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La corteza cerebral hace referencia al estrato exterior de cerebro. Esta capa está formada
por fina película de tejido nervioso que envuelve la superficie de los hemisferios
cerebrales, siendo los primates quien gozan de una corteza cerebral mucho más
desarrollada que el resto de animales.
Gracias al correcto funcionamiento de la corteza cerebral, lo humanos tenemos la capacidad
percibir aquello que nos ocurre y rodea, así como de imaginar, pensar, tener capacidad de
juicio y decisión y, finalmente, la capacidad de entender y producir el lenguaje.
A pesar de que, como se explica anteriormente, la corteza cerebral es una fina capa de
neuronas y conexiones neuronales, esta no es homogénea, ya que esta está formada por
seis capas de células, y cada una de ellas con unas funciones concretas y específicas.
1. Arquicorteza
2. Paleocorteza
Filogenéticamente, la paleocorteza está a medio camino entre las zonas más primarias de
la corteza cerebral y las más evolucionadas. Esta clase de corteza alberga las
terminaciones de las vías olfatorias, encontrándose aquí el cerebro olfatorio de las personas.
3. Isocorteza o neocorteza
Es la zona de la corteza más reciente, y la encargada de los procesos de razonamiento y
del pensamiento abstracto.
Como se menciona anteriormente, la corteza cerebral está formada por capas diferentes
de tejido neuronal conocido como materia gris. Cada una de estas capas posee una
especialización funcional diferente y ha sido originada en un momento de la evolución
humana diferente.
Esto significa que, a lo largo de nuestra evolución y desarrollo como seres humanos estas
capas han ido aumentando en cantidad, lo que ha implicado un potente desarrollo de
nuestras capacidades cognitivas e intelectuales en comparación con otras especies
animales.
Estas capas son las siguientes.
1. Capa molecular
La capa molecular es el más externo, y por lo tanto más reciente en origen, de todos lo
estratos de la corteza cerebral.
Conocida también como capa plexiforme, es esencialmente una capa sináptica formada
por una espesa red de fibras neuronales.
La segunda capa que conforma la corteza cerebral es la capa granular externa. Esta está
formada por una una gran cantidad de pequeñas células estrelladas y piramidales.
Los axones de esta capa se infiltran en la capa molecular entrando hacia zonas más
sumergidas de la corteza cerebral, acoplándose con diferentes zonas de la corteza.
La capa piramidal externa recibe su nombre del tipo de células que la componen: las
células piramidales. Esas células dirigen sus axones hacia otras zonas de la corteza y
hacia otros destinos subcorticales en forma de fibras de proyección, asociación y
comisurales.
Esta capa está formada esencialmente por una masa compacta de células estrelladas, la
mayoría de las cuales reciben aferencias de la zona del tálamo. Estas fibras ordenadas de
manera horizontal son conocidas como banda externa de Baillarger.
5. Capa piramidal interna, o capa ganglionar
Esta quinta capa entraña una gran cantidad de células piramidales de medio y gran tamaño,
así como células estrelladas y de Martinotti. Sus filamentos dispuestos en horizontal
también conforman parte de la banda interna de Baillarger.
La última de estas capas en la formada por células de tipo fusiforme las cuales derivan la
información a la corteza, al tálamo y a los núcleos estriados. Además, también incluye
células piramidales de cuerpo triangular u ovoide
Además de los tipos de corteza y las capas que la conforman, la corteza cerebral puede
ser dividida según sus diferentes áreas funcionales. Es decir, según las funciones o
cometidos que se llevan a cabo en cada una de estas áreas.
Teniendo en cuenta esta clasificación, la corteza cerebral puede dividirse en áreas
sensitivas, motoras o de asociación.
1. Áreas sensitivas
El área sensitiva recibe la información sensorial desde núcleos concretos del tálamo. Esta
información es de carácter sensitivo, lo que significa que transporta la información
percibida por los diferentes sentidos: vista, oído, olfato, tacto, sabor...
Esta misma áreas se puede dividir también en dos áreas sensitivas diferentes. El área
sensitiva primaria, la cual posee conexiones directas con los receptores sensitivos
periféricos; y el área sensitiva secundaria y de asociación, que recibe información sensorial
tanto desde el área de asociación primaria como de las zonas más inferiores del encéfalo.
El objetivo de las diferentes zonas de asociación, tanto primarias como secundarias, es el
de crear patrones de reconocimiento y conducta mediante la asimilación de información
sensorial. Estas áreas sensitivas de la corteza cerebral son:
2. Área motora
3. Área de asociación
Finalmente, las áreas de asociación son aquellas que hacen posible la existencia de
las funciones mentales más complejas y abstractas tales como los mecanismos de
memoria y cognición, el dominio de las emociones, la capacidad de razonar, y la voluntad.
Además, también tienen influencia en el desarrollo de la personalidad y la inteligencia.
La corteza cerebral está formada por neuronas muy compactas y es la capa más externa y
arrugada que rodea el cerebro. También es responsable de procesos de pensamiento más
elavorados, incluidos el habla y la toma de decisiones. La corteza se divide en cuatro lóbulos
diferentes, el frontal, el parietal, el temporal y el occipital, que son responsables del
procesamiento de diferentes tipos de información sensorial.
La corteza está muy plegada y sólo un tercio queda expuesto a la superficie. El resto queda
escondido en grandes y pequeñas grietas, más o menos profundas, llamadas cisuras o
surcos. Las superficies elevadas forman los giros o circunvoluciones cerebrales.
Dentro de cada lóbulo hay diferentes circunvoluciones. Las más importantes son las
siguientes:
Circunvolución precentral o frontal ascendente (en el lóbulo frontal, adyacente a
la cisura central)
Circunvolución postcentral o parietal ascendente (el lóbulo parietal, adyacente
a la cisura central)
Circunvolución cingulada o circunvolución del cuerpo calloso (en la parte
medial de los hemisferios, arqueada alrededor del cuerpo calloso)
Circunvolución parahipocampal o del hipocampo (en la cara medial de los
hemisferios, en el lóbulo temporal)
La corteza cerebral no presenta la misma estructura en todos los lugares. Casi toda la que
observamos desde el exterior es de tipo neocorteza. Representa más del 90% en los
humanos y recibe este nombre porque apareció bastante tarde en la evolución de los
vertebrados.
El resto está formada por paleocorteza y arquicorteza, nombres que hacen referencia a sus
orígenes más antiguos. La paleocorteza corresponde a zonas de la base de los hemisferios
que se encargan de funciones olfativas, mientras que el arquicorteza corresponde a la
formación hipocampal.
Por otro lado, si atendemos a la estructura en capas paralelas de la corteza cerebral, vemos
que hay zonas que tienen seis capas, llamadas isocórtex, junto con áreas que presentan
menos de seis capas, la alocortex . El isocórtex corresponde a la neocorteza, mientras que el
alocòrtex a las cortezas filogenéticamente más antiguas.
Tipos de células
Son pequeñas neuronas de axón corto que no salen de la corteza; son las principales
interneuronas corticales.
Del vértice superior, sale una larga dendrita apical que sube hacia la superficie de la corteza;
de la base de la célula salen dendritas basales que se extienden horizontalmente; el axón
suele ser largo y sinapta con otras áreas corticales o con estructuras subcorticales. Son las
principales neuronas eferentes de la corteza.
Capas de la corteza
Las células del neocórtex están organizadas en seis capas, que llamaremos desde la
superficie hacia el interior en la clasificación siguiente:
Dependiendo del balance numérico entre células granulares y piramidales, el isocórtex recibe
diversas denominaciones: así, cuando la proporción es similar hablamos de isocórtex
homotípico, mientras que cuando la proporción se rompe se define como isocórtex
heterotípico granular(predominio de capas II y IV) o isocórtex heterotípico
agranular (predominio de capas III y V).
Conexiones corticales
Las fibras o sustancia blanca de los hemisferios cerebrales se llaman centro medular y
están formadas por los tres tipos de fibras siguientes:
Localización funcional
Las diversas áreas corticales presentan diferencias estructurales bastante evidentes (por
ejemplo, corteza agranular ante granular). Algunos anatomistas intentaron trazar mapas de la
corteza teniendo en cuenta estas diferencias y parcelar la corteza en diferentes áreas.
El sistema más utilizado como referencia es el que creó Brodmann en 1909; dividió la
corteza de cada hemisferio en cincuenta y dos áreas con diferentes estructuras, y sugirió que
hacían también funciones diferentes.
Áreas corticales
La neocorteza de cada hemisferio está formada por las siguientes áreas:
Reciben información sensorial directamente los núcleos talámicos específicos. Cada sentido
(visión, audición, etc.) tiene su área sensorial primaria, que codifica esta información
sensorial.
Se originan los tratos motores descendientes (por ejemplo, fascículo piramidal) que van
desde la corteza a las motoneuronas del tronco y la médula para controlar la ejecución de los
movimientos del cuerpo.
Áreas de asociación
Unimodal
Las áreas que rodean el área visual primaria (17 de Brodmann), son las áreas de asociación
visual o áreas visuales de nivel superior (18 y 19).
Multimodal
- Área motora (área 4): controla de forma voluntaria los músculos esqueléticos pues
contiene los cuerpos de las neuronas motoras superiores. Esta área se sitúa en el giro
precentral de lobo frontal, por delante del surco central, y se extiende hasta el lóbulo
paracentral de la cara media del hemisferio cerebral. Los movimientos que requieren mayor
precisión y variedad, como los movimientos de los labios y las manos, tienen una mayor
representación cortical.
Los axones de estas neuronas descienden hasta el tallo cerebral o hasta la médula espinal
donde hacen sinapsis con las neuronas motoras inferiores que se encargan de inervar los
músculos esqueléticos mediante los nervios craneales y espinales. Esta vía nerviosa motora
se conoce como la vía motora piramidal que tiene que ver con el movimiento voluntario de
los músculos esqueléticos.
- Área premotora (área 6): controla actos motores complejos y la destreza motora; se sitúa
por delante del área motora y se conecta con ella por fibras cortas de asociación. Igualmente
se conecta con el tálamo, el cuerpo estriado y el cerebelo y constituye el centro cortical
del sistema motor extrapiramidal.
La lesión de las áreas 4 y 6 produce inicialmente una parálisis fláccida (por lesión del área
premotora), pero luego una parálisis espástica (por lesión del área motora donde reside la
neurona motora superior).
- Área motora ocular (área 8): controla los movimientos oculares y se relaciona con el
movimiento simultáneo o conjugado de los ojos; se sitúa por delante del área premotora.
- Área de broca (área 44:) controla la parte motora del lenguaje o la producción de los
sonidos y se encuentra en el lobo frontal; la lesión de esta área produce una afasia
motora (incapacidad para pronunciar las palabras).
- Región prefrontal: es la parte restante del lobo frontal situada por delante del área
premotora, donde llegan fibras de asociación provenientes del tálamo y de todas las áreas
corticales de ambos hemisferios.
Esta región rige funciones mentales superiores como el pensamiento abstracto, la previsión,
el juicio, la conciencia del comportamiento, etc. La lesión de esta área en el caso de la sífilis
o de tumores, por ejemplo, produce graves trastornos mentales con cambios emocionales de
la personalidad que pueden requerir una lobotomía prefrontal, ya casi en desuso debido al
tratamiento con fármacos.
- Área sensorial principal (área 3, 2, 1): recibe la información sensorial de las distintas
partes del cuerpo, en un ordenamiento similar al de la parte motora; se sitúa por detrás del
surco central, en el giro postcentral del lobo parietal.
Cada hemisferio controla el lado contrario del cuerpo, tanto en la parte motora como en la
sensorial, debido al entrecruzamiento que sufren en su trayecto las neurofibras ascendentes
y descendentes; por lo tanto, las lesiones motoras y sensoriales afectan el lado contrario del
cuerpo.
- Área visual (área 17): recibe la información sensorial proveniente de la retina; se ubica en
el lobo occipital, alrededor del surco calcarino. La lesión de esta área
produce hemianopsia o ceguera en medio campo visual.
- Área auditiva (áreas 41 y 42): recibe la información sensorial auditiva proveniente del
conducto coclear; está localizada en el lobo temporal, en giros situados por debajo del surco
lateral. La información proveniente de la parte vestibular del oído y relacionada con el
equilibrio es recibida en un área cortical vecina.
- Área gustatoria (área 43): recibe la información sensorial proveniente de los calículos
gustatorios; se localiza en la parte inferior del giro postcentral (opérculo parietal) y se
extiende profundamente por el surco lateral hasta el llamado córtex insular.
Para el análisis de los estímulos proveniente de los órganos de los sentidos y la elaboración
y compresión de su significado conceptual, estas áreas sensoriales primarias requieren de la
participación de áreas sensoriales de asociación o secundarias que se encuentran próximas
a ellas.
Es muy habitual creer que los pensamientos, sentimientos y emociones humanas tienen su
origen en dos partes del cerebro que trabajan conjuntamente: los hemisferios cerebrales,
dos mitades prácticamente idénticas entre sí que se distinguen por los procesos que se
llevan a cabo en ellos.
Esta idea, aunque es cierta en parte, aporta una explicación muy simple acerca de
nuestro funcionamiento, porque dentro de cada hemisferio podemos encontrar una
cantidad casi infinita de estructuras orgánicas encargadas de realizar diferentes tareas y
funciones que influyen en nuestro comportamiento.
En este artículo puedes encontrar una explicación general sobre algunas de las partes más
importantes de nuestra "máquina de pensar": los lóbulos del cerebro y sus funciones.
Anatómicamente, es muy fácil reconocer la división que existe entre los dos hemisferios
del cerebro, porque vistos desde arriba un espacio notable los mantiene separados. Se
trata de la cisura interhemisférica, que es algo así como una grieta rectilínea que separa las
partes superiores y más superficiales del encéfalo y delimita dónde empieza un hemisferio
cerebral y dónde acaba otro.
Sin embargo, más allá de este signo tan evidente gracias al cual podemos hacernos una idea
muy superficial sobre la anatomía del cerebro, si lo que queremos examinar es la estructura
de cada uno de estos elementos la cosa se complica. Cada hemisferio está cubierto por una
capa llamadacorteza cerebral (que es la parte más visible del cerebro y parece estar lleno de
arrugas y surcos), y esta corteza puede dividirse en diferentes parcelas atendiendo a sus
distintas funciones y localizaciones.
Estas parcelas son los lóbulos del cerebro, y a continuación puedes leer sus aspectos
más básicos.
Lóbulo frontal
Lóbulo parietal
Se encuentra entre los lóbulos frontal y occipital (de coloramarillo en la imagen). Se encarga
principalmente de procesar información sensorial que llega de todas las partes del
cuerpo, como el tacto, la sensación de temperatura, el dolor y la presión, y es capaz de
relacionar esta información con el reconocimiento de números. También hace posible el
control de los movimientos gracias a su cercanía a los centros de planificación del lóbulo
frontal.
Además, recibe información visual proveniente del lóbulo occipital y trabaja creando
asociaciones entre este tipo de datos y otros inputs provenientes de otras áreas.
Lóbulo occipital
En los seres humanos, es el menor de los cuatro principales lóbulos del cerebro y se
encuentra en la zona posterior del cráneo, cerca de la nuca (aparece pintado de rojo en la
ilustración). Es la primera zona de la neocorteza a la que llega la información visual. Por lo
tanto, tiene un papel crucial en el reconocimiento de objetos cuya luz es proyectada sobre la
retina, aunque por sí misma no tiene la capacidad para crear imágenes coherentes. Estas
imágenes son creadoas a partir del procesamiento de estos datos en unas zonas del cerebro
llamadas áreas de asociación visual.
El lóbulo occipital manda información sobre la visión hacia otros lóbulos cerebrales a través
de dos canales de comunicación diferentes.
El primero de ellos, que va hacia la zona frontal del cerebro a través de la zona ventral (es
decir, la más alejada de la zona superior de la cabeza), procesa información sobre el "qué"
de lo que se ve, es decir, el contenido de la visión.
El segundo canal, que va hacia la parte frontal a través de la zona dorsal (cercana a la
coronilla), procesa el "cómo" y el "dónde" de lo que se ve, es decir, aspectos del movimiento
y la localización en un contexto más amplio.
Lóbulo temporal
Los lóbulos temporales de cada hemisferio se encuentran a los laterales del cerebro,
dispuestos horizontalmente y pegados a las sienes (uno de ellos aparece marcado
en verde en la imagen). Reciben información de muchas otras áreas y lóbulos del cerebro y
sus funciones tienen que ver con la memoria y el reconocimiento de patrones en los datos
provenientes de los sentidos. Por lo tanto, juega un papel en el reconocimiento de
rostros y voces, pero también en el recuerdo de palabras.
Ínsula
La ínsula es una parte de la corteza que queda oculta entre el resto de lóbulos del cerebro y
para verla, es necesario apartar entre sí los lóbulos temporal y parietal. Es por eso que
frecuentemente no es tenida en cuenta como un lóbulo más.
Está pegada a estructuras encargadas de hacer posible la aparición de emociones y
probablemente se encarga de mediar entre estas y los procesos cognitivos que se realizan
en el resto de lóbulos del cerebro.
Estas tres unidades funcionales ejercen un papel importante sobre los procesos mentales y
la actividad consciente del hombre. Para explicar, de una manera general estas unidades
funcionales, también conocidas como bloques funcionales, se presenta lo postulado por Luria
(1984) donde se establece lo siguiente:
Como punto de partida, cada una de estas unidades funcionales poseen una estructura
jerárquica y consisten en tres zonas corticales una sobre la otra:
Área primaria (de proyección): recibe impulsos de, o los manda a la periferia.
Área secundaria (de proyección-asociación): donde la información que recibe es procesada,
o donde se preparan los programas, analiza y sintetiza.
Área terciaria (zonas de superposición): responsable de las más complejas formas de
actividad mental del hombre, que requiere la participación concertada de muchas áreas
corticales.
Esta unidad esta organizada verticalmente, en niveles de actividad refleja nerviosa, cada vez
mas compleja a medida que asciende (en dirección rostral), desde los segmentos neurales
hasta el archi y paleocórtex, presentando un carácter autorregulado por estos propios
sectores corticales y por el neocórtex de las restantes unidades funcionales (Carter,2002).
Por lo tanto, la función de esta unidad funcional es la regulación del estado general, la
modificación del tono y el control sobre las inclinaciones y emociones, en otras palabras
conduce al origen y mantenimiento de un estado neurodinámico cortical normal sin el cual el
hombre seria incapaz de realizar cualquier actividad consciente.
Una lesión en está zonas conduce a un agudo descenso en el tono cortical, a la aparición de
un estado de sueño y algunas veces a un estado de coma.
(Fig. 1)
Las estructuras de esta unidad se encuentran situada por detrás de la cisura rolándica
(cisura central), esta adaptada parala recepción de estímulos que viajan desde receptores
periféricos hasta el cerebro, a su análisis y a su combinación dentro de las estructuras
funcionales dinámicas (Luria, 1984), abarca toda la corteza de los lóbulos parietal (sensorial
general), temporal (auditiva) y occipital (visual) (fig.2). Es en esta región donde se encuentran
los extremos corticales de los analizadores cutáneo-cinestésico, auditivo-vestibulary visual.
La corteza de cada uno de los analizadores mencionados esta formada por un área primaria
(de proyección), la cual se encuentra organizada somatotópicamente de manera que las
aferencias que provienen de diferentes regiones del cuerpo, terminan en lugares específicos
de esta área. Por ejemplo, las neuronas del área primariadel analizador cutáneo-cinestésico
(Brodmann 3), son excitadas por estímulostáctiles, de presión, de temperatura y dolor, estas
constituyen la sensibilidad general; las neuronas del área primaria del analizador auditivo
(Brodmann 41), son excitadas por estímulos sonoros y las neuronas del área primaria del
analizador visual (Brodmann 17) por estímulos luminosos.
El área secundaria (de proyección-asociación) de la corteza cerebral de esta unidad
funcional se caracteriza por la selectividad de la excitación neuronal, las aferencias son
menos especificas que en el área primaria, aquí los impulsos sensoriales aferentes pueden
tener diferentes orígenes dentro de una misma modalidad sensorial, por lo que la labor de
análisis de las áreas primarias se reorganiza, por el trabajo de síntesis y codificación
témporo-espacial de las respectivas áreas secundarias de cada analizador sensorial.
Las lesiones de estas áreas corticales pueden ocasionar alteraciones funcionales de las
respectivas funciones (cutáneo-cinestésico, auditivo, visual), el tipo de alteración será
diferente si la lesión afecta el área primaria o a la secundaria.
Estas zonas descritas están adaptadas para servir como un aparato para la recepción,
análisis y almacenamiento de información y el almacenamiento de la información que
procede del mundo exterior, o, en otras palabras, los mecanismos cerebrales de formas
modalmente especificas de procesos gnósticos (Luria, 1984).
Este segundo sistema cerebral, posee también zonas terciarias (de superposición), también
llamadas zonas de solapamiento. El trabajo fundamental de las zonas terciarias tiene que ver
con la integración de los procesos perceptivos de las diferentes modalidades sensoriales,
contribuye a que la realidad se refleje como objeto del conocimiento.
La segunda unidad funcional tiene como función el análisis, síntesis y almacenamiento de la
información, presenta una organización funcional caracterizada en las leyes generales que
gobiernan su continuidad en el tiempo descubiertas por Vigotsky, estas leyes son:
La ley de la estructura jerárquica de las funciones: consiste en que las áreas terciarias
organizan el trabajo de las secundarias y estas a su vez de las primarias. El trabajo mas
elemental de análisis corresponde a las áreas primarias, el cual es modificado por un trabajo
de síntesis mas complejo en el ámbito de una misma modalidad sensorial lo cual
correspondería al área secundaria y en las áreas terciarias se realizaría el trabajo de
integración funcional de todas las modalidades sensoriales.
La ley de la especificidad decreciente de las funciones: esto se refiere a que en medida en
que se asciende de las áreas primarias a las áreas terciarias, la organización se va tornando
menos específica para una modalidad sensorial específica. Si las lesiones ocurren en el área
primaria o secundaria, las alteraciones se reflejaran en el analizador especifico (visual,
auditivo, táctil), pero si la lesión ocurre en las áreas terciarias, se producirán diferentes
trastornos relacionados con la síntesis de varias modalidades sensoriales.
La ley de la lateralización creciente de las funciones: esta ley menciona que a medida que se
asciende en orden jerárquico, se produce una lateralización de las funciones, se produceuna
asimetría funcional entre los hemisferios de modo que existe uno dominante, generalmente el
izquierdo y el derecho queda como subdominante. Las funciones más sencillas vinculadas a
una modalidad sensorial específica están representadas por igual en ambos hemisferios, por
el contrario, las funciones más superiores no vinculadas a una modalidad sensorial se
lateralizan hacia uno u otro hemisferio, como ocurre con el lenguaje.
La segunda unidad funcional garantiza el análisis, síntesis y almacenamiento de la
información, lo cual es muy importante en toda cognición.
(Fig. 2)
(Fig. 3)
La modalidad del hemisferio derecho. En esta modalidad “vemos” cosas que podrían ser
imaginarias, que sólo existen en la imaginación, o recordamos cosas que pueden ser
reales. Vemos como existen las cosas en el espacio y cómo se unen sus partes para formar
un todo. Con el hemisferio derecho entendemos las metáforas, soñamos, creamos nuevas
combinaciones de ideas.
-
Cuando algo es demasiado complejo para describirlo, podemos hacer gestos para
comunicarlo. Con el modo de procesar información del hemisferio derecho, usamos la
intuición y hacemos “saltos” de comprensión, que son esos momentos cuando “todo parece
encajar” sin haber seguido un orden lógico para solucionar las cosas. Entonces, el modo de
trabajar del hemisferio derecho es: la modalidad intuitiva, subjetiva, relacional, holística,
independiente del tiempo. Se considera que el lado derecho es la fuente de la creatividad y
de la imaginación, la visualización, la estimulación y los sueños.
.
«El hemisferio derecho gobierna tantas funciones especializadas como el izquierdo. Su forma
de elaborar y procesar la información es distinta del hemisferio izquierdo.
.
No utiliza los mecanismos convencionales para el análisis de los pensamientos que utiliza el
hemisferio izquierdo. Es un hemisferio integrador, centro de las facultades viso-espaciales no
verbales, especializado en sensaciones, sentimientos, prosodia y habilidades espaciales;
habilidades visuales y sonoras no del lenguaje como las artísticas y musicales.
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Concibe las situaciones y las estrategias del pensamiento de una forma total. Integra varios
tipos de información (sonidos, imágenes, olores, sensaciones) y los transmite como un todo.
El método de elaboración utilizado por el hemisferio derecho se ajusta al tipo de respuesta
inmediata que se requiere en los procesos visuales y de orientación espacial. El lóbulo frontal
derecho y el lóbulo temporal derecho parecen los encargados de ejercer las actividades
especializadas no verbales del hemisferio derecho.
.
Esto se corresponde, en muchos aspectos, con las funciones de control del habla que
ejercen el lóbulo frontal y el lóbulo temporal del hemisferio izquierdo. Los otros dos lóbulos
del hemisferio derecho, el parietal y el lóbulo occipital, tienen al parecer menos funciones. Sin
embargo, como resultado del estudio de pacientes con el cerebro dividido (seccionado), o
con pacientes que padecen lesiones en el hemisferio izquierdo, se ha detectado un pequeño
grado de comprensión verbal en el lóbulo parietal derecho, que tiene la capacidad de
comprender una selección de nombres y verbos simples. Y recíprocamente, el lóbulo parietal
izquierdo parece que tiene ciertas funciones espaciales limitadas. Por lo tanto, aunque el
hemisferio derecho está, sin duda, especializado, en las funciones no verbales,
concretamente en las viso-espaciales, no resulta fácil discernir las diferencias entre los dos
hemisferios.
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El hemisferio derecho está considerado de cualquier modo, como el receptor e identificador
de la orientación espacial, el responsable de nuestra percepción del mundo en términos de
color, forma y lugar. Jhon Huglings Jackson informó que un paciente con un tumor en el lado
derecho del cerebro no reconocía objetos, lugares ni personas. Utilizando sus facultades
somos capaces de situarnos y orientarnos; podemos saber por qué calle estamos caminando
mirando simplemente la arquitectura de los edificios que hay a uno y otro lado de ella, esto
es la forma y aspecto de las fachadas, de los tejados y de las puertas de entrada. Si vamos
caminando por la calle y reconocemos un rostro, la identificación de dicho rostro también
corre a cargo de la memoria visual del hemisferio derecho.
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El nombre que corresponde a la persona que posee dicho rostro conocido lo proporciona, en
cambio el hemisferio izquierdo. Muchas de las actividades atribuidas al inconsciente le son
propias. Procesa la información mayoritariamente usando el método de síntesis,
componiendo o formando la información a partir de sus elementos, a un conjunto. Controla,
además, el lado izquierdo del cuerpo humano. En este caso, una embolia puede producir
pérdida funcional o afectar las destrezas motoras del lado izquierdo del cuerpo. También
puede causar alteración de la atención normal a la parte izquierda del cuerpo y sus
alrededores.»
.