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ADOLESCENTES

Los adolescentes fueron creados por Dios para cumplir con estos 5 propósitos:

 Cada joven fue planeado para el placer de Dios

Puedes imaginar cuan diferente pueden ser los jóvenes si realmente creyeran que Dios los hizo para
su propia alegría. Es una verdad tan importante decir a los jóvenes que el primer propósito para vivir
es esto: fueron planeados para el placer de Dios.
Apocalipsis 4:11 dice: “Tú eres digno, oh Señor nuestro Dios, de recibir gloria y honor y poder. Pues
tú creaste todas las cosas, y existen porque tú las creaste según tu voluntad” (NTV).
Sin embargo, la mayoría de los adolescentes luchan con el amor y con la aceptación. Necesitamos
incorporar en sus vidas el precioso conocimiento de que fueron creados como un objeto del amor de
Dios. Y nuestros niños necesitan saber que no hay nada –Absolutamente nada– que podrá detener a
Dios de amarlos. Él ama y acepta a los adolescentes, independiente de los piercings o los tatuajes,
Dios los ama exactamente como son.

 Todo joven fue formado para la familia de Dios

Los adolescentes buscan un grupo donde puedan pertenecer, un lugar donde puedan sentirse
aceptados. Y yo creo que ellos lo hacen porque Dios creó a cada uno de nosotros con un anhelo de
pertenencia.
Él nos dio este anhelo porque su segundo propósito al crearnos fue para convertirnos en un miembro
de su familia. Efesios 1:5 nos enseña, “Su plan inmutable siempre ha sido adoptarnos en su propia
familia.” (TLB)
Los jóvenes podrían preguntarse si algunas de sus amistades sobrevivirían un solo verano. Sin
embargo, la familia de Dios –Y nuestra relación con los creyentes– se extenderá por la eternidad.
Necesitamos enseñarle a nuestros jóvenes que la vida cristiana no es solo una cuestión de creer;
también se trata de pertenecer. Dios no nos creó solo para ser creyentes; también fuimos creados
para pertenecer a la familia de Dios.

 Cada adolescente fue creado para ser como Cristo

Dios creó a cada uno de nosotros para ser como Cristo, y llamamos a eso discipulado. Dios nos hizo
transformarnos en la semejanza de su hijo, Jesucristo.
Como hemos hecho a menudo decir de los evangelistas: No hay –y nunca hubo– un plan B en el
diseño de Dios. Tú necesitas transmitir a tus jóvenes la sensación de que no fueron un accidente. Los
nacimientos y las familias de tus jóvenes son parte del plan original de Dios. Incluso si hubo errores
en el pasado, Dios obra todas las cosas para aquellos que lo buscan y son llamados según su
propósito.
Dios está trabajando en el mismo plan que él siempre ha tenido desde el principio de los tiempos.
Como pastores, el plan de Dios debe convertirse en nuestro plan –Inmediatamente. Nuestra meta
debe ser ayudar a nuestros adolescentes a ser más y más como Cristo. Parte del proceso es ayudarlos
a entender como Dios va a llevarlos a través de todo lo que Jesús pasó –Incluyendo soledad,
tentación, impopularidad, críticas y más. Solo entonces podrán realmente llegar a ser como él.
Mirando sobre esa lista, suena como que Jesús vivió la experiencia adolescente americana. Sin
embargo, cuando nuestros jóvenes experimentan estas circunstancias, hacemos todo lo que podemos
para arreglar el problema, sin tomarnos el tiempo para determinar si esto es algo que significa hacer
que nuestro joven sea más parecido a Cristo.
Ayudar a nuestros jóvenes a ver sus problemas desde la perspectiva de Dios, los ayudará a someterse
a su mano soberana mientras trabaja para hacerlos más parecidos a Cristo.

 Cada adolescente es formado para el servicio

Dios creó a cada uno de nosotros para servirle, y en la iglesia lo llamamos ministerio. Efesios 2:10
enseña “Pues somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús, a fin de que
hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás” (NTV)
Cada cristiano es creado para servir, y eso significa que los jóvenes son llamados al ministerio,
creados para el ministerio, salvos para el ministerio, y únicos dotados para el ministerio. La Biblia
deja muy claro que cada cristiano es un ministro, independiente de su edad.
Necesitamos enseñar a nuestros adolescentes que no necesitan esperar hasta hacerse mayores para
saltar en el ministerio. El Dios del universo los formó para servir, y pueden comenzar ahora mismo.
Y cuanto más temprano empiece tu adolescente, cuanto antes el cuarto propósito de Dios para su
vida –El servicio a Cristo– se desarrollará profundamente.

 Cada adolescente fue hecho para la misión

¿Crees que tu adolescente se sentiría animado a saber que Dios lo creó a él o ella para una misión
específica aquí en la tierra?
Jesús dijo en Juan 17:18, “[padre], del mismo modo que me diste una misión en el mundo así yo los
he dado una misión en el mundo.”(MSG)
Cada creyente necesita un ministerio para creyentes, y una misión para los no creyentes. Los jóvenes
pueden hacer ambas, servir a los creyentes y evangelizar a los incrédulos. De hecho, puedes
involucrar familias enteras en un viaje misionero o en llegar a su barrio para Cristo.
Estudios muestran que la mayoría de las personas que llegan a Cristo –al menos en los Estados
Unidos– llegan a él antes de cumplir los 18 años. Otros estudios muestran que la gente es mucho
más receptiva al escuchar el evangelio de un amigo que de un extraño. Esta combinación da a los
adolescentes cristianos una oportunidad increíble para el ministerio y la misión.

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