sócrates, tan valorada por él mismo, que darse razón a sí mismo. Pero Sócrates enfrenta al otro con
necesita dar intervención al dios:q¡.
~ su propio desacuerdo a través de la experiencia de la contra-
Querido hijo de CHnias. es imposible que realices sin mi tus dicción: sus respuestas sucesivas lo llevan a la conclusión
proyectos. tan grande es la fuerza de la que creo disponer l ... ) a tal que contradice su propia tesis. Sócrates despoja del apa:ente
punto que ni tu tutor. ni tus f8l1JÍHares ni ningún otro podria,
excepto yo; por supuesto. con la ayuda del dios. saber sin poner nada mejor en su lugar, enfrentando solo al
(Alcibíades. 105-d 106.) vacío. Por este "simple" hecho explica Sócrates el odio de sus
enemigos:
Sócrates tiene razón: la·aridez de la empresa justifica la
alianza paradójica de orgullo y humildad. Recordemos aquel
21. El subrayado me pertenece.
20. En todo lo demás. agrega. es "deficiente y pobre". 22. La antilogía. procedimiento tipico de los sofistas.
44 Malena Lasala Las tres fugas 45

Al examinar a fondo a este hombre -no necesito para nada Por otra parte, la palabra de Sócrates es, para sus oyen-
nombrarlo, era uno de'nuestros políticos- hice, atenienses, la si- tes, como el "canto de las sirenas", irresistible: "Cierro mis
guiente experiencia: examinándolo y en diálogo con él, me pareció
que el hombre parecía sabio a muchos y sobre todo a sí mismo, pero
oídos como contra las sirenas", decía Alcibíades. 23 En este
no lo era. Intenté mostrárselo. Como consecuencia, me hice odioso marco, es tan claro que los discípulos reclamaban el amor
para este hombre y para muchos de los presentes [... ) Me daba de Sócrates como el hecho de que éste se los negaba. A este
cuenta, con pesar y temor, de que me atraía los odios [... ) respecto, es notable cómo Alcibíades relata en Banquete el
(Apología, 20c y ss.)
fracaso de su seducción:
Este célebre momento de la defensa socrática nos muestra Creí que mis palabras eran como flechas que acababa de lanzar
cómo, para Sócrates, la conciencia de la ignoranCia desbarata y que, con ellas, lo había ya, herido. Me levanté, pues, y sin dejarle
la ilusión más profunda que sirve de sostén inconsciente, al decir una palabra más,lo envolví con mi manto -era invierno-, me
propio yo: "Creía ser como en realidad no soy y ya no,puedo metí bajo el suyo, raído, y ceñí con mis dos brazos a este divino y
maravilloso varón. Acostado así,' pasé la noche entera. Todo;:; mis
reconocerme en la imagen que tenía de mí". esfuerzos sólo lograron acrecentar su triunfo. Desdeñó, se burló y
Pero si la refutación socrática desbarata el juego de ilu- afrentó mi juventud, justo aquello por lo que yo creía ser algo.
siones en que se apoya la identidad, es porque, a través de Porque sabed, por dioses y por diosas, que me levanté habiendo
ella, Sócrates deja de ser lo que el discípulo esperaba que dormido con Sócrates como si lo hubiera hecho con padre o hermano
mayor. Después de esto; ¿cuál, creéis, sería mi estado de ánimo?
fuera para él: su modelo. La refut~ción del interlocutor no Por una parte, me sentía despreciado; por la otra, la índole de este
tiene como contrapartida la verificación del saber que Só- hombre me dejaba atónito [... )(219, b-e.)
crates poseería. Ante el vacío que la refutación produce, el
discípulo esperaría encontrar a su maestro en su propio Sócrates no cae en la trampa del elogio y desenmascara
lugar, como modelo. Sócrates realiza acá su segunda ma- su propósito: muestra a Alcibíades cómo permanece ence-
niobra de fuga: se niega a la sustitución e impide que el otro rrado en el círculo de la seducción:
se mantenga en la ilusión del modelo: "Seré como tú crees
Creo, Alcibíades, que no estás para nada borracho. Si lo estu-
que debo, que es como tú mismo eres". vieras, no habrías podido disimular con tal habilidad, tras tantos
circunloquios, el fin a que tendía todo tu discurso [... ) malquistarme
con Agatón para obligarme a amarte sólo ati [... ]
LA FUGA DEL AMOR: LA MAYÉUTICA '(Banquete, 222 e-d.)

Vimos ya que la relación entre este singular anti-:maestro ¿Por qué Sócrates se niega a concretar el amor?
y sus discípulos es la de una mutua fascinación. Sócrates En Teeteto, Sócrates descubre su identidad: es hijo de la
reconoce "perder la cabeza" ante la hermosura de Cármides. partera Fenaretay, como su madre, ejerce él arte de condu-
y Alcibíades nos 10 confirma: cir el parto, de ayudar a alumbrar: maieutike. la tecne de la
partera (maia).
Observad su inclinación amorosa por los bellos, su asiduidad,
cómo éstos lo deslumbran. 23. Sócrates parece constituir una excepción en esa conexión privilegiada
(Banquete, 216d.) que los griegos establecían entre eros y visión; En el amor qu~ suscitaba,
el oído supera a la visión: la fealdad de Sócrates era proverbi81.
47
Las tres fugas
46 Malena Lasala

La palabra socrática -de la que se duele Alc~bíades por-


CaíDo la partera, Sócrates lleva a cabo tres funciones que por ella se siente rechazado- no es, en realIdad, recha-
fundamentales: despierta y apacigua los dolores del pa.i1:o,
zo, sino otra forma de amor.
cOIJ.duce bien los partos dificiles y provoca, si es necesario,
el aborto. Cuando Sócrates dialoga con Alcibíades, no es a su rostro sino
El proceso es, efectivamente, lento y doloroso: a Alcibíades a quien habla [... ) .
Yo soy justamente el que no te abandona, el que permane,ce
Los que me frecuentan padecen dolores y están colmados de junto a ti cuando tu cuerpo pierde su juventud [",)
obstáculos que los atormentan durante noches y días, más inten- Porque yo te amo a ti, mientras los otros s6lo amaban lo tuyo,
samente aun que a las parturientas. y mientras le tuyo empieza hoya declinar, tú en cambio comienzas
(Teet., 15Ia.) a florecer 1... ) •
Porque el que ama tu alma, no la abandonara- hasta que se
Sócrates ayuda a soportar esos dolores -que él mismo vuelva mejor. (Alcibíades, 130e-131d.)
despierta- en función del parto feliz que los alivia con su
fruto: Dejemos sin cerrar este bellísimo texto ...
Entrégate pues a mí como al hijo de una partera que es él mismo
partero y esfuérzate sobre lo que te pregunto [... )
(Teet., I5Ib.)
Pues sientes dolores, querido Teeteto, no precisamente por es-
tar vacío sino por estar fecundo.
(Teet., 148e.)

El alumbramiento así descrito sólo puede producirse si


Sócrates no consiente en satisfacer el amor:

El dios me obliga a dirigir el alumbramiento pero me prohíbe


engendrar [... ) Del alumbramiento, en cambio, el dios y yo somos
responsables.
(Teet, 150c-d.)

La "esterilidad" de Sócrates -quizá la más intransigente


de sus fugas- es pues condición constitutiva de la fecun-
didad de su tecne.
Así como en la refutación, Sócrates se autoniega como
maestro desbaratando toda ilusión de ser el sustituto de un
modelo ausente, en la. mayéutica deja vacío el lugar del
amor: guía pero no engendra, dirige un alumbramiento cuyo
fruto no produce.
- ,----.,- .
'.~-.

EL TRABAJO DE LA MEMORIA

Pues en su totalidad, la búsqueda y el


saber no son otra cosa que recuerdo.
Menón, Bid.
Esto [el conocimiento) no.es sino el
recuerdo de aquello que vio en otro
'tiempo [ ... )
Fedro, 249c.

La polémica en tomo a la teona platónica del conocimiento


como recuerdo o reminiscencia -anamnesis- parece ha-
ber quedado enquistada en una alternativa: .
¿Creía Platón en esa vida: del alma, anterior a su caída en
el cuerpo, que la anamnesis establece?
¿O es la anamnesis un mito creado como medio de re-
solver ciertas' aporías que el fenómeno del conocimierito
promueve y para las qu~} Platón no disponía -por r:::zones
históricas- del lenguaje conceptual correspondiente?'
La afirmación de lo primero ha servido para apoyar las
interPretaciones místico-religiosas de la filosofia platónica.
Desde la segunda opción, en cambio, se fortalece el punto
de vista según el cual Platón lograría una anticipación genial
del idealismo trascendental moderno: si conocer es recor-
dar, las condiciones del conocimiento están ya en el sujeto

1491
51
50 <' Malena Lasala El trabajo de la memoria

desencadene automática e inmediatame~~e el recuerdo.


con independencia de la experiencia. La noción de lo a priori,
Simplemente, en Fedón, establece la coneXIon e.ntre am~os.
tal corno juega en el racionalismo moderno y particularrnen-
y de este modo, implícitamente, afirma el ~~a.cter erotico
. te en Kant, estaría ya, en una versión mítica, en Platón.
del'recuerdo: vimos ya ampliamente la relaclOn mseparable
Pienso que el supuesto de que todo el problema de la
anamnesis platónica está contenido en esa alternativa hace entre eros y visión. t
O sea: la visión despierta el recuerdo en tanto y en ~uan o
sentir ya sus efectos esterilizantes. De poco valen los ar-
despierta el eros. y este despertar sólo puede prodUCIrse en
gumentos nuevos cuando lo que habría que hacer, quizá, es
desplazar la cuestión del lugar donde se la ha colocado. el proceso laborioso del dialogas:
Creo que una mayor fecundidad de la anamnesis platónica Observa todo lo que descubrirá buscando con~jgo. sin que yo
se revela si no se la arranca de su medio natural: el dialogos.
le enseñe nada 1... ) ·(Menón.84c-d.)
En Menón, la postulación de la anamnesis es, frente al
escepticismo de raíz sofista, un modo de estimular la bús- Sabrá sin haber sido enseñado l ...) extrayendo él mismo de sí
queda demostrando su posibilidad. El desafio sofista: "Es mismo la verdad. . ) l-
. Pero encontrar por si mismo y en SI mismo l... ¿no es prec
imposible buscar lo que no se sabe porque, justamente, no
se sabe lo que se busca", podría tener su contrapunto: "Sé samente recordar? (Menón, 85d.)
lo que busco porque, aunque en el modo del olvido, ya lo he
encontrado". ' . Re~ordará "sin que yo le enseñe nada" pero ':b~~cando
Del Fedón, sólo extraeríamos que la anamnesis es un 'go" dice Sócrates. Ese "buscando conmIgo no es
proceso despertado por la percepción sensible. Nada se nos conmI "mos un simple encuentro intelectual. Es una
dice sobre la calidad de la experiencia y sus condiciones. Lo -como ya VI - . d'd tiliz da por el
relación marcada por el eros Y me ia a y u a
que está en cuestión en este diálogo es la inmortalidad del
dialogas. . d
alma y la anamnesis funciona corno parte de un argumento Vista la vinculación entre eros, dtalogos Y recuer o,
para la demostración de aquélla. : . queda abierto un espacio de interrogación más fundamental:
En general, se piensa que recién Fedro autorizaría a vin-
cular la anamnesis con el amor. Habría, pues, con la preci- . t· o de "recuerdo" es la anamnesis platónica?
sión del objeto del recuerdo -la Belleza- una correspon- - ¿ Que IP . t" . mpre
. Obviamente, el sentido filosófico de un ermmo SIe .
diente erotización de la reminiscencia: el proceso es despertado se aparta del lenguaje corriente, aunque se apoye en. el.
por el amor y lo que se recuerda es objeto de amor. _ ¿Qué es 10 que se recuerda en ese recuerdo '::!uyo sentido
Pienso, en cambio, que el carácter erótico de la anamnesis hay que clarificar?
aparecería desde que ésta se plantea por primera vez en
Menón. Si vinculamos los dos diálogos ~Menón y Fedro-,
la anamnesis, proceso despertado por el eros, no podría darse ANAMNESISY OLVIDO
sin el marco forzoso del dialogos. El movimiento del eros en
el dialogos sería, así, recuerdo, reminiscencia, anamnesis. El mito de Fedro cuenta que el alma en vuelo ca:, se
Platón no dice, por otra parte, que la percepción sensible' encama y, al perder las alas, olvida. El hombre nace, aSI, por
52 Malena Lasala El trabajo 'de la memoria 53

el olvido, y existe en él. Lo que olvida no es sólo aquello que gían sus vidas. Resultaba lastimoso, ridículo y extraño ver cómo la
era antes de nacer sino, más radicalmente, el olvido mismo. mayor parte de las veces se elegía aquello alo que se estaba habituado
en la vida anterior [... ) Y después de haber elegido su vida, todas las
Por eso, la palabra "reminiscencia" como traducción de almas se acercaban a Láquesis por el orden mismo que les había
anamnesis es más apropiada que "recuerdo". tocado. Y ella daba a cada una, como guardián de su vida y cum-
Fenomenológicamente hablando, el recuerdo nos remite plidor de su elección, el ha<!o que había escogido. Éste llevaba
a algo que presuntamente fue y ya no es, pero que puede entonces el alma hacia Cloto.y la ponía bajo su mano y bajo el giro
del huso movido por ella. Se sancionaba así el destino que fw.bía
traerse o aún estar en la conciencia. Elrecuerdo nos enfrenta elegido al venirle su tumo. rJespués se la llevaba al hilado de Atropo,
a lo olvidado pero no al olvido. Si nos quedáramos en el plano que hacía irreversible 10 dispuesto. De allí, sin que pudiera volverse,
del recuerdo, no podríamos hacemos la pregunta de si es iba al pie del trono de la Necesidad y, pasando al otro lado [... ) se
posible recordar o en qué medida lo es. encaminaban todos al campo del Olvido, donde hacía un calor as-
fixiante porque estaba desi1Udo de árboles y de todo cuanto produce
La anamnesis, en cambio, se mueve en otro plano: nos la tierra. Al venir la tarde, acampabanjunto al río de la Despreocu-
enfrenta al olvido yeso no significa recordar lo olvidado. Al pación, cuya agua no puede contenerse en vasija alguna [... 1y, al
contrario: la anarnriesis nos enfrentaría al olvido en tanto y beber, cada cual se olvidaba de todas las cosas. Y una vez que se
en cuanto sería imposible el recuerdo: lo olvidado no podría habían acostado y eran las horas de la medianoche, se produjo un
trueno y temblor de tierra y al punto cada uno era elevado por un
recordarse, sólo reinventarse, reconstruirse y Conmemorar- sitio distinto para su nacimiento, deslizándose todos a manera de
se a través de la imagen, en el mito. . estrellas [... 1(L. X, 617e y SS.)25
Platón habla, en Menón 85c-d, de las verdades que "sur-
gen como en sueños". Y este mismo motivo aparece des- A través de un texto como éste, se descubre el abismo
plegado en Político 277d: entre pensamiento y mito. Los mitos soportan admirable-
mente lo que para el pensamiento es una contradicción
Cada uno de nosotros, en efecto, da la impresión como de sa- intolerable. Aun aquel pensamiento que reconoce la contra:-
berlo todo en sueños y luego vuelve a ignorarlo todo al despertar.
dicción como el criterio mismo de lo real, necesita suprimir-
la: la dialéctica inaugurada por Hegel es el esfuerzo más
El "recordar" de la anamnesis sería, pues, bien singular:
gigantesco en tal sentido. Los mitos, en cambio, unen los
reconocer el olvido sin rescatar lo olvidado. El olvido sería
opuestos sin conciliarlos jamás. En ellos no hay síntesis, no
así una condición irreductible reconocida en la·anamnesis.
hay el tercer momento que "supera· conservando". Los
Dejemos hablar al mito que cierra República: 24
opuestos conviven cómodamente en la imagen mítica. Lue-
Esta es la palabra de la virgen Láquesis, hija de la Necesidad: go, si se intenta trasponer la.imagen·al concepto, surge la
Almas efímeras, he aquí que comienza para vosotras una nuev:a contradicción y la compulsión a reducirla: aunque no haya
carrera caduca en condición mortal. No será el Hado quien os elija, compensación del esfuerzo, el pensamiento no descansa en
sino que vosotras elegiréis vuestro Hado [... ) La responsabilidad es el intento de lograrlo. El mito, en cambio, reposa en la con-
del que elige, no hay culpa alguna en la divinidad. Tal-decía- era
aquel interesante espectáculo en que las almas, una por una, esco- tradicción misma. Veamos el mito citado:
La vida de cada hombre -su "devenir", diría Platón~

24. El tema del mito es la peripecia del alma después de su muerte y antes
de .su nuevo nacimiento. 25. Los subrayados me pertenecen.
54
Malena Lasala El trabajo de la memoria 55

est~ ?etermina~a desde antes ... de nacer. Esta predetermi- dialéctica que no es otra cosi;l. que el pensamiento que se
~aclOn es, al ~I~mo tiempo, resultado de la propia elección: mueve entre aquéllas y que se funda en la capacidad "sinóp-
La ~e~p.onsabIlIdad es del que elige, no hay culpa alguna en tica" propia del filósofo. 26
la DIVIDIdad".
Sin embargo, cuando se trata de las Ideas como término
. La libert~d humana es, a la vez, la más inexorable nece- del proceso erótico de la anamnesis, la aproximación a ellas
sIdad, el mas fatal destino. Primero, porque la elección no es mítica.
pu~de revertirse. Pero, más primordialmente, porque la he ¿Qué función tiene aquí el mito? '
o!VI~ado, ~orque cada cual, antes de ser lanzado a su na- , Tanto en Banquete como en Fedro, el amor es abordado
CImIento, olvida todas las cosas". Libertad y necesidad desde el mito. En ambos diálogos, el eros toma su fuerza y
sabery.no sa?er, conviven con la misma fuerza'en la image~ su condición peculiar de su origen. Éste remi~~ a una unidad
del OlVIdo, VInculable a la imagen trágica del destino. El originaria del hombre, "después" perdida, que el ero~ inteIl:ta
saber humano será siempre, a la vez, no saber. La libertad restaurar a través de la unión sexual y de la presencIa de un
humana será siempre, a la vez, fatalidad.
otro-espejo. . .
Cada hist~ria ~umana remite al "momento" inaugural en Los hombres eran al principio "tan fuertes, que qUISIeron
q~e s~ constituyo ese Olvido. Nada podría suprimirlo. La escalar el cielo y encumbrarse sobre los mismos dioses".
hIstOrIa de cada hombre tan sólo puede destejerse a través Zeus divide en dos a cada hombre, con el objeto de debilitar
de la anamnesis, para reconocerlo.
su poder (Banquete, 'Disc. de Aristófanes, 189d - 191d):

l... ) Cortada así en dos la humana naturaleza, se iba cada mitad


ANAMNESIS y RECONOCIMIENTO hacia la otra con ansias de unión, rodeándose los brazos en abrazo,
deseando ser otra vez uno. Y se morían de hambre y perecían por,
De Menón a Fe~ro pasando por Ferlón -los tres diálogos no querer una parte hacer nada sin su otra.
don~e la ana~eslS es tematizada- se irá precisando lo que
P.laton ~onc~bIa como objeto de recuerdo: lo que empieza Compadecido Zeus, cambió de lugar el sexo y pern:itió
sIendo todo lo que se P?s,eía y se olvidó al nacer (Menón) , que se unieran engendrando los unos en los otros. ASI, el
pasa ~ ser las Ideas '(Fed0T'!.) cuyo sentido ,parece unificarse amor es regreso a la naturaleza originaria (arkhaia):
en!a Idea de Belleza ,(Fedro). Es decir, lo que se recuerda
l ... ) innata fuente de unión cuya tarea es hacer de dos seres uno
sena el "mundo" de los modelos O'arquetipos -paradeigma- y curar así la naturaleza humana.
en cuyo contacto existiría el alma "antes" de su encarnación.
~Se recuerda, en realidad, ese hábitat originario del alma Fedro, por su parte, refiere a la necesidad del otro como
,su espacio perdid~ ~n el lugar de los arquetipos? ¿El apa~ espejo de sí mismo, el momento en que el amor nace en un
rente ~esultado POSItivO de la anamnesis suprimiría entonces alma:
el OlVIdo?
_El conocimien~o .de las Ideas es, para Platón, el ,grado
maxtmo de conOCImIento. Su posibilidad se evidencia en la 26. Synopticos: literalmente, el que ve-junto, o sea, el que abarca el conjun-
to.
56 Malena Lasala EL EROS TRANSFIGURADO

Está, pues, enamorado, pero no comprende de qué. No sabe lo


que le pasa ni puede explicarlo. Es como si, del otro, hubiera con-
traído una inexplicable oftalmía; es que ha olvidado que, como en
un espejo, se ve a sí mismo en su amante. .
(Fedro, 255d.)

El amor, el deseo amoroso, se asienta así en unafalta,


defecto o carencia.constitutiva que busca colmar.
¿Qué tendría que ver este abordaje mítico del eros con el
problema del objeto de recuerdo?
Conjeturo: si la unión sexual y el reconocimiento de sí en
el otro son intentos de regreso a la unidad mítica originaria,
la contemplación de la Belleza en sí en el último escalón del .
recuerdo y del eros, ¿no podría ser la forma mítica de la
plenitud alcanzada?
Pero, para Platón, ninguna plenitud puede alcanzarse. El alma es sLfieto del dialogas. Es al alma a quien el dialogas
Porque el hombre, como toda cosa de este mundo; nunca es, habla y es el alma quien habla en él. No sorprende la famosa
siempre deviene. fórmula de Platón sobre el pensar: aquel diálogo silencioso
¿Cuál sería entonces el sentido de la formulación positiva que el alma entabla consigo misma. Es ese personaje que se
de la anamnesis? ¿Qué significaría esa felicidad "alcanzada", habla y se escucha -el otro dentro de uno mismo- el que
la unión del alma con el modelo de todo objeto de amor? Me hace posible el otro "otro" que interroga y escucha, ellsgos
atrevería a pensar que Platón reconstruye míticamente 10 construido a dúo, la búsqueda común. .
que es imposib!e recordar: lo que funda la falta que mueve Pero, en el dialogas" el alma es también tema: siempre a
al deseo, su "origen". En el lugar de ese vacío al que se llega propósito de otra cosa y sobre todo a través del mito, 27 también
fatalmente, Platón instala el mito. El dialogas se interrumpe se habla del alma.
sólo de dos modos: o con el fracaso ·del concepto -con la Me propongo mostrar que el alma, como objeto del dia-
aporía- o con el mito. logas, no es sino el espejo de las dos fuerzas (dynameis) que
actúan en él: el pensar y el deseo. Como si ellas necesitaran,
de tanto en tanto, detener el esfuerzo y descansar en la
imagen.
A propósito del problema de la justicia, el libro IV de
RepUblica plantea cómo está constituida el alma. La expe-

27. "Decir lo que es el alma, sería cosa de una investigación totalmente


divina [... ) pero decir a qué es semejante cabe a las fuerzas humanas [... )"
(Fedro,246a).

[ 57)
"""""------------------------,-"-_...._-- .... _-""- '-'

58 Malena Lasala El eros transfigurado 59

riencia del conflicto es la base empírica que autoriza a afir- hombre, de modo que quien no pueda ver en su interior, las tome
mar su complejidad: el alma es un campo de lucha, está por un solo ser, es decir, por un hombre.
(Rep., L. IX, 588c-e.)
internamente dominada por la oposición. Platón muestra
los distintos "personajes" que conviven y luchan en el inte-
rior de' un mismo ser: ' . Más adelante, vemos en acción a los tres protagonistas de
la contienda:
Leoncio, hijo de Aglayón, al subir una vez al Pireo por la parte Sostener que es conveniente lajusticia, ¿no equivale a decir que
de afuera del muro del norte, advirtió unos cadáveres tendidos en se debe obrar y hablar de modo que el hombre interior sea el más
el lugar de ~os suplicios y sintió, al mismo tiempo, deseo de verlos fuerte y domine en' lo posible al hombre entero, cuidando de la
y un movimiento de repugnancia, qu~ lo disuadía de ello. Y así criatura pol1céfala al modo del labrador, que cultiva y mejora las
estuvo luchando consigo mismo, cubriéndose el rostro con las manos, plantas útiles e impide que crezca la cizaña? ¿y, para ello, se gane
hasta que al fin, vencido por su deseo, abrió los ojos y, corriendo como aliado al león y cuide a todos a fin de mantener una perfecta
hacia los cadáveres, exclamó: "Aquí los tenéis, malditos, saciáos armonía entre ellos y consigo mismo?
con este hermoso espectáculo". (Rep., L. IX, 589b.)
(Rep., L. IV, 440a.)
En Fedro volvemos a encontrar la complejidad del alma
El resultado del análisis del conflicto es la constitución y su conflicto dentro del mito de la caída:
del alma en tres "formas" o "géneros", en estricto paralelismo
con los tres grupos que estructuran la ciudad: Es, pues, semejante el alma a cierta fuerza natural que mantie-
ne unidos un carro y su cochero sostenidos por alas [... ) En primer
1. Los "impulsos" correspondientes a las tres necesidades lugar, tratándose de nosotros, el cochero guía una pareja de caba-
llos. De los caballos, uno está constituido por elementos de la misma
básicas: el hambre, la se:l, la sexualidad. Lo que Platón índole, el otro está constituido de elementos contrarios y es él mis-
llama epithymia. mo contrario. En consecuencia, en nosotros, resulta dificil y dura
2. El "pensar" (logos o nus) que orienta y guía. -necesariamente-la conducción.
3. La "cólera" (thymos) que, por ser moldeable por ellogos, (Fedro. 246a-b.)
censura y reprime a aquellos impulsos.
Desplacemos ahora la atención desde el conflicto hacia el
El libro IX nos da esta misma "tripartición" a través de la "personaje" que parece generarlo: la criatura policéfala, el
imagen: "Una imagen formada sobre el modelo de aquellos caballo que hace dificil la conducción, esa "parte" que, en el
seres de que hablan.las antiguas tradiciones [... ] que reúnen libro IV de República, Platón ha llamado epithymia.
dive,rsas formas en un solo cuerpo [... ]". Dejemos que el texto Platón utilizará esta palabra en dos sentidos:
continúe:
- Para referirse a los "impulsos primarios".
Imagina un monstruo multiforme y policéfalo que tenga varias - Para referirse al deseo en general.
cabezas de animales, mansos los unos, feroces los otros [... )
[... ) Modela en seguida dos figuras más: la de un león y la de un
hombre, pero es preciso que la del monstruo sea la más grande y la El deseo en el primer sentido -como "parte" del ruma-
del hombre la más pequeña [... ) es descrito en Gorgias a través de una imagen que enfatiza
[.:.) Modela en tomo de ellas la imagen de un solo ser, la de un su aspecto esencial, la insaciabilidad:
60 Malena Lasala El eros transfigurado 61

A esta parte del alma donde residen los deseos, uno de los sible a curar lo que se halla enfermo y a levantar lo que está caído
forjadores de mitos, hombre ingenioso, la comparó a un tonel con l ...) ,
agujeros, por su imposibilidad de ser llenado. Efectivamente -dijo-. es la mejor manera de comportarse en."
(Gorgias,493b.) la adversidad. - y lo mejor de nosotros es lo que de tal manera se
deja guiar por el pensar. -Ya lo que nos trae sin cesar el recuerdo
El deseo en el segundo sentido es un movimiento que de nuestra desdicha y no halla nunca consuelo, ¿vacilaremos en
recorre el alma toda. ' llamarlo irracional? (Rep., L. x.604b-e.)
En República, a cada una de las tres "partes" del alma
corresponderán tres clases distintas de deseo y de placer. Si de República pasamos ahora a Fedón, el alma se
En el alma puede prevalecer una u otra de estas clases de comprende exclusivamente desde el lagos y todos los demás
deseo y ello lleva a las tres formas de vida o alma de cuya aspectos, referidos al cuerpo, funcionan primariamente como
mezcla resultarán todas las otras: la que ama la riqueza, la su obstáclJ.lo. 28 . ,
que ama la fama, la que ama la verdad. O sea, la diferencia Esta confrontación de textos abre el espacio para una
dependerá del deseo, que no es comprendido aquí como una interrogación:
parte sino como algo presente en toda el alma: un movimiento
fundado en la carencia o falta. Los hombres serán distintos - ¿Qué significan esas dos formas de entender el deseo?
no tanto por lo que poseen -llámese aptitud o como se --- ¿Qué significa esa indeterminación en el modo de entender
quiera- sino por lo que sienten que les falta y por lo tanto ia constitución del alma? .
añoran: la riqueza, la superioridad, la verdad. - ¿Habrá que intentar decidirse entre la tripartición, la
En Filebo, este sentido de deseo es retomado a propósito bipartición y la simplicidad?
del problema del origen del placer. Hay que comprender
primero, dice Sócrates, "qué es el deseo y dónde nace" (34d). Por lo pronto. pienso que no hay que intentar resolver
La respuest~ parece bastante simple: lo que está vacio esas "contradicciones". Habríaque habituarse a pensar la
busca llenarse. Y, al llenarse, experimenta placer. El deseo contradicción ,no más y no menos que como dificultad. Eso
sería, así, el movimiento que se produce entre el vacio y la permitiría demorarse en ella sin la coacción a "supf!rarla".
satisfacción. Como resultado, y con respecto al alma, podrían aproximarse
Volvamos una vez más al conflicto. ¿Cuántos son en rea- algunas conjeturas:
lidad sus "personajes"? S1 consideráramos. el alma desde su devenir; la imagen
República empieza hablando de tres y termina hablando espacial de las tres "partes" podría trasponerse en tres for-
de dos: en el ,alma, quienes combaten son el lagos y lo mas distintas de convivir el deseo y ellogos, tres "momen-
irracional (aloguiston): tos"29 de su posible dialécti~a:

La ley dice que lo más bello es conservar la calm,a en la desdicha l. En un primer momento -el momento originario- deseo
y no dej arse arrastrar a la desesperación. pues no sabemos a ciencia
cierta 10 qué hay de bueno o de malo en tales cosas 1... )
1... ) No debemos proceder a la manera de los niños que. cuando 28. ef. Fedón, los textos previos ~ las pruebas de la inmortalidad deJ::jma.
reciben un golpe, se llevan la mano a la parte golpeada y pierden el 29. Utilizo la palabra más como 'imagen que en el sentido técnico preciso
tiempo llorando, sino habituar al alma a acudir lo más pronto po- que tiene en el contexto de la filosofia dialéctica.
62 Malena Lasala El eros transfigurado 63

y pensar funcionarían como opuestos. Sería el momento del del deseo desde la fascinación erótica hasta el amor a la
deseo "reprimido". Como dice Platón en una anticipación verdad? ¿Se colmaría con ello el deseo? Volvamos a insistir:
genial, de los deseos "que surgen durante el sueño": para Platón, no hay plenitud como estado alcanzable.
Quizá, gracias al logos, la ca,lidad del deseo se transforme:
Lo que debemos reconocer es que hay en cada uno de nosotros, deje de ser insaciable para volverse imposible. Lo que el
hasta en los que parecen más moderados, una especie de deseos hombre ganaría en ese tramo casi heroico es el triunfo ima-
terribles, salvajes y sin freno que se hacen patentes en los sueños. ginario del placer sobre el dolor. .
(Rep .• L. IX. 572b.)

2. En un segundo momento, el deseo estaría ya mediado por


,-
el logos: deseo moldeable -thymos- que configura en el .
alma la fuerza del "no".

3. En un tercer momento, se operaría la transfiguración del


deseo en logos. ¿Qué otra cosa sería el eros sino el deseo
mismo puesto en movimiento por ellogos y convertido fi-
nalmente en amor al logos mismo? Si no fuera así, ¿cómo
podría afJl'IIiar Platón que el placer del fIlósofo, resultante
del deseo que le es propio -el amor a la verdad-, es el
máximo y más auténtico placer?
Como señala Eugen Fink, con tanto acierto: "La razón no
es una luz fría y pálida que aparece a una humanidad ané-
mica, arrancada de las verdaderas experiencias de la vida.
Ella es la más pasional de las pasiones, el deseo más salvaje
y, en su raíz, llena del ardor de (~eros)), como lo muestran los
diálogos de Platón"SO (Le jeu comme symbole du monde,
París, Les Editions de Minuit, 1966, p. 30).
Una última y ligera indicación: toda cosa que deviene es,
para Platón, una mezcla de lo ilimitado (to apeiron) con el limite
(to peras). En el alma, lo ilimitado está presente en el deseo
y el límite en ellogos. El deseo es insaciable y esa insacia-
.bilidad lo obliga a la perpetua repetición para colmarse. Pero
el tonel s.in fondo queda siempre vacío.
¿Permitiría el límite puesto por el logos la trascendencia

30. El subrayado me pertenece.


----,----
-~---
--
',--, --
-~-',

EL HILO ROTO DE ARIADNA

[ ... ) ¡Yqué!, tantas palabras acumuladas, [... )


un celo tan grande para mantenerlas más allá
del gesto que las articula, una piedad tan
profunda dedicada a conservarlas y a inscri-
birlas en la memoria de los hómbres, ¿todo
esto para que no quede nada de aqueHp.pobre
Tl'fano que las ha trazado, de aquella iriquietud
que trataba de apaciguarseenellas?[ ... ] ¿Será
preciso que yo suponga que en mi discurso no
va mi sobre vida? ¿ Y que al hablar no conjuro
mi muerte sino que la establezco? [ ... ]
Michel Foucault.

Platón podría habernos contado el célebre mito del Minotau-


ro y el laberinto de otra manera: el hilo de Ariadna guía pero
está roto, no conecta con salida alguna. Su única virtud es
lograr que el Minotauro no encuentre a su víctima y que ésta
pueda recorrer unay otra vez el laberinto por caminos cada
vez distintos. Del laberinto no puede salirse. Tan sólo puede
el alma apaciguar su terror, mantenerse a distancia del
monstruo. El hilo de Ariadna no encuentra nada, sólo permite
postergar la muerte, burlar al Minotauro que espera, sin
embargo, en algún atajo.

[ 65]
66
Malena Lasala El hilo roto de Ariadna 67

El alma se busca a través de ese pensar exasperante que que, desde su literalidad salvaje, abraza todas las metáfo-
~s :1 diálogo y sólo puede reconocerse fugazmente en las ras.
lmagenes del mito. Como ya vimos, cuando se trata del Quizá resida aquí la razón más fuerte de la triple fuga: al
~lma, Platón, o no desborda el plano de la experiencia o huir, el maestro sostiene y libera el camino de otra huida. El
mterrumpe el pensamiento con el mito. En el plano del pen- maestro huye para que se encuentre, no aquello que se
samie~9, tan sólo dice que el alma~'se asemeja a las Ideas busca, sino aquello de que huimos y que, en la huida que es
en un nIvel de parentesco mucho más profundo que el resto la búsqueda, volvemos siempre a encontrar. El dialogas sería,
de las cosas. Con lo cual, tampoco la aborda directamente así, una peculiar versión de el arte de lafuga: dúo y con-
desde el concepto. trapunto de dos fugas, íntima estructura de una persecu-
Los mitos platónicos aparecen siempre, como momentos, ción de la verdad que es huida de la muerte.
en el contexto del diálogo. Y, a la vez, lo desbordan: son Quizá, ya en el final, una cierta incomodidad obligue a
momentos de transición en que, como apunta Adorno, el preguntarse para qué esta fuga a deux. ¿Puro preciosismo?
p~n~aI~:liento estalla. Adorno asimila este procedimiento a la ¿Entretenimiento peligroso? Tal vez ambas cosas y algo más
dlalectica en el sentido que cobra desde Hegel, en la medida que queda como resto. ¿Qué produce esa paradójica evasión
en que el "salto" que la quiebra, en lugar de negarla, la que encuentra aquello mismo de que escapa? Saber que el
confirma: "[ ... ] es propio de la dialéctica no moverse en un Minotauro nos acosa porque, amarrándonos el ser, está
continuo" (op. cit, t. n, p. 212) . dentro de nosotros. Ésa es "toda" la verdad alcanzada.
.Independientemente de la pertinencia de esta asimilación Pero el largo camino de la búsqueda quizá no haga tan
lo ~ierto es que el pensamiento itinerante del diálogo s~ irrisorio el resultado. Ese discurso malogrado, ese discurso
detIene abruptamente e irrumpe el mito. No como una inútil que al tejerse se desteje, actúa a modo de exorcismo:
"ocas~onal excursión a lo sublime" (op. cit., t. lI, p. 213) sino como un canto de sirenas, adormece al monstruo y lo demora.
constituyendo el entramado del pensamiento mismo. El arte de lafuga es así, a la vez,fuga del arte: algo que sólo
En esa búsqueda de sí -sobrevalorada hasta tal punto el arte puede producir. Justamente, el mito que interrumpe
. que en ella se hace consistida dimensión ética del hombre- el pensamiento, ¿no es acaso el mismo pensamiento que
el alma. sólo. puede anclar en la fragilidad de las imágenes. cambia el valor de la discursividad por el valor de la expre-
¿Que sena, en realidad, esa búsqueda de sí? . sión? Cuando el dialogas no puede ya decirnos cómo son las
Podría decirse ~~e no buscaríamos si nq nos huyera lo cosas, se entrega al placer de contarnos un cuento y logra
buscado. Pero, qUlza, estos análisis conduzcan a la necesi- seducirnos con la expresividad de las imágenes. En lugar de
dad de trastornar la "tranquila" relación entre búsqueda y .someterse al vacío, genera el silencio parlante de la expre-
encuentro; Tal vez, sólo buscamos como una forma de huida sión.
de lo que siempre está ya ahí, encontrado: el vacío la ca- La persecución de la verdad -búsqueda y huida- es así,
rencia, la falta que nutre al deseo. Lo que está en ei origen también, la osadía de una lucha: una lucha contra la muerte
y nos espera en el fm. Habría que decir, con sequedad, la que impone la expresión en el vacío de la espera, que sigue
muerte. Esa muerte que procura la evidencia definitiva el hablando donde fracasa el saber.
experimento crucial, de un ser fallido y faltante. Esa mue'rte He aquí los dos términos de, la búsqueda de sí: en un
- - o--_-
.. -

68 Malena Lasala

extremo, la muerte, la opacidad de un vacío. En el otro, el i)

trabajo y el juego de la expresión que la conjura. Entre


ambos, la ilusión de saber. Y, en lugar de ella, el saber de la
ilusión: un decir que va sabiendo de esa ilusión y la desanda.
El pensamiento, cierto de su precariedad, ni concluye ni
calla:

En Tasso leemos que cuando el hombre enmudece en su tor-


mento, un dios le concede decir que sufre. Es esto, en realidad, lo
que inspira la filosofía.
(T. W. Adorno, op. cit., t. 1, p. 64.)

SÓCRATES CONTRA SU PROPIA SOMBRA:


UN LUGAR DONDE INTERROGAR
AL NARCISISMO MODERNO
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INTRODUCCIÓN

Este trabajo nace de una renovación del asombro. Releyen-


do Critón con un objetivo pedagógico, para recordar el hilo
de su argumentación, se fue abriendo paso una pregunta
que aparecía con la ingenuidad de las primeras incursiones
filosóficas: si en nuestros días, a algún condenado a muerte
se le garantizase el éxito de la fuga y un lugar seguro y grato
donde seguir viviendo, 1 ¿qué es lo que el condenado haría?
Hice la pregunta a los alumnos, pidiéndoles que se colocaran
en la situación imaginaria, y el efecto cómico no impidió la
contundencia de una respuesta a coro: "¡Nos fugamos!".
A partir de este momento me fue imposible abandonar un
tema que quedó rápidamente trabado con intereses filosó-
ficos refet!dos al núcleo más problemático de la filosofia
europea contemporánea: el de una situación histórica que
ha llevado a sacudir tan violentamente las categorías filo-
sóficas modernas que ha vuelto risible, desde Ni,etzsche,
cualquier forma de optimismo humanista.
Para quien no conoce las razones de Sócrates en Critón,
el rechazo de la fuga es un acto inverosímil o quizá pensable
desde la categorización patológica de las conductas carac-

l. "A muchas partes del extranjero a donde vayas, serás bien recibido. Y
si quieres ir a Tesalia, allí viven amigos míos que te estimarán en mucho
y te darán seguridad ... " (Platón, Gritón., 45c.)

[71 )
72 Malena Lasala Introducción 73

terística de estos tiempos. Para quien, en cambio, ha tran- sino de reconocer una multiplicidad de no-lugares que inte-
sitado el texto platónico, el problema es entender la despreo- rrumpen el sueño de la continuidad histórica: aquellos que .
cupación de Sócrates frente a su muerte y su interés exclusivo son puro vacío, donde, porque nada guardan, no hay restos
en examinar la fuga como tema, diluyéndola como acto en que buscar. Michel Foucault es el paradigma contemporá-
el que, literalmente, le va la vida. Contra toda la evidencia de neo de esta operación metodológica: el presente no es pensado
un Sócrates que, horas antes de morir, se muestrajuguetón ni desde algún hilo de Ariadna del pasado, ni desde la dis-
y quiebra el clima de urgencia introducido por la llegada de tancia ideal de la utopía. Su "diagnóstico" es realizado en las
su amigo, cuesta sin embargo pensar la situación despo- grietas que separan tiempos y mundos sin medida común.
jándose del sentimiento trágico.
El enigma surge de inmediato: ¿qué ha "pasado" entre
Sócrates y nosotros para que un acto pleno de sentido -y INTERROGAR AL NARCISISMO
desde su protagonista, sin conflicto- se vuelva un sinsen- El narcisismo como concepto teórico
tido, pueda adquirir una significación patológica o se le ad-
hiera un matiz heroico y trágico que no poseía en absoluto? Este trabajo toma como punto de referencia el relato mítico
Sin duda, lo que ha "pasado" entre Sócrates y nosotros. para ponerlo en relación cqp. el concepto de narcisismo en la
son veinticinco siglos de historia. La obviedad de esta res- forma en que.es pensado por Arnold Hauser en su obra sobre
puesta parecería descalificar el asombro que retiene la pre- el manierismo como clave del origen del arte moderno. 2
gunta. Sin embargo, es el asombro el que descalifica la ob- El narcisismo moderno corresponde al fenómeno de la
viedad -ésa es su función- y pone en lugar de ella la carga alienación conceptualizado por Marx desde su crítica a la
del enigma. La pregunta quiere pensar aquella distancia fIlosofia hegeliana: la alienación no es la aventura histórica
histórica y mantener juntos los extremos: nosotros y Sócra- de la Idea suprahistórica, sino un fenómeno histórico-cultural
tes. La insisten.cia tiene resultados: termina armando la resultante de la constitución del capitalismo. 3
figura de una relación inesperada. La pregunta proyecta un La alienación, "padecimiento" del cuerpo social que pa-
fenómeno y un campo de visibilidad donde se vuelve per- rece constituir el "destino de la humanidad civilizada", es la
ceptible. Por un lado, en el espacio del "entre" -nosotros y condición de posibilidad del narcisismo como padecimiento
Sócrates- hace emerger el narcisismo, fenómeno que -a
partir de la entronización del yo moderno- constituye es-
tructuralmente al hombre actual. Por el otro; localiza un 2. Origen de la literatura y del arte modernos; t. ¡: El manierismo, crisis del
Renacúniento, Madrid, Guadarrama, 1974.
lugar donde interrogarlo: aquel en que se juega la lucha de 3. Remito al lector a los capítulos especiales que el autor dedica a estos
Sócrates contra Narciso, desde la crisis de esa forma de vida conceptos en el volumen 1 de la obra citada, cap. VII: "La alienación como
social que los griegos se enorgullecían de haber inventado: c1avedel manierismo", y cap. VIII: "El narcisismo como psicología de la
alienación". Dice Hauser al respecto: "La vivencia del aislamiento respecto
la polis democrática de la Atenas clásica.. a los demás y de la retracción a sí mismo sólo se conoce, en sentido mo-
El desarrollo de este ángulo de visión se justifica en el derno, desde el manierismo. Es entonces cuando se tiene por primera vez
convencimiento de que la significación del pasado para el el sentimiento de estar separado de toda comunidad o, al menos, de vivir
. en una época en la que se ha hecho problemática toda comunidad, tanto
presente puede darse por el camino del contraste: que no con el pasado como con el presente, toda conexión tanto con la tradición
depende sólo de la posibilidad de auscultar resurrecciones, como con las convenciones de la propia sociedad" (ap. cit., p. 265 [vol. l.]).
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· ._--_ ...-_._.. _-----_._.. _.-_._. __. . . ._'---------'---~-~----------'-----

74 Malena Lasala Introducción 75

de la psique individual y tipo psicológico dominante: el nar- origina en el arte el manierismo. Este individualismo de
cisismo sería, según esto, "psicología de la alienación". la crisis, resultante del fenómeno de la alienación, se-
Este planteo evoca aquella fuerte correspondencia que la ñalaría el verdadero nacimiento del hombre moderno como
República platónica establecía entre polis y alma: la forma individuo escindido del mundo y de sí mismo.
dt:: vida social sería tan de~erminante de los caracteres indi-
viduales que la "psicología" debe "historizarse" desde la po- Sin embargo, la óptica de este trabajo se separa del en-
lítica: Platón no hablaba en sentido figurado cuando califi- foque hauseriano en dos sentidos: .
caba al. alma de "democrática" o "tl,ránica".4 Por un lado, enfatiza la relación individualismo-narcisis-
Correl objeto de precisar el concepto de narcisismo que mo y la descubre dialéctica: el narcisismo sería un resultado
habrá de utilizarse, el presente trabajo rescata del enfoque necesario del individualismo, momento crítico que 10 vuelve
hauseriano dos elementos principales: problemático. En consecuencia, el individualismo "triun-
fante" sería, por su propia dialéctica, necesariamente fugaz.
- El préstamos que se toma de Freud sobre el carácter Por el otro, no limita esta relación al narcisismo moderno
narcisista: 5 el individuo retrae su libido de las personas y al devenir de sus formas posteriores. Para hacer entrar en
y cosas del mundo exterior y sustituye a éste por una escena al narcisismo antiguo, generaliza el vínculo dialéc-
"ficción en cuyo centro está él mismo": ..... se atrinchera tico entre individualismo y narcisismo y lo muestra en la
y se oculta tras los bastidores del propio yo y se hace oposición individuo-comunidad nacida con los griegos. El
incapaz al fin de salir de su escondrijo". individualismo que juega en esta antítesis -decisiva para la
- El concepto de individualismo. Para Hauser, el individuo disolución de la polis- correspondería a un forma de nar-
propiamente narcisista no sería el del individualismo cisismo donde no cabe hablar de un individuo "que se oculta
triunfante -y efimero- del Renacimiento, sino el de su tras los bastidores de su propio yo". El individualista griego
crisis: momento que Hauser localiza en aquella "conmo- -10 veremos- se separa de la comunidad para convertirla·
ción que sacudió todo Occidente" J;.1acia mediados del en su enemigo. Su punto de anclaje está en el mundo, no
siglo XVI, que produce la disolución del Renacimiento y dentro de sí.
De este modo, se hacen visibles dos grandes formas his-
4. u_¿Y no sabes -pregunté- que hay, necesariamente, tantas formas tóricas del narcisismo: el antiguo o, más propiamente, griego
de gobierno como hay caracteres diversos en los hombres? ¿O crees tú que clásico, y el moderno, cuyos avatares llegan hasta el presen-
las formas de gobierno nacen de una encina o de una .roca y no de las . te. La relación perdida con la comunidad como idea vincu-
costumbres de los ciudadanos que al tomar una' dirección determinada
arrastran tras de sí todo lo demás? lante autorizaría a hablar de "narcisismo" en los dos casos.
"-De suerte que si son cinco las formas de organización de las ciudades, Pero una nueva relación -ausente de los griegos y síntoma
habrá en los individuos cinco formas de alma que correspondan a aqué- de la disolución moderna del nosotros- establece el "corte"
llas ... " (República, L. VIII, 544e).
y continúa, más adelante, en 545b: u_y de igual modo que comenzamos que los separa: la del ,sujeto y el yo.
por examinar el carácter de los regímenes políticos antes que el de los Esta precisión del concepto de narcisismo deslinda, con
individuos, por parecernos que este método era más claro ... ". Hauser, su significado cultural, de la mezcla enmarañada
5. Cf. particularmente las pp. 262-263 Y286-287 de la obra citada. Hauser
remite a dos ensayos de Fr-eud: Introducción al narcisisrrwy Sobre los tipos de significaciones que terminan diluyendo su sentido. Por
libidinales. otra parte, aun cuando se utiliza la idea general de Freud al
Introducción 77
76 Malena Lasala

a los añicos de su espejo. ¿Cómo entender que, a pesar de


servicio de la comprensión del narcisismo como fenómeno
tanto, el Narciso histórico no muera? .
cultural, este enfoque se coloca fuera del contexto teórico en
Esta pregunta remite a la hipótesis que va a intentar
que se origina y desarrolla el concepto: el psicoanálisis. De
resistir, insistir y aferrarse a Una serie de investigaciones
este modo, el sentido del narcisismo queda 16 suficientemente
que se efectuarán a partir del enfoque propuesto:
acotado como para seguir la reflexión a prudencial distancia
. El enigma de Narciso -todo mito es un enigma- aparece
del carácter que ha tomado el uso -en realidad, abuso- del
vII~c~lado a una imposibilidad -la más decepcionante,
concepto en el lenguaJe corriente. Como sucede con otras
qUlza- que la historia revela. Podría decirse que Narciso
palabras que denuncian la impregnación psicologista del
nace -y vive en alguna de sus múltiples figuras- cada vez
lenguaje, "narcisismo" se vuelve una etiqueta pragmática
que la idea de comunidad deja de ser un factor vinculante.
para la acusación o defensa de su eventual destinatario. El
La disolución de los lazos que anudan el destino individual
lenguaje corriente distingue, en efecto, un narcisismo "bue-
al destino del conjunto sería generadora de Narciso. Sin
no" y un narcisismo "malo": el equilibrio de la autoestima
embargo, ¿no es mejor reconocer que Narciso está desde
estaría del lado del primero, como una atenuación de la
siempre ahi, ya sin inocencia y sin euforia, porque ha sido
exagerada referencia a sí. Este trabajo se pone deliberada-
imposible la constitución de uh autén.tico nosotros?
mente al margen de tal simplificación moralizante -o pa-
tologizante, en la práctica no hay tanta diferencia-que
obstaculiza la reflexión. .

Laflgura de Narciso

Narciso: no s~,ha dado el caso de ningún otro mito que,


en el presente, pudiera fundirse tan íntimamente con la
historia. En Narciso, el hombre occidental de nuestro tiempo
encuentra el espejo donde mirarse a sí mismo y 10 que lleva
a sus espaldas. Este escrito realiza un recorrido por algunas
peripecias de la "historia" de Narciso. Y termina descubriendo
a Narciso en todas partes. Primero donde 10 buscó: entre
Sócrates y nosotros, desde su nacimiento moderno hasta el
"desvalido Narciso del sigloxx".6 Pero Narciso también está
en Sócrates: es su sombra, su doble, su enemigo interno.
Aquí y allá, "herido" desde hace tiempo, siempre vulnerable
y aun des-figurado. Narciso vuelve a cobrar vida aferrándose

6. La expresión pertenece a NelIy Schnaith, en su libro Las heridas de


Narciso, Buenos Aires, Catálogos, 1990, p. 65.
HACIA UNA TRAGEDIA NO ESCRITA

El texto que se presenta a continuación es la primera de la


serie de investigaciones abiertas por el enfoque propuesto
en la introducción. Éste partía de localizar el camp'o de vi-
sibilidad del narcisismo moderno en la cultura griega: la'
"lucha ~ntre Sócrates y Narciso" en el contexto de la crisis
dela democracia ateniense. En consecuencia, es este "lugar"
el que primero debe ser interrogado para que, a su vez,
puedaseIVir como telón de fondo de un fenómeno que surge
a muchos siglos de distancia.
Extraño lugar, sin embargo: enfrenta a un filósofo
-Sócrates-, cuya eXistencia está fuera de duda sólo en la
escritura ajena -la de su discípulo Platón principalmen-
te-, con un personaje mítico -Narciso- en un contexto
histórico efectivo -la democracia ateniense entre los siglos
v Y IV antes de Cristo-. 7
Esta mezcla de verosimilitud, realidad e irrealidad es de-
liberada: es efectivamente unaficciónlo que he elegido como
método. Ella consiste en inventar, partiendo del enfoque
general propuesto y con materiales procurados por el pen-

7. Me es necesario señalar que mis ideas iniciales adolecían de una espe-


cie de ceguera, al no comprender todos los alcances de situar la "lucha de
Sócrates contra Narciso" en su contexto histórico. Debo a un diálogo con
Guillermina G. de Camusso -de quien continúo aprendiendo- el último
giro "desidealizante" de mi propio ángulo de visión.
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80 Malena Lasala Hacia una tragedia no escrita 81
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samiento griego clásico, dos personajes de una tragedia no Ella permitirá descubrir el "corte" que vuelve inconmen-
escrita: Sócrates y Narciso. surables el narcisismo griego y el moderno, mostrando que
El personaje de Sócrates ha sido compuesto a partir de este último está entre Sócrates y nosotros porque muy otro
unjuego libre con las textos que Platón le hace decir en sus es el Narciso que está en Sócrates. Se adelantó ya en la in-
diálogos -con excepción de los del último período- y to- troducción en qué nivel se instituye la ruptura: lo que es
mando Gritón como eje que le presta unidad y carnadura. '. impensable en los griegos y surge como fenómeno decisivo
El personaje de Narciso es elaborado desde el mito, desde en el narcisismo moderno es ese yo que configura la sus-
la concepción platónica del amor y, teniendo en cuenta la tancia y el "escondrijo" del sujeto.
relación establecida entre los conceptos de individualismo En consecuencia, la ficción de esta tragedia no escrita
y narcisismo, también desde los diálogos platónicos-Gorgias podría comenzar con un coro que dijese: "Érase una comu-
y República- donde aparecen distintas versiones del indi- nidad en un sujeto ... ". Si, en cambio, inventáramos una
vidualista exacerbado. nueva ficción para contar el narcisismo moderno, deberíamos
¿Cómo habrá de trabajarse esta ficción para que cumpla decir, en el comienzo del relato: "Pero fue un sujeto ocupado
una función filosófica? Primero, se contará la acción de con un yo ... ".
Sócrates tomando de la tragedia griega la idea de peripecia.
Segundo, se comprenderá su inesperado final tomando
también de allí la idea de ceguera trágica. Finalmente, se
considerará el hecho de la muerte como intrínseco al cierre /.
de la estructura trágica. Lo que quedará hasta el fmal como i

enigmático será el tema de cuál sea la muerte que, en la


historia que se narra, tiene una dimensión auténticamente
trágica. ..:
Lo dicho requiere una precisión de lo que se quiere sig-
nificar cuando se habla aquí de "trágico". Para aclararlo,
estableceré la diferenciación de tres categorias: lo dicotómico,
lo dialéctico Ylo trágico. En los tres casos, la relación que se
da es entre opuestos. No obstante, mientras en la dicotomía
la relación es externa y puede darse el triunfo de un opuesto
sobre el otro, en las otras dos categorías la relación es inter-
na: cada término necesita a su opuesto para ser. Pero lo
trágico se distingue de lo dialéctico en que no puede haber,
como en Hegel, "superación", síntesis de los opuestos en
una forma superior que los "conserva". La muerte. es, en lo
trágico, el destino común de los términos enfrentados.
¿Cuál es, finalmente, la función metodológica de esta
invención?
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ÉRASE UNA COMUNIDAD EN UN SUJETO...


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CAPÍTULO PRIMERO

MATERIAL Y PERSONAJES

SÓCRATES, EL FILÓSOFO

Para entender a Sócrates, hay que saber que este personaje


es un filósofo. Subrayar el "es" equivale a establecer ese
atributo en el más clásico sentido filosófico de esencia. Toda
otra caracteristica de Sócrates deriva de la filosofia como
factor estructurante de su intimidad. Pongamos un ejem-
plo: Sócrates, además de filósofo, es notablemente feo. Al-
guien podría decir, con cierta intención humoristica, que
quizá es la fealdad lo que empuja a sublimar el eros en fi-
losofia. Sin embargo, la filosofia estructura de tal modo el
alma socrática que se podria invertir -también como un
juego- el aserto anterior: quizá es la filosofia lo que conduce
a Sócrates a tomar en sus propias manos la obra de natura:
a afearse más aun -con toda premeditación- para permitirle
el brillo solitario a ese atributo que produce la fascinación
de rivales y discípulos: su palabra filosÓfica. 8
Pero decir que Sócrates. es un filósofo es decir casi nada,

8. "[ ... ] Cuando lo oigo me salta el corazón y sus palabras me hacen llorar
ya muchísimos otros les pasa lo mismo [... ) Haciendo violencia sobre mí,
cierro mis oídos como contra las sirenas, escapo y me alejo de ~l, para evitar
envejecer a su lado [... ) y daba a su alrededor vueltas y vueltas, sin encon-
trar salida, esclavizado por él como nunca lo estuvo nadie por ningún otro"
(Platón, Banquete, Discurso de Alcibíades, 215 y ss.).
[85 )
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4T';"

86
Malena Lasala Material y personajes 87

si no se comprende qué es la fIlos afia en la época en que nificación de la razón en los griegos y permita diferenciar los
transcurre su vida y en aquélla en que los diálogos platóni- dos momentos mencionados de su desarrollo.
cos lo hicieron hablar. Habrá que dar pues un contenido El logos parecería constituir el carácter diferencial de la
concreto a la "esencia fIlosófica" de Sócrates, intentando cultura griega, de importancia decisiva para 'toda la hi~toria
mostrar qué es la fIlosofia a partir del lugar decisivo que posterior de Occidente. Según señala Francisco Rodn~uez
ocupaba en esa época y que después -ya con Aristóteles- Adrados, 10 sin negar la originalidad y fuerza del pens~mlen­
habría de perder. Más adelante, se hará vivir a Sócrates a to oriental, el lagos determinaría una relación con la propia
través de una "peripecia" que sólo puede entenderse desde tradición, que falta en las culturas y sociedades orientales.
su ser-filósofo.
Frente al encuadramiento rígido -propio de estas últimas-
dentro de un sistema tradicional de norrp.as y creencias,
dentro de un orden heredado que se acepta como natural,
LA RAZÓN GRIEGA: RAZÓN POLÍTICA
la sociedad gr~ega establecería, gracias al lagos, una crítica
La razón -el logos- es, para los griegos, un hecho tan de las formas consolidadas que haría posible generar libre-
novedoso como el contexto histórico social de su nacimien- mente un proyecto de sociedad. Siguiendo el modelo de
to: la polis. Como señala Jean-Pierre Vemant, 91a polis y la Schachermeyr en una obra sobre la historia griega, Adrados
modalidad de pensamiento que la expresa constituyen "un aplica las categorías de Bindung (atadura) y Entbindung
comienzo, una verdadera creación": "[ ... ] la vida social y las (ruptura de ataduras) para entender la ~oveda~ de est~
relaciones entre los hombres adquieren una forma nueva, civilización. Partiendo de un estado SOCIal de atadura
cuya originalidad sentirán plenamente los griegos". -"todo está reglado y no existe conciencia del carácter abso-
Pueden reconocerse dos grandes momentos en el desa- lutamente no natural y no necesario de esa regulación"-,
rrollo de la razón griega: 1) el que transcurre desde el adve- los griegos iniciarían una acción de "desatar" (entbinden) ,
nimiento de la polis, en el pasaje de los siglos VIII al VII, hasta gracias a "una nueva dinámica que rompe una a una las
la constitución de la democracia ateniense en el siglo v antes antiguas «ataduras))". Esa nueva dinámica "no es .otra cosa
de Cristo, siglo que ha sido bautizado con el nombre de su que la fuerza de la razón crítica que ahora por pnmera vez
máximo estadista: Pericles; 2) el que corresponde a la crisis entra en la historia a velas desplegadas". Toda la cultura
y abarca la decadencia de la democracia ateniense hasta la occidental es "hele'nocéntrica", concluye.Adrados, en tanto
disolución del marco mismo de la polis. sigue, gracias a la razón inaugurada por los griegos, la dia-
La fIlos afia de la época socrática y platónica y su rival léctica de la Bindung y la Entbindung.
-la sofistica- constituyen dos formas del lagos griego y se De este modo, la significación de la razón es originariamen-
ub~can en el momento de la crisis de la polis. Al mismo te política y social. El discurso del lagos es "político" en .el
,tiempo, ambas señalan el nacimiento de la razón occidental. sentido más fuerte: no sólo dice acerca de la polis, hace la polIs.
' Con el objeto de extraer los rasgos peculiares del lagos Habrá que ver ahora bajo qué formas se va desarrollando
fIlosófico, se hará un rápido bosquejo que destaque la sig- esta razón "política", constructiva y a la vez crítica.

~8. Los orígenes de/pensamiento griego. Buenos Aires. Eudeba. 1979, p.


10. La democracia ateniense, Madrid, Alianza, 1975, pp. 431 Y ss.
-,
~~- -~-~-,~

88 Malena Lasala Material y personajes , 89

LA RAZÓN AGÓNICA: LA "SABIDURÍA" Apolo. Giorgio COlli12 muestra cómo la "sabiduría" griega
comienza siendo locura adivinatoria, palabra profética y
El primer momento de la razón griega corresponde a una enigmática -que expresa la fractura metafisica entre el
sociedad gobernada por las clases aristocráticas, al comien- hombre y lo divino-, para terminar constituyendo una razón
zo -en la época arcaica- de ese proceso de "desate" de basada en una lucha puramentehumana. Colli señala cuatro
ligaduras tradicionales. Las luchas y conflictos internos llevan pasos en ese proceso de humanización de la sabiduría, de
a progresivas reformas atribuidas a los "Sabios" que ha- "olvido" de su procedencia divina:
brían sido los primeros en pensar conscientemente -a través
de una reflexión moral y política independizada de la tradición - El dios inspira una respuesta en forma de oráculo. En
religiosa-los problemas del mundo humano. Jean-Pierre , consecuencia, el profeta es un simple intérprete de la
Vernant toma un Cuálogo hoy perdido de Aristóteles -Sobre palabra divina;' i? p-_
lafilosofia- para mostrar la función asignada a los Siete - El dios impone al hombre un enigma mortal a través de
Sabios. 11 Aristóteles trata el tema de cómo rehacer la civili- la Esfinge. Si el individuo en cuestión no lo resuelve,
zación después de un cataclismo y describe tres etapas en pierde la vida. El dios decide la muerte y reina sobre los
la obra de los sobrevivientes. En la tercera .:.-cita Vernant- hombres sin rival posible.
"pusieron sus miras en la organización de la pólis e inven- -.-:.. Dos adivinos luchan entre si por resolver un enigma. Es
taron las leyes y todos los demás vínculos que ensamblan una lucha a vida o muerte. En esta etapa permanece aún
entre sí las partes de una ciudad; y'a aquel invento lo deno- el fondo religioso -los dos hombres son adivinos- pero
minaron «sabiduría)); fue de esta sabiduría [... ) de la que interviene un elemento nuevo: la lucha, el agonismo.
estuvieron dotados los Siete Sabios, quienes precisamente - Dos hombres luchan por conquistar el titulo de "sabio":
establecieron las virtudes propias del ciudadano". luchan por el conocimiento. En esta última etapa cae el
¿Qué forma adopta la razón política en esta etapa? ¿Cuál fondo religios() -los dos hombres ya no son adivinos- y
es su significación específica? pasa a primer plano el agonismo.
A través de un análisis del significado del oráculo de
De este modo, la primera razón política nace y florece,
"asperamente", de lapráctica de la discusión en el terreno
11. cr. op. cit•• pp. 54y ss. Dice Vemant: "Sobre este dato tradicional de los purámente humano.
Siete Sabios seña vano apoyar una conclusión histórica: la lista de los Siete
es flotante y Variable; no se atiene ni a la cronología ni a la verosimilitud. Ahora bien, si vinclllamos' ~sta primera forma de razón
Sin embargo. la función politica y social asignada a los Siete Sabios. las con la idea foucaultiana 13 sobre la relación entre verdad y
máximas que se les han atribuido. permiten conciliar recíprocarr¡.ente a discurso en la época griega arcaica, surge la raíz social de
personajes que. en cuanto a lo demás. son enteramente opuestos: un Tales.
que agrega a muchas otras competencias la de ser hombre de Estado; un esa razón agónica: cómo ella responde a una estructura de
Salón l.. ·1. árbitro de las luchas políticas atenienses. que rechaza la tiranía; sociedad "vertical", donde el poder está del lado de las mi-
un Periandro. tirano de Corinto; un Epiménides. el prototipo mismo del norias aristocráticas.
mago inspirado [...1. que se alimenta de malvas [... ) y cuya alma se escapa
del cuerpo a voluntad. A través de una mezcla de datos puramente le-
gendarios. de alusiones históricas. de sentencias políticas y de esquemas 12. El nacimiento de lafúosojía. Barcelona. Tusquets. 1980.
morales. la tradición más o menos mítica de los Siete Sabios pone a nuestro 13. Cf. El orden del discurso. Barcelona. Tusquets. 1987. pp. 16-17. Y La
alcance [... ) un momento de la historia social". ' verdad!J lasformasjurídicas. México. Gedisa. 1986. pp. 59 Y 155-156.
90
Malena Lasala Material y personajes 91

¿Cuál era, según Foucault, el discurso verdadero "en el - En tanto la razón sería el patrimonio de "todos", "todos"
más intenso y valorizado sentido de la palabra"? O sea, ¿cuál pueden participar en la elección de la forma de vida social
era el discurso por el cual "se tenía respeto y terror, aquel al
que los vincula. Ello supone, a la vez, que "todos" ti~nen
que era necesario someterse porque reinaba"? "Era el dis- derecho a la participación en el gobierno de la comumdad
curso que decidía la justicia y atribuía a cada uno su parte;
elegida. O sea, la razón conduce necesariamente a la
era el discurso que, profetizando el porvenir, no sólo
democracia.
anunciaba lo que iba a pasar, sino que contribuía a su
- La razÓn es, además, el vehículo o instrumento, tanto de
realización, arrastraba consigo la adhesión de los hombres
la elección de·la organización social como de la partici-
y se engarzaba así con el destino." O sea, era un discurso
pación en su gobierno. 14
"ligado al ejercicio del poder". Un poder que aún no necesita
inventar subterfugios -a no ser el de la sacralización~ para En segundo lugar, este giro igualitario de'larazón produce
ocultar su procedencia. Un poder que ya no es el del dios -necesariamente, lo veremos- dos formas antagónicas del
sino el del hombre. En efecto: en las luchas de la razón
logos: la ffiosofia y la sofistica. . .,
agónica, es precisamente el poder lo que se juega y no la
vida. y no es el dios el que lo quita ... Para visualizar un importante aspecto de su Oposlclon, se
utilizará, una vez más, el análisis citado de Foucault sobre
el discurso y la verdad. Y se mostrará cómo el so~ista
LA RAZÓN PROTAGÓNICA . -amordazado por el ffiósofo durante siglos- renacera en
ciertos aspectos de la concepción foucaultiana del poder.
¿Por qué razón "protagónica'? El término juega con el
motivo del "agonismo" pero agrega algo más al significado de
luchapolítica: el "prot(os)" que antecede al núcleo de sentido LA RAZÓN ESTRATÉGICA: LA SOFÍSTICA
remite a la preeminencia de la lucha, a una lucha que se
pone en "primer" plano porque su cóntexto es la democra- Si la razón conduce a la democracia, es, a su vez, la
tización de la sociedad griega. Con ello, el poder de la razón democracia 10 que hace posible el poder de la razón actua-
se generaliza y pasa al "pro-scenio" de la escena. Como
señala Rodríguez Adrados (op. cit., p. 441), la lucha de la 14. Dice Vernant: "El vinculo del hombre con el homb:e ad~ptará así,
democr~cia en la Atenas del siglo v es un "íntento por dentro del esquema de la ciudad, la forma de ,una.relacion recI~:oca, re-
versible, que reemplazará a las relaciones jerarqUlcas ,de sumislOn y do-
transferIr los valores de la aristocracia a masas populares minación. Todos cuantos participen en el Estado seran definidos como
cada vez más amplias". con una importante diferencia que homoioi-semejantes-y, más adelante [... ) como, isoi-iguales-. A pe~ar
de todo cuanto los contrapone en lo concreto de l~ vida S?Cial, se c~ncIbe
marca justamente la "hOrizontalización" democrática: la a los ciudadanos, en el plano político, como urudades Illterca:nbIable~
sustitución de la creencia aristocrática en la virtud hereda- dentro de un sistema cuyo equilibrio es la ley y cuya norma es la ~gualda~
. da, por la fe en el poder igualador de la educación. (op. cit., p. 47). En el texto que remite a esta nota, he entrecomIllado reI-
teradamente el "todos", en tanto no puede omitirse lo que constituye la
¿Qué diferencia establece esta razón protagóníca respecto reserva básica a la afirmación griega del principio igualitario. No sólo hay
de su momento anterior? ' . que tener en cuenta la desigualdad efecti,::a -"todo lo que .los contrapone
. En ~rimer lugar, se vuelve inherente a la razón el ~rinCi­ I en lo concreto de la vida social", como senala Vernant- silla el hecho de
plO de Igualdad. y ello en dos sentidos: I que esta idea de comunidad se constituya desde una "ata~ura" tan ~iega
que fue imposible su ruptura: la exclusión de esclavos, extranjeros y mUJeres.

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92 Malena Lasala Material y personajes

lizado en el discurso. 15 Ahora bien, la razón y su principio vendedores de "virtud" política. Arte que hace de la palabra
igualitario fundan en la idea -desde la crítica a la tradi- acción, arte que el filósofo descalifica como tal. 17 .

ción- la unidad de la polis: es la democracia 10 que haría La fuerza de este trabajo que la retórica realiza en el
posible ahora el espíritu comunitario, ya que la idea de los lenguaje será tan explosiva que el objetivo de desarticular su
ciudadanos como iguales permite el lazo de la phili(k el .mecanismo será la obsesión y la astucia del filósofo.
sentimiento de estar unidos por una igual participación en La palabra, constituida en sus distintas dimensiones como
los asuntos comunes. Sin embargo, el poder del discurso no acción, se vuelve una violencia tan sutil que el sometido a
revela tal razón como fuerza vinculante sino, por el contrario, ella dice "sí", adhiere, alaba y aplaude.
una razón que es instrumento de luchas que, basadas en Los sofistas, en verdad, se adelantaron a Foucault, a la
una desigualdad social efectiva, llevan a la dominación y al desocultación que éste produce en el discurso al pensarlo
sometimiento, a la estructuración de relaciones de poder. como juego estratégico y polémico. La estrategia a la manera
El auténtico valor dellogos sofistico es haber reconocido de Foucault18 es -tanto en la guerra como en el juego- un
sin disfraces ~aunque también sin denuncia-la estrecha procedimiento para obtener la victoria y consiste, en con-
ligazón del discurso con la lucha política real. En efecto: esta secuencia, en la elección de soluciones ganadoras. Para ello,
forma de razón se constituye y reconoce como instrumento es necesarto obrar sobre el adversario de modo de pnvarlo
de esa lucha, asumiendo por entero el poder del discurso, de sus medios de combate y obligarlo a renunciar a la ac-
pero, al mismo tiempo, reduciendo el discurso al poder. °
ción. sea, se trata de actuar sobre el enemigo para hacerle
Adhiriéndose, ya al partido aristocrático, ya al democrático, imposible la lucha. .
ella funciona como espejo de la crisis temprana 16 de la de- Juguemos ahora libremente con esta idea de estrategia
mocracia y termina siendo una justificación ideológica del aplicándola al discurso: si el discurso es "estratégico", ¿cómo
individualismo. logra arrebatar al enemigo sus medios de combate y hacerle
¿ Cuál es la estructura de la razón sofistica que revela su imposible la acción? 0, lo que es equivalente, ¿cómo logra el
íntima relación con el ejercicio efectivo del poder? Ella se discurso, de un enemigo eventual, extraer un adepto?
hace visible a través de su producto más cumplido: la retórica., El discurso "estratégico" es una acción sobre las posibili-
el arte que cultivan y enseñan los sofistas, esos maestros dades de pensar del otro. Es el arte de "sitiar" al pensamiento
y estrecharle el espacio de ~u acción: el espacio en que pu.,lj!,da
respirar, moverse, retirarse para ver, detener la mirada,
15. "Todas las cuestiones de interés general [... 1están ahora sometidas al postergar la conclusión, ir y venir por la dificultad, no c:ncon-
arte oratorio y·deberán zanjarse al término de un debate. [... 1El arte político trar la salida, o salir para recobrar fuerzas y volver. AsI, en el
es, en lo esencial, un ejercicio del lenguaje; y ellogos, en su origen; adquiere
conciencia de sí mismo, de sus reglas, de su eficacia, a través de su función
política" (J.-P. Vemant, op. cit., p. 39). 17. La retórica es a la filosofia como la cocina es a la medicina, dice Platón
16. En realidad, la época de esplendor y equilibrio de la democracia es un en Gorgias. O sea, sólo apariencia o remedo de una auténtica tecne,. pura
momento, si no ideal -existente sólo en el pensamiento-, seguramente práctica de seducción que busca producir placer con independenCla del
efimero. Me inclino a pensar, con Hauser, que "la historia de Occidente es bien. Su objetivo: "dominar a los otros en su ciudad" (diálogo citado, 452d-
[... ) una historia de crisis. Las breves fases de tranquilidad llevan siempre e). D .
en si los gérmenes de la disolución subsiguiente; son sólo períodos de 18. Cf. La verdad y lasJonnasjurídicas, op. cit., p. 15. y" eux ess8.1S sur
euforia entre períodos de degradación y de miseria, en los que el hombre le sujet et le pouvoir", en R. Dreyfus y P. Rabinow, Michel Foucault. Un
sufre por causa del mundo y por causa de sí mismo" (op. cit., vol. 1, p. 22). parcours phílosophique, París, Gallimard, 1984.
~,"1--~~'-------.

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Malena Lal?ala Material y personajes 95

mo~ento en qu~ ese lugar que el pensamiento abre para sí político. Denuncia el reinado de la doxa -opinión-, donde
~st~ lleno del d~~curso ajeno, éste asesta el golpe fmal que debena haber episteme -ciencia-, capaz de hacer del go-
ImpIde la reaCClOn: ya no hay espacio de respuesta. En su bernar un arte. Insiste en considerar como ignorancia no
lugar, ~l discurso ha colocado el placer yla seguridad de una consciente de si misma a ese saber sin fundamento, sosteni-
creenCIa. El adversario virtual se ha convertido en adherente. do por la creencia, basado en la "mera experiencia" y obtenido
¿Concede este discurso algún lugar ala verdad? La res- por persuasión, procedimiento propio del orador alumno del
puesta es obviamente negativa. La razón "estratégica" del sofista:· el que reside en con-vencer. Persiste en exigir a los
sofist~ es aj.en~ a la verdad, ésta no le preocupa en absoluto. que "hacen" la ciudad, un saber fruto dellogos: conocer no es
Semejante mdIferencia produce desesperación en el fIlóso- sólo afirmar algo, sino dar razón -didonai logon- de 10 que
fo: o~sedido por la necesidad de la verdad, no puede admitir se afirma. Estima que el verdadero pensar debe resistir esa
un discurso que no la reclame para sí. En cambio, la verdad tensión entre el saber y la verdad, para que'ia verdad pueda
es U? valor tan ausente de este tipo de razón que, cuando -si no habitar el pensamiento- orientar su itinerario.
algw~n afirma que la tiene, ni siquiera hay que tomarse el Nada más adverso allogos estratégico de la sofistica. Lo
trab8.Jo de negarla y oponerle otra distinta: simplemente hay que se pone entre ambos logoi y hace jugar su oposición es
q~e triun~~ sobre ella. Los sofistas establecen discursos y . la verdad. Ésta vuelve imposible cualquier conciliación.
dIscuten, no para llegar a la verdad sino para vencerla" .19 El sofista Protágoras, desde su famosa idea del homo-
" Ver~~os "ahora esta otra forma de razón -opuesta a la mens.ura,21 podría decir que todos "tienen" la razón, con la
estrateglCa , aunque también política- que convierte a la cual queda descalificada toda preocupación por la verdad:
",y'erd~d en el motivo exclusivO"de su fuerza: el logos fIlosófico. porque el que '~tiene" la razón no es el que logra la verdad
Este maugura el orgulloso recorrido -en el presente, humi- sino el que consigue la victoria. Por eso léirazón es atributo
llado-:- de la filosofia occidental. En relación con la razón de cualquiera que obtenga ese lugar.
sofistica, hay algo que se pierde y ~go que se gana. Muy otro es el empeño del fIlósofo. También en él juega
la fuerza de un combate. Sin embargo, en el esfuerzo de
alcanzar la verdad se disuelve el sentido agonista de la lu-
EL LaGOS FILOSÓFICO: LA RAZÓN PUESTA EN LA VERDAD cha: no se trata más de ganar o de perder, de que uno triunfe
y otro sea derrotado. Se trata de una búsqueda común
La fiIosofi~, segunda forma de razón "protagónica", se realizada por el diálogo. Si toda\ia puede pensarse esta
separa consC:Ientemente del ejercicio directo del poder. Só- búsqueda en términos de "lucha", es porque nadie "tiene"
crates va al agora y conversa. Su lugar no es la Asamblea -ni puede "tener"- aquello que se busca: la verdad no es
es la plaza. Allí ejerce su praxis política indirecta: habla co~ un atributo a poseer; es un ideal que· constituye sólo un
sus .pares y les señala la falta de saber en el hacer. Más horizonte: punto de referencia y no llegada.
e~trictamente, inventando un arte opuesto a la retórica -el
dta-logos-,20 les muestra la ausencia de razón en el hacer este mismo volumen. Su tema es, precisamente, la estructura, sentido y
función de ese /ogos -el diálogo- que era considerado por Platón como el
método mismo del pensar. .
19. M. Foucault, La. verdad y lasJormasjuríd.icas op cit p 155 21. "[ ... ) como decía Protágoras, afirmando que el hombre es medida de
pondiente al Apéndice. ' '. .,. , corres-
todas las cosas: así, por tanto, como a mi me parece que sonJas cosas, tales
20. Remito a mi trabajo "El discurso mal-logrado. Platón psicoanalítico", en son para mí: y como a ti te parecen, tales son para ti" (Platón, Cratilo, 385e).
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96 Malena Lasala Material y personajes 97

A partir de esto, caben dos preguntas que pueden res- regla del secreto: 24 el arraigo del discurso en las luchas efec-
ponderse mediante el libre tratamiento de un texto ya refe- tivas yen el ejercicio efectivo del poder. De este modo, como
rido de Foucault. 22 ¿Cómo es posible que nadie "tenga" la señala Foucault, con el lugar dado por la filosofia a la ver-
verdad así como "tiene" la victoria? ¿Cuál es la consecuencia dad, los griegos inician un gran mito de Occidente que recién
que puede extraerse de este hecho? Nietzsche empieza a demoler: el de la separación de saber y
Antes, con la razón "agónica" de la época arcaica, la ver- poder. La República platónica expresa una notable versión
dad podía poseerse porque residía en lo que el discurso era de esta separación que en realidad la oculta. Con la "tercera
o hacía, es decir, en el acto "ritualizado, eficaz y justo" de ola" del libro v de ese diálogo, se invierte la reducción ope-
enunciarlo. Un siglo más tarde, con la razón "protagónica" rada por los sofistas: si éstos reducían el saber al poder,
de la democracia, la verdad -en el caso de que importe Platón, con su famosa idea del gobierno de los filósofos,
determinar su lugar, como en ellogos filosófico- reside en reduce el poder al saber: "En tanto que los filósofos no reinen
lo que el discurso dice: en su sentido y en la relación con su en las ciudades [... ], en tanto que la autoridad política y la
objeto o referencia. Se ha producido un desplazamiento del filosofia no coincidan en el mismo sujeto [... ], no habrán de
acto de enunciar al enunciado mismo: ya no importa quién cesar, Glaucón, los males de las ciudades, ni tampoco, a mi
dice tal cosa, sino qué se dice al decir eso. Al carácter de ideal juicio, los del género humano [... ]" (473e).
inalcanzable que remite a los límites humanos, se
agrega, Pero lo que esta inversión que otorga el poder a la verdad
además, un proceso de despersonalización de la verdad que escamotea es que la verdad no está ubicada en ningún reino
la filosofia toma a su cargo. 23 ' trascendente y suprahistórico: su poder arraiga en un mundo
El desplazamiento acaecido tiene' dos consecuencias social demasiado humano, estructurado por 'relaciones de
recíprocamente vinculadas: por un lado, la separación de lo dominio y sumisión. Así, ellogos filosófico viste y disfraza lo
verdadero y de lo falso y la consiguiente exclusión del dis- que la sofistica había reconocido en su desnudez: la inser-
curso considerado falso. Pero-lo que es aun más importan- ción del discurso en las luchas de poder.
te- esta separación consolida, a la vez, la disociación del . Pero esta razón filosófica seria desde el principio al fin
podery la verdad: al no ser quien habla el que tiene o tiende ideología, si no abriera un camino que el "realismo" sofistico
a la verdad, sino lo que se dice en el discurso, "el discurso no podía siquiera atisbar. La filosofia proyecta el topos del
vetdadero no será más el discurso ligado al ejercicio del ideal, de la u-topía y, con ello, la dimensión de lo posible.
poder". Entre su raíz política -nacida en el terreno de la polis- y
¿Qué ha ocurrido con esta "puesta en la verdad" de la su función política -que busca, fallidamente, la transfor-
razón propia dellogos filosófico? Algo se ha perdido. Lo que mación de la realidad social-, la filosofia extiende el inmen-
era el anclaje de la razón sofistica ha quedado sometido a la so campo de su pensar sin-óptico: 25 retomando el pensar
cosmológico de los filósofos presocráticos, ubica al hombre
22. El orden del discurso, op. cit., p. 16. ' y a la polis en el contexto general del problema del ser y el
23. Esta trascendencia y despersonalización de la verdad es permanente-
mente señalad~ por Sócrates en los diálogos platónicos. El hombre puede 24. "Es posible que sea más dificil destapar el secreto que el inconsciente"
ponerse a traves del pensar en el elemento de la verdad pero ésta siempre (M. Foucault, MkroflSka del poder, Madrid, La Piqueta, 1979).
lo trasciende. Según esto, podría decirse, invirtiendo una expresión ante- 25. Literalmente: que ve en conjunto. Es expresión de Platón para carac-
rior, que la verdad "tiene" -o no "tiene"- al hombre. , terizar la capacidad "dialéctica" propia del fIlósofo.
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98 Malena Lasala Material y personajes

logrado al mismo tiempo es dejar "rodeado" ~. personaje de


devenir, y otorga así a la política una dimensión y un fun- Narciso: vástago del mito, Narciso lo es tambIen de la sofis-
damento metafisicos. De este modo, se distancia lo suficien- tica. Ha llegado, pues, la hora de colocarlo en la escena.
tede lo "real" como para proyectar su transformación desde
el horizonte de lo posible. A partir de aquí -más propiamen-
te a partir de Platón-, la filosofia sufrirá los múltiples ava- NARCISO
tares de un 'pensar que se desarrolla en conexión profunda
con la realidad histórica -conexión que será tema desde EL MITO
Hegel-, pero también según sus propias y cambiantes re-
glas. Lo que Foucault quizá no vio, y advirtieron en cambio Cuenta Ovidi~26 que Narciso, hijo del río Cefino y de la
tan bien los filósofos de la Escuela de Frankfurt, es la di- . ninfa Liríope, era un joven de excepcional belleza. Pero una
mensión que la razón filosófica griega inaugura y pasa a ser falta en su modo de comportarse con el semejante iba a
patrimonio de la razón occidental: sin el horizonte de lo ocasionarle la máxima desdicha. Narciso despreciaba el amor
posible, gracias al cual·el pensar sobrevuela los hechos, la que suscitaba su belleza tanto en seres fe~eninos27 corno en
razón deviene puro conformismo, adhesión al estado de cosas seres de su mismo sexo. Su conducta reIteradamente des-
existente. La razón filosófica oculta y disfraza pero, a la vez, deñosa es castigada por Némesis, divinidad ~ue,. co~.o las
crea opciones, nuevas chances para un mundo que no ha Parcas, se encarga de señalar y ejecutar el destino mdlVId?al
sido ni es -no queda ya experiencia histórica que no lo pero, . a diferenciade ellas, no lo hace con la muerte smo
verifique- "el mejor de los mundos posibles". El pensamiento distribuyendo a cada uno lo que se ~ere~e. .
crea su propio mundo y vive su propia vida. Si, de un modo ¿En qué consiste el castigo de Nernesls a NarCISO? En
voluntarista, se pretende que "funcione", que incida en la hacer que se enamore de sí mismo, mirándose en el espejo
"realidad", lo que se prueba es su impotencia. O peor aun: de las aguas. Finalmente, Narciso se consume en este amor
pensar se vuelve una caricatura que no deja siquiera -como y acaba transformándose en ~a flo~ a la q~e da su n~mbre.
ahora- sobrevivir a la ilusión~ Sin embargo, aunque no Si fuéramos a hacer una smtesIS del mIto, extrayendola
falten quienes pregonan el "fm de "la historia", ésta es. sin del relato como una consecuencia, pasaría a primer plano lo
duda el registro de la larga duración. Los fracasos de las siguiente: por rechazar el amor, .como casti~~, Narc.iso con-
ideas nada prueban. Es imposible predecir los momentos en trae un amor imposible que termIna consUlmendolo. el amor
que los factores que paralizan la praxis humana permitirán
que ésta haga "descender" la teoria. Quizá la mosofia esté 26. La fuente primera del mito de Narciso está en las M~tamoif~sis de Ovidio
.destinada a cuidar -aunque ahí están los "posmodemos" -poeta latino del siglo 1-. obra que constituye un cat~ogo un:vers~ de l~s
para decretar que ella también ha terminado- que el pen- metamorfosis en la mitología clásica. Cf. Antonio RUlZ de ElVlra. Mltologla
clásica, Madrid,. Gredos, 1975. pp. 444 Y 448-44~. .
.samiento no vaya a morirse en la espera. 27. Una de las desdeñadas es la ninfa Eco, castigada por la dIOsa ~era
-esposa de Zeus- por entreter¡.er a ésta con su char~a. para que las mnfa~
El análisis realizado acerca de la razón griega ha dado las amadas por el dios pudieran huir ant~s de que aquella las pescara. infla
grantL La dicharachera Eco es así condenada a no poder hablar mas que
_PEmeras claves para entendelfa Sócrates y el sentido filosó- repitiendo el final de lo que los otros dicen, Y finalmente. rechaz~da por
WUco de su peripecia. ¿Y Narciso? ¿Acaso ha quedado fuera Narciso. acaba por perder totalmente el cuerpo y quedarse redUCIda a la
de lo dicho? En realidad, lo que el análisis de la razón ha pura voz del "eco",
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.. - .

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100 Malena Lasala


Material y personajes 101

a sí mismo. Si tenemos en cuenta su metamorfosis, podría


agregar: el amor a sí mismo lo conduce a perder su identi- Esta reflexión realizada desde el mito alimenta tres pre- .
dad, a convertirse en otro. guntas:
Del relato que cuenta la desventura amorosa de Narciso
podrían extraerse ahora ciertas notas tocantes al amor en el - En el amor de Narciso, ¿equivale la '~pérdida" del otro a su
mito: efectiva ausencia?
- ¿Cuál es la función del espejo al reflejar la imagen?
• El objeto del amor es la belleza. Los otros se enamoran de - ¿Es este amor una efectiva vuelta a sí?
la belleza de Narciso~ Narciso se enamora de la belleza de
su imagen. Ciertos aspectos de la concepción platónica del eros darán
• Un amor que no puede realizarse destruye a quien lo una respuesta a estas preguntas. Integrados a la reflexión
padece. Así 10 atestigua tanto el destino de Eco -ena- llevada a cabo sobre el mito, permitirán armar el primer
morada de Narciso- como el de Narciso -enamorado de personaje de Narciso.
sí mismo-, dos ejemplos de amantes desdichados. A
propósito, y como ilustración -por contraste--de 10 dicho,
EL NARCISO DEL ESPEJO
recordemos la descripción de Platón -crítica-opero fas-
cinada- de la pintura homérica de los dioses: asaltados El eros es, en Platón, "locura divina" (theia manía). Como
por un impulso violento y desmedido, los "inmortales" no bien, concedido por el dios, se contrapone a la desmesura o
pueden postergar la satisfacción del amor. 28 exceso (hybrts), insensatez meramente humana, y sobrepa-
• Si es el otro la condición de realización del amor, el amor sa a la cordura que sólo tiene su origen en los hombres. 29
a sí mismo a través del espejo es la estructura de una ¿ Cómo se produce esta "locura" que Platón insiste en valorar?
imposibi~idad amorosa. En el lugar del otro está la propia
La visión es la fuerza que descubre en otro la belleza y ésta,
imagen,llUidiza e inasible, esplendor de una belleza sin a su vez desencadena el deseo amoroso. A través de la
cuerpo, tan sólo objeto de mirada. Puro espejismO de sí mirada, Ía belleza "inunda" el alma y ésta sale fuera de sí,
mismo, la imagen del espejo es paradigma irónico de una
"poseída" por el otro bello. El eros es así fascinaC!~?, en-
. posesión imposible. cantamiento, enthousi<;lSmos: un estar fuera de SI en-el-
• Se comprende que este amor tenga la significación de dios", en lo divino del otro, en su belleza.
una pena o un castigo: Narciso no puede ser feliz, Narciso Platón mostrará en Banquete 210-211 cómo el sentido
es estructuralmente desdichado. . originario de la belleza -la belleza sensible del cuerpo, la
apariencia bella-'- es trampolín -aunque sólo bajo las con-
28. "¿O cuando Zeus, que velaba en I11f'dio de los dioses y los hombres, diciones del dialogos-,30 de la "dialéctica ascenct.ente" del
olvida súbitamente todos los proyectos que había meditado porque el deseo
amoroso se apodera de él. y contemplar a Hera lo trastorna de tal modo que
no tiene ni paciencia para volver a su aposento y quiere unirse con ella allí 29. Cf. Fedro 244-ab: "Pero lo cierto es que los bienes más grand~s n~~
mismo, en el suelo, y le declara que nunca la había deseado con tanto ardor, vienen de lalocura que, seguramente, nos es concedida por un don divino .
ni siquiera cuando se vieron por primera vez, «sin que sus queridos padres y 244d: "[ ... ) según el testimonio de los antiguos, es más bella la locura ~ue
lo supieran» [... )" (Platón, República, L. lII, 390c). procede de la divinidad que la cordura que se origina en los hombres .
30. Cf. mi trabajo ya citado sobre Platón. Uno de sus objetivos es mostrar
102 Malena Lasala Material y personajes 103

deseo reveladora del sentido del amor: del cuerpo bello al Habrá que ver ahora cómo el melancólico Narciso del
alma bella, de ésta a las acciones y a las normas, de éstas 'espejo puede dejar su lugar al arrogante Narciso "inmoralis-
al auténtico conocimiento, y de éste a la Belleza en sí que se ta", el opuesto exacto del filósofo.
identifica con el Bien y cuya "visión" -no posesión- trans-
figura el eros en filosofia: amor a la sabiduría.
Pero, más allá de que pueda ser escalón inicial de la EL NARCISO ANTIFILÓSOFO
dialéctica ascendente, ¿cuál es la significación de ese primer
"otro", de ese objeto amado que desata el deseo amoroso? Una situación histórica concreta -campo privilegiado de
La función de ese "otro", objeto del amor, es la del espejo. experiencia para los griegos de la época- impedirá que
"Está enamorado pero no comprende de qué~', dice Platón Narciso quede esclavizado en el amor. PerQla "libertad" de
(Fedro, 255d). Y agrega: "Es que ha olvidado que, como en Narciso no ha de ocurrir porque éste inicie aquella "dialéc-
un espejo, se ve a sí mismo en su amante". tica ascendente" que el filósofo había pensado como libera-
¿Pero qué produce el espejo -en este caso, el "otro"- al ción de la fascinación amorosa y, a la vez, como amor li-
reflejar la imagen? Retoma Platón (Fedón, 83c-d): el deseo es berador.
"como un clavo" que hunde el alma en el cuerpo y la "fija" a La crisis de la democracia ateniense hará aparecer la
lo deseado. Se ve claramente el sentido de la función del contrafigura de este primer Narciso y revelará otra forma de
espejo: ser sostén o armadura de la propia identidad. .relación con el otro que nada tiene que ver con el amor: ni
¿Qué ocurre con NarCiso,. si pensamos ahora su "castigo" con la "fijación" en el objeto amado, ni con la liberación de
-.&-.desde esta idea del amor? ese "entusiasmo" que esclaviza, ni con una nueva forma de
Por un lado, el amor a sí mismo no equivale a volverse amor, cara al filósofo, que supera su primer objeto y da
hacia alguna especie de ser "interior". Narciso está atrapado "alas" al deseo.
en el espejo, no está dentro de sí. I;>ero, además, si el espejo Para entender a este nuevo Narciso, es preciso narrar lo
no refleja otra imagen que la suya, <¿no es porque se trata del que está ocurriendo en la ciudad. 3I
"otro" en el cual Narciso se ve a sí mismo y que, por reflejar Año 430 antes de Cristo: Pericles, esplendor de la demo-
la imagen, por constituir el espejo, desaparece de él? ' cracia, declaración de la guerra. Comienzo del proceso que
El "Narciso del espejo", armado así desde Platón a partir llevará a Atenas a la guerra total: la guerra contra Esparta,
de las preguntas que el relato mítico provoca, estaría encar- su ya vieja enemiga, durante los treinta últimos años de este
nando el momento originario del amor, el momento que, de siglo. Y la guerra civil, en el interior de la ciudad. Atenas,
no producirse el movimiento que permite traspasar el espejo convertida en la primera potencia económica de Grecia al fin
-cosa de la que sólo es capaz el método socrático- conso- de las guerras médicas, ha creado, desde el triunfo sobre los
lida un amor que termina por destruir la identidad que persas, la Liga que consolida su expansión imperialista, su
originariamente constituye.
dominio sobre el resto de las ciudades griegas. Primera

cómo el dialogas es la tecne de la "utilización" del amor: tecne mediante la 31. Utilizaré la obra ya citada de F. Rodríguez Adrados y los análisis his-
cual se libera y se transforma en liberador -vehículo de esa "dialéctica tóricos de Fran¡;ois Chatelet. en El nacimiento de la historia, Madrid. Siglo
ascendente"- a un amor que. inicialmente y sin la mediación del arte XXI. 1978. Cf. particularmente vol. 2,4: "Los sofistas y la antigua comedia:
socrático, esclaviza. las formas de la antihistoría". pp. 281-343.
-.--..-.. - " ' - .-~'-'.-

104 Malena Lasala Material'y personajes 105

paradoja: el imperialismo ateniense es la otra cara de la punto de referencia ideal que señala a los hombres el lugar
democracia. Una "doble moral" se establece en la política de'" 'de su propia humanidad, está ausente, sólo queda el indi-
Atenas: igualitarismo hacia adentro, posible por la explo- viduo como ser "natural": perdida la condición que lo vincula
tación hacia afuera. Sin embargo, también el igualitarismo al conjunto, el hombre sólo aspira a la satisfacción inmediata
resulta una idea irrealizable: está sostenido por el partido de su solo interés. Si la existencia política no es el marco
democrático en una lucha nunca resuelta con la aristocra- obligado de la vida individual, la acción humana sólo tiene
cia. La desigualdad de las riquezas, sólo atenuada por la el sentido de procurar a cada uno 10 que busca. La "política"
explotación imperialista, impide -pese a la progresiva inde- es ahora el campo para que obtenga satisfacción un indivi-
pendencia y poder de las clases populares-la constitución duo "despegado", rebelde a toda forma social que 10 limita.
de una sociedad homogénea. 32 Finalmente, ya en el siglo IV, En este sentido, la pofítica interesa., justamente como ám-
asistimos a la restauración de una democracia conservado- bito del interés particular, tanto o más que antes. Pero antes,
ra, que no saca ningún partido de una crisis que se ahonda desde el anclaje del hombre en la polís, desde su participa-
y precipita la ciudad a su decadencia. La u-topía platónica, j.
ción en una empresa colectiva, el límite a la individualidad
la vigorosa arquitectura que el filósofo crea para transfor- }l
era pensado como condición de realización, interna al propio
mar el estado de cosas existente, no es sino la salvación en ser. Ahora, desde su desarraigo, el límite es concebido como
la idea de un mundo que no podía salvarse en los hechos. La coerción que se opone al individuo desde fuera.
ciudad se moría iriemediablemente y el límite -también El proceso de la razón "estratégica" seguirá palmo a palmo
insuperable- de Platón fue no poder pensar un marco el de los hechos y terminará así convirtiéndose en una
distinto del de la polis. apología del individualismo. Señala Chatelet: 34 "El sentido
Si ésta es la situación de la ciudad, ¿qué ocurre en sus común democrático se ha convertido en su contrario. La
hombres concretos? ¿Cómo son afectadas sus ideas, sus sofistica, dedicada a liberar al hombre de todas las coaccio-
acciones y Stis sueños? Desde un presente que parece sin nes sociales tradicionales, reflejando así la voluntad iso-
salida, diversas actitudes son posibles. Veremos, por ahora, nómica de la mayoría de los atenienses, termina por disolver
sólo la actitud que hace surgir, por mediación del lagos la idea misma de sociedad. Reivindicaba la igualdad política
"estratégico", al nuevo Narciso, hijo del sofista. Como se ha de los ciudadanos; desarrolla ahora la noción de una igualdad
visto, la sofistica saca lecciones exclusivamente de los he- natural de todos los hombres. Insistía en el poder creador
chos. Representa, así,' el sentido común "realista" que se del individuo; acentúa ahora el carácter fundamental de su
clausura en 10 dado. Bajo la presión de los hechos,' señala voluntad de poder. Defendía la nocion de una libertad simi-
Chatelet, "el marco colectivo estalla". 3.3 Ya no puede ser re- lar para todos los miembros del grupo; autoriza ahora a las
conocido como el cumplimiento, para cada hombre, de la grandes personalidades a utilizar esta libertad para esclavi-
condición común que 10 une al semejante. Si la polis, el zar'a. los menos dotados".
I:Ia salido de este :t:TIodo a escena la nueva figura de Narciso.
32. Señala F. RodnguezAdrados: "Aristocracia y pueblo, en franca aproxi- Muy distinta es la forma de relación con el otro que ella
mación bajo Pencles, se divorciaron cada vez más después de su muerte y expresa: ya no será el amor, sino la cruda violencia del poder
terminaron lanzándose a una verdadera guerra civil en los últimos años de
la guerra del Peloponeso y después del término de ésta" (op. cit., p. 442).
33. Op. cit., p. 286. 34. Op. cit., p. 313.
"""""""",n'~---·-----------_·_·_-_· _ _ ···_·_~----_·_-----'---_·· --~"1lB~-----_._----_. __ .-

106
Malena Lasala CAPÍTULO SEGUNDO

el medio .de do~nio. Narciso pasará de esclavo a amo, y no ACCIÓN Y DESENLACE


por una mverSlOn de la relación amorosa, por un mudarse
al lugar del espe~o. Narciso se asumirá como amo mediante
1~co.n~~tti~~6_~_ de Ufi'!l hUéVa ff¡llQclón: la del poder que so ..
<#_ Illete y .no vacila. e~ elegIr oomó. m~diú la violenéia. Nueva
paradoja de este mundo en que los hornbtesá5 querían
pensarse como iguales.

LA PERIPECIA SOCRÁTICA
1,

La segunda figura de Narciso es resultado de una metamor-


fosis muy distinta de la que, sacando a luz el mito, narra
Ovidio. Para comprender sobre qué base se modifica en este
enfoque el contenido del relato mítico, hay que recordar que,
si bien el mito es tomado como punto de partida, es colocado
a la vez en un terreno nuevo. Podría decirse que la primera
gran transformación de Narciso -por otra parta ya apunta-
da_,36 de la que parte este trabajO, es, precisamente, su
salida del mito. Arrancado de su lugar de nacimiento, Narciso
conquista como Fausto una inmortalidad que -aunque pe-
nosa- conjura su breve vida mítica. En ésta, sólo un inci-
dente -uno y terminal- quiebra la monotonía del castigo
de la diosa: la metamorfosis en la que ya no puede recono-
cerse como humano. En cambio, desde que el hombre lo
.hace jugar como condensación simbólica de su propia aven-
tura, las metamorfosis podrán multiplicarse al infinito, o al
menos tantas veces como se le haga rendir al enigmático
Narciso su poder significante. En este sentido, tanto lo que
35~.Di.gamos mej~r, los "ciudadanos". No hay que ol~dar que, como ya se he llamado "el Narciso del espejo" como "el Narciso antifi-
senalo: la exclusion de esclavos, extranjeros y mujeres-"atadura" situada lósofo" son ya dos formas que resultan de un trabajo sobre
~n ~! ruvel de los supuestos no conscientes de esta cultura y qué sólo muy
ar lamente sale B: luz- hacía de la polis, aun en el momento más florecien-
te de la democracIa de Pencles, una comunidad de "amos". 36. Cf. la introducción "La figura de Narciso".
[ 107]
Acción y desenlace 109
108 Malena Lasala
!:9J

crisis y ello significa que no ~}e ha logrado una sustitución


el mito que saca a Narciso fuera de éste e inventa sus prime- que afirme otros modelos. ¿Qué han encontrado los sofistas
ros pasos en el nuevo escenario de la historia. para poner en el lugar de ese vacío y darle objeto y dirección
Por lo que acaba de decirse, el conflicto socrático no es a la enseñanza? Han encontrado el discurso y su eficacia, su
simple: desde su doble figura, Narciso le ofrece a Sócrates capacidad de hacer creer tanto una cosa corno su contrario.
dos frentes y en los dos lo espera. Ahora bien, si el conflicto Apoyándose en la "materialidad" de ese discurso, han inven-
de Sócrates se juega en una lucha, ¿es ésta pura oposición?
tado el arte que lo trabaja para convertirlo -corno vimos-
En realidad, la lucha deviene oposición y enfrentamiento, en pura acción con resultados a la mano. La retórica es la
pero empieza teniendo la "textura" del amor: Sócrates inicia alquimia del discurso: 10 hace, 10 deshace, 10 rehace, 10
su periplo queriendo liberar a Narciso de la trampa del es- expande, 10 multiplica, lo pone a circular. Los sofistas ense-
pejo. Podríamos decir que, en un principio, Narciso está ñan a hacer todos los trucos de este arte de prestidigitador
entre los discípulos de Sócrates. Pero, más tarde, su me- e ilusionista. ¿Cómo no querer pagades por 10 que hacen?
tamorfosis lo convierte en enemigo. Contra él, Sócrates En verdad, reproche o no el fIlósofo, merecen ese pago.
emprenderá un combate frontal y encarnizado. ¿Cuál será A Sócrates todo esto lo deprime. Lo que exalta a los so-
el resultado de la lucha? La peripecia socrática habrá de fistas, a él 10 vuelve incompetente e inactivo. Porque, al revés
darnos la respuesta. .
de aquéllos, Sócrates no cree -corno creen todos- en el
poder de ese discurso. Ese discurso carece de las dos únicas
EL "AR1E DE LA FUGA":
fuerzas cuya falta vuelve al alma impotente: el bien y la
LA DISOLUCIÓN DEL ESPEJO DE NARCISO verdad, esas ideas que ya no están donde se las hallaba y
que ahora, corno ideal y horizonte, es preciso buscar. Sin
Sócrates no quiere ser maestro. Así corno niega que haya ellas, la vida marcha a la deriva o -10 que es lo ínismo- se
algo que él en§eñe, niega que exista alguien que de él pueda detiene.
aprender. ¿Qué quiere Sócrates entonces? Habrá que pre- Para Sócrates, la acción instantánea y espectacular de
guntarse primero por qué Sócrates no quiere enseñar o, ese tipo de discurso oculta su real debilidad: persuadir,
mejor, qué tiene la enseñanza en esa época para que él la generar creencia no es transformar -ni siquiera deformar-
rehúya de ese modo. el alma. Es provocar en ella una parálisis: "sitiar" -corno se
Enseñar es lo que hacen los sofistas y lo que ellos saben dijo- al pensamiento, obturar el espacio de sus posibilidades
hacer mejor que nadie. Además, enseñar es lo único que e impedir que cada uno se haga cargo de sí mismo. Tan
convence a estos maestros que saben convencer de todo sin pobre es en realidad el poder de ese discurso -piensa Só-
estar con~encidos de nada. ¿Qué enseñan los sofistas? Los crates- que, cuando la ciudad lo utilizó en su contra, lo que
sofistas enseñan a hacer discursos para capacitar en el logró fue su condena, sin debilitar un ápice lo que, a través
ejercicio del poder, para que los hombres aprendan a actuar de una permanente revisión, consideraba el sentido de su
y se pongan a la altura de los tiempos. ¿Pero cuál es la vida. Frente a esta fuerza intacta, la muerte era sólo un
situación? Rige en la ciudad la democracia y ello significa incidente que alcanzaba apenas la "epidermis" de su alma. 37
que ya no rigen los modelos tradicionales que daban su
finalidad a la educación. Al mismo tiempo, la polis está en 37. Cf. Platón. Critón, 44d-e.
110 Acción y desenlace 111
Malena Lasala

Los sofistas, pues, enseñan pero no educan. Sócrates, sostiene lo que el otro espera. El discípulo supone que para
~,~st~ente p~r eso, se negará a enseñar: no por lo que el saber hay un lugar y espera que el maestro sea ese lugar
tiene la ensenanza del sofista sino por aquello que le falta: donde el saber pueda atesorarse. El maestro, por su parte,
el valor educativo. Pero si el arte del sofista no tiene ese valor, espera que el discípulo espere justamente eso. Cada uno
y si tampoco hay modelos que puedan orientar el proceso funciona para el otro como espejo porque, al enseñar o al
educativo, la educación sólo se cumple si cada cual asume aprender, mantiene la ilusión que hace ser al otro en su
sus propias posibilidades de pensar. papel. De este modo, podría decirse que el espejo "levanta
Para generar esta actitud, Sócrat~s inventará un método las dos figuras sobre sus pies" y las "fija" -cada una bajo la
de cuya singularidad se ha hablado mucho y, sin embargo, mirada de la otra- en sus lugares.
no lo suficiente. Pero sabemos ya que Sócrates no sólo se rechaza como
Sócrates quiere guiar y conducir y, a la vez, no enseñar maestro, sino que se inventa a sí mismo cOIño anti-maestro,
nada. De esta aparente paradoja surgirá toda la astucia de en un nuevo y extraño lugar. Esto lo obliga a un doble e
su arte. Sócrates, hombre "rarísimo", des:..ubicado en extre- insistente movimiento: debe arrasar eUugar que él mismo
mo, a-topo-tatos,38 instituye la figura del anti-maestroque lo insta~a, desbaratar la inicial fascinación a la que también él
coloca extrañamente fuera de lugar. está sujeto, desarmar la doble identidad, la del discípulo y
A partir de aquí, imaginemos una escena: Sócrates diri- la propia. En una palabra: destronar a Narciso, en él y en sus
giendo, a través de sus preguntas, el diálogo con sus dis- discíp:ulos. ¿Cómo lo hace? Es hora de hablar del "arte de la
cípulos. fuga".4o
Si tomamos el momento constitutivo del lazo que se crea, Los tres conocidos aspectos del método socrático -la
advertimos que, tanto Sócrates como sus discípulos, encar- ironía, la refutación y la mayéutica- constituyen tres "fu-
nan la primera figyra de Narciso. Bello como éste, el discípulo gas" del pun.to de encuentro entre el maestro y el discípulo.
encanta por su apariencia. Compensando su fealdad Sócrates no está donde el discípulo lo espera. Sócrates no va
ejemplar, Sócrates deslumbra con sus preguntas. 39 Tanto la a la cita. Reaparece cuando la decepción yá ha hecho sus
i ,
¡a¡visión como el oído, en su captación de dos bellezas diferentes efectos y desaparece cada vez que la ilusión vuelve a cobrar
-del cuerpo y de la palabra-, desatan el deseo. Pero re- . vida. Repasemos las tres direcciones de la huida socrática:
cordemos aquel pasaje de Fedro 255d: elque ama "no sabe
lo que le pasa", ignora por qué la belleza lo trastorna tan - Sócrates pregunta y no responde y esta actitud es lo que
profundamente. La razón parecería ser más simple que lo se ha llamado su ironía. En ella es implacable: no hay
,que hace pensar la opacidad de la experiencia del amor. Es ruego o reproche que pueda conmoverlo. El interlocutor
que, "como en un espejo, se ve a sí mismo en su amante" piensa que simula, y se queja. Lo único seguro es que
explica el fIlósofo. Aplicando esta idea al encantamiento iniCiai
entre discípulo y maestro, vemos constituirse un doble es-
40. En "El discurso mal-logrado" (en este mismo volumen) elaboro la ima-
pejo: cada uno se ve a sí mismo en el otro, en tanto cada uno gen de la "fuga" para aprehender la singularidad de la tecne de conducción
del dialogas, lagos filosófico inaugurado por Sócrates y desarrollado por
Platón. Cf. particularmente, "La fascinación erótica" y "Las tres fugas", pp.
38. Platón, Teeteto, 149a. 33-47. Retomaré ahora lo trabajado en ese texto para poner al servicio del
39. Cf. nota 8. tema del presente escrito una diferente versión del "arte de la fuga".
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112 Malena Lasala Acción y d,esenlace 113 ',1


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41
-simule o n0- Sócrates no da, a través de una res- Uno es el sentido de estas tres "operaciones" del arte de :1
puesta, la opinión que se reclama. la fuga -y valga la palabra que remite al bisturí del ciru-
- Sócrates pregunta y, al preguntar, realiza el "examen" de jano. Las tres "cortan", en efecto, la ilusión que sostiene, :1
las opiniones comunes que artesanos, poetas y políticos tanto en el maestro como en el discípulo, sus identidades jI
hacen suyas. Sócrates pregunta al ciudadano sobre la respectivas: no hay ningún lugar donde el saber se atesore.
justicia y piensa que es elemental, que el político nada Donde la tradición no rige, el maestro no es garantía del J
puede hacer sin, saber acerca de eso. El examen se vuelve saber, porque el saber no es nada de 10 que pueda uno
así refutación; si el interlocutor empieza asegurando "a" disponer: algo que esté ahí, para que se 10 tome, se 10 use, í:
-sea por ejemplo: "la justicia es la conveniencia del más se lo haga rendir y, acrecentado, se lo vuelva a su lugar. ,1
1I
fuerte"- termina -sin advertirlo y debilitado ya por las Nadie tiene el saber. Al saber, en todo caso, hay que hacerlo,
,1
II

preguntas que 10 apartan del camino conocido- diciendo y no hay ninguna garantía de que 10 que se obtenga sea el iI
"

10 contrario. Sócrates, simplemente, le hace ver la con- saber.


tradicción, su feo desacuerdo: no con él sino consigo Esto es 10 que Sócrates revela con sus "fugas". A través 11
mismo. Y así, el examen socrático termina demostrando l,
de su finalidad común, cada una resulta inseparable de la "~1 :

que el que está seguro de saber, no sabe, en realidad, y, otra. Si cualquier de las tres -por concesión al discípulo o
10 que es peor, al no tener la más mínima conciencia, obra por autoconcesión- fallara, arruinarla con ello la "opera-
como si supiera. El saber, entonces, no aparece en ningún ción" completa. Veamos, por ejemplo, la fuga del amor, Si,
lado y menos en Sócrates, que tan sólo pregunta. Lo que concediendo a su propio deseo, el maestro cede al reclamo
sí Sócrates hace aparecer es la ignorancia y su conciencia amoroso, deshace por otra via 10 que ha hecho o, mejor,
de ella. rehace 10 que ha deshecho. El amor, fuente inagotable de
- Finalmente, Sócrates se vuelve inmune a toda seducción. ilusiones; reconstituye prontamente aquella ilusión que
Reconoce que puede "perder la cabeza", por ejemplo, frente sostiene el enseñar y el aprender: el maestro reconquista el
a la belleza de Cármides. 42 Pero se recobra y se vuelve dominio que ha perdido al desmitificar su supuesto saber y
intransigente: se niega a satisfacer el amor del discípulo, vuelve a hacer jugar los dos espejos.
y en esto es más inexorable que cuando se niega a res-
Sócrates disuelve, pues, mediante su arte de la fuga, el
ponder. Hijo de partera, quiere, como su madre, practicar
doble espejo de Narciso. Con ello, realiza su proyecto. ¿Pero
el arte del alumbramiento -la mayéutica-, 43 limitarse a
cuál es su proyecto? Debemos preguntamos en qué consis-
,conducir el parto y no inmiscuirse en esas "cosas del
te, para Sócrates, la auténtica función educativa. Qué debe
amor" que bien conoce: 44 que el discípulo y no él sea quien
engendre. lograr la educación en el clima violentamente conflictivo de
la polis en crisis.
41. En el cap. "Las tres fugas" citado, intento mostrar cómo la presunta
"simulación socrática de la ignorancia es una incorrecta interpretación de
su ironía" (cf. pp. 39-47). ,
42. Cf. Platón, Cármides, 155c-e.
43. Maieutüce, tecne de la partera, maía.
44. Cf. Platón, Lisis, 204b-c: "Es inútil que me digas [oo.) si amas o no. Sé demás soy deficiente y pobre. Pero he recibido del dios el saber reconocer
que amas y que has avanzado mucho en el camino del amor. Para todo lo [oo.) al que ama y es amado".
114
Malena Lasala Acción y desenlace 115

LA S~SPENSIÓN DEL ARTE DE LA FUGA:


SOCRATES y EL HILO DE ARIADNA tura- desde las propias necesidades y elecciones. Se trata
de un espacio que se abre indefmidamente, a medida que
Liberar. ~ otro de la trampa del espejo significa, en el caso encierra dentro de sí a quien lo reinventa cada vez. Para
~._ d~ la rel~c~on que nos ocupa, liberar en el discípulo sus pro- entender lo que ocurre, otro mito vendrá en nuestra ayuda.
PI~S ~oS1bi1ida~es de pe,:sar. Si se tratara de un cuento de Lo que se ignora es que, al recrear el espacio del pensar, se
pnnclpes ! bfUJas, habna que decir que Sócrates rompe el ha accedido al laberinto. 45
e~cantanuento, dando el beso que despierta a la princesa . Cambiaré el relato mítico a voluntad, empezando por
LIbre del hechizo, el.amor se convierte en ~afuerza que despiert~ quitarle al laberinto su apariencia peligrosa. El laberinto es
y azuza al pensanuento, haciéndolo su objeto. Se ha llegado un espacio de juego. En su interior está Teseo. 46 Al principio,
al m~~ento preciso en que el antimaestro Sócrates asume su es un hombre alegre e inocente: se divierte como un niño,
funclOn educativa como una función de conducción Su art gozando cada instante, sin prisa, ni miedo;ni pesar. Teseo
de ~~ fuga había sido el arte de dejar solo al diScípuio acom~ juegay, aljugar, el espacio se le ensancha dejándolo prose-
panandolo de modo peculiar: desaparecer cuando éste lo guir a stfcapricho. Según las direcciones que se tomen, los
buscaba y reaparecer cuando el discípulo ya no 10 busca tan tramos que se hagan, dónde uno se detenga y qué sea lo que
ocupado como sacudido con la experiencia de su decep~ión mire, el paisaje del laberinto es siempre nuevo. Sin embargo,
del saber, con la experiencia del vacío en el lugar del saber ya no se puede salir por donde se ha entrado y tampoco hay
Pero ahora, cuando la triple fuga ha dado resultado, ahora e~ puert.a de salida. Pero a Teseo este encierro no lo inquieta.
el momento en que el maestro debe practicar el arte de guiar
y convertir el l~o basado en el espejo -lazo roto por la~ 45. Narraré el mito en cuestión. mezclando diferentes versiones y omitien-
f~~as- en un ';llculo de dos: recién entonces comienza el do la comparación de distintas fuentes (cf. la obra sobre mitología clásica
dlálo~~ como b~queda común, cuando el discípulo está en citada en nota 26, pp. 366-372): Pasífae, esposa de Minos, rey de Creta, .::ae
en la desgracia: de un amor bestial: se enamora de un toro y. fruto de la
cond.lClOnes de dIstanciarse del discurso ajeno y escuchar su unión al fin lograda, nace Mtnotauro. criatura con cuerpo y extremidades
propia voz. Es el momento de suspender '-no de negar- el de hombre y cabeza y cuernos de toro. El ateniense Dédalo, arquitecto,
arte de la fuga. Las fugas siguen aIll, en suspenso pero aler- ingeniero y escultor, para ayudar a Pasífae y ocultar a Minos el fruto
monstruoso. construye el Laberinto, mansión formada por .múltiples e
tas, para volver a actuar cada vez que el discípulo espere del inextricables pasadizos y corredores. de donde es casi imposible salir.
maestro lo que no puede esperar de sí: la garantía del sabe Minos se entera y exige a los atenienses un macabro triQuto: cada nueve
En esta nueva etapa, el discípulo se hace cargo de sí mism~: años, éstos deben enviar a Creta catorce jóvenes -la mitad de cada sexo-
el maestro puede guiar sin someter. . para ser internados en el laberinto y devorados por el monstruo. TeseO
ofrece ser de la partida para aniquilar al monstruo. Ariadna -hija de
¿Pero por q?é guiar? ¿No es esto ponerle condiciones al' Pasífae y Minos-. enamorada de Teseo, promete a éste ayuda con la
pe~sar? Habra que entender por qué Sócrates no puede condición de que, después de cumplir la hazaña, la lleve a Atenas y se case
deJ~le al pensamiento su marcha libre y caprichosa y lo con ella. Correspondiéndole en su amor, Teseo acepta. Ariadna entrega a
Teseo un ovillo de hilo y le indica cómo usarlo: Teseo debe sujetar un
o~hga a modelarse como "dialéctica ascendente" en d' _ extremo a la puerta de entrada del laberinto y adentrarse en él tirando del
ClOn al Bien. lrec ovillo y sin soltar el hilo, ardid más ingenioso que el inventado por Hansel
~ens.ar es, ante todo, crear el espacio de lo pensable o y Gretel en el cuento de los hermanos Grirnm. Teseo encuentra al Minotau-
ro dormido Ylo mata a puñetazos. En este tramo, el relato termina felizmente
mejor dICho, :,olver a crear cada vez ese espacio y pensar l~ para que más tarde, a propósito de Ariadna y de Teseo, sucedan nuevos
pensable -fijado por los supuestos propios de cada cul- infortunios.
46. Curiosa semejanza sonora y gráfica de "Teseo" con "deseo".
'--.-, -
-~-'.

'.--.-,-~'-'.- .

117
116 Malena Lasala Acción y desenlace

No se siente atrapado ni perdido. Estar adentro es por ahora mas que -porque atañen a todos, a la vida de todos- de16en
pura libertad y sólo puede estar perdido aquel que quiere ser pensados. . _ .
llegar a alguna parte o volver a donde estaba, y no sabe Con resrecto a cómo proceder para que el dlSCIpulo SIenta
dónde está. La finalidad del juego es sólo el mismo juego y, cuáles son los problemas que deben pre-ocuparlo, Sócrates
felizmente, el laberinto 10 vuelve interminable. Teseo no quiere no tiene la menor vacilación. La Apología platónica lo dice
nada más. , una y otra vez: 48 "[ ••• ] yo no 10 soltaré en seg,:üda y me ~ar-_
Pero el feliz juego de Teseo se interrumpe. Un nuevo per- charé, sino que habré de interrogarlo y exammarlo. [: .. ], Ir de
sonaje que acechaba a Teseo y presenció -sin que éste 10 un lado al otro persuadiéndolos a ustedes, sean Jovenes o
advirtiera- su entrada al laberinto, 10 siguió. Y ahora lo ancianos [... ]" "[ ... ] me absuelvan o no me absuelvan, no
, habré de hacer otra cosa, ni aunque esté mil veces a punto
toma por la espalda. Es Sócrates. Lleva consigo el hilo de {:
Ariadna, no para salir -pues todo el que entra ya no sale- de morir".
sino para recorrer el laberinto. El hilo detiene el juego que Sócrates da pues sobradas pruebas de que esto es lo
parecía interminable. En el cruce de múltiples caminos, único que le importa despertar en el discípulo: una sensi-
Sócrates dibuja una flecha y, poniéndose a andar, pide a bilidad alerta y vigilante frente alo que tiene sentido pensar.
Teseo que lo siga. Hay pues un camino y una dirección. Algo Para lograrlo, no teme ser monótono, r~i~eratiVO"e ins~s~ente,
espera ser realizado y realizarlo es un deber. Con ello, Teseo y aun aprender de su enemigo y utilizar la magia y la
pierde la inocencia: la invasión socrática del paraíso equiva- "estrategia" del sofista. Si es ése el objetivo, tampoco le pre-
le a una expulsión. "Esto no es juego", musita Sócrates al ocupa morir... . _'_
oído de Teseo. Por eso, ahora más que nunca, el maestro Corresponde comprender entonces que es, para Socra-
debe estar y acompañar. tes, "lo que merece ser interrogado':.
El mito reinventado de este modo ha desplegado en el
orden narratiyo una idea cara a Sócrates: el pensar necesita UNA SOLA FUGA IMPOSIBLE:
ser guiado. Pero guiar es lo contrario de enseñar. Los maes- CRITÓN O LA "CONFESIÓN ÍNTIMA" DE SÓCRATES
tros actúan como si ":int:undieran visión en ojos ciegos", 47
señala el fIlósofo, reiterando su critica a esos profesores de los, Quizá sea Critón el diálogo que Platón quiso legar, para
que,ya tanto se ha hablado en este escrito. El que educa debe que fuera posible acceder a lo más entrañable d~l alma.
hacer todo lo contrario. Prosiguiendo la metáfora de la visión, socrática. Situado en la víspera de li=t muerte de Socrates,
guiar es señalar un objeto a la mirada, Y el discípulo ya ha nos descubre el amor antiguo y secreto de un hombre de
aprendido ~con dolor- que ella es intransferiblemente suya. setenta años que poco había querido saber de enredos
Orientar, guiar o conducir el pensamiento es, pues, lo amorosos. Un amor que él querrá transmitir para que lo~
opuesto al terrorismo intelectual: no es imponer respuestas dem~s'lo, asuman como propio. Un amor que cons~ituir~
o vedar caminos, no es distribuir la verdad y la falsedad, no toda la fuerza de este anciano y, al mismo tiempo, provocara
es decirle al otro cómo tiene que pensar. Educar, para Só- su ceguera.
crates, es hacer ver la importancia vital de aquellos proble- El objeto de ese amor que, para Sócrates, da valor y

47. Cf. Platón, República, VII, 518c-d. 48. Platón, Apología de Sócrates. Cf. particulannente, 29c-30c.
118
Malena Lasala Acción y desenlace 119

sentido al pensar, es la idea de c .


abismo entre nosotros y Sócra~em.unl~ad. Idea que mide el y, abandonando la contención y elusividad propias de su
hombre sensible de a l ' s. rmentras que para un estilo, hace hablar a una verdad totalmente personal. Y el
nidad 49 podía ser el que tiempo, la relación con la comu- otro hace valer sólo su amistad: acompaña y escucha. Por
los hombres -sensi:;:: ~~~~~o y fuerte ~e los lazos, para primera vez, Sócrates habla para ser. comprendido.
haber lazo más abstracto y d e Z:duestro tiempo, no podría ¿Qué nos dice su discurso?
en't'on es el diálogo q esval o. La ocupación de Sócrates con la comunidad se revela en
.
ese lazo y la necesidad :e ;~presa el carácter absoluto de el problema que constituye su pre-ocupacibn única' y ab-
mostrar el carácter i Ual~ ocrates de descubrirse en él, y sorbente: lajustiCia. A través de una interrogación incansa-
la profundidad con ~ue es:n::I:~i~OI~~o de ~u co~promiso, ble que dimensiona una y otra vez la importancia de la
En realidad, Sócrates di n oma.~u Vl~a. cuestión, la comunidad "ocupa" a Sócrateª, invadiendo el
comunidad. La última art alaga, no cor: Cnton, smo con la espacio entero de lo pensable. '
con él a las leyes así lo ~ e: en la que Socrates hace hablar Retomando el mito, es posible ahora darse cuenta por
el diálogo en su 'totalida~Stigua. Pero, además, lo atestigua qué Sócrates sigue a Teseo y, dejándose llevar por el hilo de
Ariadna, pide a Teseo que a su vez lo siga. Comprendemos
Si examinamos su estructur .
ni ironía, ni refutación ni preoc a, co~probamos que no hay que el laberinto se ha convertido en la ciudad. Y no era
locutor a algún "alumbrami t ~p~~lOn por a~dar al inter- cierto que no estaba el Minotauro y que Teseo podía con-
en cuenta a Critón para lib en ~ . d o sumo, Socrates tiene . tinuar su ju'ego sin tropiezos. El Minotauro vuelve a ser el
jera de su muerte con erro:- o el peso de ser el mensa- personaje principal del laberinto. Sin embargo, su objetivo
actitud de juego, ~~nial ::~~~J~topfd~Pta al principio una es el que cambia: quiere destruir el laberinto, no sin razón,
dramatismo a la escena E e a~on para despojar de ya que éste fue inicialmente construido para encerrarlo,
discutirle a su amigou~a ~~:~o'dS~crates se empeña en ocultarlo y fmalmente dejarlo en el olvido. El hilo deAriadna
de la muerte: que el sueño 1 a rente a la inminencia . es el hilo qu~ ahora guía a la memoria. Como bien señala
no ha de morir al día sigUien~~e ~caba de tener prueba que Foucault,50 si, desde Sócrates, sólo vale la perta hablar
para decir la verdad, ellogos deja de ser ejercicio del poder
vía un día más, modo de distrae~mo que ha de esperar toda-
para convertirse en "ejercicio de la memoria" . Sócrates quiere
Pero, más allá de este 1 ' con el humor, la angustia.
Sócrates se coloca por .' eve toque de afectuosa ironía recordar: quiere desandar los pasos que conducen del estado
- pnmera vez en prime 1 . ' actual donde sólo existe la injusticia, a la idea que volvía
esta suspendido el arte de la fu ga r p ano. No solo posible, si no la justicia, la voluntad de hacerla. Y, con el
fuga inaceptable -la hU'd d , len m~~entos en que otra ideal recuperado por la memoria, encontrar al Minotauro
1 a e a pnslOn ad . 1
. . -=-
• .
maXIma importancia simbóli 't qUIere a y enfrentarlo, ya que éste, lentamente, está devorando a la
colocarse en el lugar de g . c~. ampoco Socrates quiere ciudad. Comprendemos por fm que el Minotauro es la nueva
nada para el otro Deja d UIa. docrates no quiere esta vez metamorfosis que da lugar a la segunda figura de Narciso:
. e escon erse detrás de su discurso
hijo monstruoso de una comunidad que pierde, en la tra-
49. A partir de este momento c d yectoria de sus hechos, todo punto de referencia en la idea
refi?endo. no a la sOciedad ~n ~ua~:zq~eh~?lede"c.omunidad"meestaré
so.cIedad en que aún existe una ide gru:IzaclO-? efectiva. sino a un tipo de igualitaria que la funda, el nuevo Narciso expresa'.,,-como
mmar la acción de sus miembros. a o Ideal vmculante que podria deter- .<6

50. Cf. La verdad. y las Jormasjurídicas ya citada. Apéndice, pp. 155-156.


120
Malena Lasala Acción y desenlace 121

ya vimos-, 51 a aquel individuo desligado que no quiere ya te, haciéndose digno de la imagen en la cual se reconoce. 54
la polis sino sólo el poder: que descubre, desde el vínculo Acude a cada uno, "como un padre o hermano mayor, para
roto con la comunidad, que lo que antes realizaba su ser persuadirlo de que se ocupe de su perfección"[ ... ] "¿No te
ahora lo limita. El nuevo Narciso está destruyendo a l~ avergüenzas de preocuparte por tu fortuna, de modo de
ciudad. Y la astucia precede a la violencia: al encarnar a acrecentarla al máximo posible, mientras no te preocupas ni
Narciso, el Minotauro ya no quiere matar a Teseo, lo que reflexionas acerca de tu alma, para que sea mejor?,,55
necesita es seducirlo. Sócrates advierte que, con esta es- En consecuencia, la ",subjetividad" del examen de sí mis-
tratagema, el monstruo ya no es uno sino muchos. mo es para Sócrates el medio de restaurar el vínculo perdido
Lajusticia no está pues en parte alguna; Lo que se expan- con la comunidad y generar ese "nosotros", esa "comunidad
de y multiplica es 1ainjusticia. Sólo cabe emprender una en la alegría y en la pena". 56 ,
luch~ contra ~sta y por aquélla. Sócrates inicia la larga Sócrates ofrece abundantes pruebas de que ése es el
letama de un dlscurso que desearía mover montañas. Nada único camino. La acción política directa, intentada por él en
dice sobre qué sea lajusticia. Sólo dice incansablemente su ocasiones anteriores, está condenada al fracaso: 57 "Porque
importancia, estableciendo una unión escandalosa: frente a no existe hombre que sobreviva si se opone sinceramente
hechos que sólo hablan de una vida que se hace en la vio- [... 1y trata de impedir que llegue ahaber en la ciudad mucha
lencia sutil o declarada, Sócrates se atreve a instituir la irijusticia [... 1." "[ ... 1para quien ha de c<;>mbatir por lajusti-
unidad ontológica ~n el ser- de justicia y vida: la justicia cia, es necesario, si quiere sobrevivir un breve tiempo", ac-
es el "principio mismo" de la vida. Sin ella, la vida se destruye, tuar de otro modo. Sabemos ya en qué consiste ese "otro
pura y simplemente. Porque sólo lo que nombra ese breví- modo": todo el arte socrático constituye un medio de com-
simo sonido "bien" -en griego aun más breve: "eu"- hace bate que se aparta de los carriles políticos corrientes.
posible vivir. Y no sólo porque sea mejor vivir con ese "bien",
sino porque si? él no se puede -a secas- vivir. 52
LA SALVACIÓN DE LA COMUNIDAD:
Lajusticia es, así, el principio superior e interior a la vida. CRIT,ÓN o EL PROCESO A NARCISO '~INMORALISTA"
¿Pero dónde buscarlo? Sócrates está ya seguro de dos cosas:
primero, no puede encontrarlo en la ciudad existente donde En la última parte de Critón., Sócrates sostiene un diálogo
impera, no la comunidad sino el individuo. Segund~, para imaginario con las leyes, en el que declara, sin pudores, su
buscar la justicia, el único camino es ese individuo entroni-
zado y la nueva posibilidad que, paradójicamente, con él
54. La del "tábano sobre un caballo grande y noble [Atenas) pero que, lerdo
queda abierta: la posibilidad del autoexamen, de ese famoso por su mismo tamaño, necesita ser aguijoneado" (Platón, Apología30e - 31).
"cuidado de sí mismo" que Sócl"ates funda con la tecne de su 55. Cf. Apología, 29d-e, 30b-c y 31 b-c.
triple fuga. Sin ese cuidado -"therapeia" es la palabra 56. Cf.. Platón, República, L. v, 462a-d: "¿Y puede haber mayor mal para la
ciudad que aquello que la divide y hace de ella muchas ciudades y mayor
griega-, s~ñ~a Sóc_r~tes, n~diepodría actuar en la po~is y bien que aquello que la une y hace de ella una sola ciudad?" "¿Yla comunidad
ser un autentico pohticO. 53 Socrates insiste hasta lo irritan- de dolores y alegrías no es acaso lo que une, cuando todos los ciudadanos,
en la medida de lo posible, se regocijan o se afligen por los mismos sucesos
venturosos y por las mismas desgracias?" "Y lo que desune, ¿no es la
51. Cf., en este mismo trabajo, "El Narciso antifilósofo". individualidad de tales sentimientos, cuando algunos se afligen y otros se
52. Cf. Critón, 47d-48c y República, L. IV, 445b. alegran por los mismos hechos que afectan a la ciudad [... )?
53. Cf. Platón, Alcibíades 133d-e y Banquete. 216a. 57. Cf. Apología, 31e-33a. '
122
Malena Lasala Acción y desenlace 123

amor a la comunidad. Pero el sentido marcadamente agóni-


co. del lagos socrático -propio, como se ha visto, de la razón preocuparle- sino la de la comunidad. ~o~ lo der.nás, el
contenido concreto de la última parte de Cnton es el mtento
,fnega en .general- remite a un personaje ausente contra el socrático de combatir un extremo colocándose en ,el otro:
'que ese dIscurso lucha y que lo convierte casi en un grito de
guerra. En efecto, no podría comprenderse el tono por pri- oponer al discurso "inmoralista" su exaltación de lajusticia
mera vez exaltado de Sócrates si no tuviera, a la vez que, y la comunidad. '
, h~cer callar Con su discurso a un adverSario poderoso.' Este , La posición "inmoralista" es la justificación ideológi~a ?el
individualismo. Su idea fundamental parte de una dIstin-
dIá!?go con las leyes constituye, así, a la vez que una con-
ción clásica de la 'sofistica: la justicia "según la naturaleza"
feslOn amorosa, el enjuiciamiento de Narciso, el intento de
ase~tarle el golpe final. De este modo, sólo puede entenderse -kata physin- y la justicia "según la ley" -ka.tc: nom~n-.
el dIscurso Socrático si se hace hablar al discurso enmude- Ambas son opuestas, pero la verdadera justicIa sena la
cido. ~abrá que comprender, pues, la postura "inmoralista" primera, es decir, lo que para el defe?sor del n~~s es l.~
aSUmIda por los representantes de Narciso. , injusticia. El inmoralismo instituye aSI al hombre natural ,
que tiende "naturalmente" a la injusticia. Con. e~~o fun~a, en
En la Ap~logía.. Sócrates acusa a sus acusadores y juzga
a sus ju,eces. realIza en parte su defensa convirtiéridose en un mismo movimiento, al individuo y la OposlclOn de este a
la comunidad. El dinero, la fama y el poder son los tres
fiscal y juez. Ahora, en cambio. la razón fundamental del
medios de realización de esa "naturaleza". Mediante ellos, el
rechazo de la fuga ofrecida por Critón es el respeto de Sócta-
tes ~ las leyes u~izadas para condenarlo. És claro que. en indiviéluo satisface sus impulsos e intereses, predomina sobre
el dIscurso socratico, opera una triple distinción: una cosa el otro y lo domina. Según esto, lo común a los distintos
son los jue~es, otra las ~eyes y otra la comunidad. Los jueces hombres no es aquello que los une, sino aquello que los
h~ cometido un acto mjusto al condenarlo, lo cual no re- separa y establece entre ellos una feroz oposición. Véase,
para confirmarlo, el relato del anillo de Giges, contado por
mIte a la injusticia de las leyes. Al contrario, podría decirse
que los jueces no han estado a la áItura de éstas: un juez Glaucón en ellibro,II de la República platónica (359d-360e),
puede, en lugar de "decidir lo justo", hacer justicia "a modo y retomado en nuestra época por André Gide C?~ otr~s fi-
de favor"; puede "favorecer a quien le plazca" en vez de "dictar nes. 59 Giges era un pastor al se~cio del rey de ~ld.!a. CIerta
sentenc~a acorde con la ley". 58 Por otra parte, si en una polis vez encontró un anillo y he aqUl 10 que ocumo: Los pas-
d~mocratica las leyes están sujetas a variación. hay para tor~s solían reunirse todos los meses para enviar un informe
Socrates un principi~ inalterable y, como. se ha visto, objeto al rey sobre el estado de los rebaños. Giges concurri~ ta.n:bién
absoluto del amor: la Idea de comunidad. Esta es justamente a esta asamblea llevando consigo el anillo y tomo aSIento
lo .d~ñado, s~ Sócrates no acepta la condena y se fuga de entre los pastores. Por casualidad, volvió hacia adentro .el
, pns!on. Podna decirse que la vida de Sócrates se desarrolla engarce del anillo, y al punto se hizo invisible para los demas
' segun tres ejes de sentido: una vida elegida, una muerte pastores, que comenzaron a hablar :om? si él s.e. ~ubi~se
~c~pt,ada y otra muerte que Sócrates no podía aceptar. Esta retirado, lo cual lo llenó de asombro . Glges repltio vanas
ultima no es su propia muerte --que, en realidad, no parece veces la experiencia con idéntico resultado. "Seguro!~ .de la
virtud del anillo, se hizo nombrar miembro de la comlSlOn de
58. Cf. Apología, 35c.
59. En su obra teatral Le roí Candaule, París, Gal1imard, 1904.
~~.~--~-', -

Acción. y desenlace
124 Malena Lasala

el máximo valor del hombre reside en el examen permanente


pastores que debía rendir cuentas al rey. En cuanto llegó al que, como vimos, lleva a1 individuo a descubrir la COlllUni-
pala~io, sedujo a la reina y, entendiéndose con ella, atacó y
dad como objeto de amor y, en consecuencia, a encontrar el
mato al rey, y se apoderó del trono". No podría haber prueba límite de su individualidad dentro de sí. Más allá de esta
mejor, concluye Glaucón, de que "nadie es justo de buen estructura interna de autolimitación del individuo, no hay
grad?, sino por necesidad, y que el ser justo no es de suyo contenidos normativos ni máxima positiva alguna a realizar.
un bIen, ya que el hombre se torna injusto desde el momento La ética socrática es, por todo esto, un antimoralismo.
en que cree poder serlo sin peligro". El exceso de la ética socrática reside en dos factores. El
El relato de Glaucón, tomado de una fábula de Herodoto primero, la preocupación exclusiva por la justicia: la comu-
sintetiza, para Sócrates, la opinión común propia de la criSi~ nidad termina "ocupando" al alma entera, no hay resto para
de la polis, lo que casi todos creen pero muy pocos se atreven más. El segundo, la relación intema que instituye Sócrates
a decir. Por eso Sócrates también alabará la sinceridad de entrejusticiay alma, entrejusticiayvida. Cuando se comete
los tres "inmoralistas" con quienes acostumbra a dialogar: injusticia, hay un solo daño que es forzoso: no 'el de quien
Polo, Trasímaco y Calicles. Pero ahora no se trata deconce- sufre la injusticia sino el de quien la hace. Y se trata de un
der al enemigo y reconocerle sus virtudes. Gritón podría ser daño mucho más abarcador que el daño moral: no sólo daña
reescrito, extrayendo de Gorgiasy RepúblicaJos textos-de los la voluntad, sino el ser entero de quien comete la injusticia;
tres personajes mencionados y mostrando el discurso so- La injusticia disminuye la fuerza del alma y el daño, que se
crático de exaltación de las leyes como réplicas, ya a Trasí- ahonda por la suma de injusticias, termina paralizando el
maco, ya a Polo, ya a Calicles. La escena nos traería a Só-
:', alma por completo.
¡,. crates, un anciano en estado de pasión, en su último combate. Si se piensa un poco, esta idea es más fuerte aun que el
cristiano "poner la otra mejilla". Sócrates consentiría en esta
LA CEGUERA TRÁGICA reacción del amor y del perdón cristianos, sin darle demasia-
da importancia. Mucho más importante que la reacción al
S~ e~ inmorali~m~ e~ un exceso, también lo es la concepción acto injusto de quien sufre la injusticia -yen esto Sócrates
socratica de la JustiCia. Vale la pena reflexionar sobre ello. descalifica el "ojo por ojo" de la ley del Talión-, es la acción
, Si nos dejáramos llevar por las palabras, diríamos que, al de quien comete la injusticia. El carácter ontológico-y no sólo
~ombatir e~ "in-moralismo", habr~a en Sócrates umi postura moral- de la justicia hace que, más allá del castigo como
moralista . A pesar de las interpretaciones'que así lo sostie;. reparación, la injusticia de un act0 sea su propio castigo.
?en, ~~da s~ em~arg~ ~ás erróneo. El moralismo es siempre La desmesura de esta idea, si consideramos que no hay
tradlClOnalIsmo . La etica socrática es excesiva, no por una en ella ningún pathos religioso, también puede medirse desde
vuelta moralizante a los valores tradicionales -ideología la imposibilidad actual de concebirla. La experiencia histó~
propia, por ejemplo, de la comedia de Aristófanes-. En rica de la inaccesibilidad de lajusticia ha logrado que, lo que
Sócrates no hay ninguna añoranza de paraísos perdidos. pudo pensarse alguna vez como unidad ontológica ~la iUN
Pero, además, es la suya una "ética de la búsqueda" ,60 donde tima relación de justicia y vida-, hoy parezca una imposi-
bilidad lógica, una aberración intelectual. Ello nos vuelve a
60. Cf. el cap. "La ética de la búsqueda o contra el moralismo en la ética" aquella pregunta inicial sobre la distancia que nos separa de
pp. 29-31, del primer ~scrito de este volumen. '
126
Malena Lasala Acción y desenlace 127

Sócrates: También en la época griega la justicia estaba au- ¿acaso lo es su lucha? Penetrada de un intenso e infa.tigable
se?te. ,~m em~argo, l~ idea que. la erigía en el "principio agonismo, su lucha es dramática, pero no trágica, Socrates
mIs~o de l,a vIda habIa podido ser pensada.
se consagra a salvar la poUs, sin adelantar, ni pesimista ni
SI el sosten de la vida es lajusticia, puede también enten- optimista, el resultado. "Que las cosas salgan del modo que
de:se ~o. que para nuestra experiencia resulta igualmente sea grato al dios", apunta a propósito de la suerte que ha de
emgmatico: por qué' la muerte no podía ser, para Sócrates correr su defensa. Sin embargo, como lo ha señalado la
ni her?i~a ni trágica. Concentrada en lajusticia toda la carg~ critica nietzscheana, hay en Sócrates un optimismo básico:
drama.tica, la muerte estaba descargada de toda emoción, la confianza en ellogos filosófico. Otro pasaje de la Apología
so.mbna o gozosa. Por una parte, Sócrates descalifica el (39c-d) así lo testimonia: "Pues bien, señores que me han
mIedo a la muerte mediante razones que, obviamente no condenado a muerte, les diré que recibirán un castigo mu-
pertenecen a la lógica de la emoción: temer a la muert; "es cho más duro que el que me han Infligido al Condenarme. Al
creer ~aber lo que no se sabe. Nadie conoce la muerte, ni hacerlo, creen desembarazarse de tener que someter a prue-
sabe .SI no llega a ser acaso para el hombre el más grande de ba su modo de vida. Pero es muy otra cosa lo que ha de
los bIenes. ~ero se la teme como si supiera que es el mayor resultar. Muchos más serán quienes los sometan a prueba
de los males . Los condenados a muerte, en virtud del temor -yo los he contenido sin que ustedes lo advirtieran- [... j.
hacen demasiado escándalo, porque están convencido~ ¿}
Porque si ustedes creen que condenando a muerte ~ los
-agrega- "de que morir es algo terrible, como si fuesen hombres impedirán que alguno les reproche que no VIven
inmort~es si ustedes no los condenaran a morir". 61 Por otra correctamente, no reflexionan bien".
parte, Socrates nunca juega tanto como cuando habla de la . Llegados a este punto, queda al descubierto la "ceguera
muerte. En la Apología, contempla dos posibilidades: que la trágica" de Sócrates. Ella consiste en todo l~ que Sóc~ate~ r:~
muerte sea un sueño sin sueños o que sea un pasaje a otra vio y que el dramatismo de una lucha apaSIOnada le lmpldIO
m.grada. Ante esta segunda pOSIbilidad, Sócrates extrema a reconocer.
tal punto la ironía que debemos reconocer, contra nuestra Lo que Sócrates no vio fue que Narciso era invencible,
s~nsibilidad, que la muerte realmente no le importa. Convi- porque luchar contra él era querer borrar su propia sombra.
VI~ ~n la ?tra vida con ilustres muertos sería para él "una Según la imagen nietzscheana en relación con Zaratustra,
fehcIdad mconcebible", nos dice. Dialogaría con ellos como . Sócrates no vio al simio pegado a sus espaldas, que saltaba
lo ?ace ahora, con la diferencia de que, por ser aquéllos más y le tiraba del vestido. Es decir, lo que Sócrates no vio fue la
fehces, no lo condenarían a muerte y, de este modo, "sería común significación de dos "excesos": el inmoralismo y su
una .manera maravillosa de pasar el tiempo [... 1".62 propia concepción de la justicia; que él mismo y su enemi~o
SI la muerte no es, para Sócrates, una situación trágica, 63 eran las dos caras de una misma realidad: la de la pohs.
61. Cf. Apología 29a-b y 35a-b. Sócrates no vio que, no sólo desde su evolución histórica
62: Cf. Apología, 40c - 41d. efectiva sino ya desde su idea, la poUs hacía irrealizable la
6~. Este temple de ánimo frente a su propia muerte Supone un desplaza- justicia; que no era posible esa "comunidad en la alegria y
rruen~o del.sentid.~ trágico: así como la única muerte que rechaza es la de el dolor", sustancia del "nosotros", en una sociedad que
l~ polis,. aSl tamblen la auténtica muerte "personal" no es para él'la extin-
c~on fislca sino el des-tierra, el estar fuera de su "tierra" exp 1 d d l excluía del carácter de ciudadanos a tres grupos que forma-
VInculo que lo hace ser. ' u sa °
e
ban parte de ella. De este modo, lo que Sócrates no vio fue
.. ---.-.----
.. -

128 Malena Lasala Capítulo Segundo: Acción y desenlace 129

la fatalidad de su fracaso: que la polis no podía ser salvada, narlo y final que envuelve la vida y la conyierte en misterio:
que ella marchaba irremisiblemente hacia su muerte. ¡'Pero es ya hora de marcharme, yo para rriorir, ustedes para
En una palabra, la ceguera trágica de Sócrates consiste seguir viviendo. Quiénes [ustedes o yo] avanzan hacia una
en no haber visto la tragedia: la imposibilidad de la justicia, realidad mejor, liDes manifiesto a nadie, excepto al dios" .64
la muerte de la polis, reverso y anverso de un hecho trágico
innegable. Sócrates no se equivocó en no hallar lo trágico en
su muerte. Pero su optimismo fIlosófico -o su pasión- lo
volvió ciego.
Llegamos por fin al desenlace. Éste exige transformar la
estructura .trágica pensada. No es la lucha de Sócrates con-
tra "su propia sombra" lo que en realidad se cuenta. Ha
surgido, en el fmal, el personaje más visible y, al mismo
tiempo, más oculto. Estaba desde el priricipio; pero no se lo
veía en su auténtica dimensión trágica. Este personaje es la
polis, el único aspecto no ficcional de la ficción narrada..
Narciso es de entrada una ficción, aun cuando en el presente
-y después de que cada época lo ha retomado a su manera-
es símbolo y enigma de toda la aventura -o desventura-
hurn:ami.. En cuanto a Sócrates, la fIlosofialo vuelve a inventar
una y otra vez, en particular, como en el caso de Nietzsche,
cuando debe mirar críticamente el pasado cultural.
Sócrates y Narciso: los dos son inmortales. Renacen cada
vez de certizas diferentes y su potencial creador es infinito.
Pero la polis tuvo su ciclo y una vez murió y terminó para
siempre. Justamente, su condición mortal es el signo de su
realidad efectiva. Pero además, sin ella, no tendrían esa vida
infinita ni Sócrates ni Narciso. Es por la existencia del ser
social-siempre determinado, con su cultura y con su his-
toria- que ambos resucitan. Es este "suelo", efunero pero
real, el que da nacimiento a la finitud de los hombres concretos
y a la eternidad de sus ficciones.
La nueva estructura trágica invierte así los papeles. El
personaje trágico y protagonista de la historia: la polis. SÓ- .
crates y Narciso: dos comentarios diferentes de la acción de .
aquélla, el contrapunto de dos coros. Convertido en coro,
Sócrates recupera la visión, reconociendo el no-saber origi- 64. Texto final de Apología.
......
'"-_._-----------_._-------------------------

LA ÚLTIMA ESCENA
(Un cuento de filósofos)
-.
~~-.-~---~~
-
--;---~-~----~~
~.-~-~-~-~.-~

Si me animo a dar a conocer lo sucedido no es con el único


afán de corregir un injusto error histórico. Ahora, ya tan
próximo a la muerte, no puedo mantener este secreto que,
por un extraño azar y fatalmente para mí, se apoderó de mi
vida. Soy sólo un hombre común. Siempre lo fui. Desde mi
estatura, todo en mí había sido mediano. Ni siquiera de niño
di motivos para que alguien fijara en mí esa repentina mi-
rada que nos vuelve irreemplazables. Puedo decir que nun-
ca perdí un cierto gusto por la vida, ni siquiera cuando me
tocó presenciar como enfermero los horrores de la guerra.
Ésa fue la: función que me asignaron y la acepté naturalmen-
te, confiado en que jamás me había desmayado a la vista de
la sangre. Mi carácter no era afecto a la pasión. Con el correr
de los años, ya maduro, me había convertido en un agrade-
cido gozador de todos los placeres tranquilos que la vida
quisiera depararme. Tan poco había sida azotado por sufri-
mientos especiales que mi mente, aunque virgen de cual-
quier osada fantasía, terininó por concebir un sueño: llegar
sin sobresaltos a la edad más avanzada. Ya que no podría
lograr ser inmortal, quería ser longevo. Una salud privilegiada
y los crecientes adelantos i>de la ciencia médica eran ).-RS
condiciones favorables para que ese sueño se hiciera realidad.
Y sin embargo, contando apenas cincuenta años, me hallo
viejo y enfermo y a punto de morir. Por eso no puedo silenciar
[ 133)
134
Malena Lasala La última escena 135

más lo sucedido. Ahora sé '. . ,


que fuera testigo de aquel h~~:~ ~I desti~o h~bía querido a Nietzsche durante la guerra franco-alemana. Aunque la
que pudiera convertirlo 1 xtraordinano, era para enfermedad lo apartó de ella al poco tiempo, tengo el orgullo
aun aquel que como en un egado. Quizá todo hombre de haberle enseñado las pocas nociones de enfermería que
talento, deba dejar allo°~: h~la. desposeído de Cualquie; yo mismo acababa de aprender en seis lecciones. Cuando
mundo. Lo cierto es ue es e Irse para siempre de este por primera vez nos Vimos, me fue imposible sostenerle la
se detuvo. Mi concieqn : d;sde que aquello sucedió, mi Vida mirada. Empecé a eVitar las ocasiones de encontrarme solo
. Cla lue Ocupada po 1
mIento, por una idea fi'a o '. r un so o pensa- en su presencia. Mi timidez era explicable: había llegado a
en la obsesión que m ~ ,p ~ un uruco objetivo convertido mis oídos que eruditos y académicos de Europa contrajeron
cómo hacer para bUrla: ~~~i ~¡o a esta fatal enfermedad: úlceras de extrema gravedad al leer un escIito de Nietzsche
beth Forster-Nietzsche los Últ?I ancia y arrebatarle a Elisa- sobre el nacimiento de tragedia. Hasta qu.~ un día él me
dije los textos y no voy a desd~~'os textos.de su hermano. Sí, buscó para pedirme que le enseñara a curaÍ las heridas de
ante unjuez bajo estrict . Irme. QUIero declarar como un soldado. Tanta serenidad y dulzura había en su voz que
víctima de u'na locura qOJulramebr:to , que Nietzsche no muIió ya no tuve miedo. Recuerdo.1ue ese día él bromeó sobre el
. ue e h a la sustraído 1 al b
mls~o pude ver cómo alguien lo hi a para. Yo discípulo ideal: "Sería aquel que tan fuerte me sintiera", dijo,
el silencio de Nietzsche se trans:oh~blary, al marcharse, "que no deseara rebatirme sino destruirme". "Como en la
escuchada. Si alguna locura h ormo e? una voz nunca música", Iió. "¿Acaso alguien podría rebatir un tono?" ...
cio, afIrmO que a uel im . ay en obstinarse en el silen- Después de este pIimer encuentro, dejé de ver a Nietzsche
locura. Cuando ~ietzsc:h~e::to ~i~!tante lo rescató de esa . largos años. Soy un hombre solitado. No hasta el punto de
presentí que iba a'serta .. pldlO que los dejara solos, ocurrirme lo que a aquel que no sólo no podía soportar bajo
se dijeran que me OCUlt~ ~~~~:~sf lo q~e estos dos hombres su techo a otras personas, sino que le resultaba insufrible
palabra por palabra. El mismo ~ cortmado. Espi~ y anoté, saber que, muy cerca, detrás de la pared que se1?araba la
• cionándome papel y tint F vlsit~te me ayudo propor- casa contigua de la suya, había otros que dormían. Confieso
tró la hermana esa hor~:bl ue en,to:Q.ces cuando me encon- que, a p~sar del placer que sentía de estar solo, podría haber
secos que dice~ que por ~ll e mUjer ~e ~jos oblicuos y tan pasado en compañía de Nietzsche largas horas, con el único
descubrirme en mi escondi~: ~~spaso. ~nguna lágIima. Al deseo de cerrar los ojos y escucharlo. Nunca el sonido de una
sentí que en ella habitaba un'ave abno ~e tal manera que voz humana me había producido un efecto semejante: cuan-
en que esos ojos me mirar . . d~ rapma. En el instante do no provocaba en mí un estado de ensoñación descono-
inspirado en ellos para o:!-' ldi~agme que Nietzsche se había cido, me hacía sentir una embriaguez aun más ignorada, si
vo1unt a d de poder que iniana .al r crueldad y malda d a una pienso que escapé siempre por instinto de los placeres del
a la Vida. Pero no es mom~nt~~~te.era p~a fuerza de amor alcohol. No, no pude olVidar a Nietzsche. Cuál no sería mi
,las que soy afecto desde q N' tz dIvagaCIones filosóficas a sorpresa al leer su nombre en un libro que, como todo en mi
. ue le sche entró p .
en mI eXistencia. Debo explicar . or pnmera vez vida, llegaba a mis manos por azar. Así habló Zaratustra, se
do aquel hombre a quien la nef forq~eyo es~abaahí, cuan- llamaba. Lo compré y lo devoré en el transcurso de una
graznido "¡Sócratesl" se h' as a mUj er llamo en un smgular noche. Desde ese momento, lo conservé debajo de mi al-
, IZO presente en esa casa. Conocí mohada. En mis noches de insomnio y pese a mi corto en-
-,---,",""'-
"-,

'~--~-',-

136
Malena Lasala La última escena 137

tendimiento, cultivé con ese libro mi memoria. Podía repetir' sus típicos ronquidos. Tenía el sueño tan pesado que era ya
el discurso de las "tres transformaciones" al modo de un habitual que me quedara alanoche acompañando a Nietzsche
,actor que, en cada función, renueva la aventura. Logré sin que ella 10 advirtiera. Recuerdo que los ojos de mi amigo,
dominar los músculos de la lengua a tal extremo que parecía detenidos sin vida en el lugar de la pared que antes ocupaba
que las palabras se soltaban de mi boca. Me gustaba es- un bello reloj antiguo, se animaban cuando yo comenzaba
pecialmente 10 del niño: "Inocencia y olvido, un empezar de a recitar algún pasaje de su Zaratustra. Nietzsche ignoraba
nuevo, unjuego, una rueda que gira, un primer movimiento, que él era el responsable de mis dotes actorales, fruto de
una santa afirmación". Ensayaba repetirlo en los distintos aquellos prolongados ejercicios musicales de mi juventud.
tempos y colores que una profesora de música me había Era noche cerrada. La triste luna del cuarto menguante,
enseñado allá en mi infancia. A veces era un andante con lejos de aclarar el cielo, Uacía sentir aun más una oprimente
molto sentimento, otras un prestissimo e conjuoco. Practi- oscuridad. Mientras me acercaba hacia la casa, se iba
caba crescendos, diminuendos, dolcissimos, marcatos, apoderando de mí una sensación extraña. No era miedo, no.
sostenutos ... Vaya callar las dolorosas circunstancias en Acababa de reírme de mi propia fantasía: Elisabeth Forster-
las que volví a ver a Nietzsche, después de tantos años. Lo Nietzsche se transformaría seguramente hacia la noche en
cierto es que me converti en su enfermero a despecho de ... el ave de rapiña que aparecfa en su rostro cuando abría 16s
la abominable hermana. Quizá Nietzsche no me perdonaría ojos. Esos ojos que mantenía malignamente entrecerrados
la dificultad que tengo en pronunciE!I su nombre y mi pro- y ese gesto de la boca que hacía desaparecer su~ labios sin
pensión a hablar de ella en términos morales. Tal es el odio carne. De un modo casi natural, esa boca podna ·transfor-
que esa... Elisabeth Forster-Nietzsche me produce. Si no marse en pico. Me reía imaginando cómo sería el ritmo de
fuera por ella, podría entregar al mundo mucho más que sus picotazos y el mapa de sangre que dibujarían en mi piel,
aquella escena en la que Nietzsche, sumido en el silencio, cuando un sonido, amplificado hasta el punto de producir
empezó de pronto a hablar gracias a ese hombre -debo dolor en mis oídos, me detuvo. Parecía provenir de una
decirlo- feísimo, que vino a viSitarlo. Cuando el llamado catedral repentinamente levantada en una tumba. No tardé
, Sócrates se marchó, Nietzsche siguió hablando. Habló y en reconocer aquella voz que me embriagaba en medio de los
hab~ó, tanto en vigilia como en sueños. Quién mejor que yo truenos de la guerra. Sí, no cabía dudas. Sócrates lo había
pod¡a· saberlo. Cuando esa mujer me sacó con cajas des- salvado. Ese hombre a quien la naturaleza había liberado de
templadas de la casa, después de haberme quitado los papeles una apariencia vulgar regalándole una fealdad perfecta, ese
en los que yo estaba registrando la escena paso a paso hombre, al hablar; había producido un auténtico milagro.
decidí volver a la casa para rescatar mi manuscrito. Estab~ Gracias a él, Nietzsche había logrado burlar la prisión de su
dispuesto a todo, hasta a matarla, a ella ya cuanto se in- estrecho cuarto de agonía con los sonidos de una lengua
terpusiera entre yo y aquellos papeles que ahora ocupaban nueva. Era como si esa voz antes callada se hubiera convertido
por entero mi cabeza. Volví ese mismo día. Había preparado en el canto coral de la tragedia. Nietzsche me había contado
una maleta con narcóticos para dormir a los criados que por .., que, en la tragedia griega original, el coro represent:: un
cualquier razón se despertaran o que volvieran tarde de enorme individuo dotado de pulmones colosales. A traves de
alguna correría. En cuanto a Elisabeth, la señal me la darían ese sonido notablemente amplificado, el héroe grita al es-
138
Malena. Lasala La última escena 139

pectador SUS sentimientos L1 .


aClpel cuarto con el único ~~xlg~e ~orl fm a la ventana de PRIMER CUADRO
oscuridad cuando uno 10 e a uz que surge de la
nieblas. Pegué mi cara ~e v~:~~~br~~ caminar en las ti- Nietzsche toma aire en eljardín. Su mano sostiene una
Pude ver algo espantoso al no y umedo. y pude ver. pequeña sombrilla roja. De él sólo es visible su extrema in-
vez oí acerca de la ang'ustia.~~i~e me hizo sentir lo que una movilidad. Elisabeth Forster-Nietzsche, sentada junto a su
el corazón, el cuerpo ent~ro se ma se funde, ya no se nota hermano, lee sirviéndose de su monóculo. De pronto, se acer-
esponja y diríase que todo trVU~lve ~lando como una can unos niños y colocan piedras dentro de la sombrilla abier-
Ahí est b l ' nues o mtenor se derrumba"
sonido: q~: ~~~~~~~' ~~~~i~nd~febrilmente al papello~
ta. La m4ier no hace nada para evitarlo. Desde una ventana,
el enfermero Valerio Schnapps* contempla la escena, impo~
escribía. Era un enorme bu': a. o era una mujer la que tente. Luego los niños se retiran, tan stgilosgmente como han
bujaba incansable con su i~O e, neg~o y panzudo, que di- . llegado; y observan desde lejos. Al rato, Ntétzsche se levanta
siguieron ya no importan ~ t sangnent? Los hechos que . . con esjUerzo. Cuando está a punto de cerrar la sombrilla, un
dad me va destru endo d; as. a con decIr que la enferme- hombre, a quien nadie ve llegar, se la toma rápidamente.
que inventé para :nfrent:r~~ ~I~. Que todas las estrategias
póstumos de Nietzsche me 11 mtre y desenterrar los textos SÓCRATES: No, no lo hagas.
murió, sé que mi comb e~aron ~ fracaso. Ahora que él ELISABETH: ¡¡Sócratesll
vamente derrotado Queat~ es 1I:;poSlble, que estoy definiti.
una revelación qu~ pOd~a r::: o estuv~ a punto de conocer
veces, esté dOrmido o des ie er sacudl~o s.u cansancio. A
Nietzsche lo mira. Su rostro inexpresivo se anima con la'
mirada del que intenta reconocer a alguien a quien ha dejado
de verse mucho tiempo. La hermana se levanta bruscamente.
pentagramasinnotasoun~ rto, se me dIbUJa en el aire un Sócrates tira las piedras que, de cerrar Nietzsche la sombrilla,
a medida que se escriben :~ q~eva borrando las palabras habrían caído sobre él. Luego arroja lejos la sombrilla.
punto fui invencible. CU~dOIS1.::lICO consuelo es que en un ELlSABETH (furiosa, llamando) ¡Schnappsl ¡Schnappsl
que habían registrado aque11 pe qu.e t~poco los papeles El enfermero Schnapps acude presuroso y, ante un gesto
a
en el instante en que mi deses esce~a sen~ encontrados, de Elisabeth, ayudaaNietzsche a caminar hacia el interior de
di cuenta que la visita de S . feracI~n llego a su límite, me la casa. La mLfjer recoge la sombrilla y va hacia Sócrates.

1:
intacta en mi memoria N ocra. eS~Nletzscheseconservaba
en escribirla. No sea qu~ qmertro emorar un minuto más
mue e venga antes a buscarme.
ELlSABETH (empuñando la sombrilla) ¿A qué has venido?
¡lVIárchatel
SÓCRATES (tomando la sombrilla conjUerza) ¡Fueral No podrás
impedir que hable con tu hermano.
Elisabeth lo mira. Sócrates clava sus qjos en ella. Elisabeth
queda tiesa, sin la JTl€nor posibilidad de movimiento.
SÓCRATES (yendo hacia el interior de la casa) ¿No sabes que
. paralizar a los vivos es una de las posibilidades .de los

* Por escribir en la forma del teatro. voy a utilizar la tercera y no la primera


persona para mi rol en la escena. [V. Schnapps.)
---.--- - ...--
-.---~-._-
--.-- ..- .
-~-.'

La última escena 141


140 Malena Lasala

SCHNAPPS (Asombrado, para sí) Desconozco su voz... pero


muertos? (Dándose vuelta. aElisabeth, sonriente) A veces
nos aburrimos en el Hades ... (Para sí) El tiempo en que habla ... (A Nietzsche, yéndose) Sí, discúlpeme.
El erifermero hace el gesto de salir, pero, sin que nadie lo
estará sin movimiento basta y sobra.
advierta, se oculta detrás de un espeso cortinado. De pronto, _
ve la cara de Sócrates pegatia a la suya. Retrocede esparlfudo. :
SEGUNDO CUADRO SÓCRATES (Riendo) ¿Pero es verdad que soy tan feo? (Agitando
su mano en el aire y haciendo aparecer unos papeles
Habitación de Nietzsche. Nietzsche, acostado, ve venir a amarillentos, una pluma y un tintero) Toma, vas a nece-
Sócrates. Cierra los ojos y los aprieta con fuerza como si de sitarlo. Adivino tus deseos. Pero concentra tus oídos, no
ese modo pudiera apartar una visión ingrata. El enfermero tenemos mucho tiempo.
Schnapps observa con desconjianza al recién llegado. Sócrates SÓCRATES (Otra vez júnto a Nietzsche) Bella e insuperable
está yajunto a la cama. doctrina. Pero con ella estableciste una ley mucho más
implacable que mi ecuación virtud-felicidad. ...
SÓCRATES: He hecho un viaje tan largo para verte ... Necesito NIETZSCHE (Incorporándose de golpe) ¡Schnappsl ¡Schnappsl
que me escuches. El enfermero retira el cortinado para acudir al llamado de
Nietzsche, sin reacción, mantiene su actitud. Nietzsche. Sócrates lo detiene.
SÓCRATES: Debes poder querer nuestro encuentro. Sea yo tu SÓCRATES (Tomándolofuertemente del brazo) ¡Quietol ¿Acaso
amigo o tu enemigo. De otro modo, te traicionarías a ti no quieres que mejore?
mismo. No olvido la doctrina que me hizo llorar de rabia NIETZSCHE (Desorbitado) ¡¡Schnappsll
y desesperación días enteros. SÓCRATES (A Schnapps, en un susurro) Piensa que, si me voy,
Nietzsche entreabre los ojos y mira a Sócrates con extra- callará otra vez ... piensa en la hermana cuando cobre
ñeza. movimiento ... mis poderes tienen limites ...
SCHNAPPS (Para-sí) Su cara se ha animado. Es asombroso ... El enfermero desiste y vuelve a su escondite.
¿quién será este hombre?
SÓCRATES: Sí. Creí que no iría a soportarlo. Pero fui valiente,
como tú debes serlo ahora. ¿Recuerdas? "Volverás a en- TERCER CUADRO
contrar cada uno de tus dolores y de tus placeres, cacla
uno de tus amigos y de tus enemigos, cada esperanza y . SÓCRATES (Acercándose a Nietzsche).Tienes que aceptarlo. En
cada error, cada rayo de luz, cada brizna de hierba." mi fórmula, la feliCidad era un anzuelo. En la tuya, el
Nietzsche mira a Sócrates repentinamente conmovido. deber no tiene concesiones. Escúchate: "Vivid de tal modo
SÓCRATES: Tenías razón. Es la idea más poderosa, la hora en que quisiérais vivir otra vez cada momento y vivir del
que la humanidad vivirá su mediodía. mismo modo eternamente".
La emoción de Nietzsche ha ablandado y dado expresión NIETZSCHE: ¡Fueral¡Fuera de mi casal Has traído el arma más
asumirada. vil para humillarme: tu asquerosa dialéctica. .
NIETZSCHE (A Schnapps, hablando por primera vez) Vete, por SÓCRATES (Repentinamente entristecido) Tienes razon, la
favor, Valerio.
142 Malena Lasala La última escena 143

dialéctica es para mí un vicio contraído para siempre. NIETZSCHE: ¿Dices "injusto" odio? (Meneando la cabeza) No.
(Después de una pausa) Es una profunda gratitud lo que No vamos a entendemos.
me trae. SÓCRATES: Te ruego, no desistas precisamente ahora. Ningún
Nietzsche se ablanda de pronto y lo mira en silencio. filósofo hizo por mí lo que tú hiciste. (Después de una
SÓCRATES: Sólo gracias a ti pude curar una enfermedad peor pausa) Me arrancaste la máscara y, al hacerlo, volviste
que las que asaltan a los vivos. posible lo imposible.
NIETZSCHE (Desdeñosamente, disimulando su interés) ¿Cuál? NIETZSCHE (Sin poder disimular su ansiedad) ¿Pero qué' es lo
SÓCRATES: Querer morir otra vez y no poder. imposible de que hablas?
NIETZSCHE (Con desconfianza) Querer morir otra vez ... ¿por SÓCRATES: Lograste que pudiera contemplar mi propia
qué? . máscara, que fue casi como despegarme _de mi sombra.
SÓCRATES: ¿Recuerdas lo que me hacía grato el pensamiento NIETZSCHE (Sin poder reprimir una sensación dé triunfo) ¿Y qué
de la muerte? fue lo que viste de ti mismo?
NIETZSCHE: ¿De cuál de tus mentiras hablas? , SÓCRATES (Repentinamente temeroso, hablando de un modo
SÓCRATES: No era una mentira. Era un sueño. Yo imaginaba vacilante) Bueno ... claro ... no te enojes ... vi algo distinto
que en el Hades seguiría dialogando. Que ello sería para de 10 que tú viste de mí. .
mí una felicidad. incomparable porque, al ser mis inter- Nietzsche se desploma en la cama, como si alguien lo
locutores más felices, no habría ya acusadores a quienes hubiera golpeado por la espalda. Sócrates, angustiado, se
debiera responder. Sería una maravillosa manera de pasar acerca a él. Se hace unpesado silencio. LafiguradeSchnapps
el tiempo. surge, fantasmal, del cortinado. Nietzsche, porfin, abre los
. Nietzsche sonríe ahora bondadosamente. ojos y mira a Sócrates.
SÓCRATES: Pues bien. Contemplar la historia humana, el
sucederse de los siglos sin que se hubiera cumplido el
menor de mis deseos, hizo que la ~onversación perdiera CUARTO CUADRO
para mí todo sentido. Me volví cada vez más silencioso. Al
principio, los argumentos me provocaban impaciencia, NIETZSCHE (En un hilo de voz) Viniste para humillarme ...
luego me encontraban distraído y no podía enfrentar las hazme el favor ... vete ...
objeciones. Al final, terminaron ·por aburrirme mortal- SÓCRATES (Firme) No, ahora no me iré. Quieres saber para qué
mente. Y entonces callé, dejé de hablar. El diagnóstico de vine y quiero responderte. Por más que te repugne, no
los médicos fue "melancolía". y tú sabes: una melancolía puede evitarse la pregunta por la fmalidad de nuestros
que dura eternamente ... eso es para los muertos el infier- actos, aunque no sea la conciencia sino el instinto el que
no. Hasta que llegaste tú y me abriste el mundo, volvíste deba responderla.
a dar sentido a mi existencia. NIETZSCHE (Con una especie de resignación) Ay, Sócrates ... me
NIETZSCHE (Horrorizado) ¿Qué dices? ¿Dices que fui yo quien llevas gran ventaja. Conoces mi obra palabra por palabra
te hizo amar de nuevo la dialéctica?
y yo sólo estoy cierto del daño que hizo Platón al darte
SÓCRATES: Espera. No te dejes llevar por tu injusto odio a la vida, al permitir que gobernaras su escritura. Has tenido
dialéctica y permíteme seguir hablando.
--,--~-'.-

144 Malena Lasala La última escena 145

todo el tiempo para amasar argumentos en mi contra, y, Es Sócrates quien ahora hace silencio, al adivinar en Niet-
COmo el avaro, contarlos uno a uno; instante tras instan- zsche un dolor extremo y contenido.
te. A mí, en cambio, no me estaba pennitido utilizar el SÓCRATES (Hablando. por fin) ¿Te acuerdas? ¿Te acuerdas
tiempo de ese modo. Me reclamaban tareas más urgen- cuando escribiste sobre mí: "Aquel lógico despótico tuvo
tes. Por' eso yo extraje lo mejor del olvido y túlo peor de de cuando en cuando el sentimiento de una oIÍlisión, de
la memoria. una laguna, de un vacío, de un deber quizá incumplid~"?
SÓCRATES (Repentinamente deprimido) Sólo intenté salvar la Pude descubrir gracias a ti el significado de aquel sueno.
obra de mi pueblo. (Animándose) Tú, en cambio, eres el (Nostálgico) Ah, si volviera a nacer, haría caso a aquella
filósofo del porvenir. (Con franca impaciencia) Y de una sombra. Cultivaría la música, sí. .. (Mirando a Nietzsche,
vez por todas he de decirte a qué lJ,e venido. casi desaftanteJ p~ro a través del aforismo.
NIETZSCHE (Con cansancio} Tamb!én me crees tonto ... ¿Acaso Se hace un nuevo y profundo silencio. Luego, Nietzsche y'
piensas que no sé que me harás víctima otra vez de tus Sócrates hablan en voz tan baja que es imposible oírlos. De
rodeos? (Sarcástico) Platón se equivocó. No es una "se- pronto, Nietzsche empieza a reír acarcqjadas.
gundanavegación" lo que habrá de hacernos tocar tierra.
I Navegas en círculos y das vueltas como un ·trompo para
llegar al punto de partida. (Adivinando la reacción de Só- QUINTO CUADRO
crates) Y no te apresures a alegrarte porque quise decir .. .
(Remarcando las palabras) para llegar a ninguna parte .. . Las carcqjadas. de Nietzsche resuenan en el cuarto casi
SÓCRATES (Sin hacer caso al ataque de Nietzsche, sereno}Vine alegremente. Sin entender, pero contento por la reacción del
a rogarte que no permitas que nada te arrebate, ni la enfermo, Schnapps ríe también detrás del c;:ortinado, aso-
muerte, el personaje más. bello cón el que un hombre mándose para disfrutar la escena. Sócrates, en cambio,
puede dar..testimonio de su paso por la vida. (Ante la mirada permanece muy serio y yensativo. t?"
interrogante de Nietzsche) Que no mueras abandonando NIETZSCHE (Ahogándose de risa) ¿Y pretendes que te crea?
la más bella de las máscaras. ¿Tú, tú un pesimista? ¿Tú un trágico? . .
NIETZSCHE (Impacientándose) ¿Pero qué 'pretendes hablando SÓCRATES (Molesto) Si dejas de reír podré explicarlo. En ello
mi lenguaje? ¿Cuál es esa máscara? va tu vida.
SÓCRATES: La que fue construida con la madera del artista y NIETZSCHE: Tu ironía es soportable. Patético y solemne, qué.
del filósofo, aquellos que se aliaron para dartenacimien- quieres ... me das r i s a . ' , .
to ... aquellos que lograron amarse una noche de tregua... Nietzsche ríe otra vez. Luego se interrumpe al ver a Socra-
Nietzsche hace silencio. Mira a Sócrates casi con terror. tes con la cara entre las manos. Se desarma.
SÓCRATES (Suavemente) Debes recobrar la fuerza de tu voz. NIETZSCHE (Suavemente, casi con dulzura} Sócrates, por favor,
No puedes condenarte al silencio ... nitú ni yo podríamos habla.
ser místicos ... SÓCRATES (Sombrío) Por un momento pensé que debía irme,
NIETZSCHE (Con voz ahogada) Es verdad ... pero no me pidas que también esta vez fracasaría.
eso. NIETZSCHE: ¿Tú hablando de fracaso?
147
146 Malena Lasala La última escena

SÓCRATES (Siguiendo el hilo de su pensamiento) Si no hubiera polis. Corría el riesgo de no querer hacer absoh:rtamente
fracasado allá en Atenas, quizá habría sido un hombre nada. Con toda precisión, tú hablaste de nihilismo ...
más alegre, quizá mi estilo juguetón, mi desapego, ha- NIETZSCHE: Ay, Sócrates ... no sé cómo tolero que uses de un
brían sido verdaderos. modo tan poco riguroso mi lenguaje. Nihilismo ... ni tú ni
NIETZSCHE 'rPerdiendo toda animosidad) ¿Pero qué era 'lo que ningún griego podría comprender esa palabra ... lajuven-
querías ocultar? tud se los impide... ,
SÓCRATES: Pregunta más bien qué enfermedad quería com- SÓCRATES (SÚl entenderle) Pero algo vino en mi ayuda final-
batir. Una enfermedad que ganaba cada vez más terreno mente.
en mi interior. NIETZSCHE: ¿Qué?
NIETZSCHE: ¿Cuál? SÓCRATES: Ese peculiar modo de ocupar la ,plaza pública y
SÓCRATES: Piensa en la leyenda que me recordaste acerca de luchar que llamas la dialéctica. La invención del disfraz
lo que Sileno dijo a Midas: "Raza efimera y miserable, hija que más desprecio te produce: el optimismo teórico.
del azar y del dolor", dijo el compañero Dioniso, ¿por qué
lO
(Adelantándose a la reacción de Nietzsche) No digas nada,
me obligas a contestar lo que más te valdría dejar estar ya lo sé. Sé tanto como tú que una ciudad y un hombre
en la ignorancia? Lo que debes preferir a toda cosa es 10 vigorosos necesitan de razones. Pero esas razones re-
totalmente inalcanzable para ti: no haber nacido, no ser, claman realidad, no son argumentos de los que uno pueda
ser nada. Yen segundo lugar, lo que debes preferir es , setvirse para sustituir la acción por esa mentira que los
morir pronto" .. , Habiéndose perdido el pesimismo creador hombres llaman la verdad.
de la tragedia, la sabiduría de Sileno dejaba de ser sabi- NIETZSCHE: No sé a dónde quieres ir parodiando mi rechazo a
duría para transformarse en una peste. Tú lo sabes más tu forma de vida decadente.
que nadie. ¿Cómo soportar el horror de la existencia sin SÓCRATES: Ahacerte comprender que, a pesar de todo, era un
transfigurarlo en creación? ¿Con qué reemplazar la remedio y un invento portentoso, si se tiene en cuenta el
prodigiosa alianza que dices 'que mi"pueblo había logrado' fm que me ayudaría a realizar.
entre Apolo y Dioniso? Me lo hiciste ver con claridad. NIETZSCHE: ¿Y entonces cuál fue tu fracaso?
Muerta la fuerza creadora que sustenté!.ba la tragedia, SÓCRATES: Al no poder cumplir su fin, un instrumento grande
¿qué obra oponer al pesimismo práctico? Un pesimismo se reveló como irrisorio. (Bq.jando los qjos) Todas tus
que tenía dos caminos para desarrollar su enfermedad: criticas son ciertas.
o el individualismo en busca del poder o el individualismo NIETZSCHE (Animándolo) ¿Pero cuál era esa fmalidad que para
en busca de la nada. El que destruiría la ciudad o el que ti hacía tan'grande a la dialéctica?
aniquilaría el corazón. SÓCRATES: Una finalidad tan seria e importante como la que
NIETZSCHE: ¿Qué quieres decir? en tu caso hace grande al aforismo.
SÓCRATES: Yo debía combatir los dos. Pero si no extirpaba NIETZSCHE (Para sí) Este hombre es tan inteligente que, usan-
antes el mal que se había instalado en mí, no podría hacer do mi máscara, me ha obligado a ponerme la suya. Me ha
n~a por mi pueblo. Primero desesperado y fmalmente llevado de la mano, como un niño, sin que yo me diera
hastiado, había comenzado a asistir al hundimiento de la cuenta. Hem~ aquí, totalmente metido en el pensamiento
~-~.-~----~~-~
-
~ -~-~----~.

148 Malena Lasala La última escena 149

de la fmalidad de la existencia... (A Sócrates) Te advierto delo y un saber y además que los amara. Pero yo era un
Sócrates. Intentas transformarte en mí. Pero, te lo ase~ visitante que se iba en el momento de llegar. Donde era'
, guro, no eres ni serás un actor trágico. . esperado, nunca estaba. Siempre era otro el lugar de la
SÓCRATES (Desanimado) Has vuelto a pensar que nada noble cita.
es lo que me trae. Lo adivino en tu mirada. ¿Cómo hacerte NIETZSCHE (Sin poder disimular el creciente interés que ld ha
entender que lo único que quiero es abrir mi corazón? ganado) ¿Y todo eso para qué?
Nietzsche mira a Sócrates. Al sentirlo sincero, vuelve a Sócrates. se acerca a la ventana y mira hacia eljardín.
ablandarse. Vuelve en una actitud nerviosa, como si le hubiera llegado la
SÓCRATES: Ya te lo dije. Yo quena salvar a mi ciudad. hora de marcharse. .
NIETZSCHE: ¿De qué modo? SÓCRATES: Es muy complejo y largo de explicar ... Yo buscaba
SÓCRATES: Con lo que yo llamo el "arte de la fuga" y tú llamas que cada uno hiciera tan suyo el problema de la polis, que
la dialéctica. la comunidad ocupara su corazón a tal extremo, que no
NIETZSCHE (Mirándolo asombradp) ¿Qué significa esa metáfo- fuera posible en él otro interés.
ra en tu boca? NIETZSCHE: Y para ello inventaste la "conciencia", ese lugar de
SÓCRATES: Desde que te leí ya no soy tan afecto a las com- exilio donde el hombre europeo enloqueció de vanidad ...
paraciones. Prefiero la metáfora. Sabe dar en el blanco al SÓCRATES (Hablando precipitadamente) No había otro reme-
primer tiro. Créeme. Fuiste tú quien lo pensó de un modo dio. En una sociedad en que el verdadero sujeto ya no
insuperable: al divertirse en hundir esa catedral de con- estaba, donde todo vínculo real con el conjunto se había
ceptos que el hombre racional ha erigido en el agua, el roto, sólo era posible convocar al individuo e inventarle
impulso metafórico revela el devenir. un centro. Generarle la ilusión de autonomía. Hacerle
NIETZSCHE: Sigue, Sócrates. Renuncio a destruirte. Después descubrir que el valor supremo estaba dentro suyo ... algo
de todo, no.tengo por qué hacerlo. No eres mi maestro. más importante que la salud del cuerpo, la riqueza y los
SÓCRATES (Mirándolo a los ojos, con tristeza) Vine a hablarte honores. Mostrarle que podía encontrar otro alimento del
porque jamás tendré un amigo como tú ... orgullo ... sólo con saber explorar dentro de sí. .. (Con voz
Nietzsche baja los ojos, conmovido. Luégo se rehace y mira ahogada) Yo quería hacerles sentir que la justicia era la
a Sócrates adustamente.. . vida misma en la plenitud de su poder...
NIETZSCHE: El "arte de la fuga" ... la dialéctica convertida en NIETZSCHE (Con tristeza) Ciertamente, tu fracaso fue total. ..
arte musical. Mira, Sócrates, es tan absurdo que sólo me SÓCRATES: y; sin embargo, después de 'muchos siglos, descubn
testa divertirme. Continúa. gracias a ti que, a pesar de todo, mi arte no carecía de
SÓCRATES: Como sabes, la fuga es en música la más refmada sentido .
. expresión del contrapunto: al surgir, las distintas voces NIETZSCHE (En un impulso totalmente espontáneo) Dime,
no parecen acercarse sino huir. Es lo que yo hacía al amigo, cuál es ese valor.
preguntar. Practicaba una fuga de tres voces: la que huye Sócrates lo mira con asombro, conmovido por lamanerade
de~ saber, la que huye del modelo, la que huye del amor. Nietzsche de llamarlo. Vuelve a sentarse.
Mis discípulos pretendían que les suministrara un mo- SÓCRATES: Hablo del sentido que tiene toda búsqueda de la
150
MaIena LasaIa La última escena 151

verdad, aunque sea una pura ilusión lo que la impulse ... a descubrir tu propia máscara, soy yo el que ahora no
esa ilusión de saber que, en el extremo de su esfuerzo, puede abandonarte sin que vuelvas a mirar dentro de ti.
sólo puede encontrar el saber de la ilusión ... transfor- Sócrates lo mira con repentina ansiedad, como si algo
marse en ironía ... (Poniéndose de pie) Con todas sus extremadamente doloroso se le empezara a revelar en ese
trampas, con toda su impotencia, aun lo peor de aquello instante.
que llamas la dialéctica, aun ese momento en que los NIETZSCHE: Tú no aceptaste la muerte, no te engañes.
argumentos apagan el brillo de la imagen es, al fm y al Sócrates mira a Nietzsche, entregándose indefenSo a su
cabo, un bello hacer. No es sino la expresión lo que juega palabra..' '
y trabaja; .. en este "apartado rincón del universo cente- NIETZSCHE: Tú no supiste callar en el momento de tu muerte:
lleante" ... '
Hiciste como los emigrantes, cuando ,§!u barco está a
NIETZSCHE (Retomando naturalmente su propio discursoj punto de zarpar. Tienen que volver a deéirse unos a otros
hubo una vez un astro en el que animales inteligentes
ti • • •
lo que minutos antes se dijeron. Hablan más que nunca,
inventaron el conocimiento. Fue el minuto más altanero poniendo en escena unay otra vez la despedida. El tiempo
y ... "
apremia. Detrás de ese ruido, el océano y su silencio
SÓCRATES (Impidiéndole proseguir y mirándolo con intención) hueco esperan impacientes, seguros de su presa... No,
"... pero, al fin de cuentas, apenas un minuto ... "
Sócrates, no fue aceptar la muerte tu modo de morir.
NIETZSCHE (Comprendiendo y sonriéndole casi con complici- SÓCRATES (Con profundo malestar) No puedo comprenderte.
dad) "Tras breves respiraciones de la naturaleza, el astro , NIETZSCHE: Si la hubieras aceptado, habrías estado en silencio
se heló y los animales inteligentes perecieron." el último instante de tu vida. Así habrías demostrado que
Los dos hombres se quedan en silencio, con los ojos bqjos, 'la muerte no era sino la vida misma que se afirma. Quien"
pensativos.
afirma la vida, es capaz de entregarse a su horror. Y la
SÓCRATES (Levantando la vista y mirándolo con un dejo melan- única prueba de ello es el silencio ...
cólico) Y la expresión es vida que lucha por sí misma, que
SÓCRATES (Desplomándose en un asiento) Continúa, te lo
sabe de ese silencio final que ;a. derrota ... y lo demora ... ruego ...
Aun en los casos en que se oculta tras la lógica, toda NIETZSCHE (Con dulzura) Tú no aceptaste la muerte, la elegis-
expresión lleva en sí algún vestigio de tragedia. " te ...
Nietzsche ha escuchado a Sócrates atentamente. Se deci-
Nietzsche ha terminado de hablar casi en un susurro. De
de a hablar por fin. aunque se nota que le cuesta, como si pronto. la ventana del cuarto se abre y se cierra con estrépito.
temiera herir a Sócrates. ,
La escena queda a oscuras. El enfermero Schnapps ...
NIETZSCHE: Y sin embargo, Sócrates, cómo te ocultas a ti
mismo a través de estas palabras ... Tu manera de morir
fue quizá el último golpe asestado a la tragedia.
SÓCRATES (Defendiéndose, sorprendido) Pero yo he sido un
maestro en el arte de mOrjr... en aceptar la muerte ... Acá se interrumpe bruscamente el manuscrito de Valerio
NIETZSCHE: No, Sócrates, no te engañes. Si dices que te ayudé Schnapps, el enfermero. Seguramente la razón es que la
hermana, rotó el encantamiento que le impedía el movimiento,
-.----
"-. ..
-
-.----
'-. .. -

152 La última escena 153


Malena Lasala

pudo entrar al cuarto y encontrar a Schnapps detrás del creyó que era su propia voluntad la que había determinado
cortinado. A los quince días de la muerte de ese hombre a la visita.
quienValerio había consagrado sus cuidados, encontraron -¿Y qué otra cosa si no? -le pregunté.
a éste muerto, se piensa que de un síncope. Estaba en el Borges volvió a reír:
suelo, con los ojos muy abiertos y como custodiando la . -El Eterno Retorno -respondió.
puerta de su casa. Aferraba en la mano los sucios papeles Lo miré interrogante.
en los que había escrito lo que acabo de dar a conocer. Mis -Sí. El Eterno Retorno es el único responsable del en-
superiores me mandaron luego a registrar la casa. Elisabeth cuentro. La ceguera metafisica de Sócrates sumada a su
Forst~r-Nietzsche había denunciado a Valerio Schnapps pasión política y moral le impidió reconocerlo.
acusandolo de robo. Lo que ella exigía de nosotros era en- Al decirlo, Borges entornó un poco más sus ojos ciegos y
contrar los 'manuscritos que contenían todo lo que su her- pareció con ellos divisar la inmensidad. Luego reparó en que
mano había dicho en sus largos días de agonía. Según la yo no comprendía.
versión de la señora Nietzsche, el enfermero los habría -Claro -dijo con una sonrisa levemente maliciosa-o
sustraído el mismo día de la muerte de su hermano. Apro- Que Sócrates creyera que la visita a Nietzsche se deb~ó a su
vechándose de la distracción que el dolor le provocaba, habría pura voluntad fue quizá una astucia del Eterno Retorno.
logrado burlar la Vigilancia y robar los manuscritos. Pero en -Por favor, explíqueme -,-rogué.
la modesta casa de Valerio sólo estaba el relato y la escena Borges no pudo reprimir un gesto de impaciencia. Era
que ustedes ya'conocen y, debajo de la almohada, un libro evidente que acababan de nacerle deseos de escribir. Pero,
que el pobre hombre leía seguramente al acostarse: Así habló al notar mi desconcierto, volvió a poner en juego sus dotes
Zaratustra. ya olvidadas de maestro.
-Escúcheme, entonces -dijo-o El Eterno Retorno es la
Weimar, un día de septiembre del año de 1900. ideametafisica más audaz que las fuerzas humanas pudieron
concebir. Y lo es hasta tal ¡punto que varias veces he e~do
tentado de creer que Nietzsche hablaba en sentido literal al
En algún lugar de Buenos Aires; decir que esa idea le había sido revelada.
ochenta años después. -Pero ya los antiguos la habían inv~ntado -me atrevi a
objetar.
Al terminar de leerle estos escritos que misteriosamente -Se equivoca -respondió-o Usted se refiere simple-
habían llegado hasta sus manos, Borges se quedó un tiempo mente a la concepción cíclica del tiempo-. Borges hizo si-
callado. Luego comenzó a reír. Reía quedamente, como para lencio. Por un momento temí que mi intervención hubiera
sí mismo, ignorando mi presencia. Finalmente dirigió hacia sido inoportuna. Pero enseguida prosiguió:
mí su rostro y dijo: . -Por el Eterno Retorno se logra lo que ninguna historia,
-Si Sócrates volviera a nacer, podría cultivar la música; sea ciencia o ficción, puede alcanzar.
tal parece ser su sueño. Pero es evidente que no podría ser Su gesto pareció atrapar en el aire alguna imagen y dijo,
jamás un metafisico. Dominado por su obsesión de gratitud, con un dejo de nostalgia:
154 La última escena 155
Malena Lasala

-,-El Eterno Retomo logra hacer volver lo diferente. necesita distender el tiempo en distintas dimensiones para
",-",-¿Pero cómo puede ser? ~respondí, elevando involun- poder generar su acto creador.
tariamente el volumen de mi voz-o Yo entiendo que pueda Comprendí que, a pesar de su cansancio, Borges ya no
volver 10 igual, no lo diferente. ¿Cómo pUede algo volver si no deseaba ser interrumpido. Al instante prosiguió:
ocurrió? -El encuentro entre Sócrates y Nietzsche ocurrirá infi-
. -Su pregunta es la trampa o el truco de la concepción nitas veces y será nuevo cada vez. Ambos gestaron con su
lineal del tiempo -dijo, meneando la cabeza-o En ella~ el obra creadora la posibilidad de la infinita diferencia. Por eso
pas~do y el futuro ahogan el presente hasta no dejarlo el Eterno Retomo los'elige y elige que se encuentren. Por eso
respIrar. es esta escena una eterna actualidad.
Borges se dio cuenta de mi incomodidad, de que yo no Contado así por Borges, el Eterno Retomo me había des-
llegaba a comprender su pensamiento. lumbrado. En ese instante era Borges qUién veía, mientras
-Ya al decir "ocurrió" ;por ejemplo, se le otorga al pasado yo sentía que mis ojos concentraban mi propia ceguera y la
un peso ontológico del que carece-dijO-. Decir "lo ocurrido" del mundo. Apreté los párpados y, manteniéndolos así
es .hablar de algo perfectamente asible, es hacer surgir un durante un rato, pensé:
objeto ante los ojos. Tanto la historiografia como la ficción -Entonces fue erEtemo Retomo 10 que condujo a Borges
literaria se reconfortan con ese contorno luminoso que di- a estos manuscritos ...
bujan en la oscuridad insondable de la historia. Dicho de Cuando abrí los ojos; Borges había puesto ante mi una
otro modo: lo que no es su objeto, 10 que no es "lo conocido", hoja en blanco y una pluma. Los tomé. Él comenzó entonces
es lo que para ellas "no ocurrió". En el Eterno Retomo vuelve a dictarme y yo a escribir...
en ca~bio, 10 oculto, 10 invisible, 10 no reconocido, 10 perdido:
lo olvldado desde siempre, lo que jamás llegó al lenguaje. Por
eso vuelve no 10 igual sino 10 diferente.
Borges adivinó en mi rostro el esttiipor. Pensó un momento
y añadió:
-El Eterno Retomo es la doctrina del presente creador.
Lo que pasa y eternamente vuelve en el instante es 10 nuevo
de lo viejo, el futuro del pasado; la diferencia irrepetible;
-:-:-Pero el. pasado es 10 que fue y el futuro es lo que será
-dIJe, en el mtento de desandar un camino que no me sentía
capaz de transitar. Armándose de paciencia, Borges señaló:
-El pasado y el futuro sólo son en el presente. Si conver-
timos al presente en apenas un punto de inserción de dos
segm~ntos de una línea y de este modo separamos el pasado
y el futuro, nos ha ganado la ilusión. En realidad, futuro y
pasado son un "invento" del presente. Es el presente el que

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