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Iniciemos con los autores Lewin, Lippitt y White (1939) y Lippitt y White (1943)
quienes aportaron sobre el liderazgo autocrático, democrático y Laissez faire, que
consolidaron en 1971 y luego el aporte de Shaw (1989) a los mismos estilos que
más adelante se definirán.
Likert (1961, 1967) aportó los estilos de: 1) Liderazgo autoritario explorador donde
el líder no tiene confianza y fe en los subordinados. 2) Liderazgo autoritario
benévolo donde existe Fe y confianza condescendientes como la del líder con el
colaborador. 3) Liderazgo consultivo donde el líder tiene bastante fe y confianza,
pero no totales, sigue deseando conservar el control de las decisiones. 4)
Liderazgo participativo donde el líder tiene completa fe y confianza de su
colaborador en todas las circunstancias.
También las aportaciones de Burns (1978), Bass (1985, 1994, 1996), Avolio y
Bass (1988) y Crawford (1995). Estos autores clasificaron los diferentes modelos
en dos apartados, tomando como criterio el tipo de interacción que surge entre el
líder y el resto de miembros del grupo, y los denominaron: 1) Liderazgo
Transaccional donde el líder tiene derecho a llamar la atención a quien considere
que su trabajo no está como él desea. Por lo tanto, el líder se enfoca a motivar a
sus seguidores hacia metas establecidas, aclarando que roles y actividades le
corresponden a cada uno. 2) Liderazgo Transformacional donde el líder inspira a
sus equipos en forma permanente, y le transmite su entusiasmo al equipo. Realiza
acciones, para que sus seguidores se involucren de mejor manera en las metas a
conseguir. Estos líderes ofrecen estímulos intelectuales individualizados,
presentan atención a las etapas del grupo y a los procesos de la organización.
Entre los aportes a los estilos, también está el “liderazgo carismático” de Conger y
Kanungo (1987) que defiende al líder carismático como el maestro del cambio
necesario para adaptarse a lo que ellos denominan “nuevos tiempos.
Ibrahim y Kelly (1986) definen cuatro estilos de liderazgo relacionados con las
estrategias concretas que necesita la empresa. 1) El liderazgo Entrepreneur con
estrategia de crecimiento, a través del líder innovador, creativo, intuitivo,
extravertido, optimista, motivado, arriesgado. 2) Liderazgo profesional, con
estrategia de cosecha, crecimiento y estabilidad a través del líder de equipo,
burocrático, conformista, estable, maduro, conservador, precavido, acepta
pequeños cambios. 3) Liderazgo CARE-TAKER (resolutor de problemas), con
estrategia de estabilidad con un líder fuerte, dominante, calculador, egoísta,
eficiente, dogmático, legalista, orientado hacia las prioridades. 4) El liderazgo
Visionario, con la estrategia de Supervivencia con un líder fuerte, analítico, asume
riesgos, espíritu de ganador, exigente, calculador, flexible en la asignación de
recursos.
Se puede sumar a estos aportes el liderazgo propuesto por Vroom y Yetton
(1973), denominado liderazgo Participativo donde se tiene en cuenta el grado de
participación de los subordinados en la toma de decisiones y la situación en que
se aplica.
Autores como Hunt, Osborn y Schuler (1978) plantean el liderazgo como resultado
del tipo de interacción que se desarrolla entre el líder y los empleados. Por ello,
rotulan como Liderazgo discrecional aquellas situaciones que se encuentran bajo
el poder del líder y como Liderazgo no discrecional, cuando los líderes adaptan su
conducta al entorno organizacional y reaccionan a las demandas de sus
subordinados.
Teniendo en cuenta los anteriores estilos de liderazgos, cabe denotar que solo
tres de estos son considerados como los estilos clásicos para una organización y
estos son: