Crítica Al Marxismo

CRÍTICA AL MARXISMO.
 El Marxismo visto desde el Nacionalsocialismo.

 Nacionalsocialismo y Marxismo.
 Nacionalsocialismo y Propiedad Privada (I).
 Nacionalsocialismo y Propiedad Privada (II).
 El monopolio judío de la Revolución Soviética.
 El papel de los judíos en la invasión soviética de Polonia.
 El socialismo y el orden mundial judío.
 Desviaciónes ideológicas: El Nacional Bolchevismo.
5
Cuadernos de Formación Política.
Cuaderno de formación Nº 1
TRES PUNTOS FUNDAMENTALES PARA ENTENDER EL NACIONALSOCIALISMO.
NOTA DEL EDITOR:
La presente publicación, como su nombre lo indica tiene la

finalidad de contribuir a la sólida formación política en la Idea
más grande jamás concebida por el hombre como forma de
organización política, social y económica: el
Nacionalsocialismo.
Recomendamos la lectura meditada del material que tiene en

sus manos. También recomendamos su más amplia difusión
como forma de extender el conocimiento de nuestra Doctrina.
La reproducción del material es totalmente libre, con la sola

condición de que se mencione la fuente. Este requisito no está
inspirado en egolatrías o afán de protagonismo, sino en el
hecho de que de esa forma se promociona la existencia del
Blog Doctrina Nacionalsocialista, donde hay mucho más
material formativo para quien se interese por ello.
ACGS
1
EL MARXISMO VISTO DESDE EL

NACIONALSOCIALISMO.
Publicado en Doctrina Nacionalsocialista
el 17 de enero de 2016.
http://doctrinanacionalsocialista.blogspot.com/2016/01/el-marxismo-visto-desde-el.html
“El marxismo representa el intento más

perfeccionado del judío por eliminar, en todos los
campos de la vida humana, la suprema
importancia de la personalidad, a fin de sustituirla
por el número de la masa.” (Adolf Hitler)
El pensamiento económico liberal ha dado los fundamentos para el

nacimiento del marxismo y del comunismo.
I. Las siguientes teorías de Marx son culpables, ante todo, del

materialismo y de la lucha de clases:
1) El materialismo filosófico.
Según él, todo ser es materia y la manera de existir de la materia es

la contradicción dialéctica. El pensamiento mundial es nada más
que el reflejo del mundo material. Verdades abstractas y
principalmente verdades absolutas y eternas deben ser rechazadas.
2) La concepción materialista de la Historia.
La historia de una época no deriva de la religión, de la filosofía, o de

la política, sino de lo económico, es decir, de la actividad
económica. Los más importantes principios de la concepción
materialista de la Historia son:
 Las relaciones materiales, económicas, determinan la historia

de los pueblos. Sobre el fundamento de esas relaciones
materiales, se erige la llamada superestructura de la sociedad;
en ella se cuentan: la religión, el derecho, la moral, la política,
la cultura, la ciencia, etc. El ámbito total de la cultura es,
según ello, inequívocamente determinado por la economía.
 La Historia hasta el presente, toda la vida social, es la historia
de la lucha de clases. El progreso se realiza solamente por la
2
lucha de una clase contra otra. En la vida económica no se

encuentran compatriotas, sino expoliados y expoliadores.
II. El nacionalsocialismo ha marcado duramente, en primer

término, los daños morales del marxismo, cuyas deplorables
consecuencias fueron:
1) La decadencia cultural a causa del materialismo.
“El materialismo histórico es la más grande, general y desgraciada

consecuencia del marxismo. Es propiamente el veneno cultural que
el marxismo ha inyectado en el espíritu de la época moderna.”
(Spann)
“El marxismo ha sometido al espíritu, destruido la bondad, y

excitado los más bajos instintos del pueblo.” (Banger)
2) La disgregación del pueblo por la lucha de las clases.
“Empresarios y trabajadores se consideran enemigos y no como

miembros de un pueblo. Uno llama al otro apátrida y este responde:
perro capitalista.” (Dr. Robert Ley)
En la Alemania Nacionalosocialista la desconfianza fue superada y

los trabajadores alemanes se organizaron en el Frente Alemán del
Trabajo y se incorporaron a la comunidad. Una gran parte de las
fuerzas del trabajo fue recuperada para la patria, de la que había
sido alejada por el marxismo.
En Alemania fue particularmente perjudicial la fe en la Internacional.

Por las razones anteriormente expuestas debió, el nacional-
socialismo fijarse como objetivo, desarraigar al marxismo.
Sin embargo, el marxismo no pudo matar el alma del pueblo

alemán; sólo lo hirió temporariamente en sus fuerzas vivas, que
cuando el Nacionalsocialismo llegó al poder y actuó en
consecuencia, retomaron a su pleno desarrollo y realidad. Se
necesitó una guerra internacional para voltear la obra construida.
3
MARXISMO O
NACIONALSOCIALISMO.
El 30 de julio de 2017.
http://doctrinanacionalsocialista.blogspot.com/2017/07/marxismo-o-nacionalsocialismo.html
El marxismo significa Democracia, Internacional, Pacifismo y Lucha

de Clase con el objetivo de abolir la propiedad privada. El fundador
de esta doctrina fue Karl Marx (nombre real Mardochei *, 1818-
1883). Marx era judío. Este hecho en sí mismo explica toda la
manera y el empuje de su pensamiento. No era "proletario", sino
que provenía de las circunstancias judías burguesas. Marx tampoco
era un líder obrero [Arbeiterführer] sino un típico literato. No sacó
sus ideas de la vida, sino de los libros. Los escritos liberal-
capitalistas de los economistas ingleses [Volkswirtschaftler] lo
influenciaron fuertemente. Su obra principal es Das Kapital. Está
lleno de palabras extranjeras inusuales; Un trabajador de una
fábrica, por ejemplo, no puede entenderlo en absoluto. No hay
mayores contrarios que Karl Marx y Adolf Hitler.
El marxismo incorpora en su forma más acentuada todas las

falacias del siglo XIX que hundió a nuestra gente en la miseria. Los
marxistas proclaman la Internacional, niegan el valor del pueblo (N.
de R.: en el sentido de “folk” o sea, tradición popular), y quieren
reemplazarlo por la "solidaridad internacional". Los marxistas eran
pacifistas. Siempre han apelado a la cobardía y han conducido o
glorificado la traición. El marxismo llamaba abiertamente a la lucha
de clases. Los marxistas defendían la democracia y el
parlamentarismo; Su partido más grande se llamó
"socialdemócrata".
Ya hemos tratado estos puntos de vista. Hemos reconocido que

estos principios son completamente rechazados,
porque consistentemente provocan el colapso de una nación.
Del espíritu de esta perniciosa falacia Karl Marx construyó una

teoría económica. Sería inconveniente examinar críticamente
todos los elementos del marxismo. Con eso, en el mejor de los
casos, se podría despertar el recuerdo de este modo de pensar
destructivo. En unos cuantos años, el veneno marxista debería ser
4
completamente extirpado, de modo que ningún alemán conozca en

absoluto lo que es el marxismo. Por lo tanto, sólo debe extraerse
aquí el punto crucial del marxismo.
Marx afirma: cada empresario siempre explota a sus trabajadores.

Ningún empleador paga nunca la ganancia completa. En
consecuencia, las empresas crecen a un ritmo cada vez mayor. El
gran negocio absorbe las pequeñas empresas. En un necesario
proceso de desarrollo llega finalmente a la conclusión, según Marx,
de que sólo hay unos pocos grandes capitalistas que, por otra parte,
se enfrentan a un enorme ejército de proletarios.
Sobre la base de esta perspectiva, Marx no exige, sin embargo, una

política económica que impida tal desarrollo. Más bien, él explica
con quintaesencia la habilidad judía en la distorsión
[Verdrehungskraft] que este desarrollo en la economía debe ser
bienvenido: es bueno que el capital grande constantemente
aumente. Es bueno que haya capitalistas cada vez más poderosos
y, consecuentemente, menos. Es decir, según Marx, un desarrollo
necesario, que uno no puede y no debe impedir, sino sólo
promover. Entonces, de acuerdo con la profecía marxista, llega el
parpadeo de un ojo en el que los pocos capitalistas son
desposeídos ("expropiación de los expropiadores" (!), Es decir
desposesión de los desposeídos) por las masas abundantes.
El proletariado debe esperar pacientemente este momento.
Esta doctrina del judío Karl Marx muestra todo el fraude del
marxismo. Aquí discernimos que el objetivo del marxismo
mismo es como el del capitalismo: el dominio de la judería
mundial. Vemos lo mismo cuando consideramos la actitud hacia la
propiedad privada. El marxismo llama a la desposesión, a la
abolición de la propiedad privada. Todo debe pertenecer al Estado.
El resultado es una recompensa para los estúpidos y perezosos
junto con un castigo para los eficientes, que han logrado algo y
ahora están desposeídos, y con eso viene una parálisis de la
productividad, una educación para la pereza y el parasitismo.
El capitalismo, por otra parte, representa la inviolabilidad, la

"santidad" de la propiedad privada. Es irrelevante cómo se
derivó el capital y cómo se utiliza. El resultado es la
explotación de lo productivo.
5
El nacionalsocialismo está fundamentalmente del lado de la

propiedad privada. Lo que cada uno crea a través de un trabajo
honesto debe pertenecerle. Pero el estado tiene el derecho de
desposeer cuando la propiedad no se utiliza para el bienestar
de la gente o no se gana honestamente.
1. Efecto del marxismo: todo pertenece a una entidad, el

Estado, es decir, los dirigentes marxistas, así a la judería.
2. Efecto del capitalismo: todo pertenece a una entidad, los
grandes capitalistas, así también a la judería.
3. Efecto del nacionalsocialismo: a cada uno su debido
[Jedem das Seine]. Evaluación de acuerdo al logro.
Gracias a Adolf Hitler, los trabajadores han sido introducidos en la

comunidad popular, arraigados en el suelo, y desproletarizados.
El marxismo y el capitalismo roban la propiedad. El

nacionalsocialismo hace propietarios.
Tanto el marxismo como el capitalismo tienen el mismo

objetivo judío y el mismo efecto judío. En ambos, todo pertenece
a las altas finanzas internacionales; Todos los demás seres
humanos no tienen bienes: son "proletarios".
La práctica del marxismo ha expuesto todo el fraude al trabajador

alemán. La preocupación ostensible por el proletario era
simplemente una actuación dramática [Spiegelfechterei] hecha para
engañar a muchos trabajadores y para encadenarlos en las
organizaciones dirigidas por los judíos. El marxismo siempre se ha
preocupado de que las clases medias y toda la burguesía se
arruinen [vernichtet] y proletarizan. Por ello, los partidos marxistas
también esperaban obtener mejores perspectivas de la agitación y,
por lo tanto, mejores resultados electorales.
La socialdemocracia y el comunismo tenían el mismo objetivo final:

diferían sólo en lo externo, debido a diferentes tácticas. El
comunismo es el camino consistente de la locura marxista.
Especialmente en el KPD la sub humanidad se organiza para el
asesinato de todo lo que implica una sana germanidad, como la SA,
que lucha contra esta destrucción y por la defensa de todas las
cosas dignas.
6
"Todo, desde robos, incendios, ataques ferroviarios, intentos de

asesinato, etc., recibe la sanción moral en la Idea Comunista. El
método del terror de masas individual solo ha costado en pocos
años al movimiento nacionalsocialista más de 300 muertos y diez
mil heridos”. Adolf Hitler:
En la Rusia soviética comunista se están destruyendo
sistemáticamente todos los cimientos del pueblo. Aquí no hay
libertad para el trabajador ni para el agricultor, ni para el matrimonio
ni para la familia, ni para la religión, ni para el honor. Aquí los
asiáticos y los judíos triunfan. Quien se opone a esta esclavitud es
aplastado con terror sangriento.
Antes de la Revolución Nacionalsocialista, el terror marxista en

Alemania se manifestaba cada vez más claramente. Adolf Hitler
había percibido que uno podía vencer el terror del marxismo no a
través de la propiedad burguesa y la cobardía, sino sólo a través de
la oposición amarga. Con este fin fundó la SA. La SA ha destrozado
el terrorismo marxista. Han cumplido su misión bajo las más
pesadas pérdidas.
Tanto el marxismo como el liberalismo tienen la misma raíz.

Son diferentes variedades de la misma cosmovisión judía
materialista. El marxismo es un liberalismo con síntomas iniciales
invertidos. El liberalismo es la avaricia de la "clase propietaria". El
marxismo es la envidia de la "clase no cultivada". Pero el
nacionalsocialismo es el sacrificio de una nación para la
nación.
El marxismo y el capitalismo son ambos instrumentos del

judaismo para la esclavitud de los pueblos. Adolf Hitler
reconoció que sólo se podía romper el poder judío cuando uno
había alejado al trabajador alemán de las organizaciones marxistas.
La enorme campaña de propaganda del NSDAP tenía el objetivo de

iluminar al pueblo alemán sobre el engaño de los judíos. Cuando los
partidos capitalistas burgueses se volvían contra el marxismo, se
volvían contra la clase obrera. Pero representaban esencialmente la
misma cosmovisión materialista que el marxismo mismo, sólo en
otra variación. Por lo tanto, la burguesía no pudo vencer al
marxismo. Ningún partido de clase, sólo un movimiento
nacional, podría llevar a cabo esta tarea.
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La lucha del nacionalsocialismo contra el marxismo nunca fue

una lucha contra el trabajador, sino siempre sobre el trabajador
y por el trabajador. Por lo tanto, nuestro líder luchó sobre todo
contra la peste marxista. Esta lucha ha terminado victoriosamente.
La Revolución Nacionalsocialista destruyó el marxismo. Ante la
embestida de la SA, esta doctrina podrida se derrumbó como una
casa de naipes.
Nuestro líder ha creado, con la destrucción y la erradicación del

marxismo, el requisito previo para el renacimiento de Alemania.
"No queremos abolir la propiedad; Más bien queremos generalizar

la propiedad ".
Dr. Joseph Goebbels.
"El día en que el marxismo sea aplastado en Alemania, sus
cadenas serán verdaderamente rotas para siempre. Porque nunca
en nuestra historia hemos sido conquistados por la fuerza de
nuestros adversarios, sino siempre por nuestros propios vicios y por
los enemigos de nuestro propio campo".
Adolf Hitler.
"El objetivo más elevado del estado popular es pues, el
mantenimiento de esos elementos raciales fundamentales que,
como transmisores de la cultura, traen la belleza y la dignidad de
una humanidad superior".
Adolf Hitler.
Otras lecturas
Véase inter alia: Adolf Hitler, Mein Kampf, especialmente vol. I,

capítulos 5 y 10; Vol. II, capítulos 2, 3 y 4.
8
NACIONALSOCIALISMO Y
PROPIEDAD PRIVADA (I)
http://doctrinanacionalsocialista.blogspot.com/2016/01/nacionalsocialismo-y-propiedad.html
Consideramos la propiedad privada como atributo inalienable de la

persona humana. Todos deben tener acceso a la propiedad y no
sólo algunos. Para los casos convenientes la propiedad comunal
compartida de los medios de producción es ideal. Esta meta no
debe imponerse inmediatamente. Todos aquellos que trabajan en
una empresa serían -según su capacidad, interés, etc.-
copropietarios. Incluso un recién ingresado se le iría convirtiendo en
copropietario a base de retenciones parciales del sueldo. La
propiedad privada es perfectamente compatible con el
Nacionalsocialismo. Nuestro apoyo a los principios de
responsabilidad personal, favorecen la propiedad privada. Pero no
es un principio inalterable, es sólo una posibilidad interesante en
tanto no se oponga al desarrollo positivo del pueblo. Por ello la
propiedad es limitada y está en todo momento supeditada a ser
usada en pro del bien común.
Nos negamos frontalmente al Estado como único propietario de

bienes de producción y de otros bienes de importancia como las
viviendas. El ser humano necesita como garantía de su libertad, la
propiedad de sus bienes. Nuestro socialismo, lo que hace es
inculcar en cada miembro de la comunidad nacional, el sentimiento
de pertenencia y la convicción de que se debe a esa comunidad.
Por tanto el uso que haga de su propiedad estará condicionado por
esa convicción. Nuestro Estado es ante todo un educador y como
órgano de conciencia de la Comunidad, logrará imponer el
sentimiento en cada connacional de que nadie puede sentirse
orgulloso de su Patria, si un solo miembro de la misma vive en
condiciones indignas.
Las diferencias económicas entre las personas sólo deben estar en

función de su trabajo, responsabilidad e iniciativa. El trabajo más
sencillo que exista debe estar suficientemente remunerado para
llevar una vida digna.
Mientras el Estado no pueda garantizar este mínimo a todos los

elementos del pueblo toda la actividad estatal debe ir dirigida a ello.
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NACIONALSOCIALISMO Y
PROPIEDAD PRIVADA (II)
http://doctrinanacionalsocialista.blogspot.com/2016/01/nuevas-consideraciones-sobre.html
La desigualdad natural, tanto física como psíquica y ética, entre los

hombres y las razas es un hecho, una realidad, no una opinión.
Oponerse a ello es inútil además de negativo, conduciendo sólo a
utopías imposibles por ser antinaturales, o a la nivelación por lo
inferior.
Esta jerarquización impuesta por la Naturaleza, debe por lo tanto

afectar nuestra concepción del socialismo. A diferencia de los
populismos actuales, rechaza nivelar hacia abajo y sabe que una
nivelación hacia arriba también es imposible. No predicamos un
humanismo utópico. Reconocemos las condiciones y limitantes
impuestas por la Naturaleza y actuamos en consecuencia. Por ello
nos pronunciamos por la selección de los mejores, desde un punto
de vista ético, para asignarle los cargos
Buscamos pues la selección de los mejores éticamente hablando,
para los cargos dirigentes de la sociedad, evitando que otros
principios (como el dinero, las influencias, la pertenencia a partidos,
o el nepotismo) sean los que impongan la selección.
Por ello nuestro Socialismo es, a diferencia del Marxista, sea

comunista o socialdemócrata, JERARQUIZADO y ANTI
IGUALITARIO. Consecuencia de esta posición es que veamos
como lógicas y naturales las diferencias económicas, siempre que
las mismas sean fruto del talento, del esfuerzo, responsabilidad e
iniciativa (factores a los que en su conjunto llamamos TRABAJO).
Nuestro socialismo, como una actitud ética y no como una doctrina

económica, nos obliga entonces a que CUALQUIER trabajo, por
más sencillo o humilde que sea, debe ser remunerado de forma tal
que permita a quien lo realiza una vida con dignidad. Es obligación
del Estado Nacionalsocialista garantizar ese mínimo a todos los
habitantes de su territorio y mientras no pueda hacerlo, todos sus
esfuerzos deberán estár dirigidos a lograrlo.
10
La propiedad privada es perfectamente compatible con el

socialismo. Nuestro apoyo a los principios de responsabilidad
personal, favorecen la propiedad privada. Pero no es un principio
inalterable, ni una ley en sí misma. Es sólo una posibilidad
interesante en tanto no se oponga al desarrollo positivo del pueblo y
por el contrario lo favorezca.Por ello la propiedad es limitada y está
en todo momento supeditada a ser usada en pro del bien común.
Debemos revisar los conceptos de propiedad individual que abrevan
en el Derecho Romano y combinarlos con los que expresara el
Derecho Germánico. Esto tienen que ver fundamentalmente con las
facultades que tiene el propietario respecto al bien objeto de
propiedad. Se deben establecer normas diferentes, en cuanto al
derecho de uso y sobre todo de "abuso", que implica el concepto de
propiedad privada.
Los bienes de producción pueden ser también privados, colectivos,

corporativos, etc., dependiendo de las circunstancias. Cuando los
bienes no pueden ser controlados por el dueño, mediante su propio
trabajo físico o intelectual, la propiedad privada pierde gran parte de
su función de apoyo a la personalidad, y se peligra en caer en una
acaparación de medios muchas veces perjudicial para la
Comunidad.
El anonimato en la propiedad es contrario al socialismo. Los

propietarios son siempre responsables de sus posesiones y de su
uso. El sistema de "acciones" en sociedades anónimas, donde la
responsabilidad está limitada a una participación en la propiedad y
un voto, es inadmisible. Se puede participar sólo con dinero
(inversión) en una empresa, pero sólo se tiene así derecho a
participar en los beneficios, nunca en la dirección y menos en la
propiedad.
Extraído de "Nuestra Ideas".

Publicación colectiva de CEDADE dirigida por Ramón Bau.
11
EL MONOPOLIO JUDÍO DE LA
REVOLUCIÓN SOVIÉTICA.
Por ACGS.
http://doctrinanacionalsocialista.blogspot.com/2016/01/el-monopolio-judio-en-la-
revolucion.html
Que el Comunismo y el Judaísmo se encuentran indisolublemente

ligados, es algo que ya nadie puede desmentir. Karl Marx, el
fundador del comunismo era de raíz enteramente judía: pertenecía
a una línea de rabinos. Igualmente Federico Engels, y la casi
totalidad de los ideólogos posteriores hasta terminar en la Escuela
de Frankfurt.
Pero hoy queremos ocuparnos de la naturaleza enteramente judía

de la Revolución Soviética de 1918, al punto tal que llamarla
Revolución Rusa, sería un error conceptual muy grande.
Empezando por los principales dirigentes revolucionarios, un

porcentaje de más de un 80 % era puramente judaico. Doce de los
diez miembros del primer gobierno de Lenin eran judios, entre ellos
los siguientes: Schmidt (Comisario Jefe de Obras Públicas),
Pfenigstein (Comisario Jefe de la deportación de la contra-
revolucionarios), Kukorskij (Comisario de Comercio) , Schlichter
(Comisario Jefe de la confiscación de la propiedad privada) y
Simasko (Comisario Jefe de la Salud). Esto sin contar a Zinoviev,
Kamanev, Trostky, Bronstein, entre muchos más.
Pero el dominio judío del aparato estatal soviético se extendía

mucho más allá del primer círculo de poder. Los judios estaban aún
en mayor número en los distintos comisariatos políticos. El
Ministerio del Interior, había nueve tales Judios entre los 10
comisarios: Ederer, Rosental, Goldenrubin, Krasikow, Rudnik,
Krohmal, Martensohn, Pfeifermann, y Schneider.
En el Comisariado de Vigilancia Política del Ministerio de Asuntos

Exteriores, de 17 comisarios bolcheviques con calidad de
diplomáticos todas pertenecían al pueblo de Israel. : Margolin, Fritz,
12
Joffe, Lewin, Axelrod, Beck, Beintler Martins Rosenfeld, Vorovskij,

Voikoff, Malkin, Rako, Manuilskij, Atzbaum, Beck y GrundBaum.
En el Comisariato Superior Económico, trece de los catores

miembros miembros eran de la línea de Abraham. : Merzvin,
Solfein, Harskyn Berta Hinewitz, Gurko, Gladneff, Axelrod,
Michaelsohn, Fürstenberg y Kogon (Secretario de Fürstenberg)
En el Comisariado de Justicia, los ocho comisionados eran judíos:

Steinberg, Berman, Lutzk, Berg, Koinbark, Schrewin, Gaussmann y
Schrader.
En el Comisariado de Educación Públcia, siete de los ocho

miembros de la Comisión, junto con sus colaboradores más
cercanos eran judíos: Groinim, Lurie, Rosenfzeld, Jatz, Sternberg,
Zolotin y Grünberg.
En el Comisariado de Vigilancia del Ejército Rojo había solamente

judíos, 15 en total: Trotsky Schorodak, Slanks, Petz, Gerschenfeld,
Fruntze, Fiscmann, Potzern, Schutzmann, Gubelmann, Eviensohn,
Dietz, Glusmann, Beckmann y Kahlmann.
Del mismo modo, catorce judios eran miembros del Consejo

Supremo Nacional de Comercio: Kamenjev, Krasokov, Schotmann,
Hekina, Eismobd, Landemann, Kreinitz, Alperovitj, Herzen,
Schilmon, Tavrid, Rotenberg, Klammer y Kisswalter.
En la parte superior de la representación pública de la policía seis

miembros y sus colaboradores más cercanos eran Judios.
En el Comité Central del Partido sentó Lenin, que era un Judio (su
madre, era de pura cepa judía) con dos no-judios y VEINTISIETE
Judios Swerdlow, Kremmer, Bronstein, Katz, Goldstein, Abelmann,
Zünderbaum, Uritzki, Rhein, Schmidowitz, Zeimbuhr, Rifkin,
Schirota, Tschenilowski, Lewin, Weltmann, Axelrod, Fuschmann,
Kraiskow, Knitzunck, Rader, Haskyn, Goldenrubin, Frisch,
Bleichmann, Lantzner y Lischatz.
En la policía secreta, la Cheka, el predecesor de la GPU y la NKVD,

treinta y uno de los treinta y cuatro comisarios principales eran
judíos: Derzhinski, Limbert, Vogel, Deipkhyn, Bizenskij, Razmirovitj,
Sverdlov, Jahnsohn, Kneiwitz, Finesch, Delavnoff, Ziskyn, Oro,
Scholovski, Rentenberg, Pernestán, Knigkiesen, Blumkin, Grunberg,
13
Lanz, Heikina, Ripfkin, Kamkov, Jacks, Woinstein, Leindovitj,

Gleistein, Helphan, Lazarevitj, Silencus y Mohdel.
Se podría alargar más la larga lista de comisarios judíos en la

naciente Unión Soviética. Los revolucionarios predominantemente
judíos bolcheviques era abrumadora,. Todo habla a favor del hecho
de que la "revolución rusa" en el fondo no era rusa, sino judía.
En un Libro Blanco británico sobre los orígenes de la revolución

bolchevique, es citado el embajador holandés en Petrogrado quien
dijo el 6 de septiembre 1918: "El bolchevismo es organizado y
dirigido por judios cuyo único propósito es la caída de la orden
establecido ".
En la década de 1920, Lenin apoyó los sionistas franceses

y británicos y este apoyo se extendió en el tiempo, hasta llegar
a ser brindado a la Hagana, el grupo sionista, el precursor de la
IDF, en torno a 1932.
“La revolución bolchevique", declaró un importante periódico de la

comunidad judía de Estados Unidos en 1920, "fue en gran parte el
producto del pensamiento judío, el descontento judío, y esfuerzo
judío de reconstrucción". Una pena que no dijeran de
reconstrucción de qué cosa. Crearon una sociedad esclavista como
no se vio en la historia de la humanidad desde el imperio asirio.
14
EL PAPEL DE LOS JUDÍOS EN LA

INVASIÓN SOVIÉTICA DE
POLONIA.
el 145 de mayo de 2017.
http://doctrinanacionalsocialista.blogspot.com/2017/05/el-papel-de-los-judios-en-la-
primer.html
INTRODUCCIÓN.
El 10 de julio de 1941 polacos católicos asesinaron brutalmente a

un total de entre 400 y 1680 judíos – según las fuentes –
en momentos en que las fuerzas armadas alemanas se hicieron
cargo de su territorio. Este episodio se conoce como Masacre de
Jedwabne.
Si bien hasta hace relativamente poco tiempo se endilgaba la

responsabilidad de estos asesinatos a las tropas de ocupación
alemana, hoy nadie discute que los judíos fueron asesinados por
sus vecinos polaco-católicos. Esto sucedió cuando el Tercer Reich
atacó a la Rusia soviética y ocupó el territorio polaco que estaba
bajo su poder. En ese momento, al entrar las tropas alemanas a la
localidad de Jedwabne, los mismos vecinos polacos católicos del
pueblo de Jedwabne apresaron a 300-400 polacos judíos del
pueblo; hombres, mujeres y niños, y los quemaron vivos. Unos 100
polacos judíos supervivientes de la masacre fueron encerrados en
un gueto en Jedwabne organizado por las fuerzas de ocupación
alemanas.
En este artículo no nos ocuparemos de la masacre en sí misma,

sino que analizaremos la actividad que realizó la comunidad judía
radicada en Polonia cuando alemanes y soviéticos invadieron ese
país. Veremos que su conducta explica – no hablamos de
justificación - la furiosa reacción de los polacos católicos contra los
judíos que tenían como vecinos.
15
En otro artículo hemos hecho referencia a cómo los judíos

habitualmente se alían con los invasores del país que habitan. Aquí
presentaremos datos y testimonios del accionar de los judíos
radicados en Polonia, cuando este país fue invadido por la Unión
Soviética.
La brutalidad que narramos nos lleva a compadecer al pueblo

polaco. Sin embargo no podemos olvidar que ese pueblo fue
entregado a sus opresores por sus propios gobernantes. Ellos se
negaron reiteradamente a negociar con Alemania la situación del
corredor polaco. Las desgracias de Polonia comienzan cuando
envalentonados por Inglaterra y Francia, realizan pogroms no contra
los judíos, sino contra los habitantes en Polonia de etnia alemana.
Si Polonia hubiera seguido el camino de la paz y de la razón, no

habría protagonizado el incidente que detonó la más cruenta guerra
de la humanidad, no habría sufrido la ocupación de su territorio y
posiblemente habría combatido victoriosamente junto a Alemania
contra la URSS.
Por otro lado el nacionalismo polaco se expresó muy violentamente

no solamente contra la población de ascendencia alemana sino
también contra los ucranianos y bielorrusos, al punto tal que estos
se unieron también a los soviéticos en la represión en Polonia.
“Quién siembra vientos recoge tempestades”. Los polacos en la

década del 30 del siglo pasado, desgraciadamente pAra nuestra
raza, fueron grandes sembradores de vientos.
JUDÍOS Y SOVIÉTICOS. HERMANADOS DESDE EL INICIO.
En Polonia la población judía era principalmente originaria de Rusia,

y los polacos nunca los aceptaron completamente. Cuando Rusia
invadió Polonia, los judíos eran como perros hambrientos delante
de una carnicería y ahora la puerta de la tienda estaba abierta. No
se trataba del comunismo, ni de los bolcheviques, sino simplemente
de enviar a la intelligentsia, a los ricos polacos a Siberia y quedarse
sus posesiones.
El profesor polaco Tomasz Strzembosz[1], destacado investigador

de la historia reciente de su país y especialmente del período 1939-
54, ha publicado un artículo de investigación donde demuestra el
16
papel real de la población judía en el este de Polonia en los años de

la primera ocupación soviética.
La discusión hasta ahora, dice Strzembosz:
"…pasa por alto el hecho más importante: lo que sucedió en

Jedwabne después de que el ejército alemán entró en el área, es
decir, quién, cuándo y en qué circunstancias llevó a cabo el
asesinato en masa de la población judía de Jedwabne".
El historiador estudia en profundidad el comportamiento de las
poblaciones polaca y judía en los años 1939-41, especialmente los
períodos inicial y final de la primera ocupación soviética. Así
escribe:
"La población judía, especialmente los jóvenes y los pobres

urbanos, participaron en masa en saludar al ejército soviético
entrante y en introducir el nuevo orden, incluso con armas en sus
manos. También hay miles de testimonios a este respecto: polacos,
judíos y soviéticos. Están los informes del comandante en jefe de la
Unión de Combate Armado, general Stefan Grot-Rowiecki, el
informe del mensajero Jan Karski, donde hay cuentas registradas
durante la guerra y en los años de la posguerra”.
Es más, los "guardias" y las "milicias" surgieron como hongos justo
después del ataque soviético y ellos estaban en gran parte
formados por judíos. Y esto no es todo.
“Los judíos cometieron actos de rebelión contra el Estado polaco,

asumiendo el gobierno en ciudades y estableciendo comités
revolucionarios allí, deteniendo y disparando a representantes de
las autoridades estatales polacas, atacando a unidades más
pequeñas o incluso bastante grandes del ejército polaco (como en
Grodno). Era la colaboración armada, tomando posición en el bando
del enemigo, el bando de la traición en los días de la derrota".
ORGANIZADORES DEL TERROR ROJO.
Desde la primera etapa, cuando el estado polaco todavía se

defendía, cuando las unidades del ejército estaban luchando y
parecía que no todo se había perdido, los judíos jugaron entonces
el papel de una "quinta columna". Más tarde, las cosas empeoraron
mucho. Strzembosz cita las conclusiones del Dr. Marek Wierzbicki
acerca de quién puso en práctica el terror bolchevique, por
17
supuesto desde el NKVD y, antes, desde el Ejército Rojo. Pero las

diversas formaciones de guardias y milicias desempeñaron un papel
decisivo en la vida cotidiana. Y sus filas estaban principalmente
llenas de judíos.
"Los judíos polacos vestidos de civil, con bandas rojas en los brazos
y armados con armas de fuego también desempeñaron un papel
importante en los arrestos y deportaciones”.
Eso fue lo más drástico, pero para la comunidad polaca otro hecho
evidente fue el gran número de judíos en todas las agencias e
instituciones soviéticas.
En el período de septiembre a diciembre de 1939, se produjeron

numerosos arrestos de aquellos representantes de la población
polaca que antes de la guerra ocupaban altas funciones en la
administración y las estructuras políticas del Estado polaco o que
estaban muy involucrados en el trabajo comunitario. Los judíos
locales, los miembros de la administración temporal o la milicia,
proporcionaron una amplia asistencia a las autoridades soviéticas
en el rastreo y la detención de ellos.
¿Por qué pasó esto? ¿Cuáles fueron las raíces de este terrible odio
hacia Polonia y la cruel venganza contra los polacos?
Strzembosz nos dice:
"Es verdad, las cosas no iban muy bien para los judíos en Polonia.
Pero aun así, los judíos no eran deportados a Siberia, disparados,
enviados a campos de concentración o muertos por el hambre y el
trabajo de esclavos. Si no consideraban a Polonia como su patria,
no tenían por qué unirse a su enemigo mortal al matar a soldados y
civiles polacos que huían hacia el este. Tampoco tenían porqué
participar en la designación de sus vecinos para que fueran
deportados".
Strzembosz demuestra sin lugar a dudas que los acontecimientos
tomaron exactamente el mismo curso en Jedwabne. Aquí hay un
relato de un residente de Jedwabne, Józef Rybicki, resumiendo lo
que sucedió en la ciudad después de que cayó en poder de los
soviéticos:
"Los judíos saludaron al Ejército Rojo. Cambiaron el gobierno de la

vieja ciudad y propusieron uno nuevo de la población local (judíos y
18
comunistas). Ellos arrestaron a los policías, a los maestros ...

Llevaron el NKVD a apartamentos y casas y denunciaron a los
patriotas polacos ".
La descripción de las torturas infligidas a los conspiradores polacos
por el NKVD en Jedwabne es sorprendente. Lo siguiente es un
relato del cabo Antoni B., un miembro de la clandestinidad
antisoviética que fue entregado a la NKVD por los judíos:
"Me llevaron a interrogatorio, el juez de instrucción y el comandante

de la NKVD y un torturador vinieron y me sentaron en un taburete al
lado de una pared de ladrillo, luego uno en ropa civil tomó un palo
de detrás de la estufa y de repente me tiraron al suelo y me
metieron la gorra en la boca y empezaron a pegarme, no pude gritar
porque el juez se sentó sobre mis piernas y el segundo me tomó por
la cabeza y me sostuvo la gorra en la boca. El tercer torturador me
golpeó todo el tiempo, más o menos unas 30 veces. Luego dejaron
de golpear. Me sentaron nuevamente en el taburete junto a la
pared. Tenía el cabello largo, y el teniente me agarró por el pelo y
comenzó a golpearme la cabeza contra la pared, pensé que no
quedaría nada de mi cabeza, arrancó a mechones el cabello de mi
cabeza. Me arrojaron al suelo y empezaron a golpearme con un
palo nuevamente. Me dieron vuelta de un lado a otro y me
golpearon, y además dos de ellos todavía estaban sentados sobre
mí y me asfixian y me dijeron que me acabarían. Seguían
golpeándome hasta que supieron que ya no podía aguantar más,
así que al fin me dejaron ir. Me golpearon como a un gato en un
saco, y al final me sentaron en el taburete y me golpearon con el
palo en los brazos".(de Wczterdziestym nas matko en Sybir zesłali
["En 1940, la Madre, nos envió a Siberia"], publicado por Solidarity
Interfactory Structure, página 82).
Este texto fue elegido de una colección de narraciones preparadas
hace años para la impresión por el profesor Jan T. Gross[2]:
“Neighbors: The Destruction of the Jewish Community in Jedwabne,
Poland”. Princeton, NJ: Princeton University Press. Al escribir su
libro sobre Jedwabne, Gross se salta la descripción del arresto y la
tortura de Antoni B., aunque cita otros fragmentos de este relato.
Los comentarios, testimonios y citas que reproducimos en este
artículo corresponde a la obra del prof. Gross.
Los hechos no dejan lugar a dudas. Los judíos de Jedwabne, como

en todo el territorio ocupado por los soviéticos, constituían los
tornillos de la maquinaria de la represión. Hasta el último momento,
19
estaban entregando patriotas polacos en manos del NKVD y

preparando los próximos transportes de deportación a Siberia.
Numerosos testimonios dan fe del papel prominente desempeñado

por los judíos en las milicias y los "comités revolucionarios" que
surgieron espontáneamente y a instancias soviéticas. Estas
entidades a menudo desempeñaron un papel decisivo en la puesta
en marcha del nuevo régimen y su mecanismo de represión. Sus
actividades fueron reforzadas por un gran número de colaboradores
individuales que actuaban por iniciativa propia en apoyo de la causa
soviética.
En todo el este de Polonia, los comunistas judíos, bielorrusos y

ucranianos locales formaron milicias y "comités revolucionarios".
Con la bendición de los invasores soviéticos, aprehendieron,
robaron e incluso asesinaron a los funcionarios polacos, policías,
maestros, políticos, líderes comunitarios, terratenientes y "colonos"
(es decir, colonos de entreguerras), los llamados “enemigos del
pueblo”. También saquearon e incendiaron la propiedad polaca y
destruyeron monumentos nacionales y religiosos polacos. Se
registraron decenas de asesinatos de individuos y grupos.
El robo de la propiedad polaca tomó proporciones masivas con el

botín enriqueciendo las familias de los colaboradores y sus
comunidades.
Uno de los crímenes más tempranos y más horribles fue el

asesinato de casi cincuenta polacos en el pueblo de Brzostowica
Mala, cerca de Grodno, alrededor del 20 de septiembre, antes de
que los soviéticos se instalaran en la zona[3].
Una banda pro-comunista con brazaletes rojos y armados con palas

y hachas, encabezada por un comerciante judío llamado Ajzik, entró
en el pueblo, sacó a la gente de sus casas gritando y cruelmente
masacró a toda la población polaca. Las víctimas incluyeron al
conde Antoni Wolkowicki ya su esposa Ludwika, a su cuñado
Zygmunt Woynicz-Sianozecki, al jefe del condado y a su secretario,
al contador, al cartero y a la maestra local. Las víctimas de esta
orgía de violencia fueron torturadas, atadas con alambre de púas,
golpeadas con palos, obligadas a tragar cal viva, arrojadas a una
zanja y enterradas vivas.
20
La condesa Ludwika Wolkowicka paralizada de terror, fue

arrastrada al lugar de ejecución por el pelo. El asesinato fue
ordenado por Zak Motyl, un judío que encabezaba el "comité
revolucionario" - compuesto casi totalmente por judíos - en
Brzostowica Wielka.
Típicamente, los culpables nunca fueron castigados. Por el

contrario, los oficiales de la NKVD los elogiaron por sus acciones de
"conciencia de clase" y Ajzik fue nombrado presidente de la
cooperativa local. Sin embargo, el aspecto racista del crimen es
innegable: sólo miembros de la minoría polaca perecieron a manos
de sus vecinos no polacos.
Janusz Brochowicz-Lewinski, un cadete oficial que alcanzó el rango

de cabo en 1939, fue capturado por los soviéticos cerca de Stolpce.
Era uno de los quince polacos, entre ellos un juez, un pastor, un
capellán, un maestro, y varios funcionarios, llevados ante un tribunal
de NKVD en grupos de cinco y condenados a muerte.
Afortunadamente, su grupo logró escapar mientras era transportado
a su desconocido sitio de ejecución. Los otros diez polacos
condenados fueron ejecutados por el pelotón de fusilamiento.
Mientras Brochowicz-Lewinski era encarcelado en Stolpce, un oficial

de la NKVD hacía las rondas en compañía de su ayudante, un judío
local que identificaba a los miembros de la clase educada polaca,
ahora los llamados enemigos del pueblo, entre los cuales había
vivido por años. La identificación se hacía por su ocupación: juez,
maestro, policía, funcionario público, guardabosque, terrateniente.
Igualmente despreciables eran los asesinatos de clérigos católicos

llevados a cabo por pandillas itinerantes de judíos, como los del
reverendo Bronislaw Fedorowicz, el pastor de Skrundzie cerca de
Slonim, del reverendo Antoni Twardowski, del pastor de Juraciszki,
cerca de Wolozyn así como del clérigo jesuita Stanislaw Zuziak.
Un grupo de judíos pro-soviéticos vino a aprehender al reverendo

Jozef Bajko, pastor de Naliboki cerca de Stolpce, con la intención de
entregarlo a las autoridades soviéticas o posiblemente lincharlo
(como se había hecho en otras localidades). Una gran reunión de
feligreses frustró estos planes, permitiendo al Rev. Bajko escapar
antes de la llegada del NKVD.
21
Henryk Poszwinski, el alcalde de Zdzieciol, una ciudad cerca de

Nowogrodek, antes de la guerra, describió el nuevo orden en su
ciudad:
“... En Zdzieciol, una judía llamada Josielewicz estaba a la cabeza

del comité revolucionario que se organizó incluso antes de la
llegada del ejército soviético.
La policía local abandonó la ciudad justo después de que el Ejército
Rojo cruzara la frontera. En la noche del 17 de septiembre, me
informaron que una banda de criminales liberados de la cárcel se
estaba preparando para robar algunas tiendas. Llamé a una reunión
de los bomberos y la guardia civil y estas dos organizaciones
comenzaron a proporcionar seguridad en nuestra ciudad. Las
tiendas se salvaron, pero las bandas criminales atacaron a civiles
indefensos, que escapaban hacia el este de los alemanes. Los
culpables les despojaron de su ropa, zapatos y todo lo que tenían
con ellos. Aquellos que se resistieron fueron cruelmente asesinados
en el lugar. Fuera de la ciudad, las zanjas de la carretera estaban
sembradas de gente muerta.
... La “comisión revolucionaria”, que pronto desarmó el cuerpo de
bomberos y la guardia civil, permaneció inactiva mientras todo esto
estaba sucediendo.
En las horas de la mañana del 18 de septiembre, un pequeño
destacamento del ejército polaco todavía atravesaba Zdzieciol. Era
un equipo de hospital de campaña transportado en una docena de
carruajes tirados por caballos. El convoy estaba compuesto por
treinta soldados dirigidos por un sargento. El comité revolucionario
intentó detenerlos y desarmarlos. Los soldados realizaron una
descarga de disparos en el aire. El comité revolucionario salió
corriendo de la ciudad en una estampida y se escondió entre los
matorrales del cementerio municipal.
En las horas de la tarde del 18 de septiembre, el ejército soviético
entró en Nowogrodek. Aquella noche los primeros tres tanques
soviéticos llegaron a Zdzieciol. Todo el comité revolucionario,
encabezado por Josielewicz, salió a saludar a los invasores
gritando: «¡Viva el gran Stalin!» Después de una corta parada, los
tanques se dirigieron hacia Slonim. El comité revolucionario ordenó
a los propietarios que mostraran banderas rojas en sus casas. Los
polacos lloraban como niños mientras arrancaban la parte blanca de
las banderas polacas blancas y rojas.
22
... En las horas de la mañana del 19 de septiembre, un judío del

comité revolucionario llegó al ayuntamiento y me comunicó que
estaba siendo convocado por el comité para asistir a una reunión
sobre una epidemia de fiebre aftosa que había estallado entre
algunos ganados que habían sido traídos a Zdzieciol. Creyendo que
lo que me habían dicho era verdad, inmediatamente me levanté de
mi escritorio y acompañé a ese hombre a la sede del comité situado
en el otro extremo de la ciudad. Tuve que esperar una hora antes
de que me llevaran a la oficina de la presidenta. Durante ese tiempo
observé la verdadera imagen de la "revolución". Cientos de
personas rodearon las instalaciones del comité, la mayoría de ellos
eran mujeres que habían salido a llorar y gritaban: -¡Devuelvan
nuestra propiedad robada! - ¡Liberen a nuestros maridos y padres
de nuestros hijos!
... Las personas que habían sido maltratadas ocupaban los rincones
de la habitación. La mayoría de ellos eran refugiados que huían de
los alemanes. Los miembros del comité, que vestían ropas civiles
con brazaletes rojos y tenían estrellas soviéticas en sus sombreros,
llevaban rifles o revólveres en sus manos y competían entre sí
brutalmente maltratando a estas personas. Era un espectáculo del
que me costaba reconfortarme.
Después de una hora de espera, la puerta se abrió y fui convocado
a la oficina de la presidenta. Cuando entré noté tres fusiles
apuntándome. Uno de los bandidos gritó: "¡Manos arriba!" Levanté
las manos y me volví hacia la presidenta. '¿Qué he hecho mal?
¿Por qué me tratas así?` Aunque conocía bien el polaco,
Josielewicz respondió en ruso: «Lo sabrás a su debido tiempo».
Después de ser registrado y despojado de todos mis efectos
personales, me ordenaron que me moviera hacia la mesa ocupada
por Josielewicz, la presidenta, y por un oficial soviético de la NKVD.
El oficial sacó una forma de su bolsa y comenzó a completarla. ...
La última parte del formulario pedía la razón de mi detención y
encarcelamiento. Antes de llenarlo, el oficial de NKVD se volvió
hacia la presidenta y le preguntó qué debía escribir. La presidenta
respondió: "Es un oficial polaco, un patriota polaco, el ex alcalde de
la ciudad. Probablemente sea razón suficiente”. El oficial de la
NKVD escribió en esta parte: "Elemento peligroso".
Después de llenar este formulario, tres miembros del comité me
acompañaron a la detención policial. En una pequeña sala de
detención construida para contener no más de cuatro personas
durante un breve período, había veintitrés personas que habían sido
arrestadas. Incapaz de sentarse en ese lugar lleno de gente,
23
tuvimos que estar uno al lado del otro todo el tiempo. La gente se
desmayó por falta de aire y tuvo que aliviarse en el acto. Entre los
arrestados había directores de escuela, administradores de
condado, administradores de aldeas, funcionarios y otras personas
que se habían escapado hacia el este de los alemanes, así como
un sacerdote que repetía a menudo entre dientes: "Perdónalos
Padre, porque no saben lo que hacen”.
Pasamos casi un día entero en este lugar de detención. Finalmente,
el 20 de septiembre, fuimos puestos en un camión y llevados a la
cárcel de Nowogrodek. Durante todo el viaje, que duró más de una
hora, estábamos tumbados en el suelo del camión utilizado para
transportar carbón mientras cuatro judíos del comité revolucionario
nos vigilaban con fusiles en las manos. De vez en cuando uno de
ellos nos advertía: 'No levantes la cabeza, o te meteré una bala en
el cráneo'.
A lo largo del camino sobre el cual el camión se movía lentamente
encontramos en muchos lugares a la artillería soviética que iba en
la dirección opuesta. Los soldados soviéticos se acercaban a
nuestro vehículo durante las paradas y preguntaban: "¿A quién
llevas y a dónde vas?".
"Vamos a llevar a los polacos a la cárcel", responderían los
guardias.-¿Qué han hecho mal?
No han hecho nada. ¡Basta con que sean polacos!”.
En Baranowicze, los judíos llenaron las filas de la "milicia roja" y
denunciaron a los oficiales polacos, policías, maestros y
funcionarios del gobierno al NKVD. Por la noche, unos carros
negros parecidos a una caja llegaban a las casas de estas
personas. Fueron cargados, llevados a la estación de ferrocarril y
deportados al Gulag. Nunca se volvió a saber de ellos. Entre los
detenidos con la ayuda de judíos locales, estaba la hermana de
Boguslaw J. Jedrzejec y ocho miembros de su familia. Su marido y
su padre fueron asesinados por el NKVD en Baranowicze; El resto
de la familia fue deportado al interior soviético en el invierno de
1939-1940.
Según Nachum Alpert, en Slonim[4]:
“... Se organizó una administración provisional de la ciudad en

Slonim, encabezada por Matvei Kolotov, un judío de Minsk. ...
Kolotov comenzó inmediatamente a organizar una "Guardia Obrera"
(una milicia temporal), cuya función era mantener el orden en la
24
ciudad. Encabezando esta Guardia estaba Chaim Chomsky, un

veterano comunista.
... Y tan pronto llegó el NKVD se hizo sentir en todas partes.
Primero deportaron comerciantes, fabricantes, oficiales polacos y
policías, luego bundistas, trotskistas y "colonos" polacos y "kulaks"
de los pueblos. Mucha gente inocente sufrió estas deportaciones”.
De acuerdo con fuentes polacas, Chaim Chomsky (Chomski), quien
se hizo cargo del "comité revolucionario", emitió una orden para que
arrestaran al alcalde polaco Bienskiewicz cuando se reportó a
trabajar el 18 de septiembre. Después, todos los rastros del alcalde
desaparecieron. Un judío, soldado del ejército polaco, que se
encontró en Slonim durante un breve período en septiembre de
1939, afirma que los únicos judíos que colaboraron con los
invasores soviéticos eran comunistas de mucho tiempo:
“... no niego que hubo judíos, antiguos comunistas - que

desarmaron a los destacamentos polacos, pero añade, ... ¿se
puede culpar a todos los judíos?”[5].
En Dunilowicze, una pequeña ciudad cerca de Postawy, una mujer
judía llamada Chana, llevó a los soldados soviéticos a la casa de su
vecino, Jozef Obuchowski, sargento del Cuerpo de Defensa de la
Frontera. Señalando a su esposa, ella dijo: "Esta es una “Pani” –
polaca- , su marido está en el ejército". Los soldados destrozaron la
casa buscando en vano a su esposo, el sargento. La polaca fue
llevada detenida en su lugar. Durante su interrogatorio, que duró
veinticuatro horas, se vio obligada a mantener las manos en alto y
estaba empapada de agua hasta que se desmayó.
Otra "pani", la Sra. Kwiatkowska, fue arrestada por el Comité Judío

en su finca cerca de las ciudades de Wolozyn y Wiszniew, poco
después de que el ejército soviético pasara. La autoridad local de
facto descansaba en grupos que habían surgido como hongos.
Fueron ellos quienes llevaron a los oficiales soviéticos hasta sus
presas. La señora Kwiatkowska soportó prisiones soviéticas hasta
finales de 1949.
Witold Rozwadowski y su padre fueron arrestados en su finca cerca

de Kucewicze. El primero fue internado en Oszmiana, donde fue
asesinado por un carcelero judío, que se había unido a la milicia
soviética.
25
“...Las autoridades temporales consistían en judíos comunistas...

que se proclamaban comisarios del pueblo. El poder fue ejercido
con la ayuda de la milicia que consistía en la mayor parte de judíos
comunistas. Los judíos sirvieron a los bolcheviques a través de
denuncias por despecho y traicionando a soldados y policías con
uniforme. ... La milicia era el terror de la población porque los
milicianos individuales competían entre sí en su servilismo.
...En ese momento ordenaron el registro obligatorio de la población
y la expedición de documentos de identidad temporales por los
cuales la población temía irse y mostrarse a las autoridades
soviéticas, a cuyo lado los judíos locales se sentaban como
escribas y daban una opinión sobre cada polaco que venía a
registrarse.
Muchos polacos se escondían sin registrarse, lo que también
aumentaba el número de detenidos y las nuevas víctimas de
tortura”.
En Nowa Wilejka[6]…
“...Las posiciones de autoridad estaban ocupadas únicamente por

judíos y ciudadanos soviéticos, que estaban muy bien dotados en
todos los aspectos por las autoridades soviéticas. Estos últimos
también supervisaron a los agitadores, que tenían a su disposición
judíos y ladrones locales. Las autoridades soviéticas emitieron las
siguientes directrices: se establecieron centros de agitación, los
llamados agitpunkts, y un gran número de agitadores, en su
mayoría judíos, fueron traídos de Rusia soviética. Se les ordenó que
celebraran reuniones con los locales con inclinaciones comunistas,
ex prisioneros y judíos con el fin de prepararlos para ayudar. Se les
ordenó celebrar reuniones en las que se criticaron y condenaron
todas las cosas polacas, el sistema polaco y el gobierno polaco, y
se burlaron de los patriotas polacos. El público fue llamado a
denunciar a esas personas porque eran peligrosas para los
soviéticos, para arrestarlos y para deportarlos. El público polaco no
fue receptivo e incluso respondió con furor: «¿para qué?» A esto se
respondía con insultos y amenazas por parte de los agitadores
judíos y soviéticos.
Estas reuniones eran generalmente obligatorias y los que no
asistieron sufrieron represalias. Se llevaron a cabo búsquedas
masivas en los hogares de ex militares, policías y funcionarios, y se
arrestó a las personas que se consideraban perjudiciales para la
Unión Soviética. Las búsquedas y arrestos ocurrieron sólo por la
26
noche. Fueron llevadas a cabo por la policía que siempre fue

supervisada por el NKVD. Casi nadie salió de tal búsqueda entero.
Alguien de la familia inevitablemente era víctima de ella. Muy a
menudo, durante las búsquedas, se apoderaron de documentos,
dinero, objetos de valor, fotografías de ex militares y policías y
papeles importantes, los cuales simplemente desaparecieron. Las
búsquedas fueron totalmente pro forma porque estas personas ya
fueron juzgadas (culpables) por adelantado, en su mayor parte por
los comunistas judíos. Después de que fueran detenidas, los
exámenes y las investigaciones siguieron, y las más increíbles
confesiones fueron extraídas de ellos como resultado de todo tipo
de represiones y tortura. Ese era su único y favorito objetivo: la
destrucción y la rabia sobre los polacos. Con el fin de extraer
información adicional sobre los polacos que todavía disfrutaban de
su libertad, aparte de las investigaciones formales, los comunistas
judíos fueron plantados en las celdas de la prisión para investigar y
extraer esa información de sus víctimas.
Por ejemplo, una noche un grupo de polacos fue arrestado por
judíos locales supervisados por el NKVD. Las víctimas fueron luego
examinadas e investigadas usando métodos de "tortura ligera"
como golpear la cabeza, mientras que estaba cubierta con cartón,
con el lomo de un libro. Después de tales investigaciones, la gente
caminaba aturdida, perdía la conciencia brevemente o incluso
desvariaba. Muchos de mis amigos cayeron en esta categoría, por
ejemplo, Krawczyk, el jefe del estado polaco en Nowa Wilejka, el
segundo teniente Zygmunt Pioko, en el servicio activo del tercer
batallón de combate Wilno, también de Nowa Wilejka, y muchos
otros. El primero no pudo soportarlo y murió. Piorko sufrió un
trastorno del cerebro y se volvió loco”
ELECCIONES BAJO PRESIÓN SOVIÉTICA.
Después de cumplir todas las órdenes de las autoridades soviéticas

y de encerrar parte de la población polaca en la cárcel como un
elemento hostil para los soviéticos, rápidamente se embarcaron en
su siguiente tarea, la agitación preelectoral, que tuvo lugar a gran
escala. Un gran número de agitadores fueron enviados desde Rusia
soviética, y estos reunieron a los colaboradores locales para
ayudar, como judíos y ex prisioneros, no sólo políticos sino también
otros. Comenzaron a convocar todo tipo de reuniones, que eran
obligatorias bajo amenaza.
27
“...En los días programados de la reunión los agitadores fueron

enviados a los lugares de trabajo. Ellos llamaron a una interrupción
en el trabajo o un tiempo antes de dejar de fumar y llevaron a todos
al lugar, donde la reunión iba a tener lugar, advirtiéndoles de
antemano que nadie podía faltar... Las reuniones celebradas en
días libres... o las anunciadas por avisos escritos estaban
condenadas. ... sólo vinieron judíos y algunos jóvenes mal
educados”.
Cada reunión fue vigilada por un gran cordón de policía uniformada
y encubierta, así como por la población judía local. Los agitadores
no dejaban de repetir que se ocuparían de los resistentes.
“...Los agitadores y los judíos frecuentemente levantaron toda clase

de tonterías sobre el general Sikorski [el líder del gobierno polaco
en el exilio] y el ex gobierno polaco. Dijeron que nos debíamos
sacar de la cabeza la idea de que la liberación vendría del general
Sikorski o de Inglaterra o de cualquier otra persona. En esto los
judíos, los agitadores y las milicias respondieron con aplausos. La
población polaca se sentó en silencio sin dar ningún signo de vida.
Se creó un comité para elaborar listas electorales. En su mayor
parte, los judíos fueron asignados al comité. Fueron de casa en
casa y registraron a todos los mayores de dieciocho años. Por
ejemplo, a los padres de mi esposa vinieron dos mujeres judías,
acompañadas por un agitador, un joven judío de Wilno, para
registrarlas.
...Con el fin de ganar más gente a su lado, ordenaron la
redistribución de la tierra incautada de colonos polacos y
terratenientes ricos a obreros, campesinos pobres y judíos... Sólo
los judíos tomaron voluntariamente la tierra que se les había
dado...”
Se designaron locales, se dividió la ciudad en regiones y se hizo un
comité electoral. El comité electoral consistía principalmente en
judíos, algunos de los miembros del grupo local de colaboradores y
agitadores soviéticos, muchos de los cuales eran judíos también.
Las mesas de votación estaban ocupadas por judíos, familias de

agitadores soviéticos y otros. Las elecciones se pusieron en
marcha. El estado de ánimo de la población polaca era sombrío.
Los colegios electorales estaban llenos de agitadores soviéticos,
comisarios políticos, policía uniformada y encubierta, así como
judíos y NKVD. Un gran número de soldados soviéticos y
automóviles fueron asignados para ayudar.
28
“[Debido a que muchos polacos no concurrían a votar]... a última

hora de la tarde, los agitadores, los soldados soviéticos, el NKVD y
los judíos se establecieron en automóviles para recoger a los
votantes de sus hogares y empujarlos a votar.
…Hasta el último momento no nos informaron oficialmente del
hecho de que hubo un plebiscito y el propósito real de la votación
[es decir, sancionar la incorporación del territorio polaco incautado a
la Unión Soviética], de modo que todos los polacos consideraban
que esto era una gran broma, porque votar por personas
desconocidas y objetivos desconocidos era absurdo. A pesar de
que estaba prohibido anular las listas o hacer cambios en las
papeletas, hubo un montón de anulaciones. Cualquier votante que
hizo algún gesto inapropiado con su boleta fue observado y anotado
por los agitadores.
... Pocas semanas después de las elecciones, se volvieron a
realizar búsquedas, arrestos, represiones y torturas a gran escala,
así como la deportación de la población polaca al llamado país de
los osos polares.
Una mujer polaca recuerda cómo el hijo del comerciante Rumkowa,
sus vecinos judíos que conocían bien a la gente del pueblo, ayudó a
los soviéticos a identificar y detener polacos en Nowa Wilejka.
Cuando los alemanes llegaron en 1941 y la policía lituana comenzó
a acosar a los judíos, este mismo comerciante judío lamentó lo que
estaba sucediendo a los judíos. Entonces la mujer polaca recordó al
comerciante cómo su propio hijo se había comportado cuando
llegaron los bolcheviques. Avergonzada, la mujer judía bajó la
cabeza en silencio”.
MILICIAS ROJAS JUDÍAS.
En Bialystok, el NKVD utilizó a los miembros del "comité de

ciudadanos" en gran parte judíos, formado antes de la entrada del
Ejército Rojo, para crear una "milicia obrera" pertrechada con armas
confiscadas a soldados polacos. La milicia llevó a cabo un gran
número de búsquedas en hogares polacos. Como un testigo
informa:
“... Buscaban armas en todos los rincones. Si encontraban algo
hecho de oro, como anillos y brazaletes, lo tomaban para su propio
uso, y si uno ofrecía resistencia, se les amenazaba con la muerte”.
Un comité pro-comunista de judíos, dirigido por Awraam Laznik,
tomó el control de la ciudad de Sokolka, al norte de Bialystok. La
29
"milicia roja", compuesta por judíos locales y encabezada por el

judío Szymon Aszkiewicz, oficial de reserva del ejército polaco,
detuvo a muchos oficiales polacos y a prominentes polacos locales
y ejecutó tres policías. Realizaron numerosas redadas, buscando
armas y capturando receptores de radio y cámaras fotográficas. Un
herrero judío llamado Abel Labedych disparó a un policía polaco en
el cercano pueblo de Bogusze, el 24 de septiembre de 1939.
Un jefe forestal llamado Labecki fue convocado a un puesto

soviético establecido en la ciudad de Sokolka. Fue golpeado y
pateado por judíos armados usando brazaletes rojos. Devastado
por este brutal trato, se suicidó arrojándose bajo un tren. Su esposa
y su hijo de seis años fueron deportados a Irkutsk en el invierno de
1940.
Stefan Kurowski tuvo más suerte cuando fue detenido en su

bicicleta en una carretera en las afueras de Lapy, al oeste de
Bialystok, por un miliciano judío. Fanáticamente consumido por su
nuevo papel, este joven judío estalló en una larga discusión contra
Polonia, cuya "opresión" de los judíos estaba ahora vengando como
un ejecutor de la autoridad soviética. Habiendo caído casi en trance
como resultado de su agitación política, este miliciano, menos
agresivo y brutal que la mayoría, parecía haber olvidado por qué
había detenido a Kurowski en primer lugar y le permitió continuar su
camino.
La milicia judía local resultó ser una herramienta extremadamente

útil para los ocupantes soviéticos en el desempeño de tareas tales
como robar la campana de una iglesia y preparar listas de polacos
para la deportación.
Aleksander Gawrychowski, antiguo administrador municipal, fue

secuestrado a principios de octubre de 1939 en su casa en la
pequeña ciudad de Wizna, cerca de Lomza, por milicianos judíos,
acusado de ser un partidario armado de las autoridades polacas.
Más arrestos e interrogatorios de presuntos conspiradores polacos
ocurrieron al día siguiente: Jerzy Blum, Stanislaw Drozdowski, Jan
Kadlubowski, Piotr Nitkiewicz y Stanislaw Gawrychowski. Entre los
interrogadores estaban los hermanos Chaim y Avigdor Czapnicki,
sionistas de antes de la guerra. Otros milicianos judíos de esta
pequeña localidad fueron: Abraham Birger, Lejzor Kiwajko,
Kalmaniewicz y Chaim Wegierko.
30
En Suprasl, según una fuente judía...
“...Algunos de los judíos, incluyendo Toleh Kagan, Baruch Gamzu e

incluso Arke Rabinowitz, el hijo del rabino recibieron permiso para
llevar armas. ... Un día, Issar, el hijo del decorador Itzik, irrumpió en
la casa del sacerdote con una pistola y robó una radio”.
En Polesia, el conde Henryk Skirmunt y su hermana abandonaron
su casa solariega en Molodow cerca de Drohiczyn Poleski el 17 de
septiembre, con la esperanza de escapar de los soviéticos. Al pasar
por la aldea judía cercana a Motol, fueron detenidos por un grupo
de simpatizantes comunistas judíos. No sólo sus vecinos judíos no
acudieron en su ayuda, sino que evitó su escape. Poco después,
ambos fueron ejecutados.
“Los alemanes ocuparon por primera vez a Brzesc el 15 de

septiembre de 1939, pero ya a finales de mes entró el Ejército Rojo,
saludado con entusiasmo por la comunidad judía con pan, sal y
flores ... Desde entonces, los polacos escuchamos frecuentemente
insultos y amenazas contra nosotros ... Nunca olvidaré la visión de
un policía polaco, llevado esposado por policías a lo largo de la
calle Jagiellonska, rodeado de judíos que le gritaban y le escupían,
lanzándole basura y piedras y despreciándolo cruelmente”.
La milicia judía se apoderó del hermano de Feliks Starosielec en su
escuela secundaria en Brzesc. Fue arrestado, acusado y ejecutado
rápidamente. Una polaca y su joven hija fueron fusiladas y robadas
por una patrulla judía en el pueblo de Wolynka, cerca de la línea de
ferrocarril de Wlodawa. En Janow Poleski, Stanislaw Doliwa-
Falkowski, un terrateniente, fue protegido por judíos amigables sólo
para ser aprehendido y ejecutado por la "milicia roja" local,
compuesta en su mayoría por judíos.
“...Según una fuente judía, en Pinsk, Basey Giler, un miembro judío

del Partido Comunista, reconoció al ministro de Justicia polaco,
Czeslaw Michalowski, y lo señaló a la "guardia obrera", quien
rápidamente lo detuvo”.
La reacción de la población judía al destino de los funcionarios
polacos es descrita por Julius Margolin[7]:
“...Primero, los funcionarios del gobierno polaco original

desaparecieron ante nuestros ojos. Sin embargo, nadie estaba
preocupado, y dudo que se diera un segundo pensamiento a su
destino. Sin embargo, el método en el trabajo, típicamente
31
bolchevique, requería no sólo su despido, sino su liquidación. Así

desaparecieron sin dejar rastro.
En Sarny (Volhynia), judíos locales armados, acompañados por
unos cuantos soldados soviéticos, formaron a los funcionarios de la
ciudad polaca en grupos de cinco llevándolos a su lugar de
ejecución en un bosque cercano. Durante la marcha, los judíos
escupieron e insultaron a los policías.
Un judío llamado Herszko de Jagodzin, cerca de Luboml, advirtió a

un polaco: “Ustedes, polacos, ya están todos en un saco. Todo lo
que queda por hacer es atarlo". A principios de octubre de 1939, un
telegrama fue enviado a Stalin, firmado por 70 judíos de Luboml,
agradeciendo al dictador soviético por "liberar" a Volhynia y
rogándole que los mantuviera cerca de su corazón.
En Jaroslawicze[8]…
“... Comenzó con casos individuales, arrestos y desapariciones,

especialmente de polacos. La gran ayuda y el gran celo en la
fabricación de todas clases de denuncias al NKVD fue llevada
adelante por los judíos”.
La milicia comunista predominantemente judía tomó el control de la
ciudad el 18 de septiembre y mató a un policía polaco. Un oficial
polaco que se había refugiado en esa ciudad tuvo la suerte de
escapar de las garras del miliciano judío que había intentado
arrestarlo en la calle.
Otros soldados polacos no tuvieron tanta suerte. Como recuerda

Herman Kruk:
“...Al día siguiente de la entrada de los bolcheviques, grupos de la

nueva milicia desarmaron a los soldados polacos. Un judío detuvo a
un polaco de alto perfil y lo desafió a que le diera su arma. El oficial
le dio su revólver, que llevaba en el cinturón. Finalmente, el joven
miliciano comenzó a retirar las medallas del oficial. El oficial se
quejó de que no podía quitárselas. El tipo lo amenazó con el rifle. El
oficial sacó otro revólver de una funda y disparó al miliciano en el
acto. El oficial fue arrestado”.
El oficial en cuestión fue sin duda ejecutado sumariamente por los
soviéticos, como era su práctica. Sin embargo, no hay duda alguna,
excepto quizá para un comunista hambriento o un ardiente fanático
judío, en cuanto a quién era el héroe y quién era el traidor en este
32
escenario en blanco y negro. Una vez instalados los soviéticos, los

funcionarios polacos fueron llevados ante una corte marcial.
Un estudiante de derecho judío llamado Ettinger, comandante de la

Guardia Obrera, actuó como asesor local. Expresando opiniones
sobre aquellos marcados para la ejecución, Ettinger selló en efecto
su sino.
En Berezne[9]:
“...Los muchos ucranianos y miembros de las clases más pobres

judías que espontáneamente saludaron a los soldados del Ejército
Rojo comenzaron a mostrar su enemistad hacia los polacos, que
eran minoría. Buscaban funcionarios polacos y funcionarios
públicos, así como fugitivos de las regiones occidentales y centrales
que habían buscado refugio de los alemanes y los habían señalado
al NKVD. Siguieron detenciones masivas y deportaciones”.
En Dubno, el 17 de septiembre, los judíos locales formaron
espontáneamente una milicia que aprehendió al reverendo
Bartlomiej Poliszczuk, un ucraniano que cumplió lealmente sus
obligaciones con el Estado polaco. Finalmente se le entregó a los
soviéticos y no se supo más de él. Su nombre aparece en una lista
de prisioneros polacos ejecutados por las autoridades rusas.
Sin darse cuenta de lo eficiente que era su quinta columna judía,

unos días después el NKVD vino a buscar a Poliszczuk en su casa.
Su nombre había sido incluido en una lista, preparada por
comunistas locales, de funcionarios polacos destinados a ser
arrestados. Como hemos visto, ya lo había sido.
En Krzemieniec, una milicia judía desarmó la guardia ciudadana

formada por estudiantes del liceo. Un polaco de Krzemieniec
recordó:
“...Cuando salí a las calles ese día, numerosas unidades de patrulla,

milicias compuestas de judíos, circulaban por las calles. Caminaban
con brazaletes rojos y armas, buscando a quienquiera que
quisieran. Había pocas tropas soviéticas. Sólo en los días que
siguieron las divisiones soviéticas marcharon por la ciudad”.
Los acontecimientos en Krzemieniec fueron capturados vívidamente
en las memorias de Janina Sulkowska[10], la hija del secretario del
condado, Jan Sulkowski.
33
“Los polacos observaban a los invasores soviéticos con una mezcla

de repulsión y miedo. No pocos de nosotros lloramos. Pero lo
desconcertante fue el surgimiento de una milicia judía local que era
amistosa con el Ejército Rojo y había aparecido antes incluso de
que el enemigo hubiera marchado. Armada y organizada su primera
tarea era arrestar a los estudiantes y los Boy Scouts que habían
sido colocados como Guardias y que llevaban carabinas viejas en
algunos casos más altas que ellos. Los judíos maltrataron a los
jóvenes que habían considerado a sus captores como amigos y
compañeros de clase, antes de entregarlos a los soviéticos de los
que tenían instrucciones previas. ¿Cuál fue el destino de esos
jóvenes polacos? En muchos casos tortura y muerte. Esta milicia
judía ayudaría a llevar a cabo el trabajo sucio soviético durante su
ocupación. Mi familia sería víctima de ellos”.
En la ciudad, los judíos estaban animando y congraciándose con los
soviéticos. Reconocí a muchos vecinos y conocidos entre aquellos
que ahora estaban empujando a los polacos y mirando sus
propiedades para el robo futuro. Los judíos ofrecieron regalos a los
rusos mientras sus esposas e hijas besaban sus tanques.
Entre esta chusma había criminales liberados de la cárcel por los
soviéticos para crear caos. Todos estaban envalentonados por los
carteles que habían aparecido repentinamente instando a varios
grupos a atacar a los polacos con hachas y guadañas. Y los
oficiales soviéticos indicaron que no se interpondrían en el camino
de la matanza que ya estaba volviendo el campo rojo con la sangre
de la minoría polaca superada en número por los judíos.
Ese día tuve mi primer encuentro con un atrevido grupo de traidores
ataviados con chaquetas de cuero, brazaletes o fajas rojas, pistolas
robadas y odio en sus ojos. Contemplé a una serie de compañeros
de clase entre ellos, incluyendo novias. Estos judíos mayormente
jóvenes, a menudo bien educados y de familias ricas o religiosas,
ahora se dirigían a todos como "camaradas". Uno de ellos me
señaló con un gesto la garganta. Su amor por el comunismo y por
José Stalin no tendría límites, especialmente en cuanto a sacrificios
humanos.
Eran mucho peores que los chantajistas y denunciantes, que
emergieron en gran número entre los judíos y que estaban
interesados en los bienes y trabajos de sus víctimas polacas.
Empezando como simpatizantes comunistas que acudían a la
milicia o actuaban como informadores, estos tipos políticos pronto
se convertirían en "agitadores", administradores e incluso
34
interrogadores sádicos para los soviéticos cuando ocupaban cargos

en el nuevo orden.
El conocimiento del idioma y de la escena local, combinado con su
fanatismo, sería esencial para el reinado del terror del NKVD.
Recopilaron con entusiasmo listas y arrestaron a polacos y judíos, a
quienes consideraban enemigos del estado. Ellos eran los que a
caballo perseguían a mi padre por la calle principal como un
animal.Una considerable minoría de judíos polacos de todos los
niveles colaboró, generalmente de manera pasiva pero a menudo
activamente, con los ocupantes soviéticos en su liquidación de los
polacos en el este de Polonia en 1939-1941. Para muchos,
incluyendo a mis parientes, la última visión que tenían de Polonia o
de sus seres queridos, era un tren de ganado para Siberia y un
judío con un rifle en cada vagón.
La milicia judía de la aldea judía de Osowa precursores de la nueva
orden soviética, no perdieron tiempo en descender sobre el
asentamiento polaco de Ozgowo y otros cerca de Huta Stepanska
para llevar a cabo arrestos de polacos. La actitud de la población
judía cambió de noche en Katy cerca de Krzemieniec. Los mejores
bienes estaban escondidos en sus tiendas y se volvían "vulgares e
insultantes" hacia los polacos. Abiertamente ridiculizaban al
gobierno polaco ya las instituciones sociales, y hacían la vida difícil
para los polacos.
EL TERROR ROJO.
Según un testigo judío...
... El día después de la entrada del ejército soviético en Rowne, ...

las turbas enfurecidas reclutadas de esos elementos, que estaban
siempre listos para saquear ... comenzaron a exigir que los
"explotadores" y la burguesía locales fueran castigados. Armados
con palos y otras armas comenzaron a sacar a los culpables de
oficinas, tiendas y casas particulares. Las primeras víctimas eran
los empleados de los tribunales, la fiscalía y la policía. Fueron
conducidos por el medio de la calle bajo el cañón de rifles, rodeados
de todos lados y acompañados por una lluvia de blasfemias. Al
parecer, se suponía que se trataba del elemento revolucionario de
las minorías nacionales oprimidas. En las aceras se podía ver a los
funcionarios manteniendo discretamente el orden. Al día siguiente,
el elemento revolucionario de los civiles armados desapareció
imperceptiblemente de las calles de la ciudad y en su lugar
35
aparecieron los órganos del orde ... Comenzó así el proceso

sistemático y precisamente planificado de arrancar de la sociedad a
aquellas personas que eran reconocidas como enemigas del
régimen soviético.
Entre los muchos funcionarios polacos arrestados en Rowne
estaban: Dezydery Smoczkiewicz, diputado al Seym (Parlamento de
Polonia), asesinado en la primavera de 1940 por los soviéticos en
Jarkov, Tadeusz Dworakowski, un ex senador, cinco jueces del
Tribunal de Distrito y el fiscal adjunto. Todos fueron asesinados más
tarde. También fueron arrestados dos fiscales adjuntos. Uno de los
principales denunciantes era un estudiante de prácticas, hijo de una
familia judía acomodada. Estas duras medidas no frustraron el
entusiasmo de los jóvenes judíos por el régimen soviético: cada vez
que una imagen de Stalin aparecía en la pantalla del cine local, se
levantaban y aullaban frenéticamente.
Abraham Sterzer, un médico judío de Lvov, recordó:
“...Cuando el Ejército Rojo entró en [Galicia del Este], los judíos se

comportaron como si hubiera llegado el Mesías. Ellos acudieron a
inscribirse en diversas organizaciones comunistas adelantado, se
unieron a la policía secreta del NKVD”.
El 26 de septiembre, Leon Kozlowski, ex ministro del gobierno
polaco, fue apresado por los oficiales soviéticos en el museo en
Plac Mariacki, donde se había instalado temporalmente, hasta el
establecimiento definitivo de la NKVD en la calle Sapieha.
... Los agentes, que me detuvieron, me someten a una especie de

interrogatorio, y afirman que la gente como yo, enemigos del
pueblo, son destruidos por el sistema soviético destruye y
puestos fuera de acción. Uno de ellos señaló que era judío y que
debería recordar bien que era un judío, que me había detenido y
que él, un judío, sería la causa de mi eventual destrucción que
ocurriría inevitablemente.
... Mi celda se convirtió en un lugar hacinado al día siguiente. Doce
personas fueron colocadas en ella en un piso de madera al
descubierto. ... La gran mayoría de los prisioneros eran, por
supuesto, los polacos. Había un oficial del ejército, un inspector de
policía, un teniente uniformado de las reservas que era abogado de
profesión de Lodz, un juez de la corte de distrito, un trabajador
ferroviario, un estudiante de la Universidad Politécnica y un
estudiante de la Escuela Superior de Comercio Exterior. Una
36
composición similar de personas que, como más tarde supe, fue

encarcelada en las otras céldas: jueces, policías, oficiales
prisioneros, activistas sociales, trabajadores, estudiantes. Todos
ellos, como yo, habían sido detenidos en base a denuncias de los
comunistas, por los judíos en su mayor parte.
Hacia el final de septiembre de 1939, Zygmunt Winter, un judío
alumno de la escuela secundaria, ayudó a la NKVD a aprehender a
Zdzislaw Zakrzewski, un activista de la organización juvenil de
Polonia (Mlodziez Wszechpolska) de la Universidad Politécnica de
Lvov. Al no encontrarlo en su casa, la NKVD detuvo al padre de
Zakrzewski, Wilhelm, un oficial de la Policía del Estado polaco, que
pronto fue ejecutado. La madre y la hermana de Zakrzewski más
tarde fueron deportadas a Kazajstán, donde su madre pereció.
Zdzislaw Zakrzewski, junto con un grupo de amigos hicieron su
camino hacia el ejército polaco en Francia, tuvo varios
encontronazos con “comités revolucionarios” armados, integrados
por judíos en Jagielnica un pueblo cerca de Sniatyn, de los que
lograron liberarse.
Edward Trznadel, un oficial polaco, que se había refugiado en Lvov,

fue detenido por algunos comunistas judíos de Olkusz. Lo llevaron a
la comisaría y lo denunciaron como su perseguidor.
Afortunadamente para Trznadel, tras ser interrogado, fue puesto en
libertad. Irónicamente, Trznadel había tenido una buena relación
con la comunidad judía en Olkusz, donde se desempeñó como
supervisor del condado adjunto e incluso fue llamado a mediar en
las disputas dentro de esa comunidad.
Hay numerosos ejemplos similares de Lvov, donde los polacos

continuaron siendo detenidos durante la ocupación soviética. Una
mujer polaca vio a su marido, un médico, ser muerto en su casa por
judíos. En el otoño de 1940, Stanislaw Schultz, de 40 años de edad,
polaco, que había sido dispensado del servicio militar activo por
razones de salud, fue denunciado como un oficial polaco por un
vecino judío. Fue exiliado a trabajos forzados en Siberia oriental y
no se supo de él. Michal Byczyszyn fue detenido en la calle en 1941
por comunistas judíos.
Muchos testigos también identifican a judíos locales que actúan

como carceleros e interrogadores por todo el este de Polonia ya
durante los primeros días de la ocupación, en ciudades como
Rowne, Wlodzimierz Wolynski, Hrubieszow, Grodno, Lvov,
Augustow, y otros.
37
En Kolomyja, un prisionero polaco recuerda:
“...En una celda de seis personas, introdujeron treinta y seis

personas. Por una extraña coincidencia Wladek [Wladyslaw
Traczuk] se encontraba en compañía de policías de la ciudad de
Gwozdziec. Entre ellos estaban Zalewski, Wolno, Gosztyla y
Klincza. Al ver al descarnado Wladek, uno de ellos le dio un poco de
pan y otro una cucharada de sopa. De este modo, fueron capaces
de darle de comer algo. Estos policías fueron interrogados cada
noche. Después de su terrible experiencia regresaron a su celda,
todos destrozados y ensangrentados”.
Judíos que fácilmente reconocíamos a menudo pasan por los
pasillos. Se detienen delante de las celdas, apuntan a alguien con el
dedo, y le dicen al oficial de la NKVD que los acompaña: 'Ese es'.
Después de esta visita la víctima es llevada.
... Muy pocos de ellos lograron salir de esa prisión con vida".
Witold Sagajllo, un oficial de la marina polaca, que fue capturado
durante la invasión soviética de Polonia Oriental, ha recordado que
“casi todos los comisarios” que tuvo la desgracia de conocer, eran
judíos.
CONCLUSIÓN.
La participación judía en la ocupación soviética de Polonia y en la

represión, exilio y exterminio de polacos étnicos, es algo totalmente
demostrado históricamente. La saña y el espíritu de revancha con
que actuaron los judíos comunistas contra el elemento patriótico o
tradicional polaco, demuestra que guardaban un odio inveterado
contra los mismos. Justificado o no ese odio, la realidad es que en
el caso polaco se confirma la fama ancestral que tienen los judíos
como traidores al pueblo que los hospeda, en caso de invasión.
Ya en la Biblia en Éxodo, Capítulo 1 encontramos esta prevención

de parte de un Faraón egipcio:
"8. Levantóse entretanto un nuevo rey sobre Egipto, que no conocía

a José; el cual dijo a su pueblo:9 He aquí, el pueblo de los hijos de
Israel es mayor y más fuerte que nosotros:10 Ahora, pues, seamos
sabios para con él, porque no se multiplique, y acontezca que
viniendo guerra, él también se junte con nuestros enemigos, y pelee
contra nosotros, y se vaya de la tierra".
38
En la revuelta de la reina Zenobia contra los romanos, los judíos en

varias partes del oriente, tomaron partido por esta y cometieron
graves atrocidades contra los romanos. En Egipto, cuando los
árabes realizaron su invasión no dudaron en ponerse de su parte.
Lo mismo en el resto del imperio bizantino. Cuando los turcos
invadieron el este europeo, nuevamente se alinearon del lado del
invasor. En oportunidad de la invasión mora a la península ibérica,
la traición de los judíos fue fundamental para su éxito.
Por tanto los pogroms contra el pueblo judío que se dieron en toda
Europa del Este, fundamentalmente en Polonia, Ucrania y
Bielorrusia durante el avance del ejército alemán, encontraban su
razón de ser en el comportamiento del mismo respecto a sus
pueblos huéspedes.
La naturaleza traidora y sanguinaria del pueblo judío es el origen del

odio que concentra sobre si mismo.
NOTAS:
[1] Tomasz Strzembosz (11 de septiembre de 1930 - 16 de octubre de 2004) fue un
historiador y escritor polaco que se especializó en la historia de Polonia durante la
Segunda Guerra Mundial . Fue profesor en el Instituto de Estudios Políticos de la
Academia Polaca de Ciencias en Varsovia; Y, en la Universidad Católica Juan Pablo II
de Lublin (desde 1991). Strzembosz era un residente de Varsovia , Polonia .
En la década de 1980, Tomasz Strzembosz se convirtió en un activista en el movimiento
anticomunista Solidaridad . En 1989-93 fue presidente de la Asociación Polaca de
Escultismo . Su hermano, Adam Strzembosz, fue ex-presidente de la Corte Suprema de
Polonia.
Además de numerosos libros, Tomasz Strzembosz fue autor de más de 100
publicaciones académicas. Además de eso, se desempeñó como editor y revisor de más
de una docena de obras de otros autores.
En 2002, Tomasz Strzembosz fue galardonado con el premio "Custodio de la memoria
nacional" de Polonia.
[2] Jan Tomasz Gross (1 de agosto de 1947 en Varsovia, Mazovia) es un historiador y
sociólogo judío-polaco-estadounidense. Ejerce de profesor de cienciassociales y de
guerra en la Universidad de Princeton, Nueva Jersey.
Nació en Varsovia en agosto de 1947 en el seno de una familia influyente durante la
historia de Polonia durante la II Guerra Mundial y la postguerra puesto que su madre:
Hanna Szumańska fue miembro de Armia Krajowa (durante la ocupación alemana) y su
padre: Zygmunt Gross miembro del PPS.Tras acabar el conflicto, contrajeron
matrimonio.
Tomasz Gross estudió física en la Universidad de Varsovia. Durante sus años como
universitario formó parte del grupo anticomunista "Komandosi" siendo uno de los
involucrados en las "Revueltas de Marzo" que tuvieron lugar en 1968. En consecuencia
fue expulsado del centro y condenado a cinco meses de prisión. En aquel entonces,
estaban en vigencia las políticas por las que aquellos ciudadanos de origen judío podían
39
emigrar a Estados Unidos. En 1975 se doctoró en sociología en la Universidad de Yale.

Tras adquirir la nacionalidad estadounidense empezó a enseñar historia en Princeton.
En 1996 fue galardonado en su país de origen con la Orden del Mérito,reconocimiento
otorgado a los ciudadanos extranjeros por su rol cooperador entre Polonia y las demás
naciones.
[3] Los escuadrones pro-comunistas judíos organizados alrededor de la revuelta anti-
polaca de Skidal acogieron con satisfacción la invasión soviética de Polonia que había
ocurrido un día antes. Decenas, si no cientos de tales incidentes tuvieron lugar alrededor
del condado de Grodno, escribió el historiador de Marek Wierzbicki.
[4] Nachum Alpert, “The Destruction of Slonim Jewry: The Story of the Jews of Slonim
During the Holocaust”.
[5] Ibidem. Pg. 138.
[6] Nueva Wilejka es un distrito administrativo en la orilla izquierda de Vilnius . es
uno de los distritos más grandes en Vilnius con casi 40 kilómetros cuadrados.
[7] Julius Margolin ( Ruso : Юлиус) Борисович Марголин , 14 de octubre de 1900 -
21 de enero de 1971) fue un escritor judío ruos y activista político, y autor del libro “Un
viaje a la tierra Ze-Ka” (Путешествие в страну Зэ-Ка ).
Margolin nació en Pinsk , Bielorrusia occidental , entonces en el imperio ruso . Estudió
en la Universidad Humboldt de Berlín. Se trasladó a Polonia y más tarde a Palestina en
1936. Tres años después visitó a sus parientes en Pinsk y quedó atrapado allí por la
invasión soviética de Polonia . Junto con numerosos otros "elementos socialmente
peligrosos", fue arrebatado por el NKVD y enviado a un campo de trabajo en la orilla
norte del lago Onega . Sobrevivió y fue liberado en 1945 como un ex ciudadano polaco
de acuerdo con el acuerdo con Polonia. En 1946, se le permitió regresar a Polonia,
desde donde se trasladó a Palestina. Inmediatamente comenzó a escribir “Un viaje a la
tierra Ze-Ka” , que fue terminado en 1947, cuando Aleksandr Solzhenitsyn acaba de ser
enviado al gulag.
Era imposible publicar tal libro sobre la Unión Soviética en Occidente en ese momento,
inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial . El manuscrito también fue
rechazado en Israel . Una versión abreviada fue publicada en Francia en 1949. El libro
fue impreso en los Estados Unidos en 1952 por Chekhov Publishing House (también
abreviado ), y fue reimpreso en 1975.
En 1951, Margolin fue testigo en el juicio de David Rousset contra un periódico
comunista francés. El periódico estaba involucrado en la calumnia de Rousset por
revelar información sobre el gulag al público francés.
[8] Jarosławicze es hoy un pueblo de la región de młynowskim circuito de Rivne, en
Ucrania. Fue fundado en 1145 . En la Segunda República la ciudad fue la sede de un
municipio rural Jarosławicze en el distrito de Volinia . El pueblo tiene hoy 549
habitantes.
[9] Berezne (en ucraniano Березне) es hoy una ciudad de Ucrania, en el óblast de
Rivne, y es el centro administrativo del región de Berezne. Está situada en la orilla
derecha del río Sluch, 55 kilómetros al sur de Rivne. Su población es de 13.444
habitantes (2004).
[10] Janina Sulkowsa: Artículo aparecido en la edición de febrero del 2001 de la
revista Miedzy Nami. Su publicación dio lugar a protestas de la comunidad judía
por considerarlo lesivo de la imagen de los judíos polacos.
40
EL SOCIALISMO Y EL ORDEN
MUNDIAL JUDÍO.
Por ACGS.
Publicado en Doctriana Nacionalsocialista
el 11 de julio de 2017.
http://doctrinanacionalsocialista.blogspot.com/2017/07/el-socialismo-y-el-orden-mundial-
judio.html
El término “socialismo” ha sido uno de los más polisémicos de

nuestro lenguaje. Esto no es casual. En realidad, como bien decía
George Orwell, la tiranía comienza con la manipulación del
lenguaje. Veamos la situación actual donde las “palabras policía” y
las “palabras tabú” sobrevuelan nuestro modo de expresarnos y
comprobaremos que esto es así.
El concepto de socialismo ha sido cargado de connotaciones

propagandísticas y su manipulación ideológica no tiene nada que
envidar a otros como “raza”, “democracia”, “libertad” o “sexo”.
La primera manipulación que identificamos respecto al “socialismo”

es su intento de monopolización por parte de una sola fuente
ideológica, que es el marxismo. Esta fue realizada desde hace ya
mucho tiempo. Se puede decir que con la Primera Internacional se
comenzó a igualar socialismo y marxismo, aprovechando además
las fuertes implicancias que el adjetivo “científico” tenía en una
sociedad totalmente positivista.
La realidad es que el socialismo existía desde mucho antes que el

judío Marx escribiera su “Manifiesto Comunista” y su “El Capital”, en
sociedades tan antiguas y tradicionales como la espartana.
La gran maniobra talmúdica de Marx y sus continuadores, fue

mezclar con un modo de vivir tan arraigado en nuestros pueblos,
ideas como la lucha interna a muerte dentro de la comunidad y por
otro lado la solidaridad de una parte de sus miembros con otros
miembros de otras sociedades totalmente diferentes. Lucha de
clases e internacionalismo, son los dos venenos que fueron vertidos
41
a un concepto tan simple y lógico que puede ser expresado en una

sola frase: “bien común por encima de beneficios individuales”.
La mentira del internacionalismo socialista empezó a demostrarse

en la Primera Guerra Mundial y luego, con el derrumbe del
socialismo internacional, aún los más recalcitrantes social
marxistas, no tuvieron más remedio que aceptar la impracticabilidad
del mismo. Ni una sola organización del proletariado marxista de
Occidente corrió en ayuda del modelo que durante setenta años les
había servido de guía.
El judío buscaba con este socialismo internacional quebrar las

lealtades nacionales en todos los Estados de Occidente, sin
embargo, cada vez que la nación se vio en peligro, las respectivas
clases proletarias acudieron en defensa de sus patrias. Por eso hoy
el quiebre de esas lealtades se busca de forma diferente,
introduciendo elementos extraños, de culturas diametralmente
opuesta y de sangre totalmente extraña, para vaciar de contenido
humano esas patrias.
El socialismo internacional y clasista no es más que un

SOCIALISMO KOSHER, concebido a favor del universalismo y en
contra de las lealtades comunitarias basadas en la sangre. Es en
ese universalismo donde el judío se siente “como pez en el agua”.
Su sueño es que la única lealtad nacional que sobreviva en el
mundo sea la de su propio pueblo en favor de su raza, de su etno
estado y de su religión exclusivista.
El liberalismo no sólo no ha sabido responder a estos retos, sino

que además, habiendo sido el creador del nacionalismo como
suplantación de la lealtad de las comunidad a las respectivas
familias reinantes, hoy ha abandonado totalmente esta bandera. Su
lealtad se ha trasvasado desde las respectivas naciones hijas de los
movimientos revolucionarios liberales, a las ganancias productos de
la industrialización y las finanzas. También aquí la influencia judía
tiene mucho que decir al respecto.
Adolf Hitler, luego de haber vivido la comunidad en las trincheras,

donde el destino de uno dependía del destino de los demás,
entendió muy bien el cruce de caminos al que su Alemania se
enfrentaba. Se hizo consciente de que el nacionalismo era la única
base para un socialismo auténtico. Percibió que cuando las
circunstancias se tornan adversas, los individuos luchan por su
42
propia sangre y no por esquemas utópicos e intelectuales. Rechazó

el liberalismo en todos sus aspectos, pero sobre todo en dos: basar
las decisiones en los deseos de mayorías anónimas y basar las
acciones de gobierno en la economía y no en las personas. Hitler
entonces logró la combinación perfecta al vincular el socialismo a la
comunidad de sangre, o sea, la raza. Desde este punto de partida
se redefinieron conceptos tales como democracia y participación.
Esa fue su gran revolución.
Identificó al imperialismo judío vinculado al socialismo marxista en

sus dos manifestaciones: imposición de la lucha de clases a nivel
interno en cada nación e internacionalismo mundialista a nivel
externo. De ahí la definición de su propuesta política:
NACIONALSOCIALISMO, que realmente traducido al castellano es
SOCIALISMO NACIONAL.
Los dos grandes pilares de su definición ideológica, sirven a su vez

para definir el verdadero socialismo:
1 – Bien común por encima del beneficio individual.
2 – Quebrantamiento de la servidumbre al interés usurario del
capital financiero.
En esos dos conceptos queda entonces definido el verdadero
sentido de una forma comunitaria de vivir, tan antigua como
nuestros propios pueblos.
Hoy, luego de ocurrida la más grande conflagración en la historia

del hombre, y con casi un siglo de perspectiva, vemos que HITLER
TENÍA RAZÓN al vincular socialismo a nacionalismo. Sea cual sea
la forma de vida que planteemos para nuestros pueblos, socialismo
o capitalismo, lo importante es que las mismas estén referidas a lo
nacional. Después de todo, las recetes capitalistas, si son aplicadas
al beneficio de la nación, pasan a socializarse, como sucedió en el
Tercer Reich, donde la propiedad de los medios de producción no
necesitaron ser estatizados o colectivizados, para que existiera una
auténtica sociedad socialista.
En esta perspectiva que nos da el tiempo, vemos palmariamente

demostrado que HITLER TENÍA RAZÓN también en su denuncia
del imperialismo judío. Lo estamos sufriendo en carne propia con un
nivel de ferocidad nunca antes visto. El orden mundial judío se ha
establecido en la vida de los pueblos. La humanidad es hoy esclava
de este pueblo y de sus líderes. Nuestros hijos y nietos verán, si no
hacemos algo al respecto, una sociedad donde el relativismo y la
43
amoralidad talmúdica reinarán sobre sus vidas. Donde los hombres

no serán hombres, ni las mujeres, mujeres. Donde hablar contra el
sistema será considerado una enfermedad y quien lo haga será
internado para evitar el contagio. Donde los únicos que vivirán en
libertad serán nuestros amos judíos, ejerciendo su poder desde
Jerusalen, Nueva York o quizás Beijing.
El camino para dar vuelta la situación es claro: denunciar y combatir

el imperialismo judío y proponer un socialismo nacional.
44
DESVIACIONES IDEOLÓGICAS.
EL NACIONALBOLCHEVISMO.
http://doctrinanacionalsocialista.blogspot.com/2016/01/desviaciones-doctrinarias-
nacional.html
Si bien esta corriente política y filosófica no tiene como punto de

partida el racismo en general o el Nacionalsocialismo como
ideología política; es común encontrar a “nacionalsocialistas”
simpatizantes del Nacional Bolchevismo, a históricos ex-miembros
de CEDADE que se autoproclaman “Nacionalbolcheviques” (José
Cuadrado Costa), a “nazi maoistas” (Giorgio Freda) o a
“revolucionarios europeos” que se proclaman “comunistas no
marxistas” (sic) simpatizantes de Lenin y del Che Guevara (Jean
Thiriart).
El Nacional Bolchevismo como ideología política y filosófica nace,

en su forma actual, en Rusia:
“En sí, emergió en Alemania y Rusia para reflejar la intuición, por

parte de algunos teóricos políticos, del carácter nacional de la
revolución bolchevique de 1917, carácter oculto a la fraseología del
marxismo internacionalista ortodoxo. En el contexto ruso, „nacional
bolchevique‟ fue la denominación habitual de aquellos comunistas
orientados hacia la conservación del Estado y (consciente o
inconscientemente) continuadores de la línea geopolítica de la
misión de la Gran Rusia”.
Así encontramos la primera y tal vez mas importante diferencia
entre este y el Nacionalsocialismo, y es que el Nacional
Bolchevismo es un derivado de la Revolución de Octubre de 1917, y
por ende, deriva en ultima instancia del marxismo.
El marxismo es una ideología antagónica al Nacionalsocialismo en

múltiples formas, de las cuales solo mencionaremos algunas, ya
que el tema es bastante amplio y existe abundante bibliografía al
respecto.
En primer lugar, el marxismo fue creado por un judío de raza, Kissel

Mordechai (incluso era descendiente de rabinos), también conocido
45
como Karl Marx; y todos lo grandes representantes de esta

ideología han sido judíos: Lenin, Stalin, Trotski, etc.
En segundo lugar, esta ideología considera a todos los miembros

de la especie humana, sin importar su raza, como sujetos de los
mismos derechos y de las mismas obligaciones, entrando así en
conflicto tanto con la concepción racial nacionalsocialista, como con
el problema judío planteado por la misma.
En tercer y último lugar fue el comunismo de la Unión Soviética

junto con el capitalismo de los EEUU los que destruyeron el Tercer
Reich, masacraron a lo mejor de la raza aria tanto en el frente de
batalla, como luego en la eliminación de alemanes étnicos y demás
comunidades nacionales aliadas al Tercer Reich. Esto se completó
con la farsa de los “juicios” de Nuremberg; y la persecución de
todos aquellos fieles a la concepción Nacionalsocialista.
Los planteamientos de Jean Thiriart merecen un análisis especial

en la medida de su popularidad dentro de los ambientes
“nacionalsocialistas” de hoy en día. Thiriart esboza por un lado un
radical rechazo al americanismo y al capitalismo en general, lo que
coincide con la ideología Nacionalsocialista; sin embargo, preconiza
un acercamiento al modelo soviético por medio del Comunitarismo,
doctrina política creada por el y definida como un “comunismo
europeo desmarxistizado”, lo que demuestra su clara ignorancia en
cuanto a las ideas políticas se refiere, y también la desorientación
de aquellos “nazis” que consideran a esta corriente política como
una doctrina amiga o una hasta una alternativa política viable.
El tema racial es tratado por el Comunitarismo de una manera

bastante simple: Igualitarismo. Por un lado no existe la desigualdad
de razas, todas deben tener los mismos derechos, deberes y
oportunidades dentro del Estado. Por otra parte, habla del problema
judío de manera tangencial, reconociendo su presencia e influencia
como fuerza política, pero nunca como agente de la destrucción de
la raza aria. El epitome del tema racial comunitarista lo constituye el
apoyo a doctrinas tan lejanas al Nacionalsocialismo como el
supremacismo negro americano, entrevistando al líder de los Black
Panters de EEUU y clamando por “Black Power” .
No deja de surgir la pregunta ¿Cómo es posible que simpatizantes

e inclusive “nacionalsocialistas” apoyen este tipo de corriente
política?. Es lamentable tener que recordarles a los “nazis” de ayer,
46
hoy y tal vez mañana, porqué el Comunismo es un producto judío,

un enemigo y no un aliado, porqué la Unión Soviética no fue un
ejemplo positivo sino una dictadura judía asesina, porqué Stalin fue
solo un criminal judío y no un simpatizante del Nacionalsocialismo...
El mejor ejemplo actual de expresión política de esta desviación,

quizás se pueda ver en la Cuarta Vía propuesta por Alexander
Duguin
47

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CRÍTICA AL MARXISMO.

 El Marxismo visto desde el Nacionalsocialismo.

NOTA DEL EDITOR:

La presente publicación, como su nombre lo indica tiene la

Recomendamos la lectura meditada del material que tiene en

La reproducción del material es totalmente libre, con la sola

EL MARXISMO VISTO DESDE EL

“El marxismo representa el intento más

El pensamiento económico liberal ha dado los fundamentos para el

I. Las siguientes teorías de Marx son culpables, ante todo, del

Según él, todo ser es materia y la manera de existir de la materia es

2) La concepción materialista de la Historia.

La historia de una época no deriva de la religión, de la filosofía, o de

 Las relaciones materiales, económicas, determinan la historia

lucha de una clase contra otra. En la vida económica no se

II. El nacionalsocialismo ha marcado duramente, en primer

1) La decadencia cultural a causa del materialismo.

“El materialismo histórico es la más grande, general y desgraciada

“El marxismo ha sometido al espíritu, destruido la bondad, y

2) La disgregación del pueblo por la lucha de las clases.

“Empresarios y trabajadores se consideran enemigos y no como

En la Alemania Nacionalosocialista la desconfianza fue superada y

En Alemania fue particularmente perjudicial la fe en la Internacional.

Sin embargo, el marxismo no pudo matar el alma del pueblo

El marxismo significa Democracia, Internacional, Pacifismo y Lucha

El marxismo incorpora en su forma más acentuada todas las

Ya hemos tratado estos puntos de vista. Hemos reconocido que

Del espíritu de esta perniciosa falacia Karl Marx construyó una

completamente extirpado, de modo que ningún alemán conozca en

Marx afirma: cada empresario siempre explota a sus trabajadores.

Sobre la base de esta perspectiva, Marx no exige, sin embargo, una

El proletariado debe esperar pacientemente este momento.

El capitalismo, por otra parte, representa la inviolabilidad, la

El nacionalsocialismo está fundamentalmente del lado de la

1. Efecto del marxismo: todo pertenece a una entidad, el

Gracias a Adolf Hitler, los trabajadores han sido introducidos en la

El marxismo y el capitalismo roban la propiedad. El

Tanto el marxismo como el capitalismo tienen el mismo

La práctica del marxismo ha expuesto todo el fraude al trabajador

La socialdemocracia y el comunismo tenían el mismo objetivo final:

"Todo, desde robos, incendios, ataques ferroviarios, intentos de

Antes de la Revolución Nacionalsocialista, el terror marxista en

Tanto el marxismo como el liberalismo tienen la misma raíz.

El marxismo y el capitalismo son ambos instrumentos del

La enorme campaña de propaganda del NSDAP tenía el objetivo de

La lucha del nacionalsocialismo contra el marxismo nunca fue

Nuestro líder ha creado, con la destrucción y la erradicación del

"No queremos abolir la propiedad; Más bien queremos generalizar

Véase inter alia: Adolf Hitler, Mein Kampf, especialmente vol. I,

Consideramos la propiedad privada como atributo inalienable de la

Nos negamos frontalmente al Estado como único propietario de

Las diferencias económicas entre las personas sólo deben estar en

Mientras el Estado no pueda garantizar este mínimo a todos los

La desigualdad natural, tanto física como psíquica y ética, entre los

Esta jerarquización impuesta por la Naturaleza, debe por lo tanto

Por ello nuestro Socialismo es, a diferencia del Marxista, sea

Nuestro socialismo, como una actitud ética y no como una doctrina

La propiedad privada es perfectamente compatible con el

Los bienes de producción pueden ser también privados, colectivos,

El anonimato en la propiedad es contrario al socialismo. Los

Extraído de "Nuestra Ideas".

Que el Comunismo y el Judaísmo se encuentran indisolublemente

Pero hoy queremos ocuparnos de la naturaleza enteramente judía

Empezando por los principales dirigentes revolucionarios, un