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Aspectos de la hermenéutica patrística

Introducción palmente la Torá, mientras que los Profetas


(nebi’yim) y los Escritos (ketubim), especial-
El estudio de la hermenéutica patrística (del mente el Salterio, gozaban de diferentes gra-
griego hermeneuein, «explicar», «interpretar») dos de autoridad, conforme al criterio de los
investiga el desarrollo de los principios y reglas distintos grupos judíos.
empleados en la primitiva iglesia cristiana pa- Aunque el núcleo del canon judío se había
ra una adecuada comprensión de la Biblia. Los establecido desde hacia mucho tiempo, a prin-
principios reflejan el trabajo teológico de los cipios de la era cristiana aún no estaba cerrado
Padres en su esfuerzo por interpretar los escri- ni enteramente definido. De todas maneras, los
tos bíblicos a partir de una convicción funda- eventos de la revuelta contra Roma en los años
mental: la revelación de Dios en Jesucristo es el 66/73 d.C. y las subsiguiente pérdida del centro
acontecimiento central en el plan divino de sal- de la vida judía en Jerusalén, hicieron sentir a
vación (oikonomia). Sobre esta base se practi- los rabinos la necesidad de fijar autoritativa-
caban diferentes lecturas sobre temas impor- mente el número de los libros inspirados. En
tantes, como las relaciones entre Israel y la primer lugar, porque a partir del tiempo de los
Iglesia, la escatología, la ética, la cristología, Macabeos empezaron a aparecer en número
la antropología y la soteriología. Las reglas re- creciente y alcanzaron amplia difusión nuevos
flejan los métodos utilizados para descubrir en escritos apocalípticos, que en general suscita-
el lenguaje de la revelación las características y ban la desconfianza de los círculos farisaicos.
etapas de la oikonomia y sus implicaciones Y en segundo lugar, porque la comunidad de
prácticas para la vida de la comunidad. Qumrán tenía sus propios escritos además de la
Con frecuencia, los Padres se inspiraban en Torá, los Profetas y algunos de los Escritos, y
la cultura literaria de su medio ambiente griego porque la versión griega de los Setenta (LXX)
o latino, pero también desarrollaron paradig- incluía varios escritos (algunos de ellos, como
mas creativos de análisis literario. Las reglas y la «Sabiduría de Salomón», redactados origi-
los principios están íntimamente relacionados, nariamente en griego), que el judaísmo pales-
pero el estudio de las reglas proyecta nueva luz tinense no reconocía como canónicos.
sobre los principios fundamentales. Así se pone Tenemos conocimiento de las reuniones ce-
de manifiesto cómo el lenguaje bíblico determi- lebradas por los rabinos hacia fines del primer
nó la formación y el desarrollo de la teología siglo, alrededor del 95/100 d.C., en Jabne o
patrística y cómo los presupuestos teológicos Yamnia, sobre la costa del Mediterráneo al sur
influyeron en la lectura de la Biblia. En este de Palestina. En esas reuniones se discutió la
círculo hermenéutico, la interpretación de los autoridad de algunos libros que luego fueron
textos, la teología y la tradición constituyen un introducidos en el canon; pero hoy casi nadie
todo coherente y armónico, del que nació y fue admite que una de las decisiones del llamado
adquiriendo forma la visión cristiana de Dios, «concilio de Yamnia» haya sido la fijación de-
del hombre y del mundo. finitiva del canon hebreo.

El canon judío Hermenéuticas judías

Desde el principio, los cristianos compar- La interpretación de la Biblia en el judaís-


tieron con los judíos las Sagradas Escrituras mo tiene una historia larga y variada. Una de
del judaísmo. La Escritura era para los judíos, sus principales preocupaciones consistía en
como para el mismo Jesús, primero y princi- ordenar la conducta de acuerdo con las pres-
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ARTÍCULOS GENERALES 6

cripciones de la Torá, pero igualmente impor- La comunidad de Qumrán


tante era iluminar las situaciones presentes
con las enseñanzas de los libros sagrados. En La segunda forma de la teoría interpretativa
lo que respecta al influjo de la exégesis judía judía nos es conocida por los rollos del Mar
sobre la hermenéutica del cristianismo primi- Muerto, la biblioteca de la comunidad de los
tivo, merecen especial atención tres corrien- esenios, que floreció en el período posmacabeo
tes: los rabinos, la secta de Qumrán y distintas y terminó en tiempos de las guerras romanas.
ramas del judaísmo de la diáspora. La comunidad de Qumrán se caracterizaba por
su fuerte conciencia del fin de los tiempos. Al
mismo tiempo que rechazaba el culto del Tem-
Los rabinos plo de Jerusalén y de sus familias sacerdotales,
se comprendió a sí misma como el «resto» de
La hermenéutica rabínica, dominante en el Israel que esperaban ansiosamente la revela-
judaísmo tardío, se proponía principalmente ción final de Dios en la era por venir.
descubrir en la Escritura la historia la revela- Para los miembros de la comunidad, la inter-
ción de Dios para la conducción de la vida in- pretación bíblica tenía como propósito princi-
dividual y social del pueblo judío. Este interés pal leer los signos de los tiempos y servir de guía
produjo una rica tradición oral, que concluyó para vivir en conformidad con ellos. Su método
al cabo de los años en la gran colección escrita exegético más característico era el pésher (del
de la Mishná, la Guemará y el Talmud. Al prin- arameo pshr, «interpretar»), una forma de co-
cipio, la tradición de la ley oral se desarrolló mentario que refería los textos bíblicos, espe-
paralelamente con la transmisión de la Torá es- cialmente los de los libros proféticos, a la situa-
crita. Pero con el paso del tiempo los saduceos ción inmediata y a las luchas de la secta. La
pusieron en duda la autoridad de la ley oral, y clave del misterio (raz) escondido en el texto es-
estas dudas obligaron a demostrar la unidad taba en manos de su líder, el «Maestro de Justi-
esencial de la Torá y la tradición, de ley escrita cia», a quien sus seguidores consideraban uno
y la oral. Los fariseos afirmaban que una y otra de los mediadores inspirados de la revelación de
habían sido reveladas por Dios a Moisés en el Dios, como Moisés y Esdras. Así, mientras la
monte Sinaí. Pero esta afirmación no era sufi- aplicación práctica de la Torá era aún la meta
ciente, y se sintió la necesidad de ser probada del esfuerzo hermenéutico, lo que el grupo bus-
desde los mismo textos bíblicos. Así se elabora- caba era la Torá del fin de los tiempos. Con esta
ron métodos para coordinar los textos bíblicos, preocupación escatológica, el centro de la Escri-
la tradición y la aplicación a las situaciones tura se desviaba de la Torá a los profetas y a la
contemporáneas. Hoy esos métodos resultan autoridad revelatoria del «Maestro de Justicia».
extraños a los ojos modernos, pero los rabinos
afrontaron el desafío con toda seriedad.
Un resumido y probablemente antiguo jue- El judaísmo de la diáspora
go de siete middot fue atribuida al famoso Ra-
bino Hillel, un anciano contemporáneo de Je- Una tercera forma de la hermenéutica fue la
sús (20 a.C. hasta el 15 d.C.). La leyenda dice practicada entre los judíos de la Diáspora, espe-
que Hillel llegó a la fama cuando el resolvió la cialmente en la comunidad judía de Alejandría
cuestión de si la Pascua podía ser sacrificada de Egipto, cuyo máximo representante ha sido
en Shabbat, apelando a varias de aquellas re- Filón (ca. 20 a.C. a 50 d.C.), un contemporáneo
glas ante los miembros del Sanedrín. D. Daube más antiguo de Jesús. En la atmósfera cultural
ha argumentado convincentemente que todas de la capital helenística, con su Biblioteca, sus
estas reglas reflejan la lógica y los métodos de escuelas y su interés en los textos antiguos, los
la gramática helenística y la retórica del foro. judíos no solo se sintieron estimulados a vivir
Sin embargo, la enseñanza legal (halaká, del según sus normas tradicionales, sino a lograr
hebreo hlk, «caminar») no fue el único sentido que la Ley resultara atractiva a la mente religio-
derivado de los textos sagrados. Una expan- sa de los griegos. Por eso, fue precisamente en
sión tardía de las reglas del Rabí Ismael, en Egipto donde audaces apologistas de la causa
treinta y dos middot puestas bajo el nombre de judía sostuvieron nada menos que la dependen-
Rabí Eliézer ben José, muestra que los textos cia de los sabios griegos respecto de la sabidu-
también fueron estudiados para obtener apli- ría más antigua de Moisés y los Profetas.
caciones edificantes más generales (haggadá). La Biblia de los judíos alejandrinos fue prin-
La inclusión de técnicas como la paronomasia, cipalmente la Septuaginta (LXX), que compren-
la gematría (o atribución de un valor numéri- día como el canon hebreo posterior la Torá, los
co a las letras) y el notrikón (o división de una Profetas y los Salmos, pero que también incluía
palabra en dos o más partes) indica la convic- otros libros hagiográficos, tales como Judit, To-
ción de que en incluso en las palabras de la Es- bías y la Sabiduría de Ben Sirac. A estos últimos
crituras se ocultan misterios más profundos. libros los católicos los consideran inspirados y
Sobre estas bases se fundan los casos (no de- los llaman «deuterocanónicos», mientras que
masiado frecuentes) de alegorismo rabínico. los protestantes los denominan «apócrifos».
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De la erudición helenística derivaba la manas diferentes: la celestial (Gn 1,27) y la ma-


noción de una verdad mas profunda, o de un terial (Gn 2,7). Dios plantó un jardín en Edén
sentido espiritual de las palabras humanas para significar su implantación de la virtud te-
(hyponoia), que el interprete debía descubrir rrenal en la raza humana. Por otra parte, el río
mediante la interpretación de las «alegorías» que salía de Edén denotaba la bondad y sus
contenidas en los textos. Así, se interpretaban cuatro cabezas las virtudes cardinales: el Pisón
también los textos de poetas antiguos como significaba la Prudencia, el Guijón la Fortaleza,
Homero o Hesíodo, a quienes se los conside- el Tigris la Templanza y el Éufrates la justicia.
raba inspirados por Dios, con el fin de encon- La historia de Abraham y Sara representaba la
trar en ellos, bajo el velo de los relatos míticos, relación de mente y virtud. Como sus predece-
verdades de contenido ético y cosmológico. sores judíos y griegos, Filón usó una dicotomía
En este clima cultural, las apologías judías antropológica platónica como modelo de su
promovieron la leyenda de que la traducción principio hermenéutico: el significado literal
griega de sus Libros sagrados escritos en he- del texto sagrado es su cuerpo; la más profun-
breo había sido la tarea de setenta (o setenta y da comprensión filosófica y espiritual, su alma.
dos ancianos) encargados por la comunidad
judía de Alejandría en el s. III a.C. (Carta de
Aristeas, ca. 130 a.C.). Los comienzos del cristianismo
Filón repite esta tradición, pero da una ver-
sión aún dramática: aunque los ancianos traba-
jaban en total aislamiento, cada uno en su cel- Jesús y los apóstoles
da, tradujeron el texto sagrado con las mismas
palabras y frases, «como si un maestro se las Las fuentes cristianas más antiguas reflejan
hubiera dictado a cada uno de ellos invisible- el uso de tres tipos de hermenéutica judía. Se-
mente» (Vida de Moisés II, 37). Durante siglos, gún los evangelios, las palabras de Jesús mues-
la Septuaginta inspirada superó en autoridad, tran que él utilizó reglas rabínicas como las de
entre los judíos de la diáspora, a los textos he- Hillel e Ismael (p. ej., Mt 6,26; Mc 2,25-28; Jn
breos, y los cristianos se mantuvieron fieles a 7,22; 10,34-36). También los evangelistas inter-
esta historia milagrosa, narrando su origen con pretaron la Escritura a semejanza del pésher de
detalles aún más coloridos. Convencido del ori- la comunidad de Qumrán, como lo muestran,
gen divino de la Septuaginta, san Agustín de Hi- por ejemplo, las antitesis del Sermón de la mon-
pona se opuso al esfuerzo de san Jerónimo por taña («se ha oído que se dijo... pero yo les digo»)
mantener en forma exclusiva lo que él llamaba y el sermón inaugural de Jesús en la sinagoga de
la Veritas Hebraica (o «Verdad Hebrea»), y la au- Nazaret: «Hoy se ha cumplido este pasaje de la
toridad de Agustín ejerció una influencia decisi- Escritura que acaban de oír» (Lc 4,21). Tampo-
va en la elaboración de las listas de los libros ca- co faltan rastros de alegorías en sus parábolas,
nónicos en los concilios africanos, incluyendo, aunque estas pueden haber sido introducidas
por supuesto, los llamados «deuterocanónicos» por los evangelistas, siguiendo algunos antece-
(Epistola XXVIII. 2; LXXI.4; De doctrina Cristia- dentes judíos (v. gr., Mt 13,3-9; 13,18-23; Mc 4,3-
na II, XV, 22; La ciudad de Dios XVIII, 43). 20; Mt 13,24-30; 13,37-43; cf. Jue 9,7-15).
Filón estaba familiarizado con las tradicio-
nes halákicas y haggádicas, derivadas de los es-
cribas y de los rabbís y aspiraba a desalentar la Pablo de Tarso y la «alegoría»
adhesión literal a la Torá (De la migración de
Abraham 89-94). Además, en la tradición de la En su famosa exégesis de la historia de
apologética judía de Alejandría él también en- Abraham, Sara y Agar (Gn 16 y 21), Pablo usa
contró las verdades filosóficas de la ética estoi- el participio allegoroumena (Gál 4,24; del grie-
ca y de la cosmología platónica, que parecían go allegorein, «hablar alegóricamente»). Así re-
desautorizar las «imposibilidades», «impieda- conoce su deuda con la retórica helenística, to-
des» y «absurdos» de las historias bíblicas. Por do parece indicar que el uso del término y del
eso, examinando cuidadosamente el texto ins- método (cf. 1 Cor 9,9-10) estimuló más tarde a
pirado en busca de contradicciones, expresio- la alegorización los otros textos, especialmente
nes peculiares, etimologías, números misterio- después de otros escritos como la epístola a los
sos y así sucesivamente, el sutil exégeta logró Hebreos y la de Barnabas promovieron una
desentrañar la verdadera enseñanza que Dios alegorización sistemática y más polémica de la
deseaba transmitir, a saber, una enseñanza que Ley. La interpretación de las Escrituras practi-
en la opinión de Filón coincidía con la mejor cada por Pablo revela también cierta familiari-
tradición filosófica de su tiempo. Así, en sus co- dad con la middot rabínica (ej., Qal wahomer
mentarios a los textos del Génesis y del Éxodo, en Rom 5,5-21; 2 Cor 3,7-18; gezera sawa en
Filón produjo un rico despliegue de ingenio y Rom 4,1-12; kala uperat en Rom 13,8-10, y con
de alegorización imaginativa. Para él, los dos la lógica de la exégesis pésher. Este último pun-
relatos de la creación, contados en los caps. 1 y to tiene importancia para la interpretación de
2 del Génesis, hablaban de dos naturalezas hu- algunos textos paulinos.
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El núcleo de la hermenéutica 5,14) y típikós (1 Cor 10,11), es decir, expresio-


nes que en otros contextos designado simple-
Pablo, por supuesto, no compartía todos los mente un ejemplo. El reconocimiento de tales
principios hermenéuticos de la comunidad de «tipos» en las Escrituras judías era parte de la
Qumrán, pero, como otros judíos de su tiem- catequesis bautismal de Pablo, que capacitaba
po, compartía la convicción de vivir en los a los cristianos para reconocer a Cristo en la
tiempos de la revelación final de Dios. Esta re- «roca espiritual» de la que bebían los israelitas
velación le había llegado a él personalmente durante su marcha por el desierto.
junto con su nueva comprensión de la obra re- Así la alegorización de Pablo, como la de
dentora de Jesús y de su propia misión en el otros antiguos escritores cristianos, tomó la
plan de Dios para el fin de los tiempos (Gál forma de una tipología escatológica. Los even-
1,12-16). Para Pablo, como para los miembros tos de la historia judía fueron leídos como
de la secta de Qumrán, el centro hermenéuti- prefiguraciones de los eventos del fin de los
co de la Escritura se desplazaba desde la Torá tiempos, que ya habían comenzado con la re-
al mensaje profético, de manera que él identi- velación de Jesucristo. Ms tarde, los autores
ficó el cumplimento de las profecías mesiáni- del NT completaron esa lógica. El bautismo
cas con la venida, la muerte y la resurrección cristiano en 1 Pe 3,21 es interpretado como el
de Jesús. «antitipo» del rescate de Noé del diluvio, mien-
La relación profecía-cumplimiento hizo de tras que Heb 9,23-24 emplea el lenguaje de la
la Escrituras judías el libro de los cristianos y hermenéutica helenístico-platónica, que se ex-
les dio la clave para comprender los eventos presa en términos de copia y original, sombra y
vividos por la primera generación de los discí- realidad (aunque su base bíblica es reconocida;
pulos de Jesús durante la vida terrena del Maes- cf. Heb 8,5 y Éx 25,9.40). La combinación de la
tro y después de su resurrección (cf. 1 Cor tipología alegórica, que lee el plan de la salva-
15,1-4). Según el NT, esta nueva lectura de la ción de Dios desde los acontecimientos de la
historia de Dios con su pueblo llegó a ser po- historia de Israel, y la alegoría tipológica, que
sible porque el Señor resucitado había abierto sitúa esta salvación en el reino de la verdad
la inteligencia de sus discípulos para que com- más allá de la historia, llegó a ser característi-
prendieran el verdadero sentido de las Escri- ca de la exégesis cristiana en el s. II.
turas (Lc 24,45; cf. Jn 16,12-15). Y Pablo ilus- La misión de Pablo a los gentiles preparó el
tra este hecho de capital importancia en un camino para este desarrollo. Para la herme-
midrásh sobre el «esplendor pasajero» de la néutica cristiana, lo mismo que para otras
gloria que irradiaba el rostro de Moisés (2 Cor áreas de la reflexión teológica, esta misión sig-
3,4-18). A causa de aquel deslumbrante res- nificó un paso decisivo. Al constituirse paula-
plandor, Moisés debió cubrir su rostro con un tinamente en una comunidad independiente
velo porque los israelitas no podían fijar sus del judaísmo, los cristianos se fueron apro-
ojos en él. Pero ahora ese velo –tomado en sen- piando de las Escrituras judías y aprendieron
tido metafórico– simboliza la ceguera actual a leerlas como un testigo anticipado de la Nue-
de los que se obstinan en atribuir un valor per- va Alianza de Dios con la humanidad en el Se-
manente a lo que no era nada más que una ñor Jesucristo, el eterno Verbo de Dios. Al mis-
etapa transitoria. Por tanto, el velo ya no está mo tiempo, a aquel primer testigo de la
en el rostro de Moisés, sino en los ojos y en los manifestación de la Palabra en la historia (cf.
corazones de quienes leen el AT, sin llegar a Jn 1,14) se le añadió un nuevo corpus de Es-
comprender el verdadero valor de la alianza crituras sagradas, que procedían en última
mosaica y de su plenificación en la nueva instancia de la generación de testigos oculares
alianza instituida por Cristo. de lo que Cristo hizo y enseñó (cf. Lc 1,1-4).
Para la fe centrada en la persona del Verbo
Salvador, el testigo profético de las Escrituras
La tipología antiguas y el testigo apostólico de los nuevos
escritos formaban una indisoluble unidad.
En varios pasajes de sus cartas, Pablo ense-
ña a sus lectores que lo escrito en los libros sa-
grados de Israel había sido escrito «para nues-
El siglo II
tro bien» (1 Cor 9,9; 10,11; Rom 4,24; 15,4). A
primera vista, estas aplicaciones parecen refle-
jar simplemente procedimientos de midrásh Marción y el desafío del gnosticismo
haggádico. En 1 Cor 10,1-11 Pablo reelabora
en estilo midráshico tradiciones conectadas Durante las primeras décadas del s. II, la in-
con Éx 17,5-6; Nm 21,16-17; Dt 32,1-7. Pero su terpretación de las Escrituras judías consti-
nuevo principio hermenéutico da a la inter- tuyó la tarea principal de la hermenéutica
pretación un nuevo marco, comparable al del cristiana. Esto es verdad aun en el caso de
pésher de Qumrán. En este contexto, Pablo Marción, cuyo «canon», polémicamente redu-
emplea las palabras typos (1 Cor 10,6; Rom cido, negaba la autoridad de otros escritos re-
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conocidos como apostólicos por los demás días un libro cristiano –el Antiguo Testamento–
cristianos del s. II. se le asignó una sola continuación legitima: el
Marción, un laico del Ponto, de mente re- Nuevo Testamento. De esta manera, el emer-
formista, trabajó por un tiempo en la Iglesia gente movimiento cristiano se autodefinía co-
de Roma, pero más tarde la dejó para formar mo la más aguda antítesis de la comunidad ju-
una contra-Iglesia rápidamente expandida día. Y cuanto más se aferraban los cristianos a
(hacia el 114 d.C.). El punto central de su doc- las Escrituras judías leídas alegórica o tipoló-
trina era el completo rechazo de las Escrituras gicamente, tanto más profunda era la separa-
judías, atribuidas a un dios iracundo y malig- ción con el judaísmo. Más aún, después del
no, opuesto al Dios de Amor proclamado por triunfo del cristianismo, los judíos llegaron a
Jesús y revelado a Pablo. Su actitud sospecho- ser, para buena parte de la tradición patrística,
sa frente a las tendencias armonizantes de la los «testigos» de la ira de Dios contra los no
alegoría y de su aplicación tipológica lo indu- creyentes.
jo a declarar que solamente «el Apóstol» (es
decir, el cuerpo revisado de diez epístolas pau-
linas) y «el Evangelio» (una versión del Evan- La exégesis de los valentinianos
gelio de Lucas purgado de toda contamina-
ción judía) eran aceptables para la verdadera La apropiación de las Escrituras judías en
fe cristiana. un marco cristiano fue también una actividad
Para justificar su actuación, Marción puso de capital importancia entre los gnósticos, a
al frente de su canon las Antítesis, una obra en quienes la exégesis cristiana en general les de-
la que trata de refutar a quienes «deforman el be una deuda considerable. Para los gnósticos,
evangelio de Cristo» y siembran la discordia el anuncio de la salvación tenía lugar en las
entre los cristianos (Gál 1,6-7), identificando palabras del Salvador transmitidas por los
al Dios bueno revelado por Jesús con el dios evangelios, por los apóstoles (especialmente
cruel y celoso del judaísmo. También incluye por Pablo) y por algunas tradiciones «secre-
entre los falsos hermanos a los apóstoles –in- tas» acerca de Jesús. Pero la condición indis-
cluidas las «columnas», Pedro, Juan y Santia- pensable para interpretar esas palabras era
go– a quienes hace responsables de la «judai- poseer la clave hermenéutica de su lectura, es
zación» del evangelio de Jesús. En lo que decir, conocer todo el sistema gnóstico. En las
respecta a Pedro, una prueba fehaciente es su Escrituras, los gnósticos leían sus propias doc-
conflicto con Pablo en Antioquía, a propósito trinas, con la ayuda de un método alegórico
de la separación en las mesas. que les permitía descubrir en los textos refe-
El diteísmo marcionita fundamenta la lec- rencias a una realidad distinta de la que pare-
tura altamente polémica que Marción hace de cían designar a primera vista. En los autores
Pablo: polémica contra la Iglesia de su propio eclesiásticos que combatieron a los gnósticos
tiempo, considerada heredera de la enseñanza se puede encontrar numerosos ejemplos de es-
apostólica deformada y contra la tradición ta exégesis, especialmente en el Adversus Hae-
eclesiástica, por completo impregnada de ju- reses de Ireneo de Lyón, compuesto entre los
daísmo. Por eso Marción rechaza toda línea de años 180 y 190.
tradición doctrinal, para vincularse directa- Por supuesto, las distintas corrientes del
mente con la fuente que le ofrece el «evangelio gnosticismo no constituían un todo homogé-
puro» y el texto reconstruido de las cartas pau- neo. El grupo de los valentinianos parece ha-
linas. De este modo, Pablo obtuvo una auto- ber sido el primeros en producir comentarios
nomía y un relieve individual que no le había de los escritos sagrados del cristianismo, en
reconocido la tradición anterior, al precio del especial del evangelio de Juan y del Corpus
exacerbado aislamiento que lo separaba del am- paulino. De hecho, el comentario de Orígenes
biente al que pertenecía y contra el cual él ha- sobre el cuarto Evangelio refuta al gnóstico
bía luchado tenazmente (cf. Gál 2,9). Heracleon punto por punto. E. Pagels ha su-
Marción y sus principios hermenéuticos gerido que el propósito principal de la exége-
fueron condenados por la Iglesia oficial, que sis valentiniana era la coordinación de la cos-
reconoció la autoridad de las Escrituras judías mología gnóstica y soteriológica con una
como testimonio profético, inspirado por Dios, «grilla hermenéutica» extraída principalmente
de la verdadera fe cristiana. Esas Escrituras de las epístolas de Pablo. La enseñanza públi-
habían sido una de las herramientas más efec- ca valentiniana no estaba dirigida a los hom-
tivas para la misión evangelizadora entre los bres carnales, los «hílicos», que se considera-
judíos y para la apologética cristiana, de ma- ban perdidos, ni a los «pneumáticos», que se
nera que al fin de la controversia la Iglesia re- creían en posesión de la plenitud del espíritu
tuvo un canon cristiano normativo en dos par- (pléroma), sino a un grupo intermedio –los «fí-
tes: el AT y el NT. sicos»– que aún podían ser salvados si se los con-
Cabe señalar, sin embargo, que esta deci- ducía de la simple exposición literal de los tex-
sión antimarcionista tuvo una grave conse- tos sagrados a la instrucción más esotérica
cuencia negativa. Al hacer de las Escrituras ju- sobre la verdad espiritual y moral.
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La respuesta a los gnósticos blan de la verdad escondida que debía ser re-
velada. Los judíos los leen, pero no alcanzan
La gnosis valentiniana fue para Ireneo de a interpretarlo en su sentido más profundo.
Lyón una de las mayores herejías, objeto de sus Los cristianos, en cambio, poseen la clave
ataques en los cinco libros de su tratado Anti- hermenéutica en la venida de Cristo, que
gnóstico, comúnmente conocido como Adver- descubre el sentido de todos los misterios y
sus Haereses (Contra las Herejías, ca. 180-190). oikonomías de Dios, desde el principio hasta
La polémica de Ireneo, como la de los apolo- el fin.
gistas anteriores a él, se centró en un punto: La perspectiva cristiana se ensancha en la
los dos Testamentos no son la revelación de situación escatológico-apocalíptica, que con-
dos dioses distintos, sino del Único Dios, el tiene una visión de la historia universal: Cris-
Creador de todo lo revelado por Él mismo en to vino «en los últimos tiempos», pero vino
la historia de ambos Testamentos. Esta revela- para la salvación de todas las generaciones.
ción nos da a conocer el plan divino de salva- La tipología bíblica no solo apunta a su
ción para toda la humanidad, y ha sido la en- primer advenimiento, sino también al tiem-
carnación de Cristo, el Hijo y la Palabra de po de la Iglesia y a su parusía final (IV.22;
Dios, la que removió, en la plenitud de los IV.33.1).
tiempos, el velo que impedía interpretar co- Con un argumento semejante, Ireneo trata
rrectamente aquello que antes no había sido de refutar también a los gnósticos. Si los ju-
nada más que predicción y prefiguración. díos no tienen la clave, los gnósticos se fabri-
can la suya propia. Él critica primero el prin-
cipio hermenéutico gnóstico: ellos mutilan la
San Justino mártir y los apologistas economía salvífica revelada por Dios, la des-
pojan de su belleza mosaica y luego reúnen en
En su tratado Dialogo con Trifón (ca. 160), sus propios mitos las piezas fragmentadas
el mártir Justino trata de responder a las críti- (I.8.1; I.9.4). Sus reglas hermenéuticas no son
cas de los judíos. Su método apologético se ba- satisfactorias: ven problemas profundos don-
sa en la prueba desde la profecía. A partir de de no los hay, y explican lo claro y obvio por lo
profecías reales o supuestas, Justino afirma oscuro y sombrío (II.10).
que Jesús era sin duda el Mesías esperado por Las Escrituras necesitan una llave o clave
el pueblo de Israel, ya que en él se cumplían cristiana, pero esta llave debe ser manejada
todas las predicciones de las Escrituras, literal por intérpretes confiables. Ni los rabinos ju-
o tipológicamente. díos ni los maestros gnósticos satisfacen esa
Los escritos de san Justino son una mina de exigencia. Un elemento decisivo para una co-
información acerca de la tipología tal como se rrecta interpretación es la iluminación de la
practicaba entre los cristianos del s. II. A par- exégesis bíblica con la regula fidei, y vicever-
tir de los evangelios y de otra literatura cris- sa. De ahí la necesidad del recurso a la tradi-
tiana, él encuentra precedidas o prefiguradas ción, que comprende distintas etapas: la en-
en el AT las características más importantes de señanza de los apóstoles, la Iglesia extendida
su credo cristológico: el nacimiento virginal por el mundo entero, la sucesión de los obis-
de Cristo, sus milagros, sus padecimientos, su pos a quienes los apóstoles confiaron cada
muerte y resurrección, el bautismo cristiano, una de las iglesias locales. De este modo ha
la Iglesia. Los «tipos» de la cruz fueron para él llegado hasta nosotros la «conservación in-
de un de in interés particular. De hecho, Justi- mutable de las Escrituras, lo cual implica tres
no los encontró no solo en la figura de Moisés cosas: una transmisión integral sin añadidos
orando en la batalla contra Amalek (Éx 17,10- ni sustracciones, una lectura exenta de frau-
11) o en los cuernos del toro salvaje (Dt 33,17), de y, de acuerdo con esas Escrituras, una in-
sino en cada vara, madera o árbol menciona- terpretación legítima, apropiada, exenta de
dos en la Biblia (Dialogo con Trifón 86; 90-91). peligro y de blasfemia. Finalmente, el don
El inmenso repertorio de «tipos» semejan- eminente del amor más precioso que el cono-
tes a los descubiertos por Justino también cimiento, más glorioso que la profecía, supe-
puede ser ilustrado ilustrado por otros escritos rior a todos los demás carismas» (Adv. Haer.
contemporáneos, tales como la Epístola de Bar- IV.33.38).
nabé (ca. 135) o la Homilía de Pascua de Meli- La interpretación segura de la Escritura es
tón de Sardes (a fines del s. II), que explotó las función de una Iglesia, la cual debe tener, no
analogías del Éxodo con la muerte y resurrec- solo la tradición sino la correcta tradición. So-
ción de Cristo. lo tal interpretación puede ser llamada verda-
dera gnosis. Ireneo encuentra esa autoridad
en los presbíteros, que ejercen su oficio a tra-
Principios hermenéuticos de san Ireneo vés de una línea inquebrantable que llega has-
ta los Apóstoles y sus discípulos, y cuya vida y
En su obra Adversus Haereses IV.26, Ire- doctrina exhiben el «carisma de la verdad»
neo de Lyón afirma que los textos del AT ha- (IV.26.2; I.10.1-2).
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11 ASPECTOS DE LA HERMENÉUTICA PATRÍSTICA

Tertuliano Clemente de Alejandría

R. M. Grant ha llamado a Ireneo el «Padre de Para Clemente (muerto antes del 215), la in-
la exégesis autorizada». Pero Ireneo no estaba terpretación de las Escrituras judías como un
solo en promover una hermenéutica autoritati- libro cristiano fue solo parte de un desafío her-
va. De hecho, el problema se plantea aún con menéutico más amplio. La verdad, según él,
mayor agudeza en el tratado de Tertuliano De era en todas partes idéntica con la del cristia-
Praescriptione haereticorum (ca. 200). Para Ter- nismo, es decir, con la revelación final del Ver-
tuliano, en efecto, no tenía ningún sentido dis- bo de Dios. Pero se requería un arduo trabajo
cutir con los gnósticos sobre la interpretación de para extraerla de los textos, porque «todos los
las Escrituras, porque aún estando de acuerdo teólogos, bárbaros y griegos, escondieron
en el canon y practicando métodos exegéticos los principios de las cosas y entregaron la ver-
comunes, ellos estaban siempre encontraban ar- dad en enigmas y símbolos, alegorías, metáfo-
gumentos para dictar su propia «agenda». ras y figuras similares» (Strom. V, 21.4). «Ca-
El verdadero campo de batalla no era en- si toda la Escritura se expresa en enigmas»
tonces la interpretación, sino el derecho de (Strom. VI, 124. 5-6), y lo mismo hay que decir
usar las Escrituras para todos. Los escritos de su traducción griega (la Septuaginta, tam-
apostólicos pertenecían a la Iglesia Apostólica. bién inspirada por Dios) y de los primeros es-
Los gnósticos, con su recurso a tradiciones se- critos cristianos. Encontrar esta verdad escon-
cretas, no tenían derecho a usarlas, porque so- dida es tarea del interprete, iluminado por la
lo la enseñanza en las Iglesias fundadas apos- gnosis o conocimiento mas profundo dado por
tólicamente podía ser la medida de la correcta Cristo a sus Apóstoles después de la resurrec-
interpretación. «Correcta», para Tertuliano, ción, a fin de hacerlos capaces de comprender
significaba congruente con la «Regla de la la verdad simbólica del lenguaje bíblico.
Fe», es decir, con el credo de la Iglesia. Fuera Siguiendo a Filón, Clemente alegorizó libre-
de esto, no es necesario nada mas: «No saber mente el Antiguo Testamento. Su principio her-
nada en contra de la Regla de la Fe significa menéutico se fundaba en la convicción de que
tener toda la ciencia» (Prescripción 14). en Cristo, el Logos encarnado, toda auténtica
Aquí nos encontramos con una sospecha verdad había alcanzado su meta. Lo importan-
profunda hacia la exégesis profesional, que te era identificar el significado verdadero, y pa-
había convertido en principio metodológico la ra lograrlo se valió de una mezcla ecléctica, en
búsqueda inacabable de la verdad. Los gnósti- la que se combinaban elementos de la cosmo-
cos adujeron como garantía Mt 7,7: «Busquen logía helenística, de la soteriología cristiana y
y encontrarán». Para los cristianos, sostiene de la moral tanto pagana como cristiana.
Tertuliano, la búsqueda ha finalizado. Dios ya En cambio, las palabras de Jesús y los escri-
ha revelado el contenido de la verdadera fe y tos del NT, que Clemente utilizó junto con otros
esta debe ser defendida de las erosiones que libros cristianos primitivos, no requerían mu-
produce la curiosidad ilícita. Para ambos, Ire- cho tratamiento alegórico; sus misterios relati-
neo y Tertuliano, la curiosidad ilícita es el ma- vos a la Iglesia y a la vida futura eran más fá-
yor peligro que ocasionan la investigaciones cilmente accesibles a la verdadera gnosis. Las
de las hermenéuticas gnósticas. figuras del AT son desveladas en Jesucristo. Pe-
ro aún después de Cristo hay un sentido escon-
dido en la Escritura, que ya no es tipológico si-
Los ss. III y IV no que abre el espíritu del creyente a las cosas
celestiales, es decir, a la gnosis del misterio.
En lo que respecta a su enseñanza sobre la
La hermenéutica alejandrina Iglesia, su credo y su ética tanto para la gente
sencilla como para los creyentes más inicia-
La protesta de los Padres de fines del s. II, dos, Clemente se distinguió del gnosticismo
no obstante, no podía oponerse a los tiempos. especulativo. Seguramente Ireneo y Tertuliano
La hermenéutica profesional científica era la no habrían considerado a Clemente como uno
tendencia del futuro. De ahí el interés en los ss. de sus antagonistas gnósticos.
III y IV por interiorizarse en los métodos prac-
ticados en los centros de la cultura helenística.
Una de las tradiciones hermenéuticas más an- Orígenes
tiguas se desarrolló en Alejandría. Eusebio de
Cesarea habla de una escuela catequística con En Orígenes (ca. 185-253/54) encontramos
una sucesión de famosos maestros, empezan- una de las más grandes mentes y probable-
do por Panteno (final del s. II) y siguiendo con mente al teólogo más influyente de principios
Clemente de Alejandría y Orígenes (Historia de la era cristiana. Muchos de sus escritos se
Eclesiástica V. 10; VI. 6ss). No es posible poner han perdido debido a una condena posterior
en duda el fuerte influjo de estos teólogos so- por el emperador Justiniano en el 543. No obs-
bre la historia cristiana subsiguiente. tante, la sabiduría moderna ha sido capaz de
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ARTÍCULOS GENERALES 12

unir largas porciones de su sorprendente pro- de las Escrituras, es decir, las homilías y los
ducción literaria. La mayoría de ella está de- comentarios, pero también las obras de con-
dicada a la interpretación bíblica. Orígenes troversia y teología, donde la referencia a la
coloco un cimiento sólido mediante un cuida- Escritura sirve como argumento principal.
doso trabajo sobre el texto bíblico, incluyendo »El lugar habitual de la lectura bíblica es la
su historia textual. Su Héxapla, un texto polí- iglesia, durante la liturgia. Por eso, la inter-
glota del Antiguo Testamento escrito en seis pretación propuesta es siempre de naturaleza
columnas paralelas, fue aun admirado por san teológica, pastoral y teologal, al servicio de las
Jerónimo en Cesarea en el s. V antes que se comunidades y de cada uno de los fieles.
perdiera durante la tormenta de la conquista »Los Padres consideran la Biblia, ante todo,
árabe. Jerónimo clasificó los escritos exegéti- como el libro de Dios, obra única de un único
cos de Orígenes en tres categorías: escolios o autor. No reducen, sin embargo, a los autores
glosas cortas explicativas, comentarios y homi- humanos a meros instrumentos pasivos, y sa-
lías (PL 25, 585-586). La mayoría de los libros ben asignar a tal o cual libro, tomado indivi-
de la Biblia son tratados en una u otra de es- duamente, una finalidad particular. Pero su ti-
tas formas. po de acercamiento no concede más que una
Orígenes también fue el autor del primer ligera atención al desarrollo histórico de la re-
tratado técnico sobre la teoría hermenéutica velación. Numerosos Padres de la Iglesia pre-
cristiana. Conforme al esquema trazado en el sentan al Logos, el Verbo de Dios, como autor
Perì Arjón, encuentra tres sentidos en la Escri- del Antiguo Testamento y afirman así que toda
tura, que percibirán respectivamente y en se- la Escritura tiene un alcance cristológico.
cuencia acumulativa los simples o principian- »Salvo algunos exégetas de la Escuela an-
tes, los progresantes y los perfectos: un sentido tioquena (Teodoro de Mopsuestia en particu-
histórico (el relato de los hechos o el texto de lar), los Padres se sienten autorizados a tomar
las leyes); un sentido moral (aplicado al alma una frase fuera de contexto para reconocer allí
sin que intervenga necesariamente el dato cris- una verdad revelada por Dios. En la apologéti-
tiano) y un sentido místico (relativo a Cristo, a ca, frente a los judíos, o en la controversia
la Iglesia y a todos los misterios de la fe). dogmática con otras teologías, no dudan en
apoyarse sobre interpretaciones de ese tipo.
»Preocupados sobre todo por vivir de la Bi-
Características generales de la blia en comunión con sus hermanos, los Pa-
hermenéutica patrística dres se contentan frecuentemente con utilizar
los textos bíblicos corrientes en su ambiente 1.
Las breves referencias anteriores apenas Orígenes se interesa metódicamente por la Bi-
dan una idea de los esfuerzos realizados por blia hebrea, sobre todo animado por su deseo
los Padres de la Iglesia para llegar a una co- de argumentar frente a los judíos a partir de
rrecta interpretación de la Biblia. Hoy la exé- textos aceptados por ellos. San Jerónimo re-
gesis dispone de nuevos métodos, que el docu- sulta una excepción cuando exalta la hebraica
mento de la Pontificia Comisión Bíblica sobre veritas.
La Interpretación de la Biblia en la Iglesia ex- »Los Padres practican de modo más o me-
pone y evalúa en sus aspectos positivos y en nos frecuente el método alegórico para disipar
las limitaciones propias de todo acercamiento el escándalo que podían sentir algunos cristia-
humano a la palabra de Dios. Sin embargo, nos y los adversarios paganos del cristianismo
como lo señala ese mismo documento, los Pa- frente a tal o cual pasaje de la Biblia. Pero la
dres enseñan a leer teológicamente la Biblia literalidad y la historicidad de los textos son
en el seno de una tradición viva, y la experien- raramente anuladas. El recurso de los Padres
cia eclesial que refleja su exégesis sigue siendo a la alegoría supera generalmente el fenómeno
todavía hoy un testimonio valioso de espíritu de una adaptación al método alegórico de los
auténticamente cristiano. Por eso podemos autores paganos.
concluir con una cita del mencionado docu- »El recurso a la alegoría deriva también de
mento, que se refiere precisamente a los as- esta convicción: la Biblia, el libro de Dios, ha si-
pectos más esenciales de la hermenéutica de do dado por él a su pueblo, la Iglesia. En prin-
los Padres: cipio, nada se debe dejar de lado, como fuera
La exégesis patrística «ha sacado del con- de uso de definitivamente caduco. Dios dirige a
junto de la Escritura las orientaciones de base su pueblo cristiano un mensaje siempre actual.
que han dado forma a la tradición doctrinal de En sus explicaciones de la Biblia, los Padres
la Iglesia y ha proporcionado una rica ense- mezclan y entrecruzan las interpretaciones ti-
ñanza teológica para la instrucción y la ali- pológicas y alegóricas de un modo difícilmente
mentación espiritual de los fieles. discernible, siempre con una finalidad pastoral
»En los Padres de la Iglesia, la lectura de la y pedagógica. Cuanto ha sido escrito, lo ha si-
Escritura y su interpretación ocupan un lugar do para nuestra instrucción (cf. 1 Cor 10,11).
considerable. Lo testimonian en primer lugar las »Persuadidos de que se trata del libro de
obras directamente ligadas a la comprensión Dios, el cual es, por tanto, inagotable, los Pa-
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13 ASPECTOS DE LA HERMENÉUTICA PATRÍSTICA

dres creen poder interpretar tal pasaje según el Diálogo como testigo de un texto bíblico corrien-
el esquema alegórico, pero consideran que ca- te en algunos grupos judíos del s. I. Cf. F. Culdaut,
da uno queda libre de proponer otra cosa, En el origen de la palabra cristiana, 57.
mientras respete la analogía de la fe».
BIBLIOGRAFÍA
NOTAS Culdaut, F. (dir.), En el origen de la Palabra Cristiana,
Documentos en torno a la Biblia 22, Verbo Divi-
1. San Justino, por ejemplo, parece conocer va- no, Estella 1993.
rias formas del texto bíblico. Como cita constante- Evans, C. E., Ancient Texts for New Testament Stu-
mente las Escrituras, cabe preguntar qué tipos de dies. A Guide to the Background Literature, Hen-
textos son los que invoca en su argumentación, y si drickson Publishers, Peabody, Massachusetts
es razonable considerarlo como un testigo serio de 2005.
la historia del texto bíblico en el s. II. En un tiempo Ferguson, E., Encyclopedia of Early Christianity,
se pensó que el texto atestiguado por él no era más Garland Publishing, Nueva York-Londres 1990.
que una recensión personal de los Setenta (LXX). Jefford, C. N., Reading the Apostolic Fathers. An In-
Luego, debido a los problemas críticos planteados troduction, Hendrickson Publishers, Peabody,
por el texto mismo del Diálogo (que conocemos tan Massachusetts 1996.
solo por un manuscrito del s. XIV), los especialistas Ketterer, E. y M. Remaud, El Midrás, Documentos
perdieron confianza en este documento como testi- en torno a la Biblia 24, Verbo Divino, Estella
go del texto bíblico. Sin embargo, en 1952 se descu- 1995.
brió en el desierto de Judá un texto griego de los Muñoz León, D., «Panorama de la Literatura Inter-
Profetas Menores, que por su escritura se puede fe- testamentaria», Reseña Bíblica 23 (1999) 5-12.
char a fines del s. I y que se asemeja bastante al tex- Neusner, J., Le Judaïsme à l’aube du Christianisme,
to utilizado por Justino. El estudio minucioso de es- Cerf, París 1986.
te texto griego parece mostrar, además, que se trata Trevijano, R., La Biblia en el cristianismo antiguo,
de una recensión de los Setenta, obra de unos escri- Verbo Divino, Estella 2001 (con abundantes refe-
bas judíos. Por tanto, podría confiarse de nuevo en rencias bibliográficas).

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