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Más allá de las características intrínsecas del ajedrez, como son sus reglas, su lógica, o su
estrategia y táctica, también emanan de él otros atractivos. La propia forma física del
juego (el mosaico del tablero, las formas esculpidas de las piezas, la geometría de los
movimientos) así como el simbolismo del que está impregnado, ha inspirado a tomar el
ajedrez como un tema básico en diferentes formas artísticas, desde las artes plásticas y la
literatura, a la música y las artes escénicas.
Las partidas vivientes (ver artículo anterior Una partida viviente) son un ejemplo de ajedrez
escénico en las cuales se representa la secuencia de movimientos de una partida real,
mezclada con más o menos elementos teatrales. Sin embargo, también se han producido
relevantes obras escénicas en las que no se representan partidas concretas, sino donde se
toma al ajedrez como elemento de fuerza visual, simbólico y emocional.
Checkmate, obra de ballet referente de la danza contemporánea británica, es un buen
ejemplo de ello. La coreografía fue creada en 1937 por Ninette de Valois (1898-2001)
basándose en la idea del compositor sir Arthur Bliss (1891-1975).
El estreno tuvo lugar en el Théatre des Champs-Elysées el 1 de Junio de 1937, como uno
de los actos de la Exposición Universal celebrada en París. Checkmate fue representada
por la prestigiosa compañía Ballet Vic-Wells, fundada seis años antes por Ninette de
Valois. Desafortunadamente, los decorados originales de Checkmate se perdieron en
1940, durante la invasión alemana a Holanda, donde la Ballet Vic-Wells se encontraba
realizando una gira.
A la izquierda, Ninette de Valois de jovencita. A la derecha, sir Arthur Bliss enseñando el movimiento
de las piezas de ajedrez a Ninette de Valois.
La calidad dramática de Checkmate viene acompañada por la fuerza musical de la obra de
Bliss, quien era, además de músico, un gran aficionado al ajedrez. Precisamente fue
Arthur Bliss quien hizo la presentación de introducción del Congreso de ajedrez de
Hastings en 1962.
Veamos un fragmento de la versión de Checkmate a cargo del Sadler’s Wells Royal Ballet,
representada en Londres en 1982.
El rojo representa el amor y negro la muerte. El conflicto consiste en el amor que surge del
caballero rojo hacia la reina negra. El amor juega y la muerte responde dando un jaque.
Tras un duelo entre el caballero rojo y la reina negra, ésta es vencida. Pero el caballero no
se siente capaz de matarla y le da la espalda. La reina lo aprovecha y lo apuñala a traición
(ésta es la secuencia correspondiente al vídeo anterior). Luego se desarrolla un ataque de
la reina negra contra el rey rojo. Finalmente triunfa la reina, pero duda si acabar con la
vida del monarca. Rodeado de peones enemigos, el rey rojo acaba desplomándose. Jaque
mate.
Representación de Checkmate en 2007 a cargo de la Royal Ballet, con Alexandra Ansanelli (dama
roja), Zenaida Yanowsky (dama negra) y Alastair Marriott (rey rojo).
Veamos “La entrada de la reina negra”, interpretada por Victoria Marr en una
representación muy reciente de la Royal Ballet (2011).
Lamento no haber podido encontrar una partida de sir Arthur Bliss en ninguna base de
datos de ajedrez. Pero en cambio, me topé con una bonita partida de un gran compositor
de la época, Serguéi Prokófiev. Esta partida fue jugada en el mismo París contra el
Maestro Emanuel Lasker en una sesión de simultáneas, cinco años antes del estreno
de Checkmate en los Champs-Elysées.
Prokófiev ya había jugado contra Alekhine y Capablanca en unas simultáneas en San
Petersburgo en 1914. Veintitrés años más tarde, en un campeonato de ajedrez público en
Moscú, Prokófiev se enfrentaría contra rivales que también eran músicos: el compositor
Maurice Ravel y el violinista David Oistrach.
Pero volvamos al ajedrez escénico. Chess, the musical, es otra conocida obra creada por
Tim Rice, Björn Ulvaeus y Benny Andersson, estrenada en Londres en 1986.
El argumento de Chess gira en torno al campeonato por el título mundial de ajedrez entre
el americano Freddy Trumper y el ruso Anatoly Sergievsky. Al americano le acompaña su
amante Florence. La auténtica batalla se encuentra fuera del tablero. Una batalla por la
mujer a quien ambos ajedrecistas desean. Durante el transcurso del torneo Anatoly y
Florence se enamoran. Tras de la victoria del ruso, deciden exiliarse y huir juntos hacia
Londres, donde empezarán una nueva vida. Luego, en un nuevo campeonato para
defender el título, Anatoly volverá a ganar, pero acabará volviendo a su país después de
intrigas políticas y amenazas contra su familia.
He escogido dos fragmentos de Chess, the musical que podemos degustar en el siguiente
vídeo (Ver enlaces a la obra completa al final de este artículo).
Chess, the musical, pues, tiene como telón de fondo la guerra fría. En la realidad, la
guerra fría también tuvo lugar en el tablero, simbolizada en el llamado Match del siglo,
que enfrentó a Bobby Fischer y Boris Spassky en 1972. Este campeonato tuvo mucha
repercusión en los medios de todo el mundo y favoreció el interés por el ajedrez en
millones de personas. Una de ellas fui yo.
Aprovechemos pues, para ver la tercera partida del match Fischer vs. Spassky, con
comentarios agregados de reputados ajedrecistas (Svetozar Gligoric, Vasily Smyslov,
Albéric O’Kelly, Félix del Hoyo, Román Torán y Ludek Pachman) que nos brindan una
instructiva lección de ajedrez.
Spassky y Fischer en el Match del siglo
En este caso, se toma al ajedrez como elemento simbólico: una guerra estilizada entre la
luz y la oscuridad. La obra muestra cuán estrecho es el límite entre la paz y la guerra,
donde la vida misma es un gran juego de ajedrez lleno intriga, lucha y amor. El drama se
complica cuando el rey Oscuro se enamora de la reina Luz.
El ajedrez es un juego puramente abstracto. Una lucha entre dos intelectos donde, además
del cálculo, rige la memoria, la intuición, la imaginación, las emociones, el estado
psicológico y la propia personalidad de los contendientes. De hecho, el tablero y las
piezas físicas no son imprescindibles para jugar al ajedrez (muchos ajedrecistas, son
capaces de jugar partidas a la ciega, sin tablero ni piezas). El tablero y las piezas no son
más que un escenario simbólico que facilita a los jugadores la visualización de las
posiciones y los movimientos de la partida que se juega en la mente. El ajedrez escénico
sería, valga la redundancia, la escenificación de una escenificación.
Comentarios
1. GKA
2012-06-10 20:31
Mi curiosidad me llama a encender mi móvil y a duras penas vía internet bajarme, en este
confín del mundo, la publicación.
Debo decir que mi amigo Pau logra con sus entregas activar conexiones inhóspitas de mi
memoria de forma memorable con cada escrito suyo.
Recuerdo por los años 60 y 70 haber frecuentado en Buenos Aires al Teatro Colón junto a
mi padre. Allí tuve la ocasión de conocer a Margot Fontain, Rudolf Nureyev, a Maia
Plisetskaya y a la inolvidable pareja argentina Norma Fontenla y José Neglia, este último
galardonado por la Asociación Internacional de Danza con sede en París con el premio
Nijinsky, la máxima distinción coreográfica mundial. Para aquel entonces José Neglia
estrenó la obra de ballet argentina “Ajedrez” de D’Esposito, de la cual no se ha sabido
nunca más nada.
Vean como uno va trayendo de la memoria lo que fue, lo que en algún momento ha tenido
espacio pero que el tiempo lo borró de forma inmediata, es decir que su captura no es
espacial sino imaginaria y emocional: los recuerdos en el no lugar.
Quizás por ello una escultura y una obra de arquitectura tengan un lugar y una realidad
perenne, hasta tanto se destruya o derribe, momento en el cual les ocurrirá como a la
danza: habrán perdido el tiempo en el espacio.
Mientras se prepara el resto del pasaje a dejar el tren hotel rumbo al almuerzo, voy a ver si
logro hacer tablas.
2. Pau Pascual
2012-06-10 20:35
De pura casualidad hoy descubrí esta curiosa fotografía de una clase particular de ajedrez,
que encaja como anillo al dedo con el tema del artículo… ;-)
Pau Pascual, gracias a ser también buena amiga de Juan Giaccardi he descubierto esta más
que magnífica nota. Desde ya seré adicta de los días 10 de cada mes. Hermosos los videos
a los que da acceso tu artículo. Yo también, como GKA recuerdo espectáculos, anteriores
aún, en el Colón de Buenos Aires y también la tensión de la famosa partida de ajedrez
donde se jugó el Este contra el Oeste en el 72.
Felicitaciones
4. ramon pascual
2012-06-13 05:14
Los artículos de Pau Pascual apasionan ja que encuentra enlaces interesantisimos entre
aspectos aparentement inconexos. Continua investigando
5. jaume capella
2012-06-18 08:56
Curioso el video de la dama traicionera que mata al rey rojo, real como la vida misma. Si en
una partida perdonas el mate, a la siguiente jugada puedes perder la partida.
Buenas informaciones y muy intensas de Pau, cada dia mas sabio en ajedrez.
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